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LA ANTÍTESIS COMO RECURSO DIDÁCTICO Y PEDAGÓGICO EN LEANDRO DE SEVILLA. FUENTES DE SUS ANTÍTESIS (I). ANTONIO GÓMEZ COBO Introducción. El estudio del recurso retórico de la antítesis como medio pedagógico, requiere, en cualquier autor, que nos remontemos al contexto en que se uti- liza y a las fuentes de las que arranca. El contexto nos ofrecerá una com- prensión correcta y las fuentes nos manifestarán el camino recorrido hasta llegar al momento, a la forma y a la situación en que el autor expresa su pensamiento. Leandro de Sevilla no es una excepción. Sus fuentes son especialmente su formación clásica y su formación cristiana, fundamentada lógicamente en dos pilares: la Sagrada Escritura y la literatura patrística anterior. Por esa razón realizaremos antes unas consideraciones someras sobre el papel y la significatividad de este recurso en algunos autores clásicos, para pasar luego al binomio sobre el que cimienta su doctrina (Sagrada Escritu- ra y literatura patrística) y desde ahí intentaremos una aproximación a los escritos que se conservan de Leandro 1 . Nos detendremos en ellos haciendo unas reflexiones sobre los pasajes más significativos y sobre el contenido 1 Nos referimos al De institutione virginum et contemptu mundi. Ed. bilingüe de J. Velázquez Arenas. Madrid, 1979. Lo citaremos con las abrevituras (DIV) que el mismo J. Velázquez utiliza. Esta obrita está dividida en dos partes: Praefatio, que se cita con números árabes, y la segunda parte, que se cita con números romanos para cada capítulo, y números árabes para cada versículo. Por tanto, en la Praefatio nos limitaremos a citar sólo con núme- Carth 25 (2009) 1-41

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LA ANTÍTESIS COMO RECURSO DIDÁCTICOY PEDAGÓGICO EN LEANDRO DE SEVILLA.

FUENTES DE SUS ANTÍTESIS (I).

ANTONIO GÓMEZ COBO

Introducción.

El estudio del recurso retórico de la antítesis como medio pedagógico,requiere, en cualquier autor, que nos remontemos al contexto en que se uti-liza y a las fuentes de las que arranca. El contexto nos ofrecerá una com-prensión correcta y las fuentes nos manifestarán el camino recorrido hastallegar al momento, a la forma y a la situación en que el autor expresa supensamiento. Leandro de Sevilla no es una excepción. Sus fuentes sonespecialmente su formación clásica y su formación cristiana, fundamentadalógicamente en dos pilares: la Sagrada Escritura y la literatura patrísticaanterior.

Por esa razón realizaremos antes unas consideraciones someras sobre elpapel y la significatividad de este recurso en algunos autores clásicos, parapasar luego al binomio sobre el que cimienta su doctrina (Sagrada Escritu-ra y literatura patrística) y desde ahí intentaremos una aproximación a losescritos que se conservan de Leandro1. Nos detendremos en ellos haciendounas reflexiones sobre los pasajes más significativos y sobre el contenido

1 Nos referimos al De institutione virginum et contemptu mundi. Ed. bilingüe de J.Velázquez Arenas. Madrid, 1979. Lo citaremos con las abrevituras (DIV) que el mismo J.Velázquez utiliza. Esta obrita está dividida en dos partes: Praefatio, que se cita con númerosárabes, y la segunda parte, que se cita con números romanos para cada capítulo, y númerosárabes para cada versículo. Por tanto, en la Praefatio nos limitaremos a citar sólo con núme-

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de sus pensamientos. Su vena clásica se manifestará de modo especial en eluso (consciente o no) que hace de los recursos retóricos de los que lograuna gran rentabilidad y, de modo particular, en el uso de la antítesis que esla que principalmente ocupará este estudio. Es indudable que utiliza lasfiguras retóricas para transmitir sus enseñanzas y es cierto que de ellasobtiene logros significativamente rentables, sobre todo cuando utiliza laantítesis para transmitir su doctrina y sus enseñanzas. Con esta “intensifi-cación por contraste” remarca sus pensamientos para lograr grabarlos conmayor intensidad en la mente de sus lectores y de sus oyentes. La expresiónde un pensamiento puede tener, por sí misma, fuerza suficiente para calaren los oyentes o en los lectores, pero cuando además se recurre, para ello,al contraste, su claridad e intensidad se hacen más profundas y agudasdejando sus huellas en la mente de los receptores.

En consecuencia, examinaremos las dos obras de nuestro autor anali-zando algunos ejemplos de antítesis y reflexionando sobre los puntos queconsideremos de mayor interés para nuestro propósito. Antes, sin embargo,de acuerdo con lo dicho, haremos un recorrido por la literatura clásica,bíblica y patrística, fundamentos, tanto en la forma como en el fondo, desus pensamientos y reflexiones.

La antítesis en la literatura clásica.

Sabemos que desde el principio la antítesis fue un medio artístico y unrecurso literario importante ya que a partir de Homero la vemos empleadacon gran efectividad y con rentabilidad significativa. Aunque no la estudie-mos en su lengua original, la de Homero, que sería lo deseable, veremosalgunos casos en donde brilla este recurso de contraste. Hablando de Crises,sacerdote de Apolo, después del enfrentamiento con el desconsideradoAgamenón y mientras el anciano sacerdote se retira de aquel lugar, como se

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ros árabes sin especificar lo de praefatio. Indicaremos que se refiere a la praefatio del DIVsólo en los casos que se puedan prestar a confusión. En la segunda parte, por ejemplo: III, 1,será capítulo III, versículo 1. La otra obra de Leandro que se conserva es la Homelia SanctiLeandri episcopi in laude Ecclesiae ob conversionem gentis post concilium et confirmatio-nem canonum edita, de la edición crítica de G. MARTÍNEZ Y F. RODRÍGUEZ, La coleccióncanónica hispana. V. Concilios hispanos. Madrid, 1992 148-159. Citaremos esta obra con elnúmero de la página y el de las líneas que abarque cada cita. Por ejemplo: 158, 100-101, serápágina 158 y líneas 100 a 1001. Se puede ver también A. GÓMEZ COBO, La homelia in laudeEcclesiae de Leandro de Sevilla. Estudio y valoración. Murcia, 1999.

le había ordenado, afirma lo siguiente el poeta: “Temió el anciano y obede-ció su mandato. Caminó silencioso a orillas del resonante mar”2. El poetaopone el silencio interior de Crises al murmullo exterior del mar pararemarcar el intenso dolor del que nace su súplica3: “Paguen los dánaos mislágrimas con tus flechas”, ruega el sacerdote a su dios Apolo. La preocu-pación de Zeus es agrandada por contraste con las preocupaciones de losotros dioses y las de los hombres: “Los demás dioses y también los hom-bres con yelmo de caballo dormían la noche entera, a Zeus, en cambio, nole cogía el agradable sueño”4. El talante impulsivo de los jóvenes frenteal talante reflexivo de los ancianos es explicado con las siguientes pala-bras: “El espíritu de los jóvenes es cambiante, pero el anciano, en susobras, sopesa el pasado y el porvenir y obra con equidad”5.

En consecuencia, el contraste de ideas, palabras o expresiones fue,desde antiguo, algo habitual especialmente en los discursos solemnes6,dado que el choque de pensamientos, palabras o grupos de palabras y depensamientos, lo cual es de mayor fuerza en retórica, se utiliza para remar-car y subrayar una oposición. Todos los autores, pero especialmente losoradores, utilizaron esta figura; de ahí que Gorgias la recomendara paraobtener efectos sorprendentes en el lector o en sus oyentes, pues pensabaque algunas características estilísticas, entre las que se halla la antítesis,hacen a la prosa persuasiva7. Los griegos, en general, sentían gran atracciónpor ella. Prueba de ello es que el llamado método socrático se fundamentaen la antítesis. También fue para Aristóteles “una fuente importante de agu-deza”; según él, el paralelismo y la antítesis se robustecen con la semejan-za estructural o parisosis y con la semejanza de sonidos o paromoiosis8. Sin

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2 HOMERO, La Ilíada. Edición de F. SANZ FRANCO. Barcelona, 1971, Il. I, 33-34. Enadelante utilizaremos esta edición.

3 “La referencia al estruendo del mar sirve para realzar el dolor del anciano sacerdotede Apolo, recordándole sus piadosos sacrificios” (A.V. MONDADA, Literatura griega: Home-ro. México, 1973 61).

4 HOMERO, Ilíada, 2, 1-2. 5 Il. 3, 108-109.6 Cf. A. ORTEGA CARMONA, Retórica. El arte de hablar en público. Madrid, 1971 190.

En adelante lo citaremos como Retórica... 7 “Hoc genere antiqui iam ante Isocratem delectabantur et maxime Gorgias, cuius in

oratione plerumque efficit numerum ipsa concinnitas” (M. TULLI CICERONIS, Orator ad M.Brutum . Aurea latinitatis bibliotheca. A cura di Editoria Elettronica- Editel. Testi scelti aPaolo Mastrandrea. Zanichelli Editore- Olivetti Education. Para todos los textos clásicosseguimos esta edición electrónica. A M. Tullio Cicerón lo citaremos en adelante como CIC.).

8 Cf. J. J. MURPHY (ed.), “Orígenes y primer desarrollo de la retórica”, en Sinopsis his-tórica de la retórica clásica. Madrid, 1983 20 21 12 30 98 19.

embargo, los sofistas exageraron hasta el extremo este recurso que habíasido creado para causar impacto o impresión en oyentes o lectores, precisa-mente en los momentos de gran expectación al intentar “exprimirla” almáximo sacándole los mayores rendimientos.

Cicerón recurrió acertadamente a ella al disponer simétricamente miem-bros contrarios, para obtener una prosa rítmica y fuerte como en el casosiguiente: “Id quod scis prodest nihil, id quod nescis obest”?…Quod scisnihil prodest; quod nescis multum obest”9. Según él los griegos llaman antí-tesis a la colocación simétrica que opone contrarios produciendo ritmo,incluso cuando no es buscado. Afirmaba Cicerón que él utilizó este recur-so, citando, en concreto, su discurso de acusación contra Verres10. En otrasobras aporta ejemplos como los siguientes que nos parecen ahora más sig-nificativos: “Et inimico proderas et amicum laedebas”11. “De te autem,Catilina, cum quiescunt, probant, cum patiuntur, decernunt, cum tacent,clamant”12. Varrón en su obra De re rustica13 subraya también sus ideas coneste recurso en expresiones como: “Terrae pestem teneto, salus hic mane-to”. Festo14 destaca su aprecio por el vino viejo con las siguientes palabras:“Vetus novum vinum bibo, novo veteri morbo medeor”. Quintiliano, paraconfirmar su definición de la antítesis, aporta algunos ejemplos15. Estebreve recorrido de ejemplos, que no es, ni mucho menos exhaustivo,demuestra que estamos ante un recurso especialmente relevante en la lite-ratura clásica, y singularmente significativo en los discursos, por ser lafigura preferida de la oratoria y de la poesía de todos los tiempos y porque

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9 CIC. Orator. XLIX, según edición anteriormente citada.10 “Conferte hanc pacem cum illo bello, huius praetoris adventum cum illius impera-

toris victoria, huius cohortem impuram cum illius exercitu invicto, ab illo qui cepi conditas,ab hoc qui constitutas accepit captas dicetis Syracusas” (CIC., Actionis in C. Verrem secun-dae, IV, LII).

11 CIC., Rethorica ad C. Herennium IV, XIX.12 CIC., In L. Catilinam oratio prima in senatu habita, I, VIII.13 VARRO, De lingua lat. 1, 2, 27, citado por J. GUILLÉN en El ritmo en los discursos de

Cicerón, en “Helmantica” 29 (1958) 194.14 Al beber el nuevo vino acostumbraban a decir esas palabras (Varro, de Ling. Lat.

vi.21; Festus, s.v. Meditrinalia); 123, citado por J. GUILLÉN, El ritmo de los discursos deCicerón en “Helmantica” 28 (1958) 194.

15 “Vicit pudorem libido, timorem audacia; non nostri ingenii, vestri auxilii est, et sen-tentiae sententiis, dominetur in contionibus, iaceat iudiciis...”. “Odit populus Romanus pri-vatam luxuriam, publicam magnificentiam diligit…” (QUINTILIANO 9, 3, 81.82. Ed. bilin-güe de A. ORTEGA CARMONA, QUINTILIANO DE CALAHORRA, Sobre la formación delorador. III. Salamanca, 1999).

es útil para encarnar la inquietud existencial, según afirma M. Garavelli16.Ese es el motivo por el que Cicerón afirmaba que “la colocación simétricaque los griegos llaman antítesis, y que consiste en oponer contrarios produ-ce necesariamente ritmo, incluso sin buscarlo expresamente”17.

Siendo un recurso de tanta importancia en la literatura clásica era lógicoque Leandro lo conociera y aplicara, más o menos consciente o deliberada-mente, en sus escritos. Pero no es la literatura clásica su única ni su princi-pal fuente de inspiración formal, pues nuestro autor conoce y bebe de laSagrada Escritura, donde la presencia de la antítesis es frecuente y habitualtanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

La antítesis en la literatura bíblica.

Es destacable la presencia de esta figura en las páginas de la SagradaEscritura, que Leandro tanto y tan bien conoció, asimiló y aplicó. La litera-tura bíblica, especialmente la poesía, utiliza como método rítmico el para-lelismo tanto sinonímico como antitético. Según L. Alonso Schöekel, laantítesis es algo “de gran interés poético y retórico” y puede gobernar pala-bras, sentencias, secciones y bloques18. Se trata, en efecto, de un recursopedagógico y didáctico que con ideas, palabras o frases, reitera y subrayapensamientos o expresiones como sucede por ejemplo en la poesía didácti-ca y sentenciosa de los Proverbios bíblicos o incluso en los propios Salmos.Con una idea opuesta en el segundo o tercer miembro de una cláusula real-za el pensamiento expresado en el primer miembro que suele ser el fondode la sentencia. Se completa, pues, el primero oponiéndole una idea de sen-tido contrario19. Con este choque de ideas se aclara y refuerza el pensa-miento principal, pues gracias al contraste vehemente se produce un choquepsicológico cuyo resultado nos lleva a prestar mayor atención a lo que “sedice con un interés grande y siempre en aumento”20; como alguien afirmó,

16 Cf. B. MORTARA GARAVELLI, Manual de retórica. Madrid, 1991 278.17 CIC., El orador. Madrid, 1991 117, traducción de la edición de E. Sánchez Salor. En

general para todo esto se puede ver el artículo ya citado de J. GUILÉN, pp. 193-196.18 L. ALONSO SCHÖEKEL, “Dimensión literaria de la Biblia”, en Introducción al estudio

de la Biblia I. Estella (Navarra), 1966 372.19 Cf. A. V. MONDADA, Biblia: Libro de Job. México, 1973 35. Cf. también A. GONZÁ-

LEZ NÚÑEZ, Los Salmos. Ed. de A. González Núñez. Barcelona 1965 20; en general se pue-den ver las páginas 19-21.

20 P. DRIJVERS, Los Salmos. Introducción a su contenido espiritual y doctrinal. Barce-lona, 1964 46.

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la antítesis es como el claroscuro en la pintura, donde el contraste entre “luzy sombra produce un efecto pictórico de conjunto en el que el colorido localy los contornos desaparecen”21.

