La vie en Rose - ForuQ

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Jose
Stamp
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Lavieenrose

JaneSeymour

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LAVIEENROSELaureEver

«ComenzóconunchantajeenelinstitutoyacabóconunavenganzadecineenHollywood.MinombreesJulieyhedisfrutadodelinfiernoyelparaísoenLosÁngeles.»

ACERCADELAOBRAJulieesunajovenbrillanteyestudiosaqueacabadeempezarsusestudiosenlaUniversidaddeLosÁngeles.AllíseenamoradeSteve,laestrelladelrugby,yharáloimposibleparacaptarsuatención.Suobsesiónla llevaráaunaespiraldesucesosquecambiarásuvida…,puesacabasiendovíctimadeunchantaje,crearáelClubdelosCaballerosparaqueloschicosmásfeosyapocadosdelcampusseconviertanenpopulares.Julielucharácontratodoslosobstáculosparadescubrirquelavidatodavíaledeparabamuchassorpresascuandoyahabíarenunciadoaamar.

ACERCADELAAUTORAJaneSeymoureselpseudónimodeestaescritoranacidaenCádiz.Esperiodistadesde1989ydesdeentonces,hacursadodiversosestudiosdeperiodismoespecializado,cineyliteratura.

Esautoradeloslibrosdeviaje:AndalucíamágicayFarosandaluces.Viajedepuntaacabo;ydela novela Caso Leviatán. Así mismo ha publicado conMis machotes preferidos tras quedarfinalista en un concurso de relatos eróticos. También quedó finalista en el concurso de guioncortodelFestivaldeCineFantásticoydeTerrorLaMano deAlcobendas.Finalistadel premioAndalucía de Periodismo, en la modalidad de Turismo. Además ha colaborado en revistasespecializadas,asícomoenpáginaswebdedicadasalturismoenAndalucía.Trabajaenradioytelevisióndesde1992.Lavieenroseessuprimeraincursiónenlanovelaromántica.

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Índice

Portadilla

Acercadelaautora

Dedicatoria

PRIMERAPARTE2.Los«pringaos»3.Elantrodelos«pringaos»4.Elclubdeloscaballeros5.Elentrenadordelos«pringaos»6.LahermanadeJohn7.Lafiesta8.CómoconvertiraungusanoenunescarabajoGoliat9.LatorredeHanói10.NormanBatesyChewbacca11.Nochedecalabazas12.EldespertardeOfelia13.Magnoliasdeacero14.Esqueletosenelarmario15.Labomba16.Problemasencascada17.Elescorpióneneljardín18.Unleopardoenlanevera19.Uncactusderegalo

SEGUNDAPARTE20.Resurrección21.Elrodaje22.Elcirco23.Lainvitación24.Confidencias

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25.Laserpienteenlospantalones26.Caballosdesbocados27.Nidodeavispas28.Elmundoesunapeonza29.Elespejoroto30.Lahoradelaaraña31.Revelaciones32.Leccionesdelavida33.Lanoviacadáver34.Sorpresasdelavida

Créditos

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Paradisfrutardeestelibrohayqueescucharmúsicadelosochentayteneramanounabuenacopadevino.

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PRIMERAPARTE

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Los«pringaos»

Escriboalasnuevasgeneracionesparaqueadquieranconocimientodequelosmás descabellados deseos pueden llegar a realizarse. Incluso aquellos quepensábamosquejamássaldríandelmundodelossueños.MinombreesJulieyquierorelatarmiexperienciaparaquesirvadeescarmiento.Todo empezó cuando a principios de los ochenta acababa de iniciar mis

estudiosenlaUCLA,laUniversidaddeLosÁngelesenCalifornia.AllíconocíaSteve.Unchicoquemeadelantabaentrescursosyqueporaquelentonceseralaestrelladelequipode rugbyde launiversidad.Desdeque lovi solo teníaojosparaél,aunqueélparecíanopercatarsedemiexistencia.Medabantaquicardiassiemprequeme loencontrabapor casualidadenel campusydehaberpodidovermeahoralacaradeentonces,creoquemereiría.Entonces,sufríamucho.Meparecíatanalto,tanapuestoytanfuerte…No sabía ni lo que estudiaba, ni me importaba. Por eso, además de la

satisfaccióndeaumentarmiconocimientoycultura,detrabarnuevasamistadesydedisfrutardelaetapatanmaravillosaqueesserjovenenplenitud,saberqueélestabaallí,mehacíadichosacadainstantequeibaaclase.Alavezmihermanocomenzabaelinstituto.Yempezóconmalpie.Nadamás

entrar, sufrió algunas novatadas bastante humillantes: como dejarlo sinpantalonesyempaparlodepinturaverde.Pobrecillo.Alregresaracasaparecíaunsaltamontes.Yo contaba con otros problemas y tampoco mi inicio en la universidad

resultabafácil.Reconozcoqueentoncesnoleprestémuchaatención.Como cabría suponer, pasado el tiempo se integró en su propia pandilla de

amigos. No tenía ningunas ganas de conocerlos, sin embargo, un día porcasualidadfueronaestudiaracasa.Todoseranunos«pringaos».DesdeJohn,decara huesuda y «gafapastas» pasadas de moda; Norman, el empollóninsoportablequeibaparainformático(sobretodoporsumalgustoenlaropa);a

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William,elgordito,miope,torpeytímidohastalamuerte.MedejoparaelfinalalosgemelosLukeyHan,aquienessuspadreshabíancolocadoelnombredelapelículaquemáslesgustóensujuventud:LaGuerradelasGalaxias.Nopuedodecirmás,salvoqueparecíanvivirenlainopiaperenne.Ungrupo

defracasadosqueseencontraronyseunieron.Mividaenesemomentoseasemejabaauntorbellino.Empezarlauniversidad

era como escalar una montaña. Un logro del que me sentía muy ufana yorgullosa. En realidad me creía por encima de los demás, en especial, de mipropiohermanoydesupandilla.Recuerdoquecuandoundíaentréencasahubomurmullosdesorpresa.Para

los chicos del instituto las chicas mayores representaban un tabú deseado.Escuchéalgunaexclamacióndeadmiración.Algoasícomo:«estábuena»ytal,peroyo losmirépor encimadel hombroy subí las escaleras rápido, puesmisamigasSandrayNicolemeesperabanafueraenelcoche.Quedamosenira labiblioteca, después a realizar unas pruebas para ver si me admitían comoanimadoraenelequipoderugbydelauniversidad,yyaporlanoche,asistiraunafiestaqueorganizabaunadelashermandadesmáspopularesdelcampus.¡Ymehabíaninvitado!Bueno,amíyamisamigas,aunqueenrealidadséquefuepormí.Salícomounaexhalación,haciendocasoomisodeloscretinosquesehabían

apoderadodel salóny a sus comentarios, yme fui,mientrasme colocaba conprisalaminifaldadeanimadora.Hiceoídossordosalossilbidosdeadmiraciónyretoméeltorbellinodemiexistencia.Todome iba bien entonces. No pasaba lomismo con el zangolotino demi

hermano,quienparecíadestinadoaserunperdedordeporvida.Undía,yaavanzadoelcurso,entróenmidormitorioparahablarconmigo.No

entendítamañaosadíapuesandabamuyliadaconexámenesymihermanoyyohacía tiempo que hablábamos lo imprescindible, pues vivíamos en esferasseparadas.Élmeconsiderabavanidosayyoporloqueera:un«pringao».—¿Quéhacesaquí,novesqueestoyestudiando?—Necesitohablarcontigo.—Mañanaoenotraocasión.—Esurgente.Merendí.Conocíaamihermanoysabíalopesadoyobstinadoqueeracuando

queríaalgo.Dehecho,asíconsiguióenelpasadotodosmisjuguetes.—Oye,necesitamostuayuda.—¿Necesitamos?

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—Misamigosyyo.Verás,nosomosmuypopulares,sobretodoconlaschicas.Somoscomounospariasenelinstituto.—¿Y…?—miscejasestuvieronapuntodedespegar.¿Quémeimportabaamí

todoaquello?—Pues que hemos pensado que a lo mejor tú, que eres mayor, puedes

aconsejarnosoayudarnosa…agustarlesalaschicasjóvenes.—¿Qué?¿Meacabasdellamarvieja?—gritésinpoderevitarlo—.Perosisois

unos«pringaos»…¿Quéquieresquehagayo?¡Déjameenpazcontustonterías!—Porfavor,Julie.Esmuyimportanteparanosotros.—Meimportaunbledotusamigos.Sisontontos,yonotengolaculpa.—Hazlopormí,porfavor.Yentonces,sedesbordómirisa.—NiportiniporMichaelJackson.¡Largodeaquí!—Si no me ayudas, mañana por la mañana aparecerán por todo el campus

unos«papelitos»conunafototuyaincorporada.Enesemomentomequedémuda.¿Quétramabaelcretinodemihermano?—¿Quéfotoyquépapel?—lerugí.—Esta—ymeenseñóunafotoqueyocreíaexterminadahacíatiempo.Lafoto

máshorripilantedemivida,enlaqueposabaconunasgafasdeculodebotellaylosbrackets relucientes en una sonrisa forzada.Lopeor es que bajo la odiosafotohabíanescrito:«Steve tequiero.Llámame(minúmerode teléfono).Julie,primerodeLiteraturayLengua Inglesas»—.Sinonosayudas, estoscartelitosinundarán el campus. Los pondremos en los postes, en las entradas a lasfacultades,enelcampoderugby…—¡Traeacá,«pringao»!—legrité,altiempoquemetiréhaciaél.Perosupoesquivarmeconagilidadymepeguéunsopapoenelsuelo.—Daigualquelorompas,imprimiremoscientosdeellos.Nonospararásalos

seis.—¡Seráscretino!¿Cómoteatrevesahacermeesto?¿Sabesloqueocurrirási

venestafotomía?Elpánicomesecólagarganta,solodepensarquemediomundoveríalafoto

máshorriblequemetomaronenlavida.(Tanhorriblequelleguéaromperlosnegativosytodaslasdeaquellaépocadesgraciadademiadolescencia).YlomásterroríficoesqueStevedescubrieraaquelloyesemensaje…Seríaelhazmerreírdelcampus…Enesemomentoquería fulminaramihermano.Arrancarleesosbrazos de insecto palo que tenía bajo el jersey estirado y colgó y gigante.¡Aaaarrrggg!

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—Este es el trato: tú nos ayudas a ligar con las chicas y nosotros noempapelaremos la universidad con tu horrible retrato. Mira que estabas fea,Julie.Sinolohubieravisto,nolocreería.—¡Eres…eres…!La indignaciónbloqueómis palabras y tan solo lloré con

rabia.—Vamos, no seas gallina, Julie. Además, qué mal gusto en elegir a ese

estúpidodeSteve.Sieseltíomásgilipollasdetodalauniversidad.¡Quédigo…detodaCalifornia!—¿Quétehehechoyo?—Bueno, si nos ponemos así, te detallaría una retahíla de agravios que nos

tendríahablandohastaNavidad.Noesporvenganza,deverdad.Esquecreemosquesolotúpuedesayudarnos.Alfinyalcabo,entuprimerañodeinstitutoerasuna pringada como nosotros y has cambiado ¿no? Además, quieres serprofesora… solo tienes que empezar a enseñar antes. Te vendrá bien comopráctica.—¡Yoquieroserprofesoradeliteratura,nounamadame!¡Yademásnotenéis

remedio:seréisunospringadostodavuestravida!—Bueno, Julie,veoque siguespoco razonable.Nomegustaríaquemañana

todoelmundosupieraquemihermanitaeraun«coco»hastanohacemuchoyqueandachifladaporelcapullodeSteve:elnenequevuelvelocasalasniñatasdelosalrededores.No.Laverdadesquenomegustaríametermeentupellejo.Perotedoylaoportunidad.Comoahoraparecesmuyofuscada,piénsateloymecomunicas tu decisión esta noche.Antes de las diez, porque pasada esa hora,empezaremoselreparto.—¡Te odio, te odio!—le chillé, mientras le lanzaba un pisapapeles que se

estrellócontralapuerta.El zangolotino tuvo suerte y habilidad, porque si le da en la cabeza lo dejo

seco. En cambio, mi bonita bola de cristal con purpurinas de nieve navideñaacabóhechaañicos,dejandountremendobolloenlapuertaqueluegotuvequejustificarantemispadres.Porsuerte,esatardenoestaban.Yosíqueestabamuertaderabia.Solopensarqueaquellachusmadepandilla

había ojeado en mis fotos y en mi vida… ¿Tan evidente resultaba que megustaba Steve?Creía que solo seme escapaba alguna risa nerviosa cuando loveía, pero nada más… Ni mis amigas, que suspiraban igual que yo por unamiradasuya,habíansidoconfidentesdemisecreto.Yelcretinodemihermanoysusamigossehabíandadocuenta.Nopodíanillorardelaindignación.

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Analicélasituaciónynoveíamássalidaqueaccederasustoscosplanes.Sinembargo,hastaúltimahorademorémivisitaalahabitacióndemihermano,puesmeparecíaimposiblehablarconélsinpensarenestrangularlo.Noteníamuchotiempo, ya que a las diez volvían nuestros padres de una cena romántica.Celebrabansuveinticincoaniversariodeboda.Nuncasemeolvidaráesanoche.—Estábien,«pringao»,túganas.—Hasidounasabiadecisión,aunquedeberíashabertedadoprisa,soncasilas

diez.—Comoencuentreunasolanotaconmifotoahíafueraereshombremuerto.

Mejordicho,insectomuerto,puesnopertenecesalacategoríadehombre.—MañanaalascincodelatardequedamosencasadeWill.—¿Qué?¡Tengomuchoqueestudiaryalassietemetocaentrenamiento!—Alascinco.Ahítedejosudirección.Noestámuylejos.¡Ah!Yséamable

connosotros,yasabescómolasgastamos.Respondí con un portazo y me fui a mi cuarto a rumiar mi furia, mi

desesperación ymis cábalas para quemis horarios coincidiesen. ¡Maldita sea,partedeesetiempocoincidíaconelentrenamientodeloschicosdelequipoderugby!Novería aStevecuando llegara al campo.Con suertey si corría igualllegabaalfinal.Estabadesolada,apesardequesabíaqueeranmuchas laschicasque,como

yo,sepasabanembobadasmirandoalosjugadoresmientrasseentrenaban.Paraesomehiceanimadora,aunquesoloconseguísersuplente.¿Quépensabaacaso,que se iba a fijar en mí entre la multitud? Pero si salía esa foto con esemensaje…síquesefijaríaenmí.Élytodoelmundo.Yentoncesyomemoriría.Mordílaalmohadaparadescargarmiimpotencia.

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Elantrodelos«pringaos»

Al día siguiente fui comoalma enpena a la casadeWill.Mihermanoy losgemelosmeesperabanenlaentradasentadosenlasampliasescaleras.Peronoentramosen lacasa, sinoen lacabañaanexaconstruida tras suenorme jardín,cuyadecoraciónparamí, demostrabapésimogusto.Allí estaba el restode los«pringaos».William se acercó nervioso para saludarme, mientras retorcía susmanos regordetas. Yo crucé los brazos como una diosa pagana y mi cara nodebíasermejorqueladeKali.ElcochinillosonrosadodeWillsesubiólasgafasy se alejó, perdiéndose entre las sombras. Norman, el empollón, parecíarelamersedegusto,mientrasqueelhuesudoJohnreflejabacaradepánico.Sololosgemelosparecíancontentosyalgodescarados.Talvezseríanlosúnicosalosquepodríasalvardeserunos«pringaos»,viendoalrestodelpersonal:apocados,feos,laciosymediotontos.Incluyoamihermanoque,aunquenoeraelmásfeo,para mí se trataba del caso más irremediable: no se me ocurría qué clase demujersaldríaconuntíotaninsoportableymalévolo.La cabaña funcionaría como centro de operaciones. De la «Operación

Pringao».Nohabíavidassuficientesparaconvertiraesedesechodeniñatosenhombres que pudiesen siquiera sermirados por una hembra. No obstante,meteníanensusredes.Asíquepenséquecuantoantesmedesembarazaradeellos,mejor.Losoiríaparaaveriguarquéqueríanyestabainclusodispuestaasobornara algunas chicas del instituto para que fingieran y saliesen con ellos si erapreciso.Aunquemegastase los ahorrosdestinados amidoctorado, cuyametame parecía tan lejana que durante los siguientes cuatro años ahorraría paraconseguirmisplanes.Elantrodeloszangolotinosconstituíaloqueesperabadeunoszangolotinos.

Habían recogido y limpiado con prisa, pero aún olía a tigre. El mal gustorezumabaportodaspartes.Lacutrezdelosadolescentesestallabaallíentodosu

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esplendor.Medabahastaascosentarmeenelsillónqueamablementemehabíandesignadoyqueparecíacondiferencia,elmejordelosqueseamontonabanallí.Cuandomerodearonconsuscarasexpectantesmesentíagobiada.Asíqueles

mandéalejarseyqueparaotraocasiónsebuscaranmesas.Siesoseconsiderabaunaclasedebíaparecerlo.Yparamialivio,consintieron.Laverdadesquelaescenaresultabadelomásviolenta.Yoconcaradepocos

amigos y la mitad de ellos con cara babeante, maligna la de mi hermano ysocarronaladelosgemelosestelares.Que,porcierto,lucíanunflequillohechoatazón,queniuntontodelmedievo.Williamparecíaelmásazoradoysedesvivíaporque me sintiera cómoda. Lo tomé como un signo de hospitalidad, ya queestábamosensucasa.Maslopillémirándomedevezencuandolaspiernas.Loquemepusomásnerviosaymalhumorada.—Bueno,¿qué?—dijecontodamimalababa.—¿Nosvasaenseñar?—saltóunodelosgemelos.—¿Enseñarqué?Primeroquierosaberquéesloquequeréis.—Quenosenseñesaligarconlaschicas—contestómihermano,alzandolos

brazos—.¿Notelohabíadichoya?—Aserpopulares—señalótímidoWill—.Cuandounoespopularesmásfácil

acercarsealaschicas.—Sobretodoalasguapas—coreóNorman.—Estáisenfermos—resoplé.—Oye—dijoHan,elmásdescaradodelosgemelos—.Tehemoscontratado

para que nos enseñes, ¿no? De eso va el trato, así que mantén otra actitud,porqueasínollegaremoslejos.—¿Contratada,contratada?—exclamé,levantándomeconfuriadelasilla,que

cayóalsueloprovocandounanubedepolvo.—Tranquila—dijoLuke—.Comohacomentadomihermanoestoesuntrato.

Unquidproquo.¿Sabesloquesignifica?—Soyuniversitariayestudiohumanidades.Sémuybienloqueesuntomay

daca.Peroyonoganonadaconesto.Esto…estoesunchantaje.—Vamos,Julie.Puedeserdivertido.Tanpocoesparatanto.Dealgunaforma

debíasintegrarteenlapandilla—continuóNorman.—¡Esqueyonoquieroserdelapandilla!Nosoydevuestrapandilla.Yoya

tengomipandilla.Soissosos,aburridos,feosarabiaryencima,chantajistas.—Yaosdijequemihermanaesduradepelar.MiraJulie,hicimosuntratoy

tienesquecumplirlo.Nonosgustaamenazar,aunquesihayquehacerlo,sehace.Note llevarámuchotiemposiponesde tuparte.Tansoloqueremossaberpor

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unachicapopularcomotú—carraspeóenesemomento—,quéesloquequierenlasmujeres.Quéesperandeloshombres.—¡Para empezar!—grité, colocando la silla de un golpe—, ni siquiera sois

hombres.Parecéisungrupodebichos…—Notepases—meavisómihermanoconvozahogada.—Alasmujeresnosgustanloshombresdeverdad.—LosguaperasdeculoprietocomotuSteve,¿no?—soltóHan,quehizoreír

alresto.—¡NomencionesaSteve!—chillécomounagaviota—.Nolometáisenesto.

¡Ynoosmetáisenmivida!—Vamos,tranquilidad,tranquilidad—seatrevióahablarporfin,John—.Julie

solotepedimosquenosorientes.Laschicassoismuydifíciles.—Ymalas.Seríendenosotros—dijoWill.—Detinomeextraña—soltóLuke,quedesatónuevasrisas.—Yosoloquieroseramableconellas.Perosoncrueles.Seríenynosédequé

niporqué—siguióWill.—Porqueestásgordoyeresuncuatroojos—leespetóHan.En un momento, unos y otros empezaron a discutir sobre quién era más

perdedorymásdignodelástima.Yonodabacréditoaloqueveía.Siaquelloseprolongaba jamás conseguiríami libertad pronto. Así que decidí atajar por losano.—¡Basta,basta!Silencio.Todoscallarondesopetónantemigritoautoritario.Ahorasímeibasintiendo

profesora.—Enprimerlugar,deberíaisfijarosenvosotrosmismos.¿Dóndeoscompráis

esa ropa tan horrible? ¿Por qué lleváis esos cortes de pelo tan antiguos einfantiles?¿Cómoqueréisquenoseríanlaschicascuandopasáisasu lado,siparecéislosJacksonFive?Ningunosoltópalabra.Elatuendonohabíasidotenidoencuenta.—El aspecto esmuy importante.Y aparentáis dejados y hasta sucios.Oléis

mal.—Oye,sininsultar,Julie—medijomihermano.—Pues os aguantáis. Si queréis la verdad de una chica, debéis digerirla.Os

debéislavarmás.Vestirmejorypreocuparosmásdevuestraapariencia.—Nosomosmaricas—aseveróLuke.—Sinembargo,reflejáisloquesois:unos«pringaos».Todosvolvieronacallar.

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—Está claro que no hay interés por tu parte —objetó Norman—. Aunquetampocomeextraña,yaquedesdeelprincipioconsiderémalaideaobligartedeestaforma.—Oye,Norman,novayasarajarteahora—seenfadómihermano.—Mira,Ian,Normantienerazón—tercióHan—.Creoqueasínohabrábuena

colaboración,perosemehaocurridounaidea.Escucha,Julie:¿quéteparecesiacambiodetucolaboraciónnosotrosteayudamosconSteve?—¿Quédices,majadero?—meenojé,sonrojándome.—Quefacilitaríamosqueélsefijaraenti.Cosaquenoharásinoledamosun

empujoncito.—¿Porquiénmehastomado?—Ya entiendo—se aventuró Luke—. Nuestro hermano mayor juega en el

equipodeSteve.Podemoshablarconélyfacilitarunencuentro.—Nuestrohermanonosdebe…digamosunosfavores.Nosenegará.Yasítú

tendríasdespejadoelcamino.Elresto,dependeríadeti—señalóelotrogemeloconsuvozsocarrona.—¿Quéoshahechopensarqueyoaceptarétamañodisparate?¿Creéisqueme

voyarebajartanto?Siquierosalirconél,melasapañarépormímisma.—Vamos,Julie.Steveestátancercadeticomodelaluna.Jamássefijaráen

ti.Eresunachicamona,aunquenormalita—meseñalómihermanocontodasumalaleche—.Esunabuenaoferta.Elpróximomessecelebraunafiestaensuhermandad. Es posible conseguir a través del hermano de Luke yHan que teinvite.AsítepresentaríaaSteve.—Además, nosotros te enseñaríamos lo que les gusta a los chicos—señaló

Norman.—Vengaya—repliqué,mientrascogíamicazadoraparamarcharme.—Mi… mi… mi hermana —balbuceó John— es amiga de la hermana de

Steve.Intentaréqueosconozcáis…—Buena idea, John —saltó Han—. Con la ayuda de mi hermano y de la

hermanadeJohn,seguroqueaccedesaSteve.Además,teayudaremosconotrascosillasquelaschicasnosabéishacer.—Míralo como una oportunidad y no como un chantaje —me señaló mi

hermano.Las piernas me temblaban solo de pensarlo. De nuevo los «pringaos» me

apresabanensusredes.Porotraparte,esaideaeramejorquelaamenazadevermicartelempapelandolauniversidad.

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—Estábien.Haremosuntrato.Yoosenseñaréloquesepayestéamialcance,y…yvosotrospodéishaceresoquehabéisdichoyfacilitarmicaminoy todoeso…Un «hurra» resonó en el antro y empezaron de nuevo los griteríos. Y les

mandécallar.Másmevalíapensarenunplan.Loschicossesentaronyestuveun ratomeditandomientras tamborileaba rítmicamente en ladestartaladamesade profesora con mis dedos. ¿Cómo conseguir convertir a unos pringados enunos«machomen»?—Antesmehabéispreguntadoquéquierenlasmujeresdeloshombres,quées

lo que nos gusta. Y aparte de un culito prieto —me burlé con sorna—, lasmujeres queremos a un hombre que nos haga sentir comouna reina.Que nosabralapuerta,quenosdejepasarprimero,quenosinviteacomer(ypague),quenosdefienda,queseacultoyagradable…ensuma,quesea todouncaballero.Cosa que por desgracia hoy en día no se lleva. Da igual que un chico searequeteguapo si luego no sabe tratar a una chica. Si se comporta de maneraordinariaysoez…Yo misma me sorprendía del hilván de mis pensamientos. Mis clases de

literaturayhumanismoy,sobretodo,miinterésporelsigloXIXysusnormasde cortesía y etiqueta, de refinamiento, me hacían ver una salida a los«pringaos». Puede que jamás fuesen guapos, ni altos, ni fuertes… ¿mas noconseguirían ser acaso más refinados y pulidos? ¿Un lord Bayron, unFitzwilliamDarcy?¿Quémujernosuspiraríaporunhombredetratoexquisito,que recitarabellaspoesías, llenodeseguridadycon laeleganciadeundandi?¡Ah!,suspiré.Esoeraalmenos,loqueamímegustaríaencontrarenunhombre(apartedequetuvieseunculitoprietoyunrostrocomoeldeSteve).—Creo que para conseguir esa transformación que queréis, debéis cambiar

comouncalcetín.—¿Queseamoscomouncalcetín?—protestóNorman.—Merefieroaquenecesitáiscambiar…pordentroyporfuera.Osconvertiré

enunoscaballeros.Unaespecieextinguida.Seréishombresrománticos,hombresconquiencualquierchicadeseeestar.Aprenderéisdesdeasentarseenunamesa,a dar el brazo a unamujer, amanejar un lenguaje culto y rico, y chicos…, avestirosycomportarosdeotraforma.¿Decuántapastadisponéis?—¿Nosvasacobrarencimaporlasclases?—protestómihermano.—Para comprar ropa, zangolotino. Que parecéis del medievo. Y a ir al

peluquero.Yasaberinvitaraunachica.—Nosotrossolopensamosligar,nocasarnos—selamentóHan.

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—¿Cómovaisaligarconesaspintas?Niyomeacercoamihermano.—Esoesverdad—apostillóél.—Bueno,puesmañanaalamismahoraostraéiseldineroquetengáisytraed

vuestroslibrosdeliteraturaypoesía.—¿Literatura? ¿Poesía?—escupió Norman—. ¿Quieres que se rían más de

nosotros?—Lo que quiero es que aprendáis el lenguaje del amor, cenutrios. ¡A que

sepáishablaraunadamaynosoltéispiensoporlabocacomoahora!—Amímeparecebuenaidea—sugirióeltímidodeWilliam.—Estábien—cerróladiscusiónmihermano—.Quedamosenqueharíamoslo

queellanosmandara,asíqueandando.Porunavezdijoalgosensato.—A partir de ahora—entoné con voz grandiosa— esto será el Club de los

Caballeros.Laidealesgustóatodosyporprimeravezsonrieronyseentusiasmaron.Ya

teníanunametaenlavida:pasarde«pringaos»acaballeros.Yonoloveíatanfácil ni posible, pero si me ayudaban mientras a conocer al hombre de missueñoscualquier tretameservía.«Enelamoryenlaguerratodovale»,segúnreza el dicho. Cuando nos marchábamos,William se acercó tímidamente. Supelo lacio y rubio estaba pegado de sudor a su carita sonrosada, como uncochinillo.—Gracias,Julieportuayuda.¿Sabes?Amímeocurreigualqueati.—¿Yquémeocurreamí?—contestéagria.—Puesqueestoyenamoradodeunachicamayor.Unachicapreciosa.Aunque

ellanuncasefijaráenmí…escomounadiosa.Simeatreviera…Dos ojos azules me miraron tras sus gruesos cristales. Empezó a sudar de

verdad.Conunasonrisanerviosa,meacompañóhastaelporchedesucasaparadespedirseconsumiradamiope.SentídeprontolástimaporWill.Unabolitadesebo,dianadelasbromasyburlasdelinstituto.Sabíapormihermanoqueeraunbuenestudiante,peroresultabatantímidoquenodestacabanuncaennada.Me fijé en el resto de los «pringaos» y experimenté algo así como

culpabilidad.No resultaba fácil ser un«pringao»en el instituto.Elmiedoquesufríenmiépocaallí, cuandoyo tambiéneraunachica feaydesgraciada,measaltóderepente.Comprendíladesesperacióndelos«pringaos»porintentarsernormales,porqueunavezconlacruzacuestas,yadeporvidaarrastraríanesamaldiciónalláadondefueran.Ensusvidasdeadultoyensustrabajos.Viami

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hermanodeotraformaynotéunalevepunzada.Perofueleveyefímera,queseesfumómientrascorríaparallegaratiempoalcampodondeentrenabaSteve.

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Elclubdeloscaballeros

La década de los ochenta fue una era prodigiosa. Todo parecía hecho a logrande: los coches, la música, los aparatos de música, las hombreras, losadornos,lasjuergas…Comounrenacerdealegríayganasdevivir.Tesentíasenlacúspidedeunsistemaqueparecíaque iríaamás.Se sucedían los inventos,sobre todo informáticos, y surgía la fiebre de los videojuegos; se acumulabanriquezascomosinadaseagotasenuncaenelmundo;losartistasylosbohemiosvestíancontagiadosdeesagrandezaeinterésporserelcentrodeatención.Nadaparecíapoconidemasiadorecargado.AhíestabanlosJackson,Prince,Madonna,miadoradaCyndiLauper,Queen,BonJovi…No había suficiente laca, cardado o dorados para las muchachas o

transgresionesambiguasparaloschicos.Elcinehabíarecobradolustreylomásterriblequeocurríaporelmundoeraesaintolerableactituddelossoviéticosqueperpetuabalaguerrafría.El gobierno de Reagan dio estabilidad interior, pero parecía que afuera, la

gentenosveíaalosnorteamericanoscomounosendiosadosimberbesynuestrosciudadanos sufrían ataques en el exterior según destacaban las noticias. Noobstante,dentrovivíamosenunaconcha.Aunque,alfinyalcabo,cuandounoesjovennopiensaenpolítica,nienlasguerrasexteriores,nienlarealidaddelavida.Tansolosepiensaenvivirydisfrutaratope.LikeaVirginfuelabandasonorademividaentonces.Laescuchabaportodas

partes.Eracomounincentivo,yalavezcomounmazo.PorqueresonabaenmicabezacadavezquehacíaplanessobreSteve.Yeltiempoibapasandoyyotansolopodíaaspiraraverloentrenarenelcampoderugbyoaencontrármeloporcasualidadenloslugaresdondesabíaquefrecuentaba.Avecessemeescapabauna lagrimilla, no tanto de emoción como de impotencia al verlo con algúngrupo,comery reír, felizyajenoamidesgracia.Mehabíaobsesionado tanto,quemeparecíaconocersupelocastañoysusojospardosmejorqueélmismo.

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Recorríaconmimiradasucuerpoynoleveíadefectoalguno,solomúsculosysonrisas.Infelizdemí.Comodecía,enesecontexto,transcurríamividaalcomenzarlaingentetarea

dehacerdelospetardosdelinstituto,unoschicosmedianamentepopulares(conesoyameconformaba).MihermanoveníadelcineconJohn.HabíanvistoE.T.yestabanentusiasmados.Lestuvequerecordarqueleshabíapedidolarecolectapara empezar la transformación. Para mi sorpresa, los «pringaos» habíanrecogido más dinero del que yo me figuraba. Algunos comoWill y Normanteníanpadrespudientes,aunquenoentendíaquéhacíanenuninstitutopúblico.Los chicos desde luego, habían estado ahorrando para algo y el hecho degastarsetantodinerosignificabaloimportantequeeraparaellosconseguirsuspropósitos.—¡Aquíhaymuchosdólares!—exclamé.—Habrámásparaseguirelplan—meindicómihermano—.Loschicosvana

ponertododesuparte.—Enfin—suspiré—.Yanohaymarchaatrás.—¿Quépiensashacerconesedinero,Julie?—preguntóJohn.—Bueno…parte lodestinaré comoosdije, a que cambiéis de look.Otra la

destinaréalentrenamiento.—¿Quéentrenamiento?—sesobresaltómihermano.—¿No pensaréis que todo se arregla con llevar ropa bonita? Hay que

esforzarseen lavidasiqueréisconseguiralgo.Yonoperdíkilossentadaenelsofá.—Yoodiolagimnasia—selamentóJohn.—Pues para obtener autoestima y confianza en timismo necesitas controlar

primerotucuerpo.—Pensabaquenosdedicaríamosarecitarytal—lloriqueó.—Con hablar bien y adquirir cultura no basta. A las chicas nos gustan los

músculos.Oporlomenosunhombreenforma.¿Cómovaisadefenderlas?—¿Insinúasquenostenemosquepelearporellas?—sealarmómihermano.—No,cretino.Tansoloquenoveanquesuchicosalecorriendoalamínima

escaramuza.¿Esquenoosdaiscuentadequequeréismuchosindarnada?Ambosmemiraron y callaron.Yo conté el dinero. Era una buena cantidad,

pero intentaría ahorrar en la ropa, ya que conocía muchos lugares dondeencontrarabuenpreciomejorestraposquelosquellevabanlos«pringaos».Elhechodeposeermásdinero del que pensabame ayudómucho enmis planes,porque en lugar de mandarlos a un gimnasio, optaría por una solución más

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rápidayeficaz(segúncreíaenesemomento):buscarlesunentrenadorprivado.Deestaforma,estaríanocupadosmuchotiempoyotrocargaríaconellos.Silesdaba caña suficiente, estarían tan cansados que no podrían ni pestañear.Y yocumpliríaeltrato.Osea,quenolesquedaríamásremedioquehacerpormíloquemehabíanprometido…—Oye, John, ¿ya has hablado con tu hermana? —le pregunté expectante,

aunquecomoquiennoquierelacosa.—Aún, no—contestó algo azorado—… aunque lo harémuy pronto. No te

preocupes.Solobuscoelmomentopropicio.EsmuyamigadeStela,lahermanadeSteve,¿eh?—apostillócomoparacontentarme.Esa tarde di mi primera clase en el club. He de decir, que esta vez, los

«pringaos»sehabíanesmeradoyhabíanlimpiadomejorelcubil.Disponíandemesas(aunquededistintosformatosycolor)yhabíancolocadoalgunospósteresconimágenesde loscantantesyactoresdemoda.Nosésiporquea todosnoschiflaba lamúsica y el cine, o para ver si se les pegaba algodel estilo de losartistas.UnodeloscarteleseradelaúltimaversióndelaGuerradelasGalaxias,quetantogustabaalospadresdelosgemelosy,porende,aellos.—Separecea ti—medijo apocadoWill, cuandome sentabaenmi sitiode

profesora—.LaprincesaLeia…Me senté algo turbada por la mirada húmeda del cochinillo. Salvo el largo

cabello castañoy los ojos oscuros, no sé quéparecido teníamos.Aunquebienmirado,tanpocoeramaloquemecomparaseconella.Loqueocurríaesquenoséporqué,Will,meponíadelosnervios.

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4

Elentrenadordelos«pringaos»

Tuve que buscar en muchos anuncios de periódicos hasta que encontré alentrenadoradecuado.Se llamabaRobertyhabía sidoboinaverdeenVietnam.Cuandoquedamosparaconocernos,meparecióalgochiflado.Sumiradadabamiedo, pero estaba verdaderamente en forma. Todo un sargento de hierro. Alprincipio,creíaque lahistoriaeraparamíysesentíahalagado,porentrenaraunachica joven.Sinembargo, trasdetallarle laverdad,mirócongestoduroymarciallafotoquelellevabadelos«pringaos».UnapandadelVietCongnolehubiesecausadomásefecto.Quisoregatearlacifrainicial,yyomemostréfirme.Loaduléafirmandoque,

sieracapazdeconvertiraesosdesechoshumanosenhombres,seríaunodesusmayores logros como guerrero.Mostraba una cara impávida como el telón deacero, con un aire de Clint Eastwood y un cruce de Arnold Schwarzenegger.Aunqueenresumidascuentasestabamajaraperdido.Asíqueeraelentrenadorperfectoparaponerenveredaaloscretinos.Cuandolovieronporprimeravez,casisemeanencimadelmiedo.Apesarde

ello reconozco que aguantaron. Por lo menos la primera revista. No puedodescribiraquílacantidaddeimproperiosquesalierondelabocadeRobertparadescalificarlos. Lo que me hizo sentir muy bien al saborear las mieles de lavenganza.Cadainsultodelentrenador,cadagritoquelesdaba,mehacíansentirfeliz,puespagabanasíelchantajeyeldañoquemehabíanhechoalhurgarenmivida.Elprimerdíaestabanparaelarrastre.Yesoquesololeshizodarcienvueltas

poreljardín,lesmandócienabdominales(queningunopudocompletar,apesardequelesllegóapisarlasmanos,paraquenopudieranescaparyabandonarelentrenamiento). Después les hizo sudar de lo lindo, les obligó a construir ycolocar las herramientas necesarias para los siguientes ejercicios. Así que sepasarontodalatarde,clavandoplanchasdemadera,colocandopesadossacosde

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boxeocolgantesyunaseriedeartilugios,quemerecordabanalosejerciciosdelosgladiadores.Alllegarlahorademiclaseerancomoceraderretidaenmismanos.Carecían

defuerzasparaprotestar.Apenaspodíanabrirlosojosysolosalíanlamentosdesusquejicosasbocas,quemaldecíaneldíaenelquehabíanqueridoseralgomásqueunos«pringaos».Perofuiimplacableylespusevariosdictadosylesobliguéa leerpárrafosde JohnKeats, antiguasbaladas inglesasdePercyThomasyalmalogradoEdgarAllanPoe.Conestolesdejéyamediomuertosyyocobrécadahoraquelloréporellosysucruelamenaza.Con franqueza, no creí que aguantaran ni tres días. Hubo un conato de

deserción instigado por los gemelos —según pude saber después—, peroconsiguieron, apoyándose unos en otros, seguir la líneamarcada, para estupormíoydelentrenador.Aunquecreoquetambiéninfluyólasamenazasdeestededarlesunapalizademuertesi ledejabansinempleo.Asíquepartepormiedo,parte por un verdadero deseo de cambiar, los gusanos iniciaron sutransformaciónencrisálidas.Poco a poco comprendieron que, con más cultura, podían mantener una

conversaciónmásfluidayamenaconunachica.Quedejarcaerunafraseounalínea (aunque fuese escrita por otros) en el momento adecuado, creabaadmiración e interés (puesto que, la mayoría de las chicas del instituto noestaban muy versadas tampoco en finuras literarias). Escribir sin faltas deortografía era además un recursomuy recomendable, pues no había nadamásdeprimentequerecibirunacartaonotadeunchicoinvitándoteasalirconunamancha semejante. Completé su formación con clases de teatro para quesupieranmanejarseenpúblicoyreforzarsumemoria.También,de formaprogresivaaguantaron losdurosentrenamientos.Salíana

corrermuytempranoporlamañana(creoqueporlamitaddelosÁngeles)ysepasaban casi toda la tarde pegándose sopapos contra la maquinaria deentrenamiento,quehacíandeljardíndeWill,uncampamentoespartano.YolesponíaPhysical deOliviaNewton-John en un gran radiocasete para animarlos.Aprendieronasacudir,apelearalaantiguausanza,aboxearconlospuñosyadar las patadas karatecas correspondientes. Una mezcla de lucha que Robertdebióaprenderallíenelpaísasiáticoenelquecombatió,oenlasdurascallesdelosañossetenta.Másdeunosefueaclaseesosdíasconlacararota,perocomotampocoerainusualquelespegasendevezenvez,nadiepareciósorprenderse.Porlomenossialguienlesqueríazurraryateníanformadedefenderseyala

par el ejercicio les sentaba físicamente bien. Sobre todo, a Will, que rebajó

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barrigayquiensetomómásapechoelentrenamiento,yaJohnyamihermano,que desarrollaron algún músculo correoso entre sus huesudos miembros.Norman y los gemelos eran los más reacios, y siempre que podían, seescaqueabanenloposible,practicandomenosabdominalesoejercicios,cuandoRobertnomiraba.Ademáscumplieronpartede su trato,pues losgemelos consiguieronque su

hermanomayor,Ronald,accedieraapresentarmeaSteve.Aunque(segúnsupedespués)fuevíctimadechantajealigualqueyo.Sabedoressushermanosdesuaficiónala«maría»,leamenazaronconchivarseasupadreydejarleexpuestoencualquiermomentoconalgunadelasbolsitasdondeguardabalahierbaquehabían encontrado repartidas en sus cajones.Supadre era policía y aunque sededicaraal tráfico, teníamalgenioy semostrabadurocomounmilitarpor loqueRonald accedió a supropuesta.Lohizo a regañadientes, comoyo con lasclases,poreso,alpresentarnos,habíaresentimientoyrencorensumirada.Meincluíaentrelasfuentesdesusdesdichasyyaentréconmalpieeneseplan.—AsíquetúeresJulie.Noestásmal—medijocondesdén.—Ronald,yo…noquieroquepiensesque…—Ahórrate el discurso. No me interesa saber nada. Solo haré lo que he

prometido y demala gana.Te presentaré ami amigo. Pero te prevengo, zorraque,siesunajugarretaopiensascargarmeelmuertoconalgo,tevasaenterardeloquesoycapaz.Con estas palabras y con gesto hoscome acompañó hasta la zona donde se

encontrabanlosjugadoresdescansando.AllíestabaSteve,entrerisasconellos,mientrassequitabalacamisetaparairalasduchas.—Hola,Steve.QuieropresentarteaJulie.Losdemássealejaron.—Julie,esteesSteve.Yahecumplido,mevoy.—¡Eh, eh!, Ronald, ¿qué te pasa, a qué vienen esas prisas? —dijo Steve

sorprendido.—Esque…tengounacitaimportanteydebomarcharmeya.—Pero… —Steve se interrumpió al ver que su amigo se iba sin más

explicaciones.Seencogiódehombrosysedignóamirarme.Parecía intrigado—.AsíqueJulie.—Puessí…—Ymediolarisatonta.Nosmiramosynosreímos,conesarisa

decircunstancias,paracortarelhielodeunasituacióncomprometida.Quería morirme en ese instante. Tantas ganas de conocer a Steve, de estar

cercadeélynosemeocurríadecirnadaahoraqueloteníadefrente.Nisiquiera

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noshabíamosdado lamanoparasaludarnos.Caíen lacuentadequenunca lohabía tocado, y ahí estaba, con el torso desnudo, jugando nervioso con sucamisetaenlasmanos,sinsabertampocoquéhacernidecir.—Vaya,eresanimadora—dijoporfin,alreconocermiuniforme.—Sí…—volvióadarmelarisatontadenerviosismo.Nomesalíanadamás.Dos de las animadoras más populares se le acercaron y tocándole

cariñosamentelosbrazos,loapartarondemí.—Steve—dijo larubiazorrona—,recuerdaquemeprometiste llevarmea la

fiestadetuhermanaelpróximoviernes.—Yamítambién—puntualizólamorenadepantorrillasfirmes.—Nosemeolvida—lessonrióconsumagníficadentadura.Las dos se fueron entre carcajadas,mientrasmeobservaronde arriba abajo,

como quien encuentra un jersey apolillado en una cesta de gangas. Otrosjugadores se acercaron y se llevaron a Steve entre palmadas en la espalda ygolpecitos amistosos hacia los vestuarios masculinos. Él se marchó sin mirarhaciaatrás.Mesentíavergonzada.Mecomportécomounaestúpida.Tantoenseñara los

chicos elocuencia y comportamiento social, y no sabía aplicarme amímismamisenseñanzas.Encambio,lasdos«zorronas»deLaurayBrenda,sabíancómotrataraunchico.Seacercabandescaradas, lotocabancomoquiennoquierelacosa,sehacíanlasimportantesysedespedían,dejándolelaimpresióndequeeraélquienteníasuertedehaberseencontradoconellas,ynoalrevés.Me marché frustrada. No podía contarles a los chicos mi fracaso en este

encuentro,yaqueelloshabíancumplido.Habíanconseguidoquemepresentarana Steve, aunque fuese conmalas tretas. Y yo no había estado a la altura.MiesperanzaresidíaahoraenlahermanadeJohn.¿ConseguiríaestequemellevaraalafiestadelahermanadeSteve?¿Quésistemausaríanconella?Esperabaquenofueratantoscocomoeldelosgemelos,puesunachicacabreadayutilizada,podíasermuypeligrosa.Quemelodijeranamí…

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5

LahermanadeJohn

Esamismasemana,mientrascaminabaporelcampus,Johnmeabordó.—¡Vamos,Julie,eselmomento!—Ho…Hola,¿dedóndehassalido?—mesorprendí,mientrasluchabaporno

desparramarporelsuelolibrosycuadernos.John me cogió un brazo y me arrastró literalmente por el césped. Por fin

llegamosasudestino.Alaentradademifacultad,unaschicashablabanentresí.—¡Brenda!—gritóJohn,ylamorenadelaminifaldasevolvió.—¿Quéhacesaquí?—Ven,quieropresentarteaalguien.Lachicadejóasusamigasyseacercóintrigada.Casimecaigoalcésped.Era

Brenda,laanimadoraqueconocícuandoestabaconSteve.—Brenda,estaesJulie.—Creoquenosconocemos,¿no?—Soytambiénanimadora—susurrécortada.—¿Así?Puesno…—Esquesoysuplenteysoloacudoaalgunosentrenamientos.Yasabes…la

suplentedelasuplente.—Ah,ya…Sítehabrévistoallí.—¿QuéquieresJohn?—lepreguntóalgoenfadada.Y lo comprendía, ya que si mi hermano hubiera obrado igual, me hubiese

mosqueado. Las chicas que soportamos hermanosmenores nos entendemos…TemblabadepensarquéselehabríaocurridoaJohnparaobligarasuhermanaallevarmealafiestadeSteveyStela.—JulieesunaexcelenteestudiantedeLiteratura Inglesa.Hepensadoque te

puedevenirmuybiencontratarsusserviciosparaqueteayudecontusclases.—¿Dequéhablas?—sesobresaltó.

