LAS ANTIGUAS CULTURAS DEL ARCHIPIÉLAGO CUBANOLos primeros ocupantes de las Antillas Mayores eran...

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Revista Estudios, Universidad de Costa Rica. No. 21, pág. 245-257, ISSN: 1659-1925 / 2008 LAS ANTIGUAS CULTURAS DEL ARCHIPIÉLAGO CUBANO Lillián Moreira de Lima RESUMEN A partir de una amplia y disímil bibliografía arqueológica, histórica y etnográfica, algunas más recientes y otras no tanto, pero todas de gran validez, se plantea una visión histórico-cultural, de las característica más relevantes de los grupos humanos que poblaron Cuba desde hace alrededor de 10 mil año hasta 1492, flujo que fue interrumpido con la llegada de Cristóbal Colón. El artículo comprende: contenidos de la vida cotidiana, sociedad, cultura, comportamientos ante la muerte y, de las poblaciones más avanzadas que llegaron a la Mayor de Las Antilla, las últimas oleadas de aruacos parlantes, se incorpora, además, su cosmovisión, religiosidad, magia y mitología. Palabras clave: Cuba- Historia Antigua- aruacos- migraciones- cultura- ABSTRACT Beginning with an ample and diverse archeological, historical and ethnographic bibliography-some recent and others not so recent but all of a great validity-this presents a historie/cultural vis ion of the most relevant characteristics ofthe human groups that populated Cuba from around 10,000 B.C., a flow that was interrupted by the arrival of Christopher Columbus. The article covers: the content of daily life, society, culture, behavior regarding death and the more advanced populations that arrived on the island, the final waves of Aruacos speakers, incorporating also their world vision, religion, magic and mythology. Keywords: Cuba- Ancient History- Aruacos- migrations- culture LA REGIÓN CARIBE El archipiélago cubano, al igual que las otras Antillas, se localiza en el espacio bañado por el Mar Caribe. En su acepción físico-geográ- fico abarca el sector de tierras recorridas por esa dimensión marítima, también denominada Mar de las Antillas. Está conformado por un semi- círculo irregular que se extiende por las costas sudamericanas desde Venezuela y Colombia, continúa por las costas de Centroamérica y la saliente de Yucatán que se acerca a Cuba, sigue hacia las Antillas Mayores y se cierra al este con el gran rosario de islas, isletas y cayos del con- junto de las Antillas Menores. El Caribe nunca fue un mar que separó o aisló, ni se erigió como una barrera entre los , "" ~ grupos humanos que desde épocas tempranas se adentraron en sus aguas. Por el contrario siempre constituyó una vía de enlace y de comunicación. Todos los grupos humanos que se diri- gieron hacia territorios anti llanos, se aventu- raron a desafiar un mar proceloso y, en con- secuencia, desde etapas antiguas, tenían que conocer el arte de la navegación, aún en sus formas más rudimentarias, como balsas, sim- ples troncos de árboles, o más perfeccionados, como las canoas utilizadas por las últimas oleadas de emigrantes. Era imprescindible ese tipo de transporte puesto que solo a través del mar tenían acceso a las islas, hacia donde se dirigieron debido a condiciones cambiantes de su medio ambiente, y/o a condiciones socio- económicas desfavorables.

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Revista Estudios, Universidad de Costa Rica. No. 21, pág. 245-257, ISSN: 1659-1925 / 2008

LAS ANTIGUAS CULTURAS DEL ARCHIPIÉLAGO CUBANO

Lillián Moreira de Lima

RESUMEN

A partir de una amplia y disímil bibliografía arqueológica, histórica y etnográfica, algunas más recientesy otras no tanto, pero todas de gran validez, se plantea una visión histórico-cultural, de las característicamás relevantes de los grupos humanos que poblaron Cuba desde hace alrededor de 10 mil año hasta 1492,flujo que fue interrumpido con la llegada de Cristóbal Colón. El artículo comprende: contenidos de lavida cotidiana, sociedad, cultura, comportamientos ante la muerte y, de las poblaciones más avanzadasque llegaron a la Mayor de Las Antilla, las últimas oleadas de aruacos parlantes, se incorpora, además, sucosmovisión, religiosidad, magia y mitología.Palabras clave: Cuba- Historia Antigua- aruacos- migraciones- cultura-

ABSTRACT

Beginning with an ample and diverse archeological, historical and ethnographic bibliography-some recentand others not so recent but all of a great validity-this presents a historie/cultural vis ion of the mostrelevant characteristics ofthe human groups that populated Cuba from around 10,000 B.C., a flow that wasinterrupted by the arrival of Christopher Columbus. The article covers: the content of daily life, society,culture, behavior regarding death and the more advanced populations that arrived on the island, the finalwaves of Aruacos speakers, incorporating also their world vision, religion, magic and mythology.Keywords: Cuba- Ancient History- Aruacos- migrations- culture

LA REGIÓN CARIBE

El archipiélago cubano, al igual que lasotras Antillas, se localiza en el espacio bañadopor el Mar Caribe. En su acepción físico-geográ-fico abarca el sector de tierras recorridas por esadimensión marítima, también denominada Marde las Antillas. Está conformado por un semi-círculo irregular que se extiende por las costassudamericanas desde Venezuela y Colombia,continúa por las costas de Centroamérica y lasaliente de Yucatán que se acerca a Cuba, siguehacia las Antillas Mayores y se cierra al este conel gran rosario de islas, isletas y cayos del con-junto de las Antillas Menores.

El Caribe nunca fue un mar que separóo aisló, ni se erigió como una barrera entre los

, "" ~

grupos humanos que desde épocas tempranas seadentraron en sus aguas. Por el contrario siempreconstituyó una vía de enlace y de comunicación.

Todos los grupos humanos que se diri-gieron hacia territorios anti llanos, se aventu-raron a desafiar un mar proceloso y, en con-secuencia, desde etapas antiguas, tenían queconocer el arte de la navegación, aún en susformas más rudimentarias, como balsas, sim-ples troncos de árboles, o más perfeccionados,como las canoas utilizadas por las últimasoleadas de emigrantes. Era imprescindible esetipo de transporte puesto que solo a través delmar tenían acceso a las islas, hacia donde sedirigieron debido a condiciones cambiantes desu medio ambiente, y/o a condiciones socio-económicas desfavorables.

