Las Manifestaciones Actuales de la Cuestión Social

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Transcript of Las Manifestaciones Actuales de la Cuestión Social

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Daniel ArroyoRobert Castel

Antonio ColicignoDidier DemazièreTorcuato Di Tella

Daniel García DelgadoMichel Kokoreff

Marta NovickGuillermo Pérez Sosto

(coordinador)Xoan-Luis Pintos

Roberto PonsMariel Romero

Bruno Théret

Los autores se hacen responsables por la elección y presentación de loshechos que figuran en la presente publicación y por las opiniones que aquíexpresan, las cuales no reflejan necesariamente las de la UNESCO, y nocomprometen a la Organización. Las denominaciones empleadas en estapublicación y la forma en que aparecen presentados los datos, no implicande parte de la UNESCO juicio alguno sobre la condición jurídica de países,territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni sobre la delimitaciónde sus fronteras o límites.

Coordinador del proyecto y editor responsable: Guillermo Pérez SostoCorrección: María Augusta SteinbergIlustración de tapa: "Desafiliado Nº 3" (óleo, 2002), Julio Colotti, colecciónprivada, Buenos AiresDiseño gráfico: (dis)pares soluciones gráficas

IMPRESO EN ARGENTINA

Primera edición: febrero de 2005

Hecho el depósito que indica la ley 11.723

Las manifestaciones actuales de la cuestión social / coordinado por:Guillermo Pérez Sosto - 1ª ed. - Buenos Aires: Instituto Di Tella, 2005200 p.; 21x15 cm.

ISBN 950-621-025-X

1. Ciencias Sociales I Pérez Sosto, Guillermo, coor.CDD 300

ÍndiceIntroducciónLas manifestaciones actuales de la cuestión socialGuillermo Pérez Sosto

El proceso de individualización: fragilización de lossoportes de identidad frente a las transformaciones del capital y del trabajoRobert Castel

Tesis provisionales para el diseño de las rutas deacceso a las realidades diferenciadas en nuestras sociedades, la intervención plural en las expectativasde los ciudadanos y los rendimientos funcionales delas organizacionesXoan-Luis Pintos

Estado y economía: un enfoque regulacionistaBruno Théret

Protección social, federalismo y mundializaciónBruno Théret

Modelos de desarrollo e integración socialTorcuato Di Tella

El desafío de la inclusiónDaniel García Delgado

Replantear la cuestión socialGuillermo Pérez Sosto

Perspectiva económica y cultura del trabajoRoberto Pons

Transformación económica y políticas de empleoMarta Novick

El contexto internacional de las transformacionesactualesBruno Théret

La política social como desarrollo económico

I.

II.

III.

IV.

V.

VI.

VII.

VIII.

IX.

X.

XI.

917

27

37

47

65

77

83

95

101

107

113

Daniel Arroyo

Ejercicio de previsión. Cohesión social: desafíos, tendencias y perspectivas. Hacia una visión compartida de sociedad. (Conclusiones)Mariel Romero

Los jóvenes frente a los procesos de desafiliaciónsocialMichel Kokoreff

Aspectos políticos de la desocupaciónDidier Demazière

La desocupación y sus significados societales y biográficosDidier Demazière

Desarrollo social: una reflexión desde lo localAntonio Colicigno

XII.

XIII.

XIV.

XV.

XVI.

XVII.

119

125

135

151

169

185

7

Introducción

Introducción

La presente publicación -auspiciada por la UNESCO1 , la OEI 2

y la WSM3- reúne parte de las reflexiones efectuadas (a través de

documentos, conferencias, paneles, ejercicios de previsión, reunio-

nes de expertos, etc.) por el Seminario Permanente y la CátedraUNESCO sobre las manifestaciones actuales de la cuestión social4.

En el tercer cuatrimestre del año 2001, etapa de mayor criti-

cidad para la Argentina, con una crisis de representación política y

un agravamiento de la cuestión social, en un contexto de desocu-

pación masiva y crecimiento de la exclusión, un grupo de científicos

sociales creyó oportuno comenzar a construir un espacio de discu-

sión acerca de la extensión de la inequidad y el crecimiento de lapobreza y la exclusión en nuestro país y en la región, que reu-

niera en un mismo ámbito a investigadores, docentes y expertos en

la materia junto a actores políticos, sociales y económicos (trabaja-

dores y empresarios).

1. United Nations Educational Scientific and Cultural Organization (UNESCO)2. Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y laCultura (OEI)3. Wereldsolidariteit / Solidarité Mondiale (WSM), Belgique4. El Proyecto de Cátedra UNESCO en base al Seminario Permanente sobrelas manifestaciones actuales de la cuestión social fue aprobado por la Divi-sión de Educación Superior de la UNESCO en abril de 2004.

8

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Nació entonces la idea de constituir el Seminario Perma-nente, hoy Cátedra UNESCO, sobre las manifestaciones actualesde la cuestión social, entendiendo que en los momentos particu-

larmente críticos por los que atravesaban y atraviesan la Argentina y

Latinoamérica, las posibilidades de crecimiento siguen dependiendo

en gran medida de la cooperación intelectual a nivel internacional y

de la viabilidad de crear y sostener programas de investigación ycapacitación adaptados a la crisis pero, con una mirada estraté-gica, que permita rediseñar las formas de inclusión social y rein-ventar los modos de producción de solidaridad por parte de la

sociedad misma.

La magnitud y la extensión del desempleo de larga dura-ción, la pobreza y la exclusión a la que se ven sometidos vastossectores de la población, tanto argentina como de la región, justi-

fican ampliamente ésta iniciativa.

Participan del montaje y desarrollo de la Cátedra UNESCOsobre las manifestaciones actuales de la cuestión social, las

siguientes instituciones:

Instituto Torcuato Di Tella (ITDT), en carácter de institu-ción anfitriona

Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET)Instituto Internacional de Capacitación Social del Sur

(INCASUR) 5

Centro de Capacitación Continua de la Universidad deSalvador (USal)

Centro de Estudios para el Desarrollo de la Universidaddel Salvador (USal)

Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad del Sal-vador (USal)

5. Instituto de Formación Subregional de la Central Latinoamericana de Tra-bajadores (CLAT)

La Cátedra UNESCO sobre las manifestaciones actuales dela cuestión social tiene como objetivo general:

Servir de interfase entre el campo intelectual y el campode las decisiones políticas a los efectos de mejorar el diseño delas políticas públicas para garantía de la cohesión social.

Asimismo, sus objetivos específicos son:

Realizar un enfoque riguroso de las tensiones y contra-dicciones que atraviesa la sociedad.

Investigar científicamente los distintos aspectos de lasmanifestaciones actuales de la cuestión social.

Coadyuvar a la formación académica de excelencia parapersonas que posean vocación para convertirse en agentes decambio con capacidades para el gerenciamiento de las transfor-maciones sociales.

Generar un ámbito de discusión y diálogo entre losactores políticos, sociales y económicos que permita la regula-ción de sus intereses.

Realizar ejercicios de previsión en el campo social.Diseñar estrategias por escenarios.Diseñar políticas y programas sociales.Participar en el gerenciamiento, monitoreo y / o evalua-

ción crítica de políticas y programas.Para el cumplimiento de su objetivo general y el logro de

sus objetivos específicos la Cátedra UNESCO prevé diversos tiposde actividad:

Programa de profesores visitantesInvestigación ParticipativaEjercicios de previsiónDiseño de estrategias por escenariosConsulta de expertosConsultas ampliadas a actores políticos, sociales y/o

económicos

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Introducción

Investigación aplicadaTalleres de análisis de políticas socialesTalleres de diseño de políticas socialesTalleres de evaluación crítica y toma de decisionesConsultoríaCooperación bilateral u horizontalPublicaciones

Para está publicación contamos con los aportes y reflexiones

de Daniel Arroyo, Robert Castel, Antonio Colicigno, DidierDemazière, Torcuato Di Tella, Daniel García Delgado, MichelKokoreff, Marta Novick, Guillermo Pérez Sosto, Xoan-LuisPintos, Roberto Pons, Mariel Romero y Bruno Théret.

A los efectos de facilitar una lectura ordenada hemos organi-

zado los textos -surgidos de documentos, conferencias e interven-

ciones orales en paneles, ejercicios de previsión, reuniones de

expertos, etc.- por estricto orden cronológico, aclarando en todos

los casos el momento y la circunstancia en que cada aporte o refle-

xión fue realizado.

El primer texto, "Las manifestaciones actuales de la cues-tión social", de octubre de 20016, corresponde al documento base

de la convocatoria a las primeras reuniones de expertos, investiga-

dores y académicos que posibilitó construir el espacio de discusión

que originó el Seminario Permanente y posteriormente la CátedraUNESCO.

A continuación, como segundo texto se presenta la Confe-rencia Inaugural del Seminario Permanente, del 26 de septiem-

bre de 2002, sobre "El proceso de individualización: fragilizaciónde los soportes de identidad frente a las transformaciones del

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Las manifestaciones actuales de la cuestión social

6. El análisis de la información que se brinda en el punto Fragilización deltrabajo en Argentina fue actualizado en 2002, en base a información rele-vada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) a través de laEncuesta Permanente de Hogares (EPH) de mayo y octubre de 2002.

capital y del trabajo", que estuvo a cargo de Robert Castel, Direc-

tor de Estudios de la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de

París, Francia.

El tercer texto, "Tesis provisionales para el diseño de lasrutas de acceso a las realidades diferenciadas en nuestras socie-dades, la intervención plural en las expectativas de los ciudada-nos y los rendimientos funcionales de las organizaciones", del 7

de octubre de 2002. Se trata de un documento producido por Xoan-Luis Pintos, Director del Departamento de Sociología de la Universi-

dad de Santiago de Compostela, España, para una Jornada de

Debate del Seminario Permanente acerca de las reconsideraciones

sobre la realidad social y sus percepciones.

En cuarto y quinto lugar, encontramos dos conferencias de

Bruno Théret, Director de Investigaciones Económico Sociales del

Centre National de la Recherche Scientifique en la Université Paris IX

- Dauphine, Francia, sobre "Estado y economía: un enfoque regu-lacionista" dictada el 1°de julio del 2003 y sobre "Protección social,federalismo y mundialización" dictada el 2 de julio de 2003.

Los tres textos que siguen, corresponden a las intervenciones

de: Torcuato Di Tella, Director del Instituto Di Tella, sobre "Mode-los de desarrollo e integración social"; Daniel García Delgado,

Investigador CONICET/FLACSO, Área Estado y Políticas Públicas,

sobre "El desafío de la inclusión" y Guillermo Pérez Sosto, Coordi-

nador de la Cátedra UNESCO, sobre "Replantear la cuestión social",

en el panel "Estado y sociedad: los desafíos de la exclusión" en el

marco del Ejercicio de previsión sobre "Cohesión Social: desafíos,tendencias y perspectivas", efectuado el 3 de julio de 2003.

A continuación encontraremos otros tres textos, correspon-

dientes a las intervenciones de: Roberto Pons, Coordinador del

Departamento MERCOSUR de la UIA, sobre "Perspectiva econó-mica y cultura del trabajo"; Marta Novick, Subsecretaría de Pro-

gramación Técnica y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo,

11

Introducción

Empleo y Seguridad Social, sobre "Transformación económica ypolíticas de empleo" y Bruno Théret, Director de Investigaciones

Económico Sociales del Centre National de la Recherche Scientifique

en la Université Paris IX - Dauphine, Francia, sobre "El contextointernacional de las transformaciones actuales", en el panel

"Sociedad y economía: los desafíos del contexto y la genera-ción de trabajo" en el marco del Ejercicio de previsión sobre

"Cohesión Social: desafíos, tendencias y perspectivas", reali-

zado el 3 de julio de 2003.

El duodécimo texto, "La política social como desarrollo eco-nómico", del 3 de julio de 2003, corresponde al acto de cierre del

Ejercicio de previsión sobre "Cohesión Social: desafíos, tenden-cias y perspectivas", a cargo de Daniel Arroyo, Secretario de Políti-

cas Sociales y Desarrollo Humano y Viceministro de Desarrollo Social.

En décimo tercer lugar, encontraremos el texto de MarielRomero, Investigadora independiente en temas de opinión pública,

especializada en técnicas de investigación cualitativa, Coordinadora

del Ejercicio de Previsión, que resume el análisis y las conclusiones de

los Grupos Operativos de Discusión realizados durante el "Ejercicio deprevisión. Cohesión social: desafíos, tendencias y perspectivas.Hacia una visión compartida de sociedad" presentadas en la Sesión

Plenaria del Seminario Permanente del 26 de noviembre de 2003.

El texto que sigue, el décimo cuarto, reproduce la conferencia

sobre "Los jóvenes frente a los procesos de desafiliación social",

del 21 de abril de 2004, a cargo de Michel Kokoreff, Maitre de Con-

férences à l'Université de Lille 1, Investigador del Centre National de

la Recherche Scientifique à l'Université de Paris V, experto en temas

de juventud.

A continuación, en décimo quinto y décimo sexto lugar, se

encuentran dos intervenciones orales de Didier Demazière, Maitre

de Conférences à l'Université de Liège, Director de Investigaciones

del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) y miembro

12

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

del Comité de Redacción de Sociologie du Travail, "Aspectos políti-cos de la desocupación" del 24 de agosto de 2004, en un intercam-

bio con expertos en el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad

Social y "La desocupación y sus significados societales y biográfi-cos", conferencia dictada el 25 de agosto de 2004, en el Ministerio de

Desarrollo Social.

El décimo séptimo texto corresponde a un artículo de Anto-nio Colicigno, Secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad de

La Matanza, Provincia de Buenos Aires, quien realiza su aporte

desde la experiencia de la gestión territorial en "Desarrollo social:una reflexión desde lo local", de noviembre de 2004.

Para finalizar, agradecemos a todos quienes han acompañado

la iniciativa desde su inicio, colaborando con el montaje y desarrollo

del Seminario Permanente y de la Cátedra UNESCO sobre lasmanifestaciones actuales de la cuestión social. Especialmente a

Manuel Bernales Alvarado, Especialista de Programa del Sector Cien-

cias Sociales y Humanas de la Oficina Regional de Ciencia para Amé-

rica Latina y el Caribe - UNESCO; Francisco Piñón, Secretario General de

la OEI; Enrique Sosa de la Fundación Promoción Humana y Ramón

Ermácora de Incasur, quienes facilitaron los auspicios de la UNESCO,

la OEI y la WSM para la presente publicación.

Asimismo, agradecemos la invalorable cooperación de Gilles

Rivière, Director de Estudios, Ecole des Hautes Etudes en Sciences

Sociales, Paris; Joël Le Bail, Agregado de Cooperación Científica y

Técnica del Servicio de Cooperación y Acción Cultural de la Emba-

jada de Francia en la Argentina; Jean Pierre Lavaud y Fortunato

Mallimace, Directores del Centro Franco Argentino de Altos Estudios

de la Universidad de Buenos Aires y Miguel Vallone, Director Nacio-

nal de Cooperación Internacional del Ministerio de Educación, Cien-

cia y Tecnología y Secretario Adjunto de la Comisión Nacional

Argentina de Cooperación con la UNESCO.

13

Introducción

15

I

I

Las manifestaciones actuales de la cuestión social1

Guillermo Pérez Sosto 2

"La 'cuestión social' es una aporía fundamental en la cual una

sociedad experimenta el enigma de su cohesión y trata de conjurar el

riesgo de su fractura. Es un desafío que interroga, pone en cuestión la

capacidad de una sociedad (lo que en términos políticos se denomina

una nación) para existir como un conjunto vinculado por relaciones de

interdependencia."

Robert Castel: "Las metamorfosis de la cuestión social."3

Escenario conceptual

Las transformaciones ocurridas en la Argentina durante los

últimos 27 años, que sufrieron un proceso de aceleramiento en la

última década, dieron por tierra la imagen de la sociedad que tenía-

mos hasta ese presente, en la medida que dejamos de definir las

conductas o formas de organización social por el eje tradición-

modernidad y abandonamos la explicación de los fenómenos socia-

les por el lugar que ocupan en la historia.

1. Documento base de la convocatoria a las primeras reuniones de expertos,investigadores y académicos que posibilitó construir el espacio de discusiónque dio origen al Seminario Permanente y posteriormente a la CátedraUNESCO. Elaborado en octubre de 2001. Actualizado en noviembre de 2002.2. Sociólogo, Investigador del Instituto Di Tella, Coordinador de la CátedraUNESCO sobre las manifestaciones actuales de la cuestión social.3. CASTEL, Robert. Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica delsalariado. Buenos Aires, Paidós, 1997.

16

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

La propuesta de un análisis de este tipo acepta renunciar alprincipio central de la sociología clásica: la correspondenciaentre reglas institucionales y conductas.

Ya no vivimos en una sociedad industrializada por un pro-ceso sustitutivo de importaciones, que al igual que las sociedades

con un mayor grado de desarrollo relativo estaba dominada porconflictos sociales centrales, sino que vivimos en medio de unflujo incesante de cambios.

Asimismo, la idea de sociedad ha sido reemplazada por lade mercado.

Mercado donde se reemplaza la explotación por la exclu-sión, un modelo de funcionamiento por una estrategia decambio y una visión sincrónica por una visión diacrónica.

Sin embargo, en este caso paradigmático, no existe unasociedad que sea solamente un mercado, sólo existe un país enel que el mercado bordea el gueto. Un país en el que la innova-ción y el movimiento rodea grandes bolsones de exclusión.

En este tipo de sociedad dual, donde coexisten zonasabiertas a la economía mundial con comunidades cerradas, sedestruye la posibilidad de intervención política a la vez que lade protesta social, produciendo una descomposición de la accióncolectiva: una acentuación del desarrollo desigual entre los seg-mentos y territorios dinámicos de la sociedad y aquellos quecorren el riesgo de convertirse en irrelevantes desde la perspec-tiva de la lógica del sistema.

Observamos la liberación paralela de las formidables fuerzas

productivas de la revolución electrónica aplicada a los flujos de infor-

mación y dinero y la "consolidación de los agujeros negros de mise-

ria humana en la economía global." 4

4. CASTELLS, Manuel. La era de la información. Economía, sociedad y cul-tura. Siglo Veintiuno Editores, México, 1999.

17

I

Es en este proceso, que la fragmentación social se extiende,

ya que las identificaciones se vuelven más específicas y aumenta la

dificultad de compartirlas.

En estas condiciones de esquizofrenia estructural, las pautas

de comunicación social se someten a una tensión cada vez mayor. Y

cuando la comunicación se rompe, cuando deja de existir, ni siquiera

en forma de comunicación conflictiva (como sería el caso de las

luchas sociales o la oposición política), los grupos sociales y los indi-

viduos se alienan unos de otros y ven al otro como un extraño y al

final como una amenaza.

Escenario social

La distribución regresiva del ingreso, acompañada de des-ocupación alta y constante, dan como resultado un aumento de la

pobreza y la exclusión. Esta situación de creciente inequidad pare-

cería retrotraernos en el tiempo hacia problemas sociales del

pasado, cuando la expresión "cuestión social" remitía a los disfuncio-

namientos de la sociedad industrial naciente hacia fines del siglo XIX.

Desde el principio de los años ochenta, el crecimiento de la des-ocupación y la aparición de nuevas formas de pobreza parecieron,

al contrario, llevarnos a largo tiempo atrás. Pero a la vez se ve con

claridad que no se trata de un simple retorno a los problemas del

pasado. Los fenómenos actuales de exclusión no remiten a las cate-

gorías antiguas de la explotación. Así, ha hecho su aparición una

nueva cuestión social.5

En lo que a nosotros concierne y a los efectos de enmarcar

nuestro análisis, señalaremos, en acuerdo con lo enunciado por

5. ROSANVALLON, Pierre. La nueva cuestión social. Repensar el Estadoprovidencia. Buenos Aires, Manantial, 1995.

18

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Pierre Rosanvallon, que el advenimiento de una nueva cuestiónsocial se traduce en una inadaptación de los viejos métodos degestión de lo social, que más allá de los acuciantes problemas definanciamiento y de las penosas disfunciones de los organismos delEstado, lo que está puesto en tela de juicio son los principios orga-nizadores de la solidaridad social y el fracaso de la concepciónde los derechos sociales para ofrecer un marco satisfactorio enel cual pensar la situación de los excluidos.

Mientras en el escenario europeo frente a las fracturas socia-les, que se agravaron durante los años ochenta, la intervenciónpública recuperó toda su justificación; la ideología del Estadoultramínimo pasó de moda y todo el mundo reconoció el papelinsoslayable del Estado para mantener la cohesión social. En

nuestro caso, como en la mayoría de los países de la región, frente a

situaciones similares en su calidad pero agravadas por su peso numé-

rico y para el mismo período, los Estados se vieron obligados arenunciar a parte de los márgenes de maniobra para su inter-vención, ante el discurso hegemónico del Estado mínimo.

Asimismo, los antiguos productores de solidaridad y toda

la Seguridad Social, montada a partir de la segunda posguerra,

continúan desintegrándose de manera probablemente irrever-sible. Las evoluciones demográficas, la disociación creciente entre

la esfera de los aportantes y la de los beneficiarios, el aumento del

conocimiento sobre las diferencias entre los individuos y los grupos

se conjugan para quebrar la visión de la seguridad social y lasolidaridad.

La Seguridad Social ya no aparece como el centro aglutina-

dor del progreso social, no cubre más que una parte del campo lla-

mado social.

La Seguridad Social constituye en lo sucesivo un vasto sistema

polimorfo, de fronteras difusas y financiamiento complejo, en el cual

se mezclan, cada vez, más inextricablemente aportes y contribuciones,

19

I

préstamos, subvenciones y transferencias de cualquier naturaleza.

Esta evolución se aceleró desde los años ochenta por el aumento de

la desocupación, el desmoronamiento de la base tributaria salarial y

la disminución de la cantidad de aportantes que resultó de ello. Las

políticas públicas de exención o de reducción de las cargas sociales

para alentar a las empresas a crear empleos no ha hecho más que

incrementar ese movimiento.

Por otra parte, la concepción tradicional de los derechossociales, comprueba ser inoperante para tratar el problemamayor de la exclusión.

En un contexto de desocupación masiva y crecimiento dela exclusión, esta visión de los derechos sociales como compen-sadores de un disfuncionamiento pasajero deviene inadaptada.

Una situación como la descripta indica una inflexión deci-siva en la percepción de lo social que prevaleció durante cercade un siglo, obligando a los Estados a "reconsiderar las expresiones

usuales del contrato social, a reformular la definición de lo justo y lo

equitativo, a reinventar las formas de la solidaridad." 6

Desigualdad

El malestar social está vinculado a la existencia de un des-empleo masivo cuya persistencia alimenta la doble sensación deuna pérdida de identidad y una incertidumbre creciente sobre elfuturo. Pero al mismo tiempo se percibe claramente que el fenó-meno es más profundo y más complejo. Lo que se quiebrasecretamente es tanto la misma organización social como elimaginario colectivo.

6. ROSANVALLON, Pierre. La nueva cuestión social. Repensar el Estadoprovidencia. Buenos Aires, Manantial, 1995.

20

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Vastos sectores de la sociedad ya no saben muy bien quiénes

son, a qué conjunto o clase pertenecen, qué es lo que los relaciona a

unos con otros. En definitiva, no saben a dónde los lleva la situación

actual, pero temen vivir mañana peor que hoy.

El plebiscito constante de la opinión pública, toma día tras

día, confusamente, el cariz de una desaprobación. Desaprobaciónque se ve reflejada tanto en la anomia social como en la generali-

zada desconfianza hacia los dirigentes políticos, económicos o

mediáticos.

El triunfo de una sociedad individualista aporta consigo un

formidable potencial de progreso y al mismo tiempo de padeci-mientos. El mercado mundial impulsa el crecimiento y destruyepuestos de trabajo; permite financiar la economía pero limita losmárgenes de maniobra presupuestarios; multiplica las riquezaspero aumenta las desigualdades hasta lo intolerable. La apologíadel mercado y de la defensa de los derechos del hombre no bastapara construir una representación de la sociedad que permita queésta se reconcilie consigo misma y rechace las amenazas.7

Para Jean-Paul Fitoussi, dos padecimientos se superponen en

el malestar contemporáneo. El más visible es el procedente de las

conmociones económicas. Pero hay también otro, más subterráneo,

que remite a los efectos destructores del individualismo moderno. La

crisis que atravesamos es indisociablemente económica y antropo-lógica; es a la vez crisis de civilización y crisis del individuo. Fallansimultáneamente las instituciones que hacen funcionar el vínculosocial y la solidaridad (crisis del estado de bienestar), las formasde relación entre la economía y la sociedad (crisis del trabajo) y

los modos de constitución de las identidades individuales ycolectivas (crisis del sujeto).

7. FITOUSSI, Jean-Paul. La nueva era de las desigualdades. Buenos Aires,Manantial, 1997.

21

I

Para Fitoussi, la sociedad se enfrenta con dos tipos de des-igualdades, que se expresan en términos diferentes.

Las desigualdades persistentes que ponen en evidencia las

estadísticas sobre la distribución de los ingresos, la vivienda,

etcétera. Corresponden a la visión clásica que se tenía de la des-igualdad cuando se construyeron esos sistemas estadísticos. Esasdesigualdades persisten y hasta se profundizan.

En lo sucesivo se agregan a ellas nuevas formas de des-igualdad tanto más individualmente experimentadas por encontrar

poco eco en los medios de comunicación: desigualdades ante el tra-

bajo y la condición asalariada, incluso ante el endeudamiento, las

consecuencias de la implosión del modelo familiar, las nuevas formas

de violencia.

Exclusión

Los desocupados de larga data o las familias sobre endeu-dadas no constituyen poblaciones en el sentido tradicional de laacción social. Los individuos a los que conciernen, tampoco son un

grupo en el sentido sociológico. No hacen más que compartir ciertoperfil de orden biográfico, sus vidas han atravesado ciertos pro-cesos, ciertas trayectorias que presentan cierta homología: sucesiónidéntica de rupturas sociales o familiares, mismo tipo de desencajesprofesionales. Son las formas de su historia y no sus características

socio profesionales las que los acercan. Es por eso que no constitu-

yen ni una comunidad social ni un grupo estadístico.

En este caso, lo importante es analizar con claridad la natu-raleza de los procesos que conducen a las situaciones de exclu-sión, en tanto éstas son las resultantes de un proceso particular.

22

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

De donde surge la importancia de las nociones de precariedad yvulnerabilidad.8

La dificultad de los excluidos para articular sus demandas está

dada en que no constituyen una fuerza social a la que podría movi-

lizarse. Tampoco son los nuevos proletarios de la sociedad de des-

ocupación. No tienen un interés común propiamente dicho. No

forman en absoluto una clase objetiva. Constituyen la sombra pro-yectada de los disfuncionamientos de la sociedad, resultan deun trabajo de descomposición, de desocialización.9

El concepto de exclusión representa por lo tanto una manera

particular de reconocer y definir los problemas sociales, así como las

categorías y poblaciones correspondientes. En este sentido, la exclu-

sión no es un nuevo problema social, sino más bien otra manera de

describir las dificultades para establecer solidaridades, sea de los

individuos entre sí, sea de los grupos en el conjunto social. Hablar deinserción es entonces interesarse en las diferentes formas deagregación existentes o por promover.10

Fragilización del trabajo

El crecimiento del desempleo de larga duración, la nueva

pobreza, personas sin techo, etcétera, han constituido en los últimos

quince años a la exclusión como el gran hecho social. Al mismo

tiempo, la "cuestión social" se desplazó: se pasó de un análisisglobal del sistema (en términos de explotación, repartición,

8. CASTEL, Robert. De l'exclusion comme état à la vulnérabiliteé commeprocessus. París, Esprit, 1992.. ROSANVALLON, Pierre.La nueva cuestión social. Repensar el Estado provi-dencia.Buenos Aires, Manantial,1995.10. NASSE, Philippe. Exclus et Exclusions: connaitre les populations, com-prendere les processus. París, Commissaria t général du Plan, 1992.

23

I

etcétera) a un enfoque centrado en el segmento más vulnerablede la población. La lucha contra la exclusión polarizó toda la aten-

ción, movilizó las energías, ordenó la compasión.11

Algunas visiones sobre la sociedad están hoy distorsionadas

por la polarización de todas la atenciones sobre los fenómenos de

exclusión, que aunque importantes, no agotan la cuestión social. Lajusta denuncia de la miseria y la pobreza no debe dispersarnosde un enfoque más riguroso de las tensiones y contradiccionesque atraviesa la sociedad.

La fragilización multiforme del trabajo asalariado (preca-riedad, flexibilidad) modifica también en profundidad nuestrasociedad. Así, es en su centro, y no únicamente en sus márgenesdonde hay que considerar la cuestión social.12

Robert Castel no vacila en decir al respecto: "El problema más

grave no es tal vez el de la desocupación. No lo digo para quitar dra-

matismo a la situación de millones de desocupados, sino para invi-tar a mirar, por encima del desempleo, la degradación de lacondición del trabajo".13

La provocativa puesta en guardia de Castel parece apropiada

por el hecho de que verdaderamente es la fragilización de la masacentral de trabajadores lo que termina por alimentar el creci-miento del número de excluidos.

11. ROSANVALLON, Pierre. La nueva cuestión social. Repensar el Estadoprovidencia. Buenos Aires, Manantial, 1995.12. ROSANVALLON, Pierre. La nueva cuestión social. Repensar el Estadoprovidencia. Buenos Aires, Manantial, 1995.13. CASTEL, Robert. Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica delsalariado. Buenos Aires, Paidós, 1997.

24

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Fragilización del trabajo en Argentina14

En la Argentina la fragilización multiforme del trabajoalcanza al 57% de los ocupados.

Por fragilización del trabajo debemos entender cuando

además de escaso, el empleo del tiempo de las personas que se

dicen ocupadas se despliega en actividades de subsistencia, pre-carias o de baja calificación.

En las áreas urbanas, el empleo no sólo es escaso, el poco que

hay suele ser de baja calificación, según el informe del Instituto

Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) sobre la base de los datos

de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de octubre de 2002

que relevó una tasa de desempleo del 23.6%.

En el promedio de los 28 aglomerados urbanos donde se

mide la encuesta el 27.2% de los ocupados no tiene aportes jubi-latorios, el 23.7% esta subocupado, el 25.7% gana menos de$200 mensuales, y el 17.4% vive de changas.

Además, el 13.2 % está en tareas de baja calificación, como

el servicio doméstico o la construcción, el 9.8% está sobreocupadopor insuficiencia de ingresos. El 2.0% es cartonero o vendedorambulante y el 1.2% participa de actividades de trueque.

Como muchos revistan en más de una categoría, la suma de

los porcentajes no da 100, sino más. Pero el 57% de los 7.755.000

ocupados encuadra en, al menos, una de estas categorías de

"empleo pobre o de mala calidad".

14. El análisis de la información que se brinda en el punto Fragilización deltrabajo en Argentina fue actualizado en noviembre de 2002, en base a infor-mación relevada por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) através de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de mayo y octubre de2002.

25

II

II

El proceso de individualización: fragilizaciónde los soportes de identidad frente a las

transformaciones del capital y del trabajo1

Robert Castel2

Trataría de reflexionar sobre un fenómeno que afecta a la

sociedad y que hace que un gran número de individuos vea degra-

dar su status, perdiendo los soportes identitarios por obra de las con-

mociones que inciden en la organización del trabajo; las que se

deben, sin duda, al nuevo régimen del capitalismo contemporáneo

que, particularmente, destruye sin piedad los sistemas de regulación

y de protección que se habían construido alrededor del trabajo.

Este proceso tiene hoy una dimensión mundial. Sin embargo,

los diferentes países están afectados de manera distinta. No olvido

que estoy en la Argentina, que es, sin duda, uno de los países donde

este proceso tiene efectos verdaderamente desastrosos.

Lamentablemente, no estoy en condiciones de hablar directa-

mente del caso argentino, simplemente porque no lo conozco sufi-

cientemente. Mi conceptualización va a estar construida a partir de

datos que se refieren, principalmente, a Francia y a Europa Occiden-

tal. Como no estamos en otro planeta, espero que podamos realizar

una distinción acerca de las relaciones entre mi propuesta y la situa-

ción Argentina.

1. Conferencia Inaugural del Seminario Permanente sobre las manifestacio-nes actuales de la cuestión social, del 26 de septiembre de 2002.2. Sociólogo, Director de Estudios de la Ecole des Hautes Etudes en SciencesSociales (EHESS), París. Autor de "La metamorfosis de la cuestión social.Una crónica del salariado."

26

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Parto de una constatación, que es la de la popularidad del

discurso teórico que exalta al individuo y al individualismo: estaría-

mos cada vez más en una sociedad de individuos, donde el proceso

de individualización, que transforma nuestra experiencia social de

manera profunda, está permanentemente solicitando respuestas

individuales a los desafíos de la sociedad.

Este discurso no es falso. Es cierto que las transformaciones

actuales pueden, en gran medida, leerse a través de este principio

de individualización. Así en la organización del trabajo se asiste a

una puesta en movilidad de las tareas y del desarrollo de las carre-

ras profesionales donde el individuo trabajador, es solicitado a res-

ponder adaptativamente a los cambios tecnológicos, administrando

él mismo un recorrido profesional que deja de estar programado

por anticipado.

También se observa una individualización creciente de las rela-

ciones familiares; se habla de la crisis de los sindicatos, de las organi-

zaciones políticas, de las iglesias, de la mayoría de las instituciones,

en tanto que están impugnadas como grandes estructuras colectivas

que ahogarían al individuo.

Esto nos debería llamar a reflexionar sobre la concepción del

individuo, que es así llevado al primer plano de la escena. Así,

desde ese punto de vista, las cosas no aparecen del todo claras,

porque detrás de la tendencia central de promocionar y/o exaltar

al individuo liberado de las presiones colectivas, se encuentra el

núcleo de la ideología neoliberal, dominante hoy en día. "El indivi-duo debería estar en condiciones de desplegar todas sus capacida-des y lo hace si ya no está tomado en esta suerte de picota dereglamentaciones burocráticas."

Sin embargo, esta celebración de la independencia del indivi-

duo sólo coincide en parte con la problemática actual del mismo, es

decir, que existe otro perfil del individuo igualmente contemporá-

neo. Por ejemplo: un trabajador que ha perdido su trabajo después

27

II

de estar 20 años en una empresa, pareciendo integrado, protegido,

casi seguro de poder controlar su porvenir. Luego, ha habido una

reconversión industrial y ese trabajador vio extinguida su relación

laboral perdiendo gran parte de lo que le daba una consistencia, un

reconocimiento social como "individuo por entero".

Sin embargo, este trabajador es siempre un individuo y podría

decirse incluso, que está más solicitado como individuo que cuando

estaba en seguridad. Ahora tiene que movilizarse para encontrar

trabajo, adaptarse a su nueva situación, enfrentar el decrecimiento

de sus recursos, encontrar medios para arreglárselas día a día en la

incertidumbre.

Podríamos tomar otro ejemplo: el de un joven que está bus-

cando su primer empleo y que va de "trabajito" en "trabajito", que

vive en la precariedad y que a veces llega a la delincuencia.

Tendríamos aquí con los "cartoneros" un ejemplo límite de

esta manera de ser un individuo que se moviliza en total precarie-

dad. A toda esta gente no se le puede negar la calidad de individuo,

pero se debe reconocer que es una manera muy incómoda, muy pro-

blemática de ser un individuo.

Hay al menos dos perfiles contrastantes del individuo con-

temporáneo: está el individuo de quien se exalta el valor del éxito y

está el individuo que podríamos calificar como "individuo pordefecto", que es condenado a ser individuo en condiciones difíciles.

Un individuo sobreexpuesto, sometido a la precariedad perpetua,

amenazado de invalidez social. Puede temerse que esta manera de

ser individuo sea cada vez más frecuente y ustedes están, en la

Argentina, muy bien ubicados para saberlo.

De esto podemos extraer una implicación: hay "individuos eindividuos". Esta proposición puede sonar muy banal e incluso trivial,

si pensamos que las diferencias entre los individuos son de orden psi-

cológico y no mucho más. Hay "individuos e individuos", porque

estos son desigualmente sostenidos para ser tales.

28

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

El individuo no es una sustancia dotada de una vez y para

siempre de sus potencialidades positivas. Existe un individuo dotado

de un mínimo de independencia, el individuo que celebra la Decla-

ración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y que se ha con-

vertido en uno de los valores de referencia de nuestras sociedades.

Existe otro individuo carente de soportes, al cual las condiciones de

su independencia no le son dadas y que es más bien un "individuopor defecto".

Podemos dar un paso más para explicitar esta hipótesis pre-

guntándonos cuáles son los soportes necesarios para ser reconocidos

como un individuo de pleno derecho. Aquí voy a tener que hacer un

pequeño desvío histórico, porque la historia social nos enseña, que

estos soportes tampoco son dados de una vez y para siempre, sino

que el primer soporte necesario para el hombre moderno, para ser

verdaderamente un individuo, fue la propiedad.

Esta propuesta puede parecer chocante, pero basta con releer

a los primeros liberales o tomar en serio la Declaración de los Dere-chos del Hombre y del Ciudadano, y comprender lo que estos textos

decían e intentaban hacer.

Para Rousseau, Saint Just o Roberspierre, el individuo moderno,

en el momento en que se libera de los sistemas de coerción y por lo

tanto, de las relaciones de protección de la antigua sociedad, tiene

absoluta necesidad del punto de apoyo de la propiedad.

El Hombre -según Locke, testigo de esa situación en el siglo

XVII-- es amo, dueño de sí mismo y propietario de su propia persona,

de sus acciones y su trabajo. Así, deja de ser el hombre de algún otro,

como decía el antiguo derecho feudal, poniéndolo bajo dependencia

de un superior, de un amo, de un soberano. Puede, entonces, existir

por sí mismo, conducirse como un hombre independiente a partir de

la base de la propiedad. Esta es la razón por la cual la propiedad está

ubicada en el lugar de derecho inalienable y sagrado en la Declara-ción de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La propiedad es la

29

II

condición de una existencia independiente, la posibilidad de ser un

ciudadano que pueda determinarse por si mismo y ser propietario

de su propia persona.

Este es el núcleo de la concepción moderna del individuo, que

es además, la concepción liberal; un individuo libre, independiente y

valor de referencia de la sociedad; pero que puede ser más, porque

puede tomar apoyo en sus propiedades.

Hay evidentemente una implicación mayor de esta concepción

de individuo y es la cuestión del status del individuo no propietario,

que es esencialmente la cuestión del trabajador, del asalariado, es

decir, de aquel que solo tiene su trabajo para vivir o para sobrevivir.

Esa es la cuestión de la separación de la propiedad y el trabajo que

está en el meollo de la cuestión social moderna.

¿El trabajador, el pequeño asalariado, puede verdaderamente

ser un individuo de pleno derecho? Hay que contestar que no. Aquel

que no tiene más que su trabajo para vivir y sobrevivir no puede ser

un individuo en el sentido positivo de la palabra, o más bien, la sepa-

ración de la propiedad y del trabajo lleva dos maneras opuestas de

ser un individuo.

Esta no es una posición ideológica o política de mi parte, es una

especie de constatación que se puede hacer en el momento que el

capitalismo moderno se instrumenta a partir de fines del siglo XVIII.

