La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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Seminario Bíblico Kyrios Seminario Bíblico Kyrios Resumen del libro: “La teología Carismática de “La teología Carismática de Lucas” Lucas” de Roger Stronstad Trabajo presentado en requerimiento de la materia Teología I Profesor: Fernando Yamagata Alumno: Claudio Claus

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Seminario Bíblico KyriosSeminario Bíblico Kyrios

Resumen del libro:“La teología Carismática de“La teología Carismática de

Lucas”Lucas”de Roger Stronstad

Trabajo presentado en requerimiento de la materia Teología I

Profesor: Fernando Yamagata

Alumno: Claudio Claus

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Buenos Aires, 15 de Julio de 2000.Introducción

En el siguiente trabajo me he propuesto realizar un resumen del libro “La

Teología Carismática de Lucas” de Roger Stronstad. El libro es una revisión de su

tesis de maestría en Regen College en el año 1975.

Para realizar dicho resumeì¥Á19 11ð¿1111111111111ñC 1

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555555ž 555555ž 555555ž 558555Ö 5553) la independencia de Lucas como

teólogo.

1.1. La homogeneidad literaria y teológica de Lucas-Hechos

En este punto el autor declara que si bien existe un consenso erudito sobre

la unidad literaria de Lucas-Hechos, los intérpretes a menudo suponen que Lucas-

Hechos refleja una discontinuidad teológica entre sus dos partes, en vez de una

continuidad y homogeneidad teológicas.

El autor en este punto no solo defiende la homogeneidad literaria del libro

sino también su homogeneidad teológica. El dice “como Lucas y Hechos son una

sola obra, sería mucho más natural hacer hincapié en su continuidad o

homogeneidad teológica”. También agrega que la unidad literaria de Lucas-Hechos

debe obligar al intérprete a reconocer la homogeneidad de la teología de los dos

libros.

1.2. El Carácter teológico de la historiografía de Lucas

Aquí el autor cuestiona la tendencia de muchos teólogos de darle al libro de

los Hechos solamente una importancia puramente narrativa y no teológica. Debate

el hecho de que se le quite al libro la importancia didáctica que también tiene.

Sita a John R. W. Stott en su libro, The Baptism and Fullness of the Holy

Spirit (Bautismo y plenitud del Espíritu Santo), cuando en resumen, argumenta que

“no se debe construir una doctrina del Espíritu Santo basada en pasajes descriptivos

en Hechos”. Tanto a Stott como a Farrel los toma como ejemplos entre muchos que

tienen este enfoque metodológico del libro de Hechos. Según Stronstad este

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enfoque metodológico a Hechos rompe el vínculo entre instrucción y narrativa, entre

historia y teología.

El autor argumenta que esa supuesta distinción entre descripción y textos

didácticos es ajeno a la comprensión general que se observa en el Nuevo

Testamento de la historiografía bíblica, es decir, del Antiguo Testamento. Para ello

cita a Pablo en tres pasajes: 2 Timoteo 3.16-17, Romanos 15.4 y 1 Corintios 10.11.

Pablo en estos pasajes percibió indiscutiblemente un propósito didáctico en la

narrativa histórica.

Luego el autor afirma que de esta manera las narrativas históricas del

Antiguo Testamento sirvieron de modelo para la historiografía de Lucas.

Stronstad cita a Hengel cuando afirma que Lucas “sí tenía un interés

teológico que fue al mismo tiempo histórico”. También cita a Marshall cuando

escribe que “Lucas creía que su trabajo era escribir la historia y dejaremos de tratar

debidamente su obra si no lo consideramos como historiador. La investigación

moderna ha recalcado el hecho de que fue teólogo....Su concepto de teología lo

llevó a escribir la historia”.

Concluye diciendo que ya que Lucas tiene un interés teológico, sus

narrativas, aunque son históricas, siempre son más que simplemente descripciones

o la relación de los hechos “brutos”. Lucas siempre da una narración interpretada.

Argumenta que Lucas profundamente influido por su modelo historiográfico

bíblico-septuagintal, narra la historia de la fundación y el crecimiento del

cristianismo. Tal como en su modelo, sus episodios tienen un propósito histórico-

teológico. Escribe que Lucas nunca quiso dar a sus lectores una simple descripción

de acontecimientos, ya sea para informarles, o para satisfacer la curiosidad de sus

lectores acerca de los orígenes de su fe. Por lo tanto las narrativas de Lucas son

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una base de datos importante y legítima para la construcción de una doctrina del

Espíritu según Lucas.

1.3. La independencia de Lucas como teólogo

La tendencia a romper el vínculo entre los pasajes didácticos y la narrativa

histórica, ha llevado a un corolario infeliz para la interpretación del Espíritu Santo en

Lucas-Hechos. Ese corolario es la creencia extendida de que tanto que acudimos a

Lucas para historia debemos volvernos a Pablo para teología. Como resultado de

ese programa metodológico, se interpretan los datos de Lucas sobre el Espíritu

Santo como si los hubiera escrito Pablo.

Los eruditos típicamente definen el término característico de Lucas

“bautizado en el Espíritu santo” según el significado que Pablo le da al término.

Según 1 Corintios 12.13, el bautismo en el Espíritu Santo al que hace referencia

Pablo significa iniciación e incorporación al cuerpo de Cristo de parte del nuevo

creyente. Según Pablo es la transformación espiritual que pone al creyente en Cristo

y que es el efecto de recibir el don del Espíritu Santo. Esto sucede en el momento

de la conversión. Es de esa manera que también se da ese significado a las

referencias de Lucas-Hechos.

De la misma manera, con frecuencia se devine o califica la frase de Lucas

“lleno del Espíritu Santo” por el uso por Pablo en Efesios 5.18. Aunque Lucas

emplea el término nueve veces y Pablo no la emplea más de una vez, parece que el

uso de Pablo es normativo.

El autor escribe que la metodología por la que se lee a Lucas como si fuera

Pablo lo encaja en el molde de Pablo y le quita su independencia como teólogo por

derecho propio. Luego proporciona el cuadro siguiente del uso de los términos

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“bautizado en el Espíritu” y “lleno del Espíritu”, usado por Lucas y por Pablo,

mostrando que usar esa metodología para interpretar a Lucas es absurda:

Lucas Pablo

Bautizado en el Espíritu 3 veces 1 vez

Lleno del Espíritu 9 veces 1 vez

Stronstad concluye el capítulo diciendo que ya que Lucas es teólogo por

derecho propio, los intérpretes debieran examinar sus escritos con la mente abierta

a la posibilidad de que su perspectiva sobre el Espíritu Santo pudiera, en realidad,

diferir de la de Pablo. Por consiguiente, de la misma manera que el reconocimiento

del hecho de que, además de ser historiador, Lucas es teólogo, hace que Lucas-

Hechos sea una base de datos legítima para la doctrina del Espíritu Santo, el

reconocimiento del hecho de que Lucas es independiente de Pablo ampliará la base

de datos para la doctrina del Espíritu Santo. El reconocer esos dos hechos es

rehabilitar a Lucas como historiador-teólogo del Espíritu Santo y permitirle hacer una

contribución significativa, única e independiente a la doctrina del Espíritu Santo.

El autor dice que cuando se interpreta Lucas-Hechos a la luz de ese

programa metodológico, el mensaje de Lucas a menudo resulta ser radicalmente

diferente de algunas interpretaciones contemporáneas que se le dan. Por ejemplo, a

diferencia de algunas interpretaciones populares, la frase característica de Lucas

“lleno del Espíritu Santo”: 1) está modelado sobre su uso en el Antiguo Testamento

(LXX), 2) tiene el mismo significado en el Evangelio que tiene en Hechos, y 3) tiene

un significado diferente en Lucas-Hechos que tiene en la Epístola de Pablo a los

Efesios. En términos generales, para Lucas el Espíritu Santo no se relaciona con la

salvación ni con la santificación, como comúnmente se afirma, sino que se

relaciona exclusivamente con una tercera dimensión de la vida cristiana: servicio.

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2. Prolegómeno: El Espíritu carismático de Dios

La Biblia en griego y hebreo influyó sobre la teología de Lucas del Espíritu

Santo de dos maneras fundamentales: 1)se reflejan en Lucas-Hechos motivos

carismáticos importantes, tales como la transferencia, la señal y los motivos

vocacionales, y 2) la Septuaginta, la Biblia usada por Lucas y la Iglesia primitiva, le

proporcionó a Lucas la mayoría de los términos que empleó al describir la actividad

del Espíritu Santo en la época del Nuevo Testamento. Es por eso que a la luz de

esa relación entre estos y aquellos relatos del Espíritu, el estudio de la actividad

carismática del Espíritu de Dios es una introducción necesaria para la comprensión

adecuada del Espíritu Santo en Lucas-Hechos.

En este capítulo, el autor, hace referencia a la actividad carismática del

Espíritu Santo en la época del Antiguo Testamento y también en el período

intertestamentario. Al referirse a la actividad “carismática” el autor emplea el término

en un sentido funcional y dinámico. Por “carismático” quiere decir el don de Dios de

su Espíritu para sus siervos, ya sea individual o colectivamente, para ungirlos,

darles poder o inspirarlos para el servicio divino.

Este estudio de la actividad carismática del Espíritu de Dios lo divide en dos

partes. En la primer parte investiga el Espíritu carismático en la época del Antiguo

Testamento y en la segunda parte investiga el Espíritu carismático en el período

intertestamentario.

2.1. El Espíritu carismático en la época del Antiguo Testamento

Los textos que describen la actividad carismática del Espíritu de Dios en la

época del Antiguo testamento son de carácter tanto histórico como profético. El

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autor investiga cuatro aspectos de esos datos: 1) la distribución cronológica de la

actividad carismática del Espíritu, 2) la terminología septuagintal que describe esa

actividad carismática, 3) los motivos que son característicos de esa actividad del

Espíritu, y 4) los anticipos proféticos de la actividad carismática del Espíritu en la era

venidera de restauración.

2.1.1. La distribución de actividad carismática

Resumiendo, el autor distingue cinco períodos claramente definidos de la

actividad carismática del Espíritu de Dios en toda la historia de Israel. Esos períodos

corresponden a fases críticas del desarrollo político y religioso de la nación. Esos

períodos de actividad carismática son: 1) la fundación de la nación en el desierto, 2)

el período de los Jueces, 3) la fundación de la Monarquía, 4) la época de Elías y

Eliseo, y 5) el período de Exilio y Restauración.

