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    El pluralismo religioso en la colonizacin

    campesina de Caranavi-Alto Beni:

    iglesias y poder en la sociedad rural boliviana1

    Alberto ZallesMaster en Ciencias Sociales, Flacso-Ecuador

    Mail: [email protected]

    Fecha de recepcin: febrero 2005

    Fecha de aceptacin y versin final: marzo 2005

    Resumen

    El artculo analiza el desarrollo de la libertad confesional y del pluralismo religioso dentro la ac-tual sociedad rural boliviana, tomando como caso la colonizacin campesina de Caranavi-AltoBeni. Asimismo, seala las consecuencias que tienen estos fenmenos sobre los cambios en laconducta y los valores de la poblacin y sobre la socializacin y la distribucin del poder ges-tada a partir de la intervencin de las instituciones protestantes y evanglicas en la vida polti-ca local. De otra parte, el pluralismo da paso a nuevas formas de retroaccin religiosa que semanifiestan tambin a travs del florecimiento de cultos inspirados en cosmovisiones y temasautctonos.

    Palabras clave:religin, poltica, pluralismo religioso, Bolivia, sociedad rural, campesinado, co-lonizacin

    AbstractThe article analyzes the development of denominational freedom and religious pluralism inBolivian rural society, taking as case the rural colonization in Caranavi-Alto Beni. Also, it indi-cates the consequences of this phenomena on changes in conduct and values of population, andon socialization and distribution of power -developed from intervention of protestant andevangelical institutions in local political life. Besides, pluralism leads to new forms of religiousretroaction that appear through growth of cults inspired by native subjects and cosmovisions.

    Keywords:Religion, religious pluralism, Bolivia, rural society, peasantry, colonization

    Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 22, Quito, mayo 2005, pp. 61-73 Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Acadmica de Ecuador.

    ISSN: 1390-1249

    1 Una versin preliminar de este artculo fue presentada en el Segundo Congreso de la Asociacin de Estudio Bolivia-nos, La Paz, julio 2003.

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    a religin, como fenmeno de com-portamiento colectivo, constituye unelemento integrante del sistema social

    que no puede ser aislado de los procesos eco-nmicos materiales y culturales a los cualescondiciona y de los cuales recibe tambincondicionamientos (Yinger 1963:18). La reli-gin constituye un factor fundamental en ladefinicin de los modelos de comportamien-to de los individuos, en su concepcin demundo y en los valores a los cuales se adscri-be una comunidad (Luchini 1975:346-382).La religin implica la aceptacin de un siste-ma de autoridad y, por tanto, participa acti-

    vamente de la produccin y la legitimacindel poder2.

    Desde una perspectiva sociolgica, la so-brevivencia de la religin en Occidente, sudesarrollo en el siglo XX, toma diferentes for-mas de representacin organizacional, entrelas cuales las regulaciones pluralistas y mo-noistas3 son las ms tpicas. En la poca con-

    tempornea, se concibe que la religin slopuede cumplir un rol regulador subordinadoal proyecto estatal (Zylberber 1990). Dicho

    de otra manera, el Estado moderno ha logra-do una autonoma respecto de la religin pa-ra efectivizar el ordenamiento de la sociedada travs del monopolio del poder; sin embar-go, la religin ha acompaado la regulacinestatal sin disolverse totalmente. Es ms, elhecho religioso sobrevive y muestra continui-dad como un recurso que se presta a la cohe-sin de los grupos y a la integracin y sociali-zacin de los individuos.

    Ahora bien, el pluralismo religioso es con-

    tradictorio y est condicionado por un libera-lismo econmico, es decir, por un mercadoabierto, y por un liberalismo poltico cuyoproyecto es la laicizacin del Estado y la difu-sin de la idea de que la religin es un com-promiso privado y personal. Adems, la gene-ralizacin del pluralismo religioso se caracte-riza por una historia de conflictos localizadosque implican a las instituciones religiosas le-gitimadas por el Estado, las cuales reivindicanigualdad de trato jurdico e inmunidad finan-ciera. Esa dinmica conduce a una especie decompeticin interconfesional que se traduceen los campos educativos, de asistencia social,de comunicacin e incluso de participacinen poltica (Zylberber 1990:92-93).

    La contradiccin interconfesional que de-riva del pluralismo religioso, dentro la socie-dad latinoamericana y particularmente den-tro la boliviana, se presenta a inicios del siglo

    XX. Se asocia a la voluntad de modernizacin

    que impulsa el liberalismo poltico, pues lapredominancia de un modelo monoista deregulacin (con antecedentes coloniales) tuvocontinuidad a travs del espritu con el cualnacieron las repblicas americanas, uno de

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    2 La distribucin de los individuos y de los grupos so-ciales en el espacio social es una manifestacin de ladistribucin del poder dentro de la sociedad. El po-der, como lo describe Duverger, es una organizacinestructurada y jerrquica (1964:16). De ah que el po-der no se presenta como un atributo consustancial ydefinitivo de los individuos y grupos que ocupan lasposiciones privilegiadas dentro de la estratificacinsocial. El poder, en el sentido del inters poltico, es elresultado del juego de la dominacin en el cual inter-vienen diversos actores sociales y que busca imponero legitimar una autoridad reguladora del orden social.Esa relacin significa una dinmica de conflicto entrelos diferentes intereses. Si el poder esta institucionali-zado, ste puede materializarse en un consenso de las

    fuerzas y permite la representacin de los diferentesagentes en su estructura. Si la sociedad carece de ins-titucionalidad democrtica, el poder se libra a un jue-go de presin y represin entre la fuerzas hegemni-cas y las fuerzas subordinadas.

    3 El patrn de organizacin monoista se inscribe en lacontinuidad de las concepciones y prcticas bizanti-nas de relacionamento entre Iglesia y Estado, en unaespecie de reproduccin del cesaropapismo. Las con-secuencias polticas de esta prctica regulatoria se evi-dencian en la consolidacin de un sistema estatal en-cerrado en s mismo y anulador de la democracia po-ltica y social. Adems, la regulacin monoista suele

    acompaarse de conductas clientelares, conformismoy una adecuacin ambigua del propio Estado respec-to a la demanda religiosa de la poblacin que lleva alsurgimiento de religiones cvicas.

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    El pluralismo religioso en la colonizacin campesina en Caranavi-Alto Beni

    cuyos ejes fue la adopcin mayoritaria delcredo catlico como religin oficial4.

    En tal sentido, la libertad confesional y el

    pluralismo religioso tienen una coyuntura fa-vorable para su generalizacin en la sociedadrural boliviana5 luego de la revolucin de1952. La colonizacin de tierras tropicales seconstituir una tierra frtil para su difusin(Calla 1993)6. Esta generalizacin de nuevosvalores y actitudes respecto de la religin, esbueno recalcarlo, no surge como una accin

    jurdica o una concertacin de las elites emer-gentes; es ms bien una accin -si se quiere,autorreguladora- de la emancipacin del

    campesinado respecto del antiguo rgimen y

    de su ideologa. Los primeros colonos adven-tistas y las iglesias protestantes que se instalanalrededor de Caranavi manifiestan este im-

    pulso espontneo que se evidencia dentro lanueva mentalidad campesina. De otra parte,la regulacin pluralista da paso a nuevas for-mas de retroaccin religiosa que se manifies-tan a travs del florecimiento de un mercadosacro inspirado en cosmovisiones y temas au-tctonos.

    La colonizacin campesina, en tanto pro-yecto estatal, est asociada a los cambios es-tructurales producidos por la revolucin na-cional de abril de 1952 y por la reforma agra-

    ria que fue decretada el 2 de agosto de 1953.En tal sentido, la regin de Caranavi-Alto Be-ni7 constituye una de las tres principales re-giones colonizadoras que se implementan

    junto a otras dos regiones: el Chapare, en el

    4 Amrica Latina vive en las ltimas dcadas un avanceimportante del protestantismo. Para percibir las signi-ficaciones de ese cambio ver, por ejemplo, Hunting-ton (2000:357).

    5 El incremento cuantitativo de las confesiones protes-tantes, evanglicas y pentecostalistas en Bolivia es per-cibido de manera diferente por quienes tratan el tema.Hugo Jos Suarez (1995) anota la existencia de un n-mero de 220 confesiones en 1995; Anne Motley Ha-llum (2003:173) estima en 120 el nmero de organi-zaciones religiosas no catolicas en el ao 1993.

    6 Un trabajo complementario es ya citado de Hugo J.Suarez (1995), quien en un esfuerzo de explicacinterica analiza el pluralismo religioso que atraviesa elconjunto de la sociedad boliviana. Segn l, el proce-so estara marcado por una crisis de monopolio desentido de la iglesia catlica. De manera ms explici-ta anuncia que estamos en el trnsito de una econo-ma religiosa del monopolio hacia una economa de lacompetencia. La dinmica que prima en la relacincon lo sagrado es de competencia en la economa dellibre mercado religioso (1995:19-61).

    7 Geogrficamente la regin del Caranavi-Alto Beni es-t ubicada en el departamento de La Paz, al norte dela capital; Su relieve accidentado est formado por lasltimas estribaciones del lado este de los Andes, veci-nas a la regin y departamento del Beni. Las altitudesextremas de la geografa regional oscilan entre los 500

    msnm y los 1500 msnm y su clima corresponde al dela selva humeda tropical amaznica. La posicion espa-cial de la regin colonizadora, su centro dinmico dedesarrollo, se verifica en el marco natural que formanlos ros Coroico, el ro Kaka y el ro La Paz o la partealta del ro Beni.

    Con referencia a la divisin poltica de Bolivia,la regin colonizadora de caranavi-Alto Beni com-prende el conjunto de la provincia de Caranavi; la 4taseccin, Palos Blancos, y la 5ta seccin, La Asunta, dela provincia Sud Yungas; y el cantn Teoponte de laprovincia Larecaja. Es importante sealar que la pro-vincia Caranavi creada en 1989 es una de las ms j-venes del departamento de La Paz a partir de la anti-

    gua Provincia Nor Yungas y en virtud al crecimientodemogrfico asociado al desarrollo de la colonizacin.Es decir, la emergencia de la provincia Caranavi de-muestra el inters de la poblacin por asumir su pro-pia representancin poltica y lograr autonoma admi-nistrativa respecto de Coroico, la capital de la provin-cia Nor Yungas. De otro lado, la provincia Caranavidemuestra la presencia de los colonizadores como nue-vos actores sociales y polticos dentro de la vida con-temporanea del departamento de La Paz. Caranaviconstituye en la actualidad la tercera ciudad del depar-tamento de La Paz y es capital de la nueva provincia.Chiflera: comerciante de productos vitales

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    departamento de Cochabamba, y San Julian-Yapacan, en el departamento de Santa Cruz.Los tres espacios colonizadores conforman un

    solo proyecto estatal cuyos objetivos, explci-tos e implcitos, pretenden esencialmenteconsolidar al Estado-nacin dentro de su te-rritorio a travs de 1) la expansin de la fron-tera agrcola hacia las tierras tropicales delpas, 2) el desarrollo de una economa campe-sina de mercado tendiente a lograr un desa-rrollo agrario capitalista y 3) el estmulo de lamigracin y la formacin de un campesinadoasalariado alrededor de la gran plantacin yde la agroindustria (sta ltima, es una estra-

    tegia que tiene xito en la regin de SantaCruz). Sin embargo, ms all del marco co-mn diseado por la estrategia colonizadora,cada una de las tres reas evolucionaron concaractersticas especficas, las cuales fuerondeterminadas por las condiciones del merca-do regional, por la articulacin de la regin almercado externo y por el entorno ecolgico ysocial de su emplazamiento. La regin delCaranavi-Alto Beni surge como continuidadde un mercado regional antiguamente conso-lidado y se expande al calor de los cambios es-tructurales de la sociedad global. Es decir, laproduccin agrcola del trpico paceo, queestaba orientada al abastecimiento de la ciu-dad de La Paz, sede de gobierno, evolucionaen funcin de la demanda exterior de caf ycacao. La regin del Chapare, en los iniciosde la colonizacin -en nuestra interpretacin-no tiene estimulo interno y externo para efec-tuar su desarrollo y diversificacin agrcolas.

    Esa situacin parece condicionar al Chapareen su temprana especializacin productiva enel cultivo de la hoja de coca, la cual se agigan-tar en los aos ochenta en funcin de la de-manda del produccin y narcotrfico de lacocana. Por su parte, la regin de San Julian-

    Yapacan est fuertemente determinada a suvez por la emergencia de la gran propiedadagrcola capitalista orientada al cultivo y a latransformacin industrial de la caa de az-

    car, el algodn, el arroz y la soya. En otras pa-labras, si bien la colonizacin forma parte deuna sola estrategia estatal, las condiciones lo-

    cales tanto histricas, ecolgicas y econmi-cas convirtieron las tres zonas colonizadorasen espacios estructuralmente diferenciados.

    Es pertinente tambin anotar que la colo-nizacin de las zonas tropicales fue en esenciauna accin organizativa y las instituciones en-cargadas de su puesta en marcha acentuaronel aspecto econmico del proceso de encua-dramiento poblacional. Es decir, no se con-templ de la misma manera la dimensin so-ciopoltica que de factoproduca una redefini-

    cin territorial en las regiones donde se im-plantaron los proyectos de colonizacin. Deah que, en los primeros aos, se insiste y seintenta imponer un modelo cooperativo co-mo base de la organizacin de las unidadesproductivas campesinas dentro la llamada co-lonizacin dirigida. Ese mismo patrn coope-rativo buscar ser imitado en las colonias es-

    pontneas. La adopcin del cooperativismocomo patrn organizativo puede explicarsepor la influencia de tres factores: primero, porla aspiracin de los grupos religiosos que venen la colonizacin una oportunidad para de-sarrollar verdaderas comunidades religiosas (elnombre de las nuevas poblaciones pionerasexpresan bien esta circunstancia)8. En segun-do lugar, por la ideologa de planificacin tec-nocrtica, en boga a la poca, que pretendaque el desarrollo campesino poda efectivizar-se a travs de la organizacin colectivista de laproduccin9. Y tercero, por la ideologa co-

    munitaria de la que son herederos culturaleslos colonizadores provenientes del Altiplano.

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    8 Por ejemplo: Nueva Cann, Villa Beln, Nueva Unin,Nueva Esperanza, Palestina Colorado, Peregrinos. SanAgustn, Santa Fe, San Pablo, San Fernando, Nio Jess,Corpus Cristi, Buen Pastor, Moscovia, Siempre Unidos,Union Cultural Unidos, Alto Israel, Amor de Dios.

    9 Contrariamente a lo que se puede pensar, la USAID atravs del Cuerpo de Paz y de la Alianza para al Pro-greso promovieron la formacin de cooperativas enlas zonas de colonizacin.

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    Ahora bien, la ausencia de ordenamientojurdico sobre la intervencin realizada porlas organizaciones religiosas se corresponde

    con la ausencia de conflictos interconfesiona-les, lo cual da lugar, tempranamente, a unpluralismo religioso que abre la oportunidadal ejercicio de una especie de ecumenismoprctico cuando las iglesias asumen las de-mandas y necesidades de desarrollo y bienes-tar social de la poblacin. Ese es el caso de laconstruccin y puesta en funcionamiento delColegio Martn Crdenas y del HospitalBorg, en el kilmetro 73 de la ruta de pene-tracin al Alto Beni, obras que fueron fruto

    de la concertacin entre las misiones protes-tantes y catlicas presentes en la zona de Ca-ranavi-Alto Beni. Ese ecumenismo prcticoatempera la competicin interconfesional pe-ro no elimina el inters particular de las insti-tuciones religiosas que aspiran a la participa-cin en la administracin del poder, en la es-fera local. El fin ltimo: garantizar la difusinde sus respectivas doctrinas y aumentar el n-mero de sus fieles.

    El nuevo campo de accin social

    y las organizaciones religiosas

    La regin de Caranavi-Alto Beni, como pro-yecto de colonizacin, pretende encuadrar alos migrantes campesinos al interior del siste-ma regulador estatal. En tal sentido, tanto laiglesia catlica como las protestantes partici-pan con vivo inters en esta empresa de colo-

    nizacin interna, entindase, modernizadora.Para las instituciones religiosas el nuevo espa-cio social a construirse es terreno oportunopara el desarrollo de sus proyectos sacros y desalvacin.

    La iglesia catlica: antiguas misionesy renovados proyectos sociales

    En los pases sudamericanos, como el caso deBolivia, la iglesia catlica -de alguna manera-se siente heredera de la tradicin institucionalreligiosa colonial, es decir, reivindica y refuer-za su privilegio de considerarse como religinoficial, legitimada por una Constitucin.Respecto a su rol colaborador con la accinestatal podemos indicar que su desenvolvi-miento tiene una larga tradicin en la encua-dramiento social y educativo, no solamenteen la formacin de las elites nacionales sino,

    sobre todo, en el cumpliendo de un rol bene-factor en favor de las masas, papel que no esasumido plenamente por el Estado, ya sea porsu pobreza o por mera negligencia.

    Debido a las estrategias que implement,la iglesia catlica en los Andes tiene una his-toria tan extensa como contradictoria. Laconquista fue una empresa militar y religiosay el tema est ampliamente estudiado. Peroesta historia larga y contradictoria ha produ-cido tambin casi de manera proporcionalreacciones y resistencias de la parte de los in-dgenas10. La iglesia catlica trato a los indioscon la violencia inquisitorial, pero tambinaplic formas benignas de difusin de su doc-trina. En el segundo caso est la catequiza-cin, la evangelizacin o los proyectos misio-nales que mezclaban ideologas utpicas e in-genieras sociales civilizatorias experimenta-das sobre poblaciones completas. Tampocohay que dejar de lado los mtodos de coopta-

    cin de las elites indgenas11

    .

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    10 Pierre Duviols hace notar el balance eclesial de los pri-meros aos de la evangelizacin de la siguiente mane-ra: En 1565, Lope de Castro dclare devant larche-vque et les Provinciaux que, sur plus de trois cent mi-lle baptiss il ne pensait pas quil y et quarante vraischrtiens; el lassemble dapprouver (1971: 345).

    11 Un proyecto de ese estilo fue el colegio para hijos decaciques establecido en el Per por la Compaia deJess; ver Duviols (1971:340).

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    El proyecto de catequizacin no fue definiti-vo. Su carcter parcial se muestra en el poste-rior avance del pluralismo que, de otro lado,no significa la disminucin de la capacidad

    organizacional y de la influencia de la iglesiacatlica en la sociedad rural y en el conjuntode la sociedad boliviana. Al contrario, luegode 1952, y hasta la dcada de los aos sesen-ta, la iglesia catlica entra en un proceso derenovacin de sus prcticas evanglicas y depromocin social y se constituye en la institu-cin mediadora ms requerida por la socie-dad civil o por el Estado- para intervenir en laorganizacin de la solucin de importantesconflictos polticos nacionales.

    En lo que respecta a la regin de Carana-vi-Alto Beni, la iglesia catlica tuvo presenciadesde el inicio mismo de las primeras explo-raciones de la conquista espaola. La misinde Apolobamba fue consolidada a fines del si-glo XVIII por la orden de los franciscanos,luego de varios intentos de fundacin en losque tambin participaron los religiosos deSan Agustn. La tarea de esta misin fue laevangelizacin y pacificacin de las etnias de

    Larecaja tropical. Los principales centros fue-ron Sorata, Mapiri, Atn y Apolo. La misinde Apolobamba, como tal, perdura hasta bienentrada la Repblica, cerrando su ciclo deexistencia en 1942. Las causas de su ocaso sedeben a las circunstancias internas de la con-gregacin de los franciscanos, que coincidenasimismo con el relativo despoblamiento dela regin como consecuencia de la debacle dela explotacin de la goma. Sin embargo, la

    iglesia no resigna su presencia en la zona yuna dcada despus, en los aos cincuenta,los franciscanos de origen norteamericano re-

    tomaran el trabajo en la zona. stos dirigen,adems, la entonces Prelatura de Coroco, cu-ya jurisdiccin comprende la antigua misiny parte de la nueva zona colonizadora de Ca-ranavi-Alto Beni; de hecho, la parroquia deCaranavi es su principal obra orientada a loscolonizadores.

    La accin social y pedaggica de la Prela-tura de Coroco es relevante en la zona desdevarios puntos de vista. Primero, porque fuepionera en la enseanza secundaria campesi-

    na. En este rubro podemos destacar el traba-jo de los hermanos Xaverianos de CarmenPampa. En segundo lugar, por la instalacinde las Radio Yungas en Chulumani y RadioSanta Clara en Sorata, escuchadas permanen-temente por los campesinos en virtud a suservicio de mensajera. Tercero, porque den-tro de sus objetivos especficos establecen unSeminario en Sorata para la formacin delclero diocesano, valga decir, para dotarse desacerdotes de origen campesino. El Seminariode Espada fue tambin un canal de promo-cin cultural de un buen nmero de jvenescolonizadores.

    De otra parte, vecina a la misin de Apo-lobamba se fundaron las misiones de SanMiguel de Muchanes en 1804, la misin deSanta Ana en 1815 y la Inmaculada Concep-cin de Covendo en 1842 (Me-traux 1948:487). Est ltima, en el coraznmismo del Alto Beni, fue revitalizada por los

    padres redentoristas a partir 1953 y actual-mente funciona como parroquia dependien-te del Vicariato de Reyes. En 1973 participa-ba activamente del encuadramiento organi-zativo de 144 familias de indgenas mosete-nes y de colonizadores de los Andes (Ray-mond y Nissly 1973:141).

    Por ltimo, la obra social ms importantede la iglesia catlica es proyecto OSCAR(Obras Sociales de Caminos de Acceso Rural)

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    Luteranos: manifestacin cvica

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    de los padres franciscanos, consistente inicial-mente en la construccin de caminos vecina-les, pero que actualmente ha implementado

    una serie de actividades educativas orientadasa la juventud colonizadora y tambin activi-dades sanitarias y de creacin de infraestruc-tura social y pblica (construccin de escue-las, mejoramiento de la infraestructura habi-tacional de los colonizadores, etc.)12.

    Es importante hacer notar que la iglesiacatlica manifiesta gran prudencia respectode la poltica regional, al parecer trata de noinfluenciar directamente en ella; sin embargoel fortalecimiento de sus actividades sociales,

    educativas y de comunicacin social demues-tran su preocupacin por no ceder su plaza alas iglesias protestantes.

    Las iglesias protestantes y evanglicas:las nuevas comunidades religiosas campesinas

    Las iglesias protestantes y evanglicas tam-bin han encontrado en la regin colonizado-ra un espacio de acogida abierto a la difusinde sus doctrinas. Las dos principales iglesiasson la Iglesia Adventista del Sptimo Da, cu-ya presencia est ntimamente ligada a la co-lonizacin, y la misin luterana, cuya presen-cia es ms bien fruto de la voluntad externa,es decir, de la iniciativa de misioneros de ori-gen norteamericano que se instalan en la zo-na para difundir su doctrina. La misin lute-rana tiene el nombre local de Iglesias Unidasde Caranavi. A esas dos principales institucio-nes eclesiales se pueden asociar una serie de

    instituciones religiosas como la Iglesia Meto-dista, la cual es una de las congregaciones re-ligiosas que tiene un fuerte arraigo en otraszonas rurales de Bolivia, los Mormones o losTestigos de Jehov, que tienen menor in-fluencia en la vida de la sociedad regional. Fi-

    nalmente, cabe mencionar aquellas pequeasorganizaciones religiosas pentecostales que ellenguaje comn las denomina como sectas.

    Su presencia puede entenderse como un fe-nmeno ligado a la reaccin que a nivel de lascreencias surge entre las nuevas generacionesde campesinos. Es decir, las personas aceptanestas religiones y se adhieren a ellas de mane-ra casi particular en virtud a la distensin quese ha producido a nivel del control social enel medio rural y como una forma de autoges-tin y autorregulacin de su mundo sacro.

    La Iglesia Adventista:

    colonizacin y construccin del reino de Dios

    La presencia en Bolivia de la Iglesia Adventis-ta del Sptimo se remonta a los aos veintedel siglo pasado, cuando comienza ser acogi-da entre los campesinos de Kollana, provincia

    Aroma del departamento de La Paz. Desdeall se expande luego hacia la provincia Paca-

    jes. Ese hecho explica que los primeros colo-nizadores de Caranavi, aquellos colonos quefundaron la Colonia Santa Fe, tenan una do-ble filiacin comn: eran miembros de laIglesia Adventista y procedan de una mismarea geogrfica altiplnica.

    En la actualidad, la red institucional dela Iglesia Adventista est bien constituida entoda la regin colonizadora. Los templos deculto adventista existen en todas las princi-pales poblaciones y colonias. De otra parte,tambin es importante enfatizar que estacongregacin religiosa mantiene su propia

    organizacin escolar con escuelas primariasy secundarias. Ese sistema, que surge en losprimeros aos de la colonizacin como res-puesta a la falta de atencin escolar por par-te del Estado, ha tomado un gran desarrolloluego de la reforma educativa instauradapor el Estado en 1994, la cual bsicamenteestimula el fortalecimiento de la educacinprivada.

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    El pluralismo religioso en la colonizacin campesina en Caranavi-Alto Beni

    12 El proyecto OSCAR estaba instalado en la regin au-rfera de Guanay-Mapiri hasta 1980, luego cambi susede a la zona colonizadora en Alto-Beni.

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    Una de las caractersticas a observarse enlos miembros de la Iglesia Adventista es sudisciplina y rigor (propio de las religiones

    protestantes). Respetan del sbado como daconsagrado al culto religioso y manifiestanuna austeridad que contradice el espritu fes-tivo que suelen tener los campesinos de ori-gen andino. Los colonizadores adventistas de-muestran una verdadera ruptura con la tradi-cin campesina de masticacin de la coca y deconsumo del alcohol, lo cual suele ser mostra-do como elementos de la socializacin en elresto de los colonizadores y en los campesinosbolivianos.

    En lo que se refiere a la participacin po-ltica, tanto los fieles como la institucin mis-ma guardan discrecin y no manifiestan ex-plcitamente una vocacin de participacinpoltica. Sin embargo, es indudable que laIglesia Adventista ha dotado de lderes cam-pesinos a la regin colonizadora, tal el casopor ejemplo de Zacaras Tancara, quien fueuno de los primeros dirigentes colonizadoresy activista del desarrollo regional (Huaris-te 1998:65). Este ejemplo muestra el vivo in-ters que tienen los adventistas por la partici-pacin en la vida cvica de la regin.

    Las Iglesias Unidad de Caranavi:los protestantes se incorporan a la vida

    poltica de la sociedad rural boliviana

    Las Iglesias Unidas de Caranavi se constitu-yen a partir de la accin de misioneros lutera-nos norteamericanos, principalmente a partir

    de la obra del misionero Odel Kitelson. Di-cho misionero, de orgenes escandinavos,proveniente de Iowa en el midwestnorteame-ricano y emprende su labor religiosa combi-nndola con iniciativas agrcolas y cultura-les13. Una de sus ideas fue la adaptacin de unvehculo agrcola para ser utilizado dentro delas particulares condiciones topogrficas yproductivas de la selva tropical pacea. Tam-bin fue fundador de Radio Caranavi, la cual

    constituy el primer medio de comunicacinsocial destinada al servicio local (Estrada1999:37).

    La adopcin de la denominacin de Igle-sias Unidas de Caranavi demuestra el estiloconfederativo del luteranismo, es decir, su or-ganizacin en pequeas comunidades religio-sas con autoridades locales propias. Por otraparte, en los ltimos aos, esta congregacinha revelado la fortaleza de su compromiso c-vico por el desarrollo social, manifestandoclaramente su permeabilidad a la accin pol-tica directa. As lo expresa el caso del lideraz-go poltico que ha adquirido uno de sus prin-

    cipales autoridades locales, el pastor FelipeKitelson, quien fue elegido alcalde municipalde Caranavi por el periodo 1998-2003. Co-mo en ninguna otra regin rural de Bolivia,las iglesias protestantes demuestran un abier-to potencial para influir y participar en la or-ganizacin y distribucin del poder local atravs de sus estructuras institucionales y dela movilizacin de los ciudadanos.

    En ese sentido, es interesante hacer notarque esta iglesia ha pasado a una fase de granmovilizacin social y de realizacin de mani-festaciones multitudinarias con fines entera-mente religiosos y tambin a demostrar la po-pularidad que ha adquirido14.

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    13 Entrevista con Felipe Kitelson, hijo del misoneroOdel Kitelson y Alcalde Municiapal de Caranavi elec-to en 1999.

    14 En ocasin de nuestro trabajo de campo, entre losmeses de mayo y junio del ao 2000, tuvimos opor-tunidad de presenciar una manifestacin que recorrilas principales calles de Caranavi y que termin conuna concentracin en la plaza central del pueblo. Lamanifestacin reuni alrededor de 5000 miembros dela iglesia, pobladores de Caranavi y colonizadores ve-nidos de las colonias campesinas.

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    Las retroacciones religiosas y

    legitimacin de la religin autctona

    Un otro fenmeno ligado al pluralismo reli-gioso, a la libertad confesional, estimuladopor el nuevo rgimen social que se desarrolladespus de 1953 y que hoy se liga al renaci-miento de las identidades indgenas, es unaespecie de revitalizacin de la religiosidad au-tctona. Ese fenmeno, en cierta manera, esun movimiento de reinvencin de prcticasreligiosas que se desmarcan del catolicismo ydel protestantismo. Es una especie de tercerava de expresin de la espiritualidad colecti-

    va que nosotros la presentamos como reaccio-nes de comportamiento que produce la po-blacin campesina colonizadora para enfren-tar la regulacin religiosa y afirmar sus viejasy sus nuevas creencias. Esa actitud aprovechala distensin que a nivel del control social delas ideas y cosmovisiones posibilita la nuevasociedad rural. Dicho en una perspectiva con-ceptual, la reaccin la definimos como unconflicto que se deriva de la resistencia al en-cuadramiento regulador y que produce acti-tudes de contestacin contra los valores di-fundidos por las religiones y creencias oficia-les y legitimadas. Asimismo, es pertinente re-cordar que ningn tipo de regulacin puedeser absoluta, a lo cual no escapa la regulacinreligiosa; en tal sentido, la idolatra es un te-ma de actualidad (lo que da cuenta del carc-ter evolutivo de la vida social al crear constan-temente territorios de incertidumbre en elcampo de los poderes legitimados)15. Por eso,

    la reaccin aspira a una autorregulacin o auna regulacin autnoma, es decir, a la ges-tin y reproduccin de una socializacin in-dependiente del ethosoficializado.

    Por otra parte, la aspiracin de autorregu-lacin no constituye necesariamente un pro-yecto racional o consciente y tampoco garan-

    tiza un desarrollo cierto ni la realizacin de sulegitimidad. Simplemente, esta aspiracin esuna socializacin que se filtra por intersticios

    del sistema establecido. En tal sentido, la co-lonizacin parece ser un espacio privilegiadopara la expresin de una reaccin cuya elo-cuencia se observa en la renovacin o rein-vencin de una religiosidad campesina desustratos andinos que acompaa al pluralis-mo religioso que vive el resto de la sociedadboliviana.

    En resumen, el colonizador campesino hadado continuidad a los rituales agrarios vin-culados con el cultivo de la tierra, con su que-

    hacer cotidiano (vida familiar, salud, vivien-da) y con su relacin con la naturaleza. Paraeso necesita de un panten, de ritos y de me-diadores consagrados; es por eso que en lascolonias casi nadie duda de la necesidad de laintervencin de un yatiri o de un kolliri16

    cuando el caso lo requiere. Otra manifesta-cin de la continuidad y renovacin del uni-verso religioso autctono es la presencia deun buen nmero de las chifleras ychifleros17,quienes se instalan en los grandes mercados yferias locales en Caranavi o en Palos Blancos.Esos comerciantes proveen a los campesinoslos insumos necesarios para los rituales y parala realizacin de la liturgia de las religionescampesinas, la cuales parecen retoar como

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    El pluralismo religioso en la colonizacin campesina en Caranavi-Alto Beni

    15 Los espacios de incertitud son regiones reales, territo-riales y culturales; ver Crozier (1991).

    16 Yatiri: el que sabe, sabio. Kolliri: curandero. Na-turalmente, las traducciones literales de los trminosilustran apenas el significado cultural que ellos repre-

    sentan. El Yatiri, por ejemplo, es un verdadero media-dor entre los seres divinos y los hombres dentro delsistema ritual y religioso andino. Kolliries la personaque conoce el arte de la medicina tradicional y herbo-lario y que lo ejerce en relacin a las creencias ancen-trales. Cf. Miranda (1970)

    17 Las chifleras y chiflerosse dedican al comercio de ob-jetos e insumos rituales esenciales en las ceremoniasandinas. Tambin venden plantas medicinales, amule-tos y otros materiales magico-religiosos. El oficio esfemenino, por definicin; los varones son ms bienuna excepcin en el rubro.

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    adaptaciones culturales a las nuevas condicio-nes que atraviesa la sociedad rural18.

    El juego de la micropoltica:

    difusin del poder y religin

    Tanto la iglesia catlica como las iglesias pro-testantes participan e influyen de una u otramanera dentro de la vida poltica y cvica dela regin. Se observa que el campo mismo dela poltica institucional no constituye un te-rreno de confrontacin de las iglesias. Sin em-bargo, el campo religioso se presta como un

    espacio donde los individuos o grupos pue-den adquirir, construir o manifestar su presti-gio, el cual -por otra parte- es susceptible dereconvertirse en poder poltico. Dicho de otramanera, las principales iglesias que trabajanen la zona constituyen mediadoras de la legi-timacin del poder y, en ese sentido, la reli-gin se presenta como un elemento culturalque cohesiona el mundo rural y contribuye ala regulacin social. En ese marco, es revela-dor que sea una zona rural, la Alcalda de Ca-ranavi, el lugar donde se ha favorecido la elec-cin de un pastor luterano como alcalde enlas ltimas elecciones municipales.

    De otra parte, las instituciones religiosasevitan, entre ellas, un enfrentamiento abiertotendiente a realizar una eventual hegemonadoctrinaria, aunque paralelamente se preocu-pan de mantener y desarrollar proyectos depromocin social y proyectos educativos paraconservar y ampliar su influencia sobre la po-

    blacin. Adems, para el logro de su misinutilizan una estrategia de comunicacin social,fundada principalmente en el manejo del as

    emisoras locales, y una estrategia de interven-cin activa en la educacin de nios y jvenes.

    Ahora bien, para percibir de manera ms

    ntida la relacin que se establece entre la re-ligin y el poder recurriremos al examen de lamicropoltica local. Es en ese nivel de abstrac-cin donde se podr identificar claramente alos actores, individuales y de grupo, y tam-bin los intereses que se juegan, es decir, eldeseo de los actores por acceder al poder, con-vertirse en mediadores de conflictos con la so-ciedad global y, desde luego, para imponersus ideas y sus concepciones de la realidad.

    En primer lugar, como sucede en general

    en el rea rural, la disputa del poder regionalse expresaba a travs del antagonismo entre loscampesinos colonizadores y los vecinos de Ca-ranavi. El Comit Cvico de Caranavi fue elterreno de enfrentamiento de esas dos fuerzas.Sin embargo, a fuerza y medida del desarrollode la frontera, el crecimiento demogrfico y laconsolidacin institucional, el antagonismoentre el campo y el pueblo se reconstituy a laimagen misma de la forma en la cual se efec-ta un proceso de difusin del poder, es decir,de la aparicin de diferentes grupos, institu-ciones e individuos de mediacin. La polticaelectoral municipal podra interpretarse te-niendo en cuenta estas circunstancias.

    Las elecciones y la legitimacinde la autoridad poltica

    Nuestra intencin no es realizar un estudioprofundo del comportamiento electoral en la

    colonizacin, el cual exigira una reconstruc-cin longitudinal de la evolucin de la parti-cipacin electoral y la evolucin misma de lasagrupaciones polticas, as como de los intere-ses que estas organizaciones representaron yrepresentan. Nosotros nos detendremos sola-mente a analizar las elecciones municipalesdel 5 de diciembre de 1999 que han renova-do el gobierno local y que legitiman a las au-toridades municipales en vigencia por cinco

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    18 Un paisaje elocuente de esa renovacin religiosa au-tctona puede percibirse, a nivel urbano, en El Altode La Paz, en la zona del Sagrado Corazn. Esta zonaha desplazado tambin en importancia al comercio deproductos sacros de la calle Linars en La Paz, la cualpas a ser ms bien un lugar donde algunos turistasbuscan el misticismo y el exotismo andino.

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    aos. Nuestro anlisis se centrar en el com-portamiento electoral del municipio de Cara-navi. No haremos referencia a la composicin

    del poder poltico en los municipios de la se-gunda seccin de la provincia Larecaja y de lacuarta Seccin de la provincia Nor-Yungas,

    jurisdicciones que hacen a la totalidad de la re-gin de Caranavi-Alto Beni. Advertimos quela esfera de representacin local, compuestapor los concejales municipales y el alcalde, re-fleja para nosotros de manera privilegiada lacomposicin del poder y la dinmica de lasfuerzas a nivel microsociolgico. Por otro la-do, el evento electoral de 1999 marca, como

    lo explicamos ms abajo, el ingreso de las per-sonas de confesin protestante y evanglica alterreno de la poltica, a travs del apoyo a uncandidato que los representa explcitamente.Dicho esto, presentemos el cuadro de los re-sultados electorales (ver Cuadro No. 1):

    En base a los resultados expuestos en el cua-dro, las elecciones dan lugar a la siguiente dis-tribucin de representantes al interior del

    Concejo del Municipio de Caranavi: 3 perte-necen al MIR (Felipe Kitelson, Alfredo Beni-to Huanca y Leonor Hinofuentes Zabala), 2corresponden al MAS-U (Ubaldo NinaHuanca y Eduardo Snchez Torres), 1 perte-nece al MNR (Walter Cahuana Tapia) y otro

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    El pluralismo religioso en la colonizacin campesina en Caranavi-Alto Beni

    Cuadro No. 1

    Resultado de las Elecciones Municipales del 5 de diciembre de 1999

    Partidos Votos Porcentaje

    MIR (Movimiento Izquierda Revolucionario) 2 043 24.22 %MAS-U (Movimiento al Socialismo) 1 825 21.64 %MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario) 1 212 14.37 %VR-9 (Vanguardia Revolucionaria) 675 8.00 %NFR (Nueva Fuerza Republicana) 574 6.80 %ADN (Accin Democrtica Nacionalista) 509 6.03 %

    UCS (Unin Cvica Solidaridad) 470 5.28 %CONDEPA (Conciencia de Patria) 445 5.28 %MSM (Movimiento Sin Miedo) 348 4.13 %MBL (Movimiento Bolivia Libre) 143 1.78 %PS (Partido Socialista) 58 0.69 %FRI (Frente de Izquierda Revolucionario) 48 0.57 %FSB (Falange Socialista Boliviana) 37 0.44 %KND (Katarismo Nacional Democrtico) 34 0.43 %MPP (Movimiento Patria Profunda) 14 0.17 %

    Votos blancos 159 1.79 %Votos Nulos 284 3.2 %Total de votos Emitidos 8 878 100 %

    Fuente: Corte Nacional Electoral, elaboracin propia.

    Luteranos: manifestacin cvica

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    al partido VR-9 (Fidel Estrada Paredes). Lamayora relativa del MIR permiti ratificar laeleccin de Felipe Kitelson como Alcalde de

    la seccin municipal. Ahora bien, es perti-nente preguntarse qu fuerzas y qu interesesmanifiestan los concejales. En primer lugarpodemos afirmar que los principales gruposde accin poltica en la regin son, de un la-do, los grupos de feligreses protestantes y, deotro, los sindicatos campesinos de coloniza-dores. Los primeros constituyen un grupoemergente en la sociedad rural y en la socie-dad nacional; en tal sentido el MIR supo cap-tar el liderazgo del pastor luterano Felipe Ki-

    telson para asegurarse la mayora de votos.Aquello no quiere decir que los protestantesse identifiquen con ese partido. Lo que sepuede advertir claramente es un acuerdo enfuncin de la realizacin de objetivos polti-cos locales. En lo que concierne a los campe-sinos colonizadores, cuya fuerza orgnica sonlos sindicatos, ellos tienen desde siempre unaidentificacin poltica de izquierda. En talsentido, el MAS-U representa sus aspiracio-nes polticas. Notemos, asimismo, que suprincipal lder, Ubaldo Nina, fue en el pasa-do primer secretario de la Federacin de Co-lonizadores. De otra parte, no hay que olvidarque el MNR19, la tercera fuerza local, tiene unarraigo tradicional en el campesinado, espe-cialmente entre los ms ancianos campesinosque entienden que los beneficios de la refor-ma agraria y de la colonizacin fueron pro-movidos por dicho partido. Ahora bien, entrelos grupos campesinos y el inters poltico

    que poseen las iglesias protestantes no existenantagonismos irreconciliables, pues gran par-

    te de la base social de las iglesias son los cam-pesinos mismos; de ah que las contradiccio-nes entre los concejales y los principales lde-

    res polticos locales no constituyen en s con-flictos de clase. Dicho de otra manera, la ins-titucionalidad poltica local no refleja todavauna contradiccin de clases o de sectores so-ciales fuertemente diferenciados; aunque sinduda de manera muy secundaria la poltica departidos demuestra la oposicin entre loscampesinos y los vecinos del pueblo, a pesarde que Caranavi es un pueblo hecho a la me-dida de los colonizadores, un pueblo hechopor ellos mismos.

    Reflexiones finales

    La forma de regulacin religiosa pluralista secorresponde a la dinmica de cambios en laestructuracin social y en la forma de la adap-tacin cultural que producen los individuosen el contexto rural de la colonizacin del Ca-ranavi-Alto Beni. As, nuestro trabajo consta-ta, sobre una base emprica, que el pluralismoreligioso se ha instalado como estilo de socia-lizacin en el rea rural y las iglesias protes-tantes revelan su potencial de participacincvica en la poltica, modificando de esa ma-nera la composicin del poder. Dicho de otramanera, los protestantes constituyen una aris-ta ms en el espacio de difusin del poder delmundo rural y en cierta medida este cambioconstituye un efecto de la colonizacin, unaconsecuencia de la testaruda revolucin de

    1952 que no deja de resonar en el curso quesigue la sociedad boliviana.El pluralismo religioso supone una especie

    de competicin interconfesional que se juegaen los campos educativos, en la asistencia so-cial, en la comunicacin e incluso, como lodemuestran las ltimas elecciones locales, enla participacin poltica. De otra parte, a tra-vs de sus servicios educativos las iglesiasconstituyen un factor de desarrollo importan-

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    19 El MNR (Movimiento Nacionalista Revolucionario)es la organizacin poltica que dirigi la revolucinde abril de 1952 que termin con el rgimen latifun-dista y que se acompa de una reforma agraria. Elproceso revolucionario impulsado por el MNRconstituye una de las ms importantes transforma-ciones sociales y polticas de la historia bolivianacontempornea.

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    te en la regin. Las iglesias participan activa-mente en la produccin de la movilidad so-cial de los jvenes que asisten los colegios

    confesionales secundarios y contribuyen tam-bin a la produccin de los lderes regionales.

    Agradecimientos

    Quisiera agradecer a los lectores annimos de la revistapor las valiosas observaciones que han permitido acla-rar sustancialmente ciertos pasajes del texto.

    Personas entrevistadas:

    Yves Anderson, Prroco de la Parroquia InmaculadaConcepcin de Mara, Covendo.Pablo Huariste Ruiz, Dirigente de los colonizadores y

    varias veces autoridad cvica de Caranavi, autor dela monografa histrica de la provincia citada en labibliografa.

    Felipe Kitelson, Alcalde de Caranavi.

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