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—Bueno, como repites asignaturas yme he dado cuenta de que sigues conpro…problemasparaaprobarlaselpró…próximotrimestre…—Dejayadebalbucear,mico.¡Nosédequémehablas!Yonotengoproblema

algunoconlasasignaturas.—¡Si has suspendido tres!… —se interrumpió John al ver la cara de su

hermana.—Es que estuve con gripe—memintió con una sonrisa forzada— y perdí

algunaclase.Lollevobien,creo.¿Eresmuybuenaconlalengua?—yseechóareír,anteladobleintencióndesupregunta.—Juliehasacadosobresalienteenesasasignaturas.Tepuedeayudar,¿verdad,

Julie?Paraquerecupereseltiempoperdidoportuenfermedad…—Bueno…unaayuditanomevendríamal…Necesitoaprobarparaquenome

quiten la beca—dijo con una sonrisa nerviosa—, aunque yo no tengomuchodinero…—Oh,noimporta—ataquéporfin—.Notecobrarénada.Amímevienebien

tambiénrepasarypodríamosestudiarjuntas.—Ah,estupendo.Nonecesitoclasesninada…peronosvendrábienalasdos,

¿verdad?—Si te parece bien, a las ocho estoy libre. Puedo pasarme por tu casa o tú

veniralamía.Comoteparezca.—Prefiero la mía. Me concentro más —se rio de nuevo con su risa

escandalosa—.Ademásvoysiempretanocupadadeaquíparaallá…Quedamosaesahora.John,indícaledóndeestánuestracasa.—Claro.YBrendasealejó,mientrascorríaconsustersaspantorrillasysupelooscuro

alviento.Otra persona que compartía clase conmigo—al igual que Steve campo de

entrenamiento—, pero que nunca se había fijado en mí. ¿Es que parecíainvisible?A la hora convenida fui a su casa. Una gran casa con columnas blancas y

dinteles de tipo griego y un jardín delanteromuy cuidado.Desde los ampliosventanalessevislumbrabanlucesdistribuidasconprimorporlosaltostechosylasmesitasauxiliares.Unacasadebuenver,aunqueconeltiempodescubríqueaparentabanmásdeloquetenían.Brendamellevóasucuarto,despuésdepresentarmerápidoasumadre,que

parecíaencantada.Suhijahizopasarcomoideasuyalodeestudiarjuntasconelobjetivodesacarbuenasnotasyrecuperarasí,elbuennombredelafamilia.No

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podía ser más hipócrita, pero yo iba a lo que iba, que no era otra cosa queconseguirmisfines.Suhabitaciónparecíaladeunaprincesa.Unaprincesacaprichosaymalévola,

por lo que pude ver. Así que intenté fingir y hacerme amiga suya, puesconvertirseenenemigadeBrendadebíaserunespanto.AunquenotantocomoserlodeStela, lahermanadeSteve,segúnmecontóellamisma.Desus labiosdescubrí que detestaba a Stela, porque la consideraba insoportable, masnecesitaba su amistad para estar incluida dentro del sanctasanctórum de lasociedadestudiantil.Dentrodelauniversidadpasabanporpatriciosytodoslosquequeríanseralguien,debíancodearseconlospatricios.Endosdíasconseguísuconfianza,trasayudarle—ynoconpocoesfuerzo—a

queaprendieselomásbásicodelaasignaturaqueseleatragantaba.Estabatancontenta de su rápido progreso, que ella misma accedió de buena gana ainvitarmealafiesta.—Quedamosmañana viernes para la siguiente clase—le dije, sabiendo que

esedíanopodría.—Oh,nopuedo Julie.Esque tengoque…no se lodigas amimadre—me

dijoentonodeconfidencia—.VoyalafiestadeStela,peroamispadresleshedichoqueibaaestudiarcontigo…Quélío.¡Yaséquéhacer!Lesdiréquevamosatucasaaestudiarymequedaréadormir.Esoes.Guárdameelsecreto,Julie.—Bueno.¿Ysitumadrellamaalamíayseenteradequenoestás?Siestoy

encasa,nopuedomentirle.Talvezsiteacompaño…yoledigoamimadrequemequedoentucasaytúalatuyaqueduermesenlamía.—Ah, bien. Aunque Stela no deja que ningún desconocido para ella o su

hermanovayaalafiesta.—YoconozcoaSteve—lementí—yaRonald,queessuamigo.Ibaaircon

éldetodasformas.—Esoesestupendo,facilitalascosas.Iremosjuntasalafiesta,hi,hi,hiiiii.—

Pegóunosgrititosdeexcitación,quecasimeperforaneltímpano.

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6

Lafiesta

Ese día estaba tan nerviosa que no asistí a clase. Necesitaba hacer muchospreparativos. No había forma de saber qué ropa ponerme. ¡No tenía nada! Ynadame quedaba bien. Esquivé a mis amigas, Sandra y Nicole, porque si seenterabandequeibaalafiestadeStelaySteve,seengancharíanconmigoyesoarruinaríamis planes. Ya resultaba bastante difícil entrar sin invitación, comoparallevarfardos.Porfinencontréalgomediodecente:unvestidodefiestademimadrequeme

quedabacomounguante,deencajebeigeyajustado.Ellanoseloponíadesdehacía siglos. Me planté un montón de collares y pulseras, así como lospendientesmásgrandesqueencontré.Mecardéelpeloyloatéconunpañuelorojo, al estilo de Madonna y me puse una cazadora de cuero negra de mihermano, que constituía lo único de buen gusto que guardaba en su armario.Delineémislabiosconunrojocarmínymeempapédecolonia(tambiéndemimadre,quepegóungritoalverdíasdespuésel tarro).Losbotinesdetacóndeagujacompletabanmilook.Memiréenelespejoymesentísatisfecha,apesardequenoconseguíacontrolareltemblordemisrodillas.Nomequedóotraqueacudiramiclaseconloscretinos.Contabacontiempo

desobraparairdespuésalafiesta.—¡Guau!—oíalentrar.—Vaya,Julie,quéguapaestás—mepiropearonacoro.Eso aumentómi autoestima ymitigómi sensación de pánico, que estaba a

punto de hacer estallar mi corazón. Los «pringaos» estuvieron esa tarde másamablesymeatendieronsinmolestar.Cuandoterminé,inclusoseprestaronparaacercarme en el coche deNorman.Dudé, pero tras unamirada amis taconesdecidíllegarlomejorposible.Estabadeseandoiralafiesta.Nosapretamosenelcocheynotuvemásremedioquesentarmeenlaspiernas

deHan,queesedíaestabapletórico.Dealgunaforma,Willsepegóamícomo

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una lapaydurante todoel trayecto restregósu sudorosocuerpocontraelmío.Casime tirédel cocheantesdeparar.Lespedíquenomedejaranmuycerca,porquemeapetecíaandarunpoco,aunquelociertoesquenoqueríaquenadiemeviesellegarconellos.De esta forma entré en la mansión de los Danver, temblaba de emoción y

miedo.MeparecíaserCenicientaacudiendoasubaileconelpríncipe.Meentróla risita tonta y decidí que me controlaría o me quedaría de nuevo muda sihablabaconél.Había mucha gente: universitarios selectos, los compañeros de equipo de

Steveyotrosinvitadosqueparecíanextranjeros.Habidacuentadequesupadreeraunimportantehombredenegocios,todoslosniñosbiendelcampusparecíanreunirseallícomoenlafiestadeunaembajada.Enlaentrada,dosjugadoresyamigos de Steve, pedían la invitación. ¡Glup! Yo no tenía ninguna. Lasescalinatas estaban a rebosar de jóvenes que esperaban acceder, y desde elinteriorseescuchabalamúsicadeBruceSpringsteen.—Lainvitación—meexigióunodeellos.—Lallevamiamigo,queacabadeentrar—mentí,conunarisafalsa.Nocoló.—Otraeslainvitaciónonoentras,nena—serioelotro,consusuperioridad

deportero.—Peroesquelallevamiamigo,esequehapasado—insistí.—¿Cuáldeellos?Mesentíperdida.Silepreguntabanaalguno,miembustesaldríaarelucir.—Oye,quítatedeenmedio—megritóuncretinoqueveníaacompañadode

unarubiaoxigenadacontrajerojo.Entregaronsuspasesyentraron.—Bueno, ¿nos vas a decir quién lleva tu entrada,mona?No podemos estar

todalanocheesperando.Estuveapuntoderendirme,cuandovialfondodelaescalinataaRonald.—¡Ronald,Ronald!—grité.—¿Ronaldtienetuentrada?—mepreguntóunodelosestúpidos.—OyeRonald,acércate—ledijoelotro.El hermano deLuke yHan se acercó al principio sonriente, cuandome vio

entrelosdosporterosselepusolacaracomounsaco.—Estachicadicequetienessuentrada,¿escierto?AntesdequeRonaldpudieseabrirelhocico,meadelanté:

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—Sí.Laguardasteconlas«bolsitas»quetetrajistedecasa,¿recuerdas?—lesonreíentredientes.ARonaldcasiledaunacongestión.—Oye,tío,¿paraquéhastraídobolsasdeté?—ledijounodelosmerluzos.—Porsimedanardoresdeestómago—contestóseco.—Bueno,sivacontigo,quepase—indicóelotromerluzo,felizdequitarseun

problemadeencima,puesqueríaentrartambiénenlafiesta.—Yo lediungraciaspor lo«bajini» aRonaldyentréveloz,paranover la

caradeasesinoenseriequereflejabaenesemomento.La música estaba a tope. Prince, Michael Jackson y Madonna, entre otros

muchos, amenizaban cada esquina de la imponente mansión. Todas lashabitaciones estaban ocupadas por grupos de jóvenes que bailaban, bebían yligaban.Aún lacosanoestabadesmadrada,porqueerael inicio,y loquemásimportaba consistía en ver quién llegaba a la fiesta. Casi todos eran para mídesconocidos, porque yo nomemovía en los ámbitos de Steve y su hermanaStela.Mesentíacomopezfueradelagua.Pormuchoquebuscabaaquíyallá,noveía a Steve por ninguna parte.Me quité la cazadora porque allí dentro hacíamucho calor.Cuando alguien pasó una bandeja con bebidas, cogí una copa alazar.Despuésdelnumeritodelaentradanecesitabauna.Unavozagudameasustó.—¡Julie,hasvenido!—gritóBrenda.Porsu tono,notéqueyaestababebida

—. ¡Québienquehayasvenido! ¿Conquiénhasvenido?—preguntó convozebria.—ConRonald—mentí.—¡Ah,sí,Ronald…!—casinodeletreaba—.Ven,tevoyapresentaraStela.Yme llevó por varias habitaciones hasta que encontramos a la dueña de la

fiesta.Stelasobresalíaentreungrupocolocadofrentealachimenea.Eraaltaydeportealtivoyllevabarecogidosubonitocabellocastañooscuroenunairosomoño.Llevaba un traje de corte impecable azul eléctrico y las joyas precisas.Olíaadinero.—Stela—gritóBrendaconsuvozpastosa—.Voyapresentarteaunaamiga.

SellamaJulie.La aludidamemiró como si analizaraunbicho enunmicroscopioyvolvió

luegoahablarconsusamigos.—¿Loves?Yaoshabéispresentado.Alolargodeesanocheyenlosdíassucesivosconfirmémiintuicióndeque

Stela tampocohacíamuchocasoaBrenda.Poralguna razón,algunasveces le

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dirigía la palabra y la invitaba a sus fiestas, pero creoquepor concesión a suamigaLaura,quesíeraíntimadeStela.Brendaseconformabaconlasmigajasdesuamistad,puesellaqueríaestarconlospatricios.YlosDanverloeran.Mepude desembarazar de Brenda, que fue a fastidiar a otro grupo de estiradosesnobs.Porfinenlacocina,encontréaSteve.Paramipesar,hablabaconvarioschicos,entrelosqueestabaRonald.Tuvequeesperardandovueltascomounsatéliteporlosalrededores,mientras

dispersabamosconesmolestosydemanoslargas,queapestabanacerveza.Porfin,Stevedejóasusamigosypudeabordarlocuandoibaaentrarenelbaño.—Ho…Hola—acertéadecir.—Hola—mesonrióyabriólapuerta.—¿Teacuerdasdemí?,nospresentóRonald.Sequedóamediocamino,conelpomoenlamano.—Ah,sí.LaamigadeRonald…Jane,Olivia…—Julie.—Julie, claro.Me alegro de verte—volvió a hacer ademán de entrar en el

baño.—Bonitafiesta.Estupenda,diríayo.Lamúsicamagnífica…—¿Hasprobadoelcatering?—No,no,acabodellegar—sonreíconmimejordentadura.—Oye,¿túestásconRonald?—¿Quesi estoyconRonald?Oh,no,no.Solo somosamigos.Nadamás—

añadípresurosa.—Puesquébien.OyeJulie.Espérame,¿vale?Vuelvoenseguida.Yentróenelbañoyyocasimedesploméeneldinteldelapuerta.Sudabaa

maresysentíauncalornauseabundo.Laatmósferaylacopahabíanrecalentadoel ambiente. Steve salió sonriente y me cogió del brazo. ¡Me parecía estarsoñando!EsossueñosquetanamenudoidealicéenmiadolescenciaconShaunCassidy.¡Separecíantanto,consupelocastañoysusonrisaangelical…!Mesentía flotaryestaba tannerviosaqueaquellos instantes los recuerdode

forma borrosa. Fuimos al salón a bailar al ritmo de Billie Jean de MichaelJackson. Apenas podíamos movernos de la gente que había y hacía un calorespantoso,peroyoerafeliz.Steve me pasó una cerveza y me insistió varias veces. Yo no estaba

acostumbrada a beber y ya la copa que me tomé antes hacía su efecto. Sinembargo, no podía negarme a nada queme pidiera Steve, queme sonreía sinparar.Lahabitaciónylagenteempezaronadoblarse,lossuelosaabollarseyyo

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mesentíacadavezmásmareada,hastaelpuntodeque tuvequebuscaralgúnapoyopara no caer. Steve supo cogerme a tiempoy entre risas,me llevó a lacocina.Apenasrecuerdoesemomento.EstabanalgunosamigosdeSteve,éllesdijoalgoysemarchódespués.Alguienmepusounapastillaenlaboca,delasqueseutilizanparamitigarlas

borracheras, y lo siguiente que recuerdo es estar vomitando en el jardín de lacocina.Echéhasta el últimopotitoque comíenmi infancia.Un ratodespués,entreelfrescoytodalavomitonaquehabíasoltado,mesentímejoryentréparabuscaraSteve.Maldecíamisuerteymipocoaguante.—¿Qué,mejor?—sonóunavozamisespaldas.—Ah, sí.Creoque sí, gracias—.Me sobresalté al ver aRonaldque sonreía

conmaldad—.VoyabuscaraSteve—ledije.—Déjaloenpaz.Seloestápasandobien.Yenefecto,Steve sedivertía sinmíbailandoconvariaschicas.Entreellas,

Laura,laamigarubiadeBrenda.Todasintentabanacapararsuatenciónyélsehacíaelinteresante,lascogíaporlacintura,besabacuellos,derramabacervezaaquíyallá.Todoelmundoandabayaborrachoyfueradecontrol.—¿Decepcionada?—surgiólavozdeRonalddesdeatrás.—Yocreí…metrajoalacocinaparaayudarme.—Tetrajoalacocinaparadesembarazarsedeti.Yofuiquientediolapastilla

yelcafé—añadióconrisamalignaysefue.Mequedécomounabobaallíplantada.Enunodelosespejosdelsalónvimi

horribleaspecto.Elpeinadoconelpañuelonaufragabahechounasco.Parecíaquellevabaunapelucadoblada;micaralucíapálidaymisojosparecíanlosdeunaauténticaestúpida.Sinhablardelasmanchasdevómitosquesalpicabanmitraje claro.Me tapé la boca con horror.Menosmal que el resto del personalestabaya tancolocado,quenadie teníacomposturaalguna.Enese trancenotéunapalmaditaenlaespalda.—¿QuéJulie,teloestáspasandobien?—Fantásticafiesta,¿eh,Julie?Loshermanosestelaressehabíanmaterializadoallíparamihorror.Ynoeran

losúnicos,puesdespuésvislumbréalresto.—¿Quéhacéisaquí?—susurréconpánico.—Divertirnos,comotú—saltóNormandetrás,querepartíacervezasentrelos

«pringaos».—¡John,comoseenteretuhermanatemata!

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—Nolocreo.Lahevistoyleacabodehacerunascuantasfotos—memostrólacámara—,ynisehaenteradodelaborracheraquetiene—serio—.Conestasfotosnuncamepodráhacernada.ViendoaBrendaalolejos,sentadaenelsuelo,apoyadalaespaldaenlapared

y comounamuñecade trapo, lo entendí.Presentabaun estado tan lamentablequehastayoparecíauna reina a su lado.Meenfadé con los secuaces, porqueibanautilizarelmismosistemaqueusaroncontramíymeapiadédeBrendapormáspijaycretinaquemepareciera.En realidad, el personal en ese momento andaba ebrio en general y los

pringadoshabíanaprovechadoelmomentocomatosodealgunosdelosamigosde Steve. Se habían puesto sus mejores galas y parecían los únicos que sepaseabanfrescose impecables.Aldispersarsepor la fiestameentróelpánico,porque eranmenores, y los que quedaban sobrios se podían dar cuenta de supresencia.Ysobretodoporque,losrelacionasenconmigo.—Hola,Julie.Vasechaunasco—medijomihermano.—¡Vamosaver,cretino!¿Cómoosatrevéisapresentarosaquí?¡Estaerami

fiesta!—Vamos,Julie,¿nopensaríasdivertirtetúsola?Llenaderabialeagarréporelcuellodelachaqueta.—Alfinyalcabo,tehemosayudadoconeseestúpidodeSte…—siguióalgo

achispadoporlabebida,mientrassemeescurríadelosdedos.—Aquíhaychicasdeverdad—seacercóNorman—.Estamoscansadosdelas

chicasdeinstituto.Además,queríamosveranuestraprofeenacción.—¿Qué?—Quequeremoshacer lomismoquetú.Hoyhasconseguidotuspropósitos.

Queremosaprenderde ti.Aspiramosaalgomásqueaniñas tontas—apostillóLuke.—¿Qué?—volvíaresponder,perpleja.—Que queremos como tú, la luna—se carcajeó a su vez Han. Y todos se

fueronriéndoseamandíbulabatiente.Había creado unosmonstruos.Mi frustración hervía creciente. Steve nome

hacía ni puñetero caso, los «pringaos» se habían infiltrado enmi fiesta ymeempezabaadolerlacabezadelaresaca.—¿Bailasconmigo,Julie?—Lavocecita tímidadeWillmesobresaltó.Aparecióami ladocon laboca

abiertayexpectante.Sehabíaacicaladoconesmeroyrepeinadosupelorubio,hastaelpuntodeparecerunabola.

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—Porsupuestoqueno—lechistémohína.—Vamos,Julie,noseasasí.TúhasconseguidobailarconSteve.Soloquiero

quemeenseñes.—Enseñaalchico—saltólavozdeStela.Casi me caigo de terror. La hermana de Steve resultó la única que estaba

sobriayencondiciones.SonreíacomounahienacuandonosmiróaWillyamí.—No…no…yonoconozcoaestecretino.—Puesesecretinoparecequeteconoce.Vamos,bailaconél.Noseasmala.

Alfinyalcabo,hadicholaverdad:tútambiénhaspodidobailarconSteve…,apesardequeeresunaniñatasinclase.Susamigasseunieronalcoro.ParecíandivertirseconlahumillacióndeStela,

que aparentaba una serpiente relamiéndose ante una presa. No podía dejar demirarsusojoshipnóticos.NosésiporlahermanadeSteveoporqueeranchicasmayoresymesentíacomounacolegialaanteellas,queal finalbailéconWillante su regocijo. Stela pidió música lenta: Every time you go away de PaulYoung.MesentíahumilladamientrasellassetronchabanalvernosbailaraWilliamy

amí.Élflotabaenéxtasisyyotemblabaapuntodellorar.Paramífuecomounapesadilla tener al gordo tan abrazadoque no podía respirar, sudando comounpolloyconsucabezónenmihombro,apuntodeabollarlo.Conmistacones,ladiferenciadeestaturaresultabatodavíamásevidente.UnadelasamigasdeStelanos grababa con una cámara de vídeo. Ahora siempre se podrían reír de mícuandoquisieran,tansoloconverlacinta.Steveyotroschicosseunieronalaescena,mientrassepartíandelarisa.Yes

queWillmeagarrabatanfuerte,dejándosecaersobremí,quealfinalrodamosjuntos al suelo, para disfrute del populacho. Con gran sorpresa por mi parte,Ronald acudió en mi ayuda. Tiró a Will de un manotazo y me ayudó alevantarme.Stelaysusamigassemondaban,peroSteveyasehabíamarchadoenbuscadediversiónenotraparte.Ronald,noobstante,mecogiódeformabruscaporelbrazoymellevóaotra

sala. Allí sus hermanos intentaban ligar sin éxito entre las universitariasmayores.Unadeellasacabóestampándoleunafuerteconpalomitasentodalacabeza.Lukedioun traspiésy acabópor tirarunamesa llenadeporcelanasybebidas caras, así como una lámpara que al estrellarse contra el suelo echóchispas, por lo que todos los que estaban en la sala huyeron despavoridos, algritodefuego.

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Ronald arrancó el cable, dio un sopapo a Luke y otro a Han, y siguióarrastrándomehastalapuertadeentrada.Allímeechósincontemplaciones.Mefuidelafiestadisgustada,llorandoyconlaropahechatrizas.HabíaperdidolacazadoraysemehabíarotountacóncuandomecaíconWill.Encimamehabíangrabado; una imagen que seguro que Stela enseñaría a Steve una y otra vez.Odiabaalos«pringaos».OdiabaaStela.OdiabaaSteve.Pero,sobretodo,meodiabaamímismapornohabersabidocontrolarlasituación.

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7

CómoconvertiraungusanoenunescarabajoGoliat

Durantetodoelfindesemanaesquivéamihermano.Ellunesnoaparecíenelantroyesanochevinoahablarconmigo.—Oye,Julie.Sabemosqueestásenfadada,peronohicimosnadamalo.Solo

nospasamosporlafiesta.—Nosénicómoosdejaronentrar,comoyoahoraenmihabitación.¡Largo!—Cuando esperas un poco a que la gente esté bebida y divirtiéndose, los

muros de las torres se relajan—replicó—.Entramos por la cocina y nadie seenteró,apesardequetodoestaballenodegente—señalóufano.—Quégrangolpe.¿Yparaqué?—¿Para qué? Nos hemos divertido de lo lindo. Yo incluso bailé con dos

chicas, aunque reconozco que estaban muy borrachas, y nos llevamos unascuantascervezasycomidadeallí.—Yaveoqueparavosotrostodohaidobien…—contestéhosca,mientrasle

daba la espalda. No tenía ganas de discutir. Mi fuerza se había ido desde lafiesta.—Bueno,atodosno.Alosgemelosleshacostadolapagadetresmesesyel

enclaustramiento en fin de semana. Su hermanoRonald y ellos se pegaron alllegaracasa,ysupadreloscastigó.Aunquepuedenasistiratusclases,puessupadrepiensaqueesparamejorarsusnotas.—AsíquealfinRonaldleszurró.—Sí,noveascómoleshadejado.—Noquierosabernadamásde lasclases,mehabéisutilizadoyahoraellos

tienenrecursosparaburlarsedemítodalaeternidad.—¿Terefieresaestacintadevídeo?—medijo,mostrándomeuna.—¿Quéhacesconella?—SelaquitamosaLaura,peronotepreocupes,nosediocuenta.Ledimosel

cambiazoylepusimosunadelospadresdeStela.Unagrabacióndecuandoera

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pequeñaysemeóundíaenplenarepresentaciónteatral.—¿Deveras?—Sí.Norman tuvo la idea.Rebuscóenel salóny encontró la cinta, con las

indicacionesdeJohn,quehabíaescuchadolahistoriaporsuhermana.Créeme,tuStelasevaallevarundisgustosivisionaesacintaconalguienmás.Merelamíalpensarenlaescena:ellainvitabaasusamigasyamigosaverla

cintademihumillación,yluegosaldríasunumeritoenelteatro.Aunquefueseunaniña,esascosasnoseolvidanysequedangrabadasconelfuegoeternodelavergüenza.Porlomenoslos«pringaos»habíanusadolacabezaparapensarynosoloparallevarflequillo.—Noseasduraconnosotros, Julie.Yavespor timismacómoes lavidade

uno cuando otros deciden hacérsela insoportable. Nosotros no nos hemosrendido.¿Lovasahacertú?Ysefue,dejándomelaodiosacintaenlamesa.Fuiraudaalvídeoylapuse

paracomprobarqueeraefectivamentelacintaodiosa.YallíestabaelbaileconWill.Elbailequeyohabíasoñadoconmipríncipesetrocóencalabaza.Metapélosojosalvisionarnuestracaídaalsuelo.Saquérápidalacintadelvídeoymedediquéconafánaarrancarlabandayahacerañicoslacarcasa.Decidídarlesotraoportunidadalospringados,ydepaso,amímisma.Asíque

seguímiplandeconvertiralospatitosfeosenbelloscisnes.StéfanoMinelli constituía toda una celebridad enBeverlyHills. Llevé a los

«pringaos»asusalónyelmaestrodelcorteVidalSassooncasimueredelsusto.Creo que en su vida había visto algo igual,mas se repuso y supo dar un airealocado, allí donde había tazones por cabeza, arremolinando y cardandoflequillos,alamodadeentonces.Conuncortedepelotanatrevidoyunabuenalimpiezafacial,loschicossalieronconmásconfianzayconmenosdinero.Quedaba la ropa. Fuimos a la zona de ambiente bohemio de Echo Park, en

busca de buenos trapos sin quedar desplumados.Les di a los chicos un toquegóticoyelegante,paraconjugarlamodaroqueraypunk,conunairededandideplantaciónsureña.La verdad es queme divertí, pues pude hacer realidad el deseo demuchas

chicasdetransformaraunhombre,vistiéndoloanuestrogusto.Ellossedejaronhacer y aunque protestaron con algunos atuendos, tragaron. Con chaquetaganabanmuchoyleshacíaparecermayores.Loscomplementoscomopañuelos,cinturones,gorros,yelpeinado, lesdabanel toquemodernoque lesdistinguíadelospijos.Almenos,esopensabayo.

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Mehartédemirarrevistasconloúltimodelamodadelosochenta,asícomoantiguasláminasdeatuendosdecaballerosdeotrosiglo.Creoquemeconvertíenunagranestilista,teniendoencuenta,queadaptélaropaalaspeculiaridadesdecadauno.Yaqueaunoshabíaqueengordaryaotrosestilizar.Porlomenos,eranaltosyesoleshacíaganarmuchoconlaropa.Prontollamaronlaatenciónyyanoparecíanlos«pringaos»deantes.Losmás

descaradoscomolosgemelosyNorman,sehacíannotarentrelaschicas,hastaelpuntodequesupopularidadaumentó.Misclasesleshabíandadoconfianzayalardeaban de buena oratoria, incluso ante los profesores, que empezaron aponerlesbuenasnotas.En cambio,Will y John se veíanmás tímidos.Me dejo al resabiado demi

hermano,queparecíamásunbufónendiosadoqueotracosa.Aunquereconozcoqueeraelquemáslabiagastabaymássagacidad.Sobretodo,paraurdirplanes.Por fin les invitaron a algunas fiestas y si bien no los consideraban las

estrellas, tampoco los tenían ya por los «pringaos» de antes. Su lugar loocuparonotros,porquesiemprehaypringadosentodaspartes.Hay que decir, que los que gozaban de más éxito eran los gemelos, pues

siempre fueron los más descarados y corpulentos. El más difícil de arrancar,Will,cuyapelusalacianoteníaremedio,pormásqueStéfanoquisoesmerarse.Senotabamuytímido,aligualqueJohn,yencimasusgafotasysugrancabeza,resultabandifícilesdeobviar.Tras su paso por la fiesta de Stela y Steve se hincharon como palomos. Su

hazaña se extendió por el instituto y la gente los veía con un nuevo aura. Suestilobohemiofuecopiadopormuchoschicos,ganandosurespetoyel interésde las chicas. Eran unos feos guapos, por así decirlo, ya que por lo menosconsiguieron estilo, maneras, y otra forma de tratar a las féminas que caló,incluso, en las profesoras. Les abrían la puerta al pasar, dejaban que entraranantes, les encendían los cigarrillos y estaban siempre dispuestos a ayudar conalguna galantería. A los brutos los trataban también con esa superioridad decortesía, por lo que al final, los dejaban en paz, confundidos y ridiculizados.Porque ante un caballero se podían alzar los puños, pero cuando la oratoriarepresentaba el arma utilizada y los ademanes resultaban educados aunquefirmes, los bellacos carecíande recursosy semarchaban con el rabo entre laspiernasantelasrisasdelosdemás.

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8

LatorredeHanói

Los entrenamientos de Robert se habían vuelto cada vez más duros. Vivíaobsesionadoconladisciplinayconrebajaralosnovatos.Hastaelpuntodequetuvequeintervenirparaquebajaraunpocolapresión,puesloschicosestabancadavezmásdescontentos(nodelosresultadosquefueronmagníficos),sinodelférreocontrolyde lashumillaciones.Nohabíanhechoelesfuerzodedejardeserunos«pringaos»paraquelostratasencomotal.Noesqueamímeimportasemucho,puescomoyaherepetido,eracomounadulcevenganza.Sinembargo,cuandoJohnserompióundienteporsusexcesos,loatajépara

quesuspadresnoseenfadaranysedañaseasímiincipienteamistadconBrenda.EncontréaRobertenelcobertizodelospadresdeWill,maquinandonuevos

aparatosdetorturaparasusejercicios.—Robert,necesitohablarcontigo.—¿Sí?—dijodistraído,mientrasseguíaalosuyo.—Es sobre los chicos.Entiendoquehaymucho trabajoconellos,perocreo

queteestáspasando.—¿Pasando,eh?—repitiósinmirarme.—Bueno,solotepidoquelosentrenes,noqueloslesiones.—¿Quenoloslesione?¿Acasocreesqueestamosenunbailedemaricas?—Vamos,Rob,cálmate.Solodigoqueaveceseresexcesivamenteduro.—¿Duro?¿Hasvistoenquéheconvertidoaesaescoriahumana?Porqueeran

escoriacuandocayeronenmismanosynosabíandefendersemejorqueunniñodedosaños.¡Aúnhaymuchoquehacer!Sondébiles.Semareansoloconcorrerynosoncapacesnidesubirestacuerda—bramó.—Loentiendo, pero se tratabadeponerlos en forma, node alistarlos en los

marines.Además,teinformodequenuestrasreservasdedólareshanmenguado.Tendremos que bajar el nivel y el tiempo de entrenamiento porque ya nomequedamuchodinero.Losiento.

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—¿Esqueacasocreesqueentrenosoloporunoscochinosdólares?Tediréunacosa,nena,lohagoportresrazones:poreldinero,poramorpropiodesoldadoyporti.Mesentíconfusa.EllocodeRobertvinohaciamíconsumolemusculada.—Lodeldinerolopodemosarreglar,acambiodeotrosfavores…—¿Quédices?—meapartéasqueada.—Sébuenaconmigo,Julieyloschicosnosufrirándaño.¿Acasocreesqueme

quedoaquíparahacerleshombres?Jamásloconseguirán.Sonunosfracasados,unas nenazas que creen que con vestir bien van a convertirse en machos deverdad.—Noteacerquesmás,Robert.Noséquémosca tehapicadohoy,peroserá

mejorquetevayas.—¿Meestásdespidiendo,zorra?—bramóyseechóencimademí.Solo recuerdo que comencé a gritar y a forcejear contra él.Menosmal que

aparecieronloschicosymeloquitarondeencima.Empezaronapegarle.ElquelohacíaconmásfuriaeraWill,seguidodemihermano.Parecíacomoloco.Sinembargo, Robert era muy fuerte y estaba majara, así que aquello fue unacarnicería. Ellos eran más y acabaron golpeándole con todo aquello queencontraron:barrasdehierro,cadenas,palos…Porfin,heridosobretodoensuorgullo,sefuetambaleante,mientrassangraba

porbocaynariz,ycubiertodepolvo.—Melasvaisapagar.Estáismuertos.Tútambién,zorra—meseñaló.Cuando se marchó, los chicos tiraron las improvisadas armas. Daba pena

verlos.Sangrabanportodaspartesyteníanelpeloylaropahechosunasco.Yo también sangraba por la nariz. Me eché a llorar y ellos intentaron

consolarme, pero los aparté con rabia y me fui corriendo. Todo aquello nohubierapasadosinomehubieranobligadoacambiarmividaparatransformarlassuyas.Aldía siguiente, sentí remordimientos, pues fui yoquienhabía contratado a

Robert.Trasdisculparme, lesdi labuenanueva: loshabíaapuntadoaclasedeesgrima.Latécnicayejercitaciónconlaespadasurtióungranefectoenloschicos.Se

hicieronmásflexiblesyrápidos.Algoquesirvenosoloparaesquivarfloretesysables, sino incluso golpes. Además, ese deporte les puso en contacto conpersonas de otro nivel, que ayudaron a perfeccionar su pelaje. Estas clases, adiferenciadelasdeRobert,lesgustaronmás.Resultabanmásdivertidasymenosdurasparaellos,despuésdehaberpasadoporelcalvariodelantiguoentrenador.

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Elnuevoeradeorigenasiáticoy,aunqueduroydisciplinado,sabíaserademáscortésyeducado.Loqueellosnecesitabanparaadquirirbuenosmodales.Tengo que decir que quien más se tomó en serio todo esto fue Will. Se

desvivía encadaclasedeesgrima,de retóricaodecomportamiento.Creoquepara él significaba más un fin que un medio, pues veía a largo plazo surecompensa, mientras que, para los otros, el mañana era hoy y solo queríanavancesrápidosparaterminarcuantoantes.Yo avanzaba también como estos últimos, con la sola intención de quedar

pronto con Steve, aunque después del numerito de la fiesta no sabía cómo.Además,temíalairadeStela,apesardequesupuestamenteellanosabíacómoniquiéneshabíandadoelcambiazoalacinta.MeimaginabaaBrendaenfadadacon su hermano si este había utilizado sus fotos para chantajearla. Y temíaencimaqueencualquierinstantesepresentaseelpiradodeRobertparaajustarcuentas.SinmencionarelinquietantemensajesilenciosodeRonaldcuandomeechóde la fiestademalasmaneras.Siendo sushermanosLukeyHan, él solopodíaserChewbacca.

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9

NormanBatesyChewbacca

Todo se precipitó en Halloween. Como era tradicional en la universidad secelebrabaunagranfiesta.Seescogióenaquellaocasiónelpabellóndedeportescubierto.Brendasorprendióconladeferenciadellamarme.CreoqueporquenohabíasidoinvitadaalgrupodeStelaypensabaqueyoteníamanoconRonald,elamigodeSteve.Nomequedómásremedioqueincluirlaenmisplanes,algoqueamisamigasNicoleySandranolesgustóenabsoluto.TampocoerabuenaseñalparaBrendaquedarconnosotrasynoconStela.Algonomarchababien.Además,selenotabaundeseoenfermizodesaberde

qué nos disfrazaríamos, así que le solté lo primero que me vino en mente:iríamos de zombis, aunque al final me disfracé de bruja y mis amigas devampiros. Mi atuendo me permitía no aparecer con la cara hecha un asco ycamuflarmealavez,yaquemepuselomássexiposible.Además,me había desembarazado de los «pringaos» (o eso creía yo), pues

tenían una fiesta en su instituto. Así que, la víspera de Halloween de nuevodepositabamis esperanzas envolver a ver aSteve, aunque fuera un fantasma.Estaveznobeberíaypermaneceríamásatenta.Creo que estaba espectacular con mi disfraz. Llevaba un gran gorro que

parecía sacado de Salem y con mi peluca azul, además de varias capas demaquillaje,niyomismamereconocía.Como imaginaba, Sandra y Nicole asustaban pintadas tan pálidas con su

atuendodevampiros,perodefeas.Noobstante,lapeorparteselallevóBrenda,que se sintió engañada, a pesar de nuestras disculpas y de mentirle sobre uncambio de última hora en los disfraces. Se enfadó hasta el punto de queabandonó nuestro grupo. Habíamos ofendido su vanidad, y ella acumulabamucha.Yesqueresultadifícillucirguapavestidadezombi.YotambiénmeseparéenbuscadeSteve.Aquellosemeantojóinmenso,no

tanto como en su fiesta, sino porque con tanta máscara y disfraz, era como

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buscarunaagujaenunpajar.LikeaVirgindeMadonnavolvíaaatronarconecosmetálicosenelgranpabellón,repletodeglobosenformadecalabazayadornosmaléficos.Entrelamarabuntademonstruos,confetiycalabazasdeplásticovislumbréa

Stela. Estaba imponente con una peluca morena estilo años cincuenta y undisfrazdesuperheroínacompuestoporuncorpiñoypantaloncitoscortosdeunrojo brillante, así como un antifaz de terciopelo negro. Llevaba botas altas yguantes a juego, y una cinta negra al cuello con una pequeña joya reluciente.Stelasiempreconseguíaelpuntodelujo,inclusoenundisfrazdeHalloween.LaaparicióndeSandrayNicolemesobresaltó.—Oye,Julie.Noséloquetramas,peronopuedesalirbiensiestárelacionado

conlosDanver—dijoNicole,mirandocondesdénaStela.—Nosédequémehablas.—AnosotrastambiénnosgustaSteve,rica—siguióSandra—,sinembargo,es

unamorplatónico.Esmejoradmirarlodesdelejosporqueesuncapullo.—Estáisbebidas,mevoy.—Espera,notandeprisa—soltóNicole—.NoshastraídoalatontadeBrenda

sinconsultarnos, tepierdes conexcusas cadavezque salimosy sabemosmuybien que estás loca por los huesitos de Steve, no lo niegues. Sabemos lo queocurrióenlafiestadelosDanver.Fiestaalaque,porcierto,nonosinvitaste.Ylodelclubese…—¿Quiénsehasoltadodelalengua?—Ahora tehaces la inocente,peroestamosmuyenfadadascontigo, Julie—

me espetó Sandra—.Como amigas, queremos advertirte que lo que pretendessolotetraerádisgustos.Noteacerquesmásaesechiconiasupandilla.Nosonparati.—Repito:¿quiénoshacontadoesto?—exclaméindignadapues,aunqueeran

misamigas,teníanfamadecotillasradiofónicas.—Unchicomuysimpáticoquenoshainvitadoacervezas—contestóNicole,

conaireconspirador,señalandohaciasuizquierda.—Queremos decirte también, Julie, que si sigues adelante y te rompen el

corazón,aquíestaremospararecogertuspedazos.Yporfavor,nosdebescontartodoconpelosyseñales. ¡Ah!Ynovuelvasaolvidartedenosotrascuando teinvitenaotrafiesta—cacareóSandra,conairesdeprofesoratiesa.Ambassefueronentrerisasyyomedirigíhacialazonadondehabíamirado

mi amigaNicole. Entre demonios, vampiros, ymomias destacaba un solitario

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danzarín,arropadoentrecortinasdeducha.Seguími intuicióny fuihaciaélyabrílascortinasdesopetón.—¡Norman!—Hola,Julie.Menudo«fiestorro»,¿eh?—medijo,achispadoconlabebida.—¿Qué haces aquí? ¿Y de qué vas? —no pude contenerme intrigada, al

observarelartilugiocompuestoporducha,barraenformadecírculoycortinasdebañoqueleservíandedisfraz.—DelprotadePsicosis—contestómuyufano,altiempoquemeenseñabaun

gran cuchillo de plástico que esgrimió como el asesino de la película deHitchcock.MefijéensuspantalonesyjerseydecuelloPerkinsnegrosquelucíasinmás.—Norman Bates. ¡Desde luego, no hay mejor disfraz para ti, pedazo de

psicópatacharlatán!—Eh,eh…percibovibracionesmuynegativas.Quéaguafiestaseres,Julie.Tu

hermanoIantienerazón…—Pedazodecretino,¿cómoteatrevesacontarporahíloquehacemos?Y…

y…todosobrelodeSteveyyo…—Tranquila,tranquila.Nosabíaquefueseunsecreto.Alfinyalcabo,todoel

mundosabequeestáscoladaporél.Inclusoél.—¡Esonoesverdad!—chillétanindignadaquehastasemecayóelgorrode

bruja—.¡Comovuelvasahablarconalguienmásdeestoydenuestrotratoenelclubtemato!Normancerrósuscortinasysealejódanzandomientrassilbabalamelodíade

Psicosis,apesardequeapenasseleescuchabaentreelbullicio.—Setehacaídoelgorro.Frenteamíseplantóunafigurapeludayenorme.—Gracias—contestéaúnaturdida.—Serámejorquesalgasacogerairefresco,estásmuyroja.—Quiénerestú:¿elYeti?—SoyChewbacca—dijoRonald,altiempoquesequitabalaenormemáscara

peluda.Éltambiénestabaacaloradoconeseatuendotanabrigado.—Salgamosafuera—medijo.Mecogiódelbrazocomosifueraunajarra,me

arrastrósincontemplacionesysinconsiderarsiqueríaono.El fríodenoviembreme sentódemaravilla.Mis sienesparecíanque ibana

estallar.Memoría de ganas de patearle el culo aNorman. En realidad, era elNormanBatesdeHitchcock.

