Las Guerras Púnicas

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    LAS GUERRASLAS GUERRAS PNICASPNICAS

    Rafael Prez DuarteRafael Prez Duarte

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    NDICE.1 INTRODUCCIN.............................................................................................................................32 ROMA Y CARTAGO ANTES DE LAS GUERRAS........................................................................33 LA PRIMERA GUERRA PNICA 264-241 a.C.............................................................................6

    3.1 LAS CAUSAS DEL CONFLICTO...........................................................................................63.2 LA GUERRA EN SICILIA........................................................................................................83.3 LA GUERRA EN EL MAR.......................................................................................................83.4 LA GUERRA EN FRICA.......................................................................................................93.5 LA GUERRA VUELVE A SICILIA........................................................................................113.6 EL FINAL DE LA GUERRA Y LA PAZ DE LUTACIO........................................................123.7 LA GUERRA LBICA O DE LOS MERCENARIOS 241-237 a.C........................................13

    4 LA SEGUNDA GUERRA PNICA 218-201 a.C..........................................................................144.1 CARTAGO ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA PNICA................................................144.2 ROMA ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA PNICA.......................................................144.3 LAS CAUSAS DE LA SEGUNDA GUERRA.......................................................................154.4 COMIENZA LA GUERRA.....................................................................................................164.5 ANBAL INVADE ITALIA.....................................................................................................174.6 OPERACIONES DE LOS ROMANOS EN HISPANIA. ......................................................184.7 DE TRASIMENO A CANNAS...............................................................................................184.8 DESPUS DE CANNAS........................................................................................................214.9 EL FRENTE HISPANO...........................................................................................................224.10 LA GUERRA DEL AO 215 AL 211 a.C.............................................................................224.11 DE LA CONQUISTA DE CARTAGO NOVA AL FINAL DE LA GUERRA EN ITALIA.. 254.12 LA BATALLA DE ZAMA Y EL FINAL DE LA GUERRA.................................................28

    5 LA TERCERA GUERRA PNICA 149-146 a.C...........................................................................305.1 LOS CONTRINCANTES ANTES DE LA TERCERA GUERRA PNICA.........................305.2 PRECEDENTES DEL CONFLICTO......................................................................................305.3 LA GUERRA...........................................................................................................................30

    6 CONCLUSIN...............................................................................................................................327 BIBLIOGRAFA.............................................................................................................................33

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    LAS GUERRAS PNICAS1 INTRODUCCIN.

    Las Guerras Pnicas fueron una serie de tres guerras, que llevaron a cabo las dos mayores potencias del Mediterrneo; Roma y Cartago, una guerra de una magnitud no conocida hasta entonces en la Historia de la humanidad, tanto por el nmero de tropas involucradas como por la duracin en el tiempo. Dieron comienzo en el ao 264 a.C. y finalizaron en el ao 146 a.C. con la destruccin de Cartago, su vida como Estado dej de existir y su cultura aniquilada casi por entero.

    Roma pas de ser un poder con influencia casi exclusiva sobre suelo italiano a convertirse en una potencia sin rival en todo el arco Mediterrneo, y poner las bases para la creacin de un Imperio que controlara Europa Occidental, frica del Norte y el Oriente Prximo.

    Cartago antes de la Primera Guerra Pnica, era una poderosa ciudad-estado con un gran imperio comercial basado en las colonias exteriores, y exceptuando a Roma, el ms poderoso estado del Mediterrneo occidental. La armada de Cartago no tena rival en la poca, aunque sus ejrcitos de tierra no estaban lo suficientemente preparados ni eran demasiado potentes.

    Este fue uno de los principales motivos para el estallido de la guerra, el control comercial del Mediterrneo y el conflicto de intereses entre las existentes colonias de Cartago y la expansin de Roma. La Primera Guerra Pnica (264-241 a.C.) se libr casi exclusivamente por el control de Sicilia, tuvo grandes encuentros navales y la guerra se decidi casi exclusivamente en el mar. Despus de la derrota en la Primera Guerra Pnica; de Cartago, en la que el teatro de operaciones fue limitado en el espacio, la Segunda Guerra Pnica (218-202 a.C.) fue una guerra global, en la que se combati en cuatro teatros principales: Italia, donde Anbal venci a las legiones romanas de forma continuada; la Hispania, donde Asdrbal Barca, hermano de Anbal, defendi las ciudades coloniales cartaginesas hasta que fue obligado a retirarse hacia Italia; Sicilia, donde los romanos mantuvieron siempre su supremaca militar frente a los intentos cartagineses de recuperar la isla; y frica con la batalla de Zama y el final de la Segunda Guerra Pnica con la derrota cartaginesa. La Tercera Guerra Pnica (149-146 a.C.) comprende casi exclusivamente el sitio de Cartago, una operacin de asedio de larga duracin que acab con el saqueo y la destruccin de la ciudad de Cartago.

    Las Guerras Pnicas encumbraron a la gloria a grandes hombres, fueron unas guerras picas en cuanto a su escala, a su intensidad y a su dramatismo, y estn plagadas de personalidades notables, pero dos sobresaliendo por encima del resto. Por el lado romano Publio Cornelio Escipin, el Africano, que conquist Hispania y gan en frica. Y por el lado cartagins, Anbal Barca. Este personaje posee esa clase de encanto que slo rodea a los genios militares que consiguen las victorias ms llamativas pero que, finalmente pierden la guerra. Es probablemente uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, y en su periplo por Italia, nos regal una de las batallas mas estudiadas de la Historia; Cannas. Una de esas batallas que todava se estudian en las academias militares, y que los grandes generales de la Historia han intentado reproducir en sus batallas las tcticas militares empleadas por Anbal.

    Mucho se ha escrito conjeturando que hubiera pasado si los cartagineses hubieran ganado las Guerras Pnicas, seguramente la Historia del mundo habra sido diferente, una derrota de estas caractersticas hubiera retardado enormemente la expansin romana y quizs le hubiera puesto fin para siempre.

    2 ROMA Y CARTAGO ANTES DE LAS GUERRAS.El mundo mediterrneo en el siglo III a.C. era un teatro dominado por los ptolomeos en Egipto, la de

    los selucidas en Siria y la mayor parte de Asia, y la del reino de los Antgonos en Macedonia. Las comunidades griegas que ocuparon la mayor parte de Sicilia y del sur de Italia (Magna Grecia) y que se diseminaron por las costas de Hispania y del sur de Galia, formaban parte del mundo helnico. Hispania estaba ocupada en el sur por los beros, los celtberos se hicieron con el norte, y los lusitanos con el oeste. Galia y el norte de Italia estaban ocupados por los galos. Estos pueblos no dejaban de ser organizaciones tribales, aunque algunos pueblos desarrollaron asentamientos que se parecan ya a las clsicas ciudades-estado. Cartago era sin duda alguna la mayor potencia del Mediterrneo Occidental. Los romanos llegaron a alcanzar el dominio en Italia despus de su victoria sobre Pirro en el 280-275 a.C..

    Los fenicios eran un pueblo semtico, cuyas principales ciudades eran Tiro y Sidn, se encontraban en la costa de lo que actualmente es el Lbano. Los fenicios establecieron asentamientos comerciales a lo largo de todo el Mediterrneo. Cartago no fue el primer asentamiento pnico en frica, (tica era mucho

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    ms antigua) pero pronto empez a gozar de especial importancia. En Cartago, la religin estaba controlada por el estado y sus magistrados controlaban las funciones

    polticas y religiosas. Las colonias cartaginesas a lo largo del Mediterrneo se constituyeron como centros comerciales. Pero a partir del siglo VI a.C. la competencia con las colonias griegas se hizo manifiesta. La competencia entre estos dos rivales, desemboc en un conflicto para hacerse con el control de Sicilia. El conflicto fluctu entre ambos bandos, en el 480 a.C. los griegos obtuvieron una victoria en Himera. A pesar de esta derrota y de otras similares, los cartagineses siguieron con su tctica de perseverancia en su afn de dominar Sicilia. A pesar del dominio griego en Sicilia, cada vez un nmero ms alto de tiranos, se fueron uniendo a la causa griega. Entre ellos Dionisio y Agatocles. En el 310 a.C. Agatocles, tirano de Siracusa, lleg incluso a poner pie en frica y sitiar la ciudad de Cartago pero fue incapaz de tomar la ciudad. Agatocles regres a Siracusa desde donde control la mayor parte de la isla hasta su muerte en el 289 a.C.

    En el siglo V a.C., el poder de Cartago haba aumentado continuamente en frica, esto condujo al establecimiento en frica de asentamientos de enclaves comerciales, mientras que continuaban desarrollando sus colonias en Hispania. El control de todos estos enclaves costeros; ya que los cartagineses siempre elegan buenos puertos para sus enclaves, permiti crecer su podero naval, adems de proporcionar a Cartago el control sobre las rutas comerciales ms importantes del Mediterrneo Occidental. La enorme riqueza de Cartago se hizo manifiesta en el continuo crecimiento de la ciudad.

    En sus orgenes, Cartago haba sido una monarqua, pero a partir aproximadamente del siglo III a.C., los principales funcionarios con poderes ejecutivos del Estado eran dos sufetes elegidos anualmente. La riqueza era tan importante como los mritos en la eleccin de los sufetes, que ostentaban el poder supremo civil y religioso, pero no el poder militar. Dentro de su organizacin poltica exista el denominado Consejo de los Treinta Ancianos, que actuaba con capacidad consultiva, y haba otro tribunal, el Consejo de los Ciento Cuatro, que se encargaba de supervisarlo. Esta claro que bajo estas condiciones Cartago fue un rgimen muy estable polticamente.

    Dentro de su organizacin militar Cartago contaba con un escaso cuerpo de ciudadanos, no estaba dispuesta a arriesgarse a perder un gran nmero de bajas de ese cuerpo. Los ciudadanos solamente estaban obligados a ejercer el servicio militar para defender su propia ciudad. Cuando era necesaria su intervencin lo hacan en orden cerrado de infantera, luchando en formacin de falange. Sus armas eran largas lanzas y escudos, pero su efectividad era muy limitada, seguramente debido a su inexperiencia. Lo que parece claro, es que, en la marina sirvi un nmero ms grande de ciudadanos. Al contrario que en los ejrcitos de tierra, que tendan a disolverse al final del conflicto, la marina pnica contaba con una situacin de continuidad, puesto que tenan la necesidad de proteger las rutas comerciales que proporcionaban al Estado tantas riquezas. Como su ejrcito formado por ciudadanos era casi inexistente, el ejrcito cartagins estaba formado sobre todo por soldados extranjeros. Los libios suministraban infantera y caballera, mientras los reinos nmidas ofrecan su celebre caballera ligera, procedentes de Hispania venan fuerzas de infantera ligera y pesada, tambin nos encontramos con infantera gala. Por lo general, esta mezcla de contingentes de distintas nacionalidades proporcionaban a los ejrcitos cartagineses un buen equilibrio entre diferentes tipos de tropas, con una infantera y una caballera a la vez de orden cerrado y disperso. La dificultad resida en la coordinacin de elementos tan dispares, las rdenes transmitidas en pnico deban traducirse a varios idiomas para que pudieran ser comprendidas por los soldados. Un elemento adicional lo proporcionaba el uso frecuente de elefantes de guerra, que provocaban el pnico entre unos enemigos no habituados a ellos. El elefante era el arma principal que se usaba para aterrorizar y destruir a los ejrcitos enemigos. Los sufetes no detentaban el mando militar, en su lugar, se nombraban generales, y por lo general, detentaban el mando de forma semipermanente hasta que eran destituidos. Una de las ventajas de los cartagineses es que podan reclutar con gran rapidez a un buen nmero de mercenarios y de tropas aliadas, ya que Cartago posea los recursos econmicos suficientes para llevarlos a cabo.

