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:: portada :: Venezuela :: 11-08-2015 Entrevista con el sociólogo venezolano Edgardo Lander "El proceso de transformación de la sociedad venezolana en lo fundamental fracasó" Hugo Prieto contrapunto.com No hay democracia participativa, si el mundo popular se organiza siguiendo la lógica leninista de la verticalidad, si se profundiza el modelo rentista. No hubo una transformación cultural profunda que cambiara la lógica de riqueza infinita Ante una fotografía sería muy difícil hacerse una idea de quién es Edgardo Lander. Su mirada es fría, reflexiva, pero se deshiela apenas sonríe. Su sentido del humor es una herramienta eficaz para rebajar las tensiones que necesariamente trae consigo el hecho de interpelar a la sociedad venezolana. Sus lentes son un señuelo que desvían miradas curiosas, pero no del obturador de la cámara fotográfica. Cada vez que suena el clic reacciona con un gesto casi imperceptible de incomodidad. Apostaría a que nunca lo veremos de traje y corbata, porque Lander, sociólogo por la UCV y con un doctorado en Harvard, contertulio de los pequeños grupos de la izquierda ecologista y oponente acérrimo del neoliberalismo es, ante todo, un libertario. Su postura es desde la izquierda y sus grandes cuestionamientos pasan por el intento de legitimar al proceso bolivariano sobre la base de lo ya existente, profundizando, además, el modelo rentista petrolero. Al declarar el carácter socialista de la llamada revolución bolivariana, en 2005, se inicia una organización vertical y leninista de las comunas y los consejos comunales que lo pinta todo de rojo, rojito, acaba con la noción de autonomía y liquida la democracia participativa. El autoritarismo, el espíritu de cuerpo y la opacidad de los militares difícilmente se encuentren con un modelo democrático. En el discurso había un tejido social promovido por las misiones, pero ante la crisis económica y sus dos pivotes, la inflación y la escasez, la respuesta del mundo popular no fue precisamente solidaria, sino individualista y competitiva. La lógica electoral asfixia las posibilidades políticas -Varias generaciones de venezolanos nos hemos diluido en el rentismo petrolero. Sin embargo, hubo en la IV República y también en la V, un discurso para superar esa trampa, ¿Por qué ha resultado tan difícil deshacerse de ese lastre? -Creo que son muchas las razones. La primera es que tenemos un siglo en esto, un siglo en la construcción de un tipo de modelo político, de un tipo de Estado, de una subjetividad y de una expectativa, incluso, de una noción de qué es Venezuela y de quiénes somos los venezolanos, esta noción de país rico. Tenemos petróleo, tenemos derecho al petróleo. page 1 / 11

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:: portada :: Venezuela :: 11-08-2015 Entrevista con el socilogo venezolano Edgardo Lander"El proceso de transformacin de la sociedad venezolana en lofundamental fracas"Hugo Prietocontrapunto.comNo hay democracia participativa, si el mundo popular se organiza siguiendo la lgica leninista de laverticalidad, si se profundiza el modelo rentista. No hubo una transformacin cultural profunda quecambiara la lgica de riqueza infinitaAnte una fotografa sera muy difcil hacerse una idea de quin es Edgardo Lander. Su mirada esfra, reflexiva, pero se deshiela apenas sonre. Su sentido del humor es una herramienta eficaz pararebajar las tensiones que necesariamente trae consigo el hecho de interpelar a la sociedadvenezolana. Sus lentes son un seuelo que desvan miradas curiosas, pero no del obturador de lacmara fotogrfica. Cada vez que suena el clic reacciona con un gesto casi imperceptible deincomodidad. Apostara a que nunca lo veremos de traje y corbata, porque Lander, socilogo por laUCV y con un doctorado en Harvard, contertulio de los pequeos grupos de la izquierda ecologista yoponente acrrimo del neoliberalismo es, ante todo, un libertario.Su postura es desde la izquierda y sus grandes cuestionamientos pasan por el intento de legitimaral proceso bolivariano sobre la base de lo ya existente, profundizando, adems, el modelo