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Dinamarca aprueba la confiscación de bienes y dinero a refugiados. Publicado el 27-1-2016 al diari Regió7

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  • MIRCOLES, 27 ENERO 2016 LAVANGUARDIA 3

    Dinamarca castiga al refugiadoEl Estado confiscar dinero y pertenencias por encima de los 1.340 euros

    ALAN RUIZ TEROLCopenhague. Servicio especial

    El Parlamento dans aprob ayeruna ley que endurece las condi-ciones para los demandantes deasilo y que ha situado al pas es-candinavo en el ojo del huracndurante las ltimas semanas. Lams controvertida de las refor-mas, que ha sido comparada conlas prcticas de la Alemania nazicon los judos, permitir a la poli-ca confiscar a cada refugiadobienes y dinero por un valor su-perior a los 1.340 euros.El dinero confiscado se utiliza-

    r para pagar la manutencin delos recin llegados. El Gobiernoasegura que los daneses que soli-

    citan ayudas pblicas tambindeben vender antes sus perte-nencias. Sin embargo, slo en ca-sos muy excepcionales, la policapuede confiscar sus ahorrosnunca sus objetos de valor ysiempre con una orden judicial,cuando haya la sospecha de frau-de. Los refugiados no tendrn es-ta proteccin.

    El Gobierno mantiene que noconfiscar joyas y objetos con va-lor sentimental, como las alian-zas, pero parece difcil que un re-fugiado acepte que una de sus jo-yas no tiene un valor sentimental.La discrecionalidad de la polica,en este caso, ser determinante.LaONUyAmnista Internacio-

    nal consideranque la leyeshumi-llante y abusiva, y destacan quelos refugiados con proteccintemporal slo podrn residir enDinamarca durante un ao.Sin embargo, el primer minis-

    tro, Lars Lkke Rasmussen, alfrente de una coalicin liberal-conservadora, asegura que es lapeor interpretada de la historiade Dinamarca. Rasmussen in-

    siste en que los refugiados sernbien tratados, pero an as no es-conde el verdadero objetivo de lareforma: hacer de Dinamarca unpas menos atractivo para los de-mandantes de asilo y frenar la lle-gada de ms personas. El ao pa-sado llegaron 15.000 y este ao seesperan a 16.000.Otras medidas en la misma di-

    reccin son la publicacin en laprensa libanesa de anuncios ofi-ciales daneses alertando del re-corte de subsidios a los exiliadosy la mocin aprobada la semanapasada en una ciudad danesa pi-diendo a los comedores de lasguarderas que incluyan cerdo en

    SARA GANGSTED / EFE

    Alojamiento para refugiados en Thisted, al norte de Jutlandia, la semana pasada

    Los daneses quesolicitan ayudaspblicas puedenconservar sus objetosde valor

    InternacionalLa crisis migratoria

    CONTINA EN LA PGINA SIGUIENTE >>

    Manutencin. El dineroconfiscado a los refugiadosque entren en Dinamarca seutilizar para pagar suma-nutencin: alojamiento,ropa y alimentos. Cada refu-giado slo tiene derecho aun ao de subsidios.

    Tres aos. Este es el tiempoque debern esperar laspersonas que reciban asiloantes de poder pedir la reu-nificacin familiar. Hoy esde slo un ao.

    El debate. Durante cuatrohoras, los parlamentariosdaneses protagonizaron unaagria y dura discusin. Al

    El dinero y las pertenenciasde cada refugiado no podrsuperar esta cantidad. ElEstado confiscar el resto.Objetos sentimentales, comolas alianzas, quedan exentos.

    TODOS LOS AHORROS

    1.340 euros

    Condicionesms duras

    final, los socialdemcratasvotaron con el Gobierno decentro derecha.

    Amplia mayora. De los 109diputados, 81 votaron afavor de la ley, 27 en contray uno se abstuvo.

    Suiza. Dinamarca sigue lospasos de Suiza, que slopermite a los refugiadosconservar 900 euros. Variosestados alemanes del suraplicanmedidas similares.

