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III Congreso Latinoamericano de Historia Económica y XXIII Jornadas de Historia Económica Simposio 9: Políticas Petroleras en América (1945-2011) Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/ San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543 1 La participación de ARPEL en la integración latinoamericana del sector petrolero, 1965-2011. Susana Yazbek Universidad de Buenos Aires [email protected] Introducción América Latina intentó la integración regional en diversos planos con resultados dispares, de todos ellos la única organización institucional creada específicamente para el sector petrolero fue ARPEL. La misma surgió en 1965 cuando varias empresas petroleras estatales de América Latina decidieron constituir una asociación de asistencia recíproca con el objeto de defender y fomentar sus intereses y que, además, propiciara el desarrollo de la industria petrolera latinoamericana por medio de acciones estratégicas comunes. Así nació ARPEL -Asistencia Recíproca Petrolera Estatal Latinoamericana-. En la década de 1990 efectuó profundas transformaciones que permitieron el ingreso de empresas privadas, lo que determinó, entre otras cosas, cambios en su denominación aunque mantuvo las mismas siglas: en 1993 pasó a llamarse Asistencia Recíproca Petrolera Empresarial Latinoamericana y en 1998 adoptó el de Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas Natural en Latinoamérica y el Caribe. Actualmente, y desde 2011, su nombre es el de Asociación Regional de Empresas de Petróleo, Gas y Biocombustibles en Latinoamérica y el Caribe. Para comprender este proceso recurriremos a la propuesta metodológica que hacen Emanuel Adler y Peter Hass dado que permitirá estudiar el papel de las ideas -a partir del concepto de comunidades espistémicas- en el marco de la Teoría de las Relaciones Internacionales. Dicho concepto hace referencia a los expertos que, por su prestigio y conocimiento sobre un tema, inciden y promueven la toma de decisiones políticas; en palabras de Adler y Hass: “una comunidad epistémica no tiene por qué ser grande para tener un impacto sobre la coordinación internacional de las políticas. […] Lo que importa es que los miembros sean actores respetados en sus propias disciplinas y tengan capacidad de influir sobre aquellos que la integran; pero también la capacidad de extender su influencia directa o indirecta con un patrón siempre expansivo, alcanzando eventualmente a actores fundamentales del proceso de coordinación de las políticas” 1 . 1 Adler, Emanuel y Hass, Peter (2009); p. 159.

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III Congreso Latinoamericano de Historia Económica y XXIII Jornadas de Historia Económica

Simposio 9: Políticas Petroleras en América

(1945-2011)

Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/

San Carlos de Bariloche, 23 al 27 de Octubre de 2012 - ISSN 1853-2543

1

La participación de ARPEL en la integración latinoamericana del sector

petrolero, 1965-2011.

Susana Yazbek

Universidad de Buenos Aires

[email protected]

Introducción

América Latina intentó la integración regional en diversos planos con resultados

dispares, de todos ellos la única organización institucional creada específicamente para el

sector petrolero fue ARPEL. La misma surgió en 1965 cuando varias empresas petroleras

estatales de América Latina decidieron constituir una asociación de asistencia recíproca con el

objeto de defender y fomentar sus intereses y que, además, propiciara el desarrollo de la

industria petrolera latinoamericana por medio de acciones estratégicas comunes. Así nació

ARPEL -Asistencia Recíproca Petrolera Estatal Latinoamericana-. En la década de 1990

efectuó profundas transformaciones que permitieron el ingreso de empresas privadas, lo que

determinó, entre otras cosas, cambios en su denominación aunque mantuvo las mismas siglas:

en 1993 pasó a llamarse Asistencia Recíproca Petrolera Empresarial Latinoamericana y en

1998 adoptó el de Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas Natural en

Latinoamérica y el Caribe. Actualmente, y desde 2011, su nombre es el de Asociación

Regional de Empresas de Petróleo, Gas y Biocombustibles en Latinoamérica y el Caribe.

Para comprender este proceso recurriremos a la propuesta metodológica que hacen

Emanuel Adler y Peter Hass dado que permitirá estudiar el papel de las ideas -a partir del

concepto de comunidades espistémicas- en el marco de la Teoría de las Relaciones

Internacionales. Dicho concepto hace referencia a los expertos que, por su prestigio y

conocimiento sobre un tema, inciden y promueven la toma de decisiones políticas; en palabras

de Adler y Hass: “una comunidad epistémica no tiene por qué ser grande para tener un

impacto sobre la coordinación internacional de las políticas. […] Lo que importa es que los

miembros sean actores respetados en sus propias disciplinas y tengan capacidad de influir

sobre aquellos que la integran; pero también la capacidad de extender su influencia directa o

indirecta con un patrón siempre expansivo, alcanzando eventualmente a actores

fundamentales del proceso de coordinación de las políticas”1.

1 Adler, Emanuel y Hass, Peter (2009); p. 159.

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Ambos autores proponen estudiar de modo empírico “las ideas de las comunidades

epistémicas y su impacto en las políticas concretas”2 teniendo en cuenta que una vez que se

comparten a nivel internacional las expectativas y valores inyectados en el proceso político

por las comunidades epistémicas, éstas ayudan a coordinar o estructurar las relaciones

internacionales. “Este proceso de evolución de las políticas presenta cuatro pasos principales:

innovación de las políticas, difusión, selección y persistencia”3.

Por innovación de las políticas se entiende la influencia que ejercen en la renovación

de las políticas alrededor de un asunto, definen los intereses y fijan los criterios, no sólo a

través de su capacidad para formular cuestiones y definir los intereses estatales, sino también

por su influencia para fijar estándares y desarrollar las regulaciones. La difusión está

vinculada a los procesos de comunicación y socialización internacional que ayudan a

promover y que actúan como canal a través del cual se extienden a escala internacional; a

largo plazo, la institucionalización de su influencia se produce a través de la socialización que

es especialmente importante para la coordinación internacional de las políticas. Sus miembros

difunden sus consejos sobre políticas concretas a nivel transnacional mediante

comunicaciones con colegas de cuerpos científicos y otras organizaciones internacionales en

conferencias, publicaciones y otros métodos de intercambio de enseñanzas e información. La

selección está relacionada con los actores encargados de la toma de decisiones y su relación

con la comunidad epistémica que puede ayudar a los actores encargados de ponerlas en

marcha a formular, definir, promover y desarrollar en forma concreta dichas políticas por

medio de la definición de los temas de interés. La persistencia de las políticas se refiere al

tiempo que mantiene su influencia; las crisis económicas, políticas y de otro tipo también

tienen efecto sobre su autoridad e influencia porque puede llevar a los actores encargados de

tomar decisiones a buscar el consejo de nuevos grupos de expertos4.

Dado que las comunidades epistémicas han tenido una importante labor en la

configuración de la idea de unidad latinoamericana, el propósito de esta ponencia será

analizar la participación de ARPEL en la integración del sector petrolero en América Latina

por medio del estudio de sus políticas de innovación, difusión, selección y persistencia entre

1965 y 2011. Así podremos conocer el impacto de sus ideas en la coordinación y

estructuración de las relaciones internacionales en torno a la actividad de los hidrocarburos en

2 Adler, E. y Hass, P. (2009); p. 147.

3 Adler, E. y Hass, P. (2009); p. 151.

4 Adler, E. y Hass, P. (2009); pp. 152-164.

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la región. Focalizaremos nuestra atención en las políticas de innovación, difusión y selección

de ARPEL. En este estudio se trabajarán como fuentes principales con las diversas

publicaciones de ARPEL.

Inicialmente expondremos cuáles fueron las políticas de innovación de la Asociación a

partir de la enunciación de sus intereses y propósitos a alcanzar. Luego nos ocuparemos de

sus políticas de difusión considerando cómo fue su organización institucional y la del área

científica y tecnológica, y cuáles fueron sus medios de socialización y de comunicación

utilizados. A continuación, en la selección de sus políticas tendremos en cuenta qué temas

fueron de su interés, y en la persistencia de sus políticas cuáles fueron las condiciones del

sector petrolero en la región y sus cambios. Finalmente, evaluaremos si las políticas concretas

-de innovación, difusión, selección y persistencia- implementadas por ARPEL en el plano de

las relaciones internacionales de la región permitieron la integración del sector petrolero en

América Latina.

ARPEL

Políticas de Innovación

Para contextualizar el escenario regional existente en la renovación de las políticas en

materia de hidrocarburos es preciso reseñar que a comienzos de 1960 había concluido el

proceso fundacional de la mayoría de las empresas petroleras estatales en América Latina:

Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) de Argentina fue fundada en 1921; la

Administración Nacional de Combustibles Alcohol y Portland (ANCAP) de Uruguay fue

creada en 1931; Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) nació en 1936; lo

propio hizo el gobierno peruano en 1934 con la Empresa Petrolera Fiscal (EPF); Petróleos

Mexicanos (PEMEX) fue fundada en 1938; la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) de

Chile en 1950; la Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL) comenzó a operar en

1951; Petróleo Brasileiro S.A (PETROBRAS) se creó en 1953; la Corporación Venezolana de

Petróleo (CVP) se fundó en la década de 1940 y de ella emergió Petróleos de Venezuela S.A.

(PDVSA) en 1975. Existía entonces en la región una preponderancia de las empresas

petroleras de neto cuño estatal, que al influjo de una fuerte concepción nacionalista en materia

energética, se expandió gradualmente a partir de la década de 1960 a la región del Caribe y a

América Central. A comienzos de esa década en América Latina se producía el 20% del

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petróleo del mundo, y el 75% de la producción regional correspondía a Venezuela5. En ese

contexto, y con el fin de cristalizar estrategias que defendieran los intereses comunes de la

industria petrolera del área, se organizó un encuentro bajo el impulso del Ministro de Minas e

Hidrocarburos venezolano y Presidente del Consejo Directivo de la Corporación Venezolana

de Petróleo (CVP), Juan Pablo Pérez Alfonzo, que también participó activamente en la

conformación de la OPEP, que se hizo efectiva el 13 septiembre de 1960.

En junio de 1961 se reunieron en la ciudad venezolana de Maracay los representantes

de las empresas petroleras estatales de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, México, Perú,

Uruguay y Venezuela con el propósito de aunar ideas tendientes a posibilitar la creación de un

organismo que las agrupara. Así, se constituyó la Primera Conferencia de Empresas Petroleras

Estatales Latinoamericanas, denominada I CEPEL, donde se recomendó como objetivos que:

“- Las empresas petroleras estatales tendrán por finalidad principal el bienestar y el desarrollo

económico de sus países en cuanto ello se relaciona con la explotación de sus hidrocarburos. A

su acción industrial y comercial sumarán las de fomento, expansión y diversificación de la

industria nacional. La expansión petrolera es un instrumento para incrementar los ingresos per

capita y el progreso social.

- Las empresas petroleras estatales deberán asegurar el abastecimiento del mercado interno de

los hidrocarburos. En los países donde el Estado no tiene control absoluto de ese mercado las

empresas petroleras estatales deberán construir un medio regulador del mismo.

- Las empresas petroleras estatales de los países exportadores de hidrocarburos deberán

contribuir al normal desenvolvimiento de los mercados externos”6.

A su vez, postulaba como medios lo siguiente:

“- Las empresas petroleras estatales seguirán la política económica que les fijen los gobiernos

de sus respectivos países.

- Las empresas petroleras estatales deberán, en lo posible, desarrollarse por sus propios medios,

sin constituir una carga para el Tesoro Nacional.

- Cuando el Estado intervenga en la fijación de precios del petróleo crudo y/o sus derivados

deberá contemplar entre otros, el doble propósito de beneficiar al consumidor y permitir el

autofinanciamiento de industria petrolera de cada país.

- Las formas de control gubernamental sobre las empresas petroleras estatales deberán asegurar

la flexibilidad industrial, comercial, administrativa y financiera en dichas empresas, de modo tal

que no se produzcan entorpecimientos en el desarrollo normal de sus actividades. […]

5 ARPEL (2005); p. 15.

6 ARPEL (1990); pp. 5-6.

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- Las empresas petroleras estatales deberán tender a constituirse en empresas integradas, esto es,

contar con medios propios de exploración, extracción, industrialización, transporte y

comercialización de hidrocarburos y derivados. No obstante, las empresas petroleras estatales

podrán contratar obras y servicios con personas o entidades privadas que trabajen para ellas y,

cuando así resultare conveniente, realizar otros acuerdos permitidos por las leyes de cada país.

[…]

- Las empresas petroleras estatales establecerán y mantendrán un intercambio periódico de

informaciones de interés común para la actividad de las respectivas empresas, como de su

personal”7.

Hubo que esperar a 1964 para que se produjeran nuevos encuentros. La II CEPEL se

llevó a cabo en Buenos Aires, bajo los auspicios de YPF, en octubre de ese año, y contó con

la presencia de representantes de las ocho empresas estatales que habían concurrido a la

Conferencia de Maracay y asistieron como “invitados especiales” delegaciones de la

Comisión Económica para la América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL), de la

Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), el representante de la petrolera

estatal ENAP de Chile y otro de la República de Paraguay. Esta última todavía no contaba

con una empresa petrolera estatal pero tenía interés en posibles acuerdos de complementación

petrolera, especialmente con los países vecinos. Las actividades se articularon en torno a

cuatro temas básicos: a) Intercambio de excedentes de petróleo crudo y/o productos

elaborados, aprovechamiento de los medios de transporte y utilización de la capacidad de

elaboración disponible. b) Intercambio de información técnica especializada en las distintas

actividades de la industria petrolera, incluyendo la formación de personal, entrenamiento, etc.

c) Proyectos de planes de colaboración económico-financiera entre las empresas. d)

Formulación de planes para el desarrollo de complejos petroquímicos con sentido de

integración. En dicha reunión se advirtió que “uno de los errores de las políticas económicas

en Latinoamérica ha sido no realizar políticas regionales fuertes de conjunto”8. Este

diagnóstico llevó a que todos los participantes coincidieran en la necesidad de formular un

anteproyecto sobre la constitución de un organismo permanente debido a “que es de interés

común a todas las empresas petroleras estatales de América la adopción de un sistema de

asistencia mutua y recíproca, como un medio para alcanzar sus objetivos”9.

7 ARPEL (1990); pp. 6-7.

8 ARPEL (1990); p. 7.

9 ARPEL (1990); p. 10.

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Una nueva reunión organizativa se desarrolló entre fines de enero y principios de

febrero de 1965 en Lima. Allí se sentaron las bases de su Estatuto y se acordó la creación de

la Secretaría General del organismo cuya finalidad principal sería velar por el cumplimiento

de las bases estatutarias y reglamentos, y la ejecución de los acuerdos y recomendaciones de

las Asambleas.

Finalmente, los representantes de las petroleras latinoamericanas ANCAP, CVP,

ECOPETROL, ENAP, EPF, PETROBRAS, YPF e YPFB se reunieron en la III CEPEL, que

se celebró entre el 27 de septiembre y el 2 de octubre de 1965 en Río de Janeiro. Allí, el 2 de

octubre de 1965 se aprobó la constitución de la nueva institución denominada Asistencia

Recíproca Petrolera Estatal Latinoamericana (ARPEL), concretando así la firme voluntad

integradora expresada en la primera reunión de 1961. Asimismo se realizó la I Asamblea

Ordinaria en la que se fijaron las bases de la nueva organización en lo referente a objetivos,

miembros y estructura institucional para su funcionamiento. Sus objetivos eran los

siguientes:

“La Asociación tiene por objetivo estudiar y recomendar a sus miembros, acuerdos que le

proporcionen colaboración mutua en apoyo de sus intereses comunes, con vistas a la integración

económica y técnica latinoamericana. Para el cumplimiento de sus fines ARPEL debe:

1) Estimular entre sus miembros el intercambio de información y asistencia técnica.

2) Realizar estudios para facilitar: a) la cooperación con los organismos internacionales, b) la

expansión de la industria del petróleo en América Latina, c) la expansión de las industrias

latinoamericanas de equipos y materiales para las actividades petroleras, d) la conservación de

los recursos de hidrocarburos, e) la coordinación de programas de desarrollo entre sus

miembros, f) el desarrollo de transacciones comerciales entre sus miembros.

3) Promover la realización de congresos, conferencias y reuniones técnico-científicas, para el

estudio de asuntos de interés común”10

.

A partir de 1990 ARPEL realizó profundas reformas que cambiaron sustancialmente

sus características iniciales. El avance del proceso de globalización y la implementación de

medidas de tipo neoliberal en toda América Latina significaron la aplicación de diversas

medidas: reforma del Estado, aplicación de desregulaciones y privatizaciones, y libre flujo de

capitales que facilitó la llegada de capitales extranjeros sin restricciones de ningún tipo, entre

otras. En función de estos cambios ARPEL dispuso un replanteo de sus intereses y criterios

10

ARPEL, XV Asamblea Ordinaria, Montevideo, 1980, p. 1.

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“que se asentaban sobre los siguientes ejes temáticos: adecuación de estatutos para la inclusión

de todos los actores; desarrollo de temas y proyectos conjuntos que se ajustaran a la nueva

realidad e interés de la industria de la región; incremento del relacionamiento con instituciones

internacionales para el manejo de esos temas; reestructura de la Secretaría General con el fin de

dotarla de recursos que le permitieran trabajar en ese nuevo contexto. De esta manera, se marcó

la necesidad de desarrollar un nuevo Plan Estratégico para la Asociación”11

.

Así se liquidaba la concreción de sus objetivos iniciales basados en una asociación de

empresas petroleras estatales para dar paso a la incorporación de múltiples instituciones

privadas regionales y extrarregionales. Una muestra de estos cambios fue que 1993 ARPEL

sustituyó en su nombre la palabra “Estatal” por la de “Empresarial” y de esta manera pasó a

denominarse “Asistencia Recíproca Petrolera Empresarial Latinoamericana”. Para 1995 fue

más allá al anunciar que:

“ARPEL como Asociación de empresas petroleras y gasíferas en un entorno de cambio y

competitividad crecientes, proyecta constituirse en un centro interactivo que colabore en el

desarrollo de la industria petrolera latinoamericana a través de la interacción, trabajo conjunto,

participación y apoyo de todas las Empresas Miembro que operen en la región, cualquiera sea la

propiedad de su capital o su nacionalidad. […] Fomentar la cooperación entre las Empresas

Miembro para favorecer: la integración regional, el desarrollo empresario, el incremento de la

eficiencia de su gestión, la protección del medio ambiente, el progreso de la industria petrolera

latinoamericana, la expansión de los negocios, el ingreso de capitales a la región”12

.

De esta manera quedaba expuesta la nueva visión de la ARPEL como una

organización más orientada a los negocios y a la promoción petrolera de la región a través de

la interacción con empresas que operaran en el área, sin importar el origen de su capital, ya

fuera público o privado. Esta nueva situación se reflejó en un nuevo cambio del nombre de

ARPEL que en 1998 pasó a ser el de “Asociación Regional de Empresas de Petróleo y Gas

Natural en Latinoamérica y el Caribe”.

A respecto, el presidente del Directorio de ARPEL, Juan Bachiller, expresaba en 2005

que: “Los procesos de privatización y liberalización de los mercados producidos en la década

de los noventa, así como la llegada a la región de operadores exteriores, exigieron a la

Asociación adaptarse a la nueva situación […] con el objetivo de posibilitar la armonía

interna entre sus miembros, ya fueran éstos de capital público o privado. ARPEL quiso

11

ARPEL (2005); p. 34. 12

ARPEL (2005); p. 35.

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convertirse, por la voluntad unánime de sus miembros, en el foro regional y referencia

principal de la industria del petróleo y gas natural de América Latina y el Caribe, con el

propósito de contribuir a la integración energética regional, condición ésta imprescindible

para la consecución del crecimiento económico y el desarrollo social”13

. Es decir que ARPEL

en los años 40 años transcurridos desde su creación se fue adaptando a los cambios operados

en la región y fue abandonando los principios enunciados en sus orígenes y primeros años de

vida.

Nuevos cambios se produjeron en 2011 cuando se reformuló el Estatuto en el que se

determinó que ARPEL pasara a denominarse “Asociación Regional de Empresas de Petróleo,

Gas y Biocombustibles en Latinoamérica y el Caribe”. También se expusieron los nuevos

intereses de la Asociación al fijar en su artículo 4° que:

“La Asociación tiene como propósito principal el servir de: a) Vehículo de relacionamiento,

cooperación y asociación sinérgica entre sus Socios donde se promueva el diálogo y la

actuación conjunta con base a convergencia de intereses y criterios. b) Catalizador del

intercambio de conocimiento entre sus Socios y vehículo promotor del desarrollo e

implementación de mejores prácticas y soluciones que aseguren la mejora continua en el

desempeño operativo, ambiental, social y económico del sector. c) Foro de análisis y difusión

del progreso regional de la industria en desarrollo sostenible. d) Foro de análisis y difusión del

progreso regional en integración y seguridad energética. e) Vehículo de relacionamiento y

diálogo entre la industria y sus principales grupos de interés y órgano regional de representación

desde donde se promueva la armonización de políticas sectoriales que favorezcan el desarrollo

sostenible del sector. f) Medio regional de acción conjunta que ayude a mejorar la reputación de

la industria. g) Punto focal de información sobre las actividades de la industria en la Región. h)

Institución regional de apoyo que facilita el desarrollo de actividades sectoriales y la provisión

de servicios de capacitación, certificación y asistencia técnica requeridos por sus Socios”14

.

Políticas de Difusión

Para comprender los procesos de comunicación y socialización de ARPEL es

necesario explicitar tanto su organización institucional como científico-tecnológica porque fue

por medio de ellos que ARPEL promovió la integración y extendió sus vinculaciones con

instituciones y profesionales relacionados con el quehacer petrolero.

13

ARPEL (2005); p.12. 14

ARPEL, Informe Anual 2010-2011; p. 2.

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Estructura institucional y membresía:

Inicialmente ARPEL estuvo conformada por “empresas petroleras estatales” y el

Estatuto de 1965 fijaba las siguientes categorías de miembros: a) Fundadores, o sea, los que

suscribieron el Estatuto de constitución de la Asociación, b) Activos, con voz y voto, y c)

Afiliados, con voz pero sin voto. En tanto que establecía que su estructura institucional

estuviera conformada por la Asamblea y la Secretaría General, asistida por una Subsecretaría.

Se fijó como sede de la Secretaría General la ciudad de Lima, Perú, y desde 1967 se decidió

su traslado a la ciudad de Montevideo. El 4 de junio de 1968 el gobierno uruguayo dispuso

por Decreto Gubernamental N° 353 reconocerle el carácter de Organismo Internacional y,

como tal, otorgarle el status jurídico que determinaba sus privilegios e inmunidades.

Inicialmente la Asamblea, integrada por todos los miembros, fue la autoridad máxima

de ARPEL, y se reunía una vez por año, fijándose como sede rotativa el país de sus empresas

miembro. La Secretaría General, que dependía exclusivamente de la Asamblea, era el

organismo coordinador de las actividades de ARPEL y era asistido por un Subsecretario

General; ambos funcionarios eran elegidos por dos años y debían ser del plantel de sus

miembros asociados aunque no podían pertenecer a la misma empresa15

.

A partir de 1971 se sumó a la estructura institucional de ARPEL la Reunión a Nivel de

Coordinadores (RANCO) con el fin de asegurar una unidad de procedimientos y aplicar

mejores resultados entre las empresas miembro. Las RANCO se realizaban una vez al año, y

antes de que se reuniera la Asamblea, en la sede de la Secretaría General de ARPEL en

Montevideo donde se consideraban los temas a tratar. Sus integrantes -los Coordinadores-

eran designados por cada empresa miembro y se encargaban, además, del seguimiento de los

asuntos inherentes a ARPEL dentro de sus respectivas empresas.

Desde 1988 se agregaron las Reuniones de Alto Nivel Gerencial (RANGE) integradas

por los más altos responsables de las diversas áreas del quehacer petrolero. Eran convocadas

para orientar y apoyar a la Secretaría General en el desarrollo de los grandes proyectos de

integración aprobados por las Asambleas, lo que en muchos casos dio lugar a la creación de

Comités para el estudio de temas específicos.

En ese año también se iniciaron las Reuniones de Presidentes que eran encuentros

informales que se celebraban entre una y otra Asamblea, su objetivo era promover un mayor y

constante acercamiento entre las máximas jerarquías de las empresas miembro de ARPEL

15

ARPEL, XV Asamblea Ordinaria; pp. 2-3.

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para tratar asuntos de interés que facilitaran el apoyo mutuo, la asistencia recíproca o los

negocios.

Acompañando los cambios a nivel global, en 1990 ARPEL realizó una primera

reforma de su Estatuto que disponía en su artículo 6° que eran integrantes de la región

latinoamericana “los países soberanos e independientes situados desde México, inclusive,

hasta el sur del Continente, incluyendo el Caribe”16

. También modificó la clasificación de los

miembros: a) Activos, con voz y voto, que incluía a las empresas petroleras fundadoras y a

las que hubieran sido aceptadas por la Asamblea, y b) Afiliados, con voz pero sin voto, donde

quedaban incorporadas “las Empresas Petroleras Estatales extrarregionales pero

pertenecientes a países del Continente Americano, que sean aceptadas por la Asamblea”17

.

Por otra parte se dispuso su reorganización institucional al determinar que eran órganos de

ARPEL: la Asamblea, la Secretaría General y la Coordinación -que conservaba las mismas

atribuciones que las Reuniones de Coordinadores (RANCO) creadas en 1971-.

Para compatibilizar las acciones de ARPEL con la nueva realidad de la industria

petrolera regional, en mayo de 1993 se aprobó otra reestructuración en ARPEL y la reforma

de su Estatuto. Se establecieron tres categorías de miembros que posibilitaron contemplar la

situación de YPF, que había sido privatizada, y de REPSOL, que había ingresado como

miembro Afiliado en octubre de 1992. Asimismo, se incorporaron las “empresas privadas

latinoamericanas” como miembros Afiliados y “las empresas petroleras estatales

extrarregionales” como miembros Asociados. La inclusión de nuevos actores en ARPEL se

produjo en 1995 cuando se amplió la categoría de miembros Asociados al permitirse el

ingreso de “empresas petroleras privadas extrarregionales que tuvieran inversiones petroleras

directas en la región”.

Hacia fines de la década de 1990 el proceso neoliberal ya estaba consolidado en la

región y ARPEL llevó adelante nuevas reformas en la Asamblea Extraordinaria de mayo de

1998 que cambiaron completamente su organización institucional y su membresía. La nueva

organización institucional respondió a un organigrama de tipo empresarial y, conforme al

mismo, sus miembros pasaron a denominarse “socios”. Las reformas fueron radicales: se

eliminaron las Asambleas Ordinarias, el cargo de Sub-Secretario, las Reuniones de

16

ARPEL (1990); p.182. 17

ARPEL (1990); p.182.

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Coordinadores (RANCO) y Reuniones de Presidentes y en su lugar se crearon: la Asamblea

Anual de Representantes, el Directorio, la Comisión Fiscal y la Secretaría Ejecutiva.

A partir de 1998 la nueva autoridad máxima de ARPEL fue la Asamblea Anual de

Representantes que estaba integrada por los “representantes” de las empresas miembro. El

Directorio estaba compuesto por 5 empresas “que debían reflejar una adecuada

representatividad de la membresía”; sus funciones eran abordar el manejo estratégico de la

Asociación y los planes de trabajo a ser presentados ante la Asamblea; desde 2002 pasó a

estar compuesta por 11 miembros. La Comisión Fiscal se creó para examinar los estados

financieros de la Asociación, en tanto que la Secretaría General estaba a cargo de un

Secretario Ejecutivo que era seleccionado por una consultora entre profesionales considerados

competentes para el cargo. Asimismo, y con el fin de lograr la profesionalización de sus

empleados, se redujo de 18 a 10 el número de funcionarios y se procedió a la redistribución de

tareas y a la implementación de polivalencias. La nueva estructura de ARPEL incluyó

Comités Especializados que debían ser aprobados por la Asamblea y estaban integrados por

delegados de las empresas miembro que fueran expertos en cada tema. En cuanto a la

membresía se dispuso que solo existieran dos categorías: a) Socios Activos y b) Socios

Institucionales. En el primer grupo se incluyeron a las empresas que desarrollaban actividades

en el sector de petróleo y gas en América Latina y el Caribe, sin importar su origen o quién

detentaba su propiedad; en tanto que se incorporaron como Socios Institucionales a aquellas

instituciones u organizaciones nacionales, regionales o mundiales que se ocupaban de la

industria de petróleo y gas natural.

La reforma del Estatuto de 2011 dispuso un cambio en la composición del Directorio

que pasó a estar integrado por 9 miembros: un presidente, un vicepresidente y siete vocales,

que ocupaban el cargo por dos años con posibilidad de ser reelegidos por otros dos años más.

En cuanto a la Comisión Fiscal -integrada por 3 miembros que no podían ser reelegidos en su

cargo por un período consecutivo- debía reflejar “una adecuada representatividad de la

membresía teniendo en cuenta la demografía de los Socios” y debía elegir de entre ellos tres

un Presidente. Se mantuvo la categoría de “socios” aunque se amplió su número a tres, es

decir que además de los Socios Activos y Socios Institucionales vinculados al sector de

petróleo, gas natural y biocombustibles agregó la de “Socios Cooperadores” en la que incluyó

a “las empresas proveedoras de tecnología, bienes y servicios directos y propios a las

empresas operadoras del sector de petróleo, gas natural y biocombustibles de la región”.

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Es decir que a lo largo de su historia ARPEL fue ampliando el número de sus

integrantes con las sucesivas reformas de su estatuto. En los primeros años solo estuvo

integrada por empresas petroleras estatales. A las ocho empresas Fundadoras -ANCAP de

Uruguay, ECOPETROL de Perú, ENAP de Chile, PETROBRAS de Brasil, CVP (luego

PDVSA) de Venezuela, PETROPERÚ de Perú, YPF de Argentina y YPFB de Bolivia-, se

incorporaron en la década de 1970 dos más: en 1971 la Corporación Estatal Petrolera

Ecuatoriana (CEPE) -luego PETROECUADOR- en cuya organización ARPEL participó

activamente, y en 1976 Petróleos Mexicanos (PEMEX). También en esa década se

incorporaron instituciones nacionales de la región como empresas afiliadas: Gas del Estado de

Argentina en 1975 y el Instituto Mexicano de Petróleo (IMP) en 1978. Durante la década de

1980 se sumaron otras empresas petroleras: Petróleos Paraguayos (PETROPAR) en 1982, la

Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) en 1984; Petroleum Corporation of Jamaica

(PCJ) y la State Oil Company Suriname (STAATSOLIE) de Surinam en 1985; Petro-Canada

en 1987; y TRINTOC de Trinidad y Tobago -luego PETROTRIN- en 1988. Hacia comienzos

de la década de 1990 se incorporaron otras empresas estatales de la región: Cuba Petróleo

(CUPET) y Petróleos de Nicaragua (PETRONIC) en 1991.

Con la reforma del Estatuto de 1993 ingresaron compañías estatales extrarregionales

que desarrollaban actividades en la región, cuyo antecedente fue la incorporación de REPSOL

en 1992 en el contexto del proceso de privatización de YPF. Las nuevas empresas que se

sumaron fueron: Elf Aquitaine, Gaz de France y STATOIL y la Chinese Petroleum

Corporation (CPC) en 1994. Por su parte, la nueva modificación del Estatuto aprobada en

1995 habilitó el ingreso de compañías privadas con inversiones petroleras directas en la

región: la empresa TOTAL en 1996 y las empresas TEXACO, AMOCO y COASTAL en

1997. Luego de la siguiente reforma estatutaria de 1998 se incorporaron como miembros

institucionales: el Instituto Francés de Petróleo (IFP) en 1998, al que se sumaron el Instituto

Brasileño de Petróleo (IBP) y el Instituto Argentino de Petróleo y Gas (IAPG) en 1999. Así

como el número de sus miembros creció notablemente, otros se dieron de baja ya sea porque

dejaron de tener actividades en la región o porque las empresas fueron privatizadas: Gas del

Estado en 1994, PETRONIC en 1996, Petro-Canada y Chinese Petroleum Corporation (CPC)

en 1997, COASTAL en 2000 y CUPET y Gaz de France en 2001. En otros casos lo que

ocurrió fue que formaron parte de fusiones en las que la nueva corporación pasó a formar

parte de la Asociación, tales fueron los casos de: YPF que al ser adquirida por REPSOL pasó

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a ser REPSOL YPF; TEXACO, que primero pasó a ser CHEVRON TEXACO y luego

CHEVRON; y AMOCO que fue comprada por BP y se convirtió en BP AMOCO y

finalmente BP.

