LA MUJER EN LA ILUSTRACIÓN

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LA EDUCACIÓN DE LA MUJER EN EL SIGLO XVIII Moratín Goya

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LA EDUCACIÓN DE LA MUJER

EN EL SIGLO XVIII Moratín Goya

1. La importancia de la educación en el siglo XVIII.La educación de la mujer.

Rousseau defiende que el fin último de la persona es alcanzar la felicidad, y considera que la educación es el medio para conseguirlo.

En el siglo XVIII la educación de las niñas estaba muy descuidada. Aquéllas que pertenecían a familias privilegiadas recibían una educación en los conventos que consistía en leer, escribir, bordar y rezar. Las que tenían más suerte salían en torno a los catorce años para ser casadas en una boda de conveniencia. Otras morían sin salir.

Los ilustrados criticaron este tema, incluso en prensa. En un artículo de 1804 titulado “Educación práctica o instrucción que se debe dar a las mujeres”, aparecido en el periódico “El Regañón general”, leemos:

“¿Podrán acaso los hombres pretender que sean sus esclavas las que están destinadas a ser sus compañeras?”

La figura, tan frecuente en la literatura del siglo XVIII, de la «bachillera» o mujer pedante viene a expresar, en clave satírica, la idea de que las mujeres deben formarse, en todo, para mejor cumplir con sus obligaciones como madres educadoras, amables esposas y anfitrionas o contertulias agradables, sin rivalizar con los hombres.

La educación de la mujer en el siglo XVIII

2. Un tema controvertido en la educación de la época.El matrimonio.

Las uniones matrimoniales de conveniencia entre jóvenes adinerados con muchachas jóvenes eran una extendida costumbre, y de ello dan fe las abundantes referencias al asunto en periódicos de la época, que insisten en los casos de adulterio e hijos ilegítimos (más de la cuarta parte de los nacidos en Madrid en 1803, por ejemplo).

La cuestión preocupaba mucho al Gobierno, que aprueba diversas disposiciones legales para corregir el problema. Carlos III mediante la Pragmática de 23 de Marzo de 1776 limitó el excesivo poder de los padres: “Obliga a los hijos menores de 25 años a respetar la decisión paterna sobre contraer matrimonio”.

Esta situación fue también denunciada por los ilustrados, puesto que ven en ello un peligro para la estabilidad de la institución familiar y, en consecuencia, del sistema social. Así Cabarrús en 1784 escribe:

“El adulterio, el escándalo y la discordia acompañaban una uniones ridículas, contrarias a la naturaleza e infecundas para el Estado”.

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3. El teatro y la educación de las niñas.Moratín.

Bajo el reinado de Carlos III se creó un movimiento de reforma de los teatros de Madrid. En 1799 Moratín fue nombrado Director de la Junta de Dirección de Teatros. Reformó el teatro español de su tiempo, con sus propuestas y con sus obras: en “La comedia nueva o El café” (estrenada en 1792), ridiculiza los excesos de los dramas seudohistóricos barrocos.

Moratín expone para los espectadores de su teatro los principios ilustrados y democráticos según los cuales la Felicidad de las personas puede estar amenazada por la fuerza de las costumbres, por la tiranía o por los abusos de unas tradiciones arcaizantes:“El viejo y la niña” (1790) hace un cuadro grotesco de los matrimonios desiguales en edad.Tanto en “El Barón” (1803) como en “La mojigata” (1804) se muestra el resultado de dos tipos distintos de educación: una educación severa y autoritaria, que violenta a las mujeres, y otra basada en el afecto y el respeto.

En 1806 se estrena “El sí de las niñas”, Moratín advierte en clave moral y aleccionadora de las nefastas consecuencias de una educación basada en los principios irracionales de la mentira y en el abuso de la autoridad paterna.

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4. La relación entre Moratín y Goya.

Goya y Moratín se conocieron por medio de Jovellanos, amigo común de ambos.

Goya retrató en dos ocasiones al autor teatral: el primer retrato fue pintado en 1799 cuando Moratín tenía 39 años. Fue cedido por el escritor a la Real Academia de San Fernando en Madrid.

El segundo retrato es de 1824. Es un retrato más íntimo de su amigo con 64 años. Se expone en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Moratín dedicó un poema a Goya y en su correspondencia personal encontramos numerosas referencias a su amigo pintor:

“Llegó en efecto Goya, sordo, viejo y débil, y sin saber una palabra de francés. Allá veremos si tal viaje le deja vivo”.

(Carta a don Juan García Prada. Burdeos, 27 de junio de 1824).

La amistad de ambos se hizo más profunda en los años que

ambos vivieron en el exilio en Burdeos, Francia.

Moratín murió en París en junio de 1828, dos meses después del fallecimiento de su amigo Goya.

La educación de la mujer en el siglo XVIII

También se refleja la relación de ambos en su producción artística: Moratín escribió un folleto satírico y caricaturesco sobre un Auto de Fe, celebrado en Navarra, que sirvió de inspiración a Goya para pintar “Las brujas”, en el que reflejaba con un humor descarnado y tenebroso la visión que la Inquisición tiene de la mujer como símbolo del mal y del pecado.

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Asimismo encontramos paralelismos entre el humor ácido tan presente en el teatro de Moratín y la sátira social que reflejan los “Caprichos” de Goya: la lucha contra los monstruos nacidos de la irracionalidad y del miedo.

No siempre es bueno el rigor (1808).

Brujas volando.

5. El tema de la educación de la mujer en la obra de Goya.

Los duques de Osuna y sus hijos.

Ejemplo de la aristocracia ilustrada de la época, los duques de Osuna se cuentan entre los primeros protectores de Goya.

Los duques se encontraban en Francia cuando estalló la Revolución, y conocieron de primera mano los ideales de la Ilustración.

En su palacio El Capricho de la Alameda de Osuna se congregaron muchos de los artistas ilustrados: don Ramón de la Cruz, Meléndez Valdés, Goya, Iriarte.

Tenían una impresionante biblioteca de literatura francesa, inglesa y española. Había obras que antes de aparecer impresas ya se encontraban en la biblioteca de los duques en edición manuscrita.

La educación de la mujer en el siglo XVIII

1. En algunos de sus retratos vemos la imagen de la mujer cultivándose, la mujer “haciendo” (leyendo, pintando, con la música…), actitud propia de la ilustración, anteriormente impensable.

Doña Joaquina Téllez-Girón y Pimentel (1784-1851) es hija de los duques de Osuna y, por su matrimonio con don José Gabriel de Silva y Walstein en 1801, marquesa de Santa Cruz.

Amiga de poetas y literatos y una de las mujeres más admiradas de su tiempo.

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La marquesa de Santa Cruz (1805).

Francisco de Goya fue un ilustrado heterodoxo.

En muchos de sus cuadros nos habla de cómo era la educación de la mujer en su época:

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María Teresa de Palafox,marquesa de Villafranca (1804).

Retrato de María Tomasa Palafox (1780-1835), marquesa de Villafranca, vestida con un traje blanco estilo imperio, pintando un retrato de su marido, Francisco de Borja Álvarez de Toledo y Gonzaga, XI marqués de Villafranca.

La Marquesa fue académica de mérito de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, culta, gran amante de las artes y pintora aficionada.

A su derecha, sobre un velador, descansa la paleta con los colores, algunos pinceles y un pequeño cuenco de metal.

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La duquesa de Abrantes (1816).

Ataviada a la moda francesa de la segunda década del siglo y tocada con una diadema de flores, la Duquesa mantiene en sus manos una partitura, en alusión a su afición a la música y el canto.

Se trata del último retrato conocido de una dama de la aristocracia pintado por Goya.

Las mozas, quizá amigas de la novia, se ríen, y el cura parece hacerlo del padre.La historia, denuncia una situación frecuente en la época, la de los matrimonios de conveniencia, arreglados generalmente por los padres en beneficio propio.

La educación de la mujer en el siglo XVIII

La boda (1791-1792).

2. En otras obras vemos el tema de los matrimonios concertados por interés, y Goya refleja su crítica a esta práctica en las actitudes de los personajes.

Una bella jovencita acaba de casarse con un hombre gordo y feo, cuyo perfil asemeja el hocico de un cerdo, pero que es evidentemente rico.

El padre de la novia, con una casaca algo raída, sigue a la comitiva con gesto entre resignado y complaciente.

La educación de la mujer en el siglo XVIII

Que sacrificio.

2. En otras obras vemos el tema de los matrimonios concertados por interés…

El sí pronuncian y la mano alargan al primero que llega.

La educación de la mujer en el siglo XVIII

Mal marido (1824-1828).

1. En otros cuadros vemos la visión crítica sobre estereotipos en las relacioneshombre-mujer:

Buena mujer, parece (1808-1814).

6. Selección de fragmentos de “El sí de las niñas”, de Moratín, sobre la educación de la mujer.

Valores de la “esposa perfecta” en el Siglo XVIII:

“Es muy linda, muy graciosa, muy humilde. Y sobre todo ¡aquel candor, aquella inocencia. ¿Y sabes tú lo que es una mujer aprovechada, hacendosa, que sepa cuidar de la casa, economizar…?

(El sí de las niñas. Acto 1º, Escena 1)

Modelo de educación en los conventos que recibían las niñas:

“Su vida en el convento ha sido bordar, coser, leer libros devotos, oír misa y correr por la huerta detrás de las mariposas, y echar agua en los agujeros de las hormigas, éstas han sido su ocupación y sus diversiones”.

(El sí de las niñas. Acto 1º, Escena 1)

La educación de la mujer en el siglo XVIII