La Ofrenda

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1 LA OFRENDA Por: Elisenda Sans Ramón.

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LA OFRENDA

Por: Elisenda Sans Ramón.

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CONTENIDO.

INTRODUCCIÓN.

I. DEFINICIÓN E HISTORIA. 1.1 Definición Teológica. 1.2 Definición Secular. 1.3 La Ofrenda en la Prehistoria Bíblica. II. LA OFRENDA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO. 2.1 La Ofrenda en la Ley. 2.2 La Ofrenda en los Profetas. III. LA OFRENDA EN EL NUEVO TESTAMENTO. 3.1 Enseñanzas de Jesús. 3.2 Práctica Neotestamentaria. 3.3 Formas Actuales de Ofrenda. CONCLUSIÓN. BIBLIOGRAFÍA.

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INTRODUCCIÓN.

Que la ofrenda forma parte de nuestra adoración a Dios y no es un mero mecanismo de

mantenimiento del local, es algo que a menudo parece olvidado o no sabido en nuestras

congregaciones.

Con demasiada frecuencia vemos en nuestras iglesias que la ofrenda, es un elemento más

dentro del orden del culto, pudiendo, a veces, dar la sensación de que con ello pagamos

nuestro derecho a pertenecer a tal o cual iglesia.

Casi todos sabemos de la importancia de los sacrificios en el Antiguo Testamento. Casi

todos sabemos de memoria la frase: "pasemos nuestras ofrendas como actitud de alabanza y

adoración a nuestro Dios" y diciendo esto, nos quedamos tan tranquilos.

La ofrenda no es un ritual ni un mecanismo de recaudación, la ofrenda no es el diezmo,

sino que está por encima del diezmo. La ofrenda es el reconocimiento sincero y de

corazón, de las bendiciones recibidas de Dios. Es un sentimiento genuino, que debe brotar

del interior, en el cual nos rendimos delante de Dios reconociendo, su gran provisión y su

sustento, reconociendo que El es el dador de la vida, quem El es nuestro Señor.

Cuantas veces, no se sabe la diferencia entre diezmos y ofrendas, y qué poco se predica y

enseña sobre ello. Parece como si hubiera miedo a molestar a los miembros con temas tan

poco espirituales, y de eso ¡nada!

Me propongo desarrollar en este trabajo el origen de las ofrendas y cómo cambiaron de

significado con la venida de Jesús. Hacer un estudio de las ofrendas en el Nuevo

Testamento, y cómo el pueblo de Dios le ofrece hoy en día.

También me gustaría abarcar el punto de vista de que una ofrenda, necesariamente, no se

cierne sobre aspectos económicos solamente, sino que también abarca todo nuestro ser.

Podemos y debemos ofrendar áreas de nuestra vida a Dios como, tiempo, esfuerzo, etc.,

pues toda ella, nuestra vida, proviene de Dios.

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La ofrenda es una forma maravillosa de adorar a Dios, pero a la vez, es el medio para hacer

efectiva la Gran Comisión, a la que todos estamos llamados a responder.

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I. DEFINICIÓN E HISTORIA.

1.1. DEFINICIÓN TEOLÓGICA.

"Se entiende por ofrenda, un don que se ofrece y dedica a Dios. En este sentido todo

cuanto dedicamos a Dios es ofrenda".1

Tanto el Antiguo como en el Nuevo Testamento nos habla de cómo administrar nuestras

posesiones, y todo lo que tenemos material. La ofrenda debe ser libremente escogida de lo

que recibimos y por tanto, administramos. "La ofrenda se da después de haber diezmado.

Además los pobres o necesitados, en una u otra manera, deben ser los recipientes de nuestra

administración de dar (cf. Dt. 15:11; Pr. 3: 4-10)".2

"En hebreo el término general para designar las distintas clases de sacrificios u ofrendas era

'minja'. Posteriormente "minja" significó solamente la ofrenda vegetal, y el término

'Korbán' se impuso para la designación general".3

El término "mizbeah" significa "altar", señala el lugar del sacrificio "zebah".4

La palabra generalmente usada en griego para el término sacrificio es θυσια y para

designar las primicias la palabra es απαρχη,5 ofrenda de las primicias.

"απαρχη" desde Sófocles y Herodoto es un término técnico del lenguaje sacrificial y

designa las primeras frutas o primicias de cualquier tipo (ejem. frutas naturales, ganado),

1Manual de consejería, (Bogotá, Colombia: Edit. Buena semilla, 1979), p.9

2Ibid, p. 108. 3Diccionario Ilustrado de la Biblia, (Miami, Florida: Edit. Caribe, 1988, 16ª Edición. p.

574. 4Charles F. Pfeiffer, Diccionario de teología, (Grand Rapids, Michigan: Edit. T.E.L.L.,

1987, 2ª Edición), p. 377.

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que eran sagradas para la divinidad y debían ser consagradas o dedicadas a la misma, antes

de que hubieran de dedicarse el total de las frutas o productos al uso profano.6

Con el tiempo, esta palabra también designaría una contribución o tributo al estado.

"En la LXX απαρχη (aparché) traduce en primer lugar el hebreo 'resit' y con ello indican la

ofrenda de las primicias de las frutas naturales que se consagran a Yahvé como aquel que

otorga la fertilidad".7

Con frecuencia se traduce el término en hebreo "t erumah"8 que se refiere a donativos en

especies o en dinero para el culto y los sacerdotes.

