La Plena Inmortal

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de Antonio Martorell

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Catálogo de la exhibición de los 75 grabados creados por Antonio Martorell.

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Para nosotros es un privilegio tener en su totalidad la exhibición La Plena Inmortal del maestro Antonio Martorell en nuestro Museo. Este evento marca el retorno a casa de nuestro querido Toño, quien siempre ha sido un colaborador incondicional.

A través de los 75 grabados en madera que componen esta colección se nos hace una invitación a observar la cotidianidad, las circunstancias sociales, los diferentes oficios, las figuras históricas y la brevedad de la vida y la muerte. Su fascinación por la tradición medieval y renacentista encarnada en La Danza de la Muerte del gran grabador alemán Hap Grieshaber, publicada a principios de los años sesenta, se ve plasmada en cada una de las piezas, así como la influencia de Hans Holbein, Lorenzo Homar, Tufiño y José Guadalupe Posada. Espero que disfruten de la exhibición, la cual, según nos dice Martorell es plena porque es nuestra música, la que gozamos bailando y cantando, y es inmortal porque solo la muerte lo es, puesto que todos los demás somos mortales.

Gracias por visitarnos.

Dennis Alicea, Ph.D.RectorUniversidad del Turabo

Mensaje del Rector

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Mensaje de la Directora

La Plena Inmortal de Antonio Martorell se exhibe en el MCEH JCN por primera vez en Puerto Rico en su totalidad, con los setenta y cinco grabados creados por el artista y realizados en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey; el Taller de la Playa en Ponce y en el Hostos Community College en el Bronx,Nueva York. Él utiliza mayormente la técnica de la xilografía, grabado en madera, y en ocasiones emplea la técnica de punta seca, al igual que técnicas mixtas y papeles pegados.

La instalación de los paneles octagonales la hace sobre diferentes soportes, que van desde octágonos adheridos a la pared, o colocados en el piso, y sobre los cuales se puede bailar. La obra tiene 33 paneles en forma octagonal y 42 en forma de diamante. En medio de la sala hay dos pilares en forma de cubos, colocados en posición vertical, y unidos en uno de sus lados. Completan la exhibición dos chiringas ancladas al techo, una en homenaje a Filiberto Ojeda Ríos y la otra, a sus maestros Lorenzo Homar y Rafael Tufiño. Ambos grabados también se repiten en paredes y en el piso de la instalación.

Las obras en exhibición constituyen un homenaje a la plena puertorriqueña y en especial al portfolio La Plena impreso en 1955, de los maestros Lorenzo Homar y Rafael Tufiño. La instalación, curada por el Profesor Humberto Figueroa, logra magistralmente que se deslicen los paneles sinuosamente sobre las paredes, y las chiringas en el techo evocando

el ritmo contagioso de la plena. Los octágonos empleados se agrupan en números de uno, tres, cuatro y cinco, evocando el ritmo de los tambores en la plena.

En La Plena Inmortal se representa Martorell entre los grandes maestros de la historia del arte que han sido influyentes en su obra y a los cuales les rinde homenaje. Ellos son: José G. Posada, Rembrandt van Rijn, Henry de Toulouse-Lautrec, Lorenzo Homar, Rafael Tufiño, Hans Holbein, el joven, Pablo Picasso, Frida Kahlo, Jean A, Ingres, Utagawa Hiroshigue y Vincent Van Gogh. Además, rinde homenaje a figuras históricas como Filiberto Ojeda Ríos, Eugenio M. De Hostos; y a artistas cinematográficos como Humphrey Bogart, María Félix, Gilberto Monroig, Jean Avril y a personajes como el policía, el embalsamador, la Justicia y el banquero entre otros.

A todos la muerte se los llevará, pero antes de que ese día llegue Antonio Martorell baila la Plena con todos ellos y su obra ya es inmortal como la de las grandes figuras que él ha representado en su magistral instalación.

Carmen T Ruiz de Fischler Ph.D.DirectoraMuseo y Centro de Estudios HumanísticosDra. Josefina Camacho de la Nuez

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Las instituciones se cuajan por efecto de la tradición, entre otras variables de peso. En su persistente aunque veleidosa presencia prefiguran su caricatura, anticipan su propia muerte y siempre proclaman el terror a la nada. Ese estado de cosas impele a la meditación para crear espacios entre las proclamas que afirman las categorías institucionales y las preguntas que les lanza el reto. En este caso, la aventura de la creación es danza macabra que permite explorar nuevos territorios con los viejos mapas, examinar lo evidente anticipando lo escondido, y sobre todo, bordear la tenue frontera entre lo bello y lo tenebroso. La creación es entonces anticipo que imparte aliento, por asentir y retar.