Se podrían multiplicar los testimonios del desarrollo, al princi-

pio de la modernidad, de categorías de individuos que están en las

antípodas de lo que esta sociedad celebra en la forma de individuos

libres, o de "individuos libres, iguales y responsables", tal como figura

en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Es así que observando la manera en que viven gran parte de

los trabajadores de la época: jornaleros y trabajadores manuales,

que trabajan día a día. El abate Sieyès habla de ellos como un "ins-trumento bípedo", sin libertad, sin moralidad.

30

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

No es por casualidad que cito al abate Sieyès, que fue, en el

momento de la Revolución, el inspirador principal de la Declaración

de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Es el mismo que habla

de estos trabajadores como de "instrumentos bípedos" y en ellos

piensa Voltaire cuando habla de "la canalla".

Esto no expresa un desprecio de clases, sino una suerte de

constatación sociológica, viendo cómo viven y cómo son tratados

esos asalariados de la época, que no tienen ninguna manera de ase-

gurar su independencia como individuos y que son, no sólo misera-

bles, sino despreciados. Este es el problema que aparece al final del

siglo XVIII y que va a agravarse en el siglo XIX con la modernización

de las sociedades.

La industrialización hizo que estos pequeños asalariados

miserables se volvieran cada vez más numerosos e indispensables

pero que quedaran igualmente miserables. Van a constituir ese pro-

letariado que Marx define y que la profusa literatura de la época da

en llamar "pauperismo en el siglo XIX", que no es sólo la miseria

material sino ese estado de estigmatización moral en la cual que-

daban prisioneros estos pequeños trabajadores de la época.

Es un problema político grave, porque estos individuos que

sólo tienen para "perder sus cadenas" como dice Marx, corren el

riesgo de bascular hacia la subversión y hacer saltar esta organización

social en la cual no tienen nada y no son nada.

Es también una suerte de contradicción antropológica funda-

mental, la existencia en el corazón de la sociedad moderna de indi-

viduos cada vez más numerosos, que no poseen la característica que

esa misma sociedad moderna le reconoce a los individuos, ninguna

independencia, ninguna libertad, ningún derecho.

¿Cómo se salió de esa situación? Esencialmente por el hecho

de haber puesto protecciones y derechos al trabajo.

El trabajador va a poder construir su seguridad, su indepen-

dencia, a partir de su trabajo. Es la constitución de lo que podríamos

31

II

llamar "propiedad social", basada en derechos sociales que tienen

una función homóloga a la de la "propiedad privada" para los no

propietarios.

Para no ser muy abstracto, tomo el ejemplo de la jubilación: la

situación del anciano trabajador, que ya no podía trabajar, fue

durante siglos un problema terrible por el riesgo de caer en un dete-

rioro total y antes de morir, ir a parar al hospicio.

Con la jubilación todo cambia. Si bien este viejo trabajador

con su jubilación no va a vivir en la opulencia, tendrá al menos un

mínimo de seguridad que le permitirá existir por si mismo y escapar

a las formas siempre más o menos degradantes de la asistencia. Ésta

seguridad es un derecho construido a partir del trabajo, inscripto en

la legislación y garantizado por el Estado.

La jubilación es un ejemplo de esta "propiedad social " que

empieza a instrumentarse tímidamente en un país como Francia, a

principios del siglo XX y que se va extendiendo progresivamente

hasta finalmente cubrir prácticamente, al conjunto de la población,

brindándole seguridad social, en el sentido fuerte de la expresión, en

el marco de lo que podemos llamar "sociedad salarial ".

La "sociedad salarial " no es solamente una sociedad donde la

mayoría de la gente es asalariada; es también una sociedad en la cual

las garantías y los derechos que fueron construidos a partir del trabajo

asalariado, se aplicaron prácticamente a todos los miembros de esa

sociedad, incluidos los no asalariados, incluidos los no trabajadores.

En el marco de la construcción de lo que podríamos llamar

un "compromiso social " entre los intereses del mercado y los que

producen con su trabajo las riquezas, estas garantías y derechos

representan una seguridad y una protección mínima para aquellos

y aquellas que producen esas riquezas, es decir, los trabajadores y

las trabajadoras.

No podemos describir, ahora, cómo este basto emprendi-

miento, que podríamos calificar como "rehabilitación social " de los

32

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

no propietarios, en el sentido de haber dado las condiciones de inde-

pendencia y de reconocimiento social a esos miserables, que eran los

trabajadores de principios de la industrialización, se desplegó en el

tiempo, pero al final de este proceso de construcción, de protección

y de derechos, un técnico que trabajaba en una gran empresa en los

años 60´, quien no era necesariamente propietario, salvo de algunos

bienes, un auto, por ejemplo, tenía un salario relativamente confor-

table y sobre todo, en particular, protección y derechos que parecían

estar preparándolo para un futuro seguro, incluso para cuando ya

no tuviera la capacidad de trabajar y que llegara el tiempo de su

jubilación. En términos de independencia social podía sostener ven-

tajosamente la comparación con un rentista que estaba defen-

diendo su patrimonio privado.

Quiero ilustrar con esto, que hay un modelo positivo de indi-

viduo, de individuo de pleno derecho, imagen construida, a partir

del asalariado protegido por el Estatuto del Empleo.

Es también, sin duda, un modelo de individuo moderno por

excelencia, libre, emprendedor, dinámico. Por ejemplo, una mitolo-

gía, digamos, el joven ejecutivo de los años 60´, que representa jus-

tamente un perfil de individuo independiente, a tal punto que, aún

cuando tenga problemas personales podrá incluso visitar al psicoa-

nalista y no digo esto como un mal chiste por estar en la Argentina,

sino porque esta relativa independencia social permite también

desarrollar una atención con respecto a uno mismo, un cuidado por

uno mismo, y por el perímetro subjetivo de cada cual, respecto de su

interioridad. Justamente este individuo lo es a tal punto, porque dis-

pone de un soporte estable construido una vez más a partir de la

consolidación de su condición de trabajador.

Podría decirse que la gran transformación que afectó a nues-

tra sociedad occidental a partir de los años 70´ fue en gran medida

una pulverización de ese soporte, una desestabilización de la con-

dición salarial, con el desempleo de masas, la precarización de las

33

II

condiciones del trabajo y paralelamente el debilitamiento de las pro-

tecciones brindadas que dieron lugar a que un gran número de tra-

bajadores se volviera vulnerable.

No puedo hacer un balance de este cambio, cuyos efectos

empiezan a ser muy bien conocidos, pero puedo intentar decir en

qué medida estas transformaciones afectan el estatuto del individuo

y para eso creo que habría que reflexionar en cuanto a una para-

doja, la posibilidad para una mayoría de trabajadores de acceder a

ese status de individuo positivo se había hecho gracias a su inscrip-

ción en colectivos de trabajo: colectivos sindicales, convenciones

colectivas, regulaciones colectivas del derecho laboral y de la protec-

ción social, en definitiva, el estatuto colectivo del asalariado.

El estatuto del empleo protegido fue lo que permitió vencer

esa vulnerabilidad de masas, convirtiéndose en el patrimonio secular

de los trabajadores, en las relaciones laborales y en el estatuto por

fuera del trabajo.

Si es verdad que aquello a lo que asistimos hoy es, funda-

mentalmente, una descolectivización o una reindividualización de

las relaciones del trabajo y de los diferentes componentes de la con-

dición asalariada, se entiende que el basamento sobre el cual repo-

saba la posibilidad de ser un individuo independiente, corre el

riesgo de desmoronarse al menos para aquellos trabajadores, para

quienes la posibilidad de la independencia dependía de su partici-

pación en esa "propiedad social", en esa protección colectiva de la

"sociedad asalariada".

En cuanto a la paradoja de la individualización hoy, insisto, es

porque hay una promoción del individuo, una reindividualilzación,

pero esta individualización produce efectos contrastados sobre el

individuo. Están aquellos que se las arreglan bien, que maximizan

sus posibilidades, que liberan potencialidades, que podrían efectiva-

mente, estar ahogadas por reglamentaciones colectivas. Estos indi-

viduos son los que ganan, los ganadores de esta puesta en movilidad

34

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

generalizada y creo que ese proceso es el que sustenta la posición

neoliberal actual que, hay que reconocerlo, recoge o tiene cierta

audiencia aún más allá de los niveles patronales o gerenciales: "Libé-rense, tomen riesgo. Libérense de las obligaciones colectivas."

Es, por ejemplo, la política del MEDEF, que es el gran sindi-

cato patronal francés y que lanzó una ofensiva muy grande para la

liberación del individuo contra todas las reglamentaciones y las pre-

siones, etc.

Me parece que este tipo de discurso comporta algo no dicho,

esconde algo, vale decir, que todos los individuos no están igual-

mente posicionados como para jugar este juego y para jugar positi-

vamente este juego hacen falta recursos y soportes. Hace falta algo

del orden de lo que Pierre Bourdieu llamaba "capitales" que no es

solamente el capital económico, sino también el capital relacionado

con lo social, etc.

Por otra parte yo agregaría, insistiendo otra vez: hace falta

también disponer de derechos y de protecciones para poder jugar

ese juego. Los que no poseen estas protecciones y derechos corren

el riesgo de perder pie, de venirse abajo y ser llevados en un proceso

de "fragilización". Es lo que yo había propuesto llamar "desafiliación",

es decir, la pérdida de estos sistemas de protección que habían cons-

tituido la base de una identidad social fuerte para la mayor parte de

los trabajadores.

Así encontramos los dos perfiles de individuos de los que partí

y que podríamos interpretar como dos respuestas o dos efectos con-

trastados de la hegemonía creciente de estos procesos de individua-

lización que atraviesan a nuestras sociedades.

En todo caso, como las dos tendencias límite son, esquemáti-

camente, el individuo conquistador, que saca partido de esta suerte

de "agiornamento" moderno y luego aquellos que quedan al borde

del camino, que son individuos por defecto.

35

III

III

Tesis provisionales para el diseño de las rutasde acceso a las realidades diferenciadas en

nuestras sociedades, la intervención plural enlas expectativas de los ciudadanos y los

rendimientos funcionales de las organizaciones1

Xoan-Luis Pintos 2

Tesis 1

La tradición de las ciencias sociales nos ha transmitido la

tarea, o función socialmente admitida, de indagar acerca de lo que

habitualmente se denomina "Realidad" en nuestras sociedades. En

los primeros tiempos, y siguiendo el modelo de las ciencias riguro-

samente establecidas en aquel momento, se pensaba que sólo era

real aquello que podía ser entendido por la aplicación de determi-

nadas unidades de medida y se constituía como un objeto indepen-

diente del observador que realizaba la medición. "Realidad" era por

tanto igual a "una combinación de variables observadas y cuantifica-das sin relación al sujeto que se sustentan por sí mismas sin apelacióna referentes validadores".3

1. Documento producido por Xoan-Luis Pintos para la Jornada de Debate delSeminario Permanente, del 7 de octubre de 2002, acerca de las reconsidera-ciones sobre la realidad social y sus percepciones.2. Sociólogo, Director del Departamento de Sociología de la Universidad deSantiago de Compostela, España.3. Según el Diccionario de la Real Academia Española, algo válido consisteen algo: "Firme, subsistente y que vale o debe valer legalmente".

Tesis 2

Durante bastantes decenios se ha mantenido este plantea-

miento que ha generado infinitas series de datos numéricos porcen-

tuales, agregados, indexados, acumulables y siempre disponibles

para los diferentes actores sociales. La acción política se venía sus-

tentando en tales datos y la presentación de resultados (a través de

ingentes estadísticas) venía siendo la forma habitual aceptada de

legitimación del ejercicio del poder en cualquier nivel de las organi-

zaciones sociales.

Tesis 3

Los gestores y decisores de las diferentes organizaciones

públicas y privadas se han visto recientemente (en los últimos diez o

quince años) cuestionados desde diferentes instancias internas y

externas por diferentes, ajenas y, muchas veces, contrapuestas "per-cepciones de la realidad". Esto ha supuesto una aceleración difusa

y dispersa de la falta de legitimidad de las instancias decisorias y un

enorme desconcierto ante la necesidad de "tomar medidas" para

recuperar la confianza y la comunicación perdidas.

Tesis 4

Correspondientemente, los científicos sociales (sociólogos,

psicólogos sociales, antropólogos, pedagogos, socio lingüistas, etc.)

nos hemos visto en la necesidad de reconsiderar lo que teníamos

"por realidad" en la tradicional perspectiva positivista. No sólo nos

encontrábamos con la crítica básica a la "objetividad" de los datos,

a su contingencia temporal o a su unilateralidad y linealidad, sino

36

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

37

III

que empezaban a aparecer fenómenos que no eran susceptibles de

ser medidos por las habituales unidades de medida positiva. Nos

enfrentamos así a una situación nueva: la observación de la dife-rencia más allá del establecimiento de las identidades.

Tesis 5

Esta situación se ha vuelto más problemática porque la referen-

cia a las certezas derivadas de las ciencias "bien constituidas" se ha

vaciado de sentido por el largo proceso de incertidumbre generalizada

en las ciencias físicas y naturales vinculada a nuevas teorías (Planck,

Einstein 4, Bohr, De Broglie 5 , Heisenberg 6, Gödel 7, etc., etc.) que

han invalidado duramente las premisas básicas del conocimiento

4. Teoría de la relatividad especial o restringida (1905): "ningún objeto delUniverso se distingue por proporcionar un marco de referencia absoluto enreposo en relación al espacio. Cualquier objeto (por ejemplo: el centro del Sis-tema Solar) proporciona un sistema de referencia igualmente válido, y elmovimiento de cualquier objeto puede referirse a ese sistema". Teoría General:"enunciado del principio de equivalencia según el cual los campos gravitacio-nales son equivalentes a las aceleraciones del sistema de referencia" (1916).De acuerdo con ella, las interacciones entre los cuerpos, que hasta entonces seatribuían a fuerzas gravitacionales, se explican por la influencia de aquellossobre la geometría espacio-tiempo (espacio de cuatro dimensiones, una abs-tracción matemática en la que el tiempo se une, como cuarta dimensión, a lastres dimensiones euclídeas).5. Dualidad onda-corpúsculo (1924): una entidad que estamos acostumbra-dos a considerar como una partícula (por ejemplo: un electrón, con unmomento lineal p) puede comportarse también como una onda, mientras queotras entidades que solemos concebir como ondas (por ejemplo: la luz, conuna longitud de onda L) también pueden describirse como corpúsculos (eneste caso, fotones). La longitud de onda L y el momento lineal p de una enti-dad cuántica están relacionados por la ecuación pL = h, donde h es una cons-tante conocida como constante de Planck.

(distinciones causa / efecto, sujeto / objeto, totalidad / parte,

verdad / error, etc.). Nos enfrentamos entonces a la necesidad de

recuperar los procesos básicos de establecimiento del conocimiento

y sus mecanismos de control de accesos a "la realidad" 8.

Tesis 6

El proceso básico es el del conocimiento que se establece

mediante el mecanismo de la observación. La realidad no es el atri-

buto existenciario de un objeto o de una situación, sino la construc-ción de un observador. Todo lo que sea realidad es realidad para

un observador. El observador tiene su propio punto ciego que lo

sitúa en un lado y no en el otro de la distinción con lo que desconoce,

la distinción con que está operando. A través de una observaciónde segundo orden es posible observar la distinción con la que el

observador de primer orden opera. El conocimiento sólo es posible

porque no tiene ningún acceso a la realidad excepto él mismo. El

conocimiento se produce por medio de operaciones de observar y

38

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

6. Principio de Incertidumbre o de Indeterminación (1927): "es imposiblemedir simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal deuna partícula". Afirma igualmente que si se determina con mayor precisiónuna de las cantidades se perderá precisión en la medida de la otra, y que elproducto de ambas incertidumbres nunca puede ser menor que la constantede Planck.7. El primer teorema de Gödel (Incompletitud) establece que cualquier teoríamatemática coherente T que incluya los números naturales 0, 1, 2... esincompleta: T contiene proposiciones S tales que ni S ni su negación (no S)son demostrables en T. El segundo teorema de Gödel afirma que tal teoría Tno puede contener la demostración de su propia coherencia (ausencia decontradicciones); la coherencia se puede demostrar en otra teoría mayor T',pero para demostrar que T' es coherente se necesita otra teoría extendida T'',lo que da lugar a una secuencia infinita de teorías (1931).8. Véase Juan-Luis Pintos, "Construyendo Realidad(es): Los imaginariossociales", en la revista REALIDAD (U.A.J.F. Kennedy), Nº 1 (2001) 7-25.

de señalar observaciones (y descripciones). Esto incluye observar

observaciones y describir descripciones. El observar tiene siempre

lugar cuando algo se diferencia y cuando se señala en dependencia

de la distinción (Luhmann).

Tesis 7

Las Ciencias sociales renuncian por tanto a la explicación de la

totalidad social, porque el observador está siempre situado en un

lado (la sociedad que observa) y no en el otro de la distinción (un

mundo indiferenciado). Sólo trata de hacer descripciones de "lo

observable", que se constituye como tal en un medio en el que se

pueden realizar distinciones diversas con dos lados (uno marcado,

por la posición del observador, y otro no marcado del que "no sabe-mos lo que no sabemos") unificados por una forma. En el medio de

"los individuos" se puede establecer una distinción con dos lados

("hombre" y "mujer") en uno de los cuales estará siempre el/la obser-

vador/a; la unidad de esa diferencia sería la forma "persona" 9. Sería

un grave error epistemológico, según Luhmann, creer que "las socie-dades como grupos de hombres o como territorios pueden serobservadas desde fuera" 10.

39

III

9. Véase Niklas Luhmann, La forma "persona" (1995), publicado en caste-llano en Niklas Luhmann, Complejidad y modernidad: de la unidad a ladiferencia, Madrid, Trotta, 1998, pp. 231-244.10. Niklas Luhmann, Die Gesellschaft der Gesellschaft, Frankfurt, Suhrkamp,1997, p. 25. Recordemos las dificultades que siempre han tenido las cienciassociales para definir los distintos tipos de sociedades desde perspectivas glo-bales. Recordemos la en otros tiempos muy extendida de "tradicional" y"modernizada" (que tantas investigaciones ha dejado en Galicia) y en la quesiempre se llegaba a la misma conclusión: transición de lo tradicional a lomoderno. También tuvieron su vigencia las denominaciones "Industrial","Postindustrial", "Consumista", "de Masas", "Capitalista", "Neo-capitalista",

Tesis 8

Las sociedades actuales, este caos en el que creemos vivir, hay

que pensarlas bajo el concepto de "policontexturalidad" 11. Vivimos

en sociedades policontexturales de elevada complejidad. Vivimos en

sociedades que ya no disponen de centros ni vértices como referen-

cias únicas o totales de sentido para todos. Tenemos que enfrentar-

nos con situaciones de elevada complejidad y no disponemos de un

repertorio de saberes que nos permitan en cada momento situarnos

inequívocamente en un determinado ámbito de la realidad. Cada sis-

tema social funcionalmente diferenciado tiene la pretensión de que

40

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

"Socialista", "Comunista", "Desarrollada", "Subdesarrollada", etc., etc. Actual-mente algunos se siguen sintiendo satisfechos con las vagas denominacionesde "Norte / Sur", "Ricos / Pobres", "Imperiales / Dependientes" y así sucesiva-mente. Este tipo de descripciones no se dan cuenta de que están posicionadasen un lado de la distinción, el lado marcado, lo que les impide observar "elotro lado". Es más, pretenden reducir todas las diferencias a una única reali-dad social. Nosotros tendremos que reconocer la permanencia de la conexiónen red de distintos tejidos sociales que se mantienen en la realidad como múl-tiples mediante la comunicación.11. Llamamos "sociedades policontexturales" a aquellas en las que se pro-duce la posibilidad formal de diferentes observaciones simultáneas y serenuncia, por tanto a la seguridad última de la unidad de la observación. No existe pues un único "Lebenswelt", común a todos los observadores comoreferencia única, sino que partimos en nuestras observaciones de la pluralidadde mundos y de sistemas de referencias. Luhmann lo toma de G. Günther("Life as Poly-Contexturality", en Beiträge zur Grundlegung einer opera-tionsfähiger Dialektik II, Hamburg, 1979). En una sociedad policontexturalla diferenciación no contempla un horizonte dentro del cual alguna actividadparcial pueda pensarse como esencial, pues todas lo son. Asumo este neolo-gismo tomado de los escritos recientes de Niklas Luhmann en el sentido, refe-rido inicialmente a una disposición del arte de tejer (la trama o entramado),del significado que recoge el Diccionario para "contextura", de "compagina-ción, disposición y unión respectiva de las partes que juntas componen untodo" (Diccionarios de la Real Academia Española, 1984). A diferencia del

41

III

su código particular puede definir la realidad de la sociedad. Pero

es su misma diferencia la que los limita recíprocamente. Por eso ha

adquirido una importancia excepcional el metacódigo, "Inclusión/

Exclusión". Cada sistema tiene que estar definiendo y delimitando

constantemente al ámbito de operación funcional de su código

propio; ello produce efectos de inclusión en los programas que

desarrolla y de exclusión para los no afectados. Hay una tendencia

actualmente a valorar positivamente los efectos de inclusión de los

sistemas parciales, en cuanto que la gestión de los gobiernos se

reduce en muchos casos a identificar grupos de sujetos para incluir-

los en sus operaciones de políticas públicas. Pero esa tendencia tiene

como efecto inevitable el de excluir a otros grupos de las mismas,

dado que la generalización de los factores de inclusión requieren

una infinita obtención de recursos. De ahí los efectos paradójicos de

los denominados "Estados del Bienestar" en un contexto de globali-

zación de la información.

"contexto" (y el admitido adjetivo "contextual") que tiene como referenciaprimaria un entorno, la contextura se refiere a la complejidad del sistema. Serefiere con ello también a que la complejidad implica tal cantidad de posibili-dades que obliga a proceder selectivamente. Además de la significacióntomada de G. Günther, nos interesa en este contexto señalar otra de las carac-terísticas de este tipo de sociedades. Me refiero al excedente de posibilidades(no sólo excedente cuantitativo, sino también cualitativo) que nos obliga a losciudadanos de tales sociedades a proceder selectivamente. El mantenimientode la multiplicidad de posibilidades implica que el sentido está siempre vincu-lado a lo plural por lo que la reducción de posibilidades nunca puede formu-larse binariamente ("o esto o lo otro") sino, al menos, ternariamente ("esto, lootro o lo de más allá"). Esto tiene consecuencias para el sistema político ypara la forma "democracia".

Tesis 9

El sistema social actual, funcionalmente diferenciado (Siste-

mas económico, político, científico, educativo, religioso, mediático,

etc.), solo puede legitimarse por el ejercicio de su función que con-

siste en resolver los problemas planteados por los individuos situados

en su entorno. No existen los individuos para beneficio del sistema,sino el sistema se justifica beneficiando a los individuos. Estos son los

que irritan a los diferentes subsistemas a través de sus exigencias y

obtienen así rendimientos que responden a sus expectativas. No hay

ninguna instancia que pueda definir puntual o permanentemente

estas expectativas. Nadie esta legitimado inicialmente para hablar

en nombre de los demás (problemática histórica de la "salvación").

Pero los individuos aislados tienen pocas probabilidades de obtener

respuesta a sus propuestas, sea la que sea su posición respectiva en

el entorno del sistema.

Tesis 10

Por esto el funcionamiento satisfactorio de los sistemas

socialmente diferenciados requiere la constitución de organizacio-nes (de diferentes niveles de actuación, públicas, privadas, locales,

globales, familiares, profesionales, etc.) a través de las que se pueda

evaluar la capacidad de los sistemas para satisfacer las necesidades

planteadas. Las organizaciones se definen básicamente como estruc-

turas capaces de tomar decisiones colectivas en base a las informa-

ciones recibidas. Actúan así cibernéticamente, nunca sustantiva-

mente o en base a principios inmutables, sino siempre vinculados al

tiempo, a través de recorridos recurrentes de los procesos sociales.

42

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Tesis 11

El poder ya no es, por tanto, el constitutivo propio de la polí-

tica. El orden de la sociedad no se construye por la subordinación de

una parte de la sociedad a otra según el modelo de la dominación,

sino por la definición de realidades que puedan ser reconocidas

como tales por los implicados. El mecanismo básico de construcción

de esas realidades son los imaginarios sociales que nos permiten

percibir algo como real a través de la articulación del código "rele-vancia / opacidad" 12.

43

III

12. En el último decenio se está dando un uso bastante frecuente de la expre-sión "imaginarios sociales", sobre todo en el discurso mediático, pero tam-bién dentro del ámbito académico. Estos usos no suelen estar respaldados poralguna elaboración conceptual sino que se suelen mover en el espacio de lasnociones vagas y difusas del tipo: "lo que la gente se imagina", "los deseosocultos", los tópicos del sentido común, etc. En breve saldrá a la luz el resul-tado de las investigaciones que vengo realizando para establecer las líneasbásicas de una Teoría de los Imaginarios Sociales, que aquí esbozo breve-mente y cuyo desarrollo anterior puede consultarse en mi página personal deInternet (http://web.usc.es/~jlpintos/) o en la del Grupo Compostela de Estu-dios sobre Imaginarios Sociales (GCEIS) (http://www.gceis.org). Entre lasobras ya publicadas pueden consultarse: PINTOS, Juan-Luis, 1995, Los Imagi-narios Sociales. La Nueva Construcción de la realidad social, Madrid, SalTérrea / Instituto "Fe y Secularidad", 1995; PINTOS, Juan-Luis, 2000, Más alláde la ideología. La construcción de la plausibilidad a través de los imagina-rios sociales, en M. A. Santos (Editor), A Educación en perspectiva, San-tiago, Universidad de Santiago de Compostela, 2000, pp. 689-699; PINTOS,Juan-Luis, 2000, Construyendo realidad(es): Los imaginarios sociales, en larevista REALIDAD (U.A.J.F.Kennedy), Nº 1 (2001) 7-25; PINTOS, Juan-Luis,2001, Los imaginarios sociales del delito. La construcción social del delitopor medio de las películas (1930-1999), en AA.VV., Política criminal, dere-chos humanos y sistemas jurídicos en el siglo XXI. Homenaje al Dr. PedroDavid, Buenos Aires, Depalma, 2001, pp. 585-610.

45

IV

IV

Estado y economía: un enfoque regulacionista1

Bruno Théret2

El enfoque francés de la regulación se distingue de los otros

enfoques económicos por su manera de resituar la relación entre lo

político y lo económico.

En la disciplina económica hay tres maneras de concebir al

Estado en su relación con la economía.

El primer enfoque, formado por la mayor parte de las teorías

económicas -sean éstas neoclásicas, marxistas o incluso instituciona-

listas- deducen al Estado de la economía. Lo cual significa que éstas

teorías consideran que el Estado se construye para resolver los pro-

blemas de la economía. La teoría institucionalista considera que el

Estado debe resolver los problemas que no resuelve el mercado, por

lo tanto las instituciones políticas pueden ser comprendidas como

soluciones para reducir el costo de las imperfecciones del mercado.

Por su lado, la teoría marxista supone que el Estado esta ahí para resol-

ver las contradicciones del capitalismo. Existen también, dentro de este

enfoque, versiones más economisistas, es decir, que las instituciones

1. Conferencia dictada en el marco del Seminario Permanente sobre las mani-festaciones actuales de la cuestión social, Instituto Nacional de EducaciónTecnológica (INET), el 1° de julio del 2003.2. Economista, Director de Investigaciones Económico Sociales del CentreNational de la Recherche Scientifique en la Université Paris IX / Dauphine,Francia.

surgen para resolver los problemas de la reproducción del capital o

versiones más sociológicas donde las instituciones aparecen para

resolver las contradicciones entre las clases sociales, que por su parte

son concebidas a partir de las relaciones de producción.

El segundo enfoque, que denominaremos intencionalista, nos

remite a la teoría keynesiana, donde el Estado está dotado de cierta

capacidad autónoma con respecto a la economía, que le permite

intervenir de manera voluntaria para orientarla y dotarla de una

tasa de crecimiento más o menos elevada.

Existe un tercer enfoque que considera que la racionalidad es

solamente económica y corresponde al cálculo utilitario. En este tipo

de perspectiva se supone que el Estado puede ser racional, pero que

tiene su propia racionalidad. Encontramos razonamientos como las

del public choice, que dota al Estado de cierto tipo de comporta-

miento donde su acción puede ser contradictoria con las necesida-

des económicas y con la racionalidad económica.

El enfoque de la regulación no es de manera alguna un enfo-

que del tipo del public choice, sino más bien se situaría en el polo de

la teoría económica que considera que el Estado posee su lógica de

funcionamiento, tiene finalidades y moviliza principios económicos

de distribución de los recursos que le son propios.

El enfoque de la regulación va a plantear el problema de la

relación Estado - economía como una relación de interdependencia

entre lógicas que pueden ser contradictorias. El Estado no es nece-

sariamente irracional o racional con respecto a la economía. Según

la coyuntura histórica, las instituciones, las formas de los sistemas

políticos, el Estado puede favorecer, desfavorecer o ser neutral con

respecto al desarrollo económico.

La Argentina es un buen ejemplo de un país donde lo político

no favoreció el desarrollo económico y no por razones como las que

invoca el public choice, puesto que por el contrario los gobiernos

que no favorecieron el desarrollo económico, han movilizado los

46

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

principios de la racionalidad económica, tal como la ciencia econó-

mica los formula.

Este es el punto de partida. Esta posición es, de hecho, una

posición que está inspirada por los trabajos de historiadores. Por

ejemplo el caso de Fernand Braudel, se asienta en la historia de la

larga duración, donde se puede observar si el Estado, en algunos

periodos, favoreció o desfavoreció el desarrollo económico.

Esto trae a colación una fábula que está en el centro del dis-

curso económico, que es la fábula del trueque, hacia otra fábula que

será la fábula de la deuda. En una primera instancia con respecto a

la fábula del trueque, que todo el mundo conoce, es decir que las

instituciones mismas emergen para resolver los costos de transacción

como el trueque, los intercambios entre los individuos, que si no

tuvieran instituciones, como la moneda y el derecho por ejemplo, los

intercambios no serían óptimos.

A partir de esta fábula del trueque se desarrolló toda la ciencia

económica moderna. Es el fundamento sociológico del discurso eco-

nómico. Es desde un punto de vista epistemológico, el fundamento

del individualismo metodológico. Al principio, hay una sociedad de

individuos atomizados que emergen a través de los intercambios

mercantiles de los individuos. Eso es la sociología y la epistemología

de base del discurso económico. No sólo los economistas conciben la

sociedad de esta manera y los regulacionistas parten, más bien, de

una hipótesis sociológica que es la hipótesis de diferenciación de las

sociedades modernas a partir de sociedades holistas.

El punto de partida son sociedades tradicionales, donde no

hay diferenciación entre lo económico, lo político y lo religioso, pero

donde el individuo es concebido como formando parte de una tota-

lidad indiferenciada. Es también la hipótesis de antropólogos como

Louis Dumont. Las sociedades modernas actuales, con el amplio

lugar que le dan al individualismo, emergen por un proceso histórico

por medio del cual, en una primera etapa, lo político se diferencia de

47

IV

la religión, luego lo económico se diferencia de lo político y luego la

esfera de la vida privada se diferencia ella misma, eso es lo que pode-

mos llamar la esfera doméstica.

Evidentemente esta tesis se encuentra en Parsons y en los

antropólogos como Louis Dumont, e incluso recientemente es lle-

vada a su extremo por un sociólogo como Niklas Luhmann, con la

idea que la sociedad es un conjunto de esferas, que son sistemas

cerrados que no pueden interactuar como no sea por medio del

flujo de informaciones, pero además la sociedad está dividida en

microsistemas que tienen su propia lógica de funcionamiento. Esta

sociología no es retomada integralmente por el enfoque regulacio-

nista porque, de alguna manera, sigue siendo funcionalista. Por

ejemplo, la esfera del Estado con respecto a la esfera de la economía

es considerada como el producto de una diferenciación funcional y

lo político en la esfera de la decisión colectiva, puede retroactuar en

la esfera de la economía, que es una esfera de transformación de la

naturaleza y de la producción. Es un esquema muy funcionalista

donde el único problema es que a partir de esta diferenciación fun-

cional, cada sistema pierde su capacidad de intervenir sobre los

demás como no sea modificando el entorno de cada esfera. Enton-

ces hay interdependencias.

Los regulacionistas plantean esta cuestión a partir de conside-

rar que la diferenciación social llega a una estructuración social en

diferentes órdenes de prácticas sociales. Un orden económico,

donde la finalidad de la acción es la acumulación de riquezas; un

orden político, donde la finalidad de la acción es la acumulación de

poder; un orden doméstico, donde la finalidad de la acción es la

reproducción del recurso humano, del hombre mismo a través de la

reproducción de las generaciones, a través de la alianza y la des-

cendencia; y un orden simbólico donde se producen discursos de

representación de la sociedad como totalidad y lo que éstas consi-

deran como la regulación, que es lo que permite al conjunto de

48

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

mediaciones sociales, que a su vez permiten esta fragmentación de

la sociedad, hacer sociedad.

La regulación es el conjunto de mediaciones que permiten a

lógicas contradictorias, que encontramos en los diferentes órdenes

de práctica, construir y funcionar conjuntamente sin fragmentarse o

estallar. Parten de compromisos, ya que el modo de regulación es un

conjunto de compromisos sociales donde los representantes de los

diversos órdenes sociales prescinden de los compromisos.

A partir de esto, voy a desarrollar de una manera más precisa,

una forma de concebir a la sociedad como un sistema diferenciado

de órdenes sociales recompuestos a partir de mediaciones sociales,

de las cuales las tres principales son: el sistema monetario, el sis-tema jurídico y el sistema ideológico, el sistema de las ideas o de

las representaciones de lo que hace sociedad. Y en una segunda ins-

tancia, una dimensión cada vez más económica, tratando de pre-

sentar esta visión de la sociedad como un tejido de diferentes tipos

de deudas, que pueden hacer sistema pese a las lógicas diferentes

de las formas de la deuda.

Lo que llamamos una diferenciación topológica para señalar

que una sociedad está atravesada por fronteras, por discontinuida-

des, a partir del momento en que hay esa diferenciación de los órde-

nes sociales, porque para reconstruir la sociedad hacen falta puentes

sobre esas discontinuidades y eso es lo que llamamos mediaciones

sociales que permiten funcionar juntos a los órdenes diferenciados.

Lo que distingue a los órdenes sociales es que están orienta-

dos hacia diferentes finalidades que movilizan principios de recursos

contradictorios. Dos ejemplos de cómo se pueden oponer el orden

económico y el orden político. El orden económico se diferencia a

partir de la introducción del mercado y del desarrollo de las relacio-

nes de intercambio. Los principios del intercambio son principios

contractuales donde formalmente los individuos son iguales entre

sí. Es un sistema de relaciones horizontales entre individuos que

49

IV

recomponen relaciones sociales sobre una base de intercambio igua-

litario. Si miramos por el lado del orden político, comprobamos que

la estructuración del orden político se hace en base a relaciones

jerárquicas, tutelares y donde los principios de economía son princi-

pios de centralización de los recursos y de redistribución, así ustedes

ven que a un sistema de relación horizontal se le opone un sistema

de relación vertical. A un sistema de relación contractual entre igua-

les, donde la gente crea sus relaciones, tenemos un sistema tutelar.

Es decir que en el orden político el individuo entra en relación con la

totalidad social y con el centro que representa al conjunto de lo

social. Estamos en presencia de dos principios a la vez económicos y

políticos muy distintos e incluso contradictorios. Esto es lo que

explica que los partidarios del mercado intenten reducir al máximo

el lugar del Estado. Lo mismo en los casos de los modelos de socia-

lismo de Estado, que conciben a la sociedad de un modo jerárquico.

Entre la sociedad y los individuos, se intenta reducir la parte del

mercado al máximo.

Tomemos otro ejemplo más económico, la lógica del orden

económico donde se desarrollan las relaciones capitalistas de pro-

ducción, la lógica del comportamiento es una lógica de avance en el

capital. Es decir, que los individuos adelantan dinero para hacerlo

girar y llegar a un piso superior. El dinero debe reproducirse de

manera ampliada, ahí se utilizan las relaciones de producción. En lo

político es exactamente lo inverso, es decir que el dinero debe ser

gastado, gastado de modo de producir efectos de poder y entonces

necesariamente hay que ir reproduciendo el impuesto sobre la eco-

nomía. Estamos en una lógica del gasto, más que en una lógica del

anticipo. Otro ejemplo es que la gente que trabaja en el servicio

publico sabe bien que no hay contabilidad de capital de la función

pública, incluso si hay inversiones se considera que todo el dinero es

gastado en el año, no hay noción de amortización. Para construir

una comunidad el gobierno tiene que gastar su plata, para afirmar

50

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

a la comunidad, mientras que en lo económico se puede decir que es

lo inverso y es la política la que es movilizada con fines económicos.

Es decir, se trata de acumular riqueza y para acumular riqueza se

van a movilizar relaciones políticas. Estamos en una configuración

opuesta, aquella de la lógica económica y de la lógica política.

En cierta forma se puede decir que en lo económico, que a

partir de ahí se cobra valor, el valor del hombre está ligado a lo que

tiene. En lo político es exactamente lo contrario, es decir que a priori

todos nosotros tenemos un valor que nos es reconocido social-

mente, tenemos un status social. El Estado nos reconoce un status

social y a partir de ese status vamos a tener acceso a recursos eco-

nómicos. Vamos a tener en función de lo que somos, mientras que en

lo económico uno es en función de lo que puede tener. Es necesario

que una sociedad resuelva esta contradicción entre esa diferenciación

de dos órdenes de prácticas sociales que son contradictorias y que

normalmente deben destruirse una a la otra.

Para recomponer esa sociedad se habla de mediaciones

sociales, a fin de construir compromisos estables que permitan a la

vez el desarrollo del orden político, el desarrollo de la economía, el

desarrollo del poderío y el desarrollo de la riqueza, es necesario que

haya una regulación de la lógica económica tanto como de la lógica

política. Es necesario que la búsqueda de poder no conduzca a la

destrucción de la riqueza y recíprocamente es necesario que la bús-

queda de riqueza no conduzca a la destrucción del poder de la

sociedad que le permite mantenerse en el sistema internacional. Es

necesario que haya un equilibrio de tensiones entre esas dos lógicas

de la riqueza del poder y ésto se hace a través del desarrollo de un

sistema monetario que esté regulado y que establezca un compro-

miso entre la lógica de la emisión monetaria privada, necesaria para

el desarrollo del capitalismo y de las relaciones mercantiles y la emi-

sión pública, que es también necesaria al Estado para poder desarro-

llar su fiscalidad y sus gastos, de forma que pueda funcionar como

51

IV

poder del mismo modo, y eso también se hace por medio de un sis-

tema jurídico que esté regulado, a fin de equilibrar la emisión

pública de derecho por parte de la ley, por parte de la decisión cen-

tral colectiva, eso que podemos llamar la ley estatutaria y las emisio-

nes privadas de derechos que vienen del sistema de contratos y que

los individuos crean entre sí. El sistema jurídico regulado equilibra las

emisiones privadas y las emisiones publicas de derecho, quiere decir

que articula a los dos sistemas jurídicos, uno está sometido a la

lógica del orden económico mientras que el otro está sometido a la

lógica política.

