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E l camino iniciado por los españoles y poste- riormente por los por- tugueses descubriendo rutas hacia el nuevo mundo abrió el horizonte a nuevas exploraciones, había un bas- to mundo por descubrir para las potencias navales euro- peas, las costas de América ya no eran suficientes para saciar la sed de conquista de los europeos, por lo que de forma imparable se lanzan a una carrera por conquistar nuevas tierras. Para poder llevar a cabo nuevas hazañas era necesario contar con los medios técnicos L’Aurore Durante el siglo XVII la marina científica tomó cierta relevancia, cada vez era más importante contar con una cartografía fiable para poder adentrarse en los océanos y poder localizar puntos específicos en lugares remotos sin riesgo a perderse. Textos y fotos: Viçens Roca y Antonio Alcaraz ARTÍCULO Corveta 1766-775

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El camino iniciado por los españoles y poste-riormente por los por-tugueses descubriendo

rutas hacia el nuevo mundo abrió el horizonte a nuevas exploraciones, había un bas-to mundo por descubrir para las potencias navales euro-peas, las costas de América ya no eran suficientes para saciar la sed de conquista de los europeos, por lo que de forma imparable se lanzan a una carrera por conquistar nuevas tierras.

Para poder llevar a cabo nuevas hazañas era necesario contar con los medios técnicos

L’AuroreDurante el siglo XVII la marina científica tomó cierta relevancia, cada vez era más importante contar con una cartografía fiable para poder adentrarse en los océanos y poder localizar puntos específicos en lugares remotos sin riesgo a perderse.

Textos y fotos: Viçens Roca y Antonio Alcaraz

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necesarios para poder llevarlas a acabo, por lo que la comu-nidad científica toma cartas en el asunto aportando su saber y dotar a los nuevos marinos del instrumental para poder navegar por los inmensos océanos con ciertas garantías, haciéndose cada vez más im-prescindibles las expediciones científicas para probar nuevos métodos de control del tiempo y aplicarlos a la medición de las latitudes.

L’Aurore era un navío esencialmente de arquitec-tura naval civil, por lo que se aprecian considerablemente diferencias estructurales con

los navíos tradicionales de la marina de guerra del Siglo XVIII.

En 1766 fue preparado por encargo de la Académie des Sciences de París para que bajo el patrocinio de uno de sus distinguidos miembros el Marqués de Courtanvaux llevara a cabo una investi-gación científica por el Mar del Norte, para comprobar varios instrumentos de na-vegación, entre ellos el reloj de P. Leroy que facilitaría determinar las longitudes en la navegación.

En este primer viaje se de-tectaron unas variaciones

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en el tiempo y en la longitud, por lo que al regreso se pro-puso hacer un segundo viaje de experimentación después de hacer los retoques perti-nentes.

El primer reloj existe toda-vía hoy en el Conservatoire National des Arts et Métiers de París.

Prácticamente se puede decir que los antecedentes del reloj náutico se le pueden otorgar al inglés John Harri-son (1693-1776) que inventó un compensador de varillas en el que dos metales diferen-tes al expandirse en forma in-versa, equilibraban su dilata-ción térmica. Este compensa-

dor constituyó en 1736 la ba-se del primer cronómetro de Harrison que posteriormente resultó mejorado con la colo-cación de un dispositivo de fuerza constante (1745) y con la utilización de una lámina bimetálica unida al extremo de una espiral (1749) ganó la recompensa de 10.000 libras

ofrecida por el Parlamento Británico al que ofrecería el método más práctico para determinar el tiempo y la lon-gitud en el mar.

EL AuToREl modelo ha sido construido por D. Viçens Roca, modelista perteneciente al Club de Mo-

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delismo de Lloret de Mar, se trata de un experto modelis-ta que desde muy temprana edad se ha dedicado al mun-do del modelismo naval, en la anterior edición de Polop de la Marina consiguió dos me-dallas, una de oro y otra de plata en las diferentes modali-dades en las que participó.

Hombre meticuloso en sus trabajos y de carácter afable, que no duda en compartir sus conocimientos con otros modelistas. Durante la visita nos abrió las puertas de su taller y nos mostró sus tra-bajos, todos ellos de gran calidad, que atesora y trata con mimo ya que se puede decir que es parte de su vida, en la que habrá construido una treintena de modelos de los cuales conserva más de veinte modelos.

El modelo está construido a escala 1:36, basándose en los planos obtenidos del libro Gérard Delacroix, de la co-lección Archéologie Navale Française.

Para la construcción ha utilizado diferentes tipos de madera, aunque básicamen-te madera de peral, ya que como nos comenta el autor de esta obra, así como otros modelistas para las construc-ción de modelos de época donde el trabajo de la made-ra queda a la vista, la made-ra de peral da muy buenos resultados, recordemos los modelos que se publicaron en el especial de Sant Malo, la mayoría de estos modelos han sido construido con este tipo de madera.

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