La Paz y El Diálogo Social

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LA PAZ Y EL DIÁLOGO SOCIAL Podríamos convenir que la paz es el anhelo más profundo del ser humano. Todos deseamos la paz, todos queremos vivir en paz. Pero podemos preguntarnos: ¿qué es la paz?, ¿en qué consiste esa paz que anhelamos? El Papa Pablo VI en su Carta encíclica Populorum progressio señalaba: “La paz no se reduce a una ausencia de guerra, fruto del equilibrio siempre precario de las fuerzas. La paz se construye día a día, en la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los hombres” i . Aquí tenemos un primer elemento para entender lo que es la paz: la justicia. Por tanto, podemos afirmar que no hay paz verdadera sin justicia. Siguiendo este razonamiento diremos que no hay justicia sin igualdad entre los seres humanos y un mundo que permita el desarrollo integral de todos. Hacemos un breve paréntesis para mirar la vida de nuestro santo fundador y descubrir que él mismo se ocupó mucho en fomentar la unidad social de las personas de su tiempo. Uno de sus primeros apostolados de San Vicente Pallotti en el campo educativo fue cuando en el año 1819, todavía muy joven, comenzó a trabajar en una escuela nocturna y luego fundó algunas más junto a otras para artesanos, porque él entendía, que esas escuelas conformaban la oportunidad de poder dar a los jóvenes analfabetos de Roma, una posibilidad real de enfrentarse mejor preparados al futuro incierto. El segundo elemento para entender lo que es la paz es: el diálogo. A tal modo que podemos también afirmar que no hay paz verdadera sin diálogo. Y diálogo habrá en tanto y en cuanto cada uno de nosotros seamos capaces de mirar al prójimo como igual en dignidad. Ya en la época antigua, Sócrates creía que el diálogo era el camino para encontrar la verdad.

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Reflexión en torno a la propuesta del Papa Francisco

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LA PAZ Y EL DIÁLOGO SOCIAL

Podríamos convenir que la paz es el anhelo más profundo del ser humano. Todos deseamos la paz, todos queremos vivir en paz. Pero podemos preguntarnos: ¿qué es la paz?, ¿en qué consiste esa paz que anhelamos?

El Papa Pablo VI en su Carta encíclica Populorum progressio señalaba: “La paz no se reduce a una ausencia de guerra, fruto del equilibrio siempre precario de las fuerzas. La paz se construye día a día, en la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los hombres”i.

Aquí tenemos un primer elemento para entender lo que es la paz: la justicia. Por tanto, podemos afirmar que no hay paz verdadera sin justicia. Siguiendo este razonamiento diremos que no hay justicia sin igualdad entre los seres humanos y un mundo que permita el desarrollo integral de todos.

Hacemos un breve paréntesis para mirar la vida de nuestro santo fundador y descubrir que él mismo se ocupó mucho en fomentar la unidad social de las personas de su tiempo. Uno de sus primeros apostolados de San Vicente Pallotti en el campo educativo fue cuando en el año 1819, todavía muy joven, comenzó a trabajar en una escuela nocturna y luego fundó algunas más junto a otras para artesanos, porque él entendía, que esas escuelas conformaban la oportunidad de poder dar a los jóvenes analfabetos de Roma, una posibilidad real de enfrentarse mejor preparados al futuro incierto.

El segundo elemento para entender lo que es la paz es: el diálogo. A tal modo que podemos también afirmar que no hay paz verdadera sin diálogo. Y diálogo habrá en tanto y en cuanto cada uno de nosotros seamos capaces de mirar al prójimo como igual en dignidad. Ya en la época antigua, Sócrates creía que el diálogo era el camino para encontrar la verdad.

El diálogo nos permite ver que las diferencias enriquecen, no empobrecen ni conducen a la ruptura. El hecho de ser diferentes unos a otros, hace que todo diálogo sea una oportunidad de enriquecer, y de asumir que el otro es diferente.

Sin este segundo elemento bien presente no podremos cumplir con lo propio de nuestro carisma apostólico que nos dejó como legado Pallotti. El Santo Padre Francisco nos recuerda en la Exhortación Evangelii Gaudium que la evangelización implica un camino de diálogoii.

La persona, ante un problema no se interesa tanto en solucionarlo como poder comunicarlo, necesita compartirlo, eso lo aliviará. De este modo se hace necesaria la capacidad de empatía. Ponerse en el lugar del otro para descubrir el por qué de sus actitudes, necesidades. Al no conocer las diferencias en muchas ocasiones se pierde la

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oportunidad de entender, comprender, acompañar, y por sobre todo, interpretar el sentir del otro. Esto lo podemos trasladar fácilmente al ámbito de lo religioso. El cristiano y cualquier otra persona que profese o no profese fe alguna, no debe despreciar, ni burlar las creencias del otro por ser distintas a las propias.

Sucede a menudo que ciertos intelectuales e instruidos suelen estar a favor de la complementariedad y el diálogo, pero algunos pretenden ostentar un monopolio cognoscitivo que no dejaría lugar a las otras partes. Éste es un punto clave en el diálogo entre ciencia y fe. Se trata de evitar los distintos “imperialismos” que pretenden adjudicar el monopolio de la verdad a un enfoque particular, por importante o noble que sea, olvidando que existen diversos accesos a la verdad objetiva y que la búsqueda sincera de la verdad exige el respeto mutuo entre ellos.

Oración

Señor Jesús, nos enseñaste a amarnos profundamente, para que seamos felices en nuestra vida. Debemos comprender que cada situación de vida es una ocasión para amarnos, para brindarnos mutuamente, para buscar juntos la verdad, hasta en el modo en queremos construir, nuestra relación fraternal, sostenida por un amor que se manifiesta en nuestro diálogo. Ayúdanos, a ser maduros ante la diferencia de opiniones, queremos crecer de tu mano. Amén.

Para meditar

1. ¿En qué lugares y situaciones de la sociedad donde vivo descubro que falta la paz porque al mismo tiempo falta la justicia?2.- ¿Cómo es nuestro diálogo con los hermanos que profesan otra fe diferente a la nuestra? ¿Nos cerramos en nuestras posturas o buscamos alternativas?3.- Recordar algún momento en que nuestro diálogo nos condujo desde posturas distantes hacia nuevas alternativas positivas.4.- ¿Qué causas no favorecen el diálogo en temas religiosos?5.- Realizar un propósito para mejorar en nuestro diálogo familiar.

i Cf. Enc. POPULORUM PROGRESSIO, n° 76.ii Cf. EVANGELII GAUDIUM, n° 238