Las Casas de Moneda Españolas en América Del Sur

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Excelente y detallada reseña de las casas de la moneda española en America

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  • LAS CASAS DE MONEDA ESPAOLAS ENAMRICA DEL SUR

    NDICE

    Cerro de Potos [1]

    ORO Y PLATA EN EL PER DE LA CONQUISTAInicio

    El oro antes de llegar al Tawantinsuyo

    Los tesoros del Per

    Los repartos de Cajamarca y del CuscoEl oro peruano llega a Espaa

    La subida de los precios

    El destino del tesoro

    El cambio en la economa

    LAS CASAS DE MONEDA ESPAOLAS EN AMRICA DEL SURA modo de presentacin

    Introduccin

    I.- Las Casas de Moneda Peruanas en el siglo XVILima: La primera ceca

    El establecimiento de la ceca de La Plata

    Potos : El asiento definitivo

    Reapertura temporal de la ceca de Lima

  • II.- El XVII: Un siglo de crisisEstado general de la economa

    La ceca potosina, nica del virreinato peruano

    Las cecas de Cartagena y Bogot

    Las Rochunas

    La ceca ilegal de Lima

    La reapertura de la ceca de Lima en 1684

    La ceca de oro del Cusco

    III.- El siglo de las reformasLos condes de San Juan de Lurigancho

    La ceca de Santiago de Chile

    Popayn: La ltima ceca espaola

    Las cecas en manos de la Corona

    El reclamo del conde de San Juan de Lurigancho

    El advenimiento de Carlos III

    La nueva casa de moneda en Potos

    La ceca de Bogot pasa a la Corona

    Incorporacin de la ceca de Santiago a la Corona

    La ceca de Popayn se incorpora a la Corona

    Un caso anecdtico: El asunto de los botones

    Las devaluaciones secretas

    Las devaluaciones secretas en Bogot y Popayn

    Actuacin del visitador Areche

    Recojo de macuquinas y fabricacin de cuartillosLas Juras y monedas de Carlos IV

    El problema de la moneda menuda en Potos

    Ampliacin de la ceca de Lima

    IV.- El final del poder espaol en Sud AmricaLa ceca de Lima en el siglo XIX

    El fidelismo en las medallas y las monedas

    La ceca limea se moderniza

    Las monedas de Venezuela

  • Buenos Aires en Potos

    Resellos de Gemes y las cecas provinciales

    Postrimeras del poder espaol en el Nuevo Reino

    Monedas y billetes del estado de Cartagena de Indias

    Los cobres de Santa Marta

    Los ltimos aos de presencia espaola en el Per

    La Jura de la Independencia en Lima

    El cambio de direccin

    Moneda chilena y fichas de pulperos

    El Banco Auxiliar y las emisiones de papel moneda

    La moneda de cobre

    Las monedas acuadas a nombre del "Per Libre"

    La ceca realista del Cusco

    Las acuaciones limeas de Fernando VII en 1824

    Monedas del Callao del general Rodil

    Bibliografa

    [1].- El grabado ms antiguo de la ciudad y de la gran montaa de plata del Potos, aparecido en la"Crnica del Per" (1556), de Pedro de Cieza de Len (The Hispanic Society of America).

  • ORO Y PLATA EN EL PER DE LA CONQUISTA

    Villa de Huancavelica (Per), rica mina de azogue explotada desde 1560 [1]

    1.- InicioPretende esta sntesis comprender como vieron los conquistadores las

    riquezas del Per, y cual fue el destino que le dieron a esa fortuna aquellos aquienes les cupo la suerte de encontrarse dueos de ella. Es de inters conocer quemotiv a embarcarse en la aventura de Pizarro a los hombres de la hueste peruleray a los que siguieron llegando despus de haberse hecho los repartos de Cajamarcay el Cusco. El marco cronolgico se encuadra entre el momento en que Pizarrorecibe las primeras noticias de la existencia del Tawantinsuyo y los aosinmediatos posteriores a la fundacin de Lima. A fin de terminar el proceso, sinembargo, se ha continuado, en forma muy sucinta, hasta el cambio de unaeconoma de conquista a una economa colonial que se produce con eldescubrimiento de las grandes minas de plata y el impacto que ellas produjeron.

    En cuanto al material usado, se ha dado prioridad a la informacin deprimera mano dejada por los cronistas que participaron en la conquista, enespecial Francisco de Jerez, y Sancho de la Hoz. El estudio se ha apoyado confrecuencia en la "Historia del Descubrimiento y conquista del Per" del contadorAgustn de Zrate, llegado tardamente pero que, por haber sido enviado con lamisin expresa de tomarle cuentas al Tesorero Riquelme, es una fuenteespecializada muy valiosa. Entre el material publicado por investigadorescontemporneos se han utilizado los trabajos de Jos Antonio del Busto; JamesLockhart y Manuel Moreyra Paz Soldn. Una revisin de "Los Repartos" deRafael Loredo ha sido necesaria aunque ese trabajo esta incorporado y ampliadoen las obras antes mencionadas. Los estudios de Rafael Varn sobre los Pizarro yel concepto empresarial de la Conquista, ha permitido algunas aclaraciones sobreel uso que se dio a los tesoros peruanos. Durante los primeros aos de ocupacinespaola del mundo andino el oro tuvo presencia constante en el pensar y actuarde conquistadores y metropolitanos. Eran los aos en que Carlos V pagaba conoro sus guerras contra el turco y contra los reformados anteponiendo los interesesdinsticos a los de Espaa. Fue una poca de rapias y despilfarros, y comobisagra de estos dos extremos estaba el oro de los Andes.

  • Refirindose a las campaas de conquista americana dice GuillermoCspedes del Castillo:

    " Las empresas de conquista en general fueron tan pobres en botn como habansido en provechos inmediatos las de descubrimiento. Alguna vez aparecieron lossoados, fantsticos tesoros perseguidos con tenacidad digna de mejor causa, y acosta de peligros y trabajos casi increbles. El rescate de Atahualpa sum 5,720kilogramos de oro y 11,041 de 'plata buena'; pero estos son casos excepcionales."[2]

    Se tratar por lo tanto en este trabajo de la excepcin que fue el Per en laconquista del nuevo mundo, y ello lo hace ms interesante para tener una visin dela riqueza y de su destino.

    La noticia propagada por Panquiaco, hijo de un cacique de Panam a unossoldados que se peleaban por unas piezas de oro fue el inicio de la conquista delTawantinsuyo. Vasco Nez de Balboa, durante una de sus correras por el istmoacompaado por su capitn de confianza Francisco Pizarro recibi una invitacindel Cacique Comagre a visitar su tierra. Llegados all los espaoles fueron muybien atendidos y:

    "...al final de la conversacin el indio regal a los blancos con algunas piezas deoro. Los espaoles no pudieron refrenarse a la hora del reparto y desconfiandode las balanzas que pesaban el botn se dispusieron a defender su parte. Lo ciertofue que sobraron opiniones y discrepancias, por lo cual tras el rugir de losmaldicientes se escuch el desenvainar de los aceros, el entrechocar de loshierros y... la risa burlona de un indio espectador: era Panquiaco, el hijo delCacique Comagre. Los soldados interrumpieron la ria y se volvieron al nativo.Este entre sonriente y conciliador, cuentan que entonces dio un puetazo en labalanza y dirigindose a todos les dijo :'Que es esto cristianos? Por tan pocacosa res? Si tanta gana tenis de oro... yo os mostrar provincia donde podiscumplir vuestro deseo; pero es menester para esto que seis ms en nmero delos que sois, porque habis de tener pendencia con grandes reyes, que con muchoesfuerzo y rigor defienden sus tierras' y al decir esto sealo hacia el Suraadiendo que all haba un mar donde navegaban otras gentes con navos obarcos poco menos que los nuestros, con velas y remos." [3]

    Mientras Balboa tomaba nota de esas palabras del joven prncipeinteresndose en la mencin al otro mar, Pizarro "tomaba para si la noticia delPas de las Grandes Balsas, cuyos habitantes tenan grandes vasos de oro en quecoman y beban." [4]

    El primer viaje de Pizarro fue de pobres resultados y grandes sufrimientos.Tuvo que contentarse con enviar a Nicols de Rivera El Viejo desde el Golfo deSan Miguel a Panam para mostrar a Pedrarias el muy poco oro conseguido.Cuando a partir del segundo viaje se comenz a encontrar oro, lo primero que setuvo en mente fue afianzar esa primera esperanza de riquezas que les dieraPanquiaco. El oro peruano se convirti entonces en el seuelo necesario para

  • atraer pobladores a los nuevos territorios conquistados y as Agustn de Zrate alhablar del oro colectado tempranamente en Coaqu dice:

    "...y de all se envi a Panam y a Nicaragua dos navos, y en ellos ms de treintamil castellanos de oro, que haba tomado en Coaqu (Francisco Pizarro) paraacreditar la tierra y poner codicia a la gente que pasase a ella." [5]

    Pedro Sancho de la Hoz por su parte comenta como Pizarro dej partir aalgunos soldados de regreso a la pennsula luego del reparto de Cajamarca porquehaba algunos viejos que haban ya trabajado mucho y estaban ms en condicinde descansar que hacer la guerra, pero agrega:

    "...con cuya humanidad lograba que volviendo stos diesen mejor testimonio de lagrandeza y riqueza de la tierra, de manera que acudiese gente bastante para quese poblase y se acreciese; porque en verdad siendo la tierra grande y llena deNaturales, los Espaoles que en ella haban entonces eran poqusimos paraconquistarla, mantenerla y poblarla." [6]

    [1].- Segn grabado en "Coleccin de memorias cientficas, agrcolas e industriales", de Mariano Eduardode Rivero y Ustariz 1857.[2].- Vicens Vives, J. (director) Historia de Espaa y Amrica social y econmica. Vol.III. pag.339.Barcelona 1982.[3].- Historia Martima del Per: Tomo III vol. 2. Siglo XVI Historia Externa, por Jos Antonio del BustoDuthurburu. p.34-35.[4].- Ibid. p.34.[5].- Zrate, Agustn de. Descubrimiento y Conquista del Per. En Crnicas de la Conquista del Per.Edit. Nueva Espaa S.A. Mxico D.F. s/f. Libro Segundo, Cap. I p.550.[6].- Sancho de la Hoz, Pedro. Relacin para Su Magestad de lo sucedido en la Conquista y pacificacinde estas provincias. etc. cap.I p.118. En Los Cronistas de la Conquista. Seleccin de Horacio H. Urteaga.Paris 1938.

  • Dibujo de Felipe Huamn Poma de Ayala sobre la navegacin de Pizarro al Per

    2.- El oro antes de llegar al Tawantinsuyo.

    Francisco de Jerez en su "Verdadera Conquista del Per y provincia de elCuzco." ha dejado una serie de descripciones del oro que fueron encontrando enlos viajes antes de llegar a las costas del Per. La primera referencia que da es lasiguiente:

    "...siguieron la costa hasta llegar a un gran ro que llamaron San Juan, porque ensu ida llegaron all, donde hallaron alguna muestra de oro y no hallando rastrodel capitn Pizarro, volvise el Capitn Almagro a Cuchama, donde lo hall." [1]

    Poco despus el mismo cronista hace una nueva referencia a las riquezasencontradas en los viajes de descubrimiento. En esta oportunidad se refiere a lasnoticias que dio a Pizarro el Piloto Bartolom Ruiz luego de una exploracin desesenta das al sur del Ro San Juan:

    "...lleg hasta el pueblo de Canceb, que es en aquella costa y antes deste pueblohaban visto, los que en el navo iban, otras poblaciones muy ricas de oro y plata,y la gente de ms razn que toda la que antes haban visto de indios, y trujeronseis personas para que deprendiesen la lengua de los espaoles, y trujeron oro yplata y ropa. [2]

    Es curioso sin embargo que Sancho de la Hoz no mencione lo msimportante de esa jornada, que fue el descubrimiento de la balsa de los tumbesinoscon buena cantidad de objetos valiosos, pero que por sobre todo, confirmaba laspalabras de Panquiaco sobre la existencia de un reino poderoso hacia el sur.Pizarro al recibir las noticias tradas por sus marineros emprendi con renovadoahnco su marcha pero, ante el fracaso de no encontrar riquezas y ms biengrandes dificultades, decidi regresar hacia el norte slo para detenerse luego en laIsla del Gallo donde se qued con sus hombres mientras esperaba el regreso de sus

  • navos con ayuda. Es de todos conocido lo sucedido en la Isla del Gallo cuando elPiloto Tafur lleg con rdenes de regresar a todos a Panam y de como Tafuraccedi en llevarlos a la isla Gorgona, ms protegida y salubre que la del Gallo.

