La Puerta de Los Tres Cerrojos Fisica Cuantica

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  • SONIA FERNNDEZ-VIDAL

    HUERTA DE LOS TRES CERROJOS

    NARRATIVA SINGULAR

  • ^ I0A

    V >T<

  • Ilustraciones de Oriol Malet

    Primera edicin: marzo de 2011 Cuarta impresin: septiembre de 2011

    Diseo de la portada y del interior: MBC Maquetacin: Marqus, S.L.

    Edicin: David Monserrat Coordinacin editorial: Arma Prez i Mir Direccin editorial: Iolanda Batall Prats

    2011 Sonia Fernndez-Vidal, del texto 2011 Oriol Malet, de las ilustraciones 2011 La Galera, SAU Editorial, de la edicin en lengua castellana

    Narrativa Singular es un sello de La Galera

    La Galera, SAU Editorial Josep Pa, 95-08019 Barcelona www.editorial-lagalera.com [email protected]

    Impreso en NOVAGRAFIC S.L Vivaldi, 5-08110 Monteada i Reixac

    Depsito legal: B-30439-2011 Impreso en la UE ISBN: 978-84-246-3577-0

    Cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica o transformacin de esta obra queda rigurosamente prohibida y estar sometida a las sanciones establecidas por la ley. El editor faculta a CEDRO (Centro Espaol de Derechos Reprogrficos, www. cedro.org) para que pueda autorizar la fotocopia o el escaneado de algn fragmento a las personas que estn interesadas en ello.

  • A mis maravillosos padres, Jos Miguel e Irene, mi hermana Nuria, y mi alma gemela y compaero Alberto.

    Este libro es para vosotros, que, con amor, me habis acompaado y guiado a lo largo de mi vida.

  • ndice

    Un mensaje misterioso 7 La casa de los tres cerrojos 15 Materia contra antimateria 21 El arte de tundear 31 El hada cuntica 37 El taller de Relojera Relativa 45 Los gemelos 55 La familia estndar 61 Teleportacin 69 El centro de Inteligencia Cuntico 75 Superposicin 83 El Maestro Zen-0 91 El gato de Schrodinger 97 El Boss-on de Higgs 105 Los peores vampiros del universo 109 Crptex cuntico 117 El laberinto 123 La entrada del laberinto 131 El camino de la verdad 139 Los tres senderos 147 Shambla 157 Excelente cum laude 163 El templo 171 La despedida 177 DICCIONARIO PARA ESTUDIANTES AVENTAJADOS 183

  • m CAPTULO 1

    Un mensaje misterioso Niko se qued paralizado en la cama, perplejo por lo que acababa de aparecer en el techo de su habitacin:

    i *H SI QUIERES QUE SUCEDAN COSAS DIFERENTES, DEJA DE HACER SIEMPRE

    LO MISMO. ? La enigmtica frase se reflejaba, por algn extrao efecto pti-

    co, justo encima de su cabeza. Estaba acostumbrado a ver el reflejo de los coches que pasaban por la calle, y poda incluso distinguir su color, pero nunca le haba sucedido algo as.

    El grito de su madre hizo que abandonara aquel enigma y se incorporara de un salto.

    Niko, gandul, volvers a llegar tarde!

  • Mientras se vesta, evoc con amargura el da anterior. Su es-tmago se retorci al recordar al profesor de fsica. Tena la mala costumbre de preguntarle justo cuando su cabeza estaba en las nubes, y ayer haba metido la pata hasta el fondo. Toda la clase se haba redo a su costa, incluida la chica que tanto le gustaba.

    Para acabar de empeorar las cosas, durante la hora de gimna-sia, el coleccionista de novias de la escuela se haba acercado a tontear con ella. Aquel presumido sin cerebro haba conseguido ms avances en dos minutos que l en dos aos. Al verla rer ton-tamente, Niko haba entendido que ella sera la prxima en formar parte de la coleccin. Se estremeci nada ms pensarlo.

    Haba sido uno de aquellos das en los que el universo entero parece estar conspirando contra uno.

    Mientras pensaba en sus calamidades, Niko se visti a toda pri-sa. Se enfund unos tjanos rotos y la camiseta del da anterior, que estaban encima de la silla. Con un rpido movimiento de ma-nos, se pein el pelo y observ su reflejo en el espejo del armario. Niko naci con una peculiaridad: un ojo de cada color. Uno de ellos era azul y el otro verde. Sus padres esperaban que, al crecer, ambos ojos adoptaran un mismo color. Pero no fue as.

    A continuacin, arrastr con el brazo los libros sobre su escri-torio hasta meterlos en la mochila. Se dijo que tena que ahorrar para comprarse una nueva. Aquella era demasiado infantil y no contribua a que mejorara su ya escasa popularidad.

    Levant los ojos dando un suspiro, y entonces la volvi a ver. La frase misteriosa segua reflejada en el techo. Intrigado, Niko

  • arroj la mochila sobre la cama y sac la cabeza por la ventana, intentando deducir el origen de aquella extraa proyeccin. Sera una campaa de publicidad?

    Pero no supo ver de dnde proceda. Se acord de la profesora de fsica que haba sustituido a su

    enemigo durante un mes, a principios de curso. Se llamaba Blanca. Era muy guapa y simptica, pero hablaba tan rpido cuando se en-tusiasmaba que se gan el apodo de Blancandecker.

    Les haba hablado de la reflexin y la refraccin. Haba entrado en clase con un espejo enorme. Tras apagar las luces, pidi a Niko que crease una nube con la tiza del borrador. Lo sacudi con la mano, y entonces ella encendi su linterna. Gracias a la nube de tiza, pudieron visualizar el camino recto que segua el haz. { O

    Luego encendi las luces de nuevo y les propuso un 6nifTI3* \

    I M A ^ I N A - O : N/V ^ A - U - H P O R . U A AJJE =IR.

  • su expediente. Blanca insisti un par de veces y, al no obtener res-puestas, se resign a dar la solucin:

    -A&G OS Mr TXcj\o ojje: F u e s e DE rvooe. eRA- PL-GWO DA-/ D E M O D O o^e L

    CjOsbUcTZDR O TlMD PROB-eMA-PARA- VfeRj_o >T PARAR. ^ ^

    rf -iNiko! # #

    El tono crispado de su madre hizo que renunciara a seguir bus-cando el origen del mensaje misterioso.

    Entr en la cocina y engull casi sin respirar el bol con cerea-les y leche mientras su madre lo sermoneaba. Como cada maana, baj los escalones de dos en dos hasta llegar al portal. Abri la puerta de la entrada, como siempre, y mir la calle por la que sola bajar hacia su instituto.

    De repente, se detuvo en el portal. Un escalofro recorri su espalda al recordar las palabras que tanto le haban intrigado unos minutos antes: Si quieres que sucedan cosas diferentes, deja de hacer siempre lo mismo.

    Instintivamente, gir la cabeza para mirar la calle cuesta arri-ba. Nunca haba tomado esa direccin para ir al instituto, porque implicaba dar un rodeo. Adems, la parte alta de aquella zona era solitaria y apenas haba tiendas.

  • Record como un chispazo unos versos que haba visto en la carpeta de la listilla de la clase. Eran de un tal Robert Frost y de-can:

    Vos campos Se V>\+arcaWir\ en UUa \ooSoae, M MO, MO tom el me*\oS tra^sltadlo, M eso marc todla |a dL\4ere*\c\a.

    Inspirado por el mensaje misterioso y por el recuerdo de ese poema, Niko decidi subir la cuesta en lugar de ir calle abajo.

    Posedo por un repentino entusiasmo, le pareci que era la pri-mera vez que pasaba por all. Haba detalles de la calle que le sor-prendan, desde los colores de las fachadas a la fragancia de los rboles otoales que brotaban en las aceras.

    Niko se senta extraamente alerta, como si algo estuviera a punto de suceder. Era posible que se produjera algn cambio slo con dejar de hacer lo mismo?

    Acababa de hacerse esta pregunta cuando fren en seco. Al lado de una floristera cerrada descubri un viejo casern en el que nunca haba reparado. Y, sin embargo, haba pasado unas cuantas veces por all. De eso estaba seguro.

    Levant la cabeza lleno de curiosidad. Pese a la altura del edi-ficio, slo haba una ventana en el tercer piso. Estaba cegada con unos viejos postigos de madera. Todo haca pensar que la casa estaba deshabitada.

    Niko mir inquieto la puerta de entrada. Era mucho ms nueva

  • I

  • que el resto de la casa, que pareca a punto de derribo. Estaba he-cha de una hermosa madera, en contraste con la de los ventanales del tercer piso que se vea vieja y podrida. Y, ms extrao an, la puerta estaba cerrada por tres robustos cerrojos.

    Aquello no tena sentido. Por qu molestarse en sellar una casa decrpita y abandonada?

    Niko se fij en la poca gente que pasaba por all. Nadie repa-raba en el casern. Algunos miraban la floristera cerrada, y acto seguido su mirada saltaba al otro lado de la calle, como si no pu-diesen ver aquella edificacin.

    Aunque iba a llegar tarde al instituto, se acerc a examinar de cerca los tres cerrojos que protegan la puerta. Qu diablos habra all dentro?

    A la izquierda de la puerta descubri un botn rojo. Niko habra jurado que aquel botn no estaba all un segundo antes; era como si hubiera aparecido de repente cuando mir hacia aquel lado. Pero saba que eso era imposible, as que asumi que le haba pasado por alto. Deba de estar ms dormido de lo que pensaba.

    Movido por la curiosidad, no pudo evitar pulsar el botn. Sin saber qu excusa iba a dar, contuvo la respiracin al or

    el sonido del timbre al otro lado de la puerta. Pero antes de que volviese a respirar, una voz extraamente lejana contest por el interfono:

    Sube, te estbamos esperando.

  • m CAPTULO 2

    La casa de los tres cerrojos Como no esperaba una respuesta, Niko trag saliva y se aclar la garganta. Pero tardaron en salirle las palabras.

    Cmo puedo abrir los tres cerrojos?

    E > ogvioy N o TE PAr*JEE? ^oR>4A4-MENTE; W T O D O fRJ^oXo SE ArBRJE

  • vista hacia la calle para relajarse. Una anciana paseaba tranquila-mente, ajena a sus cabalas.

    Sin darse por vencido, observ de nuevo los tres cerrojos. Lue-go palp los alrededores de la puerta buscando el escondite de la llave. Eso era lo primero. Aunque saba que no solucionara nada, ya que, cuando la encontrase, tampoco habra manera de abrir los tres cerrojos a la vez con una sola llave.

    Frustrado por estar tan lejos de la respuesta, Niko pens que lo mejor era volver al instituto para llegar al menos a la segunda clase. S seor, eso es lo que hara, lo ms lgico. Sin embargo, sus piernas no le obedecan.

    Se puede saber a qu ests esperando? Su corazn dio un brinco al or la misma voz por el interfono,

    esta vez con un tono impaciente. Es que no he encontrado la llave... y tampoco sabra abrir

    simultneamente los tres cerrojos si la encontrase! Es imposible. Y para qu diablos quieres abrir los tres cerrojos? pregun-

    t la voz. Pues... para abrir la puerta balbuce Niko. Cmo iba a

    hacerlo sin abrir los cerrojos? Ahora era Niko el desconcertado. La voz habl entonces con un tono de superioridad, como si se

    dirigiera a un nio de cuatro aos: La puerta est abierta! Los cerrojos no te impiden pasar. Niko se qued sin habla. Irritado, se dio cuenta de que le acaba-

    ban de tomar el pelo, como con el enigma del gato negro.

  • Pero usted me dijo que necesitaba una llave para abrir los tres cerrojos. Y tambin dijo que deba hacerse simultneamente se justific, indignado. Para qu narices me dijo todo eso, si no era para abrir la puerta?

    - M e PRe

  • gof una curiosidad creciente se haba apoderado de l. Era como si una fuerza misteriosa lo arrastrara.

    La puerta cruji, y Niko tuvo que empujar fuerte para abrirla. Pareca evidente que nadie lo haba hecho en mucho tiempo.

    u{ni \^2i den-tro, hiko se vio en\fueL-to por una, densa, oscuridad

    A/O Le gus-taba. La. oscuridad pe pequeo habita -teni-do serios probLemas para, dormir on La. LU~ apagada., porgue en La. pared de 5U hAbi-taibn 5e /ormaban e*-traJnas imgenes fue Lo aberraban.

    n pocos segundos, sus pupiLas se ajus-taron Lo su-/icien-te como para, dis-tinguir La. sombra, de algo fue se mova, a. su Lado. Pi un brinco deL sus-to y goLpeo con La. espalda, con-tra. La. puerta., fue se err -ras L.

    SLo -tiniebLas. tiko sinti orno eL pnico recorra, su coLumna.. Sus ojos escrutaron La. oscuridad? in-ten-tando seguir

    Lo fue se mova.. AL ver de fu se -trababa., suspiro aXiviaJo. ra. un

    gao de gran -tamao. "Tena. Los ojos de un enigma-tico coLor dorad. VriLLaban in-tensamentre en La. oscuridad de La. sUa.. raA pura, perspicacia,

    Aunque pareca inofensivo, Niko no se aventur a tocarlo. Levant la mirada y observ el resto de la habitacin en peni

  • jras. Quiz fuese por la poca luz, pero a Niko le pareci que las paredes eran negras. La falta de ventanas haca de la estancia algo an ms siniestro.

    Justo enfrente distingui unas tupidas cortinas de terciopelo que caan desde el techo hasta el suelo. Parecan el teln de un teatro antiguo.

    El gato le dio la espalda, moviendo la cola como si se burlase de su temor. Luego ech a correr y atraves las cortinas.

    Niko quera seguirlo, as que apart las cortinas con ambas ma-nos. Tras ellas tampoco haba puertas ni ventanas. Se encontr en una habitacin exactamente igual a la anterior.

    El gato ya no estaba all. Se haba esfumado. Desaparecido. Niko ya se dispona a buscarlo cuando un pequeo objeto lla-

    m de nuevo su atencin. En el suelo, en medio de la oscura sala, haba una caja de rega-

    lo. Era blanca y estaba envuelta con un lazo de seda. Una caja tan perfecta como un regalo de Navidad.

    Niko la tom en sus manos. En el lazo haba un pequeo so-bre prendido con una pinza azul. No tena destinatario, as que lo abri.

    UNIVERSO POR ESTRENAR

  • Esas palabras estaban escritas en la tarjeta con una caligrafa perfecta.

    Tir suavemente de la tela de seda para deshacer el lazo. Antes de abrir la caja, dud un poco. Se preguntaba si abrir un

    regalo que no iba dirigido a l era correcto. Pero el sobre estaba en blanco, de modo que pens que no estaba haciendo nada malo.

    Se tranquiliz con esa excusa y, decididamente, abri la caja.

  • CAPTULO 3

    Materia contra antimateria

    De repente, una extraordinaria fuerza lo empuj hacia atrs y lo arroj al suelo. Fue como si una bomba hubiera estallado dentro de la pequea caja.

    Niko vio ante s un minsculo punto de luz.

    LA LUZ MS INTENSA UE JAMS HUBIERA VISTO. UN SEGUNDO DESPUS, LA HABITACIN ENTERA

    TEMBL CON UNA GRAN EXPLOSIN.

    Era una explosin algo extraa, pues no se oa absolutamente nada. Un abrumador silencio rodeaba a Niko. Entonces, el punto de luz empez a crecer. De la nada surgieron unas diminutas bolitas.

    Son los leptones y los quarks dijo una voz suave, las pri-meras partculas de la materia.

  • Niko dio un brinco al or aquello. Aprovechando el resplandor de la explosin, pudo ver que haba un chico. Era pequeo. Le lle-gaba ms o menos al hombro, y eso que l no era de los ms altos de la clase.

    El espectculo que se desarrollaba ante l volvi a captar su atencin. Aparecieron ms bolitas, o partculas, como las haba llamado aquel extrao ser.

    Se creaban de repente, como las palomitas en la sartn de casa de su abuela.

    A Niko siempre le haba encantado ver cmo los granos de maz, tras ese peculiar sonido de petardo, se convertan en delicio-sas palomitas. La diferencia con las partculas que acababa de ver era que stas no surgan de granos, sino de un espacio aparente-mente vaco.

    Las partculas no eran todas iguales. Las haba de distintos tamaos y colores. Algunas se juntaban entre s, fundindose y creando otras mayores.

    Cuatro grandes focos se encendieron de golpe, uno en cada esquina de la habitacin. Iluminaban lo que pareca un campo de rugby.

    Niko estaba boquiabierto. Si lo sucedido hasta entonces ya era raro, lo que estaba viendo se pasaba de la rosca.

    Aquellas caprichosas bolitas cobraron vida y se repartieron en dos grupos. Se enfundaron unas camisetas: un grupo blancas y el otro negras. Acto seguido, empezaron a calentar para el partido que estaba a punto de iniciarse.

  • En los laterales, los focos iluminaban unas gradas abarrotadas de personitas pequeas, muy parecidas al personaje que estaba al lado de Niko.

    Los de la grada izquierda llevaban camisetas blancas con la palabra MATERIA escrita en ellas.

    Al otro lado del campo, en las gradas de la derecha, los hinchas llevaban camisetas negras con la palabra ANTIMATERIA.

    Las dos aficiones seguan atentamente el espectculo mientras animaban a sus equipos a pleno pulmn. Incluso haba un hincha regordete que marcaba el ritmo con un bombo!

    T de qu equipo eres? le pregunt el chico que estaba de pie a su lado.

    Niko se encogi de hombros. Me llamo Eldwen se present. Haciendo un esfuerzo, Niko consigui cerrar su boca, que per-

    maneca abierta desde que haba empezado aquella loca escena. Esta vez observ ms detalladamente al recin llegado. No le-

    vantaba ms de un metro del suelo, era flaco y sus ojos, tras unas gafas de montura redonda, tenan un color verde brillante. Sus pu-pilas negras, en vez de redondas, eran ovaladas como las de un felino. El pelo liso y cobrizo le caa sobre los hombros.

    Pareca un elfo sacado de un cuento nrdico. Yo soy Niko se present. Tal vez ese personaje fuera el nico que poda dar respuesta a

    las mil pregimtas que bullan en su cabeza. Antes de que pudiese iniciar el interrogatorio, el elfo empez a hablar:

  • Ests presenciando la lucha entre la materia y la antimateria. Lo que acabas de ver es la creacin de las partculas y las antipar-tculas en el

    Big Bang, el estallido que dio origen al universo.

    Niko record que la caja que tena la etiqueta de:

    U N I V E R S O POR ESTRENAR haba explotado al levantar la tapa.

    Las partculas y las antipartculas surgen de la nada, como si dos equipos de ftbol aparecieran en el campo de repente. Cuando la materia choca contra la antimateria, ambas pueden destruirse entre s.

    Pero entonces no quedar nada lo interrumpi Niko. No ser as. Uno de los dos debe ganar. Cmo podra empe-

    zar un universo, si no? Niko se acord de algo que le haba contado su abuela, que ha-

    ba estudiado filosofa. Deca que, segn un mito mencionado por Platn, toda persona tiene su doble negativo, un hermano oscuro

  • o anti-yo. Si tienes la mala fortuna de encontrarlo, uno de los dos tendr que morir. No hay sitio en el universo para ambos.

    Antes de que Niko pudiera seguir preguntando, el partido que enfrentaba a la materia y la antimateria comenz.

    Las bolitas las partculas de blanco y las antipartculas de negro corran por todo el campo. Los jugadores de cada equipo eran muy diferentes entre s: los haba de todos los tamaos. Los pequeos eran mucho ms giles que los grandes y se dedicaban a driblar a los del equipo contrario. Sin embargo, cuando las partcu-las se encontraban con las antipartculas, se produca una colisin tremenda. Justo despus desaparecan ambas en medio de un fo-gonazo de luz.

    Era hermoso y realmente entretenido. Niko no quera perderse ni un detalle del partido. En las gradas,

    los hinchas-elfos animaban sin cesar a sus respectivos equipos. Se fij en que cuando partculas y antipartculas de distintos

    tamaos chocaban entre s, se creaban muchas otras bolitas. Las recin nacidas corran hacia los laterales para ponerse las camise-tas de su equipo e incorporarse rpidamente al juego.

    Sobre uno de los laterales haba un marcador que sumaba los puntos, casi sin parar, de ambos equipos. En aquel momento, el equipo de la materia ganaba al de la antimateria por goleada.

    En la grada de los vencedores se notaba ya una gran agitacin. Aunque el partido no haba terminado, ya celebraban la victoria y daban saltos, abrazndose unos a otros.

    Al otro lado, los seguidores de la antimateria estaban cada vez

  • ms cabizbajos. Se daban cuenta de que el partido llegaba a su fin.

    Finalmente, un silbato anunci el final del partido. El equipo Materia haba vencido! Tres elfos periodistas retransmitan el par-tido por televisin desde el campo. Algunas partculas de materia se acercaron para ser entrevistadas.

    Enhorabuena! las felicit la reportera. Haca tiempo que esperabais celebrar una gran victoria como sta, no es as?

    Efectivamente contest entusiasmada una de las partcu-las. Haca eones que esperbamos la oportunidad de jugar un partidazo como ste. Ha sido atmico!

    Y ahora cules son vuestros planes? Queda an mucha liga por delante. Tenemos que ponernos

    manos a la obra para crear los tomos, los planetas y las galaxias. Habr que trabajar duro.

    Muchas gracias, Up, por tus declaraciones para nuestra au-diencia dijo la periodista a la pequea partcula. Acabamos de retransmitir en directo el partido entre Materia y Antimateria para Quantum TV. Les dejo ahora con nuestra compaera del teleuni-verso, que nos informar de las preocupantes noticias que llegan desde los confines de nuestro mundo.

    La partcula llamada Up, que deba de ser el capitn, corri para celebrar la victoria con el resto de su equipo.

    El equipo de la materia celebraba el triunfo danzando en el centro del campo. Empezaron a quitarse las camisetas y a tirarlas hacia el pblico.

  • De repente, las luces de los cuatro focos se atenuaron. Slo se vea la silueta de las gradas. Los gritos de felicidad de los hinchas haban cesado. Todos guardaban un respetuoso silencio mientras observaban el trabajo que las partculas haban empezado a reali-zar.

    Con cada danza en el centro del campo, el nmero de partcu-las creca y creca. Se unan entre s formando figuras cada vez ms grandes.

    A partir de entonces, todo sucedi muy rpido. Niko pudo ver cmo se creaban estrellas extremadamente bri-

    llantes y hermosas. Un instante despus se formaron los redondos planetas, algunos azules, otros verdes y morados. Pudo ver mu-chos de esos planetas, quiz la Tierra entre ellos, colocarse en sus rbitas alrededor de las estrellas.

    Las estrellas y los planetas se agrupaban a su vez en galaxias que tomaban diversas formas: espirales, circulares, nubes cuajadas de estrellas...

    Niko las reconoca por documentales de la televisin que haba visto. En aquellas imgenes, las galaxias parecan estticas, como si hubiesen existido desde siempre, inamovibles y eternas. Pero en el universo que estaba viendo, las estrellas y las galaxias cambiaban constantemente. Crecan y se expandan sin dejar de danzar arm-nicamente con el resto del cosmos.

    Aquel universo se estaba expandiendo sin parar. Niko temi que acabara aplastndoles a l y a Eldwen, como a los dems hin-chas que an celebraban la victoria de su equipo.

