La Molineta, ¿parque natural o urbanización de lujo?
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Javier Salvador López 3º de Periodismo A Grupo Reducido 3
La Molineta, ¿parque natural o urbanización de lujo?
“Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado, y el último pez
atrapado, te darás cuenta de que no puedes comer dinero” Refrán indoamericano
Algunas guerras no hacen sangre. Su ambiente no está cargado por el olor a pólvora ni a
napalm. El sonido de los cañones no quedará en la memoria de ningún infante de la
zona. Lo que sí queda, y ha quedado siempre en todo enfrentamiento desde que al
hombre se le ocurrió no querer convivir en paz, es el daño; un daño irreparable. Desde
hace diez años los vecinos y el Ayuntamiento de Almería mantienen una batalla por el
medio ambiente. Una guerra abierta por la Molineta, un espacio natural propio de la
capital almeriense por el cual consistorio y ciudadanos llevan una década peleando.
¿Urbanización de lujo o parque natural? El tiempo pasa y la pregunta sigue sin
respuesta. Queda el campo; un campo de batalla.
José Antonio Martínez tiene 20 años y estudia el Grado de Química en la Universidad
de Almería. Es vecino del barrio de Los Ángeles. O lo que es casi lo mismo: se crio en
los cerros de la Molineta. Hoy pasea por donde hace unos años construía cabañas,
pasaba las tardes con sus amigos o acudía con su clase para estudiar la vegetación
autóctona de la zona. Mira con tristeza el descuido que sufre el único espacio natural de
su barrio. “No me imagino la Molineta convertida en urbanización de lujo, sería una
pena. Es un espacio donde los ciudadanos podemos escapar de la vida monótona de la
ciudad y sentirnos libres por unos momentos” afirma el joven estudiante.
La naturaleza eligió la provincia de Almería para regalar a sus habitantes paisajes
maravillosos y rincones próximos al paraíso. Una comarca en la que se puede cambiar
la arena de las playas vírgenes de Cabo Gata por las cimas de Sierra Nevada en 100
kilómetros, previo paso por el Desierto de Tabernas. En la misma capital, entre las
zonas naturales que rodean la ciudad y la playa que baña la bahía existen tan solo cuatro
kilómetros y medio de distancia. Entre estos parajes de la naturaleza destaca uno: la
Molineta.
Al noroeste de la urbe almeriense, al comienzo de la Rambla de Belén, nace este rincón
único en una ciudad escasa de zonas verdes. Entre el barrio de Los Ángeles y la autovía
crece un espacio donde la naturaleza campa a sus anchas regalando un oasis donde se
agrupan diversas especies vegetales y animales, esculturales formas sobre roca caliza,
grandes embalses, cuevas o unas vistas magníficas sobre la ciudad y la bahía almeriense
que no se encuentran en ninguna otra zona de Almería.
La Molineta fue un lugar especial para los vecinos de los barrios obreros colindantes
tales como Los Ángeles o El Quemadero. Un rincón dónde los niños podían criarse en
libertad y los adultos pasear admirando la naturaleza a pocos metros de unos barrios
humildes donde las zonas verdes brillan por su ausencia. Los centros de enseñanza de la
zona suelen acudir al espacio a dar sus clases, transformando los montes en aulas de
biología.
Aún hoy sigue siendo un lugar especial, aunque su futuro está en el aire. O, mejor
dicho, en las manos del hombre; un ser empeñado en ganar la guerra a una naturaleza
que pierde sangre día a día por una batalla que nunca debió empezar y en la que su
enemigo sigue sin saber decir basta.
En el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 2005 el Ayuntamiento de
Almería, gobernado por el Partido Popular, cambió su disposición sobre la Molineta. El
paraje natural, declarado suelo no edificable en el PGOU de 1988, se convertía en 2005
en terreno edificable. El Ayuntamiento se excusaba para la remodelación de la
ordenación urbana en que la ciudad debía crecer necesariamente por el rincón natural.
Un crecimiento basado en la construcción de viviendas de lujo en la única zona verde de
una capital rodeada de cadenas montañosas donde la desertización es la nota
predominante.
Durante décadas los vecinos de los barrios que rodeaban al espacio reclamaron un lugar
de expansión. La respuesta de la administración local siempre fue la misma: la zona que
los vecinos pedían para sus barrios era la Molineta. Con el nuevo PGOU este lugar de
expansión desaparecía. La Asociación de Vecinos ‘La Palmera’ se puso al frente de las
reclamaciones de diferentes colectivos que protestaron contra el Plan formulando una
alegación en la que se pedía preservar el paraje natural.
“En primer lugar no hay ninguna necesidad de construir una urbanización existiendo
miles de viviendas vacías. En segundo, Almería no tiene por qué crecer por aquí, puede
hacerlo por lugares donde no se destruya un paraje natural” defiende Francisco Pascual,
expresidente de ‘La Palmera’.
El Ayuntamiento no encontró trabas legales a la hora de calificar la Molineta como
terreno urbanizable. Este suelo nunca había sido declarado Parque en ninguna de sus
categorías; ni tan siquiera metropolitano o periurbano. En definitiva, no había nada que
calificara al espacio como zona protegida, por lo que una simple reorganización
municipal podría acabar con él.
Un año después de la propuesta del PGOU nació la plataforma ‘Salvemos la Molineta’,
en la cual los grupos opositores se unieron para luchar por la conservación del paraje.
Con la asociación ‘La Palmera’ a la cabeza, se aglomeraron infinidad de colectivos.
Entre ellos destacan agrupaciones vecinales como ‘La Traiña’, ‘Cruz de Caravaca’ o ‘El
Quemadero’ y ecológicas como Cóndor, Protesta Mediterráneo, Amigos de La
Alcazaba o Ecologistas en Acción. En cuanto a formaciones políticas, ‘Salvemos la
Molineta’ encontró apoyo en la oposición, destacando el de Izquierda Unida – Los
Verdes.
“En estos barrios obreros de poca cultura nos parecía peligroso meter temas ecológicos
porque pensábamos que no íbamos a encontrar ayuda. Sin embargo nos encontramos
con que no; el apoyo fue monumental” declara Pascual, que también es miembro activo
de la plataforma de defensa del espacio natural.
Desde su nacimiento ‘Salvemos la Molineta’ ha venido protagonizando un choque
frontal contra el ayuntamiento del Partido Popular, que encontró como principales
aliados a los propietarios de los terrenos: la familia Góngora; amiga del consistorio.
Góngora Arquitectos es la empresa familiar con la que Antonio Góngora llevó a cabo el
proyecto arquitectónico de la Rambla de Almería. A principios de siglo XXI la Rambla
era una realidad gracias a unas obras que costaron al ayuntamiento almeriense 25
millones de euros, poco más de cuatro mil millones de las antiguas, y por entonces,
pesetas.
En los terrenos de la Molineta se encuentra el Cortijo Góngora, donde destaca un gran
caserón en el que la familia vivió hasta bien entrado el siglo XX. Detrás de Los
Góngora hay historia. Durante la guerra el pueblo republicano pedía el cuello de los
señoritos. Almería, que sufrió en 1937 los bombardeos de buques enviados por el
propio III Reich alemán, fue la última capital republicana en ser tomada por los
sublevados. Los Góngora salvaron su vida gracias a la benevolencia de unos cortijeros
de los terrenos colindantes a su propiedad, sirvientes suyos, que les escondieron y
mantuvieron a salvo de los ‘juicios populares’. Hoy la familia hace oídos sordos a los
descendientes de quienes les salvaron la vida.
El Plan General de Ordenación Urbana de 2005 aún sigue sin aprobarse. Aunque los
PGOU los elaboran los ayuntamientos, es la Junta de Andalucía quien tiene que dar el
visto bueno. Por parte de la Junta ha habido buenas palabras hacia los vecinos, aunque
su acción se queda muy corta. Hay elementos en la Molineta que, si la Delegación de
Cultura hubiese catalogado como bienes de interés, habrían impedido que se puediese
construir ahí. Uno de estos bienes es el canal de San Indalecio, que transportaba agua
desde Benahadux hasta la capital a través de sus 12 kilómetros. Hoy en día el canal
tiene imposible volver a funcionar puesto que las construcciones de los establecimientos
comerciales de La Cepa en Huércal de Almería cortaron este elemento.
En todos estos años han sido varias las reuniones que han mantenido Ayuntamiento y
‘Salvemos la Molineta’. Unos encuentros que no han sido fructíferos para la plataforma.
Mientras los vecinos aún esperan respuesta a sus alegaciones, desde el consistorio no
han dado su brazo a torcer, llevando el asunto hacia la negociación; proponiendo reducir
el número de metros cuadrados de viviendas. “El problema no es ya tanto el número de
viviendas o el territorio que se ocupe, sino que estamos hablando de un territorio virgen.
Aunque solo hubiese que hacer un chalet habría que hacer accesos y carreteras a esa
vivienda, por lo que el destrozo seguiría existiendo” esgrimen los vecinos.
Los ciudadanos se han movilizado llevando a cabo una enorme cantidad de acciones.
Primero se comenzó con visitas guiadas explicando a los interesados las especies
vegetales y animales propias del paraje. Más tarde tuvo especial éxito una cadena
humana que reunió a centenares de personas en la Molineta con motivo del día del
Medio Ambiente en el que reivindicaron que la zona fuese declarada Parque Periurbano
–espacio natural protegido-. También destacó un festival reivindicativo que contó con
las actuaciones de grupos musicales locales y del reconocido monologuista almeriense
Pepe Céspedes. Además, se recogieron más de 2.000 firmas al manifiesto “Salvemos la
Molineta” en el que se exigía la realización de un gran Parque Periurbano.
Por otro lado, el asunto de La Molineta ha llegado hasta el carnaval. La comparsa del
barrio de Los Ángeles preparó Molineter@s a una, una canción dedicada al paraje
natural; que dice así: “Acciones y firmas/ diez mil que son muchas/ pues la Molineta/
queremos salvar// […] Frente a propietarios/ especuladores/ y este ayuntamiento/ que
ciego y sordo parece/ estar// Hay que tener jeta/ hay que tener cara/ seguir con el
ladrillo/ y la especulación”.
Estos años de lucha vecinal también han tenido su respuesta institucional. En la entrada
noroeste de Almería por la Rambla Belén se planea construir un gran centro comercial
pegado a la Molineta. Este proyecto lleva años planteado sin que haya avanzado nada la
construcción del centro. O casi nada.
Hace un par de años, con la excusa de esta obra, el Ayuntamiento decidió llevar a cabo
unos derribos en la parte alta de la Molineta que echaron abajo las famosas cuevas de
Conan, donde fueron grabadas diversas escenas de la película Conan el Bárbaro y que
tenían en alta estima los vecinos de la zona. El motivo que dio el Ayuntamiento para
esta demolición fue que las cuevas estaban agrietadas y corrían peligro de derrumbe
cuando empezase la construcción del centro comercial. Dos años después las obras del
centro siguen sin comenzar pero las cuevas ya son historia. Cañonazo directo hacia las
trincheras vecinales.
Las acciones de ‘Salvemos la Molineta’ no se reducen a concentraciones o festivales.
En el límite norte del paraje natural se erige El Cordel de la Campita, una vía pecuaria
de poco más de un kilómetros que la Junta de Andalucía arregló para convertir en “La
puerta verde de Almería”, invirtiendo cerca de un millón de euros para su construcción.
Variada vegetación, parques, carril bici y zonas de ejercicio ocupan este kilómetro que
culmina en un mirador único desde el que observar la bahía de Almería en su máximo
esplendor.
Desde entonces, cuesta abajo y sin frenos. Tras la construcción del Cordel el camino
quedó desasistido. Hoy impera el caos. Los columpios no existen, literalmente. Las
malas hierbas se han apoderado de la zona e incluso se ‘comen’ los elementos dedicados
a la práctica de ejercicio físico. La vegetación muestra un pésimo estado de disecación.
El motivo de este descuido: una vez acabada la construcción, la Junta pasó al
Ayuntamiento el mantenimiento de “La puerta verde de Almería”. El Ayuntamiento se
negó a hacerse cargo de este cuidado y ninguna institución se encarga de mantener el
espacio.
Todo apunta a que ‘Salvemos la Molineta’ cumplirá una década y aún no habrá
conseguido ganar su batalla al Ayuntamiento. En la primera semana de este 2014 hubo
otra reunión entre plataforma y Junta de Andalucía. Otra reunión más que no cambiará
la historia de la Molineta. Los vecinos piden más trabajo a la Junta mientras confían en
un cambio político en la administración local. Entre tanto, ellos mismos se encargarán
de que su tierra no muera. Ante la falta de respuesta institucional los vecinos han cogido
la sartén por el mango. Varios centenares de escolares y vecinos se dieron cita el pasado
23 de enero para regar y limpiar el Cordel de la Campita. No les queda otra alternativa.
Los ciudadanos quieren la Molineta y llevan ya diez años luchando por ella. Una década
es mucho tiempo en el idioma del hombre pero una minucia en el de la naturaleza. A
Víctor Hugo le entristecía pensar que ésta nos hablaba mientras nosotros no
escuchábamos. Al padre de Los miserables le alegraría saber que hay quienes sí que
escuchan. Son aquellos que saben que, como diría Luis Fernando Finat: “Mil máquinas
nunca harán una flor”.
ANEXOS
Vista desde el mirador del Cordel de la Campita:
Estado del propio Cordel:
Espacio donde se prevé construir el centro comercial:
Algunos de los elementos arquitectónicos de la zona: Balsa de los cien escalones y
puente por el que transcurre el canal de San Indalecio
Manifiesto “Salvemos la Molineta”: