La Movilidad Moderna

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La movilidad moderna Al fin logró el señor alcalde de Medellín la aprobación de un Plan de Ordenamiento Territorial POT a su gusto, cosa que no ha podido hacer su colega de Bogotá. Parece que la importancia del POT es más política que social, pues parece que los burgomaestres creen que se inmortalizarán como quienes delinearon el futuro de las ciudades que gobernaron por un tiempo, y con el POT aprobado en sus tiempos, dejarán impronta en la historia. El problema es que así como quedarían las cosas buenas, quedan grabadas las cosas malas y sobre todas, las muy malas. En entrevista con uno de los más prestigiosos diarios regionales (http://www.elcolombiano.com/antioquia/obras/parques-del-rio-y-el-cobro-de- valorizacion-no-tienen-reversa-FN942124), el señor alardea de que “sus” dos sueños no tienen reversa, como si los actos públicos fuesen escritos en piedra como los diez mandamientos. Los sueños son el Parque del Río y el derrame de valorización en El Poblado, pero también habla de la esencia del POT. De manera prepotente y abusiva se convierte en vocero de todos los ciudadanos haciendo nuestros sus propios sueños y gustos. Uno de los argumentos traídos a colación por el alcalde para justificar su “parque del Río”, es la mención del “Plan Piloto de Alcantarillado”, concebido en los años 50 del siglo pasado y ejecutado en los años 60, por quienes hicieron de EEPP de Medellín, una empresa grande. El plan piloto lo conozco bien, pues lo digerí entre almuerzo y comida, mientras mi padre, uno de sus diseñadores, nos lo explicaba detalladamente. Lo que no entiendo es que tiene que ver el parque de ensueño del alcalde con un sistema para recolectar la mierda de los ciudadanos, que es lo que era el Plan Piloto de Alcantarillado, que evitaba que las aguas “servidas” como les dicen hoy día (antes se les decía aguas negras, pero parece que eso ya es políticamente incorrecto, no vaya a ser que se ofenda alguna minoría) se mezclasen con las aguas lluvias, porque en Medellín, cuando llueve, el agua baja a torrentes por las laderas y si no fuese por el buen sistema de alcantarillado exclusivo para aguas lluvias y las quebradas, que conducen rápidamente el agua hasta el río, el problema de arroyos sería peor que en Barranquilla. Se imaginan la función cada vez que lloviese, cuando el agua se empezase a devolver por los sanitarios debido a la presurización del alcantarillado compartido. El problema es que el gusto del alcalde no es el de todo el mundo y más bien deja un regusto amargo las consecuencias de su geniales propuestas para resolver los problemas de inmovilidad de la ciudad de Medellín, mas palpables en estos días cuando decidieron cerrar varias de las pocas vías troncales de la ciudad argumentando las “Fiestas de la Luz, que ya no son las fiestas navideñas, porque en un país laico moderno las autoridades no pueden celebrar actos de carácter religioso para no ofender las minorías; claro que a las mayorías si se les puede ofender. Me imagino que lo de “Fiestas de la Luz” es plagiado del nombre que le dan en Lyon Francia a los alumbrados de navidad. El problema es que para los europeos, la celebración de la luz si significa algo, y es muy importante. La fiesta de la luz tiene relación con el 13 de diciembre, el día de Santa Lucía, patrona de la luz y la vista. La fiesta

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Análisis de lo qu emuchos políticos y administradores consideran mejorar la movilidad en las ciudades colombinas

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La movilidad moderna

Al fin logró el señor alcalde de Medellín la aprobación de un Plan de Ordenamiento Territorial – POT – a su gusto, cosa que no ha podido hacer su colega de Bogotá. Parece que la importancia del POT es más política que social, pues parece que los burgomaestres creen que se inmortalizarán como quienes delinearon el futuro de las ciudades que gobernaron por un tiempo, y con el POT aprobado en sus tiempos, dejarán impronta en la historia. El problema es que así como quedarían las cosas buenas, quedan grabadas las cosas malas y sobre todas, las muy malas.

En entrevista con uno de los más prestigiosos diarios regionales (http://www.elcolombiano.com/antioquia/obras/parques-del-rio-y-el-cobro-de-valorizacion-no-tienen-reversa-FN942124), el señor alardea de que “sus” dos sueños no tienen reversa, como si los actos públicos fuesen escritos en piedra como los diez mandamientos. Los sueños son el Parque del Río y el derrame de valorización en El Poblado, pero también habla de la esencia del POT. De manera prepotente y abusiva se convierte en vocero de todos los ciudadanos haciendo nuestros sus propios sueños y gustos.

Uno de los argumentos traídos a colación por el alcalde para justificar su “parque del Río”, es la mención del “Plan Piloto de Alcantarillado”, concebido en los años 50 del siglo pasado y ejecutado en los años 60, por quienes hicieron de EEPP de Medellín, una empresa grande. El plan piloto lo conozco bien, pues lo digerí entre almuerzo y comida, mientras mi padre, uno de sus diseñadores, nos lo explicaba detalladamente. Lo que no entiendo es que tiene que ver el parque de ensueño del alcalde con un sistema para recolectar la mierda de los ciudadanos, que es lo que era el Plan Piloto de Alcantarillado, que evitaba que las aguas “servidas” como les dicen hoy día (antes se les decía aguas negras, pero parece que eso ya es políticamente incorrecto, no vaya a ser que se ofenda alguna minoría) se mezclasen con las aguas lluvias, porque en Medellín, cuando llueve, el agua baja a torrentes por las laderas y si no fuese por el buen sistema de alcantarillado exclusivo para aguas lluvias y las quebradas, que conducen rápidamente el agua hasta el río, el problema de arroyos sería peor que en Barranquilla. Se imaginan la función cada vez que lloviese, cuando el agua se empezase a devolver por los sanitarios debido a la presurización del alcantarillado compartido.

