La Proserpina en lectura María

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La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950. Prof. Adriana Rubio La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento a través de la lectura y la imagen, 1860-1950: Ramón Marti Alsina (Barcelona 1826-1894): “La indolente” imagen en la tapa del libro de Jorge Isaacs, (1968): “María” Editorial Bruguera, S.A. Barcelona. “Las almas como las de María ignoran el lenguaje mundano del amor; pero se doblegan estremeciéndose a la primera caricia de aquel a quien aman, como la adormidera de los bosques bajo el ala de los vientos… Acababa de confesar mi amor a María; ella me había animado a confesarlo, humillándose como una esclava a recoger aquellas flores. Me repetí

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La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubio

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento a través de la lectura y la imagen, 1860-1950:

Ramón Marti Alsina (Barcelona 1826-1894): “La indolente” imagen en la tapa del libro de Jorge Isaacs, (1968): “María” Editorial Bruguera, S.A. Barcelona.

“Las almas como las de María ignoran el lenguaje mundano del amor; pero se doblegan estremeciéndose a la primera caricia de aquel a quien aman, como la adormidera de los bosques bajo el ala de los vientos… Acababa de confesar mi amor a María; ella me había animado a confesarlo, humillándose como una esclava a recoger aquellas flores. Me repetí con deleite sus últimas palabras; su voz susurraba aún en mi oído: “Entonces (dijo

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubioella)…, yo recogeré todos los días las flores más lindas”. J. Isaacs (1867) “María” en Editorial Kapeluz, 1965 Argentina, pág.23- 24.

Della Valle “La vuelta del malón”, (1892), Museo de Bellas Artes, BsAs

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Rugedas, “El rapto de las cautivas” (1845). Colección particular

TRABAJO FINAL PARA EL CURSO DADO POR LA PROF. LAURA MALOSETTI COSTA LLAMADO “ARTE Y POLÍTICA. La cuestión racial en el arte de América Latina SXIX” abril-mayo 2012, Claeh.

La propuesta que pretendemos analizar en este trabajo es un entrecruzamiento de cuestiones que vienen a darse en un campo simbólico proveniente de la imagen y la lectura. La misma obedece a un trayecto que vengo realizando desde el campo de la teoría de la lectura, y ahora, pretendo cruzar, encontrar, con el de la teoría de la imagen.

Compartiremos, entonces, el cruce de persuasiones, replicas y modificaciones que nos han producido tanto las imágenes de las “cautivas blancas” pintadas en el SXIX (Rugedas y Della Valle) como el cuadro de Alsina, “La indolente” con preguntas y problemas que se secuencian en un escenario concreto provenientes de la práctica cultural de lectura, fundamentalmente femenina pero no excluyente, de “María” de Jorge Isaacs1.

Para poder ordenar la propuesta comparto los asuntos que pretendo trabajar a partir de dos objetos culturales: Los cuadros de Rugedas (“El rapto de las cautivas 1845) y

1 Jorge Isaacs: (Cali, Estado del Cauca 1837- 1895)

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana RubioDella Valle (“La vuelta del malón”, 1892) junto a la práctica cotidiana, privada y pública que significó la lectura sugerida por madres y el Estado de “María” de J. Isaacs, desde dos ediciones fundamentalmente, la de Bruguera (1968) y la imagen utilizada en la tapa y la de Kapeluz (1965) por los comentarios vertidos en el prólogo por A. Rivera.

Los asuntos serían los siguientes:

Descripción de los cuadros y sus intenciones (L. Malosetti)

Descripción del texto “María” e imagen de la tapa del libro

Contexto del disciplinamiento o historia de la sensibilidad (Barran y Szir)

El imperio de los sentimientos, leer novelitas rosa (Sarlo)

Teoría de la recepción de Aby Warbury

Problematización respecto a leer imagen o palabras (Marin)

Teoría de la lectura: Ricoeur, Littau, Chartier, Darnton

Teoría de la recepción: Andrea…Malosetti, Adriana

De las palabras a la imagen. De la imagen a las palabras, ¿Historia del arte o historia de la cultura?

Este entrecruzamiento de efectos producidos tanto por la lectura como por la observación de la imagen ha sido destacado como centro de interés por Aby Warbury , como nos señala Simón Noriega: “ (Aby Warbury) Prefirió ver las artes visuales y la literatura, más que en su realidad pura, como una ventana para asomarse a otros escenarios… no de revelar los detalles formales en su significación intrínseca, sino en cuanto permitían percibir el aroma de su contexto cultural y los efectos que producían en el espectador”.2 A los efectos de nuestro trabajo, nos interesa especialmente el concepto creado por Warbury para abordar los paralelismos entre las artes visuales y lo literario. Nos estamos refiriendo a la noción de pathosformel, insistiendo con él no sólo en la comunidad de intereses de ambas disciplinas sino también identificar los efectos que producen, que es específicamente lo que nos interesa abordar aquí. Según S. Noriega (2006) Warbury “Creía firmemente que era posible averiguar –en condiciones específicas de tiempo y lugar- de qué manera las cualidades formales de las obras eran percibidas por los seres humanos. Con ese propósito introdujo el término pathosformel. Definido de la manera más elemental, el pathosformel (formulas expresivas) es una organización de palabras e imágenes, dirigida a producir tanto mensajes como emociones en el alma humana. Se producen en un área geográfica y en momento histórico determinados, pero subyacen

2Noriega,S. (2006) “¿Historia del arte o historia de la cultura?” Universidad de los andes, enero 2006

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubiohistóricamente y pueden aflorar en sucesivos períodos históricos. Podríamos decir, entonces, que los pathosformel vienen a ser, ni más ni menos, que la memoria visual de la historia.”

Veamos ahora que ocurre con el acto de leer.

Hemos venido haciendo un trayecto de estudio sobre lo que significa “leer” y especialmente en lo que hace a la lectura de la historia3. R. Darnton (1985) afirma “El significado de un libro no está fijado en sus páginas sino que es construido por sus lectores. Hay acuerdo con esta tesis desde el estructuralismo, la deconstrucción, la hermenéutica, la semiótica, la fenomenología. De todas maneras, como nos dice P. Ricoeur(2003)4las condiciones para que esto ocurra obedecen a una secuencia ordenada que va de la estrategia de persuasión que realiza el escritor dirigida al lector (de la poética a la retórica) para lograr la implicación de ambos en lo mismo, logrando así, emerger la estructura del texto mediante la interpretación o lo que él llama la retórica entre el texto y el lector. Y, por último, lo que nos interesa aquí, la modificación que sufre el lector luego de leer, o sea la fenomenología o estética de la lectura. En la secuencia: persuasión del texto al lector, implicación texto-lector, emergencia del texto para ser interpretado por el lector, modificación del lector, éste ya no es el mismo. Hay un encadenamiento entre la poética, la retórica y la estética de la lectura.

Las modificaciones que sufren los lectores luego de la lectura, han sido estudiados por Roman Ingarden (1961)5 quien afirma que el texto está inconcluso pues ofrece visiones esquemáticas que el lector está llamado a concretizar o lo que llama, la acción creadora de imágenes. El lector se esfuerza en figurarse los personajes y acontecimientos referidos por el texto, la obra presenta lagunas, lugares de indeterminación que el lector está llamado a concluir. El texto es como una partitura, susceptible de distintas ejecuciones.

La réplica que hace el lector, o lo que podemos llamar la estética de la lectura, es de carácter dialéctico. Si triunfa la coherencia, lo no familiar se hace familiar y el lector termina por creer en la obra. A la concretización de imágenes, le deviene la ilusión, en el sentido de creer ver. Se logra un equilibrio entre la configuración del texto en términos de estructura y la refiguración por el lector en términos de experiencia6.

3 Rubio, A. (2010) “Leer historia” trabajo para la maestría en didáctica de la Historia, Claeh4 Ricoeur, P(2003): “Mundo del texto y Mundo del lector”, cap. 4 p. 880 en “Tiempo y narración” Tomo III “El tiempo narrado”. Editorial SXXI, primera edición en francés, 1985, tercera edición en español. 5Ingarden, R. (1974), “Das literarische Kunstwerk”, Tubinga, Niemeyer, segunda edición, 1961. “A cognition of the literary work of art, Northwestern University Press, 1974 en “Mundo del texto…”p.881. 6 Ricoeur, P. “Mundo del texto y mundo del lector” opcit.

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana RubioEl acto de comprender es el de la lógica de la pregunta. El texto pide al lector que, antes que nada, éste se confíe a la comprensión perspectiva en la sugerencia de sentido. En la comprensión perspectiva, en las fases de la lectura, primero existe una riqueza y al mismo tiempo una opacidad, que sólo en la relectura logrará la claridad, cuando el lector elige, al apoyarse en preguntas que han quedado en el recorrido del texto. Ahora no hay más que una interpretación entre muchas de las que había ofrecido el texto…El cuestionamiento a la subordinación del lector al texto, por el contrario, coloca al lector como “el operador por excelencia que asume por su hacer (la acción de leer) la unidad del recorrido de Mímesis I, Mímesis II y Mímesis III. O sea, el carácter circular de prefiguración práctica, configuración epistémica y refiguración hermenéutica. A la acción de leer y reconocer símbolos y signos le sucede el de conocer para luego interpretar (comprender, explicar y aplicar como sostiene Gadamer7 o “apropiación” como prefiere el mismo Ricoeur8). Palabras como comprender, explicar, aplicar, todas pertenecientes al mundo de la interpretación o como prefiere Ricoeur, apropiación pues es con la que se cierra el círculo mimético, de prefiguración práctica, configuración epistémica y refiguración hermenéutica, son las que están en juego al comento de comprender la lectura.

Preguntamos, ¿La persuasión, la retórica y la fenomenología o estética, no son expresiones claras de lo que ocurre cuando vivimos la experiencia de observar una imagen? ¿Este trayecto circular mimético, no obedece también al campo de la observación? ¿Podríamos afirmar?: “El significado de una imagen, no está en ella sino en quien la observa”.

Pero como la intención no es “forzar” las prácticas de lectura respecto a las de observación de una imagen es que consultamos a L. Marin y su análisis “Poderes y límites de la representación” en la obra de R. Chartier9 quien se pregunta, Si el término “ lectura es inmediatamente apropiado para el libro, ¿lo es para el cuadro?. Si una ampliación del sentido se habla de lectura en referencia al cuadro, se plantea no obstante la cuestión de la validez y la legitimidad de esa ampliación” (Chartier, R. (1993) “Lire un tableau. Una lettre de Poussin en 1639”, en “Pratiques de la lectura”)

7 Gadamer, H. (2007) “El giro hermenéutico”. en el capítulo “Tras las huellas de la hermenéutica”, conferencia 1994, Editorial Cátedra-Teorema, 3ª. Ed. 2007

8 Ricoeur, P.(1995): “Triple Mímesis” en “Tiempo y Narración” el autor al explicar Mímesis I, señala que los rasgos de la trama van desde los estructurales, los de articulación simbólica y temporales, éstos son los que permiten contar primero esto, luego lo otro o al mismo tiempo. La Mímesis II es el campo de la epistemología, de la configuración y Mímesis III de la hermenéutica.

9 Chartier, R. (2001):”Escribir las prácticas. Foucault, de Certeau, Marin”. En el capítulo “Poderes y Límites de la representación. Marin, el discurso y la imagen. (El texto “Poderes y límites de la representación. Marin, el discurso y la imagen” fue publicado en la revista Annales. Historie, Sciencies Sociales, año 49Nro 2, marzo-abril 1994, pág 407-418) Manantial, Argentina, (pág 75-80).

