La Religión y El Espíritu Del Renacimiento (Cap 3)
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CAPÍTULO III: LA RELIGIÓN Y EL ESPIRITU DEL RENACIMIENTO
El hombre renacentista1, fundamentalmente italiano, se caracterizó por ser un nuevo
hombre que se desliga de la actitud religiosa; es decir, por medios de las nuevas ideas
que proporcionará el Humanismo, el sentimiento religioso será cuestionado.
Desarrollando así una actitud individualista, influenciada por costumbres bizantinas y
mahometanas2, buscando la reflexión de las necesidades del hombre.
El carácter secular con que el Renacimiento parece destacarse en marcado contraste con
la Edad media procede, ante todo, de la caudalosa afluencia de las nuevas concepciones
de la naturaleza y la humanidad, de las nuevas ideas y designios. En los primeros años
del renacimiento, se centran en la necesidad de estudiar al ser humano.
En el apogeo del renacimiento, mediados del siglo XV, el pensamiento se basó en la
crítica audaz de la iglesia cristiana y recurriendo a pensamientos proyectados sobre
placeres mundanos, aunque creyendo en una postura teísta del mundo en el que se
reconocía el valor de la bondad relativa de las diversas religiones.
La antigüedad influyó en esta época con la literatura filosófica en el que se impregnaba
el triunfo de la filosofía sobre la fe. La influencia de Epicuro se ciñó en la obra de
Cicerón para concebir un mundo totalmente des-divinizado. La iglesia condenó estas
prácticas.
Se presentan riesgos para la Iglesia, pues los humanistas presentan pensamientos que
contradecían su ideal, como en el caso de los epicúreos. Esto iba acompañado de la
literatura, la ciencia y la filosofía, disciplinas que fomentan la investigación y ponen al
hombre como eje de las cosas. También, la Academia platónica de Florencia con el
objetivo de fundir el espíritu cristiano con el antiguo.
De esta manera, el hombre moderno es participe de todos los acontecimientos que
suceden en este periodo, ya que logran conocer la grandeza histórica e intervienen en su
educación religiosa.
1 Se dice fundamentalmente italiano puesto que en el resto de Europa, la tradición religiosa era muy fuerte aún.2 Influencias bizantinas debido a la migración de griegos tras la caída de Constantinopla a manos de los turcos otomanos. La influencia mahometana se debe a la alta apreciación de los italianos, en especial de los florentinos, a los árabes y sus costumbres, se relacionaron básicamente por cuestiones mercantiles.
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CAPÍTULO VI: ANIMADORES Y PROTECTORES DEL HUMANISMO
En la sociedad florentina a comienzos del siglo XV aparece el humanismo, esta actitud
filosófica fue practicada y seguida por los ciudadanos, eruditos y luego se extendería
hacia los papas y los príncipes. Como es el caso de Niccolo Niccoli, Piero de Pazzi,
Giannozzo Mannetti; quien se dedicó de por completo a la ciencia y fue uno de los más
insignes de su época.
Los Médici fueron una familia de mercaderes y grandes impulsores culturales en
Florencia. Lorenzo El Magnífico, nieto de Cósimo El Viejo fue un gran impulsor de la
filosofía idealista, el platonismo y de la vida espiritual.
También hubo en Italia otras ciudades en donde determinados círculos sociales
laboraron en pro del Humanismo y protegiendo a los sabios; por otro lado también
existía el humanismo en las cortes de los príncipes. Alfonso de Nápoles quien fue uno
de los príncipes seculares que manifestó el más alto agrado por la Antigüedad, Federico
de Urbino, y el duque de Francesco son algunos de los ejemplos de seguidores del
humanismo en este ámbito. Los Sforza fueron otra familia impulsadora de cultura,
donde destacó el Duque de Francesco. La influencia de los humanistas italianos en
Europa desde 1520 está siempre de algún modo condicionada por el impulso que partía
el papa León X y toda Roma en el año 1527 disperso a los artistas y filólogos en toda
Italia.