  • Retrocedieron hasta tocar las cortinas con sus espaldas. Esto se pone feo le dijo Niko a su nuevo compaero. Si

    sigue creciendo de este modo, acabaremos espachurrados. Estas ltimas palabras las dijo con un tono de gravedad en la

    voz. Eldwen lo mir a los ojos y le contest: Llegados a este punto, tan slo pueden pasar tres cosas...

    * * i *

  • o TI 00

    Y o

    A x

  • CAPTULO 4

    El arte de tunelear

    Niko le mir extraado. Le molestaba que Eldwen fuese tan enig-mtico. Le haca sentirse tonto, as que pregunt:

    Puedes explicarte de manera que te entienda? En este punto, el universo puede comportarse de tres mane-

    ras. La primera, y la que menos nos conviene ahora mismo, es que siga expandindose para siempre. Hasta el infinito.

    Niko resopl. Si aquello creca sin parar, acabaran aplastados. Todo por culpa de abrir aquella cajita!

    La segunda es que simplemente se pare prosigui Eldwen. Y la tercera? pregunt impaciente, al ver que el universo

    no paraba de hacerse ms y ms grande. La tercera posibilidad es que todo se vuelva a encoger, como

    cuando deshinchas un globo. En ese caso, el universo entero se concentrara en el punto de luz que viste al principio y se metera de nuevo en la caja. A eso se le llama un Qjg CUnCtl-Justo entonces, el universo dejara de crecer.

  • Ha ganado la segunda posibilidad! dijo Niko entusias-mado.

    No ests tan seguro, esperemos a ver. Acto seguido, el universo empez a encogerse a cmara lenta.

    Niko tuvo la impresin de que el espectculo que haba presencia-do se representaba ahora hacia atrs. Las galaxias empezaron a desagruparse. Los planetas ya no seguan las rbitas alrededor de sus estrellas.

    Al llegar a ese punto, los acontecimientos empezaron a acele-rarse. Pareca como si todo pasase a cmara rpida.

    Las estrellas y los planetas se desintegraban ante sus ojos. En slo unos segundos, lo nico que se vea eran los tomos, que em-pezaron a descomponerse en partculas ms pequeitas an.

    En cuestin de segundos, el universo entero se concentr de nuevo en el intenso punto de luz que haba visto al iniciarse la explosin.

    Las gradas, el marcador del partido, los grandes focos..., todo haba desaparecido. Todo menos los extraos habitantes que aho-a estaban de pie en la sala vaca.

    El punto de luz se meti otra vez en la caja de donde haba sa-lido. La tira de seda roja volvi a enlazarse por s misma alrededor de la caja, sellndola de nuevo.

    TODO UED A OSCURAS.

  • Eldwen sac un mechero para iluminar la habitacin. Niko se sinti agradecido por ese gesto, aunque al resto de personajes no pareca importarles la falta de luz.

    Qu ha sido esto? dispar Niko con la mirada fija en el elfo. Dnde estoy? Qu est pasando? Quin o qu eres t?

    Paso a paso. Ya me he presentado antes: mi nombre es Eld-wen. Soy lo equiv alent a un cientfico en tu mundo. Me dedico a la investigacin, y mi especialidad es el universo de la fsica clsica. Es decir, tu mundo.

    Aquellas dos palabras hicieron que el pensamiento de Niko vol-viera a su habitacin y a casa de sus padres. Habra pasado apenas una hora desde que haba abandonado su mundo, pero el univer-so en el que se encontraba era tan extrao que pareca haber trans-currido una eternidad. De donde l vena sucedan cosas norma-les, y cada da era igual al anterior. Uno no iba abriendo universos como quien abre una caja de zapatos.

    Un escalofro recorri su espalda al recordar las galaxias y los planetas que se haban descompuesto ante sus ojos. Habra pasa-do lo mismo con sus padres? A fin de cuentas, ellos v ivan en uno de esos planetas.

    La voz del elfo hizo volver a Niko a aquella oscura sala. Has entrado en el mundo cuntico. Aqu vas a ver cosas muy

    extraas, totalmente distintas al mundo que has conocido hasta ahora.

    Y qu diablos hago yo aqu? le pregunt frunciendo el

  • Eldwen se rio ante la evidente desorientacin de Niko. Aquello hizo que se enfadara ms an. No le gustaba sentirse el bufn de la clase y menos an por culpa de un elfo enano, as que le dijo:

    Mira, muchas gracias por todo, pero me va a caer un marrn si no llego al instituto antes del recreo. De modo que ser mejor que me vaya.

    Niko apart las largas cortinas para dirigirse a la puerta por donde haba entrado.

    Pero ya no estaba all. Donde antes haba una puerta de entrada, ahora slo encontr

    una pared. Por ah no podrs salir le advirti Eldwen. Ser mejor

    que vengas conmigo. Hay un motivo por el que ests aqu..., pero todava no es el momento de hablar de ello.

    Niko suspir, resignado, y lo sigui hasta una de las paredes negras. No poda llevarle muy lejos, pues en aquella habitacin no haba ninguna salida. Estaban atrapados!

    En el centro de la gran sala, la euforia de los elfos-hinchas haba disminuido. Hablaban entre ellos en corros.

    Es una pasada! Up ser el quark ms pequeo de todos, pero es el mejor jugador con diferencia exclamaba uno de ellos.

    Yo sigo pensando que los neutrinos estn infravalorados, con eso de que casi ni se los ve...

    Van a retransmitir el partido en diferido en la taberna Braket!

    En cualquier caso, hay que largarse. Aqu no queda nada!

  • Vayamos a la Braket, dicen que se puede tomar unos perritos ca-lientes extraordinarios.

    Niko contempl boquiabierto cmo, de repente, los elfos co-gan carrerilla para lanzarse contra la pared. Algunos rebotaban, dndose un buen trompazo y cayendo de culo contra el suelo. Al instante se levantaban y volvan a intentarlo, una y otra vez.

    Para su sorpresa, de vez en cuando alguno de ellos lograba atravesar la pared.

    Quieres intentarlo? lo desafi Eldwen. Niko lo mir perplejo. No daba crdito a lo que estaba oyendo. Estn haciendo lo que aqu llamamos tunelear. Qu demonios es eso? Vers, en nuestro mundo a veces podemos atravesar las pa-

    redes. Como Kitty Pride, de los X-Men! exclam al recordar su

    cmic favorito. La diferencia es que ah fuera, en tu mundo, la posibilidad de

    que puedas atravesar la pared de tu casa es pequesima. Casi im-posible! Deberas estrellarte contra ella durante una eternidad para conseguirlo. Probablemente, antes te habras molido los huesos.

    Justo en aquel momento, otro elfo desapareca a travs del muro.

    Esta pared es muy fina lo desafi el elfo, de modo que la probabilidad de pasar no es tan pequea. Como mucho, te dars unos cuantos porrazos si lo intentas. Te atreves?

    Niko se haba picado. Si aquellos estpidos hinchas podan

  • tunelear, l tambin poda hacerlo. Apret los dientes y corri contra la pared. Cruz los brazos por delante de su cabeza para protegerse del choque inminente. Pero el impacto no lleg.

    Haba atravesado la pared!

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  • CAPTULO 5

    El hada cuntica

    Estaba tan sorprendido por su hazaa, que tard un par de se-gundos en ver a la chica que tena delante.

    Era tan alta como l. De tez morena y pelo negro, sus ojos os-curos y rasgados parecan orientales. Llevaba un ceido vestido de seda y un cinturn con un extrao signo griego en la hebilla.

  • Sus labios carnosos le sonrieron, mostrando una dentadura perfecta. Un delicado aroma a flores silvestres lo embriag.

    Era sin duda la chica ms guapa que haba visto jams. Deslumhrado por aquella belleza, tard un rato en fijarse en

    que sostena una delicada varita de cristal. La baj mientras le ha-blaba en tono desdeoso.

    Cierra la boca o se te va a caer la baba. Niko sinti cmo sus mejillas ardan de vergenza. Siempre

    reaccionaba as cuando bromeaban con l las chicas de su clase. Y eso que eran bien normalitas comparadas con aquella criatura, que se present:

    Soy el Hada Q. Cmo? Un hada? Me ests tomando el pelo, verdad? No s si lo sabes, pero es de mala educacin cuestionar a

    un hada de ese modo dijo antes de dar media vuelta con indigna-cin.

    Si eres un hada... por qu no tienes alas? Niko se arrepinti enseguida de hacer una pregunta tan imperti-

    nente. Est claro, pens, que no soy un crack en esto de ligar... Por eso estoy aqu! No te dan las alas hasta que te doctoras. Hasta que te doctoras... en qu? La chica era realmente guapa, pero Niko empez a dudar de que

    estuviese en sus cabales. Me estoy doctorando como hada cuntica declar orgullo-

    sa. Mientras tanto voy sacando algn dinerillo como gua en este mundo.

  • Ah... ya entiendo dijo sin entender nada. Y cmo es que tienes varita?

    La varita te la dan al licenciarte. Veo que eres tan tonto como pareces.

    Definitivamente, pens Niko, est como una regadera. Pero qu guapa!

    Mi misin es ayudarte a que cumplas la tuya prosigui el Hada Q.

    La ma? No saba que tuviera una misin. Simplemente he subido mi calle en lugar de bajarla. Aunque, por primera vez, pien-so que ha valido la pena.

    Pues claro que ha merecido la pena, chico clsico. Niko se mir los tjanos a la ltima moda sin entender por qu

    le haba llamado as. Luego record lo que le haba dicho el elfo sobre los diferentes mundos. Eso le hizo girarse hacia la pared.

    Vers, estaba con mi amigo, un elfo llamado Eldwen. Estoy esperando a que tunelee para reunirse conmigo.

    Al terminar de hablar, Niko se dio cuenta de que ahora el loco pareca l.

    Eldwen? repuso ella con una sonrisa maliciosa. Tal vez sea un cerebrito, pero en lo que respecta a la prctica... es un pa-tn. Mucho me temo que te van a salir canas si te quedas esperan-do a que consiga pasar. Mejor ser que me sigas.

    Niko dud, el elfo empezaba a caerle simptico y no era muy bonito por su parte dejarle tirado, pero sin duda el Hada Q era mucho ms guapa. Total pens, si Eldwen era tan cerebrito,

  • sabra dnde encontrarlos. El hada levant la varita de cristal, y el resplandor que emanaba de ella ilumin todo lo que haba a su al-rededor. As se dio cuenta de que ya no estaban en una habitacin cerrada, sino en un callejn en el centro de una ciudad antigua.

    Aquel callejn daba a una calle adoquinada pero amplia y lu-minosa. Contempl asombrado a la gente que se agrupaba ante los escaparates de las tiendas. Hablaban todos alegremente unos con otros, creando un ambiente de jolgorio.

    Mientras se preguntaba adonde diablos haba ido a parar al cruzar la pared, sigui a su gua, que avanzaba grcilmente entre la multitud. Nadie pareca sorprenderse por su extraordinaria belle-za, como si las hadas fueran lo ms normal en aquel mundo.

    Y bien, adonde vamos? pregunt Niko en un intento de dar conversacin a aquella chica fantstica.

    El Hada Q se detuvo en seco y lo ri: Haces demasiadas preguntas, y adems metes la pata. Ya te

    lo dije antes:

    SI QUIERES LLEGARA ALGUNA PARTE, HAZ LAS PREGUNTAS CORRECTAS!

  • Entonces fue Niko quien se qued petrificado. Recordaba muy bien aquellas palabras: las mismas que haba odo justo antes de abrir la puerta de los tres cerrojos.

    Fuiste t quien me contest cuando llam a la puerta de este mundo, verdad?

