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Trabajo de investigación de bachillerato Colegio Bell-lloc del Pla LAS DESIGUALDADES SOCIOECONÓMICAS EN LA IDEACIÓN SUICIDA EN LOS PAÍSES QUE INTEGRAN EL PROYECTO “THE SURVEY OF HEALTH, AGEING AND RETIREMENT IN EUROPE (SHARE)” Autor: Albert López Lombardía Tutor: Martí Roca Mató Tutor: Josep Garre Olmo Grup de Recerca en Envelliment, Discapacitat i Salut Institut d’Investigació Biomèdica de Girona Junio-Octubre 2017

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Trabajo de investigación de bachillerato

Colegio Bell-lloc del Pla

LAS DESIGUALDADES SOCIOECONÓMICAS EN LA IDEACIÓN SUICIDA EN

LOS PAÍSES QUE INTEGRAN EL PROYECTO “THE SURVEY OF

HEALTH, AGEING AND RETIREMENT IN EUROPE (SHARE)”

Autor: Albert López Lombardía

Tutor: Martí Roca Mató

Tutor: Josep Garre Olmo

Grup de Recerca en Envelliment, Discapacitat i Salut

Institut d’Investigació Biomèdica de Girona

Junio-Octubre 2017

1

Agradecimientos

Debo en primer lugar dar todo mi agradecimiento a la organización SHARE y

al equipo colaborador del proyecto en Girona por haberme permitido utilizar

los datos de la quinta ola de la encuesta de salud, envejecimiento y jubilación

en Europa. Mi agradecimiento a todos aquellos que también me han ayudado

y orientado tanto en la utilización como en la interpretación de la información

recogida para poderlos plasmarlos en este trabajo.

En segundo lugar mi agradecimiento a mi tutor del hospital Santa Caterina el

Dr. Josep Garre Olmo, por su paciencia, motivación y tiempo dedicado para

que pudiese desarrollar el estudio.

En tercer lugar, mi agradecimiento al tutor del estudio del colegio Bell-lloc, el

Sr. Martí Roca Mato, por su tiempo a la hora de buscar el tema y por su

ayuda en la corrección y desarrollo del trabajo.

También quiero dar mi agradecimiento a todas aquellas personas a las que en

algún momento les he pedido ayuda, y me han facilitado el entender los

diferentes aspectos de este estudio.

2

ÍNDICE

RESUMEN .................................................................................................................................... 4

1. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 6

1.1 EL SUICIDIO: CONCEPTO Y DEFINICIÓN ..................................................................... 6

1.2 HISTORIA DEL SUICIDIO ................................................................................................. 8

1.3 EPIDEMIOLOGÍA ............................................................................................................. 11

1.4 TIPOS DE SUICIDIOS ..................................................................................................... 13

1.5 FACTORES DE RIESGO DEL SUICIDIO ........................................................................ 14

1.6 FACTORES DE PROTECCIÓN ....................................................................................... 17

1.7 NIVEL SOCIOECONÓMICO .......................................................................................... 18

1.8 RELACIONES ENTRE EL NIVEL SOCIOECONÓMICO Y LA IDEACIÓN

AUTOLÍTICA .......................................................................................................................... 20

2. JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO ........................................................................................... 21

3. OBJETIVOS E HIPÓTESIS .................................................................................................... 22

3.1 OBEJETIVO ...................................................................................................................... 22

4. MÉTODO ............................................................................................................................... 22

4.1 DISEÑO Y POBLACIÓN DE ESTUDIO ......................................................................... 22

4.2 MUESTRA ........................................................................................................................ 23

4.3 VARIABLES ...................................................................................................................... 23

4.3.1 Variables sociodemográficas ................................................................................ 24

4.3.2 Variables socioeconómicas ................................................................................... 24

4.3.3 Variables de salud .................................................................................................. 25

4.4 ANÁLISIS ESTADÍSTICO ................................................................................................ 26

5. RESULTADOS ........................................................................................................................ 27

5.1 DESCRIPCIÓN DE LA MUESTRA .................................................................................. 27

5.2 VARIABLES ASOCIADAS A LA IDEACIÓN AUTOLÍTICA ......................................... 33

3

6. DISCUSIÓN ........................................................................................................................... 44

7. LIMITACIONES DEL ESTUDIO ............................................................................................ 49

8. CONCLUSIONES .................................................................................................................. 50

9. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................................ 51

10. REFERENCIAS WEBGRÁFICAS .......................................................................................... 55

4

RESUMEN

Objetivo: El objetivo de este estudio fue determinar si existe una relación

directa entre el bajo nivel socioeconómico y la ideación suicida en personas

de 50 y más años así como analizar otras variables asociadas y las diferencias

entre países.

Metodología: Estudio observacional y transversal utilizando los datos de la 5ª

ola de 'The Survey of Health, Ageing and Retirement in Europe' (SHARE)

correspondiente al año 2013. Se utilizó la ideación suicida autoreferida y

variables sociodemográficas, económicas y de salud. Los datos provienen de

una muestra representativa de 65.281 personas con edades de 50 y más años

procedentes de 16 países europeos y de la provincia de Girona. Se determinó

la prevalencia de la ideación autolítica y se ajustó un modelo de regresión

logística para determinar la relación de las variables sociodemográficas,

económicas y de salud sobre la ideación suicida autoreferida.

Resultados: El 7,1 % de las personas presentaron ideación autolítica, siendo

más elevada en las mujeres (8,4% vs. 5,5%). A medida que aumenta la edad,

la prevalencia se incrementó hasta el 16,5% en la población de edad de 85 y

más años. Se confirmó que un nivel económico más elevado muestra menor

ideación autolítica. El 11,9% de las personas que recibían ayuda económica

presentaron ideación suicida y el 6% de aquellos que no la recibieron.

5

El 24,8% de las personas con una autopercepción de la salud pobre sufrieron

pensamiento suicida y solo el 2,5% de los que la tenían excelente. Así mismo

la ideación autolítica se incrementó con los niveles educacionales bajos

(11,2%), en los viudos (13,7%), en los casados/as que vivían sin la pareja (11,1%)

en los divorciados (9,9%), cuando conviven en un mismo domicilio tres o más

personas (12%) y también si el número de hijos era bajo (8,4%).

En relación al riesgo del pensamiento suicida en los diferentes países y

haciendo referencia a Girona, la mayoría de ellos tienen un mayor riesgo,

sobretodo países como Francia, Chequia, Luxemburgo, Holanda, España y

Dinamarca. Menor riesgo se observó en Estonia y sobretodo en Italia.

Conclusiones: Un nivel económico elevado, una buena autopercepción de la

salud, ser varón, joven y con nivel académico elevado son factores que

disminuyen el riego de pensamiento suicida así como vivir en Suiza y en

Suecia. Mientras que ser ciudadano de Francia, Chequia y Bélgica presentan

un mayor riesgo de ideación suicida.

6

1. INTRODUCCIÓN

1.1 EL SUICIDIO: CONCEPTO Y DEFINICIÓN

Se define suicido al acto de quitarse la vida por uno mismo de una manera

intencionada, lo que conlleva un proceso de ideación previo. En el libro

Religio medici del filósofo inglés Sir Thomas Browne (1643), hace la mención

por primera vez el concepto de suicidio, que resulta de la unión, en una

misma palabra, de los términos latinos sui (si mismo) y caedere (matar). Varios

siglos después, la Enciclopedia Británica, en la edición del año 1973, lo definió

como: ‘el acto humano de infligir el cesamiento de la propia vida’.1 Para la

prestigiosa revista Clínica Mayo, el suicidio corresponde a la respuesta a una o

varias situaciones estresantes de la vida.2 Para las personas que han

presentado conductas suicidas el suicidio corresponde a la única solución final

para resolver sus problemas y poner fin a su dolor.

Generalmente, el suicidio se acompaña de una estrategia previa que consta

de varias fases. La primera fase corresponde al pensamiento suicida o

ideación autolítica, que varía desde la aparición de los pensamientos o ideas

reiterativas sobre que no vale la pena seguir viviendo, hasta el hecho de

pensar en una planificación concreta, acompañada de una intensa

preocupación ilusoria por la autodestrucción.3 La segunda fase denominada

1 Artículo “World report on violence and health”. 2 La Clínica Mayo, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica médica y con un prestigio reconocido a nivel mundial. 3 Artículo “ Socioeconomic inequalities in suicidal ideation, parasuicides, and completed suicides in South Korea”

7

plan suicida se inicia en el momento en el que la persona se plantea donde

llevará a cabo el acto, de qué manera y con qué instrumentos se realizará y

en qué momento tendrá los medios para no ser descubierto. La tercera fase,

que no ocurre siempre, se denomina intento suicida o parasuicidio, y

corresponde a la ideación final que conlleva el suicidio. Estas diferentes fases

no conllevan la muerte de la persona y por tanto hasta ese momento el

intento de suicidio siempre ha sido fallido.

