La Sagrada Escritura: Nuevo Testamento (t. 1) - Profesores de la Compañía de Jesús (B.A.C.)

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La Sagrada Escritura: Nuevo Testamento (t. 1) - Profesores de la Compañía de Jesús (B.A.C.)

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  • Sagrada EscrituraTexto y comentario por profesores de la

    Compaa de Jess bajo la direccin delos PP. Rafael Criado (Antiguo Testa-mento) y Juan Leal (Nuevo Testamento)

  • BIBLIOTECA

    AUTORES CRISTIANOSDeclarada de inters nacional

    esta coleccin se publica bajo los auspicios y altadireccin de la pontificia universidad de salamanca

    la comisin de dicha pontificiauniversidad encargada de lainmediata relacion con la b. a. c.est integrada en el ao 1964por los seores siguientes:

    Presidente :

    Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. Fr. Francisco Barbado Vie-jo, O. P., Obispo de Salamanca y Gran Canciller de la

    Pontificia Universidad (recientemente fallecido)

    .

    Vicepresidente: limo. Sr. Dr. Lorenzo Turrado, Rec-tor Magnfico.

    Vocales: R. P. Dr. Luis Arias, O. S. A., Decano dela Facultad de Teologa; R. P. Dr. Marcelino Cabre-ros, C. M. F., Decano de la Facultad de Derecho;R. P. Dr. Pelayo de Zamayn, O. F. M. C, Decano dela Facultad de Filosofa; R. P. Dr. Julio Campos, Sch. P.,Decano de la Facultad de Humanidades Clsicas; reve-rendo P. Dr. Antonio Garmendia Otaola, S. I., Decanoadjunto de la Seccin de Pedagoga; R. P. Dr. Fr. Ma-ximiliano Garca Cordero, O. P., Catedrtico de Sagra-da Escritura; R. P. Dr. Bernardino Llorca, S. L, Cate-

    drtico de Historia Eclesistica

    Secretario: M. I. Sr. Dr. Luis Sala Balust, Profesor.

    LA EDITORIAL CATOLICA, S. A Apartado 466MADRID MCMLXIV

  • La SagradaEscrituraTexto y comentario por profesores

    de la Compaa de Jess

    NUEVO TESTAMENTOI

    Evangelios JAN' 28 r

    TRADUCCION Y COMENTARIO POR

    JUAN LEAL, S . I .SE VE RIAN O DEL PARAMO, S. I

    JOSE ALONSO, S. I.

    BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOSMADRID . MCMLXIV

  • TrtS A DE SOBRINO, PRAF.P. PROV.BAET. S. I. REIMPRIMATUR

    RElMPRIMU ^OXESXJ^ AkDE gg^ GRAxATAE

    ,

    30 lULn 1964

    Ntn. Registro: U s^"*"-Depsito legalM ^5-^4

  • INDICE GENERAL

    Pdgs.

    Prlogo vnSiglas de los libros de la Sagrada Escritura ixSiglas de revistas que se citan xBibliografa general y sus siglas xm

    Evangelio de San Mateo(Traduccin y comentario del P. Severiano del Pramo, S. I.)

    Introduccin 3Comentario 16

    Excursus: La autenticidad de Mt 16,13-20 183

    Evangelio de San Marcos(Traduccin y comentario del P. Jos Alonso, S. I.)

    Introduccin 319Comentario 333

    Excursus:

    1. Jess, Hijo de Dios en el evangelio de San Marcos. . . . 3392. La expresin el Hijo del hombre 3523. Los hermanos de Jess 3674. Las parbolas 3685. El texto de Is 6,9-10 3746. Testimonio de Josefo sobre Juan Bautista 3967. Cul fue el mvil que concentr a los 5.000 en el de-

    sierto 3988. Cuestin sinptica y universalidad del mensaje cristiano

    en el pasaje de la mujer cananea 4039. La parbola de la sal 423

    10. El ciento por uno 43111. El sentido mesinico de la entrada en Jerusaln 43912. La nueva fecha de la ltima cena y la cronologa de la

    pasin 46013. El motivo de la condenacin de Jess por parte de los

    romanos 47914. El trmino Kyrios aplicado a Jess 486

    Evangelio de San Lucas(Traduccin y comentario del P. Juan Leal, S. I.)

    Introduccin 491Comentario 519

    Excursus:

    E. Perspectivas mariolgicas del saludo 5502. El problema literario del sermn del monte 6133. Los posesos en el NT 637

  • Indice general VI

    Evangelio de San Juan(Traduccin y comentario del P. Juan Leal, S. I.)

    Pgs.

    Introduccin 767Comentario 784

    Excursus

    :

    1. Contenido y origen del Logos 8192. El final de Jn 1,3 8213. El concepto de vida. El concepto de luz. Relacin entre

    la luz y la vida 8224. La fe en el cuarto evangelio 8245. El tema de la gloria en Jn 8266. La verdad 8277. Contenido cristolgico y mariano de Jn 2,1-11 8398. Sentido del semeion en el cuarto evangelio 8409. La expulsin de los vendedores de Jn comparada con

    la de los sinpticos 84410. Contenido teolgico de 3, 1-36 85811. Sentido cristolgico y soteriolgico del c.6 91012. Sentido eucarstico de Jn 6 91213. La fe y la Eucarista 91414. La unidad del pan de vida 91615. Valor eclesiolgico de 10,1-18 95516. Estudio conjunto del sermn de la Cena 98017. El discpulo amado 99618. La maternidad espiritual y universal de la Virgen en

    Jn 19,26-27 108019. Orden de los sucesos en la maana del domingo 1093

  • PROLOGO

    A LA PRIMERA EDICION

    Z7STE comentario de La Sagrada Escritura se debe a los deseos yorientacin del propio Director-Fundador de la B. A. C, quien

    en el ao 1956 nos pidi un comentario denso, crtico, literal, seguroy de actualidad. Queremos pblicamente agradecerle su primera su-gerencia y los estmulos y facilidades que siempre nos ha prestado.El titulo de la obra tambin es suyo: La Sagrada Escritura, texto ycomentario.

    Este ttulo expresa bien el carcter del libro. En principio de pginaponemos el texto sagrado, que hemos vertido al castellano directamentede los originales bblicos. Paralelo al texto sagrado, corre el comen-tario, que va debajo, y es la parte ms importante y extensa. Lasnotas, que van al pie de las pginas, sirven para completar el comen-tario unas veces, y, otras, para dar las oportunas orientaciones biblio-grficas.

    Al comentario de cada libro precede una Introduccin crtica,literaria y teolgica. En determinados casos, segn la importancia o.dificultad del tema que se comenta, se aaden Notas monogrficas oExcursus, de especial inters crtico o teolgico.

    Una bibliografa general selecta a todo el Nuevo Testamentofigura al principio de cada tomo, seguida de la propia de los evange-lios en el tomo I y de la propia del corpus paulino y cartas catlicasen los otros. La bibliografa particular de cada libro se ha puesto alprincipio del respectivo comentario.

    Las siglas de los libros sagrados, de las fuentes y colecciones, delas revistas y diccionarios que se citan a lo largo del comentario sehan puesto al principio de la obra.

    Cada autor se hace responsable de sus sentencias. En puntos discu-tidos y de libre opinin, dentro del campo catlico, un autor puedeseguir una teora y otro la contraria. Generalmente se suelen exponerlas sentencias ms importantes y sus fundamentos. Hemos puesto espe-cial empeo en respetar lo que viene avalado por el peso de los mayores.No escribimos para especialistas, sino para el gran pblico de hablaespaola, que cada da desea conocer mejor el autntico sentido de lapalabra de Dios.

    Hoy sale el tomo I del Nuevo Testamento con los cuatro evangelios.Est en prensa el tomo II, que comprende los Hechos y cartas de SanPablo. En el tomo III se insertarn la Carta a los Hebreos, las Eps-tolas catlicas y el Apocalipsis.

    Posteriormente pensamos publicar un tomo de carcter introductorioa todo el Nuevo Testamento para estudiar la problemtica actual delos evangelios, gneros literarios, historicidad, simbolismo, problema

  • Prlogo VIII

    sinptico y otras cuestiones afines. Como director, agradecemos a todoslos colaboradores su inters y entrega. Al P. Sebastin Bartina ya don Santiago Fernndez Abuin agradecemos la ayuda callada quenos han prestado en la correccin de pruebas.

    Juan Leal, S. I.

    Granada, 29 de junio de 1961.

    A LA SEGUNDA EDICINLas caractersticas esenciales de la obra permanecen invariadas. Se

    ha puesto al da la bibliografa, tanto general como particular, de cadaevangelio. Hemos podido apreciar que ste es uno de los valores denuestro comentario ms estimado por el pblico y de ms utilidad prc-tica. Las notas, abundantsimas, siguen esta lnea de perfeccionamientobibliogrfico. No son para que el lector las utilice siempre, sino cuandoquiere hacer un estudio particular y ms amplio. No encontrar uncomentario ms completo en este sentido, incluidos todos los que circu-lan en el extranjero.

    El comentario a San Marcos es el que ha experimentado msadiciones, mientras que el de San Mateo se ha abreviado, sin queperdiera nada de su contenido doctrinal y bibliogrfico, que ms biense ha aumentado. En Marcos se ha refundido el excursus de los Her-manos de Jess (exc.3) y el de las causas de la muerte por parte delos Romanos (exc.13). Se han aadido cinco excursus nuevos: Jess,Hijo de Dios, que se hace eco de la cuestin reciente sobre la cristologafuncional; el testimonio de Josefo sobre Juan Bautista, el mvil quellev a los cinco mil hombres al desierto, la cuestin sinptica y eluniversalismo del mensaje cristiano en el pasaje de la mujer cananea,el trmino Kyrios aplicado a Jess.

    La traduccin ha sido revisada en todos los evangelios, sobre todoen los tres ltimos.

    El comentario, en determinados pasos, ha sido ampliado y mejora-do, sobre todo en Marcos y algunos particulares de Lucas y Juan. Elcomentario de Marcos era excesivamente sobrio en la primera edicin.Para no exceder el nmero de pginas del volumen, que imponanmotivos prcticos, ha sido necesario ceirse ms en otros puntos y con-densar.

    Juan Leal, S. I.

    Roma, 19 de marzo de 1964.

  • SIGLAS DE LOS LIBROS DE LASAGRADA ESCRITURA

    Abd(as). Jonf as)

    .

    Act(os). ]os(u).Ag(eo). ]ue(ees)

    .

    Am(s)

    .

    LamY entaciones)

    .

    Ap(ocalipsis)

    .

    Le f Lucas)

    .

    Bar^ uc). Eev(tico)

    .

    CznX(ar). Mac f abeos).Col (osenses). X /C- 1 / ' .1Malf aquias).Cor (int ios). Me (Marcos).Dan(iel). Miq( ums,).Dt ( Ueuteronomio)

    .

    Mt (Mateo).Ecls (Eclesiasts)

    .

    Nahf u?n,/.Ecli (Eclesistico). XT 1_ / ' _ - 1Nehf emias).E(esios). XT ' / _ 1Numf eros,/.Esd

    (

    ras). Os(eas).Estf er)

    .

    Parfalipmenos) =Crnicas.Ex fodo)

    .

    Pe (dro)

    .

    Ez(equiel)

    .

    Prov (erb ios).rlrn ( tilemon)

    .

    Ke(yes).rlp ( rilipenses)

    .

    Rom (anos)

    .

    (Jalf atas)

    .

    Rut.Gn (esis). Sab (idura).rlabf acuc)

    .

    balf mos) l .Heb (reos). Samf uel).Is(aas). Sant (iago)

    .

    Job. Sof(onas).Jds (Judas). Tes(alonicenses)

    .

    Jdt f/udtj. Tim (oteo).]er(emas)

    .

    Tit(o).ji, r;?/;. Tob (as).Jn (7uanJ. Zac(arias).

    Numeracin segn la Vulgata.

  • SIGLAS DE REVISTAS QUE SE CITAN

    AmEccRev. . . American Ecclesiastical Review (Washington).AmJArch. . . . American Journal of Archaeology (Princeton).AmJPhil American Journal of Philology (Baltimore).AmiCl Ami du Clerg (Langres).ApSac Apostolado Sacerdotal (Barcelona).ASTar Analecta Sacra Tarraconensia (Barcelona).Ang Angelicum (Roma).Ant Antonianum (Roma).ATG Archivo Teolgico Granadino (Granada).Aus-BR Australian Biblical Review (Melbourne).AusCR Australian Catholic Record (Sydney).BibOr Bibbia e Oriente (Milano).BVieCh Bible et Vie Chrtienne (Paris).B Biblica (Roma).BArch Biblical Archaeologist (New Hven).BZ Biblische Zeitschrift (Paderborn).BZNTW Beihefte zur Zeitschrift fr die Neutestamentliche Wis

    senschaft (Berlin).BelCom Bellarmine Commentary (Chipping Norton Ox.).BullIsEs Bulletin of the Israel Exploration Society (Jerusalem).BullJRL Bulletin of the John Rylands Library (Manchester).BullLE Bulletin de Litrature Ecclsiastique (Toulouse).Cath Catholica (Mnster).CBQ Catholic Biblical Quarterly (Washington).Ch Christus (Paris).ChQR Church Quarterly Review (London).CT Ciencia Tomista (Salamanca).CF Ciencia y Fe (Buenos Aires).CC Civilt Cattolica (Roma).CBrug Collationes Brugenses et Gandavenses (Bruges).CNam Collationes Namurcenses (Namur).CMech Collectanea Mechlinensia (Malines).CleR Clergy Review (London).CultB Cultura Bblica (Segovia).DTh Divus Thomas (Piacenza).ECarm Ephemerides Carmeliticae (Roma).EThL Ephemerides Theologicae Lovanienses (Louvain).EMar Ephemerides Mariologicae (Madrid).EstB Estudios Bblicos (Madrid).EstE Estudios Eclesisticos (Madrid).EstF Estudios Franciscanos (Madrid).EstJ Estudios Josefinos (Valladolid).EstMar Estudios Marianos (Madrid).Et Etudes (Paris).EtF Etudes Franciscaines (Paris).EuntD Euntes Docete (Roma).EvTh Evangelische Theologie (Mnchen).ExpT Expository Times (Edinburg).

  • XI Siglas de revistas que se citan

    FSts Franciscan Studios (New York).FStn Franciscanische Studien (Paderborn).GL Geist und Leben (Wrzburg).Greg Gregorianum (Roma).HTR Harvard Theological Review (Cambridge, Mass.)HeythJ Heythrop Journal (Oxford).Interp Interpretation (Richmond, Virginia).Iren Irnikon (Chevetogne).IsrExpJ Israel Exploration Journal (Jerusalem).IEcRec Irish Ecclesiastical Record (Dublin).IThQ Irish Theological Quarterly (Dublin).Ist Istina (Boulogne-Sur-Seine).JBLit Journal of Biblical Literature (Philadelphia).JBRel Journal of Bible and Religion (Boston).JJewSt Journal of Jewish Studies (Cambridge).JSemSt Journal of Semitic Studies (Manchester).JThSt Journal of Theological Studies (Oxford).Jud Judaica (Basel).KerD Kerygma und Dogma (Gttingen).LavalThcol

    Phil Laval Thologique et Philosophiquc (Quebec).Lum Lumen (Vitoria).LumVie Lumiere et Vie (St. Alban-Leyse).MaisD Maison Dieu (Paris).Mar. Marianum (Roma).MarSt Marian Studies (New York).MelScR Mlanges de Science Religieuse (Lille).MisCom Miscelnea Comillas (Santander).MnchThZ . . Mnchener Theologische Zeistschrift (Mnchen).Mus Le Museon (Louvain).NTSt New Testament Studies (Cambridge).NRTh Nouvelle Revue Thologique (Louvain).NT Novum Testamentum (Leiden).Num Numen (Leiden).OrSy L'Orient Svrien (Paris).PalCl Palestra defClero (Rovigo).RF Razn y Fe (Madrid).RScR Recherches de Science Religieuse (Paris).RevB Revista Bblica (Buenos Aires).RevCultTeol.. Revista de Cultura Teolgica (So Paolo).RevE Revista Eclesistica (Madrid).RevET Revista Espaola de Teologa (Madrid).RevBen Revue Bndictine (Maredsous).RB Revue Biblique (Jerusalem).RcvDT Revue Diocessaine de Tournai.RevEAug Revue des Etudes Augustiniennes (Paris).RevEG Revue de Etudes Grecques (Paris).RevHE Revue d'Histoire Ecclsiastique (Louvain).RevHPhRel..

    . Revue d'Histoire et de Philosophie Religieuses (Paris).RevHR Revue de l'Histoire des Religions (Paris).RevPhilol Revue de Philologie (Paris).RevPApol Revue Practique d'Apologtique (Paris).RevQ Revue de Qumrn (Paris).RevScPhTH.

    .

    Revue des Sciences Philosophiques et Thcologiques (Paris).RevScR Revue des Sciences Religieuses (Strasbourg).

  • Siglas de revistas que se citan XII

    RevTh Revue Thomiste (Paris).RevThPh. . . . Revue de Thologie et de Philosophie (Lausanne).RevUOtt .... Revue de l'Universit de Ottawa (Ottawa).RivB Rivista Biblica (Roma).Sa Salesianum (Roma).Sal Salmanticensis (Salamanca).SalT Sal Terrae (Santander).Schol Scholastik (Freiburg/Br).ScEccl Sciences Ecclsiastiques (Montreal).SJTh Scottish Journal of Theology (Edinburg).Set Scriptorium (Bruxelles).Scrip Scripture (Edinburg).ScCatt Scuola Cattolica (Milano).SelTeol Selecciones de Teologa (Barcelona).StdZ Stimmen der Zeit (Mnchen).StF Studi Franciscani (Firenze).StBFLA Studii Franciscani Liber Annus (Jerusalem).StLeg Studium Legionense (Len).StTh Studia Theologica (Lund).ThLitZ Theologische Literatur Zeitung (Leipzig).ThQ Theologische Quartalschrift (Tbingen).ThSts Theological Studies (Baltimore).ThRs Theologische Rundschau (Tbingen).ThStn Theologische Studien (Utrech).ThZ Theologische Zeitschrift (Basel).TThZ Trierer Theologische Zeitschrift (Trier).VD Verbum Domini (Roma).VerV Verdad y Vida (Madrid).VT Vetus Testamentum (Leiden).VTSupp Vetus Testamentum Supplementum (Leiden).ViSp Vie Spirituelle (Paris).VigChr Vigiliae Christianae (Amsterdam).VirLet Virtud y Letras (Manizales, Colombia).Wor Worship (Collegeville, Minn. J.).ZAW Zeistschrift fr Alttestamentliche Wissenschaft (Berlin).ZDPV Zeitschrift fr des Deutschen-Palstinavereins (Wies-

    baden).ZKTh Zeitschrift fr Katolische Theologie (Innsbruck).ZNTW Zeitschrift fr die N. T. Wissenschaft (Berlin).ZThKirch.. . . Zeitschrift fr Theologie und Kirche (Tbingen).

  • BIBLIOGRAFIA GENERAL

    i. TEXTO SAGRADO

    TM R. Kittel, Biblia Hebraica'7 (Stuttgart 1951).LXX A. Rahls, Septuaginta. Vetus Testamentum graece iuxta

    LXX Interpretes 2 tom. (Stuttgart 1935).Vg Biblia Sacra cura et studio Monachorum Abbatiae S. Hiero-

    nymi in Urbe O. S. B. (Marietti 1959).Biblia Vulgata Latina*, Edic. preparada por A. Colun-

    ga-L. Turrado (Madrid, BAC, 1959).Tisch Tischendorf, Novum Testamentum graece, Ed. 8. a Crit.

    Maior, vol.I Evangelia (Lipsiae 1869).WH Wescott-Hort, The New Testament in the original Grek

    (Cambridge-London3 1898).Sod H. von Soden, Die Schriften des Neuen Testament II Teil

    (Gttingen 19 13).Merk A. Merk, Novum Testamentum graece et latine (Roma 8

    1957)-Bover J. M. Boyer, Novi Testamenti Biblia graeca et latina (Ma-

    drid4 1959).Vogels E. J. Vogels, Novum Testamentum graece et latine (Frei-

    burg 1950).Nestle E. Nestle-K. Aland, Novum Testamentum graece et latine

    (Stuttgart19 i960).W-W Woedsworth-White, Novum Testamentum latine sec.

    ed. S. Hieronymi. Edit. Maior (Oxonii 1898-13).Edit. minor curante White (Oxonii-Londini 191 1).

    Novum Testamentum Dni. N. J. Ch. Editionem paravitJ. Leal (Matriti, BAC, i960).

    2. APOCRIFOS

    A. de Santos Otero, Los Evangelios Apcrifos (Madrid,BAC, 1956).

    C. Tischendorf, Evangelia Apocrypha (Lipsiae 1853).J. P. Migne, Dictionnaire des Apocryphes, tom. 23-24 de

    la Encyclopdie Thologique (Paris 1856).F. Amiot, Evangiles Apocryphes (Paris 1952).A. Lipsius-M. Bonnet, Acta Apostolorum Apocrypha,

    2 tomos (Lipsiae 189 1-8).

    3. DOCTRINA DE LA IGLESIA Y PADRES

    Dz H. Denzinger-A. Schnmetzer Enchiridion Symbolorum(Friburgi-Barcinone32 1963).

    EB Enchiridium Biblicum (Neapoli-Romae2 1954).AAS Acta Apostolicae Sedis.MG Patrologa graeca (J. M. Migne) (Paris).ML Patrologa latina (J. M. Migne) (Paris).PO Patrologa orientalis (R. Graffin) (Paris).

  • Bibliografa general XIV

    4. LINGISTICAAbel F. M. Abel, Grammaire du grec biblique (EtB) (Paris 1927).WB W. Bauer, Griechisch-Deutsches Wort. z. N. T. (Ber-

    lin5 1958).BDb Blass-Debrunner, Grammatik des neutestamentlichen Grie-

    chissch (Gttingen9 1954).C. H. Bruder, Concordantiae omnium vocum N. T. (Gt-

    tingen 1922).G. Dalman, Jesus-Jeschua, Die drei Sprachen Jesu (Leip-

    zig 1922).MM Moulton-Milligan, The Vocabulary of the Greek Testa-

    ment (London 1952).A. Schmoeller, HandKonkordanz zum Griechischen N. T.

    (Stuttgart* 0 1953).M. Zerwick, Analysis philologica N. T. graeci (Ro-mae2 i960); Graecitas Bblica (Romae4 i960).

    F. Zorell, Lexicum graecum N. T. (Parisiis 1931).R. Morgenthaler, Statistik des Neutestamentlichen Wort-

    schatzes (Zrich 1958).

    5. DICCIONARIOS

    BBW J. Bauer, Bibeltheologische Worterbuch (Graz-Wien 1959).CBENT J. E. Steinmueller, Catholic Biblical Encyclopedia N. T.

    (New York 1950).DAB W. Corswant, Dictionnaire d'Archologie Biblique (Neu-

    chtel-Paris 1956).DAChL Cabrol-Leclercq, Dict. d'Archologie Chrtienne et de

    Liturgie (Paris).DAFC A. D. Ales, Dictionnaire Apologtique de la Foi Catholique

    (Paris).DB Dictionnaire de la Bible (Vigouroux) (Paris).DBH A Dictionnary of the Bible (J. Hastings) (Edinburg).DBS Vigouroux-Pirot, Dictionnaire de la Bible, Supplment

    (Paris).DTC A. Vaccant, Dictionnaire de la Thologie catholique (Paris).EncCatt Enciclopedia catholica (Gitta del Vaticano).HBA H. Haag-A. Van den Born-S. de Ausejo, Diccionario de

    la Biblia (Barcelona 1963).LexB Hagen, Lexicum Biblicum (CSS) (Paris).LTK M. Buchberger, Lexicn fT Theologie und Kirche2 (Frei-

    burg).PW A. Pauly-G. Wissowa, Realencyclopaedie der classischen

    Altertums Wissenschaft (Stuttgart 1893SS); 2 Reiche(R. Z.) 1914SS; Supplementbnde I-VII, 1903-1940.

    RAC Reallexicon fr Antike und Christentum (Stuttgart 1950SS)..ThWNT G. Kittel, Theologisches Woerterbuch zum N. T. (Stutt-

    gart).VB J. J. von Allmen, Vocabulaire biblique (Neuchatel-Pa-

    ris 1954).

  • XV Bibliografa general

    6. GEOGRAFIA

    F. M. Abel, Gographie de la Palestine (EtB) 2 tomos (Paris 1933-38).Adam Smith, The historical Geography of the Holy Land (London 1947).D. Baldi, Enchiridion locorum sacrorum2 (Jerusalem 1955).M. du Bltt, Gographie de la Terre Sainte (BJ) (Paris 1958).G. Dalman, Orte und Wege Jesu (Gtterlosh^ 1924).G. Caprile, Atlante della vita di Cristo (Firenze 1959).A. Fernndez, Geografa Bblica (Barcelona 1955).L. H. Grollenverg, Atlas de la Bible (Paris-Bruxelles 1955).C. Kopp, Die heiligen Stten der Evangelien (Regensburg 1959)-P. Lemaire-Baldi, Atlante Storico della Bibbia (Torino 1955).

    7. HISTORIA Y JUDAISMO

    Flavto Josefo (FJ), Opera. Ed. Dindorf 2 vol. (Paris 1866); Ed. Niese 7 vol.(Berlin 1887-95); Vers. Ricciotti (Torino-Roma 1937).

    Filn de Alejandra (FA), Opera. Ed. L. Cohn-P. Wendland, 6 vol.(Berlin 1897SS).

    H. L. Strack-P. Billerbeck (Str-B), Kommentar zum N. T. aus Talmud undMidrasch, 4 vol. (Mnchen 1922).

    H. Danby, The Mishnah, translated from the hebrew with Introduction andbrief explanatory notes (Oxford 1933).

    J. Bonsirven, Textes Rabbiniques (Roma 1955). Le judaisme Palestinien 2 vol.(Paris 1934).

    M. J. Lagrange, Le judaisme avant J. Christ (EtB) (Paris 193 1).E. Schuerer, Geschichte des jdischen Volkes im Zeitalter Jesu Christi (Leip-

    .

    zig 1901).U. Holzmeister, Historia aetatis N. T. (Romae 1938). Chronologia Vitae Christi (Romae 1933).G. Ricciotti, Historia de Israel, 2 vol. (Barcelona 1945).F. M. Abel, Histoire de la Palestine (EtB) 2 vol. (Paris 1952).F. X. Kortleitner, Archaeologia bblica (Oeniponte 191 7).J. Leal, El mundo de los Evangelios (Madrid-Cdiz 1955).C. Spicq, Agape dans le N. T. 3 tomos (EtB) (1958-9).A. G. Lamadrid, Los descubrimientos del Qumrn (Madrid 1956).A. Vincent, Los manuscritos del desierto de Jud (Madrid 1957).J. T. Milik, Dix ans de dcouvertes dans le dsert de Juda (Paris 1957).Th. H. Gaster, The Dead Sea Scriptures (New York 1957).M. Burrows, Lumire nouvelles sur les Mss. de la M. Morte (Paris 1959).A. Dupont-Sommer, Les crits Essniens dcouverts pres de la Mer Morte

    (Paris 1959).J. Van der Ploeg..., La Secte de Qumrn et les origines du Christianisme

    (Bruges 1959).J. Carmingnac, Le Docteur de Justice et Jesu Christ (Paris 1958).D. Gonzalo Maeso, Manual de Historia de la Literatura hebrea, bblica,

    rabnica, neojudaica (Madrid i960).H. Braun, Qumrn und das Neue Testament. Ein Bericht ber 10 Jahre

    Forschung (1950-1959): ThRs28 (1962) 97-234.

  • Bibliografa general XVI

    8. INTRODUCCION GENERAL AL N. T.K. Alland, Kurzgefasste Liste der griechischen Handschriften des Neuen Tes-

    tament, I. Gesamtbersicht (Berlin 1963).R. Cornely-A. Merk, Introductionis in S. Script, libros compendium (Pa-

    ris 1940).Duplacy, O en est la critique textuell du Nouveau Testament? (Paris 1959).G. S. Glanzman-J. A. Fitzmyer, An Introductory Bibliography for the

    Study of Scripture (Westminster, Marylands 1961).H. Hoepfl- B. Gut- A. Metzinger, Introductio specialis in N. T. 6a (Neapo-

    li Romae 1962).M. Meinertz, Einleintung in das N. T. (Paderborn5 1950).P. Morant, Introductio specialis in libros N. T. (Romae 1950).T. G. de Orbiso, Praelectiones exegeticae de N. T. (Romae (I) 1956;

    (II) 1958).R. Rbanos, Propedutica Bblica. Introduccin general a la Sda. Escritura

    (Salamanca i960).P. G. RiNALDi-P. de Benedetti, Introduzione al N. T. (Brescia 1961).J. Reni, Manuel d'Ecriture Sainte (Paris-Lyon6 1949). Vol. 4-6.A. Robert-A. Feuillet, Introduction la Bible, II, Nouveau Testam.

    (Tournai 1959).A. Robert-A. Tricot, Initiation Biblique (Paris2 1954).H. Simn-J. Prado, Praelectiones biblicae ad usum scholarum. Novum Testa-

    mentum I, II (Taurini 1952-1962).A. Wikenhauser, Introduccin al Nuevo Testamento (Barcelona i960).Institutiones Biblicae Scholis accommodatae I (Roma 1951).

    9. COMENTARIOS CONTEMPORANEOS AL N. T.

    A) CATOLICOSBJ La Sainte Bible Jrusalem (Paris).BM La Biblia de Montserrat (Barcelona).BPIB La Sacra Bibbia a cura del P. I. Bblico, N. T. Vol. VIII-IX.CSS Cursus Scripturae Sacrae (Cornely...) (Paris).EBi Das N. T. Echterbibel (Wrzburg).EtB tudes Bibliques (Paris).HSNT Die heilige Schrift des Neuen Testament (Bonn).RNT Regensburger Neue Testament (Regensburg).SBG La Sacra Bibbia tradotta dai testi originali e commentata

    a cura e sotto la direzione di M. S. Garofalo (Torino).SBPC La Samte Bible Pirot-Clamer (Paris).SBibb La Sacra Bibbia, Garofalo (Torino-Roma).TKNT Herders Theologischer Kommentar zum N. T. (Frei-

    burg i. Br.).VbD Verbum Dei. Traduccin espaola de A Catholic Bibli-

    cal Commentary (Barcelona).VS Verbum Salutis (Paris).

    B) NO CATOLICOSBNTC Black' s New Testament Commentaries (London).CBSC Cambridge Bible for Schools and Colleges (Cambridge).CGTC Cambridge Greek Testament Commentary (Cambridge).CNT Commentaire du Nouveau Testament (Neuchtel-Paris).HNT Handbuch zum N. T. (Tbingen).

  • XVII Bibliografa general

    IB The Interpreter' s Bible (New York).ICC International Critical Cornmentary (Edinburg).KNT Kommentar zum N. T. (Zahn) (Leipzig).MFF The Moffat N. T. Cornmentary (London).MKNT (Meyer) Kritisch-exegetischer Kommentar ber das N. T.

    (Gttingen).NBC Nelsons Bible Cornmentary (New York).NICNT The New International Cornmentary on the N. T. (Grand

    Rapids).NTC New Testament Cornmentary (Michigan).NTD Das neue Testament Deutsch (Gttingen).THK Theologischer Handkommentar zum N. T. (Leipzig).TNTC Tyndale New T. Cornmentary (London).

    io. MISCELANEAS BIBLICAS

    BNTEsch. . . . The Background of the N. T. and its Eschatology. Studicsin Honour of C. H. Dodd (Cambridge 1956).

    MclG Aux Sources de la Tradition Chrtienne. Mlanges offertsa M. Goguel (Ncuchtel-Paris 1950).

    MclP Mlanges E. Podechard (Lyon 1945).MclBR Mlanges Bibliques redigs en l'honneur A. Robert (Pa-

    ris 1945).McmCh Memorial Chaine (Lyon 1950).MemLag Memorial Lagrange (Paris 1940).MisBU Miscelnea Bblica B. Ubach (Montiserrati 1953).MisM Miscellanea G. Mercati (C. Vatticano 1946).NTEssays. . . . New Testament Essays. Studies in Memory of T. W. Man-

    son (Manchester 1959).NeutAufs. . . . Neutestamentliche Aufstze, Festschrift fr Prof. J. Schmid

    zum 70. Geburtstag (Regensburg 1963).RecLC Recueil L. Cerfaux, 2 tomos (Gembloux 1954).SPag Sacra Pagina. Miscellanea Bblica Congressus Internatio-

    nalis Catholici de Re Bblica, 2 vol. (Paris-Gem-bloux 1959).

    SBEsp Semana Bblica Espaola (Madrid).StEvang Studia Evanglica. Papers Presented to the International

    Congress on The Four Gospels in 1957 (Berlin 1959)-StGosp Studies in the Gospels. Essays in Memory of R. H. Light-

    foot. Edited by D. E. ineham (Oxford 1957).SynStn Synoptische Studien. A. Wikenhauser zum Siebzigsten

    Geburtstag dargebracht (Mnchen 1953).

    11. INTRODUCCION ESPECIAL A LOS EVANGELIOS

    M. Black*, An Aramaic Approach to the Gospels and Acts (Oxford2 1954).J. Cambier, L. Cerfaux... La formation des vangiles. Probleme Sinoptique

    et Formgeschichte (Louvain 1957) (Jornadas bblicas de Lovaina).L. Cerfaux, La voz viva del Evangelio al comienzo de la Iglesia (San Se-

    bastin 1958).J. Chapman, Matthew, Mark and Luke (London 1937).H. Cladder, Unsere Evangelien (Freiburg 19 19).L. Deiss, Synopse 2 vol. (Bruges 1963- 1964).

  • Bibliografa general XVIII

    G. G. Dorado, Introductio et Commentarius in quattuor J. Ch. Evangelio,(Vol. I N. T. de la obra H. Simn, Praelectiones biblicae) (Tauri-ni7 1947).

    J. Huby-X. Leon-Dufour, L'Evangile et les vangiles (VS 1954).J. Leal, Valor histrico de los Evangelios (Madrid-Cdiz 3 1956); Sinopsis

    concordada de los cuatro evangelios (Madrid2 1961).X. Lon-Dufour, Les vangiles et l'histoire de Jsus (Paris 1963).E. Levesque, Nos Quatre vangiles (Paris 19 17).C. Lo Giudice, El Evangelio (Madrid 1955).T. W. Manson*, The Sayings of Jesus (London 1954).B. Mariani, Marini, Capoferri... I Vangeli nella critica moderna (Tori-

    no i960).M. de Solanes, Synopse grecque des vangiles (Toulouse 1959).C. Zedda, Introduzione ai Vangeli (Roma 1957).

    12. COMENTARIO A LOS EVANGELIOS

    A) PADRES GRIEGOSIren San Ireneo (f ca. 202): MG 7.Clem Al Clemente de Alejandra (f antes del 215): MG 8-9.Orig Orgenes (f 254): MG 11-17.Eus Eusebio de Cesrea (f 339): MG 33.Cir Jer San Cirilo de Jerusaln (f 386): MG 33.Cris San Juan Crisstomo (t 407): MG 57-59.Mop Teodoro de Mopsuestia (f 428): MG 66,703-86.Cir Al San Cirilo de Alejandra (t 444): MG 72-74.

    B) PADRES LATINOSTert Tertuliano (f post 220): ML 1-2.Hil San Hilario (t 366): ML 9,917-1078.Ambr San Ambrosio (f 397): ML 15-17.Jer San Jernimo (f 420): ML 22-30.Ag San Agustn (f 430): ML 32-47.

    C) AUTORES MEDIEVALESTeof Teofilacto (| ca. 1078): MG 123-124.Eut Eutimio Zigaveno (f post 11 18): MG 129.Beda San Veda el Venerable (f 735): ML 92,10-938.Estr Estrabn Walafrido (t 849): ML 114,63.426.Rup Ruperto de Deutz (f 1 135): ML 168,1307-1634.169.

    203-26.Alb San Alberto Magno (f 1280), Opera omnia, vols. 9-1 1.Tom Santo Toms (f 1274), Opera. Edi. Vives. Vol.io-11.Cartuj Dionisio Cartujano (f 1471) Opera, vol.11-12.Lir Nicols de Lira (f 1340), Postillae perpetuae in Evv.Tost Alfonso Tostado (f 1455), Opera, vol. 13-17.

    D) AUTORES MODERNOS (s. xvi-xix)Cay Cayetano (f 1534), In quatuor Evangelio (Lugduni 1556).Jans Jansenio de Gante (f 1576), Comment. in Concord. Evv.

    (Lugduni 1577).Mald Juan Maldonado (f 1583), Comment. in 4 Evv. (Magun-

    tiae 1840).

  • XIX Bibliografa general

    Salm Alfonso Salmern (f 1585 m.), Opera, vol. 7-8.Tol F. de Toledo (f 1596), In Jn., In Le. Rom.Sa M. de S.\ (f 1596), Scholia in 4 Evangel. (Lugduni 1590).Brug Lucas Brlgensis (f 161 9), Comm. in 4 Evv. (Antuer-

    piae 1606).Lap Cornelio a Lapide (t 1637). Ed. Vivs, vol. 15-16.Sylv Juan de Sylveira (f 1587), Comm. 6 vol. (Lugduni 1698).Monoch Esteban Menochio (f 1655), Comm. 3 vol. (Venetiis 1758).Calm Agustn Calmet (f 1757), Comm. in S. Script, vol. 7

    in Evang. Lucae (1736).F. Patrizzi (f 188 1 ), De evv. libri 3, 2 vol. (Friburgi 1853).

    E) AUTORES DEL SIGLO XXP. Schanz (f 1905), Kommentar ber die vier Evangelien,

    4 vol. (I-II, Freiburg 1 879-8 1 ; III-IV, Tbingen 1 883-5).L. Cl. Fillion (f 1927), Les Saints Evangiles (Paris 1903),

    vol. VII de la Sainte Bible (texto latino y traduccinfrancesa). Edic. Espaola (Madrid 1928).

    F. Ceulemans, Commentarius in Evangelia, 3 vol. (I = Mt;II = Me, Le; III = Jn) (Mechliniae 1899... 1929).

    F.S. Gutjahr (f 19 15), Die vier heil. Evangelien (Graz 1905).J. Knabenbauer (f 191 1), CSS.M. J. Lagrange (f 1938), EtB.S. Garofalo, GH Evangeli tradotti e commentati (Tori-

    no 1963).

    F) AUTORES XO CATOLICOSJ. Wellhausen, Das Evangelium Matthaei, Marci, Lucae, Johannis. 4 vol.

    (Berlin 1903-1908).A. Loisy, Les vangiles Synoptiques, 2 vol. (Ceffonds 1907-1908); Le IVe

    vangile (Paris 1903).A. Schlatter, Der Evangelist Matthus (1929); Der Evangelist Johannes

    (1930); Das Evangelium des Lukas (193 1); Markus der Evangelist fr dieGriechen (Stuttgart 1935).

    Fill.

    Knab.Lagr.

  • EVANGELIO DE SAN MATEO

    TRADUCCION Y COMENTARIO TOR

    Severiano del Pramo, 8.1.Profesor en la Universidad Pontificia de Comillas

  • INTRODUCCION

    La persona del escritor.Desde los primeros siglos, una tra-dicin unnime y constante atribuye el primero de los evangeliosal apstol San Mateo. Su nombre aparece, ante todo, en las cuatrolistas que de los doce apstoles nos ofrecen los evangelistas sinp-ticos. San Marcos en 3,18 y San Lucas en 6,15 le nombran en sp-timo lugar, mientras que en Mt 10,3 y en Act 1,13 ocupa el octavo.En Mt 9,9, al contar su vocacin, se dice que era publicano. SanMarcos 2,14 y San Lucas 5,27 refieren la vocacin de un publicano,pero su nombre es Lev. Comparando las tres narraciones con elcontexto inmediato, es claro que se trata de una misma persona.San Marcos y San Lucas identifican a este publicano Lev en laslistas de los apstoles con San Mateo, como se deduce de que enlos evangelios ningn otro apstol lleva este nombre sino el publi-cano Mateo (Mt 10,3).

    Esto quiere decir que tena dos nombres, cosa bastante corrientea juzgar por los casos que encontramos en el Nuevo Testamentoy en Flavio Josefo. As, por ejemplo, Juan Marcos (Act 15,37),Jos Bernab (Act 4,36), Jos Gaifs (Flav. Jos., Ant. XVIII 2,7) l.

    San Marcos (2,14) aade que era hijo de Alfeo. Como quieraque despus, en las listas de los apstoles, Santiago el Menor sedice tambin ser hijo de Alfeo (Mt 11,3; Me 3,18; Le 6,15; Act r,13), ocurre preguntar si San Mateo y Santiago el Menor seranhermanos. Tenemos fundamentos slidos para dar una respuestanegativa. Efectivamente, en dichos catlogos aparecen siempre loshermanos juntos, hacindose, adems, notar que son hermanos,lo cual no sucede con San Mateo y Santiago, y, si se ponen unavez unidos en Act 1,13, nicamente de Santiago se dice que erahijo de Alfeo.

    El oficio de San Mateo era el de publicano, o recaudador de tri-butos, y su puesto lo tena en Cafarnam, donde pudo presenciaralgunos de los milagros que all hizo el Maestro y escuchar su pre-dicacin antes de tomar la resolucin de seguirle.

    Despus de la ascensin de Cristo debi de predicar el Evan-gelio durante algunos aos entre los judos de Palestina, segnatestiguan escritores de los primeros siglos de la Iglesia 2 . Por cuntotiempo y en qu otras regiones ejercit su ministerio, no lo sabemoscon seguridad, ya que los testimonios no estn acordes ni son demuy remota antigedad. Lo mismo digamos del sitio y circunstan-cias de su muerte 3

    .

    1 Algunos autores acatlicos niegan la identidad del publicano Lev con el apstol Mateo.Esta hiptesis se funda en falsos e infundados prejuicios y contradice a toda la tradicinescrita.

    2 Clem. Alej., PaeJag. 2,1: MG 8,406; Eus., Hist. Eccl. 3.24: MG 20,265.3 Tanto en la Iglesia oriental como en la occidental es venerado, ya desde los primeros

    siglos, como mrtir.

  • Introduccin a Mateo 4

    Lo importante para nuestro intento es que San Mateo fue unode los doce que acompaaron a Cristo durante su vida pblica, yfue, por consiguiente, testigo ocular de lo que en su libro nos refiere.

    Su obra.No hay duda ninguna que, a fines del siglo i y co-mienzos del ii, el primer evangelio cannico era conocido en todala Iglesia. Encontramos citas claras de l en la AiSaxr) (c.8o-ioo),en San Clemente Romano (92-101), en San Policarpo (70-156),en la carta de San Bernab (96-98), en San Ignacio de Antioqua(f c.107). Desde mediados del siglo 11 puede afirmarse que todoslos escritores cristianos cuyas obras han llegado a nuestras manosconocen nuestro evangelio, que aparece, adems, citado con msfrecuencia que los dems libros del Nuevo Testamento 4 .

    Con todo, en estos primeros documentos, por lo general, nadase nos dice de su autor. Los escritores eclesisticos de los primerossiglos, ms preocupados por el contenido de la palabra divina quepor el escritor humano que la transmita, no solan citar los librossagrados por el nombre del autor humano, sino slo como ense-anzas de Dios, autor principal de las Escrituras.

    El primero y ms antiguo testimonio explcito que poseemosacerca del autor del primer evangelio se lo debemos a Papas,obispo de Hierpolis, y nos le ha conservado el historiador Eusebioen su Historia eclesistica 5 . Papas, segn el testimonio de SanIreneo 6 y del mismo Eusebio 7 , haba sido amigo y compaero deSan Policarpo, haba escuchado a Juan, probabilsimamente el evan-gelista, y era considerado como varn antiguo, perteneciente a losmismos tiempos apostlicos. Escribi una obra dividida en cincolibros, cuyo ttulo era 'Er)yr|cns Aoycov KupiocKcov (Explanacin delos orculos del Seor). De este libro slo conocemos algunos frag-mentos que nos ha conservado Eusebio, quien en su Historia mues-tra el inters que tena por conocer los documentos de la tradicinsobre el origen de los libros sagrados. Dice a propsito del primerevangelio: Sobre Mateo dice (Papas) lo siguiente: Mateo ordenen lengua hebrea las sentencias (del Seor), y cada uno las in-terpret luego como pudo 8 . Estas palabras de Papas han dadolugar a mltiples discusiones. Se trata, ante todo, de averiguar ques lo que hay que entender por el trmino yicc. Indudablementeque semejante expresin significa con frecuencia sentencias o di-chos, pero no es menos cierto que puede referirse tambin a hechoso acciones, que muchas veces estn ntimamente ligadas con losdiscursos. Que tal es en este caso concreto su significado, lo dedu-cimos del testimonio que del evangelio de San Marcos nos ofreceel mismo Papas. Dice as: Marcos, intrprete de Pedro, escribicon diligencia todo lo que recordaba... que haba dicho o hecho el

    4 Cf F. X. Funk, Patres Apostolici I (Tubinga 1901) 186s. Vase la obra de E. Massaux,Influence de l'Evangile de saint Matthieu sur la littrature chrtienne avant saint Irne (Lo-vaina IQ50).

    5 III 39, 16: MG 20,300.6 Adv. haer. V 33.4: MG 7,1214.1 Le.8 Hist. Eccl. III 39,16: MG 20,300.

  • 5 Introduccin a Mateo

    Seor: tcc exQvTa Kai TrpaxOVTa, e inmediatamente despus llama atodo lo escrito tc yioc KupiocK g .

    Lo mismo se desprende del ttulo de la obra de Papas: 'E^'iyriaisAoycov KupiocKwv, que, segn atestigua Eusebio, comprenda tam-bin hechos de la vida de Cristo. Finalmente, Eusebio e Ireneo,que tenan ante la vista la obra de Papas, entendieron estas pala-bras del evangelio de San Mateo. Lo mismo digamos de Clementede Alejandra, Orgenes y San Jernimo. Por otra parte, si SanMateo hubiera escrito solamente una coleccin de sentencias delSeor, no se explica cmo en toda la tradicin de los primeros siglosno encontramos ni una alusin a semejante obra, teniendo sobretodo en cuenta que hubo eruditos cristianos, como Ireneo, Orgenesy Eusebio, que se interesaron por investigar los documentos msantiguos de la cristiandad. Con razn, pues, la mayor parte de losautores catlicos, y hoy da an muchos protestantes y racionalistas,interpretan esta expresin de Papas del evangelio de San Mateo.

    En orden de antigedad sigue el testimonio de San Ireneo (f 202),discpulo de San Policarpo. Dice as: Tambin Mateo, predicandoentre los hebreos, public en la propia lengua de ellos un evangelioescrito cuando Pedro y Pablo predicaban el Evangelio en Roma yponan los fundamentos de la Iglesia 10 . Este testimonio concretaalgo ms el de Papas, aadiendo una circunstancia relativa altiempo en que lo escribi.

    Orgenes (186-254), varn eruditsimo e investigador diligentede los orgenes del cristianismo, dice, segn nos cuenta Eusebio n

    ,

    lo que sigue: Como he recibido de la tradicin, de los cuatro evan-gelios, que son los nicos que en la Iglesia universal, que estbajo el cielo, son admitidos sin controversia, el primero fue escritopor Mateo, primero publicano y luego apstol de Jesucristo. Com-puesto en lengua hebrea, lo public para los judos convertidosa la fe.

    A todos estos testimonios podramos aadir el de Eusebio(265-340), quien, despus de recoger en su Historia los testimoniosde la antigedad sobre este particular, acepta sin la menor vacila-cin que el autor del primer evangelio era San Mateo ,2 .

    Otros muchos escritores cristianos de los primeros siglos ates-tiguan lo mismo, lo cual quiere decir que se trata de una tradicinumversalmente admitida. Tales son, por ejemplo, Panteno (f c.200),Clemente de Alejandra (c. 150-2 15), Tertuliano (c. 160-240), SanJernimo (c. 340-420), San Efrn (f 373), etc. La misma tradicinrepresenta el ttulo mismo del evangelio en los ms antiguos cdices.

    Tratndose de un hecho histrico como es el presente, los tes-timonios citados son de excepcional importancia y el argumentoprincipal que hay para aceptarlo. Con todo, el mismo exameninterno del evangelio no slo no contradice a la tradicin, como

    * Ibid.10 Adv. haer. III 1,1, apud Eus., Hist. Eccl. V 8,2: MG 7,844.1 1 Hist. Eccl. VI 25,3: MG 20,581.12 Hist. Eccl. III 24,5-6: MG 20,583-

  • Introduccin a Mateo 6

    han pretendido algunos, sino que ms bien la confirma. Efectiva-mente, todo el contenido y en parte tambin la forma literaria delprimer evangelio delatan a un semita palestinense. Las alusionesa usos y costumbres judas, que se suponen conocidas; el conoci-miento de la ley y de todo el Antiguo Testamento, las noticiasgeogrficas concretas de ciudades y aldeas palestinenses, el conoci-miento que suponen ciertos datos sobre tributos y monedas de lapoca; finalmente, el mismo gnero literario, no ajeno a ciertoartificio oriental, como se manifiesta en el uso frecuente del para-lelismo, todo esto no se explica satisfactoriamente si no se admiteque el autor del evangelio es un judo de cierta cultura, cual debaser la de un publicano.

    Con razn, pues, la Comisin Pontificia Bblica, en su respuestadel 19 de junio de 191 1, afirma lo siguiente:

    Teniendo presente el consentimiento universal y constante de la Iglesiadesde los primeros siglos, que claramente manifiestan los testimonios delos Padres; los ttulos de los cdices de los evangelios, las versiones de loslibros sagrados, aun las ms antiguas; los catlogos transmitidos por losSantos Padres, por los escritores eclesisticos, por los sumos pontfices ypor los concilios, y, finalmente, el uso litrgico de la Iglesia tanto orientalcomo occidental, puede y debe afirmarse con certeza que Mateo, apstolde Cristo, es en verdad el autor del evangelio divulgado con su nombre?Respuesta: Afirmativamente 13 .

    La lengua primitiva.Toda la tradicin antigua es unnimeen afirmar que San Mateo escribi su evangelio en la lengua de losjudos, a quienes lo destinaba, y esta tradicin la recoge tambin laComisin Pontificia Bblica en el decreto citado al suponer que latraduccin griega es sustancialmente idntica al evangelio com-puesto por el mismo apstol en su lengua nativa 14 .

    Pero esta tradicin no determina, al menos expresamente, siSan Mateo escribi su evangelio en la lengua hebrea antigua, enque estn escritos la mayor parte de los libros del Antiguo Testa-mento, o en la lengua entonces corriente entre los judos palesti-nenses, que era el arameo.

    No faltan autores que piensan que la lengua original del primerevangelio fue el hebreo. Tales son, por ejemplo, P. Schegg, Belser,Cladder, Grimme y Gchter, entre los catlicos, y entre los protes-tantes, Delitzsch, A. Resch y Erb. Pero las mismas expresiones delos escritores antiguos indican que todos entendan que el evangeliohaba sido escrito en la lengua que entonces usaban los judos,que ya San Lucas en Act 21,40 llama gpas Siektos, y no eraotra que el arameo. La misma expresin usa repetidas veces Fla-vio Josefo 15 . Por otra parte, no se concibe que, pretendiendoSan Mateo dedicar su evangelio a sus compatriotas, le escribieseen una lengua desconocida para la mayor parte de ellos, como en-tonces era el hebreo. Adase a esto que la misma traduccin griega

    13 EB 388.14 EB 392.15 An. III 10,16 y Bell. V 4.2,12, etc.

  • 7 Introduccin a Mateo

    que poseemos conserva expresiones de la lengua original y que sonno hebreas, sino arameas 16 .

    Menos fundada nos parece la opinin de algunos antiguos, comoErasmo y Cayetano, que hacen suya muchos autores no catlicosmodernos, segn los cuales habra sido escrito no en arameo, sinoen griego. Las razones en que pretende apoyarse parten del su-puesto falso de que San Mateo slo elabor una coleccin de dichosdel Seor, y no es, por lo tanto, el autor del evangelio que ahoraposeemos, en el que tenemos discursos y hechos de Cristo. Elautor del evangelio griego para nosotros desconocido utilizara comofuente el escrito de Mateo, y esto fue la ocasin para atriburselo.

    El texto original arameo debi de desaparecer muy pronto. A ellohubo de contribuir en gran parte la difusin rpida por todas lasiglesias del texto griego y la vida azarosa de las comunidades cris-tianas palestinenses, sobre todo a partir del ao 70.

    Las relaciones entre este texto arameo y el evangelio segn loshebreos a que aluden los autores cristianos de los siglos 111 y iv sonmuy oscuras. Lo nico que podemos asegurar es que, ciertamente,el evangelio segn los hebreos no era el original arameo de SanMateo, como se desprende del examen de algunos fragmentos lle-gados hasta nosotros y de la misma manera como hablan de l losque le conocieron 17 .

    Tiempo de su composicin.Con los datos que hasta el pre-sente poseemos, no nos es posible determinar con exactitud la pocaen que San Mateo compuso el original arameo. Los documentosms antiguos suponen unnimemente que fue el primero de loscuatro. As San Ireneo 18

    ,Clemente de Alejandra 19

    ,Orgenes 20

    ,

    San Epifanio 21,San Juan Crisstomo 22 , San Jernimo 23 y San

    Agustn 24,por no citar ms que a los ms principales.

    Teniendo en cuenta la poca en que fueron compuestos losotros dos evangelios sinpticos, sin duda antes del 70, habremosde concluir que el original arameo del primer evangelio fue escritobastante antes del ao 70.

    Algunos autores 25,fundados en el testimonio de San Ireneo,

    que habla de la composicin del original arameo cuando Pedro yPablo predicaban en Roma y ponan el fundamento de la Iglesia 26 ,creen que fue escrito despus del ao 60, ya que San Pedro y SanPablo no se encontraron en Roma sino despus de dicho ao. Peroel texto de San Ireneo, ya de suyo oscuro, se presta a varias inter-

    16 Tales son, por ejemplo, roca (5,22), mammona (6,24). hosanna (21,1), corbona (27.6), etc17 Cf. Lagrange, L'Evange selon les Hbreux: RB 31 (1922) 161. 321-349; 46 0937)

    282-284.i Adv. hner. III 1,2: MG 7.845.19 Segn Eus., Hist. EccL III 24.6: MG 20.583.20 In Mt. I, apud Eus., ibid., VI 25,4: MG 20,581.21 Haer. 59.4.6. MG 41,1025.22 Hnm. 4 in Mt.: MG 57.16.23 In Mt. Prol.: ML 26,18.24 De cons. evang. I 2: ML 34,1043.2 5 Schanz, Grandmaison, Lagrange, Jacquier, entre los catlicos, v entre los protestantes,

    Zahn y Godet.26 Adv. haer. III 1 : MG 7,844.

  • Introduccin a Mateo S

    pretaciones. Puede significar que San Mateo escribi su evangeliocuando Pedro, ayudado ms tarde por San Pablo, fund la iglesiade Roma, es decir, hacia los aos 42 al 44 27 . Y puede tambin in-terpretarse del origen apostlico de la predicacin del evangelio,en este sentido: Mateo en Palestina predic el evangelio no slo depalabra, sino tambin por escrito; en cambio, Pedro y Pablo lohicieron de palabra en Roma 28 . O tambin: Mateo entreg porescrito a los hebreos el evangelio, que en Roma predicaron de vivavoz Pedro y Pablo.

    Segn el testimonio de Eusebio, San Mateo escribi su evange-lio antes de abandonar Palestina para predicar a otras naciones 29 .No nos dice qu ao sucedi esto; pero si, segn una tradicin queencontramos en algunos documentos antiguos 30

    ,colocamos la dis-

    persin de los apstoles unos doce aos despus de la ascensin deCristo a los cielos, habramos de colocar la composicin del primerevangelio entre los aos 41 y 44 31 . Con todo, semejante fecha noparece sostenible si tenemos en cuenta lo que San Lucas cuenta enAct 15 e insina San Pablo en Gl 2,1-10, que hacia el ao 49 seencontraban an en Jerusaln los apstoles, y no parece que hu-bieran emprendido an misin alguna fuera de Palestina, salvo lapredicacin de San Pedro en Roma, que muchos autores colocanhacia el ao 42 32 .

    Dejando, pues, los testimonios de la tradicin, nada claros eneste punto, hemos de intentar otros caminos para investigar conalguna probabilidad la poca de su composicin. Supuesto que elevangelio de San Mateo fue el primero, como arriba queda dicho,hemos de poner, ante todo, su composicin antes del ao 60, yaque hacia esa fecha se coloca con mucha probabilidad la composi-cin del evangelio de San Lucas. Por otra parte, el evangelio deSan Marcos precedi al de San Lucas, y debi de escribirse entrelos aos 53 y 60. Podemos suponer, por lo tanto, que nuestro evan-gelio se compuso entre los aos 50 y 53. La Comisin PontificiaBblica niega en primer lugar que pueda diferirse la redaccindel original de este texto hasta despus del tiempo de la destruccinde Jerusaln, de tal manera que los vaticinios que all se leen sobrela misma destruccin fueran escritos despus de dicho suceso;c igualmente que el testimonio que suele citarse de Ireneo, de dudosay discutida interpretacin, haya de estimarse de tanto peso, queobligue a rechazar la sentencia de aquellos que, en conformidadcon la tradicin, creen que la citada redaccin fue hecha aun antesde la venida de Pablo a Roma 33 .

    27 As Kaulen (Einleitung III 38), Coknely (III 78), Belser (ThQ. 80 [1898] i86ss)y Buzy.

    28 Gutjahr, Einleitung 169; Cladder, Unsere Evangelien 28-29; E. Levesque: RcvApol56 (1933) 142s.

    2 Hist. Eccl. III 24,6: MG 20,266.

    30 Cf. Harnack, Die Chronologie... I p. 243-244.31 Esta sentencia han sostenido Belser, Bisping, Cornely, Gutjahr, Rosadini, Buzy y al-

    gunos otros.32 iCf. B. Llorca, S. L, Manual de historia eclesistica p.46.33 EB390.

  • 9 Introduccin a Mateo

    El texto griego.Segn Papas, el texto arameo fue muy pron-to traducido al griego, seguramente en los mismos tiempos apos-tlicos. Se hicieron varios ensayos de traduccin, pero ya desde losms remotos tiempos, seguramente antes de finales del siglo I, deesas versiones prevaleci sobre las dems una, y vino a ser conside-rada en todas las iglesias como el texto oficial y genuino. Al atribuirdicho evangelio griego a San Mateo, los escritores de aquella poca,en sus citas y en los ttulos de sus cdices, atestiguaban implcita-mente que para ellos la versin griega era idntica, al menos sus-tancialmente, al texto original arameo. As lo ha venido reconocien-do en el decurso de los siglos la Iglesia, y la Comisin PontificiaBblica afirma que, por el hecho de que los Padres y todos los es-critores eclesisticos, an ms, la misma Iglesia, ya desde sus or-genes, usaron nicamente como cannico el texto griego del evan-gelio conocido con el nombre de Mateo, sin perder de vista los tes-timonios que nos ensean expresamente que el apstol Mateo es-cribi en la lengua nativa, se puede probar con toda certeza que elsusodicho evangelio griego es sustancialmente idntico al evangeliocompuesto por el mismo apstol en su lengua nativa 34

    .

    Sobre la poca en que fue hecha esta versin griega nos faltandatos concretos para determinarla con exactitud. Ciertamente, po-demos afirmar que era ya muy conocida antes de fines del siglo i.Como, por otra parte, el examen interno del evangelio nos lleva ala conclusin de que el traductor tuvo ante la vista el evangelio deSan Marcos y muy probablemente tambin el de San Lucas, estaversin griega hubo de ser hecha despus de la composicin de losotros dos sinpticos. Tal vez, como opinan algunos, ya antes delao 70, aunque no hay argumentos decisivos para afirmarlo. Opi-nin muy comn entre los catlicos es suponer que fue elaboradaentre los aos 80 y 90.

    Ya San Jernimo 35 ignoraba el autor de la versin. Slo pode-mos decir que hubo de ser algn judo cristiano de Palestina o deSiria que conoca el arameo y el griego. Suponen algunos que pudoser el mismo San Mateo, pero no hay razones de peso que lo confir-men. Lo cierto es que la Iglesia ha tenido siempre esta versincomo Escritura autntica y cannica.

    Por lo dems, la identidad sustancial de la versin con el textoarameo no se opone a que su autor haya utilizado el evangelio deSan Marcos, aprovechndose de sus expresiones y aun tal vez reela-borando algunas secciones, conservando, con todo, la unidad doc-trinal y las caractersticas generales literarias del original arameo.Hasta dnde hayan llegado estos retoques y adiciones, es muy di-fcil determinarlo, y hay entre los catlicos muy diversas manerasde hablar. Por lo dems, considerar al Mateo griego no como unafiel traduccin de una obra aramea, sino como una reelaboracindel evangelio de Marcos, como lo hace Wikenhauser 36 f nos parecedemasiado.

    34 EB 3Q2. 36 Introduccin al Nuevo Testamento (Barcelona i960) p. 158.35 De vir. illustr. 3.

  • Introduccin a Mateo 10

    Destinatarios y fin.Por el mero hecho de haber escrito SanMateo su evangelio en arameo, es evidente que lo destinaba a lec-tores judos palestinenses. As lo afirman los testimonios ms anti-guos. Lo mismo se deduce del examen interno, donde abundancitas del Antiguo Testamento y alusiones a usos y costumbres ju-das que se suponen conocidas de los lectores.

    Parece tambin claro que San Mateo primariamente destinabasu obra a las comunidades cristianas convertidas del judaismo. Aslo atestiguan San Ireneo 37

    ,Orgenes 38 y San Jernimo 39

    , y estomismo se desprende de la lectura atenta del evangelio, en el que seponen con notable relieve las sentencias de Cristo sobre la repro-bacin del pueblo judo, y singularmente los discursos tan vehemen-tes, como el del captulo 23 contra los vicios de los escribas y fariseos.Por otra parte, hay que suponer que el evangelio escrito contena lamisma catequesis oral que San Mateo haba expuesto a las primerascomunidades cristianas palestinenses, como lo afirma ya Eusebioen su Historia 40 .

    La misma versin griega es muy probable que primariamentehaya sido elaborada para las comunidades judo-cristianas que ha-bitaban fuera de Palestina. As parece deducirse de que en ella sedejan sin explicar usos judos que se suponen conocidos. Es ade-ms natural que estos judo-cristianos de la dispora tuviesen inte-rs particular en conocer pronto la obra que San Mateo haba com-puesto para sus compatriotas palestinenses.

    Una vez traducido al griego, lengua entonces comn en todoel imperio romano, el evangelio se propag rpidamente por todaslas iglesias, adquiriendo muy pronto amplia difusin y extraordi-nario aprecio.

    El fin que San Mateo se propuso no fue meramente histrico,sino principalmente doctrinal. No parece, como opinaron algunos 41

    ,

    que haya de ser considerado como una obra apologtica contra ciertascalumnias judas sobre el origen de Jess. El evangelista se proponeante todo probar que Jess es el verdadero Mesas prometido yanunciado en el Antiguo Testamento, y al mismo tiempo exponersu doctrina y la fundacin y naturaleza del reino mesinico 42 .

    A esto debe aadirse, con el Crisstomo y San Jernimo, aquienes siguen muchos autores catlicos modernos, que San Mateono slo pretende probar la mesianidad de Jess, sino tambin sudivinidad. Esto lo ver claramente quien siga con atencin el co-mentario.

    Carcter teolgico.El evangelio de San Mateo es eminente-mente teolgico. Su abundante doctrina puede resumirse en ciertas

    3 7 L.c: MG 7,124.3 8 Apud Eus., Hist. Eccl. III 24,6.3 9 In Mt. Prol: ML 26,18.40 III 24,6: MG 20,266.41 Cornely, Patrizi, Simon, Zahn, etc.42 Asi piensan, por lo general, los autores modernos; por ejemplo, Lagrange, Meinertz,

    Hpfl-Gut, Ricciotti, etc.

  • lt Introduccin a Mateo

    tesis que el evangelista prueba con testimonios del Antiguo Testa-mento y con los hechos histricos de la vida de Jess.

    i. Jess es el Mesas prometido en el Antiguo Testamento. Eshijo de David y de Abrahn, a quienes Dios prometi darles pordescendientes al Mesas, como se comprueba por su misma genea-loga ( i , i - 1 6). Como tal hijo de David aparece despus en nume-rosos pasajes del evangelio (9,27; 12,23; I522; 20,30.32; 21,9.15).

    En Jess se cumplen las profecas del Antiguo Testamento re-lativas a la vida, muerte y doctrina del Mesas. Ningn otro evan-gelista cita tan frecuentemente las profecas que tuvieron su cum-plimiento en Jess. Su frmula, adems, aparece en su evangeliocomo estereotipada: para que se cumpliesen lo que fue dicho por elprofeta (12; 2,15.23; 4,14; 8,17; 12,17; 13,35; 21,4; 26,56); o tam-bin: as se cumpli (2,17; 27,9).

    En sus mismos discursos aparece como el gran doctor y legisla-dor de la nueva ley, que perfecciona y en cierto modo corrige laantigua (5,17-48). Las mismas curaciones y milagros que hace sonobras propias del Mesas, predichas por los profetas (8,17; 12,18;Is 35,5; 61,1). Particularmente su pasin se describe como vatici-nada frecuentemente en la Escritura (16,21; 17,12.22; 26,2.21.24.42.54.56; 27,3-10; cf. Zac n,i3ss).

    2.0 Jess, adems, es Hijo de Dios. Como tal le anuncia el Pa-dre en el bautismo (3,17) y en la transfiguracin (17,5); le reconocenlos demonios por medio de los posesos (8,29); le confiesan San Pe-dro (16,16s), el centurin, que presenci su muerte (27,54), e im_plcitamente el Bautista (3,11-14). El mismo Jess, cuando se pro-clama mayor que el templo (12,6), que Jons y Salomn (12,41s),Seor de David (22,41-46), igual al Padre (n,25ss; 12,50), Hijo deDios (2i,33ss; 17,24-27), abiertamente se llama Dios (26,63s), unade las personas de la Santsima Trinidad (28,18-20), juez del mun-do (16,27; 19.28; 24,27.30s; 25,31-46).

    3. 0 Jess es el fundador de una nueva sociedad, el reino de loscielos en la tierra, la Iglesia. Los comienzos de la predicacin delBautista y del mismo Cristo parten del anuncio de la proximidadde este nuevo reino (3,2; 4,17). Su legislacin fundamental la esta-blece Jess, ante todo, en el largo discurso de la montaa (5-7);sus propiedades, en la seccin consagrada a las parbolas, cap. 13;las relaciones mutuas entre los ciudadanos que han de componerle,en la instruccin que da a los apstoles, cap. 18, y, finalmente, suconsumacin, en el discurso apocalptico de los captulos 24 y 25.

    La Iglesia se vislumbra como una sociedad jerrquica. Losapstoles reciben del mismo Cristo la facultad de atar y desataren la tierra (18,18), son instruidos para la misin de propagar yestablecer este reino por todo el mundo (io,iss) y, finalmente, re-ciben de Cristo el mandato, a la vez que la promesa, de su eficazasistencia y proteccin, de predicar y bautizar a todas las gentes(28,19s). Como autoridad suprema en esta nueva sociedad queda

  • Introduccin a Mateo 12

    constituido Pedro, con plenos poderes sobre todos y cada uno desus miembros (i6,i8ss).

    4 Los fariseos y, en general, el pueblo judo rechazando a Cristo,quedaron fuera de este reino. Cristo predic el Evangelio slo a losjudos (10,5s; 15,24), porque a ellos primariamente haba sido pro-metido, para que por su medio se extendiese a todo el mundo. Perola mayor parte de ellos le rechazaron. La causa principal de estaincredulidad estaba en los jefes del pueblo (9,34; 12,14.24.38s;23,iss), los cuales ya desde el comienzo de la predicacin de Cristose le opusieron con calumnias, asechanzas y persecuciones, hastaentregarle en manos de los romanos y hacer que muriese cruci-ficado. Con todo, el mismo pueblo se mostr tambin ingrato yrebelde a las enseanzas de Cristo, como se deduce de las impre-caciones que dirigi contra las ciudades galileas (ii,i6ss), tan favo-recidas con su predicacin y sus milagros; de la parbola de la hi-guera estril (2i,i8ss), de la de los dos hijos (21,28-32), de la delos renteros homicidas (21,33-46) y, sobre todo, de la maldicinque sobre s mismos pronunciaron al cargar con la responsabilidadde la condenacin a muerte de Jesucristo: Caiga su sangre sobre nos-otros y sobre nuestros hijos (27,25). Por esta razn tuvo bien merecidala sentencia del Seor: El reino de Dios se os quitar a vosotros paradrselo a un pueblo que produzca sus frutos (21,43).

    Gnero literario.El gnero literario que caracteriza al evan-gelio de San Mateo es ms bien el doctrinal, o didctico, que elhistrico. No se propone el evangelista describirnos la historia dela vida de Jess como un fin primario e inmediato, como pudierahacerlo un bigrafo de nuestros das. Los hechos histricos que sedescriben se subordinan a un fin superior. El evangelio, lo mismoque la predicacin de los primeros sembradores del cristianismo,tiende ante todo a la edificacin e instruccin. Su autor pretendecultivar la fe en Jess Mesas, Hijo de Dios, salvador de todos loshombres, fundador de la Iglesia, fuera de la cual no hay salvacin.

    Esto no quiere decir que hayamos de conceder que el evangeliono es de ninguna manera obra histrica. La misma fe que el evan-gelista pretende avivar en el nimo de los lectores, tiene tambin porobjeto hechos histricos, en los cuales precisamente se funda, yque el evangelista va entretejiendo en su obra, que en este sentidoes verdaderamente histrica.

    Al describir San Mateo los hechos de la vida de Cristo, no essu intencin hacer una biografa en el sentido moderno de la pala-bra. Su obra podramos decir que es ms bien un manual de evan-gelizacin, que no puede, con todo, prescindir de la historia, en laque se fundamenta como en cimiento slido.

    Esta verdad incontestable no autoriza a despreciar o negar elvalor histrico del primer evangelio, sino ms bien nos orienta paracaracterizarle y definirle mejor. Ya San Agustn adverta que nadapoda decirse contra la veracidad de este evangelio aunque advirta-mos en l un orden distinto que en los dems, o que omite hechos

  • 13 Introduccin a Mateo

    o circunstancias que los otros narran, o que describe discursos o ac-ciones que los otros callan *3.

    No es, por consecuencia, lcito afirmar, como lo hicieron losmodernistas, que, porque el autor del primer evangelio intentaprincipalmente una finalidad dogmtica y apologtica, a saber, de-mostrar a los judos que Jess es el Mesas anunciado por los pro-fetas, nacido de la estirpe de David, y porque adems no guardasiempre un orden cronolgico al presentar los hechos y dichos quedescribe y refiere, es permitido concluir que todo eso no ha de serrecibido como verdadero; ni mucho menos puede afirmarse que lasnarraciones de los hechos y de los sermones de Cristo que se leenen el mismo evangelio sufrieron alguna alteracin o adaptacin bajoel influjo de las profecas del Antiguo Testamento o por la condicinde la Iglesia, ya floreciente, y que, por lo tanto, no estn conformescon la verdad histrica 44 .

    Por lo que se refiere al estilo, es fcil advertir en numerosassecciones el procedimiento literario del paralelismo, y aun la divi-sin de los conceptos en estrofas, singularmente en los discursosde Cristo. Aun en la disposicin de los mismos hechos por un es-quema numrico de tres, cinco o siete, es de presumir un artificiomuy del gusto de los rabinos de la poca, como puede comprobarsepor otros documentos 45 .

    En el mismo lenguaje de la versin griega quedan vestigiosclaros de su origen semtico 46 . Bastar recordar la expresin reinode los cielos, caracterstica del primer evangelio, en vez de el reino deDios, que encontramos en los otros evangelistas. Otros influjos se-mticos se irn notando en el mismo comentario.

    Los discursos en el primer evangelio

    Hemos subrayado los cinco ms notables, que forman el ncleoprincipal del evangelio. Todos ellos giran en torno a un mismotema: el reino de los cielos. La frase con que pone fin a todos ellos:Cuando Jess hubo terminado estos discursos o equivalente (7,28;II, 1; 13,53; 19.1; 26,1), es indicio manifiesto del artificio literariocon que San Mateo los ha dispuesto. Las secciones narrativas quelos separan estn escogidas intencionadamente para ilustrar lasenseanzas de Cristo o preparar el nimo de los lectores. Por lodems, el anlisis y comentario mismo del texto har ver al lectorla marcha siempre progresiva que el evangelista sigue: el pregninaugural del reino de los cielos; su extensin por medio de la pre-dicacin de los apstoles; su naturaleza humilde, desconcertantepara los judos; su constitucin, jerarquizada ya de alguna maneraen un pequeo grupo de fieles, primer ncleo de la futura Iglesia,

    4J De cons. evang. II 21,51-52: ML 34.1 121. De parecida manera se expresa el Criss-tomo en la homila primera sobre el evangelio de San Mateo (MG 57,12,1).

    44 Decreto de la Comisin Pontificia Bblica (EB 393).45 Cf. Lagrange, Evang. S. Mt. lxxviuss.46 Cf. Strack-Bill., Kommentar... I 443.

  • Introduccin a Mateo 14

    y, por fin, su crisis dentro del judaismo y su propagacin por elmundo con la admisin en su seno de los pueblos gentiles.

    Esta misma sistematizacin de todo el material evanglico expli-ca el que San Mateo no siga un orden estrictamente cronolgicoen la exposicin de los hechos de la vida de Cristo, como se deduceprincipalmente de su comparacin con el evangelio de San Marcos.Las secciones narrativas estn subordinadas a los discursos y coor-dinadas en un orden ms bien lgico que cronolgico. Con todo, nose puede negar que la disposicin general del evangelio obedece aun orden cronolgico de conjunto.

    Nuestra traduccin espaola est hecha de la edicin crtica delNuevo Testamento del P. Agustn Merk, S. I. (Roma 195 1). Deesta traduccin, publicada por primera vez el ao 1952 en SalTerrae (Santander), se hizo una nueva edicin en la misma editorialel ao i960, muy revisada, corregida y ampliamente anotada.

    BIBLIOGRAFIAA) Comentarios

    Padres griegos

    Orgenes, In Mt. fragmenta: MG 13,829-1600; San Juan Crissto-mo, Homiliae in Mt. 90: MG 57-58,13-794; San Cirilo de Alejandra,In Mt. fragmenta: MG 72,365-474; Teofilacto, Enarratio in quatuorevangelia: MG 123-124.

    Padres latinos

    San Hilario, Commentarii in Mt.: ML 9,917-1078; San Jernimo, Com-ment. in Mt.: ML 26,15-228; San Agustn, De consensu evang. libri IV:ML 34,1041-1230; De sermone Domini in monte: ML 34,1229-1308.

    Autores antiguos

    San Alberto Magno, Enarrationes in Ev. Mt. (Lugduni 165 1); SantoToms, Expositio in Ev. sec. Mt. (Antuerpiae 161 2), ed. Vives, vol. 19;A. Tostado, Comment. in Mt. (Venecia 1596) vol.13-17; Jansenio de Gan-te, Comment. in Concord. evang. (Lugduni 1577); J. Maldonado, Comment.in quatuor evang. (Mussiponte 1596); A. Salmern, Comment. in evang.Hist. (Madrid 1597- 1602).

    Autores modernos

    A) CatlicosKnabenbauer: CSS (Pars 19223); J. A. van Steenkiste, In Evang.

    S. Mt. 2 vols. (Brujas 1903 4); V. Rose, Evangile selon S. Mt. (Pars 1904);A. Durand: VS (193823); J. M. Lagrange: EtB (19273); D. Buzy: SBPC(1946); J. M. Bover, El evangelio de San Mateo (Barcelona 1946); J. Schmid:RNT (1948); K. Staab: EBi (1951); P. Benoit: BJ (i 961); W. Trilling,Das wahre Israel. Studien zur Theologie des Matthus Evangeliums (Leip-zig 1959); Dom Guiu M. Camps: BM (1963).

  • 15 Introduccin a Mateo

    B) AcatlicosH. J. Holzmann, Die Synoptiker (Tubinga 1901); A. Merx, Das Evang.

    Matth. (Berln 1902); W. C. Allen, ICC (19 12); A. Plummer, An exegeticalCommentary on Gospel according to St. Matthew (Londres 1909); J. Sell-hausen, Das Ev. Matth. (Berln 19 14); A. H. McNeile, The Gospel ac-cording to S. Matthew (Londres 19 15); Th. Zahn, Das Ev. des Matth.(Leipzig 1922); A. Schlatter, Der Evangelist Matthus (Stuttgart 1929);J. Schniewind, Das Evang. nach Mt. (Gotinga 1950); P. Bonnard, L'van-gile sehn Saint Matthieu (Neuchtel 1963).

    B) Otros estudios de conjuntoA) CatlicosB. C. Butler, The Originality of St. Matthew (Cambridge 1951); E. Mas-

    saux, Influence de l'Evangile de saint Matthieu sur la littrature chrtienneavant saint Irne (Lovaina 1950); L. Vaganay, Matthieu (Evangile selon S.):DBS 5 (1954) 940-956; E. Levesque, Nos quatre vangiles, leur compositionet leur position respective; Etde suivie de quelques procds littcraires deS. Matthieu (Pars 1923); S. Mechineau, // vangelo di S. Matt. sec. le ris-poste della Commissione Bblica (Roma 19 12); J. J. O'Rourke, The Fulfil-ment Texts in Mt.: CBQ 24 (1962) 394-403; J. Gnilka, Die Kirche des Mat-thus und die Gemeinde von Qumrdn: BZ 7 (1963) 43-63.

    B) Acatlicos

    G. D. Kilpatrick, The origins of the Gospel according to St. Matthew(Oxford 1946); E. von Dobschtz, Matt, als Rabbi und Katechet: ZNTW27 (1928) 338-348; G. Bornkamm, Mt. als Interpret der Herrnworte: ThLitZ79 ( 1 954) 341-346; G. Bornkamm, G. Barth, H. J. Held, berlieferungund Auslegung im Matthus-evangelium (Neukirchen 1959).

  • Mateo 1.1 16

    1 1 Genealoga de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahn.

    . PREAMBULOi. Genealoga de Jesucristo. 1,1-17 (= Le 3,23-38)

    1 Genealoga : La traduccin literal de este versculo sera:Libro de la generacin de Jesucristo. Este ttulo se encuentra al co-mienzo de varias narraciones del Gnesis (5,1; 10,1; 11,10; 25,12).Por esta razn algunos autores ven en este versculo el ttulo detodo el evangelio, o al menos de los dos primeros captulos. Susentido sera en este caso historia u orgenes de Jess. Pero parecems bien que con estas palabras el evangelista ha querido referirsesolamente a la lista de los progenitores de Cristo. La frase bblicasefer tledot, ggAos yevCTEcos, equivale tambin en el Antiguo Tes-tamento a genealoga, o catlogo de los progenitores o ascendientes.Tngase adems en cuenta que el nombre sefer (libro) se da enel Antiguo Testamento a cualquier escrito aunque sea breve (cf. Dt24,1; Is 37,14; Jer 32,10, etc.), y particularmente a los documentosoficiales, como eran estos catlogos genealgicos. As, por ejemplo,Neh 7,5: sefer hayyahas = libro del censo, es decir, tablas en lasque estaban inscritos los que primero haban subido a Jerusaln,y lo mismo en Esd 2,62.

    La expresin Jesucristo, frecuente en San Pablo, es rara en losevangelistas. Slo se encuentra en Mt 1,1.18; 16,21; en Me 1,1; enJn 1,17; 17,3; nunca en San Lucas, si no es en Act 2,38 en boca deSan Pedro. Tiene, por lo tanto, en este sitio algo de solemne y pro-tocolaria, y es, ante todo, un homenaje de fe y de amor que nos in-troduce, ya desde las primeras palabras del evangelio, en un am-biente y atmsfera cristiana. Las dos palabras de que se compone,Jess y Cristo, implican un acto de fe. Confesamos que ese Jessque se nos presenta como hijo de Mara, nacido bajo la paternidadlegal de Jos, es el Cristo, el Mesas profetizado en el Antiguo Tes-tamento. La primera preocupacin de San Mateo en su evangelioes demostrar que Jess es el Mesas.

    Hijo de David: Segn las promesas que se leen en el AntiguoTestamento, el Mesas haba de ser descendiente de David. Coneste ttulo ser aclamado frecuentemente por las turbas. Hijo deAbrahn: Esta expresin directamente parece referirse a David,descendiente y heredero de aquel que mereci ser llamado padrede los creyentes (Rom 4,16) y en quien todas las naciones sern un dabendecidas (Gl 3,8). As lo entienden la generalidad de los autores.Con todo, teniendo en cuenta la intencin del evangelista, nos pa-rece que en este caso dice relacin inmediata al mismo Cristo, hijode Abrahn.

  • 17 Mateo 1,2-10

    2 Abrahn engendr a Isaac, Isaac engendr a Jacob, Jacob engendra Jud y a sus hermanos, 3 Jud engendr a Fares y a Zara de Tamar,Fares engendr a Esrom, Esrom engendr a Aram, 4 Aram engen-dr a Aminadab, Aminadab engendr a Naasn, Naasn engendr aSalmn, 5 Salmn engendr a Booz de Rahab, Booz engendr a Obedde Rut, Obed engendr a Jes, 6 Jes engendr al rey David.

    David engendr a Salomn de la mujer de Uras, 7 Salomn en-gendr a Roboam, Roboam engendr a Aba, Aba engendr a As,8 As engendr a Josafat, Josafat engendr a Joram, Joram engendra Ocias, 9 Ocias engendr a Joatam, Joatam engendr a Acaz, Acazengendr a Ecequas, 10 Ecequas engendr a Manass, Manass en-

    2-io Sobre el catlogo genealgico que sigue haremos, antetodo, algunas observaciones l . No hay que admirarse de que SanMateo pudiera darnos un catlogo tan largo de ascendientes deCristo. Para los judos y, en general, para todos los pueblos orien-tales, las genealogas tenan un valor inapreciable. Que estas listasse guardasen con excepcional solicitud, lo podemos inferir de nu-merosos pasajes del Antiguo Testamento en los que se nos ofrecela genealoga de los ms insignes personajes 2 . Vase sobre todoi Par i-8; por lo que se refiere a las genealogas sacerdotales,Esd 2,62; 1 Mac 2,1 y lo que el escritor Flavio Josefo cuenta ensu vida sobre la diligencia con que los judos de su tiempo in-vestigaban y conservaban las genealogas de los sacerdotes. Ha-blando de s mismo, atestigua que por parte del padre tiene ascen-dencia real, y por parte de la madre, sacerdotal, como lo he en-contrado escrito en los documentos pblicos (Vita 1). San Jernimodice textualmente de los judos de su tiempo: Desde Adn hastaZorobabel recitan de memoria todas las generaciones con tal velo-cidad, que parecen pronunciar su propio nombre (ML 36,361).La preocupacin por estas genealogas era a veces entre los prime-ros cristianos exagerada y digna de reprensin, como se desprendede las palabras de San Pablo a Tito (2,9).

    Por otra parte, nada tiene de extrao que San Mateo conociesey tuviese a mano las fuentes escritas de la genealoga de Cristo. Enprimer lugar, todos los nombres desde Abrahn hasta David ydesde David hasta el destierro de Babilonia se consignan en loslibros del Antiguo Testamento (Gn 5,1-32; 11,10-32; 35,23-29;Rut 4,18-22; 2 Par c.1-9). Para el perodo desde el destierro de Ba-bilonia hasta Cristo pudo tener tambin a mano, fuera de los doslibros de Esdras, otros documentos escritos pblicos o privados,o tradiciones orales que se transmitiesen de boca en boca entre losfamiliares de Jess. Siendo tantas y. tan notables las promesas he-

    1 De propsito nos limitamos a algunas observaciones generales, prescindiendo de ml-tiples problemas crticos y exegticos que se han suscitado en torno a esta genealoga. Contodo, los que deseen tener una informacin ms amplia, vean: R. Cornely, III 105-201;F. Prat: DB III 166-171; A. Durand, L'enfancede J. Chr. (Pars 1908) 198-216; J. M. Heer,Die Stambaum Jesu nach M. und Lk.: BiblStud 1 (19 10) 1-2; M. Hetzenauer, De GenealogaIesu Christi (Romae 1923); P. Vogt, Der Stambaum Christi: BiblStud 12 (1907) 3; I. M. Vost,De duplici genealoga Domini nostri: StudiaTheol. Bib!. N. T. 1 (1933) 83-1 10; J. Obernhumer.Die menschliche Abstammung Jesu: ThPraktQschr 91 (1938) 524-527; B. VV. Bacon, Genealogvof Jesus Christ: DBH II 137-141.

    2 Cf. St.-B., I 2-6.

  • Mateo 1,2-10 18

    chas a la descendencia de David, es de presumir la solicitud conque conservaran su rbol genealgico las familias que se creancon derecho a ser los herederos de aquellas promesas.

    Destinando, pues, San Mateo su evangelio a los lectores judos,nada ms natural que se acomodase a sus costumbres y comenzasepor demostrar documentalmente por su genealoga que Jess eraefectivamente el Mesas, hijo de David, prometido en el AntiguoTestamento.

    La genealoga, redactada en forma semtica, desciende por tresseries de catorce nombres cada una; la primera, desde Abrahnhasta David; la segunda, desde David hasta el cautiverio de Babi-lonia, y la tercera, desde el cautiverio de Babilonia hasta Jess. Laintencin de San Mateo no es enumerar todos los progenitores deCristo; elige sistemticamente catorce nombres en cada una de lastres series, dejando notables lagunas, como puede fcilmente com-probarse por el Antiguo Testamento. As, por ejemplo, entre Jo-ram y Ocias (v.8) se han omitido los nombres de Ococas, Jos yAmasias. Josas (v.n) aparece como el padre dejeconas, siendo asque en realidad es su abuelo (cf. i Par 1,34; 2,1-15; 3,1-19; Rut4,18-22). La palabra engendr no significa siempre, por lo tanto,una generacin inmediata, sino a veces mediata; ms an, no siem-pre equivale a una generacin carnal; a veces se refiere a una suce-sin legal por adopcin, por la ley del levirato, o sencillamente porla transmisin legtima de derechos al trono de Jud.

    La divisin sistemtica de la genealoga en tres series estabaindicada por la divisin natural de la historia del pueblo de Israelen esos tres perodos. La repeticin del nmero de catorce en lastres series y el nfasis con que en el v.17 se afirma de nuevo quecada una de ellas consta de catorce nombres, sugiere la idea de queen la mente del evangelista este nmero encerraba algn significadosimblico; tal vez emple tambin este recurso como artificio ne-motcnico 3 . O porque la primera serie de Abrahn a David con-tiene oficialmente en el Antiguo Testamento catorce generaciones,quiso San Mateo caracterizar las otras dos series por el mismo n-mero por razn de simetra. Creen tambin algunos, con algnfundamento, que escogi este nmero por ser 14 mltiplo de 7,nmero sagrado en el Antiguo Testamento, o porque las tres con-sonantes hebreas del nombre D(a)w(i)d, segn su significado nu-mrico, equivalen 34 + 6 + 4= 14.

    Los judos no mencionaban a las mujeres en sus genealogassino en algn caso excepcional. Por qu el evangelista mencionaentre los progenitores de Cristo a cuatro mujeres: Tamar (v.3),Rahab (v.5), Rut (v.5) y Betsab (v.6); algunas de ellas pecadorasy todas extranjeras; Rut y Rahab, moabitas; Tamar, probablementecananea, y la mujer de Uras, hetea como l? Es cierto que las cua-

    3 Una curiosa hiptesis sobre este particular puede verse en Ch. Kaplan, The generationschemes in Mt. 1,1-17; Lk. 3,24$$: Bibliotheca Sacra, 87 (1930) 465-471. Otras hiptesis nomenos interesantes en Heer, o.e., p.H2ss., y en Cornely, 622-623. De la aficin de losjudos de aquella poca a este simbolismo de los nmeros tenemos noticias por la literaturatalmdica y algo se entrev en algunos pasajes del Nuevo Testamento.

  • 1! Mateo 1,11-16

    gendr a Anin, Anin engendr a Josas, 1

    1

    Josas engendr a Jeco-nas y a sus hermanos en tiempo de la deportacin de Babilonia.

    12 Despus de la deportacin de Babilonia, Jeconas engendr aSalatiel, Salatiel engendr a Zorobabel, 13 Zorobabel engendr aAbiud, Abiud engendr e Eliacim, Eliacim engendr a Azor, 14 Azorengendr a Sadoc, Sadoc engendr a Aquim, Aquim engendr aEliud, 15 Eliud engendr a Eleazar, Eleazar engendr a Matn, Ma-tn engendr a Jacob, 16 Jacob engendr a Jos, el esposo de Mara,de la cual naci Jess, a quien se le llama Cristo.

    tro borraron en cierto modo su pasado incorporndose al pueblojudo, en el que llevaron una vida honesta. Opina San Jernimo(ML 26,21), a quien han seguido otros Padres y exegetas, que qui-so significar el evangelista que Cristo vino a salvar a todo el mundo,hombres y mujeres, justos y pecadores, judos y gentiles.

    11 Probablemente, segn San Ireneo, San Jernimo y varioscdices importantes, debe leerse as: Josas engendr a Joaqun, Joa-qun engendr a Jeconas y a sus hermanos, es decir, a Joacaz, llamadotambin Sellum; a Sedecas, por otro nombre Matanas, y a Joanam,que no lleg a reinar. Jeconas es llamado tambin Joaqun. Jere-mas (22,30), al llamarle estril, no est en contradiccin con SanMateo, que le atribuye un hijo, Salatiel (v.12). Lo que Jeremasquiere decir es que los descendientes de Jeconas no ocuparon eltrono de David despus del destierro de Babilonia.

    12 Esta deportacin de la tribu de Jud comenz hacia el ao598 a.C. y dur hasta el 538. Es la poca del destierro, que se pro-long alrededor de los setenta aos si se cuenta a partir del mo-mento en que Nabucodonosor invadi Palestina hacia el 606.

    San Mateo y San Lucas ensean expresamente que Jess noprocede carnalmente de Jos; sin embargo, nos dan su genealogapor l y no por Mara 4 , porque sta era la costumbre entre los he-breos, y para ellos la paternidad legal era tan importante como lacarnal y confera los mismos derechos hereditarios. La Virgen,aunque los evangelistas no nos lo digan expresamente, era tambindescendiente de David. As lo atestiguan San Ignacio de Antioqua,San Ireneo, San Justino y Tertuliano, quienes fundan su afirmacinen una tradicin oral, bien prxima a los acontecimientos 5 .

    16 Este versculo importante es el anillo que une la genealo-ga de Cristo con la seccin siguiente sobre su concepcin virginal.

    4 Esta, por lo menos, es la opinin que ms partidarios cuenta en la antigedad y entrelos autores modernos. Ciertamente es respetable la opinin contraria, sostenida por autoresde tanta solvencia como P. Vogt, Heer, Mangenot, Didon, Le Camus, Ruffini, y mirada consimpata por Simn-Dorado. Los que sostienen que ambas genealogas vienen por Jos sonlegin desde los tiempos de San Agustn y San Jernimo. Citaremos entre los antiguos a Sal-mern, Toledo, Maldonado, y entre los modernos a Grimm, Fouard, Cornely, Knabenbauer,Lagrange, Gutjahr, Dausch, Hetzenauer, Buzy, Vost, Sickenberger, Marchal, etc. Otrassoluciones dadas al problema, como la distincin en genealoga regia (San Mateo) y genealo-ga sacerdotal (San Lucas), o la hiptesis de la adopcin, explicada de muy diversas maneras(U. Holzmeister: ZKTh 47 [1923] 184-218, y en VD 23 [1943] 9-18), han encontrado pocospartidarios.

    5 Cf. J. Fischer, Die davidische Abkunft der Mutter Jesu. Eine biblisch-patristische Unter-suchung: Weidenauerstudien 4 (191 1) 1-115. De este interesante trabajo se deduce que latradicin en este punto es unnime. Por el contrario, no encontr eco la afirmacin de algunosde que la Virgen era adems de origen levitico.

  • Mateo 1,17 20

    17 As que en total las generaciones desde Abrahn hasta Davidson catorce; desde David hasta la deportacin de Babilonia, otras ca-torce, y desde la deportacin de Babilonia hasta Cristo, otras catorce.

    De l se desprende: que Jos es el esposo de Mara; 2., que notiene parte alguna en la concepcin de Jess, y 3.0 , que tiene unaresponsabilidad legal y jurdica sobre el hijo de su esposa 6 .

    En el v.i se dice que el padre de San Jos se llamaba Jacob;en cambio, San Lucas (3,23) dice que se llamaba Hel. Entre lasmuchas soluciones que se han dado a este problema, la ms antigua,que aceptan an muchos autores modernos, es la que se funda enla ley del levirato (Dt 25,5-6), segn la cual, si dos hermanos vivenjuntos y uno de ellos casado muere sin dejar descendencia, el otrohermano debe casarse con la viuda, y el primognito de este matri-monio deber considerarse como hijo del hermano difunto. Segnesto, Hel se cas y muri sin hijos; su hermano Jacob tom poresposa a la viuda, y el hijo de este matrimonio, San Jos, era legal-mente tambin hijo de Hel. San Mateo se refiere al padre carnal,San Lucas al padre legal.

    En este versculo 16 encontramos por primera vez unidos lostres nombres Jess, Mara y Jos, tan dulces para la piedad cristia-na. De los nombres de Jess y Mara se habla en el comentario aSan Lucas. Aqu diremos dos palabras sobre el de San Jos.

    En el Antiguo Testamento se hace mencin de siete personajesque llevaron este nombre; en el Nuevo, de siete u ocho: dos apare-cen en la genealoga de Cristo segn San Lucas (3,24.30), y tal vezotro tercero en el v.26, donde el texto griego lee 'lcoor|

  • 21 Mateo 1,18-19

    18 La concepcin de Jesucristo fue de la siguiente manera: estandodesposada Mara, su madre, con Jos, antes de que habitasen juntos,apareci en cinta por virtud del Espritu Santo. 19 Jos, su esposo,como era justo y no quera difamarla, tuvo intencin de repudiarla se-

    Ambas etimologas tienen aplicacin oportuna a la dignidad yoficio de San Jos. La ltima sobre todo la han explotado felizmentelos autores ascticos, y de una manera muy particular San AlbertoMagno en su Mariale (q.23,2). San Jos aadi y aument la pazy felicidad de la Sagrada Familia, y sobre todo, por su elevado car-go y trato familiar y continuo con Jess y con Mara, creci ininte-rrumpidamente en eximia santidad.

    Tambin la primera etimologa se acomoda al oficio de San Jos.En efecto, l quit el oprobio que a los ojos de los hombres, igno-rantes del misterio de la encarnacin, poda recaer sobre la Virgeny sobre el Nio Jess; l apart, obedeciendo a la voz del ngel, elpeligro de muerte con que Herodes amenazaba al Nio; aparttambin de la casita de Nazaret el hambre y la miseria con el tra-bajo de sus manos.

    II. INFANCIA DE JESUS

    2. La concepcin virginal de Cristo y su nacimiento. 1,18-25

    18-21 La intencin del evangelista en esta narracin es expli-car la notable diferencia entre la frase del v.16, con que expresa elnacimiento de Jess, y las anteriores, con que anuncia el origende sus ascendientes: Jacob engendr a Jos, el esposo de Mara, de lacual naci Jess. Estas palabras contienen ya una afirmacin impl-cita de la concepcin virginal de Cristo; pero para que el hechono ofrezca duda alguna y quede an ms esclarecido, aade estadetallada narracin, confirmada por el testimonio de Isaas, que esa la vez una prueba de la dignidad mesinica de Jess.

    No es posible entender el alcance de esta narracin si se ignoranlas costumbres judas relativas al matrimonio 8 . La celebracin delmatrimonio entre los judos en tiempo de Jesucristo constaba dedos actos: los esponsales, que solan celebrarse privadamente, y lasbodas pblicas y solemnes, que esencialmente consistan en con-ducir a la esposa, entre msicas y algazara popular, a la casa delesposo, y eran la ceremonia complementaria del contrato matrimo-nial. Los esponsales no eran una mera promesa del futuro matri-monio, sino un verdadero y perfecto contrato matrimonial. La des-posada infiel era tenida y juzgada como adltera; si mora su espo-

    hacia la fuente; BJ: Josees una planta fecunda cerca de la fuente; Cantera-Bover : Jos es comoretoo de frutales, retoo de frutal cabe una fuente.

    8 Sobre el derecho matrimonial judo en tiempo de Jesucristo poseemos abundante lite-ratura. Vase en primer lugar St-B I 45-63, donde comentan este pasaje de San Mateo, yII 372-399. el de San Juan 2,1-12. Adems, Flunk Matth.. Die Vermhlungder hl. JungfrauMaria mit Joseph: ZkTh 12 (1888) 656-668; L. A. Macel, La formal ion du Mariane en DroitBihlique et Talmudique (Paris 1035) 93-HI; H. Holzmeister, De Sancto Ioseph quaestionesBiblicae (Romae 1945) 68-79; J. Leal, El mundo de los evangelios 197-209. Pueden consultarseadems con provecho las arqueologas bblicas, singularmente las de F. Kortleiner y E. Kalt.

  • Mateo 1,19 22

    so, quedaba viuda y obligada a la ley del levirato; en una palabra,ambos esposos tenan desde entonces todos los derechos y obliga-ciones matrimoniales 9 .

    La Virgen y San Jos contrajeron verdadero matrimonio en elmomento en que celebraron los esponsales. Surge, sin embargo,un problema entre los exegetas al interpretar este pasaje de SanMateo y el de la anunciacin en San Lucas. Cuando el ngel SanGabriel anunci a la Virgen el misterio de la encarnacin, habacelebrado ya las bodas pblicas y solemnes, y, consiguientemente,viva ya bajo el mismo techo con San Jos? Si as fuera, es induda-ble que las angustias y tribulacin del santo patriarca que aqu nosdescribe el evangelista tuvieron lugar cuando habitaban ya la mis-ma morada 10 .

    Creemos, sin embargo, que San Mateo nos ofrece base suficien-temente firme para resolver el problema en sentido negativo. Tantoel anlisis filolgico del texto como las noticias arqueolgicas quesobre el rito de la celebracin del matrimonio nos ofrecen los docu-mentos talmdicos y los testimonios histricos, nos inclinan a pen-sar, con la mayor parte de los expositores antiguos y modernos,que, cuando San Jos recibi del ngel la revelacin de la concep-cin virginal de Cristo, estaba ciertamente unido en verdadero yperfecto matrimonio con la Virgen en virtud de los esponsales,pero no haba celebrado an la ceremonia complementaria, y encierto modo accidental, de conducirla pblica y solemnemente asu casa, lo cual ejecut inmediatamente, conforme a la orden reci-bida del ngel.

    Estando desposada: La significacin del verbo griego \xt)ot\j-Oecrris se refiere generalmente a los esponsales, como se deduceen primer lugar de las palabras de l derivadas 11 . Abundan, adems,los ejemplos, tanto en los autores clsicos como en la versin de

    9 La ceremonia de los esponsales se llamaba erusin = desposorios, o tambin qidd-sin = santificacin. Las bodas pblicas y solemnes, nisss'in o liqqhn = aceptacin, del verbolagah = tomar, de idntica significacin que el verbo TrocpaAccelv, que usa San Mateo.Cf. Str.-B. II 373-399; FA 3,12,72.

    10 Hasta el ao 1947, casi la totalidad de los exegetas catlicos y acatlicos, con rarasexcepciones, supona que ambas narraciones, la de San Mateo y la de San Lucas, tenan sumejor y aun nica explicacin satisfactoria en la hiptesis de que la Virgen, al recibir el men-saje anglico, no viva an bajo el mismo techo con San Jos, aunque estaba ya desposadacon l en verdadero matrimonio. Esta posicin qued fortalecida despus de la obra deSt-B, como lo prob el P. Cayetano M. Perrella, C.M., en un luminoso estudio publicado enDTh (1932), en el que recoga los argumentos filolgicos, arqueolgicos y de la tradicin pa-trstica en favor de esta hiptesis. Algo ms tarde, el P. U. Holzmcister, en el ao 1945, sis-tematizaba toda la doctrina en su opsculo De S. loseph quaest. bibl. Pero dos aos ms tarde,el 1947, el sacerdote italiano D. Frangipane publicaba en VD un artculo refutando directa-mente la tesis del P. Holzmeister. Contest ste en la misma revista, manteniendo sus puntosde vista y respondiendo a las objeciones de Frangipane. Al ao siguiente, 1948, tom parteen la polmica el P. Henze P. Cl., C.SS.R., en DTh, defendiendo la posicin de Frangipane.Terci en el debate ms tarde, el ao 195 1, el P. Bover, en un artculo publicado en EstudiosJosefinas, en favor de la tesis de Frangipane, a pesar de que hasta entonces en su Comentarioa San Mateo haba defendido la contraria. Todos estos autores tratan de dar una nueva in-terpretacin a esta seccin de las congojas de San Jos, ciertamente algo violenta y poco con-forme con todo el contexto. Sobre este problema y los fundamentos en que se apoyan ambastendencias puede verse el artculo que escribimos en Estudios Josefinos (7 Ti 954] 79-95)-

    11 Cf. Stephanus, Thesaurus linguae graecae vol. 5 C0I.1123SS.

  • 23 Mateo 1,20-21

    cretamente. 20 Mas, cuando l estaba con este pensamiento, he aquque un ngel del Seor se le aparece durante el sueo y le dice: Jos,hijo de David, no temas recibir contigo a tu esposa Mara, porque laconcepcin que en ella se ha verificado es obra del Espritu Santo.21 Dar a luz un hijo, a quien pondrs por nombre Jess, porque l

    los LXX del Antiguo Testamento, que comprueban este signifi-cado 12,

    Antes de que habitasen juntos, Trpiv f| ctuveA06v octos: El segun-do acto del rito matrimonial, o las bodas solem