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Ronaldsacóunpapelilloquerellenó,lioyfumó,dealgúnlugardesupeludodisfraz.—¿Quieres?—No,gracias.Necesitoairefresco.—Parecequesiempretepillometidaenlíos.¿Quéesestavez:tehascoladoo

lehasquitadoelnovioaalguien?—rio.—Vaya, Chewbacca está gracioso —estallé—. ¿Qué te importan a ti mis

asuntos?—Nada,salvoquemeimpliquesenellos.¿Terecuerdoquemehasliadopara

llegaraSteve?—¡Yonohehechotalcosa!Hansidotushermanos.—Por indicación tuya —escupió, sin embargo, parecía más divertido que

enfadado.—Vuelvoadentro—repliqué.Paramisorpresa,apurósucigarroylotiróantesdeterminarloparaseguirme;

apesardeloquecorría,nomelopudedespegar.—Espera.Notehedichoqueestásmuyguapa.Meparéenseco.NoparecíapropiodeRonaldunagalantería.Lomirébien.

Aunqueguardabaciertoparecidoconlosgemelos,resultabamásmonoyestabamáscurtidoporlosentrenamientos.Peromanteníaesamismamiradasocarronaydescaradaquemehacíadesconfiardeellos.—¿Quéquieresdemí,Ronald?Seechóareír.—Nohayquienteengañe.Mira,tepropongountrato.Mepuseenalerta.Yasabía,porexperiencia,quehabía letrapequeñaen los

tratosconloschicos.—TúmeayudasconStelayyoharélopropioconSteve.—¿Qué?—No aguantaría al estúpido de Steve si no fuera por su hermana. Por

conseguir la oportunidad de estar cerca de ella. Sonmuy estirados y elitistas.Ellanisiquierasedignaamirarme,apesardemisesfuerzos.Yveoqueatiteocurrelomismoconsuhermano.¡Asíqueeraeso!—Nosécómopuedoayudarteenello—dijecautelosa—,porqueStelanome

tragaynosoysuamiga.Encambio,túestásmáscercadeél…—Porquemelohecurrado—exclamóalgocabreado—.Memetíenelrugby

cuandolomíoeselbaloncestoparapoderhacermeamigodeél.Aplaudotodas

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suspamplinasyleayudoentodossusfregadosparamantenersuamistad.Eslaúnicaformadeacercarmeasucasaoseraceptadoensucírculo,incluidoeldeStela.Peronoavanzo,nopuedoiramás.Necesitoquealguienlehabledemí,quesefijeenmí…Mesonabapatético,aunqueyotambiénloera.—YohepodidoacercarmeaélportiyporBrenda,conpocosresultados.Sitú

meayudasacontactarmásconSteve,adecirmedóndevaisoainvitarmealossitiosdondevayáis,talvezpuedahaceralgoporti.—Semeocurrequepodríamosfingirquesalimosjuntos.Asínadiesospechará

—meretó.Intentéescrutarsusojoscoloravellana,porqueRonaldmeparecíaunpícaro

listocomosushermanos,masnopodíasondearenellos.La ideanoeramala.Ambos podíamos acercarnos así al círculo de los patricios sin recelos, ni porpartedeStela(queyamehabíaechadoencaraqueibaporsuhermano),nideBrenda, que estaba colada igualmente por Steve y tal vez así, podría inclusodarlecelosalsusodicho.—Está bien, podemos intentarlo, pero como trames una jugarreta te

arrepentirás—leseñaléconeldedo,sabedoradeloinútildemiamenaza.Ronaldmecogiódelbrazoynosmetimosenelcentrodelafiesta.Denuevo

ahí estaba Stela, acaparando la atención, por mucho que intentara esquivarla.Estabamuyguapayrodeadadeuncorodeadmiradores.Ronaldloteníadifícil,aunque nomás que yo, que ni siquiera encontraba aSteve por el destartaladopabellón.—¡Vaya sorpresa!—exclamó Stela cuando nos vio—. ¿Has dejado ya a tu

galánrubioybarbilampiñoporotroconmáspeloenelpecho?Ronald—oChewbacca—soltóunalaridoamododecontestación,quehizo

reíralresto.Brendatambiénnosmiróasombrada.Yanoparecíaenfadadaconmigo.Siyo

estaba con Ronald, ella tenía más recursos en el círculo de Stela, que comosiempre,nolehacíanicaso.Porfortuna,pasamosdeserelcentrodelasmiradasylagentesiguióalosuyo,bailandoybebiendo,conmejoropeorsuerte.Ronaldmedejó—cosaqueagradecí,puessubrazopeludodabauncalormortífero—eintentédenuevobuscaraSteve.¿Dequéiríadisfrazado?Igualloteníaalladoynimeenteraba.—Hola,Julie.Enrealidad,estásfantástica.La voz metálica hizo que me volviera. No identificaba quién podría estar

debajodeldisfrazdeDarthVader.¿SeríaporfinSteve?Descartélaidea,porque

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noeratanalto.—¿Quiéneres?—Vuestromásfervienteadmirador,princesaLeia.—¡Will!—caí—.Nomedigasqueestáistodosporaquíotravez.—Sí, lo que pasa es que nos hemos dispersado y no encuentro a nadie.Me

alegrotantodeverte…Suvozmetálicaysurespiraciónagitadabajolamáscaramepusieronnerviosa.

MevinoalamemoriaelúltimonumeritoquemontamosfrenteaStelayasusamigas,ynoqueríarepetirunahumillaciónsemejante,ahoraqueparecíaquelascosasibanbien.—¿Bailamos?Meentróelpánico.—Metengoqueir.PorfortunavolvióRonaldconunasbebidasymellevódenuevoenvolandas.—Julie,Julie…—escuchéresoplarentrelaalgarabía.Aunque sentí lástima de William, no quería estar cerca de él, porque me

repugnaba.Para todos fue una sorpresa queRonald y yo fuésemos novios. Sobre todo,

paramí.Enmi interior sufríamucho,pero si eso servíaparaacercarmemásaSteveydarlecelos,alavezqueeliminarelrecelodesuhermana,metragaríamiorgullo.SiRonaldpodía,yotambién.Laprimerapruebanolasuperé.Forzandolasituación,Ronaldmebesódelante

del grupo de Stela que pareció quedar satisfecho. Sin embargo, en cuanto sefueron de nuestro ángulo de visión, le pegué un bofetón. Ronald se quedóparalizado.Sepusorojodeiraysecolocósumáscara,mientrasmelanzabaunamirada queme estremeció.Like aVirgin deMadonna atronaba enmis oídos.Decidísaliratomarairefrescodenuevo,nosinantespasarentremihermanoylapandilla,quenosalíandesuasombro.Enespecial,losgemelos.Comohabíaparejasbesuqueándoseenelexterior,optéporalejarmeunpoco,

y buscar refugio en los setos del jardín. Estaba ensimismada y aterida por elrelentedelanoche,absortaenlasestrellasdelfirmamento,cuandoalguienmeagarropordetrás,tapándomelabocaymearrastróalinteriordelasmatas.Forcejeéeintentépedirauxilioenvano,puesmicaptoreramuyfuerte.Enmi

lucha,conseguíquitarleelcascomilitardecamuflajequellevaba.Lavisiónfuemás espantosa de lo que esperaba: bajo el maquillaje de muerto viviente,descubrílosojosdementesdeRobert.—¡Déjame!—gritéporfin,aterrada.

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—Hola,zorra.Noesperabasvermeporaquí,¿verdad?Intentépedirauxilio,perodenuevometapólaboca.Metiróalsuelo.Desde

allí vi que se había disfrazado de soldado.De soldado zombi.Con seguridad,vestía suantiguouniformeyapostabamildólares aque lapistolaque llevabatambiéneradeverdad.Enelsuelopudegritarmásypedirauxilio,noobstanteestaba lejos, y el ruido de lamúsica y la fiesta impedían oírme.Además, nosencontrábamosenlanochepropiciaparasustos,porloqueanadieleextrañaríatampoco. Dos petardos atronaron no muy lejos y se escucharon gritos desorpresa por la excitación.Yo sí estaba asustada, pensando qué haría ese lococonmigo,cuandounquejidosaliódesuboca,trasoírungolpeseco.DelaspenumbrassurgióDarthVaderoWill,quienhabíagolpeadoanuestro

antiguoentrenadorconlaespadaláserqueestabaahorarotaendos.—Menosmalquenollevabaelcasco—dijotriunfante,mientrasmeayudabaa

levantarme.—Gracias,Will—balbucí.Yambosnos fuimos rápidodeallí, antesdeque sedespertara labestia.Me

abrazódeformapaternalymecondujoalpabellóndedeportes.Nomeimportóquemerodearaconsusbrazosnimecogieralasmanosdespuésdelosucedido.Agradecía su calidez humana, pues yo temblaba aún por la impresión. En laentradaestabanalgunosdeloschicosfumando.Mihermanofueelprimeroquesediocuenta.—Julie,¿quétehapasado?—Sí,parecequehasvistoaunfantasma—dijoJohn.—Casi—pudehablar.—Robert le agredió—explicóWill—. Tuve que dejarleKO conmi espada

láser.—¿Elpsicópataestáaquí?—saltómihermano,presadelpánico.Elrestotambiénsesobresaltó.—Tenemos que guardar la tranquilidad—dijo Han—. Somos más y ahora

estamos prevenidos. Que nadie se aventure solo por ningún lugar propicio aemboscadas—memiróserio.DecidimosentrarydenuevoagradecíaWillsuayuda.Aunqueesosolosirvió

para que no me lo quitara de encima. Tuve que darle esquinazo entre unamultituddediablilloscachondos.Sinembargo,fuesalirdelasarténparacaerenlas brasas.Ronaldme abordó con ademanes bruscos.Aunque no veía su caratras la máscara peluda, sus gestos lo decían todo. Me dio de mala gana un

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refrescoymesacóabailarsincontemplacionesalosacordesdeWhat´slovegottodowithitdeTinaTurner.—Hayqueceñirsealplansiqueremosconseguirnuestroobjetivoytegusteo

no,bailaremosynosrestregaremosfrenteaellos.—Ronald,yono…—Estardepararajarse.YoquieroseguirparaacercarmeaStela.—Noeseso.Esquehepasadounmalratoynomeapetecebailar,esoestodo.—Oye,amítampocomegustaestarcontigo,peroesoesloquehay.Así que no me quedó más remedio que bailar, con tanta desgana como él.

Mientras,Stevenoaparecía.

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10

Nochedecalabazas

Llegó lamedianocheyyoestabamásmustiaqueunamargaritadesojada.Encambio,misamigassedivertíandelolindoalritmodeCyndiLauperysuGirlsJustWantToHaveFun.NormanyNicolehabíanhechomigasparamiasombro.Peroeraunanocheenlaquetodoelmundosellevabasorpresas.TrasesquivaraRonaldyWill, fuiaapoltronarmeenelúnicosillónquequedaba libre,yaquetodo la gente estaba bailando y divirtiéndose, menos yo. Esa noche era, enrealidad,ladelosfantasmasconlaaparicióndeltaradodeRobertylaactituddeChewbacca. Un fantasma fue el que precisamente me asaltó, al tirarseliteralmenteencimademí:—Uuuuuuuuuu—ululó.Yo,quenoestabaesanocheparabromas,empecéadarlemanotazos.—¡Fuera,largo…pervertido!Unas risas ahogadas me sobresaltaron. De rodillas, se quitó la sábana de

encima.Unverdaderofantasmanomehubiesecausadotantaimpresión.—Mehandichomuchascosasenlavida,peronuncapervertido.¡Meencanta!

—rio.—¡Steve!—Hola,Julie.Dasbuenosbofetones—siguióriendo—.Megustanlasmujeres

fuertesquesabendefenderse—yaltiempo,mecogiólasmanosymebesó.Estabatanasombradaquenoatinabaadecirnada.—¡Vamos!—meexhortó—lanocheesjovenypodemosdivertirnos.Ydichoesto,volvióacolocarsesudisfrazymetiródelamano,sacándomea

bailar.NightBirds de Shakatak sonaba en todo su esplendor. Fue uno de losmomentosmásfelicesdemivida.Porfortuna,consusábanadefantasma,nadiesabíaconquiénbailaba.Steveno sehabíacalentadomucho los cascoscon sudisfraz,loquemostrabasucarácterpráctico.¡Yseacordabademinombre!

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Bailamosunidos, él cogidodemi cintura, como si fuera unbaile lento, conalgomásde ritmo.Dábamosvueltas por la pista ymientras girábamos, yonoparabadereír.¡Quécambiohabíadadolanoche!Desdelejos,entrelasvueltas,veía algún rostro conocido como los de mis amigas —intrigadas—; el deChewbacca—aunquenoveíasurostro,sícómosusojosseguíannuestrobaile—;uninstanteaBrenda—conasombroeinterrogaciónensurostro—;yeldealgunosdelos«pringaos»,améndemuchosconocidosycompañerosdeclase.Nadiesabíaconquiénmedivertíatanto,loquemehacíaaúnmásfeliz.Enundescanso,dejamosdeserunapeonzalocaybailamosunlento,alsonde

MichaelJacksonyPaulMcCartneyenTheGirlisMine.Juntosyabrazadostanfuerte que sentía todo su cuerpo y los efectos de su pasión… Las estrellasparecíanhabersemetidoenelrecintoylagenteeraunamasanebulosa,asímesentía.Lástimaquenopudieseversurostro tras lasábana,aunquepercibíasucalorysuarrebato.Paramíesaseríasiempreunacanciónespecial.—Julie,¿porquénomeesperasfuera?Vayámonosdeaquí.Yse fuesinparardereíryululando.Yoquedédesconcertada,pero tenía tal

subidónquenomeparéapensarensuinvitación.Estarasolasconéleraalgomejordeloquepodríahabersoñadomesesantes.Asíquecogímicapadebrujaymefuialaentradadelpabellón,queestabacadavezmásconcurrida.Esomerelajó,puespenséqueasíRobertnopodríahacerdelassuyas.Nosésitiritabadelrelenteodepensarenél.PorfinaparecióSteve,yasinsábanadefantasma,sinoconsuchaquetónysu

eternasonrisadeanunciodedentífrico.—Voyatardarunosveinteminutosmás.Estoybuscandoaloschicosyami

amigoTom,queesquientienecoche.Vealapartedeatrásyespérame.Y se fue, dándome un beso en la mejilla, que se me encendió como una

hoguera.ElpequeñoJacksonsonabaconsuWho´sLovingYou en el ambientedelgranpabellón.Siguiendosus indicacionesmefuia lapartedeatrás,dondeestaba el aparcamiento. Allí no se veía a nadie. Temblé con el frío de lamadrugadaylaperspectivadecochesoscuros,farolasamarillentasyunanocheimpenetrable,másalládelasegundafila.Unlamentomesobresaltó.Apesardemimiedo inicial por toparme con Robert, la curiosidad y también el afán deayudar a alguien que parecía llorar, me llevó a acercarme al lugar de dondeprovenían los lamentos: un árbol cercano. Tan cercano a la salida, justo en elcaminodecementotrasbajarlosescalones,quecreímedianamenteseguro.Miréatrás.Habíaunoschicosfumandoalfondo,juntoalapuerta.Parecíannohaberoído nada y no era raro, pues la música sonaba aun allí. Me acerqué con

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prudencia, no sin antes coger una gruesa piedra que encontré en uno de losmaceterosrectangularesqueflanqueabanelsendero.Lavozmeresultófamiliar.—¡Porfavor,ayuda!AlacercarmeviconhorrorquesetratabadeWill.Elbellacodelexentrenador

le había atado desnudo a un árbol. Solo le había dejado lamáscara de DarthVader y los calzoncillos que, por cierto, deslumbraban con un azul eléctricocegador.—¡Julie,menosmalqueerestú!Porfavor,ayúdame,noquieroquenadieme

veaasí.Nisiquieratú.—¿Qué ha ocurrido? —pregunté ansiosa, mientras intentaba desatarlo sin

resultado.—Meatacóporlaespaldacuandoibaalaseo.Aunquepedíayuda,élmetapó

labocaydecíaalagentequesetratabadeunjuegodeHalloween,ellossereían.Nadiemeayudó,Julie.—Esunpiradopeligroso.—Mearrastróhastaaquíymearrancólaropaconuncuchillo—siguióWill

casiapuntodellorar.—¡No puedo desatarte! Esta cuerda es muy dura. Necesito ir adentro para

cortarlaconalgo.Buscaréaloschicos.—No,Julie.Nomedejesaquísolo.Podríavolver—gritóconpánico.—Notepreocupes,regresaréconayuda—legrité,altiempoquecorríahacia

elpabellón.Nadamásentrar,metopéconSteveysusamigosqueyasalían.—¡VámonosJulie!—medijosonriente,a lavezquemellevabaalotrolado

delaparcamiento.—Adelántate tú con tus amigos. Enseguida voy. Debo coger mi abrigo—

mentí.—Notardes,Thomasnoesperaanadie,¿verdad?—ytantoélcomoelaludido

serieronmientrasbajabanlasescaleras,menosmal,queporotraparte.Dentro no encontraba a nadie ni nada con lo que desatar aWill.No quería

haceresperaraSteveytampoco,dejaralchicosolo.PorfinvislumbréaHan.—Han—gritédesdeelotroladodelapista.Elruidoatronabaensordecedory

nomeoyó.Conseguíuntridentedealgúndemoniodespistado,deplásticoduro.Nosabía

sipodíaservirparaalgo,peroeraloúnicoquetenía.Cuandovolvíasalir,Stevemellamabaagritos.

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—¡Julie!,¿vienesoqué?Yanosvamos.Estabantodosenelcochearrancadoyenposicióndesalir.—¡Julie, Julie, no me dejes aquí! —me gritaba desde otro lado Will,

intentandonollamardemasiadolaatención.Elcocheaceleróyeneseinstante,soltéeltridenteymefuiconSteve,queme

cogiócasialvuelo.Setratabadeunantiguosedándescapotable,quelucíaaúnimpecable.Algunosdeloschicosestabansentadosenelmaleteroconlospiesenelsillóndeatrás.Lasruedasarrancaronhumoalasfaltoenelfríodelanoche.Mientras el coche daba la vuelta para salir del aparcamiento, pude ver conhorror,laaparicióndeStelaconabrigodepielblancasobresuescuetoatuendo.ParecíaunachicaPlayboy. Juntoaella, sucohortedeadmiradores, susdamassumisasy algunos amigosde suhermano, jugadoresde rugby comoél.Yporsupuesto, Brenda, ruidosa como siempre. Stela y compañía salían alaparcamiento. Quiso lamala fortuna que en esta ocasión, enfilaran el caminodondeestabaelpobreWillatadoalárbol.Brendafuequienlovioynotardóenllamar a los demás, riéndose a carcajadas. Lejos de ayudarle, oí lasexclamacionesdesorpresaylasrisas.Notardaronenhacersefotosconelinfelizmuchacho,quegritabacomounposesoparaque losoltasendeallí.EsanocheRobertpusolacarnazaantelashienasylasbestiasnodudaron.ElgrupodedescerebradossecebóconWill,quenocesabadellorarysuplicar

frenteasuschanzas.Metapélosoídosycerrélosojos,cuandosalíamosatodotrapo,peronopodíaacallarmiconcienciayseguíaescuchandosusúplica:—¡Julie,ayúdame!Cuandomefui,llegabanhastaelaparcamientolosacordesdeRomeo&Juliet

deDireStraits,juntoalossollozosdeWilliam.

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EldespertardeOfelia

Fue una noche decepcionante. Steve se emborrachó junto a sus amigos y sededicaron a hacer gamberradas sin gracia. Muchos jardines de Beverly Hillsamanecieron con algunas de sus fechorías. Por una parte, al ver ami adoradoSteve como una cuba, sin elmásmínimo destello de dignidad, y por otra, alcomprobarcómomiconcienciasenegabaaabandonarme.LossollozosdeWillparecíancomocuchillosyhastaahoranomeloshepodidoarrancar.El día de la clase los chicos también estaban mustios. El sitio de Will

permanecíavacío.Yanovolvería.Suspadresvinieronaexplicarnosque,traselincidente,yanteelestadodesuhijo,habíandecididoenviarloconsuabuelaaNuevaYork. Yome sentíamuy avergonzada, aunque nadie supo que le di laespalda, salvo él y yo misma. Los padres resultaron muy amables y muydistintos.Ellaconservabaaúnsureminiscenciahippieyartística,mientrasqueelpadredeWillsehabíaconsagradocomounreputadoescritor.Me recriminé no haber indagadomás en la vida del pobremuchacho pues,

aunque fuese una estudiante atolondrada e inmadura, me había puesto a darclasesaunchavalcuyopadregozabaentreotrosméritos,deunPulitzeryvariosbest sellers. ¡Y yo no sabía que daba mis clases en su propia casa! Vayaprofesoradeliteraturaibaaser…Sobretodo,medolíaporelestadoemocionalenelqueestaríaWill.Sentiría

una humillación tan grande que había decidido poner tierra de por medio ymarcharse al otro lado del país, alejado de su familia y sus amigos. Por esemotivo,lassiguientesclasestuvimosqueirdistribuyéndolasencasadeunosyotros,hastaquelacosadecayó.Primero,porquecuandotocabaenlacasadelosgemelos, me enfrentaba al ostracismo de Ronald y yo lo pasaba fatal, y loschicosademásnosesentíanagusto,puessupadreelpolicía,continuamentesepasabaamirarloquehacíamos,conclarosgestosdedesaprobación.Suideadeclasesparticulareseraotraypensabaqueloquehacíamosnoconsistíamásque

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enperdereltiempoenbobadas.Asíquelasclasesallísiempredespertabanunaaltacargadetensión,sincontarconqueRonaldaprovechabaelmomentoparaponerenelsalóncualquierpartidoderugbyodeloquefuese,atodovolumen.En casa de John las cosas tampoco resultaban fáciles. Sus padres parecían

condescendientes,peromuyestirados.Siempresepavoneabandeloqueposeíanyde lasamistadesque frecuentaban.Nosmirabana losdemásporencimadelhombro.YencimanomequedabaotraquesoportaraBrenda,quepasódeestarcontinuamentecotilleandonuestrasclases, a fastidiarlasde formapremeditada.Yame imaginaba cómo les contaba a Stela y sus amigas las «tonterías» y lascosasquehacíamos.Ningunosesentíacómodo,sobretodosuhermano,puesnonos gustaba que nos espiaran y supiesen nuestros propósitos.Y conBrenda yRonald ibaasermuydifícilquenoseenteraran,pararecochineodel restodelpersonal.Normanvivíaconsumadredivorciada,unaauténticamadreposesivaytambiéncuriosa,quesepresentabaenelcuartoaescucharloquehacíamos.EralaauténticamadredeNormanBates.Asínosepodíahacernada.En nuestra casa, yo no me sentía mejor, porque no quería que mis padres

sospecharannadaynodisponíamosmásquedelsótano,queduranteelinviernorezumaba humedad y oscuridad. Y siempre tenía la sensación de estarsobresaltada,porquemeincomodabaquemimadreomipadresupiesenquétipodeclaseslesdaba.Asíquealfinal,undíanonosquedómásremedioquedisolverelClubdelos

Caballeros.Mihermanoloresumióenlaúltimaclasedemaneramuyevidente.—Estáclaro, señores,quedespuésdel incidentedeWill lascosasyanoson

comoantes.Queríamosdeslumbraralaschicasconnuestralabia,nuestraropaymodales. Sin embargo, habíamos olvidado algo. Tras ver lo que hicieron esasmalas pécoras de Stela y sus amigas con nuestro Will, he caído en la grancuestión.—¿Qué cuestión es esa, Ian? —preguntó Norman, tan expectante como el

resto.—Puesque,¿paraquéquiereelmundocaballerossiyanohaydamas?—Tienes razón —aseveró Han—, las chicas de hoy en día ya no poseen

comportamientonirecatoalguno.—Cierto—confirmóLuke—.Perdemoseltiempo,laschicasyanosoncomo

antes.Nomerecennuestroesfuerzo.Alfinal,sevanconlosbrutosylesríenlasgraciasylasmaldades.MiraatuhermanaBrenda—ledijoaJohn.Este, lejos de ofenderse, asintió. El espectáculo de su hermana le había

causadounahonda impresión.Mediopena,puesJohneraunbuenmuchacho.

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NoseparecíanadaalaalocadaypérfidaBrenda,yhededecirtantoasufavorcomo en contra, que la chica ya sufría las consecuencias de un alcoholismoincipientequepodríafastidiarsufuturo.—Muybien.Siesoesloquequeréis,clausuramoselClub.Peronoestoyde

acuerdo en vuestras afirmaciones. Todas las chicas no son así. Yo no mecomportoasí,amímegustanlosbuenosmodalesy…—Para—dijoHan—.Alfinal,túeresigual.Alfinyalcabo,estáscoladapor

uncretinoquesolosededicaapeinarseeltupéyahacersenotar.Mepuserojaeibaaestallar,yentonces,pormimentevinolaescenadeWill

suplicándomeayuda,mientrasyo,comounacanallalodejésoloparamarcharmeconSteve.Loschicosteníanrazón,aunqueellosdesconocíantodoelfondodemi crueldad. ¿De qué sirven los modales, los estudios, y los miramientos sicuando hay que estar a la altura nos seguimos comportando como niñatas tansoloporqueunchicoesguapo?EsedíaclausuramoselClub.Deberíadehaberestadocontenta.Yanoestaba

obligada a enseñar nada ni pesaba sobre mí la losa del chantaje. (Esta habíacambiado por la losa de la conciencia). Había conseguido salir con Steve, enverdaddeformabreveyahurtadillas,peronadadeesomehacíayafeliz.Comosisehubieserotoelencantamiento.Alavez,seguíaentusiasmadaconlaideadeque Steve me llamara para salir de nuevo, para vernos, para cambiarlo. Sí,porquecreíaqueconmiamorpodíacambiaraesechicoymoldearalStevequeamímegustaba.Quéilusaeinsensata.La tragediademivida se fraguópoco antesdeNavidad.Steve, contra todo

pronóstico, me llamó. Iba a actuar en una obra de teatro de la universidad,reclutadocasialafuerza,puescarecíadedotesdeactor.Mellamóaterradoparaqueledieraclases,puesseenteróporalguiendequeyocontabaconexperienciaen ello. Pese a que su necesidad no tenía nada que ver con lo que yo habíainculcadoa los chicos, el hechodeverloydequemepidiera ayuda,volvió aponermeelpulsoacien.Aprimerashorasdelatarde,habíamosquedadoeneljardínoestedelcampus.

Stevenoqueríaquenadiesupiera,nisiquierasusamigosymenossuhermana,quenecesitabaayudaparasubiraunescenario.Asíquehabíamosquedadocomofurtivos,loquehizodelacitaunencuentromásinteresante.Esa tardedediciembreel solasomabapor loscúmulosdenubesnegrasque

presagiaban una gran tormenta. Nos vimos junto al gran roble, con un Stevedesconocido para mí. A pesar de su sonrisa de dentífrico y su optimismo araudales,destilabamiedoyaprensiónporelreto.Porlovisto,setratabadeun

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encargodesuentrenadorquenopodíarechazar.Unaobracuyarecaudacióniríaalabeneficencia,peroqueaSteveleaterraba.Noeracapaznidememorizarlatabla del dos, ¿cómo iba a acordarse de su papel enCuento deNavidad, deCharlesDickens?Lo que recuerdo de esa tarde es que ayudé y tranquilicé a Steve, que pudo

asimilaralgunaslíneasdesupapel,loquelesirviódealivio.Estabatancontentoque me dio un beso, y por primera vez, las gracias. Parecía esa tarde mástranquiloymaduro.Otrapersona.Aunquelaverdad,yoapenasconocíaaSteve.Solohabíaconocidosu facetadechicopopulary fanfarrón.AlStevemiedosoporelfracasooelridículo,alStevehumanoquereflejabalímiteslingüísticosycomunicativos, no lohabía conocido aún.Fueparamíuna tardepreciosa.Mesentíafeliz.Estábamoslosdostanensimismadosporsusprogresos,queíbamosdelamanoporelcampusycuandoquisimosdarnoscuenta,estábamosfrenteala biblioteca, dondeStela,Brenda y compañía, nos observaban.No sé cuál seveía peor, si la cara deStela o la deBrenda.A la hermanadeSteveyono legustaba,nosabíaporqué,perodesdeluego,alvermeconsuhermanoselotomófatal, aunque no perdió su compostura. La cara de Brenda en cambio, setransformóenladelmuñecodiabólico.Ahímedicuentadelocoladaqueestabatambién ella por Steve. Con toda seguridad, había soportado a Stela y sushumillaciones por estar cerca de él y conseguir lo queyo ahora disfrutaba: surespetoysuagradecimiento,puesnopodíaconsideraramortodavíasuatracciónpormí.Mellegóadarpenauninstante:alpensarquépasaríapormicabezasiyoestuvieseensulugaryencontraraamipríncipedelamanoconotra…—¿TúnoestabasconRonald?—escupió,sinpoderseaguantar.Sucaracada

vezestabamásrojadeira.—Yavesqueestachica juegacon toda labaraja—sonriócondesdénStela,

queleechóunamiradaferozasuhermano.Peroesteaguantófirmeysiguióconsusonrisa,sindejarmimano.Lassaludó

desdelejos,yseguimosnuestrocamino.Esatarde,Stevemeinvitóamerendarun batido de chocolate y unas tortitas, que él devoró con ansiedad y que yoapenas podía tragar de lo entusiasmada que estaba con su presencia.La gentenos miraba en la cafetería, muy frecuentada, por lo general, por losuniversitarios.Yoestabaenellimbo.SentíaqueahoraeramásmadurayqueelStevehumanomecaíamejorqueelsemidiósquemehabíaforjado.Alconstatarsus debilidades terrenales, yo me sentía ya más segura en la relación. Yahablábamos—detemasinsustanciales,sí—,sinqueélfueraunmonosílabodedospiernasyyolatontadelasrisitas.

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Demasiadobonitoparaquedurara.Cuandosalimosycruzamosdenuevoelcampus,parecíaquehabíasurgidode

prontounaactividadenfebrecida.Alguiensehabíadedicadoadecorarárboles,farolasypostesconunmontóndehojas.Seescuchabanrisasyalgarabía.Nosacercamoscuriososparaverquéocurría.Mequedédepiedra.Elcampusestabaempapelado con la fatídica hoja que los «pringaos» habían usado parachantajearme:allíestabalafotodelaJuliemásespantosaquehubieseenvida,conlasonrisatontaplagadadebracketsylaodiosanotitadeJulieamaaSteve.Esteesmiteléfono.Llámame”.—¿Qué?,¿quéesesto?—preguntóSteve,aúnsonriente.Labrujadelaescobaapareciócomoporensalmo.—EstuqueridaJulie,queyahaconseguidoloquequería:echarteellazo—

dijoconmuymalababaBrenda.—Pero,pero…—balbucí—,¿dedóndehabéissacadoeso?Yo…Stevememirabaaterrorizado.Sabíalopocoquesoportabahacerelridículoy

me temí lo peor.Me soltó lamano, comoquien suelta a una anguila.Cuandoempezóaescucharlasrisasyaveralagenteseñalando,seacabósusonrisaysugalantería.Ahoraparecíaenfadado.—Julie,¿cómopuedeshacermeesto?Esunabromademalgusto.Sabesque

soyalguienimportanteenlauniversidad,elmejorjugadordelequipo,¿quieresquemiscompañerosyamigosseburlendemí?¿Esoesloquepretendes?—No,no…deverdad,Steve.Nohesidoyo.—Esaerestú,¿no?Lahasusadopararidiculizarme…creíqueerasunachica

seria,queerasdiferente.—Steve,yo…Nomedejóexplicarmeysemarchó,enfadadoyavergonzado.Noloentendía.

Durantelatardehabíasidounchicoencantadoryahora,noqueríasabernadademí.Stelaapareciómuertaderisa,consusotrasamigas.—Yasabíayoquetramabasalgo.Noquieroqueteacerquesamihermano,o

sabrásloqueesbueno.DalasgraciasaBrenda.YomiréaBrenda,quemesacólalenguayserio.Yaibaachispadaaesahora

delatarde.Stelaysusamigassemarcharon.—Meencontréelpapelitoenelcuartodemihermano.Eresunazorraquese

lomerece.QueríasquitarmeaSteve,¿eh?EncimahaciéndotepasarpornoviadeRonald.Medasasco, Julie.Peroahoraeres tú laquevasadar ascoa toda laciudad.

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Ysefueentrerisasdehiena.Yomemarchétambién,llorandoysintiéndomeelobjetivodetodaslasmiradasylascarcajadas.Esatardeparecíaestartodalauniveresidad en la calle. Todo elmundomirando esa foto y esemensaje quedesnudabanmialma.Cogíelcocheymefuilomáslejosquepudedelcampus.Nopodíaquitarmelamiradadelagenteysusdedosacusadoresdeencima.Enunpubapartadomedediquéabeberparamitigarmipena.Derepente, todosehabía derrumbado.Me sentía culpable de haber hechodaño aSteve, aWill, aRonald…amuchagente.PuesyanimisamigasNicoleySandramellamaban,alcreerqueestabaconlapandilladeStela.Enfin,hiceloquenosedebehacerunatardedediciembre,antesdeNavidad,cuandounatienequecogeruncocheporlanoche:irborracha.Entre mi estado emocional y el etílico, lo siguiente estaba mascado: yo no

parabadellorar.Mehabíacompradounabotelladebourbonquellevabaenunabolsadepapelydelaqueseguíadandotragos,mientrasintentabareconocerelcaminoamicasa.Paracolmo,latormentaquesepresentíaporlatarde,descargócontodasufuriaenelmismoinstanteenqueconducía.Unrayodioaunárbolcercano, que cayó.Yogiré de formabruscapara esquivarlo, chocando conuncoche que venía de frente. El impacto fue brutal. En el otro coche viajaba unmatrimonio maduro que volvían de cenar con sus hijos. Ambos resultaronheridosdegravedad.Yo también.Dehecho,estuvecasiunañoencomaymepaséotroscuatroderehabilitaciónenelhospitalRonaldReagan.Perdíelcursoylasexpectativasdeterminarmicarreraconméritos.Adiósaldoctorado.Mihermanoseportóbienenesaocasión.Cuandoyasalídelcomayseguía

postradaenunacama,metraíaapuntes,librosyencargosqueyolehacía,parapoderseguirconmisestudios.Tuve quematricularme por correspondencia. Terminé un año después de lo

previsto,connotasrasas,entreejerciciosderehabilitaciónenelhospitalyvariasoperaciones.Apenaspodíaestudiarni estabamicabezaparahacerlo.Todomiuniversosevinoabajo.Nosololosestudiosymicarrera.MisamigasNicoleySandraalprincipiovinieronaverme,luego,fueronespaciandoyacortandosusestancias. Tres meses después de estar encamada en el hospital, salvo mihermanoymifamilia,nadiemásvinoavisitarme.¿Quiénqueríaestarconunainválida?¿Estarenunhospital,mientrastodounmundohervíadevidaafuera?Los«pringaos»vinieronavermeenalgunasocasiones.Parecíanconsternados,sobretodoJohn,queintentódisculparseporloquehizosuhermana.Mesuplicóque le perdonase, ya que él no se acordaba de conservar aún el papel de mi

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desdicha.¿Quépodíadecirleya?NiRonaldniSteveaparecieronnunca,niporsupuesto,BrendaniStela.Misproblemaslejosdedesaparecer,aumentaron.Apenashabíamejoradoyya

hacíaalgunosejerciciosenelhospitalparapodercaminar,recibílanotificaciónjudicial.Laparejaquehabíasufridoelaccidentemedenunció.Ynolosculpo.Yo ibaborracha.Pormiculpa,ellasequedócasiparalíticayél falleciómesesdespuésaconsecuenciadelasheridas.Mepedíanunaindemnizaciónmillonariayestabaauntrisdeirademásalacárcelcuandomecurara.El juicio se celebró apenas pude salir del hospital.Me valía demuletas, al

igualquemidenunciante,unamujerdeunoscincuentaytantos,rodeadadesushijos, sus nietos y su familia. Una familia que había perdido al padre pormiculpa. A pesar de todo, no se ensañaron conmigo. La juez me amonestó conseveridadymerecordólospeligrosdeconducirebria.Memandóauncentrodedesintoxicación,apesardequeyonoerabebedorahabitual;laindemnizaciónseredujo a un precio más razonable, pero igualmente elevado para mí. Todo eldineroquereuníparamifuturodoctorado,máselquetuvoqueponermifamilia,rehipotecandolacasa,fueacubrireldesastre,juntoalquepagóelseguro.Porúltimo,mecondenaronarealizarserviciossociales,enlugardelacárcel,paramialivio.Elegí dar clases enbarrios y zonasdesfavorecidas, con las sobras del sueño

americano.Chicosychicasque,porno tener,no teníannidignidad.Fueduro,aunque aprendí mucho. Yo me transformé también. Dejé mis sueños deadolescente y entré de golpe en la órbitamás amarga de los adultos.Dejé depreocuparmeduranteañosporloschicos.Bastantesufríayaconintentarandaryrehacermivida.IwanttobreakfreedeQueenparecíahechaparamí.Pude terminar mis estudios y graduarme sin pena ni gloria. Mis primeros

trabajosmellevaronaalgunospueblosdelacostaoesteyaconocer,loqueaquíllamamos, la«AméricaProfunda».Mividadejóelglamour, lamúsicayhastafuiajenaaloqueocurríaamialrededor,puesdurantemihospitalizaciónyluegomienclaustramientoenpueblos lejanos,perdíunapartedelmundoreal.Yanosabíaquiéndespuntabacomocantante,quépelículaarrasabaenlastaquillas,quépeinadossellevaban,cuáleralamodaoquéhabíaocurridoenlosúltimosdiezaños.Diezañosdemividaquesemefueroncomoenuntorbellino.Hastaqueun

díamedieronpor fin un traslado.Me tocó ser profesora en el institutodondehabíamosestudiadomihermanoyyo.Quéironíasdelavida.ConlograndequeeraEstadosUnidos yme tenía que tocarmi viejo instituto,mi antiguobarrio,

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cercanoalcampus.LaotraJuliesehubieraaterrorizado,lanuevayanoesperabanadaquetemer:yalohabíaperdidotodo.Así que volví al epicentro de lo que fuemi vida antes del accidente.Había

pasadomuchotiempoyestarallímeparecíaahoramejorqueinclusoloslugaresenlosqueenseñé,quefueronparamícomouncampodeconcentración,enlosque mi vida estaba expuesta a cada paso. Los Ángeles resultaba demasiadoextenso para imaginarme como una prisionera, tal y como me sentía en losvillorriosagrícolasquerecorrí,améndelosdistritosdemalamuertequemetocóenmistareassociales.

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Magnoliasdeacero

Mefuiaviviraunpequeñoapartamentocercanoalinstituto.Noqueríavolvera casademispadres, aunquemeofrecieronmi antiguahabitación.Necesitabaromperconelpasadoyempezardecero.Enelinstitutonadiesabíaquiénfuelajoven Julie. Ni falta que hacía. Chicos y chicas nuevos con sus propiosproblemas.AllímehiceamigadeRosalind,unaenormeyalegreafroamericanadeKentucky, que era el cascabel del claustro. Trabajaba en la administración,peromesentíamáscómodaconellaqueconelrestodelosprofesores.Presumíadeunasuñaslarguísimasquesepintabadefuertescolores.Nadaenellapasabadesapercibido.Ni suspeinadosni su ropa.Helen, la profesoradematemáticasfue también un gran apoyo, aunque al principiome pareciómuy estirada. Ibacasisiemprecontrajedechaquetayfalda,yungranmoñopeinadoconestilo.Susgafasibanajuegoconelcolordesupelo:caobarojizointenso.Loshombresnomeinteresaban.Losprofesoresengeneral,meparecieronalgodesganadosypocoatractivos.Para mi desgracia, entre los años que pasé en el hospital y luego en

rehabilitación, mi juventud se fue sin que como dice la Biblia, «conocieravarón». Por mi mente seguía atormentándome el Like a Virgin de Madonna.Ahorameparecíayademasiadotardeparaempezaraamar.TrasmidecepciónconSteve,loshombresmeatraíanloqueuncocodrilo.Encambio,amihermanonolehabíaidomal.Sehabíacasadotresveces.Su

paso por elClub de losCaballeros le había pulido de tal forma, que se habíaconvertido en un verdadero gentleman. Con sus canillas incipientes y su aún,irónicapersonalidadysusorejillas,semejabaunClarkGable,unimánparalasmujeres. Cada una de sus esposas era más rica. Sobre todo, la última, unaitaliana que poseía incluso títulos nobiliarios. Fuemi hermano el alumnomásaventajado delClub.Ahora vivía enRoma yme llamaba con frecuencia parasaberdemí.

