La Voz de Álamos, 26 de enero 2013

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La Voz de Alamos Información desde los portales Vol. 2 Año 4 Álamos, Sonora, México www.festivalortiztirado.gob.mx 26 de enero de 2013 Instituto Sonorense de Cultura Se fue elevando hasta dominarlo todo; se acallaron hasta los más leves murmullos y su elevada figura quedó destacada e imponente frente a un auditorio expectante y emocionado. No recuerdo lo que aquella noche cantó Alfonso; pero lo hizo tan bien, cantó con tanta emoción que logró transmitirla a quienes le escuchaban Yo miraba a Alfonso y me sentía orgullosa de él; en parte era mi obra, volvía con el pensamiento al pasado, cuando le cerraba la puerta del estudio y sentada al piano le decía: “De aquí no sales, Alfonso, hasta que eso te salga bien”. Del libro Alfonso Ortiz Tirado, Enriqueta de Parodi De pronto, la voz de Alfonso rompió el silencio de la sala Á lamos.- Siente el viento de su infancia. A veces al dormir sueña que duerme en Las Bocas, ese lugar paradisiaco en el que no ha pernoctado desde hace más de veinticinco años. No obstante el arrullo del pueblo está en su memoria, y lo envuelve en sus días de ser niño. Arturo Chacón es cantante. Su voz que ya trasciende las fronteras, su actitud la de un pájaro libre y de volar sereno. Con humildad. Anoche recibió la presea Alfonso Ortiz Tirado, por la cali- dad de su canto, anoche cantó y la catarsis colectiva como un aura encima de los presentes, en el recinto precioso que es el Ayuntamiento de la ciudad de los portales. Apenas rebasar las ocho de la noche y ya los instrumen- tos emitiendo sus ritmos, las cuerdas y los tambores, el viento desde los integrantes de la Orquesta Filarmónica de Sonora bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, para crear las piezas clásicas, las que se han quedado en la memoria del colectivo amante de esta bella música. A la par de la ejecución de la Orquesta, Arturo Chacón para desplazarse en el proscenio, conversar con los presentes, exponer una sinopsis del contenido de lo que ha de in- terpretar. Un monólogo convertido en diálogo, porque las respuestas de quienes escuchan se dan al final de cada canción, con las palmas golpeando a manera de gratitud. Chacón no deja duda de que la humildad es un digno ape- llido, y consta en su vitae, por eso habla despreocupado como preámbulo al destello de la pasión cuando ya se apersona su canto. ¿Habrá algo más conmovedor que la música? La respuesta viene de facto: Sí, la música acompañando la voz de Artu- ro. El silencio un compás antes del estruendo del especta- dor quien celebra otra vez con sus palmas. Instantes óptimos. Iluminación precisa. En el escenario todos los músicos, el tenor y el director de la orquesta, se introducen en un ritual de creación para servir desde su vocación. Y nos sirven con la cuchara grande. Nosotros para gozar y sentir. Mientras los cantos y las notas, Arturo Chacón nos lleva de la mano hacia esas locaciones que narra y explica antes de cantar. Somos de pronto el oleaje del mar en nuestro vientre, los ojos abotagados, abrirlos más para sentir más parecerá ser la consigna. Una pieza y otra. Los clásicos que desmenuzan la literatura y a partir de ella la construcción de su propuesta musical. Los mexicanos y sus temas de arrabal, la intensidad: José Alfredo Jiménez, Tata Nacho, Agustín Lara. Los nuestros también presentes en ese espacio que de facto, nomás por estar aquí, nos sentimos en un sueño, soñamos despiertos. En el interior de palacio y sus corredores todos los instan- tes nos conducen a la emoción. Afuera, sobre los adoqui- nes, debajo de un árbol, frente a una pantalla, el concierto también presto para los que no alcanzaron localidad, o para los que bien prefirieron sentir y escuchar bajo la luna, en ese levitar de nubes apenas sugeridas. Afuera también los aplausos, afuera también los cantos. El coro improvisado, los protagonistas para decir presente. Porque de todos es el festival. CONCIERTO NOCHE DE ENSUEÑO Carlos Sánchez DE GALA,

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Periodico diario

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La Voz de AlamosInformación desde los portales

Vol. 2 Año 4 Álamos, Sonora, México www.festivalortiztirado.gob.mx 26 de enero de 2013

Instituto Sonorense de Cultura

Se fue elevando hasta dominarlo todo; se acallaron hasta los más leves murmullos y su elevada figura quedó destacada e imponente frente a un auditorio expectante y emocionado.

No recuerdo lo que aquella noche cantó Alfonso; pero lo hizo tan bien, cantó con tanta emoción que logró transmitirla a quienes le escuchaban Yo miraba a Alfonso y me sentía orgullosa de él; en parte era mi obra, volvía con el pensamiento al pasado, cuando le cerraba la puerta del estudio y sentada al piano le decía: “De aquí no sales, Alfonso, hasta que eso te salga bien”.

Del libro Alfonso Ortiz Tirado, Enriqueta de Parodi

De pronto, la voz de Alfonso rompió el silencio de la sala

Álamos.- Siente el viento de su infancia. A veces al dormir sueña que duerme en Las Bocas, ese lugar paradisiaco en el que no ha pernoctado desde hace

más de veinticinco años. No obstante el arrullo del pueblo está en su memoria, y lo envuelve en sus días de ser niño.

Arturo Chacón es cantante. Su voz que ya trasciende las fronteras, su actitud la de un pájaro libre y de volar sereno. Con humildad.

Anoche recibió la presea Alfonso Ortiz Tirado, por la cali-dad de su canto, anoche cantó y la catarsis colectiva como un aura encima de los presentes, en el recinto precioso que es el Ayuntamiento de la ciudad de los portales.

Apenas rebasar las ocho de la noche y ya los instrumen-tos emitiendo sus ritmos, las cuerdas y los tambores, el viento desde los integrantes de la Orquesta Filarmónica de Sonora bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, para crear las piezas clásicas, las que se han quedado en la memoria del colectivo amante de esta bella música.

A la par de la ejecución de la Orquesta, Arturo Chacón para desplazarse en el proscenio, conversar con los presentes, exponer una sinopsis del contenido de lo que ha de in-terpretar. Un monólogo convertido en diálogo, porque las respuestas de quienes escuchan se dan al final de cada canción, con las palmas golpeando a manera de gratitud.

Chacón no deja duda de que la humildad es un digno ape-llido, y consta en su vitae, por eso habla despreocupado como preámbulo al destello de la pasión cuando ya se apersona su canto.

¿Habrá algo más conmovedor que la música? La respuesta viene de facto: Sí, la música acompañando la voz de Artu-ro. El silencio un compás antes del estruendo del especta-dor quien celebra otra vez con sus palmas.

Instantes óptimos. Iluminación precisa. En el escenario todos los músicos, el tenor y el director de la orquesta,

se introducen en un ritual de creación para servir desde su vocación. Y nos sirven con la cuchara grande. Nosotros para gozar y sentir.

Mientras los cantos y las notas, Arturo Chacón nos lleva de la mano hacia esas locaciones que narra y explica antes de cantar. Somos de pronto el oleaje del mar en nuestro vientre, los ojos abotagados, abrirlos más para sentir más parecerá ser la consigna.

Una pieza y otra. Los clásicos que desmenuzan la literatura y a partir de ella la construcción de su propuesta musical. Los mexicanos y sus temas de arrabal, la intensidad: José Alfredo Jiménez, Tata Nacho, Agustín Lara. Los nuestros también presentes en ese espacio que de facto, nomás por estar aquí, nos sentimos en un sueño, soñamos despiertos.

En el interior de palacio y sus corredores todos los instan-tes nos conducen a la emoción. Afuera, sobre los adoqui-nes, debajo de un árbol, frente a una pantalla, el concierto también presto para los que no alcanzaron localidad, o para los que bien prefirieron sentir y escuchar bajo la luna, en ese levitar de nubes apenas sugeridas.

Afuera también los aplausos, afuera también los cantos. El coro improvisado, los protagonistas para decir presente. Porque de todos es el festival.

ConCiertonoChe de ensueño

Carlos Sánchez

de gala,

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Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado 2013

Vol 2. www.festivalortiztirado.gob.mx Sábado 26 de enero de 2013, Álamos, SonoraLa Voz de Alamos

Voces del CallejónLo que más disfruto del festival son las presentaciones que se hacen en Palacio Muni-cipal, la música que hay en La Alameda, y en Las Delicias, está bonito, todo esto está bonito, en general.

