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La perla del PacíficoCiudad portuaria, atractiva, colorida y muy pintoresca.Además está rodeada de cerros y de un inmenso marque es su principal fuente de vida. Se dice queValparaíso es una ciudad bendecida y todo lo que en ellahabita, confirma tal apreciación. Fue el primer puertocomercial del país, y por su importancia fue declaradaPatrimonio Cultural de la Humanidad.

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VALPARAÍSO, UNO DE LOS DESTINOSMÁS VISITADOS DE CHILE

Capitanía del Puerto, la estación delferrocarril. Los espacios públicosque pueden visitarse son varios,pero entre ellos se destaca la PlazaVictoria, con su fuente principal ysus esculturas.El Museo de Historia Natural, de-clarado desde 1979 MonumentoNacional, es una opción interesan-te para conocer sobre ciencias na-turales y arqueología así como el pa-trimonio histórico. Otros museos

son el de Bellas Artes, el Naval yMarítimo y la Galería Municipal deArte.Valparaíso tiene mar, tiene histo-ria, tiene cerros. Tiene calles que sedesarrollan siguiendo la inclina-ción de las colinas. Escaleras, ca-llejones, funiculares y ascensoresque son parte del paisaje e invitana subir a la cima para reclamar el re-galo de una vista panorámicas de laciudad. Los ascensores son un re-

Valparaíso está a sólo 112 kiló-metros de Santiago de Chile,ciudad capital del país tra-

sandino y tiene la dinámica de unaciudad portuaria. Es, también, uncentro industrial muy importantepara el país, además de ser la sededel Poder Legislativo, ya que desde1990 el Congreso Nacional sesionaen esta ciudad.El mar es parte de Valparaíso y leimpone su ritmo. La otra parte dela identidad la aportan los cerrosque la abrazan, la contienen y la pro-tegen como si se tratara de una mu-ralla. Fue el primer puerto comer-cial del país, y por su importanciafue declarada Patrimonio Culturalde la Humanidad.En el tour por la ciudad el recono-cimiento de los edificios principaleses un clásico. Además del Congre-so, se encuentra la Catedral, laIglesia Matriz, el Club Naval, las ins-tituciones portuarias, la Aduana, la

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curso principal para movilizarsehacia las alturas. Se contabilizanunos 15 en toda la ciudad.Las casas coloridas pueblan los ce-rros de un modo caprichoso. Se en-tremezclan en ajustadas dimensio-nes con sus estilos diversos, su rai-gambre heredada de tradicionesfamiliares, y la influencia de los in-migrantes. Las callejuelas abren elpaso para colarse entre la profun-didad de los caseríos.

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Isla Negra, el refugio de NerudaLas olas incesantes atrajeron al poeta Pablo Neruda,premio Nobel de Literatura, que instaló frente a esepaisaje su casa más famosa, que habitó la zona desde ladécada del ’40. Basta caminar unos pocos metros desdela ruta por ondulantes calles de tierra rodeadas de pinospara que encontrar la enorme casa museo, hoyperteneciente a la Fundación Neruda. En sus más de 500 metros cuadrados habitan losdiferentes objetos que el poeta coleccionó a lo largo desu vida: mascarones de proa, máscaras de diversasformas y procedencias, botellas, fotografías, cajas deextraños insectos y mariposas, alfarería deLatinoamérica, figuras talladas de Rapa Nui, relojes,instrumentos de navegación, mapamundis y caracoles detodos los tamaños.En el jardín de la casa se encuentra un campanario, unbote, una fuente de agua y también las tumbas de Pablo

Neruda y Matilde Urrutia, su última mujer, que miranhacia el mar.El espíritu del poeta, fallecido poco después del golpe deEstado en 1973, sigue siendo un ícono vivo en estepueblo. Se pueden ver allí murales con la figura deNeftalí Reyes (tal su verdadero nombre), visitar pequeñasferias de artesanos o comer en restaurantes que honrancon el título de sus principales versos, los platos de unagastronomía basada en frutos de mar.Isla Negra tiene una pequeña playa con vista alcampanario de la casa de Neruda. En las cercanías, porel norte, se encuentra un enorme conjunto de rocasfrente a un Océano Pacífico de grandes olas. Es el sectordenominado Punta de Tralca, afamado por ser elpreferido para los retiros espirituales. Al extremo sur seubica el popular balneario de El Tabo, con serviciosbancarios y de combustible todo el año.

EN LAS ALTURAS El Cerro Concepción es uno de losmás característicos. Las construc-ciones que lo pueblan tienen ca-racterísticas arquitectónicas quellaman la atención. El sello de la im-pronta alemana e inglesa de prin-cipios del siglo XIX puede adivi-narse en las fachadas de las casas.Algunas iglesias luteranas y angli-canas, refuerzan la influencia mi-gratoria. En este cerro se puede vi-sitar el Paseo Atkinson donde se si-túa uno de los puntos panorámicosdel puerto y la bahía. Desde allí, un

ascensor conduce al Paseo Gerva-soni donde además de un miradorse encuentran mansiones elegantesy delicados cafés.El sello de la influencia traída porlos inmigrantes también puede ad-vertirse en las coloridas residenciasque se distribuyen en el Cerro Ale-gre. Es uno de los más turísticos ycuenta con una variada infraes-tructura para recibir a los visitantes.La Casa Museo La Sebastiana es

uno de los sitios más típicos deValparaíso. La casona fue uno de losrefugios del poeta Pablo Neruda,Premio Nobel de Literatura chile-no. La residencia, que se ubica en elCerro Florida, guarda algunos re-cuerdos y testimonios del escritorque se distribuye en cinco pisos.También funciona como un centrocultural donde se realizan exposi-ciones, talleres y conferencias.

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Ida y vuelta Aterrizar en Santiago de

Chile, ciudad enclavada a lospies de la Cordillera de LosAndes y surcada por el ríoMapocho, es hacer pie en unimportante y moderno centrode negocio, hoteles yrestaurantes de primer nivel,pero en sus calles y barriosconvive la identidad chilenaarraigada en sus profundastradiciones. Santiago es también es elpunto de partida para viajar aValparaíso y Viña del Mar.Quienes elijan recorrer lacosta de la región deValparaíso, instalarse enSantiago se vuelve unaopción viable porque lasdistancias lo permiten: tantoel denominado Litoral de los

Poetas, donde se encuentraIsla Negra, con el atractivode la casa de Pablo Neruda,o las ciudades de Valparaíso

y Viña del Mar, e incluso laplaya de Reñaca no estánmás allá de los 140kilómetros. Y si el tránsito lopermite, en una hora y mediase llega.

otras actividades se pueden realizarcaminatas, paseos en bicicleta ypesca recreativa.Valparaíso es inagotable para los

sentidos. Es un festival de coloresque estallan entre las callejuelas ylos cerros. Un intrincado laberintoque se combina con un mar inten-so. La llaman la Perla del Pacífico,y por eso mismo resplandece.<

Entre los miradores se destaca eldel Paseo 21 de Mayo es uno de losmás atractivos y la postal de la Ba-hía es una de las más fotografiadas.Mientras que otras de las vistasmás buscadas se obtienen desde elPaseo Muelle Barón, que conecta laciudad con la costanera y se con-virtió en un lugar elegido para des-cansar y pasar un buen momento.Todo el movimiento y actividadportuaria se puede apreciar desde elMuelle Prat.En el Cerro Bellavista sorprende alturista el museo a cielo abierto quepermite descubrir murales de des-tacados artistas y grafitis callejeros.Entre el caserío, el colorido de lasobras es como un tesoro abierto a lacomunidad para que todos puedandisfrutarlos.El Mercado Cardonal concentra laintensidad de la actividad cotidiana.

Allí se comercializan frutas, verdu-ras, quesos y también se pueden de-gustar platos típicos, pero si la ideaes probar la gastronomía a orillasdel mar, hay que visitar Caleta Por-tales, un paseo que reúne a turistas,pescadores y lugareños. A 18 kilómetros de Valparaíso,está ubicada la Playa Laguna Ver-de, un espacio ideal para disfrutardel mar y la arena. La eligen parapasar su estadía tanto los poblado-res locales como los turistas y entre

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