La vida como una obra de arte - ALAS Venezuela

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7 Domingo 10 de febrero de 2013 la noticia minuto a minuto www.2001.com.ve Cuerpo, mente y espíritu La vida como una obra de arte Cuando las per- sonas hacemos referencia al mundo del arte, lo que nos aparece es algo con relación a la música, pintura, escultura, baile, canto, actuación, etc. Es decir, lo pri- mero con lo que solemos relacionar el arte es con lo que llamamos las Be- llas Artes. Sin embargo, y por suerte, el universo está lleno de obras de arte en la cotidianeidad, más allá de las ya mencionadas bellas artes. De esta forma, podemos hacer que la relación con mi pareja sea una obra de arte, que una conversación con un amigo sea un poema, que hacer el amor sea una danza, una cena se transforme en un cuadro perfecto y que un equipo de trabajo se con- vierta en una gran orquesta. ¿Cómo aprender entonces a ver las relaciones, el trabajo, y el aprendizaje como una obra de arte? Según varios diccionarios, el arte es la disposición mediante la cual el ser humano ex- presa la belleza de las cosas; mien- tras que la ciencia es el conocimiento de las cosas por sus principios y cau- sas, a través de la comprobación. En el conocimiento científico, a tra- vés de la “comprobación” parecería que se llega a la “verdad”. Sería algo parecido a lo que dijo en su mo- mento San Agustín: “Si no lo veo no lo creo”; dicho con relación al tema en cuestión podría ser: “Si no lo com- pruebo, no existe o es falso”. Para mu- chos descubrimientos científicos, esta forma de conocer es muy útil, pero para el mundo de las relaciones es insuficiente. Por eso, apren- der con maestría las cosas más im- portantes de la vida, nos desafía a relacionarnos con el mundo como si estuviéramos cre- ando la más bella obra de arte. En el conoci- miento artístico, lo fundamental es ese valor agre- gado que da una persona, su estilo y sello personal que lo hace único. Cuando nos conectamos con el ar- tista que llevamos dentro aparece la creatividad, la sana locura, la alegría y también la capacidad para decir que no a los espacios donde no quere- mos estar más. Juguemos a imaginarnos por un momento metafóricamente: Si fue- ras un artista de las relaciones… ¿Qué tipo de arte llevarías a cabo? ¿Serías bailarín (a), cantante, pintora o pintor, escultor, escritor, chef? Si pensamos en nuestros artistas preferidos, el común denominador de todos podría ser la capacidad para fundirse en su actividad, es decir que no hay diferencia entre el danzarín y la danza, entre el cuadro y el pintor, entre el cantor y su canción… son UNO con su arte. Y nosotros, ¿somos UNO con las rela- ciones o vivimos observando las di- ferencias que nos separan? ¿Apren- demos como un niño cuando logra ponerse de pie, o más bien primero juzgamos hasta que la mente no da más y después intentamos aprender algo? ¿Cómo hacer para recuperar esa capacidad de CREAR una forma de estar en el mundo más libre y más disfrutable? Si estás esperando LA respuesta, no sólo te vas a desilusionar, sino tam- bién creo que te vas a ir desilusio- nando a cada rato, ya que si existiera esa fórmula, ¿quién no la estaría apli- cando? Lo importante no es la res- puesta, sino decidirse a buscar nue- vos caminos y tener el coraje y la persistencia para recorrerlos, ya que una vida creativa es una cuestión ries- gosa. Decidir seguir el propio camino no trazado por los padres, por pares o por instituciones implica un deli- cado equilibrio entre tradición y li- bertad personal, entre ser fiel a sí mismo y permanecer abierto a los cambios. Hace más de 15.000 años nos fui- mos alejando de la Confianza y la Prosperidad Natural del Universo que teníamos como seres vivos en nues- tra etapa de ser nómades y al trans- formarnos en seres sedentarios, hici- mos del Poseer (y la Propiedad) una virtud, nos fuimos alejando paulati- namente del Devenir y nos propusi- mos y definimos el “Ser”, y allí co- menzó la carrera por “hacer producir a la naturaleza”. Ser y actuar en la vida sin sostén y sin seguridades puede ser un juego maravilloso y a la vez puede dar miedo, que es lo opuesto al juego. Entrar en lo desconocido puede lle- varnos al deleite, a la autorrealización, y también puede traernos desilusio- nes, y sufrimientos. Pero es más gratificante pagar pre- cios por algo que nos satisface en vez de hacerlo por algo que nos amarga la vida. Es mejor pagar por un cara- melo que por chupar un clavo. Pre- cios pagaremos siempre en la vida, seamos conscientes o no, nos guste o no, siempre habrá consecuencias por nuestras acciones. Así que, ¿no es me- jor asumir las consecuencias de ac- ciones que nos conectan con lo más grande de nosotros que con aqué- llas que nos sumergen en la medio- cridad y en la rutina? Para iniciar este camino, son las emociones las que te van a servir como trampolín para dar ese salto que estás buscando. No es la mente racio- nal ni los pensamientos elaborados los que te permitirán iniciar una nueva etapa. Es el corazón cuando permitas que salga a galopar desnudo. Quisiera despedirme regalándote esta historia verdadera, que espero sea fuente de inspiración a tus mu- sas dormidas: En el conocimiento artístico, lo fundamental es ese valor agregado que da una persona, su estilo y sello personal que lo hace único El universo está lleno de creaciones en la cotidianeidad A veces la tarea del artista es descubrir cuánta música se puede hacer con lo que a uno le queda Itzhak Perlman Violinista El 18 de noviembre de 1994, el violinista Itz- hak Perlman entró a escena para dar un con- cierto en el Lincoln Center de Nueva York. Lle- gar al escenario es un pequeño logro para él, ya que tuvo polio cuando fue niño; por esa razón tiene ambas piernas muy débiles y ca- mina con la ayuda de dos muletas. Verlo cru- zar el escenario, es una visión asombrosa. Ca- mina hasta llegar a su silla, se sienta, pone sus muletas en el suelo, afloja los sujetadores de sus piernas, toma un pie hacia atrás y ex- tiende el otro hacia adelante, se inclina para levantar el violín, lo pone bajo su mejilla, y fi- nalmente hace una señal al director para co- menzar a tocar. Hasta ese momento la au- diencia está acostumbrada a ese ritual. Pero esa vez algo anduvo mal. Justo cuando ter- minaba sus primeras estrofas, una de las cuerdas de su violín se rompió y saltó como un tiro atravesando el salón. Los que estaban allí esa noche, pueden haber pensado muchas cosas: “tendrá que levantar las muletas y arrastrarse fuera del escenario, encontrar otro violín, o encontrar otra cuerda para el suyo”… Pero él no lo hizo. En su lu- gar, esperó un momento, cerró sus ojos y luego hizo la señal al director de comenzar nuevamente. La orquesta comenzó, y él tocó desde el punto en el que se había detenido. Y tocó con tanta pasión y pureza, como nunca se lo había escuchado. Todo el mundo sabía que era imposible in- terpretar un trabajo sinfónico con solo tres cuerdas. Pero esa noche Itzhak Perlman re- husó saberlo. Se lo podía ver modulando, cambiando, recomponiendo la pieza en su cabeza. En un punto, eso sonó como si él estuviera sacando el tono de la cuerda que se había roto y consiguiendo nuevos soni- dos. Cuando terminó, hubo un impresio- nante silencio en la sala, y entonces la gente se levantó y lo aclamó. Hubo un ex- traordinario aplauso, todos estaban de pie gritando y haciendo lo que podían para demostrar cuánto apreciaban lo que él acababa de hacer. Él sonrió, se secó el sudor de sus cejas, de- tuvo su inclinación para aquietarlos y luego dijo, no con presunción, sino en un tono pensativo, calmo: “A veces la tarea del ar- tista es descubrir cuánta música se puede hacer con lo que a uno le queda”. Esas palabras han permanecido en mí desde que las escuché. Y… ¿quién sabe? Tal vez es la definición de la Vida, no sólo para los artis- tas, sino para todos nosotros. ITZHAK PERLMAN - VIOLINISTA Ignacio “Nacho” Trujillo Coach Ontológico y director Consultora Alas www.alasvenezuela.com/ @AlasVenezuela 7miguel_MAQUETA 2001 09/02/13 15:53 Página 1

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7Domingo 10 de febrero de 2013la noticia minuto a minutowww.2001.com.veCuerpo, mente y espíritu

La vida como una obrade arte

Cuando las per-sonas hacemosreferencia almundo del arte, lo

que nos aparece esalgo con relación a la

música, pintura, escultura, baile,canto, actuación, etc. Es decir, lo pri-mero con lo que solemos relacionarel arte es con lo que llamamos las Be-llas Artes. Sin embargo, y por suerte,el universo está lleno de obras de arteen la cotidianeidad, más allá de lasya mencionadas bellas artes.De esta forma, podemos hacer que

la relación con mi pareja sea una obrade arte, que una conversación conun amigo sea un poema, que hacer elamor sea una danza, una cena setransforme en un cuadro perfecto yque un equipo de trabajo se con-vierta en una gran orquesta.¿Cómo aprender entonces a ver las

relaciones, el trabajo, y el aprendizajecomo una obra de arte? Según variosdiccionarios, el arte es la disposiciónmediante la cual el ser humano ex-presa la belleza de las cosas; mien-tras que la ciencia es el conocimientode las cosas por sus principios y cau-

sas, a través de la comprobación.En el conocimiento científico, a tra-

vés de la “comprobación” pareceríaque se llega a la “verdad”. Sería algoparecido a lo que dijo en su mo-mento San Agustín: “Si no lo veo no locreo”; dicho con relación al tema encuestión podría ser: “Si no lo com-pruebo, no existe o es falso”. Para mu-chos descubrimientos científicos, estaforma de conocer es muy útil, peropara el mundo de las relaciones esinsuficiente.Por eso, apren-

der con maestríalas cosas más im-portantes de lavida, nos desafía arelacionarnos conel mundo como siestuviéramos cre-ando la más bellaobra de arte.En el conoci-

miento artístico,lo fundamental esese valor agre-gado que da una persona, su estilo ysello personal que lo hace único.Cuando nos conectamos con el ar-

tista que llevamos dentro aparece lacreatividad, la sana locura, la alegría ytambién la capacidad para decir queno a los espacios donde no quere-mos estar más.

Juguemos a imaginarnos por unmomento metafóricamente: Si fue-ras un artista de las relaciones… ¿Quétipo de arte llevarías a cabo? ¿Seríasbailarín (a), cantante, pintora o pintor,escultor, escritor, chef?Si pensamos en nuestros artistas

preferidos, el común denominadorde todos podría ser la capacidad parafundirse en su actividad, es decir queno hay diferencia entre el danzarín y

la danza, entre elcuadro y el pintor,entre el cantor y sucanción… sonUNO con su arte. Ynosotros, ¿somosUNO con las rela-ciones o vivimosobservando las di-ferencias que nosseparan? ¿Apren-demos como unniño cuando lograponerse de pie, omás bien primero

juzgamos hasta que la mente no damás y después intentamos aprenderalgo? ¿Cómo hacer para recuperaresa capacidad de CREAR una formade estar en el mundo más libre y másdisfrutable?Si estás esperando LA respuesta,

no sólo te vas a desilusionar, sino tam-

bién creo que te vas a ir desilusio-nando a cada rato, ya que si existieraesa fórmula, ¿quién no la estaría apli-cando? Lo importante no es la res-puesta, sino decidirse a buscar nue-vos caminos y tener el coraje y lapersistencia para recorrerlos, ya queuna vida creativa es una cuestión ries-gosa. Decidir seguir el propio caminono trazado por los padres, por pareso por instituciones implica un deli-cado equilibrio entre tradición y li-bertad personal, entre ser fiel a símismo y permanecer abierto a loscambios.Hace más de 15.000 años nos fui-

mos alejando de la Confianza y laProsperidad Natural del Universo queteníamos como seres vivos en nues-tra etapa de ser nómades y al trans-formarnos en seres sedentarios, hici-mos del Poseer (y la Propiedad) unavirtud, nos fuimos alejando paulati-namente del Devenir y nos propusi-mos y definimos el “Ser”, y allí co-menzó la carrera por “hacer producira la naturaleza”.Ser y actuar en la vida sin sostén y

sin seguridades puede ser un juegomaravilloso y a la vez puede darmiedo, que es lo opuesto al juego.Entrar en lo desconocido puede lle-varnos al deleite, a la autorrealización,y también puede traernos desilusio-

nes, y sufrimientos.Pero es más gratificante pagar pre-

cios por algo que nos satisface en vezde hacerlo por algo que nos amargala vida. Es mejor pagar por un cara-melo que por chupar un clavo. Pre-cios pagaremos siempre en la vida,seamos conscientes o no, nos guste ono, siempre habrá consecuencias pornuestras acciones. Así que, ¿no es me-jor asumir las consecuencias de ac-ciones que nos conectan con lo másgrande de nosotros que con aqué-llas que nos sumergen en la medio-cridad y en la rutina?Para iniciar este camino, son las

emociones las que te van a servircomo trampolín para dar ese salto queestás buscando. No es la mente racio-nal ni los pensamientos elaboradoslos que te permitirán iniciar una nuevaetapa. Es el corazón cuando permitasque salga a galopar desnudo.Quisiera despedirme regalándote

esta historia verdadera, que esperosea fuente de inspiración a tus mu-sas dormidas:

En el conocimiento artístico, lo fundamental esese valor agregado que da una persona, su estiloy sello personal que lo hace único

El universo está lleno de creaciones en la cotidianeidad

A veces la tarea del artistaes descubrir cuántamúsica se puede hacercon lo que a uno le queda

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Itzhak PerlmanViolinista

El 18 de noviembre de 1994, el violinista Itz-hak Perlman entró a escena para dar un con-cierto en el Lincoln Center de Nueva York. Lle-gar al escenario es un pequeño logro para él,ya que tuvo polio cuando fue niño; por esarazón tiene ambas piernas muy débiles y ca-mina con la ayuda de dos muletas. Verlo cru-zar el escenario, es una visión asombrosa. Ca-mina hasta llegar a su silla, se sienta, ponesus muletas en el suelo, afloja los sujetadoresde sus piernas, toma un pie hacia atrás y ex-tiende el otro hacia adelante, se inclina paralevantar el violín, lo pone bajo su mejilla, y fi-nalmente hace una señal al director para co-

menzar a tocar. Hasta ese momento la au-diencia está acostumbrada a ese ritual. Peroesa vez algo anduvo mal. Justo cuando ter-minaba sus primeras estrofas, una de lascuerdas de su violín se rompió y saltó comoun tiro atravesando el salón.Los que estaban allí esa noche, pueden haberpensado muchas cosas: “tendrá que levantarlas muletas y arrastrarse fuera del escenario,encontrar otro violín, o encontrar otra cuerdapara el suyo”… Pero él no lo hizo. En su lu-gar, esperó un momento, cerró sus ojos yluego hizo la señal al director de comenzarnuevamente. La orquesta comenzó, y él tocó

desde el punto en el que se había detenido. Ytocó con tanta pasión y pureza, como nuncase lo había escuchado.Todo el mundo sabía que era imposible in-terpretar un trabajo sinfónico con solo trescuerdas. Pero esa noche Itzhak Perlman re-husó saberlo. Se lo podía ver modulando,cambiando, recomponiendo la pieza en sucabeza. En un punto, eso sonó como si élestuviera sacando el tono de la cuerda quese había roto y consiguiendo nuevos soni-dos. Cuando terminó, hubo un impresio-nante silencio en la sala, y entonces lagente se levantó y lo aclamó. Hubo un ex-

traordinario aplauso, todos estaban de piegritando y haciendo lo que podían parademostrar cuánto apreciaban lo que élacababa de hacer.Él sonrió, se secó el sudor de sus cejas, de-tuvo su inclinación para aquietarlos y luegodijo, no con presunción, sino en un tonopensativo, calmo: “A veces la tarea del ar-tista es descubrir cuánta música se puedehacer con lo que a uno le queda”.Esas palabras han permanecido en mí desdeque las escuché. Y… ¿quién sabe? Tal vez esla definición de la Vida, no sólo para los artis-tas, sino para todos nosotros.

ITZHAK PERLMAN - VIOLINISTA

Ignacio “Nacho” TrujilloCoach Ontológico y director Consultora Alas www.alasvenezuela.com/@AlasVenezuela

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