    Al terminar la estancia forzada de seis meses en la Gorgona, los llamados"Trece de la fama" fueron recogidos por Bartolom Ruz quien, aunque tenardenes de regresarlos a Panam, accedi al deseo de Pizarro de continuar hacia elsur. Navegaron cien leguas ms adelante de lo que ya haban descubierto yencontraron muchas poblaciones de las que tomaron ms oro, plata y ropas.[3] Primero tocaron en la isla de Santa Clara "donde hallaron un gigantesco dolode piedra con ofrendas de oro, plata y textilera" [4] Luego unas balsas tumbesinasque viajaban al norte para hacer la guerra a los de La Isla Pun, los guiaron hastaTumbes donde tuvieron el primer contacto directo con el Per. En esta primeraciudad del litoral peruano que bautizaron como Nueva Valencia del Sur, supierondel soberano que gobernaba esas tierras y de las riquezas que en ella haba.Embarcados nuevamente los que bajaron en Tumbes continuaron hasta ladesembocadura del ro Santa para de all iniciar el tornaviaje. La llegada aPanam con animales sorprendentes, finos tejidos, pero sobre todo con oro y plataentusiasm a muchos e hizo arrepentirse a los que haban abandonado la empresaen El Gallo.

    Viaj Pizarro a Espaa donde luego de algunas dificultades pudo exponer enToledo, ante el Consejo de Indias, sus descubrimientos, apoyndose en los indiosinterpretes, el cuadro que de Tumbes haba pintado Pedro de Candia y loscamlidos americanos que haba llevado con l. Convencidos los del Consejo conlos argumentos y pruebas recibidas firmaron el 26 de julio de 1529 la Capitulacinde Toledo por la cual se dio a Pizarro los ttulos de Gobernador, Adelantado yAlguacil Mayor de Nueva Castilla as como ttulos y sueldos para sus sociosAlmagro y Luque. Tambin recibieron ttulos el Piloto Bartolom Ruiz y elArtillero Pedro de Candia. A los trece del Gallo se les hizo hidalgos y los que ya loeran, se les nombr Caballeros de Espuela Dorada. Con todo esto ms dispensaspara llevar productos y esclavos, regres Pizarro a Panam a preparar el tercer ydefinitivo viaje de descubrimiento del Per.

    Zarp Pizarro el 20 de enero de 1531 y llegaron a Atacames el 17 de febrero.All vieron indios que usaban adornos de oro. Al tratar Agustn de Zrate de estepasaje comenta que cuando estos indios salan a hacer la guerra "traansembradas las caras con clavos de oro en agujeros que para ellos tenan hechos."[5]

    En Coaque tuvieron los espaoles que luchar primero con los habitantes dela regin y luego sufrir las terribles verrugas, enfermedad que adems dedeformar, debilit a la hueste. Francisco de Jerez comenta que:

    "...fueron por la costa de la mar y en todas las poblaciones della hallaban lagente alzada y caminaron hasta llegar a un gran pueblo que se dice Coaque alcual saltearon porque no se alzase como los otros pueblos; y all tomaron quincemil pesos de oro y mil y quinientos marcos de plata y muchas piedras esmeraldas,que por presente no fueron conocidas ni tenidas por piedras de valor." [6]

  • Tras algunos meses, a causa del retraso que haba significado las verrugas,llegaron los conquistadores a la punta de Santa Elena y all fueron contactados porun emisario de Tumbal Cacique de la isla Pun que queda frente a las costas de lapennsula mencionada. El emisario los invit a pasar a la isla en unas balsas porencargo de su jefe, pero Pizarro, temiendo que fuese una trampa como result ser,acept siempre que el Cacique viajase junto con l en la misma balsa, lo que logry as pudo conjurar el plan de Tumbal, pues este haba previsto desamarrar lasembarcaciones a mitad de la navegacin. Ya en la isla los espaoles fueronagasajados y, cuenta Jerez que, Tumbal "dio de su voluntad al gobernadoralguna cantidad de oro y plata." [7] Fue en esta isla donde dice Zrate quepeleaban los indios con porras y hachas hechas de plata y con lanzas de oro bajo yque en ella tanto los hombres como las mujeres traan muchas joyas de oro y queadems coman en vajilla de metales preciosos. En una isla prxima sesorprendieron los castellanos al encontrar una casa hecha de oro y plata rodeadade rboles y plantas de los mismos metales. [8]

    Mas importante fue, sin embargo, descubrir que Alonso de Molina, quien alregreso de segundo viaje haba quedado en Tumbes, haba sido llevado prisioneropor los isleos junto con varios centenares de tumbesinos y que ya haba muerto.Un papel dejado por Molina y que fue entregado por los indios a los espaoles lestrasmiti su ltimo mensaje : Los que a esta tierra vinieredes, sabed que hay msoro y plata en ella que hierro en Vizcaya." [9]

    Ocurri que mientras estaban en la Pun los indios se levantaron y losespaoles tuvieron que combatir. Afortunadamente para los peninsulares llegarona la isla dos barcos con refuerzos al mando de Hernando de Soto con lo que sedefini el combate al lado espaol.

    Cuando ya se preparaban a iniciar el viaje a Tumbes el Tesorero Riquelmehuy en uno de los barcos pero la celeridad de Pizarro fue suficiente para detenera Riquelme quien insista en declarar que todo era una farsa y que el Per era muypobre. Es interesante hacer notar esta curiosa accin del contador que luego serael encargado de llevar el registro de los grandes tesoros del Per.

    [1].- Jerez, Francisco de. Verdadera Relacin de la Conquista del Per y provincia del Cuzco." EnCrnicas de la Conquista del Per. Mxico s/f .33p[2].- Ibid. p 34.[3].- Ibid. p.36[4].- Busto Duthurburu, Jos Antonio del. Historia General del Per: Descubrimiento y Conquista. Lima,1978. p.42[5].- Zrate, Agustn de. Ob. cit. Libro 1, Cap.1, p.513.[6].- Jerez, Francisco. Ob. cit. p.37.[7].- Jerez, Francisco de. Ob. cit. p.38.[8].- Zrate, Agustn. b. cit. p.521 y 522.[9].- Busto, Jos Antonio del. Ob. cit. 1978. p.53.

  • 3.- Los tesoros del PerLlegados al Per los conquistadores encontraron que sus ms esperanzados

    sueos no eran sino mezquinas ilusiones de lo que fue la realidad. Aunque Tumbesresult no ser la ciudad de piedra que haba pintado Pedro de Candia, all, despusde un inicial desencanto, hallaron algunas piezas de oro que les devolvi laconfianza en la empresa. Las noticias comenzaron a llegar y en todas ellas estabapresente el oro, an en las relativas al peligro que les aguardaba. El origen de losIncas, por ejemplo, estaba en "una gran laguna que all hay, llamada Titicaca" dedonde surgieron unos hombres muy belicosos " los cuales andan tresquilados y lasorejas oradadas y metidas en los agujeros unos pedazos de oro redondo con que losvan ensanchando." [1]

    As, con mucho temor pero con un deseo de riquezas an mayor, el 8 denoviembre de 1532 march la hueste hacia Cajamarca en pos del Inca. Llegaron elda 15 y encontraron Cajamarca abandonada. De inmediato vieron, sin embargo,el campamento de Atahualpa en Pultumarca que por su tamao y por la cantidadde guerreros les pareci el del Gran Turco. Pizarro envi de inmediato unaembajada de veinte hombres al mando de Hernando de Soto con la intencin deinvitar al Inca a cenar con l en Cajamarca para luego, tenindolo alejado de lossuyos, capturarlo. A poco de salida la embajada, temiendo que no fuesensuficientes, envi una nueva cabalgada a las rdenes de su hermano HernandoPizarro. Llegados a Pultumarca y tras algunos momentos de tensin por la demorade Atahualpa en aparecer y por las brabuconadas de Hernando, Se hizo presenteel Inca y ofreci a los capitanes sendos vasos de oro conteniendo chicha, la bebidade maz tradicional de los Andes. Prudentemente los dos espaoles rechazaron elofrecimiento aduciendo que ayunaban a lo cual Atahualpa contest que l tambinayunaba pero que la chicha de maz no rompa el ayuno, y de inmediato bebi deambos vasos para demostrar que no estaban envenenados. La invitacin a cenarhecha por los espaoles no fue aceptada por el Inca, quien dej en claro que estabaenterado de todos los desmanes cometidos por los conquistadores desde su llegadaa tierras peruanas, y ofreci ir al da siguiente hasta Cajamarca a cobrarles todoaquello que haban tomado en su marcha.

    La noche fue de terror y el da siguiente, 16 de noviembre, fue de espanto. ElInca lleg a la plaza con gran compaa en una litera de oro, la joya que escogerapara s Francisco Pizarro al momento del reparto. Jerez ha dejado una descripcinesplndida de lo que vieron ese da los conquistadores.

    "vena mucha gente con armaduras, patenas y coronas de oro y plata. Entreestos venia Atabalipa en una litera forrada de plumas de muchos colores,guarnecidas de chapas de oro y plata. Traanle muchos indios sobre los hombrosen alto. Tras de esta venan otras dos literas y dos hamacas, en que venan otraspersonas principales; luego vena mucha gente con coronas de oro y plata." [2]

    El temor infundi valor a la hueste y al caer el da el Inca era ya prisionero.A la maana siguiente Pizarro mand a Hernando de Soto a saquear elcampamento de Pultumarca de donde volvi con gran cantidad de oro. Notando el

  • inters que mostraban los espaoles por los metales finos, Atahualpa conferencilargo con el Gobernador y luego de explicarle la situacin del Tawantinsuyoofreci por su liberacin un cuarto lleno de oro y dos llenos de plata. Tan prontoPizarro acept el trato comenzaron a llegar caravanas cargadas de piezas de metalpara cumplir la oferta. Jos Antonio del Busto cita un poema contemporneo alrespecto:

    "Atabaliba est preso,est preso en su prisin;juntando est los tesorosque ha de dar al espaol.No cuenta como el cristiano,sino en cuentas de algodn.El algodn se le acabapero los tesoros no." [3]

    En vista de que los tesoros llegaban ms lentamente que lo que esperaban losconquistadores, march Hernando Pizarro a Pachacamac con el fin de sacar deese importante templo de la costa las riquezas que all haba, mientras tressoldados voluntarios avanzaron hasta el Cusco con el mismo fin. Ambos gruposestaban acompaados de mensajeros del Inca que servan a la vez de guas y degaranta ante las autoridades locales. Las descripciones de los tesoros descubiertostanto en la capital Inca como en el santuario fueron fabulosas. En PachacamacHernando fue bien recibido y atendido, pero en vista que el oro que se le presentera poco exigi ser llevado a los aposentos del dios Pachacamac. El Cronista Estetecuenta que para llegar al lugar que guardaba al dolo subieron a la parte ms altadel templo y all haba:

