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Sin lugar a dudas, una de las caracterís- ticas más destacadas de las grandes metró- polis contemporáneas es su continuo proce- so de transformación. La transformación de sus tejidos, de sus territorios o de sus con- diciones económicas y sociales, constituyen un rasgo indentificativo que señala a las ciu- dades como un manufacto en constante cambio. La genética urbana mantiene como herencia su definición procesual, fusionado los territorios y las ciudades como una única entidad descrita en diferentes etapas. Todo ello lleva a pensar, que las ciudades son como un manuscrito que aún conserva huellas de textos anteriores. El célebre palimpsesto de André CORBOZ simplifica bien esta práctica racional y económica de construir sobre lo construido rehaciendo continuamente la realidad de las ciudades. Ahora bien, constatado este hecho cier- to, queda preguntarse si hay testimonio de estos cambios, y en su caso, qué utilidad puede tener el conocimiento del mismo. Sabemos que la cartografía, no sólo sirve para describir una realidad existente, sino también para mostrar los cambios produci- dos entre etapas sucesivas. Cuanto mayor es el grado de aproximación a la cartografía urbana, más se evidencian las posibilidades comparativas de la misma. Sólo será real- mente útil dicho cotejo entre planos, si pre- viamente hemos sido capaces de acordar una clasificación que nos permita distin- guir entre las formas, las opciones, los modos y las alternativas de crecimiento en la ciudad. Afortunadamente hoy existen, al menos para los modelos de ciudades euromedite- rráneas que conforman nuestro marco de referencia más cercano, varias clasificacio- nes que tratan de explicar estos aspectos. Respecto a las formas de crecimiento urba- no, M. DE SOLÁ-MORALES propuso en los ochenta, una clasificación que atendía a las morfologías características de estas ciuda- des y al orden de prelación en el que se dividían los tres momentos básicos de la 55 Las fuentes catastrales y la identificación de las transformaciones en los tejidos urbanos Rafael R. Temes Cordovez Dr. Arquitecto. Profesor Colaborador Dpto. de Urbanismo. Universidad Politécnica de Valencia Diciembre 2008

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Sin lugar a dudas, una de las caracterís-ticas más destacadas de las grandes metró-polis contemporáneas es su continuo proce-so de transformación. La transformación desus tejidos, de sus territorios o de sus con-diciones económicas y sociales, constituyenun rasgo indentificativo que señala a las ciu-dades como un manufacto en constantecambio. La genética urbana mantiene comoherencia su definición procesual, fusionadolos territorios y las ciudades como unaúnica entidad descrita en diferentes etapas.Todo ello lleva a pensar, que las ciudadesson como un manuscrito que aún conservahuellas de textos anteriores. El célebrepalimpsesto de André CORBOZ simplificabien esta práctica racional y económica deconstruir sobre lo construido rehaciendocontinuamente la realidad de las ciudades.

Ahora bien, constatado este hecho cier-to, queda preguntarse si hay testimonio deestos cambios, y en su caso, qué utilidadpuede tener el conocimiento del mismo.

Sabemos que la cartografía, no sólo sirvepara describir una realidad existente, sinotambién para mostrar los cambios produci-dos entre etapas sucesivas. Cuanto mayores el grado de aproximación a la cartografíaurbana, más se evidencian las posibilidadescomparativas de la misma. Sólo será real-mente útil dicho cotejo entre planos, si pre-viamente hemos sido capaces de acordaruna clasificación que nos permita distin-guir entre las formas, las opciones, los modosy las alternativas de crecimiento en la ciudad.

Afortunadamente hoy existen, al menospara los modelos de ciudades euromedite-rráneas que conforman nuestro marco dereferencia más cercano, varias clasificacio-nes que tratan de explicar estos aspectos.Respecto a las formas de crecimiento urba-no, M. DE SOLÁ-MORALES propuso en losochenta, una clasificación que atendía a lasmorfologías características de estas ciuda-des y al orden de prelación en el que sedividían los tres momentos básicos de la

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Las fuentes catastrales y la identificaciónde las transformaciones en los tejidosurbanos

Rafael R. Temes CordovezDr. Arquitecto. Profesor Colaborador

Dpto. de Urbanismo. Universidad Politécnica de Valencia

Diciembre 2008

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construcción: parcelación, urbanización yedificación. La combinación o coincidenciade ellos, permitía caracterizar cada morfolo-gía estableciendo un esquema sencillo yclaro que explicaba el resultado de cadaestrategia de construcción urbana. Más ade-lante, E. GIMÉNEZ, tratando de exponer lasopciones de crecimiento abiertas tras elderribo de las murallas en Valencia en 1865,estableció una clasificación, que luego severá útil para generalizar a otros períodos.Las opciones del crecimiento por extensión,anexión y enlace, se presentan como alterna-tivas adoptadas por la ciudad en diferentesépocas para garantizar su crecimiento. En la última década, A. FONT explica de unamanera sintética los procesos de formaciónde la Barcelona metropolitana. Con esteobjetivo, surgen tres modos de crecimientode la metrópolis denominados, crecimientopor agregación, por polarización y por disper-sión, que pudiendo ser simultáneos y suce-sivas en el tiempo, sirven para caracterizarlas lógicas dominantes en las distintas eta-pas de la formación urbana.