    Roma emergi de forma gradual, como la ms importante ciudad del Lacio. En el 338 a.C., Roma frustr una gran rebelin de otras ciudades latinas. Como consecuencia de ese conflicto, Roma estableci el modelo para provocar la absorcin del resto de Italia. Confisc parte del territorio y lo utiliz para establecer en l colonias de ciudadanos romanos. La voluntad romana de otorgar su ciudadana fue un hecho nico en el mundo antiguo y un factor clave para entender su xito posterior. A finales del siglo IV y principios del siglo III a.C., la expansin romana recibi su mayor impulso, los romanos derrotaron a samnitas, etruscos y galos. Fueron sometidas las ciudades de la Magna Grecia, a pesar de la intervencin del rey Pirro de piro. El ejrcito de Pirro infringi dos serias derrotas a los ejrcitos romanos, aunque finalmente fue vencido. Lo notable de todo ese conflicto fue el rechazo de los romanos a negociar con Pirro despus de las victorias de ste, lo que constituyo una sorpresa para el rey de piro, ya que ste esperaba que todas las guerras finalizaran con una acuerdo de paz negociada, segn era la norma en la cultura helenstica.

    En las cuestiones polticas Roma era una repblica. Haba tres asambleas mediante las que los

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    ciudadanos romanos expresaban su voluntad colectiva. Los Comitia Centuriata votaban para declarar la guerra o aceptar un tratado de paz, y elegan a cnsules, pretores y censores. Los Comitia Tributa elegan a los magistrados inferiores y podan aprobar leyes. El Concilium Plebis era muy similar pero exclua a la clase patricia. Las asambleas no debatan sobre ningn tema, simplemente se las convocaba cuando su voto era imprescindible. El Senado era el consejo permanente que discuta los asuntos del Estado. Estaba formado por alrededor de trescientos miembros. Cada ao, el Senado decida dnde enviar a los principales magistrados, asignndoles provincias que constituan esferas de poder mas que influencia territorial. Tambin les fijaban los recursos militares y econmicos, estableciendo el tamao de cada ejercito. Los magistrado ms importantes eran los cnsules, quienes se tenan que hacer al frente de las temas de estado durante doce meses, sus responsabilidades iban desde redactar leyes hasta dirigir a un ejrcito en el campo de batalla. A pesar de que los cnsules tenan el mando principal de los militares romanos, no eran soldados profesionales, lo que llevo a lo largo de las Guerras Pnicas a grandes triunfos y sonadas derrotas dependiendo de los cnsules de cada periodo.

    En Roma, al igual que en Cartago, la competencia aristocrtica era feroz, aunque se hallaba fuertemente controlada, y la Repblica demostraba ser mucho ms estable que muchas de las ciudades-estado griegas. Uno de los pilares de esta estabilidad lo proporcionaba el principio fundamental de que nadie, a ttulo individual, pudiera alcanzar un poder absoluto. Por eso haba dos cnsules, que ejercan el cargo durante doce meses y despus volvan a su vida privada. Solamente en ocasiones de profunda crisis se suspenda el orden normal y se nombraba un dictador nico con poderes supremos que superaban a los de los cnsules. Este cargo era transitorio ya que no poda alargarse ms de seis meses.

    El ejrcito romano, al igual que las ciudades-estado griegas, posea originalmente un ejrcito de hoplitas, compuesto por ciudadanos lo suficientemente ricos como para poder pagar el equipamiento. El problema se deba cuando el conflicto duraba demasiado, lo que haca que los componentes del ejrcito se vieran obligados a volver a sus obligaciones. Esta circunstancia cambio desde principios del siglo IV a.C., el Estado romano pagaba una paga a sus soldados durante la duracin del conflicto. En su origen, la palabra legio (legin) significaba ejrcito o leva y haca referencia a la fuerza total reclutada por el pueblo romano en un ao. En el siglo III a.C., la legin constaba de cinco elemento. Su principal fuerza consista en tres cuerpos de infantera pesada; los hastati formaban el primer cuerpo y eran los ms jvenes, los principes formaban el segundo cuerpo y tenan en sus filas a los soldados con edades de entre los veinte y los treinta aos y el tercero, lo formaban los triarii, con soldados ms viejos y experimentados. Cada uno de estos tres cuerpos estaba dividido en diez manpulos, cada manpulo estaba formado por unos ciento veinte hombres excepto el de los triarii que tena sesenta hombres. Todos los manpulos estaban divididos en dos centurias, comandadas cada una por un centurin. Los otros dos cuerpos estaban formados por los velites o cuerpo de infantera ligera en nmero de mil doscientos hombres, y la caballera, que al igual que los triarii, el nmero de componentes no cambiaba nunca y era de trescientos jinetes.

    Es importante sealar que casi todos los aos, la repblica romana contaba en el campo de batalla con cuatro legiones. Cada cnsul reciba un ejrcito con dos legiones (cada legin estaba formada por unos veinte mil hombres).

    Fig. 1 Roma y Cartago antes de la Primera Guerra Pnica.

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    3 LA PRIMERA GUERRA PNICA 264-241 a.C..3.1 LAS CAUSAS DEL CONFLICTO

    Durante dos siglos y medio, Roma y Cartago vivieron en completo acuerdo. Debido a su diversidad, los intereses de ambas nunca se haban enfrentado. Los tratados que desde antiguo se firmaron entre ambos estados determinaban sus respectivas vocaciones: terrestre para Roma y martima para Cartago. El primer tratado, que se hizo en el 509 a.C., a la cada de la monarqua romana, haba asegurado a los romanos, que acababan de liberarse de la tutela etrusca, el reconocimiento de su autonoma poltica por parte de una potencia cuyos barcos cruzaban de continuo el Tirreno, y a los cartagineses les haba dado la ventaja de alejar de los dominios del mar, a una potencia de la que haban intuido la gran capacidad de expansin. El tratado de 348 a.C., reafirm la preeminencia de Roma en el Lacio, a la par que significaba para Cartago la neutralizacin de una fuerza que, de aliarse con sus enemigos, hubiera podido causar graves daos a su trfico martimo. Roma, aunque estado terrestre, se hallaba rodeado de estados martimos, posibles rivales de los cartagineses. De aqu el gran inters de Cartago en conservar la amistad de Roma. sta, por su parte, poda moverse en sus contactos con pueblos vecinos y lejanos con mayor libertad, y as pudo llegar a tener relaciones amistosas y comerciales con estados rivales de Cartago, como Massilia. En el tratado del ao 306 a.C., parece que Cartago se reencontraba protocolariamente con Roma, ciudad no inquietante, pero que en los ltimos tiempos se haba fortalecido considerablemente en la Pennsula Itlica. En este ao, los embajadores de una y otra ciudad se reunan para consolidar por escrito los lmites de las respectivas reas de influencia, que excluan a Roma de Sicilia y de Cerdea, y a Cartago de Italia. La guerra que romanos y cartagineses mantuvieron conjuntamente contra el rey Pirro de Epiro comport el cuarto y ltimo acuerdo de amistad entre ambos estados, y fue, probablemente, un contacto definitivo para que los grandes de Roma se dieran cuenta del verdadero poder de Cartago. Durante la guerra contra el enemigo comn, los romanos, casi desconocidos para la mundo fuera de Italia, examinaron a su aliado.

    Fig. 2 Sicilia antes de 264 a.C.

    Las causas que dieron forma al enfrentamiento entre Roma y Cartago se dieron en forma de incidente en Messana (la actual Messina, Sicilia), y tuvieron sus orgenes en la actuacin del tirano de Siracusa, Agatocles, que se apropi la ciudad entre el 315 y 312 a.C.. Despus de la muerte de Agatocles (asesinado en el 289 a.C.), los mercenarios mamertinos que sirvieron a Agatocles en Sicilia, libres de un gobierno estable, decidieron conquistar la ciudad de Messana, exterminando a sus habitantes y apoderndose de sus bienes. Con la toma de Messana, los mamertinos gozaban de una base slida, que les permita llevar a cabo acciones contra Hiern de Siracusa, amigo de los cartagineses. Sucede, que los mamertinos haban servido tambin a los cartagineses durante la guerra contra Pirro, por lo que eran aliados de stos, de modo que, cuando se vieron intimidados por el tirano griego, acudieron a demandarles auxilio. Los pnicos, a quienes no interesaba perder la amistad de ninguno de ambos contendientes, disuadieron mediante diplomacia a Hiern, y dispusieron una pequea guarnicin defensiva en Messana, liderada por el comandante de las tropas pnicas con base en las islas Lparas. Esta situacin detena momentneamente las expectativas de Siracusa, favoreciendo los intereses de Cartago.

    La situacin era estable, cuando una accin que actualmente no esta muy clara en las fuentes de aquella poca, gir el rumbo de los acontecimientos. Los mamertinos, o una parte de ellos, hicieron una nueva llamada de auxilio, destinada esta vez a los romanos. El Senado era incapaz de tomar una decisin,

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    pero, el ao 264 a.C., los cnsules estaban ansiosos por aprovechar la oportunidad de intervenir y convencer al pueblo a que votara a favor del envo de una expedicin a Sicilia. Se nombro el mando a uno de los cnsules, Apio Claudio Caudex. Para Claudio, la llamada de los mamertinos le ofreca la oportunidad de conseguir en su ao consular la gloria con la que soaban todos los senadores. Una vez que los romanos tomaron la decisin de enviar una expedicin a Sicilia, llevo su tiempo enrolar y reunir un ejrcito consular, adems de tener que pedir a sus aliados navales en Locri, Tarento, Elea y Npoles, trirremes y galeras de cinco filas de remos para atravesar el estrecho de Messina desde el destacamento de Rhegium. Mientras los cartagineses transportaron un escuadrn desde sus galeras a una posicin cercana al cabo Pelorias, desde la que podan vigilar el estrecho y enfrentarse a cualquier barco que intentara cruzar. A partir de ese momento, los mamertinos expulsaron de la ciudad de Messana a la guarnicin pnica. Los intentos por cruzar el mar de los romano fueron interceptados por los barcos cartagineses.

    Fig. 3 Roma entra en Sicilia 264 a.C.

    Los cartagineses, no obstante, estuvieron desde el primer momento reticentes a iniciar un conflicto abierto contra la Repblica Romana. De este modo, para demostrar su buenas intenciones, la guarnicin pnica devolvi las naves romanas que haban sido capturadas durante la travesa del estrecho. Finalmente Apio Claudio consigui transportar sus tropas hasta Messana, desde all mand mensajeros a Hiern y a los cartagineses justificndose ante la necesidad que tenan los romanos de cumplir su fidelidad para con sus aliados, los mamertinos. Lo nico que salio claro de toda esta ronda de negociaciones fue la alianza entre la Siracusa de Hiern y los cartagineses para tomar Messana y oponerse a la invasin romana. Hiern traslado su ejrcito desde Siracusa y acamp cerca del campamento cartagins y comenz el asedio a Messana, pero Apio Claudio atac el campamento de Hiern y alcanzo la victoria. Al da siguiente, Claudio atac a los cartagineses de madrugada y los puso a la fuga, de esta manera consigui romper la alianza contra Messana. Claudio continu hacia Siracusa, asolando y devastando su territorio, aunque no tenia ni tiempo ni recursos suficientes para iniciar una maniobra de asalto o de asedio a la ciudad . Su ao consular llega a su fin y se retira.

    En 263 a.C., los romanos deciden enviar a ambos cnsules, Marco Valerio Mximo y Manio Otalcilio Crasco, a Sicilia, cada uno con un ejrcito consular estndar, formado por dos legiones y dos alae, de forma que unos cuarenta mil soldados hacen la campaa en la zona. El objetivo principal es la toma de Siracusa, ciudad que inmediatamente asediaron. Hiern decidi pedir la paz, que fue aceptada inmediatamente por los romanos, cuyo ejrcito empezaba a tener problemas de suministros debido al bloqueo martimo de los cartagineses. En esta primera fase de la guerra en Sicilia esta era su nica participacin, proporcionar un bloqueo a los estrechos. Segn los trminos del tratado, Hiern se convirti en aliado de Roma, le permiti controlar Siracusa de una forma independiente, as como extensos territorios. La ayuda de Siracusa a los romanos vino en forma de abastecimiento a los ejrcitos, sin los cuales no hubiera sido posible las campaas en Sicilia.

    Fig. 4 Expedicin contra Siracusa 263 a.C.

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    3.2 LA GUERRA EN SICILIA.

    Siracusa ofreca a los romanos una base desde donde operar, disponan de grano, forraje y otros suministros. Messana era un lugar seguro y los primeros objetivos romanos se haban cumplido. Para los cartagineses, despus de una primera parte a la defensiva, dieron comienzo a la creacin de un ejrcito para utilizarlo en la isla. De Hispania alistaron a un gran nmero de mercenarios, al mismo tiempo que galos y ligures. Los cartagineses utilizaron Agrigento, situada a medio camino de la costa siciliana ms prxima a frica, como su base de operaciones. Pero en el 262 a.C., cuando los romanos marcharon contra ella, las tropas reclutadas por los cartagineses todava no haban llegado. Los cnsules de ese ao, Lucio Postumio Megello y Quinto Manilio Vitulo, marcharon juntos y llegaron a las afueras de la ciudad en la poca de cosecha (junio). Anbal, hijo de Gisgn, comandante en jefe de Agrigento, rehus a presentar batalla fuera de los muros de la ciudad; en aquellos tiempos la toma de una ciudad por asalto directo, aun con una fuerza numricamente superior, era casi imposible. La manera ms fcil de tomar una ciudad era por sorpresa o haciendo uso de la astucia. Una de estas astucias era la traicin interna. En Agrigento, los romanos no tuvieron ninguna oportunidad de tomar la ciudad por sorpresa o por traicin, lo que slo les dejaba elegir entre un asalto directo y el asedio. Los medios tcnicos con los que se contaba en el siglo III a.C. para romper la muralla eran muy limitados, y en esa poca los romanos carecan de habilidad tcnica para intentar un proyecto de esa envergadura contra una ciudad tan grande como Agrigento. Esto quera decir que la nica opcin viable a disposicin de los cnsules era el bloqueo, es decir, cerra la ciudad al mundo exterior hasta que se le acabaran los suministros y tuvieran la necesidad de rendirse. Una de las ventajas de los romanos en esta situacin era que Agrigento no tena puerto de mar como otras fortificaciones pnicas, por que de haberlo tenido el bloque por mar hubiera sido imposible de realizar.

    Pasados cinco meses de asedio, Anbal empez a preocuparse por los recursos alimenticios y mando mensajes urgentes. Los cartagineses embarcaron el grueso de la tropa recientemente reclutada hacia Sicilia, concentrndose en Heraclea Minoa, situada en la costa a unos veinticinco kilmetros de Agrigento, donde quedaron estacionadas al mando de Hannn. Las tropas de Hannn acampararon a unos dos kilmetros del campamento romano y durante unos das mantuvieron las tpicas luchas de avanzadillas. No hay muchos datos de la batalla, pero aun con un nmero alto de bajas los romanos fueron los vencedores. Sabedor de que ya no poda recibir ayuda, Anbal condujo a su guarnicin a irse durante la noche, as los romanos consiguieron entrar en Agrigento sin oposicin despus de un asedio que haba durado unos siete meses. La ciudad fue saqueada y sus habitantes vendidos como esclavos. Los romanos consiguieron una victoria importante.

    Fig. 5 Toma de Agrigento 262 a.C.

    3.3 LA GUERRA EN EL MAR.

    La cada de Agrigento anim al Senado a ampliar sus objetivos blicos hasta la expulsin total de las cartagineses de Sicilia. Como resultado de todo esto, tomaron la decisin fundamental de construir una flota.

    No es cierto que los romanos, como se escribe en muchos libros de texto, carecieran de cualquier tipo de experiencia en la construccin y manejo de navos de guerra antes del 260 a.C., pero apenas haban necesitado utilizar barcos de guerra durante su rpida conquista de la Pennsula Itlica. Por consiguiente, la decisin del senado de construir una flota de cien quincuerremes y veinte trirremes, con la intencin de enfrentarse directamente a la flota cartaginesa, marc un cambio importante en la prctica blica romana. Una fuerza naval era claramente indispensable para el total sometimiento de Sicilia, ya que aunque los ejrcitos romanos tenan a Siracusa como base de operaciones, el bloqueo martimo impuesto por los

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    cartagineses hacan muy difcil el abastecimiento de las tropas.Las superiores prestaciones de los barcos cartagineses durante la mayor parte de la guerra fue un

    reflejo de la mayor preparacin de sus tripulaciones y, en los comienzos, de una mejor construccin. Polibio, nos dice que el modelo de las quincuerremes romanas, era un cinco pnico que haba sido capturado despus de que encallara cerca de Rhegium, en un intento por evitar el paso de las fuerzas de Claudio.

    A medida que se iban botando los barcos de la flota romana, las tripulaciones dedicaban un periodo breve de tiempo a entrenarse. De los dos cnsules del ao 260 a.C., se nombr comandante de la flota a Cneo Cornelio Escipin, mientras que el otro cnsul, Cayo Duilio, recibi el mando de las tropas en Sicilia. Los romanos advirtieron que sus barcos no eran ni tan rpidos ni tan maniobrables como los cartagineses, y sus tripulaciones estaban peor adiestradas. Si queran dar un golpe de efecto en el mar, necesitaban de algo diferente, y alguien propuso la idea de un nuevo tipo de puente de abordaje, conocido como corvus, aunque Polibio usa la palabra griega corax. El corvus era un puente de abordaje, con una especie de barandilla a cada lado y dos pas al final del mismo. Cuando lo soltaban, el corvus caa sobre la cubierta de un barco enemigo, y la punta se clavaba en la proa del barco. Una vez anclado en el barco enemigo los infantes de marina romanos podan pasar por l y arrollar a la tripulacin enemiga. Era un artificio simple y prctico que permiti a los romanos trasladar a las batallas navales las ventajas con las que contaban en la lucha en tierra, y que les sirvi para alcanzar grandes xitos durante el breve tiempo que estuvo en uso.

    Al poco tiempo de su llegada con la flota Duilio fue en busca de la flota pnica al mando del mismo Anbal que haba sido derrotado en Agrigento. Pero con la utilizacin del nuevo artilugio de la flota romana, el corvus, la batalla se decidi del lado romano. Fue la memorable victoria naval de Mylae, frente a las costas de Mileto; entre las islas Elicas y la costa norte de Sicilia. Fue un xito para la joven flota romana, de tal magnitud que el propio Cayo Duilio erigi una columna en el Foro con los espolones de los barcos cartagineses apresados, columna rostrata.

    3.4 LA GUERRA EN FRICA.

    La extraordinaria victoria romana de Mylae, no obstante, contrariamente a dejar resuelto el conflicto, prolongara las batallas navales durante unos aos, mientras que en Sicilia se viva una interminable guerra de desgaste. Cartago todava contaba con el control sobre la parte occidental de la isla, donde las ciudades de Panormo (Palermo), Drpano (Trapani) y Lilibeo (Marsala) resistan al invasor.

    Fig. 5 La situacin en Sicilia

    En 256 a.C., la guerra en Sicilia comenzaba a eternizarse para ambos bandos, pero fueron los romanos quienes tomaron la iniciativa. Los dos cnsules de ese ao, Lucio Manlio Vulsonio y Marco Atilio Rgulo, fueron enviados con sus legiones a frica. Con esta finalidad, consiguieron reunir una enorme flota de trescientos treinta navos. Los mandos pnicos haban decidido llevar cabo una accin de la flota a la altura de Sicilia, considerando que era la mejor forma de mantener a la propia Cartago a salvo. La flota pnica estaba comandada por Hannn (el general que fracas en socorrer a Agrigento en el 261 a.C.) y Amlcar, comandante supremo de Sicilia. El convoy es sorprendido cerca del cabo de Ecnomo. El principal enfrentamiento de la guerra, y quizs la mayor batalla naval de la Historia hasta el momento, la batalla de Ecnomo, termin con una clara victoria romana. Una vez ms, el corvus demostr su eficacia, a la par que los dos cnsules romanos demostraron una mayor comprensin de la batalla que sus homlogos cartagineses.

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    Fig. 6 Ecnomo

    Despus de una breve pausa para descansar y reagruparse, los dos cnsules, se dirigieron hacia el cabo Bon, y desembarcaron cerca de la ciudad de Aspis. Desde aquella posicin estratgica, que mantena el contacto martimo con Sicilia, los cnsules Rgulo y Vulsonio rompieron las frgiles fortificaciones de los pnicos y comenzaron a devastar las frtiles tierras.

    Una vez que los cartagineses advirtieron la imposibilidad de evitar el enfrentamiento con los romanos, se prepararon para la defensa de Cartago. Eligieron a dos generales, Asdrbal, hijo de Hannn, y Bostar, al tiempo que se hizo venir desde Sicilia a Amlcar. Pese a la buena marcha de las operaciones en frica, el senado ordena volver a la mayor parte de la flota y al cnsul Vulsonio, dejando a Rgulo al mando de unos quince mil hombre y cuarenta naves. En la primavera del 255 a.C., Rgulo avanz hasta la ciudad de Adys, donde efectu un ataque sorpresa al amanecer sobre el campamento cartagins, derrotndolo. Los romanos continuaron su exitosa campaa con la toma de Tnez, utilizndola como base de operaciones para llevar a cabo incursiones cerca de la propia Cartago. Despus de sufrir tantas derrotas, tanto en Sicilia como en frica, ademas de la derrotas martimas, los cartagineses propusieron un tratado de paz a los romanos a travs de una delegacin, Rgulo, quien, seguramente espoleado por la pronta finalizacin de su ao consular, reclam a los pnicos nada menos que el abandono de Cerdea y Sicilia, adems de otras consideraciones inaceptables para los cartagineses.

    El Consejo de Ancianos, acertadamente, se decant por la contratacin de un oficial espartano, llamado, Xantipa, que acudi al mando de su ejrcito de mercenarios griegos.

    Conocedor de la flexibilidad de las legiones romanas en terreno abrupto, Xantipa se propuso luchar en una llanura donde podra sacar beneficio del uso de los elefantes y de la poderosa caballera cartaginesa. Xantipa acamp cerca de Tnez, esperando el desafo del cnsul. Rgulo acabo aceptando el desafo. La batalla fue ganada por los pnicos gracias a su mejor caballera y por los elefantes, ste fue el xito ms importante conseguido por los elefantes a lo largo de todas las Guerras Pnicas, y supuso un golpe moral para los romanos que durante unos aos no aceptaron un desafo de los cartagineses en campo abierto por miedo a los paquidermos.

    Fig. 7 Cartago contra las cuerdas

    El senado romano consider inmediatamente la situacin en frica y decidi enviar a los dos cnsules del ao 255 a.C., Servio Fulvio Paetino Nobilior y Marco Emilio Paulo, con sus ejrcitos y toda la flota con el fin de rescatar a los romanos en frica. La flota la componan unas trescientas cincuenta naves. Los cartagineses volvieron a fracasar en su intento de impedir que los romanos pusieran pie en frica. Con esta flota alcanzaron frica, rescataron a los supervivientes del ejrcito de Rgulo, y como era improvisado invernar en frica, regresaron a Sicilia. En el regreso, fueron sorprendidos por una tempestad ya en aguas de Sicilia, prximos a su destino, en Camarina, y se perdieron cerca de trescientos barcos y sus tripulaciones, siendo uno de los mayores desastres navales de la Historia de Roma.

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    3.5 LA GUERRA VUELVE A SICILIA.

    Este acontecimiento inesperado, hacia imposible la consecucin del objetivo perseguido por Roma al crear la flota ahora perdida, llevar la guerra a frica y logra la rendicin de Cartago. As que al ao siguiente, y con una nueva flota, los cnsules de ese ao; Cn. Cornelio Escipin y A. Atilio Cayatino, volvieron al objetivo ms modesto de tomar las ciudades sicilianas costeras procartaginesas. Se fijaron en la importante plaza de Panormo, le pusieron cerco y la tomaron al asalto.

    La toma de Panormo logr convencer a la clase dirigente romana, que, la toma de toda Sicilia, aunque un objetivo ms lento era perfectamente asequible para su ejrcito de tierra.

    En el ao 253 a.C., tras el restablecimiento de la flota, los romanos volvieron a plantearse una incursin martima al mando de los cnsules Cn. Servilio Cepin y C. Sempronio Blaeso, que navegaron a lo largo de las costas orientales de Tnez y, llegados a la isla de Djerba, se dejaron sorprender por la marea y encallaron. Luego regresaron a Palermo, y en el momento de partir haca Italia, se encontraron en alta mar con una tempestad que se llev ms de la mitad de la embarcaciones al fondo del mar. La prdida otra vez de unas ciento cincuenta naves, representaba el tercer desastre naval en la guerra (ninguno en combate).

    La causa cartaginesa resurgi a finales de los aos 250 a.C., pero el territorio que controlaba en Sicilia se haba reducido progresivamente hasta ocupar poco ms que un enclave en la punta noroeste de la isla. Los romanos tomaron algunas ciudades ms, entre las que estacaban Lipara y Termas. Cuando a finales de 250 a.C., se retir uno de los ejrcitos consulares, el comandante cartagins de ese momento, Asdrbal, avanz desde Lilibeo contra el otro que defenda la ciudad de Panormo en un intento de recuperar la ciudad, pero el comandante romano, Lucio Cecilio Metelo, consigui frenar al ejrcito cartagins y vencerlo. sta fue la ltima accin de masas de la guerra en tierra. Su importancia fue indudable, ya que la victoria devolvi la confianza a los ejrcitos romanos en Sicilia y al senado. Las ciudades siguieron siendo la clave de Sicilia, y la guerra continu dominada por los asedios. Dos importantes ciudades con buenos puertos permanecieron en manos de los cartagineses, Lilibeo y Drpano. Los romanos decidieron atacar Lilibeo con los dos ejrcitos consulares, apoyados por la flota, comenzaron un bloqueo por mar y un asedio por tierra. Adems de bloquear la ciudad por mar, la flota romana desempe un papel muy activo en el progreso de los asedios por tierra. Uno de los cnsules del ao 249 a.C., Publio Claudio Pulcher, decidi realizar un ataque sorpresa contra la principal base de la flota pnica en las cercanas de Drpano. Se trato de una accin audaz, la conquista de esa base de apoyo hubiera aadido presin a los defensores de Lilibeo. Pero los acontecimientos no siguieron el plan establecido por Claudio, en un intento de sorprender a la flota pnica se hizo a la mar de noche pero al amanecer se haban desviado y formaban una lnea larga y dispersa. Los romanos se vieron descubiertos y las noticias llegaron al almirante pnico, Adhrbal, que tomo la decisin de hacerse a la mar y enfrentase a su enemigo. Al ver escapar a la flota pnica e incapaces de cortarles la salida, los romanos trataron de retirarse y formar una lnea de combate. Adhrbal despliega su flota en lnea cercando a los romanos con las popas encaradas a tierra, en esta posicin, con los romanos entre las popas pnicas y los acantilados, Adhrbal ataca y finalmente derrota a los romanos.

    La victoria de Drpano, anunciaba una serie de futuros desastres romanos en el mar. El otro cnsul compaero de Claudio, Lucio Junio Pulo, sufri, otra vez, un percance con la meteorologa, cuando intenta escapar con su flota del ataque cartagins se vio inmerso en una galerna que se levant por sorpresa. Toda la flota qued hecha aicos.

    Fig. 8 La guerra vuelve a centrarse en Sicilia

    A pesar de los impresionantes desastres del 249 a.C. y de las escasas oportunidades de victoria de que gozaban al carecer del control de los mares, los romanos continuaron con el bloqueo durante todo lo que quedaba de guerra.

    Es durante los ltimos aos de guerra en Sicilia, cuando entra en accin el ms famoso de los generales cartagineses de esta primera guerra, Amlcar Barca. En el momento que desembarc en Sicilia,

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    en el 247 a.C., los cartagineses estaban encerrados en un pequeo enclave. Se estableci sobre una colina llamada Hercte, no muy lejos de Panormo. Se dedic durante tres aos a llevar acabo una lucha de escaramuzas con las fuerzas romanas cerca de la ciudad, consiguiendo victorias menores, peo sin alcanzar ningn xito que pudiera tener repercusiones a largo plazo, dadas las defensas romanas. Amlcar frustrado y sin nada que ofrecer a Cartago, reembarc a su ejrcito y realiz varios asaltos por sorpresa en la costa de Italia para conseguir recursos. Necesitado de un xito militar importante, Amlcar planific cuidadosamente la vuelta a lo que haba sido su primer objetivo cuando desembarco en Sicilia, la liberacin de Drpano. Entonces en 244 a.C., se embarc de noche y naveg haca Eryx, cerca de Drpano. Los romanos haban ocupado esa ciudad abandonada en 248 a.C., instalando all una guarnicin. Amlcar tom la ciudad con un ataque sorpresa, y dej aisladas a las fuerzas de la cima; que ocupaban el templo de Venus, de las principales fuerzas romanas, que se encontraban al pie de la montaa. Consigui mantener esa posicin y asediar aquella fuerza durante los aos que quedaban de guerra, alcanzando de nuevo, xitos menores en los frecuentes ataques por sorpresa. Amlcar no consigui importantes triunfos en sus operaciones en Sicilia, pero es probable que careciera de recursos para hacer mucho ms de lo que hizo y realmente no contaba con tropas suficientes para derrota a los romanos en campo abierto.

    Fig. 9 Amlcar entra en escena

    La indiscutible superioridad naval de los cartagineses y la llegada del impredecible Amlcar Barca a Sicilia, haban llevado a las arcas del tesoro pblico romano a su agotamiento. Despus de veinte aos de guerra las perdidas econmicas y militares haban superado ya cualquier expectativa. No resulta extrao, por tanto, que ante estos derroches tan desalentadores, el pueblo romano estuviese ya harto de aquella interminable confrontacin con Cartago. La paz negociada era algo que poda percibirse en el ambiente en Roma, y eso era algo que no gustaba a la faccin senatorial belicista, que en ese momento, invirti todas sus fuerzas en un ltimo esfuerzo por desbancar a los cartagineses de Sicilia. Los miembros de la faccin belicista acordaron sufragar los gastos de una nueva flota militar, a partir de sus propias fortunas personales, a cambio de que las mismas les fuesen reembolsadas si las operaciones se desarrollaban satisfactoriamente para el pueblo de Roma.

    De esta manera se construyeron doscientas quincuerremes. Se le confi el mando de la flota al cnsul, Cayo Lutatio Catulo, recibiendo el apoyo del pretor principal, Quinto Valerio Falto. El objetivo era conquistar el puerto de Drpano y cortar los caminos que llegaban a Lilibeo desde el mar. Ahora, las fuerzas de Amlcar Barca vieron cortadas sus fuentes de aprovisionamiento por mar. A los cartagineses les llevo un tiempo formar una flota de doscientos cincuenta barcos y llevarlos a Sicilia en auxilio de Amlcar. En el diez de marzo de 241 a.C., las flotas romanas y cartaginesa se encontraron cerca de las islas gates, situadas al oeste de Sicilia. La flota romana mejor preparada que la cartaginesa consigui la victoria.

    La batalla de las islas gates decidi la guerra. El ejrcito de Amlcar Barca y las escasas fortalezas con las que contaban en Sicilia se vieron ahora completamente incomunicadas con Cartago. La aristocracia pnica, parece que no hizo ninguna intencin de seguir el ejemplo romano, que haba puesto su riqueza privada a disposicin del Estado.

    3.6 EL FINAL DE LA GUERRA Y LA PAZ DE LUTACIO.

    Despus de la derrota sufrida en las islas gates, los cartagineses concedieron a Amlcar Barca plena autoridad para negociar la paz con Roma. El ao consular estaba a punto de finalizar y el cnsul Catulo estaba ansioso de ganar crdito, consumando una victoria de semejante envergadura, antes de que los nuevos cnsules llegaran y le robaran el mrito. Roma y Cartago aceptaron la paz, estipulndose las siguientes condiciones:

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    I. Los cartagineses deberan abandonar Sicilia y las islas entre sta e Italia.II. Ninguna de las dos partes hara la guerra contra los aliados de la otra, ni tratara de cambiar la

    lealtad de aqullos alindose de manera directa con ellos o llevando a cabo injerencias en sus asuntos internos. No podran reclutar soldados o conseguir dinero para la construccin de edificios pblicos en el territorio de la otra parte.