El tercer tipo de mediación social, necesario para que una

sociedad diferenciada capitalista pueda funcionar, es de hecho la

construcción de un sistema simbólico de representación de la socie-

dad misma. Este sistema debe arbitrar entre dos concepciones de la

totalidad social: una concepción de la sociedad como reunión de

individuos, que puedan intercambiar en pie de igualdad y una repre-

sentación de la totalidad social como comunidad nacional. Por ejem-

plo, en las sociedades modernas individualistas hay una tensión

entre dos representaciones de la totalidad social, la sociedad como

Nación, como conjunto de individuos representados por el Estado y

que forman parte de un todo a priori y la otra concepción opuesta,

donde la totalidad viene de los individuos.

Sobre el problema del orden simbólico, tenemos el caso de la

revolución neoliberal, se ve bien que todo lo que pasó en la Argen-

tina necesitó de un cambio de representación de las élites que per-

mitió llevar a cabo esa política, porque hubo un cuerpo de doctrina,

de creencias que podían ir evidentemente a la par de ciertos intere-

ses sociales. Los intereses no están dados a priori y siempre son cons-

truidos en función de representaciones generales. El individuo aún

en el capitalismo no está siempre donde está su interés, puede tener

representaciones distintas de su interés. Si tiene una representación

microeconómica que hace abstracción de las externalidades, va a

52

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

tener un comportamiento que va a representar su interés. Si tiene

una representación más macroeconómica con respecto a tener en

cuenta su demanda, va a definir su interés de una manera distinta.

Por eso es importante el hecho de que ha emergido un orden simbó-

lico autónomo respecto de lo político y lo económico, hay profesio-

nales de la ideología y nuestra lógica de acción de comportamiento

no es necesariamente la búsqueda de riquezas, la empresa o el

poder, puede ser hacer una bella construcción intelectual.

Hay lógicas de remuneraciones del comportamiento que son

propias de cada esfera. Un artista se puede decir que no está bus-

cando ni el poder ni el dinero, sino que está en una lógica del actuar,

de la obra, que está auto remunerado. Todo esto para decir de la

importancia de este orden simbólico, pero por supuesto el orden

simbólico no puede vivir solo, todos estos órdenes diferenciados

siguen siendo interdependientes, por ejemplo el mercado necesita

del monopolio de la violencia física legitimada en el Estado, sino las

relaciones de mercado iguales son imposibles. Evidentemente es un

modelo ideal típico donde incluso las sociedades actuales no están

totalmente indiferenciadas, porque al mismo tiempo un hombre

poderoso en la economía va a tratar de convertir su poderío econó-

mico, fundado en la riqueza, en poder político. Normalmente el

modelo de la democracia es, a pesar de todo, un obrero y un patrón

valen cada uno una voz. En la economía el obrero y el patrón no

tienen voz y voto de la misma manera, uno vale cien mil dólares y el

otro cero dólar.

Esto es una muestra de que el sistema de valores no es el

mismo en ambas esferas. En cambio, hay siempre tendencias a la

retotalización social y a la conversión del capital de una esfera en la

otra esfera. Por ejemplo los políticos van a utilizar su poder político

para enriquecerse, a eso lo llamamos corrupción, entonces moral-

mente está reprimido, lo cual muestra que pese a todo, esto es con-

tradictorio con las representaciones que conocemos globalmente y

53

IV

es por eso que evidentemente las relaciones así llamadas horizonta-

les en la economía son relaciones desiguales y al mismo tiempo se

refieren no al individuo sino a una nueva comunidad social porque

el sistema de deudas comerciales está ligado a la división del trabajo

y la moneda.

Es necesario que en el comercio se confíe en la misma

moneda, es necesario que ellos acepten la moneda porque piensan

que a su vez los otros también la van a aceptar y que esa moneda es

un poder para la comunidad comercial que acepta esta moneda

como su bien colectivo y que por lo tanto representa su totalidad, la

de ellos. Con respecto a las desigualdades, puede ser que el asala-

riado no acepte el endeudamiento porque no tiene crédito, es por

eso que va a seguir siendo un asalariado y no un empresario. Incluso

en la esfera económica comercial, en la medida que haya procesos

de acumulación de riqueza hay desigualdad real, que hace que los

contratos sean asimétricos y que la iniciativa del endeudamiento no

le sea dada a todo el mundo sino a los que ya tienen crédito, que ya

acumularon riquezas y a partir de las cuales ya se les tiene confianza

para volver a darles crédito y ahí vemos como hace la antigua lógica

de la ley primordial de la herencia para volver.

El concepto de vínculo social visto a través de la idea de deuda

permite caracterizar mejor esta situación. Tenemos que volver a los

principios antropológicos que están olvidados en el discurso econó-

mico y que están ligados simplemente al hecho de que los hombres

nacen y mueren y tienen sexos distintos. El análisis económico hace

total abstracción de esta realidad, el homo -economicus no nace, no

muere, no tiene sexo y no tiene género. Evidentemente eso es lo que

permite eliminar la dimensión totalmente holista de la sociedad y olvi-

dar que los individuos heredan del pasado. Cuando nacen heredan

todo lo que la sociedad acumuló hasta ese momento y que pasa a

través de su formación en la familia, en el sistema educativo y luego en

las relaciones sociales que se construyen en la familia y en la sociedad.

54

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Toda esta dimensión de la persona humana no tiene lugar en

el discurso económico estándar, incluido en el discurso instituciona-

lista, incluido también en esta economía que pretende darle lugar a

las instituciones. En cambio, en la antigua economía institucionalista

y en el historicismo alemán, la economía institucionalista, es algo que

pone por delante y en primer lugar y esto es también lo que hacen

los regulacionistas, quienes en cierta forma se inscriben en esta tra-

dición institucionalista americana. Si parto desde aquí, desde el

punto de vista de la economía es muy interesante referirse al trabajo

de los antropólogos que plantean que lo que los individuos reciben

al nacer es un crédito de vida, es un capital de vida, y este crédito

que han recibido al nacer deben pagarlo a lo largo de toda su vida.

Evidentemente, los individuos nacen endeudados respecto de la

sociedad. En las sociedades tradicionales se representaba este endeu-

damiento como un endeudamiento respecto al más allá de la vida y

por eso es que se hacían sacrificios a los ancestros o a las divinidades

que representaban por su parte esta inmortalidad que permite a las

generaciones nacer y volver a nacer. Y lo que es muy interesante es

que la noción de deuda es nominalmente introducida para pensar

eso. En las civilizaciones indias o chinas por ejemplo, se habla de

deuda fundamental, es así que el individuo debe a lo largo de toda

su vida pagar los intereses de esta deuda por medio de sacrificios,

por medio de ritos, es una manera de demostrar que el individuo se

reconoce endeudado con respecto al más allá, a los dioses y con res-

pecto a la sociedad, a su sociedad.

Esto no es como nuestra tradición, la europea, donde es la

institución del pecado original la que se encarga de esto, de esta

deuda original; esto se encuentra muy bien expresado en Nieztche,

en su "Genealogía de la moral". Es decir que se es concebido como

naciendo endeudado y a través de ese pecado. Quiero poner el

acento en un elemento central, y es que ese tipo de deuda no se

puede rembolsar.

55

IV

Una segunda característica de ese tipo de deuda es que está

fundada en el pasado y una tercera es que es referida a una autori-

dad superior, es decir a la totalidad social, a la representación de la

inmortalidad, etc. Ese mismo tipo de deuda existe todavía en nues-

tras sociedades, basta con pensar qué es el impuesto.

Al impuesto se lo ve emerger con la noción de soberanía, sobe-

ranía del Estado, de la sociedad, del pueblo, de entidades colectivas.

Nosotros, cuando pagamos los impuestos, no es por eso que nos

vamos a liberar de la deuda que tenemos con la sociedad, pagamos

impuestos todos los años y los vamos a pagar hasta morir. Esa deuda

que representa el pago del impuesto no es reembolsable y es una

deuda vertical, también, porque es desde el individuo hasta la totali-

dad social y esa es la forma primordial de la deuda, ¿Por qué?, porque

es como se hace el pasaje entre los sacrificios o el impuesto o el

diezmo pagado a la Iglesia, por medio de la invención de la moneda.

La moneda, en esta perspectiva, no ha sido inventada para

resolver los problemas de cambio, sino que es un sustituto del sacri-

ficio y eso lo vemos aparecer a partir del momento en que poderes

temporales se instituyen como representantes del mas allá, de las

autoridades celestiales, es la divinidad, son las iglesias, son las hiero-

cracias, las jerarquías de los sacerdotes y en ese momento ellos

exigen que los individuos paguen su deuda en forma de diezmo a las

iglesias. Son las iglesias las que inventaron la forma fiscal, luego el

Estado, con la monarquía de derecho divino por ejemplo, hace lo

mismo, se instituye como representante de Dios sobre la tierra,

como poder soberano sobre la sociedad y se autoriza la deuda en

forma monetaria.

Podemos llevar el origen del capitalismo al hecho de que cier-

tos grupos sociales quieren liberarse de esa jerarquía social que es

muy pesada porque se da en una sociedad que no le deja lugar al

individuo y entonces siguiéndolo a Weber, pero también a distintos

autores, podemos considerar que el capitalismo emerge cuando la

56

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

burguesía (este grupo social particular) inventa un nuevo tipo de

deuda, un nuevo tipo de relación social, porque una deuda es una

relación entre dos personas, inventa deudas que son la figura inver-

tida de la deuda primordial, ¿Por qué? Porque esas deudas están

fundadas en relaciones igualitarias, como por ejemplo, las letras de

cambio y porque no están fundadas en una historia pasada sino en

apuestas al porvenir.

Se hace emerger el crédito a partir de proyectos de empresa,

de creación de riqueza futura y entonces esas deudas no son dere-

chos debidos al hecho de que formamos parte de una totalidad y

que hay que seguir reproduciéndola, sino que se deben, a que

alguien nos anticipó una suma de dinero, para que nosotros pudié-

ramos llevar a cabo un proyecto, de creación de riqueza por ejem-

plo, que va a permitir pagar la deuda. Una deuda fundada en

proyectos sobre una futuridad, contrariamente a la tradición

pasada, deuda horizontal entre dos personas y no entre un indivi-

duo y un colectivo, que puede estar representado por un individuo

pero que es un colectivo.

Es ahí que tenemos un desdoblamiento de las formas de la

deuda porque podemos decir que se puede utilizar la misma pala-

bra, porque entonces ustedes pueden pagar esas deudas con la

misma moneda, pueden utilizar la moneda del príncipe que sirve

para pagar el impuesto y reintroducirla en el circuito de los inter-

cambios mercantiles para pagar ese tipo de deudas mercantiles. El

soberano, el monarca, puede aceptar que paguen con monedas

mercantiles y ahí se ve que aún teniendo lógicas sociales muy distin-

tas, el soberano que va a hacer la guerra y los mercaderes que quie-

ren crear deuda, sin embargo van a hacer sociedad juntos. Entre

ellos se van a alimentar utilizando la misma moneda y creando así

una comunidad de pago.

El dólar es simbólicamente muy interesante para entender

ésto. Un billete de un dólar, de un lado del billete dice que permite

57

IV

pagar todas las deudas publicas y privadas, del otro lado del billete

dice "In God we trust " ("En Dios Confiamos") y ahí tenemos exacta-

mente la moneda como mediación social. Se refiere a una autoridad

superior, que es Dios en este caso, porque es un país religioso y al

mismo tiempo la misma moneda nos permite pagar nuestras deudas

públicas y privadas, nuestros impuestos y nuestros contratos.

Los economistas dicen que el mercado debe ser autoregula-

dor, significa que no se necesita más endeudamiento tradicional y

vertical; ya no se tiene necesidad del Estado y de representantes, de

la totalidad colectiva. El mercado puede bastar para crear una socie-

dad y lo que esto propone como lazo social es competidor y contra-

dictorio con el vínculo nacional o comunitario.

Evidentemente ese tipo de deuda horizontal de hecho no

puede prescindir del otro tipo de deuda porque los mercaderes

siguen muriendo, siguen naciendo y siguen heredando. Cuando nacen

heredan el capital cultural de sus padres y entonces es un espejismo

creer que el mercado va a reemplazar al Estado.

Lo más importante es ver que ese tipo de deuda transforma

la deuda primordial misma y vamos a observar una reversión de la

deuda primordial y eso es lo que podemos llamar, la deuda social. Es

decir que la deuda tradicional, la deuda de autoridad se va a con-

vertir en deuda social y ahí aparecerán los problemas del sistema de

protección social, etc., porque la aparición del mercado, de las comu-

nidades mercantiles, conduce a un cambio de la representación

global de la sociedad.

La tercera mediación social, mencionada anteriormente, la

representación de lo que es la totalidad social es la época de la luces,

la Ilustración y es entonces el ascenso de una concepción de la sobe-

ranía democrática y de la sociedad que ya no se refiere a Dios y a los

ancestros, sino a sí misma. Así llegamos a sociedades que podemos

llamar autoreferenciales y la noción de soberanía queda totalmente

invertida ya que se pasa a una concepción de la soberanía del

58

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

pueblo, donde el Estado representante de esta sociedad sólo es

soberano por préstamo. Es el pueblo el que presta al Estado su sobe-

ranía a través de un sistema de representación política.

En las sociedades tradicionales holistas, la persona era deudora

del Estado o de la Iglesia o de los ancestros. Ahora es lo inverso, el

individuo es el acreedor del Estado y es el Estado el que está endeu-

dado con respecto a los individuos, eso es lo que dice Durkheim

cuando habla de deuda social, la deuda de la sociedad con respecto

a los individuos y es lo que está en el origen de la transformación del

Estado, en ese Estado paternalista, providencial, benefactor. La con-

sistencia particular de un derecho a la vida en la deuda adquirida

sobre la colectividad, por el simple hecho de ser miembro de ella.

Adviértase que la revolución conceptual que se opera en ese

momento, para ocurrir realmente le va a llevar un siglo y medio y

que esto es impugnado en la concepción norteamericana. Esta con-

cepción de que al individuo que nace la sociedad le debe protección

de su vida, es algo que dio totalmente vuelta la concepción tradi-

cional, visión mucho más coherente con esa segunda concepción de

la deuda entre individuos iguales y libres.

A pesar de esas diferenciaciones entre la lógica económica y la

lógica política, ahí se han operado mediaciones de transformación

social: transformación del sistema monetario, transformación del sis-

tema jurídico, transformación de las representaciones simbólicas del

discurso sobre la sociedad que permitieron hacer funcionar en con-

junto estas dos lógicas opuestas. Un dato que muestra que esta pro-

blemática sigue actuando, son las transformaciones de la familia

actual, donde se ve que esta dualidad de las formas de la deuda

penetra incluso en el ambiente doméstico. La esfera doméstica está

fundada en dos tipos de relación: la relación de alianza entre los

géneros y la relación de filiación.

Tenemos entonces estructuras de parentesco con relaciones

de alianza y de filiación. Alianza normalmente horizontal aunque

59

IV

haya disimetrías evidentes. El contrato entre iguales se ha apode-

rado de la relación de alianza. Quiere decir que el matrimonio puede

concebirse como una empresa común fundada sobre el futuro de la

pareja, es decir que hay una apuesta. Ahora tenemos una posibili-

dad de divorciarnos por consentimiento mutuo. Antes no se podía

romper normalmente ese vínculo, eran necesarias condiciones muy

especificas, hacía falta el permiso de la autoridad del Estado, de la

sociedad. Ahora el modelo cambió completamente, es el modelo del

endeudamiento privado. El vínculo que se crea entre el hombre y la

mujer se hace sobre ese modelo. En cambio el lazo de filiación, ese

es el problema de la familia actual, proviene siempre de la figura de

la deuda primordial. Cuando uno tiene un hijo, es para toda la vida

y ahí no se pueden introducir cuestiones contractuales. Es la tenden-

cia que existe por ejemplo con el movimiento homosexual, hay fun-

damentalistas que quieren introducir de alguna manera el tipo de

relación contractual en la filiación, pero de hecho se ve que ahora la

esfera doméstica ha interiorizado la atención entre deuda privada y

deuda publica que existe ya a escala de la sociedad. En el estadio

actual es muy interesante porque produce la misma inversión que la

relación de soberanía en el seno de la familia, es decir que en vez de

tener la autoridad paterna y la autoridad parental, ahora son los

hijos los acreedores de los padres. Esto se observa en los movimien-

tos actuales respecto de los derechos del niño, que se imponen a los

padres, allí se ve bien que este enfoque tiene sentido.

Ahora podemos construir una economía que no está sepa-

rada de la sociología y de la antropología. ¿En 10 años la economía

qué será? ¿será la gestión de la deuda?

Se puede hablar de la política monetaria, acerca de la diná-

mica de la producción articulándola a los problemas de finanzas

públicas, de impuestos, de gastos sociales; quedando conectado con

los problemas que se plantean los sociólogos, los politólogos, los

antropólogos. Otra ventaja de este enfoque es que tenemos una

60

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

economía general, donde están en presencia, simultáneamente,

principios de distribución de recursos y de movilización de recursos

plurales, de transacciones comerciales, de transacciones de redistri-

bución o centralización.

Cada sociedad tiene esferas más o menos desarrolladas

donde el mercado tiene más lugar que la economía redistributiva o

el lugar de la economía familiar es más o menos fuerte, pero en

todas las sociedades tenemos estas tres economías que están siem-

pre articuladas entre sí. Evidentemente a priori no están articuladas

funcionalmente, pueden articularse según círculos viciosos más que

virtuosos y es ahí donde las instituciones de la regulación son cen-

trales. Es que cuando hay regulación se tienen buenas instituciones

que permiten la convivencia de estos diferentes principios económi-

cos, pero también de valorización de los individuos, porque a partir

de la economía pública es que el hombre tiene cierto valor de sus

derechos sociales y políticos, independientemente de su valor en el

mercado, son los derechos de los pueblos.

Tenemos un principio de valorización de la persona que en

esencia es social y es ese el principio de ciudadanía, pero también se

tiene el principio competidor, que puede ser complementario o bien

opuesto, que es la valoración de las capacidades de los individuos,

evaluados en el mercado de trabajo, que les permite acceder a acti-

vidades productivas, comerciales, acceder a un ingreso, a un tipo de

consumo y a valorizarse a través de ese consumo.

Por lo tanto, tenemos a la vez, individuos que son porque

tienen y que van a tener porque son. La convivencia de estos dos prin-

cipios es la que asegura una buena o mala regulación de la sociedad.

61

IV

63

V

V

Protección social, federalismo y mundialización1

Bruno Théret2

El análisis de la relación entre federalismo, protección social y

mundialización es fruto de una investigación comparativa entre los

Estados Unidos y Canadá. Esta investigación partió de un asombro,

los Estados Unidos y Canadá tienen economías muy implicadas y pró-

ximas, hay una proximidad geográfica muy fuerte y sin embargo no

hay convergencia ni política, ni social, ni cultural.

Esta ausencia de convergencia se identifica inmediatamente

una vez que se comparan los sistemas de protección social de ambos

países. En Estados Unidos se tiene el grado cero del estado paterna-

lista o benefactor y la intervención social del Estado pasa en gran

parte por un objetivo de pleno empleo que, de hecho, está adminis-

trado por la Reserva Federal. El Estado no les debe protección social

a los asalariados, sino que les debe la posibilidad de estar empleados,

lo cual no significa que en los Estados Unidos no haya formas de pro-

tección social. En cambio en Canadá hay un complejo conjunto de ins-

tituciones de protección social que se parece mucho a los Estados

1. Conferencia dictada en el marco del Seminario Permanente sobre las mani-festaciones actuales de la cuestión social, Instituto Nacional de EducaciónTecnológica (INET), el 2 de julio del 2003.2. Economista, Director de Investigaciones Económico Sociales del CentreNational de la Recherche Scientifique en la Université Paris IX / Dauphine,Francia.

benefactores europeos. La gran diferencia existente evidentemente

en el sistema de salud, pero hay otra gran diferencia que no se con-

sidera en los estados paternalistas como proveniente de una política

social, pero que de hecho debería ser incorporada como tal, y son los

programas de la ecuación de los ingresos entre las unidades federa-

das. Canadá se caracteriza por un programa de precuación de los

ingresos, precuación significa redistribución por parte del Estado

Federal a las provincias, en base a la idea de que debe haber una

igualdad de condiciones de acceso a los bienes públicos y sociales en

todas las provincias, esto está de alguna manera constitucionalizado,

mientras que en Estados Unidos no hay ningún programa de pre-

cuación, lo cual no significa que no haya transferencias federales a

los Estados federados, pero en general estas transferencias son una

multiplicidad de programas focalizados.

En relación a las teorías económicas clásicas de la convergen-

cia, es notorio en el caso de Canadá, que cuanto más se ha adap-

tado a la política económica norteamericana y se ha integrado en

sus flujos económicos, normalmente se debería haber visto un ali-

mento de formas de la protección social en ambos países en razón

de las teorías del dumping social, por ejemplo.

Para responder a esta cuestión hay que mirar hacia la dife-

rencia de sistemas políticos federativos. Es decir que mirando en

larga duración la producción y construcción de los sistemas, en

Canadá uno se da cuenta que esto estaba íntimamente ligado a la

forma muy diferente de federalismo que existe en ambos países,

de federalismo pero también de sistemas de representación polí-

tica. Entonces una gran diferencia esencial que aparece y que

podemos esquematizar, oponiendo un tipo intraestatal o intragu-

bernamental de federalismo con un tipo intergubernamental o

interestatal de federalismo que es propio de los Estados Unidos y

que está ligado al hecho de que los estados federados participan

en la decisión a nivel del Estado Federal a través del rol de la segunda

64

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

cámara que es el Senado. Esto es lo que caracteriza a un sistema

intraestatal, puesto que se ve que hay un sistema piramidal porque

los estados federados participan de la decisión federal. Este tipo

está opuesto a un sistema interestatal, del cual Canadá es un buen

ejemplo. En ese tipo interestatal el Senado tiene un rol muy débil o

nulo y los gobiernos de las provincias no participan de la decisión en

el Estado Federal.

No hay asociación y conjuntamente se tiene un sistema fede-

ral de relaciones intergubernamentales, relaciones diplomáticas, en

cierta forma, entre provincias y estados federales. Esto se asocia al

hecho de que hay dos tipos distintos de competencia política que

existen entre los dos órdenes de gobierno federal y federado. En el

caso de Estados Unidos, en razón de que no hay precuación, la com-

petición entre las unidades federadas es manejada por el mercado,

es un recurso al mercado. Puesto que cada Estado tiene su propia

política económica, que consiste en atraer capitales, atraer mano de

obra, endeudarse en el mercado financiero, y es a través de la eco-

nomía de mercado que van a ajustarse las relaciones y el flujo econó-

mico entre los estados federados.

Esta competencia económica es arbitrada por el Estado Fede-

ral, lo cual refuerza el proceso de centralización de las decisiones en

Estados Unidos, federalismo que protege el mercado. Lo que es muy

importante de ver es que este modelo de federalismo es conside-

rado en la literatura mundial de ejes como el único modelo exis-

tente, como siendo el arquetipo del sistema federal.

En el caso de un federalismo intergubernamental como en

Canadá, en razón de la precuación, no hay competencia económica

entre las provincias porque si ellas procuran tener niveles de produc-

ción mucho más elevados que el vecino en razón de la redistribución,

hay una desincitación a esta competición económica entre los terri-

torios, la hay pero de alguna manera se desincita. De hecho la com-

petición política se hace entre las provincias y el Estado Federal.

65

V

Hay una competencia por la legitimidad para concentrarla a

nivel federal o nivel provincial. Por lo cual es tan legítimo ser primer

ministro provincial, como primer ministro de la federación. La cons-

trucción de la Nación es muy difícil, porque se puede construir tanto

a nivel de la provincia, como de la federación. Esto es lo que hemos

observado con la historia propia de Québec. Mientras que para las

provincias angloparlantes la Nación debe construirse más bien a

nivel federal. Así esta competencia, entre lo federal y lo federado

político, se hace en torno de la construcción de política social.

El caso canadiense es un buen ejemplo, porque el proceso de

competencia en la construcción del Estado, lo que de esa manera

llaman los anglosajones, se hace a través de la innovación social. Por

eso es que en Canadá se ha visto emerger un Estado benefactor com-

pleto, en base a iniciativas federales y también muchas iniciativas pro-

vinciales que luego fueron generalizadas al conjunto de la federación.

Los politólogos tienen tendencia a caracterizar el estilo político

canadiense como un estilo donde hay que estar construyendo perma-

nentemente una agenda política, es decir que constantemente hay

que poner la balanza en nuevas políticas, tanto a nivel federal como a

nivel federado, en razón de esta dificultad que tiene el Estado federal

para situarse por encima de las provincias en la jerarquía de poder.

Estos son los elementos que me da la comparación entre Esta-

dos Unidos y Canadá, me parece que de inmediato se torna casi evi-

dente que la configuración canadiense es muy elocuente para la

construcción europea, aunque la construcción europea se haga sobre

la base de un modelo de federalismo norteamericano, a través del

mercado y de hecho, su sistema de institución política, su tipo de fede-

ralismo en gestación, se parece absolutamente al caso canadiense.

Se tiene un federalismo en gestación que es de tipo intergu-

bernamental con un nivel supranacional y un sistema de relaciones

diplomáticas y de las finanzas internacionales, y este poder está úni-

camente ligado a los desacuerdos entre los estados y a su ausencia

66

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

de voluntad para una estabilización de las relaciones financieras

internacionales que dependen de ellos. Por el momento tenemos

una regulación caótica de la finanza internacional, es decir que se

interviene únicamente cuando hay crisis, pero se deja actuar al

poder internacional de la finanza. En cambio si hubiera un acuerdo

entre los Estados para regular, la finanza perdería su poder.

Otro ejemplo es el caso de la protección social y ahí son los

efectos de las políticas de mundialización, de libre intercambio,

sobre las condiciones de vida y de protección social de las poblacio-

nes. Es la hipótesis que acabo de evocar, ya que los órdenes políticos

tienen necesidad de dedicarse a la protección social para legitimarse.

En el marco europeo se observa que actualmente hay dos pro-

yectos: hay un proyecto de Europa liberal, que remite a lo que aca-

bamos de citar, es decir al modelo americano de federalismo donde

son las relaciones de mercado las que regularían las relaciones entre

los estados miembros. El otro modelo es el que pretende hacer de

Europa una potencia política, dotar a Europa de una dimensión polí-

tica con una capacidad de acción internacional. Porque se ve muy

bien que la gran contradicción del proyecto europeo actual, es tener

una capacidad mundial, una capacidad política igual a la económica

y así esto va a chocar evidentemente con su incapacidad interna

para hacer emerger un verdadero gobierno democrático europeo

que tuviera la legitimidad para resolver los conflictos entre los dis-

tintos Estados miembros y entonces llegar a un proceso de decisión

unificado que permita la proyección al exterior.

Por eso la apuesta de cuáles son las condiciones para hacer

emerger una Unión Europea que tuviera un carácter político y un

Estado federal que viniera a sobreagregarse a los estados nación

miembros. Mi hipótesis es que es necesario que la protección social

se transforme en una apuesta de legitimación entre el nivel europeo

de gobierno y los Estados miembros, ya que de hecho es realmente

lo que se ha observado.

67

V

Luego del tratado de Mastrich, que instrumenta la unión polí-

tica, monetaria y del Banco Central europeo, se ha planteado, inme-

diatamente, una intervención bastante activa del nivel europeo

sobre las políticas de empleo. Se vio aparecer la estrategia europea

para el empleo con un nuevo método que se llama "método abierto

de coordinación" que permite llegar a una estrategia unificada de los

distintos estados miembros.

Primero tenemos esta estrategia europea del empleo y luego

vemos llegar una extensión de esta estrategia europea del empleo

en el terreno de la protección social, que es sin embargo un terreno

de competencia exclusiva de los estados miembros. Lo cual significa

que las decisiones sólo pueden tomarse por unanimidad y no por

mayoría ni mayoría calificada. Lo cual se ve de inmediato, una vez

que la unión económica y monetaria se efectiviza. Es que hay un des-

borde de políticas europeas en el terreno de la protección social y se

ve muy bien que se ejerce una necesidad de legitimación a nivel

europeo y que debe intervenir en la protección social e implicarse en

las políticas sociales.

Así observamos que se desarrolla un tipo de método para

construir estas políticas que se parece mucho al que existe en

Canadá. Se trata, no ya de buscar la convergencia de las institucio-

nes, la armonización de las instituciones, sino de llegar a la definición

de normar objetivos comunes, creados a partir de indicadores nego-

ciados y de dejarles a los estados miembros la manera de llegar a

cumplir con esos objetivos.

El problema evidentemente es que el nivel europeo de

gobierno no tiene un poder financiero a partir del cual pueda partici-

par de forma más activa en este proceso. Depende de un proceso

muy lento de acuerdo y negociación entre los estados miembros

acerca de la definición de los objetivos comunes y sobre todo, sobre

la construcción del lenguaje de los indicadores que deben ser comu-

nes y los procedimientos de medida en cada país donde los sistemas

68

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

institucionales son muy distintos. Por lo tanto hay una lentitud del

proceso que está vinculada, pero lo que me parece absolutamente

fundamental y que confirma esta idea de que la construcción polí-

tica de Europa depende o va a depender de la construcción social de

Europa es ese desborde de políticas monetarias hacia políticas de

empleo y de protección social, de intervención del nivel europeo

sobre las políticas nacionales.

Ahí vemos bien que el federalismo vuelve a ser regulador de

las políticas neoliberales o de las políticas de mundialización de libre

cambio, etc., puesto que esto conduce a construir un modelo social

que no es solamente un mito: el modelo social europeo, sino que

va a corresponder a cierto número de normas medibles, cuantifica-

das y que, por lo tanto, podrán constituir concretamente un sistema

de referencia. La idea es que las dinámicas de recomposición territo-

rial, que observé en dos casos de federalismo en gestación, tienen

elementos de mundialización, en la medida que conllevaron procesos

de integración continental, aparentemente de carácter únicamente

económico. En cambio, estas estrategias de mundialización engen-

dran procesos de regulación del proceso mismo de mundialización y

es una nota un poco más optimista.

Intercambio

Pregunta: Mi pregunta básicamente se remite al caso prác-

tico de la expansión de la Unión Europea en términos de estados

miembros, de cómo se expandirá a partir del 2004 y cómo influye

este tipo de expansión concreta y geográfica en este esquema de

federalización que usted plantea, ya que no sé hasta que punto,

estos nuevos Estados miembros son concientes de este proceso y

hasta qué punto pueden engendrar una continuidad o un cambio

en ésta mundializacion que usted plantea.

69

V

Bruno Theret: Dije que había una competencia entre dos

modelos, una concepción anglosajona-escandinava que eran países

que pertenecían a la Asociación Europea del Libre Cambio, mientras

que los países continentales crearon el Mercado Común y vemos

que esos dos modelos están ahora en competencia directa en el

proceso actual de construcción. Se puede analizar este proceso de

ampliación como una fuga hacia delante, por eso no dije que for-

zosamente vayamos hacia una Europa política con un poder polí-

tico unificado, salvo que esto ocurra de aquí a 150 años. Ya que es

como el caso de los Estados Unidos, que no se construyeron de un

día para otro, más de 150 años les llevó tener un sistema monetario

unificado, desde 1914 hasta los años 30', tuvieron necesidad de la

guerra civil, etc.

Yo hablo del segundo modelo, intensificación contra amplia-

ción. ¿Qué va a pasar entonces? ¿En qué medida se logrará conci-

liar la integración por ampliación a 25 países y al mismo tiempo

profundizar la dimensión política de la Unión? ¿Qué es lo que se dis-

cute ahora? Es una cuestión de núcleo duro, es decir de federalismo

asimétrico multinacional, como se tendría eventualmente y es lo

que de alguna manera se diseña en Canadá. Vamos a tener un con-

junto de países que van a tener un federalismo, en el interior de

otro sistema, se puede pensar eso y eso es lo que se llamó la

"Europa de geometría variable" y eso es muy posible. O bien habrá

una crisis política de la cual podría salirse mediante la construcción

de un verdadero presupuesto europeo, que tendría una capacidad

de redistribución y por lo tanto de transferir a los nuevos que

entren de modo tal que ellos puedan re-atrapar, tal como pasó con

España, Portugal y Grecia. Pero esto necesita de un conjunto de

recursos suplementarios, mientras que la agenda 2000 bloqueó

completamente el desarrollo de los recursos. Allí, en mi criterio, lo

que se juega es menos que esta ampliación, que la reunificación ale-

mana, porque Alemania todavía no salió del proceso de su propia

70

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

reunificación y está en un estado de crecimiento nulo con conflictos

entre los Flandes. Hay algunos que se rehúsan a la unificación.

Yo hice un modelo con cuatro guiones, es decir que tenemos

o que es posible concebir la Europa detenida en su estado actual, en

un sistema confederal, o bien se adopta un modelo francamente

norteamericano, con una incapacidad para construir un poder euro-

peo, que pudiera reequilibrar las relaciones internacionales, o bien

se tiene un modelo de federalismo a la alemana. O si no quedará

éste modelo, que es el modelo canadiense, que permite avanzar a la

reunificación sin reducir la diversidad de los Estados miembros. Pero

hay que tener un sistema institucional de redistribución que permita,

justamente, compatibilizar una unificación, con la creación de una

representación común de lo que querría la ciudadanía europea y por

lo tanto el mantenimiento de las diferencias. Es decir, la emergencia

de una identidad múltiple con fidelidad a la provincia y al Estado y

también pertenencia europea. De hecho hay varios futuros posibles,

más o menos algunos a mi favor.

En otro orden de cosas, lo que ha mostrado la crisis de Irak

es la incapacidad de Europa para hablar con una sola voz en el

terreno internacional. Por lo tanto estamos todavía en un esquema

totalmente confederal a nivel de las políticas de defensa y seguridad

común, que fue uno de los pilares nuevos que emergió después de

Maastrich. Aquí un paréntesis, es que la arquitectura institucional de

Europa es sumamente compleja porque hay pilares que forman parte

de la comunidad y ahí hay decisiones colectivas que se toman y hay

otros pilares al lado que no son comunitarios. Aparecen cosas com-

pletamente asimétricas con la idea de que los pilares extracomunita-

rios deben progresivamente ir entrando en el proceso de decisión

común. Pero manifiestamente en el terreno puramente político, que

es el de la defensa o la seguridad, Europa no existe para nada.

Pregunta: Usted hizo referencia a algunos sistemas federales

de organización nacional como EE.UU., Canadá y Europa. Usted

71

V

mencionaba cómo el federalismo puede ser motor de la mundiali-

zacion y a la vez puede ser una opción estratégica de los Estados.

Pero existe otro gran grupo de Estados que no tiene voluntad de

destino común, que tienen sistemas institucionales débiles. Para

estos países me da la impresión que la mundialización más que ser

una opción estratégica terminaría siendo una fuente de desigual-

dad y de profundización de las diferencias en el sistema internacio-

nal y dentro de cada uno de esos países. Me gustaría saber su

opinión sobre este comentario.

Bruno Theret: Si tomamos la definición de la mundialización,

como conjunto de recomposición de los poderes políticos, se puede

considerar que los países a los que usted hace referencia pueden

participar de manera activa en el proceso y desarrollar estrategias de

integración regional. Y si por ejemplo hacemos referencia a Brasil y

Argentina, el MERCOSUR forma parte del proceso. Es lo que dije

recién, cada país o grupo de países pueden participar en un mismo

proceso o en una misma estrategia con finalidades bien opuestas. Si

tomamos la posición de Canadá, es un país políticamente débil, es

rico, forma parte del G7, tiene un gran territorio, pero tiene un peso

político internacional muy débil e incluso a nivel económico. ¿Pero

cuál es la estrategia de Canadá? Interpretar la mundialización como

institución de un sistema de reglas y por lo tanto, de institución

internacional que impida a los más poderosos aprovecharse de las

asimetrías para imponer arbitrariamente sus políticas. Es construir

una fuerza en el concierto internacional. Lo que es interesante de la

estrategia canadiense es que ellos han utilizado mucho los organis-

mos de Naciones Unidas y entonces jugaron sobre registros. Por

ejemplo, el tema de la protección contra la pobreza de los niños, la

construcción del derecho internacional de los niños, protocolo que

Estados Unidos no firmó. Quiere decir que ellos construyen una auto-

ridad moral internacional que es muy importante para equilibrar o

reequilibrar relaciones de fuerza, dado que la moda es la nueva

72

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

gobernabilidad, la idea de que el mundo funciona según un poder

blando, es decir a través del dominio de la comunicación y de las

informaciones y allí las relaciones de fuerzas pueden ser mucho más

multilaterales. Entonces basta con tener una estrategia adaptada, es

la economía del conocimiento, la economía de la información.

73

V

75

VI

VI

Modelos de desarrollo e integración social1

Torcuato Di Tella2

Al problema del trabajo no lo vamos a arreglar con exhorta-

ciones a que haya más ocupación. Se necesita una política econó-

mica que estimule la existencia de ocupación. ¿Cómo se hace eso?

Con diversas estrategias, por parte del gobierno y por parte de los

empresarios privados. Las que tiene que tomar el Gobierno implican

una interferencia con el puro mercado. Para que ello sea posible es

importante en la opinión pública ir cambiando la fanatización con

la libertad del mercado que nos ha afectado en la Argentina por

varios años.

La Argentina ha tenido una experiencia de intervención y

planificación del Estado que ya empezó en los años 30, con gobier-

nos conservadores, las famosas Juntas Reguladoras3, y otros orga-

nismos de control y promoción. Después, durante la guerra, hubo

una protección automática, un gran desarrollo social y el gobierno

1. Intervención de Torcuato Di Tella en el panel: "Estado y sociedad: los desa-fíos de la exclusión" en el marco del Ejercicio de previsión sobre "CohesiónSocial: desafíos, tendencias y perspectivas", efectuado el 3 de julio de 2003.2. Sociólogo, Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires, Director delInstituto Di Tella y Secretario de Cultura de la Nación entre mayo de 2003 ynoviembre de 20043. Luego de la Crisis de 1929/30 en Argentina se crearon Juntas Reguladorasde la Carne, el Trigo y otros productos de interés nacional.

76

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

de Juan Domingo Perón evidentemente llevó muy adelante una polí-

tica de intervención.4

Esta política de intervención tuvo éxito en algunos aspectos y

en otros tuvo debilidades, pero en general se dice que en los países

de América Latina no funcionó bien. Esto es cierto en algunos casos

más que en otros. En la Argentina, si se toma el período largo, no ha

funcionado bien; pero en otros países de la región ha funcionado

mucho mejor, por ejemplo en Brasil, que ha tenido altas tasas de

desarrollo bajo diversos tipos de gobiernos, desde los relativamente

autoritarios como los primeros de Vargas, a los democráticos como

los del mismo Vargas cuando volvió en 1951, e inclusive bajo los mili-

tares que tuvieron éxito a expensas de otros valores, pero el desarro-

llo industrial fue de niveles asiáticos. Después han entrado también

ellos en crisis, de las cuales están saliendo, pero Brasil es un país que

se ha transformado totalmente en 20 o 30 años, aunque sigue

teniendo graves problemas porque las cosas no se arreglan tan fácil-

mente. La Argentina en cambio no se ha transformado tanto,

aunque en algunos frentes los cambios son innegables.

Un proyecto de desarrollo e industrialización necesita imple-

mentar algunas medidas que son "bestias negras" para el supuesto

Consenso de Washington, que es cada vez menos Consenso de

Washington. Los casos históricos exitosos, empezando con las

Navigation Acts inglesas del siglo XVII, y siguiendo con la política

industrial de los Estados Unidos del siglo XIX y comienzos del XX (y

hasta la actualidad cuando lo necesitan), y desde ya el Oriente asiá-

tico, han aplicado proteccionismo, intervensionismo del Estado y

subsidios. Lo que ha llevado a Japón a la gran prosperidad que tiene

a pesar de la crisis actual (que es un resfrío) ya que si uno sabe de

donde viene Japón tiene que admirarse de lo que ha conseguido.

4. Un ejemplo de ello fue la creación del IAPI, Instituto para la Promoción delIntercambio.

Esa política, de todos modos, no es ni ha sido de autarquía, pero

está lejos de haber aplicado las recetas neoliberales. Nadie puede

pensar en la autarquía, pero es una política que cuida los intereses

del país y para eso se da cuenta de que se necesita el mercado.

Pero al mismo tiempo si el Estado no interviene para contro-

lar al mercado, el mercado se vuelve loco. De la misma manera, si

un Estado es puramente Estado, sin mercado, como en el caso de la

Unión Soviética, se genera otro desastre, por una serie de motivos,

entre otros por una dictadura que no funcionó, aunque hay algu-

nas dictaduras que sí funcionaron. Por ejemplo, en algunos de los

países del este de Asia, aunque sea feo reconocerlo. Pero tanto en

Corea como en Taiwán el gran desarrollo hizo posible una transi-

ción democrática.

En México ha ocurrido algo parecido, pues ha tenido desarro-

llos brutales durante varias décadas. Pero en la medida en que uno

pasa a una etapa mayor de industrialización, urbanización y edu-

cación se van presentando sociedades distintas. En el caso mexicano

no hubo una dictadura militar, pero existió un gobierno excesiva-

mente omnipotente y la omnipotencia lleva a la corrupción. A pesar

de ello, ha habido un desarrollo que también transformó al país.

En la Argentina ya veníamos bastante bien desde antes, ya

que en los años 30´ y 40´ éramos uno de los países más prósperos del

mundo, aunque nos faltaba algo: nos faltaba la espina dorsal tec-

nológica. Éramos un país rico, porque sin demasiado mérito nuestro,

de golpe conquistamos las pampas, cuando se volvió económica-

mente posible hacerlo, por las transformaciones de los ferrocarriles,

por los transportes por mar y entonces se valorizó algo que nos cayó

del cielo sin suficiente mérito nuestro.

Yo siempre digo que en la prosperidad argentina hay un

elemento kuwaití o saudí árabe, ya que esos países no tienen

mucho mérito de que debajo de su tierra haya tanta sustancia

negra que ellos no sacan pero sí lo hacen las empresas extranjeras.

77

VI

Nos faltaba la espina dorsal tecnológica. Cuando a principios del

siglo XX tuvimos uno de nuestros usuales problemas de límites con

Chile, necesitábamos barcos de guerra. Como no sabíamos construir

barcos de guerra teníamos que ir a comprárselos a los italianos.

Italia era un país mucho más pobre que la Argentina, tenía incluso

de menor nivel educativo, pero sabía construir barcos de guerra.

Esto no es sólo un problema militar, es un problema industrial. Así,

en el fondo nos faltaba la espina dorsal tecnológica e industrial

que Italia tenía, y España también, y Japón también a pesar de su

extrema pobreza.

De manera que el elemento tecnológico es muy importante.

Es obvio. Pero lo que no es obvio es que en Argentina había y sigue

habiendo disparidad entre la riqueza que el país tenía y el atraso del

nivel tecnológico e industrial. La crisis argentina es la crisis de la

industrialización. Cuando tuvimos que pasar de una economía pre-

dominantemente agraria a una economía industrial como en cual-

quier país desarrollado del mundo, ahí "se nos pincharon las gomas",

por causas complejas que no es éste el momento para analizar.

En la realidad actual tenemos que estar concientes de que se

necesita una política económica distinta a la que se ha practicado

por varias décadas. Para esto hay que difundir sus características en

la opinión pública, para que trascienda en los niveles de gobierno. La

opinión pública, por supuesto, es una opinión pública mediatizada,

filtrada por los medios, controlada en gran medida por los elemen-

tos de poder que existen en diversos centros financieros nacionales

e internacionales. Pero a pesar de eso se puede crear una opinión

distinta, y dejar claros los defectos del mal llamado Consenso de

Washington, que ya está cambiando. Es interesante ver lo que le

ocurre al Fondo Monetario Internacional, que ha sido criticado por

economistas como Joseph Stiglitz, Paul Krugman y otros (una critica

desde la izquierda por así decir). Pero también ha sido criticado por

la derecha financista norteamericana, que se pregunta porqué el

78

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

FMI les da plata a esos gobiernos más o menos "socialistas" que des-

pilfarran y que no se auto controlan, que son unos irresponsables.

Si yo fuera del FMI estaría un poco asustado en este momento.

Obviamente, el tema del trabajo está vinculado al tema de

las políticas económicas, que deben ser implementadas por los

gobiernos en forma pragmática, sin ideologismos. Por supuesto que

todos tienen ideología, pero hay que evitar el ideologismo, que es

la fanatización con una ideología. Es cierto que el pragmatismo se

ha invocado para seguir políticas totalmente dependientes del exte-

rior, pero ese mismo pragmatismo tenemos que usarlo para encarar

otro paquete de medidas económicas y sociales. Debemos tener en

cuenta que a esas "bestias negras" del Consenso de Washington,

por ejemplo el proteccionismo. Los primeros que lo aplican son los

países desarrollados, no sólo en la agricultura, donde es muy

grande. Los argentinos protestamos, decimos que ellos deberían

abrir sus fronteras a nuestros productos, pero eso jamás lo van a

hacer. Estados Unidos lejos de eso, como ustedes saben, ha deci-

dido también proteger al acero, aunque tuvo que dar marcha atrás

luego por presión de la Unión Europea. Es lógico que hagan estas

cosas, y yo diría que está bien que lo hagan, pues tienen que prote-

ger sus intereses, no los del mundo. Acá podemos quejarnos, invo-

car las contradicciones entre lo que recomiendan y lo que hacen,

pero no nos van a escuchar. Lo que sí se puede y debe hacer es

negociar, conseguir exportar un poco más de carne a Europa o de

arroz a Japón.

Detengámonos brevemente en Estados Unidos y su relación

con Japón. Japón le exporta una cantidad de autos pero con un

límite y eso es una interferencia con el mercado, y por lo tanto es

buena ya que no es una interferencia arbitraria, no es cualquier cosa.

Saber el límite y el equilibro entre lo que es el desarrollo del mer-

cado, de la exportación y además de los necesarios elementos de

intervención estatal, ahí esta la capacidad política.

79

VI

No hay una solución única, no hay una solución ideologista,

tiene que ser una solución pragmática, pero el pragmatismo no es

adecuarse a cualquier cosa que nos viene de afuera o de grandes

poderes sino hacer un equilibrio. Eso es lo que necesitamos.

80

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

VII

El desafío de la inclusión1

Daniel Gracía Delgado2

Quisiera rescatar el valor del seminario porque me parece que

apunta al nudo central de la problemática de nuestro tiempo: la frag-

mentación y la pérdida de cohesión social. El segundo aspecto que

me parece importante resaltar, es que rescata la cuestión social desde

una perspectiva no solo social, sino también económica, política y

ético-cultural, es decir integral. Sobre todo, a diferencia de esa visión

gerencial, técnica, puntual de la política focalizada que predominara

en los '90, de los organismos multilaterales y el Banco Mundial, que

escindió lo social de lo económico, y lo micro de lo macro.

También me parece interesante la realización del seminario

porque constituye un intercambio valioso, un puente entre una

reflexión académica local sobre lo que constituye la crisis más impor-

tante de la historia Argentina, con las elaboraciones de de académi-

cos regulacionistas franceses o teóricos de la cuestión social como

Bruno Theret, que muestran que esta cuestión social, no es solo

nacional, sino que está vinculada a un proceso de mundialización o

81

VII

1. Intervención de Daniel García Delgado en el panel "Estado y sociedad:los desafíos de la exclusión" en el marco del Ejercicio de previsión sobre"Cohesión Social: desafíos, tendencias y perspectivas", efectuado el 3 dejulio de 2003.2. Politólogo, Investigador de CONICET/FLACSO, Área Estado y PolíticasEconómicas

globalización, de financierización de la economía, de opciones polí-

ticas estratégicas, y que han apuntado entre otras cosas, a fragmen-

tar y a despolitizar las sociedades, como bien lo señalan también P.

Burdieu y Z. Bauman.

Este seminario de alguna manera coloca la distinción entre la

'vieja' y la 'nueva' cuestión social. La primera es la emergente en el

conflicto característico de la etapa del modelo sustitutivo de impor-

taciones, del capitalismo nacional-industrial, que tenía que ver con la

explotación, con las condiciones del medio ambiente de trabajo, con

una lucha por el aumento del poder de compra de los asalariados,

con la regulación de la sociedad asalariada, el movimiento obrero y

el Estado de bienestar. La misma estaba caracterizada por cierto

poder de los sujetos que reclamaban derechos sociales, donde había

utopía, y una organización fuerte de los sectores populares. La

segunda, en cambio, que surge en los últimos 20 años, esta asociada

justamente a la vulnerabilidad, a la precarización, a la exclusión. Se

trata más que de fortaleza, de debilidad de los sujetos populares,

más que de cohesión y unidad, de fragmentación. Donde a partir de

una lógica economicista, competitiva e individualista todos somos

descartables y al mismo tiempo, no tenemos un sujeto popular orga-

nizado, una utopía movilizadora o un gran relato que dé una res-

puesta unívoca sobre el hacia dónde ir, el rumbo, sino más bien hay

una aceleración del tiempo histórico, complejidad e incertidumbre.

El trípode que sustentaba el sistema de poder de los estados

nacionales ha sido sacudido, en perjuicio de las masas trabajadores

organizadas y en provecho de las empresas que controlan las inno-

vaciones tecnológicas. Ya no existe el equilibrio garantizado en el

pasado por la acción reguladora del poder público. No hay un ima-

ginario compartido respecto a la resolución de este tema, lo cual

hace más necesaria una reflexión y perspectiva interdisciplinaria

sobre la cuestión social que es un poco en lo que el seminario

insiste. La necesidad de la intervención conjunta no solamente de

82

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

economistas y sociólogos, sino también de politólogos, antropólo-

gos y psicólogos.

En este sentido, se podría decir que la resolución o el desafío

de la cuestión social no es un problema de un área de gobierno o de

un Ministerio de Desarrollo Social; sino tiene que ver también con el

Ministerio de Economía, con el de Trabajo, de Educación, etc., con un

diseño interministerial y con políticas de Estado. Porque efectiva-

mente, hay que superar la visión segmentada y sólo descentralizada

del ataque a la pobreza. Evitar los errores, de lo que hemos sido

expertos estos últimos años: que lo económico vaya por un lado y lo

social por otro y, finalmente que la política social quedase con la

lógica del efecto 'ambulancia', que recoge los heridos que va dejando

detrás una política económica que no tiene ninguna consideración

ética entre sus presupuestos. Entonces sobre estos aspectos relevan-

tes del seminario quisiera trabajar sobre el tema: "Estado y Sociedad:

el desafió de la inclusión" a través de seis notas, en realidad sobre lo

que serían seis condiciones para la inclusión.

Y para este primer punto, coincido con Torcuato Di Tella en

que una de las primeras condiciones para encarar el desafió de la

inclusión es contar con una estrategia de desarrollo de mediano

plazo, equitativa y productiva, para diferenciarla de la anterior, de

carácter especulativa y concentradora. Porque la que hemos visto a

partir del Consenso de Washington y las reformas estructurales fue

más bien 'la ilusión del desarrollo'. Donde pensábamos que el creci-

miento del PBI dirigido por el mercado autorregulado iba a 'derra-

marse' e integrar a los pobres, para finalmente darnos cuenta de

que podía haber altas tasas de crecimiento y sin embargo guardar

una relación negativa con el empleo y la concentración del ingreso.

Así, a mediados de los noventa teníamos tasas de crecimiento del

6% anual y de desempleo del 18%. Al mismo tiempo que el Producto

y las exportaciones crecían, la desocupación se multiplicó por tres.

83

VII

Nos hemos dado cuenta a partir del derrumbe del modelo. Para ser

viables como nación, la Argentina debe crecer en forma sostenida

y con tasas altas de crecimiento. Creo que esto es algo no negocia-

ble en la reestructuración de la deuda externa con los organismos

multilaterales y acreedores externos. Incluso para dar idea de la

magnitud de lo que significa incluir, para aumentar recién el

empleo se necesita un crecimiento alto y estable, de por lo menos

6 % del PBI. Recién con cinco años de crecimiento al 5% vamos a

tener un PBI igual al de 1998.

Así el perfil de desarrollo a adoptar -a partir del tipo de cambio

alto y flexible- requiere apuntar a un crecimiento alto y sostenido,

pero también a un perfil productivo que tenga valor agregado, no

solo agroindustrial y de bajos salarios, sino de fortalecimiento del

mercado interno, y de la industria, por la importancia decisiva que

tiene ésta, así como la de la construcción, y en particular las pymes

en la creación de puestos de trabajo. Porque una visión exportadora

basada en materias primas y comodities, con bajos salarios, y de

algunas empresas extractivas que funcionan como énclaves puede

beneficiar nuevamente al 10% de la población, al decíl más rico.

Puede sí hacer crecer el PBI, lograr una fuerte presión impositiva

para tener un alto superávit y pagar deuda, pero no incluir. Las

empresas cuanto más se internacionalizan, más buscan escapar de la

acción reguladora del Estado y más tienden a apoyarse en los mer-

cados externos para crecer.

Incluso, ya que nosotros hemos perfeccionado una agricultura

sin agricultores, donde hemos aumentado la producción y la compe-

titividad del sector pero donde, a la vez, se redujeron en los últimos

años las producciones agropecuarias en un 25%, o sea que está

aumentando la concentración también en el campo y por lo tanto la

expulsión del campo a la ciudad. Un problema es también el de la

justa distribución de la tierra. Es preocupante la desaparición de miles

de medianas y pequeñas explotaciones agropecuarias, la migración

84

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

casi forzada de los pequeños productores que van a engrosar los

barrios periféricos de las grandes ciudades, la concentración de la

propiedad de la tierra en manos de pocos, el despojo de derechos

inalienables a los viejos habitantes del campo, la situación del hábi-

tat de los aborígenes y sus derechos al mismo y el deterioro del

medio ambiente a raíz de emprendimientos conducidos en forma

no racional.

También creo que hay que evitar algunos riesgos dado que el

FMI en los reeplanteos del post Consenso de Washington, insiste en

la necesidad de continuar con las reformas estructurales, más un

enfoque neoinstitucional, donde se corre el riesgo, que tal vez esté

corriendo el Pte. Lula de Brasil en este momento prometiendo un

alto superávit. Porque por un lado está aplicando un programa de

primer empleo para jóvenes que abarca 250.000 jóvenes, pero si la

tasa de crecimiento del PBI es casi del 1% o menos, ello le va a sig-

nificar una pérdida de 500.000 empleos. Hay que tener en cuenta la

vinculación de las decisiones sobre las variables macroeconómicas y

sobre cómo estas impactan en los procesos de incorporación de

empleo. Porque hay inversiones que generan fuentes de trabajo y

distribuyen los ingresos, pero hay otras que expulsan a los produc-

tores de sus tierras, atentan contra los ecosistemas naturales y con-

centran aun más el capital, ahondando las desigualdades sociales.

Hay inversiones necesarias para un crecimiento económico equita-

tivo, mientras que otras, son sólo una excusa jurídica para llevarse en

poco tiempo más dinero del que se trajo, produciendo más dificul-

tades que beneficios en la economía local.

Frente a estos peligros y a los que claman, por derecha, que se

apunte a una sostenibilidad basada en la seguridad de las inversio-

nes extranjeras, en la confianza externa, el clima de negocios, una

seguridad jurídica sólo para las empresas pero no para los trabajado-

res, me parece que hay que construir una estrategia de desarrollo

con equidad, para no correr el riesgo de entrar nuevamente en una

85

VII

agenda de política económica estructurada básicamente en función

de los servicios financieros de los bancos, empresas privatizadas

trasnacionales y de grandes grupos económicos locales.

El segundo punto o condición para la inclusión, es que nece-

sitamos una política social que no sea de contención exclusivamente.

Me parece que ayudaría distinguir la visión puramente de conten-

ción, compensación (asistencia) a sectores vulnerables -enfoque de

necesidades-, donde el modelo no se preocupa por integrar, por

empoderar, sino por contener y 'despotenciar'; de una visión más

integral de la inclusión, que trabaja desde un enfoque ciudadano, de

derechos, y que tiene que ver con políticas de ingresos universales,

con aumento de los salarios, con seguridad alimentaria, con el tra-

bajo como cuestión central, con la dignidad, la pertenencia, la identi-

dad y todo lo que significa para los individuos y para la reconstitución

de la trama social.

Y esto tampoco debería ser negociable, en el sentido de apos-

tar a generar trabajo genuino, y no simplemente a dar subsidios. Lo

que sí uno puede distinguir es que el trabajo puede no ser exclusiva-

mente asociado al sector privado o al público de la economía capi-

talista, sino que también puede estar vinculado al sector social, a la

economía social/solidaria, en el sentido de potenciar, generar condi-

ciones favorables para las cooperativas de servicios y trabajo, de

empresas recuperadas, de emprendimientos solidarios, de huertas

comunitarias, empleos de proximidad, ferias sociales, etc. Muchos de

estos emprendimientos de características familiares surgen y evolu-

cionan en la informalidad. Su finalidad es la obtención de un ingreso

que le permita al grupo familiar garantizar su reproducción material.

Son emprendimientos que comparten características como precaria

organización laboral, insuficiencia tecnológica, intensa utilización de

mano de obra poco calificada, desconocimiento de las herramientas

de marketing y estrategias de comercialización, así como poco capi-

tal de giro, escasas o nulas posibilidades de acceso al crédito. Aquí

86

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

hay una posibilidad de configurar a la economía social como un sub-

sistema económico, y no solo como una economía de pobres para

pobres o de carácter marginal; de hacer un esfuerzo regulatorio

(impositivo, crediticio, legislativo, previsional, etc.) para integrar

como otro tercer subsistema junto con la privada y la pública.

En esta perspectiva me parece importante contar con indica-

dores de logro, y evaluación de la política social. Sobre todo superar

aquellos que hacen exclusivamente a evaluaciones micro puntuales

de programas, si sólo efectivamente funcionó para contener a

tantas familias, y si respondió a la asignación de los recursos con efi-

cacia y eficiencia, sino ¿cuáles son los objetivos amplios y los logros

por los que va a medirse una gestión? Y en ese sentido creo que ni

siquiera debería guiarse sólo por la disminución de la tasa de des-

empleo abierta, sino también por qué tipo de trabajo se genera, si

precario o no, si el nivel de salarios está o no por encima de la

pobreza o de la indigencia; sobre cómo se va a modificar la distribu-

ción del ingreso, que hasta ahora sigue siendo regresiva. Incluso creo

que existe la necesidad de generar políticas de impacto para jóvenes

que actualmente no trabajan ni estudian, y nuevos indicadores de

expectativa de futuro para los mismos.

El tercer punto o condición creo que tiene que ver con

apuntar, a una recuperación de la política y del Estado, de una

renovación institucional. En lo político los argentinos hemos sido

muy eficientes en la visión agonal de la política, es decir en la capa-

cidad de competir para acceder al poder, pero hemos sido más

ineficientes en la visión arquitectónica de la política, construyen

coaliciones sostenibles que puedan integrar un consenso y una

visión de mediano y largo plazo sobre intereses más universales de

la sociedad, sobre aspectos que hacen a la gobernabilidad, a la con-

certación y a la configuración de grandes consensos, que se trans-

formen en políticas de estado. Me parece importante rescatar la

87

VII

voluntad política en esta etapa y sobre todo la visión estratégica de

tener una apuesta.

Porque uno diría que en los 80' fue el rescate de lo democrá-

tico frente a lo autoritario. En los 90', la estabilización económica, el

mercado, las reformas estructurales, la apertura, y la convertibili-

dad, tal vez el gobierno frustrado de la Alianza intentó articular ese

eje en torno del logro de la transparencia. Ahora bien, ¿cuál va ser

el eje, la consigna estructuradora de la nueva gestión? Creo que

esto tiene que ver con la problemática de un perfil de desarrollo

equitativo, productivo e inclusivo. Con una perspectiva ética del

desarrollo, pero con una ética no sólo de procedimientos de con-

trol, de carácter deontológica, sino una ética respecto de los objeti-

vos, de proyecto, teleológica. Pienso que una de las condiciones del

desafío de la inclusión, es que no es solamente un problema econó-

mico, social y político sino ético-cultural. El tema de la globalización

ha generado un quiebre en las construcciones futuras de las perso-

nas, de cómo se construyen las identidades, un plano de pobreza

en el sentido de lo simbólico, de la identificación, de las motivacio-

nes que es necesario reconstituir.

Porque no sólo está afectada la capacidad de subsistencia de

muchos argentinos (vivienda, alimento, salud, seguridad), sino que

está impactada su subjetividad en niveles profundos de su persona-

lidad. Por ejemplo: dificultades para comprender y razonar, someti-

miento a las situaciones adversas del entorno, incapacidad para

enfrentar los problemas de modo resolutivo y para proyectar la

propia vida, no tener acceso equitativo a recursos educativos ade-

cuados, etc. La deuda social se compone de privaciones que ponen

en grave riesgo el sostenimiento de la vida, la dignidad de las perso-

nas y las oportunidades de florecimiento humano. Su mayor inmo-

ralidad reside en el hecho de que ello ocurre en una Nación que

tiene condiciones objetivas para evitar o corregir tales daños.

88

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Sobre ésto me decían que en las familias muy pobres de

excluidos ya no hay legado interfamiliar. Aquí también es impor-

tante el tema de la producción cultural, de sentido, tiene mucho que

ver con lo que hagamos o no con las industrias culturales; con la polí-

tica de medios. Porque así como fue peligroso haber dejado sin con-

trol a los servicios públicos, en el caso de la cultura y los medios de

comunicación también lo es que queden librados exclusivamente al

criterio del marketing, del mercado, y del lucro. La construcción de

valores no es un problema exclusivamente del ámbito privado y esta-

tal, sino también de lo público no estatal, y es importante ayudar a

construir una responsabilidad de los medios sobre la sociedad cohe-

siva que queremos construir.

Cuarto, en el desafío de la inclusión se requiere como condi-

ción, que la estrategia no sea sólo nacional, ni tampoco de inserción

local global como se nos hizo creer en los '90, sino que articule lo

nacional-regional. En lo local, porque vemos que es cada vez más evi-

dente que las ciudades tienen un desempeño más importante en la

gestión, en hacerse cargo de más problemas, porque tienen más

competencias y reciben más demandas. Donde tienen que trabajar

en el logro de la equidad, pero a la vez donde éstas no lo pueden

todo, ya que mucho depende de decisiones nacionales (ej., impues-

tos, costos de los servicios, créditos, tipo de cambio, etc.). Otra

dimensión es la provincial y la interprovincial, la constitución de

subregiones. Pero la cuestión de la inclusión también tiene que ver

con la construcción de la región, de un MERCOSUR que efectiva-

mente construya poder de negociación con otras regiones y orga-

nismos multilaterales.

Se necesita poder político a otra escala para modificar las

actuales reglas o asimetrías del orden internacional. Porque si no hay

un MERCOSUR con cierta capacidad de negociar por ej., con la OMC,

en los temas de los subsidios agrícolas, o con el problema de la

89

VII

deuda externa con el Fondo, con los problemas tecnológicos de

carácter global, para construir opciones para exportar a terceros

países, negociar enérgicamente con el ALCA, la Unión Europea y el

sudeste asiático, es muy poco probable que podamos desarrollar

industrias competitivas, innovación tecnológica, y generar empleo

suficiente. Es decir, no caer en la trampa de volver a exportar pro-

ductos primarios e importar bienes manufacturados. De hecho el

nuevo capitalismo -como señala C. Furtado- ha llevado a una mayor

concentración geográfica de las actividades industriales en beneficio

de los países del centro y una distribución más igualitaria del ingreso

en esos países que estaban a la vanguardia tecnológica

En el quinto punto quiero señalar que éste es un desafío

para el Estado pero también lo es para la sociedad civil. Es decir,

que por mucha voluntad política que exista en un gobierno, no es

algo que ya puede resolver la cuestión social por sí, el estado con

sus políticas públicas, como es el Estado de bienestar, ni el mercado

exclusivamente, sino también que requiere de la participación de

organizaciones de la sociedad civil. Sobre esto es mucho lo que se

podría decir, el tiempo apremia, así que sintetizo en que éste es un

desafío para las organizaciones de la sociedad civil, pero no solo

para las ong's, voluntarias y alturistas que privilegió como interlo-

cutores el modelo neoliberal, sino de gremios, de movimientos de

desempleados, de redes de ong's de desarrollo, pymes, empresa-

rios, cámaras comerciales, etc. Y a la vez, no es solo un problema

de control sobre la eficiencia de una política social, o cómo contro-

lar la corrupción de los políticos y el Estado, sino cómo se orga-

niza la sociedad para influir en un rumbo deseable para el

conjunto, para definir democráticamente sobre el bien común. Y

cuál es, en todo caso, la coalición social en favor de un modelo de

desarrollo productivo-inclusivo, y de inserción en un mundo multi-

polar, y cuál la de reproducción del modelo de concentración,

90

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

fuga de capitales, consagración de la sociedad dual y de reafir-

mación de la unipolaridad.

Sexto, también la inclusión depende de la capacidad de

aprovechar oportunidades del momento. En este sentido, es estimu-

lante y esperanzador que la Argentina esté saliendo de la crisis con

más democracia y con mayor expectativa de los ciudadanos, y no

con menos de lo que hemos esperado. Casi todas las apuestas inter-

nacionales y de ciertos grupos locales apostaban a que se iba a salir

de la emergencia con menos democracia, con más autoritarismo y

con más dependencia externa. Me parece que hay elementos en el

escenario internacional y regional que permiten otras posibilidades

y también es importante que así como los 90' fue el punto de hege-

monía del pensamiento neoliberal y la ortodoxia, estamos ahora en

un punto de crisis del Consenso de Washington, y allí hay una ven-

tana de oportunidad para configurar un nuevo rumbo.

Y en todo caso, tal vez haya un séptimo punto sobre las con-

diciones para la inclusión como desafío para el Estado y la sociedad,

y que tiene que ver la cuestión de los valores que se asuman, tanto

en lo personal como en la ética pública, con la agenda ética que se

termine finalmente incorporando. Si remite sólo a la deuda externa,

y a la neofilantropía, o si se remite a la cuestión de la deuda social

como bien planteó Bruno Theret, respecto de que hemos nacido,

somos ciudadanos y hay una deuda con respecto a lo público de

cada uno de nosotros. Y a lo cual yo agregaría, porque además no

somos individuos utilitaristas racionales, maximizadores, sino porque

somos personas responsables de los demás, y porque debemos ase-

gurar la articulación de la solidaridad con la justicia.

91

VII

93

VIII

VIII

Replantear la cuestión social1

Guillermo Perez Sosto2

Se me ha encomendado la misión de persuadir a los asistentes

a esta jornada sobre la importancia del trabajo que debemos reali-

zar en conjunto en el I Ejercicio de Previsión. Para este trabajo elegí

una serie de palabras clave y me parece interesante que, trabajando

sobre esas palabras clave, podamos de alguna manera cumplir con

el objetivo de formar un banco de ideas.

Las palabras en ese aspecto son portadoras y generadoras de

ideas, en ese sentido Jean Baudrillard, en un libro que justamente se

llama "Contraseñas", dice que no sólo transmiten ideas y cosas sino

que las palabras mismas se metamorfosean y se metabolizan entre

sí, obedeciendo a una suerte de evolución en espiral; así se convier-

ten en contrabandistas de ideas.

Entonces tenemos que hablar de potenciar a las palabras a

través de las ideas y que esas ideas confluyan en un solo lugar desde las

distintas experiencias de los diversos ámbitos de procedencia, de cada

uno de los sectores que están presentes y que estamos representando.

1. Intervención de Guillermo Pérez Sosto en el panel "Estado y sociedad: losdesafíos de la exclusión" en el marco del Ejercicio de previsión sobre "Cohe-sión Social: desafíos, tendencias y perspectivas", efectuado el 3 de julio de2003.2. Sociólogo, Investigador del Instituto Di Tella, Coordinador General de laCátedra UNESCO sobre Las Manifestaciones actuales de la Cuestión Social.

Una de las palabras clave es cuestión social, palabra que viene

de muy lejos, 1830, cuando el Vizconde de Villeneuve-Bargemont

notó que había un divorcio entre el orden político jurídico, que

manaba de los derechos del hombre y del ciudadano, y el orden eco-

nómico que producía miseria y desmoralización masiva. Desde luego,

para nosotros la palabra cuestión social -por lo menos cuando yo

empecé a estudiar Sociología- remitía a algo superado en los años

70´, algo que hacía alusión a viejas Encíclicas o a viejas luchas y que

de alguna manera eso ya estaba compensado en la sociedad. Pero es

evidente que en la práctica sociológica a veces no podemos separar

nuestra reflexión teórica, nuestras investigaciones y la vida cotidiana.

A partir de los años 70´ y fundamentalmente en los 90´ es donde el

piso se nos empieza a mover y nuevamente empezamos a recurrir a

esto de la cuestión social, pero ya en otro plano.

Otra palabra clave es la cohesión social ¿Cómo vamos a

hacer para diseñar políticas de consenso, políticas consociativas, polí-

ticas que permitan reparar el tejido social?

Es importante también el tema que implican las palabras com-

puestas como sociedad dual en la cual este tipo de economías,

sobre todo el neoliberalismo, permiten que coexistan en un primer

momento zonas ligadas a los mercados internacionales con su gran

desarrollo, con otras zonas sumamente deprimidas. De esta manera

se van construyendo dos espacios sociales cada vez más diferencia-

dos, donde se destruye por un lado, o dificulta la posibilidad de

intervención política, y a la vez se dificulta la protesta social organi-

zada con réditos concretos que no sean sólo limosnas.

Esto da como resultado una suerte de descomposición de la

acción colectiva que a su vez termina en una acentuación del desarro-

llo desigual de los segmentos y territorios más dinámicos ligados al

conocimiento y a las tecnologías de las sociedades y lo convierte en

irrelevante desde la perspectiva de la lógica del sistema tal cual estaba

planteado. Por lo tanto, asistimos a la consolidación de agujeros

94

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

95

VIII

negros de miseria en muchas partes del globo conjuntamente con

islas de modernidad, pero cada vez más pequeñas.

La palabra que deriva de esta distribución desigual es "des-igualdad". En cuanto a la desigualdad, se produce por un lado

porque el sistema impulsa un crecimiento pero a la vez destruye

puestos de trabajo; permite financiar la economía pero limita los

márgenes de maniobra presupuestarios de los Estados; multiplica la

riqueza pero a su vez aumenta las desigualdades al limite de lo into-

lerable. De acuerdo al INDEC 3, en Argentina sólo un 10%, o sea la

gente que más gana en la sociedad, percibe ingresos superiores a

$1000 por miembro del hogar, dejando para el resto de las familias

un ingreso por persona en el hogar menor a los $1000.

Muchas veces la exclusión, en crecimiento, ordenaba la mirada,

las políticas y la compasión en función de ese problema. En realidad

nos impedía ver que el problema más importante residía en la fragili-

zación y la precarización del mundo del trabajo. Que en verdad la

exclusión no era más que una gran sombra proyectada de las disfun-

ciones sociales y de esta precarización del mundo del trabajo.

Nuestro Seminario viene a revertir ese eje y mirarlo no hacia

lo negativo sino hacia lo positivo. Se trata de repensar cómo integrar

a estas personas a través de lo productivo, cuando por algún tiempo

vamos a tener que manejarnos con una economía de subsistencia,

una economía informal. Tenemos que conducir todo eso hacia un

reordenamiento de nuestra economía.

Quería comentarles cuál es la composición de la Población Eco-

nómicamente Activa (PEA) en Argentina. En 27 años de neolibera-

lismo, algunos toman como punto de partida el "Rodrigazo" 4, otros

3. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos 4. En 1975 el gobierno de María Estela Martínez, viuda de Perón, decide apli-car una política de shock económico que se conoce con el nombre de suMinistro de economía, Celestino Rodríguez y el aumentativo de Rodrigazo.

96

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

toman el golpe militar de 1976 o la ley que hizo el Ministro de Eco-

nomía de esa misma dictadura, Martínez de Hoz, sobre las activi-

dades financieras.

Comparamos una estatificación de la población económica-

mente activa entre 1975 y el año 2002, es decir cómo quedó la

Argentina después de 27 años de política neoliberal5.

5. Para la confección del Gráfico “Composición de la Población Económica-mente Activa (PEA) 1975-2002” y su posterior análisis nos inspiramosampliamente en los datos y reflexiones aportadas por Héctor Palomino en suintervención en el panel “Las relaciones colectivas e individuales del trabajofrente a los cambios ocupacionales y sociales” del 12 de junio de 2003, en elSeminario “El estado de las relaciones laborales en la Argentina. Nuevarealidad emergente en el contexto del MERCOSUR” organizado por la Orga-nización Internacional del Trabajo (OIT) y la Universidad de Bologna.

Composición de la PEA 1975 - 2002

1975 2002

15.886.643

10.419.742

5.000.000

PEA

364.6913,5%

2.813.33027%1.458.76414%

1.250.36912%

4.532.58843,5%

3.177.32920%

4.130.52726 %

3.018.46219%

2.382.99615%

3.177.32920%

La totalidad de la población económicamente activa (PEA)

alcanzaba a 10.419.742. El 43% estaba compuesto por los asalaria-

dos registrados sindicalizados, lo cual habla del poder de las organi-

zaciones gremiales en ese momento; el 12% siguiente correspondía

a los asalariados registrados no sindicalizados pertenecientes princi-

palmente a sectores terciarios y de servicios y luego teníamos un

14% de asalariados no registrados. A continuación se observaba un

sector de no asalariados, entre los cuales se encuentran desde direc-

tivos o empresarios, pequeños o medianos comerciantes o empresa-

rios industriales y también otras profesiones que se determinan

como trabajo precario. Por último se observa que la desocupación

representaba un 3,5%.

Los argentinos, inclusive hasta finales de los 80´, teníamos

una estatificación de un 6% de clase alta a media alta, un 24% de

media típica, un 42% de clase media baja y un 28% representado por

obreros no calificados y marginales, pero estos marginales entraban

y salían del mercado laboral.

En el segundo histograma se presenta un promedio del año

2002: los asalariados registrados sindicalizados han bajado práctica-

mente a menos de la mitad, los asalariados registrados no sindicali-

zados se han incrementado levemente, porque ha crecido el sector

terciario que tiende a no sindicalizarse, pasando del 12 al 15%. Se

puede observar un crecimiento de un 50% de los asalariados no

registrados y casi un igual porcentaje (pero con un crecimiento en

valores absolutos) de los no asalariados. Por último, tenemos un

17,6% de desocupación, si incluíamos a los planes jefes y jefas y si no

los incluíamos (la hipótesis B), se alcanza al 23,4%.

Esto es lo que ha generado una nueva estratificación social,

donde estamos hablando de un 57% de pobreza y de que recién

hay una clase media vulnerable arriba del 57%, o sea que en un

43% de la población prácticamente se distribuye lo que antes se dis-

tribuía en el 92%.

97

VIII

Podemos decir que son las prácticas de resquebrajamiento y

reestructuración en el mundo del trabajo las que hacen que la socie-

dad pierda homogeneidad y cohesión y esta es la idea a la que querí-

amos llegar. Les proponemos analizar las posibilidades de reinvención

del Estado social, las posibilidades de nuevas formas de producción

de solidaridad por parte de la sociedad ayudada por el Estado, cómo

se puede integrar a los excluidos. En este aspecto la primera pro-

puesta que hacemos nosotros es revertir este eje de pensar en los

excluidos como un todo y empezar a trabajar por áreas homogéneas

de vulnerabilidad. Por ejemplo, no es lo mismo el obrero de la multi-

nacional Goodyear -que cerró en el 1999 para ir a radicarse a Brasil-

que es de reciente desafiliación y que está activo por conseguir un

nuevo empleo, que los desocupados del barrio del Triángulo de Flo-

rencio Varela, en la Región Metropolitana, desocupados de larga

data y que es mas difícil integrarlos rápidamente. Por lo tanto, hay

que hacer una mayor inversión de esfuerzo, en principio, para lograr

cohesión social rápidamente asimilable.

98

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

99

IX

IX

Perspectiva económica y cultura del trabajo1

Roberto Pons2

Cuando hace muchos años formé parte del Directorio del

Mercado Central de Buenos Aires, uno de los problemas que se nos

presentó, ya en la década del 80, es algo que viene a cuento con lo

que quiero plantear como algunas de las ideas fuerza para su discu-

sión posterior.

Como sabrán, el Mercado Central produce productos orgáni-

cos, comercialmente muchos productos que por ahí no sirven para

vender, si sirven para comer, entonces se tiran, se repasan, se mejora

la presentación de los cajones y los contenedores se empiezan a

llenar de frutas, verduras, hortalizas que no están en tan mal estado.

Allí, se nos suscitaba un problema que no podíamos resolver. El Mer-

cado Central está rodeado prácticamente de tres villas, desde donde

ingresaban (bastante organizadamente) las familias y los chicos, que

se metían dentro de los contenedores, tiraban hacia fuera todos los

productos que podían ser salvables, las mujeres hacían paquetitos,

1. Intervención de Roberto Pons en el panel "Sociedad y economía: los desa-fíos del contexto y la generación de trabajo" en el marco del Ejercicio de pre-visión sobre "Cohesión Social: desafíos, tendencias y perspectivas", realizadoel 3 de julio de 2003.2. Economista, Coordinador del Departamento MERCOSUR de la Unión Indus-trial Argentina (UIA) y Secretario Técnico del Foro Consultivo EconómicoSocial (FCES).

algunos para el consumo personal de sus hogares y otros mejor pre-

sentados para venderlos en la calle.

Yo que venía con una formación académica como econo-

mista, había sido funcionario y había actuado en política, me encon-

tré con una realidad que no la creía para la Argentina y estoy

hablando de hace 20 años atrás. Entonces tratando de buscar

alguna interpretación empecé a leer Antropología Económica y me

encontré con que la primera manifestación económica que existió

antes del homo faber, antes del agricultor, del pastor y del cazador,

era el recolector, quien solamente lo que hacía era recorrer el terri-

torio y donde encontraba frutos comestibles los recogía. Cuando

uno camina por la Ciudad de Buenos Aires a las 6 o 7 de la tarde

encuentra que esta manifestación que veíamos hacia 15 o 20 años

atrás en el Mercado Central hoy es una manifestación cotidiana en

toda la ciudad.

Cuando hace 15 o 20 años atrás comenzaron los primeros

programas neoliberales y de ajuste, yo encontraba a un chico que

me daba una estampita y pedía una limosna, este mismo chico

empezó a abrir puertas para ganarse unos centavos; después se hizo

adolescente y se puso a limpiar vidrios.

Cuando yo era más joven, mis tías más viejas decían que

cuando uno es un poco díscolo hay que cambiarle la cabeza, apli-

cando esa sabiduría a nosotros mismos, creo que debemos cambiar-

nos la cabeza, claro que en un ámbito académico lo que tenemos

que decir es que tenemos que modificar las categorías analíticas de

nuestra perspectiva de lo social. Y yo creo que éste es el desafío que

tenemos que tener ¿Cómo reinterpretar gran parte de la teoría eco-

nómica aplicada, de la teoría sociológica aplicada y la teoría política

aplicada a esta nueva realidad que estamos observando cotidiana-

mente en nuestra sociedad?

Cuando en la década del 40´ aparecen los primeros movi-

mientos (por lo menos en la Argentina) de tipo popular y nacional,

100

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

lo que hacen es recoger lo postergado de la sociedad que estaba

dentro del sistema pero que no accedía a la vivienda, a un trabajo, a

la protección social, pero en realidad la teoría económica y la política

tenían una respuesta.

Las teorías de crecimiento de Rostow y los planteos que se

hicieron en la década del 60´ hacían referencia a que nuestras socie-

dades no entraban al crecimiento porque les faltaba la formación de

dirigentes sociales y de ahí se crearon toda una serie de carreras. En

ese momento predominó en la reformulación de las carreras univer-

sitarias, la formación de sociólogos, economistas, licenciados en

administración, con el propósito de contar con gente capacitada

para conducir.

Hoy la crisis nos tiene que hacer pensar en otros términos y voy

a dar un ejemplo que aprendí de un profesor de Economía del Trans-

porte, que era un enamorado de los ferrocarriles. Un día explicó que

yendo a una estación de ferrocarril bastante alejada se puso a hablar

con el jefe de estación y para pasar el tiempo le pidió el libro de cuen-

tas, que tiene cada estación. Entre los rubros aparecía, bastante

importante, la compra de pasto y le pregunta para qué el pasto en

los ferrocarriles, "para los caballos que mueven los vagones cuando

hay que enganchar y desenganchar" le responde. Entonces le dice

"no, yo le voy a mandar una zorra mecánica, ¿cómo va a estar con

caballos?" y le responde "mire ingeniero, acá viene un tren cada mes,

con los caballos me arreglo". Esto es lo que hay que empezar a esta-

blecer. Si se quiere empezar a producir cambios sustantivos en nues-

tra sociedad, se tiene que empezar a buscar mecanismos adecuados

a cada nivel de esta fragmentación económica social que tenemos.

Hoy en la Argentina se puede hablar no tan sólo de dualismo,

sino de trialismo, donde están efectivamente los sectores modernos

dentro de la inserción internacional, etc., etc., los sectores locales

que mantienen todavía alguna de las estructuras para estar dentro

del sistema y un tercer sector que está fuera del sistema, compuesto

101

IX

por los que tienen 30 años y nunca han trabajado, nunca han tenido

la disciplina del trabajo. Entonces no basta con tener un plan de cre-

cimiento, hay que tener un plan de crecimiento para el empleo

formal, un plan de control de la evasión para el empleo informal y

hay que tener un plan de economía social adecuado a la estructura

cultural, social y política de estas grandes masas de marginados que

están alrededor de las grandes ciudades.

Esto implica una reformulación muy clara de cómo se produce

el derrame del desarrollo económico. Está claro que ya no es con el

mercado, un replanteo de cuáles son los roles y funciones del Estado,

que con el otro modelo teórico lo que hacía era dar el empuje inicial

en la infraestructura de algunos sectores industriales y después venía

el desarrollo industrial. El ejemplo típico es el desarrollo automotriz.

Ahora lo que se necesita es pasar de un centro puesto en la

educación a un centro puesto en lo cultural, no solamente pensando

en la marginación sino también en las clases dirigentes, en los secto-

res empresarios, políticos y sindicales y la consigna es entusiasmar. La

sociedad argentina tiene que entusiasmarse con su sociedad. Los

dirigentes tienen que dar el ejemplo y también las directivas para

que sirva y entusiasme.

En lo político hay que volver a conducir, ya que se perdió la

capacidad de conducción política porque nos hemos manejado con

conceptos abstractos que en la práctica eran totalmente distintos a

los de los países centrales, como el Consenso de Washington, que

negaba de hecho la capacidad de conducción porque se trataba de

aplicar las recetas ya elaboradas.

En lo económico la consigna sería que todo lo que signifique

producir empleo es bueno, después se analizarán los otros concep-

tos, pero lo primero es cómo conseguimos empleo. Después vere-

mos si esto es más estable o menos estable, los instrumentos que

tenemos que utilizar, mejorar o no determinadas rentabilidades,

etc., pero si no se produce empleo hay que empezar a discutir todo

102

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

lo que se hace internamente y en las negociaciones económicas

internacionales, qué es lo que hace Estados Unidos. Cuando uno lee

el Trade Promotion Authority norteamericano, que dice cuáles son

los mandatos que tiene el presidente por parte del Congreso nortea-

mericano para negociar internacionalmente, hay dos o tres términos

que se repiten en casi todos los párrafos y fundamentos de las medi-

das que se le dan al presidente norteamericano: la seguridad nacio-

nal, la defensa del trabajo nacional y la defensa de las empresas

norteamericanas, todo el resto se acomoda a eso.

En lo social la consigna es incluir. Hay que recuperar la cohe-

sión social, hay que crear mecanismos en lo económico, en lo polí-

tico, en lo social, lo que acá se llama la economía social. Si hay que

crear circuitos económicos propios para esta sociedad marginal, cre-

émoslos. Si como dijo e hizo en su momento Roosevelt en el 30': "hay

que hacer zanjas para taparlas de nuevo" hagámoslo, y empecemos

a crear la cultura del trabajo con los líderes naturales de las propias

sociedades marginales.

Termino con una pequeña experiencia que también tuvimos,

hablando con dirigentes de esas ciudades (tipo Ciudad Oculta, Los

Piletones, etc.): ellos pretenden mantener de alguna manera la auto-

nomía, quieren que el Estado les facilite el dispensario médico, la

apertura de algunas calles, iluminación eléctrica, etc., pero sin perder

la autonomía para desarrollar su propia cultura. Entonces partiendo

de ese respeto hay que empezar a incluirlos en nuestra sociedad.

103

IX

105

X

X

Transformación económica y políticas de empleo1

Marta Novick2

Lo primero que podemos decir es que el mundo del trabajo,

no sólo el empleo, pasó en las décadas del 80´ y del 90´ en la Argen-

tina por profundos terremotos. Tenemos que analizar que, de alguna

forma, se fueron destruyendo todos los pilares que sostenían un

modelo de relaciones laborales, de empleo y de trabajo.

La legislación laboral fue generando un paulatino retiro del

Estado en las relaciones laborales y en realidad ya hay una creencia

de que el derecho no es más el instrumento adecuado para la regu-

lación de las relaciones de trabajo. Tuvimos cambios en los modelos

de transformación económica, en la introducción de cambios tecno-

lógicos y organizacionales en las empresas, en un debilitamiento

fuerte de algunos de los sectores sociales, básicamente el sindica-

lismo, no sólo por su cambio en los números sino porque también

hubo una política que al jerarquizar a uno de los actores del mundo

del trabajo debilitó fuertemente al otro.

1. Intervención de Marta Novick en el panel "Sociedad y economía: los desa-fíos del contexto y la generación de trabajo" en el marco del Ejercicio de pre-visión sobre "Cohesión Social: desafíos, tendencias y perspectivas", realizadoel 3 de julio de 2003..2. Socióloga, Subsecretaria de Programación y Estudios Laborales del Ministe-rio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTESS).

El cambio en la legislación laboral, sobre todo en materia de

flexibilidad de contratación, que en realidad llevó a un cambio, por

un lado en la base de la competitividad de las firmas, pero también

a un cambio en las oportunidades de empleo, en las modalidades

de contratación, en los perfiles ocupacionales y en el nivel y el sis-

tema de las remuneraciones. Por supuesto todos sabemos que

también veníamos de un modelo de Estado de bienestar o de pro-

tección social, durante y con posterioridad al trabajo que se quebró

en forma abrupta. Pero además, a nivel internacional se produjo

una brutal revolución en tecnologías de información y comunica-

ción y entramos en lo que algunos denominan como la sociedad

del conocimiento o de la información, que no es exactamente lo

mismo, porque estar atiborrados de información no es tener la

capacidad cognitiva que significa el conocer o el aprendizaje. En ese

sentido podemos decir claramente que estamos en presencia de un

nuevo paradigma.

¿Cómo se instala este nuevo paradigma en regiones como

América Latina, en donde durante los años 90', 7 de cada 10 empleos

fueron de baja productividad, donde el nivel de competencias tecno-

lógicas en general, la complejidad del perfil de socialización alcan-

zado y el desarrollo institucional contrastan claramente con los países

desarrollados? Nosotros tenemos un sistema de pequeñas y media-

nas empresas (PYMES) que defendemos mucho, pero que al mismo

tiempo fueron muy pocas las que pudieron mantener un elevado

nivel de capacidad innovativa y de inserción de alguna forma en las

redes productivas con empresas más grandes a nivel internacional.

Pero esto no fue porque las PYMES no quisieran, básicamente hubo

por un lado, una fuerte apertura económica sin creación institucional,

y por el otro una creciente debilidad del espacio público, una fuerte

presencia de inversiones extranjeras directas, que además llevó todo

lo que es investigación y desarrollo a nivel de las casas matrices o por

lo menos extralocal.

106

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

De esta forma se destruyeron sistemáticamente competencias

que habían sido adquiridas con mucho esfuerzo. Podemos criticar

ampliamente a los procesos de sustitución de importaciones, pero

también tengamos en cuenta que hubo una institución de aprendi-

zaje que lamentablemente se fue perdiendo. Basta preguntarle a

alguna de las firmas que están con alguna recuperación en este

momento, las dificultades que tienen para encontrar proveedores o

personal especializado que pueda cubrir los requeridos y valorados

puestos de trabajo que se están creando.

Yo no les voy a dar muchos datos, pero si quiero señalar que

desde el año 1994, el período de estabilidad macroeconómica a prin-

cipios de los 90', nos mostró una primera falacia: el crecimiento eco-

nómico no redunda en creación de empleo. Es un punto que lleva a

replantearse todo este tema de la vinculación de crecimiento con el

empleo. Por otro lado, aún con crecimiento, la crisis del Tequila detuvo

ese crecimiento económico y contribuyó a profundizar los niveles de

desempleo que llegó casi al 20% en el Gran Buenos Aires en 1995.

Algunos rasgos del mercado de trabajo, en lo que podemos

llamar la estampida de la desocupación abierta, nos revelan que se

creció en la década a una tasa promedio de14%. Empezamos la

década con una tasa del 6,3% y terminamos con 18,1% en el 2002. El

22% de los hogares argentinos tienen al menos una persona desocu-

pada, esta situación llega al 45% cuando tomamos los perfiles más

bajos. En el perfil superior, sólo el 4% de los hogares están en esta

situación y este proceso no es debido al crecimiento de expansión

demográfica o a una caída de las tasas de actividad sino claramente

a una destrucción de puestos de trabajo, tanto en el sector formal

como en el sector informal.

En ésta década menos de la cuarta parte de los puestos de

trabajo creados correspondieron a posiciones asalariadas registra-

das. La participación del empleo en la industria sobre el empleo total

pasó de un 24% en 1994 al 17% en el 2002, en valores absolutos

107

X

estamos hablando que de 930.000 trabajadores que se ocupaban en

1994, en el 2002 se ocupaban 750.000. Para tener un dato compa-

rativo en México, en la misma década, el crecimiento del empleo

industrial subió del 50% a menos del 60%.

Por otro lado, si consideramos la totalidad de horas trabaja-

das, tomando los datos de 1999, el 30% de la población trabaja más

de 48 horas semanales, límite que fija la jornada legal en la Argen-

tina, aunque las normas internacionales fijan 40 horas y el 51% lo

hace por más de 40 horas. En materia salarial, la evolución 1994 -

2001 del salario promedio no agrícola pasó de $941, en el momento

de la paridad un dólar - un peso, a $789 en el momento de la pari-

dad un dólar - tres pesos.

Estos datos nos llevan a la conclusión de la existencia de un

fuerte deterioro de la calidad del trabajo y del empleo, a reconocer

que no hay que hablar solo del empleo sino de la calidad del empleo

de los que hoy tienen trabajo, a observar algunos rasgos de los desocu-

pados, que el tiempo de desocupación se extendió, que existe fuerte

dificultad de inserción para los grupos de los niveles educativos más

bajos, con el consabido deterioro del nivel de la calidad educativa y

de la dificultad de mantener la cobertura que antes parecía natural.

Existen sectores de indigencia tan extrema que no llegan ni

siquiera a entrar en los planes sociales, sea por falta de documento

o por falta de información no pueden acceder a las prestaciones;

pero también hay un 25% de las personas que están recibiendo el

Plan de Jefes y Jefas que vienen del sector formal de la economía.

Estos datos no son ni nuevos ni sorprendentes. Solucionar como ya

se viene diciendo o reducir estas situaciones es claramente un impe-

rativo del ahora.

Los datos actuales están indicando que empieza a haber un

cambio de tendencia, que empieza a visualizarse muy incipientemente

un crecimiento del empleo, sobre todo del empleo formal. Pero redu-

cir estas brechas es sólo una parte del programa, la Argentina

108

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

requiere insertarse nuevamente en una estrategia que promueva una

competitividad genuina. En el pasado, factores de deficiencia pro-

ductiva en los atributos de los bienes que se producen y en las redes

de comercialización fueron subsanados a traves de lo que se caracte-

rizó como una competitividad espuria, o sea basada en factores muy

circunstanciales, en una discriminación de precios entre el mercado

doméstico y el externo, en situaciones socialmente inaceptables. Por

ejemplo, los regímenes de la industria automotriz protegieron fuer-

temente el desarrollo industrial de las terminales automotrices y poco

se preocuparon de las redes de producción de los proveedores loca-

les y del sendero evolutivo realizado en ese sentido.

Esto es para pensar que las políticas macro y las decisiones en

la política macro, las decisiones de Estado, tienen una fuerte inci-

dencia sobre las políticas de empleo. Si nosotros triplicamos hoy el

modelo de exportaciones argentinas, el empleo crece en 200.000

puestos de trabajo, o sea nada. Este es el tema de empezar a enten-

der que todo lo que estamos diciendo en términos de políticas eco-

nómicas y macroeconómicas va a tener un fuerte peso sobre lo que

pase en materia laboral y social. Entonces, si nosotros tomamos ese

sector de islas de modernidad (tampoco son tantos, pero hay) y

tomamos los datos de un reciente estudio de la Segunda Encuesta

Nacional de Innovación que hizo el INDEC, con el grupo Redes de la

Universidad de Gral. Sarmiento, a la cual pertenezco, encontramos

que estas mejoras competitivas, genuinas, sustentables en el grupo

de empresas que produjeron innovaciones de proceso en la década

del 90, incrementaron su participación en las ventas del 51% al 84%,

las exportaciones crecieron del 41% al 72% y el empleo creció del

46% al 81%.

Sintetizando un poco, ¿para qué estos datos?, para mostrar

que el desafío de las políticas implica superar de manera simultánea

el tema de la exclusión social, vía planes sociales y fortalecimiento de

la economía social, generar empleo, cambiar la lógica de protección

109

X

social, probablemente pasar de un sistema de contribuciones a un

sistema de tributación, aumentar la protección social en salud, que

es una gran deuda pendiente en el país y que es la base de cualquier

crecimiento sustentable, pero no podemos quedarnos en esto.

Hay que promover de la misma forma el empleo en las empre-

sas con capacidad innovativa, fomentar el desarrollo de redes pro-

ductivas, sin duda promover el fortalecimiento de los esquemas de

calificación del recurso humano, en la que estamos perdiendo cla-

ramente nuestro lugar. También reducir las debilidades del desarro-

llo empresarial, donde claramente se debilitaron nuestros magros

esfuerzos en innovación por parte de las firmas o de la inversión

publica en ciencia y tecnología. Estos sectores son también trabajo,

generan derrames positivos hacia abajo, etc.

En resumen, me parece que el desafío es integral, tanto hacia

la inclusión de los sectores excluidos como hacia el crecimiento del

sector del trabajo protegido, de la innovación, en la medida que va a

generar desarrollo sustentable para el país y para sus habitantes. Hay

que incluir a los excluidos, generar cada vez más puestos de trabajo

decentes, fomentando el desarrollo de la economía formal, pero

sobre todo con la que está vinculada con la competitividad genuina,

con la innovación, con el aprendizaje, con el desarrollo de competen-

cias de los individuos, de las empresas y de nuestra sociedad.

110

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

111

XI

XI

El contexto internacional de las transformaciones actuales1

Bruno Theret 2

Para entender las transformaciones actuales se hace necesario

volver a un problema que es la recomposición del sistema interna-

cional de los Estados, que tiene una fecha fetiche, que es lo que dice

Estados Unidos en 1972 respecto al dólar: hacerlo inconvertible. Con

esta medida, Estados Unidos le prohíbe a la mayoría de los estados

del mundo utilizar políticas keynesianas para mantener sus regíme-

nes de acumulación y de producción. De alguna manera, Estados

Unidos monopoliza la herramienta keynesiana para dinamizar su

propia economía.

A partir de allí se inicia todo un movimiento de regionaliza-

ción de los territorios políticos que se desarrollaban en un modelo

centrado en el desarrollo y entonces se inicia un modelo de recom-

posición mundial de las relaciones internacionales. Se sale del sistema

de Bretton Woods y se entra en un sistema de reglas desconocidas.

Sucesivamente la mayoría de los países son conducidos a movilizar

1. Intervención de Bruno Théret , en el panel "Sociedad y economía: los desa-fíos del contexto y la generación de trabajo" en el marco del Ejercicio de pre-visión sobre "Cohesión Social: desafíos, tendencias y perspectivas", realizadoel 3 de julio de 2003.2. Economista, Director de Investigaciones Económico Sociales del CentreNational de la Recherche Scientifique en la Université Paris IX / Dauphine,Francia.

políticas neoliberales para poder salirse de los antiguos compromisos

entre el capital y el trabajo y proyectarse al exterior desde el nuevo

orden mundial.

Las políticas neoliberales son excelentes para destruir las reglas

en vigencia, para desregular tanto la economía en su funciona-

miento, tal como era antes, como al orden político, a punto tal que

estamos en una especie de vaguedad a nivel de las fronteras. El pro-

blema es que las políticas neoliberales, que son muy buenas para des-

regular, son incapaces de dar fórmulas para re-regular. Entonces la

única solución que se presenta es la de recomponer espacios donde

lo económico y lo político puedan volver a hacer sistema y donde el

retorno al uso de políticas keynesianas se vuelva posible en razón de

que estos espacios vuelven a cerrarse en cierta forma sobre si mismos.

En realidad esto que llamamos "el movimiento de mundializa-

ción" es esta especie de movimiento tentativo a través de integra-

ciones regionales y de desintegraciones nacionales para reformular

las fronteras del orden político donde es viable ese tipo de política y

donde el conjunto de los demás países del mundo pueda venir a

competir con el monopolio de los Estados Unidos en estas políticas.

Ahora bien, ¿por qué las políticas neoliberales no pueden participar

en la recomposición?, porque aquí hay cuatro contradicciones que

de alguna manera apelan a la idea de competitividad y microecono-

mía de las empresas, mientras que la realidad del movimiento es la

implementación de una competitividad de las sociedades entre sí, lo

cual acarrea una segunda contradicción que es el llamado a la flexi-

bilización, a la responsabilidad individual que produce un efecto de

destrucción de la cohesión social, del capital social, que viene en

cambio a minar la competitividad de las sociedades que están más

avanzadas en este proceso de responsabilización individual.

También hay dos tipos de contradicciones por el lado polí-

tico. El neoliberalismo está ajustado en la idea de que las desigual-

dades sociales son necesarias desde el punto de vista de la eficiencia

112

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

económica, que la incitación a producir, a ahorrar y a emprender,

están absolutamente ligadas a la idea de desigualdad social en el

diagrama neoliberal. Ahí tenemos inmediatamente una contradic-

ción entre liberalismo y democracia, la democracia está fundada,

contrariamente, en la igualdad de condiciones. Una segunda con-

tradicción política es relativa a la forma de gobernabilidad, por un

lado el liberalismo preconiza una nueva gobernabilidad, el recurso al

llamado "poder blando", que está relacionado al hecho de que esta-

mos entrando en una sociedad del conocimiento, de la información

y que el poder se aloja principalmente en la información. Se pueden

administrar las relaciones de poder por medio de la cooperación, la

difusión, etc: una nueva gobernabilidad. Esto entra inmediatamente

en contradicción con las formas unilaterales y las formas asimétricas

por las cuales se puede instituir ese modelo.

Esta incapacidad de las políticas neoliberales en obrar en el

sentido de un nuevo cierre de un espacio o donde fuera posible una

nueva regulación, una regulación positiva con círculos virtuosos de

crecimiento, esa política es incapaz de hacer esto. Por eso los desafíos

actuales. Se trata de reconstruir un nuevo orden político, que evi-

dentemente será más complejo que la forma que conocemos hasta

ahora, del Estado territorial nacional. Es necesario reinventar una

concepción del orden político. Que a la vez que existan Estados

nacionales y formas de integración política, económica y monetaria,

sean supranacionales. Por eso, la cuestión del recurso al principio

federal, de un análisis en términos de federalismo para poder pensar

una re-regulación de la mundialización. La legitimidad que este tipo

de orden político intente desarrollar sólo puede descansar sobre una

nueva forma de sistema de protección social.

En términos de mediación social de la regulación voy a comen-

tar diferentes puntos, necesarios, para que podamos pensar nuevas

sociedades, donde haya conjugación de varios fondos de pertenencia

social y nacional, es decir una pertenencia a nivel regional y otra

113

XI

supranacional, algo que se conoce en la Argentina y en muchos

países federales. Es decir, que uno se identifica a la vez con una clase

social pero también puede intentar identificarse a un territorio polí-

tico, a una comunidad localizada.

La sociedad es más compleja ahora porque ya no se puede

razonar solamente en términos de división social, del cuerpo social y

por lo tanto de conflictos sociales, sino que también debemos rein-

troducir la noción de división territorial del cuerpo político, sin hacer

la hipótesis de que esto esté completamente estabilizado. En el estu-

dio que se hace en general de los sistemas de protección social se

considera como dato la escala territorial estabilizada.

Lo que está en juego en las actuales recomposiciones es resol-

ver a la vez los conflictos sociales, al menos regularlos, y también

regular los conflictos territoriales. Basta con pensar en el estado

actual del mundo para mostrar la importancia de la segunda varia-

ble. Descomposición de Yugoslavia, descomposición de la Unión

Soviética, muchos países que estallan, reestructuración federal de

España, reunificación de Alemania, construcción Europea, proble-

mas del MERCOSUR. Salta a la vista la dimensión territorial.

Las condiciones de recomposición las voy a ir asociando a la

idea de mediación social. En el enfoque que desarrollo hay tres tipos

de mediaciones sociales primarias, a través de ellas las sociedades

modernas diferenciadas hacen sociedad, se recomponen como socie-

dad. La primera mediación es la moneda y aquí la apuesta es

reconstruir regímenes monetarios, nuevas comunidades de pago

que permitan a la gente utilizar esta mediación y este lenguaje que

es la moneda, de tal modo que sean nuevamente posibles políticas

Keynesianas. ¿Qué quiere decir políticas keynesianas? Quiere decir

que los Estados recuperen un poder de emisión monetaria para

honrar los derechos sociales y esto no es necesariamente inflaciona-

rio. Todo depende de las instituciones que regulen la emisión mone-

taria pública y la privada. Así todo depende, por ejemplo, de las

114

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

reglas del Banco Central. Es decir, una nueva unidad de pago que

puede ser supranacional incorporando a varios Estados.

La segunda cuestión es el derecho, el sistema jurídico, porque

hay que reconstruir regímenes jurídicos que se enfrenten con diversas

dificultades, no solamente las que están ligadas a la mundialización

sino también las ligadas a la reestructuración de las propias socieda-

des. ¿Qué hemos observado? Por el éxito mismo de los sistemas de

protección social del período anterior, son las transformaciones de

fondo de la familia, el problema de igualdad entre hombres y muje-

res, entonces vemos que ahí no se puede volver al antiguo sistema

que estaba fundado en el modelo de la familia jerárquica con un

solo aportador de ingresos. Otro elemento importantísimo en el

nuevo régimen jurídico son los regímenes constitucionales de las

zonas de integración, en los cuales funcionaría una misma unidad de

pago. ¿Cómo regular las relaciones intergubernamentales? El pro-

blema ya no es el pacto social sino el federativo o el territorial,

entonces se nos plantea el interrogante ¿Cómo regular las relacio-

nes en las nuevas comunidades?

Un tercer elemento, que emerge por todas partes, es la idea de

reconstruir regímenes discursivos, es decir ideologías que le den

legitimidad a esas transformaciones. ¿Cómo pensar nuevas formas

de ciudadanía múltiple? ¿Cómo legitimar federalismos multinacio-

nales y asimétricos sin que ésto sea contradictorio con los regíme-

nes democráticos?

Por último, está el problema de la recomposición de los siste-

mas de protección social que deben enfrentarse no sólo con el hecho

de los nuevos órdenes políticos, con orden de gobiernos múltiples,

tienen que enfrentar el hecho de que estos sistemas están anclados

en sistemas de tradiciones sociales y culturales distintos, con lo cual

debemos plantearnos cómo reconstruir sin destruir esa diversidad.

115

XI

XII

La política social como desarrollo económico 1

Daniel Arroyo 2

Durante muchos años en nuestro país el debate en torno a

cómo debían encararse las políticas sociales se resumía en dos pos-

turas: a) los que consideraban que el Estado tenía como tarea darpescado, esto es, hacer asistencia y garantizar el acceso a los bienes

básicos por parte de la población más vulnerable y b) los que consi-

deraban que lo que había que hacer era enseñar a pescar. Esta

última postura aparecía como superadora de la primera ya que no

sólo apuntaba a la asistencia sino también a la promoción, a generar

capacidades para que la gente pudiera mejorar su condición social.

Sin embargo, ambas posiciones tomaban a lo social como un

aspecto sin relación con lo económico. Así, las políticas sociales

tenían que capacitar, sensibilizar y preparar a la población y allí ter-

minaba la tarea. La función de la economía empezaba luego y el

mercado incorporaba o no a la población de acuerdo a las condicio-

nes macroeconómicas reinantes. Estas ideas cerraban bien con la

teoría del derrame: cuando la economía creciera lo suficiente, los

sectores más concentrados iban a ir "derramando" parte del benefi-

cio sobre los sectores más postergados.

117

XII

1. Texto correspondiente al acto de cierre del Ejercicio de previsión sobre"Cohesión Social: desafíos, tendencias y perspectivas", realizado el 3 de juliode 2003. Actualizado en septiembre de 2004.2. Politólogo, Secretario de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, Vicemi-nistro de Desarrollo Social de la Nación.

No hay que ser demasiado brillante para darse cuenta que

esto no ha funcionado. Nuestro país tiene hoy un 47% de pobres

(familias de cuatro personas con un ingreso inferior a los $723 men-

suales) y un 20% de indigentes (ingresos por debajo de los $329). La

pobreza en Argentina, a diferencia de la mayoría de los países de

América Latina, se vincula no sólo con la falta de infraestructura

básica, sino fundamentalmente con la escasez de los ingresos.

A la mayoría de los pobres en Argentina lo que les pasa es

que no les alcanza la plata para llegar a fin de mes. El grueso de la

pobreza se vincula con los bajos ingresos (aún de aquellos que

tienen trabajo en el sector formal) y con el aumento de la canasta

básica de alimentos. Nuestro país tiene un problema de ingresos y

por ello la tarea de la política social es generar las condiciones para

aumentar los ingresos de las familias.

Ya no se trata sólo de dar pescado o enseñar a pescar. La fun-

ción de las políticas sociales es garantizar que haya peces en lalaguna. No es sólo dar asistencia y generar capacidades, se trata de

articular lo social y lo económico de modo tal que aquel que tira la

caña tenga algo que pescar. No sólo hay que garantizar el capital

humano (las capacidades) y el capital social (las condiciones para

asociarse), hay que complementarlo con el capital económico, con el

financiamiento de actividades productivas que generen trabajo e

inclusión social. Hacer política social en el 2004 es ayudar a poner en

marcha la producción desde el desarrollo local, desde las regiones y

los municipios de nuestro país.

Para ello es tan importante generar condiciones para fortale-

cer los grupos sociales como identificar perfiles productivos reales en

cada región del país. Identificar al desarrollo local como prioridad

para la política social, significa tener la capacidad para articular en

cada territorio las perspectivas de crecimiento económico con las de

generación de trabajo e inclusión social. Después de ello viene la eco-

nomía social y el financiamiento de emprendimientos productivos

118

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

que formen parte de cadenas de producción reales de acuerdo a las

características de cada zona.

De este modo, la política social sustentable es la que apunta a

mejorar los ingresos de las familias a partir de la inserción en el mer-

cado productivo de los sectores que hoy están afuera. Desde el

Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se ha diseñado la política

social sobre estos principios apuntando a generar acciones masivas,

no focalizadas y teniendo como eje central la articulación con los

actores territoriales.

Las políticas aplicadas van claramente en esa dirección:

El Plan Nacional de Desarrollo Local y Economía Social,

"Manos a la Obra", financia la capacitación y entrega herramientas,

materiales, insumos, bienes de capital y crédito para todos aquellos

que puedan poner en marcha proyectos productivos. Ha financiado

hasta aquí más de 19.000 emprendimientos en el conjunto del país

llegando a casi 250.000 personas. El 47% de las actividades están

orientadas a la producción de alimentos con valor agregado (pana-

derías, fábricas de pastas) y sin valor agregado (huertas, granjas). El

15% se vincula con actividades textiles y cerca de un 7% forma parte

de encadenamientos productivos claramente identificados con el

perfil de desarrollo de la región. A fin de año apuntamos a financiar

35.000 emprendimientos y llegar a 500.000 personas en donde el

peso esté puesto menos en lo alimentario y lo textil de pequeña

escala y más en los encadenamientos alrededor de la industria del

mueble, el turismo, la cadena metalmecánica, la producción agroali-

mentaria para la exportación, la confección, la industria del calzado

y lo textil de mediana escala.

La reforma de la ley de monotributo que incorpora la

figura del "monotributo social" les permite a los emprendedores

del Plan Manos a la Obra incorporarse en la economía formal como

monotributistas y durante dos años estar exentos del pago del

impuesto. Esto les permite a los nuevos emprendedores dedicarse

119

XII

con exclusividad a poner en marcha la empresa, producir con calidad

y salir a competir.

El pago con tarjeta a los beneficiarios del Plan Jefes deHogar apunta a mejorar la transparencia y reducir el clientelismo en

las políticas sociales. Pero también otorga la posibilidad de generar

mayores ingresos en las familias a partir de la devolución del 15% del

IVA en las compras. Se trata de una política claramente progresiva y

redistributiva en la medida en que los que menos tienen pagan

menos impuesto al consumo.

El Plan incluir para jóvenes de 18 a 25 años que no estu-

dian ni trabajan, tiene como finalidad generar condiciones de

ingreso al mercado laboral a través de seis meses de capacitación

general y capacitación en oficios, luego de lo cual se financian

emprendimientos productivos y comunitarios para los jóvenes.

Nuestro país tiene un millón de jóvenes en esa situación y la meta

propuesta para el primer año es llegar a 100.000 jóvenes y a 400.000

jóvenes en el período 2005-2007.

El fortalecimiento de los Consejos Consultivos provincia-

les y municipales tiene el objetivo de establecer una regla única para

la política social: todo pasa por los Consejos Consultivos. Esto es, se

reduce el clientelismo en la medida en que no hay múltiples entradas

a las políticas sociales y se priorizan los espacios en donde se articu-

lan el poder público, las organizaciones de la sociedad civil y el sector

privado. La participación de las cámaras empresariales y las empre-

sas de cada lugar en los Consejos Consultivos nos permite tener una

herramienta que articule realmente lo social y lo económico y en

dónde efectivamente se pueda asistir al emprendedor en el proyecto

que presenta y en el análisis de la viabilidad del mismo.

Por último, la mayor relación con el sector privado permite

redefinir el concepto de responsabilidad social. Varias empresas en

nuestro país vuelcan actualmente recursos en favor de la asistencia

social que, a falta de otras orientaciones, terminan fortaleciendo

120

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

instancias de comedores comunitarios o centros asistenciales locales.

Partiendo de la base de la importancia de esta actividad, también

resulta significativo apuntar a la responsabilidad social como articu-

lación del sector privado con el conjunto de emprendedores que

están haciendo sus primeras experiencias. Así, se busca orientar la

responsabilidad social hacia la capacitación y asistencia técnica sobre

los nuevos emprendimientos y también hacia la generación de cade-

nas de proveedores que integren el ámbito de la economía social

con las empresas ya consolidadas.

Estas políticas públicas apuntan al doble objetivo de aumen-

tar los ingresos de las familias y generar condiciones para potenciar

la economía local. Los problemas siguen siendo muchos y están rela-

cionados fundamentalmente con mejorar las acciones en los grandes

centros urbanos, que es dónde se concentra la mayor cantidad de

población y, por tanto, la mayor cantidad de pobreza y desigualdad.

Ese es el desafío que viene.

121

XII

123

XIII

XIII

Ejercicio de previsión. Cohesión social: desafíos, tendencias y perspectivas.

Hacia una visión compartida de sociedad.(Conclusiones)1

Mariel Romero2

Los días 1, 2 y 3 de julio de 2003 se desarrolló, dentro del

marco del Seminario Permanente sobre las Manifestaciones Actua-

les de la Cuestión Social el I Ejercicio de Previsión: Cohesión social,

Desafíos, tendencias y perspectivas. Hacia una visión compartida de

sociedad. Este ejercicio es la concreción de una I Etapa de un trabajo

interactivo entre actores y expertos, donde se abordó el tema de los

desafíos a la cohesión social y se acercaron ideas para el diseño de

políticas consociativas.

Este encuentro entre políticos, académicos, expertos y acto-

res: empresarios, sindicalistas y dirigentes de la sociedad civil, tuvo

por finalidad la formación de un banco de ideas para repensar los

modos de producción de solidaridad de la sociedad.

El Ejercicio se organizó en base a la siguiente propuesta

metodológica:

1. Resumen del análisis y las conclusiones de los Grupos Operativos de Discusiónrealizados durante el "Ejercicio de previsión. Cohesión social: desafíos, ten-dencias y perspectivas. Hacia una visión compartida de sociedad" presentadasen la Sesión Plenaria del Seminario Permanente del 26 de noviembre de 2003.2. Socióloga, Investigadora independiente en temas de opinión pública, espe-cializada en técnicas de indagación cualitativa, Coordinadora del Ejercicio dePrevisión.

Paneles de expertos y académicos que abordaron dos ejes

temáticos: Sociedad y Estado, los desafíos de la exclusión y Sociedad

y Economía y los desafíos del contexto y la generación de trabajo.

Grupos Operativos de Discusión entre actores y expertos con

la coordinación de profesionales expertos en técnicas motivacionales,

miembros del Seminario Permanente3, en base a guías de pautas pre-

viamente elaboradas para su aplicación, a posteriori de cada uno de los

paneles, que cumplió con el propósito de orientar y focalizar el inter-

cambio grupal de acuerdo con los objetivos fijados para el Ejercicio.

Se realizaron cinco (5) Grupos Operativos de Discusión en dos

momentos, los cuales posibilitaron la provisión de una base signifi-

cativa de opiniones sobre las cuales fundamentarnos tanto para dis-

cernir acerca de los perfiles e imágenes supuestos y/o deseados para

el abordaje de la temática, como para analizar la forma en que los

referentes construyen su opinión y la organizan (discurso); la expre-

san (comunicación) y la semantizan (significado); elementos, todos

estos, que posibilitan la contextualización de la situación societal y el

abordaje de la problemática de la inclusión.

Todo el desarrollo de los Grupos fue grabado y posterior-

mente transcripto. La información obtenida ha sido sistematizada a

los efectos de facilitar el análisis de los resultados y realizar las con-

clusiones pertinentes. El análisis de los mismos refleja un alto grado

de interés y compromiso activo por parte de los participantes.

Los grupos de discusión tuvieron como objetivo profundizar el

debate iniciado en los paneles, donde se plantearon los siguientes

objetivos programáticos:

124

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

3. Se contó con la colaboración para la coordinación de los focus groups de lossiguientes profesionales miembros del Seminario: Prof. Ricardo Adaro, Lic.Mónica Dall´Armellina, Ing. Leonardo Mertel, Lic. María Guillermina Pomposie-llo, Dr. Ernesto Serrano.

Enunciar estrategias activas para repensar los modos de pro-

ducción de solidaridad de la sociedad.

Analizar cómo se logra el reordenamiento de la sociedad en

función de un modelo productivo y de la recreación de los mundos

del trabajo.

Ejes de trabajo:

El diagnósticoPor amplio consenso se enfatiza que hoy el Estado se enfrenta

a una tarea dramática, donde se observa una duplicación de indi-

gentes, caída brusca del salario y por consiguiente acrecentamiento

de la pobreza.

Con respecto a las políticas sociales afirman que se ha per-

dido el rol de pensar en un proyecto integrador: se observa que sólo

se efectivizan acciones "parches" y no se financian programas inte-

grales. Comentan que por la urgencia y la necesidad de resolver pro-

blemas, no se discuten supuestos, se "compran" y aplican políticas

enlatadas, sin plantearse si las bases son adecuadas y se continúa

con operatorias de organismos internacionales. Esta situación de

alta criticidad lleva a que se trabaje en la emergencia con la carencia

de un plan estratégico.

Asimismo se hace referencia a una perceptible desculturiza-

ción y un potencial que no se puede expresar. El modelo fue en

contra de la producción de lo cultural, educativo, productivo, y

donde la falta de una regulación adecuada actúa como freno a

todas las producciones. Por eso afirman que se necesita la regulación

como sociedad, la cual debe ser efectivizada con la participación de

los actores.

La desvinculación del pueblo con su territorio, con una dis-

tribución poblacional heterogénea y distorsionada, donde el 80%

de la población está concentrada en centros urbanos, incide en la

125

XIII

desculturización. Se orientan esfuerzos a acciones secundarias que

no respetan su propio destino.

Destacan la escasa participación real de todos los actores y el

acrecentamiento de la brecha entre el poder político y la sociedad civil,

por lo cual se está cayendo una buena parte de la población, brecha

insondable. Una creciente anarquía en la sociedad civil, competencia,

lucha interna, anomia colectiva y combate con otros sectores.

Los conceptos clave

Exclusión / inclusión, desigualdad, trabajo Se hace referencia que para evaluar y reflexionar sobre el

tema de la exclusión y la inclusión primero se debe plantear la ela-

boración de una estrategia de desarrollo nacional, la cual se vincula

inmediatamente con el tema del trabajo.

Se esbozan algunos interrogantes relacionados con la sensa-

ción de excluidos que puede alcanzar a todos: ¿Cómo se incluye

cada uno y qué se entiende por exclusión?

Se acuerda plantear que la sensación de excluidos "toca a

todos", ya que implica a un conjunto de sectores más amplio, que

también se da en el sistema de relaciones laborales.

Se afirma que la exclusión social es básicamente un problema

de desarrollo económico. Para lo cual se hace necesario pensar en

una Estrategia de Desarrollo Nacional que implique políticas de

crecimiento del trabajo y del empleo.

Para efectivizar la inclusión, el Estado tiene pendientes una

mayor intervención en lo económico y social y la elaboración de un

Proyecto Nacional

Se propone centrar el eje de la discusión en el concepto de

desigualdad más que en el de exclusión. Desigualdad con respecto

a los bienes sociales, problemática que incluye a todos y fortalecer el

concepto de integralidad sobre el de exclusión.

126

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

En cuanto a la inclusión señalan que implica acción solidaria,

destinada al conjunto de diferenciaciones dramáticas, con un obje-

tivo común: pensar desde la conciencia de un destino común que

resignifique el concepto de Nación. En ese sentido el trabajo es visto

como eje de inclusión social clave. Una estrategia de desarrollo

basada en el trabajo, incluye dignidad, participación, ser parte de

una comunidad que construye. Implica educación y salud, para que

no se produzca la fragilización.

Se propone revisar los condicionamientos econométricos y

sociológicos que llevan a hablar más desde la historia que del futuro,

si se quiere entender la sociedad que viene y poder incluir un modelo

superador, lo cual también implica resignificar el concepto de tra-

bajo, refiriendo a la creación del conjunto de producciones de una

sociedad efectuadas para su propia realización.

Se hace referencia a que la inclusión social es una cuestión

política, económica y cultural, toda respuesta debe ser general y

abarcativa. Implica trabajar por sectores o grupos sociales homogé-

neos para eficientizar las acciones que den respuesta a los reclamos

u objetivos de los mismos.

Ideas Eje

La necesidad de un Proyecto NacionalSe enfatiza la necesidad de elaborar un nuevo modelo de

país, para lo cual se torna imprescindible la Constitución o reformu-

lación del Proyecto Nacional, como instrumento de integración.

Esta decisión debe basarse en un modelo de país integrado inter-

namente y relacionado a nivel regional e internacional. Asimismo

debe contemplar el fortalecimiento del rol del Estado como garante

de la cohesión social.

Se destaca que proyectar la acción transformadora de la reali-

dad, implica la recuperación del sentido, la visión y la utopía. Para lo

127

XIII

cual es imprescindible la formulación de un Proyecto Nacional efec-

tuado en forma participativa y democrática, considerando la cultura,

el territorio y los recursos naturales, definiendo su perfil productivo.

Este proyecto de país debe posibilitar la organización de la

economía y del trabajo, recuperando la cultura del trabajo y la soli-

daridad como factores socializadores y aglutinantes.

Un paso previo: el Pacto SocialSe resalta la importancia de concretar un Pacto Social, capaz

de impulsar un cambio cultural y simbólico, lo cual requiere trabajar

en la búsqueda de consensos, reconstruir ámbitos de mediación

donde se acuerden variables claves para el mediano plazo y contro-

les acordes.

El rol del Estado en este contextoSe hace referencia a la necesidad de la refundación del Estado,

se considera que su recomposición es un esfuerzo cultural. El mismo

es visualizado como la expresión organizativa más sofisticada y com-

pleja que tiene una comunidad, que merece una defensa, mecanis-

mos de socialización, democratización y la explicitación de su rol.

Se acuerda en que el Estado debe recrear la solidaridad como

una vía de solución para la inclusión social, sin ello es imposible

pensar en soluciones para el alto grado de exclusión y marginación.

Se le atribuye el rol de ser el responsable de la regulación y protec-

ción social, generador y garante de una cohesión social, con la parti-

cipación de las organizaciones de la sociedad civil. El Paradigma

debe contemplar la responsabilidad individual, con la responsabili-

dad social: corresponsabilidad.

Se acentúa la necesidad de reformular el Estado, es la deuda

con el ciudadano, definir el perfil industrial, qué es y qué puede

hacer Argentina en un mundo globalizado y un plan para micro y

pequeñas empresas, planes sencillos, créditos.

128

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

El Estado es considerado el organizador natural de las políticas

sociales por ser el garante de los derechos ciudadanos y su organiza-

ción debe basarse en la mediación social y el discurso comunitario. Se

enfatiza que debe desarrollar al máximo sus capacidades, ser justo,

cercano y solidario, cumplir con sus deberes y obligaciones.

Se resalta que para el fortalecimiento de su rol, deberá

Asumir un rol activo, articulador, contemplando la descentralización

y diversidades regionales y locales, recuperando las capacidades de

cada comunidad.

La PolíticaSe reivindica el rol de la política y su papel como agente de

redistribución y regulación del poder. La misma debe incluir los aspec-

tos sociales, económicos, culturales y ambientales. Caso contrario se

aleja de la realidad y se convierte meramente en discurso.

La descentralizaciónSe plantea la importancia de la descentralización contem-

plando la formulación de estrategias de desarrollo local con enfoque

regional y la elaboración en forma conjunta, entre decisores y acto-

res, de las políticas a implementar.

La regionalizaciónSe subraya que no se puede conformar un estado regional

sin un estado nacional, con lo cual surge la necesidad de un cambio

cultural importante. No hay nación sin región. Región y Estado

Nación, deben mantener una relación dialéctica. No se puede

pensar la regionalización sin un Estado Nacional fuerte. El mismo

debe tener funciones de regulación y rectoría, garantizadas por la

Constitución Nacional.

Se acuerda que se debe contemplar las realidades integrando

sus economías, privilegiando los recursos, saberes y experiencias de

129

XIII

130

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

cada una. Aportando desde las distintas miradas en el orden simbó-

lico y transparentando las leyes del intercambio Construyendo desde

el sentido histórico común, la identidad y pertenencia regional.

Se enfatiza la importancia del MERCOSUR y la necesidad de

flexibilidad de las fronteras

La EducaciónSe hace referencia a la importancia de la elaboración de un

modelo que abarque la educación formal e informal, que comience en

edades temprana. Repensar sus objetivos, sus valores, su identidad.

No puede pensarse en que la exclusión y la marginalidad se superen si

no se repiensa un modelo educativo integral. Por lo tanto se puede

considerar a la educación como un camino de inclusión social.

Las Políticas SocialesEn relación a las políticas sociales se expresa la necesidad de

reenfocar la mirada hacia políticas universales, integrales, plantear

estrategias de desarrollo acordes a la situación real, tomada como

punto de partida, con el propósito de la reafiliación social a través

del trabajo, con participación activa de todos los involucrados.

Las propuestas Las propuestas se centran en:

- Consensuar los paradigmas fundamentales de un ProyectoNacional.

- Crear un Consejo Económico Social con poderes de con-

sulta y diseño de propuestas, con el objetivo de articular la regula-

ción entre la acumulación de riqueza y su distribución y facilitar la

relación entre el sistema político y la sociedad civil.

- Instalar como política de Estado la Construcción de un

observatorio de empleo de la producción y las ocupaciones,

131

XIII

instalando nodos, detectando centros neurálgicos, definiendo perfi-

les laborales de acuerdo a demandas presentes y futuras.

- Garantizar un crecimiento económico sostenido conequidad, que permita, en el corto plazo la generación deempleo y en el largo plazo una estructuración del sistema pro-ductivo, en base al desarrollo del conocimiento.

- Formular políticas de creatividad muy activas que posibiliten

la capacitación laboral, aporte sustancial a la inclusión.

- Enfatizar el eje en las relaciones de la educación con el trabajo.

- Recuperar la memoria y los saberes de la cultura del trabajo.

- Promover proyectos integrales a través de metodologías de

gestión asociada y participativa, para articular la relación Estado,

Sociedad, Mercado.

- Diseñar mecanismos progresivos para pasar del subsidio a la

generación de ingresos.

- Procurar el desarrollo de las Pymes a través de créditos blan-

dos y facilidades impositivas para generar trabajo.

- Desarrollar un Proyecto estratégico de competitividad sus-

tentable que implique redes de producción y consumo, aplicación

de tecnologías apropiadas, promoción de formas de Economía

Social en el mercado.

- Propiciar que los resultantes de la economía social puedan

constituirse en proveedores de los gobiernos locales para dar trabajo

y generar actitudes positivas.

- Crear núcleos de debate en los ámbitos locales para la pro-

moción de estrategias activas.

- Territorializar las políticas con enfoque socio productivo

(Relocalización de migrantes)

- Instalar estrategias de desarrollo nacional, contemplando

como componentes fundamentales el crecimiento económico y la

identidad comunitaria nacional.

- Diseñar una estrategia de crecimiento de la demanda

interna, de consumo e inversión y de inserción exportadora que per-

mita el crecimiento de la demanda de trabajo y la inclusión de tra-

bajadores en el mercado de trabajo.

- Efectivizar mecanismos para contar con la información de la

realidad del contexto, a través de corredores productivos, para

detectar las oportunidades productivas.

- Brindar apoyo al Desarrollo local, contextualizado en una

estrategia de desarrollo con Políticas Integrales en las que la recu-

peración de los valores den fortaleza a la Nación. Donde haya un eje

y una coherencia, con sus particularidades y especificidades, de estra-

tegias de desarrollo local.

132

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

133

XIV

XIV

Los jóvenes frente a los procesos de desafiliación social1

Michel Kokoreff 2

Me voy a referir a la situación social, económica en los barrios

pobres en Francia. La cuestión que podemos preguntarnos es la que

se planteaba Riessman, sociólogo norteamericano "¿qué pasaba enlos barrios?", decía él. ¿Qué pasa en los barrios pobres de Francia?

Es la primera cosa que podemos decir y eso quizá le llame la aten-

ción a algunos. Es decir que existen territorios que en otras épocas

fueron barrios obreros, barrios populares que eran más o menos sos-

tenidos por el partido comunista, que conocieron una declinación

irreversible desde los años 70.

Desde luego la pobreza existía antes de esa fecha en Francia,

pero cobró nuevas formas, lo que podemos llamar la precariedad o la

vulnerabilidad o incluso lo que Robert Castells llamó la desafiliación.

Para aportar algunos datos, podemos hablar de barrios

pobres a partir del momento que hay 25% o 30% de la población

desocupada y sobre todo, cuando los jóvenes de 18 a 25 años están

todavía más golpeados por la desocupación, por el desempleo.

1. Conferencia dictada en el marco de la Cátedra UNESCO sobre las manifesta-ciones actuales de la cuestión social, Ministerio de Desarrollo Social de laNación, el 21 de abril de 2004. 2. Sociólogo, Maitre de Conférences à l'Université de Lille 1, Investigador delCentre National de la Recherche Scientifique à l'Université de Paris V, expertoen temas de juventud.

La desocupación es apenas la parte visible del iceberg. Están

aquellos que no tienen empleo, pero también están aquellos que

tienen un empleo precario y alternan entre un empleo precario y

ningún empleo. Esto constituye muchas veces un segundo indicador,

correspondiente a alrededor del 20% al 30% de la población activa.

Un tercer indicador remite a la familia. Las familias monopa-

rentales se han desarrollado mucho en Francia y en otras partes.

Familias que están compuestas por un padre, la mayoría de las

veces por la mujer y uno o varios hijos. En el sector medio nacional

hay un 5% de familias monoparentales en Francia; en esos barrios

pobres y sobre todo en los que yo estudié, en el norte de Francia y

en los suburbios de París llegamos al 15%, 16% y 18% de familias

monoparentales.

Podríamos agregar indicadores sobre la vivienda y el entorno

residencial, que son esencialmente barrios de vivienda social que

fueron construidos masivamente en los años 50 y 60, por lo tanto el

paisaje de estos barrios se parece un poco al paisaje de los mono-

blocks que hay acá en Argentina. Algunas como blocks, las cuales

tienen varios cientos de metros o bien torres de 10 a 15 pisos.

Las condiciones de vida en estas viviendas son difíciles, por el

hecho de la falta de confort, de problemas de aislación sonora, por

el problema de hacinamiento, concentración en las viviendas, ya que

muchas veces hay familias numerosas en 2 o 3 habitaciones.

En estos barrios pobres se desarrolló, a partir de los años 70

y 80, el consumo de drogas y el tráfico principalmente de canavis y

de heroína.

Lo que yo he podido observar a través de mis encuestas, es

que existe una correspondencia entre los efectos sociales de la desin-

dustrialización y la implantación duradera de una economía subte-

rránea o de lo que llamamos también una economía paralela. Cabe

destacar que en algunos barrios la actividad del traficante existe

desde hace unos 30 años, lo cual no es dejado de cuestionar por los

134

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

habitantes, por ser una cuestión que está al orden del día desde hace

por lo menos unos 15 años y por el lado de la actividad policial.

El interrogante principal es ¿cómo es posible que estas acti-

vidades ilícitas se mantengan mientras que el trabajo de la policía

parece real? y que regularmente los gobiernos, los políticos, los repre-

sentantes locales repitan su voluntad de ocuparse de atacar al tra-

fico, de "limpiar" a los barrios de la actividad de los dillers o bien,

estos dillers son fantásticos profesionales y por ese hecho, por una

cosa que en francés se llama "la dialéctica de la muralla y el cañón,cuanto más potente es el cañón más se refuerza la muralla ".

Cuanto más intensa es la acción policial, más los delincuentes

adoptan estrategias para escapar de esa acción policial con mayor

o menor éxito.

El proceso de profesionalización de los traficantes es una rea-

lidad, al mismo tiempo que se pueda dar una ineficacia policial, que

es, o falta de competencia por parte de la policía o debemos admitir

que hay, finalmente, en Francia formas de corrupción o de complici-

dad entre algunos traficantes y algunos miembros de la policía, lo

cual es muy difícil, evidentemente, de demostrar.

Junto con la profesionalización de los traficantes hay dos

aspectos que intervienen: en primer lugar una cierta desorganiza-

ción de los servicios policiales, atribuible a una cierta rivalidad, quizá

porque pueden rivalizar entre ellos. En segundo lugar, existe un

factor que yo diría que es más político y es que la droga es un factor

de paz social, hay que decirlo, es un hecho.

El mantenimiento de la circulación de productos y la circula-

ción de dinero en zonas determinadas permite estabilizar, tanto

como se pueda, la situación en un barrio. Evita la explosión y evita

también la difusión del fenómeno, porque una estrategia muy evi-

dente consistió en contener algunas formas de delincuencia en terri-

torios dados, para, si no manejarlos, en todo caso dar la impresión

de que se los maneja.

135

XIV

Podríamos pensar entonces, si la droga tiene una gran impor-

tancia en el ambiente de los barrios y no constituye el único ele-

mento ¿qué pasa en los barrios? Muchos barrios pertenecientes a la

política de la ciudad, muchos barrios pobres, están confrontados en

una especie de circulo vicioso.

Podemos indicar algunos elementos: está la desocupación

estructural de los jóvenes, la desestructuración de las familias popu-

lares, el aumento del tráfico y también las llamadas incivilidades e

incluso situaciones de violencia.

Una intervención cada vez más frecuente de la policía, una

exasperación de los habitantes y la huida de esos barrios de quienes

pueden hacerlo. Esto hace que asistamos a una pauperización social

de estos barrios ya que los más pobres se quedan y los más ricos se

van. Lo cual alcanza una dimensión étnica, puesto que los que se

quedan son en particular provenientes de inmigraciones, siendo en

particular las poblaciones magrebinas, de Marruecos, de Argelia y de

Túnez y los franceses llamados "de pura sepa" los que se van.

Evidentemente con mi apellido Kokoreff no puedo decir que

haya una reserva respecto de los franceses de pura cepa, porque mis

orígenes son rusos, pero en todo caso esos franceses que pueden

tener ingresos y una capacitación, una formación, por ejemplo como

obreros calificados o como empleados abandonan los barrios.

En ese contexto los trabajadores sociales y las instituciones

juegan el rol de un fusible y "se desgastan", porque se cuenta mucho

con ellos. También con los educadores de calle, para encuadrar lo que

todavía falta encuadrar, pero es sin duda, un trabajo desgastante. Por

ejemplo en algunos barrios donde yo trabajé vi en tres años trece dife-

rentes educadores de calle sucesivos. Quiere decir, que hay recambios

muy importantes, incluido el de los trabajadores sociales de base.

Este círculo vicioso, esta especie de espiral de la degradación,

se produce también por el refuerzo de las lógicas del territorio, de las

bandas que se oponen, que entran en conflicto, pero que también

136

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

entran en conflicto con la policía y lo cual muchas veces es inquie-

tante en esos barrios ya que entre los policías y los jóvenes de la calle

no hay más nadie: no hay intermediarios, no hay mediación. Yo diría

que es un "frente a frente" potencialmente explosivo. Se entra en un

juego de provocaciones recíprocas, donde ya no se sabe si los jóve-

nes son los que provocan a la policía, por ejemplo, como pude obser-

var en un barrio de Lille, quemando un auto para hacer que la

policía entre y apedrearla, o si es la policía la que provoca a los jóve-

nes controlando la identidad de un grupo de jóvenes tres veces por

día, grupos que, por otra parte la policía conoce desde hace mucho

tiempo. Y no es simplemente el control, sino, la manera de contro-

lar, que a veces es más bien ruda.

Como quiera que sea, estamos en esa especie de western

urbano que acarrea un creciente clima de agresividad de los jóvenes

con respecto a otros habitantes de los barrios, cuya situación social

está degradada y que ven, en la presencia de estos jóvenes, o en la

presencia importante de árabes, una especie de símbolo de su

propio desplazamiento, siendo uno de los elementos, de los meca-

nismos productores de racismo. Es decir, no es solamente que los

franceses sean por naturaleza racistas respecto de los árabes.

Por supuesto que existe un trasfondo histórico en esto, pero

está también esa relación social donde el desclazamiento social, esta

especie de desgaste que decíamos, encuentra en el otro un chivo

emisario. Evidentemente este cuadro, un poco apocalíptico, traduce

un espiral, es decir algo que se va encadenando y que conduce inevi-

tablemente a llamados cada vez más claros a una política represiva

y a un abandono de toda política preventiva.

Siendo así, también podemos matizar un poco el cuadro y

sobre todo respecto de los jóvenes. Los jóvenes de los barrios no

existen, los que existen son diferentes grupos. Si razonamos en tér-

minos de exclusión vamos a oponer con bastante rapidez los que

están adentro y los que están afuera. Los que están adentro están en

137

XIV

la escuela, trabajan, eventualmente tienen una familia y los que están

afuera no trabajan, no van más a la escuela y pueden eventualmente

estar en su casa, que es el caso de la mayor parte de los jóvenes de 25

o 30 años, quienes siguen viviendo en casa de los padres.

Me parece que esta oposición es muy simplista y que hay que

hacer intervenir una tercera categoría, que llamaría "el tercero pre-

cario". Efectivamente están "los que se integran", está ese tercero

integrado, está el tercero excluido y está el tercero precario, es como

el tercer estadio.

El dilema es saber cuántos son y es muy difícil saberlo y ¿por

qué es muy difícil saberlo? Porque las posiciones son muy inestables,

son muy frágiles, hay gente que está integrada, que tiene un tra-

bajo, pero es un trabajo por determinado tiempo y luego, después

de 6 meses o de 1 año, pueden encontrarse nuevamente desocupa-

dos. En ese momento caen en la categoría del tercero precario, no

tienen empleo, no tienen protección, pero muy bien pueden, por

razones diversas, ponerse a revender droga. En ese caso ya entran

en la categoría del tercero excluido, incluso vender droga es duro,

desde el punto de vista de quienes lo hacen.

Si, como sociólogo, uno adopta ese punto de vista se da cuenta

que ahí también, por múltiples razones, las presiones, violencias,

incluso la sensación de hacer algo represible moralmente, no se hace

durante mucho tiempo, forzosamente no se lo hace, eventualmente

ellos van a ir a buscar un empleo y posiblemente lo encuentren.

Lo que quiero decir es que, de hecho, si tomamos a esta

población de 15 a 30 años, en primer lugar tenemos situaciones muy

distintas y por lo tanto trayectorias también discontinuas, porque

pasan de una actividad o de una posición, a otra. En segundo lugar

está justamente esa fugacidad entre los distintos status, porque se

puede pasar de uno al otro fácilmente.

La tercera cuestión es que el más importante es el tercero

precario y ¿por qué es el más importante? Porque según el tercero

138

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

precario sea importante en número, pero sobre todo que esté cua-

litativamente cercano al tercero excluido o al tercero integrado,

resultará un ambiente en el barrio muy distinto: más tenso, eviden-

temente más criminógeno en un caso que en el otro.

El cuarto aspecto, en un plano quizá más conceptual, es que

están ahí los límites de algunas teorías de la exclusión social, tal como

se las desarrolló en Francia, porque ya hay este recorte ternario, no

es solamente adentro o/y afuera, sino también adentro y afuera.

Sabemos que se puede estar muy bien integrado en algún

plano o en algunos planos y no en otros, también excluido en algu-

nos planos y no en otros. Por ejemplo, los jóvenes de los que habla-

mos están perfectamente integrados desde el punto de vista cultural,

son aficionados de la sociedad de consumo de masas, conocen los

códigos, las reglas, los valores, han interiorizado los elementos más

importantes y sobre todo el primero de ellos, en todo caso uno de

ellos que es que el éxito social hoy pasa por la plata. Nosotros lo sabe-

mos muy bien y ellos también y esto se traduce, por ejemplo con res-

pecto a la panoplia vestimentaria.

Podríamos también tomar otros ejemplos, el problema es que

ellos están fuera de juego o en situaciones de precariedad social con

respecto al empleo y a la protección social.

Otro aspecto a considerar es el político, donde ellos también

son relegados. En ese sentido, uno de los grandes debates o al menos

un debate que tenemos en Francia, cada tanto, es por un lado el de

saber en qué medida se debe dar derecho al voto en las elecciones a

los extranjeros que estén por fuera de la Comunidad Europea y por

otro, cómo hacer frente a la crisis de representación política, haciendo

justamente que ésta representación política tenga en cuenta a Fran-

cia, a la sociedad francesa y contemple su diversidad cultural. Es

decir, cómo hacer de modo tal que un Concejo Municipal, por ejem-

plo, donde haya una población magrebina o africana importante,

pueda tener consejeros municipales de color.

139

XIV

Podríamos decir que existe, efectivamente, un desfasaje

importante entre las instancias políticas, incluso locales y luego las

reivindicaciones o las aspiraciones.

Cabe señalar que hay dimensiones de la exclusión y hay diná-

micas, las cuales denominaríamos como "carreras", que hacen que,

en un momento dado, algunos estén más o menos excluidos.

Si pensamos sobre las perspectivas futuras de estos jóvenes y

de manera más amplia, las poblaciones que habitan en esos barrios

pobres, podemos señalar que, de hecho estas poblaciones han vivido

durante 20 años todos los efectos de una institucionalización de la

marginalidad. Estas poblaciones vivieron directamente la crisis y

sobre todo la crisis del empleo, por eso es observable ese fuerte sen-

timiento de abandono, esa especie de no creencia o de pérdida de

la creencia, en la posibilidad de un mejor porvenir. Sociológicamente,

pero de manera más simple, de manera humana, puede entenderse

que, en las condiciones en las que viven esas poblaciones -que desde

luego son distintas, en Francia que en Argentina- sean escépticas o

no crean más en la eficacia de las instituciones o en la eficacia de las

políticas públicas.

Muchas veces las elites en el poder ignoran fundamental-

mente, no solo esas condiciones de vida, por más que vayan a

pasearse por los barrios y observen a los habitantes, sino que igno-

ran o desconocen la experiencia cotidiana de la gente que vive en

esos lugares y teniendo en cuenta que son poblaciones sin referen-

cias, sin duda esta toma de conciencia podría acompañar ventajosa-

mente la implementación de políticas para luchar contra esas formas

de pobreza.

Intercambio:

Pregunta: Con relación al conocimiento acerca de los jóvenes

en Francia y las políticas públicas y al señalamiento acerca de la falta

140

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

de una comprensión integral sobre la vida de los jóvenes, ¿qué diá-

logo es posible ente los investigadores sociales y quienes diseñan las

políticas públicas, para esta población?

M. Kokoreff: Habría que matizar un poco. En algunas épocas

con los gobiernos de izquierda, en otras, en algunos terrenos, por

ejemplo en cuanto a políticas urbanas y políticas sociales también,

se instauró un diálogo, pero quizá haya que trazar una línea recta

antes de perderse por la colectora. Lo que es impresionante hoy, en

estas cuestiones, es la ignorancia y desconocimiento acerca de la

situación social en los barrios pobres y eso lo hemos visto bien a pro-

pósito de la condición obrera. Todo el mundo se asombró muchí-

simo viendo que la mitad de los obreros votaron por Lepen,

candidato de extrema derecha, en las últimas elecciones presiden-

ciales y bueno, hay un problema, un desinterés por la cuestión

obrera y más ampliamente por los estudios acerca de las transfor-

maciones de ese grupo. Por eso los trabajos sobre delincuencia, jus-

ticia y policía, ahí sin duda es diálogo de sordos, el que asume la

forma más extrema.

Hay muchos trabajos de investigadores sobre estas cuestio-

nes, que son completamente ignorados y pasa un poco en Francia lo

que pasó en Estados Unidos y es que cuando se busca indicar las

causas sociales de esos fenómenos y saber que quien lo hace está

excusando y encontrar causas sociales es participar en una cultura de

la excusa, lo cual remite a un tipo de explicación que imputa la res-

ponsabilidad de los problemas sociales a los individuos. Se dan

cuenta de qué tipo de ideología estoy hablando, de qué diálogo. Yo

hice un trabajo, un libro en donde intenté decir que los barrios no se

reducen a sus problemas. En otros aspectos positivos: la solidaridad,

la fuerza de los vínculos, el estilo asociativo, las relaciones entre los

trabajadores sociales y los habitantes de los barrios, el compromiso

político, el deseo de lo político. El análisis o no de un mensaje, es un

141

XIV

análisis que evidentemente va un poco a contra pelo del discurso

ambiente y que es muy difícil de hacer escuchar, incluso en los

ambientes progresistas, con el riesgo aún de ser un poco pesimistas

les diré de que es importante el desfasaje.

Pregunta: Siendo optimista con lo que pueda llegar a comen-

tarnos en este aspecto sobre las políticas publicas en Francia ¿qué

tipo de intervenciones se están ejecutando justamente para incluir a

esos jóvenes?

M. Kokoreff: Un conjunto de políticas sociales que difieren

respecto del trabajo social tradicional. Ya no estamos en la perspec-

tiva de la asistencia, pero esos sectores trabajan acerca de la familia,

hacen trámites administrativos para obtener reducciones para los

comedores o hacen valer derechos, ese es un primer sector.

Hay otro sector más especifico para los jóvenes que se refiere

a aspectos jurídicos sobre la juventud y ahí estamos también en una

interfase, entre lo judicial y lo social. Es decir, el seguimiento de

menores delincuentes, medidas específicas, o bien manteniéndolos

en su medio de vida o bien para los más duros insertándolos en lo

que actualmente llamamos Centros Educativos Cerrados, que son pri-

siones, cárceles para menores pero se prefiere hablar de Centro Edu-

cativo. Desde principios del siglo XIX se conoce, se sabe del fracaso de

estos Centros Educativos para menores, pero nunca se lo entiende.

Hay otro aspecto, otro sector estrictamente educativo, las

políticas socio-educativas, porque el problema en esos barrios es que

son un desierto, es decir que hay viviendas, a veces hay un pequeño

centro comercial, con un supermercado, un café, una panadería y

luego eventualmente un pequeño reequipamiento para niños y des-

pués no hay mucho más y ¿qué hacen los jóvenes? Las políticas

socio-educativas tienden a proponerles a los jóvenes actividades

locales, para que vayan a ver una película, salgan a ver un partido de

142

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

football. Acciones educativas bastante clásicas y toda una serie de

distintos tramos de la acción pública.

¿Todo funciona bien? Podemos hacer un examen crítico, por

un lado la articulación entre esos distintos aspectos desfallecientes,

donde cada cual en su rincón trabaja. Por otro lado, los medios pues-

tos a disposición del financiamiento de las políticas sociales son redu-

cidos con respecto a otros tramos, a otras aplicaciones de la acción

pública. Les dejo adivinar cual.

También hay otra cuestión y es la evaluación. Quiere decir

que por ejemplo se dice: "el trabajo de prevención no funciona" y

¿en qué se basan para decirlo? En algunos países por ejemplo en

Canadá, hay una cultura de la evaluación muy desarrollada, que

hace que a partir del momento en que un dispositivo de acción se

instrumente, por ejemplo centrar la acción en los jóvenes que no

tienen empleo o los que trabajan en negro o los que se han empo-

brecido, se va a integrar un aspecto, un tramo de esta evaluación

que va a permitir medir y dar elementos para evaluar los resultados

de esta acción, es decir, cuánta gente efectivamente pudo conse-

guir trabajo. Y así definir criterios. Esta cultura de la evaluación hace

falta en Francia, sin duda porque traduce un espíritu pragmático

que no siempre tenemos.

Quiero subrayar que ya no se habla más de teorías de exclu-

sión social, sino de inclusión, esa es la diferencia. Se habla desde

luego de excluidos e incluidos, pero los análisis sociológicos u otros

ya han tomado más como objeto la exclusión social. Por otra parte

hay todo un trabajo sobre la integración, esto es exclusión e inte-

gración que plantea los mismos problemas que la exclusión.

Eso quiere decir que cuando se considera la exclusión a partir

de una multiplicidad de indicadores de dimensiones, la exclusión se

convierte en una categoría descriptiva y uno ahí adentro se pierde

un poco porque justamente hay múltiples indicadores que intervienen

entre si y que pueden contradecirse.

143

XIV

144

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Otra cuestión, que quizás sea un poquito más fuerte me per-

mite volver a lo que dijo Castells, que la exclusión permite pensar

que el problema está en las partes, que el problema es esa margina-

lidad urbana o social y entonces el trabajo de los políticos es reinte-

grar los márgenes dentro del sistema. Ahora bien eso es equivocarse

acerca de la naturaleza del proceso, de lo que él, Robert Castells

llama la desafiliación, en el sentido de que esa desafiliación es perder

la afiliación que está ligada al trabajo, a la protección social, aso-

ciada a los estados de bienestar y al estado paternalista.

Luego también las formas de sociabilidad están asociadas al

trabajo. El proceso de desafiliación así definido no se plantea, no se

pone en los márgenes sino en el centro, quiere decir que es el fun-

cionamiento mismo de la sociedad lo que está en juego, son políticas

económicas, modelos de funcionamiento de empresas y esto se tra-

duce por ejemplo en la desocupación de estos ejecutivos, o la des-

ocupación de los estudiantes, el desempleo.

Estas personas han hecho 8 o 9 años de estudio y tienen un

doctorado, sin duda los ejecutivos y los estudiantes son menos

numerosos en cuanto a estar desempleados que los obreros pero

esto traduce en lo que Castells llama una "desestabilización de los

estados" y la precariedad es eso, es que mañana sobre todo en el

sector privado, pero también en el sector público, se puede de a

poco ser cada vez más excluido, desafiliado. Ese es el debate, el

debate está en el centro o está en los márgenes.

En el caso de los jóvenes que no tienen ni padre ni referente,

si tenemos otra mirada vamos a ver que, en realidad, esos jóvenes

tienen referencias y viven en un mundo sumamente codificado y que

si aprendiéramos esta gramática podríamos ponernos en contacto y

trabajar mejor con ellos.

El tráfico no es un juicio de valor, es un hecho, es un proceso

de reafiliación. Lo que a mí me impresionó siempre mucho es que se

145

XIV

diga "a los jóvenes no les gusta trabajar", eso es lo primero que se

dice, esa es justamente la preocupación central de ellos: "nos hace

falta trabajo" dicen. Pero un empleo digno, no los laburitos que se

les propone. Esta preocupación central aún con el riesgo de resultar

chocante, la encontramos en el tráfico, en las economías subterrá-

neas, es una paradoja, pero para ellos es un trabajo y lo manejan

como un trabajo y es quizá porque lo manejan como un trabajo que

a veces la policía tiene dificultad para captar las cosas; un poco en

resumen eso es lo que les puedo responder.

Pregunta: La pregunta viene después de una propuesta de

Robert Castells en el año 93 en un encuentro que se hizo en la

Argentina, planteaba lo mismo que usted, es decir, la dificultad de

los jóvenes que se desaniman. Si a poco más de 10 años volvemos a

escuchar la misma situación en los alrededores de las grandes ciuda-

des, decía Castells se puede vivir bien en París, se puede vivir regular

y se puede vivir mal. Tal cual como en Buenos Aires, Hong Kong o

Londres, es decir que ya Castells nos anunciaba en ese entonces que

esta dificultad que usted ha descripto hoy con tanta propiedad, la

está viviendo Francia desde hace unos cuantos años.

En la Argentina empezamos a visualizar estos problemas, es

decir, del tercero incluido, del tercero precario y del tercero excluido.

Por el otro lado el cañón inaugural, según la metáfora, lo empeza-

mos a vivir. Mi pregunta es ¿por qué no se evalúan en Francia los

distintos programas? No solamente es una cuestión cultural, ¿no?

Me parece que es una cuestión de política pública y que esto puede

servir de ejemplo para los argentinos, para poder hacer evaluaciones

y si esto fuera pertinente con más frecuencia, y dándole continuidad

a las políticas públicas. La segunda pregunta seria ¿qué va a hacer

Francia a futuro?

M. Kokoreff: Agradezco por esa doble pregunta que hizo, yo

sonreía justamente porque no puedo contestarle la segunda, todos

ustedes lo entenderán bien, sobre todo porque es en vano decir el

horizonte que está cercano es el 2007, ¿por qué el 2007? Porque son

las elecciones y ese es uno de los grandes problemas, justamente, de

la continuidad de las políticas publicas. Es decir que primero con res-

pecto a la política de la ciudad, nadie entiende nada de la política de

la ciudad, incluso en Francia es muy compleja: hay dispositivos, rela-

ciones, todos apilados entre los actores, las instituciones, procedi-

mientos. Siempre hay cosas nuevas, aún los trabajadores sociales

están ahí muy al tanto de todo y tienen dificultades para seguirlo y

ni hablemos de los habitantes.

Con un colega de Lille que había hecho una encuesta, que jus-

tamente se refería a la percepción de las políticas publicas, porque

eso es importante también, la opinión de la población porque sino el

tema es que nosotros suponemos lo que piensan, pero hay que ir a

ver qué piensan. Lo que surgía de allí es que en Lille mientras había

cierto dinamismo, la gente prefirió las operaciones de renovación

urbana, rehabilitación. Por ejemplo, cuando se arreglan las fachadas,

cuando arreglan las ventanas, las instalaciones eléctricas. Todo el

resto, había como 20 ítems, representaba de un 5% a un 10% de

percepción positiva. Ese es el primer problema.

El segundo problema es la continuidad, la dificultad en peren-

nizar positivos, quería hacer una sociología de las políticas públicas y

explicar por qué ésta perennidad falta, pero también hay elementos

que tienen que ver con el calendario político, porque como ustedes

saben, en Francia nos pasamos el tiempo cambiando de gobierno,

elegimos una cámara y después la cerramos, es decir que hay cierta

dificultad para perennizar las políticas publicas, aún cuando de un

gobierno a otro no todo sea objeto de cuestionamiento.

Lo que quiero decir es que hay una relación con el tiempo,

que es bastante complicada, por eso digo que navegamos a la vista

146

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

y no simplemente por razones electorales, si no porque vivimos en

un mundo incierto, un mundo donde la parte que le corresponde al

tiempo y a la incertidumbre, Burmicheck lo mostró bien, un soció-

logo alemán, es la parte de riesgo e incertidumbre muy importante

y estamos más bien en estrategias a corto plazo. Ahí tenemos pro-

cesos culturales que supondrían acciones, al menos a mediano plazo

y cómo articular todo esto, esa es otra manera de reformular la pre-

gunta que usted hizo.

147

XIV

149

XV

XV

Aspectos políticos de la desocupación1

Didier Demazière2

Voy a centrar mis palabras sobre los aspectos políticos de la

desocupación en Francia y voy a volver sobre lo que hay que enten-

der por aspectos políticos, a la vez que voy a tratar de aportar ele-

mentos de información y al mismo tiempo quizá formular preguntas

que permitan después una discusión más fácil.

Primer elemento: la desocupación es en Francia desde hace

30 años un desafío político, se puede decir un problema político

muy sensible, muy importante. Voy a dar algunos índices: en los

sondeos de opinión sobre los problemas más importantes para los

franceses, la desocupación ocupa el primer rango, es muy significa-

tivo para la población.

Segundo elemento: todos los meses el Ministerio de Trabajo

publica la nueva cifra de desocupación, es decir la cantidad de des-

ocupados que están inscriptos en la agencia nacional para el empleo.

La publicación de esa cifra va acompañada en cada oportunidad por

1. Intervención de Didier Demazière en un intercambio con expertos realizadoen el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación (MTESS) el24 de agosto de 2004. 2. Sociólogo, Maitre de Conférences à l'Université de Liège, Director de Investi-gaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) y miembro delComité de Redacción de Sociologie du Travail.

declaraciones del Ministro, ya sea para felicitarse por la baja de la

desocupación o para explicar, para minimizar el alza de la desocu-

pación y siempre hay un debate político con la oposición que denun-

cia las malas cifras o que minimiza la mejora. Ese índice es un desafío

para los partidos políticos.

Cada nuevo Ministro de Trabajo, algunas semanas después de

haber empezado su función anuncia algo así como un nuevo plan de

empleo, es decir tendiente a removilizar a la administración del

Ministerio y al conjunto de instituciones que trabajan luchando

contra la desocupación.

En otros términos, la desocupación es la acción pública, la

acción del Estado contra la desocupación, son elementos muy presen-

tes en el debate público mediático y cada vez que hay elecciones, en

la prensa existe la idea de que el gobierno corre el riesgo de caer o de

ganar las elecciones en función de la evolución de la desocupación.

Este es un primer análisis de los aspectos políticos del tema,

que tal vez iluminado de dos maneras tiene una consecuencia muy

fuerte, volveremos a este punto enseguida, porque el gobierno o los

gobiernos finalmente son muy activos, muy inventivos para luchar

contra la desocupación. Hay toda una gama de instrumentos muy

amplia, lo que todavía falta es conocer la eficacia, aspecto que dejo

para el final.

Otro aspecto es que el desafío político de la desocupación se

inscribe en una larga tradición en Francia. A partir de la Segunda

Guerra Mundial, a partir de los años 45, 46, hubo y todavía la hay,

una costumbre de intervencionismo estatal sobre el mercado de tra-

bajo, es decir la idea de que el Estado tiene la responsabilidad en la

regulación del mercado laboral, en la estrategia de reclutamiento

de las empresas, en las políticas industriales, en las políticas sociales

relacionadas con los desocupados y esa idea es una idea constante

que se concretó en un período donde la cuestión de la desocupa-

ción no se planteaba.

150

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Los años 50 y 60 en Francia son los años donde falta mano de

obra, donde los instrumentos del Estado para organizar el mercado

laboral son los instrumentos que primero se conciben en el origen

para encontrar mano de obra. Esos instrumentos son una política de

importación de mano de obra, en particular desde África del Norte.

Este aspecto ahora se ha dejado en el pasado.

Otro instrumento es la Agencia Nacional del Empleo, que

tiene 2 misiones: recolectar oferta de empleo y registrar al con-

junto de pedidos de empleo, satisfaciendo de la manera más

rápida posible la oferta de trabajo.