En los últimos años ingresaron numerosas empresas privadas: ENCANA, ExxonMobil

y Petrolera Argentina en 2002; Asociación de la Industria Hidrocarburífera de Ecuador

(AIHE), Clean Caribbean&Americas (CCA), y Wintershall Energy en 2004; OXY en 2005;

BP (PAN AMERICAN ENERGY), PLUSPETROL, SHELL, StatoilHydro y World

Petroleum Council (WPC) entre 2006 y 2007; REFIDOMSA en 2008/09; y HOCOL,

Oleoducto Central S.A. (OCENSA), Asociación Internacional de Negociadores de Petróleo

(AIPN), International Petroleum Industry Enviromental Conservation Association (IPIECA) y

Accenture And Schlumberger entre 2010 y 2011. Algunas de estas empresas se dieron de baja

al poco tiempo: ENCANA en 2005; Petrolera Argentina y OXY en 2006-2007; AIHE en

2008-2009; y SHELL y StatoilHydro en 2010-2011. También se retiraron de la Asociación

otras que llevaban más tiempo en ella como IFP en 2003; BP e IMP en 2008-2009; y TOTAL

en 2010-2011.

Además de las empresas miembro, ARPEL creó la categoría de Observadores que si

bien no estaba contemplada en sus Estatutos, y por lo tanto no formaban parte de su estructura

institucional, contribuyó a cumplimentar el objetivo de integración y desarrollo del sector

petrolero. En ella se incluían a los representantes de los gobiernos latinoamericanos que no

tuvieran empresas petroleras estatales pero que manifestaban su deseo de constituirla; también

a aquellos de las empresas petroleras ya constituidas pero que no formaban parte de la

Asociación todavía; y, además, a los de organismos internacionales y de otras entidades

vinculadas a la actividad petrolera. Los Observadores no tenían derecho a voz ni a voto pero

se les permitía participar en los debates de las Comisiones Especializadas y ser escuchados en

las Asambleas por expreso pedido suyo. De este modo se incorporaron numerosos organismos

públicos de varios países centroamericanos y caribeños, como así también de Paraguay. Para

1979 participaban en calidad de tal: el Ministerio de Economía, Industria y Comercio de

Costa Rica, la Comisión Nacional de Petróleo (CONAPE) de El Salvador, la Dirección

General de Minería e Hidrocarburos de Guatemala, Ministry of Energy and Natural Resources

de Guyana, Secretary National Oil Corp. Of Jamaica Ltd. de Jamaica, el Ministerio de Obras

Públicas y Comunicaciones de Paraguay, la Secretaría de Estado de Industria y Comercio de

República Dominicana, y Ministry of Petroleum and Mines de Trinidad y Tobago. Hacia

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1990 el número de Observadores se había ampliado notablemente e incluía a: OLADE

(Organización Latinoamericana de Energía), ALADI (Asociación Latinoamericana de

Integración), CINTERFOR (Centro Interamericano de Investigación y Documentación sobre

Formación Profesional), Ente Nazionale Idrocarburi (ENI) de Italia, REPSOL de España,

STATOIL de Noruega, Japan National Oil Company (JNOC) de Japón, GAZ DE FRANCE,

Societé National ELF AQUITAINE de Francia, Sociedad Nacional de Petróleos de Angola

(SONANGOL) de Angola, organismos gubernamentales responsables del sector

hidrocarburífero de varios países latinoamericanos -como Cuba, Guatemala, Honduras

Nicaragua, Panamá y Republica Dominicana-, Instituto Francés del Petróleo (IFP), Instituto

Nacional de Hidrocarburos de España (INH). En muchos casos, con las reformas de la década

del noventa, se sumaron a la Asociación como empresas miembro, y con el tiempo la

categoría cayó en desuso.

Finalmente cabe mencionar que, desde el comienzo de sus actividades, ARPEL trató

de estrechar relaciones con organismos internacionales. En 1966 fue reconocida como

organismo consultivo especializado de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio

(ALALC), en 1976 alcanzó el Estatus Consultivo Especial ante el Consejo Económico y

Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), y en los años noventa fue reconocida por la

Organización de las Naciones Unidades para el Desarrollo Industrial (ONUDI) dentro de la

categoría de Organismo No Gubernamental. En el transcurso de la década de 1970 procuró

entablar vínculos con organismos latinoamericanos de diversa índole: Comisión Económica

para la América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL), Organización de las Naciones

Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), Organización Latinoamericana de Energía

(OLADE), y Sistema Económico Latino Americano (SELA). En la década siguiente sumó a

sus contactos instituciones internacionales: Asociación Latinoamericana de Integración

(ALADI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial, Banco Internacional

de Reconstrucción y Fomento (BIRF), y otros organismos vinculados directa o indirectamente

con el sector petrolero como la Comisión de Integración Eléctrica Regional (CIER). En la

década de 1990, acompañando las transformaciones de la época, se acrecentó la red de

relaciones con instituciones gubernamentales y no gubernamentales intra y extrarregionales:

MERCOSUR (Mercado Común del Sur), CAN (Comunidad Andina de Naciones), CAF

(Corporación Andina de Fomento), OGP (Asociación Internacional de Productores de

Petróleo y Gas), AIE (Agencia Internacional de Energía), API (American Petroleum

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Institute), Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (CIDA), Asociación de la

Industria Petrolera Internacional para la Conservación del Medio Ambiente (IPIECA), UE

(Unión Europea) y EUROPIA (Asociación de la Industria Petrolera Europea). Desde 2000 no

hubo cambios dado que las amplias políticas de integración llevadas adelante por ARPEL

implicaron el ingreso de empresas e instituciones de diversa índole con las que suscribió

acuerdos de trabajo e investigación.

Sector científico-tecnológico:

Desde su creación la organización del sector científico-tecnológico fue uno de los

pilares que ARPEL procuró desarrollar y ampliar progresivamente porque eran parte

constituiva de su existencia. A tal efecto, en los primeros años de vida, creó las Reuniones a

Nivel de Expertos (RANE) y las Comisiones Especializadas con el propósito de mejorar los

niveles de eficiencia de las empresas; ambas estaban compuestas por personal especializado

designado por las empresas miembro. Las funciones de las RANEs eran: abordar temas

específicos, intercambiar experiencias y extraer conclusiones que permitieran recomendar

mejoras técnicas de interés recíproco; la primera RANE se realizó en 1968 en Perú bajo el

patrocinio de EPF, luego PETROPERU, y continuaron hasta 1993. Por su parte las

Comisiones Especializadas eran organismos de trabajo que se ocupaban del estudio,

recomendación y desarrollo de temas específicos según lo dispuesto por las Asambleas

Ordinarias. Cada comisión estaba patrocinada en forma rotativa por una de las empresas

miembro y contaba con un Reglamento General y Normas de Funcionamiento. Su número se

fue incrementando progresivamente y para 1979 eran cinco: de Equipos, Materiales y

Servicios (CEEMASE), de Refinación (CEREF), de Producción y Exploración (CEPROEX),

Jurídica (CEJ), y de Formación y Perfeccionamiento de Personal (CEFAP). Con las reformas

dispuestas por ARPEL en 1993 se crearon los Comités en reemplazo de las anteriores. Ellos

fueron: Comité de Ambiente, Comité de Gerentes de Capacitación -que organizaba los

Seminarios de Alta Gerencia-, Comité de Exploración, y Comité de Gerentes de

Comercialización. En 1998 pasaron a denominarse Comités Especializados y debían ser

aprobados por la Asamblea, fijándose cuatro áreas de trabajo: 1) Cooperación, 2) Ambiente,

Salud y Seguridad, 3) Integración Regional y Oportunidades de Negocios, y 4) Desregulación

y Legislación Petrolera. Con el tiempo la cantidad aumentó en función de los asuntos de

interés o “focos estratégicos” delineados por ARPEL. Así, para 2005 llegaron a ser cinco, y

algunos de ellos contaban con Grupos de Trabajo: 1) Responsabilidad Social Corporativa que

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contaba con un Grupo de Trabajo: Relaciones con Pueblos Indígenas; 2) Ambiente, Salud y

Seguridad Industrial que abarcaba cuatro Grupos de Trabajo: a) Emisiones Atmosféricas, b)

Seguridad y Salud Ocupacional, c) Planificación de Respuesta a Emergencias, d) Cambio

Climático; 3) Comunicación; 4) Legislación y Desregulación; 5) Refinación que incluía un

Grupo de Trabajo: Combustibles; y 6) Integración Energética. En 2007 se reestructuraron y

pasaron a ser nueve: 1) Comunicación, 2) Equipos de Integración, 3) Integración Energética

que incluía el de Relaciones con Actores Claves, 4) Responsabilidad Social al que se

vinculaba el de Relaciones con Comunidades, 5) Ambiente, Salud y Seguridad Industrial que

integraba al de Integridad de Operaciones, 6) Cambio Climático y Eficiencia Energética del

que dependía el de Eco-Eficiencia, 7) Refinación, 8) Ductos y Terminales y 9) Exploración y

Producción. Con la reforma estatutaria de 2011 cambiaron su nombre por el de Comités

Técnicos y fueron reorganizados de la siguiente manera: 1) Comité de Negocios y

Operaciones, que incluía los siguientes Comités: a) Exploración y Producción (CEPA), b)

Ductos y Terminales (CODYFE), c) Refinación y Combustibles (COMREF); 2) Comité de

Sostenibilidad Socio-Ambiental con los Comités de: a) Cambio Climático y Eficiencia

Energética (CCCEE), b) Ambiente, Salud y Seguridad Industrial (CASYSIA), c)

Responsabilidad Social (RS); y 3) Comité de Soporte de Gestión y Conocimiento (GTC).

Características:

A partir de su fundación ARPEL le dio una gran importancia a la promoción de sus

actividades y a la difusión de su producción científica y tecnológica. Para ello recurrió a

diferentes medios. Uno de ellos fueron las publicaciones. Al respecto, en la década de 1970

editó un Boletín Informativo en el que se consignaban las novedades de la Secretaría General

y de las empresas miembro, como así también la de los organismos internacionales y

gubernamentales, y las actividades petroleras de la región y del mundo. También contaba con

un Boletín Técnico con los trabajos realizados por los especialistas que abarcaban todos los

aspectos del sector petrolero e incluían además resúmenes en varios idiomas. A partir de

1975, se dispuso además la publicación de los llamados Catálogo Petrolero Latinoamericano

de Bienes y Servicios con abundante información técnica sobre equipos, materiales, obras y

servicios que los proveedores latinoamericanos ofrecían a la industria petrolera. El mismo fue

elaborado por la Secretaría General de ARPEL y la Comisión Especializada de Equipos,

Materiales y Servicios (CEEMASE) a cargo de YPF de Argentina. En la década de 1980 se

sumó la edición de un informativo mensual -ARPEL HOY- para la promoción institucional en

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la que se destacaban los hechos salientes de la Asociación y de las empresas miembro. A

partir de 1985 el tema de la informática cobró relevancia y se creó un Centro de Información

y un Banco de Datos, que en 1988 fue sustituido por un Sistema de Información. Con la

reforma de 1998 se creó un Comité de Comunicaciones, conformado por expertos de las

empresas miembro, que diseñó un Plan Estratégico de Comunicaciones que procuró mejorar

el diseño gráfico de los documentos elaborados por ARPEL y el de una nueva página web. Se

editó desde entonces una Memoria Anual y ARPEL News -boletín informativo sobre las

actividades de la Asociación-, un CD con información institucional, y se mejoró el material

disponible en exhibiciones vinculadas a la industria. Como parte del plan para optimizar los

instrumentos de comunicación se desarrolló un Manual de Estándares Gráficos y se creó un

Banco de Imágenes con el apoyo de las empresas miembro. Con el fin de informar sobre las

actividades de ARPEL y de profundizar la red de contactos interna y externa, en 2003 se

lanzó un portal denominado “ARPELnet” que contaba con base de datos documentales sobre

los diferentes temas de trabajo de la Asociación, noticias, calendario de eventos, enlaces a

otros sitios de interés, chats y lugares especiales para la interacción de los grupos de trabajo y

foros. Desde 2005 el aspecto comunicacional cobró mayor relevancia y, a tal efecto, el

Comité Especializado de Comunicación prestó particular atención al uso de la página web

donde se concentró la difusión de las actividades de todos los Comités. Desde 2010 se planteó

un nuevo diseño del portal de internet con el objeto de que estuviera “alineada con los últimos

conceptos comunicacionales y de marketing estratégico por Internet. El objetivo de ARPEL

es lograr que la comunicación institucional sea una potente herramienta de gestión para

alcanzar los objetivos estratégicos y brindar un mejor servicio a los socios. Dicha actividad de

comunicación debe asimismo ayudar a posicionar a ARPEL como un actor social de

relevancia para toda la cadena de valor de la industria en la región”18

. En 2011 se rediseño su

sitio web en función de cinco áreas consideradas claves: 1) Estudios y Proyectos, 2) Eventos,

3) Biblioteca, 4) Cursos y Talleres y 5) Noticias de ARPEL.

Otro aspecto de la difusión estuvo vinculado con la propagación de los resultados de

los encuentros entre expertos y cuerpos científico-técnicos de las empresas miembro. A partir

de las Reuniones de Expertos (RANE) se comenzaron a publicar los trabajos allí presentados:

“hacia 1979 sumaban un total de 34 a las que asistieron 1610 especialistas que elaboraron 549

18

ARPEL, Informe Anual 2010-2011; p. 20

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18

informes técnicos originales”19

, y para 1993 su total era de 8120

. Lo mismo ocurrió con los

encuentros de los Comisiones Especializadas - luego Comités Especializados- cuyos informes

y resultados también fueron editados una vez que se celebraban los innumerables Talleres,

Encuentros, Cursos, Jornadas y Seminarios por ellos promovidos sobre los temas específicos

para los que habían sido creados. En la medida que ARPEL le fue dando mayor relevancia al

uso de la página web institucional, esta pasó a ser un instrumento de difusión de los resultados

científicos y tecnológicos alcanzados. Las mejoras introducidas desde 2011 en la misma

incluyeron el rediseñó de la biblioteca virtual de ARPEL y el acceso a la descarga de diversas

publicaciones: estadísticas, estudios referidos a los temas prioritarios, informes ejecutivos y

de gestión, etc.

No menos importante fue la promoción de encuentros científicos y tecnológicos sobre

todos los aspectos vinculados al quehacer petrolero que estuvieron relacionados con las

propuestas temáticas y los tópicos de interés de ARPEL en sus diferentes etapas. Dado que la

lista para el período estudiado es por demás extensa solo mencionaremos que el primero fue

el Congreso Latinoamericano sobre Perforación (COLAPER) en 1978; y los últimos: la

Conferencia Regional ARPEL 2011 que se realizó entre el 28 y el 31 de marzo en Punta del

Este, Uruguay, a la que “asistieron más de 450 participantes de empresas líderes del sector

petróleo, gas y biocombustibles, su cadena de valor y sus grupos de interés”21

, y el Seminario

sobre Biodiesel celebrado en San Pablo, Brasil, entre el 22 y 24 de noviembre de 2011 con la

Asociación de Ingenieros Automotrices (AEA) de ese país como anfitrión.

Algunas de esas reuniones científicas mantuvieron cierta regularidad hasta fines de la

década de 1990, ejemplo de esto fueron los Congresos de Hidrocarburos de ARPEL, que se

reunieron desde 1984 cada dos años, y desde 1986 las Exposiciones de Bienes y Servicios

producidos en Latino América para la industria hidrocarburíferas, denominadas CONEXPLO.