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TampocolehabíaidomalaNorman.SehabíaacabadocasandoconmiamigaNicole. No sé si el flechazo fue el día que se conocieron en la fiesta deHalloween o en las pocas veces en las que coincidieron al visitarme en elhospital.Peroelcasoesqueestabancasadosyteníandoshijos.Loúnicomaloes que Nicole había cargado con la madre de Norman Bates. Eso me hacíasonreír, pues era como una venganza en frío, ya que siendoNicole tan amigamía,medejótiradacuandomáslanecesitaba.Losgemelosestelareshabíandescubiertocaminosdistintosyvivíanenestados

diferentes, conocupacionesdispares.Nadie lohubiesecreído,porqueparecíaninseparables.SuhermanoRonaldsehabíahechopolicíacomosupadreyvivíaahoraenSanFrancisco.Pormihermanosupequesehabíacasadoydivorciadodosveces,yqueteníaunahija.John sehabía convertidoenunprometedor informáticoquevivía enSilicon

Valley. Estaba prometido a una joven, por lo visto, muy guapa y tambiénempleada en elmundo de los bits. John había dejado sus eternas camisetas ycamisadecuadrosparaenfundarsetrajesalaúltimayadornarseconlosúltimosgadgets cibernéticos. Parece quemis clases le habían ido bien. No ocurría lomismo con su familia. Su padre fue acusado de estafa financiera y fue a lacárcel.SumadreysuhermanaBrendavivíanahoramodestamenteenFlorida.Élno quería saber nada de ellas, y lo comprendo, pues por lo visto no habíancambiadosusínfulas.Ahoraélvivíasuvidasinsentirseamedrentado.DelpobreWillnosabíanada.SuspadresdejaronsucasadeLosÁngelesyse

trasladaron aLondres.Yodeseaba en el fondodemi corazónquemehubieseperdonado.Yahabíapagadoconcrecesmimaldad,aunquetalvezélnisiquieralosabía.Ningunodeloschicoshabíapodidocontactarconéldesdeelsucesoynuncapudedisculparme,aunquefueseporcarta.Seclavócomounaespinaenmiconciencia.Prontocaptéporpequeñosdetallesyporlaspocodiscretasobservacionesde

Rosalind,queeldirectordelinstitutosesentíaatraídopormí.¡Loquemefaltabaenesaépoca!Noesquefueseuntipomaloofeo.Enrealidad,elseñorColesepodíaconsiderar,porasídecirlo,apuestoasumanera.Algoatildadoysevero,peroeleganteybastantemayorqueyo.MerecordabaaChristopherLeecomoelcondeDrácula.Poreso,sualturaysuafiladamiradameponíannerviosa.Nosésiporeseinterésqueyointuíaoporqueeramijefeyyonoestabaenmimejormomentoentonces,llenademiedos,frustracioneseinseguridades.De momento, me refugiaba en mi apartamento, que adorné cuál nidito de

grulla, para sentirme resguardada del mundo. Completé mi vida con mi gata

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Tina,nombrequelepuseenhonoraTinaTurner,cuyopósteradornabaunodelos pasillos. Otros cantantes y actores rodeabanmi pequeña vida entre cuatroparedes, convertidos enmi vínculo, mi cordón umbilical con la juventud queapenashabíadisfrutado.Lejosdeallí,yofingíasercomoelgranitoyvivíasolopara el trabajoymis pequeñas aficiones, como recorrer enbici el paseode laplayadeSantaMónicaoiralembarcaderodeManhattanBeachaverlasaguasgrises, como me parecía mi vida entonces. A veces, me acompañaba mihermano, que vino a verme tras dejar a su mujercita en Italia, y comíamoscangrejosypatatasfritasenElPolloLocodeVeniceBeach,conversandosobreél,porquetodoparecíagiraralrededordesupersona.Sehabíaconvertidoenunhombremundano,derisafácilyquevivíaunavidaplena,quesaboreabadíaadía.¡Cómohabíancambiadolastornas!Pero también obtuve mis compensaciones. Mis nuevas amigas, Rosalind y

Helen fueronmi tabladesalvación.Lasúnicasqueconseguíansacarmedemiapartamento ymi rutina. De vez en cuando, hicimos cortas escapadas a otrasciudadeseinclusoaotrosestadoscercanos.Fueronmomentosdeliciososymuydivertidos. Solíamos ir de compras juntas, sobre todo a las tiendas de la calleTercera en SantaMónica, a las boutiques de Abbot Kinney (aunque en estasúltimas solo a mirar), o al bullicioso mercado de San Pedro, y a comer enalgunas ocasiones. Rosalind contagiaba con su alegría y su ánimo siempredispuestoalarisafácilyalavida.Heleneramásdiscretaytímida,peroconelladisfrutédemuchasvisitasamuseosyexposicionesquenohubieraaguantadolavitalidad deRosalind.Representaban, en sí, dosmujeres que complementaronmividaymesentíamuyafortunadaporhaberlasconocido.Parecíaquesiemprehabíamossidoamigas.Yeneltrabajocontabaalfinconunapoyomoral,entretantoprofesoryprofesorapendientedeescalaryseñalarmiserrores.Creoqueelhechodequenohubiesecursadolacarreraenunafacultad,sinoenunhospital,porcorrespondencia,parecíamenguarmitítuloyfacultadesasusojos.Loschicosquemetocaronnoresultarontampocomalos.Algoalborotadores

en clase, pero ¿qué adolescente no lo es? A pesar de todo, no sufríamos losproblemas que padecían otros centros donde se habían colocado vigilantes eincluso detectores de metales, por la afición de llevar armas entre muchosestudiantes.Demomento, al nuestro no había llegado esa ola escalofriante deviolenciaqueparecíacontagiaralrestodelosinstitutos,reflejodeunasociedady familia cada vezmás carcomidas. Lo que sí notaba es que los chicos de lanueva generación salieron más precoces en todo, hasta el punto de que lasBrenda,StelaypringadosdeantesparecíanBambialladodealgunosdeellos.

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Mi apacible y rutinaria vida se vio de nuevo sacudida de forma imprevista.Para mi asombro, una de las veces que acudía a la cafetería del centro, meencontré con Brenda. Arreglaba una serie de papeleo ante el mostrador derecepción.—¡Brenda!—mesalió,amipesar.—¡Julie!—¡Quésorpresa!¿Quéhacesaquí?—Esomismoibaapreguntarte.Yotrabajoaquí.—¡Québien,seremoscompañeras!—¿Quéquieresdecir?—preguntéalarmada.Jasmine,laafroamericanaqueleatendíahablóporella.—Vaatrabajaraquícomomonitoradegimnasia.—Creí quemedesplomaba.Loúltimoquequería en elmundo era volver a

soportaraBrenda.—¡Esestupendo!,¿noteparece?Julieyyosomosamigasdesdelauniversidad

—explicóaJasmine,quepusocaradeasombro.Lo de que éramos amigas suponía un calificativo muy generoso, por así

decirlo. Estaba indignada, no podía creer que me tocara tan mala suerte. Detodoslosinstitutos,teníaqueacabaraquí.—Memarcho,empiezanmisclases—contesté,auxiliadaporelsonidode la

campanaqueanunciabalahora.Brenda se despidiómuy simpática, con un saludo demano y sonriendo sin

parar.Luego siguió con su trajín de papeleos y yome fui sinmirar atrás.Mequedóel regustodeunaBrendamás regordeta,conampliosparchescoloradosen lasmejillas (suponía que de su afición al alcohol) y su sonrisa zorruna desiempre.Esedíaapenaspudeconcentrarmeenclase.LuegofuiaceleradaaveraRosalindquetrabajabaenadministraciónparasaberaquéclasededesastremeenfrentaba.—EstáaquíparasustituiraCora,quesehajubilado.—¿Quieresdecirquesequedaaquíparasiempre?—Tranquila, está en período de prueba. La envían del Servicio de Empleo.

Estabaenparoyreuníaelperfil,esoestodo.—¡Nopuedocreerquehayaacabadoaquí!—Loquenoentiendoesquefueseiscompañerasdeclase.Ellaporlovistono

ha terminado sus estudios y gracias a su antigua hoja de deportes puede estarcomomonitora.Noganarámucho,Julie.—¿Y quéme importa amí lo que gane?Yo solo quiero que se vaya. Solo

compartimosunos instantesdemivida comoanimadorasdel equipode rugby

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universitario y…—los fantasmas del pasado surgieron como por ensalmo yvolvíavermeenelcésped,juntoaSteve,elprimerdíaquenosconocimosyqueviaBrenda,aunquede forma tanbreve,queapenas lamiré.Ambashabíamoscambiadoynoamejoraunque,adecirverdad,paraserellauncaballoganador,confamiliaricaytodaslasoportunidadesdelmundo,nohabíaterminadobien.Ahoraocupabaunpuestobastantepordebajodelmío,peroesonomehacíamásfeliz, pues me recordaba también que yo había perdido mis sueños de serprofesora de universidad… Y mis sueños de haber formado una familia conSteve. Steve… ¿Qué sería de él? ¿Dónde estaría? Y lomás importante, ¿conquién estaría? De pronto caí que la mejor fuente de información podría serinclusoBrenda.Sinembargo,detestabahablarconellaymuchomenos,deesetema.Esa noche viendo la tele me tragué el vídeo Last Christmas de Wham.

AcurrucadaconmigataTina,abríunabotelladevinotinto,unregalodetiempoatrás,ymeservíunacopa.Losviejosfantasmasvolvíanaaparecer.

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Esqueletosenelarmario

Alobservarmiánimodurantelasemanasiguiente,misbuenasamigasHelenyRosalind, me acorralaron una tarde, antes de irme a casa. Nome quedómásopciónqueacompañarlasalacafeteríayahímedesahogué.Vomitétodoloquemehabíaocurrido,misdeseos,misinstantesinsensatos,mifiebreporSteveynoahorréningúndetallehumillanteamiscompañeras.Ellasmeescucharonensilencio,muyserias.Cuandoterminé,semiraron.Yo

lancéunsuspirodedesahogo.Porfinhabíapodidovolcartodasmismiserias.Elhechoderevivirmisbuenosymalosmomentosfueparamímejorquediezañosdepsicoanálisis.Mesentíaaliviada,aunquenadapodíacambiaryalascosasnimissentimientos.—Menudapapeleta—soltóporfin,Rosalind.—Ya esmala suerte que Brenda haya caído aquí. Si casimemuero con la

noticia de que me asignaban mi antiguo instituto tan cerca del campusuniversitario,imaginaosquésentíaldescubriraBrendaenelvestíbulo—Claroque sí.Tenemosquehacer algo.No tepreocupes, Julie, nosotras te

ayudaremos—señalóHelen,cuyapreocupaciónhabíamarcadodostenueslíneasensuentrecejo.—Mira,muñeca—dijoRosalind,cogiéndomelasmanos—,esaBrendanote

vaafastidiarmás.PalabradeRosalind—bufó,mientrasapretabaconfuerza—:te aseguro, como responsable de personal, que como se pase así un poquitocontigo —y señaló su límite con sus dedos, portadores de unas increíbles ylargas uñas curvadas y pintadas de negro y topos blancos—se va a la calle.¡PobreJulie,loquehasdebidopasar!Aunque no quería su compasión, el interés sincero de mis amigas por mi

bienestarfueparamícomounbálsamoredentor.Porprimeravezenesoslargosquinceaños,llorécomounamagdalena.Paraanimarme,mellevaronesanocheauna discoteca muy animada en Santa Rosa que aún conservaba aires

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«setenteros».Mientrasellasbailabandescosidas,inclusolapragmáticaHelen,yome acerqué a la barra para pedir un poco de agua, puesme sentía acalorada.BoneyM.sonabaconfuerzaenesediscopubllenodepuretas«enchaquetados»,reciénsalidosdeltrabajo,comonosotras.—Señorita, la invito a una copa —me ofreció un caballero sentado en la

esquinacurvadadelabarra.Aparentabaunoscuarentaytantosaños,yllevabaeltrajearrugado,lacorbata

descompuestayunacalviciequearrasabayasusimpáticosemblante.—Gracias,nobeboalcohol.—Esoestábien.Yotampoco,peroaquí,¿quéotracosasepuedehacer?Elcamareromeentregómibotelladeaguamineral.—Unachicasana—agregó.Senotabaquequeríaconversación,sinembargo,yonoestabaporlalabor.—Mevoy,misamigasesperan.—Sí,esoesloquedecístodas—saltó,tragandounsorbodesucerveza.Meibaamarchar,aunquealverlosentílástimadeél.Seveíaaleguasqueera

un«pringao».Quehabíasidoun«pringao»ensujuventudyqueseguíasiéndoloen su madurez. Sentí una leve punzada al recordar otros tiempos y decidísentarmeconélpara,almenos,escucharle.—¡Vaya,estosíquenomeloesperaba!—soltósorprendido.—Buenohedecididoquepodemoshablarunpoco.Estoycansadadebailar.—No,no…esoyanoesparamí.Siemprehesidounpatosobailando,¿sabes?

Enrealidad,siemprehesidounpatosoentodo…—Vamos,noseatanduroconsigomismo,seguroquenoesparatanto.Algo

habráhechobien.—Esustedmuyamable.Yademásesguapa,aunqueestá…porasídecirloy

sinánimodeofender,¿eh?,estáalgodescuidada.—¿Descuidada?—Sí.Esaúnjovenyvistemuymayor,supelo…buenoesmuybonito,pero

novaarregladanimaquillada.—Ni falta que me hace—señalé algo agria—. Acabo de salir del trabajo,

comopresumoquelohahechousted,porellamentableestadodesutraje.—¡Oh,ah,sí,touché!Yaledijequenoqueríaofenderla.Loquequeríaseñalar

es que es usted muy joven y bonita para estar aquí. ¡Seguro que cuenta concientosde admiradores!Yoencambio,yave…soyundesastre.Meacabodedivorciar.

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Esafuelapalabramágica.Apartirdeahí,elpobrehombrenohablómásquedesuexmujer,desudivorcio,desushijos(deloscualesmeenseñófotos),yasísiguiósinparar,relatandosuspenas.Encontróaunatontaquesehabíaacercadoporlástimaaescucharle.Unahoraymediadespuésyamedolíalacabezadeoírlohermosa, listayestupendaqueerasuhijadedieciochoaños, laniñadesusojos.Yonosabíaquédecirparaescapar.Menosmalquemisamigassecansaronpor findebailarymesacarondeallí.Medespedíprecipitadaparanodarle laocasióndequemepidieraelteléfonoymefui«porpatas»,mientrasélcolocabalasfotosdesucarterayapurabasubebida.—Perohija,¿porquéperdíaseltiempoconeseespanto?—medijoRosalind,

queactoseguidoparóuntaxiconunpotentesilbido,dignodelmejorvaquerodeKentucky.Duranteeltrayectolespregunté:—Chicas,¿creéisquesoydesaliñada?Lasdosenmudecierondepronto.—¡Claroqueno!—megritócantarinaRosalind,ymediounafuertepalmada

enlapiernaquecasimedescuajaringa.—No obstante, podrías cuidarte más —añadió Hellen, bajo la mirada

reprobadoradelamatrona«kentuckiana».—Oídococina—lesdije,siendolaprimeraenbajarydespedirse.

Esa misma semana no dejaron de ocurrirme sorpresas. Thomas, el tímidoprofesor de historia, me invitó un día en la cafetería de los profesores a uncapuchino.Nosabíacómohabíadescubiertomidebilidad,perolociertoesquetuvimosunacharlamuyagradable.Descubríasí lagranpersonaquehabía trasesaslentesdehombreesquivo.Nisiquierasepodíaconsiderar«feote»,aunqueparecía tan apocado, que su presencia semejaba la de un fantasma. Solo alconocerle mejor, descubrí a una persona brillante y con un gran sentido delhumor,escudadobajocapasdecorazas,comounescarabajo,deaspectoduroporfueraytiernopordentro.Tambiénperdíapeloamarchasforzadas,apesardeserrelativamente joven, luciendo una tonsura craneal, propia de un cardenal delVaticano.Endefinitiva,resultabaunhombremuyagradable,apesardequesololo veía como un amigo y no podía sentir hacia él algo distinto, ni lo sentiríajamás.Encambio,conelpasodeltiempo,élsímemostrósussentimientos.Yonoqueríahacerledaño,mastampocomentirle.Noselotomómuybienytrasmirechazosevolviómásdistanteyfrío,hasta

elpunto,dequeaveces,meesquivabaydejódeapoyarmeenlosclaustrosde

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profesores.¿Porquéseacercaríanamítodoslosfracasados?Aestoseañadiólainvitaciónacenarquemehizoundíaeldirector.Aunque

quise negarme, el señor Cole no aceptaba un no por respuesta yme dijo quehablaríamosdetrabajo.Lacenafuetensaparamí,sobretodo,enelmomentoenque cogió una de mis manos. Hasta entonces, había seguido su papel deimpávidoaristócrata;en lospostres, seconvirtióenelcondeDrácula.Medijoque sentía algo especial pormí, queme consideraba una profesoramagnífica,queteníaojosdegacela,queparecíaunamujerdecente,yunaretahíladecosasmásquenorecuerdoporlaofuscacióndelmomento.Yorescatémimanodelassuyas,meaferréa laservilletabajolamesayfui

sincera.Otroerrormáscon loshombres, segúncomprobéenmivida.Cuandouna no correspondía con sus sentimientos, se volvía ante sus ojos como unapérfidataimada,quemaltratabasuego.ElseñorColemeescrutóconsusfríosojos.Medijo«muybien»,cerrólacartadelospostres,pagóynosfuimos.Nosuplicó una segunda oportunidad ni volvió a hablar hasta que me dejó en lapuerta demi bloque de pisos yme dio las buenas noches. Con su imponentealtura y la oscuridad reinante me pareciómás una frase amenazadora que unbuendeseo.Asídeestaforma,conseguífamadeestirada,defrígidaydeestúpidaenmi

trabajo.El ambiente se volviómáshostil, aunque amí yamedaba igual.TansolomepreocupabaqueBrendahablaratantoconThomas(coincidiendoconelpuntoálgidode sudistanciamientohaciamí).Suentradacoincidióasímismo,con la sensaciónmás que real de quemucha gente dejó de saludarme por lasbuenasydenotaramischicosmásrevoltososconmigo.Noquisepensarmalydecidícreerquesetratabademerascoincidencias,perosialgosabíaseguroesqueBrendaerapeligrosa.Muypeligrosa.

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Labomba

Ni siquiera la aparición de Brenda y sus malas artes me provocaron tantaconmocióncomolainesperadallegadadeotroesqueletodemiarmario.Yaestábamosenelsegundotrimestredelcursocuandoelcentroincorporóa

un nuevo profesor que sustituía lamarcha deMartin, el profesor de gimnasiamasculina,quesemudabaaMinnesota,suestadonatal.Recuerdoquecruzabalacanchadebaloncesto,cuandovialnuevoentrenador

que hablaba con un grupo de chicos. Estos se marcharon con la pelota y elprofesorcomenzóaanotarensucarpeta.Lagorraletapabapartedelrostro,peromeparecióveralgofamiliarenél.Alpasarcerca,levantólacabezaymirésusojos.Meresbalédelsustoycaíalsuelo.—¡Steve!—¡Julie!PorqueeresJulie,¿no?—dijosonrienteyayudándomealevantarme.Mifaldablancaplisadaquedóhechaundesastre,aunquenotantocomoyo.—¡Quédetiempo!—medijo—.Apenastehereconocido.—¿Quéhacesaquí?—lepregunté,sinpoderhablarapenasdelaimpresión.—Soyelnuevoentrenadordeloschicos.¿Quéteparece?Yvolvióa sonreír.Lucía lamismasonrisadeantes, salvoqueyaalhacerlo

irradiaba pequeñas, pero profundas arrugas alrededor de sus ojos. Descollabaunaincipientebarriguita,unidaalcarmíndesusmejillasypartedesunariz,queanunciabansugustoporlacerveza.Alquitarselagorrayenjugarselafrenteconelantebrazo,descubríquesuotroramelenacardadaybiencortadaacapaseraahorauncorterasoacepillo,quedisimulabasusyapronunciadasentradasylacalvacardenalicia,queparecíaunvirusentreloshombres.Porlodemás,estabaen buena forma física y seguía con una dentadura perfecta e inmaculada. Sinembargo,vienélelespejodelosañosysupongoqueaélleocurrióigual.—Vaya,vaya,¡quépequeñoeselmundo!Yonosabíaquécontestar,puesmehabíaquedadomuda.

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Gracias a la aparición de otro profesor de gimnasia, pude dejarlo, casi enestado de shock. Brenda y Steve de nuevo a mi alrededor. Steve… Creí quenunca volvería a verlo. Despertaba en mí sentimientos encontrados. Por unaparte, volviómi ansiedady angustiapor losúltimos recuerdosvividos junto aellos.Porotra,medecíaqueeracosadeldestino.Quetalvezahorapodríamoscomenzar donde lo habíamos dejado… ¡Oh, Dios mío!, ¡qué mal me sentía!Creíaquemivida ibaaserunaruedaderutinay tranquilidad,ydepronto,seconvertíaenunanoria.Esa noche, cuando volví a casa, recibí un mensaje en el contestador: mi

hermano me invitaba a comer el sábado. Había llegado mi nueva cuñada deRomayqueríapresentármela.Quedamosenunode losmejores restaurantesdeBeverlyHills,elQuake.A

pesardequemepusemismejoresgalasnodejédesentirmefueradelugar.Todoera allí tan lujoso, la gente tan elegante y refinada… Incluso una orquestaamenizabalacomidaconunasuaveyrelajantemúsica.Enelcentro,unaestatuade hielo en forma de cisne, presidía una gran mesa recubierta con variasbandejas de dulces, frutas y tartas, distribuidas en distintos niveles. Ampliosventanalesdeestiloveneciano tamizaban la luz,a travésdevaporosascortinasquecaíandesdeeltecho.Nuestramesaincorporabaunadornofloraldecameliasy hojas verdes, con un bonito y discreto candelabro, quemi hermano decidióquitarparapodervernosmejor.Yome sentía cohibida. Ahora sí queme daba cuenta de que todomi look,

estabapasadodemoda.Hastaeltrajenegro,quecreíelegante,medabauntoquedeSeñoritaRottenmeiereneseambiente.Y,sobretodo,simecomparabaconmicuñada.Unamujeralgomásjovenqueyo,solounpardeañosotresmás, tanimpecable, que parecía cumplir veintipocos. Lucía una melena cobrizaespléndida, con ondas y bucles, adornada con unos estratégicos pasadores destrass. Vestía un magnífico traje verde esmeralda de pura seda, de corteimpecableyestiloeuropeo,queformabaunosestratégicosplieguesenelescoteyenlostirantes.Todaellaeraexquisita.Nopodíadecirquefueseunabelleza,puessurostroresultabaalargado,yaunquealta,tambiénsenotabaalgohuesuda.Perorespirabaglamourybienestarportodossusporos.Frenteaellayoparecíaunafotoantiguaenblancoynegro.Mihermanoestaba

tambiénmagnífico. Ibamuy elegante y susmodales, de lomás refinado en lamesa. ¡Cuántome alegré de quemis clases hubieran influido para bien en él!Creoque,sinellas,habríaacabadocomoeldivorciadodeldiscopubocomoelresentidodeThomas.

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Asíque,apesardequepaséunaveladaagradableyconocíaminuevacuñada,me sentí tanviejay fea en esemomento, que sufrí la sensacióndeque allí lapringadaerayo.

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Problemasencascada

Loquemenosmeesperabaentonces,yapesardeesquivaraSteve,esqueestemeinvitaraasalir.Helenfuetestigodesuabordaje.Mepillóenplenopasillo,enplenocambiode

claseyenplenaconversación.Noleimportóniellugarnilapresenciadeotraspersonas.Simplementellegóymeinvitósinmás,sindarmeocasiónaaceptaroarechazarsupropuesta.—Teesperoalasalida—medijoysefue.Helensequedódepiedra,pueseraunamujeraquienlegustabanlosmodales

ylacortesía.LarudezadeStevenolegustóenabsolutoyasímelohizover.—No estamos ya en el instituto como alumnas, Julie, no deberías consentir

quetehableytetrateasí.—Losé—señaléalgomosqueada.—Ademásesehombretehizodañoenelpasado.Nodeberíassalirconél.—Losétambién—contestésinmuchoánimo.SabíaqueaHelenno le faltaba razón,pero,porotraparte, al contemplar al

restodelpersonalyamímisma,noveíanadamejor.Lacampanilladeldestinoparecíadecirmequeaúnteníaunaoportunidaddeencontrarelamor.Encontraral hombre de mi vida. Aunque a esas alturas, yo no sabía si esas campanastocabanporSteve.A pesar de los buenos consejos de mis amigas y de mis propios temores

interiores, salíconSteve.Lopasébien.Nos reímos.Nosalióa relucirnuestraabrupta despedida ni nada desagradable como mi accidente o su enfadoconmigo.Tansolonosquedamosenelpuntodemisclasesdeartedramático.—¿Cómotefuelafunción?—lepregunté,comosifueraayer.—Undesastre—rio—.Ahoramepuedoreírdeello,aunqueconfiesoquelo

pasé fatal. No me acordaba de nada, improvisé y tal, pero al menos salió lafunción.

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Volvió a reír y yo con él. El hecho de que se riera de algo que le habíahumillado,me hacía pensar que habíamadurado y que ya ciertas cosas no leafectabantanto,comomeocurríaamí.Esoabriólapuertaaquesaliésemosmásvecesjuntos,aunquesiemprefueron

encuentroscortosyenplanamigos.Sinembargo,undíaenunodeellosmebesóenelcuello.—¡Steve,no!Estoeselinstituto.—¿Yqué?Nohaynadie.—Nospuedenver.Lasnormassonclarasyestrictas.—Vamos,Julie,túsabesloquepiensodelasnormas.Yme volvió a besar.Yo lo rechacé de nuevo, temerosa de que alguien nos

descubrieseenelpatioderecreo.—Oye,sitesientesincómoda,¿porquénovamosatucasa?Esqueyovivode

alquiler—sonrió—ynoesunantropropiodeunachicacomotú.Lainvitaciónerayamásseria.Poruninstantecallé.Sabíaqueesemomento

llegaría.—Estábien.Venelviernesacenar.—¡Estupendo!Ymebesó de nuevo, esta vez en los labios, cogiéndome el rostro entre sus

manos.Semarchócontentoalgimnasio,mientrasyovolvíalinstituto.Antesdeaccederaél,unasombrasecernióamisespaldas.—¡Oh,Julie!Vuelvesalasandadas.Parecequenoescarmientas.—¡Brenda!¿Meespiabas?—Stevenoesparati.—¿Quiénlodice,tú?—Lodigoportubien.¿Sabesquenoterminólauniversidad?—Lomismoquetú,¿no?Nosedejóintimidarporelarpón.—¿Sabes que ha estado los últimos años cortando césped y limpiando

piscinas?—Esonoesundelito.—Stevehaligadoconmuchasmujeres,peroningunasehaquedadoconél.No

losoportan.Además,esunborracho.—Yatenéisalgoencomún,¿no?AhíBrendasintióherida.—¡Esoesmentira!Laúnicaborrachaerestú,quematasteadospersonaspor

conducirebria.

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Brendalanzabatambiénarponesduros.—Yobebíesanoche,sí,peronobebodeformahabitual.Ymatéaunapersona

yherídegravedadaotra.Algodeloquemearrepientocadadíademivida.Terecuerdo,noobstante,quetúyStelameempujasteisaeso.—¡Encima vas a echarme la culpa amí!—se quejó, a la par que abría sus

oscurosojos,cercadosyaporbolsasyojeras.—¡Déjameenpaz,Brenda!Ymemarché,paranodarleelbofetónquedesdehacíaquinceañosguardaba

paraella.¿QuémeimportabaamíqueStevefueseahoraunfracasado?¿Acasoyonoloeratambién?¿Yquésiacumulabadefectos?Erahumano.Yotambiénlos tenía. Habíamos perdido un tiempo precioso de nuestra vida y estabadispuestaarecuperarlo.AsíqueeldíademicitaconSteve,ambientéadecuadamentelacasaconvelas

yflores.PusemúsicarománticadePaulYoung,consuEverytimeyougoAwayquemehacíallorarymearreglélomejorquesupe.Preparéunacenaligeraperoestupenda,conpolloasado,purédemanzanaychampán.Encarguéunpasteldechocolate—recordandolomuchoquelegustaba—y,porúltimo,mebebívariasinfusionesdevalerianaparasuperareltrago.PuedequeparaStevefueraunacitamás,peroparamíeralaprimeracitaen

serioenmuchosañosy,ademásseapoderabademíunpánicocrecientedenoestaralaaltura.Midebutenelamor,yelhechodehacerloconél,comosiemprehabía deseado, seme antojó por una parte un logro y por otra, una pesadilla.¿Quépodríapensaréldeunachicasinexperienciaalguna?¿Seburlaríademí?Estabaenlaedadpeligrosa,enladeJesucristo.Puedequeyanohubiesepuntoderetorno.Con estos temores y, no obstante, con alegría, recibí aSteve, quevenía con

una botella de bourbon. Eso ya me trajo malos recuerdos y me puso másnerviosa,apesardelavaleriana.Lacomidafuebien.Ambosestábamoscomosiensayáramos,intentadoparecertranquilos.Elpostreleencantó.—Julie,ereslachicademissueños.Y me besó. Yo me dejé llevar y por un instante, estuvimos besándonos,

primerodulcementeyluegoconpasión.Hastaelpuntodequemearrancódelasillaymecogióenbrazos.Seguíamosconlosbesos,cuandomellevóhastaeldormitorio. Me arrojó a la cama, haciendo huir a mi gata Tina que sesteabatranquila entre almohadones. Empezó a quitarme la ropa y entonces me pusecada vez más nerviosa. Cuando se echó encima y me abrazó, aún con los

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pantalones vaqueros, yo sentí queme ahogaba entre susmúsculos, aunque yamásmenguadosqueantes.—¡Para,paraSteve!Nopuedo.—¿Quétepasa,muñeca?—Nomehizocasoysiguióbesuqueándome,cada

vezconmásfuerza,hastaelpuntodehacermedaño.—¡Para,para,tehedicho!—braméyloapartécomopude,haciendopalanca

conbrazosypiernas.Stevecayóalsuelo,alotroladodelacama.Seirguióasombrado.—¿Quéocurre?—Vasmuyrápido.—Bueno,perdona,estabatansofocado…—Merefieroaquevamosmuyrápidoennuestrarelación.Esmuyprontopara

míahora.Necesitomástiempo.Apenasnosconocemos,¿meentiendes?—Nos conocemos desde hace años —contestó con gesto hosco. No te

entiendo,Julie.¿Esperaraqué?Soloesunpolvo.—¡Ah,sí,soloeso…!—mevineabajo.—Oye,notepongasasí.Yonotengolaculpadequeseasunafrígida.—¿Cómohasdicho?—¿Eresonounamujer?—meretó—.¿Quéocurrecontigo?,¿quiéncreesque

eres?Desdelauniversidaderasincapazdeirmásallá.—¡Necesitotiempo!—legrité.Yatelohedicho.Ynosoynadadeloquehas

dicho.—Está bien, me voy —dijo, mientras se levantaba y se ponía a la par la

camisetay los zapatos—.No séqué tepasa.Te crees superior, ¿no?Como túeresprofesorayyosolounentrenador…—No,Steve,noeseso…—lloré.Quise explicarle que me resultaba muy difícil afrontar de golpe una cita

despuésdeestarmediomuertatodosesosaños.Quisedecirlequenecesitabaquefuera más suave y despacio conmigo, que estaba destrozada por dentro ydesconfiabahastademímisma,peronomeescuchó.Sefueenfadado,dandounportazo.Medoliósuactitud.Sentíquesolohabíaqueridoutilizarmeyquecuandono

le di lo que quería, simplemente me dejó. Ni un asomo de verdadero amorvislumbréensusactos,tansolointerés.Lloréconamargura.Nopormí,sinoporlajovenJuliequehabíamuertohacía

tantotiempo…

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Elescorpióneneljardín

NotardéensincerarmeconHelenyRosalind.Noteníaconquiénmáshacerlo.—¡Oh,Julie,cuántolosiento!—selamentóHelen,abrazándome.Rosalindmepasóunpañuelodepapel.—Olvidaaesepingajo.Noesdignodetuamor.—Esverdad.Heamadoaunespejismotodosestosaños.¡Quétontahesido!—Noeres tonta—dijoRosalind,quebalanceabasuvoluptuosocuerpoen la

reprimenda—esquetieneslavendadelosenamorados.Porfinsetehacaído.Loquedebeshaceresnopensarmásenesetipo.Haycientosdehombresporahí,máscomprensivos,másguaposymássolventes.Rosalindsiempretanpráctica.—Debes creernos, Julie. Te tratómal.Un hombre conmás tacto se hubiese

dadocuentadetuproblema…¿sedisculpóacasoporloquetehizoañosatrás?—No—dijellorosa,moqueandoenelpañuelo—.Nuncahablamosdeello.—¿Loves?—contestóRosalind,alaparquegesticulabaconsusuñasdeFu

Manchú—.Mira, tequedantodavíaunosdíasdeasuntospropios,antesdequetermineelaño.Todoelmundoloshacogidomenostú.—Perotengoquedarclases.—Lapróximasemanano.Eslasemanablanca—añadió,conlamiradaseria

deunamadre.—Claro,Julie—confirmóHelen—.Loschicossededicanalteatro,arealizar

experimentos,adisfrutardelibertaddeacción.Nohayexcusa.Yomequedarécontuclase,alfinyalcabo,todossemezclan.—Deacuerdo.Creoquemevendrábienundescanso.Yesohice,metomélibreeljuevesyelviernes,ymedediquéahacerloque

másmegustaba:visitarmuseosypasearpormisplayaspreferidasdeMalibú.Enuno de mis rincones favoritos gocé del espectáculo del mar embravecido.Aunque era invierno, el tiempo resultaba magnífico. Solo el viento que

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arrancabaolasdeespantoseñalabalafechadelcalendario.Ungrupodesurfistasbailabaconlasolassintemor.Meentretuveunratoobservándolos,relajadaconlosionesquemeregalabaelmar.Despuésme fui a leer entre las rocas.Rosalindme había regalado un libro.

Unanovelaromántica.Yonosolíaleeresashistorias,peromesupomalrechazarsuregalo.Además,medijoquemeibaaevaluary todo,asíquedecidí leerlo.Anduveporlaorilla,sintiendoelfríodelaguacomounabendición,rumboamidestino:lasrocasapartadas,hastaqueungolpedolorosoquebrómiandar.Unatabladesurfmehabíadadoenel tobillo,empujadapor lasolas.Me tiréen laorilla,paramitigareldolor.—¡Losiento!Seharotoelleachysemehaescapado.—¡Dios,cómoduele!—resoplé,sinhacercasodelasdisculpas.—Espera,¡tevasamojar!Yalguienmearrastróalaarena,antesdequeunaolameempapara.Mevolví

paraveramisalvador.Ledabaelsoldefrenteysoloparecíapendientedemitobillo. Vislumbré a un chico moreno y despeinado, con cabellos hasta loshombros,vestidocontrajedeneoprenoquechorreabasobremipiel.Yconlosojos del azulmás intenso que había visto enmi vida.Al trasluz su incipientebarba y sus cejas resultaban doradas. Estaba muy bronceado, por lo que sumiradafelinaresaltabamás.—Esperonohabérmeloroto—rezongué.Eljoventocólazonaconpericiaprofesional.—Porfortuna,nopareceroto,aunquetesaldráunabuenacontusión.¿Puedes

levantarte?—Claro.Lohiceyvolvíacaerme,contorsionadaporeldolor.—Teayudaré,vamos.Melevantódenuevo.Enesemomento,yomesentíacabreada.Miidílicodía

se ibaal trasteporuna jodida tablade surf. Intentéandarunospasos,peronopodía,sobretodoconlosdesnivelesdelaarena.Entonces,sinmás,elchavalmecogiósinesfuerzoycomenzóaandar,rumboaunadelascasasqueseasomabanalacantiladoylasdunas.—Oye,oye,espera.¿Adóndemellevas?—Amicasa.Tengohieloyunbuenantiinflamatorio.Me sonrió. Con su cara tan cerca, pude apreciar lo guapo que era. Y tan

joven…Cuando llegamos a su casame colocó con suavidad en un sofá.Meencontrabaenunacoquetacasademadera,deaireshawaianos,condecoración

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muymasculinaytablasdesurfpordoquier,unabicicletayunaespeciedecaosvaronil,deosera,plagadadeobjetosydetallessofisticadosycaros.El joven me trajo hielo y un spray que me echó en el tobillo, dándome

masajes.Cuandoempezóasubirporlapantorrilla,comencéacaerenlacuenta:mehallabaencasadeundesconocido,queconlaexcusadeltobillomeestabasobando. O eso es lo que creía yo. Me puse muy nerviosa, casi histérica ycogiendo mis zapatos me marché todo lo deprisa que pude, a pesar de lasprotestasdeljoven,quenosalíadesuasombro.Creoquemecomportécomounaparanoica,porquesolomequisoayudar,yen

cambio, sentí un agobio tal en ese instante, que no podía razonar. Por algunarazónnosoportabaquemetocaran.Porquecadavezquelohacían,meacordabadeRobert,deRonald,deSteve…ymesentíautilizadayhastasucia.Decidíqueerahoradevisitaraunpsiquiatraantesdequesedestrozaramás

mivida.

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Unleopardoenlanevera

—¡Vamos,cuéntanos!¡Conpelosyseñales!—corearonmisamigas.—¿Eraguapo?—preguntóHelensindejarmerespirar.—Sí, creo que sí. Apenas lo vi. Ya os dije que me asusté mucho cuando

empezóatocarmelapierna.—¿Perotocababienono?—bramóRosalindimpaciente.—¡Me daba un masaje contra el dolor! —exclamé, desechando sus

expresionesdefastidio.—¡Quésosaeres, Julie!—rioHelen,que,apesardesu timidezparecíauna

auténticadevorahombres.Estabaimpecableconsuelegantetrajedetweedinglés.Rosalind,encambio,

seguíafielasuestilo,ylucíavariasprendasdeestampadoaudaz,sinmiedoalasmezclas.Completabasulookconunpequeñomoñoypartedelpelosuelto,conrastasytrenzaspordoquier,ajuegoconlamixturadesuropa.Parecíaunaferiaafricana,todounreflejodesupersonalidad,abiertayarrolladora.—Vamos, chicas, calmaos—exclamé, presa de un gran nerviosismo—. No

pasónada.Yademásmeentraronmisneurasymefuipitandodeallí.Eramuyjovenparamíypunto.—¿Pero estaba cachas o no?—volvió a interrogarmeRosalind, como si en

aquellolefueralavida.—Bueno…sí.Mellevóenbrazoshastasucasa.Ungritobrotódelasgargantasdemisamigas,loquemeobligóarecordarles

quenosencontrábamosenunacafetería llenadegente.Agaché lacabezaalgoavergonzada. ¡No podía creer que mi relato derivara en esa conversaciónpostadolescente!—Sí,estabacachas,muybueno,¿contentas?Mecogiósinesfuerzoyfuemuy

amable.Yeraguapo,muyguapo,conunosincreíblesojosazules.—¿Yledistetuteléfono?—imploróRosalind.

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—¡Puesclaroqueno!No soyunaasalta cunas,ya tehedichoqueeramuyjoven.—Espera—dijoHelen—: guapo, joven, fuerte, educado y presumiblemente

rico,porlazonadondevivía.¿Ynosdicesquenoledistetuteléfono?—PeroJulie,¿quétepasa?—siguióRosalind.—¡Basta, chicas, basta! Ya sabéis cómo me ha ido con chicos guapos, no

quierootraexperienciasimilar.Conestocortélaconversación,paradecepcióndemisamigasydemímisma.

Alavuelta,enelcochedeHelen,estapusolacancióndeGloriaTaylorIneedaheroquecantamosaplenopulmónanteelasombrodeviandantesyconductores.Sí,necesitabaunhéroe, lomaloesqueestosyanoexistíancomolosantiguoscaballeros.Quizásmehabíaequivocadodeépocaalnacer,otansoloexistíanenelimaginariocolectivodemujeresdesencantadasconlavida…Aldíasiguiente,alcruzarlazonaderecreorumboalinstitutomeasaltóSteve.

Llevaba su eterna gorra de la universidad bien encasquetada y traía ademanesnerviosos.—Julie,quería…queríadisculparmeporlodelotrodía.—¡Abuenashoras!—lecontesté,siguiendomicamino.—Deverdad,Julie,losiento—meparó—.Quierodisculparme.Cuandobebo

soyotrapersona,créeme.Elalcoholhaarruinadomicarreradeportivaymivida.Lo miré aturdida por la confesión. No esperaba que Steve asumiera sus

fracasos.—Dameotraoportunidad,porfavor.—Mira, Steve, creo que lo mejor es que lo dejemos como está. Yo no me

sientotampocopreparadaparaeso.—Iremos despacio, te lo prometo. Primero como amigos. Puedes confiar en

mí, Julie.Yoyano soy el de antes, aunque tú tampoco. ¿Por quénovolver aempezarquinceañosdespués?Medejódepiedra.—Estábien,Steve.Perosivuelvesahacermedaño…yo…yo…—No te defraudaré, Julie. Gracias, siempre eres tan generosa, por eso me

gustastanto,noerescomolasdemás.Ymediouncastobesoenlamejilla.Yosalíveloz,deseosadequenadiemás

hubiesevistolaescena,alrecordaralacotilladeBrenda,yentendiendomásquenunca,lahistoriaytragediadelDr.JekyllyMr.Hyde.Antes de entrar en clase reparé en la imagen que reflejaba el cristal que

albergabaelextintorcontraincendios.Viaunamujerconojosencendidoscuyas

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cuencasparecíanmásoscurasquelagruesatrenzaquerecogíasupelocastaño.Meatusélosmechonessueltos.—Buenosdías,señorita—saludóunademisalumnas—.Estáguapahoy.—Graciasporelcumplido,aunqueyanosoyguapa.—Puesclaroquesí—señalósuamiga—.SepareceaRachelWeisz.—Noséquiénes—dijealgoazoradapornoestaraldía.—Esunaactrizyesmuyguapa.—Comousted—siguiólaotra—,loqueocurreesquenosecuida.Ambasrieronconcortesíayentraronenclase.Mientraspreparabalalección,

semepasópor lacabezaeldíaqueotrapersonamecomparóconunaactrizyademásconunaprincesa:Leia.Esa tarde me tocaba otra cita de terapia con el psiquiatra. ¿Hablaba sobre

Steve y el retorno de nuestra relación? ¿Pensaría que era masoca? Y lo másimportante:¿selocontabaaHelenyRosalind?¿Seríancapacesdecomprender?¿Loentendíayomisma?¿EstabaconSteveporamoroporpena?Meditésobreelloynosabíasisentíamáslástimaporélopormímisma.Ineedaheroe, tarareémientras los alumnos expectantes semiraban unos a

otrossorprendidos,esperandoeliniciodelaclase.Decidímantener nuestra relación en secreto por temor a la reacción demis

amigas y a sus reproches si volvía a salir escaldada.A pesar demis temores,Steve cumplió y se comportó bien conmigo, y salimos como simples amigos.Podríaparecerunarelaciónfríao infantil,peroera loquenecesitabaentonces.No diría, en cambio, que fuese una amistad sincera, sinomás bien forzada yambos evitábamos hablar de temas espinosos como el pasado o nuestrosrespectivossentimientos.Fuimosalcine,alteatro,aunaópera(quenolegustó)yavariospartidosde

rugby y béisbol (que a mí tampoco me gustaron). En definitiva, parecíamoscompañeros de clase bien avenidos y no una pareja normal. Me preguntabacómohabíancambiadotantoesossentimientosquesentíahaciaélenelpasado,paracontentarmecondarunpaseoyhacermanitasenlosembarcaderos.Pocoapocoempecéarecobrarmásconfianzaenélyavolveraexperimentar

unnuevoenamoramiento,otraformadeamormásserenaysutil.Puedequeyano sufriera la pasión ardorosa queme quemaba enmi juventud porque habíacambiadoporloquenecesitabaahora:serenidadyseguridad.Desdeluegoquemipsiquiatrameadvirtiódelriesgoderetomarunarelación

equivocada:«Eselprimerpasodemuchasmujeresmaltratadas»,medecía.Unsignodebajaautoestimaysumisión.Éllodefiníacomo«tenerunleopardoenla

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nevera».Podríaestaraletargadoporelfrío,peroeraunleopardo,alfinyalcabo.Yono loveía así.Pensaba, simplemente, quedaba a ambos laoportunidaddevolveraempezar.

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Uncactusderegalo

A finales de primavera Steve me regaló un hermoso ramo de flores por micumpleaños.Era la primeravezqueunhombreme regalaba floresyme sentíemocionada. Tanto, quemi corazón se ablandó y decidí que había llegado elmomento de avanzar en nuestra relación. Pensé que debía contárselo a misamigas, pues me sentía muy mal ocultándoles mi felicidad. Sé que seescandalizarían,peroalveralnuevoStevetendríanqueasumirquesusrecelosresultabaninfundados.EsemismodíaBrendaestabamássimpáticaynomeregalóunsaludoconsu

lengua,comosolíadecostumbre.Además,ya lehabíandadounparde toquesseverosportrabajarbajolosefectosdelabebida.Suscoloretesparecíanhaberseeternizadoensusmejillas,aligualquesumentalidaddeadolescente.A todo el mundo le llamó la atención mi hermoso ramo, sobre todo a las

chicas,quecuchicheabanentresíe intentabansacarmecuriosasalautordetanhermosoregalo.LasibilinadeBrendanoperdióocasión:—Asíquehayunadmiradorsecreto,¿eh?—Nocreoqueseaasuntotuyo,Brenda—respondí,recogiendomiscosas.—¿NoserádeSteve?Rosasrojasyblancas…seusanmuchoenlosfunerales.—Lotendréencuentaparaeltuyo—lesolté,hartadesuenvidia.—¡Cuidado, las rosas tienen espinas!No vayas a pincharte—gritó burlona,

mientrasmealejaba.Misamigassetomarontambiénelramocomosifueseuntrofeo.—¡Oh, Julie, rosas! —gritó alborozada Rosalind, pues eran sus flores

preferidas,talvezporsunombre.—¡Seguro que te las ha regalado el joven surfista!—exclamó emocionada

Helen,consudesbordanteimaginación.

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—¡Oh,no!SeguroqueesThomas.Séqueenelfondolegustasmucho—dijolaotra.—Queno,locas.Noesningunodeellos.Ahoranooslopuedorevelar,perolo

harémuypronto.Seráunasorpresa.—¡Meencantanlassorpresas!—exclamóHelen,sinembargo,Rosalindpuso

caraseriaymefuiantesdequeintentaransonsacarmemás.PorelcaminomeencontréaThomas.—Hola,Julie,felicidades.Cumplirañostesientabien.—Gracias—respondífeliz,sinpoderevitarlamiradaqueleechóalramo.—Lasrosasblancassimbolizanlapurezaylasrojaslapasión…—Oh,nolosabía.—Esunantiguocódigovictoriano.—Claro,comoeresprofesordehistoria,sabesdetodo…—Ni mucho menos. No sé, por ejemplo, cortejar a una mujer —señaló

nervioso,metiéndoselasmanosenlosbolsillos.Yonosupequédecir.—Quepasesunbuendía,Julie.—Gracias,Thomas.tedeseolomismo.MemarchéalgoazoradaenbuscadeSteve.Esatardehabíamosquedadopara

celebrarmicumpleaños.Eraunatardepreciosadeprimaveraqueanunciabayaun cálido verano. Los chicos no acudían a clase por las tardes para poderdedicarsealosexámenes.Alacercarmealgimnasio,unosruidosmesobresaltaron.Parecíaquealguien

estaba en apuros. Me acerqué de un trote, para comprobar estupefacta cómoentre colchonetas y al resguardo de un potro y unos enormes sacos de boxeo,BrendaySteve,sedabanellote.Mequedéparalizada.Sihubiesepodidovermicara,habríavistolaestupidez

reflejada en ella. Mis rodillas parecían de gelatina. Lo peor fue la cara deBrenda. Steve, de espaldas no me veía, casi ahogado entre las piernas de laserpiente,queloaferrabaensufrenesí,clavándolesusuñas.Surostroburlónysurisa,conaquellosojosdelocafueloquemásmehirió.LesarrojéelramoySteveseincorporócomoporunresorte.—¡Julie,espera,noesloqueparece!Peroyoyacorríasinparar,sinnisiquierapoder llorarde larabiayeldolor

quesentía.Denuevohabíacaídocomounatontayestavez,melomerecíaporingenua.

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Corríportodalaavenidahastaquedarextenuada.Despuésdesorberconfuriatodoelairequepudeydeasustaraalgunaspersonasquepasabanporallí,decidíserracionalyayudarmeamímisma.Así que fui ami sesióndepsicoanálisis dispuesta a vomitar todami ira y a

recibirelrapapolvodeldoctor.Paramisorpresa,elpsiquiatrasemostrócomprensivopormi recaída.Debía

estaracostumbradoa todaclasedeadictos.Allísí lloréamargamente.Tenía laimpresióndehabermalgastadomividadurantequinceaños.—Vamos, Julie, cálmate. Esto les ocurre amuchasmujeres en elmundo.A

millonesdeellas.—Sí,peronoamí.Latraiciónessiempredolorosa,nomeconsuelaelmalde

otros.—Dibujaunárbol—medijo,paraatajarotroaccesodellantoymediolápizy

papel.Lomiré sorprendida y obedecí. Lemostrémi dibujo.Creí que era un árbol

bonito.—¡Hum!…tienemuchosnudosymuchasramas.—¿Yesoesmalo,doctor?—Simplementesonasuntosporresolver.Debescerrarpuertasdelpasado.—¡Lejuroquenovolveréconesebastardo!—NomerefierosoloaSteve.Aquí—señalómidibujo—hayundolormás

latente,máshondo.Meditésuspalabrasymedicuentadequellevabarazón.Cargabaconungran

pesoquenopodíaquitarmedeencimaynosoloporunamornocorrespondido.—Hehechomuchodañoagentequenoteníaculpa…Abandonéaunamigo

cuandomenecesitaba…Matéaunhombre sinquerer,pero lomaté.Destrocéunafamilia…ytambiénalamía,quehizofrenteamuchasdeudas…¡Dios!Ymedescarguédenuevo.—Bien,Julie.Túguardaslarespuestaahora.Nopuedesenmendarelpasado,

noobstante,puedestratarderesolveresosconflictosqueteparalizanyagotan.Tusentimientodeculpabilidadnotedejaráserfeliz.Escomosituinconscientecreyera que no tienes derecho a vivir.Y no lo haces. Por lomenos, de formaplena.Eresaúnunamujerjovenconmuchavidapordelante.—¡No puedo hacer ya nada, doctor! El hombre está muerto… y… no sé

dóndeencontraralchicoqueofendí.Hapasadomuchotiempo.—Hablando de tiempo, se acabó el nuestro. Seguiremos en la próxima

consulta.Ycálmate,¿eh,Julie?—medijo,entregándomeunpañuelodepapel.

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AlvolveracasameencontréamigataTinamuyextrañayquietajuntoalaventanaen su lugar favorito,dondehabíacolocadaunapeceraconunúnicoyexóticopez rojo, regalodemihermano.Pero el pez flotabablanquecinoen elagua, bajo la mirada indescifrable de Tina. Yo también lo miré hipnotizada.Estababocaabajoehinchado.Contra todopronóstico,nomostrabaseñalesdezarpas ni colmillos. Simplemente había muerto, quizás por falta de oxígeno,quizásporelagua,otalvez,porlafaltadeadaptación.Noséporquéalmirarlo,pasaronpormimentetodosloshombresdemivida.Cuando lo saqué,mi gata salió de su ensimismamientoy lanzóunmaullido

lastimero, siguiéndome hasta la cocina. Tiré el pobre pez a la basura, paradesconsuelodeTina,queperdíaunjuguete.Entoncessupeloquedebíahacer.Habíabuscadoentrelosantiguospapelesdemijuicioporelaccidente.Yallí

meencontrabafrentealabonitacasadelosHamiltonenlasafuerasrodeadadeunhermoso«bosquecillo»conpradera.Sentíatemblarmispiernas,peroestabaresueltaenseguiradelante.Llaméa lapuertaymeabrióunahermosaniñadeunosdiezaños.Instantesdespuéslaseguíaalinvernaderodondeunaseñoradeporteeleganteypelonevadocortabayarreglabafloresyplantas.—Abuela,tienesvisita.Lamujeralzólavistaysonrióconfusa.Apesardesuedaderamuyhermosa.—SoyJulieGarrett.—Else,veaprepararunpocodetéparanuestrainvitada—respondió.Cuandosunietasemarchómemiróalosojos.Nopudesoportarloybajéla

vista.—¿Porquéhavenido?—Yo…yoquierodisculparme,señoraHamilton.Nosabeustedcómomehe

sentidotodosestosaños.Séquenopuedorecuperarasumarido,peronecesitosuperdónnoquieroquemeodie,porfavor.Lajoveninsensataquechocócontraustedesyanoexiste.Muriótambiénhacemuchotiempo.Mequedérelajadaydispuestaaescucharsusquejas.—Yono te odio Julie.Nunca lo he hecho.La vida es demasiado corta para

envenenarlaconelodio.—¡Deverdad,siento tanto loque leshiceaustedyasumarido!—llorésin

podercontenerme.—Cálmate,cálmate,muchacha.MenosmalqueaquívieneElseconelté.Yme condujo hasta una bonitamesa blanca de hierro forjado.Despidió de

nuevoasunietaymesirviótranquila,esperandoqueterminaradedesahogarme.Cuandoporfinlohice,memiróconsusojoscelestesllenosdedulzura.

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—Queridaniña,elpesodelremordimientoesatroz.Séquehabráspasadouninfierno.Alasvíctimastodoelmundonosconsuelaynoscompadece…—Entonces,¿noestáenfadadaconmigo?—¿Enfadada?¿Dequéserviría?Dolida,sí.Fueungolpebrutaldelavida.Una

vidahastaentoncestranquilayfeliz,aunquelascosasnosiempredurannisalencomounaquiere.—Esanocheyomesentíafatal…yo…—Nohacefaltaqueteexpliques, lopasadopasó.Comodices,yanopuedes

devolvermeamiesposo.—Yo necesito que comprenda por quéme encontraba en ese estado cuando

cogíelcoche.Y aceptó escucharme. En lugar de ser ella quien me reprochara los años

perdidosde felicidadcon sumaridoy su familia,meescuchóconamabilidad.Mepareciócomosihablaraconmiabuela.Niunmalgesto,niunaréplica.Eratoda una señora. Por fin pude descargar mi pesar y mis remordimientos.Necesitabaquesupieraquenoeraunaalcohólica,niunairresponsable—aunqueme hubiese comportado como tal—, y necesitaba que conociera cuán amargahabíasidomividadesdeentonces.—Meentristecemucholoquemecuentas,Julie.Eresunachicajovenydebes

vivirtuvida.Créeme,hayqueaprovecharcadamomento,cadaratito,porqueeltiemponovuelvemás.Cadaunodeesosmomentosesúnicoeirrepetible.Yoherehechomivida.Echomuchodemenosamimarido,laverdad,ydesearíacontodoelcorazónqueestuvieseaquíparapoderverasusnietos.Séqueesoyanopuedeserynomeaferroaello.Sigoadelante.Esloquedebeshacertú,querida.Vive.Medespedídeellasiendootrapersona.Seguíelconsejodeesamujervitalista

quemehizoademásotroregalo:unpequeñocactuscaliforniano.—Los cactus se defienden con espinas de los peligros y son capaces de

soportarlosrigoresmásduros.Sinembargo,cuandoselesriegaunpocosacanunadelasfloresmáshermosasyenormesquehayasvisto…Cuandolleguéacasa,RosalindyHelenmeesperabanafuera.—¡Porfin!—meabrazóRosalind—.Estábamostanpreocupadasporti.—Losabemos todo, Julie.VimospasaraBrendacon tu ramode floresque,

porcierto,parecíamásquemustio—señalólaotra.—¿Estásbien,miniña?—meabrazódenuevoRosalind,apuntodeahogarme

ensuenormehumanidad.

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—Sí, de verdad. Lo siento, chicas.Os lo debería haber contado. Subid, porfavor.Así que les narré todo lo quemehabía ocurrido esa tarde.Ellas también se

sinceraron.—Sabíamos que te veías con Steve—observóHelen—, pero no queríamos

inmiscuirnosentudecisión.—¡Québuenasamigassois!—lasabracé.—Por si no lo sabes,Brenda ySteve han sido despedidos.Alguienmás los

vio,juntoaotroschicosqueibanaentrenar.Hasidounescándalo—seexplayóRosalind,antemiasombro.—Brenda iba tan borracha que ni fue consciente de lo que significaba la

expulsión.Nocreoqueencuentretrabajoenningúncentro,aligualqueSteve—señalóHelen.—Este sí que se veía desolado, creo que por la perspectiva de perder el

empleo.Yalehabíanexpulsadodeotrossitios,aunquenuncaporalgotangordo—añadióufana,Rosalind.—Brenda se llevó el ramo—siguióHelen—, por eso dedujimos que tú los

habríaspillado…—nosiguióporsimeafectaba.—Noospreocupéis,chicas.Estoy inmunizada.Esta tardehevisto la luz.Se

acabómiadicciónaSteve.Inclusosientolástimaporellos.—¡Vengaya!—bufóRosalind,conunasonorapalmadaensugenerosomuslo.—Deverdad.Heaprendidolalecciónyhasidodura,loreconozco.Esanochellorépormiamorimposible,porelSteveimaginadodemijuventud

ylaformaenlaquehabíaacabadolonuestro.ElluneselseñorColemellamóasudespacho.Yomesentíamuyintrigada.—Julie, como sabrá hemos tenido un desagradable suceso en el gimnasio.

Queríasabersiseencuentrabien.—Sí,claro.¿Porquénoibaaestarlo?—Yo…bien…,ejem.Pensaba…comoeranamigos…—YonoeraamigadeBrendaymiamistadconSteve,solopurocompromiso.—Bien, siendo así,me alegro. Si necesita cogerse unos días y descansar ya

sabe que las vacaciones están cercanas y la próxima semana terminan losexámenes.Iba a contestar que no necesitaba nada de eso; luego me lo pensé mejor.

Recordé los consejos de Elizabeth. Días antes había decidido prolongar mitrabajodandoclasesextraenverano,enesemomento,desechélaidea.—Seguirésuconsejo,señorCole.Necesitounaslargasvacaciones.

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—Muybien.Puescuandoterminelosexámenespuedecogerlashastaeliniciodelpróximocurso.Ledebemosaúnmuchosdías.—Gracias,señorCole.—Leestrechéagradecidalamano.Tras su aparente frialdad y majestuosidad había un gran corazón, que yo

lamenté haber herido con mi rechazo. Pero él se había recuperado y seguíasiendotodounconde.Alllegaracasallaméamihermano.—¿SigueenpietuinvitacióndeveranearenItalia?YenlaCostaAzul,nena.¡Vai!—contestóenlascontadaspalabrasquesabía

deitaliano—.Mealegro.—¡Yyo!

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SEGUNDAPARTE

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19

Resurrección

Cuando llegué demi viaje andaba pletórica.Mi cuñada Francescame habíaayudado a cambiar de vestuario y de aspecto.Me había cortado el pelomuycortoy, tengoquedecir,queademásdecómodomesentabademaravilla.Mehabíapuestomuymorenitaymuchomásdelgada.Lavidarelajada,lascomprasen las coquetas tiendasdelMediterráneo, la comida sanaymaravillosadeesazonaylaalegríadevivirquerespiraelsurdeEuropasemehabíanadheridoalapielcomounamagníficacapadebrillo.AlveralanuevaJulie,Rosalindlanzóungritoquecasimecaigodeespaldas.—¡Julie!—exclamóHelen,nosésiabriendomáslosojosolaboca.A mis amigas también las veía magníficas. Las vacaciones del verano nos

habíansentadobienatodas.Nosabrazamos,hablamosatropelladasdenuestrasexperienciasynos reímosunmontón.Todoel institutoparecía impregnadoenunambientefestivo.Ynosoloporlavueltaalcole,sinoporunacontecimientodelquemepusieronaldíamisamigas:elcentroibaaserescenariodeunrodajedecine.—¡Y lomejor es que va a venir Nick Campbell!—chilló extasiada Helen,

coreadaporlosgrititosysaltosdeRosalind.—Nick Campbell—repetí algo confusa. Me sonaba el nombre, pero no le

poníarostro.—Niña,hasestadodemasiado tiempofuerade laonda—megritóRosalind,

colocando los brazos en jarra y las piernasmuy separadas. Creí que se iba alanzarabailar,peroloquehizofueponermeunarevistabajomisnarices—.EsteNickque,aunqueseablanquitoestáparacomérselocomounpan—meseñaló.Ynoeraparamenoslasadmiracionesdemisamigas.Ahídestacabaelactor

demoda,posandoparalapublicidaddeunperfumemasculino.Apolobajadodelcielo;mediodeladoydesnudo,conunamanosobresudoradacabelleradediosgriego.Sucuerpo,debronceesculpido,eratanperfectoqueparecíaunaestatua.

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ElmardeCaprirecortabasubelleza,y loenmarcabaenunazul luminosoquetransmitíavidayenergía.Alfondo,unacantiladoderocascaprichosasllevabaarecordar el viajedeUlises.Sin embargo,donde se iba lamirada era a lasdoslíneas de las ingles cuya imagen se cortaba brusca en la foto, allí donde sedisparaba la imaginación. Se puede decir que no revelaban nada, aunque eseprimer plano de su cuerpo tan aumentado resultaba en extremo escandaloso yexcitante.Imposiblequefueseunhombrereal.—AquítienequehaberPhotoshoparabiar—dije,sinpoderdejardemirara

tanbellacriatura.—Eso es una prueba de que Dios existe —exclamó Rosalind muy seria,

haciéndonosreír.—No sé si habrá retoques, pero el tío está buenísimo —suspiró Helen. Y

vendráaquí…Ydichoesto,mearrancólarevistaysepusoagirarconella,cerrandolosojos

extasiada.Asíestaba,cuandoaparecióelseñorCole,ytropezóconél.—Eh…eh,¿quéesesto?—Losiento,señorCole—sedisculpóespantadaHelen.—Er…,bueno.Soloqueríasaludarlas,señorasydesearlesunbuen iniciode

curso.Bienvenida,Julie.Estásmuycambiada.Estásmuybien.—Muchasgracias,señorCole.Rosalindcarraspeó.—Yustedestambién.Estánestupendaslastres—dijoazorado,marchándose.—¡Hum!…—resoplóRosalind—aesetodavíalegustas.—Esperoqueno—contesté.Ymivista se fue al azul intensode la revistaqueHelenhabíadejado en la

mesa.—TúvisitasteCapri,¿no?—meindagóHelen—.¿Sonasíloshombres?—Capri es precioso, pero créeme, no vi un ejemplar semejante. Esos no

existenenlarealidad.—Puesyohevistotodassuspelículasytedigoqueesechicoestáparamojar

pan.—¡Rosalind,solopiensasencomértelo!—rioHelen.Ytodasnosechamosareírynosfuimosalacafeteríaaempezareldíaconun

buendesayuno.Fueunmomentomuyfeliz.ApesardequemehabíamarchadodelinstitutoporlainfidelidaddeSteve,mehallabamuydichosadevolver.Mesentíanuevapordentroyporfuera,yesosenotaba.

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En la cafetería también había alboroto. Todo eran palabras de bienvenida,carcajadasespontáneasysaludos.Elpróximorodajedelapelículaenelinstitutomanteníaa todos revolucionados.Tantoaalumnoscomoaprofesores.Allí fuiconociendo por unos y otros, detalles delmismo.Venían estrellas de primera,entreellos,NickCampbell,queteníaencendidasatodaslasniñasynotanniñasdel centro.Además de la hermosaMimiGump, otra joven actriz saliente, asícomo antiguas estrellas que daban renombre a una producciónmuy cara, queeligió para uno de sus escenarios nuestro centro. Una comedia romántica, nomuypropiadel jovenactor,que sehabíaconsagradoenpeleasdeacción.Losestudiosqueríanaprovecharsusex-appealysu tirónconpúblicofemenino,asíqueloubicabanenotrogéneroparaverquétalfuncionaba.Sielchicobesabaigualquedabapatadas,suéxitoeraseguro.—Hola,Julie.¡Quéguapaestás!LaadmiraciónprocedíadeThomas.Élasuvez,parecíamuymejorado,conla

pielmás tostadayunairemásaudaz.Senotabaquehabíahechoejercicio,yaquelucíamásdelgadoysehabíaquitadolasgafas.—Elnuevoláseresmaravilloso—meconfirmó.Hablamosunrato,hastaqueyatodosnosmarchamosparaempezarlasclases.

Aunque el día de la bienvenida no se hacíamucho se intentaba seguir con larutina.Mealegrédeveraloschicos.Todosestabanmuycontentosdevolveraencontrarseconsusamigos.Algunoshabíandadounestirónnotable.Todosmedijeronlobienquemeveíanymehicieronreírmucho,cuandomepreguntaronlascosasmásdisparatadassobremiviajealsurdeEuropa.MealegrétambiéndequeThomashubiesecambiadodeactitudymedirigiese

de nuevo la palabra. Suponía que su ostracismo del pasado curso era cosa deBrenda,asíquesuspirépornotenerquesoportarlamás.Noobstante,mevinounamargo recuerdo de Steve, aún como un puñal ardiente en el fondo de micorazón.Menos mal que las conversaciones derivaron, como no podía ser de otra

forma,al rodajede lapróximasemanayasíolvidéprontoesanubenegra.Mecontagiédelentusiasmodeloschicos.NoenvanovivíamosenplenocorazóndeHollywoodymuchosaspirabanundía a ser actores.Peroencontrarse a tantasestrellas conocidas allí en unos días, los traía como locos. Sobre todo, a laschicas, que llevaban carpetas forradas con la foto del actor, revistas y hastapósteresquequeríanqueselosfirmase.Loschicosandabanalgomohínos,puessu estrella de acción se pasaba a la comedia romántica, algo que no todosentendían.Asíquelaprimeraclasefuealgomásquedivertidayexcitante.

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Elrodaje

Elinstitutohervíalasemanasiguienteconeliniciodelrodaje.Todoerabarulloynervios.AHelenselecayódosveceslacafeteradelasmanos,provocandolosnerviosdeRosalind.—Helen tiene hoy dos cazos pormanos—rezongó a la hora del almuerzo,

mientrastragábamosdeprisalacomidayaqueelrodajehabíaafectadoanuestrohorario.—¡Esunalocura!—exclaméexasperada—.Loschicosestánhoyimposibles.

Noseconcentranniquierenhacerotracosasalvohablardelapelícula.—Es normal, Julie, son adolescentes. Van a convivir cerca de sus ídolos.

Además,algunosseránseleccionadosparatrabajardeextras.—No me lo recuerdes. Me han cancelado la clase de esta tarde para que

puedanasistiralcasting.—¿Qué casting?—preguntó Helen, que se sentó junto a nosotras, mientras

comíaunamanzana.—La selección de los chicos que participarán en la película —le explicó

Rosalind.—¡Yotambiénquieroparticipar!—exclamóentusiasmadaHelen.—Tú no puedes —dijo Rosalind—, solo buscan chavales de instituto que

hagandeídem.—Peronecesitaránprofesores,¿no?—razonólaotra,sindarseporvencida.—Para eso cuentan con actores y actrices —replicó Rosalind, para

consternacióndeHelen.—Vamos,Helen—leanimé—.Rodaresmuytedioso,noestanbonitocomo

parece.Hayqueestarmuchashoras trabajandodeextraya lomejor,ni tienesocasióndeverdecercaatusídolos.—Puesclaro,chata—laanimóRosalind—,muchosdeesosrodajesseránsolo

de relleno. Las estrellas no aparecerán, ellos realizan sus escenas rodeados de

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otros actores que hacen de alumnos. Los extras son los de extrarradio—rioruidosaconsuocurrencia.Helenparecíadesolada.—ConlailusiónquemehacíaconoceraNickCampbellyaMimiGump,la

actriz.¡Siempresoñéconvermeundíaenlapantalla!—Algocon loquehan soñadomillonesde californianos, nena—argumentó

Rosalind.EllayyonosmiramoscuandoHelensemarchócompungida.Desconocíaque

albergarasueñostansecretosporcumplir.Al terminar la clase—si se podía denominar como tal la escasa hora que

aguanté a los alumnos—me encontré con Thomas. Parecía ajeno a la locuracolectiva.Elrodajenolehabíaafectado,parecíaquenadaibaconél.—Hola,Julie,veoquesiguesserenaentretantoorate.—Hola,Thomas,lomismotedigo.Parecesmuytranquiloyrelajado.—Nopuedodecirlomismodemisalumnos.Ynosechamosareír.—Alosmíoslesocurreigual.Peroelrodajepasaráysonadolescentesseguro

quenosotrosasuedadharíamoslomismo.Penséenmislocurasyenmiexcitacióncuandoestudiabaymehizosermás

comprensivaconloschicos.Alfinyalcabosoloseesjovenunavez.Cuandoyamemarchaba,Thomasmeparó.—Oye, Julie.Quería disculparme por cómome comporté contigo el pasado

curso.Noséquémepasaba.—Supongoqueestabasbajomalasinfluencias—lecontesté,intentandonodar

importanciaasusmesesdeostracismo.—Lo siento de verdad. Quería resarcirte. ¿Quieres que cenemos un día de

estos?¿Quétalelviernes,tevienebien?Mepillópor sorpresa.Aunqueacumulabacosasporhacerynomeapetecía

muchoretomarnuestraamistad,noquiseserdescortésniparecerrencorosa.—Estábien,elviernes.¿Algunasugerencia?—Bueno…pues…—se notaba que él tambiénme había invitado de forma

precipitada—¿tienesalguna?—Si te parece podemos ir al Pollo Loco no quedamuy lejos y dan buenos

menús.—¡Magnífico!Hastaelviernesentonces,alassiete.—Hastaelviernes.

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Me arrepentí de esa despedida. Parecía que no quería verlo hasta ese día.Todavía quedaban cinco días, quizás fuese el subconsciente. Mientras tanto,meditabasihastaesafechayopodíacogeralgúnvirusogripeparanoacudiralacita.

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Elcirco

Apesardequerermantenermealmargendelrodajeydetodoloquesuponía,elseñorColenoscomunicóqueeldirector,elproductory losactoresprincipalestenían la intención de pasarse por el instituto el miércoles y conocer a losprofesoresyalumnos.Niquédecirtienequeloschicosenloquecieronesedía,apesardequeselesinformóconinsistenciaquecualquiercomportamientofueradelugarllevaríaaparejadogravesconsecuencias.Losalumnosveríanlacomitivadesdelejos,conunavallaprotectora,queya

habían encargado, además de los guardaespaldas correspondientes. Losprofesoresyeldirectorlesdaríamoslabienvenidaenlaentrada.Paramiestupor,la locura también estalló entre los docentes, salvo casos contados. No era laexplosióndesaltosygritosdelosjóvenes,sinolaexcitaciónyelcotillerosobrequé había que ponerse, cómo había que saludar, si se podía mantener algunabreveconversación…Cuestionesbanalesqueparecíanabsorber laatencióndetodoelcentro.Seprohibió laasistenciade los familiares, conel findenoperturbarmásel

orden. Se trataba tan solo de saludar y mostrar el instituto a quienes iban atrabajarunpardesemanasrodandoenlasaulas.Habíaquesercorteses.Asíquesegúneldirectornadadeconfraternizarnimolestaralosactorespuesasíselohabía pedido la productora del rodaje. Solo el director y el jefe de estudiostendrían el honor de hablar con las estrellas y enseñarles el centro. El resto,haríamosdecomparsaenlaentradayluegonosescabulliríamosconsigilo,yasíintentar que los chicos entraran en clase sin revuelo y sinmolestarmás de lonecesario.Rosalindechóunbufidoseguidodeunablasfemia,mientrasHelensemordía

lalenguayselenublabanlosojosdelágrimas.Amímeincordiabapermanecerde pie esperando a que llegaran, como si fueran unos reyes o algo así. Meparecíahumillante,peronomequedabamásremedioqueseguirlasórdenesde

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mi jefe.Al contrario del resto del personal, nomemolesté en pensar quémepondría ese día. Lo consideraba uno como cualquier otro. Ya estaba harta deguaperas.Llegó el temido día, que fuemás intenso y caótico de lo que esperaba.No

habíamoscontadoconlaprensa.Sobre todo,con laprensadelcorazón,con laprensa amarilla y con la prensa de todos los colores del arco iris.Esos sí queresultaban incontrolables. Menos mal que la productora sabía mantenerlos araya. Sin embargo, a nosotros nadie nos salvó, así que mientras atendían lallegada de los actores, los periodistas hacían entrevistas a los alumnos a losprofesorese inclusoaldirector,quepusoesedíasuvozmásengolada.Estuvomagnífico.Elgriteríodeloschicosseunióaotrosmuchoscuriososqueseacercaronal

centro, hasta el punto de tener que llamar a la policía con la orden de quecontrolaran el acceso, pues había una auténtica avalancha humana en losalrededores. Algunos se colaron entre alumnos y profesores, aprovechando elcaosdeperiodistasygente.Yoestabaalbordedesalircorriendo.Todoaquellomeparecíaunasoberanaestupidez.¿Esquelagentesehabíavueltoloca?Eransolopersonasquetrabajabanenelmundodelespectáculo,nodioses…peroasíparecíaparaalgunos.Cuandollegaronlosprimeroscochesa laentradaelgriteríosehizoinfernal.

Mirépor el rabillode losojos,mientrasme tapabacondiscreciónunodemisoídos.CreoqueviaHelenquedabasaltosdeemoción…El director y las dos estrellas principales bajaron delmismo coche. Cuando

salióNick,mientrasayudabaaMimiasalirdelcoche,casipierdolostímpanosdelosgritosinfernalesdefans,alumnosyperiodistasquereclamabanatención.Los actores sonreían y saludaban aquí y allá. A ella apenas se le veía entrepañuelosyunasenormesgafasoscurasquetapabancasitodasucara.Eldirector,Olaf Nielsen, sonreía tibiamente entre su barba y llegó algo envarado hastanosotros. Luego descubrí que lo hacía por su timidez. Se trataba de un tipocorpulento con una gran barriga que precedía su cuerpo y con algo de cojera.SupequeporunaccidentedetráficoquesufrióduranteunrodajeenNicaragua.Se camuflaba bajo una gorra roja y unas gafas demiope. Saludó con algo debrusquedad, loquemehizo sonreír, alveraldirectorconsualturaencorvarseconelapretón.Parecíaqueloibaatiraralsuelo.PeroquiensindudaacaparabalaatencióneraNickCampbell.Vestíatrajedesportyaunqueinformal,irradiabaelegancia.Olafasu ladoparecíauncolegialconsucazadoraysusdeportivas,mientrasqueMimivestíademasiadoestrafalariaparapodercalificarla.Aunque

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supongoqueellasesentíade lomásmodernaychic,mientrasseescudabaensusgafasyapenasdiolamanoalsaludar,segúncomprobé,intentandoverentrelahumanidaddeRosalind—quesuspirabacomouncamello—ylanerviopatasdeHelen,quenohacíamásquemoverse.HayquedecirqueNick,apesardeserun niñato del cine, sabía desenvolver modales. Su saludo fue afable ycaballeroso, tanto que, al saludar a la jefa de estudios, Natalie, esta hizo unamago de reverencia. Casi me muero de la risa. El chico resultabaimpresionante.Ibaacaradescubierta.Nadadegorrasnigafas.Mirabadirectoalosojosysabíadarlamanoconfuerza,aunqueensujustopunto.Alossaludosseunieronotraspersonasdel rodaje,asícomoelproductor—

muy conocido en Hollywood y con muchos premios a sus espaldas—. Yoescuchaba los murmullos de excitación demuchos y muchas de mis colegas.Ahora ibanapasarcercadenosotrosparaentrarenelcentrobajomiríadasdeflashygritosdefans.—¡Ya viene! —murmuró entre dientes Helen, dándome un pellizco

morrocotudo.—¡Ay!Cuidado,loca.—¡Chis!¡Callad!—bramóRosalind—.Yavienenhaciaaquí.Olaf yMimi pasaron sin apenasmirarnos, aunque hay que decir que por lo

menoseldirectornosechóunaojeadaseguidadeunatímidasonrisa.PeroNickvinotranquilo,deformapausadaysaludóa todosconlamano.Nole importóque muchos profesores le hicieran fotos, pese a la prohibición del director.Cuandopasócercadenosotrashizoalgomuycurioso.Ibaescuchandoanuestrodirector, que caminaba junto a él, a la par que le contaba las maravillas delinstituto cuando volvió la cabeza un instante y me miró, guiñándome un ojomientras sonreía con ese gesto tan atractivo que le había encumbrado a lapantalla y a los rodajes publicitarios más exclusivos. ¡Me guiñó a mí! No loentendía. Yo estaba en la retaguardia, con cara de pocos amigos sin quererformarpartedeesecirco.Sinembargo,séconseguridadquelohizo.Nopudeolvidaresamirada…—¡Mehaguiñado!—GorjeóHelen,entresaltosyagitandolosbrazoscomosi

jugaraalacomba.—LehaguiñadoaJulie—laenfrióRosalind.—No,tedigoquemehaguiñado…—Yyotedigoqueoshevistoalasdosyalmaromo.YhaguiñadoaJulie.—Sí,yotambiénlohevisto—saltóRoger—elmásveteranodelosprofesores

—.Menosmalquesehanmetidoadentro,estoydeseandotomaruncafé.

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—Amítambiénmeapetece—lesonreí.Semarchóconsunevadabarba.—Yocreí…—seexcusóHelen,queponía«morritos».—¡Oh, Helen! Seguro de que ha sido a ti. Te ha guiñado, sin duda —la

consolé,alversupesar.—Te he dicho…—gritó Rosalind, pero yo la corté con un gesto, mientras

acompañabaaHelen.Porfortunaestanosediocuenta.Rosalindhizootroamagodeasentimientoynossiguió,intentandomordersela

lengua.Yanovolvimosaverlos.Aldíasiguienteempezaríanarodaryloibanahacer

enunapartedel institutoquesehabía reservadoa tal fin, asíquenoesperabaencontrar de nuevo a ninguna estrella por los pasillos.Aunque eso sí,muchopersonaldelrodajepululabadeaquíparaallá,enbuscadenoséquémás.Esanocheantesdeacostarmeintentérememorarlaescena.Ynomecabíaduda:mehabíaguiñado.¿Porqué?¿Porquéla«megaestrella»decineNickCampbellmehabíahonradoconsusonrisaysumiradafelina?¡Dios,quéguapoera!Aunquefueserubioyamínomegustasenmucholosrubios…peroesteeradelosrubiosquehacenhonoralmito.MeabracéamigataTina,quelanzóunmaullidoquejicosoaldespertarse.No

quería que mi cabeza volviera a estar llena de pájaros. Ya dejé una vez quehicierannidosymiracómomefue…

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Lainvitación

Al día siguiente, cuando trabajaba en mi despacho, recibí una sorpresa deinfarto.ElmismoNickCampbellenpersonaestabaen lapuerta.Veníaconsusonrisainmaculadayunlibrobajoelbrazo.—¿JulieGarrett?—Semecayóelbolígrafodelsusto.—So…Soyyo.Pude ver antes de que cerrara la puerta a Rosalind con cara asombrada y

haciéndome gestos desde atrás para saber qué pasaba. Creí que se iba adescoyuntaraldoblarseconlasseñasmientraslapuertasecerrabapocoapoco.—¿Quétal?SoyNickCampbell—mesaludó,conunfuerteapretóndemano.—Sí… Sí, ya le conozco —dije atropellada—. E… e… ¿en qué puedo

ayudarle?¿Quieresentarse,porfavor?Mesentíaextraordinariamentenerviosa.Ynoséporqué.Dealgunamanerasu

carameresultabafamiliar.Serio.—Discúlpemelaintromisión,noquieroentretenerladesutrabajo.Soloquería

devolverleesto.Ymepusoenlamesaunlibro.Mequedéperpleja.Noentendíanada.—Yo…yo…noesmío.Noentiendo…—Sedejóestelibroenmicasa.—¿Ensucasa,yo?—gritésorprendida.Mefijéenellibro.Locogíyentoncescomprendí:setratabadellibroqueme

había regalado Rosalind. Una novela rosa y cursilona que yo nunca hubiesecompradoy leído, peroque acepté por ser regalo suyo.Ymemoricé dónde lollevabalaúltimavezquelovi:enlaplayacuandoaquelsurfistamellevóasu…Nicksonreía.Sí,eralamismasonrisayrostro,sinembargo,elotrochicoparecíamoreno¿no?

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—Talveznomerecuerdeporquellevabaelpelolargoyoscuro.Melohabíateñidoparaunrodaje.Interpretabaaunlatino.Mequedédepiedra,con lavisióndeldiosnórdicodelantedemí.Nome lo

podía imaginar como a un pirata español, tal y como lo recordaba en esapelícula,perobienmirado,másbronceadoycongreñasoscurecidas.Sí,dabaelpego.Setratabadeunactorquepodíahacercasidetodo,comouncamaleón.—Yo… yo no sé qué decir. No sabía… No tenía ni idea, ¿cómo me ha

encontrado?—Sientohaberlamolestado.Enellibrovieneunadedicatoria:aJulieGarrett

lamejorprofesoradelUCLAInternationalInstitute.—Asíqueusted…—Sí. Yo fui quien le dio con la tabla de surf. Y no sabe cuánto lo siento.

Espero que no se hiciera mucho daño. Se fue tan rápido, que no pude nidisculparme.—Yo… ¡vaya sorpresa! Pero no se preocupe, no fue nada.Y gracias por el

libro.—AlgodóndeAzúcar—bonitotítulo,rio—.Aunquenomeparecíausteduna

deesas.—¿Aquéserefiere?—Aunaaficionadaalasnovelasrománticas.Deesovaellibro,¿no?—¡Oh!Ni siquiera lo he leído aún, es un regalo, ¿lo entiende?Yo…yo no

sueloleeresascosasy…—Por favor,nohace faltaque sedisculpe,noesningúndelito—yvolvióa

regalarmesumaravillosayperfectasonrisa.Cogínerviosaellibro.—Bueno, muchas gracias. Ha sido usted muy amable al venir hasta aquí a

devolvérmelo.—Cuandoviqueibaarodarenelmismoinstitutomelotraje.Memiróysehizounembarazososilencio.Lorompimos,conrisas.—Hepensadoqueledebounaporelaccidente.—Oh,nosepreocupe.Nofuenada.Yaestoybien.—Insisto. Me siento muy mal. Casi se le rompe el tobillo. Me gustaría

resarcirlaconunainvitación.¿Quétalunacena?Elviernestengoundescanso.¿Quedamosalasocho?—Yo…Mequedé de piedra.Memiraba con unos ojos tan hipnóticos que no podía

decirqueno,aunquequeríadecirqueno.

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—Está bien, lo arreglaré todo. Si quiere la paso a buscar. Pero si se sienteincómodaquedamosdirectamenteenelrestaurante.—Bu…bueno.Mejorenelrestaurante.—¡Esoesunsí,fantástico!Nosvemoselviernes.Gracias.Ysefue,dejándomeconunpalmodenarices.NotardóenaparecerelcabezóndeRosalindporlapuertaencuantosemarchó

elactor,seguidodealgunosgrititosdelosfansqueencontróasupaso.—¡Havenidoaverte!¡Sabíaquetehabíaguiñadoelojo!—ygritóomásbien

rebuznó,puesnopuedodefinirloquesaliódesugarganta.—Havenidoporesto—leenseñéellibro.Pusocaradenoentender.—Ellibroquemeregalaste.Melodejéenlacasadelsurfista.—¿Elmaromo«buenorro»alquenolepreguntastenilahora?—Puesyaves,eraNickCampbellymelohadevuelto.—Pero¿esquenolereconociste?—seasombró,conojoscomoplatos.—No.Culpable.Yalodijiste:llevomuchotiempofueradeonda.—¡Oh,Julie!,¡quéemocionante!¡YaveráscuandoseentereHelen!—No, no. Por favor, no le digas nada.No quiero herir sus sentimientos.Es

que…mehainvitadoacenar.Nohepodidonegarme.—¿Yporquéteibasanegar,sieselsueñodetodamujerqueseprecie?—Esquenomeapetecerepetirerrores.MiracómomefueconSteve.Esetipo

dehombresnoesparamí.—Meparecequetieneslacabezapeordeloquecreía—meriñó—.Enprimer

lugar, ¿quéhaydemaloen ir a cenar?¿Ymás si lohacesconunaestrelladecine?Essolounacena,Julie.Esunaoportunidadúnica,unratoparapasárselobien.Ycuandohablasdel tipodehombres,¿aquéterefieres:a losfracasadoscomoSteve?Porqueesechicoquehasalidodeaquíes todomenosfracasado:por sino lo sabes, tienedoscarreras, ademásde ladeactor; es inmensamenterico;esfamoso;simpáticoyguapoarabiar.Aunquesobretodo,esuncaballero.Nosésitehabrásfijado,porquemeparecequeestásmuymiopesicomparasaSteveconNickCampbell.TelodiceRosalind,quehavistotodassuspelículas,incluso las de acción, a pesar de que no son lo mío, y que me compro losperfumesmasculinosdeldiseñador«mariquitoso»ese,contaldeverlafotodeNickenlacaja—.Cogióresuelloyseplantóconlosbrazosenjarra—.Vasairaesacena,comomellamoRosalind.—Siesquenomeapetece,meincomoda,deverdad.Además,noquieroherir

aHelen.

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—Helen ya esmayorcita y no puedes dejar de salir con alguien por lo quepiense.Yencuanto a ti, nena, si deverdadnoquerías cenar conél (cosaquejamás entenderé), solo tenías que decir no. Creo que ese es uno de tusproblemas,chica.Aversiaprendesesasencillasílaba:No.Ysefueechaunagatafuriosayconrazón.Mesentíacobardeygraciasaella,

supetambiénalgodemíquenomegustó:medejabaarrastrarporlosdemásydejabatrasluciruncarácterdébil,aunquecreyeselocontrario.Decidíponerenprácticamirehabilitación.LlaméenprimerlugaraThomas.—Hola, soy Julie. Sí, bien… —mi voz flaqueaba y agradecí hacerlo por

teléfono—. Verás… —la voz de Thomas sonaba expectante al otro lado,mientras tejíaplanesparadespuésde lacena.Parecía tananimadoquemediopena herir sus sentimientos—. Para un momento, Thomas. No me encuentromuybien—tosí—,¿noteimportaríaqueaplazáramoslacenaparaotrodía?—Claroqueno, Julie.Si te encuentras tanmal, ¿quieresquecenemosen tu

casamejor?Meentróelpánicoyahísíquetosídeverdad.—No.Prefierodescansar.Enotraocasión,¿deacuerdo?Ycolguéantesdequeelpobrecontaracon tiempode reaccionar.Ahorame

quedabacancelarotracita.Pero¿cómollamabaaNickCampbell?Noteníasuteléfono.Nomequedóotraquedesplazarmealalaoestedondeserodabaparaintentar hablar con su secretaria. Fue imposible.A pesar de hablar con variosempleados, incluidos guardaespaldas, seguratas, técnicos y ayudantes, nadiepodíadejarmepasarnidejarningúnmensajealaestrella.Fuemuyhumillante,parecía que yo era una loca que quería acercarme al actor con una mentiradisparatada. Cuando descubrí a más jóvenes y no tan jóvenes haciendo lomismo, intentando una cita o dejar un mensaje a su ídolo, me fui de allí algalope.¿Quiénmeibaacreer?Decidíque llamaríaelviernesal restauranteymedisculparíaconél. ¡Anda!

¿quérestaurante?¡Malditasea!Habíaquedadoconmigo,peronomedijodónde.Enfin,ledaríaplantónsinmás.Selocomuniquéamisamigasyningunaloentendió.Vilástimaensusojos.—SiporlomenoshubierasquedadoconThomas…—meseñalóRosalind—

Alpasoquevas,acabarássolterona.—Bueno,¿yqué?—añadímalhumorada.—¿Noteimportaquevayayoatucita?—mesorprendióHelen.—Puesclaroqueno—bramóRosalind—.Esoempeoraríalascosas.Encima

dequenosepresenta,lemandaunasustituta.Noestábien,Helen.

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—Tienes razón, pero desperdiciar una oportunidad así de quedar con unaestrella…—EscuchaaHelen—meseñalóconundedoamenazadorRosalind—.Noseas

cobarde y ve, aunque sea por curiosidad. ¿Es que no sientes curiosidad,muchacha?Tecreíamásinteligente.—Medijistequedebíaaprenderadecirno.—¡PeronoaNickCampbell!Muchachaloca,hayotrosnoesenlavida.—Sí,Julie.Veycenaconél.¡Yluegocuéntanostodo!—meanimóHelen—.

Puedequenohayaotraocasióndeponerglamourentuvida.—Estábien—refunfuñé—,iréparadaroselgusto.Peronomesientocómoda

entregenteeleganteysitioscaros.Lopasémuymallaúltimavezquecenéconmicuñadaymihermano.Yahora,conundesconocido.—Disfrutadelavidamientraspuedas,nena—mecanturreóRosalind.YmehizorecordarlosconsejosdeElizabeth.Muybien,cenaríaconelactor.

Tampocoseríatanterrible…

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23

Confidencias

Llegado el viernes yo era un mar de confusión. Estuve toda la mañanaesquivandoaThomasconungransentimientodeculpabilidad.Porotrolado,nohabíatenidoocasióndehablarconnadiequepudieracontactarconNick.Hastaqueempezaraelrodajedeverdad,todoloquehabíaenelinstitutoerapersonaldesegundafila,quenisiquierateníaaccesoalasmegaestrellas.Meimaginéquelainvitaciónhabíasidomeragalanteríayyaniseacordabadelamisma.¡Conloocupadosquedebíanestarlosactores!Así que decidí al salir de clase ir de compras al supermercado, pues yame

hacíanfaltareservas,sobretodo,paraTina.Almarcharmedelcentrocomercial,ungolpeenlapantorrillamediounsobresalto.Habíaunmendigo,sentadoenelsuelo,entrecartonesymantassucias.Mehabíadadoconunatazametálicaenlaquetintineabanalgunasmonedas.—¡DemealgoparaunpobreexcombatientedeVietnam!Di un respingo. ¡Allí estaba Robert! Su aspecto era lamentable. Lucía una

incipientebarbacanosa,supeloestabasucioylargo,yparecíahabermenguadomuchastallasdesdelaúltimavezquelovi.Lopeoreransusojosacuososdeuncolor desvaído. Nome reconoció. Le puse diez dólares en la lata, pero ni seinmutó,volvióavociferarlimosnaatodoelquepasaba,golpeandocuandopodíaenlaspantorrillasdelosasustadosclientes.Mealejérumboalcoche,sindejarde mirar la triste figura que yacía en el suelo. Vi que sacaba una petaca, seechabaun tragoysesecabadespués labocacon lamangade lasuciacamisa.Nuncahabía imaginadoencontrármelo.Soloenmispeorespesadillas temíaunencuentro con él. Desde luego, jamás se me pasó por la mente verlo en eseestado: era un viejo decrépito que mendigaba en la calle, casi ciego, y porfortunaparaél,inconscienteyadesupropiarealidad.Salípitandodeallíyfuiacasaconunnudoenlagarganta.

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Cuando llegué, apenas empecé a colocar las cosas y atender las demandasinsistentesdeTina,cuandollamaronaltimbre.Semecayólalatadetomatedelasmanos.Alabrirlapuertaapareciófrenteamíunamolehumanadealturadescomunal

ycaradepocosamigos.Ibabienvestidoconchaquetaypantalonesnegros.Meentregóunsobre:—LainvitacióndelseñorCampbell.Pasaréabuscarlaalassieteymedia—

medijo,marchándoseactoseguido.Mequedédepiedra.Elmisteriodelacitaestabaresuelto:elseñorCampbell

decidíacuándoycómo,nohacíafaltabuscarle.Mirédenuevohaciaelpasillo,pero el «negrazo» tamaño armario se había esfumado. Abrí el sobre. En suinterior, una tarjeta caligrafiada a mano me citaba a las ocho en el Johnny´sRestaurantque,apesardesunombre,eraunodelosmáscarosyselectosdeLosÁngeles.Meempecéaponernerviosa.Semehabíahechotardeynosabíaquéponerme. Aún me arreglaba, cuando llamaron al telefonillo. El Rottweiler deguardaespaldaso loquefuesemeesperaba impaciente.Corrícomopudeymemontéeneldespampanante«cochazo»,quemeaguardaba,conchoferincluido.El imponente afroamericano se colocó delante. Sus espaldas ocupaban medioautomóvil.Alacercarnosa laspuertasdel restaurantecasi se tiraantesdequepararael

coche para abrirme la puerta. Cuando entré, elmaître me llevó hasta dondeestabaNick,enunamesareservada,quienselevantóalverme.—Graciasporvenir—medijo,altiempoqueestrechabamimano.—Yo…laverdad,estuveapuntodenohacerlo.Pareciósorprendido.—¿Yquélehahechocambiardeopinión?—Noencontrabalaformadedecírselo.Meayudóasentarmegalante,mientrasuncamareroacudióatomarnosnota.—Mealegrodequenopudiera—sonrió—.Ahorayaestáaquí.Laverdadesque,peseamistemores,lacenatranscurriófeliz.Pasaronunos

platos sorprendentes y el vino era delicioso. Nick resultó un conversadorexcepcional:lomismosabíadearteque,deliteratura,estabaaltantodepolítica,comodetemasmásbanales.Enningúnmomentomesentíincómoda.Nohabíaaltaneríaenélnialparecer,interéspormí,salvoelestrictamentecortés.Apenaspreguntó por mi vida, tan solo por algunos aspectos de mi trabajo, cosa queagradecí.Noparecíaunacitaparaligar,sinotansololoquemehabíaasegurado:undesquitedelaccidente.

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La sobremesa y el vino nos llevó a una conversación más fluida y hastaconfidencial.Mepareciócuriosoqueanteunextrañounatuvieramenosreservasqueanteunconocido.Almenos,esomeparecióalprincipio,cuandovolvimosaltemadellibroquemedevolvió.—Veoquetegustaelromanticismo,Julie.—Bueno,vamosaver.Megustasuesencia,comounmovimientoculturalque

buscalabelleza, larebeldía,elgustopor laeducación…porsacar lomejordeunomismo.—¿Esaestuvisióndelamor?—Bueno, todos buscamos un ideal. Un prototipo, el mío sería el de los

caballerosdelsiglodiecinueve,peromodernizados,claro.—Claro.Parecequebuscasalpersonajedeunapelícula.—Pareceunpocofuerte,sí.Nomerefieroaalgoirreal.Merefieroaalguien

quenosea…cómodo.Loque tratodedeciresque loshombreshoyendíasehan vuelto cómodos. Quieren que las mujeres seamos superheroínas: queestemos siempre guapas y arregladas, que trabajemos y ganemos dinero, queseamos seguras y, a la vez, sumisas. Yo, yo no pido eso en un hombre. Meconformoconque seaatento, educado,queesté siempredispuestoacuidardemí, que me defienda y que me respete. Y si es guapo, mejor —reí, algoachispadaporelvino.Creo que hablé sin parar y ni recuerdo lo que dije.Me sentía alegre en ese

instanteporsucalidez.Nickmeescuchóconatención.—Así que ese es tu planteamiento sobre los hombres y el amor. Nome lo

esperaba.Mepareceunamentalidadantiguaymachista.Esaactitudeselprimerpasoparaserunamujermaltratada.Mequedédepiedra.Nopodíanicontestar.Reaccionétorpeyatropellada.—¡Estás por completo equivocado! Solo se trata de un planteamiento

romántico. ¡Nadie me había dicho jamás algo así! ¿Por qué crees que soymachista?Nickmemirófijamenteydioun tranquilosorboasucopadevinoantesde

contestar.ElazuldeCapriresplandecíaenelirisdesusojos.—Julie,¿nuncahaspensadoqueesodeesperarqueunhombreestédispuesto

a gustar, a regalar y a defender es muy injusto y desigual? ¿Qué hay de lasmujeres?¿Acasovosotrasnopodéisdefender tambiénavuestroshombres?¿Ydefenderdequé?Yanosellevairbatiéndoseporahí.Posócongestolánguidoyelegantelafinacopadecristal.—Yo…yo…yomerefería…Nomerefieroaduelosyeso…yo…

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No me salían argumentos. En ese momento me sentía como una auténticaestúpida.Plantadadelantedeuntigre,deunniñatodeHollywoodqueteníatodoloquequeríacasisinesfuerzo,acostumbradoaseradoradoporlasmujeres.¿Porqué había estado hablándole de mi concepción del amor? Ante sus ojos dedepredador sexual podría ser un argumento trasnochado, pero no me sentíamachista.Mesentíacadavezmásincómodaasíqueledijequequeríamarcharme.Enel

instante en el que él pidió la cuenta con la intención de pagar yo saqué mimonedero. No pude evitar que mi voz sonara quebrada y algo desesperadacuando le dije al camarero que pagaba yo, afirmando mi declaración con ungolpedelmonederoenlamesa.Nickvolvióaguardarselacarteraenlachaquetayconunasentimientocomunicóalcamareroquemehicieracaso.Menotabaapuntodellorar.Aguantabaaduraspenas,puesnielescarniode

convertirmeenelcentrodelasmiradasnilapresenciadeNickpodíancontenermiexplosiónsentimentalnilaslágrimasqueluchabanporsalir,yqueapenasmedejaronverlacuentaque,porcierto,eraastronómica.Muertadevergüenza,tiréde la tarjeta. Un cuarto de mi sueldo se iba en la comida. ¡Dios! ¿Qué noshabíamoscomido,elúltimounicornio?Afuera,el frescoparecíaquemarmismejillas incendiadas.Hastameparecía

que andaba torpe como un pingüino. Nick me ofreció galante el brazo, querechacé con un manotazo brusco. Mi bolsito se agitaba como un molino,reflejando la contención de mis nervios. Casi me sentía hundida entre mishombros,puesintentabaportodoslosmediosnolloraranteél.Seríaunsignodedebilidad. Otra humillación que no quería soportar. Apenas podía mirarle.Supongoqueestaríaincómodoantemisilencioymiexpresiónhosca.—¿Quieresqueteacompañeacasaoprefieresandarunpoco?—Me iré a casa, se me ha hecho un poco tarde—absorbí como pude las

lágrimasqueyamedejabanunresquemorsaladoenloslabios—.Creoquemeheresfriado—mentí,alcogerunpañuelo.—LediréaMichaelquetelleve.—Noesnecesario,gracias—respondímohína—.Cogeréuntaxi.—Teencuentrasmuylejosdetucasa—mereplicódulce—.¿Paraquégastarte

undineralsitepuedodejarentupropiapuerta?Apesardequenoqueríapasarunminutomásconél,suargumentoresultaba

convincente.Pormuchoquemehicieralaofendida,teníaquereconocerquenopodíapagareltaxiconloquellevaba.Asíqueaceptédemalaganaymemetíenel coche, seguida deNick.Delante ibanMichael, el negrazo, y el chofer, que

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parecía más bien un mayordomo inglés estirado. Menos mal que durante eltrayecto Nick recibió numerosas llamadas, así no tuvimos que hablar y medediquéamirarelpaisajeurbano.Cuandolleguéamiedificiohabíacontroladoyalosimpulsosimperiososdelloraramocotendido.Estabaseria,peroserena.Nickbajódelcocheparadespedirse.—Sientositehemolestado—medijoconpesar—,meparecisteunapersona

conlaquesepodíahablarconfranquezayesonoeshabitualenmimundo.—Yotambiénlosiento—lamenté—,mehecomportadocomounatonta.No

séporquémeheofendidoasí.—Nointentabaherirtussentimientos.—Notepreocupes.Elvinomehizodecirbobadas.Mentalmente recordé mi mala experiencia con el alcohol, y cambió mi

percepcióndelascosas.—Creoque tehandebidohacermuchodañoparaquecreasquenecesitas la

seguridaddeunhombre.—Parecequesabesmuchodelasmujeres—ledije,alrecordarlaretahílade

romancesqueseleasociaban.Noporalgo,teníafamaderompecorazones.Salíaconactrices,modelosymujeresmaravillosas,aunquenoamabaaninguna.Ledurabanpoco.Lobuenodeélesquenomentíaalrespectoysiempreafirmabaquenoqueríaningunarelaciónestable,asíquequienessalíanconélsabíandeantemanoqueresultaríaunromanceefímero.Perohabíaquereconocerqueerauntragoquetedejaseunhombreasí.Unjovenguapo,inteligente,caballerosoyeducado.Poseíamuchosmásextras,mas¿dequéservíancuandonadielopodíaretener?—Melohepasadobien,Julie.—YYo.Yasínosdespedimos, conuna sensaciónagridulcede loquepudo seryno

fue.

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Laserpienteenlospantalones

—¡Cuenta, cuenta, cuenta…!—me repitió Rosalind con énfasis, seguida deunahistéricaHelen.—¿CómofueJulie?,¿cómofue?¿Cómobesa,quétedijo,tellevóalacama?—Para, para, Helen. ¡Quémente más enfebrecida! No pasó nada. Tan solo

cenamos,hablamosynosdespedimos.—¡Nopuedeser!—chasqueóRosalind—.Algotuvoquepasar.—Fue una cena informal y no hubo romance alguno —les aseguré,

espantándolasconlasmanos,mientrasmeservíacafé.Menosmalqueenlasaladeprofesoresestábamossolonosotras.—Julie,quéaguafiestaseres.Nosprometistecontarnoslosdetalles.Vamos,ni

siquierahemosentradojamásenunrestaurantetanfinoliscomoese.—Yalocreo,comoquemecostóunapasta—solté,apuntodemordermela

lenguaporescapársemeelcomentario.—Peroquédices,¿quépagastetú?—bramóRosalind,conaspavientos.—Bueno,esqueveréis…nomequedómásremedio…Al final, tuveque contarles lo quemehabía ocurrido.Lobienque iba todo

hastaelmomentoenquehablamosdeamor,dehombresymujeres.—Me dijo que era machista y me encontraba a un paso de ser una mujer

maltratada.Oalgoasí—confesé—.¿Creéisqueesasí?—Puesclaroqueno—rechazóHelen—.Alasmujeresnosgustanloshombres

fuertes,quenoscuidenynosprotejan.—Pues claro—confirmóRosalind, a grito tendido—.Yo quiero un hombre

generosoybueno,consentidodelhumorymuyhombre,quemecojaenbrazoscuandomecaiga.Helenyyonosmiramos,alpensarenelpobrediabloquetuviesequecogeren

brazosaRosalind,contodosuquintaldehumanidad.Nopudimosevitarlarisa,alprincipiosutil,despuésincontenible.

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—Vaya,vaya,quégraciosas…osreísdemí,¿eh?—Nosreímoscontigo,Rosalind—ledijesinparardereír.Ellasecontagiótambién.—Mereferíaaunsentidofigurado:Unhombresiempredispuestoaayudarme,

alevantarmeenlosmalosmomentos.¿Quécreíaissino?Y se empezó a reír tanto que se cayó al suelo. Helen y yo intentábamos

levantarla sin éxito y sin parar de carcajearnos, cuando entró en la sala elguardaespaldasdeNick.Cesaronnuestrasrisas.—Señorita Garrett, el señor Campbell le envía sus saludos y le pregunta si

quierevolveracenarconélmañanapararesarcirladesuinoportunadespedida.Las tres nos quedamos como estatuas ante la aparición de lamole humana.

Aún cogíamos Helen y yo, cada una de un brazo a Rosalind, que estabadespatarradaenelsueloconlosojosylabocaespantosamenteabiertos.—Necesitounarespuesta,señorita.—Porsupuestoqueirá—dijoprestaHelen,antemimutismo.—Yapuedeapostarqueesablancairáacenarconsujefe,palabradeRosalind

—dijolaotra,cerrandoambaslacitasinqueyoabrieraelpico.—Lapasaréabuscaralassieteymediaensucasa.Dichoesto,fueamarcharse,perodiounavueltarepentinaynoshizoaunlado

consuavidadaHelenyamí,cogiendoporlassisasaRosalindylalevantócomosifueseunapaloma.Nuestraamigasequedómudaporprimeravezenlavidaylastresvimoscómoelarmarioempotradosevolvíaysemarchabatranquilo,sintenervestigiosdelumbalgianideningúnesguinceenlosbrazos.—Creoquehasencontradolahormadetuszapatos,Rosalind—ledijoHelen,

yniaunasírespondió.El día no terminó ahí. Entre clase y clase me encontré en el pasillo con

Thomas.—¿QuétalJulie?,veoqueestásrecuperada.—Sí,muchomejor,gracias.—No necesitabasmentirme. Con decirme que no querías salir me hubieses

evitadolahumillacióndeahora.Medejóperpleja.—Noteentiendo,¿quéquieresdecir?Yantesderespondersacódesucarteraunarevista.Unarevista impropiade

él,unarevistadecotilleosmuyfamosaenHollywoodporatraparalosartistasensuspeoresmomentos.EnlaportadahabíaunafotodeNickalsalirconmigo

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delrestaurante.Enelinteriorotrasfotosrevelabanmientradaenelcoche.Todasparecíanrealizadasdesdelejos,conalgunacámaraoculta.—Mehadolidomáslamentira,Julie.—Losiento,Thomas—meexcusé,aúnconmocionadaporeldescubrimiento.Esedíamuchagente llevaba la revista, yaquehabíaun interés especial por

Nickyelrodajeenelinstituto.Resultabaterrible.¿Cómopodíahaberpasado?Nuestra cita pertenecía ahora al dominio público. No es que se tratase de unencuentro a escondidas, pero no había calibrado el poder de la fama y lo queconllevaasualrededor.¿SabríaNickquenoshabíanpillado?Porsupuesto,élantes que nadie. Sus agentes y secretarios estarían informados. Durante lajornadameparecióquemilesdeojosmemiraban,quemeconvertíenelcentrodeatención,nosolodealumnosdesenfadadosqueseacercabanapreguntarmepor su astro, sino también de profesores y muchos padres que se habíanacercado,bienporcuriosidad,bienpormorbo.Alguienmehizounafotoyhuídeallí.Decaminoacasamehiceconunarevistaypudeveryleercondetenimiento

laexclusiva.¡Nickpilladoconunaprofesoradelinstitutoenelquerodaba!Micabezasíqueibaarodarconlasmentirasysuposicionesquevertíanloscotillasque decían llamarse periodistas. Por la noche, la nueva conquista de Nickconstituíayamotivodetertuliainclusoenprogramasmásseriosdelatelevisión.Mequeríahundirenelsofá.Aldíasiguiente,Michaelvinoabuscarmedenuevo,sinembargoestavezyo

estabapreparada.Seguíacomounmuroimpenetrableynosoltóniunapalabrademás.Enesaocasión,mellevóalasafuerasdelaciudad,alacasadeNickenlaplaya.Lamismadondenosconocimos,aunquefueseunencuentroaccidental.LaguaridadeNickparecíamásarregladayordenada.Elfuegodelachimenea

ejercía de centro hipnótico en el salón, cuyos ventanales dejaban ver lainmensidaddelacosta.Unacasamuybonita,apesardesercasiunrefugiodeplaya.Ensuinteriorhabíavigasdemaderasnobles,quesegúnmecontóNick,procedíandeantiguosnavíos.Unpardebarrilesderoblehacíandeimprovisadasmesas, en lo que parecía una barra de bar integrada en la cocina. Nick mesorprendió con su faceta culinaria, ya que hacía él mismo la cena. Salteabagambas en un wok con verduras y dados de atún y salmón. También habíapreparadounassalsasyunosaperitivosligerosconunaespeciedehojaldre,queresultaron exquisitos. Descorchó una botella de vino, que tenía un color rojointenso,comolascerezas.Medijoqueprocedíadeunviñedoespañol,propiedad

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de un amigo suyo, que se la había regalado. Sabía buenísimo, lo que era unpeligro,puesmetomédoscopassinenterarme.Contrariamente a lo que me solía ocurrir con un extraño, me sentía muy

cómoda y a gusto. Nick sabía ser un buen anfitrión. Me hablaba mientrascocinaba,de«truquillos»decocina,algúndetalledelrodajeoalgúnrecuerdodesusmúltiplesviajesporelmundo.Setratabadeunhombremuycosmopolita,apesardeserjovenylegustabaconocerotrasformasdevida.Lepregunté, trasprobarloshojaldresyotrosentremeses,dedóndehabíasurgidosuaficiónporlacocina.—Cocinarmerelaja,meobligaaconcentrarmeenloquehago,yalavez,deja

mimente libreparapensar.Cuando tengoqueprepararunpapel suelococinarmucho—rio.—Vaya, nunca lo hubiese imaginado. Amí no seme damuy bien cocinar,

salvohacerensaladas.Loquemásusoeslaplancha,asíquefigúrate.Volvió a sonreír con esa especie de magia que tenía. Le caían mechones

doradosen la frentey sobre lasorejas, comosihubiesepasadomucho tiempoluchandocontra elviento, aunque resultó tan solounmagníficocortedepelo,que le daba ese aspecto de surfista californiano, de chico recién salido de lasolas.—Bonitocorte—lecomenté.—Gracias,tambiénmegustaeltuyo.—¿Deveras?—Sí, nomuchas chicas se atreverían a llevarlo tan corto, sobre todo con el

pelotanbonitoquetienes.—¿Cómo sabes que es bonito, si nome lo has visto largo?—reí,mientras

dabaotrosorboalmagníficovinodesuamigo.—Me lo imagino —sonrió, terminando de servir la cena—. Espero que te

gusteyquetesientasaquímáscómodaqueenunrestaurante.—Gracias,estoymuyagusto.Lodelotrodía…—No tenemos que hablar de ello si te incomoda. Hice un comentario

desafortunado.—No,tranquilo.Estábien.Aceptolascríticas.Esque…nomeveíaasí.Pero

empiezoavermeconotrosojos.Aunqueteaseguro,quenosoynadamachista,comoinsinuasteporserromántica.—El romanticismo no tiene nada que ver con eso, Julie. Es esa especie de

necesidaddesentirtequeridayprotegidaloquemechirríaenunamujer jovencomotú.Nonecesitasaningúnhombreparasentirtecompleta.Elhombreque

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buscas no existe.Todos llevamosun sermezquino ennuestro interior, inclusovosotras.—¿Esoesloquevesenmí?¿Tanvulnerableparezco?—Denuevometensé.—Noeseso.Esqueelhombreperfectonoexiste,Julie.—Puesclaroquesí: lo tengodelante—reí,y lepropinéunapalmaditaenel

hombro.Élseechótambiénareír.—Teequivocas.Solosoyunhombre.Mesobrecogiósuhumildad.Noloesperabadeunaestrelladesutalla.Melo

habíaimaginadomásengreídoyególatra.¿Actuabaparaligarconmigo?Comimos con apetito y fue una velada estupenda. Todo iba como la seda,

hastaqueloayudéarecoger.Enunodeesosmomentos,entretrasiegodeplatosymientras yo no paraba de hablar bajo los efectos de ese vino cereza, élmecogió por la cintura desde atrás y volviéndomeme besó. Fue un arrebato deardor inexplicable, cuando apenas habíamos flirteado hasta esemomento.Mecogióporsorpresa.Supasiónindicabaquequeríamásqueunbeso.Giramossinparardebesarnosydealgunamanerallegamoshastaelsofá.Nicksabíacómobesar y desnudar a la vez. Aunque era apasionado, sus caricias y su abrazoresultabantandulces,quetodoparecíafácil.Perodenuevo,volvióaentrarmeelpánico.Lamaldita canción deMadonnamemartilleó de nuevo con suLikeaVirgin.Mesentíatorpeyavergonzada,¿quépensaríademídespuésdeacostarsecontantasmujeresexpertas?Casimeentraronganasdevomitardelpánico.—Losiento,Nick.Para,para…nopuedo.Nickseparóenseco.—¿Hehechoalgoque…?—No,no…Noerestú.Nopuedo,esoestodo.Ahoranoquiero.Temí su reacción ante tan escueta disculpa, pensé que se ofendería como

ocurrióconSteve.—Vale,notepreocupes—medijo,cogiéndomedelasmanosysesentóami

lado.—¿Quierestomarcafé?¿Darunpaseoporlaplaya?¿Verunapelícula?Tengo

antiguasreliquiasquesonmaravillosas.Ehicimoslastrescosas:tomamoscafé,recorrimosjuntoslahermosaysalvaje

playahastallegaralosacantilados,yvimos—porelecciónmía—CitaenSanLouis de Judy Garland. Me emocioné al escuchar la preciosa canción HaveyourselfamerrylittleChristmas,mientrasélmemirabaseriodesdeelrabillodesusojos.Nopudeevitardoslágrimasfurtivas,queintentéencubrir.

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AlasdosdelamañanaMichaelvinoarecogermeymedespedídeNickconelbeso de agradecimiento más profundo que había dado en mi vida. Lejos dehumillarme,mehabíahechoolvidarmismiedos,nomehabíapreguntadomásyseportócomounauténticocaballero.Nopodíahaberunhombremásperfecto.Demasiado para ser verdad. ¿Qué había bajo su advertencia de que era unhombrecomootrocualquiera?Poralguna razón,me sugería aquienes ibanen loscarrosvictoriososde los

romanos, recordando al héroe su mortalidad, por si se envanecía demasiadofrentealasmultitudesrugientesqueloaclamaban.Mementomori:recuerdaquemorirás.¿Seríaesesufrenocontralasoberbia?¿Unavisodequepeseatodoloqueteníayhabíaconseguidoera,talycomohabíadicho,solounhombre?Al día siguiente, a pesar del madrugón, me sentía pletórica. Esquivé como

pudeamisamigas.Menosmalquehabíamuchotrabajoymeescaqueéparanotenerquecontarminuevahuida.Almenoshastaelalmuerzomesentíaasalvo.AquiennopudeesquivarfueaThomas.—Julie,¿podemoshablar?Miréansiosaamialrededor.Mecogióapuntodeentrarenmipróximaclase,

peroparecíaqueeraimportanteparaél.Fuimosaunaulavacía.Thomascerrólapuertayelruidoensordecedordeloschicosquecorríanyhablabanporelpasillorumboasusclasessemitigó.—Ayernopudehablarbiencontigo—medijo—.Noqueríadartelasensación

de que estaba enfadado. Solo dolido, aunque lo entiendo. SiMimiGumpmehubieseinvitadoacenar,quizásyohubiesehecholomismo.—Lo siento Thomas, de verdad. Tenía que haberte avisado, no fue

premeditado,créeme.Todosurgiómuyrápido.—Loentiendo,loentiendo.Estodelasestrellasyelrodajeesunalocura—rio

nervioso.—Tengoqueiraclase.—Lo sé, no quiero entretenerte. Solo quería preguntarte si quedamos para

comeroloquesea,porejemplo,elsábado…Sitevienebien,claro.Mirésusojostímidoseimpenetrables.Eraunhombredifícildevalorar.Nunca

podíaestarsegurade,siseofendíagravementeosialgonoleimportabalomásmínimo.—Claro.Quedamoselsábadoparaalmorzar—mepareciólomenospeligroso.—Muybien,elsábadoalauna.—¿Enelmismositio?—EnelPolloLoco.

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—Deacuerdo.Ymefuinerviosa.Nomeapetecíaalmorzarconélpero,porotraparte,sentía

queledebíauna.RosalindyHelenteníanrazón.Yonosabíadecirno.Enelalmuerzonopudeesquivaraambas,quesesentaronrápidasjuntoamí,

cadaunaaunlado,porloquenomequedóescapatoria.Sobretodo,enelcórnerdeRosalind.—¡Venga, desembucha! —me dijo, moviendo su mano como si fuese un

abanico.—Nopasónada.Nopasónada,ynopasónada.Helenpusocararara.—Julie, nos preocupas. ¿Te invita otra vez a cenar y no tienes nada que

contarnos?Suspirédefastidio.Cuantoantesterminara,mejor.—Estábien.El«negrazo»esemellevóhastasucasa,queseencuentraenla

playa.Lamismadondenosconocimoscuandomegolpeóconsutabladesurf.Cenamos,dimosunpaseoporlaplaya,vimosunapelículadeJudyGarlandyalastresdelamañanayadormíaenmicamita.¿Contentas?—cogíalientoporlaretahíla.—Ahorame lo explico: una película de JudyGarland. Ese chico es gay—

sentencióRosalind,altiempoquesemetíaunabuenaporcióndesucomidaenlaboca.—¡Noesgay,porelamordeDios!¿Porquétienenquesergaisloschicosa

losquelesgustanlosmusicales?—EstoyconJulie—meayudóHelen—.Yocreoqueelproblemaesnuestra

amiga—ymeseñaló.—¡Vale!Loconfieso.Merajé.Merajédenuevo.Elchicoquisoacción…—Comoesnormal—mecortóRosalind.—Peroyonoestoypreparada.Noloestoyaúnynosésiloestaré.Nomeva

el«aquítepillo,aquítemato»,¿vale?Niconuntíocomoél.Entendedlo.—Julie,noteenfades—dijoRosalind—.Claroqueteentendemos.Unnoes

unnoypunto.Solohayquelanzarsecuandounaquieredeverdad.Loquemepreocupa, bueno, lo que nos preocupa—dijomirando aHelen—es que sigasaún tan colada por Steve que te frenes cada vez que tienes la oportunidad devolar.—¿Quédices?—memosqueé.Nohabíaesperadoesegiro.—LoquequieredecirRosalindesquenoeshoradesercobarde,eshorade

serfeliz—apostillóHelen.

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—Bueno,chica.Quenosalegramosdequepasarasunabuenavelada.Ynosparecebienquenoliguesconalguienqueacabasdeconocer,noqueremosqueseasunacualquiera.Loquequeremosesquemeditessi loqueteocurreesundeseosincerodeamardeverdadsoloaquientúquierasoesunmiedocervalarelacionarteconloshombres—siguióRosalind.—Sitienesalgúntrauma—completóHelen.—Estábien.Tenéis razón.Yomismame lopregunto.Esechicoesperfecto.

Demasiado, eso es lo queme escama.Y sí, podía haber echado un polvo, unsimplepolvo, sin complicarmemás.Ahorapodría contar que estuve conNickCampbellynosentirmecomosihubieseperdidolaoportunidaddemivida.—Pueslodecontarpodríahabersidohastaunnegocio—dijoRosalind—.No

veasloquepaganenlascutrerevistasesasporunaexclusiva,sobretodosihaysexoymorbo.—Oh,vamosRosalind,yonosoydeesas.Además,elchicomequisoresarcir

porelaccidente.¿Quéclasedepersonaseríasimiaprovecharadesufamaparacontarsusintimidades?—Esoesloqueocurre.Eresdemasiadohonesta,Julie.Perorecuerdaquetodo

elmundonoesasí.Alfinyalcabo,losactorestambiénjueganconesetipodeprensaysebeneficiandesuspropiosescándalos.Amuchosloquelesimportaesquehablendeellos,aunqueseamal—sentencióHelen.—¿Quieresdecirquemeestáutilizando?—Solotedigoquepiensesqueélpuedebeneficiarsedesalircontigo,además

desumarunaconquistamás—insistió.—¡Tonterías!¿Paraquéquerríautilizarme?—Esonuncasesabe—dijoRosalind,levantándose.—Noosentiendo.Antescasimeechabaisasusbrazosyahoramedecísque

espeligroso.—Él no —señaló Helen—, es su entorno. Él se mueve en un mundo

competitivo.Orbitaenotraesfera.Suvidadadecomeramuchoscomentaristasy cotillas. Si te metes en su mundo, puedes salir herida. Tú no estásacostumbradaaquetesigan,niaqueseventilentuscuestionespersonales.Tenen cuenta que, si sigues saliendo con él, estarás en el ojo del huracán. ¿Estáspreparada?Mequedéperpleja.—Enprimerlugar,noestoysaliendoconél.Hequedadodosvecesacomer,

supongoporquesesientesoloenesterodajeymehaconocido.Ycomodecís,somosdemundosopuestos.Yosoyprofesoraynocreoniporun instanteque

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nadie pueda imaginar que soy la nueva novia de Nick. Eso les va más a lasactricesyalasmodelos.Enfin,quenodebéispreocuparos,porquellevolospiesbienancladosenlatierra.—Aleluya—canturreóRosalind,ymeestampóunsonorobeso.Cuandome fui tenía sentimientos encontrados. Por una parte, desechaba la

posibilidad de mantener algo serio con Nick. Él y su mundo parecían másinaccesibles paramí que el propio Steve enmi adolescencia.A la vez, era elhombre más educado y cortés con el que había estado. No había rastro devanidad ni egolatría en la persona que más podría acumularlas. En realidad,resultabauna lástimanohaberleconocidoenotrascircunstancias.¿Porquénopodría haber sido un profesor o un oficinista o siquiera un albañil?Ahora noconstituía el hombre, la persona, lo que le hacía tan distante a mí, sino suprofesiónyelambientequeloenvolvían.Hubomássorpresasesedía.Cuandosalídelinstitutoyaliracogermicoche

tuveunsobresalto:Brendameabordódeimproviso.—Hombre,siesladulceJulie.—¿Quéhacesaquí?Sabesquenopuedesestar…—¿Quénopuedoestarenelaparcamiento?Lacalleespública.—¿Quéquieres?—preguntérecelosa,viendosusojosbrillantes.—Nada,solosaludaralagran«zorrita»deJulie.Vaya,ahorahasconseguido

unapresagrande,¿eh?—¿Quédices?Vasdenuevoborracha.—Estoy muy sobria, mala pécora. Por tu culpa me echaron del instituto.

Necesitabaeseempleo.—¿Pormiculpa?Temetistetúsolaenlabocadellobo.—Nohicenadamalo.Sinohubiesesidoporti,nomehubiesendespedidoy

ahorapodríaestarformandopartedelrodaje.Resultabaclaroquenadadeloquedijerapodíahacerlacambiardeopinión.—Metengoqueir.Déjameentrarenelcoche.—¿Qué,tienesotracitaconNickCampbell?—suvozcambióysehizomás

melodiosa.—Nosédequémehablas.¿Quieresdejarmeyadeunavez?—Sí, claro. Yo no te hago nada. Quién lo iba a decir: la mosquita muerta

saliendoconunaestrelladecine.Ynounaestrellacualquiera…¿Quélesdasaloschicos,Julie?Seguroqueeresunapervertidasexual.Cerrédeunportazoyarranquéelcoche,mientrasBrendasereíaconmalicia.

A estas alturas ya la conocía demasiado para saber que tramaba algo. Había

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acudidocomolamoscaalamiel,anteloqueveíacomounaoportunidad.Brendaeracomounaserpientedentrode lospantalones: imprevisible, fríay

peligrosa.

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Caballosdesbocados

Porfortuna,novolvíaveraBrendaentodalasemana.Tampocotuvenoticiasde Nick, que enfilaba los últimos días de rodaje. De todas formas, él habíacumplido:meresarciócondoscenas,tantoporelaccidentecomoporlomalqueacabó la primera cita. Sin embargo, no dejaba de preguntarme, si acaso habíaperdidointerésrealenmídespuésdeminegativaaacostarmeconél.Puedequele fastidiaraelplande lanocheynoquisiera repetirotrochasco igual.Estabaclaro que las estrellas como él no sufríanmuchos problemas por llevarse a lacamaa lasmuchachasque secruzabanpor suvida, sinesperar auna segundacita.Yyoseguíasinentendercómoalguiensepodíaacostarconotrosinapenasconocerlo.Lasemanasemehizolargaytediosa.RosalindyHelenmedejarontranquilay

yomedediquéadarmisclasesyaseguirconmirutinadiaria.Habíaasimiladoquequedaría conThomas.Yaunqueeraunhombreencantadoryhabíahechomuchopormejorar,sabíaquetardeotempranoledaríacalabazas,puesleveíasolocomoauncolega.En realidad, me estaba anestesiando. ¿Tendrían razónmis amigas y tras un

amordesaforadoporSteveyanoposeíacorazónparanadiemás?¿Quéseríadeél? Ya no me importaba. Pero cada vez que pensaba en él sentía una levepunzada en el corazón. El primer amor nunca se olvida. Aunque acabe endesastre.¿Eraeseabismoelquemepodíaempujaraserunamujermaltratadacomo me dijo Nick? El hecho de no desterrar del todo a Steve de mispensamientos a pesar de todo el dañoquemehabía causadoparecíaquedabarazonesasuargumento.Sinembargo,habíaalgoqueyosabíaqueahoraparecíadistinto:noestabaenamoradadeSteve.Tansoloamabalaimagenplatónicaqueme hice de él enmi juventud.Al Steve idealizado que no era real: el que yohabíaimaginadocomoqueríaquefuese.Mehabíaenamoradodeunailusión,de

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un concepto, y por eso,me resultaba tan difícil relacionarme con hombres deverdad,cuyossentimientosyemocionesnopodíacontrolar.Reconocí con horror que todos esos años había estado enamorada de una

quimera.Poreso,elmismoStevenomellenaba.TalvezdebíadarunaoportunidadaThomas.Sinembargo,nopodíadejarde

pensarenNick,aunquecontinuamente loapartarademimente.Seguroque loquemeatraíadeélresultabaotrailusión.Comoéldijo:erasolounhombre,contodassusgrandezasymiseriasaparejadas.¿Erayounadependientedelamor?Noqueríapensarquefueseasí.Poreso,el

viernes ya estaba mentalizada que o cambiaba o la vida me seguiría dandomuchosdisgustos.Parecíaqueyonoestabadestinadaacumplirmissueñosymediporvencida.EnelalmuerzocoincidíconHelen.—¿Quéhaydetupríncipe?—Creoquesehaconvertidoenrana.—¿Nohavueltoacontactarcontigo?—No—dije con un encogimiento de hombros. No pude evitar un deje de

tristeza—. De todas formas, no era para mí, Helen. Llevamos vidas muydistintas.—Bueno,almenoslohasconocido.Hasestadoconél.Ereslacomidilladel

instituto—dijomirandoalrededoryajustándoselasgafas.En realidad,yame sabíael focodeatencióndeprofesoresyalumnosdesde

que me invitó a cenar la primera vez. Lo malo es que también trascendió aldominio público, gracias a las fotos e imágenes que tomaron de nosotros a lasalidadelrestaurante.Mesentíaunbichobajoelmicroscopio.Inclusoalgunasdemisalumnassintieronunagranaversiónpormí,puesleshabíaarrebatadosuilusiónde juventud: salir conNick.No entendíanquehubiesepreferido a unaprofesoramás«vieja».Sí,asímedefinían.Enfin,penséquelomejoreradejarlopasar,yasecansarían.Alasalidadelinstitutounospaparazzimepersiguieron.Enmividamevimás

angustiada,descontandolanochequeRobertmeatacó.Cuandolleguéamicasa,sentía una leve taquicardia. Mi hermano me había dejado un mensaje en elcontestador:mepreguntabacómohabíaconocidoalactordemoda.Micuñadayélsehabíanquedadoperplejoscuandonosvieronenunprogramadecotilleosdela televisión. Me quería morir. Otra vez Julie en el centro de la diana y delchismorreomalsano.Terminabadeoírsumensajecuandoeltimbredelteléfonomesobresaltó.

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—Hola,Julie.¿Quétalestás?—¡Nick!¿Cómosabesminúmero?—Contrato secretariasmuy eficientes—rio—. Perdona que no haya podido

llamarte antes. Hemos trabajado a contrarreloj para terminar el rodaje en elinstituto.Apenashetenidotiemponidedormir.—Notepreocupes.Enrealidad,noesperabaquemellamaras.—¿Deverdad?¿Yeso?—Déjalo,carecedeimportancia.Entonces,¿habéisterminado?—Sí. Nos quedan un par de días para rematar algunas cosas. Creo que el

martesyanosmarcharemosyosdejaremostranquilos.Nosupequédecir.—Te llamaba para que me acompañaras mañana sábado a una fiesta. El

productordelapelículahaqueridoinvitaralosactoresyalpersonaldelrodaje.Vendrámuchagentedeestemundillo.Megustaríaquevinierasconmigo.—Yo… no puedo Nick. No creo que sea buena idea. No encajo en ese

ambiente,deverdad.—Por favor, Julie. Si no vienes tendré que aguantar a la tonta deMimi y a

otraspeores.—Asíquequieresquehagadecarabina—reí.—Más o menos —rio también—. Necesito a alguien con sentido común.

AlguienquenoestécontaminadodelStarsystem.—Ay,deverdadqueno,Nick.Nosabríaquéhacer.—Julie,esonoesverdad.Eresunamujerinteligente,unagranconversadoray

unapersonaconlospiesenlatierra.Noteimaginabacobarde.Esome llegó al ego yme recordó el consejo deHelen.No era hora de ser

cobarde, sinodeser feliz.En realidad,meapetecíaquedarconél.Ymehabíavueltoallamar,¿no?—Deacuerdo.Peromedebesuna.—Teestaréeternamenteagradecido.Terecojomañanaalmediodía.—Muybien.Hastamañana,Nick.—Hastamañana,Julie.Meencantabacomopronunciabaminombre,conunacentotanbritánico,tan

europeo…Tinasesubióa lamesareclamandoatenciónylacogíenbrazos.Necesitaba

relajarme conmi amiga peluda. De pronto caí en la cuenta de que el sábadohabíaquedadoconThomas. ¡PobreThomas!Denuevo tendríaquecancelar lacita. ¡Dios! ¿Cómo lo encontraba?Desconocía su teléfono y las clases habían

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terminado.Mepusehistéricaymemarchécorriendodenuevoalinstituto.Consuerte igual trabajabaaúnensudespacho.Peroyasehabía ido.Sehabían idotodos. Solo me encontré a Roger, el canoso profesor de química, que semarchabaya.—Esviernesporlatarde,Julie.Yanohaynadie.—¿YelseñorCole?—Tampocoyme temoqueno loencontrarás,aunque lo llames.Seha idoa

pescarconunosamigosestefindesemana.Disfrutadeltuyotútambién.—Esimportante.¡TengoquelocalizaraThomas!—¿Levalavidaenelloolatuya?—Claroqueno,pero…—Entoncesnoesimportante,chiquilla.Vamos,veteya.Cuandoregreséacasayapasabandelasdiezdelanoche.Nosabíaquéhacer.

LlaméaHelen,puesRosalindlosviernessolíaquedarconsushermanasparasureuniónfamiliaryesoerasagradoparaella.Lapilléalparecer,enungimnasio.Sefueapartedondelamúsicanosonaba

tanto.Suvozllegabaentrecortada.—Dime,Julie,¿quéocurre?—Oh,Helen.Nickmehavueltoallamarymehainvitadoaunafiesta.¡Yme

he olvidado de que había quedado con Thomas! Necesito hablar con él. ¿Nosabrássuteléfono?¿Quévoyahacer?Noquierodarleotroplantón.—Cálmate,Julie.Notengosuteléfono,peronotepreocupes.¿Dóndehabéis

quedado?—EnelPolloLocoalauna.—Puesmeacercaréallíyhablaréconél.Almorzaréconélsiesprecisopara

quenopierdalareserva.—Helen,¿deverdadharíasesopormí?—Pues claro, tonta. Le explicaré a Thomas lo que ha ocurrido, que querías

contactarconélyeso.Tellamaremossiesprecisoparaquetedisculpesconélysiquiere,comemosjuntos.—Gracias,Helen.Eresuncielo,¿deverdadnoteimporta?—Laverdad,noesquemeapetezcacomerconThomas,aunquetampocohe

hechoplanes.Además,noquieroquepierdasesacitaconNick.¡UnafiestaenBeverlyHills!Cuéntanostodoslosdetallesdelosfamosos.—Tedebounamuygrande,Helen.—No es nada, aunque la próxima vez, acuérdate de pedir el teléfono a tus

citas.

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MialiviofuemayúsculograciasaHelen.Quégranamiga,yamedisculparíacon Thomas en sumomento. Quedaba otro obstáculo: ¿quéme ponía para lafiesta? Me sentía como un potro desbocado en esos momentos. Llamé a micuñada, que se mostró encantada de ayudarme. De paso, obtuvo informaciónsobremisencuentrosconNick.Estabamuycontentapormí.Adiferenciadelasotrasexcuñadasquetuve,Francescaeraunauténticoencanto.Medejóunvestidomaravillosoblanco,conbordadosyadornosplateados,que

lo hacían brillar como una joya.Me quedabamuchomás ajustado que a ella,sobretodo,enlazonadelospechosylascaderas,yaqueeramásesbeltayaltaque yo.Al ser un trajemuy largo, no se notaba apenas queme quedaba algocorto,comparándoloconlalánguidacaídaquelucíacuandoFrancescasevestíaconél.Perolaverdadesquemesentabagenial.Micuñadameayudótambiénpeinándomeunmoñoitaliano,muy«sesentero»

ymullido.Meprestó algunas de sus joyas: unos pendientes y un brazalete deplatino, a juego con los hilos plateados del vestido, discretos y elegantes. Lomalo es que no calzábamos el mismo número de zapatos. Yo, como buenaamericanateníalospiesmásgrandesqueella.Menosmalquemeacompañóavariaszapateríasqueconocía,hastaquedimos

conlosadecuados,quecostaronunpotosí.Mediporsatisfechaymeadmirédeque ella en el poco tiempo que llevaba en Los Ángeles conociera mejor lastiendasylugaresdemodaqueyo.

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Nidodeavispas

EstavezNickvinoabuscarmeenpersona,sinintermediarios.—¡Guau!—exclamó—.Estásdeslumbrante.—Gracias—lesonreí.Y le di otras graciasmentalmente ami cuñada porque ya nome sentía tan

cortada por ir a un «fiestón» lleno de estrellas. Nick estaba tambiénimpresionante. Llevaba un esmoquin oscuro de un diseñador solo apto parabolsillos pudientes, como todo ungentleman. Entendía ahora por qué siempreestabaen la listade losmáselegantesydeseados.Susgafasahumadasnomedejaban ver sus bonitos ojos azules. Sus pensamientos estaban pues,resguardadostrasellas.Enestaocasión traíaundescapotablenegro,unFerrari impresionanteconel

quenosdesplazamoshastalaciudaddeBeverlyHills.RecorrimoselBoulevardWilshireyenfilamosunacarreteraalospiesdelasmontañasdeSantaMónica,donde se encontraba lamansiónen laque suproductor,SamSheiffer, daba lafiesta.Alllegaralaentrada,unmozoseencargódelcochedeNick.Antesdeentrar

por la puerta ya nos servían una copa. La casa estaba llena de camareros ypersonalqueatendíanalosinvitados.Cuandoentramostodofuerondeferenciascon Nick. Yo temblaba bajo los guantes blancos que me dejó mi cuñada,mientras cruzábamos el salón agarrada a su brazo. Nick debió sentir mitembleque,puesmeapretó lamano, infundiéndomeconfianza.Sheiffervino arecibirnos.Mesaludóalgosorprendido.Alpareceryonocuadrabamuchoconlosgustosdesuactor,sinembargo,semostrócordial.Alfinyalcabo,siveníaconél,erasuchica.Nickmepresentóainfinidaddepersonas.Muchas,desconocidasparamí,pues

formaban parte del equipo técnico del rodaje. Otros, me resultaban rostrosconocidos: presentadores de televisión, banqueros de renombre, empresarios

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adinerados, y actores y actrices, tanto de series como de cine. Vi además amuchas estrellas. Me tembló el pulso al saludar a Harrison Ford y a JackNicholson.ConquienmeemocionédeverdadfueconElizabethTaylor.Estabayamayorycorpulenta,aunqueseguíasiendotodaunaseñora.Apenaspuedorecordartodoslosdetallesdeesaocasión,puesigualquequince

años atrás, cuando fui a la fiesta de Steve y Stela, me pareció estar en unanebulosa y muchas cosas se me pasaron por alto. Esta vez, parecía flotar,agarrada del brazo deNick. Todo desfilaba antemí como un sueño. Pero lossueñostambiénpuedenconvertirseenpesadillas.Apareció Mimi Gump, acompañada de otra joven actriz, Emma Johnston,

pidiendoatenciónaNick.Selollevaronsinquepudierahacernada,asíquemequedé sola entre la multitud de gente refinada y famosa, que comía y bebíaalegremente. SamSheiffer apareció y no parecía disimular su disgusto pormipersona.—Así que tú eres la profesora que tienes engatusado a nuestro Nick—me

habló, intentandoseramableentreunasonrisamásparecidaaunrictus.Cogióunacopadeunadelasbandejasdeloscamarerosquepasabanymelaofreció.—Nogracias—rechacé,alrecordarlosefectosqueotrascopastuvieronsobre

míeldíadelafiestadeSteve.—¿Lovuestroesserio?—¿Cómo?Noloentiendo.—Sieressunovia,coño,¿nohabloclaro?¿Oeresunpasatiempopasajero?—Nilounonilootro—contestéseca.—Notelotomesamal,muñeca,entiéndelo.Estoesunnegocio.Nickesmás

valiososolteroysincompromiso.¿Entiendes?Veobienqueligueporaquíyporallá, es un semental, está en sumejormomento.No quiero líos serios.Ahoratienecontratosimportantesdepormedio,¿entiendes?—volvióaapurarsucopa.Parecía que hablaba a una tonta o a una sorda, pues tanto «entiendes»,me

estabaponiendonerviosa.—Bueno.EntreNickyyosolohayamistad,perocreoqueesmejorqueloque

mehadichoselodigaaél,¿entiende?Memiróconcaradepocosamigosysemarchó.Nickseguíafagocitadopor

Mimi y un grupo de jóvenes actores y actrices que reían, tal vez comentandoalgunaanécdotadelrodaje.Decidíiraloslavabos.Mientras me retocaba en el barroco espejo, la amiga de Mimi, Emma, se

empolvólanarizamilado.—Nickesadorable,¿verdad?

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—Sí.Esmuyagradable.—Nohaymuchoscomoél—siguió—.Esguapo,inteligenteyamable.Emmagastabaunavocecilladecolegial.Enrealidad,parecíamásjovendelo

queera.Tambiénvestíadeblancoyparecíaunparajillollenadehuesos,delicadacomounabailarina.Poseíaunatezblancamaravillosayelcabellocolorcanela.No se trataba de una gran belleza como muchas de las actrices que seencontrabanenlafiesta,peroteníaalgoespecialquelahacíamuyatractiva.Talvezeseencantoinfantileinocente.Fueunaimpresiónfalsa.—¿Quieres?—meofrecióunacajitadoradaqueabriófrenteamisnarices.—No—exclaméaterrada,alversucontenido.Se encogió de hombros y haciendo dos rayas esnifó la cocaína.Después se

limpiódelicadamenteconunpañuelo.—Esunamanteestupendo.Meacostéconél.Perocréeme,no repitenunca.

Encuantofollesconél,olvídate.Medejónoqueada.Cuandosalí,DavidBowie,eraaclamadomientrassubíaa

unescenariocolocadoentreelsalónylosjardines,conunavistadelascolinasyla ciudad, impresionantes.CantabaEstono es América. Llevaba el pelo largocasi hasta los hombros.Guapísimo. Por ese hombre no pasaban los años.Mesentíatanabsortaquetropecéconalguienymedisculpé.¡EraMerylStreep!Menos mal que, entre aquella farándula había asimismo, gente sensata y

equilibrada.Nick,entreellos.Mepreguntaba,aligualqueloharíamuchagente,quéhabíavisto enmí. Imposibleque se enamorase aprimeravista ennuestroprimer encuentro en la playa. ¿Por qué ese hombre mostraba interés en unainsulsa profesora cuando disponía de un plantel de mujeres estupendas, queposeíanmásseseraqueMimiyEmma,talycomohabíadescubierto,hablandoconalgunasdeellas?NotodoestabapodridoenHollywood.Cuando Nick me llevó de vuelta, pasamos por zonas donde más valía no

bajarsedelcoche,nisiquieraalaluzdeldía.ElmismoHollywood,antañoMecadoradadelcine,mostrabaen1997sudecadencia.Bazaresasiáticos,prostitucióny cierta delincuencia deslucían el lugar donde brillaron tantos artistas aprincipiosdelsigloXX.LosÁngeles estaba integradopordistintosdistritosqueparodiabandesde lo

queseconsiderabaelparaísoaloquepodíaserelinfierno.Eratambiénunlugarduro, sobre todoparaquienesalbergabansueñosde fama.Lamayoríadeellosacababan estrellándose como pájaros contra un cristal. En cambio, a mi ladoteníaaunhombrequelohabíaconseguidoprácticamentetodo.Inclusoparecíaatentoyamable,sinrastrodevanidad,loquelehacíamássospechososicabe,a

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mi mente. ¿Qué había tras Nick Campbell o quién era Nick Campbell? Enrealidad,desconocíatododeél.—Estásmuycallada—medijo,mientrasconducíaporelBoulevard.—Hasidotodaunaexperiencia.—¿Buenaomala?Hiceunapausa:—Hahabidodetodo.Emma…bueno…—Esunabuenachica,aunqueestáida.Tomacocaína.Esunapena,podríaser

unabuenaactriz,peronotienearrestosporsímisma.—Medijoque…salisteisjuntos…—Soloestuvimosuntiempocorto.Nomegustanlosadictos.—YMimi…—¿Estoesuninterrogatorio,Julie?—rio.Noparecíaofendido.—No. Es que no sé nada de ti.No te conozco, no conozco a tu familia, ni

siquierasésitevolveréaver.Sequedócallado.Elcocherugíaalenfilarlacarreteraysalirdeldistrito.Yo

memordílalengua.¿Porquélehabíadichoeso?¿Acasoteníaderechoasabersobre suvida?Leacababadedecirquenoconocíaa su familia.Mesentíunacarca. Desde luego, si se asustaba, sería con razón. No estábamoscomprometidos,solohabíamossalidotresvecesjuntos.—Losiento.Noqueríainmiscuirmeentuvida.Noséporquélohedicho.—MispadresvivenenEuropa.TengoalgunafamiliaaquíenEstadosUnidosy

sitesoysincero,nosésinosvolveremosaver.—Loentiendo.Yquébien…enEuropa.Yonuncaheestadoallí.—¿Nuncahassalidodelpaís,Julie?¿Tampocotraslauniversidad?—No.Nohetenidoocasión.—¿Porqué?Eresunamujeralaquelegustalaculturayconocersitios.—Digamosquemividasecomplicó.—Sinoquierescontármelo,locomprendo.DejábamosmuyatráselletrerodeHollywood,quetantogustabaalosturistas.—Esqueesmuydifícilparamí.Hacequinceañostuveunaccidentedecoche.

Estuve a punto de quedarme paralítica. Me llevó un lustro recuperarmetotalmenteytuvequeafrontarmuchosgastos.Enelaccidentemurióunhombreyyo…—Nopudecontenermeylloré.Nicksepusomuypálido.Aminorólamarcha.—Losiento,noteníaniidea…

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—¿Cómo ibas a saberlo? Es algo que llevomuy dentro demí yme torturacadadía,aligualqueeldañoquelehiceaunpobrechico.¡Heheridoatantaspersonasenmivida!Perohasidosinintención.—¿Quéocurrió?—notéuncambioensuvoz.—FueenNochebuena.Bebímásdelacuenta.Noestabaacostumbrada,pero

intentabaconsolarmedealgohorriblequemeocurrió.—¿Quétepasó?—Undesengañoamoroso.Noquierohablardeltema,Nick.Poralgunarazón,Nicksabíasacarlopeordemí.Yyonoeraconsciente.—Me has dicho que también le hiciste daño a un pobre chico. ¿Fue en el

accidente?—No.FueduranteunafiestadeHalloween.—¿Y?La carretera parecía infinita.Ahora bordeábamos la costa yNick le daba al

aceleradorcomoconrabia.—Lodejétiradocuandomásmenecesitaba.—Metienesentreascuas…Suspiréconfastidio.Talvezmequitaraesaespinahablando,talcomomepasó

conElisabeth.—Unpiradoqueahoranovienealcaso,lodesnudóyatóaunárbol.Intenté

ayudarle,peronoencontrabanadaparacortarsuscuerdas.Ungrupodejóveneslo vio y se ensañaron con él.Aunque no podía hacer nada para evitar que lovieran, tenía que haberme quedado con él y defenderlo. Él lo había hecho enotrasocasiones.Sinembargo,mefui,lodejéparamarcharmeconelchicoqueyocreíaqueamaba.¿Contento?—¿Porquélohiciste,Julie?—¡Porqueerajovenyestúpida!—grité,sacandotodamirabiadetantosaños

acumuladacontramímisma.Ylloréconamargura—.Nuncapudedecirlequelosentía, que estaba muy arrepentida de haberle abandonado. ¡Ojalá lo hubierahecho,entoncessemarchóynuncamássupedeél!Pudepedirperdónalamujerdelhombrealquematéenelaccidenteycréeme,fuecomosimequitaranunalosadeencima.Aúnmequedaotra.Nick siguiópálidoymuycallado.Notaba sumandíbula cerradacondureza.

Noseloreprochaba.Acababadedecirmelopocoquelegustabanlosadictosyahora yo le confesaba que habíamatado a un hombre, emborrachándome porotro.Yquehabíasidocruelconunchico,cuandoélmismomereprochóunavezquelasmujerestambiéndeberíamosdefenderles,talycomoesperábamosdelos

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hombres.¿Quépensaríaahorademí?¿MeveríaaúncomolaJuliesensata,ladelospiesenlatierra?—Siesamujerdelaccidenteteperdonó,estoysegurodequeesechicoharíalo

mismo,¿nocrees?—Debopagarconcrecesmisdebilidades,Nick.—Lodicescomosituvierasunadeuda.—¿No crees que todos acabamos pagando de alguna forma los daños que

causamos?—¿Creesquehaspagadoya,Julie?Callé.Habíapagadolosuficiente,perotalveznotodo.—Deberíasconfiarmásenlagenerosidaddelagente.—¿Nuncahashechodañoanadie,Nick?¿Nohasodiado?—Odiaresunapalabramuyfuerte.Ynuncaseestálibredehacerdañoono.

Desdeluego,deformaconscientenohehechodaño.Talvezalgunasmujeressehansentidoofendidasporquenoleshedadoloqueesperaban,aunquenuncalasengañé, siempre fui sincero respecto a mis intenciones. Solo que algunascreyeronquedespuésdeacostarmeconellasmissentimientoscambiarían.—Entonceshehecholapreguntaincorrecta:¿nuncahasamado?Frenó bruscamente ante un semáforo en rojo. El chirrido de los neumáticos

resonóhastaenArizona.—Esaesunapreguntacontrampa.Unavezcreíenelamor.—¿Ahorano?—No.Elamoressolounailusión.Enrealidad,noexiste.Porlomenosenel

sentidorománticoquetantotegusta.Hayatracción,deseo,pasión,sinembargoelamoresunsentimientoadolescente,noesracional.Poresonodura.—Vaya.Creoquetehanhechomásdañoqueamí.Sonrió.Creíveramargura.—Unavezpenséqueestabaenamorado.Perodespertéalarealidad.Creoque

lomejoressersincero.Somosadultos,¿no?Yasabemosloquehaydetrásdeloscaramelos:caries.Parófrenteamiedificio.Casihabíamosvolado.—¿Nocrees que algúndía te cansarás de ir demujer enmujer?Llegará un

instanteenqueningunategustará.—Bueno,creoquedemomentopodrésoportarlo.Habíaironíaensumiradayensusonrisa,ytambiénundejedetristeza.Yome

había sincerado con él, pero él no había soltado prenda sobre su descalabro

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amoroso, salvo su confesión honesta de usar a las mujeres. Por mi parte, yotampocolehabíahabladodemiadicciónaSteve,asíqueestábamosenpaz.—Supongoqueestoesunadiós—ledije.—Esposible.Noquieromentirte,Julie.—Vale,yamehasdicholoqueteocurreconlasmujeres.¿Sabes?Dealguna

formasomosiguales.Arqueólascejasintrigado.—Somos incapaces de amar. Por distintos motivos, sí. Pero nos hemos

anestesiadocontraelamor.—¿Túnoamas?—seasombró.—Amí tambiénme rompieron el corazón y comparto contigo que el amor

idealizadoesunailusión,aunquequierocreertodavíaquehayalguienespecialenalgúnlugaresperándome.—Deseoqueloencuentres,Julie.—Gracias.Ynosdimosdoscastosbesosen lamejilla.Asísefuedemivida,deforma

inesperada, tal y como entró. Nunca me imaginé que hallaría en él un almagemela.

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Elmundoesunapeonza

El lunes siguiente me enfrenté a la realidad. Tenía que hablar con Thomas ydisculparme.Loencontréalahoradeldesayuno.—Thomas,cuántolosiento.Quiseavisarte,peronosabíatuteléfono.—Julie…—me dijo desencantado—. Esta vez lo he captado. No volveré a

molestarte.Aunquepreferiríaquefuerasmássinceracuandohablesconmigo.Sinoqueríasunacita,melodebíashaberdicho.—Tienestodalarazón.Notengodisculpas.—Almenos,nocenésolo.Helenfueunamagníficaacompañante.Lopasamos

bien.—Mealegro.NomeguardesrencorThomasnoqueríahacertedañoyalfinal

tehehechomás.—Bueno,yanomerecelapenalamentarse.Quepasesunbuendía,Julie.Fue una despedida amarga, mas no tanta como la que sufrí con Nick. Me

enterédequeyadejóelrodajedelinstituto.Elequiposeguíaallí,perosoloparatomasconlosactoressecundarios.Nolovolveríaaver.YahoratampocopodríaacercarmeaThomas,yaquemehuíacomogatoescaldado.PorHelensupequealprincipionosetomómuybienelplantónylefaltópoco

paramarcharse.Menosmalquemiamigaespersuasivayalfinal,aceptócomercon ella para hablar del tema: o sea demi indiferencia ymala educación.Noobstante,Helensupoderivarlaconversacióny,segúnmecontó,lacomidaylacharla marcharon por otros derroteros. Al final, incluso, pasaron la tarde devisitasamuseosyasistiendoaunaobrade teatro.Noenvano,Helencontabaconesosgustosydescubrieronambosunaaficiónsimilar.Quedaronotrasvecesparairalaópera,avisitargaleríasyalcine.Aunquesoloenplandeamigos,yaquehabíancongeniadoysentíanlamismapasiónporelarte.Resultabacurioso,puesambosllevabanmástiempoqueyoenelinstitutoynuncahabíanintimado.Bien por la timidez deThomas, bien por la selectivaHelen, habían convividobajoelmismotechosinconocertodoloquelesunía.Mealegrabaporellos.

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Rosalindandabatambiénporlossuelos.Undíalepreguntéporsuaflicciónysus suspiros. Ya no era la Rosalind que conocíamos. Por fin abrió su caja dePandora.—Desde que vi al gañán ese que venía a traerte los recados de tu actor, no

puedodejardepensarenél—confesó.—¡TehasenamoradodeMichael!—Noselodigasanadie.YaHelenmenos.—¡Perosiestumejoramiga!—Por eso. Ahora parece entusiasmada con Thomas y no quiero aguarle la

felicidad.Séqueescapazdedejardesalirconélparaquenomesientasola.—Oh,Rosalind.Cuántolosiento.—Paraunavezqueencuentroaunhombredemitalla—suspiró.—Eraunascuantastallasmásgrandesquetú—lerecordé.—Ytublanquito,¿sabesalgodeél?—No.Niquiero.Paraqué.—Pueschica,lollevasmuybien.ParatodoloqueliasteconSteve,esteparece

que…Secalló,pensandoensumeteduradepata.—Losiento.Noqueríadecireso…

loquequería…—Notepreocupes.Loentiendoperfectamente.Enesoteequivocas.Meduele

muchísimo,soloqueahorasécontrolareldolor.—Oh,Julie.Ahoralosientoyo.Nodeberíasresignarte.—Ytútampoco,¿no?NoereslaRosalindqueconozco.Selevantódegolpe.—Tienestodalarazón.Ahoramismoveráese«negrazo»cómolasgasto.—¿Quévasahacer,loca?—Lomismoquedebíashacertú:irabuscaratuhombre.—¿Quédices?—Queestamosenelsigloveinte,Julie.Notenemosqueesperarenlacamaa

quevengaelpríncipeadespertarnosconunbesito.Hayqueiralacamadeél.Ysefue,dejándomeatónita.Aunquebienpensado,nolefaltabarazón.¿Qué

podíaperder?SiNickmehabíabuscado en tresocasiones, ¿porquénopodíahaceryootrotanto?CogíelcocheyfuialacasadeNickenlaplaya.Lopeorquepodíapasares

quenoestuviese.Perocuandoaparquéyatravesélospalésentrelasdunas,penséquelopeorquepodíapasaresquemeloencontraraconotraenlacama.¿Ysieraasí?Meparéindecisa.Ahoratodamiresoluciónsehabíavenidoabajo.Sentí

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unaamargura tremendasolodepensarlo.Malditasea,mehabíaenamoradodeél. Tras un tira y afloja conmigo misma decidí no ser cobarde y afrontar lasituación, cualquiera que fuese. Al fin y al cabo, ni éramos novios ni habíasiquieraamistad.La casa parecía vacía.Nome atreví a entrar y la rodeé.En la parte trasera,

entrelasdunas,oíunaespeciedezumbido.Proveníadeunpabellóndemadera,resguardado entre lonas.Me acerqué.El ruido se intensificó.Allí vislumbré aNick,queseentrenabaconunaespadasamurái.Teníavariasarmasasuspies.Iba con el torso desnudo y llevaba unos pantalones amplios y cómodos.Realizaba una serie de ejercicios lentos y metódicos con la espada. Estabaabsolutamenteconcentrado.Dehecho,nomeviohastaquemecoloquéfrenteaél.—¡Julie!—Vayaunarsenalquetienesaquí.Nocreoqueteroben.—Mepreparoparaelpróximorodaje.—¿Tanpronto?—Estoyenbuenarachaydeboaprovecharla.Se acercó a mí. Lucía unos músculos imponentes. A su lado, los de Steve

semejabanlosdeunarana.—Pareces Conan el Bárbaro—reí nerviosa. No sabía cómo se tomaría mi

intromisión—.Noteníaniideadequesupierasmanejarestasarmas.—Formapartedemientrenamiento.Empecécon laspelículasdeacción.Es

dondemesientocómodo.—¿Notehagustadorodarunapelículade…amor?—Evitasadrede lapalabraromántica,¿eh?Bueno, laverdadesquenoes lo

mío.Yasabesmialergiaaesascosas,ahoraformapartedemicontratoconlaproductora.—¿Asíempezasteenelcine,peleando?—Sepuededecirqueasífueentodoslossentidos.Avanzamosporlasdunas,rumboalacasa.—TerminabamicarreraenOxfordcuandomeficharon.Enrealidad, fuepor

mi expediente deportivo. Necesitaban a un villano para la última película deJamesBond.—Así.Lavi.Fuisteunvillanomaravilloso.—En realidad fue casualidad. Yo conseguí un papel de extra, aunque

destacado. Pero el actor secundario sufrió un accidente durante el rodaje. Se

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cayó del tejado apenas empezamos. Alguien pensó que podía suplirle y aquíestoy.—Leíquemodificaronalgunaspartesdelguionparaencajartupapel.—Sí. En principio, el malo era un personaje distinto: el típico amargado

iracundoyfeote.Decidieronquedabamásmorbounvillanomássofisticado.—UnaréplicaaBond,sí—reí,jadeandounpocoporlacaminata—.Creoque

elactorprincipalnosaliómuybienparadoatulado.—Nodigasbobadas—rio.Ambos sabíamosque lapelículamarcóunantesyundespués en lavidade

Nick como actor y del entonces, actor principal, que se retiró del papel delagentesecreto007enlassucesivasseries.—¿Ytegustapelear?—Megustadefenderme.Noesperoquenadielohagapormí—sucomentario

llevabaaparejadaciertaamargura—.Lavidadeloschicosesdura.—Ylanuestra—salté.Luegorecapacité—.Tienesrazón,loschicossufrísmás

violenciaenvuestravida,aunquenoesexclusivavuestra.¿Sabes?Merecuerdaa un Club que monté cuando era una cría. Un Club de «pringaos» quenecesitaban, sobre todo, saber defenderse en la vida de todas las manerasposibles.—¿UnClub?—seinteresó.—Sí.Perofueundesastre.Contratéaunpiradoparaquelosentrenaraycasi

losmata. ¿Puedes creer queme lo encontréhacepocopidiendo limosna en lapuertadeunhipermercado?Separóenseco.Yoseguí.—Sí.Sentíhastalástima.EraunexcombatientedeVietnamyselehabíaidola

olla.SellamaRobert.Mehablabaselotrodíasisentíaquedebíamospagarenlavidanuestroserrores.Aesomerefería.Esetíofuequienhizodañoalchicoquetemencioné.Dealgunaforma,todoslosquelehicimosdañoacabamosmal.—Robert—repitió—.Esextraordinario.Quépequeñoeselmundo.Contantohablar,nosencontrábamosyadentrodelacasa.Sinserconsciente

había seguido aNick hasta su dormitorio, donde sacaba ropa para cambiarse.Cuandomedi cuenta, sequitaba lospantalonesparaducharse. ¡No teníanadadebajo!Rectifico: no llevaba ropa interior, pero no se podía decir que tuviesenada.¡Casinada,diríayo!,aunqueenelsentidoinverso.¡Nadacorriente,desdeluego!Esechicoresultabaunsuperdotadoentodo…—Losiento,yo…noquería.—Notepreocupes,estoyacostumbrado.Soyactor.

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—Yono—ledije,avergonzadapormiintromisiónensuintimidad.—¡Notevayas,Julie!—mepidió—.Terminoenseguida.Escuchéelruidodeladuchaymefuialacocina.Busquéalgodebeber,tenía

muchased.Sufrigoríficoreflejabatodouncultoalcuerpoyalasalud.Elegíunzumobioypiquéalgunasfrutasquedisponíapeladasycortadas.—Cogeloquequieras—medijo,sobresaltándome,mientrassecolocabauna

camiseta.—¡Quérápido!Llevabaunpantalónamplioyfino.Ahoramemirabafijamente.Habíallegado

elmomentodeexplicarmivisita.—Queríaverte—solté.¿Paraquémentir?—¿Porqué?—¿Porqué?¿Acasomeexplicastetúporquémeinvitabasacomer?—Lohiceparapurgarmiculpa.Lomiréextrañada.—Casitemachacountobillo.—¡Oh,eso!—rechacé—.Vamos,esanoeslaverdad.Porlomenos,noladel

restodelascitas.Yohesidosincera.Memiróysopesósucontestación.—Yoserétambiénsincero.Queríaacostarmecontigo.—¿Así,porlasbuenas?¿Porqué?—Julie,preguntasmucho.Porqué,porqué,porqué…¿Yporquéno?—Puesporqueunoseacuestaconalguiensilegusta,¿no?—¿Esocrees?¿Oquieresquetedigaquemegustas?Laconversaciónsevolvíaabsurdaypeligrosa.Decidíplantarcaradeunavez

onuncasabríalaverdad.—Bueno,¿tegustoonotegusto?—No,Julie.Nomegustas.Menudochasconomeloesperaba.—Vale…no es un buen trago, pero lo acepto.Me alegro de dejar las cosas

claras. Además, tú y yo… eres más joven y te mueves en otro ambiente esnormalquenosintonicemos.Esque…mepareció…Acababademetermeenunlíoinsondable.—Julienomegustas…porqueenrealidadtequiero.—Si lo entiendo…Solo quería saberlo por tus labios para no atormentarme

más con… ¿qué has dicho?—me interrumpí de repente, al caer en su últimafrase.

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—Queteamo,JulieGarrett.—No…No…esimposible.Siapenasmeconoces.—Tútampocomeconocesamí.¿Tegustoono?Observésuexpresiónsocarrona.—No, no me gustas Nick. En realidad… te quiero. Te quiero como nunca

imaginévolveraamaraalguien.Enesepunto,élseacercóynosabrazamosyluegonosbesamos.Yacabamos

de rodillas en el suelo. Y seguimos besándonos. Y continuó mientras medesabotonabalacamisaybesabamipielcadavezquequitabaunbotón.Luegomecogióenbrazosymellevóalahabitación.Nohuboningunabandasonoraqueestropearaesemomento.Mimenteyanoexistía,solomicuerpoyelsuyo…

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Elespejoroto

Nickdormíaaunplácidamentecuandodesperté.Laluzdelalbarepicabaensusmejillas,dondeunaincipientebarbarubiarelucíajuntoasusilueta.Noparecíahumano,másbienunángelcaído.Yomesentíapletórica:habíapodidorompermimaldición.Alavez, tambiénsentíaunmiedointenso.¿Seríaverdad loquemedijoEmmayperderíasuinteréstrasacostarseconmigo?Salídepuntillasdeldormitorioybusquéalgodeleche.Encontréunacamisa

suya en una silla y me la puse. Olía a él, a su perfume. No sé si el del«mariquitoso»,comodecíaRosalind,peroolíaacaro.Salíalporchequedabaalmar.Lasgaviotasdespertabanruidosasyelaguacentelleabandeuncolorazulacero,mientraslassombrasibandejandopasoalalba.Todoapuntabaaqueseríaundíamagníficoysoleado,muycaliforniano,apesardelafechaenlaquenosencontrábamos.Noviembresemarchabarápidocomolaluna.Enesemomentosentíunaagitaciónentreelfollajedunar.Mepuseenalerta,

pues me pareció que alguien o algo estaba allí afuera observándome. Sinembargo,pormuchoquemirénovinaday todoparecía tranquiloa la luzdeldía, que resultaba cada vez más intensa. Pensé que podría ser un vecino oalguienquepaseabaporesazonadelaplaya.Alfinyalcabo,lasdunaserandedominiopúblico.AndabaenesascuandosalióNick.Comosiempre, iba ligeroderopa.—Tevasaresfriarconesepantalóntanfino.¡Sicasisetrasparentatodo!—

reí.—Tienesunbigotedeleche—bromeóél,tocándomelanariz.Nosabrazamosdenuevoysentísucalorysuerección.Mevolvióacogeren

brazosymemetiódenuevodentro.Creoquenonos levantamoshasta lahoradelalmuerzo.Estavezquiseyohaceralgoútilymepuseabatirhuevosparaunatortilla.Élmemiraba,apoyadoenlajambadelapuerta,mientrascomíacerealesenunbol.Losdosteníamosunhambretremenda.

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—Oye,¿hayvecinoscercadeaquí?—¿Porquélodices?—Meparecióveraalguienporlasdunas.—Puedeseralgúnsurfista.Haymuchosporestazona.Mefijéenunretratoquedestacabaenunmuebleentrecachivachesexóticos.

Alprincipiocreíquesetratabadeunafotomía,peroalacercarmedescubríaunahermosachicaconciertoparecidoamí.—¿Unaantiguanovia?¿Laqueterompióelcorazón?—No,no.Essolounamorplatónico.GiaCarangi,unamodelodelosochenta.

Yoerauncríoentoncesymeencantaba.Muriódesidaalosveintiséisaños.Enciertaforma,compartísungranparecido.—Estachicaesmuchomásguapa…¿ytúunamorplatónico?Mesorprendes.Élnodejabadesonreírmientrasdescubríamitorpezaenlacocina.—Teminusvaloras,Julie.Erespreciosa,deverdad.—No puedo creer aún que esto me esté ocurriendo —le dije, halagada y

avergonzadaalavez.—¿Porqué?,¿quéhaydeextraordinario?—Hastaesteinstantenomehabíapasadonadabueno.¿Túhaspodidocumplir

todostussueños,Nick?—Ahorasí—ymemiró.Tenía ladeada la cabeza y sonreía de unamanera extraña.Esa cabeza…esa

postura…¿dóndelahabíavistoantes?Depronto,vinolarevelación:—¡Will!—Hola,Julie.—¡Nopuedeser!—Hastardadomuchoendartecuenta.Encambio,yotereconocíelmismodía

delaplaya.Mehabíaquedadomudadelaimpresión.Ahoratodoencajaba:¡nohabíasido

unflechazocomocreía,sino laobsesiónadolescentedeunchicoalque jamáshubiesereconocido!—Estás…estástancambiado.¡Mehasengañado,tehasreídodemí!—Niporinstante—suexpresiónsehizodurayavanzóhaciamí.Enesemomentosonósuteléfono,unmóvilquemuchosnosepodíanpermitir

enesaépoca.Unallamadadesumánageryparecíaimportante.NickoWillmehacía señas para que aguardara, pero en un momento cuando entró en sudespachoparamiraralgúndocumento,aprovechépara recogercomopudemiscosas y salir pitando. Llevaba aún la camisa puesta. Frente al cocheme puse

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comopude lospantalonesyentrésinmiraratrás,nibuscar loszapatosquenoencontraba.Mefuideallídescalza,mediodesnudayabsolutamentenoqueada.Solo al aparcar frente ami casapudedesahogarmey llorar amoco tendido.

Me sentía engañada y utilizada. Durante todo ese tiempo Will había jugadoconmigo. ¿Qué significaba yo para él? ¿Su particular venganza? ¿Conseguiracostarseconlachicaquehabíadeseadoensuadolescencia?HabíavenidocomoelCondedeMontecristoaajustarcuentas…Ahoraerarico,famoso,fornidoynadie lo reconocía ¡Dios! Y yo había caído como una tonta en su trampa.Porque: ¿me habría acostado con él si hubiese sabido de quién se trataba enrealidad?No.Larespuestaeraunrotundono.Encasadesconectéel teléfono,noqueríaquenadiemeperturbara.Nosabía

quéhacer.Mesentíaestúpida,vieja,enferma.Meacosté,puesnomequedabanfuerzas.Aldíasiguiente,lunes,nofuiaclase.Sialgunollamabaseencontraríaconunteléfonomudo.Por la tarde alguien golpeabami puerta. Primero con discreción, luego con

furia.DistinguíaperfectamentelosgolpesdeHelenyRosalind.—¡Julie,abreporfavor!¿Estásahí?—gritabaHelen.—Estamosmuypreocupadas—rugióRosalind—,abreporfavor,necesitamos

enseñartealgo.Hacíantantoruidoquetuvequelevantarmeyabrirles,otemíaqueatrajesena

mediobarrio.—¡Julie!Estáshorrible,¿teencuentrasenferma?—preguntóHelen.Yosolopudecerrarlapuertaysentarmedesganadaenelsofá.—Estachicaestámal—dijoRosalind—.Debehaberlovisto.—¿Verqué?—pudeporfinhablar.La luz que traspasaba las persianas me molestaba. Tina lanzó un maullido

quejicoso debajo de la cama, adonde se había escondido al escuchar tantoescándalo.HelenyRosalindsemiraron.—Sihabéisvenidoparaalgodecidlodeunavez.Nocreoquemeafectemás

de lo que ya sufro. ¿Es por no haber avisado al señor Cole de que no iba atrabajar?—No,querida.Menosmalquenohasido,aunquetodosentiendenahorapor

qué.Yosíquenoentendíanada.¿EllassabíanyalodeWill?Ambas volvieron a mirarse y me enseñaron unas revistas y periódicos. En

algunassalíamosNickyyoenelporcheabrazadosybesándonos.Consutorso

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desnudo y esos pantalones trasparentes, ymis piernas al aire, con esa camisasuya abierta que dejaba entrever parte de mis pechos, parecían casipornográficas.¡Yasabíayoquehabíaalguienenlasdunas!SeguroqueWilllosabía,élestabaacostumbradoaquelosiguieran.Otra foto casi me da un infarto: un púdico rectángulo negro tapaba la

instantáneademientrepiernacuandomecogióenbrazos.¡Lamadrequelos…!Y no era eso lo peor. Lo peor es que algunos periódicos se hacían eco de lanueva novia del actor como una asesina borracha que había matado a dospersonasenunaccidentedecoche.Yveníauna fotodel turismosiniestradoyuna historia sobre el pobre matrimonio que falleció a manos de la loca, quetrabajaba de profesora de instituto. Una sarta de mentiras, porque Elizabethestabavivayladabanpormuerta.Nohabíatestigosfiablesenelrelato,tansologentequenoconocíayquehablabademí.Habíanincluidolaespantosafotodemiadolescencia, esade losbracketsque tantoodiabayquehabíaespantadoaSteve. Allí rememoraban también mi pasado, como si fuese una ninfómanaperversa,incluyendoenlalistaahombresqueniporasomoconocía.ElpropioStevelanzabapestessobremí.¡Nomelopodíacreer!Yohabíapagadoyaconcreces mis errores y ahí salía de nuevo acusada públicamente de borracha,asesinayadictasexual.LodelasfotosdeNickconmigoensucasadelaplayaresultabalodemenos.—Hanvenido algunospadresparahablar conel señorCole.Quierenque te

despidan—meinformóRosalind.—Hemos intentado contactar contigo para avisarte—siguió Helen, pero no

habíamanera.Mimundosehundía.—¿Y qué ha dicho el señor Cole? —pregunté. A esas alturas ya solo me

importabaeltrabajo.Noquieredespedirtedemomento, Julie.Seestáportando.Pero lepresionan

muchísimo. De momento, te van a apartar unas semanas para ver si todo secalma—meexplicóHelen.—¿Cómohapodidopasarunacosaasí?—selamentóRosalind.—EsNick,porsuculpa—bramé—.Éllohaurdidotodo.—¿Quéquieresdecir?—Ayer descubrí que esWill, el chico que estaba enamorado demí.Al que

abandonécuandoloatacaron.Osloconté,¿recordáis?—¿NickesWill?—seasombróHelen—.¿Porquéharíaunacosaasí?

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—Porvenganza.Cuandomevioen laplayamereconoció.Montó todoparaavergonzarme, lo mismo que hicieron con él. ¿No lo entendéis? Todo olíademasiadoraro:quesefijaraenmítanrápido,quemeinvitarayagasajaraparaque no sospechase. Estuvo todo el tiempo riéndose de mí, para usarme decarnazaantelospaparazzi.Aligualqueaéllehicieronfotosparahumillarle…¿quién si no sabía lode estahorrible fotoque colgaron en launiversidad?Yohabléconélsobremiaccidenteylomuchoquemeatormentóestosaños.¡Cómoibaaimaginarqueutilizaríaesosdatosparahundirme!Lloré desconsolada y mis amigas callaron. Pocas personas conocían tantos

detallesdemisdesgraciascomoellasyNick.Ydeellasnodesconfiaba.

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Lahoradelaaraña

Misamigastuvieronladelicadezayeltactodedejarquemedesahogara,perocuandome serené fueron firmes:memandaron a la duchay se encargarondeatenderalagatayhacerplanes.Helenhabíapuestolatelevisión,puesaesahoracomenzaba el programa del cotilla más cotilla de Hollywood, el avinagrado,relamido y mariposón de Henry Austen. Quería comprobar si la cosa senormalizabaoibaapeor.Porsupuesto,lateoríadeMurphysecumplió:todoibaempeorando.Cuandosalíde laducha,estabandandopasoaundirectofrentea lacasade

Elisabeth. Cuando esta salió a acudir a la llamada del timbre, ahí se veía alreporterodelprogramaqueintentabasonsacarle,aunqueellalosahuyentóynoentró en el juego, cerrando la puerta. Pobre mujer, cuánto daño seguíacausándole,aunquefuesesinquerer.Actoseguido,elperiodistaalnoconseguirsupropósitocomenzóahablarsobremiaccidenteysusconsecuencias,mientraselpérfidoHenrylehacíapreguntasdelapeorintenciónsobremipersona.Porlomenos,tuvieronladeferenciadeinformarquesolohabíamatadoaunapersona,elmaridodeElisabeth;porcontrahablabandelasgrandessecuelasquelehabíadejadoyeldolordelafamiliaporperderasuserquerido.Entonces,volvióaabrirselapuertaysalióElisabeth,estavezparahablarcon

el reportero, que fue raudo hacia su presa. Lejos de añadir carnaza a midesgracia,seportócomotodaunaseñoraydijoqueveíadesdesutelevisortodaslasmentirasqueseestabanarrojandosobresucasoyqueríaaclarar laverdad.DijoqueJulie,oseayo,eraunachicahonestaquehabíatenidountraspiés,quehabía pagado ya su deuda con la sociedad y alabó que fuese a verla paradisculparse. Algo que no hacenmuchos en lamisma situación, al acudir a lavíctima.Enfin,aHenryAustenysuprogramaamarillo lessalióel tiropor laculata y gracias a Elisabeth mi nombre se ensució algo menos. Le estaríaeternamenteagradecida.

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Rosalindapagóeltelevisor.—Bueno,porlomenoshaytodavíagentehonesta.—Sí,porque si esamujerhubieseempezadoa llorarya contar conpena su

historia,ahoramismonohabríamaneradelavartunombre—medijoHelen.—¿Quévoyahacer?—suspiré,parecíaunabatallaperdida.Sobretodo,porel

dolorquemehabíacausadoWill,porqueasídebíaconsiderarloya.—Hablarconesechulo—indicóRosalind,muycabreada—.Sicomodicesél

loorganizó,éltendráquedeshacerlo,olearrancosusrubiosmechones.Parecíaunapanteranegradispuestaamatar.—Nosésiestoypreparadaparaenfrentarmeaél.—¡Tonterías!—dijoRosalind—.Ahoramismovamosaverle.Ynosfuimosalacasadelaplaya,peronohabíanadie.—¿Quéhacemos,esperamos?—preguntóHelen.—Nohaytiempo,dijoRosalind.Nisiquierasabemossivolverá.Aunqueyosí

sédóndepodemosinformarnos.Helenyyonosmiramosconsorpresa,mientrasentrábamosenelcoche.—Osdijequesoyunamujerderecursos—señaló,colocándosecondificultad

elcinturóndeseguridad.Helenconducíayyoibadecopiloto.—Sédóndevivesuguardaespaldas,elmaromocuadrado.—¡Rosalind!—exclamé—Túsíquenopierdestiempo.¿Cómohasdadocon

él?—Ventaja de ser administrativa—rio, aunque al ver nuestras caras, se puso

seria y nos contó su secreto—: llamé a los estudios para saber dónde vivíaMichael.Lesdijeque teníaquehacerleunpaseparael institutoycomonoesunaestrella,nopusieronreparos.—¡Menudamentirosa!—rioHelen.Rosalind resultaba todaunacajadesorpresas.Yeraunacajamuygrande…

ConsusindicacionesllegamosaundistritodelextrarradiodeLosÁngeles,unazonadondevivíanmuchosinmigrantesyafroamericanos.Habíazonasmejoresypeoresdentrodel inmensobarrio.Michaelvivía enunas casitas adosadas, conporchesdemaderayunpequeñojardínalaentrada.Parecíanhumildes,peronoestabanenlazonachunga.Llamamoscon insistencia, sinembargo,nohabíanadie.Unamujerdecolor

asomósucabezaporlaventanadelacasacontigua.—Noestá.¿Quiénessois?

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—Ah,somosamigasdeMichael—mintióRosalind—,necesitamoshablarconél.¿Sabedóndeencontrarlo?Lacabezadesaparecióylamujersalióalapuerta,conalgodedificultad.No

teníanadaqueenvidiarlealculodeRosalind.—Michaelesmisobrino.Nuncamehahabladodeamigasymenosblancas—

dijo,conunamiradaaHelenyamí.—Nos conocemos del rodaje del instituto—ayudé—.Solo queremos hablar

conél,esimportante.Lamujer nos sopesó. Iba con rulos y una redecilla en la cabeza.Vestía una

bataconunestampadomuyagustodeRosalindyunoscalcetinesconbabuchasquehacíandañoalavista.Miróanuestracorpulentaamigayparecióquelediosuaprobación.—Cuandosujefeestátrabajandoélsevaconél.Hacesemanasquenoviene

poraquí.EstáempleadoconNickCampbell.Ayerpasóarecogeralgoderopalimpia.LeoídecirquesealojabaenelHollywoodRooseveltHotel.—Muchasgracias—legritamos,mientrascorríamosalcoche.Llegamos ya de noche al dichoso hotel. Me preocupaban mis amigas que

madrugabanaldíasiguiente.YyonisiquierahabíallamadoalseñorColeparaintentar darle alguna explicación.Ahorame parecíamás importante conseguirparar la venganza que había puesto en juego Nick. Esperaba que suguardaespaldasnosdijeradóndeencontrarlo.Enelhotelfueronimpenetrables.Nodabandatosdenadiequesealojaraallíy

menos,delpersonaldeunaproductoratanimportante.Yaestábamosalbordededejarlo,cuandoalsalir,nostropezamosconMichaelquellegaba.Veníasolo.Sucarademostróalgodeexpresiónporfin.—¡NecesitamoshablarconelseñorCampbell!—rugióRosalind,sindejarle

nihablar.—Es algo a vida omuerte—rematóHelen, que a esas alturas llevaba ya el

moñodescompuestoylacaraarrebolada.—Nopuedorevelarsuubicación—parecíaunrobothablando.—¡Porfavor!—lesupliqué—esmuyimportante.Perosiguióconsumarcha.EntoncesRosalindlecogióporlasolapaylehabló

altoyclaro.—El cabrón de tu jefe ha enfangado el nombre de mi amiga. O nos dices

dóndeestáoasumelasconsecuencias.El armario empotrado pareció sorprendido, al igual que nosotras, que

aguantamoslarespiraciónantelaosadíadeRosalind.Michaelquitóconfirmeza,

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mascon suavidad, lasmanosdenuestra amigade sus solapas.Nosmiróa lastresdearribaabajo.Imposiblesondearsumente.—HevistoloquehasalidohoyylesaseguroqueelseñorCampbellnotiene

nadaqueverconeso.—¿Ycómolopuedesasegurar,eh?—dijoRosalind,peleona,plantándoselas

manosenjarra.Unosclienteshuyeronasustados,puesresultabaimposibleentrarentreelmuro

deRosalindyMichael.—ConozcoalseñorCampbellyséqueélnolohahecho.Estodouncaballero.Nosmiródenuevocomointentandoconvencernosdequesupalabraeraley.—¿Ysitienerazón?—dijoHelen—¿Ysiélnohasido?—Esquenosemeocurrequiénmáspuedeandardetrásdeesto—razoné—.

Sondetallesdemasiadoíntimos,losabíanmuypocaspersonas:él,vosotras,mipsiquiatra…Meparé.Meparecíaaterradoralaúltimaopción.Unmédico,sesupone,que

debíaguardarlaintimidaddesuspacientesy…LavozdeMichaelmesacódemispensamientos.—Pordineromuchagentehacecualquiercosa,inclusoquienmenosseespera

—sentenció.—Julie,necesitamosverle—apremióHelen.—Comonoshayasmentido…—señalóRosalindaMichaelcontodosugenio.Estealzólasmanosynosdioaentenderquedecíalaverdad,todalaverdady

nadamásquelaverdad.—De todas formas, si queréis hablar con él, tendréis que aguardar un buen

rato,peronosealojaaquí.Sehareunidoconelproductorysusabogadosparaintentarsalirtambiéndeestelío.SeencuentranenlaUSBankTower,porsiosinteresa,eneldespachodeLewisandHarper.MientrasHelen conducía, todo un remolino de ideas venía ami cabeza.Yo

seguíaempeñadaenqueeracosadeNick,peroMichaelestabaconvencidoenlainocenciadesu jefe.Amímeresultabamásdifícilcreerquemipsiquiatramehubiesedelatado.Cuandollegamos,habíaparanuestrasorpresaungranrevueloenelconsultorio.Unpolicíahablabaconmimédico,mientrasquelaayudanteibayvenía,mirandopapelesyarchivos.—DoctorFeist.—¡Julie,graciasaDios!—contestó.—¿Quéocurreaquí?

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—Hemos intentado contactar con usted durante todo el día, pero tenía elteléfonoapagado,señoritaGarrett—meriñó—.Esperabaquevinieraaverme,trasverloquehaocurrido.—Mividaapareceenlosmediosdecomunicación,sí,yamehedadocuentay

vengoapedirexplicaciones.—Alguienrobósuexpediente.Esinaudito,nuncamehabíapasadonadaigual.—¿Cómo?—Tranquila,creosaberquiénfue.Elviernesvinounapacientenueva,fuela

últimaalaqueatendí.Llegóacompañadadesunovioyarmaronalgodejaleo,perohastahoylunesnomehedadocuentadequefaltabatuexpediente.Lomiréhaceunpardehoras trasverel líoqueseha formadocon tu relaciónconeseactor…Nick,noséqué…—NickCampbell…¿Fueélelhombrequeacompañóaesamujer?¿Porqué

creequefueronellos?—rechinabayadelosnervios.—No,nocreoquefueraél.Estoysegurodequeelroboseprodujodurantesu

sesión. Nunca he dejado mi despacho solo hasta esa tarde. Trabajaba con lapacientecuandoelhombrecomenzóadiscutirconmiayudanteyaarmarjaleo.Tuvequesalirparaverquéocurría.Sinduda,lamujeraprovechóelinstanteparacoger tu expediente. Deben ser de la prensa rosa o de alguna agencia dedetectives.Losiento,Julie.Mequedéasombrada.¿Tanimportanteerayoparaquerobaranamimédico?

Misamigasllevabanrazóncuandomeadvertíandequenosabíaenquémundomemetía…—Además me robaron algo de dinero —me explicaba—, pero me ha

preocupadomástusdocumentosyahoraalguienloshautilizado.—Muybien,doctor.Gracias,noesculpasuya.Elpsiquiatramedejóparaatenderdenuevoalpolicíaquerecogíadatos.Nos

fuimosdeallí.—EstáclaroquenohasidoNick—dijoHelen.—Noestoytansegura—argumenté—,puedehaberpagadoaalguienparaque

lohiciera.—¿Y qué ganaría con eso? —razonó Rosalind—, ¿no crees que él sale

tambiénperjudicado?—Noeslomismo—meenfadé.Estavezyoibadetrásdelasiento,nopodía

dejar de moverme de los nervios—. Vosotras mismas me dijisteis que a losartistaslesgustabaquehablarandeellos,bienomal.Espublicidad.LoquepasaesquetútefíasdeloquediceMichaelyélessuempleado.

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—PeroyocreoqueRosalindvabienencaminada—objetóHelen—.¿Paraquéibaarobartuexpedientesiyasabíaportilodetuaccidente?El razonamiento de Helen me caló. No le faltaba razón. Tal vez, pretendía

obtenermásdetallesdelmismo.Yonolehabíacontadotododepeapa.Perosinofueseél,¿quiénsería?—¿YsiesalguiencercanoaNick?¿Alguienquequierehacerledañoaélyte

estáutilizandoati?—argumentódenuevo,larazonableHelen.Desechéeseargumento.Amímecausabamásdaño,aunquemediounaidea.—Alomejor—dijeamisamigas—esunaartimañadelproductordeNick,

Samnoséqué…Yono legusto.En la fiestamedijoquequeríaaNick libre,porquehabíamuchodineroenjuego…—Estonomegustanada—dijoRosalind—,peronada.Por fin llegamos alBankTower.Su imponente silueta parecía un faro en la

lejanía,conelreflejodelaslucesenlaoscuridad.—¡Esperoqueeldespachonoestéenunaplantamuyalta!—sollozóRosalind,

quesufríapavoralasalturasylosascensores.—Plantasetenta—leyóHelenenunaplaca.ARosalindempezóacaerleelsudormientrasesperábamoselascensor.—Quedaoslasdosaquí.Estoescosamía.—PeroJulie,queremosayudarte.Sialfinalhasidoél…Memostrétajante.—Por favor,quedaosaquíyesperadme.Serámenosviolentopara todos.Yo

intentaréhablarconélasolas.Rosalindmelanzóunamiradadeagradecimientoylasdossefueronaunsofá

de la entrada.Memonté en el ascensor junto aotraspersonasque llenaban eledificio. Bajé la cabeza, avergonzada de que alguienme reconociera. Tendríaquehabermetraídounagorraoalgoparataparme.Ahorameconocíancomolaasesinaborracha.Paramitranquilidad,nadiedelosqueandabanallíentrandoysaliendoparecíaecharmecuentas.Entrelamultitud,resultabainvisible.Lleguéalaplantaymeparecióqueelsonidomusicaldelascensorsemehabíametidoenelestómagoynotabaallídentrounacampanilla.Sentíamiboca secayestabaaterrorizada,perodebíaenfrentarmeamismiedos.

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30

Revelaciones

La planta resultó enorme, pero di con el despacho de los abogados. Unasecretariame abordó.Unamujer de color demediana edad ymuy guapa. Ibaimpecable con un traje que parecía una especie de capa y un lazo negro decorbata.Mepreguntósiteníacita.—No.VengoaveralseñorCampbell.Pareciósorprenderse.—ElseñorCampbellesunclientenuestroyahoraestámuyocupado.—Porfavor,solodígalequesoyJulieGarrettyquenecesitohablarconél.Es

muyurgente.—El señor Campbell es una persona importante y famosa, y mucha gente

quiereacercarseaél.Comprenderáquenopuedoatenderla,señora.—Solodígalequiénsoy.Siélnomeconoceonoquierehablarconmigo,selo

dirá.VengodepartedeMichael,suguardaespaldas.Crucé los dedos por utilizar al pobreMichael.Me recordómi embuste para

entrarenlafiestadeSteve,pringandoaRonald.Mesentímuymal.Aldarleunnombre de referencia, la secretaria se lo pensó. Supongo que tampoco querríaexplicar a Nick que alguien que conocía había venido y no le habían dejadopasar.—Estábien.Quédeseaquí,ahoralecontesto.Me senté en la sala de espera. El despacho respiraba un aire moderno y

sofisticado. Todavía olía a nuevo, ya que el edificio era reciente. No metranquilizabaquesoportaraterremotos.Soloconpensarentodaslasplantasqueteníaquebajar,yaresultabaaterrador.Laelegantesecretariaregresóalgoalterada.—Paseaesahabitación—mepidió—.El señorCampbellhablaráconusted

ahora.

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En el pasillo una de las puertas se abrió. Se veía a mucha gente, hombresenchaquetados que parecían discutir. Vi el perfil de Sam Sheiffer. No parecíamuycontento.Esperéen lahabitación.Undespachodecoradoalestiloclásico,conparedes

forradasdesedaverdeymueblesdecaoba.Yodabavueltas,nerviosa,cuandoseabriólapuerta.EraNickoWill.Ahoranosabíaaquiénmeenfrentaba.—Julie—memiróserio.Parecíaalgodescompuesto.Enesemomento,representabamáselaspectode

unhombredenegociosquedeunjovenrisueño.Parecíaotrapersona.—Quiero saber si tienes algo que ver con todo esto —despaché, con voz

quebrada.Metemblabaelpulsoycrucélosbrazosparaquenosemenotara.—¿Creesqueyotengoalgoqueverconesto?Parecíaasombradodeverdad.—¿Y quién si no? ¿No querías tu venganza? Pues ya la tienes. Yame has

humilladolosuficiente.Tepido…No,tesuplicoqueparesestainfamia.Susojosmehacíansufrir.Nopudeaguantarlelavista.Sequedóestupefacto,

perotambiénmuyenfadado.—¿Deverdadsetehametidoenlacabezaqueyoheorganizadoestecirco?—

gritó,haciéndomeretroceder—.¿Deverdadpiensasqueheaparecidoentuvidaparavengarme?—Tienesmotivosparahacerlo,¿acasonoteacostasteconmigoparaconseguir

tuobsesiónenfermiza?—gritéamivez.Sequedódepiedra.—¿Creesquetodoestetiempoheestadopensandoenti,JulieGarrett?—Esloquehacenlosobsesos.—¡Era solo un crío! ¡Solo tenía trece años! A esa edad se hacen tonterías,

Julie.Comolashicistetú.¿AcasonovivíasobsesionadacontuSteve?—No…nomevengasahoraconeso.Esrepugnantequehayasescarbadoen

miinformemédico.—¿Quéestásdiciendo?—cadavezparecíamásalterado.—Heidoestatardealconsultoriodemipsiquiatra.Séqueenviasteaalguien

paraquerobaramiexpediente.—Julie,estás terriblementeequivocada.Tanequivocadacomoeldíaqueme

dejastecuandomástenecesitabaporirteconaquelcapullo.Ahorasíquehabíamásquereprocheensuvoz.Vomitabasuindignaciónde

todosesosaños.

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—Entonces,¿nohassidotú?—Lamismapreguntayameofende.Estoyreunidodesdeestamañanaconmis

abogados,miagente,elproductoryunsinfíndeleguleyosmásparasaberquéhaocurridoytomarmedidas.Tefuistedemicasasindespedirteynomehasdadonilaoportunidaddeladuda.Yahoravienesconesta.Meechéallorar.—Creíquemehacíaspagarpor loquetehice.Nuncaquise lastimarte,Will.

Losientoesquevivocomoenunanoria.Noséquéeslosiguientequemevaaocurrir.Mehantildadodeasesina…—Losé.YnoveascómoestáSam.Sesubepor lasparedes.Quierequeme

deshagadeticuantoantes.—¿Quéquieresdecir?—AélleimportaNickCampbellcomomarca.Laproductoraylosestudiosno

quierenqueminombreseasocieaalguienque…queahorasehaconvertidoenla diana del chismorreo público y por algo tan feo como unamuerte, aunquefueseunaccidente.Yonoparabadellorar.—¿Yquévasahacer?—dijeentrehipos.Seacercóamíymecogiólosbrazos.—Cuandomeocurriólodelafiestamispadresdecidieronquemefuesecon

mi abuela materna, Rose, a Londres. Allí rehíce mi vida, estudié mi primeracarrera y me apunté a todos los deportes que pude para hacerme fuerte. Noqueríaquenadiemepegasemássindefenderme.Meapuntétambiénaclasesdeteatroparaintentarlucharcontramitimidez.LuegoregreséaEstadosUnidosyme matriculé en otra universidad mientras seguía con mis clases deinterpretación.Seconvirtió enmiválvuladeescape.Adopté el apellidodemimadredesolteraymediaconocerpormisegundonombre.—¿Túsegundonombre?—WilliamNicholasAndrewStanfordCampbell.—Tomaya—mesalió,entresollozos.—Lafamiliademimadreesdeorigeninglésymiabuelaes todaunaLady,

hija de un duque. Mi abuelo fue par en la cámara de los Lores, son muytradicionales.Deahíelnombrecito.Porprimeravezdesdenuestroencuentro,sonrió.—Asíquecogisteotraidentidadyforjasteotravida…—Los actores suelen adoptar un nombre distinto en su profesión, muchas

vecespararesguardarsuvida.Yosoloqueríadejarelpasadoyvivirelpresente.

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Nomeescondo.WilloNickoAndysoyyo,peronecesitabalamejorpartedemiparalucharporminuevavida.—¿Entoncesnomehasodiadodurantetodosestosaños?—Te dije en una ocasión que odiar es una palabra muy fuerte. Aunque sí,

estuvedolidomuydolido.Eramuyjovenysentíelrechazoytudeslealtad.Sinembargo, con el tiempo fuimadurandoymi herida cerró.Gracias a ti y a loscretinosquemetorturaronesedíamehicemásfuerte.Nuncateodié, tampocomeobsesionécontigo.En realidad, te convertiste enunanebulosamuy lejana,hasta que te vi en la playa. El día que te reconocí sentí interés por saber quéhabía sido de tu vida, por eso te invité. Me encontré con otra Julie que noesperaba:unachicamenosengreíday,alavez,algorota.Parecíasdistintayesomedevolvióel interéspor ti.Meenamoréde lanuevaJulie,sin fantasmasdelpasado. El primer amor nunca se olvida, pero te aseguro que no me hubieseacostadocontigo sino tehubiesequeridodeverdad,porque lomenosquemeapetecíaeraacabarconlachicaquetantodañomehabíahecho.Me dejó de piedra. Él tenía más sesera que yo en todos los sentidos. Me

encaprichédeStevedesdequeloconocíycreíaqueWillhabíasentidolamismaobsesiónqueyoporunapersona.Mesentíatantorpeemocionalmente…Anda¿qué había dicho?: ¡que no se hubiera acostado conmigo si no me hubiesequeridodeverdad!Laaperturadelapuertainterrumpiómiinminenteefluviodeemotividad.—Nick,teestamosesperand…EraSamSheiffer.Sequedóparadocuandomevio.—¡Tedijequenostraeríacomplicaciones!—meseñaló,mientrasmeacusaba

con el dedo—.Tienesquedejarla ahoramismo.Tu carrera corre peligro, ¿meoyes?—Teoigomuybien—dijoNick—.Nosoysordo.Ynopiensodejarla.—¿Qué,estásloco?—rugió,conlacaracongestionadaporlaira.—Ahoravuelvealasala.Eresmiproductor,¿no?,puesmanejaloshilospara

que esto se solucionepronto.Conoces agente importantede la prensa.Dile aLouis que emita un comunicado y amis abogados que vayan preparando unademanda contra los medios que invadieron mi intimidad. Y que también lesacuse de injurias y calumnias.Quepidanunabuena cantidady ya veremos sisiguenvomitandoescoria.SamsemarchóantelaautoridaddeNick.Yomesentíaunaestúpidaportodo

loquelehabíadicho.—Losiento,Nick.Tehefastidiadobien.

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—Estoyacostumbrado.Es el preciode la fama,perono tolero lasmentiras.Vamos, Julie. Vete. Ya hablaremos en otra ocasión más tranquilos, descansa.Tienesunaspectohorrible…ynolodigoporofender.—Nick,yo…—Déjalo todo enmismanos.He contratado a unos investigadores para que

descubranquiénseescondedetrásdeesto.—¿CreesqueSam…?—¿Sam…?Soysuposesiónmásvaliosa.Podíaintentardesembarazarsedeti

deotrasmanerassinsalpicarme.—Nick…—Vete, por favor. Yo también necesito pensar. Te he hecho daño

involuntariamente.Debísermásprecavido,mehellegadoaacostumbrartantoalos periodistas y curiosos que no calibré el peligro. Y ahora lo han pagadocontigo. Tal vez Sam tenga razón y esta relación no funcione entre nosotros,Julie.Medejóconuncastobesoen lamejillayconel corazón roto.Si ahorame

abandonabapararesguardarme,entoncessíquenotendríaconsuelo.Misamigasmeesperabanabajo.Sehabíanhechoconvariaschucheríasdeuna

máquinadispensadora.Laspobres.Nohabíamoscomidoentodoeldía.—¿Quéhapasado,Julie?—saltóHelendelsofá.—NoeraNickynoeraSam.—Tampocoelpsiquiatra—siguióRosalind—.¿Quiénhabrásido?—Tal vez alguien de la prensa amarilla —dijo Helen sin mucho

convencimiento.—¿Cómoibanasaberlodemiexpedientepsiquiátrico?—Tehabránseguido—razonóella.—Puede ser.Quién sabe.Ahoramesientomuycansadayvosotras también.

MañanatenéisqueiraclaseyahorarecuerdoquenisiquierahehabladoconelseñorCole.—Poresonotepreocupes—dijoRosalind—,loentenderá.Contodoloqueha

salidohoyenlateleyenlasrevistasimaginaráquenopuedesnimoverte.PerononoshasdichoquéhapasadoconNick.—Eso,¿quépasó?—preguntóansiosaHelen.—Que los chicos pueden cambiar mucho. Y no solo de aspecto. Nick ha

reunidoenestosañosmássentidocomúnqueyo.—Es como el cuento del patito feo que se convierte en cisne —sonrió

Rosalind—.¿Volvéisono?

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—Creoquelovaameditar.—¿Quéesloquetienequepensar,tequiereono?—Escomplicado.Nome lohadicho,aunque lo intuyo.Con todo loqueha

pasado puede que piense que su vida puede perjudicarme, dejarme expuesta.Ademássuenamoramientoesmuyreciente.—Sitequeríadesdequeerauncrío,¿no?—dijoHelen.—Noexactamente.Mehaconfesadoquefuisuprimeramor,peroqueluego

meolvidó.Nosiguiótodosestosañoscolgadodemí.Viviósuvida.Hasidoalconocernosdenuevo,comoadultos,cuandosehaenamorado.Sinembargo,nosésiesunamorlosuficientefuerteensunuevavida.Misdosamigascallaron.Eneselujosoedificiolavidaafueraparecíamásdura

de loquehabíamoscreído.La famayeldinero suponíanahoraun rascacielosmásaltoquelaBankTower.

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Leccionesdelavida

Cuando llegué a casa conecté el teléfono. El contestador rebosaba lleno dellamadasdemisamigas,mipsiquiatraymihermano,entreotrasmuchas.Peroestabatancansadaquedecidíacostarmeyescucharlosmensajesaldíasiguiente.Muytempranomedespertóunallamada.Eramihermano…—Julie, ¿dónde demonios te hasmetido? Te hemos buscado todo el día de

ayer.Tellamamosyfuimosatucasa,peronoteencontramos.¿Sepuedesaberporquéhasdesaparecido?—Tuveundíamuyajetreado—dijeconcansancio.Erademasiadotemprano

paraenfadarnos.—Yahemosvisto loquehaocurrido.Oye,vamospara allá.Ni se teocurra

marcharte.—Tranquilo,nomemoveré.Yenmenosdeunahora,mi cuñadaFrancescay él se encontraban en casa.

Parecíanmuy preocupados. Tuve que contarles lo que había ocurrido, porquesabíaloobstinadoqueeraIan.—¿NickesWill?—exclamó,asombrado.—Sí,peroporfavor,noselodigasanadie.Ahoraesotrapersona.—¡Nopuedo creérmelo! El «pequeñajo» del grupo es ahora toda una

celebridad. Siempre fue un niño superdotado. Iba al instituto cuando deberíaestudiarenelcolegio,nuncaimaginé…Ensusojoshabíachiribitas.—Siestásmaquinandoalgo,larespuestaesno.Niseteocurra.—Siempreaguafiestas,Julie.Derepente,meentraronunasganastremendasdevomitarycorríalcuartode

baño,entrelasmiradaspreocupadasdemicuñadaymihermano.—Todo ese estrés no es bueno, Julie—me señaló Ian desde el salón—. Es

terrible lo que ha salido en la prensa y lo que hemos visto en televisión.Nos

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quedamosayerdeunapieza.Haymuchamaldadenello.Regreséaúndescompuesta.—Untonicoallimone,Francesca,veloce!Ymicuñadafueraudaatraermelabebida.—Eshorrible—medijo—,pobreJulie.¿Quiénquerráhacerteeso?—No lo sé—contesté yme bebí la tónica—.Alguien que quiere hacernos

daño.—Sobretodoati—respondiómihermano.—Esoparecelavenganzadeunadonna—señalóFrancesca.—¿Porquélodices?—meintrigó.—Por la forma de actuar y por utilizar cosas personales como tu foto de

adolescente. Solo a unamujer se le ocurriría humillar a otra con sus defectosfísicos y sus fracasos sentimentales. Nosotras sabemos que eso hace daño deverdad,aunquealoshombreslesparezcaunachiquillada.—Esqueeresmuysensible,Julie,comoerescáncer…—¿Tienescáncer?—seaterrómicuñada.Neguéconlacabeza,mientrascasimeatoraba.—Mereferíaalzodíaco,Francesca,cancro,cáncer.Yosoygemelli.—Quésustomehasdado.Portamecrazy.Mevuelvesloca,Ian.Yosoyleone.—Venaquí,leonamía—ledijoentrerisas,atrayéndolaalsofá.Ambossebesuquearonmientrasyomerehacía.Formabanunabonitapareja.

Ianhabíatenidomuchasuerte,aunquefuesealatercera.Sefueronporfin,nosinantesprometerlesquemeencontrabamejor,queles

llamaríasilesnecesitabayqueintentaríaunencuentroentreWillymihermano,aunque esto último no sabía si sería posible.Will había roto ataduras con supasado.Sihubiesequeridohablarconsusantiguosamigos,yalohabríahecho.Decidípasarmeporelinstituto.Yotambiéndebíadarexplicaciones.Elseñor

Colemerecibióensudespacho.—¡Julie!,¿quéhacesaquí?¡Nodeberíasvenir!—Losiento,señorCole.Necesitabahablarconusted.Queríadisculparmepor

todoloquehaocurrido…Estosemehaidodelasmanos.Memirómuyserio.SeguíaconsuaspectoimponentedecondeDrácula.—Julieteencuentrasenunasituacióndelicada.Tómateunpardesemanasde

vacaciones,hastaquepaseestevendavalyseaclarelasituación.—Gracias,señorCole.Sélomuchoqueestáhaciendo…—Lohagoporelinstituto—medijoseco.—Losdossabemosquenoesasí—lerespondí,conlamiradafija.

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Selevantóymecogióporloshombros.—Eresunaexcelenteprofesoraymejorpersona.Estopasará.Entonces lo abracé y le di un casto beso en lamejilla. Tras sumáscara de

titanio,Dráculaescondíacolmillosdemantequilla.Cuandosalíyrehuíadelospasillosvacíoscomounvampirodelsol,Thomas

salióamiencuentro.—Julie.Tehevistoentrar.Teesperabaparahablar.Vamosafuera.Y salimos, esquivando los ventanales de las puertas donde se veía a los

alumnos en clase.Había una sustituta en lamía. Sentí un ligero amargor.Loschicosnoteníanculpadeloquemehabíaocurrido.—Thomas,mealegraverte.Asípuedodecirtecuántosientomisdesplantes,te

aseguroquenoqueríaherirte.—Notepreocupesporesoahora.Helenyasedisculpóporti.—Mealegrotantoporlosdos…esperoqueosvayatodobien.—Julie,noloentiendes.Noestoybiencontigo,perotampococonHelen.Ni

estarébienconningunamujer,¿meentiendes?—Notecomprendo…—Julie, me cuesta mucho decirlo… Siempre he sido muy tímido con las

mujeres.Dehecho,nuncaheestadoconninguna.Soyhomosexual.Medejódeunapieza.—Entonces,¿porquéqueríassalirconmigo?—Heintentadohacerunavidanormal.Mipadreespastor,¿sabes?Yomismo

heluchadocontraesto.—¿Po…porquémelodicesahora?—Porquesépor loqueestáspasando,coneseescarniopúblico…Túeres la

quemejormepuedescomprenderenestosmomentos.—¿LosabeHelen?—No,nomeheatrevido.Mesientomuybienconella,lopasamosgenial.Es

unalmagemela,sinembargo,solopuedoverlacomoamiga.—Nopuedesengañarla,Thomas.—Tienesrazón.Creíaquepodríasernormal,casarmeconunachica,crearuna

familiaytodoeso.Penséquealsalircontigonadiesospecharía…esduroparamí.Soycreyente…Tútienesmásvalorqueyo,pisandoesteinstituto.Teadmirotanto,Julie.Nomeextrañaqueeseactorsehayaencaprichadocontigo.—Está bien, Thomas. Gracias por tu apoyo, aunque yo también admiro en

otros el coraje del que carezco para afrontar otras situaciones…—le dije, alpensar enNicky en cómohabía encarrilado suvida trasunadesgracia—,por

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favor, díselo a Helen. Es una mujer moderna y comprensiva. Se merece laverdad.—Claro.Sinecesitasalgo,llámame.Ynosdimosunbesodedespedidayungranabrazo.Esperabaquenohubiese

nadie allí fuera para recoger esa instantánea. Lo queme faltaba ahora es quesiguiesenbuscandopruebasdemininfomanía.La revelacióndeThomas fueuna auténtica sorpresa.Lo lamentéporHelen.

Ahora que había encontrado un hombre que compartía sus gustos y aficionesculturales…Alvolveracasa,repasélasllamadasenelcontestador.Unadeellas,medejó

helada:—Hola,Julie.Talvezteacuerdesdemí:soyRonald.Hacemuchotiempoque

no hablamos, quince años por lo menos…—se escuchó una especie de risacansada—,cómopasaeltiempo.Hevistoenlateleyenlaprensaloquetehaocurrido,talveztealegresaberestanoticia—hizounapausa—.NosésisabrásquesoypolicíaytrabajoenSanFrancisco.Otroscompañeroshansidolosquehan realizado las detenciones, cuando me enteré… he querido llamarte.DetuvimosaBrendayStevecomoautoresdelroboenlaconsultamédica.Aúnllevabantuexpediente,supongoquequeríansacarmásdineroconalgunascosasque venían allí. Hacemucho tiempo que no sabía nada de Steve […], nomeimaginaba que cayese tan bajo. Bien, supuse que te alegraría saberlo. Ya tellamarálapolicíadeLosÁngelesparaponertealcorriente.Mealegrodesaberde ti, aunque sea en estas circunstancias […]. Si algún día te pasas por SanFranciscoyquiereshablar,llámame.Suvozparecíadistinta.Perosupongoquelamíatambiénhabíacambiadoen

estosaños.¡Ronald!Quépequeñoeraelmundo…

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Lanoviacadáver

—AsíquefueronBrendaySteve…—bufóRosalind.Casiselecaeeltrozoderoscoquemasticaba.Yoapenaspodíatragarelcafé.

LapolicíadeLosÁngelesmehabíallamado,talycomomedijoRonald.Habíancogido a los dos en San Francisco. Les habían seguido la pista gracias a lacolaboracióndeunperiodista—uncasohonradoyexcepcionalentre laprensaamarilla—yporlosdetectivescontratadosporNick,quehabíaninformadoalapolicía.LosdosqueríanvenderlemásexclusivassobrelanoviadeNick.Cuandotuveelexpedienteenmismanos,pudecomprobarpormímismacuántascosassedicenenlaintimidaddeundiván.Muchasmásdelasquecreíayrecordaba.Hubiera sido muy humillante que se hubiese ventilado mi virginidad y misfracasossentimentales.Mihermanodecíalaverdadcuandomehabíatachadodesensible: solo hasta leer lo que yomismahabía considerado importante enmividahastaesemomentolodemostrabaconcreces.Eldíaademás, trajootrassorpresasynotanagradables.Losestudioshabían

emitidouncomunicadodesmintiendomirelaciónconelactor.Explicabanqueéldesconocía absolutamente mi pasado y que solo había sido un affaire. Unaffaire…asíquedabalonuestro.Además,demandaronaquieneshabíanrotosuintimidad y ganaron.Nick se embolsó una importante sumade dinero y tuvo,toda una campaña mediática para lavar su imagen. Por algún motivo, se lorifabanmodistos,perfumistasyempezóa rodarotrapelícula,cuando laúltimaempezaba a estrenarse en los cines.Lagente fue enmasa a verla, bienpor elmorbo,bienporverenotrogéneroalactordemoda.Hayquedecirque,aunquenolegustaraelguionaNick, lapelículafuetodounéxito,sobretodoentreelpúblicofemenino,queesalapostrequienmanda.AhoraseencontrabaenCanadárodandosunuevotrabajo.Nomehabíavuelto

allamarnisabíanadadeél.SolounaescuetanotaquemetrajoMichaelacasa,caligrafiadaamano,meanunciósuruptura.«Eralomejorparalosdos»,decía.

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Su guardaespaldasme la entregó con tristeza en los ojos y se fue sin esperarrespuesta.Talvezeramejorasí.Lasaguashabíanvueltoasucauce.YorecuperémisclasesyHelenseconsoló

con nosotras por el anuncio de Thomas. Sin embargo, después del sofocón,siguieron viéndose para ir a los sitios y exposiciones que les gustaban. Sehicierongrandesamigos.Yotraguéconver lasfotosylasnoticiasdeNickquesalíaconunapreciosa

modelo de piernas interminables, que ahora se paseaba con él del brazo, porfiestasysaraos.Misamigasintentaronesconderlas,perotardeotempranoestabacantadoque lasviera.Ni siquiera lloré,pesea la intensaamarguraque sentía.Nuestraamistadentrelastressehizomásfuerteylosmesespasaroncomoenunsuspiro.YanadieseacordabadeJulieGarrett,salvoelfiscaldelEstadoparaquetestificaracontraBrendaySteveporroboyviolacióndemiintimidad.Poco antes de primavera,Rosalind nos invitó aHelen y amí, a celebrar un

pijamaparty.Decíaquesetratabadeunadelantodesucumpleaños,aunqueyosabíaque,enrealidad,queríaevitarmeelmartiriodelasinformacionessobrelagala de los Óscar. Nick tenía una candidatura a mejor actor por su últimapelícula,laquehabíarodadofuera,apesardequeSundayNighthabíaobtenidomáséxitode taquilla.Noobstante, tambiénoptabaporotrospremiosmenores,con laparadojadeparticiparen lagalacondospelículas.Aunquemisamigashabíanevitadotodotipodeconversacionesycomentariossobrelospormenoresdelaceremonia,yomehabíaempapado,puesnoresistílatentacióndesaberdeélysuvida.Otrastresmujereshabíanpasadoyaconéluncortonoviazgodesdenuestraruptura.Todasbellísimasyespectaculares,incluidaNoraThomson,queera una demis actrices preferidas y por quien sentía un gran respeto. Ahora,contabaalavezconmienvidiaamarga.Asíqueesanochedel23demarzode1998,Helenyyofuimosadormirala

casadeRosalind.Unaenormevivienda,humilde,perollenadevida.Ademásdesuspadresysuabuelateníanuevehermanas.Lasdosmayoresestabancasadasyvenían con sus hijas. El resto, incluida Rosalind, seguían solteras. La máspequeña teníanueveaños.Nuestraamigaera la tercera.Aquello resultabaunalocura,ya lapar,auténticamentedivertido.Supadrese retiróa su«cueva»,osea,alsótanoparajugarconalgunosamigosaldominóyalascartas.Las chicas íbamos a pasarlo en grande con una noche desenfrenada de

palomitas, helados y pizza. Excepto las dos pequeñas, todas las hermanas deRosalind se veían tan voluptuosas y carnales como ella, e igual de divertidas.Toda una locura. Íbamos en pijama, incluida la abuela, llenando el salón con

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juegosycomida.Porsupuesto,llególahoradeverlatele.Yosabíaquetodasestabandeseandover lagalaendirectode losÓscar, aunqueno lohacíanpordeferenciaamí.—Por favor, chicas, poned la tele. No me importa, de verdad. Ya me he

anestesiado.Séloqueocurreenelmundo.Rosalind y Helen no estaban muy a favor, pero sus hermanas pequeñas

lograronloquetodasdeseábamosynosdispusimosaverlagala.Yosíquehicegala de una gran frialdad y ni me inmuté, cuando por fin aparecieron lasprimeras imágenes de Nick llegando al Shrine Auditorium. Mis amigas memiraronporelrabillodelojoymehiceunaestatua,apesardeque,pordentro,misdienteschirriabandetantoapretarlamandíbula.La cosa andaba reñida. En esta setenta gala de los Óscar había películas

fabulosas que optaban por tan codiciado galardón. Entre ellas Titanic, quedestacaba entre nuestras preferidas, aunque Helen era más partidaria de L.A.Confidencial.Desde luego, el papel deNick enElVuelo delFénix, constituíatambién un duro candidato. En ese papel Nick estaba irreconocible, ya queaparentaba más años y más kilos, logrando un extraordinario retrato de unboxeadoraplastadoporlavida,queseenfrentabaalcombatemásimportantedesucarrera,mientrassuvidapersonalyfamiliarsehacíaañicos.Todoelretratodeunluchador,delperdedorvictoriosoquepeseatodaslasapuestasencontrasalía triunfador. Helen le daba por ganador del Óscar. Decía que había unatendenciaenlaAcademiadepremiarsiemprealosmásfeos.Nosreímostodasdesuocurrencia.Noobstante,eraverdad:cuantomásdramáticoyfeoresultabaunpersonaje,másoportunidades teníade triunfar.Muchomásqueensupapeldechicoguaperasenlaotrapelícula,pormuchataquillaquehubiesereventado.Desdeluego,segúnpudeapreciar,habíarecuperadosucomposturayquedaba

muylejosdelpapelquepodíaencumbrarlealÓscar.Seveíaimpecableconsuesmoquinysucortedepeloacepillo.Tambiénibabienacompañado,aunqueenestaocasiónnoconocíaasuacompañante.Unarubiadegélidosojosygenerosoescote.Comoenotrasocasiones,BillyCristalhacíademaestrodeceremonias.Yallí

estaban además los británicos de Full Monty, película con la que tanto noshabíamosreídoenelcineyWillSmithyTommyLeeJones,quehabíanarrasadoentaquillaconsusHombresdeNegro.Laverdadesqueladecisiónseríamuydifícil. Nick tenía que competir con grandes actores como Nicholson, DustinHoffmanoPeterFonda,entreotros.

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Contantasmujeresallíenelsalón,laceremoniafuelamásdivertidaquehabíavisto enmi vida. No puedo ni escribir los comentarios que se hacían cuandosalíaLeonardoDiCapriooelpropioNick, apesardequeconesteúltimo, serecataban por mí. Will Smith despertaba la locura entre las hermanas deRosalind.Menosmalqueaquelbarulloyaquellasmujeresmeayudaronaqueesa amarga noche fuera además la que más me riera. La ceremonia pasó tanrápido,quecuandonosdimoscuenta,yaestabanapuntodeconcederelÓscaralmejoractor.Elsilenciosehizoenelsalón,solorotoporelestallidodelaspalomitasenel

microondas de la cocina. La abuela Kate nos mandó callar, muy seria en lamecedoraconsusgruesasgafas,cercadelatelevisión.FrancesMcDormandnosmanteníaenvilo…—ElÓscarespara…¡NickCampbell!—gritó.UnaovaciónsealzóenelShrine,peronotanaltacomolaquesevivíaencasa

de Rosalind. Los saltos hicieron rechinar la madera, y el padre y sus amigossalierondelsótano,asustadosdequeselesvinieraencimaeltecho.—¡Callad,callad,quevaahablar!—chillóRosalind.Lacalmavolviócomoporensalmo.—Quiero agradecer a los miembros de la Academia por concederme este

Óscar.Esunhonor, sobre todo, teniendoencuentaa losgrandesactoresa losquemeenfrento—sonaronaplausos—.Porúltimo,queríadedicaresteÓscaraunapersonamuyimportanteparamí.Unamujeraquienledeboloquesoy.Aunaamigaquemeempujóasacar lomejordemímismoysobreponermea laadversidad.AJulie,unaauténticadama…Mequedé a cuadros.Rosalind yHelenmemiraron con la boca abierta y el

restodelashermanassiguieronsaltandoyformandojarana.Loquequedabadelaceremoniayanointeresaba.Todasmefelicitaronconefusión.—¡TehadedicadoelÓscar,Julie!—meabrazóHelen.—¡Niña,deberíassaltardealegría!—medijoRosalind.—Estoycontenta,tranquilas,porlomenosahoraséquesoysuamiga.Por fin, llegó lahoradeacostarse,despuésdeunaguerradealmohadonesy

otro atraco a la nevera por parte de las Hunter. Helen y yo dormimos en lahabitacióndeRosalindcompartiendocama.Estábamosreventadas.

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Sorpresasdelavida

Alasdosdelanoche,seescucharonunosruidosenlacasa.Derepente,alguienabriólapuertayseencendieronlasluces.—¿Quéesesto?—murmuróHelen,mientrasbuscabasusgafas.Las tres nos levantamos con un susto tremendo,medio adormiladas. Por la

puertaaparecióquiénmenosmeesperaba:Nick,consuesmoquiny lapajaritadesecha.Llevabaalgoen lasmanos.Detrás, lashermanasdeRosalind juntoasus padres y su abuela que se habían levantado también. En un santiaménllenaron la habitación con sus corpulencias. Yo intentaba salir de la cama,mientrasHelenestabasentadaconlospelostiesosycaradeasombro,aunquenotanto como la deRosalind, cuyas greñas y trenzas le hacían parecer un pulporeciénpescado.—¡Nick!,¿quéhacesaquí?—Julie—se arrodilló,muy serio—.Tienes lamanía de dejarte cosas enmi

casa.Yme puso los zapatos queme olvidé cuando salí huyendo aquel día de su

casa,alsaberqueeraWill.Noesquefueranunoszapatosespecialmentebonitosni que el pijama fuese elegante, precisamente, con esos dibujitos de gatitos ylazos,aunqueenesemomento,mesentícomoCenicienta.Había un silencio inmenso en esa habitación atestada, donde solo se oía la

respiraciónentrecortadadelaabuelayalgúnsuspiro.—Pero…perocreíqueyanomeamabas…Nohesabidonadadeti…—Losé.Alprincipiocortéparaevitarquetesiguieranytehicieranmásdaño.

Queríaquepasaraeltiempoyrecondujeralascosas.Salíconotraschicasparaque la prensa se olvidara de lo nuestro. Y de paso, calmé los temores de losestudios.Ahora…ahoraesnuestromomento,Julie.Tequiero.Nomeimportaloquepiensenlosdemás.—¿YSam…yesaschicas?—preguntéyaensollozos.—¡AldiabloconSam!Aellassololasutilicéparadesviarlaatención.

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Nopudemásymeechéen susbrazos.LosHuntervolvieronagritar, sobretodo laschicas (unagranmayoría),mientraselpadrebajóahacercafé.Yanohabíaquiéndurmiera.Aquelloparecíaunaferia,sinembargo,nomeimportaba,porqueenesosmomentossoloteníaojosparaNick.PorlapuertaaparecióMichael,estavezsonriendo.SaludóaRosalinddesdeel

dintel, como un niño pequeño. Mi amiga saltó de la cama con una agilidadpasmosayconelpijamamáshorteraquehabíavistoenmivida.Perosucarareflejabalaalegríapersonificada.CogióaMichaeldelamanoyledijoalgodedarledecomerytal.Sushermanasflipabanconelmaromocuadrado.Todaslollevaronarastrasalacocina.Helensemarchótambiénprudenteynosdejósolosenlahabitación.Yanohabíamásquedecir,solocomernosabesos.Afuerasonólacanciónde

ElGuardaespaldasdeWhitneyHouston,supongoqueenhonordeMichael.—Julie, tendremos que llevarlo en secreto durante un tiempo, hasta que

madurenlascosas.—¡Oh,Nick!¡Qué feliz soy!Nome importa.Soloquiero estar contigo.No

sabíaquetequeríatantohastaqueteperdí.—Nuncameperdiste,siempreestuveahí.Nosbesamosdenuevo.—¿Sabes?AcabarépordarlelasgraciasaBrenda.Siellanosehubieseliado

con Steve, tal vez no viviría ahora este momento, habría acabado con esefracasado.—Talvezdebamosdarleslasgraciasalosdos—rio.Despuésdeaquellanochenosfuimosavivirjuntos,peroalosojosdelmundo,

Nick seguía soltero y sin compromiso. Yo pude continuar con mi trabajo deprofesora sin más agobios, y mi hermano y Nick se reencontraron con granalegríaporpartedeambos.Empecédiciendoquemi libroeraunaadvertenciaparalasfuturasgeneracionesdechicasquepasaranporuntrancecomoelmío:advertirlesdequelosmásosadossueñospuedenconvertirseenrealidad.Ysicreíaisqueestaeslahistoriadelachicaqueencuentraasupríncipeazul

os equivocáis. Esta es la historia del chico que cumplió sus sueños deadolescente: consiguió a la chicade laque siemprehabía estado enamoradoyreírsedelavidaydelosmiserablesquelapueblan.EslahistoriadeWill,elmásaventajadodelClubdelosCaballeros.

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©2019,JaneSeymour

Primeraediciónenesteformato:juliode2019

©deestaedición:2019,RocaEditorialdeLibros,S.L.Av.Marquèsdel’Argentera17,[email protected]

ISBN:978-84-17705-30-5

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