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LA MONTAÑA DEL KAF

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a Iyari, que hizo su nido en mi espantapájaros

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“Asistimos aquí a un sutil análisis de la condición poética: fascinada por las imágenes, por un lado,

en busca de la verdad, por otro. ¿O quizá a la vez? En efecto, es la simultaneidad de los dos movimientos

la que asegura la verdadera salida del engaño narcisista: no se trata de ofuscarse ante las imágenes

en nombre de una visión inmediata de la verdad, sino de reconocerlas como tales, como reflejos de una aventura espiritual,

hecha de reflexiones ascendentes, que las supera.”

(Julia Kristeva)

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LA MONTAÑA DEL KAF Parte primera: Palenque. Los libros de la evolución...........................................................................................7 La iniciación..................................................................................................................8 Itaca................................................................................................................................9 La imagen y la luz......................................................................................................11 Los anfibios.................................................................................................................12 El despertar.................................................................................................................13 Parte segunda: Mazunte. El Simurg....................................................................................................................15 Hermatenea................................................................................................................16 La condición plumífera............................................................................................18 Los ojos.......................................................................................................................19 La caída......................................................................................................................20 Parte tercera: Wirikuta. Los mitos de la Creación..........................................................................................23 Los primeros días de Caín y Caín..........................................................................24 Rumores vegetales acerca del amor.......................................................................25 El deseo desnudo......................................................................................................27 Parte cuarta: aún en Wirikuta. Arco iris interno........................................................................................................29 La tempestad............................................................................................................30 El libre albedrío........................................................................................................31 El pecado original....................................................................................................32 Tren-taller..................................................................................................................33

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Parte quinta: Anahuac. El alimento del Simurg............................................................................................35 Profecías.....................................................................................................................36 Los samsaras electrónicos.........................................................................................37 El luthier....................................................................................................................38 Un día en la feria......................................................................................................39 Tren-tarot...................................................................................................................41 Parte sexta: Chacahua. El vuelo de Pelícano...................................................................................................44 Integración de la oscuridad......................................................................................45 Oasis y espejismo.......................................................................................................46 Nadie...........................................................................................................................47 El Consejo de visión..................................................................................................49 Imitación de Cristo....................................................................................................50 Parte séptima: Mar de los Sargazos. La asamblea de los pájaros......................................................................................53 La condición humana...............................................................................................55 Iyari waneika................................................................................................................56 El anzuelo...................................................................................................................57 Parte octava: Europa. Los cielos lombardos................................................................................................59 Paloma y la luna........................................................................................................60 Sólo poesía.................................................................................................................61 La montaña del Kaf..................................................................................................62 El ser colectivo del Espíritu....................................................................................63

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Parte primera:

PALENQUE

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LOS LIBROS DE LA EVOLUCIÓN. Tarot, Cábala, Astrología, Alquimia cuatro ramas de la misma ciencia que encontró estas formas de expresarse como cuatro brazos del delta del Nilo para desembocar en un mar abierto al único océano del planeta y así, en la sal, poder conservarse. Los cuatro brazos describen, a cuatro manos el proceso de iniciación: la terrible lucha que el adepto debe sostener contra su propia debilidad, orgullo escepticismo, sentimientos de soledad... Años y años de experimentos en laboratorios de observación de los cielos en las noches frías de los desiertos, tuvieron que pasar para que nunca olvide el adepto su origen divino y la posibilidad oculta en forma de pequeño anhelo de infinito tiritando en el fondo asfixiado de su espíritu de transmutar tal origen en destino. Ese adepto somos todos nosotros.

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LA INICIACIÓN Llega prueba tras prueba... De acuerdo al desenvolvimiento en ellas o vaya uno a saber por qué aumenta o disminuye el grado de gozo y dificultad contenido en la prueba siguiente. Finalmente, un día, la Iniciación ocurre. El Universo entreabre sus ventanas y nos considera dignos de confianza puesto que también hemos confiado en él. Nos sentimos en el umbral de algo muy grande y muy bello grande como el Cosmos, bello como la Creación. Tomamos valor, algo de pureza, y nos asomamos... Ningún dios celoso nos fulmina. A partir de entonces, el viaje a través de tierras y cielos quiere volverse cada vez más consciente a costa de todo.

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ÍTACA. Hay unos dedos de mujer en la Patria tejiendo cada día, destejiendo cada noche la trama de nuestras jornadas. Nos vamos ovillando hacia allí. Nuestra historia actual es la más bella historia narrada por las musas a un poeta ciego treinta siglos atrás, es la epopeya de la desembocadura de un corazón cualquiera en el mar infinito. Desde una roca una sirena nos jala cantando su melodía. No nos tapamos los oídos ni nada. Vamos. Cuando nos conocemos con otra alma en viaje enredamos un rato los cuerpos, y luego los desenredamos si amamos o no lo hacemos jamás nos enteramos... todo lo experimentamos en un estado semi consciente. Somos como hojas a merced del viento de los humores propios y ajenos. Al abrirse el centro del corazón, por fin recibimos impresiones nítidas en forma de sensaciones. Seguimos siendo hojas de aquí para allá pero ahora comprendemos que hay magia en el viento y disfrutamos de sus remolinos y calmas aparentes. Nos enredamos y nos desenredamos pero a veces algo no se desenreda... una melodía de flautas llena la noche y agita a las cobras en sus canastas.

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Hemos de pagar caro el rescate por el corazón enredado. Para esto: vivir conscientemente con el cuerpo el juego de dos almas con quien lo tiene cautivo liberarse, contemplar el fruto del amor en las estrellas y reemprender el camino hacia Ítaca.

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LA IMAGEN Y LA LUZ. Por un ínfimo fragmento de eternidad los telones caen y contemplamos la Gran Obra de todos los seres convergiendo. Sólo luz, y nada más que luz. Cerramos los ojos pero la luz sigue sucediendo... hasta que se nos agota la luminosidad interna, imprescindible para asimilar toda junta la maravilla de la Creación. En la superficie queda la imagen dando sus últimos coletazos luchando y actuando hasta que cada vez tiene menos texto en el libreto... es sólo la piel de la semilla y en el interior, ya ha despertado el ser verdadero. La atracción del Sol lo saca a la luz y comienza débilmente a manifestarse la imagen cae y surge otra nueva, y otra... En el acto mismo de mirarlas a los ojos las imágenes se congelan y caen dentro de la nada con el desgarro de un glaciar. A la luz las ilusiones, se derriten como al calor del Sol.

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LOS ANFIBIOS. Aún no nos hemos integrado al Todo pero ya caminamos sobre la Tierra. Somos anfibios despidiéndonos de nuestras patas de rana como buzos que renuncian a su empleo. Aquí el Sol golpea más fuerte. Increíblemente conseguimos respirar sin ahogarnos ni coletear. Bebemos agua limpia directamente del arroyo cortamos leña y nos hechizamos ante el fuego. Sentimos por primera vez el aire fresco de las colinas. El corazón tiene memoria y un presente que consiste en sentir, pensar, decir y seguir su propia verdad. También tiene un destino: comunicarse radicalmente con el resto del Universo se trate de seres del agua, de la tierra del aire, o del espacio exterior. Dios admite todas las posibilidades dentro de sí. Llevar la energía del inconsciente a la conciencia para esto, hacer consciente lo inconsciente manifestándolo. Es un viaje de reencuentro. No tenemos nada que perder más que a nosotros mismos. Ésta es nuestra verdad de hoy: vislumbrar la serenidad proveniente de una gran aceptación del Universo entero como único objeto de amor y seguir adelante con la prudencia de un tiburón, que ya olió la sangre.

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EL DESPERTAR. Siento una creciente felicidad en este viaje de retorno al origen pero sé que no tendré paz completa hasta que el ave de la conciencia que me guía llegue a la totalidad de sí misma. En Palenque, segundos antes de la despedida abandono la mente y la micro-sociedad en las que vivo para darme un chapuzón de cuerpo entero en la magia de la naturaleza. Escucho todo: los pájaros, los changos, todo (1). Es una mañana nublada donde los verdes son más verdes y los morados más morados. Siento como el viento pasea por el lugar y acaricia esta piel. Un pájaro de pecho amarillo me canta: “Bienvenido a la realidad, Pelícano bienvenido a la realidad por nada del mundo vuelvas la vista atrás... “ Descubro que el pájaro lleva cantando la misma canción desde el comienzo del mundo. Se apodera entonces de mí, una soberbia carcajada. (1) changos: mexicanismo por “monos”.

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Parte segunda:

MAZUNTE

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EL SIMURG. Contemplo al Simurg. Soy Pelícano. Según la lista ya hemos llegado catorce. Primero los tres grandes señores: Cisne, Águila y Gallo. Luego Cuervo, el príncipe oscuro. Horas más tarde Paloma y a la noche de la misma jornada, Lechuza y Pavo Real. Durante el día siguiente vamos fichando desde la madrugada en este orden: Cigüeña, Avestruz, Buitre, Golondrina, Grulla, Pelícano y Ganso. ¿Cuál de los doce que me precedieron eres tú ave oscura como la región del Yin (2) con quien me une un lazo invisible? Gallo anuncia los nombres de quienes ahora llegan volando al alcázar edificado en el Kaf (3) Halcón, Pájaro Carpintero, Garza... Al final de la tarde arriba el héroe y guía Abubilla. Lo escoltan Ibis, Cuco, Perdiz y Faisán. Percibo que todos somos el Simurg y que el Simurg, es cada uno de nosotros y todo lo que hay. (2) yin: en el taoísmo, principio femenino del micro y macrocosmos. (3) kaf: en el sufismo, montaña circular donde reside el Simurg.

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HERMATENEA. Simurg es el remoto rey de los pájaros su nombre quiere decir “treinta pájaros”. Mientras esperamos a los ocho restantes llegar ya purificados por sus trabajos internos conservamos aún nuestra individualidad de ser Pelícano y de ser Lechuza. Más de cuatro seres alados decidimos sin medir las consecuencias quedarnos a vivir en el mundo de los pájaros. Para ser concientes de nuestro origen nos rebautizamos con el nombre de la divinidad que desde antaño encarnamos, y que emplumamos a partir de nuestro arribo a las alturas del Kaf. Uniendo mi ruta aérea con Lechuza y no con Gaviota, como había imaginado dejo de buscar mi plenitud como Hermafrodita y lo hago como el Hermatenea de los gnósticos. Altivos, nos vamos pero regresamos de un lugar donde vivimos los últimos días en el éxtasis del reencuentro. Lo que iba a ser una tranquila canalización a los seres de la tierra con alas en el cuerpo de luz se convierte en un fuerte abrazo de despedida pues ya no creo que volvamos a encontrarnos con quienes permanezcan permanentemente allí. Éste es un llamado a los que hoy se sienten más débiles o confundidos:

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“Hay que juntar fuerzas e intentarlo... fragmentos nuestros nos están esperando para ser todos juntos Dios.”

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LA CONDICIÓN PLUMÍFERA He perdido en alguna parte de esta historia la primitiva palabra “yo” consciente que lo experimentado antaño como una personalidad mía, para mí mismo y para nadie más... ahora es apenas un destello de suave y compartida individualidad. En el mundo de los pájaros ser individual se vive placenteramente. La sensación habitual es la de una segura inteligencia en el amar y el ser amados en redimirlo todo a picotazos, en el vuelo de bandada y por supuesto, en la pesca de media altura. Allí soy un pelícano que aparece en las mañanas y las tardes sobre el océano, un bicho que se despide de la condición humana para quedarse sintiendo la vibración del Universo... jugando en el mar, y en sus ojos de mar.

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LOS OJOS Dicen los barqueros, que cada ser es una isla pues aún no aprenden a volar de una isla a la otra con las alas desplegadas de los ojos. Sólo se precisan dos instrumentos humanos deseosos de enlazar sus experiencias y recién entonces, enfocando bien sucede el acto mágico del mirarse. Varios pájaros echábamos la hueva y cotorreábamos en círculo después de la extenuante travesía al Simurg. Uno mismo miraba sin ver, hacía varios minutos y por un instante de soberbia casi se desbarranca contra unas rocas presumiendo de sus dotes de adivino. Lechuza, que estaba atenta esperó hasta que nuestros mundos volvieran a unirse a través de las pupilas y recién entonces se retiró a dormir. Gracias, Lechuza.

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LA CAÍDA. Mientras aguardamos el arribo del resto de los pájaros con demora para intentar la gran hazaña, el Simurg nos reúne a todos en la montaña sagrada y circular del Kaf: “Antes que nada os cuento que he de minimizarles esta energía que habéis estado acumulando, puesto que no ha resultado suficiente para atraer el número de tripulantes requerido. Os dejo la plena conciencia de lo que habéis experimentado. Si consiguen regresar aquí, amados míos la próxima vez será al revés: llegaréis atraídos como por un imán, me entregaréis vuestras experiencias y podréis retener vuestras energías. Entonces, seréis libres. Un último consejo: amad a vuestro prójimo y a través suyo a todo lo que hay pues este todo, os incluye a vosotros mismos... Trabajad en parejas, reforzad vuestro silencio y así siempre sabréis que estáis de viaje.” Mi antigua compañera Gaviota recién llegada al Simurg enamorada, del ala de Gavilán pregunta cómo nos reconoceremos entre nosotros cuando andemos medio perdidos. El rey de los pájaros calla con todo el peso de su silencio y finalmente responde, con voz de dulce trueno:

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“Pues cuando contéis con la suficiente energía os reconoceréis sin ninguna duda.” Una intuición terrible precede a una sensación de derroche y debilidad. Intento batir mis alas y me pesan como si fueran brazos. Me siento un recién nacido y la última escena que contemplo es la del Simurg... empollando en el desierto, mi propio cascarón.

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Parte tercera:

WIRIKUTA

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LOS MITOS DE LA CREACIÓN En la tierra santa de Wirikuta despierto de pronto con la mente en blanco. Han pasado siglos desde mi último pensamiento. No recuerdo nada, pero empiezo rápido a recordar... Aquí la luna es una lámina redonda de plata y las soldaduras que chispean durante la fundición se esparcen por los cielos hasta que los hombres astrónomos las unen a través de líneas que aparecen en la bóveda celeste en el acto mismo de imaginarlas. Vivo en un pueblo pequeño del desierto exactamente con la mujer con la que deseo vivir por lo que supongo que debo haber sido una persona afortunada. Ella me mira y me asalta el recuerdo de unos ojos de lechuza tejiendo un puente entre los dos. Entre ella ¿y quién?

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LOS PRIMEROS DÍAS DE CAÍN Y CAÍN Hay que tener los tres ojos bien abiertos: mi conciencia, mi ojo, tu ojo. Un hombre con nariz de halcón me mira. No lo he visto nunca antes pero su mirada me evoca un nombre. Le pregunto: “¿Usted se llama Horus?” “No, Horacio. Y tú ¿no te llamarás Hermes?” “No. Hermindo.” “Vaya... creí que te llamarías así. “ “Yo también creí, disculpe. Me gustaría sentarme y conversar con usted pero la verdad es que ando muy apurado. Me tengo que ir volando...” Así es. Tengo suma urgencia por saber quien soy y por qué estoy aquí. He sabido de hombres antiguos que han encontrado en los desiertos una conexión que siento haber perdido recientemente y no sé como recuperar. Saldré sólo bien temprano por la mañana siguiente a este eclipse total de luna.

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RUMORES VEGETALES ACERCA DEL AMOR. En Tanque Nuevo, el abuelo híkulli (4) me muestra que la puerta de entrada a la Cuarta Dimensión, es el amor que antes de mi caída ya conocía todo lo cognoscible menos el amor auténtico, que sólo me queda repetirme hasta el hartazgo o hacer un último esfuerzo por innovar. Escucho el tintinear de cascabeles. Pasan decenas de chivas, cuatro o cinco perros guardianes... y por último, el chivero. Tras su piel curtida reconozco los ojos de Horacio. “Sí, ¿qué es lo que deseabas hablar conmigo?” “Tengo una sola cuestión para formularle: ¿cómo puede hacer usted para experimentar cada vez más y más amor en su vida?” Horacio me mira con su ojo derecho de halcón: “He despertado de un largo sueño y sólo sé que necesito pasar cada vez más tiempo en soledad solito con la naturaleza. Junto a ella todo permanece en su justo lugar. Así cuanto más me acerco a la fuente del mundo más amor auténtico experimento... y es que debes tener muy claro que tú caíste aquí para encontrarte contigo mismo y no con Palas Atenea...”

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“Su nombre es Paula Aitana.”

“Ah... perdón. Tampoco debes tratar de convencerla para que siga tu camino aunque parezca más venturoso que el suyo. Somos humanos, pero paralelamente también somos pájaros, y ustedes dos tienen costumbres migratorias disímiles.” (4) hikulli: planta sagrada entre los wixarikas y otras otros grupos aboriginales.

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EL DESEO DESNUDO. Poco a poco todo va cayendo a mis pies como las ropas de una amante. Me voy quedando sin ambiciones, exigencias ni expectativas de ningún tipo. Todo lo que surge de mi mente es rápidamente identificado y desechado. El último embate resulta más difícil de contener no lo comanda la mente sino la auténtica emoción ese mamífero salvaje sobre el que quisiera montarme para barrer un ejército entero con mi furia. El ser verdadero vigila en silencio desde su fortaleza de silencio, hasta que por fin, el animal sale suelto a correr y aullar de noche con los otros coyotes tristes de separaciones. Comienzo a sentir más y más profundo. Al final lo descubro: ahí dentro hay algo que aún acecha. Es el deseo. A la distancia parece turbio y disperso pero a medida que encarna más conscientemente en mí lo asumo como un deseo intenso concentrado exclusivamente en Aitana en su cuerpo, y en su aliento. Y como todo deseo, ya cristalizado asume las propiedades del imán.

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Parte cuarta:

AÚN EN WIRIKUTA

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ARCO IRIS INTERNO. Oscurece, y Aitana llega en secreto caminando a través del desierto primero en dirección al psico trópico de cáncer luego con el Sol, que se muere a sus espaldas. Encendemos el fuego juntos y comemos papas a las brasas, pan con guacamole, chocolate. Durante la noche se nubla y se despeja varias veces al ritmo de las luces y las sombras de su interior. Al mediodía siguiente le digo quien es ella para mí. En esta nueva Dimensión, no se lucha ni se intriga se espera con respeto y el corazón fortalecido. Ella escucha en silencio, mirando a los ojos. Es un alma orgullosa. Observo directamente a su corazón y veo que tiene muchos colores... cuando está ahí, en el esternón del verdadero Dios el sentimiento fluye a borbotones... cuando cae en el plexo solar, se enreda con palabras me supone en un plano emocional y se pierde en cielos nublados. A mí no me importa lo que dice: sólo reflejo su arco iris interno y sea que aparezca la bella durmiente o la muchísimo más bella despierta la amo, porque gracias a ella experimento esta etapa de mi evolución hacia el ser natural que soy.

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LA TEMPESTAD Sello su anuncio de partir a otro continente con un torniquete de aceptación y la fuga de energía se detiene. Nos abrazamos fuerte en el desierto. Mi alma registra y graba un único color en su sentir que reconocerá bajo cualquier forma que encarne en cualquier punto del Universo donde vuelva a aparecer. Recupero inmediatamente el sentido del humor y experimento libertad. Un aire recorre la zona y ahora son mis pasiones las que cubren el cielo de nubes negras. La tempestad se desencadena con tambores de truenos y fuegos artificiales. Al amanecer está despejado y ya he olvidado lo que vine a pedir a Wirikuta, “ukai manakatei”, tierra de las lágrimas de modo que nunca sabré si lo que está sucediendo es consecuencia de mi deseo, o del capricho de otro dios.

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EL LIBRE ALBEDRÍO Penetro en su mundo de penumbras para dejar de ser dogmático al respecto: cada uno tiene derecho a amar, o a dejar de hacerlo cada vez que le de la gana. En este juego de luces y sombras comienzo a recordar: uno era un pájaro que quería participar de Dios y a último momento no soportó tanta energía... Aitana también participó de esa epopeya: era una lechuza. Frida también, fue la gaviota que arribó en el instante previo a la Caída. Ahora Lechuza se va volando a sus ruinas... y su sombra refleja mi propia sombra proyectada hacia el Simurg. Elevo mi mirada, y por primera vez le hablo: “Cada uno tiene derecho a dejarse llevar por su propio camino al despertar... o bien demorarse en el poder, la estrategia o los tesoros de la tierra tanto tiempo como lo desee.” El Simurg calla, mas Abubilla responde irónicamente: “Sí, un sabio moderno lo llamaría libre albedrío. Un sabio antiguo... poca fuerza de voluntad.”

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EL PECADO ORIGINAL No tengo nada de que excusarme: el karma ancestral del bisabuelo (5) no fue compartir la manzana y sus semillas con su segunda compañera sino negar su propia responsabilidad y culpar a su amada ante un dios desconocido. Así nos hemos plantado desde hoy los hombres frente a los señores de los cielos en estas tierras baldías de desolación: me pongo pues del lado de Lechuza e ignoro hasta nuevo aviso al Simurg. Si alguna vez fui consciente de ser parte suya –o si alguna vez volveré a serlo- no es mi asunto de hoy. Hay un solo tiempo verbal: el presente. Todo lo demás es pensamiento u otras moscas pegajosas. (5) karma: en el hinduismo, ley de causa y efecto que rige el Universo.

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TREN-TALLER Desde Palenque llega en tren un tren-taller. Se detiene en el pueblo de Wadley. Aquí pasa y pasa el tren... ello me recuerda estar de taller toda la vida es la única forma, de permanecer siempre presente. Si el Edén era la no conciencia de ser he de vivir mi caída con la mayor conciencia posible prefiero lo que sea que haya de nuevo que no un paraíso perdido. Me centro en el ahora y el aquí expandidos. Cruzo un patio a oscuras. Meo. Miro al firmamento. Enciendo un cigarro. Escribo. Pasa un tren.

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Parte quinta:

ANAHUAC

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EL ALIMENTO DEL SIMURG. Continúo viajando por un psicoanálisis ultra antiguo: cada vez que algo aparece en la mente me deshago inmediatamente de la mente, cada vez que me abruma una emoción me libero de plano del plano emocional. Pienso mucho en Iyari, la memoria del corazón en como mientras se desenreda se golpea y golpea en las paredes pienso tanto en mis vivencias más recientes que experimento un día demente: llego a la desesperación absoluta a las tres de la tarde. A las cinco y veinte, desecho completamente toda experiencia y desciende sobre mí la calma más inmensa. Le digo al Simurg: “Desecho la experiencia aunque esté chida (6) ya que cada vez se va poniendo más y más gacho. (7) Así, el problema nunca es la caída sino permanecer demasiado tiempo en el suelo. “ “Gracias -me responde el Simurg y pronto descubro que no estoy solo-. Necesitaba de vuestras experiencias ya que no tengo más sexo, ojos y corazones que los vuestros. Un día saldréis corriendo y ya no tropezaréis más. Entonces, estaréis piloteando una nave espacial.” (6) chido: mexicanismo por “bueno”. (7) gacho: mexicanismo por “malo”.

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PROFECÍAS Nuestro destino está en las estrellas en alguna de las galaxias del firmamento. El humano dejó de ser mono cuando empezó a mirar al Cielo y a prestarle atención a la serpiente del Edén. Dejará de ser humano, y mono potencial cuando llegue a su destino unificándose en un nivel desconocido. Sólo depende de nosotros: tenemos que aprender a mirar adentro, conectarnos con otros ojos afuera, utilizar el corazón como telescopio, mover la conciencia desde tu nombre y mi apellido hacia la comprensión de nuestra parte común en el juego del Infinito.

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LOS SAMSARAS ELECTRÓNICOS (8) En San Juan del Río, armo un puesto en la feria donde vendo plumas y hojas recicladas. Enfrente, los chicos ponen monedas en unas máquinas electrónicas para luego saltar y bailar encima de ellas. El puesto vecino lo atiende un hombre con mirada de cisne el pastelero, que me pide prestada una pluma blanca de ala de cisne. Le digo: “Algo está dirigiendo la energía de esos chavos (9).” “Sí, pero algún día sus conciencias crecerán más allá de las máquinas y de la mente que las diseña. Los mecanismos son cuatro... y creo que tú ya los conoces: experimentar amor, conservarlo comprender la experiencia, desecharla. Un ser que así se expande reagrupa pronto su energía en forma natural.” “Dígame: ¿usted por casualidad no se llamará Brahma?” “No, mi nombre es Abraham.” (8) samsara: en el hinduismo y budismo, ciclo interminable de muertes y renacimientos. (9) chavo: mexicanismo por “muchacho”.

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EL LUTHIER Me resbalo un rato del corazón, tambaleo y un disco ruidoso empieza a girar. Reconozco que estoy en la mente pues la repetición la vuelve inconfundible. La desactivo una vez, otra más, otra... hasta que un chico se acerca a mi puesto: “Buenas noches ¿cuánto vale una pluma que lo que escriba no suene como un tocadiscos sino como un instrumento musical?” “Vale demasiado, pero sólo cuesta el pasado contenido en tu mente –le digo.” Acepta el precio y se va con ella... a medida que empiece a escribir, será tan libre que no recordará ni como se llamaba antes de volver a nacer con nombre artístico.

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UN DIA EN LA FERIA Le digo a Abubilla, quien fuera guía de caravanas en Arabia y ahora guía hacia el Simurg: “Hay un océano entre quien creo ser y quien siento amar. ¿Cómo es esto posible?” “Honestamente –responde el Coronado- ¿Amas tu permanencia en el tiempo junto a ella o más bien tu presente crudo y desnudo con cualquier fragmento de Dios que te salga al cruce? “Mi decisión está tomada: estaré siempre donde quiera que suene el tambor de mi interior” -es todo lo que atino a decir. “Corres el riesgo –comenta él- de disipar tu energía magnetizando alternativamente un deseo proyectado hacia el pasado o el futuro y otro anclado en la eternidad.” El Universo no me da tregua: refleja mi contradicción en una galería de espejos de la feria enviándome una de cal y otra de arena, una de cal y otra de arena... hasta que de una vez por todas mi ser integrado asuma que anhela cal, arena... o un poco de cada una. Una niña le dice a Abraham:

“No sé si llevarme el pastel de dátiles o el de castañas ¿Me podrías vender los dos?"

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“No –responde él-. Hay un pastel para cada niño. Si quieres, te puedo cortar un trozo de cada pastel... pero hay un pastel para cada niño.”

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TREN-TAROT Me siento un peregrino, un explorador de la magia del Universo en las últimas playas de la conciencia. Cuando me manifiesto como Mago la Creación es algo de lo que soy responsable un proceso que está sucediendo en este mismo fragmento de eternidad. A veces también me manifiesto como Loco forcejeando para no perderme en el presente y sólo porque una mujer no lo habita conmigo. Esas jornadas, la orientación en el tiempo duele como un naranjazo en la nariz y cuatro calles son enormes parajes superpoblados que hay que atravesar. Me manifiesto de varias formas más. Alguna que otra vez como Ermitaño, huraño de tanto participar de la naturaleza. De repente las emanaciones que soy cobran orden y estructura, pasando de largo en forma de tren-tarot. El maquinista, un “pastóphoro” (10) se asoma por la ventanilla y me grita: “¿Usted es Loco que no salta al tren-tarot?” “Sí, justamente...” -respondo honestamente desde el andén.

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“¡¡Salta, Hermes!!” –me grita más fuerte y ya más lejano. Y un servidor, que se llamaba Hermindo salta. (10) pastóphoro: maestro de ceremonias en los misterios de la antigüedad clásica.

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Parte sexta:

CHACAHUA

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EL VUELO DE PELÍCANO Aleteo hacia el Simurg, recupero el entusiasmo. Me siento bien prendido, disfruto del vuelo sin tratar de controlar la situación. Quien le vende su alma al propio corazón arde por dentro como un pajar clausurado y comienza a quedar separado del Espíritu tan sólo por el valle del Vértigo. “Uuuuuuhhh...” –sopla con fuerza el viento. Estoy impedido de hacer cualquier elección voy donde tengo que ir directamente, lo que tarde en llegar.

“¡¡Bruuummmm!!” –un trueno. Iyari es una bola de fuego en el aire respira hondo, se inflama más. La memoria del corazón se entrelaza con el deseo por el ser amado igual que las hélices del ADN, se entrelazan entre sí.

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INTEGRACIÓN DE LA OSCURIDAD Mientras vuelo al ras del mar me identifico con el océano. Me siento como uno de esos pelícanos pardos que andan por el Caribe. Luego, soy el océano... la oscuridad acuática ubicada fuera del tiempo, el negativo de la película que identifico como luz o existencia consciente. “Yo jamás hubiese elegido esta situación -me dice Avestruz- pero anduve con la cabeza debajo de la tierra y de repente aparecí aquí viviendo esto –que, si soy honesta- debo reconocer, que toda mi vida lo había deseado.“ “¡¡Qué afortunada, Maat!! ¿Entonces fue ese el período de oscuridad tras el cual usted, como un brote asomó la cabeza y vio todo tal cual es?” “Exacto. Creerse pelotita de golf ha sido la noche oscura del alma de mi especie. Ya redimidos, somos dioses de justicia que jamás ocultamos o disfrazamos la verdad.”

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OASIS Y ESPEJISMO Miro la vegetación y por todas partes adivino trampas de luz para dos donde sólo había duras realidades de oscuridad para unos y para los otros. Nada en el mundo puede impedir la fusión de dimensiones a través del amor porque este mundo es la Tercera Dimensión, el poder para quien es imposible dimensionar aquello que lo contiene igual que un palacio contiene un sótano en su subsuelo. Todo es el puro amor y nada más hay fuera de él. Alternativamente lo experimento dejo de hacerlo, lo experimento, dejo... para que ya no me queden dudas de cual es mi oasis y cual mi espejismo interno, en este cruce obligatorio y fantasmal del desierto. Descubro, que cuando no lo experimento el amor continúa produciéndose como el oasis sigue produciendo higos leche las camellas, y agua el manantial independientemente de la sed del caminante.

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NADIE Ya devoró a muchísimos compañeros y compañeras a esta altura de la travesía. El amor es un cíclope furioso con un único ojo cegado en el centro. ¿Quién soy frente a él? Odiseo no mentía: “Nadie.”

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EL CONSEJO DE VISIÓN “Tengo una pequeña visión y me gustaría someterla a Consejo” -digo a quien quiera escucharlo. Del fondo de un escarpado cabo de roca veo aparecer a Águila, el más valiente de todos los aqueos. Él sólo es todo el Consejo: “Sin interpretaciones por favor -me ruega majestuoso-. Sólo la visión.”

“Bien... numerosas individualidades todas muy caras a uno, han reaparecido con nombres y personalidades modificadas tras haber atravesado una gran transformación.” “¿Cuántas veces sucedió?” “Entre trece y veinte... y también siento que voy cruzando puertas de personalidad y cerrándolas a mis espaldas o bien ventanas que antaño abrí sin darme cuenta activando inconscientemente paisajes ahora reales. Me aparezco vivo por doquier con nombre, apellido, e historia personal paralela. Soy diez años más joven o seis lunas más anciano aún no recorrí en ellos caminos que al final elegí o bien recorrí en ellos caminos que al final no elegiré. Me salen al cruce hijos con sus madres respectivas y antiguos compañeros de vuelo, y encarnaciones simultáneas propias y de otros, que también son parte de mí.”

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Aquiles se limpia el pico, y habla con la voz de trueno de un fractal de Simurg: “Ya que buscas Consejo ven conmigo al siguiente valle pero debes tener presente que el vértigo que sientes no lo produce la visión, sino la actuación del corazón.”

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IMITACIÓN DE CRISTO Vuelo por Chacahua de la laguna al mar y del mar a la laguna entre compadres pelícanos, gaviotas... y garzas elegantes como un chino sirviendo el té. No tengo nada de nada y con mucho menos me conformo. Ésta es la habitación más peligrosa dentro del templo de cada uno: el paraíso perdido, el epipaleolítico previo a la guerra y la ciudad. Frida, ese ser mágico y natural que conmigo lo cohabita se desnuda en la playa desierta, se asolea suelta al aire el pelo largo negro las olas van y vienen, las horas sólo van. Nos acompañamos en todo. Gaviota pertenece tanto a esta vasta sinfonía universal de luz, emanaciones de luz y almas en vuelo que uno ha de ser para ella su parte oscura su océano de duda... y tierra. Busco aquí mi cielo en ella y siendo al mismo tiempo Cielo busco mi Tierra, del otro lado del mar. Disfruto de la playa y de Afrodita de Circe y de su isla y no por eso olvido que otras corrientes internas me conducen hacia Ítaca verdadero rumbo de mi navegación.

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En la entrada al valle del Desapego sacrifico con dolor contenido mi pasión por México y por Frida igual que el Cristo en la cruz, sacrifica su pasión por Galilea y Magdalena. Con toda humildad: mi reino, tampoco es de este mundo.

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Parte séptima:

MAR DE LOS SARGAZOS

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LA ASAMBLEA DE LOS PÁJAROS Poco a poco nos vamos reuniendo en las colinas que se alzan imponentes entre ambos valles. En un pico de roca debaten Pájaro Carpintero, del Medio Oriente y Gallo, del Oriente Lejano. Alrededor, somos cien pájaros volando. Las dos aves avatares, hablan sobre Paloma que ha muerto en la plaza pública: “Somos libres, pájaros –dice Gallo- podemos ir a donde más lo deseamos casi sin sortear controles ni burocracias, nos reconocemos más o menos fácil. Tanto el viajero como el aldeano son hospitalarios entre sí... Debo decir algo en relación a la desaparición de nuestra querida Ishtar: tenemos que cruzar siete valles y no terminamos de arribar al cuarto. Los asuntos públicos son para el público, no estamos interesados en el poder sino en el amor. Luego, somos el poder. Si nos enredamos en lo que ya hemos dejado atrás caemos. Luego, somos el temor... y así vuelta a empezar. Somos libres, pájaros y hago uso pues de mi libertad para pedir que nadie más se suicide en público ni siquiera, en nombre de la paz.”

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Se hace un silencio sepulcral. Sólo Cuervo, sigue graznando a su antojo. “No soy de la misma opinión que Gautama –dice Pájaro Carpintero. Desde este punto de percepción se comprende y se comprueba que quienes se pretenden los más poderosos no lo son siquiera más que sus propios miedos. Juguemos con ellos a ver quien sostiene más misericordiosa la mirada. El amor incondicional no encuentra resistencia ni rivales competentes, en la Tercera Dimensión. A mí ya me han crucificado cientos de veces y como podrán ver sigo volando hacia mi Padre.”

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LA CONDICIÓN HUMANA Irónicamente para perderle el vértigo a una tierra que creía conocer de memoria tuve que perderle antes el vértigo a los cielos y comprender que si llego a echar raíz en alguna comarca natural siempre contaré con las alas, de esta conciencia que viaja. Me despido pues de la condición plumífera para asumir mi naturaleza de animal humano adulto, y de sexo masculino, un ser de la tierra para la Tierra para mi prole potencial y mi compañera para la humanidad toda -mi pueblo secreto en el exilio- y para cualquier hogar del mundo que sea que me toque habitar.

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IYARI WANEIKA (11). Hoy, por primera vez en mucho tiempo mi corazón no platica conmigo sobre metafísica sino que me revela el nombre ya no secreto de la mujer-pájaro que aún anhela. Me dice que cuando quiera puedo abrirme y sentir fresca su energía, a muchos kilómetros de distancia... que nuestro próximo encuentro se acerca como proa del gran barco del misterio. No le creo nada, pero el corazón es el corazón. (11) iyari waneika: en voz wixarika: “sólo del corazón surgen las cosas hermosas”.

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EL ANZUELO Cruzo el Atlántico disfrazado de pasajero hasta quedar frente a frente con Aitana. Duermo en su casa, es digna que entre allí siento como se hunde en el interior la punta del metal la boca empapada de sangre... me sofoca primero la asfixia, y luego la vibración, el alto voltaje que desde el muelle emiten los pescadores del Jordán. Entonces comprendo...alguien a quien amamos es un anzuelo para poder experimentar el amor del Dios interior... y nada más. Una vez que lo miramos a los ojos y mordemos -resistiendo la tensión del corazón como dientes apretados- una fuerza extraordinaria nos jala fuera de la densidad del agua. Nos dejamos trasladar desde nuestro medio habitual hacia una dimensión desconocida y así comenzamos a participar, conscientemente de la trampa de la evolución. Por nuestros propios medios podremos convertirnos en reyes y señores entre los peces pero nunca lograremos respirar el aire fuera de las burbujas ni dejaremos de ser esclavos del mar.

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Parte octava:

EUROPA

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LOS CIELOS LOMBARDOS Un débil hilo de luz rompe la noche. Regreso al vuelo, y limpio mis alas de petróleo este sargazo en el océano de la modernidad. Alzo los ojos y cuestiono a todo un continente: “¿Qué le pasa a Europa que ya no levanta el mentón con emoción ni duerme cada noche bajo este hotel de mil estrellas?” “Si el humano pierde la dimensión del espacio debéis atribuirle la responsabilidad al tiempo -me dice el quetzal Quetzalcoatl antes de regresar a su adorado Yucatán.” A mi alrededor los pájaros se extinguen y los que quedan, se atrincheran en sus jaulas consultan las agendas presurosos presentando sus excusas, de por qué no irán al Simurg. El pobre Abubilla les habla y habla: “Los peligros son grandes y muchos se quedarán en el viaje ¡¡pero de ahí a perder el avión...!!”

“¿Nuestro avión? ¿A que hora sale?” –le pregunta el Cuco bastante liado. “Cuando tú salgas de tu reloj.”

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PALOMA Y LA LUNA Durante varias jornadas ando con dos ruedas sobre rocas y arenisca y otras dos sobre el Mediterráneo. Tengo aquí sueños vívidos donde inmensas urracas atraviesan el horizonte, y mujeres sin pasado se desnudan para ser hechas por el amor y naves más grandes que nuestra imaginación iluminan la mitad de la bóveda celeste con un tenue resplandor. Tomo conciencia de que ya hace varias lunas que no veo compañeros en el viaje hacia el Simurg. Subo a la terraza y descubro la razón: emisarios de Cigüeña llegan desde Paris anunciando que Paloma, acaba de renacer allí. En una rápida jornada a vuelo de pájaro, ya estoy en Notre Dame. Las gaviotas, graznando, llegan por el Sena corriente arriba, en un peregrinaje desde el mar. De regalo le llevo a Ishtar una luna de verdad una lámina redonda de plata, una blanca roca contra la que no se planean lunáticos alunizajes ni flamean sobre ella, banderas de la guerra fría.

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SÓLO POESÍA Estoy en pleno proceso de adaptación a la Tierra tropezando aquí y allá hasta que el viento cambia de dirección... y adaptándome al Cielo la Tierra se adapta por fin a mí.

El ascenso que reemprendo se retro-alimenta a cada aleteo con el descenso y la inmersión en las profundidades de los mundos. Siento que no se trata ya de permanecer en la Tierra o en el Cielo sino de transitar libremente entre ambos niveles... un doble movimiento gigantesco para el que no encuentro otro almacén de energía más que el de permanecer natural. No hay síntesis posible. Sólo poesía.

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LA MONTAÑA DEL KAF Estamos nuevamente reunidos en las estibaciones del Kaf esperando la concordancia armónica (12) que será esta noche, bajo la lluvia y durante el eclipse. En esta oportunidad llegamos veintiocho que ya aprendimos la lección de que no podremos ser completamente Dios hasta que no juntemos el número requerido. Es posible que los dos que falten sean tú y tu compañera o compañero, o puede que te atrevas a realizar la aventura en solitario compartiendo con todos los demás tu maestría en el arte de la navegación. ¡¿A qué esperas?! El Simurg es el único bote salvavidas que se hunde por falta de peso. (12) concordancia armónica: formación estelar durante el 8 de noviembre del 2003.

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EL SER COLECTIVO DEL ESPÍRITU Que las señales del Espíritu te guíen. ¡Qué las fuerzas no te abandonen! ¡¡Qué tu entrada sea triunfal o agonizante pero que sea antes de que todos los velos caigan!! ¡¡¡Que le entregues al gran pájaro de luz tu preciosa carga de experiencias a cambio de la libertad!!! No es un capricho cualquiera, ni un modo de decir sino la naturaleza espiritual del Cosmos que necesita de nuestras comprensiones para planear nuevas aventuras galácticas. Subo por las escaleras de caracol hacia un patio de mi interior contemplo algunas fotografías del recorrido hojeo un par de libros antiguos y levanto la vista hacia el firmamento mientras una fuerte carga de energía colectiva empieza a llegar desde los cielos... Quisiera que nuestra especie se ilumine y le regale su Iluminación al Universo.