Esta misión, que es la misión de intermediación se define, de

hecho, como colocar lo más rápidamente posible a los solicitantes

de empleo en los empleos disponibles con el problema de que no

hay demasiada mano de obra y que la dificultad es exactamente

inversa de lo que es hoy.

Hoy la Agencia Nacional del Empleo recibe las ofertas de

empleo, siempre registra a los solicitantes de empleo, pero tiene

demasiados pedidos respecto de los empleos efectivos, evidente-

mente. Esta crisis del empleo tiene consecuencias muy fuertes sobre

la actividad de intermediación.

Querría hacer un pequeño inventario de los principales instru-

mentos de política pública que el Estado construye y moviliza para

tratar de responder a los desafíos de la desocupación y estos instru-

mentos son sumamente amplios, incluso dejando de lado la política

económica, la política presupuestaria financiera, que tiene conse-

cuencias en el crecimiento económico y en la creación de empleo,

pero aún permaneciendo estrictamente en la política de empleo hay

instrumentos variados.

Históricamente a principios de las crisis de empleo a partir

del 76, con un aumento en los años 80, el principal instrumento es

el denominado cese anticipado de actividades o la pre jubilación,

es decir que, a las personas que han perdido su empleo de más

151

XV

edad, se les propone un acceso anticipado a la jubilación.

Se inventa un estatuto intermedio que les permite a esos tra-

bajadores de mayor edad pasar 3, 4 o 5 años fuera de la desocupa-

ción y fuera del empleo, en una situación de casi jubilación. Ellos

tienen un ingreso, ligeramente inferior a la jubilación, de inactividad,

quiere decir que están fuera del mercado laboral.

Esta política tiende a reducir a la población activa, se reduce

la cantidad de desocupados, la misma ha sido casi abandonada

desde hace unos 10 años, principalmente en razón de sus costos

financieros, o sea que se ha calculado que un pre-jubilado costaba 3

o 4 veces más que un desocupado, es decir que si un trabajador de

55 años se queda desocupado va a ser indemnizado a titulo de

seguro de desempleo, pero eso va a costar mucho menos caro que

hacerlo entrar en el sistema de prejubilación.

Este instrumento fue más o menos abandonado, salvo que los

desocupados de más edad a partir de los 57 años tienen acceso a un

estatuto particular que se llama "dispensa de búsqueda de empleo

hasta la jubilación", a cambio de la cual ya no están obligados a

buscar empleo y desaparecen de las estadísticas de desocupación.

El principio es reducir la población activa, esta reducción para

los mayores, se encuentra también al principio de la vida activa entre

los jóvenes, puesto que, entre los años 82 y 99, la prolongación de la

escolaridad ha tenido un aumento promedio, de aproximadamente

2 años. Esto quiere decir que ha alentando a los jóvenes y a sus fami-

lias a continuar sus estudios. Por más tiempo se los mantiene en un

estatuto de estudiante, de alumno, es decir un estatuto de inactivo.

Ellos se presentan más tarde al mercado laboral, son desocu-

pados potenciales, entonces la política de elaboración de nivel de for-

mación es, desde ese punto de vista, una política de empleo. ¿Quién

paga el aumento de la escolaridad?, son los impuestos, en el sentido

de aumentar la escolaridad para reclutar más docentes, sobre todo

en las universidades y como las universidades son públicas.

152

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Para los alumnos hay un sistema de becas de enseñanza supe-

rior, muy débil y que, de hecho no le permite a un estudiante dejar

su casa e instalarse por su cuenta. Le va a permitir quizá, pagarse

una pieza, una habitación en una residencia universitaria, pero no

tener su propia autonomía. Los jóvenes que se benefician con la pro-

longación de la escolaridad, se quedan en un status de alumnos o

viviendo con sus padres.

El tercer instrumento de la política de empleo es la reducción

del tiempo de trabajo, de la jornada laboral. A partir de la ley sobre

la reducción de 39 horas semanales a 35, se tiene la idea de que

haciendo trabajar por menos tiempo a los que tienen empleo, se

desprenderán empleos disponibles para los desocupados.

Hubo como acompañamiento de instrumentación de esta ley,

decenas y decenas de evaluaciones, de estudios, de investigaciones

que fueron encargadas a economistas, sociólogos, etc., en particular,

para evaluar el impacto de la reducción del tiempo de trabajo sobre

la creación de empleo. El problema es que los resultados de esas eva-

luaciones fueron muy contradictorios y el debate muy duro entre los

diferentes partidos políticos acerca de las consecuencias de esta ley,

tan duro fue que el gobierno actual manifiesta su intención de

aumentar la jornada laboral.

Ese debate también existe entre los investigadores y los eva-

luadores y se hace muy difícil ver claro ahí.

Lo que quedan son los dos instrumentos tradicionales, es

decir, instrumentos que existen desde los años 50 y que fueron per-

manentes, nunca se abandonaron desde hace 50 años. Es lo que por

un lado se llamó los instrumentos de política pasiva, es decir la

indemnización por desocupación y por el otro lado, los instrumentos

de política activa, que apuntan de manera explícita, más directa, a

favorecer el retorno al empleo de los desocupados.

Voy a tratar estos dos puntos, política pasiva primero: la orga-

nización del subsidio de ingresos para los desocupados se inscribe en

153

XV

un régimen de seguros, es decir, el financiamiento por cotización de

los asalariados y de los empleadores. Cada individuo mientras tra-

baja adquiere derechos para ese seguro de desempleo, estos dere-

chos son calculados en función de su salario, cuanto más alto es su

haber, más elevado es su subsidio por desempleo y está calculado en

función de la duración del trabajo, cuanto más tiempo se ha traba-

jado, más tiempo se va a ser indemnizado.

Ese sistema de seguros fue concebido y esto es muy impor-

tante entenderlo, en un momento en que la desocupación no era

problema, es decir, en un momento en que la tasa de desempleo era

de 2,5%, 3%, 3,5% y donde las duraciones en desocupación, los

periodos en desocupación eran muy débiles.

En ese marco, los subsidios eran equivalentes al salario del

empleo perdido e incluso, para los desocupados que aceptaban un

periodo de formación, que aceptaban una reconversión para cam-

biar de oficio, se les daba un bono y se le pagaba en desocupación

aproximadamente en un 110% de su salario.

El ascenso de la desocupación provoca un desequilibrio, pri-

mero fue administrado, gerenciado, aumentando las cotizaciones y

luego a partir del 81, 82 el desequilibrio presupuestario fue adminis-

trado disminuyendo los subsidios, es decir en porcentajes de salario.

Hoy está en un 57% del salario y reduciendo el periodo de indemni-

zación, pero también inventando condiciones de acceso: si se trabajó

3 meses en el último año, no es suficiente para ser indemnizado.

Este dispositivo de reducción de subsidios fue decidido bajo una

presión presupuestaria creciente, la consecuencia fue que la mitad de

los desocupados se beneficiara con un subsidio a titulo de régimen de

seguros. El seguro de desempleo cubre la mitad de los desocupados y

en particular no cubre a los jóvenes durante los primeros años poste-

riores a su salida de la escuela, porque nunca trabajaron o porque

sólo tuvieron empleos muy cortos, no cubre a las mujeres que luego

de haber criado a sus hijos quieren volver a trabajar, ya que ellas

154

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

vienen de la inactividad y no del empleo y evidentemente el régi-

men no cubre a los desocupados que permanecen mucho tiempo

en ese estado.

Esto es lo que se llama el fin de los derechos, es decir que

ellos han agotado su derecho a la indemnización. En el año 82 el

Estado, sobre el presupuesto del Estado, instauró un nuevo régimen

de asistencias, está llamado así, de asistencias, para diferenciarlo del

seguro que distribuye actualmente un sólo tipo de subsidio, cuyo

nivel es aproximadamente la mitad del salario mínimo y que cubre

a un 12% de desocupados que tienen derecho a ese régimen: los

desocupados que pasaron por el sistema de seguro y que perdieron

su derecho al mismo.

En el 89 se instrumentó lo que se llama, aun cuando no sea

del todo justo, un tercer círculo de indemnización por empleo y es

el salario mínimo de inserción, es un tercer circulo de indemniza-

ción en el sentido en que se benefician con él una parte de los des-

ocupados que no tienen el derecho, ni el seguro, ni la asistencia,

pero al mismo tiempo, el principio del cálculo es totalmente dis-

tinto. No está ligado al status de desocupado, por lo tanto no está

ligado a la obligación de búsqueda de empleo, mientras que los

desocupados indemnizados o en tal caso inscriptos en la agencia

de empleo, están obligados a buscar empleo y son controlados en

esa búsqueda.

El RMI no impone una búsqueda de empleo, impone un con-

trato de inserción, cuyo contenido es negociado con los trabajado-

res sociales y los asistentes sociales que siguen a los beneficiarios. En

la mayoría de los casos el contenido del contrato no es buscar un

empleo, puede ser formarse, reaprender la lengua, puede ser cui-

darse, ocuparse y mantener la casa, etc. Puede beneficiarse con el

RMI toda persona que tenga más de 25 años -lo cual es una condi-

ción de edad muy fuerte- cuyo ingreso familiar sea inferior al nivel de

este salario mínimo de inserción, RMI. Esto de hecho juega el rol de

155

XV

una tercera cobertura de la desocupación, aún cuando su objetivo

explícito no sea ese.

Esto alcanza a 1.200.000 beneficiarios aproximadamente, hoy

de hecho siempre gira alrededor de un millón, en este último año

aumentó porque el régimen de seguro de desempleo fue modificado.

Cuando el seguro de desempleo es más restrictivo, mecánicamente los

meses siguientes el número de personas en RMI aumenta. No hay

ninguna condición especial para el acceso, sólo no tener ingresos sufi-

cientes, pero de hecho entre los beneficiarios del RMI, hay más de un

70% que están inscriptos en la agencia nacional para el empleo, es

decir que son desocupados en la estadística pero no son desocupados

desde el punto de vista del sistema de redistribución social.

El RMI está calculado sobre los ingresos de la pareja o de la

familia, la cifra de 1.200.000 es de parejas, familias, que viven con el

RMI, más de la mitad son hogares. También hay personas solas, el

RMI está calculado, a grandes rasgos en la mitad del salario mínimo

para una persona. Si hay dos personas en el hogar se le agrega unos

120 Euros aproximadamente y otros 120 por persona suplementaria.

(El salario es de 4700, 4800 en Francos).

La unidad a la que se le otorga el RMI es a personas que

viven en el mismo lugar, independientemente de toda relación

familiar, quiere decir, totalmente independiente de las situaciones

civiles y familiares. Se considera que si hay gente que vive bajo el

mismo techo vive con el mismo presupuesto. Los recursos del con-

junto de las personas son los que se calculan para saber si se les da

ese RMI o no.

Existen además estrategias para que los jóvenes, cuando

tengan 25 años, encuentren un nuevo domicilio más o menos ficticio

para poder beneficiarse como jefes de una nueva familia, con este

RMI. Pasa en las mejores familias, es verdad, es un comportamiento

que se mide mal, pero la familia de clase media, incluso clase media

alta, utiliza estrategias como éstas para que los chicos de 25 reciban

156

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

este RMI, lo cual representa una pequeñísima franja entre los

1.200.000 de los beneficiarios.

Lo antedicho, ilustra un debate permanente sobre las políticas

pasivas. En su origen la indemnización por desempleo fue ideada a

la vez para proteger al desocupado y darle todos los medios para

volver a encontrar rápidamente empleo. La idea es que, acompa-

ñando la desocupación con un buen ingreso de reemplazo, se ate-

núan las consecuencias negativas de la perdida de empleo y por lo

tanto sus implicancias en los individuos.

Existe un debate entre los políticos y a la vez, entre los inves-

tigadores, economistas, sociólogos etc. sobre los efectos de la

indemnización. La primera formulación del debate es la siguiente:

¿la indemnización por desempleo no retrasa el retorno al empleo?

Es la idea de que un desocupado indemnizado, está en una situa-

ción, quizá muy confortable y por lo tanto eso le impide hacer todo

lo que debe hacer para buscar y encontrar empleo.

Es un debate un tanto permanente y que tiende a devaluar el

rol de las políticas pasivas. Es en ese contexto donde se inventó el

término pasivo, lo cual es una manera un poco peyorativa, de califi-

car ese tipo de política.

Hay una segunda formulación del debate, según la cual un des-

ocupado indemnizado, aún cuando tenga dificultades para encontrar

empleo y permanezca mucho tiempo desocupado, en la medida en

que esté indemnizado, tiene muchas posibilidades de definirse como

desocupado, es decir como alguien que quiere trabajar, mientras que

al fin de la indemnización se observan comportamientos de retiro del

mercado laboral, de desaliento, que conducen a abandonar, no defi-

nitivamente, pero en todo caso por el momento, la búsqueda de

empleo y no verse más como un desocupado.

Se puede decir que, desde ese punto de vista, la indemnización

produce desocupación, en el sentido en que retiene dentro de la des-

ocupación a desocupados que no bajaron los brazos por completo.

157

XV

Se trata de un efecto positivo o negativo de la indemnización. Creo

que es un punto de vista más político, pero en todo caso, es un

efecto evidente de las políticas pasivas, cuando uno protege.

Se dice que un subsidio es una protección y cuando se pro-

tege a los desocupados se produce desocupados porque se man-

tiene a los individuos como mano de obra disponible y se ve,

además, acompañando el pasaje hacia el RMI.

Aquellos que no tienen más derechos y que entran en el plan

RMI, o bien acompañando el pasaje hacia la dispensa de búsqueda

de empleo anteriormente mencionada, desocupados de 57 años a

quienes se les propone retirarse, jubilarse, se observa que el uso que

ellos hacen del tiempo, la manera en que ellos organizan sus vidas,

cambia. La búsqueda de empleo desaparece casi por completo y

sobre todo, en la medida en que su situación cambia, se modifica

también su expectativa hacia el porvenir, de su supervivencia, más

que un porvenir de retorno al empleo.

Esto con respecto a la política pasiva con efectos problemáti-

cos, queda la política activa, la cual tiene un principio, que a grandes

rasgos es luchar contra la selectividad del mercado laboral, es decir,

son dispositivos orientados hacia grupos de desocupados a los que

se observa como aquellos que están en mayores dificultades en la

carrera por el empleo.

Esos grupos fueron identificados progresivamente, el primero,

a principios de los años 80: fue el de los jóvenes sin diploma, ni cali-

ficaciones. Se ha identificado con la denominación de desocupados

de larga duración a aquellos con más de un año de desocupación y

los de muy larga duración, de más de 2 y 3 años de desocupación.

Incluso los desocupados de más de 50 años de edad, cuyas posibili-

dades de volver a encontrar empleo son muy débiles.

Estos son los blancos principales y los principales instrumen-

tos son de tres tipos. De hecho en 25 años hay casi 80 instrumentos

distintos para indicar. Cada nuevo Ministro tiene un nuevo plan y

158

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

por lo tanto nuevos instrumentos, pero en general son tres familias

de instrumentos.

En general, en el primer caso están los cursos de formación

para mejorar las características de la mano de obra disponible. Estos

periodos de formación son para aprender un oficio, obtener una

calificación o bien, son cursos de lo que se denomina resocialización,

redinamización, es decir reaprender, volver a aprender o retomar

una vida normal, una vida organizada en torno a los horarios comu-

nes, habituales: levantarse a la mañana, habituarse a vivir nueva-

mente en grupo y no sólo con la familia de uno o con los vecinos.

Este es el curso de formación y es verdaderamente un con-

junto de medidas muy importantes. Cada año son entre 300.000 y

500.000, según los años, desocupados que hacen un curso de for-

mación, es una cifra muy significativa.

El segundo instrumento se trata de ayudas financieras dadas

a empresas que reclutan a esos desocupados, pertenecientes a esos

blancos prioritarios. Por ejemplo un joven sin diploma, uno sin título,

un desocupado de larga duración, uno que tenga más de 50 años.

Estos sistemas de primas son variables, a veces son una suma de

dinero puesta en el momento en que es reclutado, otras una dismi-

nución de las cargas sociales durante un periodo de 6 meses, un año.

Esto es bastante variable pero no tiende a crear empleo, sino que

tiende a aumentar las posibilidades de los desocupados que sino no

serian reclutados, no serian tomados por las empresas.

Un tercer instrumento es el llamado “actividades no mercan-

tiles”. De hecho son contratos de trabajo muy particulares, en gene-

ral por medio tiempo. Se remuneran según el salario mínimo o por

debajo del salario mínimo y conciernen al sector asociativo o a la

administración o a las colectividades territoriales -a las ciudades o a

las regiones que pueden tomar personal-. Es una mano de obra

temporaria y el Estado paga la totalidad o la casi totalidad del sala-

rio. Son personas que no son pagadas por la organización que los

159

XV

recluta, sino que, son pagadas por el presupuesto nacional durante

uno o dos años y en algunos casos hay posibilidades de que dure

hasta 5 años. El objetivo es hacer blanco en los desocupados con

mayores dificultades, los que están más lejos del empleo, incluso, los

más improductivos para volver a enseñarles qué es trabajar. Decimos

improductivo porque al empleador no le cuesta nada, no paga

nada. Por ejemplo en los hospitales públicos y en los museos se han

reclutado muchas personas en ese estado.

Volvamos sobre los efectos de este dispositivo y en particular,

por supuesto, en el sentido de si estas medidas favorecen el acceso

de estos desocupados en dificultades al empleo.

Existen arduos y complejos debates sobre los buenos métodos

de evolución del impacto de esas medidas. Me interesan algunas cifras

generales, el orden de valores y algunos métodos de evaluación. Los

mejores métodos de evaluación consisten en comparar en qué se

transforman los desocupados al final de cada una de las medidas.

Cuando se sale de un curso de formación, ¿a dónde se va? Cuando se

sale de una actividad no comercial, ¿a dónde se va? Cuando se sale de

un contrato ayudado en una empresa, ¿qué pasa? Y cuando no se ha

tenido ninguna de esas ayudas, ¿qué pasa también?

Si este dispositivo o estos dispositivos tienen un efecto

positivo, a la salida de estas medidas hay que tener más acceso al

empleo, con respecto a los que no entran en ningún dispositivo

público. Eso es efectivamente lo que se observa, por ejemplo en el

2001, el porcentaje de acceso al empleo, transcurridos seis meses de

una medida, como máximo para los desocupados que tuvieron un

contrato de trabajo en una empresa privada, el 62% están emple-

ados, seis meses luego del final del mismo. Seis meses después del

curso de formación es un 42% y en ese mismo lapso, después de

una actividad no mercantil es de un 49%. Entre aquellos que no

han participado de ninguna de estas medidas es de un 38%, siendo

lo más débil.

160

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Si se observa con un poquito más de precisión qué son esos

empleos, se pueden distinguir dos tipos: el empleo común, habi-

tual, corriente, de duración indeterminada o determinada, y los

empleos subsidiados por el Estado, ya sea en empresas privadas o

actividades no mercantiles que son contratos de trabajo y por lo

tanto empleos.

Si sólo tenemos en cuenta el empleo no formal, tenemos un

61% para aquellos que salen de los contratos subsidiados en empre-

sas. El 62% corresponde al empleo global, normal. Para aquellos que

salen de formaciones alcanza a un 34%, para el empleo normal. Para

los que salen de actividades no mercantiles es un 17% de empleo

normal. Quiere decir que sobre el 49% en empleo, la mayoría tiene

un segundo contrato de actividad no mercantil, es decir que la situa-

ción de ellos no evoluciona verdaderamente. Para los que no pasan

por ninguna de estas medidas es un 34% de empleo normal.

Se observa entonces algo casi tautológico y es que las medi-

das más cercanas al mercado laboral, mercantil, son las más eficaces

para encontrar un empleo normal. Habría que mirar, un poco más

precisamente, la contra selectividad de las siguientes medidas,

porque la selección al acceso, al contrato subsidiado a empresas pri-

vadas, es mucho más fuerte que la selección para entrar en un curso

de formación, incluso, más fuerte que la selección para el acceso a

actividades no mercantiles. Se observa una consecuencia de todo

esto en las cifras.

Como último punto para poner en evidencia otro factor de

las políticas activas, saliendo de esas medidas, propongo mirar la

cantidad de desocupados que se convierten en inactivos, es decir,

que se retiran del mercado laboral. Para los que salen de contratos

subsidiados en empresas es un 5%, aquellos que salen de cursos de

formación alcanzan a un 6% y los que salen de actividades no mer-

cantiles a un 7%. Pero para aquellos que no siguieron ninguna de

las medidas, ninguno de los dispositivos, un 21% se vuelve inactivo.

161

XV

Se puede decir, entonces, que la política activa, aparte de

favorecer más o menos fuertemente el acceso al empleo, favorece

también, como la política pasiva, el mantenimiento de la desocupa-

ción e impide volverse inactivo, mantiene por más tiempo a los des-

ocupados presentes en el mercado laboral y por lo tanto se observa

una especie de efecto paradójico y es que desde ese punto de vista,

en ese ángulo, aumenta la desocupación, pero puede decirse que

impide la degradación de situaciones de curso individual. Por lo

tanto es lo que se denomina la lucha contra la exclusión del mercado

de trabajo, la cual es una dimensión importante de las políticas de

empleo, en un contexto donde la desocupación es masiva y dura-

dera, es decir que se mantiene a los desocupados como mano de

obra disponible.

Intercambio

Pregunta: ¿Cuál es el rol en todo esto de los sindicatos?

D. Demazière: Con respecto al rol de los sindicatos, podemos

decir que tienen un rol importante en la política pasiva, puesto que

el régimen de seguros, es administrado por los parteners sociales, es

decir los sindicatos de empleadores y de asalariados, lo cual es

lógico ya que son las cotizaciones de los asalariados y de los emple-

adores las que alimentan el fondo, lo cual quiere decir que los suce-

sivos acuerdos, convenios de reducción de subsidios por desempleo,

han sido negociados entre los sindicatos de empleadores y de asa-

lariados. La CGT es la que se ha negado sistemáticamente a firmar

esos convenios.

Este rol de los sindicatos tiene una consecuencia muy concreta

y es que desde hace unos seis o siete años los desocupados en Francia

empezaron a organizarse y de hecho se organizaron no sólo por fuera

de los sindicatos sino contra los sindicatos. Una de sus reivindicaciones

162

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

principales es la de ser el tercer partener en la gestión del fondo de

seguro de desempleo. En lo que hace a la política activa es verdade-

ramente el Estado, el Ministerio de Trabajo y en menor medida

ahora las regiones, las que definen las políticas, que las pagan, que

las instrumentan, que la evalúan y por lo tanto los sindicatos están

quedando un poquito de lado.

Pregunta: ¿El RMI tiene características universales? con los

que califican mayores de 25 años e ingreso familiar inferior, ¿lo per-

ciben?, ¿se inscriben y perciben el ingreso?

D. Demazière: Al RMI hay que solicitarlo, siendo sus dos con-

diciones la edad y el nivel de recursos del hogar. No existe otra con-

dición. Ha habido una modificación de la ley a principios de los años

90, porque en su origen había que tener domicilio para beneficiarse

con el RMI. Ahora bien, hay un problema muy crucial en Francia que

son las denominadas personas sin domicilio fijo, que no podían reci-

bir el RMI por no tener un domicilio. Motivo por el cual esas perso-

nas se hacen domiciliarias en las asociaciones caritativas, católicas,

Cruz Roja. Quiere decir que incluso las personas, los SDF, sin domici-

lio fijo, tienen el ingreso mínimo de inserción, el RMI.

Pregunta: ¿Por cuánto tiempo se lo otorgan? ¿Mientras tengan

esas condiciones?

D. Demazière: Con respecto a la duración del subsidio, cabe

señalar que normalmente el ingreso mínimo de inserción era conce-

bido como un ingreso temporal, dispensado temporalmente. En par-

ticular el beneficiario debía respetar el contrato que era fijado con los

trabajadores sociales, si el contrato no se cumplía normalmente se

suprimía el ingreso. Pero ante la degradación de las condiciones de

vida y de supervivencia, la dimensión contractual del RMI fue dejada

163

XV

de lado, al menos para una parte de los beneficiarios y es siempre

contractualizado, en general por un periodo de un año lo cual se

reconduce cada año. Es la última trama, la última red, no existiendo

de ésta manera casi nadie que este excluido de esa protección.

Pregunta: ¿Cuál es la incidencia de los inmigrantes?

D. Demazière: La incidencia de los inmigrantes, para ser más

preciso en cuanto a la palabra migrante, entendiendo inmigrante al

clandestino, es decir inmigrante que normalmente no tiene el dere-

cho de estar en Francia, los indocumentados, quienes tienen acceso a

los dispositivos de protección social mínimos, es decir el RMI y la

cobertura universal por enfermedad. Los gastos de salud de ellos

corren por cuenta del Estado, simplemente están bajo amenaza de

una detención y que los vuelvan a llevar a la frontera de un día para

el otro pero, mientras estén en Francia, suponiendo por supuesto que

no sean completamente clandestinos si están inscriptos en una aso-

ciación de dispensa de indocumentados, entonces tiene acceso al RMI.

Pregunta: ¿Cuál es el sistema, el diseño de los resultados más

eficientes a estos programas de reducción del desempleo?

D. Demazière: Es difícil responder a su pregunta, con relación

al sistema, al diseño de los resultados más eficientes a estos progra-

mas de reducción del desempleo. En primer lugar, los beneficiarios de

estas medidas, los desocupados reclutados para un empleo, parte de

ellos está fuera de las categorías en blanco. Por ejemplo, una prima

por reclutamiento de desocupados de larga duración normalmente

concierne a desocupados que lo son por lo menos desde hace un año

y cuando uno observa quien fue reclutado hay aproximadamente un

40 % de casos en los cuales ellos tienen menos de 12 meses de des-

ocupación. El objetivo de contraselectividad es siempre discutible.

164

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

El segundo aspecto es que habria que medir cual habría sido

el comportamiento de la empresa si la ayuda a tomar empleados no

hubiera existido, ¿se los habría empleado o no? ¿La persona reclu-

tada habría tenido las mismas características que aquella que fue

reclutada en el marco del dispositivo?

Existen debates, gente que pretende que eso no tiene nin-

guna eficacia porque los empresarios habrían reclutado de todas

maneras personal. Es un poco complicado, lo que si puede decirse es

que las ayudas, las subvenciones que conciernen a una disminución

de las cargas sociales, parecen más atractivas para la pequeña

empresa, para muy pequeñas empresas, que las primas por empleo.

Cuando uno mira cuáles son las empresas que reclutaron en el

marco de las primas al empleo o de alivianamiento de las cargas

sociales se ve mucha más presencia de empresas muy pequeñas en el

segundo caso. Esto quiere decir que ese tipo de medidas para el

empleo es no solamente una herramienta con respecto al desocu-

pado en dificultades, sino también puede, sin duda, ser útil, como

una herramienta para ayudar a las empresas que más dudan, que

más vacilan en darles paso a reclutar personal.

Hay un subsidio que funcionó muy bien y concierne a tomar

un asalariado, es decir, artesanos, por ejemplo, pequeños comer-

ciantes que en todo caso algunos nunca habían tomado un emple-

ado porque les cuesta caro, porque hay un riesgo de poner en

peligro esa empresita y que con estas subvenciones, estas ayudas es

mayor el número de ellos que toman personal, incluso a desocupa-

dos en dificultades y probablemente ese instrumento habría que

quizá reservarlo preferentemente para pequeñas empresas, y no

para los grandes grupos industriales, las multinacionales

Pregunta: ¿Se podrían diferenciar las políticas activas y pasivas?

165

XV

D. Demazière: Con respecto a las políticas activas y pasivas,

puede decirse que esto forma parte de los debates recurrentes. La

existencia de un salario mínimo es un freno para reclutar personal y

en particular para alguna de las categorías de personas o de

empleos. Hay dos dimensiones, la primera es que el gobierno de

Chirac hacia los años 90, intentó instrumentar un salario mínimo

para jóvenes, más bajo que el salario mínimo común y para los jóve-

nes sin experiencia laboral. La consecuencia inmediata fue una

huelga en las universidades y en las escuelas secundarias, de mani-

festaciones importantísimas que duraron hasta dos semanas y el

gobierno dio marcha atrás porque el principio era remunerar a un

nivel más bajo, a los jóvenes asalariados.

Esa idea fue abandonada y la cuestión del salario mínimo fue

vuelta a pensar de otra manera, en torno a la idea de disminuir las

cargas para los empleados menos calificados, es decir eso no cam-

biaba nada para el asalariado, él iba a cobrar el salario mínimo pero

las cotizaciones sociales serían más bajas y el costo del trabajo más

bajo para el empleador. Esto es una medida que está en debate, en

particular para luchar contra las deslocalizaciones. Lo que se debate

es si las empresas utilizan mano de obra poco calificada en Francia,

se deslocalizan van a la India, a China, a Rumania, entonces hay que

bajar el costo.

166

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

167

XVI

XVI

La desocupación y sus significados societales y biográficos1

Didier Demazière2

Desde hace dos semanas estoy en la Argentina y he podido

tomar conciencia de cómo el desempleo es una cuestión social bien

importante, que conmociona. Creo que no voy a sorprender a nadie

si les digo que también en Francia este es un problema caliente que

nos afecta desde hace unos 25 años.

Hay muchas cosas que pueden decirse y reflexiones que

pueden hacerse sobre este problema del desempleo. Quería dedi-

carme a los efectos sociales y biográficos del desempleo, es decir qué

es lo que significa vivir el desempleo, ser desempleado, cuál es el sen-

tido de los individuos que conocen esta prueba, esta dificultad y cuál

es el sentido que pueden encontrarle.

De manera muy general, la falta de empleo es una condición

estigmatizante, es una condición negativa, que debería poder com-

prenderse muy fácilmente porque en la sociedad se trabaja, en un

empleo formal fundamentalmente. Es la situación normal, la situa-

ción de referencia, es la que permite por un lado vivir a partir del

1. Conferencia dictada en el marco de la Cátedra UNESCO sobre las manifesta-ciones actuales de la cuestión social. Ministerio de Desarrollo Social de laNación, FONCAP, el 25 de agosto de 2004.2. Sociólogo, Maitre de Conférences à l'Université de Liège, Director de Investi-gaciones del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) y miembro delComité de Redacción de Sociologie du Travail.

salario, pero es también lo que indica que uno es un miembro com-

pleto de la sociedad.

Es decir, que uno tiene una utilidad, que uno tiene algo para

aportar a la sociedad y por lo tanto el empleo procura un reconoci-

miento, un valor y la autoestima.

Esta experiencia negativa que es el desempleo es acompa-

ñada por instituciones y dispositivos de política publica. Las personas

que pierden su empleo o que no llegan a conseguir uno no son

dejadas a sí mismas, abandonadas de alguna manera, sino que hay

un Estado de Bienestar que contribuye también a darle un cierto

sentido a la experiencia del desempleo. Este Estado de bienestar

consiste en primer lugar en un sistema de indemnizaciones a los

empleados, a aquellos desempleados que han trabajado anterior-

mente. Cuando se trabaja uno cotiza a una caja de seguro de des-

empleo y cuando uno pierde el empleo tiene derecho a una

asignación por desempleo.

Otro elemento que existe en Francia, una institución publica

que está presente en la mayoría de las ciudades, es la AgenciaNacional para el Empleo, cuya función es ayudar al desempleado a

reencontrar un empleo, a formarse si es que tiene la necesidad de

hacerlo e incluso a aprender cómo se hace para buscar un empleo.

Esto quiere decir que el desempleo en Francia tiene un verda-

dero status social, un status que no es el más bajo de la sociedad

francesa. Estar inscripto en la Agencia Nacional para el Empleo es ser

indemnizado, tener una asignación por desempleo, ser acompañado

en la búsqueda de empleo. Todo esto define un encuadramiento de

apoyo al desempleado que diferencia claramente por un lado el des-

empleo y por el otro a situaciones más informales de pobreza, de

exclusión, es decir de personas que ni siquiera están inscriptas como

desempleados porque no tienen la condición de desempleados.

Este sistema de protección y de encuadramiento de los des-

empleados, se ha ido degradando fuertemente en el curso de los

168

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

últimos 25 o 30 años. Hay que tener presente, que el desempleo en

Francia tiene una historia y es el paso desde un millón de desem-

pleados desde el año 1965 a dos millones en 1982 y a tres millones

en 1990, que sigue siendo la cifra actual. Esta es una evolución muy

importante, es decir, se trata de un desempleo masivo y que dura

en la sociedad.

El segundo cambio importante es el tiempo, la duración, el perí-

odo transcurrido en el desempleo ha aumentado. Actualmente, la

antigüedad promedio en el desempleo es de 13 meses y tenemos un

20% de desempleados que están en ésta categoría desde hace mas de

3 años y podemos imaginarnos claramente que ser desempleado

desde hace 3 meses o desde hace 3 años no es de ninguna manera la

misma cosa, aún cuando empleemos la misma palabra desempleado.

Hay un tercer cambio muy importante y es cómo hasta la

mitad de los años 70 uno llegaba a ser desempleado. Había dos

maneras de llegar a ser desempleado, la primera cuando se es joven,

se acaba de terminar los estudios, se presenta en el mercado de tra-

bajo pero no encuentra inmediatamente un empleo. En la mayoría

de los casos se encuentra un empleo al cabo de unos meses, por lo

tanto se trata de un desempleo temporal.

La segunda manera de entrar al desempleo, completamente

diferente, se refiere a personas, sobre todo obreros que tenían un

empleo estable, un empleo que ellos consideran incluso como un

empleo de por vida, obreros que habían trabajado en una empresa

desde que tenían 15 o 16 años y que brutalmente de manera súbita

son despedidos y se vuelven desempleados. Una cosa que para ellos

era absolutamente inimaginable. En este caso el desempleo es o se

transforma en una caída social muy fuerte y muy importante.

Hoy en día el estatuto del empleo, la calidad de los empleos

ha cambiado mucho. La mayoría de las personas que se tornan des-

empleados tenían, anteriormente, una situación de empleo precario,

empleo por un año o a veces por algunas semanas y en otros casos

169

XVI

una estadía de formación que se termina. El desempleo anticipado

es percibido como un accidente posible, incluso probable. Es decir,

que los individuos de una manera u otra se preparan para eso. Esto

es una consecuencia muy fuerte por el hecho de que el desempleo

está instalado desde hace mucho tiempo en la sociedad francesa.

Hay otros cambios que hay que tener presentes para com-

prender la evolución del desempleo. En primer lugar la degradación

de lo que yo llamo la protección social del desempleado. Hoy en día

si solo tomamos en cuenta los desempleados oficiales, aquellos que

están inscriptos en la Agencia Nacional para el Empleo, la mitad de

ellos tienen una asignación por desempleo pero la otra mitad no

está indemnizada por desempleo.

Esto no quiere decir que no tengan otro tipo de ingreso,

existe el ingreso mínimo de inserción, pero cobrar el RMI no está vin-

culado al hecho de estar desempleado. Se puede ser una mujer

viuda de 80 años que cobra el RMI, lo cual no señala la pertenencia

al estatuto, a la condición de desempleado. Otro cambio de este

encuadramiento de los desempleados es la degradación de la acción

de la Agencia Nacional para el Empleo.

Es bastante simple, basta mirar la cantidad de empleo que la

Agencia ofrece, es 10 o 15 veces insuficiente, en relación a la canti-

dad de desempleados que están inscriptos en la Agencia, donde la

calidad de esos empleos está muy degradada también.

En la mayoría de los casos se trata de empleos a tiempo par-

cial, de medio tiempo o incluso de menos de medio tiempo. La cali-

dad de los servicios que se distribuía a los desempleados se ha

degradado muy fuertemente.

Cabe destacar que, al lado del desempleo oficial, es decir la

población de todos aquellos que están inscritos en la Agencia, hay

grupos de población cada vez más numerosos que están al margen.

En muchos casos, antiguos desempleados que permanecieron durante

mucho tiempo sin empleo, que ya no cobran indemnización alguna,

170

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

que ya no encuentran en la Agencia ayuda útil y se han desalentado.

Estas personas o bien ya no van más a la Agencia para el

Empleo o han sido eliminados de la lista porque ya no buscaban

empleo. Estos trabajadores desempleados "desalentados", se los

llama así para indicar que ya no son desempleados oficiales pero tam-

poco son inactivos, es gente que de todas maneras quiere trabajar.

Se hace muy difícil evaluar la cantidad de estos desempleados

"desalentados", cuya cifra está cerca del millón y medio. Lo antedi-

cho indica que, a pesar de la presencia del Estado de Bienestar que

sigue siendo, de todas maneras bastante fuerte, los desempleados

tienen que desenvolverse, arreglárselas cada vez más solos para

administrar esta situación, esta prueba.

Cuando digo que se encuentran solos no quiero decir asilados,

solitarios, pero cada vez pueden contar menos con la acción de las

instituciones públicas. Es necesario que se vuelvan hacia sus grupos de

pertenencia, la familia, los vecinos en el barrio y luego sus conocidos,

la red social a la que pertenecen. Estos cambios tienen una incidencia

muy fuerte, sobre la experiencia vivida, la experiencia subjetiva, la

experiencia personal que los desempleados tienen del desempleo.

En las encuestas, hace 20 años atrás, el desempleo era des-

crito como una experiencia puramente negativa que destruía las

identidades de las personas involucradas. Las investigaciones no acla-

ran que los desempleados se replegaban en si mismos, cortaban sus

relaciones con los otros, tenían vergüenza de su situación, se sentían

culpabilizados, sentían que fallaban en relación a los otros. Eso es lo

que llamamos el desempleo total, para decir que los individuos esta-

ban totalmente destruidos por el desempleo.

Por cierto, esto afectaba de manera más fuerte a aquellos

que habían tenido un empleo estable y que pasaban rápidamente

de aquello que consideraban un empleo de por vida a la falta total

de empleo. Las investigaciones ponían el acento en el nivel de

depresión que acompañaba al desempleo.

171

XVI

Existen dos grupos que escapan a esta experiencia del desem-

pleo total. El primero está constituido por jóvenes, que tienen un

diploma, incluso a veces de enseñanza superior universitaria, que no

se sienten demasiado apurados por trabajar y que ven en el desem-

pleo una especie de tiempo libre, menos restrictivo y obligante que

el trabajo propiamente dicho y que les permite hacer lo que a ellos

les gusta hacer, actividades artísticas, de recreación, políticas, mili-

tantes, etc. Esto es lo que hemos llamado el desempleo invertido, en

donde el desempleo ya no es la destrucción de la identidad personal,

para esta gente lo que destruye la identidad personal es el trabajo,

el desempleo aparece en cambio como la posibilidad de construir su

identidad personal. Esta experiencia de desempleo invertido es una

huella de la contracultura de mayo del 68. Esto se trata en investi-

gaciones a comienzos de los años 80.

El segundo grupo que escapa al desempleo total es el de aque-

llas personas que tienen confianza en su capacidad para obtener rápi-

damente un empleo, personas que pasan su tiempo buscando un

empleo, que recogen todas las informaciones posibles sobre el mer-

cado de trabajo, que se perfeccionan, hacen su trabajo de búsqueda

de empleo de manera bastante regular, de manera concienzuda,

como si se tratara de una actividad profesional. Consiste en tener una

agenda, un empleo del tiempo y no verse a sí mismo como desem-

pleado. Es lo que llamamos el desempleo diferido, para indicar esa

manera de vivir el desempleo. Lo cual ya no es posible si el desempleo

dura demasiado tiempo, es decir si uno no encuentra un empleo rápi-

damente. Si ésto dura cae en el desempleo total.