Martorell ha recreado la Danza macabra de sus maestros de otros tiempos (Homar y Tufiño), y de otras latitudes (Holbein y Posada). Esta danza, sin embargo, trenza la historia del arte- sus más estelares personajes – en dos de los más nobles medios de la estampación: la xilografía, la punta seca (el grabado que resulta de la incisión en la madera y del surco en la plancha de cobre, respectivamente), y la innovación del collage (la adherencia de medios y soportes unos con los otros para crear nuevas superficies y espacios plásticos) con la nota que marca el origen popular:

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ritmo y autoctonía. En esta muestra el creador no se olvida de las cimas obtenidas en las instalaciones, el performance y el arte público durante los últimos años. Recoge la plena que sus maestros hicieron propia en el portafolio Plenas, pero lo hace con diferentes énfasis. Primero debe constar que el verso es de su autoría, y que por ahora, no hay otra música en estas plenas que el movimiento que imparte la palabra y la imagen. Un nuevo ritual que no hace sino celebrar la vida, pero que es memento mori para levantar el tono, para dejar evidencia de esa otra cara de la muerte: la vida reflexiva. También una manera de ilustrarse a sí mismo luego de muchos años de ilustrar a los demás.

La plena de Martorell es inmortal por saber de ese humor que no es bilioso o resentido. Se trata de buscar la risa, de provocar la búsqueda de una respuesta tentativa, como en las adivinanzas que llevan a sorprendentes encuentros. Eso lo provoca las múl-tiples imágenes súper-impuestas: pa-limpsestos contemporáneos; caretas; transparencias; ruedas que parecen dar vuelta como lo hicieron en otros tiempos las picas de las fiestas patronales. Inacabables sugerencias y recovecos hacen inmortal este seudo mosaico con cariz de acertijo y rompecabezas.

Miremos por aquello de oír, de bailar o de fantasear algunos de sus versos sin música- por ahora- pero con el ritmo de la vida lúcida. El cirujano plástico nos deja el mensaje de su inútil destreza: “Tu batalla está perdida/ contra el tiempo no se puede/ corta, estira y alza pliegues/ que yo opero sin que duele”. La muerte se venga del insistente recogido del cutis para intentar hacerlo terso. Y así les advierte a los diversos personajes del mundo social actual, desde el humilde piragüero hasta el encumbrado Papa de Roma, desde la carne de cañón del soldado hasta el mascarero, desde el embalsamador hasta el chofer de taxi. Martorell, se advierte a sí mismo y a todos los que escriben sobre esta muerte tan demoledora: “Escribe tu testamento/que soy tu mejor lectora/te queda muy poco tiempo/ mientras bailamos ahora”.

Una inmortal danza de la muerte, plena de sugerencias sin lugar a dudas.

Antonio T. Díaz-Royo

Esta serie de grabados poligráficos se realizó en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, en el Taller de la Playa de Ponce y en Hostos Community College en el Bronx en Nueva York donde una edición de la misma está en exposición permanente y bajo cuyo auspicio y participación estudiantil se comenzó su producción.

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Si las circunstancias que generaron La Danza Macabra en el tardío medioevo y el temprano Renacimiento europeo eran sin duda mortales, no lo son menos las que agobian el tan globalizado mundo de nuestros días que amenazan en convertirlo en una larga noche final. Guerras, epidemias, fanatismos religiosos, cataclismos naturales, hambre y miseria, migraciones forzadas, racismos criminales e iniquidades tanto sociales como económicas son el duro y rancio pan nuestro de cada día.

Aquellos ejemplares grabados en madera de Hans Holbein, el joven, acompañados de versos en los cuales se invita a bailar y se emplaza a morir en un corte transversal y representativo de la sociedad de esos tiempos con el Papa a la cabeza seguido del Emperador, reyes, cardenales, arzobispos, doctores, duques, condes hasta llegar a los soldados, carpinteros, labriegos y el mismo artista creador de las imágenes recobran su original sentido transformado y amplificado en nuestros tiempos con el agravante de que los nuevos agentes de muerte son mayores y más eficaces puesto que incluyen bombas atómicas, armas bioquímicas además de drogas que garantizan inmediatos placeres

y muerte promovidos por el lucro indiscriminado y la irresponsabilidad social.

No nos debe sorprender entonces que partiendo de esta arcaica tradición que junto al catecismo y las barajas es de las primeras expresiones de la gráfica impresa europea unida a la herencia cercana del primer portafolios linográfico en las artes puertorriqueñas elaboradas por mis maestros Lorenzo Homar y Rafael Tufiño titulado La Plena sumado a mi larga estadía en México y exposición a la obra de José Guadalupe Posada, decidiera acometer La Plena Inmortal.

Esta serie de grabados en madera de formato octagonal impresos en diversos papeles pegados sobre plástico con versos integrados a los mismos siguiendo el patrón de versificación métrica propia de la plena, el octosílabo, retratan el panorama actual tan puertorriqueño como caribeño y universal que incluye personajes tan del pasado como del presente (el Papa), del país (el piragüero) y de los Estados Unidos (el presidente), de las artes (el mascarero), de las profesiones (la jueza) y de las armas (el soldado), en fin, un kaleidoscopio tan mortal como colorido, tan retórico como crítico.

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Octágonos de 46” de diámetro unidos por diamantes de 19” de alto con retratos de artistas visuales y sus modelos en los cuales se desnuda la vida o se viste la muerte incluyendo el cine, una historia del arte universal realizada en grabado en punta seca sobre cobre impresos en diversos papeles pegados al plástico configuran frisos, zócalos, pisos, se elevan en chiringas rodeando al espectador en una danza de formas y colores invitando a bailar la vida apuntando con humor a los males mortales que nos aquejan, los de nuestra propia autoría y la ajena.

Plena inmortal porque quien canta o invita a bailar es la muerte y nosotros los mortales bailamos al son que ella nos toca y cuando nos toque también. Ella es inmortal, nosotros mortales, pero mientras tanto, bailemos.

Antonio MartorellPlaya de Ponce, Puerto Rico2009

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La plena inmortal de Antonio Martorell es una instalación grafica de dimensiones variables. La instalación de ambientación total se inspira formalmente en el sistema de ordenamiento de azulejos y mosaicos; en sus contrastes y repeticiones queda una composición caleidoscópica. La plena inmortal como ensayo gráfico trata sobre la brevedad de la vida y la muerte, ese antiguo asunto que ha sido motivo para la reflexión filosófica y que se ha abordado de tantas formas ideológicas y artísticas. En este trabajo plástico el artista suma su interpretación a la de tantos artistas de la música y el arte en Puerto Rico. Además Martorell se remite en un cruce interdisciplinario consciente de los trabajos emprendidos con este tema desde el Renacimiento hasta nuestros días. La danza de la muerte, y la visita de la muerte a los principales protagonistas de la sociedad han sido motivos para que el artista acuda a un registro grafico que es parte de su repertorio formal. La obra responde en línea estilística con sus Paper dolls, y el Velorio, dos portafolios realizados por el artista hace unos cuarenta años. La plena inmortal es a manera de una suma que le permite al artista volver a este asunto interpretando sobre ello desde su admiración por la estética folclórica y popular

vivida en México y en sintonía con el guaracheo y el salpafuera del Caribe. La producción de este complejo proyecto artístico facilita el juego con papeles de elaboración artesanal e industrial que sirven de soporte a las imágenes impresas de las matrices xilográficas trabajadas sobre panel de madera. Desde los altos contrastes de formas hasta la incorporación de composiciones en ritmo de plena, la letra es filigrana bordada y enrevesada. Los altos contrastes de color de papeles de seda, comúnmente utilizados para envolver regalos y hacer chiringas, visten y son fondos para las figuras de los personajes de la sociedad contemporánea. Las plenas son cada una en sí, un retrato de esa lucha entre la voluntad de vida y la muerte que acecha. En estas plenas martorellianas la muerte es una impertinente que se asoma a la menor provocación, visita al Papa, al taxista, al cirujano plástico, a la predicadora, a la top model igual que al policía, el bombero, el juez, y el embalsamador. En fin, la muerte persigue a toda una comparsa que representa nuestros estilos de vida en estos tiempos.