La práctica de la ofrenda es consecuencia de la fe de los israelitas en la creación y el

reconocimiento de que Yahvé es el dador de la vida y el que cuida y protege tanto de los

hebreos, como de los animales y plantas, siendo un hecho natural que se le ofrezcan las

primicias de toda la vida.

"θυω, (thyo) tiene en griego profano el significado fundamental de sacrificar y

originalmente en conexión con la ofrenda de incienso o fumigación y ciertamente en la

forma activa de ofrecer sacrificio de incienso o un holocausto".9

"προσφορα (prosphorá) significa originalmente la presentación u ofrenda de dones

sacrificiales".10

5Lothar Coenen y otros, Diccionario teológico del Nuevo Testamento, Vol. III,

(Salamanca, Edit. Sígueme, 1990, 3ª Edición), p. 199.

6Ibid.

7Ibid.

8Ibid.

9Ibid, p. 200.

10Ibid.

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La Biblia no considera que el sacrificio tenga valor en sí mismo. La única razón por la que

sirve es porque Dios lo ha dado como medio para efectuar expiación (Lv. 17:11).

¿Por qué se ofrecían sacrificios? En el Antiguo Testamento el elemento importante fue la

justificación de la persona pecadora delante de Dios. Los sacrificios eran para expiar el

pecado pues, el hombre ya no podía adorar pues estaba enemistado con Dios.

El amor de Dios hacia su pueblo se manifestó de muchas maneras, pero específicamente en

el sistema de sacrificios, como prueba de la misericordia de Dios hacia su pueblo pecador.

1.2. DEFINICIÓN SECULAR.

El sacrificio u ofrenda, que pertenece a todas las religiones que tienen culto, es una acción

ritual para influir en las fuerzas o en los poderes invisibles. Pretende hacer innocua su

actividad nociva, ofreciendo satisfacción y tratando de lograr bendiciones positivas.

El sentido general del sacrificio se caracteriza ante todo por la antigua fórmula romana "do

ut des" (te doy para que tú me des).11

En el Diccionario ilustrado Vox encontramos la siguiente definición para ofrenda: “Don

que se ofrece y dedica a Dios o a los santos. Pan divino u otras cosas que se llevan a la

iglesia por sufragio de los difuntos. Ofrecimiento de dinero que se da a los misacantanos

pobres. Dádiva o servicio en muestra de gratitud y amor"12

En cuanto a sacrificio nos dicen los diccionarios lo siguiente: “Ofrecer o dar una cosa en

reconocimiento de la divinidad. Matar, degollar las reses. Poner alguna persona o cosa en

11Ibid, p. 199.

12Diccionario Ilustrado de la Lengua española, Edit. Vox. p. 789.

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algún riesgo o trabajo para algún fin elevado".13 También puede ser un acto de

abnegación, o un ofrecimiento a una deidad, etc.

1.3. LA OFRENDA EN LA PREHISTORIA BÍBLICA.

Antes de afrontar este punto, debo hacer una puntualización necesaria para la ubicación

histórica adecuada. Si entendemos que los primeros "escritos" bíblicos que poseemos, la

tradición los atribuye a Moisés, todos aquellos sucesos acontecidos con anterioridad a los

días en que Moisés vivió, deben considerarse "prehistoria" bíblica; pues todo cuanto se

recoge en el Pentateuco, anterior a Moisés, fue transmitido por vía oral y no existen

evidencias de material escritural. Hecha esta aclaración o preposición de partida, diremos

lo siguiente.

Ya en la Palabra de Dios se encuentran detalles que ayudan a comprender mejor la ofrenda

a Dios. Antes de que Dios estableciese unas condiciones en cuanto a las ofrendas, dadas a

Moisés en la Ley, ya se venía practicando algunos sacrificios. "Parecería que la naturaleza

humana, tiende a disponer nuestro espíritu para acercarse a Dios.14

En el libro del Génesis (4: 1-8) encontramos, la ofrenda de Caín y Abel, los dos estaban

ofrendando ante el altar que ellos hicieron, pero a los ojos de Dios, las ofrendas no eran

iguales; pues le agradó más la de Abel y menospreció la de Caín. Por lo que se puede

deducir a la luz de la carta a los Hebreos, que no fue la naturaleza de la ofrenda lo que

provocó el rechazo de Dios, sino el espíritu con que se ofrendó. Ya desde el principio

existieron dos formas de ofrendar. Ofrendar: El que lo hace por amor, con regocijo, y el

que lo hace por necesidad, como una obligación. Evidentemente, Dios aprobaría una

ofrenda y otra no.

13Ibid, p. 998. 14Natalio Aldo Broda, y Alberto Prazicatti, Mayordomía integral de la vida, (El Paso,

Texas: Edit. C.B.P., 1966), p. 52.

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Pero lo realmente importante es que ya en esta época las ofrendas eran voluntarias, pues

todavía no había ley u ordenanza de Dios respecto a ello.

En Abraham encontramos también una particularidad especial, no sólo ofrenda a Dios por

medio del sacerdote Melquisedec, sino que además lo hace diezmando. En este momento

tampoco había ninguna ley divina en cuanto a las ofrendas.

Jacob cuando se encuentra con Dios y establece un pacto con El, deja claro quedará a Dios

el diezmo de las bendiciones recibidas. Aquí tampoco había ninguna ley establecida en

cuanto a las ofrendas.

Por lo que parece claro, que la naturaleza del hombre le inclina y le lleva hacia Dios. Todo

ser humano siente la necesidad de un dios, incluso los salvajes tienen dioses a los que se

dirigen.

Las ofrendas se practicaban antes del Antiguo Pacto, por tanto, son anteriores a la Ley

mosaica y como ejemplo, tenemos el caso de Caín y Abel.

"Los sacrificios premosaicos fueron conocidos entre los cananitas y otros pueblos del

mundo antiguo".15

Desde el origen de la humanidad, los hombres han apartado sus ofrendas a Dios. En todo

tiempo, a través de todas las épocas, los hombres han buscado el favor y la protección de

Dios. En la Biblia encontramos tres etapas bien diferenciadas las unas de las otras. Cada

una de ellas contiene instrucciones muy útiles para enseñarnos a dar nuestras ofrendas a

Dios.

Estas tres etapas son:

a/ Antes de la institución de la Ley de Moisés.

b/ Según la Ley de Moisés.

15Pfeiffer, p. 377.

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c/ Bajo la gracia, según el Nuevo Testamento.

"Loas grandes religiones paganas reconocían que Dios se mostraba en la naturaleza, por lo

que se acercaban a El, a través de su devoción a la fertilidad y al ciclo natural de la vida y la

muerte".16

16Rodolfo G. Turnbull, Diccionario de teología práctica, "Mayordomía", (Grand

Rapids, Michigan: Edit. T.E.L.L., 1976). p.16.

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II. LA OFRENDA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.

2.1. LA OFRENDA EN LA LEY.

El Antiguo Testamento pone de manifiesto la gran importancia que tuvo para el pueblo de

Israel el sacrificio.

“Es sorprendente que en el Antiguo Testamento no se encuentre ni una idea unitariamente

fija de sacrificio ni un término para el sacrificio que abarque el conjunto de los mismos."17

También "es un hecho a resaltar que la mayor parte de los ritos sacrificiales

veterotestamentarios no surgieron originalmente del culto a Yahvé, sino que se

desarrollaron en parte de la confrontación con los cultos paganos de los pueblos

circundantes, especialmente con los cultos cananeos."18

El sentido del sacrificio en el Antiguo Testamento se caracteriza:

a) Como una práctica de comunión entre los que ofrecen y Dios, al que consideran

presente como comensal.

b) Como donación del hombre a Dios, siendo el sacerdote quien decide si es

agradable o no a Dios.

c) Como restauración de la alianza destruida, es decir reconciliando al hombre con

Dios.

En 1º de Crónicas 29:1-14 vemos a David pidiendo al pueblo que diese sus ofrendas para la

construcción del Templo de Jerusalén. Los príncipes y el pueblo ofrecieron

voluntariamente todo lo necesario para su construcción. El pueblo se alegró, regocijándose

David pues el pueblo había ofrecido voluntariamente, con sinceridad de corazón.

17Coenen, p. 200.

18Ibid.

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"Las ofrendas voluntarias siempre traen gozo y satisfacción a los dadores y a los

recibidores; las ofrendas forzadas jamás."19 Además de un lugar de adoración el culto a

Dios requiere accesorios que tenían que ser suministrados por las ofrendas del pueblo, el

aceite para las lámparas, el incienso para el Altar, el pan ázimo para la Santa Mesa y los

animales para el sacrificio, todo ello era necesario para el culto y sólo se podían obtener

mediante dinero o con ofrendas en especies. Pero de una manera u otra el pueblo proveía lo

necesario.

No podemos olvidar que los sacerdotes y levitas eran mantenidos con las ofrendas del

pueblo, aceptándolo Dios como si le fuese hecho a El (Nm.18:21-24).

El pobre también tenía derecho y parte en las ofrendas de los israelitas. En sus fiestas el

israelita tenía que partir sus ofrendas con el huérfano, la viuda y el pobre (Dt.16:11,

Lv.19:9-10).

En el antiguo pacto además del diezmo había también el mandamiento de ofrecer a Dios

todos los primogénitos del ganado y todas las primicias del campo. Todas las primicias de

la tierra tenían que ser ofrecidas a Dios, aparte de estas ofrendas había otras de "carácter

voluntario como ofrecimiento de votos (Lv.7:16), acción de gracias (Lv.7:13-15) y

ofrendas voluntarias, que se debían ofrecer en la Solemnidad de las Semanas."20 La

ofrenda era un acto de auto-privación en favor de Dios.

"Todos los materiales con los cuales fue edificado el Tabernáculo eran ofrendas voluntarias

del pueblo de Dios."21 Para edificar la Casa de Dios no era válido el material ni ninguna

ofrenda de extranjero o extraño que no perteneciera al pueblo de Dios, pues era inconverso

y por tanto no aceptable al Señor, por lo que no debía ser mezclada con la ofrenda de los

19V.S. Azariah, Ofrendas cristianas, (Bs. As. Argentina: Edit. La Aurora, 1957), p. 72.

20Ibid, p. 100. 21El significado espiritual del tabernáculo, del sacerdocio levítico y de las ofrendas del

pueblo de Israel, (EE. UU.: edit:. Casa de verdades cristianas, s/f) p. 7.

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Santos. Los Príncipes trajeron sus piedras preciosas y especias; las mujeres trajeron sus

joyas y las que no tenían nada que ofrecer mostraron su amor haciendo trabajos necesarios

como cortar árboles, hilar, etc. Día a día el pueblo ofrecía a Dios hasta que Moisés tuvo

que impedírselo debido a la abundancia que había según vemos en Ex.36:6-7.

