La Vida Cristiana Normal de La Iglesia - Watchman Nee

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    LA VIDA CRISTIANA NORMAL DE LA IGLESIA

    Watchman Nee

    CONTENIDO

    1. Los apstoles2. La separacin y los movimientos de los apstoles3. Los ancianos designados por los apstoles4. Las iglesias fundadas por los apstoles5. La base de unin y divisin6. La obra y las iglesias7. Entre los obreros8. El asunto de las finanzas9. La organizacin de las iglesias locales

    PREFACIO A LA EDICION EN ESPAOL

    Esta edicin en espaol, la primera en ser publicada por el Living StreamMinistry, ha sido traducido del texto ntegro de la edicin publicada por elhermano Nee en Inglaterra en 1939 bajo el ttulo Concerning Our Missions [Conrespecto a nuestras misiones]. En su a esa edicin, el hermano Nee anticip quehabra aquellos que consideraran la visin expuesta en estos mensajes comoimposible o imprctica, as es que l respondi: Lo que est presentado en

    estas pginas no es mera teora o enseanza, sino algo que realmente hemosprobado. Hoy da, cuando miramos atrs, podemos apreciar ms plenamente el

    significado de esa prueba inicial. Realmente, lo que estaba sucediendo all eramucho ms que una prueba. Era plantar una semilla, una semilla de larecuperacin de la prctica de la vida normal y bblica de la iglesia. Tal semilla,plantada por aquellos pocos hermanos fieles en China, ha germinado, se hadesarrollado y ha florecido. Despus de ms de cuarenta aos esmaravillosamente evidente que la semilla ha dado fruto a ciento por uno. Hasido sembrada en todo continente y cultura, y hoy da en todas partes del

    mundo, la vida prctica de la iglesia est siendo experimentada. Ahora podemosdeclarar con el hermano Nee con igual valenta: Funcionar!

    IrvingDiciembre de 1989Seccin de Traduccin

    PREFACIO A LA EDICION INGLESA

    Despus de la publicacin de mi libro en chino, un considerable nmero demisioneros solicit una edicin en ingls. Estaba renuente a consentir, porque

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    personalmente preferira que se tradujeran aquellos libros que representanmejor mi ministerio, en vez de ste que est sujeto a ser mal entendido y a seruna fuente de controversia. Pero pareci estar bastante claro que era laintencin del Seor, y confiando en eso proced con la traduccin. El libro como

    est ahora es una edicin muy abreviada y ligeramente revisada de la edicin enchino. Ni en la expresin ni en el estilo es tan ingls como lo deseara, peroconfo en que en este aspecto pueda contar con la indulgencia de sus lectores. Sitodo lo que deseamos es la verdad de Dios, entonces la dificultad de comprenderel libro no debe ser una barrera seria a su lectura.

    Por causa de la amplitud del tema y de la importancia de las cuestiones queplantea, no he encontrado fcil escribir ni traducir el libro. Ya que algunos de losmismos puntos han tenido que ser tratados en diferentes partes del libro, seencontrar necesario leerlo completamente si se busca una comprensin total.Si, por causa de una dificultad aparentemente insuperable, el libro es puesto aun lado antes de completarse, resultar una posicin falsa: mientras que alleerlo completamente, muchas dificultades sern aclaradas, si no todas.Frecuentemente las preguntas que se suscitan en ciertos puntos, se respondenms adelante, a veces mucho ms adelante. De modo que para hacerle justicia allibro, se le solicita al lector terminar de leerlo antes de emitir un juicio.

    No se pretende que el libro est destinado para cualquiera ni para todos. Es paraaquellos que llevan responsabilidad en el servicio del Seor. Pero, ms que esto,

    es para quienes honesta y verdaderamente toman en serio las cosas de Dios,para aqullos cuyos corazones estn abiertos y no tienen la mente cerrada concandado ni tienen prejuicios. El libro puede probar la sinceridad y la honestidadde uno a un grado no pequeo; pero el hambre y el deseo genuinos de conocer elpensamiento completo del Seor sostendrn una lectura cuidadosa hasta elfinal. Yo comprendo perfectamente las muchas imperfecciones de este libro(esto no es una postura, sino una confesin); pero a pesar de todas ellas, creoque el Seor ha mostrado algo que es de importancia para todo el Cuerpo deCristo.

    Todo el asunto llegar a cautivar al lector y se har ms claro con unacontemplacin sosegada despus de la primera lectura. La puerta no debecerrarse con un golpe de Imposible! o, Ideal, pero imprctico! Con una

    apertura de corazn, en oracin, sin argumento ni discusin, se le debe dar unaoportunidad al Espritu de Verdad, y entonces lo que es de El causar que todasnuestras reacciones naturales se desvanezcan, y conoceremos la verdad, y laverdad nos har libres!

    Permtaseme recordar a mis lectores que no tengo la intencin de que el librosea estudiado en una forma hipottica. Un nmero bastante grande de mis

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    plticas, con sus trazos de consejo hermano mayor y su matiz personal

    distinto; pero como varios amigos testificaron de la ayuda especial recibida atravs de las partes ms personales, comprend que el libro perdera su valorms grande si aquellas fuesen eliminadas. Por lo tanto, aunque presento las

    plticas revisadas en cierta medida, todava permanecen, tanto en contenidocomo en estilo, casi igual que cuando fueron impartidas originalmente.

    Confiamos en que los lectores de este libro tendrn en mente que sus mensajes,como se dieron originalmente, no estaban dirigidos a ellos. Fueron destinadosexclusivamente para el crculo ntimo de mis asociados ms ntimos en la obra,pero por una solicitud compartimos nuestros descubrimientos con el crculoms amplio de todos nuestros hermanos. El libro es algo privado hecho pblico;algo destinado originalmente para los pocos, extendido ahora a los muchos; asque confiamos en que nuestros lectores perdonarn algo que parezcainapropiado para el pblico ms amplio.

    Nos gustara sealar aqu el lugar de las enseanzas de este libro en el granconjunto de la verdad divina, porque aqullas tienen valor espiritual solamentecuando se mantienen en relacin con ste. Durante los dieciocho aos pasados,el Seor nos ha guiado a travs de diferentes experiencias a fin de que podamosaprender un poco del principio as como del hecho de la cruz y la resurreccin, ypara aprender algo de la vida en Cristo, el seoro de Jess, la vida corporativadel Cuerpo, la base del reino de Dios, y Su propsito eterno. Es natural, por lo

    tanto, que estas cosas hayan sido la carga de nuestro ministerio. Pero el vino deDios debe tener un odre que lo contenga. En el patrn divino, nada se deja a ladecisin del hombre. Dios mismo ha provisto el mejor odre para Su vino, el cuallo contendr y lo preservar sin prdida, obstculo ni distorsin. El nos hamostrado Su vino, pero tambin nos ha mostrado Su odre.

    Nuestra obra, durante los aos pasados, se ha basado en ciertos principiosdefinidos; pero nunca hasta ahora hemos tratado de definirlos o de ensearlos.Ms bien hemos buscado, en el poder del Espritu, enfatizar aquellas verdades

    que son muy queridas a nuestros corazones y las cuales, nosotros creemos,tienen relacin ms directa con la vida espiritual del creyente y el propsitoeterno de Dios. Pero la realizacin prctica de aquellas verdades en el serviciodel Seor de ningn modo es insignificante. Sin aqulla, todo est en el dominiode la teora, y el desarrollo espiritual es imposible. As que queremos procurar,por la gracia de Dios, no solamente transmitir Su buen vino, sino tambin elodre que El ha provisto para su preservacin. Por lo tanto, las verdadesexpuestas en este libro deben ser consideradas en relacin con aquellasenseadas durante los dieciocho aos de nuestro ministerio, y como la

    secuencia, no la introduccin, a ellas.

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    Dentro del alcance de estas pginas, ha sido imposible tratar todas las preguntasrelativas al tema del libro. Algunas ya las he tratado en otra parte, y otras esperotratar ms adelante. El ttulo del libro [Con respecto a nuestras misiones]explica su naturaleza. No es un tratado sobre mtodos misioneros, sino un

    repaso de nuestra obra pasada, a la luz de la voluntad de Dios como la hemosdescubierto en Su Palabra. El Seor, en Su gracia, nos haba guiado por SuEspritu en nuestro servicio anterior para El, pero desebamos entenderclaramente los fundamentos sobre los cuales debe reposar toda la obra divina.Comprend que la necesidad primaria de mis hermanos ms jvenes era serguiados por el Espritu y recibir revelacin de El, pero no pude ignorar sunecesidad de una slida base bblica para todo su ministerio. Por lo tanto, juntosconversamos libremente de lo que habamos estado haciendo y cmo lohabamos estado haciendo, y procuramos comparar nuestra obra y mtodos conlo que Dios haba puesto delante de nosotros en Su Palabra. Examinamos lasrazones bblicas para los medios que emplebamos, y la justificacin bblicapara el fin que perseguamos; y anotamos varias lecciones que habamosaprendido por la observacin as como por la experiencia. No tenamos ningunaintencin de criticar las labores de otros, ni siquiera de hacerles algunasugerencia respecto de cmo debe ser conducida la obra de Dios; sencillamenteestbamos procurando aprender de la Palabra de Dios, de la experiencia, y de laobservacin, cmo conducir la obra en los das que vendran, de modo quepudiramos ser obreros aprobados ante Dios.

    El libro est escrito desde el punto de vista de un siervo mirando desde la obrahacia las iglesias. No trata con el ministerio especfico al cual creemos que elSeor nos ha llamado, sino solamente con los principios generales de la obra; nitrata con la iglesia, la cual es Su Cuerpo, sino con las iglesias locales y su

    relacin con la obra. El libro no toca los principios de la obra, ni la vida de lasiglesias; es solamente un repaso de nuestras misiones, como el ttulo lo sugiere.

    Las verdades mencionadas en este libro han sido aprendidas y practicadasgradualmente durante los aos pasados. Numerosas correcciones han sido

    hechas al recibir mayor luz, y si permanecemos humildes, y Dios todava nosmuestra misericordia, creemos que habr ms correcciones en el futuro. ElSeor en Su gracia nos ha dado varios asociados en la obra, todos los cuales hansido enviados sobre la base mencionada en este libro, y por sus labores,numerosas iglesias han sido establecidas en diferentes partes de China. Aunquelas condiciones son sumamente diferentes en estas muchas iglesias, y loscreyentes conectados con ellas difieren grandemente tambin en antecedente,educacin, posicin social y experiencia espiritual no obstante, hemosencontrado que si, bajo el seoro absoluto de Jess, llegamos a ver el diseo

    celestial de la formacin y el gobierno de la iglesia, entonces los mtodosbblicos sern tanto prcticos como fructferos.

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    Si bien el libro mismo parezca tratar con el lado tcnico del cristianismo,recalquemos aqu que no estamos aspirando a la mera exactitud tcnica. Es larealidad espiritual lo que estamos buscando. Pero la espiritualidad no es unasunto de teora; siempre redunda en prctica; y es con la espiritualidad en su

    realizacin prctica que trata este libro.

    Es extenuante para m, si no realmente repulsivo, conversar con aquellos queaspiran a la perfecta exactitud exterior, mientras se preocupan poco por lo quees vital y espiritual. Los mtodos misioneros, como tales, no me interesan enabsoluto. En efecto, es un dolor profundo encontrar hijos de Dios que no sabenprcticamente nada de lo detestable de una vida que se vive en la energanatural del hombre, y que saben poco de la experiencia vital de tener aJesucristo como Cabeza, pero entretanto son escrupulosamente cuidadosos enllegar a la correccin absoluta del mtodo en el servicio de Dios. Muchas vecesse nos ha dicho: Estamos de acuerdo con ustedes en todo. Ni mucho menos!

    En realidad no estamos de acuerdo en absoluto! Esperamos que este libro nocaiga en las manos de aquellos que desean mejorar su obra por medio demejorar sus mtodos, sin arreglar su relacin con el Seor; pero esperamos quetenga un mensaje para los humildes que han aprendido a vivir en el poder delEspritu y no tienen confianza en la carne.

    Es muerte tener un odre sin vino, pero es una prdida tener vino sin un odre.Debemos tener el odre despus que tengamos el vino. Pablo escribi la epstola

    a los Efesios, pero l tambin tuvo la capacidad de escribir la epstola a losCorintios; Corintios nos presenta las verdades de Efesios en la expresinprctica. S, el escritor de Efesios tambin fue el escritor de Corintios! Peropor qu es que los hijos de Dios nunca han tenido contenciones serias sobre lasverdades de Efesios, sino siempre sobre las verdades de Corintios? Porque laesfera de Efesios est en los lugares celestiales, y sus verdades son puramenteespirituales, entonces si hay alguna diversidad de opinin respecto a ellas, anadie le afecta mucho; pero las enseanzas de Corintios son prcticas y tocan laesfera terrenal, de este modo, si existe la ms mnima diferencia de opinin, se

    percibe inmediatamente una reaccin. S, Corintios es muy prctica! Y pruebanuestra obediencia ms de lo que lo hace Efesios!

    El peligro de aquellos que saben poco acerca de la vida y de la realidad esenfatizar la mera correccin externa; pero aqullos para quienes la vida y larealidad son un asunto de suprema importancia, la tentacin es desechar elmodelo divino de las cosas, pensando que es legal y tcnico. Ellos creen quetienen lo mayor y que por lo tanto pueden desechar lo menor. Como resultado,cuanto ms espiritual es un hombre, ms libre se siente para hacer lo que estima

    conveniente. Considera que l mismo tiene la autoridad de decidir en losasuntos externos, y hasta imagina que pasar por alto los mandamientos de Dios

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    respecto de ellos es una indicacin de que l ha sido libertado de la legalidad yque est andando en la libertad del Espritu. Pero Dios no ha reveladosolamente las verdades que tienen que ver con nuestra vida interior; El tambinha revelado las verdades relacionadas con la expresin externa de aquella vida.

    Dios valora la realidad interior, pero El no ignora su expresin exterior. Diosnos ha dado Efesios, Romanos y Colosenses, pero El tambin nos ha dadoHechos, las epstolas a Timoteo y las epstolas a los Corintios. Podemos pensarque es suficiente que Dios nos instruya a travs de Romanos, Efesios yColosenses en cuanto a nuestra vida en Cristo, pero El ha considerado necesarioinstruirnos a travs de Hechos, Corintios y Timoteo, en cuanto a cmo hacer Suobra y cmo organizar Su iglesia. Dios no ha dejado nada a la imaginacin ni ala voluntad humanas. El hombre teme usar a un siervo que razona poco, peroDios no quiere usar a uno que razona demasiado; todo lo que El requiere delhombre es simple obediencia. Quin fue su consejero? pregunt Pablo (Ro.

    11:34). El hombre gustosamente ocupara el puesto, pero Dios no tienenecesidad de consejero. No es de nuestra competencia sugerir cmo pensamosque la obra divina debera ser hecha, sino ms bien preguntar en todo: Cul esla voluntad del Seor?

    Los fariseos limpiaban el exterior del plato, pero dejaban el interior lleno deimpureza. Nuestro Seor los reprendi por dar tanta importancia a las cosasexternas, e ignorar lo interno; y muchos del pueblo de Dios concluyen de lareprensin del Seor que, siempre que se le d nfasis al aspecto interior de la

    verdad espiritual, todo est bien. Pero Dios demanda tanto la pureza interiorcomo la pureza exterior. Tener lo externo sin lo interno es muerte espiritual,pero tener lo interno sin lo externo es solamente vida espiritualizada. Y laespiritualizacin no es espiritualidad. Nuestro Seor dijo: Esto era necesario

    hacer, sin dejar de hacer aquello (Mt. 23:23). No importa cun insignificanteparezca algn mandamiento divino, es una expresin de la voluntad de Dios;por lo tanto nunca nos atrevamos a tratarlo livianamente. No podemosdescuidar el ms pequeo de Sus mandamientos sin sufrir prdida. Laimportancia de Sus requisitos puede variar, pero todo lo que es de Dios tiene

    propsito eterno y valor eterno. Por supuesto, la mera observancia de formasexternas de servicio no tiene valor espiritual en absoluto. Todas las verdadesespirituales, sea que pertenezcan a la vida interior o exterior, estn sujetas a serlegalizadas. Todo lo que es de Dios sea externo o interno si est en elEspritu es vida; si est en la letra es muerte. As que la pregunta no es si esexterno o interno, sino si est en el Espritu o en la letra. La letra mata, mas elespritu vivifica (2 Co. 3:6).

    Nuestro deseo es aceptar y proclamar toda la Palabra de Dios. Anhelamos ser

    capaces de decir con Pablo: No he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios(Hch. 20:27). Nosotros buscamos seguir la gua del Espritu de Dios, pero al

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    mismo tiempo buscamos poner atencin a los ejemplos que se nos muestran enSu Palabra. El guiar del Espritu es precioso, pero si no hay ejemplo en laPalabra, entonces es fcil substituirlo por nuestros pensamientos falibles ysentimientos infundados, siendo llevados hacia el error sin darnos cuenta. Si

    uno no est preparado para obedecer la voluntad de Dios en toda direccin, esfcil hacer cosas contrarias a Su Palabra y, an as, imaginar que uno estsiendo guiado por el Espritu de Dios. Nosotros hacemos hincapi en lanecesidad de seguir tanto el guiar del Espritu como los ejemplos de la Palabra,porque comparando nuestras formas con la Palabra escrita podemos descubrirla fuente de nuestra gua. La gua del Espritu siempre armonizar con lasEscrituras. Dios no puede guiar a un hombre de una forma en Hechos y de otraforma hoy da. En cosas exteriores la gua puede variar, pero en principiosiempre es la misma, puesto que la voluntad de Dios es eterna, y por ende,inmutable. Dios es el Dios eterno; El no conoce tiempo, y Su voluntad y todosSus mtodos llevan el sello de eternidad. Siendo esto as, Dios nunca podraactuar de una forma una vez y de otra forma ms tarde. Las circunstanciaspueden diferir y los casos pueden diferir, pero en principio la voluntad y losmtodos de Dios son exactamente los mismos hoy da tal como lo fueron en losdas de Hechos.

    Dios dijo a los israelitas: Por la dureza de vuestro corazn Moiss os permiti

    repudiar a vuestras mujeres (Mt. 19:8), pero el Seor Jess dijo: Lo que Dios

    junt, no lo separe el hombre (Mt. 19:6). No hay una discrepancia aqu? No!

    Por la dureza de vuestro corazn Moiss os permiti repudiar a vuestras

    mujeres; mas desde el principio no ha sido as (Mt. 19:8, gr.). No es que en elprincipio era permitido, y que ms tarde lleg a prohibirse, y que ms tarde anlleg a ser permitido otra vez, como si Dios fuese un Dios variable. No, el Seordijo: Mas desde el principio no ha sido as, mostrando que la voluntad de Dios

    nunca se haba alterado. Desde el principio en adelante, hasta hoy, esexactamente igual. Aqu hay un principio muy importante. Si deseamos conocerla mente de Dios, debemos mirar Sus mandamientos en Gnesis y no mirar Susconcesiones ulteriores, porque cada permiso subsecuente tiene esta explicacin:por la dureza de vuestro corazn. Es la voluntad directiva de Dios la que

    deseamos descubrir, no Su voluntad permisiva. Deseamos ver cul fue elpropsito de Dios desde el principio. Deseamos ver las cosas tal como erancuando procedieron en toda su pureza de la mente de Dios, no lo que ellas hanllegado a ser a causa de la dureza de corazn por parte de Su pueblo.

    Si queremos comprender la voluntad de Dios respecto de Su iglesia, entonces nodebemos investigar cmo El gui a Su pueblo el ao pasado, o hace diez aos, ocien aos atrs, sino que debemos remontarnos al principio, al gnesis de la

    iglesia, para ver lo que El dijo e hizo entonces. Es all donde encontramos laexpresin ms alta de Su voluntad. Hechos es el gnesis de la historia de la

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    iglesia, y la iglesia en los tiempos de Pablo es el gnesis de la obra del Espritu.

    Las condiciones en la iglesia hoy da son sumamente diferentes de lo que fueronentonces, pero estas condiciones actuales nunca podran ser nuestro ejemplo ninuestra gua autoritaria. Nosotros debemos volvernos al principio. Solamente lo

    que Dios en el principio ha expuesto como nuestro ejemplo es la voluntad eternade Dios. Es la norma divina y nuestro modelo para todo el tiempo.

    Una palabra de explicacin puede ser necesaria con respecto a los ejemplos queDios nos ha dado en Su Palabra. El cristianismo est edificado no solamentesobre preceptos, sino tambin sobre ejemplos. Dios ha revelado Su voluntad, nosolamente por medio de dar rdenes, sino tambin por medio de hacer que serealicen ciertas cosas en Su iglesia, para que en las pocas venideras otrossencillamente pudieran mirar el modelo y conocer as Su voluntad. Dios hadirigido a Su pueblo no solamente por medio de principios abstractos yreglamentos objetivos, sino tambin por medio de ejemplos concretos yexperiencia subjetiva. Dios usa preceptos para ensear a Su pueblo, pero uno deSus mtodos principales de instruccin es la historia. Dios nos dice cmo otrosconocieron e hicieron Su voluntad, para que nosotros, mirando sus vidas, nosolamente conozcamos la voluntad de El, sino que tambin veamos cmohacerla. El obr en sus vidas, produciendo en ellos lo que El mismo deseaba, ynos pide que los miremos a ellos, para que sepamos lo que El est buscando.

    Nosotros, entonces, diremos que puesto que Dios no ha mandado cierta cosa

    no es necesario que la hagamos? Si hemos visto cmo El trat con los hombresen los das pasados, si hemos visto cmo gui a Su pueblo y edific Su iglesia,podemos todava alegar ignorancia de Su voluntad? Es necesario que a unnio se le diga explcitamente cmo hacer cada cosa? Cada detalle debe sermencionado separadamente de cosas permitidas y no permitidas? No haymuchas cosas que l puede aprender simplemente observando a sus padres o asus hermanos y hermanas mayores? Nosotros aprendemos ms rpidamentepor lo que vemos que por lo que omos, y la impresin en nosotros es msprofunda. Es por esto que Dios nos ha dado tanta historia en el Antiguo

    Testamento, y los Hechos de los Apstoles en el Nuevo. El sabe que nosotrosaprendemos ms fcilmente por el ejemplo que por el precepto. Los ejemplostienen mayor valor que los preceptos, porque los preceptos son abstractos,mientras que los ejemplos son preceptos llevados a la prctica. Mirndolos, nosolamente sabemos cules son los preceptos de Dios, sino que tenemos unademostracin tangible de su realizacin. Si tratamos de eliminar los ejemplosdel cristianismo y dejamos solamente sus preceptos, entonces no nos quedarmucho. Los preceptos tienen su lugar, pero los ejemplos no tienen un lugarmenos importante, aunque obviamente la conformidad al modelo divino en las

    cosas externas es mera formalidad si no hay correspondencia en la vida interior.

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    En conclusin, permtaseme enfatizar el hecho de que ste no es un libro sobremtodos misioneros. Los mtodos no deben ser menospreciados, pero en elservicio de Dios lo que ms importa es el hombre, no sus mtodos. A menos queel hombre est correcto, los mtodos correctos sern intiles para l o para su

    obra. Los mtodos carnales son apropiados para los hombres carnales, y losmtodos espirituales, para los hombres espirituales. Que los hombres carnalesempleen mtodos espirituales solamente resultar en confusin y fracaso. Estelibro est destinado a aquellos que, habiendo aprendido algo de la cruz, conocenla corrupcin de la naturaleza humana, y buscan andar, no segn la carne, sinosegn el Espritu. Su objetivo es ayudar a aquellos que reconocen el seoro deCristo en todas las cosas, y procuran servirle en la manera designada por El, yno en la de la eleccin personal de ellos. En otras palabras, est escrito paraaquellos que estn en la riqueza de las verdades de Efesios, para que sepancmo expresar su servicio segn las directrices de Corintios. Que ninguno demis lectores use este libro como una base para arreglos externos en su obra, sinpermitir que la cruz trate drsticamente con su vida natural.

    En la obra de Dios todo depende de qu tipo de obrero es enviado y de qu tipode convertido es producido. En cuanto al convertido, es indispensable unnacimiento nuevo y verdadero en el Espritu Santo, y una relacin vital conDios. En cuanto al obrero, adems de la santidad personal y la investidura parael servicio, es esencial que l tenga un conocimiento experimental delsignificado de comprometerse con Dios, y que tenga fe en Su providencia

    soberana. De otro modo, no importa cun bblicos sean los mtodos empleados,el resultado ser derrota y vaco.

    Al Seor y a Su pueblo encomiendo este libro, con la oracin de que lo use paraSu gloria, como El lo vea conveniente.

    W. NeeShangaiEnero de 1938

    CAPITULO UNO

    LOS APOSTOLES

    Dios es un Dios de obras. Nuestro Seor dijo: Mi Padre hasta ahora trabaja. Y

    El tiene un propsito definido y dirige todas Sus obras hacia la realizacin deeste propsito. El es el Dios que hace todas las cosas segn el designio de su

    voluntad. Pero Dios no hace todas las cosas directamente por S mismo. Eltrabaja a travs de Sus siervos. Entre stos, los apstoles son los ms

    importantes. Vayamos a la Palabra de Dios para ver qu ensea en cuanto a losapstoles.

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    EL PRIMER APOSTOL

    En el cumplimiento del tiempo, Dios envi a Su Hijo al mundo a hacer Su obra.El es conocido como el Cristo de Dios, es decir, el Ungido. El trmino Hijo se

    refiere a Su Persona; el nombre Cristo se refiere a Su oficio. El era el Hijo de

    Dios, pero fue enviado para ser el Cristo de Dios. Cristo es el nombreministerial del Hijo de Dios. Nuestro Seor no vino a la tierra ni fue a la cruz porSu propia iniciativa; El fue ungido y apartado por Dios para la obra. El no seautodesign, sino fue enviado. Con frecuencia, a lo largo del Evangelio de Juan,le encontramos refirindose a Dios, no como Dios, ni como el Padre, sino

    como El que me envi. El tom la posicin de enviado. Si esto es cierto en el

    caso del Hijo de Dios, cunto ms se debe aplicar a Sus siervos? Si se esperabaque ni siquiera el Hijo tomara alguna iniciativa en la obra de Dios, acaso es deesperarse que nosotros s lo hagamos? El primer principio que debemos notar

    en la obra de Dios es que todos Sus obreros son enviados. Si no hay comisindivina, no puede haber obra divina.

    Las Escrituras tienen un nombre especial para un enviado, a saber, un apstol.El significado de la palabra griega es el enviado. El Seor mismo es el primer

    Apstol porque El es el primero que fue enviado especialmente por Dios; portanto, la Palabra se refiere a El como el Apstol (He. 3:1).

    LOS DOCE

    Mientras nuestro Seor cumpla Su ministerio apostlico en la tierra, El estabaconsciente todo el tiempo de que Su vida en la carne estaba limitada. Por lotanto, aun mientras llevaba a cabo la obra que el Padre le haba confiado, Elestaba preparando un grupo de hombres para que la continuaran despus de Supartida. A estos hombres tambin se les llam apstoles. No eran voluntarios;eran enviados. Por mucho que lo enfaticemos, nunca ser demasiado decir quetoda la obra divina es por comisin, no por eleccin propia.

    De entre quines escogi nuestro Seor a estos apstoles? Ellos fueron

    escogidos de entre Sus discpulos. Todos aquellos que fueron enviados por elSeor ya eran discpulos. No todos los discpulos son necesariamente apstoles,pero todos los apstoles s son discpulos; no todos los discpulos son escogidospara la obra, pero aquellos que son escogidos, siempre son elegidos de entre losdiscpulos del Seor. As que un apstol debe tener dos llamamientos: en primerlugar debe ser llamado a ser discpulo, y en segundo lugar, debe ser llamado aser apstol. Su primer llamamiento es de entre los hijos de este mundo para serun seguidor del Seor. Su segundo llamamiento es de entre los seguidores delSeor para ser un enviado del Seor.

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    Aquellos apstoles que nuestro Seor escogi durante Su ministerio terrenalocupan un lugar especial en la Escritura y tambin en el propsito de Dios,porque estuvieron con el Hijo de Dios mientras vivi en la carne. Ellos no fueronllamados simplemente apstoles; fueron llamados los doce apstoles. Ocupan

    un lugar especial en la Palabra de Dios y en el plan de Dios. Nuestro Seor dijo aPedro que un da se sentaran en tronos juzgando a las doce tribus de Israel(Lc. 22:30). El Apstol tiene Su trono, y los doce apstoles tendrn sus tronostambin. Este privilegio no les es otorgado a otros apstoles. Cuando Judasperdi su oficio y Dios dirigi a los once restantes a que escogieran uno paracompletar el nmero, leemos que echaron suertes y que la suerte cay sobreMatas, y fue contado con los once apstoles (Hch. 1:26). En el captulo

    siguiente encontramos al Espritu Santo inspirando al escritor de Hechos adecir: Pedro, ponindose en pie con los once (Hch. 2:14), lo cual muestra que

    el Espritu Santo reconoci a Matas como uno de los doce. Aqu vemos que elnmero de estos apstoles era un nmero fijo; Dios no quera ms de doce, nitendra menos. En el libro de Apocalipsis encontramos que la posicin final queellos ocuparn es, de nuevo, una posicin especial: Y el muro de la ciudad tena

    doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apstoles delCordero (Ap. 21:14). Aun en el nuevo cielo y la nueva tierra los doce gozan deun lugar de privilegio peculiar, que no es asignado a ningn otro obrero de Dios.

    LOS APOSTOLES EN LOS TIEMPOS BIBLICOS

    El Seor como apstol era nico, y los doce, como apstoles, tambin eransingulares; pero ni el Apstol ni los doce apstoles podan permanecer en latierra para siempre. Al partir nuestro Seor, El dej a los doce para quecontinuaran Su obra. Ahora que los doce han partido, quines estn aqu paracontinuarla?

    El Seor se ha ido, pero el Espritu ha venido. El Espritu Santo ha llegado paraasumir toda la responsabilidad de la obra de Dios en la tierra. El Hijo estabaobrando para el Padre; el Espritu est obrando para el Hijo. El Hijo vino para

    realizar la voluntad del Padre; el Espritu ha venido para realizar la voluntad delHijo. El Hijo vino para glorificar al Padre; el Espritu ha venido para glorificar alHijo. El Padre nombr a Cristo para que fuera el Apstol; el Hijo, mientrasestaba en la tierra, nombr a los doce para que fueran apstoles. Ahora el Hijoha regresado al Padre, y el Espritu est en la tierra designando hombres paraque sean apstoles. Los apstoles nombrados por el Espritu Santo no puedensumarse a las filas de los que fueron nombrados por el Hijo; con todo y eso, sonapstoles. Es posible ver claramente que los apstoles mencionados en Efesios 4no son los doce originales, porque aqullos fueron nombrados cuando el Seor

    todava estaba en la tierra, mientras que el nombramiento de stos al apostoladodata despus de la ascensin del Seor; ellos eran los dones que el Seor Jess

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    dio a Su iglesia despus de Su glorificacin. Los doce apstoles de entonces eranlos seguidores personales del Seor Jess, pero los apstoles de ahora sonministros para la edificacin del Cuerpo de Cristo. Debemos diferenciarclaramente entre los apstoles que fueron testigos de la resurreccin de Cristo

    (Hch. 1:22, 26), y los apstoles que son ministros para la edificacin del Cuerpode Cristo, porque el Cuerpo de Cristo no exista antes de la cruz. Sin duda, mstarde los doce recibieron la comisin de Efesios; pero los doce, como tales, eranmuy distintos de los apstoles mencionados en Efesios. Es evidente, por tanto,que Dios tiene otros apstoles adems de los doce originales.

    Inmediatamente despus del derramamiento del Espritu, vemos a los doceapstoles continuando la obra. Hasta el captulo doce de Hechos se les ve comolos obreros principales; pero al comienzo del capitulo trece vemos al EsprituSanto empezando a manifestarse como el Agente de Cristo y el Seor de laiglesia. En ese captulo se nos dice que en Antioqua, cuando ciertos profetas ymaestros estaban ministrando al Seor y ayunando, el Espritu Santo dijo:Apartadme ya a Bernab y a Saulo para la obra a que los he llamado (Hch.13:2, gr.). Ya es el tiempo en que el Espritu empieza a enviar hombres. En ese

    momento dos nuevos obreros fueron comisionados por el Espritu Santo.

    Despus de que el Espritu envi a estos dos, cmo se les designaba? CuandoBernab y Pablo estaban trabajando en Iconio, la gente de la ciudad estaba

    dividida: unos estaban con los judos, y otros con los apstoles (Hch. 14:4). Los

    dos que fueron enviados en el captulo trece son llamados apstoles en elcaptulo catorce, donde la designacin los apstoles (v. 14) es utilizada conreferencia a Bernab y Pablo, lo que prueba concluyentemente que los dos

    hombres comisionados por el Espritu Santo tambin eran apstoles. Ellos noestaban entre los doce; con eso y todo, eran apstoles.

    Entonces, quines son apstoles? Los apstoles son los obreros de Dios,enviados por el Espritu Santo para efectuar la obra a la cual El los ha llamado.La responsabilidad de la obra est en sus manos. Hablando en trminos ms

    amplios, todos los creyentes son responsables de la obra de Dios, pero losapstoles son un grupo de personas apartadas especialmente para la obra. Enun sentido particular, la responsabilidad de la obra recae sobre ellos.

    Ahora podemos ver la enseanza de las Escrituras en cuanto a los apstoles.Dios design a Su Hijo para que fuera el Apstol; Cristo design a Sus discpulospara que fueran los doce apstoles; y el Espritu Santo nombr a un grupo dehombres (adems de los doce) para que fueran los apstoles edificadores delCuerpo. El primer Apstol es nico; hay solamente uno. Los doce apstoles

    tambin pertenecen a un grupo nico en su gnero; no hay ms que doce. Perohay otra categora de apstoles, escogidos por el Espritu Santo, y mientras

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    prosiga la edificacin de la iglesia y contine la presencia del Espritu Santo enla tierra, la seleccin y el envo de esta categora de apstoles continuartambin.

    En la Palabra de Dios encontramos a muchos otros apstoles adems deBernab y Pablo. Hay muchos que pertenecen a esta nueva categora, quieneshan sido escogidos y enviados por el Espritu de Dios. En 1 Corintios 4:9 leemos:Dios nos ha exhibido a nosotros los apstoles como postreros. A quines se

    refieren las palabras nosotros los apstoles? El pronombre nosotros implica

    que haba, por lo menos, otro apstol adems del escritor. Si estudiamos elcontexto, notamos que Apolos estaba con Pablo cuando l escribi (v. 6), yadems que Sstenes fue un coescritor de la epstola. As que parece claro quenosotros aqu se refiere a Apolos o a Sstenes, o a ambos. Entonces, es lgico

    concluir que uno de los dos, o ambos, deben de haber sido apstoles.

    Romanos 16:7 dice: Saludad a Andrnico y a Junias, mis parientes y mis

    compaeros de prisiones, los cuales son muy estimados entre los apstoles. Laclusula los cuales son muy estimados entre los apstoles no quiere decir que

    fueron tenidos como notables por los apstoles, sino ms bien que entre losapstoles ellos eran notables. Aqu tenemos no solamente otros dos apstoles,sino otros dos apstoles notables.

    Primera Tesalonicenses 2:6 dice: Podamos seros carga como apstoles de

    Cristo. Podamos aqu se refiere claramente a los escritores de la carta aTesalnica, es decir, a Pablo, Silvano y Timoteo (1:1), lo que indica que los dosjvenes colaboradores de Pablo tambin eran apstoles.

    Primera Corintios 15:5-7 dice: Apareci a Cefas, y despus a los doce. Despusapareci a ms de quinientos hermanos a la vez...Despus apareci a Jacobo;despus a todos los apstoles. Adems de los doce apstoles haba un grupoconocido como todos los apstoles. Es obvio, entonces, que adems de los

    doce haba otros apstoles.

    Pablo nunca afirm ser el ltimo apstol y que despus de l no habra otros.Leamos cuidadosamente lo que dijo: Y al ltimo de todos...me apareci a m.Porque yo soy el ms pequeo de los apstoles, que no soy digno de ser llamadoapstol (1 Co. 15:8-9). Notemos cmo us Pablo las palabras ltimo y mspequeo. El no dijo que era el ltimo apstol; dijo solamente que era el apstolms pequeo. Si hubiera sido el ltimo, no habra posibilidad de que hubieraotros posteriores a l, pero l slo era el ms pequeo.

    En el libro de Apocalipsis se dice de la iglesia en Efeso: Has probado a los quese dicen ser apstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos (2:2). Parece

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    claro de este versculo que las iglesias primitivas esperaban tener otrosapstoles adems de los doce originales, porque cuando se escribi el libro de Apocalipsis, Juan era el nico sobreviviente de los doce, y para ese entonces,incluso Pablo ya haba sido hecho mrtir. Si habran de ser slo doce apstoles,

    y Juan era el nico que quedaba, entonces nadie hubiera sido lo suficientementenecio para tratar de hacerse pasar por apstol, y nadie hubiera sido tan tontocomo para dejarse engaar, y por qu hubiera existido la necesidad deprobarlos? Si Juan hubiera sido el nico apstol, entonces la prueba habrasido verdaderamente sencilla! Cualquiera que no fuese Juan, no era apstol!

    EL SIGNIFICADO DEL APOSTOLADO

    Puesto que el significado de la palabra apstol es el enviado, el significado

    del apostolado est bien claro, es decir, el oficio del enviado. Los apstoles no

    son primordialmente hombres que tienen dones especiales; son hombres quetienen una comisin especial. Todo aquel que es enviado por Dios es un apstol.Muchos de los que son llamados por Dios no son tan dotados como Pablo, perosi han recibido una comisin de parte de Dios, son en verdad tan apstolescomo lo era l. Los apstoles fueron hombres dotados, pero su apostolado no sebasaba en sus dones, sino en su comisin. Desde luego, Dios no enviar a unoque no est equipado, pero el equipo no constituye el apostolado. Si Diosquisiera enviar a un hombre totalmente desprovisto de equipo, ese hombre seratan apstol como uno completamente equipado, puesto que el apostolado no se

    basa en la capacidad humana sino en la comisin divina. Es intil que algunapersona tome el oficio de apstol sencillamente porque cree que tiene los doneso capacidad necesarios. Se requiere ms que un simple don o habilidad paraconstituir a los hombres apstoles; se requiere nada menos que a Dios mismo,Su voluntad y Su llamamiento. Ningn hombre puede alcanzar el apostoladopor cualidades naturales o de otra ndole; Dios tiene que hacerle apstol sialguna vez ha de serlo. Si un hombre llega a ser de algn valor espiritual o no, ysi su obra sirve a un fin espiritual o no, depende del envo de Dios. Ser un

    hombre enviado por Dios debe ser la caracterstica principal de nuestra entrada

    a Su servicio y de todos nuestros movimientos subsecuentes.

    Vayamos a las Escrituras. En Lucas 11:49 leemos: Les enviar profetas y

    apstoles; y de ellos, a unos matarn y a otros perseguirn. Desde Gnesishasta Malaquas no encontramos a ninguno que fuera explcitamente llamadoapstol; sin embargo, los hombres aqu mencionados como apstoles vivieronen el perodo de tiempo entre Abel y Zacaras (v. 51). As que, queda claro queaun en los tiempos del Antiguo Testamento Dios tuvo Sus apstoles.

    Nuestro Seor dijo: El siervo no es mayor que su seor, ni el apstol [griego] esmayor que el que le envi (Jn. 13:16). Aqu tenemos una definicin de la

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    palabra apstol. Implica ser enviado, eso es todo, y en eso consiste todo. Pormuy buenas que sean las intenciones humanas, nunca pueden tomar el lugar dela comisin divina. Hoy en da aquellos que han sido enviados por el Seor apredicar el evangelio y a establecer iglesias se llaman a s mismos misioneros, no

    apstoles; pero la palabra misionero significa exactamente la misma cosa queapstol, es decir, el enviado. Es la forma latina del equivalente griego,

    apstolos. Puesto que el significado de las dos palabras es precisamente elmismo, no veo la razn por la cual los verdaderos enviados de hoy prefierenllamarse misioneros en vez de apstoles.

    LOS APOSTOLES Y EL MINISTERIO

    Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de

    Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llev cautiva la cautividad, y dio

    dones a los hombres. Y eso de que subi, qu es, sino que tambin habadescendido primero a las partes ms bajas de la tierra? El que descendi, es elmismo que tambin subi por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y lmismo constituy a unos, apstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; aotros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra delministerio, para la edificacin del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos ala unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varn perfecto, a lamedida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4:7-13).

    Hay muchos ministerios relacionados con el servicio de Dios, pero El haescogido a varios hombres para un ministerio especial, esto es, el ministerio dela Palabra para la edificacin del Cuerpo de Cristo. Puesto que ese ministerio esdistinto de los otros, nos referimos a l como el ministerio. Este ministerio ha

    sido confiado a un grupo de personas de las cuales los apstoles son losprincipales. No es un ministerio de un solo hombre, ni tampoco de todos los

    hombres, sino que es un ministerio basado en los dones del Espritu Santo y en

    un conocimiento prctico del Seor.

    Los apstoles, profetas, evangelistas y pastores y maestros son los dones quenuestro Seor ha dado a Su iglesia para que sirvan en el ministerio. Hablandocon propiedad, los pastores y maestros son un solo don, no dos, porque laenseanza y el pastoreo estn ntimamente ligados. En la lista de dones, losapstoles, los profetas y los evangelistas son mencionados separadamente,mientras que los pastores y maestros figuran juntos. Adems, los primeros tresestn precedidos por las palabras unos y otros, mientras que otros est

    anexa a pastores y maestros juntamente, as: unos apstoles, otros profetas,otros evangelistas, y otros pastores y maestros, no otros pastores y otros

    maestros. El hecho de que las palabras unos y otros sean utilizadas

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    solamente cuatro veces en total en esta lista indica que nicamente hay cuatrotipos de personas en cuestin. Los pastores y maestros son dos en uno.

    El pastoreo y la enseanza pueden ser considerados como un solo ministerio,porque aquellos que ensean tambin tienen que pastorear, y los que pastoreantambin deben ensear. Los dos tipos de trabajo estn relacionados. Ms an,en el Nuevo Testamento no se encuentra en ninguna otra parte la palabrapastor aplicada a persona alguna, pero el vocablo maestro es utilizado en

    otras cuatro ocasiones. En otras partes en el Nuevo Testamento encontramosreferencia a un apstol (por ejemplo, Pablo), y a un profeta (por ejemplo,Agabo), y a un evangelista (por ejemplo, Felipe), y a un maestro (por ejemplo,Manan), pero en ninguna parte en la Palabra de Dios encontramos que semencione a alguien como pastor. Esto confirma el hecho de que los pastores ylos maestros son una sola categora de hombres.

    Los maestros son hombres que han recibido el don de ensear. Este no es undon milagroso, sino un don de gracia, lo cual explica el hecho de su omisin enla lista de dones milagrosos en 1 Corintios 12:8-10, y su inclusin en la lista delos dones de gracia en Romanos 12. Es un don de gracia lo que capacita a susposeedores para entender las enseanzas de la Palabra de Dios y para discernirlos propsitos de El, y as los provee de lo necesario para instruir a Su pueblo enasuntos doctrinales. En la iglesia en Antioqua haba varias personas asequipadas, incluyendo a Pablo. Es por la operacin de Dios que tales hombres

    estn puestos en la iglesia, y su posicin est prxima a los profetas. Un

    maestro es un individuo que ha recibido el don de enseanza de parte de Dios, yha sido dado por el Seor a Su iglesia para edificacin de sta. La tarea de unmaestro es interpretar para otros las verdades que le han sido reveladas, guiar alpueblo de Dios al entendimiento de la Palabra, y alentarles a buscar y recibir pors mismos revelacin divina mediante las Escrituras. Su esfera de trabajo selleva a cabo principalmente entre los hijos de Dios, aunque a veces tambinensean a los que no son salvos (1 Ti. 4:11; 6:2; 2 Ti. 2:2; Hch. 4:2-18; 5:21, 25,28, 42). Su obra es ms de interpretacin que de revelacin, mientras que la

    obra de los profetas es ms de revelacin que de interpretacin. Ellos procuranguiar a los creyentes al entendimiento de la verdad divina, y a los incrdulos alentendimiento del evangelio.

    Los evangelistas tambin son un don que nuestro Seor ha dado a Su iglesia,pero no sabemos exactamente cules sean sus dones personales. La Palabra deDios no habla de don evangelstico alguno, pero s se refiere a Felipe comoevangelista (Hch. 21:8), y Pablo en una ocasin alent a Timoteo a hacer la obrade evangelista y a que cumpliera su ministerio (2 Ti. 4:5). Aparte de esos tres

    casos, el sustantivo evangelista no se encuentra en las Escrituras, aunque amenudo encontramos el verbo que se deriva de la misma raz.

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    En la Palabra de Dios el lugar de los profetas est definido con mayor claridadque el de los maestros y el de los evangelistas. La profeca es mencionada entrelos dones de gracia (Ro. 12:6), y entre los dones milagrosos la encontramos denuevo (1 Co. 12:10). Dios ha puesto profetas en la iglesia universal (1 Co. 12:28),

    pero tambin ha dado profetas para el ministerio (Ef. 4:11). Existe tanto el donde profeca como el oficio de profeta. La profeca es al mismo tiempo un donmilagroso y un don de gracia. El profeta es un hombre puesto por Dios en Suiglesia para ocupar el oficio de profeta y tambin es un hombre dado por elSeor a Su iglesia para el ministerio.

    De las cuatro clases de hombres dotados que el Seor ha concedido a Su iglesiapara su edificacin, los apstoles eran muy diferentes de las otras tres. Laposicin especial ocupada por los apstoles es obvia a cualquier lector del NuevoTestamento. Ellos fueron comisionados especialmente por Dios para fundariglesias por medio de la predicacin del evangelio, para traer revelacin de partede Dios a Su pueblo, para tomar decisiones en asuntos relacionados condoctrina y gobierno, y para edificar a los santos y distribuir los donativos. Tantoespiritual como geogrficamente su esfera de accin era extensa. Que suposicin era superior a la de los profetas y a la de los maestros est claro segnla Palabra: A unos puso Dios en la iglesia, primeramente apstoles (1 Co.

    12:28).

    Los apstoles pertenecen al ministerio, pero son muy distintos de los profetas,

    evangelistas y maestros, porque a diferencia de estos tres, sus dones no son loque determina su oficio; es decir, ellos no son constituidos apstoles por haberrecibido un don apostlico.

    Es importante notar que el apostolado es un oficio, no un don. Un oficio es loque uno recibe como resultado de una comisin; un don es lo que uno recibecon base en la gracia. Yo fui constituido...apstol (1 Ti. 2:7). Yo fui

    constituido... apstol (2 Ti. 1:11). Vemos aqu que los apstoles son

    comisionados. El ser un apstol no depende de haber recibido un don apostlico

    sino de haber recibido una comisin apostlica. Un apstol tiene unllamamiento especial y una comisin especial. En esto se distingue de las otrastres clases de ministros, aunque haya recibido el don de profeca y sea as tantoprofeta como apstol. Su don personal le constituye profeta, pero es la comisin,no el don, lo que le constituye apstol. Los otros ministros pertenecen alministerio en virtud de sus dones; un apstol pertenece al ministerio en virtudde su envo. Lo que capacita a los otros ministros es la posesin de dones; lo quecapacita a un apstol es la posesin de dones ms un llamamiento y comisinespeciales.

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    mencionados aqu son los obreros dotados, los cuales el Seor de la iglesiaconfiere a Su iglesia para la edificacin de ella. La Cabeza da a la iglesia, la cuales Su Cuerpo, determinados hombres para servir al Cuerpo y edificarlo.Debemos distinguir entre los dones dados por el Espritu a los individuos y

    aqullos otorgados por el Seor a Su iglesia. Los primeros son dados a loscreyentes individualmente, los postreros son dados a los creyentescorporativamente. Los primeros son cosas y los postreros son personas. Losdones dados por el Espritu a los individuos son su equipo para servir al Seor alprofetizar, ensear, hablar en lenguas y sanar a los enfermos; los dones dadospor el Seor a Su iglesia como Cuerpo, son las personas que poseen los donesdel Espritu.

    Porque a ste es dada por el Espritu palabra de sabidura; a otro, palabra de

    ciencia segn el mismo Espritu; a otro, fe por el mismo Espritu; y a otro, donesde sanidades por el mismo Espritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profeca; aotro, discernimiento de espritus; a otro, diversos gneros de lenguas; y a otro,interpretacin de lenguas (1 Co. 12:8-10). Este pasaje nos proporciona una listade todos los dones que el Espritu Santo di a los hombres, pero no incluye donapostlico alguno. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apstoles,luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, despus losque sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas

    (1 Co. 12:28). El primer pasaje enumera los dones dados a los individuos; elsegundo enumera los dones dados a la iglesia. En el primero no hay mencin de

    ningn don apostlico; en el segundo encontramos que los apstoles encabezanla lista de los dones que Dios ha dado a la iglesia. No es que Dios haya dado a Suiglesia el don del apostolado, sino que El le ha dado a ella hombres que sonapstoles; y El no le ha dado los dones de profeca y de enseanza a Su iglesia,sino que El le ha dado a ella algunos hombres como profetas y algunos comomaestros. Dios ha puesto diferentes clases de obreros en Su iglesia para suedificacin, y una de stas es los apstoles. Ellos no representan cierta clase dedon; representan cierta clase de personas.

    La diferencia entre los apstoles y los profetas y maestros es que los ltimos dosrepresentan dones dados por el Espritu a individuos, y al mismo tiempo, donesdados por el Seor a Su iglesia; mientras que los apstoles son hombres dadospor el Seor a Su iglesia, pero no representan ningn don especial o personaldel Espritu.

    Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apstoles, luego profetas, lo

    tercero maestros (1 Co. 12:28). Qu iglesia es sta? Es la que comprende a

    todos los hijos de Dios; por lo tanto, es la iglesia universal. En esta iglesia Dios

    ha puesto primeramente apstoles, luego profetas, lo tercero maestros. En 1Corintios 14:23 leemos que toda la iglesia se rene en un solo lugar. Qu

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    iglesia es sta? Obviamente, es la iglesia local, porque la iglesia universal nopuede reunirse en una sola localidad. Es en esta iglesia local donde loshermanos ejercitaban sus dones espirituales. Uno tena salmo, otro doctrina,otro revelacin, otro lengua, y otro interpretacin (14:26), pero el ms

    importante de todos stos era el don de profeca (14:1). En el captulo doce losapstoles tenan primaca sobre los otros ministros, pero en el captulo catorceson los profetas los que tienen primaca. En la iglesia universal los apstoles sonlos primeros, pero en la iglesia local los profetas son los primeros. Cmo es quelos profetas tienen el primer lugar en la iglesia local, ya que en la iglesiauniversal ocupan solamente el segundo? Se debe a que en la iglesia universal lacuestin no es de dones del Espritu dados a personas, sino de ministros queDios ha dado como dones a la iglesia, y de stos, los apstoles tienen el primerlugar; pero en la iglesia local la cuestin es de dones personales del Espritu, yde stos, la profeca es principal, porque es el ms importante. Recordemos queel apostolado no es un don personal.

    LA ESFERA DE SU OBRA

    La esfera de la obra de un apstol es muy distinta a la de las otras tres clases deespeciales. Que los profetas y los maestros ejercitan sus dones en la iglesia localse desprende de la declaracin: Haba entonces en la iglesia que estaba en

    Antioqua, profetas y maestros. Uno puede encontrar profetas y maestros en la

    iglesia local, pero no apstoles, porque ellos han sido llamados a ministrar en

    diversos lugares, mientras que el ministerio de los profetas y los maestros estcircunscrito a una localidad (1 Co. 14:26, 29).

    En cuanto a los evangelistas, no conocemos su esfera especial, puesto que sehabla muy poco de ellos en la Palabra de Dios, pero la historia de Felipe, elevangelista, arroja alguna luz sobre esta clase de ministros. Felipe dej su propialocalidad y predic en Samaria, pero aunque all hizo un buen trabajo, elEspritu no cay sobre ninguno de sus conversos. No fue sino hasta que losapstoles llegaron de Jerusaln y les impusieron las manos que el Espritu fue

    derramado. Esto parece indicar que la predicacin local del evangelio es la obrade un evangelista, pero la predicacin universal del evangelio es tarea de unapstol. Esto no significa que el trabajo de un evangelista necesariamente estrestringido a un lugar, pero s quiere decir que sa es su esfera normal. De lamisma manera, el profeta Agabo profetiz en otro lugar, pero su esfera especialde trabajo era su propia localidad.

    LA EVIDENCIA DEL APOSTOLADO

    Hay algn indicio de que uno realmente est comisionado por Dios para ser

    apstol? En 1 Corintios 9:1-2, Pablo trata con nuestra pregunta al escribir a lossantos en Corinto, y en su argumento es obvio que el apostolado tiene sus

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    credenciales. El sello de mi apostolado sois vosotros en el Seor, escribe, como

    si dijera: Si Dios no me hubiera enviado a Corinto, entonces vosotros no serais

    salvos hoy, y no habra iglesia en vuestra ciudad. Si Dios ha llamado a un

    hombre para que sea apstol, esto ser manifiesto en el fruto de sus labores. En

    dondequiera que se encuentre la comisin de Dios, all est la autoridad deDios; en dondequiera que se encuentre la autoridad de Dios, all est el poder deDios, y en dondequiera que se encuentre el poder de Dios, all se encuentranfrutos espirituales. El fruto de nuestras labores prueba la validez de nuestracomisin. Y, sin embargo, debe notarse que el pensamiento de Pablo no es queel apostolado implique numerosos conversos, sino que representa valoresespirituales para el Seor, porque El nunca podra enviar a alguien con unpropsito menor. El Seor busca valores espirituales, y el objeto del apostoladoes obtenerlos. En este caso los corintios representan estos valores. Pero, acasono ha dicho Pablo aqu: No he visto a Jess nuestro Seor? Entonces,solamente aquellos que han visto al Seor Jess en Sus manifestaciones deresurreccin son los que estn capacitados para ser apstoles? Sigamoscuidadosamente la trama del argumento de Pablo. En el versculo 1 hace cuatropreguntas: (1) No soy libre? (2) No soy apstol? (3) No he visto a Jess

    nuestro Seor? (4) No sois vosotros mi obra en el Seor? Se supona una

    respuesta afirmativa a las cuatro preguntas, porque el caso de Pablo exiga talrespuesta. Ntese que Pablo, al continuar su argumento en el segundo versculo,abandona dos de sus preguntas, y sigue con las otras dos. El abandona laprimera y la tercera, y toma la segunda y la cuarta, juntndolas. Con el fin decontinuar su argumento, deja a un lado No soy libre? y No he visto a Jessnuestro Seor?, y contesta a las preguntas No soy yo un apstol? y No sois

    vosotros mi obra en el Seor? Ciertamente, Pablo estaba tratando de demostrar

    la autenticidad de su comisin por la bendicin que haba acompaado suslabores, no por haber sido libre ni por haber visto al Seor.

    De las cuatro preguntas formuladas por Pablo, tres se refieren a su persona yuna a su obra. Estas tres estn en el mismo plano, y son completamenteindependientes la una de la otra. Pablo no estaba argumentando que porque l

    era libre y porque l era apstol, por eso haba visto al Seor. Ni estabarazonando que por causa de ser apstol y porque haba visto al Seor, por esoera libre. Tampoco estaba tratando de demostrar que porque era libre y habavisto al Seor, por eso era apstol. Los hechos son que era libre, era apstol, yhaba visto al Seor. Estos hechos no tienen una conexin esencial el uno con elotro, y es absurdo relacionarlos. Sera igualmente razonable argir que elapostolado de Pablo estribaba en su libertad como argir que estaba fundado enel hecho de haber visto al Seor. Si no buscaba probar su apostolado por elhecho de que era libre, tampoco intentaba probarlo por haber visto al Seor. El

    apostolado no est basado en el hecho de haber visto al Seor en Susmanifestaciones de resurreccin.

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    Entonces, cul es el significado de 1 Corintios 15:5-9? Apareci a Cefas, ydespus a los doce. Despus apareci a ms de quinientos hermanos a lavez...Despus apareci a Jacobo; despus a todos los apstoles; y al ltimo detodos...me apareci a m. El objeto de este pasaje no es el de producir evidencia

    del apostolado, sino evidencia de la resurreccin del Seor. Pablo estenumerando las diferentes personas a quienes se apareci el Seor; no estenseando qu efecto caus Su aparicin entre estas personas. Cefas y Jacobovieron al Seor, pero ellos eran Cefas y Jacobo despus de que vieron al Seor,as como eran Cefas y Jacobo antes; ellos no se convirtieron en Cefas y Jacobopor haberle visto. Lo mismo se aplica a los doce apstoles y a los quinientoshermanos. El ver al Seor no los constituy apstoles. Ellos eran doce apstolesantes de ver al Seor, y eran doce apstoles despus de haber visto al Seor. Elmismo argumento se aplica en el caso de Pablo. Los hechos eran que l habavisto al Seor, y que era el ms pequeo de los apstoles; pero no fue el hechode haber visto al Seor lo que le constituy en el ms pequeo de los apstoles.Los quinientos hermanos no eran apstoles antes de ver al Seor, ni lo fuerondespus. Haber visto al Seor en Sus manifestaciones de resurreccin no losconstituy apstoles. Simplemente eran hermanos antes, y sencillamente eranhermanos despus. En ninguna parte ensea la Palabra de Dios que ver al Seores el requisito para el apostolado.

    Sin embargo, el apostolado tiene sus credenciales. En 2 Corintios 12:11-12, Pabloescribe: En nada he sido menos que aquellos grandes apstoles...Con todo, las

    seales de apstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, porseales, prodigios y milagros. Haba abundante evidencia de la autenticidad de

    la comisin apostlica de Pablo; adems las seales de un apstol nuncafaltarn donde hay realmente un llamamiento apostlico. Del pasaje citadoarriba inferimos que la evidencia del apostolado est en un poder dual:espiritual y milagroso. La paciencia es la prueba ms grande del poderespiritual, y es una de las seales de un apstol. Es la habilidad de resistirresueltamente bajo una presin continua lo que prueba la realidad de unllamamiento apostlico. Un verdadero apstol necesita ser fortalecido con todo

    poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;con gozo (Col. 1:11-12). S, se necesita nada menos que toda fortaleza,conforme a la potencia de su gloria para producir toda paciencia y

    longanimidad; con gozo. Pero la veracidad del apostolado de Pablo quedaba no

    solamente atestiguada por su inmutable paciencia bajo una presin intensa yprolongada, sino que tambin se evidenciaba por el poder milagroso que lposea. El poder milagroso para cambiar las situaciones en el mundo fsico esuna manifestacin necesaria de nuestro conocimiento de Dios en la esferaespiritual, y esto se aplica, no a tierras paganas nicamente, sino a todas las

    regiones. Declarar ser enviados del Dios omnipotente, y sin embargo, estarimpotentes ante situaciones que desafan Su poder, es una triste contradiccin.

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    No todos los que pueden obrar milagros son apstoles, porque los dones desanidad y de operacin de milagros son dados a miembros del Cuerpo (1 Co.12:28) que no tienen comisin especial, pero poder milagroso lo mismo quepoder espiritual es parte del equipo de todos los que tienen una verdadera

    comisin apostlica.

    MUJERES APOSTOLES

    Tienen las mujeres algn lugar en las filas de los apstoles? Las Escriturasindican que s lo tienen. No haba mujeres entre los Doce enviados por el Seor,pero una mujer es mencionada entre el nmero de los apstoles enviados por elEspritu despus de la ascensin del Seor. Romanos 16:7 habla de dosapstoles notables, Andrnico y Junias, y autoridades fidedignas concuerdan enque Junias es el nombre de una mujer. As que aqu tenemos a una hermana

    que es apstol y como si fuera poco, una apstol notable.

    CAPITULO DOS

    LA SEPARACION Y LOS MOVIMIENTOSDE LOS APOSTOLES

    ANTIOQUIALA IGLESIA MODELO

    La iglesia en Antioqua es la iglesia modelo mostrada en la Palabra de Dios

    porque fue la primera en ser constituida despus de la fundacin de la iglesiarelacionada con los judos y de la iglesia relacionada con los gentiles. En elcaptulo dos de Hechos vemos la iglesia relacionada con los judos establecidaen Jerusaln, y en el captulo diez vemos la iglesia relacionada con los gentilesestablecida en la casa de Cornelio. Fue justamente despus del establecimientode estas iglesias que la iglesia en Antioqua fue fundada. En su etapa detransicin la iglesia en Jerusaln no estaba completamente libre del judasmo,pero la iglesia en Antioqua desde el mismo comienzo estaba absolutamenteclara en cuanto a la basa fundamental de la iglesia y se mantuvo firmemente

    sobre tal base. No es insignificante que a los discpulos se les llam cristianospor primera vez en Antioqua (Hch. 11:26). Fue all donde las caractersticaspeculiares del cristiano y de la iglesia cristiana fueron manifestadas claramentepor primera vez, y por esta razn puede ser considerada la iglesia modelo paraesta dispensacin. Sus profetas y maestros eran profetas modelo y maestrosmodelo, y los apstoles que envi fueron apstoles modelos. No solamente loshombres enviados son ejemplo para nosotros, sino que tambin la forma de suenvo es nuestro ejemplo. Puesto que el primer envo de los apstoles por elEspritu Santo del cual se hace mencin fue desde Antioqua, bien haremos en

    mirar cuidadosamente los detalles de tal envo.

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    Desde que se complet el Nuevo Testamento el Espritu Santo ha llamado amuchos de los hijos de Dios a servirle por todo el mundo, pero, hablando conpropiedad, ninguno de ellos puede ser considerado como nuestro ejemplo.Siempre debemos considerar la primera accin del Espritu Santo en cualquier

    direccin determinada a fin de descubrir Su modelo de accin para nosotros enesa direccin particular. As que para ver cul ejemplo debe seguir hoy la iglesiaal enviar apstoles, examinemos cuidadosamente el primer envo de obreros delcual se hace mencin desde la primera iglesia establecida puramente sobre elterreno de la iglesia.

    EL LLAMAMIENTO DEL ESPIRITU SANTO

    En los primeros dos versculos de Hechos 13 leemos: Haba entonces en la

    iglesia que estaba en Antioqua, profetas y maestros: Bernab, Simn el que se

    llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manan el que se haba criado junto conHerodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando stos al Seor, y ayunando, dijo elEspritu Santo: Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a que los hellamado. Notemos unos cuantos datos aqu. Haba una iglesia local en

    Antioqua, haba ciertos profetas y maestros quienes eran ministros en esaiglesia, y fue de entre ellos que el Espritu Santo separ a dos para otra esfera deservicio. Bernab y Saulo eran dos ministros del Seor ya ocupados en elministerio cuando lleg el llamamiento del Espritu. El Espritu Santo enva aotras partes solamente a aquellos que ya estn equipados para la obra y que

    estn llevando responsabilidad en donde estn, no a aquellos que entierran sustalentos y no se ocupan de las necesidades locales mientras suean en algn dafuturo cuando les llegue el llamamiento a un servicio especial. Bernab y Saulotomaban la carga de la situacin local cuando el Espritu puso sobre ellos lacarga de otros lugares. Sus manos estaban llenas de la obra local cuando El lesenvi a trabajar ms lejos. Notemos primeramente que el Espritu Santo escogeapstoles de entre los profetas y maestros.

    Ministrando stos al Seor, y ayunando, dijo el Espritu Santo: Apartadme a

    Bernab y a Saulo para la obra a que los he llamado. Estos profetas y maestrosministraban con todo el corazn al Seor, tanto que cuando la ocasin lodemandaba pasaban por alto hasta las legtimas demandas de su cuerpo fsico yayunaban. Lo que ocupaba los pensamientos de esos profetas y maestros en Antioqua era el ministerio al Seor, no el trabajo para El. Su dedicacin erapara el Seor mismo, no para Su servicio. Nadie puede verdaderamente trabajarpara el Seor si no ha aprendido primeramente a ministrarle a El. Fue mientrasBernab y Saulo le ministraban al Seor que se oy la voz del Espritullamndolos a un servicio especial.

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    Fue al llamamiento divino al que respondieron, no a la voz de la necesidadhumana. No haban odo informes acerca de canbales ni de salvajes en busca decabezas humanas; sus compasiones no haban sido movidas por cuentoslgubres de matrimonios de nios, ni de vendajes de los pies, ni de fumadores

    de opio. No haban odo ninguna voz salvo la voz del Espritu; no haban vistoninguna demanda excepto la demanda de Cristo. No se haba hecho apelacinalguna a su herosmo natural o a su amor a las aventuras. Ellos conocan un soloruego, el ruego de su Seor. Fue el Seoro de Cristo el que reclam su servicio,y fue solamente en la autoridad de El que ellos salieron. Su llamamiento fue unllamamiento espiritual. En l no entr ningn factor natural. Fue el EsprituSanto quien dijo: Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a que los he

    llamado. Toda obra espiritual debe empezar con el llamamiento del Espritu.

    Toda obra divina debe ser iniciada divinamente. El plan concebido para la obrapuede ser magnfico, la razn adecuada, la necesidad urgente, y el hombreescogido para realizarla puede ser sumamente apropiado; pero si el EsprituSanto no ha dicho: Apartadme a ese hombre para la obra a que lo he llamado, l nunca podr ser un apstol. Puede ser profeta o maestro, pero no es apstol.Desde los tiempos antiguos todos los verdaderos apstoles eran separados por elEspritu Santo para la obra a la cual El les llamaba y hoy en da es igualmentecierto que todos los verdaderos apstoles deben ser apartados por El para laobra. Dios desea el servicio de Sus hijos, pero El hace conscriptos; no desea voluntarios. La obra es Suya, y El es el nico que puede originarlalegtimamente. La intencin humana, por muy buena que sea, nunca puedetomar el lugar de la iniciativa divina. Los deseos fervorosos por la salvacin delos pecadores o por la edificacin de los santos nunca calificarn a un hombrepara la obra de Dios. Un requisito, y solamente uno, es necesario: Dios debeenviarlo.

    Fue el Espritu Santo quien dijo: Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a

    que los he llamado. Solamente el llamamiento divino puede habilitar para el

    oficio apostlico. En los gobiernos terrenales no puede haber servicio donde nose haya comisionado, y lo mismo es vlido en el gobierno de Dios. La tragedia en

    la obra cristiana hoy es que muchos obreros sencillamente han ido, no han sidoenviados. Es la comisin divina lo que constituye el llamamiento a la obradivina. El deseo personal, las persuasiones amistosas, el consejo de personasmayores que uno, y la urgencia de la oportunidad, todos stos son factores en elplano natural, y nunca pueden tomar el lugar de un llamamiento espiritual. Esoes algo que debe ser grabado en el espritu humano por el Espritu de Dios.

    Cuando Bernab y Saulo fueron enviados, el Espritu primeramente los llam, yluego los hermanos confirmaron el llamamiento. Los hermanos pueden decir

    que usted tiene un llamamiento, y las circunstancias parecern indicarlo, pero lapregunta es, ha odo usted mismo el llamamiento? Si es usted el que ha de ir,

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    entonces usted es el que tiene que or primero la voz del Espritu. No nosatrevemos a desatender la opinin de los hermanos, pero su opinin no essustituto alguno de un llamamiento personal de Dios. Aun si ellos estn segurosde que tenemos un llamamiento, y en esa misma seguridad un grupo del pueblo

    de Dios nos enva alegremente a la obra, si no tenemos nosotros mismos unapalabra clara de Dios en nuestro corazn, sobre la base del nuevo pacto,entonces vamos como mensajeros de hombres y no como apstoles de Dios.

    Si Dios desea el servicio de algn hijo Suyo, El mismo lo llamar a servirle, y Elmismo lo enviar. El primer requisito en la obra divina es un llamamientodivino. Todo depende de esto. Un llamamiento divino le da a Dios Su lugarlegtimo, porque lo reconoce a El como quien origin la obra. Donde no hayllamamiento de Dios, la obra emprendida no es de origen divino, y no tiene valor espiritual. La obra divina debe ser comenzada divinamente. Un obreropuede ser llamado directamente por el Espritu, o indirectamente mediante lalectura de la Palabra, por medio de la predicacin, o por las circunstancias; perocualquiera que sea el medio que Dios utilice para hacer que Su voluntad seadada a conocer al hombre, Su voz debe ser la que se escucha a travs de todaslas otras voces; El debe ser el que hable, sin importar el instrumento utilizadopara hacer el llamamiento. Nunca debemos ser independientes de los otrosmiembros del Cuerpo, pero tampoco debemos olvidar que recibimos todasnuestras rdenes de la Cabeza; as que debemos tener cuidado en preservarnuestra independencia espiritual aun mientras cultivamos un espritu de

    dependencia mutua entre los miembros. Es errneo rechazar la opinin de otrosobreros bajo el pretexto de hacer la voluntad de Dios, pero a la vez es incorrectoaceptar sus opiniones como un sustituto para las instrucciones directas delEspritu de Dios.

    SEPARACION DE OBREROS

    Efectivamente, fue el Espritu Santo quien llam a Bernab y a Saulo, pero Eldijo a los otros profetas y maestros lo mismo que a ellos: Apartadme a Bernab

    y a Saulo para la obra a que los he llamado. El Espritu Santo habldirectamente a los apstoles, pero tambin habl indirectamente por medio delos profetas y maestros. Lo que se dijo en privado a los dos fue confirmadopblicamente mediante los otros tres. Todos los apstoles deben tener unarevelacin personal de la voluntad de Dios, pero hacer que esto sea la nica basepara su salida no es suficiente. Por un lado, la opinin de otros, por muyespirituales y experimentados que sean, nunca puede ser un sustituto de unllamamiento directo de Dios. Por otro, un llamamiento personal, por muydefinido que sea, requiere la confirmacin de los miembros representativos del

    Cuerpo de Cristo en la localidad de la cual salen los obreros.

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    Observemos que el Espritu Santo no le dijo a la iglesia en Antioqua:Apartadme a Bernab y a Saulo. Fue a los profetas y maestros a los que habl.Que Dios diera a conocer Su voluntad a toda la asamblea no hubiera sido muyprctico. Algunos de sus miembros eran maduros espiritualmente, pero otros

    apenas eran niitos en Cristo. Algunos estaban dedicados de todo corazn alSeor, pero es muy dudoso que todos los miembros buscaran al Seor con tantaunicidad de propsito que pudieran diferenciar claramente entre la voluntad deDios y las ideas de ellos mismos. Por lo tanto, Dios le habl a un gruporepresentativo en la iglesia, a hombres de experiencia espiritual que estabantotalmente dedicados a lo que a Dios le interesa.

    Y ste fue el resultado: Habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y

    los despidieron (Hch. 13:3). La separacin de los apstoles por los profetas ymaestros sigui al llamamiento que del Espritu vino a ellos. El llamamiento fuepersonal, la separacin fue corporativa, y la una no estaba completa sin la otra.Un llamamiento directo de parte de Dios, y una confirmacin de esellamamiento por los profetas y maestros al apartar a aquellos llamados, es laprevisin de Dios contra obreros independientes en Su servicio.

    El llamamiento de un apstol es el Espritu Santo hablando directamente al queha sido llamado. La separacin de un apstol es el Espritu Santo hablandoindirectamente por medio de los colaboradores de aquel que ha sido llamado. Esel Espritu Santo quien toma la iniciativa tanto en el llamamiento como en la

    separacin de los obreros. Por lo tanto, si los hermanos representantes decualquier asamblea apartan a hombres para el servicio del Seor, debenpreguntarse a s mismos: Estamos haciendo esto por nuestra propia iniciativa

    o como representantes del Espritu de Dios? Si actan sin una certeza absoluta

    de que estn actuando de parte del Espritu Santo, entonces la separacin delobrero no tiene valor espiritual. Deben poder decir de cada obrero que envan:Fue enviado por el Espritu Santo, no por el hombre. Ninguna separacin de

    obreros debe hacerse de prisa ni con ligereza. Fue por esta razn que el ayuno yla oracin precedieron al envo de Bernab y Saulo.

    Cuando Bernab y Saulo fueron apartados para la obra, hubo oracin y ayuno eimposicin de manos. La oracin y el ayuno no se hicieron meramente en vistade la necesidad inmediata de un discernimiento claro en cuanto a la voluntad deDios, sino tambin en vista de la necesidad que vendra cuando de hecho losapstoles se hubieran ido. Y la imposicin de manos no fue hecha a modo deordenacin, pues Bernab y Saulo ya haban sido ordenados por el EsprituSanto. Aqu, como en el Antiguo Testamento, la imposicin de manos era unaexpresin de la unidad perfecta de las dos partes representadas. Era como si los

    tres que enviaban a los dos enviados les dijeran: Cuando vosotros dos,miembros del Cuerpo de Cristo, vayis, todos los otros miembros van con

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    vosotros. La ida de vosotros es la nuestra y la obra de vosotros es la nuestra. La

    imposicin de manos era un testimonio de la unidad del Cuerpo de Cristo.Significaba que los que se quedaban eran uno con los que se iban, y que estabanen pleno acuerdo con ellos; y que al irse, los que se quedaban en la base se

    comprometan a seguirlos continuamente con inters lleno de oracin ycomprensin llena de amor.

    En lo que concierne a todos los enviados, deben poner atencin a estos dosaspectos de su separacin para el servicio de Dios. Por un lado, debe haber unllamamiento directo de parte de Dios y un reconocimiento personal de esellamamiento. Por otro, debe haber una confirmacin de aquel llamamiento porlos miembros representantes del Cuerpo de Cristo. Y en cuanto a todos losresponsables del envo de otros, por un lado deben estar en posicin de recibir larevelacin del Espritu y de discernir la mente del Seor; por otro, deben poderparticipar solidariamente en la experiencia de aquellos a quienes ellos, comomiembros que representan al Cuerpo de Cristo, envan en el Nombre del Seor.El principio que gobern el envo de los primeros apstoles todava gobierna elenvo de todos los apstoles que verdaderamente son designados por el Espritupara la obra de Dios.

    LA EXPRESION DEL CUERPO

    Sobre qu base apartaron estos profetas y maestros a algunos hombres para

    que fueran apstoles, y a quines representaban estos profetas y maestros? Porqu ellos, y no toda la iglesia, separaron a esos obreros? Cul es el significadode tal separacin, y cul es el requisito necesario de parte de aquellos queasumen responsabilidad en el asunto?

    La primera cosa que debemos comprender es que Dios ha incorporado a todosSus hijos en un solo Cuerpo. El no reconoce ninguna divisin de Su pueblo en

    varias iglesias y misiones. El ha planeado que todos los que son de El vivan

    una vida corporativa, la vida de un cuerpo entre cuyos muchos miembros hay

    consideracin mutua, amor mutuo, y entendimiento mutuo. Adems El tiene elpropsito de que no slo la vida, sino tambin el ministerio de Sus hijos se baseen el principio del Cuerpo, de modo que sea un asunto de asistencia mutua,edificacin mutua, y servicio mutuo, es decir, para que sea la actividad de losmuchos miembros de un cuerpo. Hay dos aspectos del Cuerpo de Cristo: la viday el ministerio. La primera mitad de Efesios 4 habla del Cuerpo con relacin a suministerio; la segunda mitad habla del Cuerpo con relacin a su vida. De quientodo el cuerpo, bien concertado y unido entre s por todas las coyunturas que seayudan mutuamente, segn la actividad propia de cada miembro, recibe su

    crecimiento para ir edificndose en amor (v. 16). Aqu es la obra la que estbajo consideracin. Pero en el versculo 25 lo considerado es claramente la vida:

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    Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prjimo;

    porque somos miembros los unos de los otros. En el captulo doce de Romanos

    vemos cmo los miembros deben preocuparse los unos por los otros, as que, denuevo, el pensamiento es la manifestacin de la vida nica. Pero en el captulo

    doce de 1 Corintios vemos cmo los miembros deben servir el uno al otro, asque el pensamiento en ese pasaje es la manifestacin del ministerio nico.

    Cuando hablamos del nico Cuerpo, enfatizamos la unidad de la vida de todoslos hijos de Dios. Cuando hablamos de sus muchos miembros, enfatizamos ladiversidad de las funciones en esa unidad. La caracterstica de lo anterior es vida; la caracterstica de lo posterior es trabajo. En un cuerpo fsico losmiembros difieren unos de otros; con todo, funcionan como uno porquecomparten una sola vida y tienen la edificacin de todo el cuerpo como su nicameta.

    Debido a que el Cuerpo de Cristo tiene estos dos aspectos distintos la vida y elministerio tiene en consecuencia dos diferentes manifestaciones externas. Laiglesia en una localidad es usada para expresar la vida del Cuerpo, y los dones enla iglesia son usados para expresar el ministerio de sus miembros. En otraspalabras, cada iglesia local debe mantenerse sobre el fundamento del Cuerpo,considerndose a s misma una expresin de la unidad de la vida del Cuerpo, yde ningn modo debe admitir divisin, puesto que existe como la manifestacinde una vida indivisible. Los diferentes ministros de la iglesia deben asimismo

    mantenerse sobre la base del Cuerpo, considerndose a s mismos unaexpresin de la unidad de sus diversos ministerios. La comunin y lacooperacin perfectas deben caracterizar todas sus actividades, porque aunquesus funciones sean variadas, sus ministerios en verdad son uno. Ninguna iglesialocal debe dividirse en diferentes sectas, ni debe afiliarse con otras iglesias bajouna denominacin, apartndose as de la base del Cuerpo, y ningn grupo deministros debe unirse para formar una unidad separada, mantenindose sobreotra base que la del Cuerpo. Toda la obra debe ser ejecutada por ellos comomiembros del Cuerpo, y no como miembros de una organizacin que existe

    aparte de ste. Un obrero puede emplear sus dones como funcionario de unaorganizacin, pero al hacerlo, l se aparta del principio fundamental del Cuerpo.

    Una lectura superficial de Efesios 4:11-12 podra llevarnos a concluir que losapstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros funcionaban fuera delCuerpo, porque fueron dados por el Seor a Su iglesia para edificacin de sta(v. 12). Pero el versculo 16 aclara que no estn fuera del Cuerpo para edificarlo;ellos buscan edificarlo desde el interior. Ellos mismos son parte del Cuerpo, y esslo al tomar su lugar correspondiente en l, como miembros ministrantes, que

    todo el Cuerpo es edificado.

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    Que las iglesias son la expresin local del Cuerpo de Cristo es un hechoestablecido, de manera que no necesitamos ahondar en eso ahora; sin embargo,se requiere alguna explicacin sobre los ministros dotados a quienes Dios hapuesto en la iglesia como la expresin del ministerio del Cuerpo. En 1 Corintios

    12 Pablo claramente trata la cuestin del servicio cristiano. El compara losobreros a diferentes miembros de un cuerpo y muestra que cada miembro tienesu utilidad especfica, y que todos sirven al cuerpo como pertenecientes a l y nodistintos de l. En el versculo 27 escribe: Vosotros, pues, sois el cuerpo deCristo, y miembros cada uno en particular; y en el siguiente versculo dice: Y a

    unos puso Dios en la iglesia, primeramente apstoles, luego profetas, lo terceromaestros, luego los que hacen milagros, despus los que sanan, los que ayudan,los que administran, los que tienen don de lenguas. Un estudio de estos dos

    versculos aclara que los ministros dotados que se mencionan en el versculo 28son los miembros mencionados en el versculo 27, y que la iglesia que semenciona en el versculo 28 es el Cuerpo mencionado en el versculo 27; por lotanto, lo que los ministros son para la iglesia, es lo que los miembros son para elCuerpo. Ellos ocupan su posicin en el Cuerpo por causa de sus funciones (elodo y el olfato del versculo 17). Los ministros dotados son los miembros delCuerpo que funcionan, y todas sus operaciones las llevan a cabo comomiembros. Ellos son para la iglesia lo que las manos, los pies, la boca, y lacabeza son para el cuerpo fsico. Los siervos de Dios no ministran a la iglesiacomo si estuvieran aparte de ella, sino como sus miembros. Ellos estn en elCuerpo, sirvindole por el uso de las facultades que ellos, como miembros,poseen. Una iglesia en cualquier localidad es una expresin de la vida nica delCuerpo, mientras que sus ministros son la expresin de la diferencia y a la vezde la unidad de su ministerio.

    El captulo doce de 1 Corintios trata el tema del Cuerpo de Cristo, no en elaspecto de su vida sino en el aspecto de su obra. Todo el captulo se ocupa delasunto del ministerio, y en l se habla de aquel ministerio como elfuncionamiento de los diferentes miembros, de lo cual es evidente que en elpensamiento de Dios todo el ministerio se basa en el principio del Cuerpo. El

    ministerio es la expresin prctica del Cuerpo, una expresin de la diversidad enunidad de sus varios miembros. Por lo tanto, vemos que cuando se expresa elaspecto de vida del Cuerpo de Cristo, all se tiene una iglesia local; y cuando seexpresa el aspecto de la obra, all se tiene una manifestacin de los dones queDios ha dado a Su iglesia.

    Al leer 1 Corintios 12:28, uno no puede dejar de sorprenderse por la notablediferencia entre la descripcin de los primeros tres dones y los cinco restantes.Pablo, bajo la inspiracin del Espritu, toma especial cuidado al enumerarlos:

    primeramente apstoles, luego profetas, lo tercero maestros. Los primerostres estn numerados especficamente, pero no el resto; y son marcadamente

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    distintos en su naturaleza as como en su numeracin. Ellos son hombres; elresto son cosas. Los tres dones del Seor a Su iglesia mencionadosprimeramente apstoles, profetas y maestros son distintos de los dems.Ellos son ministros de la Palabra de Dios, y su funcin, la de edificar el Cuerpo

    de Cristo, es la funcin ms importante en la iglesia. Ellos son losrepresentantes del ministerio del Cuerpo.

    La nica crnica de las Escrituras en cuanto al envo de apstoles se encuentraen Hechos 13, y all vemos que son los profetas y los maestros quienes losapartan para su ministerio. Las Escrituras no proporcionan precedente para laseparacin y el envo de hombres por uno o ms individuos, ni por una misin uorganizacin; aun el envo de obreros por una iglesia local es una cosadesconocida en la Palabra de Dios. El nico ejemplo que se nos da es laseparacin y el envo de apstoles por los profetas y maestros.

    Cul es el significado de esto? En Antioqua los profetas y maestros fueronescogidos por Dios para apartar a Bernab y a Saulo para Su servicio, porqueellos eran los miembros ministrantes de la iglesia, y esta separacin de losapstoles era cuestin de ministerio ms que de vida. Si se hubiera relacionadocon la vida, y no especficamente con el servicio, entonces hubiera sido asuntode toda la iglesia local, y no simplemente de sus miembros ministrantes. Perontese que, aunque Bernab y Saulo no fueron apartados para la obra por todala iglesia, ellos fueron enviados no como representantes de unos cuantos

    miembros escogidos sino como representantes de todo el Cuerpo. El serapartados por los profetas y maestros denotaba que ellos no salieron en formaindividualista, ni sobre la base de organizacin alguna, sino sobre elfundamento del ministerio del Cuerpo. El nfasis, como hemos visto, estaba enel ministerio, no en la vida, pero era un ministerio representativo de toda laiglesia, no de una seccin de ella en particular. Esto es claramente expresadopor la imposicin de manos.

    Como hemos visto, la imposicin de manos habla de la unidad (Lv. 1:4), y la

    nica unidad conocida entre los hijos de Dios es la unidad del Cuerpo de Cristo;as que, los profetas y maestros al imponer las manos sobre los apstoles, semantenan definitivamente sobre el fundamento del Cuerpo, actuando como susmiembros representativos. Su accin identificaba a toda la iglesia con losapstoles, e identificaba a los apstoles con toda la iglesia. Estos profetas ymaestros no se mantuvieron sobre una base individual para enviar a losapstoles como sus representantes personales, ni se apoyaron ellos sobre la basede alguna compaa selecta para enviarlos como representantes de esacompaa en particular; sino que se mantuvieron en el principio del Cuerpo,

    como sus miembros ministrantes, y apartaron a estos dos para la obra delevangelio. Por su parte los dos, siendo as apartados, salieron, no para

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    representar a ningn individuo en particular ni a ninguna organizacin enespecial, sino para representar al Cuerpo de Cristo, y solamente al Cuerpo deCristo. Toda obra que es verdaderamente bblica y verdaderamente espiritualtiene que proceder del Cuerpo y debe ministrar al Cuerpo. El Cuerpo debe ser la

    base sobre la cual el obrero se mantiene, y solamente sta debe ser la esfera enla cual l obra.

    En dos ocasiones distintas Pablo recibi imposicin de manos; primeramentecuando crey en el Seor (Hch. 9:17), luego en la ocasin en consideracin,cuando fue enviado de Antioqua. Aqulla expres su identificacin con la vidadel Cuerpo; sta, su identificacin con el ministerio del Cuerpo. Aqulla lodeclar miembro del Cuerpo por haber recibido la vida de la Cabeza; sta lodeclar miembro ministrante, que obraba no como individuo aislado, sino enrelacin con los otros miembros, como una parte del gran total.

    Al enviar de Antioqua a Bernab y a Saulo, los profetas y maestros norepresentaban una iglesia o misin; representaban el ministerio del Cuerpo.

    Ellos no eran la iglesia entera; solamente eran un grupo de siervos de Dios. Ellosno llevaban ningn nombre especial, no estaban regidos por ningunaorganizacin especial, y no estaban sujetos a reglas establecidas. Sencillamente,ellos se sometieron al control del Espritu y apartaron a aquellos a quienes Elhaba apartado para la ob