La Memoria Personal y Colectiva

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IDENTIDAD, MEMORIA Y SUBVERSIÓN: LA APUESTA POR LA RECONCILIACIÓN DESPUÉS DEL 12F “¿Puede una nación sobreponerse a las injusticias que marcaron sus orígenes y, merced a su decisión y empreño moral, reparalas?” Paul Johnson, Estados Unidos, la historia No hace falta acudir a elaborados estudios como para saber cuánto pesa el pasado personal en el presente. Hay personas que lamentan la totalidad de su vida o parte de ella o tienen una fijación con los episodios de mayor infelicidad o que resultaron traumáticos. Lo cierto es que lo vivido no puede deshacerse, por lo que muchos quisieran al menos olvidarlo. Y la misma psiquis, en caso de extremo dolor, borra, por lo menos a nivel del consciente, el registro de aquellos momentos de tanto dolor que atentan contra la identidad psíquica. Sin merodear mucho, está el caso de accidentes con víctimas fatales en los que la persona, por uno de esos resquicios que brinda la vida, después de larga lucha consiguió sobrevivir. Sin embargo, cuando la persona por un evento post- traumático, sufre de pérdida de la memoria o amnesia, de manera lo suficientemente grave como

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Reflexiones sobre el tiempo, la memoria, la historia y la manipulación idealógica

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IDENTIDAD, MEMORIA Y SUBVERSIN: LA APUESTA POR LA RECONCILIACIN DESPUS DEL 12F

Puede una nacin sobreponerse a las injusticias que marcaron sus orgenes y, merced a su decisin y empreo moral, reparalas?Paul Johnson, Estados Unidos, la historia

No hace falta acudir a elaborados estudios como para saber cunto pesa el pasado personal en el presente. Hay personas que lamentan la totalidad de su vida o parte de ella o tienen una fijacin con los episodios de mayor infelicidad o que resultaron traumticos. Lo cierto es que lo vivido no puede deshacerse, por lo que muchos quisieran al menos olvidarlo. Y la misma psiquis, en caso de extremo dolor, borra, por lo menos a nivel del consciente, el registro de aquellos momentos de tanto dolor que atentan contra la identidad psquica. Sin merodear mucho, est el caso de accidentes con vctimas fatales en los que la persona, por uno de esos resquicios que brinda la vida, despus de larga lucha consigui sobrevivir.

Sin embargo, cuando la persona por un evento post-traumtico, sufre de prdida de la memoria o amnesia, de manera lo suficientemente grave como para no recordar su historia personal ni a sus seres queridos, la ciencia ha descubierto que la persona tambin deja de saber quin es, lo que es su identidad. De tal forma que historia personal, resguardada en el presente por la memoria, est relacionado y es necesario para afirmar y conservar la identidad. El saber quin se es da pauta para tomar decisiones en la vida, orientarse hacia lo que se quiere, aceptar un tipo de relacin y rechazar otro y as sucesivamente.

Pero no tenemos por qu quedarnos en el extremo de las experiencias. Estando en Sicilia de seminarista me consegu con un adolescente, de buen porte y encantadora personalidad que pareca tener todo su futuro por delante. Sin embargo, su gran anhelo era conocer a sus padres biolgicos, pues era adoptado, para saber quin era. Sin esto una inquietud interna lo devoraba.

Pero esto que se afirma a nivel individual tambin es cierto a nivel colectivo, de sociedades o pases. El asunto de conservar la memoria histrica est relacionado con la comprensin del presente, da razn a costumbres y prcticas y, sabiendo de dnde se viene, se sabe quin es y a donde va.

Durante la segunda Guerra mundial, recuerda el papa Juan Pablo II en su libro Memoria e identidad, una de las formas de resistencia contra la ocupacin alemana en Polonia era conservar sus tradiciones y el legado cultural incluso de los grandes escritores y dramaturgos polacos. Mantener viva su lengua y las grandes obras escritas por ellos, en el idioma de ellos. Para resistirse al Nazismo haba que recordar quin se era, pues los nazis saban que para desarrollar su proyecto de dominacin deban desplazar la cultura nacional polaca.

Tambin el papa Benedicto, siendo cardenal Ratzinger, recordaba como en su infancia el nazismo pretenda regresar a las religiones del Rihn, de tipo mitolgico, para desplazar tambin los vestigios del cristianismo, que constituan una traba para su hegemona. Igualmente se buscaba tener control sobre la memoria histrica.

Pero es curioso el papel de la memoria y, por lo tanto, del pasado recordado en la proyeccin del futuro. Su papel era ya destacado por Platn y, en la historia del pueblo de Israel, en la Biblia, el memorial del pasado siempre abre al futuro, a la promesa. As, pues, un pasado que se recuerda como calamitoso proyectar un futuro sombro; un pasado radiante tambin incidir sobre las expectativas del futuro. Por supuesto que hay casos donde un pasado difcil hizo de escenografa perfecta para un presente distinto y un futuro promisorio. Al igual que un pasado feliz puede valorarse como el paraso perdido que tacha la actualidad como expulsin o exilio a una situacin de exilio y cautiverio. Porque la persona tiene capacidad de maniobra y crecimiento o decrecimiento.

Uno de los aspectos ttricamente interesantes, que ya se ha hecho mencin sin darle la necesaria relevancia, es la posibilidad de de manipular el pasado. La palabra manipulacin hace referencia a manejar algo con las manos (la manipulacin de alimentos), pero tambin a la alteracin intencionalmente engaosa de las conciencias de otros, por lo que la connotacin es negativa.

En el adolescente la falta de historia personal hace que, tan sencillo, est desorientado en la vida: al no saber quin se es, menos se sabe a dnde ir. Es muy fcil que se consiga caudillos a esa edad, distintos a los padres. Si a esto se le aade el aderezo de relaciones familiares conflictivas, o un pasado para salir corriendo, se entiende que un manipulador profesional lo puede enrolar en una banda de azotes de barrio, para que pueda irse desarrollando delictivamente, un grupo de contracultura, adiccin a drogas, ciertas militancias polticas, terrorismo o fanatismos religiosos. Evocar y alimentar el ego, mover las cuerdas del resentimiento y el dolor, la baja autoestima los dems no te valoran, yo si lo hago, en tu casa no te quieren, nunca te han querido; nosotros s El manipulador se encarga de darle una historia y una misin. De sublimar complejos. Mao incentivaba el odio de los campesinos hacia los terratenientes para sumarlos a su revolucin. Por supuesto que las relaciones eran injustas, pero el objetivo no era la conciencia sino el odio, para empuar las armas. En Per, 40 aos ms tarde el grupo guerrillero maosta Sendero Luminoso mataba a 2 misioneros franciscanos polacos, pues con su ejemplo, labor y predicacin no dejaban que el odio echara races en las conciencias campesinas, como exiga la estrategia de revolucin.

Pero lo que pasa con las personas tambin pasa con los pueblos: el no te quieren, no te valoran, yo s. yo estoy contigo. Mas la conexin afectiva debe reforzarse con la conexin ideolgica (misin mesinica que predice un futuro sin barrancos- y de manera mesinica) con la confiscacin del pasado. Aunque la evidencia indique que somos una sociedad mestiza, tanto a nivel de fenotipo como cultural, aunque se usen computadoras, carros, aviones, se viva (y se quiera vivir) en ciudades y no en campos ni bohos, vestirse de flux y vestido y no con taparrabos o guayuco; aunque se promueva el cine nacional y se hable espaol, que el IVIC haya comprobado que el 60% del genotipo es teutnico (blanco) y, aadimos nosotros, esta hazaa pertenece a aquellos 500 europeos que poblaron esta regin del nuevo Mundo; que gran parte del ADN mitocondrial es de madres indgenas, y tantos datos ms, se quiere manipular el pasado. Nos han inoculado la farsa de que nos invadieron, cuando el 60% de nosotros es de invasor y, la otra parte, de los invadidos. Por alguna extraa razn que prefiero no conjeturar, las mujeres indias de aquellas conquistas vean en los caballeros una oportunidad parecida a la marital, por lo que no siempre fue violencia sexual.

Si es por invasiones, la historia de la humanidad, y ms si hablamos de la historia militar, se ha ventilado a base de invasiones y no por eso los dems pueblos no andan lloriqueando por su pasado. Con las Naciones Unidas, por lo tanto de 1948 para ac, es que la comunidad internacional determin que ningn pas puede anexarse otro, o parte de otro. Antes era de lo ms comn y, por tristeza, les pareca que entraba dentro de la lgica de la guerra. La apreciacin era tan distinta, que no se llamaba Ministerio de la Defensa, sino de Guerra y Marina.

As que si de invasores se trata, los invasores no estn en Europa, pues capaz que los que estn all nunca vinieron, sino los que se quedaron ac, con costumbres sexuales muy distintas a las de Pretoria. Y los invadidos, los autnticos, han quedado reducidos a algunos pueblos o protegidos por selvas y montaas y a esos tan solo se les brinda un saludo a la bandera. Por otro lado habra que tener en cuenta que no exista una nacin indgena, con sentido de unidad y pertenencia, sino naciones y algunas caribeadas por otras. Sesenta millones de habitantes para 1492 en toda Amrica de entonces significan hoy en da la poblacin de dos Venezuela o menos de 2 veces la ciudad de Mxico o 2 veces la ciudad de Nueva York en un territorio de 42.900.000 de Km2. Por lo que en Amrica del Norte, al principio, podan convivir los dos pueblos, como en algn momento ocurri, si no se empeaban en ocupar el mismo territorio o algn desquiciado intentaba coleccionar cueros cabelludos o plumas para su recibo.

No se trata de negar el pasado, por supuesto. Se trata de asumir que este es mucho ms complejo de lo que aparenta ser, por traumtico que sea, y que permite diversas y variadas lecturas, que corrigen apreciaciones inexactas quieren ser hegemnicas, de parte y parte.

El pasado reciente de la democracia es otro ejemplo de adulteracin intencional del pasado. No es que se lea desde la ptica del materialismo histrico de Marx, que ya puede ser un reduccionismo. Es que a sabiendas se callan algunos aspectos y se exageran otros para darle cierta teatralidad a la comprensin. As todo queda reducido a lo que, de pequeo, uno se preguntaba ante una pelcula de vaqueros: quines son los buenos y quines son los malos? Impartir la enseanza de la historia fundamentndola en una premisa tan infantil deja mucho que desear o de su honestidad o de su profesionalidad.

Ha ocurrido tambin con la historia reciente: el gobierno venezolano a adulterado fechas de profundo dolor, como las del Caracazo (27 de Febrero de 1989), los golpes militares del 4 de Febrero y 27 de Noviembre de 1992, el 11 de Abril del 2002 y el 12 de Febrero del 2014 para ponerlo a su servicio. Pasado cargado de dolor donde el Estado venezolano se ha mutado en los ltimos 15 aos de victimario a justiciero, a travs de un proceso amebitico de apropiacin de las realidades y forjando matrices de opinin que han logrado con cierto xito con el precio de vender sus conciencias al diablo.

El proceso de reconciliacin de los venezolanos conlleva salir de este juego perverso, sin sacrificar ningn valor fundamental. O sea, no se trata de preferir defender la libre empresa en contra de la dotacin de hospitales o por el estilo. La llamada justicia social tiene toda su vigencia dentro de otro modelo econmico, por ejemplo. As que la decisin de reconciliarse no debe verse como una renuncia a los valores fundamentales, sino precisamente la manera de realizarlos. Implica, por supuesto, la ciudadana adulta que renuncia a la infantilada de pensar que puedo dormirme en los laureles, porque pap Estado me va a cuidar: el contrapeso del poder est en la ciudadana activa y no dopada, pues en cualquier momento, si los ciudadanos no estn en vigilia, el Estado se puede pervertir. Ahora bien, si por modelo socialista se entiende el de las fracasadas utopas encabezadas por la Unin Sovitica, ese modelo hay que desecharlo, porque lejos de defender el Estado la justicia social lo que hace es envilecerlo para provecho propio.

Un segundo aspecto para la reconciliacin es la defensa de la Verdad. Quienes tienen el poder o, como se plantea en criminologa, puede beneficiarse de unos hechos o una versin de los mismos, es de antemano sospechoso. Una comisin de la verdad significa la recuperacin ms precisa posible del pasado, por doloroso que sea. Ello implica tambin la aplicacin de la justicia no de forma vindicativa (venganza) sino segn el Estado de Derecho, que debe tener visos de neutralidad. Si el pasado resulta doloroso, pero hay que reconocerlo y asumirlo, igualmente lo es cuando una persona cercana resulta implicada en un hecho delictivo, ms si son referentes a derechos humanos. Claro que las crceles no pueden ser los mataderos en que se han convertido con la vista gorda de todo un pas. Una sociedad debe contar con crceles dignas, no porque los criminales se las merezcan, sino porque la sociedad tiene en alto la dignidad humana anterior a los hechos imputables, y que no se pierden luego de la sentencia. Lo contrario sera una depravacin y degradacin, donde los perseguidos sern otros pero la perversin institucional muy parecida.

Un tercer aspecto, con vigencia para el individuo o la sociedad, es entender que el pasado se supera en la medida en el que no se le niega, como tampoco se niega el dolor vivido o trado a cuestas. Esto no significa que se valore como positivo, sino que se reconoce todo lo negativo que pudo haber habido pero que se busca encajar para que no contamine las posibilidades del presente. No se puede vivir permanentemente sacando las cuentas por cobrar. Hay que desactivar el odio de nuestras vidas. Del pasado se puede aprender o me puedo distanciar: yo ya no soy este es mucho ms que una coartada.

En dichos procesos puede que haga falta la mediacin de alguien, como ocurre con los individuos: un terapeuta, esas figuras que inspiran sociedades, el concurso de psiclogos y socilogos sociales, de escritores y dramaturgos, de personalidades ligadas a la religin. Pero el presente debe deslastrarse del pasado y debe representar, justamente por lo vivido, una nueva oportunidad de corregir, mejorar o superar, sin barreras mentales.

San Juan de la Cruz, ese famoso mstico espaol, cifraba la purificacin de la esperanza de la persona en la purificacin de la memoria. Para posibilitar el futuro hay que purificar no el pasado, sino la memoria del pasado. Eso incide, aadiramos al santo, en nuestra identidad personal o colectiva. Si bien es cierto que hacerse adulto y responsable puede ser manipular (moldear con mis manos, entrando en contacto) mi pasado y mi dolor para direccionarlo hacia donde quiero, el pasado presiona unidireccionalmente, en ocasiones. Al final la experiencia de Dios, que es Amor, es quien, sin el concurso de las palabras puede purificar la capacidad de esperar y amar. Bien compara el santo la labor de Dios como una Llama de Amor viva o como el proceso de forjado artesanal que hace el herrero. Ms que definiciones es un proceso donde, para quien se dispone en Dios, es Dios quien purifica y reconcilia. De por s el amor entre las personas tambin purifica todas ofensas, pues es gratuidad inmerecida.

Termino con esta frase de Paul Johnson, refirindose a la historia de los Estados Unidos y a su pasado como despojador de tierras indgenas y esclavista:

Para juicio de la historia, lo que compensa esos pecados es una sociedad fundada en la bsqueda de la justicia y la imparcialidad es esto lo que ha hecho Estados Unidos? ha expiado sus pecados originales?