    "...un patio pequeo delante de la bbeda o cueva del dolo hecho de ramadascon unos postes guarnecidos de hoja de oro y plata... Abierta la puerta yqueriendo entrar por ella, apenas caba un hombre , y haba mucha oscuridad yno muy buen olor. Visto esto trajeron candela; y as entramos con ella en unacueva muy pequea, tosca, sin ninguna labor; y en medio de ella estaba unmadero hincado en la tierra con una figura de hombre hecha en la cabeza de l,mal tallada y mal formada, y al pie y a la redonda de l muchas cosillas de oro yde plata ofrendadas de muchos tiempos y soterradas por aquella tierra." [4]

    Hernando Pizarro luego de ver el dolo lo saco y "quebrant" causandoespanto entre los habitantes de Pachacamac quienes creyeron que se destruira elmundo. Impresionados y temerosos sin embargo los curacas de la regin de quiense atreva a tanto, no demoraron en llegar a Pachacamac con sus ofrendas. Prontoestuvieron ante Hernando con sus cargas de oro y plata los seores de Malaque,Huaro, Hualco, el de Chincha "con diez principales suyos", el de Guarva, el deColixa, el de Sallicaimarca y otros principales. Juntando entre lo que sacaron deltemplo de Pachacamac y lo que estos seores trajeron, un total de noventa milpesos. [5]

    Los tres soldados que fueron al Cusco fueron dos infantes, Pedro de Moguery Martn Bueno, y el escribano Juan Zrate. A su regres a Cajamarca Zrate

  • inform que se haba tomado posesin de la capital Inca en nombre de SuMajestad y que luego la recorrieron y reconocieron, encontrando que:

    "una casa del Cuzco tena chapera de oro, que la casa es muy bien hecha ycuadrada, y tiene de esquina a esquina trescientos y cincuenta pasos, y de laschapas de oro quitaron setecientas planchas, que una con otra tenan aquinientos pesos, y de otra casa quitaron los indios cantidad de doscientos milpesos, y que por ser muy bajo no lo quisieron recebir, que terna a siete o ochoquilates el peso." [6]

    Ms adelante el mismo cronista, Francisco de Jerez, hace otras referencias alas riquezas del Cusco y de sus alrededores que tanto sorprendieron a loscastellanos que participaron en la conquista y que l anota para impresionar a losque quedaron en casa. Cuenta por ejemplo que en un lugar cercano al Cusco habados casas hechas de oro, y luego cuenta que entre las piezas que se llevaron aCajamarca "trajeron algunas pajas hechas de oro macizo con su espiqheta hechaal cabo, propia como nace en el campo" y aunque opina que tratar de describirlastodas sera de nunca acabar no puede sustraerse de la tentacin de comentar:

    "...fuentes grandes con sus caos corriendo agua, en un lago hechoen la mesma fuente, donde hay muchas aves hechas de diversas maneras, yhombres sacando agua de la fuente, todo hecho de oro." [7]

    [1].- Ibid. p.537.[2].- Jerez, Francisco. Ob.cit. p.[3].- Busto, J.A. del. 1978. Ob.cit. p.77.[4].- Ibid. p.64.[5].- Jerez, Francisco de. Ob.cit. p.98. Nota: Se ha trascrito "Seor de Huaro de acuerdo a la nota al pie depgina, pero en el texto dice "Seor de Hoar".[6].- Ibid. p.109.[7].- Ibid. p.112.

  • 4.- Los repartos de Cajamarca y del Cusco.Transcurridos cuarenta das del inicio de la recoleccin del rescate, plazo

    estipulado por el Inca, era evidente que an faltaba mucho para completar loofrecido, y ante el constante reclamo de los soldados, Pizarro decidi iniciar elreparto de los tesoros hasta entonces colectados, dejando constancia que aunqueno se haban completado las cantidades, se daba por cumplida la oferta del Inca,aunque por razones de seguridad no lo dejase, por el momento, en libertad. Huboen la hueste quienes abogaban por la vida del Inca, entre ellos Soto y HernandoPizarro, y otros que deseaban su muerte. Diego de Almagro llegado tarde aCajamarca, sabia que sus hombres no recibiran nada hasta que se hubieseterminado con Atahualpa ya que todo lo que llegase antes se consideraba parte delrescate y sera dividido solamente entre los hombres de Pizarro. Los OficialesReales, Alonso de Riquelme, Antonio Navarro y Garca de Salcedo queranproceder a la fundicin y reparto del metal para cobrar el quinto que debanenviar al Emperador. Atahualpa, que conoca bien el sentir de Almagro y deRiquelme, al despedirse de Hernando Pizarro cuando este inici su viaje aPachacamac le dijo segn cuenta Zrate:

    "vaste capitn, psome dello, porque yndote tu, s que mehan de matar este gordo y este tuerto" y aclara el cronista, "lo cual decapor don Diego de Almagro que como hemos dicho arriba, no tena ms deun ojo, y por Alonso de Riquelme, Tesorero de su Magestad." [1]

    El 13 de mayo se hizo saber por pregn que en esa misma jornada se iniciabala fundicin. El procedimiento de fundicin constaba los pasos siguientes:

    1.- Se llevaban los objetos de oro a la callana, donde se pesaban antes deproceder a la fundicin y luego de terminada sta para evaluar la merma.2.- El ensayador proceda a aquilatar las barras salidas de la fundicinpara conocer el valor en maraveds. Como cada quilate equivale a 20maraveds, se multiplica el nmero de quilates por 20 para obtener elvalor, as: 8 quilates son 160 maraveds; 20 quilates, 400 maraveds, y elbuen oro que era el de 22 1/2 quilates vala 450 maraveds. Debencontarse adems los granos, que son cuatro por quilate y valen cincomaraveds cada uno. Un ejemplo de Cajamarca basta para ilustrar esteprocedimiento. El 14 de mayo, la partida nmero 11 fue de 379 pesos deoro de 7 quilates 2 granos.

    7 1/2 Quilates = 150 maraveds x 379 ps.= 56,850 maraveds.

    3.- Del total antes de separar el Quinto Real se descontaban los derechosdel fundidor equivalente al 1%.4.- Una vez descontados los derechos del fundidor se proceda a cobrarel 20% del Quinto Real.

    Siguiendo el sistema arriba mencionado las callanas continuaron trabajandohasta el da de Santiago en que se termin de fundir y repartir. Jerez dice que:

  • "pesado todo el oro y plata por una romana, hecha lacuenta, reducido todo a buen oro, hubo en todo un cuento y trescientosy veintisis mil y quinientos y treinta y nueve pesos de buen oro. De locual perteneci a su Magestad su quinto despus de sacados losderechos del hundidor, doscientos y sesenta y dos mil y doscientos ycincuenta y nueve pesos de buen oro. Y en la plata hubo cincuenta y unmil y seiscientos y diez marcos, y a su Magestad perteneci diez mil yciento y veinte marcos de plata." [2]

    Una vez separado el quinto y los derechos del fundidor se procedi a repartirel tesoro entre los participantes de acuerdo a su actuacin. No olvid emperoPizarro a los hombres que haban llegado con Almagro ni a los treinta quepermanecieron en Piura, para quienes separ veinte mil y quince mil pesos de ororespectivamente.

    Moreyra, quien trabaj los montos indicados por Jerez y por Sancho de laHoz, conjugando ambos de tal manera que ha podido lograr un clculo ajustado,indica que el total del oro lleg a 1'326,539 pesos y la plata a 51,610 marcos 3onzas, descomponiendo las cifras de la siguiente manera:

    Pesos deoro

    Marcos dePlata

    -Entregado segn acta de Pedro Sancho 1'014,125 40,860 3 onz.-Impuestos de Quinto 262,259 10,121 0 "-Derechos del fundidor y cantidad apartada porPizarro

    50,155 629 0 "

    1'326,539 51,610 3 " [3]

    Las cantidades anotadas por Jerez son en Pesos de buen oro, es decir de 221/2 quilates, el peso de oro en bruto pesa 4.600 gramos y el neto es decir la cantidadde oro puro corresponde a 4.3125 gramos. La plata se pes en marcos de 2,210maraveds, es decir de 930 milsimos. Estos clculos hechos por Moreyra permitenconocer el total el kilogramos de cada uno de los metales del reparto deCajamarca:

    Oro Puro 1'326,539 pesos x 4.3125 grs.= 5,720 kgs y 699 grs.Plata Pura 51,610 marcos x 213.94 grs.= 11,041 kgs y 443 grs.

    El reparto del Cusco, aunque menos publicitado que el de Cajamarca, fuemayor que ste, si bien en oro equivali slo a poco menos que la mitad de loconseguido en el primero. Las actas del reparto encontradas por Rafael Loredodan un total de 588,266 pesos de buen oro y 228,310 marcos de plata. De estosltimos 164,588 eran de plata buena. Manuel Moreyra en base a los datosanotados arriba fue el primero en valorizar el reparto de El Cuzco. Considerandoel peso de oro a 450 maraveds y el marco de plata en 2,210 maraveds y tomandosolo 215,000 marcos como de buena ley segn indicaciones de Sancho de la Hoz,llega a la conclusin, que el mismo llama aproximada, que el rescate de Atahualpafue de 710 millones de maraveds mientras que el reparto de El Cusco lleg a los

  • 736 millones. [4] Como referencia de lo que significaron los montos de ambosrepartos arriba anotados es conveniente compararlos con la cantidad de oro queCortez logro recoger despus de la toma de Tenochtitlan y que segn indicaDemetrio Ramos "fue ms de 130,000 Castellanos, o lo que es igual, algo ms de 58millones de maraveds. [5]

    Es oportuno hacer unas aclaraciones referentes a la metrologa monetariaencontrada en la crnicas ya que sta se hace confusa para quien no estacostumbrado a ella. Todas las medidas se apoyan en el "Marco de Castilla" comoponderal y en el "Maraved" como valor. El Marco de Castilla, es decir la medialibra castellana, equivale en el sistema decimal a 230.0465 gramos. El Maravedera moneda de cuenta y vala a razn de 22,500 maraveds por marco de oro. Lasmonedas usadas en las crnicas, mezcladas unas con otras son: El Castellano, elPeso de Oro y el Ducado. Las dos primeras, Castellano y Peso de Oro son lomismo y corresponden a un cincuentavo de Marco. Como el oro circulaba con leyde 22 1/2 quilates, estas monedas valan 450 maraveds. El Ducado era menor yvala solamente 375 maraveds.

    [1].- Zrate, Agustn de. Ob. cit. Libro 5, cap.II, p.671.[2].- Jerez, Francisco de. ob.cit. p.110. Zrate da cantidades ligeramente diferentes. Segn l se fundi enoro 600 cuentos de maraveds, es decir 1'333,333 Pesos de oro, 26,666 marcos, equivalentes a 6,134.42kilos de oro. Zrate aclara que ese clculo se debi a que el ensaye se realiz con piedra de toque por faltade aguafuerte, y que luego se elev a 700 cuentos de maraveds. La primera cantidad apuntada por Zratese acerca a la anotada por Rafael Loredo en "Los Repartos" y tomada por Moreyra luego, diferencia quesin duda se debera a la cuenta gruesa de Zrate. La cantidad de 700 cuentos es considerada como unaexageracin por Loredo. (nota: Un Cuento es un milln).[3].- Moreyra Paz Soldn, Manuel. La Moneda Colonial en el Per: Captulos de su Historia. BancoCentral de Reserva del Per. Lima 1980. p.35.[4].- Ibid. p.42.[5].- Ramos Prez, Demetrio. Las Grandes Conquistas, en: Historia General de Espaa y Amrica. TomoVII. Ediciones RIALP S.A. Madrid, 1982. p.286.