Atentos a los procesos constructivosque en última instancia hacen física la ciu-dad, vemos necesario añadir para nuestrainvestigación, al menos una estructuraconceptual que exponga lo que denomina-remos como alternativas de construcción.Desde nuestro punto de vista, podemoshablar de dos alternativas que describenbien las estrategias de construcción posi-ble. Todo elemento urbano puede ser construido en la ciudad bien a partir de lasustitución de uno preexistente o bienmediante la colonización de un nuevosuelo antes no ocupado. Con ello quedanclaras las dos opciones destacadas. Por unaparte hablaremos de la alternativa de cons-trucción por reedificación, que implica elcrecimiento sobre si mismo a partir de lasustitución de lo existente. Por otra partedescribimos la alternativa de colonización,que ocupando nuevos territorios o aprove-chando la cercanía de tramas colindantes,extiende el crecimiento de la ciudad.

A la pregunta sobre la utilidad quealberga constatar las transformacioneshabidas sobre los tejidos urbanos, se desen-cadenan varias respuestas. Por un ladotenemos aquellas razones de índole cuanti-tativa, que nos permiten pesar y medir poretapas las proporciones de crecimientosexperimentado. A su vez, las razones cuali-tativas complementan las anteriores, clasi-ficando los tipos de crecimientos, el lugar yla intensidad de los mismos. En su conjun-to, una descripción precisa y sistemática decómo ha ido evolucionando la ciudad.

Esta investigación, trata entre otrascosas de explorar las relaciones existentesentre las dos alternativas de construcción dela ciudad antes citadas: por reedificación ypor colonización. Lo que hoy es crecimien-to por colonización de nuevos espacios,mañana probablemente será el objeto deuna transformación. La valoración de losperíodos en los que uno predomina respec-to a otro, las intensidades en cada momentoy las zonas en las que se concentran, consti-tuyen la parte fundamental de la investiga-ción que ahora se presenta y que toma laciudad de Valencia como modelo de análisis(Figura 1).

Series históricas del catastroen Valencia

La información catastral, tanto en lo querespecta a sus series documentales alfanu-méricas como cartográficas, ha tratadosiempre de representar con la mayor fiabili-dad posible la realidad urbana y rural denuestro entorno en diferentes períodos. Espor ello que supone una fuente principal deinformación para realizar un estudio quetenga como objetivo la determinación y cla-sificación de los cambios experimentadosen los tejidos urbanos. La dilatada historiadel Catastro en España se remonta al menosal siglo XVIII con los primeros ensayos delMarqués de Ensenada en los territorios del

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LAS FUENTES CATASTRALES Y LA IDENTIFICACIÓN DE LAS TRANSFORMACIONES EN LOS TEJIDOS URBANOS

Figura 1 Área Metropolitana de Valencia. 1950-1979-2000

Fuente: R. TEMES y E. GIMÉNEZ, 2004.

la Corona de Castilla. Ahora bien, nuestrainvestigación queda acotada por las fuentesde información elaboradas durante el sigloXX para la ciudad de Valencia. Hablamospor tanto, de la evolución del catastro con-temporáneo, delimitando su extensión geo-gráfica al término municipal de Valencia.De manea sucinta podemos decir que cua-tro son los períodos y los regimenes catas-trales que son objeto de atención en esteestudio. Pasemos a comentar cada uno deellos.

El Avance catastral

A partir de la Ley de 23 de marzo de1906 se establecen las bases para la forma-ción, por primera vez en la historia deEspaña, de un Catastro parcelario que ten-drá aplicaciones agronómicas, jurídicas,sociales y económicas. Los trabajos para laformación catastral, como recoge esta Leyen su artículo 4, se dividirían en dos perío-

dos. Uno primero denominado Avancecatastral, que servirá para lograr el repartoequitativo de las contribuciones territoria-les, y un segundo período, en el que secompletará y conservará el anterior hastaobtener el definitivo Catastro parcelario.Operativamente el proceso técnico de ela-boración del Avance fue desarrollado entorno a dos grupos de trabajo complemen-tario: el Instituto Geográfico y Estadísticoque elaboraría la documentación gráfica, yel Misterio de Hacienda que mediante lasJuntas del Catastro haría los trabajos agro-nómicos, forestales y urbanos confeccio-nando los Registros Fiscales de Edificios ySolares. La realidad es que en los primerosaños, el Catastro se centrará prioritaria-mente en el ámbito rústico pues es dedonde provenían la mayor parte de losingresos fiscales. De manera lenta, ya que elAvance catastral no contó con Reglamento,sino con un conjunto de órdenes y dis-posiciones que completaban o aclaraban lodicho en la Ley, el Avance se irá apoyando en

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los Planos Geométricos mandados a levantarpara cada término municipal, según la Leyde 27 de marzo de 1900. En el caso deValencia, se formaron ocho pliegos a escala1/25.000 entre 1902 y 1938, en los que que-daba recogido todo el municipio (Figura 2).Dicha cartografía, de la que se tiene conoci-miento más extenso desde hace algunos años(1), supone un inventario exhaustivo que

permite distinguir con precisión las distintasconstrucciones existentes en la entoncesperiferia de Valencia, y recoge una completatoponimia del territorio municipal. Si bienlos territorios de cultivo quedaban muy biendefinidos en estos planos, por lo que respec-ta al continuo urbano, es decir el suelo con-solidado por la edificación, sólo aparecerepresentado el polígono que perimetraba suextensión. Poco más se sabe a principios delsiglo XX, de cómo era la parcelación real dela ciudad construida.

