Las Capitulaciones de Santa Fe (Ed. Mercedes Serna)

8/18/2019 Las Capitulaciones de Santa Fe (Ed. Mercedes Serna)

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Serna, Mercedes (ed.), La conquista del Nuevo Mundo. Textos y

documentos de la aventura americana, Madrid, Castalia, 2012, pp. 63-87.

I

LAS CAPITULACIONES DE SANTA FE

Introducción

Las Capitulaciones son el primer texto jurídico de legislación de la

conquista en donde se distribuyen los beneficios económicos entre Colón y los

Reyes Católicos. Se firmaron el 17 de abril de 1492, tras laboriosas

negociaciones, aunque Rumeu señala que desde el primer contacto entre

Colón y los Sberanos, un 20 de enero de 1486, empezaron los acuerdos

(Rumeu, 1985: 49).

Las últimas discusiones se produjeron en el campamento de Santa Fe,

lugar en el que los reyes tenían afincado su campamento, frente a los muros de

la última ciudad musulmana de España, Granada. Allí llegó, por orden de la

reina, el religioso Juan Pérez, valedor de los intereses de Colón. Este, explica

Rumeu, consiguió que la reina convocara al Almirante en el campamento real.

Según cuenta el propio Colón, fueron el franciscano Juan Pérez, antiguo y

destacado cortesano, y el mosén y secretario Juan de Coloma, representante

de los reyes, los que llevaron a cabo la negociación definitiva.

Una copia oficial de las Capitulaciones se conserva inserta en uno de

los registros del Archivo de la Corona de Aragón, encontrada muy tardíamente,

en el siglo XIX, pero de la que no se tiene su original. Este debió de quedar en

manos de Colón quien, como estudia Rumeu, lo depositaría en el monasterio

cartujo de Santa María de las Cuevas, de Sevilla. Posteriormente, los duquesde Veragua arrebataron el documento a los cartujos sevillanos y, tras el robo,

desapareció. También podría haber ocurrido, como señala Rumeu, que las

Capitulaciones fueran robadas al ser encarcelado Colón, o que se perdieran en

un naufragio y el texto que se encontraba en Santa María de las Cuevas no

fuera más que una transcripción del original; o, incluso, que cualquiera de los

que padecieron los desmanes y las intemperancias de un Colón crecido por el

poder que le otorgaban tales Capitulaciones, como virrey, almirante ygobernador, decidiera llevárselo. Lo que sí se sabe, según el mismo Rumeu, es


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que en 1497 Colón poseía el original, pues lo necesitó para que se le

concediera la conversión de las Capitulaciones en carta de privilegio y elevar

así sus títulos.

Las Capitulaciones, como tantos otros documentos legales de la

época, fueron considerados documentos secretos, y se siguió con ellos, por

tanto, la denominada política del sigilo, practicada por todos los estados, desde

los fenicios, cartagineses o romanos, debido a las rivalidades y disputas por el

dominio de los mercados y de las rutas marítimas. Con estas medidas

precautelares, «la verdadera meta de los expedicionarios, la India prometedora

y fabulosa, quedaba sumida en impenetrable misterio, bajo el señuelo

embaucador de marchar a la aventura en busca de islas y tierras firmes

oceánicas» (Rumeu, 1985: 121).

Por las Capitulaciones, denominadas «Carta magna del

descubrimiento de América» (Ballesteros, 1945, I: 523), leemos que:

- Se hace a Colón almirante de aquellas islas y tierras firmes, título que

heredarán sus descendientes.

- Se hace a Colón visorrey y gobernador general de dichas islas y tierras

firmes. Asimismo, para gobernar tales territorios, de los tres hombres

posibles que elegirá Colón, los reyes escogerán uno.

- De las riquezas, materiales o en especias, que se encuentren en las

tierras e islas de las que Colón es Almirante, se atribuirá a este el 10%

de los beneficios de la colonización (tras el juicio a Colón, este

porcentaje se reducirá al 8%).

- Se informará siempre a Colón de los pleitos que se originen por las

mercaderías.

- Cada vez que se armen los navíos, Colón podrá, si quiere, contribuir apagar la octava parte de todo lo que se gastare en el armazón, pero

también recibirá la octava parte de lo conseguido por la armada.

