La Mecánica Naranja 00

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Y ADEMÁS Todo sobre el lockout · El Barça, campeón de la Supercopa · La polémica de los pasaportes · El éxodo NBA en Europa LA MEC Á NICA NARANJA Número 00 SON LEYENDA! !

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Revista mensual de baloncesto / Basketball monthly magazine

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Y ADEMÁS Todo sobre el lockout · El Barça, campeón de la Supercopa · La polémica de los pasaportes · El éxodo NBA en Europa

LA

MECÁNICANARANJA

Número 00

SON LEYENDA!

!

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LA MECÁNICA NARANJA2

créditos

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DISEÑO Y MAQUETACIÓN

Andrés Aragón (@SextoHombre)

REDACCIÓN

Andrés Aragón (@SextoHombre)

Andrés Monje (@A_Monje)

Darío Ojeda (@DarioOjeda)

Jaime Castillo (@jcgallardo_23)

AGRADECIMIENTOS

a Comunicación ACB por la ayuda presta-

da y a todos los que han puesto un grani-

to de arena para que este primer número

salga adelante.

Pudes ponerte en contacto con nosotros

a través de:

DIRECCIÓN DE CORREO

[email protected]

TWITTER

@mecanicabasket

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editorial

NUESTRAS FAMILIAS NO PARAN DE GASTAR DINERO EN MÉDICOS CUANDO NOSOTROS TENEMOS MUY CLARO

EL DIAGNÓSTICO: SOMOS ENFERMOS DEL BASKET

Seremos breves porque lo importante empieza al pasar esta página.Nuestra situación es crítica. No sólo so-mos periodistas, cosa que ya resta, sino que nos gusta el baloncesto en exceso. De la unión de esas dos pasiones nace esta revista que lees en tu pantalla. Hay ilusión, trabajo y baloncesto, todo en las mayores cantidades que nos ha permiti-do el cuerpo. Nosotros también hemos ido a los exámenes de junio con las oje-ras de unas Finales de la NBA o hemos anulado citas por un Georgia-Finlancia del Eurobasket. Estamos en familia.‘La Mecánica Naranja’ nació en la ca-beza de un completo lunático, pero no hubiera sido posible sin la ayuda de quienes se unieron a la causa ni será lo mismo si al otro lado no hay alguien que la disfrute.

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Número 00

DEL PASADO AL FUTURO. Las dos prime-ras figuras que reparasemos serán Kenny Anderson y Jonas Valanciunas.

EL LEGADO DE LA CORONA. Homenaje a la selección española, que revalidó en Lituania su cetro europeo.NAVARRO, MÁS ALLÁ DEL TALENTO. Re-pasamos la portentosa actuación del me-recido MVP del Eurobasket.UN SUEÑO DEMASIADO CORTO. Recor-damos la aventura NBA de Juan Carlos Navarro. ¿Fracasó?LAS ESTRELLAS DEL EUROBASKET. Ana-lizamos los grandes protagonistas de la cita de Lituania.FRANCIA ENCUENTRA EL CAMINO. El país vecino ya no sólo tiene talento. Aho-ra tiene algo más importante.TRIBUTO A UN SUEÑO. La selección de Macedonia protagonizó el cuento de ha-das en el Eurobasket.EL ÚLTIMO BAILE DEL EMPERADOR. ¿He-mos asistido al final de la carrera interna-cional de Dirk Nowitzki?SENTENCIA: CULPABLES. El Europeo no sólo dejó buenas noticias. ¿Qué seleccio-nes decepcionaron?LA LLAMA OLÍMPICA. Aclaramos cómo está el camino hacia la próxima gran cita del baloncesto: Londres 2012.

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LA NBA EN SUSPENSO. Todo lo que nece-sitas saber sobre la última hora del cierre patronal.ASÍ FUE EN 1998. Recordamos cómo fue el último lockout, que acabó con una temporada de 50 partidos.

SUPERCAMPEÓN A BATIR. El Barça ganó el primer título de la temporada y sigue dominando el baloncesto nacional.EL DEBATE. En nuestro primer debate, preguntamos por el favorito al título. La respuesta es unánime. ¿Adivinas quién?MERCENARIOS DEL PASAPORTE. Anali-zamos la polémica de las nacionalidades tras un verano especialmente movido.REGRESO A LOS VALORES. El Estudiantes buscará recuperar su brillo volviendo a la esencia de sus últimos éxitos.

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38MERCADO DE EMERGENCIA. El cierre pa-tronal de la NBA ha provocado un éxodo masivo. Sigue la pista de todos.

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Buena parte de la historia de Kenny An-derson se ha contado mil veces, aunque con otros nombres. No es el primero ni será el último All-Star que a pese a ganar más de 50 millones de dólares termina arruinado por las facturas de una vida muy mal conducida. Por más que la liga ofrezca asesoramiento a sus jugadores, es imposible poner cordura en los bolsi-llos de unos hombres que, después de pasar por incontables penurias, tienen acceso a tal cantidad de ceros.

Como tantos otros, Anderson que dejar prematuramente la universidad para ofrecer alivio económico a su ma-dre. Su enorme talento le llevó a ser All-Star y disfrutar de una carrera más que solvente a la que puso fin en 2005. Poco después su madre fallecía. No mucho más tarde, se declaraba en bancarrota. Tras pasos de dudosa sensatez por la CBA y el circense ‘slamball’, retomó los estudios con el objetivo de encontrar trabajo y ayudar a sus hijos (siete en to-tal, con cinco mujeres distintas).

Como quiera que alguien aún recor-daba las exhibiciones de este zurdo de oro en Georgia Tech, Twitter obró el mila-gro. El intercesor se llama Joy Doobrow, uno de tantos completos anónimos que escribe a los famosos en esta red social con la vaga esperanza de que alguno res-ponda. Puesto que el colegio de sus hi-jos, la ‘David Posnack Jewis School’ bus-caba un entrenador de baloncesto para el equipo de los chavales, probó fortuna con este exNBA. La oferta, inverosímil, resultó ser cierta. A sus 40 años, Kenny Anderson ha empezado entre ‘kippahs’ su carrera como entrenador.

UNASEGUNDAOPORTU-NIDADENTWITTER

Del pasado...

por Andrés Aragón

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Imaginen la presión de ser una de las ma-yores promesas del baloncesto mundial. Ahora imaginen serlo en Lituania, donde el baloncesto es uno de los grandes es-labones que vertebran el país, sólo por detrás de la otra religión, la de verdad. Y ahora imaginen que sin razón aparente (porque no la hay) les colocan en la línea sucesoria de Arvydas Sabonis. ¿Se atre-vería a representar ese papel?

Hace falta tener una cabeza muy bien amueblada para ser Jonas Valanciunas y mantener los pies en el suelo. Especial-mente en un curso en el que su carrera profesional ha dado ese primer acelerón que hacía tanto tiempo venía anuncian-do. Debut en la Euroliga con el Lietuvos Ryas; número 5 del draft de la NBA; do-minio insultante y victoria en el Mundial sub 19 y primera convocatoria con la se-lección absoluta. No es mal balance para un muchacho que acaba de despegar.

Lo particular del caso de Valanciu-nas es la unanimidad que genera: no se va a quedar por el camino. Aunque en un principio su participación en el Euro-basket iba a ser testimonial, la lesión de Petravicius le abrió un camino que apro-vechó para dar un pequeño anticipo de lo que puede ofrecer. Su talento es tan natural que desde que saltó a la pista no dejó de mandarse cartas de amor con Jasikevicius. Nadie mejor que Saras para leer el hambre de un pívot con una deter-minación insolente para avanzar hacia el aro. Mortal en el bloqueo y continuación, efectivo desde la media distancia y con una muy buena actitud para la defensa y el rebote, sólo queda dejar pasar el tiem-po y disfrutar.

LAPESADACARGA DESABONIS

...al futuro

por A. Aragón

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El Rey es tan tirano en apariencia como dulce en la forma y leal en el contenido. El Rey camina firme hacia lo eterno, o quizás lo eterno sea él. Sabe de su poder pero predica con el ejemplo. Porque la virtud hay que compartirla, procurar que todos beban de ella. Ese Rey que llega, triunfa y luego vuelve a triunfar. Y no fuerza la pose, se agarra al momento y disfruta de pequeños detalles, aquellos que embelesarían a un niño en un reino de juguetes. Ese Rey que no perdió la inocencia ni las ganas de disfrutar, a pesar de haber vivido mil batallas que bien pudieran haberle corrompido o incluso hecho de piedra. No, no a él.

Cuando España se instaló en la cima, hace ya cinco años, no tuvimos tiempo de pensar hasta cuándo sería, si se trata-ría de un alquiler circunstancial o si la ilusión nos llevaría al riesgo de comprar aquella vivienda de ensueño. Sólo disfru-tamos. El paso del tiempo no ha hecho más que solidificar un grupo humano instalado en la excelencia. Perfeccionar un equipo de baloncesto, tan talentoso como solidario, hambriento de leyenda.

España, la gran España, se presentó en Lituania con to-das sus figuras. Todos, al unísono, con la cita olímpica de Londres en el subconsciente. Es ése el sueño de un grupo

que lo ha demostrado prácticamente todo pero aún suspira antes de dormir. El Eurobasket era, por tanto, una especie de preparación para el objetivo real, los Juegos Olímpicos. Pero se trataba de una fase que podría acelerar el ocaso de una generación histórica. Es decir, no se podía fallar.

Y no se falló, claro. España cumplió su primer objetivo, lograr su billete para la cita de Londres. Pero no fue sufi-ciente, no para ellos. El bloque dirigido por Sergio Scariolo decidió que la forma de llegar sólo podía ser una. Con el oro al cuello y un mensaje global. Lo repetiremos en Londres.

CAMINO DE PALACIO.El torneo fue largo, muy largo. Muchos partidos, práctica-mente todos con valor. La vigente campeona debuta con tres victorias tan esperadas como trabajadas, antes de la primera gran prueba. La anfitriona, Lituania, aguarda expec-tante. Silencio previo antes del espectáculo. Y la orquesta española crea una sinfonía excepcional, sublime, pura ar-monía. Los bálticos quedan hipnotizados ante tan excelsa demostración. España, coral, arrolla y avisa.

Pero no todo es plenitud. Pau Gasol, el hombre que marca el camino, arrastra molestias en un tobillo. Precau-

El legado de la corona por Andrés Monje

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EXPLOSIÓN ARTÍSTICA.Y llegan los cruces, por fin en Kaunas. Eslovenia asusta en el inicio pero sigue siendo Eslovenia y va decayendo a me-dida que se avecina los momentos importantes. Navarro decide romper la armonía por una buena causa, porque su solo también es belleza. Boza Maljkovic, seleccionador eslo-veno, ve venir el tifón pero sabe de sobra, por experiencia, que no hay forma humana de detenerlo. Y su equipo cae por aplastamiento.

Lejos de ser anecdótico, el paso adelante de Juan Carlos va en serio. El gregario de lujo pasa a ser líder y protagoniza un concierto histórico en Lituania. Lleva su talento a la máxi-ma expresión, acaba con el sueño macedonio mientras nos hace frotarnos los ojos. Sí, ese tercer cuarto es real aunque sea difícil incluso imaginarlo. Navarro es una leyenda viva.

España está en la final y, por tanto, en los Juegos Olím-picos. Logra su primer objetivo, pero el equipo quiere más. Francia hierve la sangre competitiva de los nuestros, que no tienen piedad. España sube su nivel cuando debe y no da opción. Los galos ofrecen resistencia, pelean colectivamen-te, pero no es suficiente para derrocar a un bloque de leyen-da. El trono es del Rey. Y el Rey, efectivamente, es España.

QUÉ ES HISTORIA... HISTORIA ERES TÚ.No se engañen, si la selección nacional volvió a salir victo-riosa no fue por tener diamantes. Muchos otros también los tienen. La clave reside en que ninguno es capaz de generar, con tales brillantes, un núcleo tan extenso y cohesionado.

Esta España será siempre Pau y Navarro, Navarro y Pau. Por ser dioses vestidos de calle. Pero también será la se-renidad y madurez de Calderón, el espíritu de superación de Marc o la capacidad de adaptación de Rudy. También la energía de Llull e Ibaka, el temple de San Emeterio o la magia de Ricky. Que sí, sigue ahí. Igualmente es el carácter de Sada, la paciencia de Claver o el comúnmente poco valo-rado trabajo del equipo técnico.