Como prueba de lo afirmado aportaremos a continuación algunos ejem-plos bíblicos que nos servirán para demostrar la influencia de la SagradaEscritura no sólo en el pensamiento de Leandro, sino en la forma demuchas de sus afirmaciones. Lo veremos en tres momentos: la antítesisdentro del Antiguo Testamento, la antítesis en el Nuevo Testamento y laantítesis en la literatura paulina.

La antítesis en el Antiguo Testamento.

Con mucha frecuencia se encuentra este recurso en las páginas de loslibros del Antiguo Testamento, pero lo hallamos especialmente en páginasde poesía, dichos y sentencias donde es lógico, como ya hemos apuntado,que encuentre su hábitat natural y casi siempre con intenciones didácticas.En consecuencia, por razones didácticas, clasificaremos los ejemplos elegi-dos por temas para comprobar con mayor claridad lo que afirmamos.

- Amar y aborrecer: Ventajas y desventajas de ser, al mismo tiempo,padre y rey. A raíz de la muerte de Absalón, Joab dirige a David estas pala-bras: “Diligis odientes te, et odio habes diligentes te” (2 Re 19, 6)22.

- Sabiduría frente a necedad: Es un tema muy habitual en toda laBiblia y se prolonga hasta el Nuevo Testamento23: “Narratio fatui quasisarcina in via; nam in labiis sensati invenietur gratia” (Ecclo 21, 19);“fatuus in risu exaltat vocem suam; vir autem sapiens vix tacite ridebit”(Ecclo 21, 23); “stultus a fenestra respiciet in domum; vir autem eruditusforis stabit” (Ecclo 21, 26); “labia imprudentium stulta narrabunt; verba

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21 U. BOEING-HÄUSGEN, Herder Lexikon Kunst. Verlag Herder KG Freigburg im Breis-gau 1974 en versión y adaptación española por Purificación Murga, Diccionarios Rioduero.Arte I. Madrid, 1978 91. Cf. También J. COLL Y VEHÍ, Elementos de literatura. Madrid,1875 114.

22 Cita según la Vulgata del libro 2 de Samuel.23 Se puede ver, por ejemplo, la parábola de las diez vírgenes, las cinco necias y las

cinco sensatas (Mt 25, 1-13) o incluso la parábola del juicio final con justos e injustos (Mt25, 31.46); pero más adelante hablaremos de ello.

autem prudentium statera ponderabuntur” (Ecclo 21, 26); “in ore fatuorumcor illorum, et in corde sapientium os illorum” (Ecclo 21, 27).

- El hijo sabio, causa de alegría, el hijo necio, causa de tristeza:“Filius sapiens laetificat patrem, filius vero stultus moestitia est matrissuae” (Prov 10, 1); se trata de una antítesis reforzada por la adversativavero cosa que hemos visto repetidamente en algunos ejemplos anteriorescon autem que también es adversativa.

- El sacrificio de los impíos frente al de los justos, como sucedió desdeel principio con Caín y Abel24, es de diverso valor: “Victimae impiorumabominabiles Domino; vota iustorum placabilia” (Prov 15, 8)25.

- Con antítesis se subraya la confianza total en el Señor: “Hi in curri-bus, et hi in equis; nos autem in nomine Domini Dei nostri invocabimus.Ipsi obligati sunt, et ceciderunt, nos autem surreximus, et erecti sumus”(Sal 31, 10). Una vez más se realza la antítesis con la adversativa autemdoblemente repetida.

- La intesa felicidad experimentada por el perdón se explica también conel mismo recurso de la antítesis:“Multa flagella peccatoris; sperantemautem in Domino misericordia cincundabit” (Sal 31, 10).

3.2. La antítesis en el Nuevo Testamento.

Son frecuentes también los ejemplos que podemos ver en el Nuevo Tes-tamento, utilizados como recurso pedagógico; elegiremos algunos de losque nos han parecido claros y significativos, comenzando por los evange-lios26.

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24 Cf. Gén 4, 3-7 y las ideas al respecto de los profetas.25 Citados por A. V. MONDADA, Biblia…, 35.26 Como es natural no pretendemos agotarlos porque no es nuestro cometido, pero sí

ilustrar con algunos de ellos aquello que pretendemos probar en nuestro estudio. No obstan-te dejaremos, como exponente, algunas citas como las siguientes: Mt 6, 19-20; 7, 16-20. 24-27; 9, 16-17; 10, 37-39; 12, 30. 33; 21, 28-32; 25, 31-46; Mc 10, 31. 43-45; Lc 1, 51-53; 5,36-39; 11, 33-35; 13, 30; 14, 7-11; 16, 19-31; 18, 9-14; Jn 1, 5; 3, 19-21; 8, 12; 11, 25.

3.2.2. La antítesis en los evangelios.

Este recurso didáctico es frecuente en los evangelios, donde aparece aveces en forma de sentencias, parábolas o pensamientos expresados antité-ticamente para realzar, con sus contrastes, la enseñanza que se pretendeinculcar.

a. Antítesis en dichos:

- Para explicar la necesidad de dar frutos buenos se recurre a esta figu-ra: “Non potest arbor bona malos fructos facere; neque arbor mala bonosfructus facere” (Mt 7, 18)27.

- Con frecuencia para Dios, que tiene caminos distintos a los de los hom-bres, “perder es ganar” y “ganar es perder”, tema tratado implícitamente enla Homilía que Leandro pronunció en la clausura del III Concilio de Toledo.De ahí dichos como el siguiente de paralelismo total y con quiasmo antitéti-co que lo refuerza mucho más: “Qui invenit animam suam, perdet illam: etqui perdiderit animam suam propter me, inveniet eam” (Mt 10, 39).

- La necesidad de la humildad está realzada con paralelismo y quiasmoantitético: “Qui autem se exaltaverit, humiliabitur; et qui se humiliaverit,exaltabitur” (Mt 23, 12)28.

- La humildad es agradable a Dios que humilla a los soberbios y eleva alos humildes: “Deposuit potentes de sede, et exaltavit humiles. Esurientesimplevit bonis et divites dimisit inanes” (Lc 1, 52-53).

- El peligro de los bienes terrenos es formulado didácticamente desta-cando el valor de los bienes celestiales en las sentencias siguientes: “Nolitethesaurizare vobis thesauros in terra: ubi aerugo demolitur; et ubi fureseffodiunt, et furantur. Vs. Thesaurizate autem vobis thesaurus in caelo, ubi

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27 Cf. también Mt 7, 24-27; asimismo se puede ver este paralelismo en la parábola delas vírgenes prudentes y necias (Mt 25, 1-13) o en la de la casa fundamentada sobre la rocao sobre la arena (Mt 7, 24- 27) donde existe paralelismo antitético total.

28 El paralelo del Evangelio de Lucas 18, 14: “a) quia omnis, qui se exaltat, b) humi-liabitur;b´) et qui se humiliat, a´) exaltabitur”. En otro contexto Lucas (14, 11) repite elmismo pensamiento con idénticas palabras. En línea con este dicho se puede recordar aquíel Magnificat y sus paralelos del Antiguo Testamento (cf. Lc 1, 51-53).

neque aerugo, neque tinea demolitur, et ubi fures non effodiunt, nec furan-tur” (Mt 6, 19-21)29.

Basta lo dicho para comprobar que en la mentalidad veterotestamentariay evangélica es frecuente este método didáctico cuya influencia es lógicano sólo en la literatura cristiana en general, sino particular y especialmenteen el pensamiento de Leandro, gran conocedor de la Sagrada Escritura.Nuestro cometido será consecuentemente probar lo dicho, pero no sin dete-nernos antes en el uso que de él hace la influyente literatura paulina, cosaque veremos después de su empleo didáctico en algunas parábolas evangé-licas y en el Evangelio de Juan.

b. Antítesis en parábolas:

Como ejemplos recordaremos:

- La parábola de los dos hijos (Mt 21, 28-32) manifiesta el afán pedagó-gico de Mateo para tratar de dos actitudes distintas.

- La antítesis entre las vírgenes necias y las prudentes (Mt 25, 1-13)alude a la tensa espera del Señor. El contraste entre sabiduría (prudencia) ynecedad (imprudencia) es frecuente desde el Antiguo Testamento hasta laliteratura paulina.

- Con paralelismo y antítesis total se muestra la parábola de las dos casaspara destacar la importancia de construir en Cristo, piedra angular30:“Omnis ergo qui audit verba mea haec, et facit ea, assimilabitur virosapienti, qui aedificavit domum suam supra petram, et descendit pluvia, etvenerunt flumina, et flaverunt venti, et irruerunt in domum illam, et noncecidit: fundata enim erat super petram. Et omnis qui audit verba meahaec, et non facit ea, similis erit viro stulto, qui aedificavit domum suam

29 Mateo habla del peligro de las riquezas y del peligro aún mayor por el deseo de suposesión (Mt 6, 19-21). Leandro después en el DIV comenta este texto con las siguientespalabras: “Aerumnis quoque te cumularem et timori metuique subicerem, si et quae fur aufe-rre poterat, sulcare tinea, aerugo vorare, ignis absumere, terra obruere, aqua delere, sol torre-re, imber foedare, glacies stringere, tuae germanitatis conferenda esse putarem” (Praef. 7).

30 A esto alude también el final del discurso: “Parietem enim discordia, quem fabrica-verat diabolus, pax Christi destruxit, et domus quae divisione in mutuam certabat caedem,uno iam Christo lapide angulari coniungitur” (158, 246-249). Cf. Mt 33, 42.

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super arenam: et descendit pluvia, et venerunt flumina, et flaverunt venti,et irruerunt in domum illam, et cecidit, et fuit ruina illius magna” (Mt 1,24-27).

3.2.3. La antítesis en el evangelio de Juan.

- El evangelio de Juan utiliza también este recurso como un mediodidáctico frecuente según podemos comprobar en ejemplos como lossiguientes: “Omnis enim, qui male agit, odit lucem, et non venit ad lucem,ut non arguantur opera eius: qui autem facit veritatem, venit ad lucem, utmanifestentur opera eius, quia in Deo sunt facta” (Jn 3, 20-21)31.

- Es necesario que el grano de trigo muera en la tierra para que luego défruto: “Nisi granum frumenti cadens in terra, mortuum fuerit, ipsum solummanet. Si autem mortuum fuerit, multum fructum affert. Qui amat animamsuam, perdet eam; et qui odit animam suam in hoc mundo, in vitam aeter-nam custodit eam” (Jn 12, 24)32.

3.2.3. La antítesis en la literatura paulina.

Desconocemos si Pablo de Tarso pasó por muchas escuelas griegas,pero, por lo que vemos en algunos textos, sí nos consta su conocimiento dela cultura griega. Ejemplo de ello es el caso de Hechos 17, 28 donde pare-ce aludir con sus palabras a los Fenómenos de Arato33 mientras que en 1Cor

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31 Cf. el discurso: “Recte ergo haereses in cavernis quibus latent, congregant ex partedivitias; ecclesia autem catholica in speculo totius mundi locata praetergreditur universas”(151, 138-140). Cf. también: “Vos estis lux mundi. Non potest civitas abscondi supra mon-tem posita, neque accendunt lucernam et ponunt eam sub modio, sed super candelabrum, utluceat omnibus qui in domo sunt. Sic luceat lux vestra coram hominibus: ut videant operavestra bona, et glorificent Patrem vestrum, qui in caelis est” (Mt 5, 1316).

32 Cf. Homilía: “Nam dispendiis tuis proficis, tuoque damno subcrescis”(151, 145-146).

33 El texto en cuestión es el siguiente: “In ipso vivimus, et movemur, et sumus: sicut etquidam vestrorum poetarum dixerunt: Ipsius enim et genus sumus”. Parece referido a Arato,Phaen. V, 429. En cuanto a la segunda parte “como han dicho algunos...: Somos también desu linaje”, parece referirse a Cleanto el Estoico, que se expresó en términos similares (Cf.BIBLIA DE JERUSALÉN, Bilbao, 1971 1480, en nota al capítulo y versículo comentados; enadelante la presente edición citaremos como BIBLIA DE JERUSALÉN; cf. también SAGRA-DA BIBLIA, ed. de F. CANTERA - M. IGLESIAS. Madrid, 1975 1261, donde alude a una cita libredel poeta Epiménides. En adelante citaremos esta edición de la Biblia como CANTERA).

15, 3334 se alude a Menandro. Un tercer texto (Tit 1, 1235) deja ver lo dichoen frecuentes incisos, exponentes de un estilo oral vehemente y apasionado,con el que llega a la cima de la elocuencia en algunos de sus pasajes36 en losque utiliza la diatriba griega para establecer contacto con sus lectores, inter-pelando y preguntando, al modo del orador, a sus oyentes37, con la inter-vención de un supuesto adversario38, que pone objeciones39.

Antítesis como sabiduría/necedad o sabiduría humana/sabiduría divina;espíritu/carne40; espíritu/letra; Dios/mundo; luz/tinieblas; noche/día;vida/muerte; fe/ley; hombre viejo/hombre nuevo; justicia/pecado; primerhombre/último hombre; fe/obras, son frecuentes en la literatura paulina.Pablo empleó cuantos recursos le aportaba su ambiente cultural griego y, enconsecuencia, todos los medios que le ofrecía la retórica para transmitir,con persuasión y con claridad, su experiencia de Cristo. “Entre estas formas

34 “Nolite seduci: ‘Corrumpunt mores bonos colloquia mala’”; texto que, al parecer, esuna “cita popularizada” de MENANDRO, Thais , 218 (Cf. CANTERA, 1313, en nota al textocitado. Cf. también BIBLIA DE JERUSALÉN, 1545).

35 “Dixit quidam ex illis, proprius ipsorum propheta: ‘Cretenses semper mendaces,malae bestiae, ventres pigri’”, texto que al parecer alude a Epiménides, De orac. (ClementeAl., Strom. I, 15, 59); Calímaco de Cirene, Himno a Zeus 8 (Taciano, Orat. Ad Gr., 27); Ate-nágoras, Suppl. 30; Orígenes, Contra Celso III 43. Notas de Cantera 1375. Cf. también lacita de la Biblia de Jerusalén, 1594 en nota al capítulo y versículo citados.

36 Véase por ejemplo 1Cor 3, 21-23, donde utiliza la antítesis sabiduría/necedad, pre-cisamente; o también de Rom 8, 31-39 que “se destaca de todo lo anterior por su retórica, enla que, de manera peculiar, se utilizan elementos de la diatriba para acentuar dichos de carác-ter confesional en primera persona del plural” (U. WILCKENS, La carta a los Romanos. Rom6-16. Salamanca, 1992 211).

37 Cf. Rom 3, 1:“Quid ergo amplius Iudaeo est? aut quae utilitas circumcisionis?, pre-gunta como si “el interlocutor judío” tomara la iniciativa y formulara a Pablo la contrapre-gunta (U. WILCKENS, o.c. 201). El mismo procedimiento hallamos en Gál 3, 19 (“quid igi-tur lex?”), en el que Pablo plantea la pregunta que “continúa retóricamente el raciocinio yes en sí misma una elipsis y significa: ‘Entonces ¿por qué la ley?”, o también: ‘¿Qué ocurrecon la ley?’” [H. SCHLIER, La carta a los Gálatas. Salamanca, 1999 (2ª ed.) 175].