    III. Los cartagineses tendran que liberar a todos los prisioneros romanos sin recibir indemnizacin por ellos, mientras que deberan pagar un rescate por los propios.

    IV. Los cartagineses deberan pagar una tributo de guerra al Estado romano por la cantidad de mil talentos euboicos a embolsar de inmediato, adems de otros dos mil doscientos que deberan ser sufragados en el plazo de veinte aos.

    Un cnsul romano no tena autoridad para firmar un acuerdo de paz definitivo por s mismo, puesto que un tratado este tipo, solamente poda ser ratificado por el pueblo, mediante votacin en los Comitia centuriata.

    La nica contrapartida obtenida por Amlcar fue el permiso para que sus soldados pudiesen ser evacuados. Un xito no muy afortunado, a la vista de los acontecimientos que sucedieron a continuacin, ya que estos mercenarios impagados se amotinaron contra Cartago en frica.

    3.7 LA GUERRA LBICA O DE LOS MERCENARIOS 241-237 a.C.

    Los mercenarios del ejrcito cartagins fueron llevados a Cartago para ser licenciados, pero el gobierno de Cartago, en manos de la faccin contraria a la familia Barca, no hacan suyas las promesas de sus generales. Es ms, queran enjuiciar al comandante por la derrota y por el tratado de paz. Amlcar, sin embargo, consigui rehuir el juicio ya que su faccin era poderosa todava, y en ella ingres un hombre muy influyente, que pronto se alineara con los Barca, ingresara en la familia y acabara siendo uno de sus colaboradores mas preciados y jefe del clan, Asdrbal, yerno de Amlcar.

    No ir pagando a los mercenarios, licenciarlos en pequeos grupos, tal y como iban llegando, segn las previsiones de Gescn, ex comandante de Lilibeo, fue un error. Los soldados al ver que no cobraban e ir creciendo en nmero a las puertas e Cartago hasta convertirse en un ejrcito ambicionaron, no ya cobrar lo que se les deba, sino extorsionar a Cartago e incluso conquistarla. El problema se vio agravado porque, al motn del ejrcito mercenario, se acab unindose un levantamiento del territorio Lbico sometido a Cartago. As pues, lo que empez siendo una revuelta mercenaria acabo siendo una lucha por la independencia lbica.

    El levantamiento lbico, el cerco impuesto por los mercenarios a Cartago y, en fin, la gravedad de los acontecimientos, llevaron a los cartagineses a nombrar comandante de un nuevo ejrcito pnico a Amlcar Barca. La guerra fue larga, difcil y cruel, y en ella Amlcar consigui mayores xitos que , en su campaa en Sicilia. Amlcar logr poner de su lado a la caballera nmida, mientras que los sublevados carecan de este recurso. Ello le permiti definir una nueva estrategia, basada en los elementos mviles (caballera, elefantes) como elemento de ruptura y flanqueo, mientras la infantera mantena un eje de maniobra. Tctica sta en la que se educar la saga de los Barca y en la que brillar su hijo Anbal Barca.

    La guerra de los mercenarios tuvo el efecto de fortalecer enormemente a Amlcar y convertirle en el hombre fuerte e Cartago. Por el contrario, el bando poltico partidario del entendimiento con Roma, sufri un duro revs. Durante los momentos difciles de Cartago, los romano comercializaron con los sublevados, en contra de lo manifestado en el tratado de paz de Lutacio, y traicionaron la paz al declarar formalmente la guerra a Cartago por el dominio de Cerdea (y Crcega), isla que tuvieron que ceder junto con una nueva indemnizacin por una guerra que no se hallaban en condiciones de afrontar.

    La actitud romana convenci a Cartago de que los planteamientos de Amlcar eran correctos y que tarde o temprano Roma volvera a declara la guerra a Cartago, por lo que convendra estar preparados. Para ello, al trmino de la Guerra de los Mercenarios, Amlcar logr imponer una serie de cambios en este sentido. Todos ellos tendentes a fortalecer la posicin de Cartago frene a Roma:

    I. Creacin de un ejrcito permanente, capaz de enfrentarse a los consulares romanos, con caballera y elefantes.

    II. La institucionalizacin de una nueva magistratura, la de comandante en jefe de este ejrcito, con poderes muy amplios y autonoma respecto a las instituciones cartaginesas, con poder y autonoma tambin en el terreno diplomtico. El jefe del ejrcito ser nico y nombrar a los mandos de la armada y los oficiales superiores.

    III. Logro de recursos para el abastecimiento del ejrcito y para el pago de la indemnizacin de guerra

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    a travs de un cambio en los modelos tradicionales del colonialismo pnico.IV. Definicin de un nuevo espacio colonial en el que desarrollar esta poltica y que compense por los

    daos sufridos en la primera guerra.

    Estos dos ltimos aspectos, harn que Amlcar Barca, busque un nuevo espacio colonial en la Pennsula Ibrica, hacia donde marchar con el ejrcito victorioso en el ao 237 a.C. Le acompaaba su hijo, Anbal Barca, de nueve aos, quien haba jurado odio eterno a los romanos, instigado por su padre.

    4 LA SEGUNDA GUERRA PNICA 218-201 a.C.4.1 CARTAGO ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA PNICA.

    Amlcar no se propona simplemente restaurar en Hispania el prestigio y el sistema colonial pnico, ste haba quedado reducido a Gadir, sino que se propona, el control de los centros mineros, econmicos y demogrficos de Hispania. La herramienta que utilizo Amlcar para conseguirlos fue sin duda su ejrcito y la fuerza, aunque tambin utiliz al igual que en la guerra contra los lbicos, la negociacin.

    Desde su llegada en el 237 a.C. hasta el 231 a.C., Amlcar pas a controlar el valle del Guadalquivir y las montaas adyacentes; Turdetania primero (236-235 a.C.) y Oretania despus (235-234 a.C.). La finalidad de stas era tener el control directo de las minas de plata de Sierra Morena y Cstulo (zona que domina en los aos 233-232 a.C). Se enviaron a Cartago grandes cantidades de plata, lo que demostr lo acertado de la poltica de Amlcar. Con nimos renovados, la clase dirigente pnica envi otro ejrcito de refuerzo, al mando de uno de los hombres de confianza de Amlcar, su yerno Asdrbal.

    Amlcar, mantuvo una lucha constante por el control de la costa de la Hispania meridional, hasta que en el 229 a.C., fue muerto en una emboscada por una tribu celtbera, conocida con el nombre de oretanos. Le sucedi en el mando su lugarteniente Asdrbal, quien, continu el programa expansionista, consiguiendo mayores xitos por medio de la diplomacia que por medio de la guerra. Parece ser que la sucesin haba sido votada en primer lugar por el ejrcito de Hispania y aprobada, despus, por Cartago.

    Asdrbal, en su afn, quin sabe si, con la idea de establecer su propia capital en Hispania, cre la ciudad de Cartago Nova. Uno de sus planes pasaba por la creacin de estado pnico asentado en Hispania, quiz independiente, con el tiempo de Cartago.

    La muerte de Asdrbal, asesinado en 221 a.C., nos lleva como consecuencia directa la ascensin de un joven e intrpido oficial, al mando del ejrcito destacado en Hispania, al primognito de Amlcar, su nombre Anbal Barca.

    4.2 ROMA ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA PNICA.

    Los romanos contemplaron siempre con desconfianza la actividad cartaginesa en la Pennsula Ibrica. En 231 a.C, una delegacin de senadores se present ante Amlcar para preguntar por los motivos de aquellas campaas, y ste contest que le eran imprescindibles para pagar el tributo de guerra a Roma. La preocupacin por el creciente poder cartagins alert a los antiguos aliados de Roma, Massilia. El caso es que, en el ao 226 a.C., el senado romano envi una embajada a Hispania con el fin de reunirse con Asdrbal. Como resultado de aquella reunin, los romanos y Asdrbal, llegaron a un acuerdo bautizado como Tratado del Iber, merced al cual se le prohiba a los cartagineses cruzar con armas el ro Iber (ro Ebro).

    El mundo de Roma se haba ido extendiendo ms all de la Pennsula Itlica, mediante las provincias recientemente adquiridas. En el periodo de entre guerras, lo que ms preocup al Senado fue un problema interno, el causado por las tribus galas del norte de La Pennsula Itlica. A medida que la poblacin romana creca, iba incrementndose la necesidad de encontrar tierras para los ciudadanos, y las frtiles tierras de la Galia Cisalpina se mostraban especialmente atractivas. Una ley aprobada en el 232 a.C., por uno de los tribunos de la plebe, Cayo Flaminio, permita distribuir entre los ciudadanos plebeyos la mayor parte de la Galia Cisalpina. Ello choc con la marcha de inmigracin celta hacia Etruria. Varios pueblos de esta etnia formaron un ejrcito de ms de cuarenta mil hombres. Estos movimientos ya no representaban un problema para la poderosa Roma. Los dos ejrcitos consulares combinados de L. Emilio Papus y de C. Atilio Rgulo destruyeron a los invasores en Telamn y los celtas fueron masacrados (225 a.C.). La campaa romana no fue meramente defensiva sino que buscaba la extensin del poder romano por el norte, en contra de los celtas. Ello tambin puede explicar la actitud de stos con Anbal cuando pasa por all tan slo siete aos despus.

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    Fig. 10 Roma y Cartago antes de la Segunda Guerra Pnica

    4.3 LAS CAUSAS DE LA SEGUNDA GUERRA.

    En 221 a.C., Anbal, se haba lanzado a una poltica mucho ms agresiva que su cuado Asdrbal, con la que pretenda extender el dominio cartagins hasta el ro Ebro. Para ello, organiz cada ao una campaa miliar ambiciosa, cuyo objetivo era el control y la obtencin de recursos. En el ao 219 a.C., Anbal, tomando como pretexto el conflicto entre Saguntum (Sagunto) y un pueblo vecino, probablemente aliado de Anbal; para muchos autores, los turdetanos, tomo partido en favor de su aliado. A finales del invierno, una embajada romana lleg para entrevistarse con Anbal; ya que Saguntum haba firmado un tratado de amistad con Roma, despus que sta, le ayudara a solventar unas reyertas internas entre partidarios de unirse a la causa pnica y sus detractores (223 a.C.). La embajada romana fue recibida en Cartago Nova y record el tratado del Iber, al mismo tiempo que recomendaba no atacar a Saguntum. De esta visita no sacaron nada provechoso y marcharon de all a Cartago para repetir las demandas. El joven general tambin se traslado a Cartago a recibir instrucciones y, en primavera, llev su ejrcito contra la ciudad de Saguntum. A Anbal le costo ocho meses ocupar la ciudad. Esta vez los mtodos utilizados por los cartagineses fueron mucho ms agresivos que los adoptados en los asedios de la Primea Guerra Pnica. Una vez comenzado el asedio, los romanos no hicieron nada por ayudar a los saguntinos. stos, no perdieron la esperanza de la ayuda de Roma hasta el ltimo momento, pero la ayuda no llego y la cada de Saguntum se materializ a finales del 219 a.C.

    La accin de Anbal trajo consigo el envo de otra embajada a Cartago, para tratar de negociar y averiguar hasta que punto Anbal haba actuado con el consentimiento del Consejo de Ancianos. La embajada en cuestin estaba dividida entre componentes de la aristocracia conservadora; M. Fabio Buteo y Q. Fabio Mximo Verrucoso; y los que trataran de obtener una declaracin de guerra a toda costa; L. Cornelio Lntulo Caudino, L. Emilio Paulo y M. Livio Salinator. A la solicitud de explicaciones por parte de la embajada romana; preguntaban que, si asediar Saguntum y quebrantar los acuerdos de Lutacio y de Asdrbal, Anbal haba actuado por su propia cuenta o por mandato del Consejo, un miembro del consejo respondi que, no corresponda a los romanos juzgar a un general pnico, que adems, el nico tratado que los cartagineses deban respetar era el tratado de Lutacio y que en el 241 a.C. Saguntum no era aliado de Roma y por ltimo que el tratado del Iber, haba sido firmado por Asdrbal a expensas del Consejo de Ancianos, por lo que su ruptura no supondra ninguna violacin de dicho tratado por parte de Cartago. Segn Polibio, un embajador romano que pudiera ser Fabio anunci que entre los pliegues de m toga traigo tanto la paz como la guerra y puedo dejar caer tanto una como otra, escoged lo que queris. A lo que los cartagineses le conminaron a que eligiera all mismo. Y el romano concluy entonces escogemos la

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    guerra. De esta manera se declar la guerra, aunque era ya inevitable entes de que eso sucediera.Anbal, haba comenzado los preparativos de su invasin de Roma, una vez regres a sus

    cuarteles de Cartago Nova, despus de la cada de Saguntum.

    4.4 COMIENZA LA GUERRA.

    Ya de vuelta a Cartago Nova, la labor de Anbal se centr en la organizacin de los efectivos que dispona. Rechaz la opcin defensiva desde el principio, y decidi que tendra que hacer el esfuerzo de manera activa para derrotar a Roma. Como las enormes perdidas que haba sufrido en el pasado casi no haban hecho mella en su poder, a Roma tendra que hacrsela frente y golpearla en su propio territorio, en la Pennsula Itlica. En 218 a.C., una invasin por mar no era factible, sin bases en Sicilia y con una flota en Hispania no muy numerosa, era una empresa imposible. Por tanto, nicamente quedaba la opcin de la invasin por tierra desde Hispania. Una empresa de tales caractersticas, significaba realizar una marcha de cientos de kilmetros en medio de tribus, que en el mejor de los casos, eran neutrales y potencialmente hostiles, y tener que cruzar el principal obstculo que formaban los Alpes. Ya en la Pennsula Itlica, el ejrcito no contara con ninguna base ni suministros y tendra que hacer frente al ejrcito romano en su propio pas. Se trataba de una expedicin temeraria, y por eso, podemos ver la conmocin que sufrieron los romanos cuando se dieron cuenta, de que eso, era precisamente lo que Anbal tena pensado hacer.

    La reaccin romana a la declaracin de la guerra no se hizo esperar, para ello, de los dos cnsules del 218 a.C., a Publio Cornelio Escipin se le encomendo Hispania con dos legiones y Tiberio Sempronio Longo recibe Sicilia y frica con otras dos. Al mando del pretor Lucio Manlio Vulso una legin fue enviada a la Galia Cisalpina.

    Fig. 11 El plan de Roma, doble invasin

    Anbal parti de Cartago Nova en la primavera del ao 218 a.C., pona rumbo a Italia con 90.000 soldados de infantera y 12.000 jinetes (cifras ofrecidas por Tito Livio). Para cruzar el Ebro y atravesar el territorio hasta los Pirineos, Anbal dividi a su ejrcito en tres cuerpos, para facilitar la marcha y envi a emisarios por delante para ganarse a los lideres galos, por donde tendra que pasar su tropa.

    Mientras, Publio Cornelio Escipin acudira por mar a Massilia para preparar desde all la conquista de Hispania, mientras que Tiberio Sempronio Longo, esperaba en Sicilia. Los romanos se haban despreocupado de la defensa de Italia, crean que su guerra sera al ataque, que se tratara de la conquista de Hispania. Pero se equivocaron.

    Pasado un tiempo, embajadores massiolitas, llevaron la noticia a Italia, de que Anbal haba cruzado el Ebro, noticia que llev a los pueblos de la Galia Cisalpina se levantaran en armas contra los colonos romanos asentados en el valle del Po. Sin embargo, el pretor Vulso, al que ms tarde se le unira el pretor Cayo Atilio Serrano con otra legin, puso orden en las tierras del levantamiento.

    Con varios meses de retraso debido a la insurreccin del norte de Italia; Publio Cornelio Escipin haba tenido que ceder una legin a los pretores, a consecuencia de lo cual, se haba visto obligado a reclutar a una nueva legin. Llegaba a Massilia, all se enter que Anbal haba atravesado los Pirineos y que ahora se dispona a hacer lo mismo con el ro Rdano.

    Anbal por su parte, se encontraba ya en las inmediaciones del ro, habitadas por los volcos, que prepararon una emboscada al ejercito de Anbal. ste, sin embargo, pasa con el grueso de su ejrcito por otro lugar indicado por los ribereos de la zona, y manda a un pequeo destacamento como seuelo, cuando los volcos pensaron en atrapar a los pnicos se dieron cuenta de que por la retaguardia vena Anbal con su ejrcito y de que, los que haban cado en la trampa eran ellos. Mientras trasladan a los elefantes, el cnsul organizo un reconocimiento, Anbal informado de la presencia romana, envi a un destacamento de jinetes, lo que deriv en una escaramuza de importancia, ya que el nmero de victimas en comparacin con las fuerzas involucradas fue muy importante. Despus de la batalla, ambos escuadrones

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    acudieron a informar de la situacin a sus generales. Escipin tom entonces una decisin que iba a traer un impacto fundamental en el devenir de la guerra. Nombr comandante a su hermano mayor Cneo, y lo envi con el cuerpo principal de su ejrcito a Hispania para atacar las bases de los Brcidas, y el mismo se apresuro a regresar a Italia por mar, pensando en hacerse cargo de las tropas all existentes, si Anbal intentaba cruzar los Alpes. Saba de la existencia de dos legiones en la Galia Cisalpina, al mando de dos pretores, que el mismo dirigira.

    Anbal indeciso de entrar en combate con los romanos o de seguir su marcha hacia Italia, decidi continuar con el plan original.

    4.5 ANBAL INVADE ITALIA.

    Los cartagineses se encontraron frente a las altas montaas de los Alpes. Anbal envi por delante a algunos galos para reconocer el terreno. El ejrcito comenz su ascensin. A las dificultades del terreno se aadieron algunas escaramuzas contra los montaeses, que habitaban el lugar. Parece que, a los ocho das alcanzaron la cima. En este punto se inici el descenso, si cabe, mas peligroso y complicado que la ascensin, debido sobre todo a la nieve cada recientemente. Finalmente, trascurridas unos quince das lograron llega a Italia. Haban sufrido grandes perdidas, sobre todo entre los animales de carga y los elefantes. Tampoco queda claro, el punto por l cual Anbal, traz el paso de las montaas, segn Tito Livio, los cartagineses pasaron los Alpes por el Gran San Bernardo, aunque esta cuestin no esta todava resuelta.

    Habiendo llegado Publio Cornelio Escipin con sus naves a Pisa, recibe all el refuerzo de los ejrcitos que haban operado en el norte de Italia. Se dirige al Po a toda prisa para combatir a Anbal, ahora que su ejrcito se encontraba exhausto tras el paso por los Alpes. Sin embargo, una vez ms, los romanos llegaron tarde. Supieron que haban tomado al asalto la capital de los taurinos; luchaban contra los nsubres, detractores de Roma, ganndose la amistad de todos los galos del Po. Cuando Anbal se marcho del pas de los taurinos supo que su enfrentamiento contra Escipin era irreversible. El cnsul tambin lo saba. En noviembre de 218 a.C., ambos ejrcitos marcharon a enfrentarse siguiendo la ribera del ro Po. Escipin construy un puente sobre su afluente, el Tesino. Dos das mas tarde, los exploradores de ambos ejrcitos informaron de la presencia del enemigo. Los dos ejrcitos se detuvieron y acamparon. Al da siguiente, ambos comandantes salieron con sus ejrcitos y fueron en persona a reconocer el terreno. Al verse las caras, los generales dispusieron sus ejrcitos en formacin de batalla. Se inici el combate, al entrar en combate contra la caballera de Anbal, los tiradores romanos tuvieron que recular para dar paso a una lucha de caballeras. La estrategia que utilizo entonces Anbal fue infalible, ordeno dar un rodeo a los nmidas de cada ala en sentido diferente, hasta que rodearon todo el campo de batalla, convirtindolo en una posesin pnica. Los romanos empezaron a caer, pero su pnico fue en aumento cuando comprobaron que, su general, haba resultado herido. La tradicin familiar, alentada por Tito Livio, cuenta como su propio hijo de nombre Publio, le salvo de la muerte al socorrerlo del campo de batalla. En este contexto, la batalla estaba decidida, los romanos se retiraron y as haba concluido el primer enfrentamiento serio de la Segunda Guerra Pnica. La victoria cartaginesa dej claro su superioridad con la caballera y su poder de maniobrabilidad e improvisacin en los espacios abiertos.

    Fig. 12 Primer encuentro Tesina

    La conmocin de la llegada de Anbal a Italia haba revolucionado al Senado, que inmediatamente llam al cnsul Tiberio Sempronio Longo, que haba sido enviado a Sicilia. En poco tiempo, Longo march junto con su ejrcito a unirse con su compaero. Mientras Anbal dedic su tiempo en ganarse la confianza de los aliados galos.

    En diciembre del ao 219 a.C., el cnsul Tiberio Sempronio haba llegado por fin al campamento romano junto al Trebia. Animado, Longo, quera entrar en combate lo antes posible, encontrndose con la

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    oposicin de Escipin y de los oficiales de su campamento. Anbal saba de la llegada del otro cnsul, y de las ganas de ste de entrar en combate. Considerando estos motivos, Anbal decidi prepararle una emboscada. Para ello dej a su hermano Magn junto a los jinetes nmidas en un terreno fuera de la vista del enemigo. Oculto Magn, el objetivo de Anbal era atraer a las tropas romanas hacia s, para que cuando atacaran, el hermano menor apareciese por la retaguardia, encerrndolos en el interior.

    Mientras los nmidas atraan al cebo, Anbal preparaba sus tropas. Sempronio persegua a los nmidas sin el orden debido, hasta que por fin perseguidos y perseguidores llegaron a la trampa dispuesta por Anbal. Pronto la batalla estaba decidida, la llegada de Magn con el resto de la caballera nmida encerr en un circulo impermeable a las tropas romanas. El cnsul logr escapar, gracias a un corredor abierto en la lnea de ataque enemiga, por la que lograron huir muchos combatientes romanos, y llegar al campamento romano bien protegido por las tropas de Escipin. Anbal haba vuelto a ganar a un cnsul romano. La victoria de Anbal, ofreci a su campaa el impulso suficiente para cargarse de fuerzas para los meses e inactividad debidos al invierno.

    Fig. 13 Trebia diciembre de 218 a.C.

    4.6 OPERACIONES DE LOS ROMANOS EN HISPANIA.

    Cneo Cornelio Escipin, hermano del cnsul Publio, haba partido hacia Hispania para establecer posiciones frente a los cartagineses. Haba llegado a Ampurias, colonia massiliota, donde fue acogido amistosamente. Desde entonces, el general romano, comenzar la conquista de todo el territorio desde Ampurias hasta la lnea del Ebro, renovando tratados y en otros filmndolos por primera vez.

    La progresin de los romanos al norte del Ebro se hizo evidente para Hann, el general pnico al que Anbal haba dejado al mando en defensa de la comarca. Enseguida se vio obligado a presenta batalla, antes incluso de la llegada de Asdrbal, a quien haba encomendado la defensa del sur. Cneo, tampoco quera esperar ms a presentar batalla, prefera enfrentase a Hann slo, que aguardar a que se le unieran las fuerzas de Asdrbal. El combate fue una clara victoria romana. Adems de este primer triunfo los romanos se hicieron con la plaza de Tarraco. Mientras Asdrbal al enterarse de la derrota de Hann regresaba de nuevo al otro lado del Ebro.

    4.7 DE TRASIMENO A CANNAS.

    La derrota caus una gran conmocin en el Senado. No se haban ignorado los dems teatros de operaciones, aunque, el objetivo principal segua siendo la derrota de Anbal. En las nuevas elecciones consulares, triunfaran Cneo Servilio Gmino y Cayo Flaminio Nepote. Se les asignaron los tpicos ejrcitos consulares formados por dos legiones y dos alae.

    Cuando en la primavera del 217 a.C., se abri la campaa anual, Anbal contaba con dos alternativas reales; necesitaba seguir ejerciendo presin sobre los romanos, para que de esta forma animar a la desercin de los aliados italianos, la direccin que tomase no poda ignorar los montes Apeninos, slida barrera que corta en dos la pennsula y que un ejrcito slo poda pasar por unos pocos pasos. Anbal, poda marchar en direccin este hacia el mar y avanzar hacia el sur siguiendo la costa o dirigirse hacia el oeste para entrar en Etruria. Estas alternativas las tena tambin el Senado romano, y la solucin era situar un cnsul en disposicin de hacer frente a cada una de las amenazas. Gmino se traslad a Ariminum para cubrir la costa oriental, mientras que Flaminio march Arretium, el lugar ms adecuado para cubrir los diferentes pasos de los Apeninos.

    Anbal comenz a moverse tan pronto como la llegada de la primavera hizo ms fcil que su ejrcito pudiera moverse. Como haba sido habitual en l, empez a moverse con rapidez y en una direccin inesperada. Haba decidido atravesar las montaas hacia Etruria. Cruzo los Apeninos y forz su camino a travs de las tierras pantanosas que rodean el ro Arno, muy crecido por el deshielo, conduciendo a su

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    ejrcito a marchas forzadas para atravesar lo antes posible aquel terreno. Les cost tres das atravesar aquel terreno pantanoso, sufrieron grandes penurias. El propio Anbal padeci una grave oftalmia, perdiendo finalmente la visin de uno de sus ojos y debi ser trasportado por el nico elefante superviviente de su ejrcito. De nuevo haba realizado un movimiento inesperado. Se encontraba en disposicin de dar el siguiente paso. Al saber que Flaminio se encontraba en Arretium, decidi seguir avanzando hasta ms all de donde se encontraba el ejrcito romano y obligarle a seguirle hacia el sur. Segn cuenta Tito Livio, Anbal se dio cuenta de que Flaminio era un comandante temerario, que poda perseguirle imprudentemente, ofrecindole la oportunidad de entrar en combate en condiciones favorables a los cartagineses. Anbal continu su marcha hacia el sur, provocando a los romanos, devastando a su paso el territorio entre la ciudad de Cortona y el lago Trasimeno.

    Al llegar al lago Trasimeno, se le presento la oportunidad que esta esperando, al ver que la ruta principal segua un desfiladero con la orilla a un lado y una lnea de colinas al otro. El 21 de junio del 217 a.C Flaminio arrib al lago, cuando empezaba a amanecer, avanzando en columna, el ejrcito romano comenz a recorrer la caada, y pronto vio al enemigo frente a l. Solamente era Anbal con los africanos e hispanos. Flaminio ordeno el ataque, entonces todo su ejrcito se precipit en el paso desordenadamente. De pronto, sonaron los cuernos cartagineses, de un lado del camino comenz a brotar la infantera ligera, por detrs, en la entrada misma del camino, empez a fustigar la caballera nmida. Los romanos estaban encerrados. Slo quedaba el lado del lago libre. Tras casi tres horas de combate,el ejrcito romano comenz a convertirse en una masa de cadveres apilados en el centro de la emboscada. El cnsul Flaminio fue alcanzado por una lanza. Con la cada del cnsul la batalla fue un intento de escapar de las tropas romanas y una persecucin por parte pnica que dejo unos quince mil muertos y diez mil desaparecidos.

    Fig. 14 La batalla de Trasimeno

    A medida que se extenda el rumor de la tragedia y llegaban a Roma los primeros supervivientes, la desesperacin se adueo de la ciudadana. Esta derrota haba sucedido no muy lejos de Roma, as y todo, la suerte de Roma an poda ser peor. De hecho, al poco tiempo, un batalln de unos cuatrocientos caballeros enviados por Servilio a su colega Flaminio al saber de la derrota de ste, pero no su situacin, era interceptado y aniquilado por Anbal en Umbra. Esta nueva tambin llego a Roma, que colm el vaso de su paciencia, y como medida extraordinaria nombr dictador al poderoso Quinto Fabio Mximo Verrucoso, y jefe de la caballera a Marco Minucio Rufo. Ambos se dedicaron a la organizacin de las defensas de la ciudad. Quizs, no saban todava, que Anbal haba dado media vuelta y no tena intencin de marchar sobre Roma.

    El dictador emprendi su marcha por la Va Flaminia, donde se encontr con el cnsul Servilio, quien cedi su ejrcito al dictador. Servilio fue destinado al puerto de Ostia, donde reunira una flota para dar caza a las embarcaciones pnicas que rondaban las costas italianas.

    Mientras, Anbal busco un sitio donde acampar en el Adritico. Se instalo en Apulia, donde por necesidad logstica se mova en jornadas cortas, necesitaba recuperar a su tropa y a los caballos. Recuperaba la salud de su ejrcito Anbal continu su avance hacia el sur por la llanura costera de la Italia oriental. A continuacin, el ejrcito pnico se desplaz hacia el sudoeste para llegar a Aecae donde, entr en contacto con el ejrcito de Fabio. Su ejrcito formado por cuatro legiones y sus aliados, se hallaba acampado a ocho kilmetros del enemigo. Haba avanzado tomando muchas precauciones. La inmediata respuesta de Anbal consisti en formar su ejrcito para el combate y presentar batalla fuera del campamento romano. Los romanos no respondieron. Quedo claro que, Fabio no tenia intencin de arriesgarse a presentar batalla bajo cualquier circunstancia. Cuando Anbal volvi a cruzar los Apeninos, Fabio fue siguiendo su marcha, pero negndose a entablar combate. La orografa de montes bajos de esa zona favoreca a los romanos, permitindole a Fabio mantenerse en zonas elevadas contra las que Anbal no poda arriesgarse a lanzar un ataque. El plan del dictador consista en debilitar al enemigo

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    indirectamente, cortndole los suministros. Se estaba acercando el final de la campaa y Anbal se enfrentaba con el problema de tener que buscar una base donde su ejrcito pudiera pasar el invierno y disfrutar de los botines conseguidos. Para ello tendra que escapar a travs de uno de los pasos de montaa que rodean la llanura Falernia. Pero Fabio se le adelanto y consigui ocupar el paso. Pero una vez ms, Anbal se las ingeni para desbaratar los planes del enemigo, y diseo una tctica para romper el bloqueo con una maniobra de despiste, llevada a cabo mediante el uso de toros con los cuernos incendiados a lo que dispers por el monte durante la noche, y que fue seguida por los romanos. La principal columna del ejrcito de Anbal pudo atravesar el puerto sin interferencia alguna y escapar con todo su botn.

    Cuando el dictador fue llamado a Roma para la supervisin de ciertos rituales religiosos, Minucio, su segundo, ignoro las ordenes de Fabio y atac. El ejrcito de Anbal no estaba concentrado, pues se hallaba muy ocupado reuniendo suministros para el invierno, los romanos salieron victoriosos de una escaramuza a gran escala. Esto provoc que en Roma, ante la creencia de que, por fin, haban encontrado un comandante capaz de enfrentarse a Anbal, el tribuno de la plebe, Metilio, consiguiera que se aprobara una ley que conceda al magister equitum igual imperium que al dictador. El ejrcito se encontraba ahora dividido en dos mitades, al mando cada una de Fabio y de Minucio. El resultado era previsible, Anbal atrajo al ejrcito de Minucio a una trampa conde castig duramente a su ejrcito antes de que Fabio pudiera rescatarlo. Por su propia voluntad, el jefe de la caballera se convirti de nuevo en subordinado.

    En diciembre del 217 a.C. expir el periodo de seis meses de dictadura, y Fabio y Minucio regresaron a Roma, dejando el ejrcito en manos de Gmino, el cnsul superviviente y de Marco Atilio Rgulo (hijo del cnsul del ao 256 a.C.). Quinto Fabio Mximo recibira las alabanzas de los integrantes de su generacin por ser el hombre que salv a Roma evitando entrar en combate. Se gan el apodo de Cunctator (El Prudente). Su dictadura ofreci a los romanos un periodo de respiro para recuperase de las derrotas sufridas.

    El Senado romano, haba decidido llevar a cabo un esfuerzo para la campaa del 216 a.C. Por primera vez, cada uno de los cnsules recibi un ejrcito el doble de grande, formado por cuatro legiones, que se esperaba que lucharan juntos. No fue ste, el nico ejrcito romano que iba a ser puesto en circulacin en este ao. Adems de las legiones de Hispania y Sicilia, se envi un ejrcito formado por dos legiones para enfrentarse a los galos en la Galia Cisalpina, comandada por Lucio Postunio Albino. Los cnsules de ese ao, a los que se les encomend la tarea de llevar el ejrcito ms grande que Roma hubiera puesto en pie de guerra, eran Cayo Terencio Varrn y Lucio Emilio Paulo. La fuerza total que Roma puso a disposicin de los cnsules, eran de aproximadamente de unos ochenta mil soldados de a pie y seis mil de caballera, que se enfrentaran a unos cuarenta mil y diez mil de Anbal, respectivamente. Entre la tropa romana eran muchos los senadores, y sus hijos que se encontraba sirviendo como tribunos en la caballera, entre ellos el anterior jefe de la caballera, Minucio.

    El trigo, alimento fundamental para la subsistencia de los soldados de Anbal, escaseaba, de modo que ste decidi abandonar el lugar de Apulia y a dirigirse hacia el sur. Anbal lleg a Cannae (Cannas), una pequea poblacin limtrofe con el ro Aufidio y cerca de all levant un campamento. Los romanos avanzaron en persecucin de Anbal, parece ser que avanzaron siguiendo la llanura costera, para evitar verse obligados a atravesar alguna posicin adecuada para una emboscada. El da que llegaron a la vista del ejrcito enemigo se detuvieron y acamparon a ocho kilmetros de distancia, levantaron dos campamentos, uno menor y otro de dimensiones mayores. Los cnsules ocupaban el mando del ejrcito en das alternos, prctica habitual en las ocasiones en que ambos cnsules operaban de manera conjunta.

    A partir de entonces, Anbal comenz nuevamente a llevar a cabo su planes de irritacin del enemigo, enviando a sus dinmicos nmidas a hostigar a los romanos. Por fin, en la maana del 2 de agosto del 216 a.C., Varrn, encontrndose al mando, tena la vexillum de color rojo, la bandera romana cuadrada que llevaba el cuerpo de guardia del cnsul, izada en el exterior de la tienda, como seal para entrar en combate. Paulo, se vio obligado a seguir a su compaero en formacin de combate. Finalmente, los ejrcitos formaron sobre la llanura de Cannas, terreno escogido por los romanos.

    Los cartagineses contaban con la caballera nmida, comandada por Mahrbal, en el ala derecha, mientras por la izquierda se encontraban los jinetes galos e hispanos, bajo el mando de Asdrbal. El centro de la formacin se hallaba constituido por la infantera gala e hispana, cubierta a ambos lados por tropas africanas, y todos ellos comandados por Anbal Barca y su hermano menor Magn. Tambin el ejrcito romano se hallaba al mando de varios generales; de este modo, el ala derecha, formada por la caballera romana, estaba comandada por el cnsul Paulo, mientras que la izquierda, compuesta por la caballera aliada, la lideraba Varrn. En el centro, se hallaba el procnsul Servilio al mando de la infantera aliada y romana.

    El inicio de la batalla lo realizaron las tropas de infantera ligera de uno y otro bando. Tras ello,

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    Anbal comenz a realizar sus habituales maniobras para encerrar al ejrcito romano, lanzando a su caballera gala e hispana del ala izquierda contra la caballera romana. Al poco tiempo, los jinetes cayeron de sus caballos y el combate se convirti en una lucha de infantera, hasta que al final los romanos fueron rechazados por los brbaros.

    Mientras tanto, tambin se haba producido el choque entre las infanteras pesadas. En l, los cartagineses haban logrado cercar nuevamente a los enemigo, despus de que a la inicial sacudida de galos e hispanos hubiesen venido a unirse los africanos por los flancos. En un principio las fuerzas de infantera estaban escalonadas hacia el enemigo, de forma que, al ataque de los romanos por el centro, las fuerzas galas e hispanas se combaran haca atrs. Igualmente, en el extremo derecho de la formacin pnica, los nmidas haban logrado hacerse con el dominio de la situacin tras someter a una de sus astutas tretas a los enemigos, a quienes haban hecho creer que huan en desbandada, para caer posteriormente sobre ellos. Desde bien pronto se vio que la batalla se decantara una vez ms en favor de Anbal, cuyo genio tctico, aun contando con la mitad de efectivos, haba logrado encerrar nuevamente a los romanos. A partir de entonces la huida fue general entre los romanos. Unos siete mil se refugiaron en el campamento pequeo y diez mil marcharon al mayor.

    A partir de aqu, las cifras de semejante carnicera dependen de los historiadores griegos y romanos; cifrndolas Polibio en setenta mil, sesenta mil para Quintiliano, cincuenta mil para Apiano e incluso menores para Livio que las cifra en cuarenta y cinco mil. El nmero de cados entre la lite romano deja a las claras el nivel de dao infringido por el ejrcito de Anbal; dos cuestores (Lucio Atilio y Lucio Furio Bibculo), ochenta senadores y veintinueve tribunos militares, adems de Cneo Sevillano Gmino (procnsul), Lucio Emilio Paulo (cnsul) y Marco Minucio (prodictador).

    Fig. 15 El desastre de Cannas 2 de agosto del 216 a.C.

    Es posible que al amanecer del da 3 de agosto fuese cuando ms se mascasen los ecos de una gran tragedia. Era la peor derrota sufrida por los ejrcitos romanos en su Historia. Anbal, contrariamente a dirigir su ejrcito hacia Roma, en entretuvo obteniendo la rendicin de los campamentos romanos de Cannas. Entre los supervivientes romanos que lograron escapar, la mayora se refugi entre Venusia y Canusio. Entre los de Venusia se hallaba el Cnsul Varrn, mientras que entre los de Canusio haba cuatro tribunos militares, dos de ellos muy destacables; Fabio Mximo, hijo del dictador, y Publio Cornelio Escipin, hijo de Publio y sobrino de Cneo. Fue precisamente este Escipin, que contaba con diecinueve aos, quien en el futuro ganara la nica batalla que perdi Anbal.

    En Roma, los dos pretores al cargo de las defensas de la ciudad, preparaban las defensas, seguros de que el enemigo iba a emprender la marcha sobre la ciudad, mientras que en el Senado se tomaban las medidas necesarias. A Roma lleg tambin una comitiva cartaginesa, que exiga un rescate al Senado a cambio de la entrega de los prisioneros romanos que se hallaban en manos de Anbal tras la batalla de Cannas. El Senado, encabezado por Tito Manlio Torcuato, se pronunci en contra del rescate de los prisioneros.

    4.8 DESPUS DE CANNAS.

    Anbal simul marchar hacia Roma, pero en vez de ello condujo a sus hombres de Apulia al Samnio. Esta plaza fue entregada a Anbal donde dej una guarnicin, partiendo con l el resto del ejrcito hacia la costa. En este caso, la intencin del general era la de hacerse con el dominio de una ciudad costera que le permitiese recibir recursos expeditamente desde Cartago e Hispania. Anbal fue a Npoles, pero se encontr una ciudad fuertemente amurallada y descart la idea. Poco despus fue reclamado en Capua, Anbal fue recibido en Capua como un rey y ste prometi que Capua sera la ms importante de la Pennsula Itlica.

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    A finales de la campaa del 216 a.C., la guerra en Italia haba cambiado. Por toda Italia meridional, eran numerosos los estados que se haban pasado a Anbal, incluidas partes de Apulia, casi todas las de los samnitas y las de los brucios, y, lo que era ms inquietante, la Campania. Lo mismo que en la Primera Guerra Pnica las campaas italianas se basaban ahora sobre todo en el dominio de pueblos y ciudades fortificadas.

    En Roma haba sido nombrado dictador Marco Junio Pera junto con su jefe de caballera, Tiberio Sempronio Graco. A punto de finalizar la campaa del 216, Pera pudo dirigir fuera de la ciudad a un ejrcito de campaa formado por dos legiones.

    Fig. 16 Situacin en Italia despus de Cannas

    4.9 EL FRENTE HISPANO.

    Si en Italia la situacin favoreca a Cartago, en Hispania suceda lo contrario. Publio y Cneo, se haban repartido las tropas de tal manera que el primero se ocupaba de las operaciones navales y su hermano de las de tierra. Inmerso en esta situacin, Asdrbal recibi una carta del Consejo de Ancianos que le instaba a abandonar Hispania y unirse a su hermano en Italia. Asdrbal, acat las ordenes que venan de Cartago y solicit a un nuevo general con tropas de refresco, para hacerse cargo de la situacin en Hispania. El Consejo mand a Himilcn al mando de un ejrcito de refresco. Asdrbal tena la intencin de seguir la misma ruta que su hermano Anbal hacia Italia, para lo que solicit dinero a los aliados, el motivo, hacer frente a los sobornos que tendra que realizar a las tribus galas a su paso por sus territorios. Este hecho puso en alerta a los romanos, que finalmente se hicieron eco de los nuevos planes de Asdrbal, y reuniendo a sus ejrcitos a la altura del Ebro, lo derrotaron. Destruyendo cualquier posibilidad del ejrcito cartagins de llegar a Italia, puesto que nicamente Asdrbal con un puado de hombres logr escapar. Esta nueva derrota pnica logr que muchos pueblos ibricos se unieran a los que anteriormente haban preferido la amistad de los romanos, de manera que en Hispania los cartagineses haban perdido a la mayora de sus antiguos aliados, en una situacin anloga a la que haba venido protagonizando Anbal en Italia.

    4.10 LA GUERRA DEL AO 215 AL 211 a.C.

    Anbal pas el invierno en Capua, donde despus de largos aos de sufrimiento y escasez, tuvieron por fin, un poco de diversin. La situacin del ao 215 a.C. no auguraba ningn tipo de esperanza para Roma. Como consecuencia de la impotencia romana para ofrecer auxilio a sus aliados, las tropas cartaginesas se van haciendo con ms y ms ciudades; Casilino, Petelia, Crotona, Locros. No obstante, un nuevo revs para el pueblo romano lleg en forma de derrota. Los galos boyos, haban asesinado al recientemente nombrado, cnsul Lucio Postumio y derrotado a todo su ejrcito. La influencia ejercida en esos momentos por Tiberio Sempronio Graco en el Senado fue decisiva. Ante aquella adversidad, el pueblo de Roma exigi que el nombramiento de cnsul recayese entonces en Marco Marcelo, nico general que

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    haba operado con xito en Italia despus de Cannas. Por primera vez en la Repblica, Roma tena dos cnsules plebeyos. Es por este motivo que la aristocracia romana moviera sus hilos para que Marcelo, renunciase a su cargo dejndolo en manos del ex dictador Quinto Fabio Mximo.

    En Macedonia un rey miraba sobre la Pennsula Itlica. Se trataba de Filipo V. Viendo ahora la posibilidad de acabar con la amenaza que supona Roma, se propuso enviar una delegacin a Italia para pacta con Anbal. A pesar de encontrarse con una legin romana, la embajada macednica consigui llegar hasta las posiciones pnicas. Filipo V propona un tratado de amistad. Los trminos de dicho tratado estaban reflejados de la siguiente manera: Filipo V se trasladara a Italia con la mayor flota posible y hara su propia guerra por tierra y por mar, finalizada sta, Italia entera, pasara a poder de Anbal. Despus de la guerra contra Italia las cartagineses zarparan hacia Grecia y haran la guerra contra quienes quisiera el rey Filipo V, las ciudades y el entorno de Macedonia seran para Filipo y su reino.

    En tales