Todo ello es otorgado y firmado por los Reyes Católicos, despachado

en la villa de Santa Fe de la Vega de Granada, el 17 de abril de 1492, y

suscrito por el secretario Juan de Coloma.

La sencillez del texto, sin excepciones, ni letra pequeña, ni cláusulasclarificadoras, contrasta con la generosidad de lo que se otorga al « Almirante


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de los Reyes». Se trata de un acuerdo bilateral en el que, por lo que parece,

Colón pide y los reyes otorgan.

La estructura de estos documentos obedece siempre a un mismo

patrón: una serie de cláusulas que vienen precedidas por una alusión «al

asiento convenido por el Rey o su representante con la otra parte

representada».

Como señala Rumeu, «el documento no fue concebido en sus líneas

maestras por los soberanos de Castilla, es Cristóbal Colón quien impone las

condiciones y exige su cumplimiento».

El Almirante quedaba prácticamente como dueño del territorio por él

descubierto, de gran parte de su riqueza, sea material o en especias, de las

ganancias por barco que se llevaran a cabo y, además, podía intervenir en los

pleitos. Es decir, a Colón se le otorgaba todo el poder sobre las funciones de

gobierno, administración y justicia en los territorios conquistados por él, desde

el orden público –el mando militar, la explotación de la riqueza–, a las

funciones administrativas –nombrar alcaldes, alguaciles o regidores–, y las

judiciales, como decidir sobre la ejecución de penas impuestas. Con estos

precedentes de reyes tan generosos, no pueden extrañarnos las actitudes de

los conquistadores posteriores a Colón, demandando y ejerciendo un dominio

casi total sobre lo conquistado; ni las de los soldados que pedían a la Corona

favores o reconocimientos por los trabajos realizados, ni las de sus herederos,

ni las expediciones, en general, de títulos, facultades o derechos. De cualquier

manera, en el caso de Colón los hechos fueron otros, pues parte del poder que

le concedieron las Capitulaciones lo perdería a partir de 1499, con su por el

juez Francisco de Bobadilla.

Asimismo, cuando se firmaron las Capitulaciones, se desconocía lamagnitud del descubrimiento. Poco a poco, los Reyes Católicos se verían

obligados a autorizar viajes que no fueran comandadas por Colón, el cual

tenía, además, graves problemas en la Española. Así, partir de 1499 se

armarían nuevas expediciones (Ramos, 1981, 21) y Colón se dedicaría a

defender sus derechos y privilegios frente a lo que creía ilícito. A partir de aquí

comenzarán los pleitos para defender sus intereses y beneficiar a sus

herederos.


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El escollo capital para un buen entendimiento de las Capitulaciones

reside en su encabezamiento: «Las cosas suplicadas y que Vuestras Altezas

dan y otorgan a don Cristóbal de Colon, en alguna satisfacción de lo que ha

descubierto en las mares océanas y del viaje que ahora, con el ayuda de Dios

[!]». Ciertamente, si estas se firmaron el 17 de abril de 1492 y el viaje se inicia

en el mes de agosto, ¿cómo debe interpretarse la expresión «de lo que ha

descubierto»?

Dicha frase ha generado las tesis más variadas y rocambolescas,

desde las que se apoyan en análisis psicológicos, a las epistemológicas, las

históricas o las textuales o de producción del texto (lecturas metafóricas,

retóricas o alegóricas). Entre ellas, cabe destacar la del «predescubrimiento»

de América, la cual se apoya en el «rumor del piloto anónimo», que cuenta que

un marinero, habiendo llegado hasta la isla Tercera, habría sido alojado, a su

vuelta y en estado de muerte, en casa de Colón, a quien le pasaría los mapas

cartográficos de su viaje. De esta manera, se demostraría que Colón tenía

noción de que cuál era la mejor ruta para ir a las Indias Orientales. Casi todos

los cronistas parten, pues, de dicho rumor, pero no lo hacen para resolver el

problema textual de las Capitulaciones, si no para encumbrar a Colón como

verdadero descubridor de América frente a la figura de Américo Vespucio.