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana RubioDe esta manera nos acercamos a la idea de “registro” aplicadas al cuadro a las que alude Marin como “la distancia entre lo visible, lo que es mostrado, figurado, representado, puesto en escena, y lo legible, lo que puede ser dicho, enunciado, declarado: distancia que es a la vez una oposición y un intercambio”. “Los “registros” como escribe Marin, se cruzan, se vinculan, se responden, pero nunca se confunden. El cuadro tiene el poder de mostrar lo que la palabra no puede enunciar, lo que ningún texto podrá dar a leer. A la inversa, lo que él denominará “la irreductibilidad de lo visible a los textos” deja la imagen ajena a la lógica de la producción del sentido que engendran las figuras del discurso.

Convengamos entonces que lo que puede la imagen no lo puede el texto, y lo que logra el texto, no lo puede la imagen. No pretendemos empobrecer tanto la lectura como la observación. Por el contrario, buscamos potenciar ambas acciones y recoger lo que producen creativamente en el lector-observador.

En el marco reflexivo que realiza Marin respecto a los poderes y límites en el que operan las representaciones, Chartier concluye, “¿Poder de la imagen? Efecto-representación en el doble sentido del que hemos hablado, de presentificación de lo ausente-o de lo muerto- y de autorrepresentación que instituye el sujeto de mirada en el afecto y el sentido, la imagen es a la vez la instrumentalización de la fuerza, el medio de la potencia y su fundación como poder”. Así se asignan a la representación10 un doble sentido, una doble función: hacer presente una ausencia, pero también exhibir su propia presencia como imagen, y construir con ello a quien la mira como sujeto mirando.” Creemos que la fenomenología o estética de la lectura a la que nos hace referencia P. Ricoeur define esta idea. Ese sujeto que mira, que lee, se construye como tal, se modifica.

Nos interesa cerrar este aspecto con la perspectiva que nos refiere Malosetti respecto a la “mancha temática” instalada en el imaginario local rioplatense cuando fundamenta su análisis de las cautivas11. La idea aquí no es hacer una detallada

10 Nos interesa agregar pues comparte el lugar desde donde analizamos esta propuesta a Julia Arza (n.d.) en “Bellezas argentinas y femmes de lettres. Representaciones de la mujer en la revista ilustrada Plus Ultra (1916-1930), UBA, quien señala que en su trabajo el concepto de representación será “ Por un lado, referirá a textos, imágenes y otros objetos cultural. es que, de acuerdo con la teoría de Louis Marin, poseen una dimensión transitiva por la que aluden a algo fuera de sí mismos y otra reflexiva por la que hablan de sí mismos.Por otro lado, en un sentido más general, aludirá a prácticas colectivas constitutivas del mundo social, entendiendo que la indagación sobre las representaciones y las prácticas de su apropiación implica analizar también las matrices sociales en las que se originaron y contribuir a cerrar la brecha entre cultura y vida social material.Así entendidas, las representaciones conllevan la posibilidad de reforzar o combatir relaciones de fuerza y dominación, y su estudio puede hacer posible el conocimiento de parte del substrato material de los vínculos de dominio. Es para explorar ese funcionamiento que abordaremos el tema de las representaciones de la mujer en Plus Ultra”.

11 Malosetti, L. (1993): “El rapto de las cautivas blancas: un aspecto erótico de la barbarie en la plástica rioplatense del SXIX”. Para “Arte, Historia e Identidad en América. Visiones comparativas. Actas del XVII coloquio internacional de historia del Arte. Instituto de Investigaciones estéticas, Universidad Autónoma de México.

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubiodescripción de las obras para poder distinguir lo ficcional de lo histórico, aunque como señalamos, lo ficcional sea la trama con la que se relata lo histórico. Aquí no buscamos lo que verdaderamente ocurrió, “lo imaginado o recordado” como dice la autora.” … si bien debe tenerse en cuenta que el cautiverio de mujeres criollas entre los indios fue un fenómeno habitual, desde nuestra perspectiva no interesa tanto procurar distinguir lo histórico de lo ficcional, lo vivido de lo imaginado o lo recordado y deformado por la distancia en relación con los hechos "reales", sino más bien poner en foco una "mancha temática" que tiene por eje la figura de la cautiva, en torno a la cual ésta hace su aparición en el campo de las artes plásticas y se instala en el imaginario local”

A continuación intentaremos abordar entonces, los efectos en el espectador y el aroma del contexto cultural al que hace referencia Aby Warbury.

Los “registros” de la “mancha temática” en las obras a analizar:

El momento histórico en el que las obras actúan, tanto como observación de las imágenes de las cautivas blancas, tanto como de la práctica cultural de la lectura de María de J. Isaacs, lo ubicamos desde mediados del SXIX hasta mediados del SXX. Este marco cronológico correspondería, en el campo de lo simbólico y de las representaciones, según el historiador J. P. Barran (1990), a la sensibilidad bárbara y al triunfo de la sensibilidad civilizada.

