La nueva izquierda argentina:1960-1980

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BIBLIOTECA POLITICA ARGENTINA La nueva izquierda argentina:1960-1980 (Política y violencia) Claudia Hilb y Daniel Lutzky Libros Adquiridos Con Fondos Coniribudén Alumnos ir ; ® CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA

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BIBLIOTECA

POLITICAARGENTINA

La nueva izquierda argentina:1960-1980(Política y violencia)

Claudia Hilb y Daniel Lutzky

Libros Adquiridos Con Fondos

Coniribudén Alumnos

i r ; ®CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA

Page 2: La nueva izquierda argentina:1960-1980

11N V

F E £

Agradecemos a quienes nos han ayudado en nuestro trabajo, ini­

ciado en el seno del G R E LA T (G rupo de investigación sobre América LatinaJ financiado por e l M inis terio francés de la “Re- cherche " francés. En particular a Silvia Sigal e Is idoro Cheresky por sus consejos y ayudas; asimismo los comentarios de Daniel Pecaut, as í com o las opiniones de A lain Rouquié nos han estimu­

lado para proseguir nuestro análisis.

Todos los materiales sobre los cuales se hizo el lib ro fueron .cedidos por el C entro de Documentación C ED ID ELP, ubicado en 14 rué de Nanteuil, París.

Finalmente no podemos dejar de agradecer a la persona con quien hemos compartido los primeros tramos de la investigación: A licia JCosoy.

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F A C . D S F I L O S O F I A

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| S e c r e ta r ía d e re d a c c s M : M a rg a r ita B. P o n tie r i

— ^~*=-“ “ ^ 0 8 c a r D ía z

i/a ld é s , A lb e r to O n e to ,

- D ¿»§ e -

C o o rd in a c i ó n y p ro duc c ió n : N a ta lio L u k a w e c k i,

E lis a R an d o , F e rm ín E. M á rq u e z .

© 1 9 8 4 C e n tro E d ito r de A m é ric a L a tin a S .A . - J u n ín 9 8 1 , B u e ­

nos A ire s .

H ech o el d e p ó s ito d e le y . L ib ro d e e d ic ió n a rg e n tin a . Im p re s o en

ag osto . P liegos in te rio re s : co m p uestos en G rá fic a In te g ra l, P u ey -

rred ó n 5 3 8 , 4 to . A , Buenos A ire s . Im p re s o y en c u a d e rn a d o en

los ta lle res d e Prensa M é d ic a , J u n ín 8 4 1 , B uenos A ire s . D is t r i ­

b u id o re s en la R e p . A rg e n tin a : C a p ita l: M a te o C an ce lla ro e H ijo ,

E c h e v e rr ía 2 4 6 9 , 5 to . C , B uenos A ire s . In te r io r : R y e la S A IC IF

y A , B e lg ran o 6 2 4 , Buenos A ire s .

IN TR O D U C C IO N

Este lib ro es fru to de u na investigación efectu ada

durante los años 1982 y 1983, sob re el origen v el

desarrollo de las organ izaciones y de las ideas política s

ae la “ nueva izqu ierda de los años 60 ’?T~Er~Eecho

parecería hab er cu m plido un ciclo com p leto en la evolu ­

ción de este sector; desde su nacim ien to y su crecim iento,

después del “ cord ob a zo” hasta la ola de represión y

destru cción· qu e se ab atió sob re el m ism o, se hace más

importante el estu d io de ese fen óm en o. P or otro lado

.somos conscientes de la carencia de traba jos sobre el

luma. Tem a que nos parece s ign ifica tivo e im portan te en

lu h istoria de las ú ltimas décadas, y qu e trae a colación

un prob lem a centra l de la vida p olítica argentina: la

violencia ._

El trab a jo com ien za con un ca p ítu lo de exp lica tivo

IItu lo: “ La legitim ación irrea lizab le del sistema p o lítico

v la aparición de la izqu ierda de los años 60” , donde

< ’luudia H ilb analiza las circunstancias h istóricas del

■ungimiento de los gru pos y pa rtidos revolu cionarios

p rofu ndizando en las causas de su origen. E l cap ítu lo

«iKiiiente, del m ism o au tor, es un ensayo sobre la

relación entre estos sectores y el p rob lem a de la p olítica

v l.i democracia en Argentina .

A continu ación , D aniel L u tzk y b a jo el títu lo de “U na

viülón de la sociedad” , desglosa a pa rtir de u n estu dio

I·· ii m enorizado de las pu b licaciones y de a lgunos hechos,

ln Iónica p olítica de esa izqu ierda expresada en los

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análisis, los a fectos y la práctica. Prosigu e, en seguida, en

el cu arto cap ítu lo con ob servaciones sob re el devenir de

esos gru pos p o líticos en los años qu e van desde el golpe

de estado de 1976 hasta las elecciones de octu b re de

1983.

Para term inar hem os agregado b a jo el títu lo de

“ C om enta rios” el análisis de algunos de los pocos traba ­

jos rea lizados sob re el tem a y una cron ología de los

principa les hechos armados y su con texto p o lítico .

U n o de los prim eros interrogantes qu e se nos presentó

cu ando com enzam os la investigación —y qu e las personas

qu e entrevistamos no dejaron de señalar—, es la defin i­

ción del su jeto, o m ejor dicho, su existencia.

¿Se pu ede hab lar de una izqu ierda de los años 60 sin

caer en genera lizaciones abusivas qu e no dan cuenta de

los su jetos reales? ¿Acaso no p od ría con ju steza decirse

qu e la izqu ierda peronista , “ perten ecien te” a un m ovi­

m ien to popu la r no pu ede ser superpuesta a “ gru pos

sectarios” ? ¿O m ezcla r en una misma defin ición secto­

res que practicab an la lu cha armada con otros que no lo

hacían es equ ivocado? A s í com o u nir partidos cu yo

cen tro de trab a jo estaba en la clase ob rera con otros que

concentrab an su actividad en la form ación del pa rtido de

vangu ardia o del ejército popu lar.

C reem os qu e todas estas cu estiones son ciertas, y no

dejaremos de tomarlas en cuenta en nuestro trabajo.

Pero tam b ién pensamos qu e es correcto a firmar la exis ­

tencia de un espacio comú n entre todas esas organiza ­

ciones ; qu e pu ede dar lugar a su tra tam iento con ju nto.

E n cierta form a pertenecen a un m ism o p eríod o de la

h istoria ; nacen, en su form a más defin ida , en la época

que; va de la revolu ción cubana hasta p oco después del

C órd ob a zo (la década de los años 60, de ahí qu e los

denom inarem os “ izqu ierda ' de los años 60” ) y su m o ­

m en to de m ayor crecim iento cu antita tivo, es en general,

desde e í C ord ob a zo hasta la ca ída de C ámpora . Con

d iferencias en tre los gru pos peronistas y los ño pero ­

nistas, todos desarrollan el tem a de la revolu ción com o

un acontecer cercano y práctico, en particu lar el de la

lu cha armada, sea com o práctica inm edia ta o com o

fu tu ro lió le jano, y sob re tod o com o ob jetivo buscado.

| B asándonos en estas características, nos perm itim os es-

¡ tu diarios com o con ju n to. _E l otro prob lem a es de referencia ética . E l tem a de la

izqu ierda revolu cionaria evoca distintas significaciones;

para algunos es la h istoria de una lu cha contra la

represión y la miseria, qu e evoca deseos de transforma ­

ción social, de ju sticia y de sacrificio personal. Para otros

es el tema de la violen cia desatada sob re el pa ís com o las

siete plagas de E gip to, causante de mu ertes, golpes de

Estado, donde el pu eb lo d eb ió su frir p or causas ajenas.

Para otros s ign ifica la h istoria de las víctim as sob re las

qu e cayó la más dura represión, tortu ras, asesinato? y

desapariciones, especia lmente esto para los fam ilia res de

los desaparecidos y para qu ienes son sensib les al d olor

humano. P or ú ltim o, habrá qu ienes les s ign ifica la sub­

versión apatrida a la que ha b ía qu e extra er del cu erpo de

la N ación para que esta viviera.

E l tema qu e tratamos en este lib ro es un tema

sumamente u rticante y qu e despierta em ociones mu y

fuertes, p ero lo qu e hay qu e com prender es qu e esas

emociones están ligadas, no a un p rob lem a abstracto,

sino a una h is toria de en frentam ientos , od ios y frustra ­

ciones qu e va más allá del tem a m ism o de la izqu ierda de

los años 60.

Tom an do en cu enta esto que acabamos de decir, este

trabajo pu ede ser in terpretado de d iferen tes maneras: a )

como una crítica a un m ovim ien to en decadencia ,

“haciendo astillas del árb ol ca íd o” , b ) com o una au to­

crítica que ten d ría com o ob jeto p erm itir “ recom enzar,

pero esta vez b ien ” , c ) com o u n ataqu e a posiciones

políticas con las cuales n o se concu erda, sea p or qu e

están contra la democracia , o sea p orqu e están contra la

Nación.

Estas son form as rela tivam ente típ ica s con las cuales

se “ caracteriza” un trab a jo de este tip o; evitándose el

trabajoso es fu erzo de pensar mas allá de la in tencio ­

nalidad depositada .

¿Qué significa para nosotros pensar el tema de la

Izqu ierda de los años 60? E n prim er lu gar analizar el

mirgimiento y el fu ncionam iento de una form a de inter ­

pelar la sociedad en el discu rso y la acción p olítica qu e

lia tenido una gran im portancia en la evolu ción argen- tlna.

Según Peter W aldman: “ En ningún otro pa ís de

América Latina , excep to Cuba, las estru ctu ras de la

(toe ¡edad y del E stado han sido sacudidas más p rofu nda y

persistentemente qu e en Argen tina ” 1. S ilo s térm inos de

Iti e x presión pu eden parecem os exagerados, creemos qu e

demuestran la im portancia del tem a qu e tratamos. En

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primer lu gar p orqu e s ign ificó una form a específica de

encarar lo p o lítico (o lo “ n o p o lítico ” ) y lo socia l que

u b icaba la violen cia en prim er plano. Porqu e esta form a

de pensar y de actu ar, fu e a lternativa para un sector

im portan te de la ju ventu d argentina. Porqu e fu e apare­

cien do en la vida p olítica e im p on ien d o con su presencia

la defin ición de los distin tos sectores de la sociedad hacia

ella ; desde las luchas antid icta toria les del p er íod o

1969-73, pasando p or la elección de C ámpora y los

cam b ios sucesivos den tro del peron ism o, hasta la apari­

ción de las “ tres A ” y el golpe m ilita r de 1976.

En este Sentido, tratar de com prender la izqu ierda de

los años 60, es tam b ién com prender la evolu ción de la

sociedad argentina en los ú ltim os años.

E l tem a fu e ab ordado de dos maneras d iferen tes ; una,

tra tando de interpreta r las relaciones existentes entre el

su rgim iento y el desarrollo de la izqu ierda revolu cionaria

y la evolu ción general de la sociedad: de qu é manera la

sociedad argentina expresó su crisis p rofu nda con la

aparición de un sector que “h a cía suya” esa crisis y

p rop on ía la destru cción de lo exis ten te com o salida.

L a otra es el análisis de la lógica p olítica de esa

izqu ierda ta l cual fu e creada, en sus relaciones internas y

en su expansión hacia “ el ex terior” . E ste estu dio re­

marca, pese a las relaciones con pensamientos p olíticos

previos , la id eolog ía p olítica com o “ creación ja d ica l” de

nuevas formas.

Estas dos form as d iferentes de analizar el su jeto,

expresan una prob lem ática más universal sob re la natura ­

leza de lo socia l; en particu lar, de las “ in stitu ciones” en

el sentido más amplio.E l trab a jo no in ten ta dar una respuesta a esta cues ­

tión , qu e va m u cho más allá de los ob jetivos propu estos,

s im plem ente deja p lan teado el prob lem a .

N O T A

1 Ver V . Comentarios.

“ L A L E G IT IM A C IO N IR R E A L IZ A B L E D E L S IS TE M A

P O L IT IC O Y L A A P A R IC IO N D E L A IZ Q U IE R D A

E N LO S A Ñ O S 60”

C laudia H ilb

A partir de los años 60 surgen sob re la escena p olítica

argentina u na serie de grupos, p a ftictós l'^ organ izacioñes '

político- m ilitares, qu e cu estionan la capacidad de los

partidos tradiciona les para p rop on er cam b ios p rofu n dos

a la sociedad.

Su aparición y su desa rrollo expresan p or u n lado la

crisis del sistema p o lítico argentino, al m ism o tiem po

qu e pon en en cu estíoñ ’los fu nH amehtos de su legitim i­

dad. Para lelamente, su presencia y su accionar contri­

bu irán a p rofu n d iza r la crisis de la qu e emergen.

E n esta prim era parte analizaremos las condiciones de

su rgimiento y de desarrollo de las concepciones de los

grupos qu e hem os agru pado b a jo la den om in ación de

“N u eva Izqu ierd a de los años 60” (y qu e p or razones de

com odidad llam arem os de ahora en más la N I) . S i b ien es

i- ierto qu e gran parte de estas concepciones están estre­

chamente relacionadas con teoría s o experiencias in ter ­

nacionales (m a rxism o, revolu ción cubana, m aoísm o,

trotzkism o, etc.), creemos qu e esto no alcanza para

explica r la form a particu lar qu e tom ará el desarrollo de

In N I en la Argentina . E n otras palab ras, nos in teresa ver

en qu e m ed ida la p ráctica y la s concepciones de la N I

son tribu tarias de la práctica p o lítica p reexistente.

Ab ordan do el p rob lem a desde este ángu lo, el análisis

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de la N I deb e centrarse en el terreno de lo qu e llamamos

el cam po de lo p o lítico . A través del estu dio de la

p rodu cción teórica y de la acción de los gru pos de la N I

aparece con tu erza una vis ión marcadamente instru-

m enta lista del poder, qu e no es más qu e la expres ión de

una con cepción qu e iden tifica p olítica con engaño, con

m entira , —engaño cu yo ob jetivo es ocu ltar la verdadera

natu ra leza del(|K)der,/que se redu ce a la opresión— . Este

p od er a su vez está inm edia tam ente iden tificado con un

lugar, el/Estado)

Tra ta h -de"'en tender p orqu e una concepción de este

tipo, negadora de toda posib ilidad de pensar lo p o lítico

com o cam po de form u lación de un consenso, pu ede

desarrollarse con la im portancia qu e tiene en la A r ­

gentina en los años 60, es tratar de entender a la N I no

com o una excrecencia in exp licab le e inexp licáda sino

com o un em ergente de una situ ación de crisis del sistema

p o lítico en su coiyu nto.

Peron ism o y an tiperon ism o, o la invocación

exclu yen te de la legitim idad

En el con texto de lo qu e irá con figu rando una crisis

cada vez más profu nda del sistema p o lítico argentino, y

en el m arco del cual p reten dem os analizar el su rgim iento

de la N I, nos parece interesante “ rastrear” algunos

elem en tos en el gob iern o peron ista 1946-1955.

Pese a que el acceso del peron ism o al gob iern o ocu rre

den tro del respeto de las reglas de la dem ocracia insti­

tu ciona l, el golpe de E stado qu e lo derrocará en 1955 se

hará tam b ién en nom b re de la dem ocracia . L a in vocación

de la dem ocracia , o d icho de otrp modo~~gela ~ teg íti- "

midad~de~TasTeglás de ju ego p olítico , son entendidas en

fo rma antagónica p or im portantes sectores de la.scfc-

ciedad.

Sin entrar a analizar en form a deten ida este p er íod o,

qu e nos a leja ría demasiado del tem a central, señalemos

solamente algu nos aspectos qu e nos parecen significa ­

tivos para nu estro desarrollo.

A l d isponer el peron ism o du rante d iez años de la

m a yoría absolu ta en las Cámaras, el ju ego parlamentario

aparece incapaz de canalizar una expres ión eficaz de la

opos ición . S in duda, la estructu ra vertica lista del pero ­

n ismo, las fases antilib era les de su gestión , su tendencia a

identificar com o enem igo ai opos itor, con trib u yen a

acentuar este fenóm eno.U sto no es, por cierto, una exclu sividad del peron ism o

> ii ese p eríod o. Y a la campaña electora l del 45/46 hab ía

e stado signada p or una p ola rización extrem a , p or un

discurso qu e designaba al adversario com o el m al abso-

Into: Braden ó Perón ¡peron ism o = nazifascismo.

Indu dáb lemente, la actitu d de la opos ición y de la

U C R en particu lar no son ajenas a esta situación. La

dirigencia radica l que controlab a el aparato del Pa rtido

I»asaba su campaña en la denu ncia del peron ism o, en su

reivindicación ya sea de P a rtido proscrip to de la década

míame ya de “ víctim a ” del Peron ism o, sin advertir que los contenidos nu evos del discu rso peronista , al m ismo

l lempo qu e veh icu lizan un con ten ido au torita rio apelan

lambién a los derechos sociales de los sectores exclu idos.

El m anten im iento del caudal de votos del Peronism o

en ese p er íod o, sumado a las reform as electora les que

realiza para su p rop io b eneficio, parecen garantizar p or

un mediano p la zo su permanencia en el gob ierno.

Los partidos de opos ición n o encontrarán en el ju ego

«lem ojáático la fo rm a de in terven ir o de m od ifica r J a .

p olítica del gob iern o, ni de hacer fren te a lo que

consideran com o un cercenam iento de su lib ertad de

'■^presarse fren te al pa rtid o oficia lis ta , en igu aldad de

eondicionesTE n estas condiciones , la op os icióñ Teñ d éíF a '

estab lecer relaciones preferencia les con gru pos o perso­

nas d irectam ente ligados al aparato del E stado, —las

l 'uerzas Arm adas sob re tod o—, y a actuar com o gru pos

de presión.

Paralelamente, den tro del peron ism o, el parlam ento

lendrá cada vez más un rol exclu s ivo de “ trasmisión” de

los p royectos del E jecu tivo. A l m ism o tiem p o, las organi-

/ai iones corporativas (d e trabajadores, empresarios, e-

Ic.), cumplirán un rol de organizadores de las demandas

sectoriales, y de “ correas de transmisión” entre el apara-

lo estatal y las bases. E l E stado aparece entonces com o

el lugar p rivilegiado donde hacer va ler las demandas; es el \ '5íto

Bltado qu ien defin e la forma, los lím ites y la resolu ción j 0l

de los con flictos .

Lo que nos interesa subrayar es entonces, p or un

lld o , el descreim ien to de los p a r tid o s no-peronistas

frente a los mecanismos cíe representación Parlamentariá

durante las dos primeras presidencias de P erón ^ y la

presión ejercida sobre d iferentes sectores del aparato

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estata l „ As i com o tam b ién el h echo de qu e en el peron is ­

m o ta m p oqo es el Pa rlam ento qu ien cu mple el rol de caja

de reson a n cia 'dé las demandas, s ino .que éstas se orga ­

n iza^ desde y hacia el aparato estatal.

Es indudab le"que elTa rlá m en tó tam poco fu e el canal a

través del cual se expresab a el con flicto p o lítico antes de

la llegada del peron ism o al gob iern o. Pero lo qu e consti­

tu ye el h ech o remarcab le, la novedad, es la inclu sión de

im portan tes sectores sociales, hasta entonces margi­

nados, qu e hacen su “ entrada” en la vida p o lítica al

margen de las m ediaciones institu ciona les de la demo-

crapia parlamentaria .

La dem ocracia “ restringida”

Es en el p er íod o a b ierto p or el derrocam iento de

Perón qu e com enzarán a perfila rse los elem entos más

im portan tes para analizar la em ergencia de la N I.

L a p roscrip ción sistemática del peron ism o cierra el

cam ino al retorn o de éste al gob iern o p o r vía electora l.

Más a llá de las d iferen tes estrategias empleadas p or los

su cesivos gob iernos entre 1955 y 1973 —in ten tos de

in tegración del peron ism o, p roh ib ición ab solu ta de toda

expres ión del m ismo, captación de las bases, coop tación

de sectores del apara to—, el peron ism o com o expres ión

de la adhesión s im b ólica de una gran parte de la sociedad

argentina a un régim en p o lítico estará form a lm en te

exclu ido de la escena.

N in gu no de los gob iernos qu e se sucederán entre

1955 y 1973 será capaz de rehacer una unidad nacional,

de estab lecer.reglas -y form as de legitim á ¡cí5naceptab les

para el con ju nto de la sociedad. A n te la im pos ib ilidad de

rehacer una feü h ifica cion s im b ólica a lrededor del sistema

p olítico^ tod o gob iern o aparecerá com o ileg ítim o para un

a m p lio sector de la p ob la ción ; el m od elo de democracia

Parlamentaria com o m arco de resolu ción de con flictos y

com o m ecanism o de acceso al gob iern o está en crisis.

¿Q u é en tendem os al d ecir qu e la dem ocracia com o

m arco de resolu ción de los con flictos está en crisis?

C om o señalábamos más atrás, ciertos elem entos están ya

presentes du rante el p er íod o peronista . D espués del 55

esta crisis tomará perfiles más marcados.La ca ída de Perón acelerará un p roceso de frag ­

m entación de los pa rtidos no-peronistas, u no dé cu yos

ejes principa les será precisam ente la actitu d fren te al

peronismo. E stos pa rtidos , qu e se hab ían opu esto al

peronismo entre 1946 y 1955 en nom b re de las lib erta ­

des pú b licas y la dem ocracia se encu entran aceptando su

proscripción, y p or ende, ava lando una vers ión restrictiva

(le la dem ocracia . Pero al m ism o tiem p o la proscripción

del peron ism o les p lan tea la pos ib ilidad de intentar

captar su electora d o, h u érfano de toda representación

legal. _

Para lelamente, la intervención de las Fu erzas Armadas

irá au m entando. La asignación de lo perm itido y lo y

proh ib ido, de las reglas del ju ego p o lítico , escapará del S

ám b ito de las institu ciones de la dem ocracia , erigiéndose J

las F F A A en á rb itro, o más precisam ente en ju ez.

La escena p olítica aparece ya n o com o una instancia

de com petencia , en la qu e la sociedad se recon oce com o

tal y en la qu e m anifiesta su diversidad, sino com o la

instru mentación arb itraria en m anos de los “vencedores”

de 1955. Y los lím ites de esta escena n o están defin idos

por qu ienes concu rren en ella , sino p or u n á rb itro, qu e se

coloca p or fu era y p or encima, com o garante en ú ltima

instancia de la in am ovib ilidad de sus conten idos , —las F F A A —.

D entro del p rop io peron ism o, el golp e de Hstado delí

55 marcará el com ien zo de una crisis profu nda . A cos ­

tumbradas a tener al E stado com o in terlocu tor d irecto, :;

I us organ izaciones grem ia les flu ctu arán entre dos acti-

(udes opuestas: la op os ición fron ta l a tod o régimen

proscriptivo, p or un lado, y los in ten tos p or reacom o- ■

darse en una relación d irecta y p rivilegiada con sectores

importantes del aparato estatal. E sta ú ltim a pos ib ilidad

le ve a fianzada en la m ed ida en qu e el retorn o de Perón j.

parece cada vez más im prob ab le, y en qu e, consecu ente- j

mente, se acrecientan las pos ib ilidades de negociación de

ciertas cúpu las sindicales a pa rtir de una base de p od er ' pi opia.

lin estas condiciones , com enzarán a surgir sectores

dentro del peron ism o qu e cu estionarán la capacidad de

la dirigencia de ponerse a la cabeza de la lu cha p or el

" i < >rno de Perón , y qu e denu nciarán las estrategias

Independientes de ciertos d irigentes sindicales y p o lí ­

ticos. A l m ism o tiem po, se desvanecerá la esperanza de

irN laurar el peron ism o p or v ía de “ Pu tsch” m ilita r, con

pl ti acaso de las tentativas del genera l V a lle en 1956 y del «enera ! Iñ igu ez en 1960.

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E n una situ ación en qu e la vía electora l está vedada al

peron ism o, en la qu e los “ Pu tsch” m ilita res han fraca ­

sado, y en la que el desarrollo de una tendencia inte-

gracion ista parece amenazar la u nidad misma del pero ­

nismo, la lu cha armada com enzará a ser p lanteada p or

ciertos sectores com o la única vía para asegurar- eT

retorn o de Perón al gob iern o. D el seno de la Juventud

Peron is ta su rgirá un nú cleo lid erado p or u no de sus

dirigentes, G u stavo Rea rte, qu e fu ndará el M ovim ien to

R evolu cion a rio Peronista (M R P ), p roclam ando:

“ qu e el régim en en descom posición ha cerrado al Pu eb lo

todos los caminos, apoyándose en la violen cia y la

represión y haciendo del frau de y la p roscripción de las

m a yoría s popu lares su sistema de gob ierno. C ondenada

h is tóricam ente, la reacción ha elegido la form a en la que

deb erá ser destru ida .” 1

En la U n ión C ívica Rad ica l (U C R ), la d iferencia p ro ­

fu nda entre “ unionistas” e “ intransigentes” que se re­

m ontab a a la década del 40 se au torizará con la divis ión

del pa rtid o en U C R del Pu eb lo y U C R Intransigente 2 .

F ren te a las elecciones de 1958 la U C R Intransigente

de F ron d izi aparecerá para amplios sectores de la socie­

dad com o la encarnación de una p olítica qu e garantizaba

a la vez las lib ertades cívicas y ei m anten im iento y la

p rofu n d iza ción de las conqu istas sociales. C uenta en ese

m om en to con el aval del peron ism o (refren dado p or el

Pa cto Perón -Frigerio de enero de 1958), con la fu erza

p rop ia de su pa rtido, y con el a p oyo de lo qu e p o ­

d ríam os denom inar los sectores progresistas de las capas

medias, ligados trad iciona lm ente al tS y al P C .3’

S in entrar en el análisis de la gestión de F ron d izi,

destaqu em os s im plem ente qu e som etido continu amente

a presiones de tod o signo, su gob iern o se apartó sustan ­

cia lm ente de las expecta tiva s del peron ism o y de los

sectores de izqu ierda. La represión ejercida contra sus

antigu os a liados de 1958, a través de las instru mentación

del Plan C onintes y otras medidas, y la m od ifica ción del

programa econ óm ico origina l, p rovoca ron la hostilidad

del peron ism o y el a lejam iento de los sectores de

izqu ierda de la U C R I.

Los partidos de la izqu ierda tradiciona l —el Pa rtido

Socia listá y el Pa rtido C om u nista— tam b ién serán a fecta ­

dos en su hom ogeneidad con la ca ída de Perón .

E n el PS, la pos ición a adoptar fren te al peron ism o

hab ía p rodu cido ya una prim era escis ión im portan te, el

Partido Socia lista de la R evolu ción N aciona l, qu e se

aliaría al peron ism o y sería d isu elto p or ley en 195 6, y la

del gru po qu e fu n d ó el p eriód ico A cc ió n Socia lis ta , qu e

intentaría ocu par un espacio entre el antiperonism o

a u ltranza del viejo PS y el pro-peron ism o del PS RN . Tras

la ca ída de Perón , el PS su friría una nu eva escisión, b a jo

el dob le im p a cto de la Revolu ción Cubana y del antipe­

ronismo exacerb ado de sus dirigentes. A s í qu eda divi­

d ido en P.S . D em ocrá tico y P.S . A rgen tin o (es te ú ltim o

se defin irá a fa vor de la Revolu ción Cubana).

E l PC n o su frirá escisiones im portan tes hasta la

form ación del PC Revolu cion a rio en 1967, pero debe

destacarse qu e h ab ía perd ido gran parte de su peso con

/el adven im iento del peron ism o en los años 40. D espués

[del 55 el malestar reinante en su seno p or el a p oyo a la

democracia lim itada y p or el antiperon ism o se. ve en

iparte m itigado p or la represión su frida .tan to p or el PC

tom o p or el peron ism o b a jo F ron d izi. Las tensiones que

/se generan en estos años aparecerán ab iertam ente a partir

de los años 64/65, en qu e se alejarán gru pos de íñ fé- “

lectu ales, y harán eclos ión con la form a ción del PC R.

E n este con texto de crisis de las corrientes reform istas

y de izqu ierda qu e com ienzan a diseñarse los pu ntos de

fractu ra a pa rtir de los cuales su rgirá gran parte de los

«ra pos de la N I. E n esa s itu ación, d iferen tes sucesos

internacionales, ta les com o la Revolu ción Cubana, la

victoria del F L N de Argelia , la ruptu ra entre China y la

U nión Soviética , y posteriorm ente la gu errilla del “ C h e”

< ¡uevara en B olivia , ju garán un papel cata lizador.

En este con tex to de crisis del pensam iento p o lítico

liiinsform ador, lo^ ejem p los revolu ciona rios a n ivel inter-

nacional aparecerán com o m od elos de pa rticipación p o lí­

tica alternativa, su b stitu yendo a los m od elos tradi-

i'-nales que se mostraban ya sea com placientes con la

i opresión del peron ism o y la lim ita ción de la dem ocracia ,

vu sea ineficientes . E n particu lar el ejem p lo de la

l< evolu ción Cubana, triu nfante en el con tinente La tino-

iiinrricano, coloca nu evamente el p rob lem a de la “ tom a

del poder” en el centro del im aginario p o lítico y del

ilHmte. U na de las form as principa les qu e tom ará esta

Influencia , será el p redom in io de la acción sob re la

li'iu ín. L a reflex ión teórica^-de la - vieia izqu ierda no ha

i· nido respuesta, ante la crisis p o lítica n i ante el pero-

........ . la N I hará, el cu lto de la acción e inclu so expresa ­

Page 8: La nueva izquierda argentina:1960-1980

rá un fu erte “ an tiin telectu a lísm o” en algunos períodos .

E l p éríód o^ ryS S - ÍÍS S / B S se ca racterizó por la extra ­

ordinaria cantidad de escisiones y con form ación de

nu evos gru pos y partidos. S i b ien muchos de ellos son

mu y redu cidos en cu anto al nú m ero de integrantes, o de

vida efím era , este “h orm igu eo” p on e en evidencia una

crisis de las fo rmas trad icionales y una _h ¿squ ed a . de.

nu evos canales de expres ión . C itarem os algunos de estos

gru pos, porqu e a pa rtir de ellos se form arán lu ego las

organ izaciones de la N I, p ero sob re tod o para in tenta r

tradu cir esta m ovilidad , esta búsqueda, qu e caracteriza

los prim eros años de la década del 60.

D el PS A rgen tin o (com o d ijim os más arriba, una de

las dos ramas en qu e se d ivide el P S ) surgirá mas tarde el

PS. de Vangu ardia , una parte del cual con flu irá lu ego en

el E L N , con ceb ido éste com o una colu mna de a p oyo a ^

las fu erzas de G uevara en B olivia . E l nunca llegará a

con flu ir con las fu erzas del “ Che” , y dará lu gar a las

F A R (Fu erzas Arm adas Revolu cion a ria s ), qu e se unirán

a M on ton eros en 1973. Ta m b ién del P S A surgirá el

nú cleo de lo qu e será más tarde Vangu ardia C om u nista

(V C ). O tro com pon en te del E L N provendrá del PC , del

cual a su vez se desprende el PC R . D e éste a su vez saldrá

una nu eva escisión en 1968, las Fu erzas Argentinas de

L ib era ción (F A L ) .

E l Pa rtido Revolu cion a rio de los Trab a jadores (P R T ),

qu e creará mas tarde el E jército Revolu cion a rio del

Pu eb lo (E R P ) com o su b ra zo armado, surge en 1963

com o con flu encia de un gru po del noroeste^ el F ren te

Revolu cion a rio Indoam ericano Popu la r (F R IP ), d irigido

por los hermanos Santu cho, con el gru po Pa lab ra O b rera

de N . M oren o, que acababa de rom per con el peron ism o. ^

En 1968 el P R T se d ivid irá a lrededor del tema de la

creación de un ejército, separándose un gru po liderado

por M oren o, qu e con flu irá con un sector qu e se des ­

p rende del P S A y form ará el Pa rtido Socia lista de los

Trab a jadores (P S T ), qu e participa rá en las elecciones de 1973.

En el m ism o p eríod o se desprenden diversos sectores

de izqu ierda de los pa rtidos tradicionales, de la U C R , de

la U C R I, de la D em ocracia Progresista (sob re tod o en el

In terior ), o de gru pos cristianos que se acercan en

general a los nú cleos existentes, o qu e buscan acercarse a

los sectores de izqu ierda del peron ism o (R ea rte, H er ­

nández Arregu i, sindicatos mas com b ativos , etc.). A s í

por ejem p lo, la organ ización nacionalista Tacu ara dará

lugar a una escisión, el M N R T , qu e se acerca al pero ­

nismo y del cual surgen gran parte de los prim eros

integrantes de M ontoneros .

Para lelamente, sectores proven ientes del P S R N y de la

U C RI, o p róxim os a éstos, darán lugar a la con form ación

de círcu los .o gru pos preponderan tem ente teóricos , pero

de bastante in flu encia en esta s itu ación de crisis, com o

l’raxis, M A L E N A , etc.

Crisis del sistema p o lítico , de la dem ocracia parla ­

mentaria com o m arco de resolu ción de los con flictos ,

crisis de la izqu ierda tradiciona l, sin respuesta fren te a la

democracia restringida y los golpes de E stado, y del

peronismo en la opos ición . La N I em ergerá de esta crisis

del sistema p o lítico y pondrá en du da su legitim idad en

conjunto.

Si en térm inos generales el p er íod o 1955-1966/68 es

de la crisis y el reorden am ien to de las fu erzas política s ,

os entre 1968 y 1973 qu e se manifestará con fu erza la

N I, com o em ergente de esta crisis.

H “golp e” de 1966 y la emergencia

de la nueva izqu ierda

En el con texto de crisis p olítica qu e caracteriza a la ,

década 1956- 1966. el golpe de estado encab ezado p or el j;~

itral. Juan C a rlos _ O ngan ía pretenderá representar una4¡j

solución, al plantear un m od elo de a rticu lación d iferen te j

ro l del Estado y las demandas socia les^ ; en los ■

lu'( líos, llevará a una p rofu n d iza ción de la crisis. '

U no de los aspectos qu e hay qu e considerar es el

Impacto qu e tu vo el régim en m ilita r del 66 sob re los

n i tores m ed ios u rbanos, dado qu e será de éstos de

donde provendrán gran parte de los integrantes de la N I.

líl congelam iento oficia l de toda actividad p o lític a ,la _

" T rcsión contra la U niversidad, la censura, cerrarán los

■ mulles de expres ión de los sectores m ed ios urbanos, qu e

’¡i hab ían desarrollado sin m ayores d ificu ltades durante

Ion «."b ien ios civiles pos-peronistas.

listos sectores, trad iciona lm ente antiperonistas antes

il»l 55, hab ían sido am pliam ente fa vorecid os p or el

dt'Niitrollo de las corrientes m odernistas y lib era les entre

IVNH y 1966. Privados de canales de expres ión p olítica y

pu< ios de actividad au tónom a, im portantes nú cleos

d * Iiin clases m eS ja s 'y de la in telectu a lidad pasarán a la

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op os ición al gob iern o m ilita r.

A m ed ida que va su scitando las reacciones adversas de

am plios sectores de la sociedad, el régimen de O nganía

llevará al reordenam iento de la antinom ia tradiciona l

peron ism o antiperonism o. A partir de 1970, la defin i­

ción principa l de tod os los sectores p olíticos actuantes

girará en torn o al eje de la opos ición o el .apoyo al

gob iern o m ilita r. Radica les y peronistas se encuentran

amb os opon ién dose al gob iern o; la ju ventu d se en frenta

en form a amplia a la represión y al carácter mora lista y

au torita rio del régimen. Y a antes del 66 sectores de

izqu ierda se hab ían acercado al peron ism o; éste apare=

eerá de más en más com o el p rob lem a principa l para las ,

F F A A . en el gob ierno, con lo qu e acrecentará su fu erza

de atracción sob re aqu ellos qu e se opon en al régimen.

! P or otra parte, la m ayor pa rte de los jóven es qu e

com ienzan a pa rticipa r en la vida p olítica no han vivid o

activam ente el p eriod o 1945/1955. E l Peron ism o no

evoca en ellos lo qu e representa para las generaciones

anteriores; es, sobre tod o, la “ b ête n oire” de los militares ¡en el gob ierno.

Para lelamente, a com ien zos de 1968 se constitu ye el

“ M ovim ien to de S acerdotes para el Tercer M u n do” , que

p on e en evidencia el desa rrollo de una corrien te de la

Iglesia preocu pada p or los prob lem as sociales. A través

de la in flu encia de este m ovim ien to, im portantes gru pos

de la ju ventu d cristiana y del naciona lismo ca tólico se acercarán al peronismo.

Para estos gru pos de jóven es el acercam iento al

peron ism o representa”“s ob rem od o ël acercam iento al

“ Pu eb Io”~^ eróm stá . X a lectu ra qu e Tiácen dei p er íod o

45-55 es la de u na revolu ción socia lista tru ncada p or el

enem igo (la oliga rqu ía , el im peria lism o), p ero tamb ién

p or la fa lta de fid elid a d de ciertos dirigentes. L a exis ­

tencia de la organ ización armada garantizará entonces la

rea lización de ese ob jetivo revolu ciona rio, qu e su ponían

era el del pu eb lo peron ista y el de Perón . Ta n to para

ellos, com o para aqu ellos que encaraban la constru cción

de a lternativas no-peronistas, la dem ocracia no evocab a

otra cosa qu e la p roscripción del peron ism o, la ineficacia

y la fa lta de volu n tad de cam b io de los pa rtidos tradi­cionales.

L a N I surge y se desarrolla en u n p er íod o en qu e las

form as de representación tradiciona l del m ovim ien to

ob rero tam b ién se ha llan en u n p roceso de crisis y de

cambio.C om o señalábamos mas arriba, la C .G .T. tras la ca ída

de Perón se en con tró descolocada al perder la relación

estrecha qu e m anten ía con el aparato d el E stado. Pero

los «in flic to s crecientes en el in terior del m ovim ien to

sindical reflejab an no sólo las estrategias d iferen tes de las

qué hab láb amos, sino tam b ién la d ificu lta d de adecuarse

n los cam b ios qu e se ven ían p rodu cien do en la estructu ra

produ ctiva de la ú ltim a década. E n efecto , a partir de los

mtos 1966/67 parece qu e la C G T no sólo está atravesada

por el con flicto entre vertica listas y participacionistas,

sino que se verá constantem ente desbordada p or luchas

ru ivindicativas qu e se desarrollan al margen de su con ­

trol. La creación de la C G T d e los Argen tin os , la lu cha

de los cañeros contra el cierre de ingen ios en Tu cu mán,

las huelgas de S itrac-S itram, el C ord ob a zo, serán mani­

festaciones de la d ificu ltad qu e encu entra la C G T para

i analizar los con flictos en el m ovim ien to ob rero.

E l tem a del desb ordam iento de la C G T p or una serie

ilc hechos y de nuevas form as de organ ización en el

transcurso de los años 1968/73 m erece sin duda un

análisis exhau stivo. A los fines de este trab a jo sólo nos

Interesa destacar, p or u n la d o, qu e gran parte de los

participantes en los hechos de esta ép oca iden tifica n al

peronismo ya no com o una adhesión al pasado sino

com o el en em igo del régimen al qu e com b aten , com o un

hecho de resistencia en s í; y por otro lado, qu e las

divisiones en el seno del peron ism o perm iten el cuestio-

namiento d e las au toridades sindicales, sob re tod o cu ­

ando éstas, com o en el caso de V a n d or, parecen ob ede­

cer a estrategias sectoria les y cu estionar el ro l de Perón .

E l auge del sindicalismo lla m a d o “ com b a tivo” , de los l

en frentamientos violen tos y de la lu cha antib u rocrática , i

será el m arco en el cual la N I in tentará erigirse en j

alternativa para el m ovim ien to ob rero, y a pa rtir del cual i

justificará y extrapola rá sus d ifeíen tes estrategias d e j

loma del Poder.·S i hasta este m om en to h em os h ab lado de la N I com o

mi tod o, es p orqu e creemos qu e los d iferen tes gru pos

que actuarán a pa rtir de 1969 se gestan en u n mismo

i lima y muchas veces provienen de un m ism o tron co. Ta l

vez, en un p rim er m om en to, la d iferencia m a yor se

encuentra en M ontoneros , cu yo nú cleo p rim ero p roviene

en su casi tota lidad del naciona lism o ca tólico. Pese a

ello, tan to M on toneros com o tam b ién los gru pos qu e

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vienen más d irectam ente de la Ju ventu d Peronista , com o

el M R P o las Fu erzas Arm adas Peronistas (F A P ), incor ­

porarán en esos años a nú cleos proven ientes de la

izqu ierda , y se verán fu ertem en te in flu idos p or ese “ cli­

m a ” del qu e hab lamos.

A pa rtir de 1968/1969 la d iferenciación den tro de

esta N I com ienza a hacerse mas clara. Pasa, en un p rim er

paso, p reponderan tem ente p or la defin ición del m étod o

de lu cha ; las distintas organizaciones qu e plantean la

necesidad de desarrollar la gu errilla u rbana enmarcada en

una estrategia de “ guerra popu la r” se consideran, sobre

tod o hasta 1972, com o form an do parte de u n m ism o

proceso, el de constru cción de una vanguardia. E n este

sentido, abundan las declaraciones de integrantes de

M on toneros , F A R , P R T , F A P y F A L .

“ ¿Cómo se sitúa el ERP frente a las otras organizaciones armadas que operan en el país? ”“En el plano de la solidaridad y la simpatía, tenemos la mejor actitud y buenas relaciones con todos”(Reportaje al ERP, en Cristianismo y Revolución, Año IV, N ° 27, enero/febrero 1971).’

“Las estrategias de las organizaciones armadas en Argenti­na son básicamente similares. [. . . ] Tales puntos [de similitud] son el desarrollo de una guerra popular cómo único método para lograr la liberación de nuestra pat­ria. . . ”

(Montoneros, “ reportaje a la guerrilla argentina”, en

Cristianismo y Revolución, Año IV, N°28, abril 1971)

“En esa tarea [la gestación de una alternativa] [. . . ] el resto de las organizaciones populares no pueden aspirar a seguirlo siendo [a seguir siendo vanguardia], si no perciben

hasta que punto es en la lucha armada, la de los combates que se den, se ganen o se pierdan, pero se den, donde

radica su perspectiva de triunfo.”(“ FAR —los de Garin—”, en “Reportaje a la guerrilla argentina”, en Cristianismo y Revolución, Año IV, N°28, abril 1971)

E ntre el resto de los gru pos podem os distingu ir a

aqu ellos qu e, sin desarrollar estructu ras militares, com ­

pa rten en gran m edida la idea de la “ gu erra” , com o es el

caso del PC R antes de 1973 y de Vangu ardia Comu nista.

Y fin a lm en te los partidos qu e adherirán al trotzkism o,

com o Política O b rera (P O ), qu e su rgiría a lrededor de un

redu cido nú m ero de activistas ligados a gru pos teóricos a

mediados de la década del 60, y el PS T, qu e condenan

ab iertamente la violencia .

A este panoram a cada vez mas h eterogén eo deb em os

ugregar el e fecto p rodu cido p or las elecciones de 1973,

que provoca rá un a lejam iento entre las organizaciones

armadas peronistas y no peronistas. Pero hasta fines del

72, y en gran m edida aun después de esta fecha pod em os

encontrar grandes sim ilitu des en la concepción con qu e

los gru pos de la N I, a exclu s ión del PO y del PST,

concib en los sucesos qu e se desarrollan en el país. (D e

ahora en más, nos referirem os a la N I exclu yen do

im plícitam ente al PO *y al P S T )

La in terp reta ción qu e la N I. hará de los con flictos y

de su pa rticipación en ellos es a ltam ente significativa : a

la N I. le corresponde b rindar el “ m étod o” , para con ­

vertir las lu chas aisladas en una guerra popu lar. Cada

con flicto es vis to com o “ m om en to” de esta guerra qu e la

organización armada deb e saber canalizar.

“Nos preguntábamos como era posible que se hubiese dado un fenómeno de masas como el Cordobazo sin que las organizaciones armadas estuvieran ahí presentes, trans­mitiendo su metodología. ( . . . ) El eje de nuestra política es organizar la guerra del pueblo, todo tiene que confluir a eso. (. . .) Aportando cuadros con mentalidad político- militar al proceso de lucha que se da a nivel de masas y tratando de extender la metodología de la organización armada a todos los niveles en que se da el enfrentamiento de las masas con el régimen. ( . . . ) lo que necesita nuestro pueblo es que se le dé una metodología que le sirva para

pelear.”(Reportaje a las FA P, "C on las armas en la mano”, en Cristianismo y Revolución, Año IV N. 28, abril 1971)

“Las luchas de la clase obrera y el pueblo cordobés desde 1969 en adelante confirman rotundamente, la forma insurreccional de la salida política de la revolución de

liberación nacional y social en la Argentina”(Programa del PCR, 2° Congreso, abril 1972, p. 30)

"Con esta explosión [el Cordobazo] los métodos de

resistencia activa y de lucha armada han pasado á formar parte definitivamente del conflicto político. Careció [el Cordobazo] de una dirección centralizada, bien definida, de un programa y de un objetivo: la conquista del poder. ( . . . ) Es ese ejército - qu e desgraciadamente no existía en Córdoba— que hará posible la toma del poder.”(I'RT, E l C ombatiente, 11/6/69)