rentistapetrolero. Al declarar el carcter socialista de la llamada revolucin bolivariana, en 2005, se iniciauna organizacin vertical y leninista de las comunas y los consejos comunales que lo pinta todo derojo, rojito, acaba con la nocin de autonoma y liquida la democracia participativa. Elautoritarismo, el espritu de cuerpo y la opacidad de los militares difcilmente se encuentren con unmodelo democrtico. En el discurso haba un tejido social promovido por las misiones, pero ante lacrisis econmica y sus dos pivotes, la inflacin y la escasez, la respuesta del mundo popular no fueprecisamente solidaria, sino individualista y competitiva.La lgica electoral asfixia las posibilidades polticas-Varias generaciones de venezolanos nos hemos diluido en el rentismo petrolero. Sin embargo,hubo en la IV Repblica y tambin en la V, un discurso para superar esa trampa, Por qu haresultado tan difcil deshacerse de ese lastre?-Creo que son muchas las razones. La primera es que tenemos un siglo en esto, un siglo en laconstruccin de un tipo de modelo poltico, de un tipo de Estado, de una subjetividad y de unaexpectativa, incluso, de una nocin de qu es Venezuela y de quines somos los venezolanos, estanocin de pas rico. Tenemos petrleo, tenemos derecho al petrleo.page 1 / 11Esa idea est profundamente instalada en la realidad y forma parte del ADN de los venezolanos. Allest la cancha en la cual se han dado los debates polticos y las confrontaciones durante todo estetiempo. El reconocimiento de asuntos como la sobrevaluacin de la moneda, la enfermedadholandesa y el rentismo, son cosas bien sabidas. Est en la academia y en el discurso poltico esuna especie de obligacin reiterada, de vez en cuando los polticos tienen que hablar del tema.Hay una formalidad de que se tiene conciencia de eso. Pero de hecho, en el corto plazo, la forma enlas cuales se definen los intereses de los grupos empresariales y del partido de gobierno, pasan porprofundizar el rentismo.-Los polticos, cuando invocan el tema, dicen que si realmente intentan cambiar el modelo, lostumban.-Hay una dimensin estructural y cultural de todo esto, pero tambin hay una dimensin en elplano electoral. En la dimensin estructural, es muy difcil ir en contra del sentido comn instaladoen una sociedad. En Venezuela se tiene una visin muy amplia de lo que son los derechos, pero unanocin muy limitada de que esos derechos slo son sostenibles sobre la base del trabajo colectivo,del esfuerzo comn, pero aqu hay petrleo y muy pocas responsabilidades.Afectar, en trminos efectivos, lo que es este sentido comn es muy a contracorriente, difcilmentepuede ejecutarse sin una transformacin cultural profunda. Pero vayamos a algo mucho msconcreto. Las polticas pblicas estn sobredeterminadas por las coyunturas electorales y eso pasapor desarrollar, a su vez, programas electorales atractivos. Cualquier decisin importante, incluidael aumento de la gasolina, se toma midiendo su impacto en las prximas elecciones.Hay una especie de sobredeterminacin del clculo electoral que borra toda posibilidad detransformacin, de ir ms all, de imaginarse un pas diferente, porque se est operando sobre labase de lo existente. En ese sentido, la competencia electoral tiene una funcinextraordinariamente conservadora en los sistemas polticos, porque es la reafirmacin de lossentidos comunes y quien se sale de esos lmites, le va muy mal.La inclusin no es sostenible con gasto pblico-Hay quienes afirman que se ha creado un ambiente propicio para que funcione el voto castigo,justamente porque no hay nada que repartir con la cada de los precios del petrleo, Sera esopage 2 / 11suficiente o influyen otras cosas, por ejemplo, las expectativas y un pensamiento poltico distinto.Usted qu cree?-No, obviamente el voto castigo en modo alguno es suficiente, entre otras cosas porque en eldebate poltico y en la conciencia colectiva venezolana todava no hay un reconocimiento de qu eslo que est en crisis. Se atribuye la crisis, tanto poltica como econmica, a la cada de los preciosdel petrleo, como que si con precios de 100 dlares el barril, estaramos boyantes.Pero, como bien lo dice Asdrbal Baptista, el ingreso petrolero per cpita en Venezuela vienedescendiendo desde los aos 80. Es decir, atravesamos una prolongada crisis que, simplemente, esla constatacin de la inviabilidad de un modelo productivo sustentando en cobrar renta yrepartirla... cobrar renta y repartirla y as sucesivamente, que es lo que hemos venido haciendodesde...-... hace 100 aos, ya lo dijo.-Desde hace tanto tiempo. Uno hubiese podido pensar que en estos aos se abri la oportunidad,sobre la base del reconocimiento de que la renta petrolera haba creado el tipo de Estado, el tipo depoltica y el tipo de sentido comn que haba que superar; cuando Venezuela cont con abundantesrecursos y haba un gobierno extraordinariamente legtimo, porque en algn momento el gobiernode Chvez lo fue, y hubiese tenido capacidad para empujar a la sociedad en contra de los sentidoscomunes instalados, pero lo que se hizo fue reforzar la legitimidad a partir de lo existente.En lugar de buscar transformaciones en el modelo productivo y en los imaginarios de qu tipo desociedad queremos, hacia dnde queremos ir, se reforz la lgica de distribucin y la idea de que lademocracia y la inclusin son posibles mediante el gasto pblico. Y eso, obviamente, es imposible.-No lo es porque el gasto es insuficiente?-El gasto pblico como respuesta a la exclusin, como respuesta a los niveles de deterioro de lascondiciones de vida que vena produciendo el neoliberalismo, obviamente est justificado, pero loest como respuesta a una situacin de dificultades en transicin hacia otra cosa. Obviamente, esmucho mejor una transferencia hacia la mayora de la poblacin, que una transferencia para seguirconcentrando el capital, como vena operando antes.Pero desde el punto de vista de la sostenibilidad en el tiempo, esto no es posible. No lo es desde elpunto de vista poltico-cultural, porque refuerza la lgica de la mentalidad rentista, del pas rico delque hablamos, pero tampoco es posible, porque por ms que crezca la renta petrolera, nunca sersuficiente para satisfacer expectativas crecientes que se van generando en la poblacin.page 3 / 11Tenemos un largo trecho de camino en esta vertiente de crisis terminal del modelo rentista y elproblema es que no sabemos qu caractersticas va a tener ese aterrizaje, necesariamente forzoso,que no se resuelve por la va de que el gobierno pierda las elecciones parlamentarias o de que hayaun referndum revocatorio el siguiente ao.No hay un pronunciamiento de dnde estamos, ni en los debates polticos, ni en los programas degobierno. Las dos opciones de poder se diferencian absolutamente en todo, menos en un pequeodetalle: ambas ofrecan, al menos en la ltima eleccin de Chvez, una produccin petrolera de 6millones de barriles diarios para el final de este perodo constitucional. En todo lo demsdesacuerdo, excepto en la idea de reforzar el modelo rentista petrolero. En eso hay coincidencia,pero eso es lo que hay que discutir. El problema del rentismo en Venezuela es que aqu hayconsenso nacional rentista.La polarizacin reduce todo a la inmediatez-Usted afirma que en Venezuela no hay conciencia de lo que est en crisis. A qu atribuye eso?-Hay un elemento de la coyuntura que no se puede obviar. Aqu ha venido operado la polarizacinpoltica de tal forma que ha empobrecido extraordinariamente la capacidad de reflexin. Todo seconvierte en blanco y negro, hay una especie de filtro que todo lo transforma en gobierno uoposicin. Hay una incapacidad para escarbar ms all de la coyuntura, para ver qu es lo que nosest pasando como sociedad.-Cree que nos hemos embrutecido con la polarizacin?-No s si lo llamara embrutecimiento, pero con toda seguridad hay un empobrecimiento de lareflexin intelectual porque la polarizacin tambin hace que la reflexin sea muy de la coyuntura,muy de la inmediatez. No hay espacios, ni ha habido espacios en la sociedad venezolana, para unareflexin que vaya ms all, que se distancie del da a da, que se pregunte qu nos est pasandocomo pas?, de dnde venimos?, adnde queremos ir?, cmo estas propuestas que se ponensobre la mesa dan cuenta de unas cosas, pero obviamente no dan cuenta de otras?En las universidades, el asunto es dramtico. En la Bolivariana, en lugar de haber una discusinsobre cmo cambiar la sociedad y cules son los retos, lo que hay es una tendencia hacia laoficializacin dogmtica de un discurso, pero igualmente pasa en las universidades autnomas, enpage 4 / 11donde se ha instalado un sentido comn de oposicin. Entonces, dnde est el debate? Si lo vas abuscar en los medios impresos o en la televisin, lo que vas a encontrar es tremendamentelimitado.