La barbarie, con toda su fuerza, representada en las imágenes como el “rapto de las cautivas blancas por indios salvajes” es a nuestro entender, una búsqueda de transitar hacia el disciplinamiento. La lectura de “María” de J. Isaacs, es representativa del disciplinamiento ya instalado. El triunfo de la civilización sobre la barbarie, la consolidación de una práctica de lectura especialmente femenina, en silencio, en la intimidad del hogar, bajo la vigilancia de los padres12 y la sugerencia del Estado13.12 De las entrevistas que realice para abordar la lectura en su juventud antes de que surgiera la televisión en el Uruguay en los años 50, surge el nombre de “María” como lo más consumido, recomendado por las madres y padres, así como también el hecho de que “era lo que había para leer”.13 Consejo Nacional de Secundaria, “Recopilación de comunicados emitidos por las autoridades en el plazo V/1936 a XII/1954, establece las normas por las que se rige las instituciones. Ordenada por la resolución C.A. 3/1 del Consejo Nacional de Enseñanza Secundaria fecha 2/II/955.Ciruclares ordenadas desde el Nro 1 al Nro 668 (período comprendido entre 30/V/36 al 27/XII/54): Circular Nro 62, 14 de abril de 1937, pág. 16.“Sr. Director del Liceo…El pasado 1ro de abril se cumplió el centenario del nacimiento del escritor colombiano, JORGE ISAACS y este mismo 1937, 70 años del día que apareció “MARIA”, la gran novela americana del período romántico…-al margen de los programas-aquellos hechos que por su trascendencia en el tiempo y por su significación, poseen un contenido de fecundas sugestiones para las mentalidades nuevas que están bajo nuestro cuidado, viviendo el proceso de su formación espiritual. Si el romanticismo, como movimiento literario y expresión artística significa en síntesis la exteriorización de “la vieja alma impetuosa y torturada, rejuvenecida por el ideal y el dolor”-ninguna obra mejor que María-dentro de la novela americana-puede ofrecer como ejemplo corporizado de la precedente definición de Ronald de Carvahlo. JORGE ISAACS nació en Cali …perteneció a un hogar de inmigrantes, fusión de raza nórdica y de religión judía. Pero Isaacs, fruto maduro de Colombia, nos guió la ruta racial ni tan siguiera el rumbo religioso de sus progenitores. Hombre de un mundo nuevo, florecido cuando América en todo su ámbito, vivía el esplendor de la Libertad, Isaacs traduce en su única novela, el pensamiento literario de su contemporaneidad y en los arrestos de

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana RubioNos interesa advertir, como nos dice Sandra Szir (2006)14, que en el período al que hacemos referencia, “Hacia fines del SXIX y comienzos del SXX las modificaciones culturales de la industrialización y urbanización capitalista comenzaron a generar una expansión y crecimiento de producción y consumo de impresos ilustrados de circulación masiva”. De esta manera, la sociedad se encuentra cada vez más familiarizada con las publicaciones e impresión de imágenes, pero además, esto ocurre tanto en espacios privados como públicos, tanto urbano como institucional. Dos escenarios en los que se insertan nuestro análisis.

En el campo de la construcción del disciplinamiento, J. P. Barran ( ) nos alimenta15 la conceptualización de este período con aspectos culturales, espirituales en los que la sociedad interactuaba: “Las clases dirigentes-político y clero- y los sectores “conservadores” o burgueses, intencionalmente promovieron el cambio de sensibilidad para imponer una concepción de la “tranquilidad” política y el “progreso económico”(…) la unidad esencial entre la historia del espíritu y la historia de la materia, entre el tiempo de la sensibilidad y el de la economía, no es más que esa intencionalidad, esa convicción decimonónica que hayamos limpiamente y sin ninguna clase de interpretaciones forzadas en sermones, catecismos, libros de oraciones, textos y programas escolares, discursos de legisladores y folletos del Consejo de Higiene”.

El registro de la mancha temática en la imagen de las cautivas y la “Indolente” de Alsina:

Respecto al abordaje que realiza Laura Malosetti (1993) sobre las cautivas blancas en el SXIX , en “El rapto de las cautivas blancas: un aspecto erótico de la barbarie en la plástica rioplatense del SXIX16,nos interesa destacar que “La imagen de la cautiva surge en la plástica rio-platense en las primeras décadas del siglo XIX, en el punto de

su vida brava el espíritu de lo hispanoamericano de su tiempo… Debe haber en esta rememoración que se recomienda una manifestación de americanismo puesto que “María”, como “Amalia” de Mármol, como “Inocencia” de Taunay forman parte del tesoro literario del Continente. Los profesores de Idioma Español 3ro y de Literatura Universal, deberán encontrar una hora, dentro del tiempo destinado al cumplimiento de su labor docente, para destacar la significación de Jorge Isaacs en la novela americana y para recordar los valores literarios y morales de “María” como una ocasión más para inculcar en los estudiantes de hoy, el recuerdo admirativo hacia las obras que constituyen el patrimonio común de nuestras glorias americanas….”E. de Salterain Herrera y A. Saint Laurent.

14 Szir, Sandra (2006):”Infancia y Cultura Visual. Los periódicos ilustrados para niños (1880-1910)”. Editorial Miño y Dávila. (Introducción pág. 18)15 La historiadora L.Malosetti (n.d.)en “ Arte, memoria e identidades nacionales en Latinoamérica”: “ Se trata también de la capacidad de ciertas configuraciones visuales poderosas de “contaminar” o atraer nuevas imágenes: capturar la atención y persistir en la memoria colectiva, encarnando ideas y sentimientos complejos. ..

16 Malosetti L. (1993) en “El rapto de las cautivas blancas: un aspecto erótico de la barbarie en la plática rioplatense del SXIX”, UBA para “Arte, Historia e Identidad en América. Visiones compartidas”. Actas del XVII coloquio internacional de la Historia del Arte. Instituto de investigaciones estéticas. Universidad Autónoma de México.

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubioencuentro de ciertas configuraciones icono- gráficas de antigua raíz europea (traídas por pintores románticos viajeros como Rugendas, Grashof o Monvoisin) con una figura mítica de la conquista de esta región y con un ámbito y una realidad nuevos e inquietantes: el desierto, los malones, las cautivas "de carne y hueso" de las que se hablaba y se escribía "ensangrentando la pluma" (Iglesia, 1987). Ambas vertientes —una mítico-literaria, otra iconográfica— confluyen en la formación de una imagen que "pone en historia" un tema erótico largamente frecuentada en la tradición artística de Occidente.