  • Puerto de La Habana en el siglo XVII [1]

    5.- El oro peruano llega a Espaa.

    Luego del reparto de Cajamarca zarp Hernando Pizarro con el QuintoReal y otros tesoros hacia Espaa en dos naves. El cinco de diciembre de 1533 llega Sevilla la primera de las embarcaciones y el nueve de enero siguiente la segundaque era la comandada por Hernando. Jerez dice que en la primera embarcacinlleg el Capitn Cristbal de Mena con 8,000 pesos de oro y 950 marcos de plata; elclrigo sevillano Juan de Sosa con seis mil pesos de oro y ochenta marcos de plata yadems de estos 38,000 pesos. En el segundo navo, la "Santa Mara", arriboHernando Pizarro llevando los 153,000 pesos de oro y 5,048 marcos de plata parael Emperador, lo de los particulares sumaba en ese embarque 310,000 pesos y13,500 marcos. En junio siguiente llegaron las dos naves que transportaban a losque fueron autorizados a partir a poco de haber zarpado el primer contingente. Eltotal de los cuatro barcos sum segn el cronista mencionado un total de 708,000pesos de oro y 48,000 marcos de plata. Moreyra basndose en esas cifras concluyeque del rescate de Atahualpa viaj a Espaa en las cuatro primeras naves el 53 %del oro y el 96% de la plata. [2]

    [1].- Grabado en "Mis viajes... " de T.Gage. Las flotas procedentes de Veracuz, Portobello y Cartagena deIndias se reunan en la Habana desde donde partan hacia Espaa.[2].- Moreyra Ob. cit. p.40.

  • Dibujo de Felipe Huamn Poma de Ayala en que se ven las monedas de la poca (s. XVII)

    6.- La subida de los precios.

    Tan pronto la hueste se vio duea de esa enorme suma de dinero, se inici,como era de esperar, una disparada de los precios de los productos, en especial delos pocos de origen europeo que se podan conseguir. La crnica de Jerez es muyesclarecedora en este punto por los detalles que da y por el hecho de que una vezterminada la campaa regres el cronista a Espaa haciendo su arribo a lapennsula en junio de 1534 con su parte del botn, lo cual da una visin fresca y noturbada por acontecimientos posteriores. Dice el sevillano:

    "No dejar de decir los precios que en esta tierra se han dadopor los mantenimientos y otras mercaduras, aunque algunos no locreern por ser tan subidos; y pudolo decir con verdad, pues lo vi, ycompr algunas cosas. Un caballo se vendi por mil y quinientos, y otrostres mil y trescientos. El precio comn dellos era dos mil y quinientos, y nose hallaban a este precio. Una botija de vino de tres azumbres, sesentapesos, y yo di por dos azumbres cuarenta pesos; un par de borcegues,treinta o cuarenta pesos, unas calzas otro tanto; una capa, cien pesos, yciento y veinte; una espada, cuarenta o cincuenta, una cabeza de ajos,medio peso; a este respecto eran las otras cosas (es tanto un peso de orocomo un castellano). Una mano de papel diez pesos. Yo di por poco msde media onza de azafrn daado doce pesos. Muchas cosas haba quedecir de los crecidos precios a que se han vendido todas las cosas, y de lopoco en que era tenido el oro y la plata. La cosa lleg a que si uno debaa otro algo le daba de un pedazo de oro a bulto sin lo pesar, y aunque lediese al doble de lo que le deba no se le daba nada, y de casa en casaandan los que deban con un indio cargado de oro buscando a losacreedores para pagar lo que deban." [1]

  • Sirve como ejemplo para visualizar lo inflado que estaban los precios elacuerdo al que lleg Pizarro con Pedro de Alvarado sobre la armada que habatrado el segundo. Almagro pact con Alvarado en la costa pagar 100,000 pesospor hombres y caballos con la intencin de hacerse de un contingente tannecesario, pero tambin para deshacerse del intruso de la mejor manera posible.Una vez en la sierra Pizarro no tuvo ninguna duda en cumplir lo ofrecido yentregar a Alvarado lo pactado an cuando se le aconsej que la suma era muyalta y que la armada recin llegada no vala ni siquiera 50,000 pesos. Encomparacin debe considerarse que Nicols de Federman en la sabana de Bogotacept retirarse cuando Jimnez de Quezada le ofreci 10,000 pesos de oro.

    [1].- Jerez, Francisco. Ob.cit. p.111. Pedro San Milln vendi un caballo por 3000 pesos lo que seconsidera como uno de los precios ms altos pagados por un equino en esos das. Lockhart, James. Themen of Cajamarca. Texas University Press. Austin, 198 p. 283.

  • 7.- El destino del tesoro.

    Una vez repartidos los tesoros andinos entre los conquistadores y la corona,es interesante saber cual fue el destino de ellos. Lo ms trivial fue sin duda jugar loganado en una o varias partidas de azar, y lo ms lamentable para Espaa fuegastarlo en las guerras de religin y dinsticas, pero entre un extremo y el otroestn todos los casos de inversiones grandes y pequeas en empresas americanas yeuropeas.

    De los 168 europeos que participaron en Cajamarca en la captura del Inca,36 eran extremeos y estos, por su cercana a los Pizarro fueron ms propensos aquedarse en los nuevos territorios, mientras que muchos de aquellos que eran deotras regiones, prefirieron regresar a la pennsula con las riquezas obtenidas uoptaron por emprender nuevas empresas de descubrimiento. [1] Sin embargoregresar a Espaa no era cosa fcil ya que las circunstancias hicieron imperativoque Pizarro no concediese el permiso de retorno excepto a los viejos o heridos.

    Para los hombres que participaron en el reparto del rescate del Inca, ste fueun momento decisivo en sus vidas dividindolas en "antes" y "despus" deCajamarca. Se encontraron de un momento a otro con ingentes cantidades dedinero y sin nada que los atase al suelo. Todo lo que posean era transportable. Losposibles honores poderes y control de hombres eran asuntos del futuro. Del otrolado de la balanza estaba el hecho que slo la presencia de europeos en cantidadsuficiente podra hacer posible el dominio del territorio y su puesta en servicio dela corona espaola. [2]

    Un primer contingente de 22 o 23 personas fue autorizado a dejar el Per enjulio de 1533 acompaando a Hernando Pizarro en su viaje a Espaa con eladelanto del quinto que se decidi enviar al Emperador y al cual nos hemosreferido en otro momento. Poco despus, en Agosto sali otro grupo de hombres.Todo estaba bien pensado ya que los que regresaban con sus tesoros sirvieronmejor que nada para atraer nuevos hombres al Per. Un ao ms tarde Pizarrodio una licencia general para quienes quisieran regresar a Espaa. El momento erapropicio. De un lado ya haba suficiente contingente humano llegado en pos de lostesoros, y del otro los primeros conquistadores reclamaban encomiendas y honoresque se hacan difciles de satisfacer. As, de los 168 hombres que participaron en lacaptura del Inca regresaron a Espaa 65 de ellos entre 1533 y 1535

    Sin duda la forma ms irracional de emplear la fortuna recin ganada fuejugarla a los naipes como fue el caso de Mancio Sierra de Leguizamo quin unanoche perdi el disco solar que le toc en el reparto del Cusco. En su testamento elconquistador dice :"Yo hube la figura del sol que tenan hecha de oro los Incas, en la casa del Sol, queagora es convento del Seor Santo Domingo, que me parece que valdra hasta dos milpesos de oro." Lockhart asegura que lo del disco del sol fue una mentira de Sierra deLeguizamo, pero, por sobre la fidelidad del relato est el hecho que los juegos de azareran practica corriente en esos das de grandes riquezas. [3]

    Entre los que regresaron a Espaa a disfrutar de su botn est el cronistaFrancisco de Jerez, quien volvi a casa tan pronto se reparti el rescate, llegando a

  • la pennsula el 3 de junio de 1534. En los versos dirigidos al Emperador, con losque termina su obra, Jerez explica los padecimientos del conquistador, el aporteque estos hombres hicieron a Espaa, y lo justificado de su retorno.

    "Entre los muchos que han ido(hablo de los que han tornado)Ser ste el ms sealado,Porque he visto que ha venido,Sin tener cargo, cargado;Y meti en esta colmena,De la flor blanca muy buena,Ciento y diez arrobas buenas,En nueve cajas bien llenas.Ha veinte aos que est all,Los diez y nueve en pobreza,Y en uno cuanta riquezaHa ganado y trae ac.Gan con gran fortaleza;Peleando y trabajando,No durmiendo, ms velando,Con mal comer y beber:Ver si merece tenerLo que ansi gan burlando." [4]

    Hernando de Soto recibi el tercer monto ms grande del reparto despus deFrancisco y Hernando Pizarro. En total le tocaron 17,740 pesos de oro y 724marcos de plata. Soto no dud un momento en permanecer el Per porqueesperaba tener una destacada actuacin dirigiendo en un futuro descubrimiento.Trat de convencer a Diego de Almagro que lo dejase ir como General a laconquista de Chile, incluso parece que le lleg a ofrecer 200,000 pesos por que leencargase la expedicin. Al no lograr sus objetivos y darse cuenta que en el Perslo podra ser un subordinado de los Pizarro, pas por Lima en Agosto de 1535 yse embarc a Espaa. Llegado a la corte emple los 100,000 pesos que llev deregreso, o parte de ellos, para conseguir el permiso para conquistar la Florida, y lagobernacin de Cuba, as como su tan deseado ttulo de Adelantado, y suincorporacin a la orden de Santiago. Lockhart dice claramente que "sin sufortuna peruana no hubiese nunca podido negociar sus ttulos ni financiar laexpedicin a la Florida ".

    Otros hubo que no supieron jugar sus cartas tan bien como Soto yterminaron mal. Pedro Sancho de la Hoz, el cronista que hemos citado varias vecesen este trabajo fue uno de ellos. En 1536 estaba de regreso en Sevilla y eraconsiderado hombre rico. Cas all con una dama supuestamente noble, doaGuiomar de Aragn y form parte del Consejo Municipal de Sevilla, pero susgrandes gastos lo dejaron prximo a la pobreza y en 1539 regres al Perofreciendo armas y dos buques a cambio de la capitana de las tierras al sur delestrecho de Magallanes. Reducido a prisin por deudas termin como subordinadode Valdivia despus de haber sido su socio. En el 1547, luego de salvarse en varias

  • oportunidades de acusaciones de conspiracin contra Valdivia, fue degollado poruna nueva traicin contra su jefe.

    Los que se quedaron en el Per cuando partieron los primeros hombresautorizados a regresar a Espaa, buscaron la forma de enviar algunos dineros asus familias por intermedio de amigos de confianza. El procedimiento utilizadopara estos envos est bien explicado en la carta que Gaspar de Marquina, tambinllamado Gaspar de Grate, le escribi a su padre desde Cajamarca el 20 de juliode 1533 informndole los acontecimientos vividos durante la captura del Inca, ylamentando no haber podido enviarle nada con anterioridad por no haber tenidoque enviar.