Para Bonner y Rich,4 la ideación suicida es una preocupación mental que

aparece sin razón, con pensamientos sobre la finalización de la propia vida

que puede ser la primera fase de una conducta que acabe con la vida,

aunque también se puede llegar al final de la vida sin haber pasado por las

etapas anteriores En otras palabras, la ideación suicida es el pensamiento que

la vida no vale la pena y conlleva el deseo de esta se finalice ya que está

cansado de vivir.5

La última fase del proceso es el suicidio consumado. El suicidio en sí mismo,

consiste en quitarse la propia vida y a diferencia de las fases anteriores, en

esta fase se consigue con éxito este fin. Esta fase se divide en dos variantes, el

suicidio accidental, donde la persona acaba con su vida sin desearlo ya que

desconoce que ese es el desenlace final, y el suicidio intencional, cuando el

4 Psiquiatras del Street Mental Health Center, USA 5 1 op.at.

8

sujeto se quita la vida de una manera consciente y con el claro propósito de

morir. 6

1.2 HISTORIA DEL SUICIDIO

La percepción sobre el suicido ha variado a lo largo de la historia en las

diferentes culturas.

En la antigüedad, la mayoría de las culturas aceptaban el suicidio como un

proceso normal. En Mesopotamia creían que el ser humano había sido creado

con fango y que la sangre procedía de Bel, el Dios suicida. En Egipto, el

suicidio no estaba condenado y un claro ejemplo fue el suicidio de la última

reina de Egipto, Cleopatra VII (69-30 a. C). En el continente europeo, tanto en

la cultura celta, la hispana, la germana, así como la de los pueblos vikingos y

los de la Galia, el suicidio era admitido en el caso de la vejez, en las

enfermedades dolorosas, o en la muerte del cónyuge o de un líder. En la

Antigua Grecia, el suicidio solo estaba permitido si se cumplían dos requisitos:

tener permiso por parte de las autoridades políticas y que estuviera bien

argumentado y justificado. Se podía realizar en causas de un dolor incurable

o porque fuese un deseo de los dioses. Durante el Imperio Romano aunque el

suicidio era un acto honorable entre la clase política y los intelectuales, sin

embargo estaba totalmente prohibido entre los esclavos. En la Antigua China,

el suicidio fue considerado un acto de honor y lealtad mientas que en Japón

estaba permitido y bien visto tras una derrota. En Mesoamérica, los mayas

6 Artículo “¿Cómo prevenir el suicidio en adolescentes? “

9

veneraban a la diosa del suicidio, Ixtab, aceptándose el suicidio cuando se

realizaba para salvar el propio honor después de un acto vergonzoso público

o para protegerse ante situaciones extremas.

Esta tolerancia al suicidio no ocurría en las tribus africanas en las que se

consideraba brujería y se creía que era una manifestación de la ira de los

ancestros y por lo tanto totalmente rechazado.

En la Edad Media, el suicidio se prohibió tajantemente. Este hecho se explica

fundamentalmente por el cristianismo. En los Evangelios, el suicidio

desobedecía el quinto mandamiento ‘’no matarás” y por ello se le

consideraba un pecado mortal. En los países cristianos, las religión y las leyes

legislativas castigaban a los suicidas y de hecho se celebraron diferentes

concilios con el fin de tomar decisiones para erradicarlo. Así en el Concilio de

Arlés (452 dC) se consideró el suicidio como un crimen, en el Concilio de

Braga (561 dC) se propuso considerar las personas suicidas como no

honradas y por ello ya no se podían enterrar en los cementerios. Finalmente,

en el Concilio de Auxerre (578 dC) se acordó que los suicidas debían ser

enterrados en los cruces de los caminos y sus bienes confiscados.

Durante estas épocas se llevaron a término una serie de acciones para evitar

el efecto contagioso del suicidio y entre ellas las personas que realizasen

intentos de suicidio fallidos, eran condenadas a muerte ya que las creían

relacionadas con el demonio.

10

Durante la edad Moderna continuó la prohibición del suicidio, debido en gran

medida a que la Iglesia continuó ejerciendo su poder sobre las monarquías

europeas. No obstante, los castigos eran menos severos y en ocasiones se

perdonaban, sobre todo en los suicidios por honor o los cometidos durante la

guerra. En esta misma época comenzaron a aparecer los primeros defensores

del suicidio, con las aportaciones realizadas fundamentalmente por los

humanistas interesados en el pensamiento clásico.

A partir de la Revolución Francesa y hasta nuestros días, el suicido sufrió una

importante cambio en su interpretación, dejando de estar influenciado por las

actitudes religiosas pasando a ser evaluado a través de los conocimientos de

la medicina y de la sociología, entendido como una enfermedad mental. Este

cambio en el concepto del suicidio coincidió con la aparición del movimiento

filosófico francés llamado positivismo, que consideraba como argumentos

válidos solamente los conocimientos de carácter científico, aquellos que se

apoyan en el método científico. A partir de ese momento el suicidio se

despenalizó progresivamente en los diferentes países europeos.

Fue a mediados del siglo XIX cuando se utilizó por primera vez el término

enfermedad mental que ha ido unido a la aparición y desarrollo de la

Psiquiatría, la rama de la medicina que se encarga del estudio de los

trastornos mentales.7 En 1820, el psiquiatra francés Jean-Pierre Falret (1794 –

1870) atribuyó el suicidio a un trastorno mental. Posteriormente, el psiquiatra

7 Artículo “Tratado de psiquiatría “

11

francés Jean-Étienne Dominique Esquirol (1772 – 1840) en el año 1838 definió

el suicidio ‘como la muerte voluntaria resultado de una crisis afectiva’. En

el 1897, el también sociólogo y filósofo francés Durkheim (1858-1917) publicó

el libro 'Suicide', en el que hace referencia a un análisis científico del mismo.

Fue un trabajo innovador y entre otras cosas clasificó en el que se consideró

al suicidio en diferentes clases. Poco a poco, fue aumentando el interés por el

suicidio en el campo de la medicina y los médicos comenzaron a prevenir,

diagnosticar y tratar a los pacientes con este trastorno mental.

Actualmente, en todos los países desarrollados el suicidio es considerado

como una enfermedad psiquiátrica y no está penalizado por las leyes, aunque

todavía es ilegal en algunos países musulmanes.

1.3 EPIDEMIOLOGÍA

Según datos oficiales de la OMS,8 se calcula que en el año 2015 se suicidaron

788.000 personas en todo el mundo, con una tasa mediana de 10,7 personas

por cada 100.000, lo que supone que cada cuarenta segundos se suicida una

persona. En la mayoría de los países los hombres presentan mayor tasa de

suicidio siendo la diferencia en el número de suicidios entre hombres y

mujeres de 3:1, en los países ricos, mientras que en los países en vía de

desarrollo la diferencia es inferior, una mujer por cada 1.5 hombres. Aunque el

número de suicidios es superior en los hombres, son las mujeres las que

8 Organización Mundial de la Salud .Considerada como la autoridad directiva y coordinadora de la acción

sanitaria en el sistema de la Organización de las Naciones Unidas.

12

presentan más intentos de suicidio, que no consiguen finalizar ya que los

métodos utilizados no son tan efectivos.

En los últimos años, existe una enorme preocupación por el suicidio ya que

se ha convertido en la segunda causa de muerte en los jóvenes de entre

quince y veintinueve años, convirtiéndose este grupo de edad como el más

vulnerable seguido del formado por las personas de setenta y más años,

independientemente del sexo y de la región del mundo donde residan.

Según informes del año 2015, la tasa de mortalidad por suicidio en los países

europeos fue superior a la media mundial, alcanzando 14,1 personas por cada

100.000 habitantes,9 convirtiéndolo en la decimoséptima causa de muerte.10 El

suicidio representa el 1,4% de todas las muertes a nivel mundial y dentro de la

Unión Europea, los países nórdicos son los que tienen tasas más elevadas, y

de ellos, Lituania es la que muestra cifras mayores con 26,1 personas por cada

100.000 habitantes, mientras que los países del sur tienen tasas de mortalidad

más bajas, y así Grecia tiene una tasa de 3,2 personas por cada 100.000

habitantes. En el caso de España, la tasa de mortalidad por suicidio es de 6

personas por cada 100.000 habitantes, lo que supone que 3.602 personas se

quitaron la vida en ese año, siendo el suicidio la primera causa de muerte no

natural. Si examinamos los datos de Cataluña del año 2011, observamos que

las muertes por suicidios fueron de 485, que superaron a las de los accidentes

de tráfico, que fueron de 281 muertos en carretera, casi el doble.

9 Datos oficiales de la Clínica .Mayo, Minnesota 10 Datos oficiales de la O.M.S

13

1.4 TIPOS DE SUICIDIOS

Émile Durkheim (citado anteriormente), clasificó el suicidio en cuatro

categorías atendiendo a las características sociales. La primera el suicidio

altruista, afecta a aquellas personas con un trastorno de personalidad que

generalmente se hallan integradas socialmente. A su vez este tipo de suicidio

se divide en tres subgrupos, el suicidio altruista obligatorio, en él, el individuo

se ve condicionado a suicidarse porque nota que una parte de la sociedad le

desprecia o no le valora. Por ejemplo, en la cultura celta las personas mayores

se quitaban la vida para no ser una carga para su familia. El segundo

subgrupo es el suicidio altruista facultativo que se diferencia del anterior

porque el sujeto no está presionado por la sociedad para llevarlo a cabo. Un

ejemplo cuando una persona mayor se quita la vida porque cree que ya ha

vivido suficiente. El tercero sería el suicidio altruista agudo, cuando uno lo

realiza por una supuesta causa superior. Un ejemplo del mismo es el suicidio

de un terrorista yihadista pensando que así conseguirá la Yana (el cielo

musulmán).

La segunda categoría es el suicidio egoísta, que es lo contrario al altruista.

Esta forma de suicidio es frecuente en personas poco integradas en los

grupos sociales y que generalmente son muy individualistas. Corresponden a

los suicidios que ocurren en individuos marginados por la sociedad. El suicido

anómico constituye la tercera categoría y se observa o bien en personas

incapaces de vivir sin normas sociales o bien cuando existe ausencia de estas

14

o ante la aparición de eventos inesperados. Un ejemplo de este suicidio es el

que realiza aquel individuo al que el banco le embarga la casa. Finalmente, el

suicidio fatalista, en el que el sujeto considera injustas y no acepta normas

sociales, como ocurría con los suicidios de los esclavos en la época romana.

1.5 FACTORES DE RIESGO DEL SUICIDIO

En el momento actual se están realizando muchos esfuerzos a nivel mundial

para poder disminuir el número de suicidios. La OMS tiene como objetivo,

reducirlos hasta el 10% en el año 2020 y para ello se han desarrollado

estudios para conocer los factores de riesgo, tanto a nivel individual como

familiar u otros.

Los factores de riesgo individuales se evalúan y clasifican en relación a

diferentes variables como son los trastornos mentales, los factores

psicológicos, los intentos previos de suicidio, la edad, el sexo, los factores

genéticos y las enfermedades físicas.

Dentro de las causas asociadas a los trastornos mentales, los más frecuentes

han sido los síndromes depresivos. Según la OMS, entre el 65 y el 90% de los

suicidios tienen relación directa con algún proceso depresivo. Se debe de

tener en cuenta que los trastornos depresivos son más frecuentes en el sexo

femenino y en la edad avanzada.11 En algunos estudios, se ha observado que

entre el 25 y el 50% de los pacientes que padecen esquizofrenia o un

11 Artículo “Suicidal risk factors and completes suicide: meta analyses based on psychological studies”.

15

trastorno bipolar intentaron realizar un suicidio. 12 En ambos grupos y en

relación a la población general, el riesgo de suicido se multiplica por seis

cuando la persona abusa en el consumo de bebidas alcohólicas. 13

Otros factores que incrementan el riesgo de suicidio son la dificultad para

solucionar problemas cotidianos y especialmente el sentimiento de la

desesperación. El 91% de los pacientes con una conducta suicida muestran

algunos de los aspectos señalados.14

De todos modos los intentos previos de suicidio son considerados como el

factor de riesgo más importante para el suicidio. El riesgo de un segundo

intento de suicidio es entre 20 a 30 veces más elevado durante los seis

primeros meses manteniéndose elevado hasta el año siguiente al primer

intento, especialmente en la población de edad avanzada.

En relación a la edad, los dos grupos más vulnerables para el suicidio son los

adolescentes y los ancianos.15 Por sexos, son los varones los que realizan

mayor número de suicidios consumados en comparación con las mujeres,

que llevan a cabo más intentos de suicidio.16

12 Artículo “Suicide Prevention: A review of evidence of risk and protective factors, and points of effective

intervention” 13 11 op.at. 14 Artículo “World report on violence and health” 15 Artículos “Suicide and Suicidal Behavior” 16 Artículo “Treating Suicidality in Depressive Illness.”

16

Se ha observado que la pérdida de movilidad, la discapacidad, el padecer una

enfermedad crónica o sufrir una enfermedad con mal pronóstico, como el

padecer cáncer, aumentan considerablemente el riesgo del suicidio.17 Así, en

el 25% de los suicidios, si el sujeto sufría una enfermedad física, la tasa de

suicidio aumentaba considerablemente sobre todo en relación a edades

avanzadas pudiendo llegar al 80%. Existen estudios que no han observado

una relación directa, pero otros sí señalan que el suicidio se asocia a una

enfermedad física, aunque si es así es porque existe siempre un trastorno

mental. 18

Dentro de los factores familiares se señala que los suicidios van ligados a

eventos vitales y factores sociofamiliares y ambientales, así como el contagio.

Está demostrado que el riesgo de sufrir ideación autolítica es mayor cuando

un familiar de primer grado ha cometido un suicidio,19 especialmente en el

caso de que sea del sexo femenino. 20 Los niños adoptados, suelen presentar

un mayor riesgo de suicidio en el caso de que tengan padres biológicos que

también se suicidaron. 21

17 Artículo “The short-term physical and psychological management and secondary prevention of self-harm

in primary and secondary care” 18 Artículo “Mental health plan 2013-2020”, de la O.M.S. 19 11 op.at. 20 14 op.at 21 18 op.at

17

Situaciones como la pérdida del reconociendo social personal tanto como

financiero y otros eventos negativos en la vida como el tener problemas con

la justicia también aumentan el riesgo de suicidio. 22

Los avances tecnológicos en el mundo de las telecomunicaciones también

han favorecido que la población esté más expuesta al suicidio y sobre todo

cuando se comparten noticias de suicidios de personas cercanas, hecho

especialmente marcado en las generaciones más jóvenes.23

Otros factores de riesgo son los abusos sexuales y físicos durante la niñez,24

la violencia de género,25 el acoso escolar, la facilidad de acceso a armas y/o el

consumo de sustancias tóxicas. 26

La orientación sexual también presenta mayor riesgo de suicidio

especialmente el colectivo homosexual explicado, fundamentalmente cuando

existe sintomatología depresiva o aumento de la ingesta de alcohol

secundaria a la discriminación.27

1.6 FACTORES DE PROTECCIÓN

El factor más importante de protección es el mantener una vida familiar

estable, un nivel cultural elevado y el ser creyente de una religión. Los

creyentes, en relación al colectivo de personas ateas y solteras muestran un

22 15 op.at. 23 Artículo “Guía de práctica clínica de prevención y tratamiento de la conducta suicida”. 24 11 op.at. 25 Artículo “Partner Violence as a Risk Factor for Mental Disorders: A Meta- Analysis” 26 15 op.at. 27 Artículo “Practice guideline for the Assessment and Treatment of Patients with Suicidal Behaviors”

18

menor riesgo de sufrir ideas suicidas, siendo los hombres solteros los que

tienen mayor riesgo de sufrirlas.28

Otro factor de protección es el ser hábil en las relaciones sociales y en la

solución de conflictos y otros problemas cotidianos. Dentro de la vida familiar,

el tener hijos pequeños, especialmente menores de seis años y dependientes

de los padres constituyen una variable de protección. Finalmente, la confianza

en uno mismo, ser optimista y practicar un deporte, también previene el

riesgo de pensamientos suicidas.29

1.7 NIVEL SOCIOECONÓMICO

The National Center for Educational Statistics,30 ha definido el nivel socio-

económico (SES o NSE) como una medida de la posición económica y social

de una persona o del entorno familiar31 y combina la parte económica y

sociológica en relación a la preparación laboral, la situación económica, la

posición social individual y la relación familiar. El SES se divide en tres niveles:

alto, medio y bajo. Diferentes estudios han señalado que existe una relación

directa entre el nivel socioeconómico bajo y el riesgo de sufrir enfermedades,

como es el caso de la obesidad, entre otras.32 También se han observado

diferencias en relación al nivel educacional y así las familias con SES alto

valoran el nivel educacional mientras que las que tienen SES bajo pasa a un

28 25 op.at 29 Artículo “Suicide risk in relation to socioeconomic, demographic and familial factors: A National Register-Bases Study of all suicides in Denmark” 30 Entidad federal norteamericana que recolecta y analiza datos relacionados con la educación 31 Artículo “Evaluation of the socioeconomic status: presentation of a scale adapted in a population from

Lambayeque” 32 Artículo “Educación Temprana y clase baja “

19

segundo plano, por lo que los estudiantes pertenecientes a una familia de SES

bajo desarrollan un menor rendimiento escolar.