Refiriéndose a todo el SXIX y a comienzos del XX, circuló en el ámbito rioplatense una enorme cantidad de historias —reales e imaginarias— de malones, raptos, cautiverio y martirio de mujeres blancas o "cristianas" por parte de los indios, en poemas, novelas, cuentos, piezas teatrales y hasta en las escuetas crónicas de las campañas militares. Es en el lenguaje poético donde se encuentran (como era lógico suponer) mayores vinculaciones con las imágenes plásticas. En la poesía los aspectos eróticos del rapto, los contrastes entre la "barbarie" del indio y la "pureza" de la cautiva, el "valor" del soldado que acude a liberarla, etc., aparecen fuertes y nítidos a lo largo de todo el siglo. Desde Juan Cruz Varela (1827) hasta Lugones (1938), pasando por Echeverría (1837), Ascasubi (1872) y José Hernández (1879) en la Argentina, Magariños Cervantes (1845 y 1864) y Juan Zorrilla de San Martín (1886) en el Uruguay, la temática es abordada tanto en las largas narraciones épicas en verso como en poemas más breves, laudatorios o nostálgicos”.

El ciclo en este caso se repite, como ocurre con las prácticas culturales, Esteban Echeverría habría influenciado en Rugenda para hacer ese cuadro. En nuestro caso, la disposición de la cautivas nos retrotrajo a la imagen de la tapa del libro de Isaacs, pintado por R Marti Alsina llamada “la indolente”. Si observamos esta última imagen, ella está en un ambiente que podríamos llamar “civilizado” y la disposición de su cuerpo como la dirección de su mirada, nos puede acercar al de las cautivas, que en este caso el pintor Alsina ha llamado “la indolente”. Esta mujer joven, está vestida, ya no está semidesnuda en manos de un salvaje. Tiene además, cercano a ella, libros abiertos libros, ¿qué ha leído o va a leer?

¿Qué tienen en común las mujeres cautivas de las imágenes y la práctica de leer17 este libro? ¿Por qué hacemos esta relación de representaciones?

En todos estos escenarios, nos representamos a las mujeres con vergüenza, rubor en la cara, pudor, dolor, sacrificio, ataduras, resignación, indefensas.

Estos gestos y estados de ánimo que nos transmiten todas estas mujeres en las distintas obras, es lo que destaca Malosetti18. Lo que intentaremos entonces, es fundamentar cómo lo que se lee en “María” y el contexto en el que se propone, no es 17 Tomaremos el término “practica de la lectura de María” pues no nos referiremos sólo a lo que explícitamente nos dice el escritor, sino a los efectos en el lector/a.18 Malosetti (1993) op cit

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubiomás que la mujer prisionera, sometida a los designios del hombre que la posee o la cultura de poder impuesta dentro del margen en que la mujer puede si leer, pensar, observar, actuar. La historiadora nos señala, que según la categoría historiográfica acuñada por Jan Bialostocki, quien demuestra que en la resignificación de topos iconográficos europeos en el ámbito americano, pueden distinguirse dos temas de encuadre respecto a la cautiva, de los cuáles nos interesa ambos, pero fundamentalmente el segundo: “Uno de ellos es la escena del rapto. El otro es la imagen de la mujer prisionera, sometida a los designios del hombre que la posee. El primero está signado por la violencia y la acción, el segundo pone de relieve la pasividad y la indefensión”.

Malosetti introduce en su investigación, un aspecto importante para nuestro análisis, nos señala encuentros con las lecturas en el período: “En la literatura, dos personajes arquetípicos encarnan ambos aspectos de la cuestión: María, "La cautiva" de Esteban Echeverría, y Magdalena, la madre de Tabaré en el poema homónimo de Juan Zorrilla de San Martín19.

El “registro” de la “mancha temática” en la lectura de “María” de J. Isaacs:

“María” como nos dice un comentarista de la obra en 1887, De Guillermo Prieto: “…María no se lee, ni es posible que se analice; se siente, se llora; es una fruición, una evocación a nuestra misma alma, que asiste enamorada al drama de un desenvolvimiento por el amor” edición Guarnier, Hnos, París20 .

El narrador de la novela es Efraín, el protagonista de esta pareja amorosa. No conoceremos lo que piensa y siente María sino sólo de lo que su enamorado nos dice. Tomamos de esta narración algunos aspectos que nos interesa sugerir:

De su aspecto y gestos como “rubor”, “sonrisa”, “sonroja”, “pudor”:

RUBOR…Fue su rostro el que se cubrió de más notable rubor cuando al rodar mi brazo en sus

hombros, rozó con su talle21.

“nunca en las auroras de julio en el Cauca fueron tan bellas como estaba María cuando se me presentó al día siguiente, momento después de salir del baño; la cabellera de carey sombreado, suelta medio rizar; las mejillas tintas de color rosa suavemente desvanecido, pero en algunos momentos avivados por el rubor; y jugando en sus labios cariñosos aquella sonrisa castísima que revela en las mujeres como

María una felicidad que no les es posible ocultar…22

SONROJA…se sonrojaba aquella a quien yo dirigía una palabra lisonjera o una mirada examinadora, María me ocultaba sus ojos tenazmente; pero pude admirar en ellos la brillante y hermosura de los de las mujeres de su raza, en dos o tres veces que, a su pesar, s encontraron de lleno con los míos; sus

19 Malosetti, L (1993) op. cit20 J.Isaacs(1965): “María”, segunda edición Editorial Kapeulz, Argentina.

21 Idem, pág. 522 Idem,pág.24

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubiolabios rojos, húmedos graciosamente imperativos me mostraron sólo un instante el arco simétrico de su

linda dentadura…23 …se avergonzaba de la involuntaria fijeza de mis miradas”24

VESTIMENTAY ASPECTO Vestía un traje de muselina ligera, casi azul, del cual sólo se descubría parte del corpiño y la falda, pues un pañolón de algodón fino color de púrpura le ocultaba el seno hasta la base de su garganta, de blancura mate. Al volver las trenzas a la espalda, de donde rodaban al inclinarse ella a servir, admiré el envés de sus brazos deliciosamente torneados, y sus manos cuidadas como las de una reina25.