El problema es que el gusto del alcalde no es el de todo el mundo y más bien deja un regusto amargo las consecuencias de su geniales propuestas para resolver los problemas de inmovilidad de la ciudad de Medellín, mas palpables en estos días cuando decidieron cerrar varias de las pocas vías troncales de la ciudad argumentando las “Fiestas de la Luz”, que ya no son las fiestas navideñas, porque en un país laico moderno las autoridades no pueden celebrar actos de carácter religioso para no ofender las minorías; claro que a las mayorías si se les puede ofender. Me imagino que lo de “Fiestas de la Luz” es plagiado del nombre que le dan en Lyon Francia a los alumbrados de navidad. El problema es que para los europeos, la celebración de la luz si significa algo, y es muy importante. La fiesta de la luz tiene relación con el 13 de diciembre, el día de Santa Lucía, patrona de la luz y la vista. La fiesta

vernácula de las velitas, es una transustanciación católica de esa bella costumbre de países nórdicos protestantes. El asunto es que la luz es muy importante en países con estaciones, cuando en estas épocas de invierno, solo hay 4 o 5 horas de mortecina luz solar, y además con el paisaje alterado y uniformizado por el manto blanco de la nieve, es fácil perder el camino a casa. Acá que gozamos de 12 horas diarias de sol, la luz no es tan importante. Por ejemplo, los escandinavos acostumbran mantener siempre una lámpara en cada ventana, y la encienden todas las noches, para que sus seres queridos encuentren el camino a casa en medio de la oscuridad. Acá, le dirían que es un pendejo al poner una lámpara justo obstaculizando el paso de la luz hacia el interior, y que si el marido o el hijo se quedó en la calle hasta tarde en la noche, que se quede durmiendo donde lo trasnocharon. A los católicos latinos les enseñan que la luz de las velas representa el espíritu religioso, la pureza del alma, etc. Para los europeos la luz tiene importancia por sí misma. A propósito de lo de la luz en invierno, en su momento se incluyó en el Código de Tránsito colombiano, la obligación de circular con las luces encendidas, día y noche, en áreas urbanas y rurales, tal como rezaban los códigos de tránsito modernos de los países adelantados. Afortunadamente la medida no duró mucho; es posible que aún esté en el código, pero a ningún agente de tránsito, a menos que sea un corrupto en busca de coimas, se le ocurre multar por semejante guevonada, sin razón conocida.

Lo más irritante fue el anuncio del burgomaestre pregonando los beneficios del nuevo POT en asuntos de movilidad, en el cual la estrategia, pirámide la llama, de la movilidad está cimentada en, el medio de transporte por excelencia, la bicicleta y los pies de la gente. El tipo habla elocuentemente del sueño colectivo de la ciudad, como si los habitantes hubiésemos hecho marchas multitudinarias exigiendo que no nos dejaran andar en carro, y que se dilapiden más de 3 billones de pesos en un sueño, que hasta lo que se puede ver, solo lo es del alcalde, de los contratistas que sueñan con ganarse las licitaciones respectivas y de pronto, de algunos de los dueños de los lotes que serán incluidos en la obra que ya calculan cuanto van a obtener con la expropiación administrativa, vendiendo lotes rivereños. Los demás afectados y los que vamos a pagar ese sueño, poco nos consultaron. Para decir que el Parque del Rio es un sueño de todos tendría que haber sido aprobado por la gente, preguntándole no si le gustaría tener un parque así, sino si está dispuesta a pagar por tenerlo y cuánto. No se plantea en el POT hacer un solo metro nuevo de vías, que es lo único que soluciona el problema de movilidad.

El otro gran aporte a la movilidad del nuevo POT, según el individuo, es la compactación de la ciudad. No sé a qué se puede referir el sujeto, pero si lo que el insinúa es que le van a seguir expropiado a la gente sus propiedades unifamiliares, luego de haberlas desplazado a punta de abogados en lugar de “paracos” o “guerrillos”, para construir en su lugar edificios habitacionales, el problema de movilidad no se va a resolver, se va a empeorar, como sucedió en El Poblado, cuando esas lindas quintas en las cuales vivían algunas personas en casas unifamiliares rodeadas de vegetación, se convirtieron en moles de cemento llenas de gente que necesitan salir todos los días a trabajar, utilizando las dos o tres callecitas que había. Afortunadamente la comunidad ya empieza a reaccionar ante este atropello y ye se habla de oposición abierta a la “compactación” de algunos barrios populares.

El segundo nivel de la movilidad, es, según el sujeto, “el transporte público masivo amigable con el medio ambiente”. No existen medios de transporte modernos amigables con el medio ambiente. A menos, claro que se considere que la mula y el caballo sean “modernos”. Pero no son masivos, por lo cual creo que no son los que mencionaba el alcalde. Aunque… ¿Quién sabe? Los tranvías de Medellín se movían con mulas. A lo mejor el tranvía proyectado para La 80 es de esos. Si resucitaron este sistema obsoleto de transporte, porque no resucitarlo bien, con mulas y todo.

Resulta que todo vehículo requiere una fuente de energía y todas las fuentes de energía modernas afectan el medio ambiente. No dejan construir más centrales hidroeléctricas porque impactan el medio ambiente, no dejan explotar hidrocarburos, porque afectan el medio ambiente, no dejan consumir carbón porque afecta el medio ambiente. Si lo que se está imaginando el alcalde son vehículos movidos por energía eléctrica, parece que nadie le explicó que este tipo de energía se genera a partir de una de las tres formas anteriores mencionadas. Las “fuentes alternativas” hasta ahora no existen, por lo menos en forma comercialmente competitiva, y los pocos ensayos con transformación directa de la energía solar, que serían las de menor impacto, en forma de celdas fotovoltáicas o calderas solares son eso, ensayos que han develado serias limitaciones, las cuales desafortunadamente hacen estos sistemas inviables para uso masivo, por lo menos hoy día. Que ya casi, que hasta un automóvil atravesó los EUA con paneles solares, y un avión voló varios meses sin detenerse, utilizando las mismas celdas, que estamos a un pelito de lograrlo. Si, y yo estoy a un pelito de conquistar a Milla Jovovich; solo tengo que averiguar donde vive, conocerla en persona, “encarretarme” con ella y que me acepte como novio formal; lo demás ya está prácticamente hecho.

Una pequeña nota al margen. Seguramente el alcalde no hace búsquedas en Google. Si se busca el término “tranvía”, el tercer “hit”, después del hit de Wikipedia y el del horario de tranvías de Zaragoza, es que las tarifas de tranvía en la ciudad del segundo “hit” apenas alcanzan a cubrir un poco más del 50% del costo de operación. El cuarto habla de la inauguración del nuevo tranvía de Tenerife, que es de donde supongo que sacaron la idea de que se podía resucitar un sistema obsoleto. Parece que nadie le explicó a los magos de la inmovilidad que Tenerife es una isla de 800.000 habitantes, que su capital, Santa Cruz, solo tiene 200.000 habitantes que viven fundamentalmente del turismo, y que un sistema de transporte lento es ideal para los turistas, no para los que tienen afán de llegar a su destino.

El sueño de actividad humana sin impacto ambiental es como un sueño zen, caminar sobre la arena de uno de sus jardines sin dejar huella.

Me imagino el barriecito donde vivían mis padres, y donde todavía mora mi madre, en la cual vivían tal vez quinientas familias, y del cual salían cotidianamente los quinientos padres de familia a través de cuatro calles barriales, es decir, vías de seis metros de ancho, tres metros para circular en cada dirección. Si cada una de esas quinientas casas se convierte en un edificio de, digamos, diez pisos, con cuatro apartamentos por piso, nos totaliza la bobadita de veinte mil familias clase media, de las cuales suponiendo que, siendo modernos, de cada familia dos personas tienen que ir a trabajar cada día; serían cuarenta mil personas que tienen que salir por esas cuatro callecitas entre las siete y las ocho de la mañana, a pie, en cicla, a coger bus, o en su

vehículo particular, escoja, para ir a los extramuros de la ciudad, pues según nuestro benemérito alcalde, lo mejor es sacar la industria de la ciudad, que afea su modo de vida soñado y porque necesita los lotes donde se asienta la misma para su Parque del Río. Y no contamos los hijos que deben ir al colegio o la universidad, también dos por familia, para ser maltusianos, o las veinte mil empleadas domésticas que ayudan a la señora de la casa mientras esta trabaja y que tienen que llegar cada día al barrio, pues ni las familias se pueden permitir una empleada interna, ni habrá donde acomodarla en las viviendas modernas que se construirán sobre los escombros de las casas que contaban con dependencias cómodas y humanas para cocinera y dentrodera.

Una de las cosas curiosas que hay en la entrevista es que el burgomaestre atribuye los males de movilidad de El Poblado a no haber hecho las obras viales de movilidad que se requerían, y que supuestamente se están cobrando en el derrame de valorización actual. ¿Y sueña con hacer lo mismo en el resto de la ciudad, cuando habla de compactación? No entiendo. No quiere hacer vías para vehículos particulares, pero quiere reformar barrios para que necesiten más vías. ¿Será para poder cobrar valorización después por hacer obritas de atenuación del impacto?

Las soluciones de las administraciones municipales, no solo las de Medellín, en general de todas, son tan geniales, que se comparan con las soluciones del famoso profesor Gabriel Antonio Goyeneche, quien proponía pavimentar el rio Magdalena para mejorar la movilidad costa – capital, o hacer tapar los volcanes para prevenir el riesgo de las erupciones. Cuando, hace tal vez cincuenta o sesenta años, se construyó la calle 33, desde el río hasta la carrera 80, se previó una amplia franja, en ese entonces compuesta de espaciosos antejardines, para eventuales futuras ampliaciones, que permitiesen la rápida movilización de vehículos entre el centro de la ciudad y los barrios residenciales que nacían en ese entonces en el occidente de la ciudad. Franjas iguales se dejaron de forma previsiva en la Avenida Nutibara, la calle 30, la Avenida Bolivariana, así como en la mayoría de las vías principales construidas en el occidente de la ciudad. En los años ochenta se vio la necesidad de ejecutar las ampliaciones previstas debido al aumento del flujo vehicular en horas pico hacia esos sectores. ¿Pero qué pasó? La misma administración permitió que los comerciantes se apoderasen de la zona ampliada para utilizarla como sitio de parqueo de sus nacientes negocios, convirtiendo las residencias para las cuales se ejecutó la ampliación en cuchitriles comerciales, clínicas IPS de bajo costo, negocios de mecánica automotriz, sitios de lenocinio, y bares de mala muerte, con el beneplácito de la administración municipal, que es la encargada de regular el aprovechamiento del suelo. Al fin y al cabo, había que aprovechar la platica invertida en la ampliación, ¿O no? Las avenidas ampliadas ahora son más estrechas que antes de la ampliación, pues como los comerciantes se apoderaron de antejardines y aceras para expandir sus negocios y la vía pública como sitio de parqueo, solo restan los mismos dos carrieles de antes, uno de los cuales se aprovecha también para parqueo temporal en doble fila. Y fue culpa de la administración municipal, no del alcalde de ahora, pero sí de la entidad a su cargo. ¿Qué garantiza que los majestuosos planes que ahora anuncia no terminen en fracasos iguales? Desde que las alcaldías son por elección popular, en Medellín, donde las fuerzas vivas eran las que decidían y fueron responsables de crear esa ciudad

que era envidia de todo el mundo, esas fuerzas perdieron el poder y ahora los destinos se dirigen a bandazos, según la conveniencia del mandatario de turno, o de sus áulicos, cuando el mandatario es tan ingenuo como para creer que los consejos y apreciaciones de los urbanizadores y los miembros de la Lonja de Propiedad Raíz son desinteresados. Claro que hay una buena noticia; como cada vez vive menos gente en Laureles, La Castellana, Rosales, Conquistadores, etc., porque los barrios se volvieron invivibles, ya no se están formando tacos en las horas pico en las vías principales hacia dichos barrios. Los pocos habitantes residenciales que quedan son pensionados que ya no trabajan. Se resolvió el problema y ahora podemos aprovechar esas vías para incentivar el comercio y los negocios.