38 Rom 9, 19: “Dicis itaque mihi: ‘Quid adhuc queritur? voluntati enim eius quis resis-tit?”, donde “interviene de nuevo el adversario y radicaliza la objeción: si las cosas estánasí, si Dios endurece a quien quiere, ¿cómo puede después “censurar” a un hombre tal, esdecir, pedirle responsabilidades?” (U. WILCKENS, o. c., 246); cf. también Rom 11, 19.

39 Rom 2, 1: “Propter quod inexcusabilis es, o homo omnis qui iudicas. In quo enimiudicas alterum, teipsum condemnas: eadem enim agis quae iudicas”, ahora “el tratamientoen segunda persona del singular y... estilo dialogístico. Pablo argumenta ahora en el estilo dela discusión popular de su tiempo, como lo conocemos, sobre todo, por los tratados de Epíc-teto” (U. WILCKENS, o. c., I 156). En este sentido se puede ver Rom 9, 20; 14, 4. 20. 22.

40 “Caro enim concupiscit adversus spiritum; spiritus autem adversus carnem” (Gál5, 16-17).

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paulinas, como uno de los procedimientos lingüísticos más frecuentes, semuestra el uso de la antítesis, que emplea junto a la diatriba... Todo estohace de las epístolas paulinas un buen ejemplo de retórica..., procedimien-to empleado con profusión en el mundo griego y característico de la litera-tura judía y rabínica, por lo que Pablo, como hombre de su tiempo, no hizootra cosa que usar algo que estaba en el ambiente. Tanto la diatriba griega,como los filósofos ambulantes y predicadores estoicos hacen de la antítesisuno de los procedimientos literarios más usados”41. En consecuencia, lasabiduría humana de Pablo incluye numerosos recursos de la retórica, peroutiliza especialmente la antítesis, que es su forma de pensar42.

Nada impide entender que Pablo se refiriera en sus textos de la primeracarta a los Corintios, a esta forma de elocuencia antitética al hablar de sabi-duría divina y sabiduría humana43, a la que más adelante parece referirse

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41 J. F. CUENCA MOLINA, “Antítesis paulinas”, en Diccionario de San Pablo. Burgos,1999 59-60.

42 “Es posible que alguien hubiera preferido encontrar en él la elocuencia más clásicade Apolo (Hech 18, 24-36; 1Cor 1, 3.4.5.22; 16, 12); quizá pensando en esto Pablo recuer-da no haberse presentado en Corinto ‘con una superioridad de la palabra y de la sabiduría’(1Cor 2, 1; se puede traducir: ‘con el prestigio de la elocuencia y del saber’) ni con la fuer-za persuasiva de sabios discursos, sino con el poder del Espíritu (2,4)... Posee la elocuenciaque se burla de la elocuencia, la frase jadeante, que corre incesante en persecución de la ideay del sentimiento... Utiliza procedimientos de la antigua retórica; a este respecto se recuerdala diatriba, fórmula popular del discurso filosófico, de la cual nos dan una idea las Pláticasde Epicteto. Tanto en Pablo como en Epitecto, el lector se ve acuciado por preguntas orato-rias, diálogos ficticios, comparaciones nobles o triviales. Pero nunca se le sorprende com-placiéndose en el ejercicio del arte, como ocurre con sus contemporáneos Filón y Séneca;jamás olvida el objetivo al que tiene por el placer del bien decir. La figura de estilo que másusa, incluso hasta el abuso, es la antítesis; aunque en él es más bien una forma de pensar queun procedimiento retórico: seguramente uno de los límites de este poderoso pensador”AMéh, “Pablo” en Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona, 1993 1147.

43 “Et ego, cum venissem ad vos, fratres, veni non in sublimitate sermonis, aut sapien-tiae, annuncians vobis testimonium Christi” (1Cor 2, 1). Cf. en general 1Cor 2, 1-16. Alexplicar en qué consistía su predicación, Pablo asegura que él no empleó una falsa elocuen-cia sino el misterio de la salvación de Dios en su Hijo. Cuando presenta desnuda la realidadde la salvación, él mismo se presenta como ejemplo de “debilidad” temiendo tal vez el fra-caso de su predicación como ya había sucedido en Atenas. No usó, pues, técnicas de per-suasión humana, como hacían los oradores, sino que confió en el Espíritu Santo y en elpoder de Dios manifestados en su debilidad. “Por eso, su fe no fue producida por inteligen-tes argumentos, sino por el poder de Dios manifestado en ellos” (Primera y segunda epísto-la de San Pablo. Introducción y comentario por C.J. PEIFFER. Santander, 1966 23, en comen-tario a 1Cor 2, 1ss). Cf. también M. DE BURGOS, Pablo, predicador del Evangelio. Salaman-ca- Madrid, 1999 138. 310-311.

como falsa elocuencia (“quae et loquimur non in doctis humanae sapien-tiae verbis...”, v. 13). Que los corintios echaran de menos, en Pablo, esasabiduría no era algo sin importancia. La respuesta de Pablo es que la sola“sabiduría de palabra” (sofõa lµgoy), como forma de la predicación,puede vaciar de su fuerza salvífica a la cruz de Cristo dando preferencia ala forma o a lo secundario que es la retórica (1Cor 1, 17s). En ese sentidoentiende Pablo su propio anuncio como mvrõa o ‘necedad’44. Por esa razón,con la antítesis sabiduría/necedad (sofõa/mvrõa) tan paulina45, Pablo deci-de manifestarse “en debilidad”, sin “palabras persuasivas de sabiduría”(1Cor 2, 2-3) o con “sobresaliente discurso o doctrina de sabiduría”46 paraque brille y destaque la salvación de Cristo. Pero Pablo no dejó de utilizarlos medios que la retórica le ofrecía y que, por su vida y formación, cono-cía, mas sin destacar tanto la forma que ésta anulara el auténtico mensaje dela salvación de Cristo47. La sabiduría de la que habla Pablo es Jesucristo,salvación de Dios, que el Apóstol presenta descaradamente; eso es lo pri-mordial; la forma de presentarla es otro asunto. Las diversas filosofías,saberes, el buen hablar y los discursos bien trabados a los que los corintioseran tan aficionados por ser amantes de la filosofía48, tenían que dejar pasoa ese mensaje principal de la salvación de Dios en su Hijo Jesucristo. Noproclamó, en consecuencia, el mensaje con palabras “esplendorosas” o“con una filosofía cautivadora”, o con meros adornos verbales que llamanla atención sobre sí mismos o sobre quien los emite, sino sintiéndose débily asustado ante la grandeza del misterio de la salvación y, a pesar de ello,los corintios lo acogieron. La eficacia del mensaje no fue, por consiguien-te, su habilidad para proclamarlo, sino el contenido procedente únicamentede Dios; ésa fue su fuerza, y no la elocuencia paulina49. Queda, pues, claro

44 Mvrõa o “necedad” desde Sófocles “caracteriza un obrar, un pensar o un hablarerróneo” (H. WEIGELT, “Sabiduría, necedad”, en Diccionario Teológico del Nuevo Testa-mento. Salamanca, 1999 II 566).

45 Cf. H. HERGERMANN, “Sofõa”, en Diccionario exegético del Nuevo Testamento.Salamanca, 1998 1452-1453.

46 Ibíd.47 “Es difícilmente aceptable que Pablo sólo haya querido rechazar la filosofía y orato-

ria griegas, y que, por tanto, su lucha se dirija contra la razón. ‘No es casual el hecho de quelas declaraciones de 1Cor 1, 18ss. se inserten en el marco de un razonamiento muy cuida-do...’” (H. WEIGELT, a. c., 571).

48 Cf. “Primera Carta a los Corintios”, en Comentario al Nuevo Testamento. Comen-tario de Miguel Salvador García. Madrid- Salamanca- Estella (Navarra), 1995 (7ª ed.) 454.

49 Cf. M. SALVADOR GARCÍA, a. c. 455.

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que Pablo utilizó adecuadamente cuantos medios le ofrecía la literatura. Ydentro de esos medios empleó especialmente los contrastes para subrayar“en rojo” cuanto pretendía enseñar.

Por consiguiente las abundantes antítesis que Pablo utiliza están desti-nadas a subrayar el contenido de su mensaje. Es decir, conoció y usó laretórica, sin olvidarse de que, para él, lo fundamental era el mensaje de sal-vación que de ningún modo debía ser oscurecido por el poder y la brillan-tez de las palabras ni de los discursos, a los que tan aficionados eran losgriegos. Posiblemente esta precaución motivó posteriormente en los prime-ros autores cristianos, como veremos, una especie de prevención en el usode las formas de expresión griegas. Pero pasemos, por fin, a algunas de susantítesis en el sentido que intentamos explicar y que evidencia que la doc-trina paulina es casi siempre antitética.

- Sabiduría frente a ignorancia: “Si quis videtur inter vos sapiens essein hoc saeculo, stultus fiat ut sit sapiens. Sapientia enim huius mundi stul-titia est apud Deum” (1Cor 3, 19).

- Sabiduría de la carne frente a sabiduría del Espíritu: “Nam gloria nos-tra haec est, testimonium conscientiae nostrae, quod in simplicitate cordiset sinceritate Dei: et non in sapientia carnali, sed in gratia Dei conversatisumus in hoc mundo” (2Cor 1, 12).

- La prueba es fuente de perfección del cristiano50: “In omnibus tribula-tionem patimur, sed non agustiamur; aporiamur, sed non destituimur; per-secutionem patimur, sed non derelinquimur; deiicimur, sed non perimus;semper mortificationem Iesu in corpore nostro circunferentes, ut et vitaIesu manifestetur in corporibus nostris. Semper enim nos, qui vivimus, inmortem tradimur propter Iesum: ut et vita Iesu manifestetur in carne nos-tra mortali. Ergo mors in nobis operatur, vita autem in vobis” (2Cor 4, 7-12)51.

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50 Como sucedió a la Iglesia católica en tiempo de Leandro de Sevilla. El comienzo deldiscurso de clausura del III Concilio de Toledo alude a la situación de persecución sufrida yal gozo de que una vez pasada la tribulación viene el gozo y la cosecha. Cf. 149, 109-115.

51 En el mismo sentido se puede ver la situación antitética que describe en 2Cor 6, 7-10. Cf. el discurso: “Ergo materia gaudii nostri tribulationis praeteritae occasio fuit. Geme-bamus dum gravaremur, dum exprobraremur; sed gemitus illi id egerunt, ut ii qui per infi-delitatem nobis erant sarcina, fierent nostra per suam conversionem corona. Hoc deniquegratulative profert in psalmis Ecclesia dicens: ‘In tribulatione dilatisti me’” (149, 110-115).

- Con la antítesis de lo temporal/eterno realza el valor de los bienescelestiales y eternos52: “Quae enim videntur, temporalia sunt: quae autemnon videntur, aeterna sunt” (2Cor 4, 18).

- La antítesis luz/tinieblas (gracia/ pecado) remarca la importancia de lagracia y el valor del rescate y redención de Cristo: “Eratis aliquando tene-brae; nunc autem lux in Domino” (Ef 5, 8)53.

- La anonadación de Jesucristo es subrayada con antítesis54 para eviden-ciar el agrado divino por el que fue elevado a lo más alto: “Humiliavitsemetipsum factus obediens usque ad mortem, mortem autem crucis. Prop-ter quod et Deus exaltavit illum, et donavit illi nomen, quod est super omnenomen” (Filp 2, 9; y en general, 2, 5-9)55.

- Es frecuente la antítesis entre la carne y el espíritu: “Spiritu ambulate,et desideria carnis non perficietis”.”Caro enim concupiscit adversus spiri-tum; spiritus autem adversus carnem” (Gál 5, 16-17).

52 Idea que también se halla en el DIV de Leandro con expresiones valorativas sobre lotemporal y terreno y sobre los bienes terrenos y los bienes celestiales, aludiendo a lo que noes consistente porque es pasajero y fugaz (“quidquid... sub sole conspexi, nihil te... dignumarbitratus sum... Omnia mutabunda, caduca et vana fore conspexi”, Praef. 2); por eso añademás adelante que hay que buscar en los cielos (“supra caelos quaerendum est...”, Praef. 10)donde se halla lo auténtico, pues enriquecer con bienes transitorios y terrenos es engañar(“non esse me parentem consisterent, quae mundanis subtractae casibus, te destituerentnudamque relinquerent”, Praef. 7; “quanto enim vilis putaretur, si transitoriis terrenisqueditaretur muneribus... , Praef. 10). Precisamente en el fondo de esta idea sea halla la ideaformal y conceptual de 2Cor 4, 18.

53 La antítesis entre tinieblas/luz; lo que se ve/lo que no se ve, evoca la antítesis evan-gélica entre lo oculto y lo descubierto (cf. Mt 12, 2-3; par.). En relación con el texto citadoarriba está la misma idea en: “Omnia autem, quae arguuntur, a lumine manifestantur; omneenim quod manifestatur, lumen est...” (Ef 5, 12-13). Lo mismo podemos decir de: “Videteitaque... quomodo cauete ambuletis: non quasi insipientes, sed ut sapientes... Nolite fieriimprudentes, sed intelligentes...Et nolite inebriari vino..., sed implemini Spiritu Sancto”(Ef 5, 15).

54 En la que destaca la importancia de Cristo para él: “Mihi enim vivere Christus est,et mori lucrum” (Filp 1, 21).

55 Cf. también para esto Mt 23, 12; Lc 18, 14; 14, 11.

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4. La antítesis en la literatura patrística.

Los escritores cristianos, para explicar sus ideas y su doctrina, siguien-do la tradición clásica y, sobre todo, la bíblica, utilizaron sustantivos, adver-bios y frases completas adornadas frecuentemente con anáforas y similica-dencias, ya que la reiteración de ideas puede presentarse con expresionessinonímicas o antitéticas, como suele suceder en la Biblia. Esa disposiciónideológica finalizaba muchas veces, adoptando un paralelismo formal yadornado con frecuentes anáforas y rimas finales, como por ejemplo en Ter-tuliano56 cuyos axiomas morales son antítesis o simetrías rimadas.

Sin embargo, no hay que olvidar que “algunos cristianos, que detestabanel paganismo de la sociedad romana, urgían a la Iglesia para que desecharael lujo y el boato de la pagana Roma, rechazo que incluía la educación retó-rica. Atacaron los excesos de los sofistas... al tiempo que propugnaban unacultura totalmente nueva especialmente diseñada para la comunidad cristia-na”57. Mas en su De doctrina Christiana, Agustín de Hipona “defiende unaidea de máxima trascendencia, a saber, que la Iglesia debería hacer uso dela retórica de Cicerón para transmitir su mensaje por medio de la predica-ción y la educación. Si los paganos pueden usar la retórica para sus fines,¿por qué, se pregunta, no iban los cristianos a emplearlos para un fin másdigno como es llevar el mensaje de Dios a los hombres58. “Para expresar lasnuevas verdades, el latín cristiano, además de crear nuevos vocablos, acu-dió al lenguaje figurado y simbólico mucho más que el latín clásico. Tam-bién se valió de los resortes estilísticos anteriores, con el fin de embellecery hacer más atractivo el mensaje salvífico. El mismo Tertuliano, enemigoacérrimo de la cultura clásica, utiliza la rima, y más que él su discípulo

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56 Cf. C. CUEVAS GARCÍA, La prosa métrica. Teoría. Fray Bernardino de Laredo.Estructuración y relaciones con el verso. Granada, 1972 68 88 128.