-Recientemente, la UCAB hizo una serie de propuestas al pas, digamos como algo excepcional,pero lo que priva es un medio en el que unos y otros se han apoltronado en la trinchera ideolgicadonde se siente ms a gusto. No cree que sea una conducta tremendamente irresponsable?-Dramticamente irresponsable, porque no es un asunto que concierne solamente a Venezuela.Actualmente nos enfrentamos en el planeta con condiciones que son extraordinariamentediferentes con las cuales se construy la poltica hasta hace muy poco. En primer lugar tenemosque confrontar el hecho de que el patrn civilizatorio de crecimiento de la sociedad estdestruyendo las condiciones que hacen posible la vida en esta tierra y nos estamos acercandopeligrosamente a un lmite en el cual, con toda seguridad, se produciran cambios de naturalezacatastrfica e irreversibles. Ni siquiera est garantizada la sobrevivencia de la especie humana, sise sigue en este proceso de destruccin, de deforestacin, de emanacin de gases de efectoinvernadero, de calentamiento global, de sobrepesca en los mares, etc, etc.Es necesario reconocer que estamos ante la crisis de un patrn civilizatorio que ha sido muyhegemonizado por el capitalismo y que forma parte de la subjetividad de cada uno de nosotros. Halogrado instalarse como deseo, como expectativa, como nocin... Entendemos y vivimos la vidacomo bienestar material, como abundancia creciente. Estamos montados sobre una locuracolectiva, pero no sobre la base de la ignorancia, sino a pesar del saber, a pesar de conocer, apesar de tener toda evidencia de que lo que hacemos es una locura, es destructivo y no essostenible. Sin embargo, seguimos adelante.El fantasma de la violencia y la guerra civilEl resultado de las elecciones parlamentarias o un referndum revocatorio no son el componentede la ecuacin que resolver el tema del "aterrizaje forzoso". En el siglo XIX de la historia deVenezuela eran las montoneras y en el siglo XX los golpes de Estado. Estamos a las puertas deuna salida violenta?A m lo que me preocupa, y lo que ms me ha preocupado, es que en Venezuela se instale unestado de violencia poltica. La sociedad venezolana es extraordinariamente violenta. Basta ver laestadstica de homicidios. Pero a pesar de eso, desde el punto de vista de la confrontacin poltica,aparte de episodios como La Salida, en 2014, esa violencia extendida no se ha traducido enviolencia poltica en una escala importante.page 5 / 11Pero no hay nada que nos diga en qu momento ese quiebre puede darse. En esta sociedad hayuna distribucin de armas muy extendida, muy "democrtica", uno no puede prever acciones yreacciones, en el plano de la violencia, que una vez que se desaten sean muy difciles de controlar.Y eso va ms all, obviamente, de la voluntad de la dirigencia del gobierno o de la dirigencia de laoposicin. Esa es una amenaza real.As como el planeta avanza en la locura de la destruccin de la vida humana, nosotros avanzamosen nuestra propia locura poltica. Por qu seguimos avanzando?Creo que eso tiene que ver, nuevamente, con el cortoplacismo y la lectura polarizada de todo. Osea, los culpables son los otros, los que estn del otro lado. Nosotros somos pacficos, tranquilos yel gobierno es represivo y dictador o, por el contrario, los otros son agentes de la CIA. La dimensinepistemolgica de la polarizacin, es el bloqueo del conocimiento de lo que est ms all de lalectura inmediata y a veces la lectura de cosas que pudieran ser obvias, pero que estn ms all delo inmediato, aunque sean medianamente reconocidas, son apartadas o dejadas a un lado, porquela mirada de la coyuntura de la polarizacin determina todo lo dems y eso genera una cegueracolectiva. Y en esa ceguera se pueden dar casos o situaciones en la direccin que nadie quiere.Pero an se siguen dando los pasos. No estoy diciendo que estamos caminando hacia la violenciapoltica o a una guerra civil. No quiero que se entienda que lo estoy pronosticando. Pero no estamostomando las medidas que garanticen que eso no pase.