· La obra literaria de Luis Espinosa 7 INDICE Biografía de Luis Espinosa...

Lorenzo Fernández Molina

2

La obra literaria de Luis Espinosa

3

La poesía y el teatro

de

Luis Espinosa

Edición de Lorenzo Fernández Molina


4

A mi amigo y compañero Martín- Miguel Rubio Esteban sin cuya ayuda y estímulo, difícilmente esta obra hubiera visto su finalización en tan corto espacio de tiempo.

El Autor.


5

LA POESÍA

y

EL TEATRO

de

Luis Espinosa


6


7

INDICE

Biografía de Luis Espinosa ............................... 9 Prólogo .............................................................. 11 Lira Manchega .................................................. 19 Viaje a mi Tierra ............................................... 97 Guerrinas ........................................................ 111 Ampliación y Refundición de la Leyenda de un Suceso Prodigioso ............................... 123 Sor Martirio ................................................... 141 Cantos ............................................................ 153 A la Señorita Emilia Canino .......................... 177 Boabdil ........................................................... 193 La Fuerza de la Raza ...................................... 213 Guiller ............................................................ 239 D. Rodrigo calderón o el Marqués de Siete Iglesias ........................................................... 255 Rizal ............................................................... 257 Las Cadenas del Amor ................................... 263 Sanjurjo .........................................................281 Re-Cuerdos ................................................... 287 Luces y sombras ………………………………. 367


8


9

BIOGRAFIA

D. LUIS ESPINOSA PEREZ, hijo de D Luis Espinosa y Catalán, Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica, y de Dª Estefanía Pérez Villaverde, nació en Filipinas el 7 de julio de 1891. Después del desastre independentista volvieron a España y se establecieron en Moral de Calatrava, pueblo del que era oriundo su padre. Hizo Magisterio en Ciudad Real, ya que conocemos que lo estaba haciendo en 1910, Su afición a la lectura y escritura procedía de mucho anterior ya que se conocen escritos formales hacia su profesión de escritor del 1908 y que figuran aquí en esta obra. Marchó a Madrid, entrando a formar parte de un grupo de teatro donde él realizaba la doble función de escribir e interpretar. Era un bohemio con una intensa vida nocturna y liberal. Casó con una mujer oriunda de Tomelloso llamada Pilar. Pronto empezó a tener trastornos mentales. Su forma de ser le llevó a continuar con su ritmo de vida sin tener en cuenta su situación matrimonial por lo cual ésta sufrió duros contratiempos. Aunque casado y aprovechando un viaje a Canarias se puso en relaciones formales con una de allí, relación que aparentemente mantuvo hasta su muerte. Su mal avanzaba a grandes pasos. Se negó a comer y su debilidad física se hizo patente aumentándole y multiplicándole también su debilidad mental, hecho que le llevó a ingresar en Ciempozuelos(Madrid). Murió en Moral de Calatrava, en donde está enterrado, el día 27 de enero de 1924 a los 32 años de edad.


10


11

PROLOGO

Transcurrían los años 50 cuando mis padres decidieron comprar

una casa y para ello entablaron conversación con Paula Espinosa e hija. Paréceme recordar que años antes había muerto la madre de esta

señora, Estafaría Pérez, a la sazón madre de nuestro poeta. Conociendo esta relación, pedí repetidas y reiteradas veces a su

hermana Paula me dejara leer cosas de su hermano. Mis esfuerzos y peticiones fueron baldíos, siempre se me dijo no tener libros, aunque se me decía que había escrito y publicado "Espigas y Azucenas" y que había dejado preparadas para publicar "Lira Manchega” y una obra de teatro” La Rendición de Granada".

Durante bastantes fechas compartimos casa, ellas vivían abajo y

nosotros arriba; mientras ellas hacían una casa en un trozo de un huerto próximo al Matadero en la salida de Almagro. Esto no llegó a realizarse nunca porque ellas se trasladaron a Madrid, primero provisionalmente y luego definitivamente, donde murió Paula y donde hoy vive aún su hija y sobrina de nuestro poeta, Estefanía.

Antes de trasladarse, y entre las cosas que siempre aparecen en

los baúles y que no nos sirven para nada, aparecieron cuadernos y hojas y que ellas se aprestaron a tirar y yo a recoger. Estos cuadernos y hojas que poseo y cuido con esmero han estado desde esa fecha, años 58-59, hasta el día de hoy en que he decidido proceder a darles luz, junto al material que he podido recoger y ordenar de diferentes sitios.

Muchas de las obras que se verán están incompletas; bien es

cierto que algunas parecen iniciadas, pero algunas otras parecen que deberían haber sido acabadas, pero que o algunos poemas han sido arrancados y utilizados en cualquier otra obra o, por el contrario, es que no han sido confeccionados o bien se han extraviado.

La obra he considerado dividirla en tres partes o épocas:

1ª EPOCA Recoge los trabajos comprendidos entre 1908 a 1913-15, entre

los que se encuentran: - Lira Manchega. Entre todo el material recogido y en uno de

esos cuadernos figura con hermosa caligrafía y sobre tres líneas:


12

Luis Espinosa Poesías

Lira Manchega Después de analizar su contenido, que he deseado exponer

completo he podido constatar que: . Fueron poesías de su primera época. Posiblemente abarque

desde los 16 años hasta los 18. Corresponde a su vida de estudiante de Magisterio en Ciudad Real.

. Fueron comenzadas en 1908 y quizás acabadas en 1910.

. Todo el libro registra una gran frescura, aunque le falta la profundidad que luego con el paso de no muchos años logró alcanzar.

. Una parte de los poemas está sin corregir, amén de incompletos; ello me llevó a pensar no incluirlos en un principio aunque posteriormente haya decidido hacerlo.

. Faltan poesías en la cuarta y quinta parte que están cortadas con tijeras, posiblemente fueron utilizadas por él para alguno de los libros impresos.

. El cuaderno era copia de otro cuadernillo que parece ser el original, y del que se han recogido y cotejado algunos trabajos que no figuran en el 1º.

- Viaje a mi tierra . Conjunto de poesías en su viaje a

Filipinas. Posiblemente al acabar sus estudios deseó volver a Filipinas, quizás por nostalgia, o bien por un simple deseo. Están escritos en 1913 y vienen firmados y traen la fecha en que fueron escritos. Al cuaderno en el que vienen le faltan muchas hojas; lo cual nos da a conocer que además de estos poemas, que generalmente están dedicados, escribía otros y que no corresponden al viaje sino a otros recuerdos. No tiene nombre el cuaderno, por tanto no conocemos qué nombre le deseaba dar el poeta, pero como corresponde a este hecho le he puesto este nombre.

- Guerrinas. Esta obra se nos presenta en un cuaderno, del

cual existen pocas hojas. Da la impresión que le han arrancado al comienzo y, al ser grapadas dobles le faltan, por tanto, al final en la misma cuantía, como así mismo algunas de la parte central, lo cual ya figura indicado en la parte consiguiente.

La obra, según mi modesto entender, fue escrita en su juventud y posiblemente sea anterior a su marcha a Madrid. La obra está escrita en tinta y con un tipo de letra cursiva, aunque con otro tipo hay dos pequeños fragmentos. Está escrito “a vuela pluma”, por su rapidez, donde los nombres de los personajes, no aparecen completos; cosa que sí sucede


13

cuando la obra está repasada. Por la rapidez y por la juventud, comete faltas de ortografía que en otros momentos no acostumbra a tener. Fue repasada, y en la misma figuran bastantes tachaduras hechas con lapicero, que no siempre son sustituidas, de tal manera que existen anulaciones por no coordinar con la estructura de la obra, y después de ser anuladas, la corrección tampoco lo deja completamente coordinado, lo cual implica que aunque fue repasada, lo hizo tan deprisa que, o bien se le pasó sustituir lo omitido, o bien al hacerlo deprisa lo hizo mal.

El acento andaluz que aparece en la primera parte de la obra, no aparece casi en la segunda. Es por ello una comedia, que creo que fue sólo esbozada y que aunque sólo tengamos el acto 2º y suponiendo fuera escrito el 1º quizás nunca llegara a estar preparada para su terminación.

El nombre se lo hemos puesto nosotros mismos, ya que al faltar la primera hoja no lo conocemos, y se lo hemos dado siguiendo la costumbre de titularlo con el nombre del personaje.

2ª EPOCA

Recoge los trabajos realizados desde su incorporación al mundo de Madrid, la mejor época del poeta donde se van encontrar los trabajos publicados, aproximadamente 1913-15, hasta 1920:

- Ampliación y Refundición de la Leyenda Histórica,

publicada en Abril de 1.917. Acompaña a esta obra un poema dedicado a Moral compuesto en ese mismo año el 12 de Marzo. Fue impresa en Moral de Calatrava y lanzada como un pequeño librillo en recuerdo del centenario de un milagro.

- Sor Martirio , drama en tres actos y en prosa, está escrito en 1917, de una gran fuerza expresiva. Hay que lamentar que sólo posea el Acto 1º y que se encuentra en un cuaderno, debiéndose considerar como definitivo, a pesar de tener unas cosas enmendadas. Obra en prosa con nombre original del poeta.

- Cantos. Es un conjunto de poemas escritos a finales de Mayo

de 1918 que comienza con una introducción a los seis años de ausencia. No le dio nombre. Se compone de 27 poemas y la introducción en prosa, aunque el poeta consideró que no deberían ir en éste los números 3 y 15, ya que intencionadamente fueron eliminados. Se puede encontrar influencias en el poema “A Sofía Corral” de Gutiérrez de Cetina, por su tomo anacreóntico, figurando, también, un bellísimo himno propio de himnos nacionales y cantos de guerra de ritmo anapéstico, y así mismo, entre otros, un canto épico, siguiendo a Tirteo.


14

- A la Sta. Emilia Canino, conjunto de 17 poemas con uno

de introducción, dedicatoria y epílogo dedicados a esta señorita, falta el poema nº 18, que se supone que es con el que comienza antes de la dedicatoria. Están compuestos en 1918; por tanto estamos en su época en Madrid.

- Boabdil, sólo aparece el acto 2º aunque acabado y pasado a

limpio, lo cual nos da idea de que bien pudo haber terminado la obra completa y haberse extraviado el resto.

- La fuerza de la raza. Es un drama en 3 actos, de los cuales sólo poseemos el 1º y 2º incompleto ya que debe faltarle quizás sólo la primera página. Está escrito en un paquete de cuartillas grapadas. Corresponde a su etapa de Madrid donde el poeta ya nos demuestra un dominio de la escena. Podríamos fijarla sobre el año 1917-18.

- Guiller . Tragedia. De esta obra no conocemos ni su título,

(le he dado el de la protagonista al fin de identificarla), ni los actos: Nos falta al menos la página inicial en la cual el autor nos daría estos pormenores, por tanto no sabemos en que punto se encuentra. Fue escrita al igual que la anterior “la fuerza de la raza” en cuartillas grapadas. Por ello deducimos que se escribió en las mismas fechas de la obra anterior.

3ª EPOCA Época final; la época de los desvaríos, sus locuras, sus recuerdos,

sus nostalgias, sus ilusiones(de 1920 a 1923), ya que su muerte fue en Enero de 1924. De esta época podemos encontrar una serie de hojas, la mayoría de ellas (½ parte médico y partes de medicaciones). De entre todo ello hemos podido presentar:

- D. Rodrigo Calderón o el Marqués de Siete Iglesias.

La obra de teatro, tal nos dice el autor, es una tragedia histórico-romántica en 3 actos y en verso. De esta obra sólo conservamos la hoja inicial, ignorando si llegaron a existir otras más. Fue escrita en 1923 ya que la hoja corresponde a un parte de medicación diaria, igual que una parte de la obra de Re-cuerdos y que fue escrita en esta fecha. El título es del poeta.

- Rizal. Es un conjunto de hojas escritas en media folio

cuadriculado y unos partes que se mencionan, escritos a una cara y en la trasera figuran algunas poesías. Recuérdese que también en Re-cuerdos hay


15

un poema sin una ubicación adecuada dedicada, aparentemente a Rizal, que bien podría haber escrito con las miras de una posible ubicación en esta obra y que se le podría haber inspirado en ese momento. Hay que tener presente, que todas estas hojas están sin repasar.

- Las cadenas del amor. Comienza con la hoja 1, sin figurar

su número, de dietario médico en donde debían figurar las medicaciones diarias, enfermos y horas. Las hojas están sueltas todas.

Además de “Las cadenas del amor”, también le da el nombre de “Los pecados del amor” y “Con el sudor de tu frente”. Pone “2 actos en prosa y verso”, aunque luego con lapicero pone “3 actos y en verso”. La nota de “inspirada en Pedro Mata”, la tiene tachada con lapicero. El lapicero parece ser el repaso de la obra. Está escrita a finales del año 1923. La obra es incompleta, no por no haber sido acabada sino por faltar las hojas ya que todas ellas están sueltas, según se menciona en ella.

- San Jurjo. De esta obra sólo se han encontrado dos hojas de

las medicaciones diarias. Le he dado el nombre del protagonista principal. De lo visto podemos deducir que puede ser igual una comedia que una tragedia, ignorando el número de actos y el estado de avanzado desarrollo en que se encontraba. Las hojas no llevan ninguna enmienda, lo cual nos da a conocer que se dan por definitivas y que ya fueron escritas anteriormente.

- Re-cuerdos. Están escritos los poemas en hojas sueltas de

dietario médico, por ambas caras. No forman un conjunto, ni tienen un nombre específico para nominar esta parte; sólo me ha llevado a darle este nombre considerar que en su mayor parte son recuerdos de un pasado mejor, analizados dentro de su condicionada cordura.

Todos ellos, deben considerarse escritos en 1923 o comienzos de 1924.

Aquí se encuentran magníficos poemas como: “Mi barca” (el ataúd como barca que nos lleva a la otra orilla); “A Ávila ”, (donde el poeta contrapone la Teresa de Ávila a la Teresa de Espronceda); los espléndidos sonetos “A Josafat”, “Al Conde Limpias ” y “ Soy español”; en el “Canto a Valencia”,(quizás con excesiva retórica, pero donde D. Rodrigo demuestra una superioridad moral sobre D. Juan) ; “A Santiago de Compostela” (donde el poeta pasa del endecasílabo al octosílabo sin romper la rima dándonos un ejemplo de su dominio métrico) o el canto “A Don J. De B.”(posiblemente basado en algún chisme de Madrid, escribe este poema sobre el pretendiente carlista D. Jaime de Borbón a la corona española).

La formación del poeta es manifiesta y grande: desde el dominio de los versos, su métrica y ritmo entroncada con la mitología, un


16

vocabulario amplio y una vida bastante azarosa nos dan los componentes para poder decir que estamos ante un gran poeta. Un poeta no sólo de nacimiento, sino también de oficio.

Por último, sólo me queda hablar de su obra Luces y sombras, publicada en Madrid en 1917 pero escrita en 1916. Contiene 55 poemas. Y en la solapa de la publicación figura:

. Obras del mismo autor: MARIPOSAS (poesías) y MADEJAS DE PLATA (poesías)

. Próxima a publicarse: LA VÍBORA (novela).

. Obras en preparación CREPÚSCULOS (Poesías), DEL CAMINO (poesías), BLANCA (drama en 2 actos) y EN LA LÍNEA DE FUEGO (juguete en un acto).

De todo ello, ignoro si hay algo, aunque cabe la posibilidad de que algunos poemas pudieran corresponder a poemas escritos en este libro.

TÍTULOS Los títulos que se recogen se han encontrado en los márgenes de

sus escritos. No tenemos más referencias. Muchas de ellas parece que estuvieran en vías de escribirse o que se hubieran escrito. En otras simplemente existía el título. Pero para un mejor conocimiento del poeta aquí figuran reseñadas, y son las siguientes:

- EL APROPÓSITO DEL CENTENARIO . Obra de teatro,

representada el día 22 de Abril de 1917 a las 9 de la noche, debido a las plumas de D. Luis Espinosa y D. Manuel de Aranda y que termina con la grandiosa apoteosis de Piedralabes. Conocemos su representación por los programas de mano aunque no conozcamos la obra.

- EL ARREPENTIMIENTO DE LUIS ESPINOSA, POR EL MISMO . Supongo que era el título que pensaba ponerle a algunas de poesías más intimistas y que deben estar incluidas en Re-cuerdos.

- EL BACHILLER GARCILASO. Poema en 3 cantos. - EL CRIMEN DE HOY. Novela. - GUERRA A MUERTE. Novela. - EL PIRATA ROJO. Poema. Existen unos apuntes de él. - EL PORVENIR DE UNA CASA. Pasillo cómico en 1 acto. - ESQUILACHE. Drama romántico-histórico en 3 actos y en

verso. - LA CORTE DE CARLOS IV. Drama romántico en 3 actos y en

verso. - VOCES DEL ALMA. Tragedia rústica y en prosa.


17

- AGUINALDO. Tragedia en 3 actos y en prosa. - AD-EL-KRIM. Drama en 3 jornadas. - EL CABALLERO DE LA MALA SOMBRA. Poema en 3 cantos y

en verso. - LA CANCIÓN DE LAS CANCIONES. Poema en 3 cantos. - ENTRE DIVINA Y HUMANA. Comedia en 2 actos y en prosa.

Estuvo escrita total o parcialmente. - EL DOLOR DE LOS PLACERES. Novela. - EL RAPTOR. Novela. - LA LUCHA POR LA EXISTENCIA. Sólo conocemos el título. - LOS RIVALES DEL AMOR. Sólo conocemos el título. - HERNÁN CORTES. Sólo conocemos el título. - EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA. Sólo conocemos el título. - LOCURA DE AMOR. Sólo conocemos el título. - EL DOLOR DE UNOS AMORES. Sólo conocemos el título. - ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE. Sólo conocemos el título. - ENTRE LA ESPADA Y LA PARED. Sólo conocemos el título. - FLORES DE MI MUSA. Sólo conocemos el título. - LOS AMORES DE UNA GOLFA. Sólo conocemos el título. - LA NOCHE DE AYER. Sólo conocemos el título. - BAJO LA ZARPA. Sólo conocemos el título. - EL AMOR DE LUIS NARVÁEZ. Sólo conocemos el título. - EL ALMA DEL PADRE ATIENZA. Sólo conocemos el título. Las obras nacen, como las de todo escritor de raza, para ser

publicadas, y el poeta las compuso con este fin último, las circunstancias de su corta vida no le proporcionó el tiempo de poderlo hacer y como a mí no me pertenecen, sino pertenecen al autor, aquí tienen para su análisis a éste gran desconocido pero gran escritor y poeta que su corta vida no le permitió triunfar.

Lofermo.


18


19

L I R A

M A N C H E G A

Luis Espinosa


20


21

Dedicatoria:

A la Srta. Rafaela de Miguel y Clemente.

Acéptalas y con ello, me darás de cariño, la prueba más grande que pudiste imaginar. L. Espinosa.

Moral de Cva 1910


22


23

Primera parte .

Cantos y penas a

Rafaela.

7 de Enero

Moral de Calatrava 1910


24


25

SONETO

A mi Rafaela

Recibo tu misiva cariñosa hoy siete de Julio, Rafaela, que llena de esperanzas y que riela mi vida de canciones amorosa. No dudo, no te muestres veleidosa con quien celos de ti nunca recela; hoy, mi vida, la ausencia la desvela, y la llena de bruma temblorosa. Mi corazón ansioso, su cendal, rasgar quiere celoso y a la vez teñir de mil colores el cristal; espejo sempiterno de tu tez, grabado con buril en Ciudad Real y luego encarcelado en Aranjuez.

NOTA: El poema anterior originalmente llevaba por título: “ Su carta « A Rafaela ». Soneto”.


26

SONETO

A la capital manchega

Ciudad Real, ideal país de ensueños, que no puedo olvidarte un solo día; pueblo donde soñó mi fantasía y pasaron mis cursos Normaleños. Donde gocé los días más risueños, donde quise con ciega idolatría, do más sufrió también el alma mía, donde siempre triunfé con más empeños. ¡Oh! pueblo de fantásticas leyendas, pueblo de libertades soberanas; de conquistas y ciencias más tempranas de ídolos extraños y de ofrendas. De cuanto imaginar el hombre pudo Ciudad Real ideal, yo te saludo.

* Este soneto fue inspirado bajo una oliva en la Gredera.


27

¡Cuantísimo te quiero! ¡Cuando podré admirar puesto de hinojos muchas horas seguidas tu hermosura; viendo brillar de amor por ti mis ojos mientras ciñen mis brazos tu cintura! ¿Cuándo veré llegado el feliz día, que con ansia infinita siempre espero, en que colmes mi pecho de alegría diciéndome "Cuantísimo te quiero"? ¿Cuándo disfrutaré la dicha inmensa de sentir el dulcísimo embeleso, en que mi alma constante piensa, de unirse nuestros labios en un beso? ¿Cuándo terminará mi cruel dolor? ¿Cuándo a mi alma volverá la calma? ¿Cuándo te oiré decir ebria de amor: tuya soy, para siempre, en cuerpo y alma?


28

Rafaela en Aranjuez

Allá lejos, muy lejos, latir suele el corazón amante de una niña; aquí dentro, muy dentro, a mí me duele, y dos dolores mi dolor apiña.

Allá lejos, muy lejos, dos perlas suele haber en dos endrinos ojos, que me hacen delirar; aquí, en mis pupilas tan solo puedo ver dos gotas desecadas que no puedo borrar. ¡Ay! pobre Rafaela, amor de mis amores, la dicha más inmensa que yo pude soñar; aquí desde este cuarto, do lucen cien mil flores, te mando perfumado a ti este cantar. Recuerdas ¡oh! amor mío los días tan dichosos; de dichas indecibles que no puedo contar; recuerdas cual felices y un tanto venturosos pasaron y cansados estamos de aguardar. No llores, mujercita de sonrosada faz, tus lágrimas se posan aquí en mi corazón; si lloras me atormentas robándome la paz que yo tengo esculpida dentro de mi canción.


29

Un beso el corazón

No comprendo lo que siento, que carcomiendo mi vida, hiriéndome el pensamiento, en mi soledad presiento que Rafaela me olvida. Pero en vano presentir, ¿quién me lo puede afirmar? que ella deje de sentir y su corazón latir... y sin latido olvidar. ¿Quién me puede descifrar, ese enigma misterioso? si no dejo de soñar que es el ángel tutelar de mi erótico reposo. De mi reposo que vuela, tras de su imagen querida, por que tu tez lo desvela, cuando la ve Rafaela en sus ensueños prendida. Cuando en sueños ideales, fascinas mi mente loca; descorriendo los cendales, creo apurar los panales de las mieles de tu boca. Cuando tan bella te veo en sueños tan fementidos; besar en tus labios creo, y de placer me mareo y despierto arrepentido. Y arrepentido me siento, de tu imagen profanar; porque solo el pensamiento


30

no tiene arrepentimiento por que no llega a morar. Y si a humanizarse llega mi pensamiento travieso; en tu cariño se anega porque la pasión lo ciega con la promesa de un beso. Pero no será liviano el beso de mi pasión; ni de deleite mundano es el beso del arcano que encierra mi corazón.

NOTA: Originalmente el poema lo titulaba “A Rafaela....”


31

¿Sabes lo que es querer? ¿Sabes lo que es querer? Si no sabes, pregúntamelo a mí; yo te diré que es entregar la vida con loco frenesí; a quien te entrega con placer la suya y vive para ti. Que es encerrar dos cuerpos en un alma, que es sufrir y gozar; atormentarte si con celos y luchar aborrecer y odiar y ser feliz así: sabes lo que es querer, si no lo sabes pregúntamelo a mí.


32

SONETO

Al pálido lucir de opaca luna; entre cipreses fúnebres la veo, tan bella y tan gentil, que yo la creo mujer encantadora cual ninguna. Sus brazos son la seductora cuna; donde yo recostado me mareo; y en sueños ideales me recreo, en ver su faz, sin aprensión alguna. Tierna y delicada es su ternura, grande e infinita su belleza; cuando yo aprisiono su cintura me dan grandes dolores de cabeza; y experimento sensación escasa si de amor y pasión ésta se abrasa.

NOTA: Originalmente le puso como dedicatoria: “A la siempre querida mujercita que late mi corazón. ....”.


33

SONETO

¡El amor es morir! alguno dice, ¡es vivir el amor! otro murmura; y esotro más allá con amargura amor y vida en su dolor maldice. Aquél a los demás les contradice; y juzgándole cuerdo la locura, ve del que siente amor; y sin ventura aún más loco que todos le bendice. Ni el sabio en su valer, ni el caballero, ni el rústico, ni el débil ni aún el fuerte; pueden hablar de amor, según infiero. Más conforme a las frases que otro vierte; si vivir es amar: "vivir yo quiero", si morir es amar: "quiero la muerte".

NOTA: El título original era :”El amor” y como dedicatoria: “A la Srta. Rafaela de Miguel”.


34

Soñé

Soñé que entre mis brazos te aprisionaba, estrujándote, loco, contra mi pecho; que tus ojazos negros y relucientes en los que fulguraban vivos deseos me lanzaban miradas de pasión llenas que me llegaban niña dentro, muy dentro. Que tu boca tan fresca como las rosas balbuceaba en mi oído quedo, muy quedo, promesas de cariño, que interrumpidas, para darme tu alma deshecha en besos, que mis labios posados sobre los tuyos, cual las cerezas rojas, bebía en ellos dando a mi ser deleite jamás sentido, la embriagadora esencia que va en tu aliento, que tus manos tan blancas y tan chiquitas se enlazaban febriles sobre mi cuello; y con voz apagada me repetías: ¡Ilusión de mi vida! Cuánto te quiero....... Que yo como respuesta sellé tu boca con un beso callado, muy largo..., eterno, que tu cuerpo y mi cuerpo de amor temblando en apretado abrazo se confundieron; y entre halagos, caricias, besos, suspiros, nuestro amor con largueza fue satisfecho. ............................................................. Que después, después,... nada, silencio, calma, obscuridad, tristeza, sombra, misterio; una ilusión deshecha, desvanecida lo que fue una esperanza, ya es un... recuerdo.


35

Despedida

Fue así por que el destino lo quería; que en aquel loco y terrible paroxismo, toda aquella ventura que fulgía se hundió en las tenebreces del abismo. ¡ Oh! noche, corazón ¡Oh desventura! que tras la frigidez del amor nuestro se elevó un cáliz, nido de amargura, como un fantasma pálido y siniestro. Solo recuerdo de la noche aquella que en el espacio agonizó una estrella. Que la luna sus rayos ocultaba; y al despertarme triste a otro día por mi mejilla, pálida y sombría, una lágrima ardiente resbalaba.


36


37

Segunda parte.

Amorosos Recuerdos



38


39

Hoy hace un año Hoy hace un año, sí un año, que después de mil contrariedades y otros tantos sufrimientos pude obtener de ti una palabra lisonjera, base mi felicidad, freno de mi desdicha y faro de todas las ilusiones amorosas encerradas en mi corazón amante. Hoy es el siete de enero, un año ha pasado, un año ha envuelto nuestro amor en días de felicidad; paréceme que fue ayer cuando reclinado en tu ventana te ofrecía mi amor y te pedía abrigaras en tu pecho el cariño que te brindaba vertido en palabras amorosas que desoías, por no convencerte de la realidad, creyéndolas inciertas y no comprendiendo que tenían un fondo puro y sin mancha. Hoy que estás convencida de lo mucho que te quiero, del mutuo cariño que nos profesamos, no desoirás mis súplicas y escucharás mis lamentos. Sí, hoy hace un año que nuestros corazones laten con violencia, que nuestras almas están unidas por los vínculos de la amistad amorosa; mañana estaremos unidos por lazos irrompibles, que jamás podremos romper, por que la felicidad de nuestro cariño será el nudo más misterioso que sujete nuestra dicha. Tu has sido buena, la bondad siempre ha estado en tu pecho y la verdad en todo momento ha morado en tus labios; en mi alma reina la satisfacción y el orgullo, por que se que amo a una mujer que todo es dulzura, a una virgen que todo es pureza y a una joven que no tiene más anhelo que la virtud de su alma. Yo te corresponderé, yo te pagaré buscando la felicidad, yo te ofreceré la dicha y juntos la gozaremos en la tierra y allí en el cielo Dios te brindará con el lugar Sacrosanto que te mereces.

NOTA: En el original primero figura con la dedicación: “ A la Srta. Rafaela de Miguel y Clemente”.


40

Ayes del alma ¡Rafaela, aquella morenita de ojazos negros, aquella virgencita de bronceada tez ¡está encerrada! ¡Hace tanto tiempo no ha visto a aquél que tantos y tan grandes recuerdos le dejó, que las lágrimas humedecen sus pupilas constantemente porque le ahoga la pena al recordar feliz sus amores, aquellos amores que brotaron en el fondo de su alma! ¡Pobre Rafaela! Tu que abriste en mi corazón un volcán lleno de pasiones amorosas, tu que encerraste en mi alma un cariño sincero, tu que grabaste en mí una futura dicha. ¡Estás encerrada! Y tu corazoncito, no puede dirigir al mío una frase, un pensamiento, nada, solo puede suspirar sin revelar este secreto absolutamente a nadie, porque té lo prohiben rigurosamente esas que se llaman Hermanas de la Caridad. Yo también sufro y de mi corazón jamás se borrará la pena que perenne y desgraciadamente me aflige. Yo también estoy rodeado de torturadoras penas y crueles sufrimientos y en mi rostro llevo señales imborrables que claramente demuestran interminables desconsuelos, a la vez que mi alma está transida de amargura y anegada por el más fuerte y bárbaro de los dolores. Sólo tengo un recuerdo y tan sólo me consuela una débil y mortecina duda a la cual llamamos esperanza. El recuerdo es tuyo, es uno de aquellos que entre tantos me dejaste, está lleno de sonrosada luz y rebosa de ventura y alegría y la esperanza tuya también; pero ésta está llena de obscuridad y le amenaza una enfermedad tan lenta que parece que débil y sin fuerza yacerá siempre encerrada en ese misterioso Colegio. Y digo misterioso, porque misterio encierra nuestra desdicha, porque incomprensible de todo punto es y se presenta ante mi vista la causa que te pueda retener en ese educativo centro a la ya adolescente edad de 18 años. El secreto para mí es un problema sin resolución; mucho he pensado, mucho he aguzado mi entendimiento, me fue imposible resolverlo y como misterio lo he dejado por superar notablemente a mi limitada capacidad. ¡Ay! pobre Rafaela, eres víctima de la más grande y desconsoladora pena. ¡Pobre mujercita mía! Que tan joven y tan bella es tan desgraciada. Allí encerrada, allí retirada de los placeres, de las alegrías y del respiro de


41

aquel que la quiere con toda la fuerza de su corazón, sufre las desdichas y las calamidades más horrendas y no le ahoga la tristeza porque puede llorar, sobre las amorosas cartas que en felices tiempos le dirigió su amante. ¡Rafaela! Tus ojitos, aquellos ojos, que yo tengo por tan bellos y que tantas y tan apasionadas miradas me dirigieron, hoy estarán llenos de melancolía; y su sonrisa, aquella sonrisa propia de sus encantos, habrá desaparecido marchitándolos y dejándolos sumidos a la más grande y descomunal de las amarguras. Pero no llores, que tus ojos no se humedezcan con pesares, que los sufrimientos no torturen tu pecho; por que aquí en el mío, aquí donde late este corazón henchido de sincero amor hay un pensamiento, ese es para ti, él te librará, él descorrerá y esclarecerá esa nube que oscura se presenta ante nosotros, que luchamos con mil contrariedades, esperando que llegue la hora que juntos lloremos nuestras desventuras.

NOTA: Originalmente figura, tras el título la dedicatoria a: “A la Srta. Rafaela de Miguel y Clemente” .


42

Soñando

¡Ay! ya mi tosca pluma, cantar no puede como en felices días; ya mi corazón lloroso y angustiada mi alma, anhelosos huyen en busca de la soledad que les brinda consuelos infinitos. Ya voló y se alejó de ellos aquella venturosa alegría, y la melancolía y la tristeza los tiene sumidos en el mayor y más caudaloso valle de amargura. Ya mi vida yace sepultada en el abismo donde las fatigas y los sufrimientos se ahogan a fuerza de pesares, ya todo es obscuro, ya la existencia reclama al poderoso Hacedor más desdichas, más calamidades, para terminar en un momento y volar allí donde quizás se encuentre una dicha y un cielo. ¡Rafaela! Si yo pudiera enseñarte este corazón. Si contarte pudieran las fibras más sensibles de él todo lo que sufre, me despreciarías; porque podrido y asqueroso lo tengo encerrado aquí en este pecho intransparente y de obscuras facetas. Pero yo tengo la culpa; tú no; yo la tengo, sí; tú aún no has dejado de quererme, pero yo, yo tampoco. Es que en este momento he soñado que me olvidabas y en ensueños, loco, he cogido la pluma y me he querido suicidar.


43

Yo te conocí Era el día 12 de diciembre de 1.909, hacía unos cuantos días había roto mis relaciones amorosas con cierta muchachita rubia de ojos azules claros, boca sonrosada, dientes nacarinos y pelo brillante como los rubios destellos del Sol Africano. Serían las 6 de la tarde, cuando acompañado de varios amigos tornábamos por la calle de Calatrava de dar nuestro acostumbrado paseo. En un balcón de dicha calle, en el de la casa señalada con el número 12, pudimos contemplar la peregrina belleza de tres señoritas que reclinadas sobre tan clásico balcón despedían rayos de juventud amorosa. Una de ellas, más morena que los sueños de un turco y de ojazos más negros que las torturas de mi alma, quedó con la mirada fija en mí, ésta despedía chispas que como si fueran electrizadas por ella misma pasaban al fondo de los corazones masculinos. Y yo que soy uno de esos hombres que hacen nacer al cariño espontáneamente; que no lo somete a pruebas, que odia los sacrificios, que no siembra, pero sin sembrar quiere recoger; y que quizás no habiendo ese germen personal o particular, que para nada sirve, brote antes en los corazones amados ese cariño embriagador capaz de arrastrar hasta el abismo todo cuanto estorbe a su paso en su carrera. Y digo personal o particular, porque desde tiempo inmemorable sentía

en mi corazón un deseo, tenía grabado en él el cariño o el amor y allí me estorbaba y; queriéndolo ofrecer, lo brindaba a la primera muchacha, se lo hacía sentir porque el corazón lo sentía, no porque yo lo sintiese, no porque la muchacha me agradara, no porque sintiera por ella lo que por una mujer que como tu Rafaela llena todas las aspiraciones de mi enamorada alma.

Pero hay una providencia, un Dios justo y bondadoso, Él me hizo dirigir mis pasos por una calle, fijar mis ojos en un balcón y latir dos corazones al mismo tiempo, enamorando dos almas que hoy son un solo espíritu.

NOTA: Originalmente detrás del título venía dedicado a: “A la Srta. Rafaela de Miguel y Clemente”.


44

Nunca te olvidaré

Adiós, Rafaela, adiós; ¡ojalá! por dicha mía tu resplandor nos sirva un día para mirarnos los dos.

Nunca té olvidaré; a fe mía que antes de olvidarte moriría de pena. Te quiero tanto que, aunque mucho escriba, nunca te podré decir cuánto te amo. Es una pasión loca, abrasadora, la que siento por ti. ¿Cuántas veces, yo mismo al pensar en tu cariño, las lágrimas resbalan por mis pálidas mejillas? ¿Cuántas veces pienso que te tengo que volver a ver y que entonces desahogaré mi pecho contándote todas mis desdichas? ¿ y tú te acuerdas mucho de mí? ¿Olvidas las promesas y juramentos prometidos? ¿ Olvidas que soy tu Luis? Y que ha de llegar el día que juntos gocemos de las felicidades que nuestros amores nos brindan. Olvidemos hoy todos nuestros sufrimientos, ahoguemos todas nuestras desdichas y gocemos de la halagüeña esperanza que en nuestros corazones dormita. Esperanza llena de realidades futuras que felicidades venturosas serán. ¿ Quién lo duda? ¿ Quién es capaz de afirmar lo contrario? ¿ Quién se atreve a contradecir este corazón transido de dolor? ¿Verdad Rafaela que tú también abrigas en tu pecho la esperanza de retratarte en mis ojos?¿ Verdad que tus manos, aquellas manos de nieve y rosa, van a limpiar las continuas y sempiternas lágrimas de mis pupilas?¿ ¿Verdad que me quieres? ¿Verdad que sí? ¿Y si Dios, el Supremo Hacedor, el Todo Poderoso trastorna nuestro sino? Entonces en tus ojos o en los míos siempre habrá dos lágrimas que únicamente la muerte las podrá borrar, por que con vida siempre tendremos el recuerdo de "Nunca te olvidaré".


45

Todo menos la muerte

¿Por qué alejarse la dejaría de mi respiro? ¡Ay! su vuelo se remontó a las lejanas tierras, voló, allí donde las tranquilas aguas del Tajo surcan por anchuroso cauce; allí donde mis pensamientos se reconcentran y esclavizan; allí donde todo yace en silencio temeroso y profundo, cual si fuera un cementerio de amorosas almas, donde la pena cumplen de la manera más fatal y con las más estrictas condiciones. Allí cual venidera golondrina volaste, dejando aquí, en tus queridos lares un nido de recuerdos inextinguibles y un ser que traspasado de dolor llora tu ausencia con lágrimas de sangre, que del corazón brotan cual manantial inagotable. Allí volaste donde quizás encontrarías nuevo nido, que brindándote halagüeñas e interminables dichas, te hizo olvidar éste que triste y sin ningún consuelo se mece en medio de la tenebrosa ausencia que nos amenaza. Pero no, éste te fue a ti grato; cuando de amor y dichas nuestras almas rebosaban, en éste cifraste todo tu cariño y si a él no vuelves, no es por que olvidado lo tienes, es por que te han cortado las alas encerrándote en esa jaula de plata donde tantos jóvenes ruiseñores cantan. Allí donde los recuerdos se ahogan a fuerza de pesares; allí donde con acerbo llanto se lloran ausencias; allí donde jamás reflejan los juveniles rostros de masculinos seres. ¡ Estás encerrada! Pero ten consuelo. ¿ Porque cuántos habrá como nosotros que lloren sus desdichas y no guarden en sus corazones la esperanza de jamás volverse a ver? ..................................................................................................................................


46

Sólo tengo un presentimiento, que aunque vano y sin ningún valor, embarga a mi alma constantemente; huyo de él por que su presencia daña mis pensamientos horriblemente; no quisiera ni aún imprimirlo aquí donde la esperanza brilla. ¡Es tan negro! Que el valor tiembla ante la posibilidad, pero el arrojo, de dolor, hace a mi corazón exteriorizarlo aunque olvidando por momentos lo que augura. Es el de tu... muerte. ¿El de tu muerte he dicho? ¿Piensas en tu muerte? ¡Sarcasmo inaudito! Si dios te engendró para que fueras mía; y aún no hemos gozado de la Soledad amorosa que nos brinda este tan descomunal cariño? ¿ Si aún no hemos enlazado nuestros brazos, haciendo latir muy juntos nuestros corazones?¿ Si todavía nuestros labios no se han confundido en un eterno beso? ¿Si nuestras almas no han volado juntas, allí, donde los placeres dan rienda suelta a calmar y aplacar los sufrimientos? ¿ Si somos todavía víctimas de nuestros cortos años?

......................................................................................................................... Esperemos, que la esperanza no nos abandone, que la realidad ya se hará presente, trayendo consigo los felices y pasados días, que cansados ya estamos de aguardar.


47

El último día de carnaval de 1.909

Rafaela, en cariñosas cartas, me recuerdas el ultimo día de carnaval de 1.909: Aquel día, aquella noche fueron ideales sueños que con veloz carrera cruzaron por mi imaginación fantástica, dejando tras de sí recuerdos que sólo tu puedes aminorar sus desdichas. Aquella mañana; que acompañado de dos sinceros amigos pisaba por primera vez los pavimentos de tu casa, que traspasaba los interiores de ella, con el antifaz y vestidos con trajes antípodas a nuestro sexo; fue la mañana más venturosa que imaginar pude en todos los días de mi vida. Su tarde fue venturosa también. ¿Recuerdas que con moño alto, toda hecha una mujer, reflejabas en uno de los balcones de tu casa? Acompañada de Matilde estabas, cuando yo acompañado también de otro amigo; llegué y como de costumbre hablamos. ¿ Entonces te dije todo lo simpática que estabas? ..................................................................................................................................

¿Y la noche? Aquella noche del 13 de febrero ¡Oh, corazón! Aquella noche fue y será siempre, recuerdo de los recuerdos, prueba de las pruebas y convención (eterna) del cariño que me profesas. Aquella noche cogida de mi brazo te llevé allí, donde solos, me juraste amor eterno, y desde aquella fecha, ¡ay Rafaela! soy esclavo de tu cariño.


48

¿¿¿ Para qué más pruebas de cariño???

¿Para qué más pruebas de cariño? ¿ Para qué más juramentos? Bastan y superan ya la convención tuya. Esto es cansarte, hastiarte, hacer que con interés no leas estas mal escritas cuartillas, producto de mi nerviosa pluma. Si algún pensamiento brotó en ellas, fue por ti; yo nunca supe concluir bien, lo que mal empecé; y nunca terminé mal lo que empecé bien. A ti te lo debo y a ti te lo dedico, acéptalas y con ello, como dije, me darás de cariño, la prueba más grande que pudiste imaginar.


49

Tercera parte.

Rápidas y Cuentos



50


51

La fiesta del Bachiller

Dedicada a un joven de mi pueblo que responde a las iniciales H.F.B. Esto no es un cuento, tal como aquí lo digo ocurrió el día 12 de junio en el Moral de Calatrava o.. sea en .... mi pueblo ...........

Son las siete de la tarde de uno de los primeros días del mes de junio, la oblicuidad con que los rayos del sol se dejan sentir, hace agradable la salida a infinitos seres que abandonando los portales frescos y las camas mustias, expansionan su salud con el aire fresco, respirando con fuerza y abriendo en sus pulmones una nueva vida, desechando el viciado aire que se reconcentra en ellos. Es un camino donde el tránsito agrícola hace levantar un polvo poco saludable, saturando su atmósfera de materias irrespirables, perjudiciales para la salud del cuerpo. Por él una familia compuesta de los paternales seres y de varios niños que correteando se alejan; en sus semblantes reina la alegría y en sus corazones el deseo de abrazar a otro ser querido que pretenden sorprender en su carrera. Allá lejos, muy lejos, se divisa una tartanita de techumbre negra y caballos blancos, más detalles me son imposible recoger, pues la enorme distancia me lo impide. Pasan 20 minutos, el carruaje está a 10 metros de aquella familia, ahora se puede precisar la grandiosidad del acto detenidamente. En ella un joven como de 19 años, de ojos azules claros, nariz alargada y cabellos rubios despeinados, abraza con efusión a aquellos personajes, uniéndose a ellos y continuando de regreso su filial paseo. Todo lo ignoro, soy forastero (mentira) y me encuentro en ésta viajando con muestras de afamados vicios de la casa francesa X de H. Tengo pocos amigos, estoy en un pueblo donde los forasteros parecen a la multitud algo extraño, pues tanto las mujeres como los niños fijan en mí su vista como diciendo, no le conocemos.


52

A la entrada del pueblecito saludo a uno de mis escasos amigos, la curiosidad más que el interés me hace preguntar por el jovencito de cabellos rubios; y mi amigo me explica punto por punto, todo lo referente a su personalidad. Ese me dice: - Es el muchacho más rico de la Ciudad se llama Antonio Federico Buenos, ha terminado sus estudios en el Instituto Provincial y se propone el año que viene continuar en la Universidad los estudios superiores en la Carrera de Derecho. - Conque ya es Bachiller, repuse. - Sí, ya es Bachiller. Después nos dirigimos al Casino y maldito si me acordé más de tan distinguido estudiante, luego no sé dónde fui, era sábado y a ruegos de tal amigo aplacé mi viaje para el lunes próximo, aunque ya lo tenía señalado para ponerlo en práctica el domingo. . . . . . . . . Me aburrí notablemente, son tantas y tan escasas las diversiones de los pueblos que solo las pueden soportar sus cándidos moradores. La mañana la pasé embobado mirando a cierta morena vecina de la fonda donde me instalaba, la tarde parte en el Casino y el resto en una plaza de árboles gigantescos y piso más accidentado que las lomas del Gurugú. . . Reunido con mi amigo después de haber cenado, en el café, éste me invitó a cierto baile que daba el de los cabellos rubios en honor de su "Bachiller en Artes o Burro en todas partes" como el aforismo dice. Me decidí a aceptar, porque de no hacerlo así me tendría que encerrar en la ratonera a los cuantos minutos después y figúrense lo entretenido que resultaría estar metido en ella quince horas, cuando la tranquilidad y el reposo, son las cosas más difíciles de encontrar en esos blandos lechos, en virtud de las grandes ganaderías, que hambrientas buscan la dulce sangre de los forasteros. A todo hay que acostumbrarse; el que tiene hábitos para matar chinches es lo mismo que el que tiene facultades para cautivar corazones; cada uno somos hábiles en una empresa y cada uno tenemos una habilidad especial para haciendo uso de ella resultemos ingeniosos ante Dios y ante los hombres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


53

Pero aparte de esto entremos en el salón, miremos las jóvenes de quince a veinte años y desahoguemos nuestros corazones con miradas lánguidas, reconcentradas en sus peregrinos rostros . . . . . . . . . . . Empieza el baile, lo ameniza un instrumento melodioso, el llamado acordeón, que maneja con singular maestría un joven de diez y ocho años con aires de lagartijo y corazón de sacristán. Aquello era seductor, el Bachiller ofrecía tazas y unos vasos de agua, limpios como sus aprobados y claros como su contento, a todas aquellas huríes de ojos arrebolados, que la bebían lo mismo que yo me hubiera bebido, cuatro botellas de Manzanilla y después haber dormido con una turca que por tentadora y por no ser traidor a mi mujer, la hubiera desechado a las 24 horas, minutos antes o después. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Eran las 2 de la mañana, nadie se acordaba de dormir, yo hastiado ya de bailar, con aquellas ninfas, decidí alejarme de aquella reunión de candorosos seres, pero con la cabeza más fresca que una lechuga y el estómago más inflado que una pelota de esas que soplan las amas de leche para entretener a sus nenes. Me despedí de mi amigo que se sentía por momentos D. Jaime el Conquistador y alejé pensando en la grandeza y armoniosidad de la fiesta del Bachiller.