Sólo de manera parcial para el históricorecinto intramuros, se conserva en Valenciael denominado Plano Geométrico de Valencia.Formado por catorce secciones en la que sefecha una de ellas con el año 1892, podemos

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Figura 2Trabajos topográficos. Provincia de Valencia. TM de Valencia. 1ª Zona, Hoja Sur, 1902

Fuente: Instituto Geográfico Nacional.

(1) En le caso de Valencia, el conjunto de planosque constituyen los Planos Geométricos del términomunicipal se conservan en la Cartoteca del InstitutoGeográfico Nacional. v.: TEMES CORDOVEZ, R. (2007):«El tapiz de Penélope. Transformaciones residencialessobre tejidos sin valor patrimonial», Tesis doctoral iné-dita, Departamento de Urbanismo, Universidad Poli-técnica de Valencia, 754 págs.

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situar esta precisa colección cartográficamunicipal a 1/300, como una rica fuente deinformación que representa de forma detalla-da el espacio público, recogiendo claramentelos retranqueo y alineaciones de las fachadas,la planta en sección de las iglesias, y lasmedianeras de los edificios, construyendocon ello un semiparcelario del que se desco-noce la resolución interna de las manzanas.Sobre los dibujos originales, como señala F.TABERNER, se fueron añadiendo nuevas recti-ficaciones y ensanches de calles hasta el año1945 (Figura 3).

Por su parte, la visión territorial de Valen-cia desde 1882-3 quedaba reflejada en el

esclarecedor Plano de Valencia y sus alrededo-res, levantado por el Cuerpo del EstadoMayor del Ejército a escala 1/10.000 (Figura4). Con el detalle propio de esta escala y conuna representación tan amplia como la quefigura en dicha cartografía militar, no seconocía en Valencia ningún plano hasta lasprimeras representaciones realizadas por elInstituto Geográfico Nacional a finales de loscuarenta, siempre con escala 1/50.000. En eltrascurso de este trabajo, se tuvo la oportuni-dad de encontrar en el Archivo del Reino deValencia, procedente a su vez de la Delega-ción de Hacienda de Valencia, un plano aescala 1/20.000 de fecha aproximada 1915-

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Figura 3Plano Geométrico de Valencia. Sección nº 14. Servicios municipales, aprox.1892

Fuente: Cartografía Histórica de la ciudad de Valencia.

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20, resultado probablemente de la restituciónconjunta de los Planos Geométricos 1/25.000mandados a levantar por la Ley de 27 demarzo de 1900. La representación llevada acabo por la Dirección General del InstitutoGeográfico y Estadístico abarca los alrededo-res de la ciudad incluyendo el suelo de todoslos municipios pertenecientes al Partido Judi-cial de Valencia (2) (Figuras 5 y 6).

A pesar de la lentitud, discontinuidady en ocasiones confusión normativa queen materia catastral protagoniza el primertercio del siglo XX, en un municipio comoel de Valencia se logra levantar un com-pleto Avance. Aún con la minuciosidadcon la que se redacta la normativa enmateria de Registros Fiscales de Edificiosy Solares por la Ley de 1906, se acusabanalgunas carencias relativas a la dotaciónde personal de apoyo para dichas labores,así como por la falta de informaciónpública sobre los resultados. Algunos deestos aspectos se irán enmendando con unpaquete de medidas que harán las vecesdel Reglamento de la Ley hasta que queda

Figura 4Plano de Valencia y sus alrededores. Cuerpo del Estado Mayor del Ejército, 1882-3

Fuente: Cartografía Histórica de la ciudad de Valencia.

(2) El partido Judicial de Valencia en el primertercio del siglo XX estaba formado por los municipiosde: Meliana, Paterna, Burjassot, Moncada, Benetusser,Mislata, Almassera, Paiporta, Rocafort, Bonrepos iMiranbell, Foios, Albalat dels Sorells, Vinalesa, Alfaradel Patriarca, Godella, Albuixech, Tavernes Blanques,Alboraya y Valencia

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Figura 5 y 6. Plano General y detalle levantado por la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico de Valencia y alrededores. E: 1/20.000, aprox. 1915-20

Fuente: Archivo del Reino de Valencia.

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aprobado en 1928. Valencia contaba desde1908 con un Registro Fiscal pendiente decomprobación para la que se dota al igualque a Madrid y Sevilla, de un refuerzo dearquitectos funcionarios que aceleren elproceso (3).