El historiador moderno que ha defendido con mayor ahínco la teoría

del piloto anónimo es Juan Manzano, en tanto otros han considerado que se

trata de una invención o que no deja de ser más que una superchería

(Ballesteros, 1945, I: 358). Una teoría más extraña es la de Luis de Ulloa, que

defiende un supuesto viaje de Colón a Tule, en 1477.

Bartolomé de las Casas cambió, en la transcripción del texto, el verbo

en cuestión, «ha descubierto», por «ha de descubrir ». En la edición de lasCapitulaciones de Fernández de Navarrete, asimismo, no aparece el tiempo

pasado, «ha descubierto», sino sólo el futuro, «ha de descubrir ».

Rumeu de Armas defiende que la cabecera del texto que leemos fue

modificada por la cancillería de los Reyes Católicos –en la primavera de 1493

cuando se ordenó que se archivase en la Corona de Aragón– para no incurrir

en un anacronismo.

Por otro lado, en el «Título expedido por los Reyes Católicos aCristóbal Colón de Almirante, Visorrey y Gobernador de las Islas y Tierra Firme


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que descubriese, con fecha del 30 de abril de 1492», se dice: «Por cuanto vos

Cristóbal Colón vades por nuestro mandado a descubrir e ganar [!]»

(Fernández de Navarrete, 1825, I: 9). Asimismo, en la relación de Colón acerca

de los tripulantes que le acompañaron en su primer viaje, se declara que «al

tiempo que el Rey e la Reina, mis señores, que fue el año de 1492, acordaron

que yo fuese a descobrir las Indias».

Pero en muchos otros documentos aparece la coletilla «ha descubierto

y ha de descubrir ». Colón buscaba algo de lo que tenía plena convicción y

diversas pruebas de que existía («ha descubierto» para sí mismo) y los reyes le

autorizan a «descubrirlo para la Corona española». El «ha descubierto»,

además, cerraba de manera definitiva la vía a otros posibles descubridores,

muy probablemente portugueses.

Como hemos dicho, las Capitulaciones se firmaron antes del primer

viaje de Colón. En ellas no se hace mención explícita a nada concreto: ni al

objetivo asiático, ni al posible comercio con Oriente, ni menos aún a la fauna, la

flora o la orografía del territorio de destino, si bien queda claro que se está

pensando en Oriente cuando se nombran las perlas, las piedras preciosas y el

oro.

Hay que tener en cuenta que los documentos públicos omiten mucha

información por miedo a posibles competidores y por la política del secreto que,

como hemos dicho, practicaba cualquier Estado. Asi pues, es lógico que este

tipo de documentos, como las cartas del descubrimiento, en general, fueran

parcos y de carácter vago.

Las Capitulaciones de Santa Fe se han estudiado, generalmente,

desde un punto de vista institucional, enzarzándose los historiadores en

múltiples polémicas sobre la calificación jurídica del documento o sobre lasinstituciones que este creó. Rumeu de Armas señala nadie se había ocupado

de su estudio desde un aspecto puramente diplomático. Será él, entonces,

quien califique las Capitulaciones como un documento cien por cien castellano,

y en su estudio analizará cómo su origial se conservó en el archivo de la

Corona de Aragón. Según Rumeu, la obsesión de Colón por igualarse a la

nobleza castellana y a sus familias más conocidas, hizo que se le nombrara

almirante y gobernador.


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Marrero-Fente (2000) explora las relaciones entre la dimensión literaria

y la legal en este tipo de textos. Su enfoque metodológico, más que estar

basado en la tesis del derecho en la literatura, se basa en la del derecho como

literatura, apoyándose en los estudios postestructuralistas y deconstructivos

(Derrida, Foucault o Paul de Man).

Noticia bibliográfica

Capitulaciones de Santa Fe, 1492, abril, 17. Santa Fe. Capitulaciones

acordadas entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón, incluidas en un Libro

Generalísimo de Reales Disposiciones (17 abril 1492 a 23 diciembre 1505),

Archivo General de Indias. Indiferente, 418, L.1, folio 1 recto – verso.

Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento,

conquista y organización de las antiguas posesiones españolas en América y

Oceanía, sacados en su mayor parte del Real Archivo de Indias, Madrid,

Imprenta M. Bernaldo de Quirós, 1864-1884, 42 vols.

Fernández de Navarrete, Martín, Colección de viajes y

descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV ,

Madrid, Imprenta Real, 1825.

Rumeu de Armas, Antonio, Nueva luz sobre las Capitulaciones de

Santa Fe de 1492, concertadas entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón,

Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1985.

http://www.mcu.es/archivos/docs/Novedades/CAPITULACIONES_ACA

.pdf

Bibliografía

Alvar, Manuel, Cristóbal Colón: Diario del descubrimiento, Madrid,1976, tomo 1.

Arranz, Luis, Colón. Misterio y grandeza, Madrid, Marcial Pons, 2006.

Ballesteros Beretta, Antonio, Cristóbal Colón y el descubrimiento de

América, Barcelona, Salvat Editores, 1945, 2 vols.

Conde, Rafael, Capitulaciones del almirante don Cristóbal Colón y

salvoconductos para el descubrimiento del Nuevo Mundo, Madrid, Ministerio de

Educación y Ciencia, 1970.Corpus Hispanorum de Pace (CHP), Madrid, 1963-1993, XXVIII vol.


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De las Casas, Bartolomé, Historia de las Indias, México, FCE, 1951.

Falcó y Osorio, María del Rosario, Nuevos autógrafos de Colón,

Madrid, 1902.

Fernández de Navarrete, Martín, Colección de viajes y

descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV ,

Madrid, Imprenta Real, 1825.

Manzano Manzano, Juan, Cristóbal Colón. Siete años decisivos de su

vida. 1485-1492, Madrid, 1964.

Marrero-Fente, Raúl, La poética de la ley en las Capitulaciones de

Santa Fe, Madrid, Trotta, 2000.

Muro Orejón, Antonio, «Cristóbal Colón: el original de las

Capitulaciones de 1492 y sus copias contemporáneas», en Anuario de Estudios

Americanos, 1950, t. VII.

Pérez-Bustamante, Ciriaco (ed.), Libro de los Privilegios del almirante

don Cristóbal Colón (1498), Madrid, 1951.

Ramos, Demetrio, Audacia, negocios y política en los viajes españoles

de «descubrimiento y rescate», Valladolid, 1981.

-----------, La realidad de las Capitulaciones de Santa Fe y el carácter

que tuvo la expedición colombina, Madrid, Testimonio, 1992.

Rumeu de Armas, Antonio, La Rábida y el descubrimiento de América,

Madrid, 1968.

------------------, Nueva luz sobre las Capitulaciones de Santa Fe de

1492, concertadas entre los Reyes Católicos y Cristóbal Colón, Madrid, CSIC ,

1985.


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Capitulaciones de Santa Fe

Las cosas suplicadas e que Vuestras Altezas dan e otorgan a don

Cristóbal Colon, en alguna satisfacción de lo que ha descubierto1 en las mares

océanas y del viaje que ahora, con el ayuda de Dios, ha de hacer por ellos2 en

servicio de Vuestras Altezas, son las que se siguen:

Primeramente, que Vuestras Altezas como señores que son de las

dichas mares océanas hacen desde ahora al dicho don Cristóbal Colón su

almirante3 en todas aquellas islas y tierras firmes, que por su mano e industria

se descubrieren o ganaren

4

en las dichas mares océanas para durante su viday, después de él muerto, a sus herederos e sucesores, de uno en otro,

perpetuamente, con todas aquellas preeminencias e prerrogativas

pertenecientes al tal oficio y según que don Alonso 5 Henríquez, almirante

mayor de Castilla, e los otros sus predecesores en el dicho oficio, lo tenían en

sus distritos.

Place a Sus Altezas.

Juan de Coloma

Otrosí, que Vuestras Altezas hacen al dicho don Cristóbal su visorrey e

gobernador general6 en todas las dichas tierras firmes e islas, que, como dicho

es, él descubriere o ganare en las dichas mares; e que, para el regimiento de

1 Aquí radica el misterio de las Capitulaciones, en el «ha descubierto», por cuanto se firmaronprevio al primer viaje de Cristóbal Colón. En Fernández de Navarrete: «En alguna satisfacción

de lo que ha de descubrir en las mares océanas»; parte del testimonio que existe en el« Archivo de Veraguas hecho en la Noble ciudad Isabela de la isla Española a diez y seis dediciembre de mil cuatrocientos noventa y cinco años, por Rodrigo Pérez, escribano público dedicha ciudad, a pedimento del Almirante». En Colección de documentos inéditos: «de lo que hade descubrir », op. cit., t. XVII, pág. 572.2 «ellas», en Fernández de Navarrete y en ACA.3 Por esta capitulación se hace a Colón almirante, como hemos visto, título que además eshereditario.4 «se descubrirán o ganarán», en ACA.5 « Alfonso», en Rumeu de Armas y en ACA; « Alonso», en Fernández de Navarrete y enColección de documentos inéditos.6 Por esta capitulación se hace también a Colón visorrey y gobernador de las islas quedescubriere.s.


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cada una e cualquiera de ellas, haga él elección de tres personas para cada

oficio, e que vuestras altezas tomen y escojan uno, el que más fuere su

servicio; e así serán mejor regidas las tierras, que Nuestro Señor le dejará

hallar e ganar a servicio de vuestras altezas.


Juan de Coloma

Ítem, que de todas e cualesquier mercadurías, si quier sean perlas,

piedras preciosas, oro, plata, especiería, e otras cualesquier cosas e

mercadurías de cualquier especie, nombre e manera que sean, que se

compraren, trocaren, hallaren, ganaren e hobieren dentro en los límites del

dicho almirantazgo, que desde ahora vuestras altezas hacen merced al dicho

don Cristóbal e quieren que haya e lleve para sí la decena parte de todo ello 7,

quitadas las costas todas que se hicieren en ello; por manera que, de lo que

quedare limpio e libre, haya e tome la dicha décima parte para sí mismo, e

haga de ella a su voluntad, quedando las otras nueve partes para vuestras

altezas.


Juan de Coloma

Otrosí, que si, a causa de las mercadurías que él traerá de las dichas8

islas y tierras que así, como dicho es, se ganaren o descubrieren, o de las que,

en trueque de aquellas, se tomarán acá de otros mercadores, naciere pleito

alguno en el logar donde el dicho comercio e trato se tendrá y hará, que, si porla preeminencia de su oficio de almirante le pertenecerá conocer del tal pleito,

7 De las riquezas, materiales o en especias, que se encuentren en las tierras e islas de las que

Colón es almirante, se atribuirá a este el 10% de los beneficios de la colonización (tras el juicioa Colón, este porcentaje se reducirá al 8%).8 «que él traerá de las islas y tierras», en ACA.


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plega a vuestras altezas que él o su teniente e no otro juez conozcan9 de tal

pleito, e así lo provean desde ahora10.

Place a Sus Altezas, si pertenece al dicho oficio de almirante, según

que lo tenía el dicho almirante don Alonso Henríquez y los otros sus

antecesores en sus distritos, y siendo justo.

Juan de Coloma

Ítem, que en todos los navíos que se armaren para el dicho trato e

negociación, cada y cuando y cuantas veces se armaren, que pueda el dicho

don Cristóbal Colón, si quisiere, contribuir e pagar la ochena parte de todo lo

que se gastare en el armazón, e que también haya e lleve del provecho la

ochena parte11 de lo que resultare de la tal armada.


Juan de Coloma

Son otorgadas e despachadas12 , con las respuestas de Vuestras

Altezas en fin de cada un capítulo, en la villa de Santa Fe de la Vega de

Granada, a XVII de abril, del año del nacimiento de nuestro Señor Mil

CCCCLXXXXII.

Yo el Rey. Yo la Reina.

Por mandato del Rey e la Reina, Juan de Coloma.

9 «cognosca», en Fernández de Navarrete.10 Siempre se informará a Colón de los pleitos que se originen por las mercaderías, con el finde que pueda intervenir en ellos.11 Cada vez que se armen los navíos, Colón podrá, si quiere, contribuir a pagar la octava parte

de todo lo que se gaste en el armazón, pero también recibirá la octava parte de lo conseguidopor la armada.12 «Son otorgados e despachados», en Fernández de Navarrete.


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