LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

59
Remedios Bravo Durán LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

description

Cuento infantil sobre la lagartija Camila.

Transcript of LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

Page 1: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

 

 

Remedios Bravo Durán

LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA

CAMILA

Page 2: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

1    

 

LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

Remedios Bravo Durán

Capítulo I

“Mi presentación”

ola amigos me llamo Camila y soy una lagartija que le gusta vivir entre los humanos, aunque son muy raros y hay veces que no se entienden

las cosas que hacen.

En un pueblecito de Andalucía de cuyo nombre no puedo acordarme hace un tiempo que vivía. (Creo que este comienzo ya lo hizo alguien, muy importante hace algún tiempo.) Bueno empezaremos con otro.

Empezaré por el principio de todos los tiempos como se empiezan todas las historias. Mis papas pusieron dos huevos en la grieta de un ladrillo, donde yo, salí una mañana de un día muy soleado. Al salir me encontré que no sabía nada y me acerqué a otras lagartijas que por allí había para que me informaran de lo que tenía que hacer y a donde ir. Todas mis amigas coincidían en lo mismo que sobre todo no me acercara a los humanos, eran malvados y como te cazaran te harían mucho daño. Me contaron las atrocidades que hacen los niños que son, otra especie de humanos pero un poco más pequeños. Una de ellas que se llamaba Tija me dijo que la noche anterior estando ella en una farola a la caza de

H

Page 3: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

2    

 

unos mosquitos, aparecieron unos niños y con una luz roja que ellos llaman laser, te la ponen tan cerca que tú te crees que es alguna presa especial. Entonces empiezas a correr tras de ella y cuando te das cuenta estás en el suelo y a punto de que alguno te de un buen pisotón. ¡qué malos pensamientos que tienen esos niños! Otra me contó que hay veces que intentan cazarte y te cortan la cola. Lo que no saben ellos es que a nosotras nos vuelve a salir la cola otra vez. Me metieron tanto miedo de los humanos que tan solo pensar en ellos se me ponía la piel más negra.

Estuve un tiempo evitando todo lo posible su presencia salía de noche procuraba no encontrar a ninguno y si me los encontraba huía lo más rápido posible, les tenía un pánico aterrador.

Page 4: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

3    

 

Capítulo II

“La Excursión”

n día se me ocurrió hacer una excursión para explorar y aprender cosas nuevas. Anduve y anduve hasta que me encontraba muy cansada

de tanto explorar. Entonces me introduje en un agujero que había en la pared y me puse a echar una siestecita. Cuando desperté ya era de noche y fuera del agujero estaba oscuro. Por el otro lado vi que había luz, muy despacio y un poco asustada me asomé. Estaba dentro de una casa, el agujero era lo que los humanos llaman un conducto de aire acondicionado, (yo no sé lo que es porque de eso no entiendo). Pero cuando vi donde estaba ¡Qué horror! Era un lugar grande con cosas que después con el tiempo me he enterado de su nombre, muebles y utensilios que ellos utilizan y que parece ser que no pueden pasar sin ellos. Los humanos también eran enormes. Bueno había dos más grandes y otros dos más pequeños que se llamaban entre ellos, Andrés y Amalia los mayores; Roberto y Juanito los más pequeños. Amalia era diferente a los otros, tenía el pelo más largo, su voz era muy suave y el pecho más pronunciado que los otros. Mucho más adelante me dijeron otras lagartijas más mayores que era una hembra, es otra especie de humanos que mandan, y riñen mucho y que los machos a veces ignoran. Casi siempre llevan razón y son las más listas de toda la especie humana, aunque hay que reconocer que los más pequeños son tela de listos.

U

Page 5: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

4    

 

Capítulo III

“¡Qué susto!”

o me asomé muy despacio para ver mejor y justo en ese momento el pequeño que le llamaban Juanito dijo:

-¡Anda mira Roberto una intrusa en nuestra casa!

_¿Una qué?- contestó Roberto.

-¡Una lagartija allí!

Como yo me di cuenta que era conmigo, me escondí justo en ese momento.

-Desde luego este niño está cada día más zumbado, ¡mamá dice que ha visto una lagartija allí en el aparato de aire acondicionado!.

-Puede ser Roberto, tú sabes que hay un pequeño agujero para el desagüe del aparato que da a la calle y por ahí se puede haber introducido alguna, no sería la primera vez.

-Pero entonces hay que matarla sino nos comerá a todos- dijo Juanito.

-Ja, jaja, ¿tienes miedo de una simple lagartija?, Juanito tiene miedo, ¡TIENES MIEEEEEDOOOOO!- se estaba burlando de él.

-Mamá ¿mira se está riendo de mí?

Y

Page 6: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

5    

 

-Venga Roberto déjalo ya, es que ya no te acuerdas que a ti te daban miedo las arañas desde que viste la película de Harry Potter, que incluso tenías hasta pesadillas de noche.- dijo su madre.-

-¿De veras mamá?,-dijo Juanito abriendo los ojos como platos, y haciendo como si fuera una araña- Soy una Arañaaaaaa y voy a comerteeee-

-Mamaaaaa ¿Mira éste?

- Has visto- dijo su madre.- no le hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti.

A mí esa frase se me quedo grabada en la cabeza, aunque no sabía lo que quería decir. Cuando empezaron a hablar me costaba entenderlos, porque mis amigas me habían dicho que a los humanos cuando se comunican, no se les entienden nada. Que lo que hacen son ruidos con la boca. Pero yo poco a poco iba entendiendo lo que decían, (algunas cosas menos que otras). Y allí estaba escondida sin atreverme a moverme por el miedo pero también, porque soy un poco cotilla, (bueno esto lo aprendí más tarde). Por lo visto es alguien que le gustan mucho los chismes y los cuentos, aunque tampoco sé que son esas cosas.

Esa noche yo no me asomé más y lo que escuche fue:

-Vamos chicos a la cama que mañana hay cole y nos tenemos que levantar temprano.

-Pero mamá ¿Y la lagartija?- dijo Juanito.

-Bah, nadie la ha visto, nada más que tú, así es que….

Page 7: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

6    

 

-¡Yo la vi, que la vi!…¡Ay! es que nadie me cree…..

-¡Vamos a la cama, no querrás que me enfade!

Y se fueron todos a la cama, que tampoco sé lo que es, porque como yo duermo en cualquier lado, no tengo cama.

Page 8: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

7    

 

Capítulo IV

“Mi Inspección”

uando se apagaron las luces, decidí ver qué es lo que había en aquel lugar y me asomé por el agujero. Poco a poco fui perdiendo el miedo y

empecé a investigar a mi alrededor. De momento no sabía cómo se llamaban las cosas. Con el paso del tiempo lo aprendí. Allí había una mesa, sillas, un cajón con agua donde estaban unos animales diferentes a nosotros que se llaman peces. Pero lo raro es que nosotras, las lagartijas casi todas nos parecemos; en cambio estos eran todos diferentes, unos más grandes, otros muy pequeños, unos gordos, otros flacos. Había uno grande que todo el tiempo estaba pegado al cristal del cajón. Como nosotros podemos hablar con los otros animales, le pregunté:

-¿Qué haces?- y me extrañó porque me miraba de una forma muy rara, como si yo fuera tonta o algo parecido. Y va y se esconde detrás de una figura que parece una casa, ignorándome ¿A mí ? ¡Si será estúpido!, tampoco sé lo que es esto pero los humanos lo dicen mucho. Otro que estaba nadando cerca me escuchó y me dijo:

-Hola, yo me llamo “Gluglú”, y llevo viviendo aquí….. Bueno no sé…. porque los peces tenemos muy poca memoria, pero lo que sí sé es que esté que es un limpia peceras, estaba ya cuando yo vine y esto…-acercándose más al cristal y hablando más bajito- entre tú y yo, es un antipático no habla nunca con nadie y siempre está trabajando, esto limpiando el cristal de la pecera, que me parece muy bien, pero de vez en cuando que diga

C

Page 9: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

8    

 

algo…….no, que en cuanto le hablas pega un coletazo en el agua y te deja con la palabra en la boca. Yo no he visto un pez tan mal educado.

Los demás al escucharlo se acercaron para ver que estaba pasando. Y de pronto estaban todos mirándome a través del cristal, observándome como si yo fuese una especie rara, cuando los raros son ellos. Entonces se presentaron casi todos menos el grande.

Uno me dijo que era un escalar, muy planchado, delgado y con rayas, se llamaba “Escaly”. Otro era todo de color naranja, por la cabeza un poco más claro, su nombre era Mico. Otro “Mijitas”, porque era muy pequeño. Otro “Pegy” de color naranja y manchas negras. Había uno casi blanco “Blanquito”. Y así, poco a poco, se fueron presentando todos.

Page 10: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

9    

 

Capítulo V

“Mis Amigos”

o les pregunte:

-Vosotros ¿Podríais ser mis amigos? Yo las únicas amigas que tengo son lagartijas.-

-Pues claro, a nosotros nos encantaría- dijo Escaly.

-Pero ¿se puede? Como somos…. tan diferentes y de distinta manera.- dije yo un poco triste.

-Míranos, nosotros somos todos diferentes, pero eso no impide que podamos ser amigos.-dijo Mico.

-Siiiiiiiiiiiiiii, porfi, profi…….sería muy emocionante- dijo Mijitas haciendo un montón de vueltas en el agua.

De pronto salió de su escondite el limpia peceras, los ignoró y se puso a limpiar.

-Oye y éste ¿Cómo se llama?- señalando para él.

-No sabemos fijo, pero nosotros lo llamamos “Cristalón”. Aunque ya te hemos dicho que es muy arisco y huraño.- dijo Gluglú. Los peces me contaron muchas cosas, todas nuevas, porque yo soy muy torpe y casi nunca sé nada, de nada. Me dijeron que ellos tenían que vivir siempre en el agua, nadando, si no se morirían. Que respiraban por branquias, que son los órganos respiratorios de muchos animales acuáticos, como: los peces, los moluscos, los cangrejos y los gusanos. Constituido por láminas o

Y

Page 11: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

10    

 

filamentos de origen tegumentario (que es una  

membrana que cubre el cuerpo del animal o alguno de sus órganos internos.) y pueden ser internas o externas. Yo lo he dicho como ellos me lo explicaron pero, no me enteré de nada. Y es que mi cabeza no estaba para almacenar tantas cosas seguidas.

De pronto me sentí muy cansada y me disculpé para retirarme y poder descansar, es que tanta información de golpe agota. Les prometí a mis nuevos amigos que los vería pronto y me fui a dormir…..uf…. que cansancio……ahhhhh, se me cerraban los ojillos sin………

Page 12: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

11    

 

Capítulo VI

“¿Más Sorpresas?”

o me desperté cuando escuché unos ruidos del exterior, la noche anterior después de hablar con mis nuevos amigos, me introduje de nuevo en mi

agujero y me quedé dormida al momento.

Me asomé muy despacio para que no me viesen y allí estaban. Los humanos, haciendo unas cosas muy raras.

La hembra se acercó a la pecera y la abrió ¡Qué susto yo pensé que les iba a hacer daño a mis nuevos amigos! Y cogiendo un bote les hecho en el agua algo que no podía ver lo que era, pero que mis amigos se pusieron muy contentos de verla.

Luego se puso a hacer unas cosas que ellos llaman desayuno; por lo visto es muy importante con muchos utensilios. Hacía tostadas, que eran unas rebanadas de pan untadas con algo amarillo. Leche con Cola cao, un agua blanca que con unos polvos oscuros se ponía también igual de oscura. Café (un líquido negro al que le añadía el agua blanca) ¡qué asco!. Galletas redondas como el color de la miel. Una cosa viscosa que llaman mermelada y puede ser de varios colores, está era roja. Por la pinta que tenía estaba asqueroso.

En esos momentos pasó cerca una mosca con la cabeza verde muy grande y apetitosa y aunque tenía la barriga revuelta por el olor del desayuno, zas me la zampé de un

Y

Page 13: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

12    

 

golpe….ummmm estaba deliciosa. Que digo yo que donde se ponga una buena mosca o un buen mosquito, que se quite todo lo demás.

Amalia empezó a llamar a los humanos más pequeños:

-Roberto, Juanitooo, el desayunoooooo, vamos que llegamos tarde al cole- les gritaba.

-ayyyyy ya vamos- le contestó Roberto con voz de cansado.

-¿Por qué tenemos que ir todos los días al colegio?- contestó Juanito muy enfadado, ¡estoy harto!.

-Por la misma razón que papá y yo tenemos que ir a trabajar todos los días y no me preguntes cual es la razón porque ahora no tengo tiempo de explicártela. Así es que no me hagas enfadar que puede que no te dé tiempo de desayunar y encima vayas calentito al cole. VALEEEEE.

Esto último hizo un efecto rápido porque Juanito llegó y se puso a desayunar deprisa.

-Las mochilas ¿están preparadas? Mira que no tengo ganas de escuchar: “ ¡Ay que se me ha olvidado de meter los lápices o el libro de cono o el cuaderno! “ que hay que ser responsable cada uno de sus cosas.-Dijo Amalia

-Síiiiiiiiiiiiiiiiii, mamá- contestaron los dos a la vez.

Yo estaba escuchando todo pero sin entender nada. Desayunaron y cogieron una especie de maletas que iban con ruedas y hacían mucho ruido. Se pusieron unos abrigos y se marcharon. No había pasado nada de

Page 14: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

13    

 

tiempo cuando de pronto escuché otra vez ruido. Entró Amalia deprisa sofocada, los chicos se quedaron en la puerta:

-Si es que no puede ser, si cualquier día pierde uno la cabeza. ¿Dónde los he puesto?, ¡Aquí! – y cogió una especie de maleta pero sin ruedas, -¡ay! y encima se me olvidaban los bocadillos,- Los pequeños humanos se miraron y movieron la cabeza, el más pequeño se sonreía pero sin atreverse a mirar a su madre, por lo que pudiera pasar.

Se volvieron a marchar y yo me quedé un poco preocupada por lo que había dicho eso de perder la cabeza. Que yo no sabía que se pudiera perder, bueno como soy tan torpe que no entiendo nada de nada para que preocuparme.

Page 15: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

14    

 

Capítulo VII

¡Qué de Cosas se Aprenden!

otra vez me puse a investigar, me pasé cerca de la pecera para saludar a mis amigos y de camino enterarme como ya he dicho antes, soy un poco

cotilla, que es lo que había echado Amalia en ella.

-Hola de nuevo ¿Qué hacéis?

-No lo ves estamos comiendo- dijo Mico- La humana Amalia nos acaba de poner comida en el agua.

-¿Y qué es lo que os ha puesto?- yo miraba al agua de la pecera para descubrir si había moscas, mosquitos, alguna polilla, pero aquello no se parecía en nada. Eran cosas finitas como escamas y de diferentes colores con un olor ¡bah!, que para mí que aquello no era comida. Pero si ellos lo decían….. -¿Eso está bueno?- les dije yo poniendo como cara de asco.

- Pues claro que está bueno, es nuestra comida favorita- dijo Escaly- ¿Es que a ti no te gusta esta comida?

- No lo sé no la he probado pero huele raro.-le contesté.

- ¿Y tú qué comes, si no comes de esta comida ?-dijo blanquito.

- ¡Qué va a ser! Pues moscas, mosquitos, polillas, grillos y cosas parecidas.

Y

Page 16: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

15    

 

-Pues si que sois raras las lagartijas- contestó Pegy dando unas vueltecitas en el agua cogiendo una escama y comiéndosela.

Entonces los dejé que siguieran comiendo y me puse a ver las cosas que había por allí. De momento no sabía cómo se llamaban pero con el tiempo lo he aprendido. La de cosas que tienen los humanos. Una mesa, era dura, unas sillas que las utilizan para sentarse, unos sofás que en vez de sentarse se tumbaban (era blandito y me costó trabajo poder salir de allí porque me hundía, no volveré a pasar por encima), un mueble con cajones; una caja más plana que la pecera, era toda negra y que ellos llaman televisión (no se para que es). Había también otra caja pegada a la pared, dentro se podía ver unas agujas que se movían, una larga, otra más pequeña y una siempre dando vueltas sin parar, las otras más lentas. Me pegué a aquello para ver por qué se movían y de pronto: “Din, don, din, don, din, don” ¡Qué susto tan grande!. Salí de allí lo más rápido posible y me fui a al agujero. Aquello dejó de sonar pero yo no me atrevía a salir del susto, me acurruqué y me quedé dormida. ¡Tantas cosas nuevas agotan!.

Page 17: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

16    

 

Capítulo VIII

“¿Por qué Me Llamo Camila?”

uando me desperté sentí ruiditos y me asomé con mucho cuidado. Los humanos habían vuelto y todos estaban haciendo algo.

Los más pequeños se peleaban y discutían. Creí entender que uno de ellos había cogido un juguete, el otro le reclamaba que era suyo y que se lo devolviera; uno corría detrás del otro, este se escondía entre los mayores y no paraban de gritar. Los mayores estaban en un lugar que se llama cocina (ese lugar sí que tiene cosas y utensilios, pero eso os lo cuento otro día) hacían muchos ruidos con los utensilios de la cocina. De pronto el mayor de todos se enfadó:

-¡Ya está bien de peleas!, los dos castigados. Uno aquí y el otro allí sentados, sin moveros, ni hablar; mientras mamá y yo preparamos la comida, ¡Será posible que no podáis estar ni un momento juntos sin pelearse!

Los pequeños con cara de enfadados se miraban uno al otro, sin atreverse a hablar, por lo del castigo y se quedó un silencio en el ambiente que cortaba el aire. Esto tampoco sé lo que es, pero lo he escuchado en algún sitio. Solo se oía el ruido de fondo de la cocina, yo que en esos momentos me asomé muy despacio, ( es que ya me vale lo cotilla que soy ) los chicos que miraron yo que los miro a ellos, me doy cuenta de que me han visto y pumba gritan los dos a la vez:

C

Page 18: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

17    

 

-¡Ahí va, la lagartijaaaaaaaaaa! ¡Está allí!

Los mayores asustados salen de la cocina.

-¿Qué ha pasado, no estaréis otra vez peleándose?- dijo Amalia.

-No mamá, es verdad lo que dijo anoche el hermano, que había una lagartija, está allí detrás del aire acondicionado.- dijo Roberto.

-Y no creíais lo que yo decía, si es que nadie me cree en esta casa.

-Bueno ¿Y qué ?- dijo su padre- No pasa nada es solo una lagartija.

-Vamos a ver chicos, las lagartijas son inofensivas no hacen nada malo. En todo caso, lo que hacen es bueno porque se comen los bichos, que a nosotros nos molestan tanto, como las moscas, mosquitos etc.- dijo Amalia.

-¿De verdad, qué no hacen nada?-dijo Juanito.

-Claro que no, son un poco feas y aunque no lo he experimentado tienen la sangre fría y deben de ser desagradables al tacto- dijo su padre.

- Por lo demás puede que incluso venga bien porque así se comerá los mosquitos que tanto nos molestan -contestó su madre.

Vamos, yo, si no fuera porque creo que no me iba a gustar, es que le daba un besote grande. Y aunque no entendí muy bien lo que decían, para mí que me querían y me sentí muy contenta. Pero por si acaso yo no me atrevía a salir del agujero; eso sí escuchando y atenta a

Page 19: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

18    

 

todo lo que hacían (por lo de lo cotilla que soy). De pronto los sentí más cerca, estaban haciendo lo que ellos llaman cenar. Es una cosa rara. Se sientan alrededor de la mesa en las sillas y comen comida que traen de la cocina, cocinada (que tampoco sé lo que es) pero huele muy raro. Los chicos estaban callados y de pronto dijo Juanito:

-¿Cómo la vamos a llamar?

-¿Llamar qué?- dijo su madre.

-Pues ¡Qué va a ser, la lagartija! Tendremos que ponerle un nombre. ¿No?-dijo Juanito.

-¡Buena idea!, yo también estoy de acuerdo.-Dijo Roberto.

-Me parece estupendo que por una vez estéis de acuerdo en algo los dos juntos y sin pelearos.-Dijo su padre.

-¡Ya está!- dijo Roberto muy contento- ¿te acuerdas de cuando éramos pequeños de una perrita que teníamos, que la atropelló un coche y se fue al cielo de los perros?, se llamaba “Camila”. El nombre se lo pusiste tú mamá- refiriéndose a su madre- Decías que era muy fea de cara y le pusiste ese nombre por la mujer de un príncipe que sale mucho por la tele, que le dicen el orejón. Pues como papá dice que es tan fea le podemos poner ese nombre en honor a la perrita.

-Hombre, yo no dije eso de que era fea esa señora, yo le puse Camila porque me gustó el nombre- Dijo su madre algo incómoda-

- Bueno, entonces sería la abuela la que lo dijo, como le gustan tanto los programas de chismorreo- dijo Roberto.

Page 20: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

19    

 

-A mí me gusta, suena bonito, “La lagartija Camila”- contestó Juanito muy contento.

- Vale, como vosotros queráis. Pero sin hacerle ninguna travesura- dijo su padre.

Yo que estaba escuchando todo me sentí muy contenta por fin tenía un nombre, aunque no entiendo esa manía que tienen todos los humanos de poner nombre a las cosas. Me acordé que tenía un cosquilleo en la barriga y me asomé a la calle. En la luz de la farola había unos cuantos mosquitos. Entonces decidí darme un banquete para celebrarlo.

Page 21: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

20    

 

Capítulo IX

“¡Uf…. casi Un Infarto!”

sa noche, me sentía muy feliz. Por fin alguien me quería, y decidí que me quedaría a vivir en esa casa por un tiempo. Las lagartijas no tenemos un

sitio fijo para vivir, estamos siempre de un sitio para otro. Como los humanos dirían, “somos errantes”, viajamos, nos quedamos en un lugar por un tiempo y así siempre. Somos libres, no tenemos cosas que llevar ni traer; por lo único que nos preocupamos es por la comida. Cuando encontramos comida comemos y ya no nos preocupamos hasta que tenemos otra vez hambre. Pero claro ésto los humanos no deben de saberlo, porque si no, van a querer ser todos, lagartijas y eso no es bueno porque no habría comida para todas. Me encontraba cansada y me introduje en el agujero para descansar; Jo, que gustito se estaba allí…….

Cuando desperté era ya de día y se escuchaban los ruiditos que hacen los humanos todos los días. Los niños discutían, para no variar. Pero era un día de esos que no salen tan temprano; porque por lo que he podido averiguar, hay unos días en los que no hay cole, ni los mayores salen para trabajar. Creo que se llaman sábados o domingos. Sobre todo dicen, que los utilizan para ponerse al día. Yo no sé lo que es eso ¡Mira qué son raros! Los pequeños, se sientan en las sillas, alrededor de la mesa o se van a sus habitaciones, para hacer algo que llaman deberes. Cogen unas cosas que llaman libros, cuadernos y lápices. Hacen cosas que se le llama escribir

E

Page 22: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

21    

 

y leer (que tampoco sé lo qué es). A los mayores les da por ordenar y limpiar. Utilizan cosas que huelen raro y agua, (con lo poco que nos gusta a las lagartijas el agua). La que manda un montón es la mujer, porque a las hembras humanas las llaman así. Fijaros si son raros: son humanos; hembras o machos; hombre o mujer; niños o niñas y en estos casos, Amalia, Andrés, Roberto y Juanito. Qué lio ¿No? Nosotras las lagartijas sólo somos machos o hembras y lagartijas. ¿Cómo se puede ser tantas cosas a la vez?

Bueno como iba diciendo la mujer es la que se escucha casi siempre- ¿Habéis recogido la habitación? ¿Andrés has tirado la basura?, no dejéis los cacharros en el fregadero; meterlos en el lavavajillas. Cariño recoge los trapos del tendero que tengo que tender una lavadora- Yo al escuchar todo esto me hago un lio muy gordo, porque no entiendo… Cuando recogen la habitación ¿Dónde la meten?, ¿qué es la basura?, ¿Para qué es el lavavajillas? O ¿Por qué tienen que tender la lavadora? Un día por curiosidad me asomé para ver lo que era la lavadora y es un caja muy, muy grande y pesada. Si cuando digo, lo de que son raros, es por algo.

Los chicos estaban en el salón con sus deberes, yo me asomé despacito, se escuchaba un ruidillo de fondo, era agradable, ellos le llaman música. Venía de una caja negra que estaba en la pared, me acerqué poco a poco. Sí, salía de allí. Hay veces, que el ser cotilla se paga. Los humanos me vieron que meterme detrás de la caja negra y el más pequeño lo veo que se levanta muy rápido, se acerca a otra caja negra que tienen cerca de la pecera, abre una puerta y toca lo que ellos llaman un

Page 23: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

22    

 

botón y ¡PUMBAAAAA QUE RUIDAZO!. Salí de allí tan atolondrada que me pegué un golpe y no encontraba el agujero. Cuando lo encontré me introduje dentro y el corazón se me iba a salir por la boca. De pronto la música dejó de sonar y escuché:

- ¿Es que estáis sordos o qué? –dijo el padre muy enfadado.- ¿Por qué habéis hecho eso?

Los chicos se miran entre ellos y miran para el agujero, se sonríen, y el padre que se da cuenta delo que sucede.

-¡Ah! ¿Con qué era eso? Habéis visto la lagartija y le dais un buen susto- dijo muy enfadado- ¿Y lo encontráis divertido verdad? ¿Qué queréis que al pobre animal le dé un infarto? Yo no le veo la gracia, ¿os gustaría que a vosotros os lo hicieran?. Que sepáis que hoy estáis castigados sin consola por listos.

Los chicos se quedaron muy serios y yo me acordé de cuando me dijo Tija que los humanos pequeños eran malos. Voy a procurar evitarlos, estos mayores creo que tienen más cordura. No sé lo que es pero ellos lo dicen y queda bien.

Page 24: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

23    

 

Capítulo X

“Doña Concha…”

e encontraba un poco triste y decidí que me iría a vivir a otro sitio. Pero como estaba muy cansada me acurruqué en mi agujero y

me quedé dormida. Cuando desperté era ya al día siguiente. Por un lado se veía la luz del sol en la calle y por el otro no se escuchaba nada. Pero como no puedo reprimir mi curiosidad me asomé muy despacito al interior.

La mujer estaba sentada en lo que ellos llaman sofá, con una cosa en las manos, que se llama libro, muy concentrada en ello. Yo me asomé un poco más para verla mejor y de pronto escucho:

-¡Hola Camila! Fíjate que yo con el susto que te dieron ayer los niños, pensaba que te habrías ido. Pero tú no te preocupes que esos petardos no se les ocurrirá volver a hacer algo parecido. Supongo que te encontrarás desilusionada. A nosotros, las personas también nos pasa eso; hay unos días que estamos más contentos y otros que ni siquiera tendríamos que levantarnos. A eso se le llama tener el estado de ánimo por el suelo.

Y yo pensé: ¡esta mujer está un poco chiflada, pues no que se pone a hablar con una lagartija! Y además, lo del ánimo por el suelo, si yo casi siempre estoy pegada a la pared. Por si acaso mire al suelo a ver si se me había caído algo.

M

Page 25: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

24    

 

De pronto llaman a la puerta, se levanta, abre y entra una humana. Tenía el pelo totalmente blanco, llevaba una cosa en los ojos redonda que ellos llaman gafas. Andaba un poco más despacio que Amalia y era un poco más baja. Aunque para mí que se le parecía en algo no sé, no sé….

-¡Hola, hija! Hay que ver, que si no vengo a verte es que ni te molestas en verme.

- Pero mamá si te veo unas pocas de veces al día. Si voy a verte por la mañana, antes de irme al trabajo, cuando vengo del trabajo y antes de acostarme. ¡Si vives en la casa de al lado!.

-Ya, pero algo tendría que decirte como excusa para venir a verte. ¡ADEMÁS! Como estoy en la fase esa que le dicen “El chocheo” yo puedo hablar y decir lo que me dé la gana.- dijo la mujer.

-¡Mamá! Por dios que tú no estás chocheando. Esa es una excusa que tú pones para hacer lo que quieres.

-¡Huy! Qué no, claro como tú no me crees…

-¡Es que yo desde que me quedé viuda estoy perdiendo la cabeza y como casi tengo ochenta años, bla, bla, bla…..!¡Mamá que también escucho eso todos los días y me lo sé de memoria! – dijo Amalia imitando la voz de su madre.

-Bueno, bueno… ¿Dónde están los indígenas y mi yerno favorito? Que esta mañana no los he visto. Claro como soy una pobre vieja chocheando….

Page 26: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

25    

 

- ¡Y dale, que cansina! Están jugando al fútbol ya sabes que tienen el campeonato de futbol siete y tenían que jugar para ver en qué posición quedan. Entre tú y yo, van de los últimos, pero eso no sé lo digas a ellos. Como han salido temprano estabas acostada y por eso no se han llegado a verte.

-Tú, ¿has visto que tienes allí una intrusa?- dijo señalando hacía mí. Jo y eso que tenía gafas.

Entonces Amalia le contó a doña Concha toda la historia desde que aparecí en la casa. Lo del nombre; que era ella la que le había dicho a los niños aquello. (Si es qué hay que tener cuidado, con las cosas que se comentan, delante de ellos). La broma de los niños…. Y entonces esta comentó:

-Si cuando yo digo que a los niños de hoy, había que darles de vez en cuando una buena azotaina… pero claro como yo estoy- miró a su hija y con la mirada que ella le devolvió – Bueno que digo yo que donde se ponga una paliza con una vara de acebuche como la que había en el pueblo para arrear a los burros. Y así los niños de hoy en día no serían tan malos.

-¡Mamá no seas tan bruta! Pero si ni tú has usado nunca esa vara, ni nos has pegado jamás una paliza a mí y mis hermanos. Desde luego dices cada cosa. Y en cuanto a las travesuras de los niños, más de una vez nos has contado que cuando erais pequeños tus hermanos y tú, vuestra diversión favorita era amarrarles a los perros latas en el rabo, y ver como corrían del susto que les daba a los animales.

Page 27: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

26    

 

-Bueno pero eso eran travesuras de niños….-

Amalia miró para el techo, cerró los ojos y movió la cabeza de un lado para otro, arriba, abajo y con la mirada que le echó a su madre…

-Vale, llevas razón. ¿Has visto la nueva novela que ha empezado?, está muy bien, sale una chica que…

-Déjame de novelas, si cuando no estás viendo novelas lo que ves son programas de chismorreo, no sé cómo puedes ver esas cosas.

- Ya sabes como estoy chocheando, me puedo permitir lo que quiera.- dijo doña Concha.

- ¡Pero qué morro que tienes! Hoy voy a hacer paella ¿Te quedas a comer?

-Estupendo, me voy para hacer una tarta como postre.

Doña Concha se marchó a su casa. A mí esta mujer me resultaba simpática, por lo de que le gustan mucho los chismes. Es que a mí me gustan también. Y como por lo que dijo vive cerca de aquí, puede que le haga alguna visita.

El día transcurrió de lo más normal. Yo me introduje en el agujero y me marché a hacer una visita a mis amigas, que de vez en cuando nos reunimos para poder contarnos las novedades y ponernos al día.

Page 28: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

27    

 

Capítulo XI

“Las Novedades “

os reunimos cerca de una farola que está en lo que los humanos llaman plaza. Hay veces que nos juntamos seis, ocho, e incluso hasta diez.

Depende de lo ocupadas que estemos, en nuestros negocios (como dirían los humanos). Claro que ni sabemos lo que son.

La noche estaba bien porque había mosquitos apetecibles y buena compañía. En esa reunión estábamos seis. Yo conocía a Tija y Mila. Y las otras se llaman Sor Tina, Farma y Roseta.

Tija y Mila las veía más a menudo, porque vivían cerca, en otras casas del vecindario. Las tres últimas, era la primera vez que las veía.

Sor Tina vivía en lo que los humanos llaman una iglesia. Es un edificio muy grande, donde se reúnen los humanos para escuchar misa. Hay unos bancos para que se sienten las personas, son de madera. Un altar, con una mesa grande y algunos Santos, (son figuras de madera vestidas con ropas largas). Según nos contó: un día a la semana casi siempre en domingo. Un hombre que se pone un traje diferente al de los demás y que ellos llaman señor cura, les da la misa. Yo no sé lo que es eso porque como son tan raros. Sor Tina nos cuenta que el señor cura casi siempre habla. Que los humanos responden “Amen”. Y que ella no entiende lo que dicen,

N

Page 29: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

28    

 

pero se vive muy bien. Sobre todo en verano, es fresquito. Nos ha contado que algunas veces, el señor cura se sienta en un lugar que casi no se le ve, todo de madera. Que se llama confesionario. Las personas casi siempre señoras,( no sé porque) se acercan y le hablan en voz baja. Ella ha intentado escuchar lo que dicen, se pone justo detrás, pero cómo hablan tan bajito…Lo único que sí escucha es cuando el señor cura dice “En el nombre del padre del hijo y del espíritu santo” y le contestan “Amen”. Es por eso que cuando estamos hablando, ella siempre termina diciendo “Amen”, y se queda tan contenta.

Farma vive en lo que los humanos llaman “ La consulta de un médico”. Le gusta ponerse detrás de un cuadro que hay en la consulta. Allí hay un señor o señora dependiendo del día, sentados. Hay una máquina de esas que llaman ordenador. Entonces las personas, entran les cuenta cosas, el médico o médica, toca la máquina. Por otro lado salen papeles, los cogen, escriben y les dicen casi siempre:

-Cada ocho horas una de estas, y ésta una cada doce.

Ni ella, ni nosotras entendemos lo que dicen. Pero los humanos salen de allí muy contentos. Como a Farma le pasa igual que a mí, que es un poco cotilla, se queda y escucha. Nos contó un caso:

“Veréis, la otra mañana temprano, entró en la consulta una señora que se llama Amalia. Por lo que se ve conoce al médico de hace mucho tiempo” y le dice:

-Buenos días don Francisco.

Page 30: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

29    

 

-Buenos días Amalia ¿qué tal? ¿Cómo va la cosa?- saludó el médico.

-He venido a pedir cita para mi madre y me gustaría comentarte alguna cosilla, tú ya sabes, cómo es ella.-El médico la miraba, y de vez en cuando asentía con la cabeza.

-Verás, lleva unos días diciendo que le duele el corazón, que no le echamos cuenta, y que cualquier día nos la encontramos tiesa. Tú sabes de más que es una hipocondríaca de mucho cuidado. Pero claro ¿y si algún día le pasa como el cuento del lobo?.

-Sí, claro, claro.

-Quiero que la mires y por si no es nada, como yo creo que es. Que lo hace para que estemos pendiente de ella y de alguna manera usar un chantaje emocional, (ya sabes que es experta en eso).

-¡Huy! Qué si lo sé.

-Para que no se vaya de aquí sin pensar qué ni la escuchaste. Qué no sería la primera vez. “Porque claro si uno va al médico y no le receta ni unas simples pastillas. ¿Qué clase de médico es, y ha saber donde habrá estudiado la carrera?” Son palabras textuales de ella.-

El hombre se sonreía, y no dejaba de mirar en el ordenador.

-¿Qué te parece si le das estos caramelos sin azúcar, que he comprado en el quiosco de la esquina? No sería la primera vez.

Page 31: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

30    

 

El médico se lo estaba pasando bien porque no paraba de reír.

Entonces, Farma, se quedó un momento en silencio para coger aire, y aunque no entendíamos bien algunas cosas, todas a la vez le preguntamos:

-¿Y?

Creo que hay más de una cotilla. Y ésta dijo – Vale ya sigo. Bueno, bueno, por donde iba…¡Ah! Ya. Pues a lo largo de la mañana estuve pendiente y procuré no dormirme para que no sé me pasara. Entraron unos cuantos. Uno con un pie malo, una que le dolía la cabeza, otro que se había hecho un corte en un dedo. Hasta que le tocó el turno a Doña Concha – A mí cuando dijo eso de momento pensé “ese nombre lo he escuchado yo en algún sitio ¿Pero, dónde?”, hasta qué… Claro que tonta, mira que no darme cuenta antes. Y dejé que nuestra amiga siguiera contando.

-Buenos días Doña Concha, ¿Qué le trae a usted por aquí? Qué me tiene un poco abandonado, sin su visita. ¡Qué está usted cada día más guapa y más joven.!

-Hay que ver, qué cosas tiene usted, Don Francisco. -Y la señora con una sonrisa de oreja a oreja.-Eso será por fuera, porque por dentro estoy cada día peor. Ya sabe que con la edad que tengo….

-Bueno, ya quisiera yo llegar a la edad que usted tiene y estar así.

Page 32: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

31    

 

-Pues verá doctor, llevo unos días que me duele mucho el corazón- y se señala la parte derecha del pecho.-Aquí, lo ve.

-Pero Doña Concha, ¡si el corazón está en el otro lado del pecho! Aquí, ve- y se señala él.

- ¿Y no puede ser que él mío, este en él otro lado? Mire qué se han dado casos de eso.

-Vamos a ver- Con un aparato que tenía enganchado en las orejas y que ellos llaman fonendoscopio, empezó a escuchar en el pecho de la señora. De vez en cuando asentía con la cabeza- Aja, aja- De pronto dijo- ¡Enfermera!- y entró una señorita muy guapa- Bien Carmen María, quiero que le hagas a Doña Concha; un electro, que le tomes la tensión, le midas la glucemia y le tomes el pulso.

-Doña Concha, ¿me puede usted acompañar a la consulta de enfermería? Por favor.- Dijo la señorita, ésta se levantó y la acompañó.

Cuando pasó un ratito, volvieron a entrar. La enfermera traía unos papeles y se los dio al médico. Éste se los quedó, los consultó y dijo:

-¡Un…! está usted como una rosa. Todo está en orden. Pero de todas formas ¿Me podría usted contar cómo es su vida cotidiana, desde que se levanta por la mañana?- le dijo el médico.

- Pues verá usted doctor, cómo tengo ya cerca de ochenta años, y estoy en la fase esa que le dicen “El chocheo “. Creo qué estoy perdiendo un poco la chaveta. Y a lo

Page 33: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

32    

 

mejor se me olvida algo. Me levanto a las nueve o así. Desayuno, hago mi cama, recojo un poco la casa. Luego los lunes y miércoles de once a doce, me voy a la gimnasia. Después los martes y jueves hago natación. El viernes me voy a la clase de salsa (nos han puesto un profesor nuevo, un chavalito que está…. – Mientras Doña Concha hablaba el médico y la enfermera se miraban muy sorprendidos- Llego a casa almuerzo. Después de comer me gusta sentarme tranquila para ver las telenovelas y los programas del corazón. Por cierto ha visto la nueva que ha empezado, se llama “La desheredada del corazón roto”. Está muy bien. Trata de una chica que… -Y los dos escuchando con cara de asombro. -Luego salgo con mi vecina Chari a dar un paseo. Eso cuando no nos vamos de viaje con los del inserso, que no nos perdemos ninguno. Por la noche los sábados y domingos nos vamos a bailar y….

-Bueno, bueno- la interrumpe el médico. -Yo creo que todo va muy bien. Tiene usted una marcha que ya la quisiera yo para mí.

-Sí pero, lo de mi corazón.

-Le voy a dar unas pastillas que han salido nuevas. Fíjese si son nuevas que todavía no están en la farmacia. Son para prevenir infartos de miocardio. Usted las prueba y me comenta. Es una al día, sin abusar, sobre todo por la noche al acostarse. Verá cómo se pone mejor de ese dolor. Y vuelva cuando pase un mes.

El médico sacó del cajón la caja de caramelos que le había dado Amalia y se las dio a ella. Doña Concha se

Page 34: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

33    

 

marchó muy contenta y sonriente. Cogió el teléfono y marcó:

-Amalia, hija, tenías razón no tiene nada. Está cómo una rosa. Yo firmaba ahora mismo para qué cuando llegue a su edad estar la mitad de cómo está ella. La tensión la tiene normal 130/80, el azúcar en 90, el pulso en 75 y en el electro que se le ha hecho está muy bien. Ahora es agotadora, a la enfermera y a mí nos duele la cabeza de escucharla.- dejó de hablar y por el aparato que tenía en las manos se escuchaba algo; Como si le contestaran. Entonces dijo- vale de nada y a seguir bien.

Nosotras escuchábamos a Farma con mucha atención. De pronto Roseta le dijo:

-Muy interesante, yo me voy a cambiar de vivienda Donde yo estoy vive un humano solo, que es contable. Yo no sé lo que es. Pero es muy aburrido porque todo son números y más números.

Nos quedamos hablando toda la noche y cuando nos cansamos cada una se fue a su sitio.

Page 35: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

34    

 

Capítulo XII

“Otro susto…. O ¿Qué?”

egresé a la casa, como estaba tan cansada me introduje en el agujero y me quedé dormida muy pronto. Cuando desperté no sabía cuánto

tiempo había pasado. Nosotras las lagartijas no tenemos la noción del tiempo que tienen los humanos. Ellos siempre van con mucha prisa, cuentan las horas, los minutos y los segundos que pasan. Para eso tienen lo que ellos llaman relojes. A nosotras nos da igual, no tenemos que llegar temprano a ningún sitio. Y si llegamos tarde no nos estresamos ni nos ponemos de mal humor como ellos dicen. Las cosas son como vienen y ya está, para qué preocuparse.

Lo que sí sabemos es cuando es de día, (porque vemos la claridad del día) y de noche, (porque todo está oscuro). Cuando hace frio nosotras, nos introducimos en nuestros agujeros y pasamos el invierno adormiladas en estado de letargo. A finales del invierno cuando hace bueno nos gusta salir y calentarnos con el sol. Ese es nuestro deporte favorito. Nuestro modo de vivir es muy simple, lo único qué tenemos que hacer es, vivirlo.

Los humanos nunca se han parado a pensar el modo de vida que ellos llevan. Tantas preocupaciones, tantas prisas por llegar. ¿Llegar a dónde? Siempre queriendo tener cosas. No pueden vivir si no tienen cosas. Utensilios que cuando pasa un tiempo, cambian por otros porque no les valen o por tener los que más valor

R

Page 36: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

35    

 

tienen. Yo no los entiendo y cada día que pasa los entiendo menos.

Creo que me estoy poniendo un poco filosófica, no sé lo que es, los humanos lo dicen mucho. Por lo que he oído, son personas que no tienen nada que hacer y piensan. Si ya son raros los humanos; los filósofos no digamos.

Retomemos la historia, porque me estoy haciendo un lio y no me entero de nada. Me asomé dentro de la casa. No se escuchaba ningún ruido de humanos. Me pasé a ver a mis amigos los peces. Estuvimos un buen rato hablando, poniéndonos al corriente de las cosas que habían pasado desde que no nos veíamos. Más tarde me puse a dar un paseo por la casa para saber más cosas. ¿Qué de utensilios tienen? Hay una caja grande que ellos llaman televisión. Yo nunca había prestado atención a ella. Siempre la había visto negra, para mí qué era un chisme inútil. Pasé por delante, por encima e incluso por detrás y aquello no hacía nada. Me aburrí de pasar por allí y pensé - ¡ Qué cacharro más tonto! ¿Para qué estará aquí?- Lo dejé y seguí investigando. La verdad es que me lo estaba pasando bien. No paraba de correr de un sitio para otro montándome por todos lados. Nosotras las lagartijas cuando estamos contentas, echamos nuestras cagadas para demostrar lo felices que somos. Si alguna vez veis una cosita negra alargada, con algo blanco en el extremo, más grande que la cagada de un ratón, (ésta es negra totalmente y pequeña); esa es una demostración de alegría. No os confundáis, fijaros bien que nuestras cagadas son más bonitas, que la de los ratones.

Page 37: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

36    

 

Cerca de los sofás hay una mesa baja que los humanos usan para poner papeles. Allí está, un utensilio que es para poner los mandos. Los mandos son unas cajas negras pequeñas, con muchos números y botones. De pronto me fijo y en la mesa había un cacharro de esos. Era alargado, tenía en el extremo un botón rojo. Y muchos botoncitos con números en todos. Me monté por encima para averiguar qué era. Sin darme cuenta puse mis patitas en uno de los botones y escucho:

-¡Maldita sabandija asquerosa! ¡Vas a morir cómo una rata inmunda!- Yo me quedé paralizada del miedo, no me podía mover. Miré al frente. De la caja grande que los humanos llaman televisión, aparecía un humano muy feo. Llevaba un sombrero muy ajustado y una cicatriz que le cogía toda la mejilla derecha. Tenía algo entre las manos negro, que ellos llaman pistola. ¡Me estaba apuntando a mí! Muy, muy despacio, empecé a caminar hacia atrás. Una de mis patitas se posó en otro botón y cuando lo pisé; él se hundió. Yo escuché “pum”, acompañado de un silbido “sisssss”. Y salen unos chicos cantando -¡Bebe Coca-cola!, ¡Nivea hidratante! Lo mejor para tú piel; ¿Quieres un seguro barato para tu coche? Pásate a….- Noté cómo el corazón se me aceleraba. Creo que me pasó lo mismo que cuando los niños me gastaron (según decían ellos), la broma. Corría a toda prisa, me chocaba con todo, hasta que por fin pude llegar a mi agujero. Allí me acurruqué ¡la de sustos que me pego!, me fui calmando. Escuchaba la caja grande, no paraba de hablar. Entonces escuché voces que ya conocía:

-¿Qué, os habéis dejado esta mañana la tele puesta? ¡Desde luego ya os vale! ¡No la vais a poner más

Page 38: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

37    

 

ninguna mañana!. Será posible qué me tenga que enfadar con ustedes todos los días.- dijo Amalia.

-Pero, ¡mamá si está mañana no la hemos puesto! No te acuerdas que nos tenías castigados. –Contestó Roberto.

-Claro ¡y ella solita se pone sola por arte de magia! ¡Venga ya! ¿es qué ahora me tomáis por tonta?

-Y no puede ser que en esta casa haya duendes- dijo Juanito.

- ¡Si hombre y yo soy “La Reina de los Mares del Sur.”!Venga a lavaros las manos para comer.

Del susto que pasé estuve un buen rato como atontada, sin saber qué hacer ni donde ir y entonces decidí salir fuera para que me diese un poco el aire.

Page 39: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

38    

 

Capítulo XIII

“Me voy ¡Al Bar!”

e acercaba el buen tiempo, lo que los humanos llaman verano. Por lo visto ellos tienen cuatro estaciones: verano, otoño, invierno y primavera.

Que no sé para qué tantas. Nosotras sólo dos, el frío y el calor o buen tiempo. A los chicos les escuché un día decir: en otoño se caen las hojas de los árboles y a veces llueve mucho. En invierno hace mucho frío y puede que nieve. En primavera hay días que hace buen tiempo y también suele llover. En verano hace bueno, casi siempre hace calor. Puede haber algunas excepciones en las que aparecen lo que ellos llaman, tormentas de verano. A nosotras las lagartijas lo que más nos gusta entonces es, el verano. Hay mucha comida, mosquitos, moscas y otras clases de insectos que tanto nos gustan. Cuando llueve no salimos porque el agua no nos gusta nada. Si os fijáis alguna vez, una lagartija tienen almohadillas adhesivas en las plantas de los pies que les permiten escalar superficies lisas verticales e incluso transitar por los techos con facilidad. Pero si estas almohadillas se nos mojan perdemos la adherencia y nos resbalamos. Es por lo que no nos gusta para nada el agua. Por favor cuando estéis regando las macetas y alguna de nosotras salimos de atrás, no nos mojéis. Esa es una broma un poco pesada.

Bueno por dónde iba qué empiezo a contar cosas y me enrollo un montón. ¡Ah ya! Lo del buen tiempo. Por lo que yo pude escuchar los chicos cuando llega el verano

S

Page 40: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

39    

 

no tienen colegio. Les dan vacaciones, para ellos es la época del año que más les gusta. Se levantan tarde, se acuestan tarde, suelen ir a la piscina o la playa. Eso dependiendo del sitio donde vivan. Yo en el pueblo dónde vivo no hay playa. Pero por lo que he escuchado hay mucha agua salada. ¡Si ya está mala sin sal con sal no digamos!. Tampoco sé lo que es y no siento curiosidad por verla. Qué manía tienen los humanos con el agua.

Estaba en la farola de la plaza intentando cazar unos mosquitos, cuando apareció Roseta y nos saludamos. Nos dio mucha alegría vernos pues ya hacía tiempo que no nos veíamos. Nosotros nos comunicamos con unos grititos qué son muy particulares:

-¡Holaaaa Camila! ¿Qué de tiempo sin verte? ¿Qué es de tu vida?

-Bien, bien ¿y tú? ¿Sigues viviendo con….?

-El notario, ¡No, qué va! El humano era súper aburrido, todo para él eran números y más números. ¡Qué horror! Y entonces me he cambiado a otra casa qué está en la plaza por aquí cerca. Allí viven unos humanos en una casa que se llama “bar”.

-¿Bar, y eso qué clase de casa es?

-¿Y cómo te lo explico si yo misma no sé lo qué es?¿Tienes algo pendiente? ¿Por qué no te vienes conmigo y lo ves también tú?

Por un momento pensé ¿Por qué no? Así conozco más cosas de los humanos. Entonces me fui con Roseta para que me enseñara donde vivía.

Page 41: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

40    

 

Cuando llegamos allí, entramos por el agujero que ella entraba y ¡Sí, es verdad que todo era muy raro! Era como las casas de los humanos pero con muchos más chismes. Allí ¡sí qué había cosas! Tenía una pared muy grande con muchas estanterías. Estaba llena de una gran cantidad de botellas. En todas, bueno en unas más qué otras, había agua o algo parecido pero de distintos colores. Había también muchos vasos y copas. Tenía máquinas de todas clases según me dijo Roseta. Frigoríficas, para mantener las bebidas frías; de café; exprimidoras para hacer zumos; para mantener las tapas calientes y frías…. Yo estaba hasta mareada de tantas cosas como veía y llegó un momento que no me enteraba de lo que mi amiga me explicaba.

-¡Para un momento! Más despacio ¿Y todo esto para qué es?

-Aquí la gente viene a tomar copas y comer.

-¿A tomar copas? Quieres decir que se tragan las copas. Hasta las grandes aquellas.- Dije yo señalando unas que eran muy grandes.

-¡Nooo! Lo que se tragan es el agua que ponen a ellas. Que como verás, dependiendo de lo que pidan es de distinto color. Hay bebidas que no las ponen en las copas y utilizan los vasos o las tazas.

Yo a todo esto, estaba cada vez más sorprendida. Ya he dicho muchas veces que los humanos son raros, pero cada vez que los voy conociendo más….No sé, no sé.

-¿Pero yo he visto cómo los humanos comen y beben en las casas?¿Por qué tienen que venir aquí para eso?

Page 42: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

41    

 

-¡Y yo qué sé! Yo lo único que veo es que aquí vienen humanos, hombres, mujeres. A veces traen niños. Algunos se sientan en las mesas, otros de pie, en lo que ellos llaman barra. Hay un señor o señora que se llama camarero o camarera. Los humanos piden que les pongan comida o bebida. La persona que está dentro de la barra se las ponen y al parecer se lo pasan muy bien. No paran de hablar de un montón de cosas: de las noticias de la tele; de algún chisme nuevo del pueblo; a veces cuentan algo gracioso que llaman chiste; otras, cosas tristes que han ocurrido; a veces se ponen muy contentos, otras pesados. Creo que dicen que suele pasar cuando se bebe mucha agua de colores. También hay otros ratos que está cerrado como ahora y no hay nadie.

Yo la escuchaba y cada vez entendía menos, desde luego cada día que paso entre ellos los entiendo menos.

Nos pusimos a corretear entre las botellas. Sin darnos cuenta una de ellas que estaba tumbada al pasar por encima se movió y se derramó el líquido que había dentro. Nos paramos y empezamos a olisquearlo. Olía raro. No sé cómo, pero las dos pensamos lo mismo y dijimos a la vez:

-¿Lo probamos? – y eso hicimos.

-¡Puag! ¡Qué malo está!

-¡Siii, sabe amargo! ¡El segundo traguito sabe mejor! Prueba Camila.- y yo como una tonta que le hago caso.

-Bueno es verdad.-Le dije.

Page 43: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

42    

 

La miro, ella que me mira y “¡Recorcholis!” si que se veía rara. Nosotras las lagartijas tenemos los ojos de forma diferente a los humanos; nuestra pupila, si alguna vez os fijáis es vertical (la de la mayoría de los animales es redonda.)

-¿Tú te has dado cuenta que te miro y me parece que los ojillos se te han puesto redondos?

-¡Siiiii a ti también! Ji, ji, ji,- y nos entra una risa más tonta, no parábamos de reírnos.

Las dos saltando una por encima de la otra. Parecía divertido. En una de las paredes había lo que ellos llaman un espejo. De pronto aparecieron dos iguales a nosotras. Estaban haciendo lo mismo que nosotras, parecían tontas repitiendo lo que nosotras hacíamos. La situación se estaba poniendo un poco tensa. Roseta no paraba de discutir con la otra lagartija que era como ella. Yo intentaba evitar la pelea y la otra que se parecía a mí igual. Ya me estaba chocando porque ¡Es qué hacía lo mismo que yo!. En esto que Roseta coge carrerilla y ¡zas! Jo, qué porrazo tan grande. Nos caímos las dos al suelo. Ella intentaba buscar a las otras, pero habían desaparecido. Pensé que lo mejor era irnos para el agujero, antes de meternos en más líos. Roseta estaba atolondrada y yo como pude me la eché a cuestas para alejarla de allí.

-¡Roseta no te muevas tanto qué volcamos!- Le repetía una y otra vez y ella repetía.

-¡ Si te cojo, no te doy “na”, “so” borde que eres tú muy borde!

Page 44: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

43    

 

Cuando llegué al agujero estaba exhausta, no podía más. Mi amiga estaba ya dormida y yo me quedé dormida en un momento.

Page 45: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

44    

 

Capítulo XIV

“¡Qué Desengaño!”

uando me desperté lo que vi y sentí, no me gustó nada. ¡Qué malita que estaba! Me dolía todo, creo que no había ninguna parte de mi cuerpo que no

estuviese mal, desde la cabeza hasta la punta de la cola. Además la barriguita estaba muy, muy rara. Yo tenía ganas, (no sé como) de vomitar. ¿Por qué estaba tan mal? No entendía nada. Lo primero que vieron mis ojillos era que Roseta tenía la cabeza en mi cola. La miré y ¡Requeté recorcholis! ¡Qué susto! Tenía la cabeza como más grande y deformada. Uno de sus ojos estaba más oscuro que el otro. Los humanos lo llaman “Un buen chichón”. Entonces caí que quizás se lo hubiese hecho cuando se quiso pelear con aquella lagartija. Si claro tenía que ser eso.

-Roseta despierta ¿Estás bien?- empezaba a preocuparme.

-¡Uf! ¡Ay, ay! ¡Creo que no hay nada en mi pequeño cuerpo que no me duela. ¿Tú estás igual?

-Bueno, pero no grites tan alto que tu voz suena y me parece como si me metiera otra vez en el altavoz de la música que los niños...- le contesté y casi no podía hablar.

-Vale, a mi me pasa igual con la tuya, pero como si estuviese metida en una olla. Voy a procurar ni hablar porque hasta mi voz me molesta.

C

Page 46: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

45    

 

-Bien pensado- le dije ¡anda que si se viera la cara! Seguro que se asustaría. No le voy a decir nada para no alarmarla.

Permanecimos allí no sé cuánto, porque el tiempo pasaba despacio. Nos adormilábamos, despertábamos, nos mirábamos y era como una pesadilla. No sé cuanto había pasado pero empecé a sentir menos dolor. Miré a Roseta:

-¡Eh! Despierta ¿Qué, cómo te encuentras?

-Alguna vez he escuchado por ahí no sé a quién “Como si me hubiese pasado por encima una apisonadora” (no sé lo que quiere decir pero creo que algo parecido).

-A mí me pasa lo mismo, ¿puede ser que todo esto sea por el agua aquella que probamos?

-Yo estoy casi segura. Ahora comprendo yo, hay veces que el humano de la barra se enfada con otros y los echa de allí- Dijo Roseta muy pensativa.

Permanecimos un rato en silencio. Yo no quería contarle lo de su ojo para no preocuparla, aunque parecía que se le veía un poco mejor.

-Camila, amiga si alguna vez nos encontramos en una situación igual, por favor no me dejes probar el agua esa.

-Vale te lo recordaré, tú conmigo igual. ¿Te parece bien si salimos a la calle para que nos dé un poco el aire? Además parece que la barriguita está mejor y noto que tengo hambre.

Page 47: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

46    

 

-¡Bien! Lo que tú digas.

Entonces las dos nos fuimos a la calle. Era de noche, corría una brisa muy agradable. Yo respiré muy hondo y el aire fresco me hizo sentir bastante mejor. Al principio nos costaba trabajo andar, como si el cuerpo se negara a hacer lo que la cabeza le ordenaba. El cuerpo iba por un lado y nuestra cabeza por otro. Poco a poco nuestro cuerpo empezó a reaccionar y notamos como andábamos más deprisa. Empecé a sentirme mejor ¡Qué alivio y qué mal lo había pasado! A mi amiga también le estaba pasando igual que a mí, yo se lo notaba. Llegamos a la farola donde nos reunimos siempre con nuestras amigas. Aquella noche no había muchos mosquitos, pero alguno que otro nos zampamos. Todo volvía a la normalidad.

Allí nos encontramos con Tija, Farma, Mila y Sor Tina. Nos pusimos muy contentas todas de volver a vernos. La de grititos que pegamos, ¡Qué alegría! De pronto Tija que mira a Roseta y le dice:

-Roseta ¿qué te pasa en el ojo y parte de la cara?

-¿A mí? ¿Mi ojo, mi cara?

Yo disimuladamente intenté con mi cola darle un coletazo para que se callara o cambiara de tema. Pero ella que no lo entendía insistió.

-¡Si hija se te ve fatal! ¿Camila tú no te has dado cuenta?

-¡Ay, ay! ¿Qué tengo? ¿Cómo no me has dicho nada?

Page 48: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

47    

 

-Porque no quería preocuparte, pero ya no tienes casi nada. Lo malo fue cuando me desperté y te vi, entonces sí que estaba feo.

-¡Claro por eso me noto yo que me pesa éste lado de la cabeza más que el otro.

-Eso es lo que los humanos llaman “Ponerse el ojo como un colchón”, lo escuché el otro día en la consulta del médico. Entró un señor que se había chocado con algo, y lo llevaba parecido al tuyo. El médico que lo vio dijo que se pondría negro, morado y por último amarillento. Pero no te preocupes en unos días se te pasa.- le dijo Farma tan campante.

A esto que nos miramos todas y sin querer que nos entra la risa esa tonta que no puedes parar. No podíamos dejar de reírnos. Roseta primero muy seria y luego que se contagió de nuestra risa. Pasamos un rato que casi nos da algo de tanto reírnos.

Cuando por fin pudimos dejar de reírnos y nos tranquilizamos, Roseta empezó a contar la aventura que habíamos vivido a nuestras amigas. Allí pasamos un buen rato.

De pronto notamos que debajo de nuestra farola había dos humanos pequeños con lo que ellos llaman la linterna de laser. Como ya sabíamos lo que hacían con ella, no les echamos cuenta. Pero escuchamos lo que decían.

-¿Has visto qué de salamanquesas hay en esa farola?

Page 49: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

48    

 

-¡Sii! He contado hasta seis, pero seguro que habrán comido ya porque ni se inmutan con el laser. Anda vámonos a otra.- y se fueron.

-¿Qué somos qué?¿Qué nos han llamado esos niños?-les dije yo a mis amigas.

-Pues lo que también nos pueden llamar SALAMANQUESAS. ¿No lo sabías?

Y me quedé…..

Page 50: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

49    

 

Capítulo XV

“Tampoco es Tan Feo”

o me quedé sin habla. Estoy contando mi historia siempre creyendo que era una lagartija y a estas alturas voy y me entero que no, que en realidad

soy una cosa de esas, es que no me sale ni el nombre. Suena como un bicho grande y repugnante. Pero ¿cómo he podido estar sin saberlo hasta ahora? Se me notó que estaba un poco enfadada y a la vez triste.

Mila, que es la más vieja de todas y tiene mucha sabiduría me contó:

-Camila hija, nosotras en realidad aunque muchos humanos cuando nos ven nos llaman lagartijas, somos salamanquesas. En la familia de las lagartijas hay muchas variedades y una de ellas somos nosotros. Estás acostumbrada a que te llamen lagartija, pero no pasa nada si te llaman de la otra manera. No está mal que lo digan así. Además tampoco queda feo. A ti te parece raro porque no lo habías escuchado nunca. Cuando lo escuches más veces y te acostumbres lo verás de otra forma y no te chocará tanto. Prueba a repetirlo unas cuantas veces, comprobarás que tengo razón.

Sa-la-man-que-sa, empecé a repetir para que no se me olvidara. Cuando lo había repetido unas cuantas de veces….

-Sabes tienes razón, no queda tan feo pero a mí me gusta más lagartija. - Le dije a mi amiga.

Y

Page 51: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

50    

 

Se nos hizo casi de día hablando y como estábamos ya cansadas nos retiramos cada una a su lugar a descansar. Todos los días se aprenden cosas nuevas y yo no soy ninguna excepción. Lo que me pasa es que a mí la información se me acumula y aprendo más de una. Claro eso en una cabecita tan pequeña como la mía agota. Me fui a mi agujero y con tantas emociones de lo cansada que estaba me dormí de momento.

Page 52: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

51    

 

Capítulo XVI

“ Es Hora de Irse”

odos se preparaban para ir de vacaciones fuera. Según escuché se iban a la playa a pasar unos días, pero ya no estoy segura porque Andrés le

decía a Amalia:

-Amalia hija, que ya no nos cabe nada más en el coche, ¿dónde nos vamos a montar nosotros?; sólo son quince días; parece que nos vamos por lo menos un año…

-¡Ay, calla ya, que me estás poniendo nerviosa! ¡ Qué tanto no he echado! Si sólo son cuatro maletitas de nada. Exagerado que eso es lo que eres.

-¿Qué soy qué? Pero si el año pasado de las cosas que echaste utilizaste una cuarta parte. Es que todos los años tenemos está misma discusión. “Dios dame paciencia.” Si hasta pusiste una maleta con ropa de tú madre y luego ella se fue a pasar unos días a la montaña con su amiga Chari.

-Pero ¿y si se arrepiente y dice que se viene con nosotros? Ya sabes que ella es imprevisible.

-Este año no le vayas a echar la maleta que ya te ha dicho con tiempo que se va de crucero.

Los chicos mientras escuchaban esto, estaban preparando los juguetes que iban a echar para llevarse. Por una de las pocas veces no se les escuchaba pelearse. Incluso los padres estaban asombrados.

T

Page 53: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

52    

 

-Ya habéis escuchado a vuestro padre, no se puede llevar tantas cosas. Que luego lleváis juguetes que ni los utilizáis.

-Lo mismo que tú con la ropa mamá que el año pasado, echaste hasta los forros polares como si nos fuésemos a la nieve.- Dijo Roberto.

-Pero eso era, por si hacía algún día frío. Dijo su madre.

La situación se estaba poniendo un poco tensa. Decidí dar un paseo y hacer una visita a doña Concha. Ella vivía en la casa de al lado. Me introduje por el agujero y allí estaba hablando con su amiga Chari.

-No tengo yo muchas ganas de viajar está vez- Le decía Chari a Concha

-¡Bah! Siempre dices lo mismo. Si no fuera por mí no saldrías nunca de casa y luego cuando estamos de fiesta bien que te animas. Mira ¿qué te parece estos vestidos que me he traído de la tienda para probárnoslos? ¿Verdad qué son una monería? También he traído estos bikinis y bañadores.

-Mujer, ¿no te parecen demasiados modernos los bikinis?- Dijo Chari.

-¡Ay Charito, Charito! ¿Tú no has visto que hasta La Duquesa de Alba se los pone? Hija, hay que estar a la última. Menos mal que me tienes a mí, sino a saber qué harías con tu vida.

Por lo que parecía se lo estaban pasando muy bien las dos cuando de pronto se escuchó la llave de la puerta.

Page 54: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

53    

 

-¿Mamá, estás ahí?- Era Amalia que venía a ver a su madre.

-¡Si hija! Es que ha venido Chari y me ha traído unos vestidos y bañadores de la tienda, para que me los pruebe para el viaje.-Miró a Chari y le hizo señas para que se callara.- Ya sabes que yo como estoy un poco pachucha con lo de mi corazón no tengo ganas de nada.

-Vaya, vaya ya veo, ¿Y también te ha traído bikinis? ¿No te parece demasiado moderno?

-¡Ay Amalia, Amalia! ¿Tú no has visto que hasta La Duquesa de Alba se los pone? Hija hay que estar a la última. Menos mal qué tú madre me tiene a mí, sino a saber qué haría con su vida.- Le dijo Chari. Se miraron las dos e intentaron aguantarse la risa.

-Le estaba diciendo que yo, esta vez no tengo ganas de viajar.

-¡Bah! Siempre dice lo mismo: si no fuera por mí no saldrías nunca de casa, mujer, te tienes que animar; Para eso estamos las amigas.- Contestó Chari.

-¿Para cuándo es la marcha?- Preguntó Amalia.

-Mañana a las nueve de la mañana tenemos que estar en el aeropuerto.- Dijo Concha.

-Bien os recojo para llevaros. Me voy para continuar con nuestras maletas nuestras.

-¿Cuándo os vais ustedes?

-Saldremos mañana por la tarde. Esperemos que no encontremos retenciones- Dijo Amalia.

Page 55: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

54    

 

Amalia se fue y las dos amigas se quedaron preparando sus cosas. Yo cómo siempre no había entendido nada de nada. Así es que noté como me entraba hambre y decidí ir a buscar algo.

Page 56: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

55    

 

Capítulo XVII

“ ¡Ya Está Aquí! ¿Qué Pronto?“

uando te lo estás pasando bien lo rápido que pasa el tiempo. Los días y las noches pasaban volando. Todos se fueron. En la casa aparecía todos los días

una chica que iba a echarle de comer a mis amigos los peces y a regar las plantas.

Un día yo estaba tomando el fresquito detrás de una maceta y escuché como la chica está… Creo que los humanos le llaman, cantando. Claro que donde se ponga un concierto de grititos nuestros que se quite todo lo demás. Bueno pues estaba cantando, mientras regaba las flores. Pegaba saltos y hacía unas cosas muy raras. ¡Si cuando digo que son raros!

-¡Oye mami vuélveme loca aráñame la espalda y muérdeme la boca¡ Rabiosa, rabiosa, rabiosa, rabiooosaaa!

En esto que regando la maceta en la que yo estaba escondida, siento que cae un poco de agua cerca y como ya sabéis que nosotras somos alérgicas al agua, (bueno que no nos gusta nada.) Me asusté y salí corriendo. Ella que me ve, se asusta también y con la manguera que me cae un buen chorro. Yo que me caigo al suelo, que no puedo correr de lo mojada que estaba. Ella que se pone a gritar del susto y a pegar saltos. ¡Uf! Casi estuvo a punto de pegarme un pisotón. Y a mí me dio un susto. Pero ¡serán tontos! Con estos humanos no gana una para sustos.

C

Page 57: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

56    

 

Todas las noches nos reuníamos en la farola para ponernos al corriente de todas las cosas que nos habían pasado.

Los humanos volvieron de sus viajes. Llegó el tiempo de volver al colegio. Y con todo esto, el frío, la lluvia y el mal tiempo. Y ya sabéis que nosotras nos tenemos que retirar a descansar, para pasar el invierno. Me despedí de todas mis amigas y amigos. También me despido de todos ustedes. Mira por donde que a pesar de todas las cosas que me han pasado pienso que no todos los humanos son malos. Y ahora me retiro a mi agujero preferido a descansar. ¡Ahhh! Qué cansada estoy, ya del frío que hace no puedo ni pensar. Adiós, adiós, hasta pronto…..

Page 58: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

57    

 

AGRADECIMIENTOS

Gracias por su tiempo y su atención a todas aquellas personas que me han ayudado en esta tarea.

A mi marido, mis hijos, Carmen Mª, Lorena y a toda mi familia por sus sugerencias, opiniones y ánimos.

Gracias también a Mª del Carmen Jiménez por su gran ayuda.

Page 59: LAS AVENTURAS DE LA LAGARTIJA CAMILA

58    

 

ÍNDICE

Capítulo I “Mi Presentación” .............................................. 1

Capítulo II”La Excursión” .................................................... 3

Capítulo III “¡Qué Susto!” ....................................................... 4

Capítulo IV “Mi Inspección” ................................................ 7

Capítulo V “Mis Amigos” ...................................................... 9

Capítulo VI “¿Más Sorpresas?” ........................................... 11

Capítulo VII “¡Qué de Cosas se Aprenden!” ..................... 14

Capítulo VIII “¿Por qué Me Llamo Camila?” ................. 16

Capítulo IX “¡Uf….Casi un Infarto!” ................................. 20

Capítulo X “Doña Concha” ................................................. 23

Capítulo XI “Las Novedades” ............................................. 27

Capítulo XII “Otro Susto… O ¿Qué?” ................................. 34

Capítulo XIII “Me voy ¡Al Bar!” ........................................ 38

Capítulo XIV “¡Qué Desengaño!” ...................................... 44

Capítulo XV “Tampoco es Tan Feo” ................................. 49

Capítulo XVI “Es Hora de Irse” .......................................... 51

Capitulo XVII “¡Ya Está Aquí! ¿Qué Pronto?” ............... 55