Esta España es el infinito compromiso de Felipe Reyes. Porque incluso cuando la vida golpea con crueldad, este grupo ha pretendido demostrar que siempre sale el sol. Úni-camente hay que buscarlo.

Y en el horizonte, Londres.

“Uno a uno, somos mortales. Juntos, somos eternos” (Lucio Apuleyo)

ción, por supuesto. No juega ante Turquía y España sufre su primera, y única, derrota en suelo lituano, tras un final de partido horrible, terrorífico. Las dudas externas atacan en-tonces al coloso. La inseguridad propia nos lleva a dudar del contrastado artista. Y la culpa tiene nombres. “Scariolo no aprovecha ese equipo”; “la dependencia de Pau nos hace mortales”; “los bases no aportan”; “Ibaka no se adapta”; “qué hace jugando Rudy de tres”; “por qué no está Suárez si Claver no pisa la cancha”.

Los viejos fantasmas parecen resucitar, pero no así para el grupo. La recuperación de Pau va por buen camino, no volverá a ser baja. Ante Alemania, ya en la segunda fase, su hermano Marc sostiene al gigante, antes de que Pau emerja

en la segunda mitad para acabar de un plumazo con las du-das. España sigue siendo España. No hay vuelta atrás.

Serbia, verdugo el pasado año en el Mundial, es humilla-da. Desafiar al ‘ogro’ no fue nunca buena idea. La ‘Roja’ es una bomba por dentro. Los Gasol, enfurecidos, convierten a la subcampeona europea en un trapo. El bloque, acompa-ña. Con los cruces en la cabeza, Francia decide protagonizar una obra de teatro en el duelo que cierra la segunda fase con el objetivo de avanzar por un lado del cuadro que se antoja, a priori, mucho más sencillo. Juegan los menos ha-bituales en la formación de Vincent Collet, y a España, que cumple lo suyo, no le sienta bien. Ya habrá tiempo más ade-lante para hablar cara a cara.

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El suizo Henri-Frédéric Amiel, uno de los más influyen-tes iconos culturales durante la segunda mitad del siglo XIX, dedicó toda su vida al estudio de si mismo, buscando, qui-zás, el modo de dar apariencia real a esos caminos aparen-temente indescifrables que le perturbaron desde su niñez.

Durante una de sus extensas y rutinarias noches en su Ginebra natal, al servicio menos de su pluma que de su trastorno obsesivo, Amiel halló una respuesta. “Hacer con soltura lo que es difícil a los demás, he ahí la señal del ta-lento; hacer lo que es imposible al talento, he ahí el signo del genio”. Siempre fue difícil que algo atrapase la mágica efervescencia de Juan Carlos Navarro. En su plenitud, ya se antoja quimera. Lejos de lo común, apartado de lo racional, Navarro traspasó lo humano en un vuelo hacia la eternidad que partió de Kaunas.

Allí, sobre una cancha de baloncesto, su sitio en la vida, el capitán de la selección española, decidió soltar la mano de su fiel amigo, aquél que siempre le dio cobijo bajo su sombra sin fin, y emprender en solitario el camino hacia el recuerdo perenne. Y no fue mediante una senda habitual. No a base de puntos, aunque llegasen huracanados, ni de triples, aun-que desafiasen a la lógica. El modo debía ser otro. Alcanzar el clímax del dominio, la sublime sensación que únicamente unos pocos elegidos conocieron alguna vez.

La sensación de sentirse divinidad. Que podría inten-tar explicarse con su erupción ante Eslovenia; o con sus 19 puntos (para 35 en total) en aquel inolvidable tercer cuarto del partido de semifinales, ante la correosa Macedonia, cre-

yente en lo milagroso hasta su testimonio. Podría también aclararse con su actuación en la final (27 puntos), negando cualquier atisbo de reacción gala y eligiendo el destino de todos los allí presentes. El qué, el cuándo y el cómo.

Podría, sí, podría hacerse de muchas formas. Pero lo cierto es que nadie, posiblemente ni él mismo, sabría expli-car realmente qué sucedió, salvo aludir a la belleza de con-templar cómo alguien detiene el tiempo y lleva su don a la máxima expresión, aquella capaz de desafiar los límites del talento, su propia esencia.

Esa sonrisa mortal, esos golpes al aire bañados en carác-ter ganador, esos tiros a los que él da nombre, o esos otros con sello germano, equilibristas en su apoyo. Esas rupturas del orden marcado para definir el modo de obrar, de alcan-zar la cima.

Esos días en Kaunas Navarro decidió escribir una historia vestida de sueño. Nunca hizo falta tan poca armadura para desarrollar tal cantidad de energía. Porque el verdadero ge-nio no entiende de alturas, de músculos o de números, sólo transmite energía. Y nadie lo hizo al nivel de Juan Carlos.

más allá del talentopor Andrés Monje

Llegó al clímax del domi-nio, la sublime sensación de los pocos elegidos

Navarro

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Viendo las sucesivas exhibiciones de Juan Carlos Nava-rro en la fase final del pasado EuroBasket, alguno se pre-guntaba por qué el genio de Sant Feliú no triunfó en la NBA. Esa pregunta, simple y completamente legítima a la vista de cómo el escolta lleva sometiendo a sus rivales a este lado del charco desde que nació el siglo XXI, esconde varios ma-tices. ¿Podemos considerar la única temporada del escolta en la mejor liga del mundo como un fracaso? ¿Podemos con-siderarla un éxito? Depende de dónde coloquemos la vara de medir.

Cuando al final de la temporada 2006-2007, después de perder la final de la Liga ACB con el Barcelona, Juan Carlos Navarro anunció que se iba a la NBA, a todos se nos dibujó una pequeña sonrisa en la cara. Al fin íbamos a ver al genio jugando contra los mejores. Sus bombas ya no iban a caer sobre los aros de las canchas españolas, sino que tendrían que evitar las baterías antiaéreas que son los defensores que poblaban las zonas de la NBA.

La razón de su marcha hay que buscarla en esa caracte-rística común a todos los grandes deportistas y que resulta indispensable para entender las carreras de algunas per-sonas que lo han conseguido todo y siguen luchando por conseguir más: la ambición. No es avaricia, son ganas de probar algo nuevo, de irse a la aventura y demostrarte a ti mismo que también ante ellos, los mejores del mundo, pue-des seguir haciendo lo que haces. De ninguna otra manera se entiende el paso que dio Juan Carlos Navarro hace ahora más de cuatro años. Su fichaje por Memphis adquirió tintes

de culebrón pero al final se hizo. Sueldo mínimo, una deuda enorme con el Barcelona y un mundo por descubrir. Allí, su amigo Pau, dispuesto a ejercer de guía.

“Todo estaba un poco acomodado en el equipo, quería cambiar de rol”, dijo. Definitivamente no fue fácil. Ni en el plano personal ni el profesional. Adaptarse a un papel emi-nentemente secundario en uno de los peores equipos de la liga no tuvo que ser fácil para un jugador que ya había ganado prácticamente todo lo que se podía ganar fuera de la NBA, incluso un Mundial. Pero lo hizo. Jugó todos los par-tidos. Cincuenta y seis de ellos por encima de los 20 minu-tos; cuarenta y dos anotando más de 10 puntos. El 2 de los Grizzlies dejó alguna que otra exhibición, como los 8 de 9 en triples el 16 de noviembre de 2007. ‘Not an ordinary rookie’, lo definieron el primer partido. No lo era.

Pero no fue suficiente. Ningún equipo apostó fuerte por él. No llegó el contrato multianual que le permitiera alargar su sueño, lo que sumado a la apuesta del Barcelona para recuperar a su capitán acabó poniendo fin a una aventura que se nos antojó demasiado corta a todos. Y seguramente a él también.

Pero volvamos al principio. ¿Triunfó en Memphis? Los números individuales dicen que fue una buena temporada. De los colectivos, mejor no hablar. Por esa época solo Pau Gasol, que se fue en febrero a los Lakers, le hacía sombra a Elvis Presley. Y ahora lo hace su hermano Marc. Pero sí, podemos decir que Navarro triunfó. Consiguió cumplir su sueño, aunque apenas tuviera tiempo para disfrutarlo.

Un sueño demasiado corto

por Darío Ojeda

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La revelación del torneo. Dejó atóni-ta a Europa con una demostración de autoridad de un calibre tan inespera-do como abrumador. Fue prodigioso. Determinante desde la anotación y la dirección, pero sobre todo letal asu-miendo el rol de líder en los momen-tos cruciales. A medida que aumenta-ba la urgencia, se incrementaban las prestaciones y la eficacia. Su uno contra uno, pura electricidad, no pudo ser detenido, ni siquiera redu-cido, por ningún defensor del torneo. Su penetración, imparable, abrió in-numerables vías para el resto, convir-tiéndose al mismo tiempo en bomba y detonador. Para el recuerdo queda su actuación ante Lituania en cuartos de final, ante un ambiente totalmente hostil, siendo el principal protagonista de una de las mayores sorpresas que se recuerden en un Eurobasket.

Amo y señor de su selección, encon-tró al fin la forma de rescatar a Francia de las sombras y llevarla a la final de un gran torneo, convirtiendo su gran potencial en realidad. Su principal ar-gumento fue la anotación, donde aca-bó siendo el mejor del torneo, pero lo más reseñable fue haber tomado el li-derazgo en un grupo ávido de confian-za, de un comandante que encontrase el buen rumbo y fuese capaz, a la vez, de delegar en sus compañeros. Defendió, generó y anotó. Nadie dudó nunca de su inmenso talento, pero su éxito con la selección nacional lle-gó cuando entendió que contaba con apoyo real para llegar a la cima, en lu-gar de tratar de realizar el camino en solitario. Desbordante, inteligente, re-solutivo y voraz. Ése fue Parker, al que sólo la intratable España le apartó de que un oro colgase de su cuello.LA

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BO McCALEBB TONY PARKER

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No fue líder, tampoco referencia, pero su labor también fue propia de una es-trella. El mejor socio de Tony Parker, la clave en el crecimiento como grupo de ‘les bleus’. Asumió competencias ofensivas con éxito cuando debió ha-cerlo, sin descuidar mientras tanto sus labores en defensa y rebote.Físicamente excepcional, Batum fue capaz de defender a un alto nivel a rivales de muy diferentes característi-cas. Soberbio, asimismo, en la lectura de la defensa de ayudas y en la de an-ticipación, así como en el bloqueo del rebote, antesala de los letales contra-goles del equipo francés. En ataque, estuvo eficiente en los lanzamientos e inteligente a la hora de saber cuándo y cómo irrumpir. Exhibió una madurez y confianza que le apunta a subir un es-calón más su nivel en la cita olímpica de Londres.

Quién no querría alguien así en su equipo. Kirilenko representa el sueño de cualquier entrenador, un prodigio de intensidad, talento, liderazgo, con-ceptos colectivos y capacidad de sacri-ficio. Líder absoluto de una Rusia que volvió a obtener medalla y fue, junto a España, la única selección que sólo perdió un encuentro en todo el Euro-basket. Como siempre, el alero no fal-tó a su cita con el sobresaliente.Aportó eficazmente en todas las face-tas imaginables, sean computadas es-tadísticamente o no, siendo bendición para su equipo y pesadilla para el rival. Hiperactivo en el rebote, sobre todo ofensivo, y en defensa, Kirilenko vol-vió a recordar durante el torneo que es posible dominar encuentros desde facetas ajenas a la anotación. Serbia, rival de Rusia en cuartos de final, pue-de dar buena fe de estos poderes.

El mejor interior del campeonato y, si no fuera por la legendaria actuación de su mejor amigo en la fase de cruces, el jugador más decisivo del Eurobasket. Portento de rendimiento y fiabilidad, Pau Gasol fue un condicionante casi tiránico cuando estuvo en cancha. Con su presencia, España no conoció la de-rrota y estuvo un nivel por encima del resto de selecciones.En ataque su efectividad y sus recur-sos son casi infinitos, más aún después de mostrar una tremenda solidez en el lanzamiento exterior. Generador y pasador de primer nivel, su hambre de triunfo se trasladó también al rebote, faceta en la que estuvo imperial en los encuentros de mayor relevancia. Un jugador de época, un superdotado del baloncesto que sigue alumbrando el camino de una de las mejores seleccio-nes europeas de todos los tiempos.

NICOLAS BATUM ANDREI KIRILENKO PAU GASOL

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Contaba Jules Hout de Goncourt, literato fran-cés del XIX, que la tarea más compleja a la hora de instruirse no era la propia dificultad de la disciplina objeto de estudio, sino aprender a ver. Y no falta-ba a la verdad. No ha resultado sencillo para Fran-cia entender cuál es el mejor camino para dar con la puerta del éxito, pues no suele ser el más corto. Tony Parker, epicentro dentro y fuera de la cancha, fue clave en la evolución cuando entendió por com-pleto que, pese a su inmenso talento, no podría conquistar nada solo.

Pero al fin comprendió. Llevó su facultad cog-nitiva al siguiente nivel y triunfó. Sus extraordina-rias condiciones de base debían facilitar el proceso pero, lejos de ello, entorpecieron durante varios años el riguroso aprendizaje colectivo que, ahora sí, permite sonreír a la selección gala.

El base francés estuvo desde el principio decidi-do a robustecer a su selección desde los cimientos. La mejor forma de reducir el creciente peso de la presión era compartirla con el resto, delegar y con-fiar en sus compañeros. El país galo demandaba rendimiento real y la figura nacional encontró la for-ma de mostrarlo. Acompañado.

Parker no dejó nunca de ser él mismo, pero per-mitió precisamente eso a los demás. Francia, esa fiera defensiva que todos conocíamos, halló reha-bilitación para sus adicciones --indivualidad, previsi-bilidad, fragilidad mental-- y se convirtió, de verdad, en cazador. El poder físico del conjunto de Vincent Collet no encuentra respuesta en el continente. Un equipo plagado de atletas, tanto en el perímetro como en la zona, para los cuáles defender, rebotear y correr la cancha supone el mismo esfuerzo que respirar para un ciudadano de a pie.

Pero Francia escondía mucho más. Porque resul-taría nocivo limitar el potencial de Nicolas Batum,

un jugador total, que cada vez domina más facetas. Como sería perjudicial, asimismo, no dejar a Nando De Colo añadir su dosis de locura a los partidos. Su anarquía, bañada de talento, también es necesaria.

El engranaje se fue completando. El asesino tiro de Mickaël Gelabale, por aquí; la polivalencia de Florent Pietrus, por allá; y el talento de Boris Diaw, en ambos lados. Faltaba algo, sí, pero allí estaba Joachim Noah, debutante con ‘les bleus’, para ofrecerlo. Y es que el pívot de los Bulls, animal competitivo como pocos, representó buena parte del cambio francés. Noah cuenta con un don, ser un torrente de energía que eleva la fe de los demás. Y, como no podría ser de otra forma, así hizo. Mental-mente nunca habíamos visto a ese bloque así. Duro, persistente, fiable, ganador. Una verdadera roca.

Los galos supieron sufrir sin deshacerse en los partidos clave, como demostraron ante Grecia en cuartos de final, y Rusia en semifinales. Y crecieron como grupo. Francia dejó de ser la banda de Parker. Y triunfó. Alcanzó por primera vez en su historia una final de Eurobasket, en la que además compitió de verdad ante el coloso español. No pudo conquis-tar el oro pero sí algo de mayor relevancia, sobre todo de cara a su ilusionante futuro.

Francia por fin encontró la mejor versión de sí misma, la llave para sonreír muchos años más.

Franciaencuentra el camino

por Andrés Monje

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P lácida noche estival en Vratnica, al noroeste de la República de Macedonia, casi en la frontera con Serbia. Nikola y Branko, amigos desde la infancia, quedan en una taberna sin mayor pretensión que

evadirse del duro trabajo agrícola y recordar. Esa noche de agosto de 2023 hablan de baloncesto, su gran pasión, de aquella locura que hicieron hace ya casi doce años, acudien-do a Lituania presos de la ilusión, de la intuición, atrapados por un sueño.

Branko tuvo la entonces absurda idea de dejarlo todo e ir a apoyar a su país, tras seguir su sorprendente rendi-miento durante las dos primeras fases del Eurobasket. Niko-la accedió. Y allí estuvieron, saliendo por primera vez de su país, para ver baloncesto. Recapitulan orgullosos, reseñan-do que Macedonia estaba en cuartos de final. Que incluso Grecia había doblado la rodilla a manos del nuevo Magno, como admiten entre risas. “Lester [McCalebb] fue un en-viado divino aquel torneo” -clama Nikola. No le falta razón.

Sólo Rusia, con un inverosímil triple soble la bocina en el encuentro que cerraba la segunda fase había derrocado al conjunto de Marin Dokuzovski, al que los amigos elogian de forma continua, destacando que cada selección del torneo jugó a lo que él y su equipo quisieron. De ahí partió todo.

Macedonia conocía perfectamente sus limitaciones. Físi-cas, técnicas, relativas a la experiencia o a su corta rotación. Debía, por tanto, imponer un ritmo muy lento de partido, aprovechar esquemas sencillos en ataque, amparados en el letal uno contra uno de McCalebb, y defender su aro como el bien más preciado de sus vidas. Tan sencillo en apariencia como espinoso en ejecución.

“Aquella tarde [14 de septiembre], los lituanos nos da-ban el pésame por las calles de Kaunas. No habíamos juga-do y nos daban por eliminados. Comentaban sin pudor que no teníamos opción” -evoca Branko, triunfante.

Irónico. Macedonia, encendida, con una fe infinita, pro-tagonizó una de las mayores sorpresas de la historia en un Eurobasket. Eliminó a la anfitriona, Lituania, para acceder a las semifinales, la lucha por las medallas, por los Juegos Olímpicos. “Fue increíble, la mejor sensación de mi vida, no podía contener las lágrimas” -rememora Nikola.

El equipo era un ciclón. Vlado Ilievski silenció el pabellón con su triple ganador. Él y Bo McCalebb, auténtico dueño de los partidos, apenas descansaban durante el encuentro.

Tampoco lo hacían demasiado los referentes interiores, que sostenían al equipo con su trabajo. Eran Pero Antic y Predrag Samardziski, únicamente relevados por Gjorgi Che-kovski cuando las faltas lo obligaban. “Aunque ofensiva-mente tenían poco de interiores, porque todos se abrían y tiraban de fuera” -recuerda Branko. Sólo los gemelos Voj-dan y Damjan Stojanovski se turnaban en el puesto de alero. “Vojdan pareció Reggie Miller aquel día ante Lituania” -afir-ma Nikola. Nadie entonces podía vaticinar que su hermano pondría fin al cuento de hadas cuatro días más tarde.

Macedonia hizo también temblar a la gran España en se-mifinales, rescatada en el tercer cuarto por un colosal Juan Carlos Navarro. Y de nuevo apareció Rusia en el horizonte, aunque ahora con el bronce en juego. El cuadro de Dokuzo-vski volvió a controlar al gigante, pero en un final de infarto Damjan Stojanovski erró una bandeja fácil que hubiera for-zado la prórroga.

El balón se escapó de sus manos de forma inexplicable, como queriendo despertar por fin a todos los presentes de lo que parecía ser un sueño. Branko lo asume con perspec-tiva. “Ése fue nuestro momento. Sin medalla, pero eterno. Porque de aquel torneo la historia recordará a aquel menu-do español que jugó a ser Dios y a aquel humilde grupo que desafió los límites de lo real. Y ésos fuimos nosotros, amigo, ésos fuimos nosotros”.

Macedonia,tributo a un sueño

por A. Monje

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El último baile del

Con sigilo. Con la mirada alta, como siempre, pero la amarga sensación, poco frecuente, de no haber alimenta-do lo suficiente a sus compañeros. Así, como uno más, abandonó Dirk Nowitz-ki el Eurobasket de Lituania. Sin llegar a Kaunas, sin poder evitar que la llama olímpica se apagase para Alemania.El genio germano siempre sintió un amor platónico con los Juegos Olímpi-cos. Nunca ocultó que eran su máxima aspiración al representar la elástica nacional. Sus dos primeras oportunida-des de llegar, Sidney (2000) y Atenas (2004), derivaron en dos mazazos aní-micos. Al fin logró atrapar su sueño en Pekín, cita en la que además fue aban-derado de la delegación olímpica ale-mana. El orgullo, por tanto, fue doble.La experiencia marcó al jugador, desde entonces ávido de formar parte de nue-vo del movimiento de máximo apogeo del deporte. Desembarcó en Lituania sin apenas vacaciones ni preparación, después de una larguísima campaña en la NBA coronada con el ansiado anillo para sus Dallas Mavericks gracias a una fase final de antología.Pese al cansancio no quiso faltar al torneo que podría permitir a su país regresar al torneo olímpico. Menos aún sabiendo que la ilusionante nueva generación germana, esa que recogerá su testigo, podría tener la gran opor-tunidad que él nunca disfrutó hasta su plenitud. Vivir unos Juegos Olímpicos.Sin estar al cien por cien de sus condi-ciones, no pudo aportar a su pletórico nivel habitual. Y Alemania, inmersa en una telaraña de cuadro, no pudo obrar el milagro sin su líder marcando el ca-mino. Lituania, la anfitriona, despidió a Nowitzki del torneo.

Los flashes no prestaron la debida aten-ción al alemán, pero los aficionados germanos allí presentes impusieron el peso de la perspectiva. Los gritos de ‘Danke, Dirk’ (‘Gracias, Dirk’) reflejaban no sólo el sentir de una nación, sino de prácticamente toda una generación. Con 33 años, posiblemente Dirk Nowitz-ki haya disputado su último campeona-to internacional con Alemania. Y seme-jante hipótesis asusta. “Es difícil definir con palabras lo que Dirk ha supuesto para el baloncesto en Alemania”. A Dirk Bauermann, seleccionador alemán des-de 2003, sólo le salían sentimientos. Y es que Nowitzki nunca fue simplemen-te un jugador de baloncesto. Su enorme brillantez sobre la cancha, de cariz histórico, no debe eclipsar su carácter. Su compromiso, ética de tra-bajo y labor colectiva, tanto con vetera-nos como especialmente con jóvenes, al frente de una selección notablemen-te limitada en cuanto a posibilidades, que siempre tuvo en él un modelo en el que fijarse, un compañero ejemplar al que imitar.Sus éxitos colectivos, reconocimientos individuales o exhibiciones para la his-toria podrán quedar reflejados en los li-bros. Pero sin duda ha sido la forma de lograrlos la que perdurará eternamen-te. Aunque no sea oficialmente defini-tivo y el baloncesto albergue la espe-ranza de lo contrario, con el camino de Dirk Nowitzki hacia los vestuarios del Vilnius Arena, aquel 11 de septiembre de 2011, podía estar marchándose no sólo un mágico jugador de baloncesto, sino una maravillosa forma de interpre-tar el deporte.En nuestro nombre, ‘Danke für alles’, Dirk.

emperador por Andrés Monje

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No todo fueron luces en el Eurobasket. También las som-bras deshicieron ilusiones, frustraron sueños y acabaron prematuramente con la andadura teóricamente exitosa de algunas selecciones. La desidia, el individualismo y no saber aguantar la presión fueron pecados mortales. El baloncesto nunca los perdona.

Posiblemente la gran decepción del torneo fue Serbia. Por el potencial de su plantilla, la experiencia de su técnico y su positivo pasado reciente. El conjunto de Dusan Ivkovic acudió a la cita báltica como vigente subcampeón europeo y semifinalista mundial. El Eurobasket debía ofrecer, por tanto, un paso más hacia la gloria para una brillante gene-ración de jóvenes, comandada por el genial Milos Teodosic. Pero el resultado fue más bien cercano a un cataclismo.

Serbia, con la irregularidad y ausencia de intensidad de-fensiva por bandera, tuvo enormes problemas para superar la segunda fase, trámite que cumplió en el último partido, a cara o cruz ante Turquía, reeditando la última semifinal del Campeonato del Mundo. Adelante in extremis. En cuartos de final no pudo con la seriedad de Rusia. Su campeonato continuaba porque los Juegos Olímpicos, concretamente un billete para el Preolímpico, aparecían en el horizonte. Pa-radigma de lo que fue su selección, Teodosic desapareció del mapa el día menos oportuno y como resultado Serbia no estará en Londres. Un drama.

Tampoco será olímpica Turquía, actual subcampeona mundial. Ha sido alejarse de la competición en casa y diluir-

se por completo. Tras un ilusionante comienzo de torneo, el conjunto de Tanjevic cayó preso de viejos vicios. Individua-lismo, pasividad, fragilidad mental. La moneda turca pare-cía tener dos cruces y, efectivamente, salió cruz. Fuera en la segunda ronda.

Especialmente doloroso fue el torneo para la anfitriona, Lituania, víctima de una de las mayores sorpresas de la his-toria del Eurobasket. Macedonia abortó, en cuartos de final, el sueño de todo un país entregado a la causa. No realizó un mal torneo la selección de Kemzura, que asistió al bautismo internacional de su gran esperaza de futuro, Jonas Valan-ciunas, realizado a cargo del maestro Sarunas Jasikevicius, quién si no. Pero la llegada a Kaunas, a la fase de cruces, no sentó bien a Lituania, que no supo cómo superar la trampa macedonia. La presión atenazó a los bálticos y acabó con la esperanza, millones de personas lanzaron ese último tiro de Simas Jasaitis, pero el destino eligió el bando del más débil. El consuelo, su presencia en el Preolímpico.

Por último, cabe reseñar el fracaso del ‘Renacimiento’. Italia, que cayó en la primera ronda, fue un auténtico desas-tre. Se antoja complicado pensar que alguien pudiese ofre-cer peor imagen. Ofensivo contemplar cómo tres jugadores del talento de Bargnani, Gallinari y Belinelli decidieron ir al margen del equipo. Un momento podría ilustrar la experien-cia transalpina en Lituania: ver a su técnico, Simone Pianigia-ni, dedicar un tiempo muerto en pleno partido a pedir, casi suplicar, orgullo propio a sus jugadores. Un esperpento.

Sentencia: Culpablespor A. Monje

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El anhelo olímpico no entiende de fronteras ni niveles, es aspiración para todos aquellos que lo comparten y creen en él. La llama de Londres sigue alimentando la ilusión de 12 seleccio-nes que, no pudiendo alcanzar de for-ma directa su derecho este verano, sí lograron una segunda y última oportu-nidad para satisfacer su ambición. Con nueve plazas adjudicadas para el tor-neo olímpico de baloncesto, quedan sólo tres billetes sin dueño. La titánica lucha se librará en el Preolímpico, del 2 al 8 de julio de 2012.

Europa ponía en juego dos plazas directas. España como reina y Francia como subcampeona aseguraron su si-tio, pero otras cuatro selecciones del ‘Viejo Continente’ irán al Preolímpico entre las favoritas. Rusia, la sorpren-dente Macedonia, Lituania y Grecia partirán, a priori, con grandes opcio-nes de ganarse un hueco en la capital inglesa.

También América repartía dos bille-tes. La eterna Argentina y la promete-dora Brasil no fallaron y alcanzaron la final en el Torneo de las Américas. La albiceleste, que jugaba en casa, ganó el campeonato con un Luis Scola este-lar y podrá despedir a su sensacional

generación en el torneo de mayor ca-libre de la escena internacional. Por su parte, la República Dominicana, Puer-to Rico y Venezuela buscarán sellar su billete en el Preolímpico.

En África sólo había un billete direc-to a Londres y no fue para la selección que todos esperaban. Túnez conquistó el torneo continental por primera vez en su historia y acabó con el autorita-rio dominio de Angola, campeona las seis últimas ediciones. Así, los ango-leños deberán ganarse su plaza en la durísima cita previa, donde también estará Nigeria.

Casi saltó la sorpresa en Asia. El gi-gante asiático, China, venció de forma ágonica y estará en Londres. Jordania, la subcampeona que estuvo a punto de dar la campanada, y Corea del Sur lo tendrán muy difícil en el Preolímpico.

En Oceania, Australia no tuvo pro-blemas para superar a Nueva Zelanda en su eliminatoria a tres partidos, re-suelta plácidamente en dos. Por tanto, los ‘tall blacks’ deberán ganarse su si-tio en el Preolímpico.

Doce aspirantes para tres plazas. Tan caros serán los billetes como má-gica su posterior recompensa. La gran-deza de los Juegos Olímpicos aguarda.

La atracción de la llama olímpica

Gran Bretaña (Organizador)Estados Unidos (Campeón mundial)España (Campeón Eurobasket)Francia (Subcampeón Eurobasket)Argentina (Campeón FIBA Americas)Brasil (Subcampeón FIBA Americas)China (Campeón Asiabasket)Túnez (Campeón Afrobasket)Australia (Campeón de Oceanía)

Rusia (3º Eurobasket)Macedonia (4º Eurobasket)Lituania (5º Eurobasket)Grecia (6º Eurobasket)República Dominicana (3º FIBA Americas)Puerto Rico (4º FIBA Americas)Venezuela (5º FIBA Americas)Jordania (2º Asiabasket)Corea del Sur (3º Asiabasket)Angola (2º Afrobasket)Nigeria (3º Afrobasket)Nueva Zelanda (2º Oceanía)

clasificados para londres 2012

clasificados para londres 2012

por Andrés Monje

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Si una derrota nunca te pareció

tan dulce

@mecanicabasket

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La NBA en

suspenspor Andrés Aragón y Jaime Castillo

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Llamativo. Los ciudadanos que antes lucían orgullo-sos sus ojeras en clase o en el trabajo llenan sus ho-ras discutiendo sobre conflictos económicos y rela-ciones laborales en los que nunca habían pensado.

La señal es inconfundible: hay cierre patronal en la NBA. La situación es sencilla. Un ‘lockout’ es lo contrario a una huel-ga. Se agota el convenio laboral y los dueños clausuran la actividad de la liga hasta que haya uno nuevo. Explicarlo a fondo puede ser farragoso, pero para eso estamos.

El principal concepto que rige el convenio colectivo es el reparto de los ingresos que genera el baloncesto (BRI). La tarta asciende a cerca de 4.000 millones de dólares, por lo que es fácil imaginar que cada tanto por ciento cuesta un mundo (40 kilos, para ser exactos). Desde 2005, los ju-gadores se han llevado un 57% del pastel, una cantidad que todos ven excesiva y que, pase lo que pase, bajará seguro. La cuestión es cuánto.

Los dueños de las franquicias alegan 300 millones de pérdidas en el último ejercicio. Aunque algo maquillados, son números evidentemente insostenibles cuando la NBA genera los ingresos más altos de la historia. Más aún, tu-vieron que devolver todas las retenciones salariales a los jugadores y añadir un plus (162 millones en total) para que se cumpliera ese reparto del 57% que estipulaba el convenio colectivo.

David Stern(Comisionado de la NBA)

“Si el día 10 no hay solución, cance-laremos las dos primeras semanas”

Adam Silver(Vicecomisionado de la NBA)

“Hace tiempo que no intentamos conseguir todo lo que queríamos”

Derek Fisher(Presidente del Sindicato)

“Todavía no hemos podido acercar lo suficiente nuestras posturas”

Billy Hunter(Director ejecutivo del Sindicato)

“Los jugadores están dispuestos a perderse partidos si es necesario”

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Tal es su importancia que el asunto se discute desde 2009, y sólo tras la reunión del pasado 4 de octubre puede hablarse de un acercamiento. Fue la primera vez que David Stern habló de un reparto más o menos equitativo (50-50, aunque con salvedades). Los jugadores rechazaron de pla-no. En una carta enviada a los jugadores, Billy Hunter y De-rek Fisher reiteraron que no tienen la más mínima intención de bajar de un 52.4%. Comparado con los anteriores niveles, supondría ceder cerca de 185 millones de dólares cada año, una cifra que cubriría buena parte de las pérdidas que ale-gan las franquicias.

Las diferencias continúan, pero ya no son tan pronun-ciadas. Incluso algunos expertos, como Ken Berger (CBS), aventuran que habrá acuerdo antes de que tenga que can-celarse algún partido de la liga regular. Una apuesta muy fuerte, pero que lleva algo de optimismo a los aficionados.

AMAR ES COMPARTIREl apartado de las cosas que antes pasaban desapercibidas tiene un lugar especial para el llamado ‘revenue sharing’, que no es otra cosa que el reparto de ingresos entre las franquicias. A diferencia de las otras grandes ligas estado-unidenses, los equipos de la NBA no comparten porcenta-jes de partidas clave como la venta de entradas o los ingre-

sos por derechos televisivos. Si bien el dinero del contrato para retransmisiones a nivel nacional sí se divide, cada equi-po tiene la opción de venderlos también a nivel regional. De esta manera, una franquicia como los Lakers vendió sus derechos para la televisión local para los próximos 20 años por 3.000 millones de dólares (150 al año), cantidades con las que quizá sólo Nueva York puede soñar.

Con el objetivo de compensar estas diferencias, existe un fondo común con el que se pretende ayudar a los equi-pos situados en mercados más pequeños. Sin embargo, la temporada pasada ese fondo común apenas alcanzó los 54 millones de dólares, una cantidad irrisoria a la hora de re-partir. Uno de los objetivos de David Stern es cuadriplicar ese fondo para la temporada 2014-15, de forma que sí ayude a allanar mínimamente esas diferencias competitivas que tan de moda se han puesto en los últimos meses.

Si atendemos al trasfondo de los 300 millones de dólares en pérdidas que reclamaban los dueños de los equipos, nos daremos cuenta de que entre las 8 franquicias que tuvieron ganancias el año pasado, sumaron 150 millones de benefi-cio, mientras que las 22 restantes acumularon pérdidas por valor de 450. Tirando de lógica, es de esperar que cuanto más se avance en este aspecto, más fácil será que las fran-quicias cedan en el reparto del BRI con los jugadores.

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GM CON MANOS ATADASOtra de las grandes reivindicaciones de los dueños es un límite salarial duro, esto es, un tope que nadie pueda sobrepasar bajo ninguna circunstancia. La razón que alegan es que, de esa manera, los grandes equipos no podrían gastar tanto y la liga se igualaría. El gran objetivo, en cambio, es reducir por todos los medios las posibilidades de que sus Mánager Generales la caguen (con perdón por la procacidad).

A día de hoy parece que han dado marcha atrás a esa exigencia de un ‘hard cap’, pero reclaman en su lugar un endurecimiento del impuesto de lujo para penalizar de forma más severa a quienes más gastan. Según la última propuesta, esos equipos deberían pagar 2 dólares de sanción por cada dólar que se pasaran de los 70 millones en salarios, 3 dólares a partir de los 75 millones y 4 a partir de los 80. En este caso, más sensato, se castigarían los excesos pero no se prohibirían. De momento, los jugadores se oponen.

Otras reformas afectarían a las excepciones salariales, esas salvedades que sí permi-ten superar el límite bajo el sistema actual. El cambio más drástico sería el que afecta a la Excepción Salarial de Nivel Medio, que no sólo se vería reducida a poco más de la mitad (3 millones) sino también la duración de los contratos. Se culpa a esta herramienta de ser la causante de buena parte de los contratos sobrepagados, pero nadie estaba allí cuando Orlando firmó aquel contrato a Rashard Lewis.

En definitiva, dar menos margen a los GM para cagarla.

Se suele apuntar al primer gran contrato de Kevin Garnett como el detonante del lockout en 1998. Que un jugador tan joven, pese a su enorme talento, pudiera firmar por más de 120 millones de dólares era la evidencia definitiva que ne-cesitaban los dueños de las franquicias para poner freno a una peligrosa escalada de salarios. Hoy el listón ha bajado, y todos miran hacia un Rashard Lewis que no hizo más que firmar el acuerdo (muy similar a aquél de KG) que le pusie-ron sobre la mesa los Orlando Magic. Aunque hoy resulte complicado recordarlo, Lewis era un anotador sensacional y un gran segunda espada, pero difícilmente podría haber justificado nunca unas cifras que le colocaron entre los me-jor pagados de la liga. Ese incremento en el salario de juga-dores de segunda fila es el que ha alarmado a los propieta-rios. Se acabaron los buenos tiempos.