El libro de Levítico es el gran libro de los sacrificios del Antiguo Testamento. "En la

primera parte del libro se os presenta cinco distintas ofrendas: el holocausto, la oblación de

presente, el sacrificio de paces, la expiación de pecado y la expiación de la culpa."22

"Estas ofrendas se dividen en dos clases que son: las ofrendas de olor suave y las ofrendas

por el pecado."23

"El holocausto, la oblación de presentes, y el sacrificio de paces son de la primera clase, la

expiación del pecado y la expiación de la culpa de la segunda."24

La expiación del pecado y de la culpa se caracterizan en que se ofrecían por pecados que

habían sido cometidos por el pecador, consciente o inconscientes, es decir cometidos

ignorantemente o inconscientemente. La ofrenda no era quemada en al atrio sino que era

sacada fuera del recinto y quemada con fuego, como malditas de Dios. "Representaba que

la víctima era cargada con el pecado del israelita y su vida fue tomada en lugar de éste."25

"Estas ofrendas señalaban a Jesús, quien llevó el pecado y la maldición y con su muerte

satisface las demandas de la justicia divina a favor del pecador."26

22Ibid, p. 17.

23Ibid, p. 18.

24Ibid.

25Ibid.

26Ibid.

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Cristo fue hecho pecado por nosotros (2ª Co. 5:21). "Por una sola ofrenda perfecta, los

pecados de todos los que creen son de una vez y para siempre deshechos, para no ser

recordados más."27

Seguidamente detallaré las cinco clases de ofrendas ya enunciadas anteriormente:

La Expiación de la Culpa o " 'asam "28 (Lv.5:1-9, 6:1-7,7:1-10).

Esta ley dictaba las condiciones con las que se expiarían los pecados cometidos

conscientemente, pecados contra Dios y contra los hombres. Destacándose los pecados

individuales más bien que las personas. "Se permiten gran variedad de ofrendas según la

posición económica del oferente, pudiendo ser reducido hasta un puñado de harina, algo

que estaba al alcance de los más pobres."29 Pero esta ofrenda por la culpa no servía de

nada si no había confesión de aquello en que se pecó y la aceptación y obediencia a Su

Palabra.

La Expiación del Pecado o " hattat "30 (Lv.4; 6:24-30)

"El sacrificio para la expiación del pecado tenía que ser sin mancha."31 Sin defecto

descalificando al buey o cordero con la más mínima tara física. La expiación era

"santísima" (Lv.6:25), el que ofrecía debía identificarse con la víctima, con los pecados que

se debían expiar y con el sacrificio. "Reclinaba la mano sobre su cabeza, como si hubiese

dicho: ofrezco esta víctima como mi sustituto; me apoyo del todo sobre su mérito."32 Los

pecados se cargaban sobre la víctima y a esta se le daba muerte delante de Jehová. El sebo

27Ibid, p. 19.

28Pfeiffer, p. 378. 29James Smith, Comentario homilético de la Biblia Tomo III, (Terrassa: Edit. Clie, s/f),

p. 27.

30Pfeiffer, p. 378.

31El significado, p. 21.

32Ibid.

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o grosura era exclusivamente la porción de Jehová y debía ser quemada sobre el altar,

siendo este olor grato a Jehová, esta grosura ocupa un lugar importante en la ofrenda por el

pecado. El cuerpo era sacado fuera del campamento para quemarlo indicando que Dios no

puede mirar el pecado, pero mira al pecador con compasión. El sacerdote debía rociar la

sangre delante de Jehová. "primero delante de Jehová, segundo delante del velo, tercero

sobre el altar del incienso, en cuarto lugar toda la que quedaba era derramada al pie del altar

del holocausto"33 , el sacerdote rociaba la sangre al salir del recinto.

"Dios cargó todos nuestros pecados sobre Cristo, la gran Expiación del Pecado y los borró

para siempre."34 En la Cruz, Dios canceló para siempre su cuenta como hijo de Adán.

El Holocausto o " olah ", "la ofrenda del todo quemada"35 (Lv.1,6:9-13)

"A veces se llama la "ofrenda ascendiente" porque la palabra hebrea traducida "holocausto"

es "holah" que significa "lo que asciende."36 Lo que diferencia el holocausto de otras

ofrendas es que esta era enteramente para Jehová. El "carácter de la ofrenda: tenía que ser

sin defecto, no sólo a la vista de los hombres, sino también a la de Dios."37

El acto de poner la mano del israelita sobre la cabeza de la víctima era una identificación

con la víctima, desde este momento ya no era el, sino que era la ofrenda. "El israelita

venía consciente de su propia indignidad, para ofrecer una víctima en su lugar."38 La

ofrenda era sacrificada delante de Dios, su vida por la del pecador. "Era degollada delante

33Smith, p. 24.

34El significado, p. 20.

35Pfeiffer, p. 377.

36El significado, p. 22.

37Smith, p. 13.

38Ibid, p. 23.

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de Dios sobre el altar siendo su sangre rociada, luego lavar sus entrañas."39 Se le quitaba

la piel y era dividida, sus partes eran puestas a la luz para ver si era perfecta tanto

interiormente como exteriormente y luego era llevada al altar donde todo subía como olor

agradable a Dios.