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REVISTA ESTUDIOS No. 21/2008/ ISSN: 1659-1925/245-257

La ocupación antillana no se realizó demanera continua sino que se llevó a cabo a tra-vés de varias oleadas migratorias que abarcaronmuchos siglos.

DIVERSIDAD CULTURAL EN ELANTIGUO POBLAMIENTO DE CUBA

Todos los humanos que llegaron a lasAntillas y al archipiélago cubano eran de ascen-dencia mongoloide o amerindia. Físicamente erande baja estatura, cara ancha, de tipo lampiño, ojosoblicuos y oscuros, la piel de color aceitunado,cabellos lacios y negros. Los últimos pobladores,de lengua arauca, practicaban, además, de mane-ra artificial la deformación craneana, dándoles asíla imagen de una frente muy ancha.

Hacia 1492, las migraciones de los agri-cultores arahuacos o aruacos constituían lapoblación mayoritaria de Cuba y de las otrasAntillas Mayores, aunque no eran los únicos.Colón los describió de forma que difícilmentepudieran ser los súbditos a los que se refirióMarco Polo, aunque el gran Almirante sostuvohasta su muerte haber llegado a las tierras delGran Khan, a Catay, como entonces se nombrabaa China. Sobre ellos decía el almirante que:

"andan todos desnudo (... ) muy bienhechos, de muy hermosos cuerpos (... ) los cabe-llos gruesos cuasi como sedas de caballos, écortos ( ) salvo unos pocos detrás que traenlargos ( ) dellos son del color de los canarios,ni negros ni blancos (... ) Y todos de la frente ycabeza muy ancha (... ) que andan todos desnudostodos, hombres y mugeres. (... ) Verdad es que lasmugeres traen una cosa de algodón solamente tangrande que les cobija su natura y no más. (Colón,1984, P.30,31 y 53)

Las poblaciones que llegaron a las islascaribeñas y a Cuba poseían diversas gradacionesde desarrollo socio económico y cultural, quecomprendía desde diferentes estadios de la socie-dad comunitaria hasta la transición a la sociedadde clases. Se establecieron y/o evolucionaron enel archipiélago cubano, en un período que abarca,aproximadamente, desde cerca de 10 000 añoshasta fines del siglo XV, en 1492.

Fueron sucesivas oleadas, las que abar-caron desde culturas de cazadores-recolectores,culturas de pescadores-cazadores-recolectores ylas últimas, integrantes de una cultura agrícola.A la vez, cada una de esas grandes agrupacionesse caracterizó internamente por sus especificida-des y diversos matices culturales.

Los primeros ocupantes de las AntillasMayores eran portadores de características seme-jantes, tanto, entre los que llegaron a Cuba comolos de Haití, y los de Borinquen. Rebautizadas,La Española y Puerto Rico. Se dedicaron funda-mentalmente a la caza y, solo muy tardíamenteincorporaron, sin llegar a ser trascendente, algúncomponente de la pesca. Hacia el siglo XV, debi-do a factores que aún se desconocen, se habíanextinguido y por lo tanto no fueron conocidos porlos españoles.

Denominaciones diferentes, inicialmenterelacionadas con los nombres de los primerossitios arqueológicos donde fueron localizadospor primera vez, fueron utilizadas para designara los distintos grupos humanos que sucesivamen-te poblaron el archipiélago cubano.

Se denominó Seboruco (1) a las comuni-dades de cazadores, pues en esa localidad de lacosta norte del oriente cubano, en la provincia deHolguín, fueron arqueológicamente "descubiertos"inicialmente. Unos años después, vestigios decomunidades de semejante nivel cultural se obser-varon en otras áreas de la Mayor de las Antillas,tanto en el centro de la isla como hacia el sur de laregión oriental. A su vez, Seboruco se correspon-de con los sitios de Mordán Barreras en RepúblicaDominicana y tiene similitudes y sus expresionespropias, con los artefactos elaborados por lospobladores de la cordillera Central que atraviesa,las hoy, República Dominicana y Haití.

Sobre la procedencia de estas primeraspoblaciones del ámbito antillano, existen dife-rentes hipótesis, que los relaciona tanto conAmérica del Sur, como con lugares cercanos a ladesembocadura del río Mississippi al sur de losEstados Unidos.

Otros grupos humanos, con una civiliza-ción más evolucionada, ocuparon casi todo elarchipiélago cubano, cuya economía se basabafundamentalmente en la pesca, además de la caza

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y recolección. Algunos, fueron adecuándose a lasnuevas realidades de manera que conocieron losprincipios del cultivo e incluso pudieron llegar arealizar una agricultura esporádica. A diferen-cia de los primeros, cuyos artefactos eran solode piedra, éstos, aunque también la utilizaron,tenían una técnica diferente, más perfeccionada,adecuada a su nueva economía e, introdujeron laconcha en su más amplio espectro artefactual.

Arribaron a este territorio insular, en diver-sas oleadas, alrededor del 4000 y hacia el 2000a.n.e. Genéricamente se les denominó Ciboney y,como se tuvo en cuenta las peculiaridades de losprimeros sitios donde se localizaron, se les dife-renció entre Ciboney Guayabo Blanco, ubicadoen la Ciénaga de Zapata, costa sur de la provinciade Matanzas y, Ciboney Cayo Redondo, localiza-do en la península de Guanahacabibes, la regiónmás occidental de la provincia de Pinar del Río.Estos últimos han sido asociados al Guanahabeydel padre Las Casas. Si bien las denominacionessiguen siendo diversas, debido a ciertas diferen-cias en sus artefactos, la tendencia actual es lade tomarlos en conjunto, ya que a medida que seprofundizan los estudios arqueológicos, resultadifícil hacer claras diferenciaciones entre ellos.

Actualmente se considera que fueronmigraciones antiguas que recorrieron el arco delas Antillas Menores procedentes de Venezuela,emparentados con poblaciones del tronco lin-güístico Arauco y, debieron separarse del núcleooriginario en épocas lejanas cuando aún nohabían desarrollado las prácticas agrícolas.

Los agricultores constituían la poblaciónprincipal que entró en contacto con los españoles,y es por tanto, de quienes dejaron mayor infor-mación (2). Procedían de las intrincadas regionesdel Amazonas y el Orinoco. Llegaron a las islasen sucesivas avanzadas, desde de Venezuela através del arco de las Antillas Menores, hechoque se detecta, entre otros indicadores, por eltipo de cerámica que elaboraron. Erróneamentese los generalizó con el nombre de taínos, cuandoéstos solo eran una de las etnias aruacas, la másavanzada cultural mente de entre la poblaciónindo antillana. Según los cronistas, cuando losmiembros de dicha etnia veían a los españoles,decían en alta voz, taínos, taínos (3), para que los

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distinguieran de los feroces y guerreros caribes,a quienes ellos también temían porque los ataca-ban y raptaban a sus mujeres.

El primero que señaló la dimisimilitudde los grupos indocubanos, (los que pervivíanhacia el siglo XV), fue el padre Bartolomé de LasCasas cuando señaló que:

U ••• unos indios que están dentro en Cuba, enuna provincia al cabo della, los cuales son comosalvajes, que en ninguna cosa tratan con los dela isla ni tienen casas, sino están en cueva con-tinuo, si no es cuando salen a pescar: llámanseGuanahatabeyes .... Otros hay que se llamanZibuneyes, que los indios de la misma isla [losaruacos] tienen como sirvientes y así son casitodos los de los jardines". (Pichardo, 1965, P.63).

La arqueología se encargó de poneren evidencia que la complejidad cultural delArchipiélago cubano era mayor de lo que observóLas Casas pues, no solo ha demostrado la exis-tencia de grupos desconocidos por los conquista-dores, sino que existen entre ellos matices pecu-liares que los ocupantes no siempre pudierondistinguir y, por lo tanto, no debe seguirse al piede la letra lo expresado por el fraile. Incluso en lodicho sobre los "Guanahatabeyes' ya que muchosde sus campamentos no estaban en cuevas sinoen espacios abiertos.

Los humanos que emigraron hacia elCaribe y se establecieron en las Antillas Mayores,plasmaron sus propias elaboraciones materiales yespirituales, de forma que le imprimieron susello distintivo. Sus disímiles niveles de civili-zación se conjugaron con la interacción de lashabilidades propias y los conocimientos adquiri-dos, las prácticas económicas y las mentalidades,en interacción con el medio que los circundaba,manifestando así sus propias culturas.

VIDA COTIDIANA Y SOCIEDADCULTURAS DECAZADORES-RECOLECTORES

Las poblaciones más antiguas del archi-piélago, localizadas en Mayarí, provincia de

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Holguín, fueron datadas por el método del carbo-no 14, en 5 140 A.P., no obstante, los especialis-tas en piedra tallada, consideran que sus antigüe-dades deben ser cercanas a los 10 mil años y, másaún con los hallazgos de artefactos en el centrodel país que, por su factura, se los considera demayor arcaicidad. Habían desarrollado un rudoinstrumental de piedra, utilizando la abundanciade sílex de buena calidad que obtenían en lascanteras cercanas en Mayarí.

Grandes núcleos de sílex, eran talladosrudamente, de manera que el resultado fueronmasivos y elementales instrumentos, algunos delos cuales pesaban entre 3 y 5 kilogramos, aun-que también los hubo de menor tamaño. Dichosinstrumentos fueron utilizados en el trabajo de lamadera y para la caza de algunos animales.

Convivieron con mamíferos de muy buentamaño, como el (Megalognus rodens), los queparados en sus patas inferiores medían un metroy medio, conocido por perezoso, debido a sulento desplazamiento, así como con el (paroc-nus), un tipo de oso; dos especies de (Acrotocnus)y también la caza del manatí, justificarían el grantamaño de sus instrumentos.

Una cultura de cazadores, con artefactosdiferentes a los de Holguín, fueron localizadosen la región central de Cuba, caracterizados porla presencia de hachas de mano en forma se sillínde bicicleta, consideradas de factura aún másantigua. Si bien aún no han podido ser datadosfehaciente mente, se siguen realizando tempo-radas de campo, a los fines de obtener mayorinformación.

Habitaron en improvisados y temporalescampamentos, protegiéndose de las inclemenciasdel tiempo con enramadas o, coyuntural mente,en oquedades que les brindaba la naturaleza. Laubicación de muchos lugares donde trabajaban elsílex, permite inferir una vida de seminomadis-mo, aunque hasta el momento no se localizaronsitios con vestigios de haber sido habitados. Suorganización social debió ser elemental, aunqueno se disponen de más informaciones sobre elparticular, como tampoco de su cultural, ni desus concepciones espirituales.

La integrantes de cultura Ciboney (4)arribaron tiempo después. Como se señaló, eran

parte de una población que practicaron la pescasistemática y, desarrollaron la cultura de laconcha. Si bien, continuaron utilizando la pie-dra tallada, sus útiles eran de factura diferentea la de los antiguos cazadores, en consonanciacon su tipo de economía. Elaboraron peque-ños y grandes morteros y manos de moler deformas cilíndricas, cónicas y rectangulares.Utilizaron asimismo, huesos, vértebras, losgrandes caracoles, el cobo (strombus), quin-conte, tritón y el xancus, de los cuales obte-nían alimento y de sus cochas hicieron diver-sos útiles, compuestos por más de 30 tiposde utensilios, tales como martillos, puntas,picos, cuchillos, raspadores, cucharas, vasijasy las denominadas gubias, muy similares alescoplo de un carpintero, las que debieron serutilizada en funciones similares. Es por elloque se señalar la existencia de una cultura dela concha.

La alimentación era variada. Pescaban enlos ríos y en el mar, diversos peces, manatíes,ostras, cangrejos y caracoles. Cazaban pequeñosanimales, como jutías, e iguanas, a la vez querecolectaban raíces y tubérculos como la guáyi-ga, junto a otros frutos de estación.

Al disponer de alimentos menos insegu-ros, en dependencia de las estaciones, pudieronelevar su nivel cultural y espiritual y disponer detiempo para la elaboración de objetos rituales yadornos corporales.

Hacían una vida semi sedentaria. La. mayoría vivía al aire libre en campamentos

a los que, según los registros arqueológicos,regresaron periódica y sistemáticamente duranteel transcurso de muchos años, dislocándose enpequeños grupos, hacia otros lugares en períodosestacionales.

Se los ubica en zonas donde podíandisponer de agua dulce, en ori !las de ríoso arroyos, así como en zonas costeras demangles, pantanos, ensenadas y bahías, einteractuaron con un medio propicio que lesposibilitó obtener adecuados recursos mari-nos, fluviales y terrestres y, realizaron unaimportante explotación de los manglares asícomo emplearon posibles prácticas rudimen-tarias de agricultura.