    Dice en ella que en los seis meses anteriores Dios le ha querido dar ms de loque mereca, y "que hoy da de la fecha tengo tres mil ducados largos" por lo cualaprovechando el viaje de Pedro de Anadel :

    "... all envo a vuestra merced 213 castellanos de buen oroen una barra con una persona honrada de San Sebastin; en Sevillala har moneda y se lo llevar, y ms le enviara a vuestra merced,sino que lleva muchos dineros de otras personas y no pudo llevarms..." [5]

    En nota separada a Pedro de Anadel, Marquina le pide que en caso hubiesenya fallecido sus padres, entregue los 21 castellanos a unos tos suyos para que concien pesos "haga bien por las animas de sus padres" y el saldo de 113 pesos losrepartan entre sus hermanos y parientes. [6]

    El segoviano Pedro San Milln, de familia de mercaderes, estuvoconstantemente cargado de deudas pues era "en extremo gastador" y perdiprcticamente todo. Aliado con Almagro recuper algo de su fortuna y ladespilfarro en banquetes y otros gastos superfluos. Con el triunfo de los Pizarroqued nuevamente en la ruina y su resentimiento lo llev a ser uno de losparticipantes en la muerte del Marques. [7]

    Varn y Jacobs [8] han estudiado el manejo que hizo Hernando Pizarro dela fortuna de la familia. Con la muerte de Juan, Francisco y Gonzalo, y el posteriormatrimonio de Hernando con su sobrina Francisca, hija del Gobernador, toda lariqueza de los Pizarro se concentr en sus manos. De esa manera, actuando enforma unificada remitieron buena parte de sus ganancia a Trujillo y otros lugarescercanos, donde compraron tierras de cultivo y de pastoreo. Se hicieron adems depropiedades urbanas, y prestaron dinero a los campesinos y pobladores urbanospara crear as un clientelaje que result en un vnculo permanente. [9]

    La corona, de otro lado, ide la forma de poder hacerse de las riquezastradas de indias ya que los quintos no le eran suficientes para sus necesidadescada vez mayores. El tesoro peruano le dio la ilusin a Carlos V que podra pagarlas deudas contradas con anterioridad y poder afianzar su posicin imperial a lavez que luchaba contra la reforma protestante, pero los gastos resultaban siempre

  • mayores que los ingresos y se decidi por la confiscacin de los tesoros quellegaban de Indias entregando a sus dueos Juros Perpetuos que pagaban uninters de 3 1/3% mientras que los prestamos hechos a la corona por los banquerosWelser llevaban una tasa de 9 % y los Fugger aceptaron cobrar una tasa de 61/4%. [10] Esta confiscacin forzosa fue mal recibida, pero para quienes lasentradas de oro fueron constantes, como los Pizarro por ejemplo, los Juros fueronuna de las formas normales de inversin, y significaban un renta importante. Entodo caso parece ser que la poltica de confiscaciones hecha por la Corona dabaanualidades altamente deseables por muchos de los receptores de Juros.

    [1].- Varn y Jacobs ob.cit p.200.[2].- Lockhart, James ob. cit. Trata sobre estos aspectos especialmente el el tercer captulo: After TheEvent. Life patterns of repatriates and settlers.[3].- Gutirrez, Jos Rosendo. Mancio Sierra de Leguzamo. Revista Peruana. Tomo II, Entrega I. Lima,Mayo 15 de 1879. p.30. Lockhart llama a Sierra de Leguzamo "the most prominent old liar". Ob.citp.469.[4].- Jerez, Francisco. Ob. cit. p.121,122.[5].- Lockhart, James. ob. cit. p.462.[6].-Ibid[7].- Lockhart, James. Ob. cit. p.284. En una nota al pi de pgina anota Lockhart que Pedro San Millnhaba contrado una deuda de 900 pesos con Pedro de Len. Parte de los datos los toma Lockhart delcronista Pedro Cieza de Len.[8].-Varn y Jacobs, Ob cit.[9].-Ibid.[10].-Ibid.

  • Llamas acarreando la plata de Potos [1]

    8.- El cambio de la economa.

    Esa poca en que se jugaban a los naipes los tesoros del templo del sol y seherraban los caballos con plata termin pronto. Los espaoles que optaron porquedarse en el Per, as como en otros lugares de Indias, se comenzaron a asentaren lo que se diriga a ser una economa diversificada y autosuficiente, cuasimedieval, basada en el trabajo de la tierra y la cra de ganado que hubiese podidoalcanzar lentamente un equilibrio, pero acontecimientos inesperados hicieron queel Per se convirtiese a una economa extractiva, moderna, basada en la minera deplata y su exportacin.

    Una serie de descubrimientos coincidentes en la dcada de 1540 hicieroncambiar las expectativas de los europeos en el Nuevo Mundo. En 1545 sedescubri en Las Charcas la rica mina de plata de Potos, cuya fama y produccinhizo que Carlos V no dudase en otorgarle a la ciudad que creci a su alrededor elttulo de Villa Imperial. Al ao siguiente encontraron una mina rival, aunque notal rica en Zacatecas, Nueva Espaa. Estaba terminado el ciclo del oro y seiniciaba el de la plata.

    Los lavaderos de oro de las yungas fluviales, especialmente en el actualEcuador y en Colombia, ms algunas minas en las estribaciones de los Andesorientales peruanos en Chachapoyas y Hunuco, siguieron produciendo gran partede la riqueza minera, y hasta 1548 el valor del oro extrado equivala al 98% de losmetales preciosos del reino, pero a partir de 1549 este se redujo hasta llegar, enpoco tiempo, a slo el 15% del valor de la produccin total, destacando, a partirde entonces la plata como metal de tesaurizacin.

    Los ingresos de plata no pudieron haber sido ms oportunos para la coronaespaola, ya que si hasta 1544 las minas argentferas alemanas, pertenecientes a losHabsburgos haban producido el cudruple de todo ese metal llegado de Amrica,

  • en el perodo que va entre 1544 y 1550 la produccin de estas haba cadoconsiderablemente, disminuyendo el volumen de plata que entraba al mercadoeuropeo, lo cual, sumado a los volmenes de oro transahariano llevado por losportugueses y el oro de Amrica que transportaban los espaoles, proveniente delavaderos, templos y tumbas, hizo que la relacin oro-plata descendiera hastallegar a 1:10 o 1:11, elevndose as el valor relativo de la plata frente al oro.

    Una plata cara hizo entonces que se justificasen largamente los esfuerzoshechos en Amrica para explotar los yacimientos y que se pagasen los altos fletesimpuestos por la distancia entre los dos continentes. Las autoridades, por su parte,no dudaron en dar todas las facilidades para que se trabajase en los ricos filones deplata peruana.

    La plata, sin embargo, no era tan fcil de extraer como el oro, y fue necesarioformar empresas para este fin. Inicialmente los propietarios espaoles de lasminas se contentaban con entregar las vetas a especialistas indios que utilizabansus tcnicas de cateo y fundicin, y eran asistidos por mano de obra muchas vecesalquilada, pero por lo general relacionada al entorno familiar. As, esos minerosandinos producan las barras de plata fundiendo el metal en sus hornillos decermica con agujeros que llamaban "guairas", que alimentaban con "ichu" opasto de las punas, con los lquenes de la regin y con estircol de llamas. Estasguairas eran colocadas en la parte alta, entre los cerros, para aprovechar que losventisqueros sirviesen de sopletes.

    Mientras se extrajeron los minerales de alta ley, el sistema tradicionalandino de las guairas funcion muy bien, pero al poco tiempo la ley de losminerales haba descendido de 30 marcos por cajn a tres marcos por cajn, locual, sin importar en este caso los equivalentes de pureza ni ponderales, nos hacenotar la tremenda disminucin sufrida. De otro lado la cada demogrfica sufridaen los Andes, cuya poblacin para 1570 haba quedado reducida a la mitad de laexistente al momento de la invasin europea, supona tambin un problema gravepara la produccin minera puesto que los sobrevivientes preferan dedicarse a suactividad tradicional, la agricultura.

    Aunque la agricultura fue postergada en las regiones mineras de las Indias,esta no fue totalmente abandonada por los espaoles. En el Per no huboproductos agrcolas que por su valor justificasen los fletes y por sus caractersticasresistiese el transporte, como las materias tintreas de Centro Amrica y Mxicopor ejemplo, pero a medida que las ciudades y los centros mineros fueroncreciendo, requirieron cada vez ms de los campos circundantes o alejados paraalimentar a sus poblaciones. El caso de Potos es especialmente interesante ya queen 1611 lleg a albergar unas 150,000 personas, equiparndose y superando enmuchos casos a las grandes metrpolis europeas. [2]

    Al inicio de la ocupacin espaola la Corona apoy el cultivo de la vid, delolivo y del trigo en Amrica, pero no demor en cambiar de poltica respecto a losdos primeros productos porque se hizo patente que las industrias de vino y aceitelocales significaban una dura competencia a sus equivalentes peninsulares. Laproduccin y el trfico interno pudo, sin embargo, continuar especialmente por el

  • Pacfico, entre los virreinatos del Per y de Nueva Espaa, a pesar de lasprohibiciones y de los controles.

    Al tiempo que se enfrentaban los mineros a la realidad de los mineralesmenos ricos y la dificultad en el reclutamiento de mano de obra, un metalurgistatrado de Mxico, Pedro Hernndez de Velasco, logr aplicar en el Per el sistemade amalgama con mercurio para conseguir una ms eficiente extraccin de laplata. Luego de unos resultados positivos conseguidos en Huamanga en 1572, seaboc Hernndez de Velasco a adaptar el sistema a las condiciones del altiplano,logrando dos aos ms tarde implementarlo definitivamente. El sistema consistaen mezclar una cantidad de mercurio trado de las minas de Huancavelica en elPer, de Almadn en Espaa o de Idria en los Balcanes, con mineral de platapulverizado en molinos de agua y agregarle sal y limaduras de hierro y plomo. Lamezcla se dejaba descansar un tiempo y luego se proceda a lavar los barros,quedado slo el mineral amalgamado con el mercurio, el cual se separaba pormedio de evaporacin.

    Cada da se hizo ms notoria la falta de mano de obra que trabajando en elfrente de la mina pudiese abastecer los requerimientos de los molinos de la ribera yde los patios de amalgama, y esto impuls al virrey Francisco de Toledo aintroducir un sistema de trabajo forzado a la poblacin andina, la "Mita",argumentando que este haba sido el sistema empleado en el estado Inca. La mitaespaola en realidad no tena otra relacin con la mita andina que el nombrepuesto que aunque ambas implicaban un trabajo por turnos, en tiemposprehispnicos la mita haba consistido un trabajo de participacin voluntario querealizaban los miembros de un Ayllu por su comunidad, sus jefes y sus dioses,mientras que en la mita espaola el trabajo era forzado y realizado slo para elbeneficio del colono espaol.

    En 1572 se estableci la Casa de Moneda de Potos como resultado deltraslado que se hizo de la de Lima que haba sido fundada en 1568 pero que resultineficiente entre otras razones por no contar con las pastas de plata suficientes.Los minerales de la mina de Potos inicialmente haban sido transportados hasta lacosta en forma de barras para despacharlos a la metrpoli por la ruta de Panam,pero con el establecimiento de la ceca se empezaron a acuar monedas localmentecon parte de esas barras, lo que facilitaba su envo a la pennsula y que ademspermita a las autoridades cobrar, adems del Quinto Real y otros derechospropios de la extraccin y fundicin de metales, el real de seoreaje que se pagabapor cada marco de plata acuado, y que corresponda al Soberano por dar suautorizacin para producir monedas.

    Los vinos y el aceite no fueron las nicas industrias que se desarrollaron enel virreinato. En la costa y la sierra se establecieron obrajes textiles que, usandoalgodn los primeros y lanas los segundos, pudieron surtir de telas a todo el reino,resultando ser una alternativa barata a los paos de Francia y Flandes. Estosobrajes llegaron a producir tejidos de excelente calidad an cuando su desarrollofue tambin limitado para evitar la competencia con las importaciones.