Para determinar el SES familiar se han considerado tres factores: los ingresos,

la educación y la ocupación. Los ingresos son el conjunto de rentas que

recibe una familia en forma de sueldos, beneficios, alquileres, subsidio por

desempleado, pensiones por jubilación, etc. La educación corresponde a los

años y nivel de estudios y está muy asociada a los ingresos, existiendo una

clara relación entre ellos, de modo que cuanto mayor es el nivel de

educación, mayor son los ingresos y el poder adquisitivo. Varias

investigaciones han observado que los jóvenes nacidos en familias con un SES

bajo, adquieren menos habilidades en el lenguaje y en el aprendizaje, y su

rendimiento académico es menor en comparación con los jóvenes de familias

con un SES más elevado. La ocupación hace referencia a la posición social y

tiene en cuenta las características del trabajo.33 Existe una relación directa

entre los ingresos y los estudios, y las personas con un SES muy elevado son

más cualificadas y generalmente poseen estudios universitarios, y estas

personas acceden a mejores trabajos, como por ejemplo médicos, profesores,

abogados, etc. Estos puestos de trabajo por un lado requieren mayores

habilidades, pero a la vez se acompañan de sueldos más altos. En contra, las

personas con un SES bajo, tienen menores oportunidades de alcanzar títulos

33 32 op.at.

20

universitarios y ocupan trabajos de menor prestigio social, como la limpieza,

la jardinería, entre otros, que conlleva a sueldos inferiores. 34

1.8 RELACIONES ENTRE EL NIVEL SOCIOECONÓMICO Y LA IDEACIÓN

AUTOLÍTICA

Hemos hecho mención de la existencia de una relación entre el SES y la

ideación autolítica, sin embargo en un estudio realizado en la ciudad de

Londres, no se observó relación entre el SES y la ideación autolítica.35

Diferentes estudios surcoreanos en los que evaluaron el incremento de

suicidios después de la crisis económica de la década de los noventa,

pusieron en manifiesto que las personas con ingresos más elevados, por tanto

con un SES alto, tenían menos oportunidades de sufrir una sintomatología

depresiva, menor ideación autolítica y menos intentos de suicidio.36 En otro

estudio surcoreano se observó protección para no padecer ideación suicida si

se tenían ingresos elevados, un nivel educativo elevado y el estar casado.

Asimismo se observó que los ingresos familiares actuaban como un factor de

protección sobre todo en las mujeres y los sujetos de entre 25 y 44 años, y

que los adultos jóvenes y de mediana edad años eran los grupos más

vulnerables en relación a las circunstancias económicas.37 En Grecia en un

estudio sobre la incidencia y prevalencia de la ideación autolítica, y los

34 32 op.at. 35 Artículo “Suicidal behaviours in South East London: Prevalence, risk factors and the role of socio-economic status” 36Artículo “Income-related inequalities in the prevalence of depression and suicidal behaviour: a 10-year trend following economic crisis” 37 Artículo “Differential association of socio-economic status with gender-and age-defined suicidal ideation among adult and elderly individuals in South Korea”

21

intentos de suicidio, realizado entre los años 2009 y 2011, en medio de la crisis

económica cuando era más grave, se observó que durante este período

ambos aumentaron de modo significativo, relacionándose con un bajo nivel

socioeconómico asociado a otros factores de riesgo, como la sintomatología

depresiva o la baja confianza interpersonal, situaciones que predisponían al

intento de suicidio.38 En la misma línea, un estudio norteamericano sobre la

ideación autolítica en la población rural, también observó que el nivel

socioeconómico era la segunda causa en la ideación autolítica, después de la

depresión.39 Asimismo un estudio australiano, mostró que las personas que

tenían una educación elevada y un trabajo bien remunerado, y un mayor SES,

estaban menos expuestas a sufrir pensamientos suicidas.40

2. JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO

El interés por el estudio del suicidio se ha incrementado a lo largo de los

últimos años, de hecho los estudios epidemiológicos revelan que el suicidio

supera la mortalidad de los accidentes de tráfico que tanto preocupan a las

instituciones sanitarias.

Con relativa frecuencia la prensa hace mención a casos de suicidio sin que se

lleguen a conocer las causas que los desencadenan o el tiempo y las

circunstancias en las que se han generado. El disponer de la oportunidad de

poder evaluar la ideación suicida en diferentes países europeos en los últimos

38 Artículo “Suicidal ideation and reported suicide attempts in Greece during the economic crisis” 39 Artículo “Financial loss and suicidal ideation in a rural community sample” 40 Artículo “Socio-economic differentials in mental disorders and suicide attempts in Australia”

22

años de la última crisis económica mundial que tan duramente ha afectado a

Europa, ha motivado mi curiosidad para acercarme al conocimiento de las

posibles causas que la puede generar.

3. OBJETIVOS E HIPÓTESIS

3.1 OBEJETIVO

El objetivo principal de este estudio fue evaluar si existe una relación directa

entre el bajo nivel socioeconómico y la ideación suicida. A nivel europeo

existe poca investigación centrada en este campo y la que existe es muy

limitada, de ahí la razón de esta investigación a través de los datos del

proyecto SHARE (ola 5),41 en el que se recoge información de la mayoría de

los países de la comunidad europea.

3.2 HIPÓTESIS

La hipótesis planteada propone que habrá una asociación entre el SES y la

ideación autolítica, de manera que a menor SES mayor frecuencia de ideación

autolítica en población general de 50 y más años.

4. MÉTODO

4.1 DISEÑO Y POBLACIÓN DE ESTUDIO

Estudio transversal utilizando los datos de la 5 ola de 'The Survey of Health,

Ageing and Retirment in Europe' (2013), en la que se realizó una encuesta en

41 Proyecto a nivel europeo del programa SHARE

23

la que recogía información sobre características sociodemográficas,

económicas y de salud a nivel europeo y de la provincia de Girona que en el

estudio fue considerada como un país a la hora de comparar los datos locales

con el resto de Europa.

Los datos del proyecto SHARE contienen información específica de diferentes

países europeos sobre indicadores sociodemográficos, socioeconómicos y de

salud de una muestra de 65.281 personas anónimas seleccionadas de manera

aleatoria.

4.2 MUESTRA

Las franjas de edades de las personas que forman la muestra fueron divididas

en cuatro grupos. El primer grupo estuvo compuesto por personas de menos

de cincuenta años (N = 1179). El segundo grupo estuvo compuesto por

personas de entre 50 y 64 años (N = 29.819). El tercer grupo estuvo

compuesto por personas entre 65 y 74 años (N = 19.607). El cuarto grupo

estuvo compuesto por personas entre 75 y 84 años (N = 11.483). Finalmente,

el último grupo estuvo compuesto por personas de 85 y más años (N =

3.193).

4.3 VARIABLES

Dentro del proyecto SHARE se seleccionaron diferentes indicadores o

variables que se han expuesto en los apartados siguientes.

24

4.3.1 Variables sociodemográficas

Los indicadores sociodemográficos utilizados son el sexo, el grupo de edad, el

estado civil, la escolaridad (utilizando el método ISCED-97),42 el número de

hijos y el número de personas que convivían en el domicilio. La edad se

segregó en cuatro grupos <50 años, 50-64 años, 65-74 años, 75-84 años,

>85 años. El estado civil estuvo dividido en casado / a y viviendo con pareja

de hecho registrada, casado/a y viviendo separado/a del cónyuge, soltero/a,

divorciado/a y viudo/a. Para determinar el nivel de escolaridad se usó el

método ISCED-97 y los grupos eran ISCED 0-1(equivalente a educación

primaria), ISCED 2-4 (equivalente a educación secundaria) y ISCED 5+

(equivalente a los grados universitarios o post grados de secundaria). El

número de hijos podía ser sin hijos, 1, 2, 3 o más hijos y las personas que

vivían en el mismo hogar podían ser de 1, 2, 3 o más personas.

4.3.2 Variables socioeconómicas

Los indicadores socioeconómicos corresponden a la situación laboral, la

ayuda económica externa y los ingresos. Las opciones a elegir por los

encuestados sobre la situación laboral eran: jubilado/a, trabajador/a,

parado/a, enfermo/a o incapacitado/a permanente, amo/a de casa, u otras

situaciones. Los ingresos económicos del hogar para cada país se calcularon

42 International Standard Classification of Education , clasificación estandarizada de los niveles educativos establecida por la UNESCO

25

en percentiles y éstos estaban divididos en: pc 1-2, pc 3-4, pc 5-6, pc 7-8 y pc

9-10.

