Las nuevas tecnologías Gómez Mont,

41

description

En este libro La autora Gómez Mont hace un gran análisis spobre las tecnologías de la información y como estas nos afectan de forma identidaria, así como las formas en las que la sociedad ha cambiado con estas.

Transcript of Las nuevas tecnologías Gómez Mont,

  • uorne r'Uf'l, \...CJ,rr't!l'Nuevas tecnologas de comunicacin.' - Mxico:

    Trillas, 1991 (reimp. 1999).249 p. ; 23 cm. -- (Biblioteca bsica de

    comunicacn social)Incluye bibliografas e ndicesISBN 968-24-4149-8

    1. Informacin, Teorade la. 2. Comunicacin.t. t. 11. Ser.

    D- 001.538'G643n LC-Q360'G6.5 2038

    La presentacin y di~posicin en conjunt9 deNUEVAS TECNOLOGIA5DE COMUNICAClONson propiedad del editor. Ninguna parte de esta obrapuede ser reproducida o trasmitida, mediante ningn sistemao mtodo, electrnico o mecnico (incluyendo el fotocopiado,la grabacin o cualquier sistema de recuperacin y almacenamientode informacin), sin consentimiento por escrito del editor

    Derechos resetveoos 1991, Editorial Trillas,S. A. de C. V,Divisin Administrativa, Av. Ro Churubusco 385,Col. Pedro Mara Anaya, C. P. 03340, Mxico, D. F.Tel.6884233, FAX 6041364

    Divisin Comercial, Calz. de la Viga 1132, C. P.09439Mxico, D. F. Tel. 6330995, FAX 6330870

    Miembro de la Cmara Nacional de laIndustria Editorial. Reg. nm. 158

    Primera edicin, 1991 (ISBN 968-24-4149-8)

    Primera reimpresin, octubre 1999

    Impreso en MxicoPrinted in Mexico

    ,Indice de contenido

    IntroduccinLa cultura, 7. El saber, 9.

    7

    PRIMERA PARTE

    Aproximaciones tericas

    Capo 1. Informatizacin: hacia una cultura binaria. Cees Hamelink 15Falacia de la era de la informacin, 16. La falacia de las nuevas tecnologas, 18.Problemas, 19. El problema poltico, 19. El problema econmico, 21. El proble-ma cultural, 22. La compleja alianza, 23. De la seal analgica a la digital, 23.Computadoras y produccin cultural, 24. Cultura binaria, 25. Conclusin, 26.

    Capo 2. La produccin y la tecnologa en la revolucin de la comunica-cin y la informacin. Sara Douglas y Thomas Guback 27

    Bibliografa, 47.

    Capo 3. Telecomunicaciones espacio y tiempo. Henry Bakis 49El nuevo "espacio-tiempo social", 50. La nocin de distancia, 51. Contribucinde los medios de telecomunicaciones a la reduccin del "espacio-tiempo social",53. Espacio-tiempo ... espacio-costos, 54. Conclusiones, 58. Bibliografa, 60.

    Capo 4. La antropotrnica: nuevos modelos tecnoculturales de la socie-dad massmeditica. Romn Gubern 61

    La contradiccin entre pblico y privado, 64. Ausencia de ceremonia y desper-sonalizacin, 67. La estratificacin del poder comunicacional y cultural, 67. Elimaginario colectivo, 68. El control de los canales, 69. Las nuevas relacioneshombre-mquina, 70.

    Capo S. Tcnica, medios de comunicacin e idioma. Mariano CebrinHerreros 71

    Los nuevos contextos tcnicos del idioma, 73. Aportaciones de los estudios, 76.Innovaciones en los tecnicismos, 78. Cambios en los medios de comunicacin,82. Tendencia del lenguaje informativo, 84. Nuevos problemas para los pro-fesionales y los acadmicos, 85. Encuentro para una poltica idiomtica, 88.

    5

  • vSEGUNDAPARTEEstudios de caso

    Capo 6. Europa del sur: desequilibrios tericos y geogrficos. Miquel deMoragas Spa 93

    Introduccin 94. Los problemas de la investigacin en comunicacin ante lasnuevas tecnoiogas, 101. Centralidad de la experiencia francesa en videocomuni-cacin, 106. Desplazamiento de inters: del satlite al cable, 111. Las viejas tec-nologas son nuevas en el sur de Europa (Espaa, Grecia y Portugal), 113. RTVE,119. Investigaciones de Fundesco, 122. Algunas conclusiones, 122. Bibliogra-fa, 125.

    Capo 7. Una visin diferente en Gennevilliers. Ghislaine Azmard y Jean-Claude Quiniou 131

    Historia y evolucin del proyecto, 133. Evaluacin de la simulacin de la televi-sin local, 137. El presupuesto econmico de Tl-Cit 1,138. La produccinlocal, 139. Organizacin, 142. La programacin, 145. El impacto ante la pobla-cin, 147. Participacin y postura de los medios locales, 149. Participacin ypostura de los actores sociales, 151. Implicaciones y reservas de los agentes eco-nmicos locales, 152. Conclusiones, 153.

    Capo 8. Estado y perspectivas de desarrollo de las nuevas tecnologas decomunicacin y de la microelectrnica. Luis Fernando Santoro 157

    El caso brasileo, 158.

    Capo 9. Elementos para la interpretacin del Sistema Morelos de Satli-tes. Javier Esteinou Madrid 173

    Presentacin, 174. La deficiente negociacin del proyecto, 174. La prdida deautonoma y la dependencia poltica de la nacin, 176. La incierta expansinde 101 servicios de telecomunicaciones, 178. El cuestionable desarrollo del pas,179. La relativa integracin nacional, 1800 La transformacin de la televisin enel principal aparato de hegemona cultural, 182. La acentuacin del retrocesocultural del Estado mexicano, 183. La actitud del gobierno mexicano ante laexpansin de las nuevas tecnologas, 184. Una alternativa coyuntural, 185.

    Cap.10. Microcomputadoras y educacin en Mxico. Un anlisis en uncontexto de crisis. Carmen Gmez Mont 187

    Poltica educativa, 188. Microcomputadoras y educacin, 192.

    Capo11. Educacin sobre medios e introduccin a la computacin en laIndia. Keval J. Kumar 203

    El escenario de los medios y las computadoras, 204. Polticas del gobierno centralsobre computadoras, medios y educacin escolar, 206. Experimentos en educa-cin sobre los medios e introduccin a la computacin, 209. Encuesta en las es-cuelas de Bombay, 215. Necesidad de la educacin sobre los medios y la compu-tacin, 218. Bibliografa, 221.

    Capo12. Informtica, educacin y dependencia. Necesidad de investiga-ein y apropiacin. Pablo Casares 223

    Informtica y dependencia, 224. El deslumbramiento, 224. Desarrollo de la infor-mtica y dependencia, 226. Sumisin vs. rechazo y la estrategia mercantil, 227.Un ejemplo en el campo de la educacin, 228. Elitizacin vs. masificacin, 229.Informtica, educacin y cultura, 231. !~anecesidad de la investigacin, 233. Con-sideraciones finales, 235. Bibliografa y hemerografa, 238.

    ndice analtico 243

    Introduccin

    Contar con nuevas herramientas para informarse y comunicarse esu.~hecho que nos lleva a considerar el cuerpo terico de la comunica-cion y su lucha por adquirir un estatus "cientfico".. Superadas las fases del funcionalismo, del estructuralismo, del mar-

    xismo de .las culturas populares y de la comunicacin alternativa -entrelas esenciales-e, las nuevas tecnologas, promotoras de cambios en losmodos de produccin y formas de comunicacin sociales, se constituyencomo un n~evo punto de arranque para integrar o bien, determinar el obje-to de estudio de la comunicacin.

    Al llegar las ~uevas tecnologas de informacin y de comunicacina~,consumo maSIVO,el problema medular no es nicamente la forma-cion de te~ras que expliquen dichos fenmenos; el desafo se encuen-tra, tambin, en el alcance de las mismas.

    En a~osto de 1986, durante la XV Conferencia de la AsociacinInternaeional para la Investigacin de la Comunicacin Masiva cele-br~d~ en Nueva Delhi, India, el investigador hngaro Zoltan YakobS~?alo, C~>D gran sentido crtico, la ignorancia existente sobre la fun-c~on del investigador de la comunicacin sociaL "Esto sucede -indi-co- ya ~a porque se desconoce el alcance de sus trabajos o porquese le considera una oscura guerrilla en las franjas de la radiodifusin."

    LA CULTURA

    Un~ crisis ~irtu~ en todos los rdenes nos impideresponder antedeterminadas situaciones, sean de naturaleza moral o espiritual. En-

    7

  • .~,

    o

    ~nformatizacin:hacia una cultura binaria

    CEES HAMELlNK*

    Con las nuevas tecnologas de informacin se dan cambios queCeesHamelink concibe como difcilmente revolucionarios.

    Es verdad que estamos viviendo la transicin de una sociedad in-dustrial a una sociedad de la informacin. Se le denomina as porqueen ella la tecnologa de la informacin es la infraestructura primariade toda la produccin industrial as como de la distribucin de bienesy servicios.

    A esta "Era de la informacin" se le ha visto, tambin, como lapanacea a todos los problemas sociales. "Democracia, descentraliza-cin, participacin, emancipacin, se volvern realidades, no a travsde la revolucin proletaria, sino gracias a los avances de la tecnolo-ga de la informacin."

    Ante cada una de estas tesis, Hamelink se pronuncia por un serioanlisis: zson las nuevas tecnologas realmente tan nuevas?, esdequ punto de vista puede hablarse de una revolucin?, irepresenta lainformatizacin un cambio histrico radical? Es verdad que los ins-trumentos de trabajo han cambiado, pero no se puede dejar de sealarque sigue ex istiendo un grupo 01 igopl ico que controla las tecnologasy que el mercado internacional de compradores es monopsnico.

    AHamelink seala que una revolucin se da cuando cambian las I

    structuras de propiedad o las relaciones de fuerza de nuestra SOCie-dad. Sin embargo, con lasnuevastecnologas "se refuerzan las formasexistentes de control y desigualdad". De aqu es de donde se van a

    * CeesHamelink es profesor de comunicacin intemacional en la Universidad de Amlter-dam y en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya. Es autor, entre otros libros, de Elpapel de los trust en la comunicacin mundial, GW,Barcelona; y de Communication in theEighties: a reader on Mac Bride Report, IDOC, Intemational, Roma.

    15

  • 16 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    derivar nuevos problemas y no de los supuestos desafos que podranocasionar estructuras y valores radicalmente diferentes.

    FALACIA DE LA ERADE LA INFORMACIN

    Una avalancha de publicaciones propone la transicin a la Erade la informacin como el acontecimiento ms significativo delsiglo xx. Esta transicin representa el cambio histrico de una socie-dad predominantemente industrial (la sucesora de una en la que preva-leca la agricultura) a una sociedad basada primordialmente en lainformacin. Tambin se ha descrito a esta ltima como posindustrial,poscapitalista, posideolgica, e incluso como posprotestante. Indepen-dientemente de los eptetos, la caracterstica general de la transicinconsiste en la creciente importancia del factor informacin en todaslas funciones de la sociedad.

    La informacin es el recurso bsico en esta nueva forma de socie-dad; una gran parte de la fuerza laboral se emplea en ocupacionesinformativas, las actividades relacionadas contribuyen cada vez ms alproducto interno bruto y la tecnologa de la informacin se convierteen la infraestructura primaria de toda la produccin industrial y ladistribucin de bienes y servicios.

    Se tiende a considerar a la Era de la informacin como una reo-rientacin fundamental de las anteriores disposiciones sociales. Esinminente el inicio de una nueva sociedad caracterizada por la apari-cin de valores y relaciones sociales nuevos. se sugiere que nuestrapoca enfrenta un bsico cambio social cualitativo. El tono de estaperspectiva es optimista, casi eufrico. Parecera que al fin pudieranponerse en prctica los proyectos utpicos de los albores del movi-miento socialista. Democracia, descentralizacin, participacin yemancipacin sern una realidad, no a travs de la revolucin proleta-ria, sino gracias a los adelantos en la tecnologa de la informacin.

    '

    En resumen, la Era de la informacin anuncia el fin de desigual-)) dades en la sociedad; no habr ganadores ni perdedores. Sin embar-

    go, es necesario conceptuar esta "computopa" a la luz de un sereno" anlisis de los adelantos presentes.

    Lo que experimentamos puede, de hecho, no ser ms que unaContinuacin de un proceso histrico que se inici en 17pO. Ms quePensar en trminos de un cambio revolucionario en la historia, bastaCon describir a la Era de la informacin como sucesora de las etapasiniciales de la Revolucin Industrial. La primera etapa de sta se ca-racteriz por la mecanizacin: la aplicacin de tcnicas mecnicas a

    CAP.1. INFORMATIZACiN HACIA UNA CULTURA BINARIA 17

    la produccin y distribucin de bienes y servicios industria.les. En lase~~passlgulen~s (e,ntr,e18~0 y 1950, aproximadamente) la mecaniza-cion se perfeccion aun mas por medio de la racionalizacin (Taylor)

    I~ la .automatlzacIOn (Ford). A partir de la dcada de los cincuenta, lasguente etapa cobra cada vez mayor importancia: la informatiza-

    I ci~, ~ sea~!a aplic~cin de tcnicas de la informacin a la produccinf y distribucin de bienes y servicios industriales. A fin de responder ala I?regunta de s~ la informatizacin representa un cambio histricoradical, se tendra que retroceder a las consecuencias sociales de las

    pnmeras etapas de la Revolucin Industrial.l ~a clsica Revolucin Industrial cambi las herramientas, la forma

    de VIdade las personas y el panorama de la sociedad (por ejemplo lasfbricas ~,nel paisaje), e influy profundamente en la vida individual(la creacion de t!abaJad~res para las fbricas). No obstante, aun cuan-do .estos ~~mbIOs pudl~ron haber sido significativos, los preceptos!socla~es baslCos,no sufrieron ninguna alteracin. La Revolucin Inl,ldustrial no ~fecto las estructuras de propiedad o las relaciones de fuer .za en la sociedad.

    Par~ce~~aque est~ !llismo concepto es aplicable a la etapa de in-formatizacin, Habra Impactos vitales en las herramientas de la so-cled~d qas comp~tadoras domsticas, telfonos mviles), el panorama(la fbrica r.obotlzada, la ?ficina electrnica) y el estilo de vida (des-empleo y OCIO).Independentements de lo importante que esto puedaser sin duda alguna para el individuo, no muestra ninguna indicacinde una reestructuracin social bsica.

    /

    Al i~al que las primeras herramientas mecnicas, los medios deIprodu~cIO~ .de las herramientas de la informacin estn controla-~os olgoplicamants por unos cuantos actores sociales. Los mercadosnternaconalas ~e !as tc~icas de informacin de computadoras, con-mutadores telefnicos, videograbadoras y circuitos integrados estnfu~rt~mente concentrados: en todos los casos, slo tres corporacionesprmclp~es cont~olan ms del 50% del mercado. Un nmero limitadode fa~rlc~~tes tiene acceso al desarrollo del conocimiento tcnico, ala aplicacn de este conocimiento a los procesos productivos y a lasredes de distribucin a travs de las cuales se pueden promover y ven-der los productos. En los principales mercados destacan, asimismo,unos cu~to~ compr!ldores dominantes, El mercado internacionalpara las tcnicas de mfo~acin es monopsnico, lo cual significaque la demanda la determina mayormente un grupo de poderososc.om~radores formado por los establecimientos militares, bancos mul-tnaconalss y conglomerados industriales.

    En este en~anaje de oligopolio y monopsonio, las lites socialesson las que defmen el tipo, especificacin, precio y aplicacin de las

  • 18 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    tcnicas de informacin, sin que participe la sociedad en general. Paraesta ltima slo queda la "respuesta de adaptacin" a lo que se letrasmite.

    Las expectativas de la "computopa" estn basadas en los ilusoriosfundamentos de un determinismo tecnolgico que tiene sus orgenesen las reflexiones de Francis Bacon, filsofo del siglo XVII, quien pro-movi la idea de que el control de la naturaleza (por medio de la in-novacin tecnolgica) contribuye al mejoramiento cualitativo de lavida humana. Esta nocin determinista implica la sugerencia de queel progreso tecnolgico es en s positivo y la sociedad debe adoptarlocomo histricamente inevitable. r

    r El concepto de que la sociedad debe adaptarse a los adelantos;tecnolgicos sin demasiados cuestionamientos, puede ser lucrativo fIpara los iniciadores y los ad~inistr~dores d~ esos adelantos, p~ro no

    10frece garanta alguna de mejoramiento social. Por el contrario, de1 bido precisamente a que la innovacin tecnolgica proviene de lossectores poderosos de la sociedad (los militares, las grandes corpora-ciones industriales), es probable que refuerce las formas existentes decontrol y desigualdad.

    Si despojamos de todos sus adornos y locuacidad de venta a la pro-paganda, en favor de la Era de la informacin, es evidente que lasprximas dcadas confrontarn una penetrante utilizacin de las tc-nicas de la informacin. Sin embargo, es ilusorio y engaoso esperarque esto termine con las desigualdades sociales.

    Actualmente, se puede aplicar con certeza el trmino "combativo"al sistema internacional de informacin. Sus actores constantementeestn enzarzados en una lucha competitiva por obtener mayores avan-ces econmicos, polticos, culturales y militares sobre los dems. Lastcnicas de la informacin estn diseadas y desarrolladas para utili-zarse principalmente en servicio de esos fines competitivos. Es msfactible que la aplicacin de estas tcnicas refuerce el sistema comba-tivo y no que lo cambie radicalmente por uno cooperativo.

    :{

    LA FALACIA DE LASNUEVAS TECNOLOGAS

    Las promesas de una sociedad fundamentalmente nueva tienen1que exponerse como un engao merc3]!tilts1a. Igualmente rebatible. es la nocin de tecnologas bsicamente nuevas. En los debates actua-les sobre los problemas de la comunicacin se sigue la pauta de hacerreferencia a las nuevas tecnologas de la comunicacin.

    Sin embargo, de hecho, las tcnicas a las cuales se aplica esta de-

    CAP.1. INFORMATIZACiN HACIA UNA CULTURA BINARIA 19

    1\signaci~ no sO~,nuevas,en.absoluto. La (mka innovacin importan- 9. te es la integracin de tcncas que antes estaban aisladas -e inclusoI sta data de dos dcadas atrs-; por ejemplo, computadoras y telfo-\ nos. Pr~ticamente, todos los componentes de las llamadas nuevas\tecnologas han estado con nosotros desde hace bastante tiempo -cier-tamente en cuanto a su conocimiento y diseo bsicos-o El telfonoest en operacin desde 1876; la televisin desde 1925; la computa-dora desde 1948 (o desde mediados del siglo XIX, con la mquina queinvent Babbage, o incluso desde 1647, cuando Pascal desarroll laumadora); el transistor desde fines de la dcada de los cuarenta y elmicrochip desde los aos cincuenta.

    Los desarrollos en la tecnologa de la informacin no son particu-larmente revolucionarios. Las invenciones ms importantes ms bienhan sido evoluciones lgicas basadas en las deficiencias de sus antece-

    ~~:~ta~n;:~: ~:~~ki~:.jd:~~0~J:~sal~t.~.!!

  • 20 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    en niveles de educacin, personas enfermas o pobres ni minoras. Enesta sociedad ideal, la tecnologa de la informacin se presenta comouna herramienta neutral, la cual sencillamente alcanzar los propsi-tos para los que ha sido programada. Este determinismo, no obstante,pasa por alto el hecho de que no son las tecnologas las que dan formaa las estructuras sociales, sino son las relaciones de fuerza en la socie-dad las que determinan las tecnologas que se desarrollan y la formaen que se aplicarn. ~_exis.t~mc!"d~Jma estmctl.ll'a de distribucincIel...It-derprofulldamente distorsionad,enla mayorade.Jas.socie-dades,ser la que integre las tecnologas deja informacin. Una vezcentralIZado el proceso de toma de decisiones, sera ilusorio esperarque la introduccin de cualquier tecnologa pudiese originar un virajehacia la participacin, la democracia y la descentralizacin. Sera m~

    tJrealista esperar un fortalecimiento del ejercicio centralizado del podel~poltico. El problema reside en que esas "nuevas" tecnologas se pres-tan para oscurecer tal tendencia. Bases de datos en lnea, computa-doras domsticas, sistemas interactivos de cablevisin, todo sugiereun acceso sin precedentes a la informacin y el conocimiento, so-bre cuya base los receptores podran contribuir decisivamente a unreferendo democrtico instantneo. Dicha sugerencia resulta falaz entanto asume que toda la gente cuenta con la misma capacidad paracomprender, procesar y utilizar ese caudal de informacin y conoci-miento. Sin embargo, la distribucin desigual de esta capacidad de-terminar la participacin en los beneficios polticos. Es factible quela Era de la informacin brinde a la mayora de la gente el beneficiodel acceso a una sobrecarga de seales que la mayora no puede ma-nejar, y la oportunidad de decidir acerca de asuntos que son totalmen-te marginales para el desarrollo de la sociedad.

    I El acceso altamente personalizado a la informacin generalmentejse acepta como algo positivo. se ajusta al individualismo y narcisismode la sociedad occidental (y sus derivados culturales), orientados a quecada quien pueda elegir el consumo nicamente de lo que considerainteresante o entretenido. Este enfoque, aunque atractivo, implica undebilitamiento efectivo de la posibilidad de un gobierno democrtico.

