LACERAMICA FUNERARIA DE MUEL - repositorio.uam.es
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LACERAMICAFUNERARIA DE MUELMARTA PEREZ IBAÑEZ
INTRODUCCION
Muel, pequeña localidad situada aescasos kilómetros de la capital zaragozana. es uno de los centros cerámicos aragoneses de mayor tradición e interés artístico, y a él se handirigido habitualmente los estud iosque sobre este tema se han realizado. Analizar la cerámica de Muelhoy en día es un trabajo tan laborioso como interesante, ya que durante el siglo pasado y comienzos deéste se han sucedido numerosasevoluciones en las formas y en la decoración, que nos permite una claradivisión cronológica en diferentes series o etapas . división que conocemos a través de investigadores comoIsabel Alvaro Zamora. Aún en la actualidad se repiten algunas de las soluciones más comunes en períodos
Lápida sepulcra l de 1896 del Cementerio de Mue l (Za ra goz a).
tan prolíficos como los últimos veinteaños del siglo anter ior y tre inta primeros del presente.
Pero un ejemplo que no sólo nosmuestra estas características . sinotambién una cost umbre muy arraigada en numerosos centros alfareros de España, y sobre todo de Araq ón, es el análisis de las lápidasfunerar ias cerámicas que aún en laactualidad podemos encontrar en losviejos cementerios de nuestros pueblos. Muel es un caso excepcional. yaque, debido a esa gran trad ición ceramista a la que hacíamos mención,ha conservado valiosos restos de dichas lápidas. algunas de las cuales degran antigüedad. y todas ellas asombrosas por su originalidad y por ladelicadeza de su factura. En ciertomodo pudiera pensarse que este hecho supone una descontextualización de las propias lápidas. que hanabandonado su ubicación originalpara pasar a decorar algunos murosdel cementerio. Pero. pese a ello, demuestra un interés poco común porel manten imiento de una tradiciónfuerteme nte arraigada, que de otromodo habría desaparecido, en pos delas modernas lápidas de mármol.
ORIGENES y TRADICION
Haciendo un poco de historia, observamos que la tradición de azulejería y lápidas en este área centra lzaragozana se remonta a varios siglos atrás, siendo el artesano mudéjar el que implanta formas y decoraciones muy concretas. Pero, a partirde la expulsión de los moriscos y dela consiguiente repob lación de losprincipales centros agrarios y artesanales. grandes focos de atracciónde los nuevos repobladores, quedarádeterminada la evolución de la tipología anterior y la asimilación de nuevas formas traídas de otros centrosalfareros por los nuevos artesano sque se asentaron en estas áreas.
Esta segunda etapa en la cerámicade Muel se ext iende desde el sigloXVII hasta comienzos del xx, y se caracteriza no sólo por la amplia variedad de formas cerámicas. sino - y eslo que más nos interesa en este es-
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tudio- por las series decorativas quese van sucediendo periódicamente, yque dejarán su impronta en la producción de azulejos y, cómo no, delápidas funerarias. Pero, dado que losrestos de estas últimas nos retrotraen tan sólo a la segunda mitad delsiglo XIX, nos centraremos a partir deahora en los orígenes y evolución delos diferentes motivos decorativosque aparecen en esta etapa, abarcando casi un siglo.
FORMA DE LAS LAPIDAS
Estudiando las lápidas existentesen el cementerio de Muel , podemosobservar una clara evolución, tanto enlas formas como en los motivos decorativos, según las fechas de cadauna de ellas. Las más antiguas se remontan a los años en tomo a 185560 , siendo éstas de tamaño ligeramente interior, oscilando entre 25 y35 cm. de lado, y generalmente cuadradas o con el borde superior curvado cas i en semicircunferencia.Cabe destacar que, a medida que fueavanzando el siglo , se difundieron laslápidas term inadas en ángu lo o ligeramente curvas, a la vez que pasaron de ser casi siempre cuadradas auna tendencia al ensanchamiento,que puede entroncar con las formasde las nuevas lápidas que se empezaban a fabricar en piedra o mármol.Las placas solían componerse generalmente de una sola pieza, a diferencia de la trad ición turolense delensamblaje de varios azulejos, aunque también en Muel se puede encontrar algún ejemplo de este tipo . Elproceso de fabricación comenzabarecortando la placa de barro con laforma deseada , que se cocía, y a laque se aplicaba posteriormente unbarniz de estaño, tras lo que se procedía a su decoración con uno o varios tonos.
COLORES Y VARIACIONESCROMATICAS
El tipo de decoración que se impuso aproximadamente desde 1610,y que perduró hasta nuestro siglo, sebasaba en motivos azules, en diferentes gamas, destacándose conclaridad sobre el fondo siempreblanco-lechoso de su bam iz estannífero. El tono más frecuente es un azulgrisáceo, generalmente pálido, que seenriquece a menudo med iante gradaciones tonales, llegando hasta unazu l intenso o violáceo, que se impuso a finales del siglo XIX. A vecesse sol ía acompañar a este color dominante con algunos efectos de
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Lápida sepulcral del cementerio de Muel (zaragoza) de 1900.
verde esmeralda claro, morado demanganeso, que daba calidades negruzcas o pardas, o, en algunos casos, rosa claro para detalles florales.Está documentado que la apariciónen Muel de repobladores de procedencia reusense condicionó el hechode que se implantaran estos tonos deorigen Catalán, y sobre todo se creeque se debe a ellos la asimilación porlos nuevos artesanos de determinados motivos decorativos , que seríanposteriormente utilizados como modelo de ulteriores variaciones. Hayque destacar también que el or igende la decoración de estampación,muy común también en las lápidasque estudiamos, pudiera tener su origen en ese mismo hecho, dado queaparecen motivos de este estilo enpiezas cerámicas de gran ant igüedad.
ELEMENTOS DECORATIVOS
En cuanto a los motivos de decoración , podemos hallar diferentes ymuy variados estilos . En las lápidasmás sencillas, junto al tema habitualde nombre y edad del difunto y fechade su muerte, aparece como únicaornamentación una cruz en la partesuperior y la clásica fórmula RIP encaracteres ligeramente distintos. Enlas más antiguas predomina una decoración simple de bandas onduladas o paralelas enmarcando la placa,en algunas ocas iones con hojas depalma o piñas en las esquinas, o incluso con clavos tipo diamante. También es común observar que estasprimeras formas vegetales muestranuna est ilización especial que ya aparece en la utilizada por estas mismasfechas en vajilla y en la azulejería deeste área , decoración a la que nosrecuerda en gran medida.
Además de estas formas decorativas sencillas, ya sean geométricas ovegeta les, encontramos con frecuencia motivos más artísticos, como ca-

Lápida de Muel (Zaragoza) de 1901.
pillas, mausoleos, cipreses, sauces,o, más comunmente, ángeles, en laslápidas infantiles. Lo más general esque este tipo de decoración esté tratada en un estilo más preciosista, yque sea aquí donde la conjunción dediferentes colores y tonalidades sehaga patente, mientras que los datosque describen al difunto aparecensiempre en la habitua l tonal idad deazul. También resulta interesante elhecho de que las lápidas más sencillas se decoran principalmente con lacruz, como esencial motivo, mientrasque las más elaboradas renuncian aella para introducir elementos de carácter más art ístico , como los quehemos mencionado ya.
Es de destacar una lápida de 1891,en la que el juego de azules y verdes,y la lograda perspect iva en los sauces y los ángeles, hace de ella uno delos ejemplos más notab les del conjunto de Mue!. Mot ivos más delicados, pero que igualmente llamannuestra atención, son los de jarronesy guimaldas. que se repiten con ciertareiterac ión y siempre comb inandoformas estilizadas y colores suaves,y creando efectos de gran lirismo. Undestacado ejemplo de este tipo demotivo es la lápida de Eusebio Vicente Benito, fallecido en 1857 a losnueve meses de edad, y en la queparece haber una asimilación entre elefecto floral y la corta edad del difunto. Hay que destacar también quecuenta con la decoración de pequeños ángeles con los símbolos de laPasión, además de ir rubricada conun pequeño poema, dirigido presuntamente por el niño a su madre. y noexento de un cierto aire de temura ypatetismo.