Martín Salido, joyero

La primera noche de gala de la edición 2013 del Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado estu-vo dedicada, como es la costumbre, a destacar

y reconocer el talento sonorense. En esta ocasión, el galardonado fue el tenor Arturo Chacón, quien después de recibir la Medalla Alfonso Ortiz Tira-do ofreció al público el primer recital del Festival. También a la usanza tradicional del festival en casos como éste, su programa estuvo claramente dividido en una mitad dedicada al repertorio clásico, y otra a las regiones más populares del canto.

En lo general, puede decirse según lo escuchado anoche que Arturo Chacón es un tenor que posee una voz clara, límpida, transparente y de buena proyección. Además, es evidente el cuidado que pone en el uso adecuado de cada región de su tesitura, lo que da como resultado interpretaciones muy bien equilibradas. A destacar también el hecho de que Chacón tiene las cualidades de ser un buen actor operístico, a juzgar por la intencionalidad es-cénica que impartió a varios de los números que in-terpretó. Esto fue particularmente destacado en las dos arias (Questa o quella y La donna è mobile de la ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi. (Por cierto, será interesante saber cuánta música de Verdi han incluido en sus programas los cantantes invitados al FAOT 2013, en el contexto de la celebración del bicentenario natal del compositor). Chacón mostró también una expresiva vena dramática en su mane-jo del estilo en un par de arias de Giacomo Puccini, una de la ópera Tosca (E lucevan le stelle) y otra de Turandot (Nessun dorma), en las que ofreció in-terpretaciones de corte más moderno que la de las piezas de Verdi y otra de Jules Massenet que incluyó en la primera parte de su recital.

Un momento particularmente exitoso de la presen-tación de Arturo Chacón fue su interpretación de No puede ser, de la zarzuela La tabernera del puer-to del compositor vasco Pablo Sorozábal. Aquí, el tenor sonorense demostró de nuevo que es un se-rio estudioso de las cuestiones básicas de estilo, ya que su forma de abordar esta área de repertorio fue claramente distinta que la empleada en las arias de ópera y en las canciones vernáculas de la segunda parte del programa. Chacón aplicó a este trozo de zarzuela un equilibrado estilo entre el canto clásico y la expresión popular, dejando en claro por qué esta música le ha traído satisfacciones especiales en su carrera.

Para la segunda parte de su presentación, el tenor originario de Sonora hizo un repertorio ligero en el que incluyó un poco de ranchero, un poco de can-ción popular urbana y algo del infaltable Agustín Lara. Aquí, se hace más difícil juzgar objetivamente las cualidades de la voz de Chacón ya que el em-pleo del micrófono para esta clase de música puede resultar engañoso. Lo que sí fue evidente, y es otro

punto a favor del tenor sonorense, es que a diferen-cia de muchos otros de sus colegas que insisten en cantar a Tata Nacho como si fuera Richard Wagner, es que Chacón entiende las diferencias de expre-sión entre uno y otro mundo, y sabe aplicarlas a un tipo de canto que no por cercano al mundo de lo popular deja de tener la calidad vocal que necesita. En este ámbito del repertorio, habría que destacar una sobria y fluida interpretación del tenor al clá-sico tango El día que me quieras, al que dotó de una cuota justa de sentimentalismo y drama, sin los excesos expresivos en los que suelen caer otros in-térpretes con menor experiencia y, sobre todo, con menor conocimiento de los resortes emotivos con los que se puede mover (y conmover) al público que conoce y aprecia el tango.

Hay que señalar que, como es usual en este tipo de recitales vocales, la Orquesta Filarmónica de Sono-ra, que estuvo bajo la dirección del experimentado Enrique Patrón de Rueda, interpretó algunas piezas puramente orquestales, entre ellas la obertura de El murciélago de Johann Strauss, la Meditación de Thäis de Jules Massenet, el Intermezzo de Atzimba de Ricardo Castro y un popurrí de danzones.

Del rendimiento de la orquesta puede decirse algo similar a lo observado en su más reciente participa-ción en el Festival Alfonso Ortiz Tirado: sin duda, la OFS ha realizado progresos evidentes en la calidad de su sonido, aunque aún hace falta pulir algunos aspectos de su trabajo que tienen que ver sobre todo con la labor de ensamble.

Juan Arturo Brennan

Primera noche de gala

Festival Alfonso Ortiz Tirado 2013: