LAS FABULAS

CARLA TATIANA TELLO OVIEDO

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE NEIVA

IV SEMESTRE DE FORMACION COMPLEMENTARIA

2009

EL PERRO Y EL ZORRO

Cierto día, un zorro flaco y hambriento salió haber si encontraba algo que

comer. Los tiempos no eran propicios y la caza escaseaba.

Ya en el camino, se topo un perro gordo y satisfecho. El zorro, lleno de envidia,

le preguntó: -¿como en que siendo y más rápido y astuto que tu, paso tanta

hambre y tú, en cambio, pereces feliz?

-Mira buen zorro. Yo tengo un amo que cuida de mi. No tengo preocupaciones

con él y estoy muy a gusto cuidando de su casa -respondió el perro.

A fuerza de mirar, el zorro se fijo del collar que colgaba del cuello del perro.

-¿Que significa ese collar y para qué sirve?- pregunto el zorro.

-A veces me ata el amo y el collar sirve para enganchar la cuerda. Así no puedo

moverme -aclaró el perro.

Entonces el zorro, haciendo un gesto respectivo, volvió la espalda al perro y se

alejo, mientras decía: -si mara comer y sentirme a gusto, tengo que renunciar,

a mi libertad prefiero seguir como hasta ahora. Nada es más importante que

hacer lo que yo desee, sin

un amo que me ate y me

fastidie dijo- el zorro.

Importante enseñanza,

amigos. Tómala en

consideración y escoged

entre la libertad y

comodidad, si os veis

obligados a ellos.

LA RITICA PRESUMIDA

Era una ratita muy linda y le gustaba cuidar de su casa. Todos los días barría

limpiaba y fregaba. Era una maravilla en cualquier cosa que hiciese. Sus vecinos

la admiraban y siempre había una cola de pretendientes a la puerta de su casa.

Ella aun no había resulto casarse, de modo que repartía calabazas adiestro y

siniestro.

Un buen día, mientras barría, la ratita se encontró una moneda. Durante un

largo tiempo, estuvo pensando que hacer con ella, pero no daba con la solución.

“¡podría comprarme tantísimas cosas…! La verdad es que es difícil decidir por

alguna. Bueno, ¿si me comprase un lazo? Podría ponérmelo en el rabo. Me

quedaría “precioso”- pensaba la ratita.

En efecto, se compro el

lazo y su predicción se

cumplió. Estaba más

encantadora que nunca.

Sus pretendientes

aumentaron como la

espuma.

Desfilaron ante ella

perros, gatos, patos,

cerdos… la ratita, algo mas

condescendientes, solo

ponía una condición para

casarse.

-quién tenga una hermosa

y dulce voz obtendrá mi

mano- les dijo ella.

Hacia cantar a todos los pretendientes, pero ninguna voz parecía agrádale. Por

fin, se presento un apuesto gato quien, con voz muy dulce y melodiosa logro

conquistar el corazón de la ratita presumida.

Las bodas se celebraron con gran brillantez y acudieron numerosos invitados.

La ratita, muy satisfecha, se sentía el centro del mundo.

Una vez solos, el amante esposo saco a relucir sus verdaderas intenciones. Se

hecho sobre la ratita y se las zampó en un santiamén. Después de todo era un

gata como los demás.

Está bien escoger, amiguitos, pero no conviene pasarse de la raya. Ya veis que

puede haber complicaciones.

LA LECHUZA

Aquella noche de verano, doña lechuza habría sus grandes ojos

desmesuradamente, como de costumbre. En un momento dado, oyó extraños

ruidos en casa de don caballo. Con aires de detectives se acerco a ver lo que

sucedía. Acecho en un rincón y descubrió a osito el hijo de don osón que salía

del cuarto del caballito, el infante de la casa, cargado de juguetes.

-¡ah, ladrón, así que robando aun compañero de juegos, ¿eh? Se lo diré a tu

padre! - Exclamó doña lechuza con voz amenazante. – ¡no, por favor, doña

lechuza, no diga nada. Yo le explicare!- repuso osito, muy apurado.

-bueno, espero oír tus argumentos- dijo doña lechuza impaciente.

-caballito resume de tener muchos juguetes, porque su padre es rico. Por eso,

se ríe de nosotros, que no tenemos ninguno. Quise darle una lección y quitarle

alguna de esos juguetes que tanto le envanecen-dijo osito.

Doña lechuza comprendió y, compadecida, le contesto:-caballito es un egoísta y,

seguramente, no tiene buenos amigos. No te rebajes a su nivel tomando esos

juguetes, osito. Deja que presuma. La vida se encargara de darle su merecido.

Anda, vuelve aponer los juguetes en su sitio.

Osito obedeció al punto muy contento con las recomendaciones de doña

lechuza. Regresó a su casa y durmió apierna suelta.

EL HIPOPÓTAMO QUE QUERÍA SER DELGADO

Don hipopótamo esta avergonzado. ¡Veía a

sus amigos, el flamenco, el leopardo y el

avestruz, tan delgados no comprendía

como él estaba tan gordo. Si, de acuerdo,

tenía buen apetito, pero eso no explicaba

tanta diferencia de peso en entre él y sus

congéneres.

No le faltaban consejos y

recomendaciones.

-pase un día entero apoyado sobre un solo

pie. Veras como pierdes peso - le decía el

flamenco.

-lo que tú necesitas es mucho deporte,

amigo- le decía, a su vez el leopardo.

-¡bah! Esto tiene fácil arreglo- faroleaba el avestruz- comete unas cuantas

piedras y veras el resultado.

Don hipopótamo voluntarioso, siguió los consejos de sus amigos. Pasarse un día

entero sobre un pie, solo le valió un esguince. Las sesión de 24 horas de

gimnasia le dejó baldado y las piedras le crearon una terrible pesadez de

estomago.

Por fin, a fuerza de mirarse en el espejo, don hipopótamo comprendió que él no

estaba más gordo que sus amigos. Sencillamente, tenía una constitución física

muy diferente, eso era todo. Desde ese momento, dejo de preocuparse y siguió

dándose sus buenos banquetes.

DOS MARIQUITAS

Marí y Quita eran

hermanas gemelas. Tenían

siete puntos en sus alas y

eran de iguales de tamaño y

color. Sin embargo ahí

terminaba la semejanza

entre ellas, porque

mientras Marí era buena y

estudiosa, a Quita le

recomía la envidia y la

pereza.

El verano había empezado y

pronto llegaría el día de la

vuelta al colegio. La

profesora había mandado

hacer deberes a las dos

durante el verano pero solo

Marí los había terminado.

Quita, temerosa de que la

profesora destacase a su

hermana por encima de

ella, robo los deberes de

esta. Así las dos estrían en

la misma situación.

¡Cual no sería su sorpresa

cuando, ya en el primer día

de clase, la profesora

felicito a Mari por sus

excelentes deberes! ¿Qué

había ocurrido? Muy sencillo.

Mari, comprendió que a su

hermana le iban a ponerle un

cero, por no presentar hechos

sus deberes decidió ayudarla.

Quita por equivocación, había

borrado su propio cuaderno y

los deberes que Mari había

hecho por ella.

Naturalmente, quita se ganó

un hermoso cero, pero,

avergonzada por el bondadoso

gesto de su hermana fue,

desde aquel mismo día tan

buena y estudiosa como ella.

¡Ahora sí que nadie nos podrá

distinguirlas!

LA GALLINA TRABAJADORA

Felisa era una gallina cariñosa y abnegada. Su padre acaba de morir y ahora su

madre había enfermado de gravedad. ¡Cuántas desgracias juntas! Nuestra

heroína, sin dudarlo un momento, dejo sus estudios, en los que tanto prometía,

y se puso trabajar. Tenía que ganar mucho dinero con el fin de poder curar a

su madre.

Se coloco de asistente en

cuatro sitios. Trabajaba

doce horas diarias y,

cuando llegaba a casa, ya

bien entraba la noche, se

ponía a cuidar a su madre,

limpiar la casa y preparar la

cena. Todos la admiraban

con mucha razón, pues

Felisa nunca se quejaba. Al

contrario se sentía

orgullosa de poder ayudar a

su madre, que tanto había

hecho por ella.

Por desgracia, la enferma

murió y Felisa quedo sola en

el mundo. No por ello se

vino abajo.

Volvió a sus estudios, que

alternaba con seis horas de trabajo al día y, al cabo de pocos años, llego a ser

una brillante ingeniera. Su bondad y su fe en si misma habían triunfado.

EL CONEJITO Y EL PELICANO

Conejito y pelicano se hicieron grandes amigos en un abrir y serrar de ojos. Iba

junto a la escuela; Vivian pared por medio y sus respectivas familias se

conocían de toda la vida.

-¡ja, ja, ja! –Se ría conejito,

bromeando con el pico de su amigo-.

Algún día llegara el que, al ir

levantarte de la cama te pece tanto

el pico que no podrás hacerlo.

Entonces, me avisarás.

-¡si, si, tu ríete que ya veremos

quién necesita a quien! – le contesto

el pelicano, sin enfadarse.

Pocos meses después ocurrió lo

previsto por el conejito, solo que al

revés.

Dos perros de presa se lanzarón en

su percepción, locos de furia. Ya

conejito iba hacer alcanzado cuando,

en un arranque de inspiración, fue a

esconderse en el pico de su amigo el pelicano, quien, al instante, alzo el vuelo y,

de esta forma evito a conejito de una muerte segura.

En la naturaleza todo tiene su finalidad y el gran pico del pelicano no es un

acepción, amigos.

LA TORTUGA “MAL GENIO”

Cuando algo le fallaba a la tortuga “mal genio” era como para echar a correr,

pues, en vez de cargarse la culpa ella misma, lo hacía sobre el primero que

encontraba. Si no podía hacerlo con un animal para encontraban las flores o las

piedras.

Era frecuente verla pelear con alguien, y sus rabietas no dejaban títeres con

cabeza. Sus amigos creían que lo mejor era romper con ella para siempre y la

tortuga pareció adivinarlo, pues, tras uno de sus violentos enfados, cogió sus

cosas y se marcho del lugar.

Al cabo de poco tiempo

todas se dieron cuenta de

que en el fondo, echaban de

menos a la tortuga “mal

genio”.

Al fin y al cabo, sus enfados

les entretenían mucho, por

su parte la tortuga “mal

genio” también añoraban

poder echar la culpa a

alguien de sus errores.

Cuando nuestro personaje

volvió junto a sus

compañeros fue recibido con

alegría. Ahora las broncas

siguen por supuesto pero

¡como todos se ha

acostumbrado a ella…!

ELEFANTIN, EL CURIOSO

Elefantin no tiene remedio. Mete la trompa en los lugares más inapropiado y en

el momento más inoportuno. Resultado: anteayer se gano unos terribles pica

toso de doña gallineta; ayer un

montón de aguijonazos de todo un

enjambre de avispas; hoy acaba de

ser mordido por un cocodrilo, y

mañana…, ¿Quién sabe?

-Elefantin, hijo, ¿Por qué medas

tanto disgustos metiéndote donde no

te llaman? – se lamenta mama

elefanta, al ver nuestro héroe hecho

un acerico.

-¡si yo no hago nada, mama! –

protesta el travieso de Elefantin.

¿Es que no puedo ver lo que pasa en

el mundo? Con tal de que no molestes

a nadie…

-¡es que da la casualidad que si

molesta a la gente metiendo la

trompa donde no debes, hijo! –

exclama mama elefanta.

Consejos inútiles. Elefantin sigue con

su manía de curiosear. ¡Oh, que

desgracia! Acaban de decirme que elefantin ha caído en una trampa tendida por

los cazadores. Seguramente, insaciables seguridad ha sido la responsable de

todo. ¡Qué pena, amigo!

LA OVEJA JARDINERA

Flori era una ovejita a quien le

entusiasmaba la vida vegetal.

Particularmente se embelesaba

contemplando las flores; de ahí su

bonito nombre que mama oveja le

había puesto por simple intuición.

Cuando Flori se hizo mayor comenzó

a trabajar de jardinera en un parque

municipal. Cuidaba los macizos con

amor ilimitado y los visitantes del

parque no daban créditos a sus ojos.

¡Cuánta belleza y esplendor!

El tiempo empeoro y una terrible

tormenta de granizo destruyo sus

flores por completo. Flori quedo

desolada.

Nunca había sufrido un disgusto

semejante. A la tormenta de granizo

le siguió una lluvia que prolongo durante días y arruino toda la región. Flori,

como tanto otros animales, se quedo sin empleo.

-¿en qué puedo trabajar, si lo único que sé es cuidar de las flores y de las

plantas? –se pregunto Flori, angustiada-.! Voy a morirme de hambre.

Los pajarillos del parque al verle tan compungida alcanzaron el vuelo y, todos a

una rogaron a las nubes a que se marchasen y a la lluvia que se sache en un

castigo a la tierra. Estas. Conmovida por la bondad de los pajarillos y de la

pobre Flori, ascendieron a su petición. El sol asomo de nuevo y Flori puedo

reincorporarse a su empleo.

Amigos, si ayudáis ella hará lo mismo por nosotros.