La Prensa en El Porfiriato

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CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN HISTORIA Y PROCESOS DE LA COMUNICACIÓN EN MÉXICO I TRABAJO FINAL: LA PRENSA MEXICANA DURANTE EL PORFIRIATO ALUMNO: FELIPE VALENCIA MIGUEL MARTÍN

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Trabajo Universitario

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CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN

HISTORIA Y PROCESOS DE LA COMUNICACIÓN EN MÉXICO I

TRABAJO FINAL: LA PRENSA MEXICANA DURANTE EL PORFIRIATO

ALUMNO: FELIPE VALENCIA MIGUEL MARTÍN

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INTRODUCCIÓN

Un importante referente del acontecer de un país en momentos determinantes de un

país, sin duda es el registro de la prensa escrita, aunque su metodología de trabajo difiere

de la historiografía en el aspecto que busca la inmediatez y en la medida de lo posible el

periodista tiene contacto directo con la fuente. La prensa escrita se conserva dándonos

cuenta de las ideologías que estaban en pugna por el poder, en todas las épocas ha habido

publicaciones al servicio de distintas entidades, instituciones y grupos de poder. Para el

caso de México, la tradición de la prensa satírica disidente es muy rica, aunque durante el

porfiriato, el período que en esta ocasión nos ocupa, se atestiguó una dramática

reducción en la libre circulación de este tipo de publicaciones, puesto que hubo una franca

persecución de la oposición a distintos niveles, y uno de ellos, clave para Porfirio Díaz, era

la prensa.

Porfirio Díaz llega al poder en 1876, gobernando hasta 1911, interrumpido sólo por un

período de 1880 a 1884 en el que gobernó Manuel González. Porfirio Díaz transformó

sistemáticamente el país, haciendo las más grandes inversiones en infraestructura hasta

entonces. Se basó en doctrinas de origen estadounidense y europeo que ya tenían eficacia

probada. Aplicando el positivismo, incentivó a los llamados científicos para implementar

mejoras en la producción, la planeación y la forma de gobierno. Aplicó también el

capitalismo, creando y reforzando las redes de comercio y la industria, dando facilidades a

la inversión extranjera (versión mejorada del intervencionismo). El más claro ejemplo es la

implementación de la red ferroviaria y la red carretera.

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“…el trazado ferroviario realizado por las compañías extranjeras respondió al interés por

fomentar el intercambio comercial con Estados Unidos. A pesar de ello el ferrocarril

acarreó también enormes beneficios al comercio nacional. Al integrar las zonas

comunicadas por las vías permitió un comercio a bajo costo y durante todo el año, por lo

que se multiplicaron los intercambios y fue posible producir para mercados lejanos, lo cual

favoreció la especialización de las regiones”. (Escalante, 2008)

De esta manera, grandes industrias como la siderúrgica o la maderera tuvieron un auge

muy importante que potenció drásticamente la economía del país. Sin embargo, la

aplicación de una política económica capitalista acentuó las divisiones sociales y la lucha

de clases, ya que, a diferencia de países como Estados Unidos, había grandes

desigualdades económicas que estribaban en la homogeneidad de la población, por lo que

la población autóctona (mayoritaria en México) que estaba al servicio de un pequeño

grupo de grandes capitales. Ya se sabe esta situación entre algunas otras de índole político

fueron las causas que detonaron la revolución en 1910. En este trabajo, haré una revisión

de la situación de la prensa durante el período porfirista y su repercusión en cuanto a

política y sociedad.

LA PRENSA DURANTE EL PORFIRIATO

La prensa durante los períodos anteriores: la reforma y la república restaurada, había sido

un bastión de la disidencia y también un órgano del poder, según el bando en cuestión.

Había también acaecido una significativa lucha ideológica que se plasmaba en las

publicaciones, sobre todo haciendo uso de la libertad de prensa.

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“El legado que en materia de prensa recibió el general Díaz de sus dos antecesores

inmediatos en el poder, fue un periodismo de oposición vigilante y extraordinariamente

combativo que, junto con la oposición parlamentaria, había mantenido el clima

revolucionario que Daniel Cosío Villegas señala como característico de la primera etapa de

la república restaurada”. (Reed, 1998).

Porfirio Díaz, consciente de esto, tenía definido qué hacer con la prensa, sobre todo la

disidente:

“El antídoto de la prensa oposicionista, fomentado ampliamente por Juárez y Lerdo,

consistía en la prensa subvencionada por el Estado. Porfirio Díaz, demasiado buen político

para ignorar la eficacia del método, aumentó considerablemente las subvenciones a los

periódicos oficiosos y favoreció con empleos y canonjías a los escritores adictos, al paso

que organizaba el vacío oficial en tomo a los disidentes. La paulatina burocratización de

los grupos profesionales, iniciada a raíz del triunfo de la reforma, favoreció los designios de

la dictadura”. (Reed, 1998).

En tiempos pasados, el burocratizar la prensa en favor del partido liberal, fue

determinante no sólo para su triunfo y mantención del poder, sino también para difundir

y lograr la aprobación de la población en lo que se refería a las Leyes de Reforma.

Ahora bien, Díaz delinearía un gobierno que seguiría sobre la legislación precedente, pero

buscaría también la unificación para evitar conflictos como la Guerra de Reforma. De esta

manera, acuño la frase: “poca política, mucha administración”. Esto significó una doctrina

consistente en terminar de tajo con la disidencia y la oposición para no enrarecer el clima

político del país, por lo que su estrategia con la prensa fue sistemática: encarcelar a la

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disidencia más recalcitrante y adquirir las publicaciones para que en adelante se

convirtieran en prensa de estado.

Sin embargo, la persecución contra la prensa no era sistemática, sino que se hacía en

períodos puntuales, aquellos en los que la opinión pública podía incidir en el reparto del

poder. Durante los períodos en que Díaz volvía a tomar el poder florecía nuevamente la

prensa satírica disidente como El Hijo del Ahuizote fundado en 1885 por Daniel Cabrera, y

que a la postre constituiría un importante semillero de caricaturistas satíricos, aquella

tradición que posteriormente tendría su auge en la década de 1990 con los llamados

moneros de La Jornada. Otras publicaciones críticas de Porfirio Díaz fueron El Correo del

Lunes de Adolfo Carrillo, al igual que otros como La Sombra de Juárez, La Revista, El Orden

Social y La Constitución.

Por extensa que pudiera ser la lista de periodistas que sufrieron persecución,

confiscaciones y encarcelamientos durante los largos años del régimen de Díaz, debe

destacarse que el ataque contra el periodismo de oposición fue espasmódico, coincidiendo,

más o menos, con los periodos de las sucesivas reelecciones de Díaz…” (Escalante, 2008).

El Universal, fundado en julio de 1888 por Rafael Reyes Spíndola, fue un periódico

pensado para ser un órgano de gobierno, pero en la praxis difería de estos intereses, al

hacer un periodismo crítico conservando las ideas de la ilustración. El Partido Liberal fue

otra publicación de la época que era abiertamente porfirista. El Diario del Hogar,

inicialmente apoyaba a Díaz, pero luego se volvió opositor.

La creciente clase trabajadora que trajo consigo la industrialización del país, derivó

lógicamente en la creación de sindicatos, esto constituían cotos de poder con un gran

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potencial en cuanto a apoyo electoral, aunque casi por definición, y siempre en busca de

autonomía y protección de la clase obrera, su ideología estaba en oposición con los

regímenes dictatoriales. La clase sindical tenía a su vez publicaciones en las que se

difundía su ideario. El gobierno de Díaz tuvo entonces la idea de atacar quirúrgicamente

estos bastiones de la oposición precisamente a través de las estrategias de estado

implementadas con la prensa en general y con eficacia ya probada.

“Los periódicos obreros fueron hábilmente colocados en manos de personas interesadas en

el continuismo y en el entorpecimiento del movimiento sindical. Así por ejemplo La

Convención Radical Obrera, órgano del grupo de este nombre, encabezado por el jefe

militar del Distrito Federal; El Socialista, El Proletariado y otros. Siguió el mismo camino la

prensa que representaba intereses comerciales, como La Semana Mercantil, y los

periódicos de información que Vivian de subvenciones cortas, además de los diarios

reconocidos como oficiales”. (Reed, 2008).

En años sucesivos aparecen periódicos opositores como La Oposición, El Demócrata y La

República Mexicana. Todos ellos de corte anti-reeleccionista.

Periódicos como El Demófilo, Vésper, La Voz de Juárez y El Insurgente, continúan, junto

con EL Hijo del Ahuizote la tradición disidente pese a las persecuciones, fortaleciendo la

tradición de la sátira política a través de la editorial mordaz e inteligente y la caricatura.

Para 1910, ya se vivían tiempos de tensión con el movimiento maderista, con todo lo que

esto a la postre implicaría, de manera que la prensa y sus bastiones opositores fueron

determinantes para mantener y difundir las ideas que llevarían a México hacia un rumbo

distinto.

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CONCLUSIÓN

La labor periodística siempre ha sido una actividad intelectual que requiere de gran

responsabilidad por sus alcances y repercusiones en la opinión de la población. La época

del porfiriato es un ejemplo de cómo a pesar de la persecución y la enajenación del poder

político y económico, siempre hay alguien en pie para defender y difundir ideales de

cambio y de esperanza. Sin embargo, así como se ha mantenido ese espíritu de lucha en la

prensa, también los gobiernos siguen recurriendo a prácticas de censura, veto y bloqueo.

Yo pienso en lo personal que las prácticas que tienden a silenciar a la prensa disidente y

progresista nunca serán suficientes, el seguir en pie de lucha es ya un modo de vida que

muchos intelectuales simplemente no pueden abandonar, esperando que los resultados

lleguen de forma inmediata o en generaciones venideras.

BIBLIOGRAFÍA

• ESCALANTE Gonzalbo, Pablo. Nueva Historia mínima de México, El Colegio de México. México, 2008.

• REED Torres, Luis y RUÍZ Castañeda, Ma. Del Carmen: El Periodismo en México, 500 años de Historia. EDAMEX, México, 1998.