SONRISA María…sonrió como en la infancia me sonreía: esa sonrisa hoyuelada era la de una niña de mis amores infantiles sorprendida en el rostro de una virgen de Rafael “26

El historiador J. P. Barran nos explica estos retratos de gestos y reacciones de la mujer en el capítulo IV, “La mujer dominada” del segundo tomo sobre “el disciplinamiento” en su historia de la sensibilidad27, de esta manera: “El pudor tenía dos caras sucesivas: la vergüenza y el ocultamiento. La mujer sería obediente, económica y trabajadora en su hogar porque esos eran sus deberes morales, pero el pudor era un sentimiento del que se deducían conductas, lenguajes, silencios, diversos recatos, ya que en lo profundo el pudor derivaba de la culpa, de la vergüenza ante la desnudez del cuerpo y del alma…El pudor implicaba la honestidad, es decir, la conducta sexual “casta”; el recato, referido en particular al ocultamiento de las “dotes” corporales por el vestido “decente” y la modestia, que incluía también la vestimenta pero sobre todo atañía al alma y el encubrimiento de las dotes intelectuales, el huir de toda afección y sumirse en el silencio o la conversación llana pues la mujer “sabihonda” era “varona” y desagradable al hombre por querer competir con él…”

La mujer tenía, al decir del historiador, no solo un aspecto decente sino una actitud de servicio, que era la mejor forma de hacerse amar y agradar, nunca imponiéndose ni intelectual ni físicamente al hombre.

SERVILISMO DE ELLA PARA AGRADARLO A ÉL:

-¿Qué bellas flores!- exclamé al ver todas las que del jardín y del florero cubrían la mesa.

-María recordaba cuánto te agradaban-observó mi madre.

Volví los ojos para darle las gracias, y vi los suyos cómo se esforzaban en soportar aquella vez mi mirada.

-María-dije- va a guardármelas, porque son nocivas en la pieza donde se duerme.

23 Idem, pag.624 Idem,pág.1325 Idem, pág.626 Dice el comentarista de la obra a pié de página Angel Rivera, el romanticismo promueve los temperamentos hiperbólicos, en la realidad y en la ficción” pág. 7

27 Barran, J.P. (1990) “Historia de la sensibilidad en el Uruguay” Tomo II, El disciplinamiento 1860-1920. EBO 1990.

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubio-¿es verdad?- respondió-; pues las repondré mañana.

¡Qué dulce era su acento!28

La “Sumisión al marido, hacendosa, “se esfuerzan por complacer por medio de amables agasajos”29 (Mariano Soler, 1890)

A continuación, destacaremos como la lectura de María es funcional a las intenciones planteadas por el “disciplinamiento” respecto a las tareas cotidianas:

PRACTICA DEL DEDAL Y SONROJA

Pasado el almuerzo, me llamó mi madre a su costurero. Emma (su hermana) y María estaban bordando cerca de ella. Volvió esta a sonrojarse cuando me presenté; recordaba, tal vez, la sorpresa que involuntariamente le había yo dado por la mañana…María me miraba algunas veces al descuido, o hacía por lo bajo observaciones a su compañera de asiento, y al ponerse en pie para acercarse a mi madre a consultar algo sobre el bordado, pude ver sus pies primorosamente calzados; su paso ligero y digno revelaba todo el orgullo, no abatido, de nuestra raza, y el seductivo recato de una virgen cristiana30.

Al respecto nos interesa señalar lo que investiga J. P Barran y escribe en el capítulo señalado pero ahora con el ítem: “La mujer con dedal”31 : “El libro de las niñas de Isidoro de María y las Lecciones de Economía Doméstica de la escuela vareliana del 900, estaban destinadas a formar a una futura ama de casa en los hábitos del ahorro, el orden, la prolijidad y la previsión”. La prensa en varias de sus versiones señalaba,...El mensajero del pueblo, católico: “la mujer sin dedal es un ser horrible…la mujer reflexiona cosiendo”. Como también, para Hipólito Gallinal, director de “El Bien”, 1895 y 96, los redactores escribían: “el ejercicio de las artes liberales, despertando la vanidad de la mujer les hace olvidar…el gineceo por el ágora y…enriquece en ellas la inteligencia en perjuicio del corazón”.

El primer reformador de la escuela en el Uruguay, J.P. Varela decidió en 1878 “ que la enseñanza de aritmética, lectura, escritura, dibujo y geografía se haría en un 15% menos de tiempo para las niñas que para los varones, y que ese lugar lo ocuparía la “costura”32.

Y por último nos interesa analizar lo referido en la lectura de Isaacs respecto a lo que refieren tanto al estudio, como a la lectura y sus efectos:

ESTUDIO28 Isaacs, J. (1965) op.cit. pág. 729 Cita del arzobismo Mariano Soler en 1890 en el tomo II de “Historia de la sensibilidad” pág. 16330 Isaacs, J. (1965) Op.cit, pág. 8 y 931 Barrán, J.P (1990), op cit, “la mujer con dedal” pág. 163-17032 idem

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubio Ilumináronse sus ojos cuando mi madre manifestó deseo de que yo diese a las muchachas algunas lecciones de gramática y geografía, materias en que no tenían sino muy escasas nociones. Convínose en que daríamos principio a las lecciones pasados seis u ocho días, durante los cuales podría yo graduar el estado de los conocimientos de cada una33… Entonces pude evaluar los talentos de María; todas mis frases quedaban grabadas indeleblemente en su memoria, y su comprensión se adelantaba casi siempre con triunfo infantil a mis explicaciones34.

El hecho de que el estudio también estuviera diferenciado por el género no escapa aquí, pero además, será “el” quien enseñe y evalúe y “ellas” aprendan y sean evaluadas.

Respecto a las lecturas propiamente dichas es interesante el inventario:

LECTURAS

“nos reuníamos todos los días dos horas, durante los cuales les explicaba yo algún capítulo de geografía, leíamos algo de historia universal, y las más veces muchas páginas del Genio del Cristianismo35

Sandra Szir en su análisis ya nombrado, concretamente se detiene en “Disciplinar la lectura”36, donde si bien se refiera al control de la lectura sobre los niños, tomemos, tal como viene esta reflexión en una práctica de control también sobre las mujeres, más aún las jóvenes. Como vemos, la lectura de “María” no podría significar jamás un peligro. La autora nos señala, “…existen ciertos objetos juzgados como “malos libros” a los cuales resulta necesario rechazar…eran considerados dañinos, condenados también por su moral, fueron además acusados de vulgarizar el lenguaje y las formas literarias, y de ser productos inferiores dirigidos a la plebe…correspondería a la institución escolar operar con todas las herramientas teóricas y didácticas disponibles apuntando al noble objetivo de “disciplinar” la lectura...La lectura no podía ser buena si no era vigilada. El esfuerzo por encauzar la lectura, orientarla en su sentido favorable, social y políticamente inofensivo, y, sobre todo, con una dirección moral y utilitaria produce el establecimiento de una especie de discurso-programa. Jean Hébrar (1990) señala el mismo fenómeno en la Francia del SXIX donde considera que:

“un pueblo lector no debe ser abandonado a sí mismo. Entre él y el libro deben ser suscitadas las buenas voluntades de la clase letrada, a fin de que sirvan de filtros o de intermediarios”. (Hébrard, Jean (1990) “Les nouveaux lecteurs” en R. Chartier y H.J. Martin, “Histoire de l´èdition francaise. Le libre triomphant 1660-1830. Tomo II, París, Fayard-Promodis)

33 Isaacs, J. (1965), op cit.pág. 934 Isaacs, J.(1965) op. Cit., pág. 2535según A. Rivera, la obra de Chateaubriand, escritor romántico francés que tuvo notable influencia sobre J. Isaacs, el crítico argentino E. Anderseon Imbert señala: “Aunque Isaacs no lo confesara se reconocería en seguida el ascendiente de Chateaubriand; pero confiesa: “Autor predilecto” lo llama Efraín; y a lo largo de las novelas aparece como un numen de los amores de los adolescentes. En el próximo capítulo, María, Emma y Efraín aparecen leyendo Atala, novela del mismo autor. El rasgo dominante en Chateaubriand fue su incurable tristeza”. Op cit.

36 Szir, S. (2007): “Infancia y cultura visual”. Los periódicos ilustrados para niños (1880-1910). Cap. II, “Diario de los niños,, “disciplinar la lectura”. Miño y Dávila. Argentina

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana RubioPero además, el historiador J.P. Barrán agrega un componente claro, presente y reiterado que también lo observamos-leemos en la obra de Isaacs: la lectura religiosa y sus utilidades “…el catolicismo era una creencia socialmente útil. En los avisos periódicos en que se ofrecían colegios privados, insistían en la enseñanza de “la doctrina cristiana”, “la Historia sagrada, antigua y moderna” y “la moral” y también “aritmética” y “lectura”.

El historiador J. P. Barran, cuando nos explica la relación “Pecado” y “barbarie”: la concepción católico-burguesa “37 confirma que “La Iglesia venía sosteniendo lo mismo desde mucho antes. En la “vida de San Luis Gonzaga, y dada a los niños como novela ejemplar, reimpresa en 1861, el santo: “Hizo en Florencia asombrosos progresos en el camino de la perfección, reduciéndose todas sus diversiones a la oración y al estudio. “María” es un claro ejemplo de ello, la protagonista de los lectores civiliza y disciplina con su vida ejemplar.

El objetivo era conducir hacia un “orden y progreso”. Barran afirma “… encaminar una construcción de un orden social civilizado”. El concepto de civilización es considerado aquí también, como contenido ideológico de progreso que implicó en las teorías sociológicas del siglo XIX, quienes involucraban tanto un sentido de proceso histórico como un sentido de modernidad, como estado realizado de refinamiento y orden38. Sumando los encuentros de la recepción de la lectura y la imagen, es que la historiadora Malosetti también afirma, “Pinturas y esculturas fueron pensadas en ese fin de siglo (SXIX) tanto un atributo como una herramienta de la civilización”.

Imagen, lectura y lectores, medios de circulación de valores:

Hemos puesto énfasis fundamentalmente en lo que a la teoría de la lectura del SXX viene desarrollando y colocando como eje de su análisis, al lector.39 Estas prácticas culturales de la lectura no son gratuitas ni dejan de dejar huellas o en algunos casos, “indicios”.

Hoy, “solemos pensar en la lectura como un “tonificante ejercicio mental” (Q.D. Leavis, 1932) sin embargo, como lo muestra la historia de la cultura, los médicos de antaño consideraban que la lectura era una forma de ejercicio físico… Por lo tanto la lectura varía con la historia y está condicionada físicamente……la historia literaria está

37 Barran, J.P. (1990), op cit: Cap. 1, “El nacimiento de la sensibilidad “civilizada y su entorno” pag. 22-3238 Malosetti, L. (n.d.): “Arte , memoria e identidades nacionales en Latinoamérica”. CONICET. UBA, toma de R.Willimas el concepto de civilización en “ Palabras clave”. Buenos Aires, Nueva Visión, 2000 pp. 59-61.