Ahora bien, el verdadero avance que seproduce en el municipio es el impulsado apartir del Real Decreto de 3 de abril de1925 y su Reglamento de 30 de mayo de1928. En ellos por un lado, se constituyeel Instituto Geográfico y Catastral, concompetencias directas, y dirección únicaen la formación de los planos parcelariossobre los que el Ministerio de Haciendadebería hacer las valoraciones correspon-dientes. Por su parte, se daba en el Capí-tulo X del Reglamento, instrucciones precisas para organizar los trabajos catas-trales que en su caso, quisieran elaborarlas administraciones de manera particularsiempre con la supervisión del recién cre-ado Instituto. En el caso de Valenciasegún recoge GIMÉNEZ (4): los trabajosrelativos al término municipal […] comen-zaron casi de inmediato tras la publicaciónde la Ley; los trabajos de campo datan de1926 y la elaboración cartográfica tiene susprimeras versiones en 1929. Dado el interésque estos planos tenían para el Ayuntamien-to, se formó una comisión mixta de trabajoque continuaría sus labores hasta los añoscuarenta. Es decir, para todo el términomunicipal, en el intervalo comprendi-do entre 1929 y 1944 se levantó unacolección cartográfica a escala 1/500 for-mada por casi 500 hojas enteladas y para-finadas, en las que se restituyó todo elconjunto urbano (Figuras 7 y 8). ElReglamento en puridad hablaba del levan-tamiento de dos colecciones: un plano

general del conjunto a escala 1/2.000 yplanos de manzanas o secciones a escala1/500. Parece ser, que la decisión enValencia fue la de levantar toda la car-tografía con la mayor escala para lue-go, mediante procedimiento fotográficoreducir a las colecciones 1/2.000 y1/10.000. Como dejaba descrito el Regla-mento en su artículo 89: Los planos gene-rales contendrá la representación de calles,plazas, paseos, jardines, muros, verjas,vallas u otro límite material cualquiera quecierre solares, vías de tranvías y de ferroca-rriles y, en general, cuantos detalles tenganrepresentación en escala 1/2.000. En lasmasas de edificación se figurarán las super-ficies cubiertas y descubiertas, y sobre susfachadas, las medianerías o separaciones defincas urbanas. El trazado de curvas denivel se hará con equidistancia de un metro.Esta cartografía será valiosísima paraValencia por su cobertura y alta preci-sión, y constituirá la cartográfica fun-damental de la gestión urbanística delAyuntamiento hasta bien entrado losaños setenta. De hecho, se utilizó comobase para la formación del Plan de Orde-nación de Valencia y su cintura en 1946,y para el desarrollo pormenorizado de su planeamiento parcial. En los ServiciosTécnicos municipales, se procedía a ac-tualizar estos planos a medida que se ibanaprobando licencias, si bien dicho trabajose realizó de manera discontinua tanto enel tiempo como en las diferentes zonas dela ciudad. Con todo, Valencia es una delas pocas ciudades de España, que cuentacon un plano parcelario de todo su tér-mino municipal desde mediados del sigloXX (5).

(3) Real Orden del 13 de enero de 1908(4) GIMÉNEZ BALDRÉS, E.J.: «Parcelaciones Residen-

ciales Suburbanas. La formación de la periferia metropo-litana de Valencia». Valencia, Universidad Politécnica deValencia, 1996, pp. 820.

(5) Hemos de recordar que con exactitud nopodríamos decir que se trata de un plano parcelariocatastral como lo conocemos hoy, pues no se dibujabacompletamente la geometría de las parcelas sino el ini-cio de las líneas medianeras. Aún con todo, suponeuna cartografía de una gran precisión.

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Figura 7. Plano catastral de Valencia, 1929-44. Hoja 45-III

Fuente: Archivo Histórico de la ETS de Arquitectura de Valencia.

Figura 8. Detalle del Plano catastral de Valencia, 1929-44. Hoja 53-I

Fuente: Archivo Histórico de la ETS de Arquitectura de Valencia.

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La implantación catastral

Habitualmente se conoce a la etapacomprendida desde mediados de los sesen-ta hasta finales de los setenta con el nom-bre de Implantación catastral, pues es en eseperíodo cuando se aprueba la Ley de 11 dejunio de 1964 de Reforma del Régimen Tri-butario y dos años después, el Decreto1.251/1966 que aprueba el texto refundidode la Contribución Territorial Urbana. Estenuevo marco establece un renovado siste-ma tributario en el que destacan por unlado, la modificación en el método dedeterminación de la Base Imponible, y porotro, la mejora de la información para elreconocimiento de la realidad urbana enese momento. De hecho, como demuestraM.TATJER, debido al gran crecimiento de lasciudades a partir de la década de los sesen-

ta, la Contribución Territorial Urbanasupera por vez primera en España a larecaudación de rústica.

La fase de implantación del nuevo régimen de la Contribución Territorial,comienza a hacerse efectiva a partir de1970. En Valencia, la Delegación del Servi-cio de Valoración Urbana del Ministerio deHacienda, será la encargada de levantar unanueva cartografía parcelaria, a escala 1/500que recogerá todo el municipio en unacolección de casi 600 pliegos. Esta carto-grafía se obtiene mediante restitución ana-lítica del parcelario aparente de un vuelocon fecha aproximada 1972-73, sobre elque se vuelca, identifica y actualiza el par-celario catastral, funcionado como la basegráfica del Catastro en Valencia hastamediados de la década de los ochenta(Figuras 9 y 10).

Figura 9. Plano parcelario catastral de Valencia, 1972. Hoja 3E

Fuente: Archivo del Reino de Valencia.

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Primera revisión catastral

Establecidas las bases de la renovaciónen el período anterior, desde finales de lossetenta hasta principios de los ochenta se

puede establecer el intervalo de formacióncatastral de acuerdo con el nuevo régimentributario y la revisión de los valores. Paraello el Real Decreto Ley 11/1979 de Medi-das urgentes de financiación de las Corpo-

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Fuente: Biblioteca Valenciana.

Figura 10Fotograma del vuelo de 1973 hecho por la Compañía española de trabajos

fotogramétricos aéreos (CETFA)

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raciones Locales, trata de dotar de recur-sos a los nuevos ayuntamientos democrá-ticos procediendo a actualizar provisional-mente, hasta la revisión correspondiente,la Contribución Territorial en función delaño en el que se había producido laimplantación catastral en cada municipio.Estas medidas actuarán de puente mien-tras se completaba la revisión catastral decada municipio, incorporando los impor-tantes cambios que especialmente en eltejido urbano se habían experimentadodurante la última década.

En el caso de Valencia, el Área de Catas-tro e Inspección Urbana de la GerenciaTerritorial será la encargada de confeccio-nar la cartografía parcelaria soporte dedicha revisión. En este caso, el vuelo foto-gramétrico a partir del cual se restituye lacartografía, tiene fecha de junio de 1984, sibien la terminación de la serie no se logra-

rá hasta finales de los ochenta, incorporán-dose a los planes del recién estrenado Cen-tro de Gestión Catastral, que procederá arealizar una versión digital de la cartografíaa fin de poder efectuar el mantenimiento ygestión de la misma con medios informáti-cos (Figura 11).

Posteriores revisiones catastrales

A partir de los noventa la nueva Ley39/1988 Reguladora de las Haciendas Loca-les logra consolidad un sistema de finan-ciación algo más estable que el existentehasta entonces apoyándose en recursos notributarios, tributarios y participación enimpuestos del Estado. Los veinte años tras-curridos desde la publicación de dicha Ley,que disciplinaba también la del Catastro,hasta la aprobación de la Ley 48/2002, han

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Fuente: Archivo Histórico de la ETS de Arquitectura de Valencia.

Figura 11Plano parcelario catastral de Valencia, 1984. Hoja 401-16 III

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Fuente: Gerencia Territorial del Catastro de Valencia.

Figura 12Plano parcelario catastral de Valencia, 2004. Barrio de Aiora

visto crecer la importancia de coordinar yunificar todas las tareas relacionadas con laelaboración y mantenimiento actualizadode la base de datos, que constituyen suprincipal activo. Con posterioridad a dichaLey se aprobaron numerosas disposicionesque fueron modificando o completando lasnormas iniciales, hasta aprobarse el textorefundido de la Ley del Catastro Inmobilia-rio de 1/2004.

En lo que respecta a la elaboración grá-fica del Catastro, hasta la fecha ha seguidoel camino de la informatización e imple-mentación mediante un SIG específico parala administración de los datos catastrales.

Desde mediados de los noventa en lasGerencias Territoriales se implantó elSIGCA (Sistema de Gestión Catastral) quepretendía dotar de un sistema eficaz y diná-mico a los técnicos del Catastro. La rea-lidad es que este sistema inicialmenteresultó en una herramienta altamente sofis-ticada no accesible para cualquier usuario.La sustitución y mejora mediante el siste-ma SIGCA 2 supuso un avance real en susobjetivos, y hoy la cartografía catastral seactualiza diariamente con un acceso concu-rrente de múltiples usuarios, realizandouna conservación diaria de las bases (Figu-ra 12).

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El problema de la coordinación cartográfica

Hasta aquí hemos hecho un breve repa-so de la evolución del Catastro y su pro-ducción cartográfica específicamente paraValencia, concluyendo con la existencia deal menos cuatro series de interés para estetrabajo. La primera de ellas levantada entre1929-44, la siguiente de fecha aproximada1972-73, luego la cartografía resultado dela restitución de un vuelo de 1984 y la últi-ma serie que queda fijada por el inicio de esta investigación con fecha 2004. Es decir, contamos para todo el términomunicipal de Valencia, de cartografía a es-cala 1/500 que abarca los últimos 60 añosde evolución urbana de la ciudad, distan-ciados con intervalos comprendidos entre10 y 30 años. Los planos catastrales cons-tituyen un cúmulo de información muyvalioso, que adecuadamente referenciada yutilizada suponen una fuente fundamentalpara el estudio detallado de las transfor-maciones urbanas.

Ahora bien, la estrategia inmediata deestablecer una comparación de un mismoencuadre entre dos planos de diferenteépoca, posiblemente representados contécnicas distintas, se tropieza a menudocon importantes problemas que merman lacalidad de los resultados obtenidos. Esdecir, la información gráfica tal cual estáno suele ser apta para lograr un resultadoadecuado de nuestros estudios. Para ello,se ha de proceder a realizar lo que hemosdado en llamar una coordinación cartográ-fica, que no es sino una verificación derelaciones entre las cartografías de diferen-tes épocas, tomando como puntos deapoyo las permanencias o invariantes queaseguran la comparación a lo largo de lasecuencia estudiada. Para proceder a ello,debemos de seguir una estrategia concretay superara tres problemas fundamentales.Pasemos a comentarlos.

La coordinación vertical e inversa dela cartografía

La estrategia más eficaz para proceder aestablecer una comparación entre cartogra-fía, consiste en iniciar el proceso a partir dela representación más actualizada con la quecontemos dentro del intervalo estudiado. Esdecir, si queremos ver los cambios que sehan producido en la ciudad de Valencia entre1944 y 2004, lo procedente sería utilizarcomo base de partida la cartografía de 2004.Si además coincide, como es en este caso,con que esta cartografía está disponible enformato vectorial, entonces la decisiónqueda aún mejor respaldada. Normalmente,si los procesos de coordinación cartográficase realizan con fechas posteriores a los años90, en alguno de los extremos del intervaloes posible encontrar cartografía vectorial. Enel resto de los casos, lo más frecuente es dis-poner de planos en formato papel, que debenser escaneados y adecuadamente georeferen-ciados para su posterior digitalización.

A partir de aquí, el proceso consiste enidentificar los elementos invariantes queexisten entre los planos a comparar. En estecaso, identificaremos las parcelas comunesentre los intervalos, logrando a su vez seña-lar las parcelas que han sufrido algún tipode trasformación (Figura 13). Para ello lomás recomendable es generar archivos vec-toriales completos de cada una de las épocasa estudiar. De esta manera es como se haprocedido en la investigación, restituyendode forma completa el parcelario de 1929-44,el de 1972-3 y el de 1984. Todo ello se hizoprocediendo a dibujar la cartografía enorden inverso al cronológico, es decir, separtió de la situación 2004 –en la que secontaba con una cartografía vectorial– y sellegó a la situación de 1944. Evidentemente esta labor supuso un esfuerzo considerableque puede dividirse en varias etapas (6). La

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(6) Todo ello pudo llevarse a cabo gracias a lacolaboración de un grupo de alumnos de la ETS deArquitectura de los cursos 2004/05 y 2005/06.

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Fuente: Archivo Histórico de la ETS de Arquitectura de Valencia y Archivo del Reino de Valencia.

Figura 13Comparación del mismo encuadre de los planos catastrales de Valencia 1944 y 1972

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primera de ellas consintió en recopilartoda la cartografía disponible –más de1.700 hojas– que no se encontraban reuni-das de manera conjunta en un solo archi-vo. Las fuentes principales de consultapara ello fueron el Archivo de la ETS deArquitectura de Valencia, el Archivo delReino de Valencia y el Archivo de la Biblio-teca Valenciana. Una vez recopilada yhomogenizada la información, se procedióa su digitalización y posterior georeferen-ciación para poder iniciar el proceso derestitución. Por último se procedió agarantizar la calida de la restitución hecha,mediante comprobaciones topológicas dela integridad del parcelario, duplicidad de líneas, coordinación de coincidencias yverificación de posiciones. A partir deaquí, se seleccionó un software especiali-zados en geoprocesamientos que permitióautomatizar los cálculos de adiciones ysustracciones entre cartografías.

El potencial del análisis aún se logróaumentar más, en la medida que se incor-poraron datos complementarios para enri-quecer las fuentes de información. En estecaso, se identificó la altura característica(7) de las edificaciones que albergaba cadaparcela en los diferentes intervalos. Conesta información se detectó, a partir de lasvariaciones numéricas y gráficas aprecia-das entre intervalos, las posibles parcelasque habían sufrido transformaciones con-secuencia de, sustituciones, remontes oreconstrucciones. En definitiva las trans-formaciones más difíciles de percibir sobreuna cartografía urbana.

Las posibilidades de análisis que per-mite este sistema de trabajo son muyamplias, no limitándose solamente a lacuantificación de los crecimientos porextensión-nueva colonización producidosen un territorio o las transformacionessobre los tejidos ya construidos. Si laescala de análisis es suficiente, podemosidentificar aspectos tan importantes comoel tránsito entre las estructuras inicialesdel territorio y los procesos de reparcela-ción (adiciones o segregaciones parcela-rias), los cambios experimentados en el espacio público, o incluso a partir deuna representación tridimensional de lainformación, las variaciones producidasen el paisaje urbano de un determinadoentorno.

La inevitable deformación de la cartografía

A pesar de la calidad con la que losServicios del Catastro han ido levantandolos planos parcelarios a lo largo del tiem-po, a menudo nos encontramos grados decalidad distintos en la comprobación delas cartografías. Por ello, es inevitable queal proceder a la superposición de losdatos, existan pequeños desplazamientoso deformaciones fruto del cúmulo de dife-rentes tipos de errores (8). Dicha distor-sión, difícilmente puede corregirse me-diante un proceso automatizado. Con ellocorremos el riesgo de eliminar cambios dealineación, retranqueos o ampliaciones decalles, que testimonian fielmente variacio-nes en el espacio de estudio. De ahí queéste sea uno de los procesos más costososen la construcción de una cartografía

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(7) Denominamos como altura característica deun edificio a la altura correspondiente al terrado ocubierta del mismo, contando la planta baja comoprimera altura. El procedimiento de determinaciónde dicha altura característica supone un procedi-miento manual en el que objetivamente se va deci-diendo que altura corresponde a cada parcela deentre las posibles, descartando cajas de escalera,ascensores o solanas.