-Se acab el espacio para la confrontacin electoral entre dos modelos contrapuestos. Dira que esose extingui. Qu es lo que hay que hacer? Cules son las alternativas que tiene esta sociedadpara enfrentar los grandes problemas que tiene?-Yo dira, en primer lugar, que habra que reconocer la situacin en la cual nos encontramos.Reconocer ms all de la coyuntura, ms all de si gano o pierdo las elecciones, que como sociedadestamos montados sobre una lgica que tiene una extraordinaria inercia, que lleva a que losproblemas fundamentales no estn siendo debatidos, sino ms bien a que sean enunciados,pongamos el caso del rentismo petrolero, tal como se mencion, pero eso no deja de ser unaletana y como toda letana es intil.Aqu hay responsabilidades, posibilidades y opciones en todos los mbitos. Me refer a la necesidadde recuperar el espacio universitario, por ejemplo, como un lugar idneo para la reflexin colectivasobre la contraposicin de posibilidades de pas, pero eso en Venezuela, en lo fundamental, estperdido, hay un empobrecimiento radical de la produccin acadmica, que es extraordinariamentelamentable, porque la produccin intelectual mono ideolgica, no va para ninguna parte.page 6 / 11La lgica leninista contra el tejido social solidario-No se supone que las universidades son esclavas del libre pensamiento?-Se supone. Pero por otra parte, tambin hay otro terreno en el cual estn pasando cosas deorganizacin y de bsqueda. Me refiero al mundo popular organizado. La apuesta poltica msimportante de transformacin que se plante el chavismo es esto que se denomina poder popular,comuna, consejos comunales, mesas tcnicas de agua. El problema es que este proyecto deorganizacin popular en Venezuela ha estado atravesado, desde sus inicios, por una profundacontradiccin.Por una parte, la nocin de autogobierno, la nocin de polticas sociales orientadas a fomentar eltejido social orgnico de los sectores populares el mejor ejemplo es el inicio de Barrio Adentro, sila comunidad no hace el censo, si no sabe quines son las mujeres embarazadas, si no hace elenlace con las instituciones para conseguir los medicamentos, qu puede hacer un mdicocubano?, pues no funciona, no pasa nada, y eso estuvo pensado as desde sus inicios, pero desdeque el proceso venezolano se declara socialista, en 2005, comienza a institucionalizarse unaorganizacin ms rgida y la nocin de que el Estado dirige, controla. Digamos, la instalacin de unalgica leninista en la relacin del Estado con la sociedad.Mucho ms burocrtica?S, pero yo me refiero a la lgica leninista de verticalidad.Que ya sabemos adnde conduce-S, claro, no es que estamos empezando de cero como si no hubiera pasado nada en el mundo.Conocemos la Historia. Entonces, qu ha pasado? En la relacin de este proceso de construccinde tejido social comunas, consejos comunales, poder popular hay una contradiccin permanenteentre el impulso organizativo, que ha sido real y que efectivamente impact a una sociedadrelativamente poco organizada y sometida a la lgica de la partidizacin de los tiempos anteriores,generando experiencias variadas y diversas, algunas de gran riqueza, pero a la vez envueltos en lacontradiccin de depender de los recursos pblicos y sometidos a la lgica leninista, cuyacaricatura son los consejos comunales rojos rojitos.Si te planteas otro patrn de democracia, desde las bases, desde el autogobierno y la pluralidad delas comunidades, eso pasa necesariamente por formas de organizacin popular que reflejen ladiversidad de la existencia del pueblo.page 7 / 11-Si ha sido el caso, se liquida la democracia participativa.-Claro. En la medida en que esta lgica se impone, obviamente, aplasta la democracia participativa.Lo que quiero destacar es que en Venezuela esta relacin ha llevado a resultados diferentes endistintos lugares del pas. Hay experiencias donde uno advierte una organizacin popular real y esotiene que ver con muchas cosas, tiene que ver con las particularidades concretas de la gente quevive all, si la gente tuvo o no una experiencia poltica previa, si tena capacidad para mirar elchavismo desde una experiencia diferente o, por el contrario, si esa es la primera vez que nosreunimos en asamblea para hablar de los problemas colectivos, o si es la primera vez que hacemosun censo para identificar prioridades, en donde alguien podra preguntar "qu es eso deautonoma?" "a qu viene ese cuento?".Creo que con el tiempo se fue instalando ms la lgica de control vertical y una caricatura deconsejos comunales rojos rojitos. Pero de todas maneras ha habido una experiencia popularextendida, que en muchos lugares sigue activa, sigue vigente, sigue reaccionado.Sin embargo, cuando uno advierte cmo ha reaccionado el mundo popular venezolano ante la crisisde los ltimos dos aos, a la inflacin y a la escasez fundamentalmente, uno puede preguntarse Yel tejido social solidario que se vena construyendo en estos aos, qu paso? Resulta queencontramos que este tejido social tena unos niveles de fragilidad mucho mayores de los quepareca hasta hace unos tres aos y la respuesta a la crisis no ha sido precisamente solidaria, sinoindividual y competitiva. De acuerdo a Datanalsis, el 70% de la gente que hace cola sonbachaqueros.-Uno pudiera pensar que esas experiencias populares tal vez sirvan para contener una salidaautoritaria, pero si la relacin ha sido francamente leninista y, adems, la respuesta ante la crisisha sido individual y competitiva, tal vez no haya una respuesta poltica y la gente opte porquedarse en sus casas.-T ests planteando una salida autoritaria dirigida por quin?-Por factores polticos distintos al gobierno o por el hecho de que se profundice la lnea leninista,que no sera otra cosa que la instauracin de un Estado totalitario.-Creo que las posibilidades de una salida autoritaria, ya sea por la va de una ruptura constitucionalpor el propio gobierno, si ve que va a perder las elecciones o una salida extra constitucional, por elotro lado, como obviamente se plante el ao pasado y que no era precisamente una "salida" parala recuperacin de la democracia ni nada por el estilo, no las veo como cosas probables queocurran.page 8 / 11Despus de tiempos de una extraordinaria politizacin, actualmente hay en la poblacinvenezolana una especie de cansancio y descreimiento. Yo no encuentro grandes pasiones queestn operando ni a favor del gobierno, ni a favor de una movilizacin amplia de una alternativadistinta. Creo que si se cumplen los pronsticos de las encuestas y la oposicin gana las eleccionesparlamentarias, esto no va a ser un acto de gran movilizacin popular, sino una especie de votocastigo y de hartazgo ante las dificultades de la vida cotidiana.Repito, a m lo que ms me preocupa es que ms all de la voluntad del PSUV, ms all de lavoluntad de la mayora de la MUD, pueden desatarse procesos que generen violencia, que tenganconsecuencias difciles de controlar. A medida que nos acerquemos a diciembre, puede habersituaciones de creciente tensin. No veo en ninguno de los dos lados, repito, el propsito de crearlas condiciones para una guerra civil. Pero las guerras civiles que conocemos nunca fuerondeclaradas. As no pasan esas cosas.La corrupcin ha permeado a amplios sectores-A mayor crisis, mayor visibilidad de la corrupcin. Sin embargo, hay hechos manifiestos einocultables (los 20 mil millones de dlares de los que habl el ex ministro Giordani), Ese hecho noacelera el hartazgo hacia la poltica y aumenta el deseo de darle la vuelta a la tortilla?-Lo que pasa es que ese ingrediente es extraordinariamente complejo y est en todas partes. Porejemplo, en todo el manejo de las divisas ha habido un componente fundamental de corrupcin delsector privado. No es algo que se le pueda atribuir slo al gobierno. A m me parece creble que hayuna naturalizacin de la corrupcin en la sociedad venezolana actual, donde los lmites de loaceptable y lo no aceptable, terminan por desdibujarse.La corrupcin ha permeado hacia sectores muy amplios de la sociedad. Las formas en que opera elbachaqueo, al igual que el contrabando de extraccin, por ejemplo, son modalidades de lacorrupcin; pensar que esas son mafias organizadas en las ciudades, obviamente, no es cierto. Mecontaban que en una cola, en Barquisimeto, gente con posturas de oposicin deca:vamos a tenerque votar por el gobierno, porque gracias a este gobierno existen estas colas y con el bachaqueonos estamos metiendo el billete que nos estamos metiendo. Hay una descomposicin tica queest operando muy fuerte.-En la corrupcin hay una participacin importante del sector militar, pero de eso se habla muypoco en Venezuela.page 9 / 11-Ese es un tema muy importante para reconocer, en estos aos de chavismo, por qu hemosllegado a donde hemos llegado y eso tiene que ver con el componente militar. La cultura militar espor definicin vertical y autoritaria y por lo tanto es contradictoria con una nocin de democraciapensada en trminos igualitarios, horizontales, participativa. Son dos patrones culturales que muydifcilmente se pueden encontrar.-No cree en la alianza cvico militar?-Yo creo que la forma en que se ha dado la presencia masiva de militares en la gestin pblica habloqueado de forma permanente el ejercicio de la democracia, entre otras cosas, porque lademocracia pasa por la transparencia y la lgica militar implica lo contrario, la opacidad.Creo, por ejemplo, que las formas primarias de la corrupcin en estos aos, han tenido que ver conel estamento militar, con la particularidad de que los militares operan con espritu de cuerpo, lo quehace mucho ms difcil la posibilidad de denunciar, de investigar, de controlar y, por otra parte, elapoyo militar ha sido demasiado importante para este gobierno como para que los civiles quegobiernan se atrevan a tocar demasiado al sector militar. Se ha vuelto algo inasible.Cuando uno ve lo que ocurre con el contrabando en la frontera o con la explotacin del oro enGuayana resulta que esas cosas no son controlables, porque en cada uno de los casos est laGuardia Nacional u otro componente militar que forma parte del negocio. Los cuentos que llegandel estado Bolvar es que cuando se renueva un grupo militar las cosas cambian por unas semanasy rpidamente se encuentran los mecanismos en los que terminan envueltos en las cadenas decorrupcin.El Estado, en esas condiciones, carece de instrumentos con los cuales regular y controlar estasactividades ilegales, porque los instrumentos con que cuenta terminan siendo copartcipes deaquellas cosas que se quieren regular o controlar. Hay un tema fundamental de recuperacin de lademocracia que tiene que ver con sacar de la gestin pblica al sector militar.Hay proceso bolivariano? O no hay? O simplemente esto se agot?En trminos globales de balance, que ya podemos hacer despus de tres lustros, es que esto,como proceso de transformacin de la sociedad venezolana, en lo fundamental fracas. Y fracasporque no cuestion el modelo productivo rentista, que era una condicin indispensable para lograresa transformacin. Si eso no se toca, ninguna otra cosa es posible. Fracas porque repiti la lgicadel llamado socialismo real, segn la cual la sociedad se puede cambiar desde el Estado. Unareorganizacin de arriba para abajo, mientras la experiencia demuestra que eso es unaimposibilidad.page 10 / 11Ms que una imposibilidad es una tragedia.Claro, una imposibilidad trgica, pero que tiene consecuencias. Creo que es absolutamenteindispensable salir de esa trampa maniquea de pensar que es Estado o mercado, y la posibilidad dereconocimiento de que la sociedad es mucho ms que una cosa o la otra. La sociedad es unconjunto de formas de vida, de tejido social, de institucionalidades, de prcticas colectivas ycuando la sociedad es sometida a una lgica de organizacin vertical desde el Estado o a una lgicade mercantilizacin de todo lo que hay en ella, conducen por igual a situaciones donde no esposible la vida, donde no es posible la democracia.Fuente: http://www.contrapunto.com/noticia/edgardo-lander-el-tejido-solidario-devino-en-un-bachaqueo-individualista-y-competitivo/page 11 / 11