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LA REVISTILLA NO.4 DICIEMBRE 2018 “UNA VEZ, EN UNO DE LOS MEJORES DÍAS DEL AÑO, LA VÍSPERA DE NAVIDAD…”

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LA REVISTILLA

NO.4 DICIEMBRE 2018

“UNA VEZ, EN UNO DE LOS MEJORES DÍAS DEL AÑO, LA VÍSPERA DE NAVIDAD…”

PÁGINA 1

ÍNDICE

Agradecimientos……………………………………………………………………………………………………………………1

Nota de las editoras………………………………………………………………………………………………………………2

Ortografía y redacción………………………………………………………………………………………………………….3

La Navidad……………………………………………………………………………………………………………………………4

¿Por qué nos gusta tanto la Navidad?.........................................................................................7

Sí, le otorgo sentido …………………………………………………………………………………………………………….9

Navidad con Santa Claus sin barba……………………………………………………………………………………..11

La experiencia de usuario como un nuevo modelo de negocio…………………………………………..13

Hábitos de lectura……………………………………………………………………………………………………………….15

Nochebuena………………………………………………………………………………………………………………………..16

El pesebre……………………………………………………………………………………………………………………………16

Llévame contigo, Peter Pan........................................................................................................16

Entre miradas………………………………………………………………………………………………………………………17

Apreciación literaria……………………………………………………………………………………………………………18

Esperanza y nada más…………………………………………………………………………………………………………19

Nieve en la noche……………………………………………………………………………………………………………….22

La última Navidad………………………………………………………………………………………………………………26

El espíritu navideño……………………………………………………………………………………………………………28

Recomendaciones navideñas…………………………………………………………………………………………….29

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Agradecimientos

En esta cuarta entrega de La Revistilla, el grupo de maestras que conformamos el área de literatura

en la Facultad de Contaduría y Administración, agradecemos profundamente al C.P. Manuel

Basulto Triay, Coordinador de cultura de la Facultad, por seguir liderando este gran proyecto; por

creer en los estudiantes y por el gran compromiso que tiene con la difusión de las artes y la cultura

como parte integral en el desarrollo académico de los estudiantes. Así mismo, agradecemos al

L.M.N.I. Richard Ojeda por su dedicación y apoyo incondicional para la gestión y tiraje esta revista.

Por último, gracias a todos aquellos estudiantes quienes nos acompañaron durante todo este

semestre. Esperemos que continúen explorando este maravilloso mundo de la literatura y la

escritura. Especialmente agradecemos a aquellos estudiantes que forman parte de este número

navideño. Les felicitamos por su empeño en la elaboración de estos textos. Ha sido un gran trabajo

de análisis, reflexión y corrección.

A ti, querido lector (a), esperamos que estos textos te hagan sentir la atmósfera de las fiestas

navideñas. Les deseamos mucho éxito en sus proyectos futuros.

Abrazos fuertes.

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Nota de las editoras

La palabra es una herramienta que utilizamos para expresarnos, para decir un simple hola, quejarnos

de algo y, expresar nuestras inquietudes y sentimientos. Como personas inmersas en una estructura

social, es necesario concienciar sobre la importancia de pulir el pensamiento escrito, a diferencia

del habla. En esta revista las palabras se reúnen para presentar textos que representan una pequeña

visión de los creadores de estos.

Este número, edición especial navideña, reúne desde ensayos y microrrelatos que nos invitan

a interrogarnos cuál es el significado que le otorgamos a una fecha tan especial como lo es la

Navidad, qué hace especial esta fecha y con quién decidimos compartir un momento especial. Se

abordaron temáticas desde la unión familiar, la amistad, el erotismo y el amor que encuentran su

razón de ser, su pretexto para coexistir durante la atmósfera de la víspera navideña.

Por otro lado, encontrarás ensayos y reseñas literarias con el fin de crear concienciar sobre

los problemas sociales que nos afectan en esta era líquida de la modernidad.

Como profesoras de estas asignaturas, el único objetivo que teníamos es que los estudiantes

pudieran plasmar sus ideas mediante el lenguaje escrito. Transmitir sus inquietudes y perspectivas

de las diferentes temáticas que se abordaron a lo largo del curso.

La invitación y la inquietud sigue en pie; esperamos que sus hábitos lectores sigan

construyendo nuevas historias.

L.L.L. Gabriela Domínguez

L.L.L. Raisa Tuz

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Ortografía y Redacción

El objetivo principal de la asignatura es desarrollar habilidades y proporcionar las

herramientas necesarias para la creación de textos académicos, ya que escribir es todo un

arte que necesita constancia y trabajo.

Más allá de memorizar las reglas de gramática, es necesario organizar nuestro

pensamiento; puesto que el habla y la lengua son dos sistemas que, aunque se

complementan, funcionan y se estructuran de diferente manera. La importancia de la

comunicación escrita radica en utilizar la lógica, en cuanto al manejo oportuno de la sintaxis

y los signos de puntuación.

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La Navidad

Monserrat Novelo Marfil

como sabemos, la Navidad es una época conocida por la unión familiar y la celebración

del nacimiento del hijo de dios. Las personas lo celebramos de distintas maneras: unas nos

reunimos en familia, otras personas se reúnen con amigos y otras, ni siquiera lo celebran.

La Navidad tiene sus inicios desde siglos atrás. Comienza a partir de las tradicionales

posadas, éstas duraban 9 días antes del 25, día de la navidad y se celebraban en honor a la

llegada del nacimiento de Jesús. En la celebración, familias de la misma colonia se reunían

para organizar sus cantos y bocadillos. Cada día tenía un significado diferente y conforme

estos iban pasando, aumentaban los regalos, la comida y todo lo que utilizaban para la

organización de dichas posadas. Actualmente, se siguen realizando estas fiestas, pero muy

diferentes a como lo eran antes. Ahora las posadas únicamente son una excusa para tener

una fiesta y nada tiene que ver con la religiosidad, por supuesto, existen algunas excepciones.

El adaptar símbolos de otros países, como el pino navideño, ha sido otra

modificación en nuestra tradición, la cual se utilizó por primera vez en el siglo XIX. Hoy en

día vemos tan normal y común que esté presente desde el 1° de diciembre en nuestra sala y

toda nuestra casa esté llena de luces y juguetes navideños. Otra adaptación en nuestro país

con referencia a la Navidad, es el personaje de fue Santa Claus, que para los niños es el que

se encarga de comprar todos nuestros regalos y hacerlos llegar a nuestro pino navideño.

En lo personal, mi familia, desde que inicia diciembre, se prepara para recibir la

Navidad adornando la casa y comprando los obsequios. Disfrutamos mucho de la víspera

navideña. Acostumbramos a celebrar las posadas, pero no las tradicionales, sino

simplemente realizamos los cantos y disfrutamos de la comida que se lleve. Durante la noche

del 24 de diciembre la pasamos todos en familia, jugando cartas, escuchando música,

contando anécdotas de navidades pasadas y cenando el tradicional pavo navideño.

Esta celebración es una de las más importantes y significativas en nuestro país, ya

que la mayoría de las familias la pasan juntas, en armonía, celebrando y olvidando juntos los

problemas que pudieran existir. Porque así es como hemos visto la Navidad durante años;

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como la época del perdón y unión. A pesar de la globalización y el cambio constante del

mundo que nos hace modificar nuestras costumbres, no perdemos ese sentimiento y gusto

que nos da celebrar la Navidad.

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¿Por qué nos gusta tanto la Navidad?

Alejandra Baquedano

Durante todo el año ocurren sucesos trágicos, cansados y abrumadores que tienden a debilitar

el espíritu humano, sin embargo, hay meses que vienen acompañados de festividades, las cuales

nos ayudan a escapar de la rutina y a equilibrar nuestros sentimientos. Sin duda alguna, la festividad

que muchas personas esperamos con entusiasmo y alegría es la Navidad. Todo el mes de diciembre

es mágico. En esta época, la gente cambia drásticamente. Todos parecen ser más agradables y

generosos con el prójimo y, es que sin importar el significado que cada persona le dé, la Navidad

siempre termina agradando a todos.

La Navidad tiene un origen religioso. Es la festividad más antigua de los católicos; en ella

se celebra el nacimiento del hijo de dios y por mucho tiempo, ha llevado consigo un mensaje de

amor, unión, paz y esperanza. Actualmente, esta fecha se celebra en muchas partes del mundo, en

cada una de diferente forma, pero siempre buscando preservar su mensaje principal.

Ahora bien, ¿por qué nos gusta tanto? Yo creo que disfrutamos esta festividad porque es el

respiro a un año cansado y lleno de dificultades. Es el refugio en donde podemos gozar de la bondad

y cariño real de las personas. Es decir, es el momento en el cual podemos disfrutar a nuestros seres

queridos, y más si no tuvimos la posibilidad de hacerlo en el transcurso del año.

Po otra parte, yo creo que nos gusta tanto porque nos ayuda a transmitir lo mejor de nosotros.

Nos incita a decirle a las personas que las queremos sinceramente. La Navidad, nos muestra lo

afortunados que somos de poder festejar junto a las personas que amamos, de tener comida en la

mesa y también, lo importante, qué significamos para nuestra familia y amigos. Esta fecha nos da

lecciones de bondad y amor que nos recargan para comenzar un nuevo año, es decir, significa una

nueva oportunidad de ser mejores personas. Es por eso que la Navidad nos gusta tanto, porque no

se trata específicamente de los adornos, las compras y los regalos que nos abruman; sino de la

verdadera esencia de la navidad; como lo es la compañía, la unión y el amor incondicional, esos

sentimientos que están a flor de piel en estas fechas.

En resumen, no debemos dejar que el sentido se pierda con el paso de los años. No debemos

olvidar lo bien que nos hace sentir dar incondicionalmente sin esperar a recibir algo a cambio y,

más importante aún, debemos tener presente que no sirve de nada tenerlo todo si no tienes con quién

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compartirlo. Como escribió, Charles Dickens: “Honraré la Navidad en mi corazón y trataré de

mantenerlo todo el año.”

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Sí, le otorgo sentido…

Caamal Canché Lisseth Jaqueline

Se habla de un 25 de diciembre citando regalos, tarjetas, abrazos, juegos artificiales, madrugadas,

botanas, refrescos y cómo iba a faltar, cenas familiares. Yo tengo varias definiciones que otorgarle

a esta fecha.

La Navidad resultaba ser el día de recibir obsequios, aquel en el que se hacían presentes las

apuestas; donde el ganador sería el hijo que durmiera más tarde solo para descubrir la identidad del

sujeto que una vez existió o que jamás lo hizo, pero, que, a fin de cuentas, cuánta intriga nos despertó.

Daban las doce, y daban la una, y mis padres se reían al ver a sus cinco pequeños rendidos e

imaginando su lamento porque otra vez tendrían que esperar un año más para descubrir a aquel

sujeto. Luego acababan igual por dormirse y esperar a ver cuál era el primero que lograba despertar

lo antes posible para correr debajo del árbol y gritar que santa llegó. Posteriormente se repartían los

regalos, se hacían intercambios, porque Santa tampoco era perfecto y, un par de veces, se equivocó.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco años...pasaron los años y se acabó la tradición de recibir regalos.

Ahora la atención se concentraba más en los juegos artificiales, en salir a las posadas y romper

piñatas. El interés hacia el sujeto de rojo y trineo empezó a minimizarse. Por otro lado, comencé a

ser consciente de cuántas personas estaban en la mesa, quiénes eran y por qué estaban ahí; como si

fuera la única noche en que podían estar conmigo, con mi familia. Ya no era la noche de obsequios,

se había vuelto la fecha de “reunión familiar”, o al menos yo así lo interpretaba. El tiempo no se

detenía, unas cosas cobraban sentido, mientras otras las perdían. Porque el tiempo te consume, y lo

que es cierto, las personas también se alejan.

Hace apenas unos años atrás, era el día en el que la mesa se preparaba y se esperaban visitas,

no muchas, pero eran las suficientes. Se han dejado de recibir regalos; pero se habían cambiado por

abrazos. Todo transcurría más lento y parecía más organizado o detallado. Todo tenía una hora

establecida: la comida, la piñata y los juegos artificiales. Jamás descubrimos la identidad del sujeto

de barba blanca, pero incluso, hoy en día, se le sigue considerando y, aunque aquellos que lo

esperaban hoy duermen temprano, por mi ventana observo que hay infantes que le esperan y que

posiblemente quedarán dormidos y tampoco llegarán a descubrirlo. Mientras tanto, siendo las doce,

disfrutaba de las botanas, la compañía y esperaba ansiosa el discurso (que la mayoría de las veces)

declama mi padre.

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Este año posiblemente sea distinto al anterior, no sé quiénes estarán en la mesa y me aterra pensar

que en alguna ocasión yo no estaré por las cargas escolares, los pendientes o el trabajo. Todo parece

ser más “primordial”, al grado de que sacrificaría el 25 de diciembre por cualquiera de esas

situaciones; después me lamentaría, por supuesto, porque no tiene sentido.

Hoy en día ha dejado de ser solo la “reunión familiar” y, puedo comprender y hasta cierto

grado justificar, porque hay personas que solo nos visitan ese día. En realidad, ahora la defino como

una fecha más importante y, si a mi alcance estuviera, reuniría a toda la gente posible este año y les

diría: -Brindemos, que hoy es 25, que se levanten las copas y se eleve el globo de cantoya, que se

repartan abrazos y se olviden los malentendidos. -

A algunos les sonará típico, incluso en ocasiones para mí lo ha sido, pero analizando estas

líneas que escribo, me doy cuenta de que esta fecha sí tiene sentido, no por marcarse en el calendario

anual, ni porque se supone estaremos de vacaciones. Cobra sentido porque puedo estar rodeada de

los cinco pequeños (incluyéndome) que esperaban al sujeto de rojo; porque puedo ver la sonrisa de

mi madre al analizar la silueta de sus cinco hijos; porque puedo recibir un abrazo de mi padre;

porque se prohíben las discusiones; porque los ecos de sonrisas delatan alegría; porque mis primos

vienen a vernos y por qué no, porque resulta un pretexto.

Independientemente del significado que personas ajenas puedan darle a esta fecha; el

significado real radica en cómo te palpita el corazón cuando está cada vez más cerca: le otorgamos

sentido.

4:21 pm, 11-noviembre-2018

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Navidad con Santa Claus sin barba

Jassir Argüelles Chacón

A lo largo del tiempo, la Navidad, siempre ha sido una época favorita para muchos, sin

embargo, pienso que la gente ahora está enfocada en quién adorna mejor el árbol o tiene el

nacimiento más grande; qué vecino tiene la casa más iluminada o qué persona va a recibir el mejor

regalo. Es una competencia: inconscientemente jugamos una batalla épica de quién se sentará en el

trono de Santa Claus.

Veo que la gente limpia desenfrenadamente sus hogares, coloca luces en toda la fachada de

la casa, y si hay árboles, también le coloca adornos. La industria aprovecha para colocar imágenes

navideñas en sus paquetes de comida, en la ropa, en las bolsas, que si Rodolfo el Reno, que si

Santa...

La mayor preocupación de la gente es si el árbol que comprará será artificial o natural. Al

encender mi televisión en casi todos los anuncios aparece ese hombre, vestido de rojo con barba

blanca y larga, con una sonrisa que oculta su cansancio porque está siendo explotado; cansado de

sonreír para todas las fotos. Él sólo quería hacer feliz al mundo, y al mundo no le fue suficiente su

felicidad. No puede renunciar, ya no es su propio jefe, ahora le gobernamos, y no existe pago alguno.

Asimismo, veo por las calles que la gente va corriendo, saliendo de las tiendas y

desesperada por aprovechar los descuentos. Por ejemplo, se compran fertilizantes para las plantas,

aunque no tengan plantas y no lo necesiten, pero lo compraron por el oso con moño que regalan al

adquirirlos. Sin embargo, no sólo se reduce a eso, va más allá, eso es porque también puedo observar

enormes letreros por toda la ciudad, grandes promocionales invitando a vivir la Navidad, una

Navidad que ya no existe. Eso creía, pero entonces me di cuenta que generalizar no es correcto. Vi

un cartel pidiendo donaciones y juguetes para llevar a una comunidad de mi Estado, un cartel hecho

a mano justo detrás de un espectacular sobre moda de invierno. Anoté el número. A través de una

ventana vi una señora preparando un guiso, algunas personas ayudándole, supongo son sus hijas o

sus nueras. Todas hablando de recuerdos vividos en navidades pasadas. Hay un viejo colgando una

piñata, y sus nietos corriendo por toda la casa. Vi también un verdadero Santa, el que sí es libre y

no esclavizado detrás de una pantalla, de hecho, eran dos; se han metido a un hospital, llevaron café

y galletas a la gente que espera recibir información de sus enfermos. Para la medianoche, hay

doctores saliendo a dar esa información, no tienen ropa de fiesta; llevan su bata. Algunas personas

ya están recibiendo gente en casa, algunos familiares, otros amigos e invitados porque no tenían

donde quedarse; la familia los abraza y recibe con cariño. Hay gente que no va corriendo, que al

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pasar junto a ti te sonríe y te desea feliz Noche Buena. Algunos enamorados se besan bajo un

muérdago, no es un beso como en las series, es un beso real, verdadero. Otros reciben videollamadas

de sus padres porque estudian fuera de casa. Las luces en la casa cobran sentido, no sólo fueron

compradas para adornar, inundan de luz los ojos de sus invitados, a aquellos presentes y a esos que

ya han partido.

No. No toda le gente está desesperada y peleando por estar en el trono de Santa, hay gente

que lo ocupan y no se han dado cuenta porque no les importa, porque llevan regalos a los demás;

regalos que no hay en las tiendas, que tiene encendidas luces por toda la casa, pero que también

tienen prendida la del corazón.

Es por eso que propongo un brindis: por aquellos Santa sin barba, que conservan la

verdadera Navidad, que, si pones atención, puede estar donde menos lo esperas, incluso leyendo

este ensayo.

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La experiencia de usuario como un nuevo modelo de negocios

Claudia Gil

¿Se han detenido a pensar por un momento que estuvieran haciendo ahora si no existieran

servicios como Netflix, Spotify o lugares como Starbucks? Seguro seguirían rentando películas en

Bluckbuster con penalizaciones muy altas por regresarlas fuera de tiempo, o tal vez, seguirían

descargando música de internet para guardarla en sus celulares. Son cosas que nadie se detiene a

pensar pero que si se estudian a profundidad pueden llegar a ser una gran oportunidad para crear un

nuevo producto o servicio.

El objetivo de este ensayo es demostrar como la experiencia de usuario se ha convertido en

un modelo factible de negocio para los emprendedores actuales y futuros, esto por medio de lograr

una conexión entre el cliente y el producto o servicio que se ofrece. Es una estrategia que empresas

ya reconocidas han puesto en práctica y les ha funcionado.

La experiencia de usuario evalúa las interacciones de los usuarios y los productos

tecnológicos con la finalidad de determinar una experiencia de gran calidad en la utilización de

cualquier sistema (Hassenzahl & Tractinsky, 2006). Se ha visto la manera en la que las grandes

empresas tales como Apple, Starbucks o Netflix han logrado conquistar gran parte del mercado a

nivel mundial y no es por el producto que ofrecen, es la experiencia que le brindan al usuario. Ellos

han sabido triunfar y mantener su mercado, a pesar de los cambios sociales y tecnológicos que se

han ido presentando a través de los años. Por ejemplo, las personas que pasan horas haciendo fila

fuera de una iShop por comprar un iPhone, lo hacen por la sensación de felicidad y superioridad

que les brinda adquirir una marca tan reconocida. Lo mismo pasa con Starbucks, empresa que

comenzó como un simple restaurante pero que llegó una persona visionaria dispuesta a llevar el

negocio al éxito, y logró conquistar el mercado de cafeterías que para esos años ya se encontraba

estancado. Howard Schultz consiguió lo que ninguna otra cafetería pudo hacer: creó un imperio a

nivel mundial, un lugar en donde los consumidores disfrutan de una experiencia en el servicio,

desde que entran al lugar. Es decir, desde el hecho de personalizar los vasos de café con el nombre

del cliente, lo hace sentir importante y de alguna manera especial, ya que, Starbucks, no vende café;

vende una experiencia en el servicio. Incluso en Estados Unidos, se optó por cambiar sus políticas

y permitir la entrada a la cafetería a cualquier persona; aunque no consuma nada, será considerada

un cliente. Esto demuestra que lo que te vende es el servicio.

Netflix es otro caso especial, esta empresa logró destruir otra gran empresa con una

importante posición en el mercado en un abrir y cerrar de ojos; una empresa como Blockbuster

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jamás imaginó que la llegada del streaming (servicios por internet) la desplazaría del mercado por

completo.

En general, la generación actual, no busca un producto o servicio desechable, busca tener

una conexión con lo que consume y es la oportunidad para las empresas mexicanas de mejorar sus

servicios en atención al cliente adoptando este modelo, como se mencionó con anterioridad, existen

empresas testigos de lo que se logra con esta idea de negocio y ahora son reconocidas a nivel

mundial.

Es importante que los futuros y actuales empresarios estudien y analicen un poco más este

modelo de negocios ya que podría resultar beneficioso para su empresa, de igual manera, para lograr

un desarrollo importante en el país. No se pueden quedar con la idea de que el cliente debe decirles

qué es lo que quiere; las empresas deben crearle una necesidad al cliente, una necesidad que ni

siquiera él mismo sabía que tenía.

Referencias

Córdoba, C. (2013). La Experiencia de Usuario Extendida (Tesis doctoral). Recuperado de

https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/116204/TCCC1de1.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Serrano, J. (2018). Starbucks cambia sus políticas y afirma que cualquiera puede sentarse en sus

cafeterías o usar los baños sin comprar nada. GIZMODO. Recuperado de

https://es.gizmodo.com/starbucks-cambia-sus-politicas-y-afirma-que-cualquiera-1826177499

N/A (2018). ¿Comó puede la Experiencia de Usuario mejorar nuestra empresa? : QMATIC

Recuperado de https://www.qmatic.com/es-es/qmatic-trends/customer-journey-customer-

experience/que-es-la-experiencia-de-usuario/

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Hábitos de Lectura

El objetivo de la asignatura es generar un espacio donde se exploren, mediante el

acercamiento a la literatura, sociología, historia y filosofía, diferentes formas de leer la

realidad que nos circunda. Para así habituarnos a decodificar el tejido de significado que se

manifiesta en el discurso cotidiano y que preciso cuestionar a través del ejercicio del

pensamiento crítico y el diálogo multidireccional

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Nochebuena

Gabriel Said Dawn Rodríguez

Era el día de noche buena. Todos dormían en casa, excepto el más pequeño. Acostado en su

amplia cama y acobijado bajo las espesas mantas. Unos pasos en la cocina “tap tap tap” anunciaban

su visita. Con regalos y chocolate caliente se empezaría el día. Para eso de las siete de la mañana el

papá se había ido a la comisaria. De juguetes y festejos no se hablaría.

El pesebre

Abril Toledano

Tan citado, tan dudado, tan hablado y tan señalado. Es, fue, o tal vez nunca existió. Mito o

realidad, en el reposó aquel que al mundo enloqueció al nacer. Parece insignificante, pero mira

debajo de tu árbol, seguramente allí está. Nadie lo toma en cuenta, pero mira, representa “La

Navidad”.

Llévame contigo, Peter Pan

Diana Isabel Ramos Xool

Cuando crecí, tuve miedo, no quería ser adulto, quería quedarme con Peter Pan, fue muy trágico,

nostálgico. Nunca deseé crecer, quería conservar mi juventud y mi inocencia, yo solo quería lograr

mi sueño, pero sin cumplir años. Siempre vi a los adultos frustrados por la vida, llenos de traumas,

el dinero, el amor, los hijos, la violencia, los amantes, sus adicciones y su mal humor. Cuando tienes

18 olvidas tu esencia, te pones el chip del adulto y se transforma la banalidad, la superficialidad,

llega el desvelo, el cansancio, pérdida de la nobleza y sencillez, el alcohol se vuelve el pan de cada

día, la maldad es la vestimenta del diario, el sexo es un engaño, la mentira se escucha todo el día.

Cuando eres niño sueñas, te divierte, eres feliz, la bondad siempre está en tu corazón, el amor

siempre alimenta tu alma, la ternura acaricia la tristeza y la olvida. Cuando eres niño vives feliz.

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Entre miradas

Karla Mariana Morales Calderón

Era mi época favorita del año, aunque el clima solía ser caluroso en la ciudad, este año fue

diferente. Se resaltaban tonos grises por los cielos sin ningún rayo de sol, para algunos podría

resultar melancólico, pero en mi caso me generaba cierto placer. El rozamiento de los cabellos en

mi cuello cada que el viento me respiraba y la frescura de su sentir al alzar mi falda, eran sensaciones

que raramente acostumbraba a hallar.

El día siempre era mejor por las tardes porque era cuando veía a Santiago, gozaba de mirarlo

durante las clases. Amaba cuando sus ojos se reflejaban ante la luz del proyector y fijaba su atención

hacia mí, se sentía como una caricia.

A veces iba a verme a las prácticas para la obra teatral navideña, casi siempre me avergonzaba

y sonrojaba, pero de algún modo ese calor me incitaba a dar lo mejor de mí. La mayor parte del

tiempo solía ser distraído, no siempre notaba desde la clase que llevaba puesto una falda, pero en

los estantes de la biblioteca siempre me susurraba cuanto le encantaba verme en ellas, yo lo sabía,

en realidad era la única razón por las que las usaba.

Nos gustaba ser sigilosos por eso nos encantaba la biblioteca, disfrutábamos del silencio más

aún los susurros y cada que a alguno se le escapaba un suspiro. Existían tantas cosas que me

deleitaban de Santiago, pero además de su mirada era esa sonrisa de placer al tocar mis labios lo

que me hacían soñar.

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Apreciación Literaria

La asignatura tiene por objetivo propiciar el pensamiento crítico y analítico a través de la

discusión de textos literarios narrativos. La música, cine, la pintura y la fotografía se

convierten en herramientas que impulsan el desarrollo de la interpretación y el diálogo.

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Esperanza y nada más…

Herbé Alberto Pérez Solís

El fin de año se acercaba, aquella época tan hermosa de alegría y mucha felicidad se encontraba

cada vez más cerca, por todos lados se podían apreciar adornos navideños, renos, Santa Claus,

lucecitas, árboles de navidad y un sinfín de cosas más que indicaban que la navidad estaba más

cerca, en la ciudad todo era fiesta y alegría, pero para otros era un día tan normal como cualquier

otro, más había una situación que con la navidad llegaba, que en vez de alegrarlos los sumía más

en una profunda e interminable tristeza y sufrimiento, el frío, no había nada más terrible para la

familia Martínez que el incesante frío en el fin de año, esta familia vivía en las periferias de una

gran e iluminada ciudad, caracterizada principalmente porque su gente lleva un tipo de vida de lujos

y riquezas, pero de ahí para afuera todo era pobreza, marginación, un pueblo que estaba básicamente

incomunicado del mundo, sin electricidad, internet, e incluso de agua, puesto que tenían que

caminar cientos de kilómetros solo para conseguir un poco de agua para beber y sobrevivir.

La familia Martínez estaba conformada por el matrimonio de Ana y José, y por los cinco

hijos de éstos, ellos vivían en una casa de paja, cartón y de frágiles palos que apenas y podían

sostener el techo de la misma, que estaba elaborado de restos de palmas secas, que filtraban la lluvia,

y no eran ni mínimo el impedimento que este material resistía en cuanto al frío invernal, con la

cercanía de éstas festividades los niños se ilusionaban bastante con la llegada de Santa Claus, y los

cinco niños realizaban alegremente sus cartas ante las miradas tristes de sus padres, que sabían que

conseguir esos regalos serían misión imposible dado que en el año no pudieron lograr cosechas

abundantes, las cosechas representan su principal sustento y ante las bajas cosechas obtenidas todo

era muy difícil, apenas y les alcanzaba para comer un poco de tortilla y sal, algo totalmente irónico

porque se encontraban tan cerca de una imponente y millonaria ciudad, pero tan lejos de una vida

digna en la que al menos tengan un plato de comida en la mesa para compartir como la familia

unida, incansable y trabajadora que son.

Para Ana y José estas fechas eran muy tristes porque veían en sus hijos la ilusión de un

juguete, no importaba el precio o la calidad del mismo, sino lo que querían era sentir nuevamente

la alegría de un regalo, ya que hacía alrededor de 5 años que jugaban con la misma muñeca de trapo,

vieja y rota, los niños en tanto, jugaban con sus carritos, faltantes de algunas llantas o piezas, pero

si algo se mantenía en ellos, era la vitalidad, alegría y entusiasmo de los niños a pesar de la

adversidad y difícil vida que llevaban como producto de vivir en un lugar sumergido en la pobreza,

la falta de empleo, educación y alimentos básicos para su pleno desarrollo y felicidad.

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Posterior a escribir sus cartas, los niños sabían que debían de poner sus cartas en un árbol, pero que

harían si ellos no tenían uno, ahí nació el ingenio de don José de buscar ramas secas y armar un feo

árbol, pero que poco a poco, aumentándole detalles y consiguiendo de la basura algunos materiales

para reciclar, pudo darle vida y color a su humilde casa, los niños brincaban y reían sin parar por la

emoción de tener un árbol en casa, teniéndola ahora, colocaron sobre cada rama sus cartas, con la

ilusión y esperanza de que este año al fin llegará ese regalo tan preciado, y que tanto habían anhelado

desde hace mucho tiempo.

La navidad había llegado, era un 24 de diciembre, lo único diferente en casa de los Martínez

era la alegría de los niños, y la desolación y frustración de los padres que sabían que Santa Claus

no llegaría de nueva cuenta, desde muy temprano los niños se bañaron y arreglaron, se podía notar

en ellos la limpieza de sus cuerpos, más sin embargo tenían aún ropas desgarradas y viejas, Ana y

José por su parte, se encargaban de preparar una deliciosa cena a pesar de las limitantes económicas

que tenían, con un poco de entusiasmo como efecto del contagio de la alegría infantil en la casa,

José preparaba gustoso unos huevos revueltos, mientras que Ana se encargaba de preparar un rico

frijol, con el que acompañarían los huevos.

A lo lejos se podía observar la alegría de la millonaria ciudad, que vestía sus mejores trajes

y tenían contenidas en las mesas las comidas más caras, y de acuerdo a la ocasión. Llegada la noche

se observaban fuegos artificiales anunciando que muy pronto darían las 12 y con ella la navidad,

polos opuestos se encontraban, a unos kilómetros de esa ciudad la familia Martínez se encontraba

a las fueras de su jacal, sentados alrededor de una mesa redonda con tres sillas y algunas piedras

grandes que tenían la misma función, se encontraban observando el cielo, y los niños viendo

fijamente el firmamento tratando de observar que Santa Claus cruce por encima de ellos con sus

respectivos renos y duendes. Dieron a las 12 de la noche y el sonido de los petardos y cohetes

llenaron de luz el cielo, y luego llenaron de humo blanco el estrellado cielo, el más pequeño del

matrimonio de los Martínez preguntó que por ellos no podían tener alguna de esas lucecitas, a lo

que Ana con la voz entrecortada le respondió que no era necesario eso para poder divertirse y pasarla

bien, el hijo no pudo entender tal situación, pero aun así calló y no siguió cuestionando a sus padres.

Ana para distraer un poco, sirvió la cena navideña que en nada era la deseada o la más óptima,

pero sabía que independientemente de eso podían pasar un rato agradable. Los niños cenaron muy

felices, jugaron en la calle con unos compañeritos más y ya dada las 3 de la mañana procedieron a

dormir, con la esperanza al tope de que al despertar estaría debajo de sus respectivas hamacas los

regalos que tanto deseaban, uno a uno se fueron acostando en sus hamacas, cabe recalcar que la

familia solo tenía tres hamacas, en una de ellas dormía Ana y José, en otra dormían los 3 hijos más

pequeños, y en la otra los dos hijos más grandes, una vez ya dormidos, Ana salió a sentarse en una

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piedra que se encontraba delante de la casa, y se puso a llorar terriblemente, José con el toque

amoroso del esposo comprensible, le tocó la espalda y se fundieron en un abrazo, bajo la luz de la

luna se pusieron a platicar de la situación tan deplorable por la que atravesaban, y lo ineficientes

que eran como padres. Sin duda, fue una noche de reflexión para ambos, el sol estaba a punto de

salir, y los niños a punto de despertar, y tanto Ana como José decidieron irse a dormir pensando en

la explicación que les darían a sus hijos cuando éstos vean que Santa Claus de nueva cuenta no

llegó.

A la mañana siguiente los niños despertaron y con lágrimas en los ojos miraron el triste

panorama de todos los años, Santa Claus no llegó, los niños le preguntaron a sus padres porque les

hacía esto, si ellos tenían buenas calificaciones y todo el año se portaban bien, caso contrario con

los vecinos de enfrente, que se portaban muy mal y cada año tenían sus juguetes nuevos y bonitos.

El niño más grande de la familia no pudo contener tanta tristeza, estaba harto de vivir en la

pobreza, de estar en un lugar con características poco aptas para tener una vida digna, los hermanitos

lloraban desconsolados en sus hamacas, observando tal ambiente, salió hacia el patio de su casa,

tomó una soga y se dirigió hacia el árbol más grande y frondoso que había ahí, subió hasta la cúpula

y amarró fuertemente la soga, se la puso al cuello y se dejó caer.

Los padres se la pasaron toda la tarde buscándolo, hasta que se toparon con la desgarradora

imagen, Juan como se llamaba el niño mayor, estaba muerto, colgado, derivado de la tristeza,

pobreza y la mala vida que llevó, los padres se encontraban destrozados ante tal noticia, y lloraban

de rabia por lo que había sucedido.

A raíz de eso la familia se destrozó, el matrimonio de Ana y José se fue a la basura, José se

volvió un alcohólico y Ana se dedicó a la prostitución, los hijos fueron abandonados con una señora

del pueblo y nunca más volvieron a saber de sus padres, ellos nunca entenderán porque la vida fue

tan injusta con ellos si lo único que deseaban era una esperanza y nada más.

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Nieve en la noche

Mónica Gizéh Llamá

El anochecer empezaba a caer, los puestos encendían las luces y los adornos que esta época

propicia, música, arboles, imágenes del personaje que anda en trineo, me sumergí en mis recuerdos

hace 2 años que mi familia y yo éramos tan felices durante esas épocas, papá llegaba temprano al

trabajo y nos traían todo tipo de regalos e historias que nos contaba antes de dormir; ahora

comenzaba a nevar, apenas y tenía una sudadera así que sentí el frio a través de los huesos, otro día

y no había conseguido nada, a este paso tendría que dejar la escuela para dedicarme al trabajo y

sacar adelante a mis hermanas; al ser la mayor debo de adquirir la responsabilidad.

Nuestra casa era la más alejada de la cuidad y por ahora de las más olvidadas, mis hermanas

estaban en casa ya todas habían regresado de la escuela y habían hecho sus labores diarias y la tarea,

para comer teníamos nada más una lata de frijoles como siempre, mis hermanas eran 3: Luisa,

Martina y Yamila, de 6, 7 y 15 años respectivamente; yo era la mayor por 3 años, así que podía

buscar algunos empleos que no me perjudiquen en la escuela pero últimamente me han corrido de

todos por el hecho de ser huérfana, eso ocurrió la semana pasada: todos se enteraron que mis padres

habían muerto hace 2 años; al llegar a la escuela, todos me miraban y me señalaban, se reían de mi

por ser pobre y porque mis padres murieron, primero las chicas de mi salón me jalonearon,

rompieron mis libretas y me escupieron, luego la maestra me dijo que debía pagar la colegiatura o

me sacaría a patadas a lo cual todos se carcajearon, al salir de la escuela y dirigirme a mi trabajo 2

compañeros me siguieron y acorralaron, me rompieron toda la blusa y me alzaban la falda tratando

de tocarme así que me defendí: agarré la primera cosa que pude, que por fortuna fue una madera y

los golpeé, después salí corriendo, al llegar a la tienda donde trabajaba, don Fernando me dijo que

lo lamentaba pero que ya no podía trabajar allí porque varios de sus mejores clientes le habían dicho

que no quieren comprar en la tienda donde son atendidos por una huérfana pobre, así que me fui a

casa pensando en qué hacer, no podía decirle a mis hermanitas o se alarmarían, eso debía resolverlo

sola. Pero sin embargo seguía igual, debo buscar otra manera de conseguir dinero, lo que nos

dejaron nuestros padres se ha acabado y no puedo permitir que nos separen llevándonos a un

orfanato.

Sin embargo, Yamila me asombra parece como si nada sigue igual de nutrida y bien vestida,

a veces llega con cosas y ropa nueva, siempre le pregunto dónde la consiguió y siempre me contesta

lo mismo “tú no eres mi madre, no tengo que darte explicaciones”, pero sin embargo insisto tanto

que al final me dijo que sus amigas se lo regalan, que son cosas que no les gustan, pero a ella sí.

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Luisa y Martina ya habían cenado y era la hora favorita del día, acostarnos a leer algún cuento de

los tantos que papá solía narrar, como solo teníamos una cama allí descansaban Luisa y Martina,

Yamila en un colchón y yo en un sillón viejo que era muy incómodo, pero ya me había

acostumbrado a él; la semana pasada, mientras buscaba un trabajo, pasé por una cantina y un

hombre me vio y me preguntó si no estaba interesada, la paga era buena pero tenía que hacer cosas

que van contra lo que mis padres me enseñaron, pero sin embargo sigo igual, no he buscado nada y

mis hermanas notarán pronto que algo pasa; creo que no tengo alternativa, debo hacerlo.

Al amanecer, mientras todas se iban a la escuela, me alisté y me dirigí a aquel lugar, al llegar

dueño sonrió y me dijo que sabría que volvería, me observó y me dijo que era bonita y eso ayudaría

mucho, me dio un uniforme y que debía regresar en la noche, al regresar a casa planeé lo que debía

decir, alrededor de las 12 del día mis hermanas llegaron todas hambrientas, así que hice los últimos

espaguetis que había guardado para darles la noticia del trabajo, les dije que trabajaría en una librería

y les expliqué que tendría que salir por las noches, que no me esperaran y que Yamila estaría a

cargo.

La noche llegó, salí de casa y llevaba el uniforme que me dieron aún en la mochila, al llegar

al bar el dueño me vio y me ordenó que me cambiara y empezara a trabajar, lo hice y me observé

en el espejo, llevaba una falda corta y una blusa muy pegada, había pasado tanto tiempo que no me

observaba que noté que ya había desarrollado, mis piernas lucían largas por los tacones y me veía

bonita, sí, me veía bonita. Salí del baño y me encontré con otras chicas que llevaban una máscara,

una se me acercó y me ofreció una, me dijo que se llamaba Anastasia y estaba a cargo, me explicó

lo que debía de hacer y me ofreció un poco de pintura, tenía que servirles a los clientes y ser amable

con ellos, todo iba bien cuando de repente entró un joven más o menos de mi edad, era tan guapo y

carismático, se sentó en una mesa y alzo la mano para pedir servicio, me aproximé y tomé su pedido

que llevé de inmediato, me dio las gracias y me dijo que no me había visto, que si era nueva, para

lo que asentí y le pregunté si se le ofrecía algo más, me pidió que me quedara con él mientras llegaba

su cita y que no me preocupara porque me pagaría por ello; sentía que sudaba. ¿Qué era lo que

realmente quería de mí?, me contó que él era universitario y frecuentaba ese bar, que provenía de

una familia muy rica de la ciudad, le gustaba la ópera, bailar, hacer deporte, me dijo que era muy

linda, que debíamos salir alguna vez, asentí que sí, cuando de repente se acercó otro hombre que lo

llamo Joaquín, él se levantó y lo abrazó, me volteó a ver y me dijo que ya me podía retirar, seguí

en mis labores hasta la hora de cerrar, me cambié nuevamente y me fui a casa, estuve así por dos

semanas, ganaba bien que podíamos comer 3 veces al día y variar los alimentos.

Una noche lluviosa él entro nuevamente al bar, me llamó y me pidió su orden, regresé con

ella y me invitó a sentarme, me ofreció una cerveza y al ver que lo dudé se rio y me dijo que no era

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obligación, pero por miedo a que me delate le dije no que había problema y acepté, debí tomar 12

o 13 cervezas porque apenas y me acuerdo, pero sí recuerdo que estaba tan borracha que al terminar

mi turno se ofreció a llevarme a casa, me subí a su coche y le di mi dirección, se rio y me dijo que

si la conocía, pero al subir al coche me miró, me agarró la barbilla y me besó, me comenzó a tocar

y de pronto estábamos en la parte de atrás del coche, me fui quitando poco a poco la ropa e igual se

iba desvistiendo, sentí sus brazos desnudos y su abdomen bien formado, era algo que yo aún no

quería pero no quería detener, no hice nada, me quede inmóvil, dejé que haga de mi lo que quiera,

ya cuando terminó, me besó en la frente y me llevó a su apartamento, me invitó a bañarme pero yo

me quede dormida apenas el bajó, desperté con un camisón rosa y me sobresalte, mis cosas estaban

en una silla a lado de una mesa de tocador con un reloj, eran las 7:23, me acorde de mis hermanas

y lo preocupadas que debían estar, me vestí rápidamente y baje allí estaba él en un short y sin camisa

haciendo el desayuno; cuando me vio, sonrió y me invitó a sentarme, le dije que debía irme y se

ofreció a llevarme, pero me negué y salí corriendo en dirección a mi casa. Al llegar, Yamila estaba

en casa, me dijo que mandó a Luisa y Martina a la escuela pero que ella aún estaba preocupada y

me preguntó en dónde estaba, le dije que salió una emergencia en el trabajo y no pude llegar, me

dirigí a bañarme y tratar de recordar que pasó la noche anterior, pero nada, mi mente estaba en

blanco. Le encargué a Yamila que cocinara y me dormí, desperté cuando Luisa fue a pedirme que

la ayude con su tarea, la ayudé después de almorzar y les leí 2 cuentos, al anochecer, me alisté y

salí de casa, al llegar al trabajo Joaquín estaba allí, me pidió que lo acompañe y me negué porque

debía trabajar, pero noté que se puso algo tenso, entré y trabaje como de costumbre, fue así durante

2 semanas hasta que un día como a las 9 de la noche, ya cerca de acabar mi turno, Joaquín entró y

me jaló por el brazo, traté de preguntarle qué pasa pero no me hizo caso, el sólo me arrastró hacia

la salida, observe que estaba nevando y la forma en la que estaba vestida me hacía sentir mucho

frío, vi en la cara de Joaquín odio, le pregunté qué pasa y me golpeó, me gritó que yo me iba a

acostar con él cuando quiera, por eso pagó una fuerte cantidad por mí y que le pertenecía. Me

explicó que el dueño del bar cobró una fuerte cantidad por mí y que era tiempo de irme con Joaquín,

le dije que no me iría con él y lo golpeé, fue un error, Joaquín me golpeó y caí, se me rompió el

labio y estaba sangrando, la nieve se tornó roja, Joaquín me tomó por el brazo y me lanzó hacia el

coche, como me negué a entrar me golpeó nuevamente y empezó a insultarme, me gritó que una

puta huérfana como yo sólo estorba en la cuidad y que nadie notará mi ausencia, como todo estaba

oscuro intenté gritar pero me golpeó nuevamente y me tapó la boca, me subió a la parte de atrás del

coche y empezó a alzarme la falda, lo mordí por lo cual maldijo y me golpeó con algo que sacó de

su chaqueta, sentí el mundo venir encima de mí, sentí la sangre correr por mi cara mientras Joaquín

me insultaba y me desvestía, quise detenerlo pero no pude, me había atado y solo podía mirarlo, él

se reía y empezó a desabrocharse el pantalón, mientras me violaba me dijo que me había seguido

desde el momento en que mis padres murieron, que sabía que no podía violarme nada mas así en la

calle porque vio lo que les hice a mis compañeros, entonces notó que estaba desempleada, que me

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urgía buscar trabajo y le pagó al dueño del bar para que me contratara y luego me vendiera, me

gritó, mientras me jalaba los cabellos, que soy una peste en la sociedad y que debía desaparecer, él

me violaba pero parecía que no era yo, que era alguien más; estaba dispersa en mi mente escuchando

lo que me decía y pensando en qué les pasaría a mis hermanas sin mí; cuando hubo terminado, se

vistió y me besó en la frente, entonces sacó un cuchillo y me cortó ligeramente en mi pierna, al ver

mi reacción de asombro sonrió y me dijo que debía exterminarme porque sólo era basura, intenté

gritar pero no pude, así que él levantó el cuchillo y se dispuso a cortar, cerré los ojos y note que

cortó las cuerdas que me ataban; al ver esto, salí corriendo sin saber a qué dirección iba, él se metió

en el coche y comenzó a seguirme, cuando llegamos a un lugar que estaba prácticamente desierto

se bajó del coche y sacó un arma, me quede mirándolo y entonces me disparó, sentí que perdía el

equilibrio y caí, note que me dio en la pierna, aun así intenté escapar, pero me alcanzó y me abrazó,

le mordí la oreja y me soltó nuevamente maldiciéndome, me miró y no era en lo absoluto el chico

que había visto entrar al bar, éste estaba lleno de odio, se abalanzó sobre mí y comenzó a besar mi

cuerpo, intenté quitarlo pero era más fuerte y pesado que yo.

Entonces sentí cómo me atravesaba algo frío y cómo alrededor de mí sentía algo correr,

Joaquín empezó a reír y se alejó de mí, me había atravesado con el cuchillo y ahora me costaba

respirar y quise gritar pero no produje más que un chorro de sangre, entonces Joaquín sacó un

cigarro y lo encendió, se quedó allí, cerca de mí, observando mi muerte mientras se reía a carcajadas;

lo último que recuerdo es la nieve pintada de rojo mientras lloraba porque no volvería a ver a mis

hermanas y no pude conservarlas juntas, sabía que las llevarían al orfanato, pero al menos eso

significaba que estarían a salvo, mi vida se fue mientras observaba a Joaquín sonriéndome mientras

el amanecer que se aproximaba.

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La última navidad

Sazil Laelia Ku Riva

Era nochebuena, la noche más esperada del año por las familias que buscaban compartir una

cálida cena en un ambiente de amor y paz. Todos eran estaban emocionados, todos estaban felices,

sintiéndose dichosos. Todos, menos él.

Yacía sentado en el sofá en medio de la absoluta soledad, contemplando con la mirada

perdida el vació y el completo silencio que inundaba el lugar. Ni un movimiento, ni un sonido, todo

era absoluta tranquilidad en su apacible hogar. Demasiado para él y su incontenible necesidad de

tener a alguien ahí. Continuaba mirando a la nada, reflexionando acerca de cómo su vida se iba

marchitando lentamente. Pero por más que pensaba no lograba asimilar lo que pasaba. Lo único que

podía hacer era recordar, recordar toda su vida, aquello que fue bueno y también malo.

Su dura niñez y su amarga adolescencia, siempre solitario y poco cuidado, ignorado y

rechazado rogando porque alguien se fijase en su eterna agonía en la cual siempre se preguntaba

porque había nacido en este mundo o más bien porque el mundo le había permitido nacer si de igual

forma cuando desapareciera nadie se daría cuenta, puesto que su existencia en realidad desde su

punto de vista nunca había sido necesaria y era ignorada incluso para su familia.

Año tras año, siempre era igual, cumpleaños en completa soledad, y navidades igual, pero ya

no podía soportarlo más, la tortura seguirá y se extendería, es por ello que había considero por fin

acabar con su eterna agonía. Lo había pensado tiempo atrás, cuando en su juventud los sentimientos

a flor de piel lo hacían explotar, pero solo hasta hoy estaba seguro de que su existencia nunca había

sido requerida en este mundo. Ahora es cuando llegaba a la conclusión de que tantas desdichas y

fracasos se debían a que en realidad él no debía nacer, que en realidad solo no había un porqué de

su existir y que ningún Dios omnipresente le cuidaba ni le preparaba algo mejor para el futuro.

Nunca tenía respuestas a sus preguntas, siempre viajaba en un constante remolino de emociones

que le carcomía el alma por dentro, siempre vivía en la incertidumbre de saber el motivo o la razón

por el cual aún permanecía con vida si realmente nada le ataba ya más a este mundo.

Quería olvidar, olvidarlo todo, nacer de nuevo y comenzar una vida mejor, recrearse y

convertirse en aquello que alguna vez deseó, en aquello que en realidad se hubiera convertido si

hubiera ignorado todo aquello que la hacía daño; sus padres, sus amigos, su familia, todo quería ser

olvidado, pero había una única cosa que no quería olvidar.

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Y eso era ella. Un alma pura y blanca que deseaba ver nuevamente si moría, una señorita tan gentil

y elegante como una brisa, tan radiante y sencilla, una jovencita que había cambiado por un

momento su vida y le había dado sentido a su existir, y la primera vez que la vio nunca pensé que

aquella persona se convertiría en el objeto de su más grande devoción y amor.

Pero todo aquello fue tan efímero, que, así como había subido volando al cielo, también había

caído de nuevo al suelo con las alas rotas.

Nuevamente el destino le había jugado sucio, nuevamente le daba alegría y se la arrebataba

en un instante. Un accidente fatal y la pérdida de aquella adoración por la cual vivía. Y ahora que

no estaba ya no había sentido en nada.

Es por eso que, ahora que la decisión estaba tomada, lo único que deseaba era verla

nuevamente donde quiera que se encuentre. Y ya estaba decidido, esta era su última navidad, la

última que se sentaría en ese sofá durante la nochebuena y bebería una taza de humeante café en la

soledad de la habitación contemplando el vacío. La decisión estaba tomada, es por ello que no lo

pensó dos veces antes poner la cuerda alrededor de su cuello, no dudo ni un instante en dejarse caer

mientras la cuerda apretaba su cuello y le impedía respirar, no luchaba ni sentía solamente se dejaba

llevar en aquellos sentimientos que quería olvidar y pensaba en la dulce imagen de su amada que

esperaba encontrar nuevamente. Poco a poco olvidaba, y su corta vida recorrió por última vez su

memoria, los recuerdos uno por uno brotaba y se reproducían sin parar hasta llegar a la actualidad

y fue ahí cuando todo se detuvo y terminó. No más incertidumbre, no más dolor, por fin sería libre

de todo aquello. Lo había logrado, mientras las familias festejaban la navidad él había logrado

olvidarla, había logrado dejar de existir.

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El espíritu navideño

Madai Matú

Érase una vez una joven llamada Clara que tenía una hermana gemela llamada Verónica, desde

que eran niñas vivían con la presión de sus padres, y eso a lo largo del tiempo las separó, ya no

existía el sentimiento de amistad, solidaridad, ni hermandad. Clara se volvió calculadora, egoísta,

envidiosa y siempre competía por ser la mejor hija, estudiante, deportista, la mejor en todo.

Clara, pasó su vida entera viendo como su hermana sobresalía en todo, era la de las mejores

calificaciones, la que nunca se metía en problemas, los chicos siempre la invitaban a salir y por esa

razón sentía mucha envidia por su hermana, porque parecía ser la preferida de sus padres, a menudo

le decían: tienes que ser más como Verónica. Lo más triste era que Clara no quería ser mejor

persona, solo quería ser mejor que Verónica y es por eso que vestía igual que su hermana, realizaba

las mismas actividades y en algunas ocasiones se hacía pasar por ella.

Un 24 de diciembre se despertó y fue al comedor para desayunar con su familia, empezó a

contarles sobre sus clases de danza y que había mejorado, pero nadie le prestaba atención ni siquiera

la miraban, salió furiosa de su casa y se dirigió a su clase y como era de esperarse nadie la volteaba

a ver, pareciera que no existiera. Todo el día estuvo así, todos la ignoraban y fue en ese entonces

que se dio cuenta que su inexistencia no le causaba impacto a nadie, ni a sus padres, ni a sus amigos,

mucho menos a sus conocidos. Y por primera vez supo que tenía que ser auténtica, no ser otra

Verónica, tan solo ser ella misma…

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Recomendaciones navideñas

Pacheco, E. Las batallas en el desierto. (1981). México: ERA

“Las batallas en el desierto (1981) es una historia que

nos narra el estilo de vida en el México en medio de

los cambios que se comenzaban a dar a mediados del

siglo pasado y nos permite identificarnos y recordar

nuestra propia infancia al leer las anécdotas de su

protagonista, permitiéndonos así conectar con él y

empatizar sobre sus desventuras.”

Henry Ambrosio Pacheco, 2018.

“Las batallas en el desierto (1981) es una obra muy completa en todos los sentidos, al igual

que compleja, porque no es una simple historia que nos relata la vida de un niño, este podría

ser solo el disfraz que el autor utiliza para presentar temas realmente importantes […] Nos

encontramos con una sutil crítica hacia la vergonzosa economía en México, a la desigualdad

social y, para terminar, un panorama muy amplio de la discriminación y el racismo que se

vive en México. Sin duda alguna, esta no es una novela para pasar el rato, es una novela

que te invita a despertar el pensamiento y hacer un juicio crítico de lo que nos rodea en

México.”

Alejandra Baquedano, 2018.

“Esta novela relata detalladamente cada situación que nos hace imaginar perfectamente a

México en los años 50’s con el régimen de Miguel Alemán.”

Yisel Castillo Salas, 2018

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