Las loberas del Ferrol

Conoces las loberas del Ferrol

Para quienes aún no conocen, Las Loberas corresponden a un área semicircular rocosa que alberga a cuantiosos lobos marinos del género Otaria o “Lobo Chusco” cuya ubicación se encuentra en la parte oeste de la extensión de la Península El Ferrol que es una prolongación de Isla Blanca.

El recorrido es toda una Odisea Chimbotera, ya que bordeando la isla para llegar al destino se encuentra una formación rocosa denominada Hueco a la Vela.

Al percibir la presencia humana, dan la bienvenida con fuertes rugidos que ponen en alerta a los visitantes, embargados por la emoción de enfrentar la naturaleza desconocida.

Ante la sorprendida mirada de los turistas se despliega un increíble espectáculo. Centenares de lobos marinos de diferentes tamaños se muestran tranquilos e imperturbables sobre los empinados peñascos.

Según el biólogo de la Universidad Nacional del Santa, Rómulo Loayza Aguilar, no hay un estudio exacto de esta población. Se presume que pertenecen al género Otaria o “Lobo Chusco” como comúnmente se los conoce, los mismos que pueden llegar a medir más de 2 metros y superar los 300 kilos. Su periodo de vida oscila entre los 5 y 7 años.

Esta especie vive y se desarrolla en grupos que superan los cuatrocientos especímenes. Dentro de su organización existen jerarquías y subgrupos. Un macho puede tener de 4 a 5 hembras que se encargan de transmitir sus genes. Los lobos marcan su territorio mediante el rugido y el fuerte olor hormonal que despiden como una advertencia a quien se acerca. Por este motivo, se suscitan brutales batallas.

Como viven los lobos marinos

El descanso del lobo chusco es acompañado por la brisa marina. Las olas golpeando las rocas muestran esa calidez y tranquilidad que los humanos estamos lejos de disfrutar. El jugueteo de una cría con su madre expresa en toda su dimensión la libertad de la naturaleza.

Este hábitat no está muy alejado del principal depredador: el hombre, quien mata a golpes a los lobos y en ocasiones con dinamita, por considerarlos un peligro al momento de pescar, un acto que gradualmente está contribuyendo a la extinción de la especie. Los mamíferos, en su afán de alimentarse, rasgan las redes de las embarcaciones bolicheras y cortineras.

La mayoría de los animales son muy sensibles a los efectos del cambio climático, y en especial si su ciclo reproductivo depende de ello. Pocos logran adaptarse a los cambios en el clima y al adelanto de las estaciones que ocurre actualmente con mayor frecuencia en el mundo, afectando su comportamiento. Se reproducen antes o después de su ciclo habitual, lo cual ocasiona un desequilibrio en los ecosistemas, influyendo que muchas especies tengan que cambiar su hábitat y hasta el tiempo para reproducirse con el fin de sobrevivir.

El medio ambiente y los lobos marinos

Los lobos marinos se ven obligados a migrar. Expertos de la Organización Científica de Animales Acuáticos (ORCA), en enero pasado confirmaron que una colonia de unos 30 ejemplares de lobos marinos finos de Galápagos, como consecuencia de las altas temperaturas por el cambio climático, se trasladaron desde esas islas ecuatorianas con temperaturas de 25°, viajando nada menos que unos 1.500 kilómetros hasta la Isla Foca, frente a Paita en Perú, donde la temperatura actual es de 23°C, a diferencia de hace 10 años que registraba 17°C.

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