54

Rápida

Al joven literato y primo mío José Espinosa Arias Para contestar a tus palabras, para borrar los pensamientos que invaden tu cerebro, hace falta una pluma nerviosa y un corazón que no retroceda ante esas ideas corrompidas por los sufrimientos físicos y padecimientos morales, de que eres víctima hace tantos años. Vives bajo una atmósfera cenagosa que te crea un ambiente impuro, eres bueno y te quieres hacer malo, piensas de una manera y exteriorizas de otra, tienes un corazón sano y joven y te lo creen viejo y sin ningún valor. Yo te conozco, tu pecho ha sido como de tenue gasa transparente para mí; en él brilla la caridad, principal sistema de la Religión Cristiana; tú bien lo sabes, no ignorando que tienes un corazón grande, muy grande, encerrado en un pecho ruin y pequeño. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Esto no es atentar ni en pro ni en contra de tus ideas; yo respeto tus pensamientos, por que tú respetas los míos; yo no vengo a finalizar estas líneas con una conversión ni mucho menos, vengo decidido a darte un consejo para que deseches todos esos pesares, todas esas ideas y todo eso que tanto daño te hace, delante de los que más te escuchan y menos te aprecian. Yo he leído todos tus versos, conozco todas tus poesías y en ellos, más que tu mismo sentir, está retratado tu mentido y provocador pensar. Desecha esos tiranos y torturadores impulsos, entiérralos en extraña tierra y trázate otro camino más halagüeño y menos escabroso y verás como te coronas a ti mismo con la diadema más honrosa y honorífica que pudiste imaginar.


55

Víctimas de u n tonel de vino

A mi amigo Julio Más Miranda Yo tuve una novia; sí, señores, una novia que me duró 24 horas; les choca a Uds., minuto más minuto menos, y aunque nada, absolutamente nada les importe, les voy a contar esta celebre aunque poca duradera conquista, que tantos malos ratos me brindó en el cándido año de 1.908. Sería uno de los primeros días del mes de Marzo, cuando la pasión enloquecedora, propia de un enamorado, me hacía escribir una apasionada y romantiquísima carta a una célebre e ideal mujer de quién estaba prendado tan bárbaramente, que me parecía un ángel del habitador cielo. Hay que saber, que ella nacida contra la lujuria, jamás pensó amar ni ser amada, pues veía y creía claramente que su desencantadora faz, asustaría a todo aquel que se le pusiera por delante. Pues no fue así, hubo un hombre o, un pela-gatos que le dijo: Por ahí te pudras, ese fui yo, y no me da vergüenza como dicen en confesarlo. Y aquí me tienen vds. novio con la joven más seductora de mi pueblo, ofreciéndome un cariño sincero, henchido del más desinteresado amor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Hay también que confesar, que por aquellos días, habíamos destapado en cierta bodega, que no hace al caso, un barril de vino de 24 años con otras tantas arrobas, y yo aunque no borracho algo admirador de Baco, había abusado bastante de tan fuerte líquido, liquidándome completamente el sentido común y pensando en aquellas ocasiones con el jocoso pensamiento de algún malhadado. Entonces fue cuando escribí aquella misiva, con tinta carmín, al lado del de 24 arrobas. Después me acosté, no sé más, a los tres días desperté, mejor dicho me despertaron; lo primero que vi fue, en la mesilla, al lado de la cabecera; un sobre rosa, leí mi nombre, nada recordaba, rasgué, saqué su contenido y ¡oh desesperación, era novio con el ángel de mis sufrimientos! Recordando al mismo tiempo que ambos éramos víctimas de un tonel de vino.


56

La Gredera

A mi querido amigo Miguel Velasco Ruiz

Una legua próximamente distan de mi pueblo unos baños llamados La Gredera. Es un Balneario ruin donde el mucho polvo hace imposible la vida a los bañistas; un Balneario donde las comodidades son tan escasas como la virtud de sus aguas, pero dejemos aparte esto que casi o nada importa a los propósitos míos al escribir este artículo titulado "La Gredera", y aún más no queriendo yo quitar la universal fama, que en tan poco tiempo han obtenido sus aguas. Aunque antihigiénica resulte la vida en la Gredera (y perdone el Sr. Cañadas); anti-divertida es y se pasa aquí en este mi pueblo donde las diversiones son tan escasas que aburren notablemente a sus nobles moradores. Yo hastiado de esta vida huía de ella y anhelaba ir al campo, donde en escogido sitio leía las mil y una novelas que a fuerza de fatigas y privaciones había podido juntar y guardar en la habitación, que la tercera parte de mi existencia pasó. Mis amigos me invitaban con recreativos paseos; que yo jamás acepté, pues siempre prefería estar solo y de no ser así rodeado de los mil y tantos papeles que guardaba. Un día oí hablar a cierto amigo y compañero de que si en la Gredera daban o no daban, había o no, grandes bailes, a los que asistían jóvenes de ambos sexos de los diferentes pueblos manchegos que nos rodean. Lo oí como quién oye llover, pero después de hablar un largo rato del referido tema quedamos en que el Domingo próximo iríamos y así quedó; esperando llegara por momentos tan soñado día. El domingo por fin se hizo presente, a las tres de la tarde llamaban a mi puerta, antes de abrir sentí pisadas de caballerías, abrí y vi era mi amigo, en su mano ostentaba las bridas de dos hermosos burros, que bien ataviados nos brindaban subir, como lo hicimos; y con el fresco que envían los rayos del sol a fines del mes de Agosto, nos dirigimos a la Gredera, ya por la anchurosa carretera, que la mayor parte de su camino nos brinda. Una vez allí pudimos contemplar peregrinas bellezas, de angelicales moradoras y un derroche de simpatías de los jóvenes que las cortejaban. Aquello era soñador, ideal, fantástico. El baile fue espléndido, pero, cuando más


57

entusiasmado me sentía, quise, no sé por qué hablar con mi compañero, a quién por ninguna parte hallé. Con la duda de sí se podía haber marchado fui a la cuadra a ver si faltaba su cabalgadura, allí estaba. ¿Pero y mi amigo? ¿Dónde podía haberse metido? ¿Le habría ocurrido alguna desgracia? Pregunté, todos mis esfuerzos fueron inútiles. Ya terminado el baile opté por llamarlo a grandes voces, nadie me respondía, ya desesperado saqué mi burro y cuando ya a subir me disponía un chico de once o doce años se acercó a mí diciéndome- Que su amo le había enviado, para decirme que no me fuera pues mi compañero se encontraba en su casa. -¿Y quién es tu amo?

- Mi amo, repuso el chico, es el dueño de la Cantina. Allí me dirigí, donde encontré a mi leal amigo disparatando y hasta a su sombra desafiando. Entonces me convencí de que había sido y era víctima de una solemne borrachera. Tan pronto me vio díjome cuándo íbamos a volver a la Gredera, yo le repuse que inmediatamente nos íbamos de ella, hizo un esfuerzo para salir, pero su cuerpo veinte figuras por segundo hizo, yendo a parar encima de un mostrador que le evitó un descomunal golpe. Así pasó media hora y, ya repuesto y con nuevas energías, lo subimos en su jumento donde el aire despejó su alcoholizado cerebro y ya en el pueblo me juró volver a la Gredera todos los Domingos del mes de Enero.

NOTA: Esta narración parece que originalmente estaba dividida en dos: la 1ª cuyo título era: “El amor”, y estaba dedicada a:”A mi querido amigo José Relimpio”; y la 2ª con el título que figura de: “La Gredera”.


58

Rápida

MAYO de 1.909

Han pasado los felices días, todo lo bello ha desaparecido; la naturaleza ha perdido su florida capa y su verde alfombra, todo es tristeza, melancolía; el otoño se ha hecho presente y su impetuoso viento arranca las últimas hojas de los árboles que grata sombra nos prestaron en venturosos días. ¡Oh Mayo venturoso y de delicias lleno! Mes de los amores; olvidarte podré jamás, porque llevasen tus días pasadas realidades que, en recuerdos transformadas, dormitan en mi alma. ¡Oh, mes de los perfumes! Tus aromas dulces guardo en mi seno y tus delicadas flores marchitadas duermen en mi corazón. ¡Al despedirte, siento una especie de melancolía! Pero no dudo que volverás y, si recibirte puedo, a tu belleza seguiré cantando en sucesivos años como en este tan dichoso de 1.909.


59

Rápida

Pasional vehemencia Jamás la volveré a ver y hoy, que siento la pasional vehemencia, pídole a Dios colme mis sufrimientos con la halagüeña, aunque fantástica esperanza que endulza mi dolida adolescencia, que mis sufrimientos cesen, que cese mi tormento, alejándome del tenebroso océano lleno de desdichas que por doquier me rodea. ¡Ay! Conforme la pasión abrasadora nace, la pasión abrasadora muere; conforme el fuego crece, el fuego acaba. Un volcán de pasionales vehemencias con ardientes y abrasadoras llamas quemó a mi pecho; y hoy que la herida se ha cicatrizado solo dentro de él existen cenizas, que con el sol a lo menos perceptible desaparecen sin dejar la señal, menos convincente, de que fui víctima de una "pasional vehemencia".


60

Rápida

Su retrato

Cual venerada imagen embellece, mi dormitoria estancia, un retrato de angelical criatura. De sus encantos, perfectísima copia, a la cabecera de mi lecho tengo; allí cual brillante estrella, su dulce sonrisa brilla, allí do reflejan sus hechizos mi vista constante fijo y allí do resaltan sus primores expansiono mi corazón, desahogando a mi alma de los torturadores impulsos en que por mi mala suerte yazgo hace tanto tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hoy tu imagen es la que mi dolida existencia endulza; jamás soñé más ventura ni ansié otra gloria por que desprecié todo lo que daños proporcionarle pudo; y cuando en el paroxismo y de recuerdo loco hundirme siento con voz casi imperceptible y creyendo que a tu corazón hablo, repito estas palabras eco de mi abrasada alma, producto de mi corazón herido: "Jamás por Dios me olvides, amor de mis amores". Y entonces en tus ojos, en los de tu efigie, notar creo que se abren y como diciéndome: "Ya veo, ya veo que me amas". Y si tu Rafaela, la que mi yerta mano al fin estreches; para que en mi pupila muerta quede grabada tu imagen por una eternidad.


61

Rápida

Luchando dos potencias

¿Te volveré a ver? He sostenido grandes y descomunales luchas con el corazón y la cabeza. Han luchado horriblemente los dos. Uno de ilusorias esperanzas lleno, y de desengaños interminables otra, han planteado irresolvible problema que mi pluma en balde se propone descifrar. Por un lado, el corazón algura y presente que volver tienen aquellos venturosos días; por que aún escucha de lejos sus mágicos acordes y sus cadenciosas e interminables notas. Por otro la cabeza profetizar se empeña que finalizaron ya los gratísimos conciertos, y que solo queda un valle de negruras lleno, donde llorar tenemos, con copioso llanto, todos los recuerdos, todas las esperanzas, hundiéndonos en él, con fantástica quimera, no sin poder desterrar de nuestros jóvenes espíritus la sempiterna melancolía que él nos encuentra. Duros combates han sostenido, han luchado y al fin ha vencido el corazón. ¡Oh vencedor! Yo te admiro por que tu triunfo ha depositado en mi alma, una victoria de sonrisas llena: Ha honor y fe mía que tú glorioso vencedor has rociado mi cariño de dulcísima calma, alejando de él la duda que tanto tiempo mortificó a mi espíritu.


62

Noche-buena de 1.909

En el Moral de Calatrava Loca animación reina en las calles, el pueblo alegre sonríe, ha llegado Nochebuena, noche de recuerdos inextinguibles, noche de jolgorios, aniversario de felices juergas. Las guitarras, los violines, las clásicas zambombas tocadas por trovadores nocturnos, felices, recorren las calles de la ciudad. ¡Oh! que dichosos sois en esta tan venturosa noche. Allá lejos al pie de la ventana de vuestra novia, que con seguridad vuestra plática está oyendo, os he oído cantar repetidas coplas que hijas de vuestras potentes y enérgicas gargantas, habrán traspasado las más insensibles fibras de su corazón amado. ¡Ay, si acompañaros yo también pudiera! Si mi tosca voz y mi angustiada alma tuvieran fuerzas, si no estuviera rodeado de calamidades infinitas; si estuviera aquí donde vosotros cantáis la mujercita que lejos, muy lejos, se encuentra; os prometo que a coro uniría mi dicha con las vuestras. Hartos y completamente satisfechos vais buscando el blando lecho, después de haber gozado y expansionado vuestro cuerpo y vuestro espíritu, uno con ricos manjares y dulces licores y otro con haber respirado y cantado cerca de la seductora joven a quién amoroso homenaje rendís. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¡Oh! Nochebuena, noche de recuerdos, de venturas y de delicias llena, al darte mi bien-venida ¡oh noche! despierto y al despertar te despido, pidiéndote que en sucesivos años traigas para mí más venturas y menos calamidades.


63

La venganza

Cómo testimonio del más afectuoso cariño y admiración, le dedica este insignificante recuerdo su queridísimo. Luis.

Cuento largo. Dedicado a la bella y gentil Sta. Rafaela de Miguel y Clemente.

CAPITULO I No sé cuando fue; era un día, de los muchos que tiene el mes de Mayo, hermoso como requiere su estación y más claro que las aguas de un lago, en reposo, al cual baña el sol con sus fulgores; era un día de esos que los corazones buscan expansión y se agitan saludando el mes de los amores. En la plaza, único sitio adecuado para poder contemplar el desfile y la salida de misa, me encontraba rodeado de varios amigos esperando que salieran todas aquellas vírgenes que se encontraban en el templo de su Santa Patrona. Ahora recuerdo, era el día de la Ascensión. Altas, flexibles como palmeras, morenas, trigueñas y rubias como los rayos de Febo desfilaban todas aquellas ninfas parnasales, preguntando con la vista si agradaban sus hechizos. Todas pasaron para mí desapercibidas, en ninguna fijé mi atención, menos en cierta muchacha que vestida de luto y con la mirada fija en el suelo iba acompañada de otra joven más modesta y salió del templo. Era morena, con unos ojazos tan negros y tan grandes que aunque no me miraron pude precisar la magnitud y fuerza de sus miradas. Más detalles me fueron imposible recoger, pues entre la multitud se perdió cual errante estrella por el éter diamantino.


64

CAPITULO II Así paso un mes y la imagen de aquella morena me atormentaba. ¿Pero qué hacer? ¿Dónde ir? ¿Cómo averiguar su paradero? ¿ A quién preguntar por una joven de ojos negros y vestida de luto? Era un sarcasmo, una paparrucha . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Yo soñaba y, hasta más, soñaba alto y muchas veces mi compañero de habitación me tenía que llamar al orden. Porque tenéis que saber lectores míos que yo era estudiante y me encontraba en la Capital lejos de mi casa y de mis padres, teniendo por hermanos compañeros de clase y por amigos estos mismos hermanos. Cierto día, y cuando ya me decidía olvidar aquella mujer, tormento de mis realidades y de mis sueños, y me encontré en el paseo con cierto amigo, con el más querido de mis compañeros, con Adolfo Salazar, después de hablar un largo rato como de costumbre, dieron las seis en el reloj de la Catedral y éste se levantó y dijo: - Me voy chico tengo que hablar con Matilde. -¿Y quién es Matilde?, le pregunté yo con la mayor indiferencia. -¿Pero tú no sabes que soy novio?¿ No conoces a Matilde? - Estoy sin saber una palabra y no conozco a tan distinguida Srta. Matilde. - Me contestó: Es una morena de ojos aterciopelados y tez bronceada que hace palpitar al corazón más empolvado por el abandono de los años. Matilde es un ángel querido Alfredo. En aquel momento sentí que el corazón con violencia me latía a la vez que un pequeño mareo oscurecía mi vista, pues el retrato de la novia de mi amigo era un fiel remedo de la joven enlutada que vi salir de misa, y sin conocerla era mi sempiterno pensamiento. Mi amigo me miró y no pudo por menos que decirme: - Estás malo. - No, le contesté, es que tengo. , y no supe que contestarle. - Él siguió: sí, Matilde es tan hermosa que hace morir de envidia a las flores que esmaltan los rosales y campiñas. ¡Solo ahora le aflige la pena de haber perdido a su padre; pobrecilla está inconsolable, solo sale a misa y tan solo habla conmigo, pues su madre la perdió siendo muy niña cuando aún no contaba un año. (Hizo una pequeña pausa y siguió). Es pobre, tan pobre que tiene que vivir en una buhardilla de la calle de la Paz nº 6 y


65

atenerse a 12 míseros duros que le da cierta Sra. que dice es hermana de su padre. -(Yo no sabía que decir estaba anonadado y no sé si oía a mi compañero o es que soñaba). Pero de mi memoria, no se borraba la calle de la Paz nº 6 y anhelaba por momentos alejarme de mi amigo e ir a buscarla. Así quedó terminada nuestra plática y sin mirar tendí la mano a mi amigo y marché.

CAPITULO III Poco antes de llegar a aquella calle recapacité, pensé y dije: No, ahora no debo ir, estará Adolfo, esperaré a mañana; esto me decía el cerebro, pero el corazón me empujaba diciéndome adelante y Matilde siempre estaba en él. Me dejé guiar por sus consejos que suelen ser a veces, nuestros mayores enemigos. Una vez en aquella calle, respiré con fuerza aquel ambiente, que me era grato, me parecía encontrar en algún lugar misterioso, lleno de delicias, de recuerdos, recordando al mismo tiempo que iba a perder al mejor y más caro de los amigos, que le hacía traición y que proyectaba robarle la imagen de sus ilusiones pagando su amistad con la más baja y rastrera inhumanidad, con nublarle sus sueños al quitarle el cariño de la mujer amada. En aquella ocasión no tenía conciencia; solo el aguijón de los celos y la rabia me mordían tiránicamente. No había andado diez pasos cuando me encontré delante de una casucha de paredes viejas y deslucidas y con balcones anchos y deformes, su puerta era antigua, tan antigua que quizás. 1) 1) Sin finalizar.


66

El día de los difuntos

A mi queridísimo A. R.

Hoy es uno de esos días que el humano corazón inconscientemente recuerda entrañables seres. Es el día de los difuntos. Recordad que tan solo el tiempo poderoso destructor y engendrador incansable ha sido el hábil trastornador de la Naturaleza. El tiempo es la voluntad de Dios. Ya, de sombra aterradora, pasó la noche, que envuelta en negra gasa, oculto un claro y trasparente cielo, que al despertar está manchado por ligeras nubes que parecen formar una túnica de blanca blonda sobre una tela de raso azul. Apenas la luz del crepúsculo, de la naciente aurora, sus primeros reflejos manda, cuando la humilde campanita de tan tan, agudo y lento, resuena con eco de dulzura triste en nuestros corazones, de dolor transidos por los amargos recuerdos que mi despertar continuo, tan infausto día atrae a la memoria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los rayos de un sol espléndido, en esta mañana de Noviembre fría, os envían el saludo más brillante a la vez que venturoso homenaje prestan a vuestro feliz aniversario. ¿Quién en este día, contemplando lo que una tumba es, no medita? ¿Quién no guarda un pensamiento para los que allí en tan pavoroso lugar, y a la fantasmagórica sombra de cipreses fúnebres, duermen en helado sueño. ¡Oh nadie! Allí tenemos todos un recuerdo; un ser en quién ya no encuentra eco la voz de la amistad. ¿Cuántos hay que del corazón dos pedazos ocultos tienen y los ayes de dolor y de cariño, traspasar no pueden la horripilante losa que los cubre. Ha llegado el día más triste de los tristes, el aniversario que más recuerdos nos dejó, el día de todos los difuntos. ¿Y quién es el que hoy no fija en el pasado la memoria al tender su vista sobre la solitaria tumba de un ser querido? Cuántos esta misma mañana he visto enjugar sus ojos y calmar sus ayes vertiendo abundantes lágrimas al pie de una retirada tumba. Allí dieron suelta a sus sufrimientos clamando ¡Padre! Voz que del alma de dolor transida sale ¡Padre! oía decir a un joven como de 19 años arrodillado al lado de una tumba cubierta de olorosas y lozanas flores ¡Padre mío! Repetía, llorando amargamente y dejando salir del pecho imperceptibles ayes de dolor y de ternura. Luego después de haber ahogado el llanto lo vi coger una flor, la más hermosa, la más fresca, la que resaltaba más entre


67

aquella multitud y guardarla cuidadosamente; a la vez que pude observar la dulce sonrisa grabada en los labios de una angelical criatura, como de 17 años, que al lado de reciente sepultura cubierta de coronas, cintas y flores, yacía arrodillada mirando con aquellos ojazos tan negros, a una de aquellas cintas que al estrujar con sus labios reía desenfrenádamente. Pensé preguntarle la causa que le hacía reír y sin pensar más me dirigí a ella. Río, me dijo, por que el mayor placer de éste que está aquí y a quién tanto quise era el verme reír. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Y de allí, de aquel lugar donde la luna envía su plateado rayo y de oro el sol donde tristes resuenan los cantos de alegres ruiseñores, me alejé pensando que solos y que tristes, se quedan los muertos.


68


69

Cuarta parte

C A N T A R E S

Moral de Cva 1910


70


71

Carmen Gascón Es la rubia ideal de mis amores en quién cifro mi dicha y mi ventura, la mujer ideal cuya hermosura no han soñado poetas ni pintores. Son sus ojos de fuego abrasadores tiene boca de rosa fresca y pura, ostentando en su tez esa blancura de la nieve al caer sobre las flores. De mi Carmen, en fin, todo fascina y entusiasma a mi alma enamorada y la quiero en verdad, es tan divina, como antes de amarla yo soñaba, una mujer en todo peregrina y en un todo cabal, a quien amaba.


72

Soneto

Consuélate mi bien no llores tanto y que ahoguen tus penas mi consuelo, ¿ignoras di del corazón el llanto y del alma que ama los desvelos? Yo no quiero llorar las penas mías en silencio devora mi tormento si en mis ojos lo vieras lo creerías cada lágrima tuya vale ciento. Más si la vida fuera lo contrario y el dolor no existiera ¿quién vivía? el cariño sería un cuestionario al que el hombre jamás entendería. En la vida el dolor es tan preciso

1) Sin acabar


73

Soneto

Sin haberte siquiera conocido una noche soñé que ya te amaba te pinté en mi ilusión, y te adoraba; te conocí después, y he enloquecido. Me has llegado a querer y soy querido; al ver de amor la sed que me abrasaba; te quise convencer, pues loco estaba de dormir para ti, yo en el olvido. Y hoy que habito del alma en lo profundo de mujer tan hermosa como pura; soy feliz y dichoso en este mundo. Yo te brindo mi amor y mi ventura; que es igual que ofrecerte la futura vida, al parecer de un moribundo.


74

Patrocinio Ha sido tu cariño y tu belleza la que feliz me hizo cierto día; han sido tus hechizos, tu pureza, aquello que soñaba el alma mía.

Este cuarteto figura unido al soneto anterior en otras páginas posteriores de donde se ha recogido.

Al Excmo. Sr.


75

D. JOSÉ PATRICIO CLEMENTE

A su muerte

Por bueno Murió de la existencia Por bueno y por glorioso has gloria del suelo castellano protector de nosotros, generoso, incomparable padre e igual esposo y un dechado has gloria has gloria del suelo Del suelo castellano eres la gloria Del seno de Castilla fuiste gloria pues brillaste en él resplandeciente siendo el faro de luz clara y potente la página más bella de su historia. Aún invoca tu nombre mi memoria aún recuerdo tus frases dulcemente no te olvido, y serás eternamente elogio de mi alabanza mortuoria.

1. La poesía aparece incompleta, posteriormente sigue con: Hoy en su aniversario le invocamos y una plegaria al cielo levantamos y en el pecho el dolor y en nuestras almas este dolor se anida.


76


77

Quinta parte

PLUMAZOS AL AIRE

MORAL DE CVA 1910


78


79

Dedicatoria

No dejes de mirarme, porque tus dulces miradas; aunque a tu pesar me expresan una pasión que no acaba. Son mi delicia mayor son mi ventura más grata; en medio de los pesares y en medio de las amargas desilusiones que afligen ha mucho tiempo a mi alma.

Son tus ojos seductores el faro de mi esperanza, en ellos veo afanoso disiparse mis desgracias y renacer una dicha que extinguirse contempla por eso mi bella amiga; son para mí necesarias de tus lindísimos ojos las cariñosas miradas.


80

¡…………..!

Aborrezco la vida del Casino donde habla el imbécil francamente creyéndose orador grandilocuente y dando más rebuznos que un pollino. Allí donde se juntan los vecinos más jóvenes del pueblo y eminentes para tratar de asuntos referentes a la baja o subida del tocino. Todo esto me encanta desde lejos pues no dejo de ver gran importancia en estos jóvenes que sin ser viejos me discuten al fin con arrogancia de si suben o bajan los conejos y entre tanto el jamón se nos enrancia.


81

A un joven de mi lugar Detén ya tu palabra, voy hablarte de eso que tú llamas cortesía jamás si tú tuviste lo creería pues nunca en ti brilló, toda ni parte. Hoy vengo decidido a explicarte lo que es esa palabra, y a fe mía que más que explicártela querría, en un tono cortés, patalearte. Más desprecio el valor de los insultos más que mella mi honor no sufre alguna. Y ante ti me levanto, no me oculto, aunque tengas tú mejor fortuna, alzo la frente y te muestro el bulto pues tengo la razón que es solo una.


82

A don Benjamín Ortiz

Aunque mala, yo quisiera por falta de inspiración debida a mi borrachera dedicarle la primera octava real, que pudiera brotar de mi corazón. Más la octava ya ha salido y está todo concluido.


83

APÉNDICE

A la Srta. María de la Paz Marisquerina (de Villarrubia)

¡No puedo más! Cuando mi carne abrasa tu carne toco como el mármol fría; y al estrujar tu boca con la mía; experimentas sensación escasa. En mí el amor es turbión que arrasa, la fiebre intensa, la pasión bravía; en ti un capricho más, que juraría que no deja señal, por donde pasa... Yo sufro al poseerte por que veo, que te entregas sin goce ni deseo; como a caricias débiles y extrañas y mi orgullo de macho siento herido; viendo que a mi pesar no he conseguido despertar el amor en tus entrañas.


84

Me pego un tiro

A la Srta. E. P. R. Soneto sin la letra a.

Por tus pies diminutos pierdo yo el tino, me enloquece tu cuerpo por ser pequeño; tus ojos me producen íntimo ensueño y como tú me olvides loco termino. Quererte sin recelos es mi destino, tu recuerdo me sigue, contigo sueño y es solo mi deseo, poder ser dueño de ese rostro hechicero bello y divino. Pero tú indiferente conmigo eres; y eso que estoy pendiente de tu respiro dime dueño querido si me prefieres o si es miedo solo lo que te inspiro; porque si me respondes que no me quieres lo tengo decidido me pego un tiro.

NOTA: Este poema fue copiado posteriormente al final de sus días y titulado: “ SONETO” con el subtítulo:” Sin la letra a” .


85

Soneto

A la bella y encantadora Srta. Lola de Miguel y Clemente ( C. Real)

Un soneto a escribir yo me decido, do resalten tus límpidos albores, y escribir con el tinte de las flores el erótico fuego de Cupido. Por amarte jamás arrepentido, yo te diera mi vida ¡oh! Dolores a trueque de tus mal dulces amores que formaran de halago nuestro nido.... Contando tu belleza, nunca rimo cual mi musa quisiera, linda Lola, y a pesar que mi numen mucho limo, no encuentro una palabra, una sola, encomiando tus gracias, yo y mi primo, que revistes cual Clásica Española.

1) Este soneto está escrito en colaboración con José Espinosa, primo mío


86

A L. Palacios y del Real

Ahora que estamos solos, no te vayas, ya sé que te ofendido ¡Lo comprendo!, son locuras que se hacen muchas veces si el amor que se siente, es amor ciego. Perdona mi extravío. De amores loco, sentí la mordedura de los celos, y al pudrírseme el alma de coraje, canté esa copla que abrasó tu pecho. A pedirte perdón, vengo ahora mismo; si castigo merezco por él vengo, pero no me recuerdes el pasado, pues más me pudre cuanto más me acuerdo. Olvida de mi amor aquella lucha; no vuelvas a pensar, por Dios, en eso si no me quieres y mi amor desprecias si sufro el yugo de tu enfado eterno. ¡Qué más castigo mi traición merece! ¡Qué castigo mayor que tu desprecio! La copla.... aquella copla... si; concibo un odio y tu rencor; mas ya no puedo. Borrar aquellas líneas, que mi pluma fue trazando impulsada por los celos. No hablaba mi corazón al escribirlas, cantó mi corazón de penas lleno, que también el pesar se extingue a veces lanzando notas de amargura al viento. Ya sé que aquella copla maldecida rompió de mi errores el secreto; turbó, a falsedad, mi mente loca, cegó mis ojos el vulgar criterio.


87

No pude contenerme en la guitarra; soñé encontrar a mi dolor consuelo, y arrancando a sus cuerdas casi mudas melancólicas notas de tormento, surgió en mi mente la maldita copla que tantas veces quebrantó tu sueño. Perdóname, mujer, la copla aquella origen de tu rabia y tus desprecios ha arrancado a mis ojos desde entonces; mil lágrimas de sangre y de veneno. Da al olvido esa pena que te mata; ¡no vuelvas a pensar, por Dios, en eso!, vuelve a mirarme como yo te miro vuelve a quererme como yo te quiero. No me desprecies con rencor profundo que harto castigo con mis penas tengo; cada vez que recuerdo que la copla se la sabe de memoria todo el pueblo.


88

En el abanico de Teresa Bárcenas

de Valdepeñas, Ancha nº 60

No sé si es tu carita de nieve o rosa, ni sé si es tu pelo rubio, cual las espigas; tu cuerpo de manceba mimosa y dulce, o son tus ojos tristes que amor respiran. No sé si es el encanto de tus palabras; o el amargor que emana de tu sonrisa, cada vez que en tus labios vaga hechicera una tenue nostalgia de la alegría. No sé si es tu carácter fuerte y altivo si es tu delicadeza de sensitiva; los fugaces destellos de tus enojos o el anhelar meloso de tus caricias. No sé si me avasallas con ansia loca, no sé si me embelesas o me fascinas, solo sé que pendiente de tu cariño me convierto en tu esclavo cuando me miras.


89

A mi compañero y querido amigo Juan Hernández

C. Real

Era una margarita, una griseta, una frágil y pequeña figulina, de rosa faz, de porcelana china era una niña humilde, una violeta. Le adivinó en sus sueños un poeta; como tras de las nubes se adivina, el sol de cabellera diamantina; y la amó, como a Dios ama el asceta. Sólo en sus sueños, pudo contemplarla. La adoró con pasión, sin admirarla, sin escuchar sus dulces cuchicheos; una noche la vio, se comprendían y en penumbra de la rue se hundían envueltos entre gratos galanteos.

NOTA: Este poema fue copiado al final de sus días y fue titulado:” A Elvira” y subtitulado “Soneto modernista”.


90

Lo que me dicen

A mi novia

Todo el mundo me dice Rafaela, que llegado jamás veré ese día; en que unas tu suerte con la mía pues el tiempo querida lo cancela.... Todo esto me mata y me desvela, y me llena de pena y agonía; pero juro por Dios, por mi valía que serás de éste que tu vida vela. Y si el tiempo trastorna nuestro sino, y una ausencia fatal nos atormenta nunca olvides querida mi destino y mi muerte tan triste como lenta; si hay un Dios que presencia nuestro tino hay un Dios que amenaza en la tormenta.


91

Al retrato de Dolores de Miguel y Clemente

En mi seno guardado siempre va,

de recuerdo tu imagen seductora,

sin mirarla, no paso media hora

aunque aquí en mi mente fija está.

Admirarla me gusta tanto ya,

que colgada la tengo por ahora;

y apenas envía Dios su aurora

cuando fijo mi vista, en su beldad.

Enfrente de mi lecho allí colgada yo tengo a tu imagen adorada; y una virgen del Carmen me parece con talle de palmera y faz de hada, y no hay noche, Dolores que no rece a tu imagen querida y tan amada.


92

Ideal Pálida tez y con ojazos negros, de cuerpo ideal, encantador; de azabache puro sus cabellos y miradas que son rayos de sol.

A la bella y encantadora Srta. Lola Muñoz

Manzanares, Empedrada, 10 El corazón tránsido de amargura, al feliz recordar tus mil encantos; esparce por el aire dulces encantos todos llenos de amor y de ventura. No te puedo explicar si es locura este amor que de recuerdos tantos me tiene anegado por mil llantos llenándome tan solo de tristura.


93

Nunca

A la Srta. Rafaela de Miguel y Clemente.

CAPÍTULO I

Esa mujer hermosa como una mañana del mes de Abril y más pura que el rocío de las flores del mes de Mayo, esa mujer que jamás ha sentido en su corazón lo que es amar, por que jamás se había alterado por las palabras y pensamientos amorosos de aquel que la quiso seducir, esa mujer, es mía; porque cuando la pasión se apodera de un espíritu y le hace enloquecer, entonces se encuentra más fuerte y resistente para vencer esos obstáculos, que solo pueden ser derrotados por el cariño. Esa mujer es mía; no es que lo digo yo, me lo dice una voz que es hija de mi alma, y me lo dice constantemente, no me deja soñar; aún en los sueños, mi pensamiento es esclavo de mi cariño, y yo débil como todos los hombres quiero hacer que mis sufrimientos los consuele la esperanza, esa esperanza tan dulce y tan hermosa que sonríe mi dorado porvenir.

Yo y mi Rafaela, la veo a todas horas, en todas partes; ora escribiendo me parece oír su voz, aquella voz que yo tengo tan oída y que para mi es tan melodiosa. Si yo fuera poeta, si las musas oyeran mis súplicas y escucharan mis lamentos; si se agolparan en mi mente aquellos pensamientos del que fue el principio de ellas, si Dios me diera un momento de inspiración, yo sabría entonar un cántico tan hermoso, tanto, que vosotros los que escucháis mis pesares quedaríais dormidos, y os juro que si vuestros corazones no habían amado aún a mujer alguna, brotaría de ellos ese deseo pasional y vehemente de que yo soy víctima. .........................................................................................................................

CAPÍTULO II


94

Yo amo a una mujer que se llama Rafaela; a una morena de ojos de fuego y miradas que son rayos de oro; ella me quiere pues me lo ha jurado muchas veces al pie de aquella inolvidable reja donde yo pasaba las horas más gratas de mis cortos años. Yo encontré en aquella mujer un algo, que sin sentirlo deseaba para ser feliz, para ser constante en ella; lo encontré en la dulzura de su carácter, vi retratada la ilusión de mi porvenir; que locura se apoderaría de mí cuando supe que nuestra ingrata suerte nos separaba y que un gran espacio de tiempo había de luchar con nosotros; siendo la ausencia nuestro mayor enemigo.

Aquello fue para mi un dolor, que únicamente el día que la vea lo podré combatir. Triste y casi desesperado estuve pensando el ello mucho tiempo; hasta que un día, cierto día, el día menos pensando oí que me dijo: “mañana me marcho”. Mi corazón parece que se quedó sin latido a la par que mis ojos se oscurecieron, callado estuve un momento y creo que si no hubiera turbado mi silencio hubiera permanecido inmóvil toda mi vida. “Dios lo quiere contesté; así sea”. Aquella noche no pude hablar, necesitaba desahogarme, pero no delante de la que quizás le sería más necesario. Hasta mañana le dije, que será quizás el último día que te vea; y de sus ojos, de aquellos ojos tan hermosos, asomaron dos lágrimas que parecían dos perlas. ¡Eran tan hermosos! Yo a la vez me sentí emocionado y no pude por menos de aunque nos las tenía limpiármelas.

Quizás sino hubiera sabido a mi hogar hubiera llegado antes. ¿Cuántas veces creía que me encontraba en él contando a mis compañeros de clase todas mis penas? Por la calle cruzaban amigos y siempre saludaba y que aquella noche no veía, iba tan preocupado ........., tan loco ........., que todo era ver a mi Rafaela.

CAPÍTULO III

Aquella noche los recuerdos gratos y los pensamientos dulces se agolpaban en mi cerebro y no me dejaban dormir, es decir soñar, porque mi mayor anhelo era pensar en ella, en los sueños y en la realidad. Así pasé toda la noche, y contemplando el sueño de aquellos otros compañeros que todo lo tenían salvado y nada les importaba. ¿Qué felices los creía y que desgranado me encontraba cuando me miraba en ellos? .... Por fin amaneció; pero un día tan claro, tan hermoso, que me hizo recordar momentos de placer y de alegría y ensimismado en ello quedé dormido. Al poco tiempo oí la voz de un compañero del más madrugador que dijo: ¡ah


95

estudiar! Me levanté y saliendo de mi habitación me dirigí a la calle, miré el reloj y vi que eran las siete y media, poco me faltaba para decirle adiós. A las ocho quedé citado con ella para jurarnos por última vez nuestro amor, pues los 10 meses que nos habían de separar nos parecían un siglo, íbamos a tener nuestra última conferencia, íbamos a decirnos que éramos dos cuerpos pero una sola alma, un solo espíritu.

CAPÍTULO IV

Ahora me parece oír el reloj de aquella clásica Iglesia, que con majestuoso son daba la hora más triste a la vez que alegre a mi corazón; triste por que quizás sería la última vez que hablaba a mi Rafaela. ¿Quién era capaz de asegurar que la volvería a ver? Pero la esperanza jamás me abandona, es tan amiga mía, la veo tan hermosa; que solo pienso en que ha de llegar ese día que ella me juró regresaría; y alegre por que quizás su ida sería favorable para nuestro cariño, pues el día que nos volviéramos a ver seríamos hombres ....

Con paso acelerado me presenté delante de aquella imagen de mis sueños. ¡La vi tan hermosa! ¡Pero tan triste!, que sus ojos demostraban claramente la tristeza de su corazón........... No pasaría media hora cuando por última vez le decía: “No me olvidarás”, a la vez que ella me contestaba: “Nunca” .


96


97

Viaje a mi Tierra

Poesías Originales

de

Luis Espinosa y Pérez

Año 1.913


98


99

A mi patria

Te dejé por cuestiones de egoísmo guiado por mi ardiente fantasía, y aunque hoy ante ti, se alza un abismo no te olvido un momento ¡patria mía! Yo quisiera endulzar con tu alegría estas horas de tedio y estoicismo, que por ajeno, todo aquí me hastía y del llanto me lleva al idiotismo. Más, no puedo volar como quisiera teniendo que habitar en tierra extraña, y mi gozo conviértese en quimera; porque todo lo que siento solo entraña en poder saludar a la bandera de mi patria querida que es España.

En Hong-Kong 12-6-1912

A Laura

Quisiera adivinar tu pensamiento arrullando tus sueños de sultana, besando a tus mejillas como el viento a las flores que adornan tu ventana. Quisiera ser poeta, por cantarte las penas que torturan a mi pecho; quisiera ser pintor y dibujarte en las blancas almohadas de mi lecho. Y quisiera gozar de tu hermosura esta noche de insomnio y agonía, robándole a tus labios la ternura que tanto necesita el alma mía.

Manila 28-6-1912


100

¡………!

Alta, flexible y a la vez sin tacha al andar de sus pies tan menuditos, que parece que pisa la muchacha catorce veces en el mismo sitio. Locamente cautivan las miradas de sus ojos ardientes y gitanos, de sonrisas que fueron engendradas para alivios de tristes desengaños. Yo no sé si fascina o enloquece, yo no sé si cautiva o enamora, solo que tan solo se merece el grato nombre de mujer hermosa.

Manila 30-6-12

¡…………!

Para mi compañero de viaje y caro amigo Antonio Molinas

Al dejar de la patria los umbrales, radiante de ilusión y de alegría; pensé que tras los mares hallaría el país de mis sueños ideales. La tierra que recuerdos inmortales a mis padres dejó en la fantasía, creyéndola que aún pródiga seguía acogiendo a sus hijos más leales. Más yo sufro rigores inhumanos al pensar en las Islas Filipinas, y comparto el dolor con mis paisanos encontrando entre ellos a Molinas, con quien fui por dos veces combarcano y el que al decir verdad, vale una mina. A bordo del Fernando Poo. Mar de las Indias 10-7-12


101

A una australiana

En silencio los dos nos sonreímos una noche en el mar con dulce calma y yo no sé porqué, los dos sentimos los mismos ideales en el alma. Otra noche recuerdo que mirando a la luz de una torre giratoria, estuvimos a un tiempo acariciando el mismo pensamiento en la memoria. Y más tarde......, después de largos días de platónico amor y de embeleso; yo alejaba de mí las agonías si me daban tus labios algún beso.... . Y con ellos formar, pensé yo un nido rebosante de amor y de belleza que ahora que me hallo aborrecido no se aparta jamás de mi cabeza.

Singapur 12-7-12


102

¡ A ………ella!

Si ves que la lira cojo para mitigar mi pena, es por cantar a tus ojos rendido a tus pies, de hinojos, la más dulce cantinela. Son dos luceros perdidos del cielo en la inmensidad; luceros que me han servido para trocar en olvido dolores y adversidad. ¡Tus ojos! Los mensajeros que dan a mi pecho calma, y que dicen plañideros en poemas lisonjeros los secretos de tu alma. Farol que alumbran, mi sino llenos de amor y esperanza; y en mi marchar peregrino van alumbrando el camino de mi vida en lontananza. Si prodigas tu ternura recogéis mi desconsuelo; hallaré yo la ventura absorbiendo la dulzura que le robasteis al cielo.

Madrid 2-10-12


103

¡………..!

Cuando sales a la calle y cimbreas ese talle de sultana; tan gitana me pareces más hermosa que de abril una mañana vaporosa. Y si me miran tus ojos en quien puse mis antojos y alegría; prenda mía siento en mi pecho la calma y destierras la agonía de mi alma. Y si aspiro de tu boca ese aliento que provoca seducción; mi canción, es la alegre silueta del marchito corazón de un poeta.

Rubricado.


104

A la inesperada muerte de amigo: Emilio Martín Pérez

En lo más precioso de tu edad florida y todo de ilusiones rodeado, dejándonos el alma dolorida, el árbol de tu vida se ha tronchado. Yo no quiero creer que te has marchado, y cual todos hoy lloro tu partida; ya no escuchas ni el eco idolatrado de los seres engendro de tu vida. ¡Pobre amigo! Quizás tu pensamiento queriendo adivinar lo incomprensible con tu alma voló en un momento a otro mundo de gloria inextinguible; donde acaso feliz has encontrado los bienes que esta vida te ha negado.

Rubricado.

A Julia

Unos ojos más bellos que los tuyos Dios no pudo formar, y es cosa rara que gocen de la esencia de los suyos los dos que resplandecen en tu cara. Una boca más fresca y purpurina, no ha soñado jamás ningún poeta; pues semeja la tuya a clavelina que abrióse del amor en la maceta. Y un cuerpo tan flexible y hechicero como el tuyo, tampoco lo han soñado, pues parece que en él dejó el salero el sol de Andalucía enamorado.

Rubricado.


105

A Rafaela

Recibo tu misiva cariñosa hoy loco de ventura Rafaela, que llena de esperanzas y consuela mi vida, de canciones, amorosa. No quiero que te muestres veleidosa con quien celos de ti, nunca recela, hoy mi vida la ausencia la desvela y la llena de bruma temblorosa. Mi corazón ansioso, su cendal rasgar quiere celoso, y a la vez teñir de mil colores el cristal espejo sempiterno de tu tez, guardado con buril en Ciudad Real y luego encarcelado en Aranjuez.

Rubricado.

NOTA: El anterior soneto es igual o parecido a uno escrito en el año 1910, en su

vida de estudiante y denominado así mismo a Rafaela. Está escrito en el libro con la denominación de “Lira Manchega”.


106

¡………….!

Yo quisiera borrar de mi memoria la imagen inmortal de tus amores; ya que no he de alcanzar nunca la gloria de mirarme en tus ojos soñadores. Te adoré con locura, y adorando sigue el recuerdo de tu amor mi pecho, ¡qué precioso es vivir cuando soñando se olvidan las torpezas que se han hecho! Por eso nunca despertar quisiera mi alma que anhelante ve dormida, la bella realidad de quien yo era cuando tú alegrábasme la vida. ¡Ay! Quien pudiera olvidar lo inolvidable de aquellas horas de placeres locas; que a impulsos de pasión tan formidable se juntaba sedientas nuestras bocas. ¿Quién pudiera alejar del pensamiento aquellos ratos de ventura y calma? ¿Quién pudiera aplacar lo que yo siento y se agita en el fondo de mi alma? ¡Nadie! Solo yo que me quejo, me consuelo haciéndole brotar sangre a mi herida pues sé que ha de durar mi desconsuelo mientras yo tenga un átomo de vida.

Rubricado.


107

¿Loco ………? Para F. Miralles

Loco llaman aquí con gran empeño, al que busca en la vida un ideal encarnado quizás en algún sueño que se agita en su pecho de cristal. Loco llaman aquí con gran cinismo, a quien odia las falsas tradiciones, y no escucha la voz del caciquismo que imperiosa resuena en los salones. Loco llaman aquí al que se afana por vivir alejado de esa esfera donde nadie se queda con la gana de tener en sus manos “la tijera” . Loco llaman también al que luchando camina por la senda de la vida, y se pasa las horas admirando las miserias que en ella hay escondidas. Loco llaman al que no ha sabido resignarse a cargar la cruz pesada de unos cuantos pedantes embebidos en su creencia por todos ignorada. Loco llaman también al que se siente capaz de conquistarse algún renombre y entonces me lo tildan de inocente y dicen que es un loco el pobre hombre. Loco llaman también al literato de ardiente y exaltada fantasía, que cual otros no finge ser beato bajo un manto de negra hipocresía. Y loco llaman, en fin, al que se eleva debido a su trabajo solamente y unido a su nombre siempre lleva lo que ha podido ser honradamente.

Rubricado.


108

Pesadilla

Aquí fue, más allá, tras de su cumbre que parece juntarse con el cielo en las tardes que el sol como una lumbre lo pinta todo del color de fuego. Solo sé que fue aquí, en esta altura donde todo sonríe como un sueño pues mirando a lo lejos la llanura se confunde con verde terciopelo. Aquí fue, en este sitio, donde brilla la luna en el silencio de la noche plateando, del campo de Castilla, las almenas de antiguos torreones. Y aquí, en estos sitios esculpidos hoy están los recuerdos de mi vida; y allí tras de sus sombras escondidos los fantasmas de mi honda pesadilla.

Rubricado.


109

Julia

Yo soñé con tu imagen adorada una noche famélico de amores; y la gloria sentí yo en la mirada de tus ojos de fuego abrasadores. Tu eres reina divina de mis flores y con ellas, te veo coronada lucirte en los palacios soñadores que mi mente te forma entusiasmada. Mas luego que despierto, y cariñoso de mis sueños recuerdo la grandeza, un momento me quedo silencioso y pregunto después a mi torpeza. ¿Podré yo este sueño venturoso reflejar otra vez en mi cabeza?

Rubricado.

A Marina

¿Por qué se quedaría entre mis manos tu efigie idolatrada ¡rubia mía! do brillan los encantos soberanos de tu cara venero de poesía? ......................................................... Yo quisiera borrar tu imagen bella y otra imagen grabar, donde está aquella; pero es pura ilusión del alma mía tu recuerdo lo llevo en la memoria y por esto serás siempre la gloria de mi ardiente y soñada fantasía.

Rubricado.


110

¡………!

Todo, todo duerme todo, todo calla ya nada se oye.... ya no se oye nada Y cuando con pausa rara se oyen las doce en el reloj cercano, se encuentran los rivales cara a cara y en medio de un silencio soberano. Se contemplan los dos un solo instante con sonrisa sarcástica y umbría y sin saber, ni ir atrás o alante empiezan a luchar con valentía. ................................................ Del más hábil la triunfante espada, al vencido enseñó la franca puerta; que para nadie se verá cerrada por ser de las verdades la más cierta.

Todo, todo calla todo, todo duerme ya no se oye nada ya nada se oye.

....................................................................... Y cuando a la mañana de otro día el cadáver se halló de aquel humano, quedó por el misterio que tenía envuelto en las tinieblas del arcano. ..................................................................... Y en la clásica reja de una calle, y en el silencio de la noche oscura; hay un hombre que aprisiona el talle de la niña que adora con locura.

Pero todo duerme y en el mundo calla; ya nada se oye..... ya no se oye nada.

Rubricado.


111

Guerrinas


112

ACTO II Patio. La escena representa el patio zaguán de una casa solariega, al

fondo gran portada por donde se divisa una calle de un pueblo de Castilla, a la derecha una puerta de cocina, y a la izquierda dos que se comunican con el resto de la casa

Escena I (Dos criados y una criada).

CRIADO 1º: PERICO Vamo amí ese casorio no me entra en la cabeza.

CRIADO 2º: JUAN

En lo mesmo estamo. Perico aunque me las pire por esta no lo doy creito.

CRIADA

Pues mia que es guapa.

CRIADO 1º: PERICO

Como guapetona lo es pero tie un aquel, que no se esprica nadie.

CRIADO 2º: JUAN

Queno y a nosotro que ca uno es ca uno ¿no es así Tomasa?

CRIADA Chit, el viejo.

Escena II (Dichos y el tío Guerinas por el foro).

GUERRINA

Reuniones ¡eh! Ca cual los palique se quean pa la mujeres cuando hacen calceta en la solona.

(Salen Tomasa y Perico).


113

GUERRINA Y tú que quies.

CRIADO 2º: JUAN

Las llaves del granero, hay que llenar de trigo los costales pa la molienda.

GUERRINA

¡Llaves!, a Dª Remedios, ella es la administradora.

CRIADO 2º: JUAN

Pero tío Guerrinas, que dice V.

GUERINA

Tu que oyes, el amo la ordenao y basta.

(Sale por la derecha).

Escena III (Arrascándose)

GUERINA

Que güertas da el mundo, si levantaran la cabeza los padres de Fernando no iban a creer lo que estoy viendo.

MATILDE

Guerrinas, está V. Solo.

GUERRINA

Que pasa hija, me nesecitas.

MATILDE

Tío Guerrina, sabe V. lo que dicen.

GUERRIANAS

Hicen.


114

MATILDE Que Fernando no está casado con Aurora y que Dª Remedios es

una cualquiera.

GUERRINAS

¡Esto más!, como si lo otro no fuera bastante.

MATILDE

Pero hay más.

GUERINAS

Hay. No debía hicírtelo; pero tarde o temprano tenías que enterarte.

MATILDE

Hable V. por Dios, cuéntemelo todo. (Llora).

GUERRINA No nos escuchará nadie.( Se sienta). Tu hermano se ha queo en la

calle.

MATILDE Que dice V. Mi hermano ¡en la calle!

GUERRINA

¡En la calle! (Meneando la cabeza). Esas mujeres han sido sanguijuelas pa el capital, esto lo veía venir, muchas veces le aconsejé, no me hizo caso y allá él.

MATILDE

Pero ¿nos abandona V.?, que va a ser de mí.

GUERRAS

No tengas mieo, tú me atas, por ti sigo en esta casa, pues aunque tu capital está seguro esa maldita bruja tie las uñas mu largas.

MATILDE

Gracias, es a ti, mi padre.


115

GUERRINAS Eso no me lo ties que pedir, se lo juré a tu madre al pie la cabecera

y no eché en saco roto.

NOTA: Faltan hojas, ignorando cuantas son (sigue).

Palabras. Mire por ellos, no tienen más guía , ni más consejero en este mundo que V., y aquí estoy yo que aunque viejo tengo aún más fuerza que tos los de la casa.

Escena

FERNANDO Se trataba.

GUERRINA

Del tiempo atrás, de cuando vivían tus padres.

FERNANDO

Dichos tiempos, aquellos no son éstos.

GUERRINAS

Es verdad, corren otros aires, pero si éstos son de tempestad no pues quejarte.

FERNANDO

¡Tío Guerrinas!

GUERRINA

Na dicho, con agua pasá no de muele el trigo.

FERNANDO

Que dice V. no le entiendo.

MATILDE

Fernando, en secreto, no quieras negarnos lo que asegura todo el pueblo.


116

FERNANDO ¡El pueblo! Esta estúpida gente dice lo que quiere.

GUERRINA

Cuando el río suena agua lleva.

FERNANDO

Y bien, que me importa el pueblo, soy el dueño de to.

GUERRINA

Pero no de tu hacienda.

FERNANDO

¿Cómo?, que dice V.

GUERRINA

Maltilde, vete, anda pa dentro, tengo que hablar con tu hermano.(Marchando Matilde).

FERNANDO

Decía V.

GUERRINA

Decía lo que te dije, ha dos años cuando engatusabas a la que nadie más que tú tie por lo que ni paece, ni pue ser, aunque te empeñes.

FERNANDO

Basta de palabras, a nadie le permito que juzgue a esa mujer, ni juez mi conducta.

GUERRINA

Esa mujer na me importa, tú mucho.

FERNANDO

¡Tío Guerrinas!


117

GUERRINAS

¡Fernando!

FERNANDO

¿Olvida V. quién soy?

GUERRINAS

El dueño de esta casa, pero yo no saldré, aunque me eches, hasta que vea marchar delante a tu hermana del brazo de Mariano.

Escena

(Dichos y Parrilla).

PARRILLA

Salud y tranquilidad.

FERNANDO

Dichosos los ojos. ¿Dónde te escondes?

PARRILLA

En casa.

GUERRINAS

Güeno, yo os dejo, me voy pa las casillas. (Sale).

FERNANDO

Y María Luisa, ¿te contestó? ¿Sabes donde se halla?

LUIS SORIANO

Eso quería preguntar a Aurora, ¿sabes si le ha escrito?

FERNANDO


118

Espera. (Aurora sale por el lateral izquierdo).

Escena

AURORA

¿Llamabas?

FERNANDO

Es Lui Soriano

LUI SORIANO

Servidor, le ha escrito a V.

AURORA

¿Quién?

LUI SORIANO

María Luisa

AURORA

Me dice que lo pasa muy bien allá en la corte.

LUI SORIANO

Ven Vs. lo que valen los juramentos de amor a lo que reduce la máxima expresión de .......

FERNANDO

De literatura opino como tu padre, haz números y déjate de escribir como no sea a tus parientes.


119

PARRILLA

Convencido, pero no habla vamos de María Luisa.

FERNANDO

Pero sin poesías, pasó gracias a Dios la borrascosa edad de tu romanticismo.

NOTA: Aquí deben faltar el mismo número de páginas que en la anterior nota, ya que son las hojas del lado contrario.

LUI SORIANO

Pasó, di mejor, el autor autorizado por tu padre, gracias ala devencijada oficina donde sueña con sus pasadas epopeyas.

FERNAN

Basta ¿Iremos de Lobones? Concertaste por fin la cacería con Mariano.

LUI SORIANO

Si, pero hasta pasado mañana es imposible, ya sabes las ocupaciones de nuestro amigo.

AURORA

Iremos nosotras, ¡que feliz día!, a mi me encanta la vida del cortijo, comes migas, levantarse temprano y brincar como las cabras entre aquellos matorrales.

FERNANDO

Y romper vestidos, y ponerse tan curtida como la propia cortijera.

AURORA

Va, es que te duelen esas cosas.


120

FERNANDO

No, lo que me dolería es que te lastimaras, trapos hay muchos y Aurora solo una.

LUI

Y la Aurora Boreal.

FERNANDO

Basta de chiste.

LUI SORIA

Ah, entonces me retiro, he satisfecho mi curiosidad y mi padre me espera.

FERNANDO

¿Vendrás esta noche?

LUI SORIANO

Como no, su aún me suele la última paliza que me dísteis de tresillo.

FERNANDO

Yo no, Mariano.

Escena

FERNANDO

¡Aurora ..... , huyes!

AURORA

Te veo serio, tan cambiado.


121

FERNANDO

No, yo soy el mismo, es que sin querer me estoy engañando, pero hay veces que a pesar de creerlo así, me mortifico horriblemente.

AURORA

No entiendo, que quieres decirme.

FERNANDO

Decirte, acaso si te lo dijera te reirías de mí, pero si estos temores, estos fantasmas tuvieran vida.

AURORA

Fernando, habla.

FERNANDO

Pues escucha, .... pero no, para qué, mis dudas no tienen fundamento ¿verdad que me engañas? Cogiéndola de la mano).

AURORA

No me aprietes así, me das miedo, Fernando.

FERNANDO

Si, si tienes miedo, tiemblas, huyes mi vista, estás fría, me engañas.

AURORA

¡Engañarte, yo!

FERNANDO

Pobre niña, te he asustado, perdóname.

AURORA


122

Pero antes tienes que decirme el por que dudas de mi cariño y quién puede ser el usurpador de tus caricias.

FERNANDO

Si no existen, si no le conozco, si eso es imposible, el hombre que me persigue en mi sueño es el novio de mi hermana.

AURORA

¡¡Mariano!!, tú estás loco no me cabe duda.

FERNANDO

Ves como era una tontería.

AURORA

Pero que daña horriblemente.

FERNANDO

Olvida mis palabras, no quise ofenderte, son hijas de mi cariño.

(Juan sale por el foro).

CRIADO2: JUAN

Señorito, el médico le espera en el molino, pa eso de las aguas, que venga V. enseguida.

FERNANDO

Voy, es cierto se me había olvidado.

AURORA

Volverás pronto.

FERNANDO

El asunto es enojoso, no puedo decírtelo, hasta luego elr.


123

Ampliación y Refundición

de la

Leyenda Histórica

de

Un Suceso Prodigioso

acaecido en

Moral de Calatrava

por

Luis EspinosaLuis EspinosaLuis EspinosaLuis Espinosa

IMPRENTA Y ENCUADERNACIÓN RODOLFO RAMÍREZ

MORAL DE CALATRAVA 1917

DEDICATORIA

A todos mis paisanos

EL AUTOR

Moral de Calatrava, Abril 1917


124


125

Dos palabras

-------------

Conocidos los versos y cuantos detalles y noticias cita en su libro publicado en 1870, el Excmo. Sr. D. Agustín Salido, a mí, solo me resta, para conmemorar con toda la brillantez posible su primer Centenario, refrescar en nuestra memoria, los gloriosos e inolvidables hechos de aquel suceso altamente prodigioso, que ocurrió en nuestra Ciudad, en la tarde del 20 de Abril de 1817 y que bien merece el título de milagroso, por ser extraordinariamente sublimes cuantos testimonios acreditan la veracidad del mismo.

Luis Espinosa

Moral de Calatrava 20 de Abril de 1917.


126


127

EL MUNDO ¡Oh! Riquezas, poder, lujo, hermosura del mundo ornato, ¿Qué seréis mañana? sueños que forja el hombre en su locura delirios tristes de la mente humana. Que pasarán cual rápido cometa sobre la faz terrestre del planeta. Qué importa ya tu orgullo, tu excelencia si se liga tu fin a tu destino, y sobre los poderes de tu ciencia está el poder del Hacedor divino. ¿Qué son tus valles ni tus altas sierras, ni tus prados más verdes y fecundos; ni esos ríos que sangrando tierras parece que camina a otros mundos? Con la edad más remota y más futura la rueda irá girando suspendida, sin hallar esa noche tan oscura que encierra los misterios de la vida. Y todo tras fatal y corto plazo a lo oscuro caerá en la honda sima, la muerte nos dará su largo abrazo, mas después habrá un Dios que nos redima. Y ese vago temor que el hombre siente y en el mundo dirige nuestro vuelo, es algo inmaterial, algo latente que se confunde con el mismo cielo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


128

Qué importa hoy la inteligencia escasa para sondar nuestro milagro, sea, mucho más hondo en la materia pasa que la ciencia no explica aunque lo vea. ------ Grito de siglo a siglo transmitido por varones sin tacha y sin enmienda ¡Oh! grito que en mis sienes has latido y no quiero dejarte en el olvido ya que es grande y piadosa tu leyenda. ¡Oh! siglo diez y nueve, tú has legado un sublime jirón a nuestra historia, tú año diez y siete nos lo ha dado y en el alma de todos va grabado como un trofeo de brillante gloria. ¡Oh! año de la luz que en nuestro pecho nos dejaste un ejemplo sin olvido, tu puedes exigirnos el derecho de hacerte el homenaje que te ha hecho el pueblo que te aclama enardecido. Este pueblo que lucha y que se afana para llegar a la empinada cumbre donde mora la ciencia y se engalana la gloria que nos brinda ese mañana que brilla más que el sol y que la lumbre. Pueblo fuerte, piadoso, humanitario la paz sublime en los hogares brilla, tú llevas en el pecho un santuario, tú eres parte integrante de Castilla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


129

de 1817 a 1917 --------------

Hoy hace un siglo que esperando en vano que Dios favoreciera con su mano de nuestro campo el abrasado suelo quedaban en silencio soberano todas las almas contemplando el cielo. Y hubo horribles desastres con la guerra que sostuvo el francés en nuestra tierra, mas conseguimos con invicto celo que aquel abandonara nuestro suelo. Y de la turba extranjera, libres una vez, no extraña que en honor de su bandera entonara un himno España. La de Felipe segundo, la España de los gigantes, la que fue dueña del mundo y fue patria de Cervantes. La que fue de sabios cuna y al mundo, mundos legaba, la que brilló cual ninguna y venció a la media luna valientemente en las Navas. La España arrogante y fiera, la del ingenio profundo, la que con faz altanera consiguió que su bandera fuera la dueña del mundo. La España, que bendecida por mano santa y piadosa es un jardín de la vida; ¡oh! tierra linda y hermosa tierra hidalga y castellana, que eres igual que una rosa delicada y primorosa que fuera del cielo hermana.


130

Tierra pujante y sencilla tierra que la vida ensancha, más y más tu escudo brilla desde que brotó en Castilla Don Quijote de la Mancha. ¡La Mancha! Tierra piadosa, tierra de héroes y de ascetas, tu en tu seno abriste fosa recogiendo cariñosa el cuerpo de tus poetas. Tierra de los verdes prados y del azul firmamento, la de los pueblos pintados entre cerros empinados con sus molinos de viento.


131

“ LA CALAMIDAD “

“El Moral, pueblo sin tacha pueblo generoso y culto, pueblo heroico, eminente y de sentimientos puros, lindo vergel de la Mancha, divino joyel del mundo que el hombre cultiva y cría del uno al otro crepúsculo, mas tanta y tanta belleza tantos y ricos productos, Dios con su poder supremo siempre bueno, pero justo al castigar de los hombres la soberbia y los insultos los prados seca y las flores, los arroyos deja enjutos, estériles los ganados y el pan en la tierra oculto. . . . . . . . . “El año mil ochocientos diez y seis, vino infecundo, además según contaron hombres probos y vetustos de nuestro pueblo los campos casi se quedaron nulos, y apenas si recogieron lo que sembraron algunos de estos pobres labradores que a pesar de sus apuros arrojaron en Octubre lo poco que les dio Julio. Nace apenas lo sembrado y un invierno eco y crudo destruye con sus escarchas lo poco que hay en los surcos; pasan Diciembre y Enero y Febrero y Marzo juntos, negándoles de la lluvia los benéficos influjos, llega Abril el de las flores, mas con rostro tan adusto que no asoma en los vergeles ni un lindísimo capullo,


132

acosa el hambre al bracero que seco, pálido y mustio, mira a sus pequeños hijos desmayados y desnudos demandar de puerta en puerta por Dios un triste mendrugo y la caridad se aumenta pero faltan los recursos, y entonces los sacerdotes y todo el pueblo en concurso bajan de su Santo trono a María e Hijo único, cuya voluntad encierra alivio a tanto infortunio, y entre lágrimas y vítores de ancianos, niños y adultos a la puerta de su templo sale la Virgen de luto, ¡Dios té salve! ¡Dios té salve! exclama el pueblo confuso, Virgen clemente y piadosa vuelve a nos los ojos tuyos. Bajan también de su trono con la esperanza del triunfo al coronado de espinas cuyo cuerpo santo y puro está todo amoratado por golpes de sus verdugos. La voz escuchan de un padre docto varón bueno y justo que de santidad, gran fama goza en opinión de muchos, y en magnífico discurso alienta la fe abatida de aquel cristiano concurso, comparando sus dolores con los de Jesús augusto. “¡Ved al hombre! ¡Ved al hombre! exclama el padre convulso, parodiando al Ecce-Homo en que en medio de verdugos, desde su balcón Pilatos a Cristo enseñó al tumulto de los judíos fanáticos que en ira estallando juntos == Crucificadle == decían al presentir un indulto. ¡Ved al hombre! ¡Ved al hombre! repite el eco robusto de Piedralabe, mirando


133

en sangre tinto y desnudo, con una caña por cetro, por manto real, ropón sucio, por corona la de espinas y al cuello, con fuertes nudos en vez de cordones de oro cordeles de esparto crudo. “¡Oh! Cristo de la Humildad ¿qué dolor no fuera el tuyo a la par del que hoy lamenta este cristiano concurso? Dios sufre muerte afrentosa y alegre redime al mundo y Dios abandona al réprobo mientras que socorre al justo. Laceremos nuestros cuerpos impongámonos ayunos, ciérrense de este Convento las puertas y quede nulo, y en constante penitencia pidamos al poder sumo. “Y corren a sus hogares ancianos, niños y adultos, vivamente impresionados por tan piadoso discurso; mientras que los religiosos encerrados en sus muros de hallan de día y de noche en penitencias y ayunos; que solo podrán saberse según las frases del justo Piedralabe, cuando llegue El juicio final del mundo.”


134

PENITENCIAS Y ROGATIVAS De la pálida luna los reflejos van los niños, los hombres y los viejos, camino de la Virgen de la Sierra; y se augura desde lejos el horrible dolor que les aterra, pues son sus ojos espejos que ya están de llorar como la tierra. Otros visten sus cuerpos con sayales o túnicas humildes y afrentosas y son sus martirios tales que parecen los mortales cadáveres sacados de sus fosas. Mujeres, sacerdotes y seglares marchan cargados de pesados cirios; y se oye por la noche a centenares los rogativos cantares que elevan por la cruz de sus martirios. Y otros en humilde caravana, después de ayunar una semana; de rodillas se mueven en la tierra y van a visitar la soberana y amantísima Virgen de la Sierra. Llega Abril con sus mágicos fulgores gala y ornato del pensil florido; mas no se asoman al rosal las flores ni se cubren los campos de verdores; todo yace en el campo del olvido. Y las almas no duermen ni un momento, ni dan descanso a sus perdidas fuerzas, los niños por las calles van descalzos cantando himnos y entonando endechas y da lástima oírlos como claman por librarse del hambre y la miseria, con los brazos cruzados y de hinojos a los pies de la Virgen de la Sierra.


135

Quince días hace ya, que ni aún el viento penetra en el Convento de los piadosos padres Franciscanos, quince días que los hermanos ayunan y se arrastran por el suelo, esperando el perdón del alto cielo y son los avisos vanos de quien llama una vez y otra a la puerta pues nadie, nadie la contempla abierta, ni han visto de entrarles alimento alguno que en penitencia y ayuno están sin entrever el mal que pasa detrás del muro de su santa casa.


136

“ EL MILAGRO “

Año mil ochocientos diez y siete aunque al espíritu inquiete tu recuerdo, se agranda tu figura, ¿quién pudiera grabar en la futura y eterna edad, con buril tu día veinte de Abril, lleno de luz y alegría de regocijo y de gloria; bendito y dichoso día que por hermoso debía grabarse en nuestra memoria, y pasar como el sol pasa a la umbría a los grandes anales de la Historia. “Tarde clara y silenciosa sin turbias nubes sobre el alto cielo una campana solloza y con ella solloza todo el pueblo. Los frailes de San Francisco también rompen su silencio y a una vez veinte campanas laten con el mismo acento. La procesión se organiza himnos elevando al cielo, todos caminan descalzos vestidos de Nazarenos. Describir es imposible el imponente cortejo que se hacina ante los muros del misterioso Convento. ¡Misericordia, Dios mío! a una vez exclama el pueblo que ante la Divina Imagen se postra besando el suelo. Y parte la comitiva cantando salves al cielo y en San Roque se improvisa hacia la izquierda saliendo un púlpito, en una mesa pegado al muro del templo, y aparece sobre ésta con maroma atada al cuello el insigne Piedralabe, y dominando el silencio == Exclama == Ábrete a nuestro amor inmensa altura


137

del hombre y de los mundos redentora, da a la fe que nos mueve tus alientos, agita el huracán en cabalgata de ronco son y furia abrumadora, rompe el trueno en los ámbitos, desata los ímpetus violentos del raya que ilumina cuando mata; y tras de la tormenta bienhechora haz que baje una lluvia de rocío, oye a este pueblo que a tus plantas llora, pues su campo, fecundo lo devora un dolor tan injusto como impío. Y escucha ya mi voz, porque te debo la fe que de mi espíritu se eleva, porque de aquí no me muevo, no me muevo, ¡Señor! mientras no llueva. Y cuando el pueblo en religioso anhelo, su turbia vista al firmamento sube, se levanta y se esparce por el cielo en un instante borrascosa nube. Luego la voz de la tormenta zumba igual que si saliera de una tumba; ¿cómo no contemplar el ancho cielo y todos ante él caer de hinojos? ¿cómo allí no buscar algún consuelo si alma tenemos y tenemos ojos? Y el padre Frey Julián de Piedralabe, con el semblante pálido y erguido, exclama entonces tembloroso y grave; si mis voces llegaron a tu oído haz ¡Oh Señor! Que nuestra angustia acabe, y salva al pueblo que a tus pies rendido se desfallece en su dolor profundo; sálvalo tú, Señor, que has conseguido salvar de la miseria a todo el mundo.


138

AL MORAL DE CALATRAVA

Poesía improvisada en la noche del día 12 de Marzo, para conmemorar el nombre de nuestro querido pueblo.- -------------------1.917--------------------

Desde un peñón colosal miré una noche estival las grandezas de la tierra, y vi extenderse el Moral (que tan poco espacio encierra) alegre, blanco, ideal y limpio como un cristal bajo la empinada sierra. Bajo la sierra vecina cuando la luna ilumina sus calles siempre risueñas, su torre de pardas peñas a donde si el sol declina y alguna esquila hace señas canta humilde golondrina junto a un nido de cigüeñas. Bajo la sierra cercana cuando mágica campana del reloj de algún Convento, late en el seno del viento con majestad soberana, cuando loco el pensamiento gira en raudo movimiento por mi tierra castellana. Y desde tamaña altura cuando la luna fulgura con más doliente misterio, desde mi alto cautiverio miro a la parda llanura y veo alzarse un cementerio que me dice con imperio que está allí mi sepultura.


139

Evoco entonces mi suerte y cuando pienso en la muerte recuerdo tiempos mejores, mas luego con mil amores cuando llegue a ser más fuerte que mis añejos dolores quiero que mi cuerpo inerte repose bajo sus flores. Reposar son mis anhelos bajo los azules cielos que mi amor santo dedico, donde mis padres y abuelos, ya que esta noche me explico bajo un misterio profundo, que el Moral siendo tan chico es igual que todo el mundo. Luis Espinosa.

NOTA: Está copiado del librillo que se hizo.


140


141

“Sor Martirio”

Drama en tres actos y en prosa

original

de

Luis Espinosa 1.917


142

Personajes: Josefina................... Sor Martirio Dª Margarita Dª Aurora Sor Faustina Sor Carmela

Sor Adolfina Ricardo................... Seminarista Alfonso Doctor Andrés Criados y Criadas La acción en Madrid. (Epoca actual)


143

ACTO PRIMERO

La escena representa un amplio y lujoso gabinete, puerta al fondo y laterales.

Escena Primera

(Al levantarse el telón están en escena D. Ramiro y Dª Margarita).

RAMIRO

Te digo que pierdo la cabeza; qué ajetreo, qué escándalo, qué revolución. ¡Cuarenta y dos visitas! Pásmate y otros tantos Sres. que no me dejan un momento de tranquilidad. Vamos, que salgo mareado. ¿Quién soporta tantas y tan remolidas peticiones? Reniego, reniego de mi suerte. Luche Vd. por una Candidatura, para que después lo aburran los amigos.

Dª MARGARITA

Pero, hombre, sé condescendiente; promete y ofrece cuanto quieran, aunque luego no te acuerdes de hacer nada,

RAMIRO

Figúrate que el último que se me presenta es el Alcalde del Tomillo, un pueblo que por lo importante yo mismo ignoraba que perteneciera a mi distrito, y nada menos se le antoja al hombre que yo he de hacer Canónigo a un sobrino de una pariente de su mujer que está de Cura en una aldea de la provincia de Oviedo.

Otro me pide una carretera y un ferrocarril como quien pide un

refresco en una boda. Y un tercero por el estilo pretende que se encauce al Maestro de Primera Enseñanza de su pueblo por ser un ferviente adorador de Baco y se nombre ni más ni menos que en su puesto que un primo segundo suyo que era Sacristán y ya no puede ejercer dicha profesión por hallarse cojo de ambas piernas a consecuencia de una cornada que le dio el día de S. Pedro una vaca que, por tradicional costumbre, sueltan todos los años en su pueblo y capean los mozos por las calles.

Te digo que esto traspasa los límites de la legalidad de las cosas y me hallo por lo mismo más desesperado que.........

Dª MARGARITA

Sí, que cuando creías que ibas a perder las elecciones; recuerdo que la noche anterior a éstas, no me dejaste ni cerrar los ojos. ¡Soñabas


144

tantas y tan disparatadas cosas, que hubo momento en que creí que habías perdido la cabeza.

RAMIRO

No, entonces no; ahora, ahora es cuanto estoy a punto de perderla pues piensa que desde aquí, sin un momento de sosiego me emboco en el Congreso y allí como todos los días me acecha una caterva de correligionarios con idénticas o mucho más alarmantes pretensiones, después del diputado por aquí y el de por allá me preguntan por la impresión que me produjo su último discurso, luego que yo sin remediarlo les pregunto por el mío, más tarde otro, me habla de las ventajas que a nosotros nos reportaría la guerra con el triunfo de los alemanes, otro que rebate, que dice, que afirma, que discute, que opina lo contrario y yo que vengo a casa emborrachado de ideas y tengo que acostarme con un dolor de jaqueca como el que siento ahora, que al día siguiente se repite la cuestión con todos los detalles.

Dª MARGARITA

Pues fácil remedio, renuncia y vámonos a nuestro pueblo.

RAMIRO ¡Como! ¿Qué dices? ¡Renunciar! ¿Destrozar los ideales que por

tanto tiempo acarició mi alma? ¿Nublar mis ambiciones? ¿Mis sueños? Cuando de un momento a otro pudiera llegar a ser ministro. ¡Margarita! Eres incapaz de comprenderme, careces de lo que todas las mujeres y no puedes ser más vulgar, que yo mismo te miro en este instante......... actualmente soy diputado y más de una vez que soy un polemista de altos vuelos, y gracias a mi talento político y dentro de poco serás la esposa de un ministro, uno, Margarita, de los llamados a encauzar a este desgraciado país tan lamentablemente gobernado. Ya me conoces, ya sabes cuales fueron mis más fervientes y dorados sueños, por ellos, y para alcanzar con justos y reconocidos méritos una cartera he venido a Madrid y me preocupan en alto grado los devaneos políticos que traigo, los hombres soñamos con la popularidad y si hoy te enorgulleces siendo la señora del Diputado a Cortes por Torralba, mañana será mucho mayor tu complacencia cuando veas que eres nada menos que la señora esposa de un ministro.

Dª MARGARITA

De un ministro que gobernará perfectamente al país; pero que hasta la fecha ignora el modo de gobernar su casa.

D. RAMIRO


145

¡ Mi casa! ¿Te ríes? ¿Qué quieres decirme?

Dª MARGARITA Interpreta a tu antojo mis palabras.

D. RAMIRO ¡Tus palabras! ¡Au! Dime, dime ¿Dónde anda Josefina?

Dª MARGARITA En casa de Dª Aurora ¿No sabes que su hijo le hace mucha

gracia?

D. RAMIRO No digas tonterías ¿qué gracia puede hacerle a Josefina un

seminarista? ...........

Dª MARGARITA Pues apostaría cualquier cosa a que eran de él unas cartas que leía

ayer en tu despacho.

D. RAMIRO Veo con sentimiento que tienes llena de fantasmas la cabeza y he

descubierto que de poco tiempo aquí miras más allá de donde puedes y por lo mismo todo el mundo se ríe de tus cosas.

Dª MARGARITA

El tiempo se encargará de averiguarlo y cuando seas ministro, que lo dudo, ya puede que estemos tocando, sin querer, las consecuencias.

D. RAMIRO

Vaya, hasta luego, sé demasiado bien que no puedes comprenderme.

Escena II (Dichos menos D. Ramiro).

Dª MARGARITA ¡Ay, pobrecito! ¿quién te metería en un pozo tan hondo y a donde

por fin no has de saber salir por más que quieras? Cuanto mejor estábamos allí, en nuestro pueblo, viviendo entre aquella gente afectuosa y llana, que no aquí, en la corte, donde tiene un color subido y no se goza ni se disfruta


146

nunca por consideración a la mentira. Y se volverá loco, loco de remate, ha cambiado tanto. ¿qué digo él? Nosotras, yo ni a mi misma me conozco, y lo siento, lo siento por Josefina, por mi hija, por esa muchacha que sin miedo a equivocarme juraría que está demasiado interesada por el porvenir de un seminarista, pero díselo a su padre y te pronuncia un discurso o diez y él solo se convence de que su hija, por ser su hija, no puede jamás incurrir en un error tan lamentable y se queda tan conforme con este razonamiento como si hubiera dicho en el Congreso otras tantas tonterías para llegar, como él dice por laudables méritos a la categoría de ministro.

Escena III (Por el foro Dª Aurora y Josefina)

Dª AURORA ¡Hola! Dª Margarita ¡¿qué tal? Hace ya tantos días que no nos

hemos visto...................

Dª MARGARITA Si, si es verdad. ¿Cómo anda usted?

Dª AURORA Bien, muy bien, hacía ya mucho tiempo que no me encontraba

como ahora.

Dª MARGARITA ¿ Y su hijo? ¿Dieron ya vacaciones en el seminario?

Dª AURORA Si, y de hoy a mañana lo tendré a mi lado, hoy salgo únicamente

por que quiero comprar algo para obsequiarlo pasado mañana que cumple veintitrés años. ¿Quiere usted acompañarme? Se lo agradecería, usted puede que adivine mejor lo que a él le agrada.

Dª MARGARITA

Bueno, espere, voy a arreglarme en un momento.

Escena IV (Dichos menos Dª Margarita)


147

Dª AURORA

Y tú ¿no quieres acompañarnos?

JOSEFINA Me duele mucho la cabeza y no tengo ganas de arreglarme...... de

lo que tengo ganas, es de ver a su Ricardo, es tan amable, tan bueno, tan simpático, que escuchándolo paso a su lado las horas agradablemente ¿por qué quiere usted que estudie para sacerdote?

Dª AURORA

¡ Ah! Eso es tradicional en mi familia. Mi madre tuvo un hermano sacerdote, yo otro, mi marido (q.e.p.d) dos que fueron jesuitas, además a mí me agrada pensar que siendo cura siempre me tendrá a su lado, de lo contrario esto sería más difícil; luego que a él le gusta mucho la carrera, el arzobispo lo distingue y admira y no es imposible que debido a su trabajo, dentro de unos años lo vea de canónigo, luego de obispo y hasta de cardenal, si tiene suerte y sigue estudiando como ahora.

JOSEFINA

Sí, sí, todo eso es en extremo bonito, ¿pero y si en vez de cura fuera abogado o...... ingeniero? ¿No brillaría mucho más por su talento?.................... y usted como éste llegaría a casarse ¿no sería mucho más feliz con unos cuantos nietos que con sus juegos y risas alegraran más y más la vejez de su existencia?

Dª AURORA

No, no, Ricardo será cura, tiene demasiada edad para emprender otra carrera; además yo no consentiría que se apartara del buen camino que ha recorrido hasta la fecha; mi hijo a pesar de ser tan alegre y expansivo es un santo en toda la extensión de la palabra.

Escena V

(Por la derecha Dª Margarita).

Dª MARGARITA Estoy a su disposición.

Dª AURORA Si, si, vamos cuanto antes. Hasta luego ¡eh!


148

Escena VI

(Dichos menos Dª Aurora y Dª Margarita)

JOSEFINA Sí, sí, un santo, lo que es Ricardo es un hombre con mucho

talento y mucha gracia. ¡Tiene cada golpe! Dice tantas y ocurrentes cosas, que a su lado me parecen más cortos estos días inacabables que aquellos otros de invierno en que seguramente él estudia con ahínco en un estrecho y solitario cuarto, y yo tristemente recuerdo sus palabras para sentir engañándome a mí misma la esperanza del que ambiciona soñando reconstruir recuerdos que se han perdido para siempre en el hoyo profundo donde naufragó la felicidad perdida y se hundieron también las ilusiones; pero no me arredro; tengo clavadas en el alma las tranquilas pupilas de Ricardo y siento al evocarlo danzar sobre mi corazón todas las alegrías que me prometieron sus palabras; y quiero porque una voz secreta me lo manda, y porque me lo exige la irresistible y ciega pasión que me devora, y soy suya, suya mientras él le rinde a otro amor el culto sacro-santo que merece; pero ¿no se acordará de mí; de mis palabras que habrán repercutido en sus oídos hasta sondar y traspasar su pecho y sentir el calor de sus entrañas? No, eso no, él sabe que lo amo, y él.... él también me ama, me lo ha dicho aquella flor que al cortarla lo hirió una tarde, dejando en sus pétalos impresa la sangre suya; y luego así, salpicada de rojas manchas, quiso que yo, por un capricho suyo, me pusiera enseguida sobre el pecho. Me lo dice un silencio muy largo con la elocuencia que sabe definir las cosas; me lo digo yo, y estoy segura, muy segura que en este instante mismo está pensando en mí, y estamos hablando desde lejos, sin sentir ni comprender que cuando nos veamos perderemos el valor de llegar una vez a comprendernos.

Escena VI

(Dicha y una criada por el foro).

CRIADA Señorita, D. Ricardo que ha llegado ahora mismo y viene a

visitarla.

JOSEFINA ¡Cómo! ¿ Verdad? Dígale que pase.

CRIADA Enseguida.


149

Escena última

(Dicha y Ricardo).

RICARDO Amiga Josefina, ¿qué tal? ¿Cómo te encuentras?

JOSEFINA Perfectamente, pero tú estas muy delgado; si, si, te encuentro

mal, te fuiste mucho mejor que estás ahora.

RICARDO Tienes razón, los libros quizás tengan la culpa o quién sabe si

acaso los malos pensamientos.

JOSEFINA ¡ Cá! No, no, tu no puedes pensar mal aunque te empeñes.

RICARDO Explícame la causa, pues yo desde luego creo que estoy sujeto a

las leyes de los demás hombres, a no ser que tú por una especial circunstancia, me creas superior a mí mismo.

JOSEFINA

No, si no es eso, perdóname, no recuerdo ya lo que te he dicho.

RICARDO Perdóname tú, ¿quién sabe si yo he interpretado mal alguna de

tus palabras?

JOSEFINA ¿ Y cuándo has llegado?

RICARDO Hace diez minutos; subí a casa y me dijeron que aquí estaba mi

madre, y por eso he bajado precipitadamente.

JOSEFINA Aquí estuvo, pero salió hace un rato con la mía a hacer unos

encargos. Yo creo que no te esperaba hasta mañana.

RICARDO


150

No es extraño, pensé anunciarle mi llegada, pero después preferí darle esta sorpresa y ... ¿tu padre?

JOSEFINA

Seguramente en el Congreso.

RICARDO ¡ Ah! Ya he leído sus discursos, es uno de nuestros primeros

oradores, tú estarás muy orgullosa, quién sabe si llegarás en breve a ser la hija de un ministro.

JOSEFINA

Yo, Ricardo seré siempre la misma, y aunque mi padre llegue donde dices, yo seguiré creyendo lo que creo y pensando como pienso; y aunque los míos y la sociedad se empeñaran yo no pensaría nunca de distinta forma; tengo ánimo para continuar viviendo sin atropellar todos mis suelos y todas mis creencias; seguramente tú, cuando así me hablas ignoras la firme voluntad que yo poseo.

RICARDO

No, no, ya te conozco, ¡eres tan buena! Que muchas veces, lo confieso, sin darme cuenta, sin saber porqué, te levantas ante todas las angustias que me ahogan cual si fueras un ángel bienhechor y venturoso, que a todo trance luchara para encauzarme por otros derroteros que no llegarían a nada, y harían más plácida y feliz mi ya, por muchas causas, desventurada existencia.

JOSEFINA

Ricardo, nunca me hablaste como ahora, nunca quisiste decirme esas cosas tan bonitas y nunca te creí tan bueno, tan grande, tan cariñoso como eres, sí, sigue entusiasmando a mi alma y revelándome de una vez todos tus secretos.

RICARDO

¡ Mis secretos! Todos mis secretos; pues ¿hay secreto mayor para mí mismo que vivir allí en soledad perpetua y sobrellevar mintiéndole a mi alma y engañando a mi corazón, este sagrado pero para mí horrible, sacrificio que me he impuesto?, pero ¿hay mayor secreto en este mundo que vivir haciendo que ignoramos o queremos ignorar lo que nosotros mismos hemos llegado a creer y a comprender en un instante? Dime ¿tú tienes secretos? Yo sólo uno he podido ocultar dentro del pecho, pero, quién, quien no se delata, quién no se siente traidor de si mismo cuando oculta lo que siente, y siente consumirse mirando que daña, que hiere, que


151

mortifica con su mismo dolor a un ángel que como tú no guarda, no tiene que guardar otro secreto que el de amar a quién por su misión para la sociedad, para el mundo no tiene derecho a corresponder a las leyes que le dicta la conciencia, ni a los libres impulsos de sus más puros y generosos sentimientos; pero, ¡ay! que también es cierto que por encima de las leyes que establecieron los hombres para gobernar y gobernarse, para contrarrestar las pasiones y los vicios y aminorar y castigar sus daños, hay otras que sin estar escritas arraigan con más fuerza en el corazón humano porque nacieron con nosotros y las llevamos en la sangre y esas, esas no tienen subsistir mientras el mundo sea mundo y los hombres sientan la necesidad de ser amados.

JOSEFINA

No te entiendo, pero sin entenderte, conozco la amargura que encierran tus palabras, quiero adivinar tus sufrimientos y me place oírte porque creo, porque adivino también, que los dos sufrimos por la misma causa.

RICARDO

Sí, ya es hora, ya hemos aguardado mucho, ya llegó el anhelado instante de hablarnos sin enmascarar las frases, sin temor al reproche, sin preámbulos ni razonamientos de ninguna clase, sin otra finalidad que la de alentar a nuestras almas para que no se rindan ni desmayen nunca, sin otro temor que el que pueda inspirarnos la confianza que tenemos en nosotros mismos. Y ahora conmigo para solemnizar esta recíproca promesa, repite, repite muchas veces ¡cuánto hemos sufrido! Pero, (cogiéndole las manos) cuánto más si quiere el cielo tenemos que gozar en este mundo.

JOSEFINA

Pero ¿volverás al seminario?

RICARDO Y ¿qué importa? Yo emplearé los argumentos necesarios con

todas mis fuerzas para convencer a mi madre y no dudes que tratándose de ella la victoria estará de nuestra parte, volveré a recordarlo un poco tiempo, pero luego libre volveré a tu lado para siempre.

JOSEFINA

No, no Ricardo, no quiero que vuelvas para hacerme otra vez que piense, que presienta que te ha de vencer por fin aquella vida que entristece y enturbia nuestras almas.

RICARDO


152

Si así lo ansías (estrechándola apasionadamente entre sus brazos) no volveré nunca, te lo juro por nuestro amor, que por primera vez embellece y perfuma mi existencia. (En este instante aparecen por el foro Dª Aurora y Dª Margarita y al contemplar la escena retroceden sin ser vistas, como horrorizadas, tapándose los ojos).

Telón rápido

Fin del Acto I


153

CANTOS


154

Cantos Por: Luis Espinosa

A . . . . . . . . .

Antaño cuando yo en tus ojos contemplaba un mundo, cuando tu sonrisa mágica y sublime como el dulce gorjeo de las aves se filtraba en los más ocultos rincones de mi alma, cuando tus palabras se hacían arrullos en mi oído, cuando eras mía y tus manos purísimas como dos lirios acariciaban mis cabellos, te ofrecía mi amor deshecho en un torrente de apasionados besos, te brindaba una vida llena de claros horizontes, un porvenir bordado con las ilusiones de nuestra juventud y los encantos de tu rubia y exótica hermosura; y es que tú me ayudaste a concebir las más bellas estrofas de mi vida, tú hiciste que mi torpe pluma se elevase a las alturas para cantar las maravillas de todo lo creado, de todo lo grande, que admira y adora sin llegar a descubrir el humano pensamiento.

¡Oh tú, Cuyo nombre purísimo es como una oración para mis labios, cuyo recuerdo es un delicioso paraíso por donde pensativo camino a todas horas, cuyas palabras son como el eco místico de una tierna plegaria que trajera el viento de un lugar ignoto en donde entonan sus cánticos los ángeles!

Yo te venero, y hoy arrepentido de todas mis torpezas, de todos mis pecados, te envío estas lamentaciones de mi alma, recuerdos que son como verdaderas ruinas que de tiempo en tiempo levanta el corazón sobre el pedestal divino del pasado.

Acógelas, y yo pecador, yo culpable, yo mucho más pequeño de lo que me hago, veré ese rayo de clarísima luz que guía a los que como yo caminan errantes por la vida. Y si leyeras este, este libro que tanto habla de nuestro amor y de nosotros mismos, piensa que por las cenizas del recuerdo viven los odios y las fraternidades, trabajan y se disputan los hombres el oro y el amor sobre la tierra.

Y yo, que soy tuyo, como la luz es del día y las tinieblas de la noche, hoy te lloro lejos; ¿mañana quién sabe si juntos, muy juntos, virgen mía, tendremos que llorar al encontrarnos?

Firmado y rubricado: Luis Espinosa. Moral de Cva 20 mayo 1918

= A los seis años de ausencia =


155

A Sofía Corral

Que tus pupilas serenas de luz y amor están llenas, no cierres ojos tan bellos pues si no me miro en ellos me van a matar las penas. Mírame, mírame así, por que mirándote al menos tú mujer estás en mí y yo en tus ojos de hurí limpios, claros y serenos.

NOTA: Falta el nº 3 que está cortado con tijeras.

El reloj

(A Julio Fuster, eximio literato)

Tú que cuentas las horas e impasible sigues sin detenerte en la jornada tú que el tiempo has contado tantos siglos fatídico reloj. ¡Detén tu marcha!, que tus manos avanzan lentamente y vuelan ¡ay! como negras alas dejando sin cesar en nuestros pechos recuerdos de perdidas esperanzas. No prosigas, detén, detén tu vuelo, y apaga ese tic-tac, que enerva y mata a los que adoran como yo la vida y tienen fuego como yo en el alma. ......................................................... ¡Soy feliz! ¡Soy feliz! Ella en mis brazos. No prosigas detén, detén tu marcha que en sus sienes no existen blancas hebras que son la nieve que aborrece el alma. ............................................................ Y el reloj, con fatídico lenguaje, siempre impasible prosiguió su marcha.

Rubricado.


156

¡No se acuerda de mi!

¡No se acuerda de mí! Pasan los años y en mi alma perdura su recuerdo, al despertar su nombre está en mis labios y siempre sueño con sus ojos negros. ¡No se acuerda de mí! ¡Pobre poeta! Tu corazón pedazos miras hechos, porque aquella mujer que tanto adoras ya no siente ni lee tus pobres versos. .......................................................... Ella, fue para ti como esas nubes que cruzan en estío por el cielo y dejan en las flores que se abrasan sus lágrimas de fuego; fue como el aire que al besar las velas del bajel que en el mar paró su vuelo ansían los perdidos navegantes pero que, luego, convertido en viento hace astillas la nave en que bogabas hacia el nativo suelo. ........................................................ ¡Ay! Aquella mujer, brillante aurora a cuyo claro y sin igual reflejo yo tejí mis primeras ilusiones sintiendo el frío y después el fuego que en mi carne dejaba cierta noche el divino contacto de sus besos. ¡Ay, aquella mujer! Mi pensamiento evoca las delicias que va borrando sin cesar el tiempo por que aquella mujer, aquella aurora, aquel aire sutil, aquel recuerdo, se esfumó para siempre y solo vive en la música triste de mis versos.

Rubricado.


157

Soneto Yo te quiero mujer, pero ¡ay!, un día te abandoné ignorando tu quebranto, pues pensé al verte triste que sería mentira tu dolor, rabia tu llanto. En pos de una ilusión, bajo el encanto que brinda el mundo de la loca orgía, yo triunfé, yo viví, yo gocé tanto que del mundo el placer ahora me hastía. Porque de aquellas ¡ay!, de aquellas que fue tu boca de mis labios nido, a éstas en que miro a las estrellas fulgurando en el cielo del olvido estoy a igual distancia de las bellas horas de amor que regalé a tu oído.

Rubricado


158

Besos de paz

¿Por qué lloras mi bien, por qué a tus ojos las lágrimas se asoman este día? ¿No me ves a tus pies puesto de hinojos? ¿No sabes que te adora el alma mía? ¿Que yo quiero besar tus labios rojos y colmar tu existencia de alegría? ¿Por qué lloras, mi bien, si tus enojos son las desdichas que sentir podía? Alégrate mi bien, alza esa frente, pues tu rubia y sedosa cabellera la envidia el sol de oriente con sus hilos de oro en primavera. Vuelve tus ojos, y al mirarme atenta dime ¿qué mal? ¡qué duelo? acaso te atormenta para mirar tan pensativa al cielo. Y ella con voz muy dulce y armoniosa que en mis oídos música se hiciera, me contestó: Sería más dichosa si con tanta ilusión no te quisiera. Yo entonces, ¡ay!, con presteza loca cogí sus manos y sintiendo el peso de sus mismas palabras, dejé un beso en medio de las flores de su boca. Y el sol que en el ocaso agonizaba hundiéndose detrás de la alta sierra, envidiándome a mí también dejaba otro beso de paz sobre la tierra.

Rubricado.


159

Ducal

Al distinguido literato: Francisco Javier de Echalecu y Canino.

De mis triunfos pasados hago alarde, fui dueño del amor de una duquesa que me habló, en una justa tarde, del duque su señor con gran tristeza. Gocé de sus olímpicos hechizos la miel libé de su fragante boca y aún conservo una trenza de sus rizos junto a una lanza por su causa rota. Y de aquellos amores como ofrenda, el pueblo al recordar mi altivo porte aún cuenta la romántica leyenda, mientras yo obtengo el título de noble y mido por mi hechura y sin enmienda a todos los hidalgos de la corte. Rubricado.

Madre poesía

Abre los brazos y en tu augusto seno recoge al bardo que te habló de amores, mi vestido de andrajos está lleno mas está el corazón nadando en flores. No desoigas mi voz, los surtidores y aún el lago más limpio y más sereno al besarlo del sol los resplandores también enseña en sus entrañas cieno. Yo ese cieno lo traigo en los vestidos de guerrear contra el destino adverso, pues soy de la legión de los vencidos por que no fui cobarde ni perverso, yo soy de los que adoran los perdidos amores, en las músicas de un verso. Rubricado.


160

Soy ante todo, todo español Soy de una tierra que lejos brilla, soy de una tierra que abrasa el sol; nací de Europa en la opuesta orilla y aunque mi cuna no fue Castilla soy ante todo, todo español. Yo nací en tierra que me es extraña. ¿Qué dulce afecto le he de tener? Ningún recuerdo dejó en mi entraña, como esa tierra ya no es de España tampoco suyo, quiero yo ser. Y es que la tierra que mi alma adora y que hoy bendice con más pasión; es esta tierra tan soñadora donde aún existe la mujer mora que ama con todo su corazón. Soy de una tierra que lejos brilla. Soy de una tierra que abrasa el sol nací de Europa en la opuesta orilla y aunque mi cuna no fue Castilla soy ante todo, buen español. Rubricado.


161

Fantasía

El poeta que te admira de su lira hoy quisiera arrancar sublimes notas, y que al cantar, su amor se filtrara en tu pecho como gotas que de las nubes ignotas cayeran sobre una flor. Es un loco enamorado fascinado por tu rostro angelical el poeta que ha soñado que tu cuerpo está encantado por un hado del palacio de cristal. Desde lejos se dibuja de una bruja la figura criminal los dragones y los altos torreones del palacio de cristal. Y me armo caballero y en un rápido bridón voy salvando del sendero lo que anhela el corazón. He llegado y he luchado con mi lanza y mi puñal y he salvado a la bella que he soñado encantada por un hado del palacio de cristal. Rubricado.


162

Al sol

Feliz ¡oh sol! Que al despuntar el día amante besas la escarchada tierra, dichoso tú que llevas la alegría igual que al llano a la empinada sierra. Tanta luz y calor tu entraña encierra y es tan grande el poder de tu harmonía que este mundo ante ti sus ojos cierra y ante ti solamente se extasía. Pues tú ¡oh sol! que besas dulcemente los misterios que al fin el alma evoca tu que sondas un lago y una fuente y en el mar te reflejas esplendente besa de una mujer la fresca boca y dila que soy suyo eternamente. Rubricado.

A Carmen

El sol se nublará de mi camino, será una noche la existencia mía surcaré cual errante peregrino el hondo abismo de la mar bravía. Todo se apagará bajo mi paso, por mi senda hallaré tristes abrojos. Mas ¡ay!, que de la vida en el ocaso a mí me sonreirán tus negros ojos. Rubricado.


163

Galante

Yo soy hijo de Apolo, yo soy nieto del Sol y mi airosa leyenda, mi altivez y mi porte, aún resuenan vibrantes en la florida corte de aquel hombre galante que fue rey español. De mi doliente musa, los tiernos madrigales, tan tiernos como notas del arpa de Israel, en justas y en torneos y en los jardines reales los tejieron los labios de la reina Isabel.

Fui rival en ingenio, en amor y destreza de aquel rey trovador, poeta, aventurero y en mi escudo de conde reuní la gentileza de ser el más cumplido y apuesto caballero, de la galana corte del rey que a los poetas saludó con su musa y reunió en su aposento, de aquel Felipe IV que amaba las secretas bellezas que encerraban, los claustros de un convento. De aquel rey tornadizo que en busca de aventuras, disfrazado cruzaba por estrechas callejas, de aquel rey que en las noches más lóbregas y oscuras lugar daba a leyendas de duendes en las rejas. Yo soy hijo de Apolo, yo soy nieto del Sol y mi augusta leyenda, mi altivez y mi porte aún resuenan vibrantes en la florida corte de aquel hombre galante que fue rey español. Rubricado.


164

Sonatina Cuando la luna retrata su luz en los cristales de tu reja, cuando la pinte de plata sal a oír la romántica sonata del apuesto galán que te corteja. Escucha de su voz el claro acento que su pena es horrible y soberana, no le des tanto tormento y sal siquiera un momento si suspira esta noche en tu ventana. Sal cuando cante a la luna la copla que dice así: Tú eres mi amor, mi fortuna y de mi sangre una a una las gotas diera por ti. Sal y escucha el triste llanto que derrama sin cesar, sal y verás cuanto, cuanto te a entusiasmar su canto en cuanto empiece a cantar. Sal a tu reja florida porque tú le das la vida con tus ojos de arrebol, sal y verás enseguida como cree que eres el sol. Sal y escucha de su boca la voz argentina y pura, sal y verás como toca su guitarra medio loca en honor de tu hermosura. Mas ¡ay!, tu ventana mora no se puede ya entornar y un doncel hora tras hora justo a ella suspira y llora y luego empieza a cantar. Rubricado.


165

NOTA: Falta el nº 15.

Madrigal ¿Dónde fueron las horas que a tu lado me forje que viví con arduo empeño? ¿Tú fuiste realidad? Lo ya pasado hoy es lo mismo que si fuera un sueño. ¡Oh, visión intangible! En mi agonía te levantas sublime y orgullosa, mi ardiente fantasía te contempla al girar sobre la rosa más fresca y olorosa que se entreabre a la luz del nuevo día. ¿Acaso eres la abeja misteriosa que elabora la miel de mi poesía? Rubricado.


166

Canto épico

Los nuestros como tigres rechazaban del enemigo el ímpetu salvaje, los cañones metralla vomitaban y unas balas con otras se cruzaban en la noche silbando con coraje. Al reflejo espectral de los cañones el campo de batalla se encendía, y al verse frente a frente, cual leones los rivales medían sus pasiones luchando con arrojo y valentía. Todos eran ayes de dolor y espanto, horribles maldiciones, tristes notas, nadie escuchaba del herido el llanto y la noche envolvía con su manto guerreros destrozados y armas rotas. Y en fragor tan siniestro parecía que se iba a hundir el universo entero, y entre campos inertes se veía la faz ensangrentada de un guerrero que de angustia mortal se retorcía. Mas volvió a retornar la calma ansiada, que después de la lucha se recibe y en la noche tranquila y sosegada cual lúgubre canción era escuchada la penetrante voz de algún ¿quién vive? .............................................................. La aurora con su túnica de plata nos mostró de la noche el cuadro incierto, el campo de batalla es escarlata y sobre las trincheras se retrata la irónica sonrisa del que ha muerto. Rubricado.


167

Oriental

Enfermo de nostalgia está el rey moro, le han robado la altiva castellana con ojos negros y cabellos de oro que eligió en el Harém para sultana. Desde una ojiva del serrallo mira el alto monte a donde huyó la amada y al contemplarlo con dolor suspira y aprieta el puño de su fuerte espada. Nada mitiga su dolor profundo, lenitivo no encuentra a su quebranto, él ha jurado recorrer el mundo mientras se enjuga con soberbia el llanto. Él por la cruz de su puñal espera al ponerse el acero sobre el pecho, que no sucumbirá la vez primera que lucha al ver su corazón deshecho. Y mirando a los cielos con enojos y al sol que brilla sobre la alta cumbre parece que derrama por los ojos la sed que siente convertida en lumbre. Después, se desfallece y recostado ya en su lecho, el soberbio soberano, delira que soñando ha derrotado al ladrón, que era un príncipe cristiano. Rubricado.


168

Adelante

Toda mi vida he sido galante y atrevido, audaz, conquistador y aventurero, lo llevo en mi tizona así esculpido con letras de oro en inmortal letrero, ya que todos los triunfos que he ceñido los debo, al fin, a su templado acero. Jamás retrocedí, nunca halle nada que detuviera mi arrogante paso, cien rivales vencí con esta espada jinete en alas del triunfal Pegaso. Mas tantos tristes desengaños cuento que si recuerdo mi esfumada gloria de nada en mi camino me lamento, que aún pudiera luchar y no lo intento pues desprecio el laurel de la victoria. Mi suerte se trocó, camino errante, sin que una luz sobre mi pecho brote pero voy tan altivo y arrogante como iba en su rocín aquel andante caballero e hidalgo Don Quijote. Rubricado.


169

Mi hembra

Yo detesto a esas niñas enfermizas que gimen tras los blancos visillos de un vetusto balcón y a esas otras que guardan el recuerdo de crimen o una absurda leyenda que forjó su ilusión. Yo no canto a princesas de ignoradas regiones, ti a la tísica eterna que suspira de amor, soy de aquellos poetas cuyas hondas pasiones han forjado a la hembra mucho más superior. Una hembra arrogante, con altiva mirada, una hembra con ojos de un imán colosal y que siendo más negros que la noche y que nada que se claven lo mismo que se clava un puñal. Rubricado.

¿Por qué?

¿Qué me dijeron aquellos ojos? ¿Qué me contaron aquellos labios? ¿Por qué recuerdo su bella imagen? ¿Por qué ahora sueño con sus encantos? ¿Por qué me mira? ¿Por qué le hablo? ¿Por qué la evoco? ¿Por qué le canto? Si no la he visto y aunque la busco nunca la hallo. ¿Es esto un sueño? ¡Ay!, cuan ingrato miro despierto que se hunde todo cuando yo paso. Mas ¿por qué sufro? ¿Por qué le canto? Si no la he visto y aunque la busco nunca la hallo. Rubricado


170

Recuerdos

Descendía la tarde con lentitud de ensueño, unas nubes rojizas al cruzar lentamente por el cielo del sol en el ocaso ocultaban sus lánguidos destellos. Descendía la tarde bajo el dulce crujir de nuestros besos, bajo la sempiterna melodía que las aguas entonan al correr por el suelo, cuando cantan las fuentes, cuando todo es silencio, cuando ocultas las aves en las ramas del viento al chocar con los árboles suena, como suena el rumor de los besos. Descendía la tarde y soñando besé tus cabellos rubios como el oro como los reflejos del sol de la tarde que tus labios me dieron un beso. Rubricado.


171

Soneto Te miro entre mis brazos, te aprisiono, siento latir tu corazón, te beso, y después de gozar con loco exceso tú me pides perdón y te perdono. Quisiera para ti forjar un trono y rendirme ante ti con embeleso, quisiera ser tu esclavo y estar preso en los hechizos de tu añejo encono. Pero tu indiferente con mis penas solo me tiendes frágiles cadenas que ceden al empuje de mis brazos o a la sangre que corre por mis venas, y esta libertad a que me condenas es la que me hace el corazón pedazos. Rubricado.


172

Por fin

Llegó por fin la apetecida hora y vuelvo a ti para ofrendarte un beso, un beso interminable que unirá para siempre a nuestros cuerpos, ya que nunca ¡ay!, se separaron nuestras almas transidas de tormento, que en noches de dolor se acariciaron como ramas mecidas por el viento. Este beso será tan fulminante, será un beso tan largo, tan inmenso que aliviara tus males y las tristes heridas que yo tengo; borrará del pasado las horas de dolor y sufrimiento que amargaron tu vida y me dejaron apurar tantas copas de veneno, creyendo en otra vida llena de podredumbres y desvelos que tantos sinsabores me ha dejado encerrar dentro del pecho donde guardo tu imagen y también de la vida los secretos, por que no cabe nadie aquí, tan honda como tu te has puesto. Rubricado.


173

Tu imagen Como en los cuentos esos que hablan de fantásticos sucesos, en mis sueños tu imagen aparece con un rumor de besos que al quererlo escuchar se desvanece. Se mofa de mis penas tu imagen ¡ay!, de perfidia llena, y en noches de dolor aún vaga incierta, y se sonríe al contemplar abierta la herida que me mata y me envenena. Rubricado.

¡ ………………. ¡

La mujer es igual que una barquilla en medio de la mar, pues ésta corre cuando quiere el viento y naufraga cuando hay un vendaval. La mujer en el mundo es esa barca, y el hombre el huracán que siempre sopla con igual destreza cuando boga serena en alta mar. Rubricado.


174

Solo

Sólo una sombra del pasado existe que no puedo olvidar, por ser muy triste. Las horas languidecen y en nada se parecen aquellas otras que en veloz carrera marcaron de mi amor el limpio cielo, de mi pasión primera pasó la primavera como pasan las aguas por el suelo. Y aquellas de doradas ilusiones que halagaron a tristes corazones; son recuerdos mujer del alma mía, recuerdos tentadores que el loco mundo me ofreció a mí un día, desde aquel en mi huerto ya no hay flores ni canta el ruiseñor de mi alegría pues al mirar deshecho todo el bien que la vida me ofrecía de rabia el corazón salta en mi pecho y de dolor me pudro en mi agonía. Rubricado.


175

¡Seis años ya!

La dulce dicha que en mi pecho duermo seis años ha que su desdén me roba, y otros tantos también que sufro enfermo bajo el mísero techo de mi alcoba. Y aún no quiero creer en su egoísmo que aunque ella tarde, volverá algún día, y entonces ¡ay!, la besaré lo mismo que hoy la besa mi ardiente fantasía. .......................................................... .......................................................... ¡Oh! Que largas las horas, ni instante miro a la vida soportable y bella, y es que mi pensamiento vuela errante buscando siempre la perdida estrella. Seis años ya, mujer, que triste aguardo que devuelvas los besos que te envía el que apura el tormento más amargo, de todos los tormentos, ¡vida mía!. Rubricado.


176


177

A la señorita

EMILIA

CANINO


178


179

¡ ……….. ¡

¡Oh primavera de ilusión que impulsas con el verdor brillante de tus galas al vuelo de las almas ya convulsas; la mía intenta sacudir sus alas. ¿Mas para que volar? Tu primavera iluminaste rápida mi cielo. ¡Y está tan lejos la ilusión primera que fuera inútil remontar el vuelo! ¡Oh primavera de ilusión! Concierto de anhelos de mi loca juventud; quimérica nostalgia de algo incierto comienzo de una histérica inquietud. ............................................................ ¡Oh primavera de ilusión has muerto tu recuerdo me sirve de ataúd!

Rubricado.


180


181

A La Sta. Emilia Canino

A V. Que tiene un alma capaz de sentir todos los dolores de la mía, le ofrezco estos versos, que como tantas otras ilusiones, creí que habían de existir pata mí solo. = Máxime cuando nadie más que V. puede comprenderlos. = Consérvelos pues como la única prueba de admiración, respeto y simpatía que por ahora le puedo ofrecer.

Firmado y Rubricado: Luis Espinosa.

21 Julio 1918


182


183

I

La vi una alegre tarde como quien sueña entre música, aroma, luces y flores, y de verla tan solo se hizo la dueña del tesoro ignorado de mis amores. Yo, le rendí homenaje por que era bella y por que estaba triste, como yo estaba y creía al mirarla que era una estrella que en el fondo de mi alma su luz dejaba. ............................................................. Pero no sabrá nunca que yo la adoro ni me verá en la vida, no quiero verla, yo guardo mi cariño como un tesoro no quiero que me quiera, quiero quererla.

16 de Junio 1918

II

Y si en llanto mi risa se trocara y no volviera a contemplar tu cara, solo te pido al recordar mi nombre que escuches de mi amor la voz secreta que siempre te dirá “Te quiere un hombre” que será eternamente “Tu poeta”. Y aunque ya mi pasión te cause enojos siempre tu imagen vivirá en mis ojos, y si a los tuyos acudiera un día el reflejo inmortal de mi quimera, yo te ruego por Dios ¡Oh Virgen mía, que no dejes de amor que así me muera!

18 de Junio 1918


184

III

Que tus pupilas serenas de luz y amor están llenas, no cierres ojos tan bellos pues si no me miro en ellos me van a matar las penas. ......................................... Mírame, mírame así, por que mirándome al menos tu mujer estás en mí y yo en tus ojos de hurí limpios, negros y serenos. 19-6-18

IV

¿Qué me dijeron aquellos ojos? ¿Qué me contaron aquellos labios? ¿Por qué recuerdo su bella imagen? ¿Por qué ahora sueño con sus encantos? ¿Por qué me mira? ¿Por qué le hablo? ¿Por qué la evoco? ¿Por qué le canto ...? Si no la he visto y aunque la busco nunca la hallo. ¿Es esto un sueño? ¡Ay! Cuan ingrato miro despierto que se hunde todo cuando yo paso. ¿Mas por que sufro ...? ¿Por qué le canto sino la he visto y aunque la busco nunca la hallo?

Junio 19-1918


185

V Yo sé que con tu amor, la vida, había de volver a enloquecerme; en un mar mi ilusión está perdida; pero no, mujer querida, tú no puedes quererme. No puedes no, que la existencia mía por triste causa al corazón espanto, y al verme en esta agonía tus ojos vida mía tenían que verter copioso llanto. No puedes, no, y aunque mi voz te llame ¡ay! signe siempre tu feliz carrera y deja que derrame lágrimas de dolor, para que muera.

22 Junio 1918

VI ¿Será cierto que nunca sabré quien eres cuando en hablarte a solas cifro mi calma? Ignoro si por otro de amor te mueres Como por ti se muere de amor mi alma. Mas ¡ay!, que mi delirio tan solo estriba En descifrar la gloria de tus enojos. ¿Quién será?, me pregunto, el que hoy se liba el aliento y la vida que dan tus ojos.

24-6-18 VII

Por darte un beso en la boca daría mi juventud, y toda mi vida entera por que me besaras tú. Y por una sonrisa de tus labios hablándome de amor, te daría los sueños de mi alma, los latidos que da mi corazón, la luz de mis pupilas y el aire mismo que respiro yo.

26-7-18


186

VIII

De tu boca fragante, lujuriosa y risueña una noche entre risas libaré las esencias, y abrazando tu cuerpo de gentil madrileña fundiremos en una nuestras dos existencias. Gustaremos entrambos de este amor las delicias hasta verme en tus ojos jadeante y deshecho; anhelando dormirme al sentir tus caricias con la cara escondida donde nace tu pecho. Y tus manos rosadas como el cielo de estío limpiarán con ternura el sudor de mi frente, y tus ojos entonces me dirán dueño mío lo que yo ya rendido de placer no te cuente.

26- Junio 18

IX

Ahora que te miro con el pensamiento ahora que te siento en mi desvarío deja que un momento sueñe con tu imagen bajo el firmamento que llamaba mío. Ahora que la luna clara y sonriente vaga lentamente por el cielo azul; ahora que el quejido de tranquila fuente dice tristemente lo que aquella tarde me dijiste tú. Deja que acaricie tus pequeñas manos ahora que entre sueños miro los arcanos que ofrecerme pudo mi mejor amor y que estampe un beso en los soberanos labios que en tu boca forman una flor.

27-6-18


187

X

Escucha de mi musa los tiernos madrigales y sean ellos la brisa que a tu espíritu inquiete, pues tu eres como aquellas mujeres ideales que cantan los poetas del siglo diez y siete. De aquel siglo galante en que los trovadores a la luz de la luna cortejaban la amada de aquel tiempo florido que reyes y señores empuñaban la pluma a la vez que la espada. Pues bien, tú de aquel siglo perfumado y galante fuiste la egregia dama de un apuesto doncel; y esta noche en tus ojos al mirarme un instante he soñado que estamos viviendo el tiempo aquel. ........................................................................ Tornaré hacia tu reja cuando brille la luna, cuando el pueblo se duerma monorrítmico y grave para que en el silencio dejen tus besos una melancólica nota como el canto de un ave. Y después cuando el alba, traiga luz, traiga arrullos cuando todo sonría, cuando la vida cante yo me iré pensativo, y aquellos besos tuyos serán luego las flores de mi musa galante.

Rubricado.

XI

El sol se nublará por mi camino, será una noche la existencia mía, surcaré cual errante peregrino el hondo abismo de la mar bravía. Todo se apagará bajo mi paso y en mi senda hallaré triste abrojos pero ¡ay!, que de la vida en el ocaso otra vez miraré tus negros ojos.

Rubricado.


188

XII

¿Dónde fueron las horas que a tu lado me forje que viví con arduo empeño? ¿Tu fuiste realidad? .... Lo ya pasado hoy es lo mismo que si fuera un sueño.

¡Oh! Visión intangible, en mi agonía te levantas sublime y orgullosa, mi ardiente fantasía, te mira hoy al girar sobre la rosa más fresca y olorosa que ha bañado la luz del nuevo día. ¿Acaso eres la abeja misteriosa que elabora la miel de mi poesía?

Rubricado

XIII

Así como el arroyo al río lleva el agua, a ti van los arrullos más dulces de mi alma. Mi pensamiento es tuyo y tuyas son mis ansias, por ti lo dejo todo, por ti no quiero nada y olvido hasta la vida que vino por tu causa. Tú eres el río soñado que entre sus limpias aguas, acoge con sonrisas mi arroyo de esperanzas.

Rubricado.


189

XIV

Tus cabellos abundosos son tan finos, son tan bellos que yo adoro a tus cabellos perfumados y sedosos. Y quisiera flor de olvido que entre sus limpios destellos mis besos hallaran nido. Se buena, tanto he luchado que herido llego a tu lado, y si vuelvo a la batalla para que morir no pueda hazme una cota de malla con tus cabellos de seda.

Rubricado.


190

XVI

Seré como tu Dios crearé un alcázar fantástico, ideal, dos leones con orgullo de sus puertas de oro cuidarán y en el jardín las fuentes de mármol, de colores y cristal, murmurando sus aguas dulcemente a la luz de la luna verterán. Rodearé con un lago tu castillo y en las almenas te pondré guardianes un negro colosal será tu esclavo y a tu servicio llevaré cien pajes. Que realcen tu olímpica figura con negras perlas cubriré tu cuello y con telas riquísimas de oriente la egregia compostura de tu cuerpo. Una corona ceñiré a tus sienes orlada de claveles y de rosas, tan rojos como son los corazones tan rojas como son las amapolas. Anillos de esmeraldas y diamantes a tus manos podré, blancas y bellas, que a la luz ambarina de tu alcoba lucirán como hacen las estrellas. Serás la reina del extraño alcázar Que al hablarte forjó mi pensamiento. Serás dueña y señora del castillo como son de mi amor tus ojos negros.

Rubricado. D.B. 3 Oto


191

XVII

Solo una sobra del pasado existe que no puedo olvidar por ser muy triste. Las horas languidecen y en nada se parecen a aquellas otras que en veloz carrera marcaron de mi amor el limpio cielo de mi ilusión primera, pasó la primavera como pasan las aguas por el suelo. Y aquellas de doradas ilusiones que alegraron a tristes corazones son fantasmas, mujer, del alma mía, fantasmas tentadores que el mundo loco me ofreció a mí un día, desde aquel en mi huerto ya no hay flores, ni canta el ruiseñor de mi alegría pues al mirar deshecho todo el bien que la vida me ofrecía de rabia, el corazón brinca en mi pecho y de dolor me pudro en mi agonía.

Rubricado.


192

EPÍLOGO

Nací en mal- hora de esperanzas lleno mas murió la ilusión aún no nacida, y sentí de la fe que era mi Egida el estertor agónico en mi seno. No puse a mi pasión dique, ni freno, odié la sociedad, odié la vida, y aspirando una atmósfera podrida a mi placer me revolqué en el cieno. ¡Asco tuve de mí! Cuando veía cerrado el horizonte a mis excesos, sentí soplar un soplo de energía y falto de caricias y de besos al empezar a amanecer un día me levanté la tapa de los sesos.

Rubricado. J de V –

Nota: Todo esto está escrito en un cuadernillo, que queda completamente lleno. Comienza con un poema antes de la dedicatoria a la Sta. Canino y esto me hace pensar que al faltar en su numeración el XV; el poeta aprovechó, al habérselo pasado pues fue una omisión en la copia, el ponerlo al comienzo en una hoja que quedaba en blanco.


193

BOABDIL


194


195

NOTA: Esta obra el título que figura es Boabdil, sin embargo antes de conocerla, la tía del escritor me había comentado sobre el nombre de: “La Rendición de Granada”.Sólo he encontrado el Acto

3º.

Boabdil

ACTO II

Salón del palacio de Boabdil en Codab, al fondo un amplio arco de herradura, por cuyos calados ajimeces se divisan dorados por el sol, los montes de “Sierra Nevada” y los fértiles campos de la Vega, a la derecha una puerta cubierta con un rico tapiz oriental y a la izquierda otra con acceso a la explanada del castillo. Es media tarde.

Escena I

Al levantarse el telón, Boabdil, apoyado en el arco de la izquierda y señalando al sitio por donde se supone que se extiende la ciudad de

Granada.

BOABDIL ¡Granada! Tus llaves de oro las oprime el poder de los cristianos. ¡Oh! Bendita Ciudad que tanto adoro en ti refulge el tesoro que labraron antaño mis hermanos. ¡Granada! Ciudad dormida para los ayes del alma, Boabdil el Chico no olvida que en tí se perdió su calma. Ciudad como el sol dorada, ya en ti no se alzará la media luna. ¡Oh! Altiva y noble Granada de riquezas coronada como no hay ciudad ninguna. Bajo mis sienes con dolor te agitas, aún escucho el murmullo de tus fuentes, desde aquí miro alzarse tus mezquitas y al mirarte parece que hasta sientes el dolor de mi mal y de mis cuitas.


196

Y tus calles radiantes de alegría, de música, de luces y de zambra, las recuerdo llorando todavía y sueño cada noche que eres mía y mías las riquezas de tu Alhambra.

(Pausa)

De mis ensueños pasados no queda ya ilusión que no sea vana por designios ignorados míranos de tu suelo desterrados sin poderte llamar nuestra sultana. Del enemigo la pérfida terneza, pronto sus garras nos mostró, de acero y trocándola en odio con destreza me dejó solamente la cabeza con ojos para ver lo que más quiero.

(Pausa) ¡Granada! Ciudad dormida para los ayes del alma, Boabdil el Chico no olvida Que en ti se perdió su calma.

(Queda recostado sobre el mismo arco y como sumido en un mar de profundos pensamientos).

Escena II Dicho y Abén-Alí por el foro, alzando, al penetrar, los brazos

ceremoniosamente.

ABEN – ALÍ Alah os guarde señor.

BOABDIL

Pasad, Abén-Alí, tomad asiento, ahora me encuentro mejor y quiero aprovechar este momento.


197

(Se sientan).

Tu fuiste capitán de mis soldados y por mi honor se desnudó tu espada y hasta vernos vencidos y humillados y aquí en las Ampujarras desterrados defendiste las puertas de Granada. Tu fuiste siempre mi leal amigo, te abrasaste en la sed de mis venganzas, siempre viniste a batallar conmigo y aún sigues por mi honor siendo testigo de todos mis anhelos y esperanzas. Más sabes que el rencor que guarda el pecho se aumenta al oprimirlo con las manos; yo tengo el corazón medio deshecho y por el mal que me han hecho me tengo que vengar de los cristianos.

ABÉN – ALÍ

Señor, recordar no puedo la media luna eclipsada.

BOABDIL

Y a mí, Abén-Alí, me causa miedo recordar las grandezas de Granada.

(Como si le confiriese algún íntimo secreto). ¿Recuerdas Capitán, que cierto día después de derrotar a los cristianos una dama su honra me ofrecía por el rescate de sus dos hermanos.

ABÉN-ALÍ

Y magnánimo vos, aquel ultraje altivo rechazasteis enseguida; mas después le rendisteis vasallaje y olvidó la palabra prometida.


198

BOABDIL Pues desde aquella tarde que a mis pies la miré puesta de hinojos, de amor mi pecho arde y su imagen es luz para mis ojos. La miré aquella vez, como quién sueña alcanzar del amor triunfos mayores, más desde entonces es dueña del tesoro ideal de mis amores. Y sé, que con su amor, la vida había de volver a enloquecerme, mas, ¡ay! el corazón olvida que aquella mujer querida ya jamás, Capitán, puede quererme.

ABÉN-ALÍ

Permitid, por Alah, que si os encanta a Vos, tan linda cristiana, o me sieguen de un tajo la garganta o aquí Señor la abrazareis mañana.

(Desenfundando la espada).

Y si esta espada gloriosa, en la lid, me brindara adversa suerte, luchando moriré por una hermosa que es la más dulce y apacible muerte.

BOABDIL Y si osara algún cristiano tenderte una vil traición.

ABÉN-ALÍ

Con ímpetu soberano os juro que hasta la mano la hundiría en su corazón.

BOABDIL

Cuando despunte la aurora,


199

ABÉN-ALÍ Estará en mi poder vuestra dorada.

BOABDIL

Pero, ¿sabéis quién es?

ABÉN-ALI Si, Doña Flora La hija de Don Mendo de Quesada.

BOABDIL

Más reparad que aquí es peligroso ocultar nuestra cautiva, llévala al pabellón más suntuoso que tengo en el palacio de allá arriba.

ABÉN-ALÍ

Y si regreso triunfante .......

BOABDIL

Pídeme cuanto ambiciones que tendrás de allí adelante el oro y las riquezas a montones.

ABÉN-ALÍ

Partiré inmediatamente.

BOABDIL

Disponer de gente armada.

ABÉN-ALÍ No necesito más gente que mi caballo y mi espada.

(En el foro).

Voy a cumplir mi promesa y si alcanzo en esta empresa


200

lo que de mi suerte espero, vuestra será la princesa y un triunfo más de mi acero.

(Enfunda la espada y desaparece por el foro).

Escena III Boabdil, desde el foro a donde quedará parado mirándole alejarse.

BOABDIL

De Abén – Alí la figura ya se pierde en lontananza, el sol brilla en su armadura y con el sol mi esperanza. Vuela tras él mi ilusión y de brincar ya no deja cuanto más y más se aleja un momento el corazón.

(Volviéndose abatido al centro de la escena).

Mas ¡ay!, que el amor que un día se forjaba el alma mía, en hiel lo trocó el destino hoy hallo por mi camino tristeza y melancolía. Camino triste y sombrío lleno de espigas y abrojos; camino por donde ansío, cristiana, que el labio mío se pose en tus labios rojos. Y al besarlos la ilusión hará que olvide tu ausencia; tendrá paz mi corazón y risueño una canción entonaré a la existencia. Y luego, lejos, muy lejos, yo te contaré mis penas serán tus ojos espejos de estos pesares tan viejos que tengo yo por cadenas.

Escena IV Boabdil y Moraima por la derecha que lo sorprenderá en dolorosa actitud.


201

MORAIMA

Te vi triste y he pasado para alegrar tus dolores.

BOABDIL

Acaso ya no has pensado, que es sufrir, recordar tiempos mejores.

MORAIMA

Olvida el sinsabor de la derrota, no te des así tormento.

BOABDIL

Cuando del alma no brota es inútil querer estar contento.

MORAIMA

O mi presencia te daña, o te hieren mis enojos.

BOABDIL A ti Moraima te engaña el corazón y los ojos.

MORAIMA

Mas como siempre te veo tan triste y tan pensativo......

BOABDIL Es natural el deseo de no vivir como vivo.

(Estrechándola apasionadamente entre sus brazos). Moraima, reina divina, cuando la luna ilumina a toda “Sierra Nevada” traspongo aquella colina


202

y contemplo los muros de Granada. Y desde aquellos lugares con indecible atención, miro alzarse en nuestros lares, como se alzan los altares a nuestra regia mansión. Miro mi raza oprimida desde esa ingente montaña y esto mi altivez no olvida por que recuerdo enseguida que fue el orgullo de España. Mas, ¡ay!, que en vano me aflijo Y el destino me abandona.

MORAIMA Piensa que tienes un hijo y su amor vale de fijo mucho más que una corona. Yo como tanto lo adoro para él mendigando fuera.

BOABDIL Yo, por verlo de rey moro cien vidas perdería, que tuviera. Mas al mirarme a la herida que me ha causado la suerte con la ilusión ya perdida no sé si al darle la vida le fuera a causar la muerte. Que donde pongo las manos un tigre tiende sus garras; de mis valientes hermanos se mofan ya los cristianos al verme en las Ampujarras. Mas cúmplanse de mi estrella los más funestos enojos; eres Moraima tan bella que el mal en mí no hace mella si así me miran tus ojos.

(Señalando a la izquierda).


203

Adiós, ciudad refulgente, a quién tanto he bendecido, con un puñado de gente feliz seré eternamente en el rincón del olvido. Y libre ya de ambiciones tu mitigarás mis lloros tejeré cien ilusiones mirando a los panteones de todos tus reyes moros.

Escena V

Dichos. En el foro un esclavo haciendo, desde el mismo, al penetrar una exagerada reverencia.

ESCLAVO

Señor, que con toda urgencia bajéis a la “Cruz del Llano”, con verdadera impaciencia reclama vuestra presencia un caballero cristiano.

BOABDIL ¿Y no lo habéis conocido?

ESCLAVO Por el porte y vestido me pareció un capitán, llegó a galope tendido sobre un caballo alazán. Y con noble cortesía me saludó con la espada y me dijo que venía y que un mensaje os traía de la ciudad de Granada.


204

BOABDIL Ya los verdugos me hieren

será acaso algún ultraje, salgamos a ver que quieren con este nuevo mensaje.

(Sale, primero Boabdil, el esclavo de hacer a su paso una cumplida reverencia).

Escena VI Moraima siguiéndolos con la mirada.

MORAIMA

Tu raza se ve oprimida, mas defendiendo a Granada, debiste perder la vida y nunca entregar la espada. Tus sueños, tus ambiciones rodaron al hondo abismo no tienes fe en tus legiones, ni fe tampoco en ti mismo. Ya el insaciable cristiano de ti anhela verse libre, y con la daga en la mano igual que te acecha que un tigre. Ya ni voluntad, ni brío, tu gente tiene en la entraña, pronto el enemigo impío querrá arrojarte de España. Ya tus esfuerzos son vanos y aunque abrigues esperanzas, las armas de los cristianos pueden ya más que tus lanzas. Mas no sientas la derrota con tan profunda inquietud, si en tu pecho sangre brota la herida te hiciste tú. Y aunque mi voz hoy taladre a todo el ser de mi ser, el reproche repito de tu madre acaso, acaso mi rigor te asombre mas llora como mujer lo que no defendiste como hombre.


205

(Con marcada tristeza y como arrepentida de sus palabras).

Más ¿qué digo? ¡Ay! Olvida de mis duelos el dolor, si estimarte más la vida por que era tuyo mi amor. Por que toda tu alegría era alegrar mis enojos, por que tu boca quería besar otra vez mis ojos. Perdona, Boabdil, perdona de mi justicia el rigor, pues tu derrota pregona que fue más grande mi amor.

Escena VII Dicha y Abén – Comixa por el foro.

ABÉN – COMIXA (Contemplando estático a Moraima).

Señora, gracias al cielo por que te hallé sola un día, nunca sentí tal consuelo ni tuve más alegría. Y es tan grande la emoción que me invade en el momento que no recuerdo ocasión de más ventura y contento. Por una leve sonrisa a tus pies caeré de hinojos.

MORAIMA Reparad Abén – Comixa lo que dicen ......

ABÉN – COMIXA Esos ojos. Por que es de ellos mi esperanza


206

como es la luz de los cielos del crimen es la venganza y del amor son los celos. Ojos que esplenden ahora tan claro y limpio arrebol como la luz de la aurora; ojos que brillan señora lo mismo que brilla el sol. Por que son mucho más bellos e irradian aún más destellos que la luna blanca y bella, ojos negros, como ellos no brilla ninguna estrella. El sol de mi amor primero en sus pupilas fulgura, ojos que son el lucero que descubro en el sendero de mi noche más oscura. Ojos negros, soñadores que al alma le hablan de amores con lánguido misticismo; ojos que son el abismo de mis ensueños mejores.

(En este parlamento, poco a poco se va acercando a Moraima hasta cogerle una mano, que esta recoge con violencia).

MORAIMA Respetadme Abén – Comixa o de mi estancia te echo.

ABÉN – COMIXA Si me eres tan precisa como es el aire a mi pecho.

MORAIMA Tus planes manchando están toda mi estirpe pasada, mal empuña el capitán la que fue tajante espada. Llegas mal, toda ocasión


207

para tenderme esos lazos, mientras lata el corazón no me oprimirán tus brazos. Que antes de entregarme a ti y en nada pertenecerte, con ardiente frenesí quiero cien veces la muerte.

ABÉN – COMIXA Pues si tu alma la prefiere y te es tan triste mi afán, oye lo que te confiere este noble capitán. No hagas mi palabra vana si te asegura, que es cierto, que está por esa cristiana de amores tu esposo muerto.

MORAIMA Mentira ¡infame!, mentira, quieres robarme la calma, por mí, su pecho suspira y es suya toda mi alma. No le hagas tan vil traición, ni así me quites la vida, que siento en el corazón el escozor de una herida. Que la duda me atormenta y me carcomen los celos, que mi cariño se aumenta y se aumentan mis desvelos. Dime ya, que no traiciona las dichas que por el siento.

ABÉN – COMIXA Te juro por mi persona que no inventé ningún cuento. Hace dos horas que oí desde esa misma ventana al sultán, que Abén – Alí


208

le hablaba de una sultana. Si quieres que te confiera su nombre y halle venganza, en mí rugirá una fiera, mas no permitas que muera sin lograr ni esa esperanza.

MORAIMA En poseerme, sin pensar te empeñas que entre mis labios como siempre tienes, y a pesar de las cosas que ahora sueñas, infinitos reproches y desdenes. De tus proyectos frustraré el intento, en la lucha tu fuerza será vana yo, sin tu ayuda, por el mal que siento me tengo que vengar de la cristiana. A mi vista eres ya como un reptil, mas tu ponzoña mi valor no mengua, si te escuchara Boabdil capaz sería de quemar tu lengua. Y aunque cobarde te postraras luego de escuchar la sentencia, ante él de hinojos, radiante de dolor y de ira ciego a los buitres echara tus despojos. Serías escarnio, y servirías de ejemplo, ya que osaste manchar mi propia casa pues como es para mí, lo que es un templo, hará cuenta que en él, está el que pasa.

ABÉN – COMIXA Nadie tus gritos escucha, ni ya las quejas atiende y como mi ansia es mucha mi amor tu reproche enciende. Huir, no intentes, mis garras te retendrán sin enmienda, no hay en las Ampujarras que contra mí te defienda. Tu esposo en la “Cruz del Llano”, lo retiene un mensajero así, que lo que ahora afano,


209

podré alcanzar como quiero. (Queriéndola embriagar con sus palabras).

Ven a mí, que estoy sediento de tu gentil hermosura, ven a mí, por que te siento reinar en mi pensamiento como una luz blanca y pura. Ven a mí, que si la vida quieres a cambio de un beso,

te la he de dar enseguida, quiero pagar con exceso lo que tu boca me pida. Ven a mí, por que te ansío como se ansía la victoria, ven a mí, cariño mío por que sin ti está vacío mi amante pecho de gloria. Ven a mí, ven a mis brazos quiero darte cien abrazos oprimiendo tu cintura.

(Quiere abrazarla, Moraima lo impide y luchan unos instantes desesperadamente).

MORAIMA

Mientras lo rechaza. Por que abuses de mi suerte, no llegaré a concederte lo que tu traición me pida, si quieres dame la muerte, mas no me amargues la vida.

(Vuelven a luchar, por el foro Boabdil, al sorprenderlos desenfunda la espada y se dirige arrogante a Abén – Comixa que queda como anonadado

ante aquel).

Escena última Dichos y Boabdil por el foro.

BOABDIL

(Dirigiéndose a Abén – Comixa con majestuoso brío).


210

¿Cómo osasteis traspasar mi castillo estando ausente? ¿Habéis venido a ultrajar lo que no pudo soñar de España ni el más valiente? Os desprecio, mas castigo merece tal osadía, no necesito un testigo por que cuanto aquí os digo en todas partes diría.

(Señalando a Moraima).

Ahí está vuestra sultana ofendedla en mi presencia, decidle con voz villana si así vuestro bien lo afana que es suya vuestra existencia. Y en cuanto se halle enterada de vuestro amor, con maestría echad mano a vuestra espada que después de la jornada veremos si es tuya o mía. Desenvainad ese acero moriréis como villano.

ABÉN – COMIXA (Desenfundando la espada).

Si así lo estimáis, no quiero que siendo yo un caballero me mate a traición tu mano.

(Cruzan las espadas, pero entre estas se interpone Moraima, asiendo entre las suyas la mano con que Boabdil empuña a aquella).

MORAIMA (En un desesperado arranque de energía).

Alto ya, mi ruego acata y por que de honor se trata desprecia su infame alarde,

(Señalando a Abén – Comixa).


211

el que con ese se bata, se bate con un cobarde. (A Boabdil)

La espada enfunda enseguida y aunque su traición te pida su pecho herir sin tardanza, de un ser tan bajo, la vida requiere más ruin venganza. Dile con voz soberana que tu espada no se allana así a rebajar tu suerte, a ese será la sultana quién a de darle la muerte.

BOABDIL (Enfundando la espada).

Es verdad, que disparate, no es digno de mí que os mate en tan desigual jornada, salid por que en el combate se puede manchar mi espada. Que sí me hiciste traición, por mi estirpe y mi blasón en este momento infiero que partirte el corazón no es digno de un caballero.

(Sale lentamente Abén – Comixa, en tanto que Moraima y Boabdil abrazados le señalan con arrogancia la puerta).

Telón Fin del acto 2º


212


213

La fuerza

de la

Raza

Por : Luis Espinosa


214


215

ACTO I

La escena representa un gabinete elegántemente amueblado, a la izquierda un balcón, a la derecha puerta a otras habitaciones, al foro corredor o galería, entre la puerta del foro y la de las habitaciones un diván y en cualquier lado una mesa.

Escena I Al alzarse el telón, aparece D. Jorge leyendo un periódico que tira

como contrariado encima del diván.

D. JORGE Si, si, la guerra es inevitable, los alemanes extenderán sus garras y

nosotros........... nosotros sentiremos el cosquilleo de sus primeros proyectiles. (pausa). Abrazarán nuestro suelo......... y entonces, si que no habrá quién pague los vidrios rotos. La guerra sería mi ruina, y que no ha podido llegar en peores circunstancias. ¡Oh! Mis negocios, mi trabajo, mis fábricas, mis minas, y esas legiones de obreros que arrancan las entrañas a la tierra y que luego las convierten en objetos maravillosos, en delicadas filigranas y en tantas otras innumerables cosas, que parecen ensueños, ahora serán soldados que defiendan a la patria, y abandonen los negocios, esas fuentes inagotables de riqueza pasarán al Estado y serán ¡oh! que sé yo, laboratorios de artefactos infernales para destruirse los hombres. Franz mi consocio, el alma de mis negocios, la arteria principal, la ciencia, el cerebro de esta trama gigantesca es alemán, y como alemán tendrá que abandonarme y entonces me veré perdido, y todos mis anhelos, mis ambiciones rodarán a un abismo; y en el abismo yo perderé para siempre; los negocios son para mí como el agua para la vida, como la luz para los ojos; pero ¡Oh! ama a mi hija, se aman los dos y quizás este amor suyo lo retenga a mi lado, pero ¿qué digo? Creo volverme loco, mi cráneo parece estar vacío, esta duda, esta horrible duda me tortura, iré a la fábrica, buscaré a Franz y lo convenceré; y Carmen si intentará rogarle, quizás ablandará su corazón de bronces, no se marchará a su patria. ¿Qué le importa un hombre menos? Antes que la patria es el negocio.

(Coge de nuevo el periódico, hace que lee un momento y sale precipitadamente).

Escena II Por el foro Carmen y Silvia.


216

CARMEN Si, no me lo repitas, (en tono de guasa). Rodolfo Crossmen, tu futuro

esposo, el eminente poeta, el de las blandas melenas ha estrenado otra obra, lo han aplaudido y la prensa ..... dice que tiene talento, talento, vamos inspiración o esto que es lo que tienen los poetas, pero vamos talento, talento el de Franz, ¿qué ha hecho Rodolfo? Sonetos, quintillas y octavas reales, muy bien, artículos y crónicas que maldito si se leen. ¿Tú crees que se come, que se viste, que se vive, que se triunfa con esas cosas tan dulces que se le escapan de la boca.

SILVIA No, pero tampoco mirando la cara adusta de tu novio que jamás se le

ocurre una galantería.

CARMEN

¿Y tú que sabes?

SILVIA Te las dirá muy bajo.

CARMEN Pues si me las dijera como el tuyo lo sabría todo el mundo. Créete que

a mí me vuelve loca, siempre está con ... tu boca, tu fresca boca, tus ojos, tus negros ojos. ¡Oh! Que empalagosos me resultan los poetas.

SILVIA ¿ Y qué si yo no me canso de saborear sus palabras, las de Franz no

saben a nada, dice tan pocas y las que dice son tan raras que se reducen a b menos c igual a k; ácido sulfúrico, potasa y otras tres o cuatro cosas que me dejan boquiabierta. Que si suben que si bajan las acciones, que si el cambio, que si la bolsa y no se qué de los valores efectivos y nominales; en fin que no teníamos bastante con papá que ha tenido que venir este alemanote que fuma un tabaco pestífero y traga más cerveza que un bocoy ... Rodolfo en cambio dice unas cosas ......


217

CARMEN Si, unas cosas que no sé el provecho que nos hacen. Yo seré la señora

de un eminente ingeniero, tú la de un poetilla de tres al cuarto.

SILVIA Luego lo veremos. ¿No has oído hablar de la guerra?

CARMEN ¿De la guerra? Pero crees Silvia, y ahora te hablo formalmente que

Franz aunque estallara la guerra me abandonaría nunca.. Si Franz querrá mucho a su patria, allí tiene sus padres, sus hermanos, su deber y su obligación de defenderla, pero no, no mi amor le retendrá, no será un traidor pero tampoco empuñará las armas para echar en contra de nosotros, de nuestro país, donde como sabes se ha labrado toda su fortuna. Además Franz me adora, siente hacia mí un amor loco y desinteresado.

SILVIA ¡ Desinteresado.......................................... ¡

CARMEN Si, desinteresado, no lo compares con el de Rodolfo que viene en

busca de tu dote. Nuestro lujo, nuestra fortuna se la debemos a Franz que es, bien lo sabes, el brazo derecho de nuestro padre, él ha descubierto nuestras minas, él ha levantado nuestras fábricas y es como si dijéramos la araña que teje nuestro porvenir.

SILVIA Pero no dejarás de reconocer que las tres cuartas partes de nuestro

capital son para él, vive a expensas nuestras, y al amparo del nombre y de la firma de papá está haciendo negocios estupendos y en nuestras fábricas en vez de emplear a obreros belgas, desde el último trabajador al gerente son alemanes y esos, esos que han levantado los talleres serán los que si mañana estalla la guerra los destruyan. ¿Qué le debemos a Franz? Nada, él es el que nos debe, el que nos explota el que abusando de la buena fe de papá nos sacrifica.

CARMEN


218

Silvia, por Dios ¿qué dices? Tus palabras me anonadan, destruyen mis ilusiones, amargan mi existencia. No me digas eso.

Escena II Entra por el foro Rodolfo, extravagantemente vestido con sombrero

bohemio y largas melenas.

RODOLFO (Descubriéndose).

¡Hola! ¿Qué estáis de reyerta, se discute algo trascendente o enojoso,

dejaos de tonterías. Estoy entusiasmadísimo, mis admiradores y amigos empeñados en celebrar un banquete en honor del estruendoso éxito que ha alcanzado mi última poesía, aquella que dice:

CARMEN (Aparte).

Valiente lata.

RODOLFO (Saca unas cuartillas leyendo).

Cuando la luna retrata su luz en los cristales de tu reja; cuando la pinta de plata sal a oír la romántica sonata del apuesto galán que te corteja. Escucha de su voz el claro acento que su pena es horrible y soberana no le des tanto tormento y sal siquiera un momento si suspira esta noche en tu ventana. Sal cuando cante a la luna la copla que dice así: tú eres mi bien, mi fortuna y de mi sangre una a una las gotas diera por ti. Sal y escucha el triste llanto que derrama sin cesar,


219

sal y verás cuanto, cuanto te va a entusiasmar su canto en cuanto empiece a cantar. Sal a tu reja florida por que tú le das la vida con tus ojos de arrebol, sal y verás enseguida como cree que eres el sol. Sal y escucha de su boca la voz argentina y pura sal y verás como toca su guitarra medio loca en honor de tu hermosura. .......................................... Más ¡ay! Tu ventana mora no se puede ya entornar, y un doncel hora tras hora junto a ella suspira y llora y luego empieza a cantar.

SILVIA Ya la conocía, pero es divina.

RODOLFO (A Carmen).

Y a usted ¿qué le parece?

CARMEN ¡Oh! Si muy bonita, pero les dejo a ustedes.

RODOLFO (Dándose una palmada en la frente).

¡Ah! (dirigiéndose a Carmen que se levanta para marchar), espere un

momento, se me olvidaba lo más importante, la guerra ya está declarada oficialmente, nuestro gobierno da 48 horas de término a los alemanes para que abandonen nuestro suelo y regresen a su país.


220

CARMEN

(Cómo alarmada).

¡Ay!, no diga usted eso. ¿Dónde lo ha oído? ¿Por quién lo sabe? Pero es cierto.

(Sale llorando lateral izquierda).

RODOLFO (Mirando por donde desaparece ésta).

¿Habré dicho alguna tontería? ¡Qué estúpido, no me acordaba. Pero sí,

la guerra está declarada y tenía que enterarse.

SILVIA (Cogiendo de las manos a Rodolfo).

Rodolfo, Rodolfo mío ¿y tú también irás a la guerra? ¿Te arrancarán

de mi lado?

RODOLFO Y que remedio me queda, no me van a dejar para escribir una epopeya,

pero no te pese; (con energía y cariño) la patria es una segunda madre y por ella hay que sacrificar todo nuestro amor y nuestra gloria ¿pues qué? no son iguales y tan brillantes los laureles de Marte que los que me otorga Apolo? Mi mano, ahora en vez de pulsar la lira, empuñará la espada y con ella contribuirá al engrandecimiento total de nuestra patria.

SILVIA Pero ¿y si te matan? ¿Y si no vuelves a mi lado?

RODOLFO No digas eso, anoche obsesionado con la idea de la guerra me vi

herido en el campo de batalla entre montones informes de cadáveres y en mis oídos repercutían los lóbregos lamentos, los ayes de dolor de una multitud de agonizantes mientras los roncos estampidos del cañón hacía de temblar la tierra y a ti, a ti misma Silvia, te vi de rodillas a mi lado restallando la sangre de mis heridas, y devolviendo la paz a mi alma con los


221

dulces besos de tus labios, de esos labios rojos igual que los bordes de reciente herida, y en medio de aquella obsesión, de aquel sueño trágico escribí el primer canto de la guerra:

Los nuestros como tigres rechazaban del enemigo el ímpetu salvaje, los cañones metralla vomitaban y unas balas con otras se cruzaban en las noches silbando con coraje. Al reflejo espectral de los cañones el campo de batalla se encendía y al verse frente a frente, cual leones, los rivales medían sus pasiones luchando con arrojo y valentía. Todo eran ayes de dolor y espanto horribles maldiciones, tristes notas, nadie escuchaba del herido el llanto y la noche envolvía con su manto guerreros destrozados y armas rotas. Y en fragor tan siniestro parecía que se iba a hundir el universo entero y entre cuerpos inertes se veía la faz ensangrentada de un guerrero que se angustia mortal se retorcía. ....................................................... Más volvió a retornar la calma ansiada que después de la lucha se recibe y en la noche tranquila y sosegada cual lúgubre canción era escuchada la penetrante voz de algún ¿quién vive? .......................................................... La aurora con su túnica de plata nos mostró de la noche el cuadro incierto. El campo de batalla es escarlata y sobre las trincheras se retrata la irónica sonrisa del que ha muerto.

(Al terminar la poesía Rodolfo abre los brazos y Silvia cae en ellos).

RODOLFO ¿Me quieres mucho?


222

SILVIA ¡Oh! No sabes que soy tuya.

RODOLFO Pero ¿crees en mi amor desinteresado? ¿crees en mi alma de poeta?

SILVIA Si, si, eres mi ilusión, mi alegría.

RODOLFO Ahora, ahora te querré más, ahora que la guerra pudiera arrasar todos

nuestros bienes o luego cuando me dijeran que buscaba tu fortuna; pero yo no ambiciono nada, yo busco tu alma que es hermana de la mía que sueña con mis versos, que vive de mis palabras.

SILVIA Rodolfo......................

(Se besan y ésta se recuesta en un diván).

Escena IV

Dichos y aparece D. Jorge por el foro.

D. JORGE (Cogiéndose los cabellos).

Ha estallado la guerra, mi ruina en perspectiva. Perdido, perdido por

completo. Franz ha huido esta noche de la fábrica y con él todos los obreros.

SILVIA ¿Papá? ¿Papá? ¿Qué pasa?

RODOLFO Nada, ya os lo dije: casi nada, ha estallado la guerra oficialmente.


223

D. JORGE

Estamos arruinados.

Escena V Dichos y Carmen por el lateral derecho.

CARMEN Papá, papá, ¿pero es verdad, es cierto que.......................?

D. JORGE Si y con ella nuestra ruina.

RODOLFO ¿Qué ruido es ese? (señalando al balcón). Parece que oigo voces en la

calle.

SILVIA (Asomándose al balcón).

Si, si, desde aquí distingo aglomerada mucha gente, asomaos.

(Se dirigen al balcón todos menos Carmen).

D. JORGE Es una manifestación.

RODOLFO Van dando vivas a la patria, insultan a los alemanes.

CARMEN (En el diván).

¡Dios mío es cierto, que horror! ¿Qué será de Franz?


224

(Se oyen las voces de los manifestantes que pasan por espacio de unos momentos mientras están en el balcón entra una criada y entrega una

carta a Carmen que ésta lee y guarda inmediatamente).

Escena VI

CRIADA (A Carmen en silencio).

Una carta urgente del señorito Franz.

(Sale).

CARMEN Qué alegría, me dice que vendrá esta noche.

(Se retiran del balcón. Rodolfo consulta el reloj).

RODOLFO Son las doce y en esta noche es aventurado andar solo por las calles.

Me retiro (a D. Jorge). Hagamos un esfuerzo y tengamos ánimo, hasta mañana; ya veremos lo que nos reserva el nuevo día.

(Silvia se dirige a la puerta del foro y lo mira pensativa desaparece).

D: JORGE A ellas.

Descansemos, andad a vuestras habitaciones (Carmen y Silvia se

retiran por lateral izquierda, D. Jorge apaga la luz y se retira diciendo): Todos mis sueños son ahora como castillos de papel que se lo lleva el viento.

(Sale).

Escena VII La escena queda a oscuras y poco después aparece Carmen envuelta en una bata y enciende la luz y se sienta junto a la mesa y lee una carta en

alta voz.

CARMEN


225

(Leyendo).

Carmen de mi alma, a la una de esta misma noche espero que me abran la verja del jardín; tengo que comunicarte asuntos de interés. Tuyo Franz.

¡Oh! Qué intranquilidad ¿Qué me irá a decir? ¿Qué nuevos sufrimientos vendrán a torturar mi alma? ¿ Me dirá que se marcha para siempre? ¿Qué no me volverá a ver más? ¿Qué todo ha terminado?

(Se levanta y mira por el balcón).

¡Qué impaciencia! ¿Tardará mucho? ¿No vendrá? ¿Será ya la una? ¡Quizás quieras que lo oculte, que lo proteja! Es fácil que me diga que no quiere separarse de mí, que soy una parte integrante de su vida y que sin mí no la concibe.

(Suena la campanada de la una). ¡La una! Ya debe estar ahí, si, no debe tardar, si debe haber llegado.

¡Dios mío que momentos más largos de martirio!

Escena VIII

Dicha y Franz entrando por el foro.

FRANZ (Cautelosamente y con desconfianza).

Carmen ¿estamos solos? ¿No nos oirá nadie?

CARMEN Franz, si solos y yo impaciente y llena de angustia por no haberte

escuchado ya. Qué momentos más crueles. ¡Te quiero tanto! ¿Dime, dime, cuéntamelo todo? ¿Qué, que es eso? ¿Qué quieres de mí? ¿Qué puedo ofrecerte? Habla.

FRANZ (Cogiéndola de la mano).

De ti lo quiero todo. ¿Puedo estar seguro de tu cariño? ¿Puedo creer en

lo inmenso de tu amor?


226

CARMEN

¿Es qué dudas aún de mis palabras? ¿Es qué no me crees?

FRANZ (Hablando bajo).

Pues entonces oye, ya sabes, la guerra ha estallado, tengo que partir

para mi patria, tengo que abandonar esta Bélgica que me acogió como una madre, tengo que abandonar los negocios, tengo que abandonarte a ti; pero a esto último no me resigno,..... es imposible, yo no puedo dejarte, no me atrevería nunca a partir con el corazón hecho pedazos dejándome el más grande entre los que han de ser mis enemigos.

CARMEN No, no te irás, no me abandonarás nunca, yo te ocultaré y antes que

tocarte a ti, pasarían por encima de mi cadáver. (Llora). Yo te defenderé, yo seré tu salvación, tu.........

FRANZ Pues si tanto me quieres, si las raíces de mi amor han llegado al fondo,

a lo más íntimo de tu alma, huyamos enseguida, un automóvil nos espera en la puerta y antes de rayar el alba habremos salvado la frontera.

CARMEN (Extrañada y alejándose de Franz).

¡Huir! Abandonar yo mi patria para ir a la tuya, pero ¿qué dices?

Además no sabes que me insultas, y que ese insulto que me infieres no solo repercute en mi honra de mi patria misma.

FRANZ (Exaltado y enérgico).


227

¡Oh! ¿Cómo que no me quieres, con que no tenían ni un átomo de realidad ninguna de tus palabras. ¡Mi raza, la fuerza de mi raza, me prohíbe permanecer a tu lado.

CARMEN (Arrogante).

Pues si la fuerza de tu raza te prohíbe permanecer a mi lado, la fuerza

de la mía no me permite sufrir.......


228


229

ACTO II

Escena I

.......................... y de escombros.

CARMEN No me hables de aquel hombre, su imagen ha quedado por completo

borrada de mi memoria, no quieras abrir las heridas que ya cicatrizaron en mi corazón, no me lo recuerdes.

SILVIA Rodolfo tarda demasiado. ¿Le habrá ocurrido algo?

CARMEN No te preocupes, todos los días si se retrasa un minuto, se te ocurre la

misma pregunta.

SILVIA No me extrañaría nada, desde que Amberes fue tomada por los

alemanes, se cometen infinidad de atropellos, por los bárbaros soldados. Ayer mismo aparecieron dos mujeres asesinadas en sus lechos, y las casas saqueadas las hacen arder bárbaramente.

CARMEN Yo, no creí nunca que las almas de aquellos fueran tan mezquinas.

SILVIA ¿Y no has tenido jamás noticias de tu ex novio Franz................

CARMEN ¡Nunca! Desde aquella memorable noche entre los dos, puso el destino

una valla infranqueable y te juro por la gloria de nuestra santa madre, que por aquel hombre y desde que he descubierto la villanía de su país, solo siento repugnancia, de agobia recordar aquella escena y me entristezco,


230

cuando como ahora tú, me lo recuerdan. ¿Pero no es verdad que cumplí con mi deber ....? ¡Oh! cuanto he agradecido a la providencia aquella hora luminosa en que supe rechazar valientemente sus palabras .......

SILVIA Pero Rodolfo no llega, tarda demasiado, él acostumbra a venir antes de

esta hora; son las diez de la noche. ¿Qué le habrá pasado? (Se levanta e impaciente se asoma al balcón).

No, no viene todavía, lejos se ven muchos grupos que parecen de

soldados.

CARMEN ¿Habrán llegado más refuerzos alemanes?

Escena II En este instante aparecen el belga precipitadamente con puñal en la mano.

Carmen y Silvia se sobrecogen.

EL BELGA Ocultadme, ocultadme, soy perseguido por una patrulla de alemanes,

he matado a un enemigo. (Asomándose al foro).

Ya llegan, ya suben la escalera.

ELLAS (Señalando una puerta lateral).

Pasad, pasad, por ahí.

(Desaparecen éstas, detrás de aquél).

Escena III

Aparecen dos soldados alemanes algo beodos; el primero con dos botellas y el otro con un sable en la mano.


231

SOLDADO 1º Antes de buscar a ese perro, echaremos otro trago.

(Beben de una botella).

SOLDADO 2º ¿Y éstas?

(Señalando a las botellas).

¿Adonde las pescaste?

SOLDADO 1º En la última casa que saqueamos, mientras los otros pinchan y matan,

yo me encargo de registrar las alacenas, anda buscando tú, que yo veré si encuentro algo.

(Hacen que buscan).

SOLDADO 2º (Pidiéndole la botella).

Trae que antes es necesario tomar fuerzas, estos mamarrachos

muerden como lobos y algunos parecen leoncillos enjaulados. (Se sienta tranquilamente y lía un cigarro).

Pero éste que se ha encerrado aquí, no se escapa. (Echa otro trago).

SOLDADO 1º Anda, anda, busca que el Capitán viene enseguida.

(Bebe otra vez).

SOLDADO 2º (Levantándose).

Pero no bebas más, haber si es que dejas vacías las dos botellas.

(Se las quita).


232

SOLDADO 1º Como el Capitán nos coja, nos arregla.

SOLDADO 2º (Tirando las botellas.

Ya está aquí.

(Hace que busca).

Escena IV Entran el Capitán y un teniente.

CAPITÁN ¡Animales ¡ ¿Pero aún no lo habéis encontrado? Registrad la casa

inmediatamente.

TENIENTE Estuviera bueno que se nos escapara, después de matarnos uno.

CAPITÁN A última hora le pegamos fuego a la casa por si aún estuviera dentro.

Escena V

SOLDADO 1º (Cuadrándose).

Mi Capitán hasta ahora no encuentro ni una rata. Solamente estas

cuatro botellas de Burdeos.

CAPITÁN Descórchalas enseguida (al teniente). Brindemos por la victoria.

(Beben en las botellas).


233

SOLDADO 1º

(Aparte). Si que debe estar de rechupete.

CAPITÁN ¡Imbécil! ¿Pero qué haces? Busca, busca .......

SOLDADO 1º Pero, ¿qué más botellas?

CAPITÁN No, busca a ese perro que se ha escondido aquí.

SOLDADO 1º (Saliendo).

A la orden.

TENIENTE Parece que oigo voces. Soldados (desde dentro). Ahora si que no te

escapas, te vamos a partir de un tajo. (Salen el 1º de los soldados sujetando al belga y el 2º tira y aparece, poco

después, con las dos mujeres).

SOLDADO 1º Aquí está el pájaro en la manga guardaba esta alhajita.

(Mostrando un puñal que el Capitán coge, examina, y tira encima de la mesa).

CAPITÁN Maniatarlo (lo hacen los soldados).

SOLDADO 2º


234

¿Y estas dos mosquitas muertas?

CARMEN (Mirando al Capitán).

Franz.

CAPITÁN (Irónico).

Carmen, al fin nos encontramos.

TENIENTE (Señalando a Silvia).

Esa también es muy bonita.

CAPITÁN (Señalando a Carmen y luego a Silvia).

Esta para mí, aquella os la regalo.

TENIENTE (A los soldados).

Custodiad las puertas.

(Los soldados lo hacen).

Escena VI Dichos y Rodolfo por el foro.

RODOLFO (Entrando brúscamente se dirige a los oficiales).

¿Qué tenéis que hacer en esta casa?


235

CAPITÁN

(Burlón a Rodolfo).

¡Hola caro amigo ¡

RODOLFO ¡Ah! Eres tú, ¿vienes a manchar mi hogar con tu presencia?

CARMEN Rodolfo, déjalo.

SILVIA Haz lo que yo, desprecia a tus enemigos.

TENIENTE (A Silvia).

No seáis tan mordaz, señorita.

RODOLFO Reparad que es mi señora.

CAPITÁN (A los soldados).

Maniatad a ése.

(Los soldados maniatan a Rodolfo).

SILVIA ¡Cobardes!

RODOLFO


236

Si, haced lo que os plazca, caiga sobre nosotros los vencidos, todo el odio, todo el desprecio que abriga vuestra raza, aquí nos tenéis, mandad que nos fusilen.

CAPITÁN (Señalando a Rodolfo y al belga).

Sacad de aquí a esos miserables.

CARMEN (De rodillas).

Franz, perdónalos, déjalos en libertad y haz de mí lo que quieras.

CAPITÁN (A los soldados).

Pasad a esos tres a esas habitaciones.

(Salen los soldados, precedidos del belga, Rodolfo y Silvia). (Al oficial). Usted puede retirarse.

(El Capitán lo acompaña como hablando hasta la puerta. Carmen coge el puñal que hay en la mesa y se lo oculta en el pecho).

FRANZ ¿Y ahora, te resistirás a mis deseos?

CARMEN Soy tu prisionera.

FRANZ La fuerza de la raza nos separó, y el odio de la misma hace que nos

encontremos frente a frente cuando menos lo esperábamos. Nosotros somos los vencedores, vosotros los vencidos, tu raza es esclava de la mía; y tú ya que no me quisiste seguir antes, ahora me seguirás por la fuerza.


237

CARMEN

No eres noble, soy mujer y abusarás de mi debilidad.

CAPITÁN Eres mujer, pero la altivez, la arrogancia con que me rechazaste

cuando te amaba me la has de pagar ahora.

CARMEN No creí que era tu alma tan mezquina. A mi padre ya lo has matado, lo

mató tu inicua manera de proceder conmigo, no solo le robaste la fortuna sino que aún quisiste robarle la honra de su hija; a mis hermanos los vas a matar ahora, ¿qué me importa que hagas igual conmigo, con esta pobre mujer que no puede defenderse?

FRANZ Olvidemos todo, yo aunque no lo creas, aún conservo el perfume de tu

cariño y cuando te miro evoco con tristeza los días que pasaron ¡Nos hemos amado tanto ¡

CARMEN No abras mis heridas, si nuestra unión es imposible ya.

FRANZ Si, si, serás mía, te llevaré conmigo ............. aunque tú no quieras ¿Te

puedes resistir? .............................

CARMEN Contigo a la fuerza, ¡nunca ¡

FRANZ Carmen, Carmen, ven a mis brazos.


238

CARMEN No, no aléjate.

FRANZ Es inútil, eres mía.

(Quiere abrazarla).

CARMEN Aunque me abraces, aunque me estreches en tus brazos, no seré nunca

tuya. (Al abrazarla Franz).

Toma.

(Le clava el puñal en el pecho, cae Franz a sus pies muerto).

Nos separará siempre la fuerza de la raza. (Carmen, ya muerto Franz, lo mira con desprecio).

Telón rápido

Luis Espinosa. En el lateral derecho figura la firma de D. Francisco de Echalecu y

Canino.

La obra fue compuesta por D. Luis Espinosa y D. Francisco Javier de Echalecu.

Fue estrenada en Moral de Calatrava el 17 de abril de 1.917 por la

compañía de Elvira Rojas.


239

Guiller

Nota: Es un conjunto de cuartillas grapadas, escritas a una cara. No viene el título de la obra que el autor quisiera darle, por ello, y con el fin de poderla identificar, le he dado el nombre del personaje principal.


240


241

Escena I En escena Guillermina.

GUILLER

Sacrificada toda mi vida, encerrada en este palacio donde me aburro y cada hora que pasa alarga más el martirio de mi existencia, rodeada de un lujo fastuoso, satisfechos mis menores caprichos y siendo dueña, sin serlo, de una cuantiosa fortuna; pero me falta algo, algo que no me puede dar ni el dinero ni la posición que ocupo, si yo siento un inmenso vacío a mi alrededor, todas las cosas me parecen tristes, ya no río, no canto, ni sueño como en aquellos tiempos que pasaron para no volver más. Soy como una flor envidiada por otras en medio de un macizo pero sin aroma, mi vida la puede simbolizar la camelia que posee bellísimos colores pero carece de fragancia. Mi matrimonio con Faustino es como una argolla que llevara ceñida sobre el cuello, es como el resumen oscuro de una de las más tristes y siniestras epopeyas de mi vida y por eso cuando lo evoco siento que penetra en mi corazón el frío de la muerte. ¡Oh! Con que horror recuerdo aquel desventurado día en que por el honor de mi casa renuncié al cariño de Antonio y me uní al hombre que aún complaciéndome me es imposible amar; y sin embargo con cuanta resignación sigo unida a él aparentando siempre una felicidad que estoy muy lejos de sentir. Mis esperanzas se hallan convertidas en ásperas y amargas realidades; mis sueños en poder sobrellevar la pesada carga de un sacrificio sin enmienda. Todo ha cambiado, todo ha muerto, las dulces y sabrosas tardes de melancolía han perdido su brillantez y la noche es interminable; la luz, la aurora del nuevo día se retrasa y se pierde entre las tinieblas para siempre ..... yo aguardo ...... aguardo y cuando miro al espejo de mi pasado, imagino que aún no se han borrado en él las imágenes de las venturas inefables que acaricié un momento ..... todo ha terminado; pero te juro que nadie Antonio mío, podrá arrancarme este otro amor que te profeso; por que aunque así sea, por que aunque te quiera tanto seguiré, eso sí ostentando el emblema honroso por quién me he sacrificado y ¿él? y Antonio ¿ que habrá pensado de mí? ............ Nunca me volvió a hablar de nuestro amor, roto bruscamente cuando empezaba a nacer (llora). Pero ¿ignorará aún la horrible tragedia? ¿Habrá llegado a adivinar la lucha que se desarrolló en mi corazón? Todo fue brusco ....................., ahora de tarde en tarde me ve, está pálido, parece que aún vive del recuerdo, de aquel amor nuestro que inútilmente los dos queremos olvidar. Si no fuera por él no tendría un momento de tranquilidad, pero es tan raro desde entonces, desde que terminamos, que no habla apenas; todas las tardes viene cuando el sol declina, los dos mudos nos contemplamos, yo me siento al piano, el empuña el violín y en el silencio de la tarde se hablan nuestras almas, se arrollan y se cuentan sus


242

desgracias, después pinta, me ha pedido el último capricho, el de terminar aquel retrato mío que ha empezado tantas veces y no termina nunca.

Escena II

Dicha y Mercedes por el foro.

MERCEDES

Te sorprenderá mi visita, ya que tú no quieres ir a casa vengo yo a verte.

GUILLER

Mercedes ¡Oh! Cuanto te lo agradezco estoy tan sola, no tengo ganas para nada y me aburro tanto.

MER

Pero. ¿Y Faustino?

GUILLER

Ayer hizo ocho días que salió para “La Toja”, como siempre de balneario en balneario, está tan delicado.

MER

En cambio tú sigues tan guapetona como siempre ¿a qué no sabes quién me ha preguntado por ti?

GUILLER

Por mi; pues no sé.

MER

Un chico rubio que es teniente de navío.

GUILLER


243

¡Ah sí!, Peñalver, uno de los moscones de San Sebastián. ¿Te acuerdas del baile del Casino? Lo que nos hizo reír.

MERCEDES

Si, Si es muy ocurrente.

GUILLER

¿Y sabe que estoy casada?

MERCEDES

Se lo dije yo y no puedes figurarte el efecto que le hizo; ahora creo

que está loco por una bailarina del Real y ha pedido la excedencia.

GUILLER

Si, seguirá tan desequilibrado como siempre; y tú ¿cuándo te casas?

MERCEDES

En cuanto termine Emilio la carrera, ya ves que aún estudia cuarto año.

GUILLER

Pues a ese paso no termina nunca.

MERCE

¿Sabes tú, si es verdad que tu primo Antonio está cortejando a Margarita Enderiz?

GUILLER

(Asombrada).

Yo, lo ignoro, no me ha dicho nada.

MERCE


244

Pues son los rumores que se corren; ahora que ya sabes tú lo locas que son las dos hermanas ........ ¿Y Antonio cuando vuelve a París?

GUILLER

Cuando pase el otoño según dijo ayer tarde.

MERCE

¿Trabaja mucho?

GUILLER

Ahora me está haciendo un retrato y antes de marcharse creo que tiene que restaurar unos cuadros de Velázquez.

MERCE

¿Y en París, vive solo? ¿ Y no tenéis allí familia? ¿No vivían unos parientes de tu madre?

GUILLER

Si, pero él no los visita.

Escena III

Dichos y Margarita por el foro.

MAR

(Besándolas).

Te creí enferma.

(A Mercedes).

¿Tú por aquí? ¿Cuándo regresaste de Burdeos?

MERCEDES

Hace quince días.


245

GUILLER

(A Margarita).

Estás muy atrasada de noticias.

MARGARITA

Iba a la joyería y se me ha ocurrido pasar a preguntar por ti. ¡Ah!, pero ¿no sabéis la gran noticia?

MERCEDES

No sabemos nada.

GUILLER

Dínosla tú que lo sabes todo. (Aparte) No he visto mujer que se entere antes de cualquier suceso.

MARGARITA

Pero ¿no sabéis quién se ha suicidado en el Museo del Prado?

MER

No colmes nuestra impaciencia, dínoslo enseguida.

GUILLER

¿Quién? ¿Quién? Habla.

MAR

Adolfo Nogués.

MERCE

¿Se sabe por qué?

GUILLER

¡Ah! Yo no lo conozco.


246

MAR

Tu, ¿no lo conocías? Era íntimo amigo de tu primo Antonio.

GUILLER

(A Margarita).

A propósito dicen que....

MARGARITA

No, No, yo aún no sé nada.

MERCE

Pues lo aseguran. Bueno cuéntanos por qué se ha suicidado Nogués.

MARGARITA

Llegó de Roma en donde estaba pensionado y se enamoró de una hija de Montenegro, la que se ha casado con Pepe Hernán; él estaba loco, perdidamente enamorado y ella por cuestiones de no sé que, no le ha correspondido después de darle, según dicen, muy grandes y lisonjeras esperanzas, y éste después de escribir una carta, que nadie aún conoce, se ha metido una bala en la cabeza. Pero en fin os dejo que es muy tarde.

MER

Espera que también me voy contigo.

(Se besan y salen por el foro).

Escena III

Los dichos.

GUILLERMINA

¡Oh! Cómo me asustó la noticia de Margarita, por mi cerebro cruzó una idea absurda, creí que era él y sentí un malestar, un frío que me dejó helada, pero no, Antonio es razonable, sabe que mi amor es suyo, que lo


247

idolatro y él es incapaz de cometer semejante disparate. Es fuerte y sabe sufrir en silencio, como yo, los bruscos caprichos del destino.

Escena IV

Dicha y Antonio por el foro.

ANTONIO

Quizá creyeras que te había olvidado.......

GUILLER

¡Ah! ¿Eres tú? Es tan tarde que ya creí que no nos veríamos hasta mañana. ¿Te has encontrado con alguien en la escalera?

ANTONIO

Si con Mercedes y con Margarita.

GUILLERMINA

Por qué no las acompañaste.

ANTONIO

Por qué sería la primera vez que yo me ofreciera a tan distinguidas señoritas, además me esperabas tú y yo no quiero prescindir de este rato tan agradable que me brindas.

GUILLER

Y que yo agradezco que tú aceptes, los momentos más dichos te los debo a ti, tú me haces olvidar muchas cosas tristes y me recuerdas en cambio otros días mucho más felices que pasamos juntos, tu abnegación me hace sobrellevar con más paciencia los martirios de mi vida.

ANTONIO

¡Qué buena eres!


248

GUILLER

No, buena no, Tú eres mucho más bueno, nunca me has preguntado nada, nunca me has querido hablar de nosotros mismos. Oye, ¿es verdad que amas a Margarita?

ANTONIO

(Admirado).

Yo, pero ¿a quién se le ha ocurrido contarte semejante tontería? Yo amar a Margarita. ¿Desde cuándo? Si apenas la conozco..... Yo amé una vez, la primera y no podré amar otra, por qué aquella mujer me dejó en el alma la herida de una pasión que no ha de cicatrizar nunca.

GUILLER

¿Y la amas todavía? ¿No la has perdonado?

ANTONIO

Si la perdoné, y aún la quiero, aún la amo, pero no ya con aquel amor vehemente de estrechar entre mis brazos su hermosura, no como en aquel entonces que mirándome en sus ojos entreveía el paraíso de nuestro porvenir, no como en aquellos días en que sus rojos labios me incitaban a vivir una pasión abrasadora......

GUILLER

Pues, ¡cómo la amas ahora?

ANTONIO

Ahora, ¿es qué aún no lo imaginas?

GUILLER

No, ¡dímelo enseguida?

ANTONIO

La amo pero como algo sagrado, como a una hermana ya que de otro modo me sería imposible.


249

GUILLER

Y esa, esa que así amas, ¿no pudiera ser yo misma?

ANTONIO

Tú, si, tu misma eres, no hablemos del pasado.

GUILLER

¡Ah! Es que tú ignoras muchas cosas.

ANTONIO

Yo, lo sé todo, no ignoro nada y me consta que te sacrificaste por los tuyos, por salvar a quién un deber ineludible te inducía a nublar bruscamente todos nuestros sueños, hiciste bien ya que de lo contrario, bajo tu resolución estaba la responsabilidad de los demás; tus padres te sacrificaron, pero en tu sacrificio jugué yo el papel más importante por que sin mi amor, antes de amarnos hubieras accedido más gustosa.

GUILLER

No me hables de lo que ya es irremediable, ámame así, como un hermano y Dios desde las alturas bendecirá nuestro amor exento de pecado.

ANTONIO

Si, si, así te amo y así te seguiré amando mientras que por mis venas discurra un átomo de sangre, yo necesito tu amor y temo, no sé por que, que el día menos pensado me arrojen de tu casa, de esta casa, donde al traspasar los umbrales doy lugar a criterios y comentarios que no tienen fundamento, pero la sociedad es implacable: juzga y condena.

GUILLER

¿No quieres trabajar hoy?, lo digo por que jamás vamos a ver terminada nuestra obra.


250

ANTONIO

Si, le daré las últimas pinceladas; ya que no puedo tenerte a ti, me alegraré allá en París mirando tu retrato.

(Coge los pinceles y hace que pinta).

GUILLER

(Sirviéndole modelo).

Lo que me molesta es tener que estar tan quietecita.

ANTONIO

Vuelve un poco la cabeza ........ así....... así.

(Sigue pintando).

GUILLER

¿Y llegarás a olvidarme?

ANTONIO

No, nunca, ¿no somos y nos queremos como hermanos?, pero no te muevas, ya has perdido la postura, claro así no terminaremos nunca.

GUILLER

Si es ........ es que no quiero que lo termines y así con el pretexto del retrato pasas a mi lado algunas horas, sin verte no podría vivir, tu me alientas, me animas, ....... no lo termines hoy.

ANTONIO

Nada, si te sigo haciendo caso voy a tardar más tiempo en él que en mi cuadro maestro “La Venus de Kinelas”.

GUILLER

¡Ah! Con que éste no es una obra maestra pues ....... suspende el trabajo.

(Se levanta).


251

ANTONIO

Pero no seas chiquilla siéntate otra vez.

GUILLER

(Sentándose).

Bueno Vd. dirá como me pongo, me parece que no debía de cruzar las manos parezco una figura de retablo.

ANTONIO

Si no te pones razonable lo dejamos.

GUILLER

(Levantándose).

Convenido.

Escena V

Dichos y D. Faustino en traje de viaje, por el foro.

D. FAUSTINO

Es cierto, los dos juntos confirman mis sospechas..... pero no lo creía, me resistí a comprenderlo...... es demasiado horrible, no me lo neguéis.

GUILLER

(Asustada).

Pero, ¿qué dices? ¿Te has vuelto loco? No acabo de comprender tus palabras.

D. FAUSTINO

Mis palabras, has dicho; nadie osó mancillar mi honor y hasta en mi misma casa, tu me estás encenagando; no sólo yo, todo el mundo lo sabe, quieres que sea la mofa, la burla, el escarnio de las gentes.

(Dirigiéndose a Antonio).


252

Y tú ¿qué haces en esta casa? ¿Quién te llama aquí?

ANTONIO

Dudo de vuestra razón al provocarme, creo que no estáis en vuestro juicio.

D. FAUSTINO

Pues si he llegado en hora tan oportuna es por haber recibido (sacándolo de un bolsillo) este anónimo que me hizo tomar el tren precipitadamente, leedlo.

(Lo tira).

GUILLER

(Recogiéndolo y leyéndolo para sí).

Esto es infame, es una calumnia, este hombre me ha respetado siempre, es un caballero.

(Estruja el papel entre sus manos).

ANTONIO

Tenedlo por cierto, soy Montemar y está dicho.

D. FAUSTINO

(A Antonio).

Eres un canalla, estás manchando mi hogar y mi presencia.

GUILLER

(A Faustino).

Mientes.

ANTONIO

(Yéndose sobre D. Faustino, amenazante).


253

¿Qué dices? Yo un canalla. Insultar a un Montemar, a mí que he mirado esta casa como un templo, mi nombre no me permite soportar más tiempo tus ultrajes.

(Se abalanza hacia él).

D. FAUSTINO

(Sacándose un revolver).

Aparta miserable, pagarás mi honra con tu vida.

GUILLER

(Interponiéndose entre ambos).

¡Asesino!

(Al disparar cae muerta Guillarmina y D. Faustino tira el revolver y llevándose las manos a la cabeza y acercándose donde ha caído y está

Antonio).

D. FAUSTINO

¡Oh! La he matado.

ANTONIO

¿Qué has hecho miserable, no te acerques, no manches su cadáver, la sangre que has vertido es la sangre del honor. Viva no te la disputé nunca pero muerta es ¡Mía!

T E L Ó N


254


255

D. Rodrigo Calderón o

Marqués de siete Iglesias

Tragedia histórico - Romántica en tres cantos y en verso.

Por: Luis Espinosa

-Época de Felipe III y Felipe IV, en el año 1607 al 1665.

NNOOTTAA:: EEssttaa oobbrraa ssee vveessttii rráá aall eessttii lloo ddee aaqquueell llaa ééppooccaa,, llaa mmááss rroommáánnttiiccaa ddee EEssppaaññaa,, ppuueess nnoo eenn vvaannoo ccuull ttiivvaarroonn aammbbooss mmoonnaarrccaass llaass lleettrraass yy ccoonn bbaassttaannttee lluucciimmiieennttoo ppeessee aa llooss mmaaggnnaatteess yy ffaavvoorrii ttooss ccoommoo eell CCoonnddee DDuuqquuee qquuee eenn uunniióónn ddeell qquuee ddaa ttííttuulloo aa llaa oobbrraa yy eell ddee UUcceeddaa,, mmiinniissttrroo iinnttrriiggaannttee qquuee aall cceeññii rr eell cceettrroo FFeell iippee IIVV ddeesstteerrrróó,, nnoommbbrraannddoo eenn ssuu lluuggaarr aa ddoonn BBaall ttaassaarr ddee ZZúúññiiggaa,, hhoommbbrree ddee rreelleevvaanntteess ddootteess yy ttaalleennttoo.. FFeell iippee II II II ccaassoo eenn VVaalleenncciiaa ccoonn MMaarrggaarrii ttaa ddee AAuussttrriiaa eenn 11559999;; ttuuvvoo ddooss hhii jjooss yy uunnaa hhii jjaa,, qquuee ffuueerroonn FFeell iippee IIVV,, ddoonn CCaarrllooss yy DDªª AAnnaa ddee AAuussttrriiaa;; ttaammbbiiéénn eess ddiiggnnoo ddee ff iigguurraarr eenn eessttaa oobbrraa eell DDuuqquuee ddee LLeerrmmaa ((aanntteess FFrraanncciissccoo RRoojjaass SSaannddoovvaall )) qquuee ffuuee eessccuuddeerroo ddeell mmoonnaarrccaa..

Escena I Al levantarse el telón aparecen en escena Felipe III y el Conde Duque de

Olivares.

FFEELLIIPPEE II II II ¡¡OOhh!! ssii aall cciieelloo pplluuggiieerraa pprroolloonnggaarr mmiiss ddííaass yy llaa ddiicchhaa ssiinn ff iinn mmee ccoonncceeddiieerraa ddee rreeíírr yy ggoozzaarr,, ccuuaannttaass ccoossaass nnoo hhiicciieerraa qquuee hhiiccee ssiinn ppeennssaarr eenn eell mmuunnddoo llaa ddiicchhaa vveerrddaaddeerraa ccoonnssiissttee,, nnoo eenn rreeiinnaarr Nota: Fue Felipe IV el concedió el título de Conde Duque a Baltasar; en el

momento de la escena todavía no gozaba del título de Conde Duque.


256


257

Rizal


258


259

acuden a mi memoria (dejando imborrable marea) como el cieno en sucia charca) y a manera de esos cuentos, que crea la fantasía, el negro y fatal momento que Don Alfonso moría (1). Y yo a Dios y al firmamento le pido piedad, y lamento las tristezas de aquel día. ¡Españoles! Se adivina

Lo anterior va escrito en la mitad inferior de un parte de temperaturas, parte delantera. La parte trasera y por tanto cara delantera del parte figura como comida: sopa y tortilla. Vº Bº Firmado y rubricado: F. Auspicio Ochoa.

1) Se trata naturalmente de Alfonso XII La siguiente hoja no continúa con a la anterior.

de lexa majestad. Por lo tanto, la mesa presidencial, que agite la campanilla, pues yo no puedo gritar por que tengo la garganta hecha una calamidad.

PRESIDENTE

Señores, ruego silencio. Que la acusación va a hablar, y es muy preciso que ahoguemos este rum, rum, monacal; con que silencio repito. Ya puede usted comenzar.

RIZAL Para hacer una reseña que fiel retrate al bandido que se muestre la quinceña

Esta plana va escrita en la mitad de un folio cuadriculado. Continúa con lo siguiente.


260

con que el rey fue agredido. Esa pistola, me explica que el terrorista es paleto y que es un analfabeto que no vio mauser ni pica,, y esto bien nos simplifica que es descreído hasta el punto, de que se venda a cualquiera, y pesque una borrachera y se crea que está en Sagunto (2).

(Pausa, puede hacer lo que le dé más rabia, escupir o pedir agua). Y además, he de exponer que aunque viste pantalones ese asesino es mujer. Esto el Doctor Camisón me lo dijo antes de ayer. ¡Claro, que hay que conocer

2) Fue el Manifiesto de Sagunto el que reinstauró a los Borbones en España, con el hijo de Isabel II, Alfonso XII.

Es la otra mitad del folio cuadriculado. Lo que sigue es continuación a lo anterior.

que me hallo arrepentido y a usted capitán le pido que me otorgue compasión.

RIZAL Pero ¿usted cree que murió?

Bto ¡Ay! Que su último quejido en mi corazón sonó.

RIZAL (Más irónico que compasivo).

¡Pobre hombre! ¡Pobre chico! triste porvenir te aguarda. Capitán yo no me explico, lo que la muerte acobarda, mil veces quise morir y esa señora tan rara


261

Lo anterior está en la parte inferior de un parte de temperaturas.

Lo que sigue no es continuación.

no la ignora ya ni el viento pues cuatro penas de muerte sin alzada ni descuento.

RIZAL ¿ Y lo ajusticiaron el día.....?

Bto Siguiente que a usted querido.

RIZAL Si que tiene un parecido, con el antiguo intendente.

Bto Me mira usted demasiado.

RIZAL Es amigo que he notado, algo de hidalgo en su faz.

Bto Pues nos van a fusilar con hidalguía y sin razón,

Lo anterior va escrito en la mitad de un parte de temperaturas. Lo siguiente no es continuación.

me hizo perder la cabeza ; está bien lo pensaré.

RIZAL Pues venga ahora esa mano que el beso que en ella dé, lo oirá usted cuando descarguen sobre mí cuatro bandidos que yo mismo elevé.

CanBto


262

¡Callad! ¡Callad! Alguien llega, sentí rechinar la puerta.

RIZAL Pues en pie queda la apuesta; ahora amigo, piense usted.

Escena Última (3)

(Guardia, desde la puerta). ¿Don José María Borgueto?

3) Por estas fechas se inicia la Dictadura del General Primo de Rivera, quien ya era Comandante en la época en que se fusiló a Rizal en Filipinas.

Lo anterior va escrito en un justificante de Revista para el Comisario del mes de febrero del 1923, realizada en la Clínica Militar del Manicomio de Ciempozuelos. Corresponde al soldado Eduardo Guinea Rey, Revista realizada el 8 de febrero de 1923 y firmada por el El Comandante Médico Jefe de Clínica. Julio Canino.


263

Las cadenas

del amor

Comedia en 3 actos en prosa y verso.

Original de

Luis José Espinosa

Esta comedia está inspirada en la notable novela “Ganarás el pan” del glorioso y nunca bien admirado escritor Pedro Mata.


264


265

ACTO I La acción en Madrid. Época actual.

Escena I La escena representa un modesto, pero bien amueblado despacho o

bufete, en casa de Luis Gener y Montero, abogado y literato, sin pretensiones de ninguna especie.

En escena Luis Gener, y un viejo procurador que hace de pasante, (NOTA:

Comienza la hoja nº 2. Hoja de dietario) padre de la prometida del héroe de esta obra y llamado Germán Rovira, además hay un jovencito, como de 18 a 20 años, que hace de escribiente, la colocación de escena la dejo a cargo de los intérpretes.

GENER

Sabe usted señor Rovira que voy a romper la lira pues por más que escribo y canto ningún publicista admira de mi musa los primores y me va usted causando espanto que después de sudar tanto tenga tan pocos lectores; obras hay mucho peores que mi novela “El pecado”. Hay muchos que son autores y que jamás han pensado. Y yo que me desgañito, y tanto adoro a las letras no consigo que lo escrito me produzca una peseta. Pues se tiene por sabido (NOTA: Comienza la hoja nº 3. Hoja de dietario)

que la lírica poesía solo produjo el sonido más dulce del alma mía.. Que las musas dan honor lo dijo Lope de Vega mas yo digo: no señor, por que el canta reniega de haber llegado a cantor. (Dirigiéndose al chico).


266

Y usted Paquito al “Combate” lleve esta composición y diga usted que es del bate más tonto de la nación. Y que le den cien pesetas, que enviará muy pronto más que produzcan los poetas que no lo pueden plagiar. Anda, corre, que la guita haciéndome falta está, y pídele a Santa Rita que te las lleguen a dar. (Sale Paquito con las cuartillas).

ROVIRA Ya copie la acusación.

Comienza la hoja nº 4. Hoja del dietario.

GENER

¿Y que, le parece bien?

ROVIRA Es muy rara la cuestión y me dice el corazón que el juicio lo pierde usted.

GENER ¿Qué pierdo el juicio, Rovira? Usted que me estima un poco no me despierte la ira no me asuste con el coco. ¡Que pierdo el juicio! ¡Mentira! ¿Cuándo el juicio pierde un loco?... mas ya sabe que la gente asegura que ido estoy, mas sé yo que eternamente pensaré cual pienso hoy. Ahora que la suerte juega con los hombres, yo no olvido que todo aquel que se entrega o de amor mujer lo ciega deja de ser el marido. Y a usted señor que es mi suegro,


267

le hablo sinceramente ¿qué no le gusta?, me alegro

Comienza la hoja nº 5 . Hoja del dietario.

si todo lo veo yo negro ya se pondrá reluciente.

ROVIRA ¿Reluciente? Usted es un chico sin experiencia hasta el día yo solo envidio al que es rico y duerme como un borrico y goza y tiene alegría, sin importarle lo extraño ni lo que pase en Hungría y engorda más cada año y se ríe de las poesías, de los placeres, de todo créame usted, que yo quería vivir ya de mejor modo pues solo en la tierra existe un sucio estanque de lodo y el que es bruto lo resiste y sino, se queda bobo que las ciencias hoy progresan y también la golfería, déjate ya de poesías y hazte célebre en el foro.

GENER Comienza la hoja nº 6. Hoja del dietario.

Apabullan como nada esa rancia picardía; habrá en su vida pasada más enredos que hidalguía. La partida está ganada pues con la pluma o la espada no lucha la hipocresía.

ROVIRA Mordaz estamos, amigo.

GENER

Es poco cuento le digo. y aprovecho esta ocasión


268

para aclarar la cuestión puesto que estamos solitos.

ROVIRA ¿Y se trata?

GENER de Isabel.

ROVIRA

dice que está descontenta de tu manera de obrar.

GENER A usted, sus penas le cuenta para agrandárselas más;

Comienza la hoja nº 7. Está escrito en la ½ de un parte médico mensual de temperaturas, en el cual figuran los siguientes datos: Enfermería de San Camilo. Febrero 26 de 1923. D. Lucio Alvarez, perteneciente al Departamento de S. Isidro de Segovia. Diagnóstico: Esquizofrenia.

pero se hace muy precisa una franca explicación.

ROVIRA Te vio saludar a Elisa la otra tarde en la estación.

GENER Ilusiones de esa chica que soñó siempre despierta, nadie Rovira se explica lo que tiene en la cabeza. Y yo cansado ya estoy de aguantar tanto desdén pues igual ayer que hoy siempre viene y sale un tren y como esta no evite

(NOTA: Comienza la hoja nº 8. Es la otra ½ inferior del parte mensual médico de temperaturas).

tanto disgusto y recelo le juro a usted que en desquite tenderé muy pronto el vuelo.

ROVIRA Aquí llega, son sus pasos silencio .............


269

GENER

nada me importa de su genio no hago caso pues casi está medio loca.

Escena II

(Dichos e Isabel por el foro).

ISABEL Buenos días, papaito ¡Hola chico!, ¿que tal va? ¡qué caras! Es que os dio hipo o es que vengo a molestar.

ROVIRA Nada de eso Isabelita

Comienza la hoja nº 9 del dietario.

es que tu marido está...........

ISABEL Como siempre echando bombas....... ¿cuándo alguna estallará?

GENER Cuando tu quieras bonita.

ROVIRA Tu paciencia, voto a Tal que va a ser de dinamita la que ahora va a estallar.

ISABEL (A Gener).

Anda hombre, dime algo.... abre la boquita ya.

GENER Isabel, que yo te quiero y vamos a regañar mira que soy caballero y no me callo jamás.


270

(Mimoso).

Estás celosa, y lo siento no poderlo remediar más te juro por mi vida que vivas tranquila ya, (NOTA: Comienza la hoja nº 10. Hoja del dietario).

pues aquellos devaneos se han llegado a terminar, y si algo hubo acabado ahora te juro que está.

ISABEL Nunca creí tus palabras, eres como los demás, engañaste hasta mi padre y nos llegaste a arruinar como quieres que no sienta en mi pecho tu puñal si me quitaste la honra prometiéndome llevar ante Dios, y ser tu esposa, y aún está por realizar y si ahondo en este asunto te llegaría a preguntar: ¿quién eres tú? ¿quién tus padres? de donde vienes Satán, me echaste la mano al cuello y cual un tigre, ahora estás acechándome la vida y robándome la paz ¿quién eres tú? ¿qué te debo? Contesta; me voy a ahogar.

Comienza la hoja 11. Hoja La ½ superior de parte médico mensual de temperaturas, en el cual figuran los siguientes datos: Enfermería de S. Camilo. Febrero 14 de 1923. D. Demetrio Llorente Fernández, del Departamento de S. Anselmo de Cáceres. Diagnóstico: D. Paranoide.

GENER

¡Contestarte! Vano fuera e inútilmente total no es ésta la vez primera que me llegaste a insultar. ¿Qué quién soy? En la garganta


271

la voz se me ahoga al hablar; nadie, nadie cual yo canta la tierra, el cielo y el mar. Pero tu orgullo me espanta, me espanta tu terquedad, tu soberbia. Te levantas siempre con el mismo mal, que es crónica e inaguantable tu constante enfermedad; y esto termina muy pronto, pues yo no puedo aguantar que una mujer me domine, ni me trate de truhán siendo tú noble y sencillo

Comienza la hoja nº 12. Corresponde a ½ superior del parte de enfermería, en la cual figuran los siguientes datos: Enfermería de S. Camilo. Febrero 26 de 1923. D. Camilo Barriopedro del Departamento de S. Anselmo de Guadalajara. Diagnóstico: Esquizofrenia.

como sea el que más, por tanto ya lo sabes: no quiero capitular; tú con tu padre, yo estorbo y me tengo que marchar. ¿Qué a donde marcho? Lo ignoro, no te llegue a preocupar me marcho a buscar fortuna para volverte a buscar y ofrecerte los tesoros que tú quieras codiciar. ¿Qué miento? Ya lo veremos si salud el cielo me da volveré para cumplirte lo que acabas de escuchar.

ISABEL Nada me importas, la puerta ya la ves de par en par.

Comienza la hoja nº 13. ½ inferior de un parte mensual de enfermería.

Si no vuelves, hombres sobran y alguno podré adorar.

ROVIRA ¡Que chiquillada! Que ganas de que me llegue a enfadar tanto disturbio y reyertas


272

y tan poca seriedad. Se acabó, aquí no grita Ni se enfada nadie ya, por que el que toma la puerta es vuestro pobre papá, no quiero pasar más penas me vais a hacer de llorar yo quiero a Luis, y a ti niña te he llegado a venerar, dejaos de tonterías (NOTA: Comienza la hoja nº 14. Hoja del dietario).

que todo se arreglará pues tus celos son injustos y tus quejas algo más se acabaron los disgustos que vienen como se van sin que dejen otra cosa que inconveniencias de la edad.

GENER Amigo esta vez, no arregla esta riña conyugal hay entre ambos mucha niebla y por eso hay que cortar estas luchas intestinas, que su hija sin pesar promueve todos los días sin ninguna seriedad. (Gener cogiendo el sombrero). Con que don Cosme, que siga como hasta aquí usted llegó que su hija es mi enemiga y su enemigo soy yo. Que la paz sea en esta casa y si vuelvo alguna vez que no pase lo que pasa

Comienza la hoja nº 15. Hoja de dietario médico.

no por intención de usted ni por el carácter mío sino por el de Isabel.

ROVIRA ¿Pero te marchas muchacho?


273

ISABEL

Que se marcha, calle usted no sabes que está borracho y que nos quiere perder.

GENER Adiós don Cosme, noticias más pronto ha de tener. Ya volveré con albricias

(a Isabel) a hacerte ya mi mujer .....

ROVIRA Pero que quieres hacer por que no piensas un poco.

GENER (Dirigiéndose lentamente al foro, dice al trasponer la puerta).

Don Cosme por que estoy loco por su querida Isabel.

Telón Todas las hojas van escritas a una sola cara, la trasera, si va libre es utilizada para colocar un verso.

Las hojas hechas sobre el dietario, que son la mayoría, parece ir a limpio, aunque luego lleven algunas correcciones a lapicero; sin embargo las que van en los partes médicos no han sido corregidas y parecen escritas a vuela pluma.

Aunque en los partes de enfermería, en la parte superior, figuren fechas, todo hace suponer que estos partes fueron recogidos al ser tirados y utilizados después, por ello la fecha que figura en ellos no puede ser nada más que orientativa de que fueron escritos entre esta fecha y su muerte el 27 de enero de 1924.

No tengo una relación cierta de cómo van las 8 hojas que posee de esta parte de esta obra. Pueden

ir en otro orden e incluso alguna de ellas pudiera no corresponder, como sucede en la última


274


275

ACTO II

La acción en un pueblo de la Mancha a donde viven, a mucho tiempo los padres de Luis Gener con toda la demás familia.

La escena representa un salón ricamente decorado y amueblado con elegancia, pero con esa sobriedad que es muy dable en las personas de

gusto, hermosa sillería y en el centro magnífica estufa alrededor alrededor de la cual se hallan los padres y parientes de Gener.

Escena I

(Don José Gener, Doña Teresa Monteros, dos sobrinas de éstos llamadas Eloísa y Paquita).

Lo anterior está escrito en media hoja de un parte de enfermería de San camilo, en concreto el

correspondiente a D. Segundo Francisco Rus, del Departamento de S. Anselmo de Madrid y que corresponde al mes de Febrero, día 5 del año 1923. Diagnóstico somático: Flemón del brazo y diagnostico frenopático: D. Precoz. Tratamiento: cama y fomentos de timol.

Sigue con lo siguiente:

DON JOSÉ

¿Y qué me contáis de bueno?

ELOISA Si ha sabido de Luisito.

DON JOSÉ

De negocios está lleno.

PAQUITA Pues nos dicen que es un trueno en casa de Joaquinito, la otra tarde Dª Juana que fue a casa de mi hermana nos habló de Luis con pena y lo puso ¡ay! Dios santo.

DON JOSÉ

Está esa señora buena, no sé como miente tanto pues su voz cascada suena, cual la de campana rota


276

y enmohecida por las curvas, además tiene más cota que los desfondos del Turia.

Lo anterior va escrito en la mitad de un parte de enfermería de San Camilo del mes de Febrero del

día 1 del año 1923 y correspondiente a Francisco Gil Díaz. Lo que sigue no continúa a lo anterior.

y tan vistoso y sencillo

DON JOSÉ (Señalando con énfasis el cuadro).

Representa unos amores que tuvo el propio Murillo. Y al fondo, puso unas flores de tono azul y amarillo. Que de tristeza y cariño dan al alma buen consuelo y bajo el vergel, un niño acariciando a un abuelo. ¿Os gusta, verdad? ¡Es muy bello! Pues el galán y la hermosa tienen ya blanco el cabello, y alma joven y ardorosa. Los conoces tú, ¡hijo mío!

Dª TERESA ¡Hace tanto tiempo ya!

LUIS Recuerdo que lo hizo el tío, y es Don José y mi mamá.

Lo anterior también va escrito en la mitad y parte trasera de un parte de enfermería, correspondiente al mes de marzo, día 1 del año 1923 y a Don Manuel Zaballos.

Lo que sigue no es continuación.

tiene la culpa del caso con la ilusión, ya perdida, tomo por los mismos pasos que otra vez volví sumiso por que el destino o Dios quiso que fracasara mi intento mas saber que estoy contento. Un secreto guardo aquí,


277

no quiero perder momento, que os lo quiero decir.

DON JOSÉ

Pues vamos a otro aposento, niñas aguardar aquí. (Salen Don José, Dª Teresa y Luis).

Escena III

(Paquita y Eloisa).

Lo anterior va escrito en la mitad posterior de una hoja de enfermería, correspondiente al mes de

marzo, día 5 del año 1923 y a D. Tomás Serrano, procedente del Departamento de San Isidro de la Diputación de Madrid. Diagnóstico Frenopático: Esquizofrenia.

Parece seguir.

PAQUITA ¿Qué te parece este chico?

ELOISA

Que es un hombre de verdad ......

PAQUITA Pero chica, es un borrico, que no se puede aguantar.

ELOISA

Mal lo tratas, ¡no te gusta?

PAQUITA ¿ Y por qué me ha de gustar? Yo tengo novio y lo quiero ¿a cuántos voy a adorar? Eso tú, que estas mochales por niño tan sin igual no daba por él dos reales.

ELOISA

Si, que el tuyo vale más.

PAQUITA


278

Ya vienen, ¿oyes los pasos?

Lo anterior viene escrito en la mitad superior anverso de un parte de enfermería del mes de febrero día 1 del año 1923, y de D. Manuel Gil.

Parece seguir con esto:

ELOISA Ya se acercan, aquí están.

PAQUITA ¿Habrán resuelto ya el caso que se fueron a zanhar ....?

ELOISA ¿ Nos marchamos o esperamos la solución que le dan? Por que de verdad yo siento, una gran curiosidad.

Escena V (Por la puerta del foro aparecen D. José, Dª Teresa y Gener)

DON JOSÉ

¿Qué, os cansásteis de esperar?

PAQUITA ¡Nosotras! ¡Jesús, Dios nuestro! nos pusimos a mirar, ese cuadro tan bonito de tan galanos colores.

DON JOSÉ Y hablando de todo un poco aunque te tachen de loco ahora cuenta tus conquistas y explícanos poco a poco si te agradan las modistas. Pues es un gremio barato que lo cotiza cualquiera toman siempre estrecho trato con estudiantes y horteras.

GENER


279

Tengo una novia muy bella y es tan bonita y tan mona.... como la brillante estrella que en el oriente se asoma. Ella es mi bien, mi fortuna, mi amor, mi mayor consuelo pues no amé jamás ninguna que brille más que la luna en el azul y ancho cielo.

PAQUITA

¿Cómo se llama?

GENER Luisita.

En el trozo anterior hay dos caras, que están escritas en ambos lados de la mitad inferior de un parte de enfermería.

Lo que sigue, no parece corresponder con lo anterior.

era mi amor, mi locura, era mi Dios y mi guía pues derramaba hermosura por donde pasar solía. Gallarda como las naves que al puerto llegan gloriosas; o como las blancas aves que parecen mariposas al remontar alto vuelo miran contando entre rosas a las que habitan el suelo. Y eso fue aquella mujer, reliquia de mi querer... Y esto señores, no es cuento lo digo como lo siento pues solo al pensar en ella veo fulgurar una estrella sobre el azul firmamento; que al parpadear sumisa me envía gentil sonrisa

Lo anterior está escrito en la mitad inferior de un parte de enfermería.

Lo que sigue no es continuación de esto.


280

pero tienes que volver a ser aquella, Isabel a quién yo tanto quería.

ELOISA

Por ella, cuanto me exijas, ¿no comprendes mi dolor?, por el amor de mi hija haré cuanto pidas, yo... ¿Por qué inventaste patrañas de tan odiable cinismo? hay que tener mucha maña para engañarse a sí mismo. Pero alguien nos espía. (Se abre la puerta de la derecha, y aparecen Don José, Dª Teresa y Luisita). Son mis padres y precisa, para que reine alegría que algún tiempo ignore Luisa que eres tú la amante mía.

ª TERESA

Isabel dame un abrazo... y que no rompa este lazo ni las iras del señor (A Luisa cogiéndola de ambas manos). ¡Hija mía! Ve a sus brazos que esa es tu madre y no yo.

(Le abraza efusivamente).

Telón Lo anterior va escrito en una hoja de medicación diaria, por una

cara; por la otra van unos versos. En principio esta hoja no parece corresponder a la obra que en que está por ser la única de las hojas que no se corresponde con las anteriores; pero el contenido parece ser de ella y por eso lo he colocado aquí.


281

SANJURJO


282


283

De la presente obra solo tengo dos hojas (números 2 y 3), su título será de Sin3-San Jurjo. La hoja nº 1 es la presentación de la obra y título; que por

ello se ignora.

.

“ En escena Navarro y Sanjurjo, con varios soldados, clases, jefes y oficiales”.

Escena I

NAVARRO

(A San Jurjo). ¿Copió usted mi nueva arenga?

SANJURJO Si V.E. quiere verla le diré a Sánchez que venga y el mismo puede leerla.

NAVARRO Es que mucho me precisa en verdad que es elocuente; y aunque la escribí con prisa me suena divinamente.

SANJURJO Más discursos .... amiguito, mira que es cosa perdida yo aquí ni hablo, ni grito. Hasta que sane mi herida que con bien poca fortuna entre en fuego, noche azul, mira chico, sino hay luna nos cazan esos zulús; pues tropecé con un muerto y el caballo dio tal bote que casi, casi no acierto a llegar jamás al puerto; pues emprendió tal carrera que si no encuentro un soldado a estas horas no he parado


284

de recorrer la ancha esfera.

NAVARRO ¿Y hay noticias del ataque, que Ad-El-Krim nos quiere dar?

SANJURJO Solo de que el almanaque ahora anuncia tempestad. Y que el moro está que trina por que teme a la marina más que al mono planear.

NAVARRO

Guarda chistes y confiesa que hay mieditis general más sabed que de esta empresa victorioso no regresa ni tampoco un oficial.

SANJURJO ¿Pues que teméis? En la guerra todo puede fracasar que cuando el moro se aferra no hay quien lo eche de su tierra pues la guerra le da el pan. Cuantos mueren satisfechos y se cercenan los pechos cuando a las kabilas van; son valientes, son tan fieros como los viejos guerreros que Cortés llegó a embarcar y que cantando a la luna le dieron a Moztezuma lo que no podía esperar.

NAVARRO De historia: Sobresaliente pero por Dios, San Jurjito no seas tan impertinente como lo fue Joaquinito Rodajas, se entiende, tú, pues juro por mi salud


285

que me estás volviendo burro y quiero ver si discurro el modo de convencerte de que no temas la muerte en la presente campaña tiene más burros España que piedras el continente.

SANJURJO Tu filosofía apabulla. Oye chico ¿Pero es tuya esa pintura tan linda es de un tío que hace aleluyas y las canjea por guindas.

NAVARRO ¿Un moro?

SANJURJO quia, un castellano que viste de mahometano y engaña a las moras bellas


286


287

Re-Cuerdos


288


289

Los presentes poemas están escritos en Ciempozuelos, durante la etapa en que estuvo ingresado en ese centro, al no permitirle escribir, debido a su ya avanzado mal mental, están escritos en un dietario médico. Aquí comienza el martes 11 de julio, en la página 203 del mencionado dietario, con acotación de su mano en el lateral izquierdo nº 10, lo cual implica que faltan a estos las 9 primeras hojas después de haber comenzado. Faltan las páginas del 239 al 242, 217 al 222, 255 al 258, 279 y 280, 357 y 358; . Sin embargo ya faltaban cuando él comenzó a escribirse, pues al parecer recogió el dietario que estaría tirado faltándole estas hojas.

Donde he creído que faltan alguna o algunas páginas ya lo menciono.


290


291

donde la poesía rebosa en las noches esplendentes, cuando en los patios, las fuentes elevan una elegía, y recuerdan las grandezas de la bella Andalucía; donde hay claveles rojos, y las hembras con los ojos derraman luz y alegría... Aquella es la patria mía, y la de Boabdil el Chico. Allí hay filantropía que es la tierra de Gallito (1).

1) Con la antítesis entre concepto “filantropía” y el prosopónimo del torero “Gallito”, Luis Espinosa revela la esencia paradógica de la españolidad y el patriotismo español.

Pero Granada, Granada... Escuchar esta poesía que se me escapa del alma, al reposar en mis labios sin agravios, cual un hada pone el tinte de ¡Granada! Granada, ciudad cantada, por agarenos poetas, no hay ciudad como Granada, perfumada por violetas, para las hembras de rumbas, para los hombres de brío, pues llegan de tumbo en tumbo a ser esclavos del río. Y en el Darro o el Genil. En las mañanas de abril; llenos de sol y de barro unos cantan el Genil y otros admiran el Darro. Y en su linfa (2) de cristal, los rostros de mis amores se semejan a las flores de un exótico jardín, que de violetas y rosas......... muy blancas o de pasión,


292

que nacen y crecen solas, forman con las amapolas un ardiente corazón.

2) El vocablo “linfa” suele ser siempre un “pluralia tontum”; es decir, “las linfas” y no “la linfa”.

Que en la Alhambra, yo nací, y canté su poderío y allí mismo conocí la flor color carmesí mirándose en claro río. Allí copié la belleza de aquel paisaje tan rico. Y allí sentí la pereza que me brindaba su alteza, su alteza Bobdil el Chico. Digno de alabanza, altivo como mi Alhambra dorada por ella tan solo vivo, en la ciudad que describo y que le llamé Granada. Nadie cantó lo sublime que encierra mi tierra llana que del enojo redime. ¡Ay mi tierra mahometana! El que a su vera se arrime siente de la sangre mora esa llama que devora las fibras del alma mía. ¡Oh! Mi tierra redentora, tierra en que Dios nacería o por lo menos Mahoma que cual nevada paloma, llena de dulce armonía por ancha ojiva se asoma al brillar la luz del día.


293

Soneto

La ensanchaba el caballero. Que cual divino cordero. Tu, reinas sobre la tierra: Y sobre azul y ancho cielo. Tu eres la piedad, el consuelo de los humildes que gimen. Y tus virtudes redimen de las miserias del suelo. Goza pues, como los justos, de las grandezas del cielo; y en tu corazón augusto, recoge madre mis duelos, para gozar de los gustos que Dios vierte sobre el suelo (3).

3) “Fabricar” sonetos octosilábicos se inició con el moviendo modernista.


294

Receta de un mata-sanos Dice un doctor de la China que visita en Ciempozuelos, que daña la nicotina y él se fuma hasta los dedos. Y nos prohibió con gran tino el tabaco filipino, el habano y el gener diciendo que era más fino fumar las recetas de él. Y no le falta razón a doctor tan especial........ claro es que esta opinión tampoco es original. Pues a médico tan tal.. se le tiene que poner en el pabellón Central este rótulo genial que tenemos que aprender. Pero del tema me alejo, miraos en este espejo y al vislumbrar esta frente saber que yo inútilmente soñaba en llegar a viejo.

El poeta murió con 32 años, poco después de escribir estos versos.


295

La muerte ¿Qué es la muerte?, pregunta una vieja fatuta, torpe, fea, tullida y sin pelo ni vista que fue en sus mocedades prostituta después de haber servido de modista. Y un muchacho jovenzuelo que tachaban de guapo, una tarde en la casa de aquesta Celestina, le soltó con destreza y con finura el trapo, a la bruja del caso, en la amable cocina: La muerte gran señora ¡la muerte –es solo el paso que da la humanidad, de la luz a la sombra; la gloria según dicen tiene alas de raso. ¿Y la muerte? -inquirió la fatuta Celestina-. ¡La muerte! Es el silencio; ¡oh, bruja! que declina, en forma indefinida, al llegar al ocaso.


296

Zamora

A Campoamor tu nombre me recuerda, la noche que viajaba en tren expreso, y a la Infanta más bella de la Cerda, que al poeta inspiró dándole un beso. Aquel fue de mi vida el gran suceso, pues desdoblando mi manta de viaje, yo cubrí aquel cuerpo, cuyo traje calentaba el aliento de otro beso. Y de amores le habló el alma mía cansada de sufrir más desengaños pero ingrata la Infanta respondía....: necesito reposo, muchos años. La sangre de mis venas casi ardía y la miré sumiso y desdeñoso también,- yo respondí- el alma mía necesita, señora, algún reposo. Pero escuchar mi voz y mi quebranto y antes de que el tren llegue a Zamora, oír lucero mío, este canto que al admirarla, se me ocurre ahora. Zamora, ciudad dormida por el aroma del viento, me pareces una herida paloma a mi pensamiento Zamora, tierra bendita por tus montes y tus guindas por tus mujeres bonitas y por sus caritas lindas. Zamora, pueblo agareno que de gloria está colmado tu cielo azul y sereno cuántas veces lo he cantado.


297

Y de tu campo los pinos. Y de tu jardín las flores, bajo tu cielo divino se arrullan los ruiseñores. Zamora, Zamora mía, pueden tu cielo envidiar. Recibe tú esta poesía que ahora acabo de inspirar. .......................................... Y usted señora sin pena, ni angustia, ni pesar haga de mí un alma buena aún mejor que este cantar porque la vida esta llena de amargura y soledad.

La medicina

La medicina es la ciencia más empírica y compleja hay doctores sin conciencia que nos quitan la pelleja. Y el que este centro visita con orgullo y poca ciencia se cree que es una eminencia y no hay Dios que lo resista.

Un hijo

Un hijo diome el destino, un hijo, palabra grave: pues un hijo es cual la nave que si lleva buen marino se desliza siempre suave mofándose del destino,


298

Este poema parece continuación de otra parte, que no he localizado, y que parece corresponder a José Rizal y la revolución filipina.

del huracán, de las olas; la inspiración de Arolas que era un vate peregrino, quisiera poseer, quisiera que mi voz Señor subiera hasta ese azul firmamento y que mi amor ofreciera a todo el mundo contento. Gloria, pues, al que la vida joven , risueña y galana, entregó esta mañana sin quejarse de la herida que de manera afrentosa recibió sobre la fosa que duerme la especie humana. ¡Gloria! Sí, a la arrogancia de Rizal y al noble modo con que se burló de todo cuanto le estorbó en la tierra sin revolcarse en el lodo ni en los convenios de guerra. Y al hacer punto a mi canto yo le digo ¡Santo, .... Santo! Cual la paloma torcaz tu caíste bajo el manto que al alma la envuelve en paz. Goza pues en compañía, de otro yo, en lo profundo mientras yo pido a María que goces de la alegría que no viste sobre el mundo.


299

Un soneto

(A una desconocida).

Para encender la noche sin el fuego que derraman las niñas de tus ojos; bebo la lumbre de tus labios rojos y en tu alma me oculto sin sosiego. De todo cuanto miro yo reniego y a nadie más que a ti van mis enojos lo mismo odio a los hombres que a los piojos si presumen de doctos siendo legos. Que es la vida una bola de colores que a una naranja se asemeja mucho. Ya dijo un sabio que sin un cartucho sin un fusil, ni hombres, ni favores; con un punto de apoyo en lo profundo sin resistencia levantaba el mundo.


300

Canto (Da la sensación de estar incompleto, en sus comienzos o corresponder a

otro poema).

Como el alma que habita en mi honda entraña y que mis cantos a los cielos lleva rogándote que veles por España. Qué es la tierra en que Dios, enamorado eligió para hacer feliz historia haciendo que volviera lo pasado para adornar lo humano con su gloria. Por tí ¡Oh Santo! Fundador Sagrado de la orden divina cuya nueva tantos santos al cielo le ha brindado ya de un palacio o de humilde cueva. Con humildad y cariño incontrastable, permíteme alabar tu ciencia infusa, tesoro de la gloria inagotable que tu grandeza siempre nos acusa. Gloria, a tu voz sonora y cadenciosa. Gloria a tu plectro, que al que llora y canta y que sea tu semilla milagrosa ya que todo tu mano lo levanta dejando limpia la hedionda fosa; pues Dios te dio el poder del Sol ardiente y es ¡ay! tu virtud tan poderosa, cual será la de Dios eternamente.

Rubricado : Hoy 12 de febrero de 1.921


301

Pecadora

Este drama fue real, fue de mi vida un trozo del dolor dulce y ferviente que a mí me brinda la perenne herida pues sangrará sin duelo eternamente. Una pasión volcánica y vehemente, y unos ojos azules como el mar me echaron del arroyo en la corriente y desde entonces empecé a soñar. Soñé que junto a mí se levantaba la imagen de tu cuerpo, y blanca mano, mi cuello con dulzura acariciaba diciéndome con gozo soberano levántate amor mío, te lo manda aquel que te adoró y fue tu hermano y al verlo muerto, exclamaste. ¡anda! y le ofreciste tu piadosa mano.

Rubricado: año 1923.

Soneto A ………..

La vi una alegre tarde, como quién sueña, entre música, aroma, luces y flores; y de verla tan sólo se hizo la dueña del tesoro ignorado de mis amores. Ella no sabrá nunca que yo la adoro, ni me verá en la vida, no quiero verla, yo guardo mi cariño como un tesoro, no quiero que me quiera, quiero quererla. Por qué tú indiferente conmigo eres y eso que estoy pendiente de tu respiro dime dueña querida, si me prefieres o si es miedo sólo lo que te inspiro y que si me respondes que no me quieres lo tengo decidido me pego un tiro.


302

A ellas (Soneto jeroglífico)

Antes de haber nacido a la vida de ahora tu eras una Chispera del clásico Avapiés; que con una sonrisa retadora contuvo las audacias de un oficial francés. Pues aquel era yo, pese a la altiva inquietud de tu sexo femenino; pues ya no olvidaré, yo mientras viva, los abrojos que hallé por tu camino. Lejos estamos, y la suerte ingrata se mofa de mi duda y mis pesares; por besar otros labios de escarlata crucé contento los extensos mares y hallé un amor que me produjo flores al saber el final, de tus amores.

Mi barca Tengo yo un barco velero que navega en alta mar él es mi patria, y lo quiero por que en él olvido el fuero del mundo que llegué a odiar. ¡Oh! Mi barco, el mundo entero va conmigo al embarcar, por que mi barco velero navega como el primero y no naufraga jamás; que en él va de timonero Dios en Jesús y en Jehová; y siempre, siempre se burla de las iras de Satán.....


303

¡Ay! Mi barco, yo lo quiero por que en él, si un día muero al cielo me llevará............... pues sin saberlo navego siempre en pos de un ideal. ¡Ay! Mi barquillo, lo quiero, y no lo puedo olvidar. Que mi barco es mensajero de Dios en la inmensidad. Corre barquillo ligero y no naufragues jamás; corre barco, porque quiero otro planeta habitar los seres que aquí he tratado, ¡no me quieren respetar!.... ¡Aplástalos tú barquillo! Y corre, corre alcanzar esa gloria que el humano hoy desprecia sin pensar que los siglos que pasaron nunca, nunca volverán y llévame tú volando por los aires que ahora vas, hacia la costa bendita que todos mis sueños van; y verás cómo cruzamos otros mundos y otro mar, más azul y más violento que es el manso firmamento donde mis padres están.

Ciempozuelos: Casa del Zar: Febrero, 1923.


304

Soneto

( a José de Espronceda en Teresa y ..... CC). De una hembra adoraste la belleza, en sus ojos de mora arrepentida, y cantaste en versos la majeza de su boca al besar, tan roja herida. Tus cantos dieron bienestar y vida a los sueños que hirieron su cabeza pues contemplaba su ilusión perdida ya que su dicha al conocerme empieza. ¡Ay, Claudia! Entre tus brazos recostado siento a la vida apaciguar mis males, y me anima un placer tan refinado que sólo van a ti mis madrigales y al probar de tu cuerpo lo sublime en mi pecho se clavan cien puñales y el corazón de gozo se comprime pues aliviaste tú, siempre indulgente el mal que oscureció mi augusta frente.


305

A Ávila

Evocas del pasado dulcemente lo que la pluma al alabarte expresa, tierra que dora el sol resplandeciente por conservar el corazón latente de una ilustre doctora de la iglesia. Que su ciencia y su saber domina la región más extensa de la tierra y su fervor sagrado ilumina lo mismo el llano que la agreste sierra. ¡Oh! Sublime doctora, tus endechas realizan la virtud de tu alma pura, y todas las doctrinas van derechas a eclipsar el que canta tu hermosura. Recibe el para-bien de este trovero que canta tu pureza y santidad y que sea mi canto mensajero de tu ciencia por una eternidad.

Rubrica: José L. De Espronceda.


306

¡……!

Dicen que conquistó cierta sultana que fulgía cual la luz de la mañana, y dicen que la amó con pasión loca y un beso eterno escupió en su boca que la dejó sin pulso y sin latido después de haberla, por su bien, perdido. Para cantar la mágica belleza que te llena de pies a la cabeza.

A D. José Manuel Quintana Ni el sol que alegra la gentil mañana ni la alondra que canta sus amores te pueden envidiar, ¡Oh, gran Quintana! Que tus cantos remedan los pastores. A la luna canté, cuando creía que era la cara de mi musa hermana y a Grilo sin piedad lo maldecía como maldigo a la especie humana. Ya no busco remedio a tantos males y siempre sigo por mi senda erguido, y cuando miro trágicos puñales me creo más blanco que el helado polo. Qué enterré yo hace tiempo mi alma loca y hoy, a la luz que esplende Leda, abro de par en par mi ardiente boca y me llamo el perínclito Espronceda.

Rubricado : Cien-Pozuelos 10 de febrero de 1923.


307

A Alfonso XIII

(En D. José de Espronceda y Luis Espinosa). Poeta cual aquel rey trovador compone madrigales a modistas, y le hace a las chulas el amor y siempre triunfa en su genial conquista; no quién su corazón resista, ni quién su voz desdeñe, es tan constante que con poco o nada que él insista se le pone la hembra rozagante.

NOTA: del mismo modo trataba Unamuno a Alfonso XIII en sus Sonetos de

Fuerteventura, así como al dictador Miguel Primo de Rivera, Marqués de Estella.

A Josafat

Un canto que se eleve al infinito para pedirle a Dios gracia y contento y que tú de mis dichas seas el rito, que enaltezca en la tierra el pensamiento. No es esto una elegía, que te cuento el sincero sentir del alma mía y no hay hombre, ni lira, ni poesía que nunca exprese lo que al verte siento. Recobré la bondad del poderoso que me cedió la gracia de su alma, del cielo ya surqué lo misterioso cuando en la tierra me agité sin calma. Pero tengo un consuelo, porque fío en mirarme en tu rostro, Padre mío.


308

A una doncella Era cierta doncella, núbil, pura, como las aguas del arroyo manso donde lleva el destino o natura los coloquios tiernísimos del ganso. Y una tarde que mecía su pluma en el arroyo claro y cristalino el cielo se llenó de densa bruma y maldijo la gansa su destino. Pero un ganso, travieso, enamorado como el D. Juan que concibió Zorrilla la abordó y le dijo atolondrado adónde navegáis mi tortolilla y ella con voz muy suave le repuso a oír los gorgoritos de Caruso.


309

A la comunidad de San Juan de Dios

Que es de la tierra, el fruto más sabroso, pues rinde gracia su misión cristiana que fundola un santo muy piadoso para salvar la tierra castellana. Que de Cristo esta Orden soberana recibe bendiciones diariamente y en ella está, de la colmena humana, la juventud que estudia y es creyente. Bendigamos misión tan redentora que al hombre muestra su deber terreno pues las desgracias de lo ajeno llora y siempre alaba la virtud del bueno. Gloria a la Orden que el ejemplo muestra, pues del saber divino vive solo, pudiéramos llamarla gran maestra por que a ella inspira, el fulgor de Apolo. Recibe este elogio que te envía el que adora y venera tu virtud y que brilles igual que brilla el día que el orbe canta cuando quieres tú.

El envío

Recibe mi saludo colectivo, y a tus hijos bendice, santo amado, que cuando ésta, en soledad te escribo, en ti mi pensamiento se ha posado y cual gentil y frágil mariposa que las delicias del vergel apura he pensado en tu orden religiosa que brilla cual la luna blanca y pura que ilumina mi numen y mi mente y a la manchega llanura en la noche serena y sonriente.


310

Soy español

Luzco del mundo en la gentil pavana junto al regio tahalí de mi tizona una cruz escarlata que os abona mi abolengo de estirpe castellana. Llevo en los hombros ferregüelo grana guío el bigote a usanza borgoñona y mi blanca gorguera se almidona bajo mi crespa cabellera cana. Tengo cien lanzas combatiendo en Flandes quinientas en las faldas de los Andes, calderas y pendón, horca y cuchillo un fraile confesor de la Condesa dos condados en tierra montañesa (3) cien corceles, diez pajes y un castillo.

Rubricado: Enrique L. Alarcón 3) Santander es la provincia española con más aristócratas por km2.


311

A Teresa

No es el poeta el que pulsa airoso la excelsa lira que otorgole Apolo que hoy con aire ferviente y amoroso hablarte va de Religión tan solo. Yo de Dios los misterios infinitos llegué a descifrar penosamente y al exhalar de duelo agudos gritos nadie calmó el delirio de mi mente. Hijo soy del Poder Omnipotente, poseo la esencia de la Virgen pura; y elevo el corazón como el creyente que camina sin luz en noche oscura. No me arredran las fieras, que mi mano posee la magia del sublime hombre; y aunque reniego del poder humano cuando se apagué el Sol, sobre mi nombre. Que allí lejos me espera, no ya el arte que adoré con pasión firme y artera, sino la luz crepuscular de Marte que brilla como el sol en primavera. Allí quiero llegar; allí he soñado que habrá otros seres, que con voz mimosa, alaben la sonata que ha cantado tu doncel esta noche misteriosa. Y cuando suene en tu oído, cuenta del cielo las estrellas, una a una, y verás que tu faz de brillo aumenta pues es del cielo la doliente luna.


312

A Manila (Patria de José Espronceda en Luis José Espinosa).

Allá, tras de los hondos e insondables mares, arrogante y airosa se levanta y la miré orgulloso, y mil cantares le entonó con ternura mi garganta. Aún su recuerdo mágico me encanta y aunque el mundo me dio tantos pesares; gozaría al volver, pues no me espanta del destino las iras y los males. Que filipino fui, y con destreza pregoné por el mundo mi nobleza, mi origen, mi blasón de caballero lo pregonaba altivo en campo raso y luego cabalgando en mi Pegaso soñaba en conquistar el mundo entero.

Rubricado: L. Espinosa.

Soy español (A Boabdil).

Luzco del mundo en la gentil tarasa junto al recio tahalías de mi tizona una cruz escarlata que os pregona mi abolengo de casa mahometana. Llevo en los hombros charreteras grana guío el mostacho a usanza de persona y mi negra gorguera se atizona bajo mi blanca cabellera cana. Tengo cien lanzas combatiendo en Flandes quinientas en los picos de los Andes, calderas y pendón, horca y cuchillo un fraile confesor de la Marquesa mil castillos en tierra cordobesa diez corceles, cien pajes y un cuchillo.

Esta poesía es casi igual a otra que se encuentra unas páginas antes.


313

A la fiesta nacional (Por José L. De Exda).

Anhelando eclipsar astros del ruedo y al demostrar altivo que soy moro sin presumir de arrojo; mas sin miedo yo quiero lancear un noble toro. Que de Cúchares siento la destreza y la arrogancia chula de Faico; pues oculto en mi alma la majeza de S.R.M. “Boabdil el Chico”. Y ansío que en la plaza los mantones den esplendor a la mujer bonita y que sientan muy hondas sensaciones cuando “Dulzinas” al berrendo pica.... Que en la fiesta castiza y española latan los pechos sin quietud, ni calma de la castiza y clásica “manola” que ve en ruedo gallear su alma. Que al torear de capa, con gran maestría o al dar un volapie por la derecho que Joselito, muestra su valentía dando con la muleta, pases de pecho. Que con arrojo y tino las banderillas al bicho ponga en faena el gran torero; mientras le dan un ¡olé!, las modistillas que bailo en la “Bombilla” con gran salero. Y al coger los trastos para la muerte diga un brindis de chispa, con gracia loca, y que cuando arrogante haga una suerte que le griten ¡bonito! Todas las bocas. Y al final de la fiesta, por su faena que lo saquen en hombros cuatro mocetes mientras que una chiquilla de faz morena se ríe de los requiebros de dos cadetes.

Rubricado: Joselito.


314

Soneto (Sin la letra a).

Por tus pies diminutos, pierdo yo el tino, me enloquece tu cuerpo por ser pequeño, tus ojos me producen íntimo sueño, y como tú me olvides, loco termino. Quererte sin recelos, es mi destino tu recuerdo me sigue, contigo sueño, y es sólo mi deseo poder ser dueño de ese rostro hechicero, bello y divino. Pero tú, indiferente conmigo eres, y eso que estoy pendiente de tu respiro, dime dueño querido si me prefieres, o si es miedo solo lo que te inspiro, porque si me respondes que no me quieres, lo tengo decidido, me pego un tiro.

Este poema fue copiado de su composición de la Lira Manchega, compuesto en sus años de juventud, al no haber sido publicado el libro.

Patria

¡Patria! Es emblema del amor ferviente que el hombre guarda de su tierra amada y al evocar aquella, el alma siente de amor y de nobleza coronada. ¡Patria! Palabra dulce y reverente que encierra todo con unción sagrada. ¡Patria! Palabra que los labios del valiente pronuncia siempre al empuñar la espada. ¡Patria! Tierra de promisión, tierra bendita por héroes de otro tiempo. Si Padilla, si Bravo y Maldonado de Castilla hoy contemplaran la extensión finita habían de exclamar: Dios sea loado, que si grande fue ésta en el pasado, ahora se yergue majestuosamente que el ígneo sol caliente la tierra que Cervantes ha cantado.

Rubricado: Luis Espinosa.


315

Canto a Sevilla (Por Luis Espinosa).

¡Sevilla! Para cantarte pulsaré mi humilde lira. ¡Sevilla! Ciudad del arte, como poder confesarte lo que este vate te admira. ¡Sevilla! Ciudad encantada por sublime hechicería, tierra de la gracia loca corazón de Andalucía, tu vives, ¡ay! coronada de luz, amor y poesía. De tus jardines la esencia aspiro de gozo lleno tu posees todo lo bueno que reclama la existencia, pues de tu rostro moreno el sol copia sus reflejos pues tu espíritu sereno simula el claro espejo donde se miran las flores de tu divina sonrisa y cantan los surtidores del “Parque de María Luisa”. ¡Sevilla! ¡Sevilla! Tierra de las flores y la gracia loca tierra de cantores pues hay ruiseñores que cantan y tocan y de suave modo se escapan las notas dejando dulzura o místico lloro.


316

¡Sevilla! Sublime tierra que yo adoro todo lo describe tu “Torre del Oro”; tu “Alcázar” divino y tus patios moros y tu “Catedral” que árabe es en todo como son las hembras que canto y adoro, que las agarenas son todas morenas como el patrio suelo que nos brinda rosas de color del cielo y claveles dobles de ideal terciopelo. ¡Sevilla! ¡Sevilla! Tierra de la salsa y de los requiebros en ti cual las flores nacen los toreros. ¡Sevilla! Te adoro por que a tus mujeres les gustan los toros y en ti hallé placeres. ¡Sevilla bendita! ¡Sevilla adorable! oye esta coplilla que voy a cantarte. Tú tienes aires, Sevilla, de sultana, y tus mujeres son menudas y bonitas como lo son tus claveles. Sevilla hechicera, recibe homenajes de toda la esfera de la gloria misma; pues tú eres la tierra de María Santísima.


317

A Milagro (4)

Tengo una herida en el alma, que me la vas tú a curar, ella me tiene sin calma y creo que me va a matar. Que del cuerpo, toda herida el tiempo llega a curar mas quien la tiene podrida no puede nunca sanar. Pero tu amor y tu cuido, tu cariño y tu virtud; que olvide harán lo sufrido pues me diste la salud. Ya sabe Dios que he vivido con tu eterna juventud.

(Rubricado: Luis Espinosa de los Monteros).

4) Milagro es un sustantivo o nombre común. El prosopónimo es “Milagros”. Aunque al ponerlo en singular el poeta puede que quiera hacer del prosopónimo un nombre

parlante.


318

Canto a Valencia

Por

José Luis Zorrilla y Moral (léase). Luis José Espinosa. Dedicado a las mujeres de esta hermosa y atrayente tierra.

Elegía

(Por Luis Espinosa). ¡Oh, inolvidable Valencia! Tú, eres la cuna del arte, de la belleza, la ciencia por eso anhelo cantarte. ¡Inspírame con tu esencia!, pues sé bien que al alabarte reverdecerá tu suelo, roja flor de terciopelo que fulgura más que Marte. Tú eres estrella en el cielo, pues de España formas parte. ¡Oh! Valencia, tierra altiva no he de olvidar mientras viva la esbeltez de tus mujeres que quién a tu suelo arriba halla ignorados placeres. Tus mujeres son tan rubias como las frecuentes lluvias que refrescan tus trigales dignas son de madrigales del poeta Villaespesa o de que Enrique de Mesa cante en sonetos los ojos de aquella niña traviesa que es frágil, cual la princesa, de un cuento de Benavente, déjame musa que cuente de Valencia el gran pensil y verás como mis cantos suben entre risa y llanto


319

a tu cielo azul y santo esta mañana de Abril. Te arrulla música suave y en los cristales del Turia se reflejan blancas naves y sus arrullos son suaves cuando se mecen las aves en tu agua cristalina donde la pálida luna se sumerge cual ondina que del harén, se hastiara y en tus aguas se bañara dejando el perfume suave y la nitidez de nieve que atesora tu garganta que lo negro de tus ojos hace más blanco y sutil tanto que le causa enojos al cielo del mes de Abril. Valencia, te reverencia mi alma de vate errante si las tristezas que cante te llegan a enternecer pues aunque no soy tu amante sueño ya con tu querer. Déjame, ¡ay! que te cante Cual a una hermosa mujer. Deja Valencia que cante de tus mujeres la faz y que sienta en este instante la tan ansiada paz que cual caballero andante voy buscando sin saber lo que vale tu querer ya que con nobleza y brío te cantó otro galán que se llamaba D. Juan y su apellido es notorio y ahora está en el purgatorio pues con aguda maestría


320

lo asesinó el capitán para vengar a Megía más si juntos ahora están no será la pelea floja pues batiéndose andarán por Dª Ana de Pantoja. ¡Valencia! Ciudad dormida a la sombra de un rosal en ti, Valencia, querida obtuvo victoria y vida Rodrigo Díaz de Vivar, que valiente y decidido y en noche pura y serena le habló de amor al oído a su adorable Jimena que con aire retador como gran conquistador estas frases le decía: Yo soy el Cid Campeador, ámame ¡paloma mía! Y de Valencia un edén, he de formar para ti, y ella besando su sien le dijo: Rodrigo ven, y un beso le dio sin fin. Que soñando ella vivía sin tranquilidad, ni calma esperando el dulce día que la dicha y la alegría se le escaparan del alma. Yo Rodrigo, te quería, y en mi delirio constante siempre mi amor te veía como caballero andante que se bate a sangre fría y siempre queda triunfante. El que te venza tendría, a mí, que vencerme antes por que si antes te aplaudía hoy te quiero como amante.


321

Más dejad ahora que cante tu valor y tu hidalguía que cual caballero andante tu mereces, ¡vida mía! Es D. Rodrigo un galán tan audaz, tan altanero que venció hasta el Don Juan que tenía de truhán lo que no brinda el dinero ¡Ay, Rodrigo Díaz Vivar! no sabes lo que te quiero y por eso este cantar te canto buen caballero. Que en la lid, y en la palestra venciste, y en toda andanza tu habilidad fue maestría censurando a Sancho Panza que en la existencia creía solo en las horas de holganza y refranes concebía teniendo llena la panza. Escudero fue, y sabía escoltar su caballero que mil promesas le hacía de ínsulas y gobiernos más Sancho, que conocía la demencia de Quijano de su chochez se reía yéndose derecho al grano y mil refranes tenía para endiablar a su amo, él que cejar no podía cuando enderezar quería algún entuerto o agravio. Con que Rodrigo este cuento no lo llegues a olvidar que todo cuanto yo siento ..................................

Está sin acabar, ya que falta la página siguiente a ésta.


322

A Santiago de Compostela

Una niebla te envuelve y en tu entraña un aire acuoso se respira acuoso y fuerte; (6) eres cima de ciencia para España aunque es tu cielo triste, cual la muerte. Al cantarte quisiera que mi plectro alabara tus fértiles campiñas y que expresase la ideal morriña que la gaita produce en los desiertos. Campos, que la divina fantasía de tus bardos evocan tristemente poniendo de relieve la ironía de tu mujer sencilla y atrayente. Ansias siento de ver la paz que vierte la ciudad, que en silencio se levanta, tu complexión yo admiro, por lo fuerte, y por docta mi plectro a ti te canta. Y en ocasión más justa y más propicia yo pulsaré mi lira mal cortada y un dulce canto entonará a Galicia que es de la ciencia, la ciudad ignorada.

Rubricado: Luis José Espinosa de los Monteros.

6) Un extraño polipote de “acuoso” que juega como sujeto y predicativo.


323

Al hermano Auspicio (C.C.=L.E.=S.A.)

Transida de dolor el alma mía a tus puertas llamo fervientemente que es muy lenta y muy triste la agonía del corazón que late tristemente. Nadie llega a saber, lo que en mi mente se agita al contemplar tu hermosura y no hay lira, ni pájaro, ni fuente que canten mi dolor, ni mi amargura. Triste de mí, que gimo en mi agonía, y nadie me consuela en mi retiro. El tiempo me robó cuanto quería y cuando atento a tus ojos miro yo me bebo tu aliento y tu respiro y con sed que me mata y me aniquila me arrobo en esa estrella que titila y embellece tu talle de griseta mientras miro a la luna clara y bella envidiar de la tierra a la doncella que enamoré risueña con mis cantos pidiendo a todos los santos que oyeran ¡ay!, mis dolores. Y con rabia robé del Camposanto unas amarillas flores que cubrían el negro manto donde yo he llorado tanto al recordar tus amores.


324

Al aspirante Miguel Lo que prometo cumplo, mis promesas son del sol los reflejos esplendentes por eso enamoré tantas princesas remedando el quejido de las fuentes. Un soneto merecen las fervientes y repetidas quejas que me hizo y si no fue soneto, lo bautizo, con el nombre que estime conveniente. Que yo no soy poeta, está tan claro como el agua en un vaso de cristal y por eso sumiso a usted declaro que servirle tan solo es mi ideal más ahora le expongo sin reparo que Talía, nos sopla por igual.

Al Conde Limpias (7) Fue alcalde de Madrid, luego ministro, y hoy dichoso gobierna todo el mundo mientras yo, mal poeta, a todo enristro y cual Quijano mi tizona enfundo. La lanza no me hace buen servicio y en el desván la dejo abandonada no hay mejor compañero que la espada que convierte el horror en beneficio. Fui caudillo manchego, y mi locura va de oriente a occidente, cual la cota que en el pecho ciñó un galeote. Caballero ideal ¡Triste Figura! de ideas sublimes, pero mano rota que Cervantes llamóle Don Quijote.

7) El Conde Limpias es descendiente de Pedro de Limpias, conquistador español del siglo XVI. Llegó a Venezuela en 1.525, acompañó como baquiano a Alfinger en sus expediciones y con Federmann exploró el Nuevo Reino de Granada (1534). Fundó la ciudad de Tucuyo, y en 1542 el Emperador Conde lo hizo Conde.


325

La muerte - Ego – Sum –

Que fue divino su poder bendito y padeció de sed, hambre y justicia mas como su poder era infinito gozó al parecer dichos y albricias. Con la cruz sobre el hombro caminaba y rendido llegó hasta el suplicio, la sangre en sus sienes salpicaba, y hasta su cruz, el Salvador, bendijo. No hay dolor en el mundo tan violento ni placer más ferviente sobre el suelo que volar del sepulcro, cual el viento, y admirar la majestad del cielo para pedir a Dios Omnipotente que calme ya el dolor que su hijo siente.

Rubricado. Espinosa.

Ego sum

Yo soy aquel que humilde y dolorido bendigo de la vida los quebrantos, aquel soy, que no fui y que ha sufrido aún más que Job, y que infinitos santos. Del cielo la divina luz se asoma a las pupilas de mis ojos yertos mientras siento arrullarse las palomas en los verdes rosales de mi huerto. Esclavo del amor, canto a la vida, sin maldecir el mal que me ha brindado. Y cuando miro mi incurable herida a Dios elevo el corazón cansado pero jamás vencido, ni cobarde pues en mi alma de los cielos arde cual incitante y divina llama la luz que aquél, sobre mi ser derrama*.

* se trata de un soneto con estrambote.


326

- Ecce Homo -

Al pueblo que gritaba ferozmente y que aullaba al igual que los jabatos indiferente le mostró Pilatos al Hijo del poder Omnipotente. No hay pluma que describa, ni que cuente los oprobios que oyó de los ingratos, mostrándose Jesús indiferente a tan dañosos como inicuos tratos. Que del cielo la luz brilló en sus sienes y perdonó contento a los traidores y entre ellos repartió cuantiosos bienes y la esfera pobló de blancas flores y por gozar lo humano o porque quiso creó para su gloria “El Paraíso”.

Rubricado.

A un marino

Un estudiante sin par que en su vida sabrá nada, que es asesor de la armada y de la que se va a armar.


327

Córdoba

Tú evocas a la raza nazarita. Y tus calles estrechas son del moro, y te hace célebre, la sin rival mezquita y los besos del Sol, te pintan de oro. Yo admiré a tu cripta, y en el coro vislumbré tu extensión casi infinita, tus columnas sublimes; y en el coro, una concha que guarda agua bendita. Que tu estilo agareno al alma evoca los tiempos de Boabdil y Aben Humeya, pues te asemejas a una enorme roca bañada por la luz del sol ardiente y a todo extranjero choca que esté en tu seno lo mejor de oriente.

Firmado: Luis Espinosa. 1923. Febrero.

Almería

En ti vive la gracia femenina pues tus mujeres son cual ruiseñores, que alegrarán la vida matutina de los bardos que cantan sus amores. Un ramo excelso de opulentas flores semejan de sus labios las sonrisas; ¡oh! que tiempos aquellos, aún mejores que los floridos de Abelardo y Eloisa. Ciudad morisca que en su seno encierra el cielo más azul que vio la tierra. Y de toreros cuna, bien hallada, clima agradable y sol que el alma abrasa. ¡Oh! qué bella es la vida descansada soñando en el jardín de blanca casa.

Rubricado: Año 1923. Febrero 17.


328

Elvira (Soneto modernista).

Era una margarita, una griseta, una frágil y pequeña figulina* de rosa faz, de porcelana china, era una niña humilde, una violeta. Le adivinó en sus sueños un poeta, como tras de las nubes se adivina el sol de caballera diamantina, y la amó, como Dios ama el asceta. Sólo en sus sueños pudo contemplarla. La adoró con pasión, sin admirarla sin escuchar sus dulces cuchicheos, y una noche la vio, se comprendían y en la penumbra de la rue se hundían envueltos entre gratos galanteos.

NOTA: El presente poema que fue escrito en sus días jóvenes para su Lira Manchega, fue copiado hacia el final de sus días. * Vocablo latino que significa la figurilla hecha de barro, que solía tener fines de culto.


329

Canto a Toledo A la imperial ciudad, cantar anhelo, corte sublime de monarcas era, y allí nació el celebrado “Greco” que se hizo inmortal con su paleta. Cuna es de escritores y poetas, y de guerreros patria inolvidable y en sus calles torcidas y secretas se desprende un misterio impenetrable. ¡Oh! Ciudad embrujada, por la alquimia y por las drogas de Maese- Pedro vejada por los gansos de la rima y ennoblecida por sublimes plectros. Ciudad que besa el frondoso Tajo, tus calles laberintos son de Creta y te evocan los nobles con trabajo mientras cantan tu gloria, tus poetas. ¡Oh Toledo! Tu nombre se agiganta pues tus hijos victoria siempre vieron y en Flandes con arrojo se batieron nobles instantes que mi lira canta. Loor a la tierra que Castilla admira orgullo de poetas y cantores y que en el tajo sin rubor se mira como vergel doblado por sus flores.

Rubricado: Espinosa.


330

Soneto

(A José Bibiano de Guzmán. Sinceramente). Luis José Espinosa.

Tu fuga me causó pena tan honda que lágrimas vertí de sentimiento pues sin dinero para tren ni fonda tu saltaste las tapias del Convento. La carta me mostró el hermano Auspicio que habías escrito sin quietud, ni calma y en ella vi vertido el sacrificio que hoy acongoja tu sublime alma. No te importe que el bien vuele a otra parte tu sé valiente hasta vencer a Marte, no te aflija jamás lloro ni pena que esta vida es igual que una cadena pues donde va la soga va el caldero, ríete tú del pesar que da dinero.


331

Confucio (- L. E. Moral- ).

Yo ya no soy el que fui pues antaño presumía luciendo el talle gentil cual otro don Luis Megía. Enamorar pretendía de barquera a Emperatriz y cual Quevedo escribía sátiras a mi nariz. Más convencido ya estoy de que el tiempo raudo vuela. ¿Quién iba a creer que un chucho me iba a tomar por su abuela? De la vida estoy cansado entre tanto “bicho” sucio que de todo me han tratado y una vez desesperado me dije: ¿seré Confucio?

A mi madre María

Para darte una prueba del cariño que te tiene mi alma atormentada, al recordarte lloro como un niño y las lágrimas corren por mi cara. Esta emoción tan íntima me agobia pues la vida se esfuma inútilmente pues ninguna ilusión va en mi memoria sino un pesar que me atosiga siempre. A ti acudo, madre, miedo siento al no poder vivir jamás contento. ¡Qué horrible pesadilla me enajena! Yo ansiaría mejor una cadena, pues el dolor me mata, y el tormento de esperar lo que sé que nunca llega.

Rubricado : año 1923. Febrero 23.


332

Soneto

Jehovah, Zeux, Jesús, ígneo tridente magna constelación, triángulo inscrito en el cero que abarca lo infinito pon un crisma de luz en cada frente. La humanidad bosteza indiferente hollando el lirio de la fe marchito, ni áurea leyenda, ni sagrado mito surgen ya como antaño del oriente. Jehovah, Zeux, Jesús, voz angustiosa ve a perderte en la noche silenciosa no hay un eco en la tierra para ti, bajo el cielo sediento de plegarias yerguen sus cumbres mudas, solitarias el “Gólgota”, el “Olimpo”, el “Sinaí”.

Nota: Síntesis perfecta de las civilizaciones semita, indoeuropea y cristiana.

Soneto

A una ingrata

Precisa resolver, yo más quisiera no haberte ni un instante conocido que arrepentirme de cuanto he sufrido si al fin, mujer vulgar te descubriera. Aún puedes colocarte, dentro o fuera, sepulta mi recuerdo en el olvido o grita con valor, yo te he querido, te quiero y te querré hasta que me muera. No busco un ser en el obrar incierto busco un alma de temple y decidida, en un corazón viril y descubierto. Vale más renunciar a esta partida que ir en salvas de amor por un desierto, la pólvora gastando de la vida.

J.B.A.


333

A León

Inolvidable León a quién antaño Colón y a la par que hoy Castilla legó un nuevo continente pasmando las maravillas de aquellas islas nacientes. ¡Colón! Tu nombre perdura pues te hiciste inmortal y aunque sufriste amarguras nadie te niega la altura que tu llegaste a alcanzar. Gloria al marino eminente que nos legó nuevas tierras y aquella reina esplendente docta, sabia y hechicera que envidiaba el sol naciente pues era Isabel primera. Gloria a Fray Jiménez Marchena que amparó al genial marino y contó a Isabel la escena que le expuso compungido y lleno de angustia y pena por no ser de nadie oído en su patria, ni aún en Génova. Doliéndose del desaire que le dieron los magnates, y Fray Jiménez Marchena con voz cálida y serena pudo aliviar su quebranto prometiéndole al momento exponer su pensamiento a los Reyes de Castilla. Y así terminó este cuento que tanto bien y contento iba a ofrecerle Colón, pues vano no fue su intento por que dio gran incremento


334

a Castilla y a León. Pero muertos ambos reyes mal, muy mal lo atendió el nieto que no accedió ni a las leyes del humano sentimiento. Y lo mismo este monarca imbuido por Sebrest que no tenía mano manca; al igual pagó a Cortés. Qué un día Cortés sumiso al coche real abordó y desde el trasero estribo así a don Carlos le habló: ¿Quién sois? Dijo don Carlos - Soy un hombre, majestad que más tierras le ha legado a su Patrimonio Real. Ni vuestros padres y abuelos pudieron legaron más. ................................................ Y el rey altivo, arrogante, contesto: No le conozco, ya os diré más adelante ... - ¿No os dice nada mi rostro, ni mi voz ...? Recuérdese. Ya que sumiso me postro Señor a sus reales pies, y saber que no soy otro que el soldado Hernán Cortés..... Perdonad, ya más despacio, os recibiré en Palacio pues os pienso socorrer... ........................................... ........................................... Y Cortés, sin replicar, sin responder al de Gante se bajó sin insultar aquel monarca tan grande a quién confesó que había


335

legado un mundo nuevo ... Y así pagó la hidalguía del heroico caballero .... Pero León, yo te canto y mi espíritu se eleva al recordar el encanto que tu catedral encierra. Que al elevarse extasía el sentir de este poeta sublime cristalería. Te adorna, y las veletas del Sol copian los reflejos, y simulan limpio espejo en donde tu sol de hielo cesa tu cristal sutil y de nieve pinta el cielo tus murallas de marfil.

Rubricado: Luis Espinosa de los Monteros.

Burgos Con seriedad de fortaleza eleva tu catedral las torres hacia el cielo y la pinta de blanco cuando nieva, y brilla cual sudario sobre el suelo. La austeridad de tus castillos canta de tu rancia nobleza lo sublime y orgullosa y altiva se levanta la hidalga tradición que te redime. Ciudad de aquel valiente que en la lid patentó tantas veces su valor pues la cuna fue de oro y de marfil que arrulló de sus sueños el mejor. Y al batallar sin tino sin temer ni a las iras del señor la gloria excelsa le otorgó el destino al que fue de guerreros, el mejor.


336

Pepita Melía (A la eminente y bella actriz).

De la escena es la gloria más preclara pues reúne a la par arte y belleza y todo el mundo al contemplar su cara exclama entusiasmado: ¡Qué majeza!, ¡qué cuerpo!, ¡qué mujer!, vale un imperio pues declama mejor que su maestro que en escena es más trinche, y más serio que rezarle a un suicida un Padrenuestro. Olé, ya las artistas, que sin pena alegran los trajines de la escena. Vaya tipo. ¡Redios! Y vaya hechura ¿Es verdad que del Sol tomó su albura?, pues asesinan sus radiantes ojos y simulan sus labios, por lo rojos, del placer la violenta calentura.

A María Ladrón de Guevara

Hay en tus labios una esencia grata que quién la aspira goza intensamente, unas veces cautiva y otras mata al que besa los rizos de tu frente. Su quieres que te adore, y que te cuente la historia del amor, que más quería has de sentir lo que mi alma siente cuando mira en tus ojos mi alegría. ¡Si pudiera ofrecerte! ¿Qué daría por morirme en tus brazos ahora mismo? El alma por gozarte vendería, mi corazón sangrante, cual los ojos de un tigre agonizante ante ti solamente se extasía.

Rubricado. Luis Espinosa

NOTA: El primer verso del segundo terceto es heptasílabo. Parece una costumbre métrica de Luis Espinosa acortar este verso, pues ya lo hemos observado en otros sonetos.


337

Canto a Salamanca Para cantar tu hidalguía y de tus hombres la gloria no hay poeta, ni poesía, ni páginas en la historia que con verdad o con falsía describan tanto heroísmo ni tan ardua valentía. Que de Unamuno el cinismo de poeta modernista, del cielo cayó al abismo y casi se hizo, .... anarquista .... Mas Berganin con gran tiento le quitó hasta el desayuno pues quiero ver el talento de don Miguel de Unamuno. Y que de éste el laconismo lo mira todo lo mismo que el crítico impertinente que sueña ver un abismo en donde únicamente hubo un lago o una fuente y al secarse el manso río quedó señal solamente. Para cantar tu grandeza, tus artes y tu hidalguía se precisa gentileza y mucho más valentía pues el que te ve confiesa que tu porte es de princesa y hechicera fantasía. Tus calles llenas de luna me recuerdan “La Laguna”, tan solitarias y oscuras, tan tristes, tan desoladas por donde transitan curas llevando negros paraguas.* La semejanza, perdona, es tan semejante y clara que no se borrará nunca de mi soñadora alma.


338

Patria de José Espronceda que yo aplaudo y reverencio por que él inspira en silencio mis canciones a Teresa. Suelo también alabado por Fernández Caballero y mucho mejor cantado por una insigne poetisa que con el bardo nombrado su amor podían envidiar, Abelardo y Eloísa: Pues de aquella la sonrisa le inspiró e hizo bordar ya del placer hastiado el estudiante loado don Felix de Montemar. ¡Salamanca! Blanca cuna del trovador, que a la luna canta y ama su pureza. Y desdeña la nobleza y no anhela más fortuna que contemplar una a una las estrellas que en tu cuna derraman fulgor divino y le muestran de la vida la verdad tan conocida: “No pidas mayor fortuna que la que te han concedido, y canta, canta a la luna desde el reino del olvido, pasa desapercibido de cuanto a ti te importuna pues todo lo ya vivido no causa ilusión ninguna. ¡Salamanca! Noble tierra que siempre puso en la guerra soldados diestros, y hacía su Universidad doctores que en arte y filosofía


339

cualquiera de ellos podía disertar con el más sabio; y con respecto a oradores de aquí la esencia brotó y por la tierra extendió como el Sol sus resplandores, las ideas más completas que de madre, patria y rey dieron gloriosos poetas para verterla en la “ley”. ¡Salamanca! Esta canción la guardaba el alma mía, óyela con santa unción pues tu heroico blasón siempre cantó tu hidalguía. Que llegue a ti esta poesía que inspirose en la alegría de mi propio corazón.

* Sobre las calles de Salamanca, Unamuno dirá: “En tus callejas que del sol nos guardan y son cual surcos de tu campo urbano, en tus callejas duermen los amores más fugitivos.

A una ………. Cuando rendido del trajín del día doy reposo a mi cuerpo fatigado vuela mi pensamiento hacia tu lado en alas de su loca fantasía. Yo creí que el tiempo apagaría este fuego en el cual muero abrasado pero no ha sido así, ni te he olvidado ni te podré olvidar, amada mía. Los decretos de Dios son un arcano y es decreto de Dios que yo te quiera ¿quién no cumple un decreto sobrehumano? Tu, me olvidaste ya, decreto era, y no te olvido, no, seré tu hermano y así podré quererte hasta que muera.

NOTA: Soneto con preciosos paralelismos y guíasmos.


340

Canto a Extremadura Para cantar la majestad que encierra la región extremeña, que es mi tierra se necesita inspiración divina o el numen chispeante del gran Rueda, tierra en que nació Espronceda y cortejó a Carolina poetisa sin rival, musa arrogante que en su delirio galante su hermosura peregrina hizo al trovador amante y le expresó enamorado que todo lo había tomado de su faz de terciopelo y al oído cierto día esta confesión le hacía con el pecho lacerado... Nunca creí que amaría a una mujer con locura.. oye,..... Carolina mía esta sentida poesía que tú misma me has dictado. Carolina hay en tu rostro los rayos del sol de agosto. Y tu mirada derrama, de poesía, ardiente llama que a mi corazón abrasa pues tus ojos son la brasa del amor de tus amores; y tus labios rojas flores, y en tus castaños cabellos miro siempre los destellos de los que besan dolientes los dos lados de mi frente y que acaricias, clementes de tus cejas el arquillo formando ¡ay! farolillos tu blonda y suave melena que está de fulgores llena como el sol en las serenas mañanas que hay en Castilla.


341

Tu valle flexible evoca a una celosa agarena cuyo corazón de roca solo rinde una condena cual la que a mí me sofoca. Y tu cuerpo se mimbrea como el junto, junto al río. ¡Cuánto! ¡Cuánto! te desea mi corazón, ¡cielo mío! Cielo de mi alegre suelo, cielo de tierra extremeña que siempre vence y desdeña pues impávida se empeña en que no le asusta el duelo pues por la capa y la espada es la tierra más amada que Dios mira desde el cielo. No enumero, no hay escala al elogiar tu hidalguía de aquel tan llorado Ayala que tanto amó la poesía. Y que con magia y talento vigilado por Arrieta consiguió en un momento justa fama de poeta. Pues de desvelo, en desvelo y de conquista, en conquista escribió un drama efectista que se titula Consuelo. .................................... Con que Carola, previsto está mi destino aquí sino llego a ser ministro es por que soy para ti. Y para la tierra esquiva, que de adorar mientras viva con ardiente frenesí.


342

Extremadura, tu extremo está en que le llames memo aquel que se mofe ahora de la tierra que atesora tantos sabios y cantores, tanta mujer soñadora por que cuando gime o llora su boca fresca y hermosa echa fragancias de rosa que absorben las mismas flores.

Rubricado :Luis Espinosa.

NOTA: Se observa aquí una clara influencia de Juan Meléndez Valdés, sobre todo de sus odas.

………..

Más vale saber que haber pero en casos especiales más vale tener dos reales. Que dejarlos de tener.


343

Me conoce su escudero esto no es…. eso: es bacía y ruego a su señoría que me deje caminar …………………… Como se entiende, sería mi gentileza burlar ése es el yelmo que había en tu cabeza de hallar… que vos sois un caballero que me ha querido embrujar y al retarme solo espero que os quitéis lo que el barbero usa cuando va a afeitar. Con que saber señor mío que la refriega ya empieza y al borde será del río. Mas conste que ese babero no lo cosió ningún sastre quíteselo, pues no quiero cometer ahora un desastre. Mas si mudo a mi mandato os mostráis, por Sancho Panza que si empuño yo la lanza vais a pasar un mal rato. - Señor repuso el barbero. - Te está hablando un caballero que ya probó su poder; dame ese yelmo primero y que te dé mi escudero lo que eso pueda valer, pues yo lo quiero entregar a Caballero tan tino ese yelmo de oro fino y que acabáis de robar. ………………………. Así fue, y así lo quiero o se quita ese sombrero o le arremeto pillastre.


344

(Trozo en solitario, no se sabe si continúa o no). Y con tembloroso tino se despojó el “Barberillo” de aquel cacharro sencillo que don Quijote convino en que por su hechura y brillo era el yelmo de Mambrino. Y con orgullo altanero dijo al burlado barbero: dais prueba de conocer la andante caballería a Mambrino, yo he de ver, y al entregarle tal prenda yo le exigiré que aprenda a quién debe respetar pues lamento la contienda y pronto lo he de retar. Con que seguir vuestra senda, y si dieras con el zote decidle que no se ofenda pues el yelmo está en poder del temido don Quijote ya que en lucha sin rival a vos os llegó a vencer que yo al luchar nunca cejo nunca miro para atrás que os relate el del Espejo lo que el del Verde gabán por no escuchar un consejo la herida que en el pellejo mi lanza le hizo al entrar y es que era la vez primera que en la llanura manchega entraba yo a pelear.*

Rubricado. * Se trata de la aventura en que Sansón Carrasco (bachiller del mismo pueblo que

Don Quijote) se disfrazó de Caballero de los Espejos para enfrentarse a Don Quijote. Pero a punto estuvo de no llegar a ser licenciado.


345

Canto a Asturias Asturias, ¡ay! Tu montaña dice bien lo que es España y a todo extranjero hechiza tanta semejanza a Suiza, no ya por tu exuberancia sino en la heroica liza que envidió la docta Francia, que al español analiza con ridiculez injusta por que creo le disgusta nuestro magnífico idioma y hace convenios con Roma pero al ir a extraña tierra todo italiano se encierra en que la liga es de goma y se mofa lindamente de la consabida entente poniendo no sin tardanza toda ilusión y esperanza sin miedo de clase alguna* ........................................ ........................................ ........................................

* Acaso se refiera el poeta al rechazo que hizo el reino de Asturias –Cuna de España- a la escritura carolingia.

……………………. ……………………. ……………………. Y se llamó don Quijote y si no tomó revancha fue más sabio ciertamente pues murió muy cuerdamente en un lugar de la Mancha. Pero de Asturias, me alejo más no de cantar yo dejo sus sierras tan empinadas donde aparecen nevadas


346

verdes sierras, donde el sol pinta con su....................... .........................................

NOTA: Los espacios corresponden a la falta de falta ½ hoja.

Y sigue el “Canto a Asturias” Y es que tu ambiente es salud y mi alma reverencia de tus vergeles la esencia y de tu paz la virtud. No enumero lo mejor al elogiar tu hidalguía pues Ramón de Campoamor amó más que a la poesía siendo del rimo doctor y cantar con picardía en doloras el amor y no vislumbró la sierra pues de Voltaire sentía el influjo y sus poesías todas son de musa sana como que en verso escribía la doctrina volteriana y en pocos versos decía lo que otros con musa infiel dicen del fresco vergel con triste monotonía y Campoamor comprendía que para cantar amores otros poetillas había que solo son ruiseñores pues cantan la hechicería de sus perdidos amores.

Nota: Es posible que el Canto a Asturias, pensara continuarlo, ya que figura sin firmar, cosa que ya era habitual cuando por estás páginas escribía.


347

A tus cabellos

(Madrigal). Tus cabellos abundosos son tan finos, son tan bellos que yo adoro a tus cabellos perfumados y sedosos. Y quisiera flor de olvido que entre sus limpios destellos mis besos hallaran nido. Déjame besar en ellos. Sé buena, tanto he luchado, que herido llego a tu lado Cabe la posibilidad de que aquí vaya un verso. cúrame, que aún vida queda y hazme una cota de maya cuando a mi guerra me vaya con tus cabellos de seda.

A Carlos Vázquez

Del arte es gloria su pincel de oro y de manchega estirpe su paleta antaño hizo un retrato de un rey moro y otro magno después del rey poeta. Luego evocó la imagen de un profeta y su mano maestra, sabiamente dióle al rostro un tinte de violeta que lo hizo genial eternamente. La inspiración anima su semblante mil cuadros concibió todos geniales .................................................

Faltan la página o páginas que siguen.


348

Soneto

Aborrezco la voz de ese canalla y de la plebe el rugido fiero que un nombre de mujer mi labio calla por que al nombrarla de dolor me muero. Aún ignoro si la adoro o si la quiero, pues mi pesar maldito me avasalla, pues si evoco su amor me desespero, pues en mi pecho el rencor con ira estalla. Fui siempre en pos de la desdicha, y muerta viví la vida en flor sin aureas galas con rabia entonces me grite: ¡despierta! mas cuando quise desplegar las alas una voz me decía: ya no escalas de la alta gloria las doradas puertas.


349

A Julia

Recordé yo sin ventura tus ojos y tu figura de este soñador que está siempre evocando los días en que a mi lado dichosa la Virgen me parecías envuelta en tules de rosa. ¡Ay, Julia! Yo te quería y al verte inquieta sufría pues era tan cruel la herida que ocultaba el alma mía que me asustaba la vida y cuanto adoré en el suelo pues mi pasión vi maltrecha cuando se nubló mi aurora pues tu me hundiste la flecha más criminal y traidora para después gozar juntos el amor que reverencia esa tan sublime esencia que tu boquita derrama tú y yo vivimos el drama más bello de la existencia.

Rubricado: Luis José Espinosa.1923. Febrero 12

Rubricado.

.


350

En el baile Del vals, en el revuelto torbellino ayer la volví a hallar en mi camino, la que fue mi ilusión, la deseada, la reina en mis canciones evocada. De un cadencioso vals, a la armonía que la orquesta del baile preludiaba, dichosa sonreía. Un hombre entre sus brazos la estrechaba y ella febril al baile se lanzó en sus brazos apoyada, con lánguida aptitud de enamorada al pasar ante mí, ni aún se fijó en la súplica, envuelta en mi mirada. Después, terminó el vals, yo en un rincón oculto del magnífico salón, la seguí con el alma en la mirada y la vi rodeada de su corte habitual de adoradores, admiré de su cara los primores, vi la risa en sus labios siempre rojos, la alegría del triunfo vi en sus ojos y dije tristemente: me ha olvidado, no se recuerda de mí. Y con el rostro en lágrimas bañado Del baile casi huí de su perfidia ya desengañado.


351

El rosal enfermo Junto al pie del mirlo, donde sentaba cuando me esperaba, había un rosal; un rosal enfermo, que no daba flores pero que adornaba con verdes colores el verde mural. Y detrás del muro está todavía la hermosa terraza adonde tenía mi amada más flores que cualquier jardín, flores tan hermosas, cual rojos claveles y fragantes rosas unas azucenas y un blanco jazmín. Y entre tantas flores fue su preferido aquel rosal triste que a fuerza de cuido le dio nueva vida, le hizo renacer. Y el rosal enfermo pagó sus favores cubriendo la tapia de amarillas flores flores de tristeza, algo de su ser. Mas se fue muy lejos, y dejó mi amante tristeza en las flores, la casa cerrada, con su marcha todo dejo de vivir. ¡Oh! mi bien amada. ¡Oh! mi virgencita por que si a tu vista todo resucita y tu ausencia mata, te ausentas así. El rosal enfermo murió de no verte, tu ausencia, tu olvido le causó la muerte lo mismo, lo mismo me pasa hoy a mí.

Rubricado: L. Espinosa.


352

APÉNDICE


353

Soneto

No son sus negros ojos los que admiro al contemplarla en ilusoria calma. Cuando así me sorprendo es que deliro perdido en los abismos de su alma. No es su talle flexible y arrogante el imán que me atrae y sugestiona, tiene algo para mí más incitante que todo cuanto alabo en su persona. Una sonrisa de sus labios rojos vale más que una vida y más que nada; tan ardiente es el fuego de sus ojos que abrasa al corazón con su mirada y es que en ellos fulguran los antojos de las moras gentiles de Granada.

La vida

La vida es esperar inútilmente algo que nunca a acariciar llegamos es mentida ilusión que en nuestra mente al morir con nosotros enterramos ........................................................... ........................................................... ........................................................... ........................................................... Odios, amor, bondades y egoísmo, todo cuanto en la vida el hombre afana.


354

Soneto

Antes de haber nacido a la vida de ahora eras tú una chispera del clásico Avapiés que con una mirada retadora, contuvo las audacias de un oficial francés. Y una noche de luna clara y brillante en alegre verbena, miré tu rostro y gocé de tus ojos la luz brillante igual que los fulgores del mes de agosto. Luego te hablé de amores con ansia loca y te conté la historia de unos amores dejando al terminar sobre tu boca mi beso más ardiente, que el que las flores envían en las mañanas al rubio Febo; ¡ay mujer! Que su esencia, todavía llevo.

Firmado y rubricado: Luis Espinosa. NOTA: El presente soneto coincide en el primer cuarteto con el de la página 13. Éste es

el primero.

Al Rmo. P. Prior, en el día de su santo

Sin tañer una lira melodiosa más con la humilde devoción que siento le dedico en su día, esta glosa mensajera de dichas y contento. Que Dios vierta en su alma, santa y pura por una eternidad su sacra ciencia y cantan los querubines en la altura el fruto que brindó su inteligencia. Gloria pues a la virtud que ofrece su excelso ministerio a los humanos pues la gloria del justo se merece y esa gloria le otorgan sus hermanos. En este fausto y venturoso día que se elevan hasta el cielo el alma mía para pedir a Dios con dulce llanto que escuche el humilde canto que sube ya, por la región vacía.

Rubricado: L.E.


355

Canto a la raza

Mi musa es española, mi musa no remeda a esas otras de febriles vocecillas de plata es fuerte y es indócil, sin don José de Espronceda yo hubiera escrito un día, la canción del pirata. Yo no canté mimoso madrigales, princesitas tísicas de manos de marfil para esas pobres almas enfermas y axesuales yo tengo mi magnífico desprecio varonil. Mi desprecio de macho, arrogante y sensual orgulloso de ser inculto y español que llora de lujuria en la noche estival y que se siente moro en las tardes de sol.

Firmado y rubricado: Luis Espinosa. NOTA: Este poema formalmente modernista, está totalmente penetrado por el

espíritu “oscuro” de Baudelaire.

Gratitud Que tus ojos rasgados son el cielo donde entró el amor que va en mi pecho y no tengo en la vida más consuelo que olvidar todo el bien que tu me has hecho. Si a exigirte algo aún tengo derecho rasga ya del desdén el negro velo por que todo mujer lo veo deshecho y sin sombra camina sobre el suelo. Alivia de mis duelos la agonía con la miel de tu boca fresca y pura y esfuma de mi alma la sombría tristeza que me sume en noche oscura pero no, ven a mí, que todo eso lo quiero ya olvidar al darte un beso.

Rubricado.


356

Que mi palabra ferviente eleve al cielo este día y que a los ángeles cuente que en S. C., mi mente (San Camilo) recobre luz y alegría.

NOTA: Este quinteto, escrito a la vuelta del soneto anterior gratitud y con una letra muy deficiente, ya que posiblemente esté escrito en la cama, y como si fuera un

apunte para un poema.

El pasado Al terminar el baile, sin enojos me reveló su nombre sin rubores, y me dejó besar sus labios rojos que exhalaban aromas seductores. Salimos del salón y entre rosales gozamos del placer la miel bendita sin recordar de antaño las fatales horas de tedio y soledad infinita. Que volvió a renacer en nuestra vida la ilusión del amor, que muerto había. Y le mostré sangrante la honda herida que abrió ella en mi pecho, a sangre fría. Todo lo perdoné, gozamos tanto que el rincón que mi alma había ocultado se convirtió al besarla en amor santo y juntos olvidamos “El Pasado”.


NOTA: Magnífico poema, pero su tono pertenece al modernismo del finales del siglo XIX. En los tiempos de Luis Espinosa ya empezaban a emerger otros tonos (la Generación del 27).


357

………….

Por demente una vez calificado, apuré sin dolor lenta agonía más la verdad abracé de lo ignorado alzando el alma a la región vacía. Nunca me hirió rencor, que en mi demencia de mi cordura recordé el gran duelo; hice después examen de conciencia y al pasado tendí, tupido velo. Entonces comprendí el hondo arcano que nos niega razón sobre la tierra, se agitaba al alcance de mi mano aunque estaba más alto que los cielos. Desprecié al comprenderlo vanidades que acogí en mi ignorancia muy risueño y evocó mi memoria otras edades en que todo lo grande vi pequeño. ¡Humanidad! Palabra que abrillanta de Dios la Omnipotencia indefinida, pues todo cuanto vive ante Él, se planta y el derrama bondad sobre la vida.


358

A Don J. de B. Lejos de su nación, casi en la ruina, y con derechos a la real corona Don Jaime de Borbón, se imagina que gobierna en España su persona. De capitán de ulanos disfrazado se presentó en la corte de Castilla y fue por unos guardias amarrado y encerrado después en la Bastilla. Que vino de Alemania enamorado de una gentil chiquilla madrileña a quién su estirpe ocultó el cuitado y la chica con Jaime, solo sueña. Y cuando supo la traición del hecho fue al juzgado, y al Juez con gran maestría lo conquistó, por que sintió en su pecho el corazón de la mujer bravía. Y el amado obtuvo libertad y volvió al regazo de la amada.

NOTA: Este Don Jaime de Borbón pertenecía a la dinastía carlista. ¿Tenía Luis Espinosa simpatías por el movimiento carlista? La Mancha (y sobre todo C. Real) tuvo importantes focos carlistas en muchos pueblos.

A ……………. Son tus labios clavel, rojo y lozano como la sangre que en mis venas freno y tu rostro un ensueño sobrehumano, y tu boca un panal de mieles lleno. Tus ojos dos estrellas, que en divino cielo envían de la gloria los fulgores, y tu cuello es ebúrneo y peregrino y envidian a tu voz los ruiseñores. Escucha este cantar, que triste suena y remedia los duelos del que llora; no desoigas mi voz, y si eres buena, aplaca ya el dolor que me devora o déjame sufrir, como he sufrido y así amaré al amor que vi perdido.



359

Para ti

¿Lo recuerdas? Amor nos sonreía cual una atavía de rasgados ojos, en todo descubríamos poesía y al besar en tu boca, yo absorbía la grata esencia de claveles rojos. De garganta ebúrnea y marfileña contemplé yo en silencio la hermosura, con ella enamorada el alma sueña evocando su nítida blancura. Tu pecho, palpitante, que aletea cual blancas alas de paloma herida; esconde mi corazón que se menea tejiendo un madrigal para la vida. Y tu porte gentil, tu altivo porte pregona de mi raza la alegría cuando cruzas las calles de la corte a montones derramas simpatía.


Fidias De Fidias los trabajos me enajenan y admiro los prodigios de sus manos pues todas sus creaciones almacenan un éxtasis sublime y ultrahumano. Son sus creaciones prodigios asombrosos y a cualquiera embelesan dulcemente y hoy hay lira que exprese, en que cuente el color que les dio tan asombroso. De Atenas fue el orgullo y la poesía que la escultura es arte muy elevado y Fidias demostró con demasía que creaba a su antojo lo ideado. Y a Venus perfiló de gracia llena Y se hizo inmortal, hijo de Atenas.

Firmado y Rubricado: Luis Espinosa. NOTA: El escrito está en lapicero y todo indica que está sin corregir. El lapicero

está muy borroso.


360

A. C. C. Tiene el don más sublime y estimado que Dios brindó a la mujer humana y en sus ojos divinos y rasgados una luz se destaca soberana. Que son sus labios de sangrante grana y sus dientes son perlas orientales y envidia sus hechizos la sultana que cantó Espronceda en madrigales. Alta, flexible y de andar ligero ......... salió de tórtola o jilguero Es toda una mujer de Helena ........... y su .... palomas son nevadas que se arrodillan al verse enamoradas cuando besa su nido la alta luna.

NOTA: Al igual que el anterior, va en lapicero y no se distinguen mal las

palabras.

Elegía a Claudia Cabrera Escucha dulce amor el gran quebranto que amarga de mi vida la alegría, yo quisiera mujer que este canto se impregnara de tu ardiente fantasía. Este canto, que lleva de mi entraña un pesar, que me mata y contraría; este canto comienza en la cabaña la noche inolvidable de aquel día. Escúchalo y si sientes, como antes sentías, de mis penas el dolor; no pretendas mi amor que llore –antes como lloraba antaño por tu amor.


361

Oye ya mi quimera, olvida ahora este delirio que me abrasa el alma tú no sabrás jamás lo que te adora el que al perderte, se quedó sin alma. Recibe de mi amor la dulce llama que abrasa de mi pecho el corazón y acude sin rubor, ¡oh, linda dama! Al nido que formé con ilusión. Si no tornas, maldigo mi destino y reniego de todo cuanto quiero que nos junte otra vez nuestro destino para gozar tu amor que yo venero. Si no vuelves, la vida la detesto y detesto del mundo los placeres, que eres intangible, y en tu puesto no cabrá el amor de otras mujeres. Ven a mí, ven a mí que quiero darte el alma, el corazón, la vida entera ven a mí por que voy a venerarte como a Dios en el cielo se venera.

Firmado y rubricado :L. José Expronceda. NOTA: Está escrito con lapicero y parece sin corregir, hay un trozo donde apenas

se puede leer.


362

Soy español

Soy de una tierra que lejos brilla, soy de una tierra que abrasa el sol, nací de Europa en la opuesta orilla y aunque mi cuna no fue Castilla, soy ante todo, buen español. Soy de una tierra que me es extraña que dulce afecto la he de tener; ningún recuerdo dejó en mi entraña* como esa tierra ya no es España tampoco suyo, quiero yo ser. Soy de una tierra que abrasa el sol, soy de una tierra que el sol abrasa, pero ante todo, cual caracol, amo la Mancha, quiero a mi casa, que solo ansío ser español. Y es que la tierra que mi alma adora y que bendice con más pasión es esta España tan soñadora donde aún perdura la mujer mora que ama con todo su corazón. Yo fui siempre español y con bravura, yo canté de mi España la alegría y gocé del amor, la calentura, con una hermosa criatura que nació para ser tan solo mía. Yo vestiré uniforme de marino o de los tercios de mi tierra hermosa porque aquello de ser yo filipino se esfumó como nube vaporosa al recorrer triunfante mi camino. Pues gocé de mi España las mujeres que son esencia de la misma gloria, y gusté de la vida los placeres burlando altanero los deberes que le debe su amante a toda novia.


363

Emulo de don Juan, fui en mi destierro pues sufrí del destino los rigores que muchas veces presencié mi entierro y envuelto me miré en blancas flores. Que deshojé valiente y con arrojos de Titán de otro mundo más violento y por besar de una mujer los ojos, y beber su aliento en labios rojos he llegado a saber lo que es tormento. Pero siempre burlé con tino cierto a los parias que diéronme condena y triunfante llegué al ancho puerto que había soñado despierto a atracar una noche muy serena. Y me abrieron los brazos cien doncellas con negros ojos y mirar sumiso y yo al contemplar tales estrellas pensé que había llegado al paraíso.

Rubricado * Hermoso guíasmo. NOTA: Este himno espléndido es un buen paradigma de la diferencia que existe

entre la nación (que en el caso de Luis Espinosa es Filipinas) y la patria (que es para él solo España). La patria, en efecto, no es el suelo, el aire, el sol, los ríos y los montes natales, una patria así la tendrían también los árboles del campo o los musgos de las rocas; el patriotismo en este caso dejaría de ser un sentimiento exclusivamente humano para confundirse con las simples leyes del mundo orgánico. En el hombre, en su naturaleza moral, es donde se deben buscar las razones íntimas de ese hecho universal, y hasta ahora indestructible. La patria no es un accidente de la naturaleza material, sino un hecho de conciencia humana.


364

A la eminencia médica universal, única y bien admirada: Don Santiago Ramón y Cajal

Luis Espinosa y P. Rodrigo. Emporio del saber, tu ciencia llega hasta los astros del brillante cielo, y el resplandor de tu intelecto ciega a todo el que receta sobre el suelo. Pregona tu saber, a todo vuelo, que creaste una ciencia ultraterrena que ofrece a los humanos el consuelo de admirar lo que en él se almacena. Un corazón te anima, y en tu pecho con calma y precisión salta glorioso nadie puede alabar con más derecho el poder de tu numen poderoso pues una ciencia has hecho y te canta el mundo, por lo glorioso.

Firmado y rubricado: Luis Espinosa.


365

…………..

Y entona entusiasmado este cantar, mientras las olas saltan en la cofas y ruge cual león el bravo mar y el marino compone estas estrofas: Que en mi barquillo velero me mofo del mundo entero sin cañones que cargar. Soy el capitán más fiero que navega en alta mar. El es mi Dios, es la tierra que más sorpresas me da, por que siempre vivo en guerra que vale más que la paz. Hay mi barquillo velero cuanto bien le debo ya, porque es mi barco el primero que vuela en la inmensidad.

NOTA: Falta la hoja que había anterior a este poema.

A ………… Cantaría con noble sentimiento los hechizos que guardan tus enojos y pulsaría mi plectro más contento si me inspirara en tus negros ojos. Labios como el coral, frescos y rojos cual las cerezas ¡ay! que hay en tu Huerto si pudiera besarlos, mis antojos sería admirarlos siempre abiertos. Pero sé que me niegas la dulzura de gozar de su luz y sus destellos, y en mi eterno delirio, con locura evoco la fluidez de tus cabellos y camino arrogante por la vida y el perfume divino que me embriaga, me alivia, sin dolor, horrible llaga.

Rubricado: L. J. Expronceda.


366

De los triunfos del suelo español A la armada invencible

De las glorias del suelo español envidiosa Isabel de Inglaterra España poseía tantas tierras que jamás se ponía en ella el sol.

Nota: No se encuentra nada más.

Ana Bolena De Enrique octavo recibió cien dones y fue su favorita más preciada pues latieron en ambos corazones la epopeya más sutil y dorada. Mujer de faz de nácar bien tallada orgullo de las vírgenes morenas, hembra sutil, que fue inmortalizada por las manos de Fidias en Atenas. En tus ojos radiantes Afrodita se retratan, del cielo, las estrellas y eres tan sublime y tan bonita como el brillo que irradian tus cabellos, como el dulzor de tu boquita hermosa que al cáliz, se asemeja, de una rosa.

Rubricado : L.E. Nota: Va escrito en la mitad inferior de un parte de enfermería. No va corregido,

por tanto puede considerarse como en primera mano.


367

Luces

Y

Sombras


368


369

¿TE ACUERDAS?

¿Te acuerdas cuando juntos contemplamos los verdes prados, los risueños bosques, los ríos de topacio y esmeralda, las altas cumbres de los pardos montes y aquellas polvorientas carreteras y aquellos jadeantes segadores que cantaban alegres sonatinas al compás de sus broncos caracoles...? ¿Te acuerdas cuando juntos escuchamos de las aves los trinos y canciones, en los árboles altos y frondosos, en los trigos dorados como soles, en el mismo alféizar de la ventana donde duerman tan trágicos amores y en silencio miramos tantas veces del pueblo alzarse las enhiestas torres levantando sus cúpulas al cielo cual fantásticos genios de la noche que quisieran coger con negras manos del ancho espacio las inmensas moles...? ¿Te acuerdas de la fuente que reía al oír de tu risa los acordes...? Te acuerdas, ¡y de mí!, como soñaba navegando entre dulces ilusiones. iOh! Te acuerdas, te acuerdas, vida mía, del eco misterioso de mis voces y, de aquellas palabras que decía y a mis labios no acuden desde entonces...(1) …………………………………. No te acuerdes jamás, olvida, olvida de mis besos las hondas sensaciones y triunfa mientras yo sigo soñando donde duermen mis únicos amores, que si antes soñaba con sus besos hoy sólo sueño en olvidar tu nombre.

1) Hermosa aposiopesis.


370

SUEÑA Sueña, mujer querida, que aunque me dé la vida tan rudos y soberbios desengaños, al fin de tristes años, cuando vuelva a brillar mi clara aurora te daré yo un abrazo tan estrecho que nunca hasta esa hora sentirás tú el amor que hay en mi pecho. Sueña, mujer hermosa, y teje una ilusión color de rosa en el fanal divino de tu mente, y si quieres cual blanca mariposa de alas doradas como el sol de oriente, en venturoso vuelo elévate al soñar y escala el cielo. Sueña, mujer sublime, ya que tu mano de sultana exprime el dardo que me hirió con más certeza; sueña mientras se hunde mi cabeza en un abismo de dolor inmenso; sueña, sueña en triunfar, mientras yo pienso en el oscuro porvenir que encierra mi vida sin tu amor sobre la tierra.


371

CANTO DE RAZA Yo soy un arrogante y altivo caballero a quien amor rindiole una bella infanzona, y mi estirpe aún se lee sobre el acero brillante y sin rival de mi tizona. No me asustan las luchas terrenales, ni los fracasos que sufrí sin tino; soy más grande teniendo cien rivales que sólo y sin luchar en mi camino. Es mi orgullo la sangre que heredé de mi raza y al llamarme español inculto y rudo, sé ceñir la lealtad como coraza y agrandar de mi patria el noble escudo. Evocan mis canciones mi pasada grandeza es mi musa una rubia de exquisita hermosura y mis sueños van siempre a lograr la entereza que las débiles almas denominan locura. Yo de loco a mí mismo me he tachado cien veces y otras tantas locuras cometí en mi camino; no he tenido en mi vida más famélicos jueces que el tiránico y triste que envolvió mi destino De mi errante bohemia guardo un grato recuerdo, llevo el alma impregnada de una esencia divina, por añeja costumbre mi arrogancia no pierdo, y ante nadie y por nada mi cabeza se inclina.(1)

1) Hermosa autobiografía que se parece “curiosamente mucho a la de Manuel Machado.

<<Yo soy, como las gentes que a mi tierra vinieron -soy de la raza mora, vieja amiga del sol-, que todo lo ganaron y todo lo perdieron. Tengo el alma de nardo del árabe español. De mi alta aristocracia dudar jamás se pudo. No se ganan, se heredan elegancia y blasón… Pero el lema de casa, el mote del escudo, es una nube vaga que eclipsa un vano sol>>.

“Adelfos”


372

EN UNA POSTAL

Para la genial artista Eva de Lys

¡Que importa que riquezas atesore, que lluevan sobre mí dichas sin cuento; si dichas y riquezas quien te adore tiene más que se forja el pensamiento.! Ni las más ricas perlas orientales, ni los tesoros que la mar encierra, se pueden envidiar, porque tú vales más que valen los mares y la tierra.

MADRIGAL Ojos, que disteis derrotero a un alma que ya camina sin amor ni calma, alma agobiada por los desvelos, que en noches tristes y en noches bellas como tus ojos ve dos estrellas, que le sonríen desde los cielos. Ojos que fuisteis besados y no besaré jamás. ¿Por quién hoy admirados estáis los ojos que admiré yo más? ¿Quién inspirado por los destellos de ojos tan bellos les deja en besos un madrigal? El que hoy dichoso se mire en ellos sepa que matan como un puñal.


373

ME DICES Para Carmen

Me dices que si te amo, y te respondo, con el dulce cantar de mis cantares, que es mi amor hacia ti, mujer, tan hondo como el fondo más hondo de los mares. Cerca de ti resonará mi acento, con dulce y sempiterna melodía, pues siento junto a ti lo que no siento ni en alas de mi loca fantasía. Cerca de ti resonará mi lira; tú eres la musa que al cantar me inspira; tú mi cielo, mi amor, mi vida entera, lo único que ansío que me quiera; y por eso sumiso te respondo, al hablarte de amor en mis cantares, que es mi cariño para ti tan hondo como el fondo más hondo de los mares.(1)

(1) Consigue una hermosa figura etimológica con “fondo”, y “hondo”, a modo de

paranomasia.


374

¡Y ERES TU¡ ¡Y eres tú mi ciudad! La ciudad hermosa, la que era orgullo de mis patrios lares; la ciudad que era perla, y era rosa, y era dueña del mundo y de los mares. ¡Y eres tú mi ciudad! La que gallarda izó triunfante su gentil bandera, la ciudad que fue grande y sólo guarda recuerdos tristes de lo que antes era. ¡Y eres tú mi ciudad! La que ceñías brillantes lauros de envidiable gloria, y de oriente a occidente te extendías para hacer inmortal tu grande Historia. No eres tú mi ciudad. Como en un sueño entreveo el poder de tu arrogancia, y el ínclito valor que hizo pequeño al ídolo imperial que tuvo Francia. A tu paso temblaron las naciones, ceñiste cien victorias en la guerra; mas ¡ay! que ya no pueden tus leones bajo sus garras dominar la tierra. Mas no temas jamás que en nuestra entraña de tu pasado lo inmortal se pierda, que aún hay sangre de héroes en España, que orgullosa te aclama y te recuerda.


375

UNA LEYENDA

Para Aurelio Ballester Y repito lastimero, llorando al pie de un almena castellana, verte quiero, porque sin verte me muero en esta noche serena. La torre del castillo se retrata sobre el terso cristal de la laguna, que parece de plata en las noches de luna. La torre del castillo donde llora una rubia gentil, y la luna pinta ahora como torre de marfil. La torre secular en donde brilla el sol cuando despunta la mañana, la torre de un castillo de Castilla donde vive mi rubia castellana. Y en una noche serena, noche de amor y de calma, dentro del castillo suena la música más amena que pudo soñar mi alma. Noche de luna, en el viento de un violín se van las notas, de su voz oigo el acento, y cada vez más remotas mis dichas de mí las siento. Y repito lastimero, llorando al pie de una almena: castellana, verte quiero, porque sin verte me muero en esta noche serena.


376

……………………. …………………… Y se entorna una ventana del castillo medieval, y una suave luz emana, y después mi castellana se dibuja en el umbral. ¡Traje blanco! por la luna la he llegado a divisar, y la miro como una ilusión de mi fortuna que se quiere disipar. Dulces ecos y murmullos llego luego a percibir y de un doncel los arrullos que con los suspiros suyos me quieren el alma herir. Y repito lastimero, llorando al pie de una almena: castellana, verte quiero, porque sin verte me muero en esta noche serena. ……………………. ……………………. Castellana que has dejado mi vida sin luz, sin calma; castellana, te has marchado sin saber que has destrozado la leyenda de mi alma.


377

ALÉJATE DE MI Aléjate de mí, probar no quiero las dulces mieles de tus labios rojos; aléjate, mujer, porque me muero al mirarme en las niñas de tus ojos. Aléjate de mí, deja que apure el cáliz del dolor en mi carrera; lo triste durará lo que yo dure, y la muerte vendrá cuando yo quiera. Yo soy joven, soy fuerte, por mis venas siento mi sangre arder, siento mi raza; déjame que ahora rompa las cadenas de tu amor que aniquila cuando abraza. Quiero ser libre, y por el mundo errante cantar el sinsabor de mi existencia; me cansa ya tu amor y ser tu amante; quiero amar otro amor, quiero otra esencia.

AUSENTE Llegué tan sólo allí que la montaña donde el sol brilla más de nuestra España me pareció sombría; qué lóbrega y qué extraña hallé yo mi cabaña la noche de aquel día. Y aquel dorado sol de la mañana que reía gozoso en la ventana de nuestra humilde choza, al ver que se ausentó de allí la moza de negros ojos y de labios grana, ya no ríe, que solloza cuando apenas despunta la mañana.


378

EN TU ABANICO Te abanicas, y una flor tu abanico siempre toca: esa flor es el primor de tu boca.(1)

(1) Parece un “tanka”, o incluso un <<haiku>>, japonés. En los años veinte se pusieron de moda en España los <<haikai>>, de Matsuo Basho.

ERRANTES

Era una tarde azul; se reflejaban (1) los verdes prados en las limpias aguas de este lago, que guarda todavía en su fondo la imagen de tu cara. Recuerdo que los dos aquella tarde nos mecimos en él sobre una barca, mientras el sol, ya débil, lentamente se ocultaba detrás de una montaña. Y en un momento de arrebato ciego, cuando tú del timón ya te olvidabas, por darte un beso abandoné los remos; y nos quedamos a merced del agua sin poder tú ni yo después del beso darle rumbo otra vez a nuestra barca, movida desde entonces dulcemente por la corriente de su linfa clara. ……………………………. De aquel beso tan largo, de aquel beso, aún resuena la música en mi alma, y el ritmo cadencioso que dejaron en lo más hondo de ella tus palabras. Como la tarde azul que sonreías, calmando de mi amor las justas ansias; sin rumbo y sin amores, igual que navegaba nuestra barca caminan desde entonces por el mundo errantes nuestras almas. (2)

(1) Comienzo Machadiano. (2) Maravilloso poema.


379

BACANAL

Azotaba la lluvia los cristales, y un viento impetuoso zumbaba locamente. Por la calle las aguas cenagosas, igual que las del fondo de un estanque, corrían murmurando al llevarse las hojas de los árboles; y a intervalos marchitas, sin colores, sin la luz ambarina de sus cálices, corrían entre aquellas turbias aguas de unas flores los pálidos cadáveres. ………………………………….. Yo entorné un balcón del aposento. La orgía era estruendosa, era salvaje; y pude respirar con ansia loca la humedad y el aliento de otro aire, y oculto en las tinieblas, te vi medio borracha, que brindaste, y sentí no sé qué dentro del pecho que temí que pudiera envenenarme. Tus ojos se acercaron, lo mismo que se acercan dos puñales; y otro... entonces. ..lo sé, con mano impía te pudo aprisionar para besarte t y una ola de rabia y de venganza enrojeció mi pálido semblante. Salí de mis tinieblas; y tú, tú que fuiste la esencia de mi sangre, la luz de mis pupilas y de mi vida el venturoso ángel, te miré cariñosa cuando ibas con mimo a consolarme; pero no que te había visto desfilar entre el fango de la calle. (1)

(1)Poema muy becqueriano.


380

TU RISA

Para la señorita María Quero ¡Oh! Tu risa sutil, tu delicada risa; tu risa de princesa en tus labios de grana; que es igual que el regalo que nos manda la brisa cuando besa en las flores al brillar la mañana. ¡Oh! tu risa, quién sabe lo que vale y encanta si se ahoga un instante en tu nívea garganta; si refulge en tus ojos misteriosos y endrinos; si nos muestra las perlas de tus dientes divinos. ¡Oh! tu risa sublime, ¡Oh! tu risa armoniosa, que es igual que el gorjeo de la cándida alondra; que el latir de unas alas de gentil mariposa; que una estrella en el cielo, que una luz en la sombra.


381

LA MUJER ESPAÑOLA De tu cuerpo la espléndida figura da realce a tu mágica belleza, tú no tienes rival en hermosura, ni hay mujer que te iguale en gentileza. La virtud y el honor tu escudo enlaza; en tus venas hay sangre mahometana; tú eres orgullo de tu hidalga raza, tú eres de todo el orbe la sultana. Tu leyenda es de trágicos desvelos, pues amas, ¡ay!, como mujer ninguna; tu pecho es un volcán, y tus anhelos que te cante un doncel bajo la luna. Tú ostentas de mi pueblo los primores; tú eres sol, tú eres hija de Castilla; tú eres la que en las fiestas luces flores, y en los toros la clásica mantilla. Tú eres la que en las noches de verbena bamboleas con gracia tu airoso porte, mostrando tus hechuras de sirena con tu novio del brazo por la Corte. Tú eres encarnación de lo sublime, un tesoro inaudito tu cuerpo encierra¡ tu cariño nos mata y nos redime, tú no tienes rival sobre la tierra.


382

EN DESQUITE

Para un señor eminentemente tonto.

De tu insulto la envidia yo perdono, y en las letras lamento tu retraso; pero ahora te digo, sin encono, que antes de ofender y darte tono te leas a Calderón y a Garcilaso. Es ley natural; es ley humana aquella de eclipsar lo que fulgura; aquella de envidiar al que se afana y se refleja en sus versos la hermosura de los versos de Lope y de Quintana. Si al cantar plugo a Dios que mis canciones llegaran a alcanzar el bien que anhelo; si a los dos nos legó distintos dones, es inútil y torpe que ambiciones nublar las gracias que me otorga el cielo. ¿Y tú? ¿Quién eres tú? ¿Por qué te asombra de otro numen lo excelso y lo profundo? ¿Y por qué si mi cántico es de alondra tu voz me niega cuando a mí me nombra la dulce gloria que soñé en el mundo...? Mas ¡ay! que ya olvidé que la ignorancia jamás supo luchar con hidalguía; yo desprecio tu cínica arrogancia, pues tú eres una noche sin fragancia, mientras yo soy la luz y la poesía.

NOTA: ¡España, España! Tierra de María Santísima, pero también de la envidia.


383

TU VOZ

Para la genial artista Angelita Artés. La voz sublime de tu garganta, la que me arrulla, la que me canta; la que es un himno matutinal; la que derrama cadentes notas y me transporta a las ignotas y anchas regiones del ideal. La voz que ríe la voz que llora; la que subyuga, la que enamora; la voz que arpegios vierte a granel; la voz más dulce, la que atesora tantas riquezas como un joyel y es más pura y más sonora que las arpas divinas de Israel. (1)

1) Muy influido por el modernismo rubendariano.


384

EL POETA Yo verteré a raudales caricias sobre ti, y tú con mimo calmarás mis males y otra vez volarán los ideales en busca de las dichas que perdí. Yo verteré a raudales mis versos con ternura y cual águilas caudales de las blancas regiones siderales escalaremos la feliz altura. Yo verteré a raudales, junto a tu oído, con cadencia y tino, unos cantos orientales, con los ritmos naturales de un arroyo cristalino. Yo verteré a raudales efluvios de armonía, y en las noches estivales miraremos detrás de los rosales todo lleno de luz y de poesía. Yo verteré a raudales sobre tu boca diminuta y bella un torrente de besos musicales y la miel de los panales liberé que tiene aquélla. Yo verteré a raudales mi sangre joven, española y mora; por ti lanzas y puñales medirá con sus rivales el poeta que te adora.

NOTA: Perfecto uso de la anáfora y del paralelismo.


385

DIZ Diz que a la puerta del feudal castillo llegó una noche tormentosa y fiera un doncel en amores ya caudillo, de figura arrogante y altanera. Diz que entonó con sin igual dulzura un cántico de amor tan lindo y suave, que del castillo la invencible altura salvó en la noche misteriosa y grave.

Diz que la dueña, al escuchar su acento, sus delirios, sus quejas, sus pesares, la noche aquella le brindó aposento en una de sus torres seculares. Y diz que la romántica leyenda del galán y la dama de mi cuento cruzó cíe¡ noches la florida senda que se forja al soñar el pensamiento. Pero una triste y de infeliz memoria que el angustiado refirió su historia, (1) la dama, dando un lánguido sollozo, repuso conmovida, al oír las palabras de aquel mozo que tantas veces despreció la vida: -Alabo vuestra heroica bravura, y os juro, pues de amor por vos me muero que me aflige la horrible desventura que os hizo en una noche tan oscura entonar aquel canto lastimero. Mas sabed que también las hondas penas se adueñaron de mí. - ¿Para qué recordar tristes escenas, si la sangre que corre por mis venas -dijo el juglar- te pertenece a ti? Y luego, con vehemencia y arrebato, besó su rostro nacarado y bello; mas quedose suspenso largo rato, cuando asombrado contempló el retrato que la dama ostentaba sobre el cuello.


386

Y como herido por mordaz quimera, dijo: -Señora/ aunque así no os cuadre, no podéis impedir que yo taladre la dicha de este amor, que bien pudiera profanar la memoria de mi padre. - ¿Vuestro padre? ¿Acabad? Decid, ¿quién era? Y sintiendo el juglar por vez primera su ardiente corazón pedazos hecho, - ¿Ignoráis -repuso- que aquél fuera el mismo que lleváis en vuestro pecho?

1) El relativo es anfibológico: es equívoco cuáles el antecedente del <<que>>. Si hubiese <<a quien>>, se resolvería el equívoco, pero se rompería la métrica.


387

LA SOMBRA DE ARLEQUIN (1) Yo leí no sé dónde la leyenda del mágico jardín, y una noche al cruzarlo vi en mi senda la sombra de Arlequín. Y las viejas añaden como cierto, a leyenda tan rara y peregrina, que Arlequín, después de muerto, vela el sueño infantil de Colombina. Y juran por la luz del firmamento, las brujas que inventaron este cuento, al hacerse una cruz entre las cejas, que su alma escapada del infierno recorrió de la aldea las callejas en una noche del pasado invierno. Y afirman con satánico embeleso que Arlequín de su amada espera en vano que le deje imprimir ardiente beso sobre su blanca y diminuta mano. Y dicen que una noche de promesas su voz le hizo un derroche, y a la luz de la luna, en la amada el amor brilló cual una flor amarilla en argentado broche. Y luego, la leyenda nos cuenta que en la senda tapizada de rojas amapolas, y al borde de una fuente cristalina, se citan siempre y se contemplan solas las almas de Arlequín y Colombina.

1) Esta poesía fue premiada en los fuegos florales de la isla de Tenerife, por el Ateneo de La Laguna, 1916.

NOTA: Nos presenta una Comedia dll/'Arte pasada por Don Jacinto Benavente.


388

DESDE ARRIBA Por los tristes desengaños que amargaron mi existencia. iOh! Que míseros y extraños contemplo a los veinte años los actos de mi conciencia. Sufrí rigurosas penas, mas siempre logré vencerlas. Yo he roto dulces cadenas, y he visto pupilas llenas de lágrimas y de perlas. Tributo y amor rendía a una dama entonces bella; mi lira cantar solía¡ ella mis versos leía, y yo, en las pupilas de ella. Disipé con mis canciones su dulce melancolía; y al tejer cien ilusiones, volamos a las regiones de mi loca fantasía. De donde después caímos, tristemente, al mundo impío, a este mundo en que vivimos, y que nunca concebimos desde arriba tan sombrío.


389

A UNA FLOR Dulce encanto de mi vida, ilusión de mis amores, flor divina y bendecida, que yo conservo escondida entre mis únicas flores. Y hoy marchita y deshojada conservarte necesito; tú estuviste perfumada, pero ya no guardas nada de tu perfume exquisito. Tú fuiste gala y respeto del rosal de mis amores; velé por tu vida inquieto, y ahora miro tu esqueleto sin aroma ni colores. ¡Pobre flor! De tu existencia aún contemplo tus despojos; pero ya ni en mi conciencia tú tienes aquella esencia ni aquellos colores rojos.


390

ATARDECER La tarde agonizaba; un águila volaba con lenta majestad por el vacío; y el águila su cuerpo dibujaba sobre la linfa del cercano río. Llegaron quedamente hasta mi oído del campo los rumores más extraños; jamás había sentido balar al perdido cordero, ni el ladrido de los perros que guardan los rebaños De la luna los claros resplandores cubrían de plata las encinas viejas; balaban encerradas las ovejas a coro con los canes ladradores, y de su amor las quejas en la sierra entonaban los pastores. Todo en el campo respiraba calma, y era santa poesía para el alma. Un manantial oculto murmuraba, y una rana cantaba al borde de una fuente; y en la aldea vecina sollozaba la paz de una campana tristemente. Reían las estrellas sobre el inmenso azul, y al rápidas cruzarse detrás de ellas, dejaban las más bellas estelas brillantísimas de luz. Yo mientras tanto lloré de mi quebranto la horrible pesadilla, y soñé que era santo vivir bajo el encanto de los campos dorados de Castilla.


391

MIS CADENAS Las ilusiones que un día se forjaba el alma mía las ha nublado el destino: hoy hallo por mi camino tristeza y melancolía. Camino triste y sombrío, lleno de espinas y abrojos; camino por donde ansío en este delirio mío que vuelvas a mí tus ojos. Y al mirarlos, la ilusión hará que olvide tu ausencia, tendrá paz mi corazón, y mi lira una canción entonará a la existencia. (1)

Y entonces, lejos, muy lejos, yo te contaré mis penas; serán tus ojos espejos de estos pesares tan viejos que llamo yo mis cadenas.

1) Personifica la existencia con la preposición "a”.


392

ASÍ Así, en mis rodillas reclinada déjame que acaricie tus cabellos, y que loco besándolos me duerma bajo el impulso de tus ojos negros. Deja, deja después que con ternura te cuente de mi vida los desvelos, mirándome en la luz de tus pupilas, que son de mis amores el espejo. Deja, deja que ahora con mis brazos estreche la cintura de tu cuerpo, y que sienta un instante por el mío el calor incitante de tus senos. Deja, deja que ahora en los encajes de tus ropas finísimas mis dedos se oculten victoriosos, y desgajen tu traje de elegante terciopelo. Deja, deja que así, juntos, muy juntos, sienta un espasmo inacabable, eterno, y déjame después que esté rendido mirarme más en tus ojazos negros.

DESILUSIONES Nos vimos, nos engañamos, y juntos luego olvidamos nuestra primera pasión: al creer que nos amamos nos engaña el corazón. Yo fui ahora y antes loco, y aún no sé si conseguí esa gloria que yo evoco y que tú estimas tan poco necesaria para mí. Tú lo ignoras, tú no sabes lo sublime que es amar; heridas tengo tan graves que aunque tú quieras no sabes cómo se pueden curar.


393

¡……………! Yo llevo sobre el pecho bordada una leyenda, y sin luz ni esperanza camino por la senda que me lleva a ese mundo que forjó mi ideal; en ella no descubro ni un alma que me entienda; todas dicen lo mismo, todas hablan igual. Ninguna ante mis culpas me otorga compasión y es aún mayor mi herida que triste mi canción: ¡Oh!, malditos delirios de mi lenta agonía, ¿por qué anheláis que viva soñando el alma mía? ¿Por qué queréis que muera teniendo una ilusión?

ÍNTIMAS Quiero mirarte así, entre mis brazos, sedienta de placer, de amores loca y entre besos, suspiros y entre abrazos que calmes la pasión que me sofoca El aliento beberme de tu boca, las lágrimas que vierten tus ojazos hasta verte insensible cual la roca, o yo por el placer hecho pedazos. Gocemos, sí, hasta olvidar las heces amargas que bebimos tantas veces. Bebamos sin temor hasta embriagarnos que mañana después de separarnos, tú, muy lejos de mí, dirás: ¿lo llamo? y otra voz te dirá: ¡cuánto te amo!


394

NO QUIERO

No quiero volver a verla, quiero lejos vivir de aquel amor; no quiero recordar lo que ha pasado ha tiempo entre los dos; prefiero morir de pena y pudrirme de tedio y de dolor, que volver a mirarla, cuando ha sido la que hiriome de muerte el corazón¡ no quiero volver a verla, no quiero que ella sufra como yo; no quiero que me quiera, no quiero que me tenga compasión; quiero que ignore mis males, que perdí de la vida la ilusión, y que tengo en el alma más pesares que dichas antes me brindó su amor; no quiero volver a verla, no quiero que ella sufra como yo; no quiero recordar lo que ha pasado ha tiempo entre los dos.


395

¡MI…………..! Un rayo de luna bañaba tu frente, tus ojos fulgían igual que puñales, y en besos tu boca me dio para siempre tu esencia, tu cuerpo, tu vida, tu sangre Yo loco, muy loco, juraba adorarte, juraba ser tuyo, ser sólo tu amante, y en mis brazos rendida caíste... y entonces, entonces, gocé de tu carne, gocé de tus labios, gocé como nadie; y sentí que mi cuerpo temblaba, (1)

temblaba de gozo con sólo mirarte. Pero... luego después, el hastío sentí que nublaba mi sueño más grande, el sueño de verme a tu lado y en tu rostro divino extasiarme; porque tú eres mi cielo más bello, mi ángel; el ángel que vela mis sueños y guía mi nave¡ y que encauza en el mar de la vida, la vida que un día yo quise brindarte¡ esta vida triste, esta vida tan llena de azares, que yo ahogué cuando joven y fuerte ignoraba del mundo los males; estos males que minan mi alma, y quieren matarme cuando evoco tu nombre bendito, cuando miro entre sueños tu imagen, y despierto al creer que tus labios sedientos de amores quisieran besarme; y los míos musitan entonces la oración que tú a mí me enseñaste; y florece de nuevo el pasado, y eres mía, y te llamo ¡mi Carmen!

1) Anadiplosis y epanadiplosis


396

¡………………….! Habrán de retornar los tiempos idos, los días volverán que ya se fueron, y otra vez brillarán como dos soles alegres ante mí tus ojos negros; otra vez volverán aquellas horas de placeres, de besos; otra vez volverán las ilusiones que forjó con tu amor mi pensamiento otra vez volverán las esperanzas, otra vez sentiré lo que no siento; la calma volverá cuando tú vuelvas, contigo volverá lo que yo quiero, y otra vez brillará sobre mi frente la luz, la inspiración, el sentimiento; renacerá tu amor en mis entrañas como renace agonizante el fuego, cuando en los restos de la inmensa hoguera, sopla y agita con furor el viento. Y entonces cesarán estas horribles inquietudes malditas que yo tengo, y otra vez brillarán como dos soles alegres ante mí tus ojos negros.


397

UNA NOCHE CASTELLANA

Al eminente poeta Vicente Bellod.

Brilla en el cielo la luna como una paloma blanca, y el pueblo duerme tranquilo bajo sus alas de plata. Por una calleja estrecha, de una ciudad castellana, se oyen los pasos de un hombre que cruza envuelto en su capa; de cuando en cuando se escucha y entre las leves pisadas de la ronda que se acerca, el gemir de una guitarra, y allá a lo lejos se queja de una torre la campana, (1) y éste al escucharla queda, como si fuera una estatua, inmóvil ante una reja, anhelando que se abra. Y brilla, brilla la luna (2) como una paloma blanca, y el pueblo duerme tranquilo bajo sus alas de plata. ……………………….. ……………………….. De la ronda las vihuelas ya van resonando cerca/ y un hombre sigue entretanto pegado al pie de una reja, anhelando ciegamente que se entornen sus maderas, ya que una noche su espada manchose delante de ella, dándole muerte al rival, que en medio de lucha fiera le quiso robar el cielo que más adoró en la tierra.


398

………………………… ………………………… Ya los mozos han cruzado por mitad de la calleja, y el de la capa está oculto en el quicio de una puerta, abrigada por las sombras de los muros de una iglesia; y cuando doblan la esquina y lentamente se alejan, en la paz de aquella noche se pierde la copla ésta: <<Ya vino otra vez Enero, y su luna a tu ventana, donde otra noche tus ojos brillaron como dos ascuas>>. ………………………. ………………………. La ronda desaparece, todo es en la calle calma; pero ya no hay quien se asome por la noche a la ventana que mira extático un hombre y sueña verla entornada; y es que ignora que su dueña murió ha tiempo de nostalgia, esperando en horas tristes, hasta que brillaba el alba, al que lleva una leyenda bajo su española capa.

1) Hipérbaton 2) Epímone


399

TARDE DE INVIERNO

Tarde lóbrega y triste,(1) tarde de invierno, melancólica tarde, como un recuerdo, tú del pasado evocas mejores tiempos; reflejo de otras tardes es hoy tu cielo, ese cielo enturbiado por un gris denso, que le recuerda al alma lo que ya ha muerto; melancólica tarde como un recuerdo¡ tarde lóbrega y triste, tarde de invierno. (2)

1) Inicio machadiano. 2) Conplexión

A MARINA GONZALEZ Si el espléndido sol de Andalucía de hito en hito te miró algún día, no pudo menos que sentir enojos, pues no tiene la luz ni la poesía que derraman las niñas de tus ojos.


400

A MI SIN PAR DULCINEA Un gesto despectivo mi sonrisa pregona, el odio de mi entraña sobre mis labios brota; yo me creo gigante blandiendo mi tizona, como aquel que desprecia su primera derrota. Orgulloso y altivo sigo a paso mi senda, sigo siempre adelante con firmeza y bravura; soy de aquellos que guardan una hidalga leyenda, y el recuerdo del loco de la triste figura. Soy de aquellos que piensan que la vida se ensancha con las sanas sentencias de escudero tan zote, o mirando la extensa llanura de La Mancha por donde tantas veces divagó Don Quijote. Yo también entre ocasos y entre nieblas un día cabalgué por las tierras que cruzó Rocinante, y cual su amo a una bella le rendí pleitesía, y en fantásticas luchas me miraba gigante. Yo también con orgullo me llamé siempre dueño de una dama tan rubia como el sol de mi aldea; yo también he luchado por creer con empeño que esperaba mis triunfos mi sin par Dulcinea.


401

FRENTE A FRENTE Nos vimos frente a frente; por mis venas ni un átomo de sangre discurría, y de angustia temblando en tus serenas pupilas mi pasión resplandecía. ¿Qué sentí que al mirarte no podía hablarte de mi amor y de mis penas? ¡Ay! Porque yo sin piedad quebrantaría de mi bien las dulcísimas cadenas. ¿Por qué, Señor, por qué nuestro destino, si bien se vive cuando el bien se ignora, me la muestra al final de mi camino? iOh lágrimas de hiel que el alma llora, sin poder olvidar que nuestro sino es igual que una noche sin aurora!

NOTA: Poema más metafísico que amoroso.


402

¡AY! (1) ¡Ay! de aquél que perdió las esperanzas; ¡ay! de aquél que navega como yo; ¡ay! de aquél a quien ya nada le importan los placeres del mundo y del amor, y mira con tristeza, cuando mira lo que antes, ¡ay!, con ilusión miró. Yo creí, y la mentira jamás cuando creí resplandeció; amé mucho, y cuando amaba, ¡ay!, entonces creía como en Dios. El mundo para mí era un Edén, la vida era algo así como una flor; soñé, y era poeta; mas volví a soñar, y no era yo. Por eso cuando sueño con las manos me aprieto el corazón, pues creí, y la mentira jamás cuando creí resplandeció. ¡Ay! de aquél que perdió las ilusiones, ¡ay! de aquél que ahora vive como yo, soñando en olvidar que era mentira lo que otras veces realidad soñó.

1) Buena muestra de la extremada calidad poética de nuestro poeta.


403

DESARMONIAS Pasó mi juventud, y en el ocaso escuché de mi vida las derrotas; quise retroceder, y al dar un paso oí más claras las funestas notas. Amé la liberad e irreverente me burlé de mi mal y mi destino; jamás por nada doblegué mí frente al cruzar entre nieblas mi camino. Soñé y al revestir mi desventura con las galas y triunfos de otros días, forjé que a m¡ hedionda sepultura irían conmigo las victorias mías. ……………………………… Eterno soñador... de tu quimera destierra el ideal; la suerte ignota dejará en tus labios prisionera la más sublime y armoniosa nota.

SONETO Fue mi amor, fue mi luz la tibia esencia que perfumó mi vida con su aliento, la estrella que mi alma reverencia, y que envidia en la noche el firmamento. Mas la duda quimérica que siento renacer del pasado en mi conciencia, no ha podido forjarla el pensamiento ni el sueño más fatal de mi existencia. ¡Ay! Que en vano corrí tras de la huella, que a mi vida, mujer, tanto importuna, y como eras tan blanca como bella, miré cien veces a la misma luna; mas después comprendí que tú eras una (1) errante esclava de tu mala estrella.

1) Atrevido encabalgamiento sirremático.


404

MAÑANITAS DE SOL

¡Oh qué serenidad! Qué paraíso sentí dentro del alma al ver bajo la paz de aquella aldea venir la luz del alba. ¡Oh qué sublimidad! Los aldeanos apenas despuntaba la mañana cruzaban por la calle lentamente, mientras que unas beatas agitaban el paso murmurando al sonar en la torre las campanas; y en medio de la plaza alegres verduleras voceaban; y más tarde unos viejos sentados en la puerta de una tasca bebían aguardiente, contando de otro tiempo sus hazañas; aquello era vivir; en los tejados los pájaros el día saludaban, y la torre del pueblo los vencejos (1)

besaban con la punta de sus alas; y a lo lejos se oían los cantares, más tiernos y armoniosos, que entonaban alegres los zagales, arando en los rastrojos. ¡Oh qué serenidad! Qué paraíso sentí dentro del alma al ver bajo la paz de aquella aldea la clara luz del alba.

1) El pájaro más unamuniano.


405

NADA ME HACE FALTA ¡Qué triste es la vida! ¡Qué pronto se pasa! ¡Ay! Yo ya no tengo ninguna esperanza, yo no soy dichoso, yo no tengo calma¡ vivo por rutina, sin aguardar nada de lo que otros hombres con locura afanan; por eso las horas me parecen largas, y aunque corre el tiempo y la muerte avanza. yo ya nada quiero, nada me hace falta.

TRANSIGE, CORAZON Transige, sí; pero jamás te humilles, ¡oh corazón, si te engañaste un día!, y aunque quiera el destino, no mancilles lo que más adoró tu fantasía. Los que saben luchar no se doblegan; tú eres fuerte, lo sé; y estoy seguro que ya con amenazas no te anegan las sombras en el sitio más oscuro. No te pese jamás lo que consciente dejaste sin hacer; pues es sabido que pudieras llorar eternamente lo que hoy sin olvidar tienes perdido.


406

No te dejes vencer en tu agonía con los gratos recuerdos que atesores; eres joven y fuerte todavía y pudieran llegar tiempos mejores. No desmayes, prosigue tu camino, y cuando logres la victoria ansiada olvida el triste y humillante sino con que luchó para vencer tu espada. Transige, si al apurar las gotas vertidas, ¡ay!, por tan tristes males, transpórtame soñando a las ignotas regiones donde van los ideales.

NOTA. Precioso poema de argumento catudiano que recuerda el Carmen VIII del poeta de Verona:

<<Miser Catulle, desinas ineptire, et quod vides perisse perditum ducas. Fulsere quondan candidi tibi soles, cum ventitafas quo puella ducebat amata nobis quantum amabitur nulla. lbi illa multa tum iocosa fiebant, quae tu volebas nec puella nolebat. Fulsere vere candidi tibi soles. Nunciam illa non volt, tu quoque, inpotens, noli, nec quae fugit sectare, nec miser vive, sed obstinata mente perfer, obdura. Vale, puella. lam Catullus obdurat, nec te requiret nec rojabit invitam; at tu dolebis, cum rogaberis nulla. ……….. At tu, Catulle, destinatus, obdurat>>


407

ROMÁNTICAS Me gustan esas noches melancólicas que la luna se oculta entre los árboles, y esas otras oscuras que le hablan al alma humana de misterios grandes. Yo anhelo en esas noches perfumadas mirar del cielo el azulado esmalte, y rondar la ciudad de mis ensueños vagando sólo por sus anchas calles. Aspirar la fragancia que las flores despiden al abrirse en los rosales, y ese aroma dulcísimo que exhalan las praderas, los montes y los valles. Escuchar el responso de las fuentes, en el nido el arrullo de las aves, y el eco de la esquila de un convento batiendo melancólico en el aire. Yo anhelo en esas noches plateadas que la luna navega por los mares, tender la vista y admirar del mundo los frondosos y espléndidos paisajes. Evocar del pasado los ensueños convertidos en tristes realidades; y creer que me miran unos ojos que se aceran lo mismo que puñales. Sentir sobre mis sienes el latido de un algo misterioso, impenetrable, y mirar agitarse en lontananza de una mujer la venturosa imagen. Luego, soñar que al extender mis brazos llegó un momento a aprisionar su talle, mientras escucho de mis propios labios el dulce beso que se lleva el aire.

NOTA: Poema de clara poética modernista.


408

EN POS DE MI IDEAL Cruzo errante por el mundo, sin amores ni fortuna, sin hallar un alma noble que se apiade de mi mal; sólo miro en mi camino fulgurar la blanca luna, mientras sigo velozmente tras mi olímpico ideal. Y aunque sé que no me rindo, porque eternamente fuera caminando tras la huella de quien ahora voy en pos he parado fatigado, y en mitad de mi carrera he creído firmemente que es verdad que existe Dios. Y al seguir bajo las sombras de la noche mi camino he sentido que algo extraño se agitaba en derredor; era, Carmen, de tu imagen el recuerdo peregrino que en cien luchas siempre ha sido mi continuo vencedor. El prosigue por mi senda pregonando su heroísmo, y me vence porque tiene más arrojo que un titán; más misterios que hay ocultos en el fondo de un abismo, y más fuego que el que vierte la áurea boca de un volcán. Sigo errante por el mundo, sin amores ni fortuna, sin hallar un alma noble que se apiade de mi mal; sólo miro en mi camino fulgurar la blanca luna, mientras corro sin descanso tras mi olímpico ideal.


409

LAS DOS ESTÁTUAS En la ancha plaza se destaca y brilla, y en la noche sus triunfos son más grandes, la estatua de un guerrero de Castilla, que estuvo acaso combatiendo en Flandes. Y al lado de aquel héroe corpulento otro altivo se alza y se respeta; es la estatua de un hombre de talento que fue insigne filósofo y poeta. Y entre ambas, airosa y decidida una Venus de mármol se levanta, que al poeta le augura eterna vida, mientras del héroe las victorias canta. Y cuentan que una noche misteriosa el caudillo al poeta en tono fiero le dijo yo no sé qué horrenda cosa, que así el poeta contestó al guerrero: -Alabo vuestro bélico heroísmo, pues mi pluma ante vos está rendida; mas sabed, por mi honor, que el egoísmo se deja en el umbral de la otra vida. Refrenad el ardor de vuestra entraña; a un valiente lo vence otro mayor. - Soy el héroe inmortal que tiene España. - Yo soy de nuestra patria el ruiseñor. - Pero vos no luchasteis en la guerra, vuestro arrojo la patria nunca vio, por mí triunfante se ensanchó en la tierra, vos no fuisteis soldado como yo, e ignoráis del patrio sentimiento la nobleza infinita y el amor. - Nobleza que es igual que el firmamento, que es de todo lo inmenso lo mayor; mas pensad que olvidasteis, gran caudillo, que si gloria ceñiste en cien peleas, fue porque pasasteis a cuchillo las ciudades, los pueblos, las aldeas; y tinta en sangre la gentil tizona que empuñaste en el campo de batalla, si de vos el arrojo nos pregona,


410

ante vos solamente se desmaya, pues recordad que su templado acero por hacer aún mayor vuestra grandeza hubiera sin temor al mundo entero separado del tronco la cabeza. ………………………… La espada entonces requirió el soldado, y de hito en hito contemplolo el vate; y la Venus risueña que había al lado surgió al instante y evit6 el combate. Y con voz de cristal, dicen que dijo, y al punto entrambos se acabó la guerra, Si es verdad que la patria os bendijo, sois iguales de grandes en la tierra.


411

AMOR Y TORMENTO Ya la lucha me cansa, ya me arredra del porvenir el horizonte oscuro; yo aún quisiera luchar, y ser más duro para ablandar tu corazón de piedra. ¡Oh! Cómo amarga la ilusión perdida por los abismos de la mente humana; y qué triste y qué lóbrega es la vida cuando nada se aguarda del mañana. Todo a mi paso desflorece al punto, no descubro una luz en lontananza; el amor para mí es un difunto que ya mi vista a descubrir no alcanza. Para mí, es igual que una marchita flor en mis horas de ventura y calma; es un bello recuerdo que gravita sobre el tedio infinito de mi alma. ¡El amor! ¡El amor! Por él suspiro, por él la vida comprendí un momento; y por é1, ¡ay de mí!, loco deliro sin saber si es amor lo que es tormento.


412

ZAGALA Zagala, linda zagala, zagala de ojos de mora la que los riscos escala, y es de la montaña gala, y de mis sueños señora. Zagala de ojos dormidos, y para mirar reacios; ojos que llevan prendidos de mis sueños preferidos los quiméricos palacios. Zagala de labios rojos, zagala traviesa y loca, a tus pies ahora de hinojos, déjame mirar tus ojos, déjame besar tu boca. Zagala gentil y airosa, de la pradera sultana, tú eres igual que una rosa delicada y primorosa al despuntar la mañana.

Zagala de blancas manos y cara de terciopelo, de ojos negros y gitanos, que me hablan de los arcanos que a mí me reserva el cielo. Zagala, linda zagala, zagala de ojos de mora, la que los montes escala, y es de la cabaña gala, y de mis sueños señora.


413

TU BOCA Tu boca, tu fresca boca, es de la lujuria hermana, toda gracia en ella es poca; ¡ay!, tu boquita de grana, que si la beso, me evoca, cuando ríe medio loca, la boca de una sultana. Tu boca de puro armiño, la que perfuma mi vida, adonde mis labios ciño, cubriéndola con cariño porque es igual que una herida Tu boca, tu fresca boca, ¡ay!, tu boquita gitana, que si la beso, me evoca una flor roja y lozana, y si ríe medio loca, la boca de una sultana.


414

DE MI LEYENDA Una noche te vi cruzar airosa, de tu jardín la perfumada senda, tu rostro de marfil era una rosa, y estabas esa noche tan hermosa como el hada gentil de mi leyenda. La luna los vergeles plateaba, que exhalaban riquísimos aromas, y en tanto que orgulloso te miraba, una fuente a lo lejos murmuraba, y en su nido arrullaban las palomas. Después tus manos deshojaban flores, y a tus pies una alfombra se extendía, una alfombra de mágicos colores, que de la clara luna a los albores de raso y esmeraldas parecía. Y mirabas risueña el amplio lago que fue de nuestro amor mudo testigo; él sólo sabe el indecible estrago que de mis tiempos venturosos hago porque en sus aguas naufragué contigo.


415

SOY EL POETA DEL SILENCIO

A Francisco Echalecu y Canino.

Soy el poeta del silencio: escribo con una herida sobre el pecho abierta; y el aliento en la lucha lo recibo de los labios sin jugo de una muerta. Soy el poeta del silencio: canto mirando al sol en la celeste altura y del inmenso y purpurino manto la intangible y espléndida pintura. Soy el poeta del silencio: miro a la alba luna enamorar los astros; (1)

llegar hasta un jardín como un suspiro, y de un convento iluminar los claustros. Soy el poeta del silencio: veo lo interior, lo cercano, lo distante; y todo cuanto alcanzo en mi deseo lo examino y descifro en un instante. Soy el poeta del silencio: gozo haciendo luz hasta en lo más profundo; mientras yo quiero ser igual que un pozo; insondable y oscuro para el mundo. Soy el poeta del silencio: pienso en los mundos que mira el de la idea; y al verlos fulgurar quedo suspenso, y habito en otros que mi mente crea.

(1) Si <<alba>> se toma como adjetivo -como realmente es- se podría suprimir la liaison, es decir, efectivamente, << a la alba luna>>.


416

DE REGRESO

Para mi sincero amigo el insigne periodista Luis de García M. de Puelles.

Tras de los muros del jardín estaba; nadie turbó su solitaria espera, después de tantos años de martirio, después de las fatigas de la guerra, y de haber aguantado tantos días el hambre y la miseria; sintiéndose morir, sin que sus labios le pudieran contar las hondas penas que minaron su alma cuando estaba allá en lejanas tierras luchando por su patria, por su honor, por su Dios y su bandera; o el fervor con que oraba ante una virgen, tan rubia como buena, para poder al fin de la jornada cumplirle a su adorada la promesa que selló con un beso inacabable la misma noche que se fue a la guerra. ……………………………. El clarín penetrante de los gallos que pregonan del día la esplendencia; los cánticos que entonan los pastores en la cumbre más alta de la sierra; los rumores de vida, los gorjeos, los ruidos de los pájaros que vuelan, los azules reflejos de la aurora, le llenaron el alma de tristeza: la hora de la cita había expirado; en vano era esperar que ya viniera. ¿Quién podría calmar su desventura? ¿Quién podría alegrarle la existencia? Si todo lo sufrió porque creía que allá en su pueblo lo esperaba aquella que jurole al partir amor eterno, sellando con cien besos su promesa, para luego después burlar los sueños


417

que volaron en torno de su reja, donde tantos cantares le plañía, donde acaso sostuvo cien reyertas, e hizo astillas riñendo cierta noche sobre un mozo del pueblo su vihuela; aquélla que alegró sus mocedades y aplacó sus pesares y sus quejas, y oyeron altas horas de la noche las mozas de su aldea, que auguraban amores y sentían en el lecho nostálgicas quimeras, de otro amor que pasó como las flores que cuidaron con mimo en las macetas que adornaban sus clásicas ventanas y sus rubias y crespas cabelleras, y en sus pechos de mármol aspiraron el grato aroma de su carne fresca; (1) pero todo acabó como un ensueño; el sol brillaba sobre la alta sierra, y entonces, ¡ay!, iluminó su mente de otro amor las dulcísimas esencias; vagó por la ciudad como un fantasma, sin reparar cuán triste estaba aquélla sin torre y sin campanas; perforados los muros de su iglesia; largas filas de casas destruidas; escombros, ruinas, maldición, miseria. Y vagando, vagando por las calles lo mismo que una sombra en las tinieblas, pensaba acaso en abrazar su madre, aquella viejecita santa y buena que regó sus mejillas con el llanto la triste noche que se fue a la guerra; mas ¡ay! que luego al contemplar su casa cayeron a sus pies sus ansias muertas, y entonces quiso, pero ya no pudo, regresar otra vez a las trincheras.

1) Majestuoso polisíndeton.


418

VEN AQUI Ven aquí, que estoy sediento de tu gentil hermosura; ven a mí, porque te siento reinar en mi pensamiento como una luz blanca y pura. Ven aquí, que si la vida quieres a cambio de un beso, te la he de dar enseguida: quiero pagar con exceso lo que tu boca me pida. Ven aquí, porque te ansío como se ansía la victoria; ven aquí, cariño mío, porque sin ti está vacío mi amante pecho de gloria. Ven aquí, ven a mis brazos y mécete con ternura: quiero estrechar nuestros lazos; quiero darte cien abrazos oprimiendo tu cintura. Ven aquí, y sin enojos déjame besar tu frente¡ déjame besar tus ojos, hasta que a tus pies de hinojos te bendiga eternamente.


419

LEJOS DE TI Que todo cuanto miro y cuanto existe si estás tú lejos me parece triste.. Retorna pronto al amoroso nido, a donde antaño sonreíste loca, donde yo tantas veces he bebido el tibio aliento de tu fresca boca. Retorna, ya que la existencia mía es más lóbrega, Carmen, cada día que estoy lejos de ti; quiero verte en mi agonía, y besarte con loco frenesí. (1)

Quiero sentir de tus ojos el influjo imponderable; quiero al morir sin enojos que me den tus labios rojos un adiós interminable. Quiero que tu imagen bella se grabe bien en mi mente, puesto que tú eres la estrella que más fulgores destella sobre mi tétrico ambiente. Y quiero rasgar el velo de mi odiosa desventura, y luego con loco anhelo pensar que detrás del cielo podré estrechar tu hermosura. Y así gozoso, la vida creeré que abrazo risueño; venga la muerte en seguida: ¡quién de vivir no se olvida cuando la vida es un sueño!

1) Curiosa mezcla de una octava real con un tercetillo de métrica irregular.


420

MUJER

No hay palabra más dulce y armoniosa; no existe nada tan sublime y santo; ni brota rosa que como esta rosa perfume el mundo con igual encanto. Ella nos embellece la existencia, y es del hombre al nacer celeste aurora; es dulzura, es amor, es inocencia que ríe nuestra risa y nuestro llanto llora. Ella es el escabroso camino de la vida nos muestra los abismos con suma placidez, y siempre en los fracasos, si sangra nuestra herida, la limpia y a la lucha volvemos otra vez. Por ella en nuestro pecho fulgura la esperanza; la luz de un bien ignoto nos vuelve a iluminar; del joven es un faro que brilla en lontananza, del viejo una reliquia, del mundo es un altar.

NOTA: Cada estrofa tiene una sílaba más en sus versos que la anterior. Comienza con endecasílabos y acaba con alejandrinos. Este <<experimento>>, es del gusto de Rubén Darío.


421

La poesía y el teatro de Luis Espinosa

Se terminó de imprimir en los talleres de la imprenta Provincial

de Ciudad Real

El día 30 de julio de 2004

Ejemplar gratuito

El autor: Todavía me queda algún ejemplar por si algún lector quisiera tenerlo en papel, se ponga en contacto conmigo y veríamos la mejor forma de hacerle entrega.

· La obra literaria de Luis Espinosa 7 INDICE Biografía de Luis Espinosa...

Documents

Transcript of · La obra literaria de Luis Espinosa 7 INDICE Biografía de Luis Espinosa...