57 J. J. MURPHY, “El fin del mundo antiguo: La segunda sofística y San Agustín”, enSinopsis histórica de la retórica clásica. Madrid, 1988 255.

58 N. CIPRIANI, “Retórica”, en Diccionario de San Agustín. San Agustín a través deltiempo. Burgos, 2001 1140-1141. “Al igual que Cicerón, Agustín admite que la retórica seautilizada para convencer a la gente de lo que es verdad o de lo que es falso, pero precisamentepor esta razón defiende su utilidad: ‘¿Por qué las personas buenas no la van a utilizar en bene-ficio de la verdad, si los malos la emplean para sus fines corruptos y vanos’ (doc. Chr. 4.2.3).Agustín no tiene dificultad en admitir que el orador sagrado puede expresar la sabiduría, aun-que carezca de elocuencia, con tal que utilice palabras de la Escritura, las cuales tienen poderinnato para convencer y para atraer a los creyentes a que las escuchen. Pero no vacila enadmitir que ‘aquel que trate de hablar no sólo sabiamente sino también elocuentemente, serámás útil si es capaz de hablar de ambas maneras” (J. J. MURPHY. o. c., 256).

Cipriano de Cartago, y mucho más la empleó Agustín de Hipona”59, que ensu De doctrina... sugiere que “las verdaderas reglas de la retórica no fueronuna invención de hombres, sino que fueron descubiertas simplemente porellos al observar las características específicas del lenguaje humano. Estoes lo que explica la maravillosa elocuencia de San Pablo y de otros escrito-res bíblicos, que son presentados como modelos dignos de imitación antelos futuros oradores sacros: ciertamente no se puede afirmar que el Apóstolse atuviera a las reglas de la elocuencia, pero tampoco se puede negar quesu elocuencia dependía de la sabiduría del Apóstol”60.

Así pues, de acuerdo con las citas que acabamos de transcribir, los pri-meros escritores cristianos otorgaron a este recurso gran importancia, aun-que aquellos mismos autores tuvieran cierta precaución en su uso por temora lo que ya antes hemos dicho61. Sean o no abusos, es cierto que, en losautores mencionados, hallamos ejemplos de discursos con contraposición.Después Isidoro de Sevilla, en la época y contexto cultural que nos ocupan,la emplea, como él dice, para dar realce y belleza a las frases62, cosa queconviene tener presente para acercarnos adecuadamente a su hermano ymaestro Leandro. En consecuencia, pasaremos al análisis y al uso pedagó-gico de este recurso en las dos obras de Leandro que conservamos.

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59 I. RODRÍGUEZ, Los escritos de San Francisco de Asís..., 67.60 N. CIPRIANI, a. c., 1142.61 “El recurso a la antítesis en la búsqueda de efectismo oratorio preocupó a los partida-

rios de la moderación. Fontanier puso en guardia contra el uso inmoderado del que habríanabusado, a su juicio, Séneca, Plinio el Joven, los Padres de la Iglesia y, especialmente SanAgustín” (B. MORATARA GARAVELLI, Manual de retórica, 278) que en el inicio de su obra con-cedió gran importancia a esta figura (cf. capítulo XI, 18 de su De civitate Dei). Cf. también J.OROZ RETA, San Agustín. El hombre. El escritor. El santo. Madrid, 1976 303. También sepuede ver E. R. CURTIUS, La literatura europea y la Edad Media Latina. México, Madrid,Buenos Aires, 1989 I 114-115.

62 “Antitheta, quae Latine contraposita appellantur: quae, dum ex adverso ponuntur,sententiae pulchritudinem faciunt, et in ornamento locutionis decentissima existunt, utCicero: ‘ex hac parte pudor pugnat, illinc petulantia; hinc pudicitia, illinc stuprum, hinc tem-perantia, fortitudo, prudentia, virtutes omnes certant cum iniquitate, luxuria, ignavia, teme-ritate, cum vitiis omnibus: postremo copia cum egestate; bona ratio cum perdita; mens sanacum amentia; bona denique spes cum omnium rerum desperatione confligit’” (ISIDORUS

HISP., Etymol., 2, 21, 5. PL 82). En la misma obra afirma, teniendo presente a Ovidio (Met.1, 19) también: “Antitheton ubi contrariis opponuntur et sententiae pulchritudinis reddunt,ut illud: frigida pugnabant calidis, humentia siccis: mollia cum duris, sine pondere habentiapondus” (1, 36, 21. PL 82). En su libro de Sentencias afirma: “Qui modus antitheton Grae-ce dicitur, quod Latine oppositum, vel contrapositum nominatur, et fit pulchra locutioquando mox contraria positis proferuntur” (Sententiarum libri tres, 3. PL 83 552).

5. La antítesis en Leandro de Sevilla.

En primer lugar, estudiaremos el uso de este recurso en su obra DIV yluego pasaremos a su Homelia, pues cada una de ellas tiene destinatarios ysituación distinta, para saber cómo emplea este recurso en ambas obras.Conviene, no obstante, tener presente que no pretendemos agotar lasmuchas y frecuentes antítesis que se hallan en estas obras; trataremos, porello, las que nos parecen más significativas por su contenido o por suforma.

5.1. La antítesis en el DIV.

Son frecuentes los ejemplos que en esta obrita encontramos, pero nosdetendremos en los que consideramos más significativos por su forma y porsu contenido. Conviene, sin embargo, tener presente que la obra está divi-dida, en su primera parte, en una breve introducción- resumen y, luego, enuna serie de breves capítulos en su segunda parte. La misma praefatio delDIV es ya en sí misma una gran antítesis entre lo que hay “bajo el sol” y loque hay “sobre los cielos”:

“Quidquid enim sub sole conspexi,nihil te, soror, dignum arbitratus sum, nihil muneri tuo credidi esse gratissimum. Omnia mutabunda, caduca et vana fore conspexi” (2).

Más adelante se cierra este pensamiento resumiendo nuevamente esaidea con palabras semejantes e indicando la dirección en la que hay quebuscar, ya que lo demás no tiene valor ni fundamentos seguros: “Ergo iam,soror carissima, omnia quidquid axe caeli concluditur terrena sustinentfundamenta et telluris super faciem volvitur, nihil dignum quo ditari possisinvenimus” (9). Vs. Supra caelos quaerendum est, ut unde munus virgini-tatis auxisti, ibi praemium et patrimonium virginitatis invenias” (10).

La antítesis general de toda esta introducción se puede definir, pues, conlas expresiones sub sole/ supra caelos. En la primera parte, siguiendo ideasbíblicas, describe dos planos: uno inferior que denominaremos con sus pro-pias palabras como sub sole y otro superior al que llamaremos también conotra de sus expresiones (supra caelos). Ambos están opuestos y resumen elcontenido de esta introducción de la obra. En el primero se halla todo lopasajero, inconsistente y accidental, definido con adjetivos como mutabun-da, vana, caduca. Siguiendo el libro del Eclesiastés y con lenguaje platóni-co, afirma, en la primera parte, que todo lo que hay bajo el sol es irreal y,

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por tanto, no merece la pena63. En los números 1-9 habla de los bienes pasa-jeros y de sus inconvenientes. No sólo carecen de consistencia, sino quecausan preocupaciones e inquietudes profundas e intensas. El autor cita ycomenta el texto bíblico del Eclesiastés que insistentemente repite la mismaidea64.

Agustín de Hipona había explicado, con palabras semejantes, los pro-blemas que suelen conllevar las cosas terrenas y pasajeras: “Quidquid enimtale spiritalibus de Deo cogitantibus ex corporum consuetudine occurrit,negando atque respuendo, tamquam quam importunas muscas, ab interio-ribus oculis abigunt et sinceritate eius lucis acquiescunt, qua teste ac iudi-ce has ipsas imagines corporum suis internis aspectibus irruentes, falsasomnino esse convincunt”65. El pensamiento y el vocabulario del hispalenseson claramente agustinianos según se puede ver: “Perquirenti mihi, sororcarissima Florentina, quibus te divitiarum cumulans heredem facerem, quate patrimonii sorte ditarem, multae rerum fallacium occurrebant imagines;quas cum ego ut inportunas muscas manu mentis abigerem, tacitus aie-bam: ‘Aurum et argentum de terra est et in terra revertitur. Fundus et patri-moniorum reditus vilia sunt, transitoria sunt’” (Praef. 1).

Si todo esto no es lo esencial, sino lo accidental, habrá que buscar la feli-cidad en lo que no es pasajero y cambiante, pues en lo permanente y en losustancial es donde se halla el premio y la corona de la virginidad. Y eso seencuentra supra caelos, lugar de la virginidad y de su premio que es el pro-pio Cristo, frente a lo cual todo carece de valor. Por ello es destacada la vir-ginidad con dos adjetivos que la escoltan: uno alusivo a la brillantez y lumi-nosidad (praeclara), y otro, referido su altura (excellens) ocupando el lugar

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63 A este lenguaje platónico alude Agustín de Hipona cuando afirma: “Quibusdam ergovisum est quod spelunca et carcer mundus iste sit; et hoc orat Ecclesia, ut de carcere edu-catur, id est, de hoc mundo, de sub sole, ubi omnia vanitas” (Augustinus Hipp., Enarra-tiones in Psalmos. Psalmus 141. CCL 40 2058). Ambrosio de Milán explica el concepto subsole con estas palabras: “In Canticis hanc vidit Ecclesiastes malitiam sub sole, hoc est in hocmundo, unde et subsolanum locum Scriptura memoravit. Sub sole ergo vidit, non suprasolem, ubi pax angelorum est vel sanctitas caelestium potestatum” (AMBROSIUS MEDIOL.,Explanatio Psalmorum XII. Psalmus 37, 35. CSEL 64 164).

64 “Vidi quae fiunt cuncta sub sole et ecce universa vanitas et aflictio spiritus (Eccle 1,14); “vidi in omnibus vanitatem et aflictionem animi et nihil permanere sub sole” (Eccle 2,3); “...vidi in omnibus vanitatem... et nihil permanere sub sole” (Eccle 2, 11). También sepuede ver Eccle 2, 17.

65 AUGUSTINUS HIPP., In Iohannis evangelium tractatus. Tractatus102, 4. CCL 36 596-597. Cf. las palabras de Leandro que se inician igual, como antes hemos visto: “Quidquidenim sub sole...”.

central el sustantivo virginitas: praeclara est virginitas et excellens. EnColosenses, con antítesis, se refiere a lo mismo San Pablo:“... quae sursumsunt quaerite ubi Christus est in dextera Dei sedens, quae sursum suntsapite, non quae supra terram” (Col 3,1-2), palabras evocadas posterior-mente por Leandro al aconsejar a su hermana que hay que buscar en los cie-los: “supra caelos quaerendum est” (praef. 10) o “quae sursum sunt quae-re…” (ibíd., 37). Comprobamos así que Leandro ha fundamentado la refle-xión en dos grandes ejes antitéticos denominados con las expresiones subsole y supra caelos sobre los que se balancea la reflexión de nuestro autor:

Sub sole (Praef. 2) Supra caelos (Praef. 10)Lugar de lo accidental, transitorio, Lugar de lo esencial,temporal permanente, eterno.

Ambos son matizados con una serie de adjetivos y sustantivos que, a suvez, se pueden considerar antitéticos: el primero (sub sole) es explicado conexpresiones que arrancan del libro del Eclesiastés 3-6 [rerum fallacium (1),aurum de terra est (1), mutabunda, caduca, vana, mortalium (2), stabilita-te nulla (7), mundanis... casibus (7), rebus humanis (8)], y que sólo dejanen el ser humano inquietud y agobio apartándole de Dios y poniendo sobreél cargas insoportables: a Deo avertitur, agitatur, verberatur, adligarem,onerarem, obprimerem (7-8)66. Se cierra con una referencia a la inconsis-tencia de las riquezas que no es permanente ni sustancial. En consecuencia,si “debajo del sol” (“sub sole”, 2), o “debajo la bóveda del cielo”, (“axecaeli”, 9) no hay nada que merezca la pena, nada que pueda colmar el cora-zón humano, hecho a la medida de Dios, habrá que buscar (quaerendumest) sobre los cielos (supra caelos, 10) donde tiene su sede la virginidad quebrilla (praeclara) y que está por encima de todo (excellens), junto a Cristoque es lo permanente.

Así pues, en resumen se puede afirmar que esta primera parte, iniciadacon la expresión sub sole, se cierra con una locución equivalente (axecaeli). Se trata, pues, de una reflexión sobre lo que hay “debajo del sol”, esdecir, de los bienes materiales, que no dan seguridad ni aportan felicidadporque ellos mismos son inestables y pasajeros, porque pasan y cambian,ya que están debajo del sol (alusión al mundo sensible de Platón en el Ecle-siastés y aquí67: omnia mutabunda, caduca et vana fore conspexi). La locu-

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66 Cf. A. Gómez Cobo, La homelia in laude Ecclesiae..., 303-304.67 Con relación a esta idea, conviene tener en cuenta palabras de San Ambrosio de

Milán un pensamiendo del Eclesiastés, opone sub sole y supra solem, y aclara el sentido de

ción sub sole se refiere, pues, a este mundo que cambia y que es inestable.Y como todo esto oprime y esclaviza es preciso dirigir la mirada a lo que notiene fundamentos terrenos y está sobre los cielos. Todo lo dicho se hallaremarcado con la fuerza y autoridad de varias citas del libro del Eclesias-tés68.

La segunda parte de dicha introducción, se inicia con el número 10 de lapraefatio y en ella brilla con luz y altura propias la virginidad. Como con-secuencia de lo anterior habrá que buscar arriba (“supra caelos quaerendumest”) porque (como concluye el número 9) lo que es terreno sólo tiene fun-damentos terrenos no consistentes (“quidquid axe caeli concluditur terrenasustinent fundamenta et telluris super faciem volvitur, nihil dignum quoditari posssis invenimus”) en clara alusión a lo que comenzó diciendo69. Esnecesario, por consiguiente, escapar de este mundo, que además es cárcel yque no aporta una felicidad auténtica por tener fundamentos terrenos70 y,por tanto, falsos. La preocupación excesiva por las riquezas o por las cosasde este mundo aparta al ser humano de lo esencial, pues esas preocupacio-nes son como las moscas (tanquam importunas muscas) que no cesan demolestar y distraer71. Se trata, pues, de una reflexión coherente y estructu-rada antitéticamente con resonancias del dualismo platónico. De ese modo

LA ANTÍTESIS COMO RECURSO DIDÁCTICO Y PEDAGÓGICO EN LEANDRO DE SEVILLA 21

sub sole afirmando: “In Canticis malitiam sub sole, hoc est, in hoc mundo, unde et sub-solanum locum hunc Scriptura memoravit. Sub sole ergo vidit, non supra solem, ubi paxangelorum est, vel sanctitas coelestium potestatum. Aut forte sub sole iniquitatis dixit; mali-tiae enim diabolus praesidet, virtutibus Christus” (AMBROSIUS MEDIOL., Enarrationes in XIIpsalmos Davidicos. PL 14 1026).

68 Cf. Eccle 2, 4-9; 2, 11; 2,18-20.69 “Quidquid enim sub sole conspexi, nihil te, soror, dignum arbitratus sum, nihil

muneri tuo credidi esse gratissimum. Omnia mutabunda, caduca et vana fore conspexi”(Praef. 2).

70 “Carcer iste a prioribus varie intellectus est. Et forte ipse est carcer qui scribitur intitulo, spelunca... Quae spelunca, ipse et carcer... Quibusdam ergo visum est quod spelun-ca et carcer mundus iste sit; et hoc orat Ecclesia, ut de carcere educatur, id est, de hocmundo, de sub sole, ubi omnia vanitas...Corpus autem nostrum in isto carcere, in istomundo. Si diceret educ de carcere corpus meum; securi acciperemus carcerem mun-dum...Recte dicimus, educ animam meam de hoc mundo, id est, de laboribus et pressurishuius saeculi” (AUGUST. HIPP., Enarrationes in Psalmos. PL 37 1842.

71 La metáfora de la mosca, utilizada para referirse (Cf. AUGUST. HIPP., In Ionannisevangelium tractatus CXXIV. PL 35 1897) a los pensamientos de preocupación por las rique-zas, suele ser utilizada en la literatura cristiana con frecuencia. Primero la utilizó Agustín deHipona (“tanquam quam importunas muscas”), y después Leandro (“ut inportunas muscas”)y su amigo Gregorio Magno al afirmar que la mosca es un animal insolente e inquieto(“musca enim nimis insolens et inquietum animal est”; Moralia in Iob..., 18, 43, 68. CCL

antitético el hispalense ha sabido resaltar la importancia de la virginidad,pues con el contraste ha remarcado adecuadamente la luz propia y la exce-lente altura de la virginidad. Considerada esa división general de la intro-ducción, pasaremos, consecuentemente, a algunas de las antítesis que noshan parecido más relevantes por su forma y por su contenido y que se dis-tribuyen en torno a esos dos ejes antitéticos que hemos mencionado.

1) Antítesis relacionada con la humillación/elevación de Cristo: entien-de el autor que la humillación de Cristo es medicina para nuestra soberbia:

“Ex adverso enim curavit hominem: ut sicut mors eius vita est nostra eiusque humilitas nostrae est superbiae medicina, sic et vulneribus ipsius nostra integritas emta est” (17)72.

El autor alude, con esta frase antitética, a la pasión de Cristo y a sukénvsiq como más adelante veremos. Hay antítesis general en toda estaoración y antítesis particular que opone sustantivos para aludir a la propiavida de Cristo: muerte vs. vida; humildad vs. soberbia; heridas vs. integri-dad corporal (mors/vita; humilitas/superbia; vulnus/ integritas). El módu-lo sicut y sic (“así como- así”) es muy ostensivo y lo utiliza para poner antelos ojos el anodadamiento del Señor73; con el sustantivo medicina presagia

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143A 943) aludiendo con los adjetivos a la misma idea de Leandro. En todos los autores cita-dos se halla la necesidad de ahuyentar ese animal o pensamientos (cf. A. GÓMEZ COBO, LaHomelia in laude Ecclesiae,,,, 154, 392, 421). A título de información recordemos que SanFrancisco de Asís utilizó tiempos después esta metáfora para referirse a los ociosos, peroespecialmente (y es lo que interesa aquí) la utilizó para referirse al dinero: “No encontrasteiscosa alguna que comer porque habéis confiado más en vuestras “moscas” (así llamaba elSanto al dinero) que en Dios” (L. GARCÍA ARAGÓN, Concordancias franciscanas. Guatemala1976 623). En relación con esto se puede recordar el texto de la praefatio del DIV: “Quantoenim vilis putaretur, si transitoriis terrenisque ditaretur muneribus...” (Praef. 10).

72 Cf. J. VELÁZQUEZ ARENAS, Index rethoricus del ‘De institutione virginum’”. En“Helmantica” 29 (1978) 175-176, para la antítesis y para el paralelismo en general, dentrodel cual se halla el antitético, p. 180-183. Para el estudio de este recurso seguiremos, comoya dijimos, la numeración que ofrece la edición crítica del mismo J. Velázquez Arenas antescitada.

73 De acuerdo con la carta a los Filipenses 2, 6-8 que dice: “Qui cum in forma Deiesset, non rapinam arbitratus est esse se aequalem Deo; sed semetipsum exinanivit formamservi accipiens, in similitudinem hominum factus, et habitu inventus ut homo. Humiliavitsemetipsum factus obediens usque ad mortem, mortem autem crucis”. Cf. también Rom 4,14; 1Cor 1, 17; 9, 15; 2Cor 9, 3.

las heridas siguientes. Una significativa y triple insistencia, indicadora detotalidad y plenitud, en el posesivo nostra (vita... nostra; nostrae... super-biae; nostra integritas...) le sirve para llamar la atención sobre la reden-ción total y plena de Cristo sobre todos y cada uno de nosotros. Al mismotiempo, con el empleo de ese adjetivo personal y posesivo, tenemos unacláusula llena de intimidad74. Con la triple antítesis (muerte/vida; sober-bia/humildad; heridas/integridad) pone de relieve el valor de la curación osalvación de Cristo.

La alusión a la “medicina contraria” (“ex adverso... curavit...”) arrancade los aforismos de Hipócrates que opinaba que “las cosas contrarias securan con sus contrarios. Por ejemplo el frío con el calor. Es el fundamen-to de la medicina alopática, que es contraria a la homeopática (similia simi-libus curantur), “las cosas semejantes se curan con sus semejantes”75.

Aunque hemos indicado que la idea y doctrina general de Leandro, enesta antítesis, tiene su fundamento y raíces en la carta a los Filipenses, esconveniente tener en cuenta otras dos fuentes esenciales e imprescindiblespara la comprensión de este pensamiento y antítesis: Agustín de Hipona yGregorio Magno. Agustín de Hipona, basado también en Filipenses, utilizaun vocabulario muy similar a Leandro: “…Venit illi pes superbiae, et movitillum manus peccatoris, id est manus diaboli superba... Superbia vulnera-verat, humilitas facit sanos. Venit humilis Deus, et habitavit in nobis”76.Más clara es la proximidad conceptual y literal de Gregorio Magno conLeandro, según se puede comprobar en textos como los siguientes: “Mosmedicinae est ut aliquando similia similibus, aliquando contraria contra-riis curet. Nam saepe calida calidis, calida frigidis sanare consuevit.Veniens ergo ad nos desuper medicus noster, tantisque nos inveniens lan-guoribus pressos, quiddam nobis simile, quiddam contrarium apposuit”77.Repite la misma idea en: “Inflictum homini a superbo diabolo vulnus, Deihumilitate sanatum. In paradiso sano homini diabolus invidens superbiaevulnus inflixit... Contra ergo superbientem diabolum apparuit inter homi-nes homo factus humilis Deus... Vulnus enim cordis eorum quanto magistumuit tanto amplius medicamentum mite despexit. Repulsa igitur a vulne-

74 Cf. I. RODRÍGUEZ, Los escritos de San Francisco de Asís, 245, 451. 75 G. SÁNCHEZ DONCEL, Diccionario de latinismos y frases latinas. Madrid, 1997 79.76 Enarrationes in Psalmos 35, 17. CCL 38 334. Algo semejante es lo que también dice

Agustín: “... et ille qui medicus noster sanare tumores nostros, et ferre infirmitates nos-tras....” (Enarrationes in Psalmos, 130, 8. PL 37 1709).

77 Moralia in Iob 24, 2, 2. CCL 143B 1189-1190.

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re superborum medicina nostra pervenit ad vulnus humilium...”78. En otrotexto aclara cuál es la medicina y cuál la herida: “Homo de medicamentovulnus facit, Deus de vulnere medicamentum... Quid enim virtus, nisi medi-camentum? Et quid est vitium, nisi vulnus? Quia ergo nos de medicamentovulnus facimus, facit ille de vulnere medicamentum, ut qui virtute percuti-mur, vitio curemur”79. En el mismo tiempo de Leandro encontramos “eltema de la soberbia, coordenado con el de la vanidad y, naturalmente, conel de la humildad”80, manifestándose en muchas oraciones en las que sealude a la soberbia como algo que produce horror y como una enfermedadcon palabras como morbus y tumor81.

Comprobamos, por tanto, que la triple antítesis (muerte/vida;soberbia/humildad; heridas/integridad) tiene sus raíces en la misma Biblia yen la literatura patrística, de las que recibe la fuerza de su contenido y de suvocabulario. La importancia que este contraste tiene en Leandro se mani-fiesta en las diversas ocasiones que recurre a ellas, teniendo siempre comoejemplo a Cristo que rechazó el poder y los honores del mundo para seguirsu misión de servicio82. Se trata de una clara alusión al intento de hacer reya Jesús después de la multiplicación de los panes83 y a la carta a Filipenses84.

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78 Ibíd., 24, 2, 2. CCL 143B 1548. El texto completo afirma: “Sed quia divinae poten-tiae suppetit, non solum de nihilo facere, sed inflictum vulnus superbientis diaboli medici-na apparuit inter homines humilitas Dei; ut de autoris exemplo humiliati surgerent, qui imi-tatione hostis elati ceciderant. Contra ergo superbientem diabolum apparuit inter homineshomo factus humilis Deus. Hunc potentes huius saeculi, id est membra diaboli superbientis,eo despicabilem crediderunt, quo humilem conspexerunt. Vulnus enim cordis eorum quan-to magis tumuit, tanto amplius medicamentum mite despexit. Repulsa igitur a vulneresuperborum medicina nostra pervenit ad vulnus...” .

79 Moralia in Iob 32, 12, 25.CCL 143B 1695.80 J. PINELL, Liber orationum Psalmographus. Colectas de salmos del antiguo rito his-

pánico. Barcelona- Madrid, 1972 [130].81 En expresiones como “morborum superbiae” (nº 486) y tumore ... superbiae” ( nº

496). Los números citados corresponden el número de las oraciones de la edición de J.PINELL ya mencionada. También se puede ver la página [133] de dicha obra.

82 “Tu, adistar caelestis sponsi honorari in saeculo fuge... Quoniam et ipse Salvator,dum a turbis ut rex fieret quaereretur, se ipsum abscondit. Quomodo ab homine regnumacciperet, cui cum Patre regnum perpetuum maneret? Sed quia venerat docere humilitatem,omnium declinavit honorem. In forma Dei manens, semetipsum pro nobis humiliavit; etcuius caelestia serviunt ac terrestria, pro mortalibus factus est pauper, ut eius inopia nosditaremur” (XXIII 5-6).

83 “Iesus ergo cum cognovisset quia venturi essent ut raperent eum, et facerent eumregem, fugit iterum in montem ipse solus” (Jn 6, 15).

84 “Hoc enim sentite in vobis, quod et in Christo Iesu: qui cum in forma Dei esset, nonrapinam arbitratus est esse se aequalem Deo; sed semetipsum exinanivit formam servi acci-piens, …Humiliavit semetipsum... (Filp 2, 5- 8). Cf. también J. PINELL, [133].

2) Antítesis entre virgen/casada.

Arrancando también de un texto del Nuevo Testamento, de San Pablo enconcreto, Leandro contrapone la situación de la virgen a la de la casada,para realzar, como es lógico, en este tratado dedicado a la virginidad, laimportancia de la virginidad. San Pablo había dado un consejo sobre la vir-ginidad subrayando su importancia con el contraste entre la virgen y lacasada, entre Dios y el siglo85. De acuerdo con San Pablo, Leandro exponeantitéticamente su deseo de que los creyentes estén libres de las preocupa-ciones que les angustian y puedan así tener una unión más profunda conCristo, porque es más fácil que el hombre o la mujer solteros estén máslibres para dedicarse mejor a Cristo. Pablo no obliga a nadie ni desprecia elmatrimonio, sino que ofrece el grado mayor de entrega para quien puedarealizarlo. Leandro, siguiendo estos mismos consejos, remarca con la antí-tesis la dignidad del estado virginal. Para eso opone algunos términos(virgo/nupta; Deo/viro; Christo/mundo; y, antes, integritas/corruptio),extendiéndose prácticamente en este comentario de elogio a la virginidadcasi hasta el final de la praefatio que ahora nos ocupa. De ahí el contrasteentre virgo/nupta que más adelante se repite en innupta y virgo vs. nupta:

“Virgo studet placere Deo suo, nupta, pro Deo saeculo;virgo servat integritatem virginitatis86 qua nata est,nupta, et quam per nativitatem conrumpitur!” (40).

La antítesis Deo/viro, se repite con términos sinónimos87 enmundo/Christo y en viro/Deo que se hallan formuladas en las cuatro cor-tantes interrogaciones posteriores que no son propiamente retóricas88, sino

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85 “Volo autem vos sine sollicitudine esse. Qui sine uxore est sollicitus est, quae Domi-ni sunt, quomodo placeat Deo. Qui autem cum uxore est, sollicitus est quae sunt mundi,quomodo placeat uxori, et divisus est. Et mulier innupta, et virgo, cogitat quae Dominisunt, ut sit sancta corpore, et spiritu. Quae autem nupta est, cogitat quae sunt mundi, quo-modo placeat viro” (1Cor 7, 32-34).

86 Cf. C. TIBELLETI, “Virgen-virginidad-velatio”, en Diccionario patrístico y de la anti-güedad cristiana. Salamanca, 1998 2214. En adelante lo citaremos con las abreviaturas DPA

87 Entendemos aquí la sinonimia sólo como equivalencia o semejanza.88 “Una pregunta se convierte en figura siempre que se emplee no para conseguir infor-

mación, sino para dar énfasis a un punto” [Texto de Quintiliano, citado por P.A. MEADOR,“Quintiliano y la institutio oratoria”, en James J. MURHPHY (ed.), Sinopsis histórica de laretórica clásica. Madrid, 1989 236]. Cf. también B. MORTARA GARAVELLI, Manual de retó-rica, 303.

urgentes y deliberativas como si tuviera ante sí a su hermana y estuvierapresentando los problemas y los inconvenientes habituales del matrimonio.En ella opone viro y mundo a Deo y Christo:

“Quae viro placere voluit, non Deo, quid agit dum exit de hoc saeculo? Quae sollicita fuit quomodo placeret mundo, quam poterit habere par-

tem in Christo?” (45).

Tanto en los Sinópticos como en los escritos paulinos la expresión “estemundo” se equipara a la de “este siglo” en un dualismo escatológico quealude al “siglo venidero”. En consecuencia, de acuerdo con los tópicos dela patrística anterior89, Leandro afirma, con este recurso, que la opción porel marido puede desembocar en un doble temor antitético: temor a perder lobueno/temor a tener lo malo:

“Pro viro certe gemino timoris adicta periculo,timet bonum perdere, timet malum habere”(47).