    Basta de preguntas! Vamos a cambiar las normas del juego. Ahora te toca a ti contestar:

    ov Gc-esrrA-s PA^A- CCRRAR UNA- PUERTA-? f\

    La pregunta pill totalmente desprevenido a Niko. Se trata de un enigma? No puedes evitar hacer preguntas y ms preguntas... re-

    sopl ella. Eres un plomazo! Ya puedes ir preguntando, que no habr respuestas hasta que soluciones mi enigma.

    Acto seguido, continu andando calle abajo. Niko se apresur a seguirla, aunque no era fcil perderla, pues

    tena una vista privilegiada de la calle. A la mayora de los tran-sentes les sacaba ms o menos una cabeza.

    Entre la multitud de elfos multicolores corran algunas de las partculas que haba visto en el partido de la materia contra la anti-materia. Algunas de ellas se arremolinaban alrededor de una tien-decita propiedad de una mujer fornida que voceaba:

  • Por slo unos electronvolts pueden viajar a un nivel de ener-ga superior!!!

    Las partculas que se acercaban a esa parada compraban algo a la seora y salan disparadas.

    Antes de que Niko pudiese preguntar al hada qu eran esos electronvolts que compraban las partculas, ella ya haba abierto la puerta de una tienda antigua. En las ventanas se poda leer en unas grandes letras doradas:

    Niko tuvo que dar dos pasos rpidos para alcanzarla.

  • u

  • T CAPTULO 6

    El taller de Relojera Relativa Al abrir la puerta, la campanita metlica que colgaba del techo pro-voc un estruendo inslito para su tamao. Poco despus, el pro-pietario de la tienda sali a atenderles echando humo de una pipa de madera.

    Era un anciano muy alto, en contraste con los elfos de la calle. A Niko le sacaba una cabeza como mnimo. Estaba calvo y luca una larga barba acabada en punta. El relojero se cubra con una bata azul marino.

    La tienda estaba llena de relojes de todo tipo. Los haba de pa-red, de cuco, despertadores... Cada uno de ellos marcaba una hora diferente; en eso, la tienda se pareca a otras relojeras.

    Niko nunca haba entendido por qu en esos establecimientos ningn reloj marca la hora real. Sin embargo, los del taller de la Relojera Relativa estaban claramente alterados. Las manecillas gi-raban como locas. Algunas se movan muy rpido, mientras que en otros relojes se movan con una lentitud desesperante. Las agujas

  • de las horas, minutos y segundos giraban a distinta velocidad, cada una a su ritmo. Lo que para un reloj supondra una hora, para el del lado era slo un segundo. La sensacin de desorden era an mayor por culpa del desacompasado tic-tac de los relojes.

    Buenos das, Kronos salud el Hada Q. Hola, Quiona. Un placer verte de nuevo! En qu puedo ayu-

    darte? El Hada Q se volvi hacia Niko y le explic: Mi nombre de pila es Quiona. Ya sabes, para los amigos. Kronos, el anciano relojero, pos sus ojos en Niko con curiosi-

    dad y pregunt al hada: -Es l? Ella le dedic una amplia sonrisa y asinti con la cabeza. La pregunta no le gust nada a Niko. Siempre le haba resultado

    feo que la gente hablara de l como si no estuviese presente. Es una costumbre desagradable que los adultos tienen hacia los nios.

    Me llamo Niko. Encantado contest sonriente Kronos mientras le tenda la

    mano por encima del mostrador. Niko se fij en una placa dorada colgada en la pared, justo de-

    trs de Kronos.

    CUAN On-R'I'A i : \ RU.OJLS 1)1. TII-MI'O K KISPIXW I AS l.lXIISl AC'IOM-S YIC

    ATIYO!

  • Justo entonces, la puerta se abri de golpe. Era Eldwen, que entraba corriendo y casi sin aliento.

    Bravo, Eldwen! Esta vez has sido rpido. Cuntos intentos has hecho? Cien? se burl Quiona.

    Perdonad el retraso jade mientras lanzaba una mirada dura al hada.

    Hola, Eldwen lo salud Niko, que se senta avergonzado por haberlo dejado en la estacada despus de atravesar la pared. Para desviar la atencin del plantn, pregunt: Qu significa lo que pone en la placa?

    Como puedes comprobar, Kronos explic Eldwen, Niko viene del mundo clsico. Ellos creen que el espacio es tridimensio-nal. Es decir: alto, ancho y largo. Pobres ilusos, creen tambin que el tiempo es siempre el mismo en todas partes! Como si fuese una dimensin aparte, algo absoluto y que fluye uniformemente.

    Niko no entenda qu intentaba explicar el elfo, que prosigui: Pocas personas llegan a comprender que el

    espacio y el tiempo son relativos... y dependen de lo rpido que vayas. Extrao, eh?

    En serio, Eldwen lo interrumpi Quiona, nadie te ha di-cho que para ser cientfico no hace falta hablar raro?

    A Niko se le escap una carcajada que disimul con un sbito ataque de tos al ver la cara de enfadado de su amigo.

  • Eldwen se refiere a los alucinantes fenmenos de la

    relatividad intervino Kronos. Suceden cosas muy raras cuando nos acerca-mos a la velocidad de la luz.

    Y, qu sucede cuando te acercas a la

    Velocidad de la luz? se aventur a preguntar Niko.

    La luz viaja a unos 300.000 kilmetros por segundo. Pero aunque sea un blido, la luz tarda un tiempo en llegar hasta nues-tros ojos. La luz que llega del Sol, por ejemplo, tarda unos ocho mi-nutos en recorrer los 150 millones de kilmetros que hay hasta la Tierra. De modo que si miramos al astro rey con unas gafas de sol especiales, lo que vemos es la imagen de esa bola gigantesca de hace ocho minutos. Si un mago csmico lo hiciese desaparecer ahora mismo, lo seguiramos viendo durante esos ocho minutos. Si eso sucede con el Sol, que es la estrella ms cercana, imagina lo que sucede con la luz que ha salido hace millones de aos de galaxias lejanas. Muchas de las estrellas que vemos por la noche ya no existen.

    Niko asinti con la cabeza. Nunca lo haba pensado de ese modo. Haba ledo que las estrellas del firmamento estaban a dis-

  • tandas enormes. Distancias tan grandes que no se medan en me-tros o kilmetros sino en aos luz: el espacio que recorrera un haz de luz en todo un ao!

    Eldwen retom la explicacin: Imagina que en un planeta a 519 aos luz de distancia hu-

    biese un astrnomo con un telescopio tan potente que pudiera ver con detalle lo que sucede en la Tierra. Si apuntara hacia Amrica, ahora mismo vera llegar a Coln con sus carabelas. No vera a los humanos de ahora, sino a los de 1492.

    Ahora que lo pienso, lo que decs tiene sentido. Sin embargo, qu tiene que ver la velocidad de la luz con lo que les ocurre a estos relojes relativistas? les pregunt Niko

    Vayamos por partes. Ahora ya sabes que la luz no es instan-tnea, sino que tarda un tiempo en viajar a travs del espacio. Bien, ahora imagina que Kronos y yo viajamos en un tren a 100 kilme-tros por hora. T te encuentras en la estacin, parado en el andn, y nos ves pasar por delante de ti. Cuando nos hallamos justo frente a ti, le lanzo una pelota a Kronos, que est irnos asientos por de-lante. Desde mi punto de vista, dentro del tren la pelota se mueve a 10 kilmetros por hora. Pero lo que t vers parece distinto, me sigues?

    Creo que s Aquello era un clculo simple incluso para Niko. Yo ver que la pelota va a 110 kilmetros por hora. Al estar en el tren, vosotros ya os estis moviendo a 100 kilmetros por hora. Slo tengo que sumar las dos velocidades: 100-1-10=110.

    Muy bien! exclam Kronos.

  • Niko se sinti orgulloso, sobre todo porque estaba quedando bien delante de su hada, que intervino:

    Vamos a complicarlo un poco ms. Ahora imaginemos que el tren avanza a 250.000 kilmetros por segundo y que Eldwen, en lugar de una pelota, enciende una linterna y dirige un haz de luz hacia Kronos. Dime, qu ocurrira entonces?

    Bueno, para Kronos, la luz viajara a 300.000 kilmetros por segundo hacia l. Pero yo desde el andn... Niko dud en dar su respuesta.

    Lo lgico hubiera sido decir que el haz de luz, visto desde el andn, se movera a 550.000 kilmetros por segundo. Slo te-na que sumar la velocidad de la luz (300.000 kilmetros por se-gundo) a la velocidad del tren (250.000 kilmetros por segundo), como en el caso anterior. Pero la sonrisa sarcstica de Quiona le hizo darse cuenta de que estaba a punto de quedar en ridculo.

    Ya lo tengo! exclam Niko de repente

    PARA- POE^R C.CRRAR LMA- PUERTA-, L-O ove c-e:sn?D es ojje: e^r teieRrrA-.

    Kronos y Eldwen se quedaron pasmados ante su respuesta, aparentemente sin sentido. Sin embargo, Quiona sonri abierta-mente, se acerc a Niko y le bes en la frente.

  • Muy bien, veo que has resuelto mi enigma. Son mis normas y voy a cumplir mi palabra: ahora es mi turno de darte respues-tas.

    Niko se puso rojo como un carbn candente, aunque en ese momento no le importaba. Aquella preciosidad le haba dado el beso ms dulce de su vida.

    Dispuesta a cumplir con su palabra, Quiona expuso: Desde el andn, para ti el haz de luz seguir viajando a

    300.000 kilmetros por segundo, aunque el tren se mueva a su vez. La velocidad de la luz es una especie de lmite csmico, y nada en el universo puede superarla. Est prohibido!

    Esto nos lleva a uno de los efectos de la famosa

    teora de la relatividad de Einstein:

    cuando te acercas a la velocidad de la luz, el tiempo se estira y las cosas se encogen aadi Eldwen.

    Aquello era demasiado raro para que Niko lo entendiera, pero antes de que pudiera preguntar, Kronos prosigui con la explica-cin:

    El tiempo va ms lento o ms aprisa segn la velocidad a la que vas. Cuanto ms rpido te mueves, ms despacio pasa el tiempo. Un reloj en movimiento va ms lento que uno parado. Y

  • esto ocurre con todo tipo de relojes, incluidos los latidos de tu corazn. Si condujeras una nave que lograra alcanzar un 99 % de la velocidad de la luz, viviras casi siete veces ms que el resto del mundo, y t ni te daras cuenta. Pero si volvieras al cabo de un ao, veras que los que has dejado en casa han envejecido siete aos.

    No conoces las palabras de John Derek, vive rpido y mue-re joven? brome Quiona. Si todava resultar que ese bueno-rro era un experto en relatividad...

    Quin es John Derek? pregunt el elfo. No conozco a ese fsico.

    Da igual, olvdalo, Eldwen. Con un simptico salto, el hada se acerc a Niko y le dijo: Voy a demostrarte lo relativo que es el tiempo. Ni siquiera

    vas a tener que tomar el bus ni moverte de aqu. Acto seguido, le dio un tierno abrazo mientras le cantaba una

    dulce nana al odo. El corazn de Niko lata tan fuerte que pens que se le iba a

    salir del pecho. Ahora mira tu reloj dijo Quiona, interrumpiendo aquella

    sensacin tan fantstica . Espera hasta que la segundera d una vuelta entera.

    Observando aquella aguja avanzar, a Niko le pareci que pa-saba una eternidad. Cuando la segundera termin de recorrer su camino, el hada le pregunt:

    Cunto tiempo ha pasado?

  • Una vuelta entera de la aguja son 60 segundos, es decir, un largusimo minuto.

    Y nuestro abrazo, cunto tiempo crees que ha durado? Apenas unos segundos contest Niko, convencido. Pues ambos han durado exactamente lo mismo. Lo que ocu-

    rre es que, como deca Einstein, cuando abrazas a una chica, el tiempo pasa muchsimo ms rpido que cuando ves pasar la se-gundera de un reloj.

    Niko asinti, un poco avergonzado al ver a Kronos y Eldwen divertirse con la escena. Acto seguido, contempl los relojes que estaban por toda la tienda, con las agujas que se movan a distintas velocidades, y dijo:

    Entonces, estos relojes... no estn todos estropeados? Para nada lo interrumpi Kronos. Simplemente cuentan

    el tiempo de manera relativa. Como son especiales, cada uno vive a su ritmo.

    Son un chollazo! exclam el hada. Si tuvieras un reloj de stos, podras hacer que el tiempo pasase ms rpido o ms despa-cio, segn lo que te interesase.

    S, Quiona, pero no es algo con lo que se pueda jugar. Aunque a nuestro amiguito le vendra genial para no tener que preocuparse nunca ms por llegar tarde a clase.

    Tal vez s susurr ella al odo de Niko, pero Kronos tiene ya ms de quinientos aos...

    Justo entonces, el estridente sonido de la campana de la entra-da los distrajo.

  • Alguien acababa de entrar en la tienda. El relojero levant la cabeza y los otros tres se volvieron para ver de quin se trataba.

  • t! CAPTULO 7

    Los gemelos

    Dos elfos, uno joven y otro anciano, entraron en la tienda discu-tiendo. Niko pens que deban de ser familia, pues, a pesar de la clara diferencia de edad entre ellos, guardaban un asombroso pa-recido. Al ver al relojero, el ms joven sonri y salud alegremente:

    Hola, Kronos, suerte que te encontramos! Volvemos a nece-sitar tu ayuda.

    El aludido suspir y volvi a hacer simtricos aros de humo con su pipa. Fingi un semblante serio al regaarlos:

    No podis recurrir a m cada vez que os pasa. Deberais po-neros de acuerdo y viajar juntos la prxima vez.

    El ms anciano de los recin llegados se adelant y refunfu: Lo s, Kronos, le he dicho mil veces que deje sus viajes por

    un tiempo, pero no me hace caso. Es un culo inquieto, y yo tengo demasiado trabajo para hacer estpidos viajes cada dos por tres!

    Venga ya! Era una ocasin nica: esta vez conseguimos ir casi a la velocidad de la luz. Fue una experiencia atmica, Kronos

  • replic el joven lleno de entusiasmo. Adems, t podrs arre-glar este lo, verdad?

    Qu os ha sucedido? lo interrumpi Niko. El elfo joven se acerc a Niko, Eldwen y Quiona y se present: Hola, me llamo Oort, y ste es mi hermano gemelo Opik. El hada cuntica se adelant para presentarse al joven recin

    llegado, y lo mismo hicieron Eldwen y Niko, que mir a ambos her-manos y pregunt extraado:

    Tu hermano gemelo? Pero si podra ser tu abuelo! Mientras guiaba un ojo al hada en un intento de ligar con ella,

    Oort le contest: Incluso un beb sabe que se debe ir con cuidado al viajar a

    la velocidad de la luz! Niko puso cara de enfadado. El tal Oort haba pasado de pare-

    cerle divertido a ser un pedante. Le alegr que Quiona contestase a su guio con una mueca desagradable.

    Opik se adelant hacia l y le aclar: Yo soy astrnomo y mi hermano es un explorador, un apa-

    sionado de las altas velocidades. Te recomiendo que no viajes con l: es un temerario.

    No le hagas caso, chico, puedes acompaarme en mi prxi-mo viaje si quieres. Ser una experiencia inolvidable le asegur Oort.

    Asustado, Niko dio un par de pasos hacia atrs. Coincida con el elfo viejo. Aquello pareca peligroso! Tema que Oort lo lle-vase en su vehculo a velocidades cercanas a la luz. Poda visuali-

  • zar claramente cmo se hacan pur al chocar contra cualquier edi-ficio.

    Quiz en otro momento, gracias. Hace apenas unos aos, mi hermanito se empecin en viajar

    a una estrella lejana prosigui Opik con su explicacin. La es-trella est tan lejos que slo poda llegar a ella viajando a veloci-dades relativistas, es decir, cercanas a la velocidad de la luz. Como ya debes saber, al ir tan rpido, el tiempo no pas igual para l que para m. De modo que el par de aos que para Oort dur su viaje supusieron unos veinticuatro para m, que me he quedado en casa.

    Ya lo entiendo! dijo Niko, eufrico. El tiempo se estira al ir ms rpido. Por eso Oort sigue siendo joven y t, Opik, has envejecido.

    Claro que t no tienes que preocuparte por esto, pues los humanos no habis construido nada que se mueva tan rpido le tranquiliz Eldwen.

    Al instante, Quiona le dio una colleja y le increp: Fantstico, Eldwen! A eso se le llama ser un bocazas. Opik mir asustado a Kronos y le dijo: Un humano? Pero eso est prohibido! No podemos contac-

    tar con humanos, y mucho menos traerlos a nuestro mundo. Tan pronto termin aquella frase, unas vocecitas estridentes

    empezaron a cuchichear: Un humano! Habis dicho un humano?

  • Yo no me lo pierdo! Sacad las cmaras. S, s, ha dicho que es un humano! Un grupo de cucos con cmaras de fotos empezaron a salir de

    los relojes. Al parecer, estaban entusiasmados de poder ver a un humano en carne y hueso.

    Los flashes de las cmaras cegaron a Niko, que no entenda qu estaba pasando. A su lado, Quiona pareca disfrutar de lo lindo. Haca poses divertidas, procurando salir guapa en todas y cada una de las fotografas. Eldwen se haba llevado las manos a la boca, arrepentido de que se le hubiera escapado la palabra humano.

    Kronos se acerc al mostrador y sac un silbato plateado. Tom aire y, al soplar, liber un agudo pitido que hizo callar a los cucos. Luego les orden:

    Todos a vuestros relojes! Mientras los cucos obedecan, Quiona dio unas palmaditas en

    la espalda de Eldwen y le dijo: Mi atolondrado amigo, mucho me temo que la palabra pro-

    hibida que acabas de pronunciar nos va a traer graves consecuen-cias.

    El relojero intent calmar as a los gemelos: Eldwen tiene un permiso especial para contactar con este hu-

    mano. Es una excepcin. Tienen una misin muy importante que cumplir.

    A continuacin sac una mochilita de debajo del mostrador y se la entreg a Eldwen.

    No perdis esto. Llevadlo siempre con vosotros.

  • Despus empuj a los gemelos hacia la trastienda, mientras los reprenda:

    La prxima vez, en lugar de dejaros jvenes a los dos, os vais a quedar viejos como Opik. Tenedlo en cuenta!

    Eldwen se ajust la mochila a su espalda y le dijo a Niko: Vamos, tengo que llevar esto a casa. Te vienes? Niko segua plantado en medio de la tienda. Eldwen y Quiona

    eran sin duda una compaa agradable, y su mundo cuntico le pa-reca cada vez ms intrigante. Ya no le preocupaba perderse todo un da de instituto. Lo que en realidad quera era seguir con aquella aventura.

    Claro, voy con vosotros contest.

  • tn CAPTULO 8

    La iamila estndar

    Cuando salieron de la curiosa relojera, Eldwen y Quiona arrastra-ron a Niko hacia calles menos concurridas para evitar ser el blan-co de todas las miradas. Niko no daba crdito a lo que vea: todo pareca una ciudad mediana corriente, pero mucho ms limpia y acogedora que las ciudades humanas. Y mucho menos ruidosa. Por no hablar de sus habitantes.

    Al cabo de un rato (que a Niko le pareci demasiado corto) el elfo anunci:

    Ya hemos llegado. La vivienda ante la cual se haban detenido era muy curiosa.

    Sobre las paredes, construidas con grandes bloques de piedra, el tejado estaba cubierto de csped. Una verja y un pequeo jardn muy bien cuidado separaba la casa de la calle y le daba un aire confortable y hogareo.

    Con un poco de suerte, mis padres ya se habrn marchado aadi mientras abra la puerta.

  • A Niko le sorprendi el comentario. Aunque Eldwen no pareca mucho mayor que l, daba por supuesto que un cientfico no poda vivir con sus padres. Y aquella actitud tan adolescente hizo que el elfo an le cayera mejor.

    Eldwen, eres t? pregunt una voz cuando entraron. Es mi madre susurr el elfo a sus acompaantes. Soy yo!

    Traigo visita. La madre de Eldwen apareci sonriente. Era un poco ms bajita

    que su hijo, y su cara era amable y sonrosada. A Niko le cay bien con tan slo mirarla. Mientras se secaba las manos en su delantal, los salud:

    Hola, Quiona, qu sorpresa tan agradable verte! Quin es vuestro amiguito? He preparado canelones de sobra, as que os podis quedar todos a comer.

    Encantado seora, me llamo Niko y soy un humano. No saba muy bien por qu se haba presentado de ese modo.

    Puesto que Eldwen tena que aclararlo cada dos por tres, prefiri ahorrarle el tiempo y esfuerzo.

    Al instante, Quiona le pellizc en el brazo y susurr: Psst. Deja de decir que eres un humano. Demasiado tarde. La madre de Eldwen pill a la primera el co-

    mentario. Un humano? pregunt extraada a su hijo. Pensaba que

    los contactos con humanos estaban prohibidos. Lo sabe tu padre? El padre de Eldwen trabaja en el Centro de Inteligencia Cun-

    tico le aclar Quiona.

  • Y tambin mi pequeo trabajar all aadi la madre. Ahora est de prcticas, pero es un gran cientfico. Id a sentaros a la mesa, que os traigo la comida en un minuto.

    Los tres obedecieron y entraron en el saln. Era una habitacin con una ventana que daba al jardn. A pesar de ser una estancia pequea, estaba decorada acertadamente con muebles rsticos; aquello la haca acogedora. La madre del elfo se dirigi apresura-damente hacia la cocina, de donde se esparca un olor delicioso por toda la casa.

    Los tres amigos se sentaron alrededor de la mesa. Niko, sin em-bargo, al sentarse en su silla la atraves cayendo de culo al suelo. Asombrado, exclam:

    Qu diablos me ha ocurrido? Quiona solt una risotada y el elfo le tendi la mano para ayu-

    darlo a levantarse. Perdona, Niko, deb avisarte. Esta silla es un poco especial... No hace falta que lo jures... Cmo he podido atravesarla? Es por los tomos que la forman. Mi padre se divierte mani-

    pulndolos.

    Los tomos? Quiona contest a su pregunta: Todo lo que ves a tu alrededor est formado por tomos. Son

    los ladrillos que construyen el universo fsico. Niko asinti. El curso anterior les haban explicado los tomos

    en el colegio. El profesor haba trado a clase plastilina y unos cuan-

  • tos alambres. Con bolitas de plastilina haban hecho los ncleos, y gracias a los alambres conseguan que los electrones, bolitas ms pequeas, estuvieran a su alrededor. Se pareca mucho al sistema solar.

    Contento de recordarlo, les explic a sus amigos lo que saba: Los tomos estn formados por un ncleo y por electrones que dan vueltas a su alrededor. A su vez, el ncleo est formado por

    protones y neutrones. Niko se sent en otra silla que Eldwen le ofreca con aire com-

    pungido mientras la golpeaba para cerciorarse de que no estaba alterada.

    Ms o menos... dijo el elfo. Pero ni siquiera los protones y los neutrones son las ltimas piezas de la materia, sino que estn formados a su vez por otras partculas ms pequeas llamadas quarks.

    Esa explicacin de partculas dentro de partculas le hizo pen-sar en las matrioskas, las muecas rusas que decoraban el comedor de su ta. Le encantaba desmontarlas e ir sacando una figura tras otra hasta llegar a la ms pequea de todas. Pareca que lo mismo suceda con las partculas. Podas ir abrindolas y cada vez apare-ca otra ms pequea.

    Recuerdo algo de los quarks murmur Niko. Los vimos en el partido, cuando se inici el pequeo universo. Ellos constru-yeron todas las galaxias y estrellas, no es as?

  • Quiona se levant de un brinco y descolg un cuadro de la pared.

    ERA UN RETRATO CON DOCE EXTRAOS PERSONAJES. NIKO

    RECONOCI A ALGUNO DEL PARTIDO DE LA MATERIA

    CONTRA LA ANTIMATERIA.

    El hada le acerc el cuadro y le explic: Desde el pedacito de materia ms pequeo hasta la estrella

    ms gigantesca, todo est formado por algunos de estos tipos de nombres tan raros. Estos seis de la izquierda pertenecen a la fami-lia de los quarks. Se llaman

    UP/ DOIAM o t e M , STRM^E:, TZDP y senRDH l

    Los otros seis pertenecen a la familia de los llamados leptones y tres de ellos se llaman: - e ^ T R O / v i , MO y TAi). LOS tres fantasmas de la derecha son los denominados neutrinos.

    Fantasmas? pregunt Niko, sintiendo un escalofro. Miles de millones de esos fantasmas estn atravesando tu

    brazo en este momento... dijo el hada Q.

    l Del ingls, arriba, abajo, encanto, extrao, cima y fondo.

  • Niko agit el brazo, como si tratara de desprenderse de aquel ejrcito de fantasmas microscpicos.

    Les llamamos fantasmas intervino Eldwen porque es im-posible verlos y lo atraviesan todo... incluido tu brazo. No te pre-ocupes, no hacen dao.

    Si es imposible verlos, cmo sabis que existen? dijo Niko.

    Eldwen se ajust las gafas en su nariz de elfo antes de respon-der con autoridad:

    En tu mundo se pueden detectar gracias a algunas mquinas, por ejemplo la que hay en Japn, llamada Super Kamiokande.

    En ese momento, la madre de Eldwen entr en el saln con una bandeja llena de comida. El delicioso aroma a canelones les hizo la boca agua y Niko dese que el hambre que, de pronto, haba notado, tambin acechase a sus amigos y les hiciera posponer un rato la leccin.

    Pero Eldwen golpe con su mano la superficie de la mesa y reflexion en voz alta:

    Parece muy slida, verdad? Como ha dicho Quiona, los to-mos son los ladrillos que construyen la materia. Pero, aunque te cueste creerlo, los tomos estn formados en su mayor parte por espacio vaco. Imagnatelo: si el tomo tuviese el tamao de un estadio de ftbol, el ncleo sera como una pelota de ping-pong en el centro del campo y los electrones seran unos cuantos puntos minsculos corriendo por las gradas. El resto est vaco. Aunque lo que ves te parezca slido, hay ms agujeros que queso...

  • Por eso te la pegaste contra el suelo se mof Quiona ^ mientras se coma un caneln.

    Puede que estos canelones estn vacos, como decs, pero saben de muerte! dijo Niko, un tanto mosqueado por el recorda-torio de su ridicula escena. El hada era increblemente guapa, pero tena unas maneras de sabelotodo que...

    Quiona se acerc sigilosamente a Niko. Antes de que ste pu-diese reaccionar, la hermosa hada le dio un rpido beso en los labios. Niko se qued petrificado. Ella rio.

    Aunque parezca que te he besado, en realidad, los tomos de mis labios ni siquiera han rozado los tuyos. Lo entiendes ahora?

    Niko no entenda nada de nada. Era la primera vez que le be-saban en los labios (los besos pegajosos de sus tas no contaban), y le haba parecido de lo ms real. Le importaba un comino si sus tomos estaban o no contentos... El beso del hada cuntica le haba hecho perder la cabeza.

    Eldwen y su madre estaban disfrutando de lo lindo con la es-cena.

    Vaya, se me ha hecho tarde anunci Quiona. Tengo que irme pitando. Ha llegado un grupo de turistas de un universo pa-ralelo y tengo que hacerles de gua. Tan slo ser media hora. Eld-wen, te dejo al cuidado de Niko. Por cierto, deberas comprobar tu correo. Seguro que el Maestro Zen-0 ya ha contactado contigo. Nos vemos!

    Dicho esto, desapareci por la puerta. Con el corazn an ace-lerado, Niko pregunt al elfo:

  • Quin es el Maestro Zen-O? En ese instante, Quiona volvi a aparecer por la puerta dndo-

    les un sobresalto y dijo: Por cierto, Niko, ah va otro

    para que no me eches de menos mientras enigma * \

    nientras estoy fuera: ^%

    si/vi ojje: ^e: GS

  • m CAPTULO 9

    Teleportacin

    La habitacin de Eldwen era un desorden, en eso se pareca a la de Niko. Su mesa estaba llena de papeles con frmulas y smbolos extraos apilonados de cualquier modo. En vez de ordenador, te-na una caja en la que se encendan y apagaban luces de todos los colores. Eldwen arroj encima de la cama la mochila que Kronos le haba dado.

    Ponte cmodo. Voy a ver si el Maestro nos ha contactado le dijo el elfo mientras manipulaba el extrao ordenador.

    Niko tambin se desprendi de su mochila, llena de libros del instituto. Total, se dijo, no me sirven de mucho en este extrao lugar.

    Curiose los libros que el elfo tena en su mesita de noche: La fsica segn los humanos del siglo xv, de Aeglos Murtur, Philoso-phiae Naturalis principia mathematica, de Isaac Newton, Contactos con humanos a travs del mundo onrico, de Rifus Cuidan, La es-tructura de las revoluciones cientficas, de Thomas Kuhn.

  • Vaya tostn de libros..., pens Niko. Eldwen segua concentrado en su ordenador. Niko se tumb

    boca arriba en la cama y fij su mirada en el techo. Sin la compaa de su bella hada todo le resultaba un poco aburrido. De repente, record que tena pendiente resolver otro de sus enigmas, as que se incorpor y pregunt al elfo:

    Podras ayudarme con el enigma de Quiona? Cmo se pue-de pinchar un globo sin que explote? Es imposible!

    No es imposible, si lo piensas un poco. Acaso te ha dicho ella que el globo tiene que estar hinchado?

    I T T E N E S R A S O N ! S\ EL. 4 * - o S o ESTA* DESINFLADO; SE

    POEDE P I N G A R . SIN *UJE * * i - * * * I R ^ NI * * * * * R.IDO.

    Gracias, Eldwen. Esto seguro que me dar puntos para ligar con ella! .

    Te voy a proponer otro C n i ^ l l l u . Si encuentras la res-puesta pronto se lo puedes plantear a Quiona. All va:

    A * r ^ R L ^ R G : APA-T ME: PUDE: Me r reR ev/ L-A- cAMA- AWres oe: ove: i_A-MenyrcJo ojje&A-se: A- OSCJRA-S. CJOMO PUer>e5 VfeR, Sv/TRe: Q - l/\fTQ3RjUPTOR V>E1 -A- L-UZ Y" MI

    9

  • Vaya, esto s que es difcil... Segn lo que me habis contado en la Relojera Relativista, slo podras conseguirlo yendo ms r-pido que la luz. Y eso es imposible!

    La madre del elfo irrumpi en la habitacin en ese momento y anunci:

    Tienes una llamada del Centro de Inteligencia Cuntico, hijo.

    Eldwen se sobresalt al or a su madre. Tom apresuradamente su mochila y le pidi a Niko que lo siguiera.

    En el comedor se proyectaba el holograma de un elfo trajeado y con cara de pocos amigos. Eldwen se acerc a la imagen y salud cordialmente a la proyeccin.

    Buenos das, Anred. No puedo decirte lo mismo. El Centro de Inteligencia Cun-

    tica quiere interrogarte en diez minutos. El humano debe acompa-arte. La verdad es que estoy decepcionado contigo. No esperaba una conducta tan irresponsable por tu parte!

    A Niko no le gust nada el tono de reprimenda de aquel elfo trajeado.

    Nos teleportaremos inmediatamente le contest Eldwen, cabizbajo.

    Luego la figura desapareci. La madre del elfo los miraba con cara de pocos amigos. Cruzada de brazos, refunfu:

    Jovencito, creo que nos debes muchas explicaciones. Lo siento mam, pero tengo que irme. ste es un asunto muy

    importante.

  • Importante? Ya lo creo... Esta vez ni pap te va a librar de sta! Traer a nuestro mundo a un humano, a quin se le ocurre...

    Ya te lo explicar ms adelante, mam. Puedes contarle a Quiona lo que ha pasado?

    Un momento! interrumpi Niko. Si todo esto es por mi culpa, al menos quiero saber qu est sucediendo.

    No tenemos mucho tiempo, pero es justo que sepas que he-mos infringido una ley al ayudarte a entrar en nuestro mundo. Hace miles de aos que se prohibieron todas las conexiones con tu mundo y con los humanos. El de la proyeccin se llama Anred. No es muy simptico, pero es el subdirector del Centro de Inteligencia Cuntico.

    Entonces, t me ayudaste a entrar? Te has metido en un lo por mi culpa? De qu va todo esto?

    Era importante que entrases por la puerta de los tres cerro-jos, pero ahora no puedo darte ms detalles. Debemos teleportar-nos cuanto antes al Centro de Inteligencia Cuntica.

    Teleportarnos?! Entonces hablabas en serio, vamos a tele-portarnos rollo Star Trek?

    Eldwen se dirigi hacia un armario de plstico amarillo que te-na una pantalla tctil en la puerta. Escribi en ella la direccin del Centro de Inteligencia Cuntico y le dijo a Niko:

    Vamos, entra. No tengas miedo, slo sentirs un ligero ma-reo. No duele.

    Niko se meti en el armario sin estar muy convencido. La conversacin entre Eldwen y el elfo del holograma no le

  • tranquilizaba precisamente. Y segua sin entender qu pintaba l en ese extrao mundo. Tampoco comprenda por qu sus nuevos amigos se arriesgaban a ser castigados para que l estuviera all.

    Eldwen entr detrs de l y cerr la puerta del armario. En ese instante, Niko not que un cosquilleo atravesaba todo su cuerpo. Empez a sentir nuseas.

    Ya hemos llegado dijo el elfo. Rpido, verdad? Llegado? Si no nos hemos movido del armario! Movido exactamente no, pero... respondi Eldwen mientras

    empujaba la puerta de plstico. Ya no se encontraban en el clido comedor de la casa de Eld-

    wen.

  • ! CAPITULO 10

    El centro de Inteligencia Cuntico

    Se hallaban en una sala enorme y elptica. Aunque la luz entraba por unos imponentes ventanales, el suelo de mrmol daba un to-que de frialdad a la estancia. En el techo, alto y ovalado como el de una capilla, poda verse un emblema redondo con las iniciales del Centro de Inteligencia Cuntico escritas en color oro:

    ce

  • En uno de los laterales haba una pared llena de excntricos armarios con sus respectivas pantallas tctiles. Armarios telepor-tadores, dedujo Niko.

    Una sonriente azafata le puso a Niko una insignia de visitante. Mientras tanto, Eldwen tuvo que mostrar su carn de cientfico al agente de seguridad.

    Una joven elfa se acerc a recibirlos: Por fin has llegado! le dijo a Eldwen. Me tenas preocu-

    pada... Todo el mundo te estaba buscando. Por qu diablos no me avisaste de lo que ibas a hacer?

    Eldwen se sonroj ligeramente y contest: Lo siento, Irina. No quera ponerte en peligro. Ya sabes que

    est prohibido... Tonteras! Es l? dijo ella mirando a Niko. El elfo asinti con la cabeza y le explic: Acabamos de teleportarnos. Es su primera vez, de modo que

    est telemareado. Niko estaba plido como la cera. Senta que su estmago no

    podra contenerse mucho ms tiempo. La teleportacin dejaba una sensacin parecida a montarse en una enorme montaa rusa.

    Irina, tengo que presentarme ante el tribunal. Puedes lle-varte a Niko a tu oficina para que descanse? pregunt Eldwen inquieto.

    S, no hay problema. Date prisa! No conviene enfadar a los jueces ms de lo que lo estn.

    La elfa tom a Niko por el brazo y lo gui por los largos pasillos

  • del CIC. l la sigui sin preguntar nada. Slo quera sentarse hasta que los efectos de la teleportacin desapareciesen.

    Mientras caminaban, Niko sinti que alguien o algo los se-gua...

    Al volverse, pudo ver una sombra conocida. No haba duda.

    Era el m\Smo a*ma| V\UL\dL\2o qlle le V\aV>fa cec\V>\dlo l cruzar la puerta dle los tres cerrovoS. a

    Es tuyo ese gato? le pregunt a Irina. Vaya, qu sorpresa! No, no es mo.

    Hs el

  • Niko se sent en un pequeo sof al lado de la ventana. Ella tom un termo caliente que reposaba sobre un archivador y le sir-vi una infusin.

    Tmate este t radiactivo, te sentar bien. De verdad no te habas teleportado antes?

    No. Ha sido mi primera vez. Niko observ, desconfiado, la taza que Irina le ofreca. El conte-

    nido cambiaba de color y burbujeaba. Aprovech que la anfitriona haba dado media vuelta para servirse t y vaci parte del suyo en una maceta, que reaccion con una humareda chispeante.

    Qu es exactamente esto de la teleportacin? pregunt l para despistar.

    Consiste en desaparecer de un lugar y aparecer en otro sin pasar por ningn sitio entremedio.

    Como el gato de Schrdinger? No, lo que hace l es totalmente distinto. Sera complicado

    de explicar... ms an que la teleportacin, que funciona gracias al

    ENTRELAZAMIENTO. Entrelazamiento? Qu es eso? Qu gracia! No puedo creer que no lo utilicis ah fuera... Los

    viajes largos deben de ser una tortura dijo acaricindose su pro-minente barbilla de elfa. A ver cmo te lo explico... Dos partculas entrelazadas son como dos gemelos que tienen una conexin es-pecial. Se dice que aunque dos gemelos estn separados por miles

  • de kilmetros, si uno se hace dao, su hermano siente el mismo dolor. Pues bien, algo as sucede con las partculas entrelazadas. Aunque las separes, cuando hacemos algo a una de ellas, la otra lo siente al instante. A pesar de haberlas alejado, siguen conectadas. Eso significa estar entrelazadas.

    Niko la escuchaba atentamente, asombrado de que algo as pu-diese existir. Pareca magia! Irina continu:

    Gracias a estas partculas entrelazadas podemos teleportar-nos. En el armario de Eldwen te has mezclado con un cctel de par-tculas que tienen esa conexin especial con otro cctel de part-culas situado en uno de los armarios del CIC. En un momento dado, este ltimo grupo de partculas se ha convertido en ti y... zas! Te-leportado.

    Significa eso que hay otro yo en casa de los padres de Eld-wen? pregunt alarmado.

    Eso es imposible. Est prohibido hacer copias de cualquier cosa. El Niko del armario de Eldwen ha quedado destruido al mez-clarse con el primer cctel de partculas.

    Aquella explicacin no le dej muy tranquilo. Si la mquina del CIC no hubiese funcionado bien... no quera ni pensar en lo que le podra haber sucedido! Antes de que pudiese transmitir a Irina su preocupacin, alguien irrumpi en la oficina. Un elfo pequeo y con cara de pocos amigos gru:

    Tengo que llevar al humano ante el tribunal. No cuesta nada llamar a la puerta replic Irina molesta. Yo

    misma lo acompaar.

  • Sin ms demora, los dos recorrieron un largo pasillo que pareca no tener fin.

    Qu es lo que quieren de m? pregunt, preocupado, a la elfa.

    No tengas miedo, no te harn nada malo. Como mucho, te ex-pulsarn de nuevo a tu mundo... despus de borrar todos tus recuer-dos de aqu, claro. Quien se ha metido en un buen lo es Eldwen.

    Aquello no le gust nada. Niko pens con tristeza en su hada. Si le hacan regresar a su mundo y le borraban la memoria, no slo no volvera a verla, sino que ni siquiera recordara que exista! No le po-dra decir que haba solucionado su enigma, ni tampoco plantearle el problema de Eldwen. Tampoco recibira ningn otro beso...

    Record entonces que no haba encontrado la solucin al enigma del elfo, pero quiz su nueva amiga podra ayudarlo.

    Irina, escucha esto: Eldwen me ha dicho que pudo apagar la luz de su habitacin y meterse en la cama antes de quedarse a oscu-ras. Hay tres metros entre el interruptor y la cama. T sabes cmo lo hizo? No pudo viajar ms rpido que la luz, verdad?

    La elfa le mir extraada ante la pregunta, pero le contest: Claro que no.

    MAoA- Peoe: V IA-JAR MA-s RPIDO Qjje ufir ujz F^Ro ojje: APA-^ A-se L-A- uJZ. n>e: su fVterrA-cJrt /v/o siysiiFio*- OUUG: se: QuUex>A-se: A- OSKJRA-S.

    o 44-s PsrvlSAoo GUJG: T A ^ Vfez eRA- oe: dA-

  • Es cierto! No lo haba pensado. Igual que el gato negro de Blanca... Diablos! Me la han vuelto a colar.

    Hemos llegado a la sala del tribunal. En cuanto entres, man-ten la compostura. La suerte de Eldwen depende de ti aadi preocupada.

    Se detuvieron frente una gran puerta de madera rojiza. Irma llam. Tras unos segundos de tensa espera, una voz indic que en-

    trasen.

  • Tt CAPTULO 11

    Superposicin

    Irina entr primero. Al seguirla, Niko sinti que algo rozaba su pierna. El gato haba aparecido de nuevo y se dirigi discretamente hacia un lateral oscuro de la sala. Nadie ms se dio cuenta de la presencia de aquel curioso animal.

    La sala era parecida a la de un juzgado. El tribunal, compuesto por media docena de personas, estaba reunido en una tarima semi-circular. Murmuraban entre ellos mientras miraban y sealaban a Niko. En el centro del jurado se sentaba el director del CIC, que con un movimiento de mano hizo callar al resto.

    Nervioso ante lo que pudiera suceder, Eldwen sonri tristemen-te a Irina y Niko cuando se sentaron a su lado en el banquillo de los acusados.

    Seoras, ahora que todos los implicados estn presentes po-demos iniciar el juicio dijo solemnemente el director del CIC, an-tes de dirigirse a Niko. T debes de ser el humano, me equivoco?

    Mi nombre es Niko... balbuce. Mir de reojo y vio cmo Eldwen bajaba la cabeza e Irina se

  • remova ansiosa en su banco. En ese momento record que sus amigos estaban metidos en un lo y aadi:

    ...su seora. Analicemos los hechos... prosigui el director. Habis in-

    fringido nuestra ley principal: el contacto con humanos est prohi-bido. Y, por supuesto, un humano no debe, bajo ningn concepto, entrar en nuestro mundo cuntico. Esta ley existe desde hace ms de 1.700 aos. No olvidemos que la finalidad de esta estricta nor-ma es la de proteger a los humanos de s mismos.

    Puede que hace 1.700 aos los seres humanos no estuviesen preparados para comprender nuestro mundo se defendi Eld-wen. Pero eso est cambiando. La humanidad debe descubrir que el mundo que la rodea es ms mgico de lo que se imagina. De no ser as, los humanos acabarn destruyndose.

    Uno de los elfos del jurado se levant de su asiento rojo de in-dignacin. Niko lo reconoci al instante: era el elfo de la proyeccin hologrfica.

    No seas ingenuo! grit Anred. Algunos cientficos huma-nos han llegado a manipular parte del mundo cuntico. Y qu han conseguido con eso? Creis que les ha servido para darse cuenta de lo maravilloso que es nuestro universo? No, seoras! Tan slo han creado bombas atmicas. Por eso, los humanos no deben com-prender nada de lo que sucede aqu. Si conocieran nuestro mundo a fondo, lo destruiran todo en un abrir y cerrar de ojos. No debe-mos permitir que este nio salga de aqu. Es un peligro para todos nosotros. Debemos encarcelarlo inmediatamente!

  • Un elfo del tribunal interrumpi y le dio la razn a Eldwen: No exageres, Anred. Podemos devolverle a su mundo y bo-

    rrarle sus recuerdos. Eso sera suficiente. Sin embargo, debo aa-dir, en defensa del acusado, que parte de lo que dice es cierto. A pe-sar de que la Biblioteca y toda la informacin que haba en ella qued destruida, unos pocos humanos comprendieron y preser-varon los secretos del mundo cuntico, un conocimiento que ha estado slo en manos de algunos maestros. Ellos nunca han dado muestras de agresividad, sino todo lo contrario: han ayudado a dar pasos en la evolucin del ser humano.

    El director del CIC observ la expresin confusa de Niko y le explic:

    Hace muchos aos, siglos, para ser precisos, haba unos cuantos portales que conectaban el mundo de los humanos con el nuestro. Exista un punto de reunin donde los sabios se encontra-ban y escriban pergaminos con lo que haban visto y aprendido de nuestro mundo. Ese lugar se llamaba la Biblioteca de Alejandra. Un nido de conocimiento! Sin embargo, la codicia de los humanos por poseer aquellos pergaminos y todos sus secretos desat una guerra descomunal.

    LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRA

  • qued destruida, y desde entonces, hemos velado porque todos los accesos al mundo cuntico se mantengan sellados. Prohibido a los humanos! No estoy seguro de que estis preparados para tener todo este conocimiento. Temo que podra ser como dejar una bomba en manos de nios de parvulario. Sin embargo, el problema es que hoy, despus de casi dos milenios, un humano ha conseguido atravesar la puerta de los tres cerrojos. Si vuelves a atravesar la puerta, de regreso a tu mundo, el sello que man-tena todos los accesos cerrados quedar destruido. Niko, de ti depende que cualquier humano pueda entrar y salir del mundo cuntico.

    Niko lo escuchaba atnito. Por unos momentos pens que todo aquello le quedaba grande y que lo mejor sera que el tribu-nal lo devolviese sano y salvo al mundo al que perteneca. Tal vez an llegara a tiempo a las clases de la tarde.

    En aquel momento, Anred tom la palabra: Todo esto es absurdo! No veis que no es ms que un joven

    humano ignorante? No tiene el ms mnimo conocimiento cient-fico. Procedamos con el veredicto de esta sesin y no perdamos ms el tiempo. Quin est a favor de que al humano se le borre la memoria y sea repatriado a su mundo?

    Unas cuantas manos se alzaron. El director del CIC se levant entonces lentamente de su silla

    y reflexion en voz alta: Empate tcnico: seis manos alzadas contra seis que no

    aprueban la expulsin. A m me corresponde inclinar la balanza

  • en uno u otro sentido, pero antes demos la oportunidad al hu-mano para defenderse. Puede usted explicar a sus seoras el motivo de tan inoportuna visita? Cmo ha llegado hasta aqu?

    Seoras, la verdad es que yo slo sub mi calle en lugar de bajarla.

    Una carcajada atronadora se apoder del tribunal de elfos, que haban tomado sus palabras como una broma para bajar la tensin en la sala. El director del CIC fren las risotadas golpean-do el estrado con un pesado mazo.

    Orden en la sala! Y an otra pregunta: tiene usted algo que oponer a su inmediata devolucin al mundo humano?

    Niko medit unos segundos antes de responder: Me opongo. Un murmullo de sorpresa se apoder de la sala ante la osada

    del joven humano, que aadi: He hecho buenos amigos en vuestro mundo. Uno de ellos es

    Eldwen, y el otro... la otra es Quiona, y tengo ganas de conocerla mejor antes de volver a mi mundo. O, como mnimo, no quiero olvidarla. Por favor, no borris mis recuerdos!

    La reaccin del jurado fue una mezcla de aplausos y silbidos de desaprobacin, hasta que el director del CIC logr retomar la sesin:

    De modo que tus motivos son la amistad y el amor...La de-cisin se complica, pero hemos sacado algo en claro: todos habis odo el nombre de los culpables. Su castigo ser nuestra segunda deliberacin. Veamos... Quiona es alumna del Maestro Zen-O. Si

  • nuestro gran sabio est detrs de esta intriga, debe de tener sus motivos, as que habr que consultarle. Por otra parte, en casi dos mil aos nadie ha sido capaz de entrar en nuestro mundo. Tal vez nos encontremos ante una crisis ms grave de lo que creemos. Pa-rece que en el mundo de los humanos se estn produciendo cam-bios importantes... Quiz ha llegado la hora de que sus preguntas sean contestadas.

    De repente, Niko vio cmo el director del centro se desdoblaba. Haba dos rplicas exactas de aquel elfo que se daban la espal-da. Uno de ellos andaba tranquilamente hacia la izquierda de la sala mientras el otro lo haca en la direccin opuesta. Hablaban al unsono, pero con discursos muy distintos. Mientras uno de ellos manifestaba su apoyo a Niko, el otro quera expulsarlo y castigar a Eldwen y Quiona.

    L - c txsS T>\ajEzToRJES se PA-RAR.ON * l-A- V E / UNO At ^Vfc/V L/V&o, V EMITIER.ON &* V C R S W ^ T o ;

    | S E &JEDA-

    Niko miro atnito a ambos directores y se atrevi a recriminar-les:

    Quieren hacer el favor de ponerse de acuerdo! Sea lo que sea

  • lo que decidan, al menos deberan elegir una sola cosa. Me estn volviendo loco...

    Todos los presentes clavaron sus miradas en Niko, hasta que Eldwen intervino:

    Elegir qu? No te entiendo, Niko. A qu te refieres? Es que no los veis? A los dos directores le contest se-

    alando a ambos lados de la sala. Cada uno de ellos tiene un veredicto distinto.

    Aquellas palabras fueron recibidas con un ruidoso murmullo y caras de sorpresa por parte del tribunal. Algunos asentan con sus cabezas y otros fruncan el entrecejo. Irina lo miraba con los ojos abiertos como platos, y Eldwen luca una sonrisa triunfal. Niko pudo entender a duras penas algunos de los comentarios:

    Pltedle ver la superposicin... a*\ V\Uma*\o? jeSo es imfosfolej

    Una voz profunda que provena del final de la sala acall los murmullos.

    Parece ser que nuestro amigo no es un simple nio humano, no creen? Tenemos muy poco tiempo, por lo que les pido que emitan su veredicto lo antes posible.

    Niko se volvi para ver quin haba hablado. Era un hombre alto con el pelo canoso. Llevaba una larga barba blanca acabada en punta y un bigote que se confunda con la barba. Sus ojos, dorados y perspicaces, le resultaban familiares. Aunque no recordaba don-

  • de, estaba seguro de haberlos visto antes. Una tnica azul le cubra todo el cuerpo. Slo le faltaba un gorro terminado en punta para parecer el mago Merln.

    Maestro Zen-O! Eldwen fue el primero en reaccionar. Niko se frot enrgicamente los ojos con los puos. Al con-

    templar de nuevo al jurado, pudo ver que slo quedaba uno de los directores: el que haba decidido que poda quedarse en el mundo cuntico. El otro se haba esfumado.

    Dadas las circunstancias, seoras dijo el director del CIC, creo que el humano debera permanecer aqu hasta que ave-rigemos cmo ha podido ver la superposicin Niko no entenda de qu estaba hablando. Si no hay inconveniente por parte del tribunal, propongo que le concedamos un permiso especial para visitar nuestro mundo.

    A su lado, Anred estaba rojo de indignacin. Sin embargo, mir a Zen-0 con temor y no dijo nada.

    *

    * - ^

    ^ ^

  • CAPTULO 12

    El Maestro Zen-0

    Niko apenas se dio cuenta de cmo salieron del Centro de Inteli-gencia Cuntico. Ni siquiera se opuso cuando Zen-0 y Eldwen lo hicieron entrar con ellos en el armario teleportador. Las nuseas que llegaran a continuacin ya no le asustaban, despus de haber sido llevado a juicio.

    Un hormigueo conocido atraves su cuerpo, seguido de un va-co en el estmago que le volvi a causar un pequeo mareo. Sin embargo, la segunda vez no fue tan mala.

    Antes de que pudiera preguntarse dnde estaban, se encontr de nuevo en el acogedor comedor de Eldwen, donde alguien se le lanz directo al cuello.

    Quiona lo reciba con un clido abrazo. Aquello s que era un buen antdoto contra el mareo de la teleportacin!

    Al soltarlo, el hada rega al elfo: Me marcho durante media hora y no eres capaz de cuidar

    de Niko!

    *

  • El Maestro Zen-0 sonri y aadi con voz calmada pero impo-nente:

    Toma asiento, chico humano. Eldwen, trele una infusin ra-diactiva. Le ayudar a relajarse.

    Niko no quiso sentarse. Estoy bien. Slo necesito una explicacin: Qu diablos ha

    ocurrido al final del juicio? El director se haba convertido en dos... y luego volva a ser uno solo! Me estoy volviendo majareta?

    No, amigo, no te ests volviendo loco dijo el Maestro. Pero es normal que te haya chocado. Lo que has presenciado en el tribunal es algo que los humanos no han llegado a ver nunca con sus propios ojos. Has presenciado una superposicin.

    Quiona interrumpi en ese momento con cara de asombro: Niko ha visto una superposicin? Eldwen explic en pocas palabras al Hada Q lo que haba ocu-

    rrido en el juicio del CIC. Mmm... Al abrir la puerta de los tres cerrojos has desperta-

    do a una nueva realidad prosigui el anciano. Bravo, mucha-cho! S que te parece extravagante, pero todo sigue unas reglas, aunque resulten extraas para alguien de tu mundo. Una de ellas es el llamado

    PRINCIPIO DE SUPERPOSICIN. En nuestro mundo cuntico, las cosas pueden estar en dos si-

    tios al mismo tiempo. O de dos maneras... En dos sitios? pregunt Niko. Cmo es posible?

  • Eso es lo que ha ocurrido cuando has visto cmo el director del CIC se desdoblaba. Uno de ellos se iba a la izquierda y el otro a la derecha. Estabas viendo una superposicin: el mismo director decida expulsarte y a la vez crea en ti. Dos posibilidades, un suje-to. Eso es la superposicin. Aqu las cosas no son blancas o negras, sino blancas y negras a la vez.

    No entiendo nada! Entonces... todo sucede al mismo tiem-po?

    Imagina que eres un futbolista que chuta un penalti en la final de un mundial explic Zen-O. En tu mundo, marcas gol o no, ganas o pierdes. Pero en el mundo cuntico suceden ambas cosas a la vez, ganas y pierdes, porque aqu conviven todas las posibilidades.

    Quiona retom la conversacin: Puedes entenderlo como si fueran universos paralelos. He le-

    do un montn de cmics humanos y en muchos de ellos existen. A ver, imagnate que ests enamorado de m dijo guiando el ojo a un Niko acalorado. En un universo me pides para salir y nos hacemos novios, y en un universo paralelo yo te digo que no y te llevas calabazas. Lo que sucede en la superposicin es que esos dos universos se mezclan. Ambas cosas ocurren al mismo tiempo: te hago feliz y paso de ti al mismo tiempo.

    Dejadlo ya! Aceptado el principio de superposicin dijo Niko incmodo con el ejemplo. Pero hay algo que no entiendo...

    Los tres lo miraron expectantes. Vale que esto del principio de superposicin es raro. Pero

  • desde que he entrado aqu, han pasado un montn de cosas extra-simas. He asistido al partido ms raro de mi vida en medio de un Big Bang. He atravesado paredes, mejor dicho, he tuneleado. He conocido al relojero ms genial del mundo. Tambin a gemelos que envejecen a ritmo distinto. Me he teleportado gracias a eso del entrelazamiento... Todo esto es tan o ms extrao que la superpo-sicin. Por eso, mi pregunta es: por qu ha causado tanto revuelo que yo viese al director en una superposicin?

    Una observacin muy aguda, Niko. El maestro Zen-0 son-rea satisfecho. Hay algo que nos hemos saltado al explicarte el principio de superposicin.

    Disparad. Soy todo odos. Por algn motivo, Niko ya no se senta perdido. Haba visto y

    vivido tantas cosas que se escapaban del sentido comn que se estaba haciendo inmune a las rarezas.

    El elfo contest a su peticin: El principio de superposicin funciona hasta que alguien ob-

    serva el objeto superpuesto. El simple hecho de mirar neutraliza la superposicin. A eso le llamamos

    COLAPSO DE LA SUPERPOSICIN. Por lo tanto, deberas haber visto a un solo director, que te habra dicho si podas o no quedarte aqu. Un humano no puede ver dos posibilidades a la vez. Por eso se escandalizaron!

    Pero vosotros... s que visteis la superposicin de los dos directores pregunt Niko asombrado, no es as?

  • Si te soy sincero, pocas veces he logrado ver una superposi-cin respondi Eldwen. Muchos elfos nunca han visto ningu-na! Y eso que vivimos en el mundo cuntico.

    Entonces no estoy seguro de que eso sea una buena noticia susurr Niko.

    Igual es buena y mala a la vez se burl Quiona, como la pelota que entra y no entra en la final de ftbol.

    Niko se dej caer en uno de los sofs que haba en la habita-cin. De repente se senta agotado. En su mundo ya se senta un bicho raro, pero serlo tambin entre aquellos personajes extrava-gantes no era precisamente un alivio. Desde que haba atravesado la puerta de los tres cerrojos se haba visto envuelto en un sinfn de fenmenos que no comprenda. Se senta estpido por tener que estar siempre a remolque de las explicaciones de Eldwen y Quiona.

    Entiendo que ests algo confundido, Niko le dijo el Maes-tro. Pero recuerda el viejo dicho humano: si preguntas, parecers tonto un da; si no preguntas, sers tonto toda tu vida. No desperdi-cies nunca una oportunidad para aprender.

    Creo que ya basta de conversaciones serias intervino Quio-na. Es momento de celebrar que Niko tiene un permiso especial para visitar nuestro mundo. Nos vamos ahora mismo a la DIS-Q!

    Creo que ir a una discoteca no es lo ms apropiado ahora mismo le objet el elfo con tono responsable.

    No seas aguafiestas. Niko es el primero en casi dos mil aos que tiene permiso para estar en el mundo cuntico, y no voy a per-

  • mitir que salga de aqu pensando que todos somos tan aburridos como t!

    Yo me apunto! se apresur a decir Niko. La idea de ir a bailar con su hada le pareca genial. Con un poco

    de suerte, el elfo y el Maestro no los acompaaran. Como si le hubiera ledo el pensamiento, Zen-0 se despidi de

    ellos oportunamente: Me parece buena idea. Se ha hecho tarde, as que ser mejor

    que sigamos con las conversaciones serias maana por la maana. Si me disculpis, yo no os acompaar. Tengo asuntos que resol-ver. Pasadlo bien!

    Dicho eso, desapareci dentro del armario teleportador. Por desgracia para Niko, el elfo no pareca tener la misma in-

    tencin que el maestro. Est bien... Supongo que puedo hacer una excepcin y salir

    esta noche.

  • t! CAPTULO 13

    El gato de Schrodinger

    Vamos a bailar! exclam Quiona entusiasmada. En la prime-ra planta est lo mejor: la pista de la

    incertdnimbre. Yo mejor os espero sentado a la barra, bailar no es lo mo

    reconoci el elfo. Niko se alegr de que su amigo los dejase por fin solos. Con

    un poco de suerte, p