La Ramona 12 septiembre 2010

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IMPRESO EN COBOCE-EDITORA OPINIÓN nº 281 cochabamba, 12 de septiembre de 2010

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Opinion, diario de circulacion nacional

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EL PAPIRRI

L a Foch es el territo-rio de la bohemia deQuito. Se llama así

porque cruza el divertidoterritorio la avenida delMariscal Foch, que quiénserá. Voy de mes en cuan-do, llevando visitas bolivia-nas y siempre me atiendeMilton Melgar, un meseromariquita que es un chiste.Hay que ir de 19:00 a 21:00porque dan dos por uno. Apartir de las 21.00 la cosa sepone pesada, colombianosvolteadores y cubanos proMiami vigilan cómo sacar-te la cresta.

Una noche hemos idocon el Jorge Barrón, inge-ñero nacional, amigo de aa-antes, del exilio mexicanogarciamezista, quien llegó para un se-minario. Nos sentamos, cuando em-prende el informe de novedades me to-ca el hombro de la mesa de atrás ungordito de bigotes que dice: -¿Usted esel bien le cascaremos? -Sí…digo, tarta-mudo. La señora que le acompaña separa, -Ayy, lo vimos actuar en SantaCruz, en Tapecua… Siéntese un ratito,¿dónde toca en Quito? Queremos ir averlo, dice el señor. -A mí me encantaesa canción suya de las rimas, dice laseñora. -Yo soy gerente de banco (meda su tarjeta), soy uruguayo, me gustasu guitarra, cualquier cosa… no se olvi-de, nos avisa donde toca. Despedidaamable.

Vuelvo a la mesa, cuando el Barrónquiere empezar novedades bolivianasaparece el Chiquitín, mi charanguistaecuatoriano, dos metros de estatura,chamarra eterna de cuero, bondad enlos ojos. A los tiempos Papirri: ¡se sien-ta y recordamos el concierto de mesesatrás con Feliú! Silba y aparece el Feña,soberbio espécimen de la costa esme-raldeña, mulato medio rubio de 25 añoscon sonrisa plena, se sienta, le digo: -Tevoy a tomar examen delante del inge-

ñero. Con una voz de fantasía canta micanción “La Guacataya” de p a pa, todi-ta, Carlos Vives en jovencito, le digo alingeñero que se ríe. Milton se enamoradel Feña.

De pronto llega un chop inesperadodedicado a mí, laaargo. La mesera de allado señala: es del señor. Lo veo, pareceun milico, me saluda con el vaso, le res-pondo, Milton sonríe, me pongo inco-modo, le digo al Barrón que estamosrodeados, nos iremos nomás, entoncesel man se para, se acerca con su chop,casi lo hace caer, dice: -Papirri herma-no… me abraza, -Soy Rubén Vargas,vengo de La Paz a un encuentro de co-legios militares, hermano, ¿dónde vas atocar? Mis hijitas saben de memoriatus canciones ¡Salud! El gordito banca-rio dice ¡Salud!, el Feña y el Chiquitín¡Salud!, el ingeñero Barron ¡Salud! LaFoch es nuestra, las estrellas sonríen,yo beso el vaso.

El militar continua, -Ven Papirri tevoy a presentar, estoy con unos colegasde Latinoamérica, me lleva a su mesa, -Él es de Venezuela, él es de Argentina ylos dos son cadetes bolivianos. Uno delos cadetes dice, ¿Este es el Papirri?Chazarreta, hermano, ¿donde vas a to-

car? Nos abrazamos… el argen-tino dice mirándome: -¿Chaza-rreta te yyyamas? -Sí, le digo,mi madre era de Santiago delEstero. -Yo soy santiagueño, seemociona. -Mi abuelo es An-drés Chazarreta, le digo. -¡Nopuede ser! abrazos… No sabíacómo arreglármelas para co-rresponder tanto cariño, lospaceños se sacaban fotos con-migo, el santiagueño peor, elbanquero me perseguía con suBlack Berry, el Barrón no lopodía creer y yo tampoco. Re-torno pertinente a la mesa ori-ginaria, el Feña y el Chiquitíncomentan: -Todito lo teníaspreparado, ¿no?

Entonces, cual suegra, digo-Son las 21.00, tengo que irmemuchachos. Mejor vamos porunas chevas a mi hotel dice elingeñero. -No hermano, es una

noche especial, vamos a mi depto, lesdigo. Despedida cariñosa con el ban-quero y su señora que había sido co-chala, los milicos oscilaban en los abra-zos, el santiagueño pajlita pide -Unafotito más don Chazarreta. Entramos altaxi, -Por favor a mi depto le digo almaestro quiteño y, como si fuera uncuento, un embrujo dice: -Sí, amigo Pa-pirri, yo le conozco a usted por la can-ción “Hoy es domingo”, cantada porEmma Junaro. -Hoy es domingo, hoyes domingo, entonaba el man ecuato-riano que nos deja eficaz en casa. Yainstalados, el Feña canta “La Guacata-ya” con mi acompañamiento, el Chi-quitín improvisa como Paco de Lucía,el Barrón collamente todavía no lo pue-de creer. Considerando que era juevesy había laburo terminamos esa nochecélebre de la Foch antes de las 12:00,pues yo me tornaba lánguidamente enla cenicienta de oficina actual. Si no mecreen, pregúntenle al ingeñero Barron.

*El Papirri es el popular cantautorpaceño Manuel Monroy Chazarreta,quien continúa sus crónicas desde Qui-to, Ecuador.

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ramona2 cochabamba, 12 de septiembre de 2010

editores: santiago espinoza, andrés laguna y sergio de la zerdala troupe: adriana campero, camila ramírez yaksic, ricardo bajo,javier y luis rodríguez y luis bruntapa: foto rodolfo torrico

colaboradores: bartolomé leal, benjamín santisteban, xavier jordán,javier velasco, manuel monrroy, andrés rodríguez y liliana colanzi diseño: luis brunarmado: bladimir rocha vicenty

contactos publicidad: 72217007 - 72253816

PRESUNTOS IMPLICADOS

PREGUNTITA

La sección “La Preguntita” de laRAMONA se trasladó al Facebook. Sepublican todas las respuestas posibles.La nueva pregunta de la semana, queigualmente estará en el Facebook, es:

¿Por qué el ConcejoMunicipal condecorará a

Jenny Serrano y “Fico” Ávilaen el Bicentenario?

Las respuestas también podránenviarse, como es costumbre, a ladirección: [email protected] edición virtual de la revista puedeencon t ra r s e en e l s i t i owww.opinion.com.bo. ¡Gracias a todos!

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Desde el ombligo del mundo

En la ¿Por qué a Israel Mérida le gustan los mariachis?

LUIS RODRÍGUEZ

E l concurso musical “Eco-Rock”continúa arrasando; las bandasya fueron elegidas y la compe-

tencia iniciará el veinticuatro de estemes. Luego de un arduo proceso de se-lección, el jurado designó a las diezagrupaciones que se batirán en unasuerte de “mano a mano” musical, cami-no a. Más de veinticinco demos ingresa-ron a la primera fase, pero al encontrar-se infracciones que contradecían elreglamento, tuvieron que ser rechaza-das. Luego, el comité seleccionador cul-minó el proceso y comenzó a visitar a

los dieciséis elegidos en sus respectivassalas de ensayo o durante alguna pre-sentación.

Antes, y según cuenta el cronogra-ma, el concurso debía terminar esta eta-pa con ocho semifinalistas en cuatropresentaciones. Afortunadamente, elingreso del café Dallas generó la crea-ción de una fecha más y la adhesión dedos nuevas bandas semifinalistas a lacontienda. Existe una gran variedadde géneros y la temática inspiró lacreatividad de muchos que decidie-ron intentarlo en este concurso, queademás de apoyar a los talentosemergentes comunica un mensaje

necesario: el ecológico.Ahora también corresponde al pú-

blico dar su apoyo a las distintas bandasque se presentarán en algunos cafés ypubs de la ciudad, a partir de la últimasemana de septiembre. Es aquí donde eltalento puede apreciarse de mejor ma-nera, sin los egos inflados ni las grou-pies insoportables; aquí todo es diver-sión y música. Amén a eso.

Eco-Rock continúa, ahora se vienen las presentaciones

Batallas de las bandas en clave ambiental

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CLAUDIO SÁNCHEZ

J uan Manuel Puig nació el 28 de di-ciembre de 1932, en la madrugadadel día de los Santos Inocentes.

General Villegas, un pueblo de la provin-cia de Buenos Aires, es el lugar de naci-miento de este escritor argentino, quecon los años se ha convertido en un clási-co de la literatura americana.

Conocí al escritor argentino a travésde su obra en diciembre de 2008, cuando,en el teatro Plaza ISIL de Larcomar enLima, Chela de Ferrari ponía en escenaEl beso de la mujer araña, una de las no-velas más famosas de Puig. Esta historiatan particular, ambientada en una cárcelargentina en la década del setenta, pre-senta a Valentín Arregui, ideólogo y re-volucionario, junto a Luis Molina, homo-sexual; y muestra en un mismo tiempo ados personalidades opuestas, una basadaen el orden y el deber, frente a la otra quese presenta como un representante deldesborde de emociones incontrolables.

Lo más llamativo en la obra de Puig esla relación que entabla con el cine. En Elbeso de la mujer araña, el relato se sostie-ne por las películas que narra Molina aValentín, intentando recordar aquelloque él ha visto en la gran pantalla. Seisfilms son narrados, cuatro de ellos res-ponden a títulos que sí existen y los dosrestantes son recreaciones de melodramas mexicanosde cabareteras.

Recrear el cine desde la literaturaEsta situación, la de recrear el cine desde la litera-

tura, reside en algo que marcó la vida del escritor. Puigera, ante todo, un amante del séptimo arte; desde su in-fancia y adolescencia se pueden encontrar datos preci-sos que revelan el interés por el cine en el au-tor. Es así que en 1956, a sus 24 años, es becadopor la Sociedad Dante Alighieri y viaja a Italiapara estudiar en el Centro Sperimentale de Cinema-tografia. Sin embargo, su emoción no duraría mucho,en un tiempo en el que el neorrealismo copaba todala producción italiana; esto representó un choquebrutal con todo lo que él había imaginado. Enten-diendo que venía de una tradición mucho más clási-ca en tanto narrativa y era heredero de la industria deHollywood, el cine moderno no terminaba de conven-cerle. Por aquellos años, llama mamarracho a Vértigode Hitchcock; viejo chocho a Renoir; estúpido, lasti-moso y desagradable a Chaplin. Todo esto demuestrasu inadaptación a un mundo que no es aquel que él cre-ía conocer desde su butaca en el Teatro España de Ge-neral Villegas, donde compartía con su madre el gustopor el cine de los años treinta y cuarenta. En ese espa-cio donde nació su asombro por las grandes divas delcine norteamericano, Garbo, Crawfort o Hayworth, secuenta que Puig era capaz de quitarle el saludo a quienosara hablar mal de Ava Gardner o de alguna otra ac-triz a quien él profesara su admiración.

Sin embargo, el viaje a Europa significa un golpe detimón en la vida de Puig. Va de Roma a España, pasapor París, Londres y también llega a Estocolmo. Se de-dica a dictar clases de italiano y español, pero ademásnace su primer acercamiento al mundo de la literatura:el eslabón entre las letras y el cine se encuentra en eltrabajo de subtitulado de películas que realiza duranteseis años. La primera escritura profesional que hace esla traducción al español de los diálogos cinematográfi-cos, una tarea que lo lleva a considerar la posibilidad de

ser escritor y dice: ya que no seré un gran director, puesseré un gran escritor.

Puig empieza su trabajo de escritor con algo querompe tangencialmente la historia de la literatura ar-gentina. Si Roberto Arlt o Jorge Luis Borges habían so-ñado y representado el mundo a partir de las bibliote-cas, Puig recorre los caminos que proponen otrosmedios como puntos referenciales: se trata de la radio

y, por supuesto, el cine. Lo que se escribe ahora se

sostiene a partir de un nuevo contexto, que puedeser construido desde aquello que hace al ciudadano co-mún, el pop art, entendiendo esto como el resultado deesta corriente cultural de masas donde la repetición esla base de la creación.

La necesidad de contar algoSu primera novela, La traición de Rita Hayworth, se

presenta como una historia de corte autobiográfico.Comenzó a escribirla en 1962 y la terminó tres añosdespués, resultando su obra finalista en el Premio Bi-blioteca Breve de la editorial catalana Seix Barral. Pos-teriormente, en 1971, sería traducida al inglés en Esta-dos Unidos, donde es elegida como uno de los mejoreslibros del año por el New York Times.

Puig escribió ocho novelas en total; en su mayoríacada una consta de 16 capítulos, divididos en dos par-tes. Así se compone El beso de la mujer araña (1976),donde, al igual que en The Buenos Aires Affaire (1974),trabaja un relato paralelo a través de explicacionescientíficas y no científicas al pie de página, estructu-rando una narración que se sostiene en toda la con-frontación del lector con lo que se cuenta en la misma

novela. El beso de la mujer araña

sufriría el peso de la censu-ra en Argentina, donde TheBuenos Aires Affaire es se-cuestrada por la policía en1974; sin embargo, ambasnovelas son leídas en la clan-destinidad y a ocultas. Laobra de Puig se cubre de unaura incomparable. Sus no-velas más políticas las escri-be fuera de su país y sonaquellas que mejor narranla decadencia del sistema yla propia sociedad.

En 1980 se instala en Ríode Janeiro y adapta El besode la mujer araña al teatro.Desde su primera represen-tación ésta se convierte enuna obra que alcanza lasmejores críticas, y una in-comparable recepción delpúblico. Objeto de muchosestudios posteriores, estanovela revela una parte dela condición humana ex-puesta de una manera ma-gistral por el autor, cercanaa la historia de Las mil y unanoches, que manifiesta lanecesidad del hombre por

contar algo. No se trata de una reflexión sobre la ho-mosexualidad o la lucha política, sino de la revoluciónmisma de la humanidad. Desde este punto de encuen-tro, entre una y otra situación, se construye un discur-so que oculta algo de los personajes: Valentín no revelasu identidad por razones estratégicas y Molina por ra-zones ontológicas, pues para él no habrá identidad se-xual posible. Lo importante aquí resulta ser la concien-cia de la celda y el encierro, la posibilidad de un

encuentro que no hubiera sido posible si no enestas condiciones.

Manuel Puig nunca dejó de estar relacio-nado con el séptimo arte. En 1981 escribe laadaptación cinematográfica de su quinta no-vela Pubis Angelical, que fue dirigida por Raúlde la Torre, película para la cual Charly Garcíacompondría la banda sonora. El beso de la mu-jer araña también fue llevada al cine por Héc-tor Babenco en 1985, siendo ésta una de las pe-

ores adaptaciones que se hayan hecho de la literaturaal cine. En la biografía de Suzanne Jill-Levine, ManuelPuig y la mujer araña, se cuenta que, al final de su vida,cuando Puig vivía en Cuernavaca, México (donde falle-ció el 22 de julio de 1990), no tenía libros en la casa sal-vo biografías de actores y productores de cine. Sin em-bargo, es ya mítico el demencial archivocinematográfico que dejó: 1260 videocasettes que con-tenían más de 3000 películas.

Fue en Santa Cruz, hace muy pocas semanas, en unade las esquinas más bellas del país, ubicada en la Plaza24 de Septiembre entre Independencia y Ayacucho,donde encontré la Revista Ñ que circula junto con Cla-rín de Buenos Aires. Esta edición estaba dedicada aPuig; a 20 años de su muerte se proponían varias lectu-ras sobre su obra. Por esta coincidencia en el tiempo yespacio con su obra, por este nuevo encuentro con elnovelista argentino, resulta importante que nos apro-ximemos más a la obra de este cinéfilo creador de unestilo propio.

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ramona 3cochabamba, 12 de septiembre de 2010

Un recuento de la vida y obra del entrañable escritor argentino

Manuel Puig, a 20 años de su muerte

Puig rompe tangencialmente la historia de laliteratura argentina. Si Roberto Arlt o Jorge Luis Bor-ges habían soñado y representado el mundo a partir delas bibliotecas, Puig recorre los caminos que proponenotros medios como puntos referenciales: la radio y, porsupuesto, el cine.

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SANTIAGO ESPINOZA A.

C ochabamba recibirá un inusualregalo el día que cumpla su Bi-centenario, con el estreno del lar-

gometraje boliviano Cruces, opera primade Jorge Viricochea y John M. Cornejo. Setrata de una cinta ambientada en la pobla-ción paceña de Coroico, que narra la his-toria de varios personajes desde la pers-pectiva de una niña, con un estilo narrativoinspirado en el filme mexicano Amoresperros, según sus realizadores. Con un guión escrito por Cornejo (co-

chabambino), que mereció el primer Pre-mio Fedam Petrobras del Festival Iberoa-mericano de Cine de Santa Cruz, Crucesllega a las pantallas tras un largo procesode realización, que incluyó un mes y me-dio de rodaje y ocho meses de postpro-ducción. Rodada en video digital, la pelí-cula fue financiada con recursos propiosde las productoras Airo Films, Diana Ciney Cine Arte y con los fondos correspon-dientes al premio del Fedam.El Cine Center de la ciudad será el es-

cenario de la premier de esta nueva pro-ducción boliviana, la tercera que, en loque va del año, se estrena a nivel nacional.El filme, que también se estrenará el lunes13 en Santa Cruz y el 15 en La Paz, estaráen cartelera para el público cochabambi-no, cruceño (Cine Center) y paceño (MegaCenter, Multicine y Cinemateca Bolivia-na) desde el jueves 16.A pocos días del lanzamiento de la cin-

ta, la RAMONA entrevistó a uno de los di-rectores, John Cornejo, para conocer lospormenores de la producción, aproximar-nos a la experiencia de la dirección a dúo yexplorar en las influencias de los dos rea-lizadores debutantes, que se confiesan ad-miradores de Stanley Kubrick, QuentinTarantino y Robert Rodríguez y que dejanentrever cierta distancia con respecto a latradición cinematográfica nacional.

-¿Cómo nació el proyecto de Cruces?El proyecto de Cruces surgió una tarde,

con la idea de hacer una comedia al estilodel cine británico, pero, a la quinta página,se había convertido en un drama, lo cualnos llamó la atención. Decidimos dejarnosllevar por lo que en ese momento estabanaciendo, y, entonces, nos topamos con elfragmento bíblico Lucas 23:26, que dice:“Al llevárselo de allí, echaron mano de Si-món, cierto natural de Cirene que veníadel campo y le pusieron encima la cruz,para que la cargara detrás de Jesús”.

-La suya es una experiencia no muyfrecuente en la cinematografía boliviana,por el hecho de que la película fue dirigidapor dos personas. ¿Cómo ha sido la expe-riencia de dirigir entre dos y “a cuatro ma-nos”?

Ésta no fue nuestra primera experien-cia dirigiendo juntos. Anteriormente ga-namos varios premios en cortometrajestrabajando juntos y a nuestro estilo, por loque ya sabemos cómo complementarnospara lograr lo que queremos. En realidades así como mejor trabajamos: Jorge es elde la parte técnica y yo (John) soy el de lanarrativa y los guiones.

-¿Qué parejas de directores y cuáles desus películas podrían mencionar comobuenos ejemplos de la realización cinema-tográfica a dúo?Matrix, dirigida por los hermanos Wa-

chowski, es un muy buen ejemplo.

-¿Cuáles creen que sean las ventajas dela codirección y cuáles sus desventajas?Una de las ventajas es que es más difí-

cil que se te escape algo porque siemprehay dos cabezas trabajando para que todosalga como debe; el problema llega cuan-do surge una escena o parte de ella que ge-nera en uno una opinión opuesta a la delotro director, y sí, ése es un problema.

De niños, Coroico y fe

-Hay directores que recomiendan evi-tar trabajar con niños, por las complica-ciones que ello supondría. En el centro dela historia de Cruces hay una niña. ¿Cómofue la experiencia de trabajar con ella?Pues, la verdad, la experiencia de tra-

bajar con Stephanie Torres (que encarna aRuth) fue magnífica, porque, para su cortaedad, se amoldó a las exigencias y al equi-po de forma muy madura. No hubo pro-blema alguno en hacer el rodaje con ella, yestamos seguros de que, después de estaexperiencia, van a oír bastante de ella,pues demostró tener lo que se requierepara convertirse en una gran actriz.

-¿Por qué se vio en Coroico el lugar

ideal para ambientar la historia? ¿Cuál esla importancia de este poblado en el relatode Cruces?Bueno, en sí, los habitantes de Coroico

tienen historias tan increíblesque nos resultó fascinante tenerla oportunidad de filmar en estelugar. Sin embargo, la realidades que estas historias podríanestar tranquilamente amolda-das a otro lugar del mundo; losproblemas humanos no recono-cen geografías, eso es lo que ha-ce la historia universal.Hablando de Coroico en sí, es un para-

íso para filmar, pues, además de ser el pri-mer municipio turístico del país, te ofrecelocaciones naturales tan increíbles queaportan bastante a la estética de la pelícu-la.

-Por lo que se lee en la sinopsis del fil-me, un elemento central en la trama es elde la religión y la fe. ¿De dónde viene estainquietud por abordar un tema como elmencionado, que suele ser muy suscepti-ble a los malos entendidos y las controver-sias?Bueno, en sí, la religión no es un tema

central de la película, aunque sí de una delas historias que ya verán. El tema va másrelacionado a la “cruz” que todos carga-mos en la vida y a cómo estos personajesvan cargando la suya a medida que trans-curre la película. Con respecto a la reli-gión y la fe, creemos que sea cual sea lacreencia que uno tenga, la fe está siemprepresente en nosotros.

-La ficha técnica de su producción re-vela nombres no tan conocidos, tanto enlos apartados técnicos como en los actora-les. ¿Cuáles consideran que sean las ven-tajas y desventajas de trabajar con gentenueva en cine?No creo que en este caso hayan existi-

do desventajas. Hemos tenido la bendi-ción de tener un equipo técnico y actoraldigno de envidia, que ha aportado todo supotencial y capacidad en el proyecto, y lomás importante es que ha dejado parte desu corazón en esto y eso se nota. Todo elrodaje ha sido un proceso de aprendizajeen distintos sentidos y nos sentimos orgu-llosos de haber trabajado con la gente queha estado presente y con la que se ha lo-grado el óptimo en lo que se requería. Delos actores estamos seguros que puede serla primera vez que escuchen de ellos, perono será la última.

En la senda de Kubrick, Tarantino yRodríguez

-¿Qué influencias –realizadores y pelí-culas- reconocen como decisivas para laconcepción y realización de Cruces?La verdad, admiramos bastante el tra-

bajo de Stanley Kubrick, querido maestro,además del de Quentin Tarantino y, claro,alguien a quien también tenemos muy en

alto es Robert Rodríguez. Hablando depelículas, en su mayoría, el trabajo de es-tos maestros es el que más influye en no-sotros.

-¿Cuál es su relación con el cine boli-viano más clásico, ese que abarca de Ruiza Loayza, pasando por Sanjinés, Eguino,Agazzi y Valdivia?Bueno, nuestra relación en sí es más

geográfica que de otro estilo; sin embargo,sentimos el mismo compromiso que todosellos hacia nuestro cine y nuestro país.

-¿Cómo valoran el cine boliviano con-temporáneo, ese que ha explotado graciasal video digital? ¿Qué películas y realiza-dores crean que sean referenciales para elcine boliviano de la última década?El cine boliviano en digital es realmen-

te una puerta para todos los realizadoresjóvenes entre los que nos incluimos. Es al-go muy importante saber que en el paíspodremos ver más de cinco produccionesal año y no esperar cinco años para ver unestreno nacional.En cuanto a los referentes es compli-

cado decir nombres, pues aún falta un lar-go camino que recorrer en esta genera-ción para llegar a eso; pero, en sí, todo eltrabajo boliviano es admirable por la bata-lla que hay que luchar para sacar un pro-yecto de magnitud en el país.

-¿En qué lugar del cine boliviano creenque se halle Cruces? ¿Más cer-ca del cine clásico nacional omás cerca al cine contemporá-neo?En realidad creemos, y es-peramos que así sea, que nose nos encasille en ningunode esos lugares. Queremos

contemplar un estilo de cine libre de cate-gorizaciones de ese estilo, pero si es nece-sario adscribirnos a alguna de estas ten-dencias, creo que nos sentimos máscontemporáneos.

-Tras un año 2009 que resultó históri-co para el cine nacional, por la cantidadabrumadora de estrenos nacionales y lanotable calidad de algunos de ellos, como

Zona Sur, El ascensor y Hospital Obrero, el2010 se ha mostrado como un año másamarrete en el número de estrenos y de-plorable por la deficiente calidad con quese han hecho. ¿Cómo explican ustedes es-te bajón de cantidad y calidad de un año aotro?Es algo que sucede aquí como en el

resto del mundo; incluso en las grandesindustrias como Hollywood es una reali-dad, pero mejor disimulada por el númerode películas que producen al año. Y ha-blando del país, es sólo una etapa de tran-sición, pues el estilo y el costo de la pro-ducción aún no son lo suficientementeaccesibles para que se pueda realizar unapelícula por año de un mismo director. Sinembargo es lo que nosotros como realiza-dores y, gracias al cine digital, queremoslograr y esperamos que así sea.

Proyectos

-¿Por qué eligieron, precisamente, el14 de septiembre para estrenar la cinta enCochabamba?Nos dieron la oportunidad de poder

escoger esta fecha y lo hicimos como rega-lo a una increíble tierra en su bicentena-rio, que además vio crecer a uno de noso-tros y que tiene mucho que ofrecer aBolivia en el mundo del arte.

-¿Qué planes hay para sacar la películaal exterior del país?Muchísimos. En realidad, ya tenemos

asegurada la exhibición de la película enSuecia y Japón, pero, además de eso, tene-mos una larga lista de festivales para en-viar.

-¿Cuáles son los proyectos que prepa-ran para delante? En la productora (Airos Films) tene-

mos varios. En pocas semanas ya empeza-mos la pre producción de nuestro siguien-te proyecto, que aún no sabemos cuál será.Tenemos la dicha de contar con variosguiones: el primero fue Cruces, que obtu-vo el primer lugar en el Festival Iberoa-mericano de Cine de Santa Cruz FedamPetrobras, pero también tenemos el queobtuvo segundo lugar de este Festival titu-lado Cien años, de nuestro estimado direc-tor de fotografía Juan José Arce; y tam-bién Los Marqueses que, al igual que elguión de Cruces, es de John Cornejo. Consuerte en enero próximo entraremos denuevo a rodaje.

-¿Seguirán trabajando en pareja opiensan experimentar cada uno por su la-do? No, todavía seguiremos trabajando

juntos. Quién sabe si más adelante traba-jemos separados, pero, por el momento,seguiremos en esto juntos. Nos ha funcio-

nado perfectamente hasta ahora, así queno hay razón para lo contrario. A pesar detodos los problemas lógicos que puedanocurrir, somos un gran dúo. A partir de lascaracterísticas y capacidades de cada uno,junto al resto de nuestro equipo en la pro-

ductora (como Carlos Robles, Jorge Hi-dalgo y Juan José Arce), desarrollamos untrabajo bastante productivo.

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ramona ramona4 cochabamba, 12 de septiembre de 2010 5cochabamba, 12 de septiembre de 2010

Entrevista a John Cornejo, uno de los directores de Cruces, película boliviana que se estrena esta semana

Cruces es una película que alude a la “cruz” que todos cargamos en la vida

La nueva producción boliviana ten-drá su premier en Cochabamba el

martes 14 de septiembre y, dos días después, seestrenará comercialmente para el públi-co local en el Cine Center.

Ficha técnica

Título: CrucesGénero: FicciónFormato: HDDuración: 90 minutosGuión: John M. CornejoDirección: Jorge Viricochea P. - John M.CornejoProducción: AIROSfilms – DianaCine – Cin-eArteProductor General: Jorge Viricochea P.Productor Ejecutivo: Juan Pablo ÁvilaDirección de Fotografía: Juan José ArceDirección de Arte: Ivan SiacaraProducción de Línea: Gina AlcónAsistente de producción: Alejandro LoayzaSonido Directo: Ramiro ValdezEdición de Sonido: Jiyawa MúsicaElenco: Raúl “Pitín” Gómez, Carlos J. Robles,

Jorge Hidalgo, Camila Guzmán, StephanieTórrez, Daniela Lema, Ignacio Tano, NanoSandoval, Vanessa Calvimontes, Rosalía Car-dona, Fernando Botello

Sinopsis

Al otro lado de las montañas en un pueblodonde los hombres y mujeres que lo habitanenfrentan problemas singulares, de amor, dedesencuentros y rechazos que los obligan atomar decisiones creyendo que son suyas,pero Ruth, una niña de ocho años, sabe quetodo en esta vida es según la voluntad de Dios:La vida y principalmente la muerte.Cruces es sobre todo, una historia que nosmuestra la realidad de diversas emocionesque se entrelazan para mostrar la capacidadde amar del ser humano y sobreponerse a ex-tremas vivencias de dolor.

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“Las retóricas conmemorativas, no siendo forzosamente unmal, conllevan un sentimiento de autocomplacencia que inducea confundir las palabras con los actos, cuando no las coloca enel lugar que sólo a éstos les compete”

José Saramago

Para Mirna

YURI F. TÓRREZ (*)

U na centuria había pasado de aquel grito libertario prota-gonizado por figuras criollas y mestizas cochabambinas,en el curso de la guerra por la independencia. Ese 14 de

septiembre de 1910 para los sectores elitistas cochabambinos fueun momento crucial para reforzar y fortalecer aquellos imagina-rios que se tejieron en torno a los que se consideraban como“verdaderos” héroes y heroínas cochabambinas de las luchas enaras de la liberación del yugo ibérico. En rigor, los actos celebra-torios de los cien años de aquellas victorias decisivas de las lu-chas independistas en contra del poder colonial ibérico fuerondiseñados a imagen y semejanza de aquella narración oficial delas luchas “vallunas” -plasmada por ejemplo en la novela de Na-taniel Aguirre Juan de la Rosa- que privilegió al mestizo y, encierto grado, al propio criollo antiespañol como los verdaderosactores de la emancipación cochabambina, invisibilizando a losindígenas.

En rigor, la electricidad en la ciudad y, su efecto colateral, lairrupción del tranvía o la llegada del ferrocarril, se constituían enejemplos inequívocos que la urbe se estaba enca-minando por los designios del progreso soñadopor la élite local. Como diría Sergio Almaráz,estos sectores elitistas “soñaban con la máquinade vapor en un país en el que el carro tirado porlos caballos hubiera sido un gran avance”. Esamentalidad “disciplinada” a los rectores de lamodernidad que (de) viene desde fines del sigloXIX, en un contexto evidente del advenimientodel liberalismo y su imaginario ilustrado, marcainexorablemente el comportamiento excluyen-te de la élite cochabambina en el curso de la ce-lebración centenaria.

Por lo visto, ese anhelo de ver en Cochabamba a una “ciudadcivilizada” empujó a las élites cochabambinas, por ejemplo, en elocaso del siglo XIX, a “expulsar” en nombre de la “higiene” y las“buenas costumbres” aquellas chicherías apostadas en la mismí-sima plaza principal, que “representaba” el símbolo del poder re-gional. Justamente, en una de las esquinas de la plaza principalen 1890 se fundó el Club Social, como dice Jorge Komadina, una“institución que agrupó a los principales hacendados y notablesde la ciudad”; pocos metros más allá, en los predios del antiguoconvento de San Agustín, fue construido el Teatro de la UniónAmericana, donde de vez en cuando se podían escuchar zarzue-las, operetas, entremeses teatrales y representaciones circenses.Más allá, en el “biógrafo” París, se representaban películas enblanco y negro. Es decir, desde el ocaso del siglo XIX la élite co-chabambina ocupó físicamente el espacio urbano público ennombre del “progreso”. En este contexto, la plaza 14 de Septiem-bre y sus alrededores se constituyeron en los espacios “privile-giados” para los principales actos organizados por la élite cocha-bambina con motivo de celebrar los cien años de libertad. Ensuma, el Club Social, el teatro Achá -fundado el mismo año (1910)

del Centenario- y el biógrafo de París se transformaron en losprincipales escenarios que eligió la élite cochabambina paraagendar la apoteosis centenaria.

Ciertamente, el programa de los festejos del Centenario fue“apropiado” por los sectores oligárquicos de la sociedad cocha-bambina. Se llevaron a cabo un conjunto de actividades orienta-das fundamentalmente para reforzar aquellos íconos señorialesprevalecientes en el imaginario de las élites locales. La plazaprincipal 14 de Septiembre -ya “purificada” de aquellas chicherí-as estigmatizadas hace unos años atrás como símbolos de la bar-barie-, el Paseo de El Prado y la paradigmática colina de San Se-bastián fueron los espacios par excellence para la exaltación delas efemérides cochabambinas. Así por ejemplo, en la plaza 14 deSeptiembre se organizaron, entre otros festejos, la Retreta de Ga-la con pomposos juegos pirotécnicos, la “tradicional” fiesta degala en los salones del Club Social que esa ocasión, según unacrónica de El Heraldo, “se excedió aún á los triunfos habitualesdel Club (Social)”; conciertos líricos, particularmente religiososen el teatro “Achá”, actos organizados por la Sociedad Patrióticade Señoritas para alimentar aquel espíritu cívico a través de ha-cer odas a la “emancipación del yugo ibérico”; se esculpieron losnombres de aquellos héroes de la independencia de 1810 en lagranítica levantada al centro mismo de la plaza principal, con elpretexto de “encender la chispa revolucionaria que convirtién-dose -según una crónica periodística de aquel entonces- en unainmensa hoguera fundió las cadenas de nuestra ominosa esclavi-tud”; y se organizó exhibiciones de películas en el “biógrafo”.Asimismo, se organizaron corsos donde se veían a carruajes pri-morosamente adornados con flores y serpentinas paseándosepor el tradicional paseo cochabambino. Se entregó la Portada del

Paseo de El Prado y los trabajos de remodelación de la plaza Co-lón. Estas actividades también fueron ejecutadas por la SociedadPatriótica de Señoritas. Se efectuó la competencia del match detiro al blanco interdepartamental en el Polígono de Tiro al Blan-co. Y en la colina de San Sebastián, como parte del programa delCentenario, se desarrolló una procesión cívico-religiosa, condu-ciendo a la Virgen de Mercedes. No es casual que la devoción aesta virgen está asociada a las Heroínas de la Coronilla; hay unhilo conductor simbólico vinculando aquella imagen de las mes-tizas inmoladas como representación arquetípica de las madresfundadoras de la nación que da cuenta Nataniel Aguirre en Juande la Rosa.

Ahora bien, con el propósito de matizar esta celebración enpro del Centenario que había adquirido un tinte oligárquico, seconcedió de manera marginal una fiesta popular organizada porla denominada Unión Obrera -otro signo del disciplinamientohacia el trabajo para sustituir el ocio que representaba, por ejem-plo, el consumo de la chicha- para que los sectores populares sesientan “incluidos” en esta celebración. De igual manera, los in-faltables gestos “benéficos” de las “damas” cochabambinas noestuvieron ausentes y consistieron en la repartición de vestua-rios a cien niños pobres en el local del templo de San Francisco, o

la instalación del Asilo de Mendigos en el local adquirido para elefecto. En todo caso, este tipo de actividades de caridad era típi-co de las organizaciones femeninas de la época, particularmenteaquellas vinculadas a los sectores oligárquicos.

Para colmo, en pleno frenesí por la celebración centenariadel dizque liberación del yugo español, en el programa de los ac-tos recordatorios se contempló nada menos que la apertura de laprolongación de la calle “España”, contigua al Paseo de El Prado.Esta ironía inocultable es aludida por el entonces munícipeFranklin Anaya, en su discurso con motivo de la entrega de laprolongación de la calle “España”: “Al recordar á los corifeos denuestra emancipación, no debemos tampoco olvidar a España, yaque merced á ella, figuramos en el concierto del mundo civiliza-do. Heredamos su sangre, sus costumbres y su rico y hermosoidioma. Olvidemos lo pasado, cubriéndolo con flores y perfumes.Venga el abrazo de confraternidad” (El Heraldo 17.09.1910).

En rigor, este discurso es una muestra ilustrativa de la men-talidad oligárquica de aquel momento en el que la élite local fes-tejaba la lucha centenaria en aras de la independencia ibérica. Entodo caso, este acontecimiento se localiza en un momento histó-rico signado por aquellos cánones rectores de la sociedad oligár-quica y excluyente, que en nombre de la “modernidad civilizada”se impuso a esa otra visión subalterna/popular. En suma, comodice Laura Gotkowitz, “las ceremonias cívicas -en tanto trasmi-soras de programas morales y sociales explícitos- se cruzaroncon los esfuerzos de regular y ordenar las costumbres y los espa-cios públicos. En este sentido, las ceremonias rituales no son ne-cesariamente manifestación de una determinada cultura ‘hege-mónica -u oficial- o subalterna -o popular-‘; sino configuranprocesos sociales desiguales, siendo a la vez espacios confusos y

quebrantados, ritos de sometimiento y de resistencia.Por lo visto, dichos rituales permitían la representa-ción de las narrativas históricas oficiales que fomenta-ban un sentido de identidad en torno a símbolos ynuevas colectividades”.

Estos efectos de ciudadanía tuvieron su correlatode ensalzamiento por los cien años de libertad que enel fondo legitimó aquel discurso en boga en torno a lacivitas que se tradujo en un silencio, por ejemplo, entorno a las luchas de los indígenas cochabambinos en

1781, en aras de la independencia, posiblemente porque estas in-surgencias de los indios no solo fueron estigmatizadas con el ar-gumento consabido de ser “bárbaros y salvajes”, sino que éstasrebeliones reflejaban posiblemente aquel otro proyecto deemancipación que difería radicalmente de aquel proyecto soña-do por la élite cochabambina. En suma, el programa de la cele-bración centenaria cochabambina fue un reflejo o un pretexto cí-vico para afianzar ese desiderátum en torno al modelo civilizadorque buscaban imponer los sectores elitistas sobre el conjunto dela sociedad cochabambina. Es decir, había la necesidad de con-trolar el mensaje histórico dominante por parte de los sectoreselitistas/oligárquicos cochabambinos, con el propósito de legiti-mar aquel horizonte trazado en función del ethos civilizador. Pa-ra ello organizaron esta “Fiesta del Progreso” del Centenario. Alparecer, la celebración del Bicentenario en curso transcurre poraquellos senderos de hace cien años atrás.

________(*) Este artículo forma parte de una investigación sobre el Bi-

centenario en curso, auspiciada por el Centro Cuarto Interme-dio.

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Una historia “civilizadora”

¿Cómo festejó la élite cochabambina el Centenario?

En suma, el programa de la celebración centenariacochabambina fue un reflejo o un pretexto cívico para afianzarese desiderátum en torno al modelo civilizador que buscaban im-poner los sectores elitistas sobre el conjunto de la sociedad co-chabambina.

ramona6 cochabamba, 12 de septiembre de 2010

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Música y educación

¿Contra quién es la guerra de las bandas?ERNESTO GUEVARA QUIROZ

N uevamente estamos en medio de ce-lebraciones cívicas, en este mes losfestejos de Cochabamba, Santa Cruz

y Pando. Las expresiones de civismo son di-versas, pero una de ellas logra llamar mi aten-ción más que cualquier otra, se trata de losdesfiles escolares, la música y los símbolos quese presentan.

Comenzaré por destacar la importancia depromover un sentimiento cívico que constru-ya una conciencia pública de pertenencia a lasociedad civil y los derechos y obligacionesque eso supone en la construcción de una so-ciedad equitativa, justa, pacífica, respetuosade los derechos humanos, etc. Recordar márti-res, celebrar conquistas históricas de restitu-ción de derechos, homenajear a una personali-dad y otros motivos llevan a las calles a lacomunidad estudiantil en reiteradas fechasdel año. Día del Mar, de la Madre, de la Patria,del Departamento, de la Mujer Boliviana yotros son oportunidades para el refuerzo pe-dagógico de lo que se construye en aulas, y quepueden servir para desarrollar un sentimientode colectividad que supere brechas sociales, económicas y otras.

En estos momentos de la vida estudiantil se generan, sin du-da, experiencias de aprendizaje con un valor potencial importan-te, siempre es bueno dejar aulas y tomar las calles en acción pe-dagógica. Pero año tras año vemos que estos espacios de refuerzopedagógico y cívico se llenan de prácticas peculiares que mere-cen un poco de reflexión, particularmente las expresiones cívicasde establecimientos educativos en torno al desfile y la interpreta-ción musical.

La educación no es sinónimo de instrucción, por lo que lamarcha tampoco es necesariamente reflejo de disciplina, sin em-bargo eso aparenta. ¿Cuántas personas asisten a desfiles por obli-gación para evitar descuentos en sus pagos o descuentos escola-res en las calificaciones de materias como música, educaciónfísica y otras? ¿Cuántas otras asisten por “chekear” a gente deotro colegio? ¿Cuántas están realmente convencidas que la mar-cha es expresión de civismo? ¿Cuántas reflexionan sobre la im-portancia de cada fecha y las consecuencias históri-cas que suponen? ¿Cuántas marchan felices porevitar una jornada de trabajo en aula? Estas sonpreguntas que cada quien puede responder deacuerdo a su experiencia.

Extrañamente, un país democrático de una al-tísima diversidad se homogeniza en las calles du-rante los desfiles, todas y todos uniformados, co-mo si la vestimenta fuera capaz de esconder,camuflar o disimular rasgos de cada sujeto/a poli-cultural. Muchas de las vestimentas, especialmen-te de quienes forman parte de bandas musicales tienen estéticamilitar, en natural afinidad con prácticas sociales mediadas porrelaciones jerarquizadas. Este hecho parece reflejar la forma enque se entiende la escuela, un espacio severamente reglado y je-rarquizado donde no parece tener lugar la pedagogía del cons-tructivismo. Esto también tiene que cambiar.

El desfile escolar, muy aplaudido, tiene un espacio y momen-to por demás interesante, es el saludo a las autoridades naciona-les o locales frente al palco “oficial”, quienes desde el altar patrio,representado por una tarima y decorados vistosos, reciben el sa-

ludo de la comunidad estudiantil que, a veces con señas militaresy otras veces con la mirada, experimentan un momento en el quese ratifican los lugares que cada quien tiene en la esfera pública.La sociedad civil tocando suelo, sociedad política varios metrossobre la tierra acompañando a representantes de Estado, mediosde comunicación retratando lo que acontece y la historia bajo tie-rra.

El palco es la representación de la relación entre gobernantesy gobernados, la tarima es la representación de la alta muralla deconstrucción imaginaria que impide a gobernantes convivir consu pueblo y que a la vez imposibilita que pueblo establezca comu-nicación con sus autoridades. Quizás por ahí se explique el pro-blema de la permanente situación de incomunicación en la quevivimos. Autoridades que llegan a su trabajo en coches de vidriosobscuros que les impiden ver la realidad del lugar en el que go-biernan, igual que propietarios de medios de comunicación y mu-chos pastores de iglesias alternativas. Ojalá llegue el día en que nose sientan tan sobre las nubes y pudieran caminar por las calles,subirse al micro, comer tripitas en el mercado, hacer cola para el

gas y esperar en una oficia pública para ponerse en los zapatos dequienes desfilan haciendo patria.

Desde el palco también se aplauden las manifestaciones mu-sicales de las escuelas, se trata del trabajo de profesores de músi-ca y educación física que, tomando el talento de algunos estu-diantes, el apoyo de autoridades, padres y madres de familia, lacomunidad educativa en pleno presentan sus muy esperadas y fo-tografiadas “Bandas de Guerra”. Estas bandas, generalmente deinstrumentos de vientos y abundante percusión, se encargan degenerar el clima sonoro ideal para la marcha. Dependiendo de la

seriedad con que se hayan tomado el asunto soncapaces de interpretar con mucha calidad o to-do o contrario el repertorio típico para las fies-tas: “Talacocha”, “Puente sobre el Río Kwai”,“La Patria” y similares. La creatividad tambiénhace posible que sean parte del repertorio can-ciones populares de Sandro, Palito Ortega, Sha-kira, Star Wars, Rocky e incluso se interpreta elheavy metal de Mago de Oz y su “Fiesta Pagana”que suena muy animada entre tambores, trom-petas, liras y lo que esté al alcance, a tiempo deque se conmemora la batalla de las Heroínas, elnacimiento de Adela Zamudio o la defensa delTopater.

Así, temas musicales de películas, cancio-nes románticas latinas o folklóricas y temaspropios de la tradición militar llegan hasta lasaulas, a los patios de las escuelas, los oídos depacientes vecinos y vecinas durante las sema-nas previas a los actos cívicos, generando altaexpectativa. Cuando la “Banda de Guerra” hacesu ingreso en el desfile también está acompaña-da por bastoneras o grupos de rompe-filas queanuncian la llegada de su orgullosa banda quedesde lejos ostentan banderas muchas veces se-gún la clásica estética hitleriana, águilas inclui-

das.La banda como espacio para el desarrollo humano es ideal,

sin duda, porque enseña a respetar el trabajo de otros, a conside-rar que el éxito sólo es posible por la acción colectiva e inclusopuede considerarse una metáfora de la vida en democracia. Perollama la atención la recurrente afición por calificarla como “Ban-da de Guerra” en un ánimo demasiado hostil, considerando queson representantes de unidades “educativas”. ¿Contra quién es laguerra? Sería mejor pensar la banda como espacio musical y nocomo recurso de promoción a la cultura bélica. ¿Por qué una ban-da de guerra? Ojalá no sea un anzuelo para conseguir más inscri-tos o peor aún, para dividir al colegio entre quienes tocan y quie-nes no tienen talento, como si el derecho a la educación musicalno fuera parte indivisible del derecho humano a la educación in-tegral.

Eso me lleva a pensar en cómo se trabaja la música en la es-cuela. Consideremos que la materia se oferta una hora y mediapor semana durante 14 años de formación humanística, son 840horas de nuestras vidas en la materia de música. ¿Qué hemos

aprendido? Espero que la respuesta no sea: sólohimnos, a marchar y en el mejor de los casos a tocar“The Sound of Silence” con flauta dulce. ¿Cuántohemos entrenado nuestro sentido del oído, cuántohemos aprendido a escuchar a los otros/as? Laeducación musical es una oportunidad para apren-der a escuchar a los demás, y en un país donde lafalta de diálogo es una invitación al conflicto, se ad-vierte como nunca la necesidad de re-pensar nues-

tras acciones pedagógicas.Si hay alguna guerra por pelear que sea contra nuestra me-

diocridad, nuestra apatía, contra la falta de compromiso social,contra la caridad que confunde la solidaridad con el derecho ycontra el belicismo o cualquier manifestación de violencia, másaún en el terreno de la educación de quienes dentro de poco go-bernarán este país, posiblemente desde le mismo palco de quie-nes han estado 200 años aplaudiendo a marchistas en simpáticaseñal de “acercamiento al pueblo”.

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MúsicaEl jueves 16 de septiembre, a las 19:30 horas, en el auditorio delCBA (calle 25 de Mayo No. 365) se presentará el Coro Ars Viva, bajola dirección del maestro Giovanni Silva. Esta vez se interpretaráncanciones del clásico “The Dark Side of the Moon”, de Pink Floyd,en una versión adaptada especialmente para la interpretación vocala capella. Es un homenaje que el CBA hace a los estudiantes cocha-bambinos y, en especial, a sus estudiantes. Las intervenciones de lassolistas Paola Granado, Erika Gómez, María Salazar y Luis EnriqueBadani dan a este espectáculo un brillo especial. El ingreso es libre.

ExposiciónEl miércoles 15 a las 19.00 se realizará la inauguración de la exposi-ción de dibujos “Amor y libertad”, del artista francés François-Joseph Durand, en el auditorio Christian Valbert de la Alianza

Francesa (calle La Paz No. 784 casi Crisóstomo Carrillo). Estamuestra estará abierta hasta el miércoles 28 de septiembre en hora-rios de oficina.

CineEn los ciclos “Lunes de Película”, mañana se proyectará la película“El beso de la mujer araña” (Brasil, 1985), de Héctor Babenco. Lafunción se inicia a las 19.00 horas en la calle Baptista No. 110, casiHeroínas.

ExposiciónLa muestra “Nilda Núñez del Prado. Orfebrería, esmaltes y goua-che” se lleva a cabo en el Centro Simón I. Patiño (Av. Potosí No.1450), de martes a viernes de 15 a 18.30 horas y los sábados y domin-gos de 9 a 12.00 horas.

MúsicaLas Jornadas de Música Contemporánea 2010, organizadas porAbaycam, se llevan a cabo, del 15 al 17 de septiembre, con concier-tos a las 19.00 horas, en el Centro Patiño (Av. Potosí No. 1450), a

donde el ingreso es libre. Los días 19 y 20 de septiembre, el aconte-cimiento se traslada al espacio mARTadero (calle 27 de Agostoesquina Ollantay, Ex Matadero Municipal). Los conciertos, igual-mente gratuitos, se llevarán a cabo a las 19.30 horas. El 19 actuará elcoro Ars Viva y Casa Blanca Jazz Band; el 20 se presentará músicaElectroacústica de compositores mexicanos y bolivianos. Informesal teléfono 4434584.

CineEl cine café 35 mm (calle Tte. Arévalo entre Ballivián y Babtista)continúa sus ciclos. El miércoles se proyectará nuevamente “ElAscensor”, comedia nacional de Tomás Bascopé. Las funciones seinician a las 19.30 horas y el costo de las entradas es de Bs 15, conderecho a un café. Mayores informes al teléfono 4526750.

TeatroLa red de grupos Tinku realiza un Taller de Tearto y ActuaciónCinematográfica, abierto a todos los interesados en su sede de laavenida Víctor Ustariz casi Beijing. Quienes deseen mayores infor-mes pueden llamar al teléfono 71769593.

Cuando la “Banda de Guerra” hace su ingreso en eldesfile también está acompañada por bastoneras o grupos derompe-filas que anuncian la llegada de su orgullosa banda quedesde lejos ostentan banderas muchas veces según laclásica estética hitleriana, águilas incluidas.

ramona 7cochabamba, 12 de septiembre de 2010

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