Luego el autor saca algunas conclusiones en cuanto al significado de dicha

distribución de la actividad carismática en la historia de Israel. En primer lugar, los

cargos que corresponden a los cinco períodos del desarrollo político y religioso son

carismáticos. En Moisés, Josué y los ancianos, la nueva nación tiene sus padres

fundadores; en Otoniel, Gedeón, y otros, la sociedad tribal tiene sus guerreros

carismáticos; en Saúl y David, la confederación tribal tiene sus reyes carismáticos;

en Elías y Eliseo, un Israel apóstata tiene sus profetas carismáticos; y en Ezequiel y

Zacarías, el hijo de Joiada el sacerdote, Judá durante el exilio y la restauración tiene

sus profetas y sacerdotes carismáticos.

En segundo lugar, no hay ninguna continuidad experimental entre esos cinco

períodos de la actividad carismática del Espíritu. A excepción de la época de los

jueces, esos períodos de actividad carismática están claramente definidos de

manera cronológica y están separados por intervalos de hasta dos siglos o más. Los

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textos demuestran que el cesar de la experiencia carismática en cualquier período

nunca es permanente o irrevocable. La nación siempre puede esperar un

derramamiento futuro del Espíritu, tal como predicen los profetas para la venidera

era del Mesías.

En tercer lugar, las descripciones de la actividad carismática del Espíritu son

típicamente programáticas.

2.1.2. La terminología septuagintal

En este punto Stronstad dedica un estudio especial a la terminología

septuagintal que describe la actividad carismática del Espíritu Santo, puesto que

muchas de las citas bíblicas de Lucas-Hechos reflejan el texto septuagintal. Como

los traductores de la Septuaginta emplearon muchos verbos para describir la

actividad carismática del Espíritu, el autor da una lista de los verbos en orden de

frecuencia ascendente con sus respectivas referencias bíblicas. Luego amplía

dando algunos ejemplos.

En resumen, a fin de describir el carácter complejo de la actividad

carismática del Espíritu de Dios, los narradores emplean una multitud de términos,

llegando a más de veinte verbos en la Septuaginta. Aunque el hombre puede tener

el Espírutu, y Dios puede llenar con el Espíritu, tomar/poner o dar el Espíritu, con

más frecuencia el Espíritu actúa directamente. Típicamente, el Espíritu actúa sobre,

aunque de cuando en cuando en/por o a, algún individuo o grupo. Casi sin

excepción, los traductores emplean el tiempo aoristo para describir esa actividad

carismática del Espíritu, subrayando así el acto histórico más bien que una

condición o un estado.

2.1.3. Motivos carismáticos

2.1.3.1. El motivo de transferencia

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El motivo más impresionante para la actividad carismática del Espíritu en

asociación con la transferencia del liderazgo. La primera transferencia de liderazgo

documentada es de un individuo a un grupo: Moisés a los setenta ancianos

(Números 11.10-30).

En ese ejemplo y en casos subsiguientes, la transferencia del Espíritu es el

complemento necesario de la transferencia de la responsabilidad del liderazgo.

El segundo ejemplo es la de la transferencia de liderazgo de Moisés a Josué

(Números 27.18,20; Deuteronomio 34.9). Aquí vemos que la transferencia del

liderazgo está acompañada de la correspondiente transferencia del Espíritu.

Luego el autor relata los casos de Saúl y David. Aquí también encontramos

otro ejemplo de la transferencia tanto del liderazgo como del Espíritu. Cuando

Samuel ungió a Saúl como rey, “el Espíritu de Dios vino sobre él con poder” (1

Samuel 10.10). De manera idéntica, cuando Samuel ungió a David como sucesor de

Saúl, “desde aquél día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David” (1

Samuel 16.13). El que se trata de una verdadera transferencia del Espíritu de Saúl a

David lo confirma el hecho de que al venir sobre David, “el Espíritu de Jehová se

apartó de Saúl” (1 Samuel 16.4).

La transferencia de la vocación profética y el don del Espíritu de Elías a

Eliseo es otro ejemplo de ese motivo repetido (2 Reyes 2.9-14).

2.1.3.2. El motivo de la señal

La descripción de la unción de Saúl afirma claramente que un propósito del

don del Espíritu es dar una señal para confirmar o autenticar el llamado de Dios al

liderazgo. Samuel le dice a Saúl que una señal confirmará que “te ha ungido Jehová

por príncipe sobre su pueblo Israel” (1 Samuel 10.1). Entonces enumera tres

señales que le vendrán a Saúl: 1) en el sepulcro de Raquel sabrá que se han

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encontrado las asnas perdidas; 2) en Bet-el le darán dos panes; y 3) en Gabaa el

Espíritu de Dios vendrá sobre él y profetizará (1 Samuel 10.2-6). Luego el texto que

relata lo acontecido a Saúl hace énfasis en la tercera señal (1 Samuel 10.9b-11).

Esa narrativa pone en claro que el don del Espíritu de profecía, por una

parte, le da a Saúl la confirmación o señal experimental de que Dios está con él (1

Samuel 10.7) y, por otra parte, demuestra públicamente a la nación que Saúl es el

ungido del Señor.

Se puede observar esa señal en varias otras narrativas. Por ejemplo, la

transferencia del liderazgo de Moisés a los ancianos y el don complementario del

Espíritu reflejan un patrón semejante. Se pone el Espíritu sobre los ancianos y

profetizan.

En David, aunque no se menciona ninguna señal cuando el Espíritu viene

sobre él, al igual que su predecesor, David también es profeta (2 Samuel 23.2).

Luego el autor da otros ejemplos de la asociación general del don del

Espíritu y la profecía. En Crónicas, por ejemplo, los textos siguen un orden

invariable: la descripción del don del Espíritu siempre va seguida de un informe de

habla directa (1 Crónicas 12.18; 2 Crónicas 15.1; 20.14; 24.20). Esto también

podemos verlo en Números 23.6 LXX; y Ezequiel 11.5.

2.1.3.3. El motivo vocacional

El don del Espíritu no sólo es una señal para confirmar el llamado de Dios,

sino que también da habilidades que corresponden a ese llamado al liderazgo. Por

ejemplo, Dios llena a los artesanos que hacen las prendas sacerdotales de Aarón o

que trabajan en el tabernáculo con “espíritu de percepción” o con el “Espíritu de

Dios, en sabiduría y en inteligencia”. Para esos artesanos, el espíritu de sabiduría es

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el Espíritu que imparte sabiduría, una sabiduría que es destreza manual o artesanía

(Éxodo 28.3; 31.3; 35.31 LXX).

De modo semejante, como sucesor de Moisés, Josué es “lleno del espíritu

de sabiduría” (Deuteronomio 34.9 LXX). Para Josué el espíritu de sabiduría es la

capacidad de dirigir a una nación típicamente desobediente y descarriada a la tierra

prometida, en contraste al espíritu de sabiduría e inteligencia como artesanía.

El don del Espíritu a los Jueces imparte destreza militar más bien que

artesanía o liderazgo.

Lo mismo podemos ver en la unción del Espíritu en Saúl y David.

El autor resume este punto diciendo que este estudio de la actividad

carismática del Espíritu de Dios ha ilustrado tres temas o motivos estrechamente

relacionados. En períodos clave de la historia de Israel la transferencia del

liderazgo, o aun el llamado independiente al liderazgo, va acompañado típicamente

de una transferencia o don complementario del Espíritu. Ese don del Espíritu a los

líderes de Israel a menudo tiene una dimensión experimental, tal como la

manifestación de profecía, que sirve de señal para confirmar el llamado de Dios.

Esa actividad carismática no es sólo experimental, sino también funcional, pues

además da destrezas apropiadas para ese llamado al liderazgo y al servicio. En

resumen, esos motivos carismáticos describen el don del Espíritu de dios a su

pueblo para el servicio o la vocación divinos.

2.1.4. El Espíritu en la era Mesiánica

En este punto el autor hace referencia a aquellos textos que anticipan

proféticamente el don del Espíritu en la venida del Mesías y en los tiempos

siguientes. Esa actividad del Espíritu se concentra en un solo líder carismático y en

un pueblo que está tanto fortalecido como renovado por el Espíritu.

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Page 16: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

El profeta Isaías describe el don del Espíritu a un líder enigmático. Al

describir a ese líder como “una vara del tronco de Isaí” (Isaías 11.1), el profeta

establece el linaje davídico del líder y luego agrega “Y reposará sobre él el Espíritu

de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder,

espíritu de conocimiento y de temor de Jehová” (Isaías 11.2). Otros textos de Isaías

que hacen referencia a la unción del Mesías son Isaías 42.1 y 61.1. Cada uno de

estos textos describen un líder carismático, el ungido del Señor, el Mesías.

El autor afirma que ese don carismático del Espíritu del Señor al Mesías

tiene un significado doble. En primer lugar, significa que su ministerio no es

simplemente hereditario, es decì¥Á159

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191919íritu con el pueblo restaurado de Dios. En el profeta Joel encontramos la

visión de un ministerio profético amplio (Joel 2.28-29). Ese futuro derramamiento del

Espíritu sobre el ungido del Señor y sobre su pueblo creará una comunidad

carismática.

Como complemento de esa creación de una futura comunidad carismática,

Dios también creará un nuevo Israel mediante la renovación interior por el Espíritu

(Isaías 59.21; Ezequiel 36.26-27).

En resumen, como lo describen los profetas, el don del Espíritu de Dios en la

era venidera se caracterizará por dos dimensiones nuevas. En primer lugar, Dios

derramará su Espíritu a escala universal. La diferencia entre la actividad carismática

del Espíritu a través de la historia israelita y en la era venidera es una diferencia de

magnitud: el don del Espíritu a individuos o grupos cederá el lugar al don del Espíritu

a la comunidad.

En segundo lugar, en la era venidera el pueblo de Dios experimentará una

dimensión del Espíritu totalmente nueva: el Espíritu que mora en ellos. Por su

Espíritu Dios limpiará y purificará a su pueblo de sus pecados, creará vida nueva en

ellos, y les impartirá la capacidad de guardar sus mandamientos del pacto. Al

derramar Dios su Espíritu sobre ellos, la futura comunidad del ungido del Señor

recibirá poder tanto carismático como moral y espiritual.