Este desempleo diferido involucra sobre todo a los cuadros

directivos, los técnicos, los obreros altamente calificados, es decir,

todos aquellos que piensan que van a salir de esa situación más

rápido que otros.

Recapitulando, tenemos el desempleo total, que es la expe-

riencia más común y dos maneras de resistir al desempleo total que

172

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

se refieren a grupos de población muy particulares. En realidad estas

tres experiencias de desempleo son tres maneras de rechazar, de huir

del drama del desempleo. Uno se encierra en la depresión, otro lleva

a cabo su vida de artística, de militante político y otro se refugia en

una identidad de buscador de empleo competente y competitivo.

En las investigaciones de fines de los años 90 y comienzos de

2000 tenemos resultados que son bastante diferentes. Si estas carac-

terísticas son diferentes es porque las propias características del des-

empleo han cambiado.

El desempleo se transforma en algo que está mucho más mar-

cado por la incertidumbre y la inseguridad, la carencia de seguridad

material, porque ha medida que uno sigue en el desempleo los

recursos que recibe disminuyen y así se degradan las condiciones

materiales de vida. Quiere decir que los desempleados se ven enfren-

tados a un nuevo desafío, que es sobrevivir con una inseguridad res-

pecto al futuro, porque en la medida que el desempleo dura, cada

vez es más difícil evaluar las posibilidades de salir de él.

Cabe recordar el ejemplo del desempleo diferido, el cual funcio-

naba cuando el desempleo era de corta duración, porque uno puede

movilizarse y pensar que va a salir del desempleo cuando no se está

desempleado desde hace mucho tiempo. Esta expectativa positiva

sobre el futuro, esta esperanza de tener un empleo, esta posibilidad de

salir por un tiempo de la competencia por el empleo, fatalmente dis-

minuye cuando la duración del desempleo se acrecienta.

Los desempleados se ven enfrentados al problema de cons-

truir de manera diferente el sentido de esta experiencia del desem-

pleo. No se puede seguir buscando un empleo todos los días como si

fuéramos a encontrarlo mañana.

La pertinencia de la búsqueda del empleo y su significado se

vuelven problemáticos. Estos desempleados están hundidos en una

situación contradictoria. Por un lado, deben hacer de todo para salir

del desempleo por arriba, es decir por el empleo. Cuando digo

173

XVI

deben hacer de todo, lo digo también porque ésta también es una

obligación que pesa sobre los desempleados inscriptos en la Agen-

cia, están obligados a buscar un empleo. Esta búsqueda de empleo

se puede controlar y se puede llegar a juzgar que es insuficiente. Se

puede juzgar que no están verdaderamente buscando empleo, se

puede juzgar que verdaderamente ya no son desempleados, que no

son verdaderos desempleados y se los puede eliminar de la lista.

Para seguir siendo desempleado hay que cumplir con obliga-

ciones de búsqueda de empleo. Al mismo tiempo uno no puede

llenar el empleo del tiempo, su vida cotidiana, con la búsqueda de

empleo porque ésta actividad, con el paso del tiempo, se va tor-

nando absurda.

Cuando se examina el empleo del tiempo de los desemplea-

dos, sobre todo los que están desempleados desde hace más de un

año, que son la mayoría, dado que la antigüedad promedio del des-

empleo es de 13 meses, observamos que la búsqueda de empleo es

una actividad muy marginal, que se realiza en episodios, en un cierto

momento. Se pasa tres días buscando un empleo y después no se

busca durante 2 meses. Esto está vinculado a cosas muy diversas, por

ejemplo el hecho de ser convocado por la Agencia para el Empleo

hace que uno vaya a buscar un empleo antes para poder probar que

se está buscando empleo.

Al lado de la búsqueda de empleo, casi diría en lugar de la

búsqueda de empleo, tienen toda una serie de actividades que son

pertinentes para ellos, que son las que tienen un sentido, las que le

permiten sobrevivir y no sólo materialmente, sino que les permiten

sobrevivir en términos de la preservación de su identidad, mantener

una inserción social, mantener el aprecio por si mismo, ser útiles a los

otros, sentidos de actividades que son pertinentes y que llenan la

vida de los desempleados. El tiempo de desempleo no aparece como

vacío, como la experiencia de desempleo total, sino que aparece

como un tiempo pleno, lleno de actividades de diversos tipos.

174

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Las mujeres más que los hombres, se pasan mucho más

tiempo en actividades de tipo doméstico: ocuparse de los niños, de

la casa, mantener relaciones con los vecinos. Estas actividades toman

cada vez más lugar porque la búsqueda de empleo no está organi-

zada de manera restrictiva, como el tiempo de trabajo y nadie va a

venir a controlarlo. “Ud. esta mañana a las 8 horas no estaba bus-cando empleo.”

Pasan así a transformarse en las actividades prioritarias. Nor-

malmente la búsqueda de empleo es "la actividad" cuando se es des-

empleado, pero se vuelve progresivamente secundaria.

He tomado el ejemplo de las mujeres, pero es válido para

muchos jóvenes, sobre todo jóvenes de origen popular, que gene-

ralmente no tienen diploma o están poco diplomados, que por lo

tanto tienen oportunidades bastante escasas de encontrar un

empleo y pasan su día discutiendo, desde afuera se diría que hacen

nada, con sus compañeros. Quiere decir que llenan el desempleo con

la actividad habitual de los jóvenes.

Existen otros jóvenes que pasan su tiempo en actividades infor-

males, por ejemplo tienen una familia que alimentar y no tienen asig-

nación por desempleo, tienen o no el RMI pero, en cualquier caso, es

insuficiente para vivir normalmente y entonces se dedican a dos acti-

vidades que normalmente son incompatibles, son contradictorias.

Una de estas actividades consiste en trabajar en negro, lo cual

supone tener una red de conocimientos y hacerse conocer, tras

saber que uno está disponible para ese tipo de tareas, demostrar a

los otros que se es capaz de reparar automóviles, hacer plomería, etc.

Lo cual no hace ganar demasiado dinero pero toma mucho tiempo.

Otra de estas actividades se relaciona con una obligación de

búsqueda de empleo que le toma tiempo a la actividad principal y

obliga a administrarse, a hacer el mínimo de búsqueda de empleo

obligado y dedicarse seriamente a la construcción de una actividad

informal.

175

XVI

En otro caso se trata de desempleados que se dedican a aso-

ciaciones a actividades benéficas, para la defensa del desempleado,

(del tipo de los piqueteros) o en asociaciones caritativas de ayuda a

los pobres o asociaciones para dedicarse a los niños del barrio. Evi-

dentemente encuentran en esas actividades una fuente de identi-

dad positiva. Esto es lo que se vuelve importante para ellos, es eso

los que les permite resistir al desempleo de larga duración, eso es lo

que les permite no caer en la exclusión, en el aislamiento social.

Cuando se observan hoy las experiencias de los desemplea-

dos se ve una enorme división, una diversidad muy grande de las

maneras de vivir cotidianamente la situación de desempleado.

Todas estas condiciones para resistir o vivir son otras tantas mane-

ras de escapar al desempleo total, son maneras de evitar el drama

personal del desempleo, al mismo tiempo esto no aporta alternati-

vas para el desempleo.

Con esto queremos decir que para la mayoría de los desem-

pleados son maneras de existir, a falta de tener algo mejor pero la

referencia sigue siendo el hecho de tener un empleo formal como

todo el mundo y al mismo tiempo poder dedicarse al conjunto de

sus actividades. Es también construir un desempleo que está com-

pletamente desfasado, separado del sentido oficial del desempleo,

que es la movilización cotidiana para la búsqueda de un empleo.

Con lo cual corren permanentemente el riesgo de ser sancionados

por haberse dedicado a actividades que son su fuente de vida.

Intercambio

Pregunta: En esta búsqueda del empleo, ¿cuál es la relación

con respecto a las posibilidades de obtener empleo de la población

inmigrante y del ciudadano francés?

176

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Didier Demazière: Lo primero que muestran las encuestas es

que las tasas de desempleo son más elevadas para los grupos de

población que provienen de la inmigración que para los grupos de

población cuyos padres son franceses. El color es un poco compli-

cado, tomemos las cosas de manera muy concreta, cuando se mira a

los jóvenes, los que están mas expuestos al desempleo, el hecho de

ser de origen africano, negro o de África del norte, es un factor que

pesa mucho sobre las oportunidades de poder obtener un empleo.

Esto por un lado lo muestran las encuestas, las tasas de desempleo

son diferentes y en segundo lugar los jóvenes involucrados, que son

de nacionalidad francesa en la mayoría de los casos, pero sus padres

inmigraron a Francia hace unos 30 años o algo así han interiorizado

muy fuertemente un estigma racial o étnico y también han interiori-

zado el hecho de que tienen muy pocas oportunidades de encontrar

un empleo. Y cuando se los entrevista la explicación que dan, para

su desempleo es el color de la piel. Pueden hacer la lista de decenas

de casos, de su familia, compañeros que tienen diploma y que tam-

poco encuentran empleo. Entonces, diría que la presión se ejerce

más sobre los grupos que provienen de la inmigración, más que decir

que estas poblaciones son una fuente de presión.

Pregunta: Dentro de las prestaciones que reciben los desem-

pleados ¿existe algún dispositivo para abordar esta situación de pér-

dida de identidad, algún dispositivo terapéutico?

Didier Demazière: En los casos de despido colectivo por razo-

nes económicas, en particular en los casos que se cierra una

empresa, se los identifica como los casos más dolorosos para la per-

sona involucrada. Hay en general un plan social que se pone en prác-

tica para acompañar esa pérdida del empleo. Otros planes sociales

tienen modalidades muy variables y sobre todo han cambiado

mucho con el tiempo. En general recurre la empresa y el poder

177

XVI

público a gabinetes especializados para acompañar al desempleado

y al proceso de despido.

Estos gabinetes son gabinetes que se dedican a ayudar a

encontrar un empleo y estas empresas de asesorías son evaluadas

según la tasa de vuelta al empleo. La evaluación de la calidad de su

trabajo no es viendo si las personas que han sido tratadas por ellos

se encuentran bien psicológicamente sino que la calidad se juzga

viendo cuántos de ellos encontraron un empleo.

Durante algún tiempo yo hice seguimiento de estos planes

sociales y también he leído muchas otras investigaciones y entonces

uno se da cuenta que en la entrevista entre el consultor y el desem-

pleado, por razones económicas, el objetivo del consultor es lo que

ellos llaman que el desempleado haga el duelo de su despido, es

decir que se olvide de la condición y situación protegida que acaba

de perder, que deje de lado todo tipo de nostalgias y que tome con-

ciencia que a partir de ahora los empleos accesibles son empleos

peor pagos o menos calificados.

Su problema es conseguir que el despedido acepte un empleo

degradado, lo cual quiere decir que el acompañamiento psicológico

no existe, se esconde el problema. De manera más general no hay

instituciones que estén especializados en el seguimiento psicoló-

gico. Antes, en la Agencia Nacional para el Empleo había dos tipos

de personas que recibían a los desempleados, había especialmente

psicólogos, gente que tenía un diploma de psicología que tenían

condiciones de trabajo muy particulares pero estaban 1 hora, 1

hora y media y hasta dos para recibir al desempleado y podían

seguirlos en el tiempo.

Sus colegas que reciben a los desempleados, en un cuarto de

hora, les enviaban a estos psicólogos a aquellos desempleados que

ellos pensaban que tenían dificultades psicológicas pero esta cate-

goría de psicólogos fue suprimida. Hoy en día las entrevistas están-

dar con el desempleado duran 12 minutos, no son entrevistas que se

178

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

llevan a cabo en una entrevista separada. Yo recibo a un desemple-

ado y mi colega de al lado recibe a otro y entonces es muy difícil en

estas condiciones abordar situaciones psicológicas

Pregunta: ¿Podría hacer referencia a las organizaciones de

desempleados en Francia?

Didier Demazière: Sí, conozco algo de esto, he escrito un

libro sobre las organizaciones de desempleados en Francia. Es un

tema un poco amplio, lo que puedo decir sobre lo que he compren-

dido de la situación en Argentina respecto a los piqueteros, es que

las organizaciones de desempleados en Francia son mucho menos

importantes en la cantidad de personas movilizadas. Tienen muchas

más dificultades para movilizar a los desempleados y creo que las

organizaciones políticas son minoritarias, están mucho más presen-

tes en Francia. La primera experiencia de la creación de un sindicato

de desempleados data en Francia de 1982, por lo tanto es bastante

viejo, pero las acciones de las organizaciones de desempleados

siguen siendo muy de orden local, de hecho se habla muy poco de

ellos en la prensa y en la televisión nunca. Mi impresión es que son

mucho menos visibles que los piqueteros en la Argentina

Pregunta: ¿El régimen de 35 horas semanales ayudó a gene-

rar más empleo?

Didier Demazière: No se puede contestar ni con un si ni con

un no esta pregunta. Hay por lo menos una decena de respuestas,

desde: “esto no ha creado ningún empleo”; incluso “ha desacele-

rado el dinamismo de algunas empresas” hasta el hecho de decir

que “ha creado 700.000 empleos”, entonces hay estas dos posicio-

nes y todas las posiciones en el medio.

Esto depende mucho del lugar que uno ocupa en el tablero

179

XVI

político, incluso las evaluaciones que fueron confiadas a universita-

rios e investigadores también dan cifras diferentes y conclusiones

que formulan con muchísima precaución.

Pregunta: Más que una pregunta es una reflexión para com-

partir en esta charla sobre el desempleo. Me parece que en lo que

más tenemos que fijarnos es en el sistema de producción y en el

empleo porque evidentemente el número de desempleados es siem-

pre independiente de las acciones del Estado, sobre todo de las polí-

ticas de Estado de Bienestar. Los desempleados tienen diferentes

estrategias para abordar empleos informales. Creo que si no pensa-

mos en invertir, la preocupación en nuevas estrategias de empleo,

en generar nuevos empleos, nos vamos a encontrar acá en un

tiempo mucho más canosos que ahora.

Didier Demazière: No se trata de cosas contradictorias, es

cierto que la política económica monetaria de Francia no fue dema-

siado eficaz en la creación de empleo. De hecho, hay muchos

empleos que se crean cada año pero el volumen general de empleo

aumenta demasiado lentamente. Entonces el Estado de Bienestar

viene a acompañar la consecuencia de mecanismos económicos que

no se llegan a controlar y luego del estadio siguiente podríamos

decir está en las estrategias individuales y colectivas de los desem-

pleos que acompañan las imperfecciones de las acciones del Estado

de Bienestar.

Creo que ese es el movimiento que se ha dado en Francia y

esto es lo que hace cambiar el sentido del desempleo. No se pude

pensar en la creación de empleo que es transitorio en una situación

económica que permite eso y tampoco se puede pensar en una situa-

ción duradera que deba estar acompañada de políticas sociales. Cada

vez hay más situaciones individuales que desbordan este marco.

180

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

Pregunta: ¿Podría hacer referencia a las políticas de ingreso

universal?

Didier Demazière: A titulo personal yo me opongo total-

mente al ingreso universal, por cierto es importante que todos los

miembros de una sociedad, tanto la francesa o la argentina tengan

medios para vivir y si es posible de acuerdo con los estándares de

la sociedad.

Al mismo tiempo esto no es suficiente, es también muy impor-

tante que cualquier miembro pueda encontrar un lugar, es decir

ejercer un papel, tener una cierta cantidad de actividades que le per-

mitan sentir que es útil para la sociedad, que le produzca un senti-

miento de autovalorización de autoestima personal. Un ingreso

universal que no tome en cuenta esto para mí es escandaloso, es una

opinión personal. Creo que son importantes todas las iniciativas, las

actividades que realizan los pobres, los excluidos y darles la posibili-

dad de desarrollar otras. Es decir, no ver a los desempleados y a los

pobres como quienes no tienen capacidad de acción, que no tienen

nada para hacer y para decir.

La creación de organizaciones de desempleados en Francia se

hizo en una fuerte oposición contra todos los partidos políticos y los

sindicatos. Se constituyeron denunciando las políticas de gobierno

tanto de derecha como de izquierda y de hecho no lograron detener

el crecimiento del desempleo y se constituyeron en contra de los sin-

dicatos de asalariados que administran conjuntamente con las reu-

niones empresarias las asignaciones de desempleados y que han ido

negociando sucesivamente disminuciones en el monto de las asigna-

ciones por desempleo. Aparte de un sindicato, la CGT nunca firmó

esos acuerdos.

Una segunda cosa es que la mayoría de los desempleados que

se han comprometido en estas organizaciones son en una parte los

líderes, son antiguos sindicalistas que cuando perdieron su empleo,

181

XVI

fueron despedidos, perdieron la responsabilidad sindical. Los sindi-

catos los etiquetaron como desempleados y por lo tanto ya no

tenían legitimidad para representar a los trabajadores, son gente

que tiene el sentido de la lucha por los otros pero son, a titulo per-

sonal, muy hostiles con los sindicatos por su propia experiencia.

Algunos han sido militantes del partido socialista, incluso del

partido comunista y el discurso toma en consideración las condicio-

nes de vida de los desempleados que no eran oídos ni escuchados, lo

cual también contribuyó a crear una distancia con los partidos políti-

cos de izquierda. También se encuentran las organizaciones de des-

empleados que no tienen experiencia de una militancia política

sindical pero que llegaron a esas organizaciones en general porque

estaban como a final de camino, habían inventado ya todo, algunos

a punto ya de ser expulsados de sus viviendas y fueron a la Asocia-

ción de desempleados para explicar su problema y entonces la Aso-

ciación se movilizó para impedir la expulsión de la vivienda.

Son desempleados que han tenido una trayectoria de pauperi-

zación, de marginalización que los ubica muy lejos de las preocupa-

ciones de los sindicatos y por lo tanto no se reconocen representados

ni por los sindicatos ni por por los partidos políticos. En su opinión

ellos han sido abandonados por los hombres políticos. Todo esto

hace que haya un foso muy importante entre las organizaciones polí-

ticas y sindicales y estas organizaciones de desempleados, aún

cuando en algunas organizaciones hay algunos anarquistas o algunos

grupos trotskistas que son muy activos pero muy minoritarios.

182

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

183

XVII

XVII

Desarrollo social: una reflexión desde lo local1

Antonio Colicigno2

La sociedad argentina, después de la experiencia más dura de

toda su historia, logró recuperar la democracia en un contexto que

parece signado por la instalación definitiva de la misma como sis-

tema político permanente en toda Latinoamérica.

Esto que sin duda marca un avance en nuestras organizacio-

nes políticas, dejando atrás largas décadas de inestabilidad, perse-

cución, censura, intolerancia, no fue acompañado de un proceso de

desarrollo económico y social que permita alcanzar una sociedad no

sólo con amplios márgenes de libertad, sino con una igualación de

las condiciones para todos sus miembros, un desarrollo individual y

colectivo que no dependa de barreras de accesibilidad que están

determinadas exclusivamente por las condiciones materiales de vida.

La globalización, el consenso de Washington, los procesos de

desafiliación, el neoliberalismo, uno o todos, reflejan una realidad

signada por un extremo aumento de las desigualdades, entre países

1. Artículo sobre la experiencia de la gestión territorial en la Municipalidad dela Matanza, de noviembre de 2004. El partido de La Matanza es el másextenso del llamado conurbano bonaerense con 325,7 Km2 y mayor cantidadde habitantes, 1.249.958, la pobreza ronda el 68% y la tasa de desocupaciónabierta el 21%.2. Magíster en Diseño y Gestión de Programas y Proyectos Sociales de laFLACSO, Secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad de La Matanza.

184

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

y en el interior de cada uno de ellos, el fin de los treinta gloriosos

años y el inicio de una etapa con una brecha creciente entre integra-

ción simbólica y desintegración material. La caricatura del día coloca

las manos vacías junto a los ojos colmados con imágenes del mundo3.

La compleja realidad de la Argentina de los últimos años nos

enfrenta a un fracaso "colectivo" en tanto sociedad en general y

clase dirigente en particular, explicitado simbólicamente en los acon-

tecimientos del 19 y 20 de diciembre de 2001, que desata una crisis

de dimensión inédita que cuestionó la viabilidad misma de la nación4.

En los tres poderes del Estado se reflejaron efectos de descomposi-

ción institucional.5

El alto descrédito de las instituciones y dirigentes políticos en la

sociedad es el principal indicador de que vivimos una "crisis de época"6.

La desobediencia civil y los movimientos sociales, aunque defensivos

pero constantes, terminan por desarticular en diciembre de 2001, la

estrategia neoconservadora que estaba en curso en la Argentina.

"Al llegar a un cierto punto de su vida histórica, los grupos

sociales se separan de sus partidos tradicionales... en cada país el

proceso es distinto pero el contenido es el mismo, es la crisis de

hegemonía de la clase dirigente, producida o bien porque la clase

dirigente ha fracasado en alguna gran empresa política suya en la

que ha pedido o impuesto por la fuerza el consenso de las grandes

masas, o bien porque vastas masas han pasado súbitamente de la

pasividad política a una cierta actividad y plantean reivindicaciones

3. Hopenhayn, Martín (1998): Integración y desintegración social en AméricaLatina: una lectura finisecular, en: Raquel Castronovo (coordinador): Integra-ción o desintegración social, Buenos Aires, Espacio.4. Garcia Delgado, Daniel (2002): Estado- nación y la crisis del modelo, BuenosAires, Norma.5. Sidicaro, Ricardo (2003): La crisis del Estado y los actores políticos y socioe-conómicos en la Argentina (1989-2001), Buenos Aires, Eudeba.6. Godio, Julio (2002): En la crisis está la solución. La crisis global desde las elecciones deoctubre hasta la asunción de Duhalde, Buenos Aires, editorial Biblos.

185

XVII

que en su inorgánico conjunto constituyen una revolución. Se habla

de crisis de autoridad y en esto consiste precisamente la crisis de

hegemonía o “crisis del Estado en su conjunto" 7.

La crisis del 2001 pudo ser calificada de inédita. Profundidad

inédita en lo político, una fuerte crisis de representación, transfor-

mada en crisis de legitimidad; en lo económico, estancamiento más

aislamiento; en lo social, con un aumento sin precedentes de la

desigualdad y la pobreza; y en lo cultural, el pesimismo se esparce

sobre nuestra viabilidad y sobre la misma posibilidad de futuro.8

Cómo enfrentar entonces la reconstrucción de un Estado y

una Sociedad donde los derechos sociales se ven "hipotecados" en un

presente que exige romper con este círculo vicioso donde muchas

familias reproducen un destino marginal.

Ante esta realidad incontrastable, la estructura estatal está

lejos de ser adecuada para enfrentarla. Municipios pobres frente a la

situación de miles de personas que reclaman ya no sólo las clásicas

funciones asignadas constitucionalmente a ellos, sino las referidas a

su realidad social: la falta de alimentos, la necesidad de trabajo, la

falta de vivienda, entre otras.

El ámbito local, diseñado para un momento histórico social

que ya no existe, fue el receptor cotidiano del enojo ciudadano, de

las muestras de descrédito e ilegitimidad de las instituciones.

Un camino de obstáculos

Sin pretender abarcar el conjunto de las dificultades que se

presentan a diario en el campo social a nivel local, creemos que es

conveniente enumerar algunas de las más significativas:

7. Gramsci, Antonio (1993): La política y el Estado moderno, Buenos Aires,Planeta Agostini.8. Garcia Delgado, Daniel (2002): Estado- nación y la crisis del modelo, BuenosAires, Norma.

1) La escasa capacidad estatal.

2) Los inconvenientes en la formación profesional.

3) Programas nacionales y provinciales no adecuados a la

diversidad local.

4) La dicotomía técnico- política.

5) Las diferencias regionales como punto de partida... y como

punto de llegada.

6) La falta de una visión estratégica.

7) La necesidad de evaluación permanente y ajustes progra-

máticos dinámicos.

Por supuesto que esta enumeración no implica ningún orden

jerárquico de validación, cada una de estas características es impor-

tante por sí misma y, en términos generales, se presentan de manera

articulada y muchas veces no es posible su separación, sólo a efectos

metodológicos de una presentación que la haga comprensible.

1) La escasa capacidad estatal:

En el apartado anterior anunciábamos, en relación a estados

locales, que no estaban en condiciones óptimas para hacer frente a

una realidad social acuciante, a una ciudadanía que reclama cada

vez más en el ámbito que le es más cercano, la Municipalidad.

Estos ámbitos deben plantear seriamente una reforma, pero

no con los moldes del noventa, vinculada con el ajuste disfrazado

de eficiencia, sino una que pueda responder a las necesidades de

sus ciudadanos.

El cambio no es sólo una cuestión de nombres, es una cues-

tión de hechos, es más bien de abajo hacia arriba que debemos

avanzar, partiendo de una realidad que ha cambiado bruscamente

en los últimos años, por consiguiente es necesario dinamizar las

estructuras, transformándolas en unidades de gestión ágiles, efi-

cientes, con nuevas áreas, con integración de acciones, con espacios

186

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

concretos de participación, pero por sobretodo, que respondan al

conjunto de la ciudadanía con criterios de justicia social, garantía de

una democracia para todos.

2) Los inconvenientes en la formación profesional:

Muy vinculado con lo anterior, es la formación de los profe-

sionales de los ámbitos sociales, la falta de actualización permanente

para una sociedad en continuo cambio, pero también la necesidad

de articular teoría y práctica, formación académica y necesidades

comunales, integración al debate de las investigaciones y de las rea-

lidades de gestión.

La necesidad de superar las fragmentaciones que se derivan

de la formación de grado, interrelacionar las distintas profesiones

que hacen al quehacer social, respetando las especificidades de cada

una, pero construyendo visiones integrales que acepten la diversidad

y la posición del otro. Centrar el esfuerzo en el trabajo en equipo.

En este punto es primordial el papel que juegan las Universi-

dades, que como espacio de pensamiento, reflexión, investigación

y debate, debe estar absolutamente comprometido con las necesi-

dades de nuestro tiempo, debe responder a una comunidad que

apuesta, a pesar de la crisis, a la Universidad Pública.

3) Programas nacionales y provinciales no adecuados a la

diversidad local

Durante más de una década de "panacea neoliberal", los pro-

gramas sociales fueron pensados con dos lógicas interrelacionadas,

por un lado, compensar situaciones que se pensaban transitorias, de

pronta superación luego de mejorar las capacidades de aquellos que

eran expulsados del mercado de trabajo y requerían un proceso de

"reconversión". Por otro, eran focalizados, debían concentrar la

atención en aquellos que más lo requerían, la universalización se

consideraba como un gasto ineficiente.

187

XVII

Ambas cosas fueron perdiendo vigencia con el tiempo, la des-

ocupación fue aumentando, la "falsa reconversión" no se producía,

los pobres cada vez eran más, lo que hacía no sólo difícil focalizar en

ellos, sino más bien prácticamente inútil, por la caída diaria de miles

de personas al círculo perverso que implica la pobreza.

En la difícil situación social por la cual atravesamos, hablar

de índices de pobreza e indigencia nada nos dice en relación a un

diagnóstico certero que permita un punto de partida para el

diseño de las políticas. En una sociedad compleja y heterogénea,

debemos ser capaces de construir programas diversos que respon-

dan a esa realidad.

Hay multiplicidad de programas nacionales y provinciales,

mayoritariamente fragmentados, en general destinados a franjas

etáreas, con recursos diseminados en infinidad de organizaciones

gubernamentales y no gubernamentales, pero sin un enfoque pen-

sado de manera estratégica, con objetivos puntuales y claros para

todos. Nadie duda de la importancia de la participación de la socie-

dad y sus organizaciones, pero no solamente como fin en sí mismo.

En este punto creemos que debe diseñarse nuevos enfoques

programáticos, que permitan en el mediano plazo articular los esfuer-

zos, romper la fragmentación. Puntualicemos algunos ejemplos:

a)Asistimos a las familias con alimentos destinados a los niños

hasta los cinco años y embarazadas, cuando el conjunto familiar está

en situación de indigencia, por lo tanto los alimentos en la solidari-

dad de la familia (que por suerte se mantiene) se socializan, ¿cuál es

entonces el impacto producido?

b)Todos creemos en la escuela no sólo como ámbito de

aprendizaje y formación de nuestros niños y jóvenes sino también

como espacio de contención y socialización.

También compartimos la necesidad de que los chicos deben

188

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

estudiar "con la panza llena", como se expresa simbólicamente, sin

embargo esto abre al menos algunos interrogantes si somos capaces

de observar críticamente la realidad de las escuelas ubicadas en

espacios marginales.

Revalorizando el esfuerzo no sólo de los docentes sino tam-

bién (y en general esto no se remarca), de los propios chicos y sus

familias que siguen creyendo en la educación como herramienta de

movilidad social, observamos que en muchas de estas "escuelas

pobres" ni se come bien ni se educa bien. La familia es la clave para

cumplimentar una de sus tareas básicas: la alimentación, dejando

para esas escuelas la enorme tarea pedagógica, entendida ésta

desde una visión absolutamente integral, de igualar las condiciones

de muchos niños que no acceden a una canasta básica de bienes y

servicios, que se encuentran con una fuerte desventaja con respecto

a aquellos que sí lo hacen.

c)La apertura de comedores infantiles y comunitarios fue una

política transitoria adecuada en cierto momento histórico social para

paliar una situación de fuerte exclusión y difícil abordaje para

muchas familias, pero esta no debe ser una política permanente.

Estos espacios se han convertido mayoritariamente en lugares

de escasa o nula contención afectiva, falta de diálogo, condiciones

mínimas de higiene, nulo aprendizaje, población cautiva (clientes),

entre otros aspectos.

Si bien es impensable descartar hoy su presencia, hay que ini-

ciar un proceso que tienda a la familia como clave.

d)Se abren muchas alternativas de presentación de proyec-

tos que tienden a mejorar situaciones institucionales (sociedades de

fomento, clubes, hogares, jardines comunitarios, asociaciones civi-

les, etc.) y de aquellos que participan en ellas (niños, jóvenes, emba-

razadas, adolescentes) pero, ¿no es tiempo de diseñar proyectos

189

XVII

190

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

regionales o locales que incluyan a estas instituciones y grupos no de

manera aislada, sino en forma integral? ¿No es hora de terminar con

estas políticas de "ventanilla"?

Muchos pueden ser los ejemplos que permiten al menos suge-

rir la necesidad de fuertes cambios en las políticas públicas.

4) La dicotomía técnico- político

Superar la dicotomía entre lo técnico y lo político, que se

implantó con mucha fuerza en los últimos años, el saber técnico es

múltiple, y no está exento de connotaciones ideológicas. Todos tene-

mos un ideal de sociedad, en tal sentido creemos que el saber pro-

fesional debe comprometerse con una transformación social que

permita una mejora sustantiva en el bienestar colectivo, esa es una

apuesta política. Hay que buscar entonces los lugares para esa dis-

cusión, abrir el debate, la militancia política debe volver a ser un

lugar de discusión y construcción de ideas y proyectos y no un mero

espacio de reparto de favores en un aparato del Estado que no res-

ponde a las necesidades colectivas.

También pensamos con Murmis9, que el intelectual no debe

ser aquel que salta a la oreja del líder, que busca un circuito corto, de

inmediatez, para llegar a la oreja del líder rapidito.

El principal aporte de un investigador es ofrecer datos para

comprender la realidad, no dirigir. La experiencia de América Latina

no ha sido buena cuando se subordinó lo político al dictamen de

algún técnico, en especial de los ministros de economía.

Como dice Joseph Stiglitz, premio Nóbel de economía en el

2001, los ministros de Hacienda y los presidentes de los Bancos Cen-

trales suelen estar estrechamente vinculados con el poder financiero,

9. Murmis, Miguel (2004): "El diálogo entre técnicos y políticos nunca ha sidofácil, en Clarín, Zona, domingo 18 de julio.

incluso muchas veces provienen de él y vuelven a él después de la

función pública.10

Creemos que estos espacios que articulan e integran lo polí-

tico y lo técnico se van logrando, faltan superar muchas barreras,

prejuicios y temores.

5) Las diferencias regionales como punto de partida... y como

punto de llegada

Pensar en políticas públicas debe considerar como punto de

partida las disparidades regionales, las diferencias espaciales que

repiten el esquema de incluidos- excluidos, las enormes diferencias

de ingreso en un país tan desigual como el nuestro, con ciudades

con ingreso del primer mundo frente a provincias con ingresos ínfi-

mos, con coparticipación que no siempre refleja las necesidades de

cada lugar, con distritos ricos y distritos pobres.

Los tres millones de habitantes que ocupan los 440 kilóme-

tros cuadrados delimitados por la avenida General Paz, la ciudad

autónoma de Buenos Aires, tienen un ingreso per cápita no inferior

a los 18.000 dólares que en algunas estimaciones alcanza a los

25.000. En la hipótesis más pesimista, tienen un ingreso superior a

las regiones del sur italiano, y en la más optimista alcanzan los

países más desarrollados, como Francia, por ejemplo. La Capital

Federal es el Primer Mundo; una isla en tres millones de kilómetros

cuadrados y casi cuarenta millones de habitantes11. Por supuesto

que este párrafo también esconde fuertes contrastes en el interior

de ese acotado "espacio privilegiado".

Pero también decimos como punto de llegada, pues si bien

afirmamos la necesidad de programas de alcance universal, rom-

piendo con la focalización que ha perjudicado demasiado, son bien

191

XVII

10. Stiglitz, Joseph (2003): EL malestar en la globalización, Buenos Aires, Taurus.11. Delich, Francisco (2002): La crisis en la crisis. Estado, nación sociedad ymercados en la Argentina Contemporánea, Buenos Aires, Eudeba.

contundentes las disparidades regionales que hacen no sólo a la

geografía, la cultura, la idiosincrasia de los pueblos, sino también a

lo que hemos esbozado en puntos anteriores, esta dicotomía

incluido-excluido en el interior de espacios similares.

Lo común y lo diverso deben integrarse para ponerse en

práctica de manera tal que logremos objetivos y metas comunes

como nación respetando la identidad y diversidad de cada pueblo

en particular, nos referimos no sólo a regiones, provincias, localida-

des, sino también a minorías étnicas como los pueblos aborígenes.

6) La falta de una visión estratégica

La dirigencia de nuestros días, corrida por el día a día, ha per-

dido la noción de estrategia y planificación, tan necesaria para

enfrentar los difíciles desafíos de nuestro presente.

La idea de la reflexión, la discusión, los talleres de planifica-

ción e incluso la formación permanente es muchas veces criticada, e

incluso considerada como pérdida de tiempo, la crítica situación coti-

diana no dejar ver con claridad este necesario espacio previo y para-

lelo al actuar.

Desde lo local, apostar a una visión estratégica, hoy en espe-

cial desde el plano socio- productivo, saber con que se cuenta, las

capacidades empresariales y de mano de obra, el aporte de la Uni-

versidad, la gestión local, las organizaciones de la sociedad civil.

7) La necesidad de evaluación permanente y ajustes progra-

máticos dinámicos

Es indispensable insertar definitivamente la evaluación per-

manente en los programas y proyectos en ejecución. Sin entrar en la

discusión de qué tipos de evaluaciones son las más adecuadas, cree-

mos sí, que al menos en el Estado, los equipos políticos-técnicos

deben incorporarla, formarse en ella, reconocerla en especial como

mecanismo que permite hacer las correcciones necesarias.

192

Las manifestaciones actuales de la cuestión social

En este punto suele aparecer por un lado, la supuesta "verdad

técnica", el "no nos equivocamos", "el error está en el otro", el "no se

que pasa con la gente", entre otras expresiones que reflejan esta

falta de mirarse a sí mismo.

Por el otro, la falta de decisión política para encarar cambios,

el temor a lo nuevo, el preferir "dejar las cosas como están".

Si no evaluamos es difícil corregir los errores, o si evaluamos

de tal forma que los resultados no cuestionen nuestro accionar, cosa

que habitualmente sucede, no avanzamos en los cambios que

requiere una sociedad que se ha transformado de una manera

abrupta al cabo de pocos años.

¿Cómo mantenemos programas diseñados hace 5, 8 o 10

años con pocos o nulos cambios? ¿Acaso la sociedad no se trans-

formó en ese tiempo, en un mundo donde los cambios son mucho

más vertiginosos?

El presente y sus enormes desafíos

Describimos algunos obstáculos marcando cuestiones que

pensamos contribuyen a la superación de los mismos. Sin embargo

en este punto queremos señalar, que nuestra experiencia laboral

durante los últimos años, debe llevarnos a replanteos sobre la direc-

cionalidad en las diferentes áreas involucradas con la tarea social.

Planteamos la vulnerabilidad social del núcleo familiar, donde

las condiciones en que se presenta van desde el desempleo hasta la

violencia doméstica.

Creemos que hay que diseñar con fuerza acciones de preven-

ción o promoción con el eje puesto en cumplimentar los objetivos que

puedan pautar las familias de acuerdo a sus necesidades de cambio.

Si la familia debe ser el eje de las políticas sociales, creemos

indispensable repensar todos los programas en ejecución, romper la

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XVII

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Las manifestaciones actuales de la cuestión social

fragmentación que hoy tenemos por franjas etáreas, diseñar nuevos

programas y proyectos que contemplen las nuevas realidades.

Comprender que hoy las viejas divisiones entre sectores socia-

les no son las que caracterizaron la Argentina en la etapa de un

Estado presente, con fuerte protección, desarrollo del mercado

interno y con una economía de cuasi pleno empleo. Por ende las

viejas estructuras familiares ya no existen, la multiplicación del des-

empleo en sucesivas generaciones ha cambiado costumbres, prácti-

cas, hábitos sociales en general.

A estas cuestiones internas agregamos las que son producto de

una sociedad globalizada, de una época de ultra consumo, de

extrema competitividad, de ausencia de identidades. Se ha estancado

el bienestar material y la exclusión social no se revierte, expandiéndose

más que nunca el acceso a bienes simbólicos como la educación

formal, la televisión y la información actualizada.12

Frente a esta realidad que nos exime de demasiadas aclara-

ciones, la familia ha sufrido enormes cambios, en especial durante la

última década, son muy disímiles las situaciones sociales de cada una

y eso complejiza el diseño de programas o proyectos que no tienen

otra alternativa que pensar en grupos homogéneos.

Es impensable cambiar las políticas públicas desde el ámbito

local, la provincia y la nación tienen la mayor potencialidad para

hacerlo, desde una fuerte discusión de la distribución del ingreso, de

un cambio en la estructura impositiva, del paso de un sistema regre-

sivo a otro progresivo, donde contribuyan más los que más tienen.

Frente a una sociedad con tan altos índices de marginación y

pobreza, falta de movilidad social, graves problemas de empleo y de

formación adecuada para una reactivación industrial que todos

12. Hopenhayn, Martín (1998): Integración y desintegración social en Amé-rica Latina: una lectura finisecular, en: Raquel Castronovo (coordinador):Integración o desintegración social, Buenos Aires, Espacio.

esperamos se mantenga y crezca en los próximos años, las políticas

sociales tienen la obligación de ser dinámicas, de responder a las

necesidades de las familias, de evaluarse permanentemente y de

cambiar cuando los datos así lo indiquen.

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Se terminó de imprimir en el mes de febrerode 2005 en Latingráfica, Rocamora 4161,

Buenos Aires, República Argentina.