Acerca del oferente: "Se necesitaba una ofrenda de acercamiento pues debido al pecado el

hombre no puede acercarse a Dios, esta ofrenda debía ser voluntaria y además debía existir

una identificación personal siendo el oferente aceptado en la ofrenda, era un privilegio

ofrecido a Dios."40

La Oblación del Presente u ofrenda vegetal "minha,"41 (Lv.2, 6:14-18).

"En esta ofrenda no había derramamiento de sangre, significando que no estaba asociada

con ella el pensamiento del sufrimiento."42 Esta ofrenda era de Flor de harina, harina de la

más fina, sin aspereza ni desigualdad en ella. "Se derramaba aceite sobre la harina (lv.2:1),

también se ponía sobre ella incienso (Lv.2:1) como símbolo de la pureza y la fragancia."43

Esta ofrenda como ya se ha dicho era amasada con aceite símbolo del Espíritu Santo,

ungida con aceite, aceite en ella y sobre ella, cubierta de incienso, cocida a horno, cuanto

más expuesta al fuego mayor olor tenía, olor grato a Jehová. No debía tener ni levadura ni

miel y sazonada con sal como símbolo de preservación, algo opuesto a la corrupción y era

ofrecida al Señor.

Esta es la "ofrenda de allegamiento": a la vez era alimento para el que la ofrecía.

39Ibid, p. 13.

40Ibid, p. 15.

41Pfeiffer, p. 378.

42Smith, p. 16.

43El significado, p. 25.

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"Una porción de esta ofrenda era dada a Aarón y a sus hijos. "Es cosa santísima", era el

pan de Dios y también del hombre,"44 pero sólo después de haberlo ofrecido a Dios.

El Sacrificio de Paces o " S'lamin”45, (Lv.3:1-17, 7:11-34).

"El carácter distintivo de esta ofrenda es que Jehová, el sacerdote y el israelita tenían todos

sus respectivas porciones en ella."46

Era preeminentemente la ofrenda de comunión. La comunión con Dios y la comunión

entre su pueblo están así representadas.

Esta ofrenda podía ser: macho o hembra, representando que en la comunión con Dios no

hay varón ni hembra, sino que todos somos hijos de Dios. Tenía que ser sin defecto delante

del Señor y el que ofrece se debe identificar con la ofrenda. Es necesaria la muerte

simbolizando que sin derramamiento de sangre no hay remisión.

Esa sangre debía rociar el altar simbolizando la aceptación por parte de Dios de esa

ofrenda, debía ser quemada siendo olor agradable a Dios. "El que ofrecía tenía una parte de

la ofrenda, el pecho y la espalda eran tomados por el Señor y devueltos al oferente, esto es

significativo pues el pecho indica afecto y la espalda simboliza fortaleza. Estas partes se

podían comer el mismo día como muy tarde hasta el tercer día."47

2.2 LA OFRENDA EN LOS PROFETAS.

En la época de los profetas creció el esplendor del cumplimiento de los sacrificios pero

también creció la creencia de que tenían poderes mágicos el acto del culto en sí.

44Smith, p. 19.

45Pfeiffer, p. 378.

46El significado, p. 25.

47Smith, pp. 20-21.

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Antes del destierro no existió ninguna teología especial acerca del sacrificio israelita, por

lo que estaba expuesto a las prácticas cananeas y a otras prácticas pagana, pudiendo servir

para fines interesados como por ejemplo para la fertilidad del país o la bendición de la

propia casa, incluso se podía utilizar mal como acción cúltica solamente externa. En contra

de ello surgió la protesta de los profetas los cuales exigían en lugar de sacrificio, la justicia

y el amor (Am.5:21ss, Os.6:6, Is.1:10ss, etc).

En la época exílica y postexílica el culto sacrificial adquirió mayor importancia, desde la

reforma de Josías en el 621 a C. el culto en lugar de realizarse en diversos santuarios se

centralizó en el Templo de Jerusalén, quedando el sacrificio en manos de los sacerdotes.

En este momento "la idea de la expiación se convirtió en el aspecto dominante de todos los

tipos de culto."48

Al promulgar los mandamientos para ayudar al pobre, los profetas a menudo recordaron a

los israelitas que era su deber ayudar al pobre, porque alguna vez habían sido ellos también

pobres y necesitaron ayuda y compasión de otras personas.

"Es importante el espíritu con que se hace la expiación, los profetas castigaron

constantemente a aquellos que colocaron su énfasis sobre el rito externo y no ofrecieron en

penitencia y fe."49

Algunos autores quieren ver como que los profetas pretendían abolir los sacrificios, algunos

pasajes como Is.1:11, Jer.7:22s., Am.5:21ss., Mi.6:6ss., aunque duros, un examen de ellos

demuestra que no castigan el sacrificio como tal, sino que lo que castigan es el modo de

practicarlo, sin preocupación por una vida recta.

48Coenen, p. 201.

49Pfeiffer, p. 476.

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III. LA OFRENDA EN EL NUEVO TESTAMENTO

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3.1. ENSEÑANZAS DE JESÚS.

Para que el creyente se de cuenta de que no posee nada sino que es tan sólo un

administrador de los bienes que Dios le ha confiado, el Señor Jesucristo habló de la actitud

del hombre hacia el dinero y las posesiones materiales en dieciséis de sus treinta y ocho

parábolas y en el Nuevo Testamento, uno de cada seis versículos se refiere a la actitud del

hombre hacia el dinero o las propiedades. "Jesucristo nos dio el ejemplo dando sus

diezmos y ofrendas ya que nadie le pudo acusar jamás de que no hiciera tal cosa, pues el no

hacerlo era pecado."50

Como sabemos en el tiempo de Jesús la Ley no había sido modificada, pero por algunas

expresiones del Maestro deducimos que los hombre no la estaban cumpliendo

adecuadamente. En todo momento El defendió la Ley tal como vemos en el Sermón del

Monte (Mt.5:17) dice: "No penséis que he venido para abrogar la Ley o los profetas, no he

venido para abrogar, sino para cumplir."

"En su enfrentamiento con el culto del Templo de Jerusalén, presupone Jesús la praxis

cultural del Antiguo Testamento” (Mt.5:23s., Lc.19:45-47),51 pero El al igual que los

profetas no rechaza fundamentalmente el culto, sino que El pretende un desprendimiento de

rituales y de legalismos para que realmente quede lo importante, el amor a Dios.

3.2. PRÁCTICA NEOTESTAMENTARIA.

Si leemos con detenimiento el Nuevo Testamento encontraremos que en él se habla más de

ofrendas que de diezmos, pero esto no significa que el diezmo queda anulado y sustituido

50Ricardo Sansano, El privilegio de diezmar y ofrendar, (Terrassa: Edit. Clie, 1981), p.

36.

51Coenen, p. 201.

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por las ofrendas, sino que el Nuevo Testamento hace énfasis en que el cristiano debe ser

más generoso que aquellos que vivieron sin una revelación tan clara de la salvación.

"Las investigaciones sobre la historia de la redacción permiten ver con claridad una

orientación ética de la concepción neotestamentaria del sacrificio: "No os olvidéis de la

solidaridad y de hacer el bien, que tales sacrificios son los que agradan a Dios" (He.13:15s;

Fil.4:18)."52

"En el Nuevo Testamento aparece el término: απαρχη sólo nueve veces y seis de ellas en

Pablo."53 El mismo llegó a presentar ocasionalmente ofrendas como vemos en Hch.21:26

y 24:17s.

El dar limosnas, diezmos y ofrendas para las arcas del Templo, fue práctica entre los judíos

durante la época del Señor.

Encontramos en Mr.12:41-44 y Lc.21:1-4, el relato de la ofrenda de la viuda, poniendo de

relieve el espíritu de la ofrenda, no debe ser de lo que nos sobra como en el caso de los

ricos, sino que debemos ofrendar todo, tanto en posesiones económicas como en nuestra

vida. Una entrega total y sin reservas es lo que agrada a Dios.

En el caso de la ofrenda levantada en favor de los Santos en Jerusalén, vemos como

ofrendaron por encima de sus posibilidades, con una entrega absoluta al Señor. En este

pasaje de 2 de Co.8:1-7, podemos ver el espíritu de solidaridad y generosidad de las iglesias

neotestamentarias.

Uno de los pasajes que describe más claramente el espíritu de la ofrenda neotestamentaria,

lo encontramos en 2 Co.9:6-15. En primer lugar nos dice que en la medida en que

sembremos, así segaremos, si con abundancia, con abundancia recogeremos, si

escasamente, escasa será nuestra cosecha. Pero también establece la condición de la

52Coenen, p. 202.

53Coenen, p. 199.

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ofrenda, con liberalidad tal como se propuso en el corazón, no con mezquindad ni por

necesidad, pues Dios ama al dador alegre. "Esta verdad debemos destacarla. Nadie está

alegre, si sabe que ha dado menos de lo que Dios espera de nosotros."54

En este pasaje también vemos el poder de Dios para darnos todo lo que necesitamos en toda

para que podamos abundar en buenas obras. Otra gran verdad que resalta de este pasaje "es

la gratitud del que recibe la ofrenda: gratitud hacia Dios porque lo posibilita, gratitud hacia

el donante por su generosidad y todo esto en favor de quien da, pues Dios retribuye en

generosidad."55

El apóstol termina su argumento diciendo: “Gracias a Dios por su don inefable". Esta es la

mejor manera de ofrendar siendo la ofrenda clásica del Nuevo Testamento.

También el libro de Hechos de los Apóstoles, en el cp.4:32-37 leemos como Bernabé

vendió su heredad y la puso a disposición de los apóstoles para que ellos distribuyeran esta

ofrenda según fuese lo más adecuado para la necesidad de la incipiente iglesia.

Vemos que el Nuevo Testamento no ordena el diezmo, las primicias o los primogénitos

como en el Antiguo Pacto. Ahora en el Nuevo Pacto, Pacto e Gracia, reitera el principio de

la ofrenda voluntaria, como respuesta del hombre al amor de Dios.

El Nuevo Testamento reconoce que no es posible que los animales puedan borrar los

pecados de los hombres (He.10:4), pero lo que los animales no pudieron hacer lo hizo

Cristo con su muerte.

"A veces el sacrificio en general se usa para ilustra Su muerte (Ef.5:2), a veces un sacrificio

en particular (1 Co.5:7) o el día de la expiación (He.9 y 10). Pero en todo momento se

54Broda, p. 57.

55Ibid.

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considera a Cristo como realizando plenamente lo que todos los antiguos sacrificios

prefiguraron oscuramente."56

La gran verdad es que Cristo tomó nuestro lugar cargando sobre sí nuestros pecados,

siendo El verdadero sacrificio perfecto.

"Tal como vemos en el Nuevo Testamento, los adoradores ya no necesitan de sacrificios

cruentos sino que dan paso a los sacrificios espirituales."57

3.3 FORMAS ACTUALES DE OFRENDA.

Después de lo que hemos leído podríamos preguntarnos ¿Cómo debemos ofrendar? Siendo

la manera cristiana de ofrendas "Como propuso en su corazón."58 Porque para nosotros

"Al dar nuestras ofrendas no lo hacemos en el sentido del Antiguo Testamento como

expiación por el pecado, no lo hacemos en especies ni en animales pero igual que aquellos,

lo que damos, lo consagramos, dedicamos y entregamos como ofrenda para la obra del

Señor."59

Nosotros al ofrendar deberíamos hacerlo con espíritu de sacrificio. Nuestras sobras no le

gustan a Dios. Pero sí es cierto que quien ha aprendido a dar sus dones, su tiempo, su todo

al Señor no tendrá reparo en ofrendar con sacrificio.

56Pfeiffer, p. 476. 57Ferguson y otros, Nuevo Diccionario de teología, (El Paso, Texas: Edit. C.B.P.,

1992), p. 828. 58M.A. Blanco, Diezmos y ofrendas, ¿Para qué?, (El Paso, Texas: Edit. C.B.P., 1973),

p. 14.

59Ibid, p. 9.

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"El gran secreto del dador está en esto: Da con alegría, con agrado y como propone su

corazón; y si su corazón es de Cristo su propósito será siempre lo mejor."60

Es fundamental un sentido de adoración en nuestras ofrendas. "Por medio de sus ofrendas

el adorador expresa su creciente vida interior, su gratitud a Dios, que desborda en

fraternidad dentro y fuera de la iglesia."61

La ofrenda debe formar parte del culto de adoración para que el creyente tenga la

oportunidad de dar testimonio de gratitud a Dios. Levantamos ofrendas (no colectas) como

testimonio al mundo de que somos mayordomos de Dios. "La frase "Levantar una colecta"

da la idea de pasar el sombrero y recibir un pequeño obsequio de donantes indiferentes."62

Recogemos las ofrendas para dar testimonio al mundo de que nuestras iglesias se

mantienen por la mayordomía de cada miembro.

"Entre el pueblo cristiano se consagra a Dios cierta cantidad de dinero, no en forma de

sacrificio para expiar pecados, sino para mantenimiento del ministerio y su extensión."63

Nuestras ofrendas además de ser parte de nuestra adoración, llevan el propósito de facilitar

la realización de la tarea de la Iglesia. "Las iglesias necesitan darse cuenta de que existen,

no para ellas mismas, sino para testimoniar a Cristo y que no es un gran logro el que

lleguen a sostenerse por sí mismas."64 En la medida en que cada miembro asuma esta

responsabilidad, será el progreso y afianzamiento de la obra.

60Ibid, p. 18.

61Azariah, p. 49. 62R.G. Turnbull, Diccionario de teología práctica, "El culto", (Edit. S.L.C., 1977), p. 88.

63Blanco, p. 9.

64Arariah, p. 51.

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"En demostración del amor que tenemos hacia el Maestro, nuestras ofrendas han de ser

generosas, superando el diezmo, con sacrificio si en necesario, pero demostrando a Dios

que le amamos y que deseamos demostrarlo."65

Razones básicas para ofrendar: 66

- La ofrenda empieza con Dios: nos dio a Su Hijo.

- Dar es una Ley de Dios.

- Dar en abundancia fue lo que caracterizó el estilo de vida de nuestro Señor.

- Dar es la esencia del Ser.

- Dar es la base para poder recibir.

- El hecho de ofrendar trae consigo las bendiciones de Dios.

- Al ofrendar estamos ministrando al mismo Señor Jesús.

- Cuando ofrendamos estamos quitando piedras de tropiezo para la fe.

En la hora de la ofrenda sólo existe un criterio, el amor de Dios y la obediencia a Su

voluntad.

"No hay bastante con dar a Dios una parte de nuestro dinero, según hayamos prosperado, es

necesario que sepamos ofrendar según las instrucciones bíblicas."67

"La ofrenda Cristiana inadecuada se debe en primer lugar a falta de vigor espiritual."68 Es

imposible ofrendar a Dios sin reconocer que todo lo que tenemos y disfrutamos se lo

debemos a El. "Si el cristiano no da su dinero a Dios, es porque no se han dado ellos

mismos a Dios,69 a ello se debe la baja proporción de las ofrendas, claro indicativo del

nivel de vida cristiana. Sería una buena medida a tomar el instruir a los nuevos conversos

65Broda, p. 59.

66Bill Bright, En la medida que siembres, (Terrassa, Edit. Clie, 1982), pp. 65-69.

67Clement Le Cossec, Verdades Bíblicas 2, (Terrassa: Edit. Clie, 1991), p. 77.

68Azariah, p. 49.

69Ibid.

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en lo que es la mayordomía integral, en lugar de esperar a una madurez espiritual en la que

por lo general ya es tarde para incentivar un compromiso.

Otro aspecto a tener en cuenta y que no incentiva al creyente es cuando, a la ofrenda se le

da como única finalidad el mantenimiento del local y los gastos a cubrir, etc., el verdadero

sentido de la ofrenda nace de que Dios es el dador de todo y su pueblo con gratitud le

ofrenda como una forma más de adoración y sumisión a El. "Si damos con alegría, seremos

edificados en la fe hasta el punto de que daremos porque es bueno no porque aproveche."70

En las iglesias donde su ideal es mantenerse por sí mismas y ello domina toda la obra,

corren el peligro de que sus pastores se conviertan en máquinas recolectoras de dinero y así

pierdan su poder espiritual.

A veces el sostenimiento propio de la iglesia anula su verdadera labor como ayudar a los

pobres, el esfuerzo misionero o una buena labor social. Es siempre deber de un pastor

sugerir a su pueblo reglas prácticas en cuanto a la ofrenda y no agobiarlos con exigencias

imposibles.

La forma en que pasamos la ofrenda debería de ser de manera ordenada y rápida pero sin

ser apresurada.

Es la ofrenda símbolo de nuestra entrega a Dios. Es un reconocimiento, dentro del acto

cúltico de la mayordomía, un recordatorio de que todo lo que tenemos pertenece a Dios.

Dicha ofrenda es recibida por el pastor o diácono y dedicada al servicio de la Gloria de

Dios.

Somos conscientes de que nuestras ofrendas a Dios son un acto serio, aunque a veces

actuamos de forma descuidada con ellas, olvidándonos de dar a Dios lo que corresponde.

70R.T. Kendall, El don de ofrendar, (Terrassa: Edit. Clie, 1992), p. 81.

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Hay veces en que las necesidades propias de la vida nos impiden dar a Dios lo que es suyo.

No hay propósito de engañar a Dios, queremos ser fieles y agradecidos. Pablo nos recuerda

que debemos dar en la medida de lo prosperado según nuestras posibilidades.

En la Biblia encontramos la forma correcta de ofrendar. No es sólo el dar dinero, sino de

forma que agrade a Dios.

- En 2 Co. 9:7 vemos que debemos ofrendar con gozo pues Dios ama al dador alegre.

- También encontramos que debemos ofrendar con buen corazón según 2Co.9:7. las

ofrendas entregadas a disgusto , por grandes que sean, no son agradables a Dios.

- La ofrenda debe ser tomada con celo (2 Co.8:7 y 9:2). Pablo elogia a los cristianos

que toman la ofrenda en serio y se esfuerzan por participar en ella.

- En 2 Co. 8:20 vemos como administraban las ofrendas cuidadosamente y de forma

honrada.

- Con buena voluntad, (2Co.9:2 y 8:12). Debemos ofrendar espontáneamente, sin

necesidad de que se nos ruegue o se nos valla detrás para cumplir con nuestro

privilegio.

- En Mt.6:3 vemos que la forma de dar es con discreción, sin ostentaciones ni

grandes parafernalias. El único que debe vernos es Dios, y es su aprobación la única

que nos debe interesar.

- La ofrenda debe ser entregada sin tristeza (2 Co. 9:7) no es ninguna obligación, es

un gozo y Dios ama al dador alegre.

- Tampoco debemos sentirnos coaccionados (2 Co, 9:7) no debe ser considerada

como una penosa necesidad ni una carga sino como un privilegio agradable del

cristiano. Nadie obliga a ofrendar a Dios, se es libre de hacerlo o no. "Cuando

hacemos lo que hacemos con objeto de decir gracias, Dios se complace en

nosotros."71

- En 2 Co.9:5, encontramos que nuestras ofrendas deben ser sin avaricia. "La

cantidad no es lo importante. Lo que es primordial es la proporción que damos con

71Ibid, p. 7.

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relación a lo que tenemos."72 Hay cristianos que primero ven sus necesidades y con

lo que queda, si queda algo, lo ofrecen a Dios. "No se trata de calcular qué

aportación de mi dinero doy a Dios, sino cuánto dinero de Dios guardo para mí."

(Roberto G. Letourneau.)73

- Por último nuestra ofrenda debe ser hecha con verdad (Jn 4:23), porque nuestras

ofrendas son una expresión de nuestra adoración.

También hoy en día y en nuestras congregaciones se practican estas clases de

ofrenda:

- "Ofrenda anónima, cuando no sabemos quien las deposita."74

- "Ofrenda sistemática, cuando la persona ha dispuesto dar determinada cantidad

semanalmente."75

- "Ofrenda específica, cuando se especifica para qué fin se está dando dicha

ofrenda."76

72Le Cossesc, p. 62.

73Ibid, p. 67. (Citado en).

74Blanco, p. 9.

75Ibid.

76Ibid.

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CONCLUSIÓN.

Este trabajo pretendía profundizar en el significado de la ofrenda, recordando su origen

pero haciendo hincapié en la ofrenda actual, la que brota del corazón de los hijos de Dios

como acción de gracias y reconocimiento al que todo nos lo da. No pudiendo dejar de

demostrarle nuestro amor de esta forma prescrita en la Palabra de Dios pero que debe estar

escrita en el corazón de Sus hijos.

Hay que recuperar si es posible el verdadero origen de la ofrenda, como acción de gracias y

no como aportar una parte del alquiler y el sueldo pastoral.

Pero también hay que hacer un llamado de atención; en nuestros cultos se pasan las

ofrendas como un acto mecánico despojado de todo sentido de adoración, dejándolo en

poco más que colecta.

En el momento de la ofrenda, el creyente debe ser inspirado no sólo a ofrendar cosas

materiales, sino movido a una ofrenda de su persona, llamado a una consagración integral.

Sólo así, Dios, realmente recibirá nuestras acciones de gracia como olor fragante.

El privilegio de ofrendar a Dios es para todos los cristianos, ricos o pobres, porque todos

somos Sus hijos, sus adoradores y como tal debemos comportarnos, recibiendo así las más

ricas bendiciones del Dios Altísimo.

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