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Page 21: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

2.2. El Espíritu carismático en el período intertestamentario

El judaísmo del período intertestamentario difiere en muchos aspectos de la

vida del Israel bíblico. Históricamente, el crecer y decrecer de imperios –el persa, el

griego y el romano—sigue su movimiento inexorable a través del puente de tierra

entre Asia, Europa, y África, que al sur es el eretz Israel, la patria de los judíos.

Aunque el judaísmo del período intertestamentario permanece firmemente arraigado

en su fe bíblica, la mezcla de esas diversas influencias orientales y occidentales de

manera irreversible vuelve el judaísmo por caminos históricos, culturales, y

teológicos inexplorados.

Como una centrífuga gigantesca, las fuerzas imperiales de dispersión, que

comenzaron con los exiliados a Asiria y Babilonia, continúan llevando al pueblo de

Dios a tierras nuevas y distantes: Asia Menor, Europa, Egipto, y el norte de África.

Como resultado de esa dispersión, el arameo reemplaza cada vez más al hebreo

como el idioma de los judíos, y es parcialmente reemplazado, a su vez, por el

griego. Así es que en Alejandría, Egipto se traduce la Biblia hebrea por primera vez

al griego (ca. 250-150 a. C.).

Teológicamente, sin embargo, una de las diferencias más importantes entre

la fe de Israel y la del judaísmo es negativa: la apenada conciencia de la pérdida de

la inspiración profética desde el período anterior hasta el posterior.

2.2.1. La cesación de la inspiración profética

En contraste con la Biblia hebrea. La literatura clásica del período

intertestamentario está notablemente desprovista de la actividad carismática,

vocacional y experimental del Espíritu de Dios.

El autor en este punto cita varios textos de literatura de ese período que dan

testimonio elocuente de la creencia en la cesación de la actividad carismática, en

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Page 22: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

general, y de la inspiración profética en particular. Cita al autor seudónimo de 2

Baruc , al historiador Josefo y por último una fuente rabínica tardía.

Esos textos dan testimonio consecuente de la convicción difundida en el

período intertestamentario de que la inspiración profética había cesado en el

pasado.

La cesación de inspiración profética tiene dos consecuencias importantes

para la literatura religiosa del período intertestamentario. En primer lugar, estableció

la frontera temporal que dividía la literatura bíblica de la Apócrifa y la

Pseudoepígrafa. Nada que se escribió después de Malaquías podía ser bíblico,

porque ipso facto no podía ser inspirado. En segundo lugar, impulsó un cuerpo

significativo de literatura seudónima. Con la cesación de inspiración profética uno no

podía escribir de manera autorizada en nombre propio, sino que ahora tenía que

escribir de manera seudónima, es decir, en nombre de héroes bíblicos tales como

Enoc, los doce patriarcas, Baruc y Esdras.

2.2.2. La restauración de la inspiración profética

Consciente de la ausencia de la inspiración profética, el judaísmo fijó la mira

en la restauración futura de la profecía en Israel.

El autor en este punto también cita textos de la literatura de esa época que

hacen referencia al tiempo de la restauración de la inspiración profética en Israel.

En ese tiempo, escribe el autor, se identificaba la piedad de los judíos por su

devoción a la ley, más bien que por liderazgo carismático. Así, la interpretación de la

ley reemplazó la inspiración profética, la enseñanza reemplazó la proclamación, y el

escriba reemplazó al profeta.

Es a la luz de ese ambiente histórico de la relación del Antiguo Testamento

del liderazgo carismático, de esperanza para la venida de un Mesías al final del siglo

21

Page 23: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

—uno que sería tanto ungido como fortalecido por el Espíritu—, de esperanza para

un pueblo que participara del don de su Espíritu, y de la conciencia en el judaísmo

de que el don profético del Espíritu estaba ausente, que debemos interpretar el

torrente asombroso y sin precedentes del don del Espíritu en Lucas-Hechos.

El autor termina este amplio capítulo diciendo que en términos generales, el

Antiguo Testamento y la historiografía helenística judía le servían a Lucas de

modelo para escribir su historia de dos tomos del origen y la difusión del

cristianismo. Además, los motivos carismáticos de las Biblias hebrea y griega, tales

como los de la transferencia, la señal y vocación, influyen en la teología del Espíritu

Santo de Lucas. Además de la influencia de esos motivos carismáticos, la

Septuagina le proporciona a Lucas la terminología para describir la actividad del

Espíritu Santo en la vida de Jesús y sus discípulos. Por último, Lucas-Hechos

contrasta con la creencia intertestamentaria de la cesación de la inspiración

profética; más bien, informa de la restauración de actividad profética después de

cuatro siglos de silencio.

3. El Espíritu Santo en el Evangelio según San Lucas:El Cristo carismático

El autor comienza este capítulo escribiendo sobre la participación de Lucas

en los viajes misioneros de Pablo y de allí el interés de escribir la historia de esa

misión. A fin de escribir la historia completa de esa misión, sin embargo, tuvo que

comenzar con el origen de ese testimonio apostólico, es decir, el don del Espíritu

Santo a los discípulos el día de Pentecostés. Además, a fin de explicar Pentecostés,

22

Page 24: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

necesariamente tuvo que anteponer la historia de Jesús, el evangelio, a la historia

de ese testimonio apostólico.

La participación de Lucas en la difusión del cristianismo ayuda a explicar la

relación interdependiente entre el tema de la historia de salvación y la actividad

carismática del Espíritu Santo. El evangelio es la historia de Jesús, el Profeta

carismático único en su clase; el libro de Hechos es la historia de sus discípulos,

una comunidad de profetas carismáticos. Como lo describe Lucas, sus respectivos

ministerios de salvación son posibles sólo mediante la unción, la plenitud de poder y

la guía del Espíritu Santo. Es ese énfasis de Lucas en una misión carismática que

contrasta con el mínimo papel del Espíritu o en Marcos o en Mateo.

En este capítulo el autor investiga el énfasis de Lucas en el Espíritu Santo tal

como se encuentra en la narrativa de la infancia (1.5—2.52), en la narrativa de

inauguración (3.1—4.44), y en los textos individuales que están esparcidos por todo

el evangelio.

3.1. La narrativa de la infancia (1.5—2.52)

La narrativa de la infancia se concentra en los justos y devotos que se

agrupan alrededor del templo y su adoración. En ese ambiente extrañamente

cargado de devoción religiosa, Lucas describe dos anuncios de nacimiento

sensacionales. Primero, el ángel Gabriel le anuncia al anciano sacerdote Zacarías el

nacimiento de Juan el Bautista (1.13). Segundo, unos seis meses después, el

mismo mensajero celestial le informa a María, una joven pariente de Elizabet, el

nacimiento de Jesús (1.30-31). Luego, el informe subsiguiente de Lucas de los

nacimientos de Juan y Jesús lleva esos anuncios espectaculares a su conclusión

natural (1.57—2.38).

23

Page 25: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Igualmente impresionante, en ese ambiente de piedad y culto, un torrente sin

precedentes de la actividad carismática del Espíritu Santo se manifiesta en esas

escenas de natividad. Juan, anuncia el ángel, “será lleno del Espíritu Santo, aun

desde el vientre de su madre” (1.15). Además, Gabriel le informa a María que

concebirá a Jesús de esta manera milagrosa: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el

poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (1.35). Además, no sólo será Juan lleno

del Espíritu Santo, sino que acontecimientos subsiguientes encuentran a su madre,

Elizabet, y su padre, Zacarías, “llenos del Espíritu Santo” (1.46-47). Por último, en

una agrupación de términos singulares, el anciano Simeón tiene el Espíritu

Santo...sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la

muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo

(2.25-27).

Como lo informan Lucas (y Mateo), la concepción milagrosa de Jesús

mediante el poder engendrador del Espíritu Santo difiere de las otras actividades del

Espíritu en la narrativa de la infancia. Es el poder creador de Dios. En términos que

tal vez recuerden el Espíritu que se movía en la creación (Génesis 1.2), en la

concepción de Jesús por María, el Espíritu efectúa una nueva creación. Ese

engendrar por la presencia divina significa que la concepción de Jesús tiene una

importancia parecida a la anterior creación del cosmos. Sucesos futuros de la vida

de Jesús darán testimonio de la importancia trascendental de ese acontecimiento

creativo único.

Las otras cuatro referencias a la actividad del Espíritu Santo en la narrativa

de la infancia, por contraste, describen la actividad carismática del Espíritu.

Específicamente, esa actividad carismática es profética. Por ejemplo, Juan, Elizabet

y Zacarías son llenos del Espíritu Santo. Como muestra la referencia a Zacarías

24

Page 26: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

(1.67), Lucas emplea ese término para describir la inspiración profética. Así, los

cantos de Elizabet y Zacarías (1.42-45,68-79) son palabra profética. Por analogía,

puesto que tiene el Espíritu Santo sobre él, la bendición de Simeón (2.29-32) es otro

ejemplo de inspiración profética. Ese derramamiento carismático del Espíritu Santo

en la narrativa de la infancia, entonces, resulta invariablemente en alabanza y

adoración proféticas.

Más importante que esos episodios de alabanza profética, se le da el Espíritu

Santo a Juan para su misión carismática como el precursor del Mesías (3.1-6). En

términos específicos, su vocación es profética. Mientras todavía es un niño no

nacido, Juan es lleno del Espíritu Santo para su vocación profética (1.15). Ese don

del Espíritu lo capacitará para ministrar en el espíritu y poder de Elías (1.17).

Cuando circuncidan a Juan, su padre Zacarías, inspirado por el Espíritu, profetiza:

“Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado” (1.76). Lucas, además, presenta el

ministerio público de Juan con una fórmula que hace eco de las fórmulas

introductorias de muchos profetas del Antiguo Testamento (3.1-2).

El que se hable de Juan en términos proféticos no resulta sorprendente.

Tanto su recepción previa del Espíritu como el carácter de su ministerio

subsiguiente son consecuentes con la vocación profética. Sin embargo, la gente no

sólo lo reconocieron como profeta (20.6), sino que, conmovido por su predicación,

se preguntaba también “si acaso Juan sería el Cristo” (3.15). El judaísmo

contemporáneo identificaba la vocación profética con la mesiánica.

Podemos interpretar mejor ese torrente de actividad carismática o profética

cuanto tomamos en cuenta los antecedentes del judaísmo intertestamentario que se

trató en el capítulo anterior. La literatura extra-canónica de ese período, aunque se

caracteriza por su diversidad, da testimonio de una perspectiva triple del Espíritu: 1)

25

Page 27: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

en el judaísmo el Espíritu es casi siempre el Espíritu de profecía, 2) ese don

profético del Espíritu ha cesado con el último de los profetas que escribían, y 3) se

espera el avivamiento de la actividad del Espíritu sólo en la era mesiánica, sea cual

fuera la manera como se concebía.

Interpretado a la luz de la experiencia del judaísmo, por lo tanto, el torrente

de inspiración profética, que relata Lucas en la narrativa de la infancia, presagia

nada menos que el amanecer de la era mesiánica.

3.2. La narrativa de la inauguración (3.1—4.44)

Lucas inicia el ministerio público de Jesús enfocando su narrativa sobre los

mismos dos hombres cuyo nacimiento se anunció de manera tan espectacular en la

narrativa de la infancia: Juan y Jesús. Así como el nacimiento de Juan

anteriormente había precedido al nacimiento de Jesús, de la misma manera Juan

está en el cenit de su popularidad mientras Jesús se prepara para inaugurar su

propio ministerio público. Al llevar a cabo su papel de precursor y al significar la

transición de sí mismo a su sucesor, Juan testifica: “Yo a la verdad os bautizo en

agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la

correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (3.16).

Al desenvolverse los acontecimientos inaugurales, sin embargo, el que había

sido concebido por el poder engendrador del Espíritu Santo y que bautizaría en el

Espíritu Santo primero debe ser ungido por el Espíritu Santo (3.22; 4.18). De esa

manera Jesús llega a ser el Cristo, el Ungido, que no sólo poseía el Espíritu, sino

que también estaba sujeto a la guía del Espíritu y dependiente de la capacitación del

Espíritu (4.1,14). En efecto, como Lucas describe el ministerio público de Jesús

desde su bautismo hasta el día de Pentecostés, la presencia y el poder del Espíritu

26

Page 28: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

se concentran exclusivamente en él. En la teología de Lucas, Jesús ha llegado a ser

el Cristo carismático, el portador único del Espíritu.

Stronstad divide la narrativa de la inauguración, el comienzo del ministerio

público de Jesús según lo describe Lucas, en tres episodios: 1)su bautismo (3.21-

22), 2) su tentación (4.1-13), y 3) su sermón inaugural en la sinagoga de Nazaret

(4.14-30).

3.2.1. El bautismo de Jesús

El autor aquí compara la narrativa del bautismo de Jesús en cada uno de los

cuatro evangelios, haciendo especial hincapié en lo siguiente: Mateo, Marcos y Juan

informan que el Espíritu Santo descendió “como paloma” (Mateo 3.16; Marcos 1.10;

Juan 1.32), mientras que Lucas informa que el Espíritu descendió “en forma

corporal, como paloma” (Lucas 3.22). Al agregar ese detalle, Lucas subraya que el

descenso del Espíritu sobre Jesús no fue una experiencia mística ni visionaria. Fue,

más bien, una manifestación objetiva, exteriorizada y física del Espíritu.

Con respecto a la voz del cielo que declara: “Tú eres mi Hijo amado; en ti

tengo complacencia” (3.22). Stronstad afirma que esa voz celestial en el bautismo

de Jesús es análoga a la “voz” (fone) en Josefo (Ant XIII X.3) o al “eco” de su voz

(bat kol) en la literatura rabínica. Se creía comúnmente en el judaísmo que después

de la muerte de los últimos profetas, Dios comunicaba su voluntad sólo de cuando

en cuando, y entonces sólo por una voz celestial (Tos Sot 13,2). Tanto el descenso

del Espíritu como la voz en el cielo en el bautismo de Jesús confirman que con

Jesús, Dios está restaurando la comunicación interrumpida entre Él e Israel.

Luego el autor compara la declaración celestial en el bautismo con otros

textos del Antiguo Testamento tales como: Salmo 2.7; e Isaías 42.1. Seguidamente

27

Page 29: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

agrega: A la luz de ese contexto, la voz del cielo alienta y fortalece a Jesús para la

oposición satánica y humana que ha de enfrentar.

3.2.2. La tentación de Jesús

Cada uno de los evangelistas sinópticos conecta la tentación de Jesús con

su recepción del Espíritu. Después de su bautismo el Espíritu lleva (Mateo 4.1,

Lucas 4.1) o impulsa (Marcos 1.12) a Jesús a ir al desierto para un período de

prueba por Satanás. Sólo Lucas califica a Jesús de “lleno del Espíritu Santo” (4.1).

Así que el don del Espíritu a Jesús no sólo ocasiona la tentación, sino que

también le da significado a la tentación.

Lucas también es el único que menciona el hecho de que después de ese

período de tentación, “Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió

su fama por toda la tierra de alrededor” (4.14).

3.2.3. La predicación de Jesús en Nazaret

Aunque cada uno de los cuatro evangelistas menciona el descenso del

Espíritu sobre Jesús después de su bautismo por Juan, sólo Lucas relata la

comprensión de Jesús de ese acontecimiento: Lucas 4.18-19.

Devolviendo el rollo al ministro, le anuncia a la congregación allí reunida en

la sinagoga: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (4.21). Jesús

así comprende que el descenso del Espíritu sobre él en su bautismo realizó su

unción. Por lo tanto, Jesús es el “Ungido”, el “Mesías” (hebreo) o el “Cristo” (griego),

anhelado por el devoto Simeón (2.26) y decenas de sus contemporáneos, ya sea

por motivos pietistas o nacionalistas.

El problema que se plantea al intérprete de Lucas es: ¿para qué cargo u

oficio se ungió a Jesús con el descenso del Espíritu Santo?. Aunque los intérpretes

28

Page 30: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

a menudo niegan que Jesús afirmara ser profeta o pensara en sí como tal, los datos

de Lucas llevan a la conclusión de que Jesús pretendió cumplir con el ministerio

profético.

Significativamente, el judaísmo entendió Isaías 61.1 en términos proféticos.

La reacción de la congregación a la homilía de Jesús indica que Él afirmó

ser profeta. Lucas informa que “todos daban buen testimonio de él, y estaban

maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste

el hijo de José?” (4.22). Respondiendo, Jesús los desafía a aceptarlo, no como el

Hijo de José, sino como profeta. Reprende a la congregación diciendo: “Dì¥Á299

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Page 31: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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Page 32: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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Page 33: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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Page 34: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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Jesús también modela su ministerio profético sobre los profetas carismáticos,

Elías y Eliseo. En la ciudad de Naín Jesús resucita al hijo de una viuda, y la gente

exclama: “Un gran profeta se ha levantado entre nosotros” (7.16). Ese, y muchos

otros milagros, le valió a Jesús la reputación difundida de un gran profeta.

Seguidamente el autor compara milagros de Jesús que son comunes al

ministerio de Elías o Eliseo, tales como el controlar la naturaleza, resucitar a los

muertos, multiplicar los alimentos y sanar la lepra. Luego agrega: El ministerio de

Jesús es paralelo al de Elías y Eliseo en al menos tres de otros aspectos, En primer

lugar al igual que Elías y Eliseo, Jesús es capacitado por el Espíritu. Segundo, c)

Como Elías y Eliseo, será rechazado y ministrará a extraños. Y en tercer lugar así

como se transfirió el Espíritu de Elías a Eliseo, así también se transferirá el Espíritu

de Jesús a sus discípulos.

Esos paralelos tienen un significado doble: 1) confirman que el ministerio

público de Jesús es carismático y profético, y 2) demuestran que Jesús es el Elías

escatológico, es decir, que en Él han llegado los días postreros.

Por último, Jesús es también el profeta como Moisés que se describe en

Deuteronomio 1815: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te

levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.” Se hace eco de esa frase, “a él oiréis”, en el

relato de la transfiguración (9.35). Es muy probable que sea la experiencia de Pedro

33

Page 35: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

aquí en el monte de la transfiguración lo que después hace que él identifique a

Jesús como el profeta como Moisés en Hechos 3.22. Eso al parecer llegó a ser una

identificación difundida en la Iglesia primitiva, pues aun Esteban hace esa

identificación en Hechos 7.37.

Hemos observado que la presencia y la actividad del Espíritu Santo dominan

la narrativa de la inauguración de Lucas. Sólo de Lucas aprendemos que Jesús

comienza su ministerio “ungido” por el Espíritu. Solo Lucas observa que Jesús,

cuando se le prueba en el desierto, el lleno del Espíritu. Sólo Lucas menciona que

Jesús inicia su ministerio galileo en el poder del Espíritu.

El don del Espíritu a Jesús en la narrativa de la inauguración como el don del

espíritu a Juan en la narrativa de la infancia, es vocacional. Ese don vocacional es

específicamente profético. Jesús no sólo es ungido por el Espíritu, sino que también

es guiado, lleno y capacitado por el Espíritu. Para Lucas, Jesús ministra comoel

profeta escatológico carismático.

3.3. Textos individuales

Nos queda examinar las cuatro restantes referencias al Espíritu Santo en el

Evangelio según San Lucas (10.21; 11.13; 12.10; 12.12).

¿Qué contribuyen esos cuatros textos a la teología del Espíritu Santo de

Lucas? Dos textos 10.21 y 12.12, refuerzan el énfasis anterior de Lucas en el

espíritu Santo como la fuente de inspiración. También aprendemos que los

discípulos pueden pedirle al Padre el don del Espíritu. Esa perspectiva se encuentra

únicamente en Lucas y sin duda refleja la realidad después de Pentecostés del don

del Espíritu.

34

Page 36: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

El autor concluye el capítulo diciendo: Un hecho sorprendente, sin embargo,

surge del estudio del Espíritu Santo en el Evangelio según San Lucas: Jesús rara

vez menciona el Espíritu Santo en su enseñanza. En vez de la enseñanza de Jesús

acerca del Espíritu Santo, es la actividad carismática del Espíritu que domina el

relato de Lucas.

4. El Espíritu Santo el día de Pentecostés: La comunidad carismática

La narrativa de Pentecostés es la historia de la transferencia del Espíritu

carismático de Jesús a los discípulos. En otras palabras, después de convertirse en

el portador exclusivo del Espíritu Santo en su bautismo, Jesús se convierte en el

dador del Espíritu el día de Pentecostés. Pedro explica esto en Hechos 2.33.

Mediante esa transferencia del Espíritu, los discípulos se convirtieron en los

herederos y sucesores al ministerio carismático terrenal de Jesús, es decir, porque

Jesús ha derramado el Espíritu carismático sobre ellos, los discípulos continuarán

haciendo y enseñando las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar (Hechos

1.1).

4.1. La promesa de Pentecostés (Lucas 24.49; Hechos 1.5,8)

4.1.1. Investidos de poder

En Lucas 24.49 Jesús les dice a los discípulos, antes de su ascensión, que

no se fueran de Jerusalén hasta que recibieran lo que su Padre había prometido.

Esa fue una promesa que los discípulos serían “investidos de poder desde lo alto”.

La palabra “investido” normalmente describía ponerse o llevar ropa. La

promesa de que los discípulos serían investidos de poder es una metáfora análoga

35

Page 37: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

a ese uso: así como las personas se visten con ropa, los discípulos serían

investidos de poder.

4.1.2. Bautizados con el Espíritu

Juan el Bautista contrastó su ministerio con el del Mesías venidero en Lucas

3.16. Anticipándose a su inminente ascensión, Jesús promete el Espíritu a los

discípulos como una bendición: “Vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo

dentro de no muchos días” (Hechos 1.5).

Lucas traza un paralelo entre el bautismo en el Espíritu de los discípulos y la

unción inaugural de Jesús por el Espíritu Santo: 1) tanto Jesús como los discípulos

están orando, 2) el Espíritu desciende después de sus oraciones, 3) hay una

manifestación física del Espíritu, 4) los ministerios tanto de Jesús como de los

discípulos comienzan con un sermón que presenta los tema de lo que sigue, apela

al cumplimiento de profecía, y habla del rechazo de Jesús.

4.1.3. Capacitados por el Espíritu

El derramamiento del Espíritu sobre los discípulos el día de Pentecostés

cumple la promesa de poder para misión (Hechos 1.8). Esta última promesa de

poder difiere de la promesa anterior (Lucas 24.49) en que es más específica. Esa

promesa revela el propósito del don del Espíritu: es para testificar. El contenido

particular de ese testimonio será la confirmación por los discípulos de la

resurrección de Jesús (Hechos 1.22), que comenzando con el discurso de Pedro el

día de Pentecostés, caracteriza la predicación de Hechos. El don del Espíritu es, por

lo tanto, la capacitación de los discípulos para el servicio.

La promesa de poder como una manifestación del Espíritu les asegura a los

discípulos que Jesús no los abandonará a sus propios recursos. Mas bien, estarán

completamente capacitados para su tarea de testigos. Por lo tanto, así como se

36

Page 38: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

había inaugurado la misión de Jesús en el poder del Espíritu, así también el día de

Pentecostés la misión de los discípulos sería inaugurada en el poder del Espíritu.

4.2. El milagro de Pentecostés (Hechos 2.1-4)

El primer día de Pentecostés, después del domingo de resurrección, se

derrama el Espíritu Santo con impacto repentino y asombroso sobre los discípulos

que están esperando. Las multitudes de peregrinos congregados en Jerusalén oyen

pero no sienten la fuerza de un ventarrón; ven lenguas de fuego que no consumen,

y oyen a un grupo de provincianos galileos adorando con éxtasis a Dios. Cada

peregrino oye a esos galileos—y eso es lo que crea la sensación—alabando a Dios

en la lengua nativa de su patria. ¿Qué puede significar eso?.

Lucas atribuye la conducta insólita de los discípulos el día de Pentecostés al

hecho de que están “llenos del Espíritu Santo” (Hechos 2.4).

Con una sola excepción (Efesios 5.18), la frase “lleno del Espíritu Santo” se

limita a los escritos de Lucas. No sólo es peculiar de Lucas ese términos, sino que

también es la descripción que él emplea con más frecuencia al hablar de la actividad

del Espíritu Santo.

Lucas emplea la frase “lleno del Espíritu Santo” nueve veces en Lucas-

Hechos.

Según el autor, esos datos producen varias observaciones. En primer lugar,

el don del Espíritu a los discípulos el día de Pentecostés no es un acontecimiento

aislado y único. Es sólo una de varias ocasiones, tanto antes como después de

Pentecostés, en que personas son llenas del Espíritu.

En segundo lugar, ser lleno del Espíritu es un fenómeno tanto individual

como colectivo. Cinco personas individuales – Juan, Elisabet, Zacarías, Pedro y

Pablo—son “llenas” en ocasiones específicas. Los discípulos en Jerusalén (2x) e

37

Page 39: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Iconio experimentan la plenitud en grupo. También es importante observar que

personas individuales, Pedro y Pablo, experimentan esa plenitud después de

Pentecostés; así que, las llenuras después de Pentecostés no son sólo una

experiencia colectiva, de una iglesia.

En tercer lugar, ser lleno del Espíritu no es una experiencia “de una vez por

todas”. Los ejemplos de Pedro (Hechos 2.4; 4.8; 4.31) y Pablo (Hechos 9.17; 13.9)

muestran el carácter potencialmente repetitivo del don.

En cuarto lugar, lleno del Espíritu siempre describe inspiración. Ser lleno del

Espíritu invariablemente resulta en uno de varios modos de hablar. El hecho de que

los discípulos en Iconio estaban “llenos de gozo y del Espíritu Santo” (Hechos

13.52) es sólo una excepción aparente, pues en la perspectiva de Lucas, el gozo es

tanto una cuestión de inspiración como lo es la profecía (Lucas 10.21). Dos veces

Lucas identifica el modo de hablar que resulta de se lleno del Espíritu. En primer

lugar, Zacarías es lleno del Espíritu Santo y profetiza (Lucas 1.67), y en segundo

lugar, Pedro identifica el hablar en lenguas con profecía (Hechos 2.4; 2.17). Parece

ser una conclusión ineludible que, para Lucas, la frase “lleno del Espíritu” siempre

describe inspiración profética.

Por consiguiente, si la frase “lleno del Espíritu” para Lucas describe

inspiración profética, llegamos a la conclusión entonces que la profecía tiene un

carácter amplio. De los datos podemos deducir tres tipos de profecía: adoración,

juicio, y testimonio.

4.3. La interpretación de Pedro de Pentecostés (Hechos 2.14-21)

Aprovechando la oportunidad creada por la curiosidad de la multitud de

peregrinos, Pedro se dirige a la muchedumbre comenzando con las palabras: “Esto

es lo dicho por el profeta Joel” (Hechos 2.16). “Esto” se refiere a los fenómenos de

38

Page 40: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

viento y fuego y, más especialmente, al hablar de los discípulos “en otras lenguas,

según el Espíritu les daba que hablasen”. “Lo” es el antiguo oráculo de Joel que

predecía el derramamiento del Espíritu en la era de restauración. Así, el

acontecimiento de Pentecostés es el cumplimiento de la promesa de Joel. Pero

¿qué exactamente predijo Joel acerca del don del Espíritu? Según la aplicación de

Pedro de la profecía de Joel, tres factores caracterizan el don del Espíritu.

En primer lugar, el don del Espíritu es escatológico, es decir, es un don de

los postreros días (Hechos 2.17). El derramamiento del Espíritu el día de

Pentecostés, sin embargo, no es la primera manifestación de la actividad

escatológica del Espíritu, pues la era escatológica del Espíritu comenzó con el

renovado torrente de inspiración profética en la narrativa de la infancia. Según

Pedro, el derramamiento del Espíritu el día de Pentecostés es sólo una de muchas

manifestaciones del Espíritu en los postreros días.

En segundo lugar, el don del Espíritu es profético. Pedro explícitamente

identifica el hablar en lenguas de los discípulos como una manifestación de profecía

inspirada (Hechos 2.17). En virtud de su inspiración profética, los discípulos se

convierten en una comunidad profética.

En tercer lugar, el don del Espíritu es universal. No tiene limitaciones

geográficas o cronológicas: es para jóvenes así como para los ancianos; para

mujeres así como para hombres; para esclavos así como para personas libres

(Hechos 2.17-18). Ya no se restringirá el don profético del Espíritu a líderes

carismáticos especialmente llamados y dotados como sucedió en la época del

Antiguo Testamento. En efecto, en los postreros días el don del Espíritu es tan

universal en potencia como el don de la gracia (Hechos 2.39).

39

Page 41: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Es de inmensa trascendencia para la interpretación del don del Espíritu el día

de Pentecostés el que Pedro no apela a Isaías ni Ezequiel, que anuncian la

renovación interior del Espíritu, sino a Joel, que anuncia la restauración de la

actividad profética del Espíritu. El uso por Pedro de Joel, por una parte, y el paralelo

de Lucas entre la unción de Jesús y el bautismo en el Espíritu de los discípulos, por

otra parte, ponen en claro que Pentecostés está en continuidad con la actividad

carismática del Espíritu en la época del Antiguo Testamento y el ministerio de Jesús.

4.4. La aplicación por Pedro de Pentecostés (Hechos 2.37-39)

La aplicación por Pedro de su mensaje a su público tiene un énfasis triple.

En primer lugar, Pedro dirige a los que le preguntan hacia el camino de

salvación (Hechos 2.38, 40).

En segundo lugar, Pedro restringe el don escatológico del Espíritu a los

penitentes, los salvos. En tanto que Joel anunciaba el don escatológico de profecía

para “toda carne”, Pedro informa a sus oyentes que el término quiere decir “todos

los penitentes”, no “todo Israel”.

En tercer lugar, Pedro anuncia que el don profético del Espíritu es una

potencia universal. Su universalidad incluye la dimensión temporal: de generación

en generación (Hechos 2.39). En la perspectiva de Pedro, entonces, la escatológica

condición de profeta de todos los creyentes se extiende a todos los penitentes de

cada generación, dondequiera que vivan.

4.5. Pentecostés y la tradición mosaica

Los fenómenos de Pentecostés –el viento, el fuego y la profecía de los

discípulos—reflejan una herencia del Antiguo Testamento. El viento y el fuego

recuerdan la narrativa de Éxodo. Leemos que el Señor sacó a la nación de Egipto,

“(yendo) delante de ellos...en una columna de fuego” (Éxodo 13.21). Además, el

40

Page 42: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Señor liberó a los israelitas de los ejércitos egipcios que los perseguían cuando

“hizo....que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche” (Éxodo

14.21). El viento y fuego el día de Pentecostés, sin embargo, no representan un

nuevo éxodo. Más bien, en términos concretos familiares a todos, demuestran que

Dios estaba presente y activo.

En la transferencia del Espíritu de Moisés a los setenta ancianos (Números

11.10-30) encontramos un suceso que es en muchos aspectos análogo a

Pentecostés. Ambas narrativas documentan la transferencia del liderazgo de una

sola persona a un grupo. Concomitante con ese cambio de responsabilidad, también

se transfiere el Espíritu y se lo pone sobre el grupo. En ambos casos la

transferencia del Espíritu resulta en un torrente de profecía. Moisés en Números

11.29, luego de lo ocurrido expresa su deseo sincero: “Ojalá todo el pueblo de

Jehová fuese profeta, y que Jehová pusiera su espíritu sobre ellos”. El don del

Espíritu el día de Pentecostés, cumple el sincero deseo de Moisés. Con el

derramamiento del Espíritu Santo sobre los discípulos, ha amanecido la era de la

función profética de todos los creyentes.

4.6. La experiencia religiosa de Pentecostés

En este punto Stronstad escribe acerca de la transformación que tuvieron los

discípulos por la experiencia de Pentecostés. Compara el antes y después de

Pentecostés en la vida de los discípulos y explica el cambio relacionando la

experiencia de los discípulos con la experiencia de Moisés, Isaías y Pablo.

El dice que se puede interpretar mejor Pentecostés a la luz del trasfondo

más amplio de experiencias espectaculares similares en la vida de estos líderes.

Mientras Moisés pastorea el rebaño de su suegro un día, una escena insólita le

llama la atención, una “zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía” (Éxodo

41

Page 43: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

3.2). Moisés se aparta del camino ante esa vista y encuentra al “Dios de Abraham,

Dios de Isaac, y Dios de Jacob” (Éxodo 3.6) Como clímax y punto que da significado

a ese encuentro, viene la orden: “Ven, por tanto ahora, y te enviaré a Faraón”

(Éxodo 3.10). Es similar en el caso de la visión de Isaías del Señor en el templo

(Isaías 6.1ss.). Esa visión del Señor entronizado en el templo prepara a Isaías para

una respuesta positiva a la pregunta: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”

(Isaías 6.8). Dios responde al “Heme aquí, envíame a mí” de Isaías con “Anda, y di

a este pueblo” (Isaías 6.9). Y así es en el encuentro de Saulo con el Señor

resucitado (Hechos 9.1ss.). Después de enfrentarse con Saulo en el camino a

Damasco, Jesús le ordena: “Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes

hacer” (Hechos 9.6). El Señor entonces revela a Ananías, a quién también ordena ir

a visitar a Saulo que éste va a “llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de

reyes, y de los hijos de Israel” (Hechos 9.15). El verdadero significado de esos

encuentros no se halla en las experiencias asombrosas de la zarza ardiente, la

visión del Señor en el templo, o la luz intensa del Cristo resucitado. Se halla en el

llamamiento que fue el clímax de la experiencia: “Te enviaré”, “Anda”, “llevar mi

nombre en presencia de los gentiles”.

Pentecostés es análogo a la experiencia de Moisés, Isaías y Pablo. El don

del Espíritu el día de Pentecostés dotó a los discípulos para el servicio. Los

fenómenos que acompañan el derramamiento del Espíritu no tienen ningún papel

independiente. Esos fenómenos, en particular el hablar en lenguas, no son una

experiencia religiosa que se pueda divorciar de la comisión de Jesús a los

discípulos: “Me seréis testigos” (Hechos 1.8). Pentecostés difiere de la experiencia

de Moisés, Isaías y Pablo sólo en que sigue a la comisión anterior de los discípulos,

mientras que para los demás precede a su llamamiento. Los fenómenos

42

Page 44: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

acompañantes no son meramente fortuitos; por el contrario, sirven para dar la

prueba experimental que confirma la comisión divina. El papel venidero de los

discípulos como testigos, no la profunda y conmovedora experiencia de hablar en

lenguas, es la clave para entender el significado del don del Espíritu el día de

Pentecostés.

Nuestra investigación de la narrativa de Pentecostés, por lo tanto, nos lleva a

rechazar interpretaciones tradicionales de Pentecostés, es decir, que el don del

Espíritu el día de Pentecostés señala la institución o nacimiento de la Iglesia y una

iniciación o incorporación complementarias de los discípulos en la iglesia. Esa

interpretación resulta o de subrayì¥Á439

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Page 45: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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Page 46: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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Page 47: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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Page 48: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

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474747íritu a los discípulos el día de Pentecostés, ellos llegan a ser una comunidad

carismática, herederos del anterior ministerio carismático de Jesús.

5. El Espíritu Santo en Hechos de los Apóstoles: La comunidad

carismática en misión

En primer lugar, examinaremos el don del Espíritu a los creyentes

samaritanos, a Saulo, a la casa de Cornelio y a los discípulos efesios. Además,

estudiaremos los otros datos relacionados con el Espíritu Santo en Hechos de los

Apóstoles.

5.1. El don del Espíritu en Samaria (Hechos 8.14-19)

Para muchos intérpretes de Hechos, el relato de Lucas de la evangelización

de los samaritanos por Felipe es una anomalía. Muchos samaritanos responden a la

predicación de Felipe: creen y son bautizados (8.12). Con el tiempo un informe llega

a los apóstoles en Jerusalén de que Samaria “había recibido la palabra de Dios”

(8.14). Al oír esas buenas noticias, Pedro y Juan van a Samaria pero descubren que

el Espíritu Santo “aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que sólo

habían sido bautizados en el nombre de Jesús (8.16). Entonces Pedro y Juan oran

pidiendo “que recibiesen el Espíritu Santo” (8.15). La narrativa continúa: “Entonces

47

Page 49: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo” (8.17). Esa narrativa describe

una aparente contradicción: creyentes que no habían recibido el Espíritu.

La narrativa samaritana le plantea al lector la separación cronológica entre la

creencia de los samaritanos y su recepción del Espíritu.

Como se demostró en nuestra investigación de la narrativa de Pentecostés,

el don del Espíritu en la perspectiva de Lucas difiere de la perspectiva de Pablo

(Romanos 8.9). Para Lucas, el don del Espíritu tiene un propósito vocacional y

capacita a los discípulos para el servicio. Así, carece de cualquier connotación

soteriológica y, no quiere decir que “es la infusión del Espíritu por Dios lo que hace

cristiano un hombre”. A pesar de interpretaciones al contrario, en Hechos se da el

Espíritu a los que ya son cristianos, es decir, a discípulos (19.1) y a creyentes (8.12;

19.2). Ya que el don del Espíritu es carismático o vocacional y se les concede a

creyentes, la separación temporal entre el momento de creer y la recepción del

Espíritu, como es evidente en la narrativa samaritana, no plantea ninguna

inconsecuencia ni contradicción teológica.

¿Qué significa el don del Espíritu para los creyentes en Samaria? En la

perspectiva de Lucas, no efectúa su incorporación en la iglesia, ni completa el

supuesto complejo de iniciador de arrepentimiento, bautismo en agua y recepción

del Espíritu, ni simplemente normaliza relaciones entre los samaritanos y los judíos.

Más bien, el don del Espíritu a los samaritanos tiene las mismas dos funciones que

el derramamiento del Espíritu sobre los discípulos el día de Pentecostés. El don del

Espíritu a los creyentes en Samaria demuestra que todos, aun un grupo

despreciado como los samaritanos, deben participar en la obra misionera. Para esa

responsabilidad común reciben el mismo equipo: el don vocacional del Espíritu.

5.2. El don del Espíritu a Saulo (Hechos 9.17-18)

48

Page 50: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Luego de su encuentro con el Señor resucitado, mientras Saulo está en

Damasco, Dios le ordena a Ananías: “Ve (a Saulo), porque instrumento escogido me

es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes , y de los

hijos de Israel” (9.15). Ananías busca a Saulo “y poniendo sobre él las manos, dijo:

Hermano Saulo, el Señor Jesús....me ha enviado para que recibas la vista y seas

lleno del Espíritu Santo” (9.17). La narrativa continúa: “Y al momento le cayeron de

los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado”

(9.18).

Esa narrativa reúne dos motivos característicos de Lucas: capacidad

vocacional y el don del Espíritu. Al describir el encuentro de Saulo con el Señor

resucitado, Lucas subraya su llamamiento, no su conversión. Se recalca lo que debe

hacer Saulo: llevar el nombre de Jesús ante los gentiles. Para su misión sin

precedentes, su vocación a los gentiles, necesitaba el don del Espíritu, al igual que

los discípulos lo necesitaban para su misión a los judíos. Así que “lleno del Espíritu”

es el complemento necesario de la orden de “llevar mi nombre en presencia de los

gentiles”.

5.3. El don del Espíritu a la casa de Cornelio (Hechos 10.44-46)

Visiones, primero a Cornelio y después a Pedro, se combinan para producir

la visita de Pedro a ese centurión romano. Al recitar Pedro la historia de los actos

salvadores de Dios en Jesús de Nazaret, “el Espíritu Santo cayó sobre todos los que

oían el discurso” (10.44). Manifestando el don del Espíritu, que se ha derramado

sobre ellos, comienzan a “hablar en lenguas y magnificar a Dios” (10.46). De ese

torrente inesperado de habla en lenguas, Pedro concluye que la casa de Cornelio ha

recibido el Espíritu Santo al igual que los discípulos lo habían recibido el día de

Pentecostés y manda “bautizarles en el nombre del Señor Jesús” (10.48).

49

Page 51: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Para la interpretación del don del Espíritu a la casa de Cornelio, Lucas dirige

a sus lectores a la narrativa de Pentecostés. En primer lugar, Lucas emplea una

terminología parecida en ambas narrativas: hablar en lenguas (2.4; 10.46) y

magnificar a Dios (2.11; 10.46). En segundo lugar, Pedro identifica explícitamente

con Pentecostés el don del Espíritu a Cornelio. Al defender su visita a Cornelio ante

la iglesia de Jerusalén, Pedro testifica que “cayó el Espíritu Santo sobre ellos

también, como sobre nosotros al principio” (11.15). Años después Pedro testifica al

concilio de Jerusalén que Dios le dio el Espíritu Santo a Cornelio, “lo mismo que a

nosotros” (15.8).

Una conclusión es ineludible: el don del Espíritu a la casa de Cornelio tiene

el mismo propósito vocacional o carismático que el don del Espíritu a los discípulos

el día de Pentecostés.