  • En el puerto de Guayaquil, al norte del virreinato, se desarrollo unimportante centro de construcciones navales que utiliz las maderas de la reginpara con ellas construir los cascos, castillos y mstiles de los navos. De SantaElena se llevaba la brea para calafatear las embarcaciones y con las telas de losobrajes de Quito se producan las velas. Estos astilleros permitieron laarticulacin comercial entre los puertos del Pacfico, teniendo como centro aPanam.

    Se comenzaron estas notas en Panam con Panquiaco informando a Pizarrosobre las riquezas del Per, y se terminan en Panam pues era all donde seproducan los intercambios comerciales entre el virreinato peruano y Espaa. Losmetales llevados de Lima, Potos y otros puntos del territorio desembarcaban enPanam y eran transportados hasta el otro lado del istmo hasta Portobelo, clebrepor sus ferias. All, en la costa del Caribe peruleros y peninsulares intercambiabansus cargas, y luego, mientras que los espaoles regresaban a Europa con algo deoro y mucha plata, los comerciantes del Per volvan portando ruanes y tafetanes,clavos y perfumes y muchos otros productos, sabiendo desde ya, que podranvenderlos a buenos precios.

    [1].- Llamas acarreando la plata de las minas de Potos a la costa, con escolta armada, por los antiguoscaminos de los incas. Grabado recogido del libro "Americae" de Thodore de Bry's (1602), seccin delibros raros de la Biblioteca Pblica de New York .[2].- Varn, Rafael. Minera colonial peruana: Un ejemplo de integracin al sistema econmicomundial. Historia y Cultura. Revista del Museo Nacional de Historia. Lima, 1978. N 11.

  • LAS CASAS DE MONEDA ESPAOLAS EN AMRICA DEL SUR

    A modo de presentacin

    El estudio de la gnesis de la primera Casa de Moneda de Amrica del Sur,la de Lima, se dificultaba por la escasez de material publicado y por la deficienciaencontrada en mucho de lo que haba llegado a las prensas. En "Cosas Limeas"por ejemplo Ismael Portal informaba, sin citar ninguna fuente que:

    "una de las primeras gestiones de Pizarro al fundar la ciudad (de Lima) fue lade establecer aqu la fabricacin de moneda." [1]

    Portal asevera asimismo que la autorizacin para establecer la ceca laobtuvo Pizarro del rey Carlos por Real Cdula del 11 de mayo de 1535. En estecaso, aunque tampoco indica la fuente se sabe que es la trascripcin de laRecopilacin de las Leyes de Indias. Esta informacin aparecida en laRecopilacin ha sido posteriormente tomada al pie de la letra por otros, que sinanlisis la han tomado como definitiva no slo para Lima sino tambin para Potose incluso la ceca de Bogot. Una lectura del prrafo correspondiente hace saltar ala vista que la fecha indicada al margen es slo para la de Mxico:

    "Es nuestra voluntad, y ordenamos, que en las ciudades de Mxico, Santa Fe de elNuevo Reyno de Granada, y Villa Imperial de Potos haya Casas de moneda conlos ministros y oficiales que convenga, para su labor y fbrica. (al margen seindica) El Emperador D. Carlos y la Reyna G. (Juana) en Madrid a 11 de Mayode 1535." [2]

    La mencionada ley se refiere solamente a la ceca de Mxico y es obvio que notiene ninguna relacin con las otras dos mencionadas ya que la ciudad de Santa Fede Bogot se fund recin en 1538; que el Cerro Rico de Potos se descubri en1545 y la ciudad recibi el ttulo de Villa Imperial el 28 de enero de 1547. Aunquela ceca Limea no es mencionada en la orden, el hecho de que la Ciudad de losReyes fuera fundada el 18 de enero de 1535 fue argumento suficiente para Portal yotros que le siguieron sin confirmar la documentacin.

    Curiosamente en fecha coincidente a "Cosas Limeas" el polgrafo chilenoJos Toribio Medina public en Santiago de Chile su Monedas ColonialesHispano Americanas donde consigna la fecha correcta de la autorizacin realdada por Felipe II para la creacin de la primera ceca sudamericana como 21 deagosto de 1565. Esta como otras referencias de Medina recogidas en ladocumentacin del Archivo General de Indias de Sevilla desafortunadamente nofueron tomadas en cuenta por los estudiosos del tema por mucho tiempo.

    [1].- Portal, Ismael. Cosas Limeas. Lima, 1919. p..93.[2].- Recopilacin de Leyes de Indias. Libro IV. Ttulo 23; Ley Primera. Madrid, 1682.

  • Introduccin

    A la llegada de los invasores europeos a la Amrica Meridional no existaaqu la moneda. Mucho se ha hablado del uso de hojas de coca y conchas de"spondilus princeps" en el antiguo Per, de esmeraldas y sal en Colombia y deunas hachitas de cobre en las regiones costeras de lo que es hoy Ecuador y el norteperuano, pero hasta que punto se puede considerar a estos objetos que pudieronhaber servido para intercambios limitados como moneda ya es cosa deespeculacin. En el caso centro andino al menos la evidencia es bastante slidasegn los estudios del Dr. Franklin Pease para descartar esa consideracin.

    La economa centro andina se basaba en un peculiar sistema regido por lareciprocidad, la redistribucin de bienes y el uso organizado de diferentes pisosecolgicos. Los grupos humanos bsicos eran los Ayllus, siempre divididos en dosparcialidades: Hurin y Hanan. Las dos mitades se complementaban la una a laotra dentro del concepto que llamaban "yanantin" que graficaban con las manos:iguales pero opuestas. As eran Yanantin el da y la noche, el cielo y la tierra; elhombre y la mujer.

    Los Ayllus eran autosuficientes. Se repartan tanto las tareas como loscampos y los tiempos de trabajo. La redistribucin andina permita que hubieseuna homologacin de los bienes y productos dentro del Ayllu, y la reciprocidadexiga una constante relacin de apoyo mutuo entre todos los miembros de lafamilia ampliada, que se traduca en ayuda para el laboreo de los campos yconstruir viviendas as como para cualquier otra actividad conjunta necesariapara el bien del grupo fuese esta interna o con la autoridad tanto poltica comoreligiosa. La Mita, institucin que significa "tiempos de trabajo" y que fue malaplicada en tiempos coloniales para ventaja nica de los invasores, en tiemposprehispnicos era una forma propia del Ayllu para que cada miembro de stededicase cierto tiempo a trabajos alejados del ncleo principal a fin de podercontar con recursos diversificados procedentes de pisos ecolgicos distintos ylograr un control vertical tan importante para una economa asentada en losAndes.

    El mundo andino por lo tanto careca de formas monetarias o inclusopremonetarias por cuanto no exista una utilidad para ellas y si los Spondilus o lashachitas pudieron haber hecho pensar a algunos investigadores que estaban anteformas premonetarias lo ms posible es que se trate una vez ms en una lecturaerrnea de las crnicas, las cuales al fin y al cabo no son sino el reflejo de unarealidad desconocida vista a travs de los ojos de europeos cargados de un bagajecultural y unas categoras diferentes que se agravaban an ms en los primerostiempos por el desconocimiento de los idiomas nativos. [1]

    La conquista europea del territorio andino signific para los pueblos que lohabitaban un cambio total en sus formas de vida. No solamente los dioses

  • perdieron su divinidad y los jefes su poder, sino que cada aspecto de la vidacambi de sentido. En el aspecto econmico el hombre y la mujer andina vieronsuplantados sus sistemas tradicionales de reciprocidad y redistribucin por unaeconoma monetaria que daba prioridad a la obtencin, a cualquier precio, de losmetales preciosos y en el cual todo se evaluaba: productos, bienes y servicios, pormedio de la moneda.

    Durante los primeros aos de ocupacin hispana en la Amrica Meridionalno existan monedas acuadas con las cuales realizar las transacciones por lo quelos intercambios se regulaban con monedas de cuenta, basadas en equivalentes alas existentes en la pennsula y realizadas por medio de trozos de metal.

    En el caso peruano las crnicas iniciales y la documentacin oficial noshablan de tres monedas de cuenta usadas por los espaoles en sus transacciones ycomo metrologa para conocer los montos de los tesoros capturados. Estas son elCastellano; el Peso de Oro y el Ducado. Las dos primeras son iguales y equivalen ala cincuentava parte de un marco de Castilla que, por tratarse de oro de 22 1/2quilates, tenan un total de 450 maraveds. La otra moneda, el Ducado tenamenor peso y su valor era de 375 maraveds.

    Los relatos de poca cuentan que los pagos en los primeros tiempos de laconquista se hacan con trozos de metal o con barras fundidas. Algunas veces estasrelaciones tempranas mencionan que ante la abundancia de riquezas en que vivanlos conquistadores, no prestaban estos mucha atencin a maraveds ms omaraveds menos. El cronista Francisco de Jerez en su "Verdadera Relacin de laConquista del Per", nos ha dejado un esclarecedor prrafo sobre lo mencionadoarriba:

    "Muchas cosas haba que decir de los crecientes precios a que se han vendidotodas las cosas, y de lo poco en que era tenido el oro y la plata. La cosa lleg aque si uno deba a otro algo le daba de un pedazo de oro a bulto sin lo pesar, yaunque le diese el doble de lo que le deba, no se le daba nada, y de casa en casaandan los que deban con un indio cargado de oro buscando a los acreedorespara pagar lo que deban." [2]

    Alejandro Garland en su trabajo sobre Los medios circulantes usados en elPer comenta que en vista que eran comunes en Espaa los pesos de ocho tominesse hicieron en el Per discos de plata con un peso aproximado a los ocho tomines yen ellos se estamp una cruz a cada lado. Estas piezas circulaban con el valor de13 reales y ocho maraveds lo que es igual a 450 maraveds, equiparndose as a losPesos Corrientes de la pennsula. Garland aclara que a fin de terminar con losabusos que se hacan por inescrupulosos que reducan la ley de los discos, seprocedi a indicar en ellos el peso y la ley con lo que vinieron a ser conocidos como"Pesos Ensayados". [3]

    El cronista Diego Fernndez, llamado El Palentino, nos ha dejado unacuriosa anotacin que nos informa que durante la "gran rebelin" de GonzaloPizarro contra el rey, recurri a la fabricacin de unos tejuelos para pagar a su

  • tropa, y que en estos tejuelos hizo estampar las iniciales J. C. entrelazadas. Alparecer por la premura las barritas de plata no fueron ensayadas lo que podradespertar suspicacias en algunos y el rechazo en muchos por lo que el "GranGonzalo" a fin de evitar esas eventualidades:

    "pregon que so pena de muerte todos recibiesen por plata fina la que tuvieseesa marca, sin ensayo ni otra diligencia alguna, y desta suerte hizo pasar muchaplata de ley baja por fina." [4]

    La primera acuacin oficial del Per, no fue una moneda sino una medalla yesta se realiz con motivo de la Jura de Fidelidad que por la ascensin al tronoespaol de Felipe II, tras la abdicacin de su padre el emperador, se celebr enLima. La medalla llevaba de una lado el retrato del rey y el de su esposa Mara deInglaterra. De estas piezas no se conoce ni una pero se sabe que luego de haberproclamado el virrey "Castilla, Castilla; Per, Per" procedi con el arzobispo atomar:

    "...de una fuente grande de oro cantidad de moneda mandada nuevamente ahacer por el dicho seor visorrey y para el mismo efecto y, que fueron reales deplata, que en la una parte tenan las armas de la Corona del Rey de Espaa , yde la otra las figuras de la Magestad real del dicho serensimo prncipe donFelipe, rey de Espaa y de la serensima seora doa Mara, Reina deInglaterra, su mujer, con unos letreros a la redonda, por la una parte que decanPHILIPPUS D.G. HISPAN. REX y por la otra: PHILLIP. ET MARIA D:G. ANG.E. R. HISPAN., y lo derramaron e arrojaron por la dicha plaza." [5]

    Estas piezas mencionadas de la Jura de Felipe II fueron probablementefundidas en la callana de la ciudad al no haber entonces ceca en Lima dondepodran haberlas acuado.

