La utopía de la paz

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La utopía de la paz 14 de Junio del 2010 LIMA | La palabra "utopía", que quiere decir "en ninguna parte", se le suele dar a toda idea hermosa pero inaplicable. De entre todas las quimeras que han ilusionado a la humanidad, la de la paz perpetua es tanto la más antigua como la más persistente; no es pues extraño que la OEA, una vez más, le rinda tributo a esta charada irreal e intrascendente. Freud pensaba que la naturaleza del hombre es en esencia violenta y que los instintos de agresión y dominio se hallan profundamente arraigados en nosotros. Por esto la paz siempre será un interludio entre dos guerras, ya que estamos condenados a la violencia. "Cuando el hombre reflexiona -decía Kant-, quiere la paz; pero la naturaleza sabe mejor que él lo que es bueno para su especie: quiere la discordia". Por esto los anales del acontecer del hombre están bañados en sangre y plagados de carnicerías. Los historiadores han documentado unos 10 mil años de historia humana, que a su vez son 10 mil años de conflictos armados; y a medida que el hombre se hizo más civilizado, sus guerras han sido cada vez más horrendas. Y no hay nada que indique que esto esté por terminar, como no hay nada que señale que un país rico y poderoso pueda retroceder en sus intereses en aras de una nación débil y pequeña. Ayer como hoy, digan lo que digan los voceros de la teoría de la bondad humana, todo se reduce a una cuestión de fuerza. Los científicos consideran que a menos que suceda un importante cambio genético en nuestra constitución, la bestia que llevamos dentro, y que permanece oculta tras una delgada capa de civilización, no morirá. Quizá algún día nos liberemos de la tiranía de los instintos y lleguemos a evolucionar a un grado tal en que los distintos vicios y crueldades humanas desaparezcan; pero como ese día no está a la vista ni con un telescopio, es una ingenuidad de campeonato el creer que la paz es posible sin la fuerza. Siempre me he preguntado por qué Minerva, la diosa de la sabiduría romana, era esculpida con un escudo y una lanza en la mano. La respuesta podría ser que ella sabía que la paz, para prevalecer, debe armarse hasta los dientes.

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  • La utopa de la paz

    14 de Junio del 2010

    LIMA | La palabra "utopa", que quiere decir "en ninguna parte", se le suele dar a toda idea hermosa pero inaplicable. De entre todas las quimeras que han ilusionado a la humanidad, la de la paz perpetua es tanto la ms antigua como la ms persistente; no es pues extrao que la OEA, una vez ms, le rinda tributo a esta charada irreal e intrascendente. Freud pensaba que la naturaleza del hombre es en esencia violenta y que los instintos de agresin y dominio se hallan profundamente arraigados en nosotros. Por esto la paz siempre ser un interludio entre dos guerras, ya que estamos condenados a la violencia. "Cuando el hombre reflexiona -deca Kant-, quiere la paz; pero la naturaleza sabe mejor que l lo que es bueno para su especie: quiere la discordia". Por esto los anales del acontecer del hombre estn baados en sangre y plagados de carniceras. Los historiadores han documentado unos 10 mil aos de historia humana, que a su vez son 10 mil aos de conflictos armados; y a medida que el hombre se hizo ms civilizado, sus guerras han sido cada vez ms horrendas. Y no hay nada que indique que esto est por terminar, como no hay nada que seale que un pas rico y poderoso pueda retroceder en sus intereses en aras de una nacin dbil y pequea. Ayer como hoy, digan lo que digan los voceros de la teora de la bondad humana, todo se reduce a una cuestin de fuerza. Los cientficos consideran que a menos que suceda un importante cambio gentico en nuestra constitucin, la bestia que llevamos dentro, y que permanece oculta tras una delgada capa de civilizacin, no morir. Quiz algn da nos liberemos de la tirana de los instintos y lleguemos a evolucionar a un grado tal en que los distintos vicios y crueldades humanas desaparezcan; pero como ese da no est a la vista ni con un telescopio, es una ingenuidad de campeonato el creer que la paz es posible sin la fuerza. Siempre me he preguntado por qu Minerva, la diosa de la sabidura romana, era esculpida con un escudo y una lanza en la mano. La respuesta podra ser que ella saba que la paz, para prevalecer, debe armarse hasta los dientes.

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