5.4. El don del Espíritu a los discípulos en Éfeso (Hechos 19.1-7)

En su segundo viaje misionero, Pablo encuentra un grupo de unos doce

discípulos en la ciudad de Éfeso. Él les pregunta “¿recibisteis el Espíritu Santo

cuando creísteis?” (19.2). Ellos responden negativamente, reciben más explicación

acerca de Jesús, y son bautizados (19.3-5). Como clímax de la narrativa,

“habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y

hablaban en lenguas, y profetizaban” (19.6).

Esa narrativa tiene los mismos ingredientes que la narrativa samaritana:

discípulos que han creído y todavía no han recibido el Espíritu Santo. Pablo sabe

que todos los cristianos tiene el Espíritu (Romanos 8.9), y sabe que a pesar del

contenido limitado de su fe esos discípulos son cristianos (En Hechos el término

“discípulos” siempre describe a los discípulos de Jesús, es decir, cristianos). Esto

quiere decir que su pregunta: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?” no

50

Page 52: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

está en un contexto iniciador o soteriológico. El contexto de su pregunta es claro,

dada la solución, que es un torrentes de lenguas y profecía. No cabe duda de que

Pablo está preguntando ni más ni menos que si han recibido el don profético del

Espíritu. No hay tensión entre el hecho del Espíritu Santo que mora en la vida de

cada creyente y una experiencia adicional de recibir el don profético o carismático

del Espíritu.

Después de estudiar la historia de Lucas del don del Espíritu a los creyentes

en Samaria, a Saulo, a la casa de Cornelio y a los discípulos en Éfeso, estamos

ahora en condiciones de responder la pregunta: ¿Cuál es el propósito de Lucas en

esas narrativas? Dos propósitos son evidentes; el primero es histórico y el segundo

teológico. En primer lugar, esas narrativas ilustran el cumplimiento histórico de la

comisión que Jesús les dio a los discípulos antes de su ascensión (Hechos 1.8). En

segundo lugar, ilustran la universalidad del don vocacional del Espíritu.

Adondequiera y a quienquiera que se extienda el evangelio, Dios también derrama

el don del Espíritu para propósitos vocacionales; ni se localiza en Jerusalén ni se

restringe a cristianos judíos. Eso es consecuente con el propósito del don del

Espíritu a los discípulos el día de Pentecostés, que Pedro interpreta en términos

universalistas.

5.5. El modo de impartir el Espíritu

Estudios del don del Espíritu en Hechos a menudo suscitan la pregunta de

los medios por los cuales Dios imparte el Espíritu.

En ninguna parte de Hechos se imparte el Espíritu mediante el bautismo en

agua. Hay una asociación imprecisa entre el don del Espíritu y el bautismo en agua

en sólo tres narrativas: En Samaria (8.12-17), precede al bautismo en agua de la

casa de Cornelio y es la base de eso (10.44-48), y sigue al bautismo en agua de los

51

Page 53: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

discípulos en Éfeso (19.4-6). Más numerosos son los casos de bautismo en el

Espíritu que tienen lugar completamente aparte del bautismo en agua. Por ejemplo.

En el libro de Hechos estos son Pentecostés (2.1ss), Pedro (4.8), la iglesia de

Jerusalén (4.31), Pablo (13.9) y los discípulos en Iconio (13.52) En el Evangelio

según San Lucas están los ejemplos de Elisabet y Zacarías (Lucas 1.41,67).

En tres oportunidades se asocia el don del Espíritu con la imposición de

manos (8.17; 9.17; 19.6). Ese procedimiento tiene un precedente en el Antiguo

Testamento en el don del Espíritu a Josué (Deuteronomio 34.9).

Se ha sugerido recientemente que la oración es el medio por el cual

históricamente se obtiene el poder del Espíritu. Indudablemente, la oración tiene una

asociación importante con el don del Espíritu (Lucas 3.21; Hechos 1.14; 2.1ss; 4.31;

8.15). Sin embargo, en vez de ser el medio de impartir el Espíritu Santo, la oración

es más correctamente, el ambiente espiritual en el cual con frecuencia se imparte el

Espíritu.

La compleja descripción del don del Espíritu Santo en Lucas-Hechos rechaza

de toda tentativa de formular una doctrina monolítica del medio por el cual se

imparte el Espíritu Santo. El interés principal de Lucas se centra en el hecho del don

del Espíritu y no en algún medio real o imaginado por el cual se imparta el Espíritu

Santo.

Hemos demostrado que para Lucas se les da el Espíritu Santo a los que ya

son discípulos o creyentes, y que el propósito del don del Espíritu es carismático o

vacacional. Por lo tanto, concluimos que las descripciones por Lucas del don del

Espíritu hacen que el estudio del medio de impartir el Espíritu quede fuera de

propósito para la comprensión de la teología de Lucas del Espíritu Santo.

52

Page 54: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

5.6. Textos misceláneos

Además de los textos ya analizados, Lucas también describe una actividad

diversa pero general del Espíritu a través de Hechos. A esos datos adicionales

ahora volvemos la atención.

5.6.1. Terminología relacionada

Ya que el don del Espíritu Santo en Hechos es vocacional, la terminología

relacionada debe de tener un significado similar en el mismo contexto. Así que, la

terminología tal como: la promesa del Padre (1.4), la promesa del Espíritu Santo

(2.33), el don del Espíritu Santo (2.38; 10.45), y el don de Dios (8.20) describe el

don vocacional del Espíritu Santo.

Al describir el don del Espíritu, Lucas usa constantemente una de dos frases

“lleno del Espíritu Santo” y “recibió el Espíritu Santo”. También es consecuente en

usar “lleno del Espíritu” en voz pasiva y “recibió el Espíritu Santo” en la voz activa.

En las ocasiones en que los discípulos son llenos del Espíritu Santo, Lucas

subraya la iniciativa divina. En las ocasiones en que los discípulos reciben el

Espíritu Santo, subraya la concomitante respuesta humana a esa iniciativa. Lucas

pone en claro que Dios no impone de manera arbitraria su Espíritu sobre los

discípulos aparte de la respuesta de ellos a la iniciativa divina. También pone en

claro que nadie puede tomar de Dios lo que Él no ha dado primero. En la

perspectiva de Lucas, “recibió el Espíritu Santo, es el complemento necesario de ser

“lleno del Espíritu Santo”.

5.6.2. El Espíritu Santo y la misión

53

Page 55: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Antes de su ascensión, Jesús asocia el Espíritu Santo con testimonio o

misión cuando les hace la promesa a los discípulos de Hechos 1.8.

Tomando como ejemplo los relatos de la actividad misionera de Felipe

(Hechos 8.26-29), Pedro (Hechos 2.14-41;4.8-20,31) y Pablo (Hechos 13.2;16.6-8),

es evidente que el Espíritu Santo inicia y dirige cada avance misionero.

6. La teología carismática de San Lucas: Síntesis y desafío

En este último capítulo, el autor, como lo dice el título, hace una síntesis de

todo lo escrito en los capítulos anteriores y plantea además un desafío de la teología

carismática de Lucas-Hechos.

Comparando Lucas-Hechos con la variada literatura neotestamentaria, nos

daremos cuenta que es único. Es el único libro en dos tomos del Nuevo

Testamento. Más importante, es la única heilsgeschichte –historia de salvación—del

Nuevo Testamento. Como se ha observado Lucas es más que el historiador del

Nuevo Testamento, es teólogo por derecho propio. En su perspectiva histórico-

teológica, los dos temas complementarios de “la salvación” y “la actividad

carismática del Espíritu Santo” dominan Lucas-Hechos. Así, además de clasificar

Lucas-Hechos como heilsgeschichte, también se lo puede clasificar como

pneumageschichte: la historia tanto del Cristo carismático como de la comunidad

carismática de discípulos en misión.

6.1. Síntesis de la teología carismática de Lucas

6.1.1. La teología carismática de Lucas-Hechos como heredera de la

teología carismática del Antiguo Testamento

54

Page 56: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Es a la luz de ese trasfondo del liderazgo carismático en Israel, de la

esperanza profética de la venida del ungido del Señor y de una comunidad que

reciba tanto el don carismático del Espíritu como la morada del Espíritu, que se ha

de interpretar el don del Espíritu Santo en Lucas-Hechos.

6.1.1.1. El Espíritu y la era mesiánica: Cumplimiento en Lucas-

Hechos

La actividad el Espíritu es un tema central en las dos narrativas de

inauguración de Lucas-Hechos. En el Evangelio, la difundida actividad del Espíritu

en la narrativa de apertura tiene su clímax en el descenso del Espíritu Santo sobre

Jesús en su bautismo por Juan (Lucas 3.21-22). De un modo parecido, en Hechos

la narrativa de inauguración se enfoca en el don del Espíritu a los discípulos en el

día de Pentecostés (Hechos 2.4).

Ambas narrativas subrayan que el don del Espíritu Santo cumple la profecía

(Lucas 4.21 y Hechos 2.16). De todos los evangelistas, sólo Lucas menciona esa

conciencia de Jesús y los discípulos de que han recibido el Espíritu Santo en

cumplimiento de profecía.

Además, al apelar a los profetas, Jesús y los discípulos expresan su

convicción de que el don del Espíritu es una experiencia carismática o vocacional.

Es decir, el Espíritu Santo está sobre Jesús ungiéndolo para predicar el evangelio y

después sobre los discípulos llevándolos a profetizar. Es notable que al identificar el

don del Espíritu el día de Pentecostés con la profecía de Joel, en vez de citar una de

la numerosas referencias proféticas a la morada y la renovación interior del Espíritu,

Pedro cita el único texto profético que habla explícitamente de un derramamiento

carismático del Espíritu sobre la comunidad del pueblo de Dios.

6.1.1.2. Terminología septuagintal en Lucas-Hechos

55

Page 57: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

En comparación con Juan y Pablo, Lucas tiene una terminología distintiva

para la actividad del Espíritu Santo. Lucas-Hechos carece de la terminología tan

característica de Juan como “el Espíritu de verdad” y “el Consolador” (paracleto).

También carece de la terminología típica de Pablo, tal como “el fruto del Espíritu”,

“los dones del Espíritu” y “el sello del “Espíritu”. No sólo está ausente en los escritos

de Lucas la terminología característica de Juan y Pablo, sino que la terminología

frecuente en Lucas no aparece o es rara en la literatura de Juan y Pablo. Reflejando

una herencia diferente de Juan y Pablo, Lucas a menudo describe la actividad del

Espíritu Santo en terminología septuagintal.

