LAS FIESTAS JUDIAS: "LA PASCUA Y LOS PANES SIN LEVADURA"

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LAS FIESTAS JUDIAS LA PASCUA Y LA FIESTA DE LOS PANES SIN LEVADURA.

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LAS FIESTAS JUDIAS

LA PASCUA Y LA FIESTA DE LOS PANES

SIN LEVADURA.

LEVITICO 23 MENCIONA LAS SIETE FIESTAS JUDIAS INSTITUIDAS POR DIOS.

1. LA PASCUA.

2. LA FIESTA DE LOS PANES SIN LEVADURA.

3. LA FIESTA DE LAS PRIMICIAS.

4. LA FIESTA DE SEMANAS. (PENTECOSTES)

5. FIESTA DE LAS TROMPETAS

6. EL DIA DE LA EXPIACION.

7. FIESTA DE LOS TABERNACULOS.

Las siete fiestas forman tres grupos:

1. Las primeras tres toman lugar durante

el primer mes del calendario de los

judíos (que sería la última parte de abril

o la primera de mayo).

2. La cuarta toma lugar 50 días después

(en el tercer mes).

3. Las últimas tres fiestas se celebran

durante el séptimo mes

Hoy veremos las dos

primeras fiestas judías:

1.La Pascua

2.Los Panes sin levadura.

1.- LA PASCUA

LA PASCUA

RECORDEMOS:

Abraham fue llamado por Dios de Ur,

hacia la Tierra Prometida.

En el camino enfrentaron las

diferentes estaciones del año.

Buscaban pastos y araban la tierra.

Sus refugios eran sus tiendas de

campaña.

Hubo una gran sequía que hizo que Jacob

se marchase a Canaán hacía Egipto.

José, hijo de Jacob, había hallado favor

con el faraón, fueron bienvenidos como

invitados, y les fue dada la tierra de Gosén.

Allí por primera vez disfrutaron una

sensación de pertenencia. Vida tranquila y

segura.

Ellos se multiplicaron y un faraón posterior a

José se sintió preocupado porque había

más hebreos que egipcios.

Los hebreos se sentían cómodos y seguros. Se olvidaron que Egipto no era la tierra que Dios les prometió.

No siguieron las instrucciones de Dios. El pacto implicaba:

a. Un promesa de Dios: Una Tierra.

b. Obediencia de Abraham y su simiente: Deberían ir donde se les había mandado que fueses, llevando las marcas físicas de pacto (circuncisión).

A los hebreos se les olvidó buscar la

Tierra Prometida y se olvidaron de

circuncidarse mientras estuvieron en

Egipto.

Así también nosotros, nos fuimos a Egipto

(al mundo), nos sentimos muy cómodos

por un buen trabajo, alcanzamos alguna

prosperidad, nos sentimos cómodos, y

nos olvidamos que Dios tiene algo mejor

para nosotros, y no lo buscamos y

desconocemos el nuevo pacto, y no

llevamos las marcas del resucitado.

Durante 400 años el pueblo de Israel

vivió al borde de su destrucción y no

lo sabían.

Llegó al poder un nuevo faraón “que

no conocía a José” (Ex. 1:8). Se volvió

contra ellos y los convirtió en

esclavos.

Israel trabajó fatigosamente y sufrió, a

pesar de ello siguieron aumentando

en número.

Faraón ordenó que los bebés fueren

asesinados en un esfuerzo por eliminar

a toda la nación.

Entonces, Israel se acuerda del Dios se

de sus antepasados.

Necesitaban ser liberados no solo de

faraón, sino también de Egipto.

Clamaron a Dios en su esclavitud y

aflicción y El oyó sus angustiosas

súplicas.

Dios se acordó de su pacto con

Abraham, con Isaac y Jacob, de modo

que la liberación estaba cercana.

Era preciso que los hijos de Jacob se

marchasen de Egipto a fin de poder

servir a Dios.

Era necesario que fuesen eliminadas las

antiguas cosas, las antiguas actitudes, y

los antiguos efectos, y además la nación

de Israel necesitaba un nuevo

comienzo.

Nosotros también igual que el pueblo

de Israel, el mundo nos doblegó, y el

pecado nos esclavizó. No solo

necesitábamos ser liberados del

pecado, sino también salir de las

filosofías del mundo.

Necesitábamos un nuevo comienzo,

eliminando las falsas filosofías, las

malas actitudes, y malos hábitos.

La primera fiesta de las siete

indicadas en Lev. 23 nos muestra el

establecimiento de la redención

entre los hombres. Un nuevo

comienzo.

Esta es la primera fiesta que el judío

celebra cada año. El día 14 del

primer mes del calendario judío.

Los detalles de esta fiesta están en

Éxodo 12:1-14, 22-28

La fiesta de la Pascua es un cuadro de la obra

de Cristo en la cruz -un cuadro de la redención

por la sangre que el “Cordero de Dios”,

Jesucristo, derramó en lugar de los pecadores.

Jn. 1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que

venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios,

que quita el pecado del mundo.

Éxodo 12 describe el tipo de sacrificio que se

cumplió en Jesucristo.

1Cor. 5:7 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura,

para que seáis nueva masa, sin levadura como

sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Cristo es nuestra Pascua, el que fue

sacrificado en nuestro lugar para

rescatarnos del juicio divino de la

muerte. 1Cor. 5:6-8

Cristo es nuestro Cordero sin mancha

quien nos rescató con Su sangre. 1P.

1:18-19

Examinemos la lección objetiva de

Dios desde diferentes flancos:

A.- DESDE EL LADO DE DIOS.

• “Es pascua de Jehová” (Ex. 12:11). Los

cautivos habían sufrido la esclavitud

durante mucho tiempo.

• Pero Dios, en su consejo supremo, había

decretado que amanecería un día de

liberación. Y ese día llegó.

• Ningún poder humano podía detenerlo. El

pueblo escogido tenía que ser libre.

EL CORDERO

Era preciso observar

al cordero de cerca

durante cuatro días

antes de la Pascua

para asegurarse que

era perfecto en

todos los sentidos.

Durante ese tiempo

alimentaban y

cuidaban al

cordero.

El cordero de pascua llevado a

la casa viene a ser el símbolo de

aquel que habría de venir siglos

después para estar con los suyos

y ser el medio definitivo de la

expiación y redención de Dios.

El cordero pascual

tenía que ser macho

(zakhár) para

representar así la

persona de Cristo

como varón. (Is. 13:12;

32:2: 53:3).

El cordero tenía que

ser de un año, lo que

es signo de vigor

físico; así nuestro

Salvador tenía que ser

poderoso en fortaleza

(Sal. 89:19; Is. 19:20; Tit.

2:13)

El cordero estaba marcado para la muerte. Is. 53:7 el profeta dice que el Mesías habría de ser llevado como un cordero al matadero.

En 1P. 19-20 dice que Jesús estaba destinado por adelantado para morir, ya desde antes de la creación del mundo.

El cordero tenía que ser inmolado por toda la congregación del pueblo el día 14, sin quebrarle ningún hueso; así como Cristo, nuestra Pascua, sería sacrificado en el altar de la Cruz. (Jn. 19:33; 1ra.Cor. 5:7).

Ni una sola voz quedó en silencio cuando clamaron por su crucifixión (Mat. 27:22-23). Y al mismo tiempo ni un pecado de toda nuestra vida estaba ausente cuando El fue arrastrado a la cruz.

¿CÓMO

DEBERÍA

COMERSE EL

CORDERO?

ASADO A FUEGO ABIERTO

El cordero no debía comerse crudo, ni ser cocido en agua, sino asado a fuego abierto (Ex. 12:8-9). Fuego simboliza el juicio de Dios.

Isaías anunció por adelantado que el Mesías llevaría sobre sí el pecado de muchos, e iba a ser herido por pecados que El no había cometido, ser sometido al juicio de Dios y ser numerado entre los transgresores

Notemos ahora lo que dice en Ex.

12:9 “con su cabeza con sus pies y

sus entrañas”.

Nosotros hoy así participamos de la

mentalidad de Cristo (cabeza);

participamos del camino de Cristo

(pies); y participamos del amor de

Cristo (entrañas): Fil. 2:5; 1Jn. 2:6; Ef.

5:1-2.

Somos alimentados de todo el

cuerpo del Cordero de Dios.

CON PAN SIN LEVADURA

El pueblo de Israel comió el cordero de Pascua con panes sin levadura y después no deberían comer levadura durante siete días. (Fiesta de los panes sin levadura).

Levadura símbolo de pecado.

Eliminar toda la levadura es una imagen de la santificación del Hijo de Dios. Habiendo sido limpio y redimido por el Cordero de Dios, el preciso que eliminemos toda levadura de pecado.

La palabra hebrea para levadura es

chomez que significa amargo o agrio.

La naturaleza del pecado es hacer que

las personas se sientan amargadas y

agrias.

La levadura hace que la masa de harina

se hinche de manera que el producto

final sea más voluminoso, pero no pesa

más. El pecado de orgullo hace que las

personas se muestren envanecidas,

considerándose más de lo que son en

realidad.

CON HIERBAS AMARGAS

Las hierbas amargas simbolizan las penalidades que soportaron los israelitas bajo el látigo de los capataces de Faraón.

Las Hierbas amargas también son un recordatorio que los hijos primogénitos del pueblo de Israel vivieron gracias a que murió el cordero de pascua en cada hogar.

Si las hierbas amargas tenían el propósito de recordar la vida de los hebreos en Egipto. Nosotros debemos recordar como estábamos y como nos rescató el Señor. Muchos veces no meditamos en ello. No sabíamos cual era nuestra verdadera situación.

Veamos cual era nuestra situación según las Escrituras:

La Biblia subraya reiteradamente que Dios castigará todo pecado

Gal. 6:7 7No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Nahúm 1.3 3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.

Las Escrituras señalan que éramos enemigos

de Dios. Rom. 5:10, Rom. 8:7. Dios odia el

pecado, y por ende todos los que pecan se

han convertido en enemigos de Dios. Salm.

7:11

Dios aborrece a todo el que hace iniquidad.

Salm. 5:5

Aquellos que violan algún punto ínfimo de

la ley de Dios son tan culpables como si

hubieran quebrantado todos los

mandamientos. Stg. 2:10

Ninguno de nuestros pecados han sido

triviales. Rom. 3: 10-18

Todas las personas nacen con una

proclividad insaciable hacia el pecado.

Salmo 58:3

Estábamos muertos espiritualmente. Ef. 2:1

Nos deleitábamos en nuestro propio

pecado, y éramos objeto de la santa irá de

Dios. Ef. 2:3

Estábamos sin esperanza. Ef. 2:1

La Justicia de Dios debe ser satisfecha con

el castigo de toda violación a su Ley.

La pena a nuestra iniquidad es infinitamente

severa: condenación eterna.

No podíamos ofrecer nada a Dios que

podría expiar nuestro pecado, porque el

precio del pecado es demasiado alto.

Nuestra situación era deplorable:

- Sin salida al juicio de Dios.

- Por naturaleza éramos Hijos de la Ira. Ef.

2:3

- Estábamos esclavizados al pecado Jn 8:34

No contábamos con alguna capacidad

innata para amar a Dios, para obedecer

a Dios o para agradarle de algún modo.

Rom. 8:7-8

La situación en la que estábamos

parecía irreversible e inescapable:

- Tenemos que rendir cuentas a un Dios

santo, cuya justicia debe ser satisfecha.

- Por otro lado somos pecadores

culpables, incapaces de hacer nada en

absoluto para satisfacer la justicia de

Dios.

Dios mismo dice que es una

abominación justificar a un pecador,

equivalente al pecado de declarar

culpable a una persona inocente:

Prov. 17:15 El que justifica al impío, y

el que condena al justo, Ambos son

igualmente abominación a Jehová.

Si las Escrituras muestran todo esto,

que nos dan a conocer nuestra real

situación, surgen varias preguntas:

1. ¿Cómo puede Dios otorgar perdón

sin poner en entredicho su propio

standart de justicia?

2. ¿Cómo puede justificar pecadores,

sin quedar EL mismo como injusto?

3. ¿Cómo puede él perdonar a

pecadores sin faltar a su Palabra,

después de haber jurado que

castigaría toda transgresión?

Solo hay una forma en que los

pecadores se reconcilien con Dios: Por

medio de la obra expiatoria de Cristo.

Un sustituto. Nuestro Cordero. Inmolado

por nosotros, como ofrenda por el

pecado.

Dios mismo diseño y consiguió hacer lo

que parecía imposible:

- Que la enemistad sea quitada.

- El pecado perdonado.

- La comunión restaurada.

Para los judíos el cordero que estuvo

en casa por cuatro días, debía ser

sacrificado.

Para nosotros el cordero que

invitamos a que viva y reine en

nuestras vidas es el que murió por

nuestros pecados.

En las Escrituras la amargura nos

habla también de la aflicción por la

muerte. Zac, 12:10

CON LOS LOMOS CEÑIDOS

Con los lomos ceñidos, o sea,

preparados para la marcha.

El creyente debe vivir preparado y

estar siempre como dispuesto a oír la

orden de marchar, esperando el

momento de su partida de este

mundo para salir al encuentro del

Señor (Ef. 6:14, 1P. 1:13; 1Cor. 15:52,

1Tes. 4:16-17)

CON LOS PIES CALZADOS

Con los pies calzados, pues estaban

a punto de principiar su viaje y

debían tener los pies bien protegidos

para andar por caminos escabrosos.

Así es el calzado de nuestros pies:

calzados los pies con la preparación

del evangelio de la paz (Ef. 6:15, Sal.

66:9; 121:3; Is. 52:7). Andamos bajo el

cuidado del Señor.

CON EL BORDON EN LA MANO

Con el bordón en la mano,

mientras comían.

El báculo o cayado del

creyente, como ayuda para su

camino, es la confianza en Dios:

“tu vara y tu cayado me

infundirán aliento” (Salm. 23:4;

37:5; 91:2, 4; Prov. 3:5-6)

APRESURADAMENTE

Apresuradamente (Heb. Hippazon=deprisa),

puesto que debían emprender la marcha

repentinamente.

El término se traduce “aprisa” en Dt. 16:3, y

“azorarse” en Dt. 20:3. El Ángel que ejecutaría el

juicio divino estaba cerca, y por tanto, no

tenían un momento que perder.

Así nuestra tarea evangelizadora no admite

demora, sino que requiere urgencia, y de ahí

que debamos apresurarnos en cumplirla (Mr.

16:15; Rom. 10:15).

Todos los hijos de Israel debían

abandonar Egipto, figura del mundo.

Cada redimido por el Señor Jesús ya no

pertenece a este mundo: muestra

ciudadanía está en los cielos” (Fil. 3:20).

Israel caminó con la fortaleza de la

comida pascual. Así es con nosotros:

solamente confortados en Cristo

podremos proseguir nuestro viaje de

peregrinación; en el Señor está la

fortaleza de su pueblo (Sal. 28:7-9)

B.- DESDE EL LADO DEL REDIMIDO.

En la Biblia textual vemos una progresión en la manera en que se describe el cordero.

Ex. 12:3 Dice tomar un cordero, indeterminado y desconocido, nada especial.

Ex. 12:4 Dice el cordero. Ahora es conocido y apartado.

Ex. 12:5 Dios dice: “Vuestro cordero será sin mancha”. Es preciso que cada alma se apropie del cordero para sí mismo.

LA SANGRE SOBRE LA PUERTA

Los hijos de Israel tenían

que tomar un cordero,

guardarlo hasta el día 14

del mes, inmolarlo, y rociar

o untar con su sangre,

mediante un manojo de

hisopo (ezob) mojado en

ella, el dintel y los dos

postes de la puerta de

cada casa;

Dios lo ha hecho todo; El

dio gratuitamente su

Cordero. Pero también para

ser salvo, todo ser humano

debe apropiarse

personalmente de la obra

de Cristo.

Pero la sangre derramada tenía que ser

usada y mostrarse visiblemente al exterior

como una señal protectora que preservaría

a toda la familia de la mortandad.

Por eso, luego se debía permanecer dentro

de la casa, pues si alguno salía de ella, la

sangre perdía su virtud como señal para

salvar a sus moradores.

La sangre rociada libraba del juicio del

ángel de la muerte y daba seguridad

absoluta. Así también debemos apropiarnos

de la obra de Jesucristo.

C.- DESDE EL LADO COMESTIBLE

¿Quiénes podían comer el cordero

pascual?

Solamente los redimidos. (Ex. 12:27-

28)

Todo el pueblo de Dios. (Ex. 12:3-4).

Todos los que vivían en la casa (Ex.

12: 7-8).

D.- LADO CONMEMORATIVO COMO MEMORIAL

La Pascua recordaría al pueblo que había sido

salvado en Egipto; año tras año el cordero

asado al fuego los congregaría y les haría

recordar el precio pagado por su liberación

La Pascua era un tipo de lo que iba a ser

ofrecido, y llegó ese día, cuando el cordero de

Dios fue ofrecido, y Cristo fue crucificado.

De ahí que Cristo instituyera un nuevo

recordatorio conmemorativo al establecer la

Santa Cena: “haced esto en memoria de mí”

(Luc. 22:7-20, 1Cor. 11:23-26).

Y es así que la Cena del Señor, como conmemoración

del nuevo pacto, vino a sustituir la Pascua.

PASCUA SANTA CENA

Requiere una búsqueda física de

maldad. Ex. 12:19

Requiere una búsqueda espiritual de

maldad. 1Cor. 11:27-28

Simboliza una redención nacional

completa. Ex. 12:27

Simboliza una redención espiritual

completa. 1Cor. 11:24

Anticipa una restauración nacional. Ex.

12:41-42

Anticipa una resurrección espiritual

1Cor. 11:26

Instituida por Dios para Israel: Ex. 12:14 Instituida por el Señor Jesús para la

Iglesia. 1Cor. 11:24-25

Abuso del culto trae muerte. Ex. 12:19 Abuso del culto trae enfermedad y

muerte. 1Cor. 11:27-32

Guardada por familias. Ex. 12:3, 21 Guardada por la Iglesia de Dios: 1Cor.

11:22, 23

Recuerdo de la muerte de un cordero

físico. Ex. 12: 6-9

Recuerdo de la muerte del Cordero de

Dios. 1Cor. 11:24-25

2.- LOS PANES SIN LEVADURA

La Fiesta de los Panes sin Levadura está

ligada estrechamente a la Pascua, seguía

inmediatamente y duraba una semana,

esta fiesta nos habla de la regeneración y

la comunión con Dios.

La Pascua se celebraba el día 14 del primer

mes, y la fiesta de los panes sin levadura se

iniciaba el 15 hasta el 21.

“Siete Días comeréis panes sin levadura”.

Las características de esta fiesta la

podemos ver en 12:15-29, Lev. 23:6-8, Nm.

28:17-25, Dt. 16:3-4,8

Solo los israelitas legítimos podían

participar en esta fiesta, es decir los

que eran por nacimiento o por

redención.

Así, solamente los que son nacidos

de Dios y redimidos por Cristo,

pueden tener comunión con El y vivir

de una manera aceptable delante de

El.

No se puede creer en Cristo y seguir

viviendo como antes.

Esta fiesta simboliza un nuestra comunión

con Dios en santidad.

Nuestra comunión con Dios empieza

inmediatamente después de la Pascua—

después de nuestra salvación en Cristo.

Tal como en esta fiesta, la comunión con

Dios “se celebra” sin levadura.

La levadura en la Biblia es un cuadro del

pecado (1Cor 5.8).

La levadura, bajo todas sus formas,

debe ser excluida, porque siempre es

símbolo de corrupción:

1Cor. 5:8 8 Así que celebremos la

fiesta, no con la vieja levadura, ni con

la levadura de malicia y de maldad,

sino con panes sin levadura, de

sinceridad y de verdad

Las antiguas mujeres hebreas usaban el método de la masa amarga de la harina para que su pan se hinchase.

Antes de formar la masa de la harina para hacer los panes y dejarlos listos para asarlos, acostumbraban a arrancar un pedazo de la harina sin coser y lo ponían a un lado en un lugar fresco y húmedo.

Cuando era hora de asar otra hornada de pan, sacaban aquel pedazo que habían reservado y lo mezclaban con la nueva hornada de harina y agua con el fin de usarlo a modo de levadura en las próximas barras de pan.

Cada nueva generación de pan estaba orgánicamente relacionada con las esporas de la levadura común de las anteriores barras de pan.

La raza humana tiene el mismo eslabón de la naturaleza del pecado.

Por eso el apóstol Pablo dice, celebremos la fiesta, sin la vieja levadura:

La Vieja Levadura: Es lo que hincha, es el orgullo que ensalza al hombre. La levadura fermenta: símbolo de la arrogancia. La levadura hace que la masa tenga más espacios vacíos, símbolo de la vanidad. La levadura acidifica la masa, símbolo de encono, resentimiento y rebeldía.

DEBEMOS VELAR PARA QUE POR EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO, LOS FRUTOS DE ESA NATURALEZA PECAMINOSA SEAN CORTADOS DE RAÍZ.

La Levadura de Malicia: Es la mala

intención de una persona, por acción

o pensamiento.

Levadura de Maldad: Es el mal o

injusticia que cometemos contra

otros.

Levadura de los Fariseos (Mat. 16:6).

Es el orgullo religioso, tanto individual

como colectivo, y también simboliza

la hipocresía.

La levadura de los saduceos: (Mat. 16:6). Es el racionalismo, las dudas en cuanto a la Palabra de Dios o la negación de lo que ella afirma (Hec. 23:8)

La levadura de Herodes: (Mr. 8:15) Es la complacencia con el mundo para poder escalar puestos honoríficos y adquirir el favor de grandes y poderosos.

Recuerda: Un poco de este variado género de levadura puede leudar la masa entera. Por eso somos exhortados a limpiarnos de “toda contaminación de carne y de espíritu” (2Cro. 7:1) para vivir en santidad.

Cada día (que eran siete)de la Fiesta

de los Panes sin Levadura, se ofrecía

un holocausto, con un presente de

harina amasada con aceite,

acompañado con un sacrificio de

expiación por el pecado.

Simboliza que la vida del creyente no

puede estar desvinculada de la obra

de Cristo.

Además, EL primer día y el último había

santa convocación, y se ofrecía sacrificios,

y no se hacía ningún trabajo.

Eso simboliza que no tenemos que agregar

nada nosotros para tener comunión con

Dios. Cristo hizo toda la obra.

Cristo estableció la comunión entre Dios y

nosotros, y la obtenemos tan pronto

reconocemos que su obra en la Cruz fue

por nosotros.