4.3.3 Variables de salud

La salud de las personas se calculó a través de preguntas recogidas sobre tres

aspectos diferentes de la salud en general, los hábitos tóxicos y el

rendimiento cognitivo. La salud general se evaluó preguntando sobre la

autopercepción de la misma, y fue valorada como excelente, muy buena,

buena, justa o pobre. Asimismo se evaluó el número de veces que se

practicaba una actividad de manera vigorosa, que podía ser más de una vez a

la semana, una vez a la semana, una o tres veces al mes, casi nunca/nunca, el

número de enfermedades crónicas que sufría, que podía ser ninguna, 1, 2 y 3

o más enfermedades crónicas, el padecer sintomatología depresiva según el

cuestionario Euro-D>= 4, el haber sufrido pensamiento suicida, las veces que

había consultado a un médico en el último año, que podía ser 0-1, 2-3,4-7, 8

o más veces y si había estado ingresado en el hospital en el último año.

También se analizaron los test del índice de movilidad, del muscular largo y

de las habilidades motrices brutas y finas. En ellos la puntuación inferior

correspondió a una mejor salud. En el grupo de los hábitos tóxicos se les

hicieron preguntas en relación al hábito de fumar como si al largo de la vida

había sido fumador, si actualmente era fumador y cuantas veces había

consumido una bebida alcohólica a la semana en los últimos tres meses, que

26

podía ser no haber bebido, haber bebido menos de una vez al mes, haber

bebido una o dos veces al mes, haber bebido una o dos veces a la semana,

haber bebido tres o cuatro veces a la semana, haber bebido cinco o seis

veces a la semana o bien haber bebido casi cada día. En el grupo del

rendimiento cognitivo se evaluaron los resultados de las pruebas de la

memoria inmediata, recuento del número de palabras recordadas (entre 1-10)

y el test de aritmética. La puntuación más elevada correspondió a un mejor

nivel cognitivo.

4.4 ANÁLISIS ESTADÍSTICO

Se realizó un análisis descriptivo de las variables de estudio mediante medidas

de frecuencia absoluta y relativa. Se realizó un análisis bivariante para cada

una de las variables sociodemográficas, económicas y de salud con relación a

la ideación autolítica autoreferida. Se ajustó un modelo de regresión logística

binaria multivariante de inclusión por pasos para determinar el grado de

asociación de las variables sociodemográficas, económicas y de salud con la

ideación autolítica autoreferida. El análisis estadístico se consideró para un

nivel de significación del 5%.

27

5. RESULTADOS

5.1 DESCRIPCIÓN DE LA MUESTRA

La población estudiada fue de 65.281 personas de las cuales 36.512 fueron

mujeres, que corresponden al 55,9% de los encuestados. El 98,2% tenían 50 o

más años de edad y la edad media de esta población fue de 67,3 años. El

23% de las personas habían cursado un ISCED 5 o más. Respecto al estado

civil, el 69,1 % estaban casados y vivían con su pareja y el 13,9 % eran

viudos/as. El 40,5% de la población tenía 2 hijos, el 32,5 % tenía tres o más

hijos y el 9,5% no tenía hijos. En el 21,1 % de los domicilios vivía una persona,

y en el 21,4% convivían tres o más personas (tabla 1).

Tabla 1. Características sociodemográficas de los participantes

n (%)

Grupos de edad:

<50 1179 1,8

50-64 29819 45,7

65-74 19607 30,0

75-84 11483 17,6

85+ 3193 4,9

Sexo:

Varón 28769 44,1

Mujer 36512 55,9

Educación ( ISCED-97):

ISCED 0-1 13309 20,8

ISCED 2-4 36020 56,2

IESCED 5+ 14717 23,0

Estado civil:

Casado/a y viviendo con el cónyuge 44555 69,1

Pareja registrada 988 1,5

Casado/a y viviendo separado con el cónyuge 763 1,2

28

No casado/a 3606 5,6

Divorciado/a 5637 8,7

Viudo/a 8971 13,9

Número de personas que conviven en el domicilio:

1 13779 21,1

2 37536 57,5

3+ 13966 21,4

Número de hijos:

0 6164 9,5

1 11349 17,5

2 26281 40,5

3+ 21129 32,5

En el apartado de datos socioeconómicos, el 56,1% de los encuestados

estaban jubilados, el 28,3% seguían trabajando y el 18,8% admitieron que

recibían ayuda externa (tabla 2).

Tabla 2. Indicadores socioeconómicos en el proyecto SHARE

n (%)

Ayuda externa:

Si 12237 18,8

No 52723 81,2

Situación laboral actual:

Jubilado/a 36094 56,1

Trabajando 18205 28,3

Parado/a 1878 2,9

Amo/a de casa 5191 8,1

Enfermo/a o incapacitado/a 2292 3,6

Otros 699 1,1

En términos de salud, el 17,7% de los encuestados tenían una percepción

muy buena de la propia salud mientras que el 10,7% tenían una mala

percepción pobre. El 36,6% de la población no sufrían ninguna enfermedad

29

crónica mientras que el 14,3% sufría tres o más procesos crónicos. El 15,5%

había estado ingresado en un hospital en el último año y el 78% había ido al

médico más de una vez en el último año. El 35% de los encuestados

practicaba alguna actividad de manera vigorosa más de una vez a la semana

y el 43% nunca o casi nunca practicaban actividad. El 7,1% de la población

presentaba ideación autolítica y el 26,3% sufría un cuadro depresivo (tablas 3).

Tabla 3. Indicadores de salud: Autopercepción y patologías médicas en el proyecto SHARE

n (%)

Auto percepción de la salud:

Excelente 5414 8,3

Muy buena 11501 17,7

Buena 23778 36,5

Justa 17440 26,8

Pobre 6966 10,7

Número de enfermedades crónicas:

0 23814 36,6

1 20054 30,8

2 11867 18,3

3+ 9282 14,3

Pensamiento suicida :

Sí 4554 7,1

No 59325 92,9

En los últimos 12 meses ha estado ingresado/a en el hospital:

Sí 10075 15,5

No 54961 84,5

Cada cuanto practicas alguna actividad física de manera vigorosa:

Más de una vez a la semana 22811 35

Una vez a la semana 8903 13,7

Una o tres veces al mes 5420 8,3

Casi nunca o nunca 27962 43

Sintomatología depresiva según criterios de Euro-D > = 4*:

No 46576 73,8

Sí 16540 26,2

Número de ocasiones que has visitado o contactado con el médico en el último año:

30

‘0-1 14139 22

2-3 13804 21,5

4-7 18453 28,7

8+ 17862 27,8

En relación al índice de las actividades de la vida diaria, en el 88,5% de la

población las consideraba excelentes y en el 1,1% muy mala. El 70,1% de la

población tenía un índice de movilidad excelente y el 2,2% muy deficitario.

Con respecto al índice del muscular largo, el 60,9% lo tenían excelente y el 4%

muy malo. El 81,9% de las personas presentaron un excelente índice de

habilidades motrices gruesas y el 2,0% muy malo. Respecto al índice de

habilidades motrices finas, el 89% de las personas mostraron un índice

excelente y el 1% muy malo (tabla 4).

Tabla 4. Indicadores de salud: Actividad física en el proyecto SHARE

n (%)

Índice de las actividades de la vida diaria:

0 57623 88,5

1 3698 5,7

2 1586 2,4

3 920 1,4

4 582 0,9

5 690 1,1

Índice de movilidad:

0 45659 70,1

1 10186 15,6

2 4650 7,1

3 3164 4,9

4 1431 2,2

Índice del muscular largo:

31

0 39622 60,9

1 11627 17,9

2 6857 10,5

3 4376 6,7

4 2618 4,0

Índice de las habilidades motrices brutas:

0

1 6054 9,3

2 2995 4,6

3 1427 2,2

4 1305 2,0

Índex de las habilidades motrices finas:

0 57947 89,0

1 5208 8,0

2 1259 1,9

3 676 1,0

Respecto al consumo de sustancias tóxicas, el 46% de la población había sido

fumadora a lo largo de su vida, aunque actualmente solo el 17,7% eran

fumadores. Respecto al consumo de bebidas alcohólicas en los últimos tres

meses, el 17,1% afirmó haber bebido casi cada día, el 7,4% lo había hecho tres

o cuatro veces a la semana y el 32,2% nunca había bebido (tabla 5).

Tabla 5. Indicadores de salud: Hábitos tóxicos en el proyecto SHARE

n (%)

Ha sido fumador activo en su vida:

Sí 29606 46

No 34780 54

Es fumador activo:

Sí 11563 17,7

No 53603 82,3

Cuantos días a la semana ha consumido una bebida alcohólica en los últimos 3 meses:

Nunca 20955 32,2

Menos de una vez al mes 6261 9,6

32

Una o dos al mes 7811 12

Una o dos a la semana 12222 18,8

Tres o cuatro días a la semana 4789 7,4

Cinco o seis veces a la semana 1893 2,9

Casi cada día 11162 17,1

Sobre el estado cognitivo y en relación a la prueba de memoria inmediata, el

9,5% de las personas no recordaron ninguna palabra y solo el 0,6% recordó

todas. El 6,1% de la muestra obtuvo una puntuación deficitaria en el test de

aritmética y el 62,6% tuvo una buena puntuación (tabla 6).