Cuando se firmó el último convenio colectivo en 2005, nació también una amnistía para aliviar a los equipos más derro-chadores. Con ella, las franquicias podían cortar a un juga-dor sin que su contrato (que debían seguir pagando, claro) contara a la hora de calcular el impuesto de lujo. Puesto que los Knicks eran el equipo con mayores salarios y todos parecían tener claro quién sería el agraciado, el invento se llamó la ‘Cláusula Allan Houston’. Al final los analistas falla-ron y New York no tuvo un gesto tan feo con el que había sido uno de sus estandartes (aunque las razones no fueron sentimentales), pero puso en evidencia que el tiempo de un anotador tan fino ya había pasado por culpa de las lesio-nes de rodilla. Si con el próximo convenio hay cambios en el tope salarial, no se descarta que se repita la experiencia y todos vuelven a tener favorito. La ‘Cláusula Gilbert Arenas’.

EL DETONANTE... ... Y LA CONSECUENCIA

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1 de julio de 1998. Comienza el tercer lockout de la historia. Justo antes de que la liga eche el cierre, los Dallas Ma-vericks llegan a un acuerdo con un mu-chacho alemán.

24 de septiembre de 1998. Primeros recortes. Dos semanas antes se había suspendido un amistoso internacional entre los Heat y el Maccabi. Ahora es el comienzo de la pretemporada (24 par-tidos). Se aplazan los training camp.

13 de octubre de 1998. Se suspenden las dos primeras semanas de competi-ción (99 partidos). Será la primera vez en la historia que la NBA cancela un partido de liga regular por culpa de un conflicto laboral.

1 de agosto de 1998. Ambas partes vuelven a reunirse. Mientras, Estados Unidos acude al Mundial de Grecia sin ningún jugador en activo de la NBA. De aquella plantilla dirigida por Rudy Tomjanovich sólo destacan Brad Miller y Trajan Langdon. El equipo fue bron-ce, por detrás de Yugoslavia y Grecia.

5 de octubre de 1998. Se suspende el resto de la pretemporada y se pone en peligro la liga regular. Se estima que una hipotética apertura del mercado (con casi 200 agentes libres) supon-drían tres semanas más de parón.

20 de noviembre de 1998. Liga y sindi-cato negocian durante 13 horas. Las sensaciones al término son positivas, aunque David Stern se apresura a pun-tualizar que todavía hay una gran dis-tancia en algunos puntos clave.

Así fue en 1998Más de la mitad de las franquicias reclaman pérdidas, los sueldos no paran de escalar y los propietarios piden endurecer el límite salarial. ¿Suena familiar?

por Andrés Aragón

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4 de diciembre de 1998. 11 horas de re-unión infructuosas. Stern menciona la posibilidad de un año en blanco y BIlly Hunter recoge el guante: los jugado-res están dispuestos a cualquier cosa antes que a firmar un convenio injusto.

8 de diciembre de 1998. Se cancela el All-Star de Philadelphia. Los grandes agentes de jugadores responden or-ganizando un partido de exhibición en Atlantic City para recaudar fondos. El evento no tiene el éxito esperado.

6 de enero de 1999. El acuerdo llega en el último día antes del límite marcado por Stern. Entre las conclusiones más importantes del nuevo acuerdo desta-can los contratos máximos y la escala salarial para novatos.

5 de febrero de 1999. Empieza de ma-nera oficial la temporada del lockout. Serán 50 partidos y unos playoffs que culminarán con uno de los asteriscos más famosos del deporte. Había co-menzado la era de Tim Duncan.

23 de diciembre de 1998. David Stern pone plazo: si para el 7 de enero no se ha alcanzado un acuerdo, la tempora-da quedará en blanco. En las siguien-tes semanas se intercambiarán las pro-puestas finales para la negociación.

20 de enero de 1999. Firma oficial del nuevo convenio. Dos días antes se ha-bía reanudado la actividad con la aper-tura del mercado. El día 24 empezará una pretemporada reducida en la que cada equipo disputará dos partidos.

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SUPERCAMPEÓN A BATIR

Con las cuerdas a medio afinar, el Barça Regal cosechó su tercera Supercopa consecutiva

Qué mejor para empezar la temporada que un buen consejo: no nos acostumbremos nunca a Juan Carlos Navarro. El 11 del Barça ha al-canzado una familiaridad tan extrema con lo fantástico, ha hecho tan habitual su ruptura del orden, que corremos el serio peligro de

no disfrutarlo como merece. Sin bajarse de la nube del Eurobasket, irrumpió en la Supercopa Endesa para recordarnos algo que ya intuíamos: el muro a derribar sigue vistiendo de azulgrana.

Arrancó el torneo gris, desacompasado, reservado, pero el aroma a semifinal apretada despertó ese instinto de cándido asesino que le separa del común de los mortales. Fue en el último cuarto cuando se cobró venganza de un Real Ma-drid que había sabido contenerle (buen trabajo de Pocius) pero que no encontró a nadie con quien darle réplica. Si quieren encontrar las diferencias con Jaycee Carroll, empiecen por aquí.

por Andrés Aragón

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Llegada la final no acusó el cambio de altura y remató la faena incendiando un parcial en el tramo decisivo que aca-bó con un sólido Caja Laboral. En una liturgia a la que ya está acostumbrado, recogió al mismo tiempo el trofeo de campeón y la distinción de MVP, pero sería erróneo pensar que es la única razón por la que 7 de los últimos 8 títulos nacionales llevan inscrito el nombre del Barça Regal (o al revés, que el orden de los factores…).

Cuenta como mayor virtud este equipo con un elenco amplio, en el que los méritos se reparten hasta el punto de que cualquiera puede esconder el puñal. Por eso vimos a un Boniface Ndong determinante o a un Chuck Eidson que re-cién llegado ayuda a abrochar el primer título. Hay continui-dad y relevos muy acertados, como un Marcelinho Huertas al que le sobra creatividad para suplir la falta de adaptación a sus compañeros. El Barça, por si alguien lo dudaba, vuelve a ser favorito a todo.

REINVENTARSE Y VIVIRAl tiempo que Marcelinho se reivindicaba como el mejor base de la ACB, en su antiguo equipo empezaba a andar con paso timorato quien debe hacerle olvidar. El talento de Tho-mas Heurtel está lejos de toda duda, pero ahora comienza una prueba de fuego: ponerse a los mandos de un grande. Le sobra desparpajo, pero a juzgar por lo visto en Bilbao le falta (además de mejorar en defensa) relajación. Se la dará el tiempo y tener al lado a Prigioni, que vuelve dispuesto a expiar los pecados de una sangre demasiado caliente.

El argentino puso contra las cuerdas al Barça con dos tri-ples oportunos, pero si el Caja Laboral atesoró opciones fue en buena parte gracias a la gran labor de Kevin Seraphin. El pívot francés, testimonial en la NBA y en su selección, se destapó como una inmensa presencia en la zona, una pie-za de extraordinario valor defensivo que, por el contrario, pecó de candidez a la hora de atacar la enorme sombra de Ndong. Un problema de rodaje y no de talento.

Muy peligroso acostumbrarse a alguien que abandonará el equipo en cuanto se reanude la NBA, aunque el castigado juego interior vitoriano no deja más opciones. El otro, Reg-gie Williams, sí ha podido firmar por todo el año, y apunta a acierto. Ha tenido que batallar cada paso de su carrera pro-fesional y lo mismo hace en la cancha. Aún tiene que encon-trar su lugar en ataque (su mejor arma), pero lo suple con una actitud intachable.

Carácter y compromiso, divisas que se cotizan a buen precio en un Baskonia que un año más parece que sabrá so-breponerse a la marcha de hombres fundamentales.

TRABAJO EN EL BUEN CAMINOPonía en liza la Supercopa a los cuatro mejores equipos de la pasada campaña (con permiso del Valencia Basket), y nin-guno defraudó. Si acaso el Real Madrid y por razones ajenas al juego: unas molestias en la espalda impidieron que Rudy Fernández certificara su regreso a la ACB. Con todo, los dos equipos que se quedaron a las puertas de la final dieron ra-zones para pensar en una buena temporada.

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En el banquillo madridista se sienta esta campaña una sensatez a la que todos llaman Pablo Laso. Y los cambios se empiezan a ver sobre la cancha. Más allá del famoso regre-so de Novika Velickovic al puesto de ‘cuatro’, parece que Carlos Suárez dejará de ocupar posiciones tan abiertas y será más frecuente verle debajo del aro, trabajando esa po-sición en la línea de fondo que a veces se dejaba tan aban-donada el año anterior.

Asimismo, parece que los movimientos en el mercado han sido certeros. Además de un Jaycee Carroll cuya im-pecable trayectoria en la ACB elimina cualquier duda, la constante actividad de Martynas Pocius promete ganarse el favor del público. Falla, como era de esperar, el puesto de base, donde Sergio Llull (impagable en su puesto natural) no ofrece como base nada distinto a lo que pone sobre la mesa el ‘Chacho’.

En el Bizkaia Bilbao Basket no pudieron contar con uno de sus directores de orquesta, Raül López, pero sí pudieron disfrutar de dos de las otras incorporaciones. Roger Grimau y D’Or Fischer demostraron encajar a la perfección en esafi-losofía de entrega y sacrificio que tan buenos réditos le dio al cuadro vizcaíno durante el curso pasado. El irreal comien-zo de partido que firmó el Caja Laboral les impidió tener opciones reales de victoria, pero “los hombres de negro” dieron sobradas razones para pensar que su trayectoria del año pasado no fue algo casual. No hubo culminación del ‘Efecto Miribilla’, pero sí un equipo que volverá a ser muy peligroso en las eliminatorias por el título.

Si hay un nombre que ha quedado inscrito en la historia de la Supercopa ACB, ése no es otro que el de Pete Mic-keal. El alero estadounidense, insaciable, acumula en su vitrina personal cinco de las ocho ediciones que se han disputado hasta el momento de este trofeo inaugural de la temporada. Todas de manera consecutiva. Desde que el Baskonia (por entonces Tau Cerámica) se procla-mara campeón en la edición 2007-08, todos los equipos que han levantado este título han tenido al de Rock Island, uno de los mejores ‘treses’ altos que guarda el Viejo Continente.

La circunstancia tiene además algo de círculo ce-rrado.En aquella primera ocasión, también en Bilbao, no pudo jugar por culpa de unos problemas físicos. En cambio ahora, cuatro años después, ha servido como confirmación de que está plenamente recuperado del calvario que cercenó su trayectoria en el pasado curso. Primero la rodilla izquierda y luego un tromboembolis-mo pulmonar le mantuvieron alejado de unas canchas a las que regresa victorioso y con ganas de defender sus minutos del asedio del recién llegado Chuck Eidson. Sinónimo de victoria.

El coleccionista de Supercopas

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El gran rival del Barça Regal es el pro-pio Barça Regal. Los fantasmas de San Emeterio, el recuerdo de Panathinaikos. Su mayor enemigo, la presión. Pero no la presión del que es favorito para to-dos, esa ya han demostrado que no les afecta, sino esa Presión en mayúsculas, acuciante, que sólo da el estar a un paso de hacer historia y convertirte en inmor-tal. Si fallan, aunque sea sólo una vez, no se lo perdonarán los infravalorados Real Madrid (Pablo Laso acabará la tempo-rada) y Unicaja Málaga (se espera tan poco de ellos que sorprenderán), el re-sucitado Caja Laboral (el francés Kevin Seraphin la va a liar) ni los solidísimos Valencia Basket (o cómo aprovechar un presupuesto) y Bizkaia Bilbao Basket (y su Efecto Miribilla). Barça Regal arranca en el número 1 de parrilla, sí, pero este circuito tiene tantos tramos donde te pueden pasar...