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  • 4 LAVANGUARDIA I N T E R N A C I O N A L MIRCOLES, 27 ENERO 2016

    Tensin enSuecia por el asesinato deuna empleadadeun centro de acogidaUn joven refugiado de 15 aos apual a la vctima por razones desconocidas

    GLORIA MORENOBarcelona

    La tensin que crea la crisis de losrefugiadosenSueciasubiayerungrado ms despus de que un jo-ven refugiado apualara mortal-mente a una trabajadora social enun centro paramenores no acom-paadosdel oeste del pas. Enme-dio de las crticas al Gobierno porcmohagestionado la llegadama-siva de demandantes de asilo, elnuevo suceso aade todava msleaal fuegoaldebatesobre losre-tosqueplantea la inmigracin.Los hechos tuvieron lugar el lu-

    nes en una vivienda tutelada de

    Mlndal, localidad situada a unosocho kilmetros de Gteborg, lasegunda ciudaddel pas. El centroacoga aunadecenade adolescen-tesdeentre 14y 17aos. Sinque seconozcan los motivos, uno deellos, de 15 aos, atac con un cu-chillo a la joven empleada, que te-na 22 aos. La vctima fue trasla-dada rpidamente al hospital,donde falleci a las pocas horas aconsecuenciade lasheridas.El agresor fue reducido por dos

    de los residentes del centro, queconsiguieron retenerle hasta quelleg la polica. Su intervencinfue muy buena. Si el agresor pla-neaba atacar ams personas, ellos

    los jvenes que estn llegando aSuecia han vivido experienciastraumticas. Pero tambin sostu-vo que todos, tanto los refugiadoscomo los empleados que viven otrabajanen los centrosdeacogida,deberansentirse seguros.Creo que mucha gente est

    preocupada ante la posibilidad deque se produzcanms casos simi-laresarazdequeSueciahayaaco-gido a tantos nios y jvenes noacompaados, admiti.Varios observadores han sea-

    lado lo significativo que el primerministro se desplazara tan rpida-mente aMlndal y ven en ello unademostracin de lo preocupadoque est el Gobierno por la cre-cienteoposicindelosciudadanosasupolticadeasilo.Siguiendo con su tradicional es-

    pritudeacogidahacia los refugia-dos e inmigrantes, Suecia fue unode los primeros pases de Europaen aplicar una poltica de puertasabiertas y conceder el permiso deresidencia de modo inmediato atodos los siriosque lo solicitaran.Sin embargo, la llegada masiva

    depeticionariosregistradaapartirdel verano forz alGobierno a darmarcha atrs. Primero, instaurcontroles fronterizos y, despus,aprob una serie de restriccionespara intentar frenarel flujo.El pas recibi un total de

    163.000 solicitudes en todo el2015, lacifrapercpitamsaltadetoda la Unin Europea. Y aunqueel nmero de llegadas ha descen-dido drsticamente en las ltimas

    semanas, el Gobierno sigue en elpuntodemira.Seleacusadehaberactuado tarde ymal. Unas crticasque son monopolizadas por losDemcratas de Suecia, partidocontrario a la inmigracin, que notard en relacionar la agresin dellunes con el enfoque demasiadolaxo del Partido Socialdemcrata.Slo hay que mirar en cualquierlugar de Suecia. Cuando acoges aun montn de menores no acom-paados en un lugar, llegan losproblemas, clam Tobias Hell-strom,portavozdeesta formacinenMlndal.

    El primerministrosueco, Stefan Lfven,se desplaza al lugary condena uncrimen horrible

    LEJLA FILIPOVIC / AP

    La vctima, AlexandraMezher (derecha, junto a su amiga Lejla Filipovic), tena 22 aos y naci en Suecia de padres libaneses