Tabla 6. Indicadores de la salud: Rendimiento cognitivo en el proyecto SHARE

n (%)

Prueba de memoria inmediata mediante palabras:

0 6024 9,5

1 3687 5,8

2 6179 9,8

3 9558 15,2

4 11612 18,4

5 11025 17,5

6 7423 11,8

7 4268 6,8

8 2058 3,3

9 892 1,4

10 363 0,6

Puntuación según el test de aritmética:

0 – mal 3931 6,1

1 2756 4,3

2 2458 3,8

3 5593 8,7

4 9266 14,5

5 – bien 40100 62,6

33

5.2 VARIABLES ASOCIADAS A LA IDEACIÓN AUTOLÍTICA

El 7,1 % de las personas del estudio presentaron ideación autolítica. A medida

que aumenta la edad, la prevalencia del pensamiento suicida se incrementó

de manera gradual, siendo estadísticamente significativo en la población de

85 y más años (16,5%). Las mujeres (8,4%) han presentado un riesgo

significativamente mayor de sufrir pensamiento suicida que los hombres

(5,5%). Las personas con un nivel educacional bajo (ISCED 0-1), que

correspondían al 20,8 % de la población, presentaron un 11,2% de

pensamiento suicida mientras que el nivel educacional alto (ISCED 5+), que

correspondían al 23% de la población, mostraron un riesgo significativamente

inferior del 4,4%.

El pensamiento suicida se observó en el 13,7% de los viudos/as, en el 11,1% de

los casados/as viviendo sin la pareja y en el 9,9% de los divorciados/as. La

menor tasa de pensamiento suicida de observó en el 5,3% de los casados/as

que viven juntos/as significativamente inferior respecto los otros grupos. El

pensamiento suicida se relacionó directamente con el número de personas

que conviven en un mismo domicilio y fue del 12% cuando convivían tres o

más personas y del 5,6% cuando solo vivía una persona, lo que resultó

estadísticamente significativo. En relación al número de hijos, el pensamiento

suicida era del 8,4% cuando tenían un hijo, del 6,2% cuando tenían dos y del

7,2% cuando tenían tres o más. El 11,9% de las personas que recibieron ayuda

34

económica externa sufrieron pensamiento suicida y de las que no recibieron

ayudas tan solo fue del 6% (tabla 7).

Tabla 7. Resultados generales de las distintas variables estudiadas en el proyecto

SHARE

Población Ideación autolítica

( n=4554)

n (%)

Grupos de edad:

<50 1147 63 5,5

50-64 29403 1676 5,7

65-74 19324 1241 6,4

75-84 11118 1099 9,9

85+ 2887 475 16,5

Sexo:

Varón 28056 1555 5,5

Mujer 35823 2999 8,4

Educación ( ISCED-97):

ISCED 0-1 12791 1429 11,2

ISCED 2-4 35425 2400 6,8

IESCED 5+ 14522 639 4,4

Estado civil:

Casado/a y viviendo con el cónyuge 43724 2337 5,3

Pareja registrada 969 54 5,6

Casado/a y viviendo separado con el

cónyuge 751 83 11,1

No casado/a 3539 300 8,5

Divorciado/a 5589 554 9,9

Viudo/ 8647 1181 13,7

Número de personas que conviven en el domicilio:

1 13545 1624 12

2 36765 2167 5,9

3+ 13569 763 5,6

Número de hijos:

0 6038 511 8,5

1 11083 929 8,4

2 25796 1601 6,2

35

3+ 20674 1492 7,2

Ayuda exterior:

Sí 11814 1405 11,9

No 51939 3138 6

Cuando la percepción subjetiva de la salud era mala, el pensamiento suicida

fue del 24,8%, significativamente mayor que cuando fue muy buena, que

correspondió al 2,4% o del 2,5% cuando fue excelente. Un mayor número de

enfermedades crónicas supuso un mayor riesgo de sufrir pensamiento suicida

de modo que los que sufrían tres o más enfermedades crónicas el riesgo era

del 13,8% mientras que los que no sufrían ninguna fue del 4,7%. El riesgo de

pensamiento suicida fue del 7,1%, tanto para los que habían sido fumadores a

lo largo de la vida, como para los que no habían sido fumadores. El 8,9% que

eran fumadores en el momento de la entrevista presentaron un riesgo

significativamente mayor respecto a los que no eran fumadores, que

presentaron un 6,7%. Las personas que no consumían bebidas alcohólicas, del

10,2%, sufrían un mayor riesgo de pensamiento suicida que aquellas que

consumían o bien una o dos veces, que era del 4,6%, o tres o cuatro veces,

que era del 4,5% o cinco o seis veces a la semana, que era del 4,7%. El 12,9%

de las personas habían estado ingresadas en un centro hospitalario en el

último año lo que suponía un riesgo significativamente mayor de sufrir

pensamiento suicida comparado con la población que no había ingresado,

que lo presentaba en el 6,1%. (Tabla 8).

36

Tabla 8. Resultados generales de las distintas variables estudiadas en el

proyecto SHARE

Población Ideación autolítica

( n=4554)

n (%)

Auto percepción de la salud:

Excelente 5393 137 2,5

Muy buena 11402 273 2,4

Buena 23532 961 4,1

Justa 17136 1596 9,3

Pobre 6386 1582 24,8

Número de enfermedades crónicas:

0 23436 1102 4,7

1 19710 1260 6,4

2 11633 939 8,1

3+ 8992 1244 13,8

Ha sido fumador activo en su vida:

Sí 29091 2073 7,1

No 34007 2421 7,1

Es fumador activo:

Sí 11388 1016 8,9

No 52483 3537 6,7

En los últimos 12 meses ha estado ingresado/a en el hospital:

Sí 9769 1260 12,9

No 54083 3290 6,1

Cuantos días a la semana ha consumido bebidas alcohólicas en los últimos 3 meses:

Nunca 20123 2045 10,2

Menos de una vez al mes 6200 453 7,3

Una o dos al mes 7740 445 5,7

Una o dos a la semana 12113 554 4,6

Tres o cuatro días a la

semana 4743 213 4,5

Cinco o seis veces a la

semana 1880 88 4,7

Casi cada día 11051 750 6,8

37

Las personas que no realizaron nunca o casi nunca actividades físicas

vigorosas presentaron un riesgo del 11% significantemente mayor a las

personas que realizaban más de una vez a la semana que fue del 4,1%

El 18% de las personas enfermas e incapacitadas para trabajar así como las

que estaban en paro, que eran del 10,6% sufrían un riesgo significativamente

mayor que el 3,4% de las personas que tenían un trabajo y el 7,7% de las que

estaban jubiladas. El 22,9% de las personas que padecían de sintomatología

depresiva (según EURO-D >=4) presentaron un riesgo significativamente

mayor de sufrir pensamiento suicida respecto al 1,4% de los que no la

padecían. El 11,9% de las personas que consultaron ocho o más veces al

médico tenían un riesgo significativamente mayor de sufrir pensamiento

suicida que aquellas, 3,9%, que consultaron una o menos veces (tabla 9).

Tabla 9. Resultados generales de las distintas variables estudiadas en el proyecto

SHARE

Población Ideación autolítica

( n=4554)

n (%)

Cada cuanto practicas alguna actividad física de manera vigorosa:

Más de una vez a la

semana 22626 917 4,1

Una a la semana 8837 385 4,4

Una o tres veces al mes 5361 289 5,4

Casi nunca o nunca 27029 2962 11

Situación laboral actual:

Jubilado/a 35464 2734 7,7

Trabajando 17999 615 3,4

Parado/a 1855 197 10,6

38

Amo/a de casa 5089 425 8,4

Enfermo/a o incapacitado/a 2173 391 18

Otros 674 58 8,6

Sintomatología depresiva según criterios de Euro-D > = 4:

No 46576 636 1,4

Sí 16540 3794 22,9

Número de ocasiones en que has visitado o contactado con el médico en el último año:

‘0-1 14000 548 3,9

42796 13618 632 4,6

42920 18208 1192 6,5

8+ 17393 2066 11,9

En relación al índice de las actividades de la vida diaria, el riesgo de sufrir

pensamiento suicida aumentó significantemente a medida que la puntuación

se incrementaba. Una puntación de 0 correspondía a un 5,5% de riesgo

mientras que la de 5 corresponde a un 30,7%. Del mismo modo, el riesgo de

sufrir pensamiento suicida en relación al índice de movilidad se incrementó a

medida que la puntuación era más alta, y así, la puntuación 0 correspondió a

un 4,2% mientras que la puntuación 4 correspondió a un 29,6%. Como el

caso anterior, el riesgo de sufrir pensamiento suicida en relación al índice del

muscular largo es mayor a medida que la puntuación es más elevada. Para

una puntuación de 0 el riesgo es del 4,0% mientras que en la puntuación 4

fue de 23%. De manera semejante ocurre con los índices de habilidades

motrices finas y brutas. En las puntuaciones de las habilidades motrices finas,

el 0 correspondió a un 5,6% mientras que la puntuación 3 correspondió a un

27,9%. En las puntuaciones de las habilidades motrices brutas, el 0

correspondió a un 4,9% y el 4 correspondió a un 30,5% (tabla 10).

39

Tabla 10. Resultados generales de las distintas variables estudiadas en el

proyecto SHARE

Población Ideación autolítica

( n=4554)

n (%)

Índice de las actividades de la vida diaria:

0 56984 3119 5,5

1 3605 560 15,5

2 1495 343 22,9

3 841 240 28,5

4 488 152 31,1

5 449 138 30,7

Índice de movilidad:

0 45180 1920 4,2

1 10049 997 9,9

2 4502 649 14,4

3 3006 653 21,7

4 1121 332 29,6

Índice del muscular largo:

0 39162 1567 4

1 11462 875 7,6

2 6732 822 12,2

3 4166 750 18

4 2343 539 23

Índice de las habilidades motrices brutas:

0 52769 2594 4,9

1 5897 771 13,1

2 2894 543 18,8

3 1301 339 26,1

4 997 304 30,5

Índice de las habilidades motrices finas:

0 57266 3206 5,6

1 5034 904 18

2 1100 313 28,5

3 458 128 27,9

El riesgo de sufrir pensamiento suicida también se relacionó con el

rendimiento cognitivo. En la prueba de memoria inmediata, los que

40

recordaban un menor número de palabras presentaron mayor riesgo de sufrir

pensamiento suicida. El 14% no recordó ninguna palabra y mostró una

diferencia significativa respecto al 3,3% de los que recordaron todas las

palabras. En el test de aritmética las personas que presentaron una

puntuación más baja (correspondiente a una peor puntuación) sufrieron más

pensamientos suicidas. Los que tenían una puntuación de 0 presentaron un

14,9% de pensamiento suicida mientas que los que tenían una puntuación de

5 presentaron un 5,4% (tabla 11)

Tabla 11. Resultados generales de las distintas variables estudiadas en el proyecto

SHARE

Población Ideación autolítica

( n=4554)

n (%)

Prueba de memoria inmediata mediante palabras:

0 5830 817 14

1 3676 392 10,7

2 6168 592 9,6

3 9535 657 6,9

4 11601 687 5,9

5 11021 616 5,6

6 7419 349 4,7

7 4264 174 4,1

8 2056 95 4,6

9 892 30 3,4

10 363 12 3,3

Puntuación según el test de aritmética:

0 – mal 3182 475 14,9

1 2736 350 12,8

2 2457 252 10,3

3 5586 516 9,2

4 9248 695 7,5

5 – bien 40055 2149 5,4

41

El pensamiento suicida fue desigual en los diferentes países observados. Los

países que presentaron índices más elevados fueron Francia (14,4%), Bélgica

(10,8%), Chequia (10,7%) y España (9%) frente a otros como Suiza (4,4%),

Dinamarca (3,2%) y Suecia (4,1%). El promedio de pensamiento suicida para

todos los países se sitúo en 7,1%. Al comparar los porcentajes de España (9%)

y Girona (5,8%), se observó una diferencia estadísticamente significativa que

correspondió a un menor número de personas con pensamiento suicida en

Girona (Figura 1).

En la tabla 12 se presentan los resultados del modelo de regresión logística

multivariante que se ajustó con todas las variables independientes. Se

presentan los odds ratios ajustados, los intervalos de confianza al 95% y el p

42

valor. Los odds ratios superiores a 1 y que su IC 95% y un p valor inferior a

0,05 indican que se trata de un factor de riesgo para tener ideación autolítica.

Los odds ratios inferiores a 1 con un p valor <0,05 indican que se trata de

factores protectores respecto a presentar ideación autolítica.

Tabla 12. Regresión logística

Odds Ratio IC 95% p valor

Casado 1,00

Pareja de hecho 1,27 0,93 1,73 0,13

Separado 1,53 1,15 2,03 0,00

Soltero 1,20 1,01 1,43 0,04

Divorciado 1,26 1,10 1,46 0,00

Viudo 1,40 1,23 1,59 0,00

Medida domicilio - 1 persona 1,00

Medida domicilio - 2 personas 0,86 0,76 0,97 0,01

Medida domicilio - 3 o más personas 0,84 0,73 0,97 0,02

Salud auto percibida excelente 1,00

Salud auto percibida muy buena 0,81 0,64 1,02 0,07

Salud auto percibida buna 0,81 0,66 1,00 0,05

Salud auto percibida regular 1,07 0,87 1,32 0,52

Salud auto percibida mala 1,87 1,49 2,33 0,00

Enfermedades crónicas = 0 1,00

Enfermedades crónicas = 1 0,99 0,89 1,09 0,81

Enfermedades crónicas = 2 0,86 0,77 0,96 0,01

Enfermedades crónicas = 3 1,05 0,94 1,18 0,37

Depresión 14,85 13,48 16,34 0,00

No fumar 0,75 0,69 0,82 0,00

No beber alcohol 1,00

Consumo de alcohol menos 1 vez al mes 0,98 0,87 1,12 0,81

Consumo de alcohol 1-2 vez al mes 0,92 0,81 1,05 0,22

Consumo de alcohol 1-2 veces por semana 0,84 0,75 0,95 0,00

Consumo de alcohol 3-4 veces por semana 0,95 0,80 1,13 0,58

Consumo de alcohol 5-6 veces por semana 0,93 0,72 1,21 0,60

Consumo de alcohol diario 1,06 0,95 1,18 0,33

Situación laboral jubilado 1,00

43

Situación laboral trabaja 0,81 0,72 0,91 0,00

Situación laboral parado 1,36 1,13 1,64 0,00

Situación laboral no trabaja por enfermedad 1,11 0,96 1,29 0,17

Situación laboral tascas domesticas 0,97 0,85 1,11 0,70

Situación laboral otras 1,08 0,79 1,49 0,62

Índice de movilidad 1,06 1,02 1,10 0,01

Motricidad fina 1,19 1,11 1,27 0,00

Memoria - recuerdo diferido 0,97 0,95 0,99 0,00

Ingresos percentil 90-100 1,00

Ingresos percentil 1-20 1,20 1,05 1,38 0,01

Ingresos percentil 30-40 1,06 0,93 1,21 0,39

Ingresos percentil 50-60 1,09 0,96 1,25 0,19

Ingresos percentil 70-80 1,01 0,88 1,16 0,89

Girona 1,00

Austria 1,10 0,86 1,41 0,43

Alemania 1,34 1,08 1,67 0,01

Suecia 1,03 0,80 1,33 0,81

Holanda 1,39 1,09 1,78 0,01

España 1,35 1,07 1,71 0,01

Italia 0,68 0,54 0,85 0,00

Francia 2,85 2,32 3,51 0,00

Dinamarca 0,80 0,61 1,05 0,10

Suiza 1,37 1,04 1,80 0,02

Bélgica 2,39 1,94 2,94 0,00

Israel 0,85 0,62 1,17 0,32

Chequia 2,16 1,75 2,67 0,00

Luxemburgo 1,89 1,43 2,48 0,00

Eslovenia 1,02 0,80 1,32 0,86

Estonia 0,77 0,62 0,96 0,02

44

6. DISCUSIÓN

En este estudio, se confirmó la hipótesis principal, al observar una relación

estadísticamente significativa entre el nivel socioeconómico bajo y el

pensamiento suicida, de modo que las personas de los países del proyecto

SHARE que han vivido, durante los años del estudio con niveles económicos

más bajos (percentil 1-2) fueron más vulnerables a sufrir pensamiento suicida

que aquellas con el nivel económico más alto (percentiles 9-10).

Resultados similares a los de este estudio han sido comunicados por otros

autores. En un estudio realizado entre los años 1990 y 1998 en Estados

Unidos, observaron que los núcleos familiares con una renta inferior a los

20.000 $ anuales tenían mayor riesgo de sufrir ideación autolítica respecto a

aquellos que tenían ingresos superiores. No obstante, este estudio puso en

evidencia que existían otros factores acompañantes que influían, entre ellos el

ser mujer, padecer depresión, recibir apoyo social o el sufrir situaciones

estresantes en relación a pérdida financiera.43 Entre los años 1995 y 2005,

coincidiendo con la crisis económica asiática iniciada en el año 1997 en Corea

del Sur, también se observó una relación directa entre el nivel

socioeconómico bajo y el pensamiento suicida, que asimismo se relacionó

con ser mujer y/o en este estudio con la edad, tener una edad superior a los

43 38 op.at

45

60 años incrementaba el riesgo44 al igual que en nuestro estudio, en el que

hemos observado una correlación con la edad, aunque a partir de los 75 y

más años.

A nivel europeo, entre los años 2008 y el 2010, en la ciudad de Londres

observaron una mayor tasa de pensamiento suicida en las personas que

tenían ingresos menores aunque la variable venía mediada por ayudas por

subsidios de empleo, por incapacidad, por desempleo, el ser mujer y/o tener

un nivel educacional bajo, llegando a concluir que el nivel económico estaba

más ligado al intento de suicidio que al pensamiento suicida45. Nuestros

resultados son muy similares aunque debemos añadir la autopercepción de la

salud como un factor a tener en cuenta. Resultados similares fueron hallados

en otro estudio realizado en el año 2010 en Corea del Sur en el que

observaron que las personas que pertenecían a un cuartil de ingresos por

hogar inferior tenían una tasa de ideación suicida de hasta el 27,8%, mientras

que las que pertenecían a un cuartil superior solo era del 10,7%. 46

En el mismo año, 2010, en Estados Unidos, en una muestra clínica de

pacientes con sintomatología depresiva también hallaron una correlación

entre el pensamiento suicida y la situación económica, aunque observaron

que también se asociaba a la ansiedad, de modo que las personas que

presentaban síntomas de ansiedad y residían en barrios con bajos ingresos

44 Artículo “Las desigualdades socioeconómicas en la ideación suicida, parasuicidas, y suicidios completados en Corea del Sur” 45 37 op.at. 46 36 op.at

46

económicos expresaban mayor ideación suicida en comparación con los que

residían en barrios con ingresos medios o altos, sin que se hallara una

correlación con el nivel educacional.47

Nuestros resultados, muestran una relación directa con la edad y con un

mayor riesgo de sufrir pensamiento suicida a partir de los 85 o más años.

Resultados similares fueron observados en la población surcoreana, pero la

significancia se inició en edades más tempranas, a partir de los 60 años. 48

Estos últimos resultados se contradicen con los observados en un estudio

americano en el que no observaron que la edad avanzada fuese factor de

riesgo, aunque si observaron que padecer depresión y/o abuso del consumo

de alcohol o drogas incrementaba el riesgo de pensamiento suicida. De

hecho, no solo el consumir bebidas alcohólicas se asoció con el pensamiento

suicida, sino que también hubo una fuerte correlación con los antecedentes

familiares de alcoholismo, aunque el riesgo era exclusivo para la población

masculina.49 Nuestro estudio muestra una relación directa entre el

pensamiento suicida y el consumo de alcohol diario, pero a diferencia con

otros estudios, las personas que no consumen ninguna bebida alcohólica

también tienen mayor riesgo de pensamiento suicida, hallazgo que no hemos

visto reflejado en ningún otro estudio.

47 Artículo “El estatus socioeconómico y la ansiedad como predictores de respuesta al tratamiento antidepresivo e ideación suicida en adultos mayores” 48 36 op.at 49 Artículo “Suicidal Ideation among the United States Drinking Population”

47

En la mayoría de los estudios, al igual que el nuestro, se ha observado que el

riesgo de sufrir pensamiento suicida fue significativamente mayor en las

mujeres respecto a los hombres 50 pero no siempre es así, y en un estudio

británico51 observaron que el pensamiento suicida era mayor en los hombres,

aunque el intento de suicidio fue superior en las mujeres. En Grecia durante la

crisis económica del 2009, el pensamiento suicida, que antes de la crisis era

más elevado en las mujeres, se incrementó en los hombres y disminuyó en las

mujeres52, lo que sugiere que el pensamiento suicida puede variar ante

diferentes factores externos.

El nivel educacional en la mayoría de los estudios53, coincidió con nuestros

resultados observándose que un nivel educacional bajo incrementa en riesgo

de ideación suicida mientras que disminuye significativamente en los niveles

educacionales más elevados. De todos modos, no siempre es a así y algunos

autores no observaron esta relación para el sexo masculino. 54

En cuanto a la situación familiar pocas diferencias entre los resultados de los

estudios. En nuestro estudio observamos que las personas divorciadas, las

casadas que no conviven con la pareja y las viudas tienen un mayor riesgo de

sufrir pensamientos suicidas respecto a las parejas que conviven juntas. En un

50 44 op.at 51 35 op.at 52 38 op.at 53 Artículo “Socio-economic inequalities in suicide: a European comparative study” 54 44 op.at

48

estudio realizado en Grecia durante la crisis, las ideas suicidas variaron de

modo que las personas casadas sufrían más ideación suicida que las personas

no casadas, aunque esta variable está asociada a otros factores de riesgo

como ser varón o sufrir un trastorno depresivo. 55 En otros estudios se ha

señalado que las personas no casadas tienen un mayor riesgo de sufrir

pensamiento suicida.56 Así en un estudio realizado en Corea del Sur se

observó que los solteros tienen un mayor riesgo de pensamiento suicida

respecto a las mujeres, considerándose el estar casada como factor de

protección.

Aunque en la mayoría de estudios no han observado si el número de hijos

influye sobre el pensamiento suicida, en un estudio americano observaron

que ser padre de un hijo menor de catorce años era factor de protección tal

como se ha ocurrido en nuestro estudio en el que el tener dos hijos tiene

efecto protector. 57

En relación a la actividad laboral, nuestros resultados, en los que las personas

que tienen un trabajo tienen un menor riesgo de pensamiento suicida,

coinciden con dos estudios realizados en Londres y en Estados Unidos que

observaron que las personas que están en paro tienen mayor riesgo de sufrir

pensamiento suicida en relación a las personas que tienen empleo.

55 37 op.at 56 36 op.at 57 47 op.at

49

A pesar de la evidencia de un incremento del pensamiento suicida en relación

a los factores de riesgo comentados anteriormente, la mayoría de los estudios

al igual que el nuestro, muestran una clara asociación, posiblemente la más

significativa, entre padecer sintomatología depresiva y la ideación suicida de

hasta el punto de que esta puede ser un buen predictor tal como ha señalado

el estudio realizado en Grecia en el que observaron que el estar

diagnosticado de depresión mayor aumentaba casi en un 50% el riesgo de

ideación suicida respecto a las personas que no la sufren. 58. Hallazgos

similares han sido observados en otros estudios en relación a la depresión

mayor y la ideación suicida. 59

7. LIMITACIONES DEL ESTUDIO

La principal limitación los estudios SHARE, estriba en su grado de

representación por su incapacidad de generar y corregir los sesgos

participación en los diferentes países. Las tasas de participación en general no

alcanzan el 65%, lo que limita su validez externa. No obstante, la población

evaluada permite obtener datos orientativos de gran interés por la extensa

muestra recogida a nivel de los diferentes países que permite un análisis

poblacional global, pero también a nivel de cada país. Los datos están

disponibles para su utilización por parte de la comunidad científica coste cero

y pueden descargarse tras un registro en la página web del proyecto SHARE.

58 38 op.at 59 36 op.at

50

8. CONCLUSIONES

En nuestro trabajo hemos observado que hay una serie de variables, que

aparte de la situación económica incrementan el riesgo del pensamiento

suicida. Algunas de ellas son del ámbito familiar como es el estar casado y no

vivir con el cónyuge, el estar divorciado, el estar viudo y en menor medida el

no estar casado. Por otra parte como en la mayoría de los estudios citados

anteriormente, el sufrir patología depresiva, el estar en paro o el tener una

mala percepción de la salud aumenta el riesgo del pensamiento suicida.

Asimismo son factores de riesgo las alteraciones cognitivas en relación a la

memoria así como el no disponer de una movilidad adecuada. No obstante,

también hemos encontrado algunas variables de protección que ayudarían a

no tener pensamiento suicida y que a nivel familiar son la convivencia en un

mismo domicilio de dos personas o incluso tres o más, el tener una buena

percepción de la salud, el consumir alcohol una o dos veces a la semana y lo

más significativo el estar trabajando.

En relación al riesgo del pensamiento suicida en los diferentes países y

haciendo referencia a Girona, la mayoría de los países europeos tienen un

mayor riesgo, sobretodo países como Francia, Chequia, Luxemburgo,

Holanda, España y Dinamarca. Menor riesgo se observó en Estonia y

sobretodo en Italia.

A modo de conclusión podríamos decir que el perfil de la persona con mayor

riego de ideación suicida en nuestro estudio es, ser mujer de 85 o más años,

51

estar en una situación socioeconómica reducida, tener una baja escolaridad,

no tener hijos, tener una pobre autopercepción de la salud, sufrir tres o más

procesos crónicos, estar incapacitada, tener la necesidad de ir al médico una

vez al mes, no realizar actividad física, sufrir depresión, residir en Francia y

tener la necesidad de recibir ayuda económica externa.

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