El factor diferencial de la próxima Liga Endesa no pisará el parquet. Todos ha-blan y analizan el dominio insolente de Navarro, la vuelta a la ACB de Rudy, el poder juvenil de Seraphin o, incluso, la agradable sorpresa que pueden supo-ner Kyle Singler o Milenko Tepic, hom-bres con mucho baloncesto en sus ma-nos a los que han tendido alfombra roja a su llegada. La esencia del improbable traspaso de poderes en la liga, sin em-bargo, se encuentra en los despachos del Regal Barça. Y una vez más se lla-ma Joan Creus. Es indudable el magní-fico entrenador que se perdió el día que a ‘Chichi’ le cambiaron la pizarra por la corbata, pero el Barcelona, con él, ha vuelto a funambular en el mercado, me-jorando lo casi inmejorable. La plantilla del campeón vuelve a ser riquísima en alternativas y vuelve a contar con once potenciales jugadores decisivos en cual-quier partido. El Real Madrid se ha re-forzado sorprendentemente bien y el Baskonia ha vuelto a reinventarse casi heroicamente, pero todos en la Liga Endesa vuelven a mirar a Joan Creus.

El debateCon la temporada recién empezada, preguntamos a cuatro especialis-

tas quién es el principal favorito al alzarse con el título de la ACB

Daniel BarranqueroACB.com

Fran GuillénPunto Radio

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Hablar de favoritos en la Liga Endesa es hablar del Barcelona. No hay otro. Siete títulos nacionales de los últimos nueve posibles es una contundente carta de presentación. Más aún, si tras la mar-cha de Ricky, Morris o Anderson, refuer-zas el equipo con Marcelinho, Eidson y Wallace. Teniendo en cuenta que ellos, si no hay lesiones, son su gran rival, ha-bría que hablar de quiénes podrían ha-cerles frente. Ahí surge el Real Madrid, que por primera vez en años mantiene el bloque y añade tres piezas muy impor-tantes. Rudy es de los pocos jugadores que pueden cambiar el sino de un equi-po, mientras que Carroll y Pocius están sobradamente constrastados. Si Laso consigue hacer de Llull y Sergio Rodrí-guez una pareja fiable de bases, el Ma-drid tendrá mucho camino ganado. Por detrás, veo mucha competencia para entrar en los play offs, pero ningún equi-po que les haga sombra. Ni siquiera un Caja Laboral al que las lesiones han he-cho mucho daño en el juego interior. Ah, dejo un nombre como sensación mien-tras haya lockout: Kyle Singler.

Sería de ilusos no conceder la vitola de favorito a repetir título en la Liga Endesa al FC Barcelona Regal. La llegada de Huertas, Eidson y de, en menor medi-da, de CJ Wallace, más la recuperación de Mickeal, hacen de la del Barça una plantilla casi perfecta, sin puntos débiles. Tienen todas las papeletas para adjudi-carse un nuevo título de liga. De acuer-do, pero a partir de ahí, considero que esta temporada el equipo azulgrana va a encontrar más resistencia que la pa-sada campaña. El Real Madrid, además del mediático Rudy, tiene a su go-to-guy exterior en Carroll, aunque su pareja de bases y la falta de contundencia de los hombres altos siguen ofreciendo dudas. Caja Laboral, por lo visto en la Superco-pa, tiene un equipo atlético, polivalente y muy “duskista”. Bizkaia Bilbao basket mejora el bloque que alcanzó la final del curso pasado. Y al acecho unos reinven-tados Unicaja y Valencia Basket. Todos ellos intentarán que la liga no sea un pa-seo para el Barça.

Igor MinteguiaSolobasket.com

Emilio V. EscuderoDiario ABC

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¿Qué tienen en común una multinacional de muebles fast food, un universitario de Princeton y una ex república ex yugoslava a la que ni siquiera le dejan utilizar su verdadero nombre? Pues que, por una u otra razón, han sido noticia este verano por motivos muy parecidos y que se pueden re-sumir en una palabra: pasaporte.

Este ha sido el verano de los pasaportes en el baloncesto español. Desde que la Federación Española de Baloncesto (FEB), la Asociación de Baloncestistas Porfesionales (ABP) y la ACB llegaran a un acuerdo para el nuevo marco de contra-tación, el tema ha copado muchas conversaciones dentro del mundillo de la prensa especializada, que se ha venido quejando de una situación que algunas ocasiones roza lo inverosímil.

En resumen, con el nuevo marco desaparecen los cupos de jugadores nacionales, contrarios a la normativa europea de trabajo, y son sustituidos por cupos de formación (cua-tro en plantillas de once jugadores y cinco en las de doce). Para estar dentro de esta categoría hay que haber jugado en España tres temporadas antes de cumplir los veinte años, quedando excluidos los extracomunitarios. Además, se asimilan a la categoría de comunitarios todos los juga-dores pertenecientes a los países adheridos a FIBA Europa, independientemente de que sean o no miembros de la UE. Por último, se mantiene el máximo de dos extracomunita-rios por plantilla.

Pero el punto que tiene gran parte de culpa de la pol-vareda que se ha levantado es el que afecta a los llamados jugadores ‘Cotonou’. Esta categoría, aplicada ya por la FEB desde hace unos años en la LEB, estará vigente este año también en la máxima categoría del baloncesto español, la ACB. El origen de esta categoría está en el Acuerdo de Cotonou, firmado en el año 2000 entre la UE y el grupo de países de África, Caribe y Asia (ACP, 78 en total). Este acuer-do comercial y de asistencia que tiene como objetivo la erra-dicación de la pobreza y el desarrollo sostenible, establece que los trabajadores de los países miembros de la ACP serán tratados de igual manera que los comunitarios.

En definitiva, los jugadores con estatus Cotonou tendrán la misma consideración que un jugador comunitario. En la ACB, a efectos prácticos, es tan comunitarios un cubano, un senegalés o un macedonio como un alemán.

La normativa se ha vuelto mucho más permisiva de lo que lo era en años anteriores, pero eso sólo es una parte del problema. La otra es la amalgama de intereses que pervier-ten el espíritu de la norma (no estoy hablando de ilegalida-des, que quede claro) y que están provocando situaciones tan esperpénticas como que el estadounidense CJ Wallace, nuevo jugador del FC Barcelona Regal, no firmara su con-trato hasta que no consiguió un pasaporte de un país que le permitiera ocupar plaza de comunitario. Ese país no era otro que el Congo.

PASAPORTE

Mercenarios

delpor Darío Ojeda

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Pero ése es sólo un caso entre muchos. Jugadores, agen-tes, equipos, federaciones y gobiernos aceptan prostituirse si ello beneficia a sus intereses. Al final, importa poco cuál sea el país que proporcione el pasaporte, porque al final se beneifician todos. El último Eurobasket es una buena prue-ba de ello. Bo McCalebb o Marquez Haynes, ambos estado-unidenses, defendieron los colores de Macedonia y Geor-gia, respectivamente, sin haber residido en esos países.

La búsqueda del pasaporte puede llevar a situaciones tan inverosímiles como que Jaycee Carroll, flamante fichaje del Real Madrid, declare, en una entrevista al diario Marca, que está “hablando con algunos países del este, pero que todavía no sabe “cuál va salir”. Estamos ante la perversión del sistema.

Es legal, en tanto en cuanto los pasaportes expedidos lo sean, pero seguramente sea inmoral. La responsabilidad es, en primer lugar, de la federaciones y de los gobiernos, cómplices en pos de conseguir su objetivo: engrandecer la gloria nacional a través de sus selecciones. Por ello, la FIBA debe aclarar la situación lo antes posible, si no quiere que las competiciones internacionales se desvirtúen por com-pleto. Se critica mucho a los equipos por alentar la búsque-da de un pasaporte, pero si es algo que hace una federación con la complicidad de su Gobierno ¿Por qué no se iban a aprovechar los equipos? Serían tontos si no aprovecharan la legalidad.

En España no somos ajenos a estas situaciones. En los últimos años ha habido sospechas de matrimonios de con-veniencia o algún que otro caso de pasaporte falso. Pero el Gobierno también ha sucumbido a la moda de las naciona-lizaciones. Este mismo verano, como ya había hecho antes con Nikola Mirotic, el Consejo de Ministros aprobó la nacio-nalización por carta de naturaleza del pívot congoleño Ser-ge Ibaka. Este procedimiento está reservado para “cuando en el interesado concurran circunstancias excepcionales”, cosa que no parece ser el caso del pívot de Oklahoma City Thunder. Este proceso fue llevado a cabo con la oposición del secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, que anunció que sería la última nacionalización de este tipo que se realizaría bajo su mandato.

Hasta ahora, debido a los cupos de jugadores naciona-les, el baloncesto había vivido un poco ajeno a los efectos que desde mediados de los 90 había producido la Ley Bos-man. Ahora sin embargo, la situación es totalmente diferen-te.

Si el objetivo del nuevo marco de contratación era pro-teger al jugador nacional, el efecto conseguido parece ser justamente el contrario. La solución, según algunos, pasan por establecer el libre mercado. Esa medida seguro que nos ahorraría ver a jugadores venderse al mejor postor con tal de conseguir un pasaporte que les permita mejorar su esta-tus en el baloncesto europeo.

Arriba, Judson Wallace, cuyo fichaje por el Barça se anunció al mismo tiempo que su condición de orgulloso ciudadano congoleño. A la izquierda, Emir Preldzic, bosnio, esloveno e internacional con Turquía. Abajo, Bo McCalebb, el heredero de Alejandro Magno que nació en Nueva Orleans.

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Regreso

valoresa los

por Jaime Castillo

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El baloncesto ha vuelto. Un año más, Asefa Estu-diantes inicia la temporada con ilusiones renova-das. Las mismas que cualquier equipo antes de un nuevo curso baloncestístico, pensarán algunos. Sí,

pero con matices. En el Ramiro están de enhorabuena. Tras años de vaivenes, el equipo baja el telón para recuperar la fórmula del éxito. La misma que le llevó a ser un fijo en las eliminatorias por el título de la renombrada Liga Endesa y tener garantizada una plaza en alguna competición conti-nental de mayor o menor prestigio.

Desde el centro de operaciones del Magariños la rees-tructuración del grupo es un hecho. Ocho jugadores del primer equipo (Nik Caner-Medley, Josh Asselin, Jiri Welsch, Tyrone Ellis, Pancho Jasen, Albert Oliver, Sergio Sánchez y Marc Blanch) y el técnico Luis Casimiro dicen adiós. A todos, gracias por los servicios prestados.

Ahora la idea es (o vuelve a ser) otra. En una época en la que el deporte, a todos los niveles y disciplinas, presume de valores, el ‘Estu’ se ha propuesto recuperar los suyos. Los mismos que recordó el gran Pancho Jasen en su emotiva carta de despedida este pasado verano. Cantera, esfuerzo, coraje, ilusión y sacrificio podrían conformar el cinco inicial de una plantilla que regresa a sus raíces. Por encima de la complicada situación financiera están las ganas de recupe-rar el terreno perdido.

La nostalgia invade a los ‘dementes’ cuando recuerdan a un jovencísimo Sergio Rodríguez que, aunando la incons-ciencia y el desparpajo propio de la edad, puso contra las cuerdas en el Palau a los Navarro, Bodiroga, Fucka y compa-ñía en un emocionante quinto encuentro de las finales ACB. Corría la temporada 2003/2004 y aquel grupo hizo recordar

por un momento a los años dorados, con la copa del Rey del año 2000 en Vitoria o con la final de la Korac perdida ante el Barcelona en 1999. Dos románticos acontecimientos que hoy, a pesar de quedar lejos en el tiempo, siguen vivos en las retinas de la afición estudiantil.

Y ese más que nunca tiene nombre y apellidos. En este caso por partida doble: Pepu Hernández y Carlos Jiménez. Ilustres personajes, historia viva de Estudiantes que vuelve con energías renovadas tras unos años lejos mirando de re-ojo. Pepu regresa tras seis temporadas en las que no ha he-cho más que consagrar su carrera a nivel profesional. Como seleccionador llevó al combinado nacional al cetro mundial en 2006. Aquel año, sin pensar en una futura vuelta, recibió la insignia de oro del club. Lo que pasó más tarde es sabido por todos: el ‘conflicto de intereses’ de uno (José Luis Sáez, presidente de la Federación Española de baloncesto) y los ‘motivos personales’ alegados por la otra parte en conflicto (el propio Pepu) privaron al último de encabezar la expedi-ción consiguió la plata en los Juegos de Pekín en 2008.