Lo que estoy viendo en ese esperpento de 617 páginas que llaman POT, es una patente de corso para que los constructores y urbanistas expropien lo ya construido a sus legítimos propietarios, los desplacen con abogados, que no con armas, que eso ya se ve muy feo ahora que llega la paz, para volver a venderles las propiedades que ya tenían, sacando de paso una suculenta tajada. ¿O es que el señor alcalde cree que sus amigos los urbanizadores van a construir la nueva Medellín de gratis?

Parece que los ensayos de El Naranjal y Niquitao les gustaron. Ahora vienen por nosotros, la clase media, a quitarnos nuestros barrios de casitas unifamiliares.

En mis tiempos de universidad politizada y contestataria escuche una historia, que viene al caso.

“Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante. Luego vinieron por los estudiantes y no me preocupé, pues era parte del sistema. Luego vinieron por los periodistas y me quedé callado, porque no me interesaba enterarme de nada. Luego vinieron por los homosexuales y ni siquiera quiere enterarme, pues soy heterosexual. Luego vinieron por los negros pero como soy blanco tampoco me importó y no hice nada. Luego vinieron por mí, pero para entonces ya no quedaba nadie al que le importara ni quisiera hacer nada por mí". Martín Niemöller (Pastor luterano encarcelado de 1937 a 1945 por el Gobierno de Hitler)”

El cuento de que hay que aprovechar lo planito de la ciudad, que está muy mal usado, no es un argumento válido. ¿Usted dejaría que otro aprovechara a su esposa, o a su hija, si la tiene, en el sentido que seguramente se imagina, con el argumento de está muy mal aprovechada? Creo que no, y mis excusas para su esposa y su hija si las tiene, por utilizarlas de forma abusiva y peyorativa en esta aparatosa exageración.

Una de las declaraciones más sorprendentes del alcalde en la entrevista mencionada es la confesión libre y espontánea de peculado que realiza, cuando anuncia que tomó prestado 180.000 millones de un fondo llamado “Medellín Ciudad para la Vida” destinados según el para construir el Tranvía de la Ochenta para hacer un cable aéreo en El Picacho, con la esperanza de que

La Nación le devuelva esa platica y salvarse del carcelazo, supongo. No solamente comete un delito al tomar dineros de un destino para otra aplicación; es ingenuo al pensar que La Nación le va a reintegrar a la ciudad de Medellín algún dinero para movilidad, cuando expresamente excluyó a la ciudad de Medellín de la Ley de Metros, y está “barequiandole” los dineros a Bogotá, que bastante más los necesita. Claro que cometer delitos parece que está “en la onda” en Colombia, a juzgar por el rumbo de los tales Diálogos de Paz en la Habana, pero la ingenuidad si no se le perdona a nadie en Colombia, o si no, que lo digan un exministro de Agricultura y un excomisionado de paz, fugitivos de la justicia, por creer que los demás eran tan honestos como ellos, o un exgeneral, quien está purgando una condena de treinta años de prisión, por no haber previsto de antemano que sus subalternos iban a desaparecer personas en medio de un combate que él no comandaba.

Las declaraciones del alcalde sobre la seguridad son aún más lamentables. El señor alcalde parece desear culpar a las víctimas, cuando dice “Es duro decirlo, pero la gente prefiere que no la maten a que la roben”. Es decir el consejo del alcalde para aumentar la seguridad ciudadana es que adoptemos una actitud pasiva (o tolerante como dicen algunos imbéciles) y nos dejemos despojar de nuestros bienes sin protestar para que así no nos maten, porque la autoridad municipal es incapaz de garantizar la seguridad, honra y bienes de los ciudadanos. Para que carajos se posesionó entonces. Y esa loable actitud ha mejorado los índices de seguridad, pues hay menos muertos; gracias señor alcalde por hacernos notar que los altos índices de homicidio era culpa nuestra por resistirnos a la delincuencia. Ese aborto salió de la boca de la persona supuestamente elegida por la mayoría para velar por la seguridad ciudadana. Parece que este alcalde sigue la línea del alcalde la capital del país, quien aconseja que, para que no le roben el teléfono móvil, no usarlo en la calle, o mejor, dejarlo en casa. Me pregunto si el alcalde ese entiende que quiere decir la palabra “móvil”, utilizada en el contexto de las comunicaciones.

Parece que en general, todo el sistema de gobierno de este país decidió claudicar. Hay que ceder ante la violencia, los ladrones, los asesinos y los secuestradores. No solo a escala nacional, también en lo local y cotidiano.

En estos día salió un nuevo estudio de ruido en la cuidad, como muchos otros, contratado quien sabe a qué precio que concluyó que hay mucho ruido. Yo se lo hubiera dicho de gratis. Hace mucho tiempo un alcalde eliminó una de las causas de esa época, constituido por las cornetas de aire de los camiones y buses de la ciudad emitiendo un decreto que las prohibía, y dio la orden a la policía de que detuviese cuanto vehículo con cornetas se encontrasen y se las quitasen, eso sí acompañado de la respectiva multa (había dado un plazo prudencial para que los propietarios, de forma voluntaria eliminasen esos adminículos de sus vehículos). Se hizo y nadie, local o ONG, consideró que violó ningún derecho humano fundamental. Ahora los delincuentes pueden modificar sus vehículos para que hagan un ruido infernal, circular sin placas y sin ningunas restricción en las narices de las autoridades supuestamente responsables de garantizarle la tranquilidad a la gente, porque “no se les pueden violar sus derechos fundamentales”. ¿Y el derecho de los demás a tener un oído sano que? ¡Es que casi todos son menores de edad! ¿Y? No los lleven a Bellavista, llévenlos a los sitios de reclusión de menores, decomisen y chatarricen esos vehículos que no están en condiciones de circular por las vías

públicas, o por lo menos inmovilícenlos y anulen la matrícula de circulación, para que tengan que tramitarla de nuevo, cuando el vehículo esté en condiciones técnico-mecánicas para circular por la vía pública si perjudicar a los demás. ¿O es que el certificado técnico mecánico es simplemente otro negocio para sacarle periódicamente plata a la gente? Si no me equivoco, el espíritu del certificado y del permiso de circulación, o matrícula, es garantizar que todos los vehículos que circulan están en condiciones de hacerlo. Pero en Colombia, lo importante es portar el certificado, así sea falso, no que el vehículo, sin luces, sin placas, sin silenciador, circule. Acá está prohibido que los conductores hablen por celular, pero no que “chateen”; para conducir no se puede ser sordo, o con alguna deficiencia auditiva, así sea leve, pero si puede ir con un equipo de sonido a 90 dB que le impide escuchar cualquier sonido de advertencia y ensordecer a todos en 100 metros a la redonda.

Pueden consultar el contenido del artículo en el enlace que se indicó anteriormente, para que no crean que es invento mío por mala leche, a menos que los tergiversadores sean los reporteros del” El Colombiano”. Al final agrego también el reportaje, pero de pronto alguien cree que me inventé o adulteré su contenido.

Aunque no se menciona en la entrevista, en otro documento al cual tuve acceso y que criticaba el contenido del POT se recalcaba el asunto de la industria. En el nuevo POT el futuro de la industria en Medellín está en el limbo. Parece que el Parque del Río consiste fundamentalmente a apoderarse de la zona industrial del sur del valle para convertirla en agradables avenidas y paseos, llenos de senderos peatonales y ciclísticos, donde los rentistas , que parece que son todos los habitantes de Medellín, podrán disfrutar tranquilamente de las bondades que la naturaleza ofrece. ¿Por qué rentistas? Porque parece que en el futuro, en Medellín no habrá trabajo para nadie, por lo menos no en el sector productivo.

Este alcalde sueña con una ciudad de servicios. ¿De servicios de qué?

¿Servicios sexuales? Aunque parece que son bastante florecientes en la ciudad, no creo (o por lo menos así lo espero) que sea lo que ambiciona del señor alcalde.

¿Turismo? Tres millones de personas vamos a vivir de 20 pelagatos que viven en Miami y añoran ir cada año a ver la ciudad de Medellín desde el Pueblito Paisa, o a comer en El Rancherito comida deliberadamente mal hecha al mejor estilo montañero, o a ver las esculturas de Botero en el Centro, a riesgo de ser atracados para quitarles la cámara fotográfica o el “esmarfon”. No lo creo, y además después de ir al pueblito paisa, o visitar “La Gorda” del Parque de Berrío, se van a la zona rosa a ver si levantan una hembra, o un machito, para pasar la noche. Tampoco creo.

¿Call center internacionales? En una ciudad donde tal vez diez mil personas balbucean algunas palabras en inglés, bastante difícil. Hay que tener en cuenta que para trabajar en un call center internacional se debe dominar perfectamente el inglés, con acento neutro, y ser capaz de entender a un tejano furioso, o un afrodescendiente del Bronx, que quiere hacer un reclamo por una llave de lavaplatos que le salió defectuosa.

¿Ferias y eventos en el palacio de exposiciones? Difícil, muy difícil. Una ciudad no puede vivir de lo que producen eventos en dos mil metros cuadrados. El éxito de los eventos de confección, tan celebrados en la ciudad, es porque en la ciudad hay confeccionistas, no porque venga mucha gente de afuera. Hace algunos años el sector eléctrico, con el patrocinio de algunas empresas de energía locales organizó el FISE, y la alcaldía en forma desvergonzada se lo robó, con la asistencia de algunas organizaciones gremiales, para ordeñar a esos industriales, y no tiene vergüenza en presentarlo como logro propio. En los primeros eventos, la empresa para la que laboro participó, más por espíritu de colaboración que por expectativas comerciales. Ahora es imposible participar porque los costos involucrados, ahora que la feria no es propiedad del sector sino de la ciudad, o más exactamente de los parásitos que viven de organizar eventos, no son amortizados por los beneficios potenciales.

¿La feria de las flores? Ni en Barranquilla ni en Río de Janeiro pueden vivir solo del carnaval, y los atractivos principales en ambos casos también son de naturaleza bastante cuestionable, el alcohol en el primer caso y el sexo en el segundo.

¿Consultoría? ¿En qué? Si acá no se hace nada, nadie tendrá ningún conocimiento útil por el cual le querrán consultar.

¿Desarrollo de software? ¡Claro! ¡Esa es! Para volverse multimillonario con software basta una idea de un tipo en un garaje. Repartamos tabletas e internet gratis en los barrios populares para que esos nerds potenciales aprendan a programar y todos podamos vivir de ellos y sus éxitos. El pequeño detalle es que Gates (el de Microsoft) y Jobs (el de Apple) tuvieron sus ideas cuando no había ningún software o hardware del tipo que ellos concibieron. Parece que el señor alcalde nunca oyó hablar de la desinflada de las “punto com” que quebró millones de personas en los EUA, porque muchos ingenuos creyeron que podían volverse multimillonarios como los fundadores de los primeros sitios web, y después los creadores de las redes sociales.

Hoy día, un tipo puede concebir una aplicación que vende a 99 ctv de dólar en AppleStore, o en Google Application Store, y a lo mejor consigue platica para una moto, o hasta para una casa y vivir de la renta el resto de la vida, pero para él solito, y seguro que mejor se va a vivir a otro lado, más seguro. ¿Para qué compartir su fortuna con estos parásitos que tampoco hacen nada? No hay muchos Walden Schmidt, que hacen una fortuna a los veinte años y sostienen a un parásito como Alan Harper, heredado con la casa que compró cuando se volvió rico, como acontece en la serie norteamericana “Two and a Half Men”. Señor alcalde, esa es una comedia, no el reflejo del modo de vida norteamericano.

También son de película las escenas donde en paisajes idílicos de la Toscana o el Languedoc, unas jóvenes rubias, bellas y piernonas se pasean en bicicletas clásicas y tropiezan con atléticos, formales y apuestos galanes. Que en Holanda todos andan en bicicleta, es exagerado, pero aceptando el argumento, la realidad es que Ámsterdam tiene un área terrestre de 166 km2 (el resto de los 219 km2 nominales de la ciudad son de agua, y bastante difícil que será montar en bicicleta ahí), y 813.000 habitantes. El área equivale a un circulo de unos 15 km de diámetro, plano como una mesa de billar, y bastante asequible en cicla, que se debe comparar con los 1157 km2 de Medellín, con

sus 2,4 millones de habitantes; ahora el círculo a considerar sería de casi 40 km de diámetro, no muy plano, la verdad sea dicha; en algunas calles de la ciudad ligeramente inclinadas, los taxis con combustión a gas no tiene potencia para subir y deben cambiar a gasolina, los motociclistas bajan a la “parrillera” (en Medellín está prohibido transportar “parrilleros” de sexo masculino en motocicleta) y a veces, deben subir la loma empujando la motocicleta; la bicicleta si sube, pero al hombro del ciclista. La comparación de círculos es hipotética; en realidad Medellín es un chorizo a lo largo del río, y su distancia es algo más que los 40 km de diámetro del círculo hipotético. Otro datico; en Medellín las diferencias de nivel entre muchos barrios y el centro son de hasta 470 metros de altura; el Cerro Monserrate en Bogotá está a unos 650 metros por encima de la ciudad, y allí lo ascienden a pie los feligreses en Semana Santa, como penitencia.

Medellín fue rica, porque un grupo de comerciantes que se habían enriquecido con el comercio, vendiéndoles cosas importadas que necesitaban los mineros del oro, acumularon riqueza (como en el panfleto de Engels, cuando habla de la acumulación originaria del capital y la plusvalía) y decidieron invertirla en industria local, para hacer localmente las cosas que esos mineros necesitaban, porque era más barato que importarlas, y de paso poder vendérselas a más gente. Si importar esos bienes hubiese sido más barato, como hoy día, nunca habría florecido la industria en Medellín. Pero los mineros cerca a Medellín se acabaron, y sus sucesores están desapareciendo, y ahora es más barato importar cosas que hacerlas acá.

Entonces… ¿Qué vamos a hacer para seguir consiguiendo plata?

Muy sencillo. Le quitamos las casas a la gente, y los lotes a los pocos industriales que todavía tienen, construimos edificios y se los volvemos a vender. Solo hay un par de detallitos que se les pasa por alto. Mientras construyen esos edificios… ¿Dónde vivirá la gente desplazada? Se supone que el problema es de déficit habitacional en la zona central. A lo mejor se van para otro lado donde no les roben su propiedad y allá se quedan. ¿Y con que van a pagar su nueva vivienda? Que el banco les presta. ¡Si como no moñito! Yo que estoy cerca de la jubilación, no veo como comprar una propiedad, que quisiera. Como hoy día una nueva propiedad en los extramuros cuesta mucho más que la que hoy día tengo en una zona central, para comprar, tengo que pedir prestado y resulta que no voy a vivir lo suficiente para pagar la deuda, por lo cual ninguna banco en su sano juicio me suelta un peso, por la simple razón de que ninguna compañía de seguros me expide una póliza de vida que ampare la deuda, razonando que estadísticamente hablando, la probabilidad de que tengan que honrar el seguro es del 99%, a menos que pudiesen, mediante análisis genético asegurar que viviré hasta los ochenta años por lo menos, con una seguridad del 100%. Y ese es el caso, si no más crítico, de la mayoría de los propietarios de casas unifamiliares en Belén, Laureles, Estadio etc., que me imagino que es la zona que el alcalde y el POT observa con ambiciosos ojos. Mi madre tiene 84 años, vive en esa zona y sus ingresos dependen de una pensión, que desaparecerá tan pronto ella muera. ¿Quién se atreve a prestarle 300 milloncitos para que compre un aparta estudio de 40 m2 en su antigua propiedad de 300m2.

¡Que no hay derecho que una vieja viva en semejante propiedad habiendo tanta necesidad (sobre todo de los urbanistas)! No sabía que el castrochavismo

ya estaba implantado en Colombia. Y resulta que esa propiedad se la sudó ladrillo a ladrillo su esposo, que laboró honradamente durante sesenta años de su vida, y fue lo único que le dejó, pues el resto de sus ingresos de evaporó educando siete hijos que para colmo de males resultaron buenos estudiantes y a todos les tuvo que pagar universidad. Cuando murió mi padre, mi madre lo único que nos pidió humildemente a nosotros, sus hijos, fue que por ningún motivo la sacásemos de su casa a menos que fuera con los pies por delante. Sus siete hijos nos comprometimos solemnemente a acceder a su deseo. Con lo único que no contábamos era con el alcalde y su maldito POT.

Un detalle final. Como lo anota el documento que cuestiona el POT aprobado, el 60% del área de la ciudad no quedó con destino específico, y deja a administración municipal con un cheque en blanco para decidir su destinación, a conveniencia de los intereses públicos, o de los funcionarios públicos que es lo mismo. Un plan que no planifica sobre más de la mitad de lo que tiene que planificar no es un plan, es un aborto; lo llamo así porque un niño con el 40% de desarrollo es un aborto y es inviable. Lo mismo sucede con el POT de Medellín. Por decisión administrativa, el señor alcalde puede decidir cambiar el destino del 60% del área urbana de la ciudad, incluyendo, por supuesto, toda la zona residencial que ambicionan los urbanizadores. Puede, si quiere la alcaldía, autorizar el funcionamiento de una licorera o una discoteca en la casa contigua a la de mi madre, con horario extendido hasta las 6:00 a.m. si le pluguiese, y fuera de su conveniencia, que la propiedad de mi madre está que “ni pintada” para un edificio, o una buena oficina de abogados, y hay que aburrir rápido a la viejita.

¿Bueno y como se va a pagar el Parque del Río? Se inventaron una figura muy novedosa. No es valorización, es “cobro por aprovechamiento público”, lo cual quiere decir que a la gente le van a cobrar por anticipado el uso de un espacio público de “uso gratuito para todos”. ¡Noooo! Que solo se les va a cobrar a los ricos. ¿Y? ¿Eso lo hace justo? Eso, señores, también es castrochavismo, o como se decía antes, “demagogia barata”. El negocio es redondo; les quitamos los lotes a los industriales, hacemos un parque bien espectacular y se lo cobramos a los ricos, no solo la construcción, sino el mantenimiento a perpetuidad, que no nos vamos a quedar de brazos cruzados y sin ingresos cuando se termine.

Entiendan una cosa, el estado solo debe apropiarse de una parte de las rentas producidas en el año. Lo demás es expropiativo y termina empobreciendo las naciones. ¿No les basta el ejemplo de al lado? El apoderarse de parte del capital es simplemente quitarle riqueza a unos para dársela a otros, siendo generalmente los otros, los que hacen la expropiación, y es lo mismo que los paracos y los farcianos vienen haciendo desde hace rato. Hace algunos años llegué a una conclusión; el 4 por mil es lo mismo que parar un funcionario en una esquina y sacarle el 0,4% de lo que tengan en su billetera a todos los transeúntes que pasen por esa esquina. Si el transeúnte está obligado a pasar 10 veces al día, pues que pague 4% (en realidad un poco menos, por el cuento de la reducción exponencial). Esa idea ha calado por supuesto, y los politiqueros ambicionan generalizarla, o como está demostrado, por lo menos perpetuarla, pues no depende de la productividad, por lo cual los impuestos no estarán sometidos a los vaivenes de la economía, siempre inciertos. Al fin y al cabo, ya está implantada en muchos barrios, donde todos tienen que pagar

peaje a los combos delincuenciales para entrar y salir indemnes de su propia casa.

La joya final de este POT es el pago de las propiedades que se expropien.

1) Catastro municipal fijará el valor de la propiedad, o por medio de peritos de la Lonja de Propiedad, es decir negociantes de propiedad.

2) El municipio rematará la propiedad entre los urbanizadores interesados en adelantar los proyectos de renovación, partiendo de un precio base correspondiente al 70% del valor avaluado de la propiedad.

3) Si no hay postores, en dos vueltas, se le paga al propietario el 70% del valor del avalúo y el municipio se queda con la propiedad.

El POT introduce un sistema novedosísimo adicional para pagar en especie las propiedades privadas de las cuales se apodere el municipio. Mediante este sistema de pago, al propietario se le da permiso de aprovechar hasta el 30% de su propiedad, si tiene con que, a cambio de entregar el resto al municipio, sin ninguna otra contraprestación. Para mí, es un vil robo oficial. Es decir le pagan al propietario legítimo de una valiosa propiedad con un permiso, que no le cuesta nada al municipio (Ver el Artículo 606 del POT para Medellín). Esperamos que le alcalde mayor de Bogotá no lea el POT de Medellín; en 15 días empezaría la expropiación de los lotes que seguramente tiene vistos para VIP y VIS, pagando con un permiso para aprovechar hasta el 10% de la propiedad, que hay que ser más audaces que en Medellín.

Parques del Río y el cobro de valorización no tienen reversa

El alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria Correa, estuvo en la sala de redacción de El

Colombiano, haciendo un resumen del balance de su administración de este 2014.

Aprovechamos la oportunidad para preguntarle sobre algunos temas de interés para la

comunidad.

Esta semana empezó a regir el Plan de Ordenamiento Territorial, ¿qué tiene de

novedoso esta ruta de trabajo que deja su administración?

“El nuevo POT es un logro del trabajo conjunto de dos años, entre la Administración

Municipal y la comunidad: comunas, sectores económicos, representantes de las

instituciones y organizaciones, entre otros. Destaco tres hitos: Primero, ciudad

compacta. Buscar que Medellín no se extienda hacia las laderas, por el contrario, que

sea más densa y compacta hacia el centro; todo el POT va orientado en esa dirección.

Queremos impulsar el crecimiento en el eje del río. Segundo, movilidad sostenible. La

pirámide de la movilidad la encabezan el peatón y la bicicleta, luego viene el transporte

público masivo amigable con el medio ambiente y en la parte baja está el vehículo

particular. Tercero, vivienda segura y mecanismos para lograr que Medellín sea una

ciudad modelo diferente en términos de vivienda segura”.

Algunos expertos aseguran que los recursos del proyecto Parques del Río se van a

malgastar, ya que se están necesitando con urgencia en obras de movilidad.

“Creo que hay desinformación en esas voces, el proyecto tiene un diseño de ingeniería

que hasta ganó un concurso. Parques del Río también lleva movilidad; sin embargo, se

diferencia en lo que otros proponían: construir un segundo piso de autopistas y acabar

con el río. Todos los ciudadanos quieren recuperar su río y resulta que, a través de EPM,

le hemos invertido más de un billón de pesos al río para recuperarlo. El proceso de

licitación está en curso y finaliza en enero, mes en el que inician las obras de la primera

fase. Al Concejo le llevamos una propuesta para que la Alcaldía, EPM e ISA operen y

administren el proyecto Parques del Río de manera integral; eso le dará solidez y

garantía, ya que tendría el respaldo de los mejores”.

¿Habrá tranvía en la 80?

“Nuestra administración dejó 300.000 millones de pesos en el fondo Medellín Ciudad

para la Vida. Mientras avanzan los estudios del tranvía por la 80, tomamos 180.000

millones del fondo para las obras del cable El Picacho; esperamos que en un futuro la

Nación nos regrese esos recursos. Ese cable lo vamos a hacer es un gran anhelo para las

más de 150.000 personas que viven en ese sector noroccidente de la ciudad. Los

estudios que tiene el Metro sobre el tranvía de la 80 son preliminares. Realizaremos un

convenio para obtener los recursos para los diseños finales, los cuales deberán estar

listos al finalizar el primer semestre de 2015 para luego empezar licitación y

construcción”.

¿Definitivamente la construcción del nuevo velódromo no va?

“Sí va, pero en el futuro; Medellín necesita un velódromo cubierto y una pista de

madera. Lo que no podemos hacer es un velódromo de 90.000 millones de pesos, sería

muy irresponsable por parte de la Administración. Expertos en ciclismo me han dicho

que es la mejor decisión, yo he sido amante del ciclismo, hace parte de nuestra

identidad. No contamos con esa cantidad de dinero para ese velódromo; sin embargo,

estamos estudiando diseños, posibilidades jurídicas y esperando a que en un futuro, con

los avances de la tecnología y la ingeniería, esta obra tenga un menor costo. Por ahora,

con una parte de ese dinero vamos a construir la pista profesional de supercross Mariana

Pajón. Hoy (ayer) firmamos el acta de inicio para que las obras arranquen en enero de

2015, esté terminada en julio del mismo año y que en el 2016 sea la sede del Mundial de

bicicrós y de entrenamiento para los equipos olímpicos. Esta pista contó con una

inversión de más de 5.000 millones de pesos, 13.000 millones si se tiene en cuenta el

costo del lote”.

Cambiando de tema, ¿qué aprendió la Administración Municipal con Space?

“El comportamiento de la Alcaldía fue ejemplar y quiero felicitar nuevamente al Dagrd.

Hemos tenido varias visitas internacionales para reconocer la labor del Dagrd, de un

gobierno que tiene prioridad por la vida. El Dagrd, en contra de los propietarios y del

ingeniero estructural, ordenó a tiempo la evacuación y salvó la vida de decenas de

familias. Sucedida la tragedia, la Alcaldía se volcó a trabajar por ellos y eso lo han

reconocido los afectados. Ahora hay protocolos nuevos para la atención de este tipo de

desastres y planes de contingencia. Esto nos ha servido para tomar decisiones, en

especial, las que quedaron consignadas en el nuevo POT; no podemos seguir haciendo

edificios en las laderas de la ciudad”.

Pero CDO, la firma que construyó Space, también hizo muchos edificios con

problemas estructurales en otras zonas de la ciudad, ¿qué va pasar con estos

propietarios, la mayoría de estratos humildes?

“Los hemos ayudado con la creación de la Gerencia Segura, creamos esa dependencia

para atenderlos en el corto y mediano plazo, para que esto no se repita en el futuro.

Hemos identificado esos edificios y donde hemos tenido que dar la orden de

evacuación, lo hemos hecho para que no pase lo de Space. Todos esos edificios van a

ser repotenciados. Nos criticaron por implosión de Space, eso no lo hicimos porque

quisimos, lo hicimos porque así lo indicó la Universidad de los Andes. Donde no hay

que tumbar el edificio, vamos a repotenciar y eso lo tiene que hacer CDO”.

Aunque el Concejo aprobó el cobro por valorización, sugirió, al cierre de sus

sesiones ordinarias, frenar el cobro y volver a hacer un estudio en el derrame, ¿le

va a hacer caso?

“Yo le voy a hacer caso al Concejo, ellos aprobaron el cobro, trazaron la ruta y eso es lo

que estamos haciendo. Empezamos a cobrar con siete obras terminadas, estamos

haciendo cuatro. Estas obras se dejaron de hacer, por eso colapsó El Poblado y parte de

Guayabal. Los ciudadanos tienen derecho a protestar, estamos revisando todo lo que se

nos ha pedido revisar y replantear por vías jurídicas; cada caso particular tendrá su

respuesta oportuna y sustentada. Yo mismo tomé la decisión y le dije a Hacienda y al

Fonvalmed que se rectificara la forma de facturar, que le cobraran a todo el mundo en

72 cuotas, es decir, seis años para pagar. Otra cosa, la Alcaldía no fue la que decidió

cómo se hacía el derrame del cobro, eso se hizo con base en estudios de la Lonja”.

La gente dice que no es suficiente con reducir los homicidios, todavía hay robos,

atracos, microtráfico y extorsiones.

“El problema de seguridad es el primer propósito del Gobierno, por eso he creado la

Vicealcaldía de Seguridad y su Secretaria, para dedicarle todos los recursos. Hemos

fortalecido la Empresa de Seguridad Urbana, se aumentaron en 2.000 las unidades de

policía, también aumentamos de 121 a 411 los cuadrantes, entregamos 220 patrullas y

ya tenemos el doble de cámaras. Estamos sustentados en resultados. Para mí y para

todos los ciudadanos, la vida es primero. Es duro decirlo, pero la gente prefiere que no

la maten a que la roben. Cuando la ciudad tenía 30 homicidios diarios, carrobombas y

otros actos de violencia que cobraban vidas, quién se preocupaba por el robo o la

extorsión, teníamos miedo de que nos mataran en la esquina de la casa. Llevar el

promedio a 30 homicidios en un mes es algo extraordinario, es el principal logro del

Gobierno. Yo ofrecí un hogar para la vida y a eso le estamos trabajando”.