(8) No nos extenderemos en ellos, pero a partede los propios errores humanos en la representaciónde la información, también tenemos errores debidosa la deformación del soporte utilizado, a las distor-siones ocasionadas por las fotocopias y escaneados,etc.

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coordinada. Además requiere de una cier-ta destreza en el desarrollo de los trabajos,para identificar lo que puede ser un errorde representación de lo que realmentesupone un cambio. La consulta de infor-mación complementaria habitualmentesuele ayudar a discernir la solución ade-cuada.

La simplificación de los datosen aras a una mejor coordinación

La cuestión de la escala de trabajo yde representación constituye un proble-ma cuando lo que se pretende es rastrearlas transformaciones en un ámbito tanamplio como la ciudad de Valencia.Hemos partido fundamentalmente deltrabajo con la cartografía catastral deescala 1/500 que ofrece una precisión pla-nimétrica de 10 cm. A pesar de contarcon fuentes de tanta precisión para la res-titución gráfica desde el año 1944, se hadecidido utilizar una simplificaciónimportante. Nuestro objeto de interésconstituye tanto la edificación, como laestructura parcelaria en la que se inscribejunto con el espacio público restante. Sibien el espacio público y la parcelación através de las fuentes utilizadas permitíanproceder a una coordinación adecuada, laedificación, y más concretamente la ocu-pación del inmueble dentro de la parcela,presentaba lagunas insuperables de infor-mación, con una difícil restitución de losdatos (9). Por ello, se ha decidido repre-sentar sólo el parcelario en aquellas zonas

donde el sistema de ordenación era poralineación a vial. Es decir, en estos casosno existe una distinción precisa sobre elporcentaje real de ocupación de la edifi-cación en la parcela. Se considera quedicha ocupación es del 100%. Por suparte, en las zonas de ordenación por edi-ficación en parcela aislada, bien seanconstrucciones en la huerta, viviendasunifamiliares o edificios en orden abierto,se ha procedido a restituir de forma másprecisa dibujando los contornos edifica-dos para no distorsionar el reconocimien-to tradicional de la cartografía de la ciu-dad (Figura 14).

Como resultado de este trabajo, hemosobtenido un Atlas cartográfico de las trans-formaciones urbanas de Valencia. 1944-2004,formado por las siguientes series cartográ-ficas:

• Series (S1) La ciudad construida,que muestra las parcelas físicamen-te ocupadas por edificación y lasvacías en cada período de estudiodándonos una imagen precisa de la forma de colonización del terri-torio en cada momento, la geome-tría de sus parcelas, la estructura delos caminos y acequias, etc. (Figura15).

• (S2) Crecimientos de nueva coloniza-ción, en la que se especifican los cre-cimientos producidos entre dos inter-valos consecutivos relativos a nuevaocupación y extensión de suelosantes vacíos. Se trata de un inventariode parcelas que han pasado de noestar ocupadas a estarlo dentro delintervalo de estudio. Estas parcelasserán tanto producto de nuevos cre-cimientos por extensión a partir deprolongación de tejidos colindantes ytramas yuxtapuestas, como rellenosde solares dentro del tejido consoli-dado (Figura 16).

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(9) Específicamente el parcelario de Valencia de1929-44 sólo dispone en muchas manzanas de infor-mación referente al comienzo de los linderos de lasparcelas, ignorando completamente su desarrollo en elinterior de manzana. A parte de esto, en ningún casose da noticia de la ocupación de los inmuebles en elinterior de las parcelas, dejando sólo constancia delnúmero de alturas de los mismos.

LAS FUENTES CATASTRALES Y LA IDENTIFICACIÓN DE LAS TRANSFORMACIONES EN LOS TEJIDOS URBANOS

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• (S3) Transformaciones urbanizadoras(10), en esta serie se realiza una dete-nida restitución de todos aquelloscambios físicos experimentados tantoen los suelos no consolidados comoen los espacios públicos entre dosperíodos consecutivos, pudiendo conello apreciar la magnitud de los cam-bios y los escenarios preferentes paralos mismos (Figura 17).

• (S4) Los espacios no ocupados en la ciu-dad, en el que se establece el contras-te entre el territorio no ocupado y lanueva colonización producida entredos períodos consecutivos, poniendode relieve el espacio no ocupado y de-jando en un segundo plano las trans-formaciones sobre tejidos construidos(Figura 18).

• (S5) Tipos de crecimiento en la ciu-dad, en esta ocasión la serie carto-gráfica muestra conjuntamente loscrecimientos por transformación ypor nueva colonización entre dosperíodos, pudiendo con ello apreciarla proporción en planta de cada unode los crecimientos y los escenariospreferentes para su desarrollo. En loque respecta a los crecimientos portransformación se han adoptado lossiguientes criterios para su determi-nación. Se considera DERRIBO todaaquella eliminación de inmueblesque es distinguible en la compara-

ción de dos cartografías consecuti-vas. Se considerarán REMONTES todoaumento de plantas sobre edificioexistente comprendido entre 2 y 3alturas (11). Se considerará SUSTITU-CIÓN todo aquel cambio de alturaque suponga una variación en elnúmero de plantas mayor o igual a 4(12) (Figura 19).

• (S6) Las alturas de la ciudad I y II,constituyen dos series en las que sepormenorizan las alturas de los edi-ficios optando por una doble repre-sentación en la que se emplean ran-gos de agregación diferentes paravisualizar mejor determinados pro-cesos de transformación (Figura20).

