La Responsabilidad Del Pensar Homenaje

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 1  sta obra es el fruto del esfuerzo conjunto de un grupo de reconocidos filósofos alemanes argentinos españoles, venezolanos  y colombianos que  desean . —J  homenajear  al Profesor Dr. Guillermo Hoyos Vásque z. Caracterís tico de la trad ición académic a  alemana el libro conmemorativo Festschrift)  manifiesta el aprecio y admiración que el círculo académico del homenajeado hace a éste por medio de un producto cultural que corresponda a su propia experiencia de vida. En cada una de las contribuciones que componen este libro  se integran por  esta razón el reconocimiento explícit o a la labor intelectual de un filósofo preocupado por la función social de la filosofía en el aquí y ahora del mundo y el profundo agradecimiento al amigo que acompaña motiva e impuls a. En  este  sentido el  libro que el lector tiene en sus manos puede ser entendido como el merecido tributo al amigo y maestro estudioso de la fenomenología de la teoría  habermasiana y de la ética de la responsabilidad social. Co n  aportes  de  insignes  filósofos  dedicados  a la fenomenología la  filosofía política y la ética se  ofrece  al lector  especializado  y sin  ir en detrimento de la profundidad y rigurosidad pro pia de la experiencia del  pensar al  estudiante  de filosofía y al lector interesado  en la reflexión filosófica una  serie  de  escritos  de primer orden y de máxima actualidad El lector encontrará en esta  compilación reflexiones en torno a la filosofía de Edmund Husserl Martin  Heidegger Hannah Arendt Jürg en  Habermas John Rawls Thomas Pogge Wolfgang  Janke David Hume y Friedrich  Nietzsche abordados  con  seriedad  y rigurosidad por cada  uno de los filósofos  convocados  en  esta  ocasió n alrededor de la figura de Guillermo Hoyos Vásquez. UNIVERSIDAD DEL NORTE O C Q I O z z 73 H m ALFREDO ROCHA DE LA  TORRE editor O > m  í=¡=, z rn L O HOMENAJE A  GUILLERMO HOYOS VASQUEZ O IE O o o a m m o 7 c m N 3 P EDICIONES UNINORTE

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La Responsabilidad Del Pensar Homenaje

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  • 1 sta obra es el fruto del esfuerzo conjunto de un grupo de reconocidos filsofos alemanes, argentinos, espaoles, venezolanos y colombianos, que desean

    . J homenajear al Profesor Dr. Guillermo Hoyos Vsquez. Caracterstico de la tradicin acadmica alemana, el libro conmemorativo (Festschrift) manifiesta el aprecio y admiracin que el crculo acadmico del homenajeado hace a ste por medio de un producto cultural que corresponda a su propia experiencia de vida. En cada una de las contribuciones que componen este libro se integran, por esta razn, el reconocimiento explcito a la labor intelectual de un filsofo preocupado por la funcin social de la filosofa en el aqu y ahora del mundo, y el profundo agradecimiento al amigo, que acompaa, motiva e impulsa. En este sentido, el libro que el lector tiene en sus manos puede ser entendido como el merecido tributo al amigo y maestro estudioso de la fenomenologa, de la teora habermasiana y de la tica de la responsabilidad social.

    Con aportes de insignes filsofos dedicados a la fenomenologa, la filosofa poltica y la tica, se ofrece al lector especializado y, sin ir en detrimento de la profundidad y rigurosidad propia de la experiencia del pensar, al estudiante de filosofa y al lector interesado en la reflexin filosfica una serie de escritos de primer orden y de mxima actualidad, El lector encontrar en esta compilacin reflexiones en torno a la filosofa de Edmund Husserl, Martin Heidegger, Hannah Arendt, Jrgen Habermas, John Rawls, Thomas Pogge, Wolfgang Janke, David Hume y Friedrich Nietzsche, abordados con seriedad y rigurosidad por cada uno de los filsofos convocados en esta ocasin alrededor de la figura de Guillermo Hoyos Vsquez.

    U N I V E R S I D A D D E L N O R T E

    m O

    C Q IO z z 73 H m

    ALFREDO ROCHA DE LA TORRE / editor

    O > m ==, z rn > L O

    HOMENAJE A GUILLERMO HOYOS VASQUEZ

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    P EDICIONES UNINORTE

  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    Homenaje a Guillermo Hoyos Vsquez

  • LA RES PON SALI Bl DAD DEL_PENSAR

    Homenaje a Guillermo Hoyos Vsquez

    Alfredo Rocha de la Torre (editor)

    Angela Calvo de Saavedra Adela Cortina

    Klaus Held Julia Iribarne

    Julio Csar Vargas Javier Muguerza

    Patricia Noguera de Echeverri Alfredo Rocha de la Torre

    Germn Vargas Guillen Bernhard Waldenfels

    Francisco Corts Rodas Fernando Garca Heinrich Hni Monica Marcela Jaramillo-Mahut Oscar Meja Quintana Hjalmar Newmark Manuel Reyes Mate Julin Serna Luis Ignacio Vivanco Saavedra Roberto Walton

    Ediciones Uninorte Barranquilla, Colombia

    2008

  • La responsabilidad de pensar : homenaje a Guillermo Hoyos Vsquez / ed., Alfredo Rocha de la Torre; Angela Calvo de Saavedra ... (et al.]. - Barranquilla : Ediciones Uninorte, 2008.

    xxxvi, 629 p.; cm.

    ISBN: 978-958-8252-67-4 (pasta blanda)

    1. Hoyos Vsquez, Guillermo, 1935 - Crtica e interpretacin. 2. Husserl, Edmund, 1859-1938 - Crtica e interpretacin. 3. Filosofa colombiana. 4. Fenomenologa. I. Rocha de la Torre, Alfredo, ed. II. Calvo Saavedra, Angela II.Tt.

    199.861 R434 22 ed. (CO-BrUNB : 84576)

    m m UNIVERSIDAD LgJLU DEL NORTE www.uninorte.edu.co Km 5 va a Puerto Colombia, A A 1569, Barranquilla, Colombia

    2008, Ediciones Uninorte 2008, Alfredo Rocha de la Torre, Angela Calvo de Saavedra,

    Francisco Corts Rodas, Adela Cortina, Fernando Garca, Klaus Held, Heinrich Hni, Julia Iribarne, Mnica Marcela Jaramillo-Mahut, Julio Csar Vargas, Oscar Meja Quintana, Javier Muguerza, Hjalmar Newmark, Patricia Noguera de Echeverri, Manuel Reyes Mate, Julin Serna, Germn Vargas Guillen, Luis Ignacio Vivanco Saaverdra, Bernhard Waldenfels, Roberto Walton,

    Paula Mira Bohorquez, por la traduccin del ensayo de Heinrich Hni Irene Breuer, por la traduccin del ensayo de Klaus Held Luis Ignacio Niel, por la traduccin del ensayo de Bernhard Waldenfels

    Coordinacin editorial Zoila Sotomayor O.

    Diseo y diagramacin Luz Miriam Giraldo Meja

    Diseno de portada Joaqun Camargo Valle

    Correccin de textos Mara Guerrero C.

    Impreso y hecho en Colombia Xpress Estudio Grafico y Digital S.A. Bogota Printed and made in Colombia

    CONTENIDO

    Nota del editor xxvii Presentacin xxix

    PRIMERA PARTE

    FENOMENOLOGA

    Mundo de la vida y juicio poltico 3 KLAUS H E L D

    E l anlisis de la tica fenomenologica y los lmites de la reflexin trascendental 23 ROBERTO J. WALTON

    La visin de la tica de Husserl, 23. El alcance y las profun-didades de la vida trascendental, 34. La dimensin entre el yo y el otro, 48. Sentimientos, interpelacin, descentramiento, 53.

    Etica y antropologa Posicin relativa de ambos conceptos en el pensamiento de Edmund Husserl 66

    JULIA V . IRIBARNE Concepciones de la tica a lo largo del pensamiento de Husserl, 67. Temas en comn de tica y de antropologa: Libertad. Per-sona. Amor, 77. El aporte de Guillermo Hoyos Vsquez a la comprensin de la responsabilidad, 85. Ernst Wolfgang Orth y Javier San Martn sobre antropologa en Husserl, 90. Husserl sobre antropologa, 102.

    La alegora fenomenolgica de la caverna Constitucin de la identidad y polticas del reconocimiento del otro en la fenomenologa husserliana 108

    MNICA MARCELA JARAMILLO-MAHUT Enfoque fenomenolgico de las identidades, 118. De la iden-tidad a la transferencia de identidades: el mitologema feno-menolgico de la caverna, 126.

    Experiencia radicalizada 136 BERNHARD WALDENFELS

  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    La condicin originaria y dividida del estar-despierto Herclito en retrospectiva fenomenolgica 162 HEINRICH HNI

    Sobre la tarea de la fenomenologa, 163. Sobre el escuchar, 167. Sobre el cuerpo, 172.

    E l sentido de la comprensin (Verstndigung) Una reflexin a partir de Heidegger 177 ALFREDO ROCHA DE LA TORRE

    La estructura primigenia del dilogo: el Ereignis como condi-cin del interpelar y el corresponder, 185. El dilogo como fuente de la comprensin, 200. Dilogo, reconocimiento y comprensin cultural, 209.

    Constitucin del sujeto y constitucin subjetiva de mundo De los lmites de la detrascendentalizacin 216 GERMN VARGAS GUILLEN

    La detrascendentalizacin como tema, 216. Alcances y lmites de la detrascendentalizacin, 218. El darse de la polifona y de la eufona en la experiencia subjetiva de mundo, 232. La formacin del sujeto como formacin de mundo, la formacin de mundo como formacin del sujeto, 235.

    SEGUNDA PARTE

    TICA

    tica de la conviccin o tica de la responsabilidad? (La revisin de un dilema tico) 243 JAVIER MUGUERZA

    tica y poltica, 243. tica y tecnociencia, 252. tica y onto-logia, 269.

    La tica de la actividad universitaria 280 ADELA CORTINA

    Guillermo Hoyos: la fecundidad de la filosofia, 280. tica de la actividad universitaria, 282. La Universidad Medieval. "Universitas" como corporacin de maestros y estudiantes ("universifas magistrorum atque scholarium", 285. Universi-dad Liberal. "Universitas" como totalidad del saber (univer-

    si

    sitas sicientiarum), 292. La crisis de la Universidad a fines del siglo XX, 294. Universidad Republicana. "Universitas" como totalidad de la humanidad y del saber, 300. Recuperar la uni-dad del saber desde el vnculo tico, 305.

    De la tica comunicativa a la tica ambiental Aportes del pensamiento de Guillermo Hoyos Vsquez a la construccin de una tica ambiental desde la fenomenologa y la tica comunicativa ANA PATRICIA NOGUERA DE ECHEVERRI

    Fenomenologa y tica ambiental, 312. tica, cultura y dimensin ambiental: de la modernidad a la postmodernidad, 316. tica-esttica comunicativa: hacia la complejidad. 323. De la tica comunicativa a la democracia ambiental, 325. Del ethos de la Universidad: del antropocentrismo analtico y lineal, a una dimensin compleja del pensamiento acadmico, 329.

    La postonloga de Janke En contrava con la simplificacin del discurso JULIN SERNA ARANGO

    La otra vuelta de tuerca, 332. Logos, mitos y epos, 347. Somos tiempo, 352. A manera de conclusin, 353.

    E l anatomista y el pintor: acerca del carcter de la verdadera filosofa moral en David Hume ANGELA CALVO DE SAAVEDRA

    La verdadera filosofa: ciencia de la naturaleza humana, 357. El anatomista y el pintor: Dos especies de filosofa moral en conflicto?, 369.

    E l ensayo como gnero filosfico Una reflexin LUIS VIVANCO SAAVEDRA

    Races del ensayo, 412. El dibujo y su problema, 418. Lo que implica un teorema, 425. Para concluir, 430.

  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    TERCERA PARTE FILOSOFA POLTICA

    Justicia, exclusin y pobreza en Amrica Latina 435 FRANCISCO CORTS RODAS

    Concepciones de justicia econmica en los contextos nacional e internacional, 426. La poltica de la inclusin, 451.

    Legitimidad, accin comunicativa y democracin radical El fundamento poltico del proyecto de investigacin de Jrgen Hahermas 469 OSCAR MEJA QUINTANA

    Crisis y legitimidad, 476. Derecho y colonizacin interna, 485. Reconstruccin normativa de la legitmidad, 506. El giro jur-dico discursivo-procedimental, 515. Conclusin, 527.

    Testimonio, verdad, justicia 531 MANUEL REYES M A T E

    Sobre el papel de la accin y de la imaginacin en la construccin del mundo poltico Una reflexin a partir de Hannah Arendt 544 JULIO CSAR VARGAS BEJARANO

    La esfera de lo pblico y las tecnologas de la comunicacin 573 FERNANDO GARCA LEGUIZAMN

    Conceptos de lo pblico, 574. La esfera pblica poltica, 576. Constitucin de la esfera pblica moderna, 581. La Internet y la esfera pblica poltica, 588. La comunicacin mediada por computador, 603. Una nueva forma de interaccin, 607. La red y la esfera pblica dramatrgica, 614.

    Identidad: Sntoma o patologa? 617 HJALMAR F. NEWMARK

    La identidad del Sujeto, 621. La identidad del Estado, 625. Conclusin?, 629.

    X

    Naci en Medelln, Colombia, el 1 septiembre de 1935. Licenciado en Filosofa y Letras, Pontificia Universidad Javeriana (1960). Licen-ciado en Teologa, St. Georgen en Frankfurt a.M. (1967). Doctor en Filosofa, Universidad de Colonia (1973).

    1973-1975: Profesor de Filosofa en la Universidad Javeriana de Bogot. 1975-2000: Profesor Asistente y Profesor Asociado de tiempo completo en

    la Universidad Nacional de Colombia. 1982-1984: Miembro del Consejo Superior de la Universidad Nacional

    de Colombia. 1985-1987: Comisin postdoctoral y ao sabtico en la Universidad de

    Wuppertal, Alemania. Profesor invitado en la misma Universi-dad el semestre de verano de 1987.

    1988-1990: Decano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Univer-sidad Nacional de Colombia, Sede Bogot.

    Desde el 1 de marzo de 2000: Director del Instituto de Estudios Sociales y Culturales PENSAR, Pontificia Universidad Javeriana.

  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    Miembro de la Comisin Nacional de Doctorados y Maestras (1995-1998) y del Consejo Nacional de Acreditacin (CNA) de la Educacin Superior de Colombia (2000-2005).

    Miembro del Comit Acadmico de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofa - EIAF.

    ALGUNAS PUBLICACIONES

    Codirector con Miquel Martnez Martn de la Coleccin Educacin en Valores, Octaedro-OEI. Coordinador con Miquel Martnez y autor de "Etica y educacin en valores" en: Qu significa educar en va-lores hoy? Barcelona, Octaedro-OEI, 2004, pp. 45-75. Coordinador y coautor con Miquel Martnez, "La formacin en valores en sociedades democrticas" en Educacin para la ciudadana en tiempos de glohali-zacin, Barcelona: Octaedro-OEI, 2006, pp. 15-50.

    a) LIBROS

    Intentionalitat ais Verantwortung. Geschchsteleologie und Teleologie der Intentionalitat bei Husserl. Phaenomenologica 67, M . NijhofE Den Haag, 1976.

    Los intereses de la vida cotidiana y las ciencias. Universidad Nacional de Colombia, Bogot, 1986.

    Derechos humanos, tica y moral. S.O.S. y Viva la Ciudadana, Bogot, 1995.

    (con Germn Vargas Guillen), La teora de la accin comunicativa como nuevo paradigma de investigacin en ciencias sociales: las ciencias de la discusin. Bogot, Coreas Editores, 1997.

    (Coedicin con Angela Uribe) y prlogo a Convergencia entre tica y poltica. Bogot, Siglo del Hombre Editores, 1998.

    Ciencia, tecnologa y tica. Instituto Tecnolgico Metropolitano, Medelln, 2000.

    X

    Guillermo Hoyos Vsquez

    b) TRADUCCIONES AL ESPAOL

    Wolfgang Janke, Postontologa. Pontificia Universidad Javeriana y OEI,

    Bogot, 1988.

    Emst TugendhatAJrsuIa Wolf. Propedutica lgico-semntica. Barcelona,

    Anthropos, 1997.

    c) ARTCULOS RECIENTES

    "De la intolerancia de la violencia a la intolerancia poltica" y "Tolerar para democratizar la democracia", en Guaraguao. Revista de Cultura Latinoamericana, Ao 8, N 19, invierno de 2004, Barcelona, CECAL, Centro de Estudios y Cooperacin para Amrica Latina, pp. 9-20 y 41-47.

    "Estructuracin del discurso biotico. I. Comunicacin y lenguaje", en Volnei Garrafa, Miguel Kottowy Alya Saada (Coordinadores), Estatuto Epistemolgico de la Biotica, Mxico, UNESCO/UNAM, 2005, pp.193-218.

    "Mundo de la vida y comunicacin. La fenomenologa en dilogo con las ciencias", en Revista Pesquisa Qualitativa, San Pablo, Sociedade de Estudios e Pesquisa Qualitativos, ao 1, N 1, 2005, pp. 73-106.

    "Las creencias religiosas en la sociedad postsecular", en Mara Herrera y Pablo De Greiff (compiladores), Razones de la justicia. Homenaje a Thomas McCarthy. Mxico, UNAM, Instituto de Investigaciones Filosficas, 2005, pp. 125-149.

    "Tolerancia y democracia en una poltica deliberativa", en Gustavo Leyva (Ed.), La Teora Crtica y las tareas acuales de la crtica, Barcelona, Anthropos y UAM-Iztapalapa, 2005, pp. 220-234.

    "La democracia entre los valores y la tica", en Revista Ciudadanos. Crtica poltica y propuestas", ao 6, N 10, Buenos Aires, invierno de 2006, pp. 97-112.

    " E l significado de la tolerancia liberal en un proceso de reconciliacin", en Camila De Gamboa Tapias (Ed.), Justicia Transicional: Teora y Praxis. Bogot, Universidad del Rosario, 2006, pp. 183-203.

    "Ciencia y tica desde una perspectiva discursiva", en Convergencia. Revista de Ciencias Sociales, ao 13, N 42, Mxico, UAEM, 2006, pp. 117-131.

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  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    "thos mundial y justicia global en un enfoque discursivo", en Francisco Corts Rodas y Miguel Giusti, Justicia global, derechos humanos y res-ponsabilidad, Bogot, Siglo del Hombre Editores, 2007, pp. 333-359.

    " E l dilogo: tica discursiva y poltica deliberativa", en Adriana Bolvar y Francs D . de Erlich (Eds.), El anlisis del dilogo. Reflexiones y estudios, Caracas, Universidad Central de Venezuela, 2007, DD. 15-30.

    XV

    LOS AUTORES

    ANGELA CALVO DE SAAVEDRA. Profesora Asociada de la Facultad de Filo-sofa, Pontificia Universidad Javeriana, Bogot (Colombia). Miembro de la Hume Society. Sus reas principales de trabajo son Etica, Filo-sofa Poltica, Filosofa Moderna y Psicoanlisis. Su investigacin cen-tral gira en torno a la filosofa moral de David Hume, tema sobre el cual ha escrito varios artculos, entre ellos: "Simpata y espectculo en la moral de David Hume" (Bogot, 1995), "Sentimiento moral y relaciones sociales" (Bogot, 1996), "Conversacin y reciprocidad. El otro imaginado" (Bogot, 1998), " E l poder civilizador de la sensi-bilidad moral" (en: Hoyos, Guillermo (Ed.): Convergencia entre la tica y la poltica, Bogot, 1998), "Imagination and conversation. Humes moral point of view" (Ohio, 2000), "The Anatomist and the Painter: conflicting views of moral philosophy?" (Helsinki, 2002), "Globalization and cosmopolitism in Humes political philosophy" (Tokio, 2004).

    FRANCISCO CORTS RODAS: Filsofo, magster en Filosofa, Universi-dad Nacional de Colombia y doctor en Filosofa, Universidad de Konstanz, Alemania. Ha sido becario del DAAD y de la Fundacin Alexander von Humboldt. Profesor asociado del Instituto de Filosofa de la Universidad de Antioquia, Colombia. Entre sus publicaciones se destacan La verdad en el infierno. Dilogo filosfico en las voces de Hobbes, Kant y Maquiavelo (Siglo del Hombre Editores, 2002), De la poltica de la libertad a la poltica de la igualdad. Un ensayo sobre los lmites del liberalismo (Siglo del Hombre Editores y Universidad de Antioquia, 1999), Praktische Philosophie und Theorie der Gesellschaft. Zur Kritik und Rekonstruktion einer emanzipatorischen Gesellschafts und Moraltheorie bei Habermas, (Hartung-Gorre Verlag, 1993). Tam-bin es coeditor de Los Clsicos de la Filosofa Poltica (Editorial Universidad de Antioquia, 2003), Multiculturalismo y el problema de las minoras, (Res Pblica y Universidad de Antioquia-Instituto de Filosofa, 1999), Liberalismo y comunitarismo: Derechos Humanos y Democracia, (Colciencias y Editions Alfons el Magnnim, 1996). Autor de una serie de artculos publicados en revistas especializadas nacionales e internacionales.

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  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    ADELA CORTINA: Catedrtica de tica y Filosofa Poltica en la Universidad de Valencia, ciudad en la que naci y curs sus estudios de Licenciatura y Doctorado en Filosofa, que profundiz en las Universidades de Mnchen y Frankfurt como becaria del DAAD y de la Alexander von Humboldt-Stiftung. Ha sido profesora visitante en las Universidades de Louvain-la-Neuve, Notre Dame (USA), Cambridge y en la Vrije Universitet (Amsterdan). Es directora de la Fundacin TNOR, vocal de la Comisin Nacional de Reproduccin Humana Asistida y del Consejo Asesor del Ministerio de Sanidad y Consumo, miembro del Board de Idea, Directora del Programa Interuniversitario de Doctorado, con Mencin de Calidad, "Etica y Democracia". Ha publicado entre otros libros Razn pblica y ticas aplicadas (Coed., Tecnos, 2003), Construir confianza (Trotta, 2003), Por una tica del consumo (Taurus, 2002), Alianza y Contrato (Trotta, 2001), Ciudadanos del mundo (Alianza, 1997), Etica de la empresa (Coaut., Trotta, 1994), La tica de la sociedad civil (Anaya/Alauda, 1994), El quehacer tico (Santillana, 1994), tica aplicada y democracia radical (Tecnos, 1993) y Etica sin moral (Tecnos, 1990), tica mnima (Tecnos, 1986).

    FERNANDO GARCA: Estudios de sociologa en la Universidad Nacional de Colombia, Filsofo de la misma universidad; pedagogo de Medios en la Pdagogische Hochschule de Friburgo, Alemania. Candidato a doctor en filosofa de la Freie Universitt Berlin con una tesis acerca de las transformaciones de la esfera de lo pblico en la era de las nuevas tecnologas de la comunicacin.

    KLAUS HELD: Profesor emrito de la Bergische Universitt Wuppertal, Alemania. Realiz estudios de filosofa, griego y latn en las univer-sidades de Mnchen, Freiburg, Bonn y Kln. En esta ltima univer-sidad se doctor y habilit bajo la direccin del profesor Dr. Ludwig Landgrebe. Invitado como conferencista a ms de 30 pases en cuatro continentes (Francia, Italia, Espaa, Blgica, Inglaterra, Suiza, Aus-tria, Estados Unidos, Canad, Argentina, Mxico, Colombia, Japn, China, Corea, Sudfrica, entre otros). Profesor visitante en State University of New York at Stonybrook (USA), en Gradate School of Human and Environmental Studies de la National University of Kyoto (Japn) y en Chinese University of Hong Kong. Fue decano, vicerrector y rectoT (e) de la Bergische Universitt Wuppertal, presi-

    Los autores

    dente de la "Deutsche Gesellschaft fr Phnomenologische Fors-chung". Fundador y director, junto con Bernhard Waldenfels, del "Graduiertenkolleg'Phnomenologie und Hermeneutik'" de la "Deuts-che Forschungsgemeinschaft" - D F G . Ha publicado innumerables artculos en revistas especializadas en todo el mundo. Editor de la obra completa de Martin Heidegger en la editorial Klostermann. Algunas de sus publicaciones: Phnomenologie der Welt (en chino: Peking, 2002; Taiwan, 2004), Phnomenologie der politischen Welt (en croata: Zagreb, 2000; en eslovaco: Ljubljana, 1998), Die Phnomenologie der Welt und die Griechen (en italiano: Miln, 1995), Treffpunkt Piaton (Stuttgart, 1990/1991/2001. Traducido al holands, francs, japons y coreano), Heraklit, Parmenides und der Anfang von Philosophie und Wissenschaft (Berlin, 1980), Lebendige Gegenwart. Die Frage nach der Seinsweise des transzendentalen Ich bei Edmund Husserl, entwickelt am Leitfaden der Zeitproblematik (Den Haag, 1966).

    HEINRICH HNI: Estudios de filosofa, historia del arte y germanstica en las universidades de Freiburg im Breisgau y Kln, donde "obtuvo" su doctorado con un trabajo acerca de la filosofa de Martin Heidegger, con la tutora del profesor Dr. Ludwig Landgrebe. Desde 1994 es profesor en la Bergische Universitt Wuppertal. Es uno de los editores de la obra completa de Heidegger en la editorial Klostermann. Su trabajo est centrado en la fenomenologa, en la filosofa griega y el idealismo alemn. Entre sus publicaciones cabe destacar: "Heideggers Unruhe bei Heraklit" (Pltner y Fiatscher (Eds.): Heigegger und die Antike, Frankfurt, 2005), "Die Vergangenheit der Zeit bei Aristoteles" (Hning, Michel y Thomas (Eds.): Aufklrung durch Kritik. Festschrift fr Manfred Baum, Berlin, 2004), "Existencia e historia" (Escritos de filosofa, Buenos Aires, 2003), "Die sprechende Bewegung. Leiblichkeit und Dasein" (Riedel, Seubert y Padrutt (Eds.): Zwischen Philosophie, Medizin und Psychologie. Heidegger im Dialog mit Medard Boss, Kln/ Weimar/Wien, 2003), "Begierdeals Wesen und Grenze des Bewutseins bei Hegel in Kunst und Wahrheit" (Diaconu (Ed.): Festschrift fr Walter Biemel zu seinem 85. Geburtstag, Bukarest, 2003), "Das Hervortreten des Ethischen bei Aristoteles" (Hni y Trawny (Eds.): Die erscheinende Welt. Festschrift fr Klaus Held, Berlin, 2002), "Abschied. Zum IV. Teil von Also sprach Zarathustra" (Spiztey y Stoecker (Eds.): Philosophie la carte, Paderborn, 2002), Wahrnehmungswirklichkeitnach Aristoteles (Wrzburg, 1992).

    XV

  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    JULIA IR1BARNE: Doctora en Filosofa de la Universidad de Buenos Aires. Investigadora y directora de la Seccin de Fenomenologa y Herme-nutica en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires. En la actualidad se desempea como Profesora Invitada por la Universidad Catlica Argentina en la ctedra de Antropologa Filosfica. Ha llevado a cabo trabajos de investigacin en los Archivos Husserl de Kln, Freiburg, Pars y New York. Ha sido representante de Amrica Latina ante la O P O (Organization of Phenomenological Organizations) en el perodo 2003-2005. Autora de Fenomenologay Literatura (Universidad Pedaggica Nacional, 2005), Edmund Husserl. La fenomenologa como monadologa (Academia Nacional de Ciencias, 2002), Husserls Theorie der Intersubjektivitt (Karl Alber, 1994), La intersubjetividad en Husserl (Ediciones Carlos Lohl, Vol. I 1987; Vol. II 1988), La libertad en Kant (Ediciones Carlos Lohl, 1981). Ha publicado numerosos artculos en revistas especializadas nacionales e internacionales.

    MNICA MARCELA JARAMILLO-MAHUT: Diplomada en Filosofa y Le-tras de la Universidad de Caldas ("Superacin del objetivismo y subjetividad trascendental en la fenomenologa de Husserl", bajo la direccin de Guillermo Hoyos Vsquez). Maestra en Filosofa de la Universidad de Pars IV (Sorbona), Francia (1985). Doctora en filosofa de la Universidad de Pars I (Sorbona), Francia (1995). Entre sus trabajos se destacan: "La philosophie en Amrique latine. De l'imitation la pense cratrice" (Paris, Publicaciones de la UNESCO, 2006), "La fenomenologa psicolgica y el problema de la constitucin de la identidad colectiva" (Lima, 2003), "La evolucin de la idea del inconsciente en la fenomenologa de Husserl" (Bogot, 1999), "Pass, prsent et avenir de la philosophie en Amrique latine" (Paris, Publicaciones de la UNESCO, 1997), E . Husserl et M. Proust: la recherche du moi perdu (Paris/Montral, L'Harmattan, 1997). Miembro del Crculo Latinoamericano de Filosofa (CLAFEN) y de la Sociedad Franco-Latinoamericana de Filosofa. Profesora asociada adscrita a la Escuela de Filosofa de la Universidad Industrial de Santander, Co-lombia.

    JULIO CSAR VARGAS: Profesor asociado del Departamento de Filosofa de la Universidad del Valle (Colombia). Doctor en Filosofa de la Bergische Universitt Wuppertal (Alemania) bajo la direccin del

    xviii

    Los autores

    Profesor Dr. Klaus Held. Magister en Filosofa de la Pontificia Uni-versidad Javeriana, Psiclogo de la Universidad de la Sabana y Fil-sofo de la Universidad de San Buenaventura. Miembro del grupo 'Praxis' de la Universidad del Valle. Ha publicado artculos sobre los siguientes temas: las relaciones entre fenomenologa y psicologa; tica fenomenolgica y filosofa prctica. E n la actualidad investiga sobre los siguientes tpicos: el mundo de la vida, la accin, la libertad y el espacio pblico.

    OSCAR MEJA QUINTANA: Profesor Titular, ex director del Departamento de Ciencia Poltica y actual director del Centro de Investigaciones Jurdicas y Polticas de la Facultad de Derecho, Ciencias Polticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. Profesor Asociado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Los Andes. Filsofo de la Universidd Nacional, Maestra y Doctorado en Filosofa Moral y Poltica de la Pacific University, los Angeles. Post Doctorado en Filosofa del Derecho en el Departamento de Filosofa de la Universidad Nacional de Colombia. Autor de Teora poltica, democracia radical y filosofa del Derecho (Tmis, 2005), Democracia y filosofa de la historia en Amrica Latina (Ediciones Jurdicas, 2005), El posestructuralsmo en la filosofia poltica francesa contempornea (Unibiblos, 2004), La problemtica filosfica de la obediencia al Derecho y la justificacin constitucional de la desobediencia civil (Unibiblos, 2001), Derecho, jegitimidad y democracia deliberativa (Tmis, 1998), Justicia y demo-cracia consensual (Siglo del Hombre, 1997), Estudio preliminar a John Rawls, El Derecho de los Pueblos (Ediciones Uniandes, 1996), El humanismo crtico latinoamericano ( M & T Editores, 1993), Cultura y democracia en Amrica Latina ( M & T Editores, 1992) entre otros.

    JAVIER MUGUERZA: Catedrtico de tica de la UNED, tras haberlo sido en las universidades de La Laguna, Tenerife y Autnoma de Barcelona. Primer director del Instituto de Filosofa del Consejo Superior de Investigaciones Cientficas en su refundacin en 1986. Fundador, editor y codirector de Isegora. Revista de filosofa moral y poltica. Coordina el Comit acadmico de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofa. Ha publicado, entre otros libros, Ethics and perplexity: toward a critique of dialogical reason (Rodopi, 2004), El puesto del hombre en la cosmpolis (Laguna: Revista de Filosofa, 1999), Etica,

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  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    disenso y derechos humanos (Alianza, 2000), Desde la perplejidad (Fondo de Cultura Econmica, 1996), Ethik der Ung&vissheit (Karl Alber, 1992), El fundamento de los derechos humanos (Debate, 1990), The alternative of dissent (Cambridge University Press, 1989), La razn sin esperanza (Taurus, 1986). Ha editado e introducido Ethik aus Unbehagen. 25 Jahre ethische Diskussion in Spanien (Karl Alber, 1994) y La concepcin analtica de la filosofa (Alianza, 1987). Entre las coediciones se destacan Razn y accin (en preparacin), La paz y el ideal cosmopolita de la Ilustracin (Tecnos, 1996), Etica da tras da. Homenaje al Profesor Aranguren en su ochenta cumpleaos (Trotta, 1991), Kant despus de Kant (Tecnos, 1988), Teora y sociedad. Homenaje al Profesor Aranguren en su sesenta cumpleaos (Ariel, 1970). Prepara La tica a la intemperie y otros ensayos de filosofa moral.

    HJALMAR NEWMARK: Abogado de la Universidad de los Andes (Colombia). Realiz la maestra en Sociologa del Derecho en el International Institute for the Socology of Law, Oati, Espaa. Ha sido docente de las universidades Nacional de Colombia y Santo Toms. Dedicado a la investigacin acerca de la teora de la sociedad, la sociologa del derecho y la filosofa poltica contempornea, especialmente Luhmann, Habermas, Deleuze y Foucault. Entre sus publicaciones estn De la legalidad al sistema del Derecho (Uniandes-Cijus, 2003), "Normas y valores: double bind?" (Bogot, 2006), "Foucault y Deleuze: Resea Poltica de sus obras", en Meja, Oscar: posestructuralismo en la filosofa poltica francesa contempornea, Bogot, 2004), "Construccin de sentido y complejidad en la dimensin social del derecho: los tribunales en la teora de Niklas Luhmann, Mxico, 2002). Profesor de tiempo completo en la Universidad del Norte, Barranquilla (Colombia).

    PATRICIA NOGUERA DE ECHEVERRI: Doctora en Filosofa de la Educa-cin, Universidad de Campinas (Brasil). Magister en Filosofa de la Universidad Nacional de Colombia. Postdoctorada en la Universidad de Barcelona. Profesora titular y emrita de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Manizales. Coordinadora de la Red de Pensamiento Ambiental (Europa, Iberoamrica, Amrica Latina y Colombia). Fundadora y directora de la revista Ideas Ambientales, co-fundadora de la revista Gestin y Ambiente, directora de la revista N O V U M , entre otras. Entre los libros publicados por la Universidad Nacional de

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    0 5 autores

    Colombia se destacan El reencantamiento del mundo: ideas filosficas para la construccin de un Pensamiento Ambiental Contemporneo (PNUMA/ORPALC/UNAL, 2004), El mundo de la vida, elementos para la elaboracin de modelos de educacin ambiental rural (Universidad Nacional de Colombia, 2003) Educacin esttica y complejidad am-biental (Universidad Nacional de Colombia sede Manizales, 2000) en coautora con Carlos Augusto Angel Maya y otros, Escisin y recon-ciliacin: Movimiento autorreflexivo de la modernidad esttica (Uni-versidad Nacional de Colombia sede Manizales, 1998), Identidad y diferencia en la Fenomenologa Trascendental (Universidad Nacional de Colombia sede Manizales, 1996), Aproximaciones a una teora cr-tica del espacio moderno (Universidad Nacional de Colombia sede Manizales, 1989) y Fundamentos filosficos de la arquitectura medieval (Universidad Nacional de Colombia sede Manizales, 1985).

    MANUEL REYES MATE: Filsofo nacido en Pedrajas de San Esteban, Valladolid (Espaa). Doctor de la Westflische Wilhelms-Universitt de Mnster, Alemania (1972) y de la Universidad Autnoma de Madrid (1980). Profesor de investigacin del Consejo Superior de Investigaciones Cientficas en el Instituto de Filosofa de Madrid, del cual fue su director (1990-1998). Director del Departamento de Filosofa Prctica. Entre sus libros cabe destacar Medianoche en la historia. Comentarios a las Tesis de W. Benjamin sobre el concepto de historia (Trotta, 2006), A contraluz de las ideas polticamente correctas (Anthropos, 2005), Por los campos de exterminio (Anthropos, 2003), Auschwitz. Actualidad moral y poltica (Trotta, 2003), La filosofa despus del holocausto (Ed., Riopiedras, 2002), Penser en espagnol (Presses Universitaires de France, 2001), Heidegger y el judaismo (Anthropos, 1998), Memoria de Occidente. Actualidad de pensadores judos olvidados (1997), traduccin inglesa Memory ofde West (Rodopy, 2004), La razn de los vencidos (Anthropos, 1991), traduccin al francs La raison des vaincus (LHarmattan, 1993).

    ALFREDO ROCHA DE LA TORRE: Doctor en Filosofa de la Bergische Universitt Wuppertal, Alemania. Magister en Filosofa de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogot (Colombia). Filsofo de la misma Universidad, Psiclogo de la Universidad Nacional de Colombia. Ganador de las becas de estudios doctorales de la "Fundacin para

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  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    el futuro de Colombia" C O L F U T U R O , de la "Deutscher Akademischer Austausch-Dienst" DAAD y de la Katholischer Akademischer Auslnder-Dienst" KAAD. Ha sido docente de las universidades Nacional, Dis-trital y Central de Colombia. Fue miembro del grupo asesor de la Organizacin de Estados Iberoamericanos - OEI en el proyecto "La enseanza de la Filosofa en Iberoamrica". Adems de Heidegger est dedicado a la filosofa de Nietzsche. Algunos de sus recientes escritos: Zur Struktur der Sprache: die Mglichkeit der Anerkennung kultureller Verschiedenheit bei Heidegger (Wrzburg, en prensa), "Die Sprache als Haus des Seins: die berwindung der rumlichen Auffassung des Wohnens" (Wrzburg, 2007), " E l concepto de cercana en la filosofa de Martin Heidegger" (Bananquilla, 2007), "Presupuestos del giro heideggeriano hacia la experiencia del lenguaje" (Lima, 2006), " E l lenguaje como apertura y de mundo" (Buenos Ares, 2005), "Ms all de las palabras: el lenguaje en la filosofa de Heidegger" (Maracaibo, 2005). Profesor de tiempo completo, dedicacin exclusiva, en la Universidad del Norte, Barranquilla (Colombia).

    JULIN SERNA: Licenciado en filosofa de la Universidad Nacional de Colombia. Doctor en filosofa de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogot (Colombia). E n la actualidad es profesor de la Universidad Tecnolgica de Pereira (Colombia), y director del grupo de investigacin "Filosofa posmetafsica". Ha publicado entre otros libros Paradojas en lnea. En tomo a Borges y a Cervantes (en coautora con Flix Duque y Rubn Sierra Meja, Siglo del Hombre Editores, 2006), La filosofa nace dos veces (Anthropos, 2005), Borges, lo sugerido y lo no dicho (en coautora con Carlos Rincn, Siglo del Hombre Editores, 2004), Filosofa, literatura y giro lingstico (Siglo del Hombre Editores, 2003). Finitud y sentido (Publiprint, 2002), Heterodoxias l (Universidad Eafit, 1999). Ha publicado innumerables artculos en revistas especializadas y libros conjuntos en Colombia, Espaa, Venezuela, Brasil, Per y Alemania. Ha sido profesor visitante en la Universidad de Len (Espaa) y en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berln (Alemania).

    GERMN VARGAS GUILLEN: Profesor Titular de la Universidad Pedaggica Nacional (Bogot, Colombia) desde 1989. Filsofo de la Universidad de San Buenaventura, Magister en Filosofa Latinoamericana de la

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    Los autores

    Universidad Santo Toms. Doctor en Pedagoga de la Universidad Pedaggica Nacional con la investigacin La representacin compu-tacional de dilemas morales. Investigacin fenomenolgica de episte-mologa experimental. Algunas de sus publicaciones son: Tratado de epistemologa (San Pablo, 2006), Filosofa, pedagoga, tecnologa (San Pablo, 2005), Retrica, potica y formacin. De las pasiones al entimema (Universidad Pedaggica Nacional, 2005), La experiencia de ser. Tratado de metafsica (San Pablo, 2004), Fenomenologa del ser y del lenguaje (Alejandra, 2003), Pensar sobre nosotros mismos (San Pablo, 2002), La teora de la accin comunicativa como nuevo paradigma en ciencias sociales (coautora con Guillermo Hoyos Vs-quez, ICFES-ASCUN, 2002). Colabora habitualmente con las revistas Folios, Itinerario Educativo y Cuadernos de Filosofa Latinoamericana, entre otras.

    LUIS IGNACIO V1VANCO SAAVEDRA: Venezolano, naci en Santiago de Chile en 1958 y reside desde 1965 en Maracaibo, Venezuela. Licen-ciado en Filosofa y en Educacin en el rea de Historia por la Uni-versidad del Zulia. Ha sido profesor en la Universidad Nacional Ex-perimental Rafael Mara Baralt (1987-1997), en la Universidad de la Tercera Edad (1988-1990) y en la Universidad Catlica Cecilio Acosta (1989-1990). Desde 1997 es profesor en la Escuela de Filosofa de la Universidad del Zulia, en la que fund la ctedra de Filosofa Arabe y Juda. En esta misma Universidad dirige desde 1999 el Centro de Estudios Filosficos "Adolfo Garca Daz", donde es actualmente el editor de la Revisto de Filosofa. Se ha especializado en filosofa rabe e islmica, sobre cuyos temas ha disertado en varios congresos de filosofa, y ha publicado artculos en revistas especializadas. Tiene adems estudios de msica.

    BERNHARD WALDENFELS: Profesor emrito de la Ruhr-Universitt Bo-chum, Alemania. Estudios de filosofa, psicologa, filologa clsica e historia en las universidades de Bonn, Innsbruck, Mnchen y Paris. Profesor de la Ruhr-Universitt desde 1976 hasta su emeritacin en 1999. Profesor invitado en Debrecen, Hongkong, Lovaina la nue-va, Nueva York, Praga, Roma y Viena, entre muchas otras. Ms de 300 publicaciones en cuatro continentes. Algunos de sus libros, traducidos a varios idiomas, son: Grundmotive einer Phnomenologie

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  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    des Fremden (Frankfurt/M., 2006), Idiome des Denkens. Deutsch-Franzsische Gedankengnge II (Frankfurt/M., 2005), Phnomenologie der Aufmerksamkeit (Frankfurt/M., 2004), Findigkeit des Krpers. Mit einem Beitrag von B. van Haaren, M . Kleiner und P. Schubert (Dortmund, 2004), Spiegel, Spur und Blick. Zur Genese des Bildes (Kln, 2003), Bruchlinien der Erfahrung (Frankfurt/M., 2002), Verfremdung der Moderne (Gttingen, 2001), Das leibliche Selbst. Vorlesungen zur Phnomenologie des Leibes (Frankfurt/M., 2000), Vielstimmigkeit der Rede. Studien zur Phnomenologie des Fremden, T . 4 (Frankfurt/M., 1999), Sinnesschwellen. Studien zur Phnomenologie des Fremden, T . 3 (Frankfurt/M., 1999), Grenzen der Normalisierung. Studien zur Phnomenologie des Fremden, T . 2 (Frankfurt/M., 1998), Topographie des Fremden. Studien zur Phnomenologie des Fremden, T . 1 (Frankfurt/M., 1997), Deutsch-Franzsische Gedankengnge (Frank-furt/M., 1995), Antwortregister (Frankfurt/M., 1994), Einfhrung in die Phnomenologie (Mnchen, 1992), Der Stachel des Fremden (Frankfurt/M., 1990). Fue presidente de la "Deutsche Gesellschaft fr Phnomenologische Forschung" y es editor de la "Philosophische Rundschau".

    ROBERTO WALTON. Doctor en Filosofa de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Actualmente es investigador superior en el Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas y profesor titular de Gnoseologa en la Universidad de Buenos Aires. Es autor de los libros Mundo, conciencia, temporalidad (Almagesto, 1993) y El fenmeno y sus configuraciones (Almagesto, 1993), y de artculos sobre temas de fenomenologa. Las publicaciones ms recientes se ocupan de horizon-ticidad y juicio, remisividad y mundo, el papel del darse-previo en la fenomenologa trascendental, y las manifestaciones iniciales de la intencionalidad de horizonte. Es director del Centro de Estudios Filosficos Eugenio Pucciarelli de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, director de la revista Escritos de Filosofa, miembro del Consejo Asesor de Orbis Phaenomenologicus, y miembro del Consejo Editor de Husserl Studies.

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    TRADUCTORES

    PAULA CRISTINA MIRA BOHORQUEZ: Filsofa de la Universidad de Antio-quia. Estudios de Maestra en Filosofa en la Universidad de Heidelberg, Alemania. Actualmente realiza una investigacin doctoral acerca de la filosofa de Aristteles en la Universidad de Mannheim, Alemania. Becada de la Katholischer Akademischer Auslnder-Dienst KAAD.

    IRENE BREUER: Arquitecta (1988) y Licenciada en Filosofa (2003) de la Universidad de Buenos Aires. Paralelamente al desempeo en la profesin ha sido profesora de la carrera y del posgrado en la Facul-tad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires y en la Facultad de Arquitectura en la Universidad de Belgrano. Ha participado en proyectos de investigacin en la Universidad de Bue-nos Aires, Secretara de Ciencia y Tcnica, y publicado proyectos de arquitectura y artculos sobre teora y crtica de la arquitectura en revistas especializadas. Actualmente realiza sus estudios de doctorado en filosofa en la Bergische Universitt Wuppertal (Alemania), bajo la direccin del Profesor Dr. Klaus Held. Ha publicado el trabajo " E l sentido La huella", en Escritos de Filosofa (N 44), Buenos Aires, 2004.

    LUIS IGNACIO NIEL: Licenciado en Filosofa de la Universidad Catlica de Santa Fe (Argentina). Profesor asistente de Filosofa en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y en la Universidad Catlica Argentina (UCA), durante los aos 2000 y 2003. Becario del Consejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas (Conicet), bajo la direccin del profesor Roberto Walton (2001-2003). Becario en la Katholische Universitt Eichsttt, Alemania, bajo la direccin del profesor Alexius Bucher (2000-2001). Becario de la Fundacin Konrad Adenauer para la realizacin del Doctorado en la Universitt zu Kln, Alemania, bajo la direccin del profesor Dieter Lohmar, a partir de 2004. Cuenta adems con publicaciones en diversas revistas del mundo hispano y ha participado en numerosos congresos.

  • NOTA DEL EDITOR

    ^ J n homenaje es un acto o serie de actos que se celebran en honor de alguien o algo y que, por ende, da muestras del respeto que se profesa por esta persona, este acontecimiento o cosa. No obstante su importancia y significacin, los homenajes que se hacen al conmemorar un acontecimiento pasado o al presentar los debidos honores a algo que puede tener un com-ponente simblico de importancia para la sociedad o para una nacin, quedan cortos ante el indescifrable sentido de un home-naje personal. Tales homenajes deben recurrir al recuerdo y se expresan en smbolos e incluso en metforas para lograr el ni-vel de convocatoria necesario al reconocimiento de aquello a lo que se tributa honor. Este tipo de homenajes son precedidos por lo general de largos discursos y alocuciones de carcter reme-morativo, que resaltan y ponen en lo ms alto los rasgos ms significativos del suceso o cosa que es objeto del reconocimiento. Quirase o no los homenajes dirigidos a cosas y acontecimientos carecen en su esencia de la base experiencial directa que carac-teriza al homenaje tributado a una persona.

    Cuando se trata de homenajear a un ser humano cambian el sig-nificado y los instrumentos usados para el homenaje, ms an si ste puede ser definido como amigo de la casa del mundo, paro-diando las palabras de Johann Peter Hebel al referirse a la luna como custodia y proteccin del sueo de los hombres. E l amigo no es un recuerdo, est siempre presente an en la ausencia propiciada por la distancia espacio-temporal. A l amigo no se le recuerda como si fuese algo, un suceso o una cosa, ya pasada segn el significado tradicional del tiempo ya ido. E l amigo no

  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    puede estar solamente en la memoria, pues no es algo objetivo que pueda pasar de largo en el tiempo para convertirse en una simple referencia que el recuerdo trae ante nosotros cada vez que miramos a nuestras espaldas. E l amigo est siempre presente, en la forma de nostalgia (Heimweh) cuando estamos lejos y la distancia nos acompaa. A l amigo slo se le puede rendir ho-menaje en el aqu y ahora de su presencia. Es por esta razn que en el homenaje no rememoramos al amigo ni exaltamos sus cualidades ms excelsas para permitir al auditorio hacerse una adecuada representacin de su figura.

    E l maestro-amigo y el colega-compaero no admite alocuciones ni discursos porque no existe recurso literario alguno que logre captar su esencia ni aclarar su significado. Smbolos y metforas quedan cortas ante la autntica experiencia de la amistad: el abrazo. Permtanme entender este homenaje al maestro, colega y amigo Guillermo Hoyos Vsquez como u n fuerte abrazo que, an dado en la distancia, mantiene y fortalece el afecto y ante todo tambin nuestra admiracin por su loable labor de filsofo comprometido con la realidad de un pas y un continente nece-sitado de la funcin social y poltica del pensar. E l homenaje a un hombre, as sin aditamentos sino slo a partir de su propio nombre, no permite ms que la experiencia misma del abrazo: el abrazo de la gratitud que permanece inclume y el abrazo del respeto por su tarea de largos aos construyendo y sealando a las nuevas generaciones de filsofos y acadmicos el camino ha-cia una autntica responsabilidad del pensar.

    Alfredo Rocha de la Torre

    Wuppertal, Alemania, 2007

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    PRESENTACIN

    Daniel Herrera Restrepo

    Universidad Santo Toms, Colombia

    igos y admiradores del Profesor Dr. Guillermo Hoyos Vs-quez nos hemos unido, bajo la iniciativa del Dr. Alfredo Rocha de la Torre, para rendirle un homenaje con la publicacin del conjunto de ensayos que se renen en este volumen. Estos ensayos estn relacionados con la fenomenologa, la tica y la poltica, temas alrededor de los cuales han girado prioritariamente las reflexiones filosficas de nuestro pensador colombiano.

    E l ttulo de este volumen La responsabilidad del pensar ha sido elegido a partir del ttulo que el Dr. Hoyos dio a su tesis doc-toral Intentionalitat ais Verantwortung (Intencionalidad como responsabilidad), defendida en la Universidad de Colonia bajo la direccin de uno de los asistentes de Husserl, el profesor Ludwig Landgrebe. Esta tesis fue publicada por Les Archives de Husserl hace treinta y un aos (1976) como parte de su prestigiosa colec-cin Phenomenologica.

    E n 1918, Husserl escriba en un manuscrito: " M i vida y la de Platn son una. Yo contino su trabajo; [...] su esfuerzo, su querer, su conformar prosiguen en el mo". La tesis del pro-fesor Hoyos constituy una reflexin sobre los ltimos esfuerzos "platnicos" de Husserl en su obra Crisis de las ciencias euro-peas y la fenomenologa trascendental, a saber, el asumir la inten-cionalidad del pensador griego, convertida en el tlos del filosofar

  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    occidental, como la responsabilidad de contribuir a hacer realidad "la unidad de una vida espiritual, de un hacer y de un crear: con todos los objetivos, intereses, preocupaciones y esfuerzos, con las configuraciones teleolgicas, con las instituciones y organizaciones", haciendo posible as la realizacin efectiva del proyecto de un mundo de la vida que, social y polticamente, constituya "una comunidad humana verdaderamente racional". De acuerdo con esto, Husserl consideraba que el filsofo carga sobre sus hombros "la responsabilidad del ser verdadero de la humanidad".

    A lo largo de estos treinta aos Guillermo Hoyos ha hecho del ttulo y del contenido de su tesis, enriquecidos con sus reflexiones sobre la tica kantiana y la Teora de la accin comunicativa, de Habermas, la razn de su existencia: de su pensar y de su accin. E n efecto, desde el punto de vista del pensar, su existencia ha estado dirigida, apasionadamente, a reflexionar alrededor de tres problemas cuyo esclarecimiento l ha asumido con la mayor responsabilidad: el mundo de la vida, la tica discursiva y sus alcances socio-polticos como fundamento de toda convivencia verdaderamente humana en el mundo de la vida y, finalmente, el quehacer poltico exigido para hacer de este mundo un mundo que bien merezca el ser llamado Estado de Derecho. Aadamos que de acuerdo con las exigencias implcitas en estos temas, un problema que igualmente lo ha preocupado de manera especial, es el de la educacin tica y poltica.

    Sinteticemos su pensar sobre estos temas.

    1. El mundo de la vida (Lebenswelt). A travs de casi todos sus escritos Guillermo Hoyos ha tratado de explicitar, defender y enriquecer el tema del mundo de la vida, aquel mundo que

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    Presentacin

    es el correlato de nuestra conciencia intencional y el hori-zonte histrico dentro del cual existimos, convivimos con los "otros", creamos cultura, formulamos proyectos y utopas; horizonte de nuestros actos intencionales y de nuestras expe-riencias pre-predicativas; fundamento gentico de las signi-ficaciones que surgen en las esferas de lo cognoscitivo, de lo volitivo y de los sentimientos y, al mismo tiempo, horizonte de validacin de dichas significaciones; mundo del cual nos apropiamos lingsticamente a travs del hogar, de la escuela, de la tradicin, de los movimientos culturales. Mundo, aad-moslo, dentro del cual, a partir de intereses concretos nos es lcito crear mundos particulares como son, entre otros, el mundo de la ciencia y la tecnologa, el mundo universitario, el mundo de lo poltico.

    Para Guillermo Hoyos es a partir del mundo de la vida "que cobra todo su sentido la reflexin y el anlisis fenomenolgico de las vivencias y los sentimientos - n o slo para establecer el contenido cognitivo de los juicios, sino para comprender el compromiso valorativo del sujeto en determinadas situaciones, y la motivacin afectiva que lo lleva a procesos de renovacin social y cultural".

    Precisamente, una de sus defensas ms significativas de este mundo de la vida es la que lo ha llevado a combatir aquel mundo de la ciencia dominado por un craso positivismo, que "decapita a la filosofa" al negar la razn de ser de aquellos interrogantes que acosan al filsofo, tales como, entre otros, las preguntas por el sentido de nuestra existencia individual e intersubjetiva, por las exigencias ticas que implica el reco-nocimiento de la dignidad de la persona humana o sobre la realidad, sentido y alcances de nuestra libertad. Este posi-

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  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    tivismo, en tanto ciencia "de puros hechos", nos reduce, como deca Husserl, "a puros hechos", a cosas que se manipulan co-mo manipulan las cosas estos cientficos.

    2. El tema de la tica. Teniendo en cuenta este mundo de la vida que nos es comn se impone, necesariamente, la bsqueda de caminos que nos permitan superar los disensos e incrementar los consensos mediante el dilogo, de tal manera que este mundo sea un mundo ms tolerante, menos excluyente, ms justo; un mundo ms pluralista que permita el mutuo recono-cimiento de nuestro carcter de seres libres e histricos y de nuestra dignidad como personas que, como bien lo pensaba Kant, nos hace "fines" y no simples "medios" para el logro de objetivos egostas. Desde este punto de vista, para Hoyos como para Habermas el problema de la convivencia es funda-mentalmente un problema tico.

    De acuerdo con lo anterior ha encontrado estos caminos a partir de los tres interrogantes de Kant: "qu puedo yo sa-ber?, qu debo yo hacer?, qu me es lcito esperar"; en la Teora de la accin comunicativa de Habermas y en la visin husserliana de los sentimientos morales como gnesis de los principios y normas ticas que deben regir la coexistencia.

    Para Guillermo Hoyos el mundo de la vida de Husserl y la accin comunicativa de Habermas se complementan. Sin co-municacin nuestro mundo no ser mundo de vida sino de muerte, pues el poder del dilogo que le es dado al hombre es el nico poder no violento. Para las implicaciones tica exigidas por la comunicacin, tales como, rectitud, validez (veracidad), credibilidad y tolerancia, entre otras, Hoyos no slo tiene en cuenta el pensamiento de Habermas sino tambin los aportes de Husserl sobre los sentimientos morales.

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    Presentacin

    La tica discursiva que recurre a las intuiciones propias y no a principios proclamados como universales y necesarios, pone de manifiesto cmo en todo hombre existe una sensibilidad moral que se expresa en los sentimientos de resentimiento, de indig-nacin y de culpabilidad, que se hacen presentes, de una u otra manera, sin excepcin en todo hombre. Por qu no recurrir a estos sentimientos para llegar a fijar comunicativamente los principios y normas ticos que permitan superar los desa-cuerdos que se dan en el mundo de la vida, sobre todo si ellos estn acompaados de comportamientos violentos? Es esta argumentacin moral discursiva de Habermas la que Hoyos ha defendido y enriquecido a lo largo de estos aos, siempre de acuerdo con nuestro propio contexto vital.

    E l est de acuerdo con Gadamer en que la comunicacin im-plica la interpretacin y la comprensin del otro: la convivencia en el mundo de la vida implica el "dejar hablar al otro", para que nos d a conocer sus perspectivas, sus puntos de vista, sus experiencias personales, sus utopas. A l mismo tiempo impli-ca el "saber escuchar", es decir, saber comprender y valorar el punto de vista del otro, pues sin comprensin no hay posi-bilidad de acuerdos ni de superacin de los desacuerdos.

    Pero no es suficiente, de acuerdo con l, saber interpretar, pues la simple interpretacin no da margen a la unidad, a la convergencia de perspectivas. Todo lo contrario: ella privilegia la diversidad, el desacuerdo y al no urgir un mnimo de vera-cidad justifica el "todo vale" y con ello la intolerancia.

    Esta es la razn de que insista con Habermas en que toda comprensin debe estar acompaada de una capacidad pa-ra argumentar, para fundamentar las propias perspectivas,

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  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    los propios puntos de vista personales, de tal manera que en la comunicacin se apueste a los mejores argumentos. Esto implica, a su vez, la necesidad de una educacin que permita la formacin y valoracin no slo de una razn crti-ca, sino tambin y sobre todo, autocrtica. Slo gracias a la comprensin y a la argumentacin en el dilogo entre los diversos mundo de la vida es posible afianzar los consensos y superar los disensos, utilizando as el dilogo en contra de toda tentacin de imponer una perspectiva recurriendo a la violencia verbal, fsica o moral.

    3. El tema poltico. Bien conocido es el impacto que tuvieron sobre Husserl la Primera Guerra Mundial y el fenmeno del nazismo, que l como judo vivi en carne propia. Nuestro filsofo colombiano realiza sus estudios en una Europa que, durante esos aos, experimentaba grandes transformaciones: un despertar de la conciencia poltica y social a nivel univer-sitario, grandes avances hacia un ecumenismo que borraba los siglos de luchas religiosas, un Concil io Vaticano II con el cual la Iglesia pretenda "ponerse al da" con las realidades terrestres y con las utopas del mundo actual en lo poltico, en lo social, en lo cultural.

    A l regresar a Colombia encontr un pas que tambin, a nivel universitario, experimentaba un despertar social y poltico, en buena parte originado en el fenmeno de movimientos insurgentes que recurran a la lucha armada buscando una sociedad ms democrtica, de un mundo poltico ms orien-tado a la superacin de la pobreza, de las desigualdades, de la corrupcin poltica y de la intolerancia.

    Inspirado en el Husserl del mundo de la vida y de los senti-mientos morales como gnesis de las normas ticas de la

    Presentacin

    accin y en la Teora de la accin comunicativa de Habermas, toma partido por la lucha, no violenta ni excluyente, en pro de una democracia en el sentido ms pleno de la palabra, a saber, como la posibilidad que tienen todos los ciudadanos de definir, a partir de s mismos, las condiciones y formas de su organizacin poltica y social; una democracia al servicio de un verdadero Estado de Derecho, orientado, en trminos realistas, al bien comn, a la defensa de unos mnimos de convivencia que no nieguen la multiplicidad de perspectiva propios del mundo de la vida -bien comn tal como ste es definido y configurado en instancias comunicativas en las cuales de jure y de facto han podido participar los ciudadanos.

    Hoyos lo hace inicialmente como colaborador del Centro de Investigacin y Accin social de la Compaa de Jess, hoy Centro de Investigacin y Educacin Popular (CINEP), y luego desde diversos campos, fundamentalmente desde el mundo acadmico. Cules fueron sus objetivos? Luchar por la recon-ciliacin entre los colombianos, por la democratizacin del pas, por la formacin de una conciencia democrtica como proyecto prioritario de los procesos educativos, formacin que implica fundamentalmente la posibilidad de que los ciudadanos estn capacitados para una verdadera participacin en el dilogo social y poltico, gracias a su capacidad de comprender y de ar-gumentar en forma adecuada, coherente y, de manera especial, con credibilidad, veracidad y honestidad, en una palabra, con autenticidad, en lugar de recurrir a todo tipo de violencia e into-lerancia.

    Los que hemos ledo los frutos de filosofar de Guillermo Hoyos tenemos que estar de acuerdo con Husserl con que "los filsofos son los representantes vocacionales del espritu de la razn,

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  • LA RESPONSABILIDAD DEL PENSAR

    el rgano espiritual en que la comunidad viene originaria y duraderamente a la conciencia de su verdadero destino".

    C o n sus explicitaciones, defensa y enriquecimiento de la tesis husserliana del mundo de la vida, nuestro pensador ha puesto de presente aquella visin que tuvo Husserl del filsofo como "funcionario de la humanidad". Funcionario no en el sentido de alguien que se considera autorizado, gracias a su capacidad reflexiva, a "entregar resultados para ser memorizados" por sus oyentes o lectores ni como autoridad que tiene el poder de exi-girle a los otros qu deben hacer. N o . Funcionario de la huma-nidad en el sentido que ha asumido la intencionalidad de su conciencia como la responsabilidad de hacer de su razn una razn crtica del mundo de la vida, tal como a l se le ha dado experimentarlo y, al mismo tiempo, a contribuir a que sus con-ciudadanos puedan pasar, como dira Kant, de una minora a una mayora de edad en el uso de la razn, de tal manera que estn capacitados para enfrentar crticamente su mundo con la responsable intencionalidad de hacer de l un mundo ms humano, ms intersubjetivo, ms justo y ms democrtico. Slo mediante la posesin de una razn crtica se da la posibilidad de comprender al otro y de argumentar frente al otro para superar los disensos entre las diversas perspectivas que se dan dentro del mundo de la vida y para lograr consensos que nos permitan vivir plenamente la intersubjetividad.

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    PRIMERA PARTE FENOMENOLOGA

  • MUNDO DE LA VIDA Y JUICIO POLTICO1

    Klaus Held

    Bergische Universitt Wuppertal, Alemania

    i se comprende en forma amplia el concepto de "mundo de la vida", tal vez pueda decirse que toda la fenomenologa de Husserl, an antes de redactar su tratado de 1936, Crisis, vers sobre el mundo de la vida. Proveniente de la fenomenologa husserliana, el pensamiento de Guillermo Hoyos Vsquez se ha ocupado ante todo del fenmeno de la accin poltica. Tal ac-cin requiere en primer lugar del juicio. Por ello deseo dedicar al amigo Guillermo Hoyos las siguientes consideraciones acerca de la relacin entre el mundo de la vida y el juicio poltico.

    E n el marco limitado de este escrito no es posible incursionar en todos los aspectos importantes del concepto del mundo de la vida de Husserl. Para el tema de estas consideraciones basta con indicar el hecho frecuentemente pasado por alto, que Husserl elev la palabra 'mundo de la vida', con una intencin originalmente crtica de la ciencia, a un trmino filosfico. A la ciencia contempornea le importa comprender el mundo tal como es "en s" - "objetivo". Para este fin se prescinde meto-dolgicamente del qu y del cmo es el mundo "para nosotros". E l mundo est referido a nosotros en cuanto hombres en la medida en que todo aquello con lo que tenemos que ver -las cosas, el prjimo, sucesos, instituciones o lo que fuere- se nos

    1 Traduccin de Irene Breuer, Bergische Universitt Wuppertal, Alemania.

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    presenta inevitablemente en horizontes, es decir, en contextos de remisin de sentido. E l proceder humano no puede encontrarse con "lo que aparece", es decir, aquello a lo cual en cada caso se refiere, sino a partir de horizontes.

    E n razn de que el entendimiento terico tambin pertenece a la conducta humana, la investigacin cientfica depende en sus juicios sobre lo que aparece, de la correspondiente unin de sta ltima al horizonte. No obstante, la investigacin moderna pretende superar completamente y paso a paso el nexo entre su conocimiento y juicio y los horizontes de lo que aparece y de esta manera alcanzar la "objetividad". E n Crisis Husserl ca-lifica como objetivismo a esta creencia en un acceso al mundo totalmente libre de horizontes y, precisamente en razn de esto, cientfico. Husserl opone en esta obra al mundo interpretado ob-jetivamente, el mundo que aparece en horizontes bajo el ttulo de "mundo de la vida". E l objetivismo en la ciencia es un olvido del mundo de la vida con sus distintos horizontes de juicio.

    La fenomenologa, en tanto anlisis del mundo de la vida, in-tenta superar este olvido, cuya historia previa se extiende hasta los pensadores griegos de la antigedad. U n componente cen-tral de este intento es la crtica al convencimiento objetivista de que a nosotros los hombres nos sera posible alcanzar un cono-cimiento totalmente libre de los distintos horizontes de juicio. Este convencimiento ha dominado tambin a gran parte del pen-samiento poltico. C o n Platn comenz -como Hannah Arendt ha mostrado- una tradicin en filosofa poltica que ha errado en gran parte su propio objeto: "lo poltico", una tradicin que segn mi interpretacin se extiende hasta la teora de la accin comunicativa de Jrgen Habermas. Por ello deseo incursionar brevemente en ella al trmino de mis consideraciones.

    Mundo de la vida y juicio politico

    La ceguera para lo poltico surge a partir del intento de interpretar el juicio de ndole poltica desde la episteme, es decir, desde el conocimiento filosfico-cientfico, un intento que se explica a partir de un cierto parecido entre los juicios que son emitidos por la ciencia y aquellos que surgen en la preparacin de las decisiones polticas. Se emite siempre un juicio sore algo. Los horizontes en los cuales todo aquello sobre lo que emito un juicio me sale al encuentro, son por lo pronto los rostros de los crculos ms prximos a mi propia vida. Tanto como cientfico como en calidad de agente polticamente responsable debo superar la parcialidad del pequeo mundo de estos horizontes subjetivos de los cuales parten mis juicios, para que mis juicios puedan ser aceptados por los otros -tanto los que investigan conmigo como los que viven conmigo compartiendo un mundo poltico- o puedan al menos parecerles seriamente discutibles. Lo decisivo es ahora: esta parcialidad es superada de forma muy distinta en el juicio poltico y en el juicio cientfico. A partir de Platn, los juicios de la episteme pudieron devenir ejemplares para la interpretacin de juicios polticos debido a que esta diferencia fue desatendida en amplias esferas de la filosofa poltica.

    Husserl tambin estaba inmerso en esta tradicin. E n la filosofa del Estado, que fue planeada durante algn tiempo pero no elaborada sistemticamente por l, parte programticamente de Platn. No obstante, su fenomenologa del mundo de la vida puede ayudarnos a entrever el carcter del objetivismo en el pensamiento poltico de la filosofa. El la nos entrega las herramientas para responder a la pregunta con la cual deseo comenzar las siguientes reflexiones: De qu manera y con qu alcance podemos liberarnos de la parcialidad de nuestros hori-zontes de partida subjetivos en el juicio poltico y arribar as a decisiones para la accin poltica que no les parezcan cuando

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    menos completamente arbitrarias a los otros? E n tanto contextos de remisin, los horizontes de mi juicio pertenecen al contexto de remisin del mundo de la vida que los engloba, es decir, al contexto de remisin del horizonte de todos los horizontes.

    La capacidad de liberarse de la parcialidad en los horizontes de partida subjetivos al establecer juicios fue caracterizada por Kant como juicio reflexionante, en la obra de referencia fundamental de la filosofa moderna: la Crtica del Juicio. C o n la emisin de juicios reflexionantes se supera la parcialidad de los horizontes de partida propios, ya que "reflexionar" un juicio propio significa: poner a prueba su productividad bajo consideracin de los horizontes de juicio de otros hombres. La Crtica del Juicio trata primordialmente la dimensin artstica y natural-filosfica del juicio. Sin embargo, Kant, por cierto, insina tambin su significado poltico en el pargrafo 40 de la mencionada obra. Kant caracteriza aqu el modo de pensar que nos capacita para el uso reflexionante del juicio, como "modo de pensar ampliado" 2 (erweiterte Denkungsart), y caracteriza a este modo de pensar tambin como "sentido comn", sensus communis. E l "modo de pensar ampliado" se manifiesta en aquel que es capaz de considerar y tener presente el punto de vista de los dems, quienes estn condicionados por sus propios horizontes de partida, que para m son extraos.

    E l juicio es una capacidad o una fuerza, expresado en griego: una dynamis. Una fuerza puede ser fuerte o dbil. La fuerza

    2 Nota de la traductora: Garca Morente, traductor de la Crtica del Juicio, traduce este trmino como "modo de pensar extensivo". En Kant, Crtica del Juicio, Porra, Mxico 1991, p. 270.

    Mundo de la vida y juicio poltico

    del juicio reside en su uso reflexionante, ya que para salvar el abismo que se establece entre mi punto de vista y el de los otros, corresponde fuerza. Aqu se plantea en verdad la pregunta si estamos autorizados a denominar "abismo" a aquello que sepa-ra los puntos de vista. Quien "se coloca en el lugar de otro" -expresado as literalmente por Kant en el pargrafo 40- y de este modo practica el "modo de pensar ampliado" demuestra con ello su capacidad de apartarse de "las condiciones privadas subjetivas del juicio" -"dentro de las cuales otros tantos estn como encerrados".

    Estas oraciones suponen que nosotros los hombres poseemos en principio la posibilidad de considerar y tener presente los puntos de vista de los otros, porque estamos todos equipados con la misma razn. La razn nos capacita para superar paulatinamente las l i -mitaciones subjetivas del juicio y para colocarnos en cualquier punto de vista desde el pensamiento. Esta movilidad de la razn parece ser tan grande que se podra opinar que podemos alcanzar un punto de vista objetivo superador ms all de los puntos de vista privados subjetivos, un punto de vista desde el cual nosotros podemos mirar desde arriba nuestros puntos de vista limitados, es decir, desde una perspectiva panormica. Pero la razn puede ser tan mvil solamente si no necesita salvar el abismo entre los diferentes puntos de vista. La pregunta es si la razn dispone o no de una movilidad tan ilimitada.

    Pongmonos en la situacin en la que otro hombre y yo entramos en una discusin controvertida sobre nuestras posibilidades de accin en una situacin dada y en ello ambos nos esforzamos por alcanzar un modo de pensar ampliado. Como cada uno sabe, an con un esfuerzo semejante no se elimina totalmente el peligro de no entender los juicios del otro. Para ello existe una

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    explicacin si tomamos al pie de la letra el concepto kantiano de "modo de pensar ampliado": al juzgar, yo puedo siempre "ampliar" nicamente mi modo de pensar. Esto quiere decir que no puedo dejar totalmente detrs de m este modo de pensar y que permanezco ligado a mi punto de vista en todos mis juicios. Hablando en forma figurada, no puedo sino partir del 'aqu' de mi punto de vista y acercarme desde l a los puntos de vista que encuentro en el 'all' de los otros. De esta manera queda una asimetra entre el 'aqu' de mi propio punto de vista y el 'all' del punto de vista de todo otro imaginable. Pero esta asimetra impide la asuncin de una "perspectiva panormica" con la cual se superara definitivamente el peligro de no entenderse mu-tuamente.

    E l concepto "punto de vista" deja resonar inmediatamente el sentido espacial de esta expresin, porque se refiere al hecho de que cada hombre est ligado al lugar desde el cual ve algo. Puedo trasladarme desde aqu, donde actualmente estoy parado, a otro sitio en este espacio. Puedo sealar este sitio y con ello denominarlo 'all'. Pero cuando he alcanzado un 'all' de este tipo, digo desde el sitio que he alcanzado: "yo estoy aqu". Como Husserl ha reconocido ya en el tomo II de sus Ideas relativas a una fenomenologa pura, existe entonces un 'aqu' que, por as decirlo, se traslada con mi movimiento locativo y que yo no puedo abandonar. Visto desde m se encuentran los otros hombres all y all y all, etc. Pero cada uno permanece, visto desde s mismo, en su imperdible 'aqu'. M e es imposible ocupar este 'aqu' de otro hombre. C o n esta situacin comienza la mencionada asimetra.

    A mi unin a mi imperdible 'aqu' pertenece tambin el hecho de que yo siempre tenga algo "a mis espaldas". Puedo por cierto darme vuelta y dirigir mi mirada a algo que previamente no poda

    Mundo de la vida y juicio politico

    ver porque estaba detrs de m. Pero en nada puedo modificar el hecho de que al 'aqu', al que no puedo abandonar, corresponda siempre un mbito detrs de m. A este mbito nunca lo puedo alcanzar con mi mirada, ya que cuando veo algo, ya no est ms detrs de m. Esto no vale slo para mi lugar, mi "punto de vista" en el significado literal -espacial-, sino tambin para mi lugar en un sentido ms amplio, a saber aquel de mi propio e inconfundible espacio vital que determina los horizontes de partida de mi juicio. La forma en la que estoy ligado a este espacio vital es del mismo tipo que aquella en la que el mbito detrs de m existe de manera insuprimible, mbito al que no puedo jams ver simultneamente desde adelante.

    No slo con lo que se encuentra espacialmente a mis espaldas jams puedo encontrarme desde adelante, sino tampoco con aquello que queda temporalmente detrs de m. Ciertamente, en mi vida existe el pasado, al que puedo observar en cierto modo desde adelante. Este es el pasado, al que convierto en objeto de mi atencin en la medida en que me acuerdo expresamente de algo determinado del pasado. Pero existe tambin otro tipo de pasado, a saber lo pasado, que me acompaa en todo mi accionar al igual que lo hace el mbito espacial detrs de m en todos mis movimientos, sin que ello en tanto tal caiga bajo mi mirada. Este pasado es todo aquello que se ha vuelto para m una costumbre firme y natural.

    De forma parecida a como puedo darme vuelta y observar algo que antes estaba a mis espaldas de manera invisible para m, es que puedo tomar conciencia de una costumbre determinada. Pero en este instante ella comienza a perder su carcter de cos-tumbre, ya que la costumbre se define por su capacidad de deter-minar mi conducta sin que yo lo note. La costumbre a la que

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    se dirige mi atencin, deja en principio de ser una costumbre. Puedo modificar o, inclusive, perder muchas de mis costumbres cuando las hago objeto de mi atencin. Pero es imposible aban-donar el hecho de tener costumbres. Sea como sea que me com-porte, la costumbre permanece tan insuprimiblemente a mis espaldas como el mbito espacial detrs de m.

    Justamente en este hecho de tener costumbres se enraizan los horizontes de partida de mi juicio y de los juicios de los otros. Por la costumbre soy conciente, por ejemplo, de que me debo dirigir al garaje de mi casa para, con mi auto, llegar a la estacin. As s, en innumerables asuntos, que a travs del sentido que tienen para m determinados sucesos y objetos, stos remiten a otros sucesos y objetos que a su vez remiten a otros y as sucesivamente. Normalmente no necesito hacerme conciente del "saber de" estos nexos de remisiones. La familiaridad no cosificada con los horizontes de mi conducta y, justamente, esta forma de "conocimiento" es posibilitada por la costumbre. E l mundo de los horizontes de partida de mi juicio forma de esta manera el abarcante e imperdible 'aqu' que no puedo abandonar. Los mundos en tanto horizontes de los hombres son insuprimiblemente diferentes en cuanto tales 'aqu'. Esto los hace ser "puntos de vista" separados entre s por un abismo a salvar; tarea para la cual el juicio ampliado debe demostrar su fuerza.

    Si es posible considerar y tener presente los puntos de vista extraos, pero para ello la razn enjuiciadora debe salvar el abismo entre los diferentes horizontes de partida, se plantea inevitablemente la pregunta: De qu manera se hace posible tal presentificacin? Debido a que los horizontes estn enraizados en costumbres, se encuentra inmediatamente una respuesta:

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    Mundo de la vida y juicio poltico

    tiene que haber en los hombres una costumbre en comn. Slo ella puede explicar el hecho de que sea posible el acuerdo en una deliberacin o discusin entre muchos hombres en una situacin decisiva y, especialmente, en decisiones polticas controvertidas. E l acuerdo debera fracasar si todo aquello en comn fuera puesto expresamente y sin excepciones a discusin y con ello en principio tambin a disposicin. E l acuerdo requiere algunos su-puestos bsicos que no estn bajo discusin. Como supuestos de esta evidencia son consideradas solamente las costumbres que los otros, al igual que yo, a travs de la conciencia de horizonte "tenemos a nuestras espaldas".

    La totalidad de las costumbres que todos nosotros en comn tenemos a nuestras espaldas, los griegos la llamaban thos. Esta palabra defina desde su significado original, el lugar en comn acostumbrado, en el cual una comunidad de hombres permaneca de forma estable en la configuracin de su vida en comn a travs de la accin. Siguiendo a Hegel podramos traducir thos al alemn como Sittlchkeit (moralidad), porque forma el nexo total de aquellas Sitien (buenas costumbres), en cuyo cumplimiento los hombres se brindan reconocimiento unos a otros desde tiempos pasados. La reflexin de mi juicio conducente a una decisin a travs de la presentificacin de los puntos de vista de los otros presupone la comunidad de un thos. Slo gracias a l tengo la posibilidad de configurar mi juicio de forma tal que, como Kant lo expresa con un trmino alemn pertinente, puedo "ansinnen" a los otros. "Ansinnen" quiere decir: en la relacin con otra persona, pretender que sta tome conocimiento de mi juicio y lo considere discutible. Si los otros aceptan o rechazan mi juicio, esto es ya una segunda cuestin.

    E n este punto se plantea una objecin de peso: si el modo de pensar ampliado del juicio reflexionante es posible gracias al

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    ethos en comn, parece que para franquear los diferentes pun-tos de vista no se requiere de tal grado de fuerza, como lo he expuesto hasta ahora. A travs del ihos parece haber sido sal-vado el abismo del cual he hablado. Para enfrentarse con esta objecin es necesario tratar an ms enrgicamente las difi-cultades con las que el juicio en su uso reflexionante debe luchar. Kant diferencia en la Crtica del Juicio este uso del uso "determinante"3 (bestimmend) del juicio. E n el juicio en general son asociados lo particular y lo general. E l juicio "determinante" parte de lo general y subsume bajo l en cada caso a lo particular, que de esta manera es considerado como caso de aplicacin o ejemplo y presta a lo general una determinacin concreta. E n comparacin, el trabajo del juicio "reflexionante" consiste en descubrir primero lo general a un particular dado.

    Esta diferenciacin clsica parece, en primera instancia, un mero asunto de la teora filosfica. Pero en verdad tiene una relevancia prctica y sobretodo una significacin sumamente actual. Hoy en da ciertamente se ha debilitado la fuerza del juicio en su uso reflexionante. E n la red de las administraciones que se extienden en nuestra sociedad, domina un uso determinante del juicio: multitudes de trabajadores dependientes y empleados pblicos se ocupan de aplicar las prescripciones de variados reglamentos jurdicos y de otro tipo a lo particular de los "casos" administrados. A travs del proceso de modernizacin, las condiciones de vida pierden ms y ms su claridad. Se desea compensar este proceso a travs de la configuracin crecientemente diferenciada de las prescripciones. Pero ello trae inevitablemente aparejado un

    ' Nota de la traductora: Garca Morente traduce este trmino como "consecuente". En Kant, Crtica del Juicio, Porra, Mxico 1991, p. 271.

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    debilitamiento del juicio reflexionante. Su certidumbre se reduce con la creciente necesidad de reglamentaciones en la sociedad moderna. La incertidumbre se hace notar sobretodo cuando se trata de decisiones en la accin poltica. E l juicio poltico fracasa ante lo particular de las situaciones que nos sorprenden, para cuya evaluacin faltan reglas generales; l es paralizado por la incapacidad de encontrar reglas nuevas, apropiadas para estas situaciones.

    Lo particular, a lo que nos enfrentamos en la accin, nos sor-prende cuando no estaba de alguna manera previsto en nuestras reglas que nos son familiares y ya existentes y resulta, en este sentido, algo nuevo. Como nuevo determinamos usualmente aquello que acaba de entrar en el presente y hasta ese instante estaba en el futuro. Pero no todo aquello que se torna presente es en sentido estricto nuevo. Lo que podamos prever o esperar normalmente no nos sorprende de forma tal que por ello fracase el juicio. Lo realmente nuevo y por ello sorprendente es aquello que estaba oculto en el futuro y que no se poda anticipar en la espera. Lo nuevo de este tipo es lo futuro en tanto tal. L a di-ficultad bsica que surge generalmente en el uso reflexionante del juicio en el mbito de la accin, y en particular en la accin poltica, reside en que aqu tenemos que ver con lo propiamente nuevo y as somos confrontados con el futuro oscuro, en principio incierto en tanto tal.

    Esta dificultad se torna crtica con la siguiente pregunta: si lo propiamente nuevo se caracteriza por su imprevisibilidad y el juicio reflexionante se refiere a ello, cmo es posible entonces un juicio semejante? Para esta pregunta existe una respuesta. El la consiste en que nuestra accin nos abre un acceso inmediato al futuro, y esto a pesar de su incertidumbre. E n la accin se

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    anuncia por cierto el futuro, y justamente en su incertidumbre, ya en el presente: cada situacin, en la que actualmente actuamos, nos ofrece, para nuestro accionar, diferentes posibilidades, en-tre las cuales debemos tomar una decisin. E n ello hacemos la experiencia de que para ciertas decisiones hay un tiempo apro-piado o napropiado. Quien acta tiene la tarea de diferenciar en forma juiciosa el instante propicio -aquello que en la Grecia clsica fue caracterizado con la palabra kairs- del instante no propicio, y reconocer y aprovechar la oportunidad apropiada -aquello que Maquiavelo llam occasione.

    La realizacin de una posibilidad de accin nueva que nos abre un kairs reside en el futuro incierto, y por ello jams podemos saber en principio con seguridad si una situacin actual nos ofrece o no una oportunidad propicia para la accin. Sin em-bargo, es posible aventurarse en una oportunidad semejante, precisamente debido a que su peculiaridad reside en que ella ofrece una posibilidad de actuar que "nos queda al alcance de la mano", como podemos decir plsticamente en castellano. De esta manera el kairs se caracteriza por tratarse de algo nuevo, que por una parte ya se asoma en el presente y que por otra an est oculto en el futuro. E l jucio reflexionante en el mbito de la accin es posible porque somos capaces de asir una oportunidad propicia. Pero en la tarea de preparar la resolucin para tal de-cisin, gracias a un conocimiento adecuado, se encuentra tam-bin la dificultad fundamental para el juicio reflexionante, en la que ste debe demostrar su fuerza en la accin.

    A l introducir posteriormente una regla para la evaluacin de la singularidad sorprendente de una situacin para la accin nos decidimos para siempre por o en contra de una oportunidad. E l juicio reflexionante demuestra fuerza cuando en la apreciacin

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    Mundo de la vida y juicio poltico

    de las oportunidades propicias o no propicias est abierto para lo nuevo desconocido, lo futuro en tanto tal. E n este sentido se encuentra el juicio reflexionante histrica y filosficamente en la sucesin de la phrnesis, la "razn prctica", que por primera vez analizara Aristteles en el sexto libro de la Etica a Nicmaco. Ya aqu la sabidura prctica es puesta en relacin con el kairs. N o es casual que Cicern aclare que la palabra prudentia, la tra-duccin latina de phrnesis, surge de pro-videntia, "pre-ver", con lo cual se alude en verdad al trmino "prever", relacionado con lo propiamente nuevo en el accionar humano.

    Pero, por qu requiere este prever, a decir verdad, la apertura del juicio reflexionante para el kairs, la fuerza de la que he hablado? Con qu dificultad debe luchar? La disposicin para el reconocimiento y el aprovechamiento de las oportunidades propicias, y con ello para lo verdaderamente nuevo, requiere fuerza porque el juicio reflexionante del modo de pensar am-pliado, como se ha mostrado, depende de un ethos en comn y con ello del reconocimiento de la costumbre. La tendencia a la perseverancia que pertenece a la esencia de la costumbre contradice por cierto la apertura a lo verdaderamente nuevo. E l que pretende del otro un juicio conducente a decisiones y abierto al futuro, le exige, atendiendo justamente a su novedad, aventurarse en una posibilidad de accin, es decir, hacer con la accin un "comienzo" en el sentido enftico del trmino. Pretender esto del otro se encuentra ante la dificultad de que necesita lo acostumbrado y evidente como fundamento para la comprensin, pero al mismo tiempo exige del otro no detenerse ilimitadamente en lo acostumbrado, sino comenzar de nuevo.

    E l objeto esencial de esta pretensin es la disposicin para aprovechar un kairs que posiblemente comienza a dibujarse,

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    la apertura a lo verdaderamente nuevo, porque una postura tal se confronta con la tendencia a conservar lo acostumbrado de antao, el thos. A fin de cuentas esta confrontacin no se puede resolver, no solamente porque thos y kairs estn insu-primiblemente enfrentrados uno al otro, sino tambin porque -justamente por su oposicin- se necesitan mutuamente: el otro puede ser despertado por m a la apertura para el kairs nicamente sobre el fundamento de un thos en comn. E l thos requiere a su vez ser complementado por el kairs, ya que si a travs del thos ya todo estuviera predecidido para la accin, de antemano sera superfluo discutir sobre los juicios conducentes a decisiones. Pero esto es imposible porque se debe contar en todo momento con sorpresas desde un futuro incierto. Por ello se decide a travs del kairs cmo se puede obrar, mientras que el thos slo predelinea en el horizonte de cules parmetros normativos se debe obrar.

    As se resuelve la tensin entre thos y kairs en cada discusin sobre posibilidades de accin, que no termina en el ritual de rutina. E n esta situacin se anuncian ambas dimensiones del tiempo, a las cuales se refiere cada juicio presente conducente a decisin. Cuando se ofrece una oportunidad propicia, lo nuevo que asoma en ella queda por un lado an oculto a travs de su insuperable incertidumbre y en el venir (kommen), por el otro nos es muy prximo en tanto posibilidad a ser aprovechada. As se experimenta el "por-venir" (Zu-kunft), aqu en el sentido literal del trmino, como un venir-hacia-nosotros (auf-uns-Zukommen), como "ankommen" (llegar). Este es el futuro que a diferencia del futur en francs se llama avenir.

    Una unidad comparable entre ocultamiento y cercana, como podemos observar en el kairs, en la "oportunidad", caracteriza

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    sin embargo tambin al thos como costumbre en comn. Las buenas costumbres que conforman el thos nos son evidentes, porque con mucha antelacin nos hemos compenetrado con ellas a travs de la costumbre; ellas provienen del pasado. Pero este pasado no puede convertirse, en tanto algo en cierto modo datable, en objeto de nuestra memoria expresa, ya que con ello se anulara la indiscutida auto-comprensibilidad que debe tener el thos como condicin previa de la controversia en la discusin de decisiones conducentes a acciones. E n razn de que el pasado, en el cual el thos tiene su origen, permanece inalcanzable para la memoria temtica, l es lo "viejo" en el verdadero sentido del trmino. Esto viejo nos est, en tanto aquello que queda a nuestras espaldas, insuprimiblemente oculto y retirado, y sin embargo nos es vividamente presente y cercano en las buenas costumbres en tanto costumbres heredadas y actualmente observadas.

    E n relacin con la accin, el tiempo muestra en ambos fen-menos, lo propiamente viejo y lo propiamente nuevo, dos caras: deja, por un lado, que advengan las oportunidades apropiadas, que hacen posible los comienzos nuevos para la accin, y posibilita lo ya acostumbradamente comn a todos, sobre cuya base pue-den discutirse justamente estos comienzos nuevos. Por otro lado, se sustrae al poder de disponer de nuestra memoria, a saber la espera, de aquel pasado del que proviene el thos, al igual que el futuro, que lleva a cumplimiento al kairs. E l hecho de que el tiempo inaugure las oportunidades propicias y deje originarse lo acostumbradamente comn a todos confiere fuerza al juicio reflexionante, mientras que el sustraerse a la memoria y espera lo torna dbil. Pero esta debilidad, de manera complementaria, forma conjunto con la fuerza: si el pasado, en el que el thos comn se tom costumbre, estuviese disponible para la memoria y si el futuro que se aproxima en el kairs fuese comprensible,

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    no habra ni thos ni kairs y el juicio reflexionante carecera de fuerza. La fuerza estriba en que el thos y el kairs dependen uno del otro justamente por su antagonismo, que a su vez est condicionado por la debilidad que proviene del sustraerse a la memoria y espera.

    Esta debilidad impone al juicio reflexionante lmites insupe-rables y confiere al juicio en este sentido un carcter finito. Pero la finitud as entendida se diferencia esencialmente de las con-cepciones de finitud de la tradicin metafsica, ya que ella no es una carencia, ninguna limitacin de una infinitud supuesta, sino que ella posibilita justamente la fuerza del juicio. Esta relacin permanece oculta a la filosofa en tanto las "condiciones privadas subjetivas", en las cuales los puntos de vista de los hombres que enjuician estn normalmente "encerrados" segn Kant, sean consideradas como meras limitaciones de una razn que en principio se extiende hacia el infinito. Unicamente de una razn tal puede suponerse que podra elevarse a un punto de vista de una "perspectiva panormica" que estuviese ms all de la asimetra entre el 'aqu' de mi punto de vista y el 'all' de los puntos de vista de los otros.

    La suposicin de que tal punto de vista superior de la razn sea en principio alcanzable, no es otra cosa que el olvido del mundo de la vida por la episteme objetivista. E l mundo de la vida abarca todos los horizontes de partida subjetivos del juicio. Pero esto no significa que con nuestro hablar acerca del mundo de la vida, concebido como conjunto de todos los horizontes, podamos mirar esta totalidad desde una perspectiva panormica. Ciertamente, tal como Husserl lo ha sealado, estamos familia-rizados de manera no temtica con este conjunto. Pero tenemos acceso a este conjunto siempre y nicamente en perspectivas

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    que se nos abren desde nuestros horizontes de partida subjetivos. Fenomenolgicamente no hay una razn que se extienda hasta el infinito, una razn que pueda elevarse sobre este insuprimible acceso perspectivstico al todo del mundo de la vida. A pesar de que hoy en da la mayora de los filsofos presumiblemente declarara como "obsoletas" las concepciones metafsicas de infi-nitud, persiste la creencia en la razn que se extiende hacia el infinito de forma oculta en el olvido objetivista del mundo de la vida por la episteme.

    La interpretacin desacertada de lo poltico, que se retrotrae hasta Platn y que proviene de la equiparacin de la manera po-ltica de enjuiciar con el juicio en la episteme, subsiste en nuestra poca, en el hecho de que no se ve la finitud postmetafsica del juicio, la complementariedad de fuerza y debilidad. Esta ce-guera se muestra concretamente en la manera en que, en la sociedad administrada actual, se previene la inseguridad en el uso reflexionante del juicio, de la cual he hablado. Los intentos de recuperar la seguridad del juicio se mueven, a decir verdad, entre dos extremos. U n extremo se refiere a la costumbre en tanto dimensin del pasado del juicio. Se piensa que lo bueno de vieja costumbre puede ser asegurado en cuanto es fijado con-cretamente en textos transmitidos por la tradicin - e n el mundo euro-americano e islmico son la Biblia y el Koran sobre todo o en buenas costumbres en forma de leyes, por ejemplo, en prescripciones para la vestimenta y otros ejemplos concretamente concebibles. Este es el fundamentalismo en su forma popular.

    E l fundamentalismo existe empero en una forma ms sutil en la filosofa: se afirma que los parmetros contenidos en el thos deberan perder todo compromiso mientras nos obliguen solamente de forma acostumbrada bajo la figura de reglas de

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    conducta vividas, y que en lugar de la as entendida "moral convencional" -as la terminologa de Karl-Otto Apel retomada de Jrgen Habermas- debera hoy en da introducirse la "moral postconvencional". Tambin en una moral de este tipo se representa lo bueno como objeto de nuestra conciencia, a saber en la forma de imperativos, mandamientos, leyes, deberes, valores, etc. Apel y Habermas parten del supuesto de que pode-mos, entonces, estar seguros de esto bueno, si lo anclamos en fundamentaciones de normas que son independientes de la costumbre vivida. Pero con ello se reem