Hemos de mencionar también otralápida, de la que sólo conservamos elfragmento inferior, decorado en subase por dos figuras ·que flanqueanel sepulcro, un ángel y un Cristo Resucitado , con un delicado juego deluces y sombras, y siempre en el tonoazul cobalto, tan común en la zona.
El resto del fragmento que conser vamos de esta lápida está ocupadopor un poema alusivo a las virtudesdel difunto , en la misma línea estilística del anteriormente comentado, yque supone uno de los aspectos másreiterat ivos en el conjunto de lápidasde Muel. Es curioso tener en cuentaque muchas de ellas reducen la casitotalidad de su espacio a dichascompos iciones versadas, que resumen también el ruego a Dios de losfamiliares por el alma del fallecido.Estas estrofas , de gran raigambrepopu lar, se extendieron por toda laregión, pero sin ser exclusivas de ella,ya que en muchos y muy distantespuntos de España encontramos lápidas funerar ias con este tipo de estrofas versadas.
AUTORIA DE LAS LAPIDAS.LA FAMILIA SOLER
En general, estas lápidas aparecenanónimas, sin firma ni marca del artesano que las ha realizado. Sin embargo, y como nota excepcional, seha encontrado en una de 1855, en elángulo inferior izquierdo «Por RoqueSoler. Muel». Curiosamente. hemospodido constatar que dicho artesanoformaba parte de una de las principales familiasalfareras del lugar, y erapadre de Marceliano Soler, que todavía en 1936 seguía trabajandodesde Muel para toda la provincia deZaragoza, y también Teruel, y siendoél el artesano a quien se encargó larestau ración de las tejas que faltaban en el tejado del templo del Pilarde la capital zaragozana. Fue Marceliano Soler uno de los últimos artesanos que mantuvieron viva la másantigua trad ición alferera del lugar,antes de que se perdiera casi porcompleto . Es difícil encontrar en todala provincia lápidas funerarias posteriores a la posguerra, a los años cuarenta, ya que desde entonces se impuso con gran fuerza la nuevatecnología y la producción ceramistaen serie, con lo cual los pequeños ytradicionales alfares quedaron en último lugar, detrás de las nuevas fábricas de loza y cerámica.
Por otra parte, es triste que seaMuel uno de los pocos ejemplos enlos que aún podemos encontrar yapreciar los últimos vestigios de lápidas cerámicas, que tanto se difundieron por esta región del centro deZaragoza , y por otros muchos puntos de España. Desgraciadamente, laaparición de la piedra y el mármol enlos cementerios aragoneses ha provocado que se pierda, como es lógico , no sólo una tradición secular,
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sino el ejemplo original de una producción artesana de gran valor popular y artístico que, a nuestro parecer, y como tantas otras, perteneceya al pasado. El cementerio de Zaragoza capital, sin ir más lejos, desapareció por completo, incluyendo suslápidas, para dejar espacio a unnuevo cementerio de varios kilómetros de extensión, completamenteremodelado , en el que ya todas laslápidas de los últimos años se hanfabricado de mármol. Ya hemos comentado que la solución a la que seha llegado en Mue! fue la de disponerlas viejas lápidas de cerámica con unsentido ornamental, disponiéndolascomo decoración adosadas a losmuros del mismo. Es triste que seaéste el único remedio para que no sepierdan estos valiosos restos , contando aún con el lógico peligro paralas lápidas. Si existiera un mayor interés , estas piezas podrían pasar aser expuestas en numerosos museos, como ejemplo de una tradiciónpopular a extinguir. Pero, aíortuna-
damente, contamos con el complejode Muel como claro exponente deuno de los centros productivos de lápidas cerámicas más importantes deEspaña.
BIBLlOGRAFIA
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