En tono de sátira Martorell, desde su registro visual, afirma la tradición de crítica social de maestros vinculados con este lenguaje y medio de

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expresión. En ese sentido les rinde homenaje a José Guadalupe Posada y a Lorenzo Homar, entre otros referentes del arte occidental como Goya, Hogarth y Daumier.

La muerte es eje en este ensayo, que a manera de un peliculón le permite a esta diva siniestra saltar de encuadre a encuadre como un avispón negro, travestida de belleza fashionista. Esa indeseada anoréxica recluta y embauca con su danza de siete velos, hace un cruce veloz transversal y apunta en su lista fatal a los principales actores de la comunidad. Ni se salvan los artistas empezando por el autor de este vistoso proyecto. El autorretrato de Martorell lo multiplica para el espanto de su audiencia. Con uno basta. Pero no teman, es su reflejo en el azogue oxidado del espejo.

Rafael Tufiño y Lorenzo Homar compar-ten una plena sujetando la gubia que le permite a la muerte vestida de baile de plena, danzar en la punta metálica. En ese revoloteo de falda la muerte semeja una flor que intoxica con su fragancia mortal a esos pilares de la plástica nacional.

El maestro José Guadalupe Posada es una plena que lo retrata en su mesa de trabajo. Así rasgando con su buril

y estilete surcos que luego entintados permitirán la impresión de estampas alusivas a un justo reclamo de justicia para su pueblo. Entre esos gritos gráficos de Posada se incluyen otros dedicados a las fiestas de los muertos entre escenas de costumbres populares y del folclore.

Como Posada, el artista de La plena inmortal retrata la muerte para despistarla y detenerla enredada en su imagen repetida en estos cuadros gráficos. La muerte, vanidosa y nar-cisista se recrea en si misma y frente al arte de Martorell se divierte y así pospone su tarea de recoger sus frutos arrasando con los vivos.

Desde el éter Carlos Raquel Rivera sonríe y vocifera: gracias Martorell por distraer a esa voluptuosa hechicera, que en este plano no hay espacio para tanta bullanguería criolla.

Humberto FigueroaEspecialista en artePonce, Puerto Rico

Gloria Swanson

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14Los Maestros

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El Banquero

El Cenador

Greta Garbo María Félix

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“Figura masculina” de Ingres Rodolfo Valentino

El Artista

El Embalsamador

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17La Top Model

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18El Mascarero

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Autorretrato “Figura femenina” de Ingres

El Grabador

El Piraguero

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“El pan nuestro” de Frade Escultura Africana

El Papa

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21El Presidente

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22Hostos

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Goya Van Gogh

Posada

La Predicadora

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Humphrey Bogart

Jane Avril de Toulouse LautrecToulouse Lautrec

Napoleón

Monalisa de Da Vinci

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25El Disc Jockey

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26Maelo

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Colaboradores:Robin AliceaRamón ColónHumberto FigueroaEric LluchJosé MenéndezJuan Carlos Menéndez RuizJuan Fernando MoralesMilton Ramírez MalavéJavier SantosBaruch Vergara

Marina Rivón/Maremar, Inc.Diseño y producción del catálogo,fotografías generales de la salaJohn BetancourtFotografía de las obras

Agradecimientos: Dr. Dennis AliceaRector Universidad del TuraboIris N. Serrano PagánDirectora de Relaciones Públicas

Dra. Carmen T. Ruiz de FischlerDirectora Museo y Centro de Estudios Humanísticos Dra. Josefina Camacho de la NuezIvette Guzmán VegaDirectora AuxiliarDamarys Delgado Rosario Coordinadora de Servicios AdministrativosDra. Lillian M. Lara FonsecaCoordinadora del Programa EducativoAnna Astor BlancoRegistradora

Junta Asesora:Dr. Dennis AliceaJosé E. Hernández CastrodadDra. Myrna CasasQuintín RiveraAntonio Roig FerréPablo Marcano GarcíaZulma SantiagoArq. Jaime SuarezJohn RegisIng. Frankie VázquezArq. Héctor RiveraMaría Elena Perales

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Trompetista - Filiberto

Info 787.743.7979 ext 4121 www.museo.ut.pr

Carretera 189, Km. 3.3, Gurabo, PRSalida #4 en la Carretera PR-30