Dicha antítesis (bonum/malum; perdere/habere) se halla reforzada conla anáfora timet... timet, que remarca el temor de la casada, cosa que tam-bién hace con el orden simétrico de palabras (verbo-acusativo-infinitivo),con la anáfora verbal (timet... timet), con la leve rima final las palabras anti-téticas (perdere... habere) y la rima interna (bonum... malum). En nuestraopinión se trata de una antítesis propia de Leandro, pero inspirada, a modode comentario, en el texto paulino ya mencionado. En consonancia con ellase halla la antítesis alusiva a la libertad de la consagrada frente al sexo(“his malis virgo nescia sexum habet, et sexus necessitatem ignorat”, 49),que también se puede considerar propia de Leandro. En alusión a los pri-meros capítulos de Génesis (2, 18-24) explica, con una leve antítesis, quelas consagradas heredan de Eva el cuerpo, pero no el castigo (“felix virgoquae corpus trahit ex Eva, non poenam”, 49) y en el mismo contexto deGénesis, con claras antítesis, alude a la libertad de que goza la virgen parasacudirse el yugo que imponen sus circunstancias naturales (“tu virginita-

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89 Cf. C. TIBELLETI, “Virgen-virginidad-velatio”, en DPA 2215. La cita bíblica que sub-yace en este tópico patrístico la hallamos en las palabras de Dios a Eva: “multiplicaboaerumnas tuas, et conceptus tuos: in dolore paries filios, et sub viri potestate eris, et ipsedominabitur tui” (Gén 3, 16).

tem indepta tali iugo excussisti cervicem, nec pressa necesitate curvaberisad terram, verum et in sublimi erecta, caelos suspicis90 ut unde illa vetitumpraesumendo cecidit, ibi tu licita contemnendo conscenderis. Eva gustavitde inlicito et virginitatem amisit”, 50). La antítesis es, pues, general, perotambién se halla en cada una de las palabras de estas cláusulas. El contras-te entre la consagrada y Eva, entre la virginidad y la pérdida de la virgini-dad remarca con fuerza el valor que para Leandro tiene la primera de lassituaciones. Unde/ibi; illa/tu; vetitum/licita; praesumendo/contemnendo;cecidit/conscenderis son expresiones antitéticas que subrayan ese pensa-miento. Dichas antítesis se explican luego con la alusión ya más clara a Evaque al elegir lo que no debía perdió la integridad o gracia con que Dios laadornó.

3) Antítesis integridad/corrupción.

En relación con las antítesis anteriores encontramos el contraste que elautor, siguiendo la literatura cristiana anterior91, establece entre integridad ycorrupción. La virgen es, según ello, una obra de arte salida de las manosde Dios, su creador y su formador. De ahí la fuerte antítesis que estableceentre los dos vocablos que recogen esta idea para remarcar la grandeza dela virginidad:

“Primo divino operi inrogatur iniuriamdum quod ille formavit integrum, libidine conrumpitur,libidine maculatur” (40).

La antítesis entre integridad y corrupción se repite en estas cláusulas92,cosa que indica la importancia que tiene para Leandro. La corrupción sepuede entender aquí como alteración de la naturaleza genuina y original dealgo o de alguien. Se habla de la obra de arte salida de las manos de Dios,pues “la corrupción es efecto de la desintegración o disolución de las partesintegrantes”93 de algo. Encontramos la misma idea en: “Perverse enim

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90 Cf. “Supra caelos...” (Praef. 10).91 Cf. ibíd. DPA, 2214.92 Cf. “Virgo servat integritatem virginitatis qua nata est, nupta, et quam per nativi-

tatem conrumpitur!” (Praef. 40).93 J. CAMPOS RUIZ, “La virginidad consagrada en el pensamiento de san Leandro”, en

Homenaje a fray Justo Pérez de Urbel. Studia Silensia IV. Abadía de Silos, 1977 30.

naturam corrumpunt homines, quam Deus formavit integram” (21), dondese establece la antítesis corrupción/integridad y Dios/hombres o Creador-Formador/hombres destructores de la obra de Dios. En efecto, corruptio ycorrumpere indican la disolución del espíritu por los vicios, pero en Lean-dro abarcan desde la pérdida de la virginidad o integridad corporal hasta lacorrupción del espíritu por la concupiscencia de la carne y de la ira o inclu-so la corrupción del rostro por los mismos afeites y adornos94 que Leandrorechaza tajantemente, según se ve más adelante en su obra95. La integridad,en efecto, es lo propio y original de una cosa; la corrupción es posterior yaccidental (res accidens). Por consiguiente toda corrupción o vitiatio es unainterpolatio que adultera cualquier realidad de modo que lo que antes eraintegrum o germanum (genuino) se hace corrupto y adulterado; es decir,pasa a ser “otra cosa”. Éste es el esquema de la corruptela que aplicó Ter-tuliano a la creación entera, en la que el interpolator es el diabolus. Aplica-do a una obra literaria, por ejemplo para el Evangelio serán los herejes losinterpoladores porque lo manipulan, según se puede ver en la Homelia inlaude Ecclesiae... de Leandro96. Se aplica también al cuerpo humano antesde salir a la luz: “Vitiatio corporum accidens res est, integritas propria est.In hac nascimur: etiam si in utero vitiemur, iam hominis est passio; priusest genus quam casus”97. En este caso los interpoladores son los hombresque, de diversas formas, se atreven a retocar la obra de Dios en la virgen.León Magno dice que nuestra esencia “fue plasmada en nosotros por elCreador, pero esa naturaleza quedó viciada cuando el hombre se dejó enga-ñar por el Maligno...”98.

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94 Cf. id., “La virginidad consagrada...”, 30. 95 Eso se puede ver muy claramente en los números 47-49; 58-62 de la praefatio de

esta misma obra (DIV) de Leandro.96 Cf. J. PINELL, Liber orationum psalmographus, [151].97 TERTULIANO, De resurrectione carnis, 57, 4. PL 2 1, citado en S. VICASTILLO, Tertu-

liano y la muerte del hombre. Madrid, 1980 48. Se habla de corrupción cuando intervienealgún elemento extraño que puede alterar una naturaleza, pues “en el aspecto semántico delverbo corrumpo se encuentra el matiz de alterar en sentido propio y figurado. Se altera, porejemplo, el vino si se le añade agua, pues en ese caso se “rompe” (rumpo) su naturaleza pro-pia al mezclarlo “con” (cum, rumpo); cf. I. RODRÍGUEZ, Los escritos de San Francisco deAsís..., 239.

98 Traducción de la Carta 28 a Flaviano 3-4. PL 54. En general se pueden ver lascolumnas 763-767. De ahí el significado de las palabras de Leandro: “Virgo studet placereDeo suo, nupta pro Deo saeculo; virgo servat integritatem virginitatis qua nata est, nupta etquam per nativitatem conrumpitur! Et qualis est virginitas, ubi non permanet integra, utcoepit esse natura? ... In vos Deus agnoscit opus suum, quas tenet saeculum et non con-rumpit, quas tales Deus recepit quales fecit” (40-41).

Pero la integridad tiene que ser total. Por eso la explica con otro con-traste entre el rostro y la mente: “Et quae sic conrumpit faciem, quam putasconrumptam habeat mentem? (48). La antítesis entre rostro y mente indicala totalidad de la corrupción del ser. Si esta corrupción es total, la necesidaddel sexo le puede llevar hasta el extremo de sentirse como una esclava; sinembargo y a pesar de eso, la virgen es libre, pues sexum habet, sexumnecessitatem ignorat: “His malis virgo nescia sexum habet, et sexum neces-sitatem ignorat” (49), pensamiento que remarca nuevamente con esa fraseantitética. Por el contrario, quien no ha sido objeto de esa corrupción puedelevantar bien alto su rostro, librándose de toda esa esclavitud99. Con elmismo sentido encontramos otro pasaje de la misma obra en el que Lean-dro valora lo interior con un contraste entre lo exterior y lo interior, entre elvestido y la disposición interior: “Quia tunc vere ornata, si non exteriorem,sed interiorem habitum dilexeris; et tunc eris bene conposita, si non ves-tium nitorem, sed animi candorem fueris prosecuta” (X, 29). Con la dobleantítesis, subrayada con la adversativa sed, remarca la disposición interiorfrente al aspecto exterior: exteriorem/interiorem habitum; vestium nito-rem/animi candorem. Esta antítesis contiene, a su vez, una gradación real-zada en el segundo término del binomio para dar a entender que la blancu-ra o inocencia del alma es superior a la del vestido100. La comparación entrelo interno y lo externo remarca lo primero así como la limpieza del almafrente a la del vestido que es lo externo. En relación con este tipo de belle-za se halla también la antítesis entre la belleza corporal y la integridad oentereza de la castidad (“pulcra, non carnis specie, sed castitatis integrita-te”, IX 4) remarcada y subrayada una vez más por la adversativa sed.

En la misma línea se explica el uso del baño y del vino. Mirados desdela antítesis y en el mismo contexto comprobamos que exhorta a que el usosea más por necesidad de salud que por placer oponiendo y anteponiendo,en consecuencia y de acuerdo con la ascética, la necesidad al placer: “Bal-nea non pro studio vel nitore utaris corporis, sed tantum pro remediasalutis utere, inquam lavacro quando deposcit infirmitas, non quando sua-

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99 Cf. C. TIBELLETI, a.c., 2215. 100 Conviene tener presente que el autor insiste varias veces en esta idea. Cf. para esto

los números 47, 48 y 58-62 del DIV donde cita cartas de San Pedro y de San Pablo para sus-tentar su opinión. En efecto, la 1Pe 3, 3 dice: “Quarum non sit extrinsecus capillatura, autcircumdatio auri, aut indumenti vestimentorum cultus” (1Pe 3,3). “Similiter et mulieres inhabitu ornato, cum verecundia et sobrietate ornantes se, et non in tortis crinibus, aut marga-ritis, vel veste pretiosa; sed quod decet mulieres, promittentes pietatem per opera bona”(1Tim 2, 9-10).

serit voluptas (XX 1). Quapropter non te inliciat lavare saepius carnisvoluptas sed infirmitatis inperet neccesitas” (XX 2)101. Siguen las antítesisen expresiones como pro studio vel nitore... corporis/pro remedia salutis,que van reforzadas aquí también con la adversativa sed, y voluptas vs.necessitas... infirmitatis, utilizadas en este mismo sentido.

4) Amor/odio.

Partiendo una vez más de la Sagrada Escritura Leandro recuerda una delas grandes ideas del Nuevo Testamento102 aconsejando a su hermana conrepetidos contrastes bíblicos: “Diligentibus te sic repende vicem dilectionis,ut maiore vicissitudine diligas quam diligeris. Odientes te, odire noli103; sede contrario, bono pro malo retribue et dilectionem repende pro odium, utvincas in bono malum. Diligite inimicos vestros, ait Dominus, et benefaci-te his qui oderunt vos” (V 1). En relación con ella se halla también la antí-tesis siguiente, cuyo contraste realza con un claro juego de palabras entrediscordem... concordia: “Benignitate tua discordem reduces ad concor-diam, si vicem mali bono retribuas, et facias caritatem bonam, quae teodio malum facere cogebat; ac sic, quae mala est, melius bono tuo, inbonorum transeat numero, quam tu alieno vitio transeas in malorum con-sortio” (V 2).

5) Alegría por las que progresan/tristeza por las que caen.

“Exulta de profectibus animarum, tristare de casibus” (XII 2).

Con dos antítesis aconseja a su hermana a entristecerse o a alegrarse:dos verbos (exulta vs. tristare) y dos ablativos (de profectibus vs. de casi-bus) aluden a esto. Alegrarse o entristecerse por los progresos o por losretrocesos de las demás es uno de los grandes consejos que le da Leandro.En relación con eso se encuentra otra de las antítesis referida a la correc-

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101 Salvadas las diferencias, comprobamos que también utiliza la antítesis para aconse-jar el vino sólo como medicina: “Invalidam vero et inbecillem pro medicinam debet uterevino, non pro temulentiam” (XIX 7).

102 “Audistis quia dictum est: ‘Diliges proximum tuum, et odio habebis inimicum tuum.Ego autem dico vobis: Diligite inimicos vestros, benefacite his qui oderunt vos....” (Mt 5,43-44). Y Pablo en Romanos 12, 21, recuerda la misma idea: “Noli vinci a malo, sed vincein bono malum”. Pensamos que es el texto que Leandro sigue aquí.

103 Cf. “Diligis odientes te, et odio habes diligentes te” (2Re 19, 9).

ción: “Nulla ibi caritas, sed aperta iniquitas: quoniam, si amas, praesen-tem debes corrigere, non absentem lacerare” (XIV 1). “Corripitur prae-sens non detrahitur absens” (XIV 2).

Caritas e iniquitas contrastan para explicar la clave en la que se tieneque llevar a cabo la corrección, afirmando que la corrección se ha de hacera la que está presente (praesens) y no atacar a la ausente (absens). Conparalelismo casi isosilábico, rima interna y final subraya estos contrastessimilares a una máxima. Se trata de un eco del consejo evangélico referidoa la corrección fraterna (“si autem peccaverit in te frater tuus, vade, etcorripe eum inter te, et ipsum solum...” , Mt 18, 15)104 y propuesto casi enforma de máxima. Dentro de esta antítesis de preocupación por las demásse incluye el consejo sobre el ayuno y con paralelismo (y anáfora del rela-tivo quae) de miembros y de cláusula opone sana/enferma para subrayar loscuidados que merece esta última: “Nec debet scandalizari, quae sana est, siremisius vel indulgentius, quae infirma est, alitur” (XVIII 2)105.

6) Alegría/ tristeza.

El consuelo en el llanto es una de las grandes antítesis evangélicas utili-zadas para subrayar que no hay nada más grande que la felicidad que pro-cede de Dios. Esta idea se halla concretamente en el Nuevo Testamento:“Beati qui lugent: quoniam ipsi consolabuntur” (Mt 5, 5). “Beati qui nuncfletis, quia ridebitis” (Lc 6, 21)106. La literatura cristiana anterior a Leandrohabía comentado también este pensamiento, pero especialmente Agustín de

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104 En la literatura cristiana es algo que se repite: “Si peccaverit in te frater tuus, vade etcorripe eum inter te et ipsum; plus enim proficiat amica correctio quam accusatio turbulen-ta” (AMBROSIUS MEDIOL., Expositio evangelii secundum Lucam. 8. PL 15 1771).

105 En ese mismo sentido se puede entender arriba el uso del vino (“invalidam vero etinbecillem pro medicinam debet utere vinum, non pro temulentiam”, XIX 7) y del baño(“balnea non pro studio vel nitore utaris corporis, sed tantum pro remedia salutis”, XX 1)de acuerdo con la ascética. La antítesis opone también infirmitas/voluptas, pero insistiendomás aún con otra antítesis similar entre carnis voluptas/infirmitatis neccesitas: “Quapropternon te inliciat lavare saepius carnis voluptas, sed infirmitatis inperet neccesitas”, XX 2).San Benito, en su Regla, aconseja también a los monjes el uso moderado del vino: “Tameninfirmorum contuentes imbecillitatem, credimus eminam vini per singulos sufficere perdiem” (BENITO DE NURSIA, Regla de los monjes XL 1. Ed. bilingüe. Salamanca, 2206 77). Enla misma Regla se recomienda sobre el baño: “Balnearum usus infirmis quotiens expeditofferatur sanis autem et maxime iuvenibus tardius concedatur” (ibíd., XXXI 7. P. 72).

106 Cf. también: P. BONNARD, El evangelio según San Mateo. Madrid, 1976 92; G.SCHWY, Iniciación al NT. Mateo. Marcos. Lucas. Salamanca, 1969 431. La carta de Santia-

Hipona107, aunque el contexto en el que habla Leandro difiere algo. Lean-dro, partiendo de ideas bíblicas y teniendo quizá en mente consejos de laRegla de Benito de Nursia108, aconseja a su hermana moderación en la risa,pues también puede ser peligrosa: “Risum ergo, soror, ut errorem fuge ettemporalem laetitiam conmuta in luctum, ut beatificeris, si te peregrina inmundo luxeris: quoniam qui secundum Deum lugent, beati sunt, et ipsiconsolabuntur” (XXI 4).

Leandro, en su Homelia in laude Ecclesiae..., exhorta a la Iglesia, conpalabras parecidas, a cambiar la tristeza por la alegría109. No prohíbe la ale-gría en este capítulo XXI del DIV, sino que exhorta a una alegría moderaday al llanto del peregrino que hallándose en el destierro del mundo suspira

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go: “Miseri estote, et lugete, et plorate: risus vester in luctum convertatur, et gaudium inmoerores” (Sant 4, 9). También se puede ver en Sal 126, 5-6; Is 61, 2-3. Cf. Homelia inlaude Ecclesiae...: “Induere fortitudine et iubila exsultatione, quoniam tui maerores in gau-dio sunt mutati, et triste habitum in amictum laetitiae versum est” (151, 142-144).

107 “Plorate: risus vester in luctum convertatur et gaudium in maerorem” (Speculum.CSEL 12 46, 274). Citando al apóstol Santiago vuelve a traer la idea: “Sic de epistola Iaco-bi apostoli: miseri estote, inquit, et lugete; risus vester in luctum convertatur” (Enarrationesin Psalmos. Psalmus 84. CCL 39 1196). Isidoro de Sevilla: “Propter hoc enim et Iacobusapostolus dicit: Miseri estote, lugete, et plorate, risus vester in luctum convertatur, et gau-dium in moerorem” (Sententiarum libri tres, 3. PL 83 695).

108 La literatura patrística y monástica consideraba que reír y hacer reír son incompati-bles con la opción cristiana. En el capítulo IV 53 54 de la Regla de San Benito se aconsejamoderación en las palabras y en la risa: “Multum loqui non amare. Risum multum autexcussum non amare”; y en el capítulo VII 59, que trata de la humildad, basándose en ellibro del Eclesiástico (21, 23) habla de una risa sosegada como décimo grado de la humil-dad: “Decimus humilitatis gradus est si, cum loquitur monachus, leniter et sine risu, humi-liter cum gravitate vel pauca verba et rationabilia loquatur…” (BENITO DE NURSIA, Regla delos monjes, 30 y 42) . Véase el Excurso IV “Bromas y veras en la literatura medieval” de E.R. CURTIUS, Literatura europea y Edad Media Latina 2. México-Madrid-Buenos Aires, 1989594-618. Cf. P. M. ALEXANDER, La prohibición de la risa en la ‘Regula Benedicti’. Intentode explicación e interpretación. En “Regula Benedicti Studia” 5 (1977) 225-283. Tambiénse puede ver A. J. GOUREVITHC Le comique et le sérieux dans la littérature religieuse duMoyen Âge. En “Diogène” 89 (1975) 67-89. J. LE GOFF, Le rire dans les règles monastiquesdu Haut Moyen Âge. En “Haut Moyen Sge. Culture, éducation et société. Études offerts àPierre Riché”. Paris, Erasme, 1990 93-103. I. M. RESNICK, Risus monasticus. Laughtere andMedieval Monastic Culture. En “Revue Bénédictine” 103 (1987) 90-100.

109 “Exsulta..., quoniam tui maerores in gaudio sunt mutati, et triste habitum laetitiaeversum est” (151, 141-144), realzando aquí, por el contrario, como era lógico en aquellaocasión, el gozo de la unidad. Se trata de un tema que aparece en las oraciones colectas delSalmógrafo: “Sana nos, Domine, dum clamamus ad te; et ut fletus nostros vespertinos ingaudium vertas, matutina laetitia nobis te opitulante citius occurrat” (J. PINELL, Liber ora-tionum psalmographus, nº 30).

por la patria celestial y llora, según Dios, para ser consolado, cosa queexplica con otra antítesis (“peregrinari te in mundo discito, nec hic haberepatriam, sed in caelo, XXI 4); “... et si absentem te ab eo fleveris, ille tepraesens consolabitur”, XXI 6), en la que opone expresiones como inmundo (e hic)/in caelo; absente/praesens; fleveris/ consolabitur.

La oposición entre in mundo (e hic) vs. in caelo, refuerza con la adver-sativa sed la condición peregrina de la virgen, a imagen de la Iglesia pere-grina. Siendo el mundo camino es preciso mirar a la meta futura donde seencuentra el consuelo total. Esa es la razón por la que opone también hic ein caelo. Y, unido a ello, trata de la ausencia temporal de Cristo esposo dela virgen (absentem) y del consuelo cuando se halle presente (praesens). Suausencia y presencia motiva la antítesis que encontramos en los dos verbos(fleveris/consolabitur). Es preciso entender todo esto en clave bíblica ypatrística. Muchas veces la literatura patrística trata sobre la condiciónperegrina de la Iglesia recurriendo a los temas del éxodo, del desierto y dela llegada a la Tierra Prometida, convencidos, como afirmó San Pablo, deque todo aquello “sucedía en figura y fue escrito para aviso de los quehemos llegado a la plenitud de los tiempos” (1Cor 10, 11). El cristiano,liberado también del pecado (1Tes 1, 9), tiene su camino siguiendo a Jesús,nuevo Moisés, que conduce a su nuevo pueblo a la definitiva Tierra Pro-metida a través del desierto del mundo. De ahí que se deba considerar“extranjero y forastero” (1Pe 2, 11) en este mundo en el que se encuentracomo en un destierro (1Pe 1, 17). Y puesto que el cristiano en general, y lavirgen en especial, son “ciudadanos del cielo” (Filp 3, 20), por eso tiendena las cosas de arriba (Col 3, 1-2)110 aspirando a una patria mejor que es lacelestial (Heb 11, 16). Y puesto que la consagrada es peregrina y está depaso en este mundo, no se puede instalar en las cosas pasajeras y de aquíabajo, como vimos en el inicio de esta obra, ya que mientras peregrina poreste mundo experimenta, como el pueblo de Israel, todo tipo de pruebas queha de superar. Por experiencia personal y familiar, según él mismo afirma,conocía físicamente también Leandro esta situación, pues se había vistoobligado a dejar su tierra cartaginense y a emigrar a Sevilla111. Bajo esteprisma de provisionalidad entendieron los Padres la vida cristiana y religio-sa y así podemos entender todos los consejos de Leandro a su hermana.

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110 Es una idea que repite en esta obra: “Supra caelos quaerendum est...” (Praef. 10);“averte, quaeso, oculos a mundi huius falsas insanias: Caelos aspice, ubi est sponsus tuus...Quae sursum sunt quaere...” (ibíd., 37).

111 Cf. XXXI 11-13 y en general todo el capítulo XXXI.

Cualquier cosa de este mundo carece de importancia y se puede convertiren obstáculo para el camino hacia la Patria verdadera del Cielo.

7) Adversidad/ prosperidad.

La ecuanimidad es necesaria en todas las circunstancias. Ejemplo deello son los Patriarcas bíblicos y Job, que, en situaciones delicadas y para-dójicas, superaron las pruebas adversas, y a ello alude en esta antítesis:“Hortor itaque te aequalem et uniformem habere semper animum ut necadversitate frangaris, quae patientiam et penuriaum Iob bene scis, nec ele-veris prosperitate, quae Patriarcas divites opibus et humiles animo lege-ris” (XXIII 1).

La importancia de esta antítesis se evidencia en el quiasmo nec adversi-tate frangaris/nec eleveris prosperitate, y en la leve antítesis entre divi-tes/humiles remarca la necesidad de un ánimo siempre equilibrado parapoder superar las dificultades. Se trata de una idea que encontramos tam-bién en la literatura patrística112. A ello contribuye también la rima de estossustantivos dispuestos en paralelismo cruzado. En el primer caso (adversi-tate) pone como ejemplo de paciencia a Job, en el segundo caso (prosperi-tate), aporta el ejemplo de los patriarcas, cuyas riquezas no fueron motivode soberbia, sino de humildad. El apóstol Pablo propuso luego la conve-niencia de mantener la máxima ecuanimidad en todas las circunstancias,especialmente en las adversas113. El paralelismo es total, dado que estáreforzado por la anáfora (quae... quae), por la musicalidad de dos palabrasenfáticas y consonantes (adversitate y prosperitate), por la leve rima finalen –is de los verbos (frangaris, scis, eleveris, legis) y por el quiasmo anti-tético que podemos comprobar con claridad nec adversitate frangaris nec

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112 Agustín de Hipona exhorta con palabras parecidas a mantener la ecuanimidad:“Intendat caritas vestra (in utroque enim tentatur anima), et prosperitate ne corrumpatur, etadversitate ne frangatur. Ideo autem mane prosperitatem significat, quia mane laetum est,transancta velut tristitia noctis...” (Enarrationes in Psalmos. Psalmus 64. CCL 39 834). Lici-niano de Cartagena afirmaba: “Illic fortitudo etiam in adversis et in prosperis reperitursemper aequalis, quae nec in contrariis frangitur, nec in prosperis exaltatur” (Epistolaprima, ad sanctum Gregorium papam. PL 72 690). Casiodoro insiste en la necesidad de queninguna adversidad nos desoriente: “... ut nulla adversitate frangatur, sicut Apostolus ait,huius maximum virtutis exemplum; de se enim dicit: in laboribus plurimis, in carceribusabundantius, in plagis supra modum, in mortibus frequentius”, aludiendo a 2Cor 11, 23(Expositio psalmorum. Psalmus 88. CCL 98 820).

113 “In laboribus plurimis, in carceribus abundantius, in plagis supra modum, in morti-bus frequenter” (2Cor 11, 23).

eleveris prosperitate. Antitéticos son los sustantivos adversitate/prosperita-te y los verbos frangaris/eleveris cuyos contrastes son subrayados recu-rriendo a la “proverbial paciencia” de Job en la adversidad, y a la ecuani-midad de los patriarcas y del rey David114 ecuánimes en circunstanciasfavorables o adversas. De ahí deduce la enseñanza que ha de seguir Floren-tina (“beata eris si in adversis et in prosperis semper Deo gratias egeris, etvitae istius prosperitatem et adversitatem fumum vaporemque illico evanes-centem credideris”, XXIII 2), recurriendo nuevamente a palabras y locu-ciones antitéticas como in adversis/in prosperis; prosperitatem/adversita-tem, y a consejos antitéticos como “nec de mundanis gaudeas lucris et noncontristaberis damnis” (XXIII 4), con contraste entre lucris/damnis y losverbos gaudeas/contristaberis. La oposición entre el deseo de poseer y eldolor de perder los bienes materiales (“cum amore etenim possessa, cumdolore utentis pereunt, XXIII 4), subraya también la necesidad de dichaecuanimidad en lo bueno y lo malo. Agustín de Hipona había reparado enesta actitud con palabras similares115.

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114 “David certe regnabat, et cum abundaret thesauris ac manu forti infinitos populosinperaret, humilem se canit” (XXIII 2).

115 “Cum autem malis hominibus Deus ista concedit, ostendit in eis quomodo et in ipsisbonis quae Deus largitur, crucietur animus, cui viluit qui tanta largitur. Bonis enim sub-ministrat occasiones beneficiorum; malos torquet timore damnorum. Et ideo si amittantutrique aurum et argentum, isti caelestes divitias laeto corde retinebunt, illis autem et bonistemporalibus inanis domus et bonis aeternis inanior conscientia remanebit...” (AUGUSTINUS

HIPP., Sermones. Sermo 50. CCL 41 626). Entre autores no cristianos podemos constatar quetambién Periandro de Corinto había aconsejado en su época moderación y resignación en laadversidad. El mismo Lucio Anneo Séneca aconseja que se debe confiar en la prosperidadtanto menos cuanto mayor sea. Entre cristianos y no cristianos se opinaba así por los pro-blemas que puede conllevar la tenencia o el miedo a la pérdida de los bienes materiales. Tex-tos de autor incierto como el siguiente expresan el mismo pensamiento: “Duo ubera spon-sae, prosperitas et adversitas sunt. His tanquam uberibus nutritur, dum adversitate fovetur,ne in prosperis elevetur. Ponit autem dilectum suum inter haec ubera, dum illius et inadversis, et in prosperis recordatur” (AUCTOR INCERTUS, Vitiis mystica. PL 184 646).Isidoro de Sevilla habla de los problemas que puede conllevar el deseo de todas estas cosas:“Nocent enim divitiae, nocent et potestates, sed per id, quod eis iuxta ponitur, non per se;exemplo itineris recti iuxta quod spinae nascuntur, quae surgentes a latere nocent eis quirecto itinere gradiuntur. Non posse quempiam spiritualia bella suscipere, nisi prius carnisedomuerit cupiditates. Non potest ad contemplandum Deum mens esse libera, quae desi-deriis huius mundi et cupiditatibus inhiat” (Isidorus Hisp., Sententiarum libri tres. Lib. 2. PL83 645). Se evoca con esto el comienzo del DIV: “His namque certe rebus humanis inplica-tus animus a Deo avertitur et ab illa inmobili ac permanenti veritatis forma recedit. Necpotest ad se admittere divini Verbi dulcedinem aut Spiritus Sancti suavitatem pectus quod totmundanis agitatur molestiis, tot curarum temporalium stimulis verberatur” (Praef. 6). Del

De lo anterior se deriva el consejo antitético que ofrece sobre el uso delos bienes temporales, que no son malos en sí, aunque su uso sí puede serperjudicial116. La antítesis entre malos y buenos (mali/boni) y entre la tenen-cia (habere possunt) y la renuncia (debent contemnere) subraya la acepta-ción de la voluntad de Dios en todos los casos, de acuerdo con otro pensa-miento paulino según el cual todo es bueno para los que aman a Dios117.Esto es así porque, como explica en otra antítesis, Dios concede riquezastemporales a los malos (“dat enim Deus malis temporales divitias”) porqueles negará las eternas (“quibus negabit aeternas), cosa que evoca implíci-tamente, a nuestro entender, la parábola evangélica del rico Epulón (cf. Lc16, 19-31). El contexto pretende explicar que el ser humano, al no estarhecho para este mundo pasajero, no ha de apegarse a las cosas materiales ypasajeras que perecen y pasan, como ha dicho al principio de la obra ocomo sucede en el caso del rico de la parábola despojado de todo al morir.En consecuencia, los ojos habrán de estar puestos en el cielo, su verdaderapatria. En cualquier caso, según otra antítesis (“fiunt divites... fiunt paupe-res) entre los buenos hay pobres y ricos que saben aceptar la voluntad deDios cuando les da o les quita las riquezas (“malis et quando tribuunturdivitiae, poenaliter tribuuntur, ut male de eis gaudeant; et quando sub-trahuntur, poenaliter auferuntur, ut male de eis doleant. Utraque iusto adgloriam, utraque inpio ad vindictam”, XXIII 9). Las riquezas no sonmalas, sino la actitud adoptada ante ellas, ya que, según se ha indicado,todo sirve para bien a quienes aman a Dios (2Cor 8, 28). Por eso al justo lehace bien tenerlas o renunciar a ellas, mas al impío le hace mal tenerlas yperderlas, pues la misma situación puede beneficiar o perjudicar según laactitud adoptada ante ellas.

La Virgen María es el último ejemplo que aporta, afirmando que fuepobre en cosas, pero rica en el Señor: “Virginitatem et paupertatem Mariaeprospice, quae tanto dives in Domino fuit, ut mater Domini esse mereretur,

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desprecio de las riquezas, por los problemas que conllevan y por la falta de auténtica con-sistencia, había tratado Séneca afirmando: “Comptempsi divitias, non quia supervacuae sedquia pusillae sunt” (Epistularum moralium. Ad Lucilium. Liber XIX-XC-XV. De la ediciónelectrónica antes citada).

116 “Quod enim habere possunt et mali, libenter debent contemnere boni. Dat enimDeus malis temporales divitias, quibus negabit aeternas; dat eas certe et bonis, sed quosnovit non superbire ex eis. Boni, propitio Deo, fiunt divites, propitio Deo, fiunt pauperes”(XXIII, 8).

117 “Scimus autem quoniam diligentibus Deum omnia cooperantur in bonum his quisecundum propositum vocati sunt sancti” (Rom 8, 28).

et tanto rebus paupercula, ut partus tempore nec obstetricis nec ancillaeuteretur solatia...” (XXIII 10). Se trata de un pensamiento que, al parecer,proviene de San Jerónimo118 y que contrapone dives in Domino/rebus pau-percula.

8) Diversos modos de vivir o ser en el monasterio.

La antítesis entre consagradas carnales/espirituales, destinada a subrayarla virtud de la tolerancia de quien se encuentra al frente de ellas, tiene cla-ras resonancias paulinas en una antítesis de la segunda carta a los Corintios,donde Pablo trata de la ecuanimidad119: “Et certe, tolerare carnales, proba-tae virtutis est; imitare vero spiritales, spei est maximae” (XXV 2). For-mulado con antítesis quiástica y reforzado por la adversativa vero, se hallaeste pensamiento paulino. Al oponer los infinitivos tolerare/imitare y losadjetivos sustantivados carnales/spiritales, Leandro subraya que algo pro-pio de una virtud probada es soportar incluso a quienes se dejan llevar porsus tendencias naturales, terrenas y pasajeras (carnales), mientras que escosa de gran esperanza imitar a quienes se dejan guiar por el “Espíritu delSeñor” (spiritales), propio de los redimidos motivados principalmente porlas cosas del cielo (cf. supra caelos quaerendum est). De ahí arranca otracuriosa antítesis en la que opone el binomio siglo-mundo al monasterio alu-diendo a lo abandonado y a la nueva vida elegida:

a. “Quae potuit honorari in mundo et dives fuit in saeculo, b. blandius fovenda est in monasterio;

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118 Cf. “Propone tibi beatam Mariam, quae tantae exstitit puritatis, ut mater Dominiesse mereretur” (HIERONYMUS, Epistolae 6, 122, 230. PL 22 422). El mismo autor afirma:“Ioseph et Maria mater Domini non habebant servulum, non ancillam: et de Galilaea, deNazareth soli veniunt, non habebant iumentum; ipsi sunt domini et famuli. Rem novam,ingrediuntur in diversorium, non ingrediuntur in civitatem: paupertas enim timida inter divi-tes non audebat accedere. Videte magnitudinem paupertatis, in diversorium vadunt: nondixit quod erat in via, sed in diverticulo erat extra viam…” (ID., Homilia de Navitate Domi-ni. CCL 78 525).

119 La antítesis carnal/ espiritual la hallamos en 1 Cor 3,1; Ef 8,2. “Libenter enim suf-fertis insipientes: cum sitis ipsi sapientes. Sustinetis enim si quis vos in servitutem redigit, siquis devorat, si quis in faciem vos caedit. Secundum ignobilitatem dico, quasi nos infirmifuerimus in hac parte” (2Cor 11, 19). Pablo habla de dos clases de creyentes, el “carnal» yel “espiritual» (1 Co 2.15–3.4). Describe en detalle las obras de «la carne», que es la natu-raleza pecaminosa del hombre (Gál 5, 19ss), y contrasta con ellas el fruto del Espíritu (vv.22s).

c. et quae reliquit in saeculo vestem pretiosam, cultiorem in monasteriomereatur

vs.

a’. Quae vero sub penuria vixit in saeculo et tegumento victuque eguitb’. grata ferat si in monasterio nec algeat nec esuriatc’. nec murmuret si ea tractetur indulgentius, quae vixit in saeculo deli-

catius” (XXVII 2).

Dicha antítesis es explicada inmediatamente con una razón antitética(nam): “Nam si prout unuscuiusque opus est non dividatur, fit superba inmonasterio, quae fuit vilis in mundo; et quae erat potens in saeculo,humiliatur in monasterio” (XXVII 3). El paralelismo total de la presentecláusula (superba/vilis; potens/vilis; in monasterio/in saeculo o in mundo)subraya con fuerza el pensamiento que Leandro pretende inculcar120.

Con estructuras paralelas totales realza la antítesis entre la que viviócómodamente en el mundo (“quae potuit honorari in mundo et dives fuit insaeculo; quae reliquit in saeculo vestem pretiosam”) y la que vivió connecesidades (“quae vero sub penuria vixit in saeculo et tegumento victuqueeguit”) afirmando curiosamente que es preciso tener un trato más suave conla primera (“blandius fovenda est in monasterio”; “cultiorem in monaste-rio mereatur”) que con la segunda (“quae vero sub penuria vixit in saecu-lo et tegumento victuque eguit”), que ha de conformarse con no pasar en elmonasterio ni frío ni hambre, contraste que realza con la adversativavero121. Con consejo tan curioso, Leandro intentaría suavizar el choquesufrido por algunas de las recién llegadas al monasterio que antes habíanvivido cómodamente. A juicio de U. Domínguez del Val Leandro “preten-de… con gran psicología, cercenar el apetito y ansias de estas personaspobres que surgen con vehemencia ahora en el monasterio al no haber dis-frutado con anterioridad de las comodidades de la vida del siglo”122. Por el

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120 Cf. U. DOMINGUEZ DEL VAL, Leandro de Sevilla y la lucha contra el arrianismo.Madrid, 1981 86-90.

121 Para esta llamativa idea véase J. MADOZ, “Varios enigmas de la Regla de San Lean-dro descifrados por el estudio de sus fuentes”, en Miscelánea Giovanni Mercati. Cità delVaticano, 1946 265-295, pero especialmente las páginas 292-293.

122 U. DOMÍNGUEZ DEL VAL, Leandro de Sevilla..., 293. En general se pueden ver laspáginas 283-296 donde cita un texto de Isidoro de Sevilla relacionado con esto: “Ad cuiussanctae militiae propositum veniunt non solum liberi; sed etiam plerumque et ex conditione

contrario, quienes llegaban al monasterio, al mejorar notablemente de con-dición social, se podían equivocar y, en vez de llevar una vida austera, pre-tenderían, tal vez, una vida mucho mejor que la que hasta entonces habíanllevado fuera, cosa que no sería lógica. De ahí surge otra de sus antítesis:“Nec sic vos provocamus ad humilitatem, ut illas superbia erigamus, quasdum tu accipis ut sorores, gratius illae tibi sint famulae praebeantque obse-quio nostro, nec servitute addictae, sed liberae caritate” (XXII 2).

En consecuencia una excesiva humildad, al recibir a quienes llegabandel mundo procedentes de condición servil, podría, según eso, ser contra-producente al correr el riesgo de provocar la soberbia de estas últimas cre-yendo, por su ignorancia, ser más de lo que habían sido hasta entonces. Elconsejo, pues, acaba con un significativo quiasmo en “non servitute addic-tae, sed liberae caritate”, para destacar la idea de un sano servicio en lacomunidad. El sustantivo utilizado es obsequium que indica “la ‘acción deseguir a uno para servirle’ (ob, sequor). Así se dice pedi-sequus, literal-mente ‘que sigue los pies’, es decir ‘siervo’, ‘esclavo’, ‘lacayo’. En latíncristiano y medieval es ‘sumisión’, ‘obediencia’, ‘respeto’, ‘homenaje’.Como Pablo (2Cor 10, 5)... in obsequium Christi ‘para obediencia de Cris-to’. Como vamos indicando obsequium lleva... coloración servil, muypatente... Los pequeños terratenientes de la España visigoda, allá por elsiglo VII, pagaban una canon, obsequium, a los nobles, mayores, para obte-ner su protección”123. Relacionadas con este mismo peligro se hallan otrasantítesis e ideas124. En ella opone furibunda a humilis et tranquilla parasubrayar el cambio que, como consecuencia de una actitud paciente yhumilde, se puede operar en la de carácter iracundo.

La importancia de estas ideas es subrayada no sólo con las antítesis sinocon los paralelismos sintácticos y antitéticos de estas cláusulas. El hecho deque Leandro recurra, para expresar esta idea, a unas cláusulas con parale-

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servili… Veniunt quoque et ex vita rustica, et ex opificum exercitatione, et ex plebeio labo-re, tanto utique felicius, quanto fortius educati. Quod si non admittantur, grave delictum est”(ISIDORUS HISP., De ecclesiasticis officiis, 2, 117. CCL 113 78). Sobre la procedencia humil-de de muchas personas que venían a los monasterios habla también Leandro en su DIV (cf.XXII 1-2; XXVII 1-4).

123 I. RODRÍGUEZ, Los escritos de San Francisco de Asís..., 236; cita aquí a M. C. DÍAZ

Y DÍAZ, “Introducción General I 6”, en Etimologías de San Isidoro de Sevilla. Madrid, 1982,nota 170.

124 “Ita fiet ut dum te viderit patientem esse et humilem, quae erat furibunda, fiat docu-mento tuo humilis et tranquilla; ac si salus illius mercedis additur tuae, quam tolerandopatienter et sustinendo humiliter, patientem humilem feceris…” (XII 2).

lismo total (sintáctico e ideológico), con quiasmos, (cosa que suele sucederen pasajes de especial importancia), con antítesis entre adjetivos y sustanti-vos, con anáforas de relativos y con otros recursos, evidencia la importan-cia de este pensamiento.

La salida del mundo y la entrada en el monasterio no tendría por quécambiar el modo de ser. La actuación humilde de quienes en el mundotuvieron influencia, no ha de motivar que quienes eran casi nada creanahora que, por el hecho de entrar al monasterio y de compartir una vida desana y auténtica hermandad, son más de lo que eran antes. De ahí las suce-sivas antítesis. A la misma idea de hermandad alude al decir, con ecos delNuevo Testamento125: “Quoniam non est personarum acceptio apud Deum,sed in distribuenda fide, ibi pariterque distribuenda fide, ibi pariterquedominae et ancillae, ubi non eligitur domina et reprobatur ancilla; aequa-liter baptizantur, simul Christi corpus et sanguinem sumunt” (XXII 2); yjustifica el pensamiento con un argumento del Génesis: los propios patriar-cas, al diferenciar entre hijos y siervos, hicieron una sana y justa distinciónen lo referente a los bienes materiales: “Nam et Patriarchae, dum essentsanctissimi, quantum ad res terrenas et temporales discernebant inter ser-vis et filiis: illos famulos, hos dominos iudicabant” (XXII 3).

9) El juramento.

Partiendo de otro pensamiento evangélico126, Leandro aconseja y pro-híbe, el juramento recurriendo nuevamente a la antítesis (in bono/in malo)y al juego de palabras (iurare... periurare), para subrayar la necesidad dedecir siempre la verdad127: “Nunquam iurare, sed semper verum dicere”(XXIX 1). De ese modo se evitarán males mayores. La antítesis entre nun-quam y semper alusiva a la necesidad radical de evitar el abuso del jura-mento, remarca dicho consejo; la propia palabra ha de ser suficiente. Y sialguna vez se toleró algo de esto fue por lo que afirma a continuación(“nam sicut carnalibus pro terrore fraudis iurare permisum est, sic pro-

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125 Cf. Ef 6, 9. La carta de Santiago afirma: “Fratres mei, nolite in personarum accep-tione habere fidem Domini nostri Iesu Christi gloriae” (Sant 2, 1). Cf. también Rom 2, 11.

126 Cf. 2Cor 1, 17 (“iterum audistis quia dictum est antiquis: Non periurabis; reddesautem Domino iuramenta tua. Ego autem dico vobis, non iurare omnino, neque per caelumquia thronus Dei est... Sit autem sermo vester, est, est; non, non; quod autem his abundan-tius est, a malo est”, Mt 5, 33-37).

127 Sobre el significado véase el comentario de U. LUZ, El evangelio según San Mateo.Salamanca 1993 399-400.

hibita sunt spiritalibus...”) con una nueva antítesis entre las “carnales” y las“espirituales”, subrayada con un juego de palabras y antítesis para acabardando la razón de su consejo: “cave itaque iurare in bono, quia de maloest”. “Tolle iurandi usum in bono et non periurabis in malo” (XXIX 3).

10) Rectitud en el trato.

Nuevamente parte de ideas bíblicas para aconsejar claridad en el tratocon los demás: “Non est enim aliquid absconditum, quod non manifestetur:nec factum est occultum, sed ut in palam veniat” (Mc 4, 22)128. La antítesisentre lo público y lo oculto recogida en in secreto/in palam, con su resulta-do también antitético bonum/turpe subraya la necesidad de ser siempre cla-ros y obrar con rectitud; de ahí lo que afirma Leandro: “Noli adsumereunam, loquendi familiaritate, et declinare alias, sed quod scire unius utileest, sciatur ab omnibus. Si quis vobis in secreto mentis fuerit revelatum, inpalam dicite; et quod corde conceperitis, omnibus manifestate” (XXX 1)...“Si bonum est quod loqueris, cur una tantum et non omnes potius informe-tur? Si turpe est, nec cogitare loqui debes...” (XXX 2). “O virgo, ideoocculte loqueris, quia non est unde publice gloriaris?” (XXX 3). La antíte-sis entre expresiones como adsumere unam/declinare alias y scireunius/sciatur ab omnibus, junto al contraste entre lo secreto (in secreto) ylo público (in palam), remarca la necesidad de la claridad y la rectitud entodas las circunstancias129.

La enseñanza para ser más auténtica y firme no ha de fundamentarsesólo en palabras sino en hechos y obras, dado que el ejemplo es la mejor delas enseñanzas: “Non sis sermone docta, et opere reproba, sed magis dictatua praecedant bona, ut quod docueris verbis, ostendas factis” (XII 3). Deahí las antítesis entre sermone docta y opere reproba, por un lado, y porotro, entre verbis y factis.

LA ANTÍTESIS COMO RECURSO DIDÁCTICO Y PEDAGÓGICO EN LEANDRO DE SEVILLA 41

128 Lc 8, 17: “Non est enim occultum, quod non manifestetur et in palam veniat”. Cf.también Mt 10, 26-27: “Nihil autem opertum est, quod non revelabitur et occultum, quodnon sciatur. Quod dico vobis in tenebris, dicite in lumine et quod in aure auditis, praedi-cate super tecta”. “Nihil autem opertum est, quod non reveletur: neque absconditum,quod non sciatur. Quoniam quae in tenebris dixistis, in lumine dicentur et quod in aurelocuti estis in cubiculis, praedicabitur in tectis” (Lc 12, 2-3).

129 Utiliza también antítesis entre lo público y lo privado para hablar de los bienes encomún: “Furti crimen est; quoniam dum omnia quae habentur in monasterio, omnibus sintcommunia, habere una latenter praesumit, quod a caeteris ignoratur, et aliud publice cumomnibus utitur, aliud furtive absconditur” (XXVIII 1).