LAS PARABOLAS DE JESUS - Una aplicación para hoy -Roberto Fricke

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    Las parbolas d JESUS

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    Roberto Fricke S.

    EDITORIAL MUNDO HISPANO

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    Editorial Mundo HispanoApartado 4256, El Paso, Texas 79914, EE. UU. deA.

    www.editorialmh.org

    Las parbolas de Jess. Una aplicacin para hoy. Copyright 2005, EditorialMundo Hispano. 7000 Alabama St., El Paso, Texas 79904, Estados Unidos deAmrica. Todos los derechos reservados. Prohibida su reproduccin o transmisin total o parcial, por cualquier medio, sin el permiso escrito de los publicadores.

    Las citas bblicas han sido tomadas de la Santa Biblia: Versin Reina-ValeraActualizada. Copyright 1999, Editorial Mundo Hispano. Usada con permISO.

    Editor: Juan Carlos CevallosDiseo de la portada: Gloria Williams-MndezDiseo de pginas: Mara Luisa Cevallos

    Primera edicin: 2005Clasificacin Decimal Dewey: 226.8Tema: Educacin cristiana, adultos

    ISBN: 0-311-04371-2EMH Nm. 04371

    4 M 5 05Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

    DEDICATORIAQuisiera dedicar este l ibro a dos de mis amigos cubanos de muchsimos

    ailos: a la seora Miriam Snchez Parodi de Melian y al seor Bemab Miranda. Miriam me ayud con muchas horas de trabajo editorial, y Bemab tuvo lagenti leza de proveerme de una nueva computadora y dems equipo que mehada falta para terminar el proyecto.

    Tambin quisiera reconocer el trabajo incansable del doctor Juan CarlosCevallos de Editorial Mundo Hispano en la revisin final de la obra.

    Ms que nada, deseo que este libro sea dedicado a los futuros pastores yobreros cristianos de habla-espaola que posiblemente saquen provecho deesta exposicin de las parbolas de Jess.

    Roberto Fricke S.

    EX LIBRIS ELTROPICAL

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    PRESENTACiNLas parbolas de Jess son una de las piezas literarias que ms nos han sor-

    prendido a todos. All encontramos belleza, creatividad, un instrumento peda-ggico impresionante y, en definitiva, una manera nica que tuvo el Maestrode Nazaret para transmit ir las verdades eternas por medio de relatos quesucedan todos los das. Sin embargo, la interpretacin de las parbolas dadaspor Jess han despertado grandes debates entre los que practican la ciencia de[a interpretacin bbIca.

    Editorial Mundo Hispano se siente muy complacida de poner en manos delos lectores de habla castellana una obra que sin temores y sin reservas entraen las complejidades de la interpretacin de las parbolas. El doctor RobertoFricke, catedrtico de muchos aos y de experiencia en varias instituciones deteologa del continente latinoamericano, nos presenta un anlisis diferente decada parbola.

    Una de las riquezas ms destacables de esta obra es que, nacido en la prc-tica de la vida pastoral y en la reflexin en un saln de clase latinoamericano,nos da aplicaciones vvidas para nuestro contexto. No se limita a un anlisisfro o lingstico, s ino que analiza el contexto en el que Jess present laparbola, luego cmo esa parbola fue entendida y usada por los evangelistas,para finalmente decirnos cmo la podemos vivir hoy.

    Como toda obra de esta naturaleza, s in duda no todos los lectores estarnde acuerdo con lo que aqu se dice, ni con todas las premisas hermenuticasdel autor. El propsito no es unificar interpretaciones, sino abrir caminos paraque la Palabra de Dios se enCarne en los creyentes. Editorial Mundo Hispanono comparte todas las interpretaciones del doctor Fricke, pero animamos acada lector para que use este libro como un instrumento para conocer mejor loque Jess dijo e hizo.Recomendamos al lector que se inicia en el estudio de la hermenutica neo-testamentaria , como al que ya ha trabajado varios aos en ella, que tenga enmente el apndice del libro, y que recurra a l para buscar clarificaciones yentender mejor el desarrollo de la hermenutica de las parbolas.

    Le animamos a que, sabiendo que vivimos en una sociedad llena de super-ficialidades y de nfasis estticos, entre en una aventura seria y profunda deestud io de la Palabra e te rna, que nos desa fia a un cambio de nues tra t ica.Oramos para que cada lector encuentre en estas pginas palabras de consueloy nimo en sus necesidades concretas.

    Los editores

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    CONTENIDOPrefacio ... 12Introduccin ... 131. Definicin de parbola 132. Origen de las parbolas 143. Propsito de las parbolas ... 154. Importancia de las parbolas 185. Clasificacin de las parbolas 256. Ubicacin de las parbolas ...29Capitulo 1LA VENIDA DEL REINO ...351. Parbola del sembrador (Mar. 4:1-9; Mat. 13:1-9; Luc. 8:4-8) ...35

    A. El contexto sinptico ...35B. El contexto en el ministerio de Jess ...36C. La parbola para el contexto latinoamericano ...38

    2. Parbola del trigo y la cizaa (Mat. 13:24-30) .. .42A. El contexto sinptico .. .42B. El contexto en el ministerio de Jess .. .43C. La parbola para el contexto latinoamericano .. .46

    3. Parbola del grano de mostaza y la de la levadura (Mar. 4:30-32;Mat. 13:31,32; Luc. 13:18, 19; Mat. 13:33; Luc. 13:20,21) .. .47A. El contexto sinptico .. .47B. El contexto en el ministerio de Jess .. .49C. Las dos parbolas para el contexto latinoamericano ...50

    4. Parbola del crecimiento de la semilla (Mar. 4:26-29) ...54A. El contexto sinptico ...548. El contexto en el ministerio de Jess ...55C. La parbola para el contexto latinoamericano ...56

    Capitulo 2LA CRISIS DEL REINO ...611. Parbola de la higuera estril (Luc. 13:6-9) ...61

    A. El contexto s inpt ico ...61B. El contexto en el ministerio de Jess ...62C. La parbola para el contexto latinoamericano ...64

    2. Parbola del rico insensato (Luc. 12:13-21) ...67A. El contexto sinptico ...67B. El contexto en el ministerio de Jess ...68C. La parbola para el contexto lat inoamericano ...71

    3. Parbolas de los talentos y de las diez minas (Mat. 25: 14-30;Luc.19:12-27) ...75

    A. El contexto s inptico ...758. El contexto en el ministerio de Jess ...77C. Las parbolas para el contexto latinoamericano ...79

    4. Parbola del rico y Lzaro (Luc. 16: 19-31) ... 84A. El contexto sinptico ...84B. El contexto en el minis terio de Jess ...89C. La parbola para el contexto lat inoamericano ...91

    5. Parbola de los labradores malvados (Mar. 12:1-12; Luc. 20:9-19;Mat. 21 :33-46) ... 97A. El contexto sinptico ...978. El contexto en el ministerio de Jess ...100C. La parbola para el contexto latinoamericano ... 102

    (1. Parbola del gran banquete (Luc. 14:15-24; Mat. 22:1-14) ... 105A. El contexto s inptico ... 105B. El contexto en el ministerio de Jess ...107C. La parbola para el contexto latinoamericano ...109

    . Parbola de los siervos vigilantes y la del portero vigilante(Mar. 13:32-37; Luc. 12:35-38) ...110A. El contexto s inptico ... 11OB. El contexto en el minister io de Jess ... 112C. Las parbolas para el contexto latinoamericano .. .114

    X. Parbola de las diez vrgenes (Mal. 25: 1-13) .. .115A. El contexto s inptico ...1158. El contexto en el minis terio de Jess ...115C. La parbola para el contexto latinoamericano .. .120

    Capitulo 3LA GRACIA DEL REINO ... 1231. Parbola de la oveja perdida (Luc. 15:4-7; Mal. 18:12-14) ... 123

    A. El contexto s inptico ... 1238. El contexto en el ministerio de Jess .. .125C. La parbola para el contexto latinoamericano ...127

    2. Parbola de la moneda perdida (Luc. 15:8-10) ...128A. El contexto sinptico .. .1288. El contexto en el minis terio de Jess ...129C. La parbola para el contexto latinoamericano ...130

    3. Parbola del hijo perdido (Luc. 15:11-32) ... 131A. El contexto s inptico ... 131B. El contexto en el ministeriode Jess ... 133C. La parbola para el contexto lat inoamericano 134

    4. Parbola del fariseo y el publicano (Luc. 18:9-14) 137A. El contexto s inptico ... 1378. El contexto en el ministerio de Jess .. .142C. La parbola para el contexto latinoamericano ...142

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    5. Parbola de los obreros de la via (Mat. 20:1-16) ... 145A. El contexto sinptico ... 145B. El con texto en el min is te rio de Jess ...146C. La parbola para el contexto latinoamericano ... 151

    Capitulo 4LOS SBDITOS DEL REINO ...1551. Parbolas del tesoro, la perla y la red (Mat. 13:44-50) ...156A. El contexto sinptico ... 156

    B. El contexto en el ministerio de Jess ... 158C. Las parbolas para el contexto latinoamericano ... 159

    2. Parbola del buen samaritano (Luc. 10:30-37) ... 161A. El contexto sinptico ... 161B. El contexto en el ministerio de Jess ... 162C. La parbola para el contexto latinoamericano ... 168

    3. Parbola del siervo malvado (Mat. 18:23-35) ... 171A. El contexto sinp tico ... 171B. El contexto en el ministerio de Jess ... 172C. La parbola para el contexto latinoamericano ...175

    4. Parbola del mayordomo injusto (Luc. 16:1-9) ... 177A. El contex to sinpt ico ...177B. El contexto en el ministerio de Jess ... 178C. La parbola para el contexto latinoamericano ...184

    5. Parbola del amigo que llega a medianoche (Luc. 11 :5-8) ... 186A. El contexto sinptico ... 186B. El contexto en el ministerio de Jess ... 187C. La parbola para el contexto latinoamericano ... 189

    6. Parbola del juez y la viuda (Luc. 18:1-8) ... 191A. El contexto sinptico .. .191B. El contexto en el ministerio de Jess ... 192C. La parbola para el contexto latinoamericano ... 1957. Parbola de los dos hijos (Mat. 21 :28-32) ." 198A. El contexto sinptico .. .198B. El contexto en el ministerio de Jess ...201C. La parbola para el contexto latinoamericano ...202

    8. Parbola de los dos cimientos (Mat. 7:24-27; Luc. 6:47-49) ...204A. El contexto sinptico ...204B. El con tex to en el min is ter io de Jess ...205C. La parbola para el contexto latinoamericano ...206

    9. Parbola de los dos deudores (Luc. 7:41-42) ...207A. El con tex to sinpt ico ...207B. El contexto en el minis ter io de Jess ...209C. La parbola para el contexto latinoamericano ...212

    APNDICE1. Historia ce la interpretacin de las parbolas ...213

    A. Interpretacin precrtica ., .2131) Interpretacin patrstica ...2132) Hermenutica de los reformadores protestantes ...216

    a. l\iartn Lutero 216b. Juan Calvino 218

    B. Aportaciones hermenuticas de Adolfo Jlicher ...220C. Contribuciones de C. H. Dodd y Joachim Jeremias ...2222. Disciplinas crticas neotestamentarias influyentes en lainterpretacin de las parbolas ...225A. CricJ textual 226B. Crtica literaria 227