Ya fuera en el coso de Vistalegre, el Madrid Arena de la Casa de Campo o el rejuvenecido Palacio de los Deportes, nadie se olvidó ni un momento del movimiento de su media melena en los momentos de tensión. Tampoco del lunar y la perpetua barba que cubre parte de su rostro otorgándole un carácter único ‘made in’ Estudiantes. Entre unas cosas y otras, como entrenador de cantera, técnico asistente del primer equipo y máximo responsable del banquillo, más de 30 de los 53 años que le contemplan los ha pasado en casa.

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Algo similar, pero dentro del parqué, ocurre con Carlos Jiménez. El incombustible alero regresa a su ciudad con 35 años, cinco después de fichar por el Unicaja de Málaga, al-canzar los 600 partidos en ACB y acumular en su palmarés seis medallas con la selección, sólo por detrás de Pau, Nava-rro y Felipe Reyes (con siete tras el oro en el Eurobasket de Lituania). El rey del intangible no acapara los focos, algo que casa con su introvertida personalidad. 13 años en el equipo, 12 en la primera plantilla y uno previo en el EBA, le elevan a la categoría de institución. Tras algunas dudas, y el fan-tasma de la retirada en el horizonte, la llegada de Pepu fue el empujón necesario para continuar. Será la estabilidad y ayuda necesaria para los nuevos que llegan pisando fuerte.

El director deportivo Nacho Azofra ha previsto una plan-tilla compensada, con el clásico modelo de canteranos y ta-lento americano como seña de identidad. Jaime Fernández y Jayson Granger ejercerán de bases, una apuesta arriesga-da dada la juventud y la inexperiencia de ambos. Por dentro siguen Daniel Clark y Yannick Driesen, hombres altos con mucho que demostrar, mientras que caras nuevas como Víctor Serrano, Edu Martínez o Álvaro Lobo tendrán su guía en Jiménez y Germán Gabriel, capitán por méritos propios.

Como complemento, talento importado. Desconocidos para el aficionado medio, Antoine Wright, Cedric Simmons y Luis Flores llegan como el termómetro encargado de medir las opciones del equipo a final de campaña. Wright y Sim-mons, dos números 15 del draft en 2005 y 2006 respectiva-mente, son el complemento perfecto. El primero, proce-dente de China, anota de forma compulsiva, mientras que el segundo llega de ser máximo reboteador de la liga griega.

Para completar el equipo llega Luis Flores. Descartado el fichaje de Chris Lofton, será él quien cumpla el deseo de Pepu de contar con un tirador experimentado. A sus 30 años, este dominicano no ocupará plaza de extranjero en virtud del recurrente acuerdo Cotonou. Hay quien recuer-da el 22 de marzo de 2003, cuando en pleno March Mad-ness se enfrentó a un jovencito Carmelo Anthony, líder de la Universidad de Syracuse. Flores (20 puntos, 7 asistencias, 4 rebotes y 2 robos) era una pieza clave en el esquema de la Universidad de Manhattan, pero no pudo evitar caer ante quien a la postre se haría con el título de la NCAA.

Parafraseando el inolvidable discurso de Pepu en la ma-drileña Plaza de Castilla nada más proclamarnos campeones del mundo en el mágico verano de 2006: “Os voy a decir una palabra. Y escuchadla bien, porque va a ser una palabra muy importante”. Visto así, el anhelado ‘ba-lon-ces-to’ resurge en Serrano 127. El lugar donde empezó todo.

Cantera, esfuerzo, cora-je, ilusión y sacrificio po-drían conformar el cinco inicial de un equipo que regresa a sus raíces.

asefa estudiantes

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Si aún celebras

cada canasta

como si fuera

la primera

@mecanicabasket

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MERCADO DE EMERGENCIA

por Andrés Aragón

Retrato del éxodo a Europa que ha provocado el lockout

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No por más anunciado se agotarán antes los debates. Rudy Fernández todavía no se ha vestido de corto en su regreso a la ACB y su nombre no hace más que salir en todas las conversaciones. Más aún, es precisamente ese hecho el que enciende la mecha de los más impacientes.

Los planes del escolta balear se intuían desde el verano pasado, aunque no ha sido hasta éste cuando han empeza-do a tomar forma. Firmó un contrato de cuatro años con el Real Madrid (a razón de 3 millones de euros cada uno), aunque su cumplimiento puede aplazarse. Rudy se dará una última oportunidad con los vigentes campeones de la NBA y, si consigue un contrato lo suficientemente bueno, podrá quedarse allí. Lo contrario hubiera sido una preocupante falta de ambición. Terminó el papeleo en pleno Eurobasket, pero no ha podido debutar aún de blanco por culpa de unos problemas en la espalda. Aunque hay quien ve sospechosas esas dolencias, no hay motivos para borrarse.

El Real Madrid ha apostado más fuerte, pero en número gana el Caja Laboral. Tres jugadores ha pescado Querejeta en ese río revuelto. Sobresale Reggie Williams, un gran ano-tador con problemas en defensa (lejos del “perfil Dusko”) en quien esperan tener uno de los bombazos de la ACB. Lle-ga como agente libre y cobrará 1.5 millones de dólares por una temporada aunque tiene trampa: si quiere volver a la NBA deberá indemnizar a los baskonistas con un millón.

Por dentro, se complementan las llegadas de Milko Bjeli-ca y Maciej Lampe con dos grandes presencias en la pintura: el joven francés Kevin Seraphin (mientras dure el lockout) y Joey Dorsey, un duro fajador que ya ha sufrido la terrible maldición que persigue a los últimos fichajes vitorianos: es-tará tres semanas de baja.

Al menos se quedará todo el año, como hará Pooh Jeter en el FIATC Joventut. Este eléctrico base vuelve a la liga es-pañola tras su breve paso por la NBA, donde no ha podido hacerse con minutos. De sus anteriores etapas en Menor-ca y Málaga, los verdinegros saben lo que pueden esperar de él. Muchas más incógnitas despierta Latavious Williams, que por ser un desconocido también lo es para la liga es-tadounidense. Una gran capacidad atlética y mucha inten-sidad debajo del aro son los avales de este jugador al que los problemas académicos obligaron a empezar su carrera profesional antes de tiempo.

Nada que ver con Kyle Singler, flamante fichaje del Lu-centum Alicante que precisamente ha visto mermado su caché por completar su periplo universitario en Duke. No será la estrella que muchos auguraron, pero sí un gran juga-dor de baloncesto. Un tres alto tipo, con buen lanzamiento, pase e inteligencia para moverse en el poste bajo. Falla en las tareas que requieren más físicos, pero sus fundamentos están lejos de toda duda.

Caja LaboralJoey DorseyKevin SeraphinReggie Williams

DKV JoventutPooh JeterLatavious Williams

Lucentum AlicanteKyle Singler

Real MadridRudy Fernández

Pendientes de Rudy

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Nadie ha pescado más que Italia en las aguas de la NBA (11 jugadores al cierre de esta edición). Nadie ha conseguido más jugadores que se comprometan a quedarse la tempo-rada completa (6). Pero con todo, es uno de los nombres que quedan aún por confirmar el que centran la atención más allá de los Alpes. Kobe Bryant podría jugar en la Virtus de Bolonia.

El club ‘bianconero’ no se ha recatado en ambiciones durante el verano. Sondeó el regreso de Manu Ginobili e in-cluso se habló de un posible ofrecimiento de Carlos Delfino, pero la opción que más cerca está de fructificar es la más inverosímil de todas. El escolta de Los Angeles Lakers tiene sobre la mesa una oferta de 3 millones de dólares por 10 par-tidos, y si no ha firmado todavía no es precisamente porque le hayan faltado ganas.

El jugador aprovechó una reciente gira promocional por Italia para intensificar las negociaciones y el entendimien-to, a juzgar por las palabras de ambos bandos, es casi total. Sólo quedan por resolver unas trabas organizativas que, por el momento, son las que evitan la firma. Puesto que el interés del jugador es maximizar los beneficios para toda la liga —y por descontado para él mismo—, la Virtus quiere cambiar el calendario para jugar de inicio aquellos partidos que podrían reportar más dinero. Por el momento, Cremo-na y Varese se han negado.

Eso y la revisión de los contratos televisivos que firmó este verano la Lega son los principales obstáculos que se-paran a Kobe Bryant de volver al país en el que pasó 7 años de su infancia. “En Italia aprendí los fundamentos del balon-cesto, todas esas cosas que los chavales de mi edad no sa-bían en los Estados Unidos porque sólo pensaban en saltar y hacer mates”, ha recordado. El suyo sería un enorme impul-so para recuperar un baloncesto de capa caída, y coincidiría allí con un NBA que sí pasará en Italia toda la temporada: Chris Douglas-Roberts.

Otro gran atractivo será Danilo Gallinari, que regresa al Olimpia de Milano (donde ya jugó desde 2006 hasta su mar-cha a la NBA) para unirse de manera provisional al especta-cular proyecto de Sergio Scariolo en el Olimpia de Milano. La entidad lombarda construyó este verano una gran plan-tilla y ha encontrado en el retorno de el ‘Gallo’ el colofón ideal. Con los fichajes de Omar Cook, Malik Hairston, Drew Nicholas, Fotsis y Bourousis, el Emporio Armani se ha blinda-do contra imprevistos. El día que su perla vuelva a cruzar el Atlántico, seguirá siendo un equipo muy a tener en cuenta.

Asimismo, en los últimos días se ha gestado la posibili-dad de que Andrea Bargnani recale en el Sutor Montegra-naro. Aunque parece una opción algo más lejana, en Italia apuntan que el patrocinador del club lo vería como una gran oportunidad para ganar relevancia y trabaja en un contrato temporal que pueda convencer al ala-pívot de los Raptors.

El Montepaschi se ha asegurado para todo el curso a Da-vid Andersen y DaJuan Summers, mientras que la Benetton, que sigue adelante, se resarció de las calabazas de Motieju-nas con Brian Scalabrine (año completo), E’Twaun Moore y el ex del Breogán Jeff Adrien.

Vanogli-Braga CremonaVon Wafer

Casale MonferratoGarrett Temple

Olimpia MilanoDanilo Gallinari

Benetton TrevisoBrian ScalabrineE’Twaun MooreJeff Adrien

Tezenis VeronaMario West

Dinamo SassariKeith Benson

Montepaschi SienaDavid AndersenDaJuan Summers

Una guinda de nombre Kobe

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Disculpas a quienes esperaran una referencia a la pasión turca, pero el deber es lo primero. Algo se mueve en el país otomano cuando los refuerzos de sus equipos no dejan de sorprender a nadie. Algo que aumenta la ambición. Algo que llamaremos (por mera convención) Final Four de la Tur-kish Airlines Euroleague.

Fue Turquía quien destapó la caja de los truenos, aunque en lo que a material NBA se refiere el resto del verano se ha reducido al regreso de los “héroes” (distinción en duda tras el Eurobasket de Lituania) emigrados. Cuando los ana-listas todavía no se habían decidido a apostar por la llegada de grandes estrellas desde el otro lado del Atlántico, el Be-siktas anunciaba el fichaje de Deron Williams. Las razones atienden al nombre de medio millón al mes, contrato sufra-gado por el mismo patrocinador que tuvo a Kobe Bryant so-pesando la opción de pasar un invierno en el Bósforo.

Aunque nadie duda de la enorme calidad del base de los New Jersey Nets, no puede decirse que estén contentos con su rendimiento en los primeros partidos. Por el momen-to, les ha costado una derrota en casa del Dexia Mons belga que les “condena” a jugar la Eurochallenge la temporada que viene. No han faltado, desde luego, quienes se han apresurado a apuntar los peligros de fichar a jugadores que llegan de vacaciones a Europa. Le acompañará en la plantilla el pívot Semih Erden, aunque no ha podido debutar debido

a esa lesión en el hombro que le obligó a pasar por el quiró-fano y le apartó del Eurobasket.

Fuera del Eurobasket, aunque vestido de corto, estuvo Ersan Ilyasova. El que debía ser uno de líderes de la irrup-ción otomana en el concierto continental se quedó en de-cepción, una sensación de la que espera resarcirse con el Anadolu Efes. Tal es la ambición de su nuevo equipo que el alero ha proclamado sus deseos de quedarse toda la tem-porada para poder disputar la Final Four. Pese a que nadie querría volver a los Milwaukee Bucks, deberá hacerlo para cumplir su contrato salvo excepción de la FIBA (poco per-meable a los sueños, por otra parte). Distinto es el caso de su compañero Sasha Vujacic, que ha firmado como agente libre por un año con opción a un segundo.