    En el transcurso de los ltimos dos siglos, los diarios tradicionaleshan intentado contribuir a la democracia mediante una provisin in-formativa tan general y para un pblico tan extenso como les sea po-

    f sible. Sobre esa base se forma la opinin pblica. Sin una poblacin/informada ampliamente, es imposible un gobierno democrtico. LaEra de la informacin parece estar trocando el requisito crucial dela democracia por un nmero infinito de pasatiempos especializados.

    21

    EL PROBLEMA ECONMICO

    La e~pectativ~. econmica ms poderosa que acompaa al proce-s? .de la mfo!,"~cIon es la que se refiere a la expansin de la produc-tivdad e~onomI~a y las co~siguientes oportunidades de empleo. Talexpectativa ha SIdo favorecIda por el liderazgo poltico existente enlas naciones tanto industrializadas como en vas de desarrollo. La in-formatizacin se presenta como un prometedor modelo de desarrollocapaz de cur~ la actual crisis econmica en los pases ricos, y en lospobres c~mo Impulsor hacia la modernizacin de sus economas.

    ~

    Es evidenta que con la aplicacin de tcnicas de informacin a la}o producci~ indus~rial es p.o~ible fabricar ms productos diversos en

    o~as. mas efectIvas y rpidas. Sin embargo, el problema parececonsistir en que esos productos tienen que comprarse y venderse en~ercaqo~ donde la ventaja competitiva depende del adelanto tecnol-gICO. Umcame?t~ los actores con acceso a la tecnologa ms avanzadapueden sobrevivir en esos mercados. Para los rezagados (pases endesarrollo, I~~luyendo a los recientemente industrializados y, en altogrado, tambn algunos de Europa occidental) las probabilidades deeml!arearse con los que llevan la delantera (especialmente EstadosUnidos y, ~~ menor grado, Jap~m) son mnimas o nulas. El presiden-te de la BrltIsh Computmg Society expres con acierto el dinamismode la carrera tecnolgica cuando manifest: "Parece poco probableque alguna vez se pueda superar la brecha que hay en la tecnologa.Los. costos para emprender un camino de desarrollo tecnolgico yequ!p~arse con los lderes mundiales estn prcticamente fuera de laspOSIbilIdades de cualquier nacin" (1980). Por consiguiente, es pos-

    1b!~ que aument~ la productividad como resultado de la informatiza-

    / cion, pero lo mas seguro es que sea en beneficio de los que estn a lacabeza en la carrera tecnolgica.. ~as expectativas acerca de los efectos de la tecnologa de la infor-macion e~ el emple~ estn .basadas generalmente en una comparacincon las prrmeras manifestaCIOnes de la automatizacin industrial comola que ocurri en la dcada de los cincuenta. se aduce que a' fin decuentas, estos procesos inducen adems la creacin de ms empleos.

    Ap:u-te de que el contexto econmico general de ese periodo eramuy diferente al de lapoca actual, en el mismo desarrollo tecnolgi-c.o se encuen~a u~a Importante distincin. La maquinaria automa-tIzad~ de !os anos cincuenta todava estaba muy restringida en cuantoa.la diversidad d.e sus aplicaciones. En esa poca, eran muchas las acti-v~dades ~dustriales a las que .~o podan aplicarse los sistemas electr-mcos, Sin embargo, la evolucin de stos ha aumentado su inteligenciay consecuentemente, sus reas de aplicacin. Es indudable que la

  • 22 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    prxima (quinta) generacin de computadoras producir las mquinasinteligentes a las cuales pueda delegarse un rango sin precedentes enlos procesos de produccin y administracin. La automatizacin. dejar de tener lmites impuestos por restricciones tcnicas. Argu-I mentos econmicos respaldarn los ahorros que resulten de la racio-

    7 nalizacin de la maquinaria. No es factible que ningn argumentosociotico detenga el proceso de reemplazar la mano de obra humanapor inteligencia artificial.

    EL PROBLEMA CULTURAL

    El problema ms apremiante que confronta la sociedad ante lainformatizacin es el impacto que pueda tener en la cultura la aplica-cin de las tcnicas de la informacin.

    En las discusiones sobre cultura y tecnologia es difcil evitar laidentificacin de la cultura con una sola de sus dimensiones: la pro-duccin artstica. Consecuentemente, el punto de inters se centraen el impacto de las instituciones y los procesos tecnolgicos sobreel nivel de produccin y consumo artsticos en la sociedad. Este es eltenor de acalorados debates acerca del papel de la alta tecnologa enla formacin cultural frente a la ignorancia, o de controversias acercade la contribucin de los medios masivos a los productos culturalesaltos, frente a los bajos. Esta reduccin del concepto de cultura pasapor alto la mayora de los problemas que presenta la delicada alianzaentre cultura y tecnologta. Por consiguiente, la cultura se entende-r como el sistema de organizacin total de una sociedad.

    Todas las sociedades estn caracterizadas por la necesidad de lidiarcontra su medio especfico. En el curso de este encuentro, los sereshumanos desarrollan una serie de relaciones directas e indirectas consu medio. Las relaciones indirectas constituyen el sistema cultural deuna sociedad y se pueden dividir en tres tipos:

    Instrumentales: las tcnicas que desarrollan y aplican los sereshumanos; simblicas: los smbolos a travs de los cuales se comunicanentre s; sociales: los patrones de interaccin social (formatos socia-les) que crea la gente.

    El lidiar implica un esfuerzo por adaptarse al medio, as comodarle forma al mismo con eficacia.

    La cultura es, en efecto, la suma de los esfuerzos humanos por cul-tivar el ambiente fsico y disear las herramientas materiales e inma-teriales adecuadas para tal fin. La eficacia de estos esfuerzos asumeun carcter crtico, ya que determina la sobrevivencia de una sociedad.Esto puede observarse en ejemplos tan evidentes como la necesidad de

    IVI

    ".'.' ...rr.ii

    ii,

    4,

    CAP.1. INFORMATIZACiN HACIA UNA CULTURA BINARIA 23

    abasto de alimentacin, vivienda y vestido adecuados segn diferen-tes condiciones climatolgicas.

    Los miembros de la sociedad que enfrentan directamente los pro-blemas de la sobrevivencia son los que mejor determinan la eficienciade un sistema cultural, ya que estn en la posicin ms favorable paramodificar el equilibrio entre el medio, los recursos y las necesidadesde una sociedad. La capacidad interna y la libertad externa para des-arrollar con autonoma el sistema cultural son vitales. La autonomacultural es fundamental para el desarrollo independiente y pleno detodas las sociedades.'

    Este amplio concepto de cultura coloca en la agenda cultura ytecnologia el complejo interrogante sobre si las instituciones y losprocesos tecnolgicos contribuyen, y en qu forma, a un enfrenta-miento adecuado de la sociedad con su medio.

    LA COMPLEJA ALIANZA

    La relacin entre cultura y tecnologa es compleja y delicada. Losresultados del proceso tecnolgico -las tcnicas (herramientas)- sonel corolario del esfuerzo por lidiar contra el medio. Sin embargo, almismo tiempo tienen una influencia decisiva en la forma como unasociedad se enfrenta a ste.

    La computadora puede ilustrar esta relacin dialctica. Dicho Iprocesador electrnico de informacin es el resultado del esfuerzo porsistematizar un creciente nmero de seales en un complejo sistema \social. Al mismo tiempo, la computadora es una configuracin tcni-ca especfica que demanda infraestructura, comportamientos y mo-dalidades lingsticas especficos, los cuales influyen a su vez en elesfuerzo por vencer al medio.

    DE LA SEAL ANALGICAALADIGITAL

    Un importante desarrollo en la tecnologa de la informacin con-siste en el cambio de la seal analgica como trasmisora de mensajes,a la seal digital. Esta transformacin de mensajes en corrientes dedgitos binarios permite aplicar la capacidad de la computadora a prc-ticamente todo el trfico de informacin. Esto implica que pueden

    1 c. J. Hamelink. Culturol Autonomy in Global CommunicationB. Nueva York Lona-man.1983.

  • 24 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    trasmitirse volmenes ilimitados de mensajes con una confiabilidadsin precedentes y a tan alta velocidad que el concepto de distanciapierde su significado. La digitalizacin vuelve indistinguibles los flujosde informacin; y las anteriores diferenciaciones entre flujo de noti-cias y flujo de dinero se vuelven obsoletas. Asimismo, determinadosmedios, como el telex para el transporte de informacin, el papel para II su almacenamiento o el cerebro humano para su procesamiento con-vergen en uno solo: la red de computadoras.La digitalizacin dar origen a una serie de problemas. Aumenta-r enormemente el volumen de mensajes que recibir el pblico, peroste no tendr la extensa capacidad de procesamiento correspondien-te. Los sistemas de computadoras son muy eficaces para incrementarel volumen y velocidad de produccin y distribucin de mensajes, peromuy deficientes para inferir su significado.

    La inundacin con mensajes sin significado obstaculizar la tomaindependiente de decisiones, conducir a una mayor demanda de men-sajes preprogramados, estandarizados, y agravar las desigualdadessociales entre los ricos en informacin y aquellos analfabetos funcio-nales que no estn en posibilidad de atender las demandas de nuevascapacidades de procesamiento e inferencia de significado.

    COMPUTADORAS Y PRODUCCIN CULTURAL

    La computadora se est aplicando cada vez ms a la produccinde mensajes simblicos y su capacidad de procesamiento ha invadidoa casi todos los sectores de la industria de la comunicacin. Desde unpunto de vista general, la comunicacin y las computadoras se en-cuentran en el punto donde las segundas proporcionan un crecientenmero de servicios de apoyo a los sistemas de comunicacin; porejemplo, los mecanismos operados por computadora en las oficinasde envo de los peridicos. En una forma ms especfica, la interre-lacin se verifica en el procesamiento de palabras y la composicinde textos en la industria periodstica, la edicin en lnea en la publi-cacin de revistas, y efectos visuales por televisin, todo ello asistidopor computadora. Otros ejemplos son los mundos de la publicidad yde la produccin cinematogrfica. En la publicidad, las computadorasse usan en la edicin de anuncios clasificados y en el diseo y ejecu-cin de trabajos grficos. La cinta "The World of Tron" se produjoen su mayor parte con la ayuda de una computadora, lo cual ilustraua reciente aplicacin de computadoras en la produccin cinemato-grfica. La computadora tambin permite a la industria del cine revi-vir a actores. Con el uso de imgenes de producciones anteriores, el

    CAPo1. INFORMATIZACiN HACIA UNA CULTURA BINARIA 25

    programa de la computadora los vuelve a la vida en la pantalla y loshace representar los actos que el director quiera.

    En la produccin musical la computadora tambin representa unimportante papel. Las innovaciones en el campo del sintetizador (par-ticularmente debido a la obra de Robert Moog) han conducido alsurgimiento de complejas computadoras musicales, como la FairlightComputer Musical Instrument. Este avanzado instrumento musicalelectrnico parece una computadora normal con pantalla, teclado ydiscos de memoria, y proporciona un procesamiento digital comple-to del sonido. Recientemente, su utilizacin fue reprobada por elfamoso director Herbert von Karajan en una ejecucin del Parsifalde Wagner.

    r. Las ventas de instrumentos musicales automatizados baratos est In auge en muchos pases, y uno se pregunta en qu forma el usoafectar esto a la creatividad musical.

    CULTURA BINARIA

    Absolutismo electrnico

    En los pases industrializados (al igual que en varios pases en des~\arrollo se est computarizando un creciente nmero de activida-/des. Estas se extienden desde la produccin econmica masiva hasta.sistemas educacionales, diagnsticos mdicos, transferencias de fon-dos, cocina domstica o trabajo secretarial. La extensa aplicacin de i

    I la computadora recibe ms adhesiones que protestas, y en general se!, favorece la continuidad de esta tendencia, lo cual a su vez tiene im-'

    I portantes implicaciones culturales, ya que la computarizacin propor-iciona nuevas formas de ganar terreno al medio. Ofrece una tcnical'que, en efecto, representa ahora la infraestructura bsica de casi todoslos procesos industriales de produccin, distribucin, servicios y con-sumo; un lenguaje simblico (en la manifestacin del idioma de lacomputadora) que se extiende a casi todas las esferas sociales, y for-matos sociales, como son las formas centralizadas de control burocr-tico y las descentralizadas en la vida y el trabajo. --_J

    Estas nuevas tcnicas, smbolos y formatos sociales constituyen1 la cultura binaria, la nueva religin de nuestra poca: el absolutismo

    E!lectrnicQ..Con base en la capacidad de los procesadoreseleclronicos'de informacin para la solucin de todo tipo de problemas, se elimi-

    Ina,n .du~~s e inseguridades humanas. En la era del absolutismo elec-tromco sabemos todo, recordarnos todo, e incluso podemos prever/todo (o creemos que as es, lo cual resulta todava peor)".

  • 26

    Conciencia emprica racional

    La cultura binaria no es dialctica. Opera con unidades mutua-mente excluyentes: uno o cero, encendido o apagado, s o no, cuer-po o alma, emocin o razn; demanda una aclamacin inequvocapara la tecnologa avanzada como progreso social; no puede aceptarun eclecticismo calificado. La cultura binaria depende firmementede la autoridad competente, aumenta la tendencia a confiar ms en laobservacin de la mquina que en la humana y, por consiguiente, obs-truye el potencial humano para enfrentar por s solo al medio.

    La cultura binaria es la culminacin lgica de la conciencia emp-rica racional que ha predominado en el pensamiento occidental durantelos ltimos siglos. Esta modalidad de pensamiento ha producido lo-gros tcnicos impresionantes, al igual que graves amenazas para la con-tinuidad de la existencia humana, mismas frente a las cuales resultacasi totalmente inepta. No es capaz de controlar estas amenazas (porejemplo, la contaminacin ambiental, la guerra nuclear), y cada vez lees ms difcil solucionar los problemas que ella misma ha creado.

    La conciencia emp rica racional se expresa a s misma en el ordena-miento racional y analtico del medio. Su capacidad de ordenamientopretende abarcar la realidad en conjunto, ser universal. La compu-tadora, como la tcnica ptima de ordenamiento, proporciona elapoyo perfecto para esta pretensin.

    ,CONCLUSION

    La comunicacin digitalizada es una expresin de la concienciaemprica racional y un firme apoyo para el desarrollo de la cultura bi-naria. Mas, qu tan adecuado puede ser este sistema cultural para elhumano en su relacin con el medio? Pueden exponerse serias reser-vas al respecto. La cultura binaria propone relaciones instrumenta-les, simblicas y sociales con el medio, mismas que obstaculizan eldiseo de formas directas, intuitivas, no racionales y creativas de "en-frentamiento". Coloca a las mquinas digitales entre los seres huma-nos y su medio (por ejemplo, el simulador de vuelos o la pantalla detelevisin). Subrepticiamente, las mquinas proporcionan una reali-dad electrnica de lo cual resulta un mundo artificial.

    Sera necesario contar con una opcin radicalmente diferente paraapartarse de esta situacin. Las sociedades tendrn que elegir unaconciencia diferente, formas distintas de pensamiento y conocimien-to, y una cultura ms receptiva, intuitiva y autnoma. El desafoconsiste en ver si la sociedad tiene el valor para explorar la alternativa.

    produccin y latecnologa en la revolucin de lacomunicacin y la informacin*

    SARA DOUGLAS Y THOMAS GUBACK**

    Sara Douglas y Thomas Guback recurren al anlisis de las condi-ciones de produccin en la sociedad actual para esclarecer el carcter"revolucionario" de las nuevas tecnologas. Su estudio parte de lasiguiente tesis: la mayora de los analistas que hablan del papel revolu-cionario de lasnuevastecnologas contemplan el qu de la produccinpero no el cmo. Estos investigadores son directos en su juicio: lascondiciones en que se produce hacen ver que habr modificacionesen la forma en que las instituciones y la gente se relacionan; pero estono puede concebirse como una revolucin. "Las nuevas tecnologaspertenecen a los mismos propietarios de la industria de la informaciny, si los canales llegan a cambiar de dueo, los contenidos no. Ade-ms, toda esta tecnologa no essino una forma mseficiente de con-trol para incrementar el capital." Por esta razn, Douglas y Gubackafirman que debe hablarse de una nueva industria de servicios y no deuna nueva era (de la informacin).

    * Artculo originalmente publicado enMedia, Culture and Societv , 1984-1986, Londres,pgs.233-245.

    * * Sara Dou&lasha profundizado en el estudio de los trabajadores y los medios de co-municacin masiva. Actualmente se dedica ala docencia y a la investigacin. Public el libroLabor'. new uoiee: UnionB and Mas. Media. Norwood, N. J.Alex Publishing CorP. Constan-temente publica artculos en revistas.

    Thomas Guback es investigador del Institute of Communications Research de la Univer-sidad de Illinois. Se ha dedicado al estudio de la estructura econmica de la industria fl1mi-ca estadounidense. Entre sus libros ms importantes estn: La industria internacional delcine, Ed. Fundamentos, Madrid; y Who OWnBthe media' Concentration ot o umership in theMass Communication. lndustry,con la colaboracin de B. Compaine, C. Sterling y K. Noble;White Plains, Knowledge Industry P. Cuenta tambin con varias publicaciones peridicas.

    Esta ponencia (una colaboracin) se present originalmente como un planteamientopara elaeminario sobre "Ideology and Infrastructure in the 'Communication/lnformationRevolution' ", en la convencin de la Speech Communication Assoclation, noviembre de1983, Washington, D. C. Ms que ser un estudio definitivo, tenia el propsito de inspirardebate.

    27

  • 28 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    Los autores sealan, adems, que estos supuestos cambios se per-filan dentro de una perspectiva histrica cclica. "Durante los dos l-timos siglos, la sociedad occidental ha estado continuamente en losumbrales de algn nuevo cambio tecnolgico y la 'nueva' tecnologa

    \ siempre nos deslumbra. Todas han sido nuevas tecnologas en su da.liLa realmente progresivo es el distanciamiento que severifica entre el. proceso de produccin y el trabajador, al ser sus tareas cada vez me-nos intelectuales y ms rutinarias. La mayora de los empleos se handepreciado con la automatizacin. Se reinventa el trabajo domstico,y los sindicatos, sobre todo los europeos, demandan una nueva garan-ta en el trabajo: seguro deempleo. Con la automatizacin, la huelga \pierde tuerza." - - -"-----"--. ."- Por todas estas razones, segn Douglas y Guback, sedebe enten-der a la revolucin de las comunicaciones como aquella que gira al-rededor de un eje -el capital- para sostenerla. ste esel verdaderosentido de la revolucin tecnolgica.

    J

    Si hemos de dar crdito a la publicidad colectiva y a una variedad 1de estudios t~cnicos y populares cuy~ contenido se ha ~onvertido en 1Iun tema persistente en los medios masivos, ya estamos siendo testigosde una revolucin en las comunicaciones y la informacin. La inva-sin informativa de que nos hacen blanco los medios est caracteri-zada por presunciones incondicionales acerca del progreso automticoy un increble optimismo que considera a la tecnologa como solu-cin general para cualquier problema identificable -ya sea inflacin,desempleo, descontento social o desarrollo del Tercer Mundo.

    Esta ponencia tiene el propsito de examinar el contexto y sig-nificado de la revolucin en las comunicaciones y en la informaciny, particularmente, su influencia en las fuerzas y relaciones de produc-cin. Los puntos que se exponen aqu son de carcter exploratorio y suintencin es iniciar una definicin del problema y, asimismo, analizarciertas suposiciones sobre el significado de tal revolucin.

    Es justo reconocer que debido a su extenso uso, el trmino tecnolo-ga est sometido a una carga intelectual y popular que, frecuentemen-te, en vez de aclarar oscurece su significado: Consecuentemente, setiende a asociar a la tecnologa con poderes mticos, cuando no conla omnipotencia. No obstante, el concepto ms acertado de la tecno-loga es la aplicacin de la ciencia a las formas de produccin distri-bucin y consumo. Este concepto, en s mismo, no contiene n'ingunacualidad mtica e, indudablemente, dista mucho de ser deidad todopo-derosa. Si acaso, estos atributos provienen dela mente del receptor,pero no de la naturaleza de los procesos, combinaciones y mquinasque generalmente se describen como tecnologa.

    i"

    CAP.2. LA PRODUCCiN Y LA TECNOLOGA 29Antes de iniciar una especulacin sobre la eminencia de cambios

    y la naturaleza de los mismos, es necesario definir y precisar otros tr-

    ]

    minos del lxico. Los trminos comunicacin e informacin son me-/nos pr?blemt!cos, ya que generalmente si~nifican trasmisin y elcontemdo de esta. Tales expresiones se aplican tanto a los mediosmasivos como a modelos ms privatizados. Debemos reconocer quese han desarrollado y estn en proceso de desarrollo nuevos mtodospara trasmitir informacin y significado, pero ese no es el tema prin-cipal de esta ponencia., ~in embargo, la palabra clave: revolucin, es mucho ms proble-

    mtica. Nos encontramos ante dos posibles formas de entender estetrmino. Una se refiere a la nocin del cambio rpido o el derroca-miento de un orden existente, y se le asocia fcilmente con la rebelincontra alguna autoridad. El resultado de ese derrocamiento es unca~bio fundan:e?tal ~n la estructura del orden poltico, econmico ysocial, y podra implicar un trastorno en la configuracin de las cla-~~ soci~es. Una segunda forma de interpretar el trmino revolu-cton sena la de un movimiento alrededor de un eje central. Desdeluego, esta acepcin se aplica principalmente para describir la accinde c'!erpos fsicos~pero tambin se usa en un sentido metafrico paraexplicar los cambios en el dominio de la comunicacin y la informa-CIOn,ya sea en la superestructura o bien en la infraestructura.

    ~

    Aun cuando en la ltima dcada se ha recurrido al servicio de una(o ueva maquinaria de comunicacin con capacidad y alcances asom-ro~s,---:y an hay ms en la agenda-, la existencia y uso de este equi-

    ~ po d~fIc~mente ~uede constituir una revolucin en el primer sentidodeI"~;~_!llo. ~ fin de aclarar este punto, slo necesitamos preguntar9~Ie~ (o q~e) se rebela contra quin (o contra qu)?, con qu pro-PO,SItO.,~ules ~n l~s agravios que motivan la rebelin? Lo que esm,as,.no exlS~ evidencia de un derrocamiento del orden poltico, eco-nomIc~ ~ SOCIale:cistente, ni hay nada que sugiera que estas mquinasproducirn cambios fundamentales o radicales. Esto no quiere decirque la forma de relacin mutua y existencia de las instituciones y lagente puedan permanecer inalterables, pero difcilmente estas modi-fi~aciones constituirn una revolucin, y menos si entendernos el tr-mino en un marco de clases.

    .Es improbable que ocurran cambios estructurales sustanciales porvanas razones, mismas que a la vez explican la exageracin si no esque el error, al aplicar el trmino revolucin a lo que realmente est

    J

    pasando. En primer lugar, la nueva maquinaria, que es -y al respecto I11 hay consenso- ~l foco de la discusin, est en manos de la misma'f c~ase~ue posee virtualmente toda la tecnologa existente en las comu-, mcacmnes y la informacin. En s, tal hecho establece las relaciones

  • ,30 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    de produccin en las que tiene verificativo el uso de este equipo. Lossectores de medios masivos, telecomunicaciones y empresariales, conpocas excepciones, son los que recurren a este equipo para su propiobeneficio, o venden versiones a menor escala del mismo para el pbli-co en general. Mientras que el sector de telecomunicaciones lo empleaen una forma comn de trasmisin, los medios publicitarios lo usanpara vender productos al pblico y clientela a los anunciantes. Otrasempresas, las firmas bancarias y de inversiones, utilizan esta tecnolo-ga para trasmitir datos internos. El Bank of America gasta en susoperaciones mundiales 100 millones de dlares anuales en serviciosde telecomunicacin. 1

    En segundo lugar, el fundamento del uso y operacin de esta nue-va tecnologa es tambin la acumulacin de capital. Desde el puntode vista del orden institucional actual, se considera que esa tecnologaconstituye una herramienta para estructurar con mayor eficiencia yracionalidad las actividades econmicas, ya sea en la produccin o enla distribucin. La ciencia se ha aplicado a la valoracin del capitalcomo continuacin de un largo proceso. Como lo demuestra una sec-cin posterior de esta ponencia, la nueva tecnologa -como en pocasanteriores- extiende y profundiza el control sobre la produccin y lacomercializacin, y particularmente sobre la fuerza laboral, la cual encierta forma siempre ha sido menos sensible a la racionalizacin. Sibien la acumulacin de capital es una caracterstica fundamental delcapitalismo, no se puede pasar por alto el cultivo ideolgico que llevaaunado. Pero en su forma pblica, este condicionamiento describeuna funcin particular de los medios masivos que no puede aplicarsefcilmente a otros usos de la tecnologa en campos tales como la tras-misin, almacenamiento y recuperacin de datos que son privados pornaturaleza, aun cuando tengan consecuencias sociales y pblicas.

    La tercera razn es que las mismas firmas que dominan la comu-nicacin tanto en el pas como en el extranjero son las que abastecena los medios masivos en la bsqueda de nuevos sistemas de trasmisin(como el cable, televisin, teletexto, cintas de grabacin, juegos devideo, etc.). Si bien en algunos casos la infraestructura puede ser pro-piedad de nuevos sectores de la clase capitalista, los entretenimientoso informacin que se distribuyen provienen de fuentes establecidas.La televisin pagada y los videocasetes son ejemplos claros, ya quedependen de la estructura flmica de Hollywood para su programacin.

    En cuarto lugar, en el sector de la informtica las costosas instala-ciones (o plantas por instalarse) estn puestas a disposicin de lasempresas industriales, financieras y comerciales internacionales para

    1 Burguesa, 1983.

    CAP.2. LA PRODUCCiN Y LA TECNOLOGA 31

    facilitar su operacin y expansin." En el contexto mundial, las em-presas demandan y crecen con base en la disponibilidad de vnculosde informacin y una estructura legal que no obstaculice la circula-cin de sta, independientemente del carcter confidencial de la mis-ma. Asimismo, los requerimientos militares germinan y florecen enuna compleja tecnologa que frecuentemente puede adaptarse para suutilizacin combinada en el sector civil.

    Existe otro factor que pone en tela de juicio el concepto de revo-lucin en el sentido de un transtorno estructural. La nueva maquinaria noslo es propiedad y opera a travs de la misma clase que domina la tec-nologa anterior y actual, sino que est principalmente al servicio de unsector particular de esa clase: el monopolio y oligopolio del capital. Estosignifica que la nueva tecnologa ha sido y est destinada a incorporarseen una estructura industrial y econmica que se caracteriza por un con-trol centralizado y una alta concentracin. Un puado de corporacionesgigantes (que operan, generalmente, como transnacionales) es el quecontrola la competencia por la participacin en el mercado. En oca-siones, la poltica gubernamental fomenta esta competencia; por ejem-plo, en 1982 la Federal Communications Comission elimin ciertasrestricciones impuestas a la AT&Ty le permiti penetrar en el mercadointernacional de telex, telgrafos y trasmisin de datos que ya ocupabanla IT&T, la RCA y otras varias firmas. En una accin relacionada, lacomisin autoriz a difusores internacionales de informacin para queofrecieran servicios telefnicos internacionales en competencia con laAT&T. An ms significativo es el hecho de que la AT&T est intro-ducindose agresivamente en el mercado internacional de venta deequipo de telecomunicacin con tecnologa desarrollada por Bel1Laboratories y manufacturada por la Western Electric, ambas firmassubsidiarias de la misma AT&T. De 300 compaas que vendenequipo de telecomunicacin a nivel mundial, 11 firmas controlan lamitad del mercado y se espera que ese nmero disminuya antes delao 2000.3

    En el campo domstico, durante la ltima dcada se ha registradouna lucha entre las firmas por el control, definicin y empleo de lanueva tecnologa. Como ejemplos destacados de terrenos en los cua-les las compaas han buscado la creacin de esferas de control sepodra citar a la televisin pagada y las telecomunicaciones. A finesde la dcada de 1970, los intereses de las empresas de televisin porcable, en una arremetida contra la cerrada posicin de las redes y es-taciones de la televisin comercial, lograron la derogacin de algunasleyes y reglamentos que obstruan su crecimiento. En -el rengln de

    2 Schiller, 1982.3 Bell Telephone MOllozine, 1983.

  • 32 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    J,'

    las telecomunicaciones, la AT&T se opuso a la reestructuracin de loque defini como la industria .telefnica. La pre~in que ejercieronlos grandes usuarios empresarIales y los competidores deseosos devender equipo y servicios en el mercado, debilit en su momen.t~}ainfluencia de la AT&T en la poltica pblica y origin la desaparIClOnde reglamentos, monopolios y concesiones.

    Es evidente que la sociedad no est sufriendo el efecto de una re-volucin si se interpreta ese trmino como una rebelin contra laautoridad civil o como un reordenamiento fundamental de la estruc-tura de clases. En efecto, lo que est sucediendo es exactamente locontrario. La nueva tecnologa ofrece ms oportunidades a los secto-res dominantes para consolidar su poder, racionalizar su forma. deoperacin y valorar el capital ~s eficienteI?ente. Es~a~os cbtenien-do lo mismo pero en una dOSISmayor. Solo en el lxico del News-peak" se pOdra considerar que esa reafirmacin de las condiciones ymotivos existentes constituye un cambio bsico en el poder de clases.

    Si concluirnos que el primer sentido de revolucin no es aplica-ble respecto de la comunicacin ni de la informacin, entonces debe-mos recurrir al segundo. Revolucin es un movimiento alrededor deun eje central. Metafricamente, los cambios tecnolgicos cumple~con esa especificacin. El capitalismo, como centro, produce conti-nuamente nuevos mtodos que lo apoyen y ayuden a alcanzar susobjetivos bsicos. Desde luego, cabe la posibilidad de que, i~terna-mente esos mtodos y fines no sean consistentes, ya que los diferen-tes se~tores interpretan sus necesidades y desarrollan S?luciones ~nformas conflictivas. No obstante, se relacionan con un nucleo comunde valores y lgica. En cierto modo, la tecnologa, independiente-mente de la manera como cambie, se desarrolle o transforme, respon-de continuamente a los problemas generales y especficos del orden.econmico. La revolucin de la que puede hablarse es la que oeune]Ialrededor del eje del capitalismo. ,

    Un aspecto en cierto modo diferente de la ~~eva tecnolog~a, querequiere ser analizado, reside en la transformaclOn que -se afirma->ha tenido lugar en la sociedad estadounidense (yen algunos otrospases): de sociedad industrial ha devenido una sociedad de informa-cin. Este hecho de alguna manera desva la lucha de clases del con-texto actual y se adentra en el pasado histrico. La implic?~in t~cit~de esta lnea de razonamiento consiste en que la producclOn y dstri-bucn de informacin se lleva a cabo en cierto sentido bajo condicio-nes singulares que a su vez aminoran (si no mitigan completamente)los rasgos depredadores y opresores del capitalismo industrial. Al

    4 Los autores se refieren a un trmino usado en la obra 1984 de George Orwell. (N. del t.)

    CAP.2. LA PRODUCCiN Y LA TECNOLOGA 33

    igual que la revolucin administrativa, descrita hace medio siglo,anunciaba la llegada de un capitalismo humano cuyo motivo principalno era el beneficio, as la revolucin de la informacin, si hemos decreer en sus afirmaciones, advertira el arribo de un capitalismo amis-toso y un mundo con abundancia de informacin.

    Con base en la proporcin de la fuerza laboral, los proponentesdel cambio ocupacional afirman que nuestra sociedad ha seguido unaruta progresista al pasar de la etapa centrada en la agricultura a la fasededicada a la manufactura v, finalmente, a la de la informacin. sedice que estamos en la era de la informacin, y la prueba de ello esla existencia de la nueva tecnologa. Los analistas proporcionan da-tos complejos para documentar la produccin, flujo y consumo deinformacin.

    En este punto nos encontrarnos con ciertos problemas de defini-cin que oscurecen lo que realmente est pasando. Una cuestinfundamental es la confusin entre cmo y qu se produce y distribu-ye. Si partimos de manufacturas o industria, los trminos describenla forma como se organiza y aplica la fuerza laboral al proceso deproduccin. Las mquinas y las operaciones en serie definen rutina-riamente el ritmo y la estructura del modo como se realiza el trabajoen ubicaciones centralizadas. Los trabajadores interactan con losobjetos de trabajo mediante una serie de herramientas y equipo ali-mentados por fuentes de energa independientes de la fuerza animalo humana. Sin embargo, los partidarios de la teora de la transforma-cin de sociedad industrial en sociedad de informacin, al considerarla informacin cambian repentinamente los trminos de referencia.En este caso, no estn describiendo el cmo (la forma como la gentese gana la vida), sino el qu de la produccin. Para ellos ya no es elproceso sino el producto final lo que define a la sociedad. Para em-pezar, este cambio de definiciones para evaluar lo que la sociedad esthaciendo, carece de lgica y tiende ms a confundir que a aclarar.

    El hecho de que, almenos durante el siglo pasado, haya disminuifdo la participacin de la fuerza laboral en la agricultura y aumentad~'en el sector de manufacturas est fuera de discusin. Tambin eindudable que durante la segunda mitad de este siglo SI:! ha producidotro cambio: ha declinado la participacin de la fuerza laboral en lamanufacturas.

    sSi se mantienen constantes los trminos de defini-

    cin, es decir, si nos concentramos en el cmo, descubrimos que losmedios de vida de los trabajadores provienen cada vez ms del sumi-nistro de servicios y cada vez menos de la produccin de bienes. Con-secuentemente, tiene ms sentido hablar de la transformacin de una

    5 Braverman. :1.974.

  • 34 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    , . d trial en una de servicios aunque para fines analticos,economra m us n , d . bi d tr tip ya. 1 so esa definicin presenta dificulta es, SI len e o o I o,m:eulos productos manufacturado~ tangible~ circulan en (lo que. se~efine como) las industrias de servicios, Por ejemplo, u~a obra f~mlcaes un producto manufacturado; sin embargo, la m~u~t~a en cO,!j~nt?-desde la produccin y distribucin hasta la exhlblclon~ est c aSI-ficada por el Departamento de Comercio ~e Estad~s Un~dos co?Ioarte del sector de servicios, ya que no se mtercamblan. bienes, SInO

    ~erechos. Aun as, tiene mayor sentido ilustrar la susta.n~Iade la,tr~n~-formacin como dirigida hacia una economa de servl~loSy a~1?Iml-mizar la euforia que rodea la celebracin del pretendido nac,Imlentode una era de la informacin. Despus de todo, ,en l~ mayon~ ~e loscasos la manera como se encapsula la informacion sigue requiriendode la manufactura. ,. al

    Otro problema en torno ~ la den~mi~acion c~nSlSte en qu~enfocar la atencin hacia el que, se nos impide ver como .s; perpetanlos procesos de mano de obra y las relaciones de produccin, mdepen-dientemente del producto de ese trabajo. Quienes ar~entan quehemos superado la sociedad industrial, implican a veces a,blertamenteque tal evolucin ha sustituido al anlisis de Marx y que est~ ya no esaplicable. Las clases y la lucha de clases se dan por de~p~ecI~as. Losproblemas ya no son estructurales, sino tc~,icos. Al dismnuir las ma-nufacturas tambin disminuye la explotacin,

    En la ~bra Megatrends, John Naisbitt dice que estamos e? unasociedad de informacin y que la instruccin ~"Kn~w how"~ :sta oc~-pando el lugar del capital. "En una economa de informacin -afIr-ma+ es el conocimiento y no el trabajo lo que aumenta el valor. Lateora del valor del trabajo de Marx[ ... ] debe reemp!azarse p~r unanueva teora del valor del conocimiento. En una sociedad de mf~r-macin el valor aumenta con el conocimiento, una clase de trabajo

    , , t "6distinta a la que Marx tema en men e.Este nivel de anlisis no slo pasa por .alto el he~~o de ~ue ~l

    conocimiento y las personas conocedoras tIenen ,.~e producl!~ ,sino que la aplicacin de ese conocimiento en condlclo?es e~~lflcasla llevan a cabo personas que trabajan en un escen~o de~~ldo derelaciones socioeconmicas. La mano de obra, el artculo b~co quese compra y vende bajo las relaciones capitalistas de produccin, com-prende fuerza tanto muscular como cerebral. AdUCIrq~e la explota-cin no interviene en el conocimiento ni en la informacin equI~ale apretender ignorar este hecho. Aun cuando los derechos de propiedadde la informacin y del entretenimiento se pueden vender y comprar.

    6 Naisbitt. 1982.

    CAP.2. LA PRODUCCiN Y LA TECNOLOGA 35. y el valor de esos derechos puede registrar profundas fluctuacionescon el tiempo, la fuerza laboral humana sigue siendo la base de suexistencia. Esto se aplica con mayor acierto a los casos que deman-dan sentido, pericia y creatividad en la produccin de informacin oentretenimiento.

    La compra de derechos de propiedad de la informacin significaque esa informacin se convierte en parte de un capital constantemientras que la compra de fuerza laboral para crear o producir in- Iformacin es un capital variable. Por consiguiente, declarar que la iinstruccin ("Know how") suplanta al capital no hace ms que con- ffundir el problema. La fuerza laboral, directa o indirectamente !contina siendo fundamental. La aplicacin de la tecnologa a l~ i )produccin, por lo tanto, significa con frecuencia que el equipo tc- jnico (en el que est contenido el conocimiento) se usa para que ellproceso laboral produzca informacin a un ritmo ms rpido. En Isuma, es una extensin ms de la conversin del trabajo intelectUal}en un artculo comercial.

    Si en el sector de servicios algunos trabajadores no intervienen di-rectamente en la produccin sino slo manipulan la banda transporta-dora que reparte los bienes al pblico, se les puede considerar partede la fuerza laboral explotada? En trminos ms formales: son tra-bajadores productivos o improductivos? En tanto funcionan para darvalor a la inversin del capital, son trabajadores productivos. Y cier-tamente, en vista de la tremenda divisin del trabajo y la fractura demuchos procesos en componentes diminutos, sera ms correcto ha-blar de un trabajador colectivo en vez de uno individual. El hecho deque las partes del trabajador colectivo sean indispensables para el con-junto Y, de ah, para la valorizacin del capital, implica que las condi-ciones capitalistas de produccin se aplican tanto a las partes como alconjunto. Consecuentemente, aun cuando los bienes que producenno son tangibles en el sentido tradicional, eso no justifica que (en lasociedad de informacin o servicio) no se les adjudique el papel de pro-ductores de valor excedente. Mientras se considere al conocimientoa la informacin y al entretenimiento como artculos de consumo eiestatus de los productores de la clase laboral quedar perfectam~n_te definido.. Cu~l es la esencia de la nueva tecnologa que, se nos dice, se hamtroducIdo en la era de la informacin? La respuesta debe guiarsepor la teora, (o ms bien, no teora) de la generacin espontnea. Ensu forma mas contundente, esta postura adopta la existencia de latecnologa como un hecho especfico, sin detenerse a investigar cmose desarrolla. Pareciera que todo el nuevo equipo, mquinas procesosetc., hubiese surgido mgicamente de los salones de la cie~cia, come::

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

  • 36 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    parte del progreso automtico de la humanidad hacia un "mundo me-jor". Adems, se ve a la tecnologa c~mo una'p~acea y como ~nallave para abrir la puerta a una cornucopia, En term,mos de los mediosmasivos, concretamente, se supone que la teenologa aumenta la velo-cidad, capacidad y exactitud con que se procesa y ~ presenta unmundo externo. Lo anterior forma parte de una conviccion basadaen el despliegue continuo de una reproduccin precisa de la re~idad.

    Esta explicacin no es inobjetable, pero por ~hora .b~te decir ~uela tecnologa (como la ciencia) no tiene una existencia mdep~ndlen-te ni es particularmente neutral. Comprende procesos tangibles eintangibles. Los sectores empresariales, militares y gubernamentalesrecurren a ella entre diversas opciones, para solucionar problemasparticulares con grados diversos de especificidad o definicin. Enconsecuencia la tecnologa se desarrolla y es desarrollada en un con-texto de instituciones econmicas y sociales. A guisa de ejemplo pue-de decirse que contarnos con videocasetes porque algunos ~ctores dela industria de la comunicacin consideran que ofrecen un Importan-te potencial como canal auxiliar de distribucin y pueden facilitar lavalorizacin del capital. La oferta crea (o espera crear) la demanda.El juicio acerca de si se cumplen los trminos de.esta ecuacin quedaen manos de los proveedores y se basa predommantemente en con-sideraciones econmicas acerca de la informacin como un artculode consumo.

    Es muy posible que la tecnologa que tenernos ante nosotros y lasprofecas para el futuro nos dejen fascinados y que nos deslumbren,los cambios cuantitativos, pero necesitamos tener en mente que du-rante los dos ltimos siglos la sociedad occidental ha estado en losumbrales de algn nuevo cambio tecnolgico. Simplemente en elcampo de las comunicaciones, la prensa ~e vapo!, l~ rotativa, ~a~ele-grafa y telefona por alambre, la fotografla~ la maquma de e~nbIr, ~alcomunicacin inalmbrica, la radio, el sonido grabado, el cmemato-\ (\grafo, el facsmil, la televisin, el procesamiento de dat?s, etc., c~?a . 1,uno ha sido una tecnologa nueva en su momento, y su introduccinfue saludada con las mismas fanfarrias.

    Sin embargo, una interpretacin histrica ms profunda de lo ~uela tecnologa nueva ha creado y difundido en lo tocante a la comunica-cin durante los ltimos 150 aos, revela claramente que las estruct~-ras de clases no se fracturaron; por el contrario: se consolidaron. Masan las relaciones de produccin en la comunicacin reflejaron unaumento en el tamao de su fuerza laboral comparable con otros sec-tores en cuanto a la concentracin y centralizacin de la propiedad yla c;pacidad productiva. Las innovaciones en tecnologa -comoejemplos del mayor refinamiento de las fuerzas de produccn+- per-

    CAP.2. LA PRODUCCiN Y LA TECNOLOGA 31

    mitieron a los negocios ejercer ms control sobre la produccin y deah, .sobre l~ fuerza !abor~l. CQm-J.l1~2;~~o~~al,la nueva tecnol~ga4a. SIdo a~ttrr.eyll1~!Onarla;no ha propiciaao"iiiCfraSfereciaael

    () control de lainversiridemanospiiva(las.ipbH~as, nrha contribUidoa la reconstruccin del proceso de toma de.decsones econlc'as a

    i lo largo de lneas democrticas.No obstante, es indudable que la tecnologa que se ha creado re-

    cientemente (o que espera introducirse) influye en el modo como lostrabajadores individuales y los grupos de trabajadores enfocan y lle-van a cabo sus tareas. Pero las relaciones con la produccin no signifi-can lo mismo que las relaciones de produccin. Mientras las primerasestn condicionadas por la tecnologa a que recurren los capitalistaslas segundas se fijan por la forma de propiedad. '

    Con toda certeza, la tecnologa de la comunicacin y de la infor-macin hacen destacar a la estructura industrial capitalista. Pero dela misma importancia es el proceso laboral en s mismo; es decir, lanaturaleza y el lugar del trabajo, y el impacto que tiene ste en lostrabajadores. Recientemente, al percibir los analistas la velocidad empetu que acompaan a la cambiante tecnologa, se realiz una pro-funda revisin de las tendencias y estadsticas relativas al trabajo y allugar del mismo. Regularmente, todas las tendencias y estadsticaspueden ser, y son, objeto de manipulacin y yuxtaposicin, y estecaso no tena por qu ser distinto. Como era de esperarse las conclu-siones fueron diversas; sin embargo, es sorprendente la forma comomuchas han sido aceptadas literalmente, en vez de someterlas a unexamen ms riguroso.

    En Megatrends, Naisbitt clasific en forma imprecisa a los traba-jadores empleados en tareas de informacin en los Estados Unidos.Afirma que, actualmente, ms del 60% "trabajamos con informacin"como programadores, aseguradores, burcratas, abogados empleadosbancarios y tcnicos. Este porcentaje, a pesar de ser tan' alto no estotalmente inclusivo -dice- ya que no comprende a todos los quetenen trabajos de informacin en companu manufactureras. Cuan-do Naisbitt discute el porcentaje de trabajadores profesionales (elcual ha aumentado del 11% en 1960 al 16% aproximadamente en1979), sigue siendo evidente la falta de precisin en las definicionespor categoras. 7

    Frederick Williams, en The Communications Revolution, opina"]que estamos cambiando y que lo mismo est sucediendo con la natu-raleza del trabajo en los Estados Unidos. Williams cita a Daniel Bell ya Peter Druker para apoyar una tesis segn la cual es el trabajador del

    7 NaiabiH, 1982, pp. 14-15.

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

  • 38 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    Iconocimiento quien se encuentra al frente de la fuerza laboral actual.Una vez ms el trmino es vago pero se explica haciendo nfasis enuna nueva economa, una economa cuyo recurso bsico es el conoci-miento -especialmente el tcnico- en lugar del capital. Los trabaja-dores del conocimiento estarn mejor preparados, con una orientacinms profesional y requerirn menos supervisin que sus contrapar-tes en el campo de lasmanufacturas. El rea con un mayor crecimientoen las empresas ser la destinada a los trabajadores del conocimiento, ylos ejecutivos desempearn el papel dominante en la nueva fuerzalaboral. Se predice la desaparicin del supervisor; los trabajadorestendrn empleos creativos y aumentar la satisfaccin respecto dellugar de trabajo."

    Michael Goldhaber dice que se registrar una profunda alteracinen la economa, una nueva estructura de trabajo en la que cambiarla relacin de los trabajadores con los medios de produccin y con loque producen. Esto puede conducir a nuevas y significativas formasde organizacin de la clase trabajadora. Goldhaber afirma que ahorase puede visualizar un orden social basado en la informacin, en elcual dejarn de existir las relaciones de clase y econom a actuales.j, I

    Goldhaber, al menos, admite ante sus lectores que est especu-lando. En cambio Naisbitt, analista de tendencias, se basa en datosempricos para sustentar su criterio de los diez procesos crticos deestructuracin en los Estados Unidos. El resultado es una abundanciade predicciones retricas que pueden considerarse serias, emocionan-tes, desanimantes, frustrantes o humorsticas.

    Chris Morgan, asesor en robots y automatizacin, condena a losadministradores que continan pensando en la necesidad de disearsistemas de manufactura que se "amolden a las limitaciones humanas".El operador humano impide as la optimacin de las respectivas in-dustrias manufactureras. Asimismo, Morgan nos recuerda que Japnest desarrollando sistemas totalmente automatizados en varias de susindustrias de manufacturas. 10 r

    \

    Los lderes de la AFL-CIO (American Federation of Labor and\ , Congress of Industrial Organizations) consideran que se aproxima un) periodo que producir trastornos continuos para la fuerza laboral. Es

    de esperarse que persista la situacin de ndices de desempleo cons-tantes y excesivamente altos; no se contar con suficientes oportuni-dades para satisfacer las necesidades de aquellos que desean un trabajo \til de tiempo completo." ~

    , ,.

    8 Wllliams, 1982.9 Goldhaber, 1983.10Morgan, 1983.11AFL-CIO, Neurs ; 1983b.

    CAP.2. LA PRODUCCiN Y LA TECNOLOGA 39

    La revista Business Week informa que la gerencia media est que-dando atrapada en el punto crtico de la necesidad econmica y lasfuerzas tecnolgicas. En contradiccin con otros expertos, esta pu-blicacin aduce que los supervisores estn desempeando papelesesenciales, manejando trabajadores ms preparados y con mayores as-piraciones, e incorporando a gerentes de mantenimiento, ingeniera ypersonal en grupos operativos integrales. La recopilacin ms exten-sa de informacin permitir que los datos fluyan del taller a las ofici-nas ejecutivas, con lo cual se eliminarn las revisiones, vigilancia yconjeturas que comprendan las funciones del administrador medio.P

    Business Week seala asimismo que disminuir el nmero de em-pleos para graduados de las escuelas comerciales; que el rea de ocupa-ciones financieras probablemente ser la de ms rpido crecimientopara los trabajadores del conocimiento, pero los lderes empresarialesexpresan dudas en cuanto a que las escuelas comerciales sean el mejorlugar para que los administradores aprendan lo necesario. La experien-cia, dicen, es el mejor maestro. Es esta experiencia la que producirtrabajadores del conocimiento altamente preparados y con orientacinprofesional en la Era de la informacin?

    Los estudios recientes sobre la revolucin en la comunicacin y lainformacin muestran una gran confusin. Incluso entre los analistasque no se han dejado deslumbrar por la tecnologa, algunos se han vis-to obligados a hacer declaraciones que semejan viajes fantsticos deciencia ficcin. Qu hemos aprendido del pasado y de las fanfarriasque han dado la bienvenida a un cambio tecnolgico tras otro? Tan-to en el pasado como ahora, la tecnologa ha permitido a las empre-sas ejercer un mayor control sobre la fuerza laboral. La tecnologade la comunicacin est contribuyendo a un proceso de fragmenta-cin progresiva del trabajo, a una degradacin y descalificacin, ytiene el potencial para extender, incluso profundizar, los conflictosexistentes en lo que respecta al trabajo. Este proceso no es nuevo,pero est presente y su alcance y velocidad virtuales estn causandoun remolino de reacciones. -,

    En un informe recientemente publicado, The Future of Work ((agosto de 1983), la AFL- CIO observa que en verdad se estn crean-do nuevos puestos en industrias de alta tecnologa, que requiereneducacin especializada -por ejemplo, empleos en ingeniera aeroas-tronutica y en procesamiento del rayo lser industrial. Pero estehecho resulta irrelevante a la luz de estimaciones que pronostican unincremento de tan slo un milln de nuevos empleos en las industriasde alta tecnologa para 1990 -de los cuales muchos seran de natura-

    12 Busineu Week. 1983.

  • 40 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    leza altamente especializada y no haran una mella significativa en laactual cifra de 11 millones de desempleados en los Estados Unidos.

    En el mismo informe, el comit de la AFL-CIO concluye que parael mismo ao las industrias de servicios emplearn al 72% de la fuer-za laboral -por ejemplo, trabajadores de servicios en el ramo de losalimentos, conserjes, trabajadores en ventas y servicios secretariales, enel cuidado de la salud y en trabajos de reparacin y mantenimiento.Al mismo tiempo, se han hecho clculos de un excedente de 500 000graduados universitarios para 1990 que no encontrarn empleos en losque pueda aplicarse su educacin. Al cambiar la estructura del traba-jo, es muy posible que aquellas personas que poseen doctorado ymaestra sustituyan en los empleos de gerencia baja a las que tienenlicenciaturas y estas ltimas, a su vez, sustituirn a los graduados depreparatoria en los trabajos de oficina y secretariales. Como resulta-do, nos encontraremos con que la mayor parte de la fuerza laboralestar trabajando por debajo de su nivel Y, consecuentemente, en vezde reducirse, es posible que se intensifiquen las tensiones de clases.Algunas personas, desde luego, no encontrarn empleo. Las industriasde alta tecnologa son muy movibles, como lo ilustra el que WarnerCommunications haya trasladado una gran porcin de la manufactura ~de su subsidiaria Atari a pases con salarios bajos.

    Harry Braverman, en Labor and Monopoly Capital, proporcionauna base terica y emprica para refutar la afirmacin de que la nuevatecnologa abre el camino a empleos ms satisfactorios y gratifican tes.Braverman seala que, histricamente, el proceso de produccin seha alejado progresivamente del trabajador. Al igual que otras maqui-narias, la tecnologa de la comunicacin provee a la gerencia de altonivel los medios para continuar la reconstitucin progresiva del pro-ceso laboral como una va para seguir desplazando a la mano de obracomo elemento subjetivo del proceso y transformarla en un objeto.Podemos visualizar una continuacin de este proceso dirigido a propi-ciar un mayor control de los beneficios del capital, considerando quela ciencia y racionalidad se utilizan para aumentar la productividad yeficiencia. El resultado ha sido y contina siendo una creciente espe-cializacin del trabajo y una burocracia en aumento. Como sealaBraverman, el conocimiento y el control del proceso laboral ha pasa-do progresivamente del trabajador a la administracin. 13

    Es cierto que la gente, el trabajo y las instituciones estn cambian-do ahora con mayor rapidez que antes, pero no en una forma que seafundamentalmente diferente de la anterior. Anunciar la llegada de larevolucin en la informacin como una era que producir empleos 1

    ,.

    13 Braverman. 1974.

    CAP.2. LA PRODUCCiN Y LA TECNOLOGA 41

    ms creativos y demandantes, experiencias ms ricas en el trabajoy mayor satisfaccin para el trabajador, equivale a aceptar un mito.La realidad es que a los trabajadores, mejor preparados que nunca, sele~ separa de las potencialidades intelectuales de su trabajo y se lesasignan tareas cada vez ms rutinarias y que requieren pocas ideas,esfuerzo mnimo y casi ninguna creatividad.

    La tesis de Braverman en el sentido de que el conocimiento y elcontrol del proceso laboral pasa del trabajador a la administracin con-tina siendo vlida y la refuerza el decreciente nmero de empleos anivel medio bien remunerados. Los empleos bien pagados para traba-jadores sindicados en las industrias de la manufactura y la construc-cin, que hasta ahora haban conservado cierto grado de control ysatisfaccin en el trabajo, se estn convirtiendo en empleos en el reade servicios y produccin de bienes sin el apoyo de sindicatos y consalarios ms bajos. Lo que est sucediendo a la fuerza laboral se ase-meja ms a una repeticin histrica y a la continuacin de ciertosprocesos que a una revolucin sustantiva. ....J

    Las minoras, las mujeres y los jvenes que constantemente hane.ncontrado barreras en el mercado del trabajo, son las principales vc-timas del desempleo. Aproximadamente el 20% de los negros y el14% de los hispanos estn sin trabajo, a diferencia del 8% de los blan-COS.

    14 Por otra parte, en las ltimas dcadas el nmero de mujeresque trabaja ha aumentado dramticamente y se espera que para 1990sea an ms alto el porcentaje de mujeres en el total de la fuerza labo-ral. Tpicamente, las mujeres han desempeado trabajos industrialesno especializados o semiespecializados con salarios bajos pero la cre-ciente necesidad de trabajadores de oficina y servicios secretariales harepresenta?o una ab~ndante fuente de empleo para ellas, y en las nue-vas ocupaciones masivas, como las industrias de servicios, han represen-tado una oferta ideal. El problema en este caso consiste en que, auncuando los empleos en las industrias de servicios estn aumentandocon frecuencia no estn bien remunerados, ofrecen poca oportunidadde movilidad ascendente y una exigua o nula seguridad en el empleo.Y precisamente estas reas laborales son las que se han visto ms seria-mente ~ectadas por las tecnologas de la comunicacin. Algunascategorias de empleo han ascendido, pero la mayora se ha deprecia-do o desaparecido ante la automatizacin. Estos acontecimientosafectan desproporcionadamente a las mujeres como parte de la fuerza ]de trabajo. _

    Como ejemplo de que la historia se repite, podran sealarse lassimilitudes entre el antiguo trabajo domstico industrial y la forma

    14 Bureau of Labor Statistics. 1983.

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

  • 42 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    ms moderna del taller domstico de servicios corporativos. se haespeculado intensamente acerca de la amplitud que podra alcanzar eltraslado de tareas apoyadas en tecnologa, de las oficinas y fbricas alos hogares. Los enlaces interactivos de telecomunicaciones, los servi-cios automatizados de informacin y las terminales porttiles permitena los trabajadores enlazarse con los sistemas sin ms requisito quecontar con un telfono disponible. El dictado puede hacerse en cual-quier momento por va telefnica, se registra en cinta y se transfierea los procesadores de palabras que pueden estar ubicados en la ofici-na o en el hogar. El personal de oficina tiene acceso a los archivosadecuados, mediante un enlace de terminales, a travs de conexionestelefnicas, con computadoras centrales. Antao, en nombre de laadministracin cientfica y la eficiencia industrial, las tareas se frag-mentaban y dispersaban entre varios trabajadores. Cul sera el efec-to de trabajadores fsicamente dispersos -ya sea en sus hogares o enpequeos cubculos en oficinas- sin ms compaa que sus termina-les? Para la administracin, la respuesta parece ser la de que se obten-dra un mayor control. Al separarlos fsicamente, la comunicacinde y entre los trabajadores disminuye. Cada vez hay menos oportu-nidades para que los empleados se renan y discutan los trabajos olleven a cabo alguna accin colectiva para mejorarlos. En toda laorganizacin, la computadora estructura el trabajo; el empleado noobtiene ninguna autonoma, la mquina lo dirige y le impone el ritmo.

    Aun cuando las herramientas son ahora ms complejas, el trabajoen el hogar no es nada nuevo. Lo han usado industrias sin alta tecno-loga que utilizan equipo porttil y trabajadores semiespecializados.Los patrones distribuyen el trabajo a los empleados para ser realizadoen los hogares de stos y, generalmente, pagan de acuerdo con unatarifa por pieza. Durante aos, las organizaciones laborales y la ma-yora de los principales fabricantes en la industria del vestido hancombatido este concepto. En esa industria, las mquinas de coser detipo domstico hicieron posible en algn tiempo la produccin do-mstica y proporcionaron los ingresos necesarios a muchos inmigran-tes que no hablaban ingls, pero hace 40 aos se prohibi ese tipode produccin, pues propiciaba que los contratistas pagasen salariosinjustos y sus exigencias fueran desproporcionadas. El trabajo in-dustrial domstico facilita el incumplimiento de las leyes sobre ho-rarios de trabajo, los reglamentos laborales para menores y las normasde seguridad y salud. Pero ha vuelto a hacer su aparicin. En la indus-tria del vestido, algunas mujeres en Vermont han comprado pequeasmquinas tejedoras, y lo que era un pasatiempo se ha convertidoen empleo redituable: la confeccin de prendas de vestir tejidas. Estastrabajadoras argumentan que un trabajo as les brinda ciertas venta-

    CAP.2. LA PRODUCCIN Y LA TECNOLOGA 43

    jas, como la libertad de no tener un horario fijo y la solucin a lanecesidad de encontrar un centro para el cuidado de los nios. En1981 se levant la prohibicin al trabajo domstico en siete indus-trias, pese a que las audiencias pblicas celebradas mostraron que estaclase de trabajo segua siendo un serio problema, y que tanto el sectorlaboral como algunos industriales manifestaron su oposicin en lascortes. Parece ser que el gobierno adolece de una sorprendente faltade entendimiento sobre la causa por la que en un principio se impusola prohibicin. Sin embargo, los que se oponen al concepto del traba-jo domstico se anotaron una importante victoria cuando, en noviem-bre de 1983, una corte federal dictamin que el Labor Departmenthaba cometido un error al retirar la prohibicin en 1981.

    No obstante, en reas productivas donde nunca antes haba exis-tido, ahora est ganando terreno dicho concepto laboral. El trabajocon computadoras se puede hacer fcilmente en el hogar y ya es unaprctica comn, especialmente en las industrias aseguradoras y finan-cieras. Se paga a destajo, y nos sita ya a slo un paso de evaluar ypagar a los trabajadores por lo que producen. Esto potencia la nece-sidad de considerar la calidad de vida en el trabajo. Es cierto que eltrabajo a destajo ofrece horarios flexibles a algunas personas y per-mite a las trabajadoras estar con sus hijos, pero muchas otras no sloquedarn aisladas fsicamente sino que se les asignar el tipo de trabajorutinario y repetitivo que puede ser controlado por las mquinas.

    Es indudable que existen diferencias entre los trabajadores querealizan labores industriales en casa y los que se dedican al campo pro-fesional o secretarial, pero tambin es fcil detectar muchas similitu-des. Una de lasms importantes consiste en que el trabajo en el hogardificulta el acatamiento de las leyes laborales y los abusos se presen-tan en mayor o menor grado. El movimiento sindical en los Esta-dos Unidos ve el trabajo domstico como una reliquia de la poca delos talleres en que se explotaba al obrero, y se opone vigorosamente asu reaparicin -ya sea para el tejido de prendas de vestir en casa o lacontratacin externa de trabajos de computacin.

    Finalmente, sera instructivo examinar cmo reacciona la mano deobra organizada frente a la revolucin en la informacin. La tecnolo-ga ha sido usada exitosamente para combatir sindicatos. AndrewZimbalist, en Case Studies on the Labor Process analiza las formastradicionales de control del empleo y la progre~va descalificacindel trabajo en el ramo de impresin de peridicos. 15 Los impresorespertene?,an a un sindicato militante y contaban con experiencia yreputaclOn para enfrentarse agresivamente a la automatizacin. Sin

    15 Zimbalist, 1979.

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

    AdministradorHighlight

  • 44 PRIMERA PARTE. APROXIMACIONES TERICAS

    embargo, finalmente han accedido a que sus patrones utilicen la tec-nologa, aunque han logrado desfasar su introduccin.

    La reaccin de los sindicatos ante la tecnologa ha consistido enun intento por obtener cierto control sobre la velocidad con que seintroduce y su relacin con el lugar de trabajo. En una reunin de laAFL-CIO celebrada recientemente y cuyo propsito era analizar lasconsecuencias sociales y econmicas de la nueva tecnologa con res-pecto a los trabajadores, se enfatiz conservadoramente la responsa-bilidad que tienen los patrones de canalizar parte de las utilidades queobtienen por la introduccin de maquinaria hacia diversas clases deproteccin para los empleados. 16 Histricamente, los lderes laboralesno se han opuesto al cambio; frecuentemente han reconocido la nece-sidad de emplear nuevas tecnologas y han estado dispuestos a cooperarcon los patrones para suavizar la transicin y sus efectos sobre los tra-bajadores. El sector laboral est recomendando ahora la adopcin deconvenios de seguridad en el empleo, proteccin de pagos, garantasde capacitacin y otras medidas similares a fin de compensar las con-secuencias potencialmente negativas del cambio tecnolgico.

    Y cmo se alcanzarn estos objetivos? Principalmente, a travsde la negociacin y la actividad colectiva, mtodos a los que ha recurri-do el sector laboral desde tiempo atrs para obtener una mayor par-ticipacin de los ingresos corporativos. Pero, con qu fuerza cuentaahora? La huelga, la accin colectiva ms efectiva de los trabajadores,se ha limitado con la automatizacin. En la AT&T, por ejemplo, existeun alto grado de automatizacin; el 97% de las llamadas telefnicasson directas, conectadas por equipo automtico," y casi el 30% delos empleados se clasifican como ejecutivos y no estn afiliados a nin-gn sindicato. Estas cifras son indicativas de la dificultad que tuvie-ron los trabajadores para llegar a un arreglo en la huelga contra dichaempresa. Para operar un equipo automtico se necesita menos per-sonal; durante la huelga, la administracin pudo prescindir de la manode obra.

    Tambin puede resultar ilustrativo un examen cercano de los pro-blemas que intervinieron en la huelga. Los sindicatos participantestenan mayor inters en la seguridad del empleo y las garantas decapacitacin que en los pagos y salarios. El Committee on the Evo-lution of Work, de la AFL-CIO, concuerda con esta lnea y participaactivamente en programas que ofrecen a los miembros de los sindi-catos ms educacin y capacitacin, ya que sa sera una forma deaumentar las oportunidades de trabajo. Sin embargo, es obvio que

    l'

    !