    Debemos sentir vergenza?;no podemos salvarlos a todos

    el men para preservar la identi-dad nacional.Algunas acciones han ido ms

    lejos y hanhecho tambalear algu-nos de los principios del proyectoeuropeo, como la libre circula-cin de personas en el espacioSchengen. A principios de enero,el pas impuso controles en lafrontera con Alemania despusdequeSueciahiciera lo propio ensu frontera con Dinamarca.La nueva ley fue aprobada por

    una ampliamayora: 81 votos a fa-vor y 27 en contra. A favor vot laprincipal fuerza de la oposicin,

    el partido socialdemcrata, y sulder Dan Jrgensen se justificdiciendo que no hay alternativa.La alternativa precis es quesigamos siendo uno de los pasesms atractivos (para los refugia-dos) y acabemos como Suecia.El partido Enhedslisten, en la

    izquierda radical, ha llevado elpeso de la oposicin a la ley y, endeclaraciones a La Vanguardia,Pernille Skipper, su portavozparlamentario, dijo que moral-mente es una forma horrible detratar a los refugiados. Huyen dela guerra y cmo les tratamos?Nos quedamos con sus joyas.Skipper ve un gran problema

    en la reunificacin familiar de losasilados. A partir de ahora debe-rn contar con unmnimo de tresaos de residencia y no de uno,como era lo habitual, para podertraer a sus cnyuges e hijos.Quin puede esforzarse paraintegrarse y formar parte de unnuevo pas mientras sufre por lavida de la familia?, se pregunta.La sociedad danesa lleva sema-

    nas debatiendo la medida y lasopiniones mayoritarias la respal-dan. Debo sentir vergenza?sepreguntaGretheGrundhal, ve-cina de Aalborg, en el norte delpas. Antes ramos blandos y to-dos venan a nuestro pas asegu-

    ra. Pero las cosas han cambiado.No podemos salvarlos a todos.Cmo lo solucionamos? No los, confiesa.Louise y Casper Anderssen,

    tras discutir brevemente, senten-cian: Deberamos cerrar lasfronteras. La pareja, que no tie-ne trabajo, vive de los subsidiospblicos. Les preocupa la llegadade refugiados. Dicen que no sesienten seguros y que la situacines de descontrol. Y luego est lodel Estado Islmico. No son to-dos ellos, slo los ms extremis-tas. Pero se habla mucho, diceLouise, que en las pasadas elec-ciones vot al partido de extremaderecha Dansk Folkeparti, se-gunda fuerza en el Parlamento.Para los refugiados ya afinca-

    dos en el pas, la vida sigue. BrittRasmussen trabaja como volun-taria en una organizacin localque ayuda a los demandantes de

    asilo que llegan aAalborg. Se re-nencada semana.Algunospracti-can dans con voluntarios nati-vos. Otros intentan aclararse conlos trmitesnecesariosparapedirla reunificacin familiar. Haysonrisas, pero tambin caras lar-

    gas. Rasmussen se lamenta: Mu-chos se sorprenden cuando sedan cuenta de que no todo es tanbonito como haban esperado.La llegada, segn su experiencia,no es el final del viaje, sino slo elprincipio.

    La crisis migratoria

    >> VIENE DE LA PGINA ANTERIOR

    se lo impidieron.Yesmuy fcil re-sultarheridocuandose intervieneen una situacin as. Les estamosmuy agradecidos, resalt el por-tavoz policial Peter Adlersson endeclaracionesa laprensa local.Porelmomento,nohantrascen-

    dido ms detalles sobre la identi-dadonacionalidaddel agresor.Loquessehapublicadoeselnombrede la vctima, que se llamaba Ale-xandraMezher y era de origen li-bans.SupadreemigraSueciaen1989 y, tres aos despus, le siguisu madre. Una vez instalados, tu-vieron a Alexandra, que naci amediadosde losnoventa.Unprimode lamuchachacalifi-

    c lo ocurrido de horrible, des-cribindola como una personaque slo quera hacer el bien.Destrozada por el dolor, la familiaacus directamente a los polticosy a lomalqueestngestionando lacrisisde losrefugiadosde lamuer-tedesuhija.Consciente de lo caldeado que

    est el ambiente, el primer minis-tro del pas, el socialdemcrataStefanLfven,sedesplazhastaellugar de los hechos, desde el quecalific loocurridodecrimenho-rrendo. Por un lado, se mantuvocauto, sealandoquees demasia-do pronto para sacar conclusio-nes y recordando que muchos de

    Los asilados debernesperar tres aos, y nouno como ahora, parareunificar a su familiaenDinamarca