Por su parte, Mehmet Okur usará el Turk Telekom como puente para regresar a la actividad después de un año acia-go por culpa del tendón de Aquiles, mientras que Darius Songaila abandona la NBA para firmar con el Galatasaray.

Movimientos que evidencian una salud de la que care-ce el baloncesto griego más allá de los dos todopoderosos. Después del paripé de Corey Maggette con el PAOK (que incluyó un fastuoso recibimiento en el aeropuerto por parte de los aficionados), sólo jugarán en la Hélade dos jóvenes salidos de Ohio State: BJ Mullens y Jon Diebler jugarán con el Panionios.

Anadolu EfesErsan IlyasovaSasha Vujacic

BesiktasDeron WilliamsSemih Erden

GalatasarayDarius Songaila

Turk Telekom AnkaraMehmet Okur

PanioniosJon DieblerBJ Mullens

El purgatorio turco

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Porque parece que todo lo que haga China tiene que ir em-parejado con ese apósito y porque, qué demonios, lo es. Pese a haber impulsado una nueva normativa con la que pretendía espantar a todos los jugadores que buscaran una salida temporal al cierre patronal, la CBA ha conseguido una decente representación de allende los mares.

El pasado mes de agosto, la liga china aprobó una regla-mentación con la que establecía dos prohibiciones: ningún equipo podría fichar a un jugador con contrato vigente en la NBA, y ningún jugador podría incluir una cláusula de es-cape para romper su compromiso cuando se solucionara el lockout. O lo que es lo mismo, no podrían regresar a la NBA hasta marzo, aunque siempre existe la posibilidad de que sea el propio club quien prescinda de los servicios, sea por bajo rendimiento o por casos más graves como el que des-graciadamente le ocurrió a Earl Clark.

El jugador de los Magic, que había firmado por los Zhejiang Lions (los mismos que habían cortejado a Dwya-ne Wade antes del veto), rescindió su contrato de mutuo acuerdo por cuestiones personales. Su mujer, que debía dar a luz en siete semanas, sufría complicaciones en el embara-zo y el club le dio permiso para desligarse y volver a su país.

El joven alero de la Universidad de Louisville habría compartido equipo con Wilson Chandler, quizá el más sor-prendente de todos cuantos han decidido embarcarse en la aventura china. Agente libre, tenía la oportunidad (cuan-do se reabriera el mercado) de firmar su primer gran con-trato profesional. Había incluso quien apuntaba su interés de regresar a la Gran Manzana, e incluso la perspectiva de quedarse en los Denver Nuggets parecía apetecible, pero su aspiración desde el principio fue marcharse. Estuvo a un paso de firmar con el Olimpia Milano y al final jugará a las órdenes del legendario Jim Cleamons.

Muy cerca jugará JR Smith, fichaje de los Zhejiang Gol-den Bulls (el equipo que tanteó a Kobe Bryant), aunque el mejor pagado de la liga será Kenyon Martin. El veterano ala-pívot, que agota las últimas temporadas de su carrera, firmó por los Xinjian Flying Tigers, subrayando de paso el misterio-so exilio de los agentes libres de unos Denver Nuggets que hace sólo unos meses parecían una de las escuadras más prometedoras de la competición.

Completa el cuadro todo un bicampeón de la NBA, uno de ésos que pierde lustre en cuanto se menciona su nom-bre: Josh Powell.

SamaraDeJuan Blair

KhimkiTimofey MozgovChris QuinnAustin Daye

CSKAAndrei KirilenkoNenad Krstic

El milagro chino y otros relatos del Este

Lokomotiv KubanBen Uzoh

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EL REGRESO DE KIRILENKO Y EL CSKADe la mano. Tras una temporada en la que el recorte de gastos hizo estragos en las aspiraciones continentales del gran dominador ruso, el CSKA ha vuelto a abrir la billetera para regresar a la primera línea de fuego. A la incorpora-ción de Milos Teodosic añade dos jugadores procedentes de la NBA: Nenad Krstic, que jugará las próximas dos tem-poradas en Moscú (a razón de 3 millones al año) y Andrei Kirilenko, que firmó un contrato de tres temporadas pero deberá regresar en cuanto acabe el lockout. AK47 desesti-mó la opción de volver a sus orígenes con el Spartak de San Petersburgo, pero no es el dinero lo que le ha convencido: donará el sueldo a su fundación de ayuda a la infancia.

El otro gran protagonista ha sido el Khimki, que fichó de vuelta a Timofey Mozgov (con cláusula de salida) y Chris Quinn, que se quedará toda la temporada. Incluso se permi-tieron el lujo de fichar por dos meses a Austin Daye como re-emplazo del lesionado Matt Nielsen, pero ni eso ha evitado verse eliminados por el Nymburk en la fase de clasificación de la Euroliga.

Por último, DeJuan Blair firmó con el Samara. Su objeti-vo: no volver a sufrir problemas con su condición física.

Xinjiang Flying TigersKenyon Martin

Zhejiang Golden BullsJR Smith

Zhejiang LionsWilson Chandler

Liaoning DinosaursJosh Powell

El milagro chino y otros relatos del Este

El ánimo por regresar a casa deja estampas insólitas. Exóti-cas, incluso. Leandrinho Barbosa aprovechará el paréntesis para regresar a su país y olvidar una temporada gris con los Toronto Raptors. Jugará en el Flamengo, con el que ha fir-mado un acuerdo por una temporada. Cobrará 150.000 dó-lares al mes y, como suele ocurrir en estos casos, el acuerdo viene financiado por un patrocinador e incluye (como es obligatorio para todos los jugadores con contrato NBA en vigor) una cláusula de regreso a la liga estadounidense.

Hay quien se va más lejos y acaba en Australia. Así de traicioneras son las raíces. Pero cómo no hacerlo con seme-jante recibimiento. La llegada de Patty Mills a los Melbourne Tigers ha puesto patas arriba la liga ‘aussie’, donde (literal-mente) no recordaban un fichaje de este calibre. Cualquiera les dice que Andrew Bogut pudo jugar en los Sidney Kings. El problema es el seguro. Blindar sus tres años de contrato con Milwaukee cuesta medio millón de dólares. Ambos se hubieran en la jornada inaugural del campeonato.

Las raíces caprichosas

FlamengoLeandrinho Barbosa

Melbourne TigersPattrick Mills

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Cuando una estrella forma parte del accionariado de un equipo, los aficionados suelen poner en duda su compromi-so con el club. No podrán decir lo mismo en Francia a partir de esta temporada, en la que verá cómo dos de estos “di-rectivos a distancia” se visten de corto y bajan al parqué con sus empleados para jugar mientras dure el lockout.

Quizá el caso más llamativo es el de Tony Parker. Ac-cionista del ASVEL desde 2009, durante todo el verano se rumoreó que sería éste su destino en caso de que quisiera mantenerse en activo. Lo único que ha retrasado la opera-ción ha sido el famoso seguro médico, pero todo se ha solu-cionado en la primera semana de octubre. Tal y como con-fesó nada más hacer oficial el fichaje por ‘su’ equipo, será él mismo quien se haga cargo de los casi 200.000 euros que costará su póliza.

No será éste un dinero que recupere con su nómina en el club galo, puesto que su salario mensual sólo ascenderá a 1.500 euros. Nada que esté lejos de cualquier ciudadano de a pie (en Francia, claro). Queda claro de esta manera que su intención no va más allá de preservar la forma, un estado que ha juzgar por lo visto en el Eurobasket roza lo pletóri-co. Tanto es así que, según una entrevista concendida a una

radio francesa, desechó ofertas mucho más lucrativas de lugares tan dispares como la liga china... o el FC Barcelona.

Su condición de directivo pudo haber sido incluso más beneficiosa para el ASVEL, pues no dudó en cortejar a otro NBA de la talla de Nicolas Batum. Falló no tener una plaza asegurada en la Euroliga, algo que sí podía ofrecerle un equipo por el que se decidió antes incluso de empezar el lockout. El alero de los Blazers, que también ha hecho un Europeo descomunal, mandó un mensaje a su agente horas después de que el SLUC Nancy se proclamara campeón de la liga francesa. “Estaría bien poder jugar con ellos”. Dicho y hecho. Así, Batum volverá a una competición que ya dis-putara con el Le Mans cuando todavía era un adolescente.

El otro internacional frances que ha vuelto a casa duran-te unos meses es Boris Diaw. Su caso es incluso más llama-tivo, puesto que su destino en la segunda división francesa. El ala-pívot de los Phoenix Suns es también presidente del JSA Burdeos en el que milita su hermano mayor Martin, por lo que su decisión vino sola. Ya ha debutado (con victoria) con sus nuevos colores, pero al contrario que el resto de sus compañeros de viaje, su intención no es mantener la forma sino encontrar el sitio en el que la perdió.

Fraport SkylinersJon Leuer

Strasbourg IGLavoy AllenJustin Harper

ASVELTony ParkerHilton Armstrong

SLUC NancyNicolas Batum

Cholet BasketChandler Parsons

Pau-OrthezMustafa Shakur

GravelinesPape Sy

JSA BurdeosBoris Diaw

El mileurista Tony Parker

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Entre otras cosas esta experiencia sirve para tener una pri-mera experiencia en Europa (aunque su duración esté suje-ta al cierre patronal). No es de extrañar por tanto que en al-gunos países hayan imperado los fichajes de jugadores que, en un futuro más bien cercano, podrían continuar su carrera profesional en el Viejo Continente.

De los arriba presentados, sólo sorprende el nombre de Ty Lawson. Este base anotador, uno de los más prometedo-res de la liga norteamericana, formará mientras dure una temible pareja de bases con Mantas Kalnietis. Compartirá vestuario en el Zalgiris Kaunas con Sonny Weems, que una vez finalizado su contrato con los Toronto Raptors ha firma-do por una temporada completa con el club báltico.

De estos equipos es quizá el que más fuerte ha apos-tado junto con el Partizan. En el Pionir no podrán seguir disfrutando de su última perla, Jan Vesely, pero a cambio volverán a contar en sus filas con Nikola Pekovic. El pívot serbio, que no termina de cuajar en la NBA, comprobará de primera mano cuánto queda de aquel potencial que prome-tía imponerse en las pinturas europeas. Regresará a Estados Unidos porque aún tiene dos años más de contrato con los Timberwolves, algo de lo que no puede presumir Acie Law.

El base no ha demostrado en la NBA esa gran capacidad anotadora que se le atribuía y empieza una nueva carrera en Europa con una tarea muy complicada: en el Partizan to-davía echan de menos a Bo McCalebb.

De anotadores que no cuajan sabe mucho Adam Mo-rrison. Tras una temporada en blanco por falta de preten-dientes, el que fuera miembro de esa interminable lista de “próxima esperanza blanca” aterriza en el escenario inter-nacional. Tirador impecable, se atribuye a su falta de físico buena parte de sus problemas para hacerse un hueco en la mejor liga del mundo. Liberado de esas exigencias, tendrá la oportunidad de reivindicarse a las órdenes de Svetislav Pesic en el Estrella Roja.

Alguno como Nikola Vucevic aprovecha la ocasión para probar suerte en su país de origen. Natural de Montenegro, ficha por el Buducnost tras completar su formación en la Universidad de California del Sur. Jordan Farmar, judío, pro-bará suerte en el remozado Maccabi Tel-Aviv. No es el único que ha puesto rumbo a Israel, pues Craig Brackins firmó a mediados de verano con el Maccabi Ashdod y Avery Bradley (que sonó para Alicante) ha sido uno de los últimos en ha-cerlo con el Hapoel Jerusalén.

PartizanAcie LawNikola Pekovic

BuducnostNikola Vucevic

Olimpia LjublianaDanny Green

BC NitraRobert Vaden

Zalgiris KaunasTy LawsonSonny Weems

Asseco ProkomAlonzo Gee

Zastal Zielona GoraGani Lawal

Estrella RojaAdam Morrison

Primera toma de contacto

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