Uno de los objetivos principales de un entrenador es que sus jugadores salgan al terre no de juego en las mejores condiciones técnicas, tácticas, físicas y psicológicas, tanto a nivel grupal como individualmente. Para lograrlo disponen de sesiones de en-trenamiento en las que deben trabajar los aspectos considerados fundamentales para vencer al próximo rival. Pero los jugadores no solamente se preparan para la competición a través de los entrenamientos. Existen otros recursos que poseen una influencia considerable sobre la puesta a punto de los futbolistas y que no deben ser descuidados por los entrena-dores y miembros del cuerpo técnico. Nos referimos a las reuniones o charlas grupales o individuales, en las que se debe intercambiar información y donde se puede influir en el estado anímico de los jugadores. Una de estas charlas a la que se concede mu-cha importancia es la que se realiza antes del partido en el vestuario o en el hotel de concentración El objetivo de este artículo es presentar algunas orientaciones que pueden contri-buir a incrementar la eficacia de estas charlas en el contexto de la preparación de un partido.

La preparación del partido:Charla previa y preparación mental del futbolista

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Director del Área de Psicología de las Categorías Inferiores del Levante U. D. Director del curso “Experto en Coaching Deportivo” – Florida UniversitariaProfesor de Psicología de la Universidad de Valencia

David Llopis Goig

La preparación del partido durante la semana Nada más terminar un partido el entrenador ya puede empe zar a preparar el siguien-te encuentro. Los pasos que siguen la mayoría de entrenadores de éxito son los siguientes:

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a) Análisis del partido: En primer lugar, se deben analizar las caracterís-ticas y peculiaridades que presenta ese partido. En este sentido es impor-tante estudiar la situación en la que se encuentra el rival y nuestro equipo. Debemos valorar aspectos como el momento de la competición en la que nos encontra mos, cual es nuestra trayectoria y la del rival en los últimos par tidos, que climatología y ambiente social se espera y a quien puede be-neficiar o cuales son los estados anímicos de ambos equipos.

b) Establecer el objetivo principal del encuentro: A par tir de ese pri-mer análisis general sobre la competición, pode mos establecer cual va a ser nuestro objetivo para el partido. No vale decir que el objetivo es siempre ganar, ya que cada par tido tiene una historia y unas circunstancias que no se pue den obviar. Ante un rival muy superior, desde el punto de vista psico-lógico, es más eficaz un planteamiento sensato orientado a realizar un buen partido que un enfoque que gire en torno a la victoria en la que casi ningún jugador confía.

En otras ocasiones, teniendo en cuenta la posición propia y del rival, el objetivo pue-de ser un empate. Por tanto, es importante establecer un objetivo concreto para cada partido después de analizar la situación en la que nos encontramos.

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c) Establecer el planteamiento para lograr el objetivo: Una vez deter-minado el objetivo del partido (que puede ser de rendimiento o de resultado) es cuando el entrena dor se debe plantear qué debe hacer para lograrlo, es decir, cuál debe ser el planteamien to táctico del encuentro. Es a partir de este momento cuando podrá empezar a decidir el contenido de los entrena-mientos y los aspectos sobre los que más debe incidir durante la semana.d) Preparar la respuesta ante situaciones imprevistas que pue-den surgir: Uno de los aspectos que deben incluir los entrenamientos de preparación de un partido es el aná lisis de las situaciones con las que se pueden encontrar y las soluciones más adecuadas ante dichas situaciones. En la medida que el partido es más importante, más se deberán preparar situaciones como jugar con un jugador menos, qué se debe hacer ante una nefasta actuación arbitral o ante la lesión de algún jugador clave del equipo. Preparar la respuesta a estas situaciones, desde el punto de vista psicológi-co, da seguridad a los jugadores y les prepara para reaccionar antes frente a las adversidades que puedan suceder.e) Trasmitir a los jugadores lo que deben hacer: A partir del pri-mer entrenamien to de la semana ya se pueden ir trasmitiendo las ideas fundamentales sobre cómo se debe jugar el próximo partido. Es importante que la información se vaya dando progresivamen te de tal forma que la vís-pera del partido ya sepan lo que deben hacer. De esta forma en la charla previa al partido no se aportará información nueva sino que se recordará lo fun damental.

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La charla pre-partido

El entrenador, día a día, a través de las reuniones o charlas de grupo e individuales debe ir trasmitiendo esta información de tal forma que cuando llegue el momento del partido todos los jugadores tengan claro lo que se espera de ellos. En general, durante los días previos a un partido es fundamental que el entre-nador vigile el estado psicológico de sus jugadores. Fundamentalmente deberá prestar atención a la implicación y a las expectativas de lograr el objetivo. Si el entrenador cuenta con un psicólogo deportivo entre el grupo de ayudantes, éste será el encargado de analizar estos aspectos y asesorar al entrenador sobre como influir positivamente. En caso de que no sea así, el máximo responsable del equipo deberá estar atento a estas dos variables.

Esta se suele realizar o bien en el hotel de concentración poco antes de salir hacia el estadio o en el propio vestuario. Es uno de los momentos más especiales para el entrenador y debe servir para culminar el trabajo realizado durante toda la semana de preparación del partido.

La utilidad de esta charla dependerá de la preparación que se ha realizado del par-tido durante la semana y de la capacidad del entrenador para saber cual es el estado anímico de sus jugadores y del conocimiento de las estrategias para cambiarlo. Antes de empezar es fundamental establecer cuales son los objetivos de la charla. Saber lo que pretendemos hacer nos ayudará a decidir los mensajes que le vamos a trasmitir.

En definitiva, no se debe dejar que la charla esta presidida por la improvisación y por el estado emocional del entrenador. La charla previa al partido nos debe servir para contrarrestar algunos estados emocionales inadecuados. Si queremos contribuir a cambiar el estado anímico del equipo debemos controlar el nuestro, seleccionar bien los mensajes que se van a trasmitir y hacerlo de forma creíble.

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1. Recordar brevemente las claves para poder vencer al rival: Hay que tener pre sente que en los momentos previos a un partido la capa-cidad de atención comienza a dis minuir y es más difícil asimilar información nueva. Es el momento de recordar lo priorita rio del partido a nivel grupal. También se deben recordar brevemente lo que a nivel indi vidual deben ha-cer los jugadores. Estos recordatorios individuales se pueden hacer duran te la última charla o durante el calentamiento o momentos previos. En estos momentos los mensajes deben ser claros y concisos.2. Favorecer que los jugadores individualmente y en equipo salgan al terreno de juego con un nivel de activación óptimo: Para salir al te-rreno de juego es funda mental saber qué se tiene que hacer y estar psicoló-gicamente preparado para hacerlo. Por eso esta última charla debe tener un importante contenido emocional. Se debe fortalecer la confianza y el estado anímico optimo del equipo: ni excesivamente motivados (también puede perjudicar), ni demasiado relajados. Un psicólogo deportivo integrado en el cuerpo técnico podrá informar con certeza sobre el estado psicológico de los jugadores en ese momento. En su ausencia el entrenador deberá estimarlo y a partir de sus conclusiones elaborar su mensaje.

Hasta ahora en este artículo nos centrábamos en el papel del entrenador y los miem-bros del cuerpo técnico para influir positivamente en el estado anímico de los jugado-res a través de los mensajes que se trasmiten en las reuniones o charlas individuales o colectivas. Ahora analizaremos el papel activo que los propios futbolistas pueden realizar para preparar su mente para la competición, modificando su propio estado emocional.

El estado anímico de las personas en general y, por tanto, también de los deportis-tas, es variable, es decir, no es estable. Muchas circunstancias pueden influir sobre él y, en muchas ocasiones, sin que nos demos cuenta de cómo lo hacen. Por ejemplo, es normal que un futbolista, con la acumulación de partidos y la esca-sez de días de descanso, se encuentre saturado, cansado y desanimado tanto en los entrenamien tos como en los encuentros. Esta situación de agotamiento físico le va a influir en aspectos psicológicos como su moti vación y capacidad de concentración en los entrenamientos y, en consecuencia, este futbo lista puede ver afectado notablemente su rendimiento. Finalmente, su con-fianza también se podrá ver disminuida.

Por otra parte, existe una creencia errónea instalada en muchos aficionados, di-rectivos, e incluso entrenadores que les hace pensar que los futbolistas son “de otra pasta” y el nivel retributivo en el que se sitúan permite pensar que pueden estar permanentemente motiva dos y concentrados de modo que nada puede afectar a su estado anímico. Sin embargo, las evidencias nos demuestran que esto no es así y que muchas veces se pier-den partidos porque durante la semana los jugadores no han tenido la actitud adecuada, o no han estado lo suficientemente motivados durante el partido y han tenido errores de concen-tración, o cualquier otra expli-cación en la que el competente psicológico ha sido el eje central de la excusa.

Los momentos previos al partido: Prepara tu mente

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El estado psicológico de los futbolistas

Buscando el nivel óptimo mental

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Aunque también debemos reconocer que algunos deportistas son capaces de darse cuen ta de cómo están anímicamente y por su experiencia han aprendido algunas es-trategias que les son útiles para modificar positivamente su estado emocional.

Los momentos previos al inicio del partido son los que se dedican a culminar la prepara ción. Desde el momento en el que el equipo se dirige al estadio son impor-tantes todos los detalles y no se debe dejar nada al azar. Y la preparación mental tampoco. En la actualidad, nadie discute la importancia de preparar los músculos antes de un parti do. Para ello, los futbolistas realizan el calentamiento físico momentos antes del inicio del partido o el entrenamiento. Suelen realizar su rutina de calentamiento de forma sistemática y así preparan su cuerpo para competir. De la misma forma debemos preparar nuestra mente para que nada más suene el pitido inicial el jugador esté al máximo nivel mental, concentrado y preparado para resolver cual quier situación que se le presente. Por tanto, si queremos preparar nuestra mente para el partido, también debemos realizar un “calentamiento psicológico”. Con el “calentamiento psicológico” crearemos el estado psicológico idóneo y no de-jaremos que sean los lances del partido quienes marquen nuestro estado de ánimo.

Cada futbolista debe buscar su propia rutina, es decir, que sus propios pasos le lle-ven a lograr su estado mental óptimo. Si el equipo dispone de un psicólogo deportivo éste podrá ayudar a los jugadores a reconocer su estado previo y las estrategias que pueden utilizar para cambiarlo.

¿Cómo se hace el calentamiento psicologógico?

A continuación te presentamos un camino que puede ser útil para que cada jugador logre “meterse en el partido” antes de que éste comience.

Si quiere que este “bajón anímico” no le afecte deberá darse cuenta lo antes posible. Este paso es el más importante y para realizarlo debes basarte en la experiencia en partidos anteriores y en el autoconocimiento psicológico. Es una tarea difícil, ya que para cada parti do es diferente y no todos estamos acostumbrados a profundizar en nuestra psique. Para lograrlo es importante recordar anteriores experiencias y ver la relación entre el estado psi cológico y el rendimiento.

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- Primer paso: Autoanálisis. Antes de empezar el calentamiento físi-co comprueba tu estado emocional. Analiza cómo te encuentras con relación a variables psicológicas como la motivación, la concentración, los pensa-mientos positivos o negativos, la autoconfianza o la ansiedad.

- Segundo paso: Detecta aspectos a mejorar. Pregúntate si mental-mente estás “enchufado” o si debes mejorar algún aspecto de tu estado psicológico. Es decir, analiza si estas preparado para rendir a tope o tienes alguna sensación que no te gusta. Por ejemplo, un jugador que se dispone a salir en el once inicial pero no se encuentra en condiciones men tales ópti-mas porque no ve reconocido su trabajo (posiblemente algún comentario sin mala intención del entrenador durante la semana le ha afectado aunque no lo ha hablado con él).

- Tercer paso: Aplica estrategias. Modifica tu estado psicológico a tra-vés de técni cas como el autodiálogo positivo (para intentar disminuir la ansiedad cognitiva y centrar la atención en los aspectos relevantes), las técnicas de relajación (para disminuir la ansiedad somática), o de activación (para incrementar la motivación).

El autodiálogo positivo es lo que nos decimos a nosotros mismos. La capacidad que tene mos para controlar los pensamientos que surgen durante los entrenamientos y los partidos es una de las claves para rendir al máximo. Sin embargo, no es fácil, ya que en muchas oca siones no somos conscientes de los que estamos pensando. Otras veces, sin darnos cuenta, pensamos de forma negativa. Es importante que nos ani memos con frases como “voy a hacerlo bien”, “estoy preparado para este partido”, mi esta do físico es muy bueno”, o “venga vamos”. También sirve para recordarnos instrucciones fun damentales como “debo estar atento a mi contrario”, “es importante que vigile al interior” o “cuando robe un balón debo controlar el balón antes de lanzarlo precipitadamente”. Los autodiálogos positivos nos animarán y, principalmente, nos impedirán pensar negati vamente. Este diálogo interno se debe realizar sobre una base realista, es decir, sobre metas y objetivos que se pueden alcanzar.

Si antes del partido nos notamos excesivamente activados, nerviosos, conviene rela-jarnos un poco. Para ello, si estamos habituados a utilizar alguna técnica de relajación activa es el momento de aplicarla. En el caso contrario, conviene reali zar respiraciones lentas que nos ayu darán a dis-minuir el nivel de ansiedad. Puede suceder que estemos poco acti vados, con pocas ganas, adormecidos. En este caso debemos darnos autoins truciones de ánimo (¡ven-ga, vamos!, ¡esto empieza!) y realizar respiracio nes rápidas (contrarias a las de la relajación) para activarnos.

En definitiva, la preparación de nuestra mente para el partido es fun damental y no debe descuidarse, especialmente cuando quedan esca sos momentos para el inicio. En estos mo-mentos previos es importante con trolar algunas variables psicológicas especialmente el nivel de tensión y los pensamientos negativos. Debemos encontrar nuestro equili brio, el nivel de activación con el que nos encontremos a gus-to y juguemos mejor. Si consideramos que los aspec tos psicológicos influyen en el rendi miento y, por tanto, en el resultado final de un partido, debemos dedicar le tiempo a mejorarlos.

El autodiálogo positivo

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Aplicar alguna técnica de relajación o activación