La mujer en la historia (Historia de Europa)
-
Upload
joaquinslideshare -
Category
Education
-
view
2.404 -
download
1
description
Transcript of La mujer en la historia (Historia de Europa)
LA MUJER EN LA HISTORIA
La mujer en la historia es una cronología de la situación social y laboral de las
mujeres desde la época medieval hasta finales del s. XX.
Eulalia de Vega, autora del libro, comienza su trabajo con una breve
introducción: “Un tiempo de silencio”, en la que hace mención al segundo plano
al que se han visto sometidas las mujeres ya desde antes de las revoluciones
en Europa, del papel oculto que han tomado a lo largo de los últimos siglos,
víctimas de una sociedad patriarcal que las arrinconaba y negaba sus
derechos.
Recorriendo la Edad Media, la Edad Moderna y llegando a la Edad
Contemporánea, incluyendo la pasada centuria, Vega nos muestra la
importancia que la mujer tuvo en el pasado, recuperando así un fragmento
imprescindible de la historia que, para muchos, ha quedado relegada al olvido.
Durante la Edad Media descubrimos a una mujer condicionada por su
procedencia social o estamental. En esta época se distingue el auge de los
conventos. En esta situación de dificultad de movilidad social advertimos en
algunos casos un papel relevante para las mujeres, como ocurrió en la abadía
francesa de Fontevrault ya en el siglo XII, en la que una abadesa dirigía una
orden mixta. No obstante dentro del campesinado las mujeres debían trabajar
en la explotación agrícola familiar y en las tareas domésticas para ganar su
sustento y el de los suyos.
Con la expansión de las ciudades, en el siglo XIII, las mujeres obtendrían la
posibilidad de dedicarse a algunos oficios, como la venta del pan, y estarían
sujetas al mismo reglamento que los hombres. A pesar de ello las mujeres se
verían muy despreciadas a finales de siglo por la literatura misógina. Ya en los
siglos XIV y XV se produce un retroceso por las crisis económicas y las
mujeres pierden libertades.
Con la llegada de la Edad Moderna (s. XVI), aparece la ideología burguesa,
que considera a la mujer como responsable de las obligaciones domésticas. En
esta época las mujeres fueron apartadas progresivamente de los oficios, y ya
en el s.XVIII las mujeres tenían prohibida la dirección de los oficios o se
encontraban con dificultades para abrir un taller o un comercio. Con el paso de
los años el trabajo de la mujer se devaluó en relación con el desempeñado por
el hombre, y aquellas actividades constituidas en su mayoría por mujeres
fueron minusvaloradas; incluso oficios tradicionalmente femeninos, como en el
caso de las parteras, se hicieron legislaciones que exigían un examen previo, lo
que fomentó la competencia y la obtención por parte de los hombres de los
puestos de trabajo mejor pagados.
En esta época las mujeres se dedicaron a trabajar en el servicio doméstico y
como nodrizas, al cuidado de los niños; también se dio la figura de la madre
cercana a sus hijos y dedicada a su educación de estos.
Comenzaron a alzarse las voces de protesta de muchas mujeres, como la de
Olympe de Gouges o Mary Wollstonecraft.
Ya en la Edad Contemporánea la mujer burguesa sustenta un papel destacado
en la estructura familiar.
La burguesía, que luchaba contra la opresión de la monarquía, apoyó la
Revolución Francesa, un acontecimiento de especial relevancia en el que las
mujeres se manifestaron a favor del reconocimiento de sus derechos.
La Revolución Industrial ayudó a que las mujeres se dedicasen a la confección
de textiles en las fábricas, pero hasta la aparición de los sindicalismos
femeninos las mujeres deberían cargar con la doble jornada laboral: la de las
fábricas y las domésticas, así como con los pésimos salarios y las condiciones
de trabajo insalubres. No obstante fueron las Guerras Mundiales lo que
empujaría a las mujeres a los trabajos tradicionalmente masculinos y a las
subidas salariales, así como una mínima conciliación con el trabajo doméstico.
Con el fin de las guerras y en la década de los sesenta aparecieron
movilizaciones que abogaron por la plena integración de las mujeres en el
mundo laboral. Ello favoreció la integración de las mujeres en la sociedad
laboral, y los avances se han producido hasta nuestros días, aunque aún
queda mucho por hacer.
En resumen, Eulalia de Vega consigue sintetizar en cuatro páginas el papel de
la mujer durante el pasado milenio y los factores que la llevaron a su situación
actual, con todas las dificultades y sacrificios que ello supuso para millones de
mujeres en todo el mundo, en especial en la Europa Occidental.
Personalmente me interesaba leer este libro porque tenía curiosidad por saber
qué había sido de las mujeres durante tanto tiempo en la historia de Europa, ya
que no se las suele incluir en los libros de historia.
Me ha sorprendido descubrir que muchas mujeres no aceptaban la situación
que vivían, y que otras muchas perdieron sus vidas por los derechos de la
mujer; siempre me había parecido que se conformaban con su situación, al
menos hasta hace algunos siglos. Pero no ha sido así; ya a mediados del
milenio pasado, incluso antes, las mujeres alzaron sus voces contra la opresión
de los hombres que controlaban los oficios. Me ha aparecido muy interesante
esta lectura, porque me ha abierto el horizonte de la historia, ofreciéndome así
un panorama mucho más rico de lo que había sido para mí hasta ahora.
Algo que, sin embargo, lamento es que no se haga más hincapié en la
evolución de los derechos de la mujer en España, ya que Eulalia de Vega lo
centra principalmente en Francia y Gran Bretaña, pero supongo que es
inevitable, pues los acontecimientos más relevantes que condicionaron la
liberación y dignificación de la mujer se desarrollaron principalmente en estas
potencias, así como en EEUU.
Me ha gustado hacer este trabajo; muy interesante, desde luego.