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LAS CULTURAS DE AGRICULTORES

Las últimas oleadas humanas que se asen-taron en Cuba, fueron las que alcanzaron unmayor nivel de desarrollo económico y social,basados en una cultura agrícola.

La yuca amarga era uno de los compo-nentes más importantes de su alimentación. Lasembraban directamente en el campo, medianteel sistema de roza, o utilizaban la técnica demontones que era más productiva. También sem-braban otros tubérculos, frijoles, ajíes, maíz, yposiblemente algodón. El sistema de pesca estabamuy desarrollado, pues los cronistas describie-ron métodos diversos. Pescaban en alta mar yen la plataforma, utilizaban redes y, empleabanhierbas, llamadas baiguá que, los adormecíany, empleaban otro pequeño pez llamado guai-cán, que se adhería a las presas más grandes.Prepararon embalses en lugares apropiados, cer-cando el estuario o tibaracones con estacas dondemantenían a los peces vivos, principalmente laslisas. También pescaban caguamas y, el padreBartolomé de Las Casas reitera que ellos estaban"abundantísirnos" de comida y no tenían másporque no lo deseaban. Así mismo domestica-ron jutías, ciertas "avecillas' y el llamado perromudo. Esto consta en la Historia de las Indias deBartolomé de las Casas y en los diarios de Colónlos días 28 y 29 de octubre de 1492.

El procesamiento de la mandioca o yucaamarga demandaba la elaboración de artefactosespecializados puesto que el tubérculo contenía unácido venenoso que debía ser extraído para hacerlacomestible. Tuvieron así que preparar los guayos demadera, incrustados con pequeñas piedrecillas pararayar el tubérculo. Esa masa la recogían en hojas deyaguas dejándola reposar un día para luego expri-mida en el cibucán, que tejían con fibras vegetalesde forma alargada. Lo colgaban de una estaca queretorcían con el fin de extraer el líquido venenoso.Éste se guardaba, se dejaba fermentar y, perdido losefectos nocivos se utilizaba como bebida espirituo-sa en sus actividades rituales.

El sistema aborigen de yuca y casabe fuetan importante como para que paralelamente alas primeras haciendas de crianzas de la etapacolonial, se concedieran "estancias de casabe".

La cerámica desarrollada, fue una inno-vación introducida por estas comunidades.Confeccionaron los burenes, especie de platoredondo que servía para cocer el casabe (unatorta de yuca achatada como una lámina), laque conservaban durante meses guardados enlas "barbacoas" levantadas con ese fin. Losburenes podían ser lisos o grabados, de maneraque esos motivos se estampaban en el pan deyuca, que sería utilizado en alguna ceremonia.Ese plato de cerámica no solo sirvió para hacerel casabe sino que, además, lo emplearon paraotros fines como nuestras modernas sartenes.Las formas y estilos de los ceramios se fuerontransformando en las Antillas, y en Cuba no sehan observado esas cerámicas más antiguas pin-tadas de blanco y rojo, de factura de alta calidadlocalizadas en Puerto Rico, procedentes del sitioSaladero en Venezuela.

Sus artefactos de cerámica consistían endiversas vajillas, muchas de ellas, de forma navi-cular, aunque las había de diferentes tamaños yformatos, con decoraciones incisas y asas querepresentaban figuras zoomorfas, como batra-cios, lechuzas y murciélagos, y otras con deco-raciones antropozoomorfas. No eran pintadas,y sus colores variaba n según el barro y el caloralcanzado en los hornos para su cocción.

La concha de los caracoles fue aprovecha-da para realizar útiles de uso cotidiano y tambiéninstrumentos musicales o, para servir de vía decomunicación, como los guamos o fotutos, quepodían ser escuchados a grandes distancias.

Utilizaron el hueso y, de piedra realizaronhermosas hachas de diorita negra finamente puli-das, conocidas por el nombre de hachas petaloi-des por la peculiaridad de sus formas. Muchas deellas eran de uso cotidiano y, otras tenían finesrituales.

De madera fabricaron arcos, flechas y unaespecie de mazo, llamada macana (sus armasde guerra), y la coa con la que hacían los hoyospara sembrar, así como los mencionados guayos.Asimismo, la madera fue utilizada en objetosrelacionados con la ritualidad.

La agricultura, la caza, la pesca y los rudi-mentos de domesticación crearon las condicionespara disponer de recursos almacenados y por

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ende, su mundo material y espiritual se ampliónotablemente.

Vivieron en aldeas y, sobre ello, Colóninformó en su primer viaje de navegación quelos tamaños de las mismas eran diferentesy podían abarcar desde un reducido núme-ro de casas a otras de mayores dimensiones.Eran casas c1anales donde habitaban las fami-lias extendidas. Los recintos habitables esta-ban planificados de manera que en el cen-tro quedara una "plaza" donde se reunían lospobladores a realizar sus rituales y otras activi-dades que involucraba al conjunto de la sociedad.El sistema de una cultura agrícola contribuyóal desarrollo de una sociedad en transición, delo tribal-igualitario a las llamadas jefaturas-jerarquizadas, donde las relaciones de paren-tesco constituían aún un importante elementode cohesión social y, un liderazgo consolidado,adelantaba una evolución hacia formas socialesmás complejas (5).

A la cabeza de esa jerarquía social esta-ban los caciques. Hacia 1492, ese cargo tendíaa hacerse hereditario, en unos casos por víamaterna y en otros, por vía paterna. Los caci-ques eran quienes dirigían la aldea y, en algunoslugares del oriente y centro de Cuba habíanlogrado determinado control sobre otros caci-ques "menores" y sus gentes. Una confederacióndenominada cacicazgo, máxima expresión de latransición (Moreira, 2003, P.l44). Otros perso-najes relevantes, eran los behiques. Ocupabanun importante lugar en esa jerarquización yrealizaban funciones de médicos herbolarios yhechiceros. Los nitaínos, eran personas de ciertorango, posiblemente emparentados con la familiadel cacique y con quienes se reunía para tomardecisiones de importancia para toda la comu-nidad. Por debajo de ellos, estaba el grueso dela población integrada por los aldeanos. SegúnLas Casas, los remanentes de las poblaciones depescadores-cazadores-recolectores, habían sidosubyugados por los aruacos, convirtiéndoles ensus sirvientes.