6.1.1.3. Motivos carismáticos

El motivo de la transferencia del Espíritu, tan característica de la época del

Antiguo Testamento, también es prominente en Lucas-Hechos, particularmente en

la transferencia del Espíritu Santo de Jesús a los discípulos. Aunque el evangelio

comienza con un torrente de la actividad del Espíritu Santo desde el bautismo de

Jesús hasta su ascensión, el Espíritu se concentra sólo en Jesús. Según informa

Lucas, Él está lleno del Espíritu Santo, es guiado por el Espíritu y ministra en el

poder del Espíritu. El es el único portador del Espíritu.

Luego Jesús se convierte en el dador del Espíritu a los discípulos el día de

Pentecostés. Esa transferencia del Espíritu del Señor resucitado y exaltado a sus

discípulos es sorprendentemente similar a la transferencia del Espíritu de Moisés a

los ancianos. En los dos casos hay una transferencia del espíritu de un individuo a

un grupo. Además, en ambos casos la transferencia del Espíritu resulta en un

torrente de profecía. Esa transferencia del Espíritu a los discípulos el día de

Pentecostés cumple en potencia el deseo de Moisés de que todo el pueblo de Dios

56

Page 58: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

sean profetas, pues con el don del Espíritu a los discípulos ha surgido la era de la

función profética de todos los creyentes.

Aunque Lucas emplea terminología diferente en cada narrativa, en cuanto a

su función, el don del Espíritu a los discípulos es equivalente a la unción de Jesús

por el Espíritu, inaugurando y capacitando sus ministerios respectivos.

No sólo es el motivo de transferencia del Antiguo Testamento característica

del don del Espíritu Santo en Lucas-Hechos, sino que el motivo complementario de

la señal también es prominente en Lucas-Hechos. De la misma manera que se

confirma la unción de Jesús mediante señales visibles y audibles (Lucas 3.22),

también se confirma la transferencia del Espíritu Santo a los discípulos el día de

Pentecostés mediante señales visibles y audibles (Hechos 2.2-4).

El motivo de la señal también es característico del relato de Lucas del don

del Espíritu santo a los samaritanos, a la casa de Cornelio y a los efesios

(Hechos8.18; 10.45; 15.8; 19.6). El énfasis repetido de Lucas en “ver” y “oír”

demuestra el predominio del motivo de la señal para su teología del Espíritu Santo.

En su terminología, los fenómenos visibles o audibles “dan testimonio” del don del

Espíritu.

6.1.2. La teología carismática de Lucas-Hechos como única en

comparación con la teología carismática del Antiguo Testamento

Aunque el don vocacional del Espíritu Santo en Lucas-Hechos es

consecuente con la época del Antiguo Testamento, diferencias significativas

distinguen la actividad del Espíritu en la era mesiánica de su actividad en tiempos

anteriores. En la época del Antiguo Testamento, y aún en la era del evangelio, la

actividad del Espíritu se limita a líderes escogidos. Desde Pentecostés en adelante,

sin embargo, el don vocacional del Espíritu es potencialmente universal.

57

Page 59: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

Además, el Mesías sustituye a la nación como el objeto de la actividad

vocacional del Espíritu. Desde Pentecostés en adelante el don vocacional del

Espíritu es potencialmente universal. Las narrativas de Lucas de Samaria, Cornelio

y Éfeso ilustran el carácter universal del don vocacional del Espíritu.

Además, a diferencia de la época del Antiguo Testamento, cuando no había

personalización del Espíritu de Dios, en Lucas-Hechos el Espíritu Santo es

plenamente personal . Por ejemplo, se le puede mentir al Espíritu (Hechos 5.3ss.) y

el Espíritu puede hablar (Hechos 10.19).

6.1.3. La dimensión carismática del don del Espíritu en Lucas-Hechos

Lucas debe a Jesús su entendimiento del propósito vocacional del don del

Espíritu Santo (Hechos 1.8). En ese dicho dominical Lucas les da a sus lectores la

clave para interpretar el propósito del don del Espíritu, no sólo a los discípulos el día

de Pentecostés sino también en todo Lucas-Hechos.

En Lucas-Hechos, el don del Espíritu siempre resulta en misión. El don del

Espíritu siempre precede a la misión o la vocación y las lleva a cabo.

3.1.3.1. Específicamente, el don carismático es profético

En términos específicos, el don carismático del Espíritu Santo en Lucas-

Hechos es a menudo profético. Lucas emplea el término profeta(s) para Juan el

Bautista, Ana, Jesús, Agabo y compañeros, ciertos discípulos en Antioquia, Judas y

Silas, y las cuatro hijas de Felipe. Aunque Lucas no los llama así, sin duda se debe

considerar a muchos otros como profetas. Entre ellos están todos los que son llenos

del espíritu, el término técnico de Lucas para describir inspiración profética. También

incluye las personas tales como Pedro (Hechos 10.19) y Pablo (Hechos 16.9) que

experimentan visiones y sueños, el modo auténtico de revelación profética

(Números 12.6; Joel 2.28ss.). Esos profetas toman parte en diversas actividades a

58

Page 60: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

través de Lucas-Hechos: exhortación (Lucas 3.18), realización de milagros (Lucas

7.14-16; Hechos 1.43; 3.1ss.; 5.15; 6.8; 8.13; etcétera), predicción (Hechos 11.28;

21.10ss.), juicio (Hechos 8.20; 13.9) y adoración (Lucas 1.68; Hechos 2.47; y otros).

El gran número de profetas nombrados y la frecuencia en Lucas-Hechos es

consecuente con la universalidad de la actividad profética del Espíritu en la era

mesiánica.

6.1.3.2. Consagración y capacitación: Ungido/bautizado y lleno

del Espíritu

Como hemos visto, Lucas describe el don del Espíritu con diversos términos,

por ejemplo: lleno, ungido, investido, bautizado y capacitado por el Espíritu. Aunque

esos y otros términos describen el don carismático del Espíritu, hay que hacer una

distinción doble. Los términos “ungido” y “bautizado” describen la obra consagrante

del Espíritu Santo al inaugurar el ministerio público de uno. Los términos “lleno”,

“investido” y “capacitado” describen la dotación por el Espíritu para ese ministerio.

Aquí, entonces, está la distinción entre el carácter “de una vez para todas” y

repetitivo del don del Espíritu. La consagración por el Espíritu es “de una vez para

todas”, mientras que, según se presenta la necesidad, la dotación por el Espíritu es

repetitiva.

6.1.4. El carácter experimental del don carismático del Espíritu

Hasta el punto que Lucas lo menciona de manera explícita, el don

carismático del Espíritu Santo en Lucas-Hechos es siempre un fenómeno

experimental.

En todo Lucas-Hechos, entonces, el don del Espíritu para vocación nunca es

un asunto de fe-percepción, sino que siempre es una experiencia-realidad. El intento

perjudicial de romper el vínculo entre recibir el Espíritu por fe y recibir el espíritu por

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Page 61: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

experiencia, con la presunción de que la fe es superior a la experiencia e

independiente de ella, no se puede armonizar con el relato de Lucas del don del

Espíritu. Despreciar la dimensión experimental del don del Espíritu es, en la

terminología de Pablo, apagar al Espíritu (1 Tesalonicenses 5.19).

Surge de la investigación una nueva descripción del don del Espíritu Santo

en Lucas-Hechos: Lucas relata el don del Espíritu con servicio y testimonio, es decir,

con vocación. En otras palabras, en la teología del Espíritu Santo de Lucas, la

actividad del Espíritu es siempre carismática tanto en propósito como en resultado.

La teología carismática de Lucas se caracteriza por una herencia del Antiguo

Testamento, una dimensión experimental, actividad profética frecuente, y una falta

de limitaciones temporales.

6.2. El desafío de la teología carismática de Lucas

Lucas quedaría sorprendido al aprender de intérpretes contemporáneos que,

al contrario de su teología carismática, subsiguientes generaciones de cristianos son

plenamente capaces de ministrar aparte de la capacitación carismática del Espíritu,

que el cristianismo carismático es anormal, y que el cristianismo carismático es

secundario.

El testimonio del Evangelio según San Lucas es que mediante la

capacitación del Espíritu Santo Jesús fue un carismático. De un modo parecido, el

testimonio de Hechos de los Apóstoles es que los discípulos fueron una comunidad

carismática. Así, en la teología de Lucas la iglesia es carismática. Eso sigue siendo

cierto no importa si la iglesia está siempre consciente de su carácter carismática, y

no importa si funciona al nivel de su potencial carismático.

Debido al carácter carismático de la iglesia, es indispensable que todas las

tradiciones de la iglesia estudien de nuevo su doctrina y experiencia del Espíritu a la

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Page 62: La Teología Carismática de Lucas (Resumen)

luz de la teología carismática de Lucas. Por ejemplo, anti-carismáticos deben

reconocer que Lucas enseña principalmente una teología carismática, y que esa es

una experiencia válida para la iglesia contemporánea. Por otra parte, los

pentecostales y carismáticos deben recordar que el don del Espíritu no es sólo una

bendición espiritual; es una responsabilidad. Su significado se extiende más allá de

la sala de oración y el culto de adoración a un mundo que necesita oír una voz

profética conjuntamente con la demostración del poder del Espíritu.

La literatura revela tres dimensiones principales de la actividad del Espíritu

Santo: 1) salvación, 2) santificación, y 3) servicio. Esas dimensiones son

interdependientes y complementarias. Sin embargo, en el desarrollo de la teología

protestante, la tradición reformada ha subrayado la actividad del Espíritu en

iniciación-conversión, la tradición wesleyana posteriormente ha recalcado la

actividad del Espíritu en santidad o santificación, y la tradición pentecostal por fin ha

hecho hincapié en la actividad carismática del Espíritu en adoración y servicio. Es la

triste lección de la historia de la iglesia y de la experiencia contemporánea que la

actividad carismática del Espíritu Santo no puede florecer en un clima que es hostil

o indiferente a esa dimensión de la actividad del Espíritu. Así la teología carismática

de Lucas desafía las tradiciones reformada y wesleyana a añadir la actividad

carismática del Espíritu a sus experiencias del Espíritu de iniciación-conversión y

santidad.

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