La vie en Rose - ForuQ
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Lavieenrose
JaneSeymour
LAVIEENROSELaureEver
«ComenzóconunchantajeenelinstitutoyacabóconunavenganzadecineenHollywood.MinombreesJulieyhedisfrutadodelinfiernoyelparaísoenLosÁngeles.»
ACERCADELAOBRAJulieesunajovenbrillanteyestudiosaqueacabadeempezarsusestudiosenlaUniversidaddeLosÁngeles.AllíseenamoradeSteve,laestrelladelrugby,yharáloimposibleparacaptarsuatención.Suobsesiónla llevaráaunaespiraldesucesosquecambiarásuvida…,puesacabasiendovíctimadeunchantaje,crearáelClubdelosCaballerosparaqueloschicosmásfeosyapocadosdelcampusseconviertanenpopulares.Julielucharácontratodoslosobstáculosparadescubrirquelavidatodavíaledeparabamuchassorpresascuandoyahabíarenunciadoaamar.
ACERCADELAAUTORAJaneSeymoureselpseudónimodeestaescritoranacidaenCádiz.Esperiodistadesde1989ydesdeentonces,hacursadodiversosestudiosdeperiodismoespecializado,cineyliteratura.
Esautoradeloslibrosdeviaje:AndalucíamágicayFarosandaluces.Viajedepuntaacabo;ydela novela Caso Leviatán. Así mismo ha publicado conMis machotes preferidos tras quedarfinalista en un concurso de relatos eróticos. También quedó finalista en el concurso de guioncortodelFestivaldeCineFantásticoydeTerrorLaMano deAlcobendas.Finalistadel premioAndalucía de Periodismo, en la modalidad de Turismo. Además ha colaborado en revistasespecializadas,asícomoenpáginaswebdedicadasalturismoenAndalucía.Trabajaenradioytelevisióndesde1992.Lavieenroseessuprimeraincursiónenlanovelaromántica.
Índice
Portadilla
Acercadelaautora
Dedicatoria
PRIMERAPARTE2.Los«pringaos»3.Elantrodelos«pringaos»4.Elclubdeloscaballeros5.Elentrenadordelos«pringaos»6.LahermanadeJohn7.Lafiesta8.CómoconvertiraungusanoenunescarabajoGoliat9.LatorredeHanói10.NormanBatesyChewbacca11.Nochedecalabazas12.EldespertardeOfelia13.Magnoliasdeacero14.Esqueletosenelarmario15.Labomba16.Problemasencascada17.Elescorpióneneljardín18.Unleopardoenlanevera19.Uncactusderegalo
SEGUNDAPARTE20.Resurrección21.Elrodaje22.Elcirco23.Lainvitación24.Confidencias
25.Laserpienteenlospantalones26.Caballosdesbocados27.Nidodeavispas28.Elmundoesunapeonza29.Elespejoroto30.Lahoradelaaraña31.Revelaciones32.Leccionesdelavida33.Lanoviacadáver34.Sorpresasdelavida
Créditos
Paradisfrutardeestelibrohayqueescucharmúsicadelosochentayteneramanounabuenacopadevino.
PRIMERAPARTE
1
Los«pringaos»
Escriboalasnuevasgeneracionesparaqueadquieranconocimientodequelosmás descabellados deseos pueden llegar a realizarse. Incluso aquellos quepensábamosquejamássaldríandelmundodelossueños.MinombreesJulieyquierorelatarmiexperienciaparaquesirvadeescarmiento.Todo empezó cuando a principios de los ochenta acababa de iniciar mis
estudiosenlaUCLA,laUniversidaddeLosÁngelesenCalifornia.AllíconocíaSteve.Unchicoquemeadelantabaentrescursosyqueporaquelentonceseralaestrelladelequipode rugbyde launiversidad.Desdeque lovi solo teníaojosparaél,aunqueélparecíanopercatarsedemiexistencia.Medabantaquicardiassiemprequeme loencontrabapor casualidadenel campusydehaberpodidovermeahoralacaradeentonces,creoquemereiría.Entonces,sufríamucho.Meparecíatanalto,tanapuestoytanfuerte…No sabía ni lo que estudiaba, ni me importaba. Por eso, además de la
satisfaccióndeaumentarmiconocimientoycultura,detrabarnuevasamistadesydedisfrutardelaetapatanmaravillosaqueesserjovenenplenitud,saberqueélestabaallí,mehacíadichosacadainstantequeibaaclase.Alavezmihermanocomenzabaelinstituto.Yempezóconmalpie.Nadamás
entrar, sufrió algunas novatadas bastante humillantes: como dejarlo sinpantalonesyempaparlodepinturaverde.Pobrecillo.Alregresaracasaparecíaunsaltamontes.Yo contaba con otros problemas y tampoco mi inicio en la universidad
resultabafácil.Reconozcoqueentoncesnoleprestémuchaatención.Como cabría suponer, pasado el tiempo se integró en su propia pandilla de
amigos. No tenía ningunas ganas de conocerlos, sin embargo, un día porcasualidadfueronaestudiaracasa.Todoseranunos«pringaos».DesdeJohn,decara huesuda y «gafapastas» pasadas de moda; Norman, el empollóninsoportablequeibaparainformático(sobretodoporsumalgustoenlaropa);a
William,elgordito,miope,torpeytímidohastalamuerte.MedejoparaelfinalalosgemelosLukeyHan,aquienessuspadreshabíancolocadoelnombredelapelículaquemáslesgustóensujuventud:LaGuerradelasGalaxias.Nopuedodecirmás,salvoqueparecíanvivirenlainopiaperenne.Ungrupo
defracasadosqueseencontraronyseunieron.Mividaenesemomentoseasemejabaauntorbellino.Empezarlauniversidad
era como escalar una montaña. Un logro del que me sentía muy ufana yorgullosa. En realidad me creía por encima de los demás, en especial, de mipropiohermanoydesupandilla.Recuerdoquecuandoundíaentréencasahubomurmullosdesorpresa.Para
los chicos del instituto las chicas mayores representaban un tabú deseado.Escuchéalgunaexclamacióndeadmiración.Algoasícomo:«estábuena»ytal,peroyo losmirépor encimadel hombroy subí las escaleras rápido, puesmisamigasSandrayNicolemeesperabanafueraenelcoche.Quedamosenira labiblioteca, después a realizar unas pruebas para ver si me admitían comoanimadoraenelequipoderugbydelauniversidad,yyaporlanoche,asistiraunafiestaqueorganizabaunadelashermandadesmáspopularesdelcampus.¡Ymehabíaninvitado!Bueno,amíyamisamigas,aunqueenrealidadséquefuepormí.Salícomounaexhalación,haciendocasoomisodeloscretinosquesehabían
apoderadodel salóny a sus comentarios, yme fui,mientrasme colocaba conprisalaminifaldadeanimadora.Hiceoídossordosalossilbidosdeadmiraciónyretoméeltorbellinodemiexistencia.Todome iba bien entonces. No pasaba lomismo con el zangolotino demi
hermano,quienparecíadestinadoaserunperdedordeporvida.Undía,yaavanzadoelcurso,entróenmidormitorioparahablarconmigo.No
entendítamañaosadíapuesandabamuyliadaconexámenesymihermanoyyohacía tiempo que hablábamos lo imprescindible, pues vivíamos en esferasseparadas.Élmeconsiderabavanidosayyoporloqueera:un«pringao».—¿Quéhacesaquí,novesqueestoyestudiando?—Necesitohablarcontigo.—Mañanaoenotraocasión.—Esurgente.Merendí.Conocíaamihermanoysabíalopesadoyobstinadoqueeracuando
queríaalgo.Dehecho,asíconsiguióenelpasadotodosmisjuguetes.—Oye,necesitamostuayuda.—¿Necesitamos?
—Misamigosyyo.Verás,nosomosmuypopulares,sobretodoconlaschicas.Somoscomounospariasenelinstituto.—¿Y…?—miscejasestuvieronapuntodedespegar.¿Quémeimportabaamí
todoaquello?—Pues que hemos pensado que a lo mejor tú, que eres mayor, puedes
aconsejarnosoayudarnosa…agustarlesalaschicasjóvenes.—¿Qué?¿Meacabasdellamarvieja?—gritésinpoderevitarlo—.Perosisois
unos«pringaos»…¿Quéquieresquehagayo?¡Déjameenpazcontustonterías!—Porfavor,Julie.Esmuyimportanteparanosotros.—Meimportaunbledotusamigos.Sisontontos,yonotengolaculpa.—Hazlopormí,porfavor.Yentonces,sedesbordómirisa.—NiportiniporMichaelJackson.¡Largodeaquí!—Si no me ayudas, mañana por la mañana aparecerán por todo el campus
unos«papelitos»conunafototuyaincorporada.Enesemomentomequedémuda.¿Quétramabaelcretinodemihermano?—¿Quéfotoyquépapel?—lerugí.—Esta—ymeenseñóunafotoqueyocreíaexterminadahacíatiempo.Lafoto
máshorripilantedemivida,enlaqueposabaconunasgafasdeculodebotellaylosbrackets relucientes en una sonrisa forzada.Lopeor es que bajo la odiosafotohabíanescrito:«Steve tequiero.Llámame(minúmerode teléfono).Julie,primerodeLiteraturayLengua Inglesas»—.Sinonosayudas, estoscartelitosinundarán el campus. Los pondremos en los postes, en las entradas a lasfacultades,enelcampoderugby…—¡Traeacá,«pringao»!—legrité,altiempoquemetiréhaciaél.Perosupoesquivarmeconagilidadymepeguéunsopapoenelsuelo.—Daigualquelorompas,imprimiremoscientosdeellos.Nonospararásalos
seis.—¡Seráscretino!¿Cómoteatrevesahacermeesto?¿Sabesloqueocurrirási
venestafotomía?Elpánicomesecólagarganta,solodepensarquemediomundoveríalafoto
máshorriblequemetomaronenlavida.(Tanhorriblequelleguéaromperlosnegativosytodaslasdeaquellaépocadesgraciadademiadolescencia).YlomásterroríficoesqueStevedescubrieraaquelloyesemensaje…Seríaelhazmerreírdelcampus…Enesemomentoquería fulminaramihermano.Arrancarleesosbrazos de insecto palo que tenía bajo el jersey estirado y colgó y gigante.¡Aaaarrrggg!
—Este es el trato: tú nos ayudas a ligar con las chicas y nosotros noempapelaremos la universidad con tu horrible retrato. Mira que estabas fea,Julie.Sinolohubieravisto,nolocreería.—¡Eres…eres…!La indignaciónbloqueómis palabras y tan solo lloré con
rabia.—Vamos, no seas gallina, Julie. Además, qué mal gusto en elegir a ese
estúpidodeSteve.Sieseltíomásgilipollasdetodalauniversidad.¡Quédigo…detodaCalifornia!—¿Quétehehechoyo?—Bueno, si nos ponemos así, te detallaría una retahíla de agravios que nos
tendríahablandohastaNavidad.Noesporvenganza,deverdad.Esquecreemosquesolotúpuedesayudarnos.Alfinyalcabo,entuprimerañodeinstitutoerasuna pringada como nosotros y has cambiado ¿no? Además, quieres serprofesora… solo tienes que empezar a enseñar antes. Te vendrá bien comopráctica.—¡Yoquieroserprofesoradeliteratura,nounamadame!¡Yademásnotenéis
remedio:seréisunospringadostodavuestravida!—Bueno, Julie,veoque siguespoco razonable.Nomegustaríaquemañana
todoelmundosupieraquemihermanitaeraun«coco»hastanohacemuchoyqueandachifladaporelcapullodeSteve:elnenequevuelvelocasalasniñatasdelosalrededores.No.Laverdadesquenomegustaríametermeentupellejo.Perotedoylaoportunidad.Comoahoraparecesmuyofuscada,piénsateloymecomunicas tu decisión esta noche.Antes de las diez, porque pasada esa hora,empezaremoselreparto.—¡Te odio, te odio!—le chillé, mientras le lanzaba un pisapapeles que se
estrellócontralapuerta.El zangolotino tuvo suerte y habilidad, porque si le da en la cabeza lo dejo
seco. En cambio, mi bonita bola de cristal con purpurinas de nieve navideñaacabóhechaañicos,dejandountremendobolloenlapuertaqueluegotuvequejustificarantemispadres.Porsuerte,esatardenoestaban.Yosíqueestabamuertaderabia.Solopensarqueaquellachusmadepandilla
había ojeado en mis fotos y en mi vida… ¿Tan evidente resultaba que megustaba Steve?Creía que solo seme escapaba alguna risa nerviosa cuando loveía, pero nada más… Ni mis amigas, que suspiraban igual que yo por unamiradasuya,habíansidoconfidentesdemisecreto.Yelcretinodemihermanoysusamigossehabíandadocuenta.Nopodíanillorardelaindignación.
Analicélasituaciónynoveíamássalidaqueaccederasustoscosplanes.Sinembargo,hastaúltimahorademorémivisitaalahabitacióndemihermano,puesmeparecíaimposiblehablarconélsinpensarenestrangularlo.Noteníamuchotiempo, ya que a las diez volvían nuestros padres de una cena romántica.Celebrabansuveinticincoaniversariodeboda.Nuncasemeolvidaráesanoche.—Estábien,«pringao»,túganas.—Hasidounasabiadecisión,aunquedeberíashabertedadoprisa,soncasilas
diez.—Comoencuentreunasolanotaconmifotoahíafueraereshombremuerto.
Mejordicho,insectomuerto,puesnopertenecesalacategoríadehombre.—MañanaalascincodelatardequedamosencasadeWill.—¿Qué?¡Tengomuchoqueestudiaryalassietemetocaentrenamiento!—Alascinco.Ahítedejosudirección.Noestámuylejos.¡Ah!Yséamable
connosotros,yasabescómolasgastamos.Respondí con un portazo y me fui a mi cuarto a rumiar mi furia, mi
desesperación ymis cábalas para quemis horarios coincidiesen. ¡Maldita sea,partedeesetiempocoincidíaconelentrenamientodeloschicosdelequipoderugby!Novería aStevecuando llegara al campo.Con suertey si corría igualllegabaalfinal.Estabadesolada,apesardequesabíaqueeranmuchas laschicasque,como
yo,sepasabanembobadasmirandoalosjugadoresmientrasseentrenaban.Paraesomehiceanimadora,aunquesoloconseguísersuplente.¿Quépensabaacaso,que se iba a fijar en mí entre la multitud? Pero si salía esa foto con esemensaje…síquesefijaríaenmí.Élytodoelmundo.Yentoncesyomemoriría.Mordílaalmohadaparadescargarmiimpotencia.
2
Elantrodelos«pringaos»
Al día siguiente fui comoalma enpena a la casadeWill.Mihermanoy losgemelosmeesperabanenlaentradasentadosenlasampliasescaleras.Peronoentramosen lacasa, sinoen lacabañaanexaconstruida tras suenorme jardín,cuyadecoraciónparamí, demostrabapésimogusto.Allí estaba el restode los«pringaos».William se acercó nervioso para saludarme, mientras retorcía susmanos regordetas. Yo crucé los brazos como una diosa pagana y mi cara nodebíasermejorqueladeKali.ElcochinillosonrosadodeWillsesubiólasgafasy se alejó, perdiéndose entre las sombras. Norman, el empollón, parecíarelamersedegusto,mientrasqueelhuesudoJohnreflejabacaradepánico.Sololosgemelosparecíancontentosyalgodescarados.Talvezseríanlosúnicosalosquepodríasalvardeserunos«pringaos»,viendoalrestodelpersonal:apocados,feos,laciosymediotontos.Incluyoamihermanoque,aunquenoeraelmásfeo,para mí se trataba del caso más irremediable: no se me ocurría qué clase demujersaldríaconuntíotaninsoportableymalévolo.La cabaña funcionaría como centro de operaciones. De la «Operación
Pringao».Nohabíavidassuficientesparaconvertiraesedesechodeniñatosenhombres que pudiesen siquiera sermirados por una hembra. No obstante,meteníanensusredes.Asíquepenséquecuantoantesmedesembarazaradeellos,mejor.Losoiríaparaaveriguarquéqueríanyestabainclusodispuestaasobornara algunas chicas del instituto para que fingieran y saliesen con ellos si erapreciso.Aunquemegastase los ahorrosdestinados amidoctorado, cuyametame parecía tan lejana que durante los siguientes cuatro años ahorraría paraconseguirmisplanes.Elantrodeloszangolotinosconstituíaloqueesperabadeunoszangolotinos.
Habían recogido y limpiado con prisa, pero aún olía a tigre. El mal gustorezumabaportodaspartes.Lacutrezdelosadolescentesestallabaallíentodosu
esplendor.Medabahastaascosentarmeenelsillónqueamablementemehabíandesignadoyqueparecíacondiferencia,elmejordelosqueseamontonabanallí.Cuandomerodearonconsuscarasexpectantesmesentíagobiada.Asíqueles
mandéalejarseyqueparaotraocasiónsebuscaranmesas.Siesoseconsiderabaunaclasedebíaparecerlo.Yparamialivio,consintieron.Laverdadesquelaescenaresultabadelomásviolenta.Yoconcaradepocos
amigos y la mitad de ellos con cara babeante, maligna la de mi hermano ysocarronaladelosgemelosestelares.Que,porcierto,lucíanunflequillohechoatazón,queniuntontodelmedievo.Williamparecíaelmásazoradoysedesvivíaporque me sintiera cómoda. Lo tomé como un signo de hospitalidad, ya queestábamosensucasa.Maslopillémirándomedevezencuandolaspiernas.Loquemepusomásnerviosaymalhumorada.—Bueno,¿qué?—dijecontodamimalababa.—¿Nosvasaenseñar?—saltóunodelosgemelos.—¿Enseñarqué?Primeroquierosaberquéesloquequeréis.—Quenosenseñesaligarconlaschicas—contestómihermano,alzandolos
brazos—.¿Notelohabíadichoya?—Aserpopulares—señalótímidoWill—.Cuandounoespopularesmásfácil
acercarsealaschicas.—Sobretodoalasguapas—coreóNorman.—Estáisenfermos—resoplé.—Oye—dijoHan,elmásdescaradodelosgemelos—.Tehemoscontratado
para que nos enseñes, ¿no? De eso va el trato, así que mantén otra actitud,porqueasínollegaremoslejos.—¿Contratada,contratada?—exclamé,levantándomeconfuriadelasilla,que
cayóalsueloprovocandounanubedepolvo.—Tranquila—dijoLuke—.Comohacomentadomihermanoestoesuntrato.
Unquidproquo.¿Sabesloquesignifica?—Soyuniversitariayestudiohumanidades.Sémuybienloqueesuntomay
daca.Peroyonoganonadaconesto.Esto…estoesunchantaje.—Vamos,Julie.Puedeserdivertido.Tanpocoesparatanto.Dealgunaforma
debíasintegrarteenlapandilla—continuóNorman.—¡Esqueyonoquieroserdelapandilla!Nosoydevuestrapandilla.Yoya
tengomipandilla.Soissosos,aburridos,feosarabiaryencima,chantajistas.—Yaosdijequemihermanaesduradepelar.MiraJulie,hicimosuntratoy
tienesquecumplirlo.Nonosgustaamenazar,aunquesihayquehacerlo,sehace.Note llevarámuchotiemposiponesde tuparte.Tansoloqueremossaberpor
unachicapopularcomotú—carraspeóenesemomento—,quéesloquequierenlasmujeres.Quéesperandeloshombres.—¡Para empezar!—grité, colocando la silla de un golpe—, ni siquiera sois
hombres.Parecéisungrupodebichos…—Notepases—meavisómihermanoconvozahogada.—Alasmujeresnosgustanloshombresdeverdad.—LosguaperasdeculoprietocomotuSteve,¿no?—soltóHan,quehizoreír
alresto.—¡NomencionesaSteve!—chillécomounagaviota—.Nolometáisenesto.
¡Ynoosmetáisenmivida!—Vamos,tranquilidad,tranquilidad—seatrevióahablarporfin,John—.Julie
solotepedimosquenosorientes.Laschicassoismuydifíciles.—Ymalas.Seríendenosotros—dijoWill.—Detinomeextraña—soltóLuke,quedesatónuevasrisas.—Yosoloquieroseramableconellas.Perosoncrueles.Seríenynosédequé
niporqué—siguióWill.—Porqueestásgordoyeresuncuatroojos—leespetóHan.En un momento, unos y otros empezaron a discutir sobre quién era más
perdedorymásdignodelástima.Yonodabacréditoaloqueveía.Siaquelloseprolongaba jamás conseguiríami libertad pronto. Así que decidí atajar por losano.—¡Basta,basta!Silencio.Todoscallarondesopetónantemigritoautoritario.Ahorasímeibasintiendo
profesora.—Enprimerlugar,deberíaisfijarosenvosotrosmismos.¿Dóndeoscompráis
esa ropa tan horrible? ¿Por qué lleváis esos cortes de pelo tan antiguos einfantiles?¿Cómoqueréisquenoseríanlaschicascuandopasáisasu lado,siparecéislosJacksonFive?Ningunosoltópalabra.Elatuendonohabíasidotenidoencuenta.—El aspecto esmuy importante.Y aparentáis dejados y hasta sucios.Oléis
mal.—Oye,sininsultar,Julie—medijomihermano.—Pues os aguantáis. Si queréis la verdad de una chica, debéis digerirla.Os
debéislavarmás.Vestirmejorypreocuparosmásdevuestraapariencia.—Nosomosmaricas—aseveróLuke.—Sinembargo,reflejáisloquesois:unos«pringaos».Todosvolvieronacallar.
—Está claro que no hay interés por tu parte —objetó Norman—. Aunquetampocomeextraña,yaquedesdeelprincipioconsiderémalaideaobligartedeestaforma.—Oye,Norman,novayasarajarteahora—seenfadómihermano.—Mira,Ian,Normantienerazón—tercióHan—.Creoqueasínohabrábuena
colaboración,perosemehaocurridounaidea.Escucha,Julie:¿quéteparecesiacambiodetucolaboraciónnosotrosteayudamosconSteve?—¿Quédices,majadero?—meenojé,sonrojándome.—Quefacilitaríamosqueélsefijaraenti.Cosaquenoharásinoledamosun
empujoncito.—¿Porquiénmehastomado?—Ya entiendo—se aventuró Luke—. Nuestro hermano mayor juega en el
equipodeSteve.Podemoshablarconélyfacilitarunencuentro.—Nuestrohermanonosdebe…digamosunosfavores.Nosenegará.Yasítú
tendríasdespejadoelcamino.Elresto,dependeríadeti—señalóelotrogemeloconsuvozsocarrona.—¿Quéoshahechopensarqueyoaceptarétamañodisparate?¿Creéisqueme
voyarebajartanto?Siquierosalirconél,melasapañarépormímisma.—Vamos,Julie.Steveestátancercadeticomodelaluna.Jamássefijaráen
ti.Eresunachicamona,aunquenormalita—meseñalómihermanocontodasumalaleche—.Esunabuenaoferta.Elpróximomessecelebraunafiestaensuhermandad. Es posible conseguir a través del hermano de Luke yHan que teinvite.AsítepresentaríaaSteve.—Además, nosotros te enseñaríamos lo que les gusta a los chicos—señaló
Norman.—Vengaya—repliqué,mientrascogíamicazadoraparamarcharme.—Mi… mi… mi hermana —balbuceó John— es amiga de la hermana de
Steve.Intentaréqueosconozcáis…—Buena idea, John —saltó Han—. Con la ayuda de mi hermano y de la
hermanadeJohn,seguroqueaccedesaSteve.Además,teayudaremosconotrascosillasquelaschicasnosabéishacer.—Míralo como una oportunidad y no como un chantaje —me señaló mi
hermano.Las piernas me temblaban solo de pensarlo. De nuevo los «pringaos» me
apresabanensusredes.Porotraparte,esaideaeramejorquelaamenazadevermicartelempapelandolauniversidad.
—Estábien.Haremosuntrato.Yoosenseñaréloquesepayestéamialcance,y…yvosotrospodéishaceresoquehabéisdichoyfacilitarmicaminoy todoeso…Un «hurra» resonó en el antro y empezaron de nuevo los griteríos. Y les
mandécallar.Másmevalíapensarenunplan.Loschicossesentaronyestuveun ratomeditandomientras tamborileaba rítmicamente en ladestartaladamesade profesora con mis dedos. ¿Cómo conseguir convertir a unos pringados enunos«machomen»?—Antesmehabéispreguntadoquéquierenlasmujeresdeloshombres,quées
lo que nos gusta. Y aparte de un culito prieto —me burlé con sorna—, lasmujeres queremos a un hombre que nos haga sentir comouna reina.Que nosabralapuerta,quenosdejepasarprimero,quenosinviteacomer(ypague),quenosdefienda,queseacultoyagradable…ensuma,quesea todouncaballero.Cosa que por desgracia hoy en día no se lleva. Da igual que un chico searequeteguapo si luego no sabe tratar a una chica. Si se comporta de maneraordinariaysoez…Yo misma me sorprendía del hilván de mis pensamientos. Mis clases de
literaturayhumanismoy,sobretodo,miinterésporelsigloXIXysusnormasde cortesía y etiqueta, de refinamiento, me hacían ver una salida a los«pringaos». Puede que jamás fuesen guapos, ni altos, ni fuertes… ¿mas noconseguirían ser acaso más refinados y pulidos? ¿Un lord Bayron, unFitzwilliamDarcy?¿Quémujernosuspiraríaporunhombredetratoexquisito,que recitarabellaspoesías, llenodeseguridadycon laeleganciadeundandi?¡Ah!,suspiré.Esoeraalmenos,loqueamímegustaríaencontrarenunhombre(apartedequetuvieseunculitoprietoyunrostrocomoeldeSteve).—Creo que para conseguir esa transformación que queréis, debéis cambiar
comouncalcetín.—¿Queseamoscomouncalcetín?—protestóNorman.—Merefieroaquenecesitáiscambiar…pordentroyporfuera.Osconvertiré
enunoscaballeros.Unaespecieextinguida.Seréishombresrománticos,hombresconquiencualquierchicadeseeestar.Aprenderéisdesdeasentarseenunamesa,a dar el brazo a unamujer, amanejar un lenguaje culto y rico, y chicos…, avestirosycomportarosdeotraforma.¿Decuántapastadisponéis?—¿Nosvasacobrarencimaporlasclases?—protestómihermano.—Para comprar ropa, zangolotino. Que parecéis del medievo. Y a ir al
peluquero.Yasaberinvitaraunachica.—Nosotrossolopensamosligar,nocasarnos—selamentóHan.
—¿Cómovaisaligarconesaspintas?Niyomeacercoamihermano.—Esoesverdad—apostillóél.—Bueno,puesmañanaalamismahoraostraéiseldineroquetengáisytraed
vuestroslibrosdeliteraturaypoesía.—¿Literatura? ¿Poesía?—escupió Norman—. ¿Quieres que se rían más de
nosotros?—Lo que quiero es que aprendáis el lenguaje del amor, cenutrios. ¡A que
sepáishablaraunadamaynosoltéispiensoporlabocacomoahora!—Amímeparecebuenaidea—sugirióeltímidodeWilliam.—Estábien—cerróladiscusiónmihermano—.Quedamosenqueharíamoslo
queellanosmandara,asíqueandando.Porunavezdijoalgosensato.—A partir de ahora—entoné con voz grandiosa— esto será el Club de los
Caballeros.Laidealesgustóatodosyporprimeravezsonrieronyseentusiasmaron.Ya
teníanunametaenlavida:pasarde«pringaos»acaballeros.Yonoloveíatanfácil ni posible, pero si me ayudaban mientras a conocer al hombre de missueñoscualquier tretameservía.«Enelamoryenlaguerratodovale»,segúnreza el dicho. Cuando nos marchábamos,William se acercó tímidamente. Supelo lacio y rubio estaba pegado de sudor a su carita sonrosada, como uncochinillo.—Gracias,Julieportuayuda.¿Sabes?Amímeocurreigualqueati.—¿Yquémeocurreamí?—contestéagria.—Puesqueestoyenamoradodeunachicamayor.Unachicapreciosa.Aunque
ellanuncasefijaráenmí…escomounadiosa.Simeatreviera…Dos ojos azules me miraron tras sus gruesos cristales. Empezó a sudar de
verdad.Conunasonrisanerviosa,meacompañóhastaelporchedesucasaparadespedirseconsumiradamiope.SentídeprontolástimaporWill.Unabolitadesebo,dianadelasbromasyburlasdelinstituto.Sabíapormihermanoqueeraunbuenestudiante,peroresultabatantímidoquenodestacabanuncaennada.Me fijé en el resto de los «pringaos» y experimenté algo así como
culpabilidad.No resultaba fácil ser un«pringao»en el instituto.Elmiedoquesufríenmiépocaallí, cuandoyo tambiéneraunachica feaydesgraciada,measaltóderepente.Comprendíladesesperacióndelos«pringaos»porintentarsernormales,porqueunavezconlacruzacuestas,yadeporvidaarrastraríanesamaldiciónalláadondefueran.Ensusvidasdeadultoyensustrabajos.Viami
hermanodeotraformaynotéunalevepunzada.Perofueleveyefímera,queseesfumómientrascorríaparallegaratiempoalcampodondeentrenabaSteve.
3
Elclubdeloscaballeros
La década de los ochenta fue una era prodigiosa. Todo parecía hecho a logrande: los coches, la música, los aparatos de música, las hombreras, losadornos,lasjuergas…Comounrenacerdealegríayganasdevivir.Tesentíasenlacúspidedeunsistemaqueparecíaque iríaamás.Se sucedían los inventos,sobre todo informáticos, y surgía la fiebre de los videojuegos; se acumulabanriquezascomosinadaseagotasenuncaenelmundo;losartistasylosbohemiosvestíancontagiadosdeesagrandezaeinterésporserelcentrodeatención.Nadaparecíapoconidemasiadorecargado.AhíestabanlosJackson,Prince,Madonna,miadoradaCyndiLauper,Queen,BonJovi…No había suficiente laca, cardado o dorados para las muchachas o
transgresionesambiguasparaloschicos.Elcinehabíarecobradolustreylomásterriblequeocurríaporelmundoeraesaintolerableactituddelossoviéticosqueperpetuabalaguerrafría.El gobierno de Reagan dio estabilidad interior, pero parecía que afuera, la
gentenosveíaalosnorteamericanoscomounosendiosadosimberbesynuestrosciudadanos sufrían ataques en el exterior según destacaban las noticias. Noobstante,dentrovivíamosenunaconcha.Aunque,alfinyalcabo,cuandounoesjovennopiensaenpolítica,nienlasguerrasexteriores,nienlarealidaddelavida.Tansolosepiensaenvivirydisfrutaratope.LikeaVirginfuelabandasonorademividaentonces.Laescuchabaportodas
partes.Eracomounincentivo,yalavezcomounmazo.PorqueresonabaenmicabezacadavezquehacíaplanessobreSteve.Yeltiempoibapasandoyyotansolopodíaaspiraraverloentrenarenelcampoderugbyoaencontrármeloporcasualidadenloslugaresdondesabíaquefrecuentaba.Avecessemeescapabauna lagrimilla, no tanto de emoción como de impotencia al verlo con algúngrupo,comery reír, felizyajenoamidesgracia.Mehabíaobsesionado tanto,quemeparecíaconocersupelocastañoysusojospardosmejorqueélmismo.
Recorríaconmimiradasucuerpoynoleveíadefectoalguno,solomúsculosysonrisas.Infelizdemí.Comodecía,enesecontexto,transcurríamividaalcomenzarlaingentetarea
dehacerdelospetardosdelinstituto,unoschicosmedianamentepopulares(conesoyameconformaba).MihermanoveníadelcineconJohn.HabíanvistoE.T.yestabanentusiasmados.Lestuvequerecordarqueleshabíapedidolarecolectapara empezar la transformación. Para mi sorpresa, los «pringaos» habíanrecogido más dinero del que yo me figuraba. Algunos comoWill y Normanteníanpadrespudientes,aunquenoentendíaquéhacíanenuninstitutopúblico.Los chicos desde luego, habían estado ahorrando para algo y el hecho degastarsetantodinerosignificabaloimportantequeeraparaellosconseguirsuspropósitos.—¡Aquíhaymuchosdólares!—exclamé.—Habrámásparaseguirelplan—meindicómihermano—.Loschicosvana
ponertododesuparte.—Enfin—suspiré—.Yanohaymarchaatrás.—¿Quépiensashacerconesedinero,Julie?—preguntóJohn.—Bueno…parte lodestinaré comoosdije, a que cambiéis de look.Otra la
destinaréalentrenamiento.—¿Quéentrenamiento?—sesobresaltómihermano.—¿No pensaréis que todo se arregla con llevar ropa bonita? Hay que
esforzarseen lavidasiqueréisconseguiralgo.Yonoperdíkilossentadaenelsofá.—Yoodiolagimnasia—selamentóJohn.—Pues para obtener autoestima y confianza en timismo necesitas controlar
primerotucuerpo.—Pensabaquenosdedicaríamosarecitarytal—lloriqueó.—Con hablar bien y adquirir cultura no basta. A las chicas nos gustan los
músculos.Oporlomenosunhombreenforma.¿Cómovaisadefenderlas?—¿Insinúasquenostenemosquepelearporellas?—sealarmómihermano.—No,cretino.Tansoloquenoveanquesuchicosalecorriendoalamínima
escaramuza.¿Esquenoosdaiscuentadequequeréismuchosindarnada?Ambosmemiraron y callaron.Yo conté el dinero. Era una buena cantidad,
pero intentaría ahorrar en la ropa, ya que conocía muchos lugares dondeencontrarabuenpreciomejorestraposquelosquellevabanlos«pringaos».Elhechodeposeermásdinero del que pensabame ayudómucho enmis planes,porque en lugar de mandarlos a un gimnasio, optaría por una solución más
rápidayeficaz(segúncreíaenesemomento):buscarlesunentrenadorprivado.Deestaforma,estaríanocupadosmuchotiempoyotrocargaríaconellos.Silesdaba caña suficiente, estarían tan cansados que no podrían ni pestañear.Y yocumpliríaeltrato.Osea,quenolesquedaríamásremedioquehacerpormíloquemehabíanprometido…—Oye, John, ¿ya has hablado con tu hermana? —le pregunté expectante,
aunquecomoquiennoquierelacosa.—Aún, no—contestó algo azorado—… aunque lo harémuy pronto. No te
preocupes.Solobuscoelmomentopropicio.EsmuyamigadeStela,lahermanadeSteve,¿eh?—apostillócomoparacontentarme.Esa tarde di mi primera clase en el club. He de decir, que esta vez, los
«pringaos»sehabíanesmeradoyhabíanlimpiadomejorelcubil.Disponíandemesas(aunquededistintosformatosycolor)yhabíancolocadoalgunospósteresconimágenesde loscantantesyactoresdemoda.Nosésiporquea todosnoschiflaba lamúsica y el cine, o para ver si se les pegaba algodel estilo de losartistas.UnodeloscarteleseradelaúltimaversióndelaGuerradelasGalaxias,quetantogustabaalospadresdelosgemelosy,porende,aellos.—Separecea ti—medijo apocadoWill, cuandome sentabaenmi sitiode
profesora—.LaprincesaLeia…Me senté algo turbada por la mirada húmeda del cochinillo. Salvo el largo
cabello castañoy los ojos oscuros, no sé quéparecido teníamos.Aunquebienmirado,tanpocoeramaloquemecomparaseconella.Loqueocurríaesquenoséporqué,Will,meponíadelosnervios.
4
Elentrenadordelos«pringaos»
Tuve que buscar en muchos anuncios de periódicos hasta que encontré alentrenadoradecuado.Se llamabaRobertyhabía sidoboinaverdeenVietnam.Cuandoquedamosparaconocernos,meparecióalgochiflado.Sumiradadabamiedo, pero estaba verdaderamente en forma. Todo un sargento de hierro. Alprincipio,creíaque lahistoriaeraparamíysesentíahalagado,porentrenaraunachica joven.Sinembargo, trasdetallarle laverdad,mirócongestoduroymarciallafotoquelellevabadelos«pringaos».UnapandadelVietCongnolehubiesecausadomásefecto.Quisoregatearlacifrainicial,yyomemostréfirme.Loaduléafirmandoque,
sieracapazdeconvertiraesosdesechoshumanosenhombres,seríaunodesusmayores logros como guerrero.Mostraba una cara impávida como el telón deacero, con un aire de Clint Eastwood y un cruce de Arnold Schwarzenegger.Aunqueenresumidascuentasestabamajaraperdido.Asíqueeraelentrenadorperfectoparaponerenveredaaloscretinos.Cuandolovieronporprimeravez,casisemeanencimadelmiedo.Apesarde
ello reconozco que aguantaron. Por lo menos la primera revista. No puedodescribiraquílacantidaddeimproperiosquesalierondelabocadeRobertparadescalificarlos. Lo que me hizo sentir muy bien al saborear las mieles de lavenganza.Cadainsultodelentrenador,cadagritoquelesdaba,mehacíansentirfeliz,puespagabanasíelchantajeyeldañoquemehabíanhechoalhurgarenmivida.Elprimerdíaestabanparaelarrastre.Yesoquesololeshizodarcienvueltas
poreljardín,lesmandócienabdominales(queningunopudocompletar,apesardequelesllegóapisarlasmanos,paraquenopudieranescaparyabandonarelentrenamiento). Después les hizo sudar de lo lindo, les obligó a construir ycolocar las herramientas necesarias para los siguientes ejercicios. Así que sepasarontodalatarde,clavandoplanchasdemadera,colocandopesadossacosde
boxeocolgantesyunaseriedeartilugios,quemerecordabanalosejerciciosdelosgladiadores.Alllegarlahorademiclaseerancomoceraderretidaenmismanos.Carecían
defuerzasparaprotestar.Apenaspodíanabrirlosojosysolosalíanlamentosdesusquejicosasbocas,quemaldecíaneldíaenelquehabíanqueridoseralgomásqueunos«pringaos».Perofuiimplacableylespusevariosdictadosylesobliguéa leerpárrafosde JohnKeats, antiguasbaladas inglesasdePercyThomasyalmalogradoEdgarAllanPoe.Conestolesdejéyamediomuertosyyocobrécadahoraquelloréporellosysucruelamenaza.Con franqueza, no creí que aguantaran ni tres días. Hubo un conato de
deserción instigado por los gemelos —según pude saber después—, peroconsiguieron, apoyándose unos en otros, seguir la líneamarcada, para estupormíoydelentrenador.Aunquecreoquetambiéninfluyólasamenazasdeestededarlesunapalizademuertesi ledejabansinempleo.Asíquepartepormiedo,parte por un verdadero deseo de cambiar, los gusanos iniciaron sutransformaciónencrisálidas.Poco a poco comprendieron que, con más cultura, podían mantener una
conversaciónmásfluidayamenaconunachica.Quedejarcaerunafraseounalínea (aunque fuese escrita por otros) en el momento adecuado, creabaadmiración e interés (puesto que, la mayoría de las chicas del instituto noestaban muy versadas tampoco en finuras literarias). Escribir sin faltas deortografía era además un recursomuy recomendable, pues no había nadamásdeprimentequerecibirunacartaonotadeunchicoinvitándoteasalirconunamancha semejante. Completé su formación con clases de teatro para quesupieranmanejarseenpúblicoyreforzarsumemoria.También,de formaprogresivaaguantaron losdurosentrenamientos.Salíana
corrermuytempranoporlamañana(creoqueporlamitaddelosÁngeles)ysepasaban casi toda la tarde pegándose sopapos contra la maquinaria deentrenamiento,quehacíandeljardíndeWill,uncampamentoespartano.YolesponíaPhysical deOliviaNewton-John en un gran radiocasete para animarlos.Aprendieronasacudir,apelearalaantiguausanza,aboxearconlospuñosyadar las patadas karatecas correspondientes. Una mezcla de lucha que Robertdebióaprenderallíenelpaísasiáticoenelquecombatió,oenlasdurascallesdelosañossetenta.Másdeunosefueaclaseesosdíasconlacararota,perocomotampocoerainusualquelespegasendevezenvez,nadiepareciósorprenderse.Porlomenossialguienlesqueríazurraryateníanformadedefenderseyala
par el ejercicio les sentaba físicamente bien. Sobre todo, a Will, que rebajó
barrigayquiensetomómásapechoelentrenamiento,yaJohnyamihermano,que desarrollaron algún músculo correoso entre sus huesudos miembros.Norman y los gemelos eran los más reacios, y siempre que podían, seescaqueabanenloposible,practicandomenosabdominalesoejercicios,cuandoRobertnomiraba.Ademáscumplieronpartede su trato,pues losgemelos consiguieronque su
hermanomayor,Ronald,accedieraapresentarmeaSteve.Aunque(segúnsupedespués)fuevíctimadechantajealigualqueyo.Sabedoressushermanosdesuaficiónala«maría»,leamenazaronconchivarseasupadreydejarleexpuestoencualquiermomentoconalgunadelasbolsitasdondeguardabalahierbaquehabían encontrado repartidas en sus cajones.Supadre era policía y aunque sededicaraal tráfico, teníamalgenioy semostrabadurocomounmilitarpor loqueRonald accedió a supropuesta.Lohizo a regañadientes, comoyo con lasclases,poreso,alpresentarnos,habíaresentimientoyrencorensumirada.Meincluíaentrelasfuentesdesusdesdichasyyaentréconmalpieeneseplan.—AsíquetúeresJulie.Noestásmal—medijocondesdén.—Ronald,yo…noquieroquepiensesque…—Ahórrate el discurso. No me interesa saber nada. Solo haré lo que he
prometido y demala gana.Te presentaré ami amigo. Pero te prevengo, zorraque,siesunajugarretaopiensascargarmeelmuertoconalgo,tevasaenterardeloquesoycapaz.Con estas palabras y con gesto hoscome acompañó hasta la zona donde se
encontrabanlosjugadoresdescansando.AllíestabaSteve,entrerisasconellos,mientrassequitabalacamisetaparairalasduchas.—Hola,Steve.QuieropresentarteaJulie.Losdemássealejaron.—Julie,esteesSteve.Yahecumplido,mevoy.—¡Eh, eh!, Ronald, ¿qué te pasa, a qué vienen esas prisas? —dijo Steve
sorprendido.—Esque…tengounacitaimportanteydebomarcharmeya.—Pero… —Steve se interrumpió al ver que su amigo se iba sin más
explicaciones.Seencogiódehombrosysedignóamirarme.Parecía intrigado—.AsíqueJulie.—Puessí…—Ymediolarisatonta.Nosmiramosynosreímos,conesarisa
decircunstancias,paracortarelhielodeunasituacióncomprometida.Quería morirme en ese instante. Tantas ganas de conocer a Steve, de estar
cercadeélynosemeocurríadecirnadaahoraqueloteníadefrente.Nisiquiera
noshabíamosdado lamanoparasaludarnos.Caíen lacuentadequenunca lohabía tocado, y ahí estaba, con el torso desnudo, jugando nervioso con sucamisetaenlasmanos,sinsabertampocoquéhacernidecir.—Vaya,eresanimadora—dijoporfin,alreconocermiuniforme.—Sí…—volvióadarmelarisatontadenerviosismo.Nomesalíanadamás.Dos de las animadoras más populares se le acercaron y tocándole
cariñosamentelosbrazos,loapartarondemí.—Steve—dijo larubiazorrona—,recuerdaquemeprometiste llevarmea la
fiestadetuhermanaelpróximoviernes.—Yamítambién—puntualizólamorenadepantorrillasfirmes.—Nosemeolvida—lessonrióconsumagníficadentadura.Las dos se fueron entre carcajadas,mientrasmeobservaronde arriba abajo,
como quien encuentra un jersey apolillado en una cesta de gangas. Otrosjugadores se acercaron y se llevaron a Steve entre palmadas en la espalda ygolpecitos amistosos hacia los vestuarios masculinos. Él se marchó sin mirarhaciaatrás.Mesentíavergonzada.Mecomportécomounaestúpida.Tantoenseñara los
chicos elocuencia y comportamiento social, y no sabía aplicarme amímismamisenseñanzas.Encambio,lasdos«zorronas»deLaurayBrenda,sabíancómotrataraunchico.Seacercabandescaradas, lotocabancomoquiennoquierelacosa,sehacíanlasimportantesysedespedían,dejándolelaimpresióndequeeraélquienteníasuertedehaberseencontradoconellas,ynoalrevés.Me marché frustrada. No podía contarles a los chicos mi fracaso en este
encuentro,yaqueelloshabíancumplido.Habíanconseguidoquemepresentarana Steve, aunque fuese conmalas tretas. Y yo no había estado a la altura.MiesperanzaresidíaahoraenlahermanadeJohn.¿ConseguiríaestequemellevaraalafiestadelahermanadeSteve?¿Quésistemausaríanconella?Esperabaquenofueratantoscocomoeldelosgemelos,puesunachicacabreadayutilizada,podíasermuypeligrosa.Quemelodijeranamí…
5
LahermanadeJohn
Esamismasemana,mientrascaminabaporelcampus,Johnmeabordó.—¡Vamos,Julie,eselmomento!—Ho…Hola,¿dedóndehassalido?—mesorprendí,mientrasluchabaporno
desparramarporelsuelolibrosycuadernos.John me cogió un brazo y me arrastró literalmente por el césped. Por fin
llegamosasudestino.Alaentradademifacultad,unaschicashablabanentresí.—¡Brenda!—gritóJohn,ylamorenadelaminifaldasevolvió.—¿Quéhacesaquí?—Ven,quieropresentarteaalguien.Lachicadejóasusamigasyseacercóintrigada.Casimecaigoalcésped.Era
Brenda,laanimadoraqueconocícuandoestabaconSteve.—Brenda,estaesJulie.—Creoquenosconocemos,¿no?—Soytambiénanimadora—susurrécortada.—¿Así?Puesno…—Esquesoysuplenteysoloacudoaalgunosentrenamientos.Yasabes…la
suplentedelasuplente.—Ah,ya…Sítehabrévistoallí.—¿QuéquieresJohn?—lepreguntóalgoenfadada.Y lo comprendía, ya que si mi hermano hubiera obrado igual, me hubiese
mosqueado. Las chicas que soportamos hermanosmenores nos entendemos…TemblabadepensarquéselehabríaocurridoaJohnparaobligarasuhermanaallevarmealafiestadeSteveyStela.—JulieesunaexcelenteestudiantedeLiteratura Inglesa.Hepensadoque te
puedevenirmuybiencontratarsusserviciosparaqueteayudecontusclases.—¿Dequéhablas?—sesobresaltó.
—Bueno, como repites asignaturas yme he dado cuenta de que sigues conpro…problemasparaaprobarlaselpró…próximotrimestre…—Dejayadebalbucear,mico.¡Nosédequémehablas!Yonotengoproblema
algunoconlasasignaturas.—¡Si has suspendido tres!… —se interrumpió John al ver la cara de su
hermana.—Es que estuve con gripe—memintió con una sonrisa forzada— y perdí
algunaclase.Lollevobien,creo.¿Eresmuybuenaconlalengua?—yseechóareír,anteladobleintencióndesupregunta.—Juliehasacadosobresalienteenesasasignaturas.Tepuedeayudar,¿verdad,
Julie?Paraquerecupereseltiempoperdidoportuenfermedad…—Bueno…unaayuditanomevendríamal…Necesitoaprobarparaquenome
quiten la beca—dijo con una sonrisa nerviosa—, aunque yo no tengomuchodinero…—Oh,noimporta—ataquéporfin—.Notecobrarénada.Amímevienebien
tambiénrepasarypodríamosestudiarjuntas.—Ah,estupendo.Nonecesitoclasesninada…peronosvendrábienalasdos,
¿verdad?—Si te parece bien, a las ocho estoy libre. Puedo pasarme por tu casa o tú
veniralamía.Comoteparezca.—Prefiero la mía. Me concentro más —se rio de nuevo con su risa
escandalosa—.Ademásvoysiempretanocupadadeaquíparaallá…Quedamosaesahora.John,indícaledóndeestánuestracasa.—Claro.YBrendasealejó,mientrascorríaconsustersaspantorrillasysupelooscuro
alviento.Otra persona que compartía clase conmigo—al igual que Steve campo de
entrenamiento—, pero que nunca se había fijado en mí. ¿Es que parecíainvisible?A la hora convenida fui a su casa. Una gran casa con columnas blancas y
dinteles de tipo griego y un jardín delanteromuy cuidado.Desde los ampliosventanalessevislumbrabanlucesdistribuidasconprimorporlosaltostechosylasmesitasauxiliares.Unacasadebuenver,aunqueconeltiempodescubríqueaparentabanmásdeloquetenían.Brendamellevóasucuarto,despuésdepresentarmerápidoasumadre,que
parecíaencantada.Suhijahizopasarcomoideasuyalodeestudiarjuntasconelobjetivodesacarbuenasnotasyrecuperarasí,elbuennombredelafamilia.No
podía ser más hipócrita, pero yo iba a lo que iba, que no era otra cosa queconseguirmisfines.Suhabitaciónparecíaladeunaprincesa.Unaprincesacaprichosaymalévola,
por lo que pude ver. Así que intenté fingir y hacerme amiga suya, puesconvertirseenenemigadeBrendadebíaserunespanto.AunquenotantocomoserlodeStela, lahermanadeSteve,segúnmecontóellamisma.Desus labiosdescubrí que detestaba a Stela, porque la consideraba insoportable, masnecesitaba su amistad para estar incluida dentro del sanctasanctórum de lasociedadestudiantil.Dentrodelauniversidadpasabanporpatriciosytodoslosquequeríanseralguien,debíancodearseconlospatricios.Endosdíasconseguísuconfianza,trasayudarle—ynoconpocoesfuerzo—a
queaprendieselomásbásicodelaasignaturaqueseleatragantaba.Estabatancontenta de su rápido progreso, que ella misma accedió de buena gana ainvitarmealafiesta.—Quedamosmañana viernes para la siguiente clase—le dije, sabiendo que
esedíanopodría.—Oh,nopuedo Julie.Esque tengoque…no se lodigas amimadre—me
dijoentonodeconfidencia—.VoyalafiestadeStela,peroamispadresleshedichoqueibaaestudiarcontigo…Quélío.¡Yaséquéhacer!Lesdiréquevamosatucasaaestudiarymequedaréadormir.Esoes.Guárdameelsecreto,Julie.—Bueno.¿Ysitumadrellamaalamíayseenteradequenoestás?Siestoy
encasa,nopuedomentirle.Talvezsiteacompaño…yoledigoamimadrequemequedoentucasaytúalatuyaqueduermesenlamía.—Ah, bien. Aunque Stela no deja que ningún desconocido para ella o su
hermanovayaalafiesta.—YoconozcoaSteve—lementí—yaRonald,queessuamigo.Ibaaircon
éldetodasformas.—Esoesestupendo,facilitalascosas.Iremosjuntasalafiesta,hi,hi,hiiiii.—
Pegóunosgrititosdeexcitación,quecasimeperforaneltímpano.
6
Lafiesta
Ese día estaba tan nerviosa que no asistí a clase. Necesitaba hacer muchospreparativos. No había forma de saber qué ropa ponerme. ¡No tenía nada! Ynadame quedaba bien. Esquivé a mis amigas, Sandra y Nicole, porque si seenterabandequeibaalafiestadeStelaySteve,seengancharíanconmigoyesoarruinaríamis planes. Ya resultaba bastante difícil entrar sin invitación, comoparallevarfardos.Porfinencontréalgomediodecente:unvestidodefiestademimadrequeme
quedabacomounguante,deencajebeigeyajustado.Ellanoseloponíadesdehacía siglos. Me planté un montón de collares y pulseras, así como lospendientesmásgrandesqueencontré.Mecardéelpeloyloatéconunpañuelorojo, al estilo de Madonna y me puse una cazadora de cuero negra de mihermano, que constituía lo único de buen gusto que guardaba en su armario.Delineémislabiosconunrojocarmínymeempapédecolonia(tambiéndemimadre,quepegóungritoalverdíasdespuésel tarro).Losbotinesdetacóndeagujacompletabanmilook.Memiréenelespejoymesentísatisfecha,apesardequenoconseguíacontrolareltemblordemisrodillas.Nomequedóotraqueacudiramiclaseconloscretinos.Contabacontiempo
desobraparairdespuésalafiesta.—¡Guau!—oíalentrar.—Vaya,Julie,quéguapaestás—mepiropearonacoro.Eso aumentómi autoestima ymitigómi sensación de pánico, que estaba a
punto de hacer estallar mi corazón. Los «pringaos» estuvieron esa tarde másamablesymeatendieronsinmolestar.Cuandoterminé,inclusoseprestaronparaacercarme en el coche deNorman.Dudé, pero tras unamirada amis taconesdecidíllegarlomejorposible.Estabadeseandoiralafiesta.Nosapretamosenelcocheynotuvemásremedioquesentarmeenlaspiernas
deHan,queesedíaestabapletórico.Dealgunaforma,Willsepegóamícomo
una lapaydurante todoel trayecto restregósu sudorosocuerpocontraelmío.Casime tirédel cocheantesdeparar.Lespedíquenomedejaranmuycerca,porquemeapetecíaandarunpoco,aunquelociertoesquenoqueríaquenadiemeviesellegarconellos.De esta forma entré en la mansión de los Danver, temblaba de emoción y
miedo.MeparecíaserCenicientaacudiendoasubaileconelpríncipe.Meentróla risita tonta y decidí que me controlaría o me quedaría de nuevo muda sihablabaconél.Había mucha gente: universitarios selectos, los compañeros de equipo de
Steveyotrosinvitadosqueparecíanextranjeros.Habidacuentadequesupadreeraunimportantehombredenegocios,todoslosniñosbiendelcampusparecíanreunirseallícomoenlafiestadeunaembajada.Enlaentrada,dosjugadoresyamigos de Steve, pedían la invitación. ¡Glup! Yo no tenía ninguna. Lasescalinatas estaban a rebosar de jóvenes que esperaban acceder, y desde elinteriorseescuchabalamúsicadeBruceSpringsteen.—Lainvitación—meexigióunodeellos.—Lallevamiamigo,queacabadeentrar—mentí,conunarisafalsa.Nocoló.—Otraeslainvitaciónonoentras,nena—serioelotro,consusuperioridad
deportero.—Peroesquelallevamiamigo,esequehapasado—insistí.—¿Cuáldeellos?Mesentíperdida.Silepreguntabanaalguno,miembustesaldríaarelucir.—Oye,quítatedeenmedio—megritóuncretinoqueveníaacompañadode
unarubiaoxigenadacontrajerojo.Entregaronsuspasesyentraron.—Bueno, ¿nos vas a decir quién lleva tu entrada,mona?No podemos estar
todalanocheesperando.Estuveapuntoderendirme,cuandovialfondodelaescalinataaRonald.—¡Ronald,Ronald!—grité.—¿Ronaldtienetuentrada?—mepreguntóunodelosestúpidos.—OyeRonald,acércate—ledijoelotro.El hermano deLuke yHan se acercó al principio sonriente, cuandome vio
entrelosdosporterosselepusolacaracomounsaco.—Estachicadicequetienessuentrada,¿escierto?AntesdequeRonaldpudieseabrirelhocico,meadelanté:
—Sí.Laguardasteconlas«bolsitas»quetetrajistedecasa,¿recuerdas?—lesonreíentredientes.ARonaldcasiledaunacongestión.—Oye,tío,¿paraquéhastraídobolsasdeté?—ledijounodelosmerluzos.—Porsimedanardoresdeestómago—contestóseco.—Bueno,sivacontigo,quepase—indicóelotromerluzo,felizdequitarseun
problemadeencima,puesqueríaentrartambiénenlafiesta.—Yo lediungraciaspor lo«bajini» aRonaldyentréveloz,paranover la
caradeasesinoenseriequereflejabaenesemomento.La música estaba a tope. Prince, Michael Jackson y Madonna, entre otros
muchos, amenizaban cada esquina de la imponente mansión. Todas lashabitaciones estaban ocupadas por grupos de jóvenes que bailaban, bebían yligaban.Aún lacosanoestabadesmadrada,porqueerael inicio,y loquemásimportaba consistía en ver quién llegaba a la fiesta. Casi todos eran para mídesconocidos, porque yo nomemovía en los ámbitos de Steve y su hermanaStela.Mesentíacomopezfueradelagua.Pormuchoquebuscabaaquíyallá,noveía a Steve por ninguna parte.Me quité la cazadora porque allí dentro hacíamucho calor.Cuando alguien pasó una bandeja con bebidas, cogí una copa alazar.Despuésdelnumeritodelaentradanecesitabauna.Unavozagudameasustó.—¡Julie,hasvenido!—gritóBrenda.Porsu tono,notéqueyaestababebida
—. ¡Québienquehayasvenido! ¿Conquiénhasvenido?—preguntó convozebria.—ConRonald—mentí.—¡Ah,sí,Ronald…!—casinodeletreaba—.Ven,tevoyapresentaraStela.Yme llevó por varias habitaciones hasta que encontramos a la dueña de la
fiesta.Stelasobresalíaentreungrupocolocadofrentealachimenea.Eraaltaydeportealtivoyllevabarecogidosubonitocabellocastañooscuroenunairosomoño.Llevaba un traje de corte impecable azul eléctrico y las joyas precisas.Olíaadinero.—Stela—gritóBrendaconsuvozpastosa—.Voyapresentarteaunaamiga.
SellamaJulie.La aludidamemiró como si analizaraunbicho enunmicroscopioyvolvió
luegoahablarconsusamigos.—¿Loves?Yaoshabéispresentado.Alolargodeesanocheyenlosdíassucesivosconfirmémiintuicióndeque
Stela tampocohacíamuchocasoaBrenda.Poralguna razón,algunasveces le
dirigía la palabra y la invitaba a sus fiestas, pero creoquepor concesión a suamigaLaura,quesíeraíntimadeStela.Brendaseconformabaconlasmigajasdesuamistad,puesellaqueríaestarconlospatricios.YlosDanverloeran.Mepude desembarazar de Brenda, que fue a fastidiar a otro grupo de estiradosesnobs.Porfinenlacocina,encontréaSteve.Paramipesar,hablabaconvarioschicos,entrelosqueestabaRonald.Tuvequeesperardandovueltascomounsatéliteporlosalrededores,mientras
dispersabamosconesmolestosydemanoslargas,queapestabanacerveza.Porfin,Stevedejóasusamigosypudeabordarlocuandoibaaentrarenelbaño.—Ho…Hola—acertéadecir.—Hola—mesonrióyabriólapuerta.—¿Teacuerdasdemí?,nospresentóRonald.Sequedóamediocamino,conelpomoenlamano.—Ah,sí.LaamigadeRonald…Jane,Olivia…—Julie.—Julie, claro.Me alegro de verte—volvió a hacer ademán de entrar en el
baño.—Bonitafiesta.Estupenda,diríayo.Lamúsicamagnífica…—¿Hasprobadoelcatering?—No,no,acabodellegar—sonreíconmimejordentadura.—Oye,¿túestásconRonald?—¿Quesi estoyconRonald?Oh,no,no.Solo somosamigos.Nadamás—
añadípresurosa.—Puesquébien.OyeJulie.Espérame,¿vale?Vuelvoenseguida.Yentróenelbañoyyocasimedesploméeneldinteldelapuerta.Sudabaa
maresysentíauncalornauseabundo.Laatmósferaylacopahabíanrecalentadoel ambiente. Steve salió sonriente y me cogió del brazo. ¡Me parecía estarsoñando!EsossueñosquetanamenudoidealicéenmiadolescenciaconShaunCassidy.¡Separecíantanto,consupelocastañoysusonrisaangelical…!Mesentía flotaryestaba tannerviosaqueaquellos instantes los recuerdode
forma borrosa. Fuimos al salón a bailar al ritmo de Billie Jean de MichaelJackson. Apenas podíamos movernos de la gente que había y hacía un calorespantoso,peroyoerafeliz.Steve me pasó una cerveza y me insistió varias veces. Yo no estaba
acostumbrada a beber y ya la copa que me tomé antes hacía su efecto. Sinembargo, no podía negarme a nada queme pidiera Steve, queme sonreía sinparar.Lahabitaciónylagenteempezaronadoblarse,lossuelosaabollarseyyo
mesentíacadavezmásmareada,hastaelpuntodeque tuvequebuscaralgúnapoyopara no caer. Steve supo cogerme a tiempoy entre risas,me llevó a lacocina.Apenasrecuerdoesemomento.EstabanalgunosamigosdeSteve,éllesdijoalgoysemarchódespués.Alguienmepusounapastillaenlaboca,delasqueseutilizanparamitigarlas
borracheras, y lo siguiente que recuerdo es estar vomitando en el jardín de lacocina.Echéhasta el últimopotitoque comíenmi infancia.Un ratodespués,entreelfrescoytodalavomitonaquehabíasoltado,mesentímejoryentréparabuscaraSteve.Maldecíamisuerteymipocoaguante.—¿Qué,mejor?—sonóunavozamisespaldas.—Ah, sí.Creoque sí, gracias—.Me sobresalté al ver aRonaldque sonreía
conmaldad—.VoyabuscaraSteve—ledije.—Déjaloenpaz.Seloestápasandobien.Yenefecto,Steve sedivertía sinmíbailandoconvariaschicas.Entreellas,
Laura,laamigarubiadeBrenda.Todasintentabanacapararsuatenciónyélsehacíaelinteresante,lascogíaporlacintura,besabacuellos,derramabacervezaaquíyallá.Todoelmundoandabayaborrachoyfueradecontrol.—¿Decepcionada?—surgiólavozdeRonalddesdeatrás.—Yocreí…metrajoalacocinaparaayudarme.—Tetrajoalacocinaparadesembarazarsedeti.Yofuiquientediolapastilla
yelcafé—añadióconrisamalignaysefue.Mequedécomounabobaallíplantada.Enunodelosespejosdelsalónvimi
horribleaspecto.Elpeinadoconelpañuelonaufragabahechounasco.Parecíaquellevabaunapelucadoblada;micaralucíapálidaymisojosparecíanlosdeunaauténticaestúpida.Sinhablardelasmanchasdevómitosquesalpicabanmitraje claro.Me tapé la boca con horror.Menosmal que el resto del personalestabaya tancolocado,quenadie teníacomposturaalguna.Enese trancenotéunapalmaditaenlaespalda.—¿QuéJulie,teloestáspasandobien?—Fantásticafiesta,¿eh,Julie?Loshermanosestelaressehabíanmaterializadoallíparamihorror.Ynoeran
losúnicos,puesdespuésvislumbréalresto.—¿Quéhacéisaquí?—susurréconpánico.—Divertirnos,comotú—saltóNormandetrás,querepartíacervezasentrelos
«pringaos».—¡John,comoseenteretuhermanatemata!
—Nolocreo.Lahevistoyleacabodehacerunascuantasfotos—memostrólacámara—,ynisehaenteradodelaborracheraquetiene—serio—.Conestasfotosnuncamepodráhacernada.ViendoaBrendaalolejos,sentadaenelsuelo,apoyadalaespaldaenlapared
y comounamuñecade trapo, lo entendí.Presentabaun estado tan lamentablequehastayoparecíauna reina a su lado.Meenfadé con los secuaces, porqueibanautilizarelmismosistemaqueusaroncontramíymeapiadédeBrendapormáspijaycretinaquemepareciera.En realidad, el personal en ese momento andaba ebrio en general y los
pringadoshabíanaprovechadoelmomentocomatosodealgunosdelosamigosde Steve. Se habían puesto sus mejores galas y parecían los únicos que sepaseabanfrescose impecables.Aldispersarsepor la fiestameentróelpánico,porque eranmenores, y los que quedaban sobrios se podían dar cuenta de supresencia.Ysobretodoporque,losrelacionasenconmigo.—Hola,Julie.Vasechaunasco—medijomihermano.—¡Vamosaver,cretino!¿Cómoosatrevéisapresentarosaquí?¡Estaerami
fiesta!—Vamos,Julie,¿nopensaríasdivertirtetúsola?Llenaderabialeagarréporelcuellodelachaqueta.—Alfinyalcabo,tehemosayudadoconeseestúpidodeSte…—siguióalgo
achispadoporlabebida,mientrassemeescurríadelosdedos.—Aquíhaychicasdeverdad—seacercóNorman—.Estamoscansadosdelas
chicasdeinstituto.Además,queríamosveranuestraprofeenacción.—¿Qué?—Quequeremoshacer lomismoquetú.Hoyhasconseguidotuspropósitos.
Queremosaprenderde ti.Aspiramosaalgomásqueaniñas tontas—apostillóLuke.—¿Qué?—volvíaresponder,perpleja.—Que queremos como tú, la luna—se carcajeó a su vez Han. Y todos se
fueronriéndoseamandíbulabatiente.Había creado unosmonstruos.Mi frustración hervía creciente. Steve nome
hacía ni puñetero caso, los «pringaos» se habían infiltrado enmi fiesta ymeempezabaadolerlacabezadelaresaca.—¿Bailasconmigo,Julie?—Lavocecita tímidadeWillmesobresaltó.Aparecióami ladocon laboca
abiertayexpectante.Sehabíaacicaladoconesmeroyrepeinadosupelorubio,hastaelpuntodeparecerunabola.
—Porsupuestoqueno—lechistémohína.—Vamos,Julie,noseasasí.TúhasconseguidobailarconSteve.Soloquiero
quemeenseñes.—Enseñaalchico—saltólavozdeStela.Casi me caigo de terror. La hermana de Steve resultó la única que estaba
sobriayencondiciones.SonreíacomounahienacuandonosmiróaWillyamí.—No…no…yonoconozcoaestecretino.—Puesesecretinoparecequeteconoce.Vamos,bailaconél.Noseasmala.
Alfinyalcabo,hadicholaverdad:tútambiénhaspodidobailarconSteve…,apesardequeeresunaniñatasinclase.Susamigasseunieronalcoro.ParecíandivertirseconlahumillacióndeStela,
que aparentaba una serpiente relamiéndose ante una presa. No podía dejar demirarsusojoshipnóticos.NosésiporlahermanadeSteveoporqueeranchicasmayoresymesentíacomounacolegialaanteellas,queal finalbailéconWillante su regocijo. Stela pidió música lenta: Every time you go away de PaulYoung.MesentíahumilladamientrasellassetronchabanalvernosbailaraWilliamy
amí.Élflotabaenéxtasisyyotemblabaapuntodellorar.Paramífuecomounapesadilla tener al gordo tan abrazadoque no podía respirar, sudando comounpolloyconsucabezónenmihombro,apuntodeabollarlo.Conmistacones,ladiferenciadeestaturaresultabatodavíamásevidente.UnadelasamigasdeStelanos grababa con una cámara de vídeo. Ahora siempre se podrían reír de mícuandoquisieran,tansoloconverlacinta.Steveyotroschicosseunieronalaescena,mientrassepartíandelarisa.Yes
queWillmeagarrabatanfuerte,dejándosecaersobremí,quealfinalrodamosjuntos al suelo, para disfrute del populacho. Con gran sorpresa por mi parte,Ronald acudió en mi ayuda. Tiró a Will de un manotazo y me ayudó alevantarme.Stelaysusamigassemondaban,peroSteveyasehabíamarchadoenbuscadediversiónenotraparte.Ronald,noobstante,mecogiódeformabruscaporelbrazoymellevóaotra
sala. Allí sus hermanos intentaban ligar sin éxito entre las universitariasmayores.Unadeellasacabóestampándoleunafuerteconpalomitasentodalacabeza.Lukedioun traspiésy acabópor tirarunamesa llenadeporcelanasybebidas caras, así como una lámpara que al estrellarse contra el suelo echóchispas, por lo que todos los que estaban en la sala huyeron despavoridos, algritodefuego.
Ronald arrancó el cable, dio un sopapo a Luke y otro a Han, y siguióarrastrándomehastalapuertadeentrada.Allímeechósincontemplaciones.Mefuidelafiestadisgustada,llorandoyconlaropahechatrizas.HabíaperdidolacazadoraysemehabíarotountacóncuandomecaíconWill.Encimamehabíangrabado; una imagen que seguro que Stela enseñaría a Steve una y otra vez.Odiabaalos«pringaos».OdiabaaStela.OdiabaaSteve.Pero,sobretodo,meodiabaamímismapornohabersabidocontrolarlasituación.
7
CómoconvertiraungusanoenunescarabajoGoliat
Durantetodoelfindesemanaesquivéamihermano.Ellunesnoaparecíenelantroyesanochevinoahablarconmigo.—Oye,Julie.Sabemosqueestásenfadada,peronohicimosnadamalo.Solo
nospasamosporlafiesta.—Nosénicómoosdejaronentrar,comoyoahoraenmihabitación.¡Largo!—Cuando esperas un poco a que la gente esté bebida y divirtiéndose, los
muros de las torres se relajan—replicó—.Entramos por la cocina y nadie seenteró,apesardequetodoestaballenodegente—señalóufano.—Quégrangolpe.¿Yparaqué?—¿Para qué? Nos hemos divertido de lo lindo. Yo incluso bailé con dos
chicas, aunque reconozco que estaban muy borrachas, y nos llevamos unascuantascervezasycomidadeallí.—Yaveoqueparavosotrostodohaidobien…—contestéhosca,mientrasle
daba la espalda. No tenía ganas de discutir. Mi fuerza se había ido desde lafiesta.—Bueno,atodosno.Alosgemelosleshacostadolapagadetresmesesyel
enclaustramiento en fin de semana. Su hermanoRonald y ellos se pegaron alllegaracasa,ysupadreloscastigó.Aunquepuedenasistiratusclases,puessupadrepiensaqueesparamejorarsusnotas.—AsíquealfinRonaldleszurró.—Sí,noveascómoleshadejado.—Noquierosabernadamásde lasclases,mehabéisutilizadoyahoraellos
tienenrecursosparaburlarsedemítodalaeternidad.—¿Terefieresaestacintadevídeo?—medijo,mostrándomeuna.—¿Quéhacesconella?—SelaquitamosaLaura,peronotepreocupes,nosediocuenta.Ledimosel
cambiazoylepusimosunadelospadresdeStela.Unagrabacióndecuandoera
pequeñaysemeóundíaenplenarepresentaciónteatral.—¿Deveras?—Sí.Norman tuvo la idea.Rebuscóenel salóny encontró la cinta, con las
indicacionesdeJohn,quehabíaescuchadolahistoriaporsuhermana.Créeme,tuStelasevaallevarundisgustosivisionaesacintaconalguienmás.Merelamíalpensarenlaescena:ellainvitabaasusamigasyamigosaverla
cintademihumillación,yluegosaldríasunumeritoenelteatro.Aunquefueseunaniña,esascosasnoseolvidanysequedangrabadasconelfuegoeternodelavergüenza.Porlomenoslos«pringaos»habíanusadolacabezaparapensarynosoloparallevarflequillo.—Noseasduraconnosotros, Julie.Yavespor timismacómoes lavidade
uno cuando otros deciden hacérsela insoportable. Nosotros no nos hemosrendido.¿Lovasahacertú?Ysefue,dejándomelaodiosacintaenlamesa.Fuiraudaalvídeoylapuse
paracomprobarqueeraefectivamentelacintaodiosa.YallíestabaelbaileconWill.Elbailequeyohabíasoñadoconmipríncipesetrocóencalabaza.Metapélosojosalvisionarnuestracaídaalsuelo.Saquérápidalacintadelvídeoymedediquéconafánaarrancarlabandayahacerañicoslacarcasa.Decidídarlesotraoportunidadalospringados,ydepaso,amímisma.Asíque
seguímiplandeconvertiralospatitosfeosenbelloscisnes.StéfanoMinelli constituía toda una celebridad enBeverlyHills. Llevé a los
«pringaos»asusalónyelmaestrodelcorteVidalSassooncasimueredelsusto.Creo que en su vida había visto algo igual,mas se repuso y supo dar un airealocado, allí donde había tazones por cabeza, arremolinando y cardandoflequillos,alamodadeentonces.Conuncortedepelotanatrevidoyunabuenalimpiezafacial,loschicossalieronconmásconfianzayconmenosdinero.Quedaba la ropa. Fuimos a la zona de ambiente bohemio de Echo Park, en
busca de buenos trapos sin quedar desplumados.Les di a los chicos un toquegóticoyelegante,paraconjugarlamodaroqueraypunk,conunairededandideplantaciónsureña.La verdad es queme divertí, pues pude hacer realidad el deseo demuchas
chicasdetransformaraunhombre,vistiéndoloanuestrogusto.Ellossedejaronhacer y aunque protestaron con algunos atuendos, tragaron. Con chaquetaganabanmuchoyleshacíaparecermayores.Loscomplementoscomopañuelos,cinturones,gorros,yelpeinado, lesdabanel toquemodernoque lesdistinguíadelospijos.Almenos,esopensabayo.
Mehartédemirarrevistasconloúltimodelamodadelosochenta,asícomoantiguasláminasdeatuendosdecaballerosdeotrosiglo.Creoquemeconvertíenunagranestilista,teniendoencuenta,queadaptélaropaalaspeculiaridadesdecadauno.Yaqueaunoshabíaqueengordaryaotrosestilizar.Porlomenos,eranaltosyesoleshacíaganarmuchoconlaropa.Prontollamaronlaatenciónyyanoparecíanlos«pringaos»deantes.Losmás
descaradoscomolosgemelosyNorman,sehacíannotarentrelaschicas,hastaelpuntodequesupopularidadaumentó.Misclasesleshabíandadoconfianzayalardeaban de buena oratoria, incluso ante los profesores, que empezaron aponerlesbuenasnotas.En cambio,Will y John se veíanmás tímidos.Me dejo al resabiado demi
hermano,queparecíamásunbufónendiosadoqueotracosa.Aunquereconozcoqueeraelquemáslabiagastabaymássagacidad.Sobretodo,paraurdirplanes.Por fin les invitaron a algunas fiestas y si bien no los consideraban las
estrellas, tampoco los tenían ya por los «pringaos» de antes. Su lugar loocuparonotros,porquesiemprehaypringadosentodaspartes.Hay que decir, que los que gozaban de más éxito eran los gemelos, pues
siempre fueron los más descarados y corpulentos. El más difícil de arrancar,Will,cuyapelusalacianoteníaremedio,pormásqueStéfanoquisoesmerarse.Senotabamuytímido,aligualqueJohn,yencimasusgafotasysugrancabeza,resultabandifícilesdeobviar.Tras su paso por la fiesta de Stela y Steve se hincharon como palomos. Su
hazaña se extendió por el instituto y la gente los veía con un nuevo aura. Suestilobohemiofuecopiadopormuchoschicos,ganandosurespetoyel interésde las chicas. Eran unos feos guapos, por así decirlo, ya que por lo menosconsiguieron estilo, maneras, y otra forma de tratar a las féminas que caló,incluso, en las profesoras. Les abrían la puerta al pasar, dejaban que entraranantes, les encendían los cigarrillos y estaban siempre dispuestos a ayudar conalguna galantería. A los brutos los trataban también con esa superioridad decortesía, por lo que al final, los dejaban en paz, confundidos y ridiculizados.Porque ante un caballero se podían alzar los puños, pero cuando la oratoriarepresentaba el arma utilizada y los ademanes resultaban educados aunquefirmes, los bellacos carecíande recursosy semarchaban con el rabo entre laspiernasantelasrisasdelosdemás.
8
LatorredeHanói
Los entrenamientos de Robert se habían vuelto cada vez más duros. Vivíaobsesionadoconladisciplinayconrebajaralosnovatos.Hastaelpuntodequetuvequeintervenirparaquebajaraunpocolapresión,puesloschicosestabancadavezmásdescontentos(nodelosresultadosquefueronmagníficos),sinodelférreocontrolyde lashumillaciones.Nohabíanhechoelesfuerzodedejardeserunos«pringaos»paraquelostratasencomotal.Noesqueamímeimportasemucho,puescomoyaherepetido,eracomounadulcevenganza.Sinembargo,cuandoJohnserompióundienteporsusexcesos,loatajépara
quesuspadresnoseenfadaranysedañaseasímiincipienteamistadconBrenda.EncontréaRobertenelcobertizodelospadresdeWill,maquinandonuevos
aparatosdetorturaparasusejercicios.—Robert,necesitohablarcontigo.—¿Sí?—dijodistraído,mientrasseguíaalosuyo.—Es sobre los chicos.Entiendoquehaymucho trabajoconellos,perocreo
queteestáspasando.—¿Pasando,eh?—repitiósinmirarme.—Bueno,solotepidoquelosentrenes,noqueloslesiones.—¿Quenoloslesione?¿Acasocreesqueestamosenunbailedemaricas?—Vamos,Rob,cálmate.Solodigoqueaveceseresexcesivamenteduro.—¿Duro?¿Hasvistoenquéheconvertidoaesaescoriahumana?Porqueeran
escoriacuandocayeronenmismanosynosabíandefendersemejorqueunniñodedosaños.¡Aúnhaymuchoquehacer!Sondébiles.Semareansoloconcorrerynosoncapacesnidesubirestacuerda—bramó.—Loentiendo, pero se tratabadeponerlos en forma, node alistarlos en los
marines.Además,teinformodequenuestrasreservasdedólareshanmenguado.Tendremos que bajar el nivel y el tiempo de entrenamiento porque ya nomequedamuchodinero.Losiento.
—¿Esqueacasocreesqueentrenosoloporunoscochinosdólares?Tediréunacosa,nena,lohagoportresrazones:poreldinero,poramorpropiodesoldadoyporti.Mesentíconfusa.EllocodeRobertvinohaciamíconsumolemusculada.—Lodeldinerolopodemosarreglar,acambiodeotrosfavores…—¿Quédices?—meapartéasqueada.—Sébuenaconmigo,Julieyloschicosnosufrirándaño.¿Acasocreesqueme
quedoaquíparahacerleshombres?Jamásloconseguirán.Sonunosfracasados,unas nenazas que creen que con vestir bien van a convertirse en machos deverdad.—Noteacerquesmás,Robert.Noséquémosca tehapicadohoy,peroserá
mejorquetevayas.—¿Meestásdespidiendo,zorra?—bramóyseechóencimademí.Solo recuerdo que comencé a gritar y a forcejear contra él.Menosmal que
aparecieronloschicosymeloquitarondeencima.Empezaronapegarle.ElquelohacíaconmásfuriaeraWill,seguidodemihermano.Parecíacomoloco.Sinembargo, Robert era muy fuerte y estaba majara, así que aquello fue unacarnicería. Ellos eran más y acabaron golpeándole con todo aquello queencontraron:barrasdehierro,cadenas,palos…Porfin,heridosobretodoensuorgullo,sefuetambaleante,mientrassangraba
porbocaynariz,ycubiertodepolvo.—Melasvaisapagar.Estáismuertos.Tútambién,zorra—meseñaló.Cuando se marchó, los chicos tiraron las improvisadas armas. Daba pena
verlos.Sangrabanportodaspartesyteníanelpeloylaropahechosunasco.Yo también sangraba por la nariz. Me eché a llorar y ellos intentaron
consolarme, pero los aparté con rabia y me fui corriendo. Todo aquello nohubierapasadosinomehubieranobligadoacambiarmividaparatransformarlassuyas.Aldía siguiente, sentí remordimientos, pues fui yoquienhabía contratado a
Robert.Trasdisculparme, lesdi labuenanueva: loshabíaapuntadoaclasedeesgrima.Latécnicayejercitaciónconlaespadasurtióungranefectoenloschicos.Se
hicieronmásflexiblesyrápidos.Algoquesirvenosoloparaesquivarfloretesysables, sino incluso golpes. Además, ese deporte les puso en contacto conpersonas de otro nivel, que ayudaron a perfeccionar su pelaje. Estas clases, adiferenciadelasdeRobert,lesgustaronmás.Resultabanmásdivertidasymenosdurasparaellos,despuésdehaberpasadoporelcalvariodelantiguoentrenador.
Elnuevoeradeorigenasiáticoy,aunqueduroydisciplinado,sabíaserademáscortésyeducado.Loqueellosnecesitabanparaadquirirbuenosmodales.Tengo que decir que quien más se tomó en serio todo esto fue Will. Se
desvivía encadaclasedeesgrima,de retóricaodecomportamiento.Creoquepara él significaba más un fin que un medio, pues veía a largo plazo surecompensa, mientras que, para los otros, el mañana era hoy y solo queríanavancesrápidosparaterminarcuantoantes.Yo avanzaba también como estos últimos, con la sola intención de quedar
pronto con Steve, aunque después del numerito de la fiesta no sabía cómo.Además,temíalairadeStela,apesardequesupuestamenteellanosabíacómoniquiéneshabíandadoelcambiazoalacinta.MeimaginabaaBrendaenfadadacon su hermano si este había utilizado sus fotos para chantajearla. Y temíaencimaqueencualquierinstantesepresentaseelpiradodeRobertparaajustarcuentas.SinmencionarelinquietantemensajesilenciosodeRonaldcuandomeechóde la fiestademalasmaneras.Siendo sushermanosLukeyHan, él solopodíaserChewbacca.
9
NormanBatesyChewbacca
Todo se precipitó en Halloween. Como era tradicional en la universidad secelebrabaunagranfiesta.Seescogióenaquellaocasiónelpabellóndedeportescubierto.Brendasorprendióconladeferenciadellamarme.CreoqueporquenohabíasidoinvitadaalgrupodeStelaypensabaqueyoteníamanoconRonald,elamigodeSteve.Nomequedómásremedioqueincluirlaenmisplanes,algoqueamisamigasNicoleySandranolesgustóenabsoluto.TampocoerabuenaseñalparaBrendaquedarconnosotrasynoconStela.Algonomarchababien.Además,selenotabaundeseoenfermizodesaberde
qué nos disfrazaríamos, así que le solté lo primero que me vino en mente:iríamos de zombis, aunque al final me disfracé de bruja y mis amigas devampiros. Mi atuendo me permitía no aparecer con la cara hecha un asco ycamuflarmealavez,yaquemepuselomássexiposible.Además,me había desembarazado de los «pringaos» (o eso creía yo), pues
tenían una fiesta en su instituto. Así que, la víspera de Halloween de nuevodepositabamis esperanzas envolver a ver aSteve, aunque fuera un fantasma.Estaveznobeberíaypermaneceríamásatenta.Creo que estaba espectacular con mi disfraz. Llevaba un gran gorro que
parecía sacado de Salem y con mi peluca azul, además de varias capas demaquillaje,niyomismamereconocía.Como imaginaba, Sandra y Nicole asustaban pintadas tan pálidas con su
atuendodevampiros,perodefeas.Noobstante,lapeorparteselallevóBrenda,que se sintió engañada, a pesar de nuestras disculpas y de mentirle sobre uncambio de última hora en los disfraces. Se enfadó hasta el punto de queabandonó nuestro grupo. Habíamos ofendido su vanidad, y ella acumulabamucha.Yesqueresultadifícillucirguapavestidadezombi.YotambiénmeseparéenbuscadeSteve.Aquellosemeantojóinmenso,no
tanto como en su fiesta, sino porque con tanta máscara y disfraz, era como
buscarunaagujaenunpajar.LikeaVirgindeMadonnavolvíaaatronarconecosmetálicosenelgranpabellón,repletodeglobosenformadecalabazayadornosmaléficos.Entrelamarabuntademonstruos,confetiycalabazasdeplásticovislumbréa
Stela. Estaba imponente con una peluca morena estilo años cincuenta y undisfrazdesuperheroínacompuestoporuncorpiñoypantaloncitoscortosdeunrojo brillante, así como un antifaz de terciopelo negro. Llevaba botas altas yguantes a juego, y una cinta negra al cuello con una pequeña joya reluciente.Stelasiempreconseguíaelpuntodelujo,inclusoenundisfrazdeHalloween.LaaparicióndeSandrayNicolemesobresaltó.—Oye,Julie.Noséloquetramas,peronopuedesalirbiensiestárelacionado
conlosDanver—dijoNicole,mirandocondesdénaStela.—Nosédequémehablas.—AnosotrastambiénnosgustaSteve,rica—siguióSandra—,sinembargo,es
unamorplatónico.Esmejoradmirarlodesdelejosporqueesuncapullo.—Estáisbebidas,mevoy.—Espera,notandeprisa—soltóNicole—.NoshastraídoalatontadeBrenda
sinconsultarnos, tepierdes conexcusas cadavezque salimosy sabemosmuybien que estás loca por los huesitos de Steve, no lo niegues. Sabemos lo queocurrióenlafiestadelosDanver.Fiestaalaque,porcierto,nonosinvitaste.Ylodelclubese…—¿Quiénsehasoltadodelalengua?—Ahora tehaces la inocente,peroestamosmuyenfadadascontigo, Julie—
me espetó Sandra—.Como amigas, queremos advertirte que lo que pretendessolotetraerádisgustos.Noteacerquesmásaesechiconiasupandilla.Nosonparati.—Repito:¿quiénoshacontadoesto?—exclaméindignadapues,aunqueeran
misamigas,teníanfamadecotillasradiofónicas.—Unchicomuysimpáticoquenoshainvitadoacervezas—contestóNicole,
conaireconspirador,señalandohaciasuizquierda.—Queremos decirte también, Julie, que si sigues adelante y te rompen el
corazón,aquíestaremospararecogertuspedazos.Yporfavor,nosdebescontartodoconpelosyseñales. ¡Ah!Ynovuelvasaolvidartedenosotrascuando teinvitenaotrafiesta—cacareóSandra,conairesdeprofesoratiesa.Ambassefueronentrerisasyyomedirigíhacialazonadondehabíamirado
mi amigaNicole. Entre demonios, vampiros, ymomias destacaba un solitario
danzarín,arropadoentrecortinasdeducha.Seguími intuicióny fuihaciaélyabrílascortinasdesopetón.—¡Norman!—Hola,Julie.Menudo«fiestorro»,¿eh?—medijo,achispadoconlabebida.—¿Qué haces aquí? ¿Y de qué vas? —no pude contenerme intrigada, al
observarelartilugiocompuestoporducha,barraenformadecírculoycortinasdebañoqueleservíandedisfraz.—DelprotadePsicosis—contestómuyufano,altiempoquemeenseñabaun
gran cuchillo de plástico que esgrimió como el asesino de la película deHitchcock.MefijéensuspantalonesyjerseydecuelloPerkinsnegrosquelucíasinmás.—Norman Bates. ¡Desde luego, no hay mejor disfraz para ti, pedazo de
psicópatacharlatán!—Eh,eh…percibovibracionesmuynegativas.Quéaguafiestaseres,Julie.Tu
hermanoIantienerazón…—Pedazodecretino,¿cómoteatrevesacontarporahíloquehacemos?Y…
y…todosobrelodeSteveyyo…—Tranquila,tranquila.Nosabíaquefueseunsecreto.Alfinyalcabo,todoel
mundosabequeestáscoladaporél.Inclusoél.—¡Esonoesverdad!—chillétanindignadaquehastasemecayóelgorrode
bruja—.¡Comovuelvasahablarconalguienmásdeestoydenuestrotratoenelclubtemato!Normancerrósuscortinasysealejódanzandomientrassilbabalamelodíade
Psicosis,apesardequeapenasseleescuchabaentreelbullicio.—Setehacaídoelgorro.Frenteamíseplantóunafigurapeludayenorme.—Gracias—contestéaúnaturdida.—Serámejorquesalgasacogerairefresco,estásmuyroja.—Quiénerestú:¿elYeti?—SoyChewbacca—dijoRonald,altiempoquesequitabalaenormemáscara
peluda.Éltambiénestabaacaloradoconeseatuendotanabrigado.—Salgamosafuera—medijo.Mecogiódelbrazocomosifueraunajarra,me
arrastrósincontemplacionesysinconsiderarsiqueríaono.El fríodenoviembreme sentódemaravilla.Mis sienesparecíanque ibana
estallar.Memoría de ganas de patearle el culo aNorman. En realidad, era elNormanBatesdeHitchcock.
Ronaldsacóunpapelilloquerellenó,lioyfumó,dealgúnlugardesupeludodisfraz.—¿Quieres?—No,gracias.Necesitoairefresco.—Parecequesiempretepillometidaenlíos.¿Quéesestavez:tehascoladoo
lehasquitadoelnovioaalguien?—rio.—Vaya, Chewbacca está gracioso —estallé—. ¿Qué te importan a ti mis
asuntos?—Nada,salvoquemeimpliquesenellos.¿Terecuerdoquemehasliadopara
llegaraSteve?—¡Yonohehechotalcosa!Hansidotushermanos.—Por indicación tuya —escupió, sin embargo, parecía más divertido que
enfadado.—Vuelvoadentro—repliqué.Paramisorpresa,apurósucigarroylotiróantesdeterminarloparaseguirme;
apesardeloquecorría,nomelopudedespegar.—Espera.Notehedichoqueestásmuyguapa.Meparéenseco.NoparecíapropiodeRonaldunagalantería.Lomirébien.
Aunqueguardabaciertoparecidoconlosgemelos,resultabamásmonoyestabamáscurtidoporlosentrenamientos.Peromanteníaesamismamiradasocarronaydescaradaquemehacíadesconfiardeellos.—¿Quéquieresdemí,Ronald?Seechóareír.—Nohayquienteengañe.Mira,tepropongountrato.Mepuseenalerta.Yasabía,porexperiencia,quehabía letrapequeñaen los
tratosconloschicos.—TúmeayudasconStelayyoharélopropioconSteve.—¿Qué?—No aguantaría al estúpido de Steve si no fuera por su hermana. Por
conseguir la oportunidad de estar cerca de ella. Sonmuy estirados y elitistas.Ellanisiquierasedignaamirarme,apesardemisesfuerzos.Yveoqueatiteocurrelomismoconsuhermano.¡Asíqueeraeso!—Nosécómopuedoayudarteenello—dijecautelosa—,porqueStelanome
tragaynosoysuamiga.Encambio,túestásmáscercadeél…—Porquemelohecurrado—exclamóalgocabreado—.Memetíenelrugby
cuandolomíoeselbaloncestoparapoderhacermeamigodeél.Aplaudotodas
suspamplinasyleayudoentodossusfregadosparamantenersuamistad.Eslaúnicaformadeacercarmeasucasaoseraceptadoensucírculo,incluidoeldeStela.Peronoavanzo,nopuedoiramás.Necesitoquealguienlehabledemí,quesefijeenmí…Mesonabapatético,aunqueyotambiénloera.—YohepodidoacercarmeaélportiyporBrenda,conpocosresultados.Sitú
meayudasacontactarmásconSteve,adecirmedóndevaisoainvitarmealossitiosdondevayáis,talvezpuedahaceralgoporti.—Semeocurrequepodríamosfingirquesalimosjuntos.Asínadiesospechará
—meretó.Intentéescrutarsusojoscoloravellana,porqueRonaldmeparecíaunpícaro
listocomosushermanos,masnopodíasondearenellos.La ideanoeramala.Ambos podíamos acercarnos así al círculo de los patricios sin recelos, ni porpartedeStela(queyamehabíaechadoencaraqueibaporsuhermano),nideBrenda, que estaba colada igualmente por Steve y tal vez así, podría inclusodarlecelosalsusodicho.—Está bien, podemos intentarlo, pero como trames una jugarreta te
arrepentirás—leseñaléconeldedo,sabedoradeloinútildemiamenaza.Ronaldmecogiódelbrazoynosmetimosenelcentrodelafiesta.Denuevo
ahí estaba Stela, acaparando la atención, por mucho que intentara esquivarla.Estabamuyguapayrodeadadeuncorodeadmiradores.Ronaldloteníadifícil,aunque nomás que yo, que ni siquiera encontraba aSteve por el destartaladopabellón.—¡Vaya sorpresa!—exclamó Stela cuando nos vio—. ¿Has dejado ya a tu
galánrubioybarbilampiñoporotroconmáspeloenelpecho?Ronald—oChewbacca—soltóunalaridoamododecontestación,quehizo
reíralresto.Brendatambiénnosmiróasombrada.Yanoparecíaenfadadaconmigo.Siyo
estaba con Ronald, ella tenía más recursos en el círculo de Stela, que comosiempre,nolehacíanicaso.Porfortuna,pasamosdeserelcentrodelasmiradasylagentesiguióalosuyo,bailandoybebiendo,conmejoropeorsuerte.Ronaldmedejó—cosaqueagradecí,puessubrazopeludodabauncalormortífero—eintentédenuevobuscaraSteve.¿Dequéiríadisfrazado?Igualloteníaalladoynimeenteraba.—Hola,Julie.Enrealidad,estásfantástica.La voz metálica hizo que me volviera. No identificaba quién podría estar
debajodeldisfrazdeDarthVader.¿SeríaporfinSteve?Descartélaidea,porque
noeratanalto.—¿Quiéneres?—Vuestromásfervienteadmirador,princesaLeia.—¡Will!—caí—.Nomedigasqueestáistodosporaquíotravez.—Sí, lo que pasa es que nos hemos dispersado y no encuentro a nadie.Me
alegrotantodeverte…Suvozmetálicaysurespiraciónagitadabajolamáscaramepusieronnerviosa.
MevinoalamemoriaelúltimonumeritoquemontamosfrenteaStelayasusamigas,ynoqueríarepetirunahumillaciónsemejante,ahoraqueparecíaquelascosasibanbien.—¿Bailamos?Meentróelpánico.—Metengoqueir.PorfortunavolvióRonaldconunasbebidasymellevódenuevoenvolandas.—Julie,Julie…—escuchéresoplarentrelaalgarabía.Aunque sentí lástima de William, no quería estar cerca de él, porque me
repugnaba.Para todos fue una sorpresa queRonald y yo fuésemos novios. Sobre todo,
paramí.Enmi interior sufríamucho,pero si eso servíaparaacercarmemásaSteveydarlecelos,alavezqueeliminarelrecelodesuhermana,metragaríamiorgullo.SiRonaldpodía,yotambién.Laprimerapruebanolasuperé.Forzandolasituación,Ronaldmebesódelante
del grupo de Stela que pareció quedar satisfecho. Sin embargo, en cuanto sefueron de nuestro ángulo de visión, le pegué un bofetón. Ronald se quedóparalizado.Sepusorojodeiraysecolocósumáscara,mientrasmelanzabaunamirada queme estremeció.Like aVirgin deMadonna atronaba enmis oídos.Decidísaliratomarairefrescodenuevo,nosinantespasarentremihermanoylapandilla,quenosalíandesuasombro.Enespecial,losgemelos.Comohabíaparejasbesuqueándoseenelexterior,optéporalejarmeunpoco,
y buscar refugio en los setos del jardín. Estaba ensimismada y aterida por elrelentedelanoche,absortaenlasestrellasdelfirmamento,cuandoalguienmeagarropordetrás,tapándomelabocaymearrastróalinteriordelasmatas.Forcejeéeintentépedirauxilioenvano,puesmicaptoreramuyfuerte.Enmi
lucha,conseguíquitarleelcascomilitardecamuflajequellevaba.Lavisiónfuemás espantosa de lo que esperaba: bajo el maquillaje de muerto viviente,descubrílosojosdementesdeRobert.—¡Déjame!—gritéporfin,aterrada.
—Hola,zorra.Noesperabasvermeporaquí,¿verdad?Intentépedirauxilio,perodenuevometapólaboca.Metiróalsuelo.Desde
allí vi que se había disfrazado de soldado.De soldado zombi.Con seguridad,vestía suantiguouniformeyapostabamildólares aque lapistolaque llevabatambiéneradeverdad.Enelsuelopudegritarmásypedirauxilio,noobstanteestaba lejos, y el ruido de lamúsica y la fiesta impedían oírme.Además, nosencontrábamosenlanochepropiciaparasustos,porloqueanadieleextrañaríatampoco. Dos petardos atronaron no muy lejos y se escucharon gritos desorpresa por la excitación.Yo sí estaba asustada, pensando qué haría ese lococonmigo,cuandounquejidosaliódesuboca,trasoírungolpeseco.DelaspenumbrassurgióDarthVaderoWill,quienhabíagolpeadoanuestro
antiguoentrenadorconlaespadaláserqueestabaahorarotaendos.—Menosmalquenollevabaelcasco—dijotriunfante,mientrasmeayudabaa
levantarme.—Gracias,Will—balbucí.Yambosnos fuimos rápidodeallí, antesdeque sedespertara labestia.Me
abrazódeformapaternalymecondujoalpabellóndedeportes.Nomeimportóquemerodearaconsusbrazosnimecogieralasmanosdespuésdelosucedido.Agradecía su calidez humana, pues yo temblaba aún por la impresión. En laentradaestabanalgunosdeloschicosfumando.Mihermanofueelprimeroquesediocuenta.—Julie,¿quétehapasado?—Sí,parecequehasvistoaunfantasma—dijoJohn.—Casi—pudehablar.—Robert le agredió—explicóWill—. Tuve que dejarleKO conmi espada
láser.—¿Elpsicópataestáaquí?—saltómihermano,presadelpánico.Elrestotambiénsesobresaltó.—Tenemos que guardar la tranquilidad—dijo Han—. Somos más y ahora
estamos prevenidos. Que nadie se aventure solo por ningún lugar propicio aemboscadas—memiróserio.DecidimosentrarydenuevoagradecíaWillsuayuda.Aunqueesosolosirvió
para que no me lo quitara de encima. Tuve que darle esquinazo entre unamultituddediablilloscachondos.Sinembargo,fuesalirdelasarténparacaerenlas brasas.Ronaldme abordó con ademanes bruscos.Aunque no veía su caratras la máscara peluda, sus gestos lo decían todo. Me dio de mala gana un
refrescoymesacóabailarsincontemplacionesalosacordesdeWhat´slovegottodowithitdeTinaTurner.—Hayqueceñirsealplansiqueremosconseguirnuestroobjetivoytegusteo
no,bailaremosynosrestregaremosfrenteaellos.—Ronald,yono…—Estardepararajarse.YoquieroseguirparaacercarmeaStela.—Noeseso.Esquehepasadounmalratoynomeapetecebailar,esoestodo.—Oye,amítampocomegustaestarcontigo,peroesoesloquehay.Así que no me quedó más remedio que bailar, con tanta desgana como él.
Mientras,Stevenoaparecía.
10
Nochedecalabazas
Llegó lamedianocheyyoestabamásmustiaqueunamargaritadesojada.Encambio,misamigassedivertíandelolindoalritmodeCyndiLauperysuGirlsJustWantToHaveFun.NormanyNicolehabíanhechomigasparamiasombro.Peroeraunanocheenlaquetodoelmundosellevabasorpresas.TrasesquivaraRonaldyWill, fuiaapoltronarmeenelúnicosillónquequedaba libre,yaquetodo la gente estaba bailando y divirtiéndose, menos yo. Esa noche era, enrealidad,ladelosfantasmasconlaaparicióndeltaradodeRobertylaactituddeChewbacca. Un fantasma fue el que precisamente me asaltó, al tirarseliteralmenteencimademí:—Uuuuuuuuuu—ululó.Yo,quenoestabaesanocheparabromas,empecéadarlemanotazos.—¡Fuera,largo…pervertido!Unas risas ahogadas me sobresaltaron. De rodillas, se quitó la sábana de
encima.Unverdaderofantasmanomehubiesecausadotantaimpresión.—Mehandichomuchascosasenlavida,peronuncapervertido.¡Meencanta!
—rio.—¡Steve!—Hola,Julie.Dasbuenosbofetones—siguióriendo—.Megustanlasmujeres
fuertesquesabendefenderse—yaltiempo,mecogiólasmanosymebesó.Estabatanasombradaquenoatinabaadecirnada.—¡Vamos!—meexhortó—lanocheesjovenypodemosdivertirnos.Ydichoesto,volvióacolocarsesudisfrazymetiródelamano,sacándomea
bailar.NightBirds de Shakatak sonaba en todo su esplendor. Fue uno de losmomentosmásfelicesdemivida.Porfortuna,consusábanadefantasma,nadiesabíaconquiénbailaba.Steveno sehabíacalentadomucho los cascoscon sudisfraz,loquemostrabasucarácterpráctico.¡Yseacordabademinombre!
Bailamosunidos, él cogidodemi cintura, como si fuera unbaile lento, conalgomásde ritmo.Dábamosvueltas por la pista ymientras girábamos, yonoparabadereír.¡Quécambiohabíadadolanoche!Desdelejos,entrelasvueltas,veía algún rostro conocido como los de mis amigas —intrigadas—; el deChewbacca—aunquenoveíasurostro,sícómosusojosseguíannuestrobaile—;uninstanteaBrenda—conasombroeinterrogaciónensurostro—;yeldealgunosdelos«pringaos»,améndemuchosconocidosycompañerosdeclase.Nadiesabíaconquiénmedivertíatanto,loquemehacíaaúnmásfeliz.Enundescanso,dejamosdeserunapeonzalocaybailamosunlento,alsonde
MichaelJacksonyPaulMcCartneyenTheGirlisMine.Juntosyabrazadostanfuerte que sentía todo su cuerpo y los efectos de su pasión… Las estrellasparecíanhabersemetidoenelrecintoylagenteeraunamasanebulosa,asímesentía.Lástimaquenopudieseversurostro tras lasábana,aunquepercibíasucalorysuarrebato.Paramíesaseríasiempreunacanciónespecial.—Julie,¿porquénomeesperasfuera?Vayámonosdeaquí.Yse fuesinparardereíryululando.Yoquedédesconcertada,pero tenía tal
subidónquenomeparéapensarensuinvitación.Estarasolasconéleraalgomejordeloquepodríahabersoñadomesesantes.Asíquecogímicapadebrujaymefuialaentradadelpabellón,queestabacadavezmásconcurrida.Esomerelajó,puespenséqueasíRobertnopodríahacerdelassuyas.Nosésitiritabadelrelenteodepensarenél.PorfinaparecióSteve,yasinsábanadefantasma,sinoconsuchaquetónysu
eternasonrisadeanunciodedentífrico.—Voyatardarunosveinteminutosmás.Estoybuscandoaloschicosyami
amigoTom,queesquientienecoche.Vealapartedeatrásyespérame.Y se fue, dándome un beso en la mejilla, que se me encendió como una
hoguera.ElpequeñoJacksonsonabaconsuWho´sLovingYou en el ambientedelgranpabellón.Siguiendosus indicacionesmefuia lapartedeatrás,dondeestaba el aparcamiento. Allí no se veía a nadie. Temblé con el frío de lamadrugadaylaperspectivadecochesoscuros,farolasamarillentasyunanocheimpenetrable,másalládelasegundafila.Unlamentomesobresaltó.Apesardemimiedo inicial por toparme con Robert, la curiosidad y también el afán deayudar a alguien que parecía llorar, me llevó a acercarme al lugar de dondeprovenían los lamentos: un árbol cercano. Tan cercano a la salida, justo en elcaminodecementotrasbajarlosescalones,quecreímedianamenteseguro.Miréatrás.Habíaunoschicosfumandoalfondo,juntoalapuerta.Parecíannohaberoído nada y no era raro, pues la música sonaba aun allí. Me acerqué con
prudencia, no sin antes coger una gruesa piedra que encontré en uno de losmaceterosrectangularesqueflanqueabanelsendero.Lavozmeresultófamiliar.—¡Porfavor,ayuda!AlacercarmeviconhorrorquesetratabadeWill.Elbellacodelexentrenador
le había atado desnudo a un árbol. Solo le había dejado lamáscara de DarthVader y los calzoncillos que, por cierto, deslumbraban con un azul eléctricocegador.—¡Julie,menosmalqueerestú!Porfavor,ayúdame,noquieroquenadieme
veaasí.Nisiquieratú.—¿Qué ha ocurrido? —pregunté ansiosa, mientras intentaba desatarlo sin
resultado.—Meatacóporlaespaldacuandoibaalaseo.Aunquepedíayuda,élmetapó
labocaydecíaalagentequesetratabadeunjuegodeHalloween,ellossereían.Nadiemeayudó,Julie.—Esunpiradopeligroso.—Mearrastróhastaaquíymearrancólaropaconuncuchillo—siguióWill
casiapuntodellorar.—¡No puedo desatarte! Esta cuerda es muy dura. Necesito ir adentro para
cortarlaconalgo.Buscaréaloschicos.—No,Julie.Nomedejesaquísolo.Podríavolver—gritóconpánico.—Notepreocupes,regresaréconayuda—legrité,altiempoquecorríahacia
elpabellón.Nadamásentrar,metopéconSteveysusamigosqueyasalían.—¡VámonosJulie!—medijosonriente,a lavezquemellevabaalotrolado
delaparcamiento.—Adelántate tú con tus amigos. Enseguida voy. Debo coger mi abrigo—
mentí.—Notardes,Thomasnoesperaanadie,¿verdad?—ytantoélcomoelaludido
serieronmientrasbajabanlasescaleras,menosmal,queporotraparte.Dentro no encontraba a nadie ni nada con lo que desatar aWill.No quería
haceresperaraSteveytampoco,dejaralchicosolo.PorfinvislumbréaHan.—Han—gritédesdeelotroladodelapista.Elruidoatronabaensordecedory
nomeoyó.Conseguíuntridentedealgúndemoniodespistado,deplásticoduro.Nosabía
sipodíaservirparaalgo,peroeraloúnicoquetenía.Cuandovolvíasalir,Stevemellamabaagritos.
—¡Julie!,¿vienesoqué?Yanosvamos.Estabantodosenelcochearrancadoyenposicióndesalir.—¡Julie, Julie, no me dejes aquí! —me gritaba desde otro lado Will,
intentandonollamardemasiadolaatención.Elcocheaceleróyeneseinstante,soltéeltridenteymefuiconSteve,queme
cogiócasialvuelo.Setratabadeunantiguosedándescapotable,quelucíaaúnimpecable.Algunosdeloschicosestabansentadosenelmaleteroconlospiesenelsillóndeatrás.Lasruedasarrancaronhumoalasfaltoenelfríodelanoche.Mientras el coche daba la vuelta para salir del aparcamiento, pude ver conhorror,laaparicióndeStelaconabrigodepielblancasobresuescuetoatuendo.ParecíaunachicaPlayboy. Juntoaella, sucohortedeadmiradores, susdamassumisasy algunos amigosde suhermano, jugadoresde rugby comoél.Yporsupuesto, Brenda, ruidosa como siempre. Stela y compañía salían alaparcamiento. Quiso lamala fortuna que en esta ocasión, enfilaran el caminodondeestabaelpobreWillatadoalárbol.Brendafuequienlovioynotardóenllamar a los demás, riéndose a carcajadas. Lejos de ayudarle, oí lasexclamacionesdesorpresaylasrisas.Notardaronenhacersefotosconelinfelizmuchacho,quegritabacomounposesoparaque losoltasendeallí.EsanocheRobertpusolacarnazaantelashienasylasbestiasnodudaron.ElgrupodedescerebradossecebóconWill,quenocesabadellorarysuplicar
frenteasuschanzas.Metapélosoídosycerrélosojos,cuandosalíamosatodotrapo,peronopodíaacallarmiconcienciayseguíaescuchandosusúplica:—¡Julie,ayúdame!Cuandomefui,llegabanhastaelaparcamientolosacordesdeRomeo&Juliet
deDireStraits,juntoalossollozosdeWilliam.
11
EldespertardeOfelia
Fue una noche decepcionante. Steve se emborrachó junto a sus amigos y sededicaron a hacer gamberradas sin gracia. Muchos jardines de Beverly Hillsamanecieron con algunas de sus fechorías. Por una parte, al ver ami adoradoSteve como una cuba, sin elmásmínimo destello de dignidad, y por otra, alcomprobarcómomiconcienciasenegabaaabandonarme.LossollozosdeWillparecíancomocuchillosyhastaahoranomeloshepodidoarrancar.El día de la clase los chicos también estaban mustios. El sitio de Will
permanecíavacío.Yanovolvería.Suspadresvinieronaexplicarnosque,traselincidente,yanteelestadodesuhijo,habíandecididoenviarloconsuabuelaaNuevaYork. Yome sentíamuy avergonzada, aunque nadie supo que le di laespalda, salvo él y yo misma. Los padres resultaron muy amables y muydistintos.Ellaconservabaaúnsureminiscenciahippieyartística,mientrasqueelpadredeWillsehabíaconsagradocomounreputadoescritor.Me recriminé no haber indagadomás en la vida del pobremuchacho pues,
aunque fuese una estudiante atolondrada e inmadura, me había puesto a darclasesaunchavalcuyopadregozabaentreotrosméritos,deunPulitzeryvariosbest sellers. ¡Y yo no sabía que daba mis clases en su propia casa! Vayaprofesoradeliteraturaibaaser…Sobretodo,medolíaporelestadoemocionalenelqueestaríaWill.Sentiría
una humillación tan grande que había decidido poner tierra de por medio ymarcharse al otro lado del país, alejado de su familia y sus amigos. Por esemotivo,lassiguientesclasestuvimosqueirdistribuyéndolasencasadeunosyotros,hastaquelacosadecayó.Primero,porquecuandotocabaenlacasadelosgemelos, me enfrentaba al ostracismo de Ronald y yo lo pasaba fatal, y loschicosademásnosesentíanagusto,puessupadreelpolicía,continuamentesepasabaamirarloquehacíamos,conclarosgestosdedesaprobación.Suideadeclasesparticulareseraotraypensabaqueloquehacíamosnoconsistíamásque
enperdereltiempoenbobadas.Asíquelasclasesallísiempredespertabanunaaltacargadetensión,sincontarconqueRonaldaprovechabaelmomentoparaponerenelsalóncualquierpartidoderugbyodeloquefuese,atodovolumen.En casa de John las cosas tampoco resultaban fáciles. Sus padres parecían
condescendientes,peromuyestirados.Siempresepavoneabandeloqueposeíanyde lasamistadesque frecuentaban.Nosmirabana losdemásporencimadelhombro.YencimanomequedabaotraquesoportaraBrenda,quepasódeestarcontinuamentecotilleandonuestrasclases, a fastidiarlasde formapremeditada.Yame imaginaba cómo les contaba a Stela y sus amigas las «tonterías» y lascosasquehacíamos.Ningunosesentíacómodo,sobretodosuhermano,puesnonos gustaba que nos espiaran y supiesen nuestros propósitos.Y conBrenda yRonald ibaasermuydifícilquenoseenteraran,pararecochineodel restodelpersonal.Normanvivíaconsumadredivorciada,unaauténticamadreposesivaytambiéncuriosa,quesepresentabaenelcuartoaescucharloquehacíamos.EralaauténticamadredeNormanBates.Asínosepodíahacernada.En nuestra casa, yo no me sentía mejor, porque no quería que mis padres
sospecharannadaynodisponíamosmásquedelsótano,queduranteelinviernorezumaba humedad y oscuridad. Y siempre tenía la sensación de estarsobresaltada,porquemeincomodabaquemimadreomipadresupiesenquétipodeclaseslesdaba.Asíquealfinal,undíanonosquedómásremedioquedisolverelClubdelos
Caballeros.Mihermanoloresumióenlaúltimaclasedemaneramuyevidente.—Estáclaro, señores,quedespuésdel incidentedeWill lascosasyanoson
comoantes.Queríamosdeslumbraralaschicasconnuestralabia,nuestraropaymodales. Sin embargo, habíamos olvidado algo. Tras ver lo que hicieron esasmalas pécoras de Stela y sus amigas con nuestro Will, he caído en la grancuestión.—¿Qué cuestión es esa, Ian? —preguntó Norman, tan expectante como el
resto.—Puesque,¿paraquéquiereelmundocaballerossiyanohaydamas?—Tienes razón —aseveró Han—, las chicas de hoy en día ya no poseen
comportamientonirecatoalguno.—Cierto—confirmóLuke—.Perdemoseltiempo,laschicasyanosoncomo
antes.Nomerecennuestroesfuerzo.Alfinal,sevanconlosbrutosylesríenlasgraciasylasmaldades.MiraatuhermanaBrenda—ledijoaJohn.Este, lejos de ofenderse, asintió. El espectáculo de su hermana le había
causadounahonda impresión.Mediopena,puesJohneraunbuenmuchacho.
NoseparecíanadaalaalocadaypérfidaBrenda,yhededecirtantoasufavorcomo en contra, que la chica ya sufría las consecuencias de un alcoholismoincipientequepodríafastidiarsufuturo.—Muybien.Siesoesloquequeréis,clausuramoselClub.Peronoestoyde
acuerdo en vuestras afirmaciones. Todas las chicas no son así. Yo no mecomportoasí,amímegustanlosbuenosmodalesy…—Para—dijoHan—.Alfinal,túeresigual.Alfinyalcabo,estáscoladapor
uncretinoquesolosededicaapeinarseeltupéyahacersenotar.Mepuserojaeibaaestallar,yentonces,pormimentevinolaescenadeWill
suplicándomeayuda,mientrasyo,comounacanallalodejésoloparamarcharmeconSteve.Loschicosteníanrazón,aunqueellosdesconocíantodoelfondodemi crueldad. ¿De qué sirven los modales, los estudios, y los miramientos sicuando hay que estar a la altura nos seguimos comportando como niñatas tansoloporqueunchicoesguapo?EsedíaclausuramoselClub.Deberíadehaberestadocontenta.Yanoestaba
obligada a enseñar nada ni pesaba sobre mí la losa del chantaje. (Esta habíacambiado por la losa de la conciencia). Había conseguido salir con Steve, enverdaddeformabreveyahurtadillas,peronadadeesomehacíayafeliz.Comosisehubieserotoelencantamiento.Alavez,seguíaentusiasmadaconlaideadeque Steve me llamara para salir de nuevo, para vernos, para cambiarlo. Sí,porquecreíaqueconmiamorpodíacambiaraesechicoymoldearalStevequeamímegustaba.Quéilusaeinsensata.La tragediademivida se fraguópoco antesdeNavidad.Steve, contra todo
pronóstico, me llamó. Iba a actuar en una obra de teatro de la universidad,reclutadocasialafuerza,puescarecíadedotesdeactor.Mellamóaterradoparaqueledieraclases,puesseenteróporalguiendequeyocontabaconexperienciaen ello. Pese a que su necesidad no tenía nada que ver con lo que yo habíainculcadoa los chicos, el hechodeverloydequemepidiera ayuda,volvió aponermeelpulsoacien.Aprimerashorasdelatarde,habíamosquedadoeneljardínoestedelcampus.
Stevenoqueríaquenadiesupiera,nisiquierasusamigosymenossuhermana,quenecesitabaayudaparasubiraunescenario.Asíquehabíamosquedadocomofurtivos,loquehizodelacitaunencuentromásinteresante.Esa tardedediciembreel solasomabapor loscúmulosdenubesnegrasque
presagiaban una gran tormenta. Nos vimos junto al gran roble, con un Stevedesconocido para mí. A pesar de su sonrisa de dentífrico y su optimismo araudales,destilabamiedoyaprensiónporelreto.Porlovisto,setratabadeun
encargodesuentrenadorquenopodíarechazar.Unaobracuyarecaudacióniríaalabeneficencia,peroqueaSteveleaterraba.Noeracapaznidememorizarlatabla del dos, ¿cómo iba a acordarse de su papel enCuento deNavidad, deCharlesDickens?Lo que recuerdo de esa tarde es que ayudé y tranquilicé a Steve, que pudo
asimilaralgunaslíneasdesupapel,loquelesirviódealivio.Estabatancontentoque me dio un beso, y por primera vez, las gracias. Parecía esa tarde mástranquiloymaduro.Otrapersona.Aunquelaverdad,yoapenasconocíaaSteve.Solohabíaconocidosu facetadechicopopulary fanfarrón.AlStevemiedosoporelfracasooelridículo,alStevehumanoquereflejabalímiteslingüísticosycomunicativos, no lohabía conocido aún.Fueparamíuna tardepreciosa.Mesentíafeliz.Estábamoslosdostanensimismadosporsusprogresos,queíbamosdelamanoporelcampusycuandoquisimosdarnoscuenta,estábamosfrenteala biblioteca, dondeStela,Brenda y compañía, nos observaban.No sé cuál seveía peor, si la cara deStela o la deBrenda.A la hermanadeSteveyono legustaba,nosabíaporqué,perodesdeluego,alvermeconsuhermanoselotomófatal, aunque no perdió su compostura. La cara de Brenda en cambio, setransformóenladelmuñecodiabólico.Ahímedicuentadelocoladaqueestabatambién ella por Steve. Con toda seguridad, había soportado a Stela y sushumillaciones por estar cerca de él y conseguir lo queyo ahora disfrutaba: surespetoysuagradecimiento,puesnopodíaconsideraramortodavíasuatracciónpormí.Mellegóadarpenauninstante:alpensarquépasaríapormicabezasiyoestuvieseensulugaryencontraraamipríncipedelamanoconotra…—¿TúnoestabasconRonald?—escupió,sinpoderseaguantar.Sucaracada
vezestabamásrojadeira.—Yavesqueestachica juegacon toda labaraja—sonriócondesdénStela,
queleechóunamiradaferozasuhermano.Peroesteaguantófirmeysiguióconsusonrisa,sindejarmimano.Lassaludó
desdelejos,yseguimosnuestrocamino.Esatarde,Stevemeinvitóamerendarun batido de chocolate y unas tortitas, que él devoró con ansiedad y que yoapenas podía tragar de lo entusiasmada que estaba con su presencia.La gentenos miraba en la cafetería, muy frecuentada, por lo general, por losuniversitarios.Yoestabaenellimbo.SentíaqueahoraeramásmadurayqueelStevehumanomecaíamejorqueelsemidiósquemehabíaforjado.Alconstatarsus debilidades terrenales, yo me sentía ya más segura en la relación. Yahablábamos—detemasinsustanciales,sí—,sinqueélfueraunmonosílabodedospiernasyyolatontadelasrisitas.
Demasiadobonitoparaquedurara.Cuandosalimosycruzamosdenuevoelcampus,parecíaquehabíasurgidode
prontounaactividadenfebrecida.Alguiensehabíadedicadoadecorarárboles,farolasypostesconunmontóndehojas.Seescuchabanrisasyalgarabía.Nosacercamoscuriososparaverquéocurría.Mequedédepiedra.Elcampusestabaempapelado con la fatídica hoja que los «pringaos» habían usado parachantajearme:allíestabalafotodelaJuliemásespantosaquehubieseenvida,conlasonrisatontaplagadadebracketsylaodiosanotitadeJulieamaaSteve.Esteesmiteléfono.Llámame”.—¿Qué?,¿quéesesto?—preguntóSteve,aúnsonriente.Labrujadelaescobaapareciócomoporensalmo.—EstuqueridaJulie,queyahaconseguidoloquequería:echarteellazo—
dijoconmuymalababaBrenda.—Pero,pero…—balbucí—,¿dedóndehabéissacadoeso?Yo…Stevememirabaaterrorizado.Sabíalopocoquesoportabahacerelridículoy
me temí lo peor.Me soltó lamano, comoquien suelta a una anguila.Cuandoempezóaescucharlasrisasyaveralagenteseñalando,seacabósusonrisaysugalantería.Ahoraparecíaenfadado.—Julie,¿cómopuedeshacermeesto?Esunabromademalgusto.Sabesque
soyalguienimportanteenlauniversidad,elmejorjugadordelequipo,¿quieresquemiscompañerosyamigosseburlendemí?¿Esoesloquepretendes?—No,no…deverdad,Steve.Nohesidoyo.—Esaerestú,¿no?Lahasusadopararidiculizarme…creíqueerasunachica
seria,queerasdiferente.—Steve,yo…Nomedejóexplicarmeysemarchó,enfadadoyavergonzado.Noloentendía.
Durantelatardehabíasidounchicoencantadoryahora,noqueríasabernadademí.Stelaapareciómuertaderisa,consusotrasamigas.—Yasabíayoquetramabasalgo.Noquieroqueteacerquesamihermano,o
sabrásloqueesbueno.DalasgraciasaBrenda.YomiréaBrenda,quemesacólalenguayserio.Yaibaachispadaaesahora
delatarde.Stelaysusamigassemarcharon.—Meencontréelpapelitoenelcuartodemihermano.Eresunazorraquese
lomerece.QueríasquitarmeaSteve,¿eh?EncimahaciéndotepasarpornoviadeRonald.Medasasco, Julie.Peroahoraeres tú laquevasadar ascoa toda laciudad.
Ysefueentrerisasdehiena.Yomemarchétambién,llorandoysintiéndomeelobjetivodetodaslasmiradasylascarcajadas.Esatardeparecíaestartodalauniveresidad en la calle. Todo elmundomirando esa foto y esemensaje quedesnudabanmialma.Cogíelcocheymefuilomáslejosquepudedelcampus.Nopodíaquitarmelamiradadelagenteysusdedosacusadoresdeencima.Enunpubapartadomedediquéabeberparamitigarmipena.Derepente, todosehabía derrumbado.Me sentía culpable de haber hechodaño aSteve, aWill, aRonald…amuchagente.PuesyanimisamigasNicoleySandramellamaban,alcreerqueestabaconlapandilladeStela.Enfin,hiceloquenosedebehacerunatardedediciembre,antesdeNavidad,cuandounatienequecogeruncocheporlanoche:irborracha.Entre mi estado emocional y el etílico, lo siguiente estaba mascado: yo no
parabadellorar.Mehabíacompradounabotelladebourbonquellevabaenunabolsadepapelydelaqueseguíadandotragos,mientrasintentabareconocerelcaminoamicasa.Paracolmo,latormentaquesepresentíaporlatarde,descargócontodasufuriaenelmismoinstanteenqueconducía.Unrayodioaunárbolcercano, que cayó.Yogiré de formabruscapara esquivarlo, chocando conuncoche que venía de frente. El impacto fue brutal. En el otro coche viajaba unmatrimonio maduro que volvían de cenar con sus hijos. Ambos resultaronheridosdegravedad.Yo también.Dehecho,estuvecasiunañoencomaymepaséotroscuatroderehabilitaciónenelhospitalRonaldReagan.Perdíelcursoylasexpectativasdeterminarmicarreraconméritos.Adiósaldoctorado.Mihermanoseportóbienenesaocasión.Cuandoyasalídelcomayseguía
postradaenunacama,metraíaapuntes,librosyencargosqueyolehacía,parapoderseguirconmisestudios.Tuve quematricularme por correspondencia. Terminé un año después de lo
previsto,connotasrasas,entreejerciciosderehabilitaciónenelhospitalyvariasoperaciones.Apenaspodíaestudiarni estabamicabezaparahacerlo.Todomiuniversosevinoabajo.Nosololosestudiosymicarrera.MisamigasNicoleySandraalprincipiovinieronaverme,luego,fueronespaciandoyacortandosusestancias. Tres meses después de estar encamada en el hospital, salvo mihermanoymifamilia,nadiemásvinoavisitarme.¿Quiénqueríaestarconunainválida?¿Estarenunhospital,mientrastodounmundohervíadevidaafuera?Los«pringaos»vinieronavermeenalgunasocasiones.Parecíanconsternados,sobretodoJohn,queintentódisculparseporloquehizosuhermana.Mesuplicóque le perdonase, ya que él no se acordaba de conservar aún el papel de mi
desdicha.¿Quépodíadecirleya?NiRonaldniSteveaparecieronnunca,niporsupuesto,BrendaniStela.Misproblemaslejosdedesaparecer,aumentaron.Apenashabíamejoradoyya
hacíaalgunosejerciciosenelhospitalparapodercaminar,recibílanotificaciónjudicial.Laparejaquehabíasufridoelaccidentemedenunció.Ynolosculpo.Yo ibaborracha.Pormiculpa,ellasequedócasiparalíticayél falleciómesesdespuésaconsecuenciadelasheridas.Mepedíanunaindemnizaciónmillonariayestabaauntrisdeirademásalacárcelcuandomecurara.El juicio se celebró apenas pude salir del hospital.Me valía demuletas, al
igualquemidenunciante,unamujerdeunoscincuentaytantos,rodeadadesushijos, sus nietos y su familia. Una familia que había perdido al padre pormiculpa. A pesar de todo, no se ensañaron conmigo. La juez me amonestó conseveridadymerecordólospeligrosdeconducirebria.Memandóauncentrodedesintoxicación,apesardequeyonoerabebedorahabitual;laindemnizaciónseredujo a un precio más razonable, pero igualmente elevado para mí. Todo eldineroquereuníparamifuturodoctorado,máselquetuvoqueponermifamilia,rehipotecandolacasa,fueacubrireldesastre,juntoalquepagóelseguro.Porúltimo,mecondenaronarealizarserviciossociales,enlugardelacárcel,paramialivio.Elegí dar clases enbarrios y zonasdesfavorecidas, con las sobras del sueño
americano.Chicosychicasque,porno tener,no teníannidignidad.Fueduro,aunque aprendí mucho. Yo me transformé también. Dejé mis sueños deadolescente y entré de golpe en la órbitamás amarga de los adultos.Dejé depreocuparmeduranteañosporloschicos.Bastantesufríayaconintentarandaryrehacermivida.IwanttobreakfreedeQueenparecíahechaparamí.Pude terminar mis estudios y graduarme sin pena ni gloria. Mis primeros
trabajosmellevaronaalgunospueblosdelacostaoesteyaconocer,loqueaquíllamamos, la«AméricaProfunda».Mividadejóelglamour, lamúsicayhastafuiajenaaloqueocurríaamialrededor,puesdurantemihospitalizaciónyluegomienclaustramientoenpueblos lejanos,perdíunapartedelmundoreal.Yanosabíaquiéndespuntabacomocantante,quépelículaarrasabaenlastaquillas,quépeinadossellevaban,cuáleralamodaoquéhabíaocurridoenlosúltimosdiezaños.Diezañosdemividaquesemefueroncomoenuntorbellino.Hastaqueun
díamedieronpor fin un traslado.Me tocó ser profesora en el institutodondehabíamosestudiadomihermanoyyo.Quéironíasdelavida.ConlograndequeeraEstadosUnidos yme tenía que tocarmi viejo instituto,mi antiguobarrio,
cercanoalcampus.LaotraJuliesehubieraaterrorizado,lanuevayanoesperabanadaquetemer:yalohabíaperdidotodo.Así que volví al epicentro de lo que fuemi vida antes del accidente.Había
pasadomuchotiempoyestarallímeparecíaahoramejorqueinclusoloslugaresenlosqueenseñé,quefueronparamícomouncampodeconcentración,enlosque mi vida estaba expuesta a cada paso. Los Ángeles resultaba demasiadoextenso para imaginarme como una prisionera, tal y como me sentía en losvillorriosagrícolasquerecorrí,améndelosdistritosdemalamuertequemetocóenmistareassociales.
12
Magnoliasdeacero
Mefuiaviviraunpequeñoapartamentocercanoalinstituto.Noqueríavolvera casademispadres, aunquemeofrecieronmi antiguahabitación.Necesitabaromperconelpasadoyempezardecero.Enelinstitutonadiesabíaquiénfuelajoven Julie. Ni falta que hacía. Chicos y chicas nuevos con sus propiosproblemas.AllímehiceamigadeRosalind,unaenormeyalegreafroamericanadeKentucky, que era el cascabel del claustro. Trabajaba en la administración,peromesentíamáscómodaconellaqueconelrestodelosprofesores.Presumíadeunasuñaslarguísimasquesepintabadefuertescolores.Nadaenellapasabadesapercibido.Ni suspeinadosni su ropa.Helen, la profesoradematemáticasfue también un gran apoyo, aunque al principiome pareciómuy estirada. Ibacasisiemprecontrajedechaquetayfalda,yungranmoñopeinadoconestilo.Susgafasibanajuegoconelcolordesupelo:caobarojizointenso.Loshombresnomeinteresaban.Losprofesoresengeneral,meparecieronalgodesganadosypocoatractivos.Para mi desgracia, entre los años que pasé en el hospital y luego en
rehabilitación, mi juventud se fue sin que como dice la Biblia, «conocieravarón». Por mi mente seguía atormentándome el Like a Virgin de Madonna.Ahorameparecíayademasiadotardeparaempezaraamar.TrasmidecepciónconSteve,loshombresmeatraíanloqueuncocodrilo.Encambio,amihermanonolehabíaidomal.Sehabíacasadotresveces.Su
paso por elClub de losCaballeros le había pulido de tal forma, que se habíaconvertido en un verdadero gentleman. Con sus canillas incipientes y su aún,irónicapersonalidadysusorejillas,semejabaunClarkGable,unimánparalasmujeres. Cada una de sus esposas era más rica. Sobre todo, la última, unaitaliana que poseía incluso títulos nobiliarios. Fuemi hermano el alumnomásaventajado delClub.Ahora vivía enRoma yme llamaba con frecuencia parasaberdemí.
TampocolehabíaidomalaNorman.SehabíaacabadocasandoconmiamigaNicole. No sé si el flechazo fue el día que se conocieron en la fiesta deHalloween o en las pocas veces en las que coincidieron al visitarme en elhospital.Peroelcasoesqueestabancasadosyteníandoshijos.Loúnicomaloes que Nicole había cargado con la madre de Norman Bates. Eso me hacíasonreír, pues era como una venganza en frío, ya que siendoNicole tan amigamía,medejótiradacuandomáslanecesitaba.Losgemelosestelareshabíandescubiertocaminosdistintosyvivíanenestados
diferentes, conocupacionesdispares.Nadie lohubiesecreído,porqueparecíaninseparables.SuhermanoRonaldsehabíahechopolicíacomosupadreyvivíaahoraenSanFrancisco.Pormihermanosupequesehabíacasadoydivorciadodosveces,yqueteníaunahija.John sehabía convertidoenunprometedor informáticoquevivía enSilicon
Valley. Estaba prometido a una joven, por lo visto, muy guapa y tambiénempleada en elmundo de los bits. John había dejado sus eternas camisetas ycamisadecuadrosparaenfundarsetrajesalaúltimayadornarseconlosúltimosgadgets cibernéticos. Parece quemis clases le habían ido bien. No ocurría lomismo con su familia. Su padre fue acusado de estafa financiera y fue a lacárcel.SumadreysuhermanaBrendavivíanahoramodestamenteenFlorida.Élno quería saber nada de ellas, y lo comprendo, pues por lo visto no habíancambiadosusínfulas.Ahoraélvivíasuvidasinsentirseamedrentado.DelpobreWillnosabíanada.SuspadresdejaronsucasadeLosÁngelesyse
trasladaron aLondres.Yodeseaba en el fondodemi corazónquemehubieseperdonado.Yahabíapagadoconcrecesmimaldad,aunquetalvezélnisiquieralosabía.Ningunodeloschicoshabíapodidocontactarconéldesdeelsucesoynuncapudedisculparme,aunquefueseporcarta.Seclavócomounaespinaenmiconciencia.Prontocaptéporpequeñosdetallesyporlaspocodiscretasobservacionesde
Rosalind,queeldirectordelinstitutosesentíaatraídopormí.¡Loquemefaltabaenesaépoca!Noesquefueseuntipomaloofeo.Enrealidad,elseñorColesepodíaconsiderar,porasídecirlo,apuestoasumanera.Algoatildadoysevero,peroeleganteybastantemayorqueyo.MerecordabaaChristopherLeecomoelcondeDrácula.Poreso,sualturaysuafiladamiradameponíannerviosa.Nosésiporeseinterésqueyointuíaoporqueeramijefeyyonoestabaenmimejormomentoentonces,llenademiedos,frustracioneseinseguridades.De momento, me refugiaba en mi apartamento, que adorné cuál nidito de
grulla, para sentirme resguardada del mundo. Completé mi vida con mi gata
Tina,nombrequelepuseenhonoraTinaTurner,cuyopósteradornabaunodelos pasillos. Otros cantantes y actores rodeabanmi pequeña vida entre cuatroparedes, convertidos enmi vínculo, mi cordón umbilical con la juventud queapenashabíadisfrutado.Lejosdeallí,yofingíasercomoelgranitoyvivíasolopara el trabajoymis pequeñas aficiones, como recorrer enbici el paseode laplayadeSantaMónicaoiralembarcaderodeManhattanBeachaverlasaguasgrises, como me parecía mi vida entonces. A veces, me acompañaba mihermano, que vino a verme tras dejar a su mujercita en Italia, y comíamoscangrejosypatatasfritasenElPolloLocodeVeniceBeach,conversandosobreél,porquetodoparecíagiraralrededordesupersona.Sehabíaconvertidoenunhombremundano,derisafácilyquevivíaunavidaplena,quesaboreabadíaadía.¡Cómohabíancambiadolastornas!Pero también obtuve mis compensaciones. Mis nuevas amigas, Rosalind y
Helen fueronmi tabladesalvación.Lasúnicasqueconseguíansacarmedemiapartamento ymi rutina. De vez en cuando, hicimos cortas escapadas a otrasciudadeseinclusoaotrosestadoscercanos.Fueronmomentosdeliciososymuydivertidos. Solíamos ir de compras juntas, sobre todo a las tiendas de la calleTercera en SantaMónica, a las boutiques de Abbot Kinney (aunque en estasúltimas solo a mirar), o al bullicioso mercado de San Pedro, y a comer enalgunas ocasiones. Rosalind contagiaba con su alegría y su ánimo siempredispuestoalarisafácilyalavida.Heleneramásdiscretaytímida,peroconelladisfrutédemuchasvisitasamuseosyexposicionesquenohubieraaguantadolavitalidad deRosalind.Representaban, en sí, dosmujeres que complementaronmividaymesentíamuyafortunadaporhaberlasconocido.Parecíaquesiemprehabíamossidoamigas.Yeneltrabajocontabaalfinconunapoyomoral,entretantoprofesoryprofesorapendientedeescalaryseñalarmiserrores.Creoqueelhechodequenohubiesecursadolacarreraenunafacultad,sinoenunhospital,porcorrespondencia,parecíamenguarmitítuloyfacultadesasusojos.Loschicosquemetocaronnoresultarontampocomalos.Algoalborotadores
en clase, pero ¿qué adolescente no lo es? A pesar de todo, no sufríamos losproblemas que padecían otros centros donde se habían colocado vigilantes eincluso detectores de metales, por la afición de llevar armas entre muchosestudiantes.Demomento, al nuestro no había llegado esa ola escalofriante deviolenciaqueparecíacontagiaralrestodelosinstitutos,reflejodeunasociedady familia cada vezmás carcomidas. Lo que sí notaba es que los chicos de lanueva generación salieron más precoces en todo, hasta el punto de que lasBrenda,StelaypringadosdeantesparecíanBambialladodealgunosdeellos.
Mi apacible y rutinaria vida se vio de nuevo sacudida de forma imprevista.Para mi asombro, una de las veces que acudía a la cafetería del centro, meencontré con Brenda. Arreglaba una serie de papeleo ante el mostrador derecepción.—¡Brenda!—mesalió,amipesar.—¡Julie!—¡Quésorpresa!¿Quéhacesaquí?—Esomismoibaapreguntarte.Yotrabajoaquí.—¡Québien,seremoscompañeras!—¿Quéquieresdecir?—preguntéalarmada.Jasmine,laafroamericanaqueleatendíahablóporella.—Vaatrabajaraquícomomonitoradegimnasia.—Creí quemedesplomaba.Loúltimoquequería en elmundo era volver a
soportaraBrenda.—¡Esestupendo!,¿noteparece?Julieyyosomosamigasdesdelauniversidad
—explicóaJasmine,quepusocaradeasombro.Lo de que éramos amigas suponía un calificativo muy generoso, por así
decirlo. Estaba indignada, no podía creer que me tocara tan mala suerte. Detodoslosinstitutos,teníaqueacabaraquí.—Memarcho,empiezanmisclases—contesté,auxiliadaporelsonidode la
campanaqueanunciabalahora.Brenda se despidiómuy simpática, con un saludo demano y sonriendo sin
parar.Luego siguió con su trajín de papeleos y yome fui sinmirar atrás.Mequedóel regustodeunaBrendamás regordeta,conampliosparchescoloradosen lasmejillas (suponía que de su afición al alcohol) y su sonrisa zorruna desiempre.Esedíaapenaspudeconcentrarmeenclase.LuegofuiaceleradaaveraRosalindquetrabajabaenadministraciónparasaberaquéclasededesastremeenfrentaba.—EstáaquíparasustituiraCora,quesehajubilado.—¿Quieresdecirquesequedaaquíparasiempre?—Tranquila, está en período de prueba. La envían del Servicio de Empleo.
Estabaenparoyreuníaelperfil,esoestodo.—¡Nopuedocreerquehayaacabadoaquí!—Loquenoentiendoesquefueseiscompañerasdeclase.Ellaporlovistono
ha terminado sus estudios y gracias a su antigua hoja de deportes puede estarcomomonitora.Noganarámucho,Julie.—¿Y quéme importa amí lo que gane?Yo solo quiero que se vaya. Solo
compartimosunos instantesdemivida comoanimadorasdel equipode rugby
universitario y…—los fantasmas del pasado surgieron como por ensalmo yvolvíavermeenelcésped,juntoaSteve,elprimerdíaquenosconocimosyqueviaBrenda,aunquede forma tanbreve,queapenas lamiré.Ambashabíamoscambiadoynoamejoraunque,adecirverdad,paraserellauncaballoganador,confamiliaricaytodaslasoportunidadesdelmundo,nohabíaterminadobien.Ahoraocupabaunpuestobastantepordebajodelmío,peroesonomehacíamásfeliz, pues me recordaba también que yo había perdido mis sueños de serprofesora de universidad… Y mis sueños de haber formado una familia conSteve. Steve… ¿Qué sería de él? ¿Dónde estaría? Y lomás importante, ¿conquién estaría? De pronto caí que la mejor fuente de información podría serinclusoBrenda.Sinembargo,detestabahablarconellaymuchomenos,deesetema.Esa noche viendo la tele me tragué el vídeo Last Christmas de Wham.
AcurrucadaconmigataTina,abríunabotelladevinotinto,unregalodetiempoatrás,ymeservíunacopa.Losviejosfantasmasvolvíanaaparecer.
13
Esqueletosenelarmario
Alobservarmiánimodurantelasemanasiguiente,misbuenasamigasHelenyRosalind, me acorralaron una tarde, antes de irme a casa. Nome quedómásopciónqueacompañarlasalacafeteríayahímedesahogué.Vomitétodoloquemehabíaocurrido,misdeseos,misinstantesinsensatos,mifiebreporSteveynoahorréningúndetallehumillanteamiscompañeras.Ellasmeescucharonensilencio,muyserias.Cuandoterminé,semiraron.Yo
lancéunsuspirodedesahogo.Porfinhabíapodidovolcartodasmismiserias.Elhechoderevivirmisbuenosymalosmomentosfueparamímejorquediezañosdepsicoanálisis.Mesentíaaliviada,aunquenadapodíacambiaryalascosasnimissentimientos.—Menudapapeleta—soltóporfin,Rosalind.—Ya esmala suerte que Brenda haya caído aquí. Si casimemuero con la
noticia de que me asignaban mi antiguo instituto tan cerca del campusuniversitario,imaginaosquésentíaldescubriraBrendaenelvestíbulo—Claroque sí.Tenemosquehacer algo.No tepreocupes, Julie, nosotras te
ayudaremos—señalóHelen,cuyapreocupaciónhabíamarcadodostenueslíneasensuentrecejo.—Mira,muñeca—dijoRosalind,cogiéndomelasmanos—,esaBrendanote
vaafastidiarmás.PalabradeRosalind—bufó,mientrasapretabaconfuerza—:te aseguro, como responsable de personal, que como se pase así un poquitocontigo —y señaló su límite con sus dedos, portadores de unas increíbles ylargas uñas curvadas y pintadas de negro y topos blancos—se va a la calle.¡PobreJulie,loquehasdebidopasar!Aunque no quería su compasión, el interés sincero de mis amigas por mi
bienestarfueparamícomounbálsamoredentor.Porprimeravezenesoslargosquinceaños,llorécomounamagdalena.Paraanimarme,mellevaronesanocheauna discoteca muy animada en Santa Rosa que aún conservaba aires
«setenteros».Mientrasellasbailabandescosidas,inclusolapragmáticaHelen,yome acerqué a la barra para pedir un poco de agua, puesme sentía acalorada.BoneyM.sonabaconfuerzaenesediscopubllenodepuretas«enchaquetados»,reciénsalidosdeltrabajo,comonosotras.—Señorita, la invito a una copa —me ofreció un caballero sentado en la
esquinacurvadadelabarra.Aparentabaunoscuarentaytantosaños,yllevabaeltrajearrugado,lacorbata
descompuestayunacalviciequearrasabayasusimpáticosemblante.—Gracias,nobeboalcohol.—Esoestábien.Yotampoco,peroaquí,¿quéotracosasepuedehacer?Elcamareromeentregómibotelladeaguamineral.—Unachicasana—agregó.Senotabaquequeríaconversación,sinembargo,yonoestabaporlalabor.—Mevoy,misamigasesperan.—Sí,esoesloquedecístodas—saltó,tragandounsorbodesucerveza.Meibaamarchar,aunquealverlosentílástimadeél.Seveíaaleguasqueera
un«pringao».Quehabíasidoun«pringao»ensujuventudyqueseguíasiéndoloen su madurez. Sentí una leve punzada al recordar otros tiempos y decidísentarmeconélpara,almenos,escucharle.—¡Vaya,estosíquenomeloesperaba!—soltósorprendido.—Buenohedecididoquepodemoshablarunpoco.Estoycansadadebailar.—No,no…esoyanoesparamí.Siemprehesidounpatosobailando,¿sabes?
Enrealidad,siemprehesidounpatosoentodo…—Vamos,noseatanduroconsigomismo,seguroquenoesparatanto.Algo
habráhechobien.—Esustedmuyamable.Yademásesguapa,aunqueestá…porasídecirloy
sinánimodeofender,¿eh?,estáalgodescuidada.—¿Descuidada?—Sí.Esaúnjovenyvistemuymayor,supelo…buenoesmuybonito,pero
novaarregladanimaquillada.—Ni falta que me hace—señalé algo agria—. Acabo de salir del trabajo,
comopresumoquelohahechousted,porellamentableestadodesutraje.—¡Oh,ah,sí,touché!Yaledijequenoqueríaofenderla.Loquequeríaseñalar
es que es usted muy joven y bonita para estar aquí. ¡Seguro que cuenta concientosde admiradores!Yoencambio,yave…soyundesastre.Meacabodedivorciar.
Esafuelapalabramágica.Apartirdeahí,elpobrehombrenohablómásquedesuexmujer,desudivorcio,desushijos(deloscualesmeenseñófotos),yasísiguiósinparar,relatandosuspenas.Encontróaunatontaquesehabíaacercadoporlástimaaescucharle.Unahoraymediadespuésyamedolíalacabezadeoírlohermosa, listayestupendaqueerasuhijadedieciochoaños, laniñadesusojos.Yonosabíaquédecirparaescapar.Menosmalquemisamigassecansaronpor findebailarymesacarondeallí.Medespedíprecipitadaparanodarle laocasióndequemepidieraelteléfonoymefui«porpatas»,mientrasélcolocabalasfotosdesucarterayapurabasubebida.—Perohija,¿porquéperdíaseltiempoconeseespanto?—medijoRosalind,
queactoseguidoparóuntaxiconunpotentesilbido,dignodelmejorvaquerodeKentucky.Duranteeltrayectolespregunté:—Chicas,¿creéisquesoydesaliñada?Lasdosenmudecierondepronto.—¡Claroqueno!—megritócantarinaRosalind,ymediounafuertepalmada
enlapiernaquecasimedescuajaringa.—No obstante, podrías cuidarte más —añadió Hellen, bajo la mirada
reprobadoradelamatrona«kentuckiana».—Oídococina—lesdije,siendolaprimeraenbajarydespedirse.
Esa misma semana no dejaron de ocurrirme sorpresas. Thomas, el tímidoprofesor de historia, me invitó un día en la cafetería de los profesores a uncapuchino.Nosabíacómohabíadescubiertomidebilidad,perolociertoesquetuvimosunacharlamuyagradable.Descubríasí lagranpersonaquehabía trasesaslentesdehombreesquivo.Nisiquierasepodíaconsiderar«feote»,aunqueparecía tan apocado, que su presencia semejaba la de un fantasma. Solo alconocerle mejor, descubrí a una persona brillante y con un gran sentido delhumor,escudadobajocapasdecorazas,comounescarabajo,deaspectoduroporfueraytiernopordentro.Tambiénperdíapeloamarchasforzadas,apesardeserrelativamente joven, luciendo una tonsura craneal, propia de un cardenal delVaticano.Endefinitiva,resultabaunhombremuyagradable,apesardequesololo veía como un amigo y no podía sentir hacia él algo distinto, ni lo sentiríajamás.Encambio,conelpasodeltiempo,élsímemostrósussentimientos.Yonoqueríahacerledaño,mastampocomentirle.Noselotomómuybienytrasmirechazosevolviómásdistanteyfrío,hasta
elpunto,dequeaveces,meesquivabaydejódeapoyarmeenlosclaustrosde
profesores.¿Porquéseacercaríanamítodoslosfracasados?Aestoseañadiólainvitaciónacenarquemehizoundíaeldirector.Aunque
quise negarme, el señor Cole no aceptaba un no por respuesta yme dijo quehablaríamosdetrabajo.Lacenafuetensaparamí,sobretodo,enelmomentoenque cogió una de mis manos. Hasta entonces, había seguido su papel deimpávidoaristócrata;en lospostres, seconvirtióenelcondeDrácula.Medijoque sentía algo especial pormí, queme consideraba una profesoramagnífica,queteníaojosdegacela,queparecíaunamujerdecente,yunaretahíladecosasmásquenorecuerdoporlaofuscacióndelmomento.Yorescatémimanodelassuyas,meaferréa laservilletabajolamesayfui
sincera.Otroerrormáscon loshombres, segúncomprobéenmivida.Cuandouna no correspondía con sus sentimientos, se volvía ante sus ojos como unapérfidataimada,quemaltratabasuego.ElseñorColemeescrutóconsusfríosojos.Medijo«muybien»,cerrólacartadelospostres,pagóynosfuimos.Nosuplicó una segunda oportunidad ni volvió a hablar hasta que me dejó en lapuerta demi bloque de pisos yme dio las buenas noches. Con su imponentealtura y la oscuridad reinante me pareciómás una frase amenazadora que unbuendeseo.Asídeestaforma,conseguífamadeestirada,defrígidaydeestúpidaenmi
trabajo.El ambiente se volviómáshostil, aunque amí yamedaba igual.TansolomepreocupabaqueBrendahablaratantoconThomas(coincidiendoconelpuntoálgidode sudistanciamientohaciamí).Suentradacoincidióasímismo,con la sensaciónmás que real de quemucha gente dejó de saludarme por lasbuenasydenotaramischicosmásrevoltososconmigo.Noquisepensarmalydecidícreerquesetratabademerascoincidencias,perosialgosabíaseguroesqueBrendaerapeligrosa.Muypeligrosa.
14
Labomba
Ni siquiera la aparición de Brenda y sus malas artes me provocaron tantaconmocióncomolainesperadallegadadeotroesqueletodemiarmario.Yaestábamosenelsegundotrimestredelcursocuandoelcentroincorporóa
un nuevo profesor que sustituía lamarcha deMartin, el profesor de gimnasiamasculina,quesemudabaaMinnesota,suestadonatal.Recuerdoquecruzabalacanchadebaloncesto,cuandovialnuevoentrenador
que hablaba con un grupo de chicos. Estos se marcharon con la pelota y elprofesorcomenzóaanotarensucarpeta.Lagorraletapabapartedelrostro,peromeparecióveralgofamiliarenél.Alpasarcerca,levantólacabezaymirésusojos.Meresbalédelsustoycaíalsuelo.—¡Steve!—¡Julie!PorqueeresJulie,¿no?—dijosonrienteyayudándomealevantarme.Mifaldablancaplisadaquedóhechaundesastre,aunquenotantocomoyo.—¡Quédetiempo!—medijo—.Apenastehereconocido.—¿Quéhacesaquí?—lepregunté,sinpoderhablarapenasdelaimpresión.—Soyelnuevoentrenadordeloschicos.¿Quéteparece?Yvolvióa sonreír.Lucía lamismasonrisadeantes, salvoqueyaalhacerlo
irradiaba pequeñas, pero profundas arrugas alrededor de sus ojos. Descollabaunaincipientebarriguita,unidaalcarmíndesusmejillasypartedesunariz,queanunciabansugustoporlacerveza.Alquitarselagorrayenjugarselafrenteconelantebrazo,descubríquesuotroramelenacardadaybiencortadaacapaseraahorauncorterasoacepillo,quedisimulabasusyapronunciadasentradasylacalvacardenalicia,queparecíaunvirusentreloshombres.Porlodemás,estabaen buena forma física y seguía con una dentadura perfecta e inmaculada. Sinembargo,vienélelespejodelosañosysupongoqueaélleocurrióigual.—Vaya,vaya,¡quépequeñoeselmundo!Yonosabíaquécontestar,puesmehabíaquedadomuda.
Gracias a la aparición de otro profesor de gimnasia, pude dejarlo, casi enestado de shock. Brenda y Steve de nuevo a mi alrededor. Steve… Creí quenunca volvería a verlo. Despertaba en mí sentimientos encontrados. Por unaparte, volviómi ansiedady angustiapor losúltimos recuerdosvividos junto aellos.Porotra,medecíaqueeracosadeldestino.Quetalvezahorapodríamoscomenzar donde lo habíamos dejado… ¡Oh, Dios mío!, ¡qué mal me sentía!Creíaquemivida ibaaserunaruedaderutinay tranquilidad,ydepronto,seconvertíaenunanoria.Esa noche, cuando volví a casa, recibí un mensaje en el contestador: mi
hermano me invitaba a comer el sábado. Había llegado mi nueva cuñada deRomayqueríapresentármela.Quedamosenunode losmejores restaurantesdeBeverlyHills,elQuake.A
pesardequemepusemismejoresgalasnodejédesentirmefueradelugar.Todoera allí tan lujoso, la gente tan elegante y refinada… Incluso una orquestaamenizabalacomidaconunasuaveyrelajantemúsica.Enelcentro,unaestatuade hielo en forma de cisne, presidía una gran mesa recubierta con variasbandejas de dulces, frutas y tartas, distribuidas en distintos niveles. Ampliosventanalesdeestiloveneciano tamizaban la luz,a travésdevaporosascortinasquecaíandesdeeltecho.Nuestramesaincorporabaunadornofloraldecameliasy hojas verdes, con un bonito y discreto candelabro, quemi hermano decidióquitarparapodervernosmejor.Yome sentía cohibida. Ahora sí queme daba cuenta de que todomi look,
estabapasadodemoda.Hastaeltrajenegro,quecreíelegante,medabauntoquedeSeñoritaRottenmeiereneseambiente.Y,sobretodo,simecomparabaconmicuñada.Unamujeralgomásjovenqueyo,solounpardeañosotresmás, tanimpecable, que parecía cumplir veintipocos. Lucía una melena cobrizaespléndida, con ondas y bucles, adornada con unos estratégicos pasadores destrass. Vestía un magnífico traje verde esmeralda de pura seda, de corteimpecableyestiloeuropeo,queformabaunosestratégicosplieguesenelescoteyenlostirantes.Todaellaeraexquisita.Nopodíadecirquefueseunabelleza,puessurostroresultabaalargado,yaunquealta,tambiénsenotabaalgohuesuda.Perorespirabaglamourybienestarportodossusporos.Frenteaellayoparecíaunafotoantiguaenblancoynegro.Mihermanoestaba
tambiénmagnífico. Ibamuy elegante y susmodales, de lomás refinado en lamesa. ¡Cuántome alegré de quemis clases hubieran influido para bien en él!Creoque,sinellas,habríaacabadocomoeldivorciadodeldiscopubocomoelresentidodeThomas.
Asíque,apesardequepaséunaveladaagradableyconocíaminuevacuñada,me sentí tanviejay fea en esemomento, que sufrí la sensacióndeque allí lapringadaerayo.
15
Problemasencascada
Loquemenosmeesperabaentonces,yapesardeesquivaraSteve,esqueestemeinvitaraasalir.Helenfuetestigodesuabordaje.Mepillóenplenopasillo,enplenocambiode
claseyenplenaconversación.Noleimportóniellugarnilapresenciadeotraspersonas.Simplementellegóymeinvitósinmás,sindarmeocasiónaaceptaroarechazarsupropuesta.—Teesperoalasalida—medijoysefue.Helensequedódepiedra,pueseraunamujeraquienlegustabanlosmodales
ylacortesía.LarudezadeStevenolegustóenabsolutoyasímelohizover.—No estamos ya en el instituto como alumnas, Julie, no deberías consentir
quetehableytetrateasí.—Losé—señaléalgomosqueada.—Ademásesehombretehizodañoenelpasado.Nodeberíassalirconél.—Losétambién—contestésinmuchoánimo.SabíaqueaHelenno le faltaba razón,pero,porotraparte, al contemplar al
restodelpersonalyamímisma,noveíanadamejor.Lacampanilladeldestinoparecíadecirmequeaúnteníaunaoportunidaddeencontrarelamor.Encontraral hombre de mi vida. Aunque a esas alturas, yo no sabía si esas campanastocabanporSteve.A pesar de los buenos consejos de mis amigas y de mis propios temores
interiores, salíconSteve.Lopasébien.Nos reímos.Nosalióa relucirnuestraabrupta despedida ni nada desagradable como mi accidente o su enfadoconmigo.Tansolonosquedamosenelpuntodemisclasesdeartedramático.—¿Cómotefuelafunción?—lepregunté,comosifueraayer.—Undesastre—rio—.Ahoramepuedoreírdeello,aunqueconfiesoquelo
pasé fatal. No me acordaba de nada, improvisé y tal, pero al menos salió lafunción.
Volvió a reír y yo con él. El hecho de que se riera de algo que le habíahumillado,me hacía pensar que habíamadurado y que ya ciertas cosas no leafectabantanto,comomeocurríaamí.Esoabriólapuertaaquesaliésemosmásvecesjuntos,aunquesiemprefueron
encuentroscortosyenplanamigos.Sinembargo,undíaenunodeellosmebesóenelcuello.—¡Steve,no!Estoeselinstituto.—¿Yqué?Nohaynadie.—Nospuedenver.Lasnormassonclarasyestrictas.—Vamos,Julie,túsabesloquepiensodelasnormas.Yme volvió a besar.Yo lo rechacé de nuevo, temerosa de que alguien nos
descubrieseenelpatioderecreo.—Oye,sitesientesincómoda,¿porquénovamosatucasa?Esqueyovivode
alquiler—sonrió—ynoesunantropropiodeunachicacomotú.Lainvitaciónerayamásseria.Poruninstantecallé.Sabíaqueesemomento
llegaría.—Estábien.Venelviernesacenar.—¡Estupendo!Ymebesó de nuevo, esta vez en los labios, cogiéndome el rostro entre sus
manos.Semarchócontentoalgimnasio,mientrasyovolvíalinstituto.Antesdeaccederaél,unasombrasecernióamisespaldas.—¡Oh,Julie!Vuelvesalasandadas.Parecequenoescarmientas.—¡Brenda!¿Meespiabas?—Stevenoesparati.—¿Quiénlodice,tú?—Lodigoportubien.¿Sabesquenoterminólauniversidad?—Lomismoquetú,¿no?Nosedejóintimidarporelarpón.—¿Sabes que ha estado los últimos años cortando césped y limpiando
piscinas?—Esonoesundelito.—Stevehaligadoconmuchasmujeres,peroningunasehaquedadoconél.No
losoportan.Además,esunborracho.—Yatenéisalgoencomún,¿no?AhíBrendasintióherida.—¡Esoesmentira!Laúnicaborrachaerestú,quematasteadospersonaspor
conducirebria.
Brendalanzabatambiénarponesduros.—Yobebíesanoche,sí,peronobebodeformahabitual.Ymatéaunapersona
yherídegravedadaotra.Algodeloquemearrepientocadadíademivida.Terecuerdo,noobstante,quetúyStelameempujasteisaeso.—¡Encima vas a echarme la culpa amí!—se quejó, a la par que abría sus
oscurosojos,cercadosyaporbolsasyojeras.—¡Déjameenpaz,Brenda!Ymemarché,paranodarleelbofetónquedesdehacíaquinceañosguardaba
paraella.¿QuémeimportabaamíqueStevefueseahoraunfracasado?¿Acasoyonoloeratambién?¿Yquésiacumulabadefectos?Erahumano.Yotambiénlos tenía. Habíamos perdido un tiempo precioso de nuestra vida y estabadispuestaarecuperarlo.AsíqueeldíademicitaconSteve,ambientéadecuadamentelacasaconvelas
yflores.PusemúsicarománticadePaulYoung,consuEverytimeyougoAwayquemehacíallorarymearreglélomejorquesupe.Preparéunacenaligeraperoestupenda,conpolloasado,purédemanzanaychampán.Encarguéunpasteldechocolate—recordandolomuchoquelegustaba—y,porúltimo,mebebívariasinfusionesdevalerianaparasuperareltrago.PuedequeparaStevefueraunacitamás,peroparamíeralaprimeracitaen
serioenmuchosañosy,ademásseapoderabademíunpánicocrecientedenoestaralaaltura.Midebutenelamor,yelhechodehacerloconél,comosiemprehabía deseado, seme antojó por una parte un logro y por otra, una pesadilla.¿Quépodríapensaréldeunachicasinexperienciaalguna?¿Seburlaríademí?Estabaenlaedadpeligrosa,enladeJesucristo.Puedequeyanohubiesepuntoderetorno.Con estos temores y, no obstante, con alegría, recibí aSteve, quevenía con
una botella de bourbon. Eso ya me trajo malos recuerdos y me puso másnerviosa,apesardelavaleriana.Lacomidafuebien.Ambosestábamoscomosiensayáramos,intentadoparecertranquilos.Elpostreleencantó.—Julie,ereslachicademissueños.Y me besó. Yo me dejé llevar y por un instante, estuvimos besándonos,
primerodulcementeyluegoconpasión.Hastaelpuntodequemearrancódelasillaymecogióenbrazos.Seguíamosconlosbesos,cuandomellevóhastaeldormitorio. Me arrojó a la cama, haciendo huir a mi gata Tina que sesteabatranquila entre almohadones. Empezó a quitarme la ropa y entonces me pusecada vez más nerviosa. Cuando se echó encima y me abrazó, aún con los
pantalones vaqueros, yo sentí queme ahogaba entre susmúsculos, aunque yamásmenguadosqueantes.—¡Para,paraSteve!Nopuedo.—¿Quétepasa,muñeca?—Nomehizocasoysiguióbesuqueándome,cada
vezconmásfuerza,hastaelpuntodehacermedaño.—¡Para,para,tehedicho!—braméyloapartécomopude,haciendopalanca
conbrazosypiernas.Stevecayóalsuelo,alotroladodelacama.Seirguióasombrado.—¿Quéocurre?—Vasmuyrápido.—Bueno,perdona,estabatansofocado…—Merefieroaquevamosmuyrápidoennuestrarelación.Esmuyprontopara
míahora.Necesitomástiempo.Apenasnosconocemos,¿meentiendes?—Nos conocemos desde hace años —contestó con gesto hosco. No te
entiendo,Julie.¿Esperaraqué?Soloesunpolvo.—¡Ah,sí,soloeso…!—mevineabajo.—Oye,notepongasasí.Yonotengolaculpadequeseasunafrígida.—¿Cómohasdicho?—¿Eresonounamujer?—meretó—.¿Quéocurrecontigo?,¿quiéncreesque
eres?Desdelauniversidaderasincapazdeirmásallá.—¡Necesitotiempo!—legrité.Yatelohedicho.Ynosoynadadeloquehas
dicho.—Está bien, me voy —dijo, mientras se levantaba y se ponía a la par la
camisetay los zapatos—.No séqué tepasa.Te crees superior, ¿no?Como túeresprofesorayyosolounentrenador…—No,Steve,noeseso…—lloré.Quise explicarle que me resultaba muy difícil afrontar de golpe una cita
despuésdeestarmediomuertatodosesosaños.Quisedecirlequenecesitabaquefuera más suave y despacio conmigo, que estaba destrozada por dentro ydesconfiabahastademímisma,peronomeescuchó.Sefueenfadado,dandounportazo.Medoliósuactitud.Sentíquesolohabíaqueridoutilizarmeyquecuandono
le di lo que quería, simplemente me dejó. Ni un asomo de verdadero amorvislumbréensusactos,tansolointerés.Lloréconamargura.Nopormí,sinoporlajovenJuliequehabíamuertohacía
tantotiempo…
16
Elescorpióneneljardín
NotardéensincerarmeconHelenyRosalind.Noteníaconquiénmáshacerlo.—¡Oh,Julie,cuántolosiento!—selamentóHelen,abrazándome.Rosalindmepasóunpañuelodepapel.—Olvidaaesepingajo.Noesdignodetuamor.—Esverdad.Heamadoaunespejismotodosestosaños.¡Quétontahesido!—Noeres tonta—dijoRosalind,quebalanceabasuvoluptuosocuerpoen la
reprimenda—esquetieneslavendadelosenamorados.Porfinsetehacaído.Loquedebeshaceresnopensarmásenesetipo.Haycientosdehombresporahí,máscomprensivos,másguaposymássolventes.Rosalindsiempretanpráctica.—Debes creernos, Julie. Te tratómal.Un hombre conmás tacto se hubiese
dadocuentadetuproblema…¿sedisculpóacasoporloquetehizoañosatrás?—No—dijellorosa,moqueandoenelpañuelo—.Nuncahablamosdeello.—¿Loves?—contestóRosalind,alaparquegesticulabaconsusuñasdeFu
Manchú—.Mira, tequedantodavíaunosdíasdeasuntospropios,antesdequetermineelaño.Todoelmundoloshacogidomenostú.—Perotengoquedarclases.—Lapróximasemanano.Eslasemanablanca—añadió,conlamiradaseria
deunamadre.—Claro,Julie—confirmóHelen—.Loschicossededicanalteatro,arealizar
experimentos,adisfrutardelibertaddeacción.Nohayexcusa.Yomequedarécontuclase,alfinyalcabo,todossemezclan.—Deacuerdo.Creoquemevendrábienundescanso.Yesohice,metomélibreeljuevesyelviernes,ymedediquéahacerloque
másmegustaba:visitarmuseosypasearpormisplayaspreferidasdeMalibú.Enuno de mis rincones favoritos gocé del espectáculo del mar embravecido.Aunque era invierno, el tiempo resultaba magnífico. Solo el viento que
arrancabaolasdeespantoseñalabalafechadelcalendario.Ungrupodesurfistasbailabaconlasolassintemor.Meentretuveunratoobservándolos,relajadaconlosionesquemeregalabaelmar.Despuésme fui a leer entre las rocas.Rosalindme había regalado un libro.
Unanovelaromántica.Yonosolíaleeresashistorias,peromesupomalrechazarsuregalo.Además,medijoquemeibaaevaluary todo,asíquedecidí leerlo.Anduveporlaorilla,sintiendoelfríodelaguacomounabendición,rumboamidestino:lasrocasapartadas,hastaqueungolpedolorosoquebrómiandar.Unatabladesurfmehabíadadoenel tobillo,empujadapor lasolas.Me tiréen laorilla,paramitigareldolor.—¡Losiento!Seharotoelleachysemehaescapado.—¡Dios,cómoduele!—resoplé,sinhacercasodelasdisculpas.—Espera,¡tevasamojar!Yalguienmearrastróalaarena,antesdequeunaolameempapara.Mevolví
paraveramisalvador.Ledabaelsoldefrenteysoloparecíapendientedemitobillo. Vislumbré a un chico moreno y despeinado, con cabellos hasta loshombros,vestidocontrajedeneoprenoquechorreabasobremipiel.Yconlosojos del azulmás intenso que había visto enmi vida.Al trasluz su incipientebarba y sus cejas resultaban doradas. Estaba muy bronceado, por lo que sumiradafelinaresaltabamás.—Esperonohabérmeloroto—rezongué.Eljoventocólazonaconpericiaprofesional.—Porfortuna,nopareceroto,aunquetesaldráunabuenacontusión.¿Puedes
levantarte?—Claro.Lohiceyvolvíacaerme,contorsionadaporeldolor.—Teayudaré,vamos.Melevantódenuevo.Enesemomento,yomesentíacabreada.Miidílicodía
se ibaal trasteporuna jodida tablade surf. Intentéandarunospasos,peronopodía,sobretodoconlosdesnivelesdelaarena.Entonces,sinmás,elchavalmecogiósinesfuerzoycomenzóaandar,rumboaunadelascasasqueseasomabanalacantiladoylasdunas.—Oye,oye,espera.¿Adóndemellevas?—Amicasa.Tengohieloyunbuenantiinflamatorio.Me sonrió. Con su cara tan cerca, pude apreciar lo guapo que era. Y tan
joven…Cuando llegamos a su casame colocó con suavidad en un sofá.Meencontrabaenunacoquetacasademadera,deaireshawaianos,condecoración
muymasculinaytablasdesurfpordoquier,unabicicletayunaespeciedecaosvaronil,deosera,plagadadeobjetosydetallessofisticadosycaros.El joven me trajo hielo y un spray que me echó en el tobillo, dándome
masajes.Cuandoempezóasubirporlapantorrilla,comencéacaerenlacuenta:mehallabaencasadeundesconocido,queconlaexcusadeltobillomeestabasobando. O eso es lo que creía yo. Me puse muy nerviosa, casi histérica ycogiendo mis zapatos me marché todo lo deprisa que pude, a pesar de lasprotestasdeljoven,quenosalíadesuasombro.Creoquemecomportécomounaparanoica,porquesolomequisoayudar,yen
cambio, sentí un agobio tal en ese instante, que no podía razonar. Por algunarazónnosoportabaquemetocaran.Porquecadavezquelohacían,meacordabadeRobert,deRonald,deSteve…ymesentíautilizadayhastasucia.Decidíqueerahoradevisitaraunpsiquiatraantesdequesedestrozaramás
mivida.
17
Unleopardoenlanevera
—¡Vamos,cuéntanos!¡Conpelosyseñales!—corearonmisamigas.—¿Eraguapo?—preguntóHelensindejarmerespirar.—Sí, creo que sí. Apenas lo vi. Ya os dije que me asusté mucho cuando
empezóatocarmelapierna.—¿Perotocababienono?—bramóRosalindimpaciente.—¡Me daba un masaje contra el dolor! —exclamé, desechando sus
expresionesdefastidio.—¡Quésosaeres, Julie!—rioHelen,que,apesardesu timidezparecíauna
auténticadevorahombres.Estabaimpecableconsuelegantetrajedetweedinglés.Rosalind,encambio,
seguíafielasuestilo,ylucíavariasprendasdeestampadoaudaz,sinmiedoalasmezclas.Completabasulookconunpequeñomoñoypartedelpelosuelto,conrastasytrenzaspordoquier,ajuegoconlamixturadesuropa.Parecíaunaferiaafricana,todounreflejodesupersonalidad,abiertayarrolladora.—Vamos, chicas, calmaos—exclamé, presa de un gran nerviosismo—. No
pasónada.Yademásmeentraronmisneurasymefuipitandodeallí.Eramuyjovenparamíypunto.—¿Pero estaba cachas o no?—volvió a interrogarmeRosalind, como si en
aquellolefueralavida.—Bueno…sí.Mellevóenbrazoshastasucasa.Ungritobrotódelasgargantasdemisamigas,loquemeobligóarecordarles
quenosencontrábamosenunacafetería llenadegente.Agaché lacabezaalgoavergonzada. ¡No podía creer que mi relato derivara en esa conversaciónpostadolescente!—Sí,estabacachas,muybueno,¿contentas?Mecogiósinesfuerzoyfuemuy
amable.Yeraguapo,muyguapo,conunosincreíblesojosazules.—¿Yledistetuteléfono?—imploróRosalind.
—¡Puesclaroqueno!No soyunaasalta cunas,ya tehedichoqueeramuyjoven.—Espera—dijoHelen—: guapo, joven, fuerte, educado y presumiblemente
rico,porlazonadondevivía.¿Ynosdicesquenoledistetuteléfono?—PeroJulie,¿quétepasa?—siguióRosalind.—¡Basta, chicas, basta! Ya sabéis cómo me ha ido con chicos guapos, no
quierootraexperienciasimilar.Conestocortélaconversación,paradecepcióndemisamigasydemímisma.
Alavuelta,enelcochedeHelen,estapusolacancióndeGloriaTaylorIneedaheroquecantamosaplenopulmónanteelasombrodeviandantesyconductores.Sí,necesitabaunhéroe, lomaloesqueestosyanoexistíancomolosantiguoscaballeros.Quizásmehabíaequivocadodeépocaalnacer,otansoloexistíanenelimaginariocolectivodemujeresdesencantadasconlavida…Aldíasiguiente,alcruzarlazonaderecreorumboalinstitutomeasaltóSteve.
Llevaba su eterna gorra de la universidad bien encasquetada y traía ademanesnerviosos.—Julie,quería…queríadisculparmeporlodelotrodía.—¡Abuenashoras!—lecontesté,siguiendomicamino.—Deverdad,Julie,losiento—meparó—.Quierodisculparme.Cuandobebo
soyotrapersona,créeme.Elalcoholhaarruinadomicarreradeportivaymivida.Lo miré aturdida por la confesión. No esperaba que Steve asumiera sus
fracasos.—Dameotraoportunidad,porfavor.—Mira, Steve, creo que lo mejor es que lo dejemos como está. Yo no me
sientotampocopreparadaparaeso.—Iremos despacio, te lo prometo. Primero como amigos. Puedes confiar en
mí, Julie.Yoyano soy el de antes, aunque tú tampoco. ¿Por quénovolver aempezarquinceañosdespués?Medejódepiedra.—Estábien,Steve.Perosivuelvesahacermedaño…yo…yo…—No te defraudaré, Julie. Gracias, siempre eres tan generosa, por eso me
gustastanto,noerescomolasdemás.Ymediouncastobesoenlamejilla.Yosalíveloz,deseosadequenadiemás
hubiesevistolaescena,alrecordaralacotilladeBrenda,yentendiendomásquenunca,lahistoriaytragediadelDr.JekyllyMr.Hyde.Antes de entrar en clase reparé en la imagen que reflejaba el cristal que
albergabaelextintorcontraincendios.Viaunamujerconojosencendidoscuyas
cuencasparecíanmásoscurasquelagruesatrenzaquerecogíasupelocastaño.Meatusélosmechonessueltos.—Buenosdías,señorita—saludóunademisalumnas—.Estáguapahoy.—Graciasporelcumplido,aunqueyanosoyguapa.—Puesclaroquesí—señalósuamiga—.SepareceaRachelWeisz.—Noséquiénes—dijealgoazoradapornoestaraldía.—Esunaactrizyesmuyguapa.—Comousted—siguiólaotra—,loqueocurreesquenosecuida.Ambasrieronconcortesíayentraronenclase.Mientraspreparabalalección,
semepasópor lacabezaeldíaqueotrapersonamecomparóconunaactrizyademásconunaprincesa:Leia.Esa tarde me tocaba otra cita de terapia con el psiquiatra. ¿Hablaba sobre
Steve y el retorno de nuestra relación? ¿Pensaría que era masoca? Y lo másimportante:¿selocontabaaHelenyRosalind?¿Seríancapacesdecomprender?¿Loentendíayomisma?¿EstabaconSteveporamoroporpena?Meditésobreelloynosabíasisentíamáslástimaporélopormímisma.Ineedaheroe, tarareémientras los alumnos expectantes semiraban unos a
otrossorprendidos,esperandoeliniciodelaclase.Decidímantener nuestra relación en secreto por temor a la reacción demis
amigas y a sus reproches si volvía a salir escaldada.A pesar demis temores,Steve cumplió y se comportó bien conmigo, y salimos como simples amigos.Podríaparecerunarelaciónfríao infantil,peroera loquenecesitabaentonces.No diría, en cambio, que fuese una amistad sincera, sinomás bien forzada yambos evitábamos hablar de temas espinosos como el pasado o nuestrosrespectivossentimientos.Fuimosalcine,alteatro,aunaópera(quenolegustó)yavariospartidosde
rugby y béisbol (que a mí tampoco me gustaron). En definitiva, parecíamoscompañeros de clase bien avenidos y no una pareja normal. Me preguntabacómohabíancambiadotantoesossentimientosquesentíahaciaélenelpasado,paracontentarmecondarunpaseoyhacermanitasenlosembarcaderos.Pocoapocoempecéarecobrarmásconfianzaenélyavolveraexperimentar
unnuevoenamoramiento,otraformadeamormásserenaysutil.Puedequeyano sufriera la pasión ardorosa queme quemaba enmi juventud porque habíacambiadoporloquenecesitabaahora:serenidadyseguridad.Desdeluegoquemipsiquiatrameadvirtiódelriesgoderetomarunarelación
equivocada:«Eselprimerpasodemuchasmujeresmaltratadas»,medecía.Unsignodebajaautoestimaysumisión.Éllodefiníacomo«tenerunleopardoenla
nevera».Podríaestaraletargadoporelfrío,peroeraunleopardo,alfinyalcabo.Yono loveía así.Pensaba, simplemente, quedaba a ambos laoportunidaddevolveraempezar.
18
Uncactusderegalo
A finales de primavera Steve me regaló un hermoso ramo de flores por micumpleaños.Era la primeravezqueunhombreme regalaba floresyme sentíemocionada. Tanto, quemi corazón se ablandó y decidí que había llegado elmomento de avanzar en nuestra relación. Pensé que debía contárselo a misamigas, pues me sentía muy mal ocultándoles mi felicidad. Sé que seescandalizarían,peroalveralnuevoStevetendríanqueasumirquesusrecelosresultabaninfundados.EsemismodíaBrendaestabamássimpáticaynomeregalóunsaludoconsu
lengua,comosolíadecostumbre.Además,ya lehabíandadounparde toquesseverosportrabajarbajolosefectosdelabebida.Suscoloretesparecíanhaberseeternizadoensusmejillas,aligualquesumentalidaddeadolescente.A todo el mundo le llamó la atención mi hermoso ramo, sobre todo a las
chicas,quecuchicheabanentresíe intentabansacarmecuriosasalautordetanhermosoregalo.LasibilinadeBrendanoperdióocasión:—Asíquehayunadmiradorsecreto,¿eh?—Nocreoqueseaasuntotuyo,Brenda—respondí,recogiendomiscosas.—¿NoserádeSteve?Rosasrojasyblancas…seusanmuchoenlosfunerales.—Lotendréencuentaparaeltuyo—lesolté,hartadesuenvidia.—¡Cuidado, las rosas tienen espinas!No vayas a pincharte—gritó burlona,
mientrasmealejaba.Misamigassetomarontambiénelramocomosifueseuntrofeo.—¡Oh, Julie, rosas! —gritó alborozada Rosalind, pues eran sus flores
preferidas,talvezporsunombre.—¡Seguro que te las ha regalado el joven surfista!—exclamó emocionada
Helen,consudesbordanteimaginación.
—¡Oh,no!SeguroqueesThomas.Séqueenelfondolegustasmucho—dijolaotra.—Queno,locas.Noesningunodeellos.Ahoranooslopuedorevelar,perolo
harémuypronto.Seráunasorpresa.—¡Meencantanlassorpresas!—exclamóHelen,sinembargo,Rosalindpuso
caraseriaymefuiantesdequeintentaransonsacarmemás.PorelcaminomeencontréaThomas.—Hola,Julie,felicidades.Cumplirañostesientabien.—Gracias—respondífeliz,sinpoderevitarlamiradaqueleechóalramo.—Lasrosasblancassimbolizanlapurezaylasrojaslapasión…—Oh,nolosabía.—Esunantiguocódigovictoriano.—Claro,comoeresprofesordehistoria,sabesdetodo…—Ni mucho menos. No sé, por ejemplo, cortejar a una mujer —señaló
nervioso,metiéndoselasmanosenlosbolsillos.Yonosupequédecir.—Quepasesunbuendía,Julie.—Gracias,Thomas.tedeseolomismo.MemarchéalgoazoradaenbuscadeSteve.Esatardehabíamosquedadopara
celebrarmicumpleaños.Eraunatardepreciosadeprimaveraqueanunciabayaun cálido verano. Los chicos no acudían a clase por las tardes para poderdedicarsealosexámenes.Alacercarmealgimnasio,unosruidosmesobresaltaron.Parecíaquealguien
estaba en apuros. Me acerqué de un trote, para comprobar estupefacta cómoentre colchonetas y al resguardo de un potro y unos enormes sacos de boxeo,BrendaySteve,sedabanellote.Mequedéparalizada.Sihubiesepodidovermicara,habríavistolaestupidez
reflejada en ella. Mis rodillas parecían de gelatina. Lo peor fue la cara deBrenda. Steve, de espaldas no me veía, casi ahogado entre las piernas de laserpiente,queloaferrabaensufrenesí,clavándolesusuñas.Surostroburlónysurisa,conaquellosojosdelocafueloquemásmehirió.LesarrojéelramoySteveseincorporócomoporunresorte.—¡Julie,espera,noesloqueparece!Peroyoyacorríasinparar,sinnisiquierapoder llorarde larabiayeldolor
quesentía.Denuevohabíacaídocomounatontayestavez,melomerecíaporingenua.
Corríportodalaavenidahastaquedarextenuada.Despuésdesorberconfuriatodoelairequepudeydeasustaraalgunaspersonasquepasabanporallí,decidíserracionalyayudarmeamímisma.Así que fui ami sesióndepsicoanálisis dispuesta a vomitar todami ira y a
recibirelrapapolvodeldoctor.Paramisorpresa,elpsiquiatrasemostrócomprensivopormi recaída.Debía
estaracostumbradoa todaclasedeadictos.Allísí lloréamargamente.Tenía laimpresióndehabermalgastadomividadurantequinceaños.—Vamos, Julie, cálmate. Esto les ocurre amuchasmujeres en elmundo.A
millonesdeellas.—Sí,peronoamí.Latraiciónessiempredolorosa,nomeconsuelaelmalde
otros.—Dibujaunárbol—medijo,paraatajarotroaccesodellantoymediolápizy
papel.Lomiré sorprendida y obedecí. Lemostrémi dibujo.Creí que era un árbol
bonito.—¡Hum!…tienemuchosnudosymuchasramas.—¿Yesoesmalo,doctor?—Simplementesonasuntosporresolver.Debescerrarpuertasdelpasado.—¡Lejuroquenovolveréconesebastardo!—NomerefierosoloaSteve.Aquí—señalómidibujo—hayundolormás
latente,máshondo.Meditésuspalabrasymedicuentadequellevabarazón.Cargabaconungran
pesoquenopodíaquitarmedeencimaynosoloporunamornocorrespondido.—Hehechomuchodañoagentequenoteníaculpa…Abandonéaunamigo
cuandomenecesitaba…Matéaunhombre sinquerer,pero lomaté.Destrocéunafamilia…ytambiénalamía,quehizofrenteamuchasdeudas…¡Dios!Ymedescarguédenuevo.—Bien,Julie.Túguardaslarespuestaahora.Nopuedesenmendarelpasado,
noobstante,puedestratarderesolveresosconflictosqueteparalizanyagotan.Tusentimientodeculpabilidadnotedejaráserfeliz.Escomosituinconscientecreyera que no tienes derecho a vivir.Y no lo haces. Por lomenos, de formaplena.Eresaúnunamujerjovenconmuchavidapordelante.—¡No puedo hacer ya nada, doctor! El hombre está muerto… y… no sé
dóndeencontraralchicoqueofendí.Hapasadomuchotiempo.—Hablando de tiempo, se acabó el nuestro. Seguiremos en la próxima
consulta.Ycálmate,¿eh,Julie?—medijo,entregándomeunpañuelodepapel.
AlvolveracasameencontréamigataTinamuyextrañayquietajuntoalaventanaen su lugar favorito,dondehabíacolocadaunapeceraconunúnicoyexóticopez rojo, regalodemihermano.Pero el pez flotabablanquecinoen elagua, bajo la mirada indescifrable de Tina. Yo también lo miré hipnotizada.Estababocaabajoehinchado.Contra todopronóstico,nomostrabaseñalesdezarpas ni colmillos. Simplemente había muerto, quizás por falta de oxígeno,quizásporelagua,otalvez,porlafaltadeadaptación.Noséporquéalmirarlo,pasaronpormimentetodosloshombresdemivida.Cuando lo saqué,mi gata salió de su ensimismamientoy lanzóunmaullido
lastimero, siguiéndome hasta la cocina. Tiré el pobre pez a la basura, paradesconsuelodeTina,queperdíaunjuguete.Entoncessupeloquedebíahacer.Habíabuscadoentrelosantiguospapelesdemijuicioporelaccidente.Yallí
meencontrabafrentealabonitacasadelosHamiltonenlasafuerasrodeadadeunhermoso«bosquecillo»conpradera.Sentíatemblarmispiernas,peroestabaresueltaenseguiradelante.Llaméa lapuertaymeabrióunahermosaniñadeunosdiezaños.Instantesdespuéslaseguíaalinvernaderodondeunaseñoradeporteeleganteypelonevadocortabayarreglabafloresyplantas.—Abuela,tienesvisita.Lamujeralzólavistaysonrióconfusa.Apesardesuedaderamuyhermosa.—SoyJulieGarrett.—Else,veaprepararunpocodetéparanuestrainvitada—respondió.Cuandosunietasemarchómemiróalosojos.Nopudesoportarloybajéla
vista.—¿Porquéhavenido?—Yo…yoquierodisculparme,señoraHamilton.Nosabeustedcómomehe
sentidotodosestosaños.Séquenopuedorecuperarasumarido,peronecesitosuperdónnoquieroquemeodie,porfavor.Lajoveninsensataquechocócontraustedesyanoexiste.Muriótambiénhacemuchotiempo.Mequedérelajadaydispuestaaescucharsusquejas.—Yono te odio Julie.Nunca lo he hecho.La vida es demasiado corta para
envenenarlaconelodio.—¡Deverdad,siento tanto loque leshiceaustedyasumarido!—llorésin
podercontenerme.—Cálmate,cálmate,muchacha.MenosmalqueaquívieneElseconelté.Yme condujo hasta una bonitamesa blanca de hierro forjado.Despidió de
nuevoasunietaymesirviótranquila,esperandoqueterminaradedesahogarme.Cuandoporfinlohice,memiróconsusojoscelestesllenosdedulzura.
—Queridaniña,elpesodelremordimientoesatroz.Séquehabráspasadouninfierno.Alasvíctimastodoelmundonosconsuelaynoscompadece…—Entonces,¿noestáenfadadaconmigo?—¿Enfadada?¿Dequéserviría?Dolida,sí.Fueungolpebrutaldelavida.Una
vidahastaentoncestranquilayfeliz,aunquelascosasnosiempredurannisalencomounaquiere.—Esanocheyomesentíafatal…yo…—Nohacefaltaqueteexpliques, lopasadopasó.Comodices,yanopuedes
devolvermeamiesposo.—Yo necesito que comprenda por quéme encontraba en ese estado cuando
cogíelcoche.Y aceptó escucharme. En lugar de ser ella quien me reprochara los años
perdidosde felicidadcon sumaridoy su familia,meescuchóconamabilidad.Mepareciócomosihablaraconmiabuela.Niunmalgesto,niunaréplica.Eratoda una señora. Por fin pude descargar mi pesar y mis remordimientos.Necesitabaquesupieraquenoeraunaalcohólica,niunairresponsable—aunqueme hubiese comportado como tal—, y necesitaba que conociera cuán amargahabíasidomividadesdeentonces.—Meentristecemucholoquemecuentas,Julie.Eresunachicajovenydebes
vivirtuvida.Créeme,hayqueaprovecharcadamomento,cadaratito,porqueeltiemponovuelvemás.Cadaunodeesosmomentosesúnicoeirrepetible.Yoherehechomivida.Echomuchodemenosamimarido,laverdad,ydesearíacontodoelcorazónqueestuvieseaquíparapoderverasusnietos.Séqueesoyanopuedeserynomeaferroaello.Sigoadelante.Esloquedebeshacertú,querida.Vive.Medespedídeellasiendootrapersona.Seguíelconsejodeesamujervitalista
quemehizoademásotroregalo:unpequeñocactuscaliforniano.—Los cactus se defienden con espinas de los peligros y son capaces de
soportarlosrigoresmásduros.Sinembargo,cuandoselesriegaunpocosacanunadelasfloresmáshermosasyenormesquehayasvisto…Cuandolleguéacasa,RosalindyHelenmeesperabanafuera.—¡Porfin!—meabrazóRosalind—.Estábamostanpreocupadasporti.—Losabemos todo, Julie.VimospasaraBrendacon tu ramode floresque,
porcierto,parecíamásquemustio—señalólaotra.—¿Estásbien,miniña?—meabrazódenuevoRosalind,apuntodeahogarme
ensuenormehumanidad.
—Sí, de verdad. Lo siento, chicas.Os lo debería haber contado. Subid, porfavor.Así que les narré todo lo quemehabía ocurrido esa tarde.Ellas también se
sinceraron.—Sabíamos que te veías con Steve—observóHelen—, pero no queríamos
inmiscuirnosentudecisión.—¡Québuenasamigassois!—lasabracé.—Por si no lo sabes,Brenda ySteve han sido despedidos.Alguienmás los
vio,juntoaotroschicosqueibanaentrenar.Hasidounescándalo—seexplayóRosalind,antemiasombro.—Brenda iba tan borracha que ni fue consciente de lo que significaba la
expulsión.Nocreoqueencuentretrabajoenningúncentro,aligualqueSteve—señalóHelen.—Este sí que se veía desolado, creo que por la perspectiva de perder el
empleo.Yalehabíanexpulsadodeotrossitios,aunquenuncaporalgotangordo—añadióufana,Rosalind.—Brenda se llevó el ramo—siguióHelen—, por eso dedujimos que tú los
habríaspillado…—nosiguióporsimeafectaba.—Noospreocupéis,chicas.Estoy inmunizada.Esta tardehevisto la luz.Se
acabómiadicciónaSteve.Inclusosientolástimaporellos.—¡Vengaya!—bufóRosalind,conunasonorapalmadaensugenerosomuslo.—Deverdad.Heaprendidolalecciónyhasidodura,loreconozco.Esanochellorépormiamorimposible,porelSteveimaginadodemijuventud
ylaformaenlaquehabíaacabadolonuestro.ElluneselseñorColemellamóasudespacho.Yomesentíamuyintrigada.—Julie, como sabrá hemos tenido un desagradable suceso en el gimnasio.
Queríasabersiseencuentrabien.—Sí,claro.¿Porquénoibaaestarlo?—Yo…bien…,ejem.Pensaba…comoeranamigos…—YonoeraamigadeBrendaymiamistadconSteve,solopurocompromiso.—Bien, siendo así,me alegro. Si necesita cogerse unos días y descansar ya
sabe que las vacaciones están cercanas y la próxima semana terminan losexámenes.Iba a contestar que no necesitaba nada de eso; luego me lo pensé mejor.
Recordé los consejos de Elizabeth. Días antes había decidido prolongar mitrabajodandoclasesextraenverano,enesemomento,desechélaidea.—Seguirésuconsejo,señorCole.Necesitounaslargasvacaciones.
—Muybien.Puescuandoterminelosexámenespuedecogerlashastaeliniciodelpróximocurso.Ledebemosaúnmuchosdías.—Gracias,señorCole.—Leestrechéagradecidalamano.Tras su aparente frialdad y majestuosidad había un gran corazón, que yo
lamenté haber herido con mi rechazo. Pero él se había recuperado y seguíasiendotodounconde.Alllegaracasallaméamihermano.—¿SigueenpietuinvitacióndeveranearenItalia?YenlaCostaAzul,nena.¡Vai!—contestóenlascontadaspalabrasquesabía
deitaliano—.Mealegro.—¡Yyo!
SEGUNDAPARTE
19
Resurrección
Cuando llegué demi viaje andaba pletórica.Mi cuñada Francescame habíaayudado a cambiar de vestuario y de aspecto.Me había cortado el pelomuycortoy, tengoquedecir,queademásdecómodomesentabademaravilla.Mehabíapuestomuymorenitaymuchomásdelgada.Lavidarelajada,lascomprasen las coquetas tiendasdelMediterráneo, la comida sanaymaravillosadeesazonaylaalegríadevivirquerespiraelsurdeEuropasemehabíanadheridoalapielcomounamagníficacapadebrillo.AlveralanuevaJulie,Rosalindlanzóungritoquecasimecaigodeespaldas.—¡Julie!—exclamóHelen,nosésiabriendomáslosojosolaboca.A mis amigas también las veía magníficas. Las vacaciones del verano nos
habíansentadobienatodas.Nosabrazamos,hablamosatropelladasdenuestrasexperienciasynos reímosunmontón.Todoel institutoparecía impregnadoenunambientefestivo.Ynosoloporlavueltaalcole,sinoporunacontecimientodelquemepusieronaldíamisamigas:elcentroibaaserescenariodeunrodajedecine.—¡Y lomejor es que va a venir Nick Campbell!—chilló extasiada Helen,
coreadaporlosgrititosysaltosdeRosalind.—Nick Campbell—repetí algo confusa. Me sonaba el nombre, pero no le
poníarostro.—Niña,hasestadodemasiado tiempofuerade laonda—megritóRosalind,
colocando los brazos en jarra y las piernasmuy separadas. Creí que se iba alanzarabailar,peroloquehizofueponermeunarevistabajomisnarices—.EsteNickque,aunqueseablanquitoestáparacomérselocomounpan—meseñaló.Ynoeraparamenoslasadmiracionesdemisamigas.Ahídestacabaelactor
demoda,posandoparalapublicidaddeunperfumemasculino.Apolobajadodelcielo;mediodeladoydesnudo,conunamanosobresudoradacabelleradediosgriego.Sucuerpo,debronceesculpido,eratanperfectoqueparecíaunaestatua.
ElmardeCaprirecortabasubelleza,y loenmarcabaenunazul luminosoquetransmitíavidayenergía.Alfondo,unacantiladoderocascaprichosasllevabaarecordar el viajedeUlises.Sin embargo,donde se iba lamirada era a lasdoslíneas de las ingles cuya imagen se cortaba brusca en la foto, allí donde sedisparaba la imaginación. Se puede decir que no revelaban nada, aunque eseprimer plano de su cuerpo tan aumentado resultaba en extremo escandaloso yexcitante.Imposiblequefueseunhombrereal.—AquítienequehaberPhotoshoparabiar—dije,sinpoderdejardemirara
tanbellacriatura.—Eso es una prueba de que Dios existe —exclamó Rosalind muy seria,
haciéndonosreír.—No sé si habrá retoques, pero el tío está buenísimo —suspiró Helen. Y
vendráaquí…Ydichoesto,mearrancólarevistaysepusoagirarconella,cerrandolosojos
extasiada.Asíestaba,cuandoaparecióelseñorCole,ytropezóconél.—Eh…eh,¿quéesesto?—Losiento,señorCole—sedisculpóespantadaHelen.—Er…,bueno.Soloqueríasaludarlas,señorasydesearlesunbuen iniciode
curso.Bienvenida,Julie.Estásmuycambiada.Estásmuybien.—Muchasgracias,señorCole.Rosalindcarraspeó.—Yustedestambién.Estánestupendaslastres—dijoazorado,marchándose.—¡Hum!…—resoplóRosalind—aesetodavíalegustas.—Esperoqueno—contesté.Ymivista se fue al azul intensode la revistaqueHelenhabíadejado en la
mesa.—TúvisitasteCapri,¿no?—meindagóHelen—.¿Sonasíloshombres?—Capri es precioso, pero créeme, no vi un ejemplar semejante. Esos no
existenenlarealidad.—Puesyohevistotodassuspelículasytedigoqueesechicoestáparamojar
pan.—¡Rosalind,solopiensasencomértelo!—rioHelen.Ytodasnosechamosareírynosfuimosalacafeteríaaempezareldíaconun
buendesayuno.Fueunmomentomuyfeliz.ApesardequemehabíamarchadodelinstitutoporlainfidelidaddeSteve,mehallabamuydichosadevolver.Mesentíanuevapordentroyporfuera,yesosenotaba.
En la cafetería también había alboroto. Todo eran palabras de bienvenida,carcajadasespontáneasysaludos.Elpróximorodajedelapelículaenelinstitutomanteníaa todos revolucionados.Tantoaalumnoscomoaprofesores.Allí fuiconociendo por unos y otros, detalles delmismo.Venían estrellas de primera,entreellos,NickCampbell,queteníaencendidasatodaslasniñasynotanniñasdel centro.Además de la hermosaMimiGump, otra joven actriz saliente, asícomo antiguas estrellas que daban renombre a una producciónmuy cara, queeligió para uno de sus escenarios nuestro centro. Una comedia romántica, nomuypropiadel jovenactor,que sehabíaconsagradoenpeleasdeacción.Losestudiosqueríanaprovecharsusex-appealysu tirónconpúblicofemenino,asíqueloubicabanenotrogéneroparaverquétalfuncionaba.Sielchicobesabaigualquedabapatadas,suéxitoeraseguro.—Hola,Julie.¡Quéguapaestás!LaadmiraciónprocedíadeThomas.Élasuvez,parecíamuymejorado,conla
pielmás tostadayunairemásaudaz.Senotabaquehabíahechoejercicio,yaquelucíamásdelgadoysehabíaquitadolasgafas.—Elnuevoláseresmaravilloso—meconfirmó.Hablamosunrato,hastaqueyatodosnosmarchamosparaempezarlasclases.
Aunque el día de la bienvenida no se hacíamucho se intentaba seguir con larutina.Mealegrédeveraloschicos.Todosestabanmuycontentosdevolveraencontrarseconsusamigos.Algunoshabíandadounestirónnotable.Todosmedijeronlobienquemeveíanymehicieronreírmucho,cuandomepreguntaronlascosasmásdisparatadassobremiviajealsurdeEuropa.MealegrétambiéndequeThomashubiesecambiadodeactitudymedirigiese
de nuevo la palabra. Suponía que su ostracismo del pasado curso era cosa deBrenda,asíquesuspirépornotenerquesoportarlamás.Noobstante,mevinounamargo recuerdo de Steve, aún como un puñal ardiente en el fondo de micorazón.Menos mal que las conversaciones derivaron, como no podía ser de otra
forma,al rodajede lapróximasemanayasíolvidéprontoesanubenegra.Mecontagiédelentusiasmodeloschicos.NoenvanovivíamosenplenocorazóndeHollywoodymuchosaspirabanundía a ser actores.Peroencontrarse a tantasestrellas conocidas allí en unos días, los traía como locos. Sobre todo, a laschicas, que llevaban carpetas forradas con la foto del actor, revistas y hastapósteresquequeríanqueselosfirmase.Loschicosandabanalgomohínos,puessu estrella de acción se pasaba a la comedia romántica, algo que no todosentendían.Asíquelaprimeraclasefuealgomásquedivertidayexcitante.
20
Elrodaje
Elinstitutohervíalasemanasiguienteconeliniciodelrodaje.Todoerabarulloynervios.AHelenselecayódosveceslacafeteradelasmanos,provocandolosnerviosdeRosalind.—Helen tiene hoy dos cazos pormanos—rezongó a la hora del almuerzo,
mientrastragábamosdeprisalacomidayaqueelrodajehabíaafectadoanuestrohorario.—¡Esunalocura!—exclaméexasperada—.Loschicosestánhoyimposibles.
Noseconcentranniquierenhacerotracosasalvohablardelapelícula.—Es normal, Julie, son adolescentes. Van a convivir cerca de sus ídolos.
Además,algunosseránseleccionadosparatrabajardeextras.—No me lo recuerdes. Me han cancelado la clase de esta tarde para que
puedanasistiralcasting.—¿Qué casting?—preguntó Helen, que se sentó junto a nosotras, mientras
comíaunamanzana.—La selección de los chicos que participarán en la película —le explicó
Rosalind.—¡Yotambiénquieroparticipar!—exclamóentusiasmadaHelen.—Tú no puedes —dijo Rosalind—, solo buscan chavales de instituto que
hagandeídem.—Peronecesitaránprofesores,¿no?—razonólaotra,sindarseporvencida.—Para eso cuentan con actores y actrices —replicó Rosalind, para
consternacióndeHelen.—Vamos,Helen—leanimé—.Rodaresmuytedioso,noestanbonitocomo
parece.Hayqueestarmuchashoras trabajandodeextraya lomejor,ni tienesocasióndeverdecercaatusídolos.—Puesclaro,chata—laanimóRosalind—,muchosdeesosrodajesseránsolo
de relleno. Las estrellas no aparecerán, ellos realizan sus escenas rodeados de
otros actores que hacen de alumnos. Los extras son los de extrarradio—rioruidosaconsuocurrencia.Helenparecíadesolada.—ConlailusiónquemehacíaconoceraNickCampbellyaMimiGump,la
actriz.¡Siempresoñéconvermeundíaenlapantalla!—Algocon loquehan soñadomillonesde californianos, nena—argumentó
Rosalind.EllayyonosmiramoscuandoHelensemarchócompungida.Desconocíaque
albergarasueñostansecretosporcumplir.Al terminar la clase—si se podía denominar como tal la escasa hora que
aguanté a los alumnos—me encontré con Thomas. Parecía ajeno a la locuracolectiva.Elrodajenolehabíaafectado,parecíaquenadaibaconél.—Hola,Julie,veoquesiguesserenaentretantoorate.—Hola,Thomas,lomismotedigo.Parecesmuytranquiloyrelajado.—Nopuedodecirlomismodemisalumnos.Ynosechamosareír.—Alosmíoslesocurreigual.Peroelrodajepasaráysonadolescentesseguro
quenosotrosasuedadharíamoslomismo.Penséenmislocurasyenmiexcitacióncuandoestudiabaymehizosermás
comprensivaconloschicos.Alfinyalcabosoloseesjovenunavez.Cuandoyamemarchaba,Thomasmeparó.—Oye, Julie.Quería disculparme por cómome comporté contigo el pasado
curso.Noséquémepasaba.—Supongoqueestabasbajomalasinfluencias—lecontesté,intentandonodar
importanciaasusmesesdeostracismo.—Lo siento de verdad. Quería resarcirte. ¿Quieres que cenemos un día de
estos?¿Quétalelviernes,tevienebien?Mepillópor sorpresa.Aunqueacumulabacosasporhacerynomeapetecía
muchoretomarnuestraamistad,noquiseserdescortésniparecerrencorosa.—Estábien,elviernes.¿Algunasugerencia?—Bueno…pues…—se notaba que él tambiénme había invitado de forma
precipitada—¿tienesalguna?—Si te parece podemos ir al Pollo Loco no quedamuy lejos y dan buenos
menús.—¡Magnífico!Hastaelviernesentonces,alassiete.—Hastaelviernes.
Me arrepentí de esa despedida. Parecía que no quería verlo hasta ese día.Todavía quedaban cinco días, quizás fuese el subconsciente. Mientras tanto,meditabasihastaesafechayopodíacogeralgúnvirusogripeparanoacudiralacita.
21
Elcirco
Apesardequerermantenermealmargendelrodajeydetodoloquesuponía,elseñorColenoscomunicóqueeldirector,elproductory losactoresprincipalestenían la intención de pasarse por el instituto el miércoles y conocer a losprofesoresyalumnos.Niquédecirtienequeloschicosenloquecieronesedía,apesardequeselesinformóconinsistenciaquecualquiercomportamientofueradelugarllevaríaaparejadogravesconsecuencias.Losalumnosveríanlacomitivadesdelejos,conunavallaprotectora,queya
habían encargado, además de los guardaespaldas correspondientes. Losprofesoresyeldirectorlesdaríamoslabienvenidaenlaentrada.Paramiestupor,la locura también estalló entre los docentes, salvo casos contados. No era laexplosióndesaltosygritosdelosjóvenes,sinolaexcitaciónyelcotillerosobrequé había que ponerse, cómo había que saludar, si se podía mantener algunabreveconversación…Cuestionesbanalesqueparecíanabsorber laatencióndetodoelcentro.Seprohibió laasistenciade los familiares, conel findenoperturbarmásel
orden. Se trataba tan solo de saludar y mostrar el instituto a quienes iban atrabajarunpardesemanasrodandoenlasaulas.Habíaquesercorteses.Asíquesegúneldirectornadadeconfraternizarnimolestaralosactorespuesasíselohabía pedido la productora del rodaje. Solo el director y el jefe de estudiostendrían el honor de hablar con las estrellas y enseñarles el centro. El resto,haríamosdecomparsaenlaentradayluegonosescabulliríamosconsigilo,yasíintentar que los chicos entraran en clase sin revuelo y sinmolestarmás de lonecesario.Rosalindechóunbufidoseguidodeunablasfemia,mientrasHelensemordía
lalenguayselenublabanlosojosdelágrimas.Amímeincordiabapermanecerde pie esperando a que llegaran, como si fueran unos reyes o algo así. Meparecíahumillante,peronomequedabamásremedioqueseguirlasórdenesde
mi jefe.Al contrario del resto del personal, nomemolesté en pensar quémepondría ese día. Lo consideraba uno como cualquier otro. Ya estaba harta deguaperas.Llegó el temido día, que fuemás intenso y caótico de lo que esperaba.No
habíamoscontadoconlaprensa.Sobre todo,con laprensadelcorazón,con laprensa amarilla y con la prensa de todos los colores del arco iris.Esos sí queresultaban incontrolables. Menos mal que la productora sabía mantenerlos araya. Sin embargo, a nosotros nadie nos salvó, así que mientras atendían lallegada de los actores, los periodistas hacían entrevistas a los alumnos a losprofesorese inclusoaldirector,quepusoesedíasuvozmásengolada.Estuvomagnífico.Elgriteríodeloschicosseunióaotrosmuchoscuriososqueseacercaronal
centro, hasta el punto de tener que llamar a la policía con la orden de quecontrolaran el acceso, pues había una auténtica avalancha humana en losalrededores. Algunos se colaron entre alumnos y profesores, aprovechando elcaosdeperiodistasygente.Yoestabaalbordedesalircorriendo.Todoaquellomeparecíaunasoberanaestupidez.¿Esquelagentesehabíavueltoloca?Eransolopersonasquetrabajabanenelmundodelespectáculo,nodioses…peroasíparecíaparaalgunos.Cuandollegaronlosprimeroscochesa laentradaelgriteríosehizoinfernal.
Mirépor el rabillode losojos,mientrasme tapabacondiscreciónunodemisoídos.CreoqueviaHelenquedabasaltosdeemoción…El director y las dos estrellas principales bajaron delmismo coche. Cuando
salióNick,mientrasayudabaaMimiasalirdelcoche,casipierdolostímpanosdelosgritosinfernalesdefans,alumnosyperiodistasquereclamabanatención.Los actores sonreían y saludaban aquí y allá. A ella apenas se le veía entrepañuelosyunasenormesgafasoscurasquetapabancasitodasucara.Eldirector,Olaf Nielsen, sonreía tibiamente entre su barba y llegó algo envarado hastanosotros. Luego descubrí que lo hacía por su timidez. Se trataba de un tipocorpulento con una gran barriga que precedía su cuerpo y con algo de cojera.SupequeporunaccidentedetráficoquesufrióduranteunrodajeenNicaragua.Se camuflaba bajo una gorra roja y unas gafas demiope. Saludó con algo debrusquedad, loquemehizo sonreír, alveraldirectorconsualturaencorvarseconelapretón.Parecíaqueloibaatiraralsuelo.PeroquiensindudaacaparabalaatencióneraNickCampbell.Vestíatrajedesportyaunqueinformal,irradiabaelegancia.Olafasu ladoparecíauncolegialconsucazadoraysusdeportivas,mientrasqueMimivestíademasiadoestrafalariaparapodercalificarla.Aunque
supongoqueellasesentíade lomásmodernaychic,mientrasseescudabaensusgafasyapenasdiolamanoalsaludar,segúncomprobé,intentandoverentrelahumanidaddeRosalind—quesuspirabacomouncamello—ylanerviopatasdeHelen,quenohacíamásquemoverse.HayquedecirqueNick,apesardeserun niñato del cine, sabía desenvolver modales. Su saludo fue afable ycaballeroso, tanto que, al saludar a la jefa de estudios, Natalie, esta hizo unamago de reverencia. Casi me muero de la risa. El chico resultabaimpresionante.Ibaacaradescubierta.Nadadegorrasnigafas.Mirabadirectoalosojosysabíadarlamanoconfuerza,aunqueensujustopunto.Alossaludosseunieronotraspersonasdel rodaje,asícomoelproductor—
muy conocido en Hollywood y con muchos premios a sus espaldas—. Yoescuchaba los murmullos de excitación demuchos y muchas de mis colegas.Ahora ibanapasarcercadenosotrosparaentrarenelcentrobajomiríadasdeflashygritosdefans.—¡Ya viene! —murmuró entre dientes Helen, dándome un pellizco
morrocotudo.—¡Ay!Cuidado,loca.—¡Chis!¡Callad!—bramóRosalind—.Yavienenhaciaaquí.Olaf yMimi pasaron sin apenasmirarnos, aunque hay que decir que por lo
menoseldirectornosechóunaojeadaseguidadeunatímidasonrisa.PeroNickvinotranquilo,deformapausadaysaludóa todosconlamano.Nole importóque muchos profesores le hicieran fotos, pese a la prohibición del director.Cuandopasócercadenosotrashizoalgomuycurioso.Ibaescuchandoanuestrodirector, que caminaba junto a él, a la par que le contaba las maravillas delinstituto cuando volvió la cabeza un instante y me miró, guiñándome un ojomientras sonreía con ese gesto tan atractivo que le había encumbrado a lapantalla y a los rodajes publicitarios más exclusivos. ¡Me guiñó a mí! No loentendía. Yo estaba en la retaguardia, con cara de pocos amigos sin quererformarpartedeesecirco.Sinembargo,séconseguridadquelohizo.Nopudeolvidaresamirada…—¡Mehaguiñado!—GorjeóHelen,entresaltosyagitandolosbrazoscomosi
jugaraalacomba.—LehaguiñadoaJulie—laenfrióRosalind.—No,tedigoquemehaguiñado…—Yyotedigoqueoshevistoalasdosyalmaromo.YhaguiñadoaJulie.—Sí,yotambiénlohevisto—saltóRoger—elmásveteranodelosprofesores
—.Menosmalquesehanmetidoadentro,estoydeseandotomaruncafé.
—Amítambiénmeapetece—lesonreí.Semarchóconsunevadabarba.—Yocreí…—seexcusóHelen,queponía«morritos».—¡Oh, Helen! Seguro de que ha sido a ti. Te ha guiñado, sin duda —la
consolé,alversupesar.—Te he dicho…—gritó Rosalind, pero yo la corté con un gesto, mientras
acompañabaaHelen.Porfortunaestanosediocuenta.Rosalindhizootroamagodeasentimientoynossiguió,intentandomordersela
lengua.Yanovolvimosaverlos.Aldíasiguienteempezaríanarodaryloibanahacer
enunapartedel institutoquesehabía reservadoa tal fin, asíquenoesperabaencontrar de nuevo a ninguna estrella por los pasillos.Aunque eso sí,muchopersonaldelrodajepululabadeaquíparaallá,enbuscadenoséquémás.Esanocheantesdeacostarmeintentérememorarlaescena.Ynomecabíaduda:mehabíaguiñado.¿Porqué?¿Porquéla«megaestrella»decineNickCampbellmehabíahonradoconsusonrisaysumiradafelina?¡Dios,quéguapoera!Aunquefueserubioyamínomegustasenmucholosrubios…peroesteeradelosrubiosquehacenhonoralmito.MeabracéamigataTina,quelanzóunmaullidoquejicosoaldespertarse.No
quería que mi cabeza volviera a estar llena de pájaros. Ya dejé una vez quehicierannidosymiracómomefue…
22
Lainvitación
Al día siguiente, cuando trabajaba en mi despacho, recibí una sorpresa deinfarto.ElmismoNickCampbellenpersonaestabaen lapuerta.Veníaconsusonrisainmaculadayunlibrobajoelbrazo.—¿JulieGarrett?—Semecayóelbolígrafodelsusto.—So…Soyyo.Pude ver antes de que cerrara la puerta a Rosalind con cara asombrada y
haciéndome gestos desde atrás para saber qué pasaba. Creí que se iba adescoyuntaraldoblarseconlasseñasmientraslapuertasecerrabapocoapoco.—¿Quétal?SoyNickCampbell—mesaludó,conunfuerteapretóndemano.—Sí… Sí, ya le conozco —dije atropellada—. E… e… ¿en qué puedo
ayudarle?¿Quieresentarse,porfavor?Mesentíaextraordinariamentenerviosa.Ynoséporqué.Dealgunamanerasu
carameresultabafamiliar.Serio.—Discúlpemelaintromisión,noquieroentretenerladesutrabajo.Soloquería
devolverleesto.Ymepusoenlamesaunlibro.Mequedéperpleja.Noentendíanada.—Yo…yo…noesmío.Noentiendo…—Sedejóestelibroenmicasa.—¿Ensucasa,yo?—gritésorprendida.Mefijéenellibro.Locogíyentoncescomprendí:setratabadellibroqueme
había regalado Rosalind. Una novela rosa y cursilona que yo nunca hubiesecompradoy leído, peroque acepté por ser regalo suyo.Ymemoricé dónde lollevabalaúltimavezquelovi:enlaplayacuandoaquelsurfistamellevóasu…Nicksonreía.Sí,eralamismasonrisayrostro,sinembargo,elotrochicoparecíamoreno¿no?
—Talveznomerecuerdeporquellevabaelpelolargoyoscuro.Melohabíateñidoparaunrodaje.Interpretabaaunlatino.Mequedédepiedra,con lavisióndeldiosnórdicodelantedemí.Nome lo
podía imaginar como a un pirata español, tal y como lo recordaba en esapelícula,perobienmirado,másbronceadoycongreñasoscurecidas.Sí,dabaelpego.Setratabadeunactorquepodíahacercasidetodo,comouncamaleón.—Yo… yo no sé qué decir. No sabía… No tenía ni idea, ¿cómo me ha
encontrado?—Sientohaberlamolestado.Enellibrovieneunadedicatoria:aJulieGarrett
lamejorprofesoradelUCLAInternationalInstitute.—Asíqueusted…—Sí. Yo fui quien le dio con la tabla de surf. Y no sabe cuánto lo siento.
Espero que no se hiciera mucho daño. Se fue tan rápido, que no pude nidisculparme.—Yo… ¡vaya sorpresa! Pero no se preocupe, no fue nada.Y gracias por el
libro.—AlgodóndeAzúcar—bonitotítulo,rio—.Aunquenomeparecíausteduna
deesas.—¿Aquéserefiere?—Aunaaficionadaalasnovelasrománticas.Deesovaellibro,¿no?—¡Oh!Ni siquiera lo he leído aún, es un regalo, ¿lo entiende?Yo…yo no
sueloleeresascosasy…—Por favor,nohace faltaque sedisculpe,noesningúndelito—yvolvióa
regalarmesumaravillosayperfectasonrisa.Cogínerviosaellibro.—Bueno, muchas gracias. Ha sido usted muy amable al venir hasta aquí a
devolvérmelo.—Cuandoviqueibaarodarenelmismoinstitutomelotraje.Memiróysehizounembarazososilencio.Lorompimos,conrisas.—Hepensadoqueledebounaporelaccidente.—Oh,nosepreocupe.Nofuenada.Yaestoybien.—Insisto. Me siento muy mal. Casi se le rompe el tobillo. Me gustaría
resarcirlaconunainvitación.¿Quétalunacena?Elviernestengoundescanso.¿Quedamosalasocho?—Yo…Mequedé de piedra.Memiraba con unos ojos tan hipnóticos que no podía
decirqueno,aunquequeríadecirqueno.
—Está bien, lo arreglaré todo. Si quiere la paso a buscar. Pero si se sienteincómodaquedamosdirectamenteenelrestaurante.—Bu…bueno.Mejorenelrestaurante.—¡Esoesunsí,fantástico!Nosvemoselviernes.Gracias.Ysefue,dejándomeconunpalmodenarices.NotardóenaparecerelcabezóndeRosalindporlapuertaencuantosemarchó
elactor,seguidodealgunosgrititosdelosfansqueencontróasupaso.—¡Havenidoaverte!¡Sabíaquetehabíaguiñadoelojo!—ygritóomásbien
rebuznó,puesnopuedodefinirloquesaliódesugarganta.—Havenidoporesto—leenseñéellibro.Pusocaradenoentender.—Ellibroquemeregalaste.Melodejéenlacasadelsurfista.—¿Elmaromo«buenorro»alquenolepreguntastenilahora?—Puesyaves,eraNickCampbellymelohadevuelto.—Pero¿esquenolereconociste?—seasombró,conojoscomoplatos.—No.Culpable.Yalodijiste:llevomuchotiempofueradeonda.—¡Oh,Julie!,¡quéemocionante!¡YaveráscuandoseentereHelen!—No, no. Por favor, no le digas nada.No quiero herir sus sentimientos.Es
que…mehainvitadoacenar.Nohepodidonegarme.—¿Yporquéteibasanegar,sieselsueñodetodamujerqueseprecie?—Esquenomeapetecerepetirerrores.MiracómomefueconSteve.Esetipo
dehombresnoesparamí.—Meparecequetieneslacabezapeordeloquecreía—meriñó—.Enprimer
lugar, ¿quéhaydemaloen ir a cenar?¿Ymás si lohacesconunaestrelladecine?Essolounacena,Julie.Esunaoportunidadúnica,unratoparapasárselobien.Ycuandohablasdel tipodehombres,¿aquéterefieres:a losfracasadoscomoSteve?Porqueesechicoquehasalidodeaquíes todomenosfracasado:por sino lo sabes, tienedoscarreras, ademásde ladeactor; es inmensamenterico;esfamoso;simpáticoyguapoarabiar.Aunquesobretodo,esuncaballero.Nosésitehabrásfijado,porquemeparecequeestásmuymiopesicomparasaSteveconNickCampbell.TelodiceRosalind,quehavistotodassuspelículas,incluso las de acción, a pesar de que no son lo mío, y que me compro losperfumesmasculinosdeldiseñador«mariquitoso»ese,contaldeverlafotodeNickenlacaja—.Cogióresuelloyseplantóconlosbrazosenjarra—.Vasairaesacena,comomellamoRosalind.—Siesquenomeapetece,meincomoda,deverdad.Además,noquieroherir
aHelen.
—Helen ya esmayorcita y no puedes dejar de salir con alguien por lo quepiense.Yencuanto a ti, nena, si deverdadnoquerías cenar conél (cosaquejamás entenderé), solo tenías que decir no. Creo que ese es uno de tusproblemas,chica.Aversiaprendesesasencillasílaba:No.Ysefueechaunagatafuriosayconrazón.Mesentíacobardeygraciasaella,
supetambiénalgodemíquenomegustó:medejabaarrastrarporlosdemásydejabatrasluciruncarácterdébil,aunquecreyeselocontrario.Decidíponerenprácticamirehabilitación.LlaméenprimerlugaraThomas.—Hola, soy Julie. Sí, bien… —mi voz flaqueaba y agradecí hacerlo por
teléfono—. Verás… —la voz de Thomas sonaba expectante al otro lado,mientras tejíaplanesparadespuésde lacena.Parecía tananimadoquemediopena herir sus sentimientos—. Para un momento, Thomas. No me encuentromuybien—tosí—,¿noteimportaríaqueaplazáramoslacenaparaotrodía?—Claroqueno, Julie.Si te encuentras tanmal, ¿quieresquecenemosen tu
casamejor?Meentróelpánicoyahísíquetosídeverdad.—No.Prefierodescansar.Enotraocasión,¿deacuerdo?Ycolguéantesdequeelpobrecontaracon tiempode reaccionar.Ahorame
quedabacancelarotracita.Pero¿cómollamabaaNickCampbell?Noteníasuteléfono.Nomequedóotraquedesplazarmealalaoestedondeserodabaparaintentar hablar con su secretaria. Fue imposible.A pesar de hablar con variosempleados, incluidos guardaespaldas, seguratas, técnicos y ayudantes, nadiepodíadejarmepasarnidejarningúnmensajealaestrella.Fuemuyhumillante,parecía que yo era una loca que quería acercarme al actor con una mentiradisparatada. Cuando descubrí a más jóvenes y no tan jóvenes haciendo lomismo, intentando una cita o dejar un mensaje a su ídolo, me fui de allí algalope.¿Quiénmeibaacreer?Decidíque llamaríaelviernesal restauranteymedisculparíaconél. ¡Anda!
¿quérestaurante?¡Malditasea!Habíaquedadoconmigo,peronomedijodónde.Enfin,ledaríaplantónsinmás.Selocomuniquéamisamigasyningunaloentendió.Vilástimaensusojos.—SiporlomenoshubierasquedadoconThomas…—meseñalóRosalind—
Alpasoquevas,acabarássolterona.—Bueno,¿yqué?—añadímalhumorada.—¿Noteimportaquevayayoatucita?—mesorprendióHelen.—Puesclaroqueno—bramóRosalind—.Esoempeoraríalascosas.Encima
dequenosepresenta,lemandaunasustituta.Noestábien,Helen.
—Tienes razón, pero desperdiciar una oportunidad así de quedar con unaestrella…—EscuchaaHelen—meseñalóconundedoamenazadorRosalind—.Noseas
cobarde y ve, aunque sea por curiosidad. ¿Es que no sientes curiosidad,muchacha?Tecreíamásinteligente.—Medijistequedebíaaprenderadecirno.—¡PeronoaNickCampbell!Muchachaloca,hayotrosnoesenlavida.—Sí,Julie.Veycenaconél.¡Yluegocuéntanostodo!—meanimóHelen—.
Puedequenohayaotraocasióndeponerglamourentuvida.—Estábien—refunfuñé—,iréparadaroselgusto.Peronomesientocómoda
entregenteeleganteysitioscaros.Lopasémuymallaúltimavezquecenéconmicuñadaymihermano.Yahora,conundesconocido.—Disfrutadelavidamientraspuedas,nena—mecanturreóRosalind.YmehizorecordarlosconsejosdeElizabeth.Muybien,cenaríaconelactor.
Tampocoseríatanterrible…
23
Confidencias
Llegado el viernes yo era un mar de confusión. Estuve toda la mañanaesquivandoaThomasconungransentimientodeculpabilidad.Porotrolado,nohabíatenidoocasióndehablarconnadiequepudieracontactarconNick.Hastaqueempezaraelrodajedeverdad,todoloquehabíaenelinstitutoerapersonaldesegundafila,quenisiquierateníaaccesoalasmegaestrellas.Meimaginéquelainvitaciónhabíasidomeragalanteríayyaniseacordabadelamisma.¡Conloocupadosquedebíanestarlosactores!Así que decidí al salir de clase ir de compras al supermercado, pues yame
hacíanfaltareservas,sobretodo,paraTina.Almarcharmedelcentrocomercial,ungolpeenlapantorrillamediounsobresalto.Habíaunmendigo,sentadoenelsuelo,entrecartonesymantassucias.Mehabíadadoconunatazametálicaenlaquetintineabanalgunasmonedas.—¡DemealgoparaunpobreexcombatientedeVietnam!Di un respingo. ¡Allí estaba Robert! Su aspecto era lamentable. Lucía una
incipientebarbacanosa,supeloestabasucioylargo,yparecíahabermenguadomuchastallasdesdelaúltimavezquelovi.Lopeoreransusojosacuososdeuncolor desvaído. Nome reconoció. Le puse diez dólares en la lata, pero ni seinmutó,volvióavociferarlimosnaatodoelquepasaba,golpeandocuandopodíaenlaspantorrillasdelosasustadosclientes.Mealejérumboalcoche,sindejarde mirar la triste figura que yacía en el suelo. Vi que sacaba una petaca, seechabaun tragoysesecabadespués labocacon lamangade lasuciacamisa.Nuncahabía imaginadoencontrármelo.Soloenmispeorespesadillas temíaunencuentro con él. Desde luego, jamás se me pasó por la mente verlo en eseestado: era un viejo decrépito que mendigaba en la calle, casi ciego, y porfortunaparaél,inconscienteyadesupropiarealidad.Salípitandodeallíyfuiacasaconunnudoenlagarganta.
Cuando llegué, apenas empecé a colocar las cosas y atender las demandasinsistentesdeTina,cuandollamaronaltimbre.Semecayólalatadetomatedelasmanos.Alabrirlapuertaapareciófrenteamíunamolehumanadealturadescomunal
ycaradepocosamigos.Ibabienvestidoconchaquetaypantalonesnegros.Meentregóunsobre:—LainvitacióndelseñorCampbell.Pasaréabuscarlaalassieteymedia—
medijo,marchándoseactoseguido.Mequedédepiedra.Elmisteriodelacitaestabaresuelto:elseñorCampbell
decidíacuándoycómo,nohacíafaltabuscarle.Mirédenuevohaciaelpasillo,pero el «negrazo» tamaño armario se había esfumado. Abrí el sobre. En suinterior, una tarjeta caligrafiada a mano me citaba a las ocho en el Johnny´sRestaurantque,apesardesunombre,eraunodelosmáscarosyselectosdeLosÁngeles.Meempecéaponernerviosa.Semehabíahechotardeynosabíaquéponerme. Aún me arreglaba, cuando llamaron al telefonillo. El Rottweiler deguardaespaldaso loquefuesemeesperaba impaciente.Corrícomopudeymemontéeneldespampanante«cochazo»,quemeaguardaba,conchoferincluido.El imponente afroamericano se colocó delante. Sus espaldas ocupaban medioautomóvil.Alacercarnosa laspuertasdel restaurantecasi se tiraantesdequepararael
coche para abrirme la puerta. Cuando entré, elmaître me llevó hasta dondeestabaNick,enunamesareservada,quienselevantóalverme.—Graciasporvenir—medijo,altiempoqueestrechabamimano.—Yo…laverdad,estuveapuntodenohacerlo.Pareciósorprendido.—¿Yquélehahechocambiardeopinión?—Noencontrabalaformadedecírselo.Meayudóasentarmegalante,mientrasuncamareroacudióatomarnosnota.—Mealegrodequenopudiera—sonrió—.Ahorayaestáaquí.Laverdadesque,peseamistemores,lacenatranscurriófeliz.Pasaronunos
platos sorprendentes y el vino era delicioso. Nick resultó un conversadorexcepcional:lomismosabíadearteque,deliteratura,estabaaltantodepolítica,comodetemasmásbanales.Enningúnmomentomesentíincómoda.Nohabíaaltaneríaenélnialparecer,interéspormí,salvoelestrictamentecortés.Apenaspreguntó por mi vida, tan solo por algunos aspectos de mi trabajo, cosa queagradecí.Noparecíaunacitaparaligar,sinotansololoquemehabíaasegurado:undesquitedelaccidente.
La sobremesa y el vino nos llevó a una conversación más fluida y hastaconfidencial.Mepareciócuriosoqueanteunextrañounatuvieramenosreservasqueanteunconocido.Almenos,esomeparecióalprincipio,cuandovolvimosaltemadellibroquemedevolvió.—Veoquetegustaelromanticismo,Julie.—Bueno,vamosaver.Megustasuesencia,comounmovimientoculturalque
buscalabelleza, larebeldía,elgustopor laeducación…porsacar lomejordeunomismo.—¿Esaestuvisióndelamor?—Bueno, todos buscamos un ideal. Un prototipo, el mío sería el de los
caballerosdelsiglodiecinueve,peromodernizados,claro.—Claro.Parecequebuscasalpersonajedeunapelícula.—Pareceunpocofuerte,sí.Nomerefieroaalgoirreal.Merefieroaalguien
quenosea…cómodo.Loque tratodedeciresque loshombreshoyendíasehan vuelto cómodos. Quieren que las mujeres seamos superheroínas: queestemos siempre guapas y arregladas, que trabajemos y ganemos dinero, queseamos seguras y, a la vez, sumisas. Yo, yo no pido eso en un hombre. Meconformoconque seaatento, educado,queesté siempredispuestoacuidardemí, que me defienda y que me respete. Y si es guapo, mejor —reí, algoachispadaporelvino.Creo que hablé sin parar y ni recuerdo lo que dije.Me sentía alegre en ese
instanteporsucalidez.Nickmeescuchóconatención.—Así que ese es tu planteamiento sobre los hombres y el amor. Nome lo
esperaba.Mepareceunamentalidadantiguaymachista.Esaactitudeselprimerpasoparaserunamujermaltratada.Mequedédepiedra.Nopodíanicontestar.Reaccionétorpeyatropellada.—¡Estás por completo equivocado! Solo se trata de un planteamiento
romántico. ¡Nadie me había dicho jamás algo así! ¿Por qué crees que soymachista?Nickmemirófijamenteydioun tranquilosorboasucopadevinoantesde
contestar.ElazuldeCapriresplandecíaenelirisdesusojos.—Julie,¿nuncahaspensadoqueesodeesperarqueunhombreestédispuesto
a gustar, a regalar y a defender es muy injusto y desigual? ¿Qué hay de lasmujeres?¿Acasovosotrasnopodéisdefender tambiénavuestroshombres?¿Ydefenderdequé?Yanosellevairbatiéndoseporahí.Posócongestolánguidoyelegantelafinacopadecristal.—Yo…yo…yomerefería…Nomerefieroaduelosyeso…yo…
No me salían argumentos. En ese momento me sentía como una auténticaestúpida.Plantadadelantedeuntigre,deunniñatodeHollywoodqueteníatodoloquequeríacasisinesfuerzo,acostumbradoaseradoradoporlasmujeres.¿Porqué había estado hablándole de mi concepción del amor? Ante sus ojos dedepredador sexual podría ser un argumento trasnochado, pero no me sentíamachista.Mesentíacadavezmásincómodaasíqueledijequequeríamarcharme.Enel
instante en el que él pidió la cuenta con la intención de pagar yo saqué mimonedero. No pude evitar que mi voz sonara quebrada y algo desesperadacuando le dije al camarero que pagaba yo, afirmando mi declaración con ungolpedelmonederoenlamesa.Nickvolvióaguardarselacarteraenlachaquetayconunasentimientocomunicóalcamareroquemehicieracaso.Menotabaapuntodellorar.Aguantabaaduraspenas,puesnielescarniode
convertirmeenelcentrodelasmiradasnilapresenciadeNickpodíancontenermiexplosiónsentimentalnilaslágrimasqueluchabanporsalir,yqueapenasmedejaronverlacuentaque,porcierto,eraastronómica.Muertadevergüenza,tiréde la tarjeta. Un cuarto de mi sueldo se iba en la comida. ¡Dios! ¿Qué noshabíamoscomido,elúltimounicornio?Afuera,el frescoparecíaquemarmismejillas incendiadas.Hastameparecía
que andaba torpe como un pingüino. Nick me ofreció galante el brazo, querechacé con un manotazo brusco. Mi bolsito se agitaba como un molino,reflejando la contención de mis nervios. Casi me sentía hundida entre mishombros,puesintentabaportodoslosmediosnolloraranteél.Seríaunsignodedebilidad. Otra humillación que no quería soportar. Apenas podía mirarle.Supongoqueestaríaincómodoantemisilencioymiexpresiónhosca.—¿Quieresqueteacompañeacasaoprefieresandarunpoco?—Me iré a casa, se me ha hecho un poco tarde—absorbí como pude las
lágrimasqueyamedejabanunresquemorsaladoenloslabios—.Creoquemeheresfriado—mentí,alcogerunpañuelo.—LediréaMichaelquetelleve.—Noesnecesario,gracias—respondímohína—.Cogeréuntaxi.—Teencuentrasmuylejosdetucasa—mereplicódulce—.¿Paraquégastarte
undineralsitepuedodejarentupropiapuerta?Apesardequenoqueríapasarunminutomásconél,suargumentoresultaba
convincente.Pormuchoquemehicieralaofendida,teníaquereconocerquenopodíapagareltaxiconloquellevaba.Asíqueaceptédemalaganaymemetíenel coche, seguida deNick.Delante ibanMichael, el negrazo, y el chofer, que
parecía más bien un mayordomo inglés estirado. Menos mal que durante eltrayecto Nick recibió numerosas llamadas, así no tuvimos que hablar y medediquéamirarelpaisajeurbano.Cuandolleguéamiedificiohabíacontroladoyalosimpulsosimperiososdelloraramocotendido.Estabaseria,peroserena.Nickbajódelcocheparadespedirse.—Sientositehemolestado—medijoconpesar—,meparecisteunapersona
conlaquesepodíahablarconfranquezayesonoeshabitualenmimundo.—Yotambiénlosiento—lamenté—,mehecomportadocomounatonta.No
séporquémeheofendidoasí.—Nointentabaherirtussentimientos.—Notepreocupes.Elvinomehizodecirbobadas.Mentalmente recordé mi mala experiencia con el alcohol, y cambió mi
percepcióndelascosas.—Creoque tehandebidohacermuchodañoparaquecreasquenecesitas la
seguridaddeunhombre.—Parecequesabesmuchodelasmujeres—ledije,alrecordarlaretahílade
romancesqueseleasociaban.Noporalgo,teníafamaderompecorazones.Salíaconactrices,modelosymujeresmaravillosas,aunquenoamabaaninguna.Ledurabanpoco.Lobuenodeélesquenomentíaalrespectoysiempreafirmabaquenoqueríaningunarelaciónestable,asíquequienessalíanconélsabíandeantemanoqueresultaríaunromanceefímero.Perohabíaquereconocerqueerauntragoquetedejaseunhombreasí.Unjovenguapo,inteligente,caballerosoyeducado.Poseíamuchosmásextras,mas¿dequéservíancuandonadielopodíaretener?—Melohepasadobien,Julie.—YYo.Yasínosdespedimos, conuna sensaciónagridulcede loquepudo seryno
fue.
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Laserpienteenlospantalones
—¡Cuenta, cuenta, cuenta…!—me repitió Rosalind con énfasis, seguida deunahistéricaHelen.—¿CómofueJulie?,¿cómofue?¿Cómobesa,quétedijo,tellevóalacama?—Para, para, Helen. ¡Quémente más enfebrecida! No pasó nada. Tan solo
cenamos,hablamosynosdespedimos.—¡Nopuedeser!—chasqueóRosalind—.Algotuvoquepasar.—Fue una cena informal y no hubo romance alguno —les aseguré,
espantándolasconlasmanos,mientrasmeservíacafé.Menosmalqueenlasaladeprofesoresestábamossolonosotras.—Julie,quéaguafiestaseres.Nosprometistecontarnoslosdetalles.Vamos,ni
siquierahemosentradojamásenunrestaurantetanfinoliscomoese.—Yalocreo,comoquemecostóunapasta—solté,apuntodemordermela
lenguaporescapársemeelcomentario.—Peroquédices,¿quépagastetú?—bramóRosalind,conaspavientos.—Bueno,esqueveréis…nomequedómásremedio…Al final, tuveque contarles lo quemehabía ocurrido.Lobienque iba todo
hastaelmomentoenquehablamosdeamor,dehombresymujeres.—Me dijo que era machista y me encontraba a un paso de ser una mujer
maltratada.Oalgoasí—confesé—.¿Creéisqueesasí?—Puesclaroqueno—rechazóHelen—.Alasmujeresnosgustanloshombres
fuertes,quenoscuidenynosprotejan.—Pues claro—confirmóRosalind, a grito tendido—.Yo quiero un hombre
generosoybueno,consentidodelhumorymuyhombre,quemecojaenbrazoscuandomecaiga.Helenyyonosmiramos,alpensarenelpobrediabloquetuviesequecogeren
brazosaRosalind,contodosuquintaldehumanidad.Nopudimosevitarlarisa,alprincipiosutil,despuésincontenible.
—Vaya,vaya,quégraciosas…osreísdemí,¿eh?—Nosreímoscontigo,Rosalind—ledijesinparardereír.Ellasecontagiótambién.—Mereferíaaunsentidofigurado:Unhombresiempredispuestoaayudarme,
alevantarmeenlosmalosmomentos.¿Quécreíaissino?Y se empezó a reír tanto que se cayó al suelo. Helen y yo intentábamos
levantarla sin éxito y sin parar de carcajearnos, cuando entró en la sala elguardaespaldasdeNick.Cesaronnuestrasrisas.—Señorita Garrett, el señor Campbell le envía sus saludos y le pregunta si
quierevolveracenarconélmañanapararesarcirladesuinoportunadespedida.Las tres nos quedamos como estatuas ante la aparición de lamole humana.
Aún cogíamos Helen y yo, cada una de un brazo a Rosalind, que estabadespatarradaenelsueloconlosojosylabocaespantosamenteabiertos.—Necesitounarespuesta,señorita.—Porsupuestoqueirá—dijoprestaHelen,antemimutismo.—Yapuedeapostarqueesablancairáacenarconsujefe,palabradeRosalind
—dijolaotra,cerrandoambaslacitasinqueyoabrieraelpico.—Lapasaréabuscaralassieteymediaensucasa.Dichoesto,fueamarcharse,perodiounavueltarepentinaynoshizoaunlado
consuavidadaHelenyamí,cogiendoporlassisasaRosalindylalevantócomosifueseunapaloma.Nuestraamigasequedómudaporprimeravezenlavidaylastresvimoscómoelarmarioempotradosevolvíaysemarchabatranquilo,sintenervestigiosdelumbalgianideningúnesguinceenlosbrazos.—Creoquehasencontradolahormadetuszapatos,Rosalind—ledijoHelen,
yniaunasírespondió.El día no terminó ahí. Entre clase y clase me encontré en el pasillo con
Thomas.—¿QuétalJulie?,veoqueestásrecuperada.—Sí,muchomejor,gracias.—No necesitabasmentirme. Con decirme que no querías salir me hubieses
evitadolahumillacióndeahora.Medejóperpleja.—Noteentiendo,¿quéquieresdecir?Yantesderespondersacódesucarteraunarevista.Unarevista impropiade
él,unarevistadecotilleosmuyfamosaenHollywoodporatraparalosartistasensuspeoresmomentos.EnlaportadahabíaunafotodeNickalsalirconmigo
delrestaurante.Enelinteriorotrasfotosrevelabanmientradaenelcoche.Todasparecíanrealizadasdesdelejos,conalgunacámaraoculta.—Mehadolidomáslamentira,Julie.—Losiento,Thomas—meexcusé,aúnconmocionadaporeldescubrimiento.Esedíamuchagente llevaba la revista, yaquehabíaun interés especial por
Nickyelrodajeenelinstituto.Resultabaterrible.¿Cómopodíahaberpasado?Nuestra cita pertenecía ahora al dominio público. No es que se tratase de unencuentro a escondidas, pero no había calibrado el poder de la fama y lo queconllevaasualrededor.¿SabríaNickquenoshabíanpillado?Porsupuesto,élantes que nadie. Sus agentes y secretarios estarían informados. Durante lajornadameparecióquemilesdeojosmemiraban,quemeconvertíenelcentrodeatención,nosolodealumnosdesenfadadosqueseacercabanapreguntarmepor su astro, sino también de profesores y muchos padres que se habíanacercado,bienporcuriosidad,bienpormorbo.Alguienmehizounafotoyhuídeallí.Decaminoacasamehiceconunarevistaypudeveryleercondetenimiento
laexclusiva.¡Nickpilladoconunaprofesoradelinstitutoenelquerodaba!Micabezasíqueibaarodarconlasmentirasysuposicionesquevertíanloscotillasque decían llamarse periodistas. Por la noche, la nueva conquista de Nickconstituíayamotivodetertuliainclusoenprogramasmásseriosdelatelevisión.Mequeríahundirenelsofá.Aldíasiguiente,Michaelvinoabuscarmedenuevo,sinembargoestavezyo
estabapreparada.Seguíacomounmuroimpenetrableynosoltóniunapalabrademás.Enesaocasión,mellevóalasafuerasdelaciudad,alacasadeNickenlaplaya.Lamismadondenosconocimos,aunquefueseunencuentroaccidental.LaguaridadeNickparecíamásarregladayordenada.Elfuegodelachimenea
ejercía de centro hipnótico en el salón, cuyos ventanales dejaban ver lainmensidaddelacosta.Unacasamuybonita,apesardesercasiunrefugiodeplaya.Ensuinteriorhabíavigasdemaderasnobles,quesegúnmecontóNick,procedíandeantiguosnavíos.Unpardebarrilesderoblehacíandeimprovisadasmesas, en lo que parecía una barra de bar integrada en la cocina. Nick mesorprendió con su faceta culinaria, ya que hacía él mismo la cena. Salteabagambas en un wok con verduras y dados de atún y salmón. También habíapreparadounassalsasyunosaperitivosligerosconunaespeciedehojaldre,queresultaron exquisitos. Descorchó una botella de vino, que tenía un color rojointenso,comolascerezas.Medijoqueprocedíadeunviñedoespañol,propiedad
de un amigo suyo, que se la había regalado. Sabía buenísimo, lo que era unpeligro,puesmetomédoscopassinenterarme.Contrariamente a lo que me solía ocurrir con un extraño, me sentía muy
cómoda y a gusto. Nick sabía ser un buen anfitrión. Me hablaba mientrascocinaba,de«truquillos»decocina,algúndetalledelrodajeoalgúnrecuerdodesusmúltiplesviajesporelmundo.Setratabadeunhombremuycosmopolita,apesardeserjovenylegustabaconocerotrasformasdevida.Lepregunté, trasprobarloshojaldresyotrosentremeses,dedóndehabíasurgidosuaficiónporlacocina.—Cocinarmerelaja,meobligaaconcentrarmeenloquehago,yalavez,deja
mimente libreparapensar.Cuando tengoqueprepararunpapel suelococinarmucho—rio.—Vaya, nunca lo hubiese imaginado. Amí no seme damuy bien cocinar,
salvohacerensaladas.Loquemásusoeslaplancha,asíquefigúrate.Volvió a sonreír con esa especie de magia que tenía. Le caían mechones
doradosen la frentey sobre lasorejas, comosihubiesepasadomucho tiempoluchandocontra elviento, aunque resultó tan solounmagníficocortedepelo,que le daba ese aspecto de surfista californiano, de chico recién salido de lasolas.—Bonitocorte—lecomenté.—Gracias,tambiénmegustaeltuyo.—¿Deveras?—Sí, nomuchas chicas se atreverían a llevarlo tan corto, sobre todo con el
pelotanbonitoquetienes.—¿Cómo sabes que es bonito, si nome lo has visto largo?—reí,mientras
dabaotrosorboalmagníficovinodesuamigo.—Me lo imagino —sonrió, terminando de servir la cena—. Espero que te
gusteyquetesientasaquímáscómodaqueenunrestaurante.—Gracias,estoymuyagusto.Lodelotrodía…—No tenemos que hablar de ello si te incomoda. Hice un comentario
desafortunado.—No,tranquilo.Estábien.Aceptolascríticas.Esque…nomeveíaasí.Pero
empiezoavermeconotrosojos.Aunqueteaseguro,quenosoynadamachista,comoinsinuasteporserromántica.—El romanticismo no tiene nada que ver con eso, Julie. Es esa especie de
necesidaddesentirtequeridayprotegidaloquemechirríaenunamujer jovencomotú.Nonecesitasaningúnhombreparasentirtecompleta.Elhombreque
buscas no existe.Todos llevamosun sermezquino ennuestro interior, inclusovosotras.—¿Esoesloquevesenmí?¿Tanvulnerableparezco?—Denuevometensé.—Noeseso.Esqueelhombreperfectonoexiste,Julie.—Puesclaroquesí: lo tengodelante—reí,y lepropinéunapalmaditaenel
hombro.Élseechótambiénareír.—Teequivocas.Solosoyunhombre.Mesobrecogiósuhumildad.Noloesperabadeunaestrelladesutalla.Melo
habíaimaginadomásengreídoyególatra.¿Actuabaparaligarconmigo?Comimos con apetito y fue una velada estupenda. Todo iba como la seda,
hastaqueloayudéarecoger.Enunodeesosmomentos,entretrasiegodeplatosymientras yo no paraba de hablar bajo los efectos de ese vino cereza, élmecogió por la cintura desde atrás y volviéndomeme besó. Fue un arrebato deardor inexplicable, cuando apenas habíamos flirteado hasta esemomento.Mecogióporsorpresa.Supasiónindicabaquequeríamásqueunbeso.Giramossinparardebesarnosydealgunamanerallegamoshastaelsofá.Nicksabíacómobesar y desnudar a la vez. Aunque era apasionado, sus caricias y su abrazoresultabantandulces,quetodoparecíafácil.Perodenuevo,volvióaentrarmeelpánico.Lamaldita canción deMadonnamemartilleó de nuevo con suLikeaVirgin.Mesentíatorpeyavergonzada,¿quépensaríademídespuésdeacostarsecontantasmujeresexpertas?Casimeentraronganasdevomitardelpánico.—Losiento,Nick.Para,para…nopuedo.Nickseparóenseco.—¿Hehechoalgoque…?—No,no…Noerestú.Nopuedo,esoestodo.Ahoranoquiero.Temí su reacción ante tan escueta disculpa, pensé que se ofendería como
ocurrióconSteve.—Vale,notepreocupes—medijo,cogiéndomedelasmanosysesentóami
lado.—¿Quierestomarcafé?¿Darunpaseoporlaplaya?¿Verunapelícula?Tengo
antiguasreliquiasquesonmaravillosas.Ehicimoslastrescosas:tomamoscafé,recorrimosjuntoslahermosaysalvaje
playahastallegaralosacantilados,yvimos—porelecciónmía—CitaenSanLouis de Judy Garland. Me emocioné al escuchar la preciosa canción HaveyourselfamerrylittleChristmas,mientrasélmemirabaseriodesdeelrabillodesusojos.Nopudeevitardoslágrimasfurtivas,queintentéencubrir.
AlasdosdelamañanaMichaelvinoarecogermeymedespedídeNickconelbeso de agradecimiento más profundo que había dado en mi vida. Lejos dehumillarme,mehabíahechoolvidarmismiedos,nomehabíapreguntadomásyseportócomounauténticocaballero.Nopodíahaberunhombremásperfecto.Demasiado para ser verdad. ¿Qué había bajo su advertencia de que era unhombrecomootrocualquiera?Poralguna razón,me sugería aquienes ibanen loscarrosvictoriososde los
romanos, recordando al héroe su mortalidad, por si se envanecía demasiadofrentealasmultitudesrugientesqueloaclamaban.Mementomori:recuerdaquemorirás.¿Seríaesesufrenocontralasoberbia?¿Unavisodequepeseatodoloqueteníayhabíaconseguidoera,talycomohabíadicho,solounhombre?Al día siguiente, a pesar del madrugón, me sentía pletórica. Esquivé como
pudeamisamigas.Menosmalquehabíamuchotrabajoymeescaqueéparanotenerquecontarminuevahuida.Almenoshastaelalmuerzomesentíaasalvo.AquiennopudeesquivarfueaThomas.—Julie,¿podemoshablar?Miréansiosaamialrededor.Mecogióapuntodeentrarenmipróximaclase,
peroparecíaqueeraimportanteparaél.Fuimosaunaulavacía.Thomascerrólapuertayelruidoensordecedordeloschicosquecorríanyhablabanporelpasillorumboasusclasessemitigó.—Ayernopudehablarbiencontigo—medijo—.Noqueríadartelasensación
de que estaba enfadado. Solo dolido, aunque lo entiendo. SiMimiGumpmehubieseinvitadoacenar,quizásyohubiesehecholomismo.—Lo siento Thomas, de verdad. Tenía que haberte avisado, no fue
premeditado,créeme.Todosurgiómuyrápido.—Loentiendo,loentiendo.Estodelasestrellasyelrodajeesunalocura—rio
nervioso.—Tengoqueiraclase.—Lo sé, no quiero entretenerte. Solo quería preguntarte si quedamos para
comeroloquesea,porejemplo,elsábado…Sitevienebien,claro.Mirésusojostímidoseimpenetrables.Eraunhombredifícildevalorar.Nunca
podíaestarsegurade,siseofendíagravementeosialgonoleimportabalomásmínimo.—Claro.Quedamoselsábadoparaalmorzar—mepareciólomenospeligroso.—Muybien,elsábadoalauna.—¿Enelmismositio?—EnelPolloLoco.
—Deacuerdo.Ymefuinerviosa.Nomeapetecíaalmorzarconélpero,porotraparte,sentía
queledebíauna.RosalindyHelenteníanrazón.Yonosabíadecirno.Enelalmuerzonopudeesquivaraambas,quesesentaronrápidasjuntoamí,
cadaunaaunlado,porloquenomequedóescapatoria.Sobretodo,enelcórnerdeRosalind.—¡Venga, desembucha! —me dijo, moviendo su mano como si fuese un
abanico.—Nopasónada.Nopasónada,ynopasónada.Helenpusocararara.—Julie, nos preocupas. ¿Te invita otra vez a cenar y no tienes nada que
contarnos?Suspirédefastidio.Cuantoantesterminara,mejor.—Estábien.El«negrazo»esemellevóhastasucasa,queseencuentraenla
playa.Lamismadondenosconocimoscuandomegolpeóconsutabladesurf.Cenamos,dimosunpaseoporlaplaya,vimosunapelículadeJudyGarlandyalastresdelamañanayadormíaenmicamita.¿Contentas?—cogíalientoporlaretahíla.—Ahorame lo explico: una película de JudyGarland. Ese chico es gay—
sentencióRosalind,altiempoquesemetíaunabuenaporcióndesucomidaenlaboca.—¡Noesgay,porelamordeDios!¿Porquétienenquesergaisloschicosa
losquelesgustanlosmusicales?—EstoyconJulie—meayudóHelen—.Yocreoqueelproblemaesnuestra
amiga—ymeseñaló.—¡Vale!Loconfieso.Merajé.Merajédenuevo.Elchicoquisoacción…—Comoesnormal—mecortóRosalind.—Peroyonoestoypreparada.Noloestoyaúnynosésiloestaré.Nomeva
el«aquítepillo,aquítemato»,¿vale?Niconuntíocomoél.Entendedlo.—Julie,noteenfades—dijoRosalind—.Claroqueteentendemos.Unnoes
unnoypunto.Solohayquelanzarsecuandounaquieredeverdad.Loquemepreocupa, bueno, lo que nos preocupa—dijomirando aHelen—es que sigasaún tan colada por Steve que te frenes cada vez que tienes la oportunidad devolar.—¿Quédices?—memosqueé.Nohabíaesperadoesegiro.—LoquequieredecirRosalindesquenoeshoradesercobarde,eshorade
serfeliz—apostillóHelen.
—Bueno,chica.Quenosalegramosdequepasarasunabuenavelada.Ynosparecebienquenoliguesconalguienqueacabasdeconocer,noqueremosqueseasunacualquiera.Loquequeremosesquemeditessi loqueteocurreesundeseosincerodeamardeverdadsoloaquientúquierasoesunmiedocervalarelacionarteconloshombres—siguióRosalind.—Sitienesalgúntrauma—completóHelen.—Estábien.Tenéis razón.Yomismame lopregunto.Esechicoesperfecto.
Demasiado, eso es lo queme escama.Y sí, podía haber echado un polvo, unsimplepolvo, sin complicarmemás.Ahorapodría contar que estuve conNickCampbellynosentirmecomosihubieseperdidolaoportunidaddemivida.—Pueslodecontarpodríahabersidohastaunnegocio—dijoRosalind—.No
veasloquepaganenlascutrerevistasesasporunaexclusiva,sobretodosihaysexoymorbo.—Oh,vamosRosalind,yonosoydeesas.Además,elchicomequisoresarcir
porelaccidente.¿Quéclasedepersonaseríasimiaprovecharadesufamaparacontarsusintimidades?—Esoesloqueocurre.Eresdemasiadohonesta,Julie.Perorecuerdaquetodo
elmundonoesasí.Alfinyalcabo,losactorestambiénjueganconesetipodeprensaysebeneficiandesuspropiosescándalos.Amuchosloquelesimportaesquehablendeellos,aunqueseamal—sentencióHelen.—¿Quieresdecirquemeestáutilizando?—Solotedigoquepiensesqueélpuedebeneficiarsedesalircontigo,además
desumarunaconquistamás—insistió.—¡Tonterías!¿Paraquéquerríautilizarme?—Esonuncasesabe—dijoRosalind,levantándose.—Noosentiendo.Antescasimeechabaisasusbrazosyahoramedecísque
espeligroso.—Él no —señaló Helen—, es su entorno. Él se mueve en un mundo
competitivo.Orbitaenotraesfera.Suvidadadecomeramuchoscomentaristasy cotillas. Si te metes en su mundo, puedes salir herida. Tú no estásacostumbradaaquetesigan,niaqueseventilentuscuestionespersonales.Tenen cuenta que, si sigues saliendo con él, estarás en el ojo del huracán. ¿Estáspreparada?Mequedéperpleja.—Enprimerlugar,noestoysaliendoconél.Hequedadodosvecesacomer,
supongoporquesesientesoloenesterodajeymehaconocido.Ycomodecís,somosdemundosopuestos.Yosoyprofesoraynocreoniporun instanteque
nadie pueda imaginar que soy la nueva novia de Nick. Eso les va más a lasactricesyalasmodelos.Enfin,quenodebéispreocuparos,porquellevolospiesbienancladosenlatierra.—Aleluya—canturreóRosalind,ymeestampóunsonorobeso.Cuandome fui tenía sentimientos encontrados. Por una parte, desechaba la
posibilidad de mantener algo serio con Nick. Él y su mundo parecían másinaccesibles paramí que el propio Steve enmi adolescencia.A la vez, era elhombre más educado y cortés con el que había estado. No había rastro devanidad ni egolatría en la persona que más podría acumularlas. En realidad,resultabauna lástimanohaberleconocidoenotrascircunstancias.¿Porquénopodría haber sido un profesor o un oficinista o siquiera un albañil?Ahora noconstituía el hombre, la persona, lo que le hacía tan distante a mí, sino suprofesiónyelambientequeloenvolvían.Hubomássorpresasesedía.Cuandosalídelinstitutoyaliracogermicoche
tuveunsobresalto:Brendameabordódeimproviso.—Hombre,siesladulceJulie.—¿Quéhacesaquí?Sabesquenopuedesestar…—¿Quénopuedoestarenelaparcamiento?Lacalleespública.—¿Quéquieres?—preguntérecelosa,viendosusojosbrillantes.—Nada,solosaludaralagran«zorrita»deJulie.Vaya,ahorahasconseguido
unapresagrande,¿eh?—¿Quédices?Vasdenuevoborracha.—Estoy muy sobria, mala pécora. Por tu culpa me echaron del instituto.
Necesitabaeseempleo.—¿Pormiculpa?Temetistetúsolaenlabocadellobo.—Nohicenadamalo.Sinohubiesesidoporti,nomehubiesendespedidoy
ahorapodríaestarformandopartedelrodaje.Resultabaclaroquenadadeloquedijerapodíahacerlacambiardeopinión.—Metengoqueir.Déjameentrarenelcoche.—¿Qué,tienesotracitaconNickCampbell?—suvozcambióysehizomás
melodiosa.—Nosédequémehablas.¿Quieresdejarmeyadeunavez?—Sí, claro. Yo no te hago nada. Quién lo iba a decir: la mosquita muerta
saliendoconunaestrelladecine.Ynounaestrellacualquiera…¿Quélesdasaloschicos,Julie?Seguroqueeresunapervertidasexual.Cerrédeunportazoyarranquéelcoche,mientrasBrendasereíaconmalicia.
A estas alturas ya la conocía demasiado para saber que tramaba algo. Había
acudidocomolamoscaalamiel,anteloqueveíacomounaoportunidad.Brendaeracomounaserpientedentrode lospantalones: imprevisible, fríay
peligrosa.
25
Caballosdesbocados
Porfortuna,novolvíaveraBrendaentodalasemana.Tampocotuvenoticiasde Nick, que enfilaba los últimos días de rodaje. De todas formas, él habíacumplido:meresarciócondoscenas,tantoporelaccidentecomoporlomalqueacabó la primera cita. Sin embargo, no dejaba de preguntarme, si acaso habíaperdidointerésrealenmídespuésdeminegativaaacostarmeconél.Puedequele fastidiaraelplande lanocheynoquisiera repetirotrochasco igual.Estabaclaro que las estrellas como él no sufríanmuchos problemas por llevarse a lacamaa lasmuchachasque secruzabanpor suvida, sinesperar auna segundacita.Yyoseguíasinentendercómoalguiensepodíaacostarconotrosinapenasconocerlo.Lasemanasemehizolargaytediosa.RosalindyHelenmedejarontranquilay
yomedediquéadarmisclasesyaseguirconmirutinadiaria.Habíaasimiladoquequedaría conThomas.Yaunqueeraunhombreencantadoryhabíahechomuchopormejorar,sabíaquetardeotempranoledaríacalabazas,puesleveíasolocomoauncolega.En realidad, me estaba anestesiando. ¿Tendrían razónmis amigas y tras un
amordesaforadoporSteveyanoposeíacorazónparanadiemás?¿Quéseríadeél? Ya no me importaba. Pero cada vez que pensaba en él sentía una levepunzada en el corazón. El primer amor nunca se olvida. Aunque acabe endesastre.¿Eraeseabismoelquemepodíaempujaraserunamujermaltratadacomo me dijo Nick? El hecho de no desterrar del todo a Steve de mispensamientos a pesar de todo el dañoquemehabía causadoparecíaquedabarazonesasuargumento.Sinembargo,habíaalgoqueyosabíaqueahoraparecíadistinto:noestabaenamoradadeSteve.Tansoloamabalaimagenplatónicaqueme hice de él enmi juventud.Al Steve idealizado que no era real: el que yohabíaimaginadocomoqueríaquefuese.Mehabíaenamoradodeunailusión,de
un concepto, y por eso,me resultaba tan difícil relacionarme con hombres deverdad,cuyossentimientosyemocionesnopodíacontrolar.Reconocí con horror que todos esos años había estado enamorada de una
quimera.Poreso,elmismoStevenomellenaba.TalvezdebíadarunaoportunidadaThomas.Sinembargo,nopodíadejarde
pensarenNick,aunquecontinuamente loapartarademimente.Seguroque loquemeatraíadeélresultabaotrailusión.Comoéldijo:erasolounhombre,contodassusgrandezasymiseriasaparejadas.¿Erayounadependientedelamor?Noqueríapensarquefueseasí.Poreso,el
viernes ya estaba mentalizada que o cambiaba o la vida me seguiría dandomuchosdisgustos.Parecíaqueyonoestabadestinadaacumplirmissueñosymediporvencida.EnelalmuerzocoincidíconHelen.—¿Quéhaydetupríncipe?—Creoquesehaconvertidoenrana.—¿Nohavueltoacontactarcontigo?—No—dije con un encogimiento de hombros. No pude evitar un deje de
tristeza—. De todas formas, no era para mí, Helen. Llevamos vidas muydistintas.—Bueno,almenoslohasconocido.Hasestadoconél.Ereslacomidilladel
instituto—dijomirandoalrededoryajustándoselasgafas.En realidad,yame sabíael focodeatencióndeprofesoresyalumnosdesde
que me invitó a cenar la primera vez. Lo malo es que también trascendió aldominio público, gracias a las fotos e imágenes que tomaron de nosotros a lasalidadelrestaurante.Mesentíaunbichobajoelmicroscopio.Inclusoalgunasdemisalumnassintieronunagranaversiónpormí,puesleshabíaarrebatadosuilusiónde juventud: salir conNick.No entendíanquehubiesepreferido a unaprofesoramás«vieja».Sí,asímedefinían.Enfin,penséquelomejoreradejarlopasar,yasecansarían.Alasalidadelinstitutounospaparazzimepersiguieron.Enmividamevimás
angustiada,descontandolanochequeRobertmeatacó.Cuandolleguéamicasa,sentía una leve taquicardia. Mi hermano me había dejado un mensaje en elcontestador:mepreguntabacómohabíaconocidoalactordemoda.Micuñadayélsehabíanquedadoperplejoscuandonosvieronenunprogramadecotilleosdela televisión. Me quería morir. Otra vez Julie en el centro de la diana y delchismorreomalsano.Terminabadeoírsumensajecuandoeltimbredelteléfonomesobresaltó.
—Hola,Julie.¿Quétalestás?—¡Nick!¿Cómosabesminúmero?—Contrato secretariasmuy eficientes—rio—. Perdona que no haya podido
llamarte antes. Hemos trabajado a contrarreloj para terminar el rodaje en elinstituto.Apenashetenidotiemponidedormir.—Notepreocupes.Enrealidad,noesperabaquemellamaras.—¿Deverdad?¿Yeso?—Déjalo,carecedeimportancia.Entonces,¿habéisterminado?—Sí. Nos quedan un par de días para rematar algunas cosas. Creo que el
martesyanosmarcharemosyosdejaremostranquilos.Nosupequédecir.—Te llamaba para que me acompañaras mañana sábado a una fiesta. El
productordelapelículahaqueridoinvitaralosactoresyalpersonaldelrodaje.Vendrámuchagentedeestemundillo.Megustaríaquevinierasconmigo.—Yo… no puedo Nick. No creo que sea buena idea. No encajo en ese
ambiente,deverdad.—Por favor, Julie. Si no vienes tendré que aguantar a la tonta deMimi y a
otraspeores.—Asíquequieresquehagadecarabina—reí.—Más o menos —rio también—. Necesito a alguien con sentido común.
AlguienquenoestécontaminadodelStarsystem.—Ay,deverdadqueno,Nick.Nosabríaquéhacer.—Julie,esonoesverdad.Eresunamujerinteligente,unagranconversadoray
unapersonaconlospiesenlatierra.Noteimaginabacobarde.Esome llegó al ego yme recordó el consejo deHelen.No era hora de ser
cobarde, sinodeser feliz.En realidad,meapetecíaquedarconél.Ymehabíavueltoallamar,¿no?—Deacuerdo.Peromedebesuna.—Teestaréeternamenteagradecido.Terecojomañanaalmediodía.—Muybien.Hastamañana,Nick.—Hastamañana,Julie.Meencantabacomopronunciabaminombre,conunacentotanbritánico,tan
europeo…Tinasesubióa lamesareclamandoatenciónylacogíenbrazos.Necesitaba
relajarme conmi amiga peluda. De pronto caí en la cuenta de que el sábadohabíaquedadoconThomas. ¡PobreThomas!Denuevo tendríaquecancelar lacita. ¡Dios! ¿Cómo lo encontraba?Desconocía su teléfono y las clases habían
terminado.Mepusehistéricaymemarchécorriendodenuevoalinstituto.Consuerte igual trabajabaaúnensudespacho.Peroyasehabía ido.Sehabían idotodos. Solo me encontré a Roger, el canoso profesor de química, que semarchabaya.—Esviernesporlatarde,Julie.Yanohaynadie.—¿YelseñorCole?—Tampocoyme temoqueno loencontrarás,aunque lo llames.Seha idoa
pescarconunosamigosestefindesemana.Disfrutadeltuyotútambién.—Esimportante.¡TengoquelocalizaraThomas!—¿Levalavidaenelloolatuya?—Claroqueno,pero…—Entoncesnoesimportante,chiquilla.Vamos,veteya.Cuandoregreséacasayapasabandelasdiezdelanoche.Nosabíaquéhacer.
LlaméaHelen,puesRosalindlosviernessolíaquedarconsushermanasparasureuniónfamiliaryesoerasagradoparaella.Lapilléalparecer,enungimnasio.Sefueapartedondelamúsicanosonaba
tanto.Suvozllegabaentrecortada.—Dime,Julie,¿quéocurre?—Oh,Helen.Nickmehavueltoallamarymehainvitadoaunafiesta.¡Yme
he olvidado de que había quedado con Thomas! Necesito hablar con él. ¿Nosabrássuteléfono?¿Quévoyahacer?Noquierodarleotroplantón.—Cálmate,Julie.Notengosuteléfono,peronotepreocupes.¿Dóndehabéis
quedado?—EnelPolloLocoalauna.—Puesmeacercaréallíyhablaréconél.Almorzaréconélsiesprecisopara
quenopierdalareserva.—Helen,¿deverdadharíasesopormí?—Pues claro, tonta. Le explicaré a Thomas lo que ha ocurrido, que querías
contactarconélyeso.Tellamaremossiesprecisoparaquetedisculpesconélysiquiere,comemosjuntos.—Gracias,Helen.Eresuncielo,¿deverdadnoteimporta?—Laverdad,noesquemeapetezcacomerconThomas,aunquetampocohe
hechoplanes.Además,noquieroquepierdasesacitaconNick.¡UnafiestaenBeverlyHills!Cuéntanostodoslosdetallesdelosfamosos.—Tedebounamuygrande,Helen.—No es nada, aunque la próxima vez, acuérdate de pedir el teléfono a tus
citas.
MialiviofuemayúsculograciasaHelen.Quégranamiga,yamedisculparíacon Thomas en sumomento. Quedaba otro obstáculo: ¿quéme ponía para lafiesta? Me sentía como un potro desbocado en esos momentos. Llamé a micuñada, que se mostró encantada de ayudarme. De paso, obtuvo informaciónsobremisencuentrosconNick.Estabamuycontentapormí.Adiferenciadelasotrasexcuñadasquetuve,Francescaeraunauténticoencanto.Medejóunvestidomaravillosoblanco,conbordadosyadornosplateados,que
lo hacían brillar como una joya.Me quedabamuchomás ajustado que a ella,sobretodo,enlazonadelospechosylascaderas,yaqueeramásesbeltayaltaque yo.Al ser un trajemuy largo, no se notaba apenas queme quedaba algocorto,comparándoloconlalánguidacaídaquelucíacuandoFrancescasevestíaconél.Perolaverdadesquemesentabagenial.Micuñadameayudótambiénpeinándomeunmoñoitaliano,muy«sesentero»
ymullido.Meprestó algunas de sus joyas: unos pendientes y un brazalete deplatino, a juego con los hilos plateados del vestido, discretos y elegantes. Lomalo es que no calzábamos el mismo número de zapatos. Yo, como buenaamericanateníalospiesmásgrandesqueella.Menosmalquemeacompañóavariaszapateríasqueconocía,hastaquedimos
conlosadecuados,quecostaronunpotosí.Mediporsatisfechaymeadmirédeque ella en el poco tiempo que llevaba en Los Ángeles conociera mejor lastiendasylugaresdemodaqueyo.
26
Nidodeavispas
EstavezNickvinoabuscarmeenpersona,sinintermediarios.—¡Guau!—exclamó—.Estásdeslumbrante.—Gracias—lesonreí.Y le di otras graciasmentalmente ami cuñada porque ya nome sentía tan
cortada por ir a un «fiestón» lleno de estrellas. Nick estaba tambiénimpresionante. Llevaba un esmoquin oscuro de un diseñador solo apto parabolsillos pudientes, como todo ungentleman. Entendía ahora por qué siempreestabaen la listade losmáselegantesydeseados.Susgafasahumadasnomedejaban ver sus bonitos ojos azules. Sus pensamientos estaban pues,resguardadostrasellas.Enestaocasión traíaundescapotablenegro,unFerrari impresionanteconel
quenosdesplazamoshastalaciudaddeBeverlyHills.RecorrimoselBoulevardWilshireyenfilamosunacarreteraalospiesdelasmontañasdeSantaMónica,donde se encontraba lamansiónen laque suproductor,SamSheiffer, daba lafiesta.Alllegaralaentrada,unmozoseencargódelcochedeNick.Antesdeentrar
por la puerta ya nos servían una copa. La casa estaba llena de camareros ypersonalqueatendíanalosinvitados.Cuandoentramostodofuerondeferenciascon Nick. Yo temblaba bajo los guantes blancos que me dejó mi cuñada,mientras cruzábamos el salón agarrada a su brazo. Nick debió sentir mitembleque,puesmeapretó lamano, infundiéndomeconfianza.Sheiffervino arecibirnos.Mesaludóalgosorprendido.Alpareceryonocuadrabamuchoconlosgustosdesuactor,sinembargo,semostrócordial.Alfinyalcabo,siveníaconél,erasuchica.Nickmepresentóainfinidaddepersonas.Muchas,desconocidasparamí,pues
formaban parte del equipo técnico del rodaje. Otros, me resultaban rostrosconocidos: presentadores de televisión, banqueros de renombre, empresarios
adinerados, y actores y actrices, tanto de series como de cine. Vi además amuchas estrellas. Me tembló el pulso al saludar a Harrison Ford y a JackNicholson.ConquienmeemocionédeverdadfueconElizabethTaylor.Estabayamayorycorpulenta,aunqueseguíasiendotodaunaseñora.Apenaspuedorecordartodoslosdetallesdeesaocasión,puesigualquequince
años atrás, cuando fui a la fiesta de Steve y Stela, me pareció estar en unanebulosa y muchas cosas se me pasaron por alto. Esta vez, parecía flotar,agarrada del brazo deNick. Todo desfilaba antemí como un sueño. Pero lossueñostambiénpuedenconvertirseenpesadillas.Apareció Mimi Gump, acompañada de otra joven actriz, Emma Johnston,
pidiendoatenciónaNick.Selollevaronsinquepudierahacernada,asíquemequedé sola entre la multitud de gente refinada y famosa, que comía y bebíaalegremente. SamSheiffer apareció y no parecía disimular su disgusto pormipersona.—Así que tú eres la profesora que tienes engatusado a nuestro Nick—me
habló, intentandoseramableentreunasonrisamásparecidaaunrictus.Cogióunacopadeunadelasbandejasdeloscamarerosquepasabanymelaofreció.—Nogracias—rechacé,alrecordarlosefectosqueotrascopastuvieronsobre
míeldíadelafiestadeSteve.—¿Lovuestroesserio?—¿Cómo?Noloentiendo.—Sieressunovia,coño,¿nohabloclaro?¿Oeresunpasatiempopasajero?—Nilounonilootro—contestéseca.—Notelotomesamal,muñeca,entiéndelo.Estoesunnegocio.Nickesmás
valiososolteroysincompromiso.¿Entiendes?Veobienqueligueporaquíyporallá, es un semental, está en sumejormomento.No quiero líos serios.Ahoratienecontratosimportantesdepormedio,¿entiendes?—volvióaapurarsucopa.Parecía que hablaba a una tonta o a una sorda, pues tanto «entiendes»,me
estabaponiendonerviosa.—Bueno.EntreNickyyosolohayamistad,perocreoqueesmejorqueloque
mehadichoselodigaaél,¿entiende?Memiróconcaradepocosamigosysemarchó.Nickseguíafagocitadopor
Mimi y un grupo de jóvenes actores y actrices que reían, tal vez comentandoalgunaanécdotadelrodaje.Decidíiraloslavabos.Mientras me retocaba en el barroco espejo, la amiga de Mimi, Emma, se
empolvólanarizamilado.—Nickesadorable,¿verdad?
—Sí.Esmuyagradable.—Nohaymuchoscomoél—siguió—.Esguapo,inteligenteyamable.Emmagastabaunavocecilladecolegial.Enrealidad,parecíamásjovendelo
queera.Tambiénvestíadeblancoyparecíaunparajillollenadehuesos,delicadacomounabailarina.Poseíaunatezblancamaravillosayelcabellocolorcanela.No se trataba de una gran belleza como muchas de las actrices que seencontrabanenlafiesta,peroteníaalgoespecialquelahacíamuyatractiva.Talvezeseencantoinfantileinocente.Fueunaimpresiónfalsa.—¿Quieres?—meofrecióunacajitadoradaqueabriófrenteamisnarices.—No—exclaméaterrada,alversucontenido.Se encogió de hombros y haciendo dos rayas esnifó la cocaína.Después se
limpiódelicadamenteconunpañuelo.—Esunamanteestupendo.Meacostéconél.Perocréeme,no repitenunca.
Encuantofollesconél,olvídate.Medejónoqueada.Cuandosalí,DavidBowie,eraaclamadomientrassubíaa
unescenariocolocadoentreelsalónylosjardines,conunavistadelascolinasyla ciudad, impresionantes.CantabaEstono es América. Llevaba el pelo largocasi hasta los hombros.Guapísimo. Por ese hombre no pasaban los años.Mesentíatanabsortaquetropecéconalguienymedisculpé.¡EraMerylStreep!Menos mal que, entre aquella farándula había asimismo, gente sensata y
equilibrada.Nick,entreellos.Mepreguntaba,aligualqueloharíamuchagente,quéhabíavisto enmí. Imposibleque se enamorase aprimeravista ennuestroprimer encuentro en la playa. ¿Por qué ese hombre mostraba interés en unainsulsa profesora cuando disponía de un plantel de mujeres estupendas, queposeíanmásseseraqueMimiyEmma,talycomohabíadescubierto,hablandoconalgunasdeellas?NotodoestabapodridoenHollywood.Cuando Nick me llevó de vuelta, pasamos por zonas donde más valía no
bajarsedelcoche,nisiquieraalaluzdeldía.ElmismoHollywood,antañoMecadoradadelcine,mostrabaen1997sudecadencia.Bazaresasiáticos,prostitucióny cierta delincuencia deslucían el lugar donde brillaron tantos artistas aprincipiosdelsigloXX.LosÁngeles estaba integradopordistintosdistritosqueparodiabandesde lo
queseconsiderabaelparaísoaloquepodíaserelinfierno.Eratambiénunlugarduro, sobre todoparaquienesalbergabansueñosde fama.Lamayoríadeellosacababan estrellándose como pájaros contra un cristal. En cambio, a mi ladoteníaaunhombrequelohabíaconseguidoprácticamentetodo.Inclusoparecíaatentoyamable,sinrastrodevanidad,loquelehacíamássospechososicabe,a
mi mente. ¿Qué había tras Nick Campbell o quién era Nick Campbell? Enrealidad,desconocíatododeél.—Estásmuycallada—medijo,mientrasconducíaporelBoulevard.—Hasidotodaunaexperiencia.—¿Buenaomala?Hiceunapausa:—Hahabidodetodo.Emma…bueno…—Esunabuenachica,aunqueestáida.Tomacocaína.Esunapena,podríaser
unabuenaactriz,peronotienearrestosporsímisma.—Medijoque…salisteisjuntos…—Soloestuvimosuntiempocorto.Nomegustanlosadictos.—YMimi…—¿Estoesuninterrogatorio,Julie?—rio.Noparecíaofendido.—No. Es que no sé nada de ti.No te conozco, no conozco a tu familia, ni
siquierasésitevolveréaver.Sequedócallado.Elcocherugíaalenfilarlacarreteraysalirdeldistrito.Yo
memordílalengua.¿Porquélehabíadichoeso?¿Acasoteníaderechoasabersobre suvida?Leacababadedecirquenoconocíaa su familia.Mesentíunacarca. Desde luego, si se asustaba, sería con razón. No estábamoscomprometidos,solohabíamossalidotresvecesjuntos.—Losiento.Noqueríainmiscuirmeentuvida.Noséporquélohedicho.—MispadresvivenenEuropa.TengoalgunafamiliaaquíenEstadosUnidosy
sitesoysincero,nosésinosvolveremosaver.—Loentiendo.Yquébien…enEuropa.Yonuncaheestadoallí.—¿Nuncahassalidodelpaís,Julie?¿Tampocotraslauniversidad?—No.Nohetenidoocasión.—¿Porqué?Eresunamujeralaquelegustalaculturayconocersitios.—Digamosquemividasecomplicó.—Sinoquierescontármelo,locomprendo.DejábamosmuyatráselletrerodeHollywood,quetantogustabaalosturistas.—Esqueesmuydifícilparamí.Hacequinceañostuveunaccidentedecoche.
Estuve a punto de quedarme paralítica. Me llevó un lustro recuperarmetotalmenteytuvequeafrontarmuchosgastos.Enelaccidentemurióunhombreyyo…—Nopudecontenermeylloré.Nicksepusomuypálido.Aminorólamarcha.—Losiento,noteníaniidea…
—¿Cómo ibas a saberlo? Es algo que llevomuy dentro demí yme torturacadadía,aligualqueeldañoquelehiceaunpobrechico.¡Heheridoatantaspersonasenmivida!Perohasidosinintención.—¿Quéocurrió?—notéuncambioensuvoz.—FueenNochebuena.Bebímásdelacuenta.Noestabaacostumbrada,pero
intentabaconsolarmedealgohorriblequemeocurrió.—¿Quétepasó?—Undesengañoamoroso.Noquierohablardeltema,Nick.Poralgunarazón,Nicksabíasacarlopeordemí.Yyonoeraconsciente.—Me has dicho que también le hiciste daño a un pobre chico. ¿Fue en el
accidente?—No.FueduranteunafiestadeHalloween.—¿Y?La carretera parecía infinita.Ahora bordeábamos la costa yNick le daba al
aceleradorcomoconrabia.—Lodejétiradocuandomásmenecesitaba.—Metienesentreascuas…Suspiréconfastidio.Talvezmequitaraesaespinahablando,talcomomepasó
conElisabeth.—Unpiradoqueahoranovienealcaso,lodesnudóyatóaunárbol.Intenté
ayudarle,peronoencontrabanadaparacortarsuscuerdas.Ungrupodejóveneslo vio y se ensañaron con él.Aunque no podía hacer nada para evitar que lovieran, tenía que haberme quedado con él y defenderlo. Él lo había hecho enotrasocasiones.Sinembargo,mefui,lodejéparamarcharmeconelchicoqueyocreíaqueamaba.¿Contento?—¿Porquélohiciste,Julie?—¡Porqueerajovenyestúpida!—grité,sacandotodamirabiadetantosaños
acumuladacontramímisma.Ylloréconamargura—.Nuncapudedecirlequelosentía, que estaba muy arrepentida de haberle abandonado. ¡Ojalá lo hubierahecho,entoncessemarchóynuncamássupedeél!Pudepedirperdónalamujerdelhombrealquematéenelaccidenteycréeme,fuecomosimequitaranunalosadeencima.Aúnmequedaotra.Nick siguiópálidoymuycallado.Notaba sumandíbula cerradacondureza.
Noseloreprochaba.Acababadedecirmelopocoquelegustabanlosadictosyahora yo le confesaba que habíamatado a un hombre, emborrachándome porotro.Yquehabíasidocruelconunchico,cuandoélmismomereprochóunavezquelasmujerestambiéndeberíamosdefenderles,talycomoesperábamosdelos
hombres.¿Quépensaríaahorademí?¿MeveríaaúncomolaJuliesensata,ladelospiesenlatierra?—Siesamujerdelaccidenteteperdonó,estoysegurodequeesechicoharíalo
mismo,¿nocrees?—Debopagarconcrecesmisdebilidades,Nick.—Lodicescomosituvierasunadeuda.—¿No crees que todos acabamos pagando de alguna forma los daños que
causamos?—¿Creesquehaspagadoya,Julie?Callé.Habíapagadolosuficiente,perotalveznotodo.—Deberíasconfiarmásenlagenerosidaddelagente.—¿Nuncahashechodañoanadie,Nick?¿Nohasodiado?—Odiaresunapalabramuyfuerte.Ynuncaseestálibredehacerdañoono.
Desdeluego,deformaconscientenohehechodaño.Talvezalgunasmujeressehansentidoofendidasporquenoleshedadoloqueesperaban,aunquenuncalasengañé, siempre fui sincero respecto a mis intenciones. Solo que algunascreyeronquedespuésdeacostarmeconellasmissentimientoscambiarían.—Entonceshehecholapreguntaincorrecta:¿nuncahasamado?Frenó bruscamente ante un semáforo en rojo. El chirrido de los neumáticos
resonóhastaenArizona.—Esaesunapreguntacontrampa.Unavezcreíenelamor.—¿Ahorano?—No.Elamoressolounailusión.Enrealidad,noexiste.Porlomenosenel
sentidorománticoquetantotegusta.Hayatracción,deseo,pasión,sinembargoelamoresunsentimientoadolescente,noesracional.Poresonodura.—Vaya.Creoquetehanhechomásdañoqueamí.Sonrió.Creíveramargura.—Unavezpenséqueestabaenamorado.Perodespertéalarealidad.Creoque
lomejoressersincero.Somosadultos,¿no?Yasabemosloquehaydetrásdeloscaramelos:caries.Parófrenteamiedificio.Casihabíamosvolado.—¿Nocrees que algúndía te cansarás de ir demujer enmujer?Llegará un
instanteenqueningunategustará.—Bueno,creoquedemomentopodrésoportarlo.Habíaironíaensumiradayensusonrisa,ytambiénundejedetristeza.Yome
había sincerado con él, pero él no había soltado prenda sobre su descalabro
amoroso, salvo su confesión honesta de usar a las mujeres. Por mi parte, yotampocolehabíahabladodemiadicciónaSteve,asíqueestábamosenpaz.—Supongoqueestoesunadiós—ledije.—Esposible.Noquieromentirte,Julie.—Vale,yamehasdicholoqueteocurreconlasmujeres.¿Sabes?Dealguna
formasomosiguales.Arqueólascejasintrigado.—Somos incapaces de amar. Por distintos motivos, sí. Pero nos hemos
anestesiadocontraelamor.—¿Túnoamas?—seasombró.—Amí tambiénme rompieron el corazón y comparto contigo que el amor
idealizadoesunailusión,aunquequierocreertodavíaquehayalguienespecialenalgúnlugaresperándome.—Deseoqueloencuentres,Julie.—Gracias.Ynosdimosdoscastosbesosen lamejilla.Asísefuedemivida,deforma
inesperada, tal y como entró. Nunca me imaginé que hallaría en él un almagemela.
27
Elmundoesunapeonza
El lunes siguiente me enfrenté a la realidad. Tenía que hablar con Thomas ydisculparme.Loencontréalahoradeldesayuno.—Thomas,cuántolosiento.Quiseavisarte,peronosabíatuteléfono.—Julie…—me dijo desencantado—. Esta vez lo he captado. No volveré a
molestarte.Aunquepreferiríaquefuerasmássinceracuandohablesconmigo.Sinoqueríasunacita,melodebíashaberdicho.—Tienestodalarazón.Notengodisculpas.—Almenos,nocenésolo.Helenfueunamagníficaacompañante.Lopasamos
bien.—Mealegro.NomeguardesrencorThomasnoqueríahacertedañoyalfinal
tehehechomás.—Bueno,yanomerecelapenalamentarse.Quepasesunbuendía,Julie.Fue una despedida amarga, mas no tanta como la que sufrí con Nick. Me
enterédequeyadejóelrodajedelinstituto.Elequiposeguíaallí,perosoloparatomasconlosactoressecundarios.Nolovolveríaaver.YahoratampocopodríaacercarmeaThomas,yaquemehuíacomogatoescaldado.PorHelensupequealprincipionosetomómuybienelplantónylefaltópoco
paramarcharse.Menosmalquemiamigaespersuasivayalfinal,aceptócomercon ella para hablar del tema: o sea demi indiferencia ymala educación.Noobstante,Helensupoderivarlaconversacióny,segúnmecontó,lacomidaylacharla marcharon por otros derroteros. Al final, incluso, pasaron la tarde devisitasamuseosyasistiendoaunaobrade teatro.Noenvano,Helencontabaconesosgustosydescubrieronambosunaaficiónsimilar.Quedaronotrasvecesparairalaópera,avisitargaleríasyalcine.Aunquesoloenplandeamigos,yaquehabíancongeniadoysentíanlamismapasiónporelarte.Resultabacurioso,puesambosllevabanmástiempoqueyoenelinstitutoynuncahabíanintimado.Bien por la timidez deThomas, bien por la selectivaHelen, habían convividobajoelmismotechosinconocertodoloquelesunía.Mealegrabaporellos.
Rosalindandabatambiénporlossuelos.Undíalepreguntéporsuaflicciónysus suspiros. Ya no era la Rosalind que conocíamos. Por fin abrió su caja dePandora.—Desde que vi al gañán ese que venía a traerte los recados de tu actor, no
puedodejardepensarenél—confesó.—¡TehasenamoradodeMichael!—Noselodigasanadie.YaHelenmenos.—¡Perosiestumejoramiga!—Por eso. Ahora parece entusiasmada con Thomas y no quiero aguarle la
felicidad.Séqueescapazdedejardesalirconélparaquenomesientasola.—Oh,Rosalind.Cuántolosiento.—Paraunavezqueencuentroaunhombredemitalla—suspiró.—Eraunascuantastallasmásgrandesquetú—lerecordé.—Ytublanquito,¿sabesalgodeél?—No.Niquiero.Paraqué.—Pueschica,lollevasmuybien.ParatodoloqueliasteconSteve,esteparece
que…Secalló,pensandoensumeteduradepata.—Losiento.Noqueríadecireso…
loquequería…—Notepreocupes.Loentiendoperfectamente.Enesoteequivocas.Meduele
muchísimo,soloqueahorasécontrolareldolor.—Oh,Julie.Ahoralosientoyo.Nodeberíasresignarte.—Ytútampoco,¿no?NoereslaRosalindqueconozco.Selevantódegolpe.—Tienestodalarazón.Ahoramismoveráese«negrazo»cómolasgasto.—¿Quévasahacer,loca?—Lomismoquedebíashacertú:irabuscaratuhombre.—¿Quédices?—Queestamosenelsigloveinte,Julie.Notenemosqueesperarenlacamaa
quevengaelpríncipeadespertarnosconunbesito.Hayqueiralacamadeél.Ysefue,dejándomeatónita.Aunquebienpensado,nolefaltabarazón.¿Qué
podíaperder?SiNickmehabíabuscado en tresocasiones, ¿porquénopodíahaceryootrotanto?CogíelcocheyfuialacasadeNickenlaplaya.Lopeorquepodíapasares
quenoestuviese.Perocuandoaparquéyatravesélospalésentrelasdunas,penséquelopeorquepodíapasaresquemeloencontraraconotraenlacama.¿Ysieraasí?Meparéindecisa.Ahoratodamiresoluciónsehabíavenidoabajo.Sentí
unaamargura tremendasolodepensarlo.Malditasea,mehabíaenamoradodeél. Tras un tira y afloja conmigo misma decidí no ser cobarde y afrontar lasituación, cualquiera que fuese. Al fin y al cabo, ni éramos novios ni habíasiquieraamistad.La casa parecía vacía.Nome atreví a entrar y la rodeé.En la parte trasera,
entrelasdunas,oíunaespeciedezumbido.Proveníadeunpabellóndemadera,resguardado entre lonas.Me acerqué.El ruido se intensificó.Allí vislumbré aNick,queseentrenabaconunaespadasamurái.Teníavariasarmasasuspies.Iba con el torso desnudo y llevaba unos pantalones amplios y cómodos.Realizaba una serie de ejercicios lentos y metódicos con la espada. Estabaabsolutamenteconcentrado.Dehecho,nomeviohastaquemecoloquéfrenteaél.—¡Julie!—Vayaunarsenalquetienesaquí.Nocreoqueteroben.—Mepreparoparaelpróximorodaje.—¿Tanpronto?—Estoyenbuenarachaydeboaprovecharla.Se acercó a mí. Lucía unos músculos imponentes. A su lado, los de Steve
semejabanlosdeunarana.—Pareces Conan el Bárbaro—reí nerviosa. No sabía cómo se tomaría mi
intromisión—.Noteníaniideadequesupierasmanejarestasarmas.—Formapartedemientrenamiento.Empecécon laspelículasdeacción.Es
dondemesientocómodo.—¿Notehagustadorodarunapelículade…amor?—Evitasadrede lapalabraromántica,¿eh?Bueno, laverdadesquenoes lo
mío.Yasabesmialergiaaesascosas,ahoraformapartedemicontratoconlaproductora.—¿Asíempezasteenelcine,peleando?—Sepuededecirqueasífueentodoslossentidos.Avanzamosporlasdunas,rumboalacasa.—TerminabamicarreraenOxfordcuandomeficharon.Enrealidad, fuepor
mi expediente deportivo. Necesitaban a un villano para la última película deJamesBond.—Así.Lavi.Fuisteunvillanomaravilloso.—En realidad fue casualidad. Yo conseguí un papel de extra, aunque
destacado. Pero el actor secundario sufrió un accidente durante el rodaje. Se
cayó del tejado apenas empezamos. Alguien pensó que podía suplirle y aquíestoy.—Leíquemodificaronalgunaspartesdelguionparaencajartupapel.—Sí. En principio, el malo era un personaje distinto: el típico amargado
iracundoyfeote.Decidieronquedabamásmorbounvillanomássofisticado.—UnaréplicaaBond,sí—reí,jadeandounpocoporlacaminata—.Creoque
elactorprincipalnosaliómuybienparadoatulado.—Nodigasbobadas—rio.Ambos sabíamosque lapelículamarcóunantesyundespués en lavidade
Nick como actor y del entonces, actor principal, que se retiró del papel delagentesecreto007enlassucesivasseries.—¿Ytegustapelear?—Megustadefenderme.Noesperoquenadielohagapormí—sucomentario
llevabaaparejadaciertaamargura—.Lavidadeloschicosesdura.—Ylanuestra—salté.Luegorecapacité—.Tienesrazón,loschicossufrísmás
violenciaenvuestravida,aunquenoesexclusivavuestra.¿Sabes?Merecuerdaa un Club que monté cuando era una cría. Un Club de «pringaos» quenecesitaban, sobre todo, saber defenderse en la vida de todas las manerasposibles.—¿UnClub?—seinteresó.—Sí.Perofueundesastre.Contratéaunpiradoparaquelosentrenaraycasi
losmata. ¿Puedes creer queme lo encontréhacepocopidiendo limosna en lapuertadeunhipermercado?Separóenseco.Yoseguí.—Sí.Sentíhastalástima.EraunexcombatientedeVietnamyselehabíaidola
olla.SellamaRobert.Mehablabaselotrodíasisentíaquedebíamospagarenlavidanuestroserrores.Aesomerefería.Esetíofuequienhizodañoalchicoquetemencioné.Dealgunaforma,todoslosquelehicimosdañoacabamosmal.—Robert—repitió—.Esextraordinario.Quépequeñoeselmundo.Contantohablar,nosencontrábamosyadentrodelacasa.Sinserconsciente
había seguido aNick hasta su dormitorio, donde sacaba ropa para cambiarse.Cuandomedi cuenta, sequitaba lospantalonesparaducharse. ¡No teníanadadebajo!Rectifico: no llevaba ropa interior, pero no se podía decir que tuviesenada.¡Casinada,diríayo!,aunqueenelsentidoinverso.¡Nadacorriente,desdeluego!Esechicoresultabaunsuperdotadoentodo…—Losiento,yo…noquería.—Notepreocupes,estoyacostumbrado.Soyactor.
—Yono—ledije,avergonzadapormiintromisiónensuintimidad.—¡Notevayas,Julie!—mepidió—.Terminoenseguida.Escuchéelruidodeladuchaymefuialacocina.Busquéalgodebeber,tenía
muchased.Sufrigoríficoreflejabatodouncultoalcuerpoyalasalud.Elegíunzumobioypiquéalgunasfrutasquedisponíapeladasycortadas.—Cogeloquequieras—medijo,sobresaltándome,mientrassecolocabauna
camiseta.—¡Quérápido!Llevabaunpantalónamplioyfino.Ahoramemirabafijamente.Habíallegado
elmomentodeexplicarmivisita.—Queríaverte—solté.¿Paraquémentir?—¿Porqué?—¿Porqué?¿Acasomeexplicastetúporquémeinvitabasacomer?—Lohiceparapurgarmiculpa.Lomiréextrañada.—Casitemachacountobillo.—¡Oh,eso!—rechacé—.Vamos,esanoeslaverdad.Porlomenos,noladel
restodelascitas.Yohesidosincera.Memiróysopesósucontestación.—Yoserétambiénsincero.Queríaacostarmecontigo.—¿Así,porlasbuenas?¿Porqué?—Julie,preguntasmucho.Porqué,porqué,porqué…¿Yporquéno?—Puesporqueunoseacuestaconalguiensilegusta,¿no?—¿Esocrees?¿Oquieresquetedigaquemegustas?Laconversaciónsevolvíaabsurdaypeligrosa.Decidíplantarcaradeunavez
onuncasabríalaverdad.—Bueno,¿tegustoonotegusto?—No,Julie.Nomegustas.Menudochasconomeloesperaba.—Vale…no es un buen trago, pero lo acepto.Me alegro de dejar las cosas
claras. Además, tú y yo… eres más joven y te mueves en otro ambiente esnormalquenosintonicemos.Esque…mepareció…Acababademetermeenunlíoinsondable.—Julienomegustas…porqueenrealidadtequiero.—Si lo entiendo…Solo quería saberlo por tus labios para no atormentarme
más con… ¿qué has dicho?—me interrumpí de repente, al caer en su últimafrase.
—Queteamo,JulieGarrett.—No…No…esimposible.Siapenasmeconoces.—Tútampocomeconocesamí.¿Tegustoono?Observésuexpresiónsocarrona.—No, no me gustas Nick. En realidad… te quiero. Te quiero como nunca
imaginévolveraamaraalguien.Enesepunto,élseacercóynosabrazamosyluegonosbesamos.Yacabamos
de rodillas en el suelo. Y seguimos besándonos. Y continuó mientras medesabotonabalacamisaybesabamipielcadavezquequitabaunbotón.Luegomecogióenbrazosymellevóalahabitación.Nohuboningunabandasonoraqueestropearaesemomento.Mimenteyanoexistía,solomicuerpoyelsuyo…
28
Elespejoroto
Nickdormíaaunplácidamentecuandodesperté.Laluzdelalbarepicabaensusmejillas,dondeunaincipientebarbarubiarelucíajuntoasusilueta.Noparecíahumano,másbienunángelcaído.Yomesentíapletórica:habíapodidorompermimaldición.Alavez, tambiénsentíaunmiedointenso.¿Seríaverdad loquemedijoEmmayperderíasuinteréstrasacostarseconmigo?Salídepuntillasdeldormitorioybusquéalgodeleche.Encontréunacamisa
suya en una silla y me la puse. Olía a él, a su perfume. No sé si el del«mariquitoso»,comodecíaRosalind,peroolíaacaro.Salíalporchequedabaalmar.Lasgaviotasdespertabanruidosasyelaguacentelleabandeuncolorazulacero,mientraslassombrasibandejandopasoalalba.Todoapuntabaaqueseríaundíamagníficoysoleado,muycaliforniano,apesardelafechaenlaquenosencontrábamos.Noviembresemarchabarápidocomolaluna.Enesemomentosentíunaagitaciónentreelfollajedunar.Mepuseenalerta,
pues me pareció que alguien o algo estaba allí afuera observándome. Sinembargo,pormuchoquemirénovinaday todoparecía tranquiloa la luzdeldía, que resultaba cada vez más intensa. Pensé que podría ser un vecino oalguienquepaseabaporesazonadelaplaya.Alfinyalcabo,lasdunaserandedominiopúblico.AndabaenesascuandosalióNick.Comosiempre, iba ligeroderopa.—Tevasaresfriarconesepantalóntanfino.¡Sicasisetrasparentatodo!—
reí.—Tienesunbigotedeleche—bromeóél,tocándomelanariz.Nosabrazamosdenuevoysentísucalorysuerección.Mevolvióacogeren
brazosymemetiódenuevodentro.Creoquenonos levantamoshasta lahoradelalmuerzo.Estavezquiseyohaceralgoútilymepuseabatirhuevosparaunatortilla.Élmemiraba,apoyadoenlajambadelapuerta,mientrascomíacerealesenunbol.Losdosteníamosunhambretremenda.
—Oye,¿hayvecinoscercadeaquí?—¿Porquélodices?—Meparecióveraalguienporlasdunas.—Puedeseralgúnsurfista.Haymuchosporestazona.Mefijéenunretratoquedestacabaenunmuebleentrecachivachesexóticos.
Alprincipiocreíquesetratabadeunafotomía,peroalacercarmedescubríaunahermosachicaconciertoparecidoamí.—¿Unaantiguanovia?¿Laqueterompióelcorazón?—No,no.Essolounamorplatónico.GiaCarangi,unamodelodelosochenta.
Yoerauncríoentoncesymeencantaba.Muriódesidaalosveintiséisaños.Enciertaforma,compartísungranparecido.—Estachicaesmuchomásguapa…¿ytúunamorplatónico?Mesorprendes.Élnodejabadesonreírmientrasdescubríamitorpezaenlacocina.—Teminusvaloras,Julie.Erespreciosa,deverdad.—No puedo creer aún que esto me esté ocurriendo —le dije, halagada y
avergonzadaalavez.—¿Porqué?,¿quéhaydeextraordinario?—Hastaesteinstantenomehabíapasadonadabueno.¿Túhaspodidocumplir
todostussueños,Nick?—Ahorasí—ymemiró.Tenía ladeada la cabeza y sonreía de unamanera extraña.Esa cabeza…esa
postura…¿dóndelahabíavistoantes?Depronto,vinolarevelación:—¡Will!—Hola,Julie.—¡Nopuedeser!—Hastardadomuchoendartecuenta.Encambio,yotereconocíelmismodía
delaplaya.Mehabíaquedadomudadelaimpresión.Ahoratodoencajaba:¡nohabíasido
unflechazocomocreía,sino laobsesiónadolescentedeunchicoalque jamáshubiesereconocido!—Estás…estástancambiado.¡Mehasengañado,tehasreídodemí!—Niporinstante—suexpresiónsehizodurayavanzóhaciamí.Enesemomentosonósuteléfono,unmóvilquemuchosnosepodíanpermitir
enesaépoca.Unallamadadesumánageryparecíaimportante.NickoWillmehacía señas para que aguardara, pero en un momento cuando entró en sudespachoparamiraralgúndocumento,aprovechépara recogercomopudemiscosas y salir pitando. Llevaba aún la camisa puesta. Frente al cocheme puse
comopude lospantalonesyentrésinmiraratrás,nibuscar loszapatosquenoencontraba.Mefuideallídescalza,mediodesnudayabsolutamentenoqueada.Solo al aparcar frente ami casapudedesahogarmey llorar amoco tendido.
Me sentía engañada y utilizada. Durante todo ese tiempo Will había jugadoconmigo. ¿Qué significaba yo para él? ¿Su particular venganza? ¿Conseguiracostarseconlachicaquehabíadeseadoensuadolescencia?HabíavenidocomoelCondedeMontecristoaajustarcuentas…Ahoraerarico,famoso,fornidoynadie lo reconocía ¡Dios! Y yo había caído como una tonta en su trampa.Porque: ¿me habría acostado con él si hubiese sabido de quién se trataba enrealidad?No.Larespuestaeraunrotundono.Encasadesconectéel teléfono,noqueríaquenadiemeperturbara.Nosabía
quéhacer.Mesentíaestúpida,vieja,enferma.Meacosté,puesnomequedabanfuerzas.Aldíasiguiente,lunes,nofuiaclase.Sialgunollamabaseencontraríaconunteléfonomudo.Por la tarde alguien golpeabami puerta. Primero con discreción, luego con
furia.DistinguíaperfectamentelosgolpesdeHelenyRosalind.—¡Julie,abreporfavor!¿Estásahí?—gritabaHelen.—Estamosmuypreocupadas—rugióRosalind—,abreporfavor,necesitamos
enseñartealgo.Hacíantantoruidoquetuvequelevantarmeyabrirles,otemíaqueatrajesena
mediobarrio.—¡Julie!Estáshorrible,¿teencuentrasenferma?—preguntóHelen.Yosolopudecerrarlapuertaysentarmedesganadaenelsofá.—Estachicaestámal—dijoRosalind—.Debehaberlovisto.—¿Verqué?—pudeporfinhablar.La luz que traspasaba las persianas me molestaba. Tina lanzó un maullido
quejicoso debajo de la cama, adonde se había escondido al escuchar tantoescándalo.HelenyRosalindsemiraron.—Sihabéisvenidoparaalgodecidlodeunavez.Nocreoquemeafectemás
de lo que ya sufro. ¿Es por no haber avisado al señor Cole de que no iba atrabajar?—No,querida.Menosmalquenohasido,aunquetodosentiendenahorapor
qué.Yosíquenoentendíanada.¿EllassabíanyalodeWill?Ambas volvieron a mirarse y me enseñaron unas revistas y periódicos. En
algunassalíamosNickyyoenelporcheabrazadosybesándonos.Consutorso
desnudo y esos pantalones trasparentes, ymis piernas al aire, con esa camisasuya abierta que dejaba entrever parte de mis pechos, parecían casipornográficas.¡Yasabíayoquehabíaalguienenlasdunas!SeguroqueWilllosabía,élestabaacostumbradoaquelosiguieran.Otra foto casi me da un infarto: un púdico rectángulo negro tapaba la
instantáneademientrepiernacuandomecogióenbrazos.¡Lamadrequelos…!Y no era eso lo peor. Lo peor es que algunos periódicos se hacían eco de lanueva novia del actor como una asesina borracha que había matado a dospersonasenunaccidentedecoche.Yveníauna fotodel turismosiniestradoyuna historia sobre el pobre matrimonio que falleció a manos de la loca, quetrabajaba de profesora de instituto. Una sarta de mentiras, porque Elizabethestabavivayladabanpormuerta.Nohabíatestigosfiablesenelrelato,tansologentequenoconocíayquehablabademí.Habíanincluidolaespantosafotodemiadolescencia, esade losbracketsque tantoodiabayquehabíaespantadoaSteve. Allí rememoraban también mi pasado, como si fuese una ninfómanaperversa,incluyendoenlalistaahombresqueniporasomoconocía.ElpropioStevelanzabapestessobremí.¡Nomelopodíacreer!Yohabíapagadoyaconcreces mis errores y ahí salía de nuevo acusada públicamente de borracha,asesinayadictasexual.LodelasfotosdeNickconmigoensucasadelaplayaresultabalodemenos.—Hanvenido algunospadresparahablar conel señorCole.Quierenque te
despidan—meinformóRosalind.—Hemos intentado contactar contigo para avisarte—siguió Helen, pero no
habíamanera.Mimundosehundía.—¿Y qué ha dicho el señor Cole? —pregunté. A esas alturas ya solo me
importabaeltrabajo.Noquieredespedirtedemomento, Julie.Seestáportando.Pero lepresionan
muchísimo. De momento, te van a apartar unas semanas para ver si todo secalma—meexplicóHelen.—¿Cómohapodidopasarunacosaasí?—selamentóRosalind.—EsNick,porsuculpa—bramé—.Éllohaurdidotodo.—¿Quéquieresdecir?—Ayer descubrí que esWill, el chico que estaba enamorado demí.Al que
abandonécuandoloatacaron.Osloconté,¿recordáis?—¿NickesWill?—seasombróHelen—.¿Porquéharíaunacosaasí?
—Porvenganza.Cuandomevioen laplayamereconoció.Montó todoparaavergonzarme, lo mismo que hicieron con él. ¿No lo entendéis? Todo olíademasiadoraro:quesefijaraenmítanrápido,quemeinvitarayagasajaraparaque no sospechase. Estuvo todo el tiempo riéndose de mí, para usarme decarnazaantelospaparazzi.Aligualqueaéllehicieronfotosparahumillarle…¿quién si no sabía lode estahorrible fotoque colgaron en launiversidad?Yohabléconélsobremiaccidenteylomuchoquemeatormentóestosaños.¡Cómoibaaimaginarqueutilizaríaesosdatosparahundirme!Lloré desconsolada y mis amigas callaron. Pocas personas conocían tantos
detallesdemisdesgraciascomoellasyNick.Ydeellasnodesconfiaba.
29
Lahoradelaaraña
Misamigastuvieronladelicadezayeltactodedejarquemedesahogara,perocuandome serené fueron firmes:memandaron a la duchay se encargarondeatenderalagatayhacerplanes.Helenhabíapuestolatelevisión,puesaesahoracomenzaba el programa del cotilla más cotilla de Hollywood, el avinagrado,relamido y mariposón de Henry Austen. Quería comprobar si la cosa senormalizabaoibaapeor.Porsupuesto,lateoríadeMurphysecumplió:todoibaempeorando.Cuandosalíde laducha,estabandandopasoaundirectofrentea lacasade
Elisabeth. Cuando esta salió a acudir a la llamada del timbre, ahí se veía alreporterodelprogramaqueintentabasonsacarle,aunqueellalosahuyentóynoentró en el juego, cerrando la puerta. Pobre mujer, cuánto daño seguíacausándole,aunquefuesesinquerer.Actoseguido,elperiodistaalnoconseguirsupropósitocomenzóahablarsobremiaccidenteysusconsecuencias,mientraselpérfidoHenrylehacíapreguntasdelapeorintenciónsobremipersona.Porlomenos,tuvieronladeferenciadeinformarquesolohabíamatadoaunapersona,elmaridodeElisabeth;porcontrahablabandelasgrandessecuelasquelehabíadejadoyeldolordelafamiliaporperderasuserquerido.Entonces,volvióaabrirselapuertaysalióElisabeth,estavezparahablarcon
el reportero, que fue raudo hacia su presa. Lejos de añadir carnaza a midesgracia,seportócomotodaunaseñoraydijoqueveíadesdesutelevisortodaslasmentirasqueseestabanarrojandosobresucasoyqueríaaclarar laverdad.DijoqueJulie,oseayo,eraunachicahonestaquehabíatenidountraspiés,quehabía pagado ya su deuda con la sociedad y alabó que fuese a verla paradisculparse. Algo que no hacenmuchos en lamisma situación, al acudir a lavíctima.Enfin,aHenryAustenysuprogramaamarillo lessalióel tiropor laculata y gracias a Elisabeth mi nombre se ensució algo menos. Le estaríaeternamenteagradecida.
Rosalindapagóeltelevisor.—Bueno,porlomenoshaytodavíagentehonesta.—Sí,porque si esamujerhubieseempezadoa llorarya contar conpena su
historia,ahoramismonohabríamaneradelavartunombre—medijoHelen.—¿Quévoyahacer?—suspiré,parecíaunabatallaperdida.Sobretodo,porel
dolorquemehabíacausadoWill,porqueasídebíaconsiderarloya.—Hablarconesechulo—indicóRosalind,muycabreada—.Sicomodicesél
loorganizó,éltendráquedeshacerlo,olearrancosusrubiosmechones.Parecíaunapanteranegradispuestaamatar.—Nosésiestoypreparadaparaenfrentarmeaél.—¡Tonterías!—dijoRosalind—.Ahoramismovamosaverle.Ynosfuimosalacasadelaplaya,peronohabíanadie.—¿Quéhacemos,esperamos?—preguntóHelen.—Nohaytiempo,dijoRosalind.Nisiquierasabemossivolverá.Aunqueyosí
sédóndepodemosinformarnos.Helenyyonosmiramosconsorpresa,mientrasentrábamosenelcoche.—Osdijequesoyunamujerderecursos—señaló,colocándosecondificultad
elcinturóndeseguridad.Helenconducíayyoibadecopiloto.—Sédóndevivesuguardaespaldas,elmaromocuadrado.—¡Rosalind!—exclamé—Túsíquenopierdestiempo.¿Cómohasdadocon
él?—Ventaja de ser administrativa—rio, aunque al ver nuestras caras, se puso
seria y nos contó su secreto—: llamé a los estudios para saber dónde vivíaMichael.Lesdijeque teníaquehacerleunpaseparael institutoycomonoesunaestrella,nopusieronreparos.—¡Menudamentirosa!—rioHelen.Rosalind resultaba todaunacajadesorpresas.Yeraunacajamuygrande…
ConsusindicacionesllegamosaundistritodelextrarradiodeLosÁngeles,unazonadondevivíanmuchosinmigrantesyafroamericanos.Habíazonasmejoresypeoresdentrodel inmensobarrio.Michaelvivía enunas casitas adosadas, conporchesdemaderayunpequeñojardínalaentrada.Parecíanhumildes,peronoestabanenlazonachunga.Llamamoscon insistencia, sinembargo,nohabíanadie.Unamujerdecolor
asomósucabezaporlaventanadelacasacontigua.—Noestá.¿Quiénessois?
—Ah,somosamigasdeMichael—mintióRosalind—,necesitamoshablarconél.¿Sabedóndeencontrarlo?Lacabezadesaparecióylamujersalióalapuerta,conalgodedificultad.No
teníanadaqueenvidiarlealculodeRosalind.—Michaelesmisobrino.Nuncamehahabladodeamigasymenosblancas—
dijo,conunamiradaaHelenyamí.—Nos conocemos del rodaje del instituto—ayudé—.Solo queremos hablar
conél,esimportante.Lamujer nos sopesó. Iba con rulos y una redecilla en la cabeza.Vestía una
bataconunestampadomuyagustodeRosalindyunoscalcetinesconbabuchasquehacíandañoalavista.Miróanuestracorpulentaamigayparecióquelediosuaprobación.—Cuandosujefeestátrabajandoélsevaconél.Hacesemanasquenoviene
poraquí.EstáempleadoconNickCampbell.Ayerpasóarecogeralgoderopalimpia.LeoídecirquesealojabaenelHollywoodRooseveltHotel.—Muchasgracias—legritamos,mientrascorríamosalcoche.Llegamos ya de noche al dichoso hotel. Me preocupaban mis amigas que
madrugabanaldíasiguiente.YyonisiquierahabíallamadoalseñorColeparaintentar darle alguna explicación.Ahorame parecíamás importante conseguirparar la venganza que había puesto en juego Nick. Esperaba que suguardaespaldasnosdijeradóndeencontrarlo.Enelhotelfueronimpenetrables.Nodabandatosdenadiequesealojaraallíy
menos,delpersonaldeunaproductoratanimportante.Yaestábamosalbordededejarlo,cuandoalsalir,nostropezamosconMichaelquellegaba.Veníasolo.Sucarademostróalgodeexpresiónporfin.—¡NecesitamoshablarconelseñorCampbell!—rugióRosalind,sindejarle
nihablar.—Es algo a vida omuerte—rematóHelen, que a esas alturas llevaba ya el
moñodescompuestoylacaraarrebolada.—Nopuedorevelarsuubicación—parecíaunrobothablando.—¡Porfavor!—lesupliqué—esmuyimportante.Perosiguióconsumarcha.EntoncesRosalindlecogióporlasolapaylehabló
altoyclaro.—El cabrón de tu jefe ha enfangado el nombre de mi amiga. O nos dices
dóndeestáoasumelasconsecuencias.El armario empotrado pareció sorprendido, al igual que nosotras, que
aguantamoslarespiraciónantelaosadíadeRosalind.Michaelquitóconfirmeza,
mascon suavidad, lasmanosdenuestra amigade sus solapas.Nosmiróa lastresdearribaabajo.Imposiblesondearsumente.—HevistoloquehasalidohoyylesaseguroqueelseñorCampbellnotiene
nadaqueverconeso.—¿Ycómolopuedesasegurar,eh?—dijoRosalind,peleona,plantándoselas
manosenjarra.Unosclienteshuyeronasustados,puesresultabaimposibleentrarentreelmuro
deRosalindyMichael.—ConozcoalseñorCampbellyséqueélnolohahecho.Estodouncaballero.Nosmiródenuevocomointentandoconvencernosdequesupalabraeraley.—¿Ysitienerazón?—dijoHelen—¿Ysiélnohasido?—Esquenosemeocurrequiénmáspuedeandardetrásdeesto—razoné—.
Sondetallesdemasiadoíntimos,losabíanmuypocaspersonas:él,vosotras,mipsiquiatra…Meparé.Meparecíaaterradoralaúltimaopción.Unmédico,sesupone,que
debíaguardarlaintimidaddesuspacientesy…LavozdeMichaelmesacódemispensamientos.—Pordineromuchagentehacecualquiercosa,inclusoquienmenosseespera
—sentenció.—Julie,necesitamosverle—apremióHelen.—Comonoshayasmentido…—señalóRosalindaMichaelcontodosugenio.Estealzólasmanosynosdioaentenderquedecíalaverdad,todalaverdady
nadamásquelaverdad.—De todas formas, si queréis hablar con él, tendréis que aguardar un buen
rato,peronosealojaaquí.Sehareunidoconelproductorysusabogadosparaintentarsalirtambiéndeestelío.SeencuentranenlaUSBankTower,porsiosinteresa,eneldespachodeLewisandHarper.MientrasHelen conducía, todo un remolino de ideas venía ami cabeza.Yo
seguíaempeñadaenqueeracosadeNick,peroMichaelestabaconvencidoenlainocenciadesu jefe.Amímeresultabamásdifícilcreerquemipsiquiatramehubiesedelatado.Cuandollegamos,habíaparanuestrasorpresaungranrevueloenelconsultorio.Unpolicíahablabaconmimédico,mientrasquelaayudanteibayvenía,mirandopapelesyarchivos.—DoctorFeist.—¡Julie,graciasaDios!—contestó.—¿Quéocurreaquí?
—Hemos intentado contactar con usted durante todo el día, pero tenía elteléfonoapagado,señoritaGarrett—meriñó—.Esperabaquevinieraaverme,trasverloquehaocurrido.—Mividaapareceenlosmediosdecomunicación,sí,yamehedadocuentay
vengoapedirexplicaciones.—Alguienrobósuexpediente.Esinaudito,nuncamehabíapasadonadaigual.—¿Cómo?—Tranquila,creosaberquiénfue.Elviernesvinounapacientenueva,fuela
últimaalaqueatendí.Llegóacompañadadesunovioyarmaronalgodejaleo,perohastahoylunesnomehedadocuentadequefaltabatuexpediente.Lomiréhaceunpardehoras trasverel líoqueseha formadocon tu relaciónconeseactor…Nick,noséqué…—NickCampbell…¿Fueélelhombrequeacompañóaesamujer?¿Porqué
creequefueronellos?—rechinabayadelosnervios.—No,nocreoquefueraél.Estoysegurodequeelroboseprodujodurantesu
sesión. Nunca he dejado mi despacho solo hasta esa tarde. Trabajaba con lapacientecuandoelhombrecomenzóadiscutirconmiayudanteyaarmarjaleo.Tuvequesalirparaverquéocurría.Sinduda,lamujeraprovechóelinstanteparacoger tu expediente. Deben ser de la prensa rosa o de alguna agencia dedetectives.Losiento,Julie.Mequedéasombrada.¿Tanimportanteerayoparaquerobaranamimédico?
Misamigasllevabanrazóncuandomeadvertíandequenosabíaenquémundomemetía…—Además me robaron algo de dinero —me explicaba—, pero me ha
preocupadomástusdocumentosyahoraalguienloshautilizado.—Muybien,doctor.Gracias,noesculpasuya.Elpsiquiatramedejóparaatenderdenuevoalpolicíaquerecogíadatos.Nos
fuimosdeallí.—EstáclaroquenohasidoNick—dijoHelen.—Noestoytansegura—argumenté—,puedehaberpagadoaalguienparaque
lohiciera.—¿Y qué ganaría con eso? —razonó Rosalind—, ¿no crees que él sale
tambiénperjudicado?—Noeslomismo—meenfadé.Estavezyoibadetrásdelasiento,nopodía
dejar de moverme de los nervios—. Vosotras mismas me dijisteis que a losartistaslesgustabaquehablarandeellos,bienomal.Espublicidad.LoquepasaesquetútefíasdeloquediceMichaelyélessuempleado.
—PeroyocreoqueRosalindvabienencaminada—objetóHelen—.¿Paraquéibaarobartuexpedientesiyasabíaportilodetuaccidente?El razonamiento de Helen me caló. No le faltaba razón. Tal vez, pretendía
obtenermásdetallesdelmismo.Yonolehabíacontadotododepeapa.Perosinofueseél,¿quiénsería?—¿YsiesalguiencercanoaNick?¿Alguienquequierehacerledañoaélyte
estáutilizandoati?—argumentódenuevo,larazonableHelen.Desechéeseargumento.Amímecausabamásdaño,aunquemediounaidea.—Alomejor—dijeamisamigas—esunaartimañadelproductordeNick,
Samnoséqué…Yono legusto.En la fiestamedijoquequeríaaNick libre,porquehabíamuchodineroenjuego…—Estonomegustanada—dijoRosalind—,peronada.Por fin llegamos alBankTower.Su imponente silueta parecía un faro en la
lejanía,conelreflejodelaslucesenlaoscuridad.—¡Esperoqueeldespachonoestéenunaplantamuyalta!—sollozóRosalind,
quesufríapavoralasalturasylosascensores.—Plantasetenta—leyóHelenenunaplaca.ARosalindempezóacaerleelsudormientrasesperábamoselascensor.—Quedaoslasdosaquí.Estoescosamía.—PeroJulie,queremosayudarte.Sialfinalhasidoél…Memostrétajante.—Por favor,quedaosaquíyesperadme.Serámenosviolentopara todos.Yo
intentaréhablarconélasolas.Rosalindmelanzóunamiradadeagradecimientoylasdossefueronaunsofá
de la entrada.Memonté en el ascensor junto aotraspersonasque llenaban eledificio. Bajé la cabeza, avergonzada de que alguienme reconociera. Tendríaquehabermetraídounagorraoalgoparataparme.Ahorameconocíancomolaasesinaborracha.Paramitranquilidad,nadiedelosqueandabanallíentrandoysaliendoparecíaecharmecuentas.Entrelamultitud,resultabainvisible.Lleguéalaplantaymeparecióqueelsonidomusicaldelascensorsemehabíametidoenelestómagoynotabaallídentrounacampanilla.Sentíamiboca secayestabaaterrorizada,perodebíaenfrentarmeamismiedos.
30
Revelaciones
La planta resultó enorme, pero di con el despacho de los abogados. Unasecretariame abordó.Unamujer de color demediana edad ymuy guapa. Ibaimpecable con un traje que parecía una especie de capa y un lazo negro decorbata.Mepreguntósiteníacita.—No.VengoaveralseñorCampbell.Pareciósorprenderse.—ElseñorCampbellesunclientenuestroyahoraestámuyocupado.—Porfavor,solodígalequesoyJulieGarrettyquenecesitohablarconél.Es
muyurgente.—El señor Campbell es una persona importante y famosa, y mucha gente
quiereacercarseaél.Comprenderáquenopuedoatenderla,señora.—Solodígalequiénsoy.Siélnomeconoceonoquierehablarconmigo,selo
dirá.VengodepartedeMichael,suguardaespaldas.Crucé los dedos por utilizar al pobreMichael.Me recordómi embuste para
entrarenlafiestadeSteve,pringandoaRonald.Mesentímuymal.Aldarleunnombre de referencia, la secretaria se lo pensó. Supongo que tampoco querríaexplicar a Nick que alguien que conocía había venido y no le habían dejadopasar.—Estábien.Quédeseaquí,ahoralecontesto.Me senté en la sala de espera. El despacho respiraba un aire moderno y
sofisticado. Todavía olía a nuevo, ya que el edificio era reciente. No metranquilizabaquesoportaraterremotos.Soloconpensarentodaslasplantasqueteníaquebajar,yaresultabaaterrador.Laelegantesecretariaregresóalgoalterada.—Paseaesahabitación—mepidió—.El señorCampbellhablaráconusted
ahora.
En el pasillo una de las puertas se abrió. Se veía a mucha gente, hombresenchaquetados que parecían discutir. Vi el perfil de Sam Sheiffer. No parecíamuycontento.Esperéen lahabitación.Undespachodecoradoalestiloclásico,conparedes
forradasdesedaverdeymueblesdecaoba.Yodabavueltas,nerviosa,cuandoseabriólapuerta.EraNickoWill.Ahoranosabíaaquiénmeenfrentaba.—Julie—memiróserio.Parecíaalgodescompuesto.Enesemomento,representabamáselaspectode
unhombredenegociosquedeunjovenrisueño.Parecíaotrapersona.—Quiero saber si tienes algo que ver con todo esto —despaché, con voz
quebrada.Metemblabaelpulsoycrucélosbrazosparaquenosemenotara.—¿Creesqueyotengoalgoqueverconesto?Parecíaasombradodeverdad.—¿Y quién si no? ¿No querías tu venganza? Pues ya la tienes. Yame has
humilladolosuficiente.Tepido…No,tesuplicoqueparesestainfamia.Susojosmehacíansufrir.Nopudeaguantarlelavista.Sequedóestupefacto,
perotambiénmuyenfadado.—¿Deverdadsetehametidoenlacabezaqueyoheorganizadoestecirco?—
gritó,haciéndomeretroceder—.¿Deverdadpiensasqueheaparecidoentuvidaparavengarme?—Tienesmotivosparahacerlo,¿acasonoteacostasteconmigoparaconseguir
tuobsesiónenfermiza?—gritéamivez.Sequedódepiedra.—¿Creesquetodoestetiempoheestadopensandoenti,JulieGarrett?—Esloquehacenlosobsesos.—¡Era solo un crío! ¡Solo tenía trece años! A esa edad se hacen tonterías,
Julie.Comolashicistetú.¿AcasonovivíasobsesionadacontuSteve?—No…nomevengasahoraconeso.Esrepugnantequehayasescarbadoen
miinformemédico.—¿Quéestásdiciendo?—cadavezparecíamásalterado.—Heidoestatardealconsultoriodemipsiquiatra.Séqueenviasteaalguien
paraquerobaramiexpediente.—Julie,estás terriblementeequivocada.Tanequivocadacomoeldíaqueme
dejastecuandomástenecesitabaporirteconaquelcapullo.Ahorasíquehabíamásquereprocheensuvoz.Vomitabasuindignaciónde
todosesosaños.
—Entonces,¿nohassidotú?—Lamismapreguntayameofende.Estoyreunidodesdeestamañanaconmis
abogados,miagente,elproductoryunsinfíndeleguleyosmásparasaberquéhaocurridoytomarmedidas.Tefuistedemicasasindespedirteynomehasdadonilaoportunidaddeladuda.Yahoravienesconesta.Meechéallorar.—Creíquemehacíaspagarpor loquetehice.Nuncaquise lastimarte,Will.
Losientoesquevivocomoenunanoria.Noséquéeslosiguientequemevaaocurrir.Mehantildadodeasesina…—Losé.YnoveascómoestáSam.Sesubepor lasparedes.Quierequeme
deshagadeticuantoantes.—¿Quéquieresdecir?—AélleimportaNickCampbellcomomarca.Laproductoraylosestudiosno
quierenqueminombreseasocieaalguienque…queahorasehaconvertidoenla diana del chismorreo público y por algo tan feo como unamuerte, aunquefueseunaccidente.Yonoparabadellorar.—¿Yquévasahacer?—dijeentrehipos.Seacercóamíymecogiólosbrazos.—Cuandomeocurriólodelafiestamispadresdecidieronquemefuesecon
mi abuela materna, Rose, a Londres. Allí rehíce mi vida, estudié mi primeracarrera y me apunté a todos los deportes que pude para hacerme fuerte. Noqueríaquenadiemepegasemássindefenderme.Meapuntétambiénaclasesdeteatroparaintentarlucharcontramitimidez.LuegoregreséaEstadosUnidosyme matriculé en otra universidad mientras seguía con mis clases deinterpretación.Seconvirtió enmiválvuladeescape.Adopté el apellidodemimadredesolteraymediaconocerpormisegundonombre.—¿Túsegundonombre?—WilliamNicholasAndrewStanfordCampbell.—Tomaya—mesalió,entresollozos.—Lafamiliademimadreesdeorigeninglésymiabuelaes todaunaLady,
hija de un duque. Mi abuelo fue par en la cámara de los Lores, son muytradicionales.Deahíelnombrecito.Porprimeravezdesdenuestroencuentro,sonrió.—Asíquecogisteotraidentidadyforjasteotravida…—Los actores suelen adoptar un nombre distinto en su profesión, muchas
vecespararesguardarsuvida.Yosoloqueríadejarelpasadoyvivirelpresente.
Nomeescondo.WilloNickoAndysoyyo,peronecesitabalamejorpartedemiparalucharporminuevavida.—¿Entoncesnomehasodiadodurantetodosestosaños?—Te dije en una ocasión que odiar es una palabra muy fuerte. Aunque sí,
estuvedolidomuydolido.Eramuyjovenysentíelrechazoytudeslealtad.Sinembargo, con el tiempo fuimadurandoymi herida cerró.Gracias a ti y a loscretinosquemetorturaronesedíamehicemásfuerte.Nuncateodié, tampocomeobsesionécontigo.En realidad, te convertiste enunanebulosamuy lejana,hasta que te vi en la playa. El día que te reconocí sentí interés por saber quéhabía sido de tu vida, por eso te invité. Me encontré con otra Julie que noesperaba:unachicamenosengreíday,alavez,algorota.Parecíasdistintayesomedevolvióel interéspor ti.Meenamoréde lanuevaJulie,sin fantasmasdelpasado. El primer amor nunca se olvida, pero te aseguro que no me hubieseacostadocontigo sino tehubiesequeridodeverdad,porque lomenosquemeapetecíaeraacabarconlachicaquetantodañomehabíahecho.Me dejó de piedra. Él tenía más sesera que yo en todos los sentidos. Me
encaprichédeStevedesdequeloconocíycreíaqueWillhabíasentidolamismaobsesiónqueyoporunapersona.Mesentíatantorpeemocionalmente…Anda¿qué había dicho?: ¡que no se hubiera acostado conmigo si no me hubiesequeridodeverdad!Laaperturadelapuertainterrumpiómiinminenteefluviodeemotividad.—Nick,teestamosesperand…EraSamSheiffer.Sequedóparadocuandomevio.—¡Tedijequenostraeríacomplicaciones!—meseñaló,mientrasmeacusaba
con el dedo—.Tienesquedejarla ahoramismo.Tu carrera corre peligro, ¿meoyes?—Teoigomuybien—dijoNick—.Nosoysordo.Ynopiensodejarla.—¿Qué,estásloco?—rugió,conlacaracongestionadaporlaira.—Ahoravuelvealasala.Eresmiproductor,¿no?,puesmanejaloshilospara
que esto se solucionepronto.Conoces agente importantede la prensa.Dile aLouis que emita un comunicado y amis abogados que vayan preparando unademanda contra los medios que invadieron mi intimidad. Y que también lesacuse de injurias y calumnias.Quepidanunabuena cantidady ya veremos sisiguenvomitandoescoria.SamsemarchóantelaautoridaddeNick.Yomesentíaunaestúpidaportodo
loquelehabíadicho.—Losiento,Nick.Tehefastidiadobien.
—Estoyacostumbrado.Es el preciode la fama,perono tolero lasmentiras.Vamos, Julie. Vete. Ya hablaremos en otra ocasión más tranquilos, descansa.Tienesunaspectohorrible…ynolodigoporofender.—Nick,yo…—Déjalo todo enmismanos.He contratado a unos investigadores para que
descubranquiénseescondedetrásdeesto.—¿CreesqueSam…?—¿Sam…?Soysuposesiónmásvaliosa.Podíaintentardesembarazarsedeti
deotrasmanerassinsalpicarme.—Nick…—Vete, por favor. Yo también necesito pensar. Te he hecho daño
involuntariamente.Debísermásprecavido,mehellegadoaacostumbrartantoalos periodistas y curiosos que no calibré el peligro. Y ahora lo han pagadocontigo. Tal vez Sam tenga razón y esta relación no funcione entre nosotros,Julie.Medejóconuncastobesoen lamejillayconel corazón roto.Si ahorame
abandonabapararesguardarme,entoncessíquenotendríaconsuelo.Misamigasmeesperabanabajo.Sehabíanhechoconvariaschucheríasdeuna
máquinadispensadora.Laspobres.Nohabíamoscomidoentodoeldía.—¿Quéhapasado,Julie?—saltóHelendelsofá.—NoeraNickynoeraSam.—Tampocoelpsiquiatra—siguióRosalind—.¿Quiénhabrásido?—Tal vez alguien de la prensa amarilla —dijo Helen sin mucho
convencimiento.—¿Cómoibanasaberlodemiexpedientepsiquiátrico?—Tehabránseguido—razonóella.—Puede ser.Quién sabe.Ahoramesientomuycansadayvosotras también.
MañanatenéisqueiraclaseyahorarecuerdoquenisiquierahehabladoconelseñorCole.—Poresonotepreocupes—dijoRosalind—,loentenderá.Contodoloqueha
salidohoyenlateleyenlasrevistasimaginaráquenopuedesnimoverte.PerononoshasdichoquéhapasadoconNick.—Eso,¿quépasó?—preguntóansiosaHelen.—Que los chicos pueden cambiar mucho. Y no solo de aspecto. Nick ha
reunidoenestosañosmássentidocomúnqueyo.—Es como el cuento del patito feo que se convierte en cisne —sonrió
Rosalind—.¿Volvéisono?
—Creoquelovaameditar.—¿Quéesloquetienequepensar,tequiereono?—Escomplicado.Nome lohadicho,aunque lo intuyo.Con todo loqueha
pasado puede que piense que su vida puede perjudicarme, dejarme expuesta.Ademássuenamoramientoesmuyreciente.—Sitequeríadesdequeerauncrío,¿no?—dijoHelen.—Noexactamente.Mehaconfesadoquefuisuprimeramor,peroqueluego
meolvidó.Nosiguiótodosestosañoscolgadodemí.Viviósuvida.Hasidoalconocernosdenuevo,comoadultos,cuandosehaenamorado.Sinembargo,nosésiesunamorlosuficientefuerteensunuevavida.Misdosamigascallaron.Eneselujosoedificiolavidaafueraparecíamásdura
de loquehabíamoscreído.La famayeldinero suponíanahoraun rascacielosmásaltoquelaBankTower.
31
Leccionesdelavida
Cuando llegué a casa conecté el teléfono. El contestador rebosaba lleno dellamadasdemisamigas,mipsiquiatraymihermano,entreotrasmuchas.Peroestabatancansadaquedecidíacostarmeyescucharlosmensajesaldíasiguiente.Muytempranomedespertóunallamada.Eramihermano…—Julie, ¿dónde demonios te hasmetido? Te hemos buscado todo el día de
ayer.Tellamamosyfuimosatucasa,peronoteencontramos.¿Sepuedesaberporquéhasdesaparecido?—Tuveundíamuyajetreado—dijeconcansancio.Erademasiadotemprano
paraenfadarnos.—Yahemosvisto loquehaocurrido.Oye,vamospara allá.Ni se teocurra
marcharte.—Tranquilo,nomemoveré.Yenmenosdeunahora,mi cuñadaFrancescay él se encontraban en casa.
Parecíanmuy preocupados. Tuve que contarles lo que había ocurrido, porquesabíaloobstinadoqueeraIan.—¿NickesWill?—exclamó,asombrado.—Sí,peroporfavor,noselodigasanadie.Ahoraesotrapersona.—¡Nopuedo creérmelo! El «pequeñajo» del grupo es ahora toda una
celebridad. Siempre fue un niño superdotado. Iba al instituto cuando deberíaestudiarenelcolegio,nuncaimaginé…Ensusojoshabíachiribitas.—Siestásmaquinandoalgo,larespuestaesno.Niseteocurra.—Siempreaguafiestas,Julie.Derepente,meentraronunasganastremendasdevomitarycorríalcuartode
baño,entrelasmiradaspreocupadasdemicuñadaymihermano.—Todo ese estrés no es bueno, Julie—me señaló Ian desde el salón—. Es
terrible lo que ha salido en la prensa y lo que hemos visto en televisión.Nos
quedamosayerdeunapieza.Haymuchamaldadenello.Regreséaúndescompuesta.—Untonicoallimone,Francesca,veloce!Ymicuñadafueraudaatraermelabebida.—Eshorrible—medijo—,pobreJulie.¿Quiénquerráhacerteeso?—No lo sé—contesté yme bebí la tónica—.Alguien que quiere hacernos
daño.—Sobretodoati—respondiómihermano.—Esoparecelavenganzadeunadonna—señalóFrancesca.—¿Porquélodices?—meintrigó.—Por la forma de actuar y por utilizar cosas personales como tu foto de
adolescente. Solo a unamujer se le ocurriría humillar a otra con sus defectosfísicos y sus fracasos sentimentales. Nosotras sabemos que eso hace daño deverdad,aunquealoshombreslesparezcaunachiquillada.—Esqueeresmuysensible,Julie,comoerescáncer…—¿Tienescáncer?—seaterrómicuñada.Neguéconlacabeza,mientrascasimeatoraba.—Mereferíaalzodíaco,Francesca,cancro,cáncer.Yosoygemelli.—Quésustomehasdado.Portamecrazy.Mevuelvesloca,Ian.Yosoyleone.—Venaquí,leonamía—ledijoentrerisas,atrayéndolaalsofá.Ambossebesuquearonmientrasyomerehacía.Formabanunabonitapareja.
Ianhabíatenidomuchasuerte,aunquefuesealatercera.Sefueronporfin,nosinantesprometerlesquemeencontrabamejor,queles
llamaríasilesnecesitabayqueintentaríaunencuentroentreWillymihermano,aunque esto último no sabía si sería posible.Will había roto ataduras con supasado.Sihubiesequeridohablarconsusantiguosamigos,yalohabríahecho.Decidípasarmeporelinstituto.Yotambiéndebíadarexplicaciones.Elseñor
Colemerecibióensudespacho.—¡Julie!,¿quéhacesaquí?¡Nodeberíasvenir!—Losiento,señorCole.Necesitabahablarconusted.Queríadisculparmepor
todoloquehaocurrido…Estosemehaidodelasmanos.Memirómuyserio.SeguíaconsuaspectoimponentedecondeDrácula.—Julieteencuentrasenunasituacióndelicada.Tómateunpardesemanasde
vacaciones,hastaquepaseestevendavalyseaclarelasituación.—Gracias,señorCole.Sélomuchoqueestáhaciendo…—Lohagoporelinstituto—medijoseco.—Losdossabemosquenoesasí—lerespondí,conlamiradafija.
Selevantóymecogióporloshombros.—Eresunaexcelenteprofesoraymejorpersona.Estopasará.Entonces lo abracé y le di un casto beso en lamejilla. Tras sumáscara de
titanio,Dráculaescondíacolmillosdemantequilla.Cuandosalíyrehuíadelospasillosvacíoscomounvampirodelsol,Thomas
salióamiencuentro.—Julie.Tehevistoentrar.Teesperabaparahablar.Vamosafuera.Y salimos, esquivando los ventanales de las puertas donde se veía a los
alumnos en clase.Había una sustituta en lamía. Sentí un ligero amargor.Loschicosnoteníanculpadeloquemehabíaocurrido.—Thomas,mealegraverte.Asípuedodecirtecuántosientomisdesplantes,te
aseguroquenoqueríaherirte.—Notepreocupesporesoahora.Helenyasedisculpóporti.—Mealegrotantoporlosdos…esperoqueosvayatodobien.—Julie,noloentiendes.Noestoybiencontigo,perotampococonHelen.Ni
estarébienconningunamujer,¿meentiendes?—Notecomprendo…—Julie, me cuesta mucho decirlo… Siempre he sido muy tímido con las
mujeres.Dehecho,nuncaheestadoconninguna.Soyhomosexual.Medejódeunapieza.—Entonces,¿porquéqueríassalirconmigo?—Heintentadohacerunavidanormal.Mipadreespastor,¿sabes?Yomismo
heluchadocontraesto.—¿Po…porquémelodicesahora?—Porquesépor loqueestáspasando,coneseescarniopúblico…Túeres la
quemejormepuedescomprenderenestosmomentos.—¿LosabeHelen?—No,nomeheatrevido.Mesientomuybienconella,lopasamosgenial.Es
unalmagemela,sinembargo,solopuedoverlacomoamiga.—Nopuedesengañarla,Thomas.—Tienesrazón.Creíaquepodríasernormal,casarmeconunachica,crearuna
familiaytodoeso.Penséquealsalircontigonadiesospecharía…esduroparamí.Soycreyente…Tútienesmásvalorqueyo,pisandoesteinstituto.Teadmirotanto,Julie.Nomeextrañaqueeseactorsehayaencaprichadocontigo.—Está bien, Thomas. Gracias por tu apoyo, aunque yo también admiro en
otros el coraje del que carezco para afrontar otras situaciones…—le dije, alpensar enNicky en cómohabía encarrilado suvida trasunadesgracia—,por
favor, díselo a Helen. Es una mujer moderna y comprensiva. Se merece laverdad.—Claro.Sinecesitasalgo,llámame.Ynosdimosunbesodedespedidayungranabrazo.Esperabaquenohubiese
nadie allí fuera para recoger esa instantánea. Lo queme faltaba ahora es quesiguiesenbuscandopruebasdemininfomanía.La revelacióndeThomas fueuna auténtica sorpresa.Lo lamentéporHelen.
Ahora que había encontrado un hombre que compartía sus gustos y aficionesculturales…Alvolveracasa,repasélasllamadasenelcontestador.Unadeellas,medejó
helada:—Hola,Julie.Talvezteacuerdesdemí:soyRonald.Hacemuchotiempoque
no hablamos, quince años por lo menos…—se escuchó una especie de risacansada—,cómopasaeltiempo.Hevistoenlateleyenlaprensaloquetehaocurrido,talveztealegresaberestanoticia—hizounapausa—.NosésisabrásquesoypolicíaytrabajoenSanFrancisco.Otroscompañeroshansidolosquehan realizado las detenciones, cuando me enteré… he querido llamarte.DetuvimosaBrendayStevecomoautoresdelroboenlaconsultamédica.Aúnllevabantuexpediente,supongoquequeríansacarmásdineroconalgunascosasque venían allí. Hacemucho tiempo que no sabía nada de Steve […], nomeimaginaba que cayese tan bajo. Bien, supuse que te alegraría saberlo. Ya tellamarálapolicíadeLosÁngelesparaponertealcorriente.Mealegrodesaberde ti, aunque sea en estas circunstancias […]. Si algún día te pasas por SanFranciscoyquiereshablar,llámame.Suvozparecíadistinta.Perosupongoquelamíatambiénhabíacambiadoen
estosaños.¡Ronald!Quépequeñoeraelmundo…
32
Lanoviacadáver
—AsíquefueronBrendaySteve…—bufóRosalind.Casiselecaeeltrozoderoscoquemasticaba.Yoapenaspodíatragarelcafé.
LapolicíadeLosÁngelesmehabíallamado,talycomomedijoRonald.Habíancogido a los dos en San Francisco. Les habían seguido la pista gracias a lacolaboracióndeunperiodista—uncasohonradoyexcepcionalentre laprensaamarilla—yporlosdetectivescontratadosporNick,quehabíaninformadoalapolicía.LosdosqueríanvenderlemásexclusivassobrelanoviadeNick.Cuandotuveelexpedienteenmismanos,pudecomprobarpormímismacuántascosassedicenenlaintimidaddeundiván.Muchasmásdelasquecreíayrecordaba.Hubiera sido muy humillante que se hubiese ventilado mi virginidad y misfracasossentimentales.Mihermanodecíalaverdadcuandomehabíatachadodesensible: solo hasta leer lo que yomismahabía considerado importante enmividahastaesemomentolodemostrabaconcreces.Eldíaademás, trajootrassorpresasynotanagradables.Losestudioshabían
emitidouncomunicadodesmintiendomirelaciónconelactor.Explicabanqueéldesconocía absolutamente mi pasado y que solo había sido un affaire. Unaffaire…asíquedabalonuestro.Además,demandaronaquieneshabíanrotosuintimidad y ganaron.Nick se embolsó una importante sumade dinero y tuvo,toda una campaña mediática para lavar su imagen. Por algún motivo, se lorifabanmodistos,perfumistasyempezóa rodarotrapelícula,cuando laúltimaempezaba a estrenarse en los cines.Lagente fue enmasa a verla, bienpor elmorbo,bienporverenotrogéneroalactordemoda.Hayquedecirque,aunquenolegustaraelguionaNick, lapelículafuetodounéxito,sobretodoentreelpúblicofemenino,queesalapostrequienmanda.AhoraseencontrabaenCanadárodandosunuevotrabajo.Nomehabíavuelto
allamarnisabíanadadeél.SolounaescuetanotaquemetrajoMichaelacasa,caligrafiadaamano,meanunciósuruptura.«Eralomejorparalosdos»,decía.
Su guardaespaldasme la entregó con tristeza en los ojos y se fue sin esperarrespuesta.Talvezeramejorasí.Lasaguashabíanvueltoasucauce.YorecuperémisclasesyHelenseconsoló
con nosotras por el anuncio de Thomas. Sin embargo, después del sofocón,siguieron viéndose para ir a los sitios y exposiciones que les gustaban. Sehicierongrandesamigos.Yotraguéconver lasfotosylasnoticiasdeNickquesalíaconunapreciosa
modelo de piernas interminables, que ahora se paseaba con él del brazo, porfiestasysaraos.Misamigasintentaronesconderlas,perotardeotempranoestabacantadoque lasviera.Ni siquiera lloré,pesea la intensaamarguraque sentía.Nuestraamistadentrelastressehizomásfuerteylosmesespasaroncomoenunsuspiro.YanadieseacordabadeJulieGarrett,salvoelfiscaldelEstadoparaquetestificaracontraBrendaySteveporroboyviolacióndemiintimidad.Poco antes de primavera,Rosalind nos invitó aHelen y amí, a celebrar un
pijamaparty.Decíaquesetratabadeunadelantodesucumpleaños,aunqueyosabíaque,enrealidad,queríaevitarmeelmartiriodelasinformacionessobrelagala de los Óscar. Nick tenía una candidatura a mejor actor por su últimapelícula,laquehabíarodadofuera,apesardequeSundayNighthabíaobtenidomáséxitode taquilla.Noobstante, tambiénoptabaporotrospremiosmenores,con laparadojadeparticiparen lagalacondospelículas.Aunquemisamigashabíanevitadotodotipodeconversacionesycomentariossobrelospormenoresdelaceremonia,yomehabíaempapado,puesnoresistílatentacióndesaberdeélysuvida.Otrastresmujereshabíanpasadoyaconéluncortonoviazgodesdenuestraruptura.Todasbellísimasyespectaculares,incluidaNoraThomson,queera una demis actrices preferidas y por quien sentía un gran respeto. Ahora,contabaalavezconmienvidiaamarga.Asíqueesanochedel23demarzode1998,Helenyyofuimosadormirala
casadeRosalind.Unaenormevivienda,humilde,perollenadevida.Ademásdesuspadresysuabuelateníanuevehermanas.Lasdosmayoresestabancasadasyvenían con sus hijas. El resto, incluida Rosalind, seguían solteras. La máspequeña teníanueveaños.Nuestraamigaera la tercera.Aquello resultabaunalocura,ya lapar,auténticamentedivertido.Supadrese retiróa su«cueva»,osea,alsótanoparajugarconalgunosamigosaldominóyalascartas.Las chicas íbamos a pasarlo en grande con una noche desenfrenada de
palomitas, helados y pizza. Excepto las dos pequeñas, todas las hermanas deRosalind se veían tan voluptuosas y carnales como ella, e igual de divertidas.Toda una locura. Íbamos en pijama, incluida la abuela, llenando el salón con
juegosycomida.Porsupuesto,llególahoradeverlatele.Yosabíaquetodasestabandeseandover lagalaendirectode losÓscar, aunqueno lohacíanpordeferenciaamí.—Por favor, chicas, poned la tele. No me importa, de verdad. Ya me he
anestesiado.Séloqueocurreenelmundo.Rosalind y Helen no estaban muy a favor, pero sus hermanas pequeñas
lograronloquetodasdeseábamosynosdispusimosaverlagala.Yosíquehicegala de una gran frialdad y ni me inmuté, cuando por fin aparecieron lasprimeras imágenes de Nick llegando al Shrine Auditorium. Mis amigas memiraronporelrabillodelojoymehiceunaestatua,apesardeque,pordentro,misdienteschirriabandetantoapretarlamandíbula.La cosa andaba reñida. En esta setenta gala de los Óscar había películas
fabulosas que optaban por tan codiciado galardón. Entre ellas Titanic, quedestacaba entre nuestras preferidas, aunque Helen era más partidaria de L.A.Confidencial.Desde luego, el papel deNick enElVuelo delFénix, constituíatambién un duro candidato. En ese papel Nick estaba irreconocible, ya queaparentaba más años y más kilos, logrando un extraordinario retrato de unboxeadoraplastadoporlavida,queseenfrentabaalcombatemásimportantedesucarrera,mientrassuvidapersonalyfamiliarsehacíaañicos.Todoelretratodeunluchador,delperdedorvictoriosoquepeseatodaslasapuestasencontrasalía triunfador. Helen le daba por ganador del Óscar. Decía que había unatendenciaenlaAcademiadepremiarsiemprealosmásfeos.Nosreímostodasdesuocurrencia.Noobstante,eraverdad:cuantomásdramáticoyfeoresultabaunpersonaje,másoportunidades teníade triunfar.Muchomásqueensupapeldechicoguaperasenlaotrapelícula,pormuchataquillaquehubiesereventado.Desdeluego,segúnpudeapreciar,habíarecuperadosucomposturayquedaba
muylejosdelpapelquepodíaencumbrarlealÓscar.Seveíaimpecableconsuesmoquinysucortedepeloacepillo.Tambiénibabienacompañado,aunqueenestaocasiónnoconocíaasuacompañante.Unarubiadegélidosojosygenerosoescote.Comoenotrasocasiones,BillyCristalhacíademaestrodeceremonias.Yallí
estaban además los británicos de Full Monty, película con la que tanto noshabíamosreídoenelcineyWillSmithyTommyLeeJones,quehabíanarrasadoentaquillaconsusHombresdeNegro.Laverdadesqueladecisiónseríamuydifícil. Nick tenía que competir con grandes actores como Nicholson, DustinHoffmanoPeterFonda,entreotros.
Contantasmujeresallíenelsalón,laceremoniafuelamásdivertidaquehabíavisto enmi vida. No puedo ni escribir los comentarios que se hacían cuandosalíaLeonardoDiCapriooelpropioNick, apesardequeconesteúltimo, serecataban por mí. Will Smith despertaba la locura entre las hermanas deRosalind.Menosmalqueaquelbarulloyaquellasmujeresmeayudaronaqueesa amarga noche fuera además la que más me riera. La ceremonia pasó tanrápido,quecuandonosdimoscuenta,yaestabanapuntodeconcederelÓscaralmejoractor.Elsilenciosehizoenelsalón,solorotoporelestallidodelaspalomitasenel
microondas de la cocina. La abuela Kate nos mandó callar, muy seria en lamecedoraconsusgruesasgafas,cercadelatelevisión.FrancesMcDormandnosmanteníaenvilo…—ElÓscarespara…¡NickCampbell!—gritó.UnaovaciónsealzóenelShrine,peronotanaltacomolaquesevivíaencasa
de Rosalind. Los saltos hicieron rechinar la madera, y el padre y sus amigossalierondelsótano,asustadosdequeselesvinieraencimaeltecho.—¡Callad,callad,quevaahablar!—chillóRosalind.Lacalmavolviócomoporensalmo.—Quiero agradecer a los miembros de la Academia por concederme este
Óscar.Esunhonor, sobre todo, teniendoencuentaa losgrandesactoresa losquemeenfrento—sonaronaplausos—.Porúltimo,queríadedicaresteÓscaraunapersonamuyimportanteparamí.Unamujeraquienledeboloquesoy.Aunaamigaquemeempujóasacar lomejordemímismoysobreponermea laadversidad.AJulie,unaauténticadama…Mequedé a cuadros.Rosalind yHelenmemiraron con la boca abierta y el
restodelashermanassiguieronsaltandoyformandojarana.Loquequedabadelaceremoniayanointeresaba.Todasmefelicitaronconefusión.—¡TehadedicadoelÓscar,Julie!—meabrazóHelen.—¡Niña,deberíassaltardealegría!—medijoRosalind.—Estoycontenta,tranquilas,porlomenosahoraséquesoysuamiga.Por fin, llegó lahoradeacostarse,despuésdeunaguerradealmohadonesy
otro atraco a la nevera por parte de las Hunter. Helen y yo dormimos en lahabitacióndeRosalindcompartiendocama.Estábamosreventadas.
33
Sorpresasdelavida
Alasdosdelanoche,seescucharonunosruidosenlacasa.Derepente,alguienabriólapuertayseencendieronlasluces.—¿Quéesesto?—murmuróHelen,mientrasbuscabasusgafas.Las tres nos levantamos con un susto tremendo,medio adormiladas. Por la
puertaaparecióquiénmenosmeesperaba:Nick,consuesmoquiny lapajaritadesecha.Llevabaalgoen lasmanos.Detrás, lashermanasdeRosalind juntoasus padres y su abuela que se habían levantado también. En un santiaménllenaron la habitación con sus corpulencias. Yo intentaba salir de la cama,mientrasHelenestabasentadaconlospelostiesosycaradeasombro,aunquenotanto como la deRosalind, cuyas greñas y trenzas le hacían parecer un pulporeciénpescado.—¡Nick!,¿quéhacesaquí?—Julie—se arrodilló,muy serio—.Tienes lamanía de dejarte cosas enmi
casa.Yme puso los zapatos queme olvidé cuando salí huyendo aquel día de su
casa,alsaberqueeraWill.Noesquefueranunoszapatosespecialmentebonitosni que el pijama fuese elegante, precisamente, con esos dibujitos de gatitos ylazos,aunqueenesemomento,mesentícomoCenicienta.Había un silencio inmenso en esa habitación atestada, donde solo se oía la
respiraciónentrecortadadelaabuelayalgúnsuspiro.—Pero…perocreíqueyanomeamabas…Nohesabidonadadeti…—Losé.Alprincipiocortéparaevitarquetesiguieranytehicieranmásdaño.
Queríaquepasaraeltiempoyrecondujeralascosas.Salíconotraschicasparaque la prensa se olvidara de lo nuestro. Y de paso, calmé los temores de losestudios.Ahora…ahoraesnuestromomento,Julie.Tequiero.Nomeimportaloquepiensenlosdemás.—¿YSam…yesaschicas?—preguntéyaensollozos.—¡AldiabloconSam!Aellassololasutilicéparadesviarlaatención.
Nopudemásymeechéen susbrazos.LosHuntervolvieronagritar, sobretodo laschicas (unagranmayoría),mientraselpadrebajóahacercafé.Yanohabíaquiéndurmiera.Aquelloparecíaunaferia,sinembargo,nomeimportaba,porqueenesosmomentossoloteníaojosparaNick.PorlapuertaaparecióMichael,estavezsonriendo.SaludóaRosalinddesdeel
dintel, como un niño pequeño. Mi amiga saltó de la cama con una agilidadpasmosayconelpijamamáshorteraquehabíavistoenmivida.Perosucarareflejabalaalegríapersonificada.CogióaMichaeldelamanoyledijoalgodedarledecomerytal.Sushermanasflipabanconelmaromocuadrado.Todaslollevaronarastrasalacocina.Helensemarchótambiénprudenteynosdejósolosenlahabitación.Yanohabíamásquedecir,solocomernosabesos.Afuerasonólacanciónde
ElGuardaespaldasdeWhitneyHouston,supongoqueenhonordeMichael.—Julie, tendremos que llevarlo en secreto durante un tiempo, hasta que
madurenlascosas.—¡Oh,Nick!¡Qué feliz soy!Nome importa.Soloquiero estar contigo.No
sabíaquetequeríatantohastaqueteperdí.—Nuncameperdiste,siempreestuveahí.Nosbesamosdenuevo.—¿Sabes?AcabarépordarlelasgraciasaBrenda.Siellanosehubieseliado
con Steve, tal vez no viviría ahora este momento, habría acabado con esefracasado.—Talvezdebamosdarleslasgraciasalosdos—rio.Despuésdeaquellanochenosfuimosavivirjuntos,peroalosojosdelmundo,
Nick seguía soltero y sin compromiso. Yo pude continuar con mi trabajo deprofesora sin más agobios, y mi hermano y Nick se reencontraron con granalegríaporpartedeambos.Empecédiciendoquemi libroeraunaadvertenciaparalasfuturasgeneracionesdechicasquepasaranporuntrancecomoelmío:advertirlesdequelosmásosadossueñospuedenconvertirseenrealidad.Ysicreíaisqueestaeslahistoriadelachicaqueencuentraasupríncipeazul
os equivocáis. Esta es la historia del chico que cumplió sus sueños deadolescente: consiguió a la chicade laque siemprehabía estado enamoradoyreírsedelavidaydelosmiserablesquelapueblan.EslahistoriadeWill,elmásaventajadodelClubdelosCaballeros.
©2019,JaneSeymour
Primeraediciónenesteformato:juliode2019
©deestaedición:2019,RocaEditorialdeLibros,S.L.Av.Marquèsdel’Argentera17,[email protected]
ISBN:978-84-17705-30-5
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