La importancia de los caciques fue obser-vada por los españoles, en más de una oportu-nidad. Se engalanaban con plumas de vistososcolores y usaban cintos tejidos de algodón y

adornados con cuentecillas de colores y huesosde pescado que se ajustaban con una fíbula deconcha, la que tenía labrada una gran cara y, espor eso que se las denomina caratonas. Tambiénportaban alrededor del cuello ornamentos decobre y oro de bajo quilates llamado guanín, asícomo collares de cuentas de mármol. A vecesusaban en la cabeza una corona de pequeñaspiedras blancas y de colores. Lucían un pendien-te sobre la frente y los correspondientes en lasorejas, formados por grandes discos de guaníncon colgantes de pequeñas cuentas verdes. Pordebajo de las axilas usaban unos rollos de algo-dón y otros dos en cada pierna debajo de lasrodillas. También tenían derechos privativos parael consumo de ciertos "manjares", tal es el Majáde Santa María.

Los aruacos que llegaron a las Antillas,se caracterizaban por una serie de expresionesculturales, propias del área amazónica y algu-nas, aún hoy, se observan entre comunidades deVenezuela y Guyana. Vivían en aldeas en las quelevantaban sus casas c1anales, utilizaban hama-cas tejidas de algodón donde dormían, poseíanun amplio dominio de la navegación, practicabanla deformación del cráneo posiblemente concarácter ritual, utilizaban colorantes, el uso ritualdel tabaco, adoraban a los cemíes que represen-taban a sus dioses, práctica del juego de pelota ylos areitos, danzas y cánticos rituales.

CULTURA MATERIAL Y ESPIRITUALLAS CULTURAS DE PESCADORESCAZADORES-RECOLECTORES

Las comunidades de pescadores-cazado-res-recolectores, no solo se preocuparon porresolver sus necesidades básicas sino que amplia-ron sus concepciones espirituales y, en con-secuencia, elaboraron artefactos de complejadiversidad, vinculados a las jerarquías que seperfilaban, así como con la ritualidad.

Fabricaron piezas de madera, algunaslabradas al fuego, como el denominado bastón deMalpotón (occidente de Cuba) hecho de maderadura de color negro, de 61 centímetros de largo,de forma cilíndrica y un disco en uno de sus

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extremos. Está esculpido con series alternas deranuras y líneas de puntos verticales y horizon-tales. Es considerado un signo de mando y dejerarquía.

Los adornos corporales fueron realizadosa partir de distintos tipos de cuentas de hueso,de dientes de tiburón y de vértebras de peces,con los que formaban collares y colgantes.Utilizaron, al igual que lo hicieron los aruacos,materiales tintóreos, que les proporcionaba colo-res, tales como el rojo, el amarillo y el negro. Losobtenían de algunas plantas y de piedras durasque contenían óxido de hierro. Esas pinturas fue-ron empleadas, no solo como adornos corporalespara protegerse del sol y los insectos, sino confines mágico-ritual.

En su ajuar se destaca algunos implemen-tos de piedra, así como objetos de cuarzo, llama-dos corazones por la forma de los mismos, de untamaño un poco mayor que el puño de un hombre.Son de gran belleza y cuidadosamente-pulimen-tados. No se conoce cual era su función, aunqueparece evidente el carácter ritual, ya que notienen vestigios de haber sido empleadas en nin-guna tarea material. Asimismo, realizaron otrosartefactos de carácter mágico religioso, como seexpresará, relacionados con la vida ultraterrena.

Integrantes de estas comunidades fueronquienes dejaron para la posteridad las complejaspictografías, localizadas en la Cueva númerouno de Punta del Este en la Isla de la Juventud,adjudicadas a los más antiguos de estos grupos.Otras pictografías relacionadas con dichas comu-nidades se ubicaron asimismo en la costa nortede Sancti Spíritus, en Matanzas y en Pinar delRío, aunque sin la espectacularidad que tienenlas de Punta del Este.

Resulta difícil dar una explicación a losdibujos de la Cueva número uno de Punta delEste y, al respecto, se han emitido diversos cri-terios. Don Fernando Ortiz, el gran polígrafocubano, los bautizó con el nombre de CapillaSixtina. Algunos estudiosos cubanos considera-ron que constituye un centro ceremonial, aunqueposiblemente también de utilidad práctica parala observación de los movimientos astrales y loscambios de estaciones, vinculados a la recolec-ción cíclica.

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Antonio Núñez Jiménez, espeleólogo yarqueólogo cubano, sostenía que se estaba anteun observatorio solar, puesto que, en los equi-nocios de primavera, verano e invierno losrayos solares iluminaban un grupo diferente depictografía. En el equinocio de primavera, el 22de marzo, los rayos del sol ubicados en el centrode la entrada a la cueva, iluminaban los dibujosrojos y negros formados por varios círculos con-céntricos, atravesados por una especie de flecharoja. El sol continuaba su ruta por los cielos,saliendo cada amanecer más a la derecha, hastael 22 de diciembre, solsticio de invierno, cuandoreiniciaba su ciclo, desplazándose ahora hacia laizquierda. (Nuñez, 1975, P.76).

LAS CULTURAS DE AGRICULTORES

Un gran simbolismo se evidencia en lamayoría de sus útiles y artefactos, aún los deuso cotidiano, que aúnan lo práctico y lo ritual.Realizaron colgantes y collares de conchas, depiedra y de vértebras y utilizaron la oliva (uncaracol marino de pequeño tamaño), algunastalladas en forma de cara con una perforaciónpara ser colgadas. Las usaban en sus areitos,bailes rituales, pues al moverse y chocar entresi emiten una hermosa sonoridad. Las espátulasvómicas se confeccionaron a partir de huesosde manatí y estaban también talladas y eranutilizadas por los chamanes para provocarse elvómito purificador antes de iniciar las ceremo-nias rituales.

Fabricaron hachas de piedra pulimentada enlas que esculpieron figuras antropomorfas o antro-pozoomorfas. De ese material eran algunas de susdeidades, como el llamado ídolo de Bayamo, porhaber sido localizado en esa región y, DeminánCaracaracol, entre otros. La escultura lítica era deuna gran variedad y perfección técnica.