• (S7) Las tres dimensiones de la ciudad,muestran una reconstrucción tridi-mensional de la ciudad en cuatrotiempos (1944-1972-1984-2004) enlos que es posible apreciar a través de paseos a vista de pájaro, los cam-bios experimentados en sus perfilesy volúmenes así como el paisaje ur-bano resultante a partir de la compa-ración de diferentes secuencias(figura 21).

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(11) Quedan descartados los remontes de 1plantas pues en muchos casos se deben a impreci-siones de la cartografía original. Corresponde tam-bién hacer una precisión respecto a los remontes.Durante los sesenta años que van desde 1944 y 2004,los casos de remontes no se distribuyen de unamanera homogénea. Son mucho más frecuenteshasta mediados de los sesenta, si bien a partir deaquí, las operaciones habituales respecto a los teji-dos consolidados, serán las sustituciones de edificiospor otros agotando las edificabilidades ofrecidas porel planeamiento.

(12) El método empleado no permite distinguircon total precisión lo que es una SUSTITUCIÓN de unedificio, es decir, la demolición previa de un inmueblepara remplazarlo por otro nuevo, de lo que entende-mos como REMONTE

(10) En este caso tomamos como referencia laterminología empleada por el profesor FONT para elanálisis realizado recientemente para el área metro-politana y región metropolitana de Barcelona. v.:FONT ARELLANO, A. (et al.): «Transformacions urba-nitzadores 1977-2000: Àrea metropolitana i regió urba-na de Barcelona», Càtedra d’Urbanística de la Univer-sitat Politècnica de Catalunya, Escola TècnicaSuperior d’Arquitectura del Vallès i Servei d’Informa-ció i Estudis Territorials, Mancomunitat de Munici-pis de l’Àrea Metropolitana de Barcelona, Barcelona,2005, 164 pp

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Fuente: Elaboración propia.

Figura 14. Coordinación cartográfica área noroeste de Valencia

Fuente: Elaboración propia.

Figura 15. La ciudad construida. Valencia 1972

Restitución 1994

Restitución 1984

Restitución 1972

Restitución 2004

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Fuente: Elaboración propia.

Figura 16. Crecimientos de nueva colonización. Valencia 1944-72

Fuente: Elaboración propia.

Figura 17. Transformaciones urbanizadoras. Valencia 1944-72

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Fuente: Elaboración propia.

Figura 18. Los espacios no ocupados en la ciudad. Valencia 1972-84

Fuente: Elaboración propia.

Figura 19. Tipos de crecimiento en en la ciudad. Valencia 1984-04

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Fuente: Elaboración propia.

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Fuente: Elaboración propia.

Figura 21. Las tres dimensiones en la ciudad

Figura 20. Las alturas de la ciudad II. Valencia 1944

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En el cuadro adjunto queda resumidade forma sucinta los valores principales dela cartografía base de 1944-1972-1984-2004. En ella se puede apreciar claramenteel proceso de ocupación producido en losúltimos 60 años en la ciudad, y en paralelo

la reducción del número de parcelas entre1944-2004. La constatación de este datopodría resultar inicialmente chocante, peroes debido a los procesos de adición parcela-ria y al aumento del tamaño de produccióndentro de la ciudad. (Cuadro 1).

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LAS FUENTES CATASTRALES Y LA IDENTIFICACIÓN DE LAS TRANSFORMACIONES EN LOS TEJIDOS URBANOS

Cuadro 1Resumen de magnitudes. Valencia 1944-1972-1984-2004

Cartografía Cartografía Cartografía Cartografía1944 1972 1989 2004

Número de polígonos 37.216 43.601 42.143 39.457Superficie total suelo en parcelas (has) 3.048,7 2.700 2.528,4 2.180Total parcelas no ocupadas 11.185 10.333 9.519 8.595Superficie total suelo en solares (has) 2.455,7 1.711,60 1.370 931,90Total parcelas edificadas 26.031 33.268 32.624 30.862Superficie total suelo parcelado construido (has) 593 987,47 1.158,4 1.248,1

Fuente: Gallego (2004) y elaboración propia.

ConclusionesLas fuentes cartográficas catastrales,

gracias a su presencia en la mayor parte delas ciudades españolas al menos desdeprincipios de los setenta, suponen un pre-ciso y sistemático banco de datos útil parareconstruir las etapas de crecimiento urba-no de las últimas tres décadas. En nuestrocaso, su implementación mediante un SIG,ha permitido aumentar sus posibilidadesen el cálculo de unidades de crecimiento,extensión y densidades, así como otrasmagnitudes útiles para ofrecer una visiónmucho más exacta del verdadero papel quehan jugado las transformaciones urbanasen la formación de la ciudad. El método decoordinación cartográfica, ordena adecuada-mente un proceso de restitución singularque garantiza la adecuada coincidencia delos invariantes, y evidencia los cambiosproducidos. En el caso concreto del térmi-no municipal de Valencia, la existencia de

cartografía catastral desde 1944 ha permiti-do formar un Atlas de las transformacionesde los últimos sesenta años, periodo dondese dan los mayores crecimientos de las ciu-dades españolas hasta hoy experimentados.

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