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1 La relación del diseño (arquitectónico) y el poder _______________________________________________________________________________________________ Ponencia realizada por Mario Ávila y Marco Huerta. Octubre 2013. UNAM. Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura. Campo de conocimiento del Diseño Arquitectónico. Taller de Investigación: M. en Arq. y M. en D.I. Héctor García Olvera y M. en Arq. Miguel Hierro Gómez. Advertencia Al empezar a examinar la temática a abordar en esta ponencia fue necesario hacer ciertas puntualizaciones. En primer lugar la consideración de que tanto el concepto de diseño como el de poder implican para su entendimiento, cierta ambigüedad y multisiginifcación, es por ello que nos dimos a la tarea de establecer ciertas referencias que nos ayuden a enmarcar lo que entendemos por dichos conceptos. Si bien estas referencias son las más próximas, ha de saberse que de ellas nos hemos apoyado para tomar una postura respecto al tema. A su vez tomamos cierta distancia respecto a “lo arquitectónico” en reconocimiento de que no es precisamente “el diseño de lo arquitectónico” el tema sobre el cual se desarrolla la ponencia, sin embargo sí hacemos referencia a ello con el afán de extender ciertos entendimientos. ¿Qué entender por poder 1 ? Se acepta que uno de los orígenes etimológicos de la palabra poder se halla en el latín vulgar con el concepto posere, que se traduce como “ser posible” o “ser capaz de”. A su vez se pude entender como la facultad, habilidad o capacidad para lleva a cabo determinada acción, lo cual se asume propio del ser humano. Por otra parte implica control, dominio, autoridad o jurisdicción, que un ser humano dispone para concretar algo. Y en una vertiente un tanto social o política se habla del poder en relación con un mandato o gobierno en determinado grupo social. ¿Qué entender por diseño 2 ? Para el entendimiento del diseño decidimos aproximarnos desde dos nociones, diseñar y diseño. Con lo cual el primero se refiere a la acción, a la práctica, a la ejecución de un proceso de producción que se da antes de la materialización. Y con el segundo, es decir, diseño nos referimos al resultado y/o producto general del diseñar. Algo curioso respecto a dichos términos es que si bien diseño se refiere a algo con existencia independiente e individual, no podríamos fijar esta “existencia” en un elemento material único o individual. Es decir, el diseño no es un resultado que pueda ser observable o representable en términos físicos o materiales. Y por otro lado la acción de diseñar no produce en sentido estricto diseño, sino más bien una serie de imágenes que documentan, describen y escenifican de manera precisa o no aquello que se pretende materializar. Así podemos entender al diseño como una noción general que facilita el entendimiento del amplio, complejo y transaccional proceso de diseñar. Y el diseñar como una práctica productiva que en su conjunto produce diseño. Así al referirnos a diseño sí podemos hablar tanto de un plano, un croquis, una frase, un esquema, una maqueta, un render, un texto, etcétera ya que son estos elementos los que en su conjunto forman el concepto de diseño. Y que a su vez son en gran medida producto de mediciones, decisiones, imaginaciones, prevenciones, consideraciones, proyecciones y por qué no discusiones, pláticas y un sin fin de actividades realizadas durante el diseñar, durante la práctica del diseño. 1 DEFINICIÓN.DE, Definición de poder. [En línea]. <http://definicion.de/poder/> Consulta: 22 de Octubre 2013. 2 RAMÍREZ, Francisco. Esto no significa Diseño, [En línea]. < http://muertosabroso.blogspot.mx/2012/04/esto- no-significa-diseno.html>. Consulta: 22 de Octubre del 2013

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La relación del diseño (arquitectónico) y el poder _______________________________________________________________________________________________ Ponencia realizada por Mario Ávila y Marco Huerta. Octubre 2013. UNAM. Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura. Campo de conocimiento del Diseño Arquitectónico. Taller de Investigación: M. en Arq. y M. en D.I. Héctor García Olvera y M. en Arq. Miguel Hierro Gómez. Advertencia Al empezar a examinar la temática a abordar en esta ponencia fue necesario hacer ciertas puntualizaciones. En primer lugar la consideración de que tanto el concepto de diseño como el de poder implican para su entendimiento, cierta ambigüedad y multisiginifcación, es por ello que nos dimos a la tarea de establecer ciertas referencias que nos ayuden a enmarcar lo que entendemos por dichos conceptos. Si bien estas referencias son las más próximas, ha de saberse que de ellas nos hemos apoyado para tomar una postura respecto al tema. A su vez tomamos cierta distancia respecto a “lo arquitectónico” en reconocimiento de que no es precisamente “el diseño de lo arquitectónico” el tema sobre el cual se desarrolla la ponencia, sin embargo sí hacemos referencia a ello con el afán de extender ciertos entendimientos. ¿Qué entender por poder1? Se acepta que uno de los orígenes etimológicos de la palabra poder se halla en el latín vulgar con el concepto posere, que se traduce como “ser posible” o “ser capaz de”. A su vez se pude entender como la facultad, habilidad o capacidad para lleva a cabo determinada acción, lo cual se asume propio del ser humano. Por otra parte implica control, dominio, autoridad o jurisdicción, que un ser humano dispone para concretar algo. Y en una vertiente un tanto social o política se habla del poder en relación con un mandato o gobierno en determinado grupo social. ¿Qué entender por diseño2? Para el entendimiento del diseño decidimos aproximarnos desde dos nociones, diseñar y diseño. Con lo cual el primero se refiere a la acción, a la práctica, a la ejecución de un proceso de producción que se da antes de la materialización. Y con el segundo, es decir, diseño nos referimos al resultado y/o producto general del diseñar. Algo curioso respecto a dichos términos es que si bien diseño se refiere a algo con existencia independiente e individual, no podríamos fijar esta “existencia” en un elemento material único o individual. Es decir, el diseño no es un resultado que pueda ser observable o representable en términos físicos o materiales. Y por otro lado la acción de diseñar no produce en sentido estricto diseño, sino más bien una serie de imágenes que documentan, describen y escenifican de manera precisa o no aquello que se pretende materializar. Así podemos entender al diseño como una noción general que facilita el entendimiento del amplio, complejo y transaccional proceso de diseñar. Y el diseñar como una práctica productiva que en su conjunto produce diseño. Así al referirnos a diseño sí podemos hablar tanto de un plano, un croquis, una frase, un esquema, una maqueta, un render, un texto, etcétera ya que son estos elementos los que en su conjunto forman el concepto de diseño. Y que a su vez son en gran medida producto de mediciones, decisiones, imaginaciones, prevenciones, consideraciones, proyecciones y por qué no discusiones, pláticas y un sin fin de actividades realizadas durante el diseñar, durante la práctica del diseño.

                                                                                                               1 DEFINICIÓN.DE, Definición de poder. [En línea]. <http://definicion.de/poder/> Consulta: 22 de Octubre 2013. 2 RAMÍREZ, Francisco. Esto no significa Diseño, [En línea]. <  http://muertosabroso.blogspot.mx/2012/04/esto-no-significa-diseno.html>. Consulta: 22 de Octubre del 2013  

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¿En dónde se pueden relacionar ambas nociones? Uno de los puntos en el cual podemos situarnos para entender el sentido de la práctica del diseño, es decir el para qué de esta actividad. Es precisamente en su sentido productivo. Jordi Pericot3 nos expone una semblanza de la naturaleza humana y su autoproducción al proponer que el ser humano es un ser inacabado o incompleto y que de ello se deriva la acción y cognición humana abocadas a cumplir la tarea de adquirir una noción de sí mismo, tanto a producirse como a producir su mundo. Esta es la base del comportamiento humano y de la apropiación y transformación del ambiente que lo rodea. Así mismo el ser humano al tener la facultad de auto-percibirse y auto-significarse, es consciente de la posibilidad de seguir viviendo y para ello debe poner en práctica sus capacidades de prever y actuar. Esto nos lleva a establecer un panorama en el que el ser humano se encuentra en una permanente dinámica transactiva de las producciones, cultural, social, material, económica, política y por ende la arquitectónica. ¿En qué medida se relaciona el diseño y el poder? El ser humano tiene entonces la capacidad y facultad de transformar su hábitat. Puede transformar su hábitat ¿Cómo?. A través de acciones productivas. Es ahí donde el diseño se entiende como una acción productiva que ha ayudado a la formación y conformación de los objetos que el ser humano ha requerido para producir su hábitat. Viviendas, utensilios, artefactos, armas, herramientas y demás objetos han ido surgiendo como testimonio de la capacidad productiva del ser humano. Es decir, entendiendo a la práctica del diseño como una acción más que ayuda a preformar los objetos a producir, se puede entender a dicha práctica como una capacidad más, como una facultad más, algo que es posible hacer, tal es así como el imaginar, el dibujar, el edificar, usar la computadora, el pegar tabiques, realizar mediciones, etc. Son capacidades humanas. ¿Qué sucede actualmente en el ámbito productivo de lo arquitectónico? Es de reconocer la consideración de la práctica del diseño como una práctica productiva inscrita en otras prácticas o procesos productivos de mayor alcance, tales como el económico, político y social. Y para nuestro caso en el proceso de producción arquitectónica. Así, para poder llevar a cabo la materialización de un objeto arquitectónico, no sólo es necesario diseñar ese objeto, sino que es necesario contar con los recursos o medios materiales, las herramientas, los recursos humanos y el capital para edificarlo. A su vez dicha producción está inscrita en un marco legal y reglamentario el cual condiciona, regula, norma y sanciona ciertas características del objeto a edificar y tiene la facultad o el poder de “detener la obra” en caso de que se haya incumplido con lo establecido en dichos reglamentos o legislaciones. Es decir que la producción arquitectónica, la edificación en sí no ha de estar determinado por la acción autónoma, individual o personal del arquitecto sino por una serie de factores que afectan dicha producción. Entonces, ¿quién, quienes o cómo se determina la producción arquitectónica?¿Para qué se produce lo arquitectónico, para qué se edifica?

                                                                                                               3 PERICOT, Jordi. Servirse de la imagen. Un análisis prágmatico de la imagen. Primera Edición. Barcelona: Editorial Ariel, 1987.

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Como nos expone Héctor García Olvera en su ponencia: Sobre de la producción de lo arquitectónico4, “debemos entender que lo que motiva la edificación de ‘esas cosas construidas’, resulta ser la propia producción; entonces, el consumo, que es el origen de dicha producción, se encamina exclusivamente a que lo que se produzca, efectivamente se consuma” (p, 9). Así, la producción de una edificación también es inmediatamente consumo, “el individuo que al producir, desarrolla sus capacidades, las gasta también, las consume en el acto de producción”(p,8). Así producción y consumo están en una relación transactiva, donde la producción regula al consumo en tanto que conforma o materializa a lo que se va a consumir, pero también el consumo condiciona a la producción en tanto le indica qué, cuánto y cómo se va a producir. Es decir, el producto se hace realmente producto en el consumo, así como el consumo pone en función de sí la necesidad de una nueva producción y por tanto el ideal de la producción. ¿Cómo se puede relacionar el poder o el ejercicio del poder en el ámbito productivo de lo arquitectónico? Si regresamos a nuestras nociones de poder como aquella facultad, capacidad o habilidad para llevar a cabo cierta acción y a su ves como el control, dominio o autoridad. Estaremos en posibilidad de decir que en la transacción productiva de lo arquitectónico, quien tiene el poder es quien tiene la capacidad para producir. Y en el modo de producción capitalista, quien tiene esta capacidad es quien tiene el capital. Así, el diseño, la publicidad, la construcción, la venta y hasta la “crítica” de los objetos arquitectónicos están controlados por el capital y por quienes tienen el capital. Al mismo tiempo las múltiples personas (que no sólo un solitito individuo arquitecto) que trabajan para desarrollar dicha actividad productiva son recursos que se consumen al llevar acabo la producción. ¿Qué hace que se diga que un arquitecto puede “reinventar al país”5? Como hemos visto, el entendimiento del diseño en relación con el ejercicio poder atiende a que el primero está condicionado por la finalidad y los requerimientos del que tiene los medios de producción, del que puede producir y de los que permiten o autorizan dicha producción. Uno ejemplo de ello recae en la figura del hombre más rico del mundo6 Carlos Slim Helú, quien tuvo a bien construir el afamado museo Soumaya, en honor a su fallecida esposa Soumaya Domit Gemayel. Así, no solamente hacia un regalo al más allá, sino también posicionaba sus intereses comerciales en muchas nuevas esferas. Tales como la artística, la cultural, la turística, la urbana y por ende a la arquitectónica. Para ello se sirvió de varias de sus piezas en el tablero como es su yerno el arquitecto Fernando Romero, así como algunas de sus empresas mineras, aluminieras, huleras, etcétera. Es decir, el objeto arquitectónico, el museo en su materialidad viene a ser un resultado de una serie de transactividades económicas, comerciales, de intereses detrás de éste. Es una simple manifestación del poder que tiene este señor y su grupo empresarial en el país. Y es gracias también a otro ámbito como el mediático donde se enaltece, alaba, idealiza, mitifica, la “obra arquitectónica” y al “arquitecto de

                                                                                                               4 GARCÍA Olvera, Héctor. <<Sobre de la producción de lo arquitectónico.>> VII Seminario Permanente: La experiencia de lo espacial, la habitabilidad y el diseño arquitectónico. México: DGAPA-Facultad de Arquitectura, UNAM. 26 de agosto del 2013.  5 REDACCIÓN REVISTA QUIÉN. Fernando Romero quiere construir el México del futuro. [En línea]. <http://www.quien.com/sociales/2013/08/11/fernando-romero-quiere-construir-el-mexico-del-futuro>. Consulta: 23 Octubre del 2013. 6 REDACCIÓN REVISTA FORBES. Carlos Slim Helu & family. [En línea]. <  http://www.forbes.com/profile/carlos-slim-helu/>. Consulta: 23 Octubre del 2013.  

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vanguardia”. Así estos discursos colocan al objeto como un un “hito”, un referente estilístico, urbano, nacional de la tan mal llamada “cultura arquitectónica”. Y bueno, entonces, ¿a qué se refieren toda esta serie de calificativos?¿En que supuestos se sujetan estas opiniones? ¿Qué posibil idades, capacidades, facultades o poder t iene el diseño arquitectónico en la amplia, compleja y monstruosa dinámica productiva? Un montón de preguntas y huecos nos arrebatan las palabras acerca de qué demonios puede o no hacer el diseño, es como para tener precaución o al menos poner mucha atención cuando se habla de si se diseña el espacio o si se diseña la habitabilidad, o si los paquidermos son capaces de diseñar. Habrá que tomar medida respecto a lo que se quiere atender al hacer dichas reflexiones. Para este caso (el del Soumaya) tendrá mayor pertinencia atender a nuestra referencia conceptual respecto a la práctica del diseño. Es decir, ¿en qué medida, en las actividades de prevención, proyección, imaginación, determinación y/o decisión de la forma del objeto que se va a edificar, se atienden las consideraciones de los impactos de dicho objeto en el entorno urbano, o en el entorno económico, o turístico, o ambiental? Incluso en el impacto de la materialidad del objeto en la obra artística expuesta y su relación por ejemplo con la visibilidad o con la apreciación de lo que se expone ahí, recordando que el edificio es un museo. Como para preguntarse, ¿qué consideraciones fueron la que en las caracterizaciones morfológicas de la materialidad del objeto predominaron para que el edificio se constituya con esa forma? Es decir, ¿puede señalarse como consideración predominante en el proceso de diseño la “envolvente” del edificio como premisa “rectora”? Por otra parte y dejando en amplia revisión nuestras inquietudes. ¿Qué tanto influyó la forma del edificio o su caracterización figurativa y la iconicidad de ello como acompañantes de una amplia, poderosa, elitista y fastuosa dinámica productiva promovida por Slim y grupo Carso en coalición con el gobierno de la Ciudad de México? Es decir, ¿es probable que haya habido una consideración en el proceso de diseño respecto a que la forma del edificio (esa que se menciona a veces como “el escusado”) debía cumplir con tales o cuales características para que tuviera un impacto, atracción o seducción de algún tipo? Para finalizar los dejamos con otro producto más, en este caso uno gráfico.7

                                                                                                               7 Ilustración 1. BUNKER Arquitectura. El escusado más grande del mundo. [Digital]. En: <http://www.archdaily.mx/220323/bunkertoons-arquitectura-y-humor-entrevista-exclusiva-con-esteban-suarez-de-bnkr-arquitectura/?lang=MX>.