La Montaña, 4 de abril de 2016.

“La Verdad y la mentira”

Mis queridas semillas,

Érase una vez la Verdad, la Verdad salió a la calle, iba vestida de color oscuro y al ir andando por la acera, tooodos se retiraban y todos se iban, entonces la Verdad se encontró con otra persona, la mentira, también se podría decir, una soñadora o podría decirse la que cuenta leyendas.

Entonces la Verdad le dijo: “¡Ah! Qué bonita estás, vas de todos los colores ¿Por qué la gente te quiere? ¿Por qué la gente va contigo? Pareces alegre”;

Dice: “Porque siempre digo lo que ellos quieren oír ¿Y tú?”,

“Yo soy la Verdad, cada vez que hablo la gente se va y se enfada conmigo, no me quiere nadie, siempre huyen”.

“Y ¿por qué no haces como yo?” le dijo la que siempre hablaba de mentiras,

“Es que no podría, engañaría a la gente”,

“Pero son felices” le contestó la mentira

y la Verdad de nuevo le dijo: “No podría dormir en paz, porque me sentiría traicionada por mí misma”.

Entonces continuaba a hablar y decir la Verdad y cada día se hacía más enemigos y la mentira siempre mantenía los mismos.

Llegó el día en que la mentira le dijo:

“¿Sabes qué? Te voy a poner unos vestidos de color”;

y dijo: “Prefiero que si tengo que hablar, siempre sea con la Verdad y si hay una persona que tiene que amarme, que sepa que siempre es la Verdad”,

“Pues entonces tendrás que disfrazarla un poco”

y la Verdad dijo: “Así lo haré”.

Y cuando encontró a la gente le dijo: “¡Qué día más hermoso hace!”, y la miraron a la Verdad y le dijeron: “Pero si está lloviendo y hace mucho frío”, hay por fin a la Verdad le habían contestado y la habían mirado. “En efecto –le contestó la Verdad- tenéis razón, pero el agua es buena para las plantas y las flores, para el trigo que nos dará el pan para el mañana y a nosotros nos lavará”. La gente miró a la Verdad y se quedó con la boca abierta diciendo: “Finalmente no queremos ver, sólo queremos oír las cosas bonitas”.

Fue andando y dijo: “Buenos días señores y señoras, qué tranquilidad hoy pueden sentarse ustedes a tomar el sol”, se giraron con

ella y le dijeron: “¡Pero cómo puede decir! Si está haciendo un viento es la tramontana, hace viento, no podemos estar tranquilos aquí ¿qué no lo ve? ¡Nos despeina!”; y les dijo: “Poneros un pañuelo en la cabeza, aprovechar para tender la ropa, sacar las mantas al Sol, abrir vuestras puertas para airear, cambiar la atmósfera

de vuestra casa, sacar también a vuestros hijos para esos papeles que parecen pájaros puedan volar”, la volvieron a mirar dijeron: “Tiene razón, esa Verdad me gusta”.

Y más tarde su amiga le dijo:

“¿Cómo vas Verdad?”,

“Voy muy bien, te voy a dar la mano, porque la gente ya está aceptando la Verdad, pero tenías razón, hay que decírsela ni mentira, ni Verdad, hay que explicar que ellos la descubran y se vean a sí mismos”.

Mis semillas siempre hay un justo medio, ni lo blanco siempre es blanco, ni lo negro es siempre negro, la Verdad nunca la apreciamos porque nos evidencia, nos hace ver lo que no nos gusta de nosotros, cuando nos miramos en el espejo siempre nos vemos perfectos de los defectos que tenemos y nos tendríamos que ver muy guapos, porque así lo sois mis estrellas, pero también detrás de ese espejo Aceptar ese

lado y no digamos lo que no pensamos.

Hay que hablar siempre con la Verdad pese a quien pese, pero nuestra consciencia estará tranquila y ligera.

Con todo mi amor,La Jardinera