39 Para ello nos hemos basado en autores como Karin Littau (2006), quien a su vez basa sus ideas en el grupo de teóricos que se preguntan primordialmente cómo hacen los lectores para comprender un texto (Culler,Ingarden, Fish, Iser, Jauss, Gadamer)

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubiocolmada de referencias a la lectura en cuanto experiencias que afecta profundamente al lector…”40

Las prácticas de la lectura son disciplinadoras tanto en la ficción como en quien lee la misma. Un paréntesis especial tiene este análisis en lo que refiere a las diferencias de género, ahora también respecto a la lectura respecto a imágenes persuasivas y lecciones morales. “C .Wainerman y M. Heredia41 han estudiado los dispositivos ideológicos en las diferencias de género y su manifestación en los libros de lectura. Según afirman, las ideas acerca de la concepción de la mujer y el varón con respecto a las capacidades físicas y psíquicas que se les atribuyen, los roles sociales que les son asignados, la concepción de la familia en la distribución de roles entre sus miembros según su género y la concepción del trabajo para ambos, trascienden claramente los libros de texto escolares y se extienden más allá del SXIX: “(…) los libros de lectura en uso entre principios del siglo (XX) y fines de los ´70 y comienzos de los ´80…impactan por la inmutabilidad de sus mensajes, que, década tras década, hacían caso omiso de las transformaciones sociales”…”Estos libros transmiten “imágenes muy claras respecto de lo femenino y de lo masculino encarnado en los personajes-adulto y niños- que animaban las lecturas… Las “naturales” diferencias entre ambos sexos se despliegan en roles bien diferentes. A las mujeres se las define fundamentalmente en relación con el hogar, donde “ser mujer” coincide sin residuo con “ser madre”. La mujer, cuyas actividades pocas veces las llevan a traspasar las paredes de su hogar, construye su vida en función de sus hijos, su marido y su hogar. “Ser varón”, en cambio, en modo alguno se agota en “ser padre”.

EFECTOS DE LA LECTURA

Las páginas de Chateaubriand iban lentamente dando tintas a la imaginación de María. Ella, tan cristiana y tan llena de fe, se regocijaba al encontrar bellezas por ella presentidas en el culto católico. Su alma tomaba de la paleta que yo le ofrecía los preciosos colores para hermosearlo todo; y el fuego poético, don del cielo que hace admirables a los hombres que lo poseen y diviniza a las mujeres que a su pesar lo revelan, daba a su semblante encantos desconocidos para mí hasta entonces en el rostro humano…leía yo el episodio de Atala, y las dos (Emma y María), admirables en su inmovilidad y abandono, oían brotar de mis labios toda aquella melancolía aglomerada por el poeta para “hacer llorar al mundo”. …¡Ay! Mi alma y la de María, no sólo estaban conmovidas por esa lectura; estaban abrumadas por el presentimiento.42

El consejo de la escuela vareliana recomendaba tanto para la mujer como para los adolescentes “Lecciones de Economía Doméstica” en 1905: “es necesario saber elegir los libros, pues un buen libro es el mejor amigo para los ratos de ocio, los libros insignificantes, las novelas de pacotilla, sólo sirven para hacer perder el tiempo 40 Littau, K. (2006): “Teorías de la lectura”. Libros, cuerpos y bibliomanía”. Manantial, Buenos Aires.41 Szir, S (2007): Op cit: Cap. 1, “La ilustración infantil, 1886-1887. Imágenes persuasivas, lecciones morales. LOS

AUTORES CITADOS, Wainerman, Catalina y Heredia, Mariana (1999) ¿Mamá amasa la masa? Cien años en los libros de lectura primaria. Bs As, Editorial de Belgrano.

42 Op.cit, pág 26 y 27

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubiotontamente. En cuanto a los libros inmorales, o que contienen ideas falsas y defienden doctrinas erróneas, son muy perjudiciales”43.

Buscando poder cerrar este análisis, aunque sabemos que estamos recién en la puerta de un campo semántico cargado de sentido que herramientas del psicoanálisis freudiano podrían profundizar para así proyectar respecto a las prácticas culturales

específicamente respecto a lo que Warbury nos refiere con la pathosformel. Es muy fuerte el impacto que produce la afirmación del historiador Barran en la obra que hemos estado consultando en este análisis: “La civilización burguesa por último, creó su imagen del deseo sexual femenino, el que se definía por una negación: la mujer era un ser pasivo, un “vaso de carne” que el hombre llenaba”44.

Coincidimos con la historiadora Laura Malosetti, que en los últimos tiempos se han dado reformulaciones en el campo de la historia de las ideas y que ha tenido un espacio destacable el de la historia de la cultura. “Tanto la escuela de mentalidades francesa como la historia intelectual desarrollada en los Estados Unidos por Robert Darnton entre otros, así como los trabajos de Carlo Ginzburg, han abierto considerablemente el espectro de fuentes, abarcando las tradiciones populares, la literatura de ficción y la iconografía en su pesquisa acerca de las maneras de pensar y de sentir en el pasado….”45

Estas fuentes intelectuales son las que nos han autorizado cada vez más a indagar sobre terrenos en los que uno intuitivamente percibe y se modifica frente a una obra literaria o visual. Así como los y las lectoras de novelas sentimentales al señalar B Sarlo46 al leer, su lectura “produce efectos sobre las subjetividades, influye sobre los estados emocionales e induce a una imitación de pasiones que, leídas en los libros, hacen que la vida de los personajes resulte mil veces más interesante que la prosa de la vida cotidiana…” No podemos sugerir aquí nombres de observadores de imágenes, pero si insistir en la búsqueda de Quijote`s, Bovary`s y Menochio`s, que han sabido quebrar muchas de las tesis aquí vertidas.

43 Barrán44 Barrán, J.P opcit.45 Malosetti, L.(1993) op cit.46 Sarlo, Beatriz (2012)”Signos de Pasión. Claves de la novela sentimental del Siglo de las Luces a nuestros días” en “Peligros y Enseñanzas”. Editorial Biblos, BsAs

La Proserpina en la lectura de “María” de Jorge Isaacs. El disciplinamiento en el Río de la Plata a través de la lectura y la imagen. 1860-1950.Prof. Adriana Rubio