Cabe destacar que en las políticas de difusión de ARPEL siempre estuvo presente la

preocupación por estructurar apoyos técnicos y científicos propios entre las empresas, así

como establecer criterios para la selección de las tecnologías más aptas para sus programas

operativos y sus laboratorios que sustentaran las diversas áreas del quehacer petrolero, sin

descuidar la formación de recursos humanos. Asimismo, en el proceso de integración iniciado

por ARPEL se incluyó a las empresas de la región aunque no formaran parte de ella, para ello

19

ARPEL (2005); p. 21. 20

ARPEL (2005); pp. 76-81. 21

ARPEL, Informe Anual 2010-2011; p. 15.

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19

en 1967 se dispuso que la Asociación ofreciera su colaboración, en forma de asistencia

técnica, a todos los países del área que aún no tuvieran empresas estatales o que, teniéndola,

no fueran miembros de la Asociación. Así, contribuyó a la organización de las petroleras

estatales de Ecuador y Paraguay. De modo tal que con el tiempo se fueron consolidando

procesos cada vez más sólidos de intercambio de información, de experiencias y de

complementación entre las empresas. En este sentido en 1989 se resolvió crear el Comité de

Directores de Centros de Investigación y Desarrollo (CODICID) con el objeto de relevar la

tecnología disponible para que las empresas -por medio de la firma de acuerdos bilaterales-

pudieran acceder a ella.

Finalmente, resulta importante mencionar el cambio que se registró en la estrategia

comunicacional de ARPEL a partir de 2000 cuando se incorporó como “visión estratégica” la

de los stakeholders22

. De esta manera ARPEL amplió el espectro de los destinatarios de sus

políticas de difusión en consonancia con el incremento del número de integrantes y sus

vinculaciones con organismos oficiales y privados regionales y extrarregionales.

Políticas de selección

Los cambios de la coyuntura internacional y las propias transformaciones de ARPEL

implicaron que a lo largo de su historia sus políticas de selección fueran variando, de modo tal

que sus temas de interés fueron modificándose en el tiempo.

Entre 1965 y 1973 los tópicos más destacados estaban referidos a las áreas operativas

de exploración, explotación, perforación, refinerías, transporte, investigación y desarrollo, y

capacitación, formación y entrenamiento de personal. A raíz de la crisis del petróleo de 1973

los temas se ampliaron, y sin abandonar los anteriores, se volvieron más específicos para dar

respuesta a la nueva situación: estudios sobre explotación óptima y rentabilidad de los

yacimientos; operaciones off-shore; procesamiento, producción y transporte de crudos

pesados y ácidos; ahorro de energía en las refinerías; sobre aspectos económico-financieros de

las empresas a través de su estructura de costos; precios derivados del mercado interno;

comercialización y complementación con el mercado externo latinoamericano. También se

incorporó el tema del gas, que pasó a tener mayor peso en los trabajos realizados, y desde

1977 se sumó el de seguridad e higiene industrial. Por otra parte se efectuaron informes y

22

Este concepto fue definido por primera vez en 1983 por Edward Freeman. Se incluye en él a los que

pudieran afectar o ser afectados por el logro de los propósitos de una organización: empleados, clientes,

proveedores, agencias gubernamentales, ambientalistas, accionistas e instituciones financieras.

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análisis comparativos sobre contratos de servicios de exploración, perforación y explotación,

y sobre legislación petrolera latinoamericana. Para contribuir a la unificación de criterios

sobre asistencia técnica y de capacitación, y facilitar el intercambio de experiencias y

metodologías aplicables a la industria, se establecieron acuerdos sobre temas diversos como:

confección de cartas geológicas; vocabulario técnico español-portugués-inglés; normas

técnicas y signos convencionales; normas sobre programas de selección y entrenamiento de

personal y de asistencia técnica.

Luego, en la década de 1980, y en función de los procesos de apertura de la región, los

temas se extendieron, y se pasó a estudiar la rentabilidad de las empresas petroleras estatales,

el ahorro de energía para alcanzar una mayor eficiencia energética en la región, y temas de

legislación y contratación petrolera con el objeto de facilitar el proceso inversor en la región.

A comienzos de la década de 1990 las líneas de trabajo se vincularon con el tratamiento de los

siguientes temas: comercialización de petróleo y derivados; materiales; bienes y servicios de

la industria del petróleo en América Latina; mercado del gas natural en la región; la situación

de las empresas petroleras del área en el contexto mundial; y la protección del medio

ambiente y plan de emergencias. Este último tema ya era prioritario en las petroleras

internacionales desde comienzos de la década de 1980 pero ARPEL recién lo incluyó en sus

programas de gestión en 1995 y desde entonces fue cobrando mayor relevancia con el paso

del tiempo. Desde mediados de esa década, acompañando los cambios y reformas que la

Asociación llevaba adelante acorde al auge de la inversión privada en la región, los nuevos

temas de interés prioritarios fueron: la cooperación, la integración regional y las

oportunidades de negocios, los estudios sobre desregulación y legislación petrolera, la

eficiencia de la gestión, la expansión de los negocios, y la comunicación interna pero sobre

todo externa. También se continuó trabajando con renovado entusiasmo en el de protección

del medio ambiente y se agregaron las áreas de salud y seguridad ocupacional.

Desde el año 2000 se agregaron a la agenda de trabajo temas sociales como la relación

con los pueblos indígenas, género, responsabilidad social corporativa, y el de ética y

transparencia. También se instaló el tema de la relación entre gobierno y empresas desde

2009. En tanto que otros aspectos ya trabajados se fueron especificando y diversificando aún

más como los vinculados con las cuestiones ambientales: emisiones atmosféricas, cambio

climático, planes ante contingencias y eficiencia energética. Por otra parte algunos

mantuvieron su importancia, sobre todo los referidos a cuestiones económicas: la integración

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energética, y el de los negocios y operaciones en la región (exploración, producción,

refinación, ductos y terminales) que incluyó no solo a los sectores del petróleo y gas sino

también al de los biocombustibles desde 2011.

Políticas de persistencia

Las condiciones del sector petrolero latinoamericano -reservas probadas23

, producción

y consumo- serán analizadas brevemente en este apartado dado que las vicisitudes y las crisis

ocurridas a nivel internacional y regional explicarían, en parte, algunas de las

transformaciones de ARPEL.

En la década de 1970 las reservas probadas aumentaron más del doble al pasar de

22.920 a 53.970 millones de barriles entre 1973 y 1978, debido principalmente al

descubrimiento de nuevos yacimientos en México donde las cifras se decuplaron en esos

años: de 2.850 a 28.410 millones de barriles. Entre 1973 y 1979 la producción regional se

estancó en alrededor de 5 millones de barriles diarios (b/d) con una baja notoria a 4,2 millones

de b/d en 1975; en tanto que el consumo regional de petróleo crudo y sus derivados aumentó

en un 60% al pasar de 1,95 a 3,15 millones de b/d entre 1970 y 197724

. A pesar que en esa

década América Latina experimentó un importante crecimiento, las crisis petroleras de 1973 y

1979 alteraron gran parte de ese desarrollo en la región porque produjeron tanto el alza de los

precios del crudo como de otros productos, entre los que se encontraban los insumos y las

materias primas para las industrias que habían crecido notablemente hasta entonces sobre la

base de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI). La doble crisis -petrolera y

financiera- impactó de diferente manera en los países exportadores e importadores de

petróleo. Los principales países exportadores de petróleo que se beneficiaron fueron México,

Venezuela y Ecuador25

. En cambio, para las naciones importadoras de petróleo, como

Uruguay, Paraguay o Chile, el aumento de los precios de los hidrocarburos agudizó la

problemática a resolver al encarecerse los bienes de capital y la tecnología importada26

.

En las décadas siguientes la situación del sector petrolero en América Latina era la

siguiente: las reservas probadas se elevaron de 69.500 millones de barriles en 1980 a 121.000

23

Las reservas probadas son los volúmenes que se estiman recuperables de campos conocidos, bajo las

condiciones económicas y operativas existentes. 24

Fontaine (2007); pp. 73-74. 25

Bethell (2002), pp. 103. 26

ARPEL (1990), p. 154.

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22

millones de barriles en 1990 y a 123.500 millones de barriles en 2000, lo que equivalía al

11%, 12% y 12% respectivamente del total mundial. La producción de petróleo se incrementó

de 2.730 millones de barriles en 1990 a 3.754 millones de barriles en 2000, es decir el 11% y

14% del total mundial. Estas cifras indican un deterioro del horizonte de producción -

calculado como el cociente entre las reservas y la producción-, que a nivel mundial descendió

de 42 años en 1990 a 38 años en 2000 y en América Latina, en particular, disminuyó de 44,3

años en 1990 a 32,9 años en 2000. Esto muestra que el descubrimiento de nuevos yacimientos

y el aumento de la tasa de recuperación no alcanzaron a compensar las cantidades extraídas

anualmente de las reservas para las necesidades del consumo27

. En ese lapso ocurrieron

transformaciones regionales e internacionales que afectaron al sector petrolero. La crisis

financiera que sacudió a México en 1982 inauguró como nueva realidad la crisis continental

que afectó a la mayoría de los países latinoamericanos cuando no pudieron asumir sus

compromisos de endeudamiento externo contraídos en la década anterior y debieron aceptar

las políticas de ajuste impuestas por el FMI28

. A esta situación se sumó, desde mediados de la

década del ochenta, la caída de los precios reales del petróleo, y el franco avance de los

procesos de liberalización de los mercados ocurridos en la década del noventa. Todos estos

acontecimientos impactaron fuertemente en las empresas petroleras estatales de la región y

favorecieron el avance de las compañías privadas que recurrieron a diversas estrategias, las

más utilizadas fueron: la adquisición de activos o fusión (Argentina o Perú) y la asociación

con la empresa estatal (Brasil, Colombia o Ecuador), denominada empresa mixta o joint

venture29

.

Hacia 2003 América Latina y el Caribe concentraban el 10,6% de las reservas

probadas a nivel mundial, de las cuales el 71% correspondía a Venezuela, el 11% a México, el

8% a Brasil y el 10% al resto de los países. Para el mismo año, América Latina y el Caribe

participaban del 13% de la producción mundial, correspondiendo el 35% a México, el 29% a

Venezuela, el 16% a Brasil, y el 20% al resto de los países. En tanto que el consumo regional

fue de 6,4 millones de b/d, equivalente al 8,4% del consumo total mundial. Uno de los rasgos

recientes de las estrategias de las principales compañías petroleras multinacionales en la

27

CEPAL (2002); p. 135. 28

Fontaine (2007); p. 77. 29

Ruiz Caro (2003); pp. 47-49 y 65.

Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/

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región fue su transformación de empresas petroleras en empresas energéticas (gas, energía

renovable, biocombustibles, etc.)30

.

Conclusiones

Las políticas de innovación, difusión, selección y persistencia de ARPEL entre 1965 y

2011 fueron variando con el tiempo. En el primer caso, en las reuniones preliminares a su

creación los objetivos expuestos hacían clara referencia a la participación de las empresas

petroleras de la región solamente, que tendría por finalidad el bienestar y desarrollo

económico de sus países por medio del fomento, expansión y diversificación de la industria

petrolera para incrementar los ingresos per cápita y el progreso social. Para ello las empresas

petroleras seguirían las políticas económicas que le fijaran los gobiernos de sus respectivos

países y tenderían a alcanzar la integración de todos los sectores (exploración, explotación,

refinación, transporte y comercialización) por medio de un activo intercambio de información

técnica y en lo atinente a la formación de recursos humanos, como así también en la

colaboración económico-financiera entre las empresas. Luego de la creación de ARPEL los

objetivos explicitados en 1965 fueron el estudio y la recomendación a los miembros de

acuerdos que les proporcionaran colaboración mutua en función de intereses comunes para

alcanzar la integración económica y técnica por medio del intercambio de información y

asistencia, la cooperación con organismos internacionales, la expansión de la industria

petrolera en la región, la conservación de los recursos hidrocarburíferos, la coordinación de

programas de desarrollo y de transacciones comerciales, y la realización de congresos,

conferencias y reuniones científicas para temas de interés común. La inclusión de empresas

privadas de la región primero y de empresas extrarregionales después, sin importar el origen

de su capital, respondió a los nuevos negocios que se llevaron adelante en el marco del

proceso de desregulación y privatización de la producción de hidrocarburos en América

Latina desde la década del noventa. En este contexto ARPEL modificó sus objetivos aunque

mantuvo los principios de integración regional, cooperación entre las empresas miembro,

progreso de la industria petrolera latinoamericana y el intercambio de información sobre ejes

que respondían a las pautas fijadas por el proceso de globalización y neoliberalismo

dominante por entonces. Entre ellos se encontraban el desarrollo empresario, el incremento de

la eficiencia de su gestión, la expansión de los negocios y el ingreso de capitales a la región.

30

Ruiz Caro (2003); pp. 49 y 59-61.

Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/

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Luego de su última reforma, la enunciación de los propósitos de ARPEL en 2011 muestra

claramente una larga lista en la que se destaca el propósito de “servir” a los “socios” como

medio para articular sus intereses y los del sector. Es decir que la políticas de innovación

propuestas por ARPEL en sus inicios comenzaron con mucha fuerza y contribuyeron a

renovar la política petrolera latinoamericana definiendo intereses y criterios comunes a las

empresas petroleras estatales pero en el largo plazo las transformaciones de ARPEL, y sobre

todo las de las últimas dos décadas, implicaron que se fueran desdibujando paulatinamente su

actuación en la región y los objetivos para los que había sido creada.

En los procesos de difusión de ARPEL, la comunicación y socialización actuaron

como canales por medio de los cuales procuró extender su presencia en la región con el objeto

de coordinar políticas comunes. A raíz de los cambios ocurridos en el plano internacional fue

introduciendo progresivamente reformas en su organización institucional y científico-

tecnológica para mejorar la eficiencia de gestión. El resultado fue una estructura compleja y el

aumento en la cantidad de sus integrantes. La misma incluyó a empresas petroleras de diversa

índole: inicialmente solo fueron estatales, situación que se mantuvo hasta principios de la

década de 1990 cuando los procesos de apertura neoliberales provocaron un fuerte

reacomodamiento en el sector empresarial y la consolidación de las multinacionales en la

región que facilitaron el ingreso de inversiones extranjeras de capitales privados y

extrarregionales. Asimismo formaron parte de ella instituciones relacionadas con el quehacer

petrolero que incluyeron a organizaciones nacionales (oficiales y privadas) e internacionales

(regionales y extrarregionales). A pesar de la utilización de innumerables medios de

comunicación -como publicaciones, encuentros diversos en reuniones científicas, y otros

métodos de intercambio de información y enseñanza-, la complicada trama institucional

resultante seguramente impactó en la organización, coordinación e implementación efectiva

de las propuestas de los cuerpos científicos integrantes de ARPEL, en las que posiblemente

también incidieron la incorporación de los stakeholders.

La selección de las políticas de ARPEL estuvo estrechamente ligada a los dos puntos

anteriores ya que a través de la formulación y definición de los temas de interés, buscaron

promover y desarrollar los tópicos relevantes para el área de los hidrocarburos

latinoamericanos. El interrogante que surge es si ARPEL tuvo la capacidad suficiente para

determinar la agenda de los temas que fueran prioritarios a los tomadores de decisiones del

sector o si las contingencias internacionales condicionaron los cambios operados en su

Sitio web: http://www.aahe.fahce.unlp.edu.ar/Jornadas/iii-cladhe-xxiii-jhe/

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interior según el momento histórico. Posiblemente exista una influencia mutua que

seguramente se hizo más evidente con la globalización.

En la persistencia de las políticas de ARPEL tanto la coyuntura internacional -con sus

crisis y cambios- como las transformaciones del sector de los hidrocarburos de la región

influyeron en modificaciones llevadas adelante en su seno, de modo tal que condicionaron

que la Asociación dejara de responder a las prioridades de las empresas estatales para hacerlo

en función de las que fijaban las corporaciones privadas y el mercado.

El resultado final del análisis de las políticas de innovación, selección, difusión y

persistencia de ARPEL es que, a pesar del tiempo transcurrido, aún no se consiguió el

desarrollo ni la integración efectiva del sector de los hidrocarburos en América Latina.

Bibliografía

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y la creación de un programa de investigación reflectivo”, Relaciones Internacionales, num. 12,

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- Informe Anual, junio 2010-mayo 2011.

- Plan de Negocios, junio 2011-mayo 2012.