    [1].- Pease Garca Yrigoyen, Franklin. Conferencia "Redistribucin y Reciprocidad" en Coloquio deHistoria Monetaria del Per. Universidad de Lima. 10-19 octubre 1989.[2].- Jerez, Francisco de. La verdadera Relacin de la Conquista del Per y Provincia del Cuzco.Crnicas de la Conquista del Per. Mxico s/f. p.111.[3].- Garland, Alejandro. Estudio econmico sobre los medios circulantes usados en el Per. Lima,1908.[4].- Fernandez, Diego. "El Palentino". Historia del Per Cap. LXII p. 194. Biblioteca de AutoresEspaoles. Cronistas del Per I. Madrid, 1963.[5].- Medina, Jos Toribio. Medallas de Proclamaciones y Juras de los reyes de Espaa en Amrica.Santiago de Chile 1917. p.5. Edicin facsimilar por Quarterman publications Inc. BostonMassachusetts, 1973. La descripcin de la ceremonia se encuentra segn Adolfo Herrera en "unaobra impresa de la biblioteca nacional, sin principio ni fin, y que en letra manuscrita y que en laprimera hoja dice "la ceremonia de alzar pendones en Espaa por el nuevo rey - por don pedro deUlloa Golfin y Portocarero."

  • I.- Las Casas de Moneda Peruanas en el siglo XVI

    Primera pieza de 8 reales acuada en Amrica del SurCeca de Lima, ensayador Alonso Rincn

    Lima: La primera ceca

    Desde muy temprano las autoridades limeas elevaron memoriales alConsejo de Indias solicitndole gestionar ante el emperador una autorizacin paraestablecer una fbrica de moneda en la Ciudad de los Reyes. Era claro que eldesordenado sistema monetario de las primeras dcadas de la presencia ibricacausaba graves perjuicios a los ms y beneficios a los menos, sin embargo durantemuchos aos el monarca dej sin respuesta las peticiones limeas limitndose asugerir, durante la gestin pacificadora de don Pedro de la Gasca, que eraoportuno esperar el retorno de ste a Espaa para tomar una decisin.

    Sin duda el emperador recordaba la experiencia de la Gasca en asuntosmonetarios por cuanto en 1544 siendo visitador general del reino de Valencia tuvoque ver con la ejecucin de un mandato real que ordenaba la acuacin decoronas de oro de 350 maraveds, y tras un estudio de la situacin consigui unasolucin ventajosa para todos. [1]

    La Gasca, luego de su exitosa misin en el Per, desembarc en Sevilla ensetiembre de 1551, y poco despus el Consejo de Indias se dirigi al emperadorpara recordarle su ofrecimiento sobre el establecimiento de una fbrica de monedaen Lima:

    "Sacra Cesarea, Catlica Magestad.- Vuestra Magestad terna noticia de lo queen das pasados este Consejo consult cerca de que pareca ser necesario yconviniente que en las provincias del Per hobiese Casa de Moneda, por lascausas y buenas consideraciones que a Vuestra Magestad se significaron yVuestra Magestad difiri la determinacin e resolucin dello hasta la llegada dellicenciado Gasca, Obispo de Palencia, que habr ya informado a VuestraMagestad dello, y porque segund lo que despus ac habemos entendido e decada da entendemos de aquellas provincias, se nos representa que, ansi para eltrato y comercio dellas, como para otros muchos buenos e importantes efectos,conviene y es muy necesario que haya la dicha Casa de Moneda en ellas, hanos

  • parecido traerlo a la memoria de Vuestra Magestad, para que entendido esto,mande proveer en ello lo que ms sea servido." [2]

    Ningn resultado debi tener la mencionada comunicacin del Consejo al reypues un lustro despus, el 15 de setiembre de 1556, el virrey Andrs Hurtado deMendoza escribi al Soberano insistiendo sobre la urgente necesidad que haba enel Per de contar con un establecimiento monetario ya que al no haber moneda"todo va a poder de los mercaderes" quienes eran los que se oponan, segn dice,a la creacin de la ceca por beneficiarse con el desorden reinante. [3]

    Pas otro lustro sin que se tomara ninguna decisin sobre la fbrica para elPer por lo que el 28 de abril de 1561 el virrey conde de Nieva; junto con trescomisarios reales que haban sido enviados al Per por Felipe II para decidir sobretodo lo tratado y requerido por lo procuradores de las ciudades del virreinato ypor algunos particulares sobre la urgente e ineludible necesidad de establecer unaceca en el Per en vista que la falta de moneda "se hace insoportable" y ademspor "ser necesario para el comercio y beneficio pblico destos reynos y an para elaumento de la Hacienda de Vuestra Magestad". [4]

    La primera noticia en que se aprecia que ha habido una reaccin positiva alos requerimientos del Per se encuentra en una carta del Conde de Nieva al reyfechada en Lima el 26 de diciembre de 1562 en la cual el virrey hace referencia alas consultas hechas por su Majestad al respecto. En ella dice Nieva:

    "Lo de las casas de moneda que Vuestra Magestad me remite se hagan dondemejor me pareciere digo seor que una ser necesario ponerse en Arequipa porser puerto de mar y haver mucha lea. La otra se porna donde ms pareciere queconviene para todo y, hasta que V. M. mande enviar las ordenanzas y oficiales ytodo lo dems que a esto toca no se podr comenzar nada." [5]

    Fallecido ya el conde de Nieva, muerto al parecer por un marido celosodurante una aventura nocturna, y a poco de la llegada del gobernador LopeGarca de Castro, enviado para reemplazar al conde, escribi ste al Soberano el20 de noviembre de 1564 reiterndole la urgencia de establecer la casa de monedaque el Per tanto requera. En la mencionada misiva indica Garca de Castro quecuando l sali de Espaa se encontraban "ya hechas las ordenanzas y casi todo loque era menester. [6] En vista de que la salida de Garca de Castro de la pennsulase registr el 8 de octubre de 1563 [7] encontramos que an con todo listo fuenecesario que transcurriesen casi dos aos para que Felipe II promulgara en elBosque de Segovia las ordenanzas creando la Casa de Moneda de Lima el 21 deagosto de 1565.

    Las demoras finales para el establecimiento de la ceca en el Per se debierona dos razones; de un lado la discusin sobre cual sera el sistema monetarioadecuado para usarse en estos reinos y el mejor lugar para el establecimiento de lafbrica. Sobre el primer asunto la disyuntiva estaba entre utilizar el tomn, quecomo moneda de cuenta se vena usando en la divisin de marcos y ochavas, o elreal como se acostumbraba en la pennsula. La discusin quedo al parecer

  • zanjada con la recomendacin del licenciado Juan de Matienzo quien desde LaPlata, en Las Charcas, inform a Su Majestad que:

    "...en lo de la manera de la moneda hay diversos pareceres. Unos dicen que serabien se hiziese la menor moneda medio tomn y de ay arriba un tomn, dostomines y medio peso queson cuatro tomines. Otros dicen que sera mejor hacer reales como en Espaa yfuese la menor moneda un real y esto me parece que sera ms acertado que lo delos tomines." [8]

    Es conveniente anotar aqu que el uso del tomn como fraccin del Pesocorriente fue general en la Amrica espaola hasta que aparecieron las monedasacuadas. El tomn tena doce granos y equivala a un real corriente, pero alacuarse las monedas los reales fueron de solo 9 granos lo que produjo una fuerteresistencia especialmente entre los pulperos.

    La recomendacin de Matienzo se debe, segn indica el, a que acundoseen reales correra la moneda en el Per como en Tierra Firme y estara en suverdadero valor, eliminndose adems la circulacin de "plomo por plata comoahora corre". [9] Las autoridades, luego de estudiar el caso, decidieron que seacuase en reales tal como se vena haciendo en Mxico desde 1536 con resultadofeliz.

    El otro tema de discusin, el lugar donde deba establecerse la Casa demoneda, pareca que se defina por Arequipa, coincidiendo la mayora de lasrecomendaciones en que este sera el mejor sitio donde asentarla. La primerareferencia se encuentra en la carta del virrey Hurtado de Mendoza al rey fechadael 15 de setiembre de 1556, en la que le dice:

    "La parte ms cmoda y donde todos dicen que hay ms aparejo para sentalla es en laciudad de Arequipa, porque hay monte donde se haga carbn, y all acude toda la platade Potos, y por mar vienen desde Arequipa en ocho das." [10]

    Tambin el conde de Nieva en su mencionada carta del 28 de abril de 1561indica que "todos concurren en que sea en Arequipa por tener mucha lea y lasms comodidades que para este efecto se requieren", e insiste antes de termina elao en la del 26 de diciembre de 1562 haciendo notar que es puerto de mar y tienemucha lea. [11] Por su lado, y como ya se indic antes, el licenciado Matienzoopin en los mismos trminos.

    El licenciado Lope Garca de Castro por su parte recomend que seestableciesen "dos casas de moneda, una en el Callao, puerto de esta ciudad, y laotra en Arequipa." [12] Sin embargo, cuando Garca de Castro conoci la opininde Felipe II, quien consideraba que el establecimiento deba hacerse en Lima, seapresur a felicitarlo por tan acertada decisin indicando que ello "ennoblecermucho esta ciudad". [13]

    Finalmente, tras tantas demoras, el 21 de agosto de 1565 Felipe II firm lasordenanzas que autorizaban la fundacin y reglamentaban el funcionamiento de la

  • Casa de Moneda de Lima. En la introduccin a las ordenanzas el monarca indicconocer los problemas que la falta de moneda causaba al reino.

    "....porque a nos como Rey y seor natural pertenece remediar y proveer lasnecesidades de nuestros sbditos y naturales, mandamos a los del nuestro consejode Yndias que entendiesen y platicasen sobre esto con personas espertas usavedoras de la labor y ley de la moneda. Lo qual por ellos visto y platicado ycon nuestra persona Real consultado que devamos mandar como por la presentemandamos que hgase labrar en esas provincias monedas de plata tan solamentey en ello guardasedes la forma y orden siguiente en tanto que nuestra merced yvoluntad fuese." [14]

    Las ordenanzas fueron catorce y se ocupan de todos los detalles que debanconsiderarse para el establecimiento de la ceca as como en la fabricacin de lasmonedas:

    1.- Ordenaba que deban guardarse las leyes dadas por los ReyesCatlicos en la Pragmtica de Medina del Campo en 1497.2.- Especificaba que la mitad de lo acuado deba ser en piezas de unreal y que el resto deba ser dividido en partes iguales en monedas de 1/4;1/2; 2 y 4 reales, detallando tambin los cuos de las monedas:

    "para los reales cencillos, de a dos y de a quatro ha de ser de la una partecastillos y leones con una granada y de la otra parte las colunas y entrellas unretulo que diga Plus Ultra que es la devisa del Emperador mi Seor y padre degloriosa memoria y los medios reales han de thener de la una parte una R y unaY y de la otra parte la dicha devisa de las colunas con el dicho rretulo de PlusUltra entre ellos, y los quartillos tengan de una parte una Y y de la otra R, y elletrero de la dicha moneda diga as. Filipus secundus ispaniarum et indiarumrex, y pngase en la parte donde (va) la devisa de las colunas un P latina paraque se conozca que se hizo en el piru."

    3.- Aclaraba que la divisin por valores se refera al peso por marco yno al nmero de piezas. Indicaba adems como se deba proceder almomento de la ltima pesada y en la recepcin de las monedas queentregase el capataz al guarda.4.- Como las "ordenanzas viejas" no autorizaban la exportacin de lamoneda, ahora se daba licencia para que pudiesen ser enviadas acualquier parte de Espaa o las Indias, aclarando que en cualquier partese les deba tomar por su valor que era de 34 maraveds por real.5.- Prohiba a los funcionarios de la ceca la recepcin de plata sinquintar, especificando adems que al hacerse la recepcin del metal,deban estar presentes el Tesorero, el balanzario y el escribano. Aclarabaque, una vez recibido el metal, deba anularse el sello del quinto ycolocarse otro especial.6.- Ordenaba que la justicia ordinaria deba ocuparse de todos losdelitos de falsificacin an de aquellos que se hubiesen cometido dentro dela ceca.

  • 7.- Los alcaldes de la ceca deban ocuparse de las causas civiles en quefuesen demandados los oficiales del establecimiento, excepto en aquellasque tuviesen que ver con quintos, pechos y derechos.8.- Especificaba que solo el virrey o gobernador poda nombrar a lapersona que fuese a tomar residencia al personal de la ceca.9.- Autorizaba que se sacasen tres reales por marco de los sesentaisieteque tena, para los oficiales hasta que estuviese mejor informado,aclarando que en Espaa se sacaba un real para todos los oficiales peroque saba que los costos eran mayores en Indias.

    10.- Indicaba que la Casa de Moneda se deba hacer en un lugarapropiado para que dentro de ella pudiesen vivir el tesorero y los demsoficiales.11.- Enfatizaba que los oficiales de la ceca no podan "tratar ni contrataren manera alguna en plata fina ni vaca, marcada ni por marcar so pena deprivacin de sus oficios y perdimiento de todos sus bienes."12.- Mandaba que si se llegaba a contratar blanqueador, se le debapagar tres maraveds de lo que corresponda al tesorero.13.- Aclaraba que en adelante a nadie, ni siquiera al virrey, se le debapagar en oro.14.- Terminaba diciendo que en lo ordenado, si surga alguna duda,deban seguirse las leyes y ordenanzas que regan las casas de moneda enEspaa.

    Al recibir el gobernador Garca de Castro las ordenanzas se apresur acontestar al monarca el 3 de junio de 1566 hacindole conocer la alegra que habasentido al conocer la decisin real de establecer la ceca en Lima lo cual, comodijramos antes, ennoblecera la ciudad, y aclara que como los despachosacababan de llegar an no se haba hecho nada al respecto. [15]

    No deja de sorprender, luego de haber conocido la insistencia con que sepidi la autorizacin de establecer ceca en el Per que tres meses despus de haberrecibido la autorizacin, en la ciudad de Lima no se hubiese hecho nada respecto alos trmites necesarios para proceder a la fundacin del establecimiento. Estedescuido o poco inters movi al licenciado Juan Bautista Monzn, quienguardaba ciertos resentimientos contra Garca de Castro a informar al rey que:

    "La casa de moneda que Vuestra Magestad mando hacer en este reyno no se harporque hasta oy no se ha entendido en cosa alguna ni se hace", y recomienda,"Vuestra Magestad provea lo que fuere servido si quiere que tenga efecto." [16]

    Es posible que alguien informase a Garca de Castro sobre la carta enviadapor Monzn acusndolo ante Felipe II por no haber dado inicio a los trabajos de laceca pues el primer da de octubre se apresur el gobernador en escribir a suSoberano para informarle de lo actuado respecto a la fbrica de moneda:

    "Ac e comenzado a trazar la casa de moneda que Vuestra Magestad manda quese ponga en esta ciudad y ase de hazer en unas casas que Vuestra Magestad tiene

  • en esta ciudad en que vive el fator (Bernardino) Roman. Costar a hacer ocho onueve mil pesos aprovechando en ella todo lo que est edificado." [17]

    Ms adelante en la misma carta se refiere el gobernador a la dificultad enque se encuentra para conseguir las personas adecuadas para que se encarguen dela fabricacin de la moneda:

    "no hay oficiales ac que la sepan hacer y aunque ay uno no me parece que espersona de quien se deve confiar tan gran negocio" sugiriendo luego, "mandeynbiar un par de oficiales de confianza porque aquellos darn industria a losdems." [18]

    El proyecto para construir la ceca en las casas ocupadas por el factorBernardino Roman parece que no prosper, as como continu la dificultad paraconseguir los oficiales necesarios por lo que el 7 de abril de 1567 Garca de Castroinsisti en su solicitud de octubre anterior esta vez ante el Consejo de Indias."...por otra tengo escrito como la casa de moneda no se hace por no haberoficiales que la sepan hacer si vuestra magestad no los ynvia, que cierto ser degran provecho para este reino. [19]

    En la misma carta Garca de Castro sugiere se establezca otra casa demoneda en la ciudad de La Plata, en las Charcas, dando argumentos que seran losusados aos despus por el virrey Francisco de Toledo cuando traslad la cecalimea a la mencionada ciudad altoperuana, es decir, por estar cerca a Potos,fuente de los minerales y por haber en esos parajes "harta lea".

    A finales del ao 1567, el 20 de diciembre para ser exactos, el gobernador,tras reclamar una vez ms por la falta de personal capacitado para el manejo de laceca, da la primera indicacin de la que sera la primitiva ubicacin delestablecimiento. En carta al rey de esa fecha comenta Garca de Castro:

    "por no tener oficiales que sepan labrar la moneda, no se labra hasta queVuestra Magestad ynbie personas que lo sepan hacer. En esta Casa Real meparece que habr lugar para hacerse por manera que estarn en ella elPresidente y la casa de fundicin y la casa de la moneda y mas la crcel" [20]

    La carta citada aclara en forma definitiva donde se establecera la primeraceca de Sud Amrica y termina con anteriores suposiciones que la colocabansegn unos en el mismo lugar que ocupa hoy en da en la calle moneda, y segnotros en un lugar llamado "Campo del Fraile".

    No pas mucho tiempo para que Garca de Castro escribiese nuevamente alSoberano pero esta vez con noticias y comentarios sobre la nueva ceca aestablecerse. Se queja en ella que, ante la "limytacin de los diez mill marcos" deacuacin autorizados, los derechos de los oficiales no sern suficientes parainteresar a nadie en la compra de oficios. Reitera tambin su recomendacin sobreel lugar donde debe funcionar la casa de moneda y finalmente, en esta

  • comunicacin del 7 de febrero de 1568 hace saber que ha conseguido el personalrequerido y en poco tiempo se iniciar la acuacin:

    "por otras he escrito a Vuestra Merced como ac no se hallava personas quesupiezen hazer moneda para asentar en esta ciudad la casa della que VuestraMagestad manda y que se me ynbiasen oficiales de all que la supiesen hacer.Ahora me parece que los he hallado ac y los tengo aqu y espero plaziendo aNuestro Seor que dentro de un mes se comenzar a labrar." [21]

    Los buenos deseos del licenciado Garca de Castro de iniciar operaciones enel plazo de un mes no se pudieron concretar probablemente porque poner a puntola ceca era ms complicado de lo que l supona, y porque, segn parece, tal comolo haba previsto, no fue tan fcil conseguir postores para los cargos de ministros yoficiales de la misma. Transcurrieron as siete meses hasta que el da dos desetiembre se registr lo que posiblemente fue el primer acto oficial de la ceca deLima, o al menos el ms antiguo del que tenemos referencia. Ese da dos desetiembre Alonso Rincn, ensayador con larga experiencia familiar fuera y dentrodel Per, entreg su inicial "R" al talla de la fbrica Antonio de Bobadilla. Elprocedimiento fue registrado por el escribano de la ceca Joan de Iturrieta. El textointegro de este primer acto conocido es como sigue:

    "En la Ciudad de los Reyes, provincias del pir dos das del mes de setiembre demill y quinientos y sesenta y ocho aos, en presencia de mi Joan de Yturrieta,escribano de la casa de la moneda desta ciudad de los reyes Alonso Rincn,ensayador de la dicha casa en cumplimiento de lo que Su Magestad manda porsus ordenanzas que en los cuos que el tallador de la dicha casa abriere paraynprimir los reales que en esta casa se labren ponga una seal el ensayador quedio la ley a la dicha plata, Dixo que dava y dio en mi presencia a Antonio deBobadilla, tallador desta casa una R griega como esta R, que dava por su sealpara que lo ponga en los cuos que abriere en los reales de a quatro de a dos ycencillos en la parte de los castillos y leones y en los medios reales y quartillos enla otra parte de las colunas de lo cual yo el dicho escrivano Doi fee que dichoAlonso Rincn dio la dicha letra de R griega por su seal al dicho Antonio deBobadilla para el dicho effeto y lo firm de mi nombre ut supra. Joan de Iturrieta(rublicado)." [22]

    Al 2 de setiembre de 1568 ya eran parte de la ceca varios de los ministros yoficiales que trabajaran en ella durante su primera poca. Ese da, en elnombramiento del capataz Baltasar Tercero, se encuentran como testigos albalanzario Joan de Evia y al guarda Nuo Carvajo, ambos, al igual que el tesoreroLope de Mendaa eran miembros del squito del gobernados Garca de Castrosegn consta en el registro de pasajeros a indias. [23] Cuatro das ms tarderecibi la ceca las primeras pastas de plata con las cuales iniciar las labores, paralo cual se nombraron al da siguiente, 7 de setiembre, a cuatro acuadores quecompletaron el personal requerido en la casa de moneda. Quedo su rol inicialcompuesto de la siguiente manera:

  • Tesorero Lope de Mendaa OsorioEnsayador Alonso RincnTallador Antonio de BobadillaBalanzario Joan de EviaEscribano Joan de IturrietaGuarda Nuo CarvajoCapataces Baltazar Tercero" Pedro Nxera" Pedro BautistaAcuadores Diego Amaro" Diego Hernndez Aylln" Cristbal de Villafana" Alonso Gonzlez

    Al inicio de las operaciones la Casa de Moneda limea tuvo que trabajar conla plata que entregaban las Cajas Reales para su amonedacin. La primeraentrega fue anotada el 6 se setiembre por un total de 522 marcos, 6 onzas y 6ochavas de plata en rieles. Recin el 27 de noviembre de 1568 se registra laprimera entrega de mineral de manos de particulares. En esa fecha el mercader deplata Joan Ballesteros Narvaes, que posteriormente sera ensayador de la ceca dePotos, efectu una entrega de 118 marcos 7 onzas y 4 ochavas. De all en adelantelas entregas de Cajas Reales y de particulares se alternarn hasta que el 30 dediciembre de 1568 terminan los aportes oficiales, sumando todos ellos 5,718marcos, los cuales solo fueron devueltos a las Cajas Reales tras insistentes reclamosel 12 de setiembre de 1570. [24]

    La mayor parte de las pastas llevadas a amonedar fueron las que aportaronlos mercaderes de plata que operaban en Lima, y que en esta primera poca fueronsiete: Joan de Ballesteros Narvaes, mencionado arriba; Alonso Arroyo; FranciscoBaeza; Jernimo de Antezana; Jernimo de Iporri; Diego Ruz Cerrato y PedroSegura. Los mercaderes de plata buscaban el metal tanto al pie de la mina comoen la ciudad y luego la vendan a la ceca y a los plateros. La funcin quedesempeaban estos mercaderes de plata era esencial ya que como dice el DoctorManuel Moreyra, acucioso investigador de la economa monetaria peruana, eraeste "el motor y vida de todo comercio de retorno y por lo tanto el factor principaldel empuje y marcha para nuestra realidad econmica." [25]

    Una vez que se hubo acuado un buen nmero de marcos la Audienciaconsider oportuno en su sesin del 2 de noviembre disponer lo concerniente a laforma en que deban efectuarse en adelante las transacciones y los pagos paraterminar en forma defi