De madera prepararon bandejas con asasdecoradas y los duhos o dujos, unos pequeñosasientos que usaban los caciques, a diferenciasde los hombres del común que se sentaban enel suelo. Eran utilizados también en actividadesritual al invocar a las deidades. Eran labradoscon figuras zoomorfas y antropozoomorfas.

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En Baracoa, región oriental de Cuba, selocalizó una talla en madera, conocida con elnombre de ídolo del tabaco, debido a la forma delmismo y, porque durante mucho tiempo se consi-deró que en él se guardaba dicha hierba. Estudiosquímicos relativamente recientes, demostraronque no solo tabaco fue almacenado en él. Elídolo es una representación humana estilizada,considerada una de las más valiosas piezas de lasAntillas. Es una figura hueca de la dura maderadel guayacán con una altura de 92 centímetrospor 70 de circunferencia en su parte más ancha,cuyos ojos y bocas son de conchas incrustados.En la costa norte de Cuba, Provincia de Ciego deÁvila, en el sitio Los Buchillones, hace ya algu-nos años que se han estado localizando cientosde tallas en maderas de gran calidad, belleza yperfección.

Las pinturas rupestres tendían a lo figu-rativo y a lo abstracto. En muchas ocasionesrepresentaron a sus deidades o cemíes (dioses),en diversas esculturas, así como en estalagmitas,estalactitas y petroglifos. Una de las regionespictográficas más importantes, se localizó enCamaguey, en Sierra de Cubitas, zona caracte-rizada por la existencia de una gran diversidadde cuevas, en siete de las cuales se ubicaronpictografías de tipo abstracto y también zoomor-fas, antropomorfas y manos de colores en rojoy negro, así como motivos pictográficos que seasociaron a decoraciones de cerámicas ubicadasen la zona.

PRÁCTICAS RELATIVAS A LA VIDAYA LA MUERTELAS CULTURAS DE PESCADORESCAZADORES-RECOLECTORES

La relación entre la vida y la muerte fueobjeto de preocupación desde etapas tempranasde la humanidad. El descifrar ese enigma, encon-trar una respuesta, vencer los temores o conocerlos ensalmos que pudieran mitigar la perdida deun ser querido y evitar que hicieran algún daño omaleficio a los vivos, era tan importante como laobtención de alimentos. Esos hechos se vincula-ban a la convicción de que los "espíritus" regían

o, mejor dicho, eran parte de la naturaleza y delmundo de los humanos.

Vinculados a algunos entierros, se loca-lizaron las llamadas esferolitias o bolas líticas,así como las dagas de piedra o gladiolitos, con-siderados, estos últimos, un símbolo de jefaturao elevado nivel social. Tanto las bolas como lasdagas se colocaron en forma de ofrenda a deter-minadas personas. Los tamaños de los gladiolitosfluctúan entre 40 centímetros hasta 15 y 10 los máspequeños, fabricados de piedras blandas, areniscao esquistos pizarrosos. El arqueólogo cubano RenéHerrera Fritot, precisó que dada la escasez de losgladiolitos, debieron ser reservados a personalida-des que cumplían alguna función social a favor dela colectividad, como símbolo de mando o jerar-quía. Sugieren la importancia de prácticas ceremo-niales así como la elaboración de una cosmovisiónmás compleja. De entre esos ejemplares de hachasceremoniales, debe destacarse un ejemplar locali-zado en la provincia de Holguín, Cuba.

"Antropomorfo de cuerpo completo (. . .) Deperiodita verde, primorosamente tallada y bri-llada, puede considerarse como la más perfectaen su tipo en Las Antillas. Mide 350 mm. de lon-gitud; 76 mm. de anchura máxima y 48 mm. ensu parte más gruesa. Presenta dos perforacionesbicánicas separando, los brazos el cuerpo, (. . .)Por el dorso presenta los omóplatos, la regiónglütea y la columna vertebral, todos estos, ensuave relieve (Herrera, 1964, P.l23).

A las bolas de piedra o esferolitias, dediferentes dimensiones, les habían dado formamediante la técnica del picoteado. Pueden serdel tamaño de una bola de billar o pequeñas de1 o 2 centímetros de diámetro, como las bolitaso canicas con la que juegan los niños. Lo impor-tante, además, es que se ubicaban selectivamente,cercanas a algunos de los cráneos de los muertos,no todos ni mucho menos tenían estas ofrendas.De acuerdo a lo observado, se ha consideradoque sus dimensiones se asociaban a la edad dequienes recibían la ofrenda, (hubo infantes quelas recibieron) y que, a la vez, debía tratarse depersonas de cierta jerarquía, o relacionados conellas, dada su escasez.

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Fernando Ortiz, realizó un detenido aná-lisis de los significados que le confirieron dis-tintos pueblos del orbe al recurrir a implementossimbólicos similares a éstos. Las acepciones sondiversas, según las comunidades, pero de entreellos se toman dos que pueden tener relación conlo concebido por estos grupos de indocubanos.Así, en algunas tribus africanas el espíritu de losmuertos se simbolizaba con determinadas pie-dras y, los habitantes de Nigeria del norte:

" ... utilizan ciertas piedras como susti-tutivas de los cráneos de los muertos (. . .)según tales creencias el "doble" se "encar-na" o mejor dicho se "amundana" en laschuringas. [piedras sagradas] (. ..) Algunospueblos indios del Orinoco expresaronsus creencias cosmogónicas, según las cua-les el mundo fue poblado por sus crea-dores arrojando a él multitud de piedras de lascuales salieron los seres humanos" (Ortiz; 1943,P.40-4/).

Posiblemente alguna de esas concepcionespudo prevalecer entre los antiguos pobladoresde Cuba que los indujo a dedicar parte de sutiempo a tareas "improductivas" y, desarrollaruna cosmovisión del mundo que les demandóuna elaboración cuidadosa de las esferolitias,para ubicarlas cercanas a los cráneos de ciertosmuertos.

Las culturas de pescadores, cazadores,recolectores practicaron dos tipos de entierros,uno primario, y otro llamado secundario. Elprimero era el simple enterramiento del cadá-ver, algunos con ofrendas y otros sin ellas, y elsecundario se vinculaba a un ritual, mediante elcual, después de un tiempo, éste era inhumado yde él seleccionaban los huesos largos y el cráneolos que teñían con oxido rojo y, nuevamente eransepultados.

En regiones de la costa sur de Cuba asícomo en la Ciénaga de Zapata fueron localizadoslos denominados Montículos o Caneyes de muer-tos. Tenían una altura de aproximadamente 1,50 mts, formado por seis capas superpuestas dearriba abajo en el siguiente orden: tierra vegetal,conchas de caracoles o ampularias, tierra negrea

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muy fina, caracoles y el fondo sólido de unapiedra ferruginosa amarilla. Los esqueletos esta-ban colocados en la capa media de ampularias(Cosculluela, 1965, P. 97).

Diversas oquedades fueron utilizadascomo cementerios, entre ellos el de Marien II,provincia La Habana, caracterizado por entierrosprimarios, secundarios y muchos adultos acom-pañados por infantes. Las ofrendas fueron pocas,pero ninguna daga o esferolitia.

LAS CULTURAS DE AGRICULTORES

Los aruacos parlantes, real izaron dife-rentes formas de entierros. Inhumaron a susmuertos en sitios de habitación, en cuevas o abri-gos rocosos, así como en parajes abiertos y, enocasiones, señalaron los cronistas, los cadávereseran lanzados al interior de cavernas profundas.Las ofrendas consistían en comida, vasijas decerámicas y adornos, a veces, hachas petaloi-des y collares de cuentas de piedras. En ciertosentierros solo estaban las cabezas y en otros loscuerpos carecían de ellas. Esas carencias puedevincularse al culto de los antepasados, el que semencionará posteriormente.

En 1986 se localizó en la provincia deHolguín, el sitio "Chorro de Maíta", uno de losmás grandes cementerios de las Antillas, encuyas capas superiores las ofrendas ponían enevidencia el contacto indo hispánico. De los 110individuos exhumados solo en 25 se observó lapresencia de objetos. Mayoritariamente consis-tían en cuentas de coral, de cuarcita y tubos demetal, aleación de latón y cobre, que permitíanpasar un hilo para formar un collar. Estabancolocados en el cuelo, tórax, a veces en la pelvisy muñeca del cadáver. Es de suponer que algunode los muertos debió ostentar una alta jerarquía,posiblemente un cacique, pues la ofrenda con-sistió además en un medallón de una aleaciónde oro y cobre, que ellos llamaban guanín. Fuetambién encontrado un objeto único, un pen-diente ornitomorfo en aleación de oro, cobre yplata. Actualmente se ha organizado un museoa cielo abierto conservando in situ los hallazgosrealizados.

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MITO, MAGIA Y RELIGIOSIDADDE LOS ARUACOS INDOCUBANOS

Los jefes o caciques presidían las cere-monias rituales, en las que intervenían el o losbehiques. Estos desempeñaban un papel trascen-dente en un mundo donde los hombres se consi-deraban sometidos a la buena o mala voluntadde sus dioses y de los espíritus, que, por otraparte, convivían con ellos. Nada transcurría ensus vidas sin la intervención de aquellos. Segúnsu cosmovisión, no existía una clara divisiónentre lo que, para nuestra concepción, sería lavida material y la espiritual. Los behiques teníanconocimientos de las propiedades de las plantascurativas, venenosas, abortivas, etc. Curaban alos enfermos y eran los intermediarios entre loshombres y sus dioses o espíritus benefactores uhostiles. Toda actividad se hacía a través de actosy rituales mágicos.

"Cuando alguno está enfermo lo llevan al behi-que que es el médico (. . .) obligado a guardardieta lo mismo que el paciente, y poner cara deenfermo. (. ..) Es preciso que también se purguecomo el enfermo, y para purgarse toman ciertopolvo, llamado cohoba aspirándolo por la nariz,el cual los embriaga de tal modo que no sabenlo que hacen. y así dicen muchas cosas fuera dejuicio, y en las cuales afirman que hablan conlos cemies y que éstos les dicen que de ellos havenido la enfermedad" (Pané, 1990, P.35).

Cuando el behique iba ver a un enfermole prescribía las hierbas curativas, pero siemprerodeado de determinado ritual. Se purificabamediante el vómito provocado por las espátu-las elaboradas con esos fines y, se introducíapiedrecillas o comida en la boca para luego, enel momento oportuno, sacársela y mostrarle alenfermo la causa de su dolencia y el por quéel cerní lo había castigado. Aún cuando gozabade gran prestigio y prerrogativas debido a susconocimientos, era vulnerable si se sucedían fra-casos ante sus sortilegios o si moría una personaimportante que había dejado muchos parientes,porque éstos podían castigarlo dejándolo casimuerto, según contó Pané. De todos modos la

comunidad necesitaba de sus ensalmos comoparte de la vida misma.

Aún cuando el fraile Ramón Pané hizosus observaciones en uno de los cacicazgos deLa Española, la arqueología y las evidenciasmateriales de sus dioses, localizados en laMayor de las Antillas, hacen posible confirmarla validez de varias de esas creencias entre losaruacos de Cuba.

El mito de origen se relaciona con unacueva donde habitaban antes de salir a la super-ficie y es posible que la oquedad la asociarancon el vientre materno. En Cuba se localizó en laregión más oriental, en Maisí, una gran cueva, lade la Patana, que puede asociarse a una cueva deorigen. Se trata de uno de los sitios ceremonialesmás importantes de Ic..s ubicados en Cuba porsus evidencias materiales. Esos artífices, eranintegrantes de la última oleada migratoria de losaruacos, correspondiéndose con la etnia taína,cuyo flujo fue interrumpido por la irrupción delos españoles.

Según el relato, durante el tiempo en quelos hombres permanecieron en la Cueva, debíanhacer guardia durante la noche. Un día, uno deellos, Mácocael demoró en regresar y le cerraronla puerta. El sol se lo llevó y lo convirtió en pie-dra frente a la entrada de la cueva. En La Patana,a unos cincuenta metros de su entrada, en unagran estalagmita de alrededor de cuatro pies dealtura tallaron la cara y el cuerpo de un cerní, quebien pudiera ser la representación de Mácocael.En el suelo, una diversidad de petroglifos pare-cen representar un gran grupo antropozoomorfo.En el pasillo, a ambos lados de la galería de lacueva que conduce directamente hacia el cemíprincipal, están grabadas aproximadamente a 15metros de éste, en sendas estalagmitas, dos dei-dades, las cuales se asocian a los guardianes quecuidaban la entrada. La representación del grancenmí debió pesar unas 900 libras. El arqueólogonorteamericano que hizo la exploración, la aserróen cinco partes para llevársela a Estados Unidosdonde aún permanece.

Las cuevas fueron con frecuencia, con-siderados recintos sagrados. Muchas veces uti-lizadas para enterrar a sus muertos, así comotambién, para realizar cultos a sus dioses. Pané

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relata que ellos decían que el sol y la luna salie-ron de dos cuevas para iluminar a los hombres.Reverenciaban a una pareja de pequeños cemíesde piedra, Boinayel y Marohu. Representacionesde estos jimaguas, fueron ubicadas en Cuba.El primero era hijo de la serpiente parda, lametamorfosis de las nubes cargadas de agua, yel segundo, su opuesto, un cielo sin nubes queanunciaba un tiempo despejado. Dice el fraileque, cuando necesitaban que lloviera, visitaban lacueva y enseguida se iniciaban los aguaceros.

También realizaban cultos a los antepa-sados. En más de una oportunidad Colón, en surecorrido por Cuba, refirió haber visto colgadasen las viviendas de los agricultores, un cestilloque contenían huesos de los padres, madres uotros ancestros y, a veces, las cabezas. Es signifi-cativo que, en algún enterramiento, el cadáverescarecieran de ella.

Consideraban que ciertos espíritus podíanmaterializarse durante la noche. Goiz el espíri-tu que habitaba el cuerpo de los vivos y Opitau Operito el de los muertos. La presencia oausencia de ombligo determinaba el estado de lapersona. Varios de sus Cemíes carecen de éste yotros por el contrario lo tienen bien delimitado,como símbolo de vida. Durante la noche, losOpita podían corporizarse e incluso intentarcompartir la hamaca de un vivo, por eso era muyimportante que ante cualquier duda inmediata-mente palparan la zona del ombligo, con lo cualse aclaraba la naturaleza del intruso.

Otra leyenda avalada por localizacionesarqueológicas es la de un cerní con la espaldahinchada. Reflejo de la aventura corrida porDeminán Caracaracol, el sarnoso. Habiéndolepedido casabe al viejo Bayamanaco, éste learrojó a la espalda un guanguayo con cohoba.La espalda le dolía y creció, hasta que sus her-manos se la abrieron y salió de ella una tortugahembra (6). En torno a este mito se desprendenvarios componentes rituales. El acceso al cono-cimiento de la transformación de la yuca en pancomestible, la cohoba, compuesto de tabaco yalucinógenos que se utilizaba en las ceremoniasen las cuales el chamán se comunicaba con susdioses y, la tortuga, aún no descifrado su papel,pero cabe señalar la hipótesis de la relación entre

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la deformación craneana practicada por los arua-cos y este quelonio. En Cuba se encontró unatortuga esculpida en diorita, de gran perfeccióny belleza.

El más importante de sus Dioses eraYucahu Bagua Maorocoti, el espíritu supremo dela yuca, seguido de Vaybrama de quien dependíael desarrollo del tubérculo. Uno de sus cemíes,del sexo femenino llamada Guabancex, cuan-do se encolerizaba hacía mover el viento y elagua, echaba por tierra las casas y arrancaba losárboles. Otros dos cemíes eran sus compañeros.Guatuabé, el pregonero y heraldo, por orden deGuabancex convocaba a los otros cemíes paraque ayudaran a hacer viento y, a Coastrisquiele correspondía recoger las aguas en los vallesentre las montañas para luego dejarla correr ydestruyera todo a su paso. Esa trilogía de diosesestá vinculada a los fenómenos de la naturalezatan frecuentes en el Caribe: el huracán, el truenoy los aguaceros tropicales.

Esos Cemíes y espíritus que poblaban elmundo aruaco, requerían de una serie de sorti-legios con el fin de obtener su buena voluntady evitar sus enojos y maleficios. En muchassituaciones eran partícipes los integrantes de lacomunidad y para ello se reunían en la plaza ubi-cada en el centro de la aldea donde se realizabanlas ceremonias rituales, en las que se consumíabebidas fermentadas y se realizaba la ceremoniade la cohoba. Ese ritual consistía en que el caci-que y el behique aspiraban polvos alucinógenosmezclados con tabaco, mediante inhaladoresespeciales, como forma de lograr la comunica-ción con sus dioses.

Los areitos eran bailes y cánticos, a tra-vés de los cuales se trasmitía información y serecordaban hechos importantes para la memoriacolectiva. Bailaban y cantaban toda la noche,hombres y mujeres todos juntos, sin salirse delcompás. Dijo Las Casas

Practicaban el juego de pelota, también decarácterritual.Éstasolopodíatocarseconlascaderasyenélparticipabanentre20y30personasdeambossexo.Esa era, en apretada síntesis el mundo y la cul-tura desarrollados por los distintos grupos quepoblaron el archipiélago cubano de entre 10 000años al siglo XV d.n.e.

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NOTAS

l. Ese nombre ya no resulta apropiado paradesignar a todas las culturas caribeñas de caza-dores, entre otras consideraciones, porque sehan encontrado diversos tipos de instrumentalpropio de esas actividades, en otras regionesde Cuba, que no son como las de Seboruco ypresentan características distintivas, asó comoen sus forma de elaboración.

2. Lo dicho sobre estas poblaciones, no estáexento de exageraciones, de prejuicios, delos fines de evangelización y dominio delos conquistadores y de las mentalidades deuna época que distorsionaba la visión delotro. El propio Colón, siempre insistió quehabía llegado a las tierras del Gran Kan.Debía justificar su empresa ante los reyes"Católicos" y los comerciantes y banquerosque habían hecho inversiones económicas yesperaban resarcirse de los gastos o, comoBartolomé de Las Casas que asumió ladefensa de los indios e insistía en su carácterpacífico e inofensivo, hecho que no es deltodo cierto.

3. El término taíno significa en lengua arauca,buenos, nobles.

4. El término Ciboney, proviene de las palabrasaruacas: Ciba que significa piedra y, eyeri queequivale a hombre.

5. En la región caribeña, esas estructuras políticasde transición a la sociedad de clases, se lasdenomina cacicazgos. Tanto en La Españolacomo en Borinquen, estaban más evoluciona-das y consolidadas que las de Cuba, dada lamayor antigüedad del poblamiento.

6. Para ampliar sobre la mitología arauca verRamón Pané: Ob. Cit. y M. López Balart: Elmito Taíno. Raíz y proyección en el AmazoniaCentral, 1976.

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