    1) Problema sinptico 2272) Prioridad de Marcos 2283) Teoria de las dos fuentes ...2294) Teora de las cuatro fuentes ...2305) Teora de la fuente "M" 2316) Teora de la fuente "L" 2327) La cuestin del auditorio de las distintas fuentes ...2348) Teora de "Ur-Marcos" 2359) Teora de "Proto-Lucas" 235

    C. Historia de las formas: su definicin y presupuestos ...2361) Apotegmas ... 2382) Dichos dominicales ...2383) Los "yo" dichos por Jess ...2394) La parbola ... 2395) Las histor ia s de milagros ...2396) Relatos histricos y leyendas ...239

    D. Crtica redaccional: la disciplina y su trasfondo ...240E. Evaluacin de las disciplinas neotestamentarias descritas ...2443. Tema central de las parbolas : el reino de Dios 245A. El reino de Dios en la enseanza de Jess 246B. Concepto del reino de Dios en el liberalismo protestante .. .248C. Concepto del reino de Dios de Albert Schweitzer ...254D. Concepto del reino de Dios de C. H. Dodd ...256E. Concepto del reino de Dios de Joachim Jeremias ...260

    4. El liberalismo protestante del siglo XIX y la bsqueda delJess histrico ...262

    5. Las parbolas y la teologa de la liberacin latinoamericana ...265BIBLIOGRAFA ...277

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    PREFACIOUn inters especial en las parbolas de Jess me fue infundido pormi men

    tor de gran est imacin, el doctor Ray Summers, que ya est con el Seor. Durante estudios de postgrado en la Universidad Baylor, me toc recibir un seminario sobre las parbolas con dicho mentor. Al hacer esos estudios, ya llevabaaos de obra misionera en la Amrica Latina, especficamente como profesoren seminarios teolgicos, primero en Cuba, despus en Mxico y finalmenteen Costa Rica. Busqu por todos lados, pero no pude encontrar muchos librosen espaol que versaran sobre las parbolas de Jess con el props ito deaplicar sus enseanzas al mbito latinoamericano. Este libro tiene la intencinde satisfacer, en parte, ese vaco en estudios bblicos.Se debe aclarar que este libro no pretende ser un estudio lxico-gramaticalde cada parbola. Ms bien, lo que se hace es realizar una investigacin de laliteratura erudita en el campo de las parbolas de Jess. El trabajo principal delque escribe es interpretar lo hallado, haciendo as un intento por encontrar unaaplicacin para el medio latinoamericano.Aunque el lector encontrar ciertos elementos acadmicos en el libro, el

    propsi to principal del autor no es hablar a un pblico erudito en el campo.Ms bien, se desea que el libro sea ameno y comprensiblepara el creyente cristiano latinoamericano comn y corriente.Debo aclarar que las citas directas tomadas de libros en ingls son

    traducciones mas. Siempre el trabajo de la traduccin es una ciencia imprecisa, pero luch para que las ideas de los autores se dieran con fidelidad.Una palabra final: para propsitos de este estudio me he limitado al uso de

    la versin de la Biblia Reina-Valera Actualizada, produccin de la Casa Bautista de Publicaciones. Sera muy recomendable que esa misma versin la usaran los lectoresparams fcil comprensin de las parbolas tal y como son vistas en este libro.Dios bendiga al estudiante de las parbolas de Jess. Quiera el Seor quelas mismas lleguen a regir su vida.

    Roberto Fricke S., PhOProfesor jubilado del Seminario Teolgico Bautista de Costa Rica

    INTRODUCCiN1. Definicin de parbolaDefinir la parbola tal y como Jess la empleaba pareciera una tarea fcila primera vista. El hacerlo es otra cosa. Si uno parte de bases etimolgicas, nohay tanto problema. El vocablo "parbola" es un derivado de dos palabras griegas: la preposicin para (alIado de) y el verbo balo (arrojar). La palabra compuesta connota la idea de colocar, poner, arrojar algo alIado de otra cosa. Verla idea de colocaralgo alIado de otra cosa con el fin de compararlos no es dificil. Y en efecto, muchas de las parbolas de Jess son historias que procurane:-;tablecer una comparacin entre una cosa comn de la vida diaria y el reinode Dios. "Con qu compararemos el reino de Dios" era casi un estribillo fijoen el vocabulario didctico de Jess. Ciertamente el elemento de comparacinaparece en la mayora de las parbolas de Jess. Pero es obvio que Jess dabalas parbolas no tan slo para demostrar una comparacin. Tena otros elementos en mente.A menudo en las iglesias se oye la def inic in de la parbola como "una

    historia terrenal con un significado celestial". Esta definicin no es del todoequivocada. De hecho, Jess quera que los hombres del primer siglo captaranuna leccin abstracta mediante las comparaciones expuestas en las parbolas.Estas lecciones eran de gran importancia para ellos, ya que se centraban enproblemas candentes del momento. Una extensin de esta definicin un tantosimple la ofrece el gran erudito britnicoA. M. Hunter. En su libro Interpretingthe Parables (Interpretando las parbolas), postula que una parbola es "unacomparacin extrada de la naturaleza o la vida cotidiana y diseada para iluminar alguna verdad espiritual, asumiendo as que lo vlido en una esfera esvlido en la otra" (Hunter, p. 8). En otras palabras, propone que la parbolahace uso de la comparacin como un mtodo didctico por la asociacin de loconocido con lo desconocido. Sin embargo, es imprescindible seguir el cursopedaggico de la parbola has ta su fin lgico si se va a descubr ir l a verdadimplci ta. Una ilustracin de esto ser oportuna. Cuando Jess compara elreino de Dios con la levadura, no quiere decir con eso que el reino es como lalevadura; ms bien, quiere dec ir que el reino de Dios se asemeja a lo queocurre cuando la levadura se combina con la harina. La levadura leuda toda lamasa.Por otra parte, Beck (p. 185) define la parbola como "un cuadro verbal

    que ocupa la comparacin para i lustrar alguna leccin moral o rel igiosa".WilliamM. Taylor, escritordel siglo diecinueve, aade un poco a la definicin.Este asevera que "una parbola es una narracin, f icticia o no, de una escenade lavida humana o de un proceso de la naturaleza; aunque veraz en su representacin de stos, tiene por fin una leccin espirituaL." (Taylor, p. 6). C. H.Dodd, despus de rechazar que la parbola sea una alegora, advierte que la

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    LAS PARAsOLAS DE JESS

    parbola usada por Jess era "la expresin natural de una mentalidad que ve laverdad en imgenes concretas en vez de concebirla por medio de abstracciones" (Dodd, p. 25). Pero estas imgenes concretas no se hallan aisladas sinoen forma de comparacin; siempre hay un tertium comparationis o punto decomparacin entre un evento o cosa y el significado que estos ilustran. Pese alo dificil de su redaccin, Willi Marxsen (Introduccin al Nuevo Testamento,pp. 132,133) aborda esta cuestin de la comparacin.En la comparacin y en la parbola (propiamente dicha) se debe preguntarpor el tertium compal"Clliollis (punto de comparacin), puesto que aqui laimagen parecejunto a la cosa. En la comparacin se cita generalmente el 11'1"-tillm compal"Cltiollis (Mal. 10: 16), en las palabras-imgenes (que se puedendesignar como estadios previos de las parbolas) aparece todavi a tan cl aroque en modo alguno necesita ser citado (Mal. 7:6). Ms dit1cil es, c iertamente , en las parbolas mismas. Con mucha t'ecuencia se t rae aqui unacontecimiento de la vida diaria, comparndolo con otra cosa distinta. Ahorabien, de lo que se t rata es de encontrar cmo la comparacin apunta a unpropsito (Luc. 15: 1- Jo: alegria en el reencuentro y alegria en el cielo; Luc.]6:]-8: actuacin decidida a la vista de una nueva situacin sorprendente).

    2. Origen de las parbolasEn cuanto al origen de las parbolas, hace falta reconocer que el gnero parablico no naci con Jess. Esto no quiere decir que Jess repitiera o copiara lasparbolas de otros. Las parbolas que encontramos en el Nuevo Testamento sonoriginales de Jess, pero el ensear mediante parbolas no se origin con l.La cuestin del origen de las parbolas de Jess ha sido debatida por varios escritores. Entre ellos estn los siguientes:(l ) Paul Fiebig, ya en 1904, public una obra en alemn que avud a unamayor comprensin de las parbolas de Jess. Por medio de una comparacindetallada de las parbolas de Jess con las parbolas rabnicas, Fiebig demost r que la parbola era el mtodo principal de la enseanza juda durante eltiempo de Jess. Sera normal que l siguiera un mtodo de enseanza bien conocido entre las gentes.(2) Peter Rhea Jones (p. 34) traza el origen de las parbolas de Jess alAntiguo Testamento. La palabra hebrea que se traduce en parbola es mashal.Esta palabra tiene varios usos dentro del Antiguo Testamento. Uno de ellos es

    la historia parablica, tal como Jess la contaba. Jones asevera que las parbolas de Jess estn dentro de la tradicin de las parbolas profticas: usa comoilustracin la parbola de Natn al rey David en 2 Samuel 12: 1-4. Tambin, sepuede observarcmo Jess tom el canto alegrico de la via (Isa. 5: 1-7), y loconvirti en la parbola dramtica del viedo (Mat. 21 :33-4]): la enseanzaesencial de las dos era la misma: Israel haba fracasado en no producir frutopara Dios.

    INTRODUCCIN

    (3) Joachim Jeremias no sigue la misma pauta de los eruditos mencionadosanteriormente. ste asegura que en esencia las parbolas son creaciones deJess mismo. Asevera:Las parbolas de Jess son, adems, algo enteramente nuevo. En toda la literatura rabinica no encontramos ni una sola parbola del t iempo anterior aJess: slo dos imgenes del rabino Hillel (hacia el ao 20 a. de J.c.)... Si atodo esto se aade que la comparacin de las parbolas de los sinpticos conlas de su ti empo, ya sea con las imgenes del apsto l Pablo o b ien con lasparbolas de los rabinos, obliga a reconocer una sencillez y claridad nicas,una oeeuliaridad personal, una maestra desconocida en la construccin,entonces debemos concluir que se trata de una tradicin especialmente tiel;cuando leemos las parbolas, estamos en la proximidad inmediata de Jess(Las Parbolas, pp. 14, 15).Es la opinin de Jeremias que posiblemente en lugar de seguir el ejemplode los rabinos en su instruccin parablica, stos siguieron la metodologa

    didctica de Jess. Esta suposicin de Jeremias, por llamativa que sea, carecede argumentos convincentes. Sera un tanto ilgico, dada la animosidad entrelos judos y la iglesia primitiva, que los rabinos adoptaran como suyo el mtodo didctico de la parbola si ste se hubiera originado principalmente conJess. Lo ms probable es que Jess, aunque maestro por excelencia, utilizabaun gnero conocido y usado durante su propio da. Como se indic anteriormente, el mismo trasfondo veterotestamentario jugara un papel de importancia para Jess en su uso de la parbola.3. Propsito de las parbolasEl motivo por el cual Jess empleaba la parbola como su mtodo principal de instruccin ha creado un problema de gran significado entre los eruditos y estudiosos de las Escrituras.Se ha dicho ya que lo ms probable es que la parbola e ra una formadidctica en boga dentro del medio ambiente del judasmo del primer siglo; seha insinuado que Jess adopt esta metodologa como la suya para dejar susenseanzas ms ricas respecto al reino de Dios. Todo esto no nos explica, sinembargo, el propsito exacto de Jess en el uso de la parbola como instrumento didctico. Varias respuestas se han dado entre los estudiosos.(1) Se ha preguntado si Jess daba las parbolas con el fin de encubri r uocultar las verdades acerca del reino a los incrdulos. Ya que Jess daba susparbolas ante algunos de sus opositores ms acrrimos, algunos opinan que elensear mediante parbolas sera un mtodo para confirmar que sus enemigosno entendan la naturaleza del reino de Dios.(2) Otros, ms bien, han dicho que las parbolas de Jess se daban slo con

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    LAS PARAnOLAS DE JESS

    el fin de aclarar conceptos tocantes al reino que se prestaban a confusin. Eneste caso, el auditorio de Jess podra ser o sus discpulos u otros, incluso susopositores.Parece que mucha de la duda en tomoal propsito de Jess en usar las parbolas brota del pasaje en Marcos 4:10-12.Tal texto dice as:

    Cuando cstuvo solo, los quccstaban alrededor dc l junto con los doce le preguntaban en cuanto a las parbolas. Y l les deca: "A vosotros se os ha dadoel misterio dcl rcino de Dios: pero para los que estn fuera, todas las cosasestn cn parbolas, para que vicndo vean y no pcrciban, y oyendo oigan y nocntiendan; dc modo que no se convicrtan y les sea pcrdonado".Obviamente, si se sigue una hermenutica literal slo puede entenderse queJess utilizaba la parbola paraencubrir u ofuscar el mensaje del reino a los"de afuera" o sea, los no-discpulos. Cmo se explica esto?De nuevo, variasinterpretaciones se le han dado a este pasaje. Veremos algunas de ellas.(1) C. H. Dodd (pp. 23, 24) alega que estas palabras no son originales de

    Jess, sino que reflejan un vocabulario de la iglesia primitiva, especialmentela que estuvo bajo la influencia de Pablo. Esta enseanza, pues, seraun intento de la iglesia primitiva por explicar la postura incrdula de los judos ante lapredicacin del evangelio. Segn este concepto, Dios mismo cegara los ojosde los judos para que no entendieran ni aceptaran el evangelio del reino. Si seacepta la postura de Dodd, hay que pensar en una iglesia primitiva vengativay amargada ante la oposicin continua de los judos. Tambin, si se acepta suidea, no podemos saber, con base en este pasaje,el propsito que Jess tendraen dar las parbolas.(2) Joachim Jeremias (Las parbolas, pp. 16-22) aborda la cuestin de laobstinacin de los judos con relacin a este pasaje tambin. A travs de unadiscusin magistral que refleja su destreza en los idi.omas bbli.cos, Jeremiasllega a la conclusin de que las palabras contenidas en Marcos4: 10-12 son deJess, pero han sido colocadas en un contexto diferente al original por Marcosel evangelista. Para Jeremias, no hay ninguna duda de que la parbola dada enMarcos 4:1-9 es de Jess; las palabras en los vv. 10-12 tambin son de Jess,pero fueron dadas en otra ocasin y colocadas aqu por Marcos. SegnJeremias, la interpretacin de la parbola(vv. 13-20) es definitivamente de laiglesia primitiva y no de Jess mismo. Con todo y esto, no desaparece el problema que presentael texto. Jeremias llega a la conclusin de que cuando Jesshablaba de la parbolaen su contexto originaly no la indicadapor Marcos. serefera a toda la predicacin de Jess. Una cita clave bastar:

    El logion no habla, en modo alguno... esta es nuestra conclusin... de lasparbolas de Jess, sino de su predicacin en general. A los discpulos les ha

    INTRODUCCIN

    sido revelado elmisterio del reino presente; para los que estn fuera, las palabras de Jess permanecen oscuras, porque no han reconocido su misin y nohacen penitencia. Asi se cumple en ellos la terrible profeca de Isaas 6:9 ss.(Las parbolas, pp. 21, 22).Para este autor alemn de tanto prestigio, originalmente el contenido de

    Marcos 4: 10-12 no se refera a las parbolasy su propsito sino slo a la predicacin de Jess; Marcos el evangelista, en efecto, al colocar este dicho deJess en este contexto hace que las parbolas sean dichas por Jess conel finde confundir u ofuscar a los judios no creyentes. En esto, Jeremias concuerdacon Dodd; el texto era usado por la iglesia primitiva y Marcos, su representante, para demostrar que Dios excluia de su reino a los judios incrdulos.(3) Gunther Bornkamm, no obstante, asegura que originalmente lasparbolas no podran haberse dado con el propsito de ofuscamiento. Msbien, stas se daban tal y como la conclusin del captulo sobre el propsito delas parbolas dice: "con muchas parbolas semejantes les hablaba la palabra,conforme a lo que podan or" (Mar. 4:33). Segn este mismo texto, Jessdaba su enseanza a la gente, y esperaba que la entendiera. Adems,Bomkamm correctamente asevera que el contenido de las parbolas de Jessdesmiente la teora del ofuscamiento. Con todo yeso, queda dentro de lasparbolas de Jess un elemento claro demisterio. Bomkamm dice:

    Estos textos contienen efectivamente un misterio: el advenimiento oculto delreino de Dios en medio de un mundo que no deja aparecer ninguna seal deeste reino ante los ojos de los hombres. Y esto hay que escucharlo, creerlo, ycomprenderlo no a parti r de una tradicin o de una teora s ino a parti r deloyente, tomado en el seno del mundo en el que l se encuentra (Jess deNazaret, pp. 74, 75).Es importante reconocer que estas palabras de Jess en Marcos 4: l0-12respecto al propsito de las parbolas se basa en Isaas 6:9, 10. Mateo era dela opinin de que las parbolas se daban con el fin de ser entendidas, pero porcausa de falta de fe, los enemigos de Jess no las entendan (Mat. 13: 13) . Alabordar esta discusin, Mateo retuvo ms del orden original de la cita tomadade la Septuaginta (la versin griega del Antiguo Testamento). Adems, incluyun versculo adicional tomado de Isaas que implicaba que haba de por medioun autoendurecimiento del corazn. En otras palabras, las parbolas no eranentendidas, no por causa de Jess, sino por causade la incredulidad. Jones presenta una hiptesis:

    Sera que Jess tuviera a Isaas 6 presente al confecconar su parbola delsembrador? Bien puede ser que la parbola sea una especie de comentariosobre el reino o un midrash. Si esto es cierto, facilita la combinacin de las

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    LAS PARABOLAS DE JESS

    tres secciones. La parbola, la declaracin sobre su propsi to y la interpretacin todas se centran en la recepcin. La parbola, basada sobre el reinovenidero, va ms all de Isaas y proyectauna gran esperanza tanto como ungran rechazo (p. 75).(4) T. W. Manson ofrece todava otra posible salida de esta gran dificultad

    en Marcos 4. Segn el escritor britnico, la respuesta al problema estriba en unproblema de traduccin del arameo, el idioma de cuna de Jess, al griego (elidioma en que los evangelios se escribieron). Segn esta explicacin de Manson, Jess originalmente habra dicho que las parbolas eran para aquellos queno entendan, no para que no entendieran (Manson, p. 78). ,

    (5) Otro escritor ingls, A. M. Hunter, en su libro The Work and Words 0.1Jesus (La obra y las palabras de Jess) resume las "salidas" sugeridas del p r ~ blema que presenta el propsito de las parbolas visto en Marcos 4. Su explIcacin se da a continuacin:

    El significado de Marcos 4:11, 12 parece ser que Jess usaba las parbolaspara cegar y endurecer a la gente. Esto es absurdo. Hay cuatro posibles soluciones para esta dificultad:1. Las palabras son de la teologa posterior de la iglesia; pretenden explicarporqu los judos como un todo rechazaban el evangelio.2. Son una especie de detenninismo semtico puesto en los labios de Jess,hablado tal vez irnicamente (ver Rom. 11 :8).3. Jina (griego por "para que") es causativae iguala a jo ti (griego por "porque")Mateo 13: 13 dice jo ti en lugar de jina que figura en Marcos. Todo esto quieredecir que "los de afuera" carecen de discernimiento espiritual. Por esto (diceJess) tengo que usar lenguajeparablico.4. Jina es una mala traduccin del arameo de. De era ambiguo. Podra servirbien como pronombre relativo (quien) o como una conjuncin (que). Marcos lotradujo en "que" cuando debera haber escrito "quien". En otras palabras, "losde afuera" son descritos como deficientes en discernimiento espiritual... (p. 45).Segn este modo de razonamiento, pues, tanto la parbola del sembrador

    como la explicacin del propsito de las parbolas y la interpretacin, todasvistas en Marcos 4, abordan la cuestin del rechazo que Jess experimentdurante su ministeriopor parte de sus enemigos. Pareciera que algo por el estilo raya en lo cierto respecto a la interpretacin de este tercamente dificil pasajeen Marcos.4. Importancia de las parbolasA. Las parbolas son la fuente que refleja la mayorproximidadposible a laspalabras originales de Jess.

    Para los lectores actuales de las parbolas, se nos h a c ~ dificil recordar que

    INTRODUCCIN

    las enseanzas de Jess se dieron en un perodo carente de las actuales maravillas electrnicas de grabacin y comunicacin. Cuando Jess contaba susparbolas, no haba ningn tcnico de sonido all con un avanzado aparato degrabacin. No haba siquiera un secretario que tomara notas taquigrficas.Adems, est el hecho de que el primer registro evanglico ms temprano fueel Evange lio de Marcos el cua l se hizo aprox imadamente en el ao 65 delprimer siglo, o sea, unos treinta y cinco aos despus de la muerte de Jess.Considerando estos datos, preguntamos, cmo entonces es que podemossaber a ciencia cierta que lo que el Nuevo Testamento registra refleja las verdaderas palabras de Jess? La respuesta se halla en el concepto y la realidadde la tradicin (Por tradicin se debe entender la fiel transmisin de datos einterpretacin de estos bajo el influjo del Espritu de Dios. Adems, los evangelistas se aprovechaban de las tradiciones orales ya fijas por su constanterepeticin en las distintas iglesias del primer siglo. Pablo hablaba de esta clasede tradicin en l Corintios 15:3-8 donde afirmaba haber "recibido" datos deo tros respec to al meollo del evangel io. En esto los c rist ianos primitivosseguan las pautas de los judos en la constante repeticin oral de sus tradicinpara su fcil aprendizaje y para conservar y perpetuar enseanzas especialmente sagradas).

    Conocemos que los apstoles y discpulos de Jess eranjudos en su mayora herederos de las prcticas hebreas de tradicin por lo que las enseanzasreligiosas sagradas fueron conservadas princip

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    LAS PARABOLAS DE JESS

    aunque estn traducidas al griego, revelan su trasfondo del idiomamaterno deJess, el arameo. Adems, casi todas las parbolas tienen por trasfondo figurase imgenes de la vida cotidiana en la Palestina de Jess (Jeremias, Las parbo-las, pp. 13, 14). Estas aseveraciones de Jeremias valen mucho ms cuando unose da cuenta de que el erudito alemn pas mucho tiempo en la Palestina y esun reconocido perito en el campo del arameo. Para los evanglicos, es de granayuda saber que cuando leemos las parbolas de Jess, no andamos por lasarenas movedizas de la ficcin o la mitologa. Dodd remacha esto al decir:

    Las parbolas son quiz el elemento ms caracterstico de la doctrina deJesucristo consignada en los Evangelios. En su conjunto, a pesar de los retoques que hubieron de experimentar en el curso de su transmisin, presentanel sello de una personalidad bien definida. Su impacto sobre la imaginacinhizo que se fijaran en la memoria y les procur un lugar seguro en la tradicin. Ninguna otra parte del relato evanglico tiene para el lector un tono msclaro de autenticidad (p. 21).

    Como podemos ver, los evangelistas, por inspiracin del Espritu Santo,supieron dar sus aportaciones a la historia de Jess al escribir sus respectivosEvangelios, pero en las parbolas es donde hallamos la ipsissima vox (la misma voz) de Jess (Jeremias, Las parbolas, p. 27). Para los que pretendemosser sus seguidores en el siglo veintiuno, esto significa mucho.B. Lasparbolas son la fuente ms confiable para llegar al "Jess verdaderode la historia".

    Hastael siglo XVIII el Jess que conoca el mundo era el Cristo del dogmaeclesistico. Es decir, los textos bblicos asuman un papel secundario ante lospronunciamientos de los credos. Los evanglicos no eludieron este problema apesar de que sus bases en la Reforma Protestante del siglo XVI recalcaban lasEscrituras como su nica fuente de fe y orden. Esto se debi al dogmatismo registrado especialmente en las ortodoxias protestantes luterana y calvinista delsiglo XVII. Aun hoy, a los que ms queremos aferramos a las Escrituras, se noshace dificil leer elNuevo Testamento en tomo a Cristo sin los lentes de la ortodoxia promulgada en el Credo de Calcedonia en 451 d. de J.e. Este problemaestriba en que el credo cristolgico obedeca a problemas filosficos particulares de esa poca. Casi todos los pronunciamientos eran negaciones de herej a s en t omo a Cristo que se ventilaban en aquel entonces. El leer hoy losEvangelios sin estos acondicionamientos mentales nos es sumamente dificil sino imposible. Seaesto como fuere, urge que luchemos por ubicamos en el cntexto de los mismos Evangelios para descubrir al Jess del Nuevo Testamento.

    Un movimiento teolgico que afect grandemente nuestramanera de conocer al Jess de la historia fue el libera li smo protestante. En sus supuestos

    INTRODUCCIN

    filosficos, ostensiblemente cientficos, los telogos del liberalismo desdeaban al "Cristo Teolgico" del apstol Pablo para buscar al "Jess de la historia" de los Evangelios. En sus supuestos en contra del sobrenaturalismo reflejado en la Biblia buscaron a un Jess ms humano, ms "histrico", menosesotrico, menos csmico pero ms terrenal. Rechazaron al Cristo predicadoporPablo para encontrar a un Jess histrico, a un rabjudode enseanzas ticas y humanistas. Para ver con ms lujo de detalle el movimiento liberal en elProtestantismo del siglo XIX, ver el Apndice.

    El cuadro bblico-evanglico, producido por la iglesia primitiva y registrado en el Nuevo Testamento, contiene tanto elementos histricos como elementos teolgicos. Todos los retratos de Jess que hallamos en los Evangelios sinpticos son producto de la fe posresurreccional de la comunidad de creyentes.Esta fe afect la manera en que se escribieron los Evangelios. Se combinaronhechos reales en tomo a lavida y ministerio de Jess con una fe vibrante en elsignificado de ambos. La resurreccin de Jess fue lo que impuls la predicacin apostlica y a la larga la produccin de los mismos Evangelios. Por esto,mediante las fuentes neotestamentarias, no podemos llegar a un Jess puramente histrico. Lo histrico es interpretado por la fe de los creyentes primitivos. Esta fe no anula el valor histrico de los eventos harrados, pero s matizala forma en que stos son dados por los evangelistas.

    Debe ser obvio entonces que el cuadro liberal del "Jess de la historia" esun cuadro inaceptable. Hay otros cuadros que son igualmente inaceptables (verelApndice), pero una cosa debe asentarse de unavez y portodas. No sepuedepresc indi r de la rea lidad histr ica de Jess y su impacto sobre la primeracomunidad de fe. Al fin y al cabo, era esta comunidad la que nos dio el cuadroinspirado de Jess. Por el momento, no obstante, sigue vigente la interrogacin: "cmo se relaciona el Jess de la historia con el Jess de la fe de laiglesia?". Aunque tendremos que mantener esta pregunta y su tensin en suspenso por algn tiempo ms, se puede afirmar, a estas alturas, que las parbolas de Jess son cruciales tanto en la comprensin del Jess de la historia comoenel Jess de la fe. Tendremos que mantener juntamente con Peter (p. 12) quesi lavida de Jess es coincidente conlas vidas de otros hombres, debe ser posible examinar esa vida del mismo modo que otras vidas del pasado.

    Gunther Bomkamm, uno de los principales exponentes contemporneos delaposibilidad de conocer algo del Jess de la historia afirma en su Jess de Na-zaret:

    Sonmuchos los que piensan que el camino de la investigacin histrico-crtica en este terreno conduce a un callejn sin salida y debe ser definitivamenteabandonado. Yo no comparto esta opinin y me resulta imposible comprender porqu este camino llevara necesariamente a la incredulidad, porqu lafe debera abandonarlo e incluso no podra hacer ms que abandonarlo (p. 9).

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    LA S PARABOLAS DE JESS

    Las parbolas de Jess nos ayudan a esclarecer la problemtica historiogrfica, pues, como ya se estableci, ellas nos aproximan lo ms posible alJess de la historia, pero a la vez nos conducen perceptiblemente al Jess de lafe.C. Por ser las parbolas la fuente por excelencia para conocer las doctrinasescatolgicas.Tradicionalmente se entienden por las doctrinas escatolgicas "el estudiode las ltimas cosas". stas incluyen los conceptos bblicos en tomo a lamuerte, el estado intermedio (o carencia de l) , la resurreccin, el reino deDios, la segunda venida de Cristo y el estado eterno del creyente y del incrdulo. Las parbolas, no obstante, se centran casi exclusivamente en el concepto del reino de Dios. Es sabido generalmente que 10 grueso de la predicacin yla enseanza de Jess se centraba en el anuncio de la llegada del reino de Dios.Aunque Jess abordaba ocasionalmente las otras doctrinas escatolgicas, hayque admitir que de forma predilecta abordaba la doctrina y la realidad del reinode Dios.Movimientos teolgicos han afectado nuestra manera de entender el reinode Dios, sepmoslo o no. (Ver el Apndice respecto a varios conceptos teolgicos del reino de Dios). Para el l iberalismo protestante, el reino de Dios enlabios de Jess, lejos de ser una doctrina escatolgica con fuertes implicaciones para el futuro, se centraba en una sociedad humana realizable sobre estemundo. Ya que los liberales haban interpretado a Jess en trminos puramentehumanos, viendo a Jess como un gran maestro de tica, no podan conceptuarel reino de Dios sino en trminos humanistas. El reino de Dios se caracterizaba como una utopa realizable por los hombres dentro de la historia. La venida del reino de Dios implicaba el grado mximo de vivienda para todos, trabajo adecuado para todos, educacin al ms alto nivel posible, atencin mdica esmerada, justicia en distribucin de tierras, etc.

    Fuertes matices sociahstas se aprecian en algunos de los exponentes principales del l iberalismo tanto en Europa como en Estados Unidos de Amrica.Uno de ellos era Walter Rauschenbusch quien escribi A Theology for theSocial Gospel (Una teologa para el evangelio social). Un anlisis de esta obrarevela que goza de fundamento bblico de acuerdo a la hermenutica del liberalismo. No es por casualidad que la mayor parte de sus exposiciones bblicasgiran en tomo a los profetas clsicos de los siglos VIII y VI antes de Jesucristo.Recordemos que el profetismo clsico siempre anticipaba un reino de Diosrealizado sobre esta tierra con un Mesas hecho a la imagen y semejanza delrey David. Siempre su Mesas era una figura netamente histrica. Adems delos profetas clsicos, los liberales tambin centraban sus estudios bblicos enlas enseanzas de Jess. Las parbolas de Jess jugaban un papel primordialen sus escritos. Dentro de este marco, interpretaban las parbolas de Jess slocomo cuentos moralistas-ticos.

    INTRODUCCIN

    Ms tarde (ver el Apndice) se abordar la postura clsica de AlbertSchweitzer, pero vale la pena reconocer ahora su papel en el viraje radical dela teologa con respecto al concepto que Jess enseaba referente al reino deDios. Schweitzer en su obra Von Reimarus zu Wrede (Desde Reimarus hastaWrede, traduccin inglesa The Questfor the Historical Jesus [La bsqueda delJess histrico]) demuestra claramente cmo la postura liberal del siglo XIXya no poda sostenerse respecto al Jess de la historia. El ataque de Schweitzercontra esta lnea de pensamiento est basado principalmente en su defectuosaescatologa. El pensamiento liberal ignoraba totalmente los elementos apocalpticos de Jess, prefiriendo verlo como maestro de la moral de acuerdo conel estilo proftico clsico. Sabemos que eran los profetas clsicos los que fo-mentaban un concepto del progreso en la historia lo cual desembocara en elreino de Dios dentro de este mundo. El pensamiento apocalptico, en cambio,perda esperanza de tal posibilidad humana del progreso y slo vea el reino deDios viniendo con un irrumpimiento de Dios en la historia. Kee, Young yFroehlich (p. 35) analizan estas dos posturas hebreas respecto a la esperanza.Haba dos conceptos principales dentro del Antiguo Pacto: Primero, entiempos preexlicos, se crea en la venida de un g o b ~ r n a n t e ideal quien establecera un reinado de justicia y de paz. Con el tiempo este gobernante se identific como un descendiente de David; se le devolvera a Israel toda su esplendidez por medio de este gobernante histrico. Segundo, exista la expectacinde que Dios mismo establecera su gobierno celestial. Esto tena que ocurrir,porque el mundo estaba totalmente entregado a Satans y a las fuerzas diablicas. Se perda esperanza de que cualquier fuerza humana pudiera derrocar a lospoderes malignos que reinaban en elmundo. Esta desesperanza de la validez delesfuerzo humano es parte y parcela del movimiento apocalptico. Crapps,McKnight y Smith iluminan un poco ms el carcter de lo apocalptico:

    El movimiento apocalptico est controlado por un dualismo histrico ytico. Su pensamiento puede definirse como "la creencia dualista, csmica yescatolgica en dos poderes csmicos, Dios y Satans (o su equivalente); yen dos eras distintas: la era actual, temporal e irremisiblemente maligno bajoSatans quien al presente oprime a los justos pero cuyo poder Dios prontoderrocara. Tambin est el futuro que es perfecto y eterno, bajo el control deDios en el cual los justos sernbenditos para siempre". (Crapps, McKnight ySmith, p. 439; ellos citan a suvez a Martin Rist en The Revelation ofSto Johnthe Divine: Introduction and Exegesis, The Interpreter 's Bible [La revelacin del divino San Juan: Introduccin y exgesis], Volumen XII).Lo que hizo Schweitzer fue derrocar a todo el movimiento liberal al demostrar que Jess se identific plenamente con el movimiento apocalpticojudo de su da Lejos de ser un maestro de perogrulladas tico-morales en sus

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    LA S PARABOLAS DE JESS

    parbolas, era todo un apocalptico que anunciaba la venida radical de estanueva era por la misma intervencin de Dios. Como bien se ha dicho en msde una ocasin, los hombres no suelen ser crucificados por pronunc ia renseanzas ticas inofensivas e inocuas. En la mayor parte de sus parbolasJess chocaba con el sistema religioso prevaleciente que esperaba que el reinode Dios se realizara mediante el fiel cumplimiento de la Ley . E l Jess apocalptico del Nuevo Testamento hasta hoy reta a cualquier sistema que pregonala realizacin del reino de Dios sobre la tierra mediante los esfuerzos humanos,sean estos tico-morales o socioeconmicos y polticos. La escatologa, la realizacin final o la consumacin del reino de Dios, an est en las manos deDios.D. Las parbolas son la fuente principal para el establecimiento de una ticacristiana.Despus de todo lo que se ha dicho hasta ahora respecto a las interpretaciones cuestionables del Jess de la historia, pareciera imposible hablar de Jesscomo maestro de tica. Bueno, lo que s se puede decir sin temor a equivocarsees que jams ha existido un Jess simplemente moralista con enseanzas ticas intemporales. Ms bien, lo que hay que afirmar a cadapaso es que la ticade Jess no puede separarse de su prctica y enseanzas religiosas; es decir, nopuede divorciarse la teologa de Jess de su tica o viceversa. Slo violentando la tica de Jess puede verse sta independientemente de su fundamento religioso. La tica de Jess es claramente teocntrica (ver a T. B. Maston, p. 145).Al ser as, slo sigue las pautas establecidas por sus predecesores en elAntiguoTestamento. No podemos leer los orculos de los grandes profetas clsicos delsiglo VIII y VI a. de le. sin reconocer que estos grandes voceros de Diosdirigan una palabra de Dios para su situacin histrica inmediata.Mayormente expresaban con vehemencia la desaprobacin de Dios por causade la muy manifiesta injusticia social. Esta injusticia social (el robo, la estafa,el maltrato dado a los indefensos, la soberbia de los polticos que desembocaba en la ruina de sus sbditos, el cohecho), nunca era simple y llanamente unproblema de ndole social. Ms bien, estos crmenes eran a su vez pecados yaque eran violaciones de la ley de Dios. Semejante ley, expresada desde el tiempo de Moiss y actualizada en cada poca, gobernaba la relacin entre el hombre hebreo y su Dios. La activa promocin de la injusticia social no era solamente un problema social; era clsicamente un problema religioso. Esta amalgama de lo social con lo religioso se nota en la legislacin hebrea desde las etapas ms primitivas de la nacin, pero era durante el profetismo clsico quelleg a su expresin mxima. Una y otra vez los profetas clsicos condenabanlas prcticas injustas de los hebreos y las clasificaban como ofensas directascontra la persona de Dios. Con estas prcticas ofensivas destruan su relacincon Yahveh. Este mismo nfasis sobre la relacin entre la tica y la religin lo

    INTRODUCCIN

    contemplamos en la enseanza y la persona de Jess. Ser por lo mismo queun renombrado erudito judo ha loado la tica de Jess de la siguiente manera:Jess es, para la nacin hebrea, un gran maest ro de la moral idad y un art is taen su uso de la parbola ... En su cdigo tico hay una sublimidad, una distincin y originalidad de forma inigualadas en ningn otro cdigo ticohebreo ... Si viniera alguna vez el da en que este cdigo tico fuera desnudado de su ropaje de milagro y misticismo, el Libro de la tica de Jess serauno de los tesoros ms selectos de la literatura de Israel para siempre (JosephKlausner, Jesus ofNazareth, p. 414, citado por Manson, p. 285).Manson mismo, no obstante, recalca el hecho de que el divorcio pretendi

    do por Klausner entre la tica de Jess y su carcter rel igioso es del todoimposible. Divorciar la enseanza tica de Jess de su vida religiosa es comodeambular por un jardn arrancando flores ticas para tejer una guirnalda paraadornar nuestra propia filosofa de la vida. La naturaleza de las flores cortadases marchitarse; las enseanzas de Jess, separadas de la religin de la queproceden, se convierten en slo consejos admirables pero sin relacin a la vidareal (Manson, p. 286). Que se diga de una vez por todas, la enseanza tica deJess no se puede divorciar de sus conceptos teolgicos. La vida tica relacionada con el reino de Dios es insostenible sin las prcticas y conceptos religiosos. Como veremos ms tarde, la mayora de las parbolas de Jess se centraban en el concepto del reino de Dios. El reino y la tica son asuntos que vande la mano. Ser miembro del reino es sostener cierta clase de vida; ser un cristiano regido por la tica de Jess depende del sometimiento al gobierno deDios. Esto hace que un estudio de la tica cristiana sin una consideracin detallada del contenido y signifcado de las parbolas sea una tarea muy difcil sino imposible.5. Clasificacin de las parbolasYa hemos hecho alusin al hecho de que tanto el vocablo como la realidadde la parbola tienen antecedentes en el Antiguo Testamento. Se sabe que elAntiguo Testamento se escribi originalmente en el idioma hebreo. La versingriega (LXX o Septuaginta) se hizo dominante cuando ya el hebreo lleg a serun idioma muerto para los judos. El vocablo mashal es regularmente traducido en la Septuaginta por parabol o "parbola". Es de conocimiento comnque mashal puede significar varias cosas en el Antiguo Testamento, y curiosamente slo llega a significar lo que entendemos por historia parablica pocasveces. Mashal puede significar: proverbio, enigma, mxima tica, frasesbreves de sabidura popular hebrea. A veces estos mashal se nos dan en formapotica, y hay veces inclusive cuando invitan a una especie de comparacin.No obstante esto ltimo, la vasta mayora de los mashal en el Antiguo Pacto

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    no llegan a ser la parbola en forma de his toria ilustrativa. Con todo, hayexpresiones cortas (no historias) en los Evangelios que corresponden exactamente a lo que se halla en el Antiguo Testamento, y se llaman expresamenteparbolas (ver Luc. 4:23, p. ej.). Todo esto nos lleva a la conclus in de quetanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, "parbola" puede significaruna variedad de clases de dichos.

    T. W. Manson (pp. 63-73) distingue entre dos clases generales de parbolasen el Antiguo Testamento, y seala nueve ejemplos tomados de esta parte de laBiblia. Las parbolas de Jess tambin pueden dividirse en dos clases generalesque obedecen a los mismos principios de clasificacin. Una clase presenta untipo de conducta humana; la otra un principio referente al gobierno de Diossobre el mundo. La primera apela a la conciencia tica humana, la otra a la fedel oyente.

    Independientemente de las dos agrupaciones de parbolas, se puede notarfcilmente que las parbolas de Jess se desglosan an ms particularmente.Hay, por ejemplo, parbolas que no son ms que dichos (ver Mat. 5:13: "soisla sal de la t ierra"; Mat. 6:24: "nadie puede servir a dos seores"; Mat. 7:6:"No deis lo santo a los perros". Esta clase de dichos parece prevalecer en elevangelio de Mateo y ms precisamente en el Sermn del monte, aunque sepueden encontrar en otras partes tambin (ver Mar. 2: 17a; 2:21,22; Luc. 4:23).Es obvio que esta clase de "parbola" no es lo que normalmente entendemospor parbola o historia ilustrativa. Tal vez podamos considerarla como parbola en germen.

    Despus, hay parbolas con un poco ms de extensin. Inclusive, puedenconsiderarse como similitudes. Estas parbolas a menudo describen una situacin tpica con una apelacin a la experiencia comn de la gente. Casi siempre comienzan con una especie de comparacin (ver Mat. 13:44, 45; Luc.14:28-32; Luc. 15:3-10). Estas "parbolas simples" (Jones, p. 33) en realidadson ms que un cuadro; son cuadros que llegan a ser una historia. C. H. Doddaade:

    Ahora bien estas sencillas metforas pueden convertirse, mediante la adicinde detalles, en una especie de cuadro. Por ejemplo: "No se enciende una lmpara y se la pone bajo un celemn, sino sobre un candelero para que iluminea todos los que estn en la casa"... Este tipo de parbola es lo que los a lemanes llaman Gleichnis, es decir, semejanza, smil (p. 26).Una tercera clase o tipo de parbola puede describ ir se como parbola

    narrativa. En esta parbola hay ms que un simple cuadro pintado. Ms bien,se describe toda una progresin de eventos para lograr una enseanza principal. Aunque hay excepciones, es notable que Lucas es el Evangelio que mscontiene esta clase de parbola. Esta es la clase de parbola con la que se est

    INTRODUCCIN

    ms familiarizado, y es la que se entiende como tal. Aunque posteriormente seva a trabajar detalladamente con esta clase, cabe sealar algunos ejemplos (verMar. 12:1-9; Luc. 10:30-37; 12:16-21; 16:1-8).

    Dodd (p. 27) es de la opinin que no es viable distinguir radicalmente entrelas tres clases de parbolas, pero ha hecho notar que hay un fenmeno gramatical observable. En la primera clase (dichos parablicos) suele haber unsolo verbo y ste en tiempo presente; en la segunda clase (parbolas sencillas)hay ms de un verbo en tiempo presente; en la tercera clase (las parbolas narrativas) hay pluralidad de verbos y stos en el pretrito histrico. Otro erudito britnico se une a Dodd en este anlisis y clasificacin gramatical de las parbolas. Es A. M. Hunter en su obra Interpreting the Parables (Interpretandolas parbolas), p. 9.

    Ray Summers (apuntes inditos de clase) sola clasificar las parbolas deJess que se hallan en los Evangelios en tres grupos tambin, pero estos diferan de las clasificaciones vistas hasta ahora. La mayora de las parbolas lasvea como "historias parablicas" (Mat. 7:24-29; 12:43-45; Luc. 7:41-44; etc.)despus, haba "parbolas en semilla o dichos" (Mar. 2: 19, 20, 21, 22; Luc.6:39, etc.). Hasta ahora, la clasificacin de Summers no parece diferir muchode la de Jones y Dodd. La tercera clasi ficac in, no obs tante, la vea como"actos parablicos" (Mat. 21:18-22; Mar. 11:12-14,19-25; Jn. 2:1-11; 5:1-18;6:1-71; 9: 1-41). Esta ltima clasificacin, segn Summers, inclua ms accinque palabras. El acto parablico consista precisamente o bien en una accinde Jess o de otro que ilustraba una verdadera comparacin. Hunter (p. 12) enInterpreting the Parables (Interpretando las parbolas) encuentra 60 parbolasdentro de los sinpticos; cuatro de las mismas ensean por ejemplo directoms bien que por analoga. Entre estas estn: el fariseo y el publicano, el ricoinsensato y el buen samaritano, el rico y Lzaro. Pareciera que Willi Marxsen(Introduccin al Nuevo Testamento, p. 133) contempla esta misma clasificacin pero con el nombre de "historias ejemplares".

    Cabe reconocer una de las maneras ms precisas para destacar la parbolay distinguirla de otros tipos de historias comparativas. Especficamente necesitamos notar que la parbola no es en su esencia lo mismo que una alegora.Por naturaleza, la alegora requiere que cada detalle de la historia tenga un significado independiente. Aunque posteriormente veremos las contribuciones deAdolfo Jlicher, cabe asentar de una buena vez que ste nos hizo el favor deaclarar la naturaleza no alegrica de las parbolas de Jess. Hizo esto al distinguir radicalmente entre una metfora y un smil. Aunque hay ejemplos deinterpretacin alegrica de parbolqs dentro del mismo Nuevo Testamento, sedebe recalcarque bsicamente laparbola se basa ms en smiles y no en metforas. Segn Beck: "Una alegora es como una parbola pero tiene muchas lecciones, a menudo fantsticas, las cuales se basan en metforas, mientras unaparbola es una simple comparacin realista basada en un smil" (pp. 185,186).

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    Muy a diferencia de la alegora, la parbola tiene una sola enseanza quedejar. Aunque la parbola puede tener muchos detalles, estos no tienen significados independientes, sino slo sirven para aclarar la enseanza principal. Laalegora tiene muchos puntos de comparacin; la parbola tiene uno solo.Sobre todo, la parbola refleja la vida real y ocupa trminos y ejemplos muyrealistas. Especficamente en el caso de las parbolas de Jess, todas ellaspuecen haber tenido bases histricas en la vida real, aunque su propsito encontarlas nunca era sencillamente dar datos biogrficos o histricos. Sus parbolas respiraban una atmsfera muy realista, mientras la alegora muy a menudo no goza de esta caracterstica realista. Ms bien, tiende a ser fantstica e increble.Hunter (Interpreting the Parahles, p. 12) ofrece tres rasgos de la enseanza parablica de Jess que ayudan en la comprensin de los tipos literarios:

    El primero de estos rasgos es el siguiente: es obvio que las parbolas sonejemplos de la prctica popular durante el da de Jess de contar historias.Jess, como otros buenos relatores de cuentos, segua ciertas reglas para darrealce a las lecciones. stas incluan: (1) la repeticin para llegar a una especiede clmax dentro de la leccin; (2) directa o indirectamente se usaba el contraste para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal;(3) sola emplear una combinacin del nmero tres en las his torias paradestacar a los personajes principales (ver, por ejemplo, la parbola del buensamaritano); (4) las parbolas de Jess a menudo empleaban elementos enserie con el fin de dar nfasis al ltimo elemento en la serie.El segundo rasgo de la enseanza parablica de Jess que menciona Hunteres que sus parbolas no las sacaban de un laboratorio estril o de una celdaaislada, sino que las basaba en sus encuentros vivientes con la existenciahumana.

    El tercer rasgo es que Jess esperaba evocar una respuesta o decisin departe de los oyentes. Precisamente durante la semana de pasin se nota queestas respuestas en gente no arrepentida produjeron la crucifixin.Algo ms, se observa que las parbolas de Jess pueden agruparse segnciertos temas generales. Jones (pp. 42-44) sugiere que hay ciertos "racimos"de parbolas; es decir, hay algunas que naturalmente se agrupan, aunque nohay que procurar obligar a que todas quepan dentro de estas clasificaciones.Un "racimo" se agrupa en tomo al tema de la crisis del reino venidero. Tantola predicacin como la realidad del irrumpimiento del reino producan que lascampanas de advertencia repicaran. Estas parbolas siempre llevaban dentrode s la urgencia del arrepentimiento personal y nacional. Haba una catstroreinminente que haba que evitar. Algunas de estas parbolas se hallan en Mateo11:16; 12:38-42,45; 16:2,3; 23:36; Marcos 8:11-13, 38; 9:19; 13:30; Lucas12:49, 54-56; 17:25. Dado que el reino durante el da de Jess era actual tantocomo futuro, es muy posible que algunas de las parbolas de Jess abordaran

    INTRODUCCIN

    la crisis de la consumacin escatolgica (ver Mat. 24:40, 41; 25:1-13, 31-46;Mar. 13:28, 34).Otro "racimo" de parbolas dirigidas a pecadores tiene que ver con la gra-cia de Dios y el arrepentimiento. Jones seala correctamente que la palabra"gracia" raras veces figura en los labios de Jess, pero su propio comportamiento para con los pecadores demuestra la realidad de la gracia. Lo que sse destaca es que siempre Jess (bien en precepto o en accin) asociaba lademanda de Dios con la gracia de Dios. Se nota que la gracia de las bienaventuranzas se establece a base de las demandas (ver especialmente Mat. 5:3). Esinteresante observar que gran cantidad de las parbolas de Jess parece indicarque el reino de Dios "se limita a pecadores" (ver Mar. 2: 16; Luc. 7:40; 15:2;18:9).

    El tercer "racimo" de parbolas tiene que ver con las condiciones delreino. Para poder entrar al reino, el sbdito en perspectiva tena que reunirciertas condiciones. Es fcilmente comprobable que Jess a menudo invitabaa la gente a que entrara al reino (Mat. 5:20; 7:21; 18:3; 23:13; Mar. 9:47;10: 15, 23-25). Estas condiciones son: el contar el costo del discipulado (Luc.14:28-33), el valor (Luc. 16:1-9), un amor que caracterice toda la vida (Mar.12:28-34; Luc. 10:25-37).Ray Summers, en algunos materiales inditos en tomo a las parbolas,suele encontrarcuatro divisiones grandes dentro de las cuales la mayora de lasparbolas se distribuyen. Estas cuatro divisiones son: las parbolas del fracasode Israel, las parbolas del reino, las parbolas de la providencia y las parbolas relacionadas a prcticas religiosas y ticas.6. Ubicacin de las parbolasLa vasta mayor a de las parbolas de Jess se hallan en los Evangeliossinpticos. Esto es particularmente cierto en lo que se refiere a la parbolaextendida o narrativa. Algunos piensan que esto es natural, ya que los sinpticos cronolgicamente son anteriores a Juan.Lo primitivo de la tradicin parecera indicar que los dichos de Jess se hallaran en los escritos ms antiguos; habra menos dichos del "Jess histrico"en los escritos ms tardos por ser ms "teolgicos". Todo esto puede parecerlgico, pero la verdad es que los escritos paulinos fueron escritos antes inclusive que a los sinpticos, y el corpus paulina no se destaca por su contenidoparablico de Jess. Adems, difcilmente se 'hallen escritos ms "teolgicos"respecto a Jess y su significado que los de Pablo. Una explicacin por la presenciao la relativa ausencia de parbolas en los documentos neotestamentariostendr que basarse en otra cosa que en la mera cronologa. No obstante esto,se nota que los escritos neotestamentarios ms primitivos (Pablo) y los mstardos (Juan) no cuentan con parbolas narrativas tales como las que se hallanen los sinpticos. Que haya alusin a algunos "dichos" de Jess en Pablo, es

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    LAS PARABOLAS DE JESS

    muy probable. Que Lucas registre algunas palabras de Jess en labios de Pablo(Hech. 20:35) es cierto. Lo que no se halla es la parbola narrativa.Se ha dicho que la cronologa de por s sola no explica la ubicacin de lasparbolas narrativas en ciertos escritos y su ausencia en otros.Si por cronologa se entiende simplemente lo temprano y lo tardo, esto es cierto. Si por cronologa se entiende el devenir del tiempo que produce otras circunstancias enel movimiento primitivo de la iglesia, puede que algo ms se diga.Durante las primeras dcadas despus de la muerte de Jess an haba muchos testigos oculares de lo que Jess haba hecho y haba dicho. Por cierto,estos testigos oculares creyentes no podan menos que trasmitir a otros estosdatos. No eran datos fros sino datos interpretados a la luz de su fe posresurrecional. Haba muchos pregoneros del kerigma de Jess; entre ellos, comoprincipales, estaban los apstoles. Pablo, despus de su conversin,se hizo misionero primero entre los judos pero despus entre los gentiles. Su obra misionera no consista en otra cosa sinoen la interpretacin teolgica del significado de Jess. Esta predicacin result en iglesias, y las iglesias resultaron enproblemas. Por eso, la mayor parte de las cartas de Pablo representandidaj(enseanza) para las iglesias yno kerigma (anuncio de las buenas nuevas paralos inconversos). El propsito de Pablo al escribir era su necesidad de corregirlos abusos y problemas doctrinales en las iglesias. Este propsito hizo que lanaturaleza de sus escritos fuera distinta a la de los escritores de los sinpticos.Recordemos que algunos de los escritos de Pablo se hicieron durante la dcada de los cincuenta.Con el pasar de los aos, iban desapareciendo los testigos oculares delministerio de Jess y se hizo necesaria la fijacin de la tradicin oral. Los tresEvangelios sinpticos representan tres colecciones de tradiciones en treslugares distintos y en tres pocas distintas.

    Marcos fue el primero en escribirse probablemente desde Roma a mediados de la dcada de los sesenta. La tradicin en tomo a la contribucin dePedro en la hechura de Marcos es fuerte. Se debe entender,no obstante, que eluso de las parbolas en Marcos obedeceno tan slo a su fuente original (Lasmemorias de Pedro?) sino a las necesidades de la iglesia en Roma. La determinacin del contenido del Evangelio de Marcos no es producto de un solohombre o dos. Las necesidades mltiples de la comunidad cristiana en Romaayudaron a forjar el contenido; esto incluye la seleccin y el uso de las parbolas de Jess. Lo mismo puede decirse de los otros Evangelios sinpticos.Mateo presumiblemente contiene la tradicin recopilada, seleccionada einterpretada por la comunidad creyente en Antioqua.El lugar de hechura delEvangelio de Lucas no se ha determinado con certeza. Algunos opinan que fueescrito en Roma; otros ubican la escritura de este Evangelio en alguna parte deGrecia. Lo cierto es que el Tercer Evange lio re fle ja el sentir de un autorposiblemente gentil o por lomenos unjudo helnico. Este sentirhace hincapien la universalidad del evangelio de Cristo.

    INTRODUCCIN

    Lo interesante es que, contrario a nuestro concepto moderno de"biografia", los evangelistas utilizaban por base mayormente los dichos deJess, y luego los eventos se registraban para ponerel contexto para los dichosy parbolas. Las dos cosas, la enseanza de Jess y sus acciones, eran imprescindibles para que los evangelistas pudieran redactar sus propios nfasis sobreel significado del Salvador. Desde luego, la contribucin de la iglesia localdonde se hicieron los Evangelios es patente.La historia como un puro relato de eventos cronolgicos tampoco leinteresaba al evangelista Juan. Como bien lo expresa Grant (p. 158):

    Pero l no se interesa por la historia como tal, slo en la manifestacin divina laquepara l caracterizaba la vidade Jess como untodo y la cual era evidenciada por las siete grandes "seales" o pruebas de la naturaleza divina deJess. Estas forman lo grueso de su material "histrico" (excepto la narracinde la pasin). La historia como tal tenapoco significado para Juan... El pasado no es un "prlogo" -como en la ci ta moderna- sino slo una "parbola", una historia ilustrativa.An ms que los sinpticos, Juan no se interesa en escribir una biografiade Jess. Su propsito ms bien es proclamar a un Cristo csmico, a un Cristoque es el Logos divino. Era precisamente este Logos que haba venido encarnndose. El Cuarto Evangelio, el ms "teolgico" de todos, es el que se aferraen refutar una clase de gnosticismo, el docetismo. Esta era una hereja judocristiana que negaba la humanidad de Jess. Parecer paradjico que el evangelista que ms recalcaba al Jess divino sea el que ms defienda la encarnacin histrica del Logos. Sea eso como fuere, la motivacin de Juan y suaparente carencia de conocimiento de los Evangelios sinpticos haran que lasparbolas tipo narrativo no figuraran en su libro.Se ha dicho que el Evangelio de Juan no registra parbolas narrativas. Es

    muy importante, sin embargo, subrayar la palabra narrativa, porque, pese a unalarga tradicin dentro de la erudicin neotestamentaria, sse pueden encontrardichos de Jess que renen la definicin demashal (parbola). Hay que recordar que el trmino mashal en el Antiguo Testamento y parabole en el NuevoTestamento cubren una serie de significados. La parbola narrativa es slo unode ellos. Tradicionalmente, los eruditos, a partir de Renan en el siglo XIX,noadmitan que hubiera parbolas en el Cuarto Evangelio. Slo reconocan lapresencia de dos alegoras, la del buen pastor y la vid verdadera. Mientras lossinpticos contienen unas sesenta parbolas de Jess, pareciera que Juan carecera de parbolas segn una preponderancia de eruditos.

    A. M. Hunter (pp. 78-87) en su According to John: the New Look at theFourth Gospel (Segn Juan: un nuevo vistazo al Cuarto Evangelio) enrgicamente afirma la presencia de parbolas en Juan. Pretende encontrar positiva-

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    mente nQ' menos de diez parbolas en dicho Evangelio; sugiere otras tresp o s i b i l i d ~ d e s adems de las diez. Las positivas son: el viento nocturno (3:8),el novio y el amigo de este (3:29), la cosecha (4:35-38), el hijo aprendiz(5: 19,20a), el esclavo y el hijo (8:35), el pastor (10: 1-5), el caminante nocturno(11:9, 10), el grano de trigo (12:24), el viajero cuando la puesta del sol (12:35,36), la mujer que da a luz (16:21). Las tres "posibles" son: la casa del padre(14:2,3), la vid verdadera (15:1,2), el lavamiento de los pies (13:1-15).Desgraciadamente, Hunter no explica ningn criterio porel cual algunas sonpositivamente ejemplos de parbolas en Juan y las ltimas tres slo son "posibles". Lo que s admite es que ninguna rene las caractersticas dela parbolanarrativa que tanto se encuentra en los sinpticos (Hunter, According to Jo/m:the New Look at the Fourth Cospel [Segn Juan: un nuevo vistazo al CuartoEvangelio], p. 88).Hasta ahora se ha abordado la presencia de parbolas narrativas en lossinpticos y la carencia de ellas en Juan. Se ha mencionado uno que otrografa, o sea, dichos de Jess que se hallan fuera del texto aceptado de losevangelios cannicos, pero stos no constituyen parbolas ni mucho menosparbolas narrativas. Habr otros lugares en donde se pueden encontrarparbolas narrativas de Jess? La respuesta a esta pregunta es positiva. S, loshay. La cuestin ms intrigante no es en cuanto a la existencia de tales fuentessino en la validez, autenticidad y autoridadde tales fuentes.

    Se sabe que en 1946 se descubri en Egipto lo que algunos tildaron "elQuinto Evangelio". Se trata de un Evangelio supuestamente escrito por elapstol Toms. Este escrito, junto con otros cincuenta, formaba parte de unabiblioteca hecha por una comunidad gnstica que se remontabaal cuarto siglocristiano. Esta coleccin de escritos fue encontrada cerca de la comunidadegipcia conocida como Nag Hammadi. Estos documentos fueron escritos en elidioma capto, y su estado de conservacin eraexcelente.Se ha formado ya unabibliografa de obras interpretativas de este evangelio y de los dems escritos.Entre estas obras estn las de Ray Summers,The Secret Sayings of the LivingJesus (Los dichos secretos del Jess viviente) yLaspalabras desconocidas deJess, por Joachim Jeremias.

    Est tambin la obra de Luigi Moraldi,Dichos secretos de Jess, pero estaobra no aborda las parbolas de Jess sino slo los dichos del Seor y stos encontrados en los Evangelios cannicos. El libro de Moraldi es, ms bien, unejercicio en la disciplina de la historia de las formas en la que busca lasituacin vital dentro del ministerio de Jess de los dichos cannicos de Jess.Summers (p. 14) asevera que el Evangelio de Toms no es ni Evangelio enel sentido comn de la palabra, ni es del apstol Toms. Aclara que este Evangelio gnstico hay que distinguirlo del bien conocido Evangelio de Toms apcrifo que detalla la infancia de Jess. De hecho identifica este Evangelio deTo-ms con escritos ya conocidos y ledos en griego desde los albores del siglo

    INTRODUCCIN

    pasado. Lo que antes se conoca por "Dichos de Jess" en griego, ahora seconoce por el Evangelio de Toms en capto. Es una coleccin de 114 dichossupuestamente de Jess. Ms o menos la mitad tienen paralelos en los evangelios sinpticos, pero en forma diferente. Entre estos dichos hay varias parbolas. Summers las divide en dos grupos: dichos parablicos e historias parablicas (p. 34). Estas ltimas nos interesan, porque es principalmente con estaclase de parbola con la que se trabaja durante la mayor parte de este estudio.Resulta que en el Evangelio de Toms hay trece historias parablicas con paralelos en los Sinpticos cannicos. Las parbolas en Toms corresponden a lasque se hallan en Mateo 13, aunque con orden diferente. Mateo ordena sus parbolas en este captulo para sacar a relucirel reino de Dios. Las parbolas correspondientes a Toms no tienen orden y pareciera que no hay ninguna raznpara su contexto.

    Cul es el valor de estas parbolas para un conocimiento de la enseanzay persona de Jess? Parece que las parbolas gnsticas de Toms constituyenuna forma que no refleja la antigedad de las de los Sinpticos. Pese a esto,hay una que otra palabra dentro de las parbolas en Toms que parecen reflejar unos detalles menores ms "coloridos" o especficos.Lo que hace definitivamente que el Evangelio de Toms revista menos valor respecto a las parbolas es que tiene un prejuicio gnstico que aseguran fechas muy posteriores alas de Jess mismo (Summers, pp. 41-51).Adems de las parbolas que tienen paralelos en los Sinpticos, elEvangelio de Toms tambin tiene algunas parbolas nuevas, tanto dichosproverbiales como historias narrativas. Summers dedica todo un captulo aestos "Dichos recin descubiertos de Jess" (pp. 53-75). Se esfuerza poranalizar subjetivamente el contenido de estas parbolas para determinar su"autenticidad", es decir, podran ser stas palabras legtimas de Jess?Summers llega a la conclusin de que pocas pueden clasificarse como tales,pero reconoce la absoluta subjetividad con la cual uno tiene que trabajar enhacer tales juicios. Para nuestros propsitos, confirma an ms la legitimidadde limitarnos a las parbolas cannicas en este estudio.

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    LA VENIDA DEL REINO1. Parbola del sembrador

    (Mar. 4:1-19; Mat. 13:1-19; Luc. 8:4-8)A. El contexto sinpticoEsta parbola tan familiar de Jess es una de las pocas que se hallan en lostres Evangelios sinpticos. Es claro que la forma vista enMarcos es lams an-tigua. El relato marcano se distingue por sus aramesmos; estos, a su vez, ar-guyen poderosamente a favor de su primitividad. El texto en Mateo sigue muyde cercaal deMarcos, lo cual indica un deseo porusar fielmente la fuente msprimitiva con respeto y precisin (Jones, p. 68). Parece que Marcos reprodujocon fidelidad laparbola tal y como Jess la dio. Parece que hay un solo agre-gado redaccional por Marcos en el versculo 5: "donde apenas haba tierra"(Vincent Taylor, El Evangelio segn San Marcos, p. 284). Aunque Marcos nosda la parbola en su pristinidad, Mateo es el que bautiza la parbola con elnombre "el sembrador". Adems, debe notarse que la figura del sembrador no

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    LA S PARABOLAS DE JESS

    era desconocida parael pueblo de Israel. El libro apcrifo de 2 Esdras 9:30-33contiene alusiones a problemas de los israelitas por no haber protegido "labuena semilla que les haba sido sembrada" (Kistemaker,p. 24). No es sostenible, no obstante, que Jess haya empleado directamente este vocabularioapcrifo para forjar su parbola. Es mucho ms probable que Jess usara unafigura muy comn en la vida agrcola cotidiana de su da.B. El contexto en el ministerio de JessPara algunos, es fcil dar con la situacin que produjo la enseanza deJess de esta parbola. Jess mismo haba estado predicando y enseandoacerca de la venida del reino de Dios. A cada paso esta predicacin habachocado con intereses creados y haba experimentado fracasos (Mar.6:5 ss.),oposicin radical (Mar. 3:6), y abandono de parte de algunos seguidores (Juan6:60). La desilusin y la frustracin bien podran haber embargado el ser deJess por estas experiencias. Justo la parbola del sembradores contada porJess para desmentir tal sentido de derrota. Parece ser quela idea central de laparbola es que pese a los fracasos en la siembra, aguarda una gran cosecha.Jeremias, siguiendo a su gran maestroG. Dalman, lo expresa as:

    Con la cosecha se compara como tantas veces la irrupcin del reino de Dios...Aunque mucho del trabajo parece ser en vano y sin xito para los ojoshumanos, aunque en apariencia suceden fracasos tras fracasos, Jess estlleno dealegra y deconfianza: Lahora de Dios viene y con ella labendicinde una cosecha que sobrepasa todas las esperanzas. A pesar de todos losfra-casos y resistencias, Dios hace aparecer de unos comienzos sin esperanza elfinal magnfico que haba prometido (Las parbolas de Jess, pp. 184, 185).Es del todo lgico, pensandojuntamente con Dodd (p. 173), que el sembrador aludido en la parbola no es otro sino Jess mismo.El Maestro estara, con

    esta parbola, describiendo sus propias vicisitudes en su ministerio. Pero, aligual que el sembrador oriental durante el da de Jess no se daba por vencidodebido a las inevitables prdidas enel proceso de sembrar a voleo, Jess reconoca que los aparentes fracasos seran trocados en victoria por el poder deDios. Lo aparentemente perdido resultara en el ms inimaginable xito: elreino de Dios. Es preciso recordar que la idea esencial de la parbola dentrodel contexto de Jess es patentemente la realizacin exitosa del reino de Dios,pese a todas sus oposiciones.Es la interpretacin ofrecida por Jeremias y Dodd la nica viable?Si por"viable" entendemos "posible", obviamente la respuesta es "no". De hecho,muchas interpretaciones se han dado; muchas de ellas son por eruditos demucho peso. Algunas de estas interpretaciones de la parbola del sembradorson: (1) para animar a los discpulos en su tarea misionera, (2) para plantear la

    LA VENIDA DEL REINO

    responsabilidad que tienen los oyentes de la palabra (la semilla) de obedecerla, (3) para demostrar la necesidad del arrepentimiento de todo Israel para queel reino venga. Vincent Taylor concuerda con Dodd y Jeremias en una interpretacin apocalptica de la parbola: aunque no todo el mundo recibe el mensaje de Jess en tomo al reino, esto no frustra los propsitos de Dios respectoa su reino. Al fin y al cabo, el soberano Dios lograr sus propsitos para elmundo (Vincent Taylor, El Evangelio segn san Marcos, p. 284).Qu de la explicacin de la parbola del sembrador registrada en Mateo13:18-23, Marcos 4:13-20, Lucas 8:11-l5? Hay distintas maneras de ver lanaturaleza de esta explicacin. Para algunos, esta explicacin o interpretacinalegrica de la parbola se remonta a la iglesia primitiva y no a Jess mismo.Las razones por las que se llega a esta conclusin son mayormente razoneslingsticas halladas dentro del mismo texto: (1) el trmino "la palabra", usadasin un complemento en el griego koin es una expresin de la iglesia primitiva y no de Jess; (2) en Marcos 4: 13-20 abundan vocablos que no figuran enlos dems sinpticos, pero s estn en otros escritos neotestamentarios, especialmente los de Pablo; (3) la explicacin tiene un estilo nada hebraico sinogriego; hay que recordar que Jess daba sus parbolas en arameo y no enelgriego koin; (4) la aplicacin de la siembra a la predicacinno concuerda conMateo 9:37, 38; Lucas 10:2; Juan 4:35-38 en donde Jess relaciona la predicacin con la cosecha; (5) la interpretacin, por su tendencia alegorizante,tiende a perder de vista la enseanza principal de la parbola. Es decir, pese alos fracasos, se obtiene una cosecha abundante (Jeremias,Las parbolas deJess, pp. 95-97; VincentTaylor, El Evangelio segn san Marcos, p. 184). Estos eruditos no dejan de reconocer que la iglesia primitiva tena sus razonesexhortativas para tal accin.Hay otra manera de ver la interpretacin aludida: es parte y parcela de laparbola original y se remonta a Jess mismo. Esta es la interpretacin tradicional. Uno de los elementos que favorecen esta postura es que la parbola,segn Marcos (y seguido ste por Mateo y Lucas), est dirigida a un gruposelecto de sus seguidores. Muchas de las parbolas del reino se hallan dentrode un contexto conflictivo, o sea, se narran para los contrincantes de Jess.Segn la explicacin, este no es el caso. Es evidente que la explicacin asumeun cariz alegrico en que para cada detalle de la parbola hay un significadocorrespondiente. La semilla es la palabra (el evangelio), la recepcin de la palabra vara segn las condiciones en que la palabra sea sembrada por el sembrador. Es claro que esta interpretacin de la explicacin cuadra con la realidad de la naturaleza de la obra del evangelismo en toda poca y todo lugar.En realidad, remntese la interpretacin a Jess mismo o al perodo posterior del perodo apostlico, se debe ver en esta explicacin la obra del EsprituSanto en la inspiracin de la tradicin cristiana. Si bien la supuesta interpretacin de la iglesia, por trasladar la parbola a su propio contexto, cambiara

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    esencialmente el sentido de la parbola, esto no s ignif icara que la interpretacin debe ser desechada como si fuera un elementototalmente dems. Msbien, si estuviera en 10 correcto la postura no tradicional, habra que agradecerle a Marcos el habemos transmitido una explicacin eclesial que antedata almismo Evangelio de Marcos. .Para algunos, la interpretacin de la parbola registrada en forma vanadaen los tres sinpticos es especialmente indicativa de las condiciones y necesidades de la iglesia primitiva. La iglesia del primer siglo no quedaba exenta delos embates satnicos. Especialmente Lucas, en su versin de la interpretacin,refleja su afn porque la iglesia permanezca fiel e inmvil ante lo demonacoy las deserciones. Jones (pp. 72, 73) indica tres motivos esenciales que explican las apostasas; las toma de los varios sinpticos de la siguiente manera: enprimer luo-ar est la carencia de entendimiento (Mat. 13: 19). La interpretacinde la parbola del sembrador indica que la palabra ciertamente se haba escuchado (Mat. 13:19; Mar. 4:15; Luc. 8:12), pero no se le haba atendido. Lucas(8:12) aclara bien que aunque la palabra se haba escuchado, los oyentes nohaban credo an, y por ende, no eran salvos. El Evangelio de Mateo deja laimpresin (13:19a) que era preciso el entendimiento antes de poderse convertir al evangelio. Puesto que el Evangelio de Mateo era probablemente un manual de instruccin para catecmenos, se entiende ms su nfasis sobre elentendimiento. Segundo, no tan slo la falta de entendimiento resultaba en lasdeserciones: la persecucin y las tribulaciones no dejaban de cobrar sus vctimas. Se reconoce que la persecucin vena precisamente por causa de la palabra (Mat. 13:21; Mar. 4:14); la persecucin est sugerida por los pedregales.Aunque se haba escuchado la palabra, la nueva planta careca de races, y alllegarmomentos dificiles, no podan hacer otra cosa sino apostatar (Mat. 13:21;Mar. 4:17; Luc. 8: 13). Lucas especialmente sugiere que crean por un tiempo,pero su creencia no resista la tentacin. El evangelista Lucas es el que msrecalca la imperiosa necesidad de la perseverancia durante momentos dificiles.Queda una tercera causa de las deserciones segn los sinpticos: la mundanalidad. Marcos 4: 19 especficamente menciona el hecho de que "las preocupaciones de este mundo" pueden ahogar la vida naciente puestapor la palabra.

    He aqu dos maneras de ver la"explicacin" de laparbola del sembrador:la tradicional y la no tradicional. Cul de las dos le satisface ms a usted?c. La parbola para el contexto latinoamericano

    Si posiblemente los escritores del perodo apostlico creyeran prudente ynecesaria una explicacin de la parbola que versara sobre su propia situaciny contexto, no nos incumbe intentar lo mismo para nuestro da y nuestraslatitudes? Eso s, reconozcamos de nuevo que la contextualizacin de laparbola del sembrador paraAmrica Latina parte totalmente de su significado para Jess y para la iglesia primitiva. En el caso de la parbola del sem-

    LA VEN IDA DEL REINO

    brador, por lo tanto, principiamos con dos significados contextuales: (1) en elcontexto del ministerio de Jess vimos que la parbola deja la idea de que elreino de Dios se lograr pese a todas las oposiciones. Aunque tenga comienzos pequeos y pocos prometedores, habr una cosecha grande y sta ser real i ~ a d a por Dios, el rey del reino. Obviamente, dentro del contexto del ministerio terrenal de Jess, la parbola tiene tintes escatolgicos fortsimos. Por serla parbola del sembrador de un tenor escatolgico y apocalptico en los labiosde Jess, slo podemos ver un mensaje de aliento frente a todo lo que se oponga a su realizacin en la tierra. Una Amrica Latina sumida en situaciones deinjusticia, de desigualdades de trato, de "violencia y pecado institucionalizados", puede vrselas muy negras cuando contempla todos los obstculos queafronta. Los que creemos en la realidad y las posibilidades del reino de Diosslo podemos sealar a la parbola del sembrador como un gran aliciente. Loque hay que reconocer es que el pecado en el mbito individual y colectivo,tanto dentro como fuera de Latinoamrica, es lo que produce las condicionesnada halagadoras en las sociedades latinoamericanas. Ante esta situacin, haydos extremos que se deben evitar a toda costa: (a) un optimismo humanstico(la teologa sistemtica 10 llama "el semipelagianismo") en el cual se cree quetodo es posible para el hombre siempre y cuando ste se empee en hacerlo.Esta postura minimiza cun hondamente est calado el pecado dentro de lanaturaleza del hombre. El pecado (lase oposicin a Dios, orgullo personal quedesemboca en la divinizacin del mismo hombre) est basado ciertamente enel individuo, pero no cesa all; pronto invade las mismas estructuras socialescon los mismos resultados funestos que aquejan al hombre individual que viveslo para sus propios intereses. Un optimismo humanstico pregona que losmales sociales pueden eliminarse por los esfuerzos humanos solamente; puesto que los males se originan en el hombre, l mismo puede sacarse del hoyo.Esto esjustamente lo que la parbola del sembrador en labios de Jess no ensea. Al contrario, Jess, mediante su parbola, reconoce que hay barrerasinfranqueables para los hombres. (b) La segunda actitud que se debe evitar, siel reino de Dios en la Amrica Latina va a ser algo ms all de un espejismo,es un pesimismo fatalista. Precisamente una de las caractersticas en ciertossectores de la Amrica Lat ina es es ta acti tud de derrotismo: "qu se va ahacer?". Una expresin muy mejicana es "ni modo!". Sera dificil determinarcon precisin cunto de esto puede trazarse hasta la madre patria y a los conceptos de los rabes dentro de su religin el Islam y la voluntad inexorable deAl. El hecho es que Amrica Latinaha vivido con situaciones pecaminosas deopresin, de falta de empleo, de hambre, de sociedades clasistas por tantotiempo, que muchos se han rendido, y ni esperanzas tienen para un futuro distinto. Si bien la parbola del sembradornos ensea que los hombres por s mismos no pueden remediar la situacin, ciertamente nos infunde aliento para quesepamos que no hay situacin irremediable para Dios. Aunque el reino de Dios

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    LAS PARAsOLAS DE JESS

    nunca se realizar en toda su gloria sobre la tierra (recordemos que la doctrina en labios de Jess es fundamentalmente escatolgico-apocalptica), la parbola nos incita a que no "tiremos la toalla", pues s hay algo que el pueblo deDios puede y debe hacer. Qu cosa es? Reconozcamos, juntamente con Jess,que hay situaciones de pecado en la Amrica Latina que nos parecen irremediables. Pese a estas condiciones trgicamente reales, hay esperanza para laAmrica Latina a medida que ella se someta a Cristo el Rey y permita queDios empiece a lograr su voluntad de manera individual y colectiva. Esto selograr de manera parcial nicamente a travs de la predicacin de palabra yde hecho del evangelio, cuando el pueblo de Dios llegue a ser "sal" y "luz",poniendo su granito de arena en la vida pblica y poltica de cada nacin latinoamericana. En resumen, la parbola del sembrador nos alienta a saber que,pese a contracorrientes, el reino de Dios es una realidad implacable precisamente por ser de Dios; nos amonesta a que hagamos todo cuanto est de nuestra parte porque los hombres y la sociedad se sometan a Dios en Cristo y asver que la voluntad de Dios se haga en tierras latinoamericanas "as como enel cielo".

    Vimos que despus del ministerio terrenal de Jess haba un posible segundo contexto bblico: el de la iglesia primitiva. Se not que la iglesia apostlica posiblemente convirtiera la parbola del sembrador (una parbola escatolgico-apocalptica en labios de Jess) en una parbola autoritativa de Jesspara su propio da. No hace falta recalcar mucho el hecho de que los mismomales de incomprensin, persecucin, tribulacin y mundanalidad siguenaquejando a los creyentes latinoamericanos en el mbito personal. Puede queestos problemas asuman otro cariz en la actualidad, pero esencialmente permanecen iguales y con los mismos resultados de debilitamiento y desercin.En un continente en donde la religin cristiana tiene una historia de ms decuatro siglos, siguen existiendo fuerzas malignas que vienen a "arrancar lasemilla", y ocasionan que algunos abandonen su profesin y su llamamiento.Marcos 4: 19 pareciera estar aludiendo a la modernidad cuando dice: "pero laspreocupaciones de este mundo, el engao de las riquezas y la codicia de otrascosas se entrometen y ahogan la palabra, y queda sin fruto". Por siglos quetenga una tradicin cristiana en Amrica Latina, por "surcado" que parecierael campo por su tiempo de "cristianizacin" o "cristiandad", los mismos malesque Marcos vea en laiglesiaprimitiva an hacen sus estragos. Aun entre gentesupuestamente evangelizadas, el imn de las riquezas mal habidas suele socavar la palabra del reino; la palabra queda sin fruto en ella